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TEMA 2 Revisado
TEMA 2 Revisado
2.1.3.- Meillet.
Marca de modo definitivo el nacimiento de la "Lingüística general", ciencia ya
desligada de la antigua filosofía del lenguaje.
Como nueva ciencia debe investigar las tendencias más generales del lenguaje,
ordenando y aclarando las causas del cambio lingüístico.
2.2.- EL ESTRUCTURALISMO.
Originariamente es una reacción contra los comparativistas del XIX y hoy en día se
le considera el enfoque predominante en la lingüística moderna.
Según Coseriu el estructuralismo, aparte de considerar el lenguaje como medio de
comunicación, considera las lenguas como sistema. Estudia preferentemente las
secciones en las que las estructuras se comprueban de forma más inmediata (fonología,
morfología, sintaxis elemental) y presta menos atención a los sistemas abiertos (léxico).
2.2.1.- Saussure.
Su "Curso de Lingüística General" está considerado el origen del estructuralismo
europeo. Según él, el lenguaje es un fenómeno multiforme físico, fisiológico y
psíquico. Saussure define la lengua como lo social y sistemático del lenguaje; mientras
que el habla, o manifestación física de la lengua, es individual y asistemática. En
cuanto la lengua es clasificadora de la realidad, es institución social y sistema de
valores: solo la lengua es objeto de estudio de la lingüística, ya sea estática, o
sincrónica, o bien evolutiva, o diacrónica.
Sus principios descriptivos se basan en el isomorfismo del signo lingüístico: hay
solidaridad entre significado y significante: mientras que aquél es el concepto, éste es la
sucesión de fonemas que arbitrariamente lo designa: es la asociación entre una imagen
acústica y un concepto mental.
No es el fundador del estructuralismo en cuanto la Escuela de Ginebra aún no estudia
la lengua en rasgos distintivos: las unidades se oponen y se definen, afirma, por su
marco de valores, o rasgos diferenciales. Tales elementos pueden ser sustituidos en un
mismo punto de la cadena hablada por el principio de conmutación: el conjunto de
elementos sustitutos se llama clase.
Los puntos fundamentales de su teoría son los siguientes:
La semiología es el estudio general de los signos y la lingüística una de sus
ramas.
Se ha de distinguir entre lingüística interna: se dedica a estudiar la lengua en
sí-misma, sin atender a factores externos y al margen de cualquier contexto.
Se trata de una lingüística descriptiva con carácter sincrónico o anacrónico.
Dentro de ella, podemos distinguir las siguientes áreas: fonología, fonética,
gramática, léxico-semántica. Y lingüística externa: estudia al lenguaje en
relación con factores extralingüísticos. Presta especial atención a la relación
entre lenguaje y cultura y considera que el lenguaje es una institución cultural
que no existe fuera del lenguaje y de la sociedad. Se pueden distinguir varias
disciplinas: dialectología, sociolingüística, psicolingüística, etnolingüística...
Hemos de distinguir entre lengua (sistema de signos) y habla (utilización del
sistema).
El valor de los signos varía en función del eje que consideremos; así
podremos agrupar signos in praesentia (sintagmas) o in absentia (lengua).
Hemos de distinguir entre un estudio sincrónico y otro diacrónico de la
lengua.
Hemos de considerar al signo lingüístico como arbitrario, lineal y discreto.
La lingüística para Saussure ha de ocuparse sobre todo de la descripción de la
lengua.
2.2.2.- Escuela de Ginebra.
Formada por alumnos de Saussure su principal aportación es reconstruir el
pensamiento de Saussure.
Destacan Bally y Frei, al que se atribuye el concepto de monema.
Para esta corriente, la lengua, producto de la actividad humana, comparte con tal
actividad su carácter teleológico o de finalidad. Cuando se analiza el lenguaje como
expresión o como comunicación, la intención del sujeto hablante es la explicación que
se presenta con mayor naturalidad. Por esto mismo, en el análisis lingüístico, debe uno
situarse en el punto de vista de la función. Desde este punto de vista, la lengua es un
sistema de medios apropiados para un fin. No puede llegarse a comprender ningún
hecho de lengua sin tener en cuenta el sistema al cual pertenece.
Rechazan la idea de Saussure de que el fonema sea una imagen mental: los
elementos son definibles como tales y portadores de funciones. Según Bühler el signo
lingüístico ha de ser representado según el hablante –función emotiva–, el receptor –
función apelativa– y la realidad pensada –función representativa–. La representativa es
la relación que mantiene la realidad pensada con su signo. A su vez, ésta comprende la
función culminativa –señala cuántas unidades existen en una cadena–, la delimitativa –
indica el principio y el final de una unidad– y la distintiva, por la que un signo significa
algo distinto de otro.
Al analizar cualquier hecho lingüístico hay que tomar en cuenta su función. Los
hablantes tienen la posibilidad de hacer uso de cierta elección entre los medios que
ofrece la lengua. Esta selección no es arbitraria sino que corresponde a las necesidades
concretas en una situación comunicativa determinada. Para la lingüística funcional se
plantea una serie de preguntas, como por ejemplo, ¿qué función cumple cierto
elemento?, ¿para qué sirve en la comunicación?, ¿por qué el hablante elige tal elemento
o tal estructura y rechaza otro/-a? Desde el punto de vista funcional, el estudio de la
lengua no debe restringirse solamente a la descripción de los hechos lingüísticos,
siempre deben buscarse explicaciones para éstos considerando las funciones generales
que cumplen en el proceso social.
Pero mientras Saussure entiende el sistema como una entidad estática, los praguenses
lo conciben de manera dinámica pues el sistema está "en constante interacción con el
uso que los hablantes hacen de ese sistema". En esta interacción, el sistema y sus
componentes se encuentran bajo la permanente presión de revisar si todavía están
cumpliendo sus múltiples funciones y, en caso negativo, deben estar en la capacidad de
adaptarse, ajustarse a las exigencias que se le hacen para servir a la "intención del sujeto
hablante", es decir, satisfacer las necesidades particulares de cada hablante en las
diferentes situaciones lingüísticas a las cuales se enfrenta. Como estas son tan variadas,
no se puede concebir la lengua tampoco como una entidad homogénea, como lo hace
Saussure. Para los praguenses, el sistema tiene una naturaleza heterogénea, tiene que dar
cuenta de la gran variedad de usos que de él hacemos los hablantes. Debe constituirse
entonces por un conjunto dinámico de subsistemas que se actualizan en una situación
lingüística determinada según los requerimientos del hablante. Solo de esta forma,
dinámica y heterogénea, la lengua puede ser un sistema de medios apropiados para un
fin. La lingüística tiene que proponerse la tarea de describir estos diferentes tipos de
uso.
Con esta premisa, los lingüistas del Círculo de Praga pueden enfrentar también la
concepción que tiene Saussure de la oración que, según él, pertenece exclusivamente al
habla, es una cadena de unidades sintagmáticas con gran diversidad. Sin embargo,
Vilém Mathesius rechaza esta afirmación: “La oración no es por completo el producto
de un momento transitorio, no está determinada por completo por la situación
individual, y, por consiguiente, no pertenece totalmente a la esfera del habla, sino que
depende en su forma general del sistema gramatical de la lengua en que se pronuncia”.
Por otra parte, hay que mencionar que la Escuela de Praga dirigió su interés también
a problemas de la lengua literaria y poética.