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La terapia sistémica familiar se fue estableciendo y creciendo a la par que la terapia sistémica.
Sin embargo, hay que señalar que no todos los modelos familiares son sistémicos. Por ejemplo,
el enfoque psicodinámico y de las relaciones objetales (Skinner, Ackerman y Sager) o los
enfoques multigeneracionales (Whitaker, Bowen).
Los modelos sistémicos se basan en una serie de fundamentos. Los más importantes son la
cibernética y las teorías de información de Shanon y Weaver, la general de sistemas
(Bertalanffy) y de la comunicación humana (Watzlawick).
Existen diferentes escuelas de terapia sistémica familiar que van desde lo psicoanalítico a lo
sistémico:
En la terapia sistémica familiar existen una serie de intervenciones que están entre las más
habituales. Algunas son tomadas de otras formas de terapia y desde luego es una forma de
trabajar que admite el uso de cualquier técnica que se considere apropiada.
En este artículo solo mencionaremos algunas habituales, pero existen libros que recogen
técnicas y formas de intervenciones, como 24 ideas para una terapia breve, de Mark Beyerbach.
Se trata de desafiar las definiciones dadas en la familia, entre las que se incluye el rol del
paciente identificado, cuestionando así su visión de la realidad.
El equipo de Milán argumenta que definir solo el síntoma en positivo tiene la implicación tácita
de definir al resto de la familia en negativo, lo que supone una cierta alianza del terapeuta con el
portador del síntoma. Mientras que ellos propugnan una posición de neutralidad.
En las excepciones, preguntamos acerca de aquellas situaciones en las que las cosas se hicieron
de modo distinto y las que salió bien. De este modo, les ayudamos a volcar su atención hacia lo
positivo y nos da pie a introducir variaciones para fomentarlo.
Si por ejemplo la madre y el hijo no discuten porque el padre apoya a la madre solo en algunas
ocasiones, podemos fomentar que el padre apoye más veces a la madre.
Preguntas escala
Un tipo de pregunta que en ocasiones es útil, es pedirle a la familia que valoren, del 1 al 10, en
qué punto está su problema. Desde aquí se puede indagar qué haría falta para subir un punto en
la escala o, si la puntuación es baja, qué han hecho para conseguir que no baje más.
Preguntas circulares
Le preguntamos a otro miembro de la familia por lo que hace, siente, etc., el miembro del que
queremos saber algo. Esto evita una escalada de discusiones, fomenta una visión cíclica e
interrelacionada del problema que afecta a todos, y permite en muchas ocasiones que fluya
información que se desconocía o que surjan puntos de vista nuevos.
La ilusión de alternativas
El primero en utilizarla en psicoterapia fue M. H. Erickson. Luego se usó en todos los sucesivos
modelos de psicoterapia estratégica, como el breve modelo MRI y el modelo Nardone. Se debe
construir la apariencia de dos opciones para devolverle el “poder” al paciente o familiar
tomando una decisión.
Ordalía
Haley (1984) convirtió está técnica en todo un arte. Se trata de vincular la aparición de un
determinado síntoma a la realización de alguna otra actividad que resulta molesta para el
paciente pero que, al mismo tiempo, tenga un beneficio para él.
Por ejemplo, en un caso de bulimia con atracones, se acuerda con la paciente que, cada vez que
se produzca un atracón, deberá levantarse esa misma noche a las 3 de la madrugada para hacer
ejercicios abdominales durante treinta minutos.
Tarea paradójica
También utilizada desde el enfoque estratégico y estructural de Haley y por la escuela de Palo
Alto. Se prescribe a la familia que sigan con el problema, haciendo “más de lo mismo”, con la
intención de que esto genere un cambio.
Suele ser una intervención arriesgada y se la llama paradójica porque si la cumplen están
cumpliendo con la tarea del terapeuta y, si no la cumplen, están cambiando y por lo tanto se
consigue el cambio.
Técnica de la confusión
Cabe destacar que cada una de estas 9 técnicas de terapia sistémica familiar requieren de
profundos conocimientos de la psique humana, del manejo de los grupos y de los estilos
comunicativos. Resultarán eficaces siempre y cuando se realicen en un contexto terapéutico y
sean promovidas por un profesional de la salud mental especializado en este ámbito.