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INTRODUCCION

Fenómenos como el cambio climático, el adelgazamiento de la capa de ozono, la


acidificación de los océanos y la acelerada pérdida de los ecosistemas y su
biodiversidad han llevado a algunos científicos a cuestionarse si los cambios observados
podrían desestabilizar al sistema planetario y ocasionar consecuencias adversas para la
humanidad. Con este enfoque surgió el concepto de los “límites planetarios”, que si bien
ha sido materia de debate desde su aparición en 2009 ha resultado muy útil para
estimular la discusión entre los científicos sobre el funcionamiento y la resiliencia del
sistema planetario.

La continua quema de combustibles fósiles aumenta los niveles de dióxido de carbono


en la atmósfera, que recae finalmente en los océanos. Los océanos han absorbido
grandes cantidades de dióxido de carbono desde los inicios de la Revolución Industrial
(aproximadamente en el año 1750). Esta creciente cantidad de dióxido de carbono en los
océanos es la causante del proceso de acidificación. El término acidificación se refiere
al proceso por el cual los océanos se vuelven más ácidos. Cuando el dióxido de carbono
entra en el océano, reacciona con el agua de mar, aumentando la acidez del agua y
bajando por tanto su pH35. No obstante, es poco probable que el océano llegue a ser un
ácido como tal (es decir, un pH inferior a 7.0). Una importante consecuencia de esta
creciente acidez es la reducción del carbonato disponible y necesario para las especies
marinas. Uno de los principales usos del carbonato en los océanos es la formación de
carbonato cálcico o estructuras calcáreas como los esqueletos de coral, conchas y perlas,
así como los creados por algunos tipos de plancton marino. La acidificación del océano
tendrá un gran impacto en la capacidad de estos organismos para crear sus estructuras
de carbonato cálcico, y probablemente altere algunas de las funciones químicas y
biológicas más importantes de los océanos

En la actualidad, la humanidad utiliza un tercio más de los recursos y servicios que


puede proporcionar la Tierra. Podemos decir que el choque de nuestro sistema
socioeconómico contra los límites del planeta, presagiado ya en 1972 en el informe
“Los Límites del Crecimiento”, ha dejado de ser un acontecimiento futuro sobre el que
se pueda especular y ha pasado a ser un hecho presente de implicaciones ineludibles.
La mejor evidencia científica de este choque se anuncia en el informe, “Planetary
boundaries”, elaborado por Johan Rockström y otros veintiocho prestigiosos científicos
de tres continentes y promovido por el Stockholm Resilience Centre.
El informe identifica nueve indicadores del equilibrio planetario, establece para siete de
ellos límites de seguridad (por ejemplo, una concentración máxima de 350 ppm de CO2
en la atmósfera) y alerta sobre el hecho de que sobrepasar uno solo de estos límites
puede desencadenar procesos incontrolables que se amplifiquen de manera no lineal,
dando lugar a transformaciones abruptas e irreversibles.
OBJETIVO GENERAL

OBJETIVOS ESPECIFICOS

ACIDIFICACION DE OCEANOS
Durante los últimos 200 años aproximadamente, la quema generalizada de combustibles
fósiles, la deforestación y la producción de cemento han liberado más de 500 mil
millones de toneladas métricas de dióxido de carbono (CO2 ) a la atmósfera de las
cuales aproximadamente la mitad en los últimos 30 años.
Esta liberación masiva de carbono previamente “almacenado” incrementa el efecto
invernadero natural y pone en peligro la futura estabilidad del clima de la Tierra. Los
océanos absorben alrededor del 27% del CO2 atmosférico derivado de la quema de
combustibles fósiles y de los cambios en los usos del suelo. La emisión de cada vez más
y más CO2 en la atmósfera, conlleva a que los océanos absorban mayores cantidades de
dióxido de carbono a un ritmo cada vez más rápido.
Cuando el CO2 adicional liberado en la atmósfera se disuelve en el agua de mar, tienen
lugar una serie de reacciones químicas que resultan en el proceso conocido como la
acidificación oceánica, también denominado “el otro problema del CO2 ” o “el gemelo
malvado del cambio climático”).
El CO2 se disuelve en el agua de mar para formar ácido carbónico, cambiando la
química de los océanos hacia condiciones más ácidas. Estos cambios químicos alteran la
capacidad del sistema marino para ajustarse a otros cambios de CO2 que se producen
naturalmente a lo largo de los milenios, cambiando significativamente la química de los
mares y llevando a una acidificación progresiva.
En los últimos 200 años, la acidez del agua de mar se ha incrementado en un 30%. Cabe
señalar que el aumento de la acidez del agua de mar reduce el estado natural “básico” o
“alcalino” de los océanos y fuerza artificialmente el equilibrio ácido/base del agua de
mar hacia un medio más ácido. Las proyecciones futuras, si las emisiones de CO2
continúan sin disminuir (Evolución sin cambios), muestran que, en el 2060, la acidez
del agua de mar podría aumentar en un 120%.
Según nuestro conocimiento, la tasa actual de cambio es 10 veces superior a cualquier
cosa experimentada previamente en los últimos 55 millones de años.
POR QUÉ SE PRODUCE LA ACIDIFICACIÓN DE LOS OCÉANOS

La causa principal de esa aceleración es el aumento de las emisiones de dióxido carbono


a la atmósfera, uno de los principales gases que crean el temido efecto invernadero.

Nuestros océanos siempre han absorbido y emitido dióxido de carbono. Este proceso
natural se desarrollaba de manera muy lenta (estamos hablando de miles de años). Sin
embargo, desde la Revolución Industrial, los humanos hemos añadido más de 400.000
millones de toneladas adicionales a la atmósfera.

Se calcula que, cada año, los océanos absorben alrededor del 25% de esas emisiones.
Aunque esto retrasa el calentamiento al no permanecer en la atmósfera, tiene un efecto
muy negativo en nuestros mares.
El agua de los mismos ha descendido su PH, volviéndose más ácida (como si
añadiéramos limón o vinagre a un vaso de agua). Aunque el PH ha descendido un 0,11 y
eso parece muy poco, no lo es. Como las escalas son logarítmicas, eso supone un 30%
más de acidez. Además, cambios muy leves en el PH ya tienen consecuencias nefastas,
porque se trata de un equilibrio muy frágil.

QUÉ EFECTOS NEGATIVOS TIENE LA ACIDIFICACIÓN DE LOS OCÉANOS

Como imaginarás, un agua más ácida también es un agua más corrosiva. Eso afecta a la
fauna marina y los primeros en sufrir efectos graves están siendo todos aquellos
animales marinos con caparazones y conchas.

Gambas, por ejemplo, también ostras, mejillones, caracoles marinos… Muchos


moluscos y mariscos tienen estos exoesqueletos que se ven corroídos por una mayor
acidificación de los mares.

Además de ellos, un océano más ácido es también un enorme problema para los corales.

Como sabrás, los corales son duros al tacto, porque están recubiertos de carbonato de
calcio, la misma sustancia de los caparazones de molusco y marisco que lo tienen. Esa
acidificación afecta más al coral en su fase más delicada, cuando está creciendo y
formándose.

Algunos estudios estiman nada menos que un declive de entre el 52% y el 73% del
asentamiento larval en los corales donde las aguas están siendo más ácidas. Del mismo
modo, la resistencia de los corales está reduciéndose por ese efecto corrosivo, lo que los
hace más frágiles y menos capaces de resistir contratiempos.

Eso los vuelve más vulnerables a sus depredadores naturales, el coral desaparece y, en
muchas zonas donde muere el coral no se sustituye por otro nuevo, sino por algas
marinas.

¿Qué produce todo eso?

Un efecto dominó que altera el equilibrio de los océanos y, por tanto, altera
enormemente el equilibrio del planeta.

Esto implica, entre otras muchas cosas, dos efectos muy negativos sobre la especie
humana

Pérdida de fauna marina que sirve como alimento para las personas

2.000 millones de personas dependen del mar como principal fuente de proteína, por
ejemplo.

Desequilibrios en el plancton marino, con consecuencias inesperadas 


De hecho, el fitoplancton oceánico produce el 70% del oxígeno que respiramos. Este es
el verdadero pulmón del planeta y alterar su equilibrio puede resultar devastador para
todos.

CÓMO SE
PUEDE

DETENER LA ACIDIFICACIÓN DE LOS OCÉANOS

La respuesta es reducir los gases de efecto invernadero, especialmente el CO2.

Por eso, cualquier medida encaminada a disminuir esas emisiones contribuirá a reducir
también la acidificación de los océanos. Esto implica, entre otras cosas:

 Dejar de usar combustibles fósiles en favor de vehículos eléctricos.


 Apostar por energías renovables, tanto a la hora de generar como a la hora de
consumir electricidad en nuestros hogares y negocios.
 Un consumo responsable en todos los sentidos.
 Una apuesta por la reducción de los residuos y el aumento del reciclaje de los
que generemos.

Es importante comprender que todo nuestro planeta vive en un equilibrio. Si alteramos


la base de ese equilibrio, como en el caso de la acidificación de los océanos, los efectos
se transmiten a todos. Especialmente a las personas, que dependemos de que esa
estabilidad se conserve. Nuestro alimento y nuestro oxígeno dependen de ello.
CONCLUSION

RECOMENDACIONES

BIBLIOGRAFÍA
Savitz, E. H.-K. (Junio 2009). ACIDIFICACION.
Dan Laffoley, J. M. (Diciembre del 2017). Introducción a la acidificación oceánica. UICN,
Gland, Suiza.

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