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RE CUP E

CAJAL FRENTE A FERRAN


José Tomás Cabot ha ganado una cátedra de Anatomía antes en la India. Sabe también que se
después de dos oposiciones fallidas, y propaga a través del agua y que la
El aragonés Santiago Ramón y Caja!, que ahora, con su mujer y sus tres medida más prudente para evitar la
premio Nobel de Medicina en 1 906, primeros hijos, vive en la calle de los enfermedad es hervir aquella y dejar de
creador de la teoría de la neuro·n a, y el Avellanos, da su clase diaria en la Facul­ comer hortalizas crudas, probablemen­
catalán Jaime Ferra n , descubridor de un -
tad de Medicina, sube de vez en cuando te regadas con aguas infectadas Suena
procedimiento para vacunar contra el al « Miguelete » , se ha comido más de por fin el temido aldabonazo: una mujer
cólera y autor de valiosísimos estudios una paella en El Grao, dirige experi­ de la plaza de Pellicer h a enfermado de
sobre microbiología, han sido los inves­ mentos de hipnotismo en su propia cólera El enemigo está en la puerta. No
tigadores españoles con más prestigio casa, juega al ajedrez en el Casino Agrí­ tardan eñ fallecer docenas de valencia­
internacional en las primeras décadas cola y participa en las charlas del Ate­ nos. En la misma casa de Caja!, en una
de nuestro siglo. ¿ Fueron amigos o ad­ neo, donde se comenta todo lo divino y vivienda casi contigua, se declara la
versarios? Esta cuestión ha hecho correr humano. enfermedad. Don Santiago _impone
mucha tinta. Estamos en la primavera de · 1 885. medidas rigurosas a la familia: no se
Caja! y Ferran, dos de los más ilustres Santiago Ramón y Caja! va a cumplir utilizará una sola gota de agua que no
investigadores médicos que España ha treinta y tres años y no tiene más pro­ haya sido previamente hervida. Pero
dado al mundo, coincidieron en Valen­ blemas que los económicos que le de­ por otra parte, el joven profesor quiere
cia en 1 885. Hubo entonces una epide- ·
para una familia en constante aumento. conocer directamente al culpable, del
mia de cólera y los dos se ocuparon del Le agradan la feracidad del paisaje va­ que sólo tiene referencias librescas.
problema, con resultados diferentes. La lenciano con sus espléndidos naranja­ Facilísimo obtener en el Hospital Gene­
falta de acuerdo en aquel momento les y el carácter extravertido de !a gente, ral o en la misma Facultad alguna mues­
produjo una cierta tensión entre ellos; y con su cortesía y con su ingenio. La tarea tra de líquido que lo contenga. Hará con
esto ha dado pie para decir que mal que desempeña en la U niversidad - ella una preparación microscopica y
podía avanzar la ciencia en España si Jos enseña Anatomía- no le resulta ingrata mirará con atención a través del ocular. . .
pocos que se dedicaban a ella gastaban ni difícil. Ha encontrado allí buenos Esto es lo q u e está haciendo cuando
sus energías en resquemores y ataques amigos: los profesores Gimeno, Gómez llega uno de sus alumnos con la noticia
mutuos. Procuraremos mostrar, en las Ferrer, Bartual, Candela . . . Vive feliz en de que el profesor Gimeno, don Amalio,
líneas que siguen, la gratuidad de tal su casa modestísima, en la que ha podi­ el catedrático más culto y distinguido
afirmación, por lo menos en este caso do instalar, a pesar de todas las estre­ de la Facultad, acaba de enviar un aviso
concreto, pues el affaire Cajal-Ferran de checes, un pequeño laboratorio con un urgente a un médico de Tortosa llamado
1 885 fue mucho más complejo de lo que Ferran, muy entendido, por lo visto, en
microscopio que le permite asomarse a
se piensa. En realidad, los dos investi­ los secretos más profundos de la vida, cuestiones de microbios . . . -¿Ferran?
gadores -muy jóvenes entonces y con inaccesibles al ojo desnudo. ¿Jaime Ferran? ¿El catalán que estuvo
su labor profesional apenas iniciada­ Pero en esta misma primavera una en Marsella el año pasado, para enterar­
tuvieron buenas razones para obrar noticia alarmante viene a turbar la tran­ se de como pensaban resolver los fran­
como lo hicieron , sin que la envidia, la quilidad de los valencianos y a ensom­ ceses el problema del cólera . . . ? Será in­
desconfianza ni la antipatía intervinie­ brecer el hogar del joven profesor de teresante, muy interesante conocerle . . .
ran en la cuestión. Anatomía. La noticia es la proximidad
del terrible «cólera morbo» que avanza Un catalán desabrido
Cajal en Valencia implacable por el Mediterráneo, dejan­ Ferran respondió inmediatamente a la
Desde enero de 1 884 vive en Valencia do dolor y muerte por donde pasa. Caja! llamada de Gimeno. Abandonó su con­
Santiago Ramó n y Caja!, aquel aragonés sabe muy bien que la causa de la enfer­ sultorio de Tortosa y se presentó en
de aspecto anguloso y áspero, algo rús­ medad es aquel microbio que ha descu- Valencia. En aquel momento era el es­
tico, pero llano y cordial en el trato, que . bierto el alemán Koch unos pocos años pañol más experto en técnicas bacteria-

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lógicas, uno de Jos pocos que había pende la posibilidad de que continúe Pero, ¿se atreverá Ferran a decir que
entendido la obra de Pasteur y el único actuando en la provincia. Se muestra, la inmunización es tan sencilla, cerran­
que había investigado el problema del frente a los periodistas que le asedian do así la puerta a cualquier posibilidad
cólera. Comisionado por el Ayuntamien­ en estos momentos de pánico, excesi­ de patentar su método, curativo, que
to de Barcelona, había estado el año vamente reservado, cuando no impru­ podría proporcionar a su familia los in­
anterior en el Hospital Pharo de Marse­ dente y temerario en sus manifestacio­ gresos que tanto necesita? ¿Se atreverá
lla, donde se estudiaban precisamente nes. Deposita una confianza ciega, ab­ a confesar que lo que i nyecta en sus
todos los aspectos de la enfermedad y soluta, en los médicos valencianos que pacientes son n¡:¡da menos que micro­
sus posibles tratamientos. le apoyan, y en los momentos decisivos bios «vivos» del propio cólera . . . ? ¿Quién
Ferran no produjo en Valencia la actúa a su dictado sin pensar en sus aceptará sus vacunaciones si ex-pone
misma buena impresión que había cau­ propias conveniencias y prestigio. crudamente esa aterradora verdad?
sado Caja! unos meses antes. Tenía la Las circunstancias desbordan ense­ Se improvisa un laboratorio en la
misma edad que éste, era también serio guida su débil capacidad de iniciativa. misma cocina de la casa donde vive el
y JacÓf1icO, pero carecía del tacto y la Se deja conducir como un niño. Caja!, Dr. Candela, en la calle Pascual Genís.
campechanía del aragonés. Caja! habla­ mucho más prudente, hábil y seguro, ve N o hay tiempo que perder n i dinero
ba poco, pero decía siempre Jo j usto, Jo entonces cómo su colega bracea deses­ para costear Jos gastos de otra instala­
más adecuado para agradar o convencer peradamente entre corrientes frenéti­ ción . Allí se prepara el líquido para las
a sus interlocutores. Ferran, por el con­ cas que nadie sabe de donde vienen ni inyecciones, en cantidades crecientes
trario , era hombre de exabruptos y reac­ a donde van. El catalán no tiene tiempo desde que se ha iniciado la vacunación
ciones extrañas, muchas veces motiva­ de reflexionar, mientras lucha por su masiva en Alcira. Un aire de misterio lo
das por un desconocimiento ingenuo de supervivencia El aragonés se queda en rodea todo. Mucha gente sencilla cree
Jo que pensaban y deseaban sus seme­ la orilla, miran- do con serenidad el en Jos poderes taumatúrgicos del Dr.
jantes. Ferran era un investigador ho­ singular espectáculo que comienza a Ferran. Los periodistas no dejan de
nesto y bien preparado como Caja!, desarrollarse en Valencia. Comienzan publicar artículos sensacionalistas, que
pero a diferencia de éste no sabía ni las vacunaciones. incluso cruzan las fronteras.
quería adaptarse a los usos sociales. Y Ferran utiliza microbios vivos, ape­ Candela, Gimeno y unos pocos médi­
esto le ocasionaba constantes proble­ nas atenuados, que inyecta bajo la piel cos más saben que Ferran actúa honra­
mas y enojos. Los había tenido en Mar­ de sus pacientes. El método es bueno y damente y que hace todo lo que puede,
sella, induso con sus propios colabora­ él lo ha ensayado previamente en su dentro de la precariedad de sus me­
dores catalanes Corominas y Montserrat. propio cuerpo. Si el bacilo del cólera no dios. Pero otros científicos empiezan a
Los tendría en el futuro con las autorida­ se introduce por vía digestiva -que es el dudar. ¿Qué demonios se prepara en
des barcelonesas, que acabarían despi­ camino habitual del agua contaminada­ aquel laboratorio improvisado sin la
diéndole del Laboratorio Microbiológi­ ' entonces no produce la enfermedad, menor garantía de higiene? ¿Por qué
co Municipal a pesar de su labor eficaz pero estimula las defensas del organis­ Ferran no dice de una vez, abiertamen­
y honesta al frente del mismo. mo, produce reacciones favorables en la te, cuál es el método que usa para
Su falta de habilidad para tratar a la sangre y deja al cuerpo en mejores preparar las vacunas? ¿Se han publica­
gente va a manifestarse ahora mismo. condiciones para resistir a una posible do acaso estadísticas seguras que certi­
No consigue inspirar confianza al gober­ agresión del mismo microbio introduci­ fiquen la bondad del sistema?
nador civil de Valencia, de quien de- do por la boca. Es evidente que al gobernador civil
de Valencia, amigo personal del minis­
Grabado de Caja! que acompañaba su <<Resumen de microscopia aplicada a la histología y bacteriología tro de Gobernación, Ferran no le ha
patológicas (Manual de Anatomía Patológica, 1 890) en el que postulaba que las fases del vibrión
caído en gracia. Ahora no entiende su
colérico que proponía Jaime Ferran eran «formas involutivas y monstruosas>>
comportamiento y teme por la suerte de
esos huertanos crédulos que se prestan
al experimento. Son momentos de con­
fusión, desconcierto y pánico . Puede
producirse una hecatombe. El goberna­
dor no quiere asumir la responsabilidad
e informa a Madrid de lo que está ocu­
rriendo. Su punto de vista pone en guar­
dia al Gobierno, que ante la necesidad
de tomar una rápida decisión, opta por
el camino más fácil y menos comprome­
tido: que se paralicen todos los trabajos
y que el Dr. Ferran deje de vacunar,
mientras una comisión científica, nom­
brada ex profeso, acude a Valencia para
estudiar la cuestión y emitir su j uicio.
Caja!, entre tanto, sigue con sus pro­
pias investigaciones y piensa que la
vacuna podría ser útil, pero no con
gérmenes vivos, sino muertos. Se calla
prudentemente cuando le piden su

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deseo de hacer brillar la verdad a los o;os
de todos. . . Lo q ue es necesario saber,
antes que nada, es si prevenís el cólera
en las personas inoculadas . . . Ay udad a
n uestros comisionados a formar un iuicio
sobre este asunto. Podéis lograrlo dán�
doles los medios de hacer por sí mismos
sus estadisti cas . . . Os req uiero v(vamen�
te además a someter vuestros cultivos al
examen� de estos señores y, si es posible,
enviar algunos a mi laboratorio . . . >>
La recepción no resulta tan cordial
como esperaban los franceses. Aquí na­
die conoce sus títulos ni sus méritos.
¡ Mon Die u, esos españoles ignorantes y
engreídos! Tremenda decepción cuan­
do visitan el laboratorio de Ferran. ¿Es
ahí donde prepara sus vacunas contra el
cólera? ¿No serán todos esos anuncios
Santiago Ramón y Caja! (derecha) en la época de catedrático de Anatomía en Valencia, donde coincidió
con Jaime Ferran (izquierda), cuando se declaró en esa ciudad uná epidemia de cólera, que este último y promesas simples «chateaux d'Es�
trató de atajar mediante una vacuna cuya utilidad sería finalmente desestimada pagne» , castillos en el aire, quimeras
quijotescas? Ferrán, obstinado, sigue
opinión sobre el método de Ferran. reserva de Gimenoy de Candela parece ocultando su «secreto» . E l Gobierno
Deja que la Comisión investigue por su sospechosa. Telegrama a Ferran y rápi­ español, después del informe de su
cuenta y decida en conciencia lo que do viaje de vuelta. Pero no se desvane­ propia comisión, ha permitido conti�
conviene hacer. cen los recelos. Ferran, que habla bien n uar las vacunaciones. Que le dejen
el francés y que no sabe ni quiere actuar ahora tranquilo los extranjeros. Tiene
Llegan los extranjeros como un buen anfitrión, no acierta a cosas más importantes que hacer que
inspirar confianza. La verdad es que no charlar con unos gabachos impertinen­
Ferran ha enviado a la Academia de
quiere revelar a · nadie su «secreto» . tes. Contestará la carta de su maestro
Ciencias de París, dos notas, una el 1 3
Esos quieren aprovecharse y quedarse Pasteur, desde luego; pero con los tres
de marzo y otra el 1 1 de j ulio, que se
con todo el dinero, piensa con su vieja comisionados no hay por qué gastar
refieren a su método curativo del cólera.
fi losofía de l a b riego catalán . V a n cumplidos, no hay por qué mostrarse
No lo suficientemente claras, por lo
Ermergen y Gibier, decepcionados, se comunicativo ni siquiera amable. Que
visto, para que desvanezcan todas las
disponen a partir. Pero antes dejan un se vayan con viento fresco, si lo desea n .
dudas y recelos en quienes han de
juzgarlas. Por otra parte la noticia de las cuestionario para que Ferran responda Un informe demoledor
vacunaciones en Alcira, Cheste, Benifayó por escrito. El asunto es sumamente
En e l « Ra p p o rt» de la C o m i s i ó n
y en la propia capital ha llegado a todos importante y urgente para Europa. Pla­
Brouardel, dada a conocer en todos los
los paises europeos amenazados por el zo maximo para la contestación: ocho
medios científicos europeos, se puede
cólera. Tanto los periodistas españoles días. Ferran, herido en su orgullo y
leer: «A n uestra llegada a Valencia, el
como extranjeros dedican apasionados reafirmado en la desconfianza por sus
3 0 de iunio por la mañana, fuimos a
comentarios a esta cuestión candente, colegas valencianos, que tampoco ven
casa de Ferra n . Le dimos la carta de M .
que tiene alertada a la opinión mundial. clara la intención de los forasteros, res­
Pasteur. Después de haberla leido, M .
¿Será Ferran un héroe? ¿ Habrá conse­ ponde al cuestionario, pero mal y con
Ferran nos ha declarado: Primero, que
guido abatir al más temible jinete del evasivas, remitiendo a las notas envia­
rehusaba hacer conocer el procedimien�
Apocalipsis? ¿O es sólo un farsante das a París que tampoco aclaran el
to que empleaba para obtener la atenua�
oportunista, que busca la fama y el fondo del problema . . .
ción del virus colérico. Segundo, que
dinero aprovechando el desconcierto Entonces el ministro d e Comercio autorizaba a la Comisión a examinar en
general? En todo caso ¿Por qué no francés, seguramente aconsejado por su laboratorio, su líq u ido vaccinal, pero
habla claramente, por qué no dice a Pasteur, la máxima autoridad en la ma­ que se oponía a que una sola gota saliese
todo el mundo qué es lo que realmente teria, crea una comi sión i nvestigadora y de su laboratorio y fuese llevada fuera . , .
hace? la envía inmediatamente a Valencia. En la misma sesión y ante las obieciones
Llegan a Valencia dos comisionados Componen esta comisión tres médicos q u e le presentamos, M. Ferran nos dio
extranjeros, el belga Van Ermengen y el prestigiosos, pero que no saben nada las respuestas siguientes: "Yo tengo que
francés Paul Gibier, en busca de infor­ de m icrobiología: Brouardel, toxicólogo conservar mi secreto. Entregándolo, yo
mación directa. Aquel pandemónium de nota, Albarrán, j oven urólogo que veo lo que os doy, pero no veo lo q ue me
les inquieta. ¿Dónde está el laboratorio promete mucho y Charrin, poco más dáis en garantía -� M . Ferran se campa�
de Ferran? ¿ Es aquí, en esta sórdida que un distinguido funcionario. Se pre­ ra a un industrial que hubiera hallado
madriguera donde Ferran trabaja? N i sentan con una carta del ministro y con u n procedimiento para preparar sulfato
siquiera él está ahora en Valencia. Ha otra de Pasteur dirigida a Ferran En ella de quinina a 2 5 céntimos el kilogramo y
ido a Madrid para gestionar un asunto el sabio francés pide a su joven colega que no se hallara obligado a divulgar su
personal. Todo esto es muy extraño. La catalán: « Recibiréis a estos señores con el modo de preparación . Nos pidió, en fin ,

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proponer al Sr. ministro de Comercio de Quizá se me ob;etará que mi actitud no útil . . . , mi método no estaría en la sombra
Francia tratar directamente con él las es la seguida por los nombres de cien-cia; para nadie, y nadie tendrfa el derecho de
condiciones en las cuales podría entre� pero yo responderfa a esto . . . que mi que;arse de mi reserva, porque entonces
garle su secreto. N osotros rechazamos silencio está en relación con las circuns� yo tendría garantías para asegurarme el
naturalmente encargarnos de seme;an� tancias en que me encuentro . . . Cuando, legftimo disfrute de mi descubrimiento,
te comisión. Nosotros somos, le diiimos, después de haberme consagrado duran� siendo un fzecfzo que la gloria toda del
una comisión cientffica y no comercial . . . » te largo tiempo a los estudios de micro� m undo no bastarfa, en el caso posible de
Ferran, por su parte, ha escrito al biologfa, el Ayuntamiento de Barcelona mi m uerte, a sacar mis fziios de la pobre�
ministro francés, creyendo que su carta me nombró por concurso, naturalista za . . . >>
contribuirá a aclarar la situación. Pero comisionado para estudiar el cólera en Lo más probable es que esta carta
esta inoportuna exhibición de proble­ . Marsella y en Tolón , y cuando yo tuve sólo suscitase en el m i nistro francés dos
mas y resentimientos personales no conocimiento de las n uevas formas del tipos de comentarios: unos sobre la
hace más que empeorar las cosas, al bacilo�vírgula de Koc fz , de su acción estolidez e i n operancia de los gobier­
poner crudamente de manifiesto su in­ patógena y de su acción profiláctica, me nos de Madrid; y otros, acaso más acres,
terés por las cuestiones materiales, algo apresuré a comunicarlo a la municipali� sobre la « avara povertiv> de los catala­
que ningún científico debe manifestar, dad que me había honrado con su con� nes, representada en este caso por la
por muy viva y acuciante que sea la fianza y al Gobierno de mi pafs . Este quejumbrosa voz de Ferran.
necesidad. He ahí algunos fragmentos último, q ue debfa haberse interesado por La única realidad fue que Francia, la
de la carta de Ferran al ministro galo: altas razones de h umanidad y de amor sapientísima Francia, por boca de sus
« ¿ Es que se pretende que yo fzaga cono� propio nacional, me respondió con un más ilustres hombres de ciencia, desau­
cer el secreto del procedimiento de ate� silencio despreciativo . . . Si el Gobierno de torizó sin paliativos el método de un
n uación? Para nacer/o sería necesario mi país h ubiese sido el de Alemania . . . o j oven médico español que no conocía
que yo me encontrase en circunstancias si hubiese imitado al de Francia, dis� las reglas del juego cientifico ni respeta�
bien distintas de las que me rodean . puesto siempre a proteger lo q ue es ba la suprema autoridad de los grandes
monstruos sagrados. Toda Europa escu­
Ferran coronado de espinas por las autoridades de Valencia, que consideración que su vacunación es chó a Francia y el descrédito cayó sobre
peligrosa (ilustración aparecida en el periódico satírico 'La Moma") el inocente, el inexperto Ferran, incapaz
de comprender el error cometido, el
tremendo pecado social, la mayúscula
falta de tacto que podía arruinar toda su
carrera científica . . .

Cajal vuelve a s u tierra para ·

hablar del cólera


Entre tanto, Caja! sigue investigando en
Valencia, y la Diputación de Zaragoza,
haciéndose portavoz de la inquietud de
toda la región, le encarga un dictamen
sobre el cólera, que deberá realizar
junto al delegado oficial doctor Lite.
Bien pertrechado con teorías y expe­
riencias personales, Caja! vuelve a su
tierra para hablar de la temida enferme­
dad. Le preguntan en Zaragoza qué
opina de los métodos de Ferran; y él, en
una conferencia pública seguida con
enorme expectación, no deja de mos­
trarse cauto y reservado. Que hubo reti­
cencias y cautela en sus palabras lo
confirman los periódicos Diario de Avi­
sos, Diario de Zaragoza, El Liberal y El
Mercantil, que comentan el acto, y lo
confirma la propia monografía de Caja!
publicada en la misma Zaragoza en sep­
tiembre de 1 885 y titulada « Estudios
sobre el microbio vírgula del cólera» .
Pero Caja! escribe desde Zaragoza a
su amigo Ferran una larga carta que
conviene conocer, porque explica algu­
nos de los motivos que tuvo el arago­
nés, aparte de los puramente científi­
cos, para apearse a tiempo del ltamba­
leante carro de Ferran, aunque sin po-

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nerse nunca abiertamente en contra miento, pero desgraciadamente las efec�
suya. La carta manuscrita, que no lleva tuadas por personas a;enas a la empresa
fecha, dice entre otras cosas: «Aquí la vacunadora no acusaron diferencias bien
opinión pública está m u y sobreexcitada claras de mortalidad entre vacunados y
con tra la vacunación, efecto de los artí� no vacunados. Las dudas fueron tanto
culos en contra, que tanto el «Diario de más iustificadas, cuanto que sabios bac�
Zaragoza» como el de « Avisos» lían terióloqos extran;eros hicieron notar -y
publicado . . . Mi nombre, simpático a to� mnu iii�!Ul D! 11111111 1 Cllllll rmmu.
la acusación tiene desgraciadamente al�
dos, comenzó a mirarse con prevención y quna base- que los cultivos del Dr. Fe�
se me aludía en los periódicos claramen� Va/u�I• 30 dt llar110 de 1188. rran eran impuros y q ue en sus estadís�
te, llamándome, a la vez q ue a Gimeno, ticas partía de s upuestos erróneos acerca
contratista del cólera, y colocándome en NOTAS DE LABORATORIO del censo de la población» (Manual de
una posición desairadísima . . . En sesión Anatomía Patológica General) .
de la Comisión provincial procuré desva� Las palabras d e Caja! más parecen
necer estas calu mnias y recelos, pero dictadas por la serenidad y la objetivi­
comprendí que el daño era m u y hondo y dad que por una especial inquina contra
que no podía yo, a menos de infundir ;aran siempre sin la preocupación de Ferran. Por eso se nos hace difícil com­
n uevas y más vehementes sospechas, epatarse y en campos bien diferentes, prender en qué se basan los ferranistas
defender con calor ni prestarme a nada salvo en el momento del cólera . . . » para asegurar que Santiago Ramón y
que con la vacuna se relacione. Llegó la Caja! se manifestó siempre, con arbitra­
conferencia q ue no quería dar, porque ¿Cajal contra Ferran? riedad y pasión, contra la primera vacu­
realmente falta aún mucho para termi� Concluyamos. ¿Caja! contra Ferran? Na· na anticolérica y contra su descubridor.
nar mis investigaciones, y no estaba yo die podría honestamente asegurarlo. Admitamos que Ferran, en las condi­
aún en disposición de emitir iuicios cate� ¿Qué dijo realmente Caja!, a lo largo de ciones en que se hallaba en el verano
qóricos sobre m uchos puntos. Dl1e un su vida, sobre este colega y compañero de 1 885, no podía investigar ni trabajar
carácter eminente practico, excluyendo en la investigación, con el que convivió con la calma y tranquilidad de espíritu
toda polémica, y al hablar de la vacuna� primero en Valencia y más tarde en Bar­ que tales operaciones requieren. Sus
ción de usted defendaa en principio y la celona? estudios j uveniles sobre el cólera -pese
aconseié: primero, por ser inofensiva; En su libro « Recuerdos de mi vida » , a la popularidad buena y mala que le
segundo, por ser racional; tercero, por� cuenta Caja! que fue invitado a formar dieron- no han sido los más importan­
que a u nque no se tuviese certeza absolu� parte de un «comité o sociedad encarga� tes en su larga carrera científica. Sus
ta de su eficacia, era una experiencia q ue da de hacer propaganda, fabricar la trabajos posteriores sobre la peste, la
precisaba emprender si algún día se vacuna, gestionar del gobierno y de las tuberculosis y la rabia tuvieron más
había de llegar a la obtención de una autoridades autorización para ensayar calidad y trascendencia.
vacu na contra el cólera . . . » la n ueva inm u n ización » , y confiesa: Tampoco los estudios de Caja) sobre
Es probable que Caja), deseoso de «Yo decliné h u m ildemente la honra de el cólera, a pesar de estar bien orienta­
evitar una ruptura con su colega en colaborar en la obra comú n . Deseaba dos, tuvieron continuación. El joven pro­
desgracia o de causarle más encono y conservar mi independencia de iuicio y fesor de Anatomía Jos abandonó muy
dolor -ya se había producido el affaire quedar inmune de toda sospecha ere� pronto y ha pasado a la historia como
Brouardel-, enmascarase en su epístola matística . . . Además, parecíame prema­ histólogo genial, no como bacteriólogo.
el tono de reserva y censura que hubo tura la fe en el novísimo remedio. ¡Y si a Hoy casi nadie recuerda que una vez, a
de emplear en Zaragoza. Pero nada dijo la postre la tal vacuna no vacunaba . . . ! » . los treinta y tres años, se dedicó fugaz­
ni insinuó entonces contra la probidad Recuerda también que si l e consultaban mente observar y atacar microbios.
científica de Ferran, y fueron los corre­ sobre el método de Ferran, no ocultaba Caja! y Ferran nunca más volvieron a
veidiles de siempre quienes propala­ sus reservas: «Y en lo tocante al punto encontrarse en campo de la ciencia. Su
ron infundios para atizar el fuego de la principal, o sea, la profilaxis, me declaré antagonismo, si había existido, surgió
discordia. Como bien han señalado poco favorable al procedimiento Ferran, en el estudio de un tema -el cólera­
Durán Muñoz y Alonso Burón, biógrafos aunque admitiendo su investigación cien� que pronto dejó de interesar a los dos.
de Caja), «sobre cada problema plantea� t11ica . . . » Lamenta de todos modos lo Ya en su madurez, triunfantes ambos en
do se inventaba una rivalidad en la que que considera un fracaso de su colega: especialidades distintas, se respetaron
el público, más q ue por reflexión por « ¡ O h , q ué amargo desencanto en quie� y admiraron sin reservas. Así, pues,
corazonada, por cuestión de simpatía o nes, como yo, encendidos con celo patrió� presentar el antagonismo entre Caja) y
de antipatía, se ponía en el bando de uno tico e irreflexivo entusiasmo, saludába� Ferran como una manifestación egregia
de los cabecillas. No hay que decir que mos en el Dr. Ferran una gloria positiva y reveladora de la insolidaridad hispá­
en este caso de la vacuna la casi totali�· de la ciencia española ! » . nica, no sería justo ni elegante.
dad, así de los ferranistas como de los Al hablar n o como charlista d e café Hemos tenido muchas guerras civi­
antiferranistas, no tenían ni remota idea que evoca entre amigos los episodios les, ciertamente, y falta de colaboración
de Ferran, y no digamos de sus líallaz� más sobresalientes de su vida, sino en los equipos de trabajo. Pero además
qos; pero es triste que contra la voluntad como científico puro, dictamina: « Ferran de grandes personalidades encastilladas
tanto de ca;al como de Ferra n , las gen� ensayó en 1 88 5 este método de vacuna� en su orgullo y en su desdén, ha habido
tes se empeñaron en asignar a don Jaime ción (con vírgulas vivos sin atenuar) . . . hombres de ciencia que han valorado
la figura antagónica de don Santiago, Las estadistícas publicadas por e l Dr. los méritos ajenos y han alentado la
cuando es lo cierto que uno y otro traba� Ferran parecieron favorables al procedí� cooperación. O

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B EC HAM P Y PASTEUR:
DOS PERS ONAJE S POR DESCUBRIR
Fran�oise Joet (•) había tenido que manipular las estadís­ Otro ejemplo se refiere al descubri­
ticas y valerse del tráfico de influencias. miento del fermento soluble. En 1 867 Bé­
Muchos hombres célebres, como e s el Como científico, Louis Pasteur no pa­ champ había publicado sus estudios so­
caso de Pasteur, tienen una historia ig­ rece constituir un buen ejemplo a se­ bre las fermentaciones. Según él los fer­
norada tras la imagen pública que nos ha guir, porque la Ciencia, a causa de su mentos (entre los cuales se han de in­
llegado de ellos. De Louis Pasteur ( 1 822- posterior aplicación, necesita que quien cluir los microbios) son organismos vi­
1 895) se hizo en su día u n héroe y un la practica posea una buena dosis de vos. Pero advierte que hay que evitar
modelo de investigador científico, mien­ humildad, de prudencia y de abertura a confundir al organismo vivo con las subs­
tras que Antoine Béchamp ( 1 8 1 6- 1 908) . la crítica. Probablemente no era éste el tancias que fabrica y secreta; éstas son
su contemporáneo, permaneció desco­ caso de Pasteur, quien se empeñó en únicamente de naturaleza química. Él
nocido. Sin embargo, a la vista de las defender sus propios errores, entorpe­ los denomina fermentos solubles o zimasas.
investigaciones historiográficas, hoy tal ciendo la labor de otros científicos que Estas substancias son las que ejercen
vez sería de justicia revisar la situación trabajaban en la buena dirección o con­ una acción, y lo demuestra medi¡mte u n
que han de ocupar ambos personajes en tribuyendo a que se les ignorase, como experimento sobre la fermentación al­
la historia de la Ciencia, porque el eleva­ sucedería con Béchamp, un médico que, cohólica. Una de las conclusiones funda­
do reconocimiento social y científico que a diferencia de él, no estaba movido por mentales de Béchamp es que las muta­
obtuvo Pasteur puede ser que lo lograra la ambición personal. ciones de la materia orgánica, organiza­
mediante una serie de embustes que el Para comprender la actitud de Pasteur da o no, sigue las leyes de la Química.
público ignora en su mayoría. frente a otros científicos de su época, Descubre así que el agente de la fer­
La historia de la Ciencia atribuye a basta citar algunos ejemplos revelado­ mentación es un pequeño cuerpo al que
Pasteurnumerosos descubrimientos que res. Uno de ellos se refiere al descubri­ llama microzima, que permite la conver­
él no hizo. Parece ser que en realidad él miento del origen microbiano de las en­ sión del azúcar de caña en glucosa y
recuperó, falsificándolos a veces, los des­ fermedades infecciosas en 1 865, cuando fructosa. De esta manera Béchamp se
cubrimientos y los resultados de otros una enfermedad que afecta a los gusa­ opone a la teoría vitalista, muy defendi­
científicos de su época. nos de seda, llamada pébrine, arruina las da en aquella época en Fisiología (cf.
Tanto Béchamp como Pasteur hicie­ explotaciones de la industria de la seda generación espontánea) .
ron su andadura en un momento clave en el sur de Francia. Béchamp, que en Claude Bernard se apasionará por los
de la historia de la Ciencia, cuando en aquel momento es profesor en la Facul­ trabajos de Béchamp, hasta tal punto
Biología y Medicina se notaba ya la in­ tad de Medicina de Montpellier, estudia que dedicará sus últimos experimentos
fluencia de los adelantos técnicos que esta enfermedad, que sabe distinguir a comprobar la exactitud de las conclu­
había ido aportando la Revolución In­ de otra enfermedad frecuente en los sio n es de Béchamp; pero desgraciada­
dustrial. En aquel entonces Pasteur iba a gusanos de seda, la flacherie. Concluye mente morirá antes de poder concluir
contar con el apoyo de los partidarios de que la pébrine se debe a un parásito que esos experimentos. Claude Bernard se
una Medicina mecanicista, que pudiera contamina al gusano. Según él, la enfer­ oponía a Pasteur especialmente en esta
responder a las demandas de eficacia y medad no es «constitucional», sino debida cuestión. Pasteur estaba errando otra
de rápido rendimiento que exigía el pro­ a unos «pequeños cuerpos» (más tarde, en vez al sostener la teoría vitalista frente al
greso tecnológico. Esos partidarios de­ 1 878, se adoptará el término «micro­ gran químico Marcelin Berthelot, en una
fenderían ciegamente a este químico cu­ bios » ) . Pasteur se opone a esta teoría, famosa controversia que se prolongará·
ya memoria ha sido adornada, quizás sin pretendiendo que los «pequeños cuerpos» durante 1 8 meses, y que concluirá cuan­
merecerlo, con la aureola de los héroes. que ve Béchamp no son más que células do Pasteur declara: «La cuestión del fermen­
Eln análisis objetivo de los hechos enfermas del propio gusano, incapaces to soluble se ha resuelto: dicho fermento no existe.
sugiere que Pasteur no fue digno de esa de reproducirse, y que son la consecuen­ Claude Bernard se ha equivocado».
imagen gloriosa que nos transmite la cia de una mala «educación» en las magna­ Pero en los años siguientes, avances
historia. Pasteur ofrece más bien la ima­ neries o criaderos de gusanos de seda. Se como el aislamiento de las toxinas, la
gen de haber sido un hombre intrigante pronunciará violentamente contra la exis­ reproducción de la fermentación alco­
y vanidoso, con ambiciones políticas, tencia de los parásitos. Pero años des­ hólica realizada por el alemán Buchner
que llegó a comportare como un arribis­ pués se atribuirá a Pasteur la paternidad ( 1 897) . la transformación química de las
ta sin demasiados escrúpulos, y que fue de la teoría a la que tanto se había opues­ toxinas en anatoxinas por Ramon, etc. ,
capaz de practicar un doble juego para to, y se declarará que fue él quien descu­ permitirán demostrar que Béchamp te­
imponer su nombre. A pesar de sus erro­ brió el origen parasitario de la pébrine. De nía razón. No se tratará aquí de la simple
res científicos, deliberadamente disimu­ esta manera los hechos históricos serán cuestión de quien precede a quien en la
lados, su nombre llegaría a estar en la invertidos, porque el mérito de ese des­ paternidad de un descubrimiento, sino
boca de la gente, pero para ello Pasteur cubrimiento se ha de atribuir a Béchamp. de oposiciones doctrinales sobre pro-

82 NAnJRA MEDICATRIX n.• 46-47 Primavera-Verano 1 997


dujo a que la Ciencia de su tiempo con­
sagrara. no un hecho científico, sino más
bien un dogma.
Una de las peores consecuencias de la
aceptación m ayoritaria de las tesis
pasteurianas, ha sido su contribución a
ignorar la obra de grandes investigado­
res. Tal es el caso del fisiólogo Prof. )ules
Tissot, continuador de las teorías de Bé­
champ, y el de otros médicos honestos
que han denunciado las irregularidades
científicas de los seguidores de Pasteur.
En el estado actual de los conocimien­
tos científicos, resulta difícil aceptar el
carácter reduccionista de la teoría pas­
teuriana, dada la existencia de fenóme­
nos y procesos conocidos que la ponen
en entredicho, tales como el fracaso de
las investigaciones microbiológicas en
Antoine Béchamp (zquierda), médico e investigador francés contemporáneo de Louis Pasteur
(derecha), no obtuyo en la historia de la Ciencia el lugar elevado que ocupa este último. Según algunos
algunas enfermedades, las variaciones
historiadores de la Ciencia, Pasteur se habría atribuido como propios Jos descubrimientos de otros de la virulencia de ciertos microorga­
científicos, y en su andadura podrían detectarse fraudes que suelen ser ignorados. nismos en función del comportamiento
humano, o el incremento del número de
portadores de microorganismos sin pa­
blemas científicos fundamentales. do: a una enfermedad le corresponde un decer patología. Estos hechos ponen en
Béchamp se interesará también por el microbio cuya acción puede ser aniqui­ tela de juicio la teoría de Pasteur.
funcionamiento de la célula, por su acti· lada preventivamente mediante la ino­ Tratar de restablecer la verdad cientí­
vidad global y sus mutaciones, inau­ culación de una dosis atenuada del agen­ fica e histórica sobre la obra de Pasteur, ·

gurando sin saberlo una disciplina cien­ te responsable de la enfermedad. significa contribuir a que la ciencia mé­
tífica que hoy conocemos como Biología La primera experiencia vacuna!. tuvo dica se afinque sobre base sólida, no so·
molecular, tan en auge actualmente. A­ lugar en Pouilly le Fort, donde Pasteur bre un terreno movedizo, lo que podría
quellos trabajos de Béchamp represen­ vacunó a unas ovejas contra el carbunco. llevarnos hacia un callejón sin salida. O
tan los primeros frutos de lo que serán En realidad Pasteur utilizó aquí la vacu­
las futuras líneas de investigación sobre na creada por Henri Toussaint, un vete­ Antoine Béchamp (doctoren Farmacia, Ciencias y
los genes y la herencia, las organelas rinario de Toulouse, pero pretendió que Medicina) puso de manifiesto la existencia de los
microzimas, también llamados mi celas, unas agru­
celulares y sus acciones fermentativas, aquella vacuna era suya. El éxito de la paciones moleculares o partículas coloidales su­
l o s b acte ri ófago s , l a s m ut a c i o n e s aplicación y la publicidad que originó, mamente pequeñas (inobservables al microsco­
microbianas. Los avances en Biología establecería definitivamente la celebri­ pio ordinario) que están provistas de carga eléc­
trica y que poseen dos funciones propias de los
molecular han sido decisivos para hacer dad de Pasteur. Pero en Europa occiden­
seres vivos: crecimiento y división. Con ese des­
los descubrimientos médicos más re­ tal y en Rusia quienes utilizan la vacuna cubrimiento Béchamp establecería las primeras
cientes, incluyendo los relativos a la me­ de Pasteur tienen muchos problemas, bases científicas para la teoría del polimorfismo
bacteriano, frente a la del monoformismo. Nume­
dicina homeopática, que concede una que obligan al profesor Émile Roux, co­
rosos investigadores han proseguido las investi­
importancia primordial al «terreno». laborador de Pasteur, a modificar la fór­ gaciones en la dirección por él indicada. La teoría
Béchamp sostendrá, a partir de 1 854, m ula de éste: se utilizará la vacuna de del polimorfismo fue rechazada en el siglo XIX,

que la célula no es el elemento más pe­ Toussaint (sin confesarlo), la cual está pero actualmente gana terreno en todo el mundo
científico.
queño de los seres vivos, y estudiará con compuesta por un cultivo atenuado que
1*1Presidenta de ALIS, Association Liberté, lnforma­
pasión los microzimas, elementos primor­ contiene bicromato de potasio. H e aquí
tion, San té. I 9, rue de l'Argentiere. 63200 Riom,
diales de las células. Afirma que median­ que de nuevo se atribuirá a Pasteur el Francia. Tel. 73 63 02 2 1 .
te procesos de asimilación, digestión y descubrimiento de otro.
BIBLIOGRAFÍA DE CONSULTA
excreción, los microzimas regulan el fun· Existen otros aspectos de la labor cien­ Philippe DECOURT. La fausse légende de Pasteur.
cionamiento de los órganos del ser vivo, tífica de Pasteurque dejan a éste en bas· Archives lnternationales Claude Bernard, no 1 y 2 ,
dirigen el desarrollo de éste, y mantienen tante mal lugar. Así ocurre con el dogma­ primer trimestre 1 972.
Marie NONCLERCQ. Antaine Béchamp, l'homme et
el estado normal de las funciones orgá­ tismo pasteuriano a propósito de la asep· le savant. Originalité et fécundité de son oeuvre. Ed.
nicas. Pero bajo la influencia de factores sia del organismo de los seres vivos; es­ Maloine. Paris, 1 982.
físicos y psíquicos, los microzimas pueden ta creencia persiste hoy, y mueve a la in­ E. DOUGLAS HUME. Béchamp ou Pasteur? U n
chapitre perdu de l'histoire de la biologie. Librairie Le
volverse patógenos y desencadenar la dustria farmacéutica en busca de vacunas.
Fran¡;ois. 9 1 , Bd. Saint Germain. Paris, 1 948.
enfermedad; afirma que después de Según algunos historiadores de la Cien­ Antoine BÉCHAMP. Les m ycrozymes. Centre
varias transformaciones se pueden con­ cia, Pasteur mintió y falsificó las estadísti­ lnternationale Antoine Béchamp. 1 63 , rue Saint­
Honoré, Paris, 1 990. Ed. por el lnstitut Antoine
vertir en virus, bacterias o micelios. cas en torno a la vacunación antirrábica,
Béchamp. 1 9, Av. Hoche, 75008 Paris.
Pero volvamos al relato sobre otros que nos ha llegado rodeada de leyenda a Fran¡;ois DAGOGNET. Pasteur sans la legende. Ed.
acontecimientos que m uestran la falta pesar de todas las muertes que ocasionó. Les empécheurs de penser en ron d. Paris, 1 994.
La obstinación de Louis Paste u r en Bruno LATOUR. Les microbes: guerre et paix. Ed.
de honestidad de Pasteur. En 1 88 1
Métaillié. Paris, 1 984.
Pasteur quería ser e l primero e n probar defender unos postulados que carecían G. GEISON. Dictionary of Scientific Biographies. Ed.
una vacuna en aplicación de su postula- de la suficiente evidencia científica, con- G. Gillispie. 1 974.

NATURA MEDICATRIX n.• 46-47 Primavera-Verano 1 997 83


LA VACUNA

MANIFIESTO MÉDICO CONTRA LA VACUNACIÓN


• tllft .

3<Los médicos abajo firmados declaran, bajo su honor:


I.-Qg_e en su opinión la vacunación -en primera línea la que se hace con vacuna
de ternera (cow pox)-, es un atentado violento y peli8roso a la naturaleza
(constitución) del vacunado, quien, con no poca frecuencia, resulta 8ravemente
perjudicado. II.-OQ.e el poder preservativo de la vacuna, por más que se repita
la vacunación, es dudoso y que su comprobación es poco menos que imposible.
lll.-ÜQ.e la ciencia médica moderna debe buscar en la hi8iene privada y pública una
profilaxia mucho más eficaz contra toda clase de epidemia.
IV.-OQ.e la viruela es una enfermedad no más peli8rosa que todas las demás así
llamadas infecciosas y que en la mayoría de los casos se puede curar con facilidad y
sin consecuencias por medio de un tratamiento racional.

Berlín, Noviembre de 1890.

Doctores: 1\ub, Munich; Baeskow, Meinin8en; Berthelen, Dresde; Betz tleilbronn,


Bichlmayr, Bodman, Bilfin8er, 8tutl8art (Consejero de 8anidad); Bohm, Dresde;
Bruckner, Basilea; Grüwell, Berlín; Dierkes, Paderborn; Donner, 8tutl8art; Dornseifer,
Büren; Eberle, Nurember8; Erwein, Ma8uncia; feldman, Munich; Gladbach, Fischer, Berlín; ·

Westend fodor, Viena; freyta8, Leipzi8; fuolis, Au8sbur8o; Garicke, 8tutl8art (Médico
del E. M.); V Gerhard, Cera (Médico del príncipe de Qeus); Gohrun8, 8tutl8art;
Grosmman, Breslau; tlacker, francfort s. Meno; tlaennle, Qeutllin8en, tlaeslur, Nurember8;
tlafa, tlerrenhut, v tlartun8en (C.), Qiva v. tlartun8en, Viena; tlesse, tlambur8o;
tliltebrandt, Berlín; tlübner, Leipzi8; v. tlunnius, tlapsal (Consejero de Estado, Médico
de la corte imperial rusa); Jae8er, 8tutt8art (Catedrático); Katzch, Baden; Katz, Ulm;
Klencke, Dresde (Director de hospital); Korner, Dyhernfurth; Kranzt, Wiesbaden:
Kronin8, Kassel; Krummacher, Bremen; Kuhnen, francfort s. Meno; Krumpf, Qumbur8;
Kunkel, Kiel; Loamann, Dresde (Director de hospital); v. La�sdorff, fribur8o; Leeser,
Bona; Lincá, Gorlitz; List, Munich; Loeck, 8t�ttin; Lorenz, 8tutt8art; Losinsér, Viena
(Consejero de 8anidad y Director de hospital); Loewenstein, Berlín; Lütje, L\ltona;
Mayntzer, Zell s. Mosela; mennicke, Postdam; Mertens, Berlín; Meiner, Chemnitz, Müller,
. Plaues, Neideck, Dresde (Director de Hospital); Neumann, New York; Orth, Essen; Payr,
Passau, OQ.es, Bremen; Qeich, Kiel; Qohowsky, Leipzi8 (Médico del E. M.); Qother,
Krascher; 8cha1ler, 8thulhweissenbur8; 8choffer, Cannstatt, 8chreiber, francfort s.
Meno; 8chulz, Basedow; 8chulze, Berlín; 8chwartz, Baden-Baden; 8chwencze, Kothen;
8piethoff, Mülhausene; Turin8ia, 8taba, Berlín; 8tamm, Wiesbaden; 8tie8ele, 8tutt8art
(Consejero secreto de la corte, Médico de la reina de Wurtember8); 8treintz, Graz;
8truve, Dolen; 8turn, Berlín; Thiemann, Bremen; Unsin, Landshut; Vo8t, Berna (Catedrá­
tico); Weber, Colonia; Wehber8, Düsseldorf (Director de hospital); Welsch, Kissi�en
(Consejero de la corte); Werner, Wiste, Winchenbach, Chamnitz; Winter, Qied;
Wintersable, Posen.»
MANIFIESTO MÉDICO
CONTRA LAS VACUNACIONES MASIVAS E INDISCRIMINADAS

Los vacunalistas siembran la enfermedad y la muerte en los niños de Cermania,


Jo que hunde a ésta en el dolor y la desesperaciÓD (caricatura alegórica del siglo pasado)

Habiendo transcurrido más de u n siglo desde el primer Manifiesto Médico contra la vacunación
(antivariólica) , elaborado y firmado por prestigiosos médicos alemanes de finales del siglo pasado,
los médicos abajo firmantes DECLARAMOS hoy que:

l. Pese a las investigaciones realizadas hasta el IV. La aplicación de la vacunoprofilaxis ha alcanzado


presente, el sistema inmunitario sigue siendo toda� unas dimensiones exageradas que no responden a
vía un gran desconocido para la Medicina. Aplicar la la situación epidemiológica real dél momento. Cabe
vacunoprofilaxis masivamente, es decir, infectar de suponer pues que hay otros factores que la sostie­
modo artificial a la población, comporta riesgos nen, tales como la inercia burocrática de los propios
notables¡ los efectos adversos que origina esta prác­ programas de vacunación, y la presión interesada
tica suelen ser minimizados o ignorados. que importantes sectores económicos ejercen so­
bre la Administració n .
I I . Los efectos yatrogénicos de l63a aplicación masi­
va e indiscriminada de la vacunoprofilaxis aparecen V. L a disminución de l a s enfermedades infecciosas
porque no se tiene en cuenta la reactividad indivi­ obedece· principalmente a las mejoras obtenidas en
dual a los antígenos, determinada por el bagaje nutrición e infraestructuras higiénicas. Resulta fácil­
genético -sistema H LA-, porque no se elabora pre­ mente constatable que la vacunoprofilaxis por sí
viamente una anamnesis, ni se tiene en cuenta el sola es incapaz de hacer retroceder las enfermeda­
grado de maduración del sistema inmunitario. des infecciosas en poblaciones desnutridas o que
carecen de las mínimas condiciones higiénicas.
III. Las vacunas incluyen en su composición sustan­
cias utilizadas como conservantes o como agentes VI. La aplicación innecesaria de antibioticoterapia,
de atenuación; algunas de tales sustancias resultan por desgracia tan frecuente, es una práctica dema­
muy tóxicas para algunos individuos debido a que siado arriesgada, dado que está provocando un in­
ejercen una poderosa acción alergena. cremento progresivo de resistencias bacterianas.

Por todo ello PEDIMOS a las autoridades sanitarias, tanto estatales como autonómicas:

-- Que se proceda a una revisión de los calenda­ rio, principalmente a los especialistas en Pediatría, y
rios vacunales, y se.abandone la práctica de la vacu­ concediendo a este tipo de patología la suficiente
noprofilaxis masiva, indiscriminada e innecesaria. importancia en los medios académicos y formativos.

--Que se proceda a un seguimiento adecuado y -- Que se respete la legislación vigente en cuanto


fidedigno de los daños postvacunales, dando para al derecho de las personas a negarse a recibir un
ello las adecuadas instrucciones al personal sanita- tratamiento.

Para formar parte del grupo de médicos firmantes de este Manifiesto (se requerirá acreditación universitaria), dirigirse por escrito a:
Liga por l a Libertad de Vacunación, sección Manifiesto. Gran Via de les Corts Catalanes, 439, 5-, 2-. 080 1 5 Barcelona. Tel. 93 - 426 65 59.

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