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ENSAYO SOBRE DIVERSIDAD MICROBIANA Y SU IMPORTANCIA

Valencia Fernández Alex Steven (2043656-3754)

Universidad del Valle Facultad de Ingeniería, Programa de Ingeniería sanitaria Y Ambiental


Santiago de Cali- Colombia
Noviembre 2021

Berg et al. (2020) señalan que el campo de la investigación sobre el microbioma surgió
de la investigación sobre el microbioma ambiental (ecología microbiana) y es una
plataforma interdisciplinaria para muchos campos, por ejemplo, la agricultura, la
ciencia de los alimentos, la biotecnología, la bioeconomía, las matemáticas
(informática, estadística, modelización), la patología vegetal y, especialmente, la
medicina humana. (p. 2-22.)
"La divulgación del ADN, los avances en la tecnología de secuenciación, la PCR y las
estrategias de clonación han hecho posible la investigación de las comunidades
microbianas mediante métodos independientes del cultivo y basados en el ADN y el
ARN" (Brul S. 2008, citado en Berg et al. 2020, p.3-22). Otro paso importante lo dieron
Carl Woese y George E. Fox en 1977, que propusieron marcadores filogenéticos como la
calidad del ARNr 16S para estudiar las comunidades microbianas" (Woese & Fox, 1977,
citado en Berg et al. 2020, p.3-22).
En 1885, Albert Bernard Frank (Frank, 1885) utilizó el término griego "micorriza", que
significa literalmente "raíces de hongos", en su estudio de la relación entre los
microbios del suelo y las plantas. Los hongos micorrícicos forman una simbiosis con las
raíces de las plantas del mismo modo que las bacterias en los tubérculos de las
legumbres. De los siete tipos de micorriza descritos (arbuscular, ecto-, exo-, extensil,
arbuscoide, monotropoide, ericoide y micorriza orquídea), la micorriza arbuscular y la
ectomicorriza son las más comunes y extendidas (Smith y Read, 1997; Allen et al.,
2003). Los hongos micorrícicos arbusculares (MA) son la comunidad micorrícica más
común, formando relaciones mutualistas con más del 80% de las plantas vasculares
(Brundrett, 2002). Los hongos AM son miembros mutualistas obligados del grupo
Glomeromycota y están muy extendidos en los ecosistemas de todo el mundo
(Redecker et al., 2000). Los hongos ectomicorrícicos (ECM) también están muy
extendidos, pero sólo están asociados al 3% de las familias de plantas superiores (Smith
y Read, 1997) (citado en Siddiqui ZA et al 2008).
Este trabajo ofrece una visión general de los diferentes microbiomas en sus hábitats
específicos, como el microbioma marino, el microbioma del suelo y el microbioma de
las plantas, y de las complejas y diversas interacciones en los ecosistemas que están
influenciados por diferentes factores. Los persistentes factores e impactos negativos
causados por las actividades antropogénicas amenazan la salud de diversos
ecosistemas. La atención se centra en el uso y aplicación de esta diversidad microbiana
como parte de la mitigación y adaptación los efectos del cambio climático a partir de la
agricultura con biofertilizantes.
Las funciones que desempeña el microbioma son esenciales para la vida en la Tierra, y
todas las interacciones complejas benefician a los organismos vivos, ya que las vías
biológicas para metabolizar diversos nutrientes en los microbios marinos modulan los
ciclos biogeoquímicos globales en la Tierra y contribuyen a la producción de oxígeno
(esencial para la vida aeróbica) y a la descomposición del carbono. Además, en el medio
marino, los microbios como las bacterias, las arqueas, los virus, los hongos, los
protistas y las microalgas convierten las moléculas que contienen C , N , P y S en formas
más simples para que las plantas, los animales y otros microbios marinos puedan
absorberlas más fácilmente, contribuyendo a la cadena alimentaria y al equilibrio de
este ecosistema. (Salazar y Sunagawa, 2017 citado en Paul D, et al. 2018)
Otra razón para señalar su importancia es que estos microorganismos del microbioma
del suelo según Paul D, et al (2018) regulan el ciclo biogeoquímico de varios minerales
y elementos, por ejemplo, S, P e iones metálicos. El microbioma contribuye a mejorar la
contaminación del suelo degradando o mineralizando diversos pesticidas, explosivos y
otros xenobióticos añadidos intencionadamente o no por las actividades humanas.
Estos parámetros también determinan y manipulan la riqueza y la diversidad del
microbiota en el entorno del suelo. metanogénesis, fijación y nitrificación de nitrógeno,
etc.
Ahora que conocemos todos los procesos importantes del microbioma para que haya un
equilibrio ecosistémico, la cuestión es cómo estos microbios pueden mejorar la
sostenibilidad de los cultivos agrícolas y mitigar los efectos del cambio climático...
Veamos.
Steven A. (2020) señala que los cultivos agrícolas con micorrizas y la construcción de
suelo con biopelículas pueden ser una solución para mitigar el cambio climático, los
efectos que produce en forma de olas de calor y sequías están poniendo a prueba los
cultivos. Se pueden plantar cultivos con hongos simbióticos llamados micorrizas, que
permiten que la planta y los hongos simbióticos intercambien nutrientes y agua, lo que
ayuda a reducir el estrés de las plantas y también podría ayudar a las plantas
autóctonas a recolonizar los suelos degradados. Las complejas relaciones entre las
bacterias y los hongos del suelo forman biopelículas que ayudan al suelo a resistir la
erosión y a retener más agua para las plantas, también son importantes para la
captación de carbono del suelo.
A partir de estos ejemplos, nos centraremos en los cultivos agrícolas y los
microorganismos aplicados para comprobar su eficacia como posibles soluciones para
mitigar los efectos del cambio climático.
En un estudio, se observaron mejoras en los cambios fisiológicos (conductancia
estomática, contenido relativo de agua y tasa fotosintética) y bioquímicos (prolina,
clorofila ayb, carotenoides totales y fenol) en cítricos en condiciones de déficit hídrico
tras la inoculación de AMF (Dutta et al. 2015). Los resultados indican, pues, que la
inoculación de micorrizas puede aliviar el estrés por sequía. (citado en Shing et al 2019)
Otro estudio demostró que la adición de hongos MA (G. fasciculatum) mejoró los
componentes del rendimiento y la producción de mijo tanto en condiciones óptimas de
riego como de sequía (Arab et al. 2013) (citado en Shing et al 2019)
Otro estudio sobre el uso de hongos micorrícicos arbusculares vesiculares (Glomus
intraradices) en forma de MicorrizaFer en patatas (Solanum tuberosum L.) de dos
cultivares, Imilla negra y Compis, en condiciones de secano durante la temporada de
cultivo 2015-2016 concluyó que el uso de hongos micorrícicos arbusculares vesiculares
(HMAV) en la agricultura es una alternativa ecológica al uso de fertilizantes químicos y
pesticidas, ya que mejora el rendimiento de la patata. (Luna Quecaño et al 2020)
Estos estudios demuestran el gran potencial de estos microorganismos para eliminar
parcialmente la necesidad del uso de fertilizantes químicos y pesticidas en los cultivos
agrícolas, lo que llevaría a un uso más frecuente de biofertilizantes o fertilizantes
orgánicos mediante la inoculación de estos cultivos y, por tanto, a una agricultura más
respetuosa con el medio ambiente, ya que la agricultura convencional es actualmente
muy agresiva y tiene consecuencias para los ecosistemas, como la eutrofización de las
aguas superficiales debido al uso excesivo de fertilizantes químicos, reducción en la
biota del suelo, erosión del suelo y emisiones de gases de efecto invernadero.
Hablamos de un uso parcial porque el uso de esta biotecnología en los cultivos es muy
caro y se necesita más investigación antes de que se pueda utilizar en todo el mundo.
Según Kapoor et al. (2013), es poco probable que los agricultores adopten esta
tecnología debido al alto precio del producto causado por el elevado coste de
producción del inóculo. Por lo tanto, se necesitan avances tecnológicos para desarrollar
métodos convincentes y ampliar la investigación en diferentes entornos.
Sin embargo, el uso de estos microorganismos en las plantas las hace más productivas y
resistentes a las enfermedades (Berendsen et al. 2012). Esto reduce el uso de pesticidas
y fertilizantes, allanando el camino hacia la agricultura sostenible y reduciendo las
emisiones de gases de efecto invernadero (Singh et al. 2010) (citado en Paul et al.
2018).
Cavicchioli R. et al. (2019) mencionan que la comprensión del papel del microbioma
como parte importante del ecosistema tiene implicaciones significativas para el entorno
en el que vivimos, ya que podría ser clave para hacer frente a los desafíos sociales como
el cambio climático, como se menciona en el documento. Esto se debe a que el impacto
de estos problemas depende en gran medida de las respuestas microbianas.
La diversidad microbiana en general es crucial para el funcionamiento de estos
ecosistemas. Son la base de la vida, y entender sus complejas interacciones podría
ayudarnos a mitigar los problemas del cambio climático, ya que son muy adaptables al
cambio. Estudios anteriores sobre los hongos micorrícicos han demostrado que tienen
un gran potencial para una amplia gama de usos y aplicaciones y que tienen un impacto
positivo en el medio ambiente. Sin embargo, el uso a gran escala de esta biotecnología
sigue siendo limitado debido a su elevado coste, ya que gran parte de la población sigue
utilizando una variedad de productos químicos mucho más baratos. Esta prometedora
tecnología nos ayudará a conseguir una agricultura más ecológica en el futuro.

Referencias

Berg, G., Rybakova, D., Fischer, D., Cernava, T., Vergès, M. C., Charles, T., Chen, X.,
Cocolin, L., Eversole, K., Corral, G. H., Kazou, M., Kinkel, L., Lange, L., Lima, N., Loy,
A., Macklin, J. A., & Maguin, E. (2020). Microbiome definition revisited : old concepts
and new challenges. 1–22.
Cavicchioli, R. (2019). Scientist's warning to humanity: microorganisms and climate
change. Nature Reviews Microbiology, 6: 569-586.
Luna Quecaño, Juan Carlos, Zapana Pari, Juan Gregorio, Cutipa Limache, Alberto
Magno, & Florida Rofner, Nelino. (2020). Efecto de la micorriza (Glomus
Intrarradices), en el rendimiento de dos variedades de papa (Solanum Tuberosum L.)
en el Altiplano de Puno - Perú. Revista de Investigaciones Altoandinas, 22(1), 58-
67. https://dx.doi.org/10.18271/ria.2020.535
Paul, D., Choudhury, S., & Bose, S. (2018). Technologies And Applications. Singapore:
Springer. doi:https://doi-org.bd.univalle.edu.co/10.1007/978-981-13-2925-8_6.
Siddiqui ZA, Pichtel J. (2008) Micorrizas: una visión general.  En: Siddiqui ZA,
Akhtar MS, Futai K. (eds) Micorrizas: agricultura y silvicultura
sostenibles. Springer, Dordrecht. https://doi-org.bd.univalle.edu.co/10.1007/978-1-
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Singh S.P., Singh M.K. (2019) Mycorrhiza in Sustainable Crop Production. In:
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org.bd.univalle.edu.co/10.1007/978-981-32-9783-8_22
Steven Allison. Earth’s original inhabitants — and their role in combating climate
change. Octubre 2020. Disponible en: https://n9.cl/48s99

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