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realizado estudios previos en numerosos sitios posterior devolución2) y apunta a cumplir con
arqueológicos, como Pueblo Viejo de La Cue- otro objetivo clave del proyecto, como es la
va, Pukara Morado, Pueblo Viejo del Morado, puesta en valor patrimonial de todo el registro
Pukara de La Cueva, Angosto de La Cueva y arqueológico recuperado en la Quebrada de La
Chayamayoc. En el marco del proyecto arriba Cueva (Ramundo, 2008, 2010c).
mencionado, se están realizando desde el año
2006 investigaciones arqueológicas sistemá-
ticas en el Pukara de La Cueva, siendo una de Ubicación espacio-temporal del Pukara
las líneas de trabajo consideradas, el estudio de de La Cueva y breve historia de las
restos humanos. Es por ello que en el presente investigaciones realizadas
trabajo se abordará el análisis bioarqueológico
de la muestra recuperada y se mencionarán las El Pukara de La Cueva se encuentra ubica-
estrategias preventivas de conservación aplica- do en la quebrada homónima, dentro del De-
das en laboratorio. partamento de Humahuaca, en la Provincia de
Respecto de los antecedentes de recupera- Jujuy. Dicha quebrada conforma en sí misma
ción de restos humanos en el sitio, es necesario una cuenca tributaria de la Quebrada de Huma-
mencionar que si bien se realizaron algunos huaca, naciendo en la Sierra de Santa Victoria
hallazgos en investigaciones anteriores, en el a 22° 35’ LS y desembocando en el Río Gran-
Pukara de La Cueva, la mayoría de ellos no de a 22° 57’ LS. Recorre en dirección general
fueron recuperados ni estudiados. Hallazgos norte-sur unos 46km y sus límites oriental y
de esta naturaleza sólo se recuperaron en los occidental son las estribaciones del sistema de
trabajos iniciales de Casanova (1933, 1934), Santa Victoria. Dentro de la misma, se locali-
detallados en acápites subsiguientes, los cua- zan varios sitios arqueológicos, entre los que
les describen someramente los restos recupe- se destacan de norte a sur, el Antigüito, Pueblo
rados de tres estructuras habitacionales. Ade- Viejo de La Cueva, Chayamayoc, Pukara Mo-
más, durante las investigaciones dirigidas por rado, Pueblo Viejo del Morado, Pukara de La
Basílico, también fueron recuperados restos Cueva y el Angosto de La Cueva (Ramundo,
humanos de un único recinto en el año 2008. 2010a) (Fig. 1).
Los estudios que aquí se presentan correspon- Temporalmente, los sitios mencionados se
den a estos últimos hallazgos y fueron planifi- ubican desde el Período Formativo Final has-
cados y realizados posteriormente a su falle- ta momentos incaicos (Basílico, 1992, 1994;
cimiento. El estudio de esta muestra permitió Nielsen, 2001; Ramundo, 2011). Específica-
obtener valiosa información sobre diversos as- mente respecto del Pukara de La Cueva, si
pectos del modo de vida de los individuos que bien Nielsen (2001) lo situó preliminarmente
habitaron el Pukara, específicamente sobre: 1) dentro del Período de Desarrollos Regionales I
el perfil demográfico (frecuencias de indivi- (entre 900 y 1200 AD), los fechados obtenidos
duos por sexo y edad de muerte) y tendencias recientemente lo ubican en el Período de los
sobre el estado de salud/enfermedad (indicado- Desarrollos Regionales II y en la Etapa Incai-
res patológicos) y 2) las prácticas mortuorias, ca. Dicha cronología se obtuvo en base a tres
aspecto que es abordado en Ramundo (2011). fechados radiocarbónicos. Uno de ellos corres-
Por otra parte resulta importante destacar que ponde al contexto funerario aquí analizado, que
la conservación preventiva realizada (Aranda, dio como resultado un valor de 540±60 años
2010; Aranda y Ramundo, 2010) contribuye al AP (LP 2268; óseo humano; δ 13C estimado:
adecuado tratamiento ético-profesional de los -20,2‰; calibración: 68,2% de probabilidad:
restos humanos arqueológicos, tanto en el cam- 1395-1454 cal DC (68,2%); 95,4% de probabi-
po como en laboratorio (fundamentalmente en lidad: 1312-1360 cal DC (11,3%), 1379-1500
lo que respecta al acondicionamiento para su cal DC (82,9%), 1597-1611 cal DC (1,2%);
La Quebrada de La Cueva es considerada parte del sector septentrional de la Quebrada de Humahuaca (Basílico, 2008).
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Se prevé realizar la devolución de los restos a las instituciones provinciales en primera instancia y posteriormente, de acuerdo al deseo de las
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Dicho ajuar fue identificado y es actualmente estudiado por una de las autoras.
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Fig. 3. Plano del Pukara de La Cueva con la ubicación del Recinto Nº 25 (elaborado por Cabrera y Ramundo,
en base a Basílico, 1998).
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Dada la lamentable pérdida de los registros de campo del 2008, al fallecer la anterior directora del proyecto, hasta el momento no es posible
afirmar una asociación directa entre los materiales culturales recuperados y los restos humanos, lo cual no implica que esta idea sea descartada.
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el Número Mínimo de Individuos (NMI). Este duos. Como se observa en la Tabla 1, cabe desta-
procedimiento se realizó considerando al mismo car que a pesar del reducido tamaño de la mues-
tiempo las frecuencias de cada tipo de hueso y tra, están representados individuos de ambos
diente recuperado, su lateralidad, la información sexos y de diferentes categorías de edad (desde
generada sobre el sexo y la edad de muerte y 1-2 años hasta 45-55 años). Se relevaron espe-
el tamaño y la morfología ósea de elementos címenes de todas las porciones anatómicas de
homólogos contralaterales (Bökönyi, 1970; los individuos identificados, motivo por el cual
Mengoni Goñalons, 1988, 1999; Mondini, es posible sugerir que fueron inhumados cuer-
2003; Adams y Konigsberg, 2004; Luna, 2008). pos completos en la forma de entierros prima-
De esta manera fue posible en la mayoría de los rios, posteriormente trasladados y redepositados
casos reagrupar los elementos pertenecientes como un gran entierro secundario. Dada la muy
a un mismo individuo (Byrd y Adams, 2003; buena preservación de los restos, se infiere que
Adams y Byrd, 2006, 2008). los mismos habrían sido removidos no inmedia-
Para obtener información sobre el sexo de tamente después de la primera inhumación pero
los individuos adultos se analizaron los rasgos sí relativamente poco tiempo después, con algu-
morfológicos de los coxales y las medidas de nos tejidos blandos adheridos, inhibiendo la ac-
los diámetros de las cabezas de fémures y de ción directa del oxígeno y la radiación solar, dos
húmeros presentes en la muestra (Bass, 1987; de los agentes postdepositacionales que mayor
White y Folkens, 1991; Buikstra y Ubelaker, deterioro producen sobre los restos esqueletales;
1994). Un aspecto resaltante es la casi total au- de todas formas, la ausencia de elementos ar-
sencia de fragmentos de cráneo de adultos, lo ticulados identificada durante las excavaciones
que impidió el relevamiento de las variables indicaría un estado avanzado de descomposi-
que habitualmente se utilizan para obtener esta ción cadavérica. Esta afirmación también está
información. Para los individuos subadultos sustentada por la ausencia de marcas de corte en
se relevaron macroscópicamente los íliones sectores epifisiarios y otros cercanos a zonas de
y las mandíbulas siguiendo las propuestas de inserción de paquetes musculares de gran porte.
Fazekas y Kósa (1978), Weaver (1980), Mittler y En relación a la muy baja frecuencia de frag-
Sheridan (1992), Schutkowski (1993), Holcolm mentos de cráneo y dientes superiores de los
y Konigsberg (1995), Molleson et al. (1998) y adultos y del juvenil, se sugiere que hubo prác-
Loth y Henneberg (2001), resumidas en Luna y tica intencional de remoción y separación de los
Aranda (2005) y Luna (2008). Respecto de la cráneos con anterioridad al evento de deposi-
edad de muerte, para los adultos se consideraron tación final, la cual habría ocurrido luego de la
las modificaciones de las superficies sinfisiarias desarticulación de las mandíbulas, de las cuales
y auriculares del coxal (Todd, 1921a, b; Brooks se recuperaron tres de las cuatro esperables, en
y Suchey, 1990; Buikstra y Ubelaker, 1994) y muy buen estado de preservación. Esta tenden-
para los subadultos la secuencia de calcificación cia no se observa entre los subadultos, ya que se
y erupción dental, así como también la longi- identificaron numerosos fragmentos de cráneo
tud de los huesos largos (Moorrees et al., 1963; de gran tamaño.
Ubelaker, 1982; Scheuer y Black, 2000; Schae- Los individuos subadultos (Nº 1 y 2) no
fer et al., 2009). También se realizó un detenido presentan ningún indicador paleopatológico
relevamiento escópico para identificar indicado-
res patológicos de estrés metabólico, funcional, TABLA 1. Sexo y edad de los individuos de la muestra
traumático e infeccioso, relevando para ellos
cualquier modificación de la estructura normal N° Sexo Edad (años)
de huesos y dientes (Ortner y Putschar, 1985; 1 Probable femenino 1-2
Aufderheide y Rodríguez Martín, 1998; Ortner, 2 Femenino 2-3
2003; Waldron, 2009). 3 Indeterminado 15-18
Mediante la implementación de este proto- 4 Femenino 30-40
colo metodológico fue posible precisar que la 5 Masculino 40-44
muestra está compuesta por elementos óseos y 6 Femenino 45-55
dentales pertenecientes a un mínimo de 6 indivi-
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(caries, abscesos, hipoplasias de esmalte, cribra salud bucal, aunque compatible con la edad de
orbitalia e hiperostosis porótica), ni se identificó muerte.
desgaste dental ni presencia de tártaro, lo cual es Por otra parte, el individuo 5 (masculino de
una situación esperable para menores de 3 años. 40-44 años de edad) presenta una fuerte retrac-
Las edades de muerte estimadas a través de las ción periodontal en la cresta alveolar de toda la
mediciones de las longitudes máximas de los arcada dental, consecuencia de la extensión de
huesos largos, no muestran desfasajes con las una inflamación gingival producida por bacte-
derivadas del análisis del grado de calcificación rias que resulta en un cambio en la morfología
dental. Todos estos datos indicarían un buen del hueso y/o reabsorción del cortical, dejando
estado de salud general de los dos individuos ver una estructura porosa (Clarke, 1990). Si bien
subadultos, desconociéndose por esos motivos, no se observan abscesos, se identificó la pérdi-
las posibles causas de muerte. da antemortem de varias piezas dentales: primer
Las manifestaciones patológicas del indivi- premolar inferior derecho (queda una secue-
duo juvenil y de los adultos se relacionan fun- la de absceso reabsorbido) y segundo y tercer
damentalmente con el estado de salud bucal, molares inferiores izquierdos (en ambos casos
salvo una situación excepcional en el individuo el alveolo aún está abierto aunque se evidencia
5. El individuo 3 (15-18 años de edad) presenta rarefacción y porosidad ósea o sea que la pérdi-
agenesia de ambos terceros molares inferiores y da ocurrió poco tiempo antes de la muerte del
giroversión mesial del canino inferior izquierdo, individuo). En todos los dientes se evidencia la
indicando un reducido espacio mandibular para presencia de tártaro dental y de caries sólo en el
la erupción dental. No se identificaron caries, sector distal del cuello del canino inferior dere-
abscesos, ni periodontosis. El desgaste dental cho. Se identifica una línea de hipoplasia sólo en
es mínimo, lo cual es compatible con la edad este último diente, giroversión distal del primer
de muerte. Se identificó un desgaste de forma premolar inferior derecho y un desgaste dental
anormal en los dientes postero-inferiores, con general leve a moderado (Molnar, 1971; Scott,
una tendencia subcircular y que implica exclu- 1979; Smith, 1984), aunque más marcado en
sivamente al sector bucal de la corona (Fig. 6a). las mitades bucales de los primeros y segundos
El individuo 4 (femenino de entre 30 y 40 molares inferiores y en la mitad mesial del ter-
años de edad) presenta pérdida antemortem del cer molar inferior derecho. Este patrón sigue la
segundo molar inferior izquierdo, con reabsor- tendencia general de los dos últimos individuos
ción completa del alvéolo y caries oclusales en en lo que respecta a su morfología y distribución
el tercer molar inferior izquierdo y primero y (Fig. 6c).
segundo derechos. Se observa aquí un desgaste Resulta importante destacar que este indivi-
similar al del caso anterior pero más acentua- duo presenta lesiones generalizadas que se ca-
do, en todas las piezas dentales inferiores, ca- racterizan por una reacción ósea masiva y mix-
racterizado por una morfología irregular, siendo ta (principalmente osteoblástica pero también
sus bordes, observados desde la cara bucal, en osteolítica) (Fig. 7), activa en el momento de
algunos casos en forma de semicírculos y en la muerte, en huesos de todo el esqueleto. Es-
otros en forma angular, separados por puntas de tas manifestaciones patológicas se observan en
esmalte en las coronas del canino, premolares forma mucho más intensa en el sector periabdo-
y primer molar inferiores. Este patrón anormal minal, afectando principalmente ambos íliones,
del desgaste es bilateral y permite inferir el uso las epífisis proximales de ambos fémures y al-
recurrente de la dentición como herramienta gunas vértebras lumbares, aunque también están
para la probable confección o sostenimiento de presentes en forma más difusa en tórax, cráneo,
algún tipo de instrumental. Además se observa cintura escapular y esqueleto apendicular. Ac-
la presencia de tártaro dental en todas las piezas, tualmente se está llevando a cabo el relevamien-
además de periodontosis (Fig. 6b), pero no se to radiográfico, microscópico e histológico de
identificaron hipoplasias de esmalte. Estos da- estas lesiones, para poder proponer la etiología
tos permiten establecer que este individuo pre- de la patología, lo cual será analizado en pro-
sentaba un adecuado estado de salud general al fundidad en un trabajo futuro. Por el momento
momento de su muerte y un deficiente estado de sólo es posible avanzar como hipótesis plausible
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Conclusiones
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por la construcción de murallas o parapetos” por el momento evidencia alguna que permita
(Nielsen, 2007:28). El autor además plantea descartar la posibilidad de un tratamiento dife-
que esta situación de la Quebrada de Humahua- rencial durante la inhumación inicial. El análi-
ca permite inferir un proceso de inseguridad y sis profundo de los restos pertenecientes a este
violencia social creciente, asociado a un estado individuo permitirá sugerir la etiología de las
de guerra endémica como principal causa del lesiones relevadas; de confirmarse que se trata
cambio de asentamiento (Nielsen, 2007). En de una metástasis múltiple, se podrán esbozar
este sentido, si bien Casanova (1933) considera interpretaciones adicionales acerca del contexto
a las murallas presentes en el Pukara de La Cue- social y las presiones ambientales que habrían
va como estructuras defensivas y teniendo en estado vigentes durante el período de ocupa-
cuenta que el sitio se encuentra ubicado sobre ción del sitio. Por último, las afecciones bucales
un cerro a más de 3.500m.s.n.m. (permitiendo identificadas entre los adultos serían consecuen-
el dominio visual de la zona [Ramundo, 2008, cia por un lado del alto consumo de carbohidra-
2010a, b]), aún restan más estudios para plan- tos y por el otro, del intenso estrés mecánico al
tear la existencia o no de procesos de inseguri- que estuvo afectada la dentición. Los casos de
dad y/o de guerra endémica en este sector sep- pérdidas antemortem podrían ser entonces con-
tentrional de la Quebrada de Humahuaca. En secuencia de estos dos procesos en simultáneo.
este sentido, los restos humanos analizados en El particular desgaste dental identificado en los
este trabajo no presentan lesiones traumáticas individuos 3, 4 y 5 apoya esta propuesta, ya que
ni signos de violencia que pudieran relacionar- dan cuenta del uso de la dentición como herra-
se con este tipo de situaciones de tensión social mienta para la confección de instrumentos. De
recurrente. todas formas, estas interpretaciones se esbozan
Por otro lado, para este período, “Es común sólo en forma hipotética, debiendo ser pues-
encontrar sepulcros bajo el piso de los recintos, tas en consideración mediante la obtención de
lo que revela una estrecha convivencia entre vi- una muestra de mayor tamaño. En relación con
vos y muertos en el mundo doméstico” (Nielsen, ello, se han enviado muestras de cada uno de
2007:33), situación claramente identificada tanto los individuos para la obtención de información
en los tres recintos del Pukara de La Cueva exca- isotópica del carbono y del nitrógeno al Labo-
vados por Casanova (1933) como en el caso anali- ratory of Bone Chemistry and Prehistory de la
zado en el presente trabajo (Ramundo, 2011). Por Universidad de Tokio, Japón. Los resultados
otra parte, la redepositación de todos los restos en que se obtengan permitirán comenzar a conocer
un único conjunto y en el interior del recinto con- cuáles eran los patrones de consumo dietario en
tribuye a subrayar la intención social de mantener el sitio y sus variaciones según el sexo y la edad
una relación de intimidad cotidiana entre vivos y de cada individuo. Hasta el momento, el único
muertos, consolidando de esa manera los vínculos valor obtenido de δ 13C (-20,2‰) corresponde
del pasado social con el presente. al individuo 5 e indica un consumo muy bajo
La información bioarqueológica generada de maíz y una ingesta que habría estado princi-
permite proponer, por un lado, que no se rea- palmente basada en el consumo de vegetales C3
lizaron exclusiones ni sexuales ni etarias en el y/o de animales herbívoros. Además, reciente-
momento de la inhumación de los cuerpos, ya mente se han realizado nuevas excavaciones en
que se identificaron restos pertenecientes a in- el sitio, recuperándose restos humanos en otros
dividuos de ambos sexos y de edades variadas. recintos, los cuales están siendo actualmente
También es destacable que los restos del indi- analizados. Por otra parte, en las subsiguientes
viduo 5, el cual probablemente habría sufrido campañas arqueológicas a la Quebrada de La
una enfermedad neoplásica -que en general pre- Cueva se llevará a cabo un estudio pormenori-
senta muy bajas prevalencias en las sociedades zado de los espacios agrícolas del sector (cam-
precolombinas- se encuentren mezclados junto pos, cuadros y terrazas de cultivo, entre otros),
con los de los otros individuos, es decir que no para profundizar no sólo el uso del espacio des-
se implementó ningún tratamiento particular ni de distintos puntos de vista, sino también para
ningún tipo de exclusión espacial en el momen- abordar aspectos de la dieta de los individuos
to de la inhumación. De todas formas, no existe que habitaron la zona.
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