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LA VIDA DE LA VIDA

Las preguntas más sencillas guardan un grado de complejidad sorprendente; además, adentrarse
en la búsqueda de una respuesta nos puede llevar a otras
puertas y dimensiones de pensamiento insospechadas,
incluso se puede lograr transformar los paradigmas de
quien ose buscar las respuestas más allá de la simplicidad
racional, conectándose a la lógica de la inteligencia
universal. Una de esas sencillas preguntas de muy compleja
respuesta es: ¿¿¿Qué es la vida??? Me hice esta pregunta
como cualquier mortal y, sin pretender ser el más ilustrado
en tan profundo tema -y más que un tema en esta Ley
Universal de la existencia-, quiero compartir contigo mi
visión como defensor natural de la misma:

La vida es la energía que mueve tu existencia, mi existencia y la


de cualquier ser humano; lo extraño es que, siendo tan evidente,
tangible y palpable, a la mayoría nos sorprende desprevenidos
cuando nos enfrentamos a tan natural pero profunda reflexión.
Cabe preguntarse… ¿De dónde proviene esa energía que nos
permite existir? Esa misma energía es a la que todos llaman vida
y que, siendo el tesoro más preciado de la existencia, poco o nada
en profundidad se sabe de ella en su real esencia.

La vida es un camino que, al recorrerlo, nos enseña sus más íntimos secretos; así, caminando a
paso lento pero seguro, aprendí que ella es la máxima manifestación de la existencia de
cualquier ser, esta se expresa en múltiples formas,
dimensiones y colores; la vida en sí es una energía
revelada, encarnada y siempre presente en todo lo natural
que existe, sentimos y palpamos. Es importante que
observes que la vida de un árbol, la vida de un río, la vida
de un pájaro y la vida de un ser humano, siendo
individuales en su expresión, están íntimamente ligadas
en una sincronía perfecta, dotada de equilibrio y de una
sublime armonía; esa individualidad permite
características únicas en la manifestación de la misma, de esta manera comprendí que un árbol
no es igual a otro, aun siendo de la misma especie. Lo mismo ocurre con nosotros los seres
humanos que, ni siendo aún gemelos, llegamos a ser idénticos en ser y esencia; aunque acontece
algo interesante en esa múltiple diferencia: Tienen algo que los une e integra de manera
silenciosa. Si prestas atención con los ojos de la inteligencia incluso puedes llegar a ver,
degustar, sentir, oler y oír la melodía que invisiblemente se entreteje de manera mágica como la
unión universal de la vida.

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La VIDA de la VIDA es la suma y unión de todas las
expresiones de la vida en planeta, universo y creación, es
una urdimbre que se entreteje de manera armónica con
sabiduría prodigiosa y casi inexplicable para la inocente
razón humana que apenas atisba sus ojos hacia la
naturaleza de la inteligencia vital del universo; por eso, al
caminar el sendero, podemos vislumbrar que la vida de un
árbol, la del pájaro, la del río e incluso tu propia vida,
todas están conectadas; son una sola fuerza inigualable pero expresada en la individualidad y
autenticidad de cada especie en una inter-dependencia única que revela la máxima expresión del
equilibrio universal. Esta conexión e interrelación tiene un solo propósito: la permanencia,
preservación y expansión de la vida; por esto, La Vida de la Vida le da a cada ser una parte de
su propio ser y esencia para que ese ser exista de manera individual con su propia vida; por eso,
cuando se vulnera injustamente solo una de esas vidas, el conjunto siente el dolor afectando la
armonía del todo sin excepción, aunque muchos no lo perciban.

Un ejemplo de esta interconexión es el planeta Tierra, una


expresión viva que permanentemente genera vida a través
de la interrelación inteligente, armónica y equilibrada
entre los elementos que lo integran.

Para comprender esa grandeza piensa cómo más de diez


millones de especies de animales, integrados a la más
variada gama de vegetales, sumado al poderío de las
montañas, la fuerza de los ríos, la grandeza de los mares,
la potestad vientos y toda la energía del sol, todos en toda la
expresión de su variedad, logran integrarse de una manera inter-
dependiente y sistémica tan sorprendente que ni reuniendo a los mejores ingenieros del mundo
lograrían descifrar las variables que se deben tener en cuenta para que la armonía permanezca
de manera constante, creando y sustentando la vida. Variables que, aunque complejas, se
expresan en la sencillez de una combinación perfecta entre el agua, la tierra, el fuego y el aire.
Entonces, cabe preguntarse: ¿Cómo logra el planeta, a través de estos cuatro elementos, que la
vida se manifieste? Ahora, puedes percibir que en ti también se manifiestan esas cuatro fuerzas;
sí, porque tu cuerpo es la tierra, tu sangre es el agua, tu respirar es el aire y tu espíritu es el fuego
que le da vida a tu vida, es por ello que tierra y hombre, hombre y tierra, se interconectan para
juntos conectarse al propio universo que no está lejos de ti, está en tu propio corazón y late para
conectarte a toda esa belleza, aprendiendo de nuestra sabiduría ancestral que dice que entre el
aire y el fuego, el agua y el sabor a tierra se conforma la vida del espíritu humano.

Los pasos dados, las huellas dejadas, la lógica aplicada, las experiencias adquiridas te llevan a la
necesidad de encarnar la mecánica vital de la creación, esta se ve expresada en la unión-amor
del pistilo y el estambre que a través del polen gestan el fruto; igual ocurre con el mar y su lecho
pues se funden en una sola fuerza gestando en su vientre la biodiversidad de la fauna y flora
marina. Así el ser humano nace y existe gracias a la unidad de un hombre y una mujer, principio
indiscutible e inquebrantable para que tú y yo pudiésemos existir; bajo estos sencillos pero claros

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principios se comprende que la vida es una lógica, armónica y equilibrada unión entre dos
energías: una masculina (+) y otra femenina (-). Ten bien claro que atentar contra este principio
es oponerse a la lógica creacional que sustenta la existencia de la vida humana, vegetal y animal,
por esto quien atente contra cualquier manifestación inteligente de la unión que gesta de la vida
no solo daña la existencia del conjunto, sino que atenta también contra su propia existencia de
vida.

Seguimos caminando con un pensamiento distinto, analizando causas, midiendo consecuencias,


por esto debemos ser conscientes de que un río contaminado, un bala disparada, una guerra
iniciada, un campesino desplazado, un indígena
exterminado, un río trasvasado, una mentira
mediática, un mar contaminado, una especie
extinguida, un abuelo abandonado, un corrupto
indultado, un asesino bendecido, un alimento
genéticamente modificado, un niño moribundo,
una niña violada, un joven drogado, una selva
talada, una doctrina de mentira y una noticia
maquillada… son como una daga traicionera que
lentamente va asesinando la Vida. Así, aprendemos que todo el que se enfrente a la muerte puede
entender el valor de la vida y aprende que La Vida de la Vida no le quita a nadie ni a nada su
propia vida, esta se pierde cuando por inconsciencia, ignorancia y desconocimiento del ser
humano que se desconecta de ella y se hace cómplice por perversa acción o por inocente omisión
de la desaparición de la misma.

Hemos aprendido que la vida no es un simple concepto, se puede entender ahora que es mucho
más profunda que una definición ideológica de una teoría científica, académica, biológica o
dogmática; el actual sistema al definirla la ha limitado a una simple condición de nacer, crecer,
reproducirse y morir… vaya, ¡Qué ausencia de inteligencia!, ¡Qué estrechez mental! Por esto la
vida se volvió paisaje… pocos la valoran, muchos no sienten incluso ni su propia vida y esa
desconexión es la que deja asomar lo evidente: que la mayoría vive solo en función del tener,
perdiendo totalmente la noción del Ser. La vida como principio universal de la existencia está por
encima de conceptos, religiones, gobiernos, partidos políticos, filosofías, medios de
comunicación, doctrinas o ideologías, nadie puede darse el derecho de su autoría porque ella es
la creadora de toda existencia antes de que esta exista, tampoco se puede negociar con ella como
una mercancía o un producto, menos debe ser sometida por la economía especulativa que
violenta negociando la relación directa que tú tienes con la
naturaleza.

¡Piensa, siente! es irónico pretender defenderla utilizando


armas, ejércitos y guerras, porque nadie puede preservarla
si antes por este no es comprendida, porque la vida que tú
tienes te permite leer estas letras y si encuentras a alguien
que no la comprende es porque está desconectado de la
esencia de la misma. Esa es la dura realidad que nos revela
cómo gobiernos, pueblos, naciones, culturas, religiones,

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instituciones y hombres dicen que la vida es un derecho humano fundamental, ignorando que la
vida es el fundamento de donde nacen todos los derechos, porque no puede existir ningún
derecho si antes no existe primero la vida.

El sistema actual tiene una visión deformada de la vida, comenzando por sus teorías confusas
basadas en la “selección natural”, el “azar” y el “caos” como regidores de los fenómenos de la
misma, la concepción competitiva y reduccionista de las relaciones entre los seres vivos; todos
esos elementos han conducido a una perspectiva mezquina y deformada de la naturaleza y han
provocado mortales perturbaciones entre sus elementos esenciales, como bien ya lo expresan
científicos conscientes que saben y han comprobado que muchas de estas teorías han sido y son
una justificación “científica” de las desigualdades humanas. Visión deformada que hoy trae
funestas consecuencias en la sociedad actual donde, a través del “dogma científico”, se hacen
intromisiones que causan perturbaciones en el campo de las farmacéuticas y biotecnologías,
generando alteraciones, manipulaciones o desórdenes en los procesos naturales y biológicos de
la vida, desconociendo las leyes lógicas y universales que la rigen, cometiendo crímenes contra
dichas leyes naturales sin prever las consecuencias del quebrantar el orden preexistente de la
misma, conduciendo a la aparición de graves peligros para el ecosistema global y especialmente
para los seres humanos. Es por ello que tú y yo debemos unir nuestra fuerza y nuestra voz como
defensores de la humanidad, la naturaleza y la propia creación, nuestro gran ecosistema.

Hemos avanzado en la travesía, lo que te ha ido


preparando como un defensor de la vida, por esto
intuyes desde esta nueva inteligencia que la
preservación de la misma va mucho más allá de estar
contra el aborto, la eutanasia, la guerra, la pena de
muerte, la violencia, el terrorismo, el hambre o la
esclavitud; sabes y comprendes que tu actitud debe ser
proactiva, positiva, orgánica, sistémica e integral, por
esto promulgas el respeto hacia los animales, cuidas el
medio ambiente, respetas a tus semejantes, cuidas tu
cuerpo, tu mente y tu espíritu, porque sabes que la vida está interconectada en un todo donde
cada uno conserva la identidad de su propia individualidad. Solo puedes cuidar la vida si tienes
consciencia de tu existencia a través de una clara conexión con la misma, como la conexión que
siente la madre con su hijo, ella lo puede sentir porque es consciente de esa existencia conectada
a su ser por medio de sus sentidos, su pensamiento, sus emociones y los sentimientos que emana
desde su propio corazón; entonces, para que tengas consciencia de esto que te comparto, debes
obtener el conocimiento y la sabiduría de las leyes que rigen la naturaleza y el universo que son
las que te permiten percibir, sentir y conectarte a la misma esencia pura de la vida.

Cuando conozcas estas leyes podrás comprender que un


hombre realmente está vivo y se conecta a la vida en la
medida en que es consciente de cada accionar que le trae
vida a su propia vida, es decir, cuando ríe, ama, perdona,
ennoblece, comparte; entonces, cada palpitar del corazón
que se desperdicia en amargura, materialismo, angustia,

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sufrimiento, dolor, guerra, odio, vicio y codicia
se suma como muerte, así el hombre esté
respirando. ¡Sí! Porque he visto muertos que
entierran muertos todos los días y hay muertos
que caminan y piensan que estando muertos
pueden preñar de vida, he allí la ironía:
muchos viven la vida estando muertos, por ello
están castrados y no pueden llegar a sentirla.
Es necesario que te conectes a la vida y solo lo
haces mientras cultives valores, seas alegre,
optimista, comprensivo, amoroso, perdones y te
desarrolles interiormente; de esa manera estás insuflando a través del palpitar la esencia de vida
real a tu ser y existencia, de esa manera comenzarás a ver la vida en todas sus dimensiones
conectadas a ti y tu a ellas, comprendiendo que tu vida haces parte del todo y que gracias al todo
existe tu vida.

Te invito a reinventar el camino porque, al tener una nueva y real concepción de lo que es la
vida, también se revalúa el concepto sobre la naturaleza, lo que invoca necesariamente a
deshacer los viejos paradigmas sobre la misma y generar unos nuevos fundamentados en una
realidad orgánica, viva y sistémica que permita la creación e innovación de modelos inteligentes
para la gestación de una nueva humanidad o sociedad del futuro, que plantee su desarrollo en
un perfecto equilibrio desde lo físico, lo mental y lo espiritual en admirable armonía con la leyes
que rigen la naturaleza, el universo y la vida; de esa fuente de conocimiento la sociedad actual
debe beber para plantear nuevas alternativas sustentables en todos los campos que cumplan con
esos mismos principios universales, para que contribuyan a la preservación de La Vida de la
Vida.

Así como un día el hombre pensó que la tierra


era plana, llegó el momento en que ese
paradigma se pulverizó y transformó todo la
estructura de pensamiento de la humanidad; hoy,
también el paradigma cambia cuando el hombre
se pregunta si hay vida en el universo y
encuentra una respuesta contundentemente
lógica: El universo es la expresión creadora más
apoteósica de la misma vida. Universo del cual
presentimos su verdadero origen preexistente,
dejando atrás aquellas viejas concepciones que hasta ahora solo han traído desolación y ruina a
la humanidad gracias a sus actuales modelos socio-económicos;
esto se debe a que las diferentes áreas del conocimiento hasta hoy
se han inspirado en la muerte con los respectivos resultados que
vive actualmente nuestro mundo: confrontaciones bélicas, una
contaminación en aumento, utilización de armas nucleares,
ciudades en confusión, niveles de pobrezas y miseria aberrantes,
extinción de animales, cambio climático, depredación de los

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recursos naturales, tecnología altamente contaminante, terrible problema de basuras,
inseguridad, carestía, entre otros tantos y vergonzosos hechos en contra de la vida; porque el
hombre creyó que ella era el producto del caos, olvidando el origen del orden preexistente
universal en el cual, de ahora en adelante, los hombres de clara consciencia deben inspirar todas
sus creaciones cumpliendo las leyes universales e infinitas del ciclo constante de la vida, donde
todo lo que existe fue creado con un propósito preexistente: Generar vida… y así muera su
muerte contribuye a la generación de una nueva vida, como una manifestación incesante donde
la eternidad existe… y existe cuando las hojas de un árbol mueren y son capaces de generar
espacios para que nuevas hojas nazcan… existe cuando consumes una fruta y esa cáscara
permite que nuevas frutas crezcan para alimentarte, he allí la nueva fuente de inspiración para
una nueva ciencia y tecnología sincronizada con las leyes universales que permitan la
continuidad infinita de la existencia.

Vamos llegando al final del camino y he aquí lo sorprendente, porque todo final es el inicio de un
nuevo camino, porque hasta aquí te acompaño; ahora tienes que iniciar tu propio camino, uno
que te lleve por ti mismo a comprender la verdad de tu vida y de tu existencia. Lo harás con
certeza si te dejas guiar por el ser interior, el mismo que me impulsó a escribirte para que
descubras el poder del Verbo como energía viviente que viaja dando vida por los universos y
puedas conocer la Ley que regenta la existencia del todo en todas sus expresiones. Ahora puedes
interpretarlo como aquella energía que los hombres han llamado Dios desde una concepción
razonativa, pero que hoy lo comprendes como una lógica de la inteligencia universal
comprobada en ti mismo con tu propia existencia; como lo
enseñó Juan 1: En el principio era el Verbo y el Verbo era
con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio
con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas y sin él
nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él estaba
la vida, y la vida era la luz de los hombres. Esta es la
fórmula científico-espiritual que da las respuestas al
verdadero origen de la vida y del hombre, que solo serán
descifradas por quienes siendo conscientes de su
existencia busquen respuestas más allá del parámetro
tradicional del sistema, superando los conceptos dogmáticos
espiritualistas y científicos materialistas que separaron los dos grandes caminos, la ciencia del
espíritu.

Cabe entonces preguntarse: ¿Quién más allá de las ideologías puede levantarse a ser un real
defensor de la vida? Solo aquél que sienta la conexión con el Autor de La VIDA de la VIDA. Si
eres uno de estos hombres o mujeres, bienvenido… Para que caminemos juntos dentro de “El
Gran Pez” y preservemos, defendamos y multipliquemos nuestro tesoro más preciado: LA
VIDA.

Bienvenido, porque tú eres:


Un Apóstol de la Nueva Fe

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