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EL MISIONERO

EN SAMARIA
EL MISIONERO EN SAMARIA

“Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he


hecho. ¿No será éste el Cristo?”
(Juan 4:29).
Jesucristo, el gran
misionero
Nadie puede ser tan
bueno que no necesita un
nacimiento de lo alto; al
mismo tiempo, nadie está
tan lejos que la gracia de
Dios no pueda
recuperarlo. El evangelio
es para los impíos, y
también para los que se
consideran buenos.
El cielo todavía
prepara
oportunidades
para los que
desean ser
usados por Dios
hoy.
La “comida”
de Jesús
Jesús siempre dirige la vista de los oyentes a
otra realidad, la espiritual, que solo puede
identificarse y verse por la fe.
Toda la Biblia nos
habla sobre Dios
como misionero
que busca
apasionadamente
a los perdidos.
Dios ama a
todas las
personas y
las incluye
en la obra
de la
salvación.
LISTO PARA LA COSECHA

“Se requiere una gran obra de reforma y sólo mediante la


gracia de Cristo podrá realizarse esa obra de restauración
física, mental y espiritual” (EGW, El ministerio de
curación, p. 102).
Las personas no
necesitan solo
cambiar de
religión;
necesitan ver a
Jesús.
“Cada verdadero discípulo
nace en el reino de Dios
como misionero”
(El Deseado de todas las gentes, p. 166).
El evangelio es para
“todo aquel que cree”, y
todo el que recibe el
evangelio, las buenas
nuevas, Jesucristo,
naturalmente se
convierte en un
misionero. Ese es el
honor que Dios quiere
darnos a cada uno.
Preguntas:
1.¿Cuáles son las similitudes entre la
mujer de Samaria y la sociedad
actual?
2.¿Qué podemos aprender del
método de evangelización de
Jesús?
3.¿Cuáles son los desafíos de los
discípulos de hoy?
4.¿Hasta qué punto estoy dispuesto a
ser guiado por Dios cada día hacia
las oportunidades de testificar que
él prepara?

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