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UNIVERSIDAD DEL VALLE - FACULTAD DE HUMANIDADES

PROGRAMA DE GEOGRAFÍA
ASIGNATURA: GEOGRAFIA RUAL
SEMINARIO: MEGAPROYECTOS MINEROS
Mayo de 2017
ESTUDIANTES: María Carolina Araujo Peña – 1626084

CASO DE ESTUDIO: Cerrejón

La comunidad de Roche está ubicada sobre la margen derecha aguas abajo del Río
Ranchería y en las primeras elevaciones de la serranía del Perijá en la zona sur del
municipio de Barrancas al que pertenece. Esta zona del departamento de la Guajira es
considerada como escenario para la explotación minera a gran escala y que por ende
requiere de una reorganización particular del territorio y una gestión específica de la
población que lo habita.

Por la historia que contiene en el siglo XVI llegaron a esta zona los esclavos negros a
trabajar en haciendas en la extracción de perlas, sin embargo los constantes ataques y
saqueos de piratas holandeses, franceses e ingleses sobre la ciudad de Riohacha
favorecieron que la población negra se escapara hacia la cuenca media del río Ranchería
(De la Pedraja, 1981). Dado lo anterior el corregimiento de Roche ha sido un territorio de
conflictos por usos del suelo de utilidad económica; hacia los 80’ los pobladores nativos y
descendientes se enfrentaron con osadía a los liberales para proteger su territorio. La gran
batalla librada en Hatonuevo se preserva en la tradición oral de los habitantes, no solo para
ratificar la unión de estas comunidades, sino además como reafirmación de su derecho al
territorio y a vivir autónomamente.

Las comunidades de esta zona desde el año 1985 al 1992 fueron objeto de una silenciosa
expropiación, para efectos de reivindicación de sus derechos en el 2011 crearon la
Asociación de Nativos y Descendientes Desplazados del Caserío de Roche con el fin de
concretar propuestas y reclamos de familias y personas que se consideran rocheras. Para el
año 2012 y con mayor conciencia de las ventajas en términos de participación y autonomía
que resultan del reconocimiento de sujetos de derechos étnicos, crearon el Consejo
Comunitario Ancestral del Caserío de Roche ellos cargan con el nombramiento despectivo
de “Barbaros Hoscos”

De esta manera la comunidad resignifica la denominación con la que se identifica sus


miembros ellos se reconocen bárbaros hoscos, es decir, resistentes con fortaleza y
temeridad para defender su sentido comunitario.
Sin embargo el hecho de ser reconocidos como comunidades negras para el año 2012 no
podría resarcir el daño causado durante tres décadas de explotación minera que a la fecha es
reparada por los llamados “Principios básicos y directrices sobre los desalojos y el
desplazamiento generados por el desarrollo” los cuales plantean que para todas las
poblaciones retiradas de sus territorios a causa del desarrollo, deberán tener
reasentamientos que incluyeran una oferta de reparación y rehabilitación amplia, basada en
la indemnización, la relocalización a un nuevo hogar con servicios públicos, y la
sostenibilidad de las comunidades. A este principio se le llamó responsabilidad social.

Principios que desierta manera están incluidos en el “Manual para la preparación de un plan
de acción para el reasentamiento de comunidades” en este se plantea que las transferencias
comerciales de tierra deben contar con el consentimiento de venta de las comunidades.
Situación que no se ha hecho a cabalidad, por lo contrario los manuales de reasentamientos
si se exigen y se encuentran compilados en documentos de la ONU.

Institución o instituciones que velan por los derechos humanos, pero al leer no da cuenta de
esta claridad puesto que empresas como Drummond, Intercor y El Cerrejón han usurpado
información de procedencia estatal con fines económicos es el caso de “clan familiar” de
señor Rodolfo Campo Soto, quien fue alcalde de Valledupar (1992-1994) y exgerente del
Incoder (el mismo del caso agro ingreso seguro). Cuando Rodolfo Campo Soto era alcalde
de Valledupar, tuvo acceso a información privilegiada que indicaba en que vereda y
corregimientos yacía carbón. Con esta información y con la quiebra de los pequeños y
medianos productores algodoneros, los miembros de la familia Campo Soto (en especial,
Rodolfo Campo Soto) comenzaron a comprarles los predios a precios más bajos para
posteriormente venderlos a Drummond cerca de 8.000 hectáreas con la premisa de que
estas empresas desde el 2000 y 2001 cuentan con accionistas Billiton Company, Anglo
American y Glencore. Empresas que invierten después de superar los mil millones de
dólares (un billón de dólares de acuerdo a la medida norteamericana).

Sin embargo estas empresas han sufrido de numerosos escándalos que han podido ser
mitigados con los “Principios básicos y directrices sobre los desalojos y el desplazamiento
generados por el desarrollo” en los cuales han incluido la oferta de reparación y
rehabilitación incluyendo tres elementos indemnización, acceso a servicios y adecuación
del nuevo sitio; en los años 2003 a 2008 estas empresas diseñaron un Plan de Acción de
Reasentamiento para la comunidad de Roche bajo los lineamientos de la Corporación
Financiera Internacional (2004) , todo con el fin de que no se deprecie el valor de sus
acciones en la bolsa de valores, activando así el mecanismo de aversión al riesgo o
aversión a la pérdida (Elster, 2010, pp. 238-255).

Situación que busca el crecimiento económico y no del bien de las comunidades y la


naturaleza. Se calcula que entre los años 2006 y 2010 las empresas y gobiernos extranjeros
han comprado o arrendado doscientos millones de hectáreas de tierra en países
latinoamericanos (Land Matrix, 2012; Oxfam, 2012). Colombia es uno de los países
latinoamericanos en los que la adquisición de tierras por parte de empresas extranjeras ha
sido más alto (Borras et al., 2012, p. 856). Para la muestra un botón: en los últimos quince
años, dos compañías extranjeras dedicadas al negocio de exportación de carbón, como
Drummond y El Cerrejón, adquirieron 130.000 hectáreas de tierra en los departamentos de
La Guajira y Cesar, los principales destinos de las exportaciones de carbón colombiano
fueron la Unión Europea, Turquía, Islas Malvinas, Panamá, Israel, Estados Unidos y China.
Sin embargo, las Maldivas no presentan consumo de este mineral, es una bodega para
comercialización posterior

Que ironía entonces, encontrar Artículos constitucionales como este “La Nación es
propietaria del subsuelo (art. 332 de la C.P.), por ende, los recursos minerales deben ser
utilizados para maximizar el bienestar de la mayoría de colombianos (Ley 1382 de 2010).
No parece así, parece que fuere de los gobernantes de turno.

BIBLIOGRAFIA

Bayona, E. M. (2015).Producción de carbón y crecimiento económico en la región minera


del Caribe colombiano. Revista de economía del caribe n°. 17,pp. 1-38.
doi:http://dx.doi.org/10.14482/ecoca.15.7192

Múnera, L., Granados, M. Teherán, S., Naranjo, J. (Enero- Junio 2014). Bárbaros hoscos.
Historia de resistencia y conflicto en la explotación del carbón en La Guajira, Colombia.
OPERA , No. 14. pp. 47 - 69

Velasco, J. D. (2014). Negociando la tierra: Empresas extranjeras, minería a gran escala y


derechos humanos en Colombia. Estudios Socio-Jurídicos, 16(1), pp. 289-314. doi:
dx.doi.org/10.12804/esj16.1.2014.07

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