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en Ciencias Biológicas, Cátedra Evolución 2021. Edición: Aldo Iván Vassallo y Matías Sebastián Mora
Charles Darwin (1809-1882), tomado del Capítulo VI ―Selección Natural‖ del libro On the Origin
of Species by Means of Natural Selection, or the Preservation of Favoured Races in the Struggle for
Life 1972, 6ta. Edición.
Los cambios ocurridos durante los siglos XVIII y XIX en la percepción del hombre
respecto de la Tierra, los fenómenos geológicos y biológicos, y la escala temporal en la que
estos se desarrollan sentaron la base sobre la cual las ideas evolutivas fueron propuestas y
aceptadas por científicos provenientes de distintas disciplinas. Se ha dicho que gran parte
de la eficacia que tuvo Darwin en captar el espíritu evolucionista --que sin duda ya existía
en la época—se debió a que no solamente señaló la existencia del cambio evolutivo en sí
mismo, sino que además propuso una explicación para el cambio: la selección natural. Para
referirse a la selección natural Darwin usó la palabra principle, cuyo significado es el de
fundamento, teoría o regla para explicar un conjunto de hechos o fenómenos.
Charles Darwin, en su libro ―El origen de las especies por medio de la selección
natural, o la preservación de las razas preferidas en la lucha por la vida‖ basó su teoría en
tres hechos observables y dos deducciones:
1er. Hecho: tendencia de las poblaciones de organismos a crecer de forma
geométrica.
2do. Hecho: el número de individuos de una especie permanece constante, una vez
alcanzada la capacidad de carga del ambiente (Fig. 9.1).
1ra. Deducción: existe un fenómeno de competencia entre los individuos por los
recursos existentes al que denominó lucha por la supervivencia.
3er Hecho: Los organismos varían de modo apreciable en rasgos de la morfología y
anatomía. Existe variación poblacional entre los integrantes de una progenie.
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variantes que producen una mayor cantidad y tamaño de los frutos, variantes inmunes a
determinadas enfermedades. Este fenómeno sí es perceptible a escala humana.
Fig. 9.2. Distribución del carácter ancho del caparazón (eje horizontal, en mm) en la especie de
cangrejo Paralithodes camtschaticus. Subpoblación de aguas abiertas (A) y subpoblación en aguas
costeras (B). Gris oscuro: machos; gris claro: hembras. Fíjese cómo, al menos para el ambiente
de aguas costeras, la selección diversificadora (o disruptiva) parece haber propiciado el
desplazamiento del carácter hacia valores más extremos en relación a su condición sexual.
Los cambios que pude producir la selección natural son de diferentes modos:
direccional, estabilizadora, diversificadora, los cuales pueden visualizarse en la Figura 8.3
para un ejemplo hipotético de selección sobre el tamaño corporal de una especie. Las
curvas normales, también llamadas ―campanas‖ de Gauss, esquematizan una situación en la
cual existe un valor promedio en la población, en o alrededor del cual se encuentra una
mayoría de los individuos de la población. Los apartamientos de este valor están presentes
en una menor proporción de individuos, siendo que más allá de ciertos valores no existen
individuos con ese estado de carácter, tomando la curva valores de 0 a ambos lados. En el
caso de la selección diversificadora, la distribución del carácter en la población, para el
ejemplo del tamaño corporal, experimentará un aumento en la frecuencia de individuos por
fuera del valor medio del carácter, a la par de una disminución en la frecuencia de
individuos en o cercanos al valor medio del carácter. La adecuación, supervivencia y éxito
reproductivo será relativamente menor en este grupo de individuos. Hipotéticamente, a
medida que pase el tiempo, la selección diversificadora producirá que ya no pueda hablarse
de un valor promedio del carácter en la población, sino más bien de dos, o quizás más,
valores más frecuentes. La campana de Gauss se habrá transformado así en una distribución
del carácter de tipo bimodal o multimodal, como lo observado en el ave Pyrenestes (cap. 1
Variabilidad).
Muchas adaptaciones presentes en individuos de poblaciones de especies pueden
interpretarse como el resultado de selección diversificadora, los cuales en algunos casos
pueden conducir a eventos de diversificación y especiación (Fig. 9.3). Uno de ellos es el de
las especies de aves carduelinas (o mieleros hawaianos; Subfamilia Carduelinae),
endémicas de las islas de Hawai (Fig. 9.4). Se considera que estas aves son un grupo
monofilético derivado de una especie ancestral que colonizó el grupo de islas hawaianas.
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inicial de estas aves comenzó hace ~5,7 millones de años cuando se formaron las islas más
grandes, llamadas Kauai y Niihau. Los linajes principales que dieron origen a la gran
diversificación fenotípica del pico ya había tenido lugar hace ~2 millones de años. La
Fig. 9.4. Filogenia de especies y variación en la forma del pico de aves pertenecientes a la
subfamilia Carduelinae. Basada en diferentes fuentes, entre ellas: Lerner, H. et al. (2011)
Multilocus resolution of phylogeny and timescale in the extant adaptive radiation of
Hawaiian Honeycreepers." Current Biology 21: 1838–1844.
de la presa es una característica muy importante del nicho ecológico de cada especie, y está
determinada en gran parte por la masa corporal, en la medida en que ésta determina
variables clave tales como la fuerza de las garras y de la mordida. Los rasgos fenotípicos de
una especie determinada de felino, no solamente la masa corporal, sino además su
comportamiento de caza, el tamaño de su territorio, su fisiología, probablemente conformen
un conjunto integrado y de alguna manera coadaptado, que han evolucionado
conjuntamente en el tiempo evolutivo. Por tal motivo podrían mostrar una cierta estabilidad
evolutiva. Otro aspecto a tener en cuenta es que las diferencias en el tamaño corporal entre
especies de felinos generan un patrón de consumo de presas que evita la competencia
interespecífica, dado que muchos ecosistemas terrestres parecen ―tolerar‖ la coexistencia de
más de una especie de felino.
Tabla 9.1. Variación geográfica intraspecífica en la masa corporal (kg) en el gato montés, Oncofelis
geoffroyi. Nótese que la diferencia en masa corporal entre poblaciones puede llegar al 100 %,
ejemplo al comparar Campos del Tuyú vs. Uruguay.
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Fig 9.5. Masa corporal de diferentes especies de felinos. Smilodon (en el gráfico aparecen
tres especies de este género) es un género extinto de felinos que llegó a habitar en la actual
región de Mar del Plata. Figura basada en datos de Sunquist y Sunquist, 2002. Se muestran
las siluetas con los tamaños relativos de Smilodon populator, jaguar (yaguareté) y ocelote.
Coeficiente de selección
Hasta el momento hemos tratado a la selección natural como un proceso que actúa
sobre los fenotipos de los individuos, describiendo brevemente las distintas modalidades
que la misma puede adoptar en sistemas naturales (estabilizadora, direccional,
diversificadora o disruptiva). Debemos tener presente que los trabajos con secuencias del
ADN y a nivel meta genómico desarrollados en las últimas dos décadas dan cuenta de
cómo opera la selección a nivel genómico. En este sentido, los genetistas de poblaciones
desarrollaron los aspectos matemáticos y estadísticos del concepto de selección natural.
Uno de los objetivos de estos desarrollos fue predecir los cambios en las frecuencias de los
diferentes genotipos presentes en una población frente al efecto de la selección natural. Los
primeros estudios, relativamente simples en su enfoque, apuntaron al caso de genes
autosómicos y dialélicos. La lógica de estos análisis pasa por reconocer que, tal como fue
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definida la selección natural por Darwin, el éxito reproductivo diferencial entre los
diferentes genotipos en una población, inevitablemente va a producir que sus frecuencias
relativas cambien en sucesivas generaciones. El primer paso fue definir algunos términos
algebraicos, como s = coeficiente de selección, que puede tomar valores entre 0 y 1. Se
define además adecuación o eficacia darwiniana (fitness) como 1-s (en muchos libros de
texto como w). Veamos cómo son utilizados estos términos para estimar frecuencias
genotípicas en una población hipotética y con un ejemplo numérico.
genotipo genotipo
AA Aa Aa AA Aa Aa total
Al nacer N° al nacer 1 18 81 100
Frecuencia p2 2pq q2 Frecuencia 0,01 0,18 0,81
Adecuación 1 1 1-s Adecuación 1 1 0,9
Adultos Adultos N° 1 18 73
2 2
Frecuencia p 2pq q (1- Frecuencia 1/92 18/92 73/92
s)
Frecuencia p2/(1- 2pq/(1- q2(1-
relativa sq2) sq2) s)/(1-
sq2)
Tabla 9.2. Cálculo algebraico de frecuencias genotípicas, para el caso de selección contra el
genotipo recesivo, con s = 0,1. La tabla muestra, a la derecha, el mismo ejemplo en números. Nota:
tener en cuenta que desarrollando p2 + 2pq + q2 (1-s) = 1 – sq2
½ Aa + aa = q(1-sq) / 1-sq2
La adecuación 1-s, es una medida del éxito reproductivo diferencial, es decir que
aquellos individuos en una población que dejen el mayor número de descendientes que
llega a la madurez, tienden a ser los que presentarían mayores ventajas adaptativas.
Biológicamente, existen formas en que los investigadores pueden dar cuenta del
éxito reproductivo diferencial entre los organismos, entre ellas puede mencionarse:
a) supervivencia o mortalidad diferencial
b) fertilidad o fecundidad diferencial
c) éxito de apareamiento diferencial
Fig. 9.6. Ciclo de vida de un organismo diploide generalizado y efectos de la selección en distintas
etapas del ciclo. Los componentes de la adecuación sobre los que actúa la selección se indican en
rojo.
asignar a una dada hembra adulta, de la cual puede conocerse el genotipo enzimático, una
progenie la cual puede también caracterizarse genotípicamente. Asignar una progenie a un
progenitor sería más complicado si la hembra depositara los huevos y la fecundación fuera
externa. Los datos que se muestran en las siguientes tablas provienen de machos, hembras
preñadas y no preñadas de Zoarces viviparus capturadas en seis muestreos durante los años
1969 y 1970 en las costas del Mar del Norte.
Tabla 9.3. Genotipos madre/progenie en el pez vivíparo Zoarces viviparus correspondientes a dos
alelos del gen de la enzima esterasa, Christiansen et al. (1977). Los genotipos corresponden a
individuos provenientes de muestreos efectuados en el mar.
De la Tabla 9.4 se puede inferir que el éxito reproductivo no depende del genotipo
de las hembras, dado que tanto en las hembras preñadas como en las no preñadas, la
frecuencia de los alelos de esterasa no difiere significativamente. Otra inferencia que puede
realizarse en base a los datos de la Tabla 9.4 es acerca de si los machos poseen similar éxito
reproductivo. Si el éxito reproductivo de los machos que poseen diferentes genotipos es
similar, las frecuencias alélicas obtenidas en los machos deben ser similares a la del
esperma que fecundó los huevos. Este hecho se cumple dado que los aportes de la gameta
A2 (q) a las progenies de las hembras A1A1 y A2A2, 0,629 y 0,637 respectivamente (Tabla
3), es similar a la frecuencia de A2 en los machos, que es 0,644.
HEMBRAS MACHOS
PREÑADAS NO PREÑADAS
Tabla 9.4.- Éxito reproductivo de los genotipos del gen esterasa en las hembras y en los machos del
pez Zoarces viviparus. En las hembras el éxito reproductivo se infiere de las frecuencias alélicas en
hembras preñadas vs. no preñadas. En los machos, el éxito reproductivo se infiere de comparar las
frecuencias alélicas en los machos con los aportes de las gametas masculinas a las progenies.
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Tabla 9.5.- Frecuencias genotípicas en la progenie de una generación antes del nacimiento, y a los
dos años posteriores en adultos pertenecientes a aquella generación (en ejemplares muestreados en
el mar).
melanocortina-1, Mc1r) y con el patrón de variación del ADN mitocondrial (ADNmt), este
último un marcador neutral.
Fig. 9.7 Arriba: Diferencias en la coloración del sustrato en hábitats con predominio de lava
volcánica (hábitats oscuros) versus predominio de rocas graníticas (hábitats claros). Abajo:
fenotipos de pelaje en el roedor Chaetodipus intermedius. Los diferentes pelajes ofrecen diferentes
protecciones camuflajes frente a la depredación por aves rapaces y otros depredadores de la especie.
de pelaje sería una supuesta adaptación para evitar la depredación (serpientes, coyotes y
aves rapaces).
Fig. 9.8 La frecuencia de un alelo deletéreo en una población en el equilibrio está dada por
la influencia de diferentes procesos microevolutivos.
En estudios previos, se determinó que dos alelos del gen Mc1r, D y d, difieren en
cuatro aminoácidos y son los responsables del polimorfismo de color: los genotipos DD y
Dd son melánicos, mientras que los genotipos dd se asocian a un pelaje de color claro. Los
autores secuenciaron el gen Mc1r en 175 individuos a lo largo de una transecta de 35 km de
longitud la cual atraviesa hábitats con diferente sustrato. Además, secuenciaron dos genes
del ADN mitocondrial presuntamente neutrales, COIII y ND3, en los mismos individuos.
Los autores encontraron una correlación entre la frecuencia del alelo Mc1r y la coloración
del sustrato en donde los individuos fueron capturados, pero ninguna correlación entre los
marcadores de ADNmt y el color del hábitat (Tabla 9.6 y Fig. 9.9).
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Tabla 9.6.- Número de individuos de cada fenotipos de pelaje y número de alelos del gen
Mc1r en dos hábitats con diferente coloración del sustrato en la especie de roedor
Chaetodipus intermedius.
Fig. 9.9 De arriba abajo: frecuencia del fenotipo melánico; frecuencia del alelo Mc1rD;
frecuencia de ratones con genotipo Mc1rDd dentro de los ratones de fenotipo melánico;
frecuencia de haplotipos de ADNmt en diferentes hábitats (eje horizontal: XM, T, W, M, E,
ON) en la especie de roedor Chaetodipus intermedius. La franja gris muestra la coloración
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Selección sexual
Existe un debate entre los biólogos evolutivos acerca de cuál sería la ventaja
adaptativa de la reproducción sexual. En parte este debate surge debido al hecho de que es
difícil de explicar cómo, a partir de una población en la cual los individuos se reproducen
asexualmente, individuos que se reproducen sexualmente podrían aumentar su frecuencia.
Algunas de las razones esgrimidas para dar cuenta de la adaptación que confiere la
reproducción sexual son las siguientes:
a) La reproducción sexual puede aumentar la tasa de evolución dado que
incrementaría la tasa con la que nuevas mutaciones benéficas en loci separados pueden
combinarse en los individuos.
b) Teoría de la ―selección de grupo‖: si bien existe un costo individual teórico del
50 % en la reproducción sexual, este costo es compensado por la reducción de la tasa de
extinción de grupos o poblaciones de individuos sexuales. (Este costo del 50 % se debe a
que un individuo, asexualmente, puede generar una progenie de dos individuos. Mientras
que para generar una progenie de dos individuos se requieren dos individuos que se
reproduzcan sexualmente).
c) La reproducción sexual aumenta la chance de reducir el número de mutaciones
deletéreas en la progenie.
d) La recombinación durante la formación de las gametas (meiosis) incrementa la
variabilidad disponible para hacer frente a demandas evolutivas.
Fig. 9.10. La selección sexual explica muchas de las diferencias existentes entre machos y
hembras de diferentes especies de organismos. Las figuras humanas corresponden a la
placa de la sonda espacial Pioneer 10, lanzada en 1972.
[La siguiente afirmación no debe tomarse con ningún sentido negativo, de desprecio
o poco respeto hacia ningunos de los sexos o géneros. Su interpretación se restringe
exclusivamente a un contexto biológico]. Las hembras serían un ―recurso limitante‖ para el
éxito reproductivo de los machos. Por este motivo se va a generar una heterogeneidad en
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cómo es dividido dicho recurso; en otras palabras los machos diferirán mucho entre sí en la
fracción del recurso –número de hembras-- a la que accederán. Esto a su vez se manifestará
en la forma de un éxito reproductivo diferencial entre los machos de una población
hipotética. El origen y evolución de los denominados ―caracteres sexuales secundarios‖ va
a tener lugar en relación a la competencia por parejas. Si se observa nuevamente el ciclo de
vida de la Fig. 9.6, la selección sexual actúa exclusivamente en la etapa que va de
individuos adultos a progenitores.
Fig. 9.11. La inversión reproductiva asimétrica entre los sexos, o anisogamia, se traduce en
un ―conflicto‖ entre los sexos.
Fig. 9.12. Según las diferentes formas que puede adoptar la competencia por parejas en los
diferentes grupos de organismos, los caracteres que van a ser favorecidos por la selección
sexual varían de manera considerable, incluyendo caracteres anatómicos, comportamentales
y fisiológicos.
Un carácter dado puede ser utilizado en más de un contexto, como es el caso del
dimorfismo sexual existente en las pinzas de las especies de cangrejos pertenecientes al
género Uca, conocidos como cangrejo violinista. Este dimorfismo consiste en que en los
machos, una de las pinzas es de mucho mayor tamaño que la otra, mientras que las pinzas
derecha e izquierda de las hembras tienen igual tamaño. Los machos pueden utilizar las
pinzas durante encuentros agresivos directos entre ellos, en los cuales poseer una pinza de
mayor tamaño confiere una ventaja que puede permitir desplazar a un macho rival del
territorio. Pero los machos pueden competir también de una forma más sutil, manifestando
un cortejo más atractivo para las hembras. El cortejo incluye, por parte de los machos, la
ejecución de un movimiento ondulante efectuado con la pinza de mayor tamaño (Fig. 9.13).
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Que este movimiento sea efectuado de manera adecuada y con destreza va a influir en la
elección por parte de las hembras. En las hembras, a su vez, la selección sexual tenderá a
incrementar la capacidad de discernir, de entre los posibles candidatos a ser su pareja,
aquellos que les confieran un mayor éxito reproductivo. El tamaño de la pinza se
correlaciona con las características de la cueva del macho (su diámetro, su profundidad),
que es el lugar donde la hembra depositará los huevos fecundados. La temperatura de
incubación, la cual influye directamente sobre el desarrollo de los huevos, depende del
diámetro de la cueva del macho, por lo cual el tamaño de la pinza es un carácter que la
hembra tiene en cuenta al momento de elegir pareja.
Fig. 9.13. Macho y hembra de cangrejo violinista (género Uca), mostrando el dimorfismo
sexual en el tamaño de las pinzas. Derecha: macho delante de su cueva efectuando el
movimiento de cortejo con la pinza de mayor tamaño.
Fig. 9.15. A: Macho de la especie de rana Lithobates clamitans (rana verde; de distribución
en América del Norte). B: amplexo en la rana verde. El macho, de tamaño generalmente
inferior al de la hembra, la aferra por arriba y detrás. Los óvulos y el esperma son liberados
al agua, donde se produce la fecundación. Fotografías: Wikipedia Commons.
Fig. 9.16. Variación del índice de calidad del territorio de los machos de más de 80 mm de longitud
hocico-cloaca (círculos negros), de entre 75 y 80 mm (círculos blancos), y menores de 75 mm
(cuadrados negros). Nótese la variación en el número de hembras grávidas en el hábitat a lo largo de
las semanas que dura la estación reproductiva. El índice de calidad del territorio tiene en cuenta
características del hábitat como la vegetación y la profundidad de la charca. Tomado de Wells
(1977).
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Fig. 9.17. Progenitores y progenie de un insecto social haplodiploide, por ejemplo la abeja.
Lo círculos con tramas representan los alelos diferentes de dos genes. En la hembra
diploide ocurre meiosis en la formación de las gametas, lo cual no ocurre en el progenitor
haploide. En promedio, la similitud genética es de 0,75 entre hermanas, mayor que la que
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existe entre madre e hijas, 0,5. Por tal motivo, las hermanas pueden alcanzar un éxito
reproductivo relativamente mayor cuidando a las crías provenientes de su madre (e
inhibiendo su propia reproducción, lo cual sería un comportamiento altruista) que
reproduciéndose ellas mismas. Tal es la causa invocada para explicar el origen evolutivo de
la socialidad en estos insectos.
Entonces, ¿por qué una obrera de una colmena de abejas optaría por inhibir su
propia reproducción y, en su lugar, cuidar a crías que no son propias pero que en realidad
son sus hermanas? Considérese a los progenitores y a la progenie de un insecto social
hipotético haplodiploide, como podría ser la abeja melífera. En la hembra 2N diploide
ocurre meiosis en la formación de las gametas, lo cual no ocurre en el progenitor N
haploide. Notar que los machos, en la progenie, son hijos exclusivamente de la madre, sin
aporte genético del padre. En promedio, la similitud genética es de 0,75 entre hermanas, es
decir mayor que la que existe entre madre e hijas, 0,5 (Fig. 9.17). Por tal motivo, las
hermanas pueden alcanzar un éxito reproductivo indirecto relativamente mayor cuidando a
las crías provenientes de su madre (e inhibiendo su propia reproducción, lo cual sería un
comportamiento altruista) que reproduciéndose directamente ellas mismas. Tal es una de las
causas invocadas para explicar el origen evolutivo de la socialidad. No obstante, existe
evidencia de que el origen de la eusocialidad no está restringido a organismos
haplodiploides o exclusivamente a los insectos. Heterocephalus glaber es un roedor
subterráneo eusocial que habita la región este de África. Sus colonias constan de centenares
de individuos pero solamente una hembra es reproductiva.
Para el biólogo E. O. Wilson, conocido por la publicación de su libro Sociobiología,
el aprovisionamiento progresivo sería una preadaptación clave que dio origen a la
eusocialidad. El aprovisionamiento progresivo es un término que se usa en entomología
para referirse a una forma de comportamiento parental en el que un adulto (más
comúnmente un himenóptero como una abeja o una avispa) alimenta a sus larvas
directamente después de que nacen, alimentando a cada larva repetidamente hasta que ha
completado su desarrollo. El aprovisionamiento de varias larvas al mismo tiempo es común
en los insectos himenópteros. El paso evolutivo siguiente, según Wilson, es que las crías
adultas permanezcan en el nido ayudando a su madre y cuidando a sus hermanos –un
comportamiento altruista-- en lugar de dispersarse y generar su propia descendencia.
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BIBLIOGRAFIA