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Bobbio, N., Matteucci, N., y Pasquino, G. (Dirs.) - Diccionario de Política
Bobbio, N., Matteucci, N., y Pasquino, G. (Dirs.) - Diccionario de Política
y gianfranco pasquino
ABCDEFGHIJ
FGHIJKLM
NÑO
QRSTUVWXYZ
a b c d e f g h i j k l mn
ñop q r s t u v w x y z
siglo
veintiuno
Cámara de Diputados del S istema de B ibliotecas
editores
DICCIONARIO DE POLÍTICA
b ajo la direcció n de
N O R BER TO B O B B IO , NICOLA MATTEUCCI
y GIANFRANCO PASQUINO
traducción de
RAÚL CRISAHO, ALFONSO GARCÍA, MIGUEL MARTÍ,
MARIANO MARTÍN y JORGE TULA
siglo
veintiuno
editores
CÁMARA DE DIPUTADOS
grupo editorial
siglo veintiuno
siglo xxi editores, méxico siglo xxi editores, argentina
CERRO DEL AG U A 2 4 8 , ROMERO DE TERREROS, GUATEMALA 4 8 2 4 , C 1 4 2 5 BUP
[V]
VI
LA DIRECCIÓN
LISTA DE AUTORES
[XII
XII LISTA DE AUTORES
cían mario bravo, Universidad de Turin Horacio crespo, Universidad Autónoma del
(anarquismo - blanquismo - burguesía - insu Estado de Morelos, ¡México
rrección - movimiento obrero) (agrarism o)
Pavía
cassio ortegati, Alvaro portillo, Universidad Autónoma Me-
(sociedad de masas) tropolitana-lztapalapa México
(com una [y m u n icipio] en latinoam érica)
SANDRO ORTONA, T u r it l
émile poulat, Centre National de la Recherche
(antisemitismo)
Scientifique, París
(a so cia cio n es p atron ales - co n flicto - con tra
piero ostellino,Milán tación co lectiv a - organ izacion es sin d ica les -
(contención - diplomacia - distensión, no ali relaciones industriales - representación obrera)
neamiento - satélite)
marino regini, Universidad de Milán
GARLO LEOPOLDO OTT1NO, Turín (huelga - n eocorp orativism o - sin d icalism o )
(cuarto estado - separatismo)
gloria regonint, Universidad de Milán
angelo panebianco.Universidad de Bolonia (estad o b en efactor o de b ien estar)
(comunicación política)
sergio ricossa, Universidad de Turín
cían franco pasolino, Universidad de Bolonia (lib eralism o)
(abstencionismo - capacidad política - con-
ductismo - conflicto - corrupción política - gilseppe riclperati, Universidad de Turín
crisis - ejecutivo - eurocomunism o - formas (cosm op olitism o)
de gobierno - gobemabilidad - gobiernos so-
cialdemócratas - grupos de presión - integra Francesco rossolillo, Universidad de Pavía
ción - m ilitarism o - modernización - movili (nación)
zación - movimiento político - movimientos
ettore rotelli, Universidad de Bolonia
sociales - oportunismo - partidocracia - qua-
lunquismo - revolución - sistemas de partido - (antiguo régim en - region alism o)
stanilismo - subdesarrollo - trotquismo - van
fabio roversi-monaco. Universidad de Bolonia
guardia)
(d escen tralización y cen tralización )
alessaxdro passerin d entreves, Universidad gian EXRico rlscont, Universidad de Turín
de Turín
(capitalism o)
(filosofía de la política)
edda saccomam salvadoki. Universidad de
Universidad Católica de Milán
giorgio pastor], Turín
(administración pública) (fascism o)
determ inada de organización del poder. La los dos primeros), a pesar de ser de tipo reli
perspectiva que se desprende de ahí es por gioso o sacro, son precisamente sólo limites:
consiguiente, en prim erísim o lugar, la o sea que cumplen un papel negativo, pues no
histórico-constitucional. En su interior, los representan la esencia del a., su contenido,
parám etros clasificalorios más obvios y úti sino sólo el término de comparación impres
les son los que se refieren al espacio cultural cindible, el limite insuperable (en relación
del Occidente europeo, al periodo histórico precisamente con la tiranía). Pero en esa for
de la edad moderna y a la forma institucio ma, el a. es algo completamente distinto del
nal del estado moderno. La prim era delimi despotismo, que en cambio encuentra en los
tación sirve, ante todo, para mantener la dis elementos mágico-sacros y religiosos su pro
tancia con la experiencia oriental y eslava del pia identificación positiva y su propia legiti
despotismo césuro-papista. La segunda, para mación última.
diferenciar la organización "absolutista" del Se trata entonces de un régimen político
poder del anterior sistema político feudal y constitucional (en el sentido de que su funcio
de la antigua sociedad por capas (v.). La ter namiento está, de cualquier manera, someti
cera, finalmente, para señalar los limites con do a limitaciones y normas prestablecidas),
cretos que asume históricamente el a. como no arbitrario (en cuanto que la voluntad del
"form a" de poder. monarca no es ilimitada), y sobre lodo de tipo
secular, profano. Con estas precisiones, la
u. la soberanía. Desde un punto de vista des colocación espacio-cultural, cronológica e ins
criptivo, se puede p artir de la definición de titucional del a. adquiere mayor crédito y sig
a. como la forma de gobierno en que el deten nificación.
tador del poder lo ejerce sin dependencia o Dando convencional mente por descontado
control por parte de otras instancias, supe el término final del a. en la revolución fran
riores o inferiores. Cosa que es completamen cesa (aun cuando quede abierto todo el pro
te distinta que definirlo como "sistema poli- blema de la supervivencia de elementos abso
tico en que la autoridad soberana no tiene lutistas en diversas partes de la Europa con
limites constitucionales", o también sólo tinental), las opiniones son necesariamente
como "sistema político que se concreta ju rí opuestas en cuanto a su principio. Presente,
dicamente en una forma de estado en que en gérmenes más o menos desarrollados
toda la autoridad (el poder legislativo y el eje según el estadio de desarrollo de las distin
cutivo) está en manos de una sola persona, sin tas monarquías "nacionales" europeas, ya en
limites ni controles". El problema decisivo es la fase de transición del sistema feudal al esta
el de los límites: en relación a él. el a. se dife do moderno, está en concomitancia con la
rencia de manera clara de la tiranía, por una afirmación de este último de que el régimen
parte, y del despotismo césaro-papista, por la absolutista se consolida plena y consciente
otra. mente tanto en el nivel práctico como en el
En prim er lugar, la reducción, válida aun teórico. Aparte, pues, de la necesidad de inves
que elemental, del principio fundamental del tigar los orígenes y los antecedentes ya des
a. a la fórmula legibus solutas, referida al de el siglo xiii, se le puede asignar tal vez
príncipe, implica autonomía sólo respecto de razonablemente, como edad peculiar si no
cualquier limite legal externo, excepción exclusiva, la que va del siglo xvi al xvm. Más
hecha de las normas impuestas por la ley complicado es, en cambio, tratar de fijar, den
natural o por la ley divina; además, casi siem tro de estos márgenes, su desarrollo homo
pre, implica autonomía respecto de las “leves géneo en las distintas experiencias políticas
fundamentales” del reino: se trata, pues, tam europeas, en donde, por el contrario, se pre
bién en sus teorizaciones más radicales, de sentó en épocas y modos diferenciados, dan
una absolutez relativa a la gestión del poder, do origen a no pocos problemas importantes
el cual en cambio implica limites intrínsecos, de recesión o de influjo de una experiencia
en especial constitucionales, en relación con sobre la otra (basta considerar las diferencias
los valores y las creencias de la época. El a. más gruesas existentes entre el a. inglés, fran
no es, pues, una tiranía. cés y alemán).
En segundo lugar, estos límites (sobre todo Nos falla hablar, finalmente, del peligro
ABSOLUTISMO 3
relacionado con la excesiva identificación del nificado menos superficial a su misma raíz
a. con la forma histórica occidental moder etimológica. El concepto legihus solulus
na del estado. En prim er lugar, porque sin denuncia inmediatamente que el terreno en
duda han existido ejemplos ilustres de orga que se asentó desde la Edad Media la obliga
nización estatal moderna en Occidente, des ción política en Occidente fue el jurídico. Sin
viados totalmente en la hipótesis absolutis embargo, en el ámbito en que operaba la gran
ta. En segundo lugar, porque ésta ha sido, de tradición romana, mantenida con vida e inter
una manera u otra, sólo una hipótesis reali pretada por la iglesia, se produjo, a principios
zada a menudo en forma total, pero nunca de la edad moderna, una fisura revoluciona
hasta el punto de excluir otras hipótesis y ria, en la medida en que la independencia res
orientaciones, opuestas o contradictorias, de pecto de las leyes se convirtió muy pronto en
cuya dialéctica se deriva más bien una gran emblema de los nuevos príncipes territo ria
parte del desarrollo constitucional subsi les que aspiraban a conquistar y a consolidar
guiente. Si por lo tanto, en su prim era fase, una posición de autonomía en oposición a las
el moderno estado occidental fue sobre todo pretensiones hegemónicas imperiales y papa
estado absoluto, y no ha sido únicamente esto, les, por una parte, y a las señorías locales, pol
el a. fue sólo un elemento esencial del mismo la otra. En el fondo, este enfrentamiento refle
al lado de otros: elemento característico mas jaba, sin embargo, un importante cambio cul-
no exclusivo de la vicisitud constitucional tural, que se había hecho posible y se había
occidental, reducible en su esencia a los dos incrementado gracias al redescubrimiento del
principios fundamentales de la secularización derecho romano y a la inmensa obra de actua
y de la racionalización de la política y del lización e interpretación realizada con el por
poder. De tal proceso el a. representó cierta juristas laicos y eclesiásticos, por escuelas y
mente, en el plano teórico como en el prácti orientaciones que se fueron sucediendo en
co, una de las contribuciones más eficaces del toda Europa hasta el siglo xvu. Se trata de la
espíritu europeo, y desde este punto de vista oposición progresiva al "buen derecho anti
merece ser estudiado. guo", a la simple e indemostrada apelación
"a Dios y al derecho”, a la concepción —de
tu. aspecto JURiDicocoNSimictoNAL. Si esta hipó carácter evidentemente sacro del derecho del
tesis es verdadera, el a. se nos presenta, en príncipe-sacerdote, "encontrado” en la gran
su forma plena, como la conclusión de un masa de las normas (consetudinarias, natu
acontecimiento prolongado que, a través de rales y divinas) existentes desde tiempo inme
la imprescindible mediación del cristianismo morial. En su lugar se reafirma, en cambio,
como ductrina y de la iglesia romana como la idea de un derecho "creado" por el prínci
institución política universal, conduce de los pe, de acuerdo con las necesidades del tiem
orígenes mágicos y sacros del poder a su fun- po y basado en las técnicas más actualizadas.
damentación en términos de racionalidad y Un derecho, pues, concreto, adecuado al obje
eficiencia. Un buen testimonio de esto lo da tivo, pero por eso mismo mutable y no obli
la evolución sufrida por el principio de legi gatorio, del que puede librarse siempre el
timación monárquica de la antigua investidu príncipe que lo creó. El príncipe proclama
ra por gracia divina de la monarquía consti (hace que sus legistas proclamen) su indepen
tucional del siglo xix: evolución a lo largo de dencia respecto de este derecho, prueba evi
la cual se pasa de una justificación conscien dente de que esta nueva tendencia se orienta
temente religiosa (aunque cada vez menos ya conscientemente en dirección de la racio
mágica) del poder, a una heroica y clasicista nalización e intensificación del poder y de la
(reconocible en la presencia, entre 1460-1470 relación fundamental en que se ejerce: la rela
y 1760-1770, de alusiones ideológicas y pro ción entre autoridad y súbditos.
pagandistas de tipo mitológico a la figura del La fórmula mencionada se articula, en efec
principe), para llegar a una predominante to, en el nivel lógico, en dos reivindicaciones
mente jurídica y racional respecto de su ulteriores, retomadas una vez más, aunque en
objetivo. un sentido completamente distinto, del anti
La amplitud de la parábola en que se colo guo derecho romano, y que corresponden, en
ca el absolutismo permite atribuirle un sig esencia, a las líneas fundamentales del pro
4 ABSOLUTISMO
ceso de formación del estado moderno, a tra de cualquier valoración religiosa o por lo
vés de la consolidación de la autoridad en el menos moral. Desde este punto de vista, vuel
exterior y en el interior del "territorio" en que ven a incorporarse ciertamente en la historia
surge. La supremacía imperial y papal, por del a. como doctrina aun pensadores y movi
una parte, y la participación de los poderes mientos que en una perspectiva estrictamente
locales (consilium), por la otra, constituyen técnica quedarían fuera de ella por la escasa
dos obstáculos que se interponen a la defini atención prestada a los elementos jurídico-
ción del poder monocrático del príncipe. Con inslitucionales que convierten al a. en un
tra el prim ero de ellos, este último se procla fenómeno concretamente constitucional.
ma superiorem non recognoscens e imperator Dejando a un lado los pasajes aislados a tra
in refino suo, negando cualquier forma de vés de los que se llevó a cabo la "desm orali
dependencia tanto respecto del emperador zación" de la política y que contribuyeron al
como respecto al pontifice. Contra el segun nacimiento del "espíritu laico" en una pers
do, en concomitancia con la sustitución cada pectiva predominantemente antitomista, uno
vez más convincente del derecho "creado” en de los puntos de llegada de dicho proceso está
lugar del "encontrado" y con la exigencia cre representado, sin lugar a duda, por la obra
ciente de establecer y m antener la paz terri de Nicolás Maquiavelo. a pesar de la posición
torial, se reafirma el principio por el que quod equívoca que sostiene en relación con los dos
principi placuit ¡egis habet vigorem. extraordinarios fenómenos histórico-politicos
A esta altura, la absolutez del poder monár que se estaban preparando o llevando a cabo
quico se ha consumado en teoría, al no encon ante sus ojos: el estallido de la Reforma reli
tra r ya el príncipe límites al ejercicio de su giosa y la constitución del moderno estado
poder ni en el exterior ni en el interior del institucional. De hecho, la relación de .Vlaquia-
naciente estado. Ya no es súbdito de ningu velo con el a. lleva todavía de manera predo
no y ha hecho súbditos a todos los que están minante la huella de los esquemas tradicio
debajo de él. Se ha delineado, en suma, en sus nales; el orden absoluto, opuesto al civil, es
rasgos esenciales, el nuevo e indiscutible prin para él sinónimo de tiranía, de poder ilimita
cipio de legitimidad del principe en el esta do y sin control; por otra parte, su príncipe
do: el principio de la soberanía, la summa Icgi- responde, aun con todas las cautelas y expli
busque soluta potestas, de la cual en el últi caciones de las condiciones necesarias, a
mo cuarto del siglo xvi Bodin podrá hacer dicho modelo, en función de la única cosa que
una sistematización teórica definitiva. en el fondo le interesa: la erección del poder
Si la reducción del a. a sus referencias ju rí como momento central, si no es que único, de
dicas agota el aspecto semántico del proble la experiencia política, la elaboración de cri
ma y sirve para describir gran parte de su his terios y normas de comportamiento político
toria, nu basta para delinear completamente medidos únicamente en relación con dicho
la mutación profunda a laque, en el ámbito objetivo, la eliminación de todo elemento que
de la experiencia política occidental, el a. empañe la “pureza” de la relación que se des
corresponde. Entre los siglos xm y xvi se lle prende de la obligación política formulada de
vó a cabo, en efecto, pasando también a tra manera rigurosa en sus términos terrenales,
vés del filtro jurídico y frente a problem áti concretos, efectivos, reales. El hecho de que,
cas y convicciones muy enraizadas y compli en realidad, las fórmulas de Maquiavelo apa
cadas, una de las mayores revoluciones cul rezcan históricamente demasiado rígidas \
turales de que ha sido testigo el Occidente.IV . circunscritas, depende únicamente de la fuer
te limitación creada por las condiciones polí
IV. aspecto POLITICO-RACIONAL. Si secularización ticas italianas de las que no pudo librarse y,
significa pérdida progresiva de los valores en parte, del significado mismo que, más o
religiosos (cristianos) de la vida humana, en menos conscientemente, le atribuyó a su obra
todos sus aspectos, a. significa también, y mayor, Fl Príncipe, que constituye precisa
sobre todo, separación de la política respec mente un tratado sobre el poder y no sobre
to de la teología y conquista de autonomía de el estadu.
la prim era, dentro de esquemas de compren Si se quiere dem ostrar la complejidad y la
sión y de criterios de juicio independientes globalidud asumida por el fenómeno de la
ABSOLUTISMO 5
mentó hecha par el príncipe de respetar las (algunas condiciones propias de las nuevas
"leyes civiles" o los “pactos” estipulados por tierras de ultram ar, el mismo derecho inter
él con los súbditos (sobre todo, en concreto, nacional), encontró una aplicación por obra
con las asambleas de los estamentos). Es un de Hobbes, en la definición teórica del poder,
caso que Budín aborda con una serie inter de la soberanía y del estado. Después de la
minable de distorsiones y ejemplos históricos, gran descripción que había hecho de él Bodin,
para resolverlo después definitivamente recu se redujo a su esencia última de "animal arti
rriendo a un expediente conclusorio (que no ficial”, de "autóm ata”: ni más ni menos "que
por casualidad ha sido aceptado recientemen un hombre artificial aunque de mayor esta
te por Cari Schmitt como el verdadero rasgo tura y fuerza que el natural, para cuya pro
distintivo de la soberanía): la decisión, en caso tección y defensa fue concebido” (Thomas
de excepción, le corresponde de una manera Hobbes. teviatán, "Introducción").
u otra al príncipe, "según la exigencia de cir De esa manera, el a. que caracteriza el
cunstancias, tiempos o personas”. Queda asi poder del estado no es otra cosa que la pro
establecido, de una vez por todas, que "el pun yección de la absolutez natural de la relación
to más alto de la majestad soberana consiste exclusiva entre un hombre y otro, el refugio
en dictar leyes a los súbditos, en general y en racional contra las consecuencias del inevi
particular, sin necesidad de contar con su table conflicto en que viven los hombres den
consentimiento” (ibíd.). tro del estado de naturaleza. La legitimación
Mucho más pertinente y nítida es la argu que se desprende de esto es la más radical que
mentación presentada, tres cuartos de siglo pueda concebirse, ya que finca sus raíces en
después, por Hobbes para apoyar el poder la naturaleza misma del hombre y en la "ana
absoluto. Y también más inquietante, ya que logía de las pasiones" propias década uno de
la mayor complejidad de los problemas lo ellos. Asi, Hobbes lleva finalmente a término
ohliga a abandonar el método sólido de Budín la revolución de Maquiavelo, fincando la abso
y de los pulitiqucs orientados a una funda- lutez de la política en la absolutez del hom
mentación predominantemente funcional del bre y fundamentando la brutalidad necesaria
poder, en términos de eficiencia y de orden, del poder dentro del estado en la simple con
recurriendo únicamente a la lógica abstrac sideración de que este último es una creación
ta e instrumentalmente neutral del derecho. artificial del hombre que recurre a ella para
En una situación política seguramente más m oderar dentro de la historia la tragedia de
avanzada, que ya había sido testigo de la con su destino de lupus, que nu puede ser más que
solidación del poder monárquico y que esta la muerte. El razonamiento es elemental: las
ba viviendo la áspera oposición por parte de pasiones del hombre (tan naturales como
fuerzas mucho más homogéneas y consolida nocivas) no son pecado mientras no haya una
das en la defensa de los nuevos intereses eco ley que las prohíba: esta ley debe establecer
nómicos que las que había habido en Fran se, y para ello debe nom brarse una persona
cia durante el siglo anterior, Hobbes se ve dotada de autoridad. Injusticia, ley V poder
obligado a seguir el único camino disponible son tres eslabones de la misma cadena lógi
para establecer el nexo roto entre la sobera ca que tiende a perm itir, de una manera arti
nía (la reivindicada en una forma tan decidi ficial, que el hombre sobreviva.
da y tradicional por la monarquía Estuardo) En conclusión, también para Hobbes, la
y el derecho (el de los centros de poder local, esencia de la soberanía radica en la absolu
del parlamento que los agrupaba, de la gentry tez y en la unicidad del poder, de manera que
que empezaba a expresarlos en el nivel de cla todas las voluntades individuales de los hom
ses) y para fundamentar una legitimidad real: bres se reduzcan a una sola voluntad. “ Esto
la admisión de un sistema jurídico dotado de es más que un consentimiento o un acuerdo:
reconocimiento universal. Este último ya es una unificación real de todos ellos en una
existia en el derecho natural moderno que, misma persona, lograda por medio de un pac
después de haber sido utilizado ventajosa to de cada hombre con cada hombre [. ..]"
mente en el transcurso del siglo xvt como (ibíd., cap. xvh). El estado, de hombre artifi
instrum ento racional para resolver cuestio cial, se convierte en dios mortal, "una perso
nes anormales o completamente originales na de cuyos actos se ha hecho autor cada uno
ABSOLUTISMO 7
de los individuos de una gran multitud, a tra exactos (por más amplios y extensos que sean,
vés de pactos recíprocos, con el fin de que como en el caso de Hobbes) del poder y, por
pueda usar la fuerza y los medios de todos consiguiente, en cierta forma, limitarlo, y pol
ellos, según lo considere oportuno, para su la otra, establecer y defender los ámbitos
paz y para la defensa común" (ihid.j. (aunque fuera solamente el del espacio inte
El hecho de que la soberanía se manifieste rior apolítico de Hobbes) de autonomía e inde
por excelencia en la potestad legislativa, se pendencia individual.
deriva de las premisas mismas del discurso El a. político dio, en realidad, en el plano
de Hobbes: sólo el derecho positivo es capaz constitucional concreto, respuestas muy uni
de desenm arañar las pasiones humanas e laterales a estos problemas, separando des
impedirlas positivamente (sancionándolas). mesuradamente un polo del dualismo (el auto
En esta forma, este último no es más que la ritario) del otro; estableció, sin embargo, el
necesaria propagación, artificial y racional, principio de la contraposición y por lo tanto
del derecho natural, cuyas leyes eran conti la premisa necesaria para toda su posible
nuamente violadas, en el estado de naturale reglamentación.
za, por las pasiones. El estado hecho a seme Esto permite, finalmente, establecer una
janza del hombre, pero siendo un cuasidios, indiscutible distinción de principio entre a.
expresa en el fondo, según Hobbes, por enci y totalitarismo, ya que este último consiste
ma de ¡a absolutez política (característica per precisamente en la total identificación de
manente de todo el a. político), también la cada sujeto con el entero cuerpo político orga
absolutez del hombre, en sus pasiones y en nizado. pero mucho más con la organización
su heroísmo. La gran ficción en que consiste misma del cuerpo. Cosa que, obviamente, pue
(la abstracción del poder en una voluntad uni de suceder en las dos direcciones implícitas
ficada artificialmente) es el instrumento en el dualismo autoridad-súbdito: mediante
racional con el que el hombre salva su pro la desmesurada dimensión del polo autorita
pia concretez, es decir, su vida. En el estado, rio. que llega a abarcar en si todo aspecto y
el hombre se salva, no se pierde.V . momento de la vida individual, reduciendo lo
privado a un simple elemento constitutivo de
V. modklo bipolar: AUTORIDAD y SUBDITO. Paradó su misma estructura organizativa, o bien
jicamente, éste es precisamente el resultado mediante la absolutización de la presencia
final al que conduce el a. político: la garan individual, en una continua y global partici
tía de la libertad humana —de esa parte de pación del hombre en la política. En ambos
libertad humana compatible con la apremian casos, se tendría una absoluta politización de
te necesidad de la política—, ya reducida defi la vida individual, en una perspectiva dram á
nitivamente a una esfera autónoma do rela ticamente enajenante, o encantadoramente
ciones humanas, sin más justificaciones o liberadora, aunque con el mismo resultado
referencias de tipo trascendente. De Hobbes por lo menos en un punto: la liberación de la
en adelante, el proceso de ampliación y con política de todo limite, su —precisamente—
solidación de esta garantía se desarrollará totalización, y por consiguiente también la
dentro de la realidad efectiva del poder, y en pérdida de su autonomía en nombre de una
relación con la fuerza abstracta pero podero hegemonía absoluta sobre cualquier otro
sísima del estado. Los modelos que vendrán aspecto de la vida humana, que la sujetaría
después, tanto de tipo constitucionalista inevitablemente, de nuevo, a elecciones y
como de tipo absolutista-ilustrado, si preten opciones perjudiciales de tipo trascendente.
den llegar a los más modernos del estado de Ya se trate de un totalitarism o autoritario
derecho y del estado social, no podrán salir y tecnocráticoode un totalitarismo democrá
se de la rígida relación-separación en que el tico y humanista, ciertam ente los módulos
a. había fundamentado la propia obligación organizativos (pero ante todo culturales y
política por medio del recurso a la soberanía: existenciales) en que éste se concretaría,
la relación entre autoridad y súbdito. Sólo en serian necesariamente distintos de aquellos
el ámbito de este dualismo y en la delimita a que nos tenia acostumbrados la experien
ción precisa de las respectivas competencias, cia constitucional occidental de la edad
se puede, por una parte, conocer los confines moderna. En todo caso, pues —por más
8 ABSTENCIONISMO
absurdo y presuntuoso que parezca reunir, en se mide como el porcentaje de quienes, tenien
el plano de los contenidos, las dos posibles do todo el derecho, no van a las urnas. Dis
lineas de tendencia—, resulta necesario tomar tinto es el caso de quienes al votar dejan la
conciencia de las implicaciones y de las con papeleta en blanco o la anulan de diversos
secuencias que éstas llevan consigo, en la con modos con toda intención. Aunque tanto quie
vicción, cada vez más probable, de que tal vez nes no comparecen ante las urnas como quie
la edad del totalitarism o ya ha comenzado. nes no expresan un voto válido intentan mani
festar disgusto o desconfianza, ambos fenó
bibliografía: P. Anderson, El estado absolutista menos deben juzgarse analíticamente como
(1974), México, Siglo XXI, 1979; F. Hartung y R. distintos.
Mousnier, Quelques prohlémes concemants la En general, las variables que inciden sobre
monarchie absolue, en Relazioni del X Congres- la disponibilidad en la participación política
su Internazionale di Scienze Storiche. IV:Storia en su sentido amplio influyen de manera posi
moderna, Florencia, Sansoni, 1955; W. Hubatsch, tiva también en la participación electoral. Al
Das Zeitalter des Absolutismus, 1600-1789, contrario, puede decirse que los abstencionis
Braunschweig, Westermann, 1965; K. Kaser, tas son, desde el punto de vista sociológico,
L ’etá dell’assolutismo (1923). Florencia, Vallec- con poca diferencia de país a país y con pocas
chi, 1926; R. Mandrou, L'Europe "absolutiste". excepciones (por ejemplo, la de los abstencio
Raisonet raison d'État, 1649-1775, París, Fayard, nistas voluntarios y "determ inados", como
1977; F. Mcinecke, L'idea delta rugían di Stuto los peronistas en Argentina las veces en que
nella storia moderna (1924), Florencia, Sansoni, se sintieron discriminados o los radicales ita
1967; A. Negri, Assolutismo, en Scienze poli lidie. lianos en las elecciones administrativas de
1: Stato e política, Milán, Fcltrinelli, 1970; G. Oes- 1980 y 1981), un grupo de individuos con
treich, Problemi di struttura dell'assolutismo características relativamente precisas: ante
europeo, en Lo Stato moderno. 1: Dal Medioevo todo, bajo nivel de instrucción; en segundo
all'etá moderna, a cargo de E. Rutel ii y P. Schie- lugar, sexo femenino; en tercer lugar, de edad
ra, Bolonia, II Mulino, 1971; R. Schnur, Indivi avanzada o muy jóvenes. En igualdad de todas
dualismo c assolutismo, Milán, Giuffré, 1979; G. las demás variables, la instrucción o mejor
Tardío, Storia della cultura giuridica moderna. dicho la falta de un adecuado nivel de instruc
1: Assolutismo e codificazione del diritto, Bolo ción. incide negativamente en la participación
nia, II Mulino, 1976; C. Vivanti, Note per una dis- electoral. Sin embargo, se ha observado tam
cussione suU'assolutismo, en Quadcmi di rassefi bién que si prescindiendo de su nivel de ins
na soviética: Atti del 111 Convegno degli storici trucción, un individuo empieza a participar
Italiani e sovietici, Ruma, 1969; F. Walter, Euro en las elecciones, por ejemplo por haber sido
pa im Zeitalter des Absolutismus, 1600-1789, "movilizado” por un partido o por circuns
Munich, Oldenburg, 1959. tancias excepcionales, como la guerra o la
depresión, es probable que siga "partici
[i'IERANGELO SCHIEKA] pando”.
Las tasas de a. varían considerablemente
de un país a otro y de una consulta electora!
a otra. Las tasas más elevadas las encontra
abstencionismo mos, por lo que respecta a los regímenes
democráticos, en Estados Unidos; en las elec
Se utiliza el término esencialmente para defi ciones presidenciales, el a. superó en los años
nir la falta de participación en el acto de setenta el 45%; en las elecciones al Congreso
votar. Pero también puede ampliarse su sen vota menos de la mitad de quienes tienen
tido hasta comprender la no participación en derecho a ello (aunque con fuertes diferencias
todo un conjunto de actividades políticas, de uno a otro estado y de elección a elección).
pues en su forma más aguda la no participa Las tasas más bajas se encuentran, en este
ción podría definirse como apatía, enajena orden, en Australia, Holanda, Austria, Italia
ción, etc. Como muchas de las variables vin y Bélgica y llegan a ser, para las elecciones
culadas con la participación electoral, el a. es políticas de la segunda posguerra, inferiores
de fácil determinación cuantitativa. De hecho, al 10%. En promedio, las tasas de a. en los
ABSTENCIONISMO 9
los partidos están en crisis, su capacidad de demás, la gran masa de los abstencionistas
movilización y captación del electorado se y de los electores fluctuantes queda a dispo
desvanece y el a. crece, y crece aún más si, sición de los llamados de los demagogos, que
como sucedió en Estados Unidos en los años prometen hacer limpieza general y crear un
sesenta, su crisis se manifiesta al mismo tiem régimen de verdadera participación. La movi
po que la ampliación del electorado potencial. lización hacia arriba de los abstencionistas,
Al no estar injertado en los circuitos de la en definitiva, es un peligro real en situacio
política organizada, este electorado se refu nes en las que la tasa de a. crezca sin solu
gia rápidamente en el a. y si no se le recupe ción de continuidad.
ra en el curso del tiempo se volverá a. cróni
co. Puesto que, en general, parece esperarse BIBLIOGRAFIA: K. Dittrich y L.N. Johansen, 1.a
una reducción de la captación de los partidos partecipazione eletlorale in Europa (1945-1978):
de masas y de las organizaciones políticas miti e realtá, en Ri vista Italiana di Scienza Poli-
inclinadas a la participación electora!, la ten tica, x (agosto de 1980); A.T. Hadley, The einpty
dencia futura más probable es un crecimien pollirtK booth, Englewood Cliffs, Prentice-Hall,
to del abstencionismo. 1978; E.C. Lndd, Jr., Where have all thc voters
¿Qué efectos tiene el a. en el funcionamien gone?, Nueva York, Norton. 1978: A. Lancelot,
to de los regímenes democráticos? En primer L'abstentionnisme electoral en Frunce, París,
lugar, no son pocos aquellos que sostienen Colín, 1968; Electoral participaron, a cargo de
que las altas tasas de a. constituyen una des R. Rose, Beverly Hills-Londres, Sage Puhlica-
legitimación, real o potencial, de los gober tions, 1980; R.E. Wonfinger y S.J. Rosenstone,
nantes. de la clase política e incluso de las Who votes?, New Haven-Londres, Yale Univer-
propias estructuras democráticas. Si demo sity Press, 1980.
cracia es participación de los ciudadanos, la
falta de participación debilita la democracia. [lilANFRANCO l’ASCfUINOl
En segundo tugar, quien asume una visión
más destacada del problema de la legitimidad
de los regímenes democráticos subraya en acción católica
cambio la necesidad de observar la "produc
ción" del régimen. Si los abstencionistas son El decreto del Concilio Vaticano II Apostoli-
un grupo no sólo sociológicamente distinto cam actuositatem, a propósito de la a. católi
del que vota, sino distinto en términos de pre ca, o bien de las "diversas formas de activi
ferencias políticas, entonces su abstención dad y de asociación que, manteniendo una
hará difícil (y no esencial) que las autorida estrecha unión con la jerarquía, se han ocu
des, los gobernantes, sean sensibles a las exi pado y se ocupan de fines propiamente apos
gencias inexpresadas. Por ello la producción tólicos”, recuerda la definición común que se
legislativa, la distribución de recursos, la le atribuyó en el pasado: "colaboración de los
selección global del sistema premiarán a quie laicos en el apostolado jerárquico” (cap. 20).
nes participan en menoscabo de los absten Se trata de una fórmula cuyos orígenes se
cionistas, lo cual asum iría aspectos de parti remontan al pontificado de Pió XI (1922-1939).
cular gravedad si los abstencionistas perte Aparece por prim era vez, aunque con térm i
necen a grupos sociológicamente "subprivi nos ligeramente distintos ("participación de
legiados”. En parte es asi y en parte no, es los laicos en la misión propia de la Iglesia”),
decir que los abstencionistas sólo en parte en una carta del entonces secretario de esta
difieren (sobre todo en Estados Unidos) de do cardenal Gasparri a los obispos italianos
aquellos que votan. del 2 de octubre de 1922. Integrada en su for
Sin embargo, permanece abierto el proble ma definitiva en los estatutos de la a. católi
ma de los regímenes democráticos en los cua ca italiana de 1931, fue mantenida por los
les un alto porcentaje de los electores deci pontífices posteriores. Para captar su signi
den no “m olestarse” en influir en el éxito de ficado es necesario tener en cuenta el contex
las competencias electorales. De hecho, esca to doctrinal en que maduró, enfriando en pri
samente puede pensarse que el sistema en mer lugar la acepción del término "aposto
conjunto no se vea "deslegitimado". Por lo lado”, el cual tiene una connotación de pro
ACCION CATOLICA II
tico por parte de los católicos. El pontifica para el ejercicio del gobierno mismo y. por
do de Juan XXIII y el Concilio Vaticano II otra parte, a las actividades de actuación de
marcan un cambio de rumbo decisivo en lo las finalidades públicas, como las señalan las
que respecta a las lineas del planteamiento leyes y los actos de gobierno, en forma de pre
pastoral. El tema de la "opción religiosa”, que cisa disciplina jurídica de las actividades eco
ha pasado a ser central en la a. católica pos nómicas y sociales o en la forma específica
conciliar. representa un distanciamiento res de cumplimiento de intervenciones en el mun
pecto de la concepción del apostolado antes do real (trabajos, servicios, etc.) o de compor
mencionada y un parcial reconocimiento de tamientos técnico-materiales, así como el con
la autonomía de la acción política respecto de trol de la actuación de esas finalidades (sal
los principios que determinan la experiencia vo los controles de carácter político y juris
del cristiano. La cuestión de la concreción y diccional).
de la relación que pueda haber entre la per En la variedad de las actividades adminis
sistencia de formas de intervención y de pre trativas (distinguiendo entre éstas, como mere
sencia típicas del pasado y el nacimiento de cedoras de una consideración especial, las
una nueva concepción de la "a. católica” per actividades de gobierno), pueden señalarse
manece abierta. dos atributos comunes: en primer lugar, el de
ser actividades dependientes o subordinadas
bibliografía G. Candeloro. II movimento caito- a otras (y por éstas controladas) que determi
¡ico in Italia, Roma, Editori Riuniti, 1972; G. de nan v especifican las finalidades por realizar
Rosa, Storia del movimento cattolico in Italia (actividades políticas o soberanas y de gobier
dalla restaurazione all'etá giolittiana, Barí, Later- no); en segundo lugar, el de ser ejecutivas, en
za. 1966; F. Magri, L’A. cattolica in Italia, Roma, el doble significado de cumplir una elección
La Fiaccola, 1953, 2 vols.; G. Miccoli, Chiesa e o una norma precedente y de ejecutar la nor
sacie tá in Italia dal Concilio Vaticano I (1R70) al ma interviniendo para la satisfacción final de
Pontificato di Giovanni XX'///, en Storia d'lta- intereses y fines ya señalados.
¡ia, vol. v: / documenti, t. ii, Turín, Einaudi, Estos atributos condujeron a la identifica
1973, pp. 1493-1548; G. Poggi, II clero di risen^a, ción de la a. pública esencialmente como fun
Milán, Feltrinelli, 1963; Varios, I.a presenza ción. vale decir como actividad-objetivo (con
sociale del PCI e delta DC. Bolonia, II Mulino, dicionada por un objetivo), y como organiza
1968. ción, es decir como actividad dirigida a ase
gurar la distribución y la coordinación del
[LILIANA FERRARI] trabajo para una finalidad colectiva.
los mismos en el plano subjetivo. Una carac ción histórica como en la comparación de las
terística normal de estas estructuras es la pre distintas experiencias nacionales.
sencia de un personal elegidu por la posesión Podrá verse, en particular, cómo las vi
de competencias técnicas y empleado de cisitudes de la a. pública siguen paso a paso
manera profesional y continua (cuerpos buro las de las formas del estado y del gobierno,
cráticos). actuando como manifestación especifica,
Sin embargo, es correcto advertir que la a. pero no menos esencial, del orden y de los
pública no puede reducirse, como a veces ocu equilibrios que se crearon en los distintos
rre, a la semblanza de las estructuras; en efec momentos. Igualmente se podrá comprobar,
to, esto no permite dar razón completa del especialmente para la época actual, la copre
fenómeno administrativo público tal como se sencia de distintos tipos de a. pública dentro
delinea desde el punto de vista histórico y de la misma colectividad estatal.
comparado, especialmente si se tiene en cuen Con relación a cada tipo de administración
ta que no siempre es posible encontrar estruc es posible hacer resaltar, por una parte, has
turas de carácter burocrático para el desarro ta qué punto las instituciones políticas y de
llo de las actividades administrativas y que gobierno han sido f uertes y al mismo tiempo
frecuentemente hay continuidad o una p ar capaces de realizar o de hacer realizar los pro
cial identidad en las estructuras de gobierno pios objetivos y, por otra parte, hasta qué
y de administración. punto la a. pública (en el doble aspecto estruc
tural y funcional) respondió a estos objetivos
III. PROBLEMAADMINISTRATIVOYTIPOS DE ADMINISTRA y fue eficiente en alcanzarlos. Dentro de esta
CIÓN La variedad de las tareas a las que pue relación que ve en una posición de recíproca
de dirigirse la obra administrativa y la varie complementariedad y, al mismo tiempo, de
dad de las actividades en las que puede mani contraposición las funciones políticas y de
festarse, aconsejan asum ir el punto de vista gobierno y la administrativa, se ubica una de
más amplio de la administración como acti las problemáticas vitales más complejas y en
vidad o como función necesaria, a la par con gran parte irresuelta de nuestros días. Esto
la política y de gobierno, en todo ordenamien es particularm ente visible donde las estruc
to general o especial. turas burocráticas se han extendido (y actual
Se trata más propiamente de considerar mente esto es la regla), porque en la realidad
como dato constante de toda colectividad efectiva la relación institucional de dependen
estatal (como de todo grupo social organiza cia que la» caracteriza puede presentar valen
do) la existencia de un problema adm inistra cias. si no opuestas, ampliamente divergen
tivo, que encuentra o puede encontrar solu tes respecto de las constituidas.
ciones diferentes, aun en el plano organizati Los respectivos papeles de las estructuras
vo, con relación a la variación (además de los políticas y de las adm inistrativas tienden a
diferentes caracteres sociales, económicos y trastocarse o a configurarse según un equili
culturales de un pais) de los tres principales brio sustancialmente alterado. Por esto la
componentes señalados de cada sistema: el temática ulterior, sutilmente sociológica, que
tipo de instituciones políticas y de gobierno analiza la a. publica en los diterenies contex
existentes; la relación que se instaura entre to» institucionales y según los distintos tipos:
éstas y la a. publica, y las finalidades asumi la del papel político desarrollado de hecho
das como tareas o fines de interés publico. por las estructuras burocráticas.
El examen de los modos en lo» que se ha
enfrentado y tratado de resolver positivamen iv. L\ administración-soberanía. Para esquema
te el problema administrativo, siempre que tizar sum ariam ente cuále» tipos de adminis
se lo realice teniendo presentes las tres prin tración asumieron mayor importancia en el
cipales variables señaladas, que en cierto problema de las forma» de estado y de gobier
modo bosquejan lo» elementos fundamén no modernas y contemporáneas, refiriéndo
tale*. del fenómeno adm inistrativo publico se particularm ente a la experiencia italiana
—el elemento institucional, el organizativo y y sin la pretensión de ilustrar en su singula
el funcional— permite señalar distinto» tipos ridad histórica las varias administraciones
de a. publica, tanto en el curso de la evolu nacionales, convendrá untes que nada anali
14 ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
sionalmente y técnicamente calificado. Por El momento de contacto entre los dos cam
esto el surgimiento de formas de organización pos separados de la administración y de la
autónoma regidas por normas propias y cri sociedad se expresa en el acto adm inistrati
terios de acción internos (especialmente en el vo. que fija en concreto y unilateralmente el
campo contable y financiero) y encargadas de interés del estado-persona, dentro de los lími
la realización de determinados objetivos de tes de discrecionalidad que la legislación con
carácter productivo: las empresas. A la admi siente, sin que, por otra parte, los remedios
nistración copartícipe del gobierno y emana jurisdiccionales introducidos puedan ofrecer
ción de la autoridad soberana se yuxtapone correctivos eficaces y satisfactorios para la
la administración-empresa, un modelo orga tutela del mismo interés público que deben
nizativo sobre cuyo interés para las actuales satisfacer.
perspectivas de la a. pública llamaron opor En consecuencia, deviene absolutamente
tunamente la atención muchos estudiosos. prevaleciente la faz organizativa de la adm i
Efectivamente, ese modelo organizativo nistración que, m ientras asume caiacteres
comportaba la ruptura de la continuidad estructurales propios, conserva y refuerza los
estructural entre el gobierno y la adm inistra vínculos de dependencia de ésta respecto de
ción y daba un relieve separado a las respon la dirigencia política, de modo tal que se pue
sabilidades decisionales propias del gobier de decir que la administración no es más que
no y a las de actuación y gestión organizati el aparato del gobierno. En efecto, las estruc
va de las mismas. Cosa que habría podido ase turas se van ordenando según el modelo
gurar un notable efecto clarificador en el ministerial y dentro de cada ministerio se
momento en que administrar, como otras fun articulan favoreciendo la dirección y el con
ciones públicas, entró en el sistema del esta trol cotidiano sobre las actividades adminis
do constitucional con gobierno parlam enta trativas por parte de los responsables políti
rio. Por el contrario, el modelo de la cos. Es notorio que dentro de las estructuras
administración-empresa se dejó de lado sobre ministeriales (centrales y periféricas) la dis
la base de la afirmada necesidad de someter, tribución del trabajo adm inistrativo se rea
a través de la institución de la responsabili liza progresivamente mediante la formación
dad ministerial, todo el funcionamiento del de un orden graduado de competencias inter
aparato estatal al control del parlamento.V I. nas, desde la más general a la más especifi
ca, orden que significa para la competencia
VI. LAADMINISTRACIÓN-AUTORIDADY L\ ORGANIZACION de grado superior (y para su titular) la posi
jlrarouica. Con el advenimiento de los regí bilidad de intervención y de sustitución en el
menes constitucionales, la a. se subordinó a ejercicio de la competencia de grado inferior.
la ley y fue ubicada dentro del llamado poder Al mismo tiempo, las distintas competen
ejecutivo estatal, pero esto no fue más que cias se determinan de m anera tal que a cada
darle un carácter formalmente actual a lo que una de ellas le corresponde el cumplimiento
era un orden conceptual y práctico preexis o la preparación de una o más actividades de
tente. Los nuevos principios y las nuevas dis ejecución normativa. La consecuencia es que
posiciones institucionales actuaron efectiva se elimina de ese modo cualquier relación de
mente no en el sentido de la transformación responsabilidad directa entre el personal
sino en el sentido de la limitación y del con encargado y los fines de la organización. Dis
trol desde el exterior de la acción administra ciplinando uniformemente la actividad o el
tiva. Ésta se reglamentaba con base en los segmento de actividad asignado a cada uni
intereses, las tareas por realizar y el ámbito dad organizativa, se garantiza, por otra par
de 'Us posibilidades de intervención, de carác te, un fácil control y una cómoda posibilidad
ter específicamente unilateral y autoritario. de transm itir vez por vez las órdenes y las
Sin embargo, permanece igualmente configu direcciones del vértice.
rada como manifestación de autoridad ílegi''-
lativamente circunscrita) para la satisfacción MI LA CRISIS DE LA ORGANIZACION JERAROUCA. La
de los intereses propios del sujeto titular de organización ministerial de carácter jerárqui
la soberanía (ya no el principe sino el ente co, acentuando los aspectos de unidad y de
estado). regularidad formal de la acción administra-
16 ADMINISTRACION PÚBLICA
turna administrativo y su sustitución por una del modo de ser de las estructuras burocrá
pluralidad de tipos de administración, inclui ticas sino buscando también las soluciones en
dos en el interior de un mismo ordenamiento. un replanteo sobre el papel y el modo de con
La primera tendencia alternativa señalablc, figurarse de la administración respecto de las
porque posee una vasta gama de manifesta instituciones políticas y de gobierno y. por
ciones concretas, es la llamada fuga de la otra parte, respecto de las instituciones y
organización ministerial. Permaneciendo estructuras sociales en cuanto tales. Dada la
inmutable la unidad del poder político y de variedad de las actividades administrativas
gobierno, dentro del área de la adm inistra que comprenden distintos momentos funcio
ción estatal, desde los inicios del siglo, se afir nales, desde los de gobierno (y de inmediato
ma cada vez más ampliamente el empleo de auxilio al mismo) hasta los de prestación de
entes y de empresas autónomas a medida que utilidades y de servicios específicos, cada uno
se le agregan nuevos campos de acción a la configurable distintamente según una rela
intervención pública y surgen nuevas exigen ción de complementariedad reciproca, se pre
cias de promoción operativa en los distintos senta la exigencia de d ar a los diversos
sectores económico-sociales. Por otra parte, momentos funcionales una adecuada expre
la organización interna de estas estructuras sión, incluso en el plano organizativo, que ten
no se diferencia sustancialmente de la minis ga en cuenta las características v los requisi
terial, de la cual reproducen las principales tos peculiares de cada uno en un ordenamien
disfuncionalidades sin asegurar las ventajas to democrático.
deseadas respecto de una mayor correspon Esto conlleva un cambio radical en el modo
dencia política o a una mayor eficiencia orga de concebir y de plantear las tareas adminis
nizativa. trativas que, valorizando sus diversos aspec
La utilización de estructuras alternativas tos o momentos funcionales, permite colocar
se amplía (y con esto se convierte en particu las en una relación inmediata con las tareas
larmente significativo) con el empleo de for por realizar y con las instituciones políticas
mas organizativas propias del mundo econó y sociales, en un cuadro constante de inter
mico y empresarial privado (particularmen dependencia entre las elecciones y los resul
te, las sociedades por acciones con participa tados.
ción o de carácter público); primero para los Por esto se asiste a un proceso de separa
grandes sectores económicos de base, y lue ción que afecta la a. pública: por una parte
go (como sucede en los últimos tiempos) para se trata de reconstruir las estructuras de
actividades tecnológicamente sofisticadas o gobierno (tanto en el centro como en la peri
complejas desde el punto de vista organiza- feria) en el directo ámbito de responsabilidad
tito (informática, técnicas e intervenciones de de las instituciones políticas y, por otra, se
programación organizativa, territorial y eco trata de dar vida a estructuras de gestión en
nómica, etc.). Esto, por otra parte, determi el directo ámbito de responsabilidad de las
na en el cuadro dominado por una organiza instituciones y las formaciones sociales.
ción ministerial todavía operante con las for Según esta tendencia el conjunto de las acti
mas señaladas, junto a una mayor simplici vidades administrativas debería repartirse a
dad y oportunidad de la intervención, ulterio lo largo de todo el arco de la organización
res e igualmente graves problemas respecto poli tico-social y el problema administrativo
de la organicidad de la acción pública en su da la impresión deque debe resolverse a tra
conjunto y de las posibilidades de dirección vés de la superación de las estructuras buro
y control real sobre la misma por parte del cráticas (ministeriales o no), en la prefigura
gobierno, del parlamento y de la colectividad ción de dos diferentes tipos de adm inistra
en general.IX ción: la administración política, inserta en las
nuevas estructuras de gobierno, y la adminis
IX LAADMINISTRACION ¡-OI.ITICA Y I.APROGRAMACIÓN tración social, correspondiente a las estruc
Los desarrollos de esa tendencia relevaron turas de gestión, expresión del autogobierno
poco a poco la necesidad de hacer frente al de las colectividades territoriales y persona
problema administrativo con una visión más les operantes dentro de la colectividad
amplia de carácter global: no sólo respecto nacional.
18 ADMINISTRACION PtIBLICA
Para que esto pueda realizarse, el prim er planos de actividades, tanto privadas como
momento funcional que hay que revalorar y públicas, también los otros momentos de la
restructurar, como ya se señaló, parece ser acción adm inistrativa se caracterizan de
el de gobierno, en la doble dirección de rom manera peculiar y pierden su carácter de
per su tradicional carácter unitario y centra actuación imperativa de normas (y por lo tan
lizado y de sum inistrarle adecuadas modali to estrictamente públicas), conviniéndose en
dades de explicaciones. Desde el primer punto actividades ejecutivas de tareas programadas,
de vista resalta particularm ente la regiona- dirigidas al cumplimiento de servicios y de
lización, en cuanto proceso común en acto en prestaciones o a la promoción, al reequilibrio
toda Europa, o por la distribución de los y, como en el pasado, a la precisa regulación
poderes del estado o por la coordinación de de actividades económicas y sociales. Lo que
los poderes locales (retomando por lo tanto debería postular un empleo más amplio de
en forma actualizada la fórmula de los esta instrum entos privados y una mayor simpli
dos federales que tienden a asum ir caracte ficación en el plano de los procedimientos
res afines a los regionalizados); desde el (salvo cuando sea necesario garantizar las exi
segundo punto de vista, resalta el método de gencias del contrario) y en el de los controles
la programación. (no afectando éstos a los actos singulares sino
Ya que las leyes tienden cada vez más a fijara la actividad o a la gestión en su conjunto).
los últimos objetivos y a dejar necesariamente Todo esto tiene también importantes impli
un amplio espacio a la acción ejecutiva, a ésta caciones explicativas: en particular, se deli
le corresponde sustancialmente determ inar nea la exigencia de d ar vida a estructuras de
las propias modalidades de intervención en gestión con un relieve separado respecto de
el espacio y en el tiempo, fijando o, mejor aún.las de programación, y por lo tanto con cen
"proyectando" concretamente las tareas por tros de dirección y de responsabilidad pro
desarrollar. Por lo tanto los programas y los pios. Además, esas estructuras de gestión,
planes se convierten en el momento principal reorganizándose paralelamente a las de
de la acción de gobierno. Éstos ya no asegu gobierno según criterios de articulación terri
ran, como era propio del acto adm inistrati torial, pueden ser incorporadas cómodamen
vo tradicional, la discriminación entre auto te en la órbita de los poderes locales (más pre
ridad y libertad, afirmando el interés de los cisamente del autogobierno local) y perm itir
sujetos y de los entes públicos respecto de los aun el control sistemático, si no hasta la mis
intereses privados, sino que establecen los crima administración social (por parte de las
terios y los instrumentos para el cumplimien diversas formaciones sociales interesadas) de
to de las tareas comunes de relevancia social, las actividades y de los servicios prestados.
arbitrando y mediando de ese modo en una En ese sentido se debe recordar el proceso,
pluralidad de intereses colectivos. De aquí la todavía en curso, de transformación de la
exigencia particular (que está presente repe administración escolar, sanitaria, asistencial
tidamente en ¡as leyes) de dar una amplia y de previsión desde los modelos de organi
importancia en los procedimientos a la fase zación sectorial y vertical a los modelos de
de formación de los programas, con el obje organización territorial y horizontal (distri
tivo de favorecer la participación de esos intetos escolares, unidades sanitarias locales, uni
reses y de perm itir una adecuada pondera dades locales de servicios sociales); pero tam
ción de los mismos por parte de la a. pública. bién pueden ponerse de relieve tendencias
Además, los programas representan el análogas en los campos de intervención eco
parámetro en el que se cotejan y pueden cola nómica (por ejemplo, agricultura).
borar distintos centros de gobierno autóno Pero la formación de las dos figuras de la
mos entre sí y operantes en distintos niveles adm inistración política y social no produce
y dimensiones territoriales y bajo diversas solamente la superación de la unidad y de la
responsabilidades políticas (como es el caso uniformidad del sistema administrativo (con
de los estados con autonomías regionales). las consecuentes posibilidades de utilizar
esquemas organizativos diferenciados y múl
X. LAADMINISTRACIÓN SOCIAL YLAGESTIÓN DE LAPRO tiples centros de participación política y
GRAMACIÓN. En un sistem a de program as y de social, especialmente de carácter local), sino
AGRARISMO 19
que conlleva también una transformación sig 1968; F. Heady, L ’ad ministra! ion publique:
nificativa del papel del cuerpo burocrático recueil de texles, París, Instituís Belgc et Fran
que, como portador de autoridad y guardián jáis des Sciences Administrad ves, 1971; Instituí
de las leyes, asume diversas connotaciones de d'Administration, Évolution de la fonction publi
acuerdo con las estructuras en las que está que et exigences de formation, Bruselas, Univcr-
ubicado. xVIientras tanto, en la administración sitéde Bruxclles, 1968; G. Langrod (comp.). Tra
política se realiza un equilibrio distinto entre tado de ciencia administrativa (1966), Alcalá de
la dirección política y el personal profesional, Henares, enap, 1977; F.M. Marx (comp.), Verwal-
desde el momento en que la realización por tung: Eine einführende Darstellung, Berlín, Dunc-
programas postula un intercambio recípro ker und Humblot, 1965; F.M. Marx, El estado
co entre el aporte de los técnicos para formu administrativo, Alcalá de Henares, enap, 19752;
lar las elecciones políticas y la dirección, y Revue Internationale des Sciences Administra
el impulso de los políticos para orientar la tivas, 1-2, 1971 (número dedicado a la adminis
labor de los técnicos (de tal forma que en la tración italiana); P. Sclf, Administrativa theories
form ación de las decisiones político- and politics: an inquiry into the structure and pro-
administrativas el personal profesional se cess of modern govemment, Londres, Alien and
convierte sobre todo en un participante); en Unwin, 1971; V.A. Thompson, Bureaucracy and
cambio, en el caso de las estructuras de ges innovation, Tuscaloosa, University of Alabama
tión, el personal profesional asume la respon Press, 1969.
sabilidad de las actividades programadas y
de su gestión, en una relación directa entre [GIOKGIO PASTORl)
la estructura adm inistrativa y el conjunto
social de usuarios, es decir sobre la base de
un constante control y estímulo por parte de agrarismo
los grupos y de las formaciones sociales para
la eficaz e idónea consecución de los resulta Corriente política e ideológica, de gran sig
dos prefijados. En ambos casos, el burócra nificación en distintas etapas del desarrollo
ta parece ser un especialista capaz de utili de la revolución mexicana, constituida en fun
zar el aporte de otras disciplinas y de las téc ción de la lucha por las reivindicaciones cam
nicas de organización para contribuir a la for pesinas, especialmente aquellas referidas a la
mación de las decisiones programáticas (pro conservación, recuperación y reparto de la
pias de las estructuras políticas de gobierno) tierra de las comunidades agrarias. El a. cons
o para proveer a la conducción integrada de tituye un elemento sustantivo de la ideología
las actividades de gestión, según las actuales oficial mexicana y el grado de cumplimiento
tendencias de desarrollo de la administración de distintos aspectos de sus postulados pro
pública. gramáticos es considerado como un parám e
tro importante de la política efectivizada por
BIBLIOGRAFIA: F. Bcnvenuti, Pubhlica amministra- sus sucesivos regímenes presidenciales en
zione e diritto amministrativo, en Jus, 1957; F. relación con la legitimidad reclamada por
Bcnvenuti, Lascienza delTamministruzionecome cada uno de ellos como herederos del gran
sistema, en Problemi delta pubhlica amministra- movimiento revolucionario de la segunda
zione, Bolonia, 1958, vol. i; B. Chapmun, The pro- década del siglo, del periodo cardenista de
fession of Government: the public Service in Euro- 193-4-1940 y como ejecutores dinámicos del
pe, Londres, Alien § Unwin, 1959; J. C. Charles- programa nacional y popular plasmado en la
worth (comp.), Tlieory and practica of public Constitución de 1917. Por otra parte, secto
administratiun: scupe, ohjectives and methods, res críticos o disidentes de las políticas guber
Filadelfiu, American Academy of Política! and namentales respecto de las cuestiones agra
Social Science, 1968; P. Gasparri, La scienza rias y campesinas reclamaron en distintos
dell'amministrazione: considerazioni introdutti- periodos y en la actualidad ser los auténticos
ve, Padua, cedam, 1959; \I.S. Giannini, Diritto representantes de esta corriente histórica,
amminislrativo, Milán, Giuffré, 1970, vol. i; F. manifestando que ella fue’traicionada o dis
Hcad), Pubhlica amministruzione: prospettive di torsionada en distintos grados y matices por
analisi comparala (1966), Bolonia, II Mulino, los sectores detentadores del poder estatal.
20 AGRARISMO
La base efectiva del a. en la revolución que carecen de ella. Los terratenientes que se
mexicana fue la poderosa movilización y opusieran a la revolución, siempre de acuer
lucha de los campesinos que especialmente do con el Plan, perderían a través de la nacio
en sus dos grandes expresiones, villismo y nalización del conjunto de sus propiedades y
zapatismo, constituyeron la forma m edular con las dos terceras partes que de otro modo
de la participación de las grandes masas hubieran conservado se indemnizaría a las
populares en el movimiento armado iniciado víctimas de la guerra y pensionaría a las viu
en 1910. Particularm ente la rebelión de los das y huérfanos de los combatientes revolu
campesinos de Morelos, acaudillada por Emi cionarios caídos. Finalmente se convocaba a
liano Zapata, extendida rápidamente a otras la reorganización del país luego del triunfo
regiones del sur y centro de México, fue expre arm ado mediante la reunión de una junta de
sión de reinvidicaciones agrarias de larga tra jefes revolucionarios a nivel nacional, lo que
dición y desde el punto de vista de la autono- constituyó un antecedente de la reunión de
mización política e ideológica respecto de otras la Soberana Convención de Aguascalientes a
fuerzas participantes en el movimiento, el gra finales de 1914. En vísperas de la derrota de
do de fundamentación programático y la cohe Huerta, el zapatismo exigió que las disposi
rencia y persistencia de su accionar, constitu ciones del Plan de Ayala fuesen elevadas a la
yen el hito referencia! fundamental para las dis categoría constitucional.
tintas vertientes del a. mexicano. Resulta significativo la moderación del Plan
La primera postulación revolucionaria res de Ayala respecto de la gran propiedad, mode
pecto del problema agrario fue efectuada, sin ración que caracterizaría el zapatismo en
embargo, en el Plan de San Luis Potosí pro todo su prim er periodo, hasta la etapa del
clamado por Madero el 5 de oct ubre de 1910; enfrentamiento con el constitucionalismo
su artículo tercero manifiesta la necesidad de carrancista. En cambio, adquiere singular
reparar los despojos de tierras de eampesi- importancia tanto para la historia especifica
nos pobres e indígenas afectados por la Ley del zapatismo como para las vertientes radi
de Desamortización de 1856, en favor de cales del a. la Ley Agraria de la Soberana Con
terratenientes. Esta promesa resultó signifi vención dictada en Cuernavaca el 22 de octu
cativa para reafirm ar el apoyo otorgado al bre de 1915, cuando en esta asamblea sola
maderismo por grupos campesinos rebelados mente militaban los representantes zapatis-
contra el régimen porfirista, de los cuales el tas, habiéndose retirado otras fracciones y
más im portante resultó ser el dirigido por especialmente el villismo. La ley referida, que
Zapata. Derrocado Díaz, y frente a las vacila tuvo como principal inspirador al ministro de
ciones e incongruencias de Madero, especial Agricultura del gobierno convenciónista
mente en lo referido a las promesas agrarias, Manuel Palafox, destaca notablemente de los
el zapatismo retomó las armas y fundamen documentos anteriores por consagrar clara
tó su actitud en lo que ha pasado a ser consi mente la inalienabilidad a perpetuidad de la
derado el documento liminar del agrarism o propiedad territorial de las comunidades y
mexicano, el Plan de Ayala, firmado por Zapa pueblos campesinos, la autonomía de éstos
ta y otros jefes campesinos el 28 de noviem respecto de su uso, el derecho a la restitución
bre de 1911. En él, además de confirm ar las de las tierras despojadas, la capacidad legal
definiciones generales del Plan de San Luis de todas las titulaciones anteriores a 1856
y desconocer a Madero por traicionar los con (Leyes de Desamortización) tanto comunales
tenidos de la revolución, el documento plan como individuales, el derecho fundamental de
tea la restitución a sus dueños legítimos de todo mexicano a cultivar una parcela, la obli
las tierras, aguas y montes despojadas por los gación de la nación de atender debidamente
terratenientes tanto a comunidades como a a esta necesidad y a expropiar con ese fin toda
individuos, y fundamentado en la falta de tie la tierra que excediese los limites de exten
rras de la mayoría de los campesinos deter sión que la propia ley fijaba con todo detalle
mina la necesidad de expropiar un tercio de según calidad y uso de los predios, la nacio
la superficie de los latifundios existentes, pre nalización confiscatoria de la propiedad de
via la indemnización a sus propietarios, con los enemigos de la revolución, también cla
el fin de dotar con esa tierra a los poblados ramente especificados en el texto legal, la pro
AÜKAKISMO 21
piedad de la nación respecto de aguas y mon la división y adjudicación privada de los terre
tes, la creación de departam entos federales nos comunales en la tradición de las leyes de
especiales para el riego, el crédito rural y la desamortización de 1856. Aunque se vislum
educación e investigación agrícola, la existen bra la intención de fomentar el surgimiento
cia de tribunales agrarios especiales y la de una clase de pequeños propietarios ru ra
facultad de gestión de toda la reforma agra les acomodados, es válida la opinión de uno
ria depositada en manos de los municipios y de los más importantes analistas del a. mexi
la autoridad federal excluyendo la participa cano (Jesús Silva Herzog) de que el triunfo de
ción de los gobiernos estatales. El conjunto Villa y la aplicación de sus ideas agraristas
de las reivindicaciones campesinas y de la hubieran dejado más o menos intacto el lati
problemática del a. apareció temalizada en fundio en el país.
este documento y con soluciones de neto La disposición más importante para el futu
carácter radical, muchas de las cuales se ro desarrollo institucional del a. provino del
incorporaron a la legislación posterior. La ori constitucionalismo carrancista. La ley del 6
ginalidad mayor de la ley convenciunista, y de enero de 1915 firmada por Carranza en
el elemento que no fue considerado nunca Veracruz, aunque dictada por necesidades
posteriormente en el transcurso de la refor tácticas de la lucha contra la Convención
ma agraria, fue la autonomía otorgada a los dominada por las fuerzas campesinas, cons
municipios y a todas las instancias locales tituyó el documento de mayor trascendencia
para plantear, resolver y adm inistrar su pro en el futuro porque ordenó básicamente toda
pia problemática agraria. Esta referencia al la estructura jurídica y administrativa con la
poder campesino local debe ser considerada que se llevaría a cabo la reforma agraria. La
como el rasgo más fundamental del a. zapa- ley establecía la caducidad de cualquier pro
tista. piedad de terrenos efectuada contra los inte
El villismo, aunque también con fuerte base reses de pueblos o comunidades campesinas
campesina, no alcanzó la organicidad del a partir de la Ley de Desamortización del 25
zapatismo respecto de las propuestas agraris- de junio de 1856 (Ley Lerdo) o en base a dis
tas, caracterizándose por una fuerte indefi posiciones de la Secretaría de Fomento u otra
nición programática. Sólo después de las dependencia federal posteriores de 1 de
derrotas de Celaya a manos de Obregón, Villa diciembre de 1876, considerada la fecha inau
expidió una Ley Agraria firmada en León el gural del porfiriato. Estas disposiciones eran
24 de mayo de 1916 por la cual, y contrastan la efectivización concreta del postulado agra
do fuertemente con las disposiciones zapatis- rio del Plan m aderista de San Luis. La inno
tas, dejaba la resolución de la cuestión agra vación radical consistió en la consagración
ria a los gobiernos de los estados, sin otor del principio de dotación de tierras a pueblos
gar ninguna atribución a los pueblos y comu y comunidades que carecieran de ellas
nidades y asignando funciones secundarias al mediante la expropiación de los latifundios
poder federal. Esta determinación era alta colindantes y la estructuración del aparato
mente incongruente, ya que el poder estatal adm inistrativo y los procedimientos legales
y específicamente los gobernadores habían para llevar adelante estas adjudicaciones de
sido los mayores agentes del despojo de tie tierras. Se creaba la Comisión Nacional Agra
rras a comunidades y campesinos pobres en ria en el nivel federal, las comisiones locales
favor de los terratenientes durante el porfi- en cada estado y los comités particulares eje
riato, y la práctica dem ostraría que sería en cutivos en cada pueblo o comunidad que ini
e'-e escalón del poder donde mayores dificul ciara un trám ite de tierras o aguas. Trámite,
tades tendrían las realizaciones agraristas y ya fuese de restitución de tierras despojadas
donde los antiguos hacendados o las corrien o de dotación de tierras nuevas, que debería
tes neulutifundistus lograrían mayor peso. La ser atendido en el nivel estatal por los comi
ley villista establecía la necesidad de fraccio tés locales, y asesorado por la comisión local
nar los grandes latifundios, pagando la agraria que el gobernador de la entidad dis
correspondiente indemnización a los dueños, pondría provisionalmente. Todo el expediente
m arcaba un limite de veinticinco hectáreas pasaría luego a la instancia federal, seria revi
a los adquirentes de esas fracciones y exigía sado por la Comisión Nacional Agraria y en
22 AGRARISMO
sumado por Cárdenas. Los problemas más agraria en México, México, El Caballito, 19833;
significativos abordados por el a. en los últi F. González Roa, El aspecto agrario de la Revo
mos tiempos están vinculados más que con lución mexicana, México, 1919; G. Magaña, Emi
la creación de nuevos ejidos o ampliación de liano Zapata y el agrarismo en México, México,
la dotación de tierras de los ya existentes, con 1952; J. Silva Herzog, El agrarismo mexicano y
las cuestiones relativas a la organización la reforma agraria: exposición y critica, México,
interna y a la productividad, particularm en Fondo de Cultura Económica, 1959.
te criticas en el campo mexicano a p artir del
acelerado incremento demográfico y los pro [HORACIO CRESPO]
blemas productivos especialmente en el sec
tor de cultivos de temporal. El acento va reca
yendo, en la reflexión y la temática del a., en
los problemas de colectivización del esfuer
zo de producción, capacitación tecnológica, agresión
equipam iento y mecanización, créditos,
comercialización, etc., cuya resolución permi El término a., que surgió para indicar actos
ta al sector ejidal producir excedentes de de violencia armada de un estado contra otro,
magnitud y sostenerse frente a las acusacio es usado hoy en un sentido muy amplio, con
nes cada vez más reiteradas respecto de la referencia no sólo a un ataque m ilitar sino a
ineficiencia productiva y demagogia política cualquier intervención "impropiu" de un esta
que efectúan los adversarios del a., general do que perjudica a otro. De todos modos el
mente portavoces de los intereses del capita término tiene una connotación negativa, por
lismo privado en el agro. lo cual se usa para indicar las actividades de
Como corriente orgánica, política e ideoló un estado enemigo, jamás del propio. Al tipo
gica, el a. ha producido una vasta reflexión de a. clásica, es decir el cruce de las fronte
teórica y práctica sobre si mismo, su histo ras de un estado por parte de las fuerzas
ria y los problemas, tanto generales como par armadas de otro estado, se agregaron otras
ticulares, que se derivan de su programa. Se formas de a., indicadas a veces con el térm i
considera un producto de la peculiar histo no de a. indirecta, como es el caso del apoyo
ria del campesinado mexicano, recogiendo la a los rebeldes de una guerra civil en un esta
tradición com unitaria del calpulli náhuatl, do extranjero, la subversión, la propaganda
idealizándola, y las luchas agrarias que cons (por ejemplo, la incitación a la sedición
tituyen una enorme tradición a lo largo de la mediante la radio), el espionaje, la explora
colonia y el siglo xix Esta peculiaridad a tri ción aérea y por medio de satélites, la pene
buida al desarrollo histórico nacional permi tración económica.
tió al a. mexicano amoldarse claram ente al En el derecho internacional se encuentran
nacionalismo populista que constituye la muchas tentativas de definir la a. internacio
principal vertiente ideológica progresista de nal con el fin de distinguirla de los actos legí
la revolución mexicana, y no hacerlo de mane timos de autodefensa. Algunos estudiosos tra
ra pasiva sino en forma activamente consti taron de componer listas de actos de a., pero
tuyente. Además, el a. siempre se ha caracte en todo caso resultaron incompletas; otros,
rizado, aun en sus momentos de mayor desa como Ouincy Wright, creen más útil el estu
rrollo político, por una gran vaguedad en dio de algunas crisis contemporáneas que
cuanto a definiciones de proyecto nacional configuran los caracteres de la a. con la fina
que superen las condiciones específicas del lidad de form ular generalizaciones :>obre las
ámbito campesino y las cuestiones relativas características comunes. Muchos estudiosos
a la cuestión agraria. Desde este punto de vis han llegado a la conclusión, sin embargo, de
ta el a. mexicano participa claram ente de las que una definición de la a. es técnica y politi
características limitaciones que otros movi camente imposible; Herz afirm a que es posi
mientos políticos de signo similar han teni ble reconocer la a. sólo cuando el estado que
do en otras partes del mundo. la sufre se declara victima de ésta.
En realidad, si se excluye el problema de
bibliografía: A. Díaz Soto y Gama, La cuestión la definición jurídica de la agresión interna
24 AISLACIONISMO
cional —a la que está conectada la aserción rales, accede a considerar como menos urgen
de la violación de los derechos de un estado— tes los compromisos de política exterior y,
el análisis de la a. no ha asumido un relieve por lo tanto, a valuar críticamente las conse
autónomo en el estudio de las relaciones polí cuencias.
ticas entre los estados. En el análisis políti Los principales casos de a. en la edad
co internacional, en efecto, la a. está consi moderna atañen al Japón de 1636 a 1868, a
derada sólo como una modalidad temporal de Estados Unidos y, con muchas reservas, a
las relaciones entre dos estados: una fase de Gran Bretaña en el periodo de 1822 a princi
un proceso más amplio de relaciones conflic pios del siglo xx. Es preciso observar que en
tivas que no am erita por si misma mayor todos estos casos el a. se refiere esencialmen
atención. Sólo J. Galtung ha enfrentado explí te a la esfera política. El propio Japón, que
citamente al argumento, dando una explica representa el caso de aislamiento político y
ción a partir de la teoría estructuralista y de cultural más rígido, mantuvo relaciones
procesos conflictivos atraídos por desequili comerciales con los holandeses. El “esplén
brios de rango entre los estados con dimen dido aislamiento" británico fue, sin más, una
siones distintas. calculada línea de acción, dirigida a mante
ner la supremacía británica en Europa por el
bibliografía: J. Galtung, A structural theory of predominio marítimo y comercial, más que
aggression, en Journal of Pt ace Research, 2. 1964; por una influencia política directa. Estados
J. H. Herz, International politics in the atornic Unidos ocupa una posición intermedia entre
age, Nueva York, Columbiu University Press, el a. japonés y el aislamiento inglés, y de él
1965: O. Wright, The nalure of conflict, en The nos ocuparemos en particular, porque se tra
Western Political Quarterly, 2, 1951, ta del caso de a. que ha tenido una influencia
mayor en la política seguida durante el siglo
[fulvio attina] xx.
Un análisis del a. estadunidense permite
distinguir con toda claridad la trama contra
aislacionismo dictoria de motivos políticos y económicos
que en él se resumen. Sus orígenes como prác
El a. no es simplemente una línea de política tica política deben verse en la neutralidad
exterior que busca evitar, en determinadas perseguida en forma realista por George Wash
circunstancias, compromisos políticos con el ington durante las guerras europeas provo
exterior; tampoco es una situación pasiva de cadas por la Revolución francesa y teoriza
aislamiento en la que un estado llega a encon da en su mensaje de despedida (1796) sobre
trarse en virtud de alianzas que le son adver la base de una total incompatibilidad entre
sas creadas por otros estados. Ni siquiera los intereses estadunidenses y los de las
debe confundirse el a. con el neutralismo, el potencias europeas. Su contenido teórico, sin
cual se dirige a la preservación de la indepen embargo, deriva sobre todo de la "idea de
dencia y la integridad de una nación circun misión”, desarrollada a principios del siglo
dada por vecinos más poderosos —como el xix como una verdadera ideología nacional
caso de Suiza—, y, hasta cierto punto, tam propia, según la cual Estados Unidos estaba
poco con una política de aislamiento cultu destinado por Dios a m ostrar al mundo que
ral —como el de la China im perial—, lo cual un pueblo nuevo c incorrupto podía vivir en
hace que posea aspectos teóricos que hacen libertad y con justicia. Corolario de semejante
de él casi una ideología: consiste en una acti idea era que sólo manteniéndose inmunes a
tud política en la que se coloca voluntaria todo contacto con los corruptos podrían los
mente un estado y que no deriva de la necesi norteamericanos ser ellos mismos. Pero seme
dad impuesta por una situación de peligro. jante ideología contradecía los intereses de
Además, en la práctica, se basa en una situa Estados Unidos, que tendía a la conquista y
ción de aislamiento geográfico que. aun sin colonización de la porción norte de América
ser su matriz, es uno de sus prerrequisitos y estaba dolado de una economía en rápido
fundamentales. El aislamiento geográfico, al desarrollo. El a. de la “ misión americana"
asegurar la integridad de los confines natu debió por consiguiente plegarse ante una rea
AISLACIONISMO 25
politics and foreign policy since 1950, Nueva dado, esa forma particular de cooperación
York, Ronald Press, 1956: G. Kolko, Le radici eco- que es una a. y no otras formas de coopera
nomiche delta politica estera americana (1968), ción o de asociación. Un tratado de a. se sus
Turín, Einaudi, 1970; C.P. Parrini, Heir to empi cribe cuando los intereses comunes de varios
re. United States economic diplomacy, 1916-1923, estados no pueden procurarse más que con
Pittsburgh, Pittsburgh University Press, 1969; D. la estipulación del mismo.
Perkins, Historia de la Doctrina Monroe (1955), Dignas de más atención son las hipótesis de
Buenos Aires, F-IDF.ha , 1971. G. Liska y D. Edwards. Más bien que ser crea
das para algo, las a. surgen, según Liska, con
[TIZIANO BON AZ/.l] tra alguien o algo. Examinando casos histó
ricos y contemporáneos, llega a la conclusión
de que las a. son la consecuencia de conflic
alianza tos contra adversarios comunes, que incluso
pueden ocultar temporalmente los conflictos
i. defin ició n y Tiras d e alianza. Las a. son las for entre los aliados. El sistema de los estados se
mas de cooperación más estrecha entre los subdivide en tantas alianzas como sean las
estados: vinculan la acción de los mismos en consecuencias de los distintos tipos de con
las circunstancias y en los modos previstos flictos que subsisten en el nivel global, regio
por el acuerdo o el tratado que las instituye. nal e interno. El conflicto este-oeste en el sis
El término a. se usa también para indicar las tema global actual y el conflicto entre Bor-
relaciones entre los estados caracterizadas bones y Habsburgos en el sistema global euro
por una colaboración prolongada durante un peo de aquella época polarizaron en ambos
largo periodo de tiempo, aunque no esté for casos, por ejemplo, el sistema internacional
malizada en un acuerdo escrito. Pero en este alrededor de dos grandes alianzas. Cuando un
caso es más correcto hablar de alineamiento conflicto global divide dos potencias o dos
[alignment]. lina a., por el contrario, se carac grupos de potencias, las a. ratifican una pola
teriza por un compromiso, en m ateria políti rización ya existente; cuando, por el contra
ca o militar, que varios estados asumen para rio, dos grandes conflictos dividen tres o más
la protección o la realización de sus intere potencias, las a. desempeñan un papel más
ses; el compromiso se formaliza con la firma importante. También los conflictos menores
de un acuerdo o tratado, y puede instituirse tienen frecuentemente gran importancia en
también una organización tem poral para la la definición del cuadro de las a.; sin em bar
realización de los compromisos asumidos. go, en los sistemas regionales la distribución
Las a. pueden ser bilaterales o m ultilatera natural de las a. puede ser influida por la dis
les, secretas o abiertas, temporales o perm a tribución que produce el conflicto global.
nentes, generales o limitadas; pueden servir Pero la adhesión de un estado a una a. depen
a intereses idénticos o complementarios, o de en gran medida de los conflictos internos;
basarse en intereses únicamente ideológicos.I. el equilibrio interno de las fuerzas tiene más
importancia, según Liska. que las amenazas
II. o r íg e n e s de las ai.ia .n zas . Muchos consideran y las presiones externas.
a la comunión de intereses como condición La hipótesis de D. Edwards sobre el origen
necesaria para la existencia de una alianza. de las a. se aplica a las grandes a. después de
Los intereses pueden ser idénticos o suscep la segunda guerra mundial. El estudioso nor
tibles de transform arse en idénticos durante teamericano parte de un examen del Pacto de
la a. Los intereses, inicialmente no idénticos, Varsovia. Este pacto se originó en tres facto
deben perm itir una convergencia de acción; res concurrentes: el cambio del status qito
esta convergencia tiene mayores probabilida m ilitar (remilitarización de Alemania Occi
des de realizarse en la a. cuando básicamen dental), el deseo de la potencia dominante de
te más que un solo interés hay un grupo de asegurarse posiciones de fuerza frente al
intereses que pueden ser idénticos, diferen adversario común en presencia de una decli
tes o, inicialmcnle, incluso contrastantes. nación de los aliados tradicionales (debilidad
Pero la comunión de intereses no explica de los estados europeos cercanos de la lrss)
por qué los estados elijen, en un momento y la voluntad de la potencia dominante de
ALIANZA 27
reforzar el propio influjo sobre sus aliados te mayor su propia fuerza aliándose con un
(disminución del control soviético sobre las estado más fuerte; éste, por su parte, utiliza
repúblicas populares europeas después de la la ocasión para extender su esfera de influen
m uerte de Stalin). Edwards encuentra tam cia y sus recursos potenciales. Pero esto es
bién estos factores en el origen de la ota n , de cierto sólo cuando existe una amenaza de un
la s e a t o , de la a. (ya anulada) entre China y tercer estado; de o tra manera el estado débil
la Unión Soviética, y de las "relaciones espe puede temer la pérdida de la propia identi
ciales" entre Estados Unidos y Gran Breta dad entrando en una a. y el fuerte teme el exa
ña. De la observación de la presencia de deter gerado aumento de sus compromisos.
minados factores en el origen de distintas a.
y de la comprobación del papel desempeña IV. GRANDEZA DE LAS ALIANZAS. LA TEORIA DE W. RIKER.
do por una sola potencia "dominante", Muchos opinan que el refuerzo de las posicio
Edwurds llega a la conclusión de que las teo nes políticas y militares de un estado depen
rías tradicionales sobrevaloran la función de de de la amplitud de la a.: cuanto más alto es
los intereses en los orígenes de las a., y detec el número de los estados miembros, mayor
ta que éstas tienen un notable influjo sobre es el incremento de la potencia de cada esta
la libertad y la política de los estados miem do. La política de a. realizada por Estados
bros. En realidad, casi todos los estudiosos, Unidos bajo Eisenhower es el ejemplo concre
más que observar cuáles son los factores to de esta concepción. W. Riker, partiendo del
determinantes que se encuentran en el origen modelo del juego con suma cero (que él con
de cualquier a., examinaron preferentem en sidera el único válido para entender la poli-
te los motivos que con mayor frecuencia esti tica), afirma, por el contrario, que las a. debe
mulan a los estados a entrar en una a., vale rían tender a ser lo más reducidas posibles.
decir, en sustancia, las ventajas que un esta Su teoría de las coaliciones se apoya en tres
do trata de asegurarse. La tesis sobre la cual principios deducidos del modelo del juego con
estos estudiosos basan su planteamiento es suma cero: el principio de medida, según el
que el nacimiento de las a. no puede explicar cual los estados, cuando poseen una perfec
se (y por lo tanto, preverse) sobre la base de ta información, tienden a form ar la más
algunas reglas o principios sino que depen pequeña coalición vencedora para dividir con
de solamente de la discrccionalidad de los el menor número posible de aliados el botin
estados: un estado decide entraren una a. des de la victoria; el principio estratégico, según
pués de analizar discrecionalmente la situa el cual en sistemas en los que funciona el prin
ción presente y de asegurarse que la entrada cipio de medida los participantes en las últi
en la a. le perm itiría alcanzar determinados mas fases de las negociaciones en las que se
objetivos que no podría lograr de otra manifiesta más de una coalición vencedora
manera. deberán elegir una sola coalición, y el princi
pio de desequilibrio, por el cual los sistemas
Itl. OBJETIVOS DE LOS ESTADOS MIEMBROS T res son en los que funcionan los principios susodi
en la práctica los objetivos o intereses, varia chos son inevitablemente inestables a causa
damente correlativos e independientes, que de la tendencia de los actores mayores a
un estado persigue en una a.: la seguridad, la recompensar cada vez más o los actores
estabilidad y la influencia. Una a. ofrece, para menores que son esenciales en la coalición
esos fines, ventajas políticas v militares. Un mínima vencedora. Tal tendencia lleva, poco
estado se siente más fuerte con el apoyo diplo a poco, a la declinación de los actores princi
mático de sus aliados; con éste puede provo pales.
car o impedir una revisión "pacífica" de la
configuración existente. Una a. es también un V. FACTORES DE COHES ON. TÉRMINOS DE LAS ALIANZAS
factor de potencia militar; el estado siente que Una vez formada, el éxito de una a. depende
puede basarle en otras fuerzas, no propias, de la cohesión e integración que los miembros
como instrumentos de disuasión y de defensa. desarrollan entre ellos. Los factores de cohe
El aumento de la propia fuerza a través de sión de una a. son varios, y si bien hay quien
una a. lo buscan tanto los estados poderosos sostiene que una generalización referente a
como los estados débiles. El estado débil sien éstos es inútil porque tales factores no están
28 ALIANZA
de la era de las a., como no lo fueron las dos orden jurídico (la ley): a estos motivos se les
organizaciones internacionales de la Sociedad agrega el genérico impulso a la libertad que
de las Naciones y de las Naciones Unidas, las origina los apelativos de libertarismo atribui
cuales deberian garantizar a los estados por dos al movimiento, y de libertarios, otorga
medio de un sistema de seguridad colectiva do a los adherentes. Una vez precisados estos
que habría convertido en inútiles las a. El fra datos, por a. se entiende el movimiento que
caso de ese sistema, a causa de la lógica bipo asigna tanto al hombre individual como a la
lar que impusieron las dos superpotencias, colectividad el derecho de usufructo de toda
impulsó a los estados a ver en las a. un intru- libertad, sin límites de normas, de espacio y
mento todavía válido para la propia segu de tiempo, fuera de los confines que surgen
ridad. de la misma existencia del individuo: vale
decir la libertad de actuar sin ser "oprimidos”
bibliografía: D. Edwards, Análisis de la política por ninguna autoridad, encontrando única
internacional (1969), México, Paidós; O. Holsti, mente los obstáculos que la naturaleza opo
P. Hopmann y J. Sullivan, Unitv and /Jisititeara- ne, es decir la “opinión”, el "sentido común”,
tion in International alliances: comparativo stu- la voluntad de toda la comunidad, a los que
dies, Nucía York, Wiley, 1973; G. Liska, Nations el individuo, sin tener que someterse, y por
in alliance, Baltimore, Johns Hopkins. 1968; W. lo tanto sin constricciones, se adecúa en vir
Riker, The theory of political coalitions, New tud de un acto de la voluntad libre. Esta defi
Haven, Yule University Press. 1967. nición genérica, distintam ente valorada por
los diferentes pensadores y movimientos
[fulvio attina] adherentes al a., puede sintetizarse en las
palabras que el anarquista Sébasticn Faure
escribió en los años de 1920 de nuestro siglo
en la Encyclopédie anarchiste: "La doctrina
anarquismo anárquica se resume en una sola palabra:
libertad."
i. DEFINICIÓN gknkral. Es imposible dar una
definición completamente precisa de a., por II. NACIMIENTO Y PRIMLR DESARROLLO DEL ANARQUIS
que el ideal designado con este término, aun MO. El espíritu libertario, vale decir el anhe
que ha evolucionado notablemente en el tiem lo de la libertad absoluta, es propio de toda
po, siempre se manifestó y se manifiesta más época histórica: incluso se puede aseverar que
que como algo cumplido y elaborado, como el a. se presentó, si bien con aspectos hetero
una aspiración, un último objetivo al cual géneos, ya en la antigüedad clásica, acompa
referirse llenándolo de significados y de con ñando de varios modos su desarrollo socio-
tenidos distintos, según el punto de vista des cultural. Se observan tres formas diferencia
de el cual se lo observe. El término a., al que das de la presentación del fenómeno: a] en pri
frecuentemente se asimila el de "anarquía", mer lugar está la manifestación de un a. en
tiene un origen preciso en el griego sin gobier un nivel puramente intelectual en autores de
no: por tal razón con éste se ha identificado excepcional o de mínimo relieve, que critica
siempre una sociedad libre de todo dominio ron la autoridad política de su tiempo y exa
politico autoritario, en la cual el hombre minaron la eventualidad de construir socie
habría podido afirm arse sólo en virtud de la dades antiautoritarias o por lo menos no auto
propia acción ejercida libremente en un con ritarias: frecuentemente, pero no siempre,
texto sociopolitico en el que todos deberían la presentación de concepciones libertarias
ser igualmente libres. A. significó, por esta coincidió con propuestas genéricamente defi
razón, liberación de todo poder superior, fue nibles como utópicas; h] en segundo lugar, la
se éste de orden ideológico (religión, doctri aspiración anárquica se vinculó a afirmacio
nas políticas, etc.) o de orden político (estruc nes de tono más o menos vagamente religio
tura administrativa jerarquizada), o de orden so: se incluye en este ámbito todas las llama
social (pertenencia a una clase o casta deter das milenaristas a una sociedad perfecta, en
minada), o de orden económico (pi opiedad de la cual la mediación entre lo humano y lo divi
los medios de producción) o. finalmente, de no no habría necesitado particulares superes
30 ANARQUISMO
mo y a su libertad solamente en una condi frente a los problemas actuales. Pueden seña
ción existencial totalmente desprovista de larse tres subcategorías que se refieren res
cualquier componente autoritario, en contra pectivamente a: a] los objetivos, que pueden
posición, pero también en equilibrio, con ser i] negativos, o bien ti] constructivos; b] los
todas las otras fuerzas y egoísmos de los otros medios; c] las tácticas.
individuos, únicos en su obrar, en vista del
último objetivo: la realización completa del a, i] Objetivos negativos. Éstos son sin duda
Yo en una sociedad no organizada e indepen los frutos críticamente más elaborados, pre
diente de cualquier vínculo superior. El a. sentes en todo tiempo del a., y pueden cen
comunista, que en efecto representa históri trarse en la negación que el a. efectúa de /l]
camente un paso adelante respecto del indi la autoridad, B] el estado. C] la ley.
vidualista, ve, por el contrario, la plena rea .4] El a. rechaza toda autoridad, en cuanto
lización del Yo sólo en la sociedad donde cada señala en ella la fuente de los males del hom
individuo seria inducido a sacrificar una par bre: la autoridad que se rechaza es tanto la
te de la libertad personal, precisamente la sobrehumana como la humana. Encabeza la
económica, en beneficio de la libertad social: serie la autoridad divina, es decir el poder
esta última puede alcanzarse en una organi sobrenatural del que se hace descender toda
zación com unitaria de los medios de produc otra facultad de mando, que se niega no tan
ción y del trabajo, y en una subdivisión tam to como consecuencia de un razonamiento
bién común de los productos ("a cada uno filosófico sino simplemente porque es un
según sus propias necesidades”), aun salva poder y como tal condicionante del hombre
guardando en ésta los principios fundamen en sus elecciones y en sus acciones volunta
tales del a., vale decir el ejercicio de las más rias: como corolario nace el rechazo de toda
amplias libertades, tanto para el individuo religión, en cuanto ideología, “noble menti
como para el conjunto de los individuos en ra ” justificadora de una arbitrariedad que se
una sociedad. Como subcategoría de a. comu ejercita con intenciones represivas y con
nista, o estadio más atrasado, se puede con resultados que escapan del mundo moral para
siderar al colectivista (teorizado por Bakunin asum ir estructuras terrenas y coercitivas en
y afirm ado especialmente en España), que la vida del individuo y en la de la comunidad.
propone el comunitarismo del trabajo y de la Históricamente dependiente de la autoridad
producción, con la colocación en común de divina, pero asumiendo una plena autonomía
todos los medios necesarios para ésta, pero en épocas modernas contemporáneas, está la
dejando a cada uno el gobierno individual de autoridad política, identificada con los que
los resultados del trabajo personal. En el cua tienen en las manos la gestión del poder poli-
dro de las corrientes señaladas, se atraviesan tico y que se expresa en los vértices del
y se interponen otras subdivisones, que acen gobierno y, descendiendo hacia niveles cada
túan más o menos los aspectos sociales (con vez más bajos, en todas las apariciones del
netos vínculos con el mundo del trabajo y en poder en escala nacional, que forman la
particular con el proletariado) o privilegian estructura del estado, es decir en las institu
los módulos ideal-políticos, es decir los temas ciones. La autoridad politica, expresión de la
relativos al estado, al gobierno o, más gené autoridad o del poder económico según la
ricamente. a la autoridad. Todas estas interpretación del a. de algún modo vincula
corrientes, que por cierto no deben acogerse do con el análisis marxista, es la causa pri
con rigidez esquemática sino examinándolas migenia de la opresión del hombre en el esta
en sus relaciones reciprocas y en su devenir do de sociedad, y como tal debe ser combati
histórico, plasm aron el sustrato dentro del da en el plano ideal y en los hechos. De aquí
cual se ha movido el mundo que, hasta nues nace la firme oposición del a. a todo poder
tros días, se ha remitido al anarquismo. político organizado, institucional o volunta
riamente, como es el caso de la asociación
tv. o h ji -.t iv o s , m ed io s y tácticas . Se pueden exa política por excelencia, el partido, m ientras
minar los momentos de mayor atención e que algunas corrientes adm itirán la organi
intervención del a. deduciéndolos tanto de su zación sindical en un plano horizontal. En
presentación histórica como de su conducta efecto, en la organización política el indivi
32 ANARQUISMO
dúo —a causa de una coerción o de un pro que los fuertes emplean contra los débiles o,
pio acto voluntario— cede una parte de liber para las corrientes del a. social, los ricos con
tad a beneficio de la colectividad, y así como tra los pobres, los capitalistas contra los pro
en un nivel superior se rechaza cualquier con letarios. Esto no quiere decir que el a. recha
cepción contractualista, en un nivel más bajo ce cualquier defensa del organismo social
tampoco se admiten las tesis asociacionistas, existente; en efecto, admite formas de juris
con la única excepción de las mutualistas, dicción libres y espontáneas que surgen de las
para las cuales el individuo no se priva de mismas exigencias de situaciones concretas
nada que le pertenezca sino que en una espe y que deben interpretarse como verdaderas
cie de donación cede a la comunidad algo que intervenciones terapéuticas frente a los males
tiende, por el contrario, a exaltar su libertad sociales y que tienen por objeto la “curación"
de individuo. de dichos males y no su persecución o
B] Vinculado con la conducta señalada del condena.
a. frente a la autoridad, está su rechazo del
estado. Éste, en toda su organización a, n] Objetivos positivos o constructivos.
piramidal-burocrática, es el órgano represi Estos parten de dos presupuestos: en primer
vo por excelencia que priva al individuo de lugar, de toda la critica negativa respecto del
toda libertad otorgándose únicamente a sí mundo existente ya señalada; en segundo
mismo la capacidad de actuar y, sobre todo, lugar, de la comprobación de que si el hom
la posibilidad de definir dicha libertad impo bre debe vivir sin estado y puede vivir sin
niendo una serie de "obligaciones” y de com gobierno, debe también desarrollar su exis
portamientos a los que el individuo no pue tencia en cualquier sociedad, dando lugar a
de escapar y que por lo tanto el a. se propone la aceptación conceptual de ésta y, consecuen
combatir. En cuanto órgano de represión temente, a la posibilidad de referirse a una
pura, el estado es visto por el a. con una capa futura "sociedad anárquica”. Esta nueva
cidad de intervención global en la vida de sociedad tiene como fundamento y como úni
cada individuo, en su acción económica, en ca condición esencial la liberación del indi
su existencia social como así también en su viduo de cualquier imposición externa en el
misma capacidad de desarrollo ético e inde nivel individual y social: el único vínculo que
pendiente. El estado no es sólo causa de todo todavía condiciona el comportamiento indi
el mal social: es también el productor del vidual es la "opinión", vale decir la actitud
orden económico existente y, en la época —igualmente libre y autónoma— de todas las
moderna, del capitalismo; este último puede otras mónadas que constituyen la sociedad.
sobrevivir sólo porque se apoya en la base En un marco de este tipo pueden surgir todas
político-organizativa que le suministran las aquellas formas de vida social organizada,
estructuras estatales. De ese modo el a. (por que con una contradicción sólo aparente han
ejemplo en la interpretación de Bakunin y de sido definidas como "organizaciones” anár
sus epígonos) invierte completamente el aná quicas y que afectan: j4] el campo económi
lisis m arxista de la relación existente entre co, B] el campo social.
las estructuras económicas y las superestruc /I] Se presentan diversas propuestas de una
turas políticas. nueva estructuración económica que general
C] Finalmente, como consecuencia de su mente se refieren a una gestión com unitaria
actitud hacia el estado, la anarquía condena o comunista de la sociedad: se puede afirm ar
la ley, vale decir toda íorm a de legislación, que todas están basadas en el elemento coo
en cuanto expresión práctica de una volun perativo, es decir en la libre asociación de
tad de represión de la máquina estatal. La lev individuos para fines productivos o de distri
es el instrum ento de opresión del que se sir bución de los bienes producidos, con la eli
ve la organización política del presente para minación de toda dirección autoritaria a tra
coartar específicamente las libertades que la vés de la instauración de una autogestión des
autoridad, corno tal, reprime genéricamente. de abajo, determinando en consecuencia los
La legislación se rechaza, en consecuencia, objetivos comunes e indicando los medios téc
como forma de contención de una condición nicos (necesariamente "autoritarios”) para
social de libertad y como medio de engaño lograr dichos fines concretos. De la forma
ANARQUISMO 33
mente en el factor educativo encontraban el mente ideal, y más que política, puram ente
principio y el fin de su acción. intelectual y abstracta, imaginable en todo
B\ Una característica del a. que se manifies momento, siempre lista a desencadenarse,
ta en su exterioridad violenta o por lo menos pero jam ás manifiesta si no en la reducida
no pacífica, es el fenómeno de la rebelión (cer configuración de la rebelión o de la insu
cano, pero no necesariamente conectado, al rrección.
fenómeno paralelo de la insurrección): la
rebelión es la manifestación imprevista y vio c] Las tácticas. Históricamente el a. hizo
lenta, la mayor parte de las veces en forma palanca sobre algunos momentos tácticos de
irracional, de una acción destructiva contra intervención que originaron verdaderas teo
el orden constituido. Dichas acciones, justa rizaciones que puede sintetizarse asi: A]
mente por la impulsividad y por la falta de voluntarismo; B] espontaneismo; C\ extremis
organicidad con que se producen, pueden mo; D] asambleísmo y movimentismo. Se
incluso obtener un éxito inmediato, es decir, observa que dichos componentes se manifes
como sucede en el caso de la insurrección taron casi siempre unitariam ente o por lo
(pero a la cual precede una respectiva teori menos vinculados y entrecruzados entre ellos,
zación), pueden originar la revolución verda en cuanto contribuían todos juntos a form ar
dera: pero la mayoría de las veces tiene sólo el fenómeno al que se le puede asignar el nom
un fin destructivo inmediato y su presenta bre de "acción” libertaria.
ción coincide con su misma desaparición, en A] El a., rechazando la conciencia de clase
cuanto tienden a eliminarse al mismo tiem marxiana, basa su tesis de intervención polí
po a sí mismas y al opositor autoritario con tica únicamente en la libre elección indivi
tra quien se levantan. Las rebeliones liberta dual; en consecuencia, en la voluntad de cada
rias, frecuentes en todas las épocas históri individuo: las varias voluntades se unifican
cas, raram ente han sido "productivas” para por una especie de "espíritu vital”, de pasión
el movimiento y por el contrario suscitaron colectiva, emotiva y racional al mismo tiem
con mucha frecuencia reacciones contra po, que amalgamando las intenciones de
rias que han sido dañinas para todo el anar acción de los individuos y generando un com
quismo. portam iento colectivo abre una perspectiva
C\ La forma más orgánica de intervención de actos comunes.
antiauloritaria es seguramente la revolución, B] Las voluntades individuales, unificadas
predicada y propagada por numerosos pen como se ha dicho, se caracterizan en un modo
sadores y múltiples movimientos y grupos social y revolucionariamente antiautoritario
anárquicos que vieron en ella la posibilidad espontáneamente: el impulso a la destrucción
de rescate de la opresión autoritaria. Se tra (o "alegría” de la destrucción, según Baku-
ta de una contradicción íntima de todo el nin), que es propia del individuo, comporta
antiautoritarism o, porque la revolución por espontáneamente la tentativa destructiva y
sí misma es seguramente autoritaria, inten revolucionaria que, por lo tanto, no exige una
tando obtener con la fuerza lo que la razón, larga y particular predisposición sino que
la opinión y el consenso no pudieron procu nace natural y sin esfuerzo por el solo hecho
rar: en efecto, el a. tuvo conciencia de esa con de que en el presente existe la autoridad. El
tradicción y el concepto enunciado de revo espontaneismo, pues, para el a. está en la base
lución (derribamiento de la autoridad para la de todo movimiento y de cualquier eventua
instauración de la nueva condición ideal) coin lidad de acción: ésta tiene una razón de ser
cidió con el de rebelión, manteniendo las sólo cuando emana de exigencias sociales,
características de la inmediatez y de la impa políticas o simplemente intelectuales, tan sen
ciencia revolucionaria, para las cuales los tidas como para manifestarse fuera de si mis
fines deben alcanzarse inmediatamente y los mas, sin necesidad de una estructura que
objetivos de la transformación social pueden determine sus objetivos o de una dirección
realizarse en el brevísim o arco de la que guíe su camino. La organización señala
revolución-revuelta. Es evidente el elemento da, aceptada por algunos antiautoritarios, tie
utópico de tal concepción revolucionaria, por ne sólo la finalidad de facilitar el desarrollo
lo cual ésta fue, y es, más que efectiva, pura de las elecciones nacidas espontáneamente o.
ANARQUISMO 35
mismos, o sea una capa disponible para cual Opladen, Wcstdeutscher Verlag, 1969: E. Santa-
quier solución emancipadora y extremista- relli, II socialismo anarchico in Italia, Milán, Fel-
mente ultrarrevolucionaria así como, tam trinelli, 1959; G. YVoodcock, El anarquismo
bién y al contrario, para cualquier interven (1963), Barcelona, Ariel.
ción restauradora tendiente al retorno a un
pasado mítico, que por otra parte coincide [CIAN MARIO BRAVO]
con el futuro utópico del antiautoritarism o
total, como es, por ejemplo, el ilustrado por
H erbert Marcuse. Perdiendo su caracteriza
ción social, el a. cumplió una elección cuali anarquismo latinoamericano
tativamente importante: de teoría típica de
países atrasados y de clases explotadas se i. consideraciones generales. Al contrario del
convirtió más genéricamente en la expresión socialismo latinoamericano (v.) (en cuanto
de los "parias", de los "desciasados” intelec expresión política de la clase obrera organi
tuales y de todas las otras clases de la socie zada en partido político autonómo), que fue
dad altamente industrializada, unidos contin una realidad sobre todo "rioplatense”, el a.,
gentemente por la lucha contra las nuevas for a la par de lograr una presencia permanente
mas autoritarias del mundo moderno, iden en Uruguay y Argentina, desde comienzos de
tificadas más con el poder político que sos este siglo consiguió implantarse con relativa
tiene los estados y los gobiernos, o incluso con fuerza en Brasil, México, Chile y Perú. El gra
las mismas “instituciones” de éstos, que con do de difusión alcanzado por el a. en Améri
las instituciones, los entes o las personas que ca Latina obedece a una serie de razones aún
detentan el poder económico. no abordadas suficientemente, pues es una
historia apenas en proceso de reconstrucción.
tiibliogRAFIA: Anarchismo e socialismo in Italia, Es que el a., al menos en sus inicios, fue no
1872-1692, Roma, Gditori Riuniti, 1973; P. Ansart, tanto la búsqueda de una resolución positi
Marx y el anarquismo (1969), Barcelona, Barral, va de la cuestión social cuanto la expresión
1972; H. Arvon, El anarquismo (1971), Buenos directa de un subversisnio espontáneo de las
Aires, Paidós; Bakunin cent'anni dupa, Milán, masas, lo cual hace que su historia sea de más
Edizioni Antistato, 1977; L. Bettini, Bibliografía difícil reconstrucción en la medida en que se
dell’unarchismo, Florencia, C.P. Editrice, 1972: inscribe como un capítulo dentro de la más
L. Bettini, Anarchici e anarchia nel mondo con amplia y complicada historia de las clases
temporáneo, Turín, Fundazione L. Einaudi, 1971; subalternas, esa historia disgregada y episó
G.M. Bravo (comp.), Gli anarchici, Turín, L'TET, dica por naturaleza, según lo expresa
1971, vol. i; G.M. Bravo, L ’anarchismo, en .SZo Gramsci.
na delle idee politiche, economiche e sociali, a La presencia generalizada en la \ ida social
cargo de L. Firpo, Turín, utet, 1972, vol. v; M. de un subproletariado —que desconocía la
Buber, Der utopische Sozialismus, Colonia, Heg- lucha de las clases propietarias por la cons
ner, 1967; G. Cerrito, SuH’anarchisnw contem titución de los estados nacionales— y de una
poráneo, en E. Malatesta, Scritti scelti, Ruma, vasta masa de proletariado urbano y rural
Savelli, 1970; J. Duelos, Anarquistas de ayer y de —en algunos casos mayoritariamente in
hoy (1968), Barcelona, R. Torres, 1976; D. Gué- m igrantes— colocados objetivamente en
rin, El anarquismo (1965), Madrid, Campo Abier una situación de fuerza de trabajo segrega
to. 1978: D. Guérin, Ni Dios ni amo (1970). da y explotada dio lugar necesariamente a un
Madrid, Campo Abierto, 1977, 2 vols.; G. Guille- larvado sentimiento de rebeldía contra ese
minault y A. Mahé, Storia dellanarchia. Floren ordenamiento estructurado en detrim ento
cia, Vallecchi, 1974; J. Joll. Los anarquistas suyo, en donde la m iseria de los trabajado
(1964), Barcelona, Grijalbo, 1978: J. Muitron, Le res contrastaba con el lujo ostentoso de las
mouvement anarquiste en France, París, Maspe- clases dominantes, la grosera discriminación
ro, 1975, 2 vols.; E. Oberlánder (comp.). Der Anar- de las empresas imperialistas, la existencia
chisma:, Oltcn-Friburgo, Waltcr-Vcrlag, 1972; O. en no pocas partes de fenómenos de servi
Rammstedt (comp.), Anarchismus: Grundtexte dumbre. en fin, el desprecio más absoluto por
tur Theorie tmd Praxis der Gewalt, Colonia- la condición humana, todo esto, mas que la
ANARQUISMO LATINOAMERICANO 37
obreros, fue la corriente ideológica y políti ras como Alberto Ghiraldo, Florencio Sán
ca hegemónica en el movimiento obrero chez, Rodolfo González Pacheco, Elias Castel-
argentino, y también latinoamericano, duran nuovo, etc., brillaron con luz propia y le die
te las prim eras décadas de este siglo. ron al a. un irresistible poder de captación de
En un país donde la corriente inmigratoria la juventud intelectual iconoclasta. Gilimón
(según el censo de 1895 había en todo el país dirá que en "Argentina [...] el número de
458 490 obreros extranjeros y 747 008 obre anarquistas supera en mucho al que hay en
ros de origen argentino, mientras que en Bue las naciones europeas, hasta prescindiendo de
nos Aires la población extranjera alcanzaba la proporción de habitantes que tiene el país”
el 52%) imprimió fuertemente su sello en el y que "el que ha visto la enorme cantidad de
estilo de vida y en donde su gravitación en los trabajadores que asisten en Buenos Aires a
gremios era más que perceptible, la crítica las conferencias públicas [...] y se encuentra
rom ántica y violenta a la vez de las institu en París en un acto semejante, no sale de su
ciones "sagradas" de la sociedad burguesa asombro".
encontraba campo propicio en una masa de Es posible entender ahora la extensa lite
trabajadores que eran verdaderos parias ratu ra anarquista que se publicaba y que se
expulsados de sus aldeas de Italia o de Espa exportaba a otros paises. Max Ncttlau expre
ña por la miseria endémica, la opresión terra sará que la capital argentina era un centro
teniente y la prepotencia del estado. Pero no editorial anarquista tan importante que en
sólo eso: rotos los vínculos con la comunidad 1900 se llegaron a editar "tantos folletos y
y la familia, en una tierra extraña donde no libros de propaganda como en Barcelona,
era fácil evitar el desarraigo, estos nuevos máximo centro m undial”. Sin embargo, el
habitantes argentinos no podían dejar de sen nivel teórico y político no estaba a la altura
tirse atraídos por esa nueva comunidad basa de su grado de difusión. Abad de Santillán
da en el respeto mutuo, en la fraternidad y afirm ará al respecto que “se han divulgado
la igualdad ofrecidas por los idearios socia ideas, pero no se ha pensado; el movimiento
listas y colectivistas, en esas verdaderas argentino fue un vehículo excelente, pero no
comunas estructuradas sobre la base de la ha ofrecido al mundo mucho de original". No
solidaridad y que tenían como finalidad no obstante, para hacer justicia, convendría
sólo la defensa de los intereses profesionales decir que esa ausencia de "originalidad” no
sino también la de integrarlos cultural y puede ser imputable sólo al bajo nivel inte
socialmente en su condición de "pueblo lectual de sus propagandistas sino también
trabajador”, es decir de seres humanos des a la circunstancia de que el movimiento anar
poseídos de sus bienes, y por lo tanto, exclui quista se expande en Argentina en momentos
dos de la civilidad burguesa. Era una forma en que se inicia su parálisis intelectual en el
de conform ar una verdadera cultura de opo plano mundial. Esta falta de originalidad teó
sición, capaz de mantener vivo el rechazo vio rica del movimiento anarquista argentino
lento del capitalismo e incólume la fe apasio habría que buscarla, empero, no tanto en la
nada en la siempre próxima e inmediata revo crisis del a. mundial cuanto en las caracterís
lución social. ticas propias del movimiento obrero en ger
En Argentina, iniciarse en las letras "casi men y de su organización expresiva. Aun
era como iniciarse en la anarquia". Con esa cuando en Argentina las clases trabajadoras
frase reflejábase fielmente el grado de adhe tenían un peso muy fuerte en las prim eras
sión que habían logrado las ideas libertarias décadas del siglo, la heterogeneidad de su
por parte de la intelectualidad y el clima cul composición nacional era tan grande, el peso
tural que se vivía, especialmente en la capi de la inmigración extranjera era de tal impor
tal argentina, a la vuelta del siglo. Es cierto tancia que, paradójicamente, en el acto mis
que la presencia en el Río de la Plata de dos mo de reafirmarse como clase obrera se veda
de las figuras internacionalmente más desta ban a sí mismas la comprensión teórica de su
cadas del a. internacional, como lo fueron condición de “clase nacional”. Excluidas obje
Enrico Malatesta y Pietro Gori, contribuyó a tivamente del sistema institucional de poder,
crear esa atmósfera cultural tan favorable en su propia fuerza numérica las arrastrab a al
los medios intelectuales porteños, pero figu quid pro quo teórico e ideológico de que la
ANARQUISMO LATIN’OAM EKICANO 39
conquista de una conciencia "obrera” sólo estas luchas la que hacía caso omiso de la
podía ser hecha a expensas de la posibilidad necesidad de un aparato burocrático centra-
de pensar teórica y prácticamente los cami lizador, lo cual explica, entre otras cosas,
nos que podían conducir a una transform a cómo en las dos prim eras décadas del siglo
ción revolucionaria de la sociedad argentina. se produjeran grandes movimientos de lucha
Una doctrina como la anarquista, que funda orientados por un movimiento que se oponía
menta su análisis de la explotación y de la a la existencia de funcionarios sindicales y
lucha de clases en principios abstractos de que debatía apasionadamente en sus congre
justicia, carecía de los instrumentos necesa sos sobre la conveniencia o no de que sus diri
rios para superar la limitación constitutiva gentes recibieran sueldos por parte del sin
de la clase obrera argentina y elaborar una dicato. Esta concepción de la lucha obrera
teoría de la revolución basada en el análisis permite la aparición de un tipo de agitador
concreto del carácter de la lucha de clases y completamente distinto del clásico dirigente
de la naturaleza del estado argentino. Si en socialista: no un militante que trabaja duran
la teoría el movimiento anarquista apuntaba te largo tiempo en su fábrica o en su barrio
sólo retóricamente a la destrucción del poder sino un tipo de agitador que nada dentro de
capitalista, en los hechos su esfuerzo estaba la corriente de las luchas proletarias, que se
puesto casi exclusivamente en la defensa de desplaza por todo el país o el continente, que
los intereses corporativos de la clase obrera tiene una intuición muy aguda para percibir
y en la exigencia de una plena libertad de fun los signos del conflicto latente próximo a esta
cionamiento de sus organizaciones profesio llar, en fin, que no reconoce fronteras nacio
nales. Y es precisamente aquí, en la práctica nales para llevar adelante su voluntad de
cotidiana de la defensa de las reivindicacio lucha y su fidelidad a la causa de los explo
nes obreras, donde hay que descubrir su ver tados.
dadera originalidad, que no estaba, lo repe
timos, en la teoría sino en la forma de conju PERU. En Perú, al igual que en México, el
garla con la práctica. movimiento anarquista recorrerá un camino
El mérito del anarcosindicalismo, es decir diferente y tendrá una significación teóri
de aquella corriente favorable a la organiza ca y política distinta. Con condiciones eco
ción sindical, consiste en haber intentado exi nómico-sociales y una base social diferen
tosamente organizar a los trabajadores a par tes, los análisis acerca del carácter de la revo
tir de sus características intrínsecas, deriva lución tendrán rasgos que lo distinguen cla
das de su condición de proletariado inmigran ramente. Es que na sólo la presencia de la
te. La foka fue un verdadero crisol donde se inmigración extranjera en la composición de
fundieron una diversidad de nacionalidades, las capas trabajadoras fue decididamente
fundamentalmente latinas y eslavas, que menor sino, ya se sabe, en estos países es posi
constituían una masa trabajadora extrema ble registrar la existencia de un extenso mun
damente móvil y desprovista de cualquier do rural de campesinos indígenas sometidos
tipo de calificación técnica. Y la fúka , a tra a las oligarquías locales y sedientos de tierras.
vés de la unificación en organizaciones gre Y serán precisamente estos factores los que
miales por principio “absolutamente autóno contribuyeron a cierta nacionalización del
mas en su vida interior y de relación”, con cosmopolitismo obrerista de las ideas liber
tribuyó, por un lado, a establecer un vinculo tarias.
clasista entre un proletariado rural y semiur- La ideología anarquista adquirirá una posi
bano que no podía encontrar en la fábrica el ción hegemónica en el proletariado peruano
punto de concentración de la voluntad obre en las fases iniciales del desarrollo del movi
ra sobre la que basa el marxismo la superio miento obrero. Postulando la necesidad de
ridad de la estrategia y de la acción socialis abolir la explotación económica a través de
ta y, por el otro, y como consecuencia de esto, una lucha contra el estado, hasta lograr su
creó condiciones para que la extrema movi extinción, y el cuestionamiento de la religio
lidad de ese proletariado fuera un elemento sidad y del poder de la iglesia, el a. no pudo
decisivo en la "comunicatividad”. Y fue pre formular una táctica adecuada. Sin practicar
cisamente el alto grado de comunicación de el terrorism o y sin una exaltación de la vio-
40 ANARQUISMO LATINOAMERICANO
Icncia a ultranza, el a. peruano terminó com- tan con el nom bre”. Su convicción deq u e en
binándose con el sindicalismo en la creencia Latinoamérica “no hay una simple cuestión
de que las organizaciones gremiales eran el obrera, sino un vastísimo prohlema social, no
único instrum ento de liberación auténtica hay guerra de antropófagos entre clases y cla
para el proletariado y de que los partidos polí ses, sino un generoso trabajo de emancipa
ticos constituían la negación de la organiza ción humana", lo llevó a afirm ar que la revo
ción proletaria y la pérdida de su autonomía. lución ofrece "el triple carácter de religiosa,
Esta concepción anarcosindicalista coadyu política y social”. Preconizando la alianza
vó al perfilamiento de una incipiente concien entre intelectuales y obreros, pero descon
cia de clase, pero, a la par, no instrum entó fiando de toda acción estrictam ente política,
medio alguno para evitar la separación de concebirá a la revolución como una transfor
obreros y artesanos por un lado, y de los inte mación radical en la vida asociativa de los
lectuales por el otro. A través de La Protesta. hombres, precedida por cierto de una vasta
la expresión periodística que reflejó con labor en el terreno de las ideas, si se quiere
mayor lucidez las concepciones anarcosindi de una especie de reforma intelectual y moral.
calistas, y durante los quince años de su cir "Evolucionar en el sentido de la más amplia
culación (1911-1926), se registraron, es cier libertad del individuo, prefiriendo las refor
to, y no podía ser de otra m añera, aquellos mas sociales a las transformaciones políti
temas tan caros al a., esto es, los problemas cas”: con éstas, sus propias palabras, se pue
de la abolición del estado, de la organización de sintetizar su programa de lucha. Un pro
laboral y el cuestionamiento de los socialis grama que, dirá Mariátegui, no supo interpre
tas, pero, paralelamente, y éste es el rasgo dis tar al pueblo ni legarle algo concreto a las
tintivo al que aludíamos, la cuestión indíge generaciones venideras. Si esto es cierto,
na aparecía abordada con una sorprendente habrá que buscar en su desconocimiento de
insistencia. Sin embargo, y como sucedió tam la economía y de la política, en su cultura cir
bién en otros lados, ante la carencia de pro cunscrita al ámhito de la filosofía y de la lite
puestas concretas para alcanzar los objetivos ratura las causas por las cuales González Pra
que se proponían, los anarcosindicalistas ter da “no consiguió nunca ser un realista”. Pero
minaron en la inoperancia política. El fin de también importan otras consideraciones: en
la "hegemonía anarcosindicalista —según lo países dominados por el colonialismo en la
expresan Burga y Flores Galindo— planteó cultura y en la vida nacional, y por lo tanto,
para el movimiento urbano popular la alter envueltos en una obstinada lucha por su afir
nativa aprism o (v.) o comunismo". mación y su autonomía, la relación entre lite
Resulta imposible hablar del a. peruano sin ratura y política es tan estrecha que no son
registrar y destacar la figura de Manuel Gon sino dos facetas de una única y misma labor.
zález Prada (1848-1918). A la vez que fue la En otras palabras: hacer literatura es, de
expresión cultural más talentosa que el a. todas maneras, una forma de hacer política.
tuvo en el continente dejó, en gran parte como Habiendo dejado a otros la tarea de crear
consecuencia de esto, un sello imborrable en el socialismo peruano, adhiriéndose al leja
la historia del movimiento revolucionario de no y abstracto utopismo de Kropotkin, pro
su país. En sus propuestas doctrinarias —reu nunciándose por los bakuninistas en la polé
nidas en el volumen titulado La atiari/uia—, mica que éstos mantuvieron con los marxis
es cierto que muchas veces teñido por las tas, González Prada, sin embargo, podrá pen
ideas anarquistas ya difundidas, es posible sar, antes que nadie, que la cuestión indíge
detectar un esfuerzo por pensar de manera na, más que filantrópica y cultural, es
autónoma la realidad peruana y latinoame fundamentalmente económica y agraria, que
ricana. Estas sociedades nuevas, decía, sin el problema del indio es sencillamente el pro
tradiciones fuertemente arraigadas, son pro blema de la tierra, en fin. que no habrá revo
picias para que germine todo lo nuevo y para lución socialista alguna en el Perú mientras
que aflore un sentimiento de rebeldía contra no sean los propios indios los realizadores de
todo poder y autoridad, y es por esto por lo su liberación social. Tesis que, desde su voca
que "muchos peruanos son anarquistas sin ción marxista, y con el complemento "prole
saberlo; profesan la doctrina, pero se asus tario” indispensable. Mariátegui desarrolla
ANARQUISMO LATINOAMERICANO 41
pesina que exigía la restitución de las tierras defendían con un program a de lucha el res
que pertenecían a las comunidades y que les tablecimiento de la democracia y la erradi
fueran despojadas por parte de los hacenda cación de la corrupción mediante una tácti
dos y de las compañías norteamericanas, la ca y forma de lucha que apuntaba fundamen
superexplotación a que los industriales some talmente a lograr mediante la propaganda y
tían a una masa de trabajadores debilitada la educación cívica una fuerte corriente de
por el permanente flujo a las ciudades de opinión capaz de desplazar electoralmente al
campesinos famélicos y desocupados, la cri candidato oficial, en 1906, y como resultado
sis de los sectores artesanales derivada del de su reorganización intema, el plm se da un
incremento de la industrialización crearon nuevo programa, esta vez orientado hacia la
una situación de larvada crisis social ante la transformación revolucionaria del estado
cual la clase obrera de reciente formación mexicano: más que un gobierno corrupto lo
tuvo que buscar formas organizativas, públi que había que destruir, decían, era todo el sis
cas o secretas, que le permitieran luchar con tema. Se formulaba asi, desde el punto de vis
éxito por sus reivindicaciones. ta de las propuestas, el contenido social de
Sastres y sombrereros amenazados por la una revolución radical democrática, y se pro
creciente industria textil primero, tipógrafos pugnaba, en lo referente a las formas de
y canteros que padecían el terrible impacto lucha, una acción violenta y decisiva de las
del linotipo y de la industria moderna del masas populares. Esta revolución, política y
cemento después, integraron las filas de los social a la vez, debía ser el resultado de un
artesanos que constituyeron para los anar proceso de masas donde el pueblo en armas
quistas y para la clase obrera urbana un lide debía conquistar el poder de manos de las cla
razgo fundamental. Para todos ellos el coo ses dominantes. La revolución, si quería ser
perativismo constituía la respuesta idónea tal, debía alcanzar el nivel de una "revolución
para la amenaza que el sistema de fábricas popular". Este sesgo decididamente antica
traía aparejada, hombres que siempre habían pitalista y antim perialista del plm coincide
trabajado con las manos y que se preciaban con el surgimiento de nuevas organizaciones
de su destreza e independencia. Y el anarco sindicales y con el ciclo de huelgas y de
sindicalismo será quien refleje su reacción revueltas acaecidas durante 1906-1908. Pocos
posterior ante el sistema fabril implantado. años después, el estallido de la revolución y
A pesar de las derrotas sufridas, los anarquis la insurrección m aderista condujo al grupo
tas fueron gestores de cambios importantes magonisla a plantear un nuevo deslinde polí
para las clases trabajadoras durante el perio tico de todas aquellas fuerzas que, como las
do 1860-1931. Aunque sus programas carecie de Madero, no se proponían una transform a
ran de éxito, John M. Hart dice que "sus obje ción radical de las estructuras sociales, pero
tivos —tal y como fueron expresados de las a las que la resistencia porfirista obligó a
plataform as de La Social, La Internacional, adoptar el camino de la violencia propugna
La Casa del Obrero Mundial y la cgt— poli do desde años atrás por el magonismo. A par
tizaron considerablemente a la clase obrera tir de ese momento aparece con nitidez la
mexicana". filiación ideológica anarquista adoptada en
Si México fue un centro de difusión de las 1908 y que por "razones de táctica" m antu
doctrinas anarcosindicalistas con caracterís vieron en secreto.
ticas muy peculiares, en mucha medida esto El control del proceso revolucionario logra
se debió a la labur de Ricardo Flores Magón do por el sector moderado condujo paulati
(1873-1922) y del grupo de intelectuales namente al aislamiento y luego a la desinte
nucleados en torno al periódico Regeneración, gración del grupo magonista, cada vez más
quienes representaron una corriente política reducido al pequeño número de fieles que
e ideológica radical democrática, fuertemente acompañaron hasta el final de sus días, en
influida por el a., que tendió finalmente a una cárcel norteamericana, a Flores Magón.
identificarse con el movimiento obrero y con Siempre un paso más adelante que las fuer
el agrarlsm o (v.) de Zapata. Si en un prim er zas comprometidas en el proceso revolucio
momento, a través del Partido Liberal Mexi nario, el magonismo cumplió un papel de
cano (plm), del que fueron cofundadores, decisiva importancia en la radicalización ere-
ANARQUISMO LATINOAMERICANO 43
la revolución de 1789 y de las revoluciones siásticos, la supresión de los gastos del culto
decimonónicas y finalmente entre la clase dentro del presupuesto del estado, la prece
obrera, mientras que a finales del siglo xix y dencia del matrimonio civil respecto al reli
principios del xx una parte de la burguesía gioso, el divorcio, la abrogación del articulo
se acercaba de nuevo a la iglesia y a la reli prim ero del Estatuto y la plena libertad de
gión. El a. ha logrado en parte sus objetivos conciencia. La movilización, las iniciativas y
de laicización del estado y de la sociedad, en las agitaciones anticlericales llegan a su cénit
medida diversa según los países. Su declina en el periodo de la izquierda; mientras que
ción, a p artir del periodo posterior a la pri cada vez más, entre finales del siglo xix y
mera guerra mundial, es la consecuencia de principios del xx, se manifiesta el abandono
la obtención de resultados, pero también de del a. y del laicismo por parte de la clase diri
las transformaciones verificadas en el m un gente y de la burguesía conservadora, éstos
do católico y en la iglesia, debidas en parte se convierten en bandera de lucha de los
al mismo a., por su innegable función de puri movimientos de oposición y, en el periodo de
ficación respecto al hecho religioso, a una dis Giolitti, en elemento de unificación de los
minución de los contrastes entre la iglesia y "bloques populares” de republicanos, radica
algunos estados europeos en función del anti les y socialistas. El a. italiano consigue resul
socialismo o anticomunismo y al surgimien tados menos incisivos que el de otros países
to de problemas nacionales y sociales, lo cual y ya en el periodo anterior a la prim era gue
ha contribuido a que pase a ocupar un segun rra mundial se va preparando un compromi
do plano. so entre estado e iglesia a fin de am pliar las
En Italia el a. se vinculó estrechamente con bases conservadoras del propio estado (v.
la lucha por la unidad nacional y por lo tan también laicismo, separatismo).
to con la destrucción del poder temporal de
los papas. En un prim er momento está pre BIBLIOGRAFIA: A. Erba, L'esprit laique en Belgique
sente en la batalla que sostienen las corrien satis le gouvemement liberal doctrinuire (1857-
tes liberales y democráticas para la creación 1870) d ’aprós les brochares pulitiques, Lovaina,
de un estado laico en el Piamonte. Después 1967; L'anticlericalismo nclRisorgimento(1830-
de la unidad alimenta especialmente algunas 1870), antología a cargo de G. Pepe y M. Themelly,
corrientes progresistas de la clase política asi Manduria, Lacaita, 1966; R. Rémond, L'anticlé-
como sus iniciativas de educación popular, el ricalisme en France de ¡815 « nos jours, París,
movimiento del libre pensamiento y la maso Fayard, 1976; T. Tomasi, L ’idea laica nell'ltalia
nería, y después sucesivamente diversas contemporánea, Florencia, La Nuova Italia, 1971;
corrientes políticas de oposición: republica G. Verucci, L'Italia laica prima e dopo limita,
nos y radicales, intem acionalistas anarquis 1848-1876. Anticlericalismo, libero pensicro c
tas y socialistas. Junto a inspiraciones cultu ateísmo Helia societá italiana, Bari, Late i za, 1981.
rales centroeuropeas, está presente de mane
ra muy viva la orientación positivista lombar [GUIDO VERUCCI]
da encabezada por Romagnosi-Cattaneo-
Ferrari. En el periodo de la derecha históri
ca, el a. alcanza algunos de sus objetivos con
la institución del matrimonio civil, la liqui anticomunismo
dación del eje eclesiástico, la abolición de la
exención del sen icio militar para los clérigos Si quisiéramos proporcionar una definición
y la supresión de las facultades de teología. lexicográfica, debería entenderse como es
Después, con el advenimiento de la izquier obvio al a. como la oposición a la ideología
da, logra instituir el juramento civil, establece y a los objetivos comunistas, y puesto que
parcialmente la enseñanza laica obligatoria, existen fuerzas sociales y formaciones polí
la represión de los abusos del clero y la posi ticas antifascistas, anticapitalistas, anticleri
bilidad de la cremación de cadáveres. Sin cales, etc., igualmente existirían las anticomu
embargo no se ven satisfechas, en la Italia nistas. F.n realidad, desde la revolución de
liberal, otras demandas más avanzadas del a., octubre en adelante, el comunismo entró en
como la expropiación total de los bienes ecle escena no sólo como movimiento organizado
ANTICOMUNISMO 47
y difundido por todo el mundo sino también cuencia se coloca en posiciones de extrema
como alternativa política real a los regíme izquierda.
nes tradicionales. Así, el a. ha asumido nece Si el a. es pues difícilmente definible en el
sariam ente valores mucho más profundos plano ideológico, en el plano más específica
que una simple oposición de principios, aun mente político se entiende como la convicción
que contenida dentro de la dialéctica políti de que no son posibles alianzas estratégicas
ca interna e internacional normal. (más allá de posibles momentos tácticos) con
Por el lado comunista, el a. ha sido defini los partidos y los estados comunistas. Esto
do por algunos como una "ideología negati no desemboca necesariamente en actitudes
va" (en términos polémicos, se trata del lla represivas en el interior y agresivas en el exte
mado a. visceral, es decir basado en la oposi rior: pero aun tratándose de la estrategia de
ción global al comunismo y no en la adhesión confrontación o se trate de la coexistencia
positiva a valores elegidos autónomamente); pacifica, ambas surgen de la comprobación
para otros, es la "ideología de la burguesía de una incompatibilidad de fondo con el cam
en crisis" (esto es, una fórmula política para po opuesto, de la falta de conciliabilidad de
salir del paso en el momento en que las tra los respectivos valores e intereses, aun si esto
dicionales se han mostrado ineficaces para se mantiene dentro de las reglas de la demo
controlar las tensiones sociales). De m anera cracia pluralista y de las normales relaciones
más explícita, Togliatti escribía que ser anti entre los estados.
comunista "significa [...] dividir resuelta Como puede verse, el a. interior y aquel sur
mente a la humanidad en dos campos, y con gido de las relaciones entre los estados están
siderar [.. .] al de los comunistas (...] como profundamente vinculados. Para comprender
el campo de quienes ya no son hombres, por mejor cómo se desarrollan, es conveniente sin
haber renegado de los valores sustanciales de embargo tener bien claras ambas esferas.
la civilización humana y haberlos atropella a] En el plano interno, el a. extremo es des
do’'. Sin embargo, se trata de definiciones de luego el de tipo fascista y reaccionario en
genéricas y limitativas, siendo el a. un fenó general, que se traduce en la sistemática
meno complejo, ideológico y político a la vez, represión de la oposición comunista (y por lo
explicable por lo demás a la luz del momen tanto es normal que sea tachada de comunis
to histórico, de las condiciones de cada país, ta cualquier oposición de base popular).
de las diversas matrices ideales y políticas en En los regímenes democráticos, es preciso
que se inspira. (Además, en el número de distinguir los países en los que no existe una
Rinascita citado en la bibliografía, se distin oposición comunista de importancia de aque
gue entre a. de tipo clerical, fascista, nazi llos en los que sí existe. En el prim er caso,
hitleriano y “el norteamericano, que es el más al a. puede encontrársele más bien como com
reciente. Luego hay variantes de tipo social ponente de fondo de la cultura política difun
y de tipo democrático’’.) dida, y tiene aquí una im portante función de
En la tradición de la III Internacional, ya integración sociopolitica y de legitimación del
que los intereses orgánicos del proletariado sistema (por ejemplo, mediante la incondicio
y de las capas progresistas se identifican nal aceptación de la propia forma de vida).
estrechamente con la linca de los partidos Por ello tiene una notable eficacia de preven
comunistas, la oposición a ésta se define de ción o aislamiento en la confrontación con
manera automática como oposición a los pri posibles movimientos de oposición que pos
meros, y en cuanto tal asume a los ojos de los tulan. aun de m anera general, el marxismo y
comunistas caracteres inequívocos "de dere las tradiciones comunistas.
cha". En realidad, el a. no es necesariamente En cambio, en el caso de países en los que
de derechas: aunque existe el de tipo clerical, la presencia comunista es fuerte, y constitu
reaccionario, fascista, etc., también puede ins ye una alternativa potencial o por lo mismo
pirarse en los principios liberales o, en la igualmente un elemento de constante dialéc
izquierda, en los de la socialdemocracia. En tica y de control sobre la gestión del poder,
los últimos años ha habido incluso una rea las posibilidades de encontrar en la sociedad
nudación del a. radical libertario, que con fre civil el consenso para una política de choque
48 ANTIFASCISMO
son evidentemente muy reducidas, si no es al coexistencia pacífica. La vitalidad del a., sin
precio de fuertes desgarramientos sociales. embargo, es inversamente proporcional a la
El respeto de las reglas de la democracia estabilidad de las relaciones hegemónicas en
impone por ello confrontaciones con la opo el nivel mundial. Puesto que éstas están cada
sición comunista sobre la base de programas vez más entram padas por los procesos de
y de realizaciones concretas, buscando asi eli emancipación política de los países subdesa
m inar los motivos que estarían en la base de rrollados, por la progresiva escasez de las
la adhesión y del voto a los partidos comu materias prim as y de los recursos energéti
nistas. En la formación de coaliciones, el a. cos y por la presencia de fuertes tensiones
se vuelve el criterio de discriminación: por un sociales en los propios países occidentales, en
lado las fuerzas no dispuestas a la colabora consecuencia no se puede excluir una perma
ción con los comunistas (el llamado prejuicio nente vocación del liderazgo occidental (Esta
anticomunista), por el otro los comunistas y dos Unidos) por ese a. agresivo abiertamente
los demás opositores eventuales de extrema practicado en los años cincuenta y sesenta
izquierda. (Corea, América Latina, Vietnam, papel de la
Si bien muchos politólogos sostienen que otan en Europa, etc.). Por su lado, también la
un sistema político de tipo occidental no pue Unión Soviética se mueve entre las tensiones
de funcionar en presencia de un fuerte des internacionales con una estrategia sustancial-
pliegue comunista (sistemas “polarizados’' o mente antimperialista, de donde el antisovie-
"centrífugos”), actúa sin embargo un proce tismo, y por lo tanto el a., saca un sustento
so efectivo de integración de los partidos objetivo.
comunistas occidentales (v. curocomunLmo)
en los sistemas pluralistas, con lo que queda bibliografía: W.F. Buckley, Jr. (comp.), Ameri
superado el a. tradicional, que por lo demás can conservativa thought in the iwentieth cen-
ya no tendría el consenso de los sectores de tury, Indumupolis, Bobbs-Merrill, 1970; Inchiesta
la sociedad civil no comunistas. suH'anticumnnismo, en Rinascita, XI, núms. 8-9,
b] En el plano internacional, el a. es el cri 1954; M. Margiocco, Stati Vniti t PCI, Barí, Luter-
terio inspirador de una política de amplitud za, 1981.
planetaria cuyos objetivos son al mismo tiem
po: 1] la contención de la influencia de los [LUCIANO BONET]
estados socialistas y 2] la intervención en los
asuntos internos de los países con el fin de
prevenir o reprim ir los movimientos de ins
piración comunista (o que se presume que lo antifascismo
son).
Ambas directrices de acción están entrela I. LOS COMPONENTES HISTORICOS DELANTIFASCISMOY
zadas, y definen al a. con relación al antiso- s i s fases. Al término a. se le d a preferente
vietismo. En otras palabras, una política exte mente un significado abarcador de todas las
rior antisoviética no es dictada necesariamen tendencias ideales, los movimientos espontá
te por el a., mientras que un régimen sustan neos u organizados y los regímenes políticos
cial o tcndenciulmcnte anticomunista no que históricamente ejercitaron o ejercitan
practica de manera sistemática el a. en las una oposición a las tendencias, movimientos,
relaciones internacionales. Por ejemplo, Chi regímenes caracterizables como fascistas.
na popular es desde luego antisoviética, pero Una interpretación del a. como fenómeno
no en nombre del a., aunque sí de los princi relativamente unitario presupone una inter
pios comunistas; en el lado opuesto, muchos pretación generalizante del fascismo; presu
estados árabes y africanos, que con frecuen pone que "fascismo” se convierta en una cate
cia tienen culturas políticas nacionales difí goría abareadora de movimientos y regíme
cilmente conciliables con el comunismo, son nes con comunes características distintivas,
en cambio filosoviéticos en política exterior. que actúan en un ámbito europeo o mundial
A p artir de los anos 60, el frente del a. ha y difundidos a lo largo de un arco cronológi
m ostrado una disminución progresiva en su co que >e extiende desde el fin de la primera
agresividad, moviéndose hacia relaciones de guerra mundial hasta nuestros días.
ANTIFASCISMO 49
Por otra parte, no Falta quien asigna fascis aei a., aquella entre efa. comunista y el res
mo, nazismo, franquismo, salazarismo, pero to del a. y encauzar una gradual unificación
nismo, etc., a diversos estadios del desarro operativa sobre contenidos políticos demo
llo económico y político, partiendo desde una cráticos.
comprensible reacción contra el uso genéri Sobre una interpretación superestructural
co e indiscriminado del término "fascismo" del fascismo, visto como dictadura y como
y, contemporáneamente, buscando una expli enfermedad moral que interrum pe el curso
cación a las similitudes entre el fascismo del camino de la libertad, se alinea el compo
europeo y algunos movimientos y regímenes nente liberal del a.: los fascismos son las
iberoamericanos y del tercer mundo. Final explosiones imprevistas e irracionales de
mente. sobre todo antes del advenimiento al fuerzas demoniacas que se encarnan en p ar
poder del nacionalsocialismo, hubo quien qui tid o s y en regímenes despóticos.
so ver en el fascismo un fenómeno circuns Una síntesis entre estas dos posiciones la
crito a Italia: de hecho también en estos casos intenta una tercera corriente interpretativa,
el a. se convierte en una categoría referible que someramente puede definirse como
únicamente a la oposición o a algunos movi democrático-rudical: ésta ve en el fascismo I
mientos o regímenes históricos específicos, explosión virulenta de gérmenes latentes en
geográfica y cronológicamente delimitados. algunas sociedades nacionales, imputables
Sin embargo, si existe entre los estudiosos más o menos deterministicamente a sus
un acuerdo relativo sobre las realidades polí estructuras tradicionalmente autoritarias, a
ticas caracterizables como fascistas, no pue las formas antidemocráticas con las que se
de decirse lo mismo respecto de lo que las efectuó la unificación nacional de algunos paí
señala como tales. Justam ente la interpreta ses, a la debilidad crónica de las institucio
ción de lo que es orgánico en el fascismo, más nes representativas. Esta última interpreta
allá de sus aspectos contingentes y de sus ción, aunque no es insensible a los problemas
manifestaciones exteriores, es lo que diferen estructurales y a las matrices de clase del fas
ció el a. en sus distintos componentes y lo con cismo. tiende a considerarlo como un fenó
virtió en un movimiento articulado y politi meno patológico (igual a la posición liberal)
camente contradictorio. más bien que fisiológico (como los comunis
De las tres interpretaciones “clásicas" del tas). Para radicales y liberales, surgen aquí
fascismo se originan, en efecto, distintos com soluciones y políticas táctica y estratégica
portamientos y orientaciones. Para los m ar mente divergentes, por lo menos en una pri
xistas del Comintem, el fascismo es la forma m era fase, de las de los comunistas: la socie
necesaria que la dictadura de la burguesía dad capitalista debe mantenerse, pero deben
asume en la fase imperialista del capitalismo: reform arse sus estructuras políticas en un
la misión del fascismo es la de destru ir las sentido liberaldemocrático. A lo sumo es posi
organizaciones del movimiento obrero y el ble, mediante la intervención reguladora del
mismo estado de los soviets, cuya defensa se estado en el sistema económico, reducir las
vuelve asi un objetivo preminente del a. De descompensaciones estructurales y en conse
la identificación de fascismo y capitalismo cuencia los conflictos que han sido la causa
deriva la contextualidad y la identidad entre desencadcnadora del fascismo.
lucha antifascista y lucha anticapitalista. Sólo La fase de mayor divergencia estratégica y
el desarrollo del análisis marxista hasta el táctica entre el bloque liberal-radical y el blo
reconocimiento de que el fascismo es sólo una que comunista refleja un momento en el cual
de las posibles formas de la dictadura bur el peligro fascista no se ha revelado aún en
guesa, con mucho la más reaccionaría y tirá todo \u alcance mundial. De a. en esta fase
nica, aunque no privada de un apoyo de la se puede hablar esencialmente para Italia y
masa (ejemplar en esta óptica es el análisis la contradicción entre fascismo y a. actúa
del fascismo mussuliniano como "régimen débilmente en el nivel internacional, supera
reaccionario de masas" llevado a cabo por da ampliamente por la oposición entre comu
Tcgli.-.lti), sumamente distinta de la democra nismo y anticomunismo. Esta última antíte
cia parlam entaria y sobre todo no inevitable, sis recorre la formación antifascista y lo divi
permitirá resolver la contradicción principa) de en su interior: para los comunistas la lucha
50 ANTIFASCISMO
contra el fascismo implica no sólo a las fuer organizativa, el a. interno organiza la movili
zas liberales sino a la propia socialdemocra- zación popular y la lucha de resistencia en los
cia, tachada de "socialfascista", que del régi países ocupados. La resistencia europea, en
men fascista constituirían un sostén y una sus distintas formas nacionales de masa y de
reserva. Por la otra parte, comunismo y fas élite, es el proseguimiento del a. militante con
cismo, los "extremos bestiales” de la polémi el método de la lucha armada. Con ésta, el a.
ca de Rosselli, no son más que species distin se convirtió en un movimiento político-militar
tas de un mismo genus: la dictadura totalita relativamente unitario y operante en un nivel
ria. Por esta razón deben combatirse igual mundial: el cleavage fascismo-a. se super
mente, en forma proporcional u su inciden puso completamente, aunque sólo de ma
cia histórica. nera provisional, al del comúnismu-ant¡co
El advenimiento de Hitler al poder lleva a munismo.
prim er plano, incluso en el nivel internacio
nal, la contradicción entre fascismo y antifas antifascismo italiano. El nacimiento de
i!. Et.
cismo. Las nuevas dimensiones del peligro una oposición espontánea al fascismo es con
fascista determinan un cambio de táctica en temporánea. en Italia, a las prim eras violen
la Internacional comunista (y de la URSS que cias de las bandas fascistas: las masas traba
inspira sus directivas): se aísla al fascismo jadoras se alinean en defensa de sus organi
como el enemigo principal y se buscan for zaciones económicas y políticas, y sólo la
mas de unidad de acción con las demás fuer acción combinada entre las bandas fascistas
zas antifascistas, con los socialistas en primer y el aparato represivo del estado liberal con
lugar. Las políticas del frente único y del siguen doblegarlas, sumándose a esto las
frente popular (v.) contra el fascismo y carencias de la dirección política. En este sen
la guerra, para la defensa de las liber tido es ejemplar la tentativa de organizar, con
tades democráticas, pone en movimiento un el movimiento de los Arditi del Populo, la
proceso de agregación del a., si bien en la per autodefensa popular arm ada contra las ban
manencia de la identidad política e ideológi das fascistas que fracasa debido a la descon
ca de cada uno de sus componentes, que tie fianza de los partidos y a sus divisiones.
ne sus prim eras manifestaciones en el frente En el f rente de las instituciones partidarias
popular francés y en el español. Sobre todo y sindicales el a. italiano comienza a delinear
es la guerra de España la prueba general de se como movimiento con una fisonomía pro
la nueva fase del a. internacional: en las Bri pia. a pesar de que perduraran los contras
gadas Internacionales que acudieron a com tes internos, sólo mucho tiempo después de
batir por la República Española se realiza por la Marcha sobre Roma: es el delito Matteotti
primera vez la acción unitaria del a. democrá el que liquida las últimas ilusiones normali-
tico, comunista, socialista, anárquico (aunque zadoras que hasta el momento habían alimen
no sin trágicas laceraciones). tado casi todos los sectores políticos contra
Si la agresividad fascista y nazi y el cam rios a Mussolini. El Aventino marca el
bio del movimiento comunista le permiten al momento de la ruptura completa e irrevoca
a. un salto cualitativo, la segunda guerra mun ble entre el fascismo y los partidos democrá
dial le permite alcanzar una dimensión de ticos y socialistas, si bien todavía en el ámbi
masas en numerosos países ocupados por los to de la legalidad liberal. Pero ya en esta fase
ejércitos hitlerianos. En el campo del a. se diferencia netamente la posición del par
entran las democracias occidentales, cuyo tido comunista, que ve en el fascismo un ins
comportamiento ambiguo y de appca.-.emunt trum ento dócil de la burguesía en función
(v.)en el enfrentamiento con el régimen hitle uniiobrera, destinado a dejar el lugar a una
riano habían de hecho permitido y favoreci coalición contrarrevolucionaria basada en la
do el ascenso no necesariamente obligado. E! secialdemocracia. Por eso los comunistas con
a. tradicional actúa desde el interior para traponen al Aventino legalista la propuesta
impedir nuevos compromisos y capitulacio de la huelga general, del antiparlamento, de
nes contribuyendo a determ inar la intransi la movilización de las masas.
gencia final. En un nivel distinto, en una sin Con las leyes excepcionales (1926) se abre
tonía de ideales, si bien no político- una nueva fase del a. italiano. Se diferencian
ANTIFASCISMO 51
do indicado es postuma o, por lo menos, con men no está estrictam ente ligada al carácter
temporánea con la desaparición de ese modo monárquico del gobierno (por otra parte, en
de ser de la sociedad y del estado, es decir, el siglo xix existirán reyes todavia). En
del a. régimen. Apenas se afirmó el nuevo segundo lugar la nación, idea extraña al a.
"régimen”, contraponiéndose al "viejo" y régimen, o por lo menos confusa e identifi
superándolo, este último resultó definido por cada con la persona y las funciones reales, se
la confrontación. alirm a como diferente y separada del monar
La verificación de ese fenómeno, que por ca: si Luis XIV había proclamado: “La nación
otra parle no es singular ya que se presentó no se corporiza en Francia, reside toda en la
en otras circunstancias, sugiere que para defi persona del rey”; si Luis XV había reafirm a
nir el a. régimen se parta justamente del "des do cien años más tarde (3 de marzo de 1766):
cubrim iento” que en el momento de su fin "Los derechos y los intereses de la nación, de
hicieron los contemporáneos. los que se osa hacer un cuerpo separado del
monarca, están necesariamente unidos con
II LADEFINICIÓN DELANTIGUOREGIMEN DADA POR LOS los mios y no reposan más que en mis manos”;
constituyentes de 1789-1791. Los contempo la declaración de los derechos del hombre y
ráneos a los que conviene referirse son los del ciudadano (26 de agosto de 1789) afirma,
mismos protagonistas de los sucesos, es decir por el contrario, que el principio de toda sobe
los constituyentes, quienes procedieron a la ranía reside esencialmente en la nación y que
obra jurídica de demolición del viejo régimen ningún cuerpo, ningún individuo, puede ejer
y de construcción del nuevo. citar autoridad que no emane expresamente
La definción de a. régimen, dada implícita de la misma (art. 3). Finalmente, el hecho de
mente por los constituyentes, se aprehende que la Asamblea Nacional se dé como finali
a través de tres momentos de la revolución dad la fijación de la Constitución del reino,
que se reflejan en sendos documentos o gru que cree un comité de constitución, se pro
pos de documentos: los de junio de 1789, los clame Asamblea Nacional Constituyente y se
de agosto-septiembre de 1789 y la Constitu dedique a lo que será la Constitución de 1791.
ción de 1791. implica que el a. régimen no tenía constitu
El primero de esos momentos se produce ción, entendiéndose por tal no la constitución
cuando, transcurridas seis semanas desde la consuetudinaria y las leyes fundamentales del
reunión de los estados generales en Versalles reino sino un claro, sólido, incontestable texto
(5 de mayo), los diputados del Tercer Estado legislativo, dictado por la nación o por sus
declaran que representan por lo menos el mandatarios sobre la base de ciertos princi
96% de la nación y afirman que la denomi pios como la soberanía nacional, los derechos
nación de Asamblea Nacional es la única que naturales, la igualdad de nacimiento de los
les corresponde (17 de junio). El mismo dia ciudadanos, la separación de los poderes.
de la declaración con la cual la asamblea defi La segunda fase está representada por los
ne ilegales los impuestos reales, aunque con decretos emanados entre el 4 y el 11 de agos
sintiendo por razones de estado que se conti to de 1789, con los cuales la Asamblea Cons
núe percibiéndolos, se inicia invocando el tituyente "destruyó completamente" lo que
poder que la nación ejercita "bajo los auspi constituía uno de los fundamentos del a. régi
cios de un monarca". Y tres días más tarde men y que los constituyentes definían corrien
(juramento del Jeu de Paume) la Asamblea temente como el "régimen feudal”. El conte
Nacional afirma haber sido llamada "para nido de esos decretos dem uestra qué cosa
fijar la constitución del reino, realizar la rege aparecía a la vista de ellos como el "régimen
neración del orden público y m antener los feudal” y por lo tanto también el a. régimen:
verdaderos principios de la monarquía". toda huella de servidumbre personal, todos
De estos textos surgen algunos elementos los derechos feudales (o señoriales), los diez
importantes. Antes que nada, como lo confir mos de todo tipo, la venalidad y la heredita-
man también los testimonios y los cahiers de riedad de los oficios, los privilegios pecunia
doléances, el principio monárquico, la perso rios en m ateria de imposiciones fiscales, la
na y la institución del rey no están en discu desigualdad de nacimiento y de capacidad
sión y. en consecuencia, la noción de a. régi jurídica en los empleos. Por el contrario no
54 ANTIGUO RÉGIMEN
III. NACIMIENTO DEL TÉRMINO "ANTIGUO RÉGIMEN". IV. IJtS CONDICIONES DE LA SUPERACIÓN DEL ANTIGUO
Contemporáneamente a los sucesos expues régimen. Sin embargo, la definición de a.
tos anteriorm ente se verifica el nacimiento, régimen que se dio hasta el momento, basán
postumo, del término "a. régimen”. Pero ¿pre dose en los textos de los constituyentes, es
cisamente en qué fecha? Tocqueville ofrece, insuficiente e inadecuada por lo menos por
indirectamente, una solución, allí donde colo una doble orden de razones. Por una parte,
ca el térm ino en boca de Mirabeau refirién porque presupone que una sociedad y un esta
dose a 1790: “No había pasado un año desde do, como la sociedad y el estado sucintamen
el inicio de la revolución y Mirabeau escribía te delineados, puedan efectivamente ser
al rey: 'Comparad el nuevo estado de cosas invertidos y anulados y consecuentemente
con el Antiguo Régimen[...]’ ’’ (L’A nden Régi (por lo que aquí nos concierne! definidos sólo
me et la Révolution. 1. i, cap. 2). por obra de algunos pocos actos normativos
En realidad, para una precisa respuesta comprendidos en el breve espacio de algunos
sería necesario un análisis minucioso de la meses; cosa que es absolutamente imposible.
inmensa producción legislativa de la Asam Por otra parte, porque presupone que en la
blea Constituyente, al que sería necesario visión y en la actividad de los constituyentes
agregar un análisis del vocabulario periodís no existían confusiones y anacrc nismos, cosa
tico. epistolar, corriente, etc. Mientras tanto igualmente inexacta.
se puede decir que, aunque se hable de a. régi Por lo que se refiere al primer aspecto, hay
men incluso en una brochare beanjolaise de que mencionar una serie de procesos, es decir
origen nobiliario de 1788, es desde 1790 que una serie de lentas pero decisivas novedades
la expresión comienza a difundirse para ser referibles cronológicamente a los años que
luego rápidamente adoptada, utilizada y van entre 1750 y 1850, que son lo opuesto del
transferida tal cual en las lenguas extranje a. régimen, que comribuyen a determinar ine
ras. Así es como Ferdinand Brunot, en el t. xorablemente su fin y a definirlo. Sin la pre
ANTIGUO RÉGIMEN 55
tensión de establecer un orden de priorida rios, de los cuales jamás se había eliminado
des, éstos se pueden sintetizar como: a] la ace ninguno.
leración de los transportes, que dan lugar a De aquí deriva la im portancia que en la
la facilidad de los intercambios, la disminu definición de a. régimen tiene la indagación
ción del costo de los mismos transportes, una historiográfica, tanto cuando toca aspectos
cierta unificación económica de las regiones; peculiares de la sociedad y del estado como
b] industrialización, iniciada a fines del siglo cuando trata de abrazar el fenómeno en una
xvtii y triunfante en la mitad del siglo xtx, o visión de conjunto. Pero aun queriendo limi
quizás un poco más tarde, que sustrae a la tarse a las reconstrucciones más generales,
producción agrícola, a los terratenientes y a como es inevitable aquí, nos encontramos
los titulares de la renta inmobiliaria de la frente a una historiografía ya conspicua que
preeminencia que habían ejercido hasta hunde sus raíces en la segunda mitad del siglo
entonces; c] la institución y la difusión de una xix. En efecto, es de 1856 la prim era edición
sólida red bancaria; d] unificación lingüísti de la famosa obra de Alexis de Tocqueville,
ca del país; e] la instauración y la aceptación L'Ancien Réginte ei ¡a Révulution, absoluta
del servicio militar; f] la unificación jurídica mente tendiente a dem ostrar la continuidad
del país, la verdadera obra de la revolución, entre uno y otra, y es de 1876 la prim era edi
culminada en el Código Napoleón; g] la unifi ción de la obra antitoequevilliana, sin duda
cación administrativa del reino, intentada ya discutible pero de todas m aneras im portan
por la monarquía, con la institución de los te, de Hyppolite Taine, Les origines de la Frun
intendentes (es la famosa lección de Tocque- ce contemporaine, t. i, L'Ancien Régime.
ville), y luego cumplida por la Constituyente, Mencionaremos sólo (y brevemente) las
por el Consulado y por el Imperio y simboli tesis más recientes y significativas, comen
zada por los prefectos; /;] la llamada revolu zando por la de Pagés, que tiene del a. régi
ción demográfica, determ inada por la lenta men una concepción dualista que resulta de
disminución de la m ortalidad y por el rápi la contraposición del estado con la sociedad.
do crecimiento de la fecundidad; t'J el adveni Para Pages, la monarquía del a. régimen había
miento, si no del ateísmo, por lo menos de una nacido de las guerras civiles que afligieron a
cierta indiferencia religiosa.V . Francia durante la segunda mitad del siglo
xvi y que cumplió con Enrique IV, con Luis
V. 1.AINTERPRETACION HISTORIOGRAFICA DELANTIGUO XIII y Richelicu, con Luis XIV, una obra con
régimen. Por lo que se refiere al segundo siderable, tanto como para corresponder a
aspecto, es necesario precisar que dentro de uno de los periodos más brillantes de la his
las causas de las "confusiones'' en las que toria francesa. Pero, sí bien desarrolló una
pudieron caer los constituyentes, no distin función nacional, no supo dar una base nacio
guiendo, por ejemplo, entre "nobleza", cues nal a su autoridad; quedó prisionera del pasa
tión de sangre, y el "señorío", cuestión esen do; conservó el viejo carácter de una monar
cialmente territorial, o si no entre este últi quía personal y se desarrolló desvirtuando las
mo, entendido como modo de explotación de instituciones que podrían haberla sostenido;
la tierra, y la "feudalidad" entendida como cometió el error de creer que a un gobierno
conjunto de vínculos de hombre a hombre en le basta con ser fuerte. Las instituciones
el ámbito de una sociedad militar (M. Bloch), administrativas creadas por Luis XIV' y Col-
está el hecho de que el a. régimen, si bien apa bert aumentaron ulteriormente la fuerza del
rece definido y claro en relación con su poder, pero no asociaron la nación a éste. Así,
"m uerte legal" y en relación con lo que lo ha frente a la sociedad que se había transforma
seguido, considerado en sí mismo no lo resul do, la monarquía del a. régimen, aislada, fue
ta igualmente. La "confusión” que distinguía incapaz de transform arse con aquélla y que
al a. régimen.y contra la cual los constituyen dó condenada.
tes reaccionaron en nombre de la Razón y de Dualista, pero en sentido opuesto, es decir
las Luces, derivaba de su misma naturaleza. en el sentido de la contraposición de la socie
El a. régimen, en efecto, no era más que el dad al estado, es también la concepción de
resultado de un conjunto de elementos, gene Sagnac, para quien la importancia de la for
ralmente seculares, a veces incluso milena ma del régimen político ha sido exagerada. De
56 ANTISEMITISMO
ción económica; por esto son no solamente Mesías y en la acusación de “deicidio" que
toleradas sino que frecuentemente están pro comienza a dirigirse contra los hebreos. Tam
tegidas por las autoridades imperiales. En bién el cristianism o es receptor del antiguo
Roma y en las principales ciudades de Occi desprecio de las clases superiores romanas
dente. el a. se difunde poco, incluso porque por las profesiones mercantiles. Sin em bar
la naturaleza tolerante del paganismo y la go. a pesar del absoluto predominio ideoló
estructura multinacional del imperio impiden gico de la iglesia, los siglos de la decadencia
el nacimiento de hostilidades de tipo religio del imperio romano y del alto Medievo son
so o racial. Aunque poco frecuentes en un para los hebreos una época de desarrollo y
nivel de masa, actitudes de antipatía o de des de prosperidad. Las comunidades hebraicas
precio hacia los hebreos a veces aparecen, sin son discriminadas, pero al mismo tiempo tole
embargo, entre las clases superiores y en los radas y —dentro de ciertos límites— prote
sectores intelectuales. Se trata de un a. que gidas de los abusos mediante una precisa
tiene sus raíces en las antiguas tradiciones reglamentación jurídica. A diferencia de los
agrícolas de la sociedad romana y en el con paganos —para los cuales se intenta una asi
secuente desprecio por las actividades m er milación rápida—, a los hebreos se les per
cantiles; desprecio que, a su ve/, nace de un mite conservar sus costum bres v religión;
antagonismo económico más prof undo entre mientras que la frecuente repetición de las
los productores de bienes y los comerciantes, normas opresivas más ásperas hace suponer
que por un lado se apropian de una parte de que su aplicación era generalmente blanda.
estos bienes pero al mismo tiempo son nece En efecto, la desaparición casi total de la eco
sarios a la sociedad y por esta razón inelimi- nomía de mercado y el repliegue hacia el auto-
nables. También la actitud "nacionalista” de consumo convierten en sumamente importan
los hebreos y su proselitismo —diferencián te la función comercial de los hebreos en la
dose de los otros pueblos asimilados en el época feudal: en los tiempos de Carlomagno,
imperio, que de este último se reconocen súb el comercio entre Oriente y Occidente lo
ditos y mantienen la propia religión sin tra monopolizan casi totalmente los hebreos (y
tar de extenderla a otros— es chocante para en esta época se registra efectivamente para
la mentalidad cosmopolita de los romanos, ellos el máximo de prosperidad). Siendo los
suscitando reacciones de hostilidad. Parcial únicos que disponen de reservas monetarias,
mente distinta es la situación en las regiones pueden comenzar a asociar a la actividad de)
helenizadas de Oriente, y esencialmente en intercambio la del empréstito; en modo tal
Alejandría, donde la protección acordada por que en poco ti mpo su presencia se conside
el gobierno imperial a la comunidad hebrai ra indispensable en todo la Europa occiden
ca determina reiterados movimientos antise tal. Por esta razón, el a. se difunde poco
mitas de más amplias proporciones. durante todo el alto Medievo: algunos episo
En el siglo tv d. c., el cristianismo se con dios nacen del deseo de los nobles de apro
vierte en la religión oficial del imperio. La piarse de la riqueza de los hebreos o por otras
actitud tolerante del paganismo cede ahora causas ocasionales.
el lugar a una política ásperamente confesio Con el siglo xn. la situación económica
nal, tendiente a la afirmación forzada de la comienza a cambiar. Primero en Flandes y en
religión de estado; se multiplican las leyes y Italia, luego en los otros países, reflorecen las
las disposiciones tendientes a la discrim ina actividades comerciales; los hebreos pierden
ción de aquellos que profesan otras confesio el monopolio del comercio europeo y son rele
nes. Se coloca a los hebreos en posición de gados a los márgenes. Xo siendo ya indispen
absoluta inferioridad jurídica y se les priva sable a la sociedad como en los siglos prece
de todo derecho civil, y con ese estatus per dentes, su posición sufre un brusco empeo
manecerán durante todo el Medievo y la edad ramiento; la antigua hostilidad latente en la
moderna, hasta la emancipación. El a. asume, nobleza, que ve en los hebreos a los que se
justam ente en esta época, uno de sus compo apropian de una parte de sus bienes, ahora
nentes ideológicos fundamentales: el religio puede desplegarse completamente: ésta es la
so. basado en la aversión por la ‘‘obstinación’’ causa de la multiplicación de los actos de
hebraica en no reconocer el advenimiento del saqueo y despojo señoriles en esta época. Con
ANTISEMITISMO =¡9
tos antisemitas se difunden bastante amplia hebreos), además del recuerdo de las perse
mente entre la población, a semejanza, por cuciones hitlerianas, hace que incluso en las
otra parte, de lo que sucede frente a otras zonas donde están más difundidos prejuicios
comunidades nacionales, que encuentran las de tipo racista —como en algunas ciudades
mismas dificultades de ubicación en la socie del norte respecto de los meridionales— el a.
dad norteamericana. Si bien no alcanza el gra esté prácticamente ausente, y más bien gocen
do de dram aticidad de la situación alemana, de una cierta simpatía, al iguai que el estado
el a. ejercita una cierta influencia sobre el de Israel. La aparición ocasional de escritos
mercado del trabajo, donde los hebreos o publicaciones antisemitas —por parte de
sufren frecuente discriminación; los periodos elementos de la extrema derecha— es desa
de mayor virulencia son los correspondien probada por la amplia mayoría de la opinión
tes a 1920-1924, cuando el mismo Ku-KIux- pública.
Klan incluye la lucha antijudia en sus progra Entre los países de Europa occidental, las
mas y Henry Ford desencadena en sus órga mayores comunidades hebreas se encuentran
nos de prensa una violenta campaña antise en Francia y en Gran Bretaña. Aquí el análi
mita, y los años sucesivos a la gran crisis de sis sobre el a. se coloca en dos planos; en un
1929, como consecuencia del pánico que se nivel de masa los prejuicios anlijudios toda
había difundido entre las clases medias y de vía no desaparecieron completamente, pero
una cierta penetración de las ideas propaga no constituyen un problema real; el a. activo
das por pequeños grupos nazifacistas. Pero —en Italia— lo sostienen sólo pequeños gru
la acentuación de persecuciones en Alemania pos de extrema derecha, pero obtienen poco
asestará un duro golpe al a., acaparando a consentimiento y más bien reciben la desa
favor de los hebreos gran parte de la opinión probación de la población. Los impulsos
pública norteamericana. racistas todavía bien presentes en la sociedad
Respecto del a. europeo y norteamericano, europea encuentran efectivamente un más
debe considerarse como un fenómeno distin fácil desahogo dirigiéndose contra los inmi
to la supresión de la cultura yiddish en la grantes extranjeros, especialmente árabes (en
Unión Soviética de los años cuarenta, después Francia) y africanos, indios y caribeños (en
del pujante desarrollo de los quince años pre Inglaterra); los mismos grupos de derecha
cedentes. En la base de las medidas tomadas consideran actualmente más "provechoso”
no sólo contra los hebreos sino también con dirigir las propias campañas nacionalistas y
tra otros pueblos —como los calmucos, los racistas contra estos últimos antes que con
tártaros de Crimea y los alemanes del Volga— tra los hebreos. Incluso en Estados Unidos las
no hay en efecto contradicciones de natura tendencias racistas se dirigen preferentemen
leza económica sino más bien consideracio te no contra éstos sino contra los negros y los
nes de ''seguridad política" que, sin em bar puertorriqueños, mucho más expuestos a la
go, revelan —en la visión de la "responsabi hostilidad de la población por su posición
lidad colectiva" de los pueblos— estrechos social. Sin embargo, la amplia difusión de la
vínculos con la mentalidad del nacionalismo mentalidad racista logra también que el a.,
europeo. La inclusión de los hebreos en la lis aunque sin alcanzar habitualmente dimensio
ta de los pueblos "potencialmente subversi nes de verdadera y propia dramaticidad, sea
vos” se tn< ampliado con la sospecha suscita bastante radicado, especialmente en Nueva
da en el círculo dirigente staliniano por las York, donde tiene su sede la más importante
"tendencias cosmopolitas" de los hebreos y comunidad hebrea del mundo.
por los supuestos vínculos de éstos con En la Unión Soviética los órganos de pren
ambientes occidentales. sa desarrollan una activa y frecuentemente
violenta campaña contra el sionismo y el
iv. el antisemitismo hoy En Italia el a. es hoy gobierno isrrelita. preocupándose constante
un fenómeno .socialmente poco relevante: el mente de distinguir la propia posición del a.,
escaso número de hebreos, su perfecta asimi al que se condena decididamente. Sin embar
lación en la estructura económica nacional (y go, en el nivel de masa, esa distinción no es
la consecuente completa ausencia de grupos igualmente fácil y evidente, incluso porque
sociales o profesionales específicamente los hebreos, en los estados multinacionales
ANTROPOLOGIA POLITICA 63
del este europeo, han sido siempre conside pos de nazis exiliados en la inmediata posgue
rados como nación (en sentido étnico). Por rra, el a. tampoco arraigó en la población.
otra parte, la tradicional mentalidad antise
mita no ha sido completamente extirpada, y BIBLIOGRAFIA: U. Calta/., L\antisemitismo italiano
esto no sólo por las profundas raíces históri sollo il fascismo, Florencia, La Nuova Italia,
cas que el a. tiene en toda Europa oriental 1975; V. Colomi, Gli ebrei nel sistema del diru
sino también como consecuencia de la perma lo cumune italiano fino alia prima emancipazio-
nencia en la suciedad soviética de tensiones ne, Milán, Giuffré, 1956; R. de Felice, Storia de¡>l¡
y desequilibrios sociales todavía no comple ebrei italiani sollo il fascismo, Turín, Einaudi,
tamente resueltos y de la inacabada realiza 1972’; A.M. di Ñola, Antisemitismo in Italia,
ción de la democracia socialista en un nivel I962-IV72, Florencia, Vallecchi, 1973: A. León. El
generalizado. Por eso se verifican todavia en marxismo y la cuestión judia (19461, México, J
la Unión Soviética ocasionales episodios de Pablos. 1976; K. Marx y otros. II marxismo e la
a., reprimidos de m anera a veces demasiado questione ebraica. antología a cargo de M. Mas
blanda por las autoridades —especialmente sara, Milán. Teti. 1972: G. Mayda, Ebrei sollo
locales—, quizá todavía influidas por sospe Salo: la persecuzione antisemita, /94.?-/945,
chas respecto del “ internacionalism o" Milán. Feltrinelli, 1978; L. Poliakov, Historia del
hebreo. antisemitismo. I: De Cristo a los indios de la corte
En los países árabes —y, por extensión, en (1955); 2: De Mahoma a los marranos (1969); 3:
algún estado africano— el conflicto con Israel El sinln de las luces (1968); 4. La emancipación
determinó la aparición de actitudes antisemi y la reacción racista; 5: La Europa suicida, Bar
tas, tanto en un nivel popular como oficial, celona. Muchnik; E. Saracini, Breve storia degli
generalmente no de tipo racial. La situación ebrei e dell’antisemitismo. Milán. Mondadori,
de extrema tensión política y la escasa infor 1977.
mación de las masas hace que, en efecto, la
distinción entre hebreos (como pueblo) e [SANDRO ORTONAj
Israel (como estado) sea escasamente adver
tida. incluso porque parece evidente la soli
daridad con Israel de las comunidades
hebreas de la diáspora. El recurso a argumen antropología política
taciones antisemitas como instrumentos de
propaganda por parte de las organizaciones I DEFINICIÓN Y OBJETIVOS DE LA DISCIPLINA Lil a.
árabes y palestinas se explica también con la política es una especiali/acion tardía de la a.
inmadurez política y la falta de una clara social. La investigación antropológica siem
visión de clase de algunas organizaciones, que pre había considerado el hecho político como
se traduce, por otra parte, también en otros un sistema de relaciones derivado y conse
métodos de lucha (como el terrorismo). cuentemente lo había tomado sólo marginal-
En Sudáfrica, país racista por excelencia, menie en consideración. Del examen de las
donde viven más de ICO CCO hebreos, la situa estructuras sociales nació recientemente el
ción de estos últimos es bastante buena, a interés que privilegia el estudio de los siste
pesar de las simpatías proalemanas de mas políticos primitivos. Como disciplina la
muchos Afrikaners (Jurante el último conflic a. política quiere reconocer y examinar empí
to mundial y la posición declaradamente anti ricamente la naturaleza de los sistemas y de
semita asumida por el partido nacionalista en las combinaciones políticas, con el fin de des
ese mismo periodo. En efecto después de la cubrir cuáles sun en realidad los principios
.subida al poder de los nacionalistas, razones que regulan las relaciones internas y exter
de política interna (aversión por el a. de bue nas de los miembros de las comunidades polí
na parte de la opinión publica, compenetra ticas diferentes de aquellas que nos son más
ción de los hebreos en la burguesía urbana familiares. La a. política rechaza tanto la filo
de raza blanca) y exterior (amistad con Israel) sofía política como la ciencia política tradi
sugirieron el abandono de cualquier tentati cionales. confinadas dentro de sus perspec
va de discriminción antisemita. En America tivas “eurocénti ¡cas”. La a. política no quie
Latina, a pesar de la actividad de algunos gru re elaborar abstracciones sino estudiar las
64 ANTROPOLOGIA POLITICA
metodológico. Las investigaciones de a. poli- oficial de los sistemas con las contradiccio
tica. sobre ledo aquellas realizadas por antro nes reveladas en su funcionamiento, pero sin
pólogos africanistas en las que se analizan los construir un modelo; mientras que los antro
sistemas estatales no occidentales y la natu pólogos de la segunda corriente, prefiriendo
raleza del gobierno y de la política en esos exam inar los microcosmos políticos, antes
tipos de sociedad llamadas "sin estado" en los que nada toman los actores, los com porta
que no existen o existen en número exiguo ins mientos como prueba de una formalización
tituciones y funciones especializados de tipo implícita. Los primeros parten de la totalidad
político y se profundiza el examen de las y de la teoría del sistema, m ientras que los
estructuras de parentesco y de los modelos segundos la reconstruyen a partir de las prác
de relación que las sostienen, permitieron una ticas y de las interacciones individuales y
nueva y más funcional delimitación del ámbi colectivas. La segunda corriente es tanto una
to político y un señalamiento más exacto de reacción al funcionalismo como a la visión
sus aspectos. historizante y global de los sistemas sociales
La a. política de los años treinta y cuaren (F. G. Bailley, M. Swartz, R. Nicholas). Algu
ta era por definición funcionalista. En este nos temas permiten conectar a las dos
cuadro teórico la política se definía de mane corrientes: son aquellos que consideran al sis
ra unilateral: el mantenimiento del orden y tema político como el espacio de relaciones
de la cohesión social. 1.a política estaba al ser asimétricas de competición y de cooperación
vicio del conjunto de la organización, jamás y que analizan las relaciones entre los grupos
en la perspectiva de una estratificación no en términos de estrategia, de manipulación
igualitaria de los grupos. En este sentido la y de contestación.
prim era a. política es muy formal y presenta
descripciones de normas políticas de funcio 111 DEFINICION DF. POUTICIDAD Y1 IPOLüGlA DF. LAS FOR
namiento y no de comportamiento real. Es MAS de organización poUtica. El prim er proble
sólo a partir de los años cincuenta que nue ma de la a. política es el de definir el ámbito
vas corrientes teóricas sustituyen al forma de la politicidad. Mame y Morgan dieron par
lismo de esta a. política. ticular importancia al criterio territorial.
No es causal que los antropólogos de la pos Radcliffe-Brown y Schapera {Government and
guerra se hayan dedicado sobre todo al estu politics in tribal societies, 1956) reformularon
dio de los conflictos sociales y políticos: el fin el problema demostrando que también las
del mundo colonial impone su dinámica his sociedades más simples tienen alguna base
tórica a la teoría (M. Gluckman y C. Balan- territorial: no hay por lo tanto incompatibi
dicr), mientras en Estados Unidos la reacción lidad entre el principio de parentesco y el
antifuncionalista y anticulturalista toma la principio territorial, como por otra parte
forma de un neoevolucionismo que analiza había ya destacado Lowie. Las diferencias
tanto las sociedades antiguas como las socie consisten en el tipo de conceptualización de
dades contemporáneas (M. Sahlins, M. Fried, las relaciones políticas que en algunos casos
L. Krader, E. Service, E. Wolf). La segunda pueden expresarse en términos de parentes
corriente corresponde a la mutación estruc co o según otros modelos, los cuales, en con
turalista del antiguo funcionalismo (E. Leach, secuencia, oscurecen las relaciones territoria
J. Pouillon) y el análisis de un sistema políti les que siempre existen. En la introducción
co como sistema de acción política, como pro a African political Systems, Radcliffe-Brown
ceso. En este caso la a. política privilegia el propone definir como sistema político “aque
análisis de los casos, la interacción en el seno lla parte de la organización global de una
de microcomunidades y construye modelos sociedad que se ocupa de la conservación o
que tienen en cuenta la dimensión individual. de la creación de un orden social, en una
Se aplica la teoría de los juegos o de la deci estructura territorial, a través del ejercicio
sión para formalizar comportamientos reales. organizado de una autoridad coercitiva que
Las dos corrientes se contraponen según el pase a través de la utilización, o la posibili
nivel de análisis elegido; los antropólogos de dad de utilización, de la fuerza".
la primera corriente defienden una visión glo Esta definición coloca el acento sobre el
bal de la sociedad y confrontan la definición mantenimiento del orden de los valores comu
66 ANTROPOLOGIA POLITIC A
que ejercen sobre otras instituciones y fun derecho y ritual en la sociedad tribal (1965),
ciones de la sociedad de la que forman p ar Madrid, Akal, 1978; L.P. Muir, El gobierno pri
te. Easton llega incluso a negar que la a. polí mitivo (1962), Buenos Aires, Amorrortu, 1977; J.
tica exista como disciplina porque le falta Schapcra, Government and politics in tribal
básicamente la conceptualización de los prin socielies, Londres, 1956: M.G. Smith, Govern
cipales atributos del sistema político y un ment in Zuzzati, Londres, 1960.
enfoque más dinámico que establezca una
tipología basada en las estructuras de apoyo, [ANNA MARIA GENTILl]
en la diferenciación de los papeles y en el pro
ceso de toma de decisiones y resolución de los
conflictos. Sobre la línea de las críticas de aparato
Easton se mueve gran parte de la investiga
ción de a. política actual (Aidan Southhall). I. APARATOS DE PARTIDO Y PROFESIONALISMO POIJTICO.
Sin embargo, las criticas de Easton tienen El aparato de un partido es el conjunto de las
fundamento en la medida en que la a. políti personas y organizaciones con funciones
ca se presenta más como un proyecto en cur directivas y ejecutivas que desempeñan una
so de realización que como un ámbito ya cons actividad profesional y permiten su funcio
tituido. namiento continuado.
Balandier (A. política, 1969) resalta que a La formación de los a. en los partidos polí
pesar del largo camino de sistematización ticos, según la clásica lección weberiana, es
metodológica y conceptual Lodavía por reco el producto de la democratización del sufra
rrer, la a. política "ocupa una posición cen gio y de la consiguiente profesionalización de
tral, y esto en la medida en que le es perm iti la actividad política, y marca la ampliación
do com prender la política en su diversidad y a las asociaciones privadas y voluntarias de
poner las condiciones para un estudio com la tendencia a la organización burocrática
parado más amplio. Además, la a. política manifestada en el nivel estatal con el adveni
obligó a la descentralización en la medida en miento del absolutismo.
que universalizó la reflexión extendiéndola En el momento en que. con la afirmación
hasta las bandas pigmeas y amerindias con del poder de la burguesía, surgen los parti
poder mínimo y quebró la larga fascinación dos políticos, sólo se puede hablar de a. en
ejercida por el estado sobre los teóricos de sentido impropio, con referencia a las funcio
la politicidad.'' La a. política ejerció luego una nes electorales desarrolladas por los comités
función práctica que contribuyó a modificar de notables que constituyeron el frágil esque
las imágenes comunes que caracterizan las leto del partido premoderno. Personas dota
sociedades tomadas en consideración por los das de prestigio y de honorabilidad social, y
antropólogos, incluidas las ideologías por lo tanto influyentes, actuando por de fue
mediante las cuales las sociedades tradicio ra de la palestra parlam entaria, asumen la
nales se explican ellas mismas, y en último tarea de la selección y sostenimiento de los
análisis la a. política originó un debate meto candidatos a las elecciones, poniéndose a dis
dológico y teórico que iluminó los límites tan posición de los partidos como agentes elec
to del análisis funcional como del análisis torales: propietarios de tierras e hidalgos en
estructural e impulsó la búsqueda de teorías el campo; burgomaestres, jueces, notarios,
y modelos que tengan en cuenta la mutación abogados, maestros, párrocos en la ciudad.
y el desarrollo, y finalmente las inversiones Su acción reviste un carácter ocasional y dile
del desarrollo y de los procesos de desinte tante y no está directamente remunerada por
gración. el partido; son bastante débiles las cohesio
nes horizontales entre los diversos círculos
bibliografía: G. Balandier, Antropología política de notables y los contactos verticales con el
(1969), Barcelona, Roma, 1969; D. Easton, Poli- centro, que se estrechan sólo con ocasión de
tical anthropology, en Biemtial Re\iew of Anthm- las campañas electorales. Un ejercicio conti
pology, a cargo de B. Siegel, 1959; M. Fortes y nuo y especializado de la actividad política
E.E. Evans-Pritchard (comps.), African political sólo existe en el parlamento y en el perio
Systems Londres, 1940; M. Gluckman. Política. dismo.
APARATO 69
Esta versión "débil'’ de los a. de partido alejando el centro de poder de las cámaras al
declina contcxtuulmente al tiempo que se sistema de partido. La democracia parlamen
amplían los derechos electorales de las cla taria evoluciona asi o bien hacia formas ple
ses inferiores y con la necesidad, por parte biscitarias. en las que el liderazgo pertenece
de los partidos, de conquistar su adhesión a a quienes se han apoyado en las "m áquinas”
base de programas nacionales orgánicos y de partido, o bien hacia formas burocráticas
coherentes. Las nuevas exigencias de cohe de democracia sin cabeza, dominada por apa
sión, de control, de disciplina provocadas por ratos de políticos de profesión sin carism a y
la ampliación del sufragio determinan la evo sin cualidades.
lución de los a. de partido desde las pioneras
asociaciones de notables hasta las modernas II FISIOLOGIA Y PATOLOGÍA DK LOS APARATOS MICHELS.
"máquinas políticas". La creciente raciona lenin , Gramsci.A la par de los análisis webe-
lización de las técnicas electorales hace que. rianos, Robert Michels, en su estudio sobre
en la estructura interna de los partidos y en los partidos obreros de masa de principios de
primer lugar de los partidos de base proleta siglo, sum inistra una interpretación de la
ria, urja el recurso a la organización burocrá etiología y del funcionamiento de los a. de las
tica, lo que determina la sustitución del polí organizaciones obreras que ya es clásica.
tico diletante por el político de profesión, que La complejidad creciente de las funciones
vive no tanto por la política sino de ¡a políti que el partido moderno debe realizar deter
ca. en el sentido de que se dedica a ella coti mina de inmediato la sustitución del hombre
dianamente convirtiéndola en la propia fuen de confianza de los tiempos heroicos de la
te de sostén y en la oportunidad principal de organización, o del funcionario ocasional que
avance social. Funcionarios pagados sustitu no trabaja de tiempo completo, por el funcio
yen parcial o completamente a los hombres nario de profesión que consagra al partido
representativos, aquellos notables a quienes toda su actividad, especializándose en una de
se consignaba antes las funciones electorales, las ramas en que se articula el trabajo políti
los delegados que daban su trabajo de mane co. En el interior de esta burocracia profesio
ra ocasional o en forma voluntaria. nal, seleccionada sobre la base de la prácti
Por otra parte, se hace indispensable, sobre ca cotidiana o formada en las escuelas que el
todo en los partidos de clase, poder contar partido organiza, equipada con capacidad
con la contribución de todos los miembros política, competencia técnica, devoción y leal
para financiar las campañas electorales y sos tad a la causa, las funciones se estructuran
tener las candidaturas obreras. Necesidades según una compleja jerarquía que converge
administrativas y oportunidades político- en un centro de gravedad capaz de hacer fren
organizativas concurren pues a increm entar te a las exigencias de la lucha política. Se for
el número de aquellos para quienes la activi ma un grupo de jefes, dotados de cualidades
dad partidista constituye la profesión prin "demagógicas" y de capacidades técnico-
cipal o única: a los diputados y a los perio administrativas. Su misma experiencia y
distas hacen costado funcionarios, contables, especialización los hace indispensables y por
escribientes. Para siempre serán las cualida lo mismo inamovibles de los cargos alcanza
des de estos burócratas las que determinarán dos; la confianza y la devoción de las masas
el éxito del partido, por lo que éste tiende a refuerza tanto su poder que los congresos que
transform arse en una empresa en la que el deberían elegirlos asumen la función de
poder está en manos de quienes le proporcio meros ritos celebratorios. El liderazgo con
nan trabajo con asiduidad. Se trata del mode centra en sus manos todo el poder organiza
lo del Parleiapparat cuyo ejemplo más ¡lus tivo y financiero y se adueña de los canales
tre es la socialdemocracia alemana de la épo internos de comunicación del partido. Ade
ca guillermina, clásica organización obrera más desarrolla una psicología consiguiente,
de funcionarios ajustada para actuar con efi basada en la conciencia de su propia indis
cacia en la palestra político-electoral. pensabilidad, que los lleva a identificar la
La consolidación del fenómeno de los apa voluntad colectiva del partido con su propia
ratos de partido tiene entre sus efectos el de voluntad. Se ha constituido así una verdade
modificar la estructura del parlamentarismo. ra casta oligárquica, que no se identifica con
70 APARATO
el a. en su totalidad, pero que constituye el masas, el rasgo de unión entre centro y peri
estrato superior y dominante de éste. La ver feria, entre la clase y su estado mayor orga
dadera burocracia de partido, los sectores nizado. Este modo de entender la organiza
medios y bajos del a., se adecúan a las deci ción profesional se apoya en una visión pecu
siones del grupo dirigente y sostienen su liar de la relación entre partido y classe jar
selección. dee, entre direcciun y espontaneidad. La poli-
El a. de partido entendido de esta manera, tica es praxis científicamente fundamentada
de Michels en adelante, está considerado y en cuanto tal requiere especialización. La
como el locus del proceso de distorsión de los espontaneidad no necesita de profesionali-
fines propio de toda organización política dad. pero el partido, conocedor de las leyes
compleja. Una vez superada la fase de la con de movimiento de la historia, quiere actuar
solidación organizativa, en efecto, la finalidad con eficacia en la creciente complejidad social
latente de todo a. viene a ser la superviven con vistas a los fines revolucionarios a los que
cia y el refuerzo de la organización y la per tiende, debe confiar en los cuadros de base,
petuación de las élites que la guian. Es claro intermedios y superiores, conocedores y dis
que el dominio de los políticos de profesión ciplinados, adiestrados para operar en los
no se limita a ejercer sus efectos deletéreos diversos sectores en los que se articula la
en el campo de la democracia de partido, sino lucha política. El obrero revolucionario de
que condiciona las selecciones políticas en su vanguardia debe convertirse en un revolucio
sentido estático y conservador; el a. descon naria profesional, que recibe de la organiza
fía de tuda innovación estratégica, de todo ción los medios necesarios pura su subsisten
cambio que pudiera amenazar la posición cia, preparadu para vivir una doble existen
consolidada de sus miembros, en todos los cia, legal y clandestina, provisto de una voca
niveles; propende al radio de acción política ción de carrera, insensible a los valores y a
restringido, se identifica siempre con las deci los cebos del sistema. Bajo una red de tales
siones del establishment interno contra toda revolucionarios profesionales ha de estructu
crítica, contra toda herejía, condiciona su rarse "antes que nada y principalmente” la
inteligencia política a causas de defensa cor organización revolucionaria. Poco importa su
porativa y de solidaridad de capas. origen social, siempre y cuando acepten y rea
La conjugación michclsiana entre la forma licen el programa del partido, decidido por
ción de los a. de partido y la permanencia de los organismos dirigentes que representan la
tendencias burocráticas y oligárquicas, tam autoridad de la mayoría, la subordinación de
bién y sobre todo por lo que hace a los p arti las partes al todo. Al tipo de a. pensado y lle
dos democrático-sccialistas organizados con vado a cabo por Lenin y retomado por los par
base en principios de solidaridad e igualdad, tidos comunistas de todo el mundo lo carac
inspira la mayor parte de los análisis sucesi terizan la rígida centralización de las instan
vamente dedicados al fenómeno de la socio cias y la férrea disciplina formalizada en el
logía política, y que respetan su juicio de fun sistema del centralismo democrático. Este
do: el a. constituye un diafragma, una válvu "burocratism o" opuesto al "democratismo"
la de "nido de golondrina" que vuelve las de los partidos burgueses es. para Lenin, "el
comunicaciones internas de la organización principio organizativo de la socialdemocra-
monodireccionales y restringe al flujo del cia revolucionaria opuesto al principio orga
poder a deslizarse de arriba abajo y no vice nizativo de los oportunistas".
versa. En el modelo leninista, en buena parte
A esta concepción del aparato como instru determinado por las condiciones de la lucha
mento de la oligarquía, del conformismo v del política bajo la autocracia zarista, el a. coin
ahogo de las instancias democráticas se le cide en gran medida con el partido, hasta casi
contrapone especularmente L teoría leninista sobreponérsele. En su interior, el estado
del partida y de la organización que consti mayor se distingue de los cuadros interme
tuye el principio en el que se inspiran los par dio y de base en razón de su mayor conoci
tidos comunistas adheridos a la tercera Inter miento teórico y capacidad política, por su
nacional. Para Lenin el a. es el instrum ento superior confiabilidad y habilidad organiza
de demanda y de promoción de la acción de tiva. La jerarquía que se establece en el es una
APARATO 71
emanación orgánica de la democracia de par Iil TIPOLOGIA DI'. LOS APARATOS. EL EMPRESARIO DE LA
tido y de la dura selección a lo largo de la política y el funcionario. En el interior del
lucha. fenómeno de los a. la sociología clásica dis
Gramsci retoma esta concepción, aceptan tingue dos tipos principales: la maquina poli-
do el prineip o de organización o el sistema tica, en sus diversas versiones, hasta llegar
que deriva de éste, aunque en el interior de a las figuras empresariales, según la fórmu
un módulo en el cual varían, respecto del la weberiana, y los a. funcionariales de los
modelo bolchevique, las dimensiones y el peso partidos europeos, en prim er lugar de los par
del elemento profesional, adaptado a la rea tidos obreros, a su vez distintos según los sub
lidad de la guerra de posiciones que se com tipos socialdemócratu y comunista.
bate en Occidente. El partido gramsciano se Ambos tipos de a. están en manos de espe
articula en tres estratos: en la base de la pirá cialistas y de profesionales, pero en el prim er
mide está la masa de los hombres comunes, caso se trata de "empresarios de la política",
disciplinados y fieles, militantes no profesio como el eleciion age ti t inglés o el boss nortea
nales deseosos de organización y de directi mericano; en el otro de empleados pagados
vas por no estar dotados de capacidades crea de la organización. Ambos, aun presentando
tivas autónomas. En el vértice, los lideres fun características diferenciales bastante claras
cionan como instrumento cohesivo principal, en razón de las finalidades por las que histó
disciplinando y centralizando fuerzas de otro ricamente se han constituido —la competen
modo inertes y dispersas y haciéndolas poli cia electoral y el acaparam iento de empleos
ticamente eficaces, a fuerza de habilidad y de en un caso, la movilización de las masas con
carisma. Entre estos dos estratos actúa un fines revolucionarios en el otro—, acaban por
elemento medio que comunica la base y el vér desarrollar "funciones latentes" convergen
tice, poniendo en movimiento al mecanismo tes, de integración social y política de las cla
entero. Grupo dirigente y cuadro intermedio ses subalternas, de reducción del conflicto,
forman el a. en sentido amplio; el estrato de selección de la clase política nacional y
intermedio, la oficialidad subalterna, es el a. local y, sobre todo, como se ha visto, de auto-
en sentido estrecho, que funge como elemen rreproducción.
to disciplinador de la base, en contacto coti La “máquina ', en su típica versión estadu
diano con ésta y con la clase, pero que impi nidense descrita por los iniciadores de la
de por otro lado a los líderes desviarse en las sociología del partido político, ve prevalecer
fases críticas de la lucha política. Reviste, ade en su interior, por lo menos hasta la antegue
más, una función esencial en el funcionamien rra, la figura del boss, un empresario políti
to fisiológico del partido, aunque no se ocul co, como lo define Max Weber en su célebre
te que es el estrato más expuesto a degenera cnsavo sobre La política como profesión, más
ciones patológicas, por cuanto es el elemen tarde retomado por todos los estudiosos del
to más consuetudinario y menos innovador, fenómeno del partido-a. La “máquina” es un
que puede estatuirse en grupo solidario organismo con base local predispuesto para
"emancipándose” de las funciones para las la conquista, el mantenimiento y la gestión
que ha sido delegado; que en suma puede del poder en la época de la política de masas.
burocratizarse. No por ello el a. alimenta El hoss es su animador y organizador, esa
necesariamente, por ley del hierro, una voca peculiar figura de prolesionista-empresario
ción burocrática y oligárquica: no se trata político que actúa en el mercado electoral,
pues, como hace Michels, de negar sus fun combinando los factores de la producción de
ciones en nombre de un igualitarismo lormal, poder, los votos, los recursos, las organiza
pero si de hacer que sus miembros, directi ciones. Se considera como agente de compra
vos y funcionarios, sean seleccionados demo venta dei voto, para lo que usa favores y pro
cráticam ente y realicen una interacción con tección como mercancías de intercambio; pro
la base, evitando que se cristalice en división porciona al candidato los votos que controla
social la división técnica del trabajo de la que mediante un sistema ramificado de relacio
el a. es el producto. nes personales; proporciona los medios finan
cieros con diversos métodos, hasta llegar a
los límites de la legalidad; mantiene el con
72 APARATO
trol y el patronazgo de los empleos en su sec dos burgueses, está concebido y funciona en
tor y los distribuye en razón de la obra pres vistas a la lucha parlam entaria y a la movili
tada para el partido o de compensaciones en zación cultural y electoral de las clases popu
dinero, valiéndose del rico botin de preben lares, el a. comunista está dispuesto en fun
das y de empleos públicos que el spuils system ción de la agitación del proletariado y de la
pone a disposición del candidato victorioso conquista del poder. Esto explica la mayor
en las elecciones. Aun siendo un político de rigidez y disciplina, el control férreo al que
profesión y desempeñando indiscutiblemen subordina las articulaciones parlamentarias
te funciones públicas en la sociedad estadu del partido, la relación autoritaria que man
nidense. el boss no es un funcionario y rara tiene con la base, los mecanismos de coopta
mente es un hombre público: actúa común ción que regulan sus formaciones y el recam
mente tras bambalinas, no se le reconoce en bio. Allí donde el partido está en el poder, los
la organización, no está impulsado por nin apparamiki se convierten en su esqueleto a
gún ideal político, es indiferente al bien públi través de la ocupación de los papeles funda
co. y únicamente está motivado por el poder mentales del sistema politico-udministrativo
y por la ganancia. y el control férreo de los cargos de gobierno
Una versión distinta de la "m áquina” es la de la economía y de la sociedad, hasta el pun
inglesa. En Inglaterra, antes de 1868. la orga to de presentarse, según algunos autores,
nización de partido está compuesta en su como una nueva clase privilegiada.
mitad por una asociación de notables y en la El modelo del partido de fieles o del parti
otra por profesionistas pagados y por empre do de combate delineado por Selznick o por
sarios políticos. Junto al líder de partido Duverger no parece hoy, sin embargo, descri
actúa el whip, a quien le compete el mante bir adecuadamente la realidad actual de los
nimiento de la disciplina parlamentaria y que partidos comunistas de masa de la Europa
dispone del control de los empleos. A esta occidental. Si los a. de políticos de profesión
figura se le juntan, en la periferia, antes que continúan manteniendo una posición esencial
nada delegados que prestan gratuitamente su en la economía de la organización, su papel
accionar, y después el election agen! que aparece sin embargo en su fase de redefini
desempeña funciones de organizador elec ción. Bien cierto es que la parte esencial de
toral. la gestión político-administrativa del partido
La democratización del sistema electoral esta en sus manos, pero en absoluto es una
conduce, después de esa fecha, al desarrollo coincidencia entre a. e instancias directivas,
del sistema del caucus. que se difundió a to en las que encuentran lugar numerosos cua
dos los países desde Birmingham. El caucus dros no profesionales o semiprofesionales.
es un a. capilarm ente ramificado en la base, Por lo demás, aumentan, por un lado, el peso
con tareas de intervención sobre' los electores, de la base, y por el otro la autonomia y el
cuyo funcionamiento exige un número cons poder de veto de los grupos parlamentarios,
picuo de funcionarios de tiempo completo. de los adm inistradores locales, de los sindi
Este organismo adquiere superioridad fácil calistas. de los miembros del "sistema exte
mente frente a las organizaciones preceden rior" de las organizaciones de masa.
tes, determinando una rígida centralización En conclusión, parece realista observar que
del poder en manos del jefe de partido, como incluso en los partidos comunistas de masa
lo documenta ejemplarmente el caso de actúa un policentrismoque redimensiona ten-
Gladstone. dencialmente el poder autocrático de los a.,
Los a. de los partidos europeos de masa de y que éstos se encaminan a convertirse en
tipo continental se basan, como se ha visto, componentes importantes mas no prevale
en la figura del funcionario, politico o técni cientes en los nuevos órdenes poliárquicos
co, pagado por la organización gracias a las hacia los que confluyen incluso las organiza
cuotas aportadas por los adherentes. Al tipo ciones comunistas.
socialdemócrata se le contrapone el tipo
comunista, construido sobre el modelo del bibliografía: M. Djilas, La nueva clase (1957).
partido bolchevique. Mientras que el a. socia Buenos Aires Sudamericana: M. Duverger, Los
lista. y con mayor razón los a. de los parti partidos políticos (1955). México, Fondo de Cul
APARTHEID 73
tura Económica, 1957: L. Faenza, Partito e appa- acceso a los derechos y al poder social y
rato, Bolonia, Cappdli, 1965: A. Gramsci, Notas político.
sobre Maquiavelo, sobre política y sobre el esta
da moderno (1952), México, J. Pablos, 1975: V.I. n. raíces históricas dei. Ap a r t h e id . El a. se con
Lenin, ¿Qué hacer? (1902), Madrid, Fundamen vierte en política oficial del gobierno sudafri
tos, 1975; R. Michels, Los partidos políticos, Bue cano a partir de 1948, cuando accede al poder
nos Aires, Amorrortu, 1969, 2 vols.; R. Michels, el partido de los nacionalistas boer (afrika-
Los partidos políticos: un estudio sociológico de ner), el N'ationalist Party (np), guiado por
las tendencias oligárquicas de la democracia Matan, que se opone a las tendencias integra-
moderna (1912), Buenos Aires, Amorrortu, cionistas atribuidas al partido del prim er
1972*: M. Ostrogorski, La démocratie el Porga- m inistro Smuts.
nisation des partís potinques, París, Culman- Las raíces del a. están, sin embargo, en el
Levy, 1904; G. Ruth, La socialdemocrazia nellu desarrollo histórico de la sociedad sudafrica
Gemianía impelíale, Bari, Laiciza, 1971: P. Selz- na. La llegada (1692) y la expansión europeas,
nick, Vie traverse: strategia e tattica del comu a p artir de la península del Cabo de Buena
nismo, Bolonia, Cappelli, 1954; J,L. Seurin, La Esperanza, significaron la casi total elimina
structure inteme des partís politiquea américains, ción de las poblaciones autóctonas, mientras
París, Colín, 1953: M. Weber. El trabajo intelec que las poblaciones de agricultores bantú
tual como profesión (1921), Barcelona, Brugue- tuvieron que sufrir a continuación del gran
ra, 1983: M. Weber, Economía y sociedad (\922, trek (el éxodo de la colonia del Cabo hacia el
1964), a cargo de J. Winckelmann, México, Fon norueste, iniciado en 1837) la enajenación de
do de Cultura Económica, 1964, 2 vols.; M. las tierras tribales y toda una serie de restric
Weber Escritos políticos, a cargo de J. Aricó, ciones que significaron el fin de la propia
México, Folios. 1982, 2 vols. autonomía.
La institución de la esclavitud, introduci
[silvano belugni] da en Sudáfrica para subvenir a las crecien
tes necesidades de fuerza de trabajo, fue uno
de los elementos fundamentales para deter
m inar la creación de una estructura socioe
apartheld conómica de clase basada en el color y en las
características raciales. Incluso los asiáticos,
i. tu. Apartheid como sistema soctAt. En lengua en gran parte inmigrados como fuerza de tra
afrikaans, a. significa "separación" y en su bajo desde el subcontinente indio a partir de
acepción más común puede traducirse como mediados del siglo xix, aun no siendo escla
"identidad separada" y designa la política ofi vos. sufrieron medidas discrim inatorias que
cial del gobierno sudafricano por lo que res limitaron sus derechos de ciudadanía, resi
pecta a los derechos sociales y políticos y a dencia y movimiento.
las relaciones entre los diversos grupos racia En los orígenes del a. aparecen tanto los
les en el interior de la Unión. El a. no puede conceptos en los que se inspira la población
traducirse simplemente como "racism o” o afrikaner (que constituye las dos terceras par
"discriminación racial”, sino que es un sis tes de la población blanca) como la necesidad
tem a social, económ ico y político- de apropiarse de los recursos económicos y
constitucional que se funda en principios teó en primis de controlar la fuerza de trabajo
ricos y en una legislación ad hoc. En el siste indígena. Los afrikaner se consideran una ver
ma de a. la diferenciación corresponde a la dadera nación (volk) en la cual es fundamen
deiinición de grupos raciales diversos y a su tal la doctrina de la desigualdad y separación
desarrollo separado, por lo que es lo opues entre las raz.as, predicada par la Iglesia Refor
to de asimilación y de integración. En térm i mada Holandesa a la que pertenecen en *u
nos políticos, a. significa el mantenimiento de mayoría. El gran trek tuvo origen a causa de
la supremacía de una aristocracia blanca los fundamentales choques entre los afrika
basada en una rígida jerarquía de castas ner y la administración inglesa, en particu
raciales para la que existe una correlación lar acerca de la legislación que abolía la escla
directa entre color de la piel y posibilidad de vitud y parecía dirigirse a favorecer una len-
74 APARTHEID
la integración de las franjas más evoluciona ción africana con el fin de que no se pusiera
das de la población de color. La expansión en peligro la supremacía blanca (baasskap).
hacia nuevas tierras, que no tuvo lugar sin Los africanos, más que nunca indispensables
guerras y duras represiones, llevó a la crea para la expansión económica, y a pesar de la
ción de Ñata) (que será anexado a la Colunia constitución de la Unión Sudafricana (1910),
del Cabo en 1845) y en 1852 y 1854 de dos continúan siendo tratados como súbditos
repúblicas independientes, la South Afrikan coloniales y con derechos limitados.
Republic (Transvaal) y el Orange Free State. El sistema de los "buntu homeland”, llama
En las repúblicas boers se adoptó una políti do comúnmente "bantustan”, o bien de
ca racial rígida: el principio guía fundamen "reservas", fue congelado definitivamente por
tal era que en las relaciones entre europeos una ley de 1913 (Native Land Act) que prohi
y africanos (designados con el término de bía a los africanos com prar tierras e inmue
"nativos” o "bantúes”), no podía haber igual bles en el territorio reservado a los blancos.
dad ni en el estado ni en la iglesia. La posi Los bantustan constituían sólo el 7% del terri
ción de los grupos raciales no blancos esta torio nacional, porcentaje elevado al 13.7%
ba gobernada por la estructura base de la eco en 1936; las reservas reales de mano de obra
nomía de las repúblicas: la posesión de la tie para las zonas mineras e industriales, sobre-
rra, pilar del derecho de ciudadanía, estaba pobladas y subdesarrolladas, serán transfor
reservada a los blancos; los africanos eran madas más larde, bajo el gobierno de Ver-
considerados extranjeros y tolerados sólo woerd, en ocho "homelands" (territorios
como fuerza de trabajo subordinada. Los gru nacionales).
pos tribales autóctonos fueron así privados
de las tierras propias y reducidos a la servi ni. raíces teóricas DEi APARTHEID. El a. se desa
dumbre. rrolla según dos direcciones: la legislación de
En definitiva, las etapas fundamentales de discriminación racial que perfecciona, a par
la formación del nacionalismo boer, en con tir de 1948, y sistematiza una situación pree
traposición relativa con la actitud de la pobla xistente y se organiza en una verdadera inge
ción blanca de ascendencia inglesa, han sido niería institucional y en una planificación
determ inadas por la lucha por controlar la autoritaria tanto de los comportamientos
tierra y la fuerza de trabajo: desde la destruc como de los establecimientos y del desarro
ción y servidumbre de los hotentotes del Cabo llo territorial y político separado (sistema de
hasta las diferencias con las autoridades los "homeland").
inglesas acerca del tratamiento de los siervos La discriminación, asi como la segregación,
y las guerras con las poblaciones xhosa, zulú se habían practicado desde el siglo xvn. Con
y sotho por la posesión de las tierras más pro la Constitución de la Unión de Sudáfricu, la
ductivas y hasta la alianza entre extremistas South Africa Act (31 de mayo de 1910), se afir
nacionalistas boers y sindicalpopulistas para maba que sólo la población de ascendencia
elim inar la competencia de los trabajadores europea podía ser elegida y elegir miembros
africanos en el mercado de trabajo durante del Parlamento.
la gran depresión de los años treinta, alianza El principio de la segregación iba más lejos
que fue el origen del partido nacionalista que que las instituciones holentotas deseadas por
en 194S alcanza el monopolio del gobierno. el doctor Philips, misionero de la Londun Mis-
El descubrimiento y la explotación de impo sionary Societv en 1819. La segregación se
nentes riquezas mineras (diamantes y oro), el entendía aquí en el sentido cristiano de la
paso también de una economía prevalecien necesidad de proteger a los autóctonos de la
temente agrícola a una economía minera e influencia de los blancos, y de aquí nace en
industrial, la rápida expansión de las zonas la Colonia del Cabo la política de las reser
urbanas con la emigración de fuerza de tra vas. Con la creación de la Unión, basada en
bajo. la aceleración del proceso de destriba- el principio del mantenimiento de la supre
lización y de proletarización estuvieron acom macía blanca, la política de las reservas cam
panados de hecho por un cambio rápido y fun bia de significado y se vuelve sobre todo un
damental de la estructura social del país y a medio para institucionalizar la separación
la vez de un control continuo sobre la pobla entre las razas y para asegurar el control eco
APARTHEID 75
nómico y social de los obreros negros, obli diversos grupos étnicos, y estas zunas debe
gados a simplemente sobrevivir hasta que la rían desarrollarse como unidades socioeco
economía blanca tiene necesidad de ellos. nómicas distintas y separadas.
La clase dirigente sudafricana se divide Bajo el gobierno de Vervvoerd los "hantus-
grussu mudo entre los sostenedores de la tan" definidos como “homelands”, junto a sus
segregación total territorial y política y aque funciones económicas de reserva y más ta r
llos que. sobre todo a partir de los años trein de de descarga de mano de obra, adquirieron
ta con la industrialización del pais, sostienen la función política de coartada para la priva
que el a. con el mantenimiento del bantustan ción, impuesta a los africanos divididos en
no puede sostener la reproducción de la mano "naciones", de todos los derechos políticos y
de obra, porque las industrias requieren obre civiles en la zona reservada a los blancos, o
ros de un mayor nivel de calificación, por lo sea en el 87% del pais, zona en la que se
que entonces era necesario actuar en favor de encuentran todas las riquezas naturales, las
una liberalización, aunque fuera parcial, del minas, las industrias, los lugares de trabajo,
sistema. las ciudades. Los "bantu” están obligados a
ser ciudadanos de sus propios “homeland”,
iv. LAPOLITICADEl. APARTHEID. Después de 1948 la lugares solos donde gozan de derechos poli-
situación de subordinación jurídica y social ticos y donde pueden desarrollar, según el
de los no blancos se institucionalizó definiti gobierno, sus propias tradiciones culturales
vamente: fueron abolidos derechos civiles y tribales. En los años setenta esta política fue
políticos que todavía existían en la provincia perfeccionada: los "homeland" adquirieron
del Cabo: se codifica la barrera racial, hasta el derecho de acceder a la independencia. Así
entonces definida más que por las leyes por se vuelven "independientes” el Transkei en
las costumbres y que admitía excepciones; se 1976, Bophuta-Tsvvana en 1977 y más tarde
introduce la clasificación de toda la población Venda. Las independencias de territorios pau
según su grupo racial, inscrito en el documen pérrimos. parcelizados en entidades territo
to de identidad; se prohihen los matrimonios riales divididas (Bophuta-Tsvvana esta com
o las uniones mixtas; se introduce la segre puesto por 19 fragmentos dispersos en tres
gación en las oficinas públicas, en los medios de las cuatro provincias sudafricanas), no tie
de transporte, etc.; se asignan a cada grupo nen otro significado que el perfeccionamien
étnico barrios habitacionales o guetos (group to del diseño de enajenación total de los afri
ureas) en la ciudad. El a., al consolidarse como canos de la Sudáfrica blanca, manteniéndo
sistema, se reformula también como ideolo los como fuerza de trabajo totalmente depen
gía al rechazar las antiguas identificaciones diente. Los africanos obligados a tomar la ciu
inspiradas por el concepto de "desigualdad", dadanía de los "homeland" según la etnia de
para definirse como un sistema de "desarro pertenencia, con base en criterios de difícil
llo separado" inserto en el concepto de ' dife aplicación dado el nivel y la profundidad de
rencia" y acuña el eslogan "separados pero la destribalización de una sociedad como la
iguales”. La supremacía blanca quiere con sudafricana ya profundamente industrializa
este nuevo vestido ideológico volverse acep da. son así desnacionalizados, se v uelven ciu
table sobre la base de una compleja teoría for dadanos extranjeros, privados definitivamen
mulada por el South African Bureau for te de todo derecho (por ejemplo, de residen
Racial Affairs (sabra) y de las recomendacio cia, servicios sociales, escuelas).
nes expresas de 1a Tomlinson Commission. El La comunidad internacional ha condenado
a. se estructuraría así sobre las relaciones de el intento de romper la unidad territorial de
hecho existentes entre los diversos grupos Sudáfrica y de privar a sus ciudadanos, la
raciales de la Unión —caracterizada por inte mayoría, de todo derecho. Tanto las Nacio
gración geográfica y sobre todo económica, nes Unidas como la Organización de la Uni
por la diversidad de estabilidad numérica dad Africana han votado resoluciones de con
entre los diversos grupos étnicos, por las dile- dena, y todos los estados miembros han
rencias raciales, de cultura, de civilización. rechazado cualquier reconocimiento de los
La diferencia presupondría la existencia de presuntos nuevos estados.
zonas separadas a las que están ligados los
76 APATIA
V EVOLUCION DF. LA LEGISLACIÓN DEL APARTHEID. A Nuova Italia, 1979; M. Legassick, Legislation,
partir de 1974, a la busca de un apoyo inter ideology and economy in post-1948 South Africa.
nacional, siempre rechazado a causa de la ins en Journal of Southern A frican Studics, 1, 1974;
titucionalización, caso único, de la discrimi L. Jvuper, Race, classand power, Londres, Duck-
nación racial que priva a la mayoría de los vvorth, 1974; R. Lefort, Suda frica: historia de una
más elementales derechos políticos y socia crisis (1977), México, Siglo XXI, 1978; NJ . Rhuo-
les, el gobierno sudafricano ha intentado bus die y H.J. Venter. Apartheid: a socio-economic
car nuevas fórmulas que permitan al régimen exposition of the origin and development of the
borrar la imagen de una dictadura de la raza apartheid idea, Amsterdam, De Bussv, 1960; P.L.
blanca sobre las otras. Los proyectos, sin van den Berghe, South Africa: a study in cunflict,
embargo, se inscriben todos en la tradición Berkeley, University of California Press, 1967;
del "desarrollo separado". Un proyecto de M. Wilson y L. Thompson (coords.), Oxford his-
reforma constitucional surgió en el transcur tory of South Africa. Londres, Oxford University
so de 1977, pero aún no ha sido discutido. En Press. 1969-1971.
él se afirma que los africanos pueden ejercer
los propios derechos legislativos y la propia [ASNA MARIA GENTILl]
autonomía administrativa en el ámbito de los
“homeland”: en el restante 87% del país no
son más que “trabajadores huéspedes"; la
gente de color y los asiáticos que no puedan apatía
tener un “homeland" porque no tienen terri
torio tribal propio obtendrán cierta partici El término a. indica un estado de indiferen
pación en el gobierno de los asuntos comu cia, extrañamiento, pasividad y falta de inte
nes. La elaboración de este nuevo modelo rés respecto de los fenómenos políticos. Es
constitucional extrem adam ente complejo un comportamiento frecuentemente dictado
requiere la revisión y la modernización de por el sentimiento de enajenación (v.). Las ins
todo el aparato de planificación del a. El man tituciones políticas y las otras manifestacio
tenimiento de las instituciones racialmente nes de la vida política ocupun en el horizonte
separadas, la desnacionalización de los afri psicológico del apático una posición muy peri
canos, la transferencia del poder del parla férica. No es nunca protagonista activo de los
mento al ejecutivo con la consiguiente reduc sucesos políticos sino que los sigue como un
ción del papel de la oposición, no dan a entre espectador pasivo y, más frecuentemente, los
ver ninguna posibilidad real que pueda con ignora del todo. La a. política es compañera
siderarse una solución gradualista y pacífi de lo que podría llamarse una baja receptivi
ca que ponga fin a la discriminación y al dad respecto de los estímulos políticos de
conflicto interracial, que ha estallado con cualquier tipo, y —frecuentemente, pero no
mayor violencia a partir de las revueltas de siempre— de un nivel de información sobre
los guetos en 1976. los fenómenos políticos sumamente bajo.
La protesta de los estudiantes y de los obre Las investigaciones sobre el comportamien
ros africanos no ha tenido otra respuesta que to político demostraron que el fenómeno es
la más dura e intransigente represión, que ha muy difundido incluso en las modernas socie
golpeado incluso a organizaciones modera dades industriales de tipo avanzado, aunque
das, mientras que las reformas legislativas y e caracterizan por los altos niveles de ins
los proyectos de reestructuración constitucio trucción y por la difusión capilar de las comu
nal indican no un aflojamiento del a. sino su nicaciones de masa. El fenómeno se presen
modernización en el sentido de puesta en acto ta tanto en regímenes de tipo democrático
de un mecanismo más de acuerdo con las exi como en los sistemas autoritarios y totalita
gencias de la economía y de la sociedad con rios, y esto a pesar de la existencia de meca
temporáneas, siempre en la línea del mante nismos competitivos que, directa o indirec
nimiento de la supremacía blanca. tamente, estimulan la participación del públi
co en los prim eros y la existencia de meca
BIBLIOGRAFIA- R. First, Rcgitüi culuniuli dcll'Afri- nismos de movilización y de encuadramien-
ca australe, en Storía de/l’Africa. Florencia. La to de las masas desde arriba en los segundos.
A P P E A S E M E N T -A P R IS M C 77
Todo hace pensar que los porcentajes de a. nable porque representa una aquiescencia a
son mayores en las sociedades tradicionales una política imperialista. En efecto, el com
ahora encaminadas a la modernización: cier promiso como táctica diplomática tiene sen
tamente era así en los sistemas autocráticos tido sólo entre adversarios que aceptan la dis
del pasado antes de la introducción de gran tribución de poder existente; de otra manera
des estratos del público en la vida política. favorece a una potencia imperialista. Una
Los factores vinculados a la a. son múlti política de a. de una parte presupone una polí
ples: junto a ciertas propiedades estructura tica im perialista de la otra.
les del sistema político (visibilidad, acceso, La acusación de a. se dirigió recientemen
etc.) se deben considerar ciertas caracterís te a los gobiernos de las grandes potencias en
ticas de la cultura política, la presencia o la el periodo de la guerra fría. Cualquier con
ausencia de rasgos culturales o subcultura cesión para llegar a un acuerdo durante las
les que premian o desaniman el interés por negociaciones diplomáticas puede, efectiva
los fenómenos políticos. Otros factores de mente, considerarse negativamente y clasifi
orden sociológico y psicológico —que sin carse como a. por parte de la oposición guber
embargo parecen variar bastante de sistema nativa interna, por aliados descontentos o por
a sistema— parecen igualmente relevantes. los mismos adversarios.
En un sistema político caracterizado por Contraria a la de a. es la política de conten
una difundida a. los márgenes de maniobra ción, es decir la resistencia sin compromisos
de las élites son muy superiores. Sin em bar frente a una política imperialista, dispuesta
go, debe recordarse que justam ente esta a hacer compromisos sólo en dirección del
difundida indiferencia representa un obstá statu quo.
culo muy serio cuando el alcance de metas
socioeconómicas presupone el compromiso y BIBLIOGRAFIA: H. Morgenlhau, Politics among
la motivación de amplios estratos de la pobla nations, Nueva York, Knopí. 1968; A.L. Rowse,
ción. Desde el punto de vista de la dinámica Appeasement: a study in political decline, Nue
interna del sistema y del equilibrio de las va York, Norton, 1961; A.J.P. Taylor, La guerra
fuerzas políticas, debe notarse, finalmente, planeada (1961), Barcelona. Nauta, 1969.
que la existencia de grandes estratos de apá
ticos constituye una reserva no despreciable [FLLVIO ATTINA]
de potenciales participantes que las élites,
tanto del gobierno como de la oposición, pue
den esforzarse por atraer y movilizar, en la
tentativa de reforzar cada uno su posición o aprismo
de invertir la relación de fuerzas existentes.
i consideraciones generales. El término desig
[CIACOMO SANI] na a una corriente política de vasta resonan
cia continental surgida del proceso de radi
cal ización de las capas medias que caracte
appeasement rizó la vida política de America Latina en los
años veinte. Representa la expresión más
Término difícil de traducir en español; pGdna avanzada e ideológicamente coherente de esas
utilizarse la palabra aquiescencia; una aquies formaciones políticas radicales o “progresis
cencia que implica también algunas concesio tas", que ya desde fines del siglo pasado evi
nes a los objetivos de un antagonista. Un denciaban la presencia de un lento pero inin
ejemplo de a. indicado por muchos estudio terrum pido proceso de fracturación del blo
sos es el acuerdo, en la Conferencia de que oligárquico sobre el que se sustentó la
Munich de 1938, en base al cual Chamberlain contruccion de las formaciones estatales, y el
y Daladier aceptaron la ocupación de una par desplazamiento de la izquierda burguesa
te de Checoslovaquia por parte de la Alema hacia la conquista de un espacio político y cul
nia nazi, a cambio de una simple promesa de tural propio, de un nuevo bloque de poder que
paz por parte de Hitler. hacia residir en la incorporación de las masas
Según .Morgenthau. el a. es siempre conde populares a la vida política nacional las bases
78 A PR ISM O
de su legitimación. En tal sentido puede afir go, debe recordarse que por lo menos duran
marse que sólo a partir de la experiencia del te los años treinta, que fueron precisamente
apra los partidos políticos populares o radi los de la constitución más acabada de las for
cales (v. radicali mo latinoamericano) pree mulaciones teóricas del apra y de la publica
xistentes o constituidos luego de ella alcan ción de la obra fundamental de Haya de la
zaron una importancia continental basada en Torre, El antimpetialismo y el APRA (1936).
gran parte en la capacidad del apra y de su el a. pretendió ser una auténtica recreación
fundador, el peruano Víctor Raúl Haya de la histórica de marxismo en condiciones diver
Torre, de ofrecer a partidos hasta ese enton sas de las europeas.
ces carentes de un cuerpo de doctrina más o Mediante una propuesta ideológica y polí
menos coherente una inteligente elaboración tica hábilmente construida y seriamente fun
teórica alternativa al capitalismo y al socia dada, el apra lograba ofrecer al conjunto de
lismo. La influencia decisiva del pensamien formaciones radicales y progresistas latinoa
to del apra —que no obstante sus ambiciones mericanas una ideología que, a la vez que rei
de expansión continental sólo en el Perú logro vindicaba la autonomía integral del subcon
constituirse como un partido político de pro tinente y de sus naciones, asignaba a las capas
fundas raíces nacionales— sobre el pensa medias un papel excepcionalmente dinámico,
miento político y social y sobre las organiza y por tanto, una función de liderazgo en el blo
ciones de las clases medias latinoamericanas que de fuerzas populares que propugnaba
se debe al hecho de que ofrecía un camino construir. La alianza interclasista así logra
propio al dilema que la crisis económica y da tendría la virtud de sustituir el papel de
moral del capitalismo, y las condiciones esas dos clases sociales fundamentales cuya
excepcionales en que se desarrollaba ¡a expe fuerza propia fundaba en Europa la posibili
riencia del octubre ruso, planteaba al mun dad de la alternativa capitalista o socialista.
do lacerado de la primera posguerra. Eludien La debilidad estructural del proletariado lati
do los costos económicos, sociales y políticos noamericano, que convertía en una utopia
comprometidos por ambas opciones, el inútil y peligrosa a las tentativas comunistas
apra intentaba m ostrar en qué condiciones de formar partidos de "clase", era suplida por
era posible instalar en América Latina una la conformación de un nuevo sujeto revolu
democracia social avanzada, en una perspec cionario capaz de arra strar tras de sí a todas
tiva de transformaciones socialistas futuras. las clases populares en la lucha contra el capi
El pensamiento del a pra , que pretendía fun tal extranjero y por la nacionalización de la
dar su propia razón de ser en el reconocimien tierra y de la gran industria. A su vez, sólo
to de Latinoamérica como un "espacio- una fuerza de tal magnitud podría estar en
tiempo” diferenciado con sus propias leyes condiciones de alcanzar esa unidad política
generales de transformación —y que por lo y social del continente, convertida por el apra
mismo se calificaba a sí mismo como "indou- en el supuesto inderogable de una efectiva
mericíino" para m arcar su distanciamiento liberación nacional de cada una de las repú
del paradigma ’eurocéntrico’’—, destacaba la blicas americanas.
singularidad de América Latina y de su desa
rrollo histórico propio, de ninguna manera ti. orígenes df.l apra A diferencia de otras for
aproximable al de los países europeos. De tal maciones políticas características del radica
modo, a la vez que mostraba la imposibilidad lismo latinoamericano, el apra tiene como
de alcanzar un desarrollo independiente de origen puntual el movimiento de la reform..
las economías latinoamericanas a través de univer it. ri i (v.) que sacudió al continente
la profundización de las formas capitalistas desde 1918 ha^ta mediados los anos veinte
típicas, rechazaba la alternativa propuesta cuando lo que comenzó siendo una transfor
por el marxismo "europeizante” de los par mación educativa se postuló como una nue
tidos comunistas de la región par su congé- va agregación política con proyectos de trans
nita incapacidad de adm itir formas diversas formaciones políticas y sociales. Cuando en
de la evolución de las sociedades que no fue 1919 los estudiantes peruanos iniciaron en
ran las esquemáticamente establecidas por la Lima un movimiento con exigencias simila
Comintern para otras realidades. Sin em bar res a las de la Universidad de Córdoba encon
APRISMO 7<i
traron en el gobierno de Augusto Leguia un ca. Aun aplastada, la jornada del 23 de mayo
eco favorable. LLegadoal poder en 1919 a tra reveló, como afirma Mariátegui, “el alcance
vés de unas elecciones aseguradas por el ejér social e ideológico del acercamiento de la van
cito contra el frente conservador reagrupa guardia estudiantil a las clases trabajadoras.
do en torno al Partido Civilista, Leguia favo En esa fecha tuvo su bautizo histórico la nue
reció el movimiento estudiantil con el propó va generación”.
sito de apoyarse en él para destruir el poder Expulsado del Perú, Haya de la Torre via
de un mundo académico favorable al Parti ja a México invitado oficialmente por el
do Civilista. La Federación de Estudiantes del gobierno de ese país y el 7 de mayo de 1924
Perú, de la que Haya de la Torre se había con funda allí la Alianza Popular Revolucionaria
vertido en su dirigente máximo, obtuvo con Americana (o apra ), como una organización
el apoyo de Leguia la modificación de los esta de extensión continental que se proponía reu
tutos de las instituciones de enseñanza y la nir en un único bloque el conjunto de fuer
consagración de las dos exigencias fundamen zas que. desde 1918 en adelante, habían lucha
tales de la Reforma Universitaria: la docen do por la reforma universitaria y por la exten
cia libre y la participación de los estudiantes sión de sus postulados a los demás sectores
en la gestión de la universidad. En 1920, y populares. La plataforma política del apk.a
como prolongación hacia la sociedad del estaba inspirada en un ideal "am ericanista"
movimiento reformista, se forma en Lima la bastante genérico que Haya sintetizó en cin
Universidad Popular González Prada con la co puntos para una acción común en el nivel
finalidad de im partir cultura general y espe- continental: 1] acción contra el imperialismo
cialización a la clase obrera. Siguiendo el yanqui; 2] por la unidad política de la Amét i-
ejemplo de instituciones similares surgidas ca Latina; 3] por la nacionalización de tierras
de la iniciativa de los socialistas en Argenti e industrias; 4] por la internacionalización del
na, la creación de la Universidad Popular en Canal de Panamá; 5] por la solidaridad con
Lima, y de una institución semejante en La todos los pueblos velases oprimidas del mun
Habana, mostraba la tendencia del movimien do. Para llevar a cabo esta plataforma era
to estudiantil a buscar el encuentro con el necesario constituir un amplio movimiento
mundo de las clases subalternas movilizadas —y no un partido— de carácter antimperia-
por las secuelas económicas derivadas de la lista, un verdadero "frente único internacio
guerra. El desplazamiento de Leguia hacia nal de trabajadores manuales e intelectuales,
una alianza cada vez más estrecha con los con un programa de acción política”. La fase
estratos conservadores de la sociedad perua inicial del apra coincidía con el momento de
na y con el imperialismo norteamericano y el expansión del movimiento revolucionario chi
abandono de las formas liberales por un auto no y con la estrategia más flexible inaugura
ritarism o represivo condujo a una ruptura da por el V Congreso de la Internacional
con ese bloque de fuerzas populares que hege- Comunista con respecto a la burguesía nacio
monizado por el movimiento estudiantil esta nal (i'.), lo cual conducía directam ente a esti
ba en proceso de gestación. En 1923, la deci mular a los movimientos políticos interclasis-
sión del presidente Leguia de consagrar el tas. Si en China la Internacional favorecía la
país al “Sagrado Corazón de Jesús” motiva alianza de los comunistas con el Kuomintang,
un fuerte pronunciamiento estudiantil que un movimiento que se proponía repetir la mis
con el apoyo de buena parte de los trabaja ma experiencia del Kuomintang en América
dores urbanos realiza el 23 de mayo de 1923 Latina debía ser considerado con simpatía. Es
una manifestación callejera duramente aplas por eso por lo que en un comienzo los comu
tada por el gobierno. Todo terminó con la nistas se aproximaron a Haya de la Torre
muerte de dos manifestantes, muchos heridos atraídos por el hecho de que. desde el punto
y gran cantidad de detenidos. Haya de la de vista ideológico, el apra se presentaba
Torre fue expulsado del país, iniciando asi un como la "interpretación marxista de Améri
periplo latinoamericano y europeo que lo pon ca Latina", y además porque desde el punto
dría en contacto con la revolución mexicana, de vista estratégico y político aparecía como
los países capitalistas europeos y la experien una proyección exacta de la orientación dada
cia del laborismo inglés, y la Unión So\iéti- por la Internacional a los partidos comunis-
.so APRISMO
tas de los países dependientes y coloniales. lograda tan rápidamente entre las capas
Sin embargo, el acuerdo del a p r a con los medias, el a. se lanzará a la conquista del
comunistas ya en 1927 había prácticamente movimiento obrero, del que acabará final
desaparecido. Después de una visita a la mente por desalojar a los comunistas ya en
Unión Soviética en 1925, Haya de la Torre se los primeros años de la década de los treinta.
trasladó a Europa. En 1927 participó en el I
Congreso Antimperialista de Bruselas donde ni. la doctrina aprista . Es por esos años cuan
se produjo el prim er enfrentamiento, y lue do Haya de la Torre completa la formulación
go la ruptura, entre apristas y comunistas. En de su doctrina concebida por su fundador
1928, regresado a México, decidió fundar el como una adaptación de las enseñanzas de
Partido Nacionalista Libertador como sección Marx a las condiciones particulares de Amé
peruana del a p r a . Esta decisión unilateral de rica Latina y del Perú. En 1936 publica su
Haya de la Torre, que en el fondo violaba los obra fundamental, El untimperialismo y el
principios "frentistas" sobre los que se basó apra. elaborada desde años antes al calor de
su proyecto inicial, determinó la agudización su disputa con los comunistas. A partir de la
de los conflictos que oponían a comunistas aceptación del esquema tan caro al marxis
y apristas, y a los distintos grupos naciona mo de la II y III Internacional de la imposibi
les de estos últimos entre si. Mariátegui, que lidad de saltos y reordenamientos en las eta
hasta ese momento y a diferencia de los comu pas históricas, Haya de la Torre trata de ima
nistas latinoamericanos había colaborado con ginar en qué condiciones diferenciadas de
el a p r a compartiendo gran parte de sus obje Europa puede darse en el Perú ese desarrollo
tivos, rechazó la transformación del movi y agotamiento del capitalismo sin el cual no
miento en partido y apresuró el reagrupa- podría nunca alcanzarse una restructuración
miento de los socialistas en un partido polí socialista de la sociedad. La imposibilidad de
tico propio fundado ese mismo año en Lima repetir el camino europeo derivaba del hecho
con el nombre de Partido Socialista del Perú. de que si bien para aquélla el imperialismo
Desde 1928 hasta 1931, y bajo el liderazgo era su etapa final de desarrollo, para América
de Mariátegui, se asiste a una reorganización Latina, en cambio, el capitalismo sólo podía
del movimiento político y sindical con el naci ser un producto de la expansión imperialista.
miento de la Confederación General de Tra El imperialismo tenía así la particularidad
bajadores, que desplaza la influencia anarco especifica de iniciar a nuestros pueblos en la
sindicalista hasta ese momento predominante era capitalista, y por lo tanto, no podía ser
en el interior del movimiento obrero, y luego considerado como un fenómeno meramente
de la muerte de Mariátegui —acaecida el 16 negativo. Es verdad que provocaba la depen
de abril de 1930— la transform ación no dencia nacional y la subordinación a los cen
deseada por éste del partido socialista en tros internacionales, pero en la medida que
comunista. Al mismo tiempo, los partidarios aportaba los capitales y una tecnología moder
de Haya se reagrupaban, y cuando en 1930 un na pudia ser utilizado en función de un pro
golpe de estado depone al dictador Leguía y yecto de transformación modelado en térm i
abre un corto periodo de libertades políticas, nos de un capitalismo de estado. En la medida
forman en el Perú el Partido Aprista Perua que el imperialismo oprimía a un conjunto de
no (pap), que extiende rápidam en te su clases de las que las clases medias eran las
influencia entre los sectores juveniles de las más perjudicadas, esta opresión de carácter
capas medias protagonistas del movimiento nacional permitía la formación de un bloque
de la Reforma. sólido de poder capaz de otorgar a un estado
Tanto por su programa como por su orga antimperialista la suficiente fuerza como para
nización, la extensión molecular a toda la obligar al capital extranjero a someterse al
sociedad civil de sus instituciones, la discipli control estatal. Pero en las condiciones de
na interna, el número de sus militantes, sus fragmentación económica, social y política
símbolos partidarios, el pap habrá de ser por de Indoamérica —según el calificativo privi
mucho tiempo el único partido de masa en el legiado por Haya—, un estado antimperialista
Perú, capaz de actuar en niveles nacionales, sólo podría sostenerse y avanzar si lograba
locales y de barrio. A partir de la hegemonía concitar el apoyo económico y político de los
APRISMO 81
pueblos latinoamer icanos. Para esto era preci ducción y de la distribución de la riqueza por
sa una acción ct ruinen tal que no sólo derrota parte del estado antim perialista, la naciona
ra al imperialismo sino también a sus bases lización progresiva de los sectores económi
de sustenlaciói en las sociedades nacionales cos fundamentales y el condicionamiento a
constituidas por las economías feudales o se- las necesidades del desarrollo nacional de las
mifeudales. Tal como afirmaban los comunis inversiones extranjeras. Preocupado por
tas, en las condiciones particulares de América encontrar un fundamento filosófico general
Latina el imperialismo sólo podría ser derro para estas propuestas estratégicas, Haya creó
tado a través de la formación de un frente una teoría propia, a la que llamó del "espacio-
único de trabajadores manuales e intelectua tiempo histórico", en la que intentó trasladar
les que representaban a las clases oprimidas al plano de la sociedad los principios de la
de la población: pequeños comerciantes e in relatividad establecidos por Einstein. Según
dustriales, profesionales e intelectuales, pro esta teoría, el espacio histórico es la escena
letariado urbano y rural y campesinado. Has sobre la cual se desenvuelve la vida de los pue
ta aquí, Haya de la Torre se sigue moviendo blos, mientras que el tiempo histórico repre
en el interior de las elaboraciones estratégicas senta el estadio de desarrollo económico, polí
de la Comintern. Lo que lo diferencia y lo tico y cultural como resulta determinado por
aparta violentamente es su negativa a conce las formas de producción y por el desarrollo
der al proletariado una función de dirección social. El capitalismo puede así asum ir una
en este proceso. Ni por su antigüedad ni por función diferente según sea el espacio histó
su experiencia ni por su densidad y extensión rico en el que esté involucrado; la historia se
numérica ni por su situación objetiva el prole evidencia no como un proceso único, sino
tariado latinoamericano está en condiciones, como una diversidad de procesos, aunque en
según Haya de la Torre, de alcanzar esa clara última instancia con una direccional única.
conciencia de clase requerida por los objeti Con lo cual Haya de la Torre concluía por rea
vos de transformación. En cuanto al campesi firm ar ese mismo paradigma eurocéntrico de
nado, no tiene en modo alguno la preparación la ortodoxia marxista cuyo aparente recha
suficiente para gobernar. Sólo una alianza de zo motivó la búsqueda de una formulación
estos sectores con las capas medias, que son doctrinaria autónoma. Su doctrina quedaba
las más profundamente antim perialistas, en reducida, así, a la cxpl¡citación de las pro
la medida en que el imperialismo las coloca puestas diferenciadas que en las condiciones
ante la disyuntiva de ser aplastadas, sienten particulares del Perú y de toda América Lati
plenamente la opresión nacional, son más nu na perm itía a esa dirección única imponerse
merosas que el proletariado y no eran igno en definitiva.
rantes como el campesinado, podía asegurar
las condiciones necesarias para el triunfo del i v e l p r o g r a m a político d l l aprism o . Mantenien
nuevo bloque de poder y la instauración del do los cinco puntos de su propuesta inicial,
estado antimperialista. En última instancia, y el p a p fijó en 1931 un program a mínimo con
sin plena conciencia de ello, Haya de la Torre vistas a las elecciones presidenciales de ese
venía a reflotar esa idea tan cara a los movi mismo año. En dicho program a se planteaba
mientos democráticos y radicales de un proce un conjunto de reformas estructurales y polí
so de transformación cuya guía corresponde ticas que, aunque avanzadas, significaban de
indiscutiblemente a la clase de los cultos. hecho un paso atrás respecto de las anterio
El logro de la independencia económica era, res posiciones ideológicas, en particular
por tanto, para Haya de la Torre, la prim era sobre el tema del antimperialismo. Las espe
y fundamental etapa a recorrer por los pue ranzas todavía mantenidas en 1929 de una
blos indoamericanos. Pero este objetivo no extensión continental del movimiento cedían
requería, como pregonaban los comunistas, su lugar a una perspectiva más nacional basa
de la abolición del sistema capitalista, por da ya no en la destrucción del imperialismo,
cuanto éste como tal no existía todavía entre sino en su control y contención, y en la moder
nosotros, sino con la creación en el propio nización del sistema económico y social.
inteiior del capitalismo de un capitalismo Las elecciones dieron la victoria al coman
independiente basado en el control de la pro dante Sánchez Cerro, adversario de Haya y
a2 APR1SMO
mo y de presentarse ante el país como un par ca del Perú, 1822-1923, Lima, Editora Universi
tido de reformas moderadas. Sin embargo, su taria, 1968-1969; J. Cotler, Clases, estado y nación
creciente moderatisrr.o no evita que los rece cu el Peni, Lima, Instituto de Estudios Peruanos,
los de un ejército históricamente sensibiliza 1978; V.R. Haya de la Torre, El anlimpeñalismo
ARISTOCRACIA-ASAMBLEA 83
y el APRA, Santiago de Chile, Ercilla. 1936; V.R. y no de la comunidad, como ocurre justamen
Haya de la Torre, Obras completas, Lima, Mejia te en la a., una de las tres formas rectas de
Baca, 1976, 7 vols.; H. Kantor, El movimiento gobierno [Política, m. 8, 1279h). En la repúbli
aprista peruano, Buenos Aires, Pleamar, 1964; ca ideal delineada por Platón, el término a.
P.F. Klarén, Formación de las haciendas azuca tiene incluso los valores prim arios del mun
reras y orígenes del APRA, Lima. Instituto de do griego como exaltación de la arelé, pero
Estudios Peruanos. 1978; J.C. Mariátegui, Ideo entendida no tanto como el arcaico y origi
logía y política, en Obras completas, vol. 13, Lima, nario “valor" en guerra (uno de los elemen
Biblioteca Amauta, 1969; J.A. Mella, Escritos tos sobre los cuales se había fundado y for
revolucionarios, México, Siglo XXI, 1978; P. mado la clase noble griega antiguamente) sino
¡V!arillo Garaycochea, Historia del APRA, 1919- como "virtud" de sabiduría y conocimiento.
J945, Lima, E. Delgado Valenzuela, 1976; J.C. En efecto, corresponde a los mejores, a los
Portantiero, Estudiantes y política en América sabios, a los doctos, en cuanto perfectos,
Latina. México, Siglo XXI, 1978; L.A. Sánchez, conocedores y poseedores de la verdad, guiar
'¡puntes para una biografía del APRA. Lima, Mos al estado, que es un estado ético, al alcance
ca Azul. 1978-1979, 2 vols.; A. Trcnto, APRA. en del verdadero bien (República, ii-v). Sin
Storia dell'America Latina, a cargo de Marcello embargo, tanto para Platón como para Aris
Carmagnani, vol. vi de II mondo contemporá tóteles, y es una constante de todo el pensa
neo, Florencia, La Nuova Italia, 1979. miento político griego, los áristoi, justam en
te porque son moral e intelectualmcnte los
[comité editorial] mejores, no pueden dejar de ser aquellos que
pertenecen a las clases más elevadas de la
sociedad en cuanto agathói, de buena fami
lia, nobles y, por educación, propiamente los
aristocracia buenos contrapuestos a los kakái, los malna-
cidos, los malvados, la plebe. En definitiva,
Aristokralía, literalmente "gobierno de los se puede ver, sobre todo en Aristóteles, una
mejores”, es una de las tres formas clásicas contraposición entre ricos y pobres: clase
de gobierno y precisamente aquélla en la cual aristocrática y clase popular. Así el valor
el poder (krátos = dominio, mando) lo ejer ético-pedagógico se identifica con una preci
cen los áristoi, los mejores, que no equivalen sa situación económico-social y de esto pode
necesariamente a la casta de los nobles, si mos derivar el otro significado, hoy más
bien los -egundos normalmente se han iden común, de a. entendido como grupo privile
tificado con los primeros. giado por derecho de sangre (v. nobleza).
Las definiciones más clásicas de a., enten
dida como forma de gobierno, las encontra [giam paolo zlcchint ]
mos en Platón y en Aristóteles, pero ya en el
siglo v a . c. es a He re doto que se remonta, en
el lógos tripolitikós, o lid de las políticas (Las
Historias, ii 80-83), la prim era clasificación armamentos v. estrategia y armamentos
históricamente documentada de la teoría de
la tripartición de las formas de gobierno (de
una, de pccos, de muchos) que tendrá tanta
fortuna kn el pensamiento antiguo y no sólo asamblea
en aquél. Sin embargo, relevamos que junto
a la monarquía y a la democracia (pero Hero- El término a. se usa genéricamente para indi
doto usa todavía el término isonomía, igual car cualquier reunión de varias personas con
dad de tedos los ciudadanos delante de la ley) el fin de discutir y deliberar sobre cuestiones
en el lógos tripolitikós más que de a. se había comunev
de oligarquía, es decir de aquella forma de Mientras que en el derecho privado indica
gobierno que Aristóteles considera como una la reunión de todas las personas interesadas
desviación de la a., porque en la oligarquía directamente en la solución de los problemas
los pocos gobiernan en el interés de los ricos comunes (a. de socios, de accionistas, de con
«4 ASAMBLEA
dóminos), en el derecho público indica el cuer un acto que em an a ¿E rectam ente del pueblo,
po representativo de todo ente colectivo. Por se somete a un rtrü re r.d u iR con el objeto de
lo tanto se usa este término para indicar el comprobar si lo re a za _j o p o r .os constituyen
cuerpo legislativo, los consejos comunales, tes corresponde c y - al m a n d ato recibido (v.
provinciales y regionales o, respecto del pasa también asam b lea constituyente).
do, el arengo, el comizio. el parlamento, la die Por régimen d e - se e n tien d e un sistem a
ta, aunque en todos los casos se trata de un político en que to d o r los p o d eres están con
uso traslaticio. Sólo Francia usó varias veces centrados en uru. i . , co m o expresión de la
este término para indicar el órgano represen voluntad p o p u lar, ro n la Im plícita exclusión
tativo de la nación (Asamblea Nacional, 1789; del principio de .a se p a ra c ió n de poderes. De
Asamblea Legislativa, 1791; Asamblea Nacio hecho, m ientras q.*».- e. régim en p arlam enta
nal. 1875, para indicar la reunión de las dos rio con su siste m a de p eso s y contrapesos le
cámaras); también en la historia colonial permite una r e la ta •- r.u to r.air ra al poder eje
inglesa se usó el término a. para indicar los cutivo, resp o n sab le si a n te la a. pero dotado
órganos representativos de las colonias ame de una unidad p ro p ia t>s r a e x p re sa r la orien
ricanas. Encontramos nuevamente la expre tación política d e g o b iern o , en el régimen de
sión en el derecho internacional para indicar a. el momento e je c u tiv o se realiza a través de
el órgano en que están representados los una pluralidad c e c o m ité s in stitu id o s por la
gobiernos de casi todas las naciones (la Asam a. y controlados d ire c .am e r.íe p o r ella. El pro
blea General de las Naciones Unidas), y en el ceso legislatfvo e ste c o n ce n tra d o en la a., sin
derecho eclesiástico cuando, de acuerdo con iniciativa por p a rtí d e’ gobierno, la cual actúa
la nueva liturgia, se destaca el papel de los privilegiando el c r ite r io m ay o ritario a los
fieles, al lado del sacerdote, en la elaboración límites im puestos ñ o r la constitución.
de la misa. Mientras ta n to s e t i e n d e v lim itar la auto
En el vocabulario politico el término a. apa nomía del p o d er ju d ic 'r J ert cuanto cuerpo
rece técnicamente con tres significados dis separado que act ú a cr ru sta de intereses p ar
tintos: a. constituyente, pura diferenciarla de ticularistas. p ara s o m e te r.o e un m ayor con
la a. legislativa o parlamento; régimen de a., trol dem ocrático y p o p u la r. Tipológicamen
para distinguirlo del régimen parlam entario te, esta forma d e o rg a n iz ac ió n del poder es
en sentido estricto; la a. para contraponerla la expresión de u n n d em o cracia populista.
a la representación. Mientras que los .sDf 'e* edores de! régimen de
La noción de a. constituyente surge a fines a. ven en él la r e a l nación d e u n a m ayor demo
del siglo xviii con la revolución norteam eri cracia, los a d v e rsa rio s señ a la n cómo condu
cana y la francesa, aun cuando tiene antece ce por un lado a la a b o ición de la distinción
dentes en los parlamentos-convención de la entre una m ayoría q ue gobierna) y una mino
historia inglesa. La a. constituyente es elegi ría (que controla; y p e lig ro de la instaura
da para tareas precisas y limitadas en el tiem ción de una tira r ú d e ía m ayoría, que no
po, está investida del mandato de redactar encuentra ningúr lim ite ni freno para la
una constitución que contenga una serie de expresión de su ve/.u n ta d y , c o r otro, a deci
normas jurídicas ligadas orgánicamente entre siones apresurada.- c o n tra d ic to ria s y confu
sí para regular el funcionamiento de los prin sas, que van aco irm afu da.» de la parálisis del
cipales órganos del estado y para consagrar momento ejecutivo.
los derechos de los ciudadanos. Por tanto, el Finalmente, el té rm in o a. se usa p ara valo
poder constituyente es un poder superior al rizar una in s titu c u b a s a d a en la dem ocra
poder legislativo, siendo precisamente la cia directa (la a. rií ... > o b re ro s, de los estu
constitución el acto que, al instaurar el diantes, etc.) c o rro .a ú*" cu sede del verdade
gobierno, lo rige y lo limita. Pero es un poder ro poder de d ecisió n q u e se contrapone tan
excepcional que se otorga sólo en el momen to a las rep resen tacio r.es elegidas como a las
to de la fundación del estado, al que se le han burocracias que a a rn n is tre n las fuerzas
sustraído todas las funciones específicamente sociales. La a p e la c ió n a .a a., p or lo menos
políticas, como la actividad legislativa y el como instancia c _ c o r.rro sobre el proceso
control del ejecutivo. Muy a menudo, para decisional o co m e m o d o c e realizar una
destacar precisamente que la constitución es mayor particip ació n ; t ¿rve p a ra im pedir las
ASAMBLEA CONSTITUYENTE 85
la época de su oposición y de su separación tos y partidos rusos, desde los liberales has
definitiva de la Gran Bretaña. Por medio de ta la corriente bolchevique de la socialdcmo-
la resolución del 10 de mayo de 1776, que cracia. Lcnm fue un intransigente partidario
antecede no sólo cronológica sino también de la convocatoria de la a., incluso en el perio
lógicamente a la Declaración de Independen do entre febrero y octubre de 1917. Tanto que
cia, el congreso invitó a las colonias despro los prim eros decretos del poder bolchevique
vistas de gobiernos eficientes a darse a sí mis sobre la paz y sobre la tierra se emitieron a
mas en forma autónoma una organización título provisional en espera de su ratificación
política estable. El documento no hablaba de por la a. constituyente. Ésta se reunió el 18
constituciones escritas, pero se interpretó en de enero de 1918, después de unas elecciones
este sentido, y basándose, pues, en él, los dis que —desarrolladas sobre la base de listas
tintos estados establecieron para sí mismos formadas en el periodo del gobierno Kerens-
cartas constitucionales propiamente dichas. ki— dieron luz al surgimiento de los social-
Algunos de estos textos fueron elaborados por revolucionarios como prim era fuerza políti
asambleas que cumplían también la función ca del país. Habiendo rechazado la a. la rati
legislativa ordinaria, otros, en cambio, por ficación de los actos del poder bolchevique,
asambleas elegidas expresamente con el úni Lenin tomó la decisión de invalidar a la pro
co objeto de ejercer la función constituyen pia a., aduciendo que las listas electorales ya
te. En esta diferenciación de órganos se pue no reflejaban las relaciones de fuerza reales,
de ver confirmada por prim era vez, aunque y que, sobre todo, el proletariado industrial,
de manera implícita, la distinción, enuncia la clase más progresista de la sociedad (cuyo
da mas tarde por Sievés. entre el poder cons voto se había inclinado por mayoría hacia los
tituyente que crea la constitución y los pode bolcheviques), no podía someterse a la volun
res constituidos que encuentran en el prime tad de clases y grupos sociales menos progre
ro su origen y que deben ejercerse respetan sistas o directamente contrarrevolucionarios.
do las reglas constitucionales. En ese punto los bolcheviques sostuvieron
Más adelante, la misma constitución fede que el poder revolucionario, puesto a conso
ral de los Estados Unidos de América fue obra lidar un sistema de "democracia proletaria”,
de una convención extraordinaria compues no podía convivir con un sistema democráti-
ta por los representantes de los estados de la co-parlnmentario, del que la a. era una insti
Confederación. tución típica.
A la vuelta de pocos anos la experiencia nor
teamericana tuvo sus seguidores también en m. tipo lo g ía d e la in st it u c ió n . A pesar de ejer
Europa. La primera a. constituyente de este cer la misma función, la., a. constituyentes
continente fue, en efecto, la Asamblea Nacio pueden presentar una considerable diversi
nal francesa de 1789. Han sido luego muy dad de características especificas.
numerosas las constituyentes convocadas a La iniciativa que marca la apertura del pro
lo largo de los siglos xtx y xx. En general se cedimiento constituyente siempre es en esen
puede decir que por medio de la institución cia obra de los grupos políticos dominantes
de la a. constituyente han llegado a la exis en ese momento histórico particular. En cam
tencia las cartas constitucionales de los bio, desde un punto de vista formal, la deci
modernos estados democráticos. sión constituyente puede tom arla un órgano
Mención particular amerita, a este respec del ordenamiento anterior (por ejemplo, la
to, el papel que en la historia rusa tuvo la convocatoria de la convención por parte de
demanda de convocatoria de una a. constitu la Asamblea legislativa francesa en 1792,
yente por parte de las fuerzas antizaristas m ientras que es controvertida la valoración
a n te ' de octubre de 1917 y de ahí. en el perio de la convención de Filadelfia por parte del
do inmediatamente posterior, su convocato congreso norteamericano en 1787, acerca de
ria y su resolución. la cual una doctrina autorizada sostiene que
La idea de que el nacimiento de la demo esa convención fue convocada sólo para un.i
cracia en Rusia después de la caída del zaris revisión de la constitución preexistente \ que
mo debería haber pasado por la obra de una entonces se autoelevó a convención constitu
a. constituyente era común a los movimien yente) o bien un órgano revolucionario que,
ASAMBLEA CONSTITUYENTE «7
por lo general, loma el nombre de "gobierno de las leyes de aprobación de los tratados
provisional" (el gobierno provisional español internacionales, que deberían ser discutidas
de 1931, los gobiernos provisionales france por la asamblea"). La función ejecutiva, en
ses de 1848, 1870 y del período 1944-1945) o, cambio, siempre estuvo conf iada a un órga
finalmente, un sujeto ajeno al estado o un no más restringido, considerado ordinaria
estado extranjero (la iniciativa del estado mente como “gobierno provisional", respon
inglés para la convocación de una Convención sable políticamente ante la a. a la que podía
Nacional irlandesa en 1917). corresponderle también la tarea de elegir al
En la gran mayoría de los casos, la a. cons presidente (por ejemplo, la a. constituyente
tituyente es un órgano elegido expresamen francesa de 1945 que estaba destinada a ele
te para elaborar la nueva carta constitucio gir el presidente y a aprobar la composición
nal (las asambleas nacionales francesas de y el programa del gobierno provisional).
1945 y de 1946, la constituyente italiana de Pasando al examen de la actividad relativa
1946), pero también puede estar formada por a la formación de la nueva constitución, la pri
un órgano colegial ya existente. Puede suce mera tarea de la a. consiste en llegar a la for
der. precisamente, que el mismo órgano de mulación de un proyecto preliminar que cons
la iniciativa sea el que asuma la función cons tituya la base sobre la que se deberá desarro
tituyente. Los ejemplos nos los proporciona llar la discusión. Dicha tarea puede cumplir
la historia constitucional francesa: los esta se con la simple adopción de un proyecto pre
dos generales que se proclamaron en Asam parado de antemano por diversos sujetos que
blea Nacional el 17 de junio de 1789 y el sena pueden actuar por iniciativa propia (el pro
do conservador que a pesar de ser un órgano yecto presentado por los delegados de Virgi
regido por la constitución napoleónica del año nia en la Convención de Filadelfia), o por
vin, preparó, en el momento de la restaura encargo (el proyecto preparado por el juris
ción borbónica, la constitución del 6 de abril ta Preuss para la asamblea de Weimar por
de 1814 que. sin embargo, quedó sin ef ecto. encargo del gobierno provisional, el Consejo
En estos casos la a., a pesar de estar consti de los Comisarios del Pueblo). Aunque con
tuida como órgano '■ordinario", previsto por mayor frecuencia el proyecto es obra de órga
el ordenamiento anterior, conserva siempre nos internos de la misma constituyente (comi
el carácter de extraordinaria, deduciéndolo tés o comisiones) formados de manera que
directam ente de la titularidad de la función reflejen las orientaciones políticas de la a.
constituyente. Este es el sistema que siguió la a. constitu
Respecto de la actividad de la a., aparte de yente italiana de 1946.
las actividades preliminares o de autorgani- Una vez discutida y aceptada por la a., la
zación (designación del presidente, adopción nueva constitución puede en trar en vigor en
de un reglamento interno, decisión sobre la virtud de la sola deliberación de aquélla o des
publicidad que se dará a los trabajos), se pue pués de una consulta popular subsecuente
de establecer una distinción ya sea que cum (referéndum o plebiscito). Por lo que respec
pla únicamente el trabajo de la elaboración ta a estos dos distintos sistemas, cabe seña
de la nueva constitución ya sea que ejerza lar que por el principio de la soberanía popu
también otras funciones. La a. constituyen lar, con base en el cual todos los ciudadanos
te, dentro del ordenamiento provisional del son titulares del poder soberano y tienen el
estado, puede ser titular de la función legis derecho de participar en su ejercicio, parece
lativa ordinaria y de la función de dirección consecuencia lógica considerar necesaria la
política. El ejercicio de la actividad legislati intervención del pueblo. En estos término^ se
va se confía unas veces de manera total a la expresa Rousseau. Por el contrario, bastaría
a. (por ejemplo, la Asamblea Nacional fran solamente la deliberación del órgano repre
cesa de 1789), otras veces se circunscribe a sentativo para abarcar todo el campo de la
algunos temas en particular (véase en Italia actividad constituyente, siempre que parta
el D. Lg. Lt. del 16 de marzo de 1946, n. 98. del principio de la soberanía nacional, con
en base al cual "se delegaba el poder legisla base en la cual el poder reside completamen
tivo, salvo la materia constitucional, al gobier te en un ente impersonal que trasciende a los
no, con excepción de las leyes electorales y ciudadanos. Sieyes, al referirse a la función
88 ASILO, DERECHO DE
constituyente, afirma que los representantes los que han creado la constitución, dichos
actúan en lugar de la nación y que su volun actos no pueden instaurar un nuevo ordena
tad común es la de la nación misma. Sin miento. Deben limitarse a modificar los deta
embargo, la experiencia histórica se inspira, lles y a hacer añadiduras al texto constitucio
según parece, en motivos de oportunidad poli- nal vigente para adaptarlo a las exigencias
tica más que en el desarrollo riguroso de los que se han presentado históricamente. Pare
principios doctrinales. ce exacto, pues, definir el poder de revisión
En los casos de la formación de un estado como un poder constitucional en sentido
federal por la unión de varios estados sobe impropio, ya que debe ejercerse en un ámbi
ranos, surge el problema de si es necesaria to circunscrito.
una manifestación de la voluntad de estos Sin embargo, la actividad de revisión pue
últimos destinada a aceptar la nueva consti de rebasar los límites explícitos e implícitos
tución. La praxis a este respecto no es unifor que se le han impuesto, modificando los prin
me. Unas veces se ha contado con la acepta cipios fundamentales que sirven de base al
ción previa —como en el caso del acuerdo ordenamiento y que la caracterizan. En ese
entre Rusia, Ucrania, Rusia Blanca y Trans- caso, se tiene un ejercicio propiamente dicho
caucasia, en 1922—, otras veces, con una rati del poder constituyente y las a. de revisión
ficación subsecuente. En esta segunda hipó se deben considerar como “órganos constitu
tesis se puede incluir la ratificación de la yentes”.
constitución federal norteamericana por par
te de las convenciones elegidas expresamen b i b l i o g r a f í a : P. Burile, Pulere cuatimente, en
te en cada uno de los estados de la Confede Novissimo digesto, xm , Turin, utet, 1966; J.A.
ración, a pesar de que la naturaleza de dicho Jamcson, Cunstitutional conventions, Chicago,
acto sea discutible desde el punto de vista Callaghan, 1887; C. Mortati, La Costituente,
doctrinal. Roma, Dársena, 1945, y en Raccolta di scritti,
Finalmente, por lo que respecta al poder de Milán, Giuffrc, 1972; F. Pierandrei, Costituente
revisión, cabe señalar que por lo general lo (asscntblea), en Novissimo digesto, iv, Turin,
ejercen órganos de legislación ordinaria tan UTET, 1959.
to en un régimen de constitución flexible, en
que se sigue el normal procedimiento legis [V1NCENZ0 LIPPOLIS]
lativo, como en un régimen de constitución
rígida que se caracteriza por la previsión de
un procedimiento particular. Sin embargo, el
ejercicio del poder de revisión puede form ar asilo, derecho de
parte también de la competencia de a. espe
ciales. Así, el artículo v de la Constitución I ORIGENES Y EVOLUCIÓN DEL DERECHO DE ASILO. La
norteamericana prevé que las enmiendas al institución del asilo tiene orígenes muy remo
texto constitucional pueden ser propuestas no tos, encontrándose rastros de ella en las civi
sólo por las dos cám aras con una mayoría de lizaciones más antiguas: en su origen y hasta
dos tercios sino también por una convención el siglo xviii encontró una aplicación casi
convocada a solicitud de las dos terceras constante como institución fundamentalmen
partes de las legislaturas de los estados te religiosa ligada al principio de la inviola
miembros. bilidad de los lugares sagrados. Durante el
Las a. de revisión, ya sean éstas los órga siglo pasado el a. se laicizó para convertirse
nos de legislación ordinaria o bien órganos más claram ente en objeto de normas jurídi
especiales, no pueden incluirse en el concep cas con una función precisa de protección de
to de a. constituyente por el carácter mismo los perseguidos políticos, y sobre todo en
de la actividad que desempeñan. En realidad, conexión con el proceso mencionado es que
el poder de revisión es, en todo caso, un poder se puede hablar de un derecho de a. El a. se
constituido, es decir previsto y regido por la divide en "territorial" y "extraterritorial”,
constitución. Aun cuando a través de su ejer según que sea concebido por un estado en su
cicio se llevan a cabo actos de carácter cons propio territorio o bien en la sede de una lega
titucional, que tienen la misma eficacia que ción o en un barco detenido en las costas (en
ASILO, DERECHO DE &9
este caso el a. está garantizado en el propio cho a buscar asilo, y a disfrutar de él, en cual
territorio del estado a cuya jurisdicción inten quier país”. A esta afirmación se remite la
ta sustraerse el individuo). Se habla además Declaración sobre el asilo territorial adopta
de a. "neutral” cuando éste, en tiempo de gue da por la misma asamblea general el 16 de
rra, se concede a tropas o naves de estados diciembre de 1967, la cual, entre otras cosas,
beligerantes, mediante el respeto de determi afirm a (art. 1) que las personas que tengan
nadas condiciones, en el territorio de un esta derecho a asilo no podrán ser rechazadas ni.
do neutral. El a. extraterritorial, o "diplomá una vez ingresadas, podrán ser expulsadas a
tico”, tiene un amplio uso en los países de otro estado donde se les pueda hacer victimas
América Latina, donde se ha vuelto objeto de de persecuciones políticas; la declaración con
costum bres precisas. tiene además (art. 2) la recomendación a todos
Asi, pues, el término a. indica la protección los estados miembros de prestar asistencia,
que un estado acuerda a un individuo que directam ente o por medio de la acción de las
busca refugio en su territorio o en un lugar Naciones Unidas, a aquel estado que se
fuera de su territorio. El derecho de a., en con encuentre en dificultades por el hecho de
secuencia, se entiende como el derecho de un haber concedido a. político. Estas declaracio
estado de acordar tal protección: derecho, por nes tienen un valor program ático (de modo
lo tanto, que se dirige al estado y no al indi especial, en el plano de la codificación, por
viduo, en virtud del ejercicio de la propia la Comisión de derecho internacional, que tie
soberanía y con la única reserva de límites ne el deber de estudiar una convención uni
eventuales que derivan de convenciones de las versal sobre el a. territorial): no obligan, por
que forma parte. Esto no quita que en algu sí mismas, directam ente a los estados miem
nas constituciones recientes de la prim era y bros de las Naciones Unidas; sin embargo, tie
de la segunda posguerra (por ejemplo. Cons nen una notable influencia, aunque sea de
titución mexicana de 1917, art. 15; Constitu orden psicológico, sobre el comportamiento
ción cubana de 1940, art. 31; Constitución bra de su órganos de gobierno y de sus jueces.
sileña de 1946, art. 141; Constitución italia
na de 1947, art. 10; Constitución de la Repú II. LIMITACIONES DEL DERECHO DE ASILO. EXTRADICION
blica Federal Alemana de 1949, art. 16, etc.) terrorismo. El derecho de a., como se ha
haya sido sancionado expresamente un dere dicho, puede verse limitado, en el plano con
cho constitucional de a. político. vencional, por tratados en m ateria de extra
Después de la segunda guerra mundial se dición. Se trata de acuerdos internacionales,
desarrolló una acción con miras a la afirm a por lo general bilaterales y algunas veces mul
ción del derecho de a. como derecho funda tilaterales (por ejemplo la Convención euro
mental de la persona humana. Dicho movi pea de extradición del 13 de diciembre de
miento ha dado lugar tanto a la firma de con 1957, estipulada para los estados miembros
venciones como a la adopción de otros actos del Consejo de Europa), con los cuales los
no directamente obligatorios. estados se comprometen recíprocamente a
En el plano de los pactos han sido adopta entregarse uno a otro individuos perseguidos
dos: la Convención de Ginebra del 28 de julio en el otro estado por delitos contemplados en
de 1951, el estatuto de la orí (Organización los propios acuerdos.
Internacional de Refugiados), otros actos Es característica de estos tratados la ten
internacionales relacionados con el Alto dencia, en consideración propia de la institu
Comisionado de las Naciones Unidas para los ción del a. —y asimismo de acuerdo con los
Refugiados y las dos convenciones de Cara principios expresados en los ordenamientos
cas entre estados americanos del 28 de m ar internos, aun en el plano constitucional—, a
zo de 1954. excluir los delitos políticos en general del
En el plano no convencional, la Asamblea número de los delitos por los que se prevé la
General de la Organización de las Naciones extradición. Se trata de una tendencia, no de
Unidas, al adoptar el 10 de diciembre de 1948 una regla constante y rígidamente aplicada.
la Declaración universal de los derechos de) Antes bien ha sufrido un progresivo debilita
hombre, afirmó en el art. 14, par. 1. que "en miento muy difundido por efecto del funcio
caso de persecución, toda persona tiene dere namiento de un mecanismo de autodefensa
90 ASILO. DERECHO DE
de la sociedad al enfrentarse al fenómeno del neo. Ejemplos del primer tipo de enfoque son
terrorism o, que ha producido .->us efectos de las numerosas iniciativas tendientes a la
inmediato en el plano interno y en seguida en represión de la piratería aérea (convenciones
el internacional. de Tokio de 1963, de La Haya de 1970 y de
La primera excepción a la no extradibilidad Montreal de 1971) y a la protección de los
del responsable de un delito político, en el pla agentes diplomático» y consulares (conven
no de los ordenamientos internos, fue contem ción de las Naciones Unidas de 1973 sobre la
plada en la ley belga del 22 de marzo de 1856, prevención y la represión de delitos contra
que "despolitizó" a los asesinos y a los aten personas intemacionalmente protegidas). En
tados contra los jefes de estado extranjeros. el plano regional, en cuyo nivel se acuerda la
La excepción fue bien pronto recogida en Convención de Washington, adoptada en 1971
numerosos tratados de extradición (entre en el ámbito de la Organización de Estados
otros, aquellos que Estados Unidos concluyó Americanos (y que todavía no entra en vigor),
en 1888 con Bélgica, en 1895 con Rusia, en merece una atención particular la Convención
1898 con Brasil y en 1901 con Dinamarca) has europea para la represión del terrorismo, ela
ta volverse casi de general aplicación, preci borada y adoptada el 27 de enero de 1977 en
samente con la denominación de "cláusula el ámbito del Consejo de Europa. Esta con
belga”. Una influencia análoga alcanzó más vención prescribe que, para fines de extradi
tarde la revisión contenida en el código ruma ción, no pueden considerarse como delitos
no de 1927, según la cual los actos de terro políticos, además de ios delitos de piratería
rismo no son por lo común considerados deli aérea (de los que se hace referencia explícita
tos políticos; también ésta ha sido recogida en las convenciones de La Haya y de Mon-
por no pocos tratados de extradición (por treal). los cometidos contra personas interna
ejemplo, los acuerdos concluidos por Ruma cionalmente protegidas, el rapto, el secues
nia con Portugal y España). tro de personas, la toma de rehenes, los deli
Junto a. estas evoluciones determinadas en tos que implican la utilización de bombas,
el ámbito estatal y en el ámbito de las rela granadas, arm as de fuego automáticas, etc.,
ciones bilaterales, deben registrarse, desde el el intento de cometer los antedichos delitos
siglo pasado, iniciativas de organizaciones o la complicidad con ellos (art. 1); por lo
internacionales, gubernativa» o no, que bus demás, se deja en libertad a los estados miem
can impedir la impunidad del terrorista expa bros de aplicar el mismo régimen a una serie
triado. Asi, el Instituto de Derecho Interna más amplia de otros delitos análogos (art. 2).
cional. en »u sesión de Ginebra de 1892, exclu La Convención europea, como las demás
yó que pudieran ser considerados como polí convenciones en m ateria de terrorism o, en
ticos "los delitos dirigidos a m inar las base» sustancia es un tratado de extradición, aun
de cualquier organización social, y la Confe cuando su aplicación queda subordinada a las
rencia internacional para la unificación del disposiciones técnicas vigentes en la materia.
derecho penal, celebrada en Varsovia en 1935, El fundamento jurídico de la extradición será
afirmó en una resolución que los actos terro entonces un tratado de extradición o cual
ristas no deben ser considerados delitos polí quier otro instrum ento jurídico idóneo para
ticos. Se llevaron a cabo diverso» intentos, reglam entar la materia; la Convención euro
desde la época de la Sociedad de Naciones, pea no hace más que am pliar el campo de los
por traducir estos intentos en normas vincu delitos por los cuales se prevé la extradición.
lantes. Lq > primeros éxitos en este sentido se Todos los instrumentos citados —de los que
hicieron esperar, »in embargo, hasta la segun contienen la "cláusula belga” a la Convención
da posguerra, cuando, dejando de lado de europea— constituyen, como ya se refirió,
manera realista la idea de una convención que una limitación de distinta intensidad del dere
diera cara en el plano mundial al problema cho de a.; esta característica los hace sujeto»
del terrorism o en forma global, se manifestó de critica por parte de lo» defensores más
una decidida tendencia a buscar soluciones denodados de esta institución. En particular,
parciales, por un lado persiguiendo ciertos la Convención europea, a pesar de las cláu
tipos de actos, por el otro enfrentando el pro sulas de salvaguarda en ella contenidas, ha
blema en un plano más integrado y homogé suscitado reacciones decididamente negati
ASIMILACION 91
vas, hasta el punto de que se habla del fin del i.xii, fase. 2-3, 1979, pp. 303 «.; N.C. Ronning,
derecho de a. y de tendencias a poner en dis Diplomatic asyluin: legal norms and political rea-
cusión principios de derecho humanitario hoy lity in latín American relations. La Haya, Nijhcff,
universalmente consolidados. Junto a estas 1965; N.C. Ronning, Derecho y política en la
reacciones se registran lo» comentarios de diplomacia interamericana, México, üteha; I.A.
quienes, partiendo del supuesto de que la Con Shearer, Extradition in international law, Man-
vención sea un instrum ento necesario (aun chester, Manchester University Press (Nueva
que ciertam ente no suficiente) de lucha con York, Ccenna). 1971; G. Tosí, Le convenzioni muí-
tra el terrorism o en un espacio determinado tilaterali europea di estradizione e di assistenza
(como es el de la Europa occidental), hacen giudiziaria in materia penale, Roma, Pem, 1969;
notar que los derechos que d,_ben ser prote T. Veiter y W. Braumüller (comps.), Asylrecht ais
gidos no son sólo aquellos de las personas Menschenrecht, Viena, 1969
acusadas o condenadas por actos de violen
cia, sino también —si no sobre todo— aque [CARLO BALDI]
llos de todas las víctimas —aun potenciales—
de tales actos; el a., institución fundamental
para la protección de los derechos del hom
bre, no debe transform arse en garantía de asimilación
impunidad para aquellos que, aunque sea en
nombre de ideales políticos, atropellan otros La a. en términos políticos designa la teoría
derechos fundamentales, entre ellos el dere que sirve de base a los sistemas coloniales
cho a la vida. francés y portugués.
Cualquiera que sea la tesis que se quiera La política colonial de la a. reclamaba la
abrazar, es innegable que el derecho de a. identidad entre la colonia y la madre patria.
tiende a sufrir, sobre todo en los último» años, Tomaba sus principios constitutivos del enfo
profundas transformaciones, reflejo del cam que universalista de la sociedad humana pro
bio de las exigencias y de las características pio de la cultura europea y de la doctrina de
de una sociedad profundamente alterada en la igualdad de todos los hombres, expresada
su estructura respecto de la época histórica por la revolución francesa. En la teoría de la
en la que la institución del a. encontró su pri a. se distinguen dos líneas de pensamiento:
mera afirmación. la prim era sostenía la a. total, personal, de
los pueblos sometidos a la dominación colo
BIBLlGGRAFlv C. Bassiouni, International cxlradi- nial. La a. total, basándose en el principio de
tion and worid public order, Leiden, Sijthoff la igualdad de todos los hombres, sostenía
(Nueva York, Oceana), 1974; S.D Bedi, Extradi- que no existían diferencias que no pudieran
tion in international law and practice, Rotter superarse con la instrucción y la acción de la
dam, Bronder Offset, 1966; L. Bole-ta- "misión civilizadora" de la cultura europea
Kozicbrodzki, Le droil d'asile, Leiden, Sijthoff, y cristiana, considerada como superior. La a.
1962; P.M. Dupay, La position fmngaisoen wat id- total exigía para el súbdito colonial el mi-mo
re d'asile diplomatique, en Annuaire Franjáis de trato reservado a un ciudadano de la madre
Druit International, XXII, 1976. pp. 743 F. patria con todos los derechos y deberes inhe
Francioni, Asilo diplomático: contributo alio stu- rentes a dicho estado. La segunda línea de
diu delle consuetudini locali nel diritto interna- pensamiento juzgaba imposible la a. total y
zionale. Milán. Giuffré, 1973; L.C. Green, The se declaraba a favor de una a. parcial, de tipo
right ofasylum in international law, en Law and administrativo, político y económico, entre la
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Colonia, C. Heymanns, 1965; F. Leduc, L'asile coloniales —Francia \ Portugal— se apegó en
territorial: Conférence des Sations Unies (Gené- general a esta segunda acepción del término.
iv, janvier 19771, en Annuaire Franfais de Droit Dicha política de a. se define como gradúa-
International, XXIII, 1977. pp. 221 «.; F. Mosco- l i s t a y selectiva. En los territorios africanos
ni. La Convenzione europea per la repressione del administrados por Francia, por ejemplo, sólo
terrorismo, en Rivista de Diritto Intemazionale, se aplicó una política de a. total en las Qtta-
92 ASOCIACIONES PATRONALES
tre Commimes de Senegal; en las demás par tituyen por sí mismas en sujeto organizado
tes, para poder gozar del privilegio de la ciu o en coalición frente a sus propios depen
dadanía francesa era necesario dem ostrar dientes.
que se tenían estos atributos: conocimiento Otro factor determinante es la enorme hete
profundo de la lengua francesa, religión cris rogeneidad de los intereses, incluso sindica
tiana, buen nivel de instrucción y buena con les, de las diversas empresas, según se trate
ducta. de empresas multinacionales, de grandes
El mecanismo de a. de las colonias portu monopolios o de empresas pequeñas y media
guesas era parecido. Hasta el comienzo de la nas que operan en un mercado competitivo.
guerrilla en Angola (1961) se adquiría el esta Las vicisitudes y las polémicas que han m ar
tus de assimilado por medio de un complica cado la historia reciente de las asociaciones
do procedimiento legal. Para que se concedie patronales de la industria italiana, por ejem
ra, se requería un profundo conocimiento de plo (distanciamiento de las empresas de par
la lengua portuguesa, se debía gozar de un ticipación estatal, contrastes entre las posi
ingreso de cierto nivel y se debían d ar prue ciones mantenidas por las empresas de los
bas de ser católico y de tener un "buen carác sectores en expansión y expuestas a la com
ter". La gran mayoría de los africanos no petencia internacional y las de las empresas
podía, por lo tanto, adquirir el estatus de asi que producen para el mercado interno, etc.),
milado. Sin embargo, en 1961, Portugal abo se explican precisamente a partir de la diver
lió las diferencias entre assimilados e indíge sidad, y tal vez de la contraposición, de los
nos y les concedió a todos la ciudadanía por intereses de referencia.
tuguesa. Por todas estas razones los estudios y las
investigaciones, como el ya clásico informe
[ANNA MARIA GENTILl] Donovan sobre el sistema de relaciones indus
triales británico, han servido al menos para
poner en evidencia la debilidad de las asocia
ciones patronales, medida según la capacidad
asociaciones patronalesI. para imponer líneas comunes de conducta a
las empresas afiliadas: dada la exigüidad de
I. LIMITES DLL ASOCIACIONISMU PATRONAL. Desde Un las posibles sanciones, pueden obrar de hecho
punto de vista formal, jurídico, las asociacio independientemente de las directivas estable
nes sindicales de los empresarios son análo cidas por las propias asociaciones cuando ello
gas a las asociaciones sindicales de los tra les parezca más conveniente.
bajadores dependientes (v. organizaciones
sindicales): en el sistema de relaciones indus II. ORIGENES Y ESTRUCTURAS DE LAS ASOCIACIONES
triales italiano, por ejemplo, las unas y las patronales. Históricamente la exigencia de
otras son asociaciones de derecho privado y asociación surge sea para protegerse de la
gozan igualmente de la libertad de organiza intervención de los gobiernos en m ateria de
ción sindical. En ambos casos se trata de "sin legislación social y económica, sea para defen
dicatos”. derse ante la acción organizada de los sindi
Sin embargo, de hecho, teniendo en cuen catos de trabajadores (Baglioni.1974). En
ta la amplitud de las funciones efectivamen ambos casos se trata de reacciones defensi
te desempeñadas en relación con sus miem vas ante posibles amenazas a la libertad
bros, la relevancia de las asociaciones patro empresarial: el prim er objetivo suscitará el
nales parece bastante menor respecto a la de surgimiento de organizaciones nacionales
los sindicatos de trabajadores. Esto se debe (para establecer relaciones y ejercer presio
en prim er lugar a la diversa necesidad estruc nes sobre los gobiernos); el segundo deman
tural de organizarse con el fin de proteger los dará soluciones organizativas paralelas a las
propios intereses colectivos que tienen, por de los sindicato' de trabajadores (la corres
su lado, los trabajadores dependientes, y las pondencia de los niveles organizativos respec
empresas, por el suyo, en un sistema social tivos es un requisito del desarrollo de la con
en el que estas últimas detentan el derecho tratación colectiva) (Clegg.1976).
a la iniciativa económica y en el que se cons En Italia, por ejemplo, las asociaciones
ASOCIACIONISMO VOLUNTARIO 93
unas de otras por lo que respecta al grado de como entidades que equilibran el poder cen
organización, a los criterios más o menos tral y como instrumento para la comprensión
fuertem ente selectivos de reclutam iento de de los procesos sociales y políticos.
sus miembros, al nivel mas o menos elevado La función “mediadora” de las asociaciones
de compromiso personal que exigen a los par voluntarias, al establecer un vinculo concre
ticipantes, a la especificidad o a la difusivi- to entre la sociedad y el individuo, les propor
dad de los objetivos que han de alcanzarse. ciona a los miembros una serie de satisfac
Generalmente las asociaciones voluntarias ciones psicológicas y un equilibrio que le pue
se clasifican de acuerdo con las funciones de perm itir a la persona en particular un
principales que desempeñan o con el interés mayor conocimiento del propio papel dentro
predominante por el que surgen: se tienen, del ámbito de la más vasta sociedad. Dicha
por lo tanto, asociaciones culturales, recrea interpretación es sostenida, entre otros, por
tivas, religiosas, profesionales, económicas, Mannheim, que encuentra en los grupos ele
políticas, etcétera. gidos libremente uno de las medios principa
Aunque los fines efectivos no siempre les para el progreso del desarrollo individual-
corresponden a los fines oficiales, puede suce
der, de hecho, que una asociación surja des II. LADIFUSIÓN DELASCC1ACIONISMO VOLUNTARIO. La
de el principio para realizar objetivos distin difusión del a. voluntario constituye una de
tos de los declarados, o que posteriormente las manifestaciones relevantes de la suciedad
los socios introduzcan finalidades secunda moderna, cada vez más compleja y cada vez
rias que con el tiempo alteran significativa más caracterizada por la multiplicación de las
mente o cambian por completo lo que la aso relaciones de interdependencia entre sus
ciación se proponía conseguir en el momen miembros, que se ven inducidos a ocupar al
to de su constitución. De ahí la necesidad de mismo tiempo varias posiciones sociales
identificar, para el conocimiento efectivo de (fenómeno de la pluricolccación).
estas agrupaciones, no sólo las funciones Las causas más relevantes que han deter
manifiestas sino también las latentes. minado el desarrollo del fenómeno asociati
Pan* lograr sus propios objetivos, cualquier vo se encuentran en el proceso de industria
asociación voluntaria debe garantizar, a tra lización y de urbanización y en la instaura
vés de una serie de incentivos y gratificacio ción de regímenes democráticos.
nes, la participación y la lealtad de los pro Hubo un tiempo en que la comunidad, la
pios adeptos, debe poseer un sistema eficiente iglesia y la familia patriarcal tenían la posi
de comunicación interna y debe ejercer un bilidad de satisfacer exigencias fundamenta
control sobre las actividades desarrollada*. les como las de la seguridad personal, el con
P.tra la consecución de sus objetivos, trol de la. realidad circunstante, la automa-
muchas asociaciones, a medida que se nifestación y L acción colectiva para alcan
amplían y se vuelven más complicadas, tien zar determinadas metas.
den a dar mayor relevancia al propio apar i- Las transformaciones sociales y sobre todo
to organizativo que a la intervención de los la revolución industrial redujeron considera
distintos participantes. blemente la capacidad de est~s estructuras
Aun cuando algunas asociaciones sean par tradicionales para hacer frente a esta serie
ticularmente difusivas, es decir plurifuncio- de exigencias y, por lo mUmo, surgieron nue
r.ales, no abarcan nunca la totalidad de las vas estructuras, especialmente las asociati
relaciones que constituyen la vida entera de vas, capaces de Henar necesidades tanto de
la comunidad: preci -ámente dentro de la sec- tipo instrum ental como de tipo expresivo.
torialidad intrínseca de cualquier asociación, Asociaciones de todo tipo satisfacen la nece
aun la que abarca más, se capí** su diferen sidad de compañía humana; asociaciones
ciación respecto de la comunidad, de acuer económico-sindicales, asociaciones comercia
do con la corocida teorización de Tónnies. les, asociaciones de socorro mutuo, coopera
En términos de la relación individuo- tivas de productores y de consumidores per
estado, las asociaciones voluntarias se con miten alcanzar la seguridad personal. Nume
sideran eswnciales para el mantenimiento de rosos tipos de asociaciones sociales, políticas
una democracia sustancial, ya que se colocan y económicas no sólo ayudan a comprender
ASOCIACIONISMO VOLUNTARIO 95
la dinámica sucia! sino también aseguran a respecto a los Estados Unidos de America se
los propios miembros su intervención en el encuentran en la deliberada represión de las
control de estas ultimas. formas asociativas por parte del gobierno,
El establecimiento de regímenes democrá preocupado y temeroso de la existencia de
ticos ha sido otro acontecimiento decisivo fuerzas que podían serle hostiles, en la tradi
para el surtim iento y el desarrollo de las aso ción liberal unida estrechamente a la liber
ciaciones voluntarias, es más: representa una tad individual, en la tradición católica, en el
condición indispensable para que puedan fuerte gobierno central que cumple muchas
existir. Dumazedier afirma que las asociacio funciones que en los Estados Unidos de Amé
nes voluntarias nacieron de la democracia y rica se han dejado a los gobiernos locales y
Tocqueville sostiene que la democracia se a los ciudadanos en particular.
desarrolló en gran parte debido a ellas. Las
asociaciones voluntarias existen de hecho en ni la participación Uno de los temas más pro
todas las sociedades democráticas, aunque el fundizados respecto del a. voluntario es el que
papel que desempeñan pueda ser distinto y se refiere a las características cuantitativas
más o menos importante, e invaden todos los y cualitativas de la participación: considere
sectores de la vida social desde los económi mos algunos de los aspectos más frecuentes
cos hasta los políticos, desde los espirituales y significativos.
hasta los intelectuales, desde los recreativos En primer lugar, la participación en las aso
hasta los culturales. ciaciones voluntarias organizadas formal
Si es cierto que una de las diferencias que mente —como se ha señalado— varia consi
existen entre la época medieval y la época derablemente de un país a otro y, de acuerdo
moderna consiste precisamente en el aumen con un análisis comparativo, se deduce cla
to de los grupos con intereses especializados ramente que los países nórdicos de América
y con actividades diversificadas, también es y de Europa presentan el porcentaje más alto
cierto que no en todas las sociedades contem de participación: de acuerdo con las estim a
poráneas se les reconoce una considerable y ciones que datan de 1960, en los Estados Uni
hasta decisiva importancia. Es el caso eviden dos gira alrededor del 35-55% (excluidos los
te de la sociedad totalitaria, en la que las agru sindicatos) y en Suiza es del 51% (excluidos
paciones voluntarias, aun cuando existen, no también los sindicatos), contra, por ejemplo,
poseen prácticam ente ningún poder, ya que el solo 4% de los habitantes de una ciudad de
éste, por regla general, está concentrado en la India.
el estado, o en un partido o también en un gru En segundo lugar, la participación en las
po muy restringido de personas que contro asociaciones voluntarias organizadas formal
lan al estado. La supresión de la libertad de mente varía, en el ámbito de la misma comu
asociación c» en realidad unas de las prim e nidad, de acuerdo con los diferentes estratos
ras iniciativas de los regímenes autoritarios. sociales a los que pertenecen los habitantes,
En los Estados Unidos de América y en Sui y precisamente lo> que ocupan las posiciones
za. por ejemplo, el a. no ha encontrado obs sociales más elevadas participan en mayor
táculos de orden legislativo, que en cambio medida que los que ocupan las posiciones
ha tenido que superar en Francia y también menos elevadas. Hay que añadir también que
en Italia, en donde el derecho de asociación la importancia relativamente escasa de las
fue suprimido durante el fascismo. asociaciones voluntarias formales, como
Si Tocqueville ya había captado el nexo fuente de contacto social para la mayor par
entre la expansión del a. voluntario y el régi te de los trabajadores, resulta todavía más
men político, numerosos estudiosos han pro evidente si ^e considera no sólo la pertenen
fundizado aún más y de manera más sistemá cia sino también la participación efectiva en
tica esta relación. Entre éstos recordamos, las actividades asociativas. Estas afirmacio
por ejemplo, a Rose, que partiendo de la com nes encuentran su confirmación en los resul
paración del contexto francés con el nortea tados de numerosas investigaciones específi
mericano llega a la conclusión de que las cau cas y sobre la comunidad.
sas del menor desarrollo y por consiguiente Parece que existe también una tendencia
de la menor relevancia del a. en Francia con con base en la cual la participación en aso-
9b ATEISMO
nomia respecto a premisas ideológicas rígi causas, analizar la situación que lo generó,
das, ha llevado cada vez más a considerar la estudiar atentamente tos medios para corre
profesión religiosa como una cuestión priva girlo” (Lenin, El extremismo). En esta acep
da, rebatiendo su influencia en la vida públi ción puede observarse que la a., más allá de
ca, que es cada vez menor. Mientras que la las denominaciones, ha de ser practicada por
sociedad contemporánea se presenta cada vez toda organización política. En realidad, lo que
más secularizada en sus estructuras, en sus caracteriza a la a. como práctica típica de las
orientaciones y conductas, persisten sin organizaciones inarxista-leninistas no es sólo
embargo, o renacen, formas nuevas, minori el recurso a ella de manera metódica, insis
tarias pero significativas, de expresión reli tente, constante en todo nivel de la vida de
giosa, incluso fuera del ámbito de las iglesias. partido (las conclusiones políticas, al igual
que las científicas, deben someterse a verifi
BIBLIOGRAFIA: S. Acquaviva, L'ecclisi del sacro cación continua), sino sobre todo el hecho de
nella sacie ¡a industríale, Milán, Comunitá, 1971; que en sustancia representa la ampliación a
G. Cardia, Ateísmo e liberta religiosa nell'ordi- la práctica del método crítico dialéctico de
namento giuridico, nella scuola, nell'informazio- origen marxiano. Ejemplar en tal sentido es
ne daU'Unitá ai giomi nostri, Barí, De Donato, la insistencia de los comunistas chinos sobre
1973; A. Del Noce, 11problema deU'ateisrno. Bolo el método de la crítica y a., entendidas como
nia, II Mulino, 1964; C. Galasso, Ateo, en Enci dos momentos indisolubles del trabajo con
clopedia, ii, Turín. Einaudi, 1977, pp. 3-31. tinuo de redefinición de los análisis teóricos
y de las directivas políticas. (“Tenemos en
[GUIDO VERL’CCl] nuestras manos el arma marxista-leninista de
la crítica y de la autocrítica. Seamos capaces
de desembarazarnos de un estilo erróneo de
autocracia, v. dictadura, ii trabajo y de conservar el bueno": Mao, Rela
ción al Comité Central, 5 de marzo de 1949.)
La aplicación constante y difundida a todo
el partido de este método de trabajo tiene
autocrítica grandes implicaciones pedagógicas (“ya que
sólo asi pueden formarse verdaderos cuadros
Aunque el término haya entrado al lenguaje y verdaderos dirigentes del partido": Stalin,
común, y expresiones como “hacer la a.” sean Principios del leninismo), y de cohesión inter
hoy de uso casi proverbial, la a. en sentido na entre los militantes, por la costum bre de
propio es sin embargo una práctica caracte discutir y criticar libremente y de reconocer
rística de las organizaciones históricas del públicamente los propios errores. (“Es un ras
movimiento obrero, en particular de los par go fundamental, que nos distingue de los
tidos comunistas inarxista-leninistas, que demás partidos: la práctica consciente de la
hunde sus raíces culturales en la propia ideo autocrítica": Mao, Sobre la contradicción.)
logía del movimiento obrero (por ejemplo, el bj En el sentido más especifico del térm i
principio de que "la verdad es revoluciona no. la a. es aquel acto preciso (escrito, discur
ria ”, en contraposición a la "hipocresía bur so, etc.) con el que un miembro del partido
guesa"), pero que encuentra una realización o un organismo colectivo reconocen los pro
completa en la definición leninista de la polí pios errores, o culpas, de m anera oficial y
tica como ciencia. relativamente institucionalizada, pública, en
La definición de a., sin embargo, supone las sedes competentes, cerrando asi una fase
una distinción de tipo prelim inar entre a] un de disensión y de lucha política y reafirm an
uso más general del término, que se atiene al do la unidad interna.
método de trabajo y de reflexión del partido, Como puede observarse, el partido de tipo
y b] un uso más especifico, que a su vez se atie marxista-leninista, regido por el centralismo
ne a los modos de resolución de los conflic democrático e inspirado, en su fase stalinia-
tos internos a él. na, en el principio del monolitismo, no pue
a] En general, la a. es la práctica de “ recode tolerar el conflicto interno permanente \
nocer abiertam ente un error, descubrir sus organizado: la obra de constante discusión y
AUTODETERMINACIÓN 99
persuasión es aquí decisiva para los fines de sión la capacidad que poblaciones suficien
la unidad. Si estos intentos fracasan, y per temente definidas desde el punto de vista étni
manece la disensión, el individuo debe subor co o cultural tienen para disponer de si mis
dinarse en definitiva a sus instancias (célula, mas y el derecho que un pueblo tiene en un
sección, etc.), cada instancia a su superior, la estado de elegirse la forma de gobierno. Se
minoría a la mayoría, por disciplina de parti puede distinguir, pues, un aspecto de orden
do. De ahi que la a., sea fruto de la persua internacional, que consiste en el derecho de
sión real o de la aceptación de la disciplina un pueblo a no ser sometido a la soberanía
de partido, es el testimonio sea como fuere de un determinado estado contra su voluntad
de la reencontrada unidad, vuelta tanto al y de separarse de un estado al que no quiere
interior como al exterior del partido. estar sujeto (derecho de independencia polí
Naturalmente, en presencia de disensiones tica), y un aspecto de orden interno, que con
particularmente graves que, además de minar siste en el derecho de cada pueblo a escoger
su unidad, comprometan la propia identidad para sí la forma de gobierno que prefiere.
del partido, más que la íntima convicción de Aunque no faltan alusiones a un sentida de
quien se hace a., es im portante que la a. ocu soberanía nacional aun en épocas anteriores,
rra, como sanción de la conformación (por lo se suele identificar los orígenes doctrinales
menos oficialmente) del conflicto. La prácti del principio de a. en la teoría de la sobera
ca ha sufrido aquí históricamente degenera nía popular de Rousseau y en su concepción
ciones profundas: ciertas a. del periodo sta- de la nación como un acto voluntario. Las pri
liniano, en la URSS y en los países del este, meras enunciaciones del principio de a. se tie
parecería que miran más a reafirm ar formal nen en la revolución francesa. En la relación
mente el monolitismo del partido que a bus preparada por Merlin de Douai, encargado
car una compatibilidad auténtica fundada en por la constituyente de estudiar el problema
la discusión y en la persuasión. deAlsacia(31 de octubre de 1790) sedice:"El
Esta práctica instrumental de la a. la ha asi pueblo alsaciano se ha unido al pueblo fran
milado a la abjuración de la tradición católi cés porque lo ha querido; su voluntad única
ca. En efecto, las analogías existen, y derivan mente y no el Tratado de Münster, ha legiti
de las analogías entre dos instituciones: el mado, pues, la unión." La "Déclaration du
partido orden (Duverger), o sea de tipo droit des gens” sometida a la Convención
“monástico", y la iglesia (y en general las reli (aunque no aprobada por ésta) el 23 de abril
giones fuertemente institucionalizadas y de 1795, redactada por el abate Grégoire con
jerarquizadas). Pero debe decirse, más allá del el fin de exponer "los principios de justicia
uso político que se haya hecho de ella histó eterna que deben guiar a las naciones en sus
ricamente, que la a. formal de la que estamos relaciones recíprocas", afirmaba, entre otras
hablando aclara su función en las confronta cosas, la inviolabilidad de la soberanía inter
ciones de toda la organización, más que en el nacional, declaraba que el atentado contra la
individuo que la hace. En este sentido, la a. libertad de una nación constituye un atenta
(o la abjuración), dada con escasa convicción do contra la libertad de todas y proclamaba
hacia los argumentos adoptados pero con ple el derecho de cada pueblo a organizar y cam
na adhesión al principio de la salvaguarda de biar libremente su propia forma de gobierno.
la unidad interna, no puede ser expeditiva Precedentemente, la revolución norteame
mente definida como una degeneración de la ricana también hizo una contribución a la
propia práctica. doctrina de la a. "Consideremos como eviden
tes estas verdades —afirmaban los colonos
[LUCIANO BDNET] norteamericanos en la Declaración de inde
pendencia—, de que todos los hombres han
sido creados iguales y han sido dotados por
el Creador de ciertos derechos inalienables,
autodeterminaciónI entre los cuales está la vida, la libertad, la
consecución de la felicidad; de que. para ase
I SIGNIFICALODEL TÉRMINOY ORIGENES DOCTRINALES gurar estos derechos, se instituyen entre los
Generalmente se entiende por a. o autodeci hombres gobiernos que reciben sus justos
100 AUTODETERMI NACION
poderes del consenso de sus gobernados; de durante el siglo xix se realizaron en todas
que, cada vez que una forma de gobierno con partes de Europa movimientos de insurrec
duce a destruir estos objetivos, el pueblo tie ción que condujeron a la independencia de
ne derecho de cam biarla o de aboliría, insti Grecia, de Rumania, de Bulgaria y de Servia
tuyendo otro gobierno bajo principios y con y a la unificación de Italia y Alemania (para
una organización de poderes que le permiten una discusión más profunda del concepto
tener mayores probabilidades de asegurar la controvertido de nación, v. nación y naciona
seguridad y la felicidad." lismo).
clamados con más rigor y eficacia por la mente la doctrina intemacionalista, al tener
Alianza durante la prim era guerra mundial, en cuenta esencialmente el aspecto interna
sobre todo gracias al influjo del presidente cional de la a., sostiene que el derecho de a.
norteamericano Wilson. Se incluyó en los dos debe serle reconocido a los pueblos someti
primeros proyectos del estatuto de la Socie dos a dominación colonial, a régimen racial
dad de Naciones, pero no encontró cabida en o a dominación extranjera. Incluso se llega a
el texto final, limitándose en esto a servir de reconocer este derecho a los pueblos que se
inspiración al sistema de los mandatos. La encuentran sometidos a un gobierno no repre
aplicación del principio enunciado con tanto sentativo, entendiéndose como tal "no sólo a
hincapié se vio comprometida por considera un gobierno racista, sino también al gobier
ciones de carácter estratégico y económico: no que tenga de hecho a uno de los pueblos
se dieron cuenta de que la fórmula de Wilson que componen la comunidad subyugado en
de las "reorganizaciones territoriales” com una posición de dependencia”.
prometía la seguridad y el equilibrio interna Esta acepción del concepto de representa-
cionales. Contrariamente a las expectativas, tividad no puede ser compartida. Con la ayu
el principio de la libre determinación de los da de los documentos antes citados, y de otros
pueblos resultó inadecuado pura servir de más, es posible darle un significado mucho
base a una paz duradera. Es más, el mismo más extenso, llegándose por lo tanto a
principio se convirtió, en la política de Hitler, am pliar la faja de los titulares del derecho de
en el principal instrum ento para la satisfac a. Se trata en realidad de un derecho univer
ción de ambiciones territoriales que condu sal: la a., en su doble acepción de derecho
jeron a la segunda guerra mundial. interno e internacional, debe asegurar a todo
A pesar de esto, en el transcurso de este pueblo la propia soberanía interna, las fun
conflicto se apeló una vez más al principio de damentales libertades constitucionales, sin
la a. En la Carta del Atlántico (14 de agosto las cuales la soberanía internacional del esta
de 1941), en la Declaración de las Naciones do no es nada. Es un derecho que no se agota
Unidas (1 de enero de 1942) y también en la con la adquisición de la independencia, sino
Conferencia de Yalta (10 de febrero de 1945) que acompaña la vida de todo pueblo. Ningún
se afirmó que no debía ocurrir ninguna modi gobierno, se esconda tras el color que sea o
ficación territorial sin el consentimiento de se inspire en la ideología que sen, nazca de
las poblaciones interesadas. El principio de un proceso revolucionario o por la descolo
la a. fue reafirmado expresamente en la Car nización, o bien hunda sus raíces en tradicio
ta de las Naciones Unidas, que consideró su nes democráticas y constitucionales antiguas
respeto como uno de los fines principales de o recientes, puede, sobre la base de sus méri
la organización y lo incluyó entre los criterios tos pasados, pretender seguir excluido de un
que inspiran las disposiciones que dedica a cotidiano "control de idoneidad" y excluir al
la promoción de los derechos del hombre, a pueblo al que gobierna del número de los titu
los territorios no autónomos y a los territo lares del derecho de a. En este sentido, y de
rios bajo administración fiduciaria. Diversas manera extremadamente clara, se expresa
resoluciones de la Asamblea General han entre otras la Declaración universal de los
remachado sucesivamente este principio: derechos de los pueblos de Argelia, la cual
entre otras la declaración sobre la concesión afirm a que todo pueblo (sin distinción) tiene
de la independencia a los países y pueblos derecho a un régimen democrático, represen
coloniales (Res. 1514-XV del 14 de diciembre tativo del conjunto de los ciudadanos, capaz
de 1960) y la declaración relativa a los prin de asegurar el respeto efectivo de los dere
cipios de derecho internacional que concier chos del hombre y de las libertades funda
nen a las relaciones amistosas y la coopera mentales para todos (art. 7).
ción entre los estados de conformidad con el Todo esto no impide que, de hecho, el prin
estatuto de las Naciones Unidas (Res. 2625- cipio de a. haya sido invccado sobre todo para
XXV del 24 de octubre de 1970)..V sostener la independencia de los pueblos
sometidos a dominación colonial, a régimen
V. UNIVERSALIDAD DEL PRINCIPIO DE ACTODETERV1NA racial o a dominación extranjera.
CION. si aplicación a l.a d e sc o l o n iz a c ió n . General Dentro del tema de la descolonización, en
102 AUTODETERMINACIÓN
particular, las Naciones Unidas han empren sean gravemente pisoteados, es un deber que
dido iniciativas de diversos tipos, dirigidas a incumbe a todos los miembros de la comuni
obtener la aplicación del principio en cues dad internacional” (art. 30, Declaración de
tión: la Asamblea General ha instituido un Argelia), a cuya solidaridad todos los pueblos
Comité para la descolonización (Comité de los tienen derecho (punto 3 de la Declaración
17, convertido después en el de los 24) y ha sobre la eliminación del apartheid, adoptada
recomendado una y otra vez a los estados en 1976 por el seminario internacional orga
miembros de la Organización, y a las institu nizado por el Comité Especial de la o n u con
ciones especializadas, que se abstengan de tra el apartheid).
prestar asistencia a los estados que practican Por lo demás, seria bastante grave ampliar
una política colonial; la propia Asamblea el campo de aplicación del art. 51 de la hipó
General, en la Declaración sobre las relacio tesis de ataque armado, a la que ha sido rígi
nes amistosas, afirma: "todo estado tiene el damente ligado, a la general y genérica hipó
deber de abstenerse del recurso a cualquier tesis de agresión o de uso de la fuerza, o direc
medida coercitiva apta para privar a los pue tamente al comportamiento contrario a los
blos bajo dominación colonial de su derecho fines y a los principios de la Carta. Extender
de autodeterininarse, de su libertad y de su la aplicación de la antedicha disposición a las
independencia. Cuando reaccionen o resistan luchas por la a. de los pueblos daría luz ver
a una medida coercitiva en el ejercicio de su de a una escalada del recurso al uso de la fuer
derecho a autodeterm inarse, dichos pueblos za y a un proceso de agotamiento del siste
tienen el derecho de buscar y recibir un apo ma entero de seguridad colectiva al que se dio
yo conforme a los fines y a los principios de vida en la Carla. La legitimación de la inter
la Carta de las Naciones Unidas." vención armada de un estado no directamente
interesado en la lucha de liberación seria, des
VI. AUTODETERMINACIÓN V DERECHO DE RESISTENCIA. pués de todo, peligrosa, pues podría traer con
Todos los instrumentos internacionales, y sigo una fuerte injerencia de la potencia
entre ellos en prim er lugar las declaraciones extranjera en la vida del nuevo estado o en
de la Asamblea General de las Naciones Uni la conducta del nuevo gobierno, en el cuso de
das, reconocen —como el documento citado resultados positivos de las hostilidades y,
poco antes— al pueblo que lucha por la pro sobre todo, podría constituir la premisa y la
pia a. un derecho de resistencia que, en últi justificación para una intervención de una
ma instancia, puede explicarse mediante el potencia extranjera en ios asuntos internos
recurso al uso de la fuerza en aplicación del de un estado, en defensa de grupos rebeldes
derecho de legitima defensa. Al interpretar (reales o imaginarios, espontáneos u oportu
los actos en cuestión, por lo común se valora namente organizados), cuyo derecho a la a.
su paridad con el art. 51 de la Carta de las fuera inexistente o, por lo menos, discutible.
Naciones Unidas, para llegar a reconocer, Tal es lo que nos enseña la historia reciente.
sobre la base de esta disposición, un derecho, El derecho de usar la fuerza debe ser reco
si no un deber, de intervención al lado de los nocido pues sólo a los pueblos que en prim e
pueblos oprimidos, para todos los miembros ra instancia luchan por la propia a. Pero este
de las Naciones Unidas. derecho es en cierto modo limitado, en el sen
En realidad, lejos de hacer referencia explí tido de que no puede considerarse licito el
cita a las disposiciones argumentadas, las dis recurso a cualquier acto de violencia, sobre
tintas declaraciones se limitan a reconocer a todo si va dirigido contra víctimas inocentes.
los pueblos en cuestión un derecho "a buscar Por ello no es posible com partir la tesis según
y recibir ayuda, de conformidad con los fines la cual la actividad terrorista llevada a cabo
y principios de la C arta” (asi la Declaración por individuos o por grupos de individuos que
sobre las relaciones amistosas y el art. 7 de luchan por la a. pueda considerarse un con
la Res. 3314-XXDC del 14 de diciembre de traterror. un acto de legítima defensa, una
1974, relativa a la definición de agresión) o resistencia activa ante el opresor, que justi
a afirmar, todavía en forma mas genérica, que fican y legitiman los medios utilizados. Aun
"el restablecimiento de los derechos funda cuando el propio terrorism o sea el único ins
mentales de un pueblo, en el momento en que trumento eficaz para contraponerse a un ene-
AUTOGESTIÓN 103
m ijo mucho más fuerte y organizado —como hoff, 1967; J J . Lador-Ledercr, International
sucede en las luchas de liberación— y por ello gruup protection, Lciden, Sijthoff, 1968; A. Mia
sea un medio d 1 lucha difícil de condenar, si ja de la Muela, Im emancipación de ¡os pueblos
reconocemos la legitimidad del recurso al uso coloniales y el derecho internacional, Madrid,
de la fuerza en -I ejercicio del derecho de a., Tecnos, 1968; A. Papisca, /.‘intendenta delle
se trata de medios de acción que deben ser Nazioni Uniré nelle consultazioni popolari, Milán,
desterrados, sea cual fuere el fin perseguido. Giuffré, 1969; A. Rigo Su reda. The evolution of
El límite entre actividades lícitas y activi the rif-ht of self-detennination: a study of United
dades ilícitas puede trazarse en función de los Nations practice, Leiden, Sijthoff, 1973; N. Ron-
medios empleados y de la personalidad de las zitti, Le atierre di liherazione nazionale e il diritto
victimas de los actos terroristas. En esta pers internazionale. Pisa. Pacini, 1974; M.A. Shukri.
pectiva se plantea también el estudio sobre The concept of self-determination in the United
el terrorism o preparado por el secretario de Nations, Damasco, Al Jadida*, 1965; J. Siotis, Le
las Naciones Unidas, en el que sé*observa que droit de la guerre el les conflits armes d'un carae-
incluso cuando el empleo de la fuerza e*-tá jus té re nan-intemutional, París, Librairie Généra-
tificado moral y jurídicamente, hay determ i le de Droit et de Jurisprudence. 1958; U.O. Umo-
nados medios que —como en toda forma de zurike, Self-detennination in intentaríonal law,
conflicto humano— no deben ser utilizados; Hamben, Archon Books, 1972; P. Vergnaud,
la legitimidad de una causa no justifica el L'idée de la nationalité et de la libre disposition
recurso a determ inadas formas de violencia, des peuples, Ginebra, Droz. 1955; Vismara, Le
en especial contra los inocentes: "hay limites Nazioni Unite per i terrilori dipendenti e per la
a lo que la comunidad internacional puede decolonizzazione , Paudu. CEDAM, 1966; Yassin
tolerar y aceptar". el-Avouty, The United Nations and decoloniza-
Legitimo seria pues el uso de la fuerza, y tion: the role of Afro-Asia, La Haya, Nijhoff, 1971.
se consentiría el recurso a la actividad terro
rista, a condición de que éstos no se volvie [CAKLO BAl.Dl]
ran medios particularm ente violentos e inhu autogestión
manos, o desproporcionados a los resultados
esperados o de espera plausible.
El derecho a la a. de los pueblos está estre i. d e f in ic ió n e s e n c ia l . Por a. en sentido amplio
chamente ligado a los derechos de los indivi debe entenderse un sistema de organización
duos, de los que constituye un corolario; sería de las actividades sociales que se desarrollan
una flagrante contradicción luchar por la a. mediante la cooperación de muchas personas
con desprecio de los derechos fundamentales (actividades productivas, de servicio, adminis
de la persona humana. trativas), para lo cual todos aquellos compro
metidos en ellas toman directamente las deci
siones relativas a su conducción, con base en
BIBLIOGRAFIA: G. Arangio-Ruiz, United Nations las atribuciones del poder de decisión dadas
declararían of friendly relations and the system a la colectividad y que define cada estructu
of the sources of inlematiortal law. La Haya, Sijt- ra específica de actividades (empresa, escue
hoff & Noordhoff, 1979; P. Bergmann, Self- la, barrio, etc.). Aquí pueden reconocerse dos
determination: the case of Czekhoslovakia, 1968- determinaciones esenciales del concepto de
1969, Luguno-Bcllinzona, Grassi, 1972; S. a. La prim era se refiere a que se anula la dis
Calogeropoulos-Stratis, Le droit des peuples á tinción entre quien toma las decisiones y
disposer d ’eux-mémes, Bruselas, Bruylant, 1973; quien las ejecuta, con referencia a las funcio
A. Cassese y E. Jouve ícemps.), Pourun droit des nes de toda aquella actividad colectiva orga
peuples. París, Berger-Levrault, 1978; C. Curdo, nizada sobre la base de la división del traba
Nazione e autodecisione dei papoli: due idee nella jo. La segunda e> la autonomía de decisiones
storia, Milán, Giuífre, 1977; G.J. de Lint, The Uni de toda unidad de actividad, o sea que se supe
ted Xatiuns: the ahhurrent misappliculion of the ra la intervención de voluntades ajenas a las
Charterin respect of South Africa, Zwolle, Tjeenk colectividades concretas para la definición
VVillink, 1976; H.S. Johnson, Self-determination del proceso de decisiones.
within the community of n a t t o n Lciden, Sijt- Con referencia a la vida cotidiana asocia
104 AUTOGESTION
embargo, si este enfoque m uestra ia función orden económico y político entero como con
de integración de los trabajadores en el sis dición propia de su realización.
tema administrativo, común a los dos prin En sustancia, el principio de la a. hace refe
cipios, olvida la diferencia sustancial entre rencia simultánea a una particular modalidad
una propuesta de integración "pasiva" y otra de organización del proceso de gestión en el
"activa". De hecho, mientras que la cogestión interior de las empresas y, en el plano social
se propone una simple modificación del pro más general, a una forma particular de orga
ceso de decisiones de las empresas, median nización colectiva, dando lugar a una confi
te la inclusión de consultas con los dependien guración económica original, cuyo rasgo prin
tes o formas de co-decisión con sus represen cipal se reconoce en su referencia a princi
tantes, hasta llegar a la atribución a éstos de pios propios de filosofías económicas diver
un poder autónomo con límites en algunos sas y aparentemente inconciliables: por un
aspectos de lus condiciones de trabajo (ser lado, superar la apropiación privada del plus-
vicios sociales, ambiente, seguridad, etc.), la valor y por lo tanto la referencia del sistema
a. quiere realizar la socialización del poder al parámetro de la ganancia; por el otro, man
de gestión y atribuye a los trabajadores por tener la libre iniciativa de las unidades eco
medio de sus delegados un poder de delibe nómicas.
ración sobre todas las decisiones relativas Esto es consecuencia de un preciso come
—en primer lugar Jas que conciernen al repar tido ideológico, resumido muy esquemática
to entre inversión y retribución—, o sea que mente en la siguiente secuencia de conside
se propone justamente una integración "acti raciones de principio: a] la superación del
va" de los trabajadores en su empresa, loque extrañam iento de los trabajadores respecto
implica sea como fuere la superación de la de los fines de su actividad —que constituye
propiedad capitalista de la misma. al fin último del proyecto socialista— sólo es
Más cercano a la idea de a. es el asociacio- posible a condición de que: ¿>] tengan el con
nismo cooperativo, ya sea en términos estruc trol directo sobre el destino del plusvalor por
turales o con referencia a la matriz ideológi ellos producido y esto requiere: c] no sólo la
ca de lus dos principios, que llevaría de nue eliminación de la propiedad capitalista, sino
vo, por lo menos en parte, a la tendencia liber incluso: d] la posibilidad de una plena auto
taria del movimiento socialista. No obstante, nomía de gestión de los distintos colectivos
m ientras que el asociacionisino cooperativo de trabajo. En la base de la propuesta de la
destaca la alternativa del trabajo asalariado a. está, por lo tanto, una teoría de la enajena
en la redistribución paritaria de la propiedad ción que, aunque se la identifique con una
de los medios de producción entre todos los interpretación "hum anista" del pensamien
miembros de una entidad económica, la a. to marxiano, difícilmente puede reducirse a
considera necesaria a su vez la redefinición la perspectiva del materialismo lústórico, que
del papel y del poder de los trabajadores en concibe la condición salarial como efecto de
el proceso económico, para lo cual pone como una relación social de producción, o sea en
condición no ya la asunción generalizada del el interior de la unidad contradictoria de tra
estatus de propietario privado sino la supre bajo y capital. Más coherentemente hará refe
sión de este y la adquisición igualitaria del rencia a aquellas doctrinas sociales (y en par
poder de gestión mediante un derecho indi ticular al pensamiento de Proudhon) que. al
visible de usufructo sobre los medios de pro promover la asunción de una entidad natural
ducción “sociales". En consecuencia, mien del trabajo, fijan sus raíces en la separación
tras que el principio cooperativo acepta de de las tareas de gestión respecto de las de pro
Hecho la lógica de los sistemas capitalistas, ducción. después de la apropiación por las
en cuyo ámbito puede encontrar el espacio prim eras de parte de una propiedad (sea pri
para su realización, el principio de la a., aun vada o estatal) que violaría en lo externo la
que se la piense como una acción en escala intrínseca unidad del trabajo, reduciendo a
limitada y aunque esté asociada por lo común los trabajadores a la condición salarial como
al proyecto de una transformación gradual de simples ejecutores “ m ateriales" del mismo.
las estructuras sociales, implica en todo caso El sentido del proyecto de la a. corresponde
una modificación más o menos amplia del ría a la exigencia de restituir a los trabajado
106 AUTOGESTION
res el control general sobre su actividad pro mentos tradicionales de política crediticia)
pia, considerado como la característica esen pueden asegurar la efectiva realización de un
cial del sistema artesanal, pero en el ámbito sistema económico adm inistrado por traba
de estructuras productivas de tipo industrial jadores, hasta reconocer que la maximización
—o sea basadas en la cooperación y la divi del ingreso para cada uno de sus miembros
sión del trabajo—, y en esta perspectiva el debe ser considerada como objetivo esencial
mismo principio de la autonomía de los pro de las empresas autogestionadas (J. Vanek).
ductores. que era la condición de subsisten Es evidente que estas divergencias implican
cia del sistema artesanal, seguiría siendo la en última instancia al propio significado de
pieza clave, con el nuevo significado de dis a. en cuanto forma específica de organización
ponibilidad "en común" de los medios de pro económica y social y en este sentido ponen en
ducción, aunque con poder "individual" sobre duda sus propios supuestos y fines. De hecho
la gestión de la actividad colectiva. De hecho, se obserta, por un lado, que, en la medida en
la actualidad de la propuesta de a. es reivin que se planteen como condiciones de un sis
dicada en general desde una perspectiva ana tema de a. criterios de racionalidad indepen
lítica, recurrente en el pensamiento social dientes de aquellos expresados por las deci
contemporáneo, según la cual la contradic siones autónomas de los colectivos de trab a
ción fundamental de las sociedades industria jo, se vuelve teóricamente injustificada y
les no consistiría tanto en la estructura de las prácticam ente imposible la asunción de este
relaciones de propiedad cuanto en la de las principio como resolución de la condición de
relaciones de autoridad, que el proceso de enajenación de los trabajadores. Pero, por
racionalización tecnológica y organizativa ha otra parte, se objeta que la aceptación del
cristalizado cada vez más, condenando a la libre mercado como medio de regulación de
mayor parte de los trabajadores al extraña las relaciones entre las empresas autogestio
miento de su trabajo y d indo lugar en el nivel nadas implica de hecho la de la ganancia
social más general a la constitución de un como fuerza motora del sistema social, por
poder burocrático que impide toda participa lo que quedaría vinculada a los esquemas pro
ción democrática efectiva. pios del capitalismo.
Sin embargo, la traducción de estas peticio
nes de principio en un sistema concreto de IV. LA AUTOGESTION COMO PRINCIPIO POLITICO. A la
organización económica constituye un proble incierta definición de lo-- supuestos de la a.
ma todavía abierto para la teoría de la a, y como sistema de organización económica le
el objeto de un debate que en el último dece da contrapeso una evidencia m ás clara de su
nio ha dado lugar a explícitas perspectivas significado como principio político. Movién
sustancialmente divergentes. En el centro del dose de la exigencia de fundam entar una
problema está la concepción de la autonomía alternativa tanto en el formalismo abstracto
de gestión de las unidades productivas indi de la democracia burguesa como en el esque
viduales. en sus implicaciones para el funcio ma autocrático de las llamadas “democracias
namiento global del sistema económico. Algu populares", los teóricos de la a. han llegado
nos intentan sustraer esta autonomía a la a colocarse dentro de la corriente del pensa
referencia directa a los mecanismos de m er miento democrático radical (de Rousseau a
cado y la definen en el ámbito de sistemas de la actual sociología crítica), llegando a pre
planificación capaces de operar por flujos de sentar de manera coherente este principio de
información no sólo en linea jerárquica, sino organización como la solución del problema
también horizontal, de modo de simular el de la democracia sustancial. El significado
funcionamiento del mercado; o bien, en té r esencial de esta elaboración puede sintetizar
mino-- más liberales, de esquemas de progra se en términos formales como: a] "alejamien
mación "policéntrica", capaces de regular el to" del punto de apoyo del problema de la
mercado mediante una m atriz de conexión autoridad desde el momento de su ejercicio,
entre varios centros autónomos de decisión. o sea de la emanación de órdenes vinculan
En cambio otros asumen que sólo el merca tes. hasta aquel lógicamente precedente de la
do autorregulado y la completa libertad de ini formación de las decisiones, y h\ resolución
ciativa de las empresas (corregida por instru del propio problema mediante la propuesta
AUTOGESTIÓN 107
de una "socialización" de los procesos de deci observe que este sistema debe integrarse al
sión, hecha posible por la atribución a cada principio de la imperatividad y de la revoca-
individuo de un poder de decisión distinto en bilidad del mandato. La analogía sustancial
relación con los diversos ámbitos concretos entre la idea de democracia directa y la de a.
de su vida asociada. puede encontrarse más bien en las implica
Puede calificar esta concepción, es preciso ciones de la razón particular que este princi
distinguirá la a. de otros principios políticos pio busca establecer entre las colectividades
—en particular el autogobierno y la democra y el objeto de sus decisiones, con base en la
cia directa—con los cuales ha sido confundi comunidad de competencias e intereses crea
da a menudo. En prim er lugar, m ientras que da por la participación en una misma activi
el ámbito de significatividad convencional dad social, que dejaría que cada quien toma
mente asignado a estos últimos tiene que ver ra parte efectivamente en la formación de
con la organización político-territorial, o sea tales decisiones, que fuera eventualmente
al estado, el concepto de a. concierne al con delegado para su ejecución y que controlara
junto de las actividades sociales que compor a la vez su aplicación cotidiana (por lo tanto,
tan una organización colectiva, y en prim er que realizara de hecho una fusión del momen
lugar las económicas. Puede decirse más bien to "legislativo” con el "ejecutivo”), indepen
que el principio del autogobierno, por impli dientemente de la existencia de formas de
cación, entra de nuevo en la problemática de representación y de la atribución de respon
la a., en la medida en que su realización sabilidades definidas.
requiere de una restructuración del sistema En sintesis, la a. en cuanto principio polí
político en el sentido de la descentralización tico puede definirse como un mecanismo
adm inistrativa y sobre todo de la absc rción representativo traspuesto en el ámbito de las
de muchas de sus funciones en comunidades estructuras concreta- de las diversas activi
territoriales locales dotadas de una fuerte dades económico-seriales con el fin de asegu
autonomía de decisión. Sin embargo, es rar su funcionamiento y que proporciona una
importante destacar que el sistema institucio síntesis im portante en los niveles locales de
nal prefigurado por la idea de a. tiene en su comunidad. Por un lado, no es más que la apli
base caracteres opuestos a los de la jerarquía cación a la esfera económico-social de prin
funcional y de la intencionalidad subjetiva cipios democráticos ya ejecutados en aquella
implícitos en la noción de "gobierno", carac política; por el otro, queda calificada como
teres que están bien marcados a su vez por una nueva forma de organización de todo el
la propia noción de “gestión" en sentido meta contexto social, por cuanto asume las diver
fórico y que en lenguaje económico viene a sas actividades sociales y sobre todo econó
significar la actividad de conducción cotidia micas —y no la posesión territorial— como
na de una empresa. O sea, como sugiere la for estructura fundamental de la participación en
mula de la "extinción del estado” comúnmen la vida asociada: o sea que compromete a los
te asociada por sus teóricos a este principi >, individuos como productores en la unidades
la a. quiere reabsorber la decisionalidad polí económicas y como consumidores en la uni
tica en la “administración de las cosas": en dad local; por otro lado, implica también, en
otros términos, implica no sólo la descentra su- consecuencias extremas, la disolución del
lización, sino también una despolitización del poder económico y político y el funcionamien
sistema. to de la- estructuras sociales únicamente a
En segundo lugar, la a. no puede asim ilar través di una autoridad socializada. Sobre
se de inmediato a la noción de democracia estás bases, el mantenimiento de un poder y
directa, ya que el mecanismo institucional de una organización estatal —en -í contradic
previsto para su acción, aun comprendiendo torio con el principio de la a.— es aceptado
instancia^ de decisionalidad directa (asam por los teóricos de la a. en el e-quema de un
bleas y diversas forma.- de consulta de la proceso de transición y vuelto compatible con
base), hace referencia al sistema de la repre tal principio mediante la ideación de sistemas
sentación mediante delegado- {consejos de de representación "funcional”, o sea estruc
sección, de empresa, de distrito, comunales, turado*; con referencia a la- diversas funcio
etc.), aun cuando la concepción más radical nes sociales desarrolladas dentro de la colee-
108 AUTOGESTION
económicas entre las distintas regiones del mico y administrativo (teorizada como pro
país) con la posibilidad de su articulación ceso de ■•deterioro" del estado) ha implicado
directa (intrínseca al funcionamiento mismo también una progresiva modificación del
de la a.) ha llevado precisamente al abando estatus del partido único y de las demás orga
no progresivo de las decisiones jerárquicas nizaciones reunidas en la Alianza socialista
y a la elaboración simultánea del modelo de (sindicato, asociación de partidarios), tanto
la a. social, que marca la experiencia yugos en el plano institucional —donde lia sido reco
lava, o sea a la generalización en la esfera nocido como un poder menos difuso y mejor
administrativa de los principios esenciales de definido, junto al poder de los consejos de
la a. (autonomía de decisiones y representa empresa y territoriales (así desde 1974 exis
ción por delegados). Con ello, la república te en el nivel de comunas y repúblicas un ter
yugoslava ha venido asumiendo la configura cer Consejo sociopolitico elegido de listas pre
ción de un sistema articulado en una plurali vias dadas por la Alianza socialista)— como
dad de centros de decisión según ámbitos de en el plano organizativo, mediante la estruc
competencias funcionales, definidas tanto por turación de las diversas organizaciones po
la dimensión territorial (comunas, repúblicas, líticas según el común principio de la dele
federaciones) como por la técnico-productiva gación progresiva. Sin embargo, diversos
y conectado en linea horizontal y vertical observadores han revelado que la propia a r
mediante el propio principio de la delegación ticulación y creciente complejidad de los
progresiva con mandato imperativo, operan mecanismos formales de la “democracia
te en las empresas. La comuna —cuya exten participativa” han consentido que el partido
sión territorial corresponde a la provincia y su grupo dirigente conserven de hecho el
italiana— constituye la estructura portado papel de variable independiente del sistema,
ra de este sistema, tanto por la amplitud de aunque legitimado por la necesidad funcio
los poderes económicos sobre las empresas nal de que la concertación entre los distintos
que operan en su territorio y la consistencia intereses tenga un punto de referencia más
de las funciones de gobierno local atribuidas general,
a ella, como porque es el trámite, esencial
para la formación del sistema de la represen VI LAS EXPERIENCIAS POSTERIORES. Los intentos
tación funcional de los intereses sobre los que posteriores inspirados en el principio de la
se rige el entero orden jurídico institucional. a. (en particular el polaco y el checoslovaco)
De hecho, el ordenamiento yugoslavo prevé permiten precisar los términos más genera
en cada uno de los tres niveles territoriales les de la problemática propia de la forma his
una doble estructura de los órganos asam tórica según la cual se ba efectuado hasta aho
bleístas y de gobierno con competencias fun ra este sistema de organización económica,
cionalmente diferenciadas (económicas y comprendido el caso yugoslavo.
político-administrativas) sobre la base de un Por un lado, resulta más evidente que esta
doble sistema de representación, que integra problemática ha de llevar, más que a motivos
el principio de la representación general de ideológicos, a la exigencia práctica de permi
los ciudadanos con la de los trabajadores tir una autonomía sustancial de la gestión de
como tales. Así. la Constitución de 1974 pre la empresa, como reacción a situaciones de
vé en el nivel de !a comuna un Consejo del tra crisis económica y social, imputadas a expe
bajo asociado, compuesto por delegados de riencias precedentes de planificación centra
las diversas oot’R y de unidades análogas de lizada. En este sentido, entra en la problemá
trabajo en otros sectores y un Consejo de las tica más general de la descentralización de las
comunidades ¡ocales con delegados elegidos decisiones económicas, exigida en casi todos
sobre la base territorial en los diversos dis los regímenes colectivistas por las insuficien
tritos: estos consejos nombran a su vez a los cias del sistema, particularm ente evidentes
delegados llamados a representarlos en las por el lado del consumo: de ahí que la ulte
correspondientes cám aras de las asambleas rior característica, propia de la a., de unir
de las diversas repúblicas y así sucesivamente autonomía de las empresas y poder de deci
para el parlamento federal. sión de los consejos obreros se explique, en
Esta descentralización del sistema econó relación con la particular gravedad de las
lio AUTOGESTION
situaciones de crisis, como el medio para insubordinación, que ya había llevado al reco
incentivar la productividad del trabajo y legi nocimiento oficial del sindicato independien
tim ar que los ingresos obreros dependan de te Solidamosc, asi como la sucesiva identifi
los rendimientos administrativos efectivos. cación de esta reivindicación como el objeti
Sin embargo, por otro lado, la problem áti vo estratégico del nuevo sindicato, indican
ca de estas experiencias es inescindible de las que el sistema de a. industrial instituido en
implicaciones políticas consiguientes al nexo el otoño de 1981, si bien constituía en su
que estas reformas de las em presas institu estructura formal una innovación institucio
ye entre descentralización y redistribución nal sin precedentes para un régimen de
del poder económico. De hecho, en la medi “socialismo real” (de hecho se atribuían a los
da en que tal poder se atribuye a los ccn-.e- consejos obreros poderes muy amplios sobre
jos obreros (v.) —o sea a los organismos no la gestión de la empresa, incluso en m ateria
voluntarios y por lo tanto no directamente de nombramientos y revocaciones de los
controlables por las organizaciones políticas directores), representara de hecho un com
dominantes (partido y sindicato)—, queda promiso, destinado a abrir una posterior dia
cuestionada la estructura que en el ámbito de léctica política, que más bien habría implica
los regímenes de partido único apuntala el do la distribución del poder real. Donde esa
monopolio del poder y se desarrolla una diná reforma hubiera quedado limitada al sistema
mica que implica más bien una modificación de las empresas, se habría seguramente tra
de c a o s sistemas políticos. Esto explica por ducido en un proceso conflictivo de "control
qué esta confrontación entre las distinas obrero”, organizado por el sindicato indepen
experiencias de a. resulta, coeteris parihus, en diente. En cambio, donde los consejos obre
una relación inversa entre la autonomía de ros hubieran obtenido un reconocimiento en
gestión atribuida a las em presas y los pode ei nivel de la organización estatal según el
res reconocidos a los consejos; por qué la defi esquema de la a. social yugoslava, en el cual
nición de la estructura de estos organismos se inspiraban algunos dirigentes sindicales
(modalidades de elecciones, composición, para proponer una descentralización admi
dimensiones, articulaciones, etc.), así como nistrativa y la institución en todo nivel —in
sus poderes frente a los del director de las cluyendo el del parlamento nacional— de una
empresas, constituye el nudo capital de estas segunda cám ara con competencia en m ateria
experiencias y el principio de su diferencia de economía, de ahí habría derivado —al con
ción formal; finalmente, de manera más indi trario que en el caso yugoslavo— más que una
recta, por qué su dinámica ha sido m arcada ”despolitización>’clc la dialéctica social, una
—por lo menos hasta hoy— por la drástica forma particular de pluralismo político con
alternativa entre un brutal o progresivo ago el poder dividido entre el partido y la organi
tamiento de las funciones autónomas de los zación de Solidamosc.
consejos (Polonia en 1958, Checoslovaquia y
en parte Argelia), o bien, donde el partido úni vil. las críticas. Dada la fuerte impregnación
co logró redefinir ^u propia función, un reco ideológica de la idea de e s oportuno exa
nocimiento explícito de estos organismos en minar las críticas que se le han dirigido, dis
el nivel del sistema político adm inistrativo tinguiendo —en lo posible— las dirigidas a las
(Yugoslavia). experiencias concretas, y en particular a la
La experiencia polaca más reciente, que ter yugoslava, de aquellas dirigidas al principio
minó con el golpe de estado militar de diciem como tal. Las prim eras están en -u mayoría
bre de 1981, ilustra con claridad excepcional orientadas a revelar, con diversas intenciones
las implicaciones políticas de la ejecución de poli tic. s, la incongruencia de algunos resul
la a., incluso en relación con el significado tados de esta experiencia ya treintenal respec
particular de afirmación de la autonomía polí to de sus supuestos socialistas. Los fenóme
tica de la clase obrera asumido en aquel con nos sobre los que se centran esencialmente
texto social y cultural del principio de la a. tales análisis críticos son tanto la existencia
La amplia emergencia excepcional de esta en la sociedad yugoslava de fuertes repartos
propuesta como reivindicación espontánea de injustos en los ingresos personales como
la base obrera en el ámbito de un proceso de sobre todo la diferencia entre los distintos
AUTOGESTIÓN 111
sectores productivos y entre las regiones del ble para el principio de la a., esta misma cate
pais, que fueron aumentando con el tiempo goría, lejos de ser la forma ''n a tu ra l” de la
(en 1978, en Eslovenia, el ingreso per cápita producción social, es el resultado específico
era casi seis veces mayor que en Kossovo), del modo de producción capitalista, en el sen
desequilibrios que llevaron a la tendencia evi tido de que la separación de los trabajadores
dente de las empresas autogestionadas de del control de los medios de producción no
reproducir los esquemas de comportamien es más que el efecto de la separación de las
to de las capitalistas (obtención de ganancias, empresas entre sí. Aquí el límite de fondo del
prácticas monopólicas, evasiones fiscales, principio de la a. no consistiría tanto en el
etc.). De manera más significativa, se ha hecho de que su realización implica un siste
observado que el sistema yugoslavo de a. ha ma de relaciones económico-sociales defini
ido enredándose en un circulo vicioso entre das por la ley del valor trabajo, cuanto en el
la necesidad por parte de los trabajadores de hecho de que, por la propia lógica del princi
un logro orientado hacia el interés colectivo pio, impide toda posibilidad de transición del
(conciencia socialista) como requisito para un sistema hacia diversas relaciones de produc
reparto no egoísta de los útiles y la función ción; por lo que la a. no seria más que un
de incentivo a la productividad asumida por intento ficticio de restituir a los trabajadores
las retribuciones; lo cual encontraría verifi la propiedad sobre su trabajo, sancionando
cación en el fracaso de la búsqueda en el nivel con ello de manera definitiva la persistencia
de ingeniería social de un punto de equilibrio de relaciones sociales que ligan la posición
entre la exigencia de controlar el comporta social de los individuos con el trabajo desa
miento de las empresas, con la finalidad de rrollado.
un desarrollo equilibrado del sistema, y la de
su autonomía como condición propia de la BIBLIOGRAFIA: I. Adi/es v E. Mann Borgese
participación de los trabajadores en la (comps.), Self-management: new dimensions tu
gestión. democracy. Santa Barbaru-Oxford, ABC-Clio
Estas consideraciones han sido desarrolla Press, 1975; P. Bellasi. M. La Rosa y G. Pellic-
das siguiendo una perspectiva de tipo liberal ciari (comps.), Fabhrica c socictá: autogestione
en una crítica de fondo del propio principio e purtecipazione uperaia in Europa, Milán. Ange
de la a., que ha identificado su limite estruc lí, 1972; C. Bettelheim, Cálculo económico y for
tural en la imposibilidad de perm itir la for mas de propiedad (1970), México, Siglo XXI.
mación de un sistema coherente de respon 1972: R. Bicanic, La via jugoslava al socialismo
sabilidades, ya que, como demuestra la expe (1973). Nápole.-., Liguori, 1976; P. Blumberg,
riencia, toda atenuación de la propiedad pri Sociología della partecipazione operaia (1968),
vada acrecienta la preferencia por el consu Milán, Angelí, 1972; Y. Bourdet, Per tota teoría
mo c o rrie n te en m enoscabo de la política dell\tUtogestione (1970), Roma, Nuove
acumulación por inversiones inno\ativas; Edizioni Op.raie, 1975; Y. Bourdet y otros. Los
limite que, por otra parte, no quedaría com anarquistas y la autogestión, Barcelona, Anagra
pensado por la posibilidad de este principio ma, 1977; T.R. Bums, L.E. Karlsson y V. Rus
de modificar la estructura de las relaciones (comps.). Work and powen the liberation ofwork
de trabajo, pues el funcionamiento de las and the control of poli tica! power, Londres, Snge.
empresas requiere necesariamente y sea 1979; M. Drulovic, La democrazia autores tira
como fuere, como se ve por la propia expe (1973), Rom.., Editori Riuniti, 1978; A. Garand.
riencia yugoslava, de una jerarquía social ¿'autogestión, Vcntrcprise ct l'¿conomie nationa-
basada en la competencia. Finalmente, le. Parí-, Franeo-Empire, 1974; S.P. Huntington
muchas objeciones se centran en el propio sig y C.H. Moore (comps.), Authoritarian poli lies ni
nificado socialista del principio de la a., o sea modern societies, Nueva York, B sic Bcok",
en 'U pretensión de constituir un camino para 1970; H. Leteb\ re. Ijo stato (1976). Barí. Dedalo,
una efectiva transformación en este sentido 1976-197S. vols. 2-4; C.E. Lindblom, Polilica e
de las relaciones sociales. Las más duras sur mércalo (1977), Milán, Etas Libri. 1979; J. Lojki-
gen de la consideración de que, si la autono ne, La clase obrera, hoy (1986), México. Siglo XXI,
mía de las unidades productivas, o s e a la cate 1988; A. Masnata, Economía di mércalo e plani-
goría de empresa, es un requisito indispensa ficazione collettivista (1976), Florencia, Vallec-
112 AUTOGOBIERNO
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lave?. París. Anthropos, 1970; A. Meister, Socia lidad, simple en su conjunto, se complica
lismo y autogestión, Barcelona, Nova Terra, cuando se pasa a un examen analítico de cada
1966; C. Pierre y L. Praire, Plan et autogestión, uno de los elementos que la componen. En el
París, Flammarion, 1976; P. Rolle, Introducción plano organizativo, por ejemplo, la adminis
a la sociología del trabajo (1971), Barcelona, Pla tración estatal periférica estaba formada por
neta, 1977; P. Rosavallon. Autogestión (1975), entidades a las que se atribuía, o bien la per
Madrid, Fundamentos; P. Santacroce, Transizio- sonalidad jurídica (corporations), o una auto
ne o nuova dependenza? L'Algeria degli anni 70, nomía más limitada (quasi-corporations).
Turín, Rosenberg & Sellier, 1978; L. Tomasetta, Estas entidades, sin dejar de form ar parte de
Participación y autogestión (1972), Buenos Aires, la administración estatal (y a este respecto,
Amorrortu, 1975; J. Vanek. Economía de parti por lo tanto, eran organismos), desarrollaban,
cipación (1970), Buenos Aires, Amorrortu, 1974. como hemos dicho, una gran cantidad de fun
ciones bajo el mando de sujetos determ ina
[MASS1MO FOLLts] dos, a través de elecciones, *por la misma
comunidad de los adm inistrados y que, en el
ejercicio de sus funciones, se caracterizaban
por su gran independencia del aparato
autogobierno central.
tro son hoy en conjunto el 45% de las entra En las zonas de alta concentración urbana
das globales del a. inglés y no faltan opinio este esquema sufre considerables variaciones,
nes favorables a la transformación de todas tantas que se habla de condados y de distri
las finanzas locales en finanzas "derivadas”, tos "m etropolitanos" (lo cual vale para seis
como diriamos, es decir fiadas a transferen zonas: Birgmingham, Liverpool, Manchester,
cias dispuestas por el gobierno y reducidas Leeds, Shcfficld y Newcastle), caracterizados
asi a la mera autonomía de gasto. De hecho por un reparto de funciones que privilegia,
las propuestas favorables a la abolición inte respecto del sistema ordinario, a los distri
gral de la imposición local sobre la propiedad tos más que a los condados (de manera inver
y a su sustitución por el producto (o tasa de sa, pues, respecto de las tendencias registra-
captación) que deriva de los impuestos guber bles sobre ese tema especifico en Italia, don
namentales llevan a este resultado (por los de la presencia de una zona metropolitana
motivos ya anotados). implica —al menos respecto de los proyectos
El aumento de las tareas confiadas a los de reforma actualmente en discusión en el se
niveles locales, pues, en cierto modo se ve nado— una transferencia tendencial hacia la
"duplicado” por tendencias a la centraliza provincia metropolitana de las tareas usual
ción de la imposición y del cobro fiscal, según mente asignadas al municipio).
dinámicas que es posible encuntrar también Evidentemente, es muy pronto para trazar
en muchos otros países y que, por la separa balances con el fin de ir a una reforma de por
ción introducida entre cobro de los recursos te similar: por lo que hace a cuanto se ha
y su utilización en particular por lo que hace observado, se puede añadir más bien que la
a los servicios, muestran inequívocamente la señalada exigencia de especificai sedes más
desaparición de las bases sobre las que habia amplias para la gestión de las funciones se ha
ido consolidándose históricamente el mode traducido, en cuanto a Inglaterra, en una
lo clásico de autogobierno. drástica simplificación de los anteriores nive
Llegamos asi a las características de la les de gobierno, reducidos, si se excluyen las
reforma introducida en 1972. El nuevo siste parroquias, a cerca de un tercio de las que
ma inglés comprende dos niveles de poderes: existían.
uno superior (condados) y uno inferior (dis
tritos) extendidos por lodo el territorio nacio iv c o n t e n id o d e a u t o g o b ie r n o . El sistema del a.
nal (en especial Inglaterra y Gales); son excep inglés, por lo tanto, resultado de una larga
ción Escocia, con un régimen autónomo, y evolución histórica, realizaba al mismo tiem
Londres, con un sistema institucional propio. po una variedad de elementos a los que es
Los condados (47) tienen funciones prevalen- necesario examinar detenidamente uno por
tes en el sector de los servicios, tanto de tipo uno, destacando, desde ahora, que la falta de
personal como real: o sea instrucción, salud, profundización en la complejidad de la expe
asistencia, policía, bibliotecas, por un lado, riencia inglesa constituye el principal moti
y vialidad principal, control del tránsito, vo de que el uso del término sea cada vez más
transportes públicos y planificación de las parcial e impreciso. En efecto, si prestamos
estructuras, por el otro. atención al esquema del a. que hemos esbo
Los distritos (333) intervienen sobre todo zado someramente antes, advertimos la pre
en la fase de las tareas que atañen a la políti sencia de elementos de descentralización
ca urbana y al territorio que podríamos lla administrativa, de auto-administración y de
mar de “base” porque atañe a la gestión del democracia:
patrimonio inmobiliario (es necesario preci descentralización administrativa: en el sis
sar que en Inglaterra un tercio de la propie tema inglés, a los organismos periféricos les
dad edilicia nacional entera y cerca del 40% está reservada una esfera de competencias
de las construcciones actuales con fines habi- que escapa a otros controles que no sean
lacionales pertenecen y son administrados aquellos de tipo contable. Si a esto agregamos
por los entes locales), a la planificación local la falta de una relación jerárquica con el apa
y al control relacionado, a la vialidad local, rato central y la limitada observancia de la '
al servicio de limpieza urbano y al deporte y leyes (excluyendo, por lo mismo, otros actos
al tiempo libre. normativos) comprobamos la presencia de
116 AUTOGOBIERNO
todos los indicios propios —como lo atesti centro y periferia era, por otra parte, muv
guan los recientes estudios sobre el tema— diferente ya que se traducía, inclusive respec
de la descentralización administrativa. to de la participación de los ciudadanos, en
Que quede en claro, sin embargo, y éste es el problema de las autonomías locales y en
un elemento ampliamente descuidado por los la relación entre éstas y el aparato central
estudiosos del a., que se trata de descentrali estatal. Dado el sistema llamado binario,
zación en el interior de la administración esta común a la mayor parte de estos países (carac
tal y que no tiene, por la misma razón, nin terizado por la contraposición a las entidades
guna relación con la descentralización autár- locales territoriales de organismos estatales
quica; locales con funciones de control y de coordi
autoadministración: los cargos directivos nación), las exigencias de democracia, de par
de la entidad son confiados, en efecto, a per ticipación y de descentralización, de los que
sonas elegidas directamente por los adminis el a. es la expresión, no tenían otra posibili
trados, de manera que en las mismas se aúnan dad que ser remitidas a las entidades locales
la calificación de titular del organismo y de territoriales. Para estas últimas se reivindi
representantes de la colectividad de la cual ca el a. sin darse cuenta de que de tal mane
son expresión; ra se hace referencia a los contenidos del mis
democracia: en Inglaterra, la necesidad de mo pero se pierde el carácter de fórmula orga
perm itir la participación del pueblo en la nizadora interna del aparato estatal. El uso
determinación de la orientación política fue que se hace del término en los países conti
satisfecha no por medio de la creación o el nentales, con el transcurso del tiempo va per
reconocimiento de entidades separadas del diendo su precisión, ya que, según el caso, es
estado (como los municipios o las provincias), usado para referirse solamente a uno u otro
sino por medio de la participación de los ciu de los diferentes elementos a los que. de
dadanos, según el sistema del a., en los orga manera unitaria, se relacionaba originalmen
nismos de la administración estatal periféri te. En efecto, a veces es usado con el signifi
ca. Por otra parte hay que destacar que la ins cado de autonomía local, o sea refiriéndose
titución que estamos examinando no es, al a aquellas entidades que van unidas, necesa
respecto, más que una de las expresiones del riamente, a un territorio y población deter
principio general no laxation without repre- minados. y que se caracterizan por la ampli
sentalion, en base al cual la pretensión de las tud y vaguedad de los fines, para cuya conse
autoridades públicas de la prestación patri cución toman determinaciones políticas autó
monial del ciudadano no puede separarse de nomas que pueden incluso contrastar, dentro
la participación de este último en el ejercicio de ciertos limites, con las del aparato estatal.
del poder. De todo lo expuesto resulta claro Otras veces el término quiere expresar hipó
cómo las aldeas municipales, las aldeas con tesis de descentralización adm inistrativa (y
dales, los distritos urbanos, los distritos rura entonces señala las modalidades con las que
les, etc., en los que se ha articulado el siste se ejercen las funciones comprendidas en la
ma del a. inglés aun en la variedad de elemen esfera de determinados organismos o entida
tos comprendidos en el mismo, no aparecen des) v, por último, de autarquía (entendida
como entidades locales diferentes al estado como la potestad, reconocida a ciertas enti
sino, en las m aterias que les han sido confia dades, de ejercer actividades administrativas
das, como "articulaciones de a. del estado".V . con el mismo carácter y efectos que la
estatal).
V. AFIRMACIÓN DEL AUTOGOBIERNO EN LOS ORDENA Lo que hemos recordado hace evidente la
MIENTOS continentales Justam ente este últi necesidad de restituir al término su acepción
mo elemento es generalmente descuidado, especifica una vez que se hayan seguido las
cuando, ya desde los primeros años del siglo lineas de desarrollo histórico y político del a.
xix, el sistema del a. es propuesto como En el nivel jurídico del fenómeno que estamos
modelo para los ordenamientos continenta examinando "no es una posición jurídica
les y se insiere en la corriente de reacción al —como la autonomía, la autocefalia, la autar
centralismo napoleónico. La experiencia con quía—, es también una figura organizadora,
tinental en la cuestión de las relaciones entre como la autoadm inistración". Para que nos
ALTOGOBIERNO 117
entendamos bien, figura organizadora es la del estado liberal, la asunción, por parte del
noción que representa el modo (o los modos) aparato central, de cada vez mayores funcio
con que se regulan las relaciones organizati nes, el ingreso de los poderes públicos a sec
vas entre sujetos jurídicos (véase, por ejem tores descuidados hasta entonces, ha modi
plo, la jerarquía, la subordinación, etc.). Por ficado profundamente las relaciones de orga
lo tanto, el a., tanto como la autoadm inistra nización entre organismo.; y entidades loca
ción, es una de las maneras de ser de dichas les, por un lado, y estado aparato por el otro.
relaciones, de los tratos entre sujetos, preci Si a esto se agregan las enormes transform a
sando que m ientras la prim era es caracterís ciones aportadas por la técnica, que ha
tica de los organismos locales y de las enti impuesto, dada la misma naturaleza de algu
dades territoriales, la segunda encuentra ubi nos servicios, la necesidad de una estrecha
cación preferentemente en el seno de los orga coordinación, se explica cómo los organismos
nismos de base asociativa. Más allá de la cali de a. han sido sometidos a controles impor
ficación jurídica queda claro, de todos modos, tantes y cómo, a su lado, han sido creados
que a., específicamente, se ref'ere a organis organism os ligados al ap arato central
mos locales insertos en la administración mediante una relación de jerarquía.
estatal, caracterizados por personalidad ju rí Cambios tan importantes no podían dejar
dica o, sea como sea, por una autonomía de de introducir tendencias completamente nue
gestión, no unidos por relación de jerarquía vas y, respecto de las situaciones anterior
con el aparato central y regidos por funcio mente descritas, de alguna manera opuestas.
narios de origen electivo expresados directa En Inglaterra las funciones anteriorm ente
mente por la comunidad administrativa. desarrolladas por las corpuratiuns o quasico-
porations han sido transferidas en gran medi
VI. El. PRINCIPIO DELAUTOGOBIERNO YSU ACTUAL EVO da a organismos estatales locales dependien
LUCIÓN. Pasemos ahora a examinar en qué tes del aparato central y dirigidos por funcio
medida el a. puede ser considerado, aún hoy, narios insertos establemente en la adminis
como fórmula válida de organización. Desde tración, mientras que los organismos estata
este punto de vista puede decirse que la decli les de a. han sufrido una evolución tal que
nación del a. sigue la declinación del estado cada vez más los acerca a la figura de las enti
liberal. Como es sabido, a este último se le dades locales, no siendo ya portadores de inte
confiaban sólo aquellas funciones que no reses estatales sino que tienden a la realiza
podían ser ejecutadas más que por un apara ción de objetivos propios. Esto explica poi
to central (o sea estadual). Fuera de este con qué selfnove m m ent es un término de signifi
junto de funciones (defensa, relaciones inter cado ambivalente aun en los países anglosa
nacionales, jurisdicción superior, etc.), las jones, pudiendo hoy ser empleado para refe
m aterias restantes eran confiadas principal rirse tanto a fenómenos de autonomía local
mente a las entidades u organismos locales como a ejemplos de descentralización estatal.
(las llamadas funciones de pulida en sentido Lo contrario sucede en los países continen
lato), tomando en cuenta que en algunos cam tales, donde el aparato central tiende a con
pos que luego habían de asum ir una im por fiar, cada vez en mayor medida, servicios esta
tancia fundamental (como la economía) los tales a las entidades locales. De tal manera,
poderes públicos se encontraban casi total dejando de lado cualquier otra consideración,
mente ausentes. termina desarrollando formas cercanas al a.,
Ahora bien, tanto si el sistema se inspirara ya que las entidades locales, si bien siguen
en el principio del a. (como en los países siendo tales y no adquieren, por consiguien
anglosajones), como que se atuviera al siste te, el carácter de órganos, tienen poder y fun
ma binario (como los continentales), lo cier ciones estatales que desempeñan a través de
to es que de este estado de cosas se despren sujetos elegidos por los mismos adminis
día una importancia especial de los poderes trados.
locales, a los que, como ya hemos menciona Por estos motivos, como se ha señalado
do, correspondía naturalmente la mayor par autorizadamente, "las dos grandes experien
te (por lo menos cuantitativamente) de las cias del pasado, el a. y el sistema binario,
actividades administrativas. La declinación siguen actualmente direcciones convergentes,
118 AUTORIDAD
tomando cada una elementos de la otra", “a." ha sido reinterpretada de diversas mane
pudiéndose observar "que en los países anglo ras v se ha utilizado también con significados
sajones los organismos locales, al ser despo notoriamente diversos. Algunas veces se ha
seídos de los órganos aulogobcmados, se con negado, explícita o implícitamente, que exis
vierten en organismos de autonomía, y que te el problema de identificar la a. y de des
en los países continentales, al mismo tiempo cribir las relaciones entre a. y poder, sobre
que se introducen elementos de a., la autono todo por parte de los que han usado "poder”
mía también se ha ido reduciendo" (Gianni- y "a.” como sinónimos. Sin embargo, la ten
ni, 1948). dencia, en gran medida más general, es la de
distinguir el poder de la a., considerando a
BIBI.io g k a h a A. Barbera, Le istituzioni del plu esta última como una especie del género
ralismo, Bari, De Donato. 1977; F. Bassanini, /.e "poder" o también, aunque más rara vez.
regiuni ira slato e comunitá, Bolonia, 1976; B. como una simple fuente del poder.
Dente, II govemo lócale in Italia, en II gaverno El primer modo de entender la a. corno una
lócale in Europa, núm. especial de Quademi di especie del poder, que se ha manifestado
Sludi Regionali, VIII, 1977; M.S. Giannini, Auto sobre todo en la esfera de la ciencia de la
nomía lócale e autogovemo, en II Corriere Ammi- administración, es el de definirla como una
nistrativo, 1948; F. Levi, Studi sulTamministra- relación de poder establecido e instituciona
zione regionale e lócale, Turín, Giappichelli, lizado en que los súbditos prestan obedien
1978; P.G. Richards, The new local government cia incondicional. En este sentido se tiene a.
sysiem, Londres, Alien & Unwin, 1975; F.A. cuando el sujeto pasivo de la relación de
Roversi Monaco, Profili giuridici del decentra- poder adopta como criterio de su propio com
menta nella organizzazione amministrativa. portamiento el mandato o la orientación del
Padua, CEDAM, 1970; L.J. Sharpe, II decentra- sujeto activo, sin evaluar por su parte el con
mento in Gran Bretagna, en II governo lócale in tenido. La obediencia se basa únicamente en
Europa, número especial de Quademi di Studi el criterio formal de la recepción de un man
Regionali, viu, 1977. dato o de una señal proveniente de una cier
ta fuente. A esta actitud del sujeto pasivo le
I m a r co c a m m e l u ] puede corresponder una actitud particular
también en quien ejerce la a.: éste trasm ite
el mensaje sin d ar razones, y espera que se
autonomía, v. autogobierno;descentra acepte incondicionalmente. Entendida de esta
lización. manera, la a. se opone a la relación de poder
basada en la persuasión. En esta última rela
ción C expone argumentos a favor de la obli
gación o de la conveniencia de una cierta con
autonomía universitaria, v. reforma ducta; en la relación de autoridad, por el con
universitaria. trario, C trasm ite un mensaje que contiene la
indicación de una cierta conducta, sin presen
tar argumento alguno en su apoyo. En la rela
ción de persuasión R adopta la conducta suge
autoridad rida por C porque acepta los argumentos pre
sentados por C en su favor; en la relación de
I. LA AUIOKIDAU COMO KUUEK ESÍ.AH1L1Z.ADO. D e s d e autoridad, en cambio. R adopta la conducta
que los rumanos acuñaron la palabra anclo- indicada por C independientemente de cual
ritas, en la tradición cultural de Occidente la quier razón que pueda eventualmente acon
noción de a. constituye uno de los términos sejarla o desaconsejarla.
cruciales de la teoría política, donde se Con esta prim era definición de a., lo que
emplea en relación estrecha con la noción de cuenta es que R obedezca de modo incondi
poder. La situación actual de los usos de este cional las directivas de C: pero no tiene impor
térm ino es más bien compleja e intrincada. tancia, para identificar a la a., cuál sea el fun
Mientras que generalmente se conserva su damento con base en el cual R adopta incon
relación con el concepto de poder, la palabra dicionalmente la directiva de C, y C pretende
AUTORIDAD 119
obediencia incondicional. Este fundamento por lo menos dentro de ciertos limites, una
puede consistir en la legitimidad del poder de obediencia incondicional— constituye uno de
C, al igual que puede consistir en un condi los fenómenos sociales más difundidos y más
cionamiento Lindado en la violencia. David relevantes con los cuales pueda toparse un
Easton distingue justamente entre “a. legiti científico social. Prácticamente todas las rela
ma" y "a. coercitiva". En una perspectiva ciones de poder más persistentes y más
semejante, Armitai Etzioni ha propuesto una importantes son, en grado mayor o menor,
clasificación articulada de las formas de a. y relaciones de a.: el poder de los padres sobre
de organización, aunque no utilice la palabra los hijos en la familia; el del muestro sobre
"a." como término clave. Distingue tres tipos los alumnos en la escuela; el poder del jefe
de poder: "coercitivo", basado en la aplica de una iglesia sobre los fieles; el poder de un
ción o la amenaza de sanciones físicas, "remu empresario sobre los trabajadores, el de un
nerativo", basado en el control de los recur jefe m ilitar sobre los soldados, el poder del
sos y de las compensaciones materiales, y gobierno sobre los ciudadanos de un estado.
"normativo", basado en la asignación de los La estructura básica de cualquier tipo de
premios y de los castigos simbólicos, y tres organización, desde la de un campo de con
tipos de orientación de los subordinados centración hasta la organización de una aso
hacia el poder: “enajenado”, que es intensa ciación cultural, a la par que la estructura
mente negativo, "calculador", negativo o posi fundamental de un sistema político tomado
tivo de intensidad moderada, y “ moral", como un todo, ha sido formada en buena par
intensamente positivo. Combinando los tres le por relaciones de a. No es de extrañar pues
tipos de poder y los tres tipos de orientación que el concepto de a. ocupe un puesto de pri
de los subordinados, Etzioni encuentra tres mer plano en la teoría de la organización; ni
casos "congruentes" de a. y de organización tampoco el que se haya recurrido con bastan
y varios otros casos "incongruentes" o mix te frecuencia al concepto de a. para definir
tos. Los tres casos congruentes son: la a. y sus el estado o la sociedad política. También
respectivas organizaciones "coercitivas" recientemente, el politólogo H. Eckstein pro
(poder coercitivo y orientación enajenada), la puso identificar la política en las "estructu
a. y las organizaciones "utilitarias” (poder ras de a.", y definió una estructura de a., a
remunerador y orientación calculadora), la a. su vez, como “un conjunto de relaciones asi
y las organizaciones "normativas" (poder nor métricas, entre miembros de una unidad
mativo y orientación moral). A estos distin social ordenados de modo jerárquico, que tie
tos tipos de a. y de organización están liga ne por objeto la guia de la propia unidad
dos numerosos aspectos de la estructura y del social”. De hecho, la estratificación de la a.
funcionamiento de las organizaciones. James política en la sociedad es un fenómeno tan
S. Coleman, por su lado, ha distinguido hace persistente que a distintos autores les pare
poco entre sistemas de a. "separados”, en los ce parte de la herencia biológica de la espe
que los subordinados aceptan la a. para obte cie (véase el ensayo de Fred. H. Willhoite, Jr.,
ner ventajas extrínsecas, por ejemplo un sala Primales and political aiiihoriiy: a hiobehavio-
rio. y sistemas de a. "conjuntas", en.las que ral perspeclive, en American Political Scien
los subordinados esperan beneficios (intrín ce Rcview, vol. lxx, 1976, pp. 1110-1126).
secos) de su ejercicio, y entre sistemas de a. Hasta ahora se ha puesto el acento de mane
“simples”, en los que la a. la ejerce su deten ra pronunciada, por un lado, en el carácter
tador, y sistemas de a. “complejos”, en los que jerárquico y, por el otro, en la estabilidad de
son lugartenientes o agentes delegados por el la a. Pero es preciso observar, respecto del
detentador de la a. quienes la ejercen. Sobre prim er punto, que la a., tal como la hemos
la base de estas distinciones ha propuesto definido hasta aquí, aunque es una caracte
algunas hipótesis interesantes sobre la está rística particular de las estructuras jerárqui
tica v sobre la dinámica de las relaciones de cas, no necesariamente presupone la existen
autoridad. cia de una tal estructura y tampoco de una
La a. tal como la hemos entendido hasta organización formal, sino que puede verificar
ahora —como poder estable, continuador en se también en relaciones informales de poder.
el tiempo, al que los subordinados prestan, Por ejemplo, C puede estar dispuesto a acep
120 AUTORIDAD
fundamenta la legitimidad. Por ejemplo, la dar. en efecto, que no se dice que una comu
continuidad de una relación de a. basada en nicación es autorizada a causa de una cuali
la legitimidad democrática entraña la reno dad intrínseca suya sino en relación con la
vación del procedimiento electoral, y la con f uente de la que proviene, del mismo modo
tinuidad de una a. de un ¡ere religioso requie que esa fuente está sujeta a la evaluación de
re que de vez en cuando se lleve a cabo una aquellos a los que se dirige la comunicación;
acción extraordinaria o milagrosa, que sirva tan es asi que la misma opinión puede consi
para conf irm ar la creencia de que el jefe tie derarse autorizada cuando es presentada por
ne la "gracia divina". Ticio y no ser considerada de hecho como tal
Como veremos más adelante, a la concep cuando es presentada por Cayo. Si se inter
ción de la a. como poder legitimo se puede preta de este modo, el fenómeno puesto de
rem itir, por lo menos en parte, también una relieve por Friedrich puede expresarse de las
tercera definición de a. como especie del dos maneras siguientes: en un sentido más
poder: aquella que la identifica con el poder simple, es la creencia de R en la capacidad
“formal" (el poder como se crea que debe ejer de C para elaborar en forma razonable sus
cerse en una esfera social determinada) en comunicaciones (en términos de los valores
contraposición con el poder informal pero compartidos por R); en un sentido más com
real (el poder como se ejerce efectivamente plejo es una relación en que R acepta el men
en esa esfera social). Lo mismo puede decir saje de C, no porque R reconozca y evalúe
se también de la concepción de la a. como positivamente las razones que justifican el
fuente del poder, una vez que se haya corre mensaje —y normalmente sin que C formule
gido de manera conveniente. Esta ultima con esos razonamientos—, sino porque R cree que
cepción ha sido sostenida sobre todo por Cari C es capaz de dar, en apoyo de la comunica
J. Friedrich, según el cual la a. no es una rela ción, razones convincentes para él (en térm i
ción entre hombres sino una cualidad parti nos de los valores compartidos por él). Se tra
cular de las comunicaciones —que pueden ser ta, en el segundo sentido, de un tipo particu
mandatos, aunque también consejos u opinio lar de relación de autoridad entendido como
nes— que un individuo trasm ite a otro. Esta poder legitimo, y, en el primero, de la creen
cualidad consiste en el hecho de que la comu cia en la legitimidad que está en su funda
nicación es susceptible de una elaboración mento.
razonada, no en términos de demostración
científica o matemática sino de valores com III EFICACIA Y ESTABILIDAD Dt-. LA AUTORIDAD La a.
partidos por aquéllos entre los que se verifi definida como poder legítimo entraña, pues,
ca la trasmisión del mensaje. Esa cualidad por una parte, la aceptación de la obligato
hace que las comunicaciones sean dignas de riedad de la obediencia incondicional y. por
aceptación a los ojos de aquéllos a los que van la otra, la pretensión a tal obligatoriedad o
dirigidas. Por lo tanto la a. no es una especie —lo que es lo mismo— al derecho de encon
de relación de poder, aunque puede ser una tra r una obediencia incondicional. En este
fuente de poder: la capacidad que un hombre sentido se puede construir un tipo "puro" de
tiene de trasm itir comunicaciones suscepti a.: una relación de poder basada exclusiva
bles de una elaboración razonada —en el sen mente en la creencia en la legitimidad. C basa
tido mencionado— constituye para él una su propia pretensión de encontrar obedien
fuente de poder. cia únicamente en la creencia en la legitimi
La limitación de esta concepción de la a. dad de su propio poder, y R se ve llevado a
consiste en que, a menos que se hipostasie la prestar obediencia únicamente por la creen
razón, la susceptibilidad de una elaboración cia en la legitimidad del poder de C. Se trata
razonada no puede ser atribuida a una comu de un "tipo ideal" que difícilmente puede
nicación considerada en si misma, sino que encontrarse en la realidad, ya que normal
debe referirse a la capacidad de ofrecer esa mente la creencia en la legitimidad no es un
elaboración por parte del que trasm ite la fundamento exclusivo del poder sino solo una
comunicación y, sobre todo, al reconocimien de sus bases. El que detenta el poder preten
to que los destinatarios de la comunicación de obediencia no sólo a causa de la legitimi
hacen de esa capacidad. Es conveniente recor dad de su poder sino también, por ejemplo,
122 AUTORIDAD
utilización de otros medios para ejercer el simple consecuencia psicológica, la del padre
poder: por ejemplo, el uso de la violencia. Por y del hijo, en que generalmente se encuentra,
el otro ludo, la creencia en la legitimidad pue por lo menos dentro de ciertos limites de
de constituir, a su vez, una simple consecuen tiempo, una preponderancia de fuerza o una
cia psicológica de la existencia de un poder dependencia económica. En este caso, el
fundado de hecho sobre otras bases. empleo de la fuerza (y el condicionamiento
La violencia puede derivarse, en cierto gra económico) más que una derivación puede ser
do, de la creencia en la legitimidad del poder: la fuente de la creencia en la legitimidad del
la creencia de R en la legitimidad del poder poder del padre. Puede suceder, ciertam en
de C legitima, a los ojos de R, y por lo tanto te. que el respeto y el afecto legitimen a los
facilita el empleo de la fuerza sobre R ] o ojos del hijo el poder del padre (incluyendo
también sobre el mismo R. Primer caso: una el de castigar); pero puede suceder también
intensa creencia en la legitimidad del poder que el poder efectivo de castigar del padre
político, por parte de una minoría de la socie provoque en el hijo un respeto y un afecto y,
dad, legitima y facilita el empleo de otros ins por consiguiente, una creencia en la legitimi
trum entos de poder, incluida la violencia, dad que no son genuinos. Al hablar de creen
sobre la mayoría, o bien, una creencia muy cia no genuina me refiero no sólo y no tanto
difundida en la legitimidad del poder políti al engaño deliberado que puede presentarse
co legitima y facilita el empleo de la violen en las relaciones de poder sino sobre todo al
cia sobre los pocos recalcitrantes. Segundo fenómeno más impártante del autoengaño: no
caso: el seguidor de un jefe religioso, consi a la falsedad consciente sino a la falsa con
derado como representante de la divinidad, ciencia, que es el núcleo central del concep
acepta como legitima la violencia empleada to de ideología (v.) en su significado de ori
en su contra y llega a imponérsela el mismo gen marxista. En este sentido, aceptar que la
como castigo de su conducta desviada. En creencia en la legitimidad tenga un carácter
todas estas hipótesis la legitimidad del poder ideológico, y en qué grado lo tenga, reviste
se traduce en la legitimidad de la violencia. una considerable importancia. Si ese grado
De ahí que esta última pierda, para quien la es muy elevado, no tendremos una relación
considera legítima, su carácter enajenante, y de a. sino más bien una "falsa" a., puesto que
de ahí también la posible tendencia, para la creencia en la legitimidad no constituye un
quien la considera legitima, a la colaboración fundamento real del poder. Esto explica por
—activa o pasiva— en su empleo. En otras qué una situación de poder, a la que hasta
palabras, el empleo de la violencia se hace ayer le correspondía una creencia en la legi
posible, en mayor o menor grado, por la timidad, puede perder más o menos repenti
creencia en la legitimidad que transform a el namente esa legitimidad. Se trata de una
poder en autoridad. Y conviene recordar que situación de poder fundada principalmente
esta relación entre creencia en la legitimidad en b a s e s distintas, por ejemplo en la fuerza,
y violencia no es una curiosidad teórica. El pero a la que, en cierto modo, hay que adap
grado y la intensidad con que la fe ciega en tarse mientras aparezca como inmodificable:
un principio de legitimidad del poder puede de ahí surge la creencia en la legitimidad que
desencadenar la violencia están escritos con tiene un carácter preferentem ente ideológi
letras indelebles en la historia del hombre. co. Sin embargo, esta legitimidad tiende a
Son testigos de ello las cacerías de brujas y deaparecer muy pronto, una vez que la pre
los linchamientos de los excluidos y de los ponderancia de la fuerza desaparece o la
extraños, generados, en apoyo de una deter situación de poder empieza a aparecer con
minada a., por los fanatismo políticos y reli cretamente como modificablc.
giosos de todas las épocas. Es testigo de ello Otros aspectos de ambigüedad de la a. pro
la inmensa violencia que se desencadenó, en vienen del hecho de que el titular de ésta pue
nuestro siglo, por la creencia fanática en un de no disponer, en mayor o menor medida,
jefe y en una ideología totalitaria. del poder efectivo, y también del hecho de que
Por otra parte, podemos tom ar como ejem los destinatarios de los mandatos pueden per
plo de una relación de poder en que la ci cen der la creencia en el principio de legitimidad
cía en la legitimidad puede constituir una en que el detcntador del poder fundamenta
124 AUTORIDAD
su pretcnsión de mandar. Sobre el prim ero destinatarios de los mandatos deja de existir
de estos fenómenos ha llamado la atención la creencia en la legitimidad del poder. Esta
sobre todo Lasswell, quien, al definir la a. desaparición de la creencia en la legitimidad
como ‘ poder formal", afirma que “decir que puede producirse ya sea porque los súbditus
una persona tiene a. no significa que tenga dejan de creer que la fuente del poder tenga
efectivamente poder, sino que la fórmula polí la cualidad que le atribuían antes (por ejem
tica (o sea los símbolos políticos que dan legi plo, no se "prueba" la legitimidad, o bien se
timidad al poder) le confiere poder, y que los la considera como "ideológica"), ya sea por
que se apegan a la fórmula esperan que la per que los subordinados han abandonado el viejo
sona tenga poder y consideran justo y correc principio de legitimidad para abrazar uno
to el uso que ésta hace del mismo. Por un lado, nuevo. En ambos casos la situación es de ordi
esta afirmación contiene una confusión entre nario altamente conflictiva: tanto los superio
las dos nociones distintas de a. y la creencia res como los subordinados tienden a consi
en la legitimidad del poder. Una cosa es mi derarse "traicionados” en sus expectativas y
juicio de valor, con el que considero legítimo en sus valores. La relación de a. desaparece
el mandato sólo si proviene de una fuente entonces y, si permanece la pretensión de
determinada: a esa creencia le pueden corres mandar, se establece una situación de auto
ponder o no relaciones efectivas de poder. Y ritarism o (v.). En uno de sus posibles signifi
otra cosa es mi conducta, con la que me adap cados, el término "autoritarismo" designa, en
to incondicionalmente a ciertas directivas efecto, una situación en que las decisiones se
porque las considero legítimas tomando en toman desde lo alto, sin la participación o el
cuenta la fuente de la que provienen; se tra consentimiento de los subordinados. En este
ta, en este caso, de una verdadera relación de sentido es una manifestación de autoritaris
poder, de un poder de la especie "a.". Por otro mo alegar un derecho a mandar que no se apo
lado, sin embargo, la afirmación de Lasswell ya en las creencias de los súbditos, y es una
puede entenderse en el sentido de que el titu manifestación de autoritarism o pretender
lar de cierta a. puede no tener todo el poder una obediencia incondicional cuando los
que ejerce aparentemente en la relación de a. subordinados pretenden poner a discusión el
Estas relaciones pueden estar rodeadas de contenido de los distintos mandatos. Por lo
otras relaciones de poder mucho más relevan tanto, tiende a establecerse una situación de
tes y, en la impartición de sus mandatos, el autoritarism o siempre que los que detentan
titular de la a. puede estar condicionado de el poder lo consideran legítimo, pero no es
manera sustancial por otras relaciones de reconocido como tal por parte de los subor
poder que no son legítimas y que no se cono dinados. Y esta situación se acentúa cuando
cen ampliamente. Y, en la medida en que esto el detentador del poder recurre a la fuerza,
sucede, podemos decir que la a. sólo es "apa o a otros instrum entos de poder, para lograr
rente", ya que C. considerando que obedece la obediencia incondicional que ya no logra
al poder legítimo de A, obedece en cambio conseguir con la creencia en la legitimidad.
—en mayor o menor grado— al poder no legí Así pues, si la a. como tipo puro constituye
timo de D. A este respecto, debemos recordar la forma más plena de poder socialmente
todas las eminencias grises y todos los cen reconocido y aceptado como legitimo, en la
tros de poder que han dirigido desde basti realidad de la vida social y política la a. resul
dores la representación de la a. iluminada por ta a menudo contaminada y presenta, bajo
las luces del proscenio; asi como las transfor diversos aspectos, una ambigüedad caracte
maciones de los regímenes políticos, en las rística. Esta última puede ser generadora de
cuales los cambios en la distribución del violencia, en la medida en que la creencia de
poder efectivo han precedido a aquéllas en las algunos en la legitimidad perm ite el empleo
creencias en la legitimidad, por lo que el régi de la fuerza sobre los otros; puede ser “fal
men se vuelve m á s o menos formalista: el rey sa” en la medida en que la creencia en la legi
aparece todavía como el titular exclusivo de timidad no es una fuente sino una consecuen
la a., m ientras que el poder ha pasado ho\ en cia psicológica de la situación de poder que
alto grado al parlamento. ésta trata de ocultar o de deformar; puede ser
Llegamos linalmente al caso en que en los sólo "aparente" en la medida en que el titu
AUTORITARISMO 125
lar legitimo del poder no detenta el poder te, la disposición a la obediencia celosa a los
efectivo, y puede transform arse en "autori superiores y al respeto y a la adulación de
tarism o” en la medida en que la legitimidad todos los que detentan la fuerza o el poder;
es objetada y la pretensión de) superior al por la otra, la disposición a tra ta r con arro
derecho de m andar se convierte, a los ojos de gancia y desprecio a los inferiores jerárqui
los subordinados, en una pretensión arb itra cos y, en general, a todos los que están priva
ria de mandar. dos de fuerza o de poder. Las ideologias auto
ritarias, finalmente, son ideologías que nie
bibliografía: J.S. Coleman, Authority sysiems, en gan de una manera más o menos decidida la
Public Opinión Quarterly, vol. xliv (1980), pp. igualdad de los hombres, ponen el mayor hin
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nia, 11 Mulino, 1970; A. Etzioni, A comparative Una característica del a., común a los tres
analysis of complex organizations, Nueva York, niveles señalados, es el lugar central que ocu
Free Press, 1961; C.J. Friedrich (comp.), Autho pa el principio de autoridad (v.) y, por lo mis
rity, Cambridge. Harvard University Press, 1958: mo, la relación entre mando apodíctico y obe
R. Sennett, Autoridad (1980), Madrid, Alianza. diencia incondicional. Aunque en este caso la
1983; H.E. Simón, ll comportameuto amminis- autoridad se toma en un sentido particular
trativo [1957), Bolonia, 11 Mulino, 1958; M. Stop- y restringido, ya que está ligada con una
pino, Le forme del potere, Ñapóles, Cuida, 1974. estructura política fuertemente jerárquica,
basada a su vez en la concepción de la desi
[MARIO STOPPINO] gualdad de los hombres y que excluye o redu
ce al mínimo la participación de la base en
el poder e implica, de ordinario, una marca
da utilización de los medios coercitivos. Cla
autoritarismo ro está que, por esta razón, desde el punto de
vista de los valores democráticos, el a. es una
i. p r o b l e m a s d e d e f in ic ió n . El adjetivo “autori manifestación degenerativa de la autoridad,
tario” y el sustantivo “a.” que se deriva de él una pretensión y una imposición de la obe
se emplean sobre todo en tres contextos: la diencia que prescinde en gran parte del con
estructura de los sistemas políticos, las dis senso de los subordinados y restringe la liber
posiciones psicológicas relacionadas con el tad. Mientras que, desde el punto de vista de
poder y las ideologias políticas. En la tipolo una orientación autoritaria, el igualitarismo
gía de los sistemas políticos se suele llamar democrático es el que no es capaz de produ
autoritarios a los regímenes que privilegian cir la "verdadera” autoridad. En este último
el aspecto del mando y menosprecian de un sentido, diversos autores propugnaron, espe
modo más o menos radical el del consenso, cialmente en la Alemania de los años treinta,
concentrando el poder político en un hombre la doctrina del "estado autoritario". También
o en un solo órgano y restando valor a las ins la "personalidad autoritaria" fue presentada,
tituciones representativas: de ahí la reducción en parte, de manera anticipada por el psicó
a la mínima expresión de la oposición y de la logo nazi E. R. Jaensch, quien en 1938 descri
autonomía de los subsistemas políticos y la bió un tipo psicológico notoriamente pareci
anulación o la sustancial eliminación de con do. juzgándolo de una m anera más positiva
tenido de los procedimientos y de las institu que negativa.
ciones destinadas a trasm itir la autoridad Existe, pues, un común denominador en el
política desde la base hasta lo alto. En senti significado que asume el término a. en los tres
do psicológico, se habla de personalidad auto contextos señalados. Sin embargo, no e> nece
ritaria para indicar un tipo de personalidad sario adentrarse mucho en este sentido. Una
formada por diversos rasgos característicos base de significado común no quiere decir
y centrada en la unión de dos actitudes inti identidad y ni siquiera coherencia de signifi
mamente relacionadas entre si: por una par cado. En este caso hay que tener en cuenta
126 AUTORITARISMO
el hecho de que el "a.” es uno de los concep Asi pues, una base de significado común no
tos que como el de "dictadura” y de "totali quiere decir plena coherencia de significado.
tarism o" han surgido o se han utilizado en Todavía es más importante destacar que la
oposición al de "democracia", queriéndose existencia de un fundo de significado comuri
con esto acentuar tanto un parám etro anti no conlleva la necesidad de la copresencia fac
democrático como el otro; además del hecho tual de los tres niveles de a. Razonablemente
de que los confines de estos conceptos sean se puede suponer que exista una cierta con
poco claros, y a menudo también inestables gruencia entre ellos; una personalidad auto
en relación con los diversos contextos. En ritaria, por ejemplo, se sentirá a gusto pro
nuestro caso son relevantes sobre todo las bablemente en una estructura de poder auto
relaciones entre "a." y totalitarism o (v.J, ya ritaria y probablemente estará de acuerdo
que otras relaciones tienden a ser diversas en con una ideología autoritaria. Pero esto no
los tres niveles de a. mencionados. La aplica significa que los tres aspectos del a. estén
ción más amplia del significado de a. se siempre y de manera necesaria presentes al
encuentra en los estudios sobre la personali mismo tiempo. En qué grado y con qué fre
dad v sobre las actitudes autoritarias. Aun cuencia los tres niveles de a. se presentan jun
cuando el concepto de "personalidad autori tos o separados en las distintas situaciones
taria" se acuñó originalmente para describir sociales, es una pregunta cuya respuesta no
un síndrome psicológico de los individuos puede juzgarse de antemano a partir de las
"potencialmente fascistas", investigaciones definiciones, sino que debe determ inarse
posteriores lo han aplicado también al a. de pacientemente por medio de la investigación
izquierda y han buscado las actitudes auto empírica. En principio, nada ubsta para que
ritarias de las clases bajas del mismo modo se impongan creencias democráticas con
que el de las clases medias y altas. En gene métodos autoritarios, o para que entre los
ral, este sector de la investigación no estable jefes de un estado autoritario haya individuos
ce ninguna distinción entre a. y totalitarismo. que no se distingan por una personalidad
En el campo de las ideologías políticas, el área autoritaria, o para que en un régimen de
del significado de a. no está definida. Sin hecho autoritario se presente exteriormente
embargo, existe una tendencia significati\a con una ideología democrática o con una ideo
a limitar el uso del término para designar las logía totalitaria que ha perdido su carga pul-
ideologías en que la acentuación del aspecto sora y se ha transformado en un simple ropa
de la autoridad y de la estructura jerárquica je simbólico.
de la sociedad tiene una función conservado
ra. En este sentido, las ideologías autoritarias ti. l a s id e o l o g ía s a u t o r it a r ia s . Ya hemos dicho
son ideologías de orden, y se distinguen de las que no existe una plena coherencia de signi
que tienden a una transformación más o ficado entre el a. en el nivel de ideología y el
menos integral de la sociedad, entre las que a. en el nivel de regímenes políticos. La estruc
habría que computar las ideologías totalita tura más intima del pensamiento autoritario
rias. En relación con los regímenes políticos, no corresponde a cualquier sistema autorita
finalmente, el término "a." Se utiliza con dos rio sino al tipo puro de régimen autoritario
significados. El uno, muy general, compren conservador o de orden. En este sentido, el
de todos los sistemas no democráticos, inclu pensamiento autoritario no se limita a pro
yendo los totalitarios; el otro, más especifi pugnar por una organización jerárquica de la
co, se contrapone al totalitarismo y compren sociedad política sino que convierte a esta
de los sistemas no democráticos caracteriza organización en el principio político exclusi
dos por un bajo grado de movilización y de vo para conseguir lo que se considera el bien
penetración de la sociedad. Este último sig supremo: el orden. Sin un ordenamiento rígi
nificado se relaciona en parte con la noción damente jerárquico, la sociedad va fatalmente
de ideología autoritaria. Pero sólo en parte, al encuentra del caos y a la desintegración.
ya que existen tanto regímenes autoritarios Toda la filosofía política de Hobbes, por ejem
de orden como regímenes autoritarios enca plo. puede interpretarse como una filosofía
minados a la transformación, aunque sea autoritaria del orden. Aunque es una teoría
limitada, de la suciedad. autoritaria singular \ en cierto modo anóma
AUTORITARISMO 127
vez más decidido del liberalismo y de la demo sía a la colaboración; por la otra, el meollo
cracia y frente al desarrollo incipiente del de la doctrina sigue siendo autoritario, aun
socialismo, encuentra en la raíz de todas estas cuando la autoridad no se basa ya en la vol un
corrientes un mismo pecado contra Dios, una tad de Dios sino en la historia y en su misma
misma nostalgia satánica por el caos, y pro potencia. El estado es fuerza, tanto interna
nuncia profecías apocalípticas sobre sus como externamente, y el prim er deber de los
resultados finales, llegando a prever que la “súbditos" es la obediencia. La mejor forma
monarquía no será ya suficiente para restau de gobierno es la monarquía hereditaria, que
rar el orden y que habrá que dar vida a una está de acuerdo con las desigualdades natu
dictadura política. Y entre el final del siglo rales de la sociedad, m ientras que la demo
xix y principio del xx, el marqués René de la cracia contradice el dato natural. El rey
Tour du Pin (1834-1924) les contrapone a los detenta el poder, dirige el ejército y la buro
sindicatos socialistas una reexhumación de cracia, y elige autónomamente su gobierno.
las corporaciones de la Edad Media cristia Se trata del modelo de la monarquía consti
na. que debían incluir a los propietarios, a los tucional prusiana, en que la función del par
dirigentes y a los trabajadores de cada ramo lamento y de los partidos —que acepta Treit-
industrial, conjurando así la lucha de clase; schke—, es un poco más que consultiva. Esta
por otra parle, dice, tendrían una función con estructura jerárquica del sistema político
sultiva de manera de no hacer mella en la refleja y preserva las jerarquías naturales de
autoridad absoluta de la monarquía heredi la sociedad civil, que encuentran en su vérti
taria. ce a la nobleza hereditaria, el "estrato emi-
El a. ha sido una caracteristica im portan nentemente político", que tiene en sus manos
te y recurrente del pensamiento político ale la dirección del estado; en el centro, la b u r
mán del siglo xix, constituyendo prim era guesía. que desempeña un papel importante
mente una resistencia a la unificación nacio en la vida cultural y material, pero que dege
nal y a la industrialización, y luego acompa nera cuando pretende ocuparse orgullosa-
ñándolas y guiándolas. Mencionaré sólo algu mente de los asuntos públicos, y en la base,
nos autores cuyas ideas han tenido un peso la gran multitud de los trabajadores manua
significativo aun en la política práctica: el ber- les. Entre éstos, Treitschke tiene una predi
nés Cari Ludwig Haller (1768-1854), que cons lección significativa por los campesinos, con
truyó una teoría contrarrevolucionaria basa servadores y apegados a la tradición, y mira
da en la idealización del estado patrimonial con suspicacia a los obreros de la ciudad,
de la Edad Media v ejerció gran influjo en el inquietos v “particularm ente sensibles a las
círculo político de Federico Guillermo IV; ideas de subversión".
Friedrich Julius Stahl (1801-1861), que teori Prosiguiendo con esta breve reseña de ejem
zó la monarquía hereditaria legítima de dere plos, se puede recordar, como característica
cho divino, contribuyendo a dar forma al pro de la prim era mitad del siglo xx, la doctrina
grama conservador de la monarquía de Pru- de Charles M aurras (1868-1952), que encabe
sia que desembocó en la obra unificadora de zó el movimiento de la extrema derecha de la
Bismarck, y Heinrich Treitschke (1834-1896), Action Fran^aise en la Francia de la tercera
cuyas doctrinas se convirtieron en una parte república y trató luego de convertir su pro
integrante de la ideología del imperio alemán pia forma de pensar en la ideología oficial del
hasta la prim era guerra mundial. régimen de Pétain. En el contexto social en
El pensamiento de Treitschke es muy inte que M aurras operaba ya estaba adelantada
resante porque en él se refleja la situación de la industrialización, la penetración del esta
un estado autoritario situado ante el proble do en la sociedad era ya notoria y la eficacia
ma de llevar a cabo una fuerte movilización de la acción política exigía un alto grado de
social para consolidar la unidad nacional y movilización. Todo esto repercute en los ras
para dirigir desde lo alto la modernización. gos del pensamiento maurrasiano, que no for
Por una parte, se encuentra consecuentemen man parte del a. tradicional, como el nacio
te un marcado nacionalismo con claras vetas nalismo "integrar', el antisemitismo y el esti
imperialistas, y una moderada acogida de las lo de acción política que propugnó. Pero, en
instancias liberales para empujar a la burgue conjunto, su doctrina es predominantemen
AUTORITARISMO 129
te autoritaria. M aurras odia a los "bárbaros" una manera distinta, distinguiendo entre
del interior, armados de la palabra de orden ideologías con un alto grado e ideologías con
de la igualdad y de la libertad, y odia la demo un bajo grado de articulación simbólica y con
cracia, como fuerza anárquica y destructora. ceptual. Pero sigue siendo cierto que las ideo
La salvación de Francia está en la restaura logías autoritarias de hoy tienen un modesto
ción de un urden que le devuelva la linfa vital nivel de elaboración. Y esto, a su vez, depen
a las "bellas desigualdades”. El orden de Mau- de del hecho crucial de que la perspectiva de
rras es necesariamente jerárquico, y se encar conservación de un orden jerárquico estable
na en una “monarquía tradicional, heredita cido de una vez por todas, y ligado esencial
ria, antiparlam entaria y descentralizada”, mente al pasado preburgués, ha sido dejada
que tiene el derecho a la obediencia incondi inexorablemente a un lado, como una antigua
cional de los franceses. La descentralización lla inútil, por un mundo que está dominado,
del estado se hace posible por el hecho de que de hecho o a través de las expectativas de los
la autoridad de la monarquía no puede hombres, por la industrialización, por el urba
derrumbarse, y entraña la autonomía de las nismo y por la idea del progreso, o por lo
comunidades locales, y sobre todo un orde menos de un cambio continuo de la sociedad.
namiento corporativo del mismo tipo que el Parece, pues, que la ideología autoritaria
de La Tour du Pin. Los pilares fundamenta no tiene futuro, o que, para resurgir, debe
les del orden m aurrasiano son también el adaptarse a los nuevos tiempos y corregirse
ejército, del que tenía un verdadero culto, y de manera sustancial. Con el afán de hacer
la iglesia católica, no entendida a través de conjeturas, se puede pensar que en un mun
su mensaje cristiano sino como institución do industrializado no se podrá dejar de unir
portadora del orden y de la jerarquía y, por la preservación del urden con una especie de
¡o tanto, dentro de la perspectiva de una reno administración del cambio social, y que. en
vación de la alianza del trono con el altar. este cambio de ruta, podrá apelar en parte al
Ciertos aspectos del pensamiento de Mau a. comteano y a un cierto filón elitista que ha
rras, como el nacionalismo exasperado v el propugnado o soñado una élite de intelectua
antisemitismo, anuncian claramente el fascis les o de expertos. La forma más probable es
mo. No obstante, el a. no es totalitarismo fas tal vez la de una tecnocracia coherente y lle
cista. y, cuando converge con éste y se trans vada a sus últimas consecuencias.
forma en un simple elemento del mismo, pier
de su naturaleza más intima. En la ideología III PhRSONAI.1ÜAD Y ACTITUDLS AUTORITARIAS.
fascista, el principio jerárquico ya no es el ins Muchos aspectos de la personalidad autori
trumento del orden sino el instrumento de la taria ya se habían destacado en la descripción
movilización total de la nación por la trans del "carácter autoritario” hecha por Erich
formación de la sociedad y la lucha hacia el Fromm en F.l miedo a la libertad {1941). El tex
exterior. En este sentido, dentro del fascismo to fundamental, en este campo, sigue siendo
la ideología autoritaria se extingue y se con la monumental investigación de Theodor W.
vierte en algo distinto. Adorno y de sus colaboradores. La persona
Después de la segunda guerra mundial y de lidad autoritaria, publicada en 1950. Esta
las consecuencias que se derivaron de ella, la indagación trata de describir al individuo
ideología autoritaria se encuentra frente a un potcncialmcnte fascista cuya estructura de la
mundo ya demasiado ajeno como para poder personalidad es tal que lo hace particular
echar raíces profundas. No faltan regímenes mente sensible a la propaganda antidemocrá
autoritarios de tipo conservador, pero es difí tica. Los autores tratan, en efecto, de demos
cil que encuentren su justificación en una tra r que el antisemitismo, que constituía el
ideología autoritaria explícita y decidida. tema inicial de la investigación, es un aspec
Como veremos un poco más adelante, Juan to de una ideología más compleja caracteri
Linz afirma que los actuales regímenes auto zada entre otras cosas por el conservaduris
ritarios (incluyendo los conservadores) no se mo político-económico, por una concepción
caracterizan por ideologías sino por simples etnocéntrica y. más en general, por una estruc
"mentalidades". Esta diferenciación es tal vez tura autoritaria de la personalidad. En este
demasiado marcada, y podría formularse de marco, la personalidad autoritaria se descri
130 AUTORITARISMO
be como un conjunto interrelacionado de ras cupación obsesiva por el poder desde la rigi
gos característicos. Son cruciales las llama dez hasta el conformismo.
das “sumisión" y “agresión" autoritarias: por El estudio de 1950 se sometió a diversas cri
una parte, la creencia ciega en la autoridad ticas, relativas tanto al método adoptado
y la obediencia celosa a los superiores y, por como a ciertos resultados alcanzados. Entre
otra, el desprecio a los inferiores y la dispo las críticas sobre el método recordaremos la
sición a atacar a las personas que se conside de que la tendencia de los sujetos examina
ran débiles y que se pueden aceptar social dos a dar respuestas "altas”, es decir a decla
mente como victimas. Otros rasgos relevan rarse de acuerdo con las proposiciones del
tes son la aguda sensibilidad por el poder, la cuestionario, podía haber dependido más que
rigidez y el conformismo. La personalidad de una elección de valor respecto del conte
autoritaria tiende a pensar en términos de nido de la proposición, de la propensión a no
poder, a reaccionar con gran intensidad ante disentir de una afirmación ya formulada: una
todos los aspectos de la realidad que afectan propensión que puede referirse especialmen
(efectiva o imaginariamente) las relaciones de te a los sujetos de baja extracción social v con
dominio; es intolerante frente a la ambigüe un bajo nivef de instrucción. Esta crítica es
dad, se refugia en un orden estructurado de relevante porque las distintas escalas emplea
manera elemental e inflexible, hace un uso das en la investigación (las escalas de antise
marcado de estereotipos en su forma de pen mitismo, de etnocentrismo, de conservaduris
sar y de comportarse; es particularmente sen mo político-económico y de tendencias anti
sible al influjo de las fuerzas externas y tien democráticas) se construyeron todas de tal
de a aceptar supinamente todos los valores mudo que las respuestas “altas", o sea de con
convencionales del grupo social al que per senso más o menos acentuado respecto de las
tenece. Adorno y sus colaboradores añadie proposiciones-test, constituyeran una medi
ron a éstos, otros rasgos distintos que aquí da directa de los parám etros politicamente
podemos pasar por alto. "negativos”: el antisemitismo, el etnocentris
La interpretación que Adorno y sus colabo mo, el conservadurismo político-económico
radores dieron de la personalidad autorita y las tendencias antidemocráticas.
ria es exquisitamente psicoanalítica. Una rela Se observó también que las proposiciones-
ción jerárquica y opresora entre padres e test reflejan de una m anera marcada la posi
hijos crea en el hijo una actitud muy intensa ción de izquierda moderada de los autores,
y profundamente ambivalente respecto de la de manera que no se detecta el a. tout court.
autoridad. Por un lado, existe una fuerte dis sino únicamente el a. de tipo fascista. De
posición a la sumisión; por el otro, podero acuerdo con esta crítica, Adorno y sus cola
sos impulsos hostiles y agresivos. Estos últi boradores cambiaron la dicotomía prejuicio-
mos impulsos son. sin embargo, eliminados tolerancia por la derecha-izquierda, con la
drásticam ente porel superyó, y la extraordi consecuencia de ignorar totalmente los pre
naria energía de los impulsos eliminados con juicios asociados con las ideologías de izquier
tribuye a hacer más ciega y absoluta la obe da y, más en general, con el a. de izquierda.
diencia a la autoridad, se traduce en gran par En efecto, se puede sostener que, con base en
te en la agresión contra los débiles y los infe las propuestas dadas a los cuestionarios pre
riores. Se trata, pues, de un mecanismo parados por Adorno y sus colaboradores, una
mediante el cual el individuo trata inconscien persona autoritaria de izquierda habría tota
temente de superar sus conflictos interiores lizado verosímilmente un puntaje bajo, y por
profundos, que desencadenan los dinamismos tanto habría resultado no autoritaria. Inves
de la personalidad autoritaria: el individuo, tigaciones posteriores, llevadas a cabo por
para salvar su propio equilibrio amenazado algunos de los colaboradores de Adorno, tra
de raíz por impulsos en conflicto, se aferra taron de corregir esta "tendenciosidad” de La
a todo lo que es fuerza y potencia y ataca todo personalidad autoritaria.
lo que es debilidad. A este dinamismo funda Sin embargo, la critica más común y más
mental se unen todos los demás rasgos de la importante es tal vez la que se refiere a la base
personalidad autoritaria: desde la tendencia exclusivamente psicoanalítica de la interpre
a depender de fuerzas externas hasta la preo tación de la personalidad autoritaria. Se ha
AUTORITARISMO 131
observado que una interpretación más com los códigos morales convencionales, la pro
pleta de este tipo de personalidad requiere pensión a participar en campañas contra los
una consideración exhaustiva del ambiente extranjeros o las minorías étnicas o religio
social, de las distintas situaciones y de los sas, la tendencia a apoyar partidos extrem is
diversos grupos que pueden influir en la per tas, etc. Numerosas investigaciones han
sonalidad; ya que muchos de los fenómenos demostrado que estas actitudes se encuentran
que a prim era vista aparecen como factores presentes de una manera más marcada en las
de la personalidad, depúes de un análisis más clases bajas. Lipset imputa esta correlación
cuidadoso pueden no ser más que efecto de a la situación social de la clase trabajadora,
condiciones sociales específicas. En esta caracterizada por un bajo nivel de instruc
dirección se ha ido delineando, por parte de ción, por una baja participación en la vida de
varios autores, una segunda explicación sobre los organismos políticos y de asociaciones
la formación de la personalidad autoritaria: voluntarias, por las pocas lecturas y las esca
la del llamado "a. cognitivo”. De acuerdo con sas informaciones, por el aislamiento deriva
este planteamiento, los rasgos de la persona do del tipo de actividad desarrollada (un fac
lidad autoritaria se basan simplemente en tor que actúa en grado máximo en el caso de
ciertas concepciones de la realidad que pre los campesinos y también de otros trabajado
dominan en una determ inada cultura o sub res, como los mineros), por la inseguridad
cultura. que son aprendidas por el individuo económica y psicológica y por el sello auto
a través del proceso de socialización y que ritario de la vida familiar. Todos estos facto
corresponden de una manera más o menos res contribuyen a form ar una perspectiva
realista a las condiciones efectivas de vida mental pobre e indefensa, hecha de gran
dentro de dicho ambiente social. En realidad, sugestionabilidad. de falta de un sentido del
estas dos interpretaciones de la personalidad pasado y del futuro, de incapacidad para
autoritaria no se excluyen necesariamente tener una concepción compleja de las cosas,
entre sí. Numerosas investigaciones em píri de dificultad para elevarse por encima de la
cas recientes parecen mostrar que en ciertas experiencia concreta y de falta de imagina
situaciones o en ciertas clases sociales se ción. Según Lipset, en esta perspectiva debe
encuentran efectivamente muchos de los buscarse precisamente la compleja base psi
hechos mencionados por la teoría del "a. cog cológica del autoritarismo.
nitivo”, mientras que en otras situaciones y También a la tesis de Lipset se le han hecho
en otras clases sociales la interpretación psi- diversas críticas, tanto del método como de
coanalítica conserva una mayor eficacia expli interpretación. En el plano del método, se ha
cativa. observado, por ejemplo, que en algunas de las
Indudablemente, la tesis del "a. de la clase investigaciones utilizadas por Lipset el modo
trabajadora", en la que ha puesto el acento de calcular los porcentajes, que en ciertos
principalmente Seymour M. Lipset, se puede casos equiparaba las respuestas "no se” con
llevar a una interpretación sociológica, más las abiertamente intolerantes, era desfavora
que psicológica, de las actitudes autoritarias. ble a las clases bajas, en las que había mayor
Esta tesis no niega la existencia de tendencias número de respuestas inciertas o falta de opi
autoritarias en las clases elevadas y en las nión. Además, el tipo de preguntas dirigidas
medias, pero sostiene que en la sociedad a los entrevistados favorecía a la clase media,
moderna las clases más bajas se han conver ya que estas preguntas se referían a temas
tido poco a poco en la mayor reserva de acti que podían ser interesantes y comprensibles
tudes autoritarias. Por a. no se entiende, en a las personas de tal clase, pero no en la mis
este caso, el síndrome de la personalidad ma forma para los trabajadores. En el plano
autoritaria en toda su complejidad sino más de la interpretación y en relación específica
bien una serie de actitudes individuales que con la clase obrera, se ha objetado, por ejem
pueden referirse a una disposición psicológi plo, que habría que tom ar en cuenta no sólo
ca autoritaria: una baja sensibilidad por las la condición de obrero sino también la pro
libertades civiles, la intolerancia, una baja cedencia social del obrero: un intento por ree
inclinación a sostener un sistema pluriparti- laborar los datos en este sentido parece
dista, la intolerancia por las desviaciones de dem ostrar que el a. se atribuye sobre todo a
132 AUTORITARISMO
los obreros que provienen directam ente del lización social y de desarrollo político (por
campo. También se notó que los estudios ejemplo, la Etiopía de Hade Selassie); los regí
sobre el a. de la clase obrera debían tom ar menes con un partido único —en el sentido
en cuenta la movilidad vertical, dado que hay efectivo y no formal de la expresión—, que
razones para considerar que son autoritarios son los más numerosos (por ejemplo, la Unión
sobre todo los elementos que descienden de Soviética), y, mucho más raros, los regímenes
la clase media hacia la obrera y que en cam pluripartidistas en que los diversos partidos
bio son tolerantes los que ascienden de la cla están de acuerdo en no competir entre si, pro
se obrera a la media. duciendo resultados funcionales muy seme
jantes a los del monoparlidismo (por ejemplo,
IV REGIMENES E INSTITUCIONES AUTORITARIAS En Colombia).
sentido muy general, se habla de regímenes Sin embargo, en la clasificación de los regí
autoritarios para indicar toda la clase de regí menes políticos contemporáneos el concepto
menes antidemocráticos. La contraposición de a. a menudo no se utiliza para designar
entre a. y democracia se refiere tanto a la todos los sistemas antidemocráticos sino úni
dirección en la que se trasm ite la autoridad camente una de sus subclases. En este senti
como el grado de autonomía de los subsiste do, se distingue entre a. y totalitarismo. A pro
mas políticos (los partidos, los sindicatos y pósito de esta distinción hay que decir, de
todos los grupos de presión en general). En manera preliminar, que mientras el uso
esta primera perspectiva los regímenes auto estricto que se hace de "a," es útil y legitimo,
ritarios se caracterizan por la ausencia del el uso amplio de ' ‘totalitarism o” conlleva
parlamento y de elecciones populares o, cuan inconvenientes serios y ha sido criticado acre
do estas instituciones quedan con vida, por mente. En realidad, lo que se contrapone a los
su reducción a meros procedimentos ceremo regímenes autoritarios son todos los regíme
niales y por el indiscutible predominio del nes monopartidistas con una elevada movili
vértice ejecutivo. En la segunda perspectiva zación política. Remitimos de una u otra for
los regímenes autoritarios se distinguen por ma a la voz totalitarism o para una discusión
la falta de la libertad de los subsistemas, tan explícita de este punto, y aquí seguimos
to formal como efectiva, que es típica de la hablando, para evitar complicaciones, aunque
democracia. La oposición política es suprimi con la cautela mencionada más arriba, de
da o invalidada; el pluralismo de los partidos, regímenes "totalitarios". Volvamos, pues, a
prohibido o reducido a un simulacro sin inci nuestra distinción, que puede reducirse al
dencia real; la autonomía de los demás gru grado de penetración y de movilización polí
pos políticamente relevantes, destruida o tole tica de la sociedad y a los instrum entos a los
rada mientras no perturbe la posición de que recurre de una manera característica la
poder del jefe o de la élite gobernante. En este élite gobernante. En los regímenes autorita
sentido el a. es una categoría muy general que rios la penetración-movilización de la socie
comprende gran parte de los regímenes polí dad es limitada: entre el estado y la sociedad
ticos que conocemos, desde el despotismo corre una linea divisoria más bien precisa.
oriental hasta el imperio romano, desde las Mientras el pluralismo partidista es suprimi
tiranías griegas hasta los señoríos italianos, do por derecho o de hecho, muchos de los gru
desde la moderna monarquía absoluta hasta pos de presión más importantes conservan
la constitucional de tipo prusiano, desde los gran parte de su autonomía y. por consiguien
sistemas totalitarios hasta las oligarquías te. el gobierno cumple por lo menos en parte
modernizantes o tradicionales de los países una función de árbitro en sus confrontacio
en vías de desarrollo. Teniendo presentes sólo nes y encuentra en ellos un limite a su pro
los sistemas políticos actualmente existentes pio poder. El control de la educación y de los
y concentrando la atención en el papel que en medios de comunicación no rebasa tampoco
ellos tienen los partidos, Samuel P. Hunting ciertos limites; a menudo se tolera también
ton y Clement H. Moore han distinguido tres la oposición siempre que no se manifieste de
formas de regímenes totalitarios: los que no manera abierta y en publico. Para alcanzar
tienen partido, que corresponden ordinaria sus objetivos, los gobiernos autoritarios pue
mente a niveles relativamente bajos de movi den. por esta razón, recurrir sólo a los ins-
AUTORITARISMO 133
nización, de propaganda y de poder. La pre les y burócratas y por un bajo grado de par
sión por la movilización es por lo tanto muy ticipación política. Falta una ideología movi-
limitada: el régimen no busca entusiasmo o lizadora y un partido de masa; a menudo hay
apoyo, está dispuesto a contentarse con la un partido único, que tiende a reducir la p ar
aceptación pasiva y tiende a desalentar el ticipación; a veces hay pluralismo partidista,
adoctrinamiento ideológico y el activismo pero sin competencias electorales libres. Se
político. Los regímenes autoritarios en vías de trata del tipo de a. más difundido en el siglo
modernización, que pueden encontrarse en xx: ejemplos son Brasil y Argentina en algu
países del llamado tercer mundo, surgen en nos periodos de su historia, la España de Pri
sociedades que se caracterizan por una mo de Rivera > los primeros años del Portu
modernización todavía muy débil y obstacu gal de Salazar. 2] Los regímenes autoritarios
lizada por graves estrangulamientos sociales de estatalismo orgánico se caracterizan por
y tienden a reforzar y hacer incisivo el poder un ordenamiento jerárquico de una plurali
político para superar los cuellos de botella en dad no competitiva de grupos que represen
la senda del desarrollo. La presión por la tan diversos intereses y categorías económi
movilización es. por lo tanto, mucho más fuer cas y sociales, y por un cierto grado de movi
te que en los regímenes de tipo conservador; lización controlada de la población en forma
pero la fuerza de penetración del régimen es, "orgánica". También a veces existe un parti
sin embargo, limitada por la consistencia de do único, con un papel más o menos relevan
las fuerzas sociales conservadoras y tradicio te, mientras que la perspectiva ideológica de!
nales y por el atraso general de la estructura régimen está dada por una versión cualquie
social y de la cultura política. En esta situa ra de corporativismo. Ejemplo típico de esta
ción, la élite gobernante se esfuerza por intro talismo orgánico es el Estado Novo portugués;
ducir instrumentos modernos de moviliza pero tendencias corporativas se descubren
ción social, pero no es capaz de organizar un también en la Italia fascista, en la España
partido de masa verdaderamente eficiente. franquista y en algunos países de América
Estas dificultades con las que topa la élite Latina. 3] Los regímenes autoritarios de movi
gobernante son todavía mayores en los regí lización en países posdemocráticos se distin
menes autoritarios premovilizados, ya que el guen por el grado relativamente más eleva
ambiente que los caracteriza es una sociedad do de la movilización política, a los que
que todavía es casi enteramente tradicional, corresponde el papel más incisivo del parti
tanto por la estructura social como por la cul do único y de la ideología dominante, y por
tura política. En cierto sentido, estos regíme el grado relativamente más bajo del pluralis
nes no son más que "meros accidentes histó mo político consentido. Se trata de los regí
ricos, o sea sistemas en los que, a continua menes llamados por lo común "fascistas", o
ción de la influencia del colonialismo y de la al menos de la mayor parte de ellos: el caso
difusión de las ideas y de las actividades exis más representativo es el fascismo italiano. 4]
tentes en países más desarrollados, se ha Los regímenes autoritarios de movilización
creado una élite modernizadora y una estruc posindependencia son el resultado de la lucha
tura política diferenciada, mucho antes de anticolonial y de la conquista de la indepen
que aquéllos hubieran sentido la necesidad o dencia nacional, especialmente difundidos en
el impulso de desarrollar estas estructuras y el continente africano. Están caracterizados
culturas por cuenta propia”. Los enormes por el surgimiento de un partido único aún
obstáculos que se oponen a la modernización, débil y no amparado en las formaciones para
en casos como éstos, se ejemplifican bien con militares típicas de los regímenes fascistas,
las vicisitudes de la Ghana de Xkrumah. con un liderazgo nacional a veces de carác
Una tipología de los regímenes autoritarios ter carismático, con un componente ideoló
contemporáneos más minuciosa y articulada gico incierto y un bajo grado de participación
ha sido propuesta por Juan Linz. Prevé cinco política. 5] Los regímenes autoritarios posto-
formas principales y dos secundarias, para talitarios están representados por los países
un total de siete tipos. 1] Los regímenes auto comunistas después del proceso de desestu-
ritarios bureerálico-militares están caracte linización. Son el resultado combinado de las
rizados por una coalición guiada por oficia tendencias a la formación de intereses en con-
AUTORITARISMO 135
Dicto —y por lo tanto de un pluralismo limi var la analogía mucho más adelante, preten
tado—, a una parcial despolitización de la de democratizar las diversas instituciones
masa, a una atenuación del papel del partido sociales, introduciendo parlamentos y asam
único y de la ideología, a una burocratización bleas con el máximo poder de decisión en la
acentuada: tendencias que producen una escuela, en la fábrica, en la iglesia, etc., y lla
transformación conspicua y estabilizada del ma autoritarias a todas las instituciones que
precedente modelo totalitario. A estos cinco no se estructuran de acuerdo con esos crite
tipos principales de regímenes autoritarios rios. El blanco del ataque de esta tendencia
Linz añade todav ía el caso de 6] el totalitaris radical es, particularmente, la estructura
mo imperfecto, que constituye por lo común jerárquica de las grandes unidades económi
una fase transitoria de un sistema político cas contemporáneas, respecto de las cuales
cuyo desarrollo hacia el totalitarismo ha sido la analogía con los regímenes políticos no
detenido, y que tiende entonces a transfor podría negarse, desde el momento en que son
marse en algún otro tipo de régimen autori las únicas instituciones sociales capaces de
tario, y 7] el de la llamada democracia racial: tomar decisiones del mismo alcance que el
el dominio autoritario de un grupo racial, que gobierno. Por otra parte hay quien rechaza
sin embargo se gobierna en su seno con un esta extensión del significado de a. y defien
sistema democrático, sobre otro grupo racial de el principio de la pluralidad de estructu
que representa la mayoría de la población ras de poder en las diversas instituciones,
(Sudáfrica). afirm ando que una difusión excesiva de los
Kn analogía con los regímenes políticos se procedimientos democráticos de origen polí
Ies puede atribuir el carácter del a. a otras tico lleva sólo a desnaturalizar la fisonomía
instituciones sociales: familiares, escolares, especifica v a minar el huen funcionamiento
religiosas, económicas, etc. En este campo, el de los diversos sectores institucionales. Se
concepto de a. se vuelve a convertir en algo afirma, por ejemplo, que en las instituciones
muy general y muy poco preciso, aunque cla que se refieren a las relaciones entre adultos
ro está que tanto en los regímenes políticos y jóvenes, como la lamilia y la escuela, hay
como en las demás instituciones sociales se una desigualdad básica que no permite una
refiere a la estructura de las relaciones de plena analogía con el sistema político, o que
poder. Se podría decir que una institución es la democratización de las empresas económi
más autoritaria a medida que las relaciones cas les quitaría su eficiencia.
de poder que la caracterizan se confian a man L:gado con la respuesta radical o modera
dos apodicticos y a amenazas de castigo, y da, que se da al prim er problema, está el tipo
tienden a excluir o a reducir al mínimo la par de solución del segundo problema que se
ticipación de la base en la toma de decisio refiere a la conexión entre la democracia o
nes. Pero, si puede ser relativamente fácil el a. de las demás instituciones sociales y la
ponerse de acuerdo, en general, sobre los democracia o el a. del sistema político. Para
parám etros del a. de las instituciones, es los moderados, la conexión no existe o es
mucho más difícil acordar sobre su aplicación mínima. Ni la organización jerárquica de la
concreta a tal o cual institución. En este cam familia y de la unidad económica, ni tampo
po, en efecto, resultan claramente relevantes, co la estructura oligárquica de los partidos
más que en ningún otro, las orientaciones de mismos afectan la democracia. Ya que, si exis
valor de las diversas corrientes. Cosa que se te una pluralidad de partidos que se dispu
puede observar fácilmente considerando las tan el poder de gobernar, periódica y libre
respuestas que de ordinario se dan a los dos mente, a través del voto, la oligarquía en el
principales problemas que surgen en el nivel de partido político se convierte en demo
sector. cracia en el nivel del sistema en su conjunto.
El primer problema se puede form ular así: En este marco, cierto grado de apatía políti
¿hasta qué punto es legitima la analogía entre ca de las masas es compatible con la demo
los conceptos de democracia y a. en cuanto cracia y hasta puede resultar útil para su esta
a los regímenes políticos y los mismus con bilidad. Para la posición radical, en cambio,
ceptos nivel de las diversas instituciones la democracia de un sistema político se mide
sociales. Por una parte hay quien tiende a lle a través de la participación real de los ciuda
136 AUTORITARISMO
danos en la formación de las decisiones y, en nes sociales ya que hace más estables los sis
las democracias liberales actuales, la parti temas políticos en los que la democraticidad
cipación política es decididamente insuficien del gobierno se ve atenuada por una cierta
te, porque a los hombres no se les educa para "im pureza”.
esta participación, que se refiere frecuente
mente a problemas lejanos y abstractos,
mediante la oportunidad de participar en las BiBi.ioííRAf lA: Para las ideologías autoritarias; J.
decisiones que les afectan más de cerca en su de Maistre, Consideraciones sobre Francia (1796),
experiencia concreta. En esta perspectiva, la Madrid, Rialp, 1955, y Du pape (1821); H. Treits-
conexión entre el a. o la democracia de las chke. Politik (1897); C. Muurras, Mis ideas polí
demás instituciones y el a. o la democracia ticas. Buenos Aires, Huemul. 1962. Para la per
del sistema político resulta muy estrecha. Un sonalidad y las actitudes autoritarias: T.W. Ador
sistema político democrático presupone una no. E. Frenkel-Brunswick, D.J. Levinson y R.N.
sociedad democrática y, por esta razón, las Sanlord, La personalitá autoritaria!1950), Milán,
democracias liberales actuales deben some Comunitú. 1973; R. Christie y M. Jahoda (comps.),
terse a una profunda transformación, en el Studies in the scope and method of "Authorita-
sentido de una marcada democratización de rian personality", Glencoe, Free Press, 1954; R.F.
las instituciones sociales que, como las eco Hamilton, L'autoritarismo della classe operaia,
nómicas, comprenden de m anera más direc en R. Campa (comp.), ¡.'autoritarismo e la súde
ta los intereses de los hombres que dia con la ntemporanea, Ruma. Nuova Antología, 1969;
día trabajan en ellas. S.M. Lipset, El hombre político (1960), Buenos
En la teoría de la estabilidad de los siste Aires. Eudeba. Para los regímenes y las institu
mas políticos de Harry Eckstein está implí ciones autoritarias: G.A. Almond y G.B. Powell,
cita una posición intermedia respecto del pro Política comparada (1966), Buenos Aires, Paidós;
blema de la conexión. De acuerdo con este D. Collier (comp.), The new anthoritarianism in
politólogo, la estabilidad se apoya en la "con Latín America. Princeton, Princeton University
gruencia" entre el modelo de autoridad del Press, 1979; H. Eckstein. División and cohesión
régimen político y los modelos de autoridad in democracy, Princeton, Princeton University
vigentes en las instituciones sociales. En este Press, 1966; G. Germani. Autoritarismo, fascis
sentido, la estabilidad de la democracia ingle mo e classi soriali. Bolonia. II Mulino, 1975; S.P.
sa o de la noruega depende del hecho de que Huntington y C.H. Moore (comps.), Authoritarian
una dosificación análoga de democracia y politics in madern society, Nueva York, Basic
autoridad caracteriza tanto al gobierno como Books. 1970; J. Linz, An authoritarian redime:
a las instituciones sociales; el derrum be de Spain, en E. Allardt e Y. Littunen (comps.), Clea-
la República de Weimar es imputable al cla vay.es, ideologies and party Systems, Helsinki.
ro contraste entre la organización democrá Westermarck Societv, 1964: J. Linz. Totatitarian
tica del gobierno y la estructura marcada and authoritarian regimes, en F.I. Greenstein y
mente autoritaria de las instituciones socia N.VV. Polsby (comps.), Handbook of political
les. Sin embargo, en este caso, "congruencia" Science, Reading, Addison-Wesley, 1975, vol. tu;
no quiere decir siempre un pleno isomorfis- G. O’Donnell. Modernización y autoritarismo
mo sino más a menudo indica una semejan (1973), México. Paidos, 1982.
za “gradual" más decidida en las institucio
nes más cercanas al gobierno (partidos, gru [MARIO STOPPINO]
pos de presión, asociaciones voluntarias de
adultos), y cada vez menos significativa en las
instituciones más lejanas, como la familia, la
escuela y las empresas productivas. Es más, autoritarismo latinoamericano, v. mili
según Eckstein, no puede suprim irse el ele tarismo.
mento autoritario de las diversas institucio
balcanización
En Italia, el b. tuvo dos momentos de nota para definir aquellas actividades criminales
ble importancia: durante las guerras napoleó en las que a veces se sobrepasaba el b. tradi
nicas (sobre todo la reacción contra la repú cional (por ejemplo, el secuestro con el fin de
blica partenopea de 1799) y el posterior a la extorsionar, el abigeato).
unión del reino de las Dos Sicilias a la monar
quía saboyana. Si el b. en la Italia central y BIBLIOGRAFIA F. de Felice, Sacíela meridionale e
septentrional se vinculaba más bien con las brigantaggio ncll'Italia post unitaria, en Rivista
maniobras legitimistas de los soberanos Storica del Sociatismo, Vlll, 1965; A. de Jaco
depuestos por Napoleón, en la Italia meridio (comp.l, l¡ brigantaggio meridionale: cronaca ine
nal revelaba más claramente su aspecto cla dita dell'unita d'ltalia, Roma, Editori Riuniti,
sista. Liberales y hombres honrados sostene 1969; E.J. Hobsbawm, Bandidos (1969), Barce
dores de la república partenopea prim ero y lona, Ariel, 1976; E.J. Hobsbawm. Rebeldes pri
de la monarquía saboyana después y del nue mitivos (1959), Barcelona, Ariel; F. Moliese, Sto-
vo orden unitario eran también usurpadores ria del brigantaggio dopo Vunilá, Milán, Feltri-
de los bienes comunales y de los antiguos nelli, 1964; P. Soccio, Cuita e brigantaggio, Ñapó
derechos comunes, desatando de este modo les, ESI, 1969; P.J. Vanderwüod, Desorden y pro
un ataque contra la parte más pobre de la greso: bandidos, policías y desarrollo mexicano
población agraria. Este resentimiento de cla (1981), México, Siglo XXI, 1986.
se es explotado oportunamente por los agen
tes borbónicos, más cercanos a la situación [MAURO AMBROSOLl]
local que no la nueva clase filo-saboyana y
liberal, que mediante eficaces promesas de
nuevas cotizaciones de los bienes movilizaban
a la población del campo contra las nuevas bicameralismo
instituciones del reino de Italia. La dura
represión que siguió (1860-1865) denuncia los i socios. En el lenguaje común se suele unir
limites de la política saboyana de unificación el concepto de b. a la existencia de parlamen
de la península j- de la nueva carga fiscal que tos constituidos por dos asambleas o cáma
pesaba sobre las provincias meridionales. Líi ras (llamados por ello “bicamerales") y dis
lucha contra el b. se vuelve un momento de tinguirlos por un lado del monocameralismo
agregación social y de división en grupos de y por el otro del pluricameralismo, que res
la sociedad meridional entre sostenedores y pectivamente se refieren a parlamentos for
opositores del nuevo orden político y econó mados por una única asamblea (monocame-
mico. De esta división pueden depender las rales) y por más de dos asambleas (plurica-
sucesivas fracturas entre fascistas y antifas merales). En estos términos la expresión b.
cistas locales y las actuales clientelas polí refleja la forma de ser de cierto tipo de par
ticas. lamento en un determinado momento histó
El lenguaje político más reciente ha olvida rico. sin por lo demás ilustrar las “ razones”
do "b.” como palabra de uso común y ha pre por las que los parlamentos en cuestión son
ferido bandido-bandidismo para m arcar la de tal tipo y no de otro. A este propósito es
acción de los grupos clandestinos, cuando preciso observar que, en todo ordenamiento
éstos dirigen su acción contra un poder polí positivo, la elección de un parlamento mono-
tico que carece de legitimación popular (la cameral. bicameral o pluricameral se lleva a
república social italiana) al que se contrapo cabo (o fue llevada a cabo) con la mira de
nía la imagen del bandolero negro. Actual satisfacer exigencias concretas; en especial,
mente se habla de criminalidad política para para que estas exigencias resulten plenamen
identificar la acción de aquellos grupos que te satisfechas y el b. se manifieste como fenó
buscan desencadenar una revuelta popular meno dinámico no basta la mera existencia
contra las instituciones que tienen fuerte apo de dos cámaras; en cambio, sucede que sus
yo. Las formas más modernas de delincuen voluntades confluyan en una sola. Por otra
cia, organizadas según las reglas de la ganan parle, la confluencia de las voluntades de dos
cia capitalista, han hecho que sea del todo cám aras puede ser suficiente para aprobar
obsoleto el uso de bandolerismo-bandidismo algunos actos de parlamentos pluricamerales
BICAMERAL1SM0 13V
dundo vida, un sustancia, a una forma anó senado expresa, sin el concurso de la otra
mala de b.: asi, un el parlamento pentacame- cámara, advices y consents vinculantes para
ral yugoslavo, organizado por la Constitución el ejecutivo, en la ratificación de tratados
de 1963 (constitución que permaneció vigen internacionales, en las nóminas de los jueces
te con varias enmiendas, incluso relacionadas de la Suprema Corte y de otros funcionarios
con el tema que estamos examinando), una federales; en Alemania federal, el Bundestag.
cámara federal hacia de gozne en la produc y no el Bundesral, elige al canciller federal
ción legislativa mientras que las otras cuatro (art. 63, i. ti, de la Grundgeselz) y puede
se alternaban (art. 173 const.), de modo que expresarle su desconfianza, eligiendo por
las leyes eran aprobadas por dos asambleas mayoría de sus miembros un sucesor (art. 67).
con iguales poderes: la mencionada (la más En cuanto al último punto, ejemplos signifi
ampliamente representativa) y otra asamblea cativos de la hipótesis a] están representados
designada de vez en vez por su competencia por el presidium del soviet supremo de la
en la m ateria (Cantara de asuntos económi URSS, en el intervalo entre las sesiones del
cos, art, 174 const.; Cámara de la instrucción propio Soviet, en el sentido del art. 119 de la
y de la cultura, art. 175 const.; Cámara de los constitución de 1977, actualmente vigente;
asuntos sociales y de salud, art. 176 const.; por la comisión común que, en Alemania fede
Cantara de los asuntos políticos y organiza ral, puede tomar el puesto de las cámaras par
tivos, art. 177 const.). lamentarias. aunque sólo a continuación de
Por lo contrario, el b. no tiene mudo de la proclamación del "estado de excepción” y
manifestarse en los parlamentos bicamerales: "si la situación requiere de una acción no dife-
1] ni cuando las dos cám aras actúan en una rible” (arts. 115-a, ti; 115-e, i). Por la hipóte
única sesión; 2] ni cuando determinadas fun sis b] se limita a llamar la atención: sobre el
ciones se le atribuyen a una asamblea y no conference committee formado por miembros
a la otra; 3] ni cuando un órgano intercam e de las dos cámaras en el congreso de Estados
ral restringido: a] sustituye temporalmente a Unidos para buscar una fórmula de compro
las cámaras, o h] se utiliza para resolver las miso, cuando dichas asambleas no logran el
divergencias entre las cámaras. acuerdo sobre determinado texto normativo;
En cuanto al punto 1], considérese que la tal como, en la comisión mixta paritaria que,
legislación italiana —cuya elección bicame- en Francia, interviene en ocasiones análogas,
ral está sancionada en el art. 55, i const.. en el sentido del art. 45 const.
según el cual: "el Parlamento se compone de Puede concluirse, pues, que el b. se funda
la Cámara de diputados y del Senado de la en el supuesto de la existencia de (por lo
República"— se apoya en el "Parlamento en menos) dos cám aras parlam entarias, que
sesión conjunta” para los siguientes cometi constituyen, en sentido amplio, un parlamen
dos constitucionales: elecciones y juramento to (por lo menos) bicamcral. Este Parlamen
del presidente de la República (arts. 83, 91); to, por lo demás, en el desarrollo de sus fun
elecciones de un tercio de los miembros del ciones, no siempre se amolda al b. Sin embar
Consejo superior de la magistratura (art. 104) go, parece difícil concebir un Parlamento
y de un tercio de los miembros de la Corte bicameral cuyas ramas no actúen nunca de
constitucional (art. 135, i); acusación contra concierto: la experiencia concreta, por el con
el presidente de la República (art. SO) o el pre trario, m uestra que donde hay un parlam en
sidente del Consejo de ministros o los minis to bicameral el b. brota en una u otra forma:
tros (art. 96); compilación del listado de ciu el problema se evita por ello al elegir el b. a
dadanos del que se saca a suertes los 16 jue aplicar.
ces adjuntos de la Corte constitucional que
sólo intervienen cuando el organismo se reú 11 B1CAMERAUSMOPERFECTOO INTEGRAL Y BICAMERA-
ne para juzgar acerca de las acusaciones pro USMO IMPERFECTOo LIMITADO. El b. se explica en
movidas por el Parlamento (art. 135, vil). En su integridad tanto cuando al ejercer deter
cuanto al punto 2} es preciso recordar que: minadas funciones las dos cám aras tienen
en Gran Bretaña la Cámara de los comunes, poderes iguales como cuando los poderes,
y no la de los lores, confiere y revoca la con aunque diversos, son complementarios (esto
fianza en el gobierno: en Estados Unidos, el sucede, por ejemplo, cuando en algunos pai-
140 BICAMERALISMO
ses ambas cám aras participan en el procedi alternativa digna de tomarse en cuenta. La
miento del impeachment: una —la cámara ba experiencia más reciente, la yugoslava den
ja— expresa la acusación, y la otra —la alta— tro de la Constitución de 1963, en la que, por
se constituye en Corte superior de justicia otra parte, el pluricameralismo enteraba,
para actos contrarios a los intereses genera como se ha dicho, sólo una parte de las acti
les del estado cometidos por personalidades vidades parlam entarias, se dio por term ina
políticas en el ejercicio de sus funciones). Éste da en poco más de una década; la Constitu
es el b. perfecto o integral, al que algunos con ción de 1974, al optar por el b., establece de
sideran el único b. verdadero. hecho en el art. 284 que: "los derechos y los
El principio bicameral se manifiesta en for deberes de la asamblea de la RSFJ se ejerci
ma atenuada cuando las dos cám aras tienen tan en la cámara federal y en la cámara de
atribuciones parcialmente diferentes. Éste, el las repúblicas y de las provincias, de confor
b. imperfecto o limitado, es el que parte del midad con las normas de esta Constitución".
supuesto de que por lo menos algunas de las Siempre queda abierta la alternativa entre
funciones del parlamento —concretamente, la elección monoeameral —que obviamente
la legislativa— se basan en la confluencia de excluye in limine el b.— y la bicameral —que
las voluntades de ambas asambleas, aun permite la experimentación y la aceptación
cuando luego una de ellas termine por pre de toda forma y matiz, de b. En síntesis, entre
valecer. En este último caso, la cám ara que los argumentos en favor del b. pueden recor
tiene poderes más limitados debe ser capaz darse los siguientes;
de m anifestar una voluntad autónoma (a fal a] el b. es un elemento útil en los estados
ta de la cual no se puede hablar ni siquiera descentralizados, de m anera señalada en los
de b. en forma atenuada). Esto significa en federales, contribuyendo a distinguirlo, por
relación con las características estructurales un lado, de la confederación de estados y, por
de las dos asambleas, que la composición de el otro, de los estados centralizados: lo cual
una cámara no debe estar totalmente contro sucede si una cámara representa al pueblo en
lada y gobernada por la voluntad de la otra. su totalidad y constituye un elemento de
La elección bicameral recoge como corola garantía de la unidad del estado, mientras que
rio que pueden existir divergencias entre las la otra está estructurada de manera que vigile
dos cámaras. Para resolverlas, ciertos orde la existencia jurídica de las entidades terri
namientos excluyen voluntariamente cual toriales autónomo-autárquicas del propio
quier normativa, considerando que dichas estado (estados miembros, IMnder, etcétera);
divergencias podrían ser superadas con el b] el b. contribuye al mejoramiento técni
tiempo y en el transcurso de la discusión; co de la legislación. El doble examen a que
otros ordenamientos han establecido que los se somete un proyecto de ley permite reali
conflictos se terminan en el ámbito de la pro zar una prueba de resistencia en el tiempo y
pia cám ara (por ejemplo, atribuyendo a la un control de méritos. Para la consecución de
voluntad de una asamblea prevalencia sobre estos fines se puede aplicar el principio bica
la de otra, o disponiendo de antemano comi meral, tanto integralmente como en forma
tés mixtos); otros más han considerado el atenuada. Sin embargo, parece aconsejable el
recurso a instrumentos que no dependen de recurso al b. imperfecto, con tal que la cáma
la voluntad de las cám aras (por ejemplo, el ra que tiene poderes más limitados (que pue
referéndum popular).I. den ser. por ejemplo, poderes de control o de
veto) esté compuesta por miembros particu
III. EL BICAMERALISMO COMO PROBLEMA DE DECISION'ES larmente calificados desde el punto de vista
¿Por qué adoptar el siste
t éc n ic a s y política s . técnico y menos ligados a intereses políticos;
ma bicameral en lugar del monoeameral o c] el b. constituye una garantía para la soli
pluricam eral? Y además, ¿por qué escoger dez (v la continuidad) del ordenamiento, asi
una forma de b. con preferencia a las demás? como para la estabilidad de la orientación
El pluricameralismo, rechazado general política general. Dos cámaras —especialmen
mente por la teoría y rara vez adoptado por te si son iguales en cuanto a las competencias
la experiencia constitucional de los ordena y son elegidas en momentos y con criterios
mientos modernos, no parece constituir una dilerentes— representan, en una forma más
BICA.MERALISVIO 141
completa que una sola asamblea, las fuerzas dirigirse a una segunda cám ara como órga
políticas del país. El concurso de las dos no de consulta y de reflexión del gobierno
voluntades permite, pues, adecuar mejor las cuando existen otros órganos, diferentes de
normas a las exigencias de evolución del orde una asamblea parlam entaria, que son más
namiento y llevar a la práctica funciones de adecuados para cumplir estas funciones;
estimulo y control recíprocos; c] en particular, la perpetuación de parla
d] el b. permite un control más atento y mentos bicamerales compuestos por una
minucioso del ejecutivo. La afirmación —que cantara electiva y una no electiva no parece
obviamente se refiere a los ordenamientos en justificarse en los ordenamientos democráti
los que el gobierno es responsable ante el par cos. Para apoyar esta afirmación algunos han
lamento— es acogida con cierta reserva y cau presentado las siguientes hipótesis (que los
tela. El control es máximo cuando el h. es inte defensores del b. consideran, equivocadamen
gral y el gobierno debe gozar de la confianza te. simplistas): o la voluntad de la cám ara no
de ambas cámaras. Pero ¿contribuye en gra electiva está de acuerdo con la de la cámara
do máximo a la estabilidad del gobierno? electiva y entonces la cám ara no electiva es
Sobre este punto hay divergencia de opinio inútil, o no está de acuerdo y entonces es noci
nes: no pocos de los defensores de la solución va, ya que el sistema representativo actual se
bicameral se inclinan por un b. atenuado, en basa en la voluntad popular.
el que una cám ara tiene poder de control y
la otra es órgano de consulta del ejecutivo. IV. EL BICAMERALISMO EN LA EXPERIENCIA CONSTITU
En cambio, estos son los argumentos más CIONAL. El debate sobre el tema de la "funcio
significativos en favor de la decisión mono- nalidad’1del b. proporciona elementos útiles
cameral: a cada uno de los ordenamientos positivos en
a] ordinariamente, debido a la organización cuanto a la disciplina de las formas y de los
interna de las asambleas parlamentarias, los modos de actuación de las técnicas organiza
proyectos de ley se evalúan en comisiones tivas bicamerales (desde el b. perfecto a aquel
antes de someterse a la asamblea. Por tanto, atenuado al máximo), pero probablemente
en el mismo ámbito de una cámara se some carezca de influencia para la solución del pro
ten a un doble examen, suficiente para garan blema preliminar: el de si el parlamento debe
tizar el control formal del acto. Un doble exa estar constituido por una o por dos cámaras.
men no es necesariamente un examen dupli Hoy en día la elección de la doble cámara, allí
cado. Cada cám ara puede presum ir que el donde no esté anclada en la tradición (divi
proyecto ha sido o va a ser examinado con la sión por estados), corresponde al intento de
adecuada ponderación por la otra cámara. La conferir eficiencia autónoma a grupos socia
responsabilidad de la ley, repartida entre las les heterogéneos, de modo que mientras que
dos cámaras, significa, en este caso, menor una cám ara representa al pueblo, entendido
responsabilidad. El desacuerdo entre las como totalidad indistinta, y resulta elegida
asambleas —especialmente cuando están en por el conjunto de los ciudadanos, la otra
una posición de absoluta igualdad— puede intenta ofrecer una protección particular o
conducir a un punto muerto y degenerar en bien a diversas categorías de intereses (cul
un compromiso, haciendo que la ley no sea turales, económicos, sindicales, etc.) o bien a
congruente con las exigencias del momento: entidades descentralizadas, sean estados
h] en cuanto al objetivo de estabilidad del miembros del estado federal o entes territo
gobierno, debe rechazarse la solución bicame riales con una autonomía garantizada en los
ral. En su forma integral tiene un efecto nega estados en los que. sin ser reducible a la tipo
tivo —lo reconocen aun los defensores del logía del estado federal, se amoldan a los prin
b.—, puesto que la existencia de dos centros cipios de la descentralización. Es interesan
de control aumenta las ocasiones de crisis; te observar que el intento del que se ha habla
además, si en las dos cámaras se tienen mayo do hunde sus propias raíces en ios principios
rías opuestas, la actividad del gobierno pue de la democracia occidental. No es por aca
de resultar imposible. Pero —dicen los adver so que los estados que >e amoldan a tales prin
sarios del h.— hay que rechazar también sus cipios son por lo general bicamerales; son
formas más atenuadas. En efecto, ¿para que excepción aquellos muy pequeños (Andorra.
142 BICAM ER ALISMO
Como se vio, la ley fundamental de la Ale dad de órganos separados, las dos cámaras
mania occidental atribuye la calificación de tienen iguales poderes: pero el soviet se reú
federal a la república alemana; este carácter ne en diversas ocasiones conjuntamente o
surge con extrema claridad sea del modo en —como recordamos— confia las funciones de
que el parlamento se subdivide en dos ramas, las asambleas al propio presidium.
sea de la actuación del b. De todos modos, es En Italia, el b. —experimentado en forma
preciso observar que una cámara, el Bundes- atenuada con el estatuto albertino— se ha lle
¡a-¿, es elegida por el pueblo según el proce vado a la práctica con la constitución repu
dimiento siguiente: tiene derecho al voto blicana vigente. La cám ara de diputados y el
quien ha cumplido los dieciocho años de edad senado se encuentran en una posición de
y la ley electoral prevé que se exprese dos absoluta igualdad jurídica, tienen competen
veces: la mitad de los miembros de la cáma cias idénticas y —después de la entrada en
ra es elegida de hecho en colegios uninunú- vigor de la ley constitucional del 9 de febre
nales, mientras que la otra mitad lo es en cole ro de 1963, n. 2— igual duración (cinco años).
gios plurinominales, sobre la base de listas Las diferencias se refieren a la composi
de partido. En cambio, la otra cámara, el Blin ción: la cámara de diputados es sujeto de elec
des ral, está compuesta por miembros de los ción; el senado está compuesto, además de los
gobiernos de los Liinder que los nombran y miembros elegidos, por cinco senadores nom
los destituyen (art. 51, i const.); todo Land brados de por vida por el jefe del estado y por
puede tener de tres a cinco votos, según los los ex presidentes de la República, que son
habitantes, y puede enviar tantos miembros miembros por derecha. Los electores de la
al Bundesrut cuantos sean sus votos, pero cámara son todos los ciudadanos mayores de
éstos pueden expresarse sólo unitariam ente edad —o sea, según la ley del 8 de marzo de
(art. 51, ti. ni). La cantara representativa del 1975, n. 39, quienes tengan más de dieciocho
pueblo —como decía— es la única que ejerce años de edad—, los elegibles son los que han
el control político del ejecutivo; normalmen alcanzado la edad de veinticinco años. Para
te, pues, cuando actúa de concierto con la otra el electorado activo y pasivo del senado se
cámara, la voluntad que expresa prevalece requiere una edad mas avanzada: veinticin
sobre la del Bundesral (tal sucede comúnmen co y cuarenta años, respectivamente. El
te en la formación de las leyes). Sin em bar número de diputados es el doble que el de los
go, la "cám ara de los estados" es la que se senadores elegidos; los sistemas electorales
impone en los casos excepcionales; por ejem adoptados son: el sistema de listas en concur
plo, cuando ha sido declarado el "estado de so. para la cámara; una combinación entre el
emergencia legislativa", un proyecto de ley sistema uninominal y el de las listas, con base
rechazado por el Bundestag puede en trar en regional, para el senado.
vigor con la sola aprobación del Bundcsrat. En cuanto a los conflictos, éstos sólo pue
La constitución soviética de 1977 acoge el den eliminarse con el uso del poder presiden
principio bicameral, estableciendo que ambas cial de disolver ambas o una de las cámaras.
cám aras del soviet supremo de la URSS —el La división del parlamento italiano en dos
soviet de la Unión y el soviet de las naciona ramas paritarias no ha producido las venta
lidades— tenían el mismo número de diputa jas para el desarrollo democrático del país
dos (750). La prim era cám ara está destinada que esperaba el constituyente. En este senti
a representar proporcionalmente a los habi do. la doctrina más reciente, a la luz de la
tantes de todas las repúblicas federadas, y la experiencia concreta, ha adelantado una serie
otra está constituida de modo que cada repú de propuestas que modifican este sistema
blica federada tenga un número igual de dipu bicameral. Parece evidente que la diversidad
tados (32). pero atribuyendo una cierta repre de composición no es suficiente para evitar
sentación también a los entes territoriales que las dos cámaras operen de modo indife
autónomos que a su vez están comprendidos renciado. El número de los senadores nomi
dentro de las diversas repúblicas federadas nados y de derecho es demasiado exiguo para
(la mayor parte de los entes menores perte tener relieve, las diferencias de edad para el
necen a la republica rusa, que por lo tanto tie electorado activo y pasivo y los distintos sis
ne el mayor número de diputados). En su cali temas adoptados para las dos asambleas no
144 BIEN COMÚN
han influido hasta ahora de manera sustan sassina, II bicameralismo imperfetto o limítalo
cial en la decisión de los electores, por lo que nelle costituzioni contemporanee, en Rassegna
la? dos cám aras constituyen en la práctica di Ditillo Puhblico, 1959, pp. 207-334; A.A. Cer
una el doble de la otra. El b., entendido en este vati, Parlamento e funzione legislativa, en Attua-
sentido, convierte a la asamblea que actúa en lita e atluazione delta Costituzione. Bnri, Later-
segundo lugar en una cám ara de reflexión, za, 1979; M. Cotta, 11 problema del bicameralis-
pero que entorpece los trabajos y multiplica mu-monocameralismo nel quadro di un'analisi
los tiempos técnicos sin que logre m ejorar el struttural-funzionale del Parlamento, en Rivista
contenido de las decisiones. El panorama de Italiana di Scienza Política, Bolonia, II Mulino,
las propuestas de modificación que se discu 1971; G. Ferrara. Bicameralismo e rifarme del
te actualmente es bastante amplio. Algunos parlamento, en üemoc razia e Diruto, 1981; G.
(G.U. Rescigno, Labriola) consideran al b. Ferrari, Problemi nuovi del nuovo Parlamento
como un factor recesivo para el desarrollo hicamerale, en Annuario di Dirilto Comparalo e
democrático: en su opinión la modificación di Studi Legislativi, 1949, pp. 205-263; C.J. Frie-
del sistema debería consistir, si no en la abo drich. Gobierno constitucional v democracia
lición del b.. por lo menos en su atenuación (1968), Madrid, Instituto de Estudios Políticos,
en forma analoga a la experimentada en otros 1972; G. Guarino, Del sistema hicamerale, en Stu
países, por ejemplo en el Reino Unido; otros, di Senesi, 1953, l x v (3a. serie), pp. 207-231; S.
sin llegar a estas tesis extremas, sostienen no Labriola, Parlamento, istituzioni. democraziu. en
obstante la necesidad de diferenciar en mayor Parlamento, istituzioni, democraziu, Milán, Giuf-
medida las cámaras, sea por lo que concier fré, 1980; A. Man/.ella, 11 parlamento, Bolonia,
ne a la defensa de los intereses, sea por lo que Il Mulino, 1977; E. Módica, II raccordo Camera-
hace a sus funciones (Barile, Cervati, Spag- Senato nel ‘'bicameralismoparitario", en 11par
na Musso). En especial, se ha retomado la lamento: analisi e proposte di riforma, cuader
idea, que la asamblea constituyente no quie no núm. 2 de Democrazia e Dirilto, Ruma, Edi-
re aprobar pero que en la nueva realidad tori Riuniti, 1978; G. Negri, Bicameralismo, en
regional parece de viva actualidad, según la Enciclopedia del dirilto, vol. v, 1959; N. Occhio
cual el senado debería ser una "cámara de las cupo, Im 'Camera delle Regioni", Milán, Giuffré,
regiones” (Occhiocupo) que se parezca en cier 1975; G.U. Rescigno, Corso di dirilto puhblico,
to modo a las "cámaras de los estados” de los Bolonia, Zanichclli, 1979; E. Spagna Musso, Bica
ordenamientos federales (a este respecto meralismo e riforma del parlamento, en Parla
parece particularmente sugerente el ejemplo mento, istituzioni, democrazia, Milán. Giuffre,
de la Alemania federal); se ha adelantado pues 1980: L. Sturlese, I m crísi del bicameralismo in
la sugerencia de atribuir a las dos cámaras Inghilierra, Milán. Giuffre. 1966; S. T o s í , Dirit-
funciones diferenciadas (a una la legislativa, to parlamentare, Milán, Giuffre, 1974.
a la otra la de dirección y control): alguien ha
objetado sin embarqo que no sirve "desem [NINO OLIVETTI]
parejar las funciones" de las cám aras (Man-
zella); en cambio, debe facilitarse el procedi
miento, haciendo un uso más atento de las
comisiones bicamerales, sin que por lo demás
se salte el limite del voto separado de cada bien común
asamblea, tanto en el ejercicio de las funcio
nes legislativas como por lo que hace a con El concepto de b. común es propio del pen
ferir o revocar la confianza en el gobierno. samiento político católico y, particularm en
te, de la escolástica en sus diversas encarna
bibliografía P. Aimo, Bicameralismo e regioni, ciones desde santo Tomás hasta Jacques
Milán, Edizioni di Comunita, 1977; A. Barbera, Maritain, y sirve de base a la doctrina social
Oltre il bicameralismo, en Democrazia e Dirilto. de la iglesia, basada en la solidaridad.
1981; P. Barile y C. Macchitella, 1 nodi delta eos- El b. común es, al mismo tiempo, el princi
tituzione, Turín. Einaudi, 1979; P. Biscaretti di pio que da forma a la sociedad y el fin al que
Ruflia y G. Crespi Reghizzi, La costituzion* sovié ésta debe tender, dc*dc el punto de vista natu
tica del 1977, Milán, Giulfre, 1979; M. Bon Val- ral y temporal: concierne a la felicidad natu
BLANQUISIM O 145
ral y por consiguiente al valor político por co, de hecho, no trasciende el bien privado,
excelencia, aunque siempre subordinado a la ya que es también un bien del individuo, y se
moral. El b. común se distingue del bien indi alcanza mediante el mercado o, mas bien, las
vidual y del bien público. Mientras que el bien finanzas públicas (v. teoría de las decisiones
público es un bien de todos en cuanto que colectivas). Por su lado, el neoconiractualis-
están unidos, el b. común es de los individuos mo muestra como debe deducirse del contra
en cuanto que son miembros de un estado; es to social un concepto universal de justicia, un
un valor común que los individuos pueden b. común, que consiste en la maximización de
perseguir sólo de manera conjunta, en la con las condiciones mínimas del individuo, o
cordia. Además, en relación con el bien indi cómo deben reform ularse las reglas del jue
vidual. el b. común no es simplemente su go. con el fin de tener una acción no compe
suma, ni tampoco lo niega: se sitúa como su titiva, sino cooperativa, que maximice, junto
verificación o síntesis armónica, partiendo de con los intereses individuales, el bien colec
la distinción entre el individuo, que está tivo, que es algo distinto de la simple suma
subordinado a la comunidad, y la persona que de los intereses individuales (v. contractua-
queda como verdadero y último fin. Toda la lismo).
actividad del estado, desde la política hasta Finalmente, el concepto de b. común indi
la económica, debe dirigirse a la realización ca una exigencia propia de toda comunidad
de una situación en que los ciudadanos pue organizada, puesta claramente de manifies
dan desarrollar sus cualidades personales y to por la ciencia política: sin un mínimo de
los individuos, impotentes por si solos, deben cultura homogénea y común y sin un mínimo
solidariamente perseguir juntos este fin de consenso sobre los valores últimos de la
común. comunidad y sobre las reglas de la coexisten
El concepto de b. común presenta analogías cia, la sociedad corre peligro de desintegrar
con el de voluntad general, aun cuando aquél se y de encontrar la propia integración social
es objetivista mientras que éste es subjetivis- únicamente en la fuerza. El b. común repre
La, precisamente por el mismo modo de com senta asi el máximo intento por lograr una
portarse frente a los bienes individuales o a integración social basada en el consenso, aun
las voluntades particulares: tanto el b. común cuando este concepto, elaborado para socie
como la voluntad general representan la dades agrícolas y sacras, nu se adapte bien
voluntad mural de los individuos. a las sociedades industrializadas y desacru-
Los dos conceptos encuentran las mismas Iizadas.
dificultades en el nivel de la práctica: como
no es posible comprobar empíricamente [ nicola m atteucci ]
quién es el portavoz de la voluntad general,
pudiendo ser la voluntad de la mayoría úni
camente la voluntad de todos, así es difícil
saber quién es el intérprete del b. común: o blanquismo
lo es el magisterio de la iglesia, y por lo mis
mo una estructura burocrática portadora del Dentro del marco del movimiento obrero y
carisma, o son los ciudadanos que, por el con socialista, el b. es la corriente que ha teori
trario, luchan y entran en contraste entre sí, zado la insurrección, violenta e imprevista,
precisamente por las diversas interpretacio de una élite de militantes como el único medio
nes del b. común o del fin al que debe enca posible para pasar a la revolución propiamen
minarse la sociedad humana. te dicha, anteponiendo el momento de la orga
El concepto de b. común ha vuelto recien nización de un grupo restringido y cerrado
temente al escenario con el análisis económi de dirigentes al del desarrollo “en amplitud".
co de los bienes colectivos o públicos y con A propósito del b. se puede hablar, pues, de
las concepciones del neocontractualismo. Son "acción revolucionaria" de una minoría, que
bienes públicos aquellos que generan venta deberá dar lugar, después del evento insurrec
jas indivisibles en favor de todos, por lo que cional, a la realización de un socialismo (o de
el placer de un individuo no sustrae nada al un comunismo), que en realidad no se preci
placer de los demás individuos: el bien públi só nunca si no en la configuración de un sis
146 BLAN0UISMO
ñas sobre las que se yergue la integración den por la otra, que m uestran cómo interviene el
tro del b. son la colaboración económica y la líder, aunque con técnicas diversas, para
protección militar. imponer (y garantizar) el respeto de las reglas
fundamentales del subsistema. La técnica
ii. e s t r u c t u r a d e l o s b l o o u e s . Aunque les falte política a la que recurre el líder en estos casos
una constitución formal, no se puede decir es esencialmente la de la intimidación (v.
que el b. de los estados no tenga un principio disuasión).
de orden, que lo aproxima en ciertos aspec La política que estos b. ponen de manifies
tos al sistema nacional. La estructura del b. to está estrecham ente ligada al clima de los
(que puede definirse también como un "sub años en que se origina: la época de la "gue
sistema”, si se tiene en cuenta el contexto más rra fría” se caracteriza por una tensión extre
vasto del sistema internacional general) se mada entre los b. (que term ina por favorecer
basa únicamente en los hechos y no en el dere la integración dentro de cada h.), que al pare
cho, aunque su permanencia y la fijeza de los cer debe dar origen a una tercera guerra mun
papeles de varios participantes termina por dial. Pero con la muerte de Stalin y la deses-
crear una red de expectativas que, salvo raras talinización, la guerra fría se debilita, hacien
excepciones, no son desatendidas. El b. se rige do ver que la lógica de los b. opuestos entre
por una configuración de relaciones entre los si resulta obsoleta. La superación de los b.
miembros prácticamente jerárquica, en la debería realizarse, entonces, a través de la
que el líder cumple, en las relaciones con los constitución de una comunidad planetaria
miembros sometidos, una función análoga a única, de acuerdo con los ideales expresados
la de la autoridad de los sistemas políticos por organizaciones como la o n u . Este desa
internos. La habilitación del líder para asu rrollo debería hacerse posible, en el clima de
mir la parte de autoridad se deriva de la supe la distensión, mediante el establecimiento de
rioridad (bajo cualquier aspecto) en sus rela relaciones económicas y políticas entre los b.
ciones con los demás; también asume el cui y no únicamente dentro de los b. mismos. Sin
dado y la protección de los intereses de los embargo, los indicios indudables de una supe
"súbditos", como un soberano del “estado- ración. aunque sea parcial, de la política de
policía". Visto desde el exterior, el hecho de los b. pueden reducirse, aparte del (o en lugar
que el conjunto de los estados organizados de del) surgimiento de exigencias de integración
esta manera se configure como un b., se debe mundial, al cambio ideológico ocurrido en las
a la integración económica, a la protección relaciones entre los b.: si la guerra entre dos
militar, a la homogeneidad política y a la b. incompatibles entre si no había estallado
comunicación cultural. Pero ya que esta al final del conflicto mundial, se debía úni
e stru c tu ra parece ser sustancialm ente camente a que los dos líderes habían acepta
impuesta (o sobrepuesta) a la realidad com do una tregua, sin limite, aunque provisional.
puesta por estados tradicionales y culturales Un compromiso constitucional propiamente
frecuentemente desiguales, dentro del b. pue dicho consagraba la estructura bipolar del
de llegar a perturbarse el orden jerárquico sistema internacional, aunque dicha estruc
debido a los intentos destructivos de alguno tura resultaba precaria por el reconocimien
de los sujetos. La falta de una reglamentación to de la voluntad monopolista de ambas par
formal de las relaciones permitidas a los tes. El encuentro final parecía haberse retar
diversos estados les deja, por otra parte, la dado únicamente por la presencia "m odera
aparente libertad de manifestar una posición dora" de los armamentos termonucleares. Sin
autónoma. Sin embargo, precisamente en el embargo, al term inar la década de los cin
momento en que estalla la crisis, determ ina cuenta. la Unión Soviética (y con ella los esta
da por una acción contraria a los valores del dos de su b.) repudia la doctrina marxista-
b., es cuando se puede descubrir de la mane leninista de la inevitabilidad de la guerra y
ra más clara el surgimiento de la estructura termina por acceder a la lógica del codomi-
autoritaria. Tal es el caso de episodios como nio internacional con los Estados Unidos. La
el de Hungría (1956) o de Checoslovaquia critica de "socialimperialismo" que una parte
(1968), por una parte, y esencialmente del gau- del movimiento comunista le hace a la Union
llismu en Francia durante los años sesenta, Soviética se debe a esta evolución.
B I.O O l'E S . PO LITICA D E 149
Si en el nivel de las relaciones entre los sub habría tenido una realización histórica. Por
sistemas la política de los b. parece ir en deca más que la tipología de Kaplan represente,
dencia efectivamente, no se puede, sin embar hoy por hoy, el resultado teórico más refina
go, decir que se hayan eliminado las conse do, no se puede dejar de señalar que precisa
cuencias estructurales que caracterizaron la mente sus tipos más importantes se reducen
formación de los b. Ninguno de ellos ha sufri ni más ni menos que a variantes del princi
do ni sufre en su interior innovaciones sus pio del equilibrio internacional, que es tan
tanciales, puesto que la estructura jerárqui general como para poder adoptarse como
ca no se ha visto afectada en lo más mínimo característica de un ordenamiento particular
por el cambio ocurrido entre los b.. tanto más del sistema internacional, en cuanto que el
que el paso de los años ha contribuido a acer objetivo de los estados no es el equilibrio sino
carse a una etapa de institucionalización de la conquista de un poder mayor. Según H.
las relaciones entre los participantes de cada Morgenthau, la forma del sistema, después de
bloque. haberse inspirado ampliamente en el equili
brio del poder, se encuentra en una etapa de
111 TEORIAS SOBRE LA POLITICA DE LOS BLOQUES. El hipolaridad, en que la reducción de los acto
estudio de la política de los b. conduce al pro res principales a sólo dos es una consecuen
blema más amplio de la forma del sistema cia sustancial de la aparición de las armas ter
internacional, que representa uno de los monucleares. S. Hof imann describe, en cam
lemas fundamentales de la ciencia de la polí bio, el orden de los sistemas internacionales
tica internacional, ya que de la conceptuali- con base en la distinción entre sistemas mode
zación que se le dé se derivan consecuencias rados (caracterizados por el equilibrio de
importantes en el plano del análisis empíri poder y por la multipolaridad, que permiten
co y en el de las prescripciones. El objetivo prevenir o lim itar las guerras, debido a la
al que debe corresponder un orden especial relativa parálisis recíproca que se deriva de
del sistema internacional es el de la conser ello) y sistemas revolucionarios caracteriza
vación (o del logro) de la paz, que puede ase dos por la inflexibilidad de las alianzas, por
mejarse, en relación con el concepto de sis la bipolaridad y por un alto grado de inesta
tema, a la situación particular del sistema que bilidad). Interpretando la realidad del actual
se define como de equilibrio: la desaparición sistema internacional con base en esta distin
de éste conduciría a la crisis y por consiguien ción, Hoffmann concluye diciendo que si la
te al conflicto. El equilibrio depende, a su vez, estru ctu ra es esencialm ente la bipolar-
del modo en que se distribuya el poder inter revolucionaria-inestable, después de veinte
nacional: podrán, pues, estar en equilibrio, años de funcionamiento no se puede negar
tanto una situación de monopolio (el imperio que se hayan inf iltrado elementos de mode
mundial o sistema jerárquico) como una situa ración, sobre todo gracias a la función para
ción de atomización de los centros de poder lizadora de las arm as termonucleares. Y ya
(la anarquía internacional o sistema de unir que con la superación por lo menos parcial
vero). Sin embargo, ninguno de estos dos de la política de ios b. tiende a resurgir el
modelos ha tenido una verdadera realización principio de la nacionalidad, el actual siste
en el plano histórico: más interesante será, ma internacional está destinado a asum ir la
pues, el modelo que dé cuentas de sistemas forma policéntrica, que se distingue de equi
que se caractericen por el surgimiento de dos librio de poder debido a la permanencia, con
potencias iicgcmónicas, por lo menos. M. A. aspectos innovadores, de un orden multijcrár-
Kaplan ha llegado a la reglamentación de seis quico, en que, a pesar de existir todavía la
órdenes particulares del sistema internacio figura del estado-guia, se lleva a cabo una des
nal. Además de los dos ya señalados, el siste centralización regional que perm ite la auto
ma del equilibrio de poder, el sistema bipo nomía de acción a los diversos subsistemas,
lar rígido y elástico y el sistema universal. no ideológicos, sino i egionales. Sin embargo,
Kaplan pone especial atención en el equilibrio tampoco este orden, no obstante la reform u
de poder, del que ha señalado también seis lación conceptual, va más allá de la consagra
reglas de funcionamiento; éste sei ia el único, ción de la estructura jerárquica típica del b.
junto con el sistema bipolar elástico, que tradicional. Recordemos finalmente la posi
150 BOLCHEVISMO
ción adoptada por J. W. Burlón, según el cual, marxista, el proletariado fabril. En 1898 se
ya que los estados-guía se ven aplastados y funda en el congreso de Minsk el partido
paralizados por su excesivo poder (termonu socialdcmócrata, que reagrupa varios círcu
clear), la única alternativa estaría represen los y núcleos obreros formados en los años
tada por el sistema de la no alineación, que precedentes. Antes de la ola de la industria
perm itiría evitar, gracias a una revaloración lización de finales de siglo, la clase obrera no
de la soberanía nacional, los peligros de la solamente era exigua numéricamente sino
lucha por el poder en la era nuclear. que conservaba un fuerte vinculo con la tie
Como se ve, pues, a pesar de que el princi rra y con las costum bres de la vida cam
pio constitutivo de los b. ha sido sometido a pesina.
diversas revisiones criticas y está sufriendo La agitación ubrera, que se intensifica a
modificaciones aun a nivel de los hechos gra p artir de 1890-1892, proporcionó a una par
cias a la atenuación de la tensión ideológica te de los intelectuales revolucionarios el apo
de los dos b. tradicionales, todavía no es posi yo necesario para la aplicación en Rusia de
ble considerarlo superado, a pesar de que está la teoría y del análisis marxistas. Esto suce
en decadencia, sin que sea posible, hoy por dió como es obvio dentro de los limites
hoy, entrever los supuestos de una nueva sis impuestos por un régimen autocrático que no
tematización de las relaciones de poder entre permitía las organizaciones obreras —los sin
los estados. dicatos fueron legalmente reconocidos sola
mente en 1906— ni los partidos políticos.
BlBL.KX,RAFIA H. Bul). The anurchical society: a Unidos por el rechazo hacia otras corrien
siudy of arder in worid palitics, Londres, Mac- tes revolucionarias —populismo, economicis-
millan. 1977; J.W. Burlón, International rela- mo, marxismo legal— a las que achacaban
tions: a genera/ theary, Cambridge, Cambridge infravalorar la amplitud asumida por el capi
Universily Press, 1967; J.E. Dougherty, R.L Pfalt- talismo industrial en Rusia y por tanto la con
zgraff, Jr., Re la: ion i intemazianali: teorie a con sistencia y el papel político del proletariado
fronto [\971), Milán, Angelí, 1979; S. Hoffmunn, obrero, los primeros núcleos socialdemócra
Gulliver’s troubles, or the setling of the Ameri tas tendían a diferenciarse cuando se trata
can foreign policy, Nueva York, McGraw-Hill, ba de definir sus programas de acción. En el
1968; M.A. Raptan, System and prucess in inter- semanario que publicaban desde diciembre
natianal palitics, Nueva York, Wiley, 1957; H.J. de 1900 en Alemania o en Suiza, el Iskra, su r
Morgenthau, Palitics amang nations, Nueva gieron las prim eras divergencias entre los
York, Knopf, 19674; R. Rosencrance, Action and reductores: Plejánov, Mártov, Axelrod, Vera
reaction in wurld palitics, Boston, Little, Brown Zasúlich, Lenin. En el II congreso que tuvo
and Co.. 1963, R. Rosenerance, International rela- lugar en 1903 en Londres, el prim er congre
lions:peace orwar?, Nueva York, McGraw-Hill, so verdadero después del constitutivo, se deli
1973. neó un profundo rompimiento. Mientras que
el programa político general y los objetivos
[Li ir.i boxanate] finales del partido —la revolución y la con
quista del poder por parte del proletariado—
contaron con el voto casi unánime de los 57
delegados, las divergencias resultaron irre
bolchevismo conciliables en un problema aparentemente
secundario: la organización del partido. Se
El término (del ruso bolshinstvó, mayoría) enfrentaban dos posiciones: la de Lenin, que
indica la linea política y organizativa impues quería reservar el carácter de miembro del
ta por Lenin al Partido Obrero Socialdemó- partido exclusivamente a los que aportaban
crata de Rusia (posdr ) en el congreso de 1903. una "participación personal a una de sus
Sólo en las últimas décadas del siglo xtx organizaciones”, y la de Mártov. que propo
apareció en la Rusia zarista —país de indus nía una fórmula menos rígida, la "colabora
trialización tardía respecto de Europa occi ción personal regular". Esta divergencia ter
dental— una fuerza social capaz de dar vida minológica escondía en realidad dos concep
a un partido revolucionario de orientación ciones bastante distintas sobre lo que debe
B O L C H E V IS M O 151
ría ser la estructura de un partido revolucio que en otras partes había desempeñado la
nario: una organización form ada por burguesía y en donde era necesario saltarse
militantes de profesión de tiempo completo, algunas fases intermedias que en Occidente
y por tanto limitada numéricamente pero habían sido marcadas por la revolución libe
compacta y disciplinada: o bien un partido ral. Por otro lado el b. aparece como la
con vínculos más elásticos y flexibles, abier corriente socialdemócrala que más directa
to a simpatizantes y colaboradores. En el con mente se vincula con la tradición rusa del
greso la propuesta de Mártov tuvo 28 votos populismo utopista y del jacobinismo cons
a favor, 22 en contra y una abstención. En la piran vo, ubicándose de esta manera en un
votación posterior, concerniente a las eleccio terreno extraño a la teoría política del m ar
nes del comité de redacción del Iskra y del xismo.
comité centra], los leninistas obtuvieron en Después del congreso de 1903, las dos fac
cambio la mayoría. A partir de esta votación ciones, bolchevique y menchevique, coexistie
nacieron los términos que definirían en aquel ron en un marco de polémicas más o menos
momento las dos corrientes de la socialdemo- ásperas, que se alternaban con intentos de
crucia rusa: bolcheviques y mencheviques, acercamiento. Contribuyó en parte a atenuar
mayoría y minoría. las divergencias la revolución de 1905, la cual
En 1903 Lenin no había elaborado todavía hizo surgir en la escena política rusa una nue
la estrategia que se materializó después en la va organización, el soviet. Expresión directa
revolución de Octubre. Sin embargo la impor de las luchas obreras, el soviet ponía en dis
tancia prioritaria que tenía para él desde un cusión ya sea la tesis bolchevique sobre la
principio el problema organizativo —la cons incapacidad del proletariado para organizar
trucción de un partido homogéneo, centrali se autónomamente sin la ayuda de una fuer
zado y altamente disciplinado— pasó a ser za externa, ya sean las tesis mencheviques
desde aquel momento una característica espe acerca de la imposibilidad de una aceleración
cífica del b.; característica que resultaría, a de la lucha política a causa del retraso de
la luz de los hechos posteriores, no sólo esen Rusia. Por consiguiente, ambas facciones des
cial para sobrevivir en condiciones de clan plazaron en parte sus planteamientos inicia
destinidad, sino también para dotarse de ins les para hacer posible la convocatoria en 1906
trum entos de acción, intervención y movili de un congreso de reunificación. Pero después
zación obrera —el partido estuvo compues del fracaso de la revolución y con el reflujo
to por mucho tiempo por intelectuales y del movimiento, a las viejas divergencias se
pequeñoburgueses— y perm itir finalmente añadieron nuevos motivos de polémica, deri
una fusión entre organización y movimiento vados de la diversa interpretación de aconte
espontáneo de las masas, que explotó casi cimientos vinculados con la búsqueda de una
inesperadamente en febrero de 1917 para aba linea de acción en un momento en que, con
tir al zarismo. A grandes rasgos se cumplió las elecciones de la Duma y la legalización de
el proyecto que Lenin había elaborado a prin los sindicatos, se abrían algunos espacios de
cipios de siglo: un partido depositario de la actividad politica legal.
conciencia de clase, capaz de proporcionar Al contrario de los mencheviques, que ten
programas, estrategias, tácticas e instrumen dían a orientarse hacia modelos de la social-
tos organizativos a un proletariado que por dcmocracia europea, los bolcheviques concen
sí solo estaba destinado a malgastar sus ener traron sus principales esfuerzos en la orga
gías en acciones reivindicativas o en revuel nización clandestina, en medio de dificulta
tas sin resultados políticos. des debidas a la represión, a la dispersión del
Bajo un cierto punto de vista, el b. puede movimiento y a las ásperas polémicas y
ser considerado tal como se definió en la his luchas internas que afectaban a la propia fac
toriografía oficial y en gran parte hagiogra ción. A pesar de las teorizaciones sobre la
f í a de la Unión Soviética: una aplicación necesaria homogeneidad del partido revolu
creativa del marxismo a las condiciones espe cionario. el b. no era un cuerpo monolítico,
cíficas de un país retrasado. Un país a cuyo sino que tuvo una vida articulada en diver
proletariado le tocaba desempeñar el papel sas corrientes, grupos y publicaciones, al
de factor de modernización política y social menos hasta el momento en que fueron expre-
152 B O L C H E V IS M O
saínente prohibidas las facciones en 1921. A dad, la incapacidad y la ineficiencia total del
partir de 1910 se planeó la reanudación de las régimen: un vacio de poder en el que pudo
agitaciones obreras y estudiantiles, y los bol penetrar el movimiento revolucionario.
cheviques decidieron entonces llevar a cabo Las fuerzas políticas no estaban prepara
un cambio de rumbo político y organizativo. das ante la imprevista precipitación de los
En la conferencia convocada en Praga en ene acontecimientos. Fueron una vez más los
ro de 1912 transform aron su facción en par soviets los que dominaron la escena política
tido. sancionando asi el viejo y ya consolida instaurando el "poder paralelo” que caracte
do rompimiento de la socialdemocracia rusa. rizó el periodo comprendido entre febrero y
La amplitud que tuvo pocos años después octubre. Por un lado, una serie de gobiernos
el movimiento revolucionario de masas ha provisionales que reagrupaban bajo diversas
inducido a menudo a subrevalorar la fuerza fó rm u las a lib e ra le s, so cialistas-
y la capacidad de influencia que teman en revolucionarios y mencheviques y que inten
aquel periodo las formaciones socialdemócra- taban dirigir un país dominado por insurrec
tas, y en especial los bolcheviques. Se tra ta ciones obreras, revueltas campesinas y moti
ba en realidad de unos pocos millares de mili nes militares; por el otro lado, una miríada
tantes. guiadas por grupos dirigentes que de consejos de obreros, soldados y campesi
vivían en su mayoría en la emigración, lejos nos. representados en el soviet de Petrogra-
del teatro de los acontecimientos y con esca do. Los bolcheviques no estaban más prepa
sa posibilidad de verificar las teorías en la rados que las otras fuerzas políticas para diri
realidad. gir y canalizar la rebelión de las masas. Sin
Sólo después de la fundación del estado embargo ellos, sobre todo después del regre
soviético, muchos de aquellos análisis y teo so de Lenin en abril, se declararon por com
rizaciones resultaron ser aproximativos y sin pleto de parte del movimiento popular inter
mucha correspondencia con la realidad. El pretando sus aspiraciones más radicales: con
retraso de Rusia, negado o infravalorado en trol obrero, fin de la guerra, distribución de
la fase de acción revolucionaría, parecía las tierras. Y sobre todo se prepararon mili
poner obstáculos insuperables a la construc tarm ente poniendo en marcha las milicias
ción del nuevo estado. obreras y organizando a los soldados. Su
En los años que precedieron inmediatamen estrategia excluía decididamente una solu
te al estallido de la guerra mundial, se con ción democrática parlam entaria y ponía en
sumó en Rusia una tímida y frágil experien el orden del día la revolución proletaria socia
cia constitucional, iniciada en octubre de lista. Todo estaba listo para el asalto al Pala
1905, la cual no había logrado desmantelar cio de Invierno.
la autocracia zarista ni desembocar en la Una solución típicamente militar de la gran
creación de instituciones representativas. Se crisis de 1917, que paso a ser el modelo por
diluyeron asi las hipótesis, cultivadas tam excelencia de revolución socialista en la hrí
bién en parte por los bolcheviques, de que el toria del movimiento obrero. En la Rusia de
proceso revolucionario debía enmarcarse por aquella época pudo lograrse con éxito en el
un cierto periodo histórico dentro de un sis trascurso de una noche por el estado de diso
tema democrático burgués, ya fuera por el lución al que habían llegado los aparatos polí
impulso de las luchas obreras, o bajo la direc ticos y militares del régimen, por la debilidad
ción del proletariado y de los campesinos de las fuerzas sociales y políticas que propo
pobres, según la fórmula de Lvnin. De hecho nían alternativas distintas y también por la
estaba operando un proceso de progresiva alta concentración del poder en Petrogrado
radicalización de las agitaciones sociales, y Moscú.
especialmente en los centros obreros. Fueron
sobre todo los bolcheviques, que habían aco bibliografía. X. Bcidiactl. Les sources el le se n s
gido con mucha desconfianza las reformas du conununisme russe. París. Gallimard. 1951:
zaristas, los que supieron captar y expresar P Broué. Sloriu del Parido Comunista dell'l'RSS
esta tendencia. La guerra constituyó un fac (1963), Milán, Sugar. 1966: E.H. Carr, l.a revolu
tor más de aceleración de los acontecimien ción bolchevique, /9/7-/923H950). Madrid, Alian
tos, y sobre todo puso en evidencia la debili za, 1972; E.H. Carr. 19/7:antes v después (19691.
BONAPARTISMO 1:0
Barcelona. Anagrama, 1970: V.I. Lenin, ¿Que tructura política, en la que ha sido desauto
hacer?, en Obras completas, V, Madrid. Akal. rizado efectivamente el organo —el parlamen
1976, pp. 351 ss.; M. Malia, Comprendre la révo- to— mediante el cual se expresa el poder polí
lution russe, París. Seuil, 1980: J. Mártov. Bols- tico de la clase dominante. Por otra parte, esta
cevismo mondiale (1919). Turin. Einaudi, 1980: forma de gobierno tiene sus raíces en una
J. Mártov-F Dan, S loria dellu sociuldenwcrazia situación crítica de la sociedad civil, cuyas
russa (1921). Milán. Feltrinelli. 1973; R. Medve- características fundamentales son dos: ante
dev. La rivoluzione d'Otlobre era ineluttabile?, todo, el conflicto de clase con el proletaria
Roma, Editori Riuniti. 1976: M. Reiman, La rivo- do se ha vuelto tan agudo que la clase domi
luzione russa da! 23 febbrain al 25 vttabre (1967). nante se ve obligada, para garantizar la super
Bari, Laierza. 1969; A. Rosenherg. Historia de! vivencia del orden burgués, a ceder su poder
bolchevismo (1932), México, Cuadernos de Pasa político a un dictador capaz, con su ' cansina"
do v Píeseme 70. 1977. y con los instrumentos de un despotismo va
no tradicional —o sea, no fundado en la suce
[ lisa foa ] sión legitima— de traer de nuevo a la disci
plina a la clase dominada. En segundo lugar,
la dictadura bonapartista puede gobernar
mientras cuente con el apoyo directo de una
bonapartismo clase que no coincide ni con la burguesía
dominante ni con el proletariado y que. en el
Esta expresión tiene, en el lenguaje historico- caso específico de Napoleón III, es la clase de
políticu, un signiiicado distinto según se refie los campesinos pequeños propietarios, cuyos
ra a la política interna o a la política exterior. intereses no son como los del proletariado
\ aun asi cada uno de los dos significados no respecto de los de la clase dominante. De esta
debe entenderse como exclusivo respecto del definición del b. muchos autores, que son crí
otro. ticos más o menos duros de la tesis marxia-
Para el prim er signiiicado, atín al de cesa- na acerca del estado como instrum ento de la
risnio (r.). debe referirse quien lo delina al clase dominante, han acogido > desarrollado
escrito de Marx El 18 brumario de Luis liona- sobre todo el concepto de que la dictadura
parte (que analiza el golpe de estado de Luis bonapartista (o cesarista) constituye el desen
Napoleón del 2 de diciembre de 1851) y en lace inevitable de situaciones de anarquía y
algunos fragmentos de los escritos de Engels de desorden debidas a una exasperada con-
(en particular El origen de la familia, de la flictividad entre las clases o los estamentos
propiedad privada v del estado). Para los fun o los grupos corporativos en los que se a rti
dadores del materialismo histórico el b. es la cula la sociedad civil. Para los marxistas orto
forma de gobierno en la que queda desauto doxos, la definición de Marx y Engels del b.
rizado el poder legislativo, o sea el parlamen se volvió en los años veinte y treinta de este
to. que en el estado democrático representa siglo el principal fundamento teórico de la
tivo creado por la burguesía es por lo común interpretación marxista del fascismo.
el poder primario, y en la que se realiza la Aparte de que. con referencia a cierta for
subordinación de todo poder al ejecutivo ma de gobierno, la expresión b. se utilice tam
guiado por una gran personalidad carismá- bién (sobre todo hoy) para indicar una políti
tica, que se coloca como representante directo ca exterior expansionista, la cual, mas alia de
de la nación, garante del orden publico y arbi estos objetivos expansionistas específicos,
tro imparcial frente a los intereses contrarios persigue a ciencia cierta el objetivo de la con
de las clases. En realidad, la autonomía del solidación de determinado régimen (y por lo
poder bonapartista respecto de la clase bur tanto de los intereses de los grupos en él
guesa dominante es para Marx y Engels pura dominantes) contra las impugnaciones radi
apariencia, si se considera el contenido con cales de las que es objeto en el interior del
creto de la política ejecutada por tal poder, estado relativo. Esta política mira o bien a
la cual coincide con los intereses económicos reforzar a los grupos dominantes con el pres
sustanciales de la clase dominante Pero esta tigio que deriva de los éxitos en el plano inter
autonomía es real en el nivel de la superes nacional. haciendo que sus reivindicaciones
1S4 B U R G U E S IA
la definición del concepto, en formas verda terizado por la nueva organización racional
deramente diferentes, por investigadores del trabajo, éste es exaltado como fundamen
como Soinbart y Weber en Alemania, Croce to de la existencia social y de la vida religio
y Chabod en Italia, todos los cuales, sin sa, en cuanto que produce la riqueza mate
embargo, de manera crítica o a través de una rial (o sea el “signo” del éxito humano) y la
aceptación parcial, se han referido a la teori riqueza mural de cada uno de los ciudadanos
zación marxiana. (o sea la paz del alma). De acuerdo con lo que
ha propuesto Weber, es sobre todo la “ética
u la burguesía como -categoría espiritual" Ori protestante” la que ha aportado los elemen
ginariamente el termino b.. que tiene su pro tos y las condiciones para el salto hacia ade
pia f uente en el latín medieval burgensis, indi lante, es decir para el triunfo de una nueva
ca el habitante del burgo, de la ciudad Se tie clase y la sustitución por ésta de las clases
nen pues derivados en las distintas lenguas: anteriorm ente dominantes. El autor alemán
el Biirgeren Alemania y el más reciente bour- ha identificado los presupuestos de esta éti
geois en Francia, que se convierte en apelati ca (v. La ética protestante y el espíritu del capi
vo de uso común después de la revolución talismo) en las afirmaciones pronunciadas
francesa. Pasando de la época medieval a la por Benjamín Franklin al final de la primera
moderna, el primitivo habitante de la ciudad mitad del siglo xvm. y concretamente: “recor
adquiere una configuración típica de clase: se dad que el tiempo es oro", "recordad que el
afirma como artesano, como comerciante, crédito es oro", "recordad que el oro, por su
como pequeño y mediano propietario de la naturaleza, es fecundo y productivo” y, final
tierra o de inmuebles, como representante de mente, “recordad que quien paga puntual
la ley y. finalmente, como “capitalista”. A tra mente es el dueño de la bolsa de cada uno”.
vés del burgués y su clase de pertenencia, la Revisando por lo tanto todas las antiguas nor
b., se lleva a cabo la acumulación originaria mas de comportamiento económico-social
del capital, que en los países más evoluciona católico y más genéricamente cristiano, cam
dos de Europa occidental permitirá, en el cur biando totalmente el concepto de usura, la
so del siglo xvm. el despegue de la revolución nueva ética impone a los hombres la obliga
industrial. ción de “hacer dinero”: Franklin mismo es el
El proceso que ve cómo el mundo burgués que identifica en la acumulación de dinero la
se contrapone con una determinación violenta señal de benevolencia divina, cuando cita el
a las estructuras anticuadas de origen feudal versículo de la Biblia: “Si ves a un hombre
que dominaban en Europa, en un régimen que que sobresale en su profesión, es señal de que
después de la revolución se define inmedia puede presentarse ante los reyes." Siguien
tamente como anden, es mucho más profun do las huellas de esta concepción, según
do y está basado en la economía. Se tienen, Weber, se desarrolló la riqueza, se ampliaron
sin embargo, muchos intentos de definir a la las ciudades, se difundió el comercio, nació
protagonista de este proceso, a la b.. como una nueva industria artesanal: los capitales
categoría espiritual, movida en su forma de que en el pasasdo, o en los países de religión
actuar no tanto pur motivaciones de urden católica, seguían estando inmovilizados en la
económico, que tendrán más tarde una con agricultura, entran en cambio en circulación
secuente ilustración teórica en las doctrinas y se acrecientan cada vez más, “elevándose"
liberales, sino más bien condicionada pur un de la tierra al cielo para gloria de la divini
cierto tipo de mentalidad religiosa, de fe en dad y para el bienestar del hombre bendeci
algunos "valores" típicos, como la parsimo do por Dios.
nia, el espíritu de grupo si bien en la salva Semejante a la de Weber, aunque con meno
guardia de un solido individualismo, el rígi res concesiones al elemento religioso, es la
do puritanismo y la estricta observancia de hipótesis presentada y discutida por Sombart
normas tanto éticas como comerciales, no en sus estudios (v. El burgués y Apogeo del
tanto escritas como incorporadas en las con capitalismo). El autor pone de manifiesto
venciones. como el espíritu del capitalismo se difunde
En la época de la incipiente constitución v tanto en virtud de la racionalidad de la b.
consolidación del capitalismo burgués, carac como por el afán de ésta de obtener cada vez
I5n BURGUESIA
Para corroborar la validez de este absoluto cura, al poeta, al científico en sus obreros asa
no es necesario adentrarse en la búsqueda de lariados.”
los orígenes espirituales de su consolidación La b. se ha consolidado económicamente al
sino que basta analizar el comportamiento de convertirse en clase empresarial e industrial:
la b., su fuerza y su hegemonía, es decir su han nacido industrias poderosas en los sec
capacidad de generalización económica y poli- tores más diversos de la producción, y ha
tica en el presente, su predominio, que. por logrado caracterizar con su actividad conti
prim era vez en la historia, al aparecer en el nua el mundo contemporáneo. Se ha conver
escenario, no pertenece a los hombres por tido en la clase capitalista por excelencia que
separado sino a la clase, porque correspon sólo adm inistra en el plano financiero o en
de a las necesidades de una época. el nivel empresarial las riquezas de la socie
dad desarrollada. La h. ha dado con esto un
iv la interpretación marxista. Frente a este enorme sallo revolucionario: pero este pro
análisis, ciertam ente fascinante aun cuando ceso no puede tener fin nunca, y para sobre
sirva para justificar un poder ejercido a lo lar vivir la b. debe continuar revolucionándose
go de casi dos siglos y que tiende a perpetuar a sí misma, vale decir los instrum entos de
se eternamente, se encuentra la observación producción, las "relaciones de producción, y
marxista, en ciertos aspectos análoga, pero por lo tanto todo el conjunto de las relacio
que va tnás allá tanto en poner de manifiesto nes sociales". Superando dialécticamente las
la importancia revolucionaria de la b. misma, viejas clases de la sociedad, la b. se ha pre
como en valorar las posibilidades objetivas sentado como síntesis. aunque la salida final
de su superación. no ha sido un nuevo modo de producir o de
Precisamente examinando la evolución de concebir las relaciones sociales sino más bien
la b.. Marx y Engels (y en general toda la inter esto se ha manifestado en el resultado nega-
pretación encabezada por ellos) han podido dor tanto del presente como del pasado, es
m ostrar su consolidación revolucionaria y decir en el proletariado: "En la misma medi
destructiva de todo el pasado. Un elemento da en que se desarrolla la h.. vale decir el capi
básico de la valoración marxista es el de la tal, se desarrolla también el proletariado, la
lucha de clase o bien el análisis histórico rea clase de los obreros modernos."
lizado a la luz de la evolución del proceso pro Disponiendo de los medios de producción
ductivo. La b. alcanza de esta manera su ple materiales, la b. se ha impuesto también espi
na exaltación y resulta "el producto de un lar ritualmente, y sus "ideas dominantes" no han
go proceso de desarrollo, de una serie de con- sido otra cosa que la expresión ideal "de las
vulsionamientos en los modos de producción relaciones materiales dom inantes”, es decir
y en el comercio". Las condiciones ambien “ las relaciones dominantes tomadas como
tales favorables, una notoria capacidad ideas". Este proceso, que empezó con la ilus
empresarial unida a conocimientos técnicos tración. ha encontrado una confirmación en
y profesionales, una buena disponibilidad de todo el siglo xviii. en la revolución francesa
capitales acumulados con anterioridad, la v finalmente la propia exaltación en el siglo
aceptación de la libre competencia como fac xtx Cultura, política, vida social y en gene
tor determ inante de la producción, y por lo ral toda manifestación intelectual han teni
tanto la consolidación del hombre, han hecho do como punto de referencia el modo de \ ida
de la b. la clase dominante de la época moder hurgues; el absulutu político representado por
na: este hecho se ha podido realizar, sin el liberalismo burgués, al que se ha hecho alu
embargo, no sólo transform ando y haciendo sión. se ha extendido a todos los campos de
progresar decididamente el mundo de la eco la sociedad y a todos los momentos de la vida
nomía sino también trastocando toda la del hombre, y por consiguiente ha contado
estructura ética y cultural, típica de largos con interpretes y apologistas. Pero esto sin
periodos historíeos. Marx y Engels escriben tom ar en cuenta la contradicción ínsita en la
que: "La b. ha despojado de su aureola a todas b. en cuanto categoría social y en la teoriza
las actividades que anteriorm ente eran con ción liberal de su existencia política, puesta
sideradas dignas de veneración y de respeto. en evidencia por Marx. El proletariado, en su
Ha transform ado al medico, al jurista, al calidad de clase política, ha propuesto, en
15» B U R G U E S IA
efecto, nuevos modos de vida y de cultura, que "nuevos", entre los que se ha consolidado
han constituido y representan una ruptura (como ya había sucedido en el pasado) como
revolucionaria con el pasado y el presente fuerza nacional dominante y capaz de absor
'■burgueses’'. ber en sí misma las sacudidas del desarrollo,
El mismo poder político dentro del estado o el paso de condiciones de atraso absoluto
representativo, en nombre y por cuenta de la a condiciones de atraso relativo: esto, a pesar
b., ha generado alternativas internas autóno de las contradicciones internas y externas
mas de administración desde abajo, cuya agudizadas, que se manifiestan especialmente
corroboración histórica puede haber presen en todos los países del llamado tercer mundo.
tado fracasos o momentos de grave deficien En la actualidad, la b. no se presenta cier
cia, pero que en todo caso sirven para signi tamente como un núcleo compacto, no obs
ficar nuevas concepciones no sólo sobre el tante que las caracterizaciones de clase ten
estado sino más genéricamente sobre la polí gan siempre una unidad, que hace que el con
tica. Todo esto ba surgido de la revolución cepto mismo mantenga íntegro su contenido
burguesa, que fue la prim era en provocar la ideal, ya sea que se interprete positiva o nega
concesión formal de las libertades políticas tivamente. Se tiene, en prim er lugar, una
a todos los hombres, pero que no fue capaz inversión de la tendencia en la relación que
de sustanciar estas libertades en un contex existe entre economía y política.
to social que pudiera garantizar su ejercicio La pequeña burguesía, en efecto, a pesar de
efectivo. proletarizarse cada vez más, tanto desde un
La interpretación marxista, modificada, punto de vista económico como desde uno
actualizada y transformada de diversas mane social, por una compleja serie de motivacio
ras, sirve de base a las valoraciones de la b. nes psicosociológicas y por una especie de
de gran parte de la época moderna: no siem reacción contra la sociedad, en la que ha teni
pre se ha tratado de análisis alternativos o do y tiene cada vez menos poderes —divididos
sustitutivos, y tal vez éstos se hayan adentra entre los competidores más aguerridos e
do más bien en la búsqueda de puntos de con informados como son, por una parte, el pro
ciliación que en los de ruptura o de contras letariado y, por otra, el gran capital—, ha
te, pero ciertam ente se trata de valoraciones adquirido rasgos sociales cada vez más autó
que no tienen su fundamento en síntesis abs nomos y originales. En casi todos los países
tractas sino más bien en la realidad de las de Occidente sirven actualmente como base
relaciones de clase y de las condiciones socia de su comportamiento político actitudes irra
les de la b. misma.V cionales y extremistas, de reacción en contra
de una sociedad masiva que ya no concede
V LA BURGUESIA EN LA SOCIEDAD ACTUAL En la épo- nada al individuo “pequeñoburgués", el que
ca reciente, sobre todo después de la agita por lo tanto encuentra su propia seguridad
ción provocada por la reufirmación del socia y un modo de imponerse o en la subversión
lismo y del movimiento obrero a escala mun de derecha —de ahí la adhesión de muchos
dial, la b. como clase y en todos sus múltiples grupos comerciales, artesanales, de bajo
elementos ha tratado de reaccionar en térm i empleo público y privado, a movimientos fas
nos en cierto modo originales contra los ata cistas o similares— o bien piensa que se pue
ques que le dirigían el proletariado y sus de emancipar de su propia condición de ena
manifestaciones organizativas. De posiciones jenación aceptando el revolucionarismo abs
que un tiempo fueron meramente defensivas tracto de la subversión de izquierda en la que
ha pasado f recuentemente a la ofensiva, reac el extremismo es entendido como "remedio"
cionando unas veces con la autorrenovación contra la "senilidad" de las relaciones socia
interna, otras veces con la violencia y la fuer les del mundo moderno. Se trata evidente
za. El hecho es que. habiendo ocupado firme mente. en este segundo caso, de una b. sobre
mente el poder a lo largo de! siglo xix ha todo intelectual, que no encuentra una sali
mantenido sus posiciones hcgemónicas (o pro da propia en la sociedad de alto desarrollo
gresistas o conservadoras) en gran parte del industrial, asumiendo una posición análoga
hemisferio occidental, y ha logrado también a la del subprolelariado en relación con el
extender su propio influjo a países y pueblos proletariado.
B U R G U E SÍA 159
Con criterios más tradicionales se pueden Benedetto Croce definió como "mediocridad"
valorar la mediana y gran b., que todavía se burguesa ("aquello que no es ni demasiado
pueden identificar como el grupo dirigente alto ni demasiado bajo" en el "sentir, en las
del capitalismo que mantiene en sus manos costumbres, en la forma de pensar”). De este
todo el ambiente cultural y la base misma, modo, la misma composición sociológica de
Financiera y social, de la industria capitalis la clase que recibe el nombre genérico de "h.”
ta. Sólidamente detentadora, según algunos, ha sufrido cambios fundamentales. Lo que no
de la estructura económica de la sociedad ha cambiado es el hecho de que esta clase
occidental, la mediana y alta b. guian también adm inistra en prim era persona o en forma
la política, directamente o a través de clases indirecta el poder de la sociedad capitalista
dirigentes que son su manifestación inmedia industrial y que por consiguiente subsisten
ta. Al recuperar la función revolucionaria todavía las relaciones (y las "luchas") de cla
ejercida en los primeros tiempos de su exis se dentro de la misma sociedad, ya definidas
tencia política, la nueva (asi puede definirse) histórica y teóricamente por Marx y por
b. presenta una flexibilidad mayor que otros Engels y que se sustancian precisamente en
muchos grupos sociales —por ejemplo, que el conflicto permanente entre la b., entendi
la pequeña b.—, demostrando que sabe adap da genérica o globulmente, por una parte, y
tarse mejor a los esquemas dinámicos del neo- el proletariado por otra.
capitalismo. a cuya consolidación ha contri
buido ella misma. De ahí la aceptación si no : N. Bcrdiayev, De l’csprit bourgeois,
b ib l io g r a f ía
es que hasta la propuesta de una política Neuchatel. Delachaux et Niestlé, 1949: A. Borio.
moderadamente reformista, de una adquisi Borgbesia e proleiariato, en Crítica Sacíale,
ción dialéctica de la realidad del movimien xxxvm, 18. Milán. 1946: A. Caracciolo, l.'eta
to obrero, de un anticonformismo y a veces dclla borgbesia e de lie rivoluzione, xviii-xix secó
también de una introspección crítica que lo, Bolonia. 11 Mulino. 1979; F. Chabod, Rorgbe-
hacen que la acción directiva de la res publi sia, en Enciclopedia Italiana, VII, Roma, 1930: B.
ca dirigida por la nueva b. en los países más Croce, Un equivoco concetlo storico: la horghe-
desarrollados sea homogénea con el desarro sia, en La Crítica, XXVI, Buri. 1928; G. de Ruggie-
llo no sólo económico sino social, y que se le ro, Storia del liberalismo europeo, Barí, Later-
pueda dar el calificativo de "progresista". za, 1945; A. Fanfani, Origini dello spirito capita-
En forma paralela, se puede interpretar la listico in Italia, Milán, 1933: A. Garosci, Sul con
misma política como una forma actualizada ce tío di borgbesia: verifica storica di un saggio
y disfrazada de represión, y hasta como una crociano, en Miscellania Walter Maturi. Turín,
verdadera "manipulación de las masas" lle Giappichelli. 1966: B. Groethuysen, Origini dello
vada a cabo por el que detenta la adm inistra spirito borghese in Francia (1927), Turín Einau-
ción efectiva del poder. En efecto, se puede di, 1949; E.J. Hobsbawm. Ims revoluciones bur
observar que estos términos no son contra guesas, 1789-1848(1962). Barcelona. Labor, 1978.
dictorios entre sí sino que responden a la rea 2 vols.; Ch. Morazé. El apogea de la burguesía:
lidad abigarrada de actitudes de una clase siglo xix (1957). Barcelona. Labor, R. Pernoud,
que trata de consolidarse cada vez más en un Orígenes de la burguesía (1969). Buenos Aires.
mundo dominado por el progreso científico Fabril: N. Quilici. Origine, svolgimento e insuf-
y tecnológico y, en consecuencia, por una con ficienza delta borgbesia italiana. Ferrara, 1932:
centración y cspecializacion del poder cada W. Sombart, El burgués (1913), Madrid, Alianza,
vez mayores, frente a las fuerzas que tratan, 1972: W. Sombart. Apogeo del capitalismo (1922),
por el contrario, de descentralizarlo y tras México, Fondo de Cultura Económica, 1946: A.
tocarlo o por lo menos de condicionarlo des Thierry. Essai sur l'histoire de la formalion et des
de la base. progrés du liers etal. París, Garnier. 1864: A. Tilg-
En vista de las consideraciones hechas ante her, Marxismo, socialismo, borgbesia. Bolonia.
riormente. se debe señalar que ha cambiado M. Buni. 1?~8; M. Weber. La ética protestante y
profundamente el modo de entender el “espí el espíritu del capitalismo (1905i. Barcelona,
ritu", la "mentalidad" y la “cultura” burgue Roma. 1962.
ses. y ha cambiado también de manera deci
siva la forma particular de presentarse que [ G I A \ M A R IO H R A A O ]
160 B I RGLESIA NACIONAL.
existencia de un sector burgués nacional. En nes instalaron las prim eras empresas indus
consecuencia, la burguesía aparecía indefec triales. Para desarrollar este nuevo tipo de
tiblemente incluida en el campo de la contra actividad coadyuvaba la posición social m ar
rrevolución. Pero esta vez la pequeña burgue ginal que ocupaban respecto de la sociedad
sía —que había desempeñado un papel des criolla. En un segundo momento, esto es a
tacado en la revolución mexicana—. aunque partir de 1930, la intervención del estado en
sin ninguna consideración sobre su natura la economía a través de una política de tari
leza, aparecía, junto con el campesinado, fas preferenciales, facilidad crediticia, etc.,
acompañando al proletariado en la lucha con permitió en algunos países el surgimiento de
tra el imperialismo. Poco importó las apela una nueva clase de capitalistas que. en algu
ciones a la singularidad latinoamericana nos casos, provenían de los sectores medios
expresada por algunos delegades de esos paí altos y, en otros, estos empresarios descen
ses. La conferencia de los partidos comunis dían de la gran oligarquía. Todo esto en medio
tas latinoamericanos realizada en Buenos de la gran crisis de 1929 cuyas consecuencias
Aires en 1929, seguramente ayudada por la para los países sudamericanos se manifies
profundidad de la crisis mundial desatada ese tan, entre otras cosas, en una brusca caída de
año y que parecía exacerbar las contradiccio la capacidad de importaciones, una reducción
nes de clase, sepultó definitivamente la con más que significativa de las exportaciones y
signa del frente único. prácticamente la clausura de los canales de
"La ofensiva del fascismo y las tareas de la fmandamiento internacional. La necesidad de
Internacional Comunista en la lucha por la sustituir los bienes que hasta ese momento
unidad de la clase obrera contra el fascismo", se adquirían en el exterior necesariamente
lema de discusión principal en el VII Congre estimuló, en aquellos países en donde existían
so de la te realizado en Moscú en 1935, reve pequeñas empresas dedicadas a la produc
laba, otra vez, la posición central de la pro ción de bienes de consumo corrientes, la
blemática del frente único. La intensificación expansión del sector industrial orientado
de la ofensiva imperialista profundizaba las hacia el mercado interno.
contradicciones entre la burguesía colonial A partir de esta interpretación del proceso
y la burguesía imperialista y diversos secto de industrialización latinoamericano el cepa-
res de la burguesía local. Se realiza esta vez ll.m o (v.). con su propuesta de crecimiento
una distinción no sólo en el seno de las bur hacia adentro en el que la demanda interna
guesías nacionales sino también en el ámbi funcione como m otor dinámico del desarro
to de los diversos imperialismos, pues a este llo, consideraba viable transform ar en un
último respecta cabe recordar que la guerra fenómeno estructural los fenómenos coyun
era considerada "justa" en la medida en que turales de la industrialización sustitutiva de
se combatía contra el fascismo. importaciones y de la diversificación del sis
2. Algunos años después un grupo de sociótema productivo. A tal efecto, y como única
logos y de economistas pertenecientes a la forma de superar el progresivo deterioro de
Comisión Económica para América Latina los términos de intercambio respecto de los
(ceí'al) abordará desde una perspectiva lati productos primarios y los consecuentes dese
noamericana el fenómeno de la b. nacional de quilibrios que traía aparejado, existía un solo
una m anera tal que habrá de influir intensa camino: promover una industrialización cuyo
mente a intelectuales y políticos de esa parte progreso tecnológico se difundiera, a p artir
del continente. del sector secundario, a otros sectores, en
Según esta concepción, y en lo que respec especial el primario. Sin embargo, esa indus
ta al surgimiento y desarrollo de la burgue trialización orientada hacia la satisfacción de
sía industrial latinoamericana, habría que una demanda existente de bienes requería,
distinguir dos momentos. En el prim ero de para su expansión, de una ampliación del
ellos, hasta la crisis de 1929, la iniciativa mercado interno, pero también de nueva tec
empresarial dependía fundamentalmente de nología. maquinaría, m aterias primas, etc.,
la emigración europea, pues más que peque toda vez que necesitaba intensificar su pro
ños artesanos locales fueron comerciantes, ducción. Si de lo que se trataba era de pasar
capitalistas o técnicos de origen europeo quie a un estado superior de desarrollo autosos-
b u r g u e s í a n a c io n a l 163
a entrar en compromisos con los sectores oli sibilidad de las otras fracciones burguesas de
gárquicos. A lo que hay que agregar, según imponer su hegemonía, tiende a intensificar
las concepciones dependentistas, que la su relativa autonomía política e institucional
industrialización latinoamericana no creaba v llega inclusu a asum ir directamente el
la propia demanda sino que apenas satisfa poder. La presencia de este sector y la de
cía la ya existente en lo que respecta a los bie aquellos sectores locales de los oligopolios
nes de uso. Por otro lado, a pesar de la inter internacionales y de los empresarios locales
vención del estado en lo que respecta a la vinculados a ellos, esto es de la denominada
creación de una infraestructura que posibi burguesía internacionalizada, torna pertinen
lite el desarrollo de la empresa capitalista, la te la pregunta acerca de la posibilidad de exis
industria de bienes de consumo siguió depen tencia de un espaciu para el denominado
diendo del exterior, y no sólo de la exporta einpresariado nacional. Dejando de lado el
ción de maquinarias sino también de mate origen de los capitales invertidos, y teniendo
rias primas. La insuficiencia en la disponibi en cuenta el proceso de internacionalización
lidad de divisas que devino de la crisis del sec de los mercados internos, por b. nacional aca
tor externo, y habida cuenta de la necesidad so pueda simplemente entenderse esa frac
de satisfacer —a través del abaratamiento de ción de la burguesía, integrada por em presa
los productos— las necesidades generadas rios nacionales y extranjeros, que pretende
por el desarrollo de la economía, motivo que m antener "las relaciones sociales y produc
en los años cincuenta se recurriese a los capi tivas que renuevan el estado y el sistema
tales norteamericanos como forma de conse nacional” y, a su vez. sostener las formas
guir la tecnología avanzada que se necesita nacionales a los efectos de "reproducir el
ba, tecnología ésta que ya había devenido modo de producción capitalista”.
obsoleta en los países metropolitanos. La
ofensiva "neoimperialista” —que se manifes BIBLIOGRAFIA: J. Aricó. La Terca Internazionale,
tó en la instalación de sucursales de firmas en / protagonisti delta rivoluzione iti America
norteam ericanas y en la consiguiente acele Latina, vol. n, Milán, cei, 1973; C.S. Assadourian
ración del proceso de monopolización y de Votros, Modas de producción en América Lati-
desnacionalización— sacudió intensamente a na, México, Cuadernos de Pasado y Presente 40,
las b. nacionales hasta el extremo de hacer 1973: S. Bagu, Economía de la sociedad colonial.
las abandonar todo proyecto reformador y de Buenos Aires. El Ateneo, 1949; V. Bambino. El
desarrollo económico autónomo. capitalismo dependiente latinoamericano, Méxi
La desarticulación de aquellos sectores a co, Siglo XXI, 1974: F.H. Cardoso y E. Faletto.
los que se designaba con el nombre genérico Dependencia y desarrollo en América iMtina,
de b. nacional y su incorporación a un siste México, Siglo XXI, 1969; F.H. Cardoso, Ideolo
ma de alianza de nuevo tipo fue percibida por gías de la burguesía industrial en sociedades
algunos dependentistas como una tendencia dependientes (Argentina y Brasilf, México. Siglo
de la burguesía orientada hacia la sobreex XXL 1971; M. Carmagnani, Formación y crisis
plotación de la clase obrera y hacia la implan de un sistema feudal. América Latina del siglo
tación de una política subimperialista (Bra xvi a nuestros días, México. Siglo XXI, 1976; A.G.
sil), razón por la cual se la llegó a considerar Frank, Capitalismo y subdesarrollo en América
como "el enemigo inmediato de la liberación iMtina, México, Siglo XXI, 1970; C. Furtado, La
nacional". economía latinoamericana: formación histórica
Resulta imposible dejar de aludir a ese otro y problemas contemporáneos, México. Siglo XXI,
fenómeno que se produjo a partir de la expan 1976’; E. Galeano. Las venas abiertas de Améri
sión del sector público en la economía: el sur ca Latina, México, Siglo XXI, 1971; T. Halpcrin
gimiento de lo que se ha denominado como Dunghi, Historia contemporánea de América Lati
"burguesía de estado”, esto es un estrato de na, Madrid, Alianza. 1972; H. Jaguaribe y otros.
burocracia técnico-profesional de nuevo tipo La dependencia político-económica de America
que controla políticamente el aparato produc Latina, México, Siglo XXI, 1970: R.M. Marini,
tivo estatal y que, según Aníbal Ouijano, cons Subdesarrollo y revolución, México, Siglo XXL
tituye, junto con las fuerzas armadas, un sec 1969: D. Ribeiro, El dilema de América Latina,
tor de autoridad intermedia que, ante la impo México. Siglo XXL 1971: E. Scur/anella, Bor-
BUROCRACIA 165
fihesie nazionali, en Storia de II'Ame rica Latina, una percepción clara de los peligros internos
vol. VI de II mundo contemporáneo, a cargo de de la existencia de un aparato fuerte y con
M. Carmugnani, Florencia, La Nuova Italia, 1979: centrado: asi. R. Michels, basándose en el cuso
R. Schlesinger, La Internacional Comunista y el del partido socialdemócrata alemán, sostie
problema colonial, México, Cuadernos de Pasa ne que toda organización implica una oligar
do y Presente 52, 1974; O. Sunkel y P. Paz, El sub quía; alrededor de los mismos años (1904), R.
desarrollo latinoamericano y la teoría del desa Luxemburg entró en polémica con Lcnin acu
rrollo, México, Siglo XXI, 1970. sándolo de sofocar la espontaneidad revolu
cionaria de la clase obrera con una férrea
[COMITE EDITORIAL] organización burocrática del partido. Más
tarde, Trotski criticó el aparato del partido
comunista bolchevique, afirmando que ame
nazaba transform arse en un estrato privile
burocracia giado dentro de la sociedad socialista. Estos
mismos temas pueden encontrarse en la polé
I AMBIGÜEDAD DEL TERMINO. El término b. fue mica de la nueva izquierda que identifica en
acuñado por prim era vez hacia la mitad del el burocratism o y en el dirigismo centraliza
siglo xvni por un economista fisiocrálico. do el verdadero enemigo del socialismo. En
Vincent de Gournay, para designar el poder la tradición marxista, pues, los conceptos de
del cuerpo de funcionarios y empleados de la b., burocratism o v burocratización se usan
adm inistración estatal constituido para sobre todo para indicar la progresiva rigidez
tareas especializadas bajo la monarquía abso del aparato del partido y del estado a expen
luta y dependiente del soberano. Basta con sas de las exigencias de democracia de la base
siderar la polémica fisiocrática contra la con (v. aparato; burocratización).
centración administrativa y el absolutismo En el transcurso del siglo xix se perfila,
para darse cuenta de que el término nació con sin embargo, otra concepción de la b. que
una fuerte connotación negativa. Con este sig emplea el término en sentido técnico y no
nificado fue acogido, al principio del siglo polémico. Se trata del conjunto de estudios
xix, en algunos diccionarios, y empleado por jurídicos y de ciencia de la administración
algunos novelistas como Balzac, y se difun alemanes que versan sobre el Bureausystem,
dió muy pronto en muchos países europeos el nuevo aparato adm inistrativo prusiano
en los que fue usado de manera polémica por organizado monocrática y genéricamente que,
liberales y radicales para atacar el formalis a principios del siglo xix, sustituye los viejos
mo, la altanería y el espíritu de cuerpo de la cuerpos administrativos colegiados. El hin
administración pública en los regímenes auto capié de estas obras es normativo y se refie
ritarios, especialmente en Alemania. Este uso re especialmente a la especificación precisa
del término es también el que se institucio de las tareas, a la atribución de esferas de
nalizó más en el lenguaje común y llegó has competencia bien delimitadas y a los criterios
ta nuestros dias para referirse críticamente de admisión y de carrera. Para esta tradición
a la proliferación de normas y reglamentos, técnico-jurídica el concepto de b. designa una
al ritualismo, a la falta de iniciativa, al des teoría y una práctica de la administración
perdicio de recursos, en una palabra al influjo pública que se considera la más eficiente
de las grandes organizaciones públicas y pri posible.
vadas. Estas tres acepciones del término —disfun
Una segunda acepción, igualmente negati cionalidad organizativa, antidemocraticidad
va, es la que desarrolló el pensamiento m ar de los aparatos de partido y estatales, técni
xista. Aunque Marx se ocupó sólo marginal ca de la administración pública—, se han uni
mente de la cuestión, sus seguidores, al do en el vocabulario de las ciencias sociales
encontrarse frente a la tarea de construir el modernas para dar vida a una extraordina
partido y el estado socialistas, se vieron obli ria proliferación conceptual. Recientemente
gados a prestar mayor atención a los proble un autor ha encontrado hasta siete concep
mas organizativos. Especialmente los que tos modernos de b. (Albrow, 1970, pp. 113-
provenían de un modelo sindicalista tuvieron 143), y ante esta ambigüedad del término
166 BUROCRACIA
por tanto no representa fielmente sino que En la construcción del modelo burocráti
simplifica y exagera la realidad empírica. Sin co, Weber adopta el siguiente procedimien
embargo, esta simplificación y exageración to. En prim er lugar considera algunos presu
son necesarias para lograr una clara concep- puestos históricamente importantes para el
tuali/ación. Desde este punto de vista, la defi surgimiento y la consolidación de aparatos
nición de b. adquiere su pleno significado sólo burocráticos. É*>tos se reducen sustancial
cuando se la compara con otros tipos de admi mente a tres: la existencia de un sistema de
nistración en una amplia perspectiva histó racionalidad legal, el desarrollo de una eco
rica. Por ejemplo, Weber contrapone varias nomía monetaria y la expansión cualitativa
veces el sistema burocrático, que él conside y cuantitativa de las tareas administrativas.
ra propio del estado moderno, con el patri La falta de una de estas condiciones no sig
monial. En este último los funcionarios no se nifica que no se pueda ya hablar de b. sino
reclutan con base en un contrato sino que son que identifica más bien una línea de desarro
típicamente esclavos o clientes del que deten llo del sistema burocrático distinta de la de
ta el poder y, en lugar de contar con una retri la b. moderna. Por ejemplo, se han desarro
bución fija, se ven compensados con benefi llado organizaciones burocráticas aun en
cios en especie o en dinero; las tareas admi ausencia de una economía monetaria, como
nistrativas no se asignan con base en crite lo demuestran los casos del antiguo Egipto,
rios relativos a las esferas de competencia de la China posfeudal y de los imperios roma
impersonales y a jerarquías racionales sino no y bizantino. Se trata, sin embargo, de sis
que se otorgan, en parte, siguiendo la trad i temas burocráticos intrínsecamente inesta
ción y, en parte, el arbitrio del soberano; la bles: en efecto, en la medida en que los fun
distinción entre persona y oficio no existe, en cionarios se ven compensados en especie y no
cuanto que todos los medios de adm inistra en dinero, la regularidad de su retribución se
ción se consideran parte del patrimonio per vuelve problemática y ellos intentan apropiar
sonal del que detenta el poder; finalmente, las se de las fuentes de impuestos y de ingresos
funciones adm inistrativas no tienden a ejer del sistema. Esta tendencia conduce a una
cerse de manera continuada. A la luz de seme centralización del aparato burocrático y, en
jantes distinciones, el concepto de b. revela último análisis, a su transformación en una
su propia utilidad: éste, como los demás tipos estructura patrimonial.
ideales de los aparatos de dominio, sirve para En segundo lugar, Weber destaca los prin
identificar de manera muy general las carac cipales efectos de la b. moderna. El prim ero
terísticas adm inistrativas de un vasto perio consiste en la concentración de los medios de
do histórico y para establecer un punto de vis administración y de gestión en manos de los
ta indispensable para el análisis empírico de que detentan el poder. Este fenómeno se veri
casos concretos. En este sentido, también la fica en todas las organizaciones de grandes
m ulticitada afirmación weberiana de que la dimensiones: en la empresa capitalista, en el
administración burocrática es, ceteris pari- ejército, en los partidos y en el estado, en la
bus, técnicamente superior a todas las demás, universidad. El análisis de Marx sobre la
es válida sólo en la medida en que la b. es com separación del trabajador de los medios de
parada con los aparatos típicos del dominio producción no es para Weber más que un
tradicional y carismático. ejemplo de este proceso general de concen
b] La burocracia como modelo histórico. tración. El segundo efecto de la b. moderna
Weber no sl- limita a enunciar de manera está es la nivelación de las diferencias sociales que
tica las características del tipo de dominio resulta del ejercicio de la autoridad confor
legal-burocrálico sino que construye con ellas me a reglas abstractas e iguales para todos
un modelo dinámico. Este modelo especifica y de la exclusión de consideraciones perso
cómo casos empíricamente semejantes, que nalistas en el reclutam iento de los funciona
entran dentro del tipo ideal de b., funcionan rios. Esta tendencia niveladora está ligada a
bajo determinadas condiciones y explicitan un importante cambio en el sistema escolar.
una gama de variaciones que incluyen las ten Mientras que el ideal educativo de una admi
dencias hacia una mayor estabilidad o hacia nistración compuesta de notables es la del
la transformación o declinación. “hombre culto" formado con estudios de tipo
168 BUROCRACIA
clásico, el ideal educativo de la b. es el "exper tas, Weber sostiene que el estado moderno,
to ” formado por medio de un entrenamiento independientemente de su régimen político,
técnico-científico y cuya competencia está no puede prescindir de la b.: la única alter
certificada por la superación de los exáme nativa que tiene en la administración públi
nes especializados. ca es el diletantismo. Esto tiene considerables
En tercer lugar, finalmente, Weber consi implicaciones para el ejercicio del poder. En
dera los conflictos potenciales inherentes a un sistema de dominio legal-burocrático no
un sistema de dominio legal-burocrático. le basta al líder con derrotar a los demás líde
Éstos conciernen tanto al principio de legiti res en la contienda electoral sino que debe
midad como a la relación entre el aparato y también supervisar la actuación de la b. en
el que detenta el poder. El principio de legi cuyas manos está el ejercicio cotidiano de la
timidad de un sistema de autoridad legal con autoridad. El control de la b. ha vuelto parti
tiene una tensión interna entre justicia for cularmente difícil el hecho de que el que
mal y justicia sustancial que. en el nivel de detenta el poder se encuentra en la posición
la estructura social, se concreta en la relación de un diletante en comparación con el funcio
compleja entre b. y democracia de masa. Pol nario que puede explotar la propia competen
lo que respecta a la igualdad de los ciudada cia técnica y aprovechar el secreto de oficio
nos ante la ley y al reclutam iento del cuerpo para rechazar las inspecciones y los contro
burocrático con criterios universalistas en les. Previendo la posible, aunque ilegitima,
lugar de utilizar para ello los de adscripción, expansión del poder burocrático, Weber sos
existe una afinidad entre b. y valores demo tuvo que la b. sigue siendo compatible con un
cráticos. En este sentido. Weber sostiene que sistema de autoridad legal sólo cuando la for
la b. es un inevitable fenómeno colateral de mulación de las leyes y la supervisión de su
la democracia de masa. Sin embargo, estos aplicación siguen siendo prerrogativas reales
criterios de igualdad formal pueden produ de los políticos: si el aparato burocrático
cir resultados ambiguos desde el punto de vis logra usurpar el proceso político y legislati
ta de la igualdad sustancial. En efecto, la vo, se deberá hablar de un proceso de buro-
selección de funcionarios por medio de cri cratización que ha rebasado los límites del
terios objetivos puede hacer que surja una sistema de dominio legal y ha transform ado
casta privilegiada con bases meriiocráticas; la estructura. (Weber, 1918.)
por otro lado, la igualdad de todo ciudadano Para Weber, las características típicas del
ante la ley entraña la irrelevancia de criterios líder político son diametralmente opuestas a
sustanciales de equidad. Es posible, por lo las del burócrata. Este es responsable sólo de
tanto, que las fuerzas sociales que se inspi la eficaz ejecución de las ordenes y debe
ran en los ideales democráticos requieran la subordinar sus opiniones políticas a su sen
ampliación del acceso a los oficios, llegando tido del deber de oficio; aquél es un hombre
a proponer que se siga el método electivo, aun de partido que lucha por el poder, que debe
a expensas del requisito de la preparación manifestar capacidades creativas y asumir
especializada, y la introducción de criterios responsabilidades personales por iniciativa
sustanciales en la administración de Injusti política propia. En el fondo, en una democra
cia. A su vez, estas exigencias tienden a ser cia de masa, el control del líder político sobre
rechazadas por la b. que, por motivos mate la b. estatal y de partido se hace posible prin
riales e ideales, está ligada a los estándares cipalmente gracias a su capacidad “carisma-
de la justicia formal. tica" de obtener un éxito electoral en condi
Según Weber, la tensión entre justicia for ciones de sufragio universal. Pero aun esta
mal y sustancial es un dilema que no puede tendencia, si se lleva al extremo, puede tener
eliminarse en un sistema de dominio legal; como resultado una modificación del sistema
cuando se modifica este difícil equilibrio, en de dominio legal burocrático: el carisma del
un sentido o en otro, el sistema de dominio lider puede transform ar una democracia ple
legal se ve sometido a transformaciones. biscitaria en un régimen cesarista y, en ulti
El segundo conflicto se refiere a la relación ma instancia, totalitario.
entre liderazgo político y aparato administra Concluyendo: las tensiones y el potencial
tivo. En polémica con socialistas y anarquis conflictivo en los dos niveles de la legitimi
BUROCRACIA 169
dad y del aparato hacen que el equilibrio del la totalidad de los altos funcionarios provie
sistema legal burocrático sea intrínsecamente ne de familias de la clase media superior. Esta
inestable y esté expuesto a tendencias caris- homogeneidad social de las élites administra
máticas y neopatrimoniales. tivas. reforzada por los vínculos culturales y
c] Teorías seculares de la burocracia. La de amistad personal producidos por las ins
existencia de precondiciones históricas que tituciones especializadas en la preparación de
pueden ser satisfechas o no y la combina los funcionarios como las Grandes Écoles en
ción de los conflictos y de las tensiones a las Francia (Suleiman, 1974) o algunas universi
que nos hemos referido hacen que el proceso dades privadas en los países anglosajones,
de burocratización no sea ni unilineal ni irre tienden a reforzar la conciencia de grupo de
versible: “Se debe observar siempre en qué di los altos funcionarios. A este propósito, la cla
rección específica avanza la burocratización ve variable parece estar constituida por la
en cada caso histórico particular" (Weber, estructura del sistema escolar: en los lugares
1922). Estas explicaciones históricas especifi en que es abierto y tiende a modificar el sis
cas, a las que por su amplio alcance se les ha tema preexistente de estratificación es posi
dado el nombre de “teorias seculares" (Roth, ble encontrar una cierta movilidad social en
1970) y que lógicamente parten del modelo es el vértice del personal administrativo (éste
bozado anteriormente, son numerosas en la parece ser el caso de los países escandinavos);
obra de Weber se refieren, por ejemplo, a la b. de otro modo éste puede convertirse en un
patrimonial china, al surgimiento y la conso grupo cerrado que se autorreproduce. El sis
lidación del aparato burocrático estatal en tema escolar tiene también un cierto influjo
la Europa continental, al distinto desarrollo en las dimensiones del aparato burocrático:
de la administración estatal en Inglaterra. en efecto, cuando la afluencia de diplomados
La exposición y valoración de estos análisis y titulados al mercado de trabajo es superior
sobrepasa los limites de esta voz.I. a la demanda de la economía, la adm inistra
ción estatal se convierte en la salida más fre
III. ALGUNOS PROBLEMAS DE LAS Bl'RQCBACIAS PÚBLICAS cuente de este excedente intelectual. Como se
modernas. El estudio weberiano de la b., a ha sostenido a propósito de Italia (Sylos-
pesar de haber sido elaborado hace más de Labini, 1976) y de otros países, esto provoca
sesenta años y estar ligado, por consiguien una "patológica" expansión de la b., especial
te. en ciertos aspectos, a la situación política mente en los niveles medio-bajos.
de los prim eros años del siglo, ha registrado Aunque metodológicamente no sea correc
algunos problemas cruciales que después han to inferir conclusiones automáticas relativas
sido objeto de numerosos análisis. En el cam a la acción de los funcionarios partiendo de
po de la b. pública, los temas abordados con su origen social, sin embargo esto tiene impli
más frecuencia por la literatura reciente se caciones significativas respecto del control
refieren a la composición social de la b.. a las político de la b. Por ejemplo, se ha sostenido
causas que influyen en la naturaleza y la que el buen funcionamiento del sistema admi
extensión de su poder, a sus relaciones con nistrativo británico se deriva del hecho de que
los grupos de interés y, finalmente, a su efi miembros del gobierno y altos funcionarios
cacia administrativa. provienen de la misma clase social y tienen,
Ya hemos señalado que los criterios meri- por lo tanto, opiniones semejantes acerca de
tocráticos de reclutamiento tienen la venta importantes problemas políticos (Kingsley,
ja de excluir cualidades adscriptivas e inte 1944). Sin embargo, más que la clase de ori
reses políticos del proceso de selección del gen de los funcionarios, hay otras dos varia
personal administrativo. Sin embargo, tienen bles que parecen influir en el grado de auto
también la desventaja de reflejar la desigual nomía respecto del control político de los apa
distribución social de las op ortunidades favo ratos administrativos modernos. La primera
reciendo a los grupos social y culturalmente se refiere a la medida en que un código de éti
más aventajados. Diversos estudios sobre la ca profesional que destaque la neutralidad
composición social de la b. en los países política de la b. sea efectivamente asimilado
anglosajones v en la Europa continental han por los funcionarios; la segunda se refieie al
llegado a la conclusión unánime de que casi grado de legitimidad y estabilidad del siste
170 BUROCRACIA
ma político. En los lugares en que el código lado Selznick (1949), la tendencia de las
de ética ha sido aceptado genuinamente por estructuras adm inistrativas a asegurarse el
la b. y es alta la estabilidad del orden políti consenso y la cooperación de los grupos socia
co, el control del aparato administrativo no les más fuertes en las propias áreas de ope
presenta problemas particulares; en caso con ración, corre el riesgo de una radical aunque
trario, la b. tiende a extender su poder y a latente transformación de los fines programá
imponerse como un cuerpo independiente ticos para los que se habían creado original
frente a la autoridad política. Los casos de mente estas estructuras.
Inglaterra y de Francia ilustran estas dos El análisis de las relaciones entre b. y gru
posiciones opuestas. En Inglaterra, la neutra pos de interés ha llevado también a muchos
lidad política del civil senice y el fuerte gra investigadores ha reformular el problema de
do de legitimidad del sistema político ha la eficiencia administrativa. Ésta va no con
garantizado las buenas relaciones entre la b. siste en la aplicación rígida e imparcial de las
V el gobierno, aun, contra lo que suponían órdenes por parte del burócrata sino en su
algunos, con la llegada al poder del partido receptividad de los fines sociales y políticos
laborista en la inmediata posguerra. En cam del sistema: en un régimen político pluralis
bio en Francia la insistencia sobre la lealtad ta, estu implica una mayor ductilidad de la
de la b. hacia el partido en el gobierno alentó acción adm inistrativa v una más amplia dis
la formación de claras actitudes políticas ponibilidad de la b. a la contratación y al com
entre los altos funcionarios y la tradición promiso con los diversos grupos sociales.
establecida por el régimen los llevó a asumir Implícita o explícitamente —afirmaciones de
un papel político independiente. La consi este tipo suenan como críticas para la clara
guiente desconfianza del poder político fran distinción weberiana entre política y adminis
cés en la neutralidad de la b. se ilustra muy tración—- se sostiene, en efecto, que mientras
bien con la institución, existente también en esta distinción tenia sentido en una estructu
otros países con tradiciones políticas pareci ra social y que la actividad política era una
das, del cabinct ministeriel, o sea de un cuer prerrogativa de un restringido circulo de
po de tipo “patrim onial" formado por estre notables, resulta menos ilustrativa en el esta
chos colaboradores personales del ministro do contemporáneo, en el que la proliferación
que actúa como intermediario entre éste y los paralela de las funciones administrativas y de
funcionarios de carrera y controla la fiel apli los grupos de interés ha desplazado la sede
cación de las directivas políticas. de numerosas decisiones políticas cada vez
Unido al problema del control político está más lejos del gobierno propiamente dicho.
el de las relaciones entre la b. y los grupos
de interés (v. grupos de presión). El incremen IV EL MODELO BUROCRATICO Y EL ANALISIS DE LAS
to de la intervención del estado en la "socie organizaciones Si la conccptuación weberia
dad civil" ha implicado una descentralización na de la b. sigue siendo, de una manera u otra,
adm inistrativa junto con una delegación de muy útil cuando se aplica, en una perspecti
actividades propiamente políticas a los admi va histórico-comparadu, a sistemas políticos
nistradores. Estos últimos, por otra parte, de dimensiones considerables, su poder ana
han experimentado la necesidad, con el fin de lítico disminuye en el análisis microsocial de
adquirir la información necesaria, de estable las organizaciones. De hecho, cierto número
cer relaciones de cooperación y de legitimar de trabajos teóricamente orientados en una
la propia acción, de comunicar c interactuar perspectiva funcionalista y metcdológicamen-
más con los grupos relevantes de interés que te fincados en el estudio del caso le han hecho
poco a poco han ido aumentando en número severas críticas (v„ por ejemplo, Blau, 1957;
como resultado de la expansión del proceso Crozier, 1963; Gouldner. 1954; Selznick, 1949:
de democratización y de la más eficaz orga Stinchcombe, 1959). En síntesis, estas criti
nización política de los ciudadanos (Ehrmann, cas pueden reducirse a dos puntos fundamen
1961: Bendix, 1968). A la larga, sin embargo, tales. El prim ero es que el análisis weberia-
estas relaciones pueden dar origen a fenóme no no ofrece una descripción empíricamente
nos de tipo clientelar que evitan el control del cuidadosa de las estructuias organizativas.
poder político central. Además como ha seña Sobre todo, los elementos del tipo ideal se
BUROCRACIA 171
III US RAICES DF. U BLROCRAIT7ACION EN LOS ESTA tema de producción socialista necesita, para
DOS OBREROS En el periodo histórico actual, la su plena realización, un gran desarrollo de las
m anifestación más macroscópica y. en fuerzas productivas; sólo gracias a la abun
muchos aspectos, más desconcertante de las dancia será posible, en realidad, eliminar las
tendencias a la b. está dada indudablemente diferenciaciones y las desigualdades que sir
por la involución sufrida por los estados ven de base a las tendencias a la b. El mismo
colectivistas. Si los factores que han favore nivel de desarrollo alcanzado actualmente por
cido el poder de la burocracia están ligados las fuerzas productivas en los países capita
al sistema capitalista, una revolución socia listas más avanzados es insuficiente para per
lista, por los objetivos que se propone, habría m itir la superación inmediata de toda dispa
debido derribar el dominio burocrático y sus ridad social; con mayor razón, pues, podemos
tituir la administración de las cosas por el darnos cuenta de los obstáculos relativos a
gobierno de las personas. La extinción del este problema encontrados por los países que
estado, la abolición de la economía moneta hasta ahora han eliminado el capitalismo; paí
ria. del mercado, la eliminación del ejército ses que, como sabemos, tienen todos una base
de profesión y la supresión de un estrato de económica escasamente desarrollada.
funcionarios dedicado exclusivamente a Además, contrariamente a lo que sostenían
tareas administrativas, habría eliminado para los clásicos del marxismo, la prim era revo
siempre la burocracia. lución socialista quedó aislada por largo tiem
Los análisis de Marx, Engels y Lenin al res po, sin que haya sido seguida, en el corto pla
pecto son numerosos v no pueden someterse zo, por perturbaciones victoriosas en otros
a la acusación de haber prestado escasa aten países, y esto ha impedido que las luchas
ción al problema. Sin embargo, en el prim er sociales se mitiguen; es más, la amenaza de
país en que se ha eliminado el capitalismo no intervenciones militares externas ha hecho
sólo no se ha cumplido nada de lo que se había que una parte importante del ingreso nacio
previsto sino que hasta el estado se ha refor nal se haya destinado (tanto en la URSS como
jado enormemente v la burocracia ha adqui en los demás estados de economía colectivis
rido un poder absoluto. Para un conocimien ta) a los armamentos y al mantenimiento de
to adecuado del fenómeno es necesario iden un ejército permanente, que constituye un
tificar los factores que han hecho posible este importante factor de burocratización.
proceso involutivo y evidenciar las caracte En el caso de la Unión Soviética han teni
rísticas que distinguen la burocracia de los do un papel fundamental muchos otros fac
estados colectivistas de la de los otros siste tores, tanto subjetivos como objetivos. Un ele
mas socieconómicos. En relación con este mento decisivo fue, sin lugar a dudas, la cre
punto se debe señalar que la burocracia en ciente pasividad política del proletariado,
los estados colectivistas, aunque depende de debida a diversas razones históricas: por un
las nuevas bases económico-sociales de la lado, la guerra civil destruyó físicamente gran
sociedad, distorsiona e impide el desarrollo parte de la vanguardia revolucionaria, por el
de las fuerzas productivas, y además, a dife otro, las condiciones de pobreza extrema en
rencia de lo que sucede en los países capita que se encontró el pueblo ruso hicieron que
listas, ha alcanzado una autonomía tal que la se preocupase, ante todo y casi de manera
libera del control de la clase que ha hecho la exclusiva, por resolver los problemas de cada
revolución, es decir del proletariado. día. Además, la revolución en los otros paí
Por lo que respecta a los factores de b. que ses se encaminaba a la derrota, y esto creaba
son inevitables en la fase de transición, debe desaliento y desilusión.
mos recordar las supervivencias capitalistas La interacción de todos estos factures y las
y el insuficiente nivel de desarrollo de las luchas de fracciones internas dentro del par
fuerzas productivas: al día siguiente de la vic tido bolchevique explican cómo el proceso
toria de la revolución socialista, el nuevo degenerativo no encontró graves obstáculos:
modo de producción se encuentra frente al el aparato del partido se había integrado
sistema de distribución que sigue siendo bur siempre con el del estado (cuya burocracia se
gués. Con base en la doctrina marxista esto había, por otra parte, reforzado considerable
se aplica por la consideración de que el sis mente) hasta identificarse ampliamente con
BIROCRATIZACIÓN 175
él, con la consecuencia de que la lucha en con dad, que encontramos en la Unión Soviética,
tra de la revolución que estaba sufriendo iba de conciliar las exigencias de la planificación
en contra de sus mismos intereses. y del desarrollo económico óptimo con los
intereses materiales específicos de la buro
IV. LAS CONSECUENCIAS DE LA BUROCRATIZAClON ¿LA cracia. Además, cosa desconocida hasta hoy,
BUROCRACIACOMOCASTAOCOMOCLASE SOCIAL' En la nos encontraremos en presencia de una cla
perspectiva aquí adoptada, el análisis de Milo- se dominante que carece de la capacidad de
van Djilas sobre la formación en el interior reproducirse mediante el funcionamiento del
de los estados obreros de una verdadera "cla sistema socio-económico tal como se presen
se nueva" de funcionarios de partido debe ta. En los estados colectivistas, en efecto, las
corregirse en el sentido del surgimiento de posiciones de poder y de privilegio están liga
una “casta" que como tal no tiene la propie das esencialmente a funciones particulares y
dad de los medios de producción. Por lo tan dependen de decisiones políticas, no de una
to. la sustitución de este estrato social o su función especifica del proceso social de pro
trastocamiento serán consecuencia de una ducción. Sin duda existen elementos que
revolución política y no social. impulsan el surgimiento potencial de una cla
No se trata evidentemente de una cuestión se dominante, pero por un lado hoy son sólo
terminológica, sino de un problema político tendencias (que para lograr un salto de cali
sustancial. La revolución antiburocrática tie dad deberían chocar con obstáculos nada
ne definición política porque la estructura indiferentes); por el otro, esta clase dominan
económica permanece fundamentalmente te no sería una "nueva clase", sino la antigua
inmutable; en efecto, permanecerán tanto la clase capitalista, basada en la propiedad p ri
supresión de la propiedad privada de los vada de los medios de producción.
medios de producción, la planificación cen La teoría de la burocracia como nueva cla
tralizada y el monopolio del comercio exte se explotadora puede, por lo tanto, sostener
rior como la forma especifica de apropiación se coherentemente sólo si se sostiene que esos
del plus-producto social. Lo que sí cambiaría sectores de la clase obrera (la burocracia
radicalmente es el funcionamiento del siste obrera y la aristocracia obrera) y de la inteli-
ma, no la estructura económica del propio sis guentsia (la pequeña burguesía y los funcio
tema. Si se observa en cambio que la buro narios estatales de los grados más altos) eran
cracia sea una nueva "clase dominante", ésta potencialmente una nueva clase dominante
seria expresión de un modo de producción incluso antes de tom ar el poder, o sea antes
cuyo "trastocam iento" dejaría intacta la de la "revolución". Obviamente, una hipóte
estructura económica básica. No sólo eso; por sis de este tipo implica inevitablemente una
primera vez en la historia tendremos una modificación radical del análisis histórico
"clase dominante" que no existía como clase adoptado hasta hoy, además de la revisión
antes de llegar al poder. En realidad, investi completa de un mudo de ver la historia ente
gadores que se remiten al marxismo, como ra de este siglo. Ciertamente que. en abstrac
Swcezy. observan que la "nueva clase explo to. la "nueva clase" podría ser progresista
tadora” se desarrolla a partir de las condicio ante la clase capitalista, o sea que podría
nes creadas por la propia revolución. Sin tener una relación con la burguesía semejante
embargo, queda el hecho de que los trasto r a aquélla que ésta tuvo en un tiempo con la
nos sociales pueden modificar las relaciones aristocracia semifeudal durante la revolución
de producción pero no crearlas de la nada. burguesa. Pero ¿cuáles serían entonces el
Además, la tesis de la burocracia como clase papel, la función y las tareas de la clase obre
dominante lleva a topar con utras dos para ra? Evidentemente, la propia idea de revolu
dojas: asistiremos, cosa que nunca había suce ción socialista y de conquista del poder por
dido antes, a un comportamiento general y a parte de la clase obrera debería ser revisada
una persecución de intereses privados por por completo: debería admitirse que al capi
parte de una clase dominante que contrasta talismo seguirá históricamente no el socialis
con las necesidades y la lógica interna del sis mo, o sea una sociedad sin clases, sino una
tema sociu-económico existente. sociedad todavía dividida en clases, aunque
Esto queda demostrado por la imposibili si progresista respecto del capitalismo. Las
176 B U R O C R A T IZ A C IÚ N
te se saca fácilmente que los indicios untes ses que han abatido al capitalismo; por lo
señalados no son simples peticiones de prin demás, estos procesos han asumido formas
cipio, sino medidas concretas que deben ser diversas de las que caracterizaron a la URSS.
aplicadas inevitablemente si se quiere com Por ejemplo, los estados obreros del este de
batir con eficacia la burocratización. Europa surgieron a continuación de un fenó
Aparentemente, algunos acontecimientos meno de asimilación estructural, después de
parecen contradecir los análisis de los teóri que la presencia del ejército rojo, en el m ar
cos marxistas sobre la b., pero en realidad co de los acuerdos de Yalta, hizo posible la
tales acontecimientos pueden comprenderse práctica destrucción de las antiguas clases
y explicarse con la metodología de interpre dominantes. En ausencia de grandes movi
tación marxista de la realidad histórica y mientos de masa, los nuevos regímenes esta
social. En otras palabras, por la experiencia ban destinados a sufrir desde el inicio una
se comprueba que la falta de una democra profunda deformación burocrática, al preva
cia socialista real es causa y efecto de la b., lecer de una dirección impuesta desde el exte
y que puede ponerse remedio a ésta sólo si rior y escasamente independiente de la URSS.
se introducen medidas como las que se indi Yugoslavia y China representaron dos
can en el parágrafo precedente. variantes significativas: en ambos paises la
Pero veamos ahora el fenómeno de la b. tal instauración de un estado obrero se logró por
como lo analizó Trotski hace cuarenta años via revolucionaria. En Yugoslavia el proceso
y cómo se manifiesta hoy, dentro de la reali de b. ha sido el resultado de la combinación
dad actual de los estados obreros contem po de elementos análogos a los existentes en la
ráneos. En sus escritos de los años treinta el URSS de los años veinte y de los condiciona
revolucionario ruso había subrayado el carác mientos sufridos por el grupo dirigente en el
ter históricamente excepcional del fenómeno periodo stalinista y en los primeros años de
de degeneración burocrática del estado obre vida del nuevo estado. En China, a pesar de
ro soviético y había sacado a luz los factores la especificidad de las condiciones en que se
que lo habían determinado. Se esforzó en del i- desarrolló el proceso revolucionario y la
nir una tipología de la sociedad de transición amplia autonomía de éste, se produjo igual
hurccratizada. pero insistía en la precariedad mente, desde el inicio, una deformación buro
de la dominación de la casta burocrática: al crática que tuvo como consecuencia la expro
poco tiempo habría habido una restauración piación política de las masas y la cristaliza
del capitalismo o se habría restablecido la ción de un estrato socialmcnte privilegiado.
democracia socialista mediante una revolu Esto demuestra que no son accidentales las
ción política de las masas obreras y campe tendencias señaladas por los estudiosos m ar
sinas. xistas del fenómeno burocrático. Además,
A casi medio siglo de distancia, comproba como se ha señalado, el fenómeno se ha gene
mos que no sólo la burocracia ha podido man ralizado; la explicación es doble: por un lado,
tener su poder por un periodo más largo de los paises en los que el capitalismo ha sido
lo que Trotski pudo prever, sino que además abatido, con la excepción parcial de Checos
se han impuesto regímenes burocráticos en lovaquia y de Alemania democrática, partie
una serie de países. ron de condiciones de atraso análogas a las
En verdad, los problemas planteados por de la URSS (o quizá más graves), con un peso
Trotski en sus escritos no contemplan un pro específico de la clase obrera muy limitado y
blema de "tiem po”, sino las tendencias fun un nivel técnico-cultural del todo insuficien
damentales de desarrollo del mundo contem te. Por el otro, si los nuevos estados obreros
poráneo. Actualmente, el problema de las ten no se han encontrado aislados en un mundo
dencias de fondo de nuestro siglo son y siguen capitalista, sin embargo no ha habido ningu
siendo aquéllos planteados por el autor hace na revolución victoriosa en un país industrial-
cuarenta años, aunque las previsiones tempo mente avanzado. Con objetividad, tal cosa ha
rales hayan demostrado estar equivocadas. jugado en lavor de la casta burocrática de la
Pur lo demás, queda el hecho c'e que los pro URSS, que ha podido seguir ejerciendo su
cesos de b. se han verificado, aunque en medi dominio, aunque de maneras diversas.
da cualitativamente distinta, en lodos los paí Esto puede ayudar a comprender por qué,
178 B U R O C R A T IZ A C IÓ N
en la propia Unión Soviética, la burocracia no mente en la medida en que. por así decirlo,
ha desaparecido a pesar de que hayan decaí es funcional a la normalización de un siste
do los factores que estuvieron en el origen de ma hum era tizado.
la b. Quienes avanzaron la hipótesis de una Si todo esto es la consecuencia de la falta
posible reforma o autorreform a de la buro de una democracia socialista real, fenómenos
cracia en un contexto político, económico y que estarían presentes también en una socie
cultural nuevo, del interior del pais e inter dad no burocratizuda asumen, en el marco de
nacional, han sido desmentidos por los un proceso involutivo, aspectos de extrema
hechos. En realidad, estos autores, incluido gravedad. Tomemos el ejemplo del partido
Deutscher, tenían una concepción mecanicis- único. En un estado obrero existe, en gene
ta del problema. De hecho suponían que el ral, la exigencia de asegurar una unidad polí
fenómeno burocrático podía superarse en vir tica capaz de contrarrestar las tendencias
tud de una lógica interna de deterioro, ape centrífugas inevitables estimuladas por la
nas interrumpida la acción de los factores que existencia de residuos de la vieja sociedad,
lo habían originado. Por el contrario, cuan por la persistencia, por todo un periodo, de
do una realidad se cristaliza, en todos los dos clases distintas (obreros y campesinos) >
niveles, en una vasta escala y por todo un arco de estratos sociales menores, por eventuales
de tiempo, adquiere una autonomía propia. presiones internacionales, por las propias
Por este motivo, es impensable que un estra contradicciones típicas de una sociedad de
to social dominante, cambiado el contexto en transieión. Esta unidad, en un proceso "nor
el que pudo imponerse, reconozca que ya no m al”, debe ser el resultado de una dialéctica
tiene una función histórica (admitiendo que múltiple y articulada, de la que los órganos
la tuviera alguna vez) y se retire en buen centrales de una democracia socialista insti
orden. Su tendencia será más bien la de defen tucionalizada son la culminación (mientras
der con todos los medios las propias posicio que al partido de vanguardia le espera una
nes de hegemonía política y de privilegio eco función de iniciativa política y de toma de
nómico V social. conciencia teórica, subordinada, por lo
Naturalmente, esto nc obsta para que en el demás, a la soberanía de las instituciones
interior de las castas burocráticas en el poder democrático-revolucionarias, expresión de la
se manifiesten diferencias y conflictos igual entera sociedad). A falta de semejante estruc
mente profundos. En último análisis, esto tura y de semejantes mecanismos, es el par
depende del hecho de que en los estados obre tido, por lo demás integrado completamente
ros surgidos hasta hoy se hayan entretejido en el aparato estatal, el que debe fungir como
y se entretejan contradicciones típicas de la elemento unficudor, como cemento de las
sociedad de transición entre el capitalismo y estructuras tanto económicas como políticas,
el socialismo, y contradicciones inducidas por con la subordinación a él de todas las demás
la b. En la imposibilidad de modificar las pri instancias. El monolitismu en el partido está
meras, las castas dominantes de cada país se impuesto por la propia lógica. De hecho, si
ven constreñidas a actuar según las segundas, en el partida existiera una efectiva vida demo
buscando soluciones parciales o paliativos crática, las diferencias y las contradicciones
con revisiones sectoriales y temporales. Así de la sociedad acabarían por manifestarse en
se tienen acentuaciones inestables de las elec su seno, con el peligro para la dominación
ciones económicas y político-administrativas, burocrática ínsito en toda forma de democra
con oscilaciones entre la afirmación o la rea cia socialista. Justo por ello la casta dominan
firmación del centralism o y la admisión de te no puede adm itir una dialéctica democrá
la necesidad de una descentralización, más o tica ni siquiera en el partido. Con ello se con
menos pronunciada; de tal manera, llamados sigue una extremada enajenación política de
a la verificación del mercado contra los exce las masas y el aguzamiento de la contradic
sos de una gestión hipercentralizada se alter ción entre estas últimas y quienes dirigen
nan con nuevos controles administrativos efectivamente el estado y la economía. En los
rígidos para contrastar las tendencias centrí periodos de normalidad, esta contradicción
fugas que casi inevitablemente se desarrollan. se traduce en manifestaciones de apatía,
Y esta oscilación puede continuar indefinida como una esterilización del potencial creador
B L R O C R A T IZ A C IÓ N 179
de los productores; en los momento de crisis, Bulzoni, 1975; Contro il burocratismo una bat-
explota en conflictos abiertos por la distribu laglia decisiva (1967), Milán, Feltrinelli, 1968; I.
ción del ingreso y por el poder de decisión Deutscher. Lenin: los años de formación (1970),
económico y político. En otros términos, México, Era; M. Djilas, La nueva clase (1957),
mientras que en una sociedad de transición Buenos Aires, Sudamericana; P. Frank, G.
no burocratizada el Factor subjetivo, repre Novack y E. Mandel, Key prohlems of the tran
sentado por la dirección consciente o autodi- silion from capitalism lo socialism, Nueva York.
rección, actúa como factor esencial de la Pathlindcr Press. 1969; E. Germain (cump.), 1.a
superación de las contradicciones heredadas burocrazia (1969). Roma, Samoná e Savelli, 1969;
de la vieja sociedad y de las propias de la nue E. Kardelj, Burocrazia e classe operaia (1968),
va, en una sociedad burocratizada el factor Ruma, Editori Riuniti, 1969; K. Modzclcwski y
subjetivo es herido a su vez por contradiccio J. Kuron. Revolución política o poder burocrá
nes y actúa contradictoriamente. Si por un tico. I: Polonia (1965), Córdoba, Ediciones Pasa
lado la burocracia surge y puede ejercer su do y Presente, 1971; V.I. Lenin, Un paso adelan
hegemonía en el marco de una economía te, dos pasos atrás (1904), en Obras completas,
colectivista, por el otro, burócratas individua vil, Madrid, Akal, 1976; V.I. Lenin, Estado y
les o sectores de ellos tienden a cristalizar y revolución (1917), en Obras completas, XXVII,
a acrecentar sus privilegios en formas que Madrid, Akal, 1976; R. Luxemburg, Huelga de
implican una dinámica de restauración del masas, partido y sindicatos (1906), México, Cua
capitalismo. La burocracia, como tal, debe dernos de Pasado y Presente, 197S1; E. Mandel
combatir sin embargo toda tendencia restau- (comp.), Fifty years of world revolution, Nueva
racionista porque mina las bases estructura York, Merit, 1968; E. Mandel, Teoría marxista
les de su dominación; lo mismo que debe com del estado (1969), Barcelona, Anagrama; K. Marx.
batir tendencias eventuales que empujan a La guerra civil en Francia (1871), en K. Marx y
sus sectores a cerrar filas con las masas, F. Engels, Obras escogidas en tres tomos, ll, Mos
sobre todo en época de crisis, porque esto cú, Progreso, 1979; K. Marx, Critica del progra
pone en peligro su hegemonía política. Estas ma de Gotha (1875), en K. Marx y F. Engels,
contradicciones producen heridas profundas Obras escogidas en tres tomos, ll!, Moscú, Pro
en la casta dominante, debilitándola ante sus gresu, 1960; R. Michels, Los partidos políticos;
adversarios, y sobre todo marcando su suer un estudio sociológico de las tendencias oligár
te. Suerte que, sin embargo, no podrá más que quicas de la democracia moderna (1912), Buenos
ser determ inada por una acción consciente Aires. Amorrortu, 19722; P. Naville. Burocrazia
del conjunto de los productores, y no desde e rivoluzione (1972), Milán, Jaca Book, 1973; C.
luego por fenómenos de deterioro progresi Rakovskij, I pericoli professionali del potere
vo o, sin más, de autoeliminación. (1928), Ruma, Samoná e Savelli, 1967; B. Rizzi,
¡l collettivismo burocrático (1939), Imola, Galcati,
BIBLIOGRAFIA: R. Bahro, Por un comunismo 1967; L.D. Trotski, La revolución traicionada
democrático (1977), Barcelona, Fontamara, 1981; (1936), Barcelona, Fontamara, 1976; M. Weber,
W. Bienkowski, Burocrazia e potere socialista Economía y sociedad (1922, 1964), México, Fon
(1968), Barí, Later/a, 1970; J. Burnham, Revolu do de Cultura Económica, 1964.
ción de los directores (1940), Buenos Aires, Suda
mericana; A. Chitarin, Sulla transizione, Roma, [fabp.izio benciki]
camerallsmo
11SO]
CAMKRAUSMO 1KI
constituir el núcleo del pensamiento camera- lidad fragm entaria del estado de estamentos
lista, en el que no sólo encuentran su totali o del estado patrimonial y no la integrada y
zación o acercam iento sino una fusión arti compacta del estado total (Gcsamtstciut) abso
culada que sirve de base a su pretensión de lutista moderno; la reconstrucción que llevan
ser la nueva ciencia del estado. a cubo de esta realidad todavía es ocasional,
desmenuzada, no sistemática y, sobre todo,
II. CONSECUENTE DELIMITACIÓN, CRONOLOGICA Y DE no corresponde de manera consciente a un
A este requisito de
c o n t e n id o . DEL CAMERALISMO criterio de explicación unitaria de los hechos
la globalidad de la comprensión teórica —que que se refieren al estado y a la política. De
no casualmente corresponde, hay que repe acuerdo con el rápido esquema delineado
tirlo, a la globalidad de la experiencia cons anteriormente, estos autores quedan fuera del
titucional del estado de policía—, no respon c. porque preceden al ámbito cronológico en
den ciertam ente las obras de todos los auto el que este último puede subsistir, ambiente
res que desde fines del siglo xvi hasta fines que refleja la fase político-constitucional del
del x v ii acompañan la acción del príncipe estado de policía alemán.
presentándose como punto de apoyo del nue Otros autores se incorporan en el tronco
vo orden político del estado territorial unita central del c. ya que se consideran como sus
rio y centralizado. Melchior von Osse, Rein- exponentes de primerísimo nivel: los grandes
king, Conring y el mismo Seckendorff se nos economistas austríacos de fines del siglo xvii
presentan como claros preludios de una rea y principios del xvm, como Becher, Hornigk
lidad en movimiento, aunque su posición es y Schróeder. Para éstos no existe la cuestión
demasiado híbrida: no es casual que en su del ámbito cronológico (en esos años Prusia
mayoría le hablen al príncipe, del que son o se estaba organizando como Gesamlstaat,
aspiran ser eminentes consejeros, y se diri bajo la guia del gran elector y de Federico
jan a él para darle consejos, en un contexto Guillermo; es más, precisamente Prusia cons
que se refiere más al "arte de gobernar” que tituye a menudo el blanco de algunas de sus
a la "ciencia del estado”. Las obras del pri críticas más agudas). No falta en ellos tam
mero y del último de los autores citados, poco un preciso señalamiento de intereses
como las de todos los demás (el Politischer modernos, aun cuando estén concentrados en
Teslamení de Melchior von Osse y el Fiirsten- los temas económicos, ni el conocimiento y
Staat de Veit Ludvvig von Seckendorff) refle la capacidad pura tratarlos de m anera unita
jan en su contenido y en el titulo la antigua ria y sistemática. Pero les falta la vinculación
actitud, medieval tardía y de la prim era edad con la praxis constitucional del estado cen
moderna, de "espejos de los príncipes” que tralizado y global. Su punto de referencia es
reflejan la fase de formación del estado terri Austria, que por ese entonces pasa por uno
torial. Concentran su atención en la figura del de los momentos más bajos de su historia
príncipe, presentando las propuestas innova moderna, privada ya de toda competencia y
doras en el campo de las finanzas o de la hasta de la simple pretensión imperial, pero
administración como consejos dados al prin que todavía no tiene en su interior un orde
cipe y no como fruto de un estudio o de una namiento de estado territorial y, por lo mis
reconstrucción sistemática de la realidad mo, es incapaz de prestar el más insignifican
política. te apoyo a una política económica de cual
A pesar, pues, de que estos autores ponían quier tipo, y mucho menos a una política mer-
a menudo su obra al servicio de príncipes acé cantilista (de intervención constante hacia el
rrimamente empeñados en la obra de la cons interior y hacia el exterior), como la defendi
trucción de! estado moderno, y aunque sus da por nuestros autores. Estos últimos teo
intereses y sus intervenciones se orientaban rizaron. pues, de una manera admirable, y
más a estim ular y a apoyar la centralización que rara vez se puede encontrar en la produc
estatal, que no difería de la que más adelan ción mcrcantilista de otros países, excepción
te seria característica del pensamiento carne- hecha tal vez de Italia, los principios de la doc
ralista, no pueden considerarse propiamen trina económica corriente en esa época, pero
te como cameralistas. La realidad política que no lograron o no supieron transform ar sus
viven y estudian todavía corresponde a la rea teorías en especulación "política” en tanto
182 C A M E R A L ISM O
píos asuntos. Sin embargo, de manera más manifiesto el alcance "institucional” real que
directa, el c. refleja un momento todavía pos tuvo el c. desde su nacimiento. La enseñanza
terior, es decir el momento en que la expan específica de las "ciencias camerales, econó
sión de las tareas y de los poderes del princi micas y de policía" se consideraba en efecto
pe, que va superando progresivamente las como un instrumento indispensable para per
resistencias de las capas, lleva a una contra m itir la formación de funcionarios expertos,
posición, dentro de la actividad del estado, modernos y preparados, de “echten Camera-
entre los asuntos "cam erales" y los “contri- listen" precisamente, que supieran responder
bucionales". Los primeros señalan la premi dignamente a las exigencias del nuevo esta
sa —sobre todo en el campo financiero, aun do en sustitución de los ya superados ju ris
que también en el campo administrativo— de tas. Como se ve, las razones de la vinculación
la posición del príncipe en vista a la consti establecida desde el principio entre el c. y la
tución del Gesamtstaal y los segundos desta forma histórica del estado de policía en Pru
can la persistencia de una estructura descen sia no están ausentes ni en el plano de las jus
tralizada y articulada del poder basada en la tificaciones teóricas y de la historia del pen
participación de las clases territoriales en los samiento ni en el de las aplicaciones prácti
principales asuntos del gobierno y el predo cas y de la historia constitucional.
minio de la antigua sociedad por capas o esta Pero ¿en qué se concretó de hecho la expe
mentos sobre el estado moderno centraliza riencia cameralista? Sustancialmente en la
do e institucional. Éstos no son, en realidad, respuesta teórica, de especulación política, a
más que los términos fundamentales del con las instancias concretas por medio de las cua
flicto constitucional que se está desarrollan les ella misma se expresaba. Desde la obra de
do entre el siglo xvn y el xvm en los princi los primeros profesores de Halle y Francfort
pales estados territoriales alemanes. El hecho del Oder, Gasser y Dithmar, hasta, sólo trein
de que en Prusia dicho conflicto se haya ta años más tarde, la del último exponente del
resuelto en favor de la instancia "cam eral” c. académico, Zincke, se asiste, en efecto, a
en la forma que se describió anteriorm ente un rapidísimo proceso de sistematización y
de manera sucinta, constituye la explicación organización conceptual del complejo y con
más simple de por qué el c. tuvo su origen más fuso tema "cameral". El hilo conductor de
genuino en Prusia, en medio de la obra de con esta investigación no fue tanto la introducción
centración y racionalización de la máquina de temas nuevos, la propuesta de soluciones
del estado prusiano llevada a cabo por Fede originales, la apertura de nuevos campos de
rico Guillermo I. investigación, sino la adopción de una pers
Existe, por otra parte, una fecha exacta que pectiva no empleada nunca hasta entonces:
debe lomarse como fecha de nacimiento del la que tiende a la unificación de las distintas
c. en sentido propio: 1727, año en que el rey ramas "técnicas" del pensamiento político
de Prusia instituyó en las universidades de moderno (economía, ciencia de la administra
Halle y de Francfort del Oder las prim eras ción, ciencia de las finanzas, tecnologías pro
cátedras de "ciencias camerales". ductivas, etc.) en un cuerpo integrado y con
Esto permite poner de manifiesto una sentido propio, por medio del cual se trató de
característica peculiar del fenómeno que esta dar una explicación "mecánica", desde el inte
mos estudiando: su oficialidad, que se mani rior, del funcionamiento de la cosa pública,
fiesta precisamente en una relación de depen tomándola a esta última en su dimensión his
dencia institucional (a través de la enseñan tórica concreta del estado de policía, centra
za universitaria especifica) con el estado, del lizado y unitario, cada vez más institucional
que constituye la expresión histórica. Así, y superior a la figura del soberano, corno se
pues, para los fines de una definición más pre realizó en Prusia durante la prim era mitad
cisa de c. y de su distinción con movimientos del siglo xvm.
que la han precedido (preparado) o seguido No sin razón, entre los diversos sectores
(disuelto), éste debe señalarse propiamente que componían las ciencias camerales, el de
como “c. académico". la ciencia de policía fue el que asumió el papel
Los motivos mismos de la iniciativa del rey clave, de punto de apoyo de todo el sistema,
de Prusia sirven, una vez más, para poner de de momento sintético de la compleja sitúa-
Iít4 CA M ER A L1SM O
ción que había puesto en movimiento el naci de una descentralización en órganos cada vez
miento del estado moderno. Usando como más unitarios pero ya diversificados y en acti
punto de apoyo la ciencia de policía y a tra vidades que, partiendo cada vez más del vér
vés de un frágil equilibrio entre la ciencia de tice, seguían canales separados en nombre de
las finanzas y la ciencia económica (en su la exigencia técnica y funcional de hacer cada
dimensión tanto privada como pública), la vez más eficiente la administración de un
ciencia cameralista en su con junto se convir estado cuya estructura v dimensión unitaria
tió, en la obra de Zincke, en la verdadera doc fundamentales ya no se ponían en discusión
trina del estado de policía prusiano de la épo (ni tampoco se seguía defendiendo). A la sepa
ca, del que no dio ya la conceptualización abs ración de la justicia a partir de la adminis
tracta y metafísica (ya sea que ésta se desa tración se añadió, pues, muy pronto, la sub
rrolle en términos teocrático-escolásticos o en división del "General-Direktorium" en una
los más recientes del derecho natural racio serie de departamentos, a cada uno de los cua
nalista) sino la explicación en términos de les le competía un aspecto de las distintas
fuerzas concretas, empíricamente observa actividades del estado. A la exigencia de dar
bles y teóricamente mensurables: una expli una explicación unitaria e integrada del esta
cación "científica", en otras palabras. do en su conjunto, basándose en la actividad
La historia del c. “académico" es demasia de policía, verdadera columna que sostenía
do breve; pero no porque se hayan elimina toda la estructura del estado alemán en una
do las cátedras cam cralistas de las universi fase muy precisa de su historia, la sustituye
dades alemanas (que más bien aumentaron en la exigencia de hacer cada vez más expeditas
número y perduraron hasta la mitad del siglo y funcionales las distintas actividades de un
xix) sino porque dejó de existir el significa estado que ya ha encontrado por otro cami
do peculiar de la ciencia cameralista como no su propia justificación. Al estado de poli
ciencia global del estado. Esta no pudo, en cía lo va sustituyendo el estado de derecho.
efecto, resistir el esfuerzo de especialización Prueba de ello es la gran legislación “ ilustra
al que fueron sometidas también, y sobre da" que completará, después de su muerte,
todo, las diversas ramas técnicas que actua la obra de Federico el Grande.
ban en su interior, cada una de las cuales Dentro de su brevedad, la historia del c.
recorrió de manera autónoma el camino de refleja esta profunda transformación, y al
su propia transformación en ciencia. El inten adaptarse al nuevo curso y a las nuevas exi
to apasionado de form ar una ciencia unita gencias deja de existir, no obstante que siga
ria del estado, capaz de comprender y expli apareciendo su etiqueta en los libros y en las
car todas las múltiples actividades de este cátedras universitarias. Justi —considerado
último, fue seguido por la proliferación de el más grande de los camcralistas alema
numerosas ciencias del estado, diferentes nes—, Sonnenfels y todos los que vinieron
entre sí, cada una de las cuales se limitó a pro después de ellos ya no son camcralistas en
fundizar un aspecto de la antigua disciplina sentido estricto: en ellos ya ha adquirido
unitaria. importancia determ inante el interés por dis
Esto correspondió, por otra parte, como ciplinar. Este último se concentra todavía de
debía ser, a un cambio preciso de ordena preferencia en la ciencia de policía a la que
miento constitucional, que se produjo en Pru- ya no se la considera, sin embargo, como
sia en la segunda mitad del siglo xviu, des momento sintético de toda la experiencia
pués de la llegada de Federico el Grande, y cam eralista (junto con la economía y la cien
en Austria, durante el mismo periodo, des cia de las finanzas) sino como momento pri
pués de las reformas de María Teresa, que se vilegiado, autónomo, de la compleja vida del
sirvieron del camino recorrido mientras tanto estado, como momento digno ya de estudio,
por el estado prusiano. Este cambio consis aun prescindiendo de los demás aspectos de
tió en un reforzamiento ulterior del aparato la misma, ya sea que se profundice como
estatal, aunque ya no en el sentido de una cen “política económica" o como "ciencia de la
tralización de las funciones y de las activida administración" o como verdadero "derecho
des en nombre de la exigencia política de ven de policía" en sentido moderno, el camino
cer las resistencias locales sino en el sentido emprendido en esta furnia es ya completa
CAPITALISMO 185
res lógica y genéticamente vinculados entre coincide con la gran crisis de los años trein
sí, que pueden dar lugar a modelos interpre ta. La actividad teórica, literaria v política de
tativos diversos, según el peso y el valor a tri John Mavnard Keynes y sus consecuencias
buidos a cada uno de ellos. Un modelo que da prácticas absorben la atención científica por
un valor fundamental a la relación trabajo algunos decenios después de la segunda gue
asalariado-capital (según la tradición marxis rra mundial. Y con el surgimiento de las limi
ta) lleva a lecturas y diagnósticos de la diná taciones del keynesismo se abre una nueva
mica capitalista muy distintos de los mode etapa, articulada alrededor de la forma "cor
los construidos con base en la prioridad de porativa'' del capitalismo.
los procesos de racionalización de las opera
ciones (según la tradición weberiana). El aná
II EL CAPITALISMO EN FI. ANALISIS MARXISTA.
Sin embargo existe acuerdo en considerar lisis crítico del c. llevado a cabo por Karl
que dichos elementos no pueden circunscri Marx no es el prim ero en orden cronológico,
birse a un simple subsistema económico. Nin pero históricamente ha sido el más eficaz.
guno de ellos (ni tan sólo el sistema de m er Sigue teniendo un valor ejemplar por la pers
cado) puede existir sin factores contextúales picacia con que son enunciados los elemen
extraeconómicos, ya sean imputables a puras tos constitutivos y al mismo tiempo contra
relaciones de fuerza o de poder o a presupues dictorios del c. Sin embargo tal perspicacia
tos culturales más profundos. crítica no se traduce inmediatamente en un
Aislar en el proceso capitalista un conjun diagnóstico de la efectiva dinámica de desa
to de hechos puramente económicos es cier rrollo del c. Este desfase entre la fuerza del
tamente legítimo en el plano de abstracción análisis crítico y la incapacidad de predicción
científica y de operatividad de la acción eco desempeñará un papel paralizante sobre la
nómica. Pero es una operación reductiva, si instancia política que guía a los movimientos
se considera el c. como fenómeno social, polí inspirados en el marxismo.
tico, histórico. Por otro lado es insuficiente La cuestión no resuelta de la llamada "cri
limitarse a declarar que el c. es una "relación sis del c.”. que es parte integrante del m ar
social” si no se establecen ulteriorm ente la xismo histórico, demuestra por un lado la
naturaleza y los términos de tal relación, exactitud de ciertos análisis marxistas, pero
manteniendo la distinción analítica entre los por el otro una falta de comprensión del sen
diversos subsistemas y su recomposición en tido y dirección de las transformaciones inter
la unidad funcional del sistema-sociedad. nas del propio capitalismo.
Sin pretender entender todos los temas de Especialmente problemática ha resultado
discusión sobre el c. de los últimos cien años la categoYía de "contradicción" —verdadera
(al contrario, excluyendo expresamente la lite piedra angular de la construcción conceptual
ratura económica especializada) podemos dis m arxista— a través de la cual el final inevi
tinguir algunas grandes etapas importantes table del c. se anticipa lógicamente como una
para la definición y redefinición del c. enten "necesidad natural".
dido como sistema global o sociedad. Para Marx el c. se funda en la relación entre
La primera etapa está idealmente compren trabajo asalariado y capital, y más exacta
dida entre el análisis crítico de Kart Marx y mente en la valoración del capital a través del
los trabajos histérico-sociológicos de la escue plusvalor arrancado al trabajador. "El traba
la alemana, considerada ya clásica, de Wer- jo es la sustancia y la medida inmanente de
ner Sombart, Ferdinand Tünnies, Em st los valores, pero él mismo no tiene valor algu
Troeltsch y sobre todo Max Weber. La segun no.” O mejor dicho, el trabajo pierde su valor
da etapa es la prosecución y revisión del aná apenas entra en el mercado de los productos
lisis m arxista y de las doctrinas liberales clá capitalistas, convirtiéndose él mismo en mer
sicas, a la luz de los cambios sufridos por el cancía.
c. entre finales del siglo xix y 1920. A título El c. consiste pues en un mudo de produc
indicativo cabe señalar a Rudolf Hillerding ción basado en la extracción de plusvalor a
por un lado y a Joseph Schumpeter por el través del plustrabajo del obrero que es
otro, cuya producción inaugura el momento "explotado” al ser ohligado a vender "libre
crucial del gran repensamiento critico que mente” su fuerza de trabajo al poseedor de
CAPITALISMO 187
difusión de una conducta de vida ascético- del capitalismo", tenemos que buscarla en los
racional que es un presupuesto del espíritu procesos de racionalización y optimización de
capitalista moderno. las oportunidades de mercado —comprendi
La conducta de vida, la coherencia con las do el mercado de trabajo libre.
propias convicciones y creencias, es para La relación de trabajo asalariado como tal
Weber motivo de una acción autónoma res y los rasgos coercitivos insertos en la orga
pecto al simple cálculo económico y a la pre nización capitalista del trabajo (disciplina de
sión del puro poder. Asi pues, a p artir del fábrica, necesidad impostergable de venta de
siglo xvi, en las áreas geográficas afectadas fuerza de trabajo) no constituyen en cuanto
por la Reforma protestante se instaura una tales la esencia del c. Ésta consiste más bien
vinculación precisa entre credo religioso, con en la explotación racional de las reglas del
ducta moral de vida y comportamiento eco intercambio en general —de las que el inter
nómico, definible como "racionar’ en un sen cambio de fuerza de trabajo por salario es
tido capitalista. El núcleu central de dicho solamente un aspecto. Para Weber la coerción
vínculo está dado por la revaloración del tra inherente a la venta de fuerza de trabajo es
bajo y de la profesión en clave de vocación y un aspecto de la "voluntad de trabajo", que
signo de elección divina. hace posible una lógica del intercambio.
La ascética intram undana opera con ener El mercado es la trasposición económica de
gía contra toda forma de goce, lujo, desper la incesante lucha entre los hombres. La eco
dicio o exhibición de riqueza, con la consi nomía racional está orientada hacia los pre
guiente reducción de los consumos y el cios en dinero, que a su vez se forman en el
correspondiente ahorro de dinero y bienes, mercado con la lucha de intereses. “Sin una
disponibles para una acumulación y una rein valoración en precios monetarios —o sea sin
versión de tipo capitalista. Una riqueza así aquella lucha— no es posible cálculo alguno."
entendida, como premio a la cuidadosa admi La lógica del cálculo formal capitalista está
nistración de los bienes concedidos por Dios, por tanto vinculada —a través del mercado
creó la mentalidad que a la larga pondrá en libre— a la lógica de la lucha de intereses.
acción los mecanismos de la economía capi Donde no existe liberada la lucha no puede
talista. haber cálculo racional.
Naturalmente —señala Weber— el c. con Lo que para Marx era una cadena de ele
el tiempo perdió toda motivación religiosa: la mentos en contradicción (trabajo-mercancía-
auto-disciplina ascética fue sustituida por la dinero). pasa a ser para Weber la dinámica
disciplina externa del trabajo de fábrica o de vital de la economía racional capitalista. El
oficina. La codicia de bienes materiales vuelve potencial de crisis interna del c. no consiste
a ser el móvil del comportamiento económico. en una presunta contradicción de sus elemen
El c. para Weber —y para todos los que tos, sino en la virtual extinción de su dinámi
siguen su orientación científica— es la dimen ca por obra de un poder burocrático. Weber
sión económica de un comportamiento más no preconiza la abolición del mercado, que
profundo y peculiar de corte racionalista, del para él es garantía de cálculo racional y de
que forman parte los difundidos procesos de autonomía de los sujetos: una extinción del
racionalización burocrático-administrativa y mercado presentaría el despotismo puro y
jurídica que culminan en el estado moderno simple del poder burocrático.
occidental.
Si el c. es la vertiente económica del racio IV. APUNTES SOBRE LA CUESTION DE LOS ORIGENES DEL
nalismo, reproduce en si mismo las caracte capitalismo y desu arranque. La investigación
rísticas propias de la ratio —control v domi historiográfica contemporánea acerca de los
nio de los medios respecto al fin, a través del orígenes del c. ha progresado mucho respec
cálculo, la generalización, la previsión. La to a las indicaciones de los clásicos v cuenta
acción capitalista es un ejercicio pacífico de con una documentación sistemática e innova
un poder de disposición puesto en acción dora que ha abierto nuevos horizontes (bas
racionalmente para obtener beneficios a tra te señalar los estudios sobre c. y civilización
vés de la hábil explotación de las coyunturas material de F. Braudel).
del mercado. Si queremos hablar de "esencia La gran discusión sobre la relación histó
CAPITALISMO 139
rica entre protestantismo y orígenes del capi la base del cambio técnico, realiza su propio,
talismo (desde los viejos estudios de R. Taw- específico proceso de producción, fundado en
nev a las más recientes contribuciones reco la unidad colectiva de producción de gran
piladas por ejemplo por S.N. Eisenstadt y P. escala, la fabrica, con lo que se consuma el
Besnard) ofrece un marco muy diversificado divorcio final entre el productor y su propie
que, aunque no llega a falsificar las tesis dad sobre los medios de producción [...] y se
weberianas, provoca una revisión de la pro establece una relación simple y directa entre
blemática que evita caer en simplificaciones. capitalista y obreros asalariados."
El c. del siglo xvi se repropone en clave de La prim era industrialización se produce
economía m undo (I. Wallerstein), en el senti simultáneamente con una serie de fenómenos
do de un sistema económico que progresa en que no podemos subvalorar: aumento de la
cuanto no se encierra en un sistema político población, éxodo más o menos forzudo de
homogéneo en el nivel europeo e internacio masas campesinas hacia los centros urbanos,
nal (homogeneidad nacional en la heteroge primeros fenómenos de urbanización con una
neidad internacional). rapida transformación de la estratificación
La organización capitalista dispone sus social tradicional, formación del proletaria
recursos económicos en un campo de batalla do obrero urbano, creciente compromiso del
más amplio del que podrían controlar cada aparato estatal ya sea en forma represiva o
una de las instituciones políticas en particu proteccionista o garante.
lar. Asi, en una Europa de fronteras fluidas Este es también el periodo clásico del libe
del siglo xvi, se crea una "economía mundo" ralismo, como doctrina económica y prácti
que acoge en su seno sistemas políticos diver ca política, tan fuerte y eficaz que llega a iden
sos y concentra progresivamente empresas y tificarse con la idea de que el c. consiste en
riqueza en manos privadas, prescindiendo de la igualdad de los ciudadanos, la libertad y
banderas nacionales. En esta óptica el protes la función meramente administrativa del esta
tantismo aparece simplemente como la reli do. La ideología liberal y liberaliza esconde
gión de las áreas dirigentes y centrales de este por completo el momento de coerción implí
sistema, mientras que la religión católica que cito en el mercado libre del trabajo y en la
da relegada a las áreas periféricas y sem¡pe concepción individualista del estado. De
riférica*». hecho en los estratos crecientes de la pobla
Sin subvaluar la contribución determinante ción obrera urbana se genera progresivamen
que aportó el proteccionismo estatal directo te un sentido de distanciamiento con respec
e indirecto, sobre todo en la época mercunti- to a tal estado. Desde finales del siglo xix
lista, no cube duda de que el arranque defi nacen y se refuerzan las grandes organizacio
nitivo del c. se produce en coincidencia con nes proletarias para las que "capitalismo" es
la llamada revolución industrial. Esta tiene sinónimo de sociedad inhumana e injusta. El
lugar prim ero en Inglaterra en la segunda sistema capitalista, asentado en sus estruc
mitad del siglo xviii, en Francia y Estados turas económicas de fondo, ganó sus batallas
Unidos a p artir de los prim eros decenios del contra los sectores retrasados precapitalistas
siglo xix y en Alemania sólo en la segunda y tuvo que afrontar y racionalizar una prime
mitad del mismo siglo. ra transform ación real.
En su clásico Estudios sobre el desarrollo
del capitalismo (1946) Maurice Dobb sinteti V TEMAS DEL "CAPITALISMOORGANIZADO . Entre las
za esta fase de la siguiente manera: “La revo definiciones acuñadas en la prim era veinte
lución industrial representó el momento de na del siglo xx, y retomadas en los años
transición de una fase primitiva y todavía setenta, para señalar los cambios de estruc
inmadura del capitalismo —en la que el régi tura y de funcionamiento del c., encontramos
men de la pequeña producción precapitalis la de "capitalismo organizado".
ta estaba siendo impregnado por el capital, Más allá de los significados atribuidos en
subordinado a el. despojado de su indepen diversas ocasiones a Rudolf Hiiferding \ a
dencia como forma de economía, pero en la otros investigadores, podemos observar en
que aun no había sido tran sfo rm ad o forma sintética los siguientes fenómenos:
enteram ente—. a una iase en que el c., sobre a] procesos de concentración económica en
190 C A P IT A L IS M O
ción del mercado deba corresponder por par tales, aunque actualmente se presente en tér
te del estado una planificación programada. minos muy diversos de los del marxismo his
El estado contemporáneo se limita a menu tórico. Toda la cuestión de la crisis del c. des
do a im itar las reglas tradicionales del mer de el punto de vista marxista se nos aparece
cado. manteniendo las condiciones de su hoy m arcada con el signo de la controversia
reproducción. (cf. los textos recopilados por L. Colletti en
Por lo demás, también en la Fase liberal del El marxismo y el "derrumbe" del capitalismo
c. el estado había garantizado la reproducción y por C. Napoleoni en El futuro del capita
y el funcionamiento del sistema económico, lismo).
cumpliendo unas tareas bien precisas: defen Sin embargo, la idea de la crisis del c. como
sa de los derechos privados de la em presa y crisis de toda la civilización burguesa no es
adecuación del aparato legislativo a las nece exclusiva de los movimientos de oposición
sidades expresadas sucesivamente por el social y política. Ha pasado a ser un motivo
desarrollo económico; defensa de la fuerza de de autocrítica de la cultura liberal-burguesa,
trabajo contra la lógica de explotación capi que culmina en los años veinte y treinta. No
talista indiscriminada (legislaciones sociales) se trata sólo de modas literarias, filosóficas
y en general creación de infraestructuras o de publicidad.
para la reproducción de la fuerza de trabajo En el Handwórterbuch der Soziologie de
(como transportes, escolarización, urbanis 1931 (bajo la dirección de Alfred Vierkandt.
mo, etcétera). que recopila las contribuciones de los cientí
Estas funciones las encontramos enorme ficos sociales más eminentes de su tiempoi,
mente ampliadas y perfeccionadas en la el "estilo de vida" capitalista se presenta
acción del estado contemporáneo. Actualmen como un modelo negativo, sinónimo de des
te la im portancia de las infraestructuras trucción de todo valor autentico, que susti
materiales y no materiales (investigación cien tuye la calidad por la cantidad, expresión de
tífica) ha llegado a ser decisiva, así como el fuertes sensaciones epidérmicas, obsesión
apoyo contra la competencia internacional por el éxito, consumismo desenfrenado, cul
(para esconder el papel de los gastos impro to a la violencia —un conjunto de antivalores
ductivos, como los armamentos). Además el en contraposición a un idealizado mundo pre-
estado tiene la oportunidad de hacer notar su capitalista.
presencia directa en ramas económicas vita Un diagnóstico critico de tales dimensiones
les y la posibilidad de dirigir inversiones o puede estar al mismo tiempo al servicio de
facilitarlas en áreas olvidadas por el capita posiciones prácticas y políticas progresistas
lismo privado. Todo ello se traduce en impe o de posiciones nihilistas, irracionalistas o
rativos contrastantes, que marcan los confi reaccionarias, incluso de carácter fascista.
nes dentro de los que se mueve el sistema En realidad en la temática de la crisis del
capitalista de régimen democrático: necesi c. como crisis cultural y de civilización coe
dad de crecimiento económico, estabilidad de xisten elementos diversos, ya sea desde el
la moneda, intervención y prevención de cri punto de vista analítico o desde el punto de
sis coyunturales, balanza de pagos, etc. —pe vista evaluativo. Además de una latente nos
ro también necesidad de pleno empleo, defen talgia de un mundo precapitalista, supuesta
sa de los grupos desfavorecidos, estrategias mente armonizado en un universo de valores
de reducción de las desigualdades sociales, compartidos, existen fenómenos que se impu
políticas fiscales eficaces y equitativas, etc. tan distinta y separadam ente al industrialis
La "crisis" del c. contemporáneo tiene su mo. a la secularización, a la modernización
expresión en la incapacidad de afrontar al social y política. Si bien no sería incorrecto
mismo tiempo estos imperativos.V I. agrupar bajo el nombre de c. todos estos fenó
menos (y por tanto llam ar "crisis del c." a >u
VI. TEMAS Dh LA ‘CRISIS DLL CAPITALISMO". Desde patología común), desde el punto de vista ana
que el capitalismo se identificó como el fac lítico es necesario m antener imputaciones
tor calificativo de nuestra civilización se está causales distintas. Lo> fenómenos de disfun
hablando de su crisis. La doctrina marxista ción y las patologías sociales vinculadas al
ha hecho de ella uno de sus temas fundamen desarrollo técnico-industrial no son dcduci-
192 CAPITALISMO
las dos partes amenazaría la estabilidad glo caracterizado por algunas constantes que
bal del sistema. Sobre esta escala de máximo pueden ser identificadas. Pero en su funcio
o mínimo en cuanto a corporal ivismo existen namiento concreto dan lugar a un conjunto
muchas variantes —desde la "acción concer complejo y mudable de combinaciones, que
tada" alemana o los intentos de pacto social integra también factores “no capitalistas"
inglés hasta el rechazo formal de todo acuer (sobre todo de naturaleza cultural), que son
do aun en condiciones de corporativismo ras insustituibles para el mantenimiento del mis
trero. mo sistema.
En el c. corporativo se instaura una pecu Esta constatación no está en contra del
liar relación entre política y economía, que hecho de que la relación trabajo-capital siga
reproduce una lógica de mercado sui generis. siendo la relación central del c. Sin em bar
Los bienes negociados no son solamente sala go, esta importancia no parece ser resoluti
rios, ocupación, productividad, inversiones, va ni para llegar a una definición inequívo
etc., sino también formas de lealtad y de con ca. exhaustiva y conclusiva del c. en el nivel
senso político. De esta manera el corporati- analítico, ni para proponer, en el nivel prác
vismo puede funcionar como canal de legiti tico y político, soluciones seguras para la opti
mación de un sistema capitalista modificado mización de los recursos del c. o para la
de hecho en algunos de sus mecanismos deci- corrección de sus distorsiones —escondien
sionales. En una perspectiva histórica puede do las perspectivas de su superación. El c.,
ser un factor im portante de aquella "arqui precisamente porque es una "relación social"
tectura de la estabilidad" que está presente en continuo dinamismo, demanda una cons
—a pesar de todos los síntomas de crisis— en tante redefinición de sus elementos, o al
los sistemas capitalistas contemporáneos y menos de su articulación concreta, la cual es
que fue anticipada en los años veinte cuando una sola cosa con el modo de funcionar de las
se hablaba de “refundamentación de la Euro sociedades contemporáneas.
pa burguesa" (C.S. Maier).
El corporativismo es evidentemente uno de bibliografía: P.H. Baran y P.M. Sweezy, El capí-
los modelos posibles de realización, y por tan luí monopolista (1966), México, Siglo XXI, 1968;
to de interpretación, de la relación entre mer D. Bell y R. Boudon, Contradiaciones culturales
cado y política del c. Es aplicable en ciertos del capitalismo, Madrid, Alianza, 1977; Protestan-
sistemas y no en otros. Por ejemplo, Ch. Lind- tisme et capitalisme, a cargo de P. Besnard, París,
blom, examinando el c. norteamericano, cons tolin, 1970; F. Braudcl. Civilización material,
tata más bien la posición privilegiada del “sis economía y capitalismo, siglos XV-XVIII (1967),
tema de empresas" respecto al sistema demo Madrid. Alianza, 1984; Le origini del capitalis
crático de control, llamado por él "poliárqui- mo, a cargo de A. Cavalli, Turin, Loescher, 1973;
co”. Los mismos empresarios se convierten El marxismo y el derrumbe del capitalismo
de hecho en una especie de funcionarios (1970), a cargo de L. Colletti, México, Siglo XXI,
públicos, sustrayendo del control democrá 1978; State and economy in contemporary capi-
tico importantes decisiones. En este caso las talism, a cargo de C. Crouch, Londres, Croom
reglas del intercambio político están neta Helm, 1979; M. Dobb, Estudios sobre el desarro
mente en favor de las empresas capitalistas llo del capitalismo (1946), México, Siglo XXI,
y en contra de los otros grupos sociales. 1971; The protestant elhicand modernization, a
Para definir correctam ente la relación cargo de S.N'. Eisenstadt, Nueva York, Basic
en tic mercado capitalista y política democrá Books, 1968; J.K. Galbi aith, Im sociedad opulenta
tica es necesario m antener abiertas diversas (1958), Barcelona, Ariel, 1973; L. Gallino, Capi
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Arquímedes, entendido o removido el cual se ferding, El capital financiero (1910), Madrid, Tec-
entendería o cam biaría radicalmente la nos, 1973; M. Raleeki, Ensayos tscogidos sobre
estructura del sistema. Ciertamente el c. está dinámica de la economía capitalista (1971), Mcxi-
114 CAR1SM A
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1975, 1976, 1981; C. Napoleoni, F.l futuro del capi trópico, etc. Los que reconocen este don reco
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Gotinga, Vundenhoeck u, Ruprecht, 1974. do de esp ec ific a r las co n d icio n es típ icas del
n a cim ien to de ta le s p ro ceso s.
[OIAN FARRO RlAlONl] En los casos en que se han situado en pri
mor plano el líder y el plano de salvación pro
puesto por el, la geresis del fenómeno se rela
cardenismo. v. agrarismo; popuusmo . ciona con temores colectivos de pueblos ente
ros, de minorías religiosas o étnicas enteras,
estados de inseguridad radical y de ansia
generalizada, y el carism ático es considera
carismaI. do como una respuesta a estas situaciones.
Se le acepta como portavoz de la nueva segu
I. EL CONCERTO CLASICO DE CARISMA El concepto ridad fundamental, de la esperanza, del fin
sociológico clásico de c. fue formulado por del sufrimiento, aun cuando este ultimo pue
Max W eber para identificar una forma par da. en casos extremos, m anifestarse en tér
ticular de poder. minos apocalípticos, de destrucción como
En esta prim era conceptualización se ana entidad sucia! y como muerte física.
liza la existencia de líderes cuya autoridad se Estos ienómenos están asociados con con
basa no en el carácter sacro de una tradición diciones de falta de modernización política \
ni en la legalidad o racionalidad de una fun económica, y con resultados de tipo totalita-
C A R IS IM A tv s
evolución progresiva y constante desde las nificados particulares según la fase del pro
prim eras posiciones democrático-radicales ceso revolucionario al que se refieren: la con
hasta un marxismo-leninismo cuyas peculia quista del poder, las transformaciones estruc
ridades continúan, por lo menos hasta la vuel turales preparadas o la construcción de un
ta de los primeros años setenta: pragm atis nuevo sistema político. Se deberá distinguir,
mo, empiria y eclecticismo (tanto que se han por lo tanto, por separado, el c.: <i] como for
identificado, de vez en cuando, elementos de ma de lucha revolucionaria: h] como modelo
p o p ulism o, cau d illism o , jaco b in ism o , de construcción del socialismo-, c] como régi
etcétera). men político.
"Históricam ente lo que se llama c. es una
acción revolucionaria empírica y consecuen II 1.1 l ASTRISMü COMOFORMA DE l.U HA RKVOLl l U)\A
te que se encontró con el marxismo durante ría Precisamente en virtud de la experiencia
su camino” (Debray). En otras palabras, el c. cubana, cuando se habla de guerra de guerri
es la vía cubana al socialismo, y en el térm i llas no se refiere uno a una simple técnica
no se sintetizan ciertos aspectos peculiares m ilitar sino a una forma de lucha (armada)
del proceso revolucionario cubano mediante revolucionaria cuyo fin es, pues, la conquis
un trabajo de análisis y de abstracción a pos- ta del poder político. En efecto, históricamen
teriori, que tal ve?, ha ido mas allá de los acon te la guerra de guerrillas siempre se adopto
tecimientos cubanos reales v de las mismas como táctica defensiva particularm ente eti
intenciones e interpretaciones de sus prota ca/. para contrarrestar a un adversario dota
gonistas. El c. ha asumido de este modo valo do de medios y fuerzas preponderantes, tan
res particulares, ya que quizá se ha querido to si era un invasor extranjero como si era el
hacer de Cuba un modelo para apoyar tesis mismo poder central (guerras de resistencia,
polémicas en relación con la ortodoxia revo luchas anticoloniales, movimientos separatis
lucionaria de los partidos comunistas olicia- tas, revueltas campesinas endémicas, bando
les. Es conveniente, pues, recordar que la lerismo, etc.). El c.. en cambio, en esta prime
revolución cubana se consolida precisamen ra acepción, se convierte en sinónimo de gue
te en los años en que entran en crisis profun rra revolucionaria por el poder, realizada de
da la concepción del estado-guia y las relacio acuerdo con una táctica guerrillera.
nes tradicionales entre los partidos comunis Pero el verdadero elemento de novedad del
tas (la ruptura definitiva entre China y la c. consiste en una cosa muy distinta. Si con
Unión Soviética, por ejemplo, corresponde a figura de hecho un tipo intermedio entre los
1963) y, hablando más en general, dentro de otros dos modelos revolucionarios histórica
la propia izquierda. mente triunfantes (el bolchevique de lu insu
Al mismo tiempo se asiste, por lo demas en rrección y el chino de la guerra del pueblo),
polémica con los partidos comunistas, a la de una u otra forma se ubica objetivamente
vuelta a temáticas revolucionarias y "tercer- dentro de las concepciones revolucionarias
m undistas” en Occidente, por las que el éxi clasicas, para las que la lucha no puede dejar
to de la revolución cubana representó un evi de ser armada. Asi, la estrategia de los jefes
dente punto de referencias especialmente cubanos tomaba en cuenta ambos modelos,
(pero no únicamente) como modelo aplicable en el sentido de que la acción m ilitar debía
a los países subdesarrollados y coloniales. No ir acompañada de manera estable por el
hay que sorprenderse, pues, de que los carac impulso insurrecional en las ciudades, mien
teres evolutivos de la experiencia cubana tras que la guerra de guerrillas, al consolidar
hay an resultado para algunos tan nuevos que se. evolucionaba progresivamente hacia la
no sólo estaban fuera de la ortodoxia sino que guerra del pueblo: las circunstancias factua
iban en contra de la misma, y que. por consi les (particularmente la rapidez de los acon
guiente. se usaban también con forzamientos tecimientos) son las que explican de manera
polémicos en el debate al que hemos hecho sustancial por qué todo esto no se llevó a cabo
alusión. de m anera completa. La verdadera novedad
Después de estas premisas hay que preci del modelo cubano debe buscarse, por lo tan
sar mejor que el término c.. en cuanto sinó to. en otra parte.
nimo de víu cubana al socialismo, asume sig Lo que le permite a Regis Debray hablar de
C A S T R IS M O 1V9
izquierda" de los partidos comunistas aun en na. el campo de los estados socialistas (y su
las situaciones nacionales. En este contexto, potencia industrial) ha llegado ha ser tal que
la influencia del c. ha sido mucho más pro hace imposible transferir a nivel de la coope
funda de lo que se piensa: Las teorías de la ración intem acionalista muchos de los pro
acción ejemplar y del de tonada r social soste blemas que la uRssy China debieron resolver
nidas por muchos de los movimientos jóve por sí solos.
nes extraparlamentarios, bien visto fueron el Además de estas circunstancias de hecho
equivalente bastante preciso de la teoría (que de una u otra forma inducen a acoger con
/aquista. Y, aun cuando las matrices cultura reserva todos los esquemas interpretativos
les sean distintas, los grupos terroristas excesivamente rígidos, hay que precisar que
actuales sostienen posiciones muy similares, las condiciones de la isla antes de la revolu
tanto si obedecen a la exigencia del partida ción no eran las del subdesarrollo agrícola en
comunista combatiente como a la práctica de el sentido tradicional del término (latifundio
la violencia propagada. por un lado y masas campesinas en condicio
nes feudales por el otro).
III. EL CASTRISMO COMO MODELO DE CONSTRUCCIÓN DEL La plantación de azúcar, estructura domi
El socialismo en Cuba apunta, por
s o c ia l is m o . nante de la economía cubana, es en realidad
lo menos en la prim era fase, la propiamente una gran empresa agrícola v al mismo tiem
castrista, al desarrollo de la agricultura más po una industria mediana de transformación,
bien que al de la industria, como sucedió en ya que normalmente encontramos, al lado de
cambio tanto en Rusia como en China, y en la plantación, el inaenio. o sea la refinería. La
los demás países socialistas industrialm ente zafra, por otra parte, no consiste simplemente
atrasados (aunque con marcada especifici en el corte de la caña sino en un conjunto de
dad). Esta elección resulta tanto más novedo trabajos que culminan con la refinación. El
sa respecto de los modelos pasados, sobre problema real de la economía cubana no era,
todo si se toma en cuenta que la dominación por lo tanto, el clásico de la reforma agraria
colonial e imperialista había obligado de una que otorga la tierra a los campesinos, alián
m anera rígida a la isla a ana economía agrí dolos así con la clase obrera, insertándolos
cola de monocultivo (caña de azúcar); preci en el proceso de movilización revolucionaria,
samente por esto, el prim er objetivo debió para extraer luego del campo el excedente
haber sido, con mayor razón, la autosuficien necesario para la industrialización.
cia económica, cuyo presupuesto era preci El problema de Cuba era el de la adminis
samente la industrialización. tración socialista de la red de grandes empre
Sin seguir los diversos filones de un deba sas agrícolas y de la creación simultánea de
te que por su complejidad trasciende decidi una estructura industrial para sostener la
damente el caso cubano en particular (que actividad económica de mayor relieve, ade
abarca, en realidad, la problemática más más de otras zonas agrícolas con cultivos
general de todos los países "subdesarrolla- diversificados e intensivos para los requeri
dos” que se aprestan, o se aprestarán, a reco mientos de primera necesidad (hortalizas,
rrer el camino de la independencia nacional), carne, fruta, leche, etc.), todo esto obviamen
es oportuno, sin embargo, aclarar algunos te dentro de un marco general de esfuerzo
aspectos del problema, no destacados nunca concentrado en las infraestructuras sociales
de manera suficiente, sin los que se pierden (escuelas, hospitales, etc.). Si éstas son las
decididamente los términos reales de la dis decisiones determ inantes desde el punto de
cusión. sobre todo si se trata de un observa vista estructural, una industria básica autó
dor occidental. noma es un objetivo que se ubica necesaria
En prim er lugar, Cuba es un pequeño país mente en el largo plazo.
que no dispone en general de recursos natu Las consecuencias de estas decisiones eco
rales que justifiquen una industrialización nómicas, se ha señalado en un nivel crítico,
forzada de acuerdo con los modelos del pasa son esencialmente dos. En prim er lugar, el
do que hemos mencionado. En segundo lugar, sostenimiento social del regimen socialista
por el hecho de que Cuba estuvo totalmente queda confiado a las masas campesinas (que
aislada durante largo tiempo en América Lati se suponen por definición mas atrasadas res
CASTRISMO 201
pecio de la clase obrera y de las capas urba estructuras políticas y de gobierno del país,
nas). En segundo lugar, la renuncia a la auto ha hecho que se observe que nos encontramos
suficiencia fundada en una base industrial aquí con un típico ejemplo de régimen políti
autónoma trae como consecuencia em pujar co con un poder (legítimo) carismático.
a Cuba dentro de una esfera de influencia, Por lo que concierne directamente a la per
haciéndola tributaria del campo socialista sonalidad de Fidel Castro, con su costum bre
tanto en lo que se refiere a los productos de recorrer la isla de un lado a otro, mezclán
industriales como a la venta de azúcar (el dose con la gente y manteniendo con todos
embargo del azúcar cubano produjo una diálogos impredecibles e improvisados, ha
situación de monopolio de la demanda por adoptado un estilo de vida que tiene bien puco
por parte de los países del este). de "hierático" (piénsese a la inversa en el esti
Sobre el prim er punto, ya hemos explica lo de Stalin o Mao). Su misma oratoria, a la
do cómo la estratificación de clase en Cuba que se cita siempre como ejemplo de actitu
se caracteriza por la presencia de obreros des carismáticas, en realidad es lo opuesto.
agrícolas, a los que el c. ha apuntado para Según el tipo ideal weberiano, el esquema de
meterlos plenamente en el proceso revolucio razonamiento del jefe carismalico es proféli-
nario y de administración socialista de las co, o sea que se traduce en revelaciones según
cstruturas económicas (en este sentido, la la fórmula (podríamos decir): “Está escrito,
zafra siempre tuvo el carácter de una movili pero yo os digo. .."
zación social de masa, más que de una activi En cambio, la oratoria de Castro, sin des
dad económica estacional). cuidar ninguna de las astucias del comediante
Sobre el segundo punto, sigue siendo ver de nacimiento, es sin embargo siempre rigu
dadero, indudablemente, que se ha estable rosamente didáctica y pedagógica, y se basa
cido una dependencia bastante notoria de la en argumentaciones presentadas de manera
URSS. En el plano económico esto resulta racional, sin basarse en el principio de auto
muy claro, a p artir del fracaso del proyecto ridad sirio que tiene como fin la persuasión
de asegurarse la autosuficiencia financiera (la famosa "Autocrítica" del 26 de julio de
mediante el incremento progresivo de las 1970 es ejemplar en este sentido).
exportaciones de azúcar. La perduración de De modo más general, debemos preguntar
las dificultades económicas, y la imposibili nos, no obstante, si el régimen cubano no ha
dad de responder a tas demandas sociales pri favorecido una relación de tipo carism ático
vilegiando los incentivos morales respecto de en la gestión del poder, o si en otra palabras
los materiales, v manteniendo artificiosamen ha sido favorecido en Cuba un culto de la per
te un clima de permanente movilización revo sonalidad, entendido como exaltación de ele
lucionaria. terminó por incidir inevitablemen mentos carismaticos en la relación con los
te sobre la autonomía política del régimen, gobernados. Sin en trar en la discusión de si,
incluso porque el fracaso de las guerrillas y y en qué medida, la categoría del poder caris
de los experimentos democráticos (como el mático sea sin mas aplicable a la realidad con
chileno) ha perpetuado el férreo aislamiento temporánea, la respuesta al interrogante es
al que se ha visto obligada la isla. De este del todo negativa.
modo, el papel autónomo reivindicado por el Mientras que la relación carism atica se
grupo dirigente en el primer decenio, y la define por su inmediatez, y por la dirección
aspiración a convertirse en el estado guia de (de arriba abajo), Ion mayores esfuerzos del
los países no alineados, se han redimensiona- equipo dirigente cubano se han dirigido en
do progresivamente. La historia de Cuba a cambio a crear estructuras de agregación y
este respecto no es ya historia del c., sino de de organización de la sociedad civil Ipartido,
un régimen comunista pan» todos los efectos. sindicato, comités de defensa revolucionaria.
etc.), de modo de crear al mismo tiempo nive
iv el CAsrusMO como RÉGIMENpoLtnco. La atrac les intermedios entre sociedad y estado, y con
ción personal de Fidel Castro, y el papel pree ellos niveles de autonomía y de relación dia
minente ejercido por el en la prim era deca léctica respecto del poder central. Por lo
da de la revolución cubana (justamente la demás, también en Cuba ha sucedido lo que
década del c.), junto con la precariedad de las Weber ya había señalado como tendencia
202 C ATOLICISMO LIBERAL
intrínseca de la autoridad carismática: la de tos frecuentes entre la Santa Sede v los esta
agotarse y por lo tanto institucionalizarse. dos, excepto en el caso de cisma, la obedien
Después de la prim era lase de consolidación cia a los preceptos del soberano constituía un
del régimen, muy confiada en el empirismo deber de carácter religioso; el evasor de
y en la movilización ideológica, el sistema impuestos, el contrabandista, el que acuña
político se ha ajustado, no sin problemas, a ba moneda falsa, estaban en pecado; también
los sólidos esquema de las democracias popu lo estaba el que desacreditaba en un discur
lares. Por lo demás, la propia figura de Fidel so al monarca; el confesor debía negar la
Castro ha ido redimensionandose progresiva absolución al penitente que no denunciara a
mente en relación con el constante retuerzo los enemigos del rey y a sus cómplices. El
de la gestión colectiva del poder y del tejido rebelde contra el soberano (sometido sola
conectivo político de la sociedad civil. mente al juicio de Dios), aunque sólo lo fue
ra de pensamiento y no de obra, era un
bibliografía F. Castro. La revolución cubana. pecador.
México, Era, 1964; F. Castro, La primera revo En la Restauración se produce una división
lución socialista en América. México. Siglo XXI, entre los que permanecen fieles a la idea del
1976: R. Debray, ¿Revolución en la revolución?, derecho divino de los reyes, al principio de
en Ensayos sobre América Latina, México, Era, legitimidad según el cual son usurpadores los
1968: E. Guevara, Obra revolucionaria. México, que se proclaman soberanos en contraposi
Era. 1963; E. Guevara, El socialismo y el hom ción al derecho de la (amilia o persona que
bre nuevo, México, Siglo XXI, 1977; G. Pierre- ha recibido de lo alto tal investidura (en Espa
Charles, Génesis de la revolución cuhanu, Méxi ña, en la prim era guerra carlista, una gran
co. Siglo XXI, 1976: H. Tilomas, Cuba (1971), Bar parte del clero combate con armas a la cabe
celona, Grijalbo. 1973, 3 vals.; S. Tutino, Breve za de sus feligreses en favor del pretendien
historia de la revolución cubana (1968), México, te don Carlos y contra los constitucionalistas,
Era; Varios autores, ¡a ’ radice sloriche della rivo- la reina Isabel y la regente Cristina) y aque
luzione cubana, en Ideolonie, núms. 5-6, 1968. llos que piensan que toda forma política pue
de ser aceptable por un católico m ientras se
[LUCIANO BONET] respete la libertad de la iglesia y el poder de
su magisterio, sosteniendo que seria imposi
ble o contraproducente retornar a los viejos
ordenamientos.
catolicismo liberal Para no confundir los tiempos, cabe decir
que para el católico liberal del siglo xix el
El término c. liberal es un término decimo estado no solamente no debe usurpar los
nónico, sin correspondencia con periodos derechos de la iglesia, sino que debe mante
anteriores, si bien el de "católico liberal" ha ner la inspiración cristiana en su legislación:
podido ser tal vez usado (no por los contem por ejemplo, considerar el matrimonio indi
poráneos sino por los narradores de nuestro soluble, o aun mejor, dejar que la iglesia lo
tiempo) para indicar sacerdotes o laicos “de celebre y lo regule; ei adulterio debe ser cas
manga ancha”, antitesis de los escrupulosos, tigado, así como la blasfemia; pero por otro
siempre temerosos de estar en pecado y que lado el estado puede asegurar igualdad de
ponen en el mismo plano cualquier infracción derechos a los miembros de otras confesio
a los preceptos religiosos, sea cual fuere su nes religiosas e incluso a los incrédulos.
importancia. Especialmente en Bélgica los católicos libe
El c. liberal se delinea en Francia, Italia y rales aceptaron de buena gana una constitu
Bélgica, con derivaciones en España y en ción que establecía la separación de iglesia
América Latina, después de la revolución y estado, dejando espacio para la libre com
francesa, como un catolicismo que no sólo petencia entre católicos y sus contrarios
acepta, sino que propugna, formas de gobier (véanse como símbolos las universidades de
no liberales y no cree en la conveniencia de Lovaina y de Bruselas). En Francia se consi
una alianza entre trono y altar. dero como tal al padre Lacordairc, frente a
En el anden rigime, a pesar de los conflic los integristas intransigentes, en su apoyo a
CAUDILLISMO 203
en las áreas secundarias, como Buenos Aires entre los sectores exportadores, favorables a
v Valparaíso, el impacto negativo fue mucho la libertad de comercio, y los productores de
menor, y posteriormente el desarrollo de manufacturas coloniales. En Argentina es
estas zonas se vinculó a la expansión del desde esta óptica que puede entenderse la
comercio inglés esencialmente a partir de la dicotomía entre el federalismo de las provin
reform a borbónica. En estos últimos países, cias, vinculadas a la producción colonial, y el
por lo tanto, fue decisiva la apertura del libre centralismo de un Buenos Aires cuyo auge se
comercio con Inglaterra pues permitió que los fundaba en sus vínculos comerciales estre
productores locales obtuvieran mejores pre chos con Gran Bretaña. En México este fenó
cios por sus productos al ser eliminada la fun meno encontró su expresión en Lucas Ata
ción de los intermediarios españoles benefi mán, quien reactivó la industria textil
ciarios del monopolio comercial, desarrollán mediante la creación del Banco de Avío.
dose en consecuencia el sector exportador de La penetración inglesa característica de la
la economía. Todo lo contrario ocurrió en las primera mitad del siglo pasado determinó un
úreas tradicionalmente atadas a la produc tipo de vinculación especifica con la oligar
ción minera, como fueron las del alto y bajo quía dominante. En este lapso las inversiones
Perú y las de México. La reactivación de la directas del capital inglés no fueron de impor
producción minera en la época posrevolucio tancia; las compañías integradas con la fina
naria exigía la inversión de sumas considera lidad de explotar la riqueza mineral fracasa
bles de capital, lo cual resultaba prácticamen ron después de la crisis de 1825. Las relacio
te imposible en un periodo caracterizado pre nes con las metrópolis no influyeron sobre la
cisamente por la escasez de capitales dispo producción y, por consiguiente, dejaron intac
nibles. Esta diferenciación explica el distin tos los modos de producción coloniales y las
to tipo de desarrollo de ambas zonas y sus estructuras sociales correspondientes. Al fin
consecuentes historias específicas. de la dominación española fueron los criollos
En aquellos países donde el sector expor quienes ocuparon el vértice de la escala social
tador se desarrolló de una manera sustancial, y los sectores propietarios terratenientes se
se consolidó paralelamente la oligarquía impusieron como el elemento más fuerte. Las
exportadora, la que. apoyándose en los recur grandes propiedades, va se trate de las
sos fiscales que le brindaba el comercio, pudo haciendas o las estancias, típicas del sistema
financiar la constitución de un gobierno cen colonial, sobrevivieron al corte independen-
tralizado y poderoso. Argentina con Rosas y tista, y se expandieron de acuerdo a las inci
Chile con Portales certifican este proceso uni- taciones del mercado externo, sin que este
ficador que se produce antes que en otras cambio de mercado implicase una crisis del
naciones donde la crisis de los sectores expor sistema productivo. Lo que si implicó fue la
tadores redujo los ingresos fiscales favore decisiva hegemonía del sector de los terrate
ciendo así la dispersión del poder y la forma nientes.
ción consecuente de gobiernos débiles y dis En los países con densa población indíge
persos. Se comprende, por lo tanto, que en el na, como México, Perú y Bolivia, la situación
segundo tipo de países fuera más arduo el y función de la misma siguió siendo esencial
surgimiento de un gobierno autocrático. que, mente la misma. Una parte continuó desem
como expresión de una oligarquía dominan peñándose como mano de obra en las hacien
te. pudiera imponer su hegemonía a los gru das y en las minas, prestando servicios típi
pos rivales; asi, lo que caracterizó a estos paí camente feudales; mientras que otra parte de
ses fue el reforzamiento de los poderes regio la población indígena siguió ocupando la tie
nales. rra comunitaria al margen del mercado mone
Es conocido también el efecto que produ tario e integrando núcleos casi autosuficien-
jeron en los mercados regionales los produc tes. Para el mestizo, contrariamente, se abrie
tos importados, fundamentalmente de Ingla ron una serie de posibilidades que le facilita
terra; al saturar los mercados produjeron una ban su ascenso en la escala social, ya sea dedi
profunda crisis en la industria artesanal y cándose al comercio o integrando las filas de
manufacture! a desanollada en la época colo los nuevos ejércitos, sirviendo ya sea como
nial. Este hecho produjo el enfrentamiento intermediarios, en el prim er caso, o como un
CAUDILLISMO 205
Bunge sostenga que el carácter del c. no es menos el grado de dependencia. La prim era
ni anárquico ni retrógrado, y que considere mitad del siglo pasado contempló esta lucha:
como formas típicas del c. a Rosas, que encar el "partido americano" representaba los inte
na la intransigencia de los gobiernos teocrá reses de las provincias y defendía la indus
ticos, y a Porfirio Díaz que encarna la mate tria indígena tradicional, contra la política
rialización del orden y el progreso. pro europea de los exportadores. El c., ya se
La tipología de Sarmiento, su distinción tratara de Rosas en Argentina, Juárez en
orgánica entre la ciudad y el campo, ha dadu México y López en Paraguay, representaba la
origen a un debate que aún continúa en nues resistencia del espíritu americano a ser domi
tros días. Con distintos términos se sigue nado por el espíritu, las costum bres y el
hablando de un sector moderno y de otro tra comercio europeo.
dicional, vale decir de la dicotomía sarmien- Esta interpretación, al igual que la prime
tina entre la ciudad y el campo. Este esque ra que hemos mencionado, peca por su exce
ma continúa vigente, con las adecuaciones del sivo esquematismo. Tanto el partido europeo
caso, en las teorías desarmllislas, ya que éstas como el partido americano, como se expresa
postulan la universalidad de las etapas de Frank, estaban de acuerdo en el reconoci
desarrollo y extraen sus modelos de las socie miento del papel a desempeñar por el comer
dades más desarrolladas: en los países sub- cio inglés: sus diferencias deben ubicarse más
desarrollados los sectores rurales funcionan bien como disensiones internas en el mismo
de una manera feudal al margen del sector bloque dominante. Esta claro que el c. no fue
moderno o capitalista. En este contexto el c. la expresión política de un sistema de tipo feu
es la expresión política de un urden económi dal europeo ni de un régimen capitalista puro.
co arcaico y reaccionario. Es evidente que desde la época de la colonia
En oposición a las teorías desarrollistas el desarrollo de América estuvo estrechamen
surgió la teoría de la "dependencia” que cri te ligado al desarrollo del capitalismo mun
ticó a fondo la tesis dualista de los primeros. dial. También es cierto que el tipo de produc
Para los dependentistas la sociedad latinoa ción americana, incluso en la prim era mitad
mericana fue desde el principio, desde sus orí del siglo pasado, fue de tipo feudal, y esto no
genes coloniales, parte integrante del sistema significa falta de vínculos con el comercio
capitalista. Su visión del problema es radical internacional, sino todo lo contrario: el desa
mente distinta a la de quienes ven una Amé rrollo de las áreas coloniales dependió en
rica cerrada sobre sí misma: ellos sostienen, gran parte de sus \ ínculus con el exterior, fun
por el contrario, que se trató siempre, en un damentalmente en sus exportaciones mineras
mayor o menor grado, de una sociedad abier y de productos tropicales. Y el crecimiento
ta y dependiente de los factores externos, y del sector exportador dependió estrechamen
que fue precisamente esta dependencia la que te de estos sectores externos. Es en este sen
generó el subdesarrollo, no únicamente divi tido que es posible sostener que el c. del siglo
diendo en el plano internacional a los países xtx refleja, en un nivel político, los vínculos
entre pobres y ricos, sino generando una divi de dependencia que existían en el nivel eco
sión semejante, en el interior de cada país nómico entre las regiones. La lucha caudillis-
dependiente entre la ciudad y el campo, lino ta fue. sin duda alguna, una lucha entre regio
de los representantes mas notorios de esta nes. pero "de oligarcas que aspiraban al con
coriiente interpretativa, A. Gunder Frank. trol de los mecanismos necesario» para domi
afirma que la tensión fundamental del perio nar la totalidad del sistema", como sostiene
do cuudillista hispanoamericano no fue el Antonio F. Mitre. El hundimiento del sistema
producto de una lucha entre sistemas opues colonial implicó el crecimiento y el fortaleci
tos (del feudalismo rural contra el capitalis miento de la oligarquía exportadora, vincu
mo urbano), sino de grupos antagónicos por lada comercialmente con el capitalismo
su posición frente a un mismo sistema de ingle», y este hecho tuvo como consecuencia
explotación, el capitalista; de una parte ubi una fuerte presión sobre la estructura econó
ca a los sectores aliados con los intereses del mica de tipo feudal propia de la colonia,
capitalismo ingles, y de la utra al "partido creando por consiguiente tensiones potencial
americano" que trataba de dism inuir a! mente disruptivas en el interior del sistema.
208 CENSO
El c. surge como fruto de estas tensiones y dadanos; un medio para conocer con bastan
como instrum ento social capaz precisamen te aproximación los recursos del estado,
te de canalizar estas tensiones volviendo de sobre todo con fines impositivos. El doble sig
esta manera posible la articulación del ante nificado de la palabra latina ccnsus explica
rior orden de tipo feudal con el nuevo mer muy bien la dualidad del hecho censal: el con
cado capitalista, todo esto realizado ya en el trol de los bienes poseídos (acto de censar) y
escenario de países que gozaban de sobera la posición social respecto de los mismos (c.).
nía e independencia. Al caer cada vez más en desuso esta práctica
desde la época de las guerras civiles, a causa
bibliografía. F.H. Carduso y E. Faletto. Depen de las nuevas formas sociales que se iban for
dencia y desarrollo en América Latina. México. mando, la misma palabra census terminó por
Siglo XXI. 1969; F. Díaz. Caudillos y caciques. perder su significado original durante la épo
México, El Colegio de México, 1972; T. Dos San ca feudal, pasando a significar en cambio el
tos, La crisis de la teoría del desarrollo y las rela impuesto particular que. en especie o en dine
ciones de dependencia en América Latina, en H. ro, le correspondía al señor feudal por la con
Jaguuribe y otros. La dependencia politico cesión de una tierra en feudo. En su especifi
económica de América Latina, México Siglo XXI, cación de census capitis seguían indicando la
1970; A.G. Frank, Capitalismo y subdesarrollo en enumeración de las personas que por necesi
América ÍMtina, México. Siglo XXI, 1970; G. Ger- dades de recaudación realizaban de manera
mani. Populismo y contradicciones de clase en muy irregular los estados feudales (el "cen
Latinoamérica. México. Era, 1971; T. Halpcrin so de la sal", por ejemplo). Después de la caí
Donghi, Historia contemporánea de América Imú- da del antiguo régimen y de la constitución
na. Madrid, Alianza, 1972; E. Krauze, Caudillos de los regímenes burgueses, las divisiones
culturales en la revolución mexicana, México, sociales ya no se produjeron con base en el
Siglo XXI, 1976; E. Laclau, Política e ideología nacimiento, noble, burgués o campesino, sino
en la teoría marxista: capitalismo, fascismo, con base en la pertenencia a una cierta clase
populismo, México. Siglo XXI, 1978; A. Mitre. de ingreso. La nueva sociedad burguesa se iba
Caudillismo, en II mondo contemporáneo, vol. constituyendo sobre bases censales, que más
vi: Storia dell'America Latina, a cargo de M. fácilmente se podían adaptar a las necesida
Carmagnani, Florencia, La Nruova Italia, 1979, des del desarrollo económico. La sanción polí
M. Morner, Caudillos y militares en la evolución tica de este sistema llegó a través de la for
hispanoamericana, en Journal of Inter-Ameritan mación de un sistema parlam entario repre
Studies, núm. 2, 1960; L.A. Sánchez, Historia sentativo que excluía de las elecciones y, por
general de América, Madrid, Rodas, 1972: A. consiguiente, de la posibilidad de contar con
Villegas, Antología del pensamiento social y polí una representación política a todos los que
tico de América Latina, Washington, Unión Pana no alcanzaban cierto c. El c. electoral era el
mericana, 1964; A. Villegas, Reformismo y revo importe del impuesto necesario para ser con
lución en el pensamiento latinoamericano. Méxi siderado elector. Este sistema se generalizó
co. Siglo XXI, 1972; E.J. Wolf y F.. Hansen, Can- durante el siglo xtx en todos los países de la
dillo politics, en Comparative Studies in Society esfera de influencia europea. En Italia el sis
and History, núm. 1,1967; A. Zorrilla, Extracción tema censal tuvo su prim era versión durade
social de los caudillos: 1810-1880, Buenos Aires, ra en el estatuto albertino de 1848, quedan
La Pléyade. 1972. do sin alteraciones aun después de la forma
ción del reino (los electores eran cerca de
[comité editorial] 620 0C0). Después se amplió el 22 de enero de
1882. exigiendo la instrucción elemental obli
gatoria y el c. anual de 19.80 liras (los electo
res aum entaron a dos millones). Seria mus-
censo largo seguir todas las variaciones de la legis
lación correspondiente; basta recordar que a
Ya en el antiguo Egipto y en las regiones de partir del 30 de junio de 1912 se concedió el
Oriente se usaban sistemas para conocer la sufragio a toda la población de sexo mascu
cantidad de los bienes poseídos por los ciu lino mayor de 30 años (8 700 000 electores).
CENTRISMO 209
cidud de partidos, entre los que prevalecen, Latina (cepal), organismo dependiente de las
a nivel gubernamental, los del centro. En este Naciones Unidas, fundado en 1948. Las valo
último ámbito es donde se verifica cualquier raciones de la cepai han tenido en el desarro
forma de cambio de gobierno. Mientras los llo económico, y especialmente en los proble
sistemas bipartidistas presentan una rotación mas vinculados con el desarrollo económico
completa entre los dos partidos clave, y en los de América Latina, a su tema central. Y en
sistemas con un m ultipartidism o moderado este sentido la corriente cepalina ha hecho un
se forman, por el contrario, coaliciones alter aporte verdaderamente original y sumam en
nativas. en el caso del multipartidismo extre te importante para el avance de la teoría eco
mo el cambio se limita a una rotación margi nómica en materia de desarrollo.
nal entre los partidos menores, llamados una Su punto de partida es la concepción de que
y otra vez por los partidos mayores a desem el desarrollo es un problema que pertenece
peñar el papel de copartícipes. Mientras sea al ámbito de un sistema económico mundial.
posible, el partido del centro de mayor peso Ubicado en ese contexto el desarrollo resulta
tratará de dominar el escenario, tratando, con un proceso al que la desigualdad le es inhe
la colaboración de los otros elementos de la rente. Dicho de otra manera, el desarrollo del
coalición, de conceder el mínimo espacio a los sistema económico mundial es de naturale
partidos extremistas, que, por su actitud de za bipolar. Relaciona a economías caracteri
rechazo o de oposición radical, Sartori los zables como centrales con economías carac
define como antisistema. Entre las caracte terizables como periféricas, según un movi
rísticas negativas de los sistemas en cuestión, miento que perpetúa las diferencias entre
hay dos que vale la pena citar: la ineficiencia ambas. O sea que el desarrollo, tomado como
y la inestabilidad. proceso a escala mundial, muestra que entre
los países desarrollados y los subdesarrolla
BIBLIOGRAFIA: M. Duverger, L'étemel moráis: dos se produce una brecha que, lejos de ir
essai sur le centrisme franjáis, en Revue Fran cerrándose con el tiempo, se acentúa. De lo
cióse de Science Publique, vol. XIV, febrero de que se desprende que lo que afecta a la peri
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pnlitical parties: ihe case uf polarized pluralism, la estructura económica periférica es especia
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un análisis (1976), Madrid. Alianza; A. Tasca. El interior tecnologías de alta productividad jun
nacimiento del fascismo (1950), Barcelona, Ariel, to a formas arcaicas, o bien a sectores tecno
1969. lógicamente retrasados. Sobre esta diferen
ciación estructural se asienta una diferencia
[ai.FIO MASTROPAOLO] ción funcional que se expresa en las pautas
clásicas de la división internacional del tra
bajo. A los centros les cabe la función de pro
centro, v. espacio político ducir y exportar manufacturas, mientras que
la periferia se especializa en la producción y
en la exportación de materias prim as y ali
mentos.
cepalismo En el plano del comercio internacional las
diferencias de estructuras y funciones dan
La expresión c. designa la producción teóri como resultado lo que los cepalinos llaman
ca de la Comisión Económica para América el deterioro de los términos de intercambio.
212 CEPALISMO
Esta formulación, en su sentido simple, sig los frutos del progreso técnico se refuerzan
nifica que el poder de compra de bienes indus mutuamente. En esto reside el dinamismo
triales por parte de una unidad de bienes —muchas veces se le ha criticado errónea
primario-exportadores cae a lo largo del tiem mente por lo que no es: estática— de la con
po. Tal mecanismo —que contraria las pre cepción centro-periferia mediada por la teo
visiones que los economistas clásicos y neo rización sobre el deterioro de los términos de
clásicos establecieron respecto del comercio intercambio: el desarrollo es concebido como
internacional y de su papel de homogeneiza- desigual en el sentido de que tanto la concen
dor del crecimiento de los distintos países y tración de los frutos del progreso técnico
de su disponibilidad de bienes y servicios— como la diferenciación estructural entre
se funda en el hecho de que los países centra ambos polos del sistema son inherentes a
les se apropian de la mayor parte de los fru aquél y se refuerzan recíprocamente.
tos del progreso técnico. Por esta expresión La interpretación del proceso de industra-
la corriente cepalina entiende el avance cien lizaciún de los países latinoamericanos cons
tífico y tecnológico y sus aplicaciones a la pro tituye, junto a las ya mencionadas concepción
ducción, lo que redunda en el incremento de centro-periferia y teoría del deterioro de los
la productividad. El incremento en la produc términos del intercambio, la tercera idea bási
tividad de los centros lio se refleja, como ca del prim er periodo doctrinario cepalino,
debiera, en un descenso de los precios de los comprendido entre 1948 y 1955. A este respec
bienes industriales sino en un incremento del to las tesis de la cepal destacaron tem prana
ingreso real medio, mayor en aquéllos que en mente cuestiones tales como la peculiaridad
la periferia. Loque significa, también, que los de la industrialización por sustitución de
países centrales disponen de una mayor importaciones típicas de América Latina y la
riqueza material. ¿Cómo es posible que los insuficiencia en términos de acumulación que
centros se apropien de la mayor parte de los se desprendía de su posición periférica, que
frutos del progreso técnico? Sucede, a gran fueron luego moneda corriente en los análi
des rasgos, lo siguiente: a] en la producción sis sobre el tema.
m anufacturera la productividad crece a una A partir de este conjunto de ideas que cons
tasa más alta que en la producción de bienes tituyen el Corpus fundamental de la produc
primario-exportadores; h] el incremento de la ción teórica cepalina, la cepal abrió un deba
productividad debería trasladarse a los pre te en torno a la necesidad de una política deli
cios de los bienes industriales a través del des berada y especifica de industrialización,
censo del valor unitario de éstos; c] tal movi capaz de promover la acumulación y el desa
miento a la baja no se produce pues en los paí rrollo en la región. Y al mismo tiempo, en su
ses centrales se combinan, por un lado, la pre calidad de organismo supranacional de orien
sión reivindicativa del sector trabajador para tación y consulta, generó una serie de reco
m antener sus niveles de salario y, por otro, mendaciones de política económica cuyos
la defensa del sector empresarial de su tasa tópicos concernían a la planificación del desa
de ganancia, todo lo cual incide para que los rrollo, la protección del mercado interior, la
precios de los productos industriales no dis integración latinoamericana, el financiamien-
minuyan; rf] los países periféricos, por el con to externo, etcétera. Esta faceta de la activi
trario, se caracterizan porque tiende a gene dad de la cf.pal. que para el periodo que esta
rarse en ellos un exceso de mano de obra en mos considerando encuentra en su participa
la producción prim aria, que presiona de ción en la elaboración de la Alianza para el
m anera continua sobre los salarios pagados Progreso (v. desarrollismo) su exponente mas
en este rubro y sobre los precios de dicha pro alto, también debe ser englobada por la desig
ducción. Disponibilidad y usufructo del pro nación “cepalismo”.
greso técnico y deterioro de los términos del Entre 1955 y 1963 la corriente cepalina, al
intercambio están, pues. íntimamente vincu amparo del m arco teórico desarrollado en la
lados. La diferenciación estructural entre cen etapa precedente, profundizo el análisis de lo
tro y periferia es la que determina la diferen que denominó los obstáculos estructurales al
ciación funcional. Y, al mismo tiempo, la dife desarrollo. Por un lado ataco las cuestiones
renciación estructural y la concentración de contenidas en el concepto de esimngulamien-
CESARISMO 21 í
to externo-, lus desequilibrios de las balanzas establecido en la antigua Roma por Cayo Julio
de pago de los países latinoamericanos, la César. La idea de un fuerte poder que pudie
asistencia exterior, etc. Por otro, centró su ra desligarse de los intereses de los grupos
atención sobre los obstáculos internos al desa y de los individuos particulares gracias a un
rrollo latinoamericano: el subempleo, la dis estrecho vinculo con el ejército con el objeto
tribución regresiva del ingreso, la margina de articular una política equilibrada que res
lidad, entre otros problemas. En este perio pondiera más a los intereses globales de la
do diversos investigadores de la CEPAL desa comunidad, se vuelve a presentar muchas
rrollaron trabajos sobre la inflación, pero en veces en la literatura medieval y moderna.
tanto lo hicieron a título personal es dudoso En sentido moderno, el término se ha usa
poder considerarla como una elaboración ins do para designar los regímenes establecidos
titucional. en Francia por los dos Bonaparte, a pesar de
Desde 1963 en adelante la producción teó que las condiciones históricas eran profun
rica de la i epa i . no tuvo mayor significación. damente distintas de las que caracterizaron
Sólo a mediados de la década de 1970 su pre el antiguo c. Según iMarx, se trataba en efec
sidente y, sin duda, principal inspirador, Raúl to de una "analogía histórica superficial", ya
Prebisch, comenzó a publicar una serie de que no se tomaba en cuenta con la atención
artículos de carácter autocrítico y renovador debida que, en la antigua Roma, la lucha entre
con la intención, quizá, de poner al dia la doc las clases se desarrollaba dentro de una mino
trina. ría privilegiada (los ciudadanos libres), mien
Criticada con ligereza por sectores de la tras que con el desarrollo de la sociedad
izquierda latinoamericana que veían en la industrial moderna el campo de la lucha se
cepal un desmedido afán de desarrollo capi amplió hasta abarcar prácticam ente a toda
talista para la región, y también por sectores la sociedad. Para los dos regímenes napoleó
de derecha que tendieron a considerarla como nicos sería más oportuno usar el término
un “caballo de Troya” de posiciones izquier bonapartism o (v.).
distas, sus elaboraciones están lejos de con No obstante esto, el término c. corrió con
form ar un híbrido. Aquello que con el tiem más suerte y fue retomado con atención por
po se dio en llamar el pensamiento de la Gramsci. En una rúbrica de sus Notas sobre
CF.PAI. constituye uno de los aportes más vigo Maquiavelo, se llama cesarista “una situación
rosos v originales a la problemática del desa en que las fuerzas en lucha se equilibran de
rrollo latinoamericano. manera catastrófica, es decir se equilibran de
manera que la continuación de la lucha sólo
HiBUor,rafia. F.H. Cardoso, ¡.a originalidad de la puede emprenderse con la destrucción recí
copia: la CEPAL y la idea de desarrollo, en Revista proca’' (Gramsci, 1966). Ahora bien, el c.
de la CEPAL. segundo semestre de 1977: R. Pre expresa una "solución arbitral, confiada a
bisch, El desarrollo económico latinoamericano una gran personalidad, de una situación
y alfiimos de sus principales problemas (1949), en histórico-politica caracterizada por un equi
Boletín Económico de América Latina, vol. vil, librio de fuerzas con una perspectiva catas
núm. I, febrero de 1962; R. Prebisch, Hacia una trófica", que adopta cada vez, de acuerdo con
dinámica del desarrollo latinoamericano, Méxi las condiciones históricas, un determinado
co, Fondo de Cultura Económica, 1963:0. Rodrí significado político, más o menos progresis
guez. La teoría del subdesarrollo de la CEPAL, ta. El mismo Gramsci distingue entre el c. de
México. Siglo XXI, 1930. Napoleón I que tiene un carácter progresista
en cuanto que consolida un nuevo tipo de
[ernesto López] estado, del de Napoleón III que, por el con
trario, es regresivo porque no representa nin
guna ruptura con el pagado sino más bien una
evolución del viejo tipo.
c e s a r is m o I Los acontecimientos del final del siglo xix
y de la prim era mitad del siglo xx introduje
I CESARISMO, FASCISMO Y BISMARCKISMO El térm i ron el uso de dos conceptos que muchos han
no c. tiene su origen histórico en el régimen relacionado a menudo con el de c.: el bizmare-
214 CESARISMO
tu momento que las dus fuerzas, anteriormen política en que va perdiendo peso poco a poco
te antagónicas, lleguen en cierta forma a un una importante serie de poderes intermedios,
acuerdo, superando así la contradicción ubicados entre el estado y el individuo, con
anterior. el consiguiente aumento del poder estatal.
Un ejemplo clásico de esta situación pue En efecto, el mismo desarrollo de la socie
de ser, a grandes rasgos, el de la lucha entre dad occidental es el que entraña un proceso
la burguesía y la aristocracia durante la lase de atomización y de creciente influjo del esta
de transición al capitalismo. Situaciones de do en la vida de los ciudadanos. Aquí es don
equilibrio puede haberlas incluso en una fase de hay que buscar la génesis del fenómeno
de transición al socialismo. A este respecto cesarista moderno, que por estos motivos pre
surge espontánea la referencia al stalinismo, cisamente es un elemento presente, según
surgido justamente en un contexto falto de Tocqueville, tanto en la democracia plebisci
proletariado y de una burguesía desarrolla taria como en el socialismo.
da y caracterizado en cambio por la presen Por lo que respecta, en cambio, a los acele
cia de una clase numerosa de campesinos, en radores que le permiten al proceso encontrar
parcial analogía con la Francia del siglo pasa una salida correcta, es útil emplear a este pro
do (Slawar, 1973). pósito el concepto gramsciano de crisis orgá
En segundo lugar, la situación de equilibrio nica. Esta última se da cuando en una orga
puede deberse a causas momentáneas. De nización se crean a diferentes niveles graves
hecho es frecuente que una fuerza, a pesar de contrastes entre representantes y represen
ser predominante en un determinado concep tados.
to, pueda dividirse en facciones discordantes También Weber destaca las causas del c. en
entre sí. Al hacer esto permite que otra fuer las tendencias generales de democratización,
za, de menor importancia aunque más com y burocrat¡/.ación, de la sociedad moderna.
pacta. desafie el poder tradicional. Finalmen Pero para Weber las tendencias ccsaristas,
te. una situación de equilibrio puede verse sobre todo dentro de una estructura institu
también favorecida por las relaciones que se cional de tipo liberaldemocrático, dan lugar
establecen dentro del bloque de poder domi a la indispensable función de controlar el cre
nante: entre los grupos principales de las cla ciente poder de la burocracia. Descartada por
ses dominantes y las llamadas fuerzas auxi inadecuada la hipótesis de la elección direc
liares que están sometidas al influjo hegemó ta de los burócratas, y dado por descontado
nico. En este caso, hay que tener presente que el inevitable aumento de la importancia de la
un cambio de ubicación de las fuerzas auxi democracia, fruto del proceso más general de
liares puede modificar la relación entre las de racionalización iniciado por el capitalismo
fuerzas fundamentales en cuestión. Gramsci moderno, la única solución viene a ser la pre
define, de manera global, una situación favo sencia de un líder —un presidente elegido por
rable al c., diciendo que "cuando la fuerza el pueblo o un jefe parlam entario triunfador
progresista a lucha contra la luerza regresi en las elecciones—, "hombre de confianza de
va B . puede darse el caso de que no sólo a las m asas" y por ello capaz de dominar a los
venza a b o b venza a a , sino también que no funcionarios burocráticos y de lim itar su
.enzan ni a a ni h y que se debiliten recípro- poder. En resumen, el c. se presenta como una
.amente, y una tercera fuerza t intervenga exigencia que tiende a expresarse hoy inclu
desde el exterior sometiendo lo que queda de so en las democracias parlam entarias, y que
a y de b ” (Gramsci, 1966). equivale en el nivel político al papel del
Desde un punto de vista más propiamente empresario capitalista.
político, uno de los principales factores que Desde este punto de vista, por lo tanto, el
favorecen el surgimiento y la afirmación de c. —que para Marx había surgido de nuevo
regímenes de tipo cesarista es, según Tocque- sobre todo en la estructura social de la Fran
ville, el predominio cada vez más grande de cia del siglo xix— se convierte en una carac
la suciedad sobre el individuo y la consolida terística permanente, aunque variable, de la
ción de la sociedad de masas y del fenómeno sociedad moderna.
político correspondiente: la democracia tota En efecto, en ciertos momentos los grupos
litaria. Se trata de un modelo de organización sociales pueden alejarse de sus partidos tra
21b C'LSARISMO
fuerte aparato estatal —por lo menos en com rismo a proposito di Heinrich von Sybel, Ale
paración con el resto de la sociedad—. que xis de Tocqueville e Max Weber, en La Cultura,
logra gozar de una considerable autonomía X, 1972, pp. 337-391; A. Dansette, Louis Napo
frente a todas las fuerzas sociales. Para Trots- león a la conquéte du pouvoir, París, Hachette,
ki, por ejemplo —en cuya época se augurará 1961; J. Duelos, De Napoleón III ¿i De Gaulle,
la caída de la "banda bonapartista st al ima París, Éditions Sociales. 1961: A. Gramsci, Notas
na"— la existencia del bonapartismo "consis sobre Maquiavelo. sobre política y sobre el esta
te en esto: apoyándose en la lucha de dos cam do moderno (1966), México, Juan Pablos, 1975;
pos, con una dictadura burocrática-militar. H. Jaguaribe, Desarrollo económico y desarrollo
salva la nación.” Asi, el poder cesarista pue político (1968), Buenos Aires, Eudeba. 19722; L.
de servir de mediador, a través de sus pro Mangoni. Cesarismo. bonapartismo e fascismo,
pios instrumentos, entre Jos intereses opues on Studi Storici, xvn. 1976, núm. 3. pp. 41-61: K.
tos de las fuerzas sociales, aun sin atacar nun Marx. El dieciocho brumario de Luis Bonaparte
ca de manera total los de los grupos que gozan (1852), en K. Marx y F. Engels, Obras escogidas
de una posición dominante en la estructura en ¡res lomos, Moscú, Progreso, 19S0, t. l; N.
social, pero consolidando, si acaso, el poder. Poulanuas, Poder político y clases sociales en el
En este sentido, la época moderna presenta estado capitalista (1968), México, Siglo XXI, 1969;
también algunos ejemplos de c. puro o en su A. Saitta, Dal fascismo alia resistenza. Florencia.
variante neobismarekiana. Puede considerar La Xuova Italia, 1961: A. Stuwar, Liben saggi
se perteneciente al prim er tipo el guullismo. mar.\istH\9b\), Florencia. La Xuova Italia, 1973:
que se introdujo en un contexto histórico lle L. Trotskij. Scritti 1929-1956. Turin. Einaudi,
no de tradiciones cesaristus como el francés: 1962.
"Como Luis Bonaparte contó con la adhesión
del pueblo de Francia cuando trató de legiti [CARIO G l A RM l.Rl]
m ar con un plebiscito su golpe de estado del
2 de diciembre de 1851. también De Gaulle se
CESAROPAPISMO 217
ria delta chiesa. Milán, Jaca Book, 1978, vol. ui;aplicar, en la medida de lo posible, el análi
H. Rahner, Chiesa e slrumira política nelcristia- sis del fenómeno político —o sea en la medi
nesimo primitivo, Milán, Jaca Book, 1979; F. Rul- da en que la materia lo permite, pero siem
pre con el mayor rigor— la metodología de
fini, Relazioni tra siato e chiesa. Bolonia, II Muli-
no, 1974. las ciencias empíricas (sobre todo la que
resulta de la elaboración y de la codificación
[SILVIO FERRARI] efectuada por la filosofía neopositivista). Más
brevemente, “c. política" en sentido estricto
y técnico designa a la "ciencia empírica de la
política”, o a la "ciencia de la politica” con
ciencia política ducida según la metodología de la ciencia
empírica más desarrollada, como en el caso
I CIENCIA POLITICA EN SENTIDO AMPLIO V EN SENTIDO de la física, de la biología, etc. Cuando hoy
estricto La expresión "c. política" puede ser se habla de desarrollo de la c. política se hace
usada en un sentido amplio y no técnico para referencia a las tentativas orientadas, con
denotar cualquier estudio de los fenómenos mayor o menor éxito pero que intentan obte
y de las estructuras políticas, conducido con ner una gradual acumulación de resultados,
sistematicidad y con rigor, apoyado en un a promover el estudio de la politica hasta
amplio y agudo examen de los hechos, expues alcanzar el nivel de ciencia empírica (riguro
to con argumentos racionales. En esta acep samente entendida!.
ción el término “ciencia” es adoptado en su En este sentido más especifico de "ciencia”,
significado tradicional como opuesto a "opi la c. politica se distingue cada vez más de toda
nión" donde “ocuparse científicamente de búsqueda dirigida no ya a describir y a com
política” significa no abandonarse a la creen prender aquello que es sino a delinear, y por
cia del vulgo, no lanzar juicios sobre la base lo tanto a prescribir, lo que debe ser, búsque
de datos no atinados, remitirse a la prueba da apropiada a la que se suele ahora dar
de los hechos. En este sentido la expresión no comúnmente el nombre de "filosofía políti
es nueva, pues ha sido ampliamente usada en ca". Si se acepta esta distinción, en la obra
el siglo pasado, especialmente en Alemania; de los clásicos del pensamiento político resul
no resulta superlluo recordar que los célebres ta muy difícil señalar lo que pertenece a la
Principios de filosofía del derecho de Hegel ciencia y lo que pertenece a la filosofía; por
(1821) tienen como subtitulo Ciencia del esta el contrario, los "politólogos” contem porá
do [SlaatswissenschaftJ en compendio. Una neos tienden a caracterizar su propia obra
im portante tradición de "ciencia del estado" como "científica" en cuanto pone el acento
se desarrolla en Alemania en la primera mitad sobre lo que la distingue de la filosofía. Si
del siglo pasado por obra de estudiosos de la bien no es oportuno detenerse en el concep
organización estatal (de la administración to de "filosofía politica”, en cuanto distinta
pública) como Robert von Mohl y Lorenz von de la c. politica, conviene por lo menos adver
Stein. En Francia y en Italia la expresión c. tir que entramos nuevamente a la noción de
política tenía mayor amplitud, como lo filosofía politica como estudio orientado
dem uestra la célebre colección de obras ita deontológicamente, tanto en las construccio
lianas y extranjeras dirigida por Attilio Bru- nes racionales de la república ideal, que han
nialti bajo el titulo de Biblioteca de scienze dado vida al filón de la "utopia", como a las
politiche", donde se publicó un ensayo sobre idealizaciones o racionalizaciones de un tipo
Le scienze politiche nello siato moderno (vol. de régimen posible o ya existente, caracterís
I 1884, pp. 9-74). tico de la obra de los clásicos del pensamien
En un sentido más estricto y por lo tanto to político moderno (como Hobbes, Locke.
mas técnico en cuanto cubre un área bastan Rousseau. Kant. Hegel). Más que sobre la dis
te bien delimitada de estudios especializados tinción de proyección utopista e idealizante
y en parte insitucionalizados, con cultores y análisis empírico. Sartori especifica la dife-
vinculados entre sí que se reconocen "politó- i encía entre filosolia política y c. politica en
logos", la expresión c. política indica una la ¡alta de operatividad o de aplicabilidad de
orientación de los estudios que se propone la primera, donde "la filosofía no es [. . .J un
CIENCIA POLÍTICA 219
pensar para aplicar, un pensaren función de ma taxativa por dos autores que más que el
la traduetibilidad de la idea en el hecho", resto pueden ser considerados, a mi parecer,
m ientras que la ciencia "es teoría que remi como los iniciadores de lac. política moder
te a la investigación [ . . traducción de la teona: Ludwig Gumplowicz, cuya obra Die sozur
ría en práctica", en suma un "proyectar para logische Staatsidee data de 1892, y Gaetano
intervenir" (Sartori, 1972). Se podría objetar Mosca, que publicó la prim era edición de los
que, en cuanto a la operatividad, no está dicho Elementi di scienza política en 1896.
que los ideales hayan sido, en la historia de En nuestro siglo el desarrollo de la c. polí
los cambios políticos, menos "operativos" que tica sigue de cerca la suerte de las ciencias
los consejos de los "ingenieros” sociales. sociales y soporta su influjo ya sea porque uti
liza el modo de aproximarse al análisis del
II CARACTERES DL LACIENCIA POLITICA CONTEMPORA fenómeno político (o approach) o bien porque
NEA. La constitución de la c. política en cien hace suyo el uso de ciertas técnicas de inves
cia empírica en tamo empresa colectiva y acu tigación. El país en el cual la c. política como
mulativa es reciente, pudiendo ser conside ciencia empírica ha sido cultivada con mayor
radas obras de c. política —al menos en p a r intensidad, Estados Unidos, ha sido justamen
te y en su inspiración fundamental v también te el lugar en el que las ciencias sociales han
en el sentido restringido y técnico de la pala tenido en los últimos años un mayor desarro
bra— algunas obras clásicas como las de Aris llo. Con respecto al approach. se ha realiza
tóteles, Maquiavelo, Montesquieu, Tocquevi- do con particular intensidad en los últimos
lle, en la medida que ellas tienden a la formu veinte años (aunque su inicio puede rem itir
lación de tipologías, de generalizaciones, de se al artículo de Charles E. Merriam, "The
teorías generales, de leyes, todas éstas rela presen! State of the studv of politics", que es
tivas a los fenómenos políticos, fundadas en de 1921) el paso del punto de vista institucio
el estudio de la historia, o sea sobre análisis nal (que reflejaba todavía la tradicional
factuales. matriz jurídica de los estudios políticos) al
Es verdad por otro lado que la c. política punto de vista “conductista”, según el cual
como disciplina y como institución nace en el elemento simple que debe presidir todo
la segunda mitad del siglo pasado: ella repre estudio de la política que pretenda hacer un
senta un momento y una determinación espe legitimo y fecundo uso de la metodología de
cifica del desarrollo de las ciencias sociales, las ciencias empíricas es el comportamiento
que ha caracterizado precisamente el progre de los individuos y de los grupos que actúan
so científico del siglo xix y ha tenido sus politicamente, cual es por ejemplo el voto, la
expresiones más relevantes e influyentes en participación en la vida de un partido, la bús
el positivismo de Saint-Simon y Coime, en el queda de una clientela electoral, la formación
marxismo y en el darwinismo social. En cuan del proceso de decisión a los más diversos
to momento y determinación específica del niveles. Respecto de la técnica de investiga
desarrollo de las ciencias sociales, el naci ción se produce un pasaje también decisivo
miento de la c. política moderna se produce del uso exclusivo de la recolección de dalos
a través de la separación de los estudios polí de la documentación histórica, del cual se han
ticos respecto de la m atriz tradicional del valido los estudiosos políticos del pasado, des
derecho (en particular del derecho publico). de Aristóteles hasta Maquiavelo y desde Mon
No conviene en efecto olvidar que la filoso tesquieu hasta Mosca, al empleo cada vez más
fía política moderna desde Hobbes hasta frecuente (vuelto posible por lo demás por la
Kunt se presenta como una parte, y sólo como tentativa conductista de la observación direc
una parte, del tratam iento del derecho natu ta o de campo a través de la técnica, tomada
ral, en la que el estado aparece como un ente de la sociología, de la investigación por son
jurídico, creado a través de un acto jurídico deo o por entrevista. De todo esto ha resulta
(como el contrato o los contratos, que se cons do un enorme aumento de los datos a dispo
tituyen en fundamento de legitimidad) y, una sición del investigador que requiere a su vez.
vez instituido, creador el mismo de derecho para que puedan ser manejables y por lo tanto
(el derecho positivo). Esta separación de la para su proficua utilización, del uso crecien
matriz jurídica es evidente y esta dicha en for te de métodos cuantitativos. La cada vez mas
220 CIENCIA POLITICA
amplia utilización de los métodos cuantitati viene añadir que cada una de las nuevas espe
vos en las ciencias sociales, y por reflejo en cies de datos resulta paulatinamente conse-
la c. política, tantas veces solicitada y no siem guibles en un mayor número de países. En
pre fructífera en los hechos, y ante los cam otras palabras: la ampliación intensiva de los
bios producidos en el objeto mismo de la datos se realiza simultáneamente con la
investigación, aparece como inevitable; lo que ampliación extensiva.
no significa que sea, o deba devenir, exclusi El rápido crecimiento extensivo de datos ha
va y exhaustiva. hecho posible una cada vez más amplia com
paración entre regímenes de los más diver
ni. sns condiciones de desarrou .o En confron sos países, estimulando los estudios de polí
tación con los estudios políticos del pasado tica comparada, tanto como para inducir a
el estado presente de la c. política se carac algunos a identificar sic el simpliciler la c.
teriza por la disponibilidad de un número de política contemporánea en su especificidad,
datos incomparablemente mayor que aque o sea en la dif erencia que la distingue de dis
llos de los cuales podían hacer uso los estu ciplinas afines y de los estudios políticos del
diosos del pasado. Además del cambio en las pasado, con la política comparada. En reali
formas de aproximación y de la introducción dad la política comparada no es una novedad:
de nuevas técnicas de investigación, el cre el estudio factual del fenómeno político, que
ciente numero de datos depende también de se remonta con razón a Aristóteles, ha comen
la extensión gradual de los intereses de los zado con la comparación entre distintas cons
politólogos más allá de la zona de las nacio tituciones griegas. El Esprit des luis de Mon-
nes europeas o de influencia europea, en el tesquicu nació de un gran intento por "com
tiempo (civilización primitiva, mundo orien parar" entre si el mayor número posible de
tal. civilización precolombina) y en el espa regímenes de todas las partes del mundo. En
cio (las llamadas naciones del tercer mundo). realidad lo que resulta nuevo es, como se
En oportunidad de considerar las institucio decía, la cantidad de datos a disposición; pero
nes de México, India y China, Mosca habia se trata de una diferencia cuantitativa, no
puesto ya de relieve la escasa importancia del cualitativa. Es probable que el particular
análisis de Maquiavclo en la medida en que relieve otorgado a la política comparada por
habia logrado sus datos únicamente de la his algunos de los más destacados politólogos de
toria romana y de algunas naciones europeas estos últimos años dependa también de la cir
de su tiempo. La ampliación de los horizon cunstancia de haber erróneamente aislado de
tes culturales de los politólogos de hoy por entre los otros métodos de que se sirv e la cien
encima de los límites tradicionales de la cien cia política, cuales son, juzgados coherente
cia europea perm itiría devolver a Mosca la mente, el método experimental, el método his
misma crítica que él habia hecho a Maquia- tórico y el método estadístico, un presunto
velo. Karl Dcutsch enumera nueve especies "método comparativo" que tendría el mono
de datos desarrollados por los politólogos en polio precisamente de la política comparada.
los últimos años o puestos a su disposición: De hecho un método comparativo no existe:
sobre élites, sobre las opiniones de las masas, la comparación es uno de los procedimientos
sobre el comportamiento del voto de los elec elementales y necesarios de toda investiga
tores y de los miembros del parlamento, los ción que pretenda devenir científica. El que
llamados datos agregados obtenidos a través estudia el sistema político italiano, por ejem
de estadísticas relevantes para el estudio de plo, se sirve habitualmente de la comparación
lo*» fenómenos políticos, datos históricos, cuando trata de analizar la diferencia, diga
datos producidos por otras ciencias sociales mos. entre el parlamento de hoy y el de ayer.
sobre las condiciones y los efectos de las El hábito lingüístico de designar “política
comunicaciones, datos secundarios derivados comparada" al estudio que confronta institu
de nuevos procedimientos analíticos, mate ciones de distintos países no impide que el
máticos y estadísticos y de programas de procedimiento usado sea idéntico al que se
computadoras. Para darse cuenta de la real emplea cuando se quiere destacar las seme
entidad de los nuevos datos de que pueden janzas y las diferencias entre dos institucio
disponer en la actualidad los politólogos. con nes del mismo país en una determinada
C IENCIA POLITICA 22 1
dimensión histórica. Esto valida la compara te proliferación de los estudios sobre el "desa
ción incluso si lo que hace, a causa de un cier rrollo político”: la hipótesis es que a un deter
to uso lingüístico consolidado, no se llama minado estadio de desarrollo económico-
"política comparada". Por otra parte el estu social corresponde un determinado estadio de
dioso de politiea comparada no se limita en desarrollo político, de donde se saca la con
mudo alguno a emplear el procedimiento de secuencia (prescriptiva) respecto de la impo
la comparación a la confrontación de los regí sibilidad o de la inoportunidad de acelerar el
menes de los distintos países, pues hace uso desarrollo político si éste no va acompañado
sin retáceos también del método histórico y de una correspondiente aceleración de desa
del método estadístico. En otras palabras: la rrollo económico. Respecto de la regularidad
política comparada no sólo no tiene la exclu o uniformidad, la c. política parece hasta aho
sividad de la comparación (en el sentido de ra dispuesta a dar mayor crédito a aquella
que sólo los pulitólogos compara listas hacen que ha originado a la teoría de la clase políti
comparaciones) sino que tampoco se identi ca o de las élites, y que afirma que en todo
fica con ella (en el sentido de que los politó- régimen, sin im portar su "fórmula política",
logos comparatisias hacen solamente compa siempre es una minoría organizada, o un
raciones). numero restringido de estas minorías que
luchan entre sí, la que gobierna. En su estu
IV. LASPRINCIPALES OPERACIONES DE LACIENCIA POLI- dio sobre los partidos Robert Michels ha ele
tica La creciente acumulación de datos per vado esta regularidad a la categoría de ley (la
mite a la c. política contem poránea la posi llamada "ley de hierro de la oligarquía").
bilidad de proceder con mayor rigor en el Marx y Engels, y también Lenin, formularon
cumplimiento de las operaciones v en el logro leyes de tendencia en lo que se refiere a la gra
de los resultados que son propios de la cien dual extinción del estado en el llamado “esta
cia empírica: clasificación, formulación de do de transición", partiendo de la hipótesis
generalizaciones y consecuente formación de de que el aparato estatal es necesario mien
conceptos generales, determinación de leyes, tras dure la división de la sociedad en clases
por lo menos de leyes estadísticas o probabi antagónicas. Si por "teoría” se entiende, en
lísimas, de leyes de tendencia, de regularidad uno de sus múltiples significados, un conjun
o uniformidad, elaboración (o propuesta) de to de proposiciones (sin que tengan necesa
teoría. riamente el estatus de proposiciones em píri
Como ejemplo de clasificación se pueden cas) en relación entre sí para formar una red
citar las numerosas tentativas recientes por coherente de conceptos, que sirvan de orien
perfeccionar la tipología de los regímenes tación para la explicación (y para la previsión)
políticos que durante siglos permaneciera en un campo bastante amplio, una de las teo
anclada en la clasificación aristotélica de las rías más aceptadas, o por lo menos discuti
tres formas puras y de las tres correspondien das. entre los politólogos, es la "sistemática"
tes formas impuras de gobierno. Un ejemplo (general system theory) propuesta por David
ya clásico de clasificación es la tripartición Easton, y según la cual la vida política en su
weberiana de la forma de poder legitimo (tra conjunto debe ser considerada como un pro
dicional, legal y carismático), todavía en uso, ceso de inputs (demandas) que provienen del
aunque sea susceptible de una mayor articu ambiente externo (económico, religioso, natu
lación. Un procedimiento típico de generali ral, etc.) y que se transforman en uuipuis (res
zación es el que ha conducido a la formula puestas). como son las decisiones políticas a
ción del concepto de poder, y que frecuente todos los niveles, que a su vez retroactúan
mente es considerado como el concepto uni- sobre el ambiente circundante provocando
ficador de todos los fenómenos que caen en nuevas demandas, y así sucesivamente.
el campo de la política (en el sentido de que
se considera como fenómeno político a aquel v. explicaciones y PREVISIONES A través de esta
en el que se encuentra un elemento que remite serie de operaciones que \an desde la clasifi
al concepto de poder). Un ejemplo bastante cación a la formulación de generalizaciones,
fecundo de hipótesis, aunque esté lejos de ser de uniformidad, de leyes de tendencia y de
veril ¡cada, es aquel que ha presidido la recien teoría —operaciones que la acumulación ere-
222 CIE\C IA POLITICA
cíente de datos torna siempre más fecunda, dir que en las ciencias sociales, que tienen por
pero en general siempre más difícil—, la c. objeto comportamientos humanos, es decir
política persigue su objetivo, que es el pro un ser que es capaz de reacciones emotivas
pio de toda búsqueda que ambiciona el reco y de elecciones racionales, se verifica el doble
nocimiento del estatus de ciencia (empírica), fenómeno bien conocido de la previsión que
esto es de explicar y no solamente describir se autodestruve (profecía verdadera que no
los fenómenos que tiene por objeto. El enor se realiza) o que se uutosatisface (profecía fal
me número de datos de que puede disponer sa que se realiza). En su actual fase de desa
el estudioso de los hechos políticos, unido al rrollo la c. política está bien lejos de poder
uso de los métodos cuantitativos que le per hacer previsiones científicas. Lo que no impi
miten dominarlos y poder servirse de ellos de que algunos estudiosos de la cosa política
con cada vez mayor rapidez, ha puesto en cri busquen extrapolar ciertas previsiones, si
sis el tipo de explicación predominante en las bien a medias, de las conclusiones una y otra
ciencias sociales tradicionales y artesanales, vez alcanzadas. La tendencia a hacer previ
que estaba fundado en la búsqueda de uno o siones es tan irresistible que un grupo de estu
de pocos "factores", y ha alentado a los inves diosos de la política encabezados por Ber-
tigadores a tener en cuenta una notable plu trand de Jouvenel está elaborando de hace
ralidad de variables significativas cuyas inte- algunos años a esta parte un programa de
rrelaciones pueden ser analizadas confiando investigación sobre los llamados “futuribles”.
en el cálculo estadístico. El estadio presente La diferencia entre la utopía de ayer y el futu-
de la c. política, caracterizado por la difusión rible de hoy estriba en que el proyecto utópi
de la técnica del análisis con muchas varia co está construido de una m anera indepen
bles [multivariate analysis), representa, res diente de las lineas de tendencia del desarro
pecto del objetivo principal de toda búsque llo social y por lo tanto de su mayor o menor
da que se quiera presentar como ciencia, o sea grado de realización, mientras que el luturi-
con respecto a una explicación, más que nada ble es el conjunto de aquello que puede acae
un momento critico, o en el mejor de los casos cer si se realizan determ inadas condiciones;
reconstructivo, pero todavía no el esperado no es el futuro imposible (ni tampoco el nece
momento constructivo e innovativo. Las expli sario) sino el futuro posible. El futurible es
caciones tradicionales son refutadas por su el producto típico de la actitud científica fren
carácter simplista en la medida que no tienen te al mundo, en especial frente al mundo his
en cuenta la multiplicidad de factores que tórico, m ientras que la utopia es el producto
interactúan, pero, precisamente como conse típico de la imaginación filosófica.
cuencia de esta reconocida multiplicidad, el
proceso explicativo deviene siempre más VI. DIFICULTADES PROPIAS DF. LA CIENCIA POLITICA.
complejo y sus resultados aparecen al menos Todo lo que se ha dicho hasta ahora sobre las
hasta ahora siempre más inciertos, A medi tentativas que se realizan para acercar los
da que aumenta el número de correlaciones, estudios políticos al modelo de las ciencias
la interpretación de ellas, de la que depende empíricas no debe esconder las enormes y
la credibilidad de una explicación, resulta peculiares dificultades que se interponen a la
cada vez más compleja. consecución del objetivo. En lo que respecta
El proceso de explicación está estrecha a la clasificación de la ciencia con base en la
mente conectado con el de previsión, aunque complejidad creciente, la c. política ocupa
sea posible una explicación que no permita uno de los últimos puestos: en cuanto el sis
la previsión y una previsión no fundada en tema político es un subsistema respecto del
una explicación: se explica generalmente para sistema social general, la c. política presupo
prever. La previsión es el principal objetivo ne la ciencia general de la sociedad (un parti
práctico de la ciencia (así como la explicación do político, antes de ser una asociación polí
es el principal objetivo teórico). Desgraciada tica, es una asociación); en cuanto que el sub
mente. cuando el proceso de explicación es sistema político tiene la función prim aria de
incompleto no se puede hablar de previsión perm itir la estabilización y el desarrollo de
científica sino en el mejor de los casos de con un determinado subsistema económico, y la
jetura o, peor aún, de profecía. Se puede aña coexistencia o integración del subsistema eco
CIENCIA POLITIC A 223
nómico con determinadas subsistemas cultu el hombre es un animal ideológico, que se sir
rales (de los cuales el principal es la iglesia ve de valores vigentes en el sistema cultural
o las iglesias), la c. política no puede prescin en que está inserto para racionalizar su pro
dir de la ciencia económica mientras que ésta pio comportamiento, que hace uso de moti
sí puede desechar a aquélla (es la misma rela vaciones distintas de las reales a los efectos
ción que existe entre física y biología); tam de justificarse o de obtener consenso, y de allí
poco puede prescindir de los subsistemas cul la importancia que asume en la investigación
turales (considérese la importancia que tie social y política la tarea de develamiento de
ne para los estudios de política, por ejemplo, lo que está oculto, esto es el análisis y la cri
el problema de los "intelectuales" y de las tica de la ideología.
ideologías).
La c. política es además una disciplina his va e l ritOBLEMA d e ia AVALORAt io n Si una forma
tórica, o sea una forma de saber cuvo objeto de saber está más cercana al ideal-límite de
se desarrolla en el tiempo y está en continua la cientificidad cuanto más logra eliminar la
transformación: lo que hace imposible de intrusión de juicios de valor (la llamada "ava
hecho uno de los procedimientos fundamen loración"), la c. política está ciertamente entre
tales que permite a los físicos y a los biólo aquellas ciencias en que la avaloración se pre
gos la verificación o falsificación de sus pro senta como más difícil de lograr. Cuando se
pias hipótesis, esto es la experimentación. No habla de avaloración no se hace referencia ni
se puede reproducir una revuelta de campe a la valoración que preside la elección del
sinos en el laboratorio por razones más que argumento por estudiar (elección que puede
obvias, entre las cuales la más significativa depender muy bien también de una preferen
es la siguiente: una vez reproducida, no sería cia política) ni a la valoración que el investi
más una revuelta (piénsese en la relación gador puede sacar de los resultados de la
entre una acción escénica, que se puede repe investigación a los Tines de reforzar o debili
tir indefinidamente, y la realidad represen tar un determinado programa político (en eso
tada: el Hamlet de Shakespeare no es el prín consiste la función critica o prescriptiva a la
cipe de Dinamarca realmente vivido). que la c. política no puede renunciar). Se hace
En fin, la c. política, en cuanto ciencia del aquí referencia a la suspensión de los propios
hombre, del comportamiento humano, tiene juicios de valor durante la investigación para
en común con todas las otras ciencias huma evitar de esa m anera ser influida y perder
nas dificultades específicas que derivan de objetividad. Es necesario tener siempre pre
algunas características de la acción humana, sente la distinción entre la ciencia como ope
de las cuales tres son particularm ente rele ración humana social, que en cuanto tal es
vantes: ú] el hombre es un animal teleológico asum ida y utilizada para objetivos sociales,
que cumple acciones y se sirve de cosas úti y los procedimientos prescritos para el mejor
les para el logro de fines no siempre declara cumplimiento de esta operación, entre los
dos y frecuentemente inconscientes: se pue cuales ocupa un puesto importante la absten
de asignar un significado a la acción huma ción de juicios de valor. La avaloracion, que
na solo si se logra conocer el fin. de donde la es garantía de objetividad (sólo el carácter de
importancia que tiene en el estudio de la objetividad asegura a la ciencia su caracte
acción humana el conocimiento de las moti rística función social), es perfectamente com
vaciones (ninguna ciencia social, y por lo tan patible con el compromiso ético y político res
to tampoco lac. política, puede prescindir del pecto del argumento previamente elegido o
aporte de la psicología); b] el hombre es un de los resultados de la investigación, que
animal simbólico que se comunica con sus garantiza la relevancia de la empresa cientí
semejantes mediante símbolos (el más impor fica. El peligro de que una investigación en
tante de los cuales es el lenguaje): el conoci la que el investigador está demasiado empe
miento del hacer humano requiere el desci ñado carezca de objetividad no es menos gra
framiento e interpretación de estos símbolos, ve que el peligro inverso, esto es que una
cuyo significado es casi siempre incierto, a investigación perfectamente objetiva carezca
veces ignoto y reconstructible sólo por con de relevancia (como podría ser una investiga
jetura (las lenguas m uertas o primitivas); c] ción sobre el color de las medias de los dipu
224 CIENCIA POLITICA
ción del modo de producción de la sociedad ción que ocupan las c. en el proceso produc
en el sentido de que el modo de producción tivo. Las c. constituyen, pues, un sistema de
mismo se define por las relaciones que inter relaciones en que cada c. presupone la exis
vienen entre las c. sociales y estas relaciones tencia de otra u otras c.; no puede haber b ur
dependen de la relación de las c. con los ins guesía sin proletariado, y viceversa. Así. pues,
trumentos de producción. En una sociedad en m ientras que la existencia de las c. se basa,
que el modo de producción capitalista domi según Marx, en la diversa posición que los
na indudablemente en estado puro, las c. se hombres ocupan en el proceso productivo, el
reducen, en esencia, a dos: la burguesía, com antagonismo de c. es un fenómeno que se ubi
puesta por los propietarios de los medios de ca en un nivel político; estos dos niveles están
producción, y el proletariado, compuesto por íntimamente unidos entre si, aunque no coin
los que al no disponer de medios de produc ciden. La distinta ubicación respecto de los
ción, deben vender en el mercado su fuerza ’nstrum entos productivos hace que los inte
de trabajo. Ninguna sociedad histórica pre reses de una c. sean distintos y opuestos a los
senta en un momento dado el dominio indu intereses de la otra; en el caso puro del modo
dable de un mudo de producción en su for de producción capitalista, esto significa que
ma pura sino una combinación de elementos lo que resulta ventajoso para la burguesía se
residuales de los modos de producción ante vuelve desventajoso para el proletariado, y
riores, de elementos de aquel que predomi que la ganancia no es otra cosa que una par
na en ese momento histórico o de elementos te del producto sustraída a los productores
que anticipan la formación del método de pro directos, algo que falta en la justa paga de los
ducción que todavía no se ha realizado. La obreros. Ésta es la base económica del anta
presencia simultánea de distintos modos de gonismo de los intereses de c., pero este anta
producción en una misma sociedad, en una gonismo adquiere un significado político úni
época histórica dada, recibe de Marx el nom camente en el caso de que el conflicto se des
bre de formación social-, mientras que el con place de la oposición entre cada uno de los
cepto de modo de producir se concibe como obreros por separado y cada uno de los capi
correspondiente al nivel del análisis teórico talistas por separado, o entre los obreros de
de las grandes transformaciones sociales, el una fábrica y el patrón de la misma, y se con
de formación social se ubica en el nivel del vierte en un conflicto generalizado que tien
análisis histórico. En el prim er caso, el aná de a enfrentar a todos los capitalistas, la bur
lisis de las c. dentro de la sociedad capitalis guesía, con todos los trabajadores, el prole
ta tiende hacia un modelo dicotómico que tariado. El momento de la agregación a tra
considera la existencia de dos c. antagónicas, vés de la organización política de los intere
la burguesía y el proletariado: en el segundo ses de todos los que son colocados por el
caso tendremos una pluralidad de c. o de proceso productivo en una misma posición de
agrupaciones dentro de las c. (por ejemplo, dominio o subordinación es el momento efec
una burguesía financiera, comercial, indus tivo en que se constituye la c.; "los individuos
trial, un proletariado y un subproletariado, —escriben Marx y Engels en La ideología a-
campesinos independientes y peones agríco lemana— forman una c. sólo en el caso en que
las. etc.) y el antagonismo dominante se arti estén empeñados en una lucha común contra
culará en varios antagonismos particulares otra c.". Pero si la lucha entre dos c. —sigue
abriendo un espacio a la formación de alian diciendo Marx— es una lucha política y las
zas entre las distintas c. y entre una c. y las c. son algo que se ubica en el nivel político
partes disidentes de la c. antagónica. de la vida social, sólo en este nivel los indivi
El hecho, pues, de que Marx hable unas duos que componen de hecho una c. recono
veces de dos c. antagónicas y otras veces de cen la comunidad de sus intereses o de su des
una pluralidad de c. se puede explicar hacien tino y se dan cuenta de la diversidad funda
do alusión a los distintos niveles en que pue mental y del irreductible antagonismo de
de ubicarse el análisis de las c.; sin embargo, estos intereses frente a los de la c. opuesta.
en cada caso cada una de tas c. se define por La identidad de los intereses no es suficiente
las relaciones que la unen con las demás c. para cimentar la existencia de una c. a menos
y estas relaciones dependen de la diversa posi que, sobre la base de esta identidad, surja una
22» CLASH
comunidad, una asociación u organización tinada a trastocar el dominio y a crear las pre
política y a menos que se forme una concien misas de una sociedad sin c., o sea de una
cia de c. Una c. con conciencia de c. es una sociedad en que las relaciones sociales dejen
c. para si (fiir sich) pero, en cambio, cuando de ser relaciones de explotación y de domi
no se consolida esta conciencia de c., la c. nación. Para Marx, pues, las c. son los suje
sigue siendo una mera c. en si (un sich), inca tos del devenir de la historia, que ya no es la
paz de m anifestar reivindicaciones políticas historia de una sociedad atomísticamente
colectivas. concebida como el resultado de una infinidad
El paso de la c. en sí a la c. para sí no es de acciones individuales sino una historia en
autom ático ni necesario. La identidad de los que los actores son precisamente las c., o sea
intereses, es decir la identidad de la ubicación entidades colectivas. En conclusión, para
en el proceso productivo, no garantiza la for Marx, el concepto de c. proporciona los ins
mación de la conciencia de c., el momento trumentos para analizar las relaciones entre
subjetivo no constituye el mero reflejo de la fenómenos económicos, políticos y culturales
situación objetiva de c. Los campesinos fran dentro del marco de un modelo dialético del
ceses, cuya situación de c. fue analizada por devenir de la sociedad y de una teoría del cur
Marx en Las luchas de clases en Francia y en so de la historia.
El dieciocho brumario de Luis Bonaparte, no
lograrán nunca alcanzar la conciencia de la La
III. CLASES Y CAPAS EN El. ANALISIS DE MAX WEBER.
identidad de sus intereses y, por lo mismo, teoría de Marx es sin más el punto de refe
actuar como c., puesto que las condiciones de rencia indispensable para determ inar el uso
producción los aíslan unos de otros y los que se le da al concepto de c., a más de un
ponen en contacto directo y cotidiano de fami siglo de distancia, tanto en el lenguaje de las
liaridad con el patrón. Por el contrario, la ciencias sociales como en el lenguaje políti
gran fábrica capitalista producida por el co corriente. No sólo porque los investigado
incontenible proceso de concentración del res que se apoyan en Marx han llevado ade
capital ofrece las condiciones más favorables lante la elaboración del concepto y de la teo
para el surgimiento de la conciencia de clase. ría social que se basa en él —basta pensar,
En general, se puede decir que la concien por citar un ejemplo, en las obras de Bujarin
cia de c. tiende a formarse más fácilmente en y de Lukács— sino también porque los inves
donde son mayores los obstáculos para la tigadores que se apartan del uso marxiano del
penetración en la c. subordinada de las ideas concepto de c. siempre hacen alusión al mis
de la c. dominante. Para Marx, la c. que domi mo pura poner de manifiesto en una forma
na el mundo de la producción es también la mejor las características alternativas de su
que domina en el nivel político y la que pro elaboración conceptual.
duce las ideas culturalm cnte dominantes. El intento más importante —sobre todo por
Estas tienden, sin embargo, a presentar un el influjo que tuvo en la sociología contem
marco armonioso y no contradictorio de la poránea— de utilizar el concepto de c. en una
realidad social, V cuando las c. subalternas perspectiva diversa de la de Marx, debe atri
las hacen suyas producen una "falsa concien buírsele a Max Weber. Marx no dio nunca una
cia" de la situación de c., cuya función ya no definición explícita del concepto de c. a pesar
consiste en hacer progresar el curso de la his de que construyó sobre él toda su teoría de
toria sino en detenerlo: se trata concretamen la sociedad y de la historia. Weber en cam
te de ideologías. La burguesía ha cumplido su bio lo define claramente pero limita su alcan
propia función de c. revolucionaria al luchar ce teórico a la descripción de un ámbito muy
contra el orden feudal y la c. que dominaba restringido de fenómenos. Weber parte, en
en este último, pero una vez que se consolidó efecto, de la definición estrictam ente econó
su propio poder y se desarrollaron las poten mica del concepto de c.; con base en ésta for
cialidades del modo capitalista de produc man parte de una c. todos los que están colo
ción, abandonó su papel revolucionario y se cados en la misma situación de mercado, es
convirtió más bien en un obstáculo en la sen decir que tienen las mismas posibilidades
da del progreso. Sin embargo, la burguesía objetivas de acceso a los bienes limitados, dis
no puede dejar de producir la c. que está des ponibles en el mercado. Los factores que
(TASE 229
inf luyen en la situación de mercadu, y por lo mentos que definen los términos de la lucha
tanto de c., son de naturaleza muy variada; de clases.
sin embargo, también Weber, como Marx, De lo dicho hasta aquí se deduce que no fal
reconoce que la c. de los propietarios goza de tan, en las concepciones weberiana y marxia-
ventajas particulares en la competencia por na de las c., notables aspectos de convergen
el acceso a los bienes. Pero la propiedad no cia; por ejemplo, la distinción entre c. y acción
es la base de la división de la sociedad en c. com unitaria basada en la situación de c.
sino únicamente una fuente frecuente de pri corresponde ampliamente a la distinción mar-
vilegios y discriminaciones en el mercado. De xiana entre c. en sí y c. para sí. El elemento
este planteamiento se derivan dos consecuen sustancial de divergencia entre las dos con
cias: 1] que no se puede hablar de c. más que cepciones consiste en que para Marx la c. se
en las sociedades en que se han desarrollado ubica como elemento central del análisis de
formas de economía de mercado; 2] que las las relaciones entre lo económico, lo político,
c. en cuanto tales son puros y simples agre lo social y lo cultural y las líneas de c. consti
gados sociales que no necesariamente dan ori tuyen por lo mismo divergencias sobre las
gen a la formación de grupos sociales efec que se debe analizar la estructura de la socie
tivos. dad y su dinámica; en cambio para Weber la
La prim era consecuencia señala que las c. c. sólo adquiere importancia dentro del orde
no tienen como base la división social del tra namiento económico, y las divergencias de c.
bajo sino la existencia de una situación com no corresponden necesariamente a las que se
petitiva de mercado; la división entre patri presentan dentro del ordenamiento político
cios, plebeyos y esclavos en las sociedades y del ordenamiento social. Esta es la razón
antiguas no es fruto de una división en c. pre por la que junto con el concepto de c. apare
cisamente porque las relaciones que se esta cen los conceptos de capa o estatus (en ale
blecen entre ellas no son relaciones de m er mán, Stand) y de partido.
cado. La segunda consecuencia indica que El grupo de estatus comprende a todos los
tampoco en el caso en que la identidad de la que gozan de un honor o prestigio social par
situación de mercado determ ina una identi ticular y se caracterizan por un estilo parti
dad de intereses de c., éstos no son suficien cular de vida, por el modo de comportarse,
tes para servir de base a la unidad de la c. por los modelos particulares de consumo, de
como grupo social. Basándose en la identidad vestir, de habitación, por los matrimonios que
de los intereses es posible que los individuos realizan, por el tipo de relaciones sociales que
se comporten todos de manera semejante e sostienen, por la profesión que ejercen, por
idéntica sin que esto implique ni una acción los gustos, por la instrucción recibida, etcé
ni una organización común; se trata, en este tera. A diferencia de las e„ los grupos de esta
caso, dentro del lenguaje weberiano, de una tus constituyen siempre comunidades pues
mera acción de masa. La c. se puede conver to que no se definen con base en una caracte
tir en la base de una acción colectiva o comu rística objetiva y formal (la situación de mer
nitaria, como dice Weber, sólo cuando se de cado) sino con base en una forma específica
sarrolla un sentimiento comunitario de inte de actuar, en un modo de percibirse a si mis
reses o de destino y cuando este sentimiento mos y de ser percibidos por los demás. Es
alimenta una acción común en defensa de obvio que el ordenamiento por c. y el orde
estos intereses. En este caso puede haber namiento por capas están ligados entre si,
luchas de c. como las que libraron en la Anti pero el elemento característico es precisa
güedad los campesinos y los artesanos deu mente el hecho de que no necesariamente
dores y sus acreedores (la única forma pro coinciden sino que más bien pertenecen con
piamente dicha de mercado en el mundo anti frecuencia a la misma capa individuos de c.
guo), en la Edad Media los productores de bie distintas y viceversa. A la capa de los buró
nes alimenticios de los campos y los consu cratas, por ejemplo, regularmente pertenecen
midores de las ciudades, y en la época individuos cuya posición en términos de
moderna los dadores de trabajo y los traba poder adquisitivo y de autoridad resulta cla
jadores. El precio del dinero, el precio del gra ramente diferenciada. Es importante señalar
no y el salario son, en estos ejemplos, los ele que la pertenencia a un grupo de estatus o
230 CLASH
sión subjetiva que, aun a la luz de la teoría sino también el hecho de que las c. constitu
marxiana, resulta constitutiva del concepto yen un sistema y, por eso mismo, cada c. en
mismo de c. social. En particular, se han lle particular puede definirse sólo en relación
vado a cabo estudios sobre la autoidentifica- con las demás. Pero las relaciones que se esta
ción de c. pidiendo a los individuos que se ubi blecen entre las c. las define y determ ina el
caran ellos mismos en una serie de categorías sistema de c. en una sociedad; son esencial
de c. proporcionadas por los investigadores. mente relaciones de poder y son precisamente
En 1949, por ejemplo, Centers preguntaba a las relaciones de poder que no es posible cap
sus entrevistados si creian pertenecer a la c. tar a través de una concepción nominalista
superior, media, obrera o inferior. Otros estu de la estructura de c. De hecho se pueden
dios, en cambio, no trataron de captar el construir estratos de acuerdo con la distribu
modo en que los individuos se ubican en la ción de ciertos valores sociales (riqueza, pres
estructura de c. tal como la habían construi tigio, instrucción, etc.), pero resulta difícil
do de antemano los investigadores sino como construir estratos de acuerdo con el grado en
la percibían directamente los sujetos mismos. que se distribuye el poder en una sociedad.
Se trata en este caso de aislar la imagen que El poder es un valor particular no sólo por
los individuos se han formado de la sociedad que determ ina la distribución de todos los
y ponerla en relación con el lugar que ellos demás valores sino más bien porque dado que
mismos se asignan dentro de la estructura de se ejerce sobre todos los hombres hay algu
c. determinada de esa manera. nos que lo tienen y hay otros que los sopor
Ossowski distingue, a este propósito, tres tan y, por consiguiente, es difícil considerar
posibles categorías para clasificar las distin lo como un recurso que se distribuye entre
tas imágenes de la estructura de c.: concep todos los ciudadanos, aunque sea en forma
ciones dicotómicas, esquemas de graduación desigual. Se trata, en otras palabras, de un
y concepciones funcionales. Una concepción valor cuya suma resulta igual a cero.
dicotómica refleja una imagen de la sociedad Si lo que hemos dicho hasta aquí es cierto,
claramente dividida en dos c. opuestas o anta o sea que el podercs un valor que suma cero
gónicas; un esquema de graduación refleja en y determina la distribución de los demás valo
cambio una imagen de la sociedad en que las res sociales, podemos decir que las relacio
diversas posiciones sociales se ordenan con nes de c. son esencialmente relaciones de
base en el grado en que participan en la dis poder y, por lo mismo, que el concepto de
tribución de algún elemento o valor común; poder presenta un aspecto unificador para
la concepción funcional, finalmente, refleja identificar de manera sintética la estructura
una imagen integrada de la sociedad en que ción de las desigualdades sociales.
las distintas c. se diferencian únicamente en
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y estado (197S), Madrid, Siglo XXI, 1983. de la iglesia y los derechos del papa, en neta
distinción respecto a los católicos liberales (v.
[alessaxdro cayai.i .i] catolicismo liberal) y después de 1870 todos
los que se hicieron paladines de la reconquis
ta del poder temporal por parte del papa. En
este último sentido, en ciertas ocasiones se
clericalismo acababa por identificar a los clericales con
los católicos en su conjunto.
Se trata de uno de aquellos términos cuya Los dos términos, c. y anticlericalismo, han
definición está estrechamente vinculada al tenido una historia y una suerte común; tam
contexto histórico-político en el que se usa. bién en cuanto a su uso, ya sea en las relacio
habiendo sufrido modificaciones y transfor nes conflictivas entre iglesia y sociedad civil,
maciones que corren el riesgo de caer en una ya sea incluso dentro de la misma de la igle
cierta ambigüedad y dificultades de compren sia. especialmente la iglesia católica (princi
sión. Actualmente se usa para indicar la con pal objetivo de los odios anticlericales, pero
ducta de una iglesia institucional que preten también por ser la más difundida en los paí
de intervenir en los ámbitos de la sociedad ses en que nace y se desarrolla el término).
civil que no le son propios, a fin de determ i Entre los adversarios de la iglesia, el uso de
CLERICALISMO 233
este término no es univoco: para los libera otros dos vocablos, que a menudo se confun
les y los fautores de la separación entre esta den entre si: laicidad y laicismo (v.).
do e iglesia, el término, en su significado polé En un cierto momento todas las iglesias
mico, tiene sobre todo una connotación pasan a ser minoritarias, aunque sigan estan
antinstitucional más que antieclesiástica, do presentes en contextos geográficos y cul
estando casi siempre ausente el aspecto anti turales en los que antes ejercían su propia
rreligioso. Sólo gradualmente, al pasar este hegemonía. Tal situación produjo una men
término al vocabulario del radicalismo y del talidad, difundida todavía en la actualidad,
movimiento obrero, el anticlericalismo (v.), propensa a sostener que, como única deposi
término especulativo respecto del c., indica taría de la verdad, la iglesia y su clase diri
rá un movimiento de lucha no sólo contra las gente tienen el derecho de intervenir en todos
injerencias de la iglesia, sino también contra los problemas. La evolución más reciente de
el sentimiento religioso. No se ha de olvidar la iglesia católica ha llevado a dicha clase diri
que también dentro de la iglesia, e igualmen gente a emitir documentos en los cuales dicha
te desde mediados del siglo xix, nacen movi mentalidad parece superada, pero no siem
mientos y tendencias anticlericales, que tie pre resulta ser asi en los hechos. El retorno
nen sus raíces ya sea en grupos que no se con de tentaciones clericales provoca el retorno
sideran explícitamente de origen católico, ya de las oposiciones, y éstas son herederas de
sea en grupos o personas que actúan e inten tradiciones diversas: desde la tolerancia, que
tan permanecer dentro de la iglesia. Precisa se manifiesta hoy con el llamado a la laicidad
mente m ientras el término asumía, en el (término más aconsejable que laicismo), has
movimiento obrero, connotaciones antirreli ta la intolerancia y los prejuicios, que se mani
giosas, algunos católicos militantes, lógica fiestan con un retorno a verdaderas formas
mente sin el consentimiento de la iglesia de anticlericalismo.
jerárquica, y a menudo con su explícita desa De ser un fenómeno eclesiástico, el c. se
probación, se hacían promotores y defenso convirtió en fenómeno político, para ser hoy
res de un catolicismo anticlerical. más bien un fenómeno cultural, en el senti
Esto llevará, en épocas más recientes, a la do más amplio del término. El encuentro
formación de neologismos que a su vez no entre culturas diversas ha quitado a las igle
estarán exentos de ambigüedad: baste seña sias el monopolio sobre el saber, y por tanto
lar por ejemplo el término desclericalización, les ha quitado el poder. Los diversos proce
usado tal vez para indicar la tendencia den sos de secularización han acabado por intro
tro de la iglesia a dar espacio y poder a los ducir dentro de las iglesias problemáticas y
laicos, acabando con el monopolio del clero; crisis antes desconocidas. Aun siendo una ten
otras veces, en ámbito extra-católico, indica tación latente, y no siempre superada, pare
el esfuerzo por oponerse a toda forma de inje ce que el c. ha perdido hoy su espacio, en una
rencia de la iglesia en la sociedad civil; otras sociedad que no sólo ha dejado de ser sagra
veces, finalmente, será usado como sinónimo da, sino que es tendencialmente pluralista.
de secularización, con un significado no ecle
siástico, sino sociológico. BIBLIOGRAFIA: R. Berardi, “Clericale"e “clericalis
Las vicisitudes del c. están en la práctica mo" negli ultimi cerní auni, en II Mulino, ix.
vinculadas a la actitud del mundo católico: abril de 1960; Clericalismo e anticlericalismo, en
la formación y radicalización de las actitudes Enciclopedia filosófica, Florencia, Sansoni, 1967;
de intransigencia genera formas de anlicle- G. Miccoli. La questione delta luidla nel pruces-
ricalismo, que a su vez se cargan de connota so storico moderno, en Bozze 79. II, diciembre de
ciones diversas. Pero al mismo tiempo, en la 1979; R. Murri, La política clericale e la demu-
relación entre las dos tendencias, se inserta crazia, Roma, Societá Nazi únale di Cultura, 1908;
otro término que va cambiando gradualmente P. Scoppola. laicismo e anticlericalismo, en Chie-
sus contenidos: el término laico, también de sa e religiositá in Italia dopo l'unitá (1861-1878),
origen eclesiástico, recoge la herencia posi Milán, Vita e Pensiero, 1973; Varios, Luidla, pro-
tiva del anticlericalismo, y será usado dentro hlemi e prospettive, Milán, Vita e Pendiera, 1977.
de la iglesia asi como en las ideologías que
se le contraponen. Éste a su vez generara [VAl RII.IO GLASCO]
234 CLIENTELISMO
ciones en que sobreviven como tales y se pre financiamientos, licencias, etc.). Es importan
sentan como alternativa al sistema político te señalar que esta forma de c. —a semejan
estatal (v. mafia), y tienden a unirse e integrar za del tradicional— no tiene como resultado
se en una posición subordinada con el siste una forma de consenso institucionalizado
ma político moderno; un ejemplo clásico es sino más bien una red de fidelidades perso
el partido de “notables" —no notables en sen nales que pasa tanto a través de un uso per
tido genérico, sino como propietarios del sue sonal por parte de la clase política de los
lo—, encabezados, como los "señores de casa” recursos estatales como, partiendo de éstos,
premodernos, por una red de relaciones d ien aunque en términos más mediatos, a través
telares que ahora se transforma, sin em bar de la apropiación de recursos "civiles" autó
go, en estructuras de acceso y contacto con nomos.
el sistema político. Especialmente en la épo Se puede hablar de clientela y de c. fuera
ca del sufragio restringido —aunque no fal de las formaciones sociales atrasadas o en
tan ejemplos posteriores a la introducción del transición: nos referimos en este caso a los
sufragio universal—, el notable, al que le esta fenómenos descritos en el análisis del hossis-
ba reservada de hecho o de derecho una rela mo y de la machine politics en un contexto
ción privilegiada con el poder político, funge como el de los estadunidenses que, si bien pre
como elemento de empalme de éste con la senta en determinados sectores (áreas subur
sociedad civil y con los propios clientes a los banas, inmigrados, negros, etc.) característi
que les sigue dandu protección y ayuda en las cas de desagregación social parecidas a las
relaciones con un poder a menudo distante de las áreas en vías de desarrollo, que como
y hostil, a cambio, ahora, de consensos elec tales justifican fenómenos de tipo clientelar,
torales. presenta, sin embargo, también un c. difun
El partido de “notables", que acabamos de dido a escala nacional, que puede reducirse
describir, típico de las formaciones sociales a la fragmentación de la sociedad civil en una
en vías de desarrollo, no abarca sin embargo pluralidad de grupos de interés en competen
toda la gama de fenómenos a los que se apli cia recíproca, que paradójicamente encuen
ca el téi mino c. Representa más bien un lazo tran, en una singular disponibilidad de recur
de unión con el c. ligado a la difusión de la sos, lo que. por un lado, no los obliga a una
organización política moderna, especialmente restructuración en términos de clase, aunque
a la de los partidos de masa. Refiriéndonos sea lejana, de acuerdo con el modelo de los
sólo a estos últimos (aunque el discurso pue partidos europeos (véase C. W. Mills, While-
de aplicarse también a la burocracia moder collar, Nueva York, 1951, sobre las diferen
na), no hay duda de que su acercamiento con cias entre partidos norteamericanos y parti
la sociedad civil es en principio contraria a dos europeos) y, por otro, les permite coexis
la clicntclar, basándose en vínculos horizon tir. En cuanto a estos recursos, la parte que
tales de clase o de intereses, a los que se les proviene del sector público o controlada
proporciona una agregación política, ante públicamente —excepción hecha de los gru
todo en los mismos contextos en que se había pos más grandes de poder dentro de la socie
planteado el partido de “notables", en el que dad civil que son capaces de imponer sus pro
el desarrollo determina procesos de desagre pias decisiones a la clase política— se asigna
gación social a menudo macroscópicos, en el en términos rigurosamente clientelares que
que los partidos y las estructuras políticas tienen mucho en común con el c. de las zonas
modernas se imponen "desde lo alto", sin el atrasadas, descrito anteriormente, y que
apoyo de un adecuado proceso de moviliza como tales entrañan formas de adquisición
ción política, en lugar del c. que tiende a con de consenso por medio de un intercambio y,
solidar un estilo clientelur en que están inte por consiguiente, también fenómenos de per
resados por encima de los ciudadanos, no tan sonalización del poder sumamente evidentes.
to los notables tradicionales sino los políti Pasando ahora a Europa, aunque con no
cos de profesión, que ofrecen a cambio de pocas diferencias, también ahi se encuentra
legitimación y sostén (consensos electorales) un c. con no pocos puntos de contacto con el
toda clase de recursos públicos de los que que acabamos de describir, aunque afecta
pueden disponer (cargos y empleos públicos, sólo a un sector más restringido de la estruc
2?6 COG ESTIOS
tura social formado por los estratos interme zianu, Clientelismo e sistema político: il caso
dios, excepción hecha de las situaciones en deiritalia, Milán, Angelí, 1980: A. Pizzomo, / ceti
que estos estratos se ven prácticam ente obli medí nei meccanismi del consenso, en F.L. Cavaz-
gados por las relaciones entre las dos clases za y S.R. Graubard (comps.), ¡I caso italiano,
capitalistas dirigentes —relaciones que pre Milán. Garzunti, 1974, 2 vols.
vén una institucionalización del conflicto
entre estas dos clases y que, como en el caso [AI.FIO MASTROPAOl.o]
británico, permiten el desarrollo de un siste
ma bipolar de partidos— a convertirse en
gran parte en el séquito de masa de los p arti cogestlón
dos de inspiración burguesa. Podemos seña
lar el problema sólo en términos sumamente i. participación y coGKSTiOv En las sociedades
esquemáticos: en donde las clases subordina industriales gobernadas según los ordena
das gozan de una ciudadanía política incom mientos democráticos se plantea el problema
pleta y sus partidos se consideran como —u de instituir derechos de participación no sólo
obligados a convertirse en— partidos "anti- para el ciudadano como miembro de la comu
sistem a” (de lo que resulta un modelo muv nidad política sino también para el trabaja
distinto de hegemonía capitalista), los estra dor como miembro de la comunidad econó
tos intermedios se ven estimulados para tra mica. Dentro de la empresa, el capital y el tra
ducir la disgregación de clase que los carac bajo son considerados, en una concepción de
teriza en una fragmentación política que es democracia participativa, como elementos
directamente proporciona] a la relevancia de complementarios en la vida empresarial, dis
sus consensos por la estabilidad del sistema pensadores de dignidad y de responsabilidad
político. ¿Cómo responden los partidos bur paritarias, aunque orientadas en otro senti
gueses “con vocación m ayoritaria” a estas do. Por lo tanto, tal como se garantiza al
tendencias centrifugas? Nos parece que se le accionista la posibilidad de participar en la
puede contraponer al empleo de recursos sim administración del capital, así se sostiene que
bólicos, o sea a la búsqueda de una restruc debe ser dada al trabajador la posibilidad de
turación política a través del recurso a sím participar en la gestión de la empresa.
bolos que pueden definirse genéricamente La participación de los trabajadores en la
como "defensivos" (anticomunismo, naciona gestión de la em presa puede llevarse a cabo
lismo o cualquier otro ismo), el empleo de de diferentes maneras y a distintos niveles;
recursos mucho más materiales cuya falta de la c. propiamente dicha constituye el grado
intereses homogéneos se suple, como en la más avanzado en el marco del sistema capi
political machine (véanse los casos de la talista. Los diferentes grados de participación
democracia cristiana, que pasa de ser un par en la gestión pueden, en efecto, ser clasifica
tido religioso y en parte de notables en senti dos en el siguiente orden: a] la información
do tradicional, pero también en gran parte a los trabajadores para analizar las eleccio
basado en el llamado anticomunista de 1948, nes hechas por la dirección empresarial; h¡\
a la situación denunciada actualmente por la información reciproca entre la dirección
todos y, en Francia, el paso del degaullismo y los trabajadores a través de la discusión-, c]
de la grandeur al de los "barones”), por medio los métodos de consulta preventiva y no obli
de formas de incentivación individualista o gatoria; d\ la consulta obligatoria a los tra
corporativa que, sin prever ninguna agrega bajadores para analizar ciertas decisiones
ción orgánica de intereses en un marco polí empresariales que puede asum ir formas de
tico, realizan un intercambio de tipo clara negociación y de control hasta llegar al dere
mente clientelar entre los consensos electo cho de veto; e] la cadecisión, en que las deci
rales de los individuos o de los grupos y los siones se toman de común acuerdo entre las
recursos que el estado pone a disposición del dos partes. En el penúltimo grado, que podría
personal partidista. llamarse de cooperación, la consulta recipro
ca tiene lugar en el momento de las delibera
aiHLiGGRAt ia L. Gra/iano (comp.), Clientelismo«. ciones programáticas; en el último grado, que
mutamento político, Milán, Angelí, 1974: L. Gra- es el de la c„ el acuerdo reciproco tiene lugar
COGESTIÓN 237
influencia ejercida por una comisión consul Por otra parte, hay que tener presente que
tiva. en la que prevalecían economistas de la la c. no persigue el objetivo de la transferen
escuela de Friburgo, se llegó, en 1951, a la cia de los poderes empresariales a los traba
aprobación de la ley federal sobre la Mitbes- jadores, como sucede en el caso de la auto
tim m ung (codecisión) de los trabajadores en gestión (v.J y ha sido intentado en el pasado
los consejos de administración de las indus con los consejos obreros (v.)
trias del carbón, del hierro y del acero. Las La extensión de las experiencias de c. se ve
principales características de la ley son: el dificultada por dos motivos: m ientras que la
carácter paritario del consejo de adm inistra mayoría de los empresarios la considera un
ción. compuesto por un igual número de peligroso debilitamiento de su propio poder
representantes del capital y del personal, más de decisión, los sindicatos se hallan divididos
un miembro externo nombrado de común entre el proyecto de valerse de las oportuni
acuerdo entre las dos partes; la presencia en dades que ofrece la c. y el considerar incom
la dirección empresarial, junto a los directo patible a la c. con función conflictiva e impug
res encargados de las partes técnicas y eco nadora del sindicalismo. Escoger el camino
nómicas, de un director del trabajo (Arbeits- de la c. significa escoger preliminarmente a
direktor) designado por el personal. En 1952 favor de la curresponsabilidad de la integra
fue aprobada una segunda ley que hacía ción en el sistema y contra la impugnación
extensiva la c. a todas las demás empresas, radical del mismo; esto explica también el
pero en formas atenudas y con deberes con poco éxito obtenido por el intento de exten
sultivos. En 1972 la Mitbestimmung fue ins der del mundo obrero al estudiantil el razo
titucionalizada en el estatuto de fábrica que namiento sobre la cogestión.
entró en vigor bajo el gobierno del socialde-
mócrata W. Brandt. BlBUOCíHAFIA: F. Bloch-Lainé y F. Perroux, La for
En conjunto, la experiencia alemana ha mación de decisiones en la empresa (1968), Bil
demostrado que la c. no es inconciliable con bao, Deusto, 1971; H.A. Clegg, lina nueva demo
las exigencias productivas ni con la economía cracia industrial (1960), Barcelona, Hispano-
de mercado, por lo menos en un sistema capi Europea, 1966; R. Dahrendorf. I m s clases socia
talista en que los sindicatos estén dispuestos les y su conflicto en la sociedad industrial (1957),
a asum ir un papel más cooperativo que con- Madrid, Rialp, 19702; M. Demonque y J.Y.
flictivo. Por otra parte, ésta ha mostrado sus Eichenberger, l.a parlicipation, París, France-
propios limites, entre los cuales se destaca la Empirc, 1968; VV. Garcin, Cogestión y participa
tendencia de los representantes a burocrati- ción en ¡as empresas de los países del Mercado
zarse y a atenuar los contactos con el ambien Copnún (1968), Madrid, ice, 1970.
te del que provienen. Examinando las relacio
ne» entre los trabajadores y sus representan [VALERIO ZANONE]
tes en los consejos de administración de las
empresas cogestionadas, Dahrendorf conclu
yó que los conflictos industriales seguirán
subsistiendo hasta que no se vislumbre una colonialismo
posibilidad de coordinar las empresas de otra
forma que no sea por medio de la autoridad. IV i definición. C. es la doctrina y la práctica ins
titucional y política de la colonización. Aun
IV EXPERIENCIAS EN OTROS PAISES. La C., tal Com o que colonización es el proceso de expansión
fuera definida en el § i, es una forma de y de conquista de colonias, la sumisión por
encuentro entre capital y trabajo que tiene medio del u»o de la fuerza o de la superiori
lugar dentro de la empresa. Por lo tanto, es dad económica de territorios habitados por
inadecuada la extensión del término a formas poblaciones distintas de las de la potencia
de cooperación que tienen lugar en el nivel colonial, c. define más propiamente la orga
macroeccnómico. como los consejos económi nización de sistema» de dominio.
cos y sociales paritarios que tienen especial Colonizaciones ha habido en todas las épo
importancia en el ordenamiento nacional bel cas históricas y, considerando la naturaleza
ga y el holandés. y los fines del c., diversos han sido los siste-
COLONIALISMO 219
mus de dominio colonial. En el uso común c. rias primas de la metrópoli, mientras que la
significa la dominación institucionalizada de sociedad se adm inistra con los métodos que
un estado sobre pueblos pertenecientes a civi permitan la explotación de la fuerza de tra
lizaciones dis ntas y lejanas: se habla en este bajo a bajo precio y que al mismo tiempo con
caso de c. Ion íl. La segunda guerra mundial trolen el mantenimiento de un equilibrio que
y el nuevo ord n internacional que surgió de no permita la ruptura de las leyes y del orden
ella señalan el inal de los sistemas colonia impuesto.
les formales, o sea reconocidos como legíti El término c. se utiliza además en otros con
mos por la comunidad internacional. Muchos textos muy variados: puede significar segre
países, aun no estando gobernados por esta gación y desigualdad institucionalizadas
dos extranjeros, independientes en la forma, como las que hay por ejemplo en el régimen
han sido por algún periodo de su historia con de apartheid (r.) en Africa del sur. Algunos
siderados objeto de c. informal (Persia, Afga estudiosos sostienen en efecto que el régimen
nistán y China, por ejemplo), o sea sujetos a racista sudafricano no es más que un régimen
una dominación Je fació. El término neoco- colonial de c. interno.
lonialismo empieza a aparecer en la literatu Muchos intelectuales africanos hablan pues
ra en los años cincuenta para definir las for de autocolonialisino para definir el proceso
mas de dependencia económica, social, polí de subordinación a la cultura occidental que
tica y cultural a las que son sometidos los paí conforma en gran parte la toma de concien
ses ex coloniales o aquellos que en la época cia nacionalista de las clases medias en los
se aprestaban a acceder a la independencia. países ex coloniales.
El neocolonialismo se ha caracterizado hoy,
más que por el dominio político exclusivo de n colonialismo una periodización. El c. ha teni
una metrópoli sobre sus ex posesiones colo do formas, contenidos y consecuencias diver
niales, por el dominio del mercado capitalis sas según las necesidades de la expansión de
ta internacional sobre países productores de los países europeos en el mundo. Existe una
m aterias primas, privados de estructuras interacción precisa entre el desarrollo propio
industriales integradas, dependientes finan de Europa y la colonización. Las aportacio
ciera y tecnológicamente, gobernados por cla nes del c., en sus diversas formas, contribu
ses políticas condicionadas fuertemente por yen a modificar progresivamente las estruc
la estructura de la dependencia económica. turas económicas de los paises europeos, al
A menudo se usa c. como sinónimo de impe igual que actúa, transformándolas profunda
rialismo. cuando que en realidad no es más mente. sobre las sociedades colonizadas.
que una de las formas que el imperialismo ha Podemos distinguir un prim er periodo en
asumido en el curso de la historia. El c.. en el que el c. está determinado por la expansión
la época de la expansión imperialista más del comercio en el mundo, hasta cerca de la
avanzada, a fines del siglo xix, alcanzó for mitad del siglo xvn, con el predominio de
mas y contenidos más complejos que en las Purtugal y de España, la fundación de bases
épocas precedentes. en las costas de los continentes extraeuro
La necesidad de am pliar las fuentes de peos. la explotación de las minas de oro y de
m aterias primas, minerales y agrícolas, en plata, el comercio de los tejidos hindúes y de
favor del desarrollo industrial de los países las especias orientales.
europeos, determinó no sólo el reparto del Asi, pues, el e. moderno tuvo su principio
resto del mundo aun no colonizado, sino en los viajes de exploración de los portugue
sobre lodo la organización de formas estata ses que habrían de llevar al descubrimiento
les coloniales cuyo fin era la estructuración de la vía marítima de las Indias. El doble obje-
de cada país colonial en sentido económico tivo perseguido por Portugal era extender la
y social funcional para una explotación más cruzada contra el Islam y establecer un trá
racional de los recursos. fico directo, ya no mediado por italianos y
Los limites de los países colonizados son árabes, con el oriente productor de especias.
definidos según los intereses de las potencias El objetivo esencial son las Indias y la posi
coloniales, y se organiza la economía con el bilidad de la explotación de sus riquezas. Por
tin de responder a las necesidades de mate el camino se I lindan bases sobre la costa al ri-
240 COLONIALISMO
cana, de donde se inicia el comercio del oro de darse por concluida la primera fase colo
y de los esclavos. A mediados del siglo xvi, nial, con la independencia de la casi totalidad
Portugal controla todo el océano Indico, tie de las colonias americanas, la potencia ingle
ne bases comerciales importantes en las sa sigue expandiéndose de la India a A ustra
Indias y, más tarde, con la conquista de lia, a Sudáfrica y a la fundación de bases en
Macao, penetrará al sur de los mares de la el Africa occidental. Es la época del libre
China. comercio que subraya la superioridad de las
Con el descubrimiento de América y el tra manufacturas inglesas. Y de la abolición for
tado de Tordesillas (1494) —según el cual el mal del tráfico de esclavos —que continúa por
océano Atlántico quedaba dividido en dos lo que respecta al África oriental hasta fines
zonas de influencia: una española y otra por de la segunda mitad del siglo y sólo pierde
tuguesa, estando la linea de demarcación peso con la conclusión de la guerra civil norte
constituida por una linea meridiana que pasa am ericana— que ya no responde a las nece
ba a 370 millas marinas al oeste de las islas sidades de la expansión del capitalismo indus
de Cabo Verde— también el Nuevo Mundo se trial. Se abre la época de promoción del
abre a la conquista. comercio llamado "legítimo" (para distinguir
La conquista de las Américas tendrá sobre lo del comercio de seres humanos, conside
las sociedades colonizadas —expuestas a una rado ilegitimo hoy) que contempla la expan
explotación intensa prim ero de las minas y sión de la gama de productos requeridos por
después en las plantaciones— un efecto los centros industriales. Aumentan los inte
devastador. Sociedades enteras son destrui reses mineros y agrícolas de las empresas
das. y no sólo politicamente, también bioló comerciales europeas; se constituyen compa
gicamente. ñías privadas y concesionadas que obtienen
A los portugueses y españoles siguieron los derechos para explotar los recursos de inmen
holandeses, ingleses y franceses. Entre todas sos territorios. Se desarrolla de esta mane
las potencias comerciales surge a fines del ra, incluso donde la colonización se limitaba
siglo xvii Inglaterra, que extiende sus pose a la presencia de puestos comerciales, la pene
siones por todos los continentes. tración hacia el interior asistida militarmente
La colonización es más bien, en esta fase, y seguida por la constitución de estructuras
sobre todo expansión del comercio. Pero, administrativas.
m ientras que en Asia y Africa prevalecen las
bases comerciales, América va cubriéndose En la segunda
tu. e l c o l o n ia l is m o co m o sist e m a .
de colonias en posesión, en las que se desa mitad del siglo xix se asiste a una verdadera
rrollan producciones para la exportación competencia entre las grandes potencias
hacia el centro metropolitano (azúcar, por europeas para ampliar el área de influencia
ejemplo) basadas en el sistema de las planta de las propias empresas comerciales nacio
ciones esclavistas. A partir del siglo xvn el nales en Asia y en el continente africano. El
continente africano se vuelve la región que reparto de Africa que sigue al congreso de
proporciona esclavos para la expansión de los Berlín (1884-1885) abre una nueva época del
tráficos europeos. La acumulación de rique c. con la constitución de estados organizados
zas en Europa, y sobre todo en Inglaterra gra con el fin de permitir una explotación más efi
cias a su superioridad m arítim a y comercial ciente de los recursos de los países y de las
y a su eficiente organización estatal más avan poblaciones dominadas. La búsqueda de la
zada, permite hacia fines del siglo xvm el ganancia ya no se limita a empresas privadas
desarrollo en amplia escala de la producción o a compañías, sino que se convierte en una
m anufacturera y da entrada a la revolución política nacional perseguida por los estados
industrial, transformando definitivamente los europeos, financiada con fondos públicos,
términos de la economía mundial. Inglaterra, ayudada por la conformación de aparatos
prim er país en realizar la revolución indus adm inistrativos y políticos ad hoc. Desde el
trial, m antendrá la supremacía y por lo tan punto de vista económico, del comercio de
to el monopolio, incluso colonial, hasta casi extracción o de intercambio, se pasa a la pro
fines del siglo xix. moción de producción de materias primas
Si en la prim era década del siglo xix pue agrícolas (oleaginosas, algodón, cacao, caf é.
COLONIALISMO 241
té, etc.) y a la explotación de los recursos dad de crear estructuras de dominio totales
minerales con el empleo de notables inversio para organizar la explotación sistemática de
nes de capital. los recursos. El c. se vuelve una "necesidad
El c. se convierte en el método de organi histórica” para la expansión del capitalismo
zación de la producción basado en la explo y se estructura como sistema: las sociedades
tación de una fuerza de trabajo privada de colonizadas, sea cual fuere su situación for
derechos políticos y sociales en el ámbito del mal (colonias, protectorados), serán desde la
estado colonial, y de conquista de mercados conquista sometidas y transformadas profun
monopolistas tanto para los productos indus damente. Toda la economía, las infraestruc
triales europeos como para las inversiones de turas fisicas y administativas serán dedica
capital. das a la producción para la exportación. Los
El continente africano se reparte entre las sistemas sociopolíticos preexistentes serán
potencias que ya gozaban de áreas de influen destruidos o modelados para ser usados en
cia económica y política. Los ingleses reivin funciones del mantenimiento del orden
dican los territorios en los que ya actuaban colonial.
las compañías (Royal Nigcr Company en Nige La prim era guerra mundial, con la derrota
ria. British East Africa Company en Kenia; de Alemania y Turquía, implica una nueva
British South Africa Company en Rodesia y subdivisión de las posesiones coloniales entre
Niasaland), o en los que ya existian intereses las potencias vencedoras. Las colonias de las
consolidados de empresas comerciales priva potencias derrotadas fueron gobernadas bajo
das inglesas. Los franceses extendieron los el control internacional.
dominios propios de las zonas costeras del El artículo 22 del Pacto de la Sociedad de
Africa occidental y ecuatorial; los alemanes, Naciones declaraba que aquellos territorios
por medio de una serie de tratados, logran eran considerados "m andatos" controlados
crearse un imperio, aunque de menor exten por una comisión permanente ad hoc. Se dis
sión, tanto en África occidental (Togo, Came tinguían tres tipos de mandatos según la
rún) como en la oriental (Tangañica con los mayor o menor autonomía concedida: los
anexados Ruanda y Urundi) o en el hemisfe mandatos A (Siria, Líbano, Transjordania,
rio sur (Africa del suroeste, actual Namibia). Palestina) cuya independencia se preveía en
La conquista colonial sucede a través de breve; los mandatos B (Camerún, Togo, Tan
acciones militares y de tratados, y es un pro gañica, Ruanda Urundi) que habían de admi
ceso largo y complejo que en algunos casos nistrarse como colonias y serian repartidas
puede considerarse concluido sólo en las pri entre Inglaterra. Francia y Bélgica, todavía
meras décadas del siglo xx. no incorporados a otras posesiones colonia
Existe un complejo debate historiográfico les; los mandatos C (islas del Pacífico y el Áfri
sobre las razones del reparto que da inicio a ca sudoccidental) sobre los que no se ponía
esta fase del c. Algunos historiadores consi limites a las potencias m andatarias.
deran al c. de fines del siglo xix como la El sistem a de los mandatos —para permi
expresión del nacionalismo de los estados tir un ejercicio efectivo de los espacios de
europeos y del consiguiente desarrollo de las autonomía considerados—, por ser poco efi
rivalidades internacionales. Otros especifican caz. dada la debilidad de la Sociedad de
las causas en el complejo juego diplomático Naciones, representa la prim era brecha en el
y sobre todo en la política de Bismarck que sistema colonial. En los años transcurridos
desafia a los equilibrios establecidos. Cierto entre las dos guerras, la expansión de la eco
que en la base del reparto está el fin de la nomía de exportación y los cambios sociales
supremacía económica y política de Inglate que fueron su consecuencia tuvieron reflejos
rra y la presentación en el proscenio de poten políticos en la constitución en muchos terri
cias industriales en competencia a la busca torios coloniales de grupos y movimientos de
de fuentes seguras de materias primas y de un carácter bastante militante que reclaman
mercados. Sin embargo esto no explica por desde luego la liberalización de los sistemas
qué fue necesario establecer c. formales y coloniales, aunque todavía no la independen
estructurados. Debe analizarse la distinta cia. Seguirán toda una serie de reforma*
cualidad del c. contemporáneo en la necesi administrativas y constitucionales diseñadas
242 COLONIALISMO
para mantener d poder y la estabilidad de los la historia política del mundo contem porá
estados coloniales. neo, la independencia ha sido conquistada con
En este periodo no hay nuevos episodios de la lucha arm ada de liberación nacional. El c.
conquista colonial, con la excepción del régi en Argelia, Vietnam, Angola, Mozambique,
men fascista italiano, que. con una sangrien Guinea Bissau. Zimbabwe, terminó como sis
ta guerra, incorpora por unos años a Etiopía tema después de luchas arm adas del pueblo
a sus posesiones en África oriental (Eritrea en las que al nacionalismo se añadían deman
y Somalia). das de redención social, no sólo de liberación
La crisis del c. formal iniciada como se ha del c. formal, sino de todo el sistema de explo
dicho en los años treinta había de volverse tación de las que el c. sólo es una de las
más aguda después de la segunda guerra formas.
mundial. Las potencias coloniales, prontas a
reconocer la inevitabilidad de las resolucio iv po l ít ic a \ a d m in is t r a c ió n . El c. contemporá
nes de las luchas nacionalistas de un país neo se ha dado como estado con formas admi
como la India, no consideraban que la mayo nistrativas diferenciadas y complejas. Estruc
ría de los demás territorios estuvieran tura articulada de organización y explotación
"m aduros'’ para la independencia. En la de los recursos, sobre todo de reclutamiento
segunda posguerra las principales potencias y control de la fuerza de trabajo que bajo
coloniales intentaron en principio, no va des varios sistemas de producción representaba
colonizar, sino reincorporar y reconstruir los realmente la riqueza productiva principal de
sistem as coloniales con el fin de estructurar las colonias, el estado se perfecciona como
la economía de exportación para que contri sistema adm inistrativo principalmente y
buyera a la reconstrucción europea y salva antes que nada en las colonias de las poten
guardar los mercados monopolistas de la cias más avanzadas: Inglaterra y Francia. La
competencia de las trasnacionales. En este experiencia colonial alemana es demasiado
periodo es cuando se inician reformas al esta breve para adquirir fuerza. El c. portugués
do colonial que tienden a favorecer la forma es entre todos el más antiguo, pero un con
ción o consolidación de las clases medias loca trol efectivo sobre la totalidad de los territo
les aliadas al proyecto de mantenimiento del rios coloniales sólo lo intentará Portugal con
síatu quo colonial. la constitución del Estado novo de Salazar en
Se desprecia a la fuerza explosiva del nacio los años treinta.
nalismo, de las luchas políticas y más tarde En las colonias de pohlamiento inglés se
arm adas de liberación. desarrollan formas de autogobierno, que sin
El c. en la nueva situación internacional embargo permanecerán por largo tiempo
demostraba ser no un sistema de estabilidad, limitadas a la población de origen europeo.
sino un sistema recorrido por peligrosas El responsihle government distinguía entre
advertencias revolucionarias. Las potencias intereses imperiales bajo el control exclusi
coloniales se vieron constreñidas a form ular vo del gobernador y. por lo tanto, del gobier
una restructuración económica, financiera, no metropolitano e intereses coloniales bajo
adm inistrativa y política para "p rep arar” a la jurisdicción de un gabinete elegido por los
los países que eran dependientes de ellos a la colonos. Los prim eros en obtener un gobier
independencia, con el fin de mantener víncu no responsable fueron Canadá y Nueva Esco
los especiales, privilegiados. La descoloniza cia; más tarde, antes de 1872, alcanzó a la
ción que se desarrolla en los años cincuenta colonia del Cabo, a Natal y a Nueva Zelanda,
es un proceso en gran parte negociado de y en 1923 a Rodesia del Sur. El principio
compromisos, de luchas políticas que tendrán según el cual los no europeos no eran capa
resultados desiguales. Sin embargo, en gene ces de hacer funcionar un sistema parlamen
ral puede decirse que los estados poscolonia- tario es abandonado parcialmente cuando en
les siguen manteniendo en su estructura ras 1919 las provincias indias obtienen una for
gos consistentes del antiguo colonialismo. La ma de gobierno responsable. El gobierno res
descolonización no ha sido tan sólo un pro ponsable desemboca en la constitución de los
ceso negociado; en algunos casos notables, dominios o bien de comunidades autónomas
que tuvieron una influencia fundamental en dentro del imperio británico, iguales por posi
COLONIALISMO 243
ción jurídica, no subordinados uno al otro, producción y de los flujos de fuerza de tra
unidos por la común fidelidad a la corona y bajo. Donde no había fueron creados jefes tri
libremente asociados en el Commonwealth bales; aquellos reacios a colaborar eran sus
británico. El estatuto de W estminster (1931) tituidos. La ideología colonial inglesa preten
liberó a los dominios de la supremacía par de que con este sistema los africanos sean
lamentaria británica completando el proce gobernados con las instituciones mejor adap
so de autonomía. tadas y conocidas por ellos. En la realidad,
La India estaba dividida en dos regiones: los sistemas llamados tradicionales quedaban
la India británica, gobernada directamente, reducidos a formas desnudas de toda sustan
y los estados indios que mantenían formal cia, ya que las funciones que se les pedían
mente las estructuras tradicionales de poder, eran las de servir a las exigencias de la eco
sometidas sin embargo a la supervisión bri nomía colonial. El c. como sociedad funcio
tánica. naba por lo tanto en dos esferas distintas: la
Las otras colonias y los protectorados, asi moderna de la administración europea y la
como los mandatos (con la constitución de las tribal, completamente aparte, de los africa
Naciones Unidas "territorios bajo tutela"), nos a los que se mantenía separados incluso
presentaban una gran variedad de estatus de la política de mantenimiento del sistema
jurídicos, aun cuando la práctica adm inistra de indirect ride.
tiva, teniendo en cuenta las particularidades El sistema fue reformándose gradualm en
de cada territorio, fuera en gran parte unifor te. pero en sustancia sólo en los años cincuen
me. Donde era posible, la administración de ta, cuando de las autoridades indígenas desig
sello inglés buscaba tomar como modelos los nadas se pasa a la elección aunque sea con
principados indios, o bien de establecer una trolada de autoridades locales. Pero éste es
especie de supervisión de las adm inistracio el resultado de profundas transformaciones
nes indígenas locales. El sistema adm inistra de la sociedad africana y de la aparición de
tivo llamado de indirect rule, o sea de gobier estratos de población con cierto nivel de esco-
no o administración indirecta elaborado para larización, de la afirmación en algunos casos
Africa por Lord Lugard —primer gobernador de una pequeña burguesía y de una clase
de Nigeria como estado colonial después de media profesional y, en los campus, de culti
la amalgamation de 1914-1916—, no signifi vadores con acceso al mercado de las expor
caba el mantenimiento de las autonomías taciones.
locales, sino su utilización con fines de una El c. francés se caracterizó por sistemas
más eficiente y menos costosa adm inistra fuertemente centralizados. La ideología de
ción. “La política del gobierno —afirma base define como fin del c. la asimilación. En
Lugard en el Report on amalgamalion (A.H.M. la realidad, aun reconociendo rara vez a las
Kirk-Greene [comp.], Lugard and ihe amulga- colonias un estatus tradicional, el sistema
niation of Nigeria: a docum entan record, Lon francés usa las autoridades locales, definidas
dres, 1968)— es que estos jefes gobiernen a de diversa manera —desde las políticas has
sus propios pueblos no como gobernantes ta las religiosas (véase el ejemplo de la pode
independientes, sino dependientes.” El siste rosa confraternidad musulmana de los moros
ma de gobierno por medio del uso de las auto del Senegal) y hasta las económicas (grandes
ridades indígenas se definía como un “expe comerciantes)— como auxiliares de la colo
diente" necesario dada la escasez de medios nización.
a disposición de las administraciones colonia La diferencia fundamental entre los dos
les y la dificultad de hallar personal adminis principales tipos de c., el francés y el inglés,
trativo para territorios tan vastos. Además, está en el diverso alcance en el desarrollo de
perm itía controlar de manera más eficiente las colonias. En el sistema inglés no se pre
poblaciones muy distintas entre si utilizan tende desarrollar con el c. ninguna misión
do sus propias instituciones tribales. El sis civilizadora si no es la de introducir la eco
tema, definido pues como indirecto, intervie nomía de mercado, ni se considera que los
ne en las sociedades tribales, cambiando sus pueblos coloniales puedan obtener ventajas
limites, definiéndolos y adaptándolos a las de formas de gobierno semejantes a las que
exigencias de restructuración y control de la están en uso en la metrópoli. El “buen gobier
244 COLONIALISMO
no” colonial inglés se basa en el mantenimien nacionales que crearon en los países subde
to formal de las instituciones autóctonas o sarrollados subsidiarias para la producción
bien en su uso funcional para los fines de la de mercancías estándar, las cuales, más que
colonización. El c. inglés coexiste pues con responder a las necesidades del mercado
una amplia gama de sistemas y estructuras interno, servían sobre todo al mercado de
políticas e ideológicas, por lo que parece res exportación.
petuoso de la tradición. Sin embargo, será la Incluso desde el punto de vista industrial,
introducción de la economía capitalista jun los países ex coloniales siguen produciendo
to con la supervisión adm inistrativa la que aquello que no consumen y consumiendo lo
transform ará fundamentalmente estructuras que no producen.
V sistemas tradicionales y de ahí las autori La herencia política del c. continúa en los
dades coloniales deberán tener en cuenta la países ex coloniales: el estado colonial era
forma en que demuestran las reformas cons típicamente un estado administrativo autori
titucionales y adm inistrativas que acompa tario; los estados poscoloniales independien
ñan al desarrollo de la sociedad colonial de tes tuvieron que lograr la transformación de
los años treinta hasta la independencia. El sis las instituciones heredadas, o bien hacerlas
tema colonial francés, en teoría, se presenta funcionar de m anera democrática, de modo
como portador de la mission civilisatrice que de hacer que el proceso de construcción de
había de eliminar cualquier estructura de la nación fuera el proceso de formación de
poder tradicional, nivelando a toda la socie una sociedad civil y no más bien un proceso
dad en un desarrollo lineal definido por una impuesto por la dirigencia política, claramen
administración centralizada y uniforme con te autoritario.
el apoyo de un sistema educativo del todo Dicho esto debe agregarse que la descolo
semejante al de la madre patria. En realidad nización ha dado resultados de lo más dispa
esto no sólo no es posible (v. asimilación), sino res, y las experiencias de gestión de los nue
que ni siquiera es compartido por la prácti vos estados independientes, con más de veinte
ca económica y política de la administración años, han cambiado notablemente las situa
colonial. ciones heredadas, aunque no sea más que des
de el punto de vista de los mayores conoci
v. c o n c l u s io n e s . A pesar de la diversidad de mientos acerca de la herencia dejada por el
formas y de sistemas, el c. tiene consecuen colonialismo.
cias muy semejantes en todos los países colo
niales. Es el c. el que determinó la estructu bibliografía S. Amin, L'Afrique Je l'ouest blo
ra económica de los países productores de queé: economía politique Je la colonisation. 1880-
m aterias primas con una fuerza de trabajo 1970, París, Minuit, 1971; H. Brunschwig, Mili
que vive en los límites de la subsistencia. Ha e realtá dell 'imperialismo coloniale francese,
sido el estado colonial y más tarde los modos 1871-1914 (1960), Bolonia. Cappelli, 1964; C.
y los tiempos de la descolonización quien pre Coquery-Vidrovitch, La mise cu dépenJence Je
dispuso las estructuras institucionales y polí VAfrique noire: essai Je périoJisalioit. ¡880-1970,
ticas que caracterizaron a los nuevos estados en Cahiers J'ÉuiJes Africains. núms. 61-62,1977,
independientes. El c. dio la impronta de los pp. 7-58: D.K. Fieldhouse, l# s imperios colonia
modelos culturales y sobre todo de los siste les JesJe el siglo .xviii (1965), en Historia univer
mas de instrucción escolar en todo nivel, y sal Siglo XXI, t. 19. México, Siglo XXI, 1984; D.K.
modeló los gustos y los modos de vida de las Fieldhouse, Economía e imperio: la expansión Je
clases medias emergentes. Europa 1830-1914 [1973), México, Siglo XXI, 1978;
La herencia del c. fue pues de economías Lord Hailey, An African survey, Londres, Oxford
"extrovertidas", o sea, para decirlo con el eco Universitv Pre'.'., 1957; H. Jaffe, Del tribalismo
nomista Samir Amin, vueltas hacia la expor al socialismo: historia Je la economía política
tación y no hacia la creación de un mercado africana (1971), México. Siglo XXI, 1976; A. Mat-
interno. El proceso de industrialización sigue telart. Multinacionales y sistemas Je comunica
el mismo camino: se inició sólo después de la ción: los aparatos iJeológicos Jel imperialismo
segunda guerra mundial, y en la mayor par (1976), México, Siglo XXL 1977; J.-L. Miege.
te de los casos mediante la acción de trans /.’imperialismo coloniale italiano Jal 1870ai nos-
COMPORTAMIENTO ELECTORAL 245
tri giorni, Milán, Rizzoli, 1977; W.J. Mommsen, una entrevista posterior al voto, para verifi
La época del imperialismo 1885-1918 (1969), en car si en la casilla electoral se han manifes
Historia universal Siglo XXI, t. 28. México, Siglo tado desviaciones respecto de las tendencias
XXI, 1971; J.-P. Ndiayc, La juventud africana presentadas anteriormente) con la misma
frente al imperialismo (1971), México. Siglo XXI, m uestra de entrevistados. El elemento de
1973; R. Owen y B. Sutclii fe, Studi sulla teoría novedad introducido por los análisis que estu
dell'imperialismo (1972), Turín, Einaudi, 1977; R. dian directamente al individuo consiste en el
Zallar, Colonialismo y enajenación (1969), Méxi reconocimiento de la percepción subjetiva
co. Siglo XXI, 1970. como elemento constitutivo de la conducta
política. En otras palabras, éste es en gran
[ASNA MARIA GENTILl] parte el resultado de las respuestas subjeti
vas a la realidad externa, tal como se perci
be. A la dimensión objetiva se le añade como
nivel de investigación la dimensión subjetiva.
comportamiento electoral El supuesto consiste en que para comprobar,
por ejemplo, las correlaciones entre el com
i d e f in ic ió n y métodos d e análisis. Por c. electo portamiento del voto y el estatus socioeconó
ral se entiende el proceso de Formación y de mico de un individuo no es suficiente con veri
manifestación de las preferencias individua ficar los indicadores objetivos de ese estatus
les respecto de las alternativas políticas some —en concreto, los niveles de instrucción, ocu
tidas al tamiz del voto. El estudio del c. elec pación e ingreso— sino que se requiere ade
toral se desarrolló históricamente siguiendo más tom ar en cuenta la percepción que tiene
dos directrices fundamentales, la prim era el sujeto de su propio estatus socioeconómi
teniendo como unidad de análisis el agrega co. En realidad, no siempre coinciden los nive
do (o sea un cierto conjunto de votos), la les objetivos y la percepción subjetiva con
segunda el individuo. Cada una de las dos consecuencias significativas en m ateria de
lineas de investigación empleó y sigue comportamiento. Como es evidente, en este
empleando técnicas y métodos específicos, segundo enfoque el planteamiento metodoló
aun cuando —obviamente— se pueden encon gico de fondo pertenece al área de la psicolo
trar investigaciones que integran varias meto gía social.
dologías. El análisis del c. electoral sub spe-
cie de agregado se desenvuelve en particular II CIASES SOCIALES Y COMPORTAMIENTO ELECTORAL.
dentro del ámbito de un enfoque ecológico- El voto constituye el momento sirte qua non
comparativo, que utiliza predominantemen del proceso democrático de las decisiones
te métodos e instrum entos de tipo: 1] políticas. Naturalmente, la importancia espe
estadístico-demográfico, 2] histórico, y 3] cífica de este momento puede variar de acuer
geográfico-cartográfico. En este caso el pro do con el marco institucional en que está com
cedimiento consiste en relacionar los votos de prendido el voto, sobre todo en relación con
varios partidos de una cierta área, más o la variedad de sistemas electorales adoptados
menos vasta, con algunas características (v. sistem as electorales). Por otra parte, una
—demográficas, históricas, económicas, so vez explicado esto, el supuesto de partida
ciales— de esa área. El objetivo de la investi sigue siendo válido, lo cual explica la tenden
gación consiste, en general, en descubrir la cia creciente de la literatura a encuadrar los
función de esas características, o de algunas estudios sobre el c. electoral dentro del sec
de ellas, respecto del comportamiento del tor de competencia de la ciencia política, aun
voto en el área que se está examinando. cuando se utilicen constantemente las apor
El estudio del c. electoral que considera taciones —metodológicas y de a p reciació n -
como unidad de análisis el individuo utiliza de otras disciplinas. Como sumtna divisio, el
esencialmente dos técnicas: el sondeo de opi análisis del c. electoral comprende dos gran
nión y el panel. Este último consiste en una des áreas de observ ación: la manifestación del
serie de entrevistas repetidas a través del voto y la abstención del voto. También la abs
tiempo (ordinariamente durante la campaña tención es, en realidad, una modalidad del
electoral, aunque algunas veces también con comportamiento.
240 COMPORTAMIENTO ELECTORAL
El problema de fondo respecto de la mani menos permite dos tipos de respuestas, una
festación del voto consiste en la identificación "de izquierda” y una "burguesa”— que de
de los factores, motivaciones o causas que otras variables que intervienen en la misma.
inducen al elector a elegir una determinada El segundo orden de consideraciones sobre
alternativa político-partidista. Para entender la explicación clasista puede resumirse en dos
nos, en este caso la pregunta es: “¿Por qué observaciones. Ante todo, en los sistemas polí
vota el elector y cómo vota?" ticos occidentales altos porcentajes de traba
Una prim era tesis relaciona el c. del voto jadores industriales dependientes no votan
con la situación de clase del actor político. De por la izquierda sino que prefieren los parti
ordinario, esta tesis se articula en dos posi dos burgueses, conservadores, o en cierto
ciones principales: a] el elector vota basándo modo interclasistas. Existen, además, siste
se en su . ituación de clase; /;] vota por parti mas democráticos —valga para todos el ejem
dos "de clase". Luego, el corolario es, en par plo de Estados Unidos— en que no existen ni
ticular, que los que pertenecen a la clase tra siquiera partidos de clase. Ciertamente tam
bajadora dan un voto de ¡/.quierda, y que esto bién respecto de Estados Unidos es posible
constituye una respuesta a necesidades de clasificar como de izquierda el Partido Demó
clase. crata, y como de derecha el Partido Republi
A la explicación “clasista" del c. del voto cano. Sin embargo, aceptando esto, en rigor
—propuesta con variantes más o menos ate de términos, se debería deducir de ahí la atri
nuadas, pero que siempre pueden reducirse bución de una etiqueta de izquierda al voto,
a una lógica de determinación causal— se le tradicional y fuertemente democrático, de
hacen dos órdenes de consideraciones. El pri numerosos estados del "profundo su r”, voto
mero es de carácter conceptual y afecta la generado históricamente por impulsos de
ambigüedad de la noción de clase. Con mucha carácter racial.
frecuencia esta noción se confunde, en efec
to, con el estatus socioeconómico del elector. III PLURALIDAD DE FACTORES DEL VOTO YSI "TRADUC-
Sin embargo, el análisis del estatus de los ctON" política. La última consideración sirve
miembros de la comunidad nos proporciona muv bien para introducir el discurso acerca
el mapa de la estratificación social de esa del segundo grupo de interpretaciones teóri
comunidad y no (o todavía no) el mapa de su cas del c. electoral, que pueden resumirse en
división en clases. Por el contrario, para que los siguientes términos. Si la tesis clasista es
se pueda hablar correctamente de voto de cla de tipo determ inista, la hipótesis alternativa
se es necesario que la noción de clase se refie pretende apoyarse en una lógica condicional
ra y comprenda otras condiciones psicocul- y probabilista. En otras palabras, a diferen
turales de pertenencia a la clase: desde la per cia de la tendencia a reducir las motivacio
cepción hasta la identificación y hasta la con nes del voto al patrón clasista, en el caso pre
ciencia de clase. Lo importante es que muchas sente se postula la existencia de una plurali
investigaciones sobre el c. del voto que pre dad de factores que concurren en el proceso
sumen de motivarlo en términos de clase, de elaboración de las decisiones electorales.
demuestran en realidad, cuando mucho, la Los principales factores mencionados en la
función del estatus socioeconómico en el pro literatura son: clase, religión, diferenciacio
ceso electoral. Por otra parte, el estatus no nes étnicas y raciales, estatus socioeconómi
es ni siquiera un dato homogéneo, sobre todo co, lugar de residencia. Puede decirse que
en las sociedades industriales avanzadas. No cada uno de estos factores constituye una pre
rara vez existe incoherencia entre los indica condición del c. del voto. Sin embargo, para
dores de estatus de un mismo individuo, en que estas precondicione'* resulten operantes,
el sentido de que si éste es clasificable en un es necesario el cumplimiento de una condi
estrato social subordinado en cuanto a su ocu ción adicional, de carácter más general: los
pación. puede considerase de "clase media” investigadores del Michigan Survey Research
si se toma en cuenta su ingreso. Tal es el caso Center hablan a este propósito de un proce
del así llamado híbrido de estatus, en cuya so de "traducción política" (political transía-
relación la respuesta electoral dependerá pro lian). La fórmula pretende significar que los
bablemente menos del estatus —que por lo tactores antes mencionados no son, per se e
COMPORTAMIENTO ELECTORAL 247
ipso facto, aspectos del proceso electoral. Se propia pertenencia a la clase obrera y la pro
convierten en tales, precisamente, cuando pia fe religiosa. Ante la existencia de dos par
existen otros factores que los canalizan y los tidos, uno de apelación clasista y otro de ape
utilizan las instancias dentro del proceso poli' lación religiosa, es muy probable que esc elec
tico: los partidos y las organizaciones sindi tor —sin darse cuenta de que lleva a cabo una
cales son esencialmente los instrum entos de elección— se refugie en la abstención.
esta traducción politica. Se debe tomar en cuenta además que la
En este marco, evidentemente complejo, no intensidad no es un dato constante en el tiem
existen prioridades absolutas entre los facto po: puede crecer o decrecer. Ahora bien, de
res. prepoliticos y políticos, que condicionan los dos momentos, el del decrecimiento pare
el c. electoral. El problema consiste en encon ce ser el más significativo respecto del c. elec
trar, caso por caso, la intensidad de las divi toral, ya sea por motivos estructurales, ya sea
siones existentes en un determinado contex por motivos psicológicos. Claro está que el
to sociopolítico. Es probable, en efecto, que voto puede constituir en efecto ah initio una
el voto sea resultado de una ruptura que se respuesta a un problema percibido como par
percibe como lo más intenso en un momento ticularmente intenso. Sin embargo, parece
histórico específico. De este modo, en un área igualmente demostrado que el elector sigue
poblada por una minoría étnica, el voto esta a menudo votando por el mismo partido aun
rá orientado predominantemente por motivos cuando haya desaparecido la condición que
étnicos, siempre que la linea de división étni lo había inducido a la elección inicial. Los
ca sea percibida con el máximo de intensidad motivos estructurales de esa conducta deben
respecto de los demás problemas de la comu encontrarse en la naturaleza del partido polí
nidad. Esta última cláusula confirma el tico moderno. Éste se caracteriza, por un
supuesto acerca de la inexistencia de automa lado, por una dimensión organizativa que
tismos y primogenituras irreversibles entre constituye por si misma un vehículo de con
los factores condicionantes del c. electoral. trol electoral; por el lado contrario tiende a
¿En qué sentido? En el sentido de que ni autoperpetuarse, por encima del deterioro de
siquiera la relación entre factores prepolíti las razones de partida. En cuanto a los moti
cos y factores políticos es de tipo unidirec vos psicológicos, varias investigaciones han
cional. Siguiendo con el ejemplo del voto étni puesto en evidencia: a] que en el elector medio
co, no se puede decir que siempre y de mane tiende a establecerse un mecanismo de iden
ra necesaria el partido de una minoría étni tificación con una imagen de partido; h] que
ca sea producto de un problema "étnico" esa identificación actúa como un factor de
intenso. Igualmente plausible es la hipótesis decisión electoral constante a través del tiem
contraria de que el partido es el que les con po y es más fuerte que los estímulos y los tér
fiere intensidad y profundidad a las diferen minos evocados en las distintas contiendas
cias étnicas. Hablando más en general, no electorales. Además, la imagen del partido (o,
todos los sistemas que comprenden grupos algunas veces, una más alta imagen de ten
étnicos diversos presentan partidos de tipo dencia) al parecer es susceptible de trasm i
étnico; por otra parle, no todos los partidos sión por generaciones dentro de la esfera de
que se apoyan en esos tipos están siempre dis los procesos de socialización politica. y hay
puestos a reconocer (o a conferir) el máximo algunos que interpretan la persistencia de
de intensidad al problema de las diferencias una misma línea electoral en ciertas áreas
étnicas. Y todo esto se refleja en el plano de político-culturales precisamente como una
los c. electorales. supervivencia, algunas veces secular, de una
Un aspecto que hay que aclarar consiste en determ inada imagen de partido, o de ten
que no siempre el elector percibe un factor dencia.
como predominante respecto de los demás.
Puede estar sometido al estimulo de varios IV. IDENTIFICACIÓN DF. PARTIDO Y VOTO FLUCTUASTE
factores heterogénos igualmente intensos, En teoría se discute sobre la noción de iden
siendo de este modo blanco de presiones tificación de partido Ipartv I d e n t if ic a t io n ). El
opuestas (cross pwssures). Es clásico el caso debate no se refiere tanto a una cuestión de
del elector que siente con igual intensidad la método, por lo menos en el sentido que está
248 COMPORTAMIENTO ELECTORAL
aceptado ampliamente de que esa noción mon man de la cultura anglosajona, de tal
constituye un instrum ento de investigación manera que el hombre todo razón c intereses
que enriquece el bagaje teórico de que dispo generales de la democracia continental tiene
ne el análisis electoral. El contraste se refie poco que com partir con la población inglesa,
re predominantemente a una cuestión de cali cuya "estupidez” —en la opinión de Walter
dad y afecta la tasa porcentual de "electores Bagehot— constituye la base de la solidez del
identificados" con los sistemas democráticos régimen político de la isla. La advertencia es
modernos. Este porcentaje está íntimamen importante, me parece, porque ayuda a dis
te ligado con el porcentaje de los electores tinguir, en m ateria de relaciones entre resul
"fluctuantes”, ya que si éstos son más nume tados de los análisis electorales y antropolo
rosos los votantes identificados son menos gía democrática, entre problemas verdaderos
numerosos, y viceversa. La determinación de y problemas que, en cambio, no son tales des
las dimensiones del electorado fluctuante de el punto de vista critico,
adquiere al parecer un significado particular v. abstencionismo. Como se dijo anteriorm en
en el análisis del c. electoral porque algunos te, la abstención electoral puede ser el resul
consideran, aunque el punto es discutido, que tado de una situación de cross pressure. Aun
la fluctuación es resultado de una participa que esta situación dista mucho de agotar el
ción más activa y más consciente del indivi número de las condiciones que pueden exis
duo en la elección del voto. En tanto que un tir alrededor de una actitud de apatía electo
elector que se identifica responde a una lógi ral. En prim er lugar, hay que recordar, en
ca de "voto de conformidad", el fluctuante efecto, un conjunto de factores de abstencio
resulta más sensible a las motivaciones de nismo que no tienen significado político: des
“intereses” o de "racionalidad”: como tal. de las enfermedades hasta la edad avanzada
adapta la preferencia del voto a los temas que y las dificultades logísticas para alcanzar una
van presentando las distintas campañas elec casilla. Además, existe toda una serie de fac
torales antes que plegarse al llamado precons tores que tienen significado político, aunque
tituido de la identificación. con frecuencia de signo distinto. De este
Estas hipótesis de interpretación revelan modo, el mayor grado de apatía de los jóve
frecuentemente una preocupación: la preocu nes (sobre todo de los que tienen derecho al
pación de que los resultados de los estudios voto por prim era vez) respecto de las perso
electorales entren en conflicto con la imagen nas de edad media, puede sobrentenderse
tanto de la democracia como de las cualida como una carencia de orientación sobre pro
des exigidas al homo democraticus para el blemas políticos. Pero existe también el abs
buen funcionamiento del sistema político tencionismo de los que —cualquiera que sea
correspondiente. De ahí los interrogantes su edad— no se han ocupado nunca de políti
como éste: ¿cuál es el optinmm para la demo ca; las mujeres que no votan según pai ece for
cracia? ¿Es el elector fluctuante. racional man una parte amplia de esta categoría. Tam
pero inestable, o es el elector que se identifi bién la apatía puede manifestar el disgusto
ca, estable por conformista (consigo mismo, por la política. En este caso no se trata tanto
antes que con los demás)? O. también, ¿tal vez del desinterés ex tune sino del rechazo ex
son necesarios los dos tipos pura el sistema nunc. Están también los que, al desertar de
democrático? Y en ese caso, ¿cuál es la dis las urnas, manifiestan un sentimiento de
tribución porcentual óptima entre los dos vacuidad y de inutilidad de su propia p arti
tipos? cipación: tanto si voto como si no, he aquí el
En el presente vocablo es suficiente haber razonamiento, el sistema seguirá funcionan
señalado la preocupación y los interrogantes do de la misma manera.
que de ella se derivan. Por lo demás, la lite El problema más relevante subyacente en
ratu ra dista mucho de haber dado respues el fenómeno del abstencionismo electoral es
tas exhaustivas al respecto. Bastará añadir el de su interpretación respecto de la estabi
aquí una advertencia: no existe un modelo lidad de las estructuras políticas democráti
antropológico único en la democracia. Histó cas. Frecuentemente se considera que la apa
ricamente, el citoyen de la tradición france tía electoral desemboca de hecho en un con
sa tiene características muy distintas del coni- senso tácito acerca del sistema político y de
COMUNA 249
sus "reglas del juego", y por lo tanto opera Jr., The responsible electorate, Cambridge, Har
como factor de estabilidad. Esta hipótesis es vard University Press, 1966; R.S. Milnc y H.C.
plausible, pero sólo bajo ciertas condiciones. Mackenzie, Straight fight, Londres, Hansard
Se puede aplicar de manera más especifica Society. 1954; N.H. Nie, S. Verba y J.R. Petro-
a los sistemas democráticos que se caracte cik, The changing American voter, Cambridge,
rizan por una cultura política homogénea (v. Harvard University Press, 1976; J.C. Pierce y J.L.
cultura política). Por el contrario, cuando se Suliivan (comps.), The electorate reconsidered,
manifiesta en sistemas democráticos con cul Londres y Beverly Hills. Sage, 1980; G. Sani y
tura política heterogénea y fragmentada, el G. Sartori, Frammentazione. polarizzazione e
abstencionismo electoral se interpreta prin cleavages: democrazie facili e difficili, en Rivis
cipalmente como una manifestación de disen ta Italiana di Scienza Política, VUl, 3, 1978; G.
timiento o, en cierta forma, como un elemento Sivini (comp.). II comportamenlo elettorale, Bolo
capaz de agravar en concreto la estabilidad nia. II Mulino, 1967.
del sistema. Sin decir que algunas veces la
ausencia en las urnas expresa una decisión [ d o m e n ic o f is ic h e l l a ]
política precisa y una orientación de hostili
dad consciente contra el régimen, el caso es
que puede presentarse en relación con el sis
tema democrático restaurado después de un comuna
interinato autocrático, por obra de los soste
nedores del derrotado régimen autocrático. I. ORIGINALIDADDKLACOMI SA ITALIANA PODERES EPIS
Forma parte de esta hipótesis la experiencia COPALES Y costumbre ciTADiSA En la Italia
argentina posperonista, en la que. para cier medieval, la comunidad ciladina representa
tas elecciones, las centrales sindicales de ins con toda probabilidad la más alta y original
piración peronista invitaron con éxito a sus instancia de agregación política jamás produ
propios miembros a negar el voto a todos los cida en la realidad italiana, a tal grado que
partidos en contienda. caracterizó de manera duradera —tanto posi
tiva como negativamente— todas las manifes
bibliografía R.R. Alford, Pariy and society: the taciones y evoluciones posteriores y ha con
Anglo-American democracies, Chicago, Rand servado hasta el día de hoy, junto con el nom
McNally, 1963; D.E. Apter (comp.), Ideology and bre. por lo menos algunas de las funciones
discontení, Nueva York, Free Press, 1964; M. fundamentales. En efecto, la c. y la ciudad,
Barbagli, P. Corbetta, A. Parisi y H.M.A. Se ha originalmente distintas, se compenetraron
de r, Fluiditá elettorale e classi saciali ¡n Italia: tan profundamente que se convirtieron, en el
I9M-I976, Bolonia, II Mulino, 1979; B.R. Berel- mismo lenguaje corriente, casi en sinónimos
son, P.F. Lazarsfeld y W.N. McPhee, Voting, Chi y todavía la primera constituye un instrumen
cago. University of Chicago Press, 1954; I. Bud- to de gestión adm inistrativa de la segunda.
ge. I. Crewe y D. Farlie (comps.), Party identifi- Ciertamente lac. medieval —aun teniendo
catión and beyond: representations of voting and también manifestaciones "rurales"— fue emi
party competition, Londres y Nueva York, 1976; nentemente fenómeno citadino y, en conse
A. Campbell, Ph. E. Converse, W.E. Miller y D.E. cuencia, fue típica y principalmente italiana,
Stokes, The American voter. Nueva York, Wilev, dada la función fundamental que tuvo y con
1960: A. Campbell y otros, Elections and the poli- s e n o siempre la ciudad en este país: que es
tica ¡arder, Nueva York, Wilev. 1966; Ph, E. Con como decir que la c. tuvo en Italia sus más
verse. The dinamia of party support: cohort- grandes manifestaciones y su más completo
analyzing party identification, Londres y Beverly desenvolvimiento y que, al mismo tiempo, la
Hills, Sage, 1976; G. di Palma, Apathy and pañi- c. adquirió entre nosotros funciones y tareas
cipation: mass politics in Western society, Nue que la distinguen claramente de la c. de otros
va York. Free Press, 1970: W.H. Flanigan. Poli- países europeos.
tica! behavior of the American electorate, Bos Las funciones de la c. ciladina en Italia se
ton. Allyn and Bacon. 1968: P. González Casano- pueden resum ir tal vez en:
va (coord.). Las elecciones en México: evolución «] creación de nuevas estructuras y pode
y perspectivas, México, Siglo XXI, 1983; V.O. Rey res políticos urbanos:
250 COMUNA
b] reorganización del territorio provincial La autoridad política (el cunde) residía des
(comital us); de hacia tiempo fuera de la ciudad, como tam
c] creación de un nuevo sistema producti bién fuera de la ciudad residían los polos
vo capaz de sostener un desarrollo intensísi principales del sistema fraccionado y descom
mo y autorreproducirse. puesto de los dinastas feudales o titulares con
Se puede decir, por el contrario, que estas titulo feudal de derecho sobre las tierras que
funciones faltaron total o parcialm ente o no se contraponían dentro del antiguo y unita
se desarrollaron de una manera tan m arca rio comitatus. Como jefe de la ciudad feuda-
da y coherente en las c. extraitalianas. 1izada, el vice-comes (el vizconde) representa
Según parece esto se deriva precisamente ba, cuando lo había, el poder del dinasta o del
del momento generador: piénsese lo que se consorcio de dinastas a los que él sustituía.
piense de la tortuosa (e inveterada) cuestión Pero, como es sabido, había en las ciuda
de los orígenes de la c. lo cierto es que ésta des italianas otro poder, exquisitamente cita-
encontró en Italia, en el momento de su apa diño y capaz —fuera de los periodos de gran
rición, una red bien formada de ciudades ani tensión (lucha de las investiduras)— de repre
madas por una vida altomedieval propia y sentar un nexo natural con el comitatus: se
caracterizada de algún modo por un cierto trata obviamente del obispo que, a diferen
proceso de continuidad con las experiencias cia de las autoridades temporales, no aban
romano-tardías. donó nunca la ciudad como sede fundamen
En realidad esto parece muy cierto: sin caer tal y residencia prácticamente exclusiva. Aho
en las exageraciones de tantos sostenedores ra bien, a partir de Otón I en adelante, el obis
de la llamada "teoría de la continuidad”, usa po se vio ampliamente favorecido por el poder
da muchas veces por los historiadores del imperial, que sólo veía en la función episco
derecho y de la economía, resulta claro que, pal un poder local no heredable y no transfe-
aun después de la violenta sacudida de las rible por parte del titular.
invasiones germanas de los siglos v y vi, Con la era otomana empezó de este modo
siguió existiendo cierto grado de vida urba el proceso de "comitatización” del cpiscopus
na que se trasm itió en el interior de los gru sobre una sola ciudad, proceso del que tene
pos urbanos italianos de origen romano, a mos por lo menos una veintena de testimo
pesar de estar maltrechos y debilitados. nios seguros. El obispo se convertía en el
La antigua ciudad rumana, con la que se “conde” de la ciudad, en el representante
había reproducido la urbe y su modelo social local del poder imperial y regio y, en conse
y constitucional en casi toda la península, cuencia, en titular del poder estatal sobre el
cuyo control se había asegurado a través de centro urbano, contraponiéndose al "conde-
la propagación de la red urbana, seguía ope conde”, o sea al antiguo magistrado (ya feu-
rando, pues, en cierto modo, en medio de las dalizado) de todo el comitatus. La ciudad se
tempestades de la antigüedad tardía y de la convertía, de este modo, a partir de la segun
alta Edad Media. Y en esta estructura, aun da mitad del siglo x y los siguientes, en una
que estaba debilitada, fue donde se estable especie de distrito autónomo, más o menos
ció, a partir del siglo x, el proceso genético separado adm inistrativa y políticamente del
de la communitas citadina. territorio provincial en la medida en que
Sin lugar a dudas, a partir de la más remo resultaran más o menos elevados los poderes
ta edad germánica y sobre todo después de trasm itidos al obispo y en la medida en que
la feudalización de la sociedad m ilitar esta resultara más eficaz, concreta (y posible) su
blecida entre los siglos vih y ix, el papel de aplicación.
la ciudad se había reducido mucho: al formar La ciudad, en esos siglos, se había separa
parte ella misma de la campiña, ya no fungía do del comitatus, con una base distinta, aun
prácticamente como centro de organización que no de una manera igualmente clara e ine
adm inistrativa y política territorial, y sus quívoca: habrá que mencionar obviamente
antiguas funciones de mercado habían sido aquí la formación de las usanzas citadinas,
parcialmente desplazadas (aunque no total la formación de un derecho propio de los
mente) por la dominante presencia del siste habitantes de cada uno de los centros urba
ma económico cuí tense y natural. nos. derivado de la progresiva fusión de gru
COMUNA 251
pos germánicos y grupos romanos (siendo sis, un fenómeno feudal, a pesar de estar enri
estos últimos la mayoría) que convivían en el quecido por su propia lógica fundamental
mismo centro. mente antifeudal. Realidad genética, ésta, que
Esquematicemos: mientras que en la cam nos permite superar los obstáculos funda
piña se vivía siempre con el derecho germá mentales para la comprensión y la clasifica
nico (las clases altas en general) o con el dere ción del fenómeno comunal.
cho romano "vulgarizado” (el clero, los cam A causa de la práctica sucesoria feudal.
pesinos), en las ciudades los distintos grupos more longobardico, por la que, en el feudo ita
sociales de diversa extracción nacional iban liano, se admitía a la sucesión pro quota a
encontrando su propio camino de unificación todos los hi jos e hijas del dinasta desapare
jurídica (en la progresiva fusión de "lom bar cido, y aplicándose rígidamente (y arbitraria
dos" y "rom anos”), formando en diversos mente) también a los bienes feudales el régi
asuntos usanzas jurídicas comunes, bajo el men de la sucesión legitima germánica, suce
influjo simultáneo de elementos del derecho día que el poder relacionado con los derechos
germánico (especialmente longobardo) y feudales sobre la tierra (funciones fiscales,
romano. pagos en especie, prestaciones personales,
La ciudad se distinguía de la campiña y casi etc.) se iba dispersando progresivamente en
se oponía a la misma: aunque el proceso de muchas manos y en muchos niveles en poder.
formación de las costumbres se presenta cier En esencia, la jerarquía feudal se m ultiplica
tamente como una simple proyección exter ba y se ampliaba cada vez más, admitiendo
na, normativa, de un proceso que afecta direc al usufructo de los estipendios feudales mili
tamente la conformación de la comuna. tares a más grupos nuevos de posibles suce
sores.
II FRAGMENTACION DEL FEUDO LONGOBARDO. F.L ASO- Esta situación se reconoció también legal
CTACIONIS.UO VOLUNTARIO DF. LOS SECUNDI MILITES. mente a p artir de 1037, cuando Conrado II.
Este proceso parte seguramente de lejos, de al prom ulgaren Milán el fam osoEdicíum de
la superación de las ciudades de los conflic beneficiis y al ratificar la práctica del dere
tos y de las tensiones de origen nacional. El cho de sucesión también para los beneficios
proceso —que se manifiesta en la formación menores, ratificaba de hecho todas las suce
de un populas unitario en las diversas ciuda siones y las dispersiones ocurridas en perjui
des antes que en las campiñas y en usos comu cio de los intereses de una recuperación sis
nes separados, consiguientes— se refuerza temática del feudo por parte de los séniores,
luego con el desarrollo de los poderes comi prim i milites o capitanei como se llamaban
tales del obispo sobre la ciudad, poderes que los grandes feudatarios (v. fe u d a lism o ).
crean evidentemente una distinción y una sal En realidad Conrado II no fijó —ni podía
vaguardia para las realidades citadinas frente fijar— un verdadero derecho de sucesión en
a las realidades feudales campesinas domi el feudo. La premisa insustituible del siste
nantes. ma era la de que. a la muerte del usufructua
Sin embargo lodo esto no es suficiente para rio (subvassas, valvasor, secundas miles, etc.),
la formación de la c. (por el mismo hecho de el feudo debía volver in capite al titular: pero
que, aunque estamos seguros de la preminen obligando, con la ley del 1037, al seniora reen
cia episcopal sobre la ciudad italiana en los feudar inmediatamente el beneficium al hijo
siglos x y xi, no en todas partes los obispos del vasallo difunto (salvo casos gravísimos y
estaban investidos expresamente del comita- realmente excepcionales), de hecho privaba
rus): se requería una causa más profunda y al sénior de todo poder de rescate sobre el
especifica. miles, efectuaba una sucesión sustancial del
Ahora bien, es muy lógico pensar que la c. hijo (o de los hijos) al padre y de manera con
citadina —a pesar de que esto suene paradó junta y sustancial una verdadera enajenación
jico— no nace de algo sustancialmente distin tácita del feudo m ilitar en cuestión.
to sino de una nueva organización que se ha La gran feudalidad. fragmentada y debili
llevado a cabo en las últimas gradas, inferio tada. ya no era capaz —al final del siglo xi y
res, de la suciedad feudal: y que en síntesis, a principios del siglo siguiente— de contro
la c. es en sí misma, en el inomento de su géne lar los miles de hilos que dependían de ella:
252 COMUNA
hilos que iban en busca de nuevas y peligro El consortium de los secundi milites, como
sas formas de agregación. La prim era forma fenómeno todavía por completo feudal, debió
de reagregación, el prim er momento del pro convertirse en un hecho urbano, citadino, por
ceso de comunalización debió presentarse en la importancia decisiva que tuvo para la
la ciudad cuando grupos de secundi milites estructura social y la organización del poder,
residentes en la misma y tutelados por el abri cuando los núcleos feudales se unieron con
go episcopal debieron unirse para la tutela los grupos nacientes de la burguesía comer
solidaria (consortium, communantia, compan- cial urbana: los notarios, los jueces, los m er
na. etc.) de los propios intereses dentro del caderes v los cambistas, células básicas de la
comitatus y al mismo tiempo para la tutela sociedad citadina, se asociaron en la conju
de los bienes de la iglesia citadina, amenaza rado o simplemente ex facto al grupo feudal
dos cada vez más por la devastadora necesi dominante que había obtenido o trataba de
dad de tierras de los grandes dinastas. obtener el control de la ciudad.
El rígido sistema vertical e individualista Expulsando o englobando al representan
de tipo feudal se desmoronaba y en cierto te del conde laico —cuando lo había— o al
punto de la cadena (bastante bajo) lo sustituía conde mismo y estableciéndose de una mane
un sistema horizontal y colectivo de gestión; ra más vigorosa como sustitutos del gobier
esta prim era ruptura, que era una ruptura no episcopal con el que habían cooperado has
contenida totalmente dentro del mundo feu ta ese momento, el grupo feudal producía la
dal, campesino, debió tener muy pronto con coincidencia entre communitas, commune y
secuencias importantísimas y generalizadas. civitas que debía ser irreversible. La c. adqui
Por dos razones: a] ante todo porque la tran ría el control de la ciudad: como fruto de la
sición del sistema fragm entario al asociacio- unión de dinastas y hortenses y por lo tanto
nista por parte de los secundi milites que ya como fruto de la unión entre el capital inmo
no temían ser despojados de su feudo (gran biliario y el incipiente capital móvil, se daba
de o pequeño) por el dominus debió produ a sí misma formas institucionales adecuadas
cirse con bastante rapidez y difundirse bas para regir la realidad autónoma citadina, que
tante en los diversos centros; /;] en segundo desde hacia mucho tiempo era diferente y
lugar, y de manera fundamental, porque este estaba aislada del comitatus. Se puede decir
proceso de ruptura se produjo en la ciudad, que al formarse la c.. la relación residual que
se apoyó en fuerzas citadinas, se agregó inme circulaba a través de los secundi milites entre
diatam ente o casi inmediatamente con fuer la ciudad y el campo, se destruía en el nivel
zas no feudales, burguesas, cuya expansión institucional (para restablecerse, sin em bar
favoreció, multiplicando de este modo su pro go, en el nivel de gestión de poder).
pio poder de ruptura. I Al principio de su gran trayectoria (como
también posteriormente) la institución comu
III LA ■PRIMERA" COMUNA LLAMADA "ARISTOCRATICA" nal adoleció de escasa cohesión interna: tan
o -consular". Establecidas estas consideracio to entre el grupo feudal y el grupo burgués
nes más generales, nos parecen, como a gran como dentro de los distintos grupos. La sos
parte de la doctrina dominante, secundarias pecha que embarga a los conjuratores o, más
las explicaciones sobre el momento genético sencillamente, a los comunalistas, se pone de
preciso de la c. citadina: porque de este modo, manifiesto inmediatamente a través de las
ya sea que se piense en la conjurado, en la formas organizativas, aunque esquemáticas,
conjura, o sea en la asociación jurada y volun que se dieron a sí mismos: formas que fue
taria de secundi milites y burf>enses (como ron la arenga o asamblea de todos los miem
Volpe), o (como Goetz) que se ponga el acen bros de la c. y el colegio consular, grupo diri
to sobre todo en la formación de una especie gente todavía con carácter de asamblea y
de consortium entre dinastas colaboradores constituido por tantos miembros como
del obispo-conde en la administración de la núcleos iban apareciendo en la communitas.
ciudad, es evidente que el dato que empapa Ciertamente toda la prim era c. fue testigo,
todo es la actitud distinta y decidida de los tanto dentro del colegio consular como de
grupos feudales menores que vivían en las todos los órganos dirigentes, de la primacía
ciudades o que eran conurbanos. del elemento feudal. Por lo menos hasta la paz
COMUNA 253
de Cunstanzu (1183) fueron tan grandes pri palabra todo el conjunto de los dominios
meramente la amenaza señorial del condado agrarios se unió por medio de pactos preci
y luego la amenaza imperial que aseguraron sos de submissio y de entrega a la c. citadina.
de manera estable el predominio del elemen De este mudo se obligó a los dinastas a qui
to m ilitar en la c.. sobre el núcleo feudal queta r las cargas y los gravámenes fiscales, a
era el único capaz de oponer resistencia, limitar sus propios ejércitos, a hospedar guar
afrontar y vencer a campo abierto las análo niciones comunales, a pagar impuestos y has
gas milicias feudales de los condes y vizcon ta ju ra r por la c. con la obligación de residir
des y, más tarde, la gran caballería feudal gerpor un determinado periodo del año dentro
mánica (Legnano). de la ciudad.
Por esto, al referirse a la prim era c. (o c. De esta manera las iglesias locales, las aba
consular), se habla también perfectamente de días con beneficios feudales, debieron reco
c. aristocrática o feudal. El núcleo burgués nocer la tuitio y la protectio de la c., pagar gra
creció y prosperó al abrigo de los muros y de vámenes e impuestos a la c., perm itir el libre
la espada de los secundi milites y se fue expantránsito por sus propias tierras a las mercan
diendo y desarrollando prodigiosamente. cías, al comercio y a la actividad empresarial
Para crecer necesitaba, sin embargo, el con de los comunal islas. De este modo también
trol por parte del condado de sus propios las conformaciones locales semiautónomas
abastecimientos de víveres y de materias pri debieron ju ra r en bloque la fidelilas a la c.,
mas del condado, y de romper, por consi pagar impuestos, proporcionar víveres v hom
guiente, el cerco de la campiña, cerco que bres, soportar la protección de la c. que revi
mientras existió limitó la expansión citadina saba y aprobaba los eventuales estatutos.
en diversas partes de Europa. Todos los dominios campesinos fueron
Sin embargo los bienes feudales que a una hegemonizados de este modo, por la buena o
distancia más o menos considerable de la ciu por la mala, por las abundantes fuerzas de la
dad conservaban los secundi milites en la pro c., fuerzas que no encontraron limites más
vincia. en realidad representaban ab origene, que en los impulsos convergentes de las c.
como natural trampolín de lanzamiento en el citadinas limítrofes: de ahí surgieron luego
territorio circundante, la diferencia básica las durísimas luchas y rivalidades intercomu
entre la c. italiana y la c. ultram ontana. La nales. Se trató, globalmente, de un esfuerzo
ciudad ya poseía, en el condado, derechos fis prolongado, articulado, imponente, no exen
cales. pontajes, peajes, derechos de foro y disto de retrocesos: de un esfuerzo que llevó a
tintas inmunidades: la gestión comunal y uni cabo precisamente la restructuración del
taria de estos derechos hizo que representa antiguo comitatus prefeudal y feudal alrede
ran el punto de partida de la operación fun dor de la c. y que fue testigo de la utilización
damental que fue precisamente la conquista sistem ática por parte de la ciudad de formas
del condado y por tanto la restructuración, feudales para su propio crecimiento.
bajo la dirección comunal, de la antigua uni En todo esto hay una línea de continuidad:
dad territorial de la provincia.IV del mismo modo que la c. nos parece haber
surgido en la ciudad de una agregación de
IV LA CONQUISTA DF.L CONDADO Y lA SUPERPOSICION estructuras feudales distinta, también en el
permanente de la cu dad sobre el campo Una res campo la utilización de los dominios feuda
tructuración precisamente bajo la c. citadi les y no su supresión fue precisamente la que
na: ésta es otra característica fundamental de perm itió la nueva dominación territorial.
la realidad comunal italiana. En el periodo de Como se ha dicho, debido, en efecto, al fenó
la gestión aristocrática —a grandes rasgos, meno que se conoce con el nombre de "feu
diríamos, de la segunda mitad del siglo xn— dalismo comunal'’, los antiguos dominios feu
el grupo dirigente que ya controlaba la ciu dales no fueron suprimidos, salvo en aquellos
dad se empeñó sistemáticamente en el some casos en que representaban una amenaza
timiento de los dominios provinciales limítro mortal para la nueva organización urbana. En
fes: dinasta^ feudales grandes, medianos y general se limitó a condicionarlas y a vigilar
pequeños, feudalidades eclesiásticas, comu las de cerca, obteniendo de este modo el resul
nidades autónomas y semiautónomas, en una tado de utilizarlas para controlar todas las
254 COMUNA
estructuras campesinas, vecinales o eclesiás Dieta de Roncaglia (1158); este órgano indi
ticas que ya estaban englobadas dentro de las vidual, impuesto por encinta y por fuera del
relaciones Feudales. colegio consular, que poco a poco reunió en
Se trataba, sin embargo, de un control deci si los poderes de gobierno sobre la c. y la ciu
didamente subalternante: ésta es la caracte dad (y por lo tanto sobre el condado), empe
rística básica, se ha dicho, de la comunidad zó a aparecer en forma sistemática, aunque
italiana. La de mantener siempre todos los como forma alternativa de los cónsules, a par
dominios rurales, cualquiera que sea la for tir de los prim eros años del siglo xu.
ma en que se definan o puedan definirse, todo Se trata de un magistrado único, elegido
el mundo campesino, fuera de la ciudad y no por tiempo definido —un año, seis meses—
sólo formalmente. De hecho el mundo rural, por la c. entre los miembros de las familias
sujeto a la c., debió servir a la ciudad como feudales o burguesas de otros centros citndi-
área de abastecimiento de bienes y de mano nos, centros que sin embargo seguían una
de obra a bajo costo y al mismo tiempo como acción política sustancialmente cercana a la
mercado para todas las mercancías citad iñas de la c. que los nombraba, o sea que tenían
que no estaban destinadas al consumo urba intereses económicos y tendencias ideales
no o a la exportación. complementarias entre sí. Es evidente de este
Pero no se les permitió nunca a estos domi modo el recurso a un elemento ajeno, en cier
nios, a estos hombres de condado, entrar en to modo super partes y no comprometido en
la c.. ju ra r la c.; no se les admitió nunca en los conflictos políticos que se desarrollaban
el grupo dirigente citadino y en su amplia o en la ciudad que lo hospedaba.
restringida base popular; cualquiera que haya Parecía bastante simplista y en alguna for
sido en esos siglos el tipo de régimen citadi ma endeble acudir a un magistrado externo
no. no se puso nunca en discusión de manera para garantizar la imparcialidad del poder
sustancial esta rígida oposición y sometimien comunal en los conflictos internos; pero, por
to del campo a la ciudad. Del mismo modo se lo que sabemos, el sistema logró funcionar
limitó rígidamente y con normas precisas en con notable eficacia durante un largo perio
el estatuto comunal, la urbanización de los do. Señal evidente de que por encima de los
campesinos, rodeándolos de tantas limitacio hallazgos de mera técnica constitucional exis
nes y precauciones que la hicieron práctica tía todavía un equilibrio sustancial entre las
mente imposible. La ciudad ratificó con nor partes en conflicto, equilibrio que la aún débil
mas su control sobre el campo. defensa del podestá era suficiente para ase
Esta situación fue estable, tanto temporal gurar.
como geográficamente, y caracterizó las Una de las partes no podía dejar de ser el
manifestaciones comunales italianas, repre viejo, orgulloso e intransigente grupo feudal
sentando el primero de los límites que el orde militar, que había fundado la c. y la había con
namiento comunal urbano fue incapaz de ducido a los éxitos del comitatus y de la lucha
superar. contra el imperio de Barbarroja. Este grupo,
.'tinque se reforzaba continuamente con los
v. e l g o b ie r n o d el ¡’O D F .STA. Conquistado el con núcleos más sobresalientes de la vieja burgue
dado y concluida victoriosamente la lucha con sa citadina, seria cada vez más hostigado e
el resto del mundo feudal italiano y germá impedido en la gestión del poder por parte de
nico (el imperio), se inició para la c. un perio las exigencias crecientes de la nueva burgue
do de grandes transformaciones internas. sía empresarial y mercantil que tenía poca
Este es su segundo periodo llamado de podes- importancia en el viejo pacto comunal pero
la. que coincidió con el pleno desarrollo de que, por el contrario, iba creciendo dia a dia
los instrum entos productivos y comerciales en fuerza, riqueza, actividad y número.
acumulados por decenios en la c. citadina. Se trataba de los grupos que habían crea
En el podesta se ha pretendido encontrar do o estaban creando todo un sistema produc
recientemente (Cassandro) la permanencia y tivo nuevo y original, que no se contentaban
la "comunalización” del órgano de gobierno con el control del territorio provincial, de la
impuesto por el imperio a la c., en el turbio producción, del comercio y de las inversiones
periodo de la precaria tregua que siguió a la ¡ocales, sino que ponían sus miras más lejos,
COMUNA 255
cbn aspiraciones a un gran comercio regio meno se acentuó a lo largo del siglo xm a
nal. suprarregionul o hasta europeo. Para los medida que se fue desenvolviendo el proceso
mercaderes florentinos, para los banqueros organizativo, afectando poco a poco a los gru
genoveses. para los comerciantes de telas pos de la burguesía menor o mínima (artesa
boloñeses el reto ya no era sólo el control de nos, tenderos, etcétera).
espacios limitados: el reto era, como es sabi Se trata de aquellas fuerzas que se agrupa
do, el comercio mundial. ban en las ciudades medievales bajo el nom
Ahora bien, todo indica que esos nuevos bre de "pueblo” y que casi en todos los cen
grupos mercantiles y em presariales empeza tros se fueron organizando en commune
ron a florecer precisamente hacia el final del populi, ya sea incluyendo a los grandes gru
siglo xii v principios del siglo xm: de tal pos burgueses "magnaticios” o separándose
manera que el gobierno del podestá se les pre de éstos. Evidentemente en aquellos lugares
sentó como una garantía suficiente que les en que el proceso de organización de todos
ofrecía la vieja c., como un posible medio para los grupos no privilegiados y no incorpora
condicionar, o de algún modo para no verse dos a la dirección de la c. se desarrolló amplia
limitados, por el siempre restringido gobier y completamente, se produjo un desarrollo
no citadino. En síntesis, el podestá como régi antagónico de fuerzas antimagnaticias que no
men de compromiso. podían ser absorbidas por la c. regida por el
Ciertamente seria también correcto obje podestá; en los lugares en que el populas, por
tarle a este punto de vista que, mientras el relativo atraso del desarrollo económico
vemos la transformación de c. consular a c. local, no pudo alcanzar una base sólida y com
■■podestaril” prácticamente en todos los cen pacta de organización, la ruptura no fue tan
tros, no todos hospedaban en realidad grupos clara y no se formó un contrapoder ver
de burguesía capitalista tan fuertes que se dadero.
propusieran objetivos tan ambiciosos. Y que, Fue de hecho el populas, desarrollado por
en una palabra, si determinados grupos bur las “a rte s” apoyadas por las propias compa
gueses de ciertas ciudades (Milán, Florencia. ñías territoriales de “arm as", quien dio vida
Bolonia, Venecia, etc.) podían proponerse pro a una verdadera c. antagónica (v. señoríos y
gresivamente objetivos tan ambiciosos, no era principados) organizada de manera paralela
éste el caso de los grupos análogos de los cen y en competencia con la c. tradicional citadi-
tros que más tarde se llamaron o resultaron na. El commune populi tenia, como es sabi
ser "menores” (desde Módena hasta Lodi. des do, un consilium general del “pueblo” para
de Lucca hasta Ferrara, etcétera). lelo al gran consejo general de la c., un consi
Pero, en nuestra opinión, el hecho está en lium o una credentia ancianorum, paralela al
que bajo el válido abrigo del poder feudal- consejo restringido y dirigido por un eapita-
citadino. se formó una ambiciosa y capaz bur neus populi designado y elegido con criterios
guesía empresarial en todos los centros de la afines y similares a aquellos con los que la
Italia media y superior (caso distinto del Mez- c. feudal alto burguesa seguía escogiendo su
70giorno, donde los grandes dominios dinás propio podestá.
ticos junto con la corona bloquearon para En aquellos lugares en que esta diarquía
siempre el desarrollo citadino) y en todas par alcanzó formas articuladas y complejas, se
tes se opuso a los viejos grupos dirigentes: produjo la ruptura de la vieja estructura cita-
oposición que se resolvió, sin destruir el pacto dina comunal con la superposición violenta
comunal, precisamente con la introducción sobre ella de la nueva organización citadina
sistemática de regimen del podestá.V I de clase. Superposición que no significó nun
ca disolución; aunque en esta contraposición
VI EL COMMl'NE POPI LI Y LA COMUNA SEÑORIAL El estable y permanente fuera uno de los más
equilibrio logrado de este modo entre los gru graves motivos de debilitamiento del mundo
pos burgueses y el viejo grupo feudal citadi comunal en su conjunto.
no se rompió casi en todas partes debido al De cualquier modo, lo cierto es que el desa
progresivo y rápido desarrollo de los prime rrollo pleno de la organización popular coin
ros y de sus potentes organizaciones de ofi cidió con los periodos mas duros y despiada
cios (artes, corporaciones). Más aun. el fenó dos de choques internos en la ciudad. Frente
256 COMUNA
al avance del populus, los viejos grupos de financiera, jurisdicción superior sobre la
patricios, cuando no fueron vencidos en blo ciudad— de ordinario junto con el nombra
que, se dividieron, apoyándose los unos en la miento del podestá o con la superposición de
organización popular y los otros atacándola un órgano principesco de control. Además,
abiertam ente o alineándose con partes de la pretendió y obtuvo el derecho de revisio y
misma; hasta que la facción predominante approhutio siaiutorum para controlar de cer
expulsó a la derrotada e institucionalizó dura ca todos los aspectos de la reglamentación
mente su poder, imponiendo en diversas for citadina.
mas, aunque siempre con plenos "poderes", Bajo estas formas —que con todo no ocul
a su jefe en el gobierno de la ciudad (dumi- taban la sistemática intromisión del prínci
mis, señor). pe en la vida municipal— la vieja estructura
Esto abrió el camino a un progresivo perio de la c. citadino-popular se conservó como
do de endurecimiento del sistema de gobier forma de gestión administrativa de la ciudad
no citadino que dio origen a la formación de y del territorio manteniéndose las antiguas
nuevos tipos de realidades institucionales ya contraposiciones. Siguió durante mucho tiem
mencionadas (v. señoríos y principados). En po sin cambiar hasta el final del siglo xvm en
el ámbito de estas formas y del ordenamien que los acontecimientos revolucionarios fue
to progresivamente monocrático y principes ron la causa de la destrucción violenta de las
co que le sucedió, la c. no perdió sin embar viejas estructuras municipalistas comunales
go su identidad. y de la introducción de otros instrumentos
Basándose en el surgimiento de los grupos más uniformes y modernos de gobierno
citadinos victoriosos y de sus señores y en el citadino.
proceso progresivo de organización de distin
tos dominios urbanos alrededor del dominus VII LA COMUNA EXTRAITALIANA RASGOS GENERALES.
de una de éstas (ciudades dominantes: los Vis- Sólo desde el punto de vista nominal es afín
conti en Milán como centro organizador de el proceso de formación de la c. en áreas
toda la Lombardia, los Medici en Florencia regionales extraitalianas (particularmente en
para la Toscana, la oligarquía veneciana pura la Francia mediterránea y en la Francia del
todo el Véneto) se fue constituyendo la noví norte, en Flandes, en grandes reparticiones
sima figura del estado territorial, en el que alemanas v en Inglaterra). A pesar de que se
se le reconocía la primacía a una determ ina pueda y se deba considerar arbitraria esta
da ciudad, en virtud de la función dominan comparación unitaria de las experiencias ita
te de su burguesía y de su populus en rela lianas y de las que no lo son. dadas las pro
ción con las otras burguesías y con los gru fundísimas diferencias que, contra toda hipó
pos populares citadinos. tesis simplista atenuante, existen entre una
Sin embargo, en ésta, la base del poder ya zona y otra y dentro de las zonas mismas,
no dependía tampoco, salvo de m anera for sigue en pie el hecho de que las divergencias
mal y cada vez en menor grado, de las anti entre el prim er sector y, en general, el área
guas in stitu c io n e s co m u n ales fcudal- m editerránea y todas las otras zonas, nacen
burguesas o populares, las que siguieron directam ente del momento genético.
viviendo, en cambio, tanto en las ciudades Como se señaló más arriba, en Italia (y, aho
"dom inantes" como en todos los centros ra se puede añadir, en la Francia m editerrá
"dom inados”, como órganos que ya no ase nea) la antigua ciudad romana había conser
guraban la autonomía política sino exclusi vado casi en todas sus partes una vida pro
vamente la autonomía adm inistrativa de la pia y una realidad autónoma en el corazón
ciudad. mismo del periodo feudal: sobre la restruc
Siguieron existiendo los viejos órganos turación de esta vida y de fuerzas que esta
(cónsules, podestá), las formas de asamblea ban al mismo tiempo en el interior del siste
(consejos), los órganos técnicos (massaru, gas- ma feudal se consolidó el prim er núcleo gené
laldo. etc.), y también permanecieron, aunque tico de la c. La situación de las zonas no medi
cada vez más cristalizados e "inmóviles", los terráneas y especialmente de las tierras ger
estatutos citadinos: el príncipe se reservó mánicas es diferente, ya que en ellas la ciudad
algunos poderes —defensa, administración era una realidad parcial o totalmente ausen
COMUNA 257
ción de la justicia únicamente para sus miem el de los grandes centros costeros de Alema
bros. un cuerpo colegiado judicial (scabina- nia, de las ciudades de la Hansa comercial y
lo) que con mucha frecuencia coincide in tota marítima, centros que conservan hasta la
con el órgano dirigente de la c. misma. El Edad Moderna la función y el estatus de “ciu
dinasta autoriza y controla al mismo tiempo dades libres", o sea, de ciudades que no están
esa función, a través incluso del nombramien sujetas al control feudal.
to del jefe del cuerpo colegiado judicial y Se trata sin embargo, con toda seguridad,
comunal, nombramiento que se produce, de de excepciones que no son muy numerosas,
acuerdo con las fuerzas respectivas, unas siendo la regla la de las c. de ciudades viejas
veces dependiendo de designaciones de la y nuevas que. después de una serie frecuen
conwmnitas, otras veces, en cambio, por libre temente compleja de vicisitudes bélicas y polí
elección del dominus mismo. ticas, se incorporaron de un modo perfecto
Este último se reserva, en general, los pode y completo a los grandes señoríos terratenien
res de designación del Burgmeister, del mui tes, desarrollando una función autónoma,
ré. del majar de tuda la ciudad, asignándole muy activa, pero en gran medida subordina
competencias y funciones dentro de los lími da. No se produjo, por el contrario, la frag
tes predeterminados por el espacio ya con mentación total del territorio como sucedió
quistado dentro del área urbana por el gru en Italia; fenómeno que se convertiría luego
po privilegidado de burgueses, que de este en un obstáculo gravísimo para la reconstruc
modo sólo es un grupo emergente que se une ción de ordenamientos estatales de amplia
al lado de los demás para dominar la socie envergadura regional o nacional.
dad (nobleza, clero) pero sin poderla dirigir,
ni temporal ni parcialmente. b ib l io g r a f ía J. Alvarcz Junco, Im Comuna en
Es tan cierto esto que con mucha frecuen Esparta. Madrid. Siglo XXI, 1971; E. Besta, II
cia el gran dinasta territorial toma por sí mis diriltu pubblico italiano dagli inizi del secuto
mo la iniciativa de la fundación de una o decimoprimo alia secunda meta del secóla deci
varias ciudades con la correspondiente con moquinto. Padua, CF.DAM, 1929; P. Branculi-
cesión de un estatus privilegiado para los Busdraghi, Im formaz.ione sturica del feudo lom
mercaderes y para los burgueses capaces de bardo come diritto reale. en Quaderni di Studi
realizar una actividad empresarial, con la Senesi, II. Milán, Giuffré, 1965; P. Brez/i, /
concesión de la plena libertad para todos los comuni cittadini italiani: origine e primitiva eos-
que vayan a establecerse ahí (Stadtluft machi rituzione fsecoli xxn), Milán, i s p i , sf ( p e r o 1940):
freí, “el aire de la ciudad da la libertad", dice G. de Vergottini, Origini e sviluppo siút ico delta
una antigua fórmula) con la garantía de comitatinanza, en Scritti di storia del diritto ita
amplios privilegios, entre los que cuenta el de liano. a cargo de G. Rossi, I Seminario giuridi-
ju ra r la comuna. co deiri/'niversitu di Mologna, l x x iv , I. Milán,
Después de asegurar y limitar el fenóme Giuffré, 1977: G. de Vergottini. Arti e “populo"
no comunal el dinasta, el principe, es el que nella prima meta del sécalo XIII. en up. c itG .
más tarde lo promueve y lo fomenta, con Dilcher, Die Entstehung der Lombardischen
miras al robustecimiento y a la expansión de Stadtkommune. Eine reclitsgeschichtliche L’ntcr-
su propio poderío personal: las tierras de suchung, Aalen, Scientia, 1967; E. Enríen. Storia
expansión germánica del este, expuestas a la dellacittá medievale (1972), Bari. Laterza. 1975:
continua presión eslava están sembradas de J. Gautier Dalchc, Historia urbana de León y Cas
ciudades de nueva creación dinástico-feudal. tilla en la Edad Media (siglos IX-XIII), Madrid.
Prueba evidente de la completa sujeción de Siglo XXI, 1979; W. Goetz, Le origini dei comu
los dominios comunales a los iMndeslterren ni italiani (1944), en Archivio FISA, 3. Milán. Giuf
y de su capacidad para desempeñar una fun fré. 1965; L.A. Kotelndvova, Mondo comodino e
ción dentro del nuevo mundo feudo-burgues. ciña in Italia dal'xt al XIV secóla: dalle fonte
Naturalmente se presentan casos diversos, dell Italia céntrale e settentrionale (1967), Bolo
casos de ciudades francesas, flamencas, ger nia. II Mulino. 1975; L. Mumlord, La ciudad en
mánicas que han llegado a una autonomía la historia (1961). Buenos Aires. Nueva Visión;
mucho más precisa y más amplia: un ejem H. Pirenne, I m s ciudades de la Edad M<.dia (1971).
plo casi escolar de estos dominios es también Madrid, Alianza. 1972: H. Plunitz, lite deutsche
C O M U N A lY M U N IC IP IO ) EN A M E R IC A LATINA 259
Sutilt im Mittelalter: von der Romerzeit his z.u ocasiones no habian superado el neolítico.
dem /.uftkampfen, Graz-Colonia, Bohlau. 1954; Aun cuando la civilización precolombina
J.L. Romero, I m revolución burguesa en el mun tuvo gran influencia sobre la posterior loca
do feudal, México, Siglo XXI, 1967; J.R. Rome lización de los centros urbanos su impacto
ro, Crisis y orden en el mundo feudoburgués, sobre las estructuras internas urbanas es
México, Siglo XXI, 1980; V. Rutenburg, Populo muy reducido.
e movimenti popolari nell’ltalia del ’WOe del 400 El sistema de ciudades hasta hoy vigente
(1958), Bolonia, II Mulino, 1971; P. Torelli, Un tiene su origen concreto, tanto en su expre
comune ciliadino in territorio a economía agrí sión Tísica como en diversas modalidades cul
cola: I. Distribuzione de lia proprietá, sviluppo turales y políticas, en las ciudades coloniales.
agrícola, con t ral ti agrari, Mantua, Accademia Las sucesivas rupturas y cambios que se suce
Virgiliana, 1930; II. Uotnini e classi al potere, a den hasta nuesta época contemporánea no
cargo de V. Colorni, Mantua, Accademia Virgi clausuran absolutamente a la ciudad de la
liana, 1952; G. Volpe, Questioni fondamentali colonia, como en su momento ésta lo hizo con
sull'orígine e svolgimento dei comuni italiani fsec. el poblamiento urbano precolombino.
X Xtv), en Medio Evo italiano, Florencia. Sanso- En el largo proceso de colonización hispá
ni, 19612; G. Volpe, Studi sulle istituzioni comu- nica la ciudad desempeñará un papel medu
nuli a Pisa, Florencia, Sansoni, 19702. lar, siendo prácticamente el centro irradia
dor de la colonización. De hecho, la sumisión
[PAOLO COLLIVA] de las culturas indígenas y la apropiación de
los nuevos territorios se inscribirá en una
constante fundación de ciudades.
comuna (y municipio) en américa Comprender adecuadamente el perfil de los
poblados en el Nuevo Mundo, remite al tipo
latina de ciudad que habitaban, conocían y admitían
los conquistadores. Por esos tiempos, en la
i la herencia ihlrica. Al hablar de América península ibérica se podían distinguir más o
Latina se alude a todo un ámbito territorial menos nítidamente dos realidades; al norte,
culturalmentc distinguible en la amplia zona en donde el constante paso de los peregrinos
del continente que fue conquistada por Espa y cierta vida comercial permitió desarrollar
ña y Portugal; con ello se remarca una espe un tipo de ciudad "transpirenaico", o sea del
cificidad respecto de América del Norte cuya tipo de las comunas del norte italiano y del
colonización se produjo por Inglaterra. Ño sur de Francia; en el sur, la lucha contra el
obstante importantes similitudes ambos pro Islam marcó una realidad muy diferente que
cesos adquieren manifestaciones lo suficien en su expresión urbana tuvo como caracterís
temente propias como para distinguirlos más ticas más salientes la sujeción al poder cen
o menos radicalmente. tral de la corona de Castilla, una economía
La historia del poblamiento en América predominantemente agropastoril antes que
Latina se remonta a varios siglos antes de la mercantil y una cierta militarización de cos
conquista. Las culturas indígenas habían tumbres que en el plano ético encontraron su
alcanzado la etapa urbana en el continente mejor formulación en el tomismo.
americano en ciertas zonas, tales como el alti La política del gobierno colonial se nutría
plano de México, Guatemala, el altiplano de un pragmatismo filosófico moral de fuer
peruano-boliviano y la costa norte y central te acento tomista que intenta reconciliar los
del Perú. Centros como Tenochtitlan, capital principios cristianos de justicia con la dura
del imperio azteca, Chan Chan centro del realidad de la conquista y la explotación, y
imperio chimú, y Cuzco, capital del imperio con la diversidad y obstinación de los inmen
incaico atestiguan la importancia de estas sos imperios del Nuevo Mundo. Al respecto,
civilizaciones urbanas. El florecimiento de en la obra La política indiana de Juan Solór-
estas culturas no fue uniforme ni se extendió zano (1648) se sostiene que las "repúblicas”
a todo el continente; la mayor parte de éste de españoles y de indios debían form ar un
se hallaba despoblado en el momento de la solo cuerpo místico, cuyos miembros fueran
conquista, o habitado por indígenas que en designados gobernantes y gobernados de
260 C O M U N A (Y M U N IC IP IO ) E N A M E R IC A LATINA
acuerdo con su capacidad; del mismo modo En estas circunstancias es que se observan
se asignarían los diversos giros y profesiones instituciones urbanas de primer orden, como
en la agricultura, comercio, artes mecánicas, el municipio, pero con una naturaleza dife
profesiones liberales y magistratura. rente respecto de la comuna. Se trata análo
En su pensamiento político, la tarea de san gamente del gobierno de la ciudad, pero a
to Tomás fue reconciliar las convicciones de nombre de la corona, a su servicio y a veces
la vida civil con las que concernían a la sal dependiendo de su nombramiento. Las alian
vación personal. Observó que el orden de la zas intermunicipales, las llamadas "herm an
comunidad política, la ciudad cristiana, había dades" derivan en milicias de apoyo a los
sido inventado en gran parte por el arte designios regios, en lugar de mecanismos de
(industria), pero que sus principios se encon defensa de la autonomía municipal. Estas
traban en la naturale7.a humana. serian las tradiciones municipales iberas que
En el caso específico de la forma urbana, orientarían los patrones de poblamiento en
el De redimirte principian de santo Tomás el Nuevo Mundo, que fueron las que se forja
influyó directamente en los tratados españo ron durante la reconquista, no las que se fil
les de Francesc Eiximenis y del obispo Rodri traron a través de los Pirineos.
go Sánchez de Arévalo, y a través de estos últi Es en este contexto que se desenvuelve la
mos en las ordenanzas de colonización de em presa de la conquista. No obstante, estas
Indias. tradiciones comienzan a tener especificación
La sociología política tomista se había for en su implantación en suelo americano.
jado para un marco urbano —un marco pre Jurídicamente, el nuevo territorio forma
burgués— en el que las motivaciones del parte del patrimonio de la corona en donde
“ individualismo" estaban subordinadas al radica la soberanía; por ello su ocupación se
servicio público y a la unidad social o corpo- hace a nombre de los reyes de España y a las
rativismo. Este marco doctrinario envolverá nuevas autoridades solo les compete adminis
a la tensión registrada entre lo local y lo uni tra r en forma delegada y otorgar posesiones
versal, muy presente en la ciudad ibérica de en calidad de concesiones. Ésta es la esencia
la Reconquista que en su manifestación ame del pacto colonial.
ricana cede ante la idea de lo universal, expre El municipio, o cabildo, desempeña un
sión del imperio en expansión. papel de primer orden en este proceso, sin ser
Esta idea de ciudad contrasta significativa la principal autoridad colonial, ya que se halla
mente con la comunidad local pactada en la por debajo de virreyes y gobernadores.
Nueva Inglaterra. Allí, la única relación Audiencias o capitanías generales, entre otras
“natural" era la de padres e hijos; cualquier cosas, gozan de la atribución económica y
otra relación era voluntaria y dependía de un socialmente estratégica de dotar de tierras a
acuerdo o compromiso mutuo entre las dos los colonos.
partes interesadas. La comunidad era conce Estos tributos formales poco pueden escla
bida como un recipiente de una serie de rela recer acerca de su real contenido, si no se
ciones binarias y no de grupos corporados o especifica la función histórica de la ciudad
de castas; el colectivo no preexistía ni tras colonial y las características del poblamien
cendía las obligaciones contractuales de sus to que se promueve. A diferencia de la ciudad
miembros. En tanto que la congregación care europea, cuyo surgimiento y desarrollo se
cía de identidad propia, cada conciencia pri pruduce en contra y a pesar del campo feu
vada sobrellevaba el "vínculo de matrimonio" dal. su homologa americana será el punto de
entre Dios y la comunidad. partida para la apropiación del campo y su
En la España de la reconquista se vivió la explotación. Se da el extraño fenómeno de
extraña paradoja en débiles relaciones feuda colonizadores que traen una imagen urbana
les sin prosperidad mercantil, pero con una de la forma de vivir y radicar, pero cuyos
significativa importancia de las ciudades. objetivos son lanzarse a la posesión de las
Esta relevancia cumplía fines militares, polí riquezas naturales que los nuevos territorios
ticos y religiosos, antes que antifeudales, les ofrecen. La permanencia en la ciudad por
como simultáneamente ocurría en otros pun lo general sólo es transitoria y se debe al
tos de Europa. temor a la incertidumbre respecto de las tie
CO M U N A (Y M U N IC IP IO ! E N A M É R IC A LATINA 2H
rras con indígenas hostiles o en sí mismas Ello explica la frecuencia con que eran aban
naturalm ente hostiles. donados los sitios que se habían elegido para
Esta característica hará que sea un esfuer construir ciudades, como es el caso extremo
zo permanente de los adm inistradores colo de Buenos Aires en 15SS, cuyo cabildo envió
niales evitar que las ciudades se vacien. a su procurador a Madrid con la intención de
Esfuerzo muchas veces infructuoso, ya que conseguir un mejor destino de la ciudad a tra
la m archa al campo se halla motivada por vés de una representación permanente en la
otras razones, además del afán de riqueza. La corte.
rígida jerarquía estamentaria proveniente de El peso definitorio de esta estructura polí
la metrópoli tiende a reproducirse en las nue tica fundante llega a expresarse hasta en la
vas ciudades, con toda su secuela de desigual forma física de las ciudades. El tan difundi
dades; por tanto, la forma de evadir esta jerar do esquema de ordenamiento de la ciudad en
quía es ir hacia donde es más difícil repro forma de damero con una plaza central, con
ducirla: los territorios despoblados o poco sagrado legalmente como la forma obligato
habitados. Tal vez el ejemplo paradigmático ria de las ciudades que se fundan, fue codifi
de esta actitud del colonizador, mezcla de cado por Felipe II en la ley de 1573. Sean cua
afán de riquezas y fuga plebeya hacia un les fueren sus orígenes, la característica dis
orden más democrático, sea la bandeira por tintiva del plano en tablero fue la subordina
tuguesa, en donde el grupo colonizador adop ción de las calles a la voluntad central, la
ta un comportamiento nómade aunque sin plaza, en donde se erigen los locales del poder
abandonar sus pautas urbanas que las repro público y la iglesia.
duce en el interior de la comitiva.
La gestión política de la ciudad colonial II ESTRUCTURA Y ATRIBUCIONES DEL MUNICIPIO COLO
habrá de recaer sobre el municipio. La diver NIAL. Las funciones de los cabildos consistían
sidad de situaciones que vive el Nuevo Mun en cuidar y supervisar las obras públicas, la
do hace difícil las generalizaciones, no obs vigilancia de los lugares públicos, el control
tante hallarse éstas generalizadas en las leyes de pesas y medidas y de los abastos, y a la vez
de Indias. El diferente interés político y eco ejercer funciones de vigilancia y control en
nómico que despertaron los nuevos territo el resto de su jurisdicción, la que con frecuen
rios fueron moldeando sus perfiles. En lincas cia era muy vasta pues contaba con un radio
generales, es factible diferenciar las zonas de varias leguas con centro en la ciudad cabe
que por sus riquezas naturales (minerales o cera municipal.
frutos de la tierra) o por la existencia de En el momento de la conquista, las nocio
poblaciones indígenas sometidas, cultural nes del derecho romano de derechos público
mente desarrolladas y por consecuencia muy y privado ya estaban siendo consolidadas en
aptas para su explotación, de aquellas otras la península ibérica. Como tales se trasladan
áreas con escaso interés económico o mera al Nuevo Mundo y gozan de inmediata difu
mente con importancia militar. También des sión. Se aceptaba asi la división entre bienes
tacan las diferencias entre el municipio de la públicos y propios del cabildo, nociones cohe
América portuguesa y el de Hispanoamérica; rentes con los anteriores conceptos del dere
en el prim er caso, los inferiores recursos de cho romano; los bienes públicos eran las pla
la corona portuguesa y la inexistencia de las zas, calles, abastos, mercados, etc., de estric
riquezas más inmediatamente ambicionadas to uso público por parte de la comunidad,
hicieron posible una actividad municipal más imprescriptibles e inalienables; los bienes
independiente que en la América española. propios eran arrendados para su explotación
En la ciudad latinoamericana la estructu a los particulares.
ra política precedió a la económica. A la luz Conviene tener presente que la vida urba
de la historia urbana europea este nuevo tipo na en la colonia estaba fuertemente corpora-
de ciudad tiene algo de artificial, ya que se tivizada; las relaciones mercantiles y artesa-
asienta en un vasto continente donde las rutas nales estaban sujetas a férreos cánones de
comerciales y las economías regionales no difícil transgresión. El principal protagonis
habían aun adquirido rasgos permanentes, lo ta en el control, promoción e iniciativa del
cual duraría mucho tiempo en producirse. conjunto de estas actividades fue el cabildo.
262 C O M U N A (Y M U N IC IP IO ) E N A M É R IC A LATINA
actividad, desde la formación de las deman mismos son determinantes para la formación
das hasta los procesos de conversión a las res de las actitudes de la opinión pública y, por
puestas del propio sistema. Metafóricamen lo tanto, para el tipo de presiones ejercidas
te, la c. puede concebirse como "el sistema por esta última sobre los centros de decisión
nervioso" de toda unidad política. Tres orien del sistema político. Las diferencias más rele
taciones principales se han desarrollado en vantes de los flujos de c., según Richard Fagen
materia de c. política. La primera orientación, (1966), están relacionados principalmente con
elaborada por la escuela e stru ctu ral- el tipo de régimen político. En los regímenes
funcionalista, es la que trata a la c. como un democráticos, la c. tiende a ser continua entre
aspecto im portante aunque no esencial para la élite y la opinión pública. Los mensajes par
la comprensión de los procesos políticos. La ten de la élite a las masas con objeto de soli
segunda orientación es justamente la de aque citar el apoyo, como de las musas a la élite,
llos autores que aplican modelos cibernéticos aunque con mayor dificultad, a través de múl
al estudio de la política y que. por lo tanto, tiples canales que trasmiten la demanda polí
hacen de la c. la unidad de análisis capital de tica. En los regímenes autoritarios el flujo de
su teoría. Finalmente, la tercera orientación, c. es continuo entre las élites y los círculos
que por un lado se conecta con las investiga gobernantes. Y es igualmente continuo entre
ciones de sociolingüistica y por el otro a la la élite y la musa de los ciudadanos, en tanto
sociología de las comunicaciones de masa, es que son escasos los canales que trasmiten los
el de aquellas teorías que se concentran en mensajes en dirección opuesta. En los regí
los efectos de un acceso desigual a los recur menes totalitarios, finalmente, la caracterís
sos de la c. sobre la distribución del poder tica principal consiste en la compacta canti
político entre los distintos grupos organi dad de c. que Huye desde la élite hasta las
zados. masas. “Todos los aparatos humanos y tec
nológicos controlados por los lideres se
11. LA COMUNICACIÓN POLITICA COMO FUNCIÓN DL emplean para obtener el máximo de apoyo
■■INPL’T" Y SU INFLUJOSOBRE lA OPINIÓN PÚBLICA. Des popular y la máxima eficiencia. El esfuerzo
de el punto de vista del análisis estructural- es continuo, coherente y eficaz. Naturalmen
funcional en la versión de Almond. por ejem te hay otros flujos importantes: verticalmen
plo. la c. política se toma como una función te (desde la base hasta el vértice) bajo la for
de input cuyo desenvolvimiento constituye un ma de informaciones y de criticas moderadas
requisito necesario para el desarrollo de y. horizontal mente, entre la élite y los centros
todas las actividades relevantes del sistema de decisión en la forma típica de todos los sis
político. Bajo esta perspectiva, sirve, del mis temas burocráticos complejos. Pero el flujo
mo modo que todas las demás funciones, para dominante es el descendente" (Fagen, 1966).
lograr los fines de conservación y adaptación
del sistema político. Entendida de esta mane III LATEORIA DE LAS COMUNICACIONES. La C. políti
ra la c. política está implícita en todas las for ca. entendida como instrumento analítico, se
mas de contacto humano. Los contactos per ubica sin embargo sobre todo en el centro de
sonales informales representan el vehiculo una teoría ad hoc: la teoría de las comunica
más común. Como lo han puesto de relieve los ciones. A la luz de este esquema interpretati
que estudian la formación de la opinión publi vo particular de los fenómenos políticos, la
ca, este tipo de canales de c. (especialmente política se entiende como el conjunto de pro
el canal particular constituido por los lideres cesos de dirección y de coordinación de las
de opinión) es esencial en la trasmisión de los actividades que se desarrollan dentro del sis
mensajes a los miembros del sistema políti tema social para la consecución de los fines
co y, en consecuencia, en la formación de las a los que tiende el sistema. El proceso de
opiniones políticas. decision-making representa por tanto el
En los sistemas políticos modernos la c. aspecto más importante. La c. política es,
política pasa además a través de canales espe pues, para la cibernética, el conjunto de men
cializados: los medios de c. masiva. La cali sajes que permite la formación de decisiones
dad de los niass media, el tipo de mensajes políticas. Según este concepto de c. cualquier
trasmitidos, la frecuencia de los mensajes sistema caracterizado “por un grado relevan
C O M U N IC A C IO N POL ÍTICA 265
funciones” (K. W. Deutsch, 1972). se concibe los fenómenos de cambio del sistema políti
como una red de comunicaciones o mejor co. El concepto de retroalimentación (nega
dicho como una red de aprendizaje. De este tiva o positiva) es el instrumento analítico cla
modo se entiende también el sistema político. ve proporcionado por la teoría de las c. para
Un modelo de c. en su forma más simplifi comprender la dinámica del proceso político.
cada está compuesto por un conjunto de dis La retroalimentación negativa se refiere a
positivos receptores a través de los que se los procesos por medio de los que llegan al
trasm iten las informaciones del ambiente centro de decisiones las informaciones sobre
externo (input) y a los que competen además las consecuencias de sus decisiones anterio
las operaciones de selección de las informa res, le permiten evaluar si estas decisiones lo
ciones y de interpretación de acuerdo con un acercaron o alejaron de los objetivos propues
código apropiado, o conjunto de reglas inter tos y le permiten modificar, en consecuencia,
pretativas, que varía de un sistema a otro y su propio comportamiento. El proceso de
que depende de los valores dominantes, de la retroalimentación negativa representa, pues,
calidad y del tipo de canales de c. y, sobre para el sistema político un instrumento de
todo, de los fines que el sistema político tra control sobre el ambiente externo. Como dice
ta de alcanzar. Posteriormente, la informa Deutsch. la retroalimentación negativa “es el
ción tratada de este modo llega al centro de control del comportamiento en cada paso y
decisiones que la compara con los datos ante en cada etapa, de acuerdo con los resultados
riorm ente memorizados: valores, expectati reales de la etapa anterior y no de acuerdo
vas, recuerdo de experiencias semejantes, etc. con las buenas intenciones" (Deutsch, 1970).
Después de este proceso sigue el acto funda Al funcionamiento de los procesos de
mental para la vida del sistema político: la retroalimentación negativa están estrecha
decisión. mente unidos los conceptos de carga, de retar
Desde el punto de vista de la teoría de la do, de ventaja, de anticipación. La carga indi
c., la decisión se concibe como una manifes ca la velocidad v la cantidad del cambio pro
tación del poder político. El poder político es, ducido en la posición del objetivo que está
esencialmente, el medio que permite a la persiguiendo el sistema. El retardo es el espa
voluntad del centro de decisiones llevar a la cio temporal que separa el momento en que
práctica las decisiones suscitadas por la infor se pone en práctica una cierta acción y el
mación externa. momento en que la información sobre las con
En particular, esta perspectiva permite, de secuencias de la acción fluye nuevamente al
acuerdo con su teórico más importante, Karl centro de decisiones. La ventaja es la canti
Deutsch, una redefinición en términos proba- dad de cambio introducida efectivamente por
bilisticos del poder político llevando a cabo la acción del sistema. La anticipación indica,
una distinción entre el poder bruto y el poder finalmente, la capacidad de identificar la posi
neto. El poder bruto es "la probabilidad que ción exacta del objetivo en movimiento en el
tiene un sistema de realizar su propio progra momento en que la decisión se transforma en
ma interno imponiendo una determinada can acción,
tidad de cambios en el ambiente". El poder Deutsch observa en particular que "las pro
neto, en cambio, se deriva del poder bruto babilidades de éxito en la persecución del
"como la diferencia entre la prohabilidad de objetivo son siempre inversamente proporcio
estos cambios impuestos al mundo externo nales al grado de carga y ai de retardo. Has
y la probabilidad de otra cantidad critica o ta cierto punto se pueden correlacionar posi
relevante de cambios que se producen en la tivamente con la medida de la ventaja, aun
estructura interna" (Deutsch. 1972).IV que cuando la ventaja alcanza altos niveles
esta relación puede invertirse, y se correla
IV PROCESOS OF. REIROALIMENTACIÓN NEGATIVA Y cionan siempre positivamente con la medida
positi\ a . La interpretación del proceso políti de la anticipación" (Deutsch. 1972). Desde el
266 C O M U N IC A C IÓ N PO LITICA
punto de vista de la teoría de las c. un fun nes desde el ambiente externo provoca una
cionamiento defectuoso del proceso de retroa- redefinición de los objetivos del sistema.
limcntación la principal ratón de la ineficien
cia (entendida como incapacidad de producir V I.OS FLUJOS DE COMUNICACIÓN POLITICA ENTRk LOS
decisiones políticas aptas para favorecer la subsistemas políticos. El funcionamiento y la
consecución de los objetivos) de muchos sis naturaleza misma de los canales de c. con los
temas políticos. que están ligados los procesos de retroalimen-
La retroalimentación positiva es un proce tación dependen, según Fagen (1966), de cua
so opuesto al descrito anteriormente. En este tro tipos distintos de factores: I] económicos;
caso la información sobre las consecuencias 2] socioculturales; 3j políticos; 41 históricos.
de una decisión política anterior provoca un El nivel de desarrollo económico influye de
reforzamiento en el comportamiento del sis diversas maneras en la c. política; sobre todo
tema en la misma dirección. Las situaciones determina la mayor o menor difusión de los
conflictivas se pueden explicar generalmen mass media. En las sociedades tradicionales,
te en términos de retroalimentación positiva en que no existen medios de c. masiva o son
(o retroacción amplificadora). En estos térmi escasos v predominan los contactos cara a ca
nos se pueden explicar igualmente los fenó ra, los procesos de retroalimentación presen
menos de derrum be y de cambio de los siste tan diferencias significativas, por ejemplo en
mas políticos. El punto crucial que hay que términos de "tiempo" necesario para los ajus
verificar, a este propósito, es si la secuencia tes impuestos por las nuevas informaciones
de los reforzamientos del comportamiento, respecto de las sociedades modernas, en que
provocados por la retroalimentación positi tanto las masas como las élites están expues
va, es creciente o decreciente. En el prim er tas constantemente al influjo de los mass
caso "la reacción total está destinada a cre media. Del mismo modo, por lo que se refie
cer m ientras no rebase los limites del siste re a los factores socioculturales, el nivel de
ma y termina en alguna forma de derrumbe" alfabetización, el grado de instrucción, el tipo
(Deutsch, 1972); la reacción se puede configu de cultura política entrañan diferencias sig
rar como un proceso de escalation. En el nificativas en los canales de c., en la estruc
segundo caso estaremos, en cambio, en pre tura de los mensajes, etc. La mecánica de los
sencia de un proceso de de-cscalation, desde procesos de c. política varia también según
el momento en que lodo reforzamiento pos si los medios de c. están controlados directa
terior del comportamiento será más peque mente por la élite o si sus adversarios tienen
ño que el anterior y el sistema tenderá a acer la posiblidad de form ular críticas públicas
carse a su máximo nivel de prestaciones y de capaces de influir en la opinión pública y, por
eficiencia. eso mismo, de provocar reacciones por p ar
La retroalimentación es, además, un con te de la élite. Finalmente, la mecánica de los
cepto fundamental para comprender los fenó procesos de c. sufre el influjo de las tradicio
menos de cambio de los sistemas políticos. El nes históricas de la sociedad; varía, por ejem
cambio es provocado generalmente por una plo, en los países recientemente independiza
retroalimentación llamada cambiante de dos, dependiendo de si la red de c. existente
mira, o sea de un fenómeno de retroacción es todavía la creada por la potencia colonial
que interviene modificando los fines persegui o no, o dependiendo, por ejemplo, de si las
dos por un cierto sistema político hasta un "reglas del juego" establecidas históricamen
cierto momento de su historia. Esto puede te, que presiden los contactos entre las diver
suceder, ya sea porque el objetivo persegui sas estructuras políticas en un sistema polí
do anteriorm ente >e ha alcanzado y el siste tico moderno, se prolongan en el tiempo o se
ma político debe orientarse en busca de un sustituyen por otra-, reglas.
nuevo fin, ya sea porque ha habido cambios Según Fagen, lo que hay que comprobar
en los valores del sistema, en la estructura de para evaluar la eficiencia de los sistemas polí
sus canales de c. o en los elementos constitu ticos es si la red de c. es funcional al sistema
tivos del centro de decisiones. En este caso político, particularmente si la mecánica de los
es precisamente el proceso de retroalimenta- procesos de coinunica-ción que se llevan a
ción el que al hacer fluir nuevas informacio cabo dentro de los subsistemas que se consi
C O M U N IC A C IÓ N PO LITICA 267
rico y menos articulado según que baja más tecnología moderna de las c. políticas con
la pirámide social. Esto predispone a la inte fines de defensa del statu quo.
riorización de valores diversos en conexión
con diferencias de código lingüístico y de bihuggraf IA: K.W. Dcutseh, Los nervios del
capacidad cogniliva: mayor predisposición a gobierno (1964), México. Paidós: K.W. Deutsch,
la aceptación de la autoridad, al conformis Análisis de las relaciones internacionales, Méxi
mo de grupo, etc. (eterodirección) en las cla co, Paidós; R.R. Fagen, Política y comunicación
ses inferiores, mayor predisposición al desa (1966), México, Paidós; C. Mueller, The polirics
rrollo de una personalidad más autónoma y of communication, Londres-Nueva York, Oxford
más centrada en si misma (autodirección) en University Press. 1973; L. Pye, Evolución políti
las clases medio-altas. La estructura de los ca y comunicación de masas (1963). Buenos Aires,
valores tiende pues a adherir a la estructura Troquel, 1969.
de los sistemas lingüísticos, desigualmente
desarrollados, y de esta forma a reforzar y a [angelo panebianco]
reproducir las desigualdades económicas y
políticas fundamentales.
El tercer tipo de distorsión se debe a una
manipulación indirecta de la c. de masa por comunidad política
obra del gobierno y de los grupos privados
que lo controlan. En las sociedades de capi La c. política es el grupo social con base terri
talismo avanzado esta manipulación implica torial que reúne a los individuos ligados por
el tratam iento de los diversos problemas en la división del trabajo político. En su articu
los términos de una •‘paraideología” d e n tis lación más simple y general, la división de las
ta (Habermas) que reduce las cuestiones de funciones políticas está definida por la dis
la distribución del poder a problemas técni tinción entre gobernantes y gobernados: su
cos de maximización de la eficiencia mediante conjunto constituye la c. política. Para cons
un lenguaje centrado exclusivamente en los tru ir una c. política distinta es suficiente, por
medios más que en los fines (en los términos lo tanto, un asentamiento humano sobre un
de Weber, con un paso definitivo de la racio determinado territorio en que el manteni
nalidad sustancial a la racionalidad formal). miento de relaciones ordenadas entre los
Recuperando una tesis lanzada primero por miembros del grupo está garantizado por un
Mannheim sobre el papel de los intelectuales, poder mediante el uso de la fuerza o la ame
y acercándonos a las teorizaciones más naza de recurrir a la misma. La expresión c.
recientes sobre la "nueva clase" (Daniel Bell, política define, pues, un aspecto del estado:
Alvin Gouldner), Mueller observa que mien su base humana y territorial, el área en que
tras se asiste hoy a la integración política de el aparato de fuerza cuyo monopolio detenta
las clases inferiores, en particular del prole el gobierno puede ejercerse libremente. Sin
tariado industrial, ahora ganado para la cau embargo, hay que precisar que la c. estatal
sa del status quo, la oposición, en los países no es más que una manifestación histórica de
de capitalismo maduro, con un sistema dis la organización política de la sociedad (la más
torsionado de c. política sobre el que se gober evolucionada y compleja), de la cual, por
naría toda la estructura del dominio, puede ejemplo, la organización urbana y feudal
venir sólo del "estrato cultural", de aquella constituyen importantes antecedentes.
área de profesionistas de lac. cuyo papel polí La c. política es a menudo objeto de senti
tico se ha ensanchado hoy sea por el desarro mientos de pertenencia y de fidelidad por par
llo de la instrucción o por la expansión de los te de sus propios miembros. Cuando las
medios de c. de masa Esencialmente, según dimensiones de la c. política coinciden más
Mueller, ha de atribuirse el rechazo de este o menos con la extención de las relaciones
estrato cultural a legitimar ideológicamente ordinarias de la vida cotidiana (como en la
las nuevas formas de dominio a la crisis de ciudad-estado griega), el sentido de pertenen
autoridad de que sufren los regímenes polí cia a aquélla tiende a confundirse con el sen
ticos occidentales y su incapacidad para tido de apego a la c. natural, es decir al gru
extraer un provecho completo del uso de la po cuva vinculación fundamental está cons-
C O M U N ID A D PO LITIC A 269
ti luida por relaciones personales que se esta grupos más vastos que el clan. En cambio, en
blecen entre sus componentes y se mantienen una sociedad en que el mudo de producción
aun sin la acción del poder político. En cam es de tipo industrial, con concentración de
bio cuando las dimensiones de la c. política grandes masas obreras en las fábricas, alre
no permiten la formación de relaciones per dedor de las que se forman grandes ciudades,
sonales entre todos sus miembros, el sentido la división del trabajo se hace tan compleja
de fidelidad a la misma nace de la interven que resulta posible organizar grupos huma
ción del poder político. Tal es el caso del esta nos en espacios de las dimensiones de los
do nacional, que tiende a poner la uniformi estados nacionales, y mucho más vastos aún.
dad de lengua y de costum bres a todos los Es cierto que en épocas anteriores a la for
miembros de la c. política y mantiene su mación de la sociedad industrial moderna se
poder gracias a la representación ideológica pudieron construir grandes imperios, como
(ideológica porque esa uniformidad no es nun el romano, pero su cohesión se basaba en rela
ca completa) ya que los miembros de la c. polí ciones de sujeción y no en la participación
tica tienen la misma lengua y las mismas cos política de todos los ciudadanos, como suce
tumbres. La intensidad del sentimiento nacio de en el estado moderno. Después del ocaso
nal estará, entonces, en función de dos facto de la ciudad-estado, en que la extensión del
res: la extensión de los vínculos entre los indi comportamiento de la vida común coincidía
viduos y el poder (número de los individuos con el área en que operaba el poder político
incluidos efectivamente) y su profundidad supremo, sólo la conducta de una pequeña
(cantidad de actividades humanas incluidas). parte de la población (mercaderes, burócra
Los cambios que se producen en el sistema tas, etc.) estaba unificada por encima de la c.
político afectan más a menudo a la estructu de estrutura agraria, donde se desarrollaba
ra del gobierno y algunas veces del régimen, la vida del hombre común, y estaba ligada al
en cambio las modificaciones de la estructu poder central. Sólo con la formación del esta
ra de la c. política tienen un carácter excep do nacional moderno un número cada vez
cional. Las formas más frecuentes de esas mayor de formas de conducta se unificó en
modificaciones son la unificación de dos o espacios cada vez más vastos, se vinculó con
más c. políticas, el desmembramiento de una el estado v permitió, con la democracia repre
c. política en dos o más entidades autónomas, sentativa, la ampliación del área de gobier
la anexión de una parte de una c. política a no libre. Pero esta forma de organización polí
otra. tica encontró en la dimensión su propio limite
En los términos muy generales de la con y los conflictos internacionales que se deri
cepción materialista de la historia correspon varon de la misma crearon estados cerrados
diente a las relaciones entre sociedad civil y y belicosos.
estado se puede afirm ar que la evolución del El estudio de las bases histórico-sociales de
modo de producción tiende a m ultiplicar e la c. política nos ofrece, pues, un criterio gene
intensificar constantemente las relaciones ralísimo que nos permite explicar no sólo las
sociales y a unificarlas en áreas cada vez más razones de la ampliación de las dimensiones
vastas, y que en cada etapa de esa evolución de la c. política sino también de la disolusión
las dimensiones de la c. política se amplían de estados demasiado vastos para mantener
desde la ciudad a la región, a la nación, al con se en un espacio no integrado suficientemente
tinente. El grado de desarrollo de la división desde el punto de vista social. Pero asi como
social del trabajo establece el tipo de relación no han existido nunca (y no existen todavia)
existente entre los hombres, su grado de las condiciones sociales para crear una c. polí
dependencia reciproca y los límites en que es tica de dimensiones mundiales, el mundo está
posible organizar grupos humanos. Por ejem dividido en una pluralidad de estados. Esta
plo. en una sociedad en que los hombres viven pluralidad determina la anarquía internacio
de la caza y de la pesca, la dimensión de la nal, el antagonismo entre los estados y la con
c. política no puede rebasar el nivel del clan, siguiente adaptación de las estructuras esta
o sea del grupo de cazadores y de pescado tales a las necesidades de esta lucha. Funda
res. A ese nivel de desarrollo de la producción mentalmente por esta razón las estructuras
no se pueden form ar ni tener vida autónoma del estado se presentan como un factor reía-
270 C O M U N IS M O
ha creado el derecho privado". Estos ideales rras entran a trabajar como asalariados, en
y posiciones, al mundanizarse la iglesia y al condiciones terribles, en las nuevas manufac
identificarse poco a poco con los ordenamien tureras; otra parte se convierten en bandas
tos sociales y políticos dominantes, pasan a de vagabundos famélicos, dedicados a la rapi
ser patrimonio de la espiritualidad popular ña y al saqueo: una gravísima calamidad
y de los movimientos heréticos: así los cáta- social, que las autoridades afrontan con ener
ros (siglos xii y xni) exaltan la pobreza y la gía y dureza inflexibles.
castidad, proclaman la necesidad de poner En este marco se ha de considerar la Uto
todas las cosas en común y de vivir del pro pia (1516) de Moro, la cual contiene la siguien
pio trabajo; del mismo modo los valdenses te afirmación: "Me parece que allá donde rige
repudian la propiedad privada. También en la propiedad privada, donde el dinero es la
la predicación de Joaquín da Fiore (siglo xu) medida de todas las cosas, es muy difícil que
y en su profecía de un advenimiento inminen se llegue a establecer un régimen político fun
te del reino del Espíritu Santo, están presen dado en la justicia y en la prosperidad.” En
tes los ideales de pobreza y de castidad, de efecto, en la isla de Utopia la propiedad pri
fraternidad y de comunión universales, aban vada y el dinero son abolidos y todos los bie
donando de una vez las luchas por lo mío y nes inmuebles (tierras, materias primas, talle
lo tuyo. Influencias joaquinistas operan des res, etc.) pertenecen al estado. Los ciudada
pués sobre los franciscanos intransigentes nos son equitativamente trabajadores y feli
que proclaman la prohibición de poseer, y ces: cada uno de ellos no trabaja más de seis
sobre el movimiento comunista de fray Dul- horas al día, o sea lo suficiente para satisfa
cino (1304-1307). cer las necesidades de todos, porque en Uto
Pero la vinculación entre espiritualidad pia no hay ociosos que tengan que ser man
cristiana y reivindicaciones sociales de fon tenidos por los demás. Cada familia es libre
do comunista no está presente solamente en de tom ar del fondo común los bienes necesa
toda la edad media, sino que llega hasta la rios; esto no aumenta el consumo, porque en
época moderna: baste mencionar el papel Utopia no existen los lujos y nadie tiene inte
desempeñado por los anabaptistas en las gue rés en acumular bienes de sobra cuando se
rras campesinas (1524-1525) y en la predica sabe que nunca faltará lo necesario.
ción de Thomas Münzer por un regreso a la Además, Moro provee a Utopia de un orde
comunión y a la igualdad del cristianismo ori namiento político y adm inistrativo de tipo
ginario.I. declaradamente democrático, por el que
todos los cargos referentes a la aplicación de
II. UTOPÍAS COMUNISTAS Dt. LA EDAD MODERNA: MORO las leyes son electivos, mientras que los asun
y campan ella. No por casualidad las primeras tos económicos y sociales (duración del tra
grandes utopias comunistas, formuladas por bajo y su distribución, cantidad y calidad de
eminentes pensadores, aparecen en los siglos la producción, etc.) se confían a una asamblea
xvi y xvii. o sea en una época que asiste a la elegida por todos los utopistas. Sin embargo
progresiva decadencia de los modos de pro en Utopía no queda abolida la esclavitud: a
ducción y de vida preburgueses y a la afirma los esclavos —constituidos por ciudadanos
ción de las clases burguesas. Y tampoco es culpables de delitos que han de purgar con
casual que la primera gran utopia de los tiem un periodo de servidumbre, por prisioneros
pos modernos —que por lo demás dará su de guerra, etc.— se les asigna los trabajos más
nombre a todas las demás— sea obra de un humildes y repugnantes.
inglés, Tomás Moro (1478-1535). En Inglate La convicción de que si el trabajo se regu
rra, en efecto, ya en el siglo xv se produce la racionalmente, y se produce no para el pro
una profunda transformación economico-so- vecho y enriquecimiento de los particulares
cial: comunidades rurales enteras son expul sino en forma inmediata para las necesidades
sadas de las tierras que cultivaban desde de la comunidad ésta tendrá bienes en abun
tiempos inmemoriales, v son convertidas en dancia, está también presente en la obra del
pastizales para las ovejas, a fin de proporcio fraile Tommaso Campanella (156S-I639). En
nar la lana a las manufactureras textiles. Par I.ü Ciudad del Sol (publicada como obra pos
te de estos campesinos expulsados de sus tie tuma en 1643) el autor describe una isla de
272 COMUNISMO
privada como el origen de todos los males babuvista se articule esencialmente según for
("Quitad la propiedad ciega y el depravado mas económicas artesanales más que en for
interés que la acompaña... y ya no habrá más mas industriales, insistiendo más en la debi
pasiones furiosas, ni acciones feroces, ni lidad y el estancamiento de las fuerzas pro
nociones o ideas sobre el mal moral"); más ductivas que en su expansión y su desarrollo.
radicalmente que Rousseau, Morelly auspicia Sin embargo, es evidente la gran importan
ba la supresión de la propiedad privada. La cia del programa de Babeuf y de sus compa
sociedad perfecta se configuraba a los ojos de ñeros (Antunelle, Buonarroti, Darthé, Félix
Morelly como una sociedad planificada inte Lepeletier, Sylvain Maréchal): no se trata de
gralmente, en la cual todos los ciudadanos lle una mera expresión doctrinaria, sino que con
varían los propios productos a los almacenes la "Conjura de los iguales" entra en la histo
públicos, los cuales los distribuirían a su vez ria política. Además aporta a la tradición
según las necesidades. comunista dos ideas muy importantes, des
lina planificación análoga existía en la esfe tinadas a desarrollarse posteriormente: la ins
ra intelectual y espiritual. La comunidad esta tauración de la democracia directa y el con
blecería el número de aquellos que se dedi trol de la minoría ilustrada. En la concepción
carían a las ciencias y a las artes y no se debía de Babeuf y de Buonarroti, en efecto, el cuer
enseñar otra filosofía moral sino la que cons po legislativo debe estar sometido a un rigu
tituye la base de las leyes. "Existirá una espe roso control por parte del pueblo y con dere
cie de código público de todas las ciencias, al cho de veto; en la práctica el poder legislati
que no añadirá nunca nada en lo concernien vo, aunque elegido por el pueblo, tiene sola
te a la metafísica y a la ética más allá de los mente el derecho de proponer las leyes, mien
límites prescritos por las leyes; se añadirán tras que la decisión definitiva es sólo del
solamente los descubrimientos físicos, mate mismo pueblo. Por otro lado, según Babeuf
máticos y mecánicos confirmados por la expe y Buonarroti, la gran mayoría del pueblo se
riencia y por la razón.” encuentra lejos del camino del bien y de la vir
Todas estas ideas las volvemos a enrontrar tud, ofuscada por los intereses particulares
en el Manifesté des pléhciens (1795) de Babeuf, y engañada por teda clase de reaccionarios
donde se proclama que, puesto que la propie e intrigantes. De aquí el deber insustituible
dad privada introduce la desigualdad, y por de una minoría ilustrada de llevar a cabo la
otro lado la "ley agraria" —o sea la división revolución: "Esta difícil tarea compete sola
de la propiedad de la tierra en partes igua mente a algunos ciudadanos sabios y valien
les— no podría durar más que un día ("al día tes, que, profundamente impregnados de
siguiente de establecerse aparecería de nue amor por el país y por la humanidad, han ana
vo la desigualdad"), queda solamente un cami lizado a fondo las causas de los males públi
no a seguir: "instaurar la administración cos, se han liberado de los prejuicios y de los
común; suprim ir la propiedad privada; des vicios propios de su época y han superado la
tinar cada hombre a la profesión que cono mentalidad de los contemporáneos...” A pro
ce, según su talento: obligarlo a depositar el pósito del papel y de las tareas de tal mino
fruto en especie en el almacén común; crear ría ilustrada, Babeuf habla de "dictadura de
una administración sencilla de las subsisten la insurrección", queriendo significar que los
cias, la cual, registrando a todos los indivi revolucionarios no deben dudar en adoptar
duos y todas las cosas, hará que estas últimas medidas políticas extremas para garantizar
se repartan con la más estricta igualdad". el éxito de la propia empresa. He aquí el pri
Como ha señalado G. Lefebvre, el progra mer germen de una idea que tendrá capital
ma de Babeuf es esencialmente un comunis importancia en la concepción de Marx y de
mo distributivo, aunque apunta tal vez la Engels.
necesidad de una organización colectiva en el
trabajo de la tierra. Además, como ha puesto V. FOL'KILR. OWEN, CABET Y LOS SAN&IMONIANOS. Las
de relieve Soboul, las condiciones de la épo escuelas socialistas y comunistas que flore
ca, y en prim er lugar el bajo grado de concen cieron en el período que transcurre entre el
tración capitalista y la inexistencia de una final de la revolución francesa y 1848, se dis
producción en masa, hacen que el programa tinguen netamente del programa de Babeuf
274 COMUNISMO
rir al estado, transform ado en asociación de bajos precios de sus mercancías han sido la
trabajadores, aquel derecho de herencia que artillería pesada con la que ha abatido todas
constituye el fundamento de la propiedad pri las murallas chinas.
vada, de modo que la tierra y el capital se con Con la creación del mercado mundial, la
viertan verdaderamente en instrum entos de burguesía ha convertido en cosmopolitas la
trabajo de los productores. producción y el consumo de todos los países;
ha aniquilado las antiguas industrias nacio
v i. el c o m u n ism o m a r x ist a . La concepción nales y las ha sustituido con nuevas indus
comunista de Marx (1818-1883) y de Engels trias, las cuales ya no trabajan con m aterias
(1820-1895) está también estrechamente vin primas propias, sino con m aterias primas
culada a la organización industrial del mun procedentes de las más remotas regiones, y
do moderno; más aún, es su pieza fundamen cuyos productos ya no se consumen solamen
tal. En efecto, una de las características fun te en un país, sino en todos los países del mun
damentales de la concepción marxista es la do. Con ello termina todo aislamiento local
de no pronunciar ninguna condena moral de o nacional y empieza un tráfico universal, una
la burguesía, sino más bien celebra y exalta, dependencia universal de las naciones entre
con tonos ditirámhicos, su función histórica. sí.
Esto aparece bien evidente en el Manifiesto Sin embargo la burguesía, que ha suscita
del Partido comunista (1848), donde se afir do como por encanto tan potentes medios de
ma que existe una diferencia fundamental producción y de intercambio, se parece al
entre la burguesía y las clases preburguesas brujo que no logra ya dom inar los poderes
que han dominado en los últimos siglos: mien ocultos que ha evocado. Las modernas fuer
tras que la condición de existencia de las cla zas productivas se rebelan contra las moder
ses preburguesas era la conservación inmu nas relaciones de producción y contra aque
table del antiguo modo de producción, la bur llas relaciones de propiedad que representan
guesía, en cambio, no puede existir sin revo la condición de existencia de la burguesía y
lucionar continuamente los instrum entos de de su poder, que condenan a la gran mayoría
producción, y por tanto las relaciones de pro de la población a una extrema indigencia y
ducción y todo el conjunto de relaciones a una progresiva exclusión de los beneficios
sociales. Esta acción incesante desintegra ya de la enorme riqueza material producida.
sea las estables y oxidadas condiciones de Este contraste se pone de manifiesto en las
vida, ya sea las opiniones e ideas tradiciona crisis comerciales, que con sus reincidencias
les. y las nuevas ideas envejecen antes de periódicas amenazan cada vez más la existen
haber consolidado su estructura. cia de toda la sociedad burguesa. En las cri
Además, la burguesía ha demostrado por sis se produce una epidemia social que en
prim era vez hasta dónde puede llegar la acti cualquier otra época hubiera parecido un con
vidad humana, ha creado mayores maravillas trasentido: la epidemia de la plusproducción.
que las pirámides de Egipto, los acueductos Las fuerzas productivas han llegado a ser
romanos o las catedrales góticas; ha hecho demasiado poderosas, y las relaciones b u r
mayores expediciones que las migraciones de guesas demasiado estrechas para poder cana
los pueblos o las Cruzadas. Ha modificado la lizar las riquezas producidas.
faz del mundo en una medida que no tiene La burguesía supera las crisis destruyen
precedentes en las historia humana. Ha rea do por un lado de m anera forzada una gran
lizado por prim era vez una verdadera y real cantidad de fuerzas productivas y conquistan
unificación del género humano y ha creado do por otro lado nuevos mercados o explotan
un mundo a su propia imagen y semejanza. do más intensamente los mercados ya exis
La necesidad de salidas cada vez más amplias tentes. Sin embargo, de este modo prepara
para sus productos la ha llevado hasta los crisis más amplias y más violentas, reducien
últimos confines del globo terrestre. Mejoran do al mismo tiempo los medios para preve
do rápidamente todos los instrum entos de nir crisis futuras. Las armas con las que ven
producción, haciendo cada vez más ágiles las ció al feudalismo se vuelven ahora contra ella
comunicaciones ha integrado dentro de la y la llevan inevitablemente a la decadencia y
civilización a las naciones más primitivas. Los a la muerte.
276 COMUNISMO
Ésta es, a grandes rasgos, la parábola pre las mismas medidas coercitivas se aplicarán
sentada en el Manifiesto a propósito de la fun en un área restringida y sólo por un cierto
ción histórica de la burguesía. La sentencia tiempo. Por todo lo dicho Marx planteó siem
que se pronuncia contra dicha clase no tiene pre una crítica firme y decidida de las con
pues nada de muralista ni está fundamenta cepciones jacobino-blanquistas: para él la
da en una opción de tipo ético, o sea en un revolución proletaria puede realizar una
"deber ser”, sino que se ve como el resulta transformación comunista de la sociedad sólo
do inevitable de un proceso objetivo, de orden cuando el desarrollo capitalista haya alcan
material-social, en todo y por todo similiar a zado su propia cima; todo intento de acele
un proceso de historia nacional. ra r arbitrariam ente los tiempos de la revolu
El análisis marxista del desarrollo burgués ción llevaría solamente al fracaso o a la adop
quedaría sin embargo en gran manera incom ción de medidas terroristas cada vez más gra
pleto si no se tuviera en cuenta el esquema ves, que term inarían por desnaturalizar la
dicotómico (basado solamente en dos clases misma revolución.
sociales) que constituye uno de sus elemen También bajo otro punto de vista un desa
tos más esenciales. Según Marx, el capitalis rrollo capitalista plenamente realizado cons
mo, en su ascenso, aniquila progresivamen tituye el presupuesto esencial de la concep
te a los grupos intermedios y los proletariza: ción marxista: según Marx, solamente la gran
el número de los obreros tiende pues a industria realiza el enorme aumento de la
aum entar de modo constante y en el periodo riqueza social que puede hacer posible la apli
final del desarrollo capitalista se enfrentarán cación de la siguiente regla: de cada uno
solamente dos clases: burguesía y proleta según las propias capacidades, a cada uno
riado. según las propias necesidades.
Éste es un punto capital de la teoría m ar Se ha de tener en cuenta a este respecto que
xista: si en efecto, como Marx da por descon Marx revisa una característica negativa de la
tado, la clase burguesa se distingue de las pre literatura socialista y comunista precedente
cedentes clases dominantes porque no está en en el punto en que ésta propugna "un asce
condiciones de asegurar a sus esclavos ni tan tismo universal y una burda tendencia a igua
sólo la existencia dentro de los límites de la lar todo”. Este tema, ya desarrollado en los
esclavitud, ya que está obligada a dejarlos Manuscritos económico-filosóficos de 1844,
caer en una situación tal que tendría que ali está presente en todas las obras de Marx has
mentarlos en vez de ser alimentada por ellos; ta llegar a la Critica del Programa de Gotha:
y si es igualmente cierto que la clase obrera el derecho igualitario burgués es nivelador en
está destinada a convertirse en la gran mayo abstracto, porque aplica a todos los hombres
ría de la población, a causa de la proletariza- la misma medida, sin tener en cuenta sus dife
ción de los grupos intermedios, entonces la rencias físicas, familiares, intelectuales, etc.
expropiación de los expropiadores será un En la sociedad comunista el estrecho derecho
hecho absolutamente necesario e inevitable. burgués será superado, y cada uno dará según
"Todos los movimientos existentes hasta la sus propias capacidades y recibirá según las
actualidad —se lee en el Manifiesto— han sido propias necesidades. Para alcanzar este obje
movimientos de minorías o en el interés de tivo es sin embargo necesario que las fuerzas
minorías. El movimiento proletario es el productivas lleguen a su máximo desarrollo
movimiento independiente de una ingente y las fuentes de la riqueza social fluyan con
mayoría en interés de esa ingente m ayoría.” toda su plenitud.
Este carácter ampliamente mayoritario del
movimiento proletario asegura, según Marx, vil. KAUTsKY Y LA POLÉMICA C0X LOS BOLCHEVIQUES.
que la revolución socialista y la fase sucesi La critica dirigida por Kautsky a Lenin y a
va de "dictadura del proletariado", aunque los bolcheviques por haber "forzado” el pro
estén caracterizadas por medidas violentas y ceso histórico, quemando arbitrariamente las
coercitivas (a fin de destruir la máquina b ur etapas, y poniendo en marcha el proceso revo
guesa establecida, instrumento de la dictadu lucionario en un país retrasado, es una criti
ra de la burguesía: v. marxismo), serán apo ca fiel a la inspiración más profunda del m ar
yadas por la gran mayoría de la población, y xismo. Según Kautsky, cuanto más capitalista
C O N C IL IA R 1SM O 277
y democrático es un estado, tanto más se tación parlam entaria y según las reglas de
encuentra cerca del socialismo: ya sea porque una sociedad pluralista, y estableciendo el
una industria capitalista altamente desarro marco esencial y no sustituible en el que se
llada significa alta productividad, trabajo pondrá en marcha hasta su conclusión un
socializado, proletariado numeroso, o porque proceso de transformación socialista y comu
en un estado democrático el proletariado está nista de la sociedad.
mejor organizado y capacitado. Para ver los diversos procesos del movi
Los bolcheviques, por el contrario, tienen, miento comunista a p artir de la revolución
según Kautsky, una concepción esencialmen rusa y de la Tercera Internacional hasta nues
te jacobino-blanquista de la dictadura del pro tros días, v. las siguientes voces: leninismo,
letariado. concepción que se pone de mani stallnismo, trotskismo, maoísmo, eurocomu-
fiesto en el hecho de apoyar su proyecto revo nlsmo.
lucionario no sobre un desarrollo adecuado
en lo económico-industrial y en lo político, bibliografía: Historia del socialismo, 1789-1848
sino en un voluntarismo abstracto. El poder (1970), a cargo de Gian Mario Bravo, Barcelona,
de los bolcheviques se configura asi necesa Ariel. 1976: G.D.H. Colé, Historia del pensamien
riamente como una dictadura de minoría, que to socialista, vol. i: Los precursores, 1789-1850
desembocará inevitablemente en un régimen (1955), México, Fondo de Cultura Económica,
fundado en medios de control de tipo buro 1964; Puritanessimoe liberta. Dihattiti e lihelli,
crático y policiaco. a cargo de V. Gabrieli, Turin, Einaudi, 1956; K.
Para Kautsky, en cambio, la dictadura del Korsch, Karl Marx (1958), Barcelona, Ariel, 1975;
proletariado debe llegar como consecuencia G. Lichtheim, Orígenes del socialismo (1969), Bar
de la conquista de la mayoría parlamentaria: celona, Anagrama, 1970; G. Lichtheim, El mar
tal mayoría no debe suprim ir ni lim itar las xismo (1969), Barcelona, Anagrama, 1971; R.
libertades civiles y políticas, debe verificar Mondolfo, Comunismo, en Enciclopedia italiana,
periódicamente las bases del propio consen Roma, Istituto Enciclopedia Italiana, 1929, vol.
so mediante elecciones libres, y sólo ha de Xi; M.L. Salvadori, Kautsky e la rivoluzione
recurrir a medios coercitivos contra aquellos socialista, 1880-1938, Milán, Feltrinclli, 1976; D.
movimientos y grupos minoritarios que even Settembrini. Due ipolesi peril socialismo in Marx
tualmente se opongan con violencia al gobier ed Engels, Bari, Laterza, 1973; J.L. Talmon,
no legal de la mayoría socialista. De esta Mesianismo político (1960), México, Aguilar,
manera Kautsky retoma y profundiza la ins 1969; J.L. Talmon, I jos orígenes de la democra
piración antijacobina y antiblanquista (v. cia totalitaria (1952), México, Aguilar, 1956; E.
blanquismo) del pensamiento de Marx, con Troeltsch, Die Soziallehren der christlichen Kir-
una im portante innovación: mientras que chen and Cruppen (1912), Florencia, La Nuova
Marx sostuvo siempre como algo necesario la Italia, 1941-1969.
superación de la democracia representativa
o delegada, sustituyéndola por una democra [GIUSEPPE BEDF.St.Hl]
cia directa, Kautsky sostiene en cambio que
la democracia representativa es un instru
mento fundamental que se debe potenciar y
no se ha de sustituir con elementos de demo conciliarismo
cracia directa o participativa.
Criticada ásperam ente por Lenin y los bol i. d e f in ic ió n . En su acepción más estricta el c.
cheviques, asi como por todos los partidos se puede definir como una doctrina eclesio-
que apelan al leninismo, la concepción del lógica que, en Occidente, afirma la superio
“renegado" Kautsky se tom ará como una ridad del concilio general respecto al papa.
especie de revancha histórica varios decenios Sin embargo, la medida de tal superioridad,
después, cuando algunos partidos comunis los casos en los que se aplica, los títulos en
tas de Europa occidental guardarán sus dis los que se fundamenta, se han entendido de
tancias respecto al leninismo y a la URSS, manera muy diversa. Si por una parte la doc
reclamando un riguroso respeto de las liber trina conciliarista llegó a su apogeo entre
tades civiles y políticas, en una libre confron 1378 y 1512, o, “si se prefiere" (Black, What
27* CONCILIARISMO
was conciliarism?, 213), entre mediador del papa y sacar las consecuencias jurídicas de
siglo xii y la Reforma, por otra también es este hecho? El papa Gelasio, en 495, había
cierto que las relaciones entre los concilios afirmado que el papa no podía ser juzgado
y el papa se han entendido de modos muy por nadie, y esta doctrina reaparece en los
diversos desde los tiempos del Africa de san Dictatus papau. Pero un texto atribuido a san
Cipriano hasta la época contemporánea. Aquí Bonifacio, reproducido en 1140 en el decreto
no tomaremos en consideración más que el de Graciano, introduce una reserva: "salvo en
c. en sentido estricto, el que floreció durante el caso de herejía" (Dist. xl, c. 6). Esta doc
la "crisis conciliar” de los siglos xiv-xv. trina fue aprobada por Inocencio III (1198-
1216) y desarrollada por los canonistas del
ii PKkMisAs. Tres son las premisas que deben siglo xiii. Es sobre esta base que los Colon-
establecerse: la complejidad de las relaciones na, en 1297, apelan al concilio contra Bonifa
papa-concilio; la jurisdicción sobre un papa cio VIII, acusándolo de herejía; el mismo
herético; las doctrinas de Marsilio de Pudua argumento lo retoma en 1303 Guillermo de
y de Guillermo de Ockham sobre la constitu Nogaret, en relación con el conflicto entre
ción de la iglesia. Felipe el Hermoso y Bonifacio VIII. A su vez,
a] Relaciones papa-concilio. En el trascurso recurriendo a las formulaciones de Felipe el
del prim er milenio los concilios, incluso los Hermoso. Luis el Bávaro apela en 1324 al con
concilios generales, no se presentan como cilio en contra de Juan XXII.
órganos de gobierno pontificio; ni tampoco c] La nueva filosofía política: Marsilio de
las decisiones conciliares buscaron siempre Pudua (1275/1280 - 1343) y Guillermo de Ock
obtener el aval de la autoridad romana. En ham (1295/1300 - 1349'Í350). Ambos bajo la
991 el concilio de San Basilio afirmaba la influencia de la filosofía política de Aristóte
superioridad de los cánones conciliares sobre les, el profesor de la Faculté des Arts de París
las decretales y el eco de dicha tesis llega has y el franciscano de Oxford proponen doctri
ta finales del siglo xi con Ivo de Chartres. nas eclesiológicas que, aunque distintas en
Por otro lado el papado no gozaba siempre diversos puntos, tienen en común la caracte
de la autoridad necesaria para imponer las rística de poner en discusión la autoridad
propias opciones y las relaciones entre Roma pontificia. Guillermo Durand el Joven, en un
y las iglesias locales no eran lo suficientemen escrito elaborado para el concilio de Vicnnc
te ágiles para perm itir un estrecho control de 1311 (el De modo gene ralis concilii cele-
pontificio sobre los concilios. brandi) propugnaba una limitación de la
Una nueva actitud se manifiesta a partir de potestad del pontífice y un reforzamiento de
la contundente afirmación de la autoridad las funciones del concilio. Es dentro del con
romana: los Dictatus papau, que expresan la cilio general, que debe reunirse al menos cada
doctrina de Gregorio VII (1073-1086) y de sus diez años, que el papa ejerce el poder legisla
más estrechos colaboradores, que declaran tivo. Marsilio expresa en el Defensor pacis
que "sólo el papa puede convocar concilios (1324) la concepción según la cual, tanto en
generales y ningún sínodo puede considerar la iglesia como en el ámbito civil, la autori
se válido sin el consentimiento pontificio”. dad reside en el pueblo. En la iglesia, los fie
Roma se aferrará siempre a esta doctrina. Los les la delegan al concilio general. Al contra
progresos de la monarquía pontificia, cada rio de Marsilio, Ockham no niega el origen
vez más acentuados desde finales del siglo xi divino del prim ado romano. La doctrina
hasta los pontificados de Avignon (1305-1378), expresada en su Dialogus (ca. 1343) es más
no pudieron evitar el surgimiento de protes sutil, más matizada, tal vez difícil de for
tas y criticas. Entre éstas se afirm a también mular.
el conciliarismo. Sin proclam ar la superioridad del concilio,
bj La jurisdicción sobre un papa herético. Tal quiere liberarse de la autoridad pontificia.
cuestión, que podría parecer simplemente Con la doctrina tradicional, atribuye al con
una hipótesis escolástica, aporta un nuevo cilio el derecho de juzgar a un papa herético,
argumento a los que sostienen la superiori pero reconoce la misma potestad al colegio
dad conciliar. ¿Quién sino el concilio general cardenalicio, o incluso al obispo del lugar de
podría pronunciarse sobre la herejía de un residencia eventual de un papa herético. Y si
CONC1LIARISMO 27V
par un lado pone en duda la infalibilidad pon cosa", Conrado distingue la iglesia universal
tificia. no por ello está más seguro de la del (congregatio fidelitmi) de la iglesia romana,
concilio o de cualquier otro órgano eclesial. constituida por el papa y el colegio cardena
Ockham, como .Vlarsilio, considera la iglesia licio. No es posible atrib u ir la infalibilidad a
mucho más como una congregado fideliuni este colegio, ya que ello equivaldría a colocar
que como una sociedad jerárquica, con un lo por encima de los apóstoles, cuya fe vino
pupa como jefe supremo. No estando en con a menos en el momento de la Pasión. Por el
diciones de ejercer por si mismos su potes contrario, la iglesia universal, de la que Cris
tad, los fieles la delegan al concilio. to es la cabeza, no puede equivocarse.
Convergían asi a favor del movimiento con Utilizando los análisis de Ockham, Conra
ciliar las re señ as respecto a un papado cada do afirma que a la iglesia universal le corres
vez más dominante, la doctrina canónica que ponde el poder y que está representada por
atribuía al concilio la jurisdicción sobre un el concilio general. Un año después otro teó
papa herético y las nuevas concepciones logo parisiense, Enrique de Langenstein. en
sobre la sociedad eclesiástica. A ello se ha de una Epístola concilii pacis, que tuvo una
añadir que las exigencias financieras de los amplia difusión, propugna a su vez la apela
papas nviñoneses, el modo en que éstos dis ción al concilio. Este puede ser convocado por
ponían libremente de los beneficios eclesiás el em perador sin la intervención del papa en
ticos en favor de sus familiares, a pesar de cuatro casos: herejía del papa, muerte de
ser patrimonio de las iglesias locales; el lla todos los cardenales después de la del papa,
mado, continuamente repetido desde finales e rro r de fe por parte del papa y de todo el
del siglo x i i i , en pro de una "reform a de la colegio cardenalicio, privación de libertad de
iglesia en la cabeza y en los miembros”, indu los cardenales por mala voluntad o tiranía de
cía a muchos espíritus a ver en el concilio el aquellos que se niegan a elegir un papa.
único órgano capaz de poner orden en la La acogida que recibieron dichas tesis fue
iglesia.I sin embargo moderada. En el concilio de Pisa
(1409), el conciliarismo representó una posi
III ELCISMA DE IA IGLESIA LOS REMEDIOS NECESARIOS. ción minoritaria.
En 1378 las dos elecciones, de Urbano VI y
de Clemente VII, dividen a la cristiandad. Se iv. desarrollo de ia doctrina. A p artir de fina
produce el cisma en la iglesia y desde su mis les del siglo xiv y en los prim eros decenios
ma cabeza. ¿Cómo poner fin a dicha situa del xv los que propugnaban la superioridad
ción? Este dram ático incidente perm itirá al del concilio se hacen más numerosos y más
c. manifestarse con toda su potencialidad. Las insistentes. En 1398, en su comentario a las
ideas formuladas por Juan de París, Guiller Decretales, el jurista perusino Baldo degli
mo Durand, .Vlarsilio y Ockham acerca del Ubaldi no ve otra solución para resolver el cis
lugar del concilio en la iglesia, asi como las ma que el concilio general. La argumentación
doctrinas canónicas relativas al juicio sobre la desarrolla diez años más tarde su alumno
un papa herético, ofrecían en efecto la posi Francesco Zabarella, obispo de Florencia. Su
bilidad de term inar con el cisma bicéfalo que Tractatus de schismale per imperatorem
pronto sería tricéfalo. Sería propio del con toliendo (1408) afirma la plenitud del poder
cilio gestionar y restablecer la paz y la uni del concilio, en cuanto éste representa a la
dad. Esta tesis fue sostenida por las cuatro iglesia considerada como comunidad de los
facultades de la Universidad de París el 20 de fieles. Es en la comunidad que reside el poder.
mayo de 1380, expresada por uno de sus La autoridad del papa sólo se justifica cuan
maestros, Conrado de Gclnhausen.cn una car do adm inistra bien. Atañe a la comunidad
ta a Carlos VI (Epístola concordiae, mayo de expresar el juicio sobre el cumplimiento de
1380). Se puede considerar dicha carta como tal condición. En cuanto a la superioridad del
el prim er gran manifiesto del c. Mientras que concilio general sobre el papa, Zabarella la
los canonistas clásicos como Ugución {Sum admite en dos casos: en cuestiones de fe y en
iría ad D. 93, c. 24) elaboraban una teoría todo lo que concierne al "estatuto de la igle
según la cual "la iglesia de la ciudad de Roma sia universal". Si el papa o los cardenales no
y la iglesia del mundo entero eran una sola pueden o no quieren convocar el concilio, ata
280 CONC 11.IAKISMO
ñe al emperador convocarlo, en cuanto repre bros”, instaura un control de las finanzas pon
sentante del pueblo cristiano, ya que "a él le tificias. Durante el concilio, en 1417, Pierre
ha sido delegado el poder sobre todo el mun d’Ailly redactó su Tractatus de ecclesiae, con-
do". En Francia Pierre d ’Ailly —que será can cilii gene ralis, romani pontificis et cardina-
ciller de la Universidad, limosnero de Carlos lium auctoritate, en el que limita la monar
VI y cardenal en 1412— desde 1380 fue un fir quía pontificia por medio de la aristocracia
me partidario del c. Con ocasión del concilio del colegio de cardenales y de la base más
de Pisa, otro universitario parisiense, Juan amplia (a veces se dice impropiamente más
Gerson, en el De unitate ecclesiastica (1409), democrática) del concilio general, que repre
reconocía el derecho de la iglesia universal senta a la comunidad de los fieles. También
reunida en concilio a deponer al papa. Sin en Constanza. Gerson revisa su obra princi
embargo el concilio de Pisa se refirió simple pal, el De poiestate ecclesiastica et origine
mente a la antigua teoría canónica del juicio inris (1417), en la que propone como el régi
por parte del concilio acerca de un papa heré men óptimo para la iglesia una politia mixta
tico cuando el 5 de junio de 1409 depuso a los con tres componentes: la realeza de Moisés,
dos papas rivales, en cuanto “cismáticos... y la aristocracia de los setentidós ancianos y la
heréticos notorios". El 26 de junio los carde participación del pueblo. En cuanto al conci
nales eligieron a Alejandro V, pero ya que los lio, puede reunirse en caso de muerte (natu
dos papas depuestos continuaron conservan ral o jurídica) del papa o en el caso de que éste
do seguidores, el cisma se convirtió en tri se niegue injustificadamente a convocarlo.
céfalo.
vi nuevos documentos coNciLiAKiSTAS. Si es cier
V. EL CONCILIARISMO EN EL CONCILIO DE CONSTANZA to que el concilio de Constanza corresponde,
(1414-1418). Por voluntad del emperador germa por efecto de sus decretos, al apogeo del c.,
no Segismundo, a fin de resolver el cisma, esta doctrina continúa activa después de
pero convocado por Juan XXIII, sucesor de 1415, aunque sin duda va a desaparecer una
Alejandro V en 1410, el concilio de Constan de las razones de la apelación al concilio. El
za hace pasar el c. de un debate doctrinal a concilio de Constanza pone fin al cisma tri
una aplicación jurídica. Los teólogos france céfalo con la destitución de Juan XXIII (29
ses partidarios de la doctrina conciliar, Pie de mayo de 1417), con la abdicación de Gre
rre d ’Ailly, Juan Gerson y Guillermo Fillas- gorio XII, la deposición de Benedicto XIII (26
tre, desempeñaron un papel preponderante de julio) y la elección de Martin V (11 de
en dicho concilio, casi siempre en función de noviembre de 1417), el cual reconstituye la
moderadores. No es ahora el momento de unidad de la iglesia.
detallar las discusiones sobre la resolución La superioridad del conciliu había sido pro
del cisma, las condenas de Wycliff y Hus, las clamada con violencia hacia 1410 por Dietrich
medidas dirigidas a una reforma de la igle von Niem en su De mudo uniendi ac reforman-
sia, sino que nos limitaremos a considerar las di Ecclesiam in concilio universali. Como dis
sesiones cuarta y quinta (30 de marzo y 6 de cípulo de Marsilio, Dietrich niega al papa el
abril de 1415). Los decretos promulgados en derecho de convocar y de presidir el conci
tales sesiones declaran que el concilio gene lio. o de cualquier definición acerca del esta
ral, ya que representa a la iglesia militante do en el que se encuentra la iglesia. "El con
recibe su poder directam ente de Cristo. Se cilio puede lim itar el poder del papa, ya que
proclam a la superioridad del concilio sobre representa a la iglesia universal. Puede ele
el papa en lo concerniente a la fe y a fines de gir al papa o deponerlo.”
la “reforma de la iglesia en su cabeza y en sus Esta concepción democrática del poder,
miembros" (decreto "Haec sancta synodus”). trasposición de la doctrina aristotélica del
La sesión trigesimonona (9 de octubre de estado a la constitución de la iglesia, la vol
1417), mediante el canon "Frequens”, estable veremos a encontrar, con menos virulencia,
ce la reunión de un concilio general cada diez en el De concordia catholica lihri tres de Nico
años, m ientras que la sesión cuadragesimo- lás de Cusa (1433).
tercera (21 de marzo de 1418), sobre la “refor Poco más tarde, el último de los grandes
ma de la iglesia en su cabeza v en sus miem canonistas del medievo, Nicolás Tudeschi, lia-
CONCILIARISMO 2SI
Jedin), rica en referencias, es por lo demás 1969; Concilium constanciense 1414-1418, a car
demasiado breve para intentar un análisis go de R. Biiumer, Darmstadt, 1977, t. XI, p . 426;
doctrinal. W. Brand-Müllcr, Das Konzil voti Pavia-Siena,
Incluso los politólogos y los constituciona- 1423-1424, Münster, Aschendorff, 1968-1974, 2
listas han sido atraídos por dichas doctrinas, vols.; J. Gilí, Histoire des concites oecuméniques:
en las que han creído vislum brar los prim e Constance et Bále-Florence, París, Éd. de l’Oran-
ros rasgos de la teoría de la representación, te, 1965, t. ix; A. Leidl, Die Primatsverhandlun-
del parlamentarismo, de la búsqueda de con gen auf dem Konzil von Florenz ais Antwort auf
trapesos para el absolutismo monárquico. den westlichen Konziliarismus und die óstliche
El riesgo de tales intentos es evidente. No Pentarchie, Paderborn, Schoning, 1975, t. i; F.
es posible interpretar el pensamiento medie Oakley, Conciliarism and the fifth Lateran coun-
val sobre la base de nuestras concepciones y cil, en Church History 1972, p p . 452-463; J.W.
de nuestras estru ctu ras institucionales Stieber, Pope Eugenias IV: the council of Bassel
modernas y sería asimismo ingenuo querer and the secular and ecclesiastical authorities in
utilizar aquellas fórmulas para resolver los the Empire. The conflict over supreme aulhority
problemas de nuestra época. Por otro lado es andpowers in the church, Leiden, Brill, 1978; P.
evidente que las sociedades políticas laicas de Vooght, Les pouvoirs du concite et l ’authori-
son sustancialmente distintas de las socieda té du pape au concile de Constance. Le décret
des religiosas. Tal vez sean posibles algunas “Haec sancta synodus" du 6 avril 1415, París,
comparaciones o algunas analogías, pero Cerf, 1965; P. de Vooght, Les controverses sur les
seria arriesgado hablar de elementos mutuos pouvoirs du concile et Vautorité du pape au con
o de casos de identidad. cile de Constance, en Rev. Theol. de Louvain, i.
1970.
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en general: R. Biiumer. Die Entwicklung des Kon- Chiesa concillare, Brescia, Paideia, 1981; P. Ber-
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2 vols.; H. Walther, Imperiales Konigtum. Kon-
ziliarismus und Volkssouveránitát, Munich, Fink, [JF.A\ GALDEMET]
1976.
Sobn los concilios del siglo xv: R. Biiumer, Die
Reformkonzilien des 15. Jhr. in der ncucrcn Fors-
chung, Annuarium Historiae Conciliorum i.
CONCORDATO ECLESIASTICO 283
c. se ha registrado que la Sama Sede, mien Tal forma de estado, que encontrará en el
tras se servía de la forma de los privilegia hegelismo su culminación teórica, y que en
apostólica allí donde debiera ceder concreta la realidad política se concretará en expresio
mente en los conflictos con los soberanos, uti nes antitéticas como, por ejemplo, el estado
lizaba por el contrario los concordata, o pac autoritario y el estado democrático, encuen
ta conventa, para dar lugar a un total reco tra la oposición decidida, incondicional, del
nocimiento de los éxitos conseguidos en los pensamiento teológico católico y de la cien
conflictos con el poder secular. No habría por cia jurídica canónica. Justam ente el instru
lo tanto choque de voluntades sino una sus mento concordatario, que anteriormente
tancial iniciativa sólo por parte pontificia, había representado para la Santa Sede el for
como lo demuestran los prepotentes ejemplos mal reconocimiento de su propia posición pri
del c. de Worms, así como del c. de Viena (s. mada, es invocado como barrera en contra de
xiv) y del c. de Bolonia (s. xvi), que marcan la la invasión de los estados. Apoyando a esta
formal definición de las victorias de la igle institución secular, a su tradicional validez,
sia católica contra las tendencias autonomis es violentamente contradicha la afirmación
tas, alemanas y francesas respectivamente. que hacia del estado un único valor, una úni
Por otro lado, es igualmente importante mani ca fuente del derecho para la reivindicación
festar, al amparo de una buena tesis, que el de la autonomía y de la independencia del
documento en el cual se sanciona la conven orden eclesiástico, o bien de la absoluta liber
ción es siempre sólo una bula pontificia, y que tad de la iglesia en el terreno que le es propio.
en este acto interno del ordenamiento ecle Proposiciones, éstas, que desarrolladas en
siástico la concordancia de las dos volunta el interior del mundo católico, terminan lue
des supremas es apenas indicada o directa go por ser acogidas en el mismo ámbito esta
mente ocultada (D’Avack, 1961). tal en una nueva formulación de la relación
Este carácter de unilateralidad acompaña estado-iglesia que tiene razones políticas no
a través de los siglos a la institución concor difícilmente imaginables: el estado, aun a cos
dataria. Considerando que aún en pleno siglo ta de una limitación de su propia soberanía,
xviii encontramos varios testimonios doctri encuentra, cuando no un aval, un respeto por
nales que se oponen al c. por ser instrum en parte de la iglesia de su propia línea de
to de predominio pontificio, debe decirse — gobierno; la iglesia, aunque en una posición
por una distinción tanto sum aria como inde que le impide oponerse .sustancialmente a las
bidamente esquemática— que sólo a fines del elecciones del ejecutivo estatal, obtiene la
siglo xviii, con la definitiva concreción en el intangibilidad de un campo en que se desen
Occidente europeo del estado moderno, el c. vuelve concretamente su propia misión.
asume la real forma jurídica de "convención Es por lo tanto sólo en la época moderna
bilateral”, o de "negocio transativo”.1 que la autoridad civil y la Santa Sede acuer
dan sus respectivas competencias y llegan a
11. ELCONCORDATO DESPUES DEL SIGLO XVIII. Después coincidencias acerca de los respectivos ámbi
del siglo xvm, con la definitiva eliminación tos de acción en un igual estado de sobera
de todo residuo de poder de carácter feudal, nía, en la igual condición de ordenamientos
lograda por medio de un sistema adm inistra jurídicos primarios, o de entidades dotadas
tivo burocrático, el estado, con la bandera de de independencia originaria y autonomía; se
concepciones racionalistas como el laicismo crea así una situación que se remite a los
y el agnosticismo, reclama para sí toda la esfe esquemas del derecho internacional, y que sin
ra de los derechos y de las obligaciones de los embargo conserva aspectos de una particu
súbditos, sustentando la propia competencia laridad tan importante que induce a una gran
aun en la reglamentación del fenómeno reli parte de la doctrina a hablar de “ordenamien
gioso. Invertidos los términos, es ahora el to especial concordatario". Para tal propósi
estado el que se arroga la llamada competen to resta, para ser breve, destacar que el c„ aun
cia de las competencias, o bien la autoridad siendo una fuente anómala de un derecho que
de definir lo que cae dentro de sus propios no es Ínter nationes (lo que, por cierto, resul
ati ibutos y lo que eventual mente pueda taría en sí influyente, no siendo extrañas al
incumbir a la iglesia. derecho internacional relaciones en las que
CONCORDATO ECLESIASTICO 285
participan sujetos en carácter funcional, es des políticas surgidas fuera de él. Al concep
decir carentes de los términos de la territo to de estado-persona lo sustituye, por otra par
rialidad y de la nacionalidad), y que en algu te, el concepto de estado-comunidad: una for
nas de sus expresiones parece contradecir la ma de estado no ya rígidamente centraliza
lógica del derecho internacional, es una ins da, ni ahora ya más comprensiva de todos los
titución que legítimamente se ha encuadra fenómenos emergentes en el interior de sus
do en la categoría de los instrumentos de pac confines territoriales sino, por el contrario,
to del orden internacional: y por la formal tendiente, para una participación popular
semejanza con los tratados internacionales, más amplia, hacia un pluralismo comunita
así como por el sustancial tipo de reglamen rio en el cual actúan complementariamente
tación que se pone en vigor, obliga a los con instituciones no estatales.
trayentes a la porción del principio intemacio La iglesia, por otra parte, ha hecho ya suya
nalista según el cual pacta sunt servando. oficialmente una nueva concepción de la rela
En esta problemática histórico-jurídica, ción con el poder civil, que le da mayor auto
que el mundo próximo a nosotros propone, nomía y por lo tanto una posibilidad de criti
se evalúan los numerosos c. estipulados entre ca más amplia frente a las directivas políti
la iglesia y los estados desde los años inme cas asumidas por el estado. Las previsoras
diatam ente posteriores a la prim era guerra intuiciones de una cierta teología que, surgi
mundial hasta pasada la mitad de nuestro da fuera del ambiente italiano, ya algunos
siglo, entre los cuales están los tratados de decenios antes del segundo conflicto mundial
Letrán, concluidos el 11 de febrero de 1929 había afirmado la necesidad de una acción de
por el gobierno italiano y la Santa Sede, que la iglesia dirigida directam ente a la concien
marcan la composición de la "cuestión roma cia de los fieles, prescindiendo de los acuer
na” y que, recibidos en 1946 por la constitu dos en un nivel verticalista con los gobiernos,
yente republicana, no llegan a tener vida y efi parecen confluir hoy fundamentalmente en
cacia sino en nuestros dias.I. las enunciaciones del concilio ecuménico
Vaticano II. Se recuerda, a propósito, que en
III. F.LCONCORDATO HOY: ¿DESARROLLO DE l.A PROBLE la lectura de los documentos conciliares se
MATICA o crisis del sistema ? La institución con evidencia por un lado la ausencia del vocablo
cordataria, que en un planteamiento de las c. y, por otro, la presencia de un nuevo con
relaciones entre estado e iglesia constituye el cepto: la colaboración entre iglesia y comu
sistema óptimo para componer los intereses nidad política. Ha parecido evidente que, con
tanto eclesiásticos como civiles, no puede ser eso, se ha querido form ular —a propósito de
puesta en discusión por la profunda crisis a relaciones entre lo temporal y lo espiritual—
la cual el universo jurídico contemporáneo no un criterio estrictam ente estudiado, obli
está sometido. Los mismos términos del pro gatoriamente individualizable en esquemas
blema —el estado y la iglesia— no son ya los jurídicos preconstituidos sino, por el contra
de otros tiempos o, de todas formas, no hay rio, el criterio más general, más amplio por
duda de que van modificándose en sus razo pertenecer al reino de la moral, de la positi
nes más intimas y efectivas. La individuali va ayuda que realidades temporales y reali
zación del poder de un estado rígidamente dades espirituales de alguna forma se deben.
encerrado en su propio territorio para la Además, se nota que la terminología eclesiás
valiente defensa de su propio elemento nacio tica que resulta de los actos conciliares se
nal. propia del siglo xtx, cede cuando el cambia también en la consideración del fenó
incremento de las comunicaciones coincide meno estatal y en perfecto paralelo con la evo
con un fuerte aumento de los cambios inter lución del concepto de estado al que se refe
nacionales; en efecto, la consiguiente forma ría: no e> al estado que la iglesia dice referir
ción de organismos supranacionales, dotados se sino a la comunidad política (Gaudium el
de efectivo poder y ejerciendo concretas Spes, n. 76). No más —para el lenguaje ju rí
misiones, evidencia la posición de subsidia- dico de difusión popular— al estado-aparato
ridad de un estado no raramente acostumbra sino al estado-comunidad. La iglesia, en bue
do a subordinar sus propias decisiones de na medida, intentaría apelar a las voluntades
gobierno a problemas económicos y volunta populares, sin mediaciones con los poderes
2Ü6 CON DUCTISMO
en lugar del hombre y los mecanismos escuela psicológica de los años veinte, el buha-
jurídico-formales en lugar de los procesos viorism, y por su interés por el hombre con
informales) y el método (impresionista en creto, los conductistas se sintieron siempre
lugar de ser científico y sistemático) sino que profundamente atraídos por la psicología.
afectaba también las disciplinas que habían Además la antropología, la sociología y la eco
influido y contribuido más al desarrollo de nomía —por su rigor y por su relativa perfec
la ciencia política, es decir el derecho, la filo ción técnica— se convirtieron en disciplinas
sofía y la historia. a las que los conductistas acudirían en mayor
El abandono del estudio del derecho se jus grado. Si las exigencias de fondo explican este
tifica por la convicción creciente de que éste cambio de marco de referencia seria, sin
proporciona únicamente una comprensión embargo, erróneo subestim ar los estímulos
superficial del comportamiento político, y ocasionales. Dos de éstos tienen sin duda una
que en su actividad los hombres y las insti importancia superior a la de los demás. En
tuciones se uniforman sólo parcialmente a las prim er lugar, el ambiente del departam ento
normas jurídicas. La división entre filosofía de ciencias políticas de la Universidad de Chi
y ciencia política se había ido consumando cago dirigido por Charles Merriam, y el influ
lenta pero inexorablemente tanto por la into jo del positivismo lógico; en segundo lugar la
lerancia profunda hacia la elaboración abs llegada a Estados Unidos de sociólogos y psi
tracta como porque los politólogos norteame cólogos alemanes que introdujeron la ense
ricanos habían aceptado prácticamente la ñanza de Max Weber y de Freud. Otros estí
democracia como marco de referencia último, mulos colaterales posteriores se encuentran
susceptible únicamente do modificaciones en la creciente participación de los pulitólo-
parciales. gos y, en general, de los científicos sociales
La filosofía no es más que un conjunto de en la actividad del gobierno en calidad de con
prescripciones con escaso apego especifico al sultores. primero, durante la segunda guerra
comportamiento efectivo de los hombres; una mundial, y luego, durante la guerra fría, en
especulación tanto más inútil en un país que la reconstrucción de Alemania y de Japón. Los
no sentía el problema de la creación de una científicos sociales estuvieron de este modo
nueva utopía sino el de hacer funcionar de la en contacto directo con el funcionamiento
mejor manera posible el sistema existente. efectivo de la máquina gubernamental. Mien
Por lo que respecta a la historia, su peso en tras tanto, la constitución por parte del Social
la ciencia política tradicional había sido enor Science Research Council de un comité sobre
me. y su repudio fue igualmente total. Por un el comportamiento político, en 1945, m arca
lado, la "investigación" implica la necesidad ba una aceptación del c. en el campo de la
de estudiar acontecimientos contemporáneos. ciencia política. Las subvenciones de las ricas
Por el otro, si la explicación histórica tiende fundaciones norteamericanas que perm itie
a descartar la irrepetibilidad de los distintos ron el financiamiento de las costosas inves
acontecimientos históricos, poniendo de tigaciones necesarias produjeron el cambio
manifiesto las modalidades peculiares de su de dirección decisivo para el establecimien
desenvolvimiento, los conductistas, interesa to del c. en el surco de la ciencia política ofi
dos en pasar de la descripción de un fenóme cial. La posibilidad de llevar a cabo investi
no a su explicación, y por lo tanto a su previ gaciones de campo perm itía poner a prueba
sión, tratan de percibir no tanto la peculiari las técnicas más modernas, y afinarlas ulte
dad sino la uniformidad de los distintos fenó riormente.
menov
Habiéndose distanciado en esta forma de III. PRINCIPIOS FUNDAMENTALES DELCONDLCTISMO A
las disciplinas que habían constituido la fuen mediados de los años cincuenta, el c. en cien
te de una parte tan grande de la ciencia polí cias políticas no era ya únicamente una
tica tradicional o clásica, los conductistas tra corriente de minoría m irada con recelo sino
taron de encontrar inspiración y ayuda en que constituía un movimiento de im portan
otras disciplinas más cercanas a sus intere cia creciente en muchos sectores de la cien
ses y a sus necesidades. Por el hecho mismo cia política tradicional, movimiento con el
de haber cambiado el propio nombre de una que todos tenían que ver. Sin embargo los
2 8 .- CONDUCTISMO
conductistas no habían llegado a elaborar su ción y al lugar que ocupan los juicios de valor
manifiesto, y los que se profesaban como tales en la investigación científica. La explicación
no compartían los mismos principios. No obs empírica y las evaluaciones éticas deben man
tante, pueden reducirse a ocho puntos los tenerse separadas. No por esto es imposible
principios fundamentales del c., haciendo em itir juicios de valor; aunque la verdad y la
notar que no todos los principios son acepta falsedad de los valores poiticos no forman
dos por todos los conductistas y que su impor parte de la esfera de la investigación del con
tancia se evalúa también de m anera distinta. ductista. El último punto, el principio de inte
El prim er principio puede definirse como el gración entre las ciencias del hombre, cons
principio de las unifonnidades. En el compor tituye el principio cardinal del c. La ciencia
tamiento político se encuentran uniformida política no puede y no debe ignorar los resul
des que pueden expresarse por medio de gene tados de las investigaciones realizadas en las
ralizaciones y que en teoría tienen un valor demás ciencias si no quiere reducir la impor
explicativo y predictivo. La formación de tancia y empobrecer el contenido de sus des
generalizaciones y de teorías requiere tanto cubrimientos.
la superación del estudio meramente descrip
tivo como un análisis sistemático de la polí IV. CRITICA Y EVALUACIÓN DEL CONDUCTISMO. Un
tica. El segundo punto se refiere al principio movimiento de protesta se juzga por los efec
de la obsen’ación. El conductista obtiene sus tos que ha tenido y por las contribuciones que
generalizaciones y sus teorías a partir de la ha sido capaz de aportar. El c. ha enriqueci
observación de la realidad y no de especula do los conocimientos políticos por lo menos
ciones o deducciones. en tres sectores de considerable importancia:
El tercer punto se refiere al principio de la en el sector de la conducta electoral y de la
verificación. La validez de las generalizacio participación política, en el estudio de la “per
nes y de las teorías elaboradas sobre la obser sonalidad política y de las élites (v. élites, teo
vación de la realidad debe comprobarse con ría de las) y en el sector del comportamiento
una nueva comparación con la realidad. De legislativo y judicial. El c. ha dado, además,
esta comparación surgirá una validación, una el prim er impulso al estudio de los sistemas
invalidación o un refinamiento de las gene políticos basados en la observación, concen
ralizaciones y de las teorías en cuestión. El trando su atención en la distribución del
cuarto punto se refiere al principio de la cuan- poder en las comunidades locales. Como se
tificación. Sirviéndose de técnicas apropia puede comprobar, se trata de temas cuanti
das, y si lo permiten los problemas en exa ficables y que se prestan para ser estudiados
men, el investigador debe tra ta r de pasar a con técnicas de investigación modernas. Es
la medición y a la cuantificación de sus natural que los conductistas hayan dado la
encuestas para aum entar la precisión. El máxima importancia a los sectores en que sus
quinto punto se refiere a la relación entre teo técnicas de investigación, de encuesta y de
ría e investigación. La teoría y la investigación elaboración de los datos eran particularmente
deben avanzar al mismo ritmo: "Sin el apo apropiadas.
yo de la teoría, la investigación puede resul Sin embargo, el descuido de otros proble
ta r banal, y sin el apoyo de los datos la teo mas y sectores no se explica únicamente por
ría puede resultar fútil” (Easton, 1967). la dificultad de utilizar ciertas técnicas sino
EÍ sexto punto concierne a la relación entre también por los supuestos teóricos, por los
ciencia pura y ciencia aplicada. La compren ocho principios fundamentales enunciados
sión y la explicación de la conducta política anteriormente. De este modo los conductis
avanza lógicamente y proporciona la base tas adoptan a menudo un punto de vista his
para los intentos de utilizar los conocimien tórico. y se m uestran incapaces de utilizar el
tos políticos en la solución de los problemas material histórico. El sector del cambio polí
prácticos urgentes de la sociedad. Por otra tico ligado de manera particular a la com
narte, el conductista debe prestar atención a prensión histórica y que no es susceptible de
no confundir la actividad práctica con la refle someterse a la investigación con entrevistas,
xión teórica si pretende seguir actuando como cuestionarios v sondeos, constituye una de las
científico. El séptimo punto se refiere a la fun grandes lagunas de la producción de los con
CONDUCTISMO 289
tienen por lo tanto una efectiva posibilidad nes está en realidad confiada a los estados,
de ser ejecutadas, son las tomadas por una los cuales las respetan sólo si las juzgan con
nimidad, es decir juzgadas aceptables por vergentes con sus intereses. En última instan
todos. cia, el poder de decisión queda en manos de
Puesto que el vinculo cunfederal no modi los estados. Por este motivo cualquier deci
fica la estructura de las relaciones entre los sión tomada en un nivel confederal no tiene
estados, una voluntad política unitaria se for carácter vinculante.
ma sólo cuando el equilibrio político presio Las c. no tienen un gobierno democrático.
na en esta dirección pero no impide graves Sus órganos emanan de los gobiernos o de los
conflictos y profundus divisiones en caso con parlamentos de los estados. El pueblo está
trario. A este propósito se pueden imaginar completamente excluido de la elección de los
tres situaciones típicas. En prim er lugar, si representantes en los órganos confedérales y
existe una completa convergencia de intere de la participación en las decisiones que ellos
ses entre los estados, es posible llegar fácil toman. La participación electoral de los ciu
mente a decisiones comunes. En segundo dadanos se limita a los confines de los esta
lugar, como sucede más a menudo, si existen dos. La c. debe por lo tanto ser definida como
divergencias, las decisiones no pueden ser una asociación entre gobiernos más que entre
más que compromisos entre intereses con pueblos, ya que las relaciones entre los esta
trastantes. Esta situación pone en evidencia dos siguen limitadas en el nivel de vértice de
que el régimen confederal, como cualquier la política exterior, la cual no es un medio de
sistema internacional de estados independien expresión de la democracia sino de su opues
tes, está regulado por las relaciones de fuer to, es decir de las exigencias de seguridad y
za material que se establecen entre los com de potencia de los estados. Si se puede decir
ponentes y, dada la desigual distribución del que existe un gobierno de la c., éste es el resul
poder político entre los estados, la integra tado del equilibrio en las relaciones de fuer
ción política de las c. se basa en la hegemo za entre los estados que la componen. Por lo
nía política y m ilitar de uno o más estados que respecta a las decisiones, este "gobierno"
sobre los otros. En tercer lugar, si las posi puede llegar solamente a compromisos entre
ciones de los estados son inconciliables, es decisiones nacionales e intereses nacionales.
decir demasiado lejanas para perm itir un
compromiso, ninguna decisión es posible. Si HI. CONDICIONES HISTORICAS OUE FAVORECEN LA FOR
esta situación tiende a repetirse, se abre el MACION de las confederaciones. Descrito el fun
camino a la parálisis o directamente a la diso cionamiento de las instituciones confedéra
lución de la unión confederal. A causa de las les, es necesario todavía ilustrar las princi
exigencias contradictorias (asegurar la uni pales condiciones históricas que favorecen su
dad, manteniendo la absoluta soberanía de afirmación. Los factores más importantes que
los estados) que no es capaz de conciliar, la en una determinada área geográfica pluries-
c. es por lo tanto una fórmula política ines tatal concurren a la formación de una c. son
table, condenada a disolverse o a consolidar la necesidad de seguridad o la exigencia de
se, transform ándose en un estado, que tute desarrollo económico. Para la solución en
lará la autonomía de las unidades componen común de los problemas relativos la c. asu
tes sólo si tiene una estructura federal. me la forma de una unión defensiva o de una
En cada caso las decisiones de los órganos unión aduanal. En consecuencia, las compe
centrales de la c. tienen más naturaleza de tencias que normalmente son conferidas a las
recomendaciones que de leyes, porque tales instituciones confederales se refieren al sec
órganos por una parte no están formadus a to r de la política exterior o m ilitar o a cier
través de una lucha política, en la que parti tos sectores de la política económica o bien
cipen directam ente las fuerzas políticas que ambos.
operan en e! interior de los estados con el con En general el factor histórico que está en
senso de la población, ni tienen por otra par la base de los fenómenos integrativos entre
te órganos ejecutivos dotados de un poder comunidades políticas que están en relación
directo sobre los ciudadanos. La ejecución de entre si es la evolución del modo de produc
las decisiones tomadas por los órganos comu ción, el cual tiende a extender las relaciones
292 CONFEDERACIÓN
sociales sobre áreas cada vez más vastas, y Esta multiplicación de organizaciones
por lo tanto a acentuar la interdependencia internacionales junto al aumento de sus fun
entre los estados. Los problemas de los que ciones ha hecho nacer un fenómeno nuevo: la
depende el destino de tales comunidades tien formación de verdaderos aparatos burocrá
den por tanto a asum ir dimensiones más ticos de funcionarios internacionales con
amplias que los poderes políticos organiza tareas similares a las que tiene la administra
dos. Estados que no son capaces de tom ar ción pública en el interior de los estados y el
medidas solos para dar una respuesta a tales desarrollo de órganos confederales cada vez
problemas deben colaborar con sus vecinos, más complejos y articulados. Por ejemplo, el
y por lo tanto sus razones de estado deben propósito de transform ar en el futuro la
converger para poder llegar a soluciones Comunidad Económica Europea (cef.) en un
comunes. La convergencia de las razones de estado ha sugerido a sus fundadores la insti
estado representa por tanto otra condición tución de un parlamento europeo, una comi
necesaria para que una c. pueda formarse y sión ejecutiva y una corte de justicia, aun
mantenerse. Pero su fragilidad constitucio cuando el poder de decisión ha quedado por
nal, consistente en que no logra frenar las ahora concentrado esencialmente en un cuar
distintas razones de estado, hace inestable y to órgano, el consejo de ministros, que repre
precaria, como se ha visto, su condición de senta una sólida garantía de la soberanía de
existencia, y la condena a la disolución si no los estados.
logra consolidarse a través de la institución Entre las organizaciones de tipo confede
de un poder por encima del de los estados. ra! hoy existentes hay algunas que tienen ten-
Las e. se forman esencialmente cuando exis dencialmente carácter universal, como la
te entre varios estados limítrofes una relati o n u y las organizaciones especializadas a ella
mica entre los» estados. Las características tanto se considera “no confesional" cuando
institucionales de las comunidades europeas rechaza dar valor jurídico a los preceptos éti
corresponden al hecho de que la integración co-religiosos de una determinada confesión
europea representa el estadio más avanzado religiosa, dando a las propias leyes un conte
de un proceso más amplio de integración de nido puramente humano o ético-racional, o
la actividad humana, que tiene dimensiones sea inspirado en aquellos principios de justi
mundiales, e ilustran las transformaciones cia natural sentidos por la conciencia común
que deben sufrir las instituciones confedéra en un determinado periodo histórico. Es lógi
les en el mundo contemporáneo para adecuar camente posible, como observa N. Morra, que
se a tal proceso. la conciencia común pueda llegar al descubri
miento de tales principios incluso gracias a
bibliocíkafIA: A. Hamilton, J. Madison y J. Jay, la inspiración religiosa, y un estado que reco
El federalista o la nueva constitución (1788 nozca la existencia de las instituciones reli
[1941]), México, Fondo de Cultura Económica, giosas y la importancia de los principios y del
1943; L. Le Fur, État federal et confédération espíritu religioso para la vida de la comuni
d'états, París, Marchal ct Billiard, 1896; J.B. Wes- dad política no por ello será necesariamente
tcrkamp, Staatenbund und Bundesslaat. Vnter- confesional.
suchunfien über die praxis und das Redil der Son dos los elementos significativos de tal
modemen Blinde, Leipzig, Brockhaus, 1892; K.C. definición, los cuales han tenido un lento y
Wheare, Del nove mu fedérale (1945), Milán, progresivo proceso histórico: la clarificación
Comunita, 1949. de las relaciones entre estado e iglesia y la dis
cusión sobre el origen y la fuente del valor
[lucio levi] de los principios éticos en los que se inspira
el estado en la elaboración de las propias
leyes.
El cristianismo se difunde dentro de cultu
ras fundadas en la compenetración entre
confesionaHsmo poder político y poder religioso: situación
que, en contextos diversos, produce regíme
El término, derivado de confesión, aparece en nes teocráticos o incluso hierocráticos o
la segunda mitad del siglo xix como reacción diversas formas de iglesias de estado. Con la
a las posiciones del teólogo e historiador ale proclamación, de origen cristiano, de la sepa
mán D. Strauss, acusado de racionalismo; las ración de los dos poderes, se inicia una con
iglesias invitaron entonces a regresar a las troversia típica de todas las iglesias cristia
grandes declaraciones de principio conteni nas: la del poder sobre las materias mixtas.
das en las Confesiones, como garantía de fide Una vez admitido que el estado intervenga en
lidad doctrinal, en cuanto el regreso a la pure el ámbito político y la iglesia en el ámbito reli
za de la confesión evitaba cualquier paso gioso, siguen existiendo amplios márgenes de
intermedio, fuente de impureza doctrinal. incertidum bre cuando se trata de definir las
Posteriormente el término asumió un sig competencias respectivas en asuntos que pue
nificado totalmente diverso, conservando sin den considerarse de ambos ámbitos. La dis
embargo algunos aspectos originales, espe cusión acerca de estos sectores determina
cialmente el rechazo a toda mediación. otras situaciones análogas a las precedentes,
Actualmente el termino c. indica una actitud en una alternancia de regímenes cesaropapis-
especifica del estado en materia religiosa, que tas y jurisdiccionalistas que desembocan a
se manifiesta en otorgar una situación de pri menudo en iglesias de estado; o por otro lado
vilegio a un grupo o a una confesión religio tenemos regímenes curialistas o confesiona
sa, haciendo propios los principios y la doc les, cuando es la iglesia la que impone al esta
trina de la misma y asumiendo en su legisla do el dominio real, llevándolo a introducir en
ción o en sus comportamientos aspectos doc su legislación sus propios desiderátum.
trinales derivados directamente de tal doctri El c. se manifiesta pues de distintas formas:
na, incluso más allá de cualquier mediación un estado rígidamente confesional llega a
de las conciencias individuales. El estado por reprim ir en su seno cultos y creencias que se
294 CONFESIONES RELIGIOSAS
oponen al culto oficial y reconocido; o bien clase dirigente, abriendo así el camino al tota
se declara la obligatoriedad de la religión ofi litarismo.
cial para gozar de los derechos civiles (por La confrontación entre los dos poderes, el
ejemplo en el caso de la constitución napoli estatal y el eclesiástico, llegará a convertirse
tana y en los estatutos de los Estados Ponti en un enfrentamiento: para evitarlo, se recu
ficios de 1848). Otros regímenes, aun afirman rre entonces a los concordatos, pactos bila
do la existencia de una religión de estado, terales en los que se indican y limitan las com
aceptan otros cultos en condición de tolera petencias reciprocas y los sectores de inter
dos (el estatuto albertino afirma en el artícu vención.
lo primero: “La religión católica apostólica A un estado confesional se contrapone hoy
romana es la única religión del estado. Los el estado concordatario (que es tal vez sólo
otros cultos existentes serán tolerados con una variante del estado confesional: el caso
forme a las leyes”); o bien conceden a las otras de Italia, donde todavía está vigente el con
iglesias una perfecta libertad e igualdad. cordato de 1929, es un ejemplo claro), o bien
El problema se plantea en términos radi el estado separatista (v. separatismo), en
calmente distintos cuando la cultura filosó situaciones bastante distintas, que van de for
fica elabora nuevos principios sobre el valor mas de clara y evidente laicidad a formas de
moral de los actos realizados por el estado, represión religiosa. En la actualidad está
como expresión de la sociedad civil. Cabe todavía muy difundida la identificación prác
mencionar por ejemplo la política eclesiásti tica entre estado laico y estado no confesio
ca italiana después de la unidad, cuando la nal, o entre estado confesional y estado cle
iglesia considera como enemigos y excomul rical, lo cual no deja de ser ambiguo. Para L.
gados a los representantes del gobierno que Salvutorelli, por ejemplo, "estado laico sig
ha quitado al Vaticano su poder temporal: la nifica ni más ni menos un estado no confesio
clase dirigente, a menudo anticlerical, no es nal"; otros autores son más pesimistas acer
sin embargo antirreligiosa; al contrario, sien ca de la efectiva neutralidad de un estado en
te la dificultad de superar una identificación m ateria religiosa, aun en el caso que se pro
práctica entre religión y moralidad. Por ello, clame estado laico; así como acerca de la efec
para dar solemnidad a ciertos acontecimien tiva renuncia por parte de la iglesia a toda ten
tos políticos, pide que se celebre un rito reli tación de c., aun después de precisar su posi
gioso. Se sabe que éste es el modo para que ción respecto a la libertad religiosa el Conci
la conciencia colectiva atribuya valor moral lio Vaticano II, en lo que concierne a la igle
al acontecimiento político y por tanto lo con sia católica (v. anticlericalismo, concordato
valide. eclesiástico, laicismo).
Con la difusión del positivismo, y la influen
cia del pensamiento de Ardigó en Italia, se bibliografía- A. Di Ñola, Confessione e confessio-
difunde también la conciencia de la inutilidad nalismo, en Enciclopedia delle relidian i. Floren
de la religión para la vida social, dejando de cia, Vallecehi. 1970: N. Morra, Laicismo, en
identificarse religión y moralidad. El estado Novissimo digeslo italiano, Turin, UTLT, 1963; M.
debe pues buscar en otra parte la fuente de Piacentinj, Confessionalismo, en Novissimo
su propia eticidad. Se plantean las premisas digesto italiano, Turin, UTET, 1963; F. Rutfini.
para unas nuevas relaciones entre estado e Relazioni ira stalo e chiesa. Lineamenti storici
iglesia. Ésta buscará entonces crear una e sistematici, a cargo de F. Margiotta Broglio.
situación de hecho que corresponda a la pre Bolonia, II Mulino, 1974.
cedente, imponiendo de m anera siempre dis
tinta las propia^ normas a la sociedad civil, [VAL RILIO Gl ASto]
exigiendo al estado dar a las mismas un valor
jurídico (se trata de la conducta que hemos
definido como confesional); el estado, a tra confesiones religiosas
vés de la afirmación de sí mismo como fuen
te de eticidad. caerá tal vez en la tentación de La Constitución italiana, siguiendo la evolu
dar vida a un c. al revés, o sea imponiendo ción de los tiempos y adecuándose a la estruc
como norma las concepciones sociales de la tura de la sociedad contemporánea, ha dado
CONFESIONES RELIGIOSAS 295
A veces se habla de grupos sociales, forma movimientos religiosos”, ya que las c. religio
dos por los individuos que profesan una mis sas son “ incluso aquellas más evanescentes
ma fe, pero en los que convergen otros dos en cuanto a organización y ritos, realidades
elementos: principios que atañen a la relación sociales aferrables, mientras que una orien
entre el hombre y Dios y un conjunto de ritos tación filosófica, aunque pueda ejercer en el
que caracterizan al grupo; o bien se pone el mundo del pensamiento una influencia incon
acento en la peculiaridad del fin perseguido mensurablemente superior a la de ciertas
por el grupo social en el campo religioso; o confesiones minúsculas, no puede fijarse ni
se definen las c. religiosas como comunida identificarse del mismo modo. Además la rea
des sociales estables (sin carácter institucio lidad social ‘c. religiosas* postula un mínimo
nal, pero calificables como ordenamientos de ritos, de ministros, y relativas exigencias
jurídicos), que tienen una propia y original de respeto, de protección a las ofensas de los
concepción del mundo basada en la existen adversarios, lo cuai no es postulado por nin
cia de un ser trascendente en relación con los guna tendencia o escuela filosófica."
hombres; o bien sólo se considera confesión Ante tal variedad de opiniones y de señala
cuando una comunidad, con una finalidad mientos descriptivos de este fenómeno, no
exclusivamente religiosa-trascendental, se da está fuera de lugar afirm ar que la definición
a sí misma una organización y normativa de c. religiosa choca contra una doble dificul
escrita de la que surgen sus representantes tad: primeramente, la de saber cuándo un
y está consolidada (más que en la opinión conjunto de personas unidas por cierto inte
pública) en la tradición italiana; o bien final rés o ideal común adquiere en su conjunto
mente podemos decir con Jemolo: "Las con una individualidad tal que pueda considerar
fesiones distintas de la católica dan vida a se un todo unitario operante en el seno de la
organizaciones —para usar un término menos sociedad; la otra, la de especificar cuándo una
comprometido— extremadamente diversas colectividad persigue fines religiosos, lo cual
entre ellas. Unas se presentan como una uni exige una definición de religión.
dad eminentemente histórica originada en un Al considerar en prim er lugar los elemen
pasado remoto, y que aun siendo una unidad tos en los que se articula la expresión "c. reli
tangible, rica en normas que podríamos lla giosa”, ésta se distingue claramente de la lla
m ar jurídicas, no puede adaptarse fácilmen mada sociedad religiosa o de una simple aso
te a nuestros conceptos, sea el de asociación, ciación.
el de fundación o el de ordenamiento jurídi Cuando se habla de sociedad religiosa (en
co, como en el caso de la más antigua religión contraposición a sociedad civil) se hace refe
de un Dios único; otras son asociaciones de rencia al conjunto de personas que desempe
personas unidas por un credo común, pero ñan una actividad definible como religiosa;
que rechazan los vínculos jurídicos y afirman sin embargo, aunque ello pueda aplicarse a
el imperio de la libre voluntad, única que debe diversas colectividades organizadas en par
dominar en el mundo religioso, perdiendo ticular, se presenta siempre con un carácter
valor ante Dios todo acto que no sea absolu “informar*, "inorgánico” y por tanto como
tamente libre, como en el caso de algunos cul expresión de personas que persiguen fines
tos protestantes; otros cultos protestantes en homogéneos, pero no necesariamente unita
cambio presentan estructuras jerárquicas rios; se tra ta pues de una pluralidad de hom
propiamente dichas, que recuerdan a las de bres, cuyas actividades no están organizadas
la iglesia católica, pues con la Reforma no sino que convergen en un simple “grupo de
rechazaron por completo la sólida urdimbre interés”, y aun de un interés genérico.
del derecho canónico... Nuestra Constitución Las c. religiosas son en cambio colectivida
reconoce por un lado a las c. religiosas, pero des concretas, entidades sociales, con mani
por otro parece ignorar (aun garantizando la festaciones bien visibles, de las cuales se
libertad de asociación siempre que los fines conocen los nombres y funciones dentro de
no violen la ley penal) que existen orientacio la sociedad, los principios en los que se ins
nes colectivas respecto a aquellas mismas ver piran, sus miembros, ritos, ceremonias y en
dades especulativas y morales que las confe general sus costum bres y actos culturales,
siones sostienen, orientaciones que no son por medio de los cuales se expresa el sentí-
CONFESIONES RELIGIOSAS 297
miento religioso. De ello se sigue (aunque no interés o varios intereses comunes. Esta no
faltan ciertas voces disidentes) que el elemen es nunca una comunidad en cuyo ám bito el
to necesario para que un conjunto de perso individuo pueda desarrollar completamente
nas se constituya en c. religiosa es la estruc su vida religiosa, satisfaciendo todas las exi
tura orgánica que dicha colectividad adquie gencias espirituales, ni aun en la hipótesis de
re como un todo organizado que se com par una asociación de vida comunitaria, ya que
ta como sujeto único (capaz de rem ontarse la misma actividad de los miembros del gru
—según una corriente doctrinal muy respe po, aunque sea puramente ascética y separa
table— a un ordenamiento jurídico origina da del mundo, siempre estará en estrecha
rio). Esta realidad social tiende a represen relación con la vida de todo el grupo confe
ta r y a resguardar hacia el exterior un inte sional, del cual los miembros de la asociación
rés propio (que puede no coincidir con el de se sienten parte.
los fieles en particular), mientras que hacia La asociación, en cualquier forma que se
el interior germinan una serie de relaciones manifieste, es siempre una organización den
y por tanto de derechos y deberes, de intere tro de una confesión, un elemento de su
ses directa o indirectamente defendidos, de estructura, la cual, precisamente por esto, en
posiciones, etc. Resumiendo, no toda plura casi la totalidad de los casos se presenta des
lidad de personas que se inspira en los mis de el punto de vista organizativo como una
mos principios religiosos constituye una c. reunión de varios grupos vinculados y coor
religiosa; será necesario que la pluralidad se dinados entre sí. La admisión en la asociación
amalgame hasta el punto de proyectarse con fines de culto no sólo presupone una posi
como unidad; se tendrá así una entidad social ción del fiel (adhesión a ciertos principios e
—expresión de una comunidad de reglas v de intención de form ar parte de la c. religiosa),
ideales— en la cual los individuos tienden a sino que implica la voluntad especifica de
satisfacer las propias exigencias espirituales unirse y colaborar intimamente con otros
y en cuyo ámbito se entrelazan una serie de para lograr un determinado fin cultual o un
relaciones. Por ello será una unidad orgáni conjunto de fines los cuales no agotan los
ca, organizada para representar en el exterior diversos objetivos —no siempre predeterm i
los intereses de la colectividad y para perm i nados y por tanto modificables— que definen
tir en el interior el desarrollo, a través de una a las c. religiosas. Tal voluntad de constituir
serie de relaciones, de todos los efectos con una asociación con fines religiosos presupo
secuentes al vinculo que une a los miembros ne, como decíamos, otra voluntad de formar
del grupo. parte de la colectividad más amplia, que com
Las c. religiosas también se distinguen prende a todos los fieles de una determinada
(según la doctrina que priva en ellas) de las religión.
asociaciones con finalidades de culto, en gene En la definición de c. religiosa además,
ral dirigidas a satisfacer una necesidad reli como ya se dijo, no se puede prescindir de
giosa particular y a desarrollar al máximo un fijar la noción de religión, y concretamente
aspecto de la vida religiosa. interesa fijar la extensión del concepto de reli
La c. religiosa pretende representar a un gión respecto a la m ateria considerada. Sin
número indefinido (seguramente cada vez embargo, el que intenta observar el panora
mayor) de personas, las cuales se reconocen ma de las religiones descubre tal variedad que
vinculadas no por tal o cual interés especifi llega a dudar de que exista un denominador
co ni por la suma de intereses particulares, común, por lo cual —de acuerdo con los fines
sino por una totalidad de intereses. La c. se de este articulo— es preferible considerar las
proyecta como un tipo de grupo que incluye funciones que la religión pretende desempe
la vida entera de sus miembros y por conse ñar; esto permite excluir una valoración total
cuencia ésta podrá vivirse plenamente en su del fenómeno religioso como fenómeno del
seno. espíritu humano y perm ite lim itar la investi
La asociación con fines de culto, en cam gación a una definición descriptiva o de con
bio, está constituida o por un conjunto de per tenido; lo que interesa es la religión como
s o n a s que hacen vida en común o bien por un hecho histórico y social, único dato que pue
grupo organizado para la obtención de un den captar el legislador y el jurista.
298 CONFLICTO
He aquí por qué, de acuerdo con los fines A la determinación de esta realidad que se
de esta indagación, la religión es ante todo un manifiesta en la sociedad, contribuyen diver
fenómeno social; asi pues se excluyen las ideo sos factores: junto a un elemento material
logías personales y las creencias comunes a (multiplicidad de individuos) con su estruc
un grupo de individuos, cuando éstos no se tura organizativa correspondiente, existe un
presentan en la fenomenología social como elemento inmaterial, constituido por la opi
grupo. Ello basta para impedir un uso indis nión difundida en la sociedad de que un cier
crim inado del término religión a través de to grupo, sea o no muy extendido, integra una
generalizaciones incorrectas, típicas de cier comunidad que debe calificarse de religiosa.
to ideologismo moderno: religiones de la
libertad, del trabajo, de la humanidad. Y tam [domenico harim.apo]
bién permite negar que bajo el rubro de reli
gión pueda entrar el ateísmo, ya que éste es
siempre expresión de una convicción indivi
dual, la cual no genera nunca relaciones de conflicto
grupo y no se presenta en absoluto a la con
ciencia social como fenómeno religioso. I. PARA UVA DEFINICIÓN DEL CONCEPTO Y DE SUS COM
Queda fuera de lugar proceder al análisis PONENTES, Hay acuerdo sobre el hecho de que
de los diversos elementos de la religión, pues el c. es una forma de interacción entre indi
to que una descripción de todas sus manifes viduos, grupos, organizaciones y colectivida
taciones sería enormemente larga y de todos des que implica enfrentamientos por el acce
modos nos llevaría a una determinación en so a recursos escasos y su distribución. Sin
abstracto del fenómeno, sin tener en cuenta embargo, una vez admitido lo anterior, su r
que el legislador (especialmente el constitu gen de inmediato diferencias y divergencias
yente) no quiso actuar con base en una confi respecto a la mayor parte de problemas vin
guración abstracta de la comunidad religio culados al concepto de c. y a su utilización.
sa. aun históricamente realizable, sino basán No tiene caso hablar aquí de conflictos entre
dose en una realidad que se expresa en un individuos en el nivel psicológico, sino que
ambiente socialmente delimitado. Consecuen centrarem os la atención en el c. social y en
temente, para el derecho positivo italiano se el c. político (dentro del cual el c. internacio
tiene una comunidad religiosa siempre y nal puede considerarse una categoría impor
cuando una comunidad se afirme como gru tante: v. guerra).
po con finalidades religiosas en la opinión Obviamente el c. es sólo una de las formas
pública conformada dentro de la sociedad ita posibles de interacción entre individuos, gru
liana. Sólo cuando los ciudadanos, sobre la pos, organizaciones y colectividades. Otra
base de un concepto difundido entre la mayo posible forma de interacción la constituye la
ría. retengan que un cierto grupo dé lugar a cooperación. Cualquier grupo social o cual
una religión, sólo entonces dicha colectividad quier sociedad histórica puede definirse en
adquirirá relevancia para el estado jurídico. cualquier momento en relación con formas de
Se excluye, pues, toda valoración que se base c. o de cooperación entre los diversos acto
en un criterio cuantitativo, ya que no es el res que en ella aparecen. Sin embargo una
número de fieles lo que convierte a un grupo perspectiva del género introduce diferencia
en c. religiosa. Como máximo, el número de ciones relevantes entre los autores que se han
los fieles será uno de los elementos que diri Gcupado de analizar los conflictos.
girán la conciencia social en cierto sentido, Antes de abordar esta problemática, es
pero a la formación de esta conciencia con oportuno referirnos a los componentes del c.
tribuirán la tradición, la actividad desarro Se ha dicho que el objetivo es el control de
llada por la comunidad, las ceremonias y las los recursos escasos. Predominantemente
funciones en las que participan los miembros dichos recursos se presentan bajo formas de
de la comunidad, el trabajo de proselitismo, poder, riqueza y prestigio. Por lo tanto, según
los contrastes respecto a otras religiones, la ¡os tipos y ámbitos del c., se podrán estable
calificación que las diveisas ciencias sociales cer otros recursos o especificarlos mejor. Por
van dando al grupo o movimiento, etcétera. ejemplo, en los casos de conflictos internacio
CONFLICTO 299
rendorf y Touraine) que consideran que cual nados valores comunes (hipótesis del con
quier grupo o sistema social se ve surcado senso).
continuamente por conflictos, ya que en nin Los exponentes de una visión conflictiva de
guna sociedad la armonía o el equilibrio son la vida social apelan habitualmcnte a dos
estados normales. Al contrario, son precisa corrientes de pensamiento: por un lado la
mente la desarmonía y el desequilibrio los corriente marxista, y por el otro la liberal que
que constituyen la norma, y está bien que asi procede de John Stuart Mili. En el centro de
sea. A través de los conflictos surgen cambios la reflexión marxista existe, como se sabe, un
y se manifiestan mejoras. C. es vitalidad. tipo particular de c.: la lucha de clases ("La
Naturalmente, una dicotomía neta no puede historia de todas las sociedades existentes
hacer olvidar que muchos autores no pueden hasta el presente es la historia de luchas de
clasificarse simplemente con unos o con clases", afirm a el Manifiesto del partido
otros, como Kant, Hegel o Max Weber, comunista, 1848). Sin embargo, paradójica
habiendo ellos analizado y delineado las con mente, la concepción marxista es menos "con
diciones del orden y del movimiento, así como flictiva" de lo que se piensa. Si es cierto, en
los factores que conducen a la armonía y los efecto, que la lucha de clases es la principal
que producen los conflictos. fuerza motriz de la historia y que la lucha (el
En una posición interm edia se encuentran c.) entre burguesía y proletariado es la gran
aquellos investigadores que se adhieren, de levadura del cambio social, Marx concibe
una manera u otra, a la metodología funcio- dicho c. como el c. que pondrá fin a todos los
nalista. Es indicativo que ellos se hayan inte conflictos. Una vez abolida la división entre
resado en la problemática de los conflictos y clases, el c. se extinguirá como consecuencia
cómo hayan llegado a considerarlos como el lógica.
producto sistemático de las estructuras socia Aunque no todos los que se consideran
les. No obstante, su metodología los ha lleva "liberales" y seguidores de John Stuart Mili
do, en el mejor de los casos, a considerar los logren mantenerse fieles a una concepción
conflictos como algo molesto para el funcio conflictiva de la sociedad, no hay duda de que
namiento de un sistema, o sea como una dis entre los sociólogos y politólogos que se
función. Algunos investigadores funcionalis- adhieren a una tal concepción (tal vez acom
tas, como Robert Merton, precisan más y con pañada de una revisión de las teorías marxis
sideran el c. disfuncional en dos sentidos: tas) se encuentran las más im portantes con
como producto de la falta de funcionamien tribuciones para un análisis de los conflictos
to o del mal funcionamiento del sistema y sociales y políticos (incluso internacionales)
como productor a su vez de obstáculos y pro que no pongan en situación de privilegio, acrí
blemas (strains and stresses) en el funciona ticamente, las bases económicas de los con
miento del sistema. flictos y que no lleven a una visión telcológi-
No hay mucho que añadir a lo que ya se ha ca (los conflictos como levadura de un siste
dicho de los investigadores de la armonía y ma social definido con anterioridad).
del equilibrio social. Dahrendorf (1971: 256- Es también Dahrendorf el que formula las
257) ha resumido lúcidamente sus posiciones hipótesis en la base de la teoría alterna de la
en cuatro hipótesis: anteriormente delineada, a saber la teoría de
1] toda sociedad es un conjunto (“ relativa la coerción de la integración social (1971:257):
mente") estable y duradero de elementos 1] toda sociedad y cada uno de sus elemen
(hipótesis de la estabilidad); tos están sujetos on todo momento a un pro
2] toda sociedad es un conjunto bien equi ceso de cambio (hipótesis de la historicidad);
librado de elementos (hipótesis del equi 2] toda sociedad es un conjunto en sí mis
librio); mo contradictorio y explosivo de elementos
3] todo elemento de una sociedad tiene una (hipótesis de la cxplosividad);
función; o sea, aporta una contribución a su 3] todo elemento de una sociedad aporta
funcionamiento (hipótesis de la funciona una contribución a su cambio (hipótesis de
lidad); la disfuncionalidad o productividad);
4] toda sociedad se conserva gracias al con 4] toda sociedad se conserva mediante la
senso de todos sus miembros sobre determi coerción ejercida por algunos de sus miem
C O N F L IC T O 301
bros sobre otros miembros (hipótesis de la causa de c. Sin embargo, para comprender el
coerción). c. que se deriva de éste, será indispensable
En abierta polémica con las interpretacio dirigir la atención a la configuración de la
nes funcionalistas así como con Parsons y sus sociedad.
discípulos, Dahrendorf llega a la conclusión En un sentido muy definido, pues, no exis
de que “una teoría aceptable del c. social pue ten causas específicas del c., ni tan sólo del
de elaborarse solamente si asumimos como c. de clase. En efecto, todo c. es connatural
plataforma la teoría de la coerción de la inte de la propia configuración de la sociedad, del
gración social” (1971:258). En otras igualmen sistema político, de las relaciones internacio
te explícitas polémicas con la mayoría de las nales. Es un elemento ineliminable que lleva
interpretaciones de origen marxista y con al cambio social, político, internacional. Ine
algunas formulaciones del mismo Marx, que liminable a corto, mediano o largo plazo, el
dejan entrever un c. con raíces de naturaleza c. puede sin embargo ser sofocado o desvia
económica, Dahrendorf afirma drásticamente do. Es en este aspecto que intervienen los ins
que "c. de clase indica todo conflicto de gru trum entos políticos con los cuales los siste
po derivado de la estructura de autoridad de mas contemporáneos buscan atenuar el
asociaciones coordinadas por normas impe impacto de los conflictos sobre su misma
rativas y en relación con ellas" (1963: 413). estructura.
Plantea de este modo en el centro del c. de cla Partiendo de una determinada configura
se el problema de las relaciones de autoridad, ción social, en presencia de determinados
de supraordinación y de subordinación. conflictos, condicionados en gran medida por
Intenta así ofrecer una explicación de la per ella, se produce una situación en la que los
sistencia del c. de clase incluso en las socie actores tienen una cierta discreción en sus
dades posindustriales (o caracterizadas como comportamientos, ya sea ampliando el núme
tales), en las cuales los cc aflictos sobre la dis ro de los implicados o reduciéndolo, ya sea
tribución de los recursos parecen (o parecían) aumentando la intensidad del c. o moderán
atenuarse. Esta observación lleva al análisis dola, ya sea finalmente institucionalizando el
de las causas y consecuencias del c. social.I. c. o manteniéndolo fuera o más allá de cier
tas reglas precisas y aceptadas.
III. CAUSAS YCONSECUENCIAS DELCONFLICTO. Por SU Un c. social y político puede suprimirse, o
claridad es conveniente referim os de nuevo sea puede bloquearse su expresión con la
a Dahrendorf para definir las causas de los fuerza, con la coerción, como es el caso de
conflictos: "todas las sociedades producen muchos sistemas autoritarios y totalitarios,
constantemente en sí mismas antagonismos pero puede volverse a plantear con más inten
que no brotan casualmente ni pueden ser sidad en un segundo tiempo. La supresión de
arbitrariam ente eliminados” (1971: 239). los conflictos es sin embargo rara. Como tam
Incluso dentro de un marco teórico distinto, bién es rara la plena resolución de los conflic
Touraine llega a la misma conclusión (1975), tos, o sea la eliminación de las causas, de las
lo cual indica la importancia de las tensiones, tensiones, de los contrastes que han origina
de los desequilibrios, de los desfases entre los do los conflictos (casi por definición un c.
diversos niveles de la realidad social. Ambos social no puede "resolverse").
autores ponen después el acento en la nece El proceso o el intento más frecuente es el
sidad de analizar los conflictos en el ámbito de proceder a la reglamentación de los con
de sociedades históricas, para poder asi com flictos, o sea a la formulación de reglas acep
prenderlos. tadas por los participantes, las cuales esta
El aspecto más im portante de estos análi blecen límites a los conflictos. Lo que se pre
sis es el rechazo a toda causa exógena o meta- tende no es poner fin a los conflictos sino
social del c. El propio desarrollo técnico, con reglamentar las formas de modo que su mani
siderado tal vez como im portante motor del festación sea lo menos destructiva posible
c. social, queda colocado al margen. Solamen para los actores en juego. Al mismo tiempo,
te si está en medio de las fuerzas en liza y de la reglamentación de los conflictos debe
los actores sociales y si está inserto en el con garantizar el respeto de las ganancias adqui
texto social, el desarrollo técnico puede ser ridas por ciertos actores y la posibilidad para
102 C O N F L IC T O
los otros de entrar nuevamente en c. El pun tengan un signo positivo, indiquen mejoría o
to crucial está en que las reglas deben ser produzcan una mayor adhesión a los valores
aceptadas por todos los participantes y. si de la libertad, de la justicia y de la igualdad.
cambian, tienen que cambiar de mutuo acuer Y sin embargo, allí donde los conflictos son
do. Cuando un c. se desarrolla según reglas suprimidos o desviados o no llegan a produ
aceptadas, confirmadas y observadas nos cirse, la sociedad se estanca y languidece,
hallamos ante su institucionalización. siendo inevitable su decadencia. Sin necesi
La real o supuesta atenuación del c. de cla dad de estar plenamente de acuerdo con la
se se debe en parte a la m utua aceptación de conclusión de Dahrendorf, de sesgo iluminis-
los actores en pugna, con la conciencia de que, ta, por la que "en el c. se esconde el germen
no pudiendo proceder a la eliminación de la creativo de toda la suciedad y la posibilidad
contraparte, el mejor procedimiento consis de la libertad, pero al mismo tiempo la exi
te en la estipulación y en la observancia de gencia de un dominio y control racional de
reglas explícitas y precisas. Lo mismo puede las cosas humanas" (1971: 280), es cierto que
decirse por lo que respecta al c. político: una las sociedades conflictivas saben poner en
vez establecido que los costos de la destruc movimiento mecanismos de adaptación, de
ción de las minorías o de la oposición entre autorreglamenlación y de cambio, de los que
mayoría y gobierno son demasiado a lto s se carecen las llamadas sociedades consensúa
empiezan a ver las ventajas de form ular les (con un consenso conformista o coactivo).
reglas explícitas pura la gestión del poder
político, para la expresión de las divergencias, [OIANFRANCO 1'ASOIINO]
para la rotación de los cargos y su recambio,
pasos todos ellos que institucionalizan la
democracia política. En el trascurso de este V. ELCONFLICTOINDUSTRIAL AIXÍUNOS RESULTADOS DE
proceso se abre camino también la posibili las investigaciones empíricas. En la casuística
dad de expresar los conflictos políticos de de los conflictos adquiere una especial impor
manera productiva, canalizándolos en estruc tancia, dentro del marco de la moderna civi
turas apropiadas y sin que exploten inespe lización industrial, el c. industrial, al que
radamente por no tener previstas las salidas. dedicaremos los últimos párrafos del presen
te articulo.
iv el futuro del conflicto. Las sociedades La experiencia demuestra que el c.. aun
organizadas intentan enfriar el c., canalizar constituyendo una de las formas fundamen
lo dentro de formas previsibles, sujetándolo tales de la relación social, no siempre está
a reglas precisas y explícitas, encerrándolo actuando. Más aún: no se desarrollará nece
o tal vez dirigiéndolo en el sentido deseado sariamente de m anera más abierta en aque
de un cambio potencial. Quizá los dos fenó llas situaciones que parecen más conflictivas
menos más relevantes de las sociedades que en potencia según una visión ingenua.
pueden definirse como posindustriales (por Una de las cuestiones más importantes en
brevedad o comodidad) son por una parte la el centro de la reflexión teórica y de la inves
disminución de intensidad, y en definitiva una tigación empírica de las ciencias sociales tie
mejor reglamentación, del c. de clase (el cual, ne que ver precisamente con la determinación
dando o no la razón a Dahrendorf, se presen de las condiciones bajo las que se pasa de una
ta con connotaciones muy distintas a las que situación de c. latente a una de c. manifiesto
había previsto Marx) y por la otra la apari (problema análogo a la no resuella cuestión
ción de nuevos conflictos, cuyos vehículos en marxista del paso de la clase en sí a la clase
las sociedades posindustriales han sido los por sí).
movimientos colectivos o sociales (v. movi Para que exista c. abierto y manifiesto, cuya
mientos sociales). forma principal es la huelga (v. huelga), es
El vinculo entre conflictos y cambios, ya necesario en prim er lugar que en el grupo de
sea en la esfera social ya en la política e inter los trabajadores se establezca cierta forma de
nacional, está muy claro y definido. N atural organización. Ya sea que se trate de un recur
mente, de ningún modo hemos dicho que so organizativo estable (sindicato) o de la pre
todos los cambios derivados de los conflictos sencia de un liderazgo natural, o carismáti-
C O N F L IC T O 303
co, interno al grupo, los estudios empíricos trial organizado, se elaboró por parte de
sobre casos de huelga han puesto de manifies diversos investigadores, pertenecientes a tra
to la necesidad de su preexistencia respecto diciones de pensamiento heterogéneas (Korn-
a la expresión del c. abierto. La huelga es pues hauser, Dubin, Ross, Kerr, Dunlop, Coser,
un c. organizado. Dahrendorf, etc.) una teoría sobre la institu
Por otro lado las formas de c. organizado cionalización del c. en los países industriales.
no agotan todas las manifestaciones conflic Institucionalización del c. significa que, a
tivas sobre el trabajo. Elevado abandono de través de la definición de normas y reglas
empleo, ausentismo, sabotaje, indisciplina, aceptadas por las partes contrapuestas, y que
todas esas conductas que a menudo se men se traducen normalmente en la práctica de la
cionan como "desafección al trabajo” cons contratación colectiva, el antagonismo poten
tituyen formas, ciertamente ambivalentes, de cial no se dirige hacia el intento de destruc
conflicto individual v no organizado (Hvman, ción del otro, sino hacia el esfuerzo por obte
1972). ner el mayor número de concesiones posibles.
Tal como sugieren algunas investigaciones, Según algunos autores, por la instituciona
puede sostenerse que los conflictos organiza lización, el c. deja de ser un fenómeno des
dos y los no organizados fungen como alter tructivo y se convierte en "parte integrante
nativas. Asi Knowles (1952) sostiene que en del modo de funcionar cotidiano de la socie
el caso de los mineros estudiados por él las dad". desde el momento en que asume las fun
huelgas y el ausentismo aparecen como ciones de "hacer explícitas las razones que
"intercambiables". Turner (1967), en su estu dividen a los grupos contrapuestos", de
dio sobre las empresas automotrices, obser “poner al descubierto las reivindicaciones,
va que allí donde se ha despedido a los acti exponiéndolas a las presiones de la opinión
vistas sindicales más combativos se registra pública y al control social", de "em pujar
una disminución de las huelgas, y un aumen hacia una rápida solución de las controver
to del ausentismo, del abandono de empleo sias", de "cooperar a la estabilización de la
y de los incidentes en general. Por el contra estructura social haciendo surgir la identidad
rio, en otros casos se ha señalado que la de los grupos detentores de poder en los pun
reducción de las tasas normales precedentes tos estratégicos de la sociedad" (Kornhauser.
de abandono de empleo, debida a un empeo Dubin, Ross. 1954, 16-17). En definitiva el c.
ramiento del mercado de trabajo, correspon no se elimina, sino que. canalizado, se convier
de a una inesperada ola de c, organizado te en factor de estabilización.
(Hvman, 1970). Otros autores llegan incluso a una prospec
Una diferencia fundamental entre conflic tiva de probable desaparición de la necesidad
tos organizados y conflictos no organizados de recurrir al c., basándose en el proceso de
(indi\ ¡duales) está en el hecho de que en el pri disminución de la conflictividad industrial
mer caso el descontento puede traducirse en observada en algunos países (Ross y Hart-
objetivos reivindicam os negociables y podrá mann, 1960). Por lo demás parece plausible
pues encontrar un acuerdo, mientras que en imaginar que cuanto más reconocidos son los
el segundo caso la situación conflictiva no se sindicatos, será menos necesario hacer uso
canaliza hacia una negociación. Para que la del c. como medio táctico de presión para
mediación negociadora (v. contratación colec obtener beneficios de las contrapartes.
tiva) pueda tener lugar, es necesario por lo
general que exista un agente reconocido como Vil LIMITES DE LATEORtA DE LAINSTITUCIONALIZACIÓN
representante del grupo de trabajadores (v. v evolución mas reciente. El giro imprevisto
organizaciones sindicales).V I. de las luchas obreras que ha afectado a
muchos países industriales de Occidente
VI. LA TEORÍA DE LA INSTITUCIONALIZACION DEL CON entre finales de los años sesenta y principios
FLICTO INDUSTRIAL. En el trascurso de los años de los setenta ha puesto en crisis la tesis de
cincuenta, ante el desarrollo de la contrata una progresiva disminución del c. Así pues no
ción colectiva en todos los países industria ha podido confirm arse la hipótesis de Dah
lizados de Occidente, y ante una tendencia a rendorf (1959) sobre la tendencia al aislamien
la disminución de la intensidad del c. indus to del c. industrial v su separación respecto
304 C O N F O R M IS M O
de la esfera política, desde el momento en que pe i and Row, 1962; L. Coser, I m s funciones del
los procesos de las relaciones industriales en conflicto social (1956), México, Fondo de Cultu
los últimos dos decenios indican más bien lo ra Económica, 1961; L. Coser, Nuevos aportes a
contrario, o sea la implicación de los pode la teoría del conflicto ¿ocia/(1967), Buenos Aires,
res públicos en la solución de los conflictos Amorrortu, 1970; R. Dahrendorf, Las clases socia
de trabajo y la implicación de los sindicatos les y su conflicto en la sociedad industrial (1959),
en opciones que ven a la política económica Madrid, Rialp, 19702; R. Dahrendorf, Le funzio-
de los gobiernos. Finalmente, el surgimiento ni del conflitto sociale. Per una teoría del con-
de conflictos no del todo controlados por los flitto sociale, H conflitto oltre la classe, en Usci-
sindicatos está indicando que la regulación re dall'utopia (1961-1968), Bolonia, II Mulino,
del c. no se produce de una vez para siempre 1971; R.K. Merton, Análisis de la estructura
ni tiene un desarrollo unidimensional. social, en Teoría y estructura sociales (1957),
Recientemente se ha propuesto una teoría México, Fondo de Cultura Económica, 1964; T.
más compleja de los efectos de estabilización Schelling, Estrategia del conflicto (1960), Madrid,
de las relaciones industriales por un lado, y Tecnos, 1964; G. Simmel. Conflict. The web of
por tanto de contención del c., y de la deses group affiliations (1908), Glencoe. The Free Press,
tabilización derivada de la acción sindical por 1955; A. Touraine, La produzione della sacietá
otro lado, y por tanto de la reactivación con (1973), Bolonia, II Mulino, 1975; J.H. Tumer, A
flictiva (Pizzomo, 1977). Si es cierto, como sos strategy for reformulating the dialectical and
tienen los teóricos de la institucionalización funclionat theories of conflict, en Social Forces,
del c., que cuanto más goza un sindicato del luí, 1975.
apoyo de la base y del reconocimiento y acep Sobre el conflicto industrial: L. Coser, Las fun
tación de las contrapartes, tanto más tende ciones del conflicto social (1956), México, Fondo
rá a m oderar y contener el c. a fin de obtener de Cultura Económica, 1961; Conflitti in Euro
algunas ventajas, también es cierto que al pa, a cargo de C. Crouch y A. Pizzorno, Milán.
cam biar las condiciones, cambiarán también Etas Libri, 1977; R. Dahrendorf, Las clases socia
las bases para el cálculo de las conveniencias. les y su conflicto en la sociedad industriaU\959),
En caso de pérdida del consenso de la base, Madrid, Rialp, 19702; R. Hyman, Economic
o de una parte de ella, o de disminución del motivarían and lahour stabilily, en British Jour
reconocimiento por parte de las empresas o nal of Sociology, viil, 1970; K.G. Knowles, Slri-
del gobierno, se presentará como más conve kes: a study in industrial conflict, Oxford, Black-
niente una linea de intensificación del c. y de well, 1952; Industrial conflict, a cargo de A. Kom-
la intransigencia reivindicativa que una línea hauser, R. Dubin y A.M. Ross, Nueva York,
de moderación. La tendencia a la desestabi McGraw-Hill. 1954; A.M. RossyP.T. Hurtmann,
lización del plan de relaciones industriales Changing patterns of industrial conflict, Nueva
precedente prevalecerá hasta que se resta York, Wiley, 1960; H.A. Tumer, G. Clack y G.
blezca el vínculo de representación de la base, Roberts, Lahour relations in the motor industry,
un mayor reconocimiento por parte de las Londres, Alien and Umvin, 1967.
empresas y una ulterior implicación en el
mercado político, lo cual favorecerá un nue
vo restablecimiento del sistema. Sin em bar
go esto no significa que el nuevo equilibrio conformismo
sea más estable que el precedente.
I ALGUNOS Tli'OS DE CONFORMISMO. El C. puede
[ida regalía ] definirse como la aceptación pasiva de ideas,
normas, valores y conductas de la mayoría del
grupo al que se pertenece, o también como
BIBLIOGRAFIA Sobre el conflicto en general: P.M. la alineación pasiva con las opiniones y direc
Blau, Intercambio y poder en la vida sorra/(1964), tivas de la autoridad oficial, sea ésta políti
Barcelona. Hora, 1981; Approaches to thestudy ca, religiosa o de cualquier otro tipo, a la cual
of social structure, a cargo de P.M. Blau, Nueva se está sometido. El análisis empírico más
York, Free P r e s s 1975; K.E. Boulding, Conflict cercano y pertinente de un c. así entendido,
and defense: a general theoiy, Nueva York, Har o mejor de algunos tipos de c., se ha elabora
C O N F O R M IS M O IOS
que la expresión “c q u e por lo general tie nes autónomas de los particulares, aunque no
ne una evidente connotación negativa, ha sido exista una disposición conformista ni una
usada según una valoración más o menos conformidad subjetivamente entendida; en el
moderadamente positiva. El razonamiento segundo caso, se produce por una conformi
podría expresarse de la siguiente manera: un dad. que no es sin embargo conformismo.
cierto grado de uniformidad social, entendi De hecho, si por conformidad entendemos,
da como aceptación amplia de los valores y por lo general, cualquier forma de adecuación
de las praxis sociales dominantes, es la base de un actor a la influencia de otro, o sea, cual
insustituible del funcionamiento regular y de quier tipo de conducta conforme a una direc
la persistencia de todo sistema social o polí tiva explícita o implícita de otros, entonces
tico concreto, y, para el mantenimiento de tal el c. no es otra cosa que una especie dentro
uniformidad social, resulta útil y quizá nece del género de conformidad. Los tipos de con
sario un cierto grado de conformismo. formidad diversos del c. son numerosos. La
Por otro lado, por lo que respecta a cada conformidad motivada por el temor de una
individuo en particular, se podría decir que sanción no es, de por si, c.; igualmente, no es
él, al perseguir sus objetivos y sus valores par c. la conformidad motivada por la promesa
ticulares, usa sus energías y su atención de de una recompensa, como no lo son todas las
modo altamente selectivo; asi pues, su dispo formas de conformidad motivadas por una
nibilidad y su capacidad de compromiso y de creencia favorable a las directivas o a cual
valoración personal disminuyen a medida que quier otro aspecto del poder. En cuanto sumi
se encuentra más alejado de sus esferas de sión pasiva y acritica a la mayoría o a la auto
interés, hasta el punto de convertirse en una ridad, el c. se contrapone especialmente a la
disposición conformista, la cual a su vez con adhesión espontánea, deliberada y conscien
tribuye al mantenimiento de las uniformida te a las directivas de quien ejerce influencia.
des sociales que agilizan el ejercicio de sus Dicho de otra forma, el c. es una forma de
actividades especificas. aquiescencia, no de consenso. El conformis
Por lo demás cabe señalar que el c. no pue ta sigue las opiniones de la mayoría o hace
de reducirse simplemente a la uniformidad propias sin limitación las directivas de la
social, ni ésta puede reducirse a aquél. Por autoridad, por el simple hecho de que son opi
un lado, la uniformidad producida por el c. niones de la mayoría o directivas de la auto
puede circunscribirse a un grupo limitado ridad. Por el contrario, en el caso del consen
(por ejemplo, a un grupo étnico, religioso o so, la opinión de la mayoría se adopta porque
comunitario), convirtiéndose así en una diver se está de acuerdo con el propio contenido,
sidad social específica en el ámbito del gru y la obediencia a la autoridad está motivada
po más amplio del que forma parte (por ejem —como se ha visto anteriorm ente— por la
plo, la sociedad política). Por el otro lado, no aceptación de su legitimidad en una determi
siempre y no toda uniformidad social es fru nada esfera de acción.
to del c. En algunos casos, actitudes y creen De lo anteriormente dicho no se sigue nece
cias comunes pueden surgir de opciones autó sariam ente que el c. sea siempre un fenóme
nomas de particulares miembros del grupo, no exterior, respecto de las opiniones y con
los cuales adoptan dichas actitudes o creen ductas que se manifiestan públicamente.
cias en ausencia de, o independientemente de, Existe c. “externo", por ejemplo, cuando un
presiones e influencias sociales que tienden individuo acepta pasit amente una determina
hacia la ortodoxia. Más a menudo la unifor da opinión de la mayoría en público, pero
midad social es el resultado de la influencia disiente de ella en privado. Y hay c. “inter
social, lateral o vertical; pero las actitudes y no" cuando un individuo acepta pasivamen
las conductas de los miembros del grupo, de te una determinada opinión de la mayoría ya
acuerdo con tal influencia, derivan de fuen sea en público o en privado. El hecho de que
tes distintas de la sumisión pasiva a la mayo una creencia o valor sea "interiorizado" por
ría o a la autoridad: por ejemplo, de una acep el sujeto no excluye el c., siempre que la acep
tación consciente de los valores y creencias tación de la creencia o valor sea pasiva y acrí
objeto de la influencia. En el prim ero de los tica. El c. interno no sólo es posible, sino que
casos, la uniformidad se produce por opcio es un fenómeno de gran importancia prácti
308 CONFORMISMO
formas de pcrsuasibilidad puede reducirse al ridad (1974), Bilbao, Desclée: M. Sherif, The
concepto de conformismo. psychology of social nonns, Nueva York, Harper
Entre las pocas investigaciones sociológi and Row, 1936.
cas referentes a la ubicación social de los indi
viduos más proclives al c., cabe señalar la de [MARIO STOPPINO]
M.L. Kohn, el cual sostiene que el c. está más
difundido entre las clases inferiores y menos
difundido entre las clases superiores y
medias, y atribuye esta desigual distribución conscripción. V. FUERZAS ARMADAS
a la actitud conformista hacia la acción com
binada de la educación y de la posición ocu
pada en la escala laboral. Por una parte, un consejos obreros
bajo grado de instrucción, propio de las cla
ses inferiores, reduce la flexibilidad intelec i. o r ig e n y s ig n if ic a d o s d e l t é r m in o . Por c. obre
tual, la amplitud de perspectivas, la capaci ros se entiende, según el significado literal de
dad de razonamiento articulado; por la otra la expresión, los organismos representativos
parte, el carácter subordinado y constrictivo colegiados que reproducen las características
de la actividad laboral, propio de las clases formales del instituto del “consejo” como
inferiores, tiende a debilitar la capacidad de órgano de poder revolucionario —es decir: a]
juicio independiente y de opción autónoma la referencia a colectividades concretas (en
incluso fuera del ámbito laboral. Entre las este caso los obreros ocupados en las diver
investigaciones o interpretaciones, que inten sas empresas) que definen su cuerpo electo
tan vincular un cierto grado de disposición ral y su composición; b\ la formación según
conform ista con determinados tipos de el principio de la delegación por parte de
estructura de la suciedad, cabe mencionar estas colectividades, en general según man
sobre todo las que consideran el c., o mejor dato imperativo y revocable; c] la fusión en
dicho una forma especialmente intensa de c., el ámbito de sus poderes de las funciones
como un componente o consecuencia especí legislativa y ejecutiva. De acuerdo con el sig
fica de la "sociedad de masas". A este tipo de nificado original de la noción de "consejo" y
planteamiento corresponden el concepto de la composición obrera, el término hace refe
"hombre-masa’' de Ortega y Gasset. el de rencia, por lo tanto, en primer lugar a un fenó
"hombre heterodirigido” de D. Riesman y la meno histórico determinado, que coincide
noción de c. como “miedo a la libertad" y pér sustancialmente con el ciclo de luchas obre
dida del propio y genuino yo propuesta por ras iniciado en 1915-1916 en los principales
E. Fromm. Sin embargo, para un análisis centros industriales europeos y que se desa
completo de estas y otras interpretaciones del rrolló como conflicto político abierto duran
c. en la sociedad de masas, v. sociedad de te la crisis revolucionaria de la posguerra.
masas. La institución específica de los c. obreros
surge en los soviet constituidos por prim era
bibliografía: S.E. Asch, Studies uf independen- vez durante la revolución rusa de 1905 y se
ce and conformily. minority of une against a una- reafirma después en la de 1917 (la palabra
nimous majoriiy, en Psychological Monographs soviet en ruso significa justamente “consejo"),
70 (1956), núm. 9; R.S. Crutchfield, Conformily aunque la expresión común deriva de la len
and character, en American Psychologist. 10 gua alemana (Arbciterrate), donde aparece
(1955); Persanality and persuasibility, a cargo de como denominación propia de los organismos
C.I. Hovlund e I.L. Janis, New Haven, Yale Uni- constituidos en Alemania en el transcurso de
versity Press, 1959; M.L. Kohn, Cíass and con- las revueltas revolucionarias de 1918-1919 y
formity: a study in valúes, Homewood, Dorsey su difusión coincide con la extensión del
Press, 1969; W.J. McGuire, Persanality and sus- movimiento insurreccional a los demás paí
ceptibility lo social influence, en Handbuok of ses del área de Europa central (Hungría, Aus
persanality theory and research, a cargo de E.F. tria, Checoslovaquia). En todo caso desde los
Borgalta y WAV. Lambert, Chicago, Rand prim eros años veinte se habla de c. obreros
McNally, 1968; S. Milgram, Obediencia a la auto para denotar genéricamente las diversa» ini-
310 CONSEJOS OBREROS
dativas de organización obrera realizadas en ral de c. obreros está implícita una confusión
casi todos los países implicados en el conflicto sustancial —a menudo suhvaluada por la lite
mundial, independientemente de las denomi ratura corriente— entre dos distintos niveles
naciones espedí icas que pudieran haber asu de surgimiento de la organización consiliar
mid»» en otitis contextos lingüísticos naciona en la primera posguerra: la fábrica y la comu
les: consigli di fabbrica en Italia, work-shop nidad urbana, o bien entre c. obreros de
commiltees en Inglaterra y así sucesivamente. empresa —organismos colegiados elegidos en
Esta amplitud del significado denotativo el ámbito de las em presas individuales— v c.
del término corresponde también a su progre de delegados de los obreros (o comités cen
siva afirmación en la acepción genéricamen trales) —organismos asambleístas elegidos
te connotativa que hoy lo caracteriza y que exclusiva o prevalentemente por los trabaja
se justifica en relación con el significado par dores de varias empresas (en todo caso con
ticular que es traducción perm itida por la el tiempo deben tender a comprender inclu
propia estructura semántica de la expresión so delegados de otros grupos sociales —sol
"c. obreros". De hecho, en la versión en plu dados, campesinos, etc.— y no siempre ha de
ral. que identifica su significatividnd en el len variar la denominación) en un ámbito terri
guaje político común, no quiere simplemen torial definido por la ciudad industrial. Según
te denotar la pluralidad contemporánea de el esquema presentado por las revoluciones
tales organismos, sino que pone en forma rusas de 1905 y de 1917 y por la alemana de
implícita el acento sobre el significado de la 1918-1919, estos dos tipos de organismos coe
asociación entre la noción de democracia "no xistían amparados o a veces integrados en
delegada" introducida por las características una única estructura de tipo piramidal, de los
de la institución del consejo y la de función que los diversos c. de empresa constituían la
productiva propia de los obreros, por lo que base prevaleciente y el c. de delegados de los
vienen a connotar un sistema de organización obreros el vértice —de aquí la tendencia a pre
y de representación, definido según la distri sentar su distinción en términos puramente
bución y la concentración de las fuerzas de morfológicos.
trabajo industriales en las diver sas unidades Sin embargo, si se examinan en su conjun
de producción (fábricas, departamentos, talle to las experiencias consiliares de este perio
res, grupos) que perm itirían a los trabajado do, se hace evidente la diferente matriz de los
res la asunción directa de un papel dirigente dos niveles de organización de los c. Por un
tanto en el sistema económico como en el lado nació de un conjunto difuso de iniciati
político. vas espontáneas de organizaciones obreras en
Justo este significado traducido —que rea el lugar de trabajo, dirigidas ya a p artir de
sume generalmente el sentido de las elabora 1915 como respuesta a una situación de insu
ciones teóricas clásicas (cf. en particular Esta ficiencia o de crisis de legitimidad de los orga
do y revolución de Lenin, asi como diversos nismos de representación sindical (fragmen
escritos de A. Gramsci, R. Luxemburg, A. Pan- tación de un sindicato todavía basado en el
nekoek v K. Korsch)— explica la fortuna del oficio y su integración en el sistema de poder
término en el patrimonio ideal del movimien constituido, como sucedió en el cuso de la
to obrero y más sustancialmente la referen "colaboración" sindical durante la guerra
cia repetida a los c. obreros tanto en el con mundial), de donde derivó el principio de la
texto de iniciativas posteriores de insubordi democracia en las asambleas obreras y el sis
nación obrera como en la forma de procesos tema de representación por delegados de
de innovación institucional, como serta sobre departamento (véase la formación de los shop-
todo el sistema de autogestión llevado a cabo steward commiltees en la industria bélica
en Yugoslavia y, dentro del limite de las inglesa en 1915 y de las comisiones internas
estructuras sindicales, la reciente organiza en Italia, que por lo demás habían aparecido
ción en Italia de! sistema de representación en 1906). Por otro lado, los movimientos insu
en el ni\el de la empresa.I rreccionales provocados por la crisis políti
ca e institucional que siguieron a las vicisi
II CONSEJOS OBREROS Y CONSEJOS Dt DELEGADOS IIF. tudes del conflicto mundial (caída de los
los obreros. Sin embargo en la noción gene imperios centrales y revolución de febrero en
CONSEJOS OBREROS XII
Rusia) como medio de organización de las ini ca consiste más bien en la capacidad de com
ciativas revolucionarias y a la vez sistema prom eter a todos los trabajadores ocupados
alternativo de representación democrática, en en una empresa dada y no por casualidad la
continuidad con la tradición radical recurren generalización del electorado activo y pasivo,
te en la historia de las revoluciones europeas, independientemente de criterios de afiliación
como se ve justo por el origen del "consejo” sindical, determinó repetidamente el momen
como institución típica de democracia no to capital de su formación. Esta diferencia
delegada, expresión de los intereses políticos queda subrayada por las propias denomina
e ideales de colectividades concretas en ciones de estos organismos de fábrica que
revuelta contra la autoridad constituida (véa hasta 1918 no asumieron en ningún caso el
se los c. municipales durante la prim era fase término "consejo”. En otras palabras, si la
de la revolución francesa de 1789 y sobre ttjdo característica general de la organización con
el c. general de la Comuna de París de 1871). siliar puede identificarse con la inmediatez
Sólo en estas últimas situaciones se sobre y con la difusión de los procesos de decisión
ponen los dos momentos de la organización respecto de las colectividades que aprueban
consiliar, hasta confundirse en un único sis su eficacia como efecto común del sistema de
tema con diversos niveles de delegados sóbre representación por delegados (t\ democracia
la base de la empresa; en las demás esta orga vi), esto depende (en relación con sus dos
nización permanece circunscrita al ámbito niveles de surgimiento) de las características
empresarial, mostrando con ello cómo éste es estructurales y responde a necesidades fun
el nivel justamente que define el común deno cionales distintas, que están en el origen de
minador del llamado "movimiento consiliar” las complejas alternativas presentes en la pro
de la prim era posguerra. Si a esto se añade blemática sobre los c. obreros.
el hecho de que las sucesivas experiencias En todo caso el significado de más relieve
convencionalmente adscritas al modelo con V más actual de la noción de c. obreros está
siliar han reproducido más o menos el esque ligado seguramente a la dimensión de siste
ma del primer proceso antes descrito, se com ma de organización obrera que esta institu
prende cómo la noción de c. obieros sea hov ción asume en el nivel de la fábrica y que lo
inescindible de la ¡dea de una institución en distingue claramente de las otras formas his
los lugares de trabajo. tóricas de organización propias del movi
No obstante, es preciso decir que en este miento obrero (el partido y el sindicato). En
nivel el principio de la representación por efecto, los c. de fábrica —aunque no sean aso
delegados asume un significado v una espe ciaciones voluntarias— expresan un poder
cificidad distintas que en el territorial. En el efectivo que es consecuencia de la función
contexto de la contigüidad espacial y de la social de los obreros en cuanto "producto
continuidad temporal que califican a la colec res"; de aquí que tengan la exclusiva carac
tividad obrera en la fábrica, de hecho ese terística de permitir la autonomía de las deci
principio se traduce en un sistema de organi siones que objetivan este poder, al contrario
zación de los trabajadores más que de repre que en el partido y en el sindicato, cuyo relie
sentación (el conjunto de los trabajadores de ve político es en gran medida función de la
una empresa dada viene a form ar la "base" propia amplitud de la organización, que nece
de esta organización, el c. el vértice y los dele sariamente trae consigo una estructura jerar
gados los "funcionarios"). En este sentido, quizada como la suya. A esto debe remitir, en
aunque las características formales del c. el plano de la elaboración política, la repeti
(imperatividad del mandato, fusión del poder da teorización de los c. obreros como instru
legislativo y ejecutivo) son esenciales para mento privilegiado de la acción obrera, capaz
calificar el sentido de la alternativa institu de unir las luchas económicas y la iniciativa
cional del sistema de los e. territoriales de política y, en el plano de los hechos, la suce
delegados, en cuanto organismos de represen siva recurrencia de la organización consiliar
tación política que, a medida que se alirm a en contextos sociales y políticos diversos,
el "contrapoder" del que son expresión, asu pero lodos caracterizados por el surgimien
men también funciones de gobierno, la espe to de una insubordinación obrera que. tanto
d í icidad de la organización consiliar de fábri por el contenido de sus reivindicaciones como
312 CONSEJOS OBREROS
sobre todo por factores externos, adquiere un parte en las decisiones relacionadas con el
relieve político inmediato —véanse los c. cons funcionamiento de la empresa, con el fin de
tituidos hacia finales del segundo conflicto superar el único horizonte de las reivindica
mundial en Polonia, Italia y Checoslovaquia; ciones salariales en el marco de un nuevo
las iniciativas intentadas repetidamente en orden de las relaciones industriales; la pro
los años cincuenta en los países socialistas de puesta "revolucionaria” del control obrero, o
la Europa oriental; las comisiones obreras sea de la reivindicación de un derecho de
españolas durante el régimen franquista. información de los elementos en que se basan
las decisiones empresariales sobre la gestión
III. DIMENSIONES ADMINISTRATIVAS DE LA ORGANIZA técnica y económica de la empresa, con el fin
CIONconsiliar de fabrica. En el plano funcional de extender los objetivos y radicalizar los tér
el aspecto más relevante de la discontinuidad minos del conflicto social, aprobando al mis
entre el momento empresarial y el territorial mo tiempo la preparación de los obreros para
del movimiento consiliar de la prim era pos la función futura de gestores de la economía
guerra es la identificación del prim ero con (véase el origen del concepto gramsciano de
una acción obrera orientada hacia la reivin “clase hegemónica"). El desemboque más
dicación de objetivos administrativos. Este coherente de esta perspectiva es la idea de
proceso ha sido documentado en todas las autogestión (v.) —de cuya posibilidad de rea
situaciones, pero resulta particularmente evi lización los c. de empresa han sido la condi
dente en las vicisitudes de los c. de fábrica ción y el estimulo esencial—, es decir justa
italianos —que culminaron justamente con el mente de la asunción directa de las funciones
episodio de la ocupación de las fábricas en directivas (por lo tanto, de las decisiones rela
1920— y, bajo otro aspecto, por las del movi tivas al destino del plusvalor producido) por
miento consiliar de Alemania, donde después parte de los colectivos de trabajadores de las
de la derrota de los intentos revolucionarios diversas empresas.
los c. de empresa siguieron subsistiendo hasta Esta idea, anticipada ya por algunos teóri
su reconocimiento por la constitución de Wei- cos del movimiento consiliar en el ámbito del
m ar bajo la bandera ideológica de la "comu debate sobre la "socialización” de la econo
nidad de trabajo". Hoy se tiende a rem itir la mía (en particular K. Korsch), fue retomada
explicación de este fenómeno, además de a la en los inicios de los años cincuenta como
gravísima situación de crisis económica, a la alternativa practica e ideal al sistema de la
composición particular de la clase obrera de planificación centralizada y a la identificación
la época, caracterizada por el prcvalecimicnto autoritaria de las instancias obreras con el
de obreros "de oficio”, cuya autonomía pro estado, aun las del régimen soviético. En este
fesional y de decisión reforzaba su concien marco se coloca, además de la experiencia
cia de productores en oposición a la autori yugoslava, la difusión más amplia de la pro
dad patronal en el sistema concreto de la blemática consiliar en los países de la Euro
empresa, más que en el poder capitalista pa oriental, justam ente con referencia a un
como mecanismo económico global —tanto sistema de organización en los lugares de tra
que algunos autores han visto en esta orien bajo capaz de asum ir una libcralización del
tación el motivo de fondo de la propia forma sistema económico y una democratización del
ción de los c. de empresa. político, compatibles con el carácter socialis
En todo caso la coincidencia de la función ta del sistema (véase las sublevaciones obre
de organización —especifica del nivel de ras de Berlín de 1953 y del "octubre" húnga
empresa del sistema consiliar— con objetivos ro y polaco de 1956. asi como las reivindica
administrativos fue asum ida en términos ciones avanzadas durante el "nuevo curso"
políticos en dos diversas perspectivas, que checoslovaco de 1968).
desde entonces han seguido articulando la
problemática del movimiento obrero hasta IV IOS CONSEJOS OiiREKOS COMO INSTIt LCIONES POLI
nuestros días: la propuesta "reform ista” de TICAS. La revolución soviética identifica la
la co%estión. o sea de la atribución a los tra única situación de institucionalización de los
bajadores. mediante la organización por dele c. obreros desde la fase de "dualismo de pode
gados de departamento, del derecho de tomar res" en la que se expresaban sus funciones
CONSEJOS OBREROS 313
te esto vale en la medida en que se refiere a sobre todo elementos de disensión. Quinto: un
"islas culturales" verdaderas y propias, que factor ulterior negativo es la existencia de
se diferencian sensiblemente bajo el perfil de ideologías rígidamente contrapuestas las
los aspectos más específicamente políticos unas a las otras, de visiones sistemáticas y
ligados indirectamente a la política. La pre exclusivistas del mundo, las cuales no tole
sencia de una gran variedad de grupos étni ran —o toleran sólo contingentemente y prin
cos con culturas ampliamente heteogéneas no cipalmente por razones tácticas— la cohabi
ha impedido la formación en Estados Unidos tación con otros esquemas a menudo exclu
de grandísimas franjas de c. en cuanto a prin sivistas e intolerantes a su vez. Flexibilidad
cipios políticos; pero se tiene presente que la y pragmatismo son, desde el punto de vista
aculturación de los distintos contingentes de de estas posiciones, debilidades, v una vez que
inmigrantes ha sucedido en términos de la estas ideologías se hacen dominantes, las
cultura política dominante de extracción fuerzas, que ellas dominan, se esfuerzan por
anglosajona y ha conducido a la amplia acep forjar el c. sobre las reglas del juego más con
tación de estas normas. Un segundo factor, la imposición y el adoctrinam iento que con
que es quizá todavía más importante, es la el compromiso. Aún más: los cambios
sucesión en un país dado de regímenes polí económico-sociales de importancia, las trans
ticos sustancialmente distintos en cuanto a formaciones estructurales en gran escala, las
las reglas fundamentales de funcionamiento innovaciones tecnológicas, no pueden ser por
del sistema, como sucede cuando se pasa de cierto omitidas: crean condiciones nuevas,
un sistema autoritario a uno de tipo pluralis someten amplios estratos de la población a
ta. Aquí no sólo los individuos están expues experiencias nuevas, crean nuevas necesida
tos a experiencias distintas sino que ven apli des y destacan los límites de las instituciones
car y desaplicar en breve tiempo principios y de las prácticas en vigor. Y sin embargo, al
distintos y a veces opuestos. Además, la ins considerar el papel de estos factores, se con
tauración de un nuevo régimen llev a a menu sidera que al menos tan im portantes como
do a tentativas de creación de nuevo c., y ellos son los módulos de interpretación, los
cuando el régimen cambia, a la difusión e esquemas mentales a través de los cuales
interiorización de los nuevos principios se estas experiencias son vividas y a las cuales
agrega a menudo la sobrevivencia de residuos se da un significado. Y en consideración a esto
del sistema precedente. Esto dirige la aten se hace crucial el papel de grupos —habitual
ción. en tercer lugar, sobre los mecanismos mente restringidos— de intelectuales, divul
de socialización, es decir sobre los vehículos gadores, profetas, los prim eros generalmen
que sirven para la formación y el manteni te en advertir y hacer notar la maduración de
miento de orientaciones y la adhesión a cier nuevas exigencias: es justamente en estos gru
tos valores entre los miembros de la pobla pos donde comienza la critica a las institucio
ción. Por lo que se sabe, parece que estos ins nes y a las ideas dominantes, y es por eso por
trum entos o agentes funcionan tanto mejor lo que su función como factores de resque
como mecanismos de trasmisión del c. a las brajamiento del c. no puede ser subestima
nuevas generaciones, en cuanto operan de da. No se olvida, por último, la importancia
manera congruente, es decir sin presentar de la dinámica de la interacción entre las dis
discrepancias; pero la presencia de subcultu tintas fuerzas políticas, sobre todo allí don
ras entre sí heterogéneas y la existencia de de su éxito depende, en gran medida, de la
experiencias políticas contrarias hace así que capacidad de obtener la adhesión y el apoyo
los mecanismos de socialización estén a de grandes masas. Es claro, por ejemplo, que
menudo caracterizados por discontinuidad e los partidos políticos no se limitan simple
incongruencia. Desde el punto de vista de la mente a registrar en sus posiciones las divi
formación y mantenimiento del c.. la sociali siones existentes en la sociedad sino que se
zación política, es bueno recordarlo, es un ubican del mismo modo como factores acti
arm a de doble filo: trasm ite el bagaje cultu vos de c. (o de disensión) en la medida en la
ral de las generaciones precedentes; si el gra que operan, a través de sus estructuras orga
do de c. es bajo y la cultura política fragmen nizativas directas o indirectas, como mecanis
taria. se trasm iten y perpetúan también > mos independientes o semindependientes de
ílx CONSERVADURISMO
ylidiad, si núes que, directamente, el elemen tan imprecisa como abstracta e improbable.
to que, mezclando los distintos significados C. y progresismo no tienen, en efecto, natu
en los cuales el término es usado, le da una raleza especulativa, pero pueden ser usados
vida unitaria ficticia. sólo como símbolos de complejas tendencias
El reconocimiento de la existencia de esta de la historia occidental. El contenido del c..
carga emotiva es sin embargo un elemento de por lo tanto, puede aclararse sólo en el aspec
importancia no descuidable y que va más allá to histórico, teniendo presente su alternan
de los abusos de lenguaje de la crónica polí cia respecto del progresismo y la naturaleza
tica. para indicar una polaridad de la que está dinámica de este último. En su surgimiento
embebida toda la civilización moderna. Invir histórico los dos términos son inseparables
tiendo la preocupación de los polilólogos es del proceso de laicización del pensamiento
posible partir de tal carga y servirse de ella político europeo que, haciendo de la sociedad
como un indicio para llegar a una interpre el lugar de la completa autorrealización del
tación que identifique el c. sobre una base de hombre, hizo de la acción política un instru
contenido y no sólo funcional. La polaridad mento liberador de la humanidad. El prece
indicada arriba se revela en la constante rela dente pensamiento cristiano nunca se hahia
ción. no importa si más o menos implícita, en propuesto una alternativa c.-progresismo por
la que el c. es colocado, en el uso común, con que su perspectiva histórica era. desde un
otro término extremadamente ambiguo \ punto de visia de valor, estática. Puesto que
complejo que podríamos, de mudo simbólico, el fin ultimo del hombre era ultraterreno, las
indicar como "progresismo". En una prime vicisitudes humanas en la historia no tenían
ra aproximación este ultimo estaría indican sino un tema, el de las tentativas, estructu
do una actitud optimista respecto de las posi ralmente idénticas, de los individuos para
bilidades de perfeccionamiento y desarrollo adecuarse a los imperativos que tales fines
autónomo de la civilización humana y de cada planteaban. En una visión similar, términos
individuo en ella. En la relación que se ins como c. o progresismo son insensatos, por
taura entre progresismo y c. este último se que presuponen una investidura de valores
coloca siempre como negación, más o menos absolutos en la historia. Ni siquiera el pen
acentuada, del primero; surge en cuanto tal, samiento político clásico, por otra parte,
m ostrando asi su naturaleza alternativa, su habia podido proponérselos: porque, aun ubi
existencia solamente en relación con una posi cando los fines humanos en el interior de la
ción progresista. Lo que nos da la razón de sociedad, y por lo tanto como fines políticos,
la notable tendencia de los conservadores a tenia una visión estática de la naturaleza del
no sistem atizar su propio pensamiento, que, hombre y, si se detenia en la historia, no veia
por su propia alternancia, no puede ser con en ella más que una marcha cíclica, raciona
cluido y fijado de una vez para siempre sino lización de los mitos precedentes sobre el
que debe seguir de cerca la naturaleza diná tiempo sagrado. Las sociedades políticas, por
mica y la continua tendencia a la expansión lo tanto, debían seguir el mismo ritmo y, en
del progresismo. Si. por lo tanto, desde un sus diversas formas, si podían lograr una pro
punto de vista progresista el c. aparece como pia perfección interior de estructura no esca
inmovilismo, eso depende sólo de la necesa paban a la necesidad de una sucesiva deca
ria perspectiva de aquél; mientras que a una dencia; pero, sobre todo, no podían realizar
visión global no puede escapar la naturaleza objetivos humanos absoluto', ulteriores res
dinámica de la relación c.-progresismo y la pecto de aquéllos de su propia perfección for
imposibilidad de determ inar analíticamente mal. El cambio social no se convertía, por lo
el contenido, eminentemente histórico, de los tanto, en un conflicto con signiticado de valor
términos que lo componen.1 en una visión histórica abierta y ascendente
hacia una perfección cada vez mayor.
11 ORIGENES HISTORICOS DELCONCEPTO. Una \c‘Z VÍS- El c. surge sólo como necesaria respuesta
ta la naturaleza del c. en la alternancia con a las teorías que. a partir del siglo xvm. se
el progresismo, es necesario reconducirlo a desprendieron de la visión antropológica tra
su matriz concreta o se corre el riesgo de dar dicional para reivindicar para el hombre la
\ ida a una dialéctica absoluta c.-progresismo posibilidad no sólo de mejorar su> propios
320 CONSERVADURISMO
significa que haya perdido sus propias carac tos de un proceso dialéctico de crecimiento
terísticas de fondo, aun si la dinámica cada sino expresiones inmutables del propio pro
vez más radical del progresismo lo ha llevado greso, capaces de ejecutarlo con su existen
a abandonar los contenidos clásicos ligados cia y organización. No obstante, todo el c.
al pensamiento de Burke y a englobar partes parece, en estos casos, haber aceptado la tesis
cada vez más amplias del propio credo pro de un continuo desarrollo de la humanidad;
gresista. Eso sucedió sobre todo por la difi pero, para hacerla contraria a los fines del
cultad de mantener, tanto en el campo polí progresismo, es la interpretación que de ella
tico como en el cultural, la credibilidad de un se da, como progreso evolutivo por acumu
vínculo entre moral y trascendencia y entre lación de conocimientos y experiencias —no
jerarquía y orden moral frente a los resulta como superación dialéctica del pasado— o
dos de la ciencia y a las consecuencias mate como teoría comunitaria que, haciendo de la
rialistas y racionalistas que de él se inferían. sociedad la fuente de la existencia individual,
La continua influencia de los temas de fondo da al poder político el derecho de guiar a los
del c. se revela, sin embargo, en un elemento individuos en el camino del progreso. En
constante: aquél que nos permite identificarlo ambos casos se niega el núcleo más intimo del
como tal aun en el siglo xix, es decir la inter progresismo, es decir la autonomía históri
pretación de las sucesivas posiciones asumi ca del individuo, y se trata de estabilizar el
das por e¡ progresismo como momentos de universo moral del individuo sustrayéndole
estabilidad lograda y no de desarrollo. la responsabilidad y el poder de desarrollar
En el curso del siglo xix el progresismo se lo y ejecutarlo. Conservadores, no tanto como
fue contruyendo sobre tres hipótesis funda juicio de valor sino en contraposición a la
mentales: la científica, que ha hecho de las dinámica del progresismo, han sido así suce
ciencias naturales los modelos a im itar para sivamente la filosofía del estado de Hegel, el
el desarrollo de las ciencias humanas y del positivismo de Auguste Comte, el evolucionis
propio hombre; la democrática, que ha visto mo liberal de Herbert Spcncer, el nacionalis
en la extensión a todos los individuos del mo autoritario de inspiración romántica o el
poder de decisión en el campo político el imperialista. Todos, en efecto, han querido
resultado óptimo al que se debe llegar; la hacer de la común hipótesis sobre el progre
materialista histórica, que ha hecho de la so de la humanidad y sobre la sustracción de
revolución de clases el prerrequisito del nece los fines humanos a un Dios trascendente un
sario progreso humano. Combinadas entre sí proceso necesario guiado desde el exterior,
en los mudos más diversos, estas hipótesis que, como se ha visto, contradice a las instan
han servido como modelos interpretativos y cias y mitos progresistas más profundos.
como ideologías de los grandes cambios del
siglo pasado. Su dinámica progresista ha ni. conservadurismo y roDER poi.iiico. Alternati
hecho imposible la estabilización de cualquier vo al progresismo, contrario a un planteo
nuevo equilibrio de poder, siempre desenmas radical de los problemas políticos, incierto en
carado como insuficientemente racional o cuanto a las posibilidades de desarrollo autó
ligado a egoístas intereses de clase y derriba nomo de la humanidad, el c. ha pensado y pro
do por tendencias más radicales. El c. se ha fundizado mucho más que el progresismo el
puesto, de vez en cuando, como defensor de problema del poder político. Se trata de un
tales equilibrios, interpretados como puntos hilo rojo que corre a lo largo de toda la histo
de llegada, capaces, si se hacen estables, de ria del c. y cuya importancia para la compren
satisfacer las exigencias humanas. Típica sión de este último es capital. La perspectiva
para este propósito es la historia de movi histórica abierta del progresismo es en efec
mientos como el liberalismo, el nacionalismo to tendencialmente apolítica, en cuanto cree
y el socialismo, surgidos con la teorización de que el hombie, como ser fundamentalmente
un particular elemento progresista e indivi libre y racional, es capaz, en potencia, de
dualista, pero que, institucionalizados en sis crear comunidades donde la coacción está
temas políticos o en partidus, bajo el impul ausente y domina una espontánea coopera
so de quien detentaba el poder han dado vida ción. El poder político se hace asi un limite
a teorías que ya no hacían de ellos momen a superar, un momento represivo que no tie
322 CONSERVADURISMO
ne realidades propias y cuyas verdaderas for del siglo xx ha desplazado de tal modo los
mas es necesario volver a buscar en intere términos del problema que la antítesis c.-
ses egoístas y en la explotación ligados al progresismn hasta aquí examinada, por estar
todavía imperfecto estado de la sociedad. El todavía viva en el lenguaje político, podría
c., en cambio, que parte de la conciencia de considerarse en crisis. La entrada de las
un limite intrínseco al hombre, lejano y ale- masas en la escena política ha representado,
jable, pero siempre presente, es conducido a en la prim era parte del siglo, la principal
ver en el poder, en la coacción política, un pesadilla del c. —véase por ejemplo el pensa
momento necesario de la sociedad. íntima miento de José Ortega y Gasset—, que no
mente ligado a la finitud humana. Profunda podía considerarlas capaces de razón y de
mente ambiguo v demoniaco, el poder políti acción independiente. De ahi los llamados
co es. para el c.. el cemento de la sociedad que, conservadores al individualismo, cuya expre
cualquiera que sea su estructura, sin él cae sión más alta es el neoconservadurismo esta
ría en la anarquía. Al mismo tiempo, sin dunidense de inspiración burkeana. Con un
embargo, justamente en cuanto confiado a los tono optimista desconocido en Europa, éste
hombres, el poder es intrínsecamente tiráni surgió en los años cincuenta como respuesta
co si no es controlado. De ahí la constante a la creciente despersonalización de la socie
preocupación por los mecanismos políticos dad de musa, a la que el propio progresismo,
de limitación del poder y, sobre todo, por la con su mito de una planificación social del
supremacía de la ley que, a menudo, el c. ele desarrollo, no parece capaz de obviar. Una
va a tabú intocable en cuanto instrum ento dialéctica similar en años tan recientes repre
prim ario de estabilización de los procesos senta un brillante caso limite, provocado por
sociales. En esta defensa del poder político las particulares condiciones de Estados Uni
como condición imprescindible —que se tra dos, y no modifica sustancialmente la impre
ta de controlar y no de destruir— de la con sión de una crisis tanto del c. como del pro
vivencia social, el c. ha hallado el modo de gresismo. Este ultimo ha creído por mucho
reaccionar a la continua ventaja que le lleva tiempo poder obviar los problemas m ateria
el progresismo. les causados poi la sociedad de masas v por
Una reacción, sin embargo, que sólo rara la ruptura del equilibrio de los consumos por
mente ha desafiado a este ultimo por ser inca él mismo provocada, como asi también de
paz de desarrollar, luego de la observada ren poder continuar en el nuevo ambiente su pro
dición del c. a los reclamos del cientificismo, pio discurso libertador, sirviéndose de! apor
la herencia del límite del hombre y por lo tan te de las ciencias naturales, de la técnica y de
to imposibilitada de oponerse eficazmente al las nuevas ciencias sociales y de la organiza
mesianismo cienlifista e historicista del pro ción. El c., a su vez, ha terminado por ver en
gresismo. De este modo el c. ha perdido a prio ellas la posibilidad de una educación de las
ri —en el terreno moral y emotivo— su bata masas en cuanto al orden: pero la ciencia se
lla politica contra una cada vez más radical ha venido imponiendo cada vez más por sí
democratización de la sociedad y ha hecho misma, provocando la crisis de los valores
estéril también su propia contribución al políticos de c. y progresismo y la convergen
estudio del poder, indudablemente su parte cia de ambos sobre el terreno común del desa
vital. Reducidos en efecto a defender como rrollo económico-social.
definitivos sistemas políticos justificados sólo El segundo se ha identificado con las reglas
por su apertura al cambio, los conservadores, organizativas del desarrollo, aceptadas como
carentes de una articulada visión del hombre objetivas y dotadas de una lógica propia e
que oponer a la de los adversarios, no han insuperable, aunque de tipo probabilista.
tenido el modo de preservar la sustancialidad Actuando asi. sin embargo, ha hecho suya la
del poder contra la reducción a interés egoísta tendencia conservadora de rechazar una con
o a problema organizativo hecha de ella por tinua ventaja y de estabilizar los contornos
el progresismo. de la dinámica social; con la consecuencia de
que lo que el c. quería obtener sirviéndose del
tv. e l c o n s e r v a d u r is m o e n F.L s ig l o xx El adve poder político es ahora propugnado por la
nimiento de la sociedad de masas en el curso objetividad de las reglas organizativas. El c.,
CONSTITUCION 123
quien comparte la ideología oficial, de signo su parte pueden ser muy variados, puesto que
distinto, de donde casi siempre se acaba por en concreto el concepto que está en la base
llegar a un partido único. de toda forma de estado o régimen político
Antes bien, junto a las funciones reseñadas acaba por influir de manera determinante en
se han firmado e incluso han adquirido supe el texto constitucional.
rioridad otras funciones de la c., todas ellas
presentes ya en las c. liberales. Una de ellas II INSUFICIENCIA DEL CONCEPTO FORMAL DE CONSTITU-
es la función propiamente "constitutiva" del cion .Según la doctrina jurídica, por c. se
documento constitucional: la c. atestigua ante entiende aquellos principios que están en la
la comunidad internacional el surgimiento de base del sistema normativo de lodo ordena
un nuevo componente que se afirma como miento, con referencia a un número variado
sujeto con pleno derecho de la misma. Esto de entes, como los estados, las organizacio
explica cómo, después de la independencia, nes internacionales, la comunidad internacio
todos los nuevos estados se apresuran a pre nal. Cualquier ente, público o privado, tiene
sentarse de modo formalmente positivo en la los propios principios básicos indispensables,
escena internacional en tanto dotados de una y por lo tanto una c. propia, pero sólo los
c. propia. Intimamente conectada con la fun entes llamados originarios (o sea autolegiti-
ción constitutiva está la de la estabilización mantes) se consideran portadores de una c.
y racionalización de un determinado orden que vale y obra también por todos los entes
del poder. La c. es un punto firme, una base considerados derivados y que se justifican
coherente y racional para los titulares del sobre la base de aquélla, los cuales están
poder político que buscan con su trám ite dar diversamente coligados y dependientes del
estabilidad y continuidad a su concepto de ordenamiento del ente originario; esto vale
vida asociada. especialmente para los entes públicos inmer
En forma contextual, a la c. se le agregan sos en el ordenamiento estatal.
múltiples garantías en defensa de la ideolo Circunscribiéndonos a la c. del ente esta
gía dominante y de las instituciones consti do. adquiere relieve la extrema dificultad
tucionales fundamentales, por conducto de para delim itar con claridad los principios
distintas modalidades, que van desde el veto normativos esenciales que se han señalado,
de revisión constitucional, hasta las garantías aun si en abstracto se afirma que éstos debe
propuestas de sanciones penales, un sistema rían ser los lógicamente prioritarios, con
orgánico de controles jurisdiccionales y la preeminencia sobre aquellos principios no
organización de la administración m ilitar y indispensables, y en condiciones de revelar
civil. se como permanentes, es decir: las decisiones
Junto a la función constitutiva que legiti esenciales sobre la forma de estado o régimen,
ma al nuevo estado, la c. puede tener la fun sobre la organización y las funciones de los
ción más limitada de legitimación de un nue poderes públicos, sobre los derechos y los
vo titular del poder político. Esto explica por deberes de los ciudadanos. Se ha observado,
qué, sobre todo en los estados nuevos, a cada con exactitud, que la esencialidad de los prin
subversión interna mediante un golpe de esta cipios está estrechamente conectada a un jui
do siga la adopción de una nueva c. que no cio de valor diversamente condicionado por
siempre tiene contenidos radicalmente distin perfiles históricos y políticos que hacen difí
tos de la precedente que ha sigo abrogada. cil su enunciación en términos absolutos.
La c. tiene pues una función de propagan Esta seria posible si se aceptase la hipótesis
da y de educación política. Esto puede verse normativista que considera como principio
fácilmente en las c. de alto contenido ideoló último condicionante del sistema la llamada
gico —como la revolucionaria francesa, la norma de la norma, o sea aquélla que condi
socialista, la de las repúblicas islámicas— en ciona la producción de normas generales,
las que el texto contiene no sólo normas orga especialmente a través de la legislación: sin
nizativas sino sobre todo principios de direc embargo, se ha observado que tal norma ter
ción e impulsos de activación de las masas. mina por presuponer como ya constituido el
Si esas premisas son las funciones constan ordenamiento, sin aclarar sobre cuál base.
tes que las c. llevan a cabo, los contenidos por En el mejor de los casos se delinca la con-
CONSTITUCIÓN M5
corduncia subre la insuficiencia del recurso III. CONTRASTE ENTRE ESTATICA Y DINAMICA DE UN
al criterio formal de identificación de lus prin ORDENAMIENTO ELCONCEPTO MATERIAL DE CONSTITU
cipias esenciales. En efcclu, teniendo en cuen CION La formalización es por lo tanto un
ta la tendencia a aduptar la forma escrita intento de cristalización de los principios
para enunciar la c. se ha intentado especifi esenciales, pero como intento está en genera!
car como constitucionales las disposiciones destinado a dar resultados engañosos. En reali
incorporadas siguiendo procedimientos refor dad, si es natural que el poder constituyente
zados, es decir distintos de los seguidos por intenta imponer a los órganos directivos de
las legislaciones normales, imputados a órga un ordenamiento líneas de acción conforme
nos dotados de poder constituyente. Pero la a In propia concepción de las relaciones polí
tendencia a una particular formalización de ticas y sociales, no está dicho que el sistema
los preceptos constitucionales no significa pueda limitarse a imprimir el propio desarro
que éstos están necesariamente limitados a llo a principios de conservación. Evoluciones
aquéllos insertos en un texto ad hoc ni que o involuciones pueden preverse con más o
aquéllos formalmente declarados mantengan menos precisión. Por lo demás, a menudo son
siempre su importancia originaria. Es indu las mismas directivas queridas por el consti
dable que la recurrencia a formas extremas tuyente las que producen consecuencias
puede hacer presum ir que las mismas recu inconciliables con los principios básicos.
bren un contenido de principios realmente Estos signos indican cómo una de las carac
esenciales para un ordenamiento determ ina terísticas inevitables de todo ordenamiento
do. La forma escrita —claram ente afirm ada es la búsqueda de conciliación entre el siste
a pesar de la permanencia de c. preferente ma tendencialemente estático de sus normas
mente consuetudinarias, como la inglesa, y la originarias y las orientaciones impresas por
presencia de costum bres constitucionales en las direcciones políticas que los órganos cons
todo tipo de ordenamientos— responde a evi titucionales formulan bajo el empuje dinámi
dentes razones de técnica organizativa de los co de las fuerzas sociales. Tal dinámica pro
ordenamentos políticos, en cuanto tiende a voca un continuo estado de tensión que some
asegurar una estabilización de estructuras, te a intensos estímulos los principios forma
estando afectada aún hoy por el perfil garan- lizados en la c. Más allá de la hipótesis del
tista impreso por las teorías del constitucio progresivo distanciamiento de la realidad
nalismo, como asi también por la estabilidad constitucional de los principios formalizados,
y conservación de valores ideológicos y polí es posible observar que, más en general, los
ticos y de intereses individuales y colectivos. principios formales representan una parte de
Además, la forma escrita parece siempre ¡a c. que puede ser comprendida sólo ponien
tener, con mayor o menor intensidad, un sig do el acento en principios sustanciales, lo que
nificado instrumental debido a las ideologías es particularmente evidente ya sea en la hipó
de las que un ordenamiento es portador, tan tesis según la cual no exista c. escrita conte
to en el caso de las llamadas c.-balance, en las nida en un documento unitario —como es el
que en polémica con el pasado se hace un caso, frecuentemente puesto como ejemplo,
ajuste de cuentas de los resultados obtenidos de Gran Bretaña— o bien cuando se da cuen
desde el punto de vista político, como sobre ta de la no correspondencia entre principios
todo en el caso de las llamadas c.-programa, formales preexistentes y realidad constitucio
que expresan de m anera particularm ente nal subyacente, como en el caso del último
explícita un sistema orgánico de directivas a periodo de vigencia del ordenamiento estatu
aplicar a breve, medio o largo plazo. Tal ten tario italiano posterior a la afirmación del fas
dencia propagandista ha llevado a una pro cismo.
gresiva ponderación de los textos constitucio La doctrina de la c. en sentido material
nales hasta am pliar especialmente las dispo interviene para ofrecer una justificación de
siciones en materia económica y social, sobre las relaciones entre perfil normal y perfil sus
pasando las simples disposiciones organiza- tancial de las c. En su formulación más per
torias relativas a la repartición y al uso del suasiva ella pone un acento en el papel deter
poder político (contraposición entre c. largas minante desarrollado por lus fuerzas políti
y c. cortas). cas en la fijación de los principios organiza-
« f. CONSTITl CIO.N
ti vos y funcionales esenciales para la vida de Por las razones que se acaban de exponer,
un ordenamiento. De tal mudo se efectúa una la doctrina de la c. material muestra que el
decisiva revaluación del papel que desempe principio normativo originador y justifican
ña la realidad social, nunca más confinada a te de un ordenamiento, o sea la c. por exce
lo prejurídico. El elemento social del estado lencia. consiste en la fuerza normativa de la
se perfila como ya ordenado en torno a un voluntad política, con una aplicación realis
núcleo de principios que contribuyen a d ar ta del principio de efectividad (principio que
le una configuración política propia. En su desde distintas perspectivas es también uti
seno puede delinearse un elemento dominan lizado. en última instancia, por la misma doc
te. titular y gestor del poder, diferenciado del trina norm ativista cuando trata de especifi
que aparece dominado, o bien —en los orde car, procediendo al revés, una justificación
namientos democráticos en donde se tiende última de la norma graduada sistemáticamen
a negar al menos teóricamente una contrapo te). La c. material esta por lo tanto en condi
sición asi de rígida— una participación nece ciones de presentarse como la real fuente de
saria de tuda la base social en el poder polí validez del sistema (y por lo tanto también de
tico procurando tener la mayor correspon la c. formal), de garantizar la unidad duran
dencia posible entre estado-comunidad y te la valoración interpretativa de las normas
estado-aparato: en ambos casos son las fuer existentes y de completar las lagunas, de per
zas piditicas las que están en condiciones de mitir la especificación de los limites de la con
caracterizar el ordenamiento que ellas expre tinuidad y de las mutaciones del estado
san, los principios y los fines constituyentes teniendo en cuenta la misma como paráme
de la c. material. tro de referencia. Son. por lo tanto, los prin
Con base en tal ordenamiento se determ i cipios constitucionales sustanciales los signos
na cómo existen, en cada ordenamiento, nor que desempeñan un papel esencial para !a
mas constitucionales —en general formaliza comprensión de una c. Precisamente a éstos
das en un texto ad hoc, pero también conte se debe hacer referencia para detectar la esen
nidas en diversos textos o teniendo un carác cia intima. Las normas constitucionales for
ter meramente consuetudinario o convencio males, donde existen, constituyen en general
nal— relativas a las decisiunes fundamentales un punto necesario de partida en el proceso
respecto de la organización del estado- interpretativo, pero seria absurdo pretender
aparato (en particular: utilización del princi basarse sólo en el. pues numerosas institucio
pio de concentración y de separación en la dis nes formalmente inmutables en el tiempo ter
tribución de las competencias, del principio minan teniendo un significado útil solamen
de la paridad o de la gradación en la utiliza te si se tiene en cuenta el valor sustancial
ción de la misma), respecto de la organización efectivo que han ido asumiendo.
del estado-comunidad (régimen de autono
mías públicas y privadas), respecto de las IV LAS MODIFICACIONES DE LACONSTITUCION El con
relaciones entre aparato y comunidad (régi junto de decisiones que se derivan de las
men de las relaciones autoridad-libertad), res determinaciones, explícitas o implícitas, de
pecto, en fin. de las relaciones entre estado- las fuerzas políticas que controlan el ordena
ordenamiento y comunidad internacional y miento constituye su c. y sólo ésta. Tomando
similares. Tales normas derivan y están con dicha c. como parámetro, se puede señalar el
dicionadas por un principio originario que problema de sus modificaciones o transfor
constituye al misino tiempo el núcleo efecti maciones, dependiendo de si los procesos evo
vo de toda la organización constitucional. lutivos permiten o no reconocer la permanen
Este principio es la resultante del juego de las cia de las características de identificación
fuerzas políticas que se mueven en el orde señaladas anteriormente. En sentido técnico,
namiento, la elección de la base que condicio se dice que en el segundo caso nos encontra
na todos los demás principios de la vida social mos en presencia de la acción de un poder
y política (sin embargo, según algunos son las constituyente, en tanto que en el prim ero de
mismas fuerzas políticas dominantes las que un simple poder de revisión.
se plantean directamente y en cuanto tales Y lo que caracteriza, en efecto, al poder
como principios). constituyente es no sentirse ligado, en sus
CONSTITUCIÓN 327
determinaciones, por un sistema jurídico das respecto de las seguidas en término medio
preexistente: es completamente libre en la por las leyes, y los procedimientos por lo tan
elección de sus propias finalidades. No suce to se agravan o refuerzan, dándose particu
de lo mismo con el poder de revisión que está lar importancia a las modificaciones de la c.
limitado por lo menos por la obligación de no formal (c. rígidas, como las vigentes en Italia).
renunciar a los lincamientos que caracterizan A veces las modificaciones no adquieren un
el sistema jurídico vigente y que se conside carácter general sino que se circunscriben a
ran como limitaciones a su uso concreto: se hipótesis individuales: el carácter derogato
reconoce que el poder de revisión está ínti rio de las mismas está señalado en la califi
mamente ligado con una exigencia de garan cación de rupturas de la c. con la que son espe
tizar una cierta c., en cuanto que tiende a cificadas.
adaptarla, a través de procedimientos formal Todas las hipótesis señaladas expresan
mente compatibles con la misma, a las nue modificaciones tendencialmente duraderas.
vas exigencias, conservando sus rasgos esen Es distinta la modificación de suspensión de
ciales y evitando recurrir a expedientes extra- la c. que se refiere a una modificación única
jurídicos (ajenos al ordenamiento en cuestión mente temporal, justificada en general por la
y que serían, en última instancia, manifesta exigencia de conservar la c. material, como
ción de un poder constituyente). En sentido sucede cuando se instauran regímenes de
lógico, el poder de revisión está subordina emergencia interna o externa (estado de sitio
do por lo tanto al constituyente que es el úni y estado de guerra). En esas hipótesis las
co capa/, de establecer y modificar radical modificaciones afectan a la organización y al
mente la c. en sentido material. Por consi funcionamiento de los órganos constituciona
guiente, tudas las veces que se encuentren les y, en especial, el régimen de libertades
modificaciones que prescinden del respeto de garantizadas constitucionalmente. La cesa
las lineas esenciales del ordenamiento —o sea ción del régimen derogatorio de emergencia
de la c. material, que como se señala es el deja sin justificación la suspensión, y el regre
núcleo del mismo o su supervonstitución— no so a la normalidad significa la reanudación
se trata de un problema de aceptación de un de la plena eficacia de la c., que mientras tan
ordenamiento preexistente sino de un nuevo to sigue siendo formalmente válida.
ordenamiento condicionado por un poder
constituyente propio. Existe, en cambio, iden- V IA ASA.MBI.KACONSTITUYENTE Y UAS CARACTERISTI
lilicabilidad cuando las modificaciones no CAS de ia nuevaconstituclóN. La c. italiana que
afectan la c. material. entró en vigor el 1 de enero de 1948 sustitu
Entendidas de este modo, las modificacio yó al estatuto albertino, que aun con las pro
nes pueden conligurarse de acuerdo con dis fundas modificaciones aportadas a las insti
tintas hipótesis. Cumplen una (unción impor tuciones constitucionales durante el fascismo
tante las modificaciones que se producen len y después, durante el periodo de transición
tamente como consecuencia de la evolución que siguió a los hechos del 25 de julio de 1943,
y se realizan poco a poco en el tiempo a tra había sido la base del ordenamiento italiano
vés de la evaluación que hacen los órganos por un siglo.
constitucionales, la magistratura y el elemen La Asamblea Constituyente elegida por el
to social de los principios constitucionales. método proporcional llegó a aprobar la nue
Se puede llegar a la formación de costumbres va c. mediante un pacto constitucional al que
contra y preler c., o a la formación de conven le daban aportaciones exponenles de partidos
ciones de la c. derivadas de acuerdos entre los vinculados a líneas ideológico-progrumáticas
órganos titulares del poder político. divergentes entre si: la inspiración liberal,
Las modificaciones consagradas en proce católica y socialista es más o menos fácilmen
dimientos formales constituyen el núcleo de te detcclable en las diversas normas que com
los procedimientos de revisión que, en algu ponen el texto constitucional y, de manera
nos ordenamientos, no requieren formas dis- más general, surge del complejo de la cons
tintas de las usadas para la adopción de las trucción constitucional. Del compromiso
leyes (c. flexibles), en tanto que en otros se constituyente — inevitable si no se quería
requieren formas más complejas y diferencia arriesgar una imposición unilateral y autori
328 CONSTITUCION
taria de una c. partidista— nace un mecanis- no parlam entario a típico, en cuanto que el
mu institucional que en buena parte remite jefe del estado tendría una posición recono
a actuaciones y realizaciones sucesivas y que, cida que va más allá del simple mediador neu
justo por su origen comprometido, tenía un tral entre el parlamento y el gobierno, ya que.
carácter polivalente que se prestaba a inter además del poder de disolver anticipadamen
pretaciones potencialmente divergentes de te las cámaras, tendría en particular el poder
los preceptos formales de la c. La remisión de veto de suspensión en materia de promul
a sucesivas decisiones del gobierno y del par gación de las leyes del parlamento, además
lamento comportaba pues una dilación en el del de autorizar la presentación de los pro
tiempo de decisiones fundamentales y prorro vectos de ley gubernamentales, del de nomi
gaba la necesidad de acuerdos entre partidos nación de senadores y jueces contitucionales,
políticos que ya se había logrado en el cons del de presidir importantes órganos colegia
tituyente. La necesidad de una presencia con dos: poderes todos que reconocen su función
junta en todos los niveles conducía a una autónoma en el desenvolvimiento de la vida
generalización del principio proporcionalis- constitucional.
ta como apoyo a la legislación electoral y De acuerdo con una interpretación difun
como base de la formación de las decisiones dida, la función de dirección política —o sea
de dirección de los órganos electorales. La el conjunto de actividades que adaptan día
nueva c. no podía dejar de situarse en una tras día los principios constitucionales a las
posición de antítesis en relación con el régi exigencias cambiantes del estado— le corres
men anterior, estructurándose en una forma ponde ante todo el cuerpo electoral, en cuan
republicana de estado, confirmando la pros to depositario de la soberanía, que evaluan
cripción del fascismo y sosteniendo su natu do los programas de los partidos selecciona,
raleza democrática. De acuerdo con la inter a través de procedimientos electorales, su
pretación que parece más segura, el signifi propia representación parlamentaria. Ya que
cado de la calificación democrática consiste la intervención del cuerpo electoral es espo
en la identificación tendencial entre comuni rádica por naturaleza, dada la complejidad de
dad y aparato —a través de la valorización del las posibles consultas, el núcleo de los pode
cuerpo electoral mediante el sufragio univer res de dirección radica en el parlamento, con
sal en el nivel nacional y local, el referéndum, una estructura bicameral; pero también este
la iniciativa popular, el derecho de petición, último es un cuerpo demasiado amplio, por
la apelación al pueblo después de la eventual lo que en su seno, después de la aprobación
disolución anticipada del parlam ento— y en de un programa político, se establece un cole
la tutela de las minorías —a través de las gio restringido fiduciario de la mayoría par
garantías sin discriminación de los derechos lamentaria. Se trata del gobierno, formado
de libertad y sobre todo del asociacionismo por el presidente del consejo y por los minis
político, el pluripartidism o, la indefectibili tros que están a la cabeza de los distintos
dad de la oposición parlamentaria, el recono departamentos administrativos. El gobierno
cimiento del potencial alternarse en el poder es un órgano de dirección por excelencia, res
de fuerzas políticas antagónicas. ponsable constantemente ante el parlamento,
La fórmula organizativa elegida para el fun y la c. le ha confiado una función particular
cionamiento del estado-aparato fue la del a su presidente, en cuanto supremo coordi
gobierno parlamentario, que entraña un nador y centro de impulso de las orientacio
gobierno nombrado por el jefe del estado pero nes políticas y administrativas.
que es la expresión de la mayoría parlam en El gobierno y la mayoría parlam entaria se
taria de cuya confianza debe gozar constan encuentran unidos por vínculos constantes de
temente. Existen numerosísimos ejemplos de colaboración, en cuanto que una parte consi
sistemas definidos como de gobierno parla derable de la dirección se manifiesta a través
mentario, aunque parece cierto que no exis de las leyes del parlamento, promovidas por
ta un gobierno parlamentario-tipo que pue iniciativa gubernamental. En ese sentido, la
da tomarse como punto de referencia para dirección es una dirección política de mayo
una definición. En general, se dice, sin embar ría. en cuanto que esta ligada necesariamen
go, que la c. exige una república con gobier te al gobierno y a la mayoría que lo expresa.
CONSTITUCION Í29
Pero existe otro tipo de dirección, que no debe to. El ciudadano, como individuo o como par
contundirse con éste y que se considera que te de asociaciones, está capacitado para par
tiene por objeto esencialmente la realización ticipar en las decisiones tanto en el nivel local
y la tutela del respeto de la c. Esta dirección, como en el nivel nacional. Junto con el estado-
que no debería sobreponerse a la mayoría, aparato, que sigue siendo el gestor más
especialmente en lo que concierne a la con importante del poder politice y manifestación
secución de fines contingentes, se define de tuda la colectividad nacional, se estable
como constitucional y es ejercida por el jefe cen numerosos entes representantes de las
del estado y por la corte constitucional, garan colectividades territoriales menores, entre las
tes ambos de la c.. el uno incorporado en el que revisten una importancia particular las
proceso político que reconoce como protago regionales. El poder se distribuye entre el
nistas a los órganos constitucionales y la otra estado y las entidades territoriales y entre
ajena a aquél. Obviamente, si se toma en cuen estas últimas, de acuerdo con criterios que
ta lo que se dijo más arriba acerca de la ampli incluyen también la reserva exclusiva de áreas
tud de los poderes presidenciales, no siempre de decisión a las entidades menores, aun den
es fácil reducir la función del jefe del estado tro del respeto del principio de la unidad
a la de simple guardián de la constitución. nacional que exige que el estado siga siendo
Junto con los órganos orientadores, la c. la entidad soberana aunque acondicionada de
prevé órganos auxiliares de éstos: el consejo diversas maneras por las autonomías locales.
de estado y el tribunal de cuentas, derivados Una garantía más la ofrece el carácter rígi
del ordenamiento anterior, y el consejo nacio do de la c. que entraña la revisión de sus nor
nal de la economía y del trabajo, de nueva mas, excepción hecha de los principios esen
creación, destinado a asegurarle al parlamen ciales, a través de un procedimiento reforza
to y al gobierno la colaboración de la repre do (doble votación parlamentaria y mayorías
sentación de los intereses económicos y socia calificadas). La rigidez constituye una remo
les. La institución de un consejo superior de ra para las modificaciones aventuradas, pero
la m agistratura tiene una importancia parti al mismo tiempo permite hacer las revisiones
cular, y es garante de la independencia del que se presentan como indispensables, con el
poder judicial respecto del ejecutivo. fin de lograr cambios legales y no revolucio
Hemos señalado la función de garantes nes contrarias de hecho a la c. Después se
asignada al jefe del estado y a la corte cons constituyó un órgano adecuado para asegu
titucional. En realidad casi todos los criterios rar de manera uniforme la adaptación de la
organizativos seguidos en la estructuración legislación a los principios constitucionales:
de la comunidad y del aparato responden a la corte constitucional, llamada a pronunciar
la exigencia de una amplia tutela del sistema, se a través de procedimientos de tipo juris
sobre todo con el fin de e \ita r riesgos análo diccional. cuyo juicio negativo implica la anu
gos a aquellos en los que incurrió la demo lación para todos los efectos de una ley del
cracia parlam entaria prefascista. La exigen parlam ento y de los actos equivalentes.
cia de garantizar las nuevas instituciones lle Para concluir estos rasgos generales, hay
vó a la redacción de una c. amplia, que se pro que recordar la actitud del constituyente res
pusiera llevar a la práctica una disciplina lo pecto de las relaciones con ordenamientos
más minuciosa posible de la distribución del ajenos al estatal: separación e independencia
poder y de su uso en relación con la autono reciproca respecto del ordenamiento de la
mía pública y privada. Por este lado, junto con iglesia católica, pero con la aceptación de los
las referencias a la reglamentación posterior llamados pactos de Letrán: incorporación del
en m ateria legislativa, a través de numerosas ordenamiento italiano en el de la comunidad
resen-as legales, encontramos disciplinas ana internacional y la adaptación a las costum
líticas de algunas instituciones, dentro de la bres que se consideran vigentes en este últi
misma c., con el objeto de lim itar los riesgos mo. En oposición a la política de prestigio del
de desviación por parte del poder político. régimen pasado y de acuerdo con las orien
A la misma exigencia de garantía le corres taciones de política internacional y constitu
ponda una amplia articulación del poder polí cional sostenidas, se establece el rechazo de
tico en el seno de la comunidad y del apara orientaciones expansionistas en las relacio
330 CONSTITUCION
bles entre si en cuanto al control del estado, 14% proviene del partido comunista. Las pro
por causa de una insuficiencia de legitimación puestas parlam entarias que tuvieron mayor
de los partidos de izquierda en seguida que éxito son las presentadas en conjunto por la
se formaron las convenciones que tendían a democracia crisliana-Pt i v otros (un tercio de
excluirlos de la formación de los gobiernos. las propuestas de origen parlamentario). Las
A esta situación, que implicaba una inmo enmiendas tienen un papel de gran importan
vilidad tendencial en los papeles de mayoría cia a la hora de dem ostrar el concurso de la
y de oposición, excepción hecha de rotacio oposición en la legislación. En especial en
nes parciales en las alas extremas de la coa comisiones deliberantes, la incidencia efecti
lición mayoritaria, se le intentó poner reme va de las enmiendas del peí ha sido de gran
dio asociando la oposición a la formación de relieve en cuanto a las modificaciones de las
las decisiones políticas por lo menos en el iniciativas gubernamentales. En el periodo
nivel parlamentario, ampliando al mismo 1948-1971 se calcula que se aprobó un quin
tiempo el área de la intervención de las asam to de las enmiendas propuestas (por unidad
bleas y de las comisiones con menoscabo de = artículo de texto).
las competencias del gobierno. De este modo Importante ha sido el concurso de las opo
se impugnaba la regla de la decisión política siciones en la aprobación de proyectos guber
autosuficiente de la mayoría gubernativa namentales. Con referencia a las prim eras
pura sustituirla o integrarla con un método cinco legislaturas las leyes aprobadas han
de decisión que comportase el concurso de obtenido en promedio el 75% de los votos (o
todos los partidos —excepción hecha de la sea mayoría más amplia que la del gobierno).
derecha: el llamado "arco constitucional"—, Según un catastro examinado, en este perio
con base en su peso parlam entario. Este do de cada tres proyectos de origen guberna
método llevaba pues a introducir el principio mental dos han sido aprobados con votos del
de la transacción o del compromiso entre los PCI.
distintos partidos de la mayoría o de la opo La insuficiencia de la mayoría ha llevado
sición en sustitución o junto al principio al gobierno a utilizar de manera cada vez más
mayoritario. sólida los decretos-ley: 222 en el periodo de
Como se ha resaltado en los estudios dedi la primera a la cuarta legislaturas (1948-1968);
cados en estos últimos años al funcionamien 193 en el periodo de la quinta a la sexta legis
to del parlamento italiano, las características laturas (1968-1976); 143 en los casi tres años
constantes del sistema en relación con el de la séptima (1976-1979). El decreto-ley se ha
pasado son: el uso del modelo mayoritario convertido pues en una iniciativa de ley refor
cuando se mantiene tendencialmente la con zada. Pero la otra cara del problema es la pro
traposición gobierno y mayoría-oposición; el fundidad de las manipulaciones parlam enta
uso del modelo propurcional-transacti'.o en rias en casos de conversión: el 70% de los
comisión, y también el uso de este último sólo decretos de la quinta y sexta legislaturas han
para la legislación marginal y la remisión ten sufrido enmiendas contra el 40% de las pri
dencial a la corte de las decisiones más impor meras cuatro.
tantes sobre las que es más problemático para Considerado el encuentro de compromiso
la mayoría imponer el propio punto de vista entre mayoría y oposición en el parlamento,
y sobre las cuales no quiere transigir. debe decirse de todos modos que este encuen
Para comprobar lo que se afirma aquí exis tro concierne regularmente a m aterias no
te hoy una abundante documentación. La controvertidas sobre las que es más fácil el
demostración de la falta de autosuficiencia acuerdo (abaleam ientos sectoriales, discipli
de la mayoría y de la im portancia de las ini na del estatus y de la posición económica de
ciativas parlam entarias y de la oposición la los encargados de la administración pública,
tenemos en estos datos. En las prim eras cua incentivos, etc.) tanto si son de iniciativa
tro legislaturas (1948-1968) resultan aproba gubernamental como parlamentaria. Aquí
dos el 84% de los proyectos gubernam enta queda fuera la gran legislación.
les y el 18% de los proyectos parlamentarios. La experiencia constitucional italiana
En total, un cuarto de la legislación aproba m uestra el riesgo implícito en las soluciones
da es de origen parlam entario y de ésta el constitucionales de compromiso que llevan a
CONSTITUCION 333
cías respecto d d modelo del constitucionalis por objeto instaurar los presupuestos para la
mo clásico, que se desarrolló siguiendo la realización de los principios del socialismo
estela de las prim eras c. francesas y nortea hasta llegar a la conformación de una socie
mericanas del siglo xvin y bajo el influjo de dad comunista. La c. stalinista de 1936 —es
la experiencia constitucional británica. A esta pecialmente después de una prim era fase
altura, en efecto, m ientras muchos ordena caracterizada por textos constitucionales pro
mientos intentaban adaptar a través de visionales en el periodo que va desde 1945
amplias innovaciones y racionalizaciones las hasta 1948 y que fue testigu de la sobreviven
tesis constitucionales a las exigencias políti cia precaria de las instituciones propias de
cas y sociales que habían cambiado, otros los ordenamientos precedentes— se convir
ordenamientos se encaminaban hacia las tió en el modelo de las c. adoptadas en los paí
experiencias constitucionales del estado auto ses de la Europa oriental, que habia queda
ritario y del socialista. Las c. democráticas do bajo la influencia rusa.
racionali/.adas que se consolidaron en Euro Aparte del caso particular de Checoslova
pa después de 1918, pretendieron, predomi quia que en la c. de 1948 mantenía solucio
nantemente, adaptar a exigencias particula nes aparentemente contradictorias, entre
res las experiencias del parlamento británi 1947 y 1954, Bulgaria, Hungría, Polonia, Ale
co y francés, algunas dando prelerencia al ele mania oriental y Rumania se adecuaron fiel
mento asambleísta, otras al elemento guber mente al modelo ruso de 1936, en tanto que
namental y, en especial, al mismo jefe del en el periodo poscstaliniano los nuevos tex
estado. Entre las numerosas c. que se esta tos adoptaron los principios del socialismo a
blecieron en los países de la Europa centro- las exigencias nacionales. Experiencias par
oriental, báltica y balcánica, ha habido siem ticulares caracterizan, finalmente, a otros paí
pre un interés particular por la alemana de ses como Yugoslavia, que desde 1946 hasta
1919 fe. de Weimar), por la austríaca y che- la fecha ha actualizado con gran frecuencia
coslavaca de 1920, y más tarde, en la penín sus c. de acuerdo con la evolución de las exi
sula ibérica, por la republicana española de gencias políticas internas, y China, que des
1931. Muchas de estas c. se proponían no sólo pués de la ley orgánica del gobierno popular
ofrecer un ordenamiento “racionalizado” de de 1949 y la c. de 1954, cercana al modelo ruso
la organización constitucional sino también de 1936. adoptó en 1975 y en 1978 nuevas
garantizar, junto con los derechos tradicio constituciones.
nales de libertad, los llamados derechos Si la contraposición de la experiencia de las
sociales. c. de los países socialistas respecto del cons
Al final del segundo conflicto mundial una titucionalismo clásico resulta suficientemen
nueva serie de c. confirmo la fidelidad sus te decidida, tanto en lo que concierne a los
tancial de muchos ordenamientos a la concep principios como a las soluciones organizati
ción liberal democrática del estado, preocu vas, no siempre se puede decir lo mismo de
pándose por ampliar las garantías sociales y la de los estados autoritarios y de los recien
las de las autonumias territoriales. Ejemplos temente independizados.
de esta fase son la c. francesa de 1946, la ita Habitualmente se citan las experiencias
liana de 1947 y la alemana de 1949, en tanto constitucionales de la Italia fascista y de Ale
que más tarde la c. degaullista de 1958. al mania nacionalsocialista como típicas del
introducir un urden institucional que conci estado autoritario. A éstas hay que añadirles
llaba la forma de gobierno parlamentario con las de los estados de la península ibérica, aun
la presidencial, daba fe de la tendencia, difun que también las de algunos estados europeos
dida en algunos ordenamientos europeos con antes y durante el segundo conflicto mundial.
gobiernos parlamentarios, a un decidido Estas experiencias, caracterizadas por una
reforzamiento del ejecutivo. determinada reacción ante una democratiza
Del filón del constitucionalismo clásico se ción temerosa de los ordenamientos libera
separó claramente la experiencia constitucio les y que busca prevenir la instauración de
nal de !u Rusia soviética, con el texto de 1918 ordenamientos socialistas, se basaban en el
v, en particular, con el federal de 1924 y de partido único poi tador de la ideología oficial,
aquí con el de 1936 y el de 1977, que tenían única legal, y encontraron una sistematiza
CONSTITUCIONALISMO 335
tologías, para ordenar su material empírico constitución, acaba por incluir solamente lo
es necesario además proceder a clasificacio accidental de estos regímenes y por perder así
nes y tipologías; se vuelve a proponer, así, el su esencia.
problema de la distinción entre distintas Si observamos el significado concreto que
constituciones y, con ello, la reintroducción tuvieron en el siglo pasado las palabras "cons
de juicios de valor que los criterios de distin titución" y “constitucional", notaremos que
ción presuponen. la ciencia política ha procedido a una obra
La ciencia jurídica, por sus tipologías, usa lenta pero inflexible de depuración de los
también el adjetivo "constitucional", contra valores a ellas originariamente implícitas,
poniéndolo al de “absoluto” y al de “parla vaciando asi su importancia política para ase
mentario", para distinguir tres formas distin gurar un uso neutro de investigación cientí
tas de monarquía; esto indica un sistema de fica. Sin embargo, la actual definición de
gobierno en el cual los ministros, aun gober "constitución" es demasiado amplia y la de
nando en base a un estatuto o a una carta, son "constitucional" es demasiado restringida
responsables hacia la corona, mientras que para poder partir de ellas con el fin de defi
hacia el parlamento tienen solamente una res nir el significado que tiene hoy este término
ponsabilidad penal —no política— por trai en el pensamiento y en la ciencia política, o
ción o violación de la constitución. En otros mejor dicho en aquella parte de la ciencia
términos, "constitucional" indica la forma de política que se preocupa de ingeniería cons
estado, basada en la separación de los pode titucional. El c. no es hoy un término neutro
res. en la cual el poder es casi compartido para un uso meramente descriptivo, dado que
(para algunos ésta es todavía una monarquía en su significado engloba el valor que en un
"dualista", para otros una superación de ésta) tiempo estaba implícito en las palabras "cons
entre el rey y el parlamento: una forma de titución” y “constitucional" (un complejo de
estado que históricamente sucede o, mejor concepciones políticas y de valores morales),
dicho, sustituye a la monarquía absoluta, en tratando de separar las que fueron las solu
la cual todo el poder está concentrado en las ciones contingentes (por ejemplo, la monar
manos del rey y procede o, mejor dicho, se quía constitucional) de las que son sus carac
desarrolla en la monarquía, o en la repúbli terísticas permanentes.
ca parlam entaria, en la cual el poder está en Se ha dicho, con fórmula bastante amplia,
manos del pueblo, que elige la asamblea (o las que el c. es la técnica de la libertad, o sea que
asambleas) representativa, la cual a su vez es la técnica jurídica a través de la cual se les
nombra al gobierno. También ésta, sin embar asegura a los ciudadanos el ejercicio de sus
go, reconoce una forma de división de los derechos individuales y, al mismo tiempo, el
poderes, en la medida en que el jefe del esta estado es colocado en la posición de no poder
do (sea un rey o un presidente), aun siendo los violar. Si las técnicas varían según los
irresponsable, conserva todavía un margen tiempos y las tradiciones de cada pais, el ideal
más o menos vasto de poder, necesario para de las libertades del ciudadano sigue siendo
el funcionamiento de los pesos y contrapesos el fin último en vista del cual estas técnicas
entre los distintos órganos constitucionales. son preordenadas u organizadas. Entre estas
La monarquía constitucional es así la forma técnicas podremos puntualizar dos. Por un
de estado que fue instaurada en Inglaterra lado, se ha afirmado, el c. consiste en la divi
después de la glorious revolution de 1688- sión del poder, de manera de impedir cual
16S9, en Francia en la era de la restauración, quier arbitrio, y si la adversión hacia el arbi
en Bélgica con la revolución de 1830, en Ita trio es el fin último del c., sin embargo los
lia con el estatuto de 184S, en Alemania en la modos de "dividir el poder" parecen no sólo
era bismarekianu. en Rusia después de la históricamente distintos sino también siguen
revolución de 1905. Esta nueva definición, lógicas bastante lejanas: tenemos una división
aunque presente indudables ventajas en el del poder horizontal, la famosa separación de
plano de la tipología, se arriesga a ser esco los poderes, y una vertical, el federalismo (v.).
lástica y extrínseca, en la medida en que, dan Por otra parte, en cambio, se ha afirmado que
do una definición tan restringida al término el c. representa el gobierno de las leyes y no
constitucional, distinta de la más amplia de de los hombres, de la racionalidad del dere-
CONSTITUCIONALISMO M7
chu y no del mero poder; pero, también aquí, los poderes, y la tentación de aceptar esta
las soluciones históricas para “lim itar el identificación es bastante fuerte, al menos
poder” son distintas. Por eso, para definir para el prestigio de las personas que la han
este término, es necesario, antes que nada, valorado: basta citar los nombres de Locke,
aceptar el valor que está implícito en él; un Montesquieu, Kant.
valor que, con fórmula abreviada, podremos Sin embargo, el principio jurídico de la
indicar en la defensa de los derechos de la per separación de los poderes, tan a menudo pro
sona, del individuo, del ciudadano (v. dere clamado y exaltado por la ciencia jurídica,
chos del hombre). En segundo lugar, es nece corre el riesgo, apenas se lo profundice, de
sario lomar tipológicamente, en el caso his hacerse un dogma ambiguo y misterioso, por
tórico, las distintas soluciones que en el pla un doble orden de razones: por un lado, por
no de los medios han sido dadas para llevar la diversidad de los modos con los que ju rí
a cabo este fin y que han sido formalizadas dicamente se han ejercido hasta hoy la exi
a través de conceptos diferentes del de c„ gencia de dividir el poder y, por el otro, por
como el de separación de los poderes, de la imposibilidad de explicar, de una manera
garantismo, de estado de derecho o Recht- suficientemente realista, la dinámica del
slaat, de Rule of law. Se tra ta pues de ver si poder en nuestros sistemas democrático-
el c. hoy, sin negar estas experiencias pasa parlamentarios partiendo de este dogma, for
das, tiene su significado particular y espe mulado en el siglo xviu para regímenes
cifico. monárquicos y cuando la aristocracia cons
tituía todavía un poder político. Y no sólo eso:
n. SEPARAt IrtN ÜE LOS PODERES YGOBIERNOMIXTO. La éste es un dogma peligroso, porque no nos
definición más conocida de c. es la que lo permite garantizar con verdadera eficacia la
identifica con la división del poder o, en su libertad del ciudadano.
formulación jurídica, con la separación de los En el principio de la separación de los pode
poderes. A favor de esta identificación hay un res se destacan esencialmente dos soluciones
antecedente bastante acreditado: La Déclura- que podemos ilustrar mejor haciendo referen
tion des druits de l'hom m e el du citoyen de cia al pensamiento de Montesquieu y al de
1789, que tan gran papel tendrá en los acon Kant. Montesquieu había iniciado el famoso
tecimientos constitucionales de 18C0 en Euro capítulo del Esprit des lois (1748) sobre la
pa, sancionaba en el art. 16: "Toda sociedad constitución inglesa, separando los tres pode
en la cual no esté asegurada la garantía de los res: legislativo, ejecutivo y judicial, y había
derechos y determinada la separación de los afirmado: "Todo estaría perdido si una úni
poderes no tiene constitución.” En armonía ca persona, o un único cuerpo de notables, de
con esta definición todavía hoy, en el nivel de nobles o del pueblo, ejerciera estos tres pode
ciencia jurídica y política, se identifica el c. res: el de hacer las leyes, el de ejecutar las
con la separación de los poderes, con el sis resoluciones públicas y el de castigar los deli
tema de los frenos y de los contrapesos, con tos o las controversias privadas.”
el equilibrio de los órganos. Tómese por ejem Sin embargo, después de la afirmación de
plo la ya clásica obra de Cari Friedrich, Ccms- este principio, a medida que se adentra en el
titutional Government and democracy, en la examen de la constitución inglesa, el proble
cual se puede leer: “ El absolutismo, en todas ma, o la solución, va cambiando, y en la téc
sus formas, prevé la concentración del ejer nica de la separación de los poderes se intro
cicio del poder; el c., al contrario, el reparto duce un nuevo elemento: la división del poder
del ejercicio del poder”, o, aun, más extensa legislativo —"el que representa la voluntad
mente: "El c., con la división del poder, ase general del estado"— entre las clases o los
gura un sistema de frenos eficaces a la acción estamentos (o capas) medievales del reino. En
del gobierno. Para estudiarlo es necesario efecto, el parlamento inglés estaba compuesto
examinar los métodos y las técnicas que per por el rey, por la nobleza temporal y espiri
miten establecer y mantener estos frenos (con tual, y por el pueblo. Montesquieu, para cap
el fin de asegurar) el fair-play y de hacer res tar el equilibrio entre los distintos poderes,
ponsable de tal mudo al gobierno.” El c-, asi, introduce en su construcción el ideal clásico
para muchos coincide con ja separación de del gobierno mixto, que procedía justam en
338 CONSTITUCIONALISMO
te del pensamiento político inglés. Y así, agre festación de la voluntad de la mayoría. Pero
gando al nuevo principio de la separación de simples procedimientos solamente pueden
los poderes el viejo tema del gobierno mixto, frenar, no limitar efectivamente la voluntad
es decir la división del poder legislativo, Mon- de la mayoría. La constitución republicana de
tesquieu llega a esta conclusión: "Estando el Italia, con el establecimiento del sistema bica-
cuerpo legislativo dividido en dos partes, una meral y con la conservación de distintas pre
frenará a la otra con la reciproca facultad de rrogativas para el jefe del estado, realiza una
impedir. Ambas estarán vinculadas por el forma de constitución equilibrada, en el sen
poder ejecutivo, que lo estará a su vez por el tido de que la voluntad de la mayoría, como
legislativo.” Montesquieu, más que una neta resulta por las elecciones, deviene em brida
distinción de las funciones de] estado, teori da y frenada por estos complejos procedi
za respecto de un gobierno equilibrado en el mientos que sólo le permiten expresarse en
que los distintos órganos, en un sistema de órdenes válidas y legítimas. Y se quiso una
pesos y contrapesos, realizan un equilibrio constitución equilibrada justam ente por el
constitucional capaz de obstaculizar la afir temor de que, concentrando todos los pode
mación de un poder absoluto. Pero si se exa res en una sola asamblea, se derivara de ella
mina atentamente este equilibrio se advierte o el caos o la tiránica voluntad de una mayo
que es un equilibrio social más que un equili ría parlamentaria.
brio constitucional: en efecto. Montesquieu,
confundiendo poder en sentido jurídico y III. SEPARACION DE LOS PODERES LEYES. DECRETOS.
poder en sentido sociológico, identifica un sentencias. La otra versión de la separación
órgano del estado con una clase o capa social. de los poderes es la teorizada por Kant, casi
Esta versión más antigua de la división de retomada de la constitución francesa de 1791.
los poderes ha sido la que en la primera mitad A Kant no le interesaba el empírico, comple
del siglo xix tuvo más suerte en Europa, jo y maquinal equilibrio de los órganos del
pues garantizaba, en una fase histórica de estado; en la Metaphysik der Sitien {Funda-
transformaciones políticas, el mantenimien mentación de la metafísica de las costumbres]
to de un cierto equilibrio social entre las cla (1797) quiso más que nada captar en su p ar
ses: en otros términos, el poder estaba divi ticular naturaleza o "dignidad”, las distintas
dido entre el rey, la nobleza y la burguesía, funciones del estado: legislativo, ejecutivo,
y era constitucional el régimen que veia su judicial, son "condiciones esenciales de la for
armónico concurso en la formación de la mación del estado (de la constitución), deri
voluntad del estado. Además, el poder legis vantes necesariamente de la idea del mismo:
lativo estaba dividido, pero no limitado: podía son dignidades políticas". Para Kant estos tres
hacer todo lo que quería, sólo si había aque poderes deben ser autónomos e independien
lla arm onía o aquel acuerdo de voluntades. tes en su propia esfera —y por lo tanto, deben
Por ejemplo, el estatuto albertino de 1848, a ser ejercidos por personas distintas— y jun
través de una interpretación extensiva cada tos coordinados en una reciproca subordina
vez más liberal y democrática, que correspon ción, “de m anera que uno no pueda usurpar
día, sin embargo, a las cambiadas relaciones las funciones del otro, al cual aquél le tiende
de fuerza, permitió el traslado del equilibrio la mano, pero tiene su propio principio, es
constitucional: el poder ejecutivo, en un tiem decir que él manda en calidad de persona par
po responsable sólo frente al monarca, se hizo ticular. aunque bajo la condición de respetar
responsable frente a la cám ara de diputados. la voluntad de una persona superior”.
Podemos entonces preguntam os legítima Pero esta versión que separa radicalmente
mente qué es lo que quedó de la fórmula de la función legislativa de la ejecutiva, fue de
Montesquieu, después del advenimiento de la escasa utilidad practica, como fue demostra
democracia, que ve em anar del pueblo todo do por las constituciones francesas de 1791,
poder. Descartada la identificación entre 1795 y 1848, donde un poder terminó por des
órganos del estado y clase social, queda sola tru ir al otro, o sirvió solamente, como escri
mente la concepción del equilibrio constitu be Kelscn, para “conservar al monarca, a
cional, la cual impone solamente modos dis medias desautorizado por el movimiento
tintos o complejos procedimientos a la mani democrático, la posibilidad de ejercer toda
C O N S T IT U C IO N A L IS M O 339
vía una influencia en el campo del ejecutivo”, y en efecto hoy se adm inistra y se gobierna
es decir de la diplomacia, de las fuerzas arma por medio de las leyes y no según ellas. El par
das, de la burocracia. Sin embargo, con el lamento, asi, ya no es un órgano de control
advenimiento de las repúblicas democráticas, del poder ejecutivo sino un órgano de gobier
mientras que en Estados Unidos la marcada no. La ciencia jurídica, por su parte, parece
separación entre ejecutivo y legislativo encon secundar esta tendencia: Kant había separa
tró en el régimen presidencial una aplicación do leyes, decretos, sentencias, y era una dis
totalmente original, en los regímenes parla tinción cualitativa en la medida en que corres
mentarios europeos fue borrándose la distin pondía a las tres esencias distintas del esta
ción de las personas que ejercen las dos fun do. Pero la moderna ciencia jurídica, por su
ciones, en la medida en que el gobierno está parte, parece secundar esta tendencia cuan
compuesto por diputados, los cuales respon do establece una distinción meramente cuan
den por su mandato directam ente a la (o las) titativa entre leyes, decretos, sentencias: son
asamblea, y sólo indirectamente en las elec todas normas jurídicas que se diferencian
ciones. sólo jerárquicam ente en el ámbito del orde
Sin embargo, se podría sostener que la dis namiento jurídico.
tinción entre poder ejecutivo y poder legisla El principio de la división de los poderes,
tivo no pasa tanto a través de las personas que en la versión de Montesquieu como en la de
ejercen una u otra de estas funciones, sino Kant, parece por tanto bastante poco útil para
más bien reside en la particular naturaleza comprender el funcionamiento de nuestros
jurídica de estas dos funciones, las cuales sistemas parlam entarios en los cuales se ha
serían radicalmente distintas. Refiriéndose a borrado tuda distinción entre ejecutivo y
Rousseau y a Kant se ha afirmado que la dis legislativo y hay, en cambio, una continuidad
tinción entre poder legislativo y poder ejecu de poder o un proceso político que tiene su
tivo coincide con la de ley y decreto. Para momento inicial en las elecciones y su
Kant la ley tiene un valor universal, en cuan momento terminal en la acción de gobierno.
to no expresa la voluntad empírica de los más Este principio era por cierto más adecuado
sino la unitaria del pueblo, donde "cada uno a un sistema social en el que se daban dos o
decide la misma cosa para todos”; el decre tres poderes sociales —el del rey, el de la
to, en cambio, es un acto particular para nubleza y el del pueblo— que el nuestro, basa
casos particulares. do en el gobierno de la mayoría. Además, el
Si aceptamos el rigor filosófico y jurídico gobierno de la mayoría puede tolerar comple
de esta distinción debemos concluir que hoy jos procedimientos, como el sistema bicame-
se ha instaurado una peligrosa confusión ral y las prerrogativas del jefe del estado, pero
entre ley y decreto, dado que la distinción no estos procedimientos no constituyen una ver
depende ya del contenido del acto sino sólo dadera división de su poder. En efecto, el par
de su fuente. Con una ley en sentido formal, tido que tenga mayoría en las elecciones ten
es decir aprobada por el parlamento, se esta drá también mayoría en ambas cámaras y,
tuye su contenido particular, que en cambio con toda probabilidad, el jefe del estado sal
debería estar regulado por actos adm inistra drá de sus filas. En suma, hay un solo poder,
tivos: es éste el fenómeno de las leyes p arti el poder político de la mayoría que gobierna;
culares o leyes preventivas, leyes que no son justamente como escribe Mirkin-Guetzévich:
generales y abstractas, sino que se refieren "La esencia del parlam entarism o moderno
a este o aquel individuo, esta o aquella cate consiste en la aplicación política del princi
goría de individuos, fácilmente individualiza- pio mayoritario o en su traducción en térm i
bles. Por otro lado la ley, o las disposiciones, nos de gobierno. El pueblo vota, los elegidos
son cada vez menos el resultado de una ini se reúnen, nombran y forman un gobierno; de
ciativa autónoma del parlamento, dado que, tal manera el pueblo elige, a través de la
en la mayoría de los casos, las asambleas asamblea, su gobierno.” Pero tal poder, aun
representativas se limitan a votar los proyec basado en el consenso, aun disciplinado por
tos de ley propuestos por el gobierno. En sín complejos procedimientos, siempre puede
tesis, hoy se ha perdido la distinción entre hacerse arbitrario.
derecho y política, entre legislar y gohernar,
140 C O N S T IT U C IO N A L IS M O
por el estado. Por tanto el estado, por un lado, veniente de que el poder del estado no cono
puede interferir en los derechos subjetivos de ce ningún limite, que no sea de carácter pro-
los individuos sólo si justifica su acción con cedural: los derechos de los individuos, teo
una ley general; por el otro, debe mantener rizados por Georg Jcnillck en su System der
rigurosamente distinguida la función ejecu suhjektiven offentlichen Rechte (1892), son
tiva de la legislativa, que ejerce por medio de sólo el fruto de una autolimitación por parte
decretos que deben estar en conformidad con del estado. Más brevemente: si el estado de
las leyes generales: nace así la exigencia de derecho es sólo un modo de ejercer la fuer
un control constante de la acción del ejecuti za, el derecho no constituye un verdadero y
vo, es decir de la administración, con el fin eficaz limite de esta fuerza sino que sólo es
de que no viole las normas abstractas y gene su modo de manifestarse, por lo que, y no
rales establecidas por el legislativo. paradójicamente, se puede llegar a una for
El control de la actividad de la adm inistra ma de despotismo jurídico. En efecto, la con
ción pública a veces está sostenido para cepción del Rechtsstaat m adura en el clima
garantizar la sumisión de un órgano del esta del positivismo jurídico, que acompaña su
do a otro (o, en Francia, la obediencia del eje místico respeto por la ley a una concepción
cutivo al pueblo soberano), controlando jus de la ley en términos decididamente volunta-
tamente la ejecución de la ley; otras veces, en ristas, por lo que ésta es solamente la orden
cambio, para garantizar y hacer eficaces las del soberano. El derecho, así. se reduce a fuer
libertades jurídicas del ciudadano. Esta fina za y se establece la fecunda antítesis, propia
lidad diversa se refleja en el órgano que debe de tuda la historia del c., entre poder y dere
ejercer el control: ¿en un órgano adm inistra chos individuales. Otras culturas, en cambio,
tivo, que depende del poder político, o en un como la inglesa, han remarcado siempre en
órgano judicial, verdaderamente indepen la ley aun el momento material, además del
diente en los conflictos entre el estado y el ciu formal, la ratio y no solamente la voluntas.
dadano? Quien resolvió la controversia fue Además, hoy la propia justicia adm inistrati
Rudolf von Gneist: en Der Rechtsstaat (1872), va corre el riesgo de ser cercada por la mayo
aun polemizando contra la jurisprudencia del ría parlamentaria: justamente en la confusión
consejo de estado francés, porque en él la polí de la distinción entre legislación y ejecución,
tica prevalecía sobre el derecho, afirmó la exi entre leyes y decretos, siempre pueden ema
gencia de tribunales administrativos, sí, pero nar leyes de contenido administrativo, una lex
independientes, capaces de unir la competen in fraudem legis que priva al ciudadano de
cia al enfrentar los delicados y complejos pro toda tutela jurídica eficaz.
blemas de la administración a una real liber
tad de juicio. Su obra comribuyó fuertemen vi. el RVLh of u n ; Bastante distinta y total
te a la evolución de la jurisprudencia adm i mente singular es la experiencia constitucio
nistrativa continental. nal inglesa, centrada en torno al principio del
La concepción del estado de derecho o de rule of law, concepto que es bastante difícil
la justicia en la administración presenta toda de definir asi como de traducir: ¿gobierno de
vía una gran actualidad, en la medida en que la ley o regla del derecho? La expresión se
el estado moderno ve enormemente amplia afirma en la Inglaterra del siglo xvu, pero
das sus propias tareas administrativas, sobre retoma ampliamente temas medievales, para
todo en el campo económico, como conse afirm ar la igualdad de los ciudadanos ingle
cuencia de la exigencia cada vez más difun ses frente a la ley y para com batir todo arbi
dida de una política social. Para tal propósi trio del gobierno que perjudique sus derechos
to es necesario recordar que la teoría del legales. En la base del rule of law se encuen
Rechtsstaat jam ás ha afirmado el principio tra una experiencia cultural y política del
liberal de que el estado debe limitarse a apli derecho que es típica de Inglaterra. Mientras
car el ordenamiento jurídico, sin fines adm i que la cultura alemana y la continental esta
nistrativos, o solamente tutelar los derechos ban dirigidas por sus propios supuestos teó
de los individuos. Sin embargo, al limitar la ricos a unificar estado y derecho (ordena
"justicia" al campo administrativo, excluyen miento jurídico), la inglesa ignora el concep
do el constitucional, presenta el grave incon to de estado, usando más que nada el de
342 CONSTITUCIONALISMO
"gobierno”, que comprende las tres funcio de su batalla por el rule of law. Dicey contri
nes clásicas, o por lo menos la ejecutiva y la buyó a retardar el desarrollo de instituciones
legislativa. Por otro lado siempre ha afirm a que pudieran someter la máquina burocráti
do la autonomía del derecho junto o por enci ca a un control efectivo.
ma del gobierno, o la necesidad de subordi
nar el gobierno al derecho. Vil El. GOBIERNOLIMITADOEN IA ANTIGÜEDAD YEN LA
Esto ha sido posible no sólo por la indepen edad media. La reducción del c. al principio de
dencia de los jueces respecto del poder polí la separación de los poderes se revela, como
tico sino sobre todo por el particular carác se ha visto, inadecuada y desviante: inadecua
ter del derecho inglés, el cual todavía hoy ve, da. cuando se quiere comprender la real diná
junio a normas de producción legislativo- mica política de nuestras instituciones par
parlam entaria, la common law, un derecho lamentarias: desviante, cuando se buscan nue
del cual los jueces son conservadores y depo vos principios constitucionales capaces de
sitarios: ellos, en efecto, continúan juzgando impedir el arbitrio de la mayoría gubernati
o remitiéndose a los antecedentes judiciales, va. En efecto, la separación de poderes ha sido
o interpretante las leyes del parlamento en pensada y articulada para una sociedad toda
el espíritu y según los principios generales vía aristocrática y con un régimen político
inmanentes a la common law. La afirmación, monárquico; hoy. en cambio, vivimos en
en el siglo xvm, de la omnipotencia parla sociedades democráticas con sufragio univer
m entaria condujo a restringir la supremacía sal, casi siempre republicanas o donde la
de la common law que, a principios del siglo monarquía ya no conserva los antiguos pode
xvn, perm itía a los jueces declarar nulas y res. La formación de la dirección política del
faltas de eficacia las leyes del parlamento que estado ya no nace de la colaboración de dis
fueran en contra del derecho y de la razón. tintos órganos institucionales, que represen
Sin embargo, esto dem uestra todavía su efi tan los distintos intereses de las clases socia
cacia en la autolimitación que hace el parla les, sino a través de la agregación de la
mento de su omnipotencia. demanda política realizada por los partidos.
El mayor teórico del rule of law es A. V. Asi, la actual división de órganos puede obs
Dicey; en The law o f the constilution (1885), taculizar o dism inuir la voluntad de un par
polemizando contra el derecho y los tribuna tido fuerte o de una mayoría estable, pero es
les administrativos franceses, demuestra totalmente insuficiente para garantizar tan
cómo este principio fundamental de la cons to los derechos de las minorías como impe
titución inglesa implica la exclusión de lodo dir el abuso del poder respecto de los ciuda
poder discrecional o arbitrario y, por esto, la danos, en la medida en que estos órganos pue
igualdad de los ciudadanos con el gobierno den estar en manos del mismo partido. Por
frente a tribunales ordinarios, excluyendo otro lado la extrema complejidad de la vida
drásticam ente la posibilidad de un derecho moderna, que exige al gobierno rápidas y tem
y de tribunales administrativos de tipo fran pestivas intervenciones en la economía y en
cés. Además, hace una interesante afirmación la sociedad, puede encontrar en una excesi
teórica: las leyes constitucionales inglesas, las va división del poder un obstáculo para el
normas que en otros países están contenidas cumplimiento de sus funciones legitimas e
en una constitución escrita, no son la fuente indispensables.
sino la consecuencia de los derechos subjeti No sólo eso: esta reducción del c. a la sepa
vos de los individuos, como son definidos y ración de los poderes es incompleta en el pla
garantizados por las cortes judiciales: la cons no histórico, dado que toma solamente un
titución deriva de las normas ordinarias del aspecto del c., el estado mixto, y remarca lue
país. Sin embargo, en nuestro siglo, con la go su versión más moderna, es decir la divi
extensión de las actividades económicas y sión de poderes. Por ejemplo, los griegos,
sociales de los gobiernos laboristas, puede cuando con Platón y Aristóteles establecieron
comprenderse que el principio del rule of law, en la supremacía de la ley el criterio de dis
como lo había formulado Dicey, no era obser tinción entre las formas rectas de gobierno
vado, de hecho, justam ente por ser inaplica y las degeneradas, hacían avanzar otro tema
ble a sociedades desarrolladas, y así, a pesar del c. que, en la historia del pensamiento poli-
CONSTITUCIONALISMO 343
tico occidental, tendrá una importancia no ricano, Edward Corwin, el cual, vinculándo
menor que la del ideal del estado mixto, que se con Aristóteles, escribe: "La antítesis entre
también se remite al mundo clásico. Platón el impulso del gobernante humano v la racio
en las Leyes, en polémica contra tas formas nalidad de la ley constituye, en realidad, uno
degeneradas de democracia, escribe: "Según de los fundamentos en los que se basa la doc
las leyes antiguas el pueblo no era el señor trina norteamericana en materia de separa
sino que en cierto modo era voluntariamen ción de puderes y, por consiguiente, todo el
te siervo de las leyes", y repetía Aristóteles sistema norteamericano del derecho consti
en la Política que hay una democracia donde tucional."
es soberana la ley y una donde, en cambio, Ciertamente tenia razón Mcllwain cuando
es soberana la masa: “Otra especie de demo afirmaba que el principio de la limitación del
cracia es aquella en que. . . la multitud es gobierno gracias al derecho era la caracterís
soberana y no la ley, y esto tiene lugar cuan tica más antigua y más auténtica del c., y de
do los decretos de la asamblea desbordan la esta tesis deriva una revaloración del pensa
ley. Este estado de cosas es promovido por miento político medieval, que a muchos podrá
los demagogogos, porque en los estados de parecer desconcertante. En efecto, escribe
régimen democrático guiado por la ley no Mcllwain: “El que trata de relacionar el tér
nacen demagogos, sino que las clases mejo mino ‘medieval’ con algo reaccionario, como
res de los ciudadanos están en una posición cierta gente sin cerebro ha tomado hoy la cos
preeminente; pero cuando no son las leyes las tumbre de hacer, debería prim ero meditar
soberanas, aparecen los demagogos; . . .un bien [sobre los textos}. El absolutismo políti
pueblo de esta clase, que es como un monar co es fruto de los tiempos modernos; el Medie
ca, busca la manera de ejercer un gobierno vo no quería saber de él." En el Medievo, en
monárquico por medio de la exclusión del efecto, encontramos no sólo las más claras
gobierno de la ley y se vuelve despótico... apologías del gobierno limitado sino, en
Una democracia de este tipo es comparable armonía con éstas, la más explícita reivindi
a una forma tiránica de monarquía." cación de la primacía de la función judicial.
En términos modernos, para los griegos era En efectu, la base sagrada del poder del rey
constitucional la forma de gobierno —monar consiste únicamente en el deber de d ar a los
quía, aristocracia, democracia— en la que el súbditos "una justicia recta e igual", porque
poder no fuera ¡egibus solutas sino que estu "la tarea de juzgar pertenece a Dios, no al
viera en cambio limitado por la ley. hombre”, y, en tal sentido, el rey. sumo juez,
En el principio del gobierno limitado antes era solamente un ministro y un siervo de Dios.
que en el del gobierno mixto, en la soberanía Como escribía un obispo del siglo ix, lona de
de las leyes antes que en la separación de los Ürléans: "Por esto es colocado en este trono
poderes, se ha inspirado el mayor historiador de rey, para pronunciar juicios justos, de
y teórico del c. europeo, el norteamericano manera que tome medidas personalmente e
Charles Howard Mcllwain. En un ensayo investigue con atención que ninguno en el jui
escrito a continuación del estallido de la cio se aleje de la verdad y de la equidad."
segunda guerra mundial, Mcllwain, advirtien El rey, por tanto, era la fuente de la justi
do ya como inaplazable la elección "entre los cia, el supremo juez de su pueblo, la persona
ordenados procedimientos del derecho y los en la que los derechos de los súbditos podían
sistemas basados en la fuerza, que parecen encontrar su natural tutela y necesaria garan
bastante más rápidos y eficientes”, define asi tía. Pero la conciencia de esta altísim a fun
el c.: "Es útil insistir sobre el hecho de que ción, que convierte directam ente al rey en
la más antigua, la más persistente y más dura vicario de Dios, acompaña a la conciencia de
dera de las características del verdadero c. la profunda diferencia entre el rey y el tira
es todavía la que era al principio: la limita no, entre el siervo de Dios y el m inistro del
ción del gobierno gracias al derecho", o, más diablo. Basta pensar en el amplio y durade
sintéticamente: “Todo gobierno constitucio ro reconocimiento que obtendrá, por todo el
nal es por definición un gobierno limitado." Medievo, ¡a famosa afirmación de Isidoro de
Una observación igual podemos leer en las Sevilla, un obispo que vivió entre los siglos
páginas de otro conslitucionalista norteame vi y vil: “Los reyes son llamados así por la
344 C O N S T IT U C IO N A L IS M O
función de regir. En efecto, como el sacerdo le confiere el derecho" o, aun. que "el suyo
te es llamado así por el santificar, así lo es es el poder del derecho, no de la injusticia”.
el rey por el regir: pero no rige quien no corri Y es interesante comparar este principio, que
ge. Por tanto, actuando rectamente conserva Bracton ha repetido en los puntos más dis
rá el nombre de rey, pecando lo perderá. Por pares de su tratado, con las afirmaciones de
eso aun entre los antiguos existia este dicho: los glosadores boloñeses, bien conocidos por
‘Serás rey si te comportas con justicia, de otro nuestro legisla inglés. Bracton había afirm a
modo no lo serás'." El criterio para distinguir do claramente que “el rey está sujeto a la ley,
la corrección del comportamiento del rey era, porque es la ley quien hace al rey", mientras
en efecto, su respeto de la ley. Por ejemplo. que un siglo antes en Roncagliu, el arzobispo
Juan de Salisburv, en el siglo xu, escribe en de Milán, dirigiéndose a Federico Barbarro-
el Policraticus: "Entre un tirano y un prínci ja, a sugerencia de los maestros boloñeses,
pe existe esta única o mejor dicho esencial dijo: "Tua voluntas ius est" [tu voluntad es
diferencia: que éste obedece a la ley, y según derecho], colocando asi al emperador por
su orden gobierna al pueblo, del cual se con encima de la ley. justam ente como la afirm a
sidera servidor. En efecto, la autoridad del ción del Digesto: "Lo que agradó al principe
príncipe deriva de la autoridad del derecho, tiene vigor de ley."
y, en verdad, más que el poder es importante Se trata, como se ve, de dos concepciones
someter a las leyes el supremo poder; de sobre la naturaleza del poder radicalmente
modo que el principe no piense que le sea lici distintas, porque una pone acento sobre la
to lo que se aleja de la equidad y de la justi ley, por la cual está limitado el poder del rey,
cia." y la otra sobre la voluntad del rey, creadora
Alguien podrá observar, v no sin razón, que de la ley. Son dos concepciones jurídicas a
las afirmaciones ahora mencionadas, muy p artir de las cuales se desarrollarán dos for
comunes y bastante frecuentes en la cultura mas distintas de estado, que hoy llamamos
medieval, pertenecen tudas a la esfera teoló con los nombres de monarquía limitada y de
gica o moral, no a la política o jurídica. En monarquía absoluta. Un jurista francés, Adhé-
efecto, se trata sobre todo de severas y auto mar Esmein, explica la afirmación del abso
rizadas advertencias, dirigidas por los cléri lutismo en la Francia del siglo xvi precisa
gos a los príncipes, con la intención de recor mente con el éxito que tendrá en su tierra la
darles los deberes murales y religiosos que obra de los glosadores boloñeses, y del más
tienen frente al verdadero soberano, es decir grande de todos, Accursio, en el que es reto
Dios, untes aun que respecto de su pueblo. Y mada la famosa máxima, recogida por Ulpia-
en la historia medieval no son infrecuentes no. del principe legihus solutos.
los contrastes entre los principios éticos o Esta diferencia entre la monarquía “ limi
religiosos y la realidad del poder de hecho tada" inglesa y la monarquía "absoluta" fran
ejercido. La observación es sin duda justa y cesa era evidente ya para el último gran cons-
pertinente: sin embargo, justam ente estos titucionalista de la Inglaterra medieval: sir
principios éticos son acogidos en Inglaterra, John Fortescue. £1 provenía de la misma cla
desde el siglo xm. para describir tanto la par se que Bracton. la de los legistas, de aquellos
ticular naturaleza del derecho inglés, tan dis que elaboraron el sistema jurídico inglés de
tinto del romano, como para diferenciar el sis la common law, y a este conocimiento del
tema de gobierno británico del francés. Tóme derecho y de la constitución inglesa agregó
se, por ejemplo, a Henry de Bracton, un juez una notable experiencia política, por haber
de la corte del rey, que escribió en la prime participado en la Guerra de las Dos Rosas,
ra mitad del siglo xm un monumental trata como séquito de los Lancaster, y por haber-
do con el título De Legibus et Consuetudini- seguido a Eduardo, principe de Gales, en su
busAngliae, que muy rápido se hizo un texto exilio en París. Todas las obras de Fortescue
clásico sobre el que se formarán los legistas giran alrededor de una distinción: aquélla
ingleses hasta fines del siglo xvn Aquí Brac entre la monarquía absoluta y la monarquía
ton afirma que “no hay rey allí donde manda limitada o, para usar sus expresiones, entre
la voluntad y no la ley", o que "el rey no tie el dominium regale y el dominium politicón:
ne otro poder sobre la tierra que no sea el que et regale', detrás de estas definiciones es bus-
C O N S T IT U C IO N A L IS M O 345
tante fácil para el lector descubrir a Francia madura el principio del rule of law, del gobier
c Inglaterra. El criterio de distinción entre los no limitado o de la supremacía del derecho,
dos sistemas de gobierno es delineado así en un derecho que no es la expresión de la pun
De Laudihtis Legum Angliae: "El prim er rey tual voluntad del legislador sino que es sobre
—es decir el franees— puede gobernar su pue todo costumbre, la costumbre de los derechos
blo con las leyes que él mismo hace, y por lo legales de los ciudadanos ingleses. El tema del
tanto puede imponer a sus subditos, sin su gobierno limitado, de la supremacía del dere
consenso, las tasas y los otros impuestos que cho, es el otro gran tópico de la historia del
él misino quiere. El segundo rey —es decir el c., más antiguo y más moderno que el tema
inglés— no puede gobernar su pueblo con del gobernó mixto y de la separación de los
leyes distintas de las que éste consiente, y por poderes: no se trata de dividir el poder sino
lo tanto no puede imponer a sus súbditos nin de limitarlo, oponiendo a la demonicidad de
gún impuesto sin su consenso.” la política la racionalidad del derecho.
Puede preguntarse ahora qué es, para los
ingleses, esta ley, tan a menudo invocada y VIH. EL GOBIERNO LIMITADO DE LOS MODERNOS. La
proclamada, que el rey no puede cambiar en supremacía de la ley es un tema común al
absoluto, bajo pena de degenerar en tirano. gobierno limitado medieval y a las modernas
No es por cierto la ley en el sentido moderno democracias constitucionales: sin embargo no
de la palabra, es decir la orden del legislador, debemos perder de vista las profundas dife
justam ente porque en el Medievo era en gran rencias entre la vida jurídica medieval, toda
parte desconocida la reducción del derecho vía viva hoy en los países de common law, y
a una mera orden: en efecto, la ley no era crea el derecho de las modernas democracias del
da sino declarada, no era hecha sino recor continente: allá el derecho era una espontá
dada. y, finalmente, las leyes, como declara nea y libre expresión de la sociedad en un pro
ción por parle de órganos ad hoc (el rey solo ceso secular, en el que no podía intervenir el
o el rey en el parlamento), eran poquísimas. arbitrio creador del legislador: hoy el dere
En el Medievo la palabra ley tiene un signifi cho es la expresión de la puntual y conscien
cado bastante más amplio: por ejemplo, para te voluntad soberana del pueblo, explicitada
Fortescue están contenidas en las leyes, antes a través de un órgano ad hoc, es decir una
que nada, la ley de naturaleza “que es la asamblea representativa. Ayer el derecho era
madre de todas las leyes humanas”: en segun parte integrante de la espontánea vida social,
do tugar las antiquísimas costum bres de hoy es un instrum ento con el cual el estado
Inglaterra, óptimas por ser más antiguas que democrático interviene en la sociedad para
las leyes de Roma y finalmente las leyes en m antener la paz social y para prevenir las
sentido estricto, los estatutos aprobados "con necesidades futuras. En suma, ayer el dere
el consenso de todo el reino", presente en el cho era casi un hecho nutural y espontáneo,
parlamento. Pero, si observamos atentamen hoy es sobre todo el mandato de la mayoría.
te. la verdadera ley es la segunda, es decir la Una diferencia, como se ve, enorme; sin
costum bre, la cual en la medida en que ha embargo, el mundo moderno ha sentido la
resistido por un largo periodo de tiempo, necesidad de mantener, o de retom ar el prin
obteniendo el consenso de distintas genera cipio medieval de la supremacía de la ley,
ciones, demuestra ser justa, y a la cual por reinterpretándolo en forma más adecuada a
tanto los diversos estatutos del parlamento, las exigencias de los nuevos tiempos.
meramente declarativos del derecho, se deben El principio de la suprem acía de la ley. la
adecuar. En suma, el valor de las leyes con afirmación de que todo poder político debe
suetudinarias reposa en el hecho de que, ser legalmente limitado, es la mayor contri
como escribió Glanvill, un legista del siglo bución del Medievo a la historia del c. Sin
xn. son los mores a populo consercari. las embargo, en el periodo medieval es todavía
costum bres consenadas por el pueblo, o, un mero principio, y a menudo poco eficaz,
como repitió más tarde Bracton, éstas son en la medida en que falta una institución legi
approbaiae consenso utentium, son aproba timada que controle, con base en el derecho,
das por el consenso de quien las usa. el ejercicio del poder político y que garanti
A partir de esta cultura político-jurídica ce a los ciudadanos el respeto de la ley por
346 CONSTITUCIONALISMO
parte de los órganos de gobierno. En cambio además de resolver los eventuales conflictos
el descubrimiento y la concreta realización entre los diversos órganos del estado contro
de estos medios es propia del c. moderno: en la la justicia de la ley, es decir su conformi
particular de los ingleses en ese siglo de tran dad a las normas fundamentales. La existen
sición que fue el x v ii , cuando las cortes judi cia de este órgano es esencial, pues de otra
ciales proclamaban la superioridad de las manera, contra la violación de la constitución
leyes fundamentales sobre las del parlam en por parte del gohíerno-mayoria, no habría
to, o de los norteamericanos, a fines del siglo ningún remedio, a no ser un abstracto dere
x v iii , cuando iniciaron la codificación del cho a la revolución o una hipotética posibili
derecho constitucional y se dieron la moder dad de recurrir a la fuerza.
na forma de gobierno democrático, bajo el Conviene detenerse un momento más en
cual todavía viven. esta nueva definición del c. —no demasiado
Será oportuno delinear sintéticamente las frecuente en nuestra literatura política— que
tres características principales, por medio de se basa en la contraposición entre derecho y
las cuales se ha realizado hoy el principio del poder, racionalidad y fuerza. Parte de la cla
gobierno limitado, de manera de hacer más ra distinción entre constitución y gobierno.
evidente lo que lo diferencia de la herencia La constitución, justam ente porque es ante
medieval. El principio del gobierno limitado cedente y superior al gobierno, puede limitar
es ejercido hoy, en prim er lugar, por medio su poder, y, cada vez que sea violada, el
de una constitución escrita, que contiene una gobierno se hace anticonstitucional, arb itra
serie de normas jurídicas orgánicamente vin rio, en suma, ilegítimo. El concepto de gobier
culadas entre sí: no sólo regulan el funciona no limitado es distinto del de separación de
miento de los órganos del estado sino que los poderes. Como se ha visto, hoy el princi
sobre todo consagran los derechos de los ciu pio de la separación de los poderes se reduce
dadanos, planteados como limites del poder a meras reglas de procedimiento, a través de
del estado. Tal constitución extrae su legiti las cuales se expresa de modo legítimo el
midad de dos elementos: tanto del mismo con poder de la mayoría. Pero, cada vez que las
tenido de sus normas que se imponen por su reglas sean respetadas y haya concordia entre
intrínseca racionalidad y justicia, como por los diversos órganos del estado, la voluntad
su fuente formal, es decir por em anar de la de la mayoría en el parlamento es omnipoten
directa voluntad soberana del pueblo, a tra te, y no hay leyes que puedan limitarla. Mien
vés de una asamblea constituyente y/o un tras que el estatuto albertino ejercía solamen
referéndum. Si en los siglos xvi-xvu, en la te este aspecto del c., la carta fundamental de
época del iusnaturalismo, prevalecía el pri Italia realiza también el otro, el del poder
mer elemento, hoy, con la reducción del dere limitado por la ley, en la medida en que no
cho a mera orden, prevalece el segundo. En establece solamente reglas de procedimien
segundo lugar, la moderna constitución tie to para la formación de la voluntad legislati
ne un carácter rígido e inelástico, en el senti va sino que también le impone límites lega
do de que sus normas no pueden ser ni modi les bien precisos en la constitución, y los hace
ficadas ni interpretadas por la normal volun eficaces a través de un órgano no político que
tad legislativa, porque son jerárquicam ente tiene la función judicial de controlar si la
superiores a las normas ordinarias, dado que voluntad de la mayoría, como se expresa en
el poder constituyente es superior al poder una ley, está o no de acuerdo con la constitu
legislativo. Por lo tanto, para modificar la ción y, en el caso de que no lo esté, de decla
constitución es necesario un procedimiento rar nula y falta de eficacia tal ley.
particular, el cual requiere una mayoría cali Así. en un sistema político representativo,
ficada. Por fin, hay una tercera característi que ejerce el principio del gobierno limitado,
ca: ésta es la más im portante de todas, por la función judicial termina por adquirir un
que hace eficaz la supremacía de la ley, o peso bastante mayor en la realización del
mejor dicho de la constitución. Se trata del equilibrio constitucional antes que en uno
poder judicial en su con junto, como en Esta fundado en la mera separación de los pode
dos Unidos, o de un órgano ad Itoc, como en res. Vuelve asi el otro gran tema de Montes-
Italia; en suma, de una corte judicial, la cual quicu, que se agrega al de la división del poder
CONSTITUCIONALISMO 347
político entre los estados del reino: es decir pueblo y, en consecuencia, ha buscado o favo
la independencia de la magistratura que, sólo recido las formas de convivencia en las que
en el gubierno limitado, puede encontrar una al pueblo no se le dé solamente la mera titu
verdadera ejecución, justamente porque la laridad sino también el concreto ejercicio del
primacía del derecho, o de la iurisdictiu, sobre poder soberano: imposible en un gran esta
el poder impone el reforzamiento de la fun do, la democracia directa, ensalzada por
ción que tiene, justamente, la tarea de custo Rousseau, se ha manifestado en instituciones
diar el derecho. particulares, como la iniciativa legislativa
Este traslado del equilibrio constitucional popular y el referéndum. Si los demócratas
del poder legislativo al judicial, esta nueva han considerado la fuente del poder sobera
relación entre el poder y el derecho, marca no, los constitucionalistas han puesto el acen
por cierto una ruptura con nuestra tradición to más bien sobre el problema de los límites
política más reciente: una ruptura que no es y de los modos de ejercicio de este poder, que
todavía plenamente clara y evidente para no podemos liamar "soberano" justam ente
nuestra cultura política. Esto era necesario porque una soberanía limitada es casi una
justam ente por el advenimiento de la demo contradicción en los términos.
cracia. En el pasado, en realidad, se encon Así, si la democracia es el gobierno de la
tró una garantía contra el poder arbitrario, mayoría, se podría decir paradójicamente que
sobre todo en los cuerpos representativos que esta forma dec. ejerce el gobierno de la mino
controlaban J gobierno. Hoy. en cambio, los ría. Para hacer una ley bastan 51 votos con
cuerpos representativos ejercen una función tra 49, y, en una democracia, la minoría tie
de control bastante menor, justam ente por ne el deber de someterse a la voluntad de la
que el pueblo elige a través de los diputados mayoría. Pero en un sistema constitucional,
al gobierno: las asambleas son así parte inte en el que esté en vigor el principio del gobier
grante del gobierno. Para encontrar una nue no limitado, existen normas, como las de la
va garantía contra el poder arbitrario, para constitución, que una simple mayoría de 51
tutelar los derechos de los ciudadanos, es votos no puede cambiar, y son necesarios en
necesario dirigirse por tanto a la función judi cambio 67 sobre ICO, y en ciertos estados exis
cial, única capaz de ejercer la supremacía de ten directam ente normas, las que consagran
la ley sobre el gobierno. los derechos del hombre y del ciudadano, que
Justam ente desde la perspectiva de poner ninguna mayoría puede abolir. Esta vez pare
limites posteriores al poder de gobierno es ce ser la voluntad de la mayoría la que está
que la temática constitucionalista ha toma obligada a someterse a la voluntad de la mino
do nuevo vigor dentro del ámbito del estado ría, pero, si se tiene presente que con la cons
de bienestar (v.). Se vigila al estado, que admi titución el pueblo soberano pretende estable
nistra la economía de la gran familia públi cer limites al poder que, con las elecciones,
ca: teniendo presente la relación entre normalmente delega a sus representantes, se
impuestos y gastos, entre entradas y salidas, verá como ésta es solamente una aparente
se quiere una constitución fiscal, para impe limitación del principio democrático. Se tra
dir un excesivo retiro público del ingreso, ta más que nada de una limitación funcional
tener un balance equilibrado y combatir la a la propia existencia de la democracia, como
inflación: una constitución fiscal que prescri ha hecho notar Luigi Einaudi en un ensayo
ba con frecuencia en estas m aterias la nece de enero de 1945: "Estos frenos tienen como
sidad de mayorías calificadas.IX . objetivo lim itar la libertad de legislar y de
operar de los estratos políticos gobernantes
IX. CONSTITUCIONALISMO Y DEMOCRACIA POLITICA. A elegidos por la mayoría de los electores. Apa
primera vista parecería que no se puede iden rentemente se viola el principio democrático
tificar al c, con la democracia, aunque luego que da el poder a la mayoría: en realidad, limi
es difícil imaginar en concreto una democra tando sus poderes, los frenos tutelan la mayo
cia no constitucional. El pensamiento demo ría contra la tiranía de quien de otra manera
crático, en efecto, ha tenido un solo proble actuaría en su nombre y, procediendo asi,
ma esencial: dem ostrar cómo la soberanía es implícitamente tutelan la mayoría."
un derecho inalienable e imprescriptible del Otra diferencia puede tomarse desde otro
348 CONSTITUCIONALISMO
punto de vista, allí donde se busque precisar tución de la representación, limitando el prin
el contenido de la palabra libertad, tan insis cipio democrático, lleva consigo el peligro de
tente tanto en las páginas de los constitucio- que la voluntad de la mayoría de los diputa
nalistas como en las de los demócratas. Para dos no coincida siempre con la volundad de
los primeros la palabra libertad tiene un sig la mayoría de los electores. Por tanto, hoy, el
nificado esencialmente jurídico, y sería, pol c. no es otra cosa que el modo concreto a tra
lo tanto, más oportuno hablar de libertades vés del cual se ejerce y se realiza un sistema
en plural, que son sobre todo libertades ju rí democrático representativo.
dicamente protegidas contra el poder de la Sin embargo, el uso de esta nueva perspec
mayoría. Para los demócratas, en cambio, la tiva, con la cual examinar los modernos sis
libertad es, en prim er lugar, un valor ético: temas representativos que ejercen el princi
es una libertad en singular, que se ejerce sola pio del gobierno limitado, implica el redimen-
mente a través del estado, es decir a través sionamiento o la eliminación de dos concep
de la directa participación en la cosa públi tos clave que todavía dominan fuertemente
ca. En otras palabras: los constitucionalistas la cultura política europea. Aludimos a los
reivindican para el individuo una amplia esfe conceptos de soberanía y de pueblo, y en con
ra de licitud, y consiguientemente imponen secuencia al de estado, en el ámbito de los
al estado no impedir el ejercicio de estos dere cuales el c. no puede desarrollarse. Una sobe
chos; los demócratas, en cambio, quieren la ranía dividida verticalmente, como en los sis
directa participación de tuda la comunidad temas federales, o limitada, a través de pro
en la formación de la voluntad del estado, de cedimientos que garantizan la supremacía de
modo que ésta coincida con la misma volun la constitución, es una contradicción en los
tad del pueblo. Así, al obedecer al estado, los términos, siempre que definamos la soberanía
ciudadanos se obedecen sólo a sí mismos: es en los términos tradicionales, como summa
ésta la mística de la voluntad general que nos legi busque soluta potestas. En realidad esta
viene de la tradición jacobina francesa. definición todavía identifica poder y derecho
Se trata, por lo tanto, de doctrinas distin o concibe la soberanía en términos de fuer
tas, fácilmente separables en un plano mera za, aunque de una fuerza que no puede actuar
mente conceptual; pero no son doctrinas con excepto de un modo jurídico. Aun el concep
tradictorias porque, aunque en el pasado se to de pueblo, propio de gran parte de la tra
han dado regímenes constitucionales no dición democrática, se revela como una abs
democráticos, hoy no conocemos otra forma tracción desviante, dado que de hecho la
posible de democracia que no sea la consti voluntad del pueblo se expresa a través de los
tucional. En efecto, la libertad positiva de par partidos (v.j, los cuales justam ente tienen la
ticipar en la formación de la voluntad del función de reunir y de trasm itir la demanda
estado tiene, como necesaria condición, la política y de traducirla en una dirección polí
libertad negativa, es decir el no impedimen tica. Por tanto en un sistema representativo
to por parte del estado de los derechos de tendremos un complejo proceso de formación
libertad de expresión, de imprenta, de asocia de voluntad política, que parle de los ciuda
ción, de religión, etc., porque de otra forma danos y que por los partidos y las asambleas
irían desapareciendo las mismas condiciones culmina en la acción del gobierno, limitada
de una autónoma participación en la forma por la lev constitucional. Resulta asi más co
ción de la voluntad del estado, como sucede rrecto y útil definir estos sistemas políticos
en los regímenes totalitarios, donde los gru como sistemas constitucional-pluralistas.
pos en el poder organizan desde lo alto, con
una lista única, la presencia de las masas en bihlicgrafía O. Brunner, Nuevos caminos de la
el estado. Y aún más: la democracia ha sido historia social y constitucional Í1968), Barcelo
definida como el gobierno de la mayoría; pero na, AlLidil; J.M. Buchanan y R.E. Wagner, Défi
si esta mayoría tuviera un poder absoluto e cit del sector público y democracia (1977),
ilimitado podría subvertir las regla> del jue Madrid, Ri ilp; J.M. Buchanan, Freedom in cons-
go y destruir asi las bases mismas de la demo titutional contrae!, Austin, Texas University
cracia; algo siempre posible si tenemos pre Press. 1977; E.S. Corwin, ¡.'idea de “legge supe-
sente que en un gran estado la misma insti riore "e il diritlo costituzionale americano (1928-
CONTENCIÓN 349
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du, La lucha por el estado de derecho, Bolonia,
Publicaciones del Real Colegio de España, 1975; ii. pf.kfii. histórico. La política de c. ha tenido
M.J.C. Vile, Constituonalism and the separation su máxima manifestación, en el plano histó
of powers, Londres, Oxford University Press, rico, desde el nacimiento del estado bolche
1967; K.C. Wheare. Constituciones modernas vique en la Rusia posrevolucionaria hasta el
(1951), Barcelona, Labor. 197L F.D. YVormuth, estallido de la segunda guerra mundial, con
The origins of modern conslitutionalism, Nue la acción desarrollada por las democracias
va York, Harper, 1949. occidentales para impedir la divulgación en
el mundo de sus principios ideológicos y,
[NICOLA MATTEUCCI] sobre todo, desde el fin de la segunda guerra
mundial y el inicio de la llamada guerra fría,
con la acción desarrollada por Estados Uni
dos para impedir la expansión político-
contención ideológico-estratégica de la Unión Soviética
en Europa. Consecuencia natural de la situa
i. DEFINICION Por c. se entiende la acción desa ción de desconfianza de un grupo de estados
rrollada por un estado (o grupo de estados) ideológicamente hostiles al comunismo, pri
con el fin de impedir la expansión ideológi mero, y del conflicto de poder entre dos esta
ca. política, económica, estratégica de otro dos tendencialmente hegemónicos, luego, la
estado fuera de su concordada o presunta política de c. representa, por lo tanto, en el
"esfera de influencia". Ésta se manifiesta a plano histórico, uno de los aspectos más sig
través de precauciones e iniciativas de carác nificativos del mudo a través del cual se ha
ter ideológico, político, económico y estraté expresado el antagonismo entre la ideología
gico de signo contrario a los puestos en m ar comunista y el mundo capitalista en un nivel
cha por el estado cuya acción se quiere con del choque de potencias. La formulación de
tener en las zonas donde, a causa del surgi la "doctrina" de la c. fue adelantada por el
miento de fenómenos de crisis, pueden deter diplomático G. Kennan en un famoso artícu
minarse vacíos de poder capaces de atraer y lo de Foreign Affairs y fue oficialmente defi
acelerar su dinamismo natural o calculado. nida el 12 de marzo de 1947, cuando el presi
Las ayudas económicas a los países en vías dente de Estados Unidos, H. S. Truman, pidió
de desarrollo, la estipulación de sistemas de al congreso norteamericano la autorización
alianzas colectivas, la intensificación de la para un programa de ayuda a Grecia, bajo
propaganda ideológica, la intervención arm a guerra civil, y a Turquía, sometida a las pre-
da directa, en donde sia necesario, son los siones por parte de la Unión Soviética, para
principales instrumentos de sostén de la polí una coparticipación en el control de los estre
350 CONTENCION
chos. "Creo —dijo en aquella ocasión Trumari, saria como verdadera y propia ideología autó
fijando las condiciones para la política de c. noma. El concepto de indivisibilidad de la
norteam ericana— que la política de Estados ideología, es decir la negación de la posibili
Unidos debe ser la de asistir a los pueblos dad de existencia de interpretaciones plura
libres que luchan contra las tentativas de listas de la común doctrina en el interior de
dominación por obra de minorías arm adas o las filas opuestas, postulaba un mundo domi
de presiones exteriores." De tal modo, el pre nado rígidamente por las ideologías más que
sidente norteamericano prefiguró tanto los dividido por los intereses. Pero la acentuación
sucesivos programas de ayuda de Estados del conflicto chino-soviético, la desaparición
Unidos a los países no comunistas como el de Mao Zedong (septiembre de 1976), el aban
nacimiento de los sistemas de alianzas colec dono por parte de los chinos de la política de
tivas bajo el liderazgo de Washington, y tam apoyo a los movimientos insurreccionales del
bién, finalmente, las intervenciones militares tercer mundo, el restablecimiento de las rela
directas estadunidenses, donde se presenta ciones diplomáticas entre Estados Unidos y
ra la ocasión. Bajo el perfil histórico, la "doc China (enero de 1979) y. sobre todo, la con
trina Trum an” de la c. puede ser definida vergencia de intereses entre los dos países
como una extensión de la "doctrina Monroe” acerca de la necesidad de una política de con
(limitada a América), más alladel Atlántico, tención frente al dinamismo internacional de
a la Europa no comunista, frente a la Unión la URSS, han terminado por conferir en el
Soviética y, en un segundo momento, como plano teórico a la política de c. una connota
lógico corolario, más allá del Pacífico, al Asia ción estratégica específicamente antisoviéti
no comunista, frente a la República Popular ca más que genéricamente anticomunista. La
China. La acción de rígido control político- necesidad de la creación de sistemas de segu
ideológico ejercido por la Unión Soviética ridad colectiva entre aquellos que profesan
sobre sus propios estados "satélites” (v. saté el mismo tipo de ideología tiene como conse
lite) en Europa central y oriental, a través de cuencia el nacimiento de organismos político-
la llamada "doctrina de la soberanía limita militares multinacionales, en el interior de los
da" de los países comunistas (que postula el cuales el aspecto puramente militar tiende a
derecho de intervención soviética en los asun menudo a prevalecer sobre cualquier otra
tos internos de los propios "satélites", cuan consideración ético-política a causa del carác
do el orden marxista-leninista sea, a su jui ter totalitario que tales organismos terminan
cio. perturbado) obedece, en clave comunis por asum ir desde el punto de vista estratégi
ta y antioccidental, a la misma lógica de la co: con el resultado de una confusión entre
política de c. ejercida por Occidente frente a fines (la afirmación de los valores comunes)
la Unión Soviética y a China comunista.I y medios (la alianza político-militar), y el pre
dominio de los segundos, a través de su "fina
III TEORIA Y PRACTICA DE LACONTENCIÓN. La p o líti lización", sobre los primeros. Consecuencias
ca de c. responde teóricam ente a algunos p os análogas, es decir, la aceptación de las reglas
tu lados precisos: la con traposición entre d ife de la Realpolilik a expensas de las motivacio
ren tes co n ce p c io n es filo só fic a s y la relativa nes éticopolíticas, tienen el mantenimiento
convicción de la indivisibilidad de las m ism as; del statu quu como sola condición de la paz.
por c o n sig u ie n te la n ecesid a d de p roced er al De la política de c. resulta, así, y halla su pro
reagru pam iento de tod os aq u ellos que p rofe pia justificación histórica y política, la teo
san el m ism o tip o de id eología en el interiur ría soviética, de origen marxista-leninista, del
de sis te m a s de segu rid ad co lectiv a , y al a is "cercamiento" de un estado (o de un grupo
la m ien to de aq u ellos que p rofesan la id eolo de estados) por obra de un cordón de estados
g ía contraria: la con vicción de que el m an te ligados entre si o por la ideología común o por
n im ien to del statu quo sea la única condición el simple objetivo de impedir al estado (o al
d e la paz, por en cim a y por fuera d e las orga grupo de estados) "cercado" toda posibilidad
n iza cio n es m u n d iales in tern acion ales en car de expansión territorial, política, estratégica,
gad as de dirim ir las controversias internacio económica e ideológica.
n ales y de tu telar la con servación de la paz;
la asu nción del rechazo de la ideología adver [PIERO OSTELUNO]
C O N T R A C T U A L ISM O V51
naturaleza, en la medida en que es definido (Primitive culture, 1871) y con L.H. Morgan
sólo negativamente (lo que falta en el estado (Ancient society, 1877). F. Engels (Der Urs-
de naturaleza respecto del estado civil), y, por pritng der Familie, des Privateigentums und
el otro, en la opuesta evaluación de esta con des Staats, 1884) ve en la formación por par
dición humana, que para Hobbes y Spinoza te de la sociedad gentilicia de la familia mono-
es de guerra, para otros (Pufendorf, Locke) de gámica el nacimiento del prim er antagonis
paz, aunque precaria, y para Rousseau de feli mo de clase, en consecuencia de la aparición
cidad. de la propiedad privada (y por lo tanto de la
Sin embargo, para establecer la problemá división del trabajo), que causa el nacimien
tica llevada adelante de distintas maneras por to del estado como órgano de represión en
los contractualistas es preciso incluir sus manos de la clase económicamente dominan
observaciones en el debate amplio sobre el te. Del mismo modo, para el psicoanálisis de
problema antropológico de los orígenes del izquierda, atento a las inhibiciones y a las
hombre, sobre el cual —desde la era griega represiones de la civilización contemporánea,
hasta nuestros días— los distintos pensado es necesario encontrar nuevamente la espon
res se han dividido cuando se trata de evaluar tánea felicidad de la sociedad matriarcal, una
la mayor o menor positividad de la salida de edad de paz y sin represiones, completamen
la antigua condición natural: en efecto, para te penetrada por la religión de la madre tie
algunos, ésta representa una caída, un aleja rra, una sociedad destruida por la rebelión
miento de una perfección originaria; para de los hombres, que han creado un mundo de
otros un progreso o la victoria del humo faber guerra basado en el dominio del culto auto
o del humo sapiens sobre el hombre animal. ritario de los dioses celestes. En ambas inter
Es necesario recordar la exaltación entre los pretaciones la familia monogámica, la propie
antiguos de una mítica edad de oro, que retor dad privada y la represión del estado y de la
na en el Renacimiento unida al mito de los civilización nacen contextualmente en el sen
homines a Diis recentes; luego, después del tido de que no hay distinción entre poder
descubrimiento de America y de los hombres social (familia y propiedad) y poder político.
que en ella viven según la naturaleza, el mito En esto no se alejan de los motivos presentes
del buen salvaje; por Tin. en el clima román en los nostálgicos de la edad de oro. que en
tico. el retorno a los primitivos, al Vrmensch. ella veian la comunión de los bienes y de las
Encontramos en este filón de pensamiento, mujeres; sólo que ahora son revividos miran
que combate la civilisation, es decir la indus do el futuro, y los conceptos de revolución y
tria y el comercio que hacen más agradable de liberación parecen cum plir con una fun
la vida de los hombres, a los críticos de la ción análoga a la que tuvo el contrato en las
sociedad, tal como se presentaba ante sus edades precedentes.
ojos, o mejor dicho aquellos que expresan Los contractualistas, en cambio, quienes
todas las molestias subsiguientes al traum a quieren legitimar el estado de sociedad (la
de la modernización, a la rápida transform a civilisation) o modificarlo con base en los
ción de los órdenes sociales y políticos, a la principios racionales allí donde el poder no
no inserción del individuo en los nuevos pape se funde en el consenso, están necesariamente
les ofrecidos por la sociedad. en oposición a este filón de pensamiento y ven
El mito del estado de naturaleza, en reali siempre en el contrato la única forma de pro
dad regresivo por ser sustancialmente nostál greso; también Rousseau, el adversario de las
gico de una edad perdida en la cual vivir feliz letras y de las artes, se ve obligado a recono
coincidía con la comunión de los bienes y de cer en el pacto social un hecho deontológica-
las mujeres, ha sido reinterpretado en tiem mente necesario desde el momento en que
pos más recientes en clave revolucionaria o "tal estado primitivo ya no puede subsistir,
en una propuesta de total liberación del hom y el género humano perecería si no cambia
bre, pero siempre en vista del fin de la políti ra las condiciones de su existencia" (Du con
ca, por el marxismo y por el psicoanálisis, trol social, i, 6), porque, después del naci
después que el mito o la leyenda del buen sal miento del lenguaje, de la familia y de la pro
vaje había entrado en la crítica histórica con piedad privada, sólo es posible o un estado
J. J. Bachofen (Alutterrechl, 1861), E.B. Tylor de guerra o el despotismo, último término de
354 C O N ! R A C TU A LISM O
la desigualdad que, sin embargo, hace igua o jurídica con su semejante. La zoología
les a los súbditos bajo la voluntad del señor. moderna, estudiando en el primate el origen
Todos los contractualistas, asi, ven en el con del hombre, ha comprobado, amortiguando
trato un instrum ento de emancipación del sus excesos, tanto la tesis de Hobbes como la
hombre, pero sólo de emancipación política, de Rousseau: la inocencia y la felicidad del
que deja inalterada, o mejor dicho garantiza hombre-primate es una insecuritas sin histo
la estructura social, basada justamente en la ria, en la cual las pasiones y la guerra son oca
familia y en la propiedad privada, mantenien sionales, sólo por el alimento y la mujer,
do asi una clara separación entre el poder mientras que la pobreza, el aislamiento, la
político y el poder social, entre gobierno v ignorancia no son advertidos como un mal.
sociedad civil. Asi, en la lógica contractualista, estado de
Es imposible decir a qué estadio de la evo naturaleza y estado civil se contraponen,
lución de la humanidad corresponda para los como se contraponen el reino animal, en el
contractualistas el estado de naturaleza: si al que cada uno sigue sus propios instintos y sus
de homo fe rus primaevus (Hobbes, Rousseau) propios impulsos, y el reino humano, un mun
o al que conoce algunas formas embrionarias do ordenado por la razón, que logra a través
de organización social, puesto que el discur del contrato unificar las voluntades indivi
so se mueve en un plano politico-juridico o duales.
psicológico y no antropológico. Aquellos que La mayor parle de los contractualistas ipor
con mayor coherencia han llevado a sus extre ejemplo: Spinoza, Pufendorf, Locke), en cam
mas consecuencias su evaluación del estado bio, entre el estado de naturaleza puro y el
de naturaleza son. por un lado, el filósofo estado político colocan un estado social, en
Hobbes, que analiza la dinámica de las pasio el cual los hombres conviven según razón por
nes del hombre en estado puro (la competen que son sus propias necesidades las que los
cia por la ganancia, la desconfianza por la hacen sociables. Esta sociedad está caracte
seguridad, la gloria por la reputación), que rizada por algunas instituciones jurídicas de
causan justam ente un estado de guerra de origen pacticio, como la familia, la propiedad
cada uno contra todos y, por el otro, el anti o- y la compraventa, a través de las cuales el
pólogo Rousseau (el Rousseau del Discours hombre sale de la comunión de las mujeres
sur /'origine el les fondements de l ’inégalilé y de los bienes, que son la lógica premisa del
parmi les hommes), que estudia la formación pactum sovietatis primero, y del pací uní
del hombre y demuestra cómo en los oríge subiectionis después. Es éste un “estado de
nes hubo solamente una instintiva felicidad paz, benevolencia, asistencia y consen ación
sin pasiones. Asi, para Hobbes, en el estado recíproca” (Locke, Two treatises af Govern
de naturaleza hay solamente “el dominio de ment, ti, 19). Sin embargo es un estado
las pasiones, la guerra, el miedo, la pobreza, imperfecto de suciedad en la medida en que
la negligencia, el aislamiento, la barbarie, la existe una paz relativa, puesto que la natura
ignorancia, la bestialidad" (De vive, x.t), y "la leza racional y social del hombre siempre pue
vida del hombre es solitaria, misera, repug de entrar en conflicto con su instinto de auto-
nante, brutal, breve” (Leviathan, xm). Para conservadón. Los derechos naturales de los
Rousseau, en cambio, en el estado de natura individuos son, así, imperfectos, es decir no
leza está “el hombre libre, con el corazón en garantizados por una coacción superior y
paz y el cuerpo en buena salud” {Discours), externa. El estado, nacido a través del con
que satisface fácilmente pucas necesidades trato. no agrega nada a la racionalidad y a la
elementales y “no respira más que reposo y sociabilidad de la sociedad civil: es solamen
libertad; no quiere más que vivir y permane te un instrum ento coactivo que tiene la tarea
cer inerte”. Sin embargo, la oposición entre no tanto de crear como de ejecutar el dere
Hobbes y Rousseau se encuentra más en la cho que la sociedad racionalmente expresa.
evaluación que en la descripción del hombre Para tal propósito es necesario hacer un doble
en el estado de naturaleza o mejor dicho del orden de observaciones. En prim er lugar, el
hombre animal, que vive siguiendo sus pro problema de que el iusnaturalismo —del cual
pios instintos, tiene la razón sólo en poten depende estrechamente el c.— creía haber eli
cia. está más acá de cualquier relación moral minado la completa racionalización de las
CONTRACTUALISMO 355
relaciones sociales por medio del derecho cuales ha venido siendo formulada desde la
natural, es decir el problema de la fuerza, apa antigüedad. Por un lado están aquellos que
recido y resuelto dando su monopolio a un remarcan la particular naturaleza del hom
poder consensualmente instituido. En segun bre, como humo faber, por ser incompleto res
do lugar, m ientras que para Spinoza, para pecto de sus propias necesidades. Por ejem
Hobhes y para Rousseau el pacto que instau plo. Protágoras destaca la diversidad del hom
ra el poder legislativo crea también el órga bre respecta de los animales: m ientras que
no creador del derecho (ios guia iussum), asi cada uno de estos últimos tiene una sola facul
se llame mens ¡mica, soberano o voluntad tad v órganos específicos, según una ley gene
general, para los otros, y en mayor medida ral de equilibrio, el hombre está en cambio
para Locke, la sociedad civil tiende a garan "desnudo”. Privado de capacidades natura
tizarse su propia racionalidad jurídica, tan les, está dotado, sin embargo, de la pericia
to participando directamente en el poder técnica que le permite adecuarse a cualquier
legislativo cuanto poniendo a éste como límite ambiente y transform arlo con el fin de pro
el derecho (o los derechos) natural (iu.s guia curarse las comodidades de la vida. Pero, a
iuslum). pesar de este saber técnico, la convivencia era
En síntesis, se diría que ningún conlractua- imposible porque el hombre no tenía todavía
lista puede disentir de algunas proposiciones la sabiduría política (el "respeto” y la "justi
claramente enunciadas por Hobhes: el esta cia”), que luego fueron distribuidos por Zeus
do de naturaleza está caracterizado sólo de a todos los hombres y no de un modo discri
manera negativa por la ausencia de un poder minante como en el caso de las artes técni
legalmente instituido (es decir a través de un cas. Es notable cómo la división del trabajo
contrato), capaz de controlar y de someter a no coincide con una división política, puesto
lodos los miembros de la sociedad, es decir que la sabiduría política está en todos los
que está caracterizado por la falta del mono hombres. Lucrecio, retomando y desarrollan
polio legal de la fuerza. Justam ente por esto do este famoso mito, vio en el pacto la expre
el estado de naturaleza es un estado de igual sión de este saber político (De rerittn natura,
dad (la superioridad física o intelectual no v 1023). Platón no se aleja sustancialmente
otorgan un particular derecho al poder y en de esta linea: la sociedad nace de la multipli
los hechos pueden contrabalancearse) y tam cidad de necesidades del hombre que lo ponen
bién de libertad, con tal que por libertad se en la imposibilidad de bastarse a sí mismo,
entienda una condición de independencia o teniendo él necesidad de una infinidad de
el ser patrones de sí mismos. En el estado de cosas, y de esto deriva necesariamente una
naturaleza, por lo tanto, no hay ni soberanos división del trabajo que será tanto más alta
ni súbditos, ni señores ni siervos. pero la fuer cuanto más alto sea el nivel de vida. Pero, a
za es siempre potencial y en estado difuso. diferencia de Protágoras, la división del tra
En este punto, retornando al discurso ini bajo implica también, para una ciudad sana,
cial, es necesario ver por qué, para los con- la formación de un nuevo oficio, el de custo
traclualistas, se debe pasar del estado de dio, y por lo tanto una neta separación entre
naturaleza al de sociedad, teniendo sin gobernados y gobernantes, basada en el par
embargo presentes las principales teorías ticular saber que sólo estos últimos tienen.
antropológicas que nos dan una explicación Por el otro lado —y ésta es una teoría
del paso del prim ate al hombre político, del moderna y contemporánea—, en una visión
animal al homo faber, con la especificación mas pesimista se ha puesto el origen del
de las "necesidades" que favorecieron este poder político no en la capacidad técnica del
paso. Nótese, entre paréntesis, que para todos hombre respecto de los animales sino en la
se trata de una lenta evolución debida a la desproporción entre las necesidades del hom
particular naturaleza del hombre o a la casua bre y los medios para satisfacerlas. Este nue
lidad, mientras que a veces en la lógica con- vo fundamento fue sostenido por Hobbes,
tractualista se trata de un verdadero salto de quien, anticipándose a Freud (Die Zukunft
la naturaleza a la sociedad. einer IIlusión, 1927, y Das UnbJiagen in der
Las respuestas al problema del origen del Kultur, 1929), centró todo en la proporción
hombre son esencialmente dos, una de las entre las pasiones y los apetitos de los hom
356 CONTRACTUALISMO
bres, que son ilimitados, y los medios para ma de la división del trabajo así presente en
satisfacerlos, que son limitados (De cive, i), el segundo Discnurs: es el propio pueblo el que
lo que causa una guerra de cada uno contra debe autogobernarse dándose directamente
todos. El hombre cambia asi la independen las leyes, sin ninguna mediación de represen
cia y la libertad originarias (el vivir según el tantes. mientras que el gobierno, en un sen
principio del placer), de las que difícilmente tido estrecho, tiene la mera tarea de aplicar
y por poco podía gozar, por la seguridad y la las leyes y por lo tanto da fuerza a una volun
paz (con la satisfacción retrasada y limitada tad ajena.
de su propio placer), mediante la instauración
legal de un poder irresistible, más fuerte que III. TRES TEORIAS SOHRE EL ORIGEN DEL PODER POLlTI-
cualquier individuo. El consenso al soberano co. El c. no es la única teoría sobre el origen
coincide con la aceptación del principio de del poder político, como tampoco es la única
realidad y de las represiones de las que es el caracterizada por un elemento voluntarista,
elemento constitutivo, o con la formación del en el sentido en que el orden político es la
superyó, nueva forma de voluntad general en expresión de un acto de voluntad y por lo tan
la cual las voluntades particulares logran to una construcción artificial. Justamente la
sublimarse. encontramos en los orígenes del debute polí
Esos temas son en gran parte extraños a los tico secular sobre la naturaleza del estado,
otros contractualistas, aunque sus considera aunque en posición minoritaria, junto a otras
ciones jurídicas v políticas muevan a la acep dos, con las cuales estará cada vez más entre
tación y a la defensa de aquel alto nivel de lazada en la historia del pensamiento político.
vida que el hombre a través de la técnica, y En el diálogo contenido en los dos prime
por lo tanto u través de la división del traba ros libros de la República de Platón están
jo y la propiedad privada, había logrado con expuestas, personificadas por siete personas,
quistar. Ellos ven en el origen de la sociedad las cuatro teorías principales sobre el origen
aquella necesaria colaboración a la que el de la polis: en el fondo las opiniones tradicio-
hombre es conducido por la exigencia de nalistas de los huéspedes Céfalo y Polemar-
satisfacer sus propias necesidades, y en el ori co, que defienden las viejas concepciones
gen del gobierno exclusivamente una necesi mitológicas, luego la tesis de los sofistas Tra-
dad política claramente utilitarista, la de una simaco y Clitofón, los que de manera realis
coexistencia garantizada, exigencia que se ta observan que la justicia no es otra cusa que
mueve entre un minimo, el del orden y de la aquel orden impuesto por quien tiene la fuer
paz social, y un máximo, el de una mayor za de hacerse obedecer es esto lo que favo
seguridad al ver tutelados los propios dere rece al que manda, al poder constituido, es
chos. Excepto en Rousseau y en Kant, en los decir a quien es más fuerte. Glaucón y Adi-
cuales la lógica utilitarista está ausente, el inanto, los hermanos de Platón, para estimu
paso al estado civil se presenta como un ver lar a Sócrates, exponen la tesis contracto i-
dadero deber moral. Sin contar la división del lista de una parte de la sofística (Calicles): par
trabajo, consecuencia del hecho de que el tiendo de la contraposición entre nomos (ley)
hombre es un animal que trabaja, todos ellos y physis (naturaleza), afirman que los hom
aceptan también —salvo Rousseau— la divi bres venciendo y sufriendo derrotas (lo que
sión entre quien ejerce directam ente y quien es justo por naturaleza) consideran útil en un
no ejerce el poder político, entre gobernan cierto punto ponerse de acuerdo entre si para
tes y gobernado?», o la platónica función de instaurar la paz, estableciendo leyes y acuer
los custodios. Sin embargo, con esta diferen dos recíprocos, que son justos por convención.
cia: que los magistrados legitiman su poder En este punto Sócrates (en realidad Platón)
no por el particular saber en los que son espe expone su concepción del estado entendido
cialistas sino por el consenso de todos los aso como organismo, que es sano cuando en base
ciados, en la medida en que, de acuerdo con u la división del trabajo cada uno hace bien
Protágoras, todos los hombres poseen el arte su propio oficio e interioriza la necesidad de
político. El único que intenta superar esta esta particular función para el bien del todo:
alienación del poder político es Rousseau, la justicia es asi una armonía consciente %
quien sin embargo hace a un lado el proble viviente.
CONTRACTUALISMO 357
ción en el diálogo platónico es justam ente de una liberación absoluta: en el presente sólo
Trasimaco. Con el c. tienen a menudo, ade existe la fuerza, el dominio, la represión, y
más, un elemento común: el del estado de cada estado, en cuanto estado, es siempre una
naturaleza, al cual se observa con nostalgia, dictadura. El pensamiento contractualista no
en la medida en que el estado surge de un acto niega por cierto la existencia de la fuerza,
de supremacía. En la historia del pensamien pero la ve operando de distintas maneras en
to político moderno esta teoría no ha tenido el estado de naturaleza y en el estado social.
mucho suceso, aun cuando dos grandes con- En efecto, en el prim ero el hombre está suje
tractualistas, Spinoza y Hobbes, que ponen to al constante riesgo de ser agredido así
al consenso en el origen del estado, ven lue como a la tentación de agredir: justam ente
go su fundamento en su capacidad coerciti para evitar esta situación de inseguridad don
va de obtener obediencia de los súbditos a tra de la fuerza actúa en estado difuso y cada uno
vés de las sanciones, por lo que el derecho ter es libre de decidir si usarla o no. siendo al
mina por coincidir con la fuerza. En épocas mismo tiempo juez y parte, los individuos ins
más recientes, luego de los primeros estudios tauran a través del contrato el monopolio de
antropológicos, esta teoría tuvo un nuevo la fuerza en manos del gobierno. El estado,
impulso: recordamos al sociólogo Ludwik para los contractualistas, es por lo tanto tam
Gumplowicz, que ve nacer el estado a partir bién fuerza, pero es una fuerza de tipo dis
del predominio de las hordas violentas de los tinta, según que este monopolio sea instau
nómadas sobre las más pacíficas poblaciones rado por uri contrato, es decir por el consen
dedicadas a la agricultura. Pero el éxito de so de los asociados, y entonces se habla de
esta teoría y su difusión en la cultura se logra "poder", o se dé solamente de hecho, tenien
con la sociología de Comte, con el marxismo do como única justificación su propia efica
y con el psicoanálisis. Para Comte la sociedad cia, y entonces se habla de “fuerza". En el
está gobernada por la fuerza, dada por el ámbito de los contractualistas, sin embargo,
número o por la riqueza, a la que es necesa es necesario hacer una ulterior distinción
rio oponer el poder espiritual, exigencia per entre quien concibe, como Spinoza y Hobbes,
manente de la sociedad. Engels, aclarando el esta soberanía únicamente como capacidad
contemporáneo origen de la familia, de la pro de obtener, con el consenso o con la coacción,
piedad y del estado, repite la tesis marxista obediencia a sus propias normas, y quien, en
según la cual el estado es siempre, en cual cambio, establece la necesidad de un consen
quier forma que se manifieste, un instrumen so indirecto a través de la representación,
to de opresión en manos de la clase económi como para Locke o Kant, o directo del pue
camente dominante. El psicoanálisis, a su vez. blo, como para Rousseau, a las normas de
o interpreta en clave simbólica algunos mitos comportamiento del soberano, dejando su
y leyendas de la antigüedad, según las cua aplicación a un órgano subalterno (el ejecu
les el estado surge del homicidio del herma tivo) al poder legislativo, que es el verdadero
no (Rómulo y Remo, Caín y Abel, Osiris y Set), soberano.
o ve el fin de la pacífica sociedad m atriarcal En la teoría sociológica contemporánea,
en la rebelión de los hombres o bien, de un justamente por prevalecer su orientación des
modo más articulado, pone como fundamen criptiva, son dominantes aquellas concepcio
to de toda la civilización el complejo edipico: nes que se inspiran en el organicismo o en el
es la rebelión de los hijos contra el padre, jefe conflictualismo, mientras que el c., por la car
indiscutido de la horda primitiva, y su m uer ga prescriptiva que contenía, parece fuera de
te, tos que están en el origen del estado; pero, escena. A las preguntas: ¿cómo es posible el
y aquí se inserta un elemento contractualis- orden y la cohesión social?, ¿qué es lo que
ta, los hermanos se ven luego obligados a esti mantiene unidos a los hombres?, ¿Qué es lo
pular pactos entre si para el recíproco respeto que conduce a la limitación de los impulsos
de las mujeres. y de los instintos individuales, al control de
La limitación de todas estas teorías consiste la violencia?, todavía se responde sustancial
en el hecho de que no permiten ninguna alter mente con las viejas tesis: por un lado está
nativa realista, excepto la nostalgia de una quien sostiene que la sociedad es un hecho
perdida edad de oro o la utópica perspectiva natural devenido posible o por una conside
CONTRACTO ALISMO 359
asambleas) cumplen con (unciones distintas cedentes, que remarcan más que nada los
pero coordinadas, esto es la ejecutiva y la deberes hacia los otros, e ignoran el indivi
legislativa. dualismo propio de la edad moderna.
Por lo que se refiere al contenido del pacto Si el contrato es una relación obligatoria
es necesario hacer una distinción preliminar entre las partes, es necesario también ver las
entre los contractualistas más coherentes y sanciones que están previstas contra quien lo
rigurosos, como Hobbes, Locke, Rousseau y infrinja; el verdadero problema se establece
Kant, que lo ven como racionalmente nece sobre todo contra quien, detentando el poder,
sario y por lo tanto lo consideran indisponi tiene el monopolio de la fuerza, salvo contra
ble, es decir sujeto a la determinación arbi aquel que con el pacto ha renunciado a un
traria por parte de las partes contrayentes, ejercicio privado de su fuerza. Las soluciones
y los contractualistas más ligados a la con son las más diversas: por un lado están aque
creta realidad jurídica y política, los cuales llos que siguen a Grocio, como Pufcndorf,
dejan la determinación de los derechos y para quien el pacto, establecido por la volun
deberes recíprocos a la voluntad de los con tad, se hace luego necesario y los pueblos ya
trayentes. En los prim eros prevalece el no pueden revocarlo; por el otro lado están
momento de la rafia, en los segundos el de la las tesis políticas de los monarquistas, quie
voluntas. nes retoman teorías medievales sobre el tira
Mientras que el contenido del pacto de aso nicidio que luego serán reelaboradas por Alt-
ciación no va más allá de la manifestación de husius: corresponde al pueblo y, en su nom
un deseo general de vivir juntos, es decir de bre, a los éforos, que deben actuar colegiada
form ar un solo cuerpo político, regulando de mente, un jus resistentiae et exauctorationis
común acuerdo todo lo que se refiere a la contra el monarca o el magistrado republica
seguridad y conservación de los asociados, el no que hubiere violado el contrato. Este dere
pacto de sumisión presenta a través del tiem cho a la resistencia y a la deposición del
po los contenidos más diversos. En las épo gobierno, que ejerza el poder más allá del
cas medieval y moderna, antes del c. clásico, derecho, ha sido luego elaborado sobre todo
tanto en los juram entos de coronación como por el pensamiento político inglés con Millón
en los panfletos antimonárquicos, se estable y con Locke; para este último el pueblo con
cía, junto con la obligación de obediencia por serva un derecho, en contra tanto del princi
parte de los súbditos, toda una serie de debe pe como del poder legislativo, de juzgar si
res que correspondían al rey: después, luego éstos actúan de un modo contrario a la fe
de la elaboración del concepto jurídico de depositada en ellos: no habiendo sobre la tie
soberanía, el pacto servia para establecer rra un juez superior a las partes no queda más
quién debía ejercer este poder legislativo (el que la apelación al cielo, es decir el derecho
rey o una asamblea, o el rey junto con una a la revolución, para cambiar el gobierno o
asamblea) y si este poder legislativo seria legi- para instituir un nuevo legislativo. Kant, en
bus solutus o limitado por el bien común, por cambio, expresa una posición contradictoria;
las leyes fundamentales o por los derechos de por un lado defiende la revolución francesa,
los ciudadanos. Aun los absolutistas más por el otro excluye, con una prohibición
coherentes, como Hobbes, exigen al sobera "incondicional", el derecho de resistencia,
no, que además está fuera del contrato, garan puesto que su defensa de la legalidad entra
tizar la paz y dejan al súbdito el derecho a la en conflicto con su concepto de constitución
vida. Con el iusnaturalism o moderno, perso como idea a priori.
nalizado sobre todo por Locke y por Kant. el Por razones diversas este problema ni
énfasis se traslada hacia la defensa de los siquiera se plantea, ni puede plantearse en el
derechos naturales o innatos o racionales del ámbito de las coherentes construcciones de
hombre, para la tutela de los cuales es ins Hobbes (o Spinoza) y Rousseau; para el pri
taurado, justam ente con el pacto, el gobier mero, en efecto, el soberano, instituido con
no. Esta defensa de los derechos del indivi el fin de mantener la paz, haga lo que haga,
duo —del derecho a la vida en prim er lugar, debe gozar de la impunidad, teniendo sólo él
pero luego los derechos a la libertad y a la —y no los individuos— el derecho de juzgar
propiedad— es desconocida en las épocas pre sobre el bien y sobre el mal para el estado,
362 CONTRACTl ALISMO
y por lo tanto la única sanción posible para to escrito que establezca los respectivos y
el soberano depende de su incapacidad de recíprocos derechos-deberes.
m antener el orden, es decir cuando dism inu En el c. medieval encontramos el cruce de
ye no la legitimidad sino la efectividad de su influencias diversas V dispares. Por un lado
poder. Sin embargo, les queda a los indivi la permanencia de elementos romanistas: la
duos, aunque legítimamente condenados a le.x regia de imperio, con la cual el pueblo
muerte, el derecho de salvar su propia vida. romano habría conferido al príncipe el impe
También para Rousseau la voluntad general rium y la putestas, para algunos representa
es siempre recta y tiende sólo al bien público; una alie natío total, para otros es válida sólo
pero, de otro modo que Hobbes, el castigo de en la medida en que el príncipe se desenvuel
los individuos que violan las leves generales ve en el ámbito de la delegación (por ejemplo
del soberano tiene un significado pedagógi para H. Bracton), para otros todavía es un ver
co en la medida en que los obliga a hacerse dadero pacto bilateral, revocable si el prin
libres, es decir a uniform arse a la voluntad cipe falta a sus obligaciones (por ejemplo,
general. Manegold de Lautenbach habla de pacto y de
Si la estructura del discurso de los contrac- deposición). Por el otro lado tenemos el injer
tualistas utiliza una misma sintaxis, las solu to de elementos germánicos, de poblaciones
ciones políticas a que llegan son profunda que tenian la estructura política bastante pri
mente diversas, y bajo este perfil es posible mitiva, que se desarrollarán después en el feu
indicar tres corrientes bien distinguidas. Por dalismo: la elección del rey o la confirmación
un lado tenemos el filón absolutista (Hobbes. y el reconocimiento de la sucesión se obtie
Spinoza, Pufendorf), un absolutismo que quie ne sólo con recíprocas promesas, que tienen
re diferenciarse netamente del despotismo, en su sanción en el juramento de coronación, por
la medida en que ve en las órdenes del esta el cual el rey se compromete a respetar la ley,
do no la expresión de una voluntad capricho a gobernar con el consejo de los “ancianos”,
sa y arbitraria sino la consecuencia de una a los que corresponde una tarea de vigilan
lógica necesaria en cuanto racional respecto cia. El sistema feudal se presenta luego como
de los fines, la cual actúa en función del bien un complejo sistema de relaciones sinalagmá
de los ciudadanos particulares. En contrapo ticas (o contractuales) entre señor y vasallo,
sición tenemos el filón liberal (Locke, Kant), por lo que si éste tenia derecho en cambio
que apunta a un control y a una limitación estaba obligado a la fidelitas en relación con
del poder del monarca a través de las asam su señor, y la violación del pacto justificaba
bleas representativas, a las cuales se confia la rebelión o la represión. Sobre estos elemen
el poder legislativo. Minoritaria es la corrien tos se asentaba la cultura estoica que rem ar
te democrática, expresada en un nivel teóri caba cómo la relación política era siempre
co sólo profundizado por Rousseau, con una una relación bilateral de recíprocos derechos
solución que para ciertos aspectos está más y deberes, sobre la base de un aforismo de
cerca de la absolutista que de la liberal, en Séneca [De beneficiis) que afirma: "Ad Reges
la medida en que tiende a conformar a lodos enim potestas omnium pertinet, ad singulos
los individuos a la racionalidad de la sobera proprietas.”
na voluntad general.V Todas estas tesis, justam ente por su fina'¡
dad práctica, en una sociedad profundamen
V CONTRACTL'AUSMO Y CONSTÍTlCIONALISMO. El C. te penetrada por el sentido del derecho y
no es solamente una teoría global, conceptual siempre dispuesta a discutir el problema del
mente elaborada, sobre los orígenes de la gobierno, llevan no tanto a una rigurosa ela
sociedad y del poder político, y por lo tanto boración conceptual del c. como teoría de la
sobre la naturaleza racional del estado. En la vida social cuanto a reconocer y m ostrar las
historia medieval y moderna, el contrato es características del tirano (de aquél que ya no
a menudo también un hecho histórico, es es el vicario de Dios sino el instrum ento del
decir que es parte integrante de un proceso diablo) y a legitimar las sanciones que puede
político que lleva al constitucionalismo (v.) y tom ar el pueblo en su contra, las cuales van
en particular a la exigencia de alim entar el de la deposición al tiranicidio. Las tesis de los
poder del gobierno por medio de un documen pensadores del Medievo tardío, como las de
CONTRACTl AL1SMO 3M
Marsilio de Pudua {ca. 1275-1342), Ockham mente es la experiencia de las nuevas ciuda
(1290-1349), Bartola de Sassoferralo (1317- des que son fundadas después de 1636 en las
1357), Nicolás Cusano (1401-1464), retoman regiones que luego tom arán el nombre de
temas de los siglos xi (Manegold de Lauten- Rhode Island y Connecticut; en efecto, vemos
bach) y x ii (Juan de Salishurv) y no están tan surgir en territorios desiertos, fuera de cual
lejos de los que sostendrán los monarquistas quier jurisdicción política, nuevas ciudades
protestantes, como G. Buchanan (1506-1582), pequeñas, que establecen como fundamento
F. Hotmail (1523-1590), el anónimo autor (aun de su existencia un covenant o agreement, sus
que quizá sea Ph. Duplessis-Mornay) de las crito por todos los propietarios libres, con el
Vindictae contra tyrannos (1579), J. Millón fin de constituir un “budy poli tic incorpora-
(1608-1674), o los teólogos de la segunda esco ted" o un “civil body politicke". Con este pac
lástica, como L. de Molina (1535-16C0), R. to se pretende instituir un gobierno democrá
Bellarmino (1542-1621), J. de Mariana (1536- tico y popular y se acepta someterse a la
1623), F. Suárez (1548-1617). Pero toda esta voluntad de la mayoría: quien tenia todo el
literatura, bastante importante para la histo poder era la asamblea de los freemen y los
ria del e., no puede caer dentro de éste en sen pocos magistrados eran elegidos anualmen
tido limitado, por diversos motivos: tanto por te. Con el tiempo, v acorde, por un lado, con
estar apremiada por intereses inmediatamen el aumento de la población, que conduce a ins
te prácticos como porque predomina el ele tau rar un gobierno representativo y, por el
mento religioso, o porque no es la expresión otro, con necesidades de defensa, que obliga
de una tentativa de racionalización integral a las diversas ciudades a federarse entre si,
de la vida política (la ausencia del estado de se extienden documentos bastante más elabo
naturaleza por un lado y por el otro la sólida rados, que tienen sin embargo siempre su ori
presencia de un derecho natural no secular gen en el pacto: las Fundamental Urders de
lo demuestran), o por la ausencia de una con Connecticut (1639), el Frame o f Government
cepción de la vida individualista, que carac de New Haven (1643). En 1643, siempre a tra
teriza a todo el c. clásico, y del utilitarismo, vés de un instrum ento de pacto, nació una
que es su consecuencia directa, excepto en confederación con el nombre de “Colonias
Rousseau y en Kant. unidas de ¿Nueva Inglaterra", a la cual sólo
En la edad moderna el c., como hecho his Rhode Island, por motivos religiosos, no se
tórico. dem uestra su vitalidad, con caracte adhirió. Justamente de esta experiencia —una
rísticas nuevas y originales, tanto en la expe experiencia vivida poi grandes estratos de la
riencia democrática de la Nueva Inglaterra, población, más que determinada por influen
donde el pacto es el instrum ento concreto cias culturales— se deriva la exigencia de sen
para la formación de un real estado de natu tirse gobernados por un documento escrito,
raleza de nuevas sociedades, que deben afron que no proviniese de un poder extraño a la
ta r los duros y dramáticos problemas de la comunidad sino que fuese su expresión, un
frontera y del wildentess (los espacios desier pacto que tendrá su lógica conclusión en los
tos). como en la experiencia aristocrático- artículos de la Confederación primero(1777)
liberal de Inglaterra en busca de una codifi y en la Constitución de los Estados Unidos de
cación del nuevo equilibrio constitucional América luego (1787).
entre la corona y el parlamento. El otro documento escrito, de inspiración
El prim ero de estos documentos —el más contractualista, es el que concluye lag/orious
conocido, pero no el más im portante— es el revolution de 16SS-16S9: el Parlamento Con
pacto suscrito el 11 de noviembre de 1620 vención de 1689 eligió a Guillermo y a María
sobre el Mayflovver, junto a las costas de Cape para el trono de Inglaterra con condiciones
Cod, por cuarenta y dos puritanos separatis bien precisas, repudiando asi la teoría del
tas: por este pacto se originó una nueva comu derecho divino del rey: el famoso Bill of risilits
nidad política, el asentamiento de Plymouth. contiene claras limitaciones al poder real, y
que se autogoberno hasta 1683 sobre la base es un verdadero contrato entre el rey y el pue
de una democracia directa con asambleas blo. representado por el parlamento, aunque
generales en las cuales participaban todos los en el contenido sea bastante peco innovador
colonos. Más importante histórica > politica respecto de la vieja práctica constitucional
Í6 4 CONTRACTUALISMO
tas soluciones se traducen pronto en una ders, 1968) son los dadores de trabajo, indi
intervención mayor o menor del estado en la vidualmente o mediante sus asociaciones (v.
vida social y económica, y reproponen asi asociaciones patronales) y los sindicatos de
nuevos límites constitucionales (v. constitu trabajadores (v. organizaciones sindicales).
cionalismo) en la era de las crisis del estado Presupone el reconocimiento del sindicato
de bienestar (v.). por parle de las industrias: y este reconoci
miento y aceptación serán tanto mayores
biblkxjkafia F. Atger, Essai sur l'histoire des cuanto más intensas (como cantidad) y
doctrines di i contrat social, París, Alean, 1906; amplias (como área de las materias motivo de
N. Bobbio y M. Bovero, Societá e stato nella filo acuerdo y como número de trabajadores com
sofía política moderna, Milán, II Saggiatore, prometidos) serán las actividades negociadas.
1979; J.M. Buchanan, Freedom in constituí innal El recurso principal del que se vale el sin
contrae!, Austin, Texas University Press, 1977; dicato para obligar a las direcciones empre
J.M. Buchanan. The limits of liberty, Chicago, sariales a negociar el precio y las condicio
University of Chicago Press, 1975; M. d'Addio. nes del trabajo (antes que decidirlas unilate
l.’idea del contrallo sacíale dai soffisti alia rifor- ralmente) es su capacidad de organizar la sus
nta e il De principatu di Mario Salontonio, Milán, pensión de la erogación del trabajo (v. huel
Giuffré, 1954; G. del Vecchio, Contrihuti alia sto- ga): frente a ¡a realización, o a la amenaza, de
ria del pensiero giuridico e filosófica (1906), huelga las direcciones aceptarán pactar, a
Milán, Giulfré, 1963; R. Derathé, J.-J. Rousseau cambio de un regreso a la prestación laboral
el la Science politique de san lemps, París, Pres- regular, asociando al sindicato en la regla
ses Universitaires de Frunce, 1950; O. von Gier- mentación de las condiciones de empleo. La
ke. G. Althusius e lo sviluppo delle teorie politi- c. colectiva, por lo tanto, como propuso
che giusnaturalistiche (1880), Turin, Einaudi. recientemente Pizzorno, retomando a Flan-
1943; O. von Gierke, Das deutsche Genossens- ders, se caracteriza como un "proceso norma
chaftsrecht (1881 ss.), Graz Akademische Drück tivo por el cual los sindicatos, junto a la direc
und Verlagsanstalt, 1954; J.W. Gough, The social ción, actúan en forma de gobierno privado"
contrae!, Oxford, Clarcndun Press. 1936; T.H. (Pizzorno. 1977).
Creen, lectores on the principies of political ohli-
galion, Londres, Longmans, 1888; O. Jasad y J.D. M. I.AS CONDICIONES PARA El. DESARROLLO DE LA CON
Lewis, Against the tyrant, Glencoe, Freo Press, TRATACION COLECTIVA. Si hov la actividad de c.
1957; S. Landucci, / /ilosofi e i selvaggi, ¡580-1780, constituye una función central de la acción
Bari, Laterza, 1972; C.B. Macpherson, Libertá e de los sindicatos en los países desarrollados
proprietá alie origini del pensiero borghese (1962), de Occidente, su desarrollo es relativamente
Milán, Isedi, 1973; R. Nozick, Anarchia, stato. uto reciente. Tampoco, por otra parte, constitu
pia (1975), Florencia, Le Monnier, 1981: J. Ravvls, ye la única manera de regular las condicio
Teoría de la justicia (1971), México. Fondo de Cul nes de los trabajadores dependientes. Como
tura Económica. 1979: G. Solari. Individualismo ya observaron los esposos Webb, otros cami
e diritto prívalo, Turin, Giappichclli. 1939; J. nos practicados fueron el de la regulación uni
Tuvsman, Obligarían and the body politic, Nue lateral por parte de las organizaciones de tra
va York, Oxford University Press, 1960. bajadores y la de la regulación legislativa
mediante la acción política.
[ nicola m attelcci ] Chamberlain y Kuhn han documentado
ampliamente la práctica de la regulación uni
lateral en la época de la afirmación de los sin
dicatos de oficios: en este caso la asociación
contratación colectiva de los oficios es la que debe establecer, a tra-
vés de un pacto suscrito por todos los asocia
i d e f in ic ió n . C. colectiva es el proceso por el dos. las condiciones por las que deberá pres
cual en gran parte de los países industriali tarse la actividad laboral, y estas condiciones
zados de Occidente se acuerdan las condicio serán las que se buscara imponer a las empre
nes de empleo de las fuerzas de trabajo. Los sas mediante el rechazo a trabajar por menos.
actores de esta "regulación conjunta" (Flan- Naturalmente esto presupone que ningún tra
Í6f> CONTRATACIÓN COLECTIVA
bajador del oíiciu acepte condiciones inferio 111. LOS DISTINTOS SISTEMAS CONTRACTUALES. Según
res o, para decirlo de otro modo, esto presu las posiciones ocupadas en la división inter
pone un control rígido de la oferta sobre el nacional del trabajo, las características del
mercado de cada oficio. Por eso los sindica mercado interno de trabajo, el grado de diver
tos de oficios han desarrollado sistemas de sificación de la base productora, la época y
sanciones contra quien infringe el pacto, de el tipo de sindicalismo que se ha desarrolla
subsidios para quien se encuentra temporal do en ella, se han ido definiendo en los diver
mente desocupado y sobre todo de control del sos países industriales sistemas contractua
ingreso en el oficio a través del monopolio del les específicos (Pizzorno, 1976).
aprendizaje (Chamberlain y Kuhn, 1965). Lc>que caracteriza a un sistema contractual
Si el camino de la regulación unilateral está son el nivel (o los niveles) en que sobreviene
estrechamente ligado al sindicalismo de ofi la contratación, el marco normativo que regu
cios en situaciones de mercado favorables a la los procedimientos y la amplitud de las
la oferta (y todavía se encuentran rastros de materias que es posible tra ta r en la negocia
ello hoy, sobre todo en las prácticas de las ción, la cantidad de trabajadores a los que se
asociaciones profesionales: Clegg, 1980), el aplican los acuerdos, las prácticas previstas
camino de la regulación mediante la interven para la administración del contrato.
ción legislativa, a continuación de presiones Por lo que respecta a los niveles de la c., los
en un nivel político, constituye por mucho la dos extremos son: por un lado aquel en el que
única posibilidad de establecer normas gene se negocia casi exclusivamente dentro del
rales al control de las condiciones de trabajo nivel nacional centralizado entre los sindica
de los obreros no profesionales, y ello cuan tos nacionales y las asociaciones de los
do se encuentran en condiciones de debilidad em presarios y en el cual tiene escaso peso la
ante el mercado. c. dentro del nivel local (como en la Italia de
A p a rtir de los grandes movimientos de los años cincuenta y por largo tiempo en Fran
reform a social en turno a la mitad del siglo cia), y por el otro aquel en el que sucede en
pasado, y más tarde con la constitución de los un nivel descentralizado mediante el contra
sindicatos de industria que incluso organizan to de empresa (como en Estados Unidos).
a las grandes masas de obreros no califica Muchísimas son pues las soluciones interme
dos, hasta nuestros días, el recurso a la acción dias, en las que a una c. centralizada en algu
política, directa o indirectamente, a través del nas m aterias generales (tal como la determ i
apoyo de los partidos socialistas, se afirma nación de los salarios mínimos y del horario
cada vez que ello parece más ventajoso, o de trabajo) se afianza una c. descentralizada,
menos ruinoso, que la acción económica (Piz- de nivel regional o local o de em presa o aun
zorno, 1976). de departamento.
El desarrollo de la c. colectiva se vuelve En lineas generales se puede decir que
posible cuando el sindicato se convierte en cuanto más centralizada es la c., tanto más
una organización estable, duradera, cuya los sindicatos estarán empeñados en la per
supervivencia no está sujeta a las fluctuacio secución de estrategias generales de coordi
nes del ciclo económico. Esto puede suceder nación y reparto justo de las condiciones del
bien vea gracias a una fuerte expansión de la empleo (sindicatos "de clase"); cuanto más
industria en condiciones de mercado de tra esté la c. en un nivel descentralizado, tanto
bajo cuya oferta es su.tancialm ente favora más el sindicato se m ostrará sensible a las
ble, como sucedió en Estados Unidos a fines condiciones económicas de las empresas indi
del siglo pasado, o bien gracias al apoyo de viduales (como en el llamado business unió-
legislaciones favorables a los sindicatos, nism estadunidense).
como sucede en muchos países durante los Incluso el marco normativo dentro del cual
periodos bélicos, cuando los sindicatos acep se desarrolla el proceso de negociación varía
tan hacerse garantes del buen funcionamiento considerablemente de país a país. Existen
de la producción a cambio del reconoci casos (como el de Alemania federal) en los que
miento. la c. colectiva aparece minuciosamente regu
lada por leyes poi lo que hace a los niveles
en los que es posible negociar las diversas
CONTRATACION COLECTIVA 367
materias, los procedimientos a los que es obli no de los trabajadores, mediante decisiones
gatorio atenerse, las circunstancias en las que de cúpula o bien tomadas en la periferia)
es legítimo o no recurrir a la huelga, asi como constituye un aspecto central de la actividad
los casos en los que se recurre a mediaciones de las dirigencias sindicales y uno de los prin
arbitrales públicas o privadas. cipales indicadores del tipo de estrategia per
En otros países, como en Gran Bretaña seguida por los sindicatos. La decisión de apo
(antes de las leves sobre relaciones industria yar más un objetivo que otro, y un objetivo
les de los años setenta), las normas y los pro determinado en una determinada forma más
cedimientos que regulan la c. están formadas que en otra, dependerá cada vez de la necesi
por la costumbre, libremente adoptada por dad de crear solidaridad entre estratos dis
las partes, que se ha consolidado en la prác tintos de la clase obrera, o bien de acoger las
tica. En Italia, la legislación prevé una eleva demandas de las que son portadores grupos
da libertad de iniciativa de las partes socia específicos, de solicitar consensos y adhesio
les, limitándose a extender erga umnes la vali nes. o también de moderar las demandas para
dez de los contratos colectivos estipulados obtener un mayor reconocimiento por las
por los sindicatos representativos; incluso el contrapartes y para poder entrar con más cré
recurso a la mediación pública en la compo dito en el intercam bio político con el
sición de los conflictos de trabajo, que ha gobierno.
aumentado en el transcurso de los años seten Si se considera la amplitud de la c., se tra
ta, ha permanecido en el plano de la iniciati te del arco de las materias sobre las que pare
va voluntaria y no obligatoria. En general, los ce legítimo intervenir en la negociación, sea
sindicatos italianos han rechazado hasta hoy el número de los trabajadores cuyas condi
una reglamentación, aun contratada con las ciones de empleo queden reguladas median
contrapartes, de la actividad de negociación. te acuerdos colectivos, ésta ha aumentado
En este sentido, el sistema italiano aparece considerablemente en todos los países desa
como uno de los menos institucionalizados. rrollados de Occidente. En la Italia de los
La m ateria central de la c. es el salario, anos setenta se ha pasado de la c. aun minu
directa o indirectamente, a través de la defi ciosa de muchos aspectos de las condiciones
nición del horario, de las cargas de trabajo, de trabajo a la reivindicación de derechos de
de los sistemas de incentivación, del cncua- información y control sobre planes de desa
dramiento categorial, de la profesión. A rrollo de las empresas en los sectores indus
menudo se distingue entre reivindicaciones triales. Pero, además de la industria, el méto
salariales y reivindicaciones de control de las do de negociación se ha extendido a la agri
condiciones de trabajo, o, aun mejor, entre cultura, a los servicios y al sector terciario
reivindicaciones que implican una mejoría público y privado en general: en la práctica
inmediata del salario y las que implican una a toda la economía. Sin embargo, en la reali
mejoría diferida o que implican un aumento dad escapa a la capacidad de control sindi
del poder de intervención de los representan cal la determinación de las condiciones de
tes sindicales (o sea que amplían el área y la empleo de los trabajadores ocupados en la lla
necesidad de la mediación de negociación). mada economía "sumergida", o sector no pro
Una ulterior distinción posible es aquella tegido de la economía.
entre reivindicación cuyos beneficios se apli Esta última observación nos lleva al punto
can de m anera igual para todos los trabaja- final: los contratos, además de negociarse,
dotes a los que se refiere el acuerdo y que deben aplicarse. El grado de desarrollo de téc
reducen los diferenciales salariales (objetivos nicas y procedimientos para la adm inistra
igualitarios) y reivindicaciones cuyos benefi ción del contrato es uno de los rasgos que más
cios tienen en cuenta las diferenciaciones, diferencian los di'tintos sistemas contractua
profesionales o de estatus, existentes entre los les. Es probable que, desde este punto de vis
trabajadores (como los aumentos porcen ta, la eficiencia y la eficacia del sistem a sean
tuales). Iunción de la antigüedad de la consolidación
La especificación de los objetivos contrac sindical. Existen casos (como el estaduniden
tuales a negociar con las contrapartes y el se y el sueco) en el que el sistema de los pro
modo en que sucede (mediante la consulta o cedimientos de reclamación (grievance proce-
368 CONTROL SOCIAL
dure) aparece minuciosamente regulado por les de c. social a las que recurre un determ i
los acuerdos, cuya aplicación constituye una nado sistema para obtener el consenso: el
de las actividades principales de los represen área de los controles externos y la de los con
tantes sindicales. Mucho más informales, troles internos. Con la prim era expresión se
otros sistemas, como el británico, donde por hace referencia a aquellos mecanismos (san
otra parte el sistema de control llevado a cabo ciones, castigos, acciones reactivas) que se
por medio de delegados de departamento tie ponen en marcha en relación con los sujetos
ne una amplia tradición y está muy desarro en el caso de que éstos no se conformen a las
llado de hecho, o como el italiano, en el que normas dominantes. En este nivel nos encon
la débil tradición (hasta fines de los años tramos ante una gama de sanciones muy
sesenta el sindicato no estable presente en los variada y de distinto peso punitivo, entre las
lugares de trabajo: v. representación obrera) cuales cabe mencionar, además del caso
se asocia a un bajísimo grado de formaliza- extremo de la muerte, el de la privación de
ción: la capacidad de controlar la aplicación determinadas recompensas y derechos, for
del contrato será al mismo tiempo sobre todo mas de interdicción y de aislamiento, otras
resultado de las relaciones de fuerza. de reprobación social, de rechazo, de sátira.
En el área de los controles internos encon
BIBLIOGRAFÍA: H. Clegg, SindücalO 6 COMrattazio- tramos aquellos medios con los que la socie
ne colleltiva (1976), Milán, F. Angelí, 1980; C. dad intenta una interiorización en los sujetos
Crouch y A. Pizzomo (comps.), Conflini in Euro —sobre todo durante la socialización prim a
pa, Milán, Etas Libri, 1977; N.W. Chamberlain ria— de normas, valores, metas sociales con
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theory: the classical model reconsiderad, en tanto, como afirma Berger, los que no ame
Industrial relations: contémpurary issues, a car nazan a una persona desde el exterior, sino
go de B. Roberts, Londres, Macmillan, 1968; A. desde el interior de su conciencia: "los con
Pizzorno, Osservazione compárate sulle rappre- troles internos dependen de una socialización
sentante del lavoro nei pacsi capitalistici aván bien lograda; si ésta se lleva a cabo correcta
zate, en Problemi del movimenlo sindacale in Ita mente, entonces el individuo que comete
lia, Milán, Feltrinelli, 1976; A. Pizzorno, Scam- transgresiones a las reglas de la sociedad será
hio político e identitá colleltiva nel conflitto di condenado por su misma conciencia, que en
classe, en C. Crouch y A. Pizzorno (comps.), Con- realidad constituye la interiorización de los
flitti in Europa, Milán, Etas Libri. 1977; A. Rces, controles sociales”.
Función de los sindicatos en la economía (1962), El objetivo del control no es propio sola
Buenos Aires, Marymar, 1968; S. y B. Webb, La mente del sistema social o de los grupos domi
denwcrazia industríale (1902), Turin, UTKT, 1912. nantes en él, sino también de las que en una
determinada sociedad aparecen como desvia
[ ida REGALIA] cionistas. En efecto, las dinámicas y proce
sos que caracterizan a los grupos desviacio-
nistas aparecen regulados por normas espe
cíficas y consolidadas, en relación con las cua
control social les se establecen claros mecanismos de con
trol. Esta es en efecto una de las condiciones
Se entiende por c. social el conjunto de indispensables para que la acción del grupo
medios de intervención, sean positivos o nega desviacionista no sea nulificada en la
tivos. puestos en marcha por toda sociedad sociedad.
o grupo social a fin de conform ar a los pro El concepto de c. social, aunque indirecta
pios miembros a las normas que la caracte mente, está presente en las obras de los clá
rizan, impidiendo y desaconsejando los com sicos de la filosofía política que han tratado
portamientos desviacionistas y reconstruyen los temas del estado, del poder, del fundamen
do las condiciones de conformidad incluso to del derecho de mandar, a partir de la rela
respecto de un cambio del sistema normativo. ción entre la acción individual y la historia
Se pueden establecer dos formas principa de la acción colectiva.
CON! ROI. SOC IAL 369
social, en el que se amplia la esfera de com solidados, con una crisis de representación
petencia y de intervención del estado (ya sea de los grupos de referencia, el problema del
en la dirección de un incremento de la ocu c. social se convierte en un problema de regu
pación en el sector terciario, ya sea en el apo lación de intereses y de presiones de los dis
yo concedido al sector secundario, ya sea tintos grupos, una obra de negociación que,
finalmente en el campo asistencial), se esta a cambio de respuestas a los diversos intere
blece paralelamente, en relación con la fuer ses, reclama consenso social. Estamos en la
te intervención del sector público, una situa época del intercambio político, del mercado
ción delegada y de menor participación social político, de la consolidación del papel de
de los ciudadanos, así como la consolidación mediación entre los intereses de los diversos
de los intereses de los diversos grupos que grupos por parte del estado, y de la afirm a
acentúan cada vez más su carácter de presión. ción de una situación de neocorporativismo,
Si por un lado el mito de la sociedad bene- en la cual resultan más fuertes los grupos que
factora aparece en condiciones de polarizar ocupan las posiciones centrales de la estruc
las aspiraciones de las masas y de determi tura social y productiva.
nar sus necesidades, por el otro lado una rea
lidad de expansión económica y productiva bibliografía A. Ardigó, Crisi di governabiiitá e
garantiza la multiplicidad de los recursos y mondi vilali. Bolonia, Cnppelli, 1980; A.K. Cohén.
hace más concreta la posibilidad de realizar Conirollo sacíale e comportamento decíante
la sociedad bcnefactora. (1966), Bolonia, II Mulino, 1970; G. Gurvitch, El
A pesar de estas condiciones favorables, en control social, en G. Gurvitch y W.Z. Moaré,
algunos contextos sociales, como el italiano Sociología del siglo.xx (1947), vol. i: Los grandes
de los años sesenta, se llega a resultados con problemas de la sociología, Buenos Aires, El Ate
trarios a largo plazo a aquella situación de neo; R.T. La Piere, A theory of social control, la n
control social que se había planeado a corto dres, McGravv-Hill, 1954.
plazo. Nos referimos a la ausencia de una
política de programación y a toda una serie [FRANCO GARELLl]
de intervenciones de tipo asistencia!, produ
cidas por una lógica clientelista, y dirigidas
a extender el campo de la seguridad social sin convención
crear las condiciones económicas y produc
tivas que podrían legitimarlas, a través de las El término c., entendido como asamblea polí
cuales el poder público buscaba el consenso tica, tiene esencialmente dos significados, el
unido a las leyes de mercado. segundo de los cuales es típico del vocabula
En una situación como la actual, de crisis rio político estadunidense; 1] asamblea de
de recursos, resulta imposible para el esta representantes del pueblo reunida para dar
do m antener el mismo tipo y calidad de las vida a un nuevo estado y a sus instituciones,
intervenciones puestas en marcha anterior o bien para sustituir o modificar la forma de
mente para sostener la economía y garanti gobierno existente; 2] asamblea de delegados
zar el estado benefactor. La crisis (económi de partido convocada para designar los can
ca y de legitimación) ha debilitado dicho didatos a un cargo electivo, fijar el programa
modelo de gobernabilidad. La carencia de o preparar la campaña electoral.
recursos públicos, el mayor control de deter Corresponderían al prim er caso las c. revo
minadas fuerzas sociales, la agudización de lucionarias y la1- constitucionales, ejemplifi
los desequilibrios sociales y productivos, la cadas respectivamente por la c. francesa de
mayor dificultad en la competencia interna 1792, a la cual se debe la prim era constitu
cional, hacen implanteable la reproducción ción de la república francesa, y por la c. de
en la actualidad de una política asistencial y Filadelfia de 1787, que elaboró la constitución
clientelista puesta en marcha anteriormente, federal estadunidense. La principal diferen
así como el apoyo a las empresas en un perio cia entre los dos tipos consiste en el hecho de
do de crisis. que la c. constitucional es convocada de una
Al carecer de amplias perspectivas políti manera legalmente válida por el gobierno
cas, con una diversificación de intereses con legitimo, al contrario de la revolucionaria. No
COOPTACION 371
puede decirse sin embargo que sus fines sean culos en el nivel federal, por lo que el candi
cualitativam ente distintos, ya que a menudo dato presidencial representa un símbolo nece
puede resultar arduo, si no artificioso, distin sario de unidad y el acto de su elección es la
guir una de la otra. ocasión para hacer aceptar en el plano nacio
Las c. de partido estadunidenses pueden nal posiciones, programas e intereses locales.
desenvolverse tanto en el nivel local como
estatal o federal; en este último caso, el más [t iz ia so uo nazzi ]
conocido e importante, sirven para nominar
los candidatos de un partido para los cargos
de presidente y vicepresidente de Estados
Unidos. cooptación
El sistema de las c. es creado en oposición
a aquel, propio del periodo colonial tardío y El término c. denota un sistema de integra
de la era revolucionaria, del caucus, juzgado ción de un cuerpo colegiado —directivo o con
antidemocrático porque la nómina de los can sultivo— por el cual uno o más miembros son
didatos se llevaba a cabo en reuniones de lide elegidos bajo designación de los miembros ya
res de partido sin ninguna intervención de la en funciones. En un sentido más amplio, el
base. La c., cuyos miembros eran elegidos por término es usado también para designar la
los órganos locales del partido consultando acogida, por parte de un grupo dirigente en
a los inscritos, fue por lo tanto un instrum en funciones, de ideas, programas, directivas de
to político innovador, que al principio sirvió política propuestos por grupos de oposición,
para la elección de los candidatos al congre con el fin de eliminar o reducir las consecuen
so, hasta que en la era jacksoniana, roto el cias de las agresiones externas.
monopolio de poder de los grandes lideres En el lenguaje democrático el término c. tie
parlamentarios y del caucus congresal de par ne generalmente un significado peyorativo en
tido. del que dependía la nominación del can cuanto que los mecanismos para la elección
didato presidencial, también esta última se de los dirigentes de tipo cooptativo se pres
produjo siguiendo el nuevo método. Surgió tan fácilmente para favorecer el manteni
así, después de 1830, la national convention, miento de la dirigencia en los cargos sin el
usada por los mayores partidos norteam eri consenso, o directamente de un modo contra
canos para la nominación de los candidatos rio a los deseos de la base. En general, los
a la presidencia y a la vicepresidencia. Per ordenamientos internos de las asociaciones
maneciendo casi inmune a las acusaciones voluntarias que prevén la elección desde aba
dirigidas, a fines del siglo pasado, a los otros jo como forma normal de elección de la diri
tipos de c., en el sentido de haberse transfor gencia, vetan o limitan notablemente el recur
mado en instrum ento de máquinas de parti so a formas de c. Usualmente éstas son admi
do antidemocráticas y corruptas —lo que con tidas en un número limitado de casos, no pue
dujo después de 19G0 al nacimiento por ley den superar un cierto porcentaje de los luga
en muchos estados de las “elecciones prim a res a asignar, o son admitidas cuando es
rias directas" entre los inscritos en cada par necesario proceder con urgencia a reintegrar
tido para la nominación de los candidatos—, un organismo dirigente y no hay tiempo para
la national convention ha demostrado ser cum plir con los procedimientos ordinarios.
momento fundamental y típico de la vida poli- A menudo la elección de los dirigentes por c.
tica estadunidense. debe ser sucesivamente ratificada a través del
La importancia de las national conventions recurso a los mecanismos electorales nor
de los partidos norteamericanos consiste males.
antes que nada en ser casi el único momento Junto a las formas explícitas de c. hay for
en que éstos actúan como organismos políti mas indirectas y ocultas. Estas ocurren cuan
cos nacionales. Su estructura, bastante dis do la elección de los nuevos dirigentes se rea
tinta de la centralizada de los partidos euro liza formalmente por el trám ite de los proce
peos, se asemeja en efecto a una confedera dimientos previstos por los reglamentos inter
ción de partidos estatales, con intereses e nos, pero la decisión es en gran parte preor-
ideas a menudo divergentes y con escasos vín denada y se realiza con el consenso y con la
372 CORPORATIVISIMO
ayuda de la dirigencia en Funciones, que uti porativas: todas excepto las democráticas sur
liza en gran medida su prupia posición de gidas con el siglo xix, en cuanto que la revo
poder para influir de un modo decisivo en la lución francesa al destruir los cuadros cor
elección de los nuevos miembros. Estas For porativos ha reducido la sociedad al polvo de
mas de c. son bastante más difíciles de espe los individuos" (Manoilescu, 1934). En efec
cificar, va que los cumplimientos requeridos to, aparte de ciertos precedentes lejanos y
por las normas son formalmente respetados vagos en el mundo clásico, el c. idealiza la
y los acuerdos ocultos son arduos de docu comuna medieval italiana donde la corpora
mentar, y son luego difíciles de erradicar. ción no es solamente una asociación de indi
No es fácil decir cuál es, en la práctica, la viduos que ejercen la misma actividad profe
incidencia de formas de c. y cuáles son los fac sional: ésta monopoliza el arte u oficio, y por
tores que la hacen más probable. Sin em bar lo tanto la producción, vedándola a los extra
go, se puede formular la hipótesis de que la ños, detenta poderes normativos en m ateria
c. está mayormente difundida en organizacio económica (determinación de las normas de
nes caracterizadas por escasa participación comercio y de los precios) y constituye a veces
de la base, por la falta de articulación inter un canal obligatorio de representación
na en grupos que compiten por el acceso a los política.
cargos dirigentes, par el grado de homogenei El sistema corporativo medieval, basado en
dad de la dirigencia en funciones. Desde el la autonomía semisoberana de las categorías
punto de vista de los dirigentes en el poder, (v. sociedad por capas), implica la trasmisión
el recurso a formas de c. permite no sólo debi por vía familiar de la actividad profesional
litar a los eventuales grupos de oposición o y una relación jerárquico-paternalista entre
directamente prevenir su formación sino tam el "m aestro”, o sea el jefe de la empresa, y
bién incorporar en su propio programa direc el aprendiz, o sea el dependiente. Esto presu
tivas e iniciativas llevadas adelante por la pone la inmovilidad tecnológica de la colec
oposición emergente, sustrayéndole asi los tividad medieval y corresponde por tanto a
puntos de fuerza y los motivos de reclamo sociedades de tipo tradicional con niveles pro
entre la base. ductivos estáticos y tendientes a la autosufi
ciencia.
[ciacomo sam ] El desmantelamiento del aparato corpora
tivo se verifica simultáneamente con el inicio
de la revolución industrial. Las Combination
Laws británicas son de 1799. La ley Le Cha-
corporativismo pelier francesa se remonta a 1791. Por un lado
se reconoce en el ordenamiento corporativo,
i. d e fin ic ió n Y prem isa El c. es una doctrina según la tesis de la ciencia económica clási
que propugna la organización de la colectivi ca. un obstáculo para el correcto funciona
dad sobre la base de asociaciones represen miento de la economía de mercado (Adam
tativas de los intereses y de las actividades Smith afirma: "Gente del mismo oficio rara
profesionales (corporaciones). Éste propone, mente se encuentra junta aun por distracción
gracias a la solidaridad orgánica de los inte o por diversión sin que la conversación ter
reses concretos y a las fórmulas de colabo minen una conspiración contra el publico o
ración que de ellos pueden derivar, la remo en alguna maniobra para aum entar los pre
ción o la neutralización de los elementos con cios”). Por el otro, se pretende acabar con
flictivos: la competencia en el plano económi todo interés intermediario entre el interés
co, la lucha de clases en el plano social, la dife particular del individuo y el interés general
renciación ideológica en el plano político. del estado y se considera incompatible el espí
Según los apologetas del c., "en el pasado ritu de corporación con el proceso de moder
de la humanidad han existido muchas socie nización del sistema político. En esencia, la
dades corporativas y muchos teóricos del c.. verdadera incompatibilidad es con la indus
comenzando por Platón. Aristóteles, Santo trialización (v.), que requiere para su realiza
Tomás. Por el contrario, se podría decir que ción la ruptura prelim inar del rígido tejido
todas las sociedades históricas han sido cor corporativo, impermeablcal dinamismo pro
CORPORATIVISIMO 371
para ofrecer oportunos auxilios a las necesi da cámara de los representantes de las "cla
dades y para acercar y unir a las dos clases ses organizadas". Según los sindicalistas cató
entre sí". En prim er lugar, entre tales insti licos de la época la colaboración de clase se
tuciones, León XIII coloca a "las corporacio lleva a cabo manteniendo la naturaleza de cla
nes de artes y oficios” y. después de evocar se de los sindicatos.
las ventajas "evidentes entre nuestros mayo La orientación de la primera posguerra fue
res" de tales corporaciones, agrega: "Vemos igualmente acogida en la segunda posguerra
con placer formarse por doquier tales asocia por el movimiento político y sindical católi
ciones, ya sea de obreros solamente o bien co. Aun el último residuo corporal ¡vista, el
asociaciones mixtas de obreros y patrones.” principio de la representación de los intere
Las indicaciones del texto pontificio fueron ses, esforzadamente sostenido por un vasto
retomadas en diversos convenios organizati sector de la cultura política católica, tuvo un
vos católicos (basta pensar en el congreso de reconocimiento apenas marginal en la Cons
Vicenza realizado en el mismo año) y someti titución de la República Italiana con la crea
das a un ulterior desenvolvimiento doctrina ción del Consejo Nacional de la Economía y
rio por el economista y sociólogo católico Giu- del Trabajo, asamblea, como es sabido, de
seppe Toniolo. De los dos caminos indicados carácter puramente consultivo y actualmen
por el papa León XIII, la asociación de los te bastante opacada a pesar de sus atribucio
obreros solos y la asociación mixta de obre nes en m ateria de iniciativa legislativa.
ros y patrones de la misma categoría, la Trastornado por el abandono de la linca tra-
segunda se presenta al principio como la más dicionalista y restauradora del movimiento
adecuada al ideal solidarista del c., pero la fal político católico, el c. fue mantenido por la
ta de correspondencia del mundo empresarial veta legitimistu conservadora. Se encuentra
y patronal católico por un lado, y por el otro en los programas de los grupos monárquico-
la presión del sindicalismo de clase, determi trudicionalistas como la Action Franca ise y
nan el progresivo abandono por parte de los el carlism o español ("Comunión tradiciona-
organizadores católicos del principio de la lista”) y ha tenido igualmente un principio
unión mixta. La corporación se hace una meta parcial de actuación en algunos sistemas polí
por alcanzar a través de asociaciones de base ticos de inspiración conservadora como en el
separadas de los dadores y de los prestado Portugal de Salazar y en la España de Fran
res de trabajo, es decir a través de organiza co. En este último país, por cuanto no se ha
ciones de clase. De tal modo los católicos adoptado el término "corporación”, ha sido
admiten la existencia de la lucha de clases y aceptado el principio del sindicato mixto que
aceptan el principio de una organización autó comprende a empleadores, dependientes y
noma de las clases obreras, aunque se reafir expertos, mientras que tanto las Cortes como
me la exigencia de la subordinación de los las asambleas locales admiten una cuota fija
intereses de clase al bien común. de representantes categoriales. Es de notar
El arrinconamiento de hecho del modelo que el ordenamiento corporativo ha funcio
corporativo, la opción por el modelo sindical nado en Portugal en la óptica de una política
aunque con reservas de carácter general, es antindustrial, dirigida en lo posible u preser
contemporánea, para los católicos, a la aco var las modalidades económicas y sociales de
gida del modelo democrático-representativo. una sociedad tradicional. Tanto en Portugal
Desde ese momento, el principio del intercla como en España la adopción de una política
sismo, que todavía es una modalidad esencial de industrialización acelerada ha llevado a
y carac te riz ad o s de los movimientos políti una progresiva reducción y destrucción del
cos de inspiración católica, se proyectará más orden corporativo.
en la acción ideológica y política que en la Una curiosa utopia restauradora laica del
acción social y sindical de las fuerzas católi c. medieval es el "diseño de un nuevo orde
cas. La instancia corporativa de una revisión namiento del Estado Libre de Fiume", pro
del sistema representativo sobre la base de puesto el 27 de agosto de 1920 por Gabriele
la representación profesional será corregida: D'Annunzio con la colaboración del sindica
en la prim era posguerra el Partido Popular lista A. De Ambris. La Regencia italiana de
Italiano reivindica la admisión en la segun Carnaro proclama, "ampliamente v por a rri
CORPORATIVISIMO 375
ba de cualquier otro derecho, los derechos de al objetivo general del desarrollo económico,
los productores; anula y reduce la excesiva prevalece sobre las más confusas elaboracio
centralidad de los poderes constituidos; divi nes doctrinarias que, bajo el am paro de Bot-
de las fuerzas y los cargos, de manera tal que tai, serán expuestas por los corporativistas
por el juego armónico de las diversidades se puros, por los partidarios del “c. integral".
vigorice y enriquezca cada vez más la vida La "corporación propietaria”, sostenida por
común” (D'Annunzio, 1943). El carácter efí Ugo Spirito en la convención de Ferrara, más
mero y estetizante del microcorporativismo que incompatible con el orden jurídico pri-
fiumano hace de la experiencia dannunziana vatista conservado por el régimen fascista, es
una sugestión literaria con débil densidad incompatible con el programa de expansión
política. económica que Ruceo, al igual que Spirito,
pero en una óptica más realista, considera
III. ELCORPORATIV1SMODIRIGISTA. El C. "dirigista” objetivo prioritario. En su informe a la Cáma
ha tenido su encamación en el c. "fascista". ra del 18 de noviembre de 1925, el ministro
Algunos teóricos tienden a oscurecer las dife fascista sostiene "un sindicalismo nacional
rencias entre el c. católico y el fascista y a que reclame la existencia entre las categorías
reducirlas a la perspectiva ética del primero y los grupos sociales en Italia de una razón
(supremacía del amor y del bien común sobre de solidaridad que domine las razones de con
los intereses particulares) y a la política del traste, la solidaridad que una a todos los gru
segundo (supremacía del interés nacional) pos, todas las categorías, todas las clases de
(Guglielmi, 1972). En realidad la diferencia es un pueblo pobre pero exuberante de hombres
bastante más profunda y radical. Vallauri y de voluntades, el cual debe cam inar hacia
afirma que el c. fascista "nace como exigen su porvenir como un ejército ordenado para
cia de las clases dirigentes de una sociedad la batalla”. Para Roccoel problema social es
que en el proceso de transformación de un principalmente el problema del acrecenta
estadio agrícola a un estadio de mayor dimen miento de la riqueza y de la producción nacio
sión industrial tienen necesidad de controlar nal y no ya el problema de la distribución de
el mudo de evolución y de reunir en el fascio la producción.
las energías del país para alcanzar resultados La fórmula de Ruceo es recibida por el pro
más eficaces con menor gasto de medios y pio Mussolini que, en noviembre de 1933, pre
para competir con los más potentes organis senta al Consejo Nacional de las Corporacio
mos productivos extranjeros”. Vallauri obser nes un orden del dia en el cual las corpora
va todavía que "el c. fascista representa una ciones son definidas como “el instrumento
tentativa —autoritaria— de respuesta el des que, al amparo del estadu, ejerce la discipli
gaste del mundo liberal que permite poner en na integral, orgánica y unitaria de las fuer
acción instrum entos más modernos de ade zas productivas, en vista del desarrollo de la
cuación a las necesidades del sistem a” riqueza, del poder político y del bienestar del
(Vallauri, 1971). pueblo italiano”. En la misma ocasión Mus
El c. "tradicional" es esencialmente plura solini identifica en el c. una fórmula de eco
lista, tiende a una difusión del poder; mien nomía guiada o dirigida: "El c. —agrega
tras que el c. "fascista” es monístico (no por Mussolini— es la economía disciplinada, y
casualidad se liga filosóficamente al idealis por lo tanto también controlada, porque no
mo), es una tentativa por rcconducir a una se puede pensar en una disciplina que no ten
unidad, a la unidad dinámica que es la ambi ga un control. El c. supera al socialismo y
ción del sistema (v. fascismo), al orden pro supera al liberalismo, crea una nueva sínte
ductivo. En el c. "tradicional" las corporacio sis.” Comenta Pellizzi: "Se tuvo por lo tanto
nes se contraponen al estado; en el c. fascis una economía, en su mayor parte ‘dirigida’,
ta las corporaciones le están subordinadas, un orden social en el cual el fin colectivo, cada
son órganos del estadu. vez que pareció contrastar con intereses y
El c. fascista se deriva de la concepción razones particulares y privadas, predomina
nacionalista elaborada por Alfredo Ruceo. Tal ba” (Pellizzi. 1948).
concepción, que subordina el bienestar de las La rígida subordinación de las corporacio
categorías y los propios intereses concretos nes al estado es proclamada constantemente
376 CORPORATIVISIMO
por los exponentcs fascistas. Farinucci afir nociendo a cada individuo un valor y una fun
ma que “el c. no puede prevalecer sobre las ción de carácter público". El fin último del
que son las funciones del estado". Bottai, el c. integral es superar al dualismo entre polí
ministro de las corporaciones, explica a su tica y economía, asegurar la prim acía de las
vez: "El estado crea la corporación, llama a jerarquías técnicas, racionalizar el mundo
aquellos que allí trabajan y producen en un económico de manera que sea posible "la eco
determinado ramo de la producción, los hace nomía programática con la cual solamente es
discutir, los organiza, los disciplina y los posible superar el caos del liberalismo tradi
orienta." cional” (Spirito, 1970).
El c. es contrapuesto al sindicalismo como De hecho el c. fascista aceptó sólo parcial
fórmula unitaria y coagulante. “El sindicalis mente tales nexos doctrinarios en su propia
mo —afirma Mussolini el 21 de abril de práctica realizando continuos compromisos
1930— no puede ser un fin en sí mismo: o se que, de la misma manera que permiten la con
agota en el socialismo político o en la corpo vivencia entre los exaltadores del "ruralismo”
ración fascista. Es sólo en la corporación don y los de la industrialización a ultranza, ali
de se realiza la unidad económica en sus mentan hasta fines del veintenio la polémica
diversos aspectos: capital, trabajo, técnica; es entre los exaltadores del c. integral y los de
sólo a través de la colaboración, es decir a tra un sindicalismo populista, antiburgués v al
vés de la colaboración de todas las fuerzas menos embrionariamente clasista.
contingentes a un solo fin, que la vitalidad del En concreto, las organizaciones de los tra
sindicalismo está asegurada." bajadores son mantenidas distintas de las de
La conciliación entre c. e industrialización los empleadores y dotadas de una aparente
es desarrollada ampliamente por ligo Spiri- autonomía. El ordenamiento, sin embargo, es
to, quien, en polémica con Arrigo Serpieri, estrechamente jerárquico y unitario, y el sin
partidario de una dirección “ ruralista” dicato está subordinado a la corporación, y
antiurbana y antindustrial, sostiene la fórmu ésta al estado.
la de la industrialización a ultranza. Para Spi- Las distintas etapas de la reglamentación
rito el verdadero obstáculo para el desarro de las corporaciones durante el veintenio con
llo industrial en Italia está dado por la frag firman la evolución del c. fascista en sentido
mentación de las estructuras empresariales, dirigista y totalitario. Por la ley del 3 de abril
por un "hábito individualista y anárquico que de 1926 la corporación es un simple órgano
privilegia a la em presa familiar y semifami- de unión entre los sindicatos de los emplea
liar respecto de la gran empresa moderna". dores y los de los trabajadores. Con la ley del
"El c., en consecuencia, es la fórmula idónea 5 de febrero de 1934 las corporaciones devie
para asegurar la unificación y la organización nen una emanación del estado, son institui
de las fuerzas productivas, un grandioso expe das por decreto del jefe del gobierno, son pre
rimento de unificación industrial y comer sididas por un ministro o por un subsecreta
cial.” rio de estado o bien por el secretario del ¡‘XF.
En su aspecto propiamente teórico el c. Los miembros del consejo de cada corpora
“ integral" de Spirito representa la exaspera ción son designados por cada una de las aso
ción del principio monístico, y en sustancia ciaciones coligadas pero las designaciones
configura un estado burocrático-tutalitario. deben ser aprobadas por el jefe de gobierno.
Rechaza los residuos sindicalistas, es decir A las corporaciones así configuradas se les
clasistas, sobrevivientes en el sistema corpo confia una función normativa en m ateria de
rativo fascista; pero junto al sindicato de clase reglamentación colectiva de las relaciones
rechaza la propiedad individual y propone la económicas y de disciplina unitaria de la pro
institución de la corporación "propietaria". ducción (leyes corporativas). Las normas así
Para Ugo Spirito el c. es "un comunismo emanadas están sujetas por otro lado al con
jerárquico que niega al estado nivelador y al censo preventivo del jefe del gobierno y a la
individuo anárquico, que niega la gestión aprobación del consejo nacional de las cor
burocrática burocratizandu toda la nación, o poraciones. Se le atribuye además funciones
sea haciendo de cada ciudadano un funciona consultivas en materia de controversias colec
rio. a la par que niega la gestión privada reco tivas de trabajo. Con la sustitución de la
CORRUPCIÓN POLITICA 377
que llame a su hijo para un puesto de respon de las decisiones. Algunas actividades de los
sabilidad no comete un acto de nepotismo, grupos de presión en su tentativa de influir
aunque ese hijo no posea los requisitos nece en diputados, miembros de comisiones par
sarios, acto de nepotismo que es cometido en lamentarias y expertos pertenecen a la cate
cambio por el director de una empresa goría de la c. Recurren en general a la c. de
pública. este tipo los grupos que no gozan de una ade
La c. es entendida como una transacción o cuada representación y que no tienen sufi
un intercambio entre quien corrompe y quien ciente acceso a los decisión makers. La c. pue
se deja corromper. Normalmente se trata de de ser considerada también como una tenta
la promesa de una recompensa a cambio de tiva de obtener acceso privilegiado. El segun
un comportamiento que favorezca los intere do nivel en que se puede recurrir a la c. es
ses del corruptor; raramente se amenaza con cuando las normas son aplicadas por la admi
castigos en caso de comportamiento que per nistración pública y por sus entidades. El
judique los intereses del corruptor. Este inter objetivo en este caso es el de obtener una
cambio negativo es mejor definido como coer exención o una aplicación de cualquier mane
ción. La c. es justam ente una alternativa a la ra favorable. Esta intervención tendrá mayor
coerción, alternativa que se produce cuando posibilidad de éxito cuanto más se formulen
las dos partes son lo bastante poderosas como las normas de una manera elástica y vaga. Por
para hacer la coerción muy costosa o incapa fin, la c. puede ser ejercida en el momento en
ces de recurrir a ella. que se hacen valer las normas contra los
La c. es un modo particular de ejercer transgresores. En este caso la c. tiene por
influencia: influencia ilícita, ilegal e ilegítima. objetivo evadir las sanciones previstas por la
Ésta se encuadra en referencia al funciona ley. Objetos de la c. en los tres niveles son los
miento de un sistema y, en particular, a su parlamentarios, el gobierno y la burocracia,
mudo de tom ar las decisiones. La prim era y la m agistratura.
consideración se refiere al ámbito de institu En una sociedad fragm entaria y heterogé
cionalización de ciertas prácticas: cuanto más nea, en la cual existen discriminaciones frente
grande es el ámbito de institucionalización a algunos grupos, es probable que los grupos
tanto mayores serán las posibilidades de com discriminados tiendan a actuar de manera
portamiento corrupto. Por lo tanto, la amplia subterránea para no sufrir las discriminacio
ción del sector público respecto del privado nes de que son objeto a través de una mani
provoca un aumento en las posibilidades de fiesta actividad de presión. El fenómeno de
comportamiento corrupto. Pero no es sola la c. es, por tanto, producido por la existen
mente la amplitud del sector público sino el cia de un imperfecto sistema de representa
ritmo con que se expande lo que influye en ción y por un discriminatorio acceso al poder
las posibilidades de c. En ambientes estable decisional. La última variable la da el grado
mente institucionalizados los comportamien de seguridad de que goza la élite en el poder.
tos corruptos tienden a ser, al mismo tiem Cuanto más segura esté la élite de conservar
po, menos y más visibles que en ambientes o reconquistar el poder con medios legales o
de institucionalización parcial o flucluante. de ser castigada si usa los ilegales, tanto
La c., por fin. no está ligada solamente al gra menor será la c. Cuanto más amenazada se
do de institucionalización, a la amplitud del siente la élite tanto más recurrirá a medios
sector público y al ritmo del cambio social ilegales para m antener el poder y a la
sino que también es considerada en relación corrupción.
con la cultura de las élites y de las masas. Son notables los efectos de la c. sobre el
Depende también de la percepción que élites funcionamiento de un sistema político. Si la
y masas tienen del comportamiento corrup c. está difundida y al menos parcialmente
to. la cual tiende a variar en el tiempo y en aceptada tanto a los ojos de las masas como
el espacio. en las relaciones entre las élites, sus conse
Si la c. es una manera de influir en las deci cuencias pueden no ser completamente dis
siones públicas, aquellos que la usan busca funcionales. Sin embargo, si la c. sirve a la
rán intervenir en tres niveles. Harán uso de élite sólo para mantener el poder y si además
la c. antes que nada en la fase de elaboración los corruptores son elementos externos al sis
COSMOPOLITISMO 379
tema político nacional, como en el caso del se contrapone tan claramente a las realida
colonialismo y del neocolonialismo, es proba des políticas precedentemente especificadas
ble que su empleo en gran escala cree por un (patria, nación, estado). El segundo término,
lado tensiones en el seno de la élite y, por el internacionalismo, indica, en sentido más
otro, reacciones entre las masas, reacciones general, sobre todo la necesidad de una uni
activas tales como demostraciones o pasivas dad jurídica supranacional, aunque en una de
tales como apatía y enajenación. En general, las últimas y más significativas acepciones
por lo tanto, la c. es un factor de disgregación históricas (el internacionalismo socialista)
del sistema. En un sistema jurídico altamen expresa una abierta polémica con las organi
te formalista y burocratizado la c. puede, sin zaciones políticas nacionales, como lo puede
embargo, servir para mejorar el funciona documentar la clásica afirmación del Mani
miento del sistema y para hacerlo más expe fiesto del partido comunista de que el prole
dito desbloqueando algunas situaciones. tariado no tiene patria. Pero solamente de una
Momentáneamente funcional, sobre todo reconstrucción más amplia de las doctrinas
cuando los obstáculos de orden formalista- implícitas en el término puede emerger un
jurídico impiden el desarrollo económico, la significado más concreto que la definición de
c, es sólo un paliativo, y aun en este sector la que partimos que permita entender más
su influencia a largo plazo es negativa, aca precisamente lo que es común y lo que es
bando con el favorecimiento de algunas zonas específico respecto de los términos con los
respecto de otras. En conclusión, la c., tanto que el c. ha sido relacionado.
si nace en un sistema en expansión y no ins
titucionalizado como si actúa en un sistema II COSMOPOLITISMO Y TENDENCIAS UNIVERSALISTAS
estable e institucionalizado, es un modo de DESDE LOS SOFISTAS HASTA LACRISIS DE LA SOCIEDAD
influir en las decisiones públicas que golpea griega. No por casualidad las prim eras hue
al corazón del propio sistema. En efecto, este llas de una doctrina cosmopolita están en Gre
tipo privilegiado de influencia, reservado a cia, contemporáneamente a las prim eras
aquellos que poseen los medios —a menudo señales de una crisis irreversible de la demo
únicamente financieros— para ejercerla, con cracia de las ciudades. Los antecedentes pue
duce al desgaste del recurso más im portante den ser hallados en la exigencia de una ley
del sistema, es decir de su legitimidad. universal, presente en Anaximandro, en la
razón universal de Heráclito, la realidad que
[gianfranco pasquino] se contrapone a los distintos modos del deve
nir. en la ley cósmica de Pitágoras, en la fila-
llelia de Demócrito. que hace posible la vida
en común de los hombres, en la tentativa de
cosmopolitismoI. los sofistas de afrontar en términos nuevos
la relación entre la normativa de las costum
I. COSMOPOLITISMO. UNIVERSALISMO. INTERNACIONALIS bres y de las leyes y la justicia.
MO Como lo indican los étimos griegos, cos Es en efecto en el ámbito de la filosofía cíni
mos y polis, c. (ingl. cosmopolitismo franc. cos- ca que Diógenes se definía a si mismo como
mopolitisme; alem. Kosmopolitismus) es la ciudadano del mundo (Diógenes Laercio, vi,
doctrina que niega las divisiones territoria 63). La referencia de estas doctrinas al recha
les y políticas (patria, nación, estado) afirman zo de la polis y a la nueva afirmación de un
do el derecho del hombre, y en particular del poder universal adquiere mayor evidencia
intelectual, a definirse ciudadano del mundo. cuando se toma en cuenta que algunas
En este sentido puede ser significativo distin corrientes cinicas (Onesicrito) vieron en Ale
guir el c. de los dos términos que aparecen jandro el nuevo Hércules, el soberano que
más cercanos: universalismo e internaciona daba cuerpo a sus ideales politicos. El c. se
lismo. El prim er término, indicando genéri hacia uno de los puntos principales de la doc
camente toda doctrina ant¡particularista y trina histórica, fundada por Zenón de Citium
antindividualista, en la medida en que rem ar alrededor del 300 a. C. Rechazando no sólo
ca lo« elementos sobre todo morales y espi los elementos municipalistas típicos de la his
rituales que los hombres tienen en común, no toria griega sino también la distinción más
380 COSMOPOLITISMO
seca que la historia posterior habría de des- derecho natural. En verdad, este discurso
cubir clamorosamente, dando razón a Persio habría de tener un im portante significado
(el estoico que había rechazado el compromi más tarde, con la continuación del derecho
so). La clementia, en efecto, único modo para romano ligada a la escuela de Bolonia.
conciliar paz, libertad y felicidad públicas,
era el sentimiento de amor que habría debi IV, RES PVBI.ICACHRtSTIANA Y EDADV.ED1A. Luego de
do de ligar al principe con sus propios súb la fractura del imperio, la desapuración del
ditos. indistintamente, en cuanto hombres. de Occidente, las invasiones bárbaras, el
Pero la clementia revelaba la intrínseca debi terreno de una comunidad supranacional se
lidad del compromiso de Séneca por hacer inspiró más que nada en los ideales religio
predominar sus propios ideales filantrópicos sos, en el universalismo de una res publica
y cosmopolitas. En realidad no había otro vín christiana, en la cual los hombres eran igua
culo en el princeps, lenibus solutas, que el les en tanto hijos de Dios. Pero pura el cris
puramente moral y filosófico de convencer tianismo triunfante y ya entonces capaz de
lo a los ideales de la justicia y de la pública investir con su f uerza organizativa y hegemó
felicidad. El uso del poder por parte de Nerón nica a toda la sociedad, constituyendo progre
habría demostrudo inmediatamente la pro sivamente un notable elemento de unifica
funda fragilidad de la tentativa. Ésta no fue ción. es mejor hablar de universalismo, más
la última en sentido general en cuanto la era que de c. Desde su inicio, en efecto, el cris
de los Antoninos pareció realizar cada vez tianismo naciente había debido elegir entre
mas, y sobre todo con Marco Aurelio, la anti limitarse a ser una herejía del mundo hebreo,
gua aspiración platónica del sumo poder con o dirigirse al mundo entero, superando los
fiado a un filósofo. Este último en particular limites "nacionales" del pueblo de Israel. El
midió la dificultad de traducir el discurso conflicto entre Pedro y el fariseo helenizante
estoico en un programa político para una Pablo, concluido con la victoria de este últi
efectiva renovación para el imperio. Ya enton mo. había significado desde el inicio la elec
ces los ideales cosmopolitas eran sobre todo ción universalista. En ésta se inspiraron las
el reflejo de un rechazo cada vez más marca distintas relaciones con la política que el cris
do de los intelectuales a estar sujetos al impe tianismo llevó adelante, pasando desde la
rio. El último eco im portante de las aspira indiferencia o total contraposición al recono
ciones cosmopolitas de origen estoico fue lle cimiento de los dos poderes, hasta los idea
vado adelante por los juristas que prepara les teocráticos que afloraron cada vez más en
ron la Constitutio antonina del año 212, la la secular lucha entre el papado y el imperio.
cual liquidaba definitivamente la separación En este conflicto ambos contendientes afir
entre los ciudadanos rumanos y los otros y maban la dimensión universal de sus propios
afirm aba la igualdad de todos los hombres poderes, reconociendo, aunque en una dimen
frente a la ley. Sobre todo Papiniano, prefec sión subalterna, al propio antagonista. Se
to del pretorio desde el 203 hasta el 212, al habia oscurecido en cambio la conciencia del
establecer la ciudadanía igual para todos en derecho individual a hacer una elección. La
el imperio, había apuntado a la oicuméne pre sociedad feudal misma, con sus complejos
dicada por los estoicos. Pero su propia muer vínculos de dependencia de los individuos,
te, decretada por Caracalla, indica la insufi contribuía a hacer ya lejanos y cada vez más
ciencia de esta última gran tentativa de iden nebulosos los ideales cosmopolitas que
tificar el imperio romano con la cosmópolis podían alcanzar en la antigüedad.
estoica. Xo por casualidad Papiniano se hará
el héroe intelectual de una de las más signi V EL NUEVO UNIVERSALISMO LAICO DE LOS HUMANIS
ficativas tragedias de G. V. Gravina, el mayor TAS Estos ideales volvieron a florecer signi
"rom anista" de la prim era mitad del siglo ficativamente con el humanismo y el redes-
xvui. Asi, era posible para el derecho ruma cubrimiento del mundo antiguo. Xo es casua
no, sobre todo después de la compleja codifi lidad que el humanismo europeo preceda y
cación de Justiniano (Corpus juris civilis). pre de alguna m anera determine la fractura de
sentarse como la realidad jurídica mas cer la res publica christiana. Junto a las grandes
cana —en la historia humana— al propio interpretaciones mediexales de Aristóteles y
382 COSMOPOLITISMO
de Platón emerge un conocimiento de la cul da un siglo antes que en todos los otros paí
tura clásica desde entonces dirigido y ligado ses de Europa, esto fue mérito no tanto de los
al estudio del griego y a la polémica contra predicadores calvinistas, participes de la
las mediaciones patrísticas, árabes y escolás creencia popular que movía a las persecucio
ticas. En este contexto, mientras que los idea nes, como de los magistrados, que habían
les universalistas propios de la Edad Media, heredado el espíritu erasmiano.
papado e imperio, se dirigían irremediable Los ideales universalistas y aquéllos más
mente hacia una crisis, mientras que la pro precisamente cosmopolitas no estaban ame
pia oicuméne cristiana se estaba preparando nazados solamente por la gran separación en
para afrontar la más grande fractura por que distintas confesiones y por la rigidez dogmá
hubiera atravesado jamás, el estudio del pasa tica de cada una de éstas, que provocaron a
do saca a luz las doctrinas y los ideales estoi su vez los prim eros m ártires de la tolerancia
cos y epicúreos. Individualismo y universa y del universalismo cristiano. También el p ro
lismo pueden tener desde entonces una jus ceso de reforzamiento de los estados tendía
tificación distinta de la ofrecida tradicional fatalmente a subordinar a los intelectuales,
mente por el cristianismo. Se descubría direc limitando cada vez más la relación con el
tamente, en la lectura de los textos, la filia de poder a un servicio, que el estado de la Con
Aristóteles. El propio iusnaturalismo era libe trarreform a tendía a hacer cada vez más rígi
rado de las reiteraciones escolásticas y recon do y burocrático. En este sentido el retorno
ducido a sus elementos más puros y esen de elementos estoicos y escépticos está casi
ciales. siempre ligado a la polémica contra las cor
En esta investigación del pasado por el pre tes, contra los propios estados de los que
sente se redescubrían lentamente los ideales éstas son expresión, que tienden a establecer
cosmopolitas, que justificaban, frente al doble férreas relaciones de sujeción aun en el cam
proceso de reforzamiento de los estados abso po de la cultura. En esta linea de compleja
lutos y de cierre de las fronteras religiosas, mezcla de individualismo y de nostalgia de
las tentativas de resistencia de los intelectua momentos comunitarios se coloca el aristo
les humanistas. Un típico representante de crático escepticismo de Montaigne y Charron,
esta experiencia es Erasmo, que vive profun que se encuentra en los orígenes del liberti-
damente el proyecto de recomponer la frac nismo francés.
tura que se estaba haciendo cada vez más gra
ve, transformando y renovando, con los idea VI. LLCOSMOPOLITISMO MODERNOÍPOSTEL. UPSIO, ORO-
les de la tolerancia y de la caridad, la res cioi El c. moderno tiene naturalm ente diver
publica chrisliana, que él habría querido uni sas matrices, algunas cercanas, otras más
da. La tentativa de mediación no tuvo éxito, lejanas. Una de éstas es justam ente la heren
por el contrario suscitó polémicas y adversio cia erasmiana, llevada adelante por aquellos
nes tanto en el campo católico como en el pro que, rechazando las guerras religiosas, trata
testante, pero su cristianismo "razonable" fue ban de construir un ideal político-religioso de
el punto de partida de una política de la tole tipo racionalista. Otra es la veta iusnaturalis-
rancia. Su afirmación: “Cristo vive en todas ta, desde Grocio hasta Pufendorf. Otra más
partes; bajo cualquier vestido se sirve a la reli es, como ya se ha dicho, el libertinismo. Todos
gión, con tal que no falten los buenos senti estos componentes tienen una precisa refe
m ientos”, abría un discurso que tendrá rencia en su propio tiempo y también ascen
amplios desarrollos en la segunda parte del dencias más antiguas, que profundizan en el
siglo xvt, en el xvn y sobre todo en el xvui. redescubrimiento y en el uso del pasado que
Justam ente Huizinga, en su rápido y sugesti el humanismo habia enseñado. No por casua
vo perfil de Erasmo (tal vez el prim er héroe lidad una de las prim eras definiciones cons
de aquella benigna res publica de los intelec cientes de c. pertenece a un importante expo
tuales cosmopolitas que él habría de contra nente del irenismo y nicodemismo tardío del
poner el nazismo), notaba que si los magis siglo xvi. Fue, en efecto, Guillaumc Postcl
trados holandeses fueron los menos duros y quien se definió cusmopulite, ofreciendo al
crueles de Europa al condenar a las brujas, delfín de Francia sus observaciones De la
tanto que estos horrores cesaron en Holan répuhlique des tures... 1560. En esta obra
COSMOPOLITISMO 383
Postel vinculaba conscientemente el término francés (tres ediciones entre 1669 y 1691). La
a la voluntad de realizar la paz universal y la remisión a Sendivogius y al hermetismo
unidad de todos los cristianos bajo la guia de podría parecer extrínseco y solamente pinto
Francia. No por casualidad el propio térm i resco. En realidad no sólo indica la fortuna
no conoce en Francia, después de este prim er del término, que por este camino alcanzaba
esfuerzo para emerger al uso común, un lar los umbrales del siglo xviii, sino que especi
go periodo de silencio. Son los años de las gue fica también algunas características que per
rras religiosas, en que la perspectiva irénica manecían ligadas a él y que se harán esencia
fue derrotada o por lo menos sobrevivió en les con la ilustración: la idea de la luz-verdad,
las limitadas líneas programáticas de los poli- contrapuesta a las tinieblas del error, la inter
tiques. Internacionalismo y c., ligados a la nacional de los philosophes, que son ya aque
herencia de Erasmo, al reflotamiento del llos que saben distinguir la verdad del error.
humanismo, a la larga lucha contra España, En un mundo en el que la separación de las
y posteriormente contra la hegemonía econó confesiones era todavía significativa y la afir
mica inglesa y francesa, se representaban en mación del poder de los estados absolutos no
Holanda en la áge d ’or de la república báta- se veía contradicha por las estrategias del
va. La figura más significativa es por cierto poder “ ilustrado”, los ideales cosmopolitas
la de Huig van Groot, latinizado como Gro- sobrevivían en los juristas holandeses y ale
tius, el gran teólogo, jurista e historiador manes, en los escépticos y "libertinos” fran
holandés. Las elecciones políticas y cultura ceses, en las grandes corrientes místico-
les fueron extremadamente coherentes. lus- herméticas que estaban al margen de la cul
naturalista y teórico del derecho internacio tura oficial, abriendo cada tanto algún cami
nal, había sostenido los intereses de Holan no, que llegará hasta la ilustración. Es por lo
da (y de la libertad internacional) a propósi tanto una aspiración bastante confusa de
to de los mares y del comercio contra el pun resistencia a los conflictos religiosos y a las
to de vista inglés sobre el niare clausum brutales afirmaciones políticas del absolutis
llevado adelante por John Selden. También mo. Los intelectuales "libertinos” descubrían
sobre el plano religioso había propugnado los en la Antigüedad los materiales a usar para
ideales de un cristianism o razonable en que resistir a procesos que tendían a subordinar
se ajustaban irenismo y socinianismo (De ven los, organizando minuciosamente, como la
íate religionis christianae). Por esto fue per Francia de Colbert y de Luis XIV, también la
seguido por la ortodoxia calvinista y debió política cultural.
refugiarse en París. El iusnaturalismo de Gro Otra forma de c. a considerar en el mismo
d o tenía como referencias la herencia huma lapso es la función internacional de los cua
nista (de Erasmo a Escalígero, a Casaubon), dros políticos e intelectuales italianos. Ya
la lección estoica y universalista de Justo Lip- Gramsci destacó el c. práctico de esta emigra
sio (De constantia), el racionalismo religioso ción de intelectuales italianos, que suminis
de Arminio. Además, profundizando el discur tró por más siglos a Europa el personal polí
so abierto con De w rita te, en el De jure fun tico especializado. Esta función estaba clara
daba sobre el cortsensus gentium los cuatro mente vinculada con la presencia en Italia del
dogmas racionales de su religión del género papado y con el carácter internacional de
humano: existencia de un solo dios, y su espi gran parte de la cultura “romana" que domi
ritualidad. providencialidad y omnipotencia. naba en la península. No por casualidad este
Entre el fin del siglo xvi y los inicios del c. de funciones tendía a entrar en crisis hacia
xvii el término cosmopolita es usado en el la segunda mitad del siglo xvti en la medida
ámbito de las doctrinas alquimistas. Así por en que emergían los procesos de formación
ejemplo se definía Alexander Sethon, o Sidon, de imponentes burocracias nacionales, celo
un escocés que afirmaba fabricar oro y que sas de los extranjeros.
fue encarcelado por Cristiano II, elector de
Sajonin, que quería arrancarle este secreto. VII F.\ LOSORIGENES DEL COSMOPOLITISMO DEL SIGLO
A su muerte, Miguel Sendivogius, un noble XVIII TOLERANCIA. UNIVERSALISMORELIGIOSO CRISTIA
polaco que lo había liberado y se había hecho NISMO razonable. En los oríg en es del c. del
su discípulo, publicó sus obras, traducidas en xvm se congregan tod as las lin eas q u e hasta
384 COSMOPOLITISMO
ahora se han señalado, componiendo un equi de una paz perpetua. El abad Irénée Castel
librio complejo. En los procesos de resisten de Saint-Pierre escribió en efecto la primera
cia a los estados absolutos, a las guerras reli redacción de su proyecto para una paz per
giosas, a las fronteras ideológicas y religio petua en 1712, mientras se estaba concluyen
sas, los intelectuales europeos habian cons do la guerra de sucesión española. La segun
truido un ideal como punto común al cual da redacción fue contemporánea de la paz de
referirse: la república de las letras. Era en Utrccht. Esta obra compleja recorrió el siglo
cierto modo la ciudad de Dios que se trans xvm, señalada por Mably y retomada por
formaba en la de los hombres. En polémica Rousseau en el Exlrait du prujet de paix per-
con las instituciones que estaban obligados pé fuelle de M. l'abhé de Saint-Pierre. Para
a aceptar, partiendo de una base iusnatura- mantener la paz se pronosticaba una unión
lista, se reconocían iguales, todos hijos de una europea de 24 naciones, criticando la teoría
misma naturaleza, de una moral común y de del equilibrio y sosteniendo que esta unión
una religión natural. Aun el relativismo y el habría debido favorecer el nacimiento de
pirronismo histórico, que además tendían a estructuras similares también en Asia. En la
corroer la institución iusnaturalista, contri continuación de Mably y sobre todo de Rous
buían a hacer aceptar las diferencias de cos seau, este discurso estaba destinado a pene
tumbres, en modo tal que no se pudiera jus tra r profundamente en la ilustración más
tificar fácilmente la superioridad de una civi madura.
lización respecto de las otras. Se organizaba
por el contrario el mito del buen salvaje, que vm ilustración y cosmopolitismo ¿Cuáles son
es uno de los componentes esenciales de la las relaciones entre las prim eras afirmacio
“crisis de la conciencia” europea, de la cual nes de la ilustración y el c.? Es difícil definir
nacerá la cultura cosmopolita de la ilus en términos puramente doc trinarios un com
tración. portamiento del hombre que estaba más que
Las guerras religiosas y aquéllas por la nada presente y difuso como referencia, como
hegemonía en Europa lueron otro elemento clima de opiniones, como sentimiento, como
que contribuyó a la difusión de ideales paci realidad mental constituida más por una pila
fistas, a través de ios cuales se organizaba len de apuntes que por un discurso fácilmente
tamente el discurso del c. del siglo xvm. Tole espccificablc. Si los eruditos racionalistas del
rancia, universalismo religioso, cristianismo siglo xvu habian creado una república de las
razonable, derecho internacional, fueron las letras, a la que los grandes periodistas como
bases puestas hacia el fin del siglo xvu para Baylc y Leclerc habian dado una voz y un
la república de las letras. En ella participa poder reales, los nuevos philusophes (muy dis
ron hombres como Loche, Leibniz, J. F. tintos de los alquimistas a los que se había
Turreltini, W. Wake, J. Barbeyrac, P. Baylc, referido Sendivogius) sentían profundamen
J. Leclerc. Aunque la tentativa de construir te la solidaridad internacional de los intelec
una única experiencia religiosa, el cristianis tuales empeñados en la política de las refor
mo universal, con el aporte de todas las con mas. El vínculo con el propio estado y patria
fesiones, del anglicanismo al luteranismo y tenia sentido hasta cuando estaba justifica
al propio catolicismo, debía fallar, los idea do por la participación en el uso racional del
les de la tolerancia, laicizándose, se impusie poder, en la política ilustrada, en la pública
ron haciéndose un componente esencial del felicidad. X aturalm ente esta tensión ideal,
filantropismo ilustrado. Leibniz, que había que llegaba al punto de rechazar las institu
sido uno de los protagonistas del diálogo con ciones políticas nacionales y locales, cuando
los católicos por el cristianism o universal, éstas entraban en conflicto con la razón o con
debía fijar la diferencia entre c. y universa la conciencia del individuo, no sólo es difícil
lismo eclesiástico tradicional. mente traducible en una doctrina sino que tie
Un alumno suyo, Christian VVolf, hahria de ne también diversos matices y gradaciones.
teorizar el jns cosmopoliticum, en el ámbito En la fase en que los philosophes tentaron un
del derecho internacional. Contemporánea acuerdo con el absolutismo monárquico para
mente, en Europa y en Francia, en la oposi ilustrarlo, el c. fue menos acentuado; se hizo
ción a Luis XIV, maduraban las esperanzas n atu ralm en te más significativo en los
COSMOPOLITISMO 385
momento* de ruptura entre poder y calenes de entonces comenzaba a ser usado con
ilustradas. Típica es la elección de Voltaire. mayor frecuencia.
Partiendo de la thése royale y de la apología En 1751, cuando la Encyclapédie estaba en
de la monarquía reformista de Enrique IV (en fase de organización, apareció un pequeño
la cual actuaba el sueño de paz interna e inter volumen de Fougeret de Monbron, Le cosmo
nacional de Sully) intentó, puede decirse toda polite on le citoyen du monde, que hacia refe
la vida, una relación con el absolutismo ilus rencia, en el subtítulo, a la ya citada expre
trado, desde el de Luis XV hasta el de Fede sión de las Tusculanae (v, 37): Patria est ubi-
rico II y Catalina de Rusia. Ya esta serie de cumque est bene. El rechazo del patriotismo
referencias muestra cómo el centro de sus es más explícito que nunca en este diario de
intereses era no la patria sino el poder, que viajes. Monbron se inspira en los cínicos.
pretendía usar racionalmente tanto si fuera Como afirmaba en la primera frase de su pro
ejercido en Francia, en Prusia, en Rusia, o en pio relato, que llegará hasta el romanticismo,
la propia Ginebra. Además, Voltaire nunca en la continuación de Byron (como lema del
aceptó estar al servicio del despotismo ilus Child ¡larold), el universo es una especie de
trado, aun cuando lo eligió como interlocu libro del que no se ha leído más que la pri
tor. La propia residencia en Ferney, en los mera página cuando se ha visto sólo el pro
confines de Francia, muestra la determ ina pio país. Hojeando muchas de sus páginas lo
ción de cumplir sus propias batallas sin reco que se puede aprender es que todas las
nocerse en una patria. patrias son igualmente malas. Fougeret de
Se ha insistido sobre el hecho de que el c. Monbron, hombre de "coeur velu", que había
en el siglo xvin haya sido un ideal, una aspi adoptado como lema “contemni et contemne-
ración, un sentimiento, un nudo de doctrinas re”, fue tomado como modelo de cínico y de
más que una doctrina definible. Lo demues apátrida por Diderot en el Neveu de Ramean,
tra bien el retardo (y el descarte semántico) cuando éste afirm aba la vanidad de toda
con el que la lingüística oficial recibía con defensa de la patria, en cuanto que como tal
temporáneamente el término en la misma entonces no existía más. En realidad, aunque
Francia de Voltaire. Después de los usos este c. ncocínico no era aquel de los philoso-
inciertos en el siglo xvi y la continuación phes, sino más bien el que trataban caricatu
alquimista del xvii, el vocablo no había sido rescamente de atribuirles los antilustrados
reconocido en la edición 1694 del Dictionnai- como Palissot (1760), probablemente a esta
re de l'Académie. Está presente en la edición pequeña obra se debe la suerte del término,
1721 del Dictiannaire de Trévnux, donde sin que aparece luego en la Encyclapédie, aunque
embargo el significado oscila entre "un hom- con una voz no muy significativa. Ésta deri
me qui n'a pus de demeure l’ixe, ou bien qui va en efecto de la voz del Dictiannaire de Tré-
nullc part n'est étranger". Está luego la exac voux ya citada, transcrita casi textualmente
ta referencia a la doctrina cínica y al uso del por lo que se refiere a los significados “en
término en ambiente alquimista. Los autores plaisantant”. Después de la referencia al epi
del Dictiannaire son favorables por analogía sodio relatado por Diógenes Laercio, presen
a la forma cosmopolilain, mientras que en la te también en Trévoux, la Encyclopédie agre
edición de 1771 señalarán la preponderancia ga la declaración de otro filósofo, que prefe
desde entonces inequívoca de cosmopolite.IX . ría "ma famille á moi, ma patrie á ma fami-
lle, et le gendre humain a ma patrie". Además
IX. PATRIAY FILANTROPIA E\ LAENCYCLOPÉU1E. ¿Oué se remitía a la voz Philosophe, el célebre arti
habia sucedido en este lapso en el que en culo diversamente atribuido (de Diderot a
Europa se habia afirmado la ilustración y en Dumarsais), donde, a través de la referencia
Francia estaba por ser concluida la propia a la célebre frase de Terencio, se insistía en
Encyclopédie? Mientras que los complejos las características racionales, retomando el
ideales que hemos tratado de delinear son vínculo del philosophe con la sociedad civil
casi comunes, el término que debía expresar y la humanidad. En realidad el discurso de
los, quizá por la herencia inquietante y mis los philosophes sobre c. y patriotism o está
teriosa del mundo alquimista que llevaba registrado más que nada, en todos sus mati
atrás, demoraba en imponerse, aunque des ces, en otras voces, desde la de Patrie de De
386 C O S M O P O L IT IS M O
Juucourt (en la que se establece la relación gaba a identificar perfectamente para hom
patria-libertad-razón que ya se ha dicho) y bres como D'Alembert (que lo usó en 1775) y
Économie de Rousseau hasta la espléndida Bernardin de Saint-Pierre (1784) el conjunto
voz Fanatisme de A. Deleyre, que contiene un de aspiraciones que la Encyclopédie había
codicilo sobre el Fanatisme du patrióte. caracterizado más en la voz fanatisme du
A pesar de esta presencia todavía no rele patrióte de Deleyre, que en la genérica de cos
vante, es sin embargo desde los años sesenta mopolite.
que el término cosmopolita llega a coincidir Hasta entonces la politique de los philoso
con phUosophe como lo muestran las polémi phes se había medido según los acontecimien
cas de Palissot contra Dortidius-Diderot a los tos internacionales, de la guerra de los siete
que se hace exclamar: "Le véritable sage est años a la experiencia de Córcega, del reparto
un cosmopolite" (¡¿es philusophes, m, sec. 4). de Polonia a la revolución norteamericana.
En 1762 el término entraba en la cuarta edi Los acentos cosmopolitas se habían dado en
ción del Dictionnaire de l'Académie, pero la medida en que los philosophes habían per
todavía en sentido más bien negativo: “Cetui dido toda ilusión en la política de reformas
qui n adopte point de patrie. Un cosmopolite de los abolutismos ilustrados. Un corolario
n ’est pas un han citoyen." En el mismo año importante del c. ilustrado es la elección, que
también Rousseau, que habia consumado su por ejemplo madura en torno a la Histoire phi
amarga separación del grupo, usaba en sen losophique et politique des deux ludes de Ray-
tido despreciativo el término, polemizando nal. de com batir esclavismo y colonialismo,
contra los philosophes (Émile, i). Parece sig que compromete, a través de la colaboración
nificativo el hecho de que Voltaire en el Dic de Diderot, a la propia coterie.
tionnaire philusophique no haya incluido el
término. En realidad el discurso se desarro X. ELNUEVOCOSMOPOLITISMODE LOS REFORMADORES
llaba a propósito de patrie. Verdaderamente italianos En Italia, como se ha dicho, existía
cosmopolita, Voltaire, en perfecta antítesis una disposición al c. ligada a la falta de un
con Rousseau, trata de desmistificar, o mejor estado unitario y sobre todo a la tradición de
dicho de m ostrar los limites del am or a la la iglesia. Pero en el siglo xvm, esta tradi
patria. En efecto, declara que es triste que a ción, que tiene hasta un lenguaje oficial, el
menudo "para ser buen patriota sea necesa latín (además tomado en préstamo también
rio hacerse enemigo del resto de los hom por la res publica de los sabios), es sustitui
bres". Citando el ejemplo de Catón muestra da por otro tipo de c., ligado a las nuevas elec
cómo "ser buen patriota significa desear que ciones políticas y morales, a los valores de los
la propia ciudad se enriquezca con el comer que es portadora la nueva civilización de la
cio y se haga potente con las armas. Fero es ilustración. Italia es recorrida por las modas:
claro que un país no puede ganar si otro no galomanía y anglomanía, que son los térm i
pierde, y que no se puede vencer sin produ nos con los que la conciencia romántica tra
cir infelices. Tal es. por tanto, la condición taba de describir, de un modo ya limitativo,
humana: desear la grandeza del propio país estos fenómenos, reflejan una nueva relación
es desear el mal de los propios vecinos". Con de la sociedad civil italiana con Europa. Tam
cluye Voltaire: "Un hombre que prefiere que bién la masonería, particularm ente viva y
su patria no sea ni más grande, ni más chica, organizada en Florencia, en Ñapóles, en la
ni más rica, ni más pobre, seria un ciudada propia Roma, contribuye al c. italiano. En
no del mundo.” todo» los reformadores, desde Verri y Bucea
En los mismo años (1765) Didcrot definía ría hasta Genovesi y Filangieri. el c. era un
como “vrui cosmopolite” al frecuentador arm a para com batir la opresiva herencia de
ideal del salón de Holbach, el miembro de la la contrarreforma. En este sentido en 1775 el
coterie. Pocos años después (1767), Mercier de propio Pietro Verri, que adema» rechazaba
la Riviérc, exponiendo la doctrina política de "las mezquinas rivalidades nacionales”, afir
la fisiocracia, podía hablar de la industrie cus- maba la coincidencia de cosmopolita y patrio
mopolite. Desde 1770, como documenta P. ta. Era un modo de identif icar las caracterís
Hazard, el término se hacía común y, perdien tica» esenciales d J reformador, el equivalente
do toda connotación irónica o negativa, lle italiano del pltilosophe. Naturalmente estos
C O S M O P O L IT IS M O Í87
les, no hay mucho espacio para los ideales bridge, Cambridge University Press, 1965; R.W.-
intem acionalistas y universalistas que no A.J. Carlylc, II pensiero político ntedievale (1950),
conserven alguna turbia huella de la Santa Bari, Laterza, 1956-1967, 3 vols.; L. Ch. Fouge-
Alianza. Pero el estado industrial moderno no ret de Montbron, Le cosmopolite on le citoyen
favorece sólo la hegemonía y el poder de las du monde, int. y notas de R. Trousson, Burdeos.
burguesías nacionales. Crea también su natu Duel os, 1970; A. Gramsci, Los intelectuales y la
ral antagonista, el proletariado, para el cual organización de la cultura (1953), México. J.
el llamado al internacionalismo es algo pro Pablos; P. Hazurd, Cosmopolite, en Mélanges
fundamente significativo. No por casualidad d'histoire littéraire et comparée offerts á F. Bal-
se ha dicho que Filippo Buonarroti vincula el densperger, París, Champion, 1930, i; I. Lana,
c. del siglo xvm y los prim eros movimientos Studi sul pensiero político classico, Ñapóles, Gui-
del internacionalismo revolucionario. Si la da. 1973 (sobre todos los ensayos: Tracce di dot-
causa de la libertad es igual para todos —por trine cosmopolitiche ¿n Grecia 11951], Tendente
lo que se acuñaron los pactos para luchar por universalistiche nella le itera tura di Roma anti-
ella en Francia, Grecia, Italia, Hungría y Polo ca [1959], e ¡ntroduzione a Seneca [ 1966]). Sohre
nia—, mucho más común e internacional es las edades media y moderna: F. Meinecke, Cos
la del proletariado, que no tiene patria y que mopolitismo e slato nazionale( 1907), Florencia.
reconoce en el estado un instrumento para su La Nuova Italia, 19752; M. Muehl, Die antike
propia explotación. Menschenheitsidee in ihrer geschichtlichen F.nt-
wicklung, Leipzig. Dielerich, 1928; R. Pomeau,
XIV. INTELECTUALESYCOSMOPOLITISMOENTRE LAS DOS L'F.urope des Lamieres: cosmopolitismo el imi
guerras mundiales. Los ideales cosmopolitas té européenne au xviiP siécle, París, Stock, 1966;
no han sobrevivido sin embargo sólo en esta A. Sailta. Dalla “respublica chrisliana"agli Stati
acepción que desde entonces asume una total l'niti d’Europa, Roma, F.d. St. e Lett., 1948; T.A.
autonomía. Se representan, en cambio, en los Sinclair, Storia del pensiero político greco (1951),
mismos términos que en el siglo xvm, como Bari, Laterza, 19732; M. Untersteiner, / sofisti,
aspiración de una política de los intelectua Turin, Einaudi, 1949; F. Venturi, Les idees eos-
les au dessous de la inélée en los inicios del mopolites en llalie au .rvrií‘‘siécle y Perspectives
nuevo siglo, frente al prim er conflicto mun européennes du cosmopolitismo au xviii* siécle,
dial. La dificultad, y sobre todo la fragilidad Nancy, mimeo. del Centre Européen Universitai-
de esta elección, que comprometía a su vez re. 1957.
hombres y posiciones muy diferentes (desde
Croce en Italia hasta R. Rolland en Francia) [GIL'SEPPE Riel PERAII]
está indicada ampliamente por el debate que
siguió a la publicación de La irahison des
eleres de Julien Benda (1926). Éste había teo
rizado sobre la necesidad de que el intelec crímenes de guerra
tual fuera, como en el siglo xvm, un mal
patriota. La fidelidad a este programa y la 1 DEFINICIÓN DE LOS CRIMENES DF. GUERRA. En la
reconstrucción de una benigna res publica de doctrina corriente, los c. de guerra se definen
los intelectuales que contraponían su inter como las violaciones de las normas del dere
nacionalismo al fascismo y al nazismo, los cho internacional de guerra que presenten
cuales invadían progresivamente Europa, una gravedad particular en cuanto que se
sobre todo después de los años treinta, coin desarrollan a través de acciones inhumanas
cidieron con un retorno de la cultura occiden o crueles y son en cierto modo desproporcio
tal a los valores ilustrados y, aunque no logra nadas respecto de los fines que se ha fijado
ron ser inmediatamente una alternativa ven el beligerante que los lleva a cabo. Se consi
cedora, constituyeron de cualquier modo la dera responsables de los c. de guerra no sólo
prim era y frágil pero no menos significativa a los estados en cuyo nombre y por cuyo inte
resistencia a la "destrucción de la razón". rés se cometen los crímenes sino también los
individuos que los realizan individualmente.
BIBLIOGRAFIA Sobre la antigüedad: H.C. B a ld iv Se especifica, además, que, dado que los esta
The unity of mankind in Greek thought, Cam dos introducen normalmente en sus ordena-
CRIMENES DE GUERRA 389
míenlos normas análogas a las del derecho tía tácita o explícitamente, por medio de una
bélico, la misma acción se configura como cri cláusula adecuada llamada amnistía, inclui
men tanto respecto del ordenamiento jurídi da en los tratados de paz, que esta facultad
co del estado al que pertenece el criminal de desaparecerla con el fin del conflicto. El Tra
guerra como del estado contra el que se diri tado de Versalles introdujo en 1919 un nue
ge el crimen. vo principio según el cual el final de las hos
tilidades no implicaba la amnistía de los c. de
II. ASPECTOS PROBLEMATICOS. La existencia de nor guerra y el vencedor se atribuía el derecho
mas internacionales que rigen el modo de de castigar los del enemigo vencido. Los artí
ejercer la violencia bélica es fruto de un com culos 228 y 229 de ese tratato les reconocían,
promiso entre la aceptación de la inevitabili- en efecto, a las potencias vencedoras el dere
dad y hasta de la licitud de la guerra y el cre cho de juzgar a las personas culpables de
ciente malestar de la conciencia humana ante "actos contrarios a las leyes y a los usos de
la misma. Compromiso dudoso porque esas la guerra" y obligaban a Alemania a proce
normas (que constituyen el llamado derecho der a su consignación. El articulo 227, ante
internacional de guerra o derecho bélico) al rior a los untes mencionados, declaraba que
distinguir entre violencia lícita e ilícita corren el jefe del estado alemán era reo de "supre
el peligro de justificar, bajo ciertas condicio ma ofensa contra la moral internacional y la
nes, las matanzas organizadas que se produ autoridad sagrada de los tratados". Las pre
cen en las guerras y ofenden aún más la con tensiones presentadas por las potencias ven
ciencia moral para cuyo sosiego se han esta cedoras de la prim era guerra mundial caye
blecido. ron prácticamente en el vacio porque los Paí
La definición de los c. de guerra como accio ses Bajos se negaron a consignar al Kaiser,
nes inhumanas y crueles sugiere la idea de Guillermo II, asilado en su territorio. En
que no todos los sufrimientos infligidos a los cuanto a los demás criminales de guerra ale
ejércitos y a las poblaciones enemigas son manes, fueron protegidos por el rechazo del
inhumanas y crueles. Las normas del llama nuevo Reich alemán a acatar la obligación de
do derecho bélico no dejan de ser controver consignarlos, a pesar del compromiso asumi
tidas aun en el plano jurídico, como lo ates do con el tratado de paz. Por medio de un
tiguan las insistentes oposiciones desde la compromiso posterior se estableció que las
sabiduría jurídica romana (“ínter arma silent personas acusadas fueran juzgadas por un tri
leges”) y desde el pensamiento renacentista bunal alemán, la suprema corte de Leipzig,
("los golpes no se dan de mutuo acuerdo"), pero ésta absolvió a la casi totalidad de los
hasta Kant (“ la guerra no es juez del dere acusados y les aplicó a algunos de los restan
cho”) y hasta las corrientes modernas y con tes penas muy moderadas, que pronto se con
temporáneas de la doctrina que sostienen la donaron totalmente.
no juridicidad del llamado derecho bélico y
del correspondiente derecho internacional en iv el proc eso de n'L’rembero. En la segunda gue
general.I. rra mundial fue cuando se confirmó el dere
cho del vencedor a juzgar los c. de guerra del
III. LAS NORMAS TRADICIONALES Y LAS INNOVACIONES vencido. Desde octubre de 1941, Rooseveit y
OCURRIDASCON ELTRATALODE VERSALLES. Tradiciü- Churchill proclamaron que "el justo castigo
nalmente el derecho bélico concede a todo de los c. de guerra era uno de los objetivos
estado beligerante la facultad de castigar más importantes del conflicto” y en el mes
directam ente a los soldados y civiles de los de noviembre siguiente se asoció a esta decla
países enemigos que se han hecho culpables ración el soviético Molotov. Un año después,
de c. de guerra cuando éstos caen bajo su a iniciativa unglo-norteamcricana se creó una
poder en el transcurso del conflicto, derogan comisión de las Naciones Unidas para los c.
do así el principio general de derecho inter de guerra (L'wvcc). Terminada la guerra, el 8
nacional que prohibe a un estado ejercer su de agosto de 1945, Estados Unidos, la t’kss, el
propia jurisdicción sobre los órganos de otro Reino Unido y Francia firmaron un acuerdo
estado. que estableció un tribunal milita! internacio
Hasta la prim era guerra mundial se admi nal para juzgar a los mayores criminales de
3VÜ CRIMENES DE GUERRA
guerra. El proceso empezó en Nuremberg el que se habían cometido los crímenes y otras
20 de noviembre de 1945. Los acusados eran veces, finalmente, de acuerdo con el propio
22. uno de los cuales (.M. Bormann) estaba código penal militar.
escondido, y comprendían (a excepción de
Hitler que había muerto por suicidio) a todos V CRIMENES on CU'ERRA. CRIMENES CONTRA LAPAZ. CRI
los máximos dirigentes políticos y militares MENES CONTRA í.v humanidad Cumo vimos en el
de la Alemania nazi. Los crímenes de que se párrafo anterior, a los jeles nazis y nipones
les acusaba se clasificaron así: c. contra la se les imputaron, en los procesos de Nurem
paz, c. de guerra y c. contra la humanidad. berg y de Tokio, no solo c. de guerra sino tam
Doce criminales fueron condenados a m orir bién c. contra la paz y c. contra la humani
en la horca, tres condenados a presidio, cua dad. Estas tres categorías de crímenes fueron
tro a penas de arresto menores y tres fueron definidas de este modo por el tribunal mili
absueltos. tar internacional de Nuremberg: 1] C’. de gue
Al veredicto del tribunal de Nuremberg se rra: "Violaciones de las leyes y usanzas de
le han hecho muchas objeciones de parte de guerra. Estas violaciones comprendían, aun
los intem acionalistas ortodoxos, alegando que no de m anera exclusiva, el asesinato, el
que en esa ocasión las potencias vencedoras m altrato y las deportaciones forzadas de tra
figuraban al mismo tiempo como jueces y bajadores o de otros elementos de la pobla
como partes agraviadas, violando el princi ción de los países ocupados; el asesinato y el
pio de que nenio índex in re sua. La observa m altrato de los prisioneros de guerra o de
ción es correcta, pero no hay que olvidar que gente del mar, la matanza de rehenes, el
todas las condenas por c. de guerra impues saqueo de las propiedades publicas y priva
tas hasta entonces por estados beligerantes das, la destrucción injustificada de ciudades
en el curso del conflicto violaban el mismo y pueblos, las devastaciones no justificadas
principio. Se ha puesto en evidencia, además, por necesidades militares”; 2] C. contra la paz:
que después de la segunda guerra mundial se "Diseño, preparación, comienzo y realización
condenaron únicamente los crímenes come de una guerra de agresión o de una guerra vio-
tidos contra las potencias vencedoras en tanto latoria de tratado'-, acuerdos y promesas
que los cometidos contra las potencias ven internacionales o participación en un plan,
cidas quedaron impunes. La exactitud de esta conspiración o conflicto relacionado con cual
observación señala el fundamento de la afir quier delito enumerado anteriormente": 3] C.
mación kantiana mencionada más arriba: la contra la humanidad: "Asesinato, exterminio,
guerra no es juez del derecho. reducción a la esclavitud, deportación y otros
En forma paralela a lo que había aconteci actos inhumanos cometidos contra la pobla
do en Europa, después de la guerra, con la ción civil antes de la guerra y durante la mis
proclama del general McArthur del 19 de ene ma; persecuciones por motivos religiosos,
ro de 1946, también en Asia se instituyó, con raciales o políticos..
sede en Tokio, un tribunal para el Extremo Con una resolución del 13 de diciembre de
Oriente. Se llamó a form ar parte del mismo 1946, la Asamblea General de la onl aprobo
en calidad de jueces a los representantes de "los principios de derecho internacional reco
11 estados. Los acusados fueron 25. De entre nocidos en Nuremberg y el juicio del tribu
ellos, 7 fueron condenados a la pena capital, nal” y encargó a una comisión para el dere
16 a presidio y 2 a penas de arresto menores. cho internacional la preparación de un pro
Las sentencias fueron ejecutadas el 23 de yecto de "código de c. contra la paz y la segu
diciembre de 1943, más de tres años después ridad de la hum anidad”. El proyecto defini
del final del conflicto. tivo redactado por la comisión se termino de
Además de los procesos de Nuremberg y de preparar en julio de 1951. Este proyecto esta
Tokio, se llevaron a cabo en Europa otros blece el principio de la responsabilidad indi
muchos de menor alcance por obra de tribu vidual directa de los actos estatales contra la
nales militares de distintas nacionalidades, paz V la seguridad de la humanidad (art. 1);
que juzgaron a los acusados algunas veces de define como acto ilícito internacional toda
acucado con el derecho alemán, o tias veces agresión o amenaza de agresión (an. 2); exclu
de acuerdo con el derecho del territorio en ye que sea circunstancia eximente el hecho
CRISIS 391
de haber actuado como jefe de estado o fun lisis del estado de un sistema: la fase previa
cionario público o de haber actuado por al momento en el que se inicia la c., la fase
orden superior, con la condición de que exis de c. real y verdadera, y, por último, la fase
ta la posibilidad de una decisión mural (arts. en la cual la c. ha pasado y el sistema ha asu
3 y 4). Además, el proyecto sostiene el prim a mido un "cierto” modelo de funcionamiento
do del derecho internacional, declarando que que no es ya más el anterior a la c. Para una
"el hecho de que el derecho interno no casti conccptualización más precisa se requiere
gue un acto que constituye un delito de dere además examinar otros tres aspectos: la iden
cho internacional, no libera de responsabili tificación del origen y de las causas del acon
dad de derecho internacional al que lo ha tecimiento que ha dado inicio a la c. y, en par
cometido”. Como puede observarse, el pro ticular, si se trata de un suceso interno o
yecto de la comisión metía el dedo en un avis externo al sistema, reciente o lejano en el
pero de gravísimos problemas políticos y jurí tiempo; la disponibilidad de tiempo para la
dicos, como serian los de la soberanía de los respuesta a la situación de c. y en particular
estados, la personalidad internacional de los si es limitada, media o amplia, y la importan
individuos, la anarquía internacional, la fuer cia relativa de la puesta en juego por los acto
za de coacción de las normas de derecho inter res políticos o por los miembros del sistema.
nacional, la efectiva juridicidad de este Es posible conceptualizar de este modo aun
último. las c. económicas y, a menudo, c. políticas y
El proyecto de la comisión todavía no ha c. económicas están estrechamente unidas,
sido aprobado por la asamblea general de las sea en sentido positivo, cuando la solución de
Naciones Unidas. una de las dos aporta elementos benéficos
para la solución de la otra, sea en sentido
BibuociKAFlA: H. Kelsen, Will ihc judgement in negativo, cuando la incapacidad para resol
thc Nuremberg Trial conslitute a precedeni in ver la c. de una esfera repercute sobre la otra
inlertiational law?, en Internalional Law (Juar esfera. Estas interacciones pueden ser estu
terly, 1947; O- Wright, Wur crimináis, en The diadas en el plano gubernamental, en el pla
American Juurnal uf Internatiunal Law, 1945; no del sistema político nacional o en el plano
I m w repurts nf triáis of war crimináis, a cargo del sistema internacional. El último ejemplo
de la Comisión de Crímenes de Guerra de las de c. económica internacional de graves
Naciones Unidas (i nwcc), Londres, 1949, 15 repercusiones sobre los sistemas políticos
vols. nacionales y sobre el sistema internacional
fue la gran depresión de 1929-1932. Recien
[giokgiq uiam. hi] temente en la literatura científica se ha intro
ducido el concepto de c. de desarrollo. El tér
mino c. se utiliza en este caso en un sentido
no técnico para indicar variaciones de gran
crisis alcance, que necesitan de largos periodos
para concluirse y que culminan con la crea
i. definición Se define como c. a un momento ción del estado moderno, con alta participa
de ruptura en el funcionamiento de un siste ción política y compromiso en la producción
ma. un cambio cualitativo en sentido positi y en la distribución de los principales bienes
vo o negativo, una vuelta sorpresiva y a veces económicos (v. modernización).
hasta violenta y no esperada en el modelo nor Cada sistema se funda en un conjunto de
mal según el cual se desarrollan las interac relaciones más o menos estrechamente liga
ciones dentro del sistema en examen. Las c. das entre sus variados componentes, de modo
se caracterizan usualmente por tres elemen que un cambio en un componente del siste
tos. Ante todo por el carácter instantáneo, y ma genera cambios en todos los restantes. Sin
frecuentem ente de imprcdccibilidad; en embargo, mientras que en los sistemas mecá
segundo lugar por su duración, que es a nicos es posible valorar con cuidado el efec
menudo limitada, y, finalmente, por su inci to y la extensión de variaciones similares, y
dencia sobre el funcionamiento del sistema. hasta medirlas, en el ámbito de los sistemas
La comprensión de una c. se tunda en el aná sociales se e»tá todavía lejos de esto. Para
m CRISIS
valorar, en sentido amplio, la incidencia de la c.; según otros, por el contrario, las c. pue
una c. sobre un sistema social, sea como l'ue- den tener dos o más cumbres. Esta tesis alu
re se requiere unte lodo definir el estado de de también a la posibilidad de una c. en la c..
equilibrio de este sistema. El sistema puede mediante la cual a una c. de una cierta inten
encontrarse en equilibrio estable, por lo que sidad y de cierta duración puede superponer
tiende a regresar a la misma posición una ve/ se una nueva c. de mayor intensidad y presu
que ha pasado la perturbación, o en equilibrio miblemente de menor duración. Esto ocurre
inestable, en cuyo caso tiende a alcanzar un sobre todo en los casos de conflictos bélicos,
nuevo tipo de equilibrio después de la pertur pero no deben excluirse tampoco de las c. de
bación y de la c. a la que está sometido (v. sis distinto tipo.
tema político). De acuerdo con el tipo de sistema en el cual
Se tienen varios tipos de c. Pueden ser inter se verifican podemos distinguir tres tipos de
nas al sistema cuando surgen por el contras c.: c. del sistema político, c. gubernamenta
te entre los componentes, o externas a él cuan les y c. internacionales.
do el estímulo proviene desde afuera. Pueden
ser genéticas cuando se presentan en el II. crisis del sistema. Las c. del sistema políti
momento mismo en el que un sistema comien co tienen dos dimensiones principales: por un
za a existir y funcionales cuando se producen lado pueden implicar sólo los mecanismos y
en el curso del funcionamiento mismo del sis los dispositivos jurídicos y constitucionales
tema. Pueden ser fisiológicas cuando tocan el del sistema, es decir el régimen político. Asi,
funcionamiento del sistema y provocan su el paso de una monarquía absoluta a una
adaptación y patológicas cuando tocan la monarquía constitucional, como también el
estructura del sistema y provocan su m uta paso de una monarquía constitucional a una
ción. Las c. funcionales pueden a su vez ser república y el paso de una república parla
c. de sobrecarga cuando el sistema tiene que m entaria a una república presidencial, son
hacer frente a más demandas de aquellas a todas c. que encierran solamente cambios de
las que puede responder o c. de carestía cuan régimen. La otra dimensión de c. del sistema
do el sistema no alcanza a extraer de sus aden político considera en su lugar el orden socioe
tros o del ambiente los recursos suficientes conómico e implica elementos como las rela
para su funcionamiento. La sobrecarga pue ciones sociales de producción, la distribución
de derivarse del mero número de las deman de la propiedad y la estructura de la familia.
das, de la intensidad de las demandas, de la Raramente este segundo tipo de c. puede
fuerza de los componentes portadores de tener lugar sin provocar cambios en el régi
demandas v del tiempo disponible para la res men político. Cuando los cambios en el régi
puesta. La carestía está estrechamente liga men se acompañan de cambios en el orden
da al tipo de apoyo que el sistema alcanza a socioeconómico, la c. frente a la cual nos
dominar, apoyo que representa el índice prin encontramos es una c. revolucionaria (v. revo
cipal con el cual prever el monto de recursos lución).
que el sistema puede extraer y movilizar. De manera menos precisa se habla ahora
Otras c. de funcionamiento consideran el frecuentemente en la literatura de c. de desa
modo en que el sistema selecciona la infor rrollo del sistema. Estas c. consideran ya sea
mación, busca cambiar sus fines o procura el modo en que el sistema se comporta fren
cam biar el ambiente interno y externo. La te a las provocaciones que surgen de su inte
fase en la cual el sistema ha alcanzado un nue racción con olí os sistemas, o bien el mudo en
vo equilibrio, estable o inestable, marca el tér que resiste a las provocaciones provenientes
mino de la c., pero no necesariamente su solu desde adentro, por ejemplo de una escisión
ción. La c. puede estar simplemente adorme de la élite política. Estas c., que pueden tam
cida, retirada pero latente, y por consiguien bién tener una larga duración pero que pre
te manifestarse nuevamente en una fase sentan momentos individuales de mayor
sucesiva. intensidad se verifican sobre todo en corres
Según algunos autores, las c. se presentan pondencia con cambios relevantes en los sec-
con una curva de distribución uniinodal con toies económico, social, religioso y cultural,
una sola cima que representa la cumbre de que exigen al sistema político hacer frente a
CRISIS 393
ción y de conciliación de los intereses. En llega a quienes toman las decisiones es impor
segundo lugar, conviene examinar la poten tante.
cia relativa de los actores envueltos en la c. Puesto que cada c. es un momento de rup
En el actual sistema internacional las c. en tura imprevista en el funcionamiento normal
las que participan actores provistos de equi de un sistema, requiere respuestas rápidas
pos atómicos son potencialmente más peligro que tiendan a llevar nuevamente al sistema
sas que aquellas que ven en juego actores que a su modelo precedente de funcionamiento o
carecen de armas nucleares. En tercer lugar, a institucionalizar un nuevo modelo. La con
merece examinarse el tocus de la c. La divi dición esencial para que esto suceda es que
sión en esferas de influencia hace que las c. el sistema esté suficientemente abierto a los
que se verifican dentro de las esferas de diversos tipos de información, de recabar la
influencia y que no envuelven a las superpo- información suficiente para los procesos de
tencias rivales son menos peligrosas que las respuesta y de adaptación demandados y ser
c. que se desarrollan en zonas disputadas suficientemente fuerte para poder efectuar
entre las dos superpotencias o que ven la selecciones precisas entre los diversos flujos.
intervención de las superpotencias en los Por lo tanto, cada c. puede ser superada por
campos contrarias. En general, ahora, por la un sistema que disponga de una pluralidad
vasta red de alianzas y de pactos de asisten de fuentes de información, de la capacidad de
cia. hasta los conflictos en áreas lejanas de elegir entre los diversos flujos y de adoptar
aquellas de estrecho "interés nacional" pue nuevos modelos de funcionamiento sin per
den conducir rápidamente a c. de alcance der sus características esenciales.
mundial.
Las c. internacionales proceden de modo BlBl.lucirafia- G.A. Almond, S.C. Flanagan y R.J.
característico por una erupción imprevista de Mundt (comps.), Crisis, choiee and chance: his-
un conflicto breve o por una compleja obra toricalsiudies of pulilical development, Boston,
de ajustes, que por lo demás no lleva a una Little Brown and Co., 1973; L. Binder el al., Cri-
desaparición permanente y definitiva de las ses and sequences in pulilical development, Prin-
causas de la c. sino a un descanso más o ceton, Princeton University Press, 1971; H.D.
menos largo y a una institucionalización de Lasswell y A. Kaplan, Potere e societá (1950),
nuevas formas de conflicto. Cuando los con Milán, Etas Libri, 1969; X. Poulantzas Icomp.).
tendientes consideran que la c. no podrá tener Im crise de Vital, París. Presses Universitaires
otra salida que una mediación, la c. es a menu de France, 1976; J.A. Robinson, Crisis, en Inter
do desencadenada por conquistar una mejor national encyclopedia of the social Sciences, Nue
posición en la mesa de negociaciones. va York, Collier-Macmillan, 1968, vol. 3; G.E.
Desde el punto de vista del proceso de deci Rusconi, La cñsi di Weimar: crisi di sistema e
siones, cualquier tipo de c. provoca una con sconfitta operaia, Turín, Einaudi, 1977; O. Young,
centración del poder de decisión en las manos The politics of forcé, Princeton, Princeton Uni
de pocos individuos, restringe las alternati versity Press, 1968.
vas posibles puesto que excluye el recurso de
alternativas más complejas y requiere un pro [gianfranco pasquino]
cedimiento más rápido, más informal y
menos controlable. Desde este punto de vis
ta los momentos claves para cada uno de quie
nes toman las decisiones conciernen al flujo cuarto estado
de la información, al llamado de la informa
ción ya adquirida y a la selección de la infor Este término está ligado a la tradición extre
mación más relevante para la c. en acto. En m ista de Hébert y Babeuf, en contraposición
estas fases algunas fuentes de información al tercer estado de la Francia prerrevolucio-
pueden surgir como fuentes privilegiada* y naria fundamentalmente constituido por los
provocar graves distorsiones en el proceso de grupos burgueses. En ella la acepción de la
adquisición y de selección de la información. palabra "estado" (véase la alemana Stand)
Sobre ludo en las c. internacionales la cali mantenía el significado de capa, condición
dad, la cantidad v el tipo de información que social, que había tenido hasta los inicios de
C U A R TO P O D E R 395
la época moderna; pero el concepto de “c. prensa independiente es por ello definida
estado” ya implicaba una función antitética como "c. poder”.
respecto de la misma burguesía, añadiéndo Hacia fines del siglo xvm, las declaracio
se por lo tanto a los nuevos estratos sociales nes de los derechos, norteamericana y fran
alimentados por los desarrollos de la revolu cesa, sostenían la libertad de prensa como
ción industrial: al naciente proletariado. Con garantía fundamental de la libertad política.
esta creciente caracterización clasista, el tér En Estados Unidos, Thomas Jefferson decla
mino ha sido usado por Ferdinand Lassalle raba que la libertad está garantizada donde
precisamente para indicar a la clase obrera la prensa es libre y los ciudadanos son capa
contemporánea, y ha sido adoptado más o ces de leer: "Si a mí me tocara decidir res
menos a propósito por la publicística y por pecto de la existencia de un gobierno sin dia
la propaganda socialista entre las masas casi rios o de diarios sin un gobierno, no dudaría
hasta nuestros días (véase también el cono un momento en preferir esto último." En
cido cuadro con este título de Giuseppc Peliz- Francia, el desarrollo del c. poder coincide
za da Volpedo). con el predominio del tercer estado: las publi
Con el título de Quario simo aparece luego caciones políticas se multiplicaron durante
en Milán, entre el 27 de marzo y el 30 de octu los días inmediatamente posteriores a la toma
bre de 1926, una “Revista socialista de cul de la Bastilla hasta llegar a varios centena
tura política”, fundada por Cario Rosselli y res de títulos, los que se redujeron a unos
Pietro Ncnni, que. también entre grandes difi cuantos bajo el imperio. “La libertad de pren
cultades, intenta realizar un aporte original sa debe adquirir en manos del gobierno la
a la oposición al fascismo y a la solución de función de un poderoso auxiliar”, escribía
la crisis del socialismo italiano. También Napoleón durante su permanencia en Santa
Quarta stato estado se llamó, en la segunda Elena. Pero al misto tiempo agregaba: "Mi
posguerra, una revista de estudios socialis hijo estará obligado a reinar con la libertad
tas dirigida por Lelio Basso desde marzo de de prensa. Esta es hoy una necesidad.” Las
1946 hasta 1950. constituciones liberales del siglo xix reforza
ron la influencia de la prensa. "Burke ha
b ib l io g r a f ía : F. Buonarroti, Cospirazione per dicho que existían tres poderes en el parla
rcguagliaitza delta di Babeuf, a cargo de G. Mana- mento, pero —observaba Carlyle— si se con
corda, Turin, Einaudi, 1971; S. Merli, II "quarta sidera la tribuna de los periodistas, existe un
statu"di Rosselli e Nenni e la polémica sul rin- c. poder cada vez más importante respecto de
novamento socialista nel 1926, en Rivista Stori- todos los demás."
ca del Socialismo, num. 11, Milán, 1960; G. Pnri- La libertad de información no es verdade
set, L'hébertisme et ¡a conjurado» des égaux, en ramente un poder en sentido constitucional
Anuales Révolutionnaires, 1923; N. Tranfaglia, sino más bien el fundamento de la legitimi
Cario Rosselli dall'inierventismo a Giustizia e dad de los poderes delegados. En cuanto
Liberta, Barí, Laterza, 1968. explicación directa de la libertad de pensa
miento y de discusión, la libertad de informa
f e ARLO LFOPOLDO OTTINO] ción es fundamental para un ejercicio correc
to de los poderes democráticos y por ello
constituye un derecho que no debe ser atri
buido sino garantizado; es una libertad no
cuarto poder externa al estado democrático ni subordina
da a él sino histórica y cor.ceptualmente con
Los medios de información desempeñan una temporánea a su formación, y lo> atentados
función determinante para la politización de contra el estado democrático son en muchos
la opinión pública y. en las democracias cons casos atentados contra la libertad de infor
titucionales, están en condiciones de ejercer mación.
un control critico sobre los órgano> de los En el ámbito mismo de los estados con
tres poderes ejecutivo, legislativo y judicial. ordenamiento democrático, e s hoy por otro
En cuanto se coloca en competencia coope lado difícil desigual a los medios de informa
rante con los órganos del poder público, la ción (que desde la imprenta se han ampliado
396 C U E S T IO N A GRARIA
campesina en Francia y Alemania), que situa campesinos dentro del ya consolidado esta
ban el problema campesino en el centro del do liberal. El campo se convertía en destina
desarrollo social y político de los países de tario del mensaje político que las nuevas orga
economía capitalista. El modo de producción nizaciones socialistas y católicas lanzaban. En
campesino es una forma económica anterior el último decenio del siglo xix los socialistas
a la capitalista que habría de ser eliminada franceses, alemanes e italianos intentaron
por esta última poco a poco. Después de la fundam entar una política agraria para el
desaparición de la clase campesina sería posi campo.
ble para la sociedad capitalista reorganizar Aun considerados en su especificidad, los
se de manera más eficiente para el propio fun acontecimientos que llevaron a las resolucio
cionamiento. Sin embargo, la predicción de nes del congreso de Marsella de 1892 son bas
la desaparición de la clase campesina era más tante sintomáticos de la crisis de estructuras
una declaración de principio que un hecho agrarias que afectaba al campo europeo. En
real; con excepción del caso de Inglaterra, en 1863 la filoxera (nueva y peligrosa plaga de
los países de la Europa continental se obser los viñedos) invadió y arrasó rápidamente la
vaba una gran resistencia y capacidad de zona del bajo Languedoc y la Provenza. Un
adaptación a las nuevas situaciones por par número de productores cada vez más depen
te de los campesinos. Pero es necesario esta dientes de las entradas en dinero se ve obli
blecer sin equívocos las causas de la perma gado al éxodo (tendencia ya manifiesta des
nencia de una organización socioeconómica de 1850). Vinculado a la depreciación de los
campesina en medio de un sistema global productos, baja también el valor de la tierra:
mente capitalista. Conviene señalar ciertas la tasa de interés del dinero pedido a présta
necesidades típicas del capitalismo urbano de mo para afrontar la crisis es superior a la tasa
la época: sobre todo la necesidad de obtener de capitalización del suelo, cerca de un 3%.
excedentes regulares (de alimentos y de mano En estas condiciones los arrendatarios y los
de obra) provinentes del campo. En este sen medieros podían satisfacer su tradicional
tido el capitalismo urbano encontraba en la aspiración a la posesión de la tierra. La c.
permanencia de ciertas situaciones de subde agraria se plantea cada vez más en términos
sarrollo campesino la posibilidad de satisfa de cuestión campesina.
cer ciertas necesidades estructurales, en El proteccionismo es el arm a inmediata
momentos de rápido y relativamente espon tanto de los conservadores como de los repu
táneo desarrollo. Algunos decenios después blicanos: los primeros se reúnen en la Socié-
de los escritos mencionados, Marx escribía té des Agriculteurs de France (1867) y los
que la agricultura estaba dominada por los segundos en la Société nationale d'encoura-
principios de la economía capitalista (£7 capi gement á 1’agriculture (1880). Cae pues el prin
tal, libro tercero, Intr. a la sección sexta). Las cipio del libre cambio, una de las columnas
transformaciones llevadas a cabo en los últi de la politica económica de la época, y se pac
mos decenios del siglo xix en toda Europa tan nuevos aranceles según las situaciones y
obligaron a las organizaciones políticas sos términos del intercambio recíproco (1881-
tenidas por el estado o por los grupos socia 1884 y 1892). El trigo es ciertam ente el pro
les |de los propietarios a los sindicatos de asa ducto privilegiado. Las guerras aduanales
lariados) a escoger una política capaz de sostenidas por Francia con Italia (1888-1899)
hacer frente a los efectos de la crisis agraria, y con Suiza (1893-1895) son hechos conocidos
los cuales habían puesto en tela de juicio las que manifiestan la competencia directa entre
estructuras sociales de las economías agra sectores productivos similares (agricultura
rias europeas: a pesar de los numerosos polos mediterránea e industria láctea). El capitalis
industrializados, éstas se cimentaban todavía mo agrario se ve obligado a enfrentarse en el
en gran parte sobre la sociedad rural. I campo internacional; solamente el aumento
de las cabezas de ganado permite el pago de
II POLITICA Y ECONOMIA AGRARIA DURASTE 1A CRISIS DE ganancias y rentas. El estado reacciona con
u t s i g l o . En el contexto de una economía
f in la creación de un nuevo ministerio de agri
dual, la c. agraria se planteaba también como cultura (1881) y de obras públicas. Los pro
cuestión de la representación política de los pietarios se asocian para la selección del
C U E S T IO N AGRARIA
"uñado, ovino y bovino, para la elección de mos eran victimas de la crisis y de la política
semillas cerealeras, con la m ira de llegar a proteccionista que favorecía a los grandes
una especialización regional. Las relaciones productores. Como escribiera Engels, en
con la fuerza de trabajo también están suje Francia no se podía hacer la revolución en
tas a cambio. A causa de la disminución de contra de los pequeños propietarios {La cues
la mano de obra rural (atraída hacia las ciu tión campesina en Francia y Alemania, 1894).
dades por los salarios más elevados) se esti Pero al mismo tiempo se hacía muy difícil una
mula el aumento de salarios para los que se política más rigurosa de inspiración marxis
quedan, asi como la difusión de la maquina ta y se abrían las puertas a las programas
ria (segadoras, trilladoras y tractores de reformistas de los congresos de Breslau (1895)
vapor) y de los productos de la industria quí y de Bolonia (1897). La cuestión agraria de
mica: los fertilizantes. El sindicalismo en Kautsky (1899) nacía como respuesta, en el
Francia considera sobre todo dos categorías: nivel teórico, a los problemas de acción polí
los asalariados y los medieros. En 1891 la bol tica vinculados con la crisis y con las trans
sa de trabajo de Montpellier intenta organi formaciones que se estaban llevando a cabo
zar a los asalariados empleados en la viticul en la agricultura europea en las últimas déca
tura, en competencia con la mano de obra ita das del siglo xtx.
liana y española. Más relativo fue el éxito de La obra de Kautsky nació en el seno de las
las organizaciones sindicales entre los asala discusiones del congreso de Francfort (1894)
riados de la región parisiense, a pesar de que y de los proyectos en él elaborados acerca de
la concentración de la gran propiedad capi la c. agraria, que favorecían un modelo de
talista podía favorecer su desarrollo. En cam desarrollo para la agricultura fundado en la
bio fue fuerte en regiones típicas de la medie- pequeña propiedad campesina, típicamente
ría (como la cuenca de Aquitania), donde el "bávara”, que no tenia en cuenta la situación
movimiento de medieros busca lograr un con de las otras regiones del Reich. Según
trato tipo, organizándose alrededor de una Kautsky, no podía hacérsele frente al proble
acción cooperativa. ma campesino como realidad separada ni
En esta situación, el partido obrero fran solucionarlo sobre bases democrático-bur
cés se vela obligado a revisar las decisiones guesas, sino que debía analizarse en relación
del congreso de El Havre (1880), que había con la gran propiedad, o sea como parte de
seguido muy de cerca la tesis de Marx sobre un sistema organizado en dos polos: grande
la abolición de la propiedad privada. Fueron y pequeña propiedad. En esta perspectiva
en cambio los congresos de Marsella (1892) ponía en evidencia cómo la modernización de
y de Nantes (1894) los que sistem atizaron el la agricultura alemana —y los mismos crite
program a político de los socialistas france rios se podían extender a gran parte de la
ses sobre unas bases más elcctoralistas, pero agricultura del continente europeo— debía
también más cercanas a la variedad de situa tener en cuenta la organización social cam
ciones d t finales de siglo. El program a agrí pesina que predominaba todavía en muchas
cola contemplaba puntos en favor de todos regiones del Reich. La resistencia de los
lo3 sectores: salarios mínimos, limitaciones pequeños propietarios a las formas más
en contratos de alquiler, utilización de las tie comunes de modernización de las técnicas
rras comunales por parte de los campesinos agrícolas (rotación continua y mecanización)
más pobres, lucha contra el proteccionismo no podía interpretarse únicamente como
y, en cambio, préstamo gratuito de maquina resultado de la cerrazón campesina unte las
ria por parte de las comunidades. Dichas invenciones más racionales de la época, sino
demandas no se distinguían mucho de las ini más bien como necesidad de defensa contra
ciativas de los republicanos con peticiones de la introducción de relaciones capitalistas en
préstamos y de crédito, desgravución de el campo. A este estado de cosas cabe añadir
impuestos y desarrollo de la capacitación la modernización de las estructuras políticas
agrícola. Pero sobre todo se intentaba ampa y financieras (parlamentos y partidos políti
ra r a la median,, y pequeña propiedad, a los cos más o menos representativos y mayor o
campesinos y medieros que, aunque trabaja menor facilidad de crédito bancario) que
ban con la ayuda de los asalariados, ellos mis hacia finales de siglo el estado había alean-
C U E S T IO N AGRARIA 399
/ado, así como la mejora de los transportes grandes fundos contra la competencia exte
ferroviarios, que permitía una mayor integra rior, y regular el mercado del trabajo, man
ción regional, la penetración del mercado teniendo alta la oferta de mano de obra. La
capitalista y la difusión de los valores socia presencia de las máquinas se convirtió enton
les burgueses. Sucedía asi que, en el marco ces en un arma contra las huelgas periódicas,
de un estado formalmente moderno, subsis mucho más eficaz que la intervención de la
tía una cultura campesina, que de hecho autoridad estatal. Pero en esta situación el
rechazaba una más completa modernización programa de los soeialdemócratas alemanes
de las estructuras sociales. Sombart hablaba no proponía la defensa de la agricultura cam
en aquellos años de sectores que evitaban el pesina, cuya estructura social, fundada en la
proceso de socialización, ya que de hecho el familia patriarcal, se juzgaba demasiado con
sector campesino se presentaba como un servadora. Se planteaba la diferencia entre
"orden" residual de la sociedad destruida por propiedades campesinas parasitarias y no
las revoluciones liberales. Dicho proceso parasitarias: estas ultimas debían ser defen
habría acelerado la proletarización de los didas con una serie de intervenciones legis
pequeños propietarios y los habría hecho más lativas contra los residuos feudales, el trabajo
dependientes de las exigencias del mercado de los niños, por la protección de los traba
urbano y del sector industrial, al que no aca jadores estacionales y la facilitación de aso
baban de adaptarse estructuralmente. Un pri ciaciones de campesinos, la instrucción téc
mer resultado fue la disminución del nivel de nica y la nacionalización de los bosques. La
vida de los grupos campesinos, causado sobre introducción de la nueva tecnología agrícola
todo por el empeoramiento de la tasa de inter era el medio con el que las pequeñas hacien
cambio entre productos agrícolas y manufac das rurales podían convertirse en agentes
turas industriales, lo cual limitó la posibili sociales activos en una nueva Alemania.
dad de m antener el volumen de inversiones
productivas necesarias para hacer más com III. CRISIS SOCIAL Y REESTRUCTURACIÓN SOCIOPOLIT1CA
petitivo el propio trabajo. e n e l c a m p o . Es importante recordar que
Por lo tanto el problema se planteaba como m ientras el desarrollo económico del campo
la necesidad de alcanzar una adecuación de europeo seguía un modelo capitalista, el desa
la productividad de la agricultura campesi rrollo de las estructuras politicas seguia con
na a la del capitalismo, tanto agrario como dicionado por los llamados "residuos feuda
industrial. Por su parte, la gran propiedad les". Los Junker, los barones sicilianos y los
agrícola im itaba lo que sucedía en la indus grandes terratenientes del este europeo admi
tria: división del trabajo y especialización o tían. al menos en teoría, la reestructuración
monocultivo, sin ninguna consideración por capitalista de sus propios fundos, pero
motivaciones que no se encuadraban según seguían manteniendo el poder político, y por
los principios de la ganancia. La introducción medio de una burocracia a su servicio tenían
de m aquinaria en el ciclo de producción (tri el control del estado. Conviene pues señalar
lladoras. cosechadoras, arados de vapor) lle el hecho de que la emigración de la mano de
gó a considerarse como la única intervención obra excedente —¡os más pobres, excluidos
conclusiva de la c. agraria, y en consecuen de la propiedad de la tierra, pero también los
cia se aconsejaba la constitución de grandes más emprendedores— hacia el continente
fundos, sin tener en cuenta las condiciones americano facilitó el desarrollo económico
del su d o o la oferta local de mano de obra. capitalista y el mantenimiento de un sistema
De hecho se aumentó de esta manera la estre político co nservador o decididamente reaccio
cha dependencia del campo respecto de la nario. Las masas campesinas expulsadas de
economía y de la sociedad urbanas, y al mis la tierra no se insertaban directam ente en el
mo tiempo se consumaba la eliminación de ciclo de producción industrial de sus propios
aquellas formas intermedias de producción paise»., y asi Italia, Europa del este y Rusia
ubicadas entre el proletariado capitalista y tienen un desarrollo industrial fragmentario,
los jornaleros agrícolas. Las maquinas tenían dependiente a su vez de la financiación y tec
la doble función de reducir los costos de pro nología anglu francesas y alemanas. La urba
ducción, manteniendo la producción de los nización se produce en naciones ultraoceáni-
400 CUESTIÓN AGRARIA
va capacidad productiva sobre todo gracias alineaba la política económica italiana con la
a las inversiones en maquinaria agrícola: sólo de Francia y Alemania, que será después tam
Salvemini seguía proponiendo la pequeña bién la de Austriu-Hungria y Rusia: los aran
propiedad como sustituto de la enfiteusis celes del grano servirían para proteger la
como mejora real de los campesinos meridio reestructuración de la cerealicultura italia
nales en la perspectiva de unión política entre na (elevando los rendimientos unitarios), obte
obreros del norte y campesinos del sur. nida con la aplicación de las técnicas más
En esta situación tenían un amplio margen modernas (inspirada en el high farming
de acción las asociaciones católicas y las de inglés) y destinando al mismo tiempo los
propietarios. Son bien conocidas las ligas terrenos peores a cultivos típicamente medi
blancas, de inspiración católica, organizadas terráneos, como el olivo o la vid, no afecta
por Luigi Sturzo en Sicilia con posterioridad dos por la competencia de ultram ar. Se tra
a los fascios, y poco a poco en el resto del país, taba de una reestructuración técnica que era
donde organizaron los sectores de pequeños al mismo tiempo una reorganización de la
y medianos propietarios, también profunda sociedad agraria y que encontraba aceptación
mente afectados por la crisis económica y a por parte de los representantes más avanza
quienes la prupaganda socialista no tenia en dos de la industria, como A. Rossi, una vez
cuenta. demostrado que el proteccionismo agrario no
Los principios que inspiraban la acción de implicaba un aumento de los salarios indus
los católicos se remontaban a las asociacio triales. Un instrumento importante para esta
nes de socorro mutuo, en una perspectiva de reestructuración técnica fueron los comités
reorganización y modernización de las estruc agrarios y posteriormente los consorcios
turas productivas. El Véneto fue ciertam en agrarios (1892) surgidos en todas las provin
te la región donde más se desarrollaron las cias del reino. Su actividad se dirigía a dos
asociaciones católicas, debido a las especía objetivos: la formulación de contratos agra
les condiciones de inserción del clero en la rios tipo según las relaciones de producción
vida social del campo, importante residuo del locales y la venta de productos industriales
tiempo de los Habsburgos. Teniendo como especializados que se hacían insustituibles
modelo la experiencia alemana y austríaca, para mantener altos los rendimientos y defen
surgieron cajas de ahorros por todas parles der los cultivos de enfermedades tales como
y fueron el medio de reunir los ahorros de los la peronospora y la filoxera. Cercanos en
agricultores no afectados todavía por la cri muchos aspectos (los medieros, el crédito
sis, permitiendo una reinversión en términos rural, la pequeña propiedad) a la problemá
de maquinaría, fertilizantes y semillas selec tica de los católicos, expresan por otro lado
cionadas. Pero de hecho aumentaba la depen más decididamente su componente clasista al
dencia de la agricultura campesina respecto examinar las listas de socios y dirigentes:
a los productos industriales y a los mecanis empresarios burgueses y miembros de la vie
mos crediticios. En otras partes, sobre todo ja nobleza local garantizan desde arriba las
en las regiones donde predominaba el régi transformaciones capitalistas de la agricul
men de medieros, se seguía proponiendo tura de la región.
dicho régimen como medio de superar la cri
sis económica y sobre todo como medio para IV. F.LCAPITALISMO EX EL CAMPOY LACUESTION AGRA
frenar la transformación de los medieros en RIA en los años veinte y treinta. La crisis pro
asalariados, lo que representaría su inevita ducida por la prim era guerra mundial, debi
ble adhesión al socialismo. El apoyo a los da a la participación en masa de campesinos
medieros coincidía de este modo con el man en los frentes de toda Europa y su mayor poli
tenimiento del statu quo social en el campo. tización. llevó a un empeoramiento de las
Las asociaciones de propietarios tuvieron relaciones de clase en el campo, sobre todo
un papel importante en la formulación de la en la Europa centro-meridional, donde la eco
política agraria del reino: muchos de ellos nomía campesina seguía teniendo fuertes ras
ocupaban un lugar en la cám ara o en el sena gos de autosuficiencia socioeconómica. En
do, como por ejemplo Jacini, Minghetti, aquellas circunstancias sólo la reforma agra
Salandra. La opción proteccionista de 1885 ria se plantea como alternativa a una trans
402 CUESTIÓN AGRARIA
producción agrícola; lemas como Blul und su mayor exponente A.V. Chayanov, que tra
Badén servían al campesino alemán para sen taba temas externos al marxismo. La caída de
tirse pieza fundamental del Reich, desde el los abastecimientos urbanos de 1927 y el
momento en que la propiedad de su predio aumento de poder de los campesinos respec
se hacia perpetua y sus necesidades y priori to al sector industrial (cuyo desarrollo limi
dades económicas eran decididas por el esta taban de hecho) fue el motivo que llevó a la
do totalitario con una rígida política de colectivización del campo. Trotski había sos
precios. tenido que la colectivización y mecanización
Profundamente distintas fueron las solucio de la agricultura eran el único sistema para
nes a la c. agraria en Rusia. A principios de aum entar la productividad de modo que per
siglo, populistas y socialistas revolucionarios mitiera la industrialización. Y Stalin en la
(1900) se oponían a una aplicación inmediata Construcción del socialismo en un solo país
del análisis marxista sobre los grandes fun indicaba el mismo camino: en 1930 la campa
dos y las tierras campesinas, sosteniendo que ña para la colectivización fue iniciada y diri
la vieja comunidad campesina, mir, podía ser gida por la burocracia procedente de la ciu
la estructura social que perm itiera evitar la dad y de estrecha observancia stalinista. El
fase capitalista en la agricultura. Por su lado koljós era la estructura socioeconómica con
Lenin (El programa agrario de la socialdemo- trolada por el poder político externo que per
cracia, 1937; Teoría de la c. agraria. 1889-1917) mitiría finalmente una mejor explotación del
seguía más bien el análisis de Kautsky. Inme trabajo campesino, sustituyendo a las anti
diatamente después de la revolución rusa de guas formas comunitarias, mir. Son bien
1905, las reformas de Stolipin (1906-1910) conocidos los costos económicos y sociales
intentaban resolver la dependencia de la fuer producidos por esta apresurada decisión, que
za de trabajo agrícola respecto de la obschi- a los ojos de los dirigentes soviéticos de la
na. la comunidad rural con responsabilidad época se presentaba como una verdadera gue
fiscal como consecuencia de la liberación de rra para reducir a los campesinos a la inte
los siervos (1858-1861). La caída del régimen gración política y contribuir así al masivo
zarista provocó la inmediata invasión de lati esfuerzo de industrialización del estado sovié
fundios y bosques por parte de los campesi tico con una drástica reducción de los con
nos y en un periodo de dos años la propiedad sumos.
campesina tenía el control de toda Rusia,
satisfaciendo así una aspiración secular. Pero V. CUESTIÓN AGRARIA Y REFORMA AGRARIA. HOY: LOS
si por una parte la división de tierras las daba países lxtkaeuropeos. En este contexto no
a quien no tenia, por otra ampliaba la propie puede dejarse de señalar que con base en el
dad a quien ya tenía. Las fuerzas sociales de esquema de análisis comparado de la expe
producción se dividieron pues en kulaki, cam riencia europea, se han de tener en cuenta de
pesinos medios, campesinos pobres y jorna alguna manera las modificaciones de la c.
leros, a los que se anadian algunos koljós y agraria en la segunda mitad del siglo xx.
sovjós y los viejos mir. El nuevo código agra Conviene dejar asentado que sólo formalmen
rio (1922), al mismo tiempo que socializaba te podemos considerarla una continuación de
los medios de producción con la nacionaliza los problemas vinculados a la afirmación del
ción de la tierra, garantizaba el uso heredi modo de producción capitalista en el campo,
tario perpetuo a los campesinos. Mientras que consolidado en la sociedad occidental durante
se hacia cada vez más claro que el ambicioso la prim era mitad del siglo. En efecto, mien
plan de industrialización de Rusia no se podía tras que en los primeros decenios de este siglo
lograr con la estructura social existente en el el contexto permanece prácticamente invaria
campo, había mucha diferencia de rentas y ble respecto al de los años ochenta del siglo
de productividad entre los fundos campesi xix, el salto cualitativo de la tecnología y de
nos, grandes y pequeños. Incluso la discusión la economía a escala internacional después
acerca de la mayor o menor productividad de de la segunda guerra mundial es de tal enver
la gran hacienda se retoma con vigor: nota gadura que inserta los problemas de la trans
ble fue el nivel de teorización de la llamada formación agí ai ia en una perspectiva estruc
escuela de "organización y producción” y de turalm ente distinta. Asi pues la descoloniza
404 CUESTIÓN AGRARIA
ción afecta al statu quu político de muchos industrializados, se exporta hacia las agricul
países extraeuropeos y obliga al capitalismo turas en vías de desarrollo y condiciona su
internacional a reorganizar los propios siste transformación en sentido capitalista. Así en
mas de explotación de aquel sector definido México (1911. 193+1940), Bolivia (1953), Chi
como tercer mundo, como países subdesarro le (1964-1970), Perú (1969), para poner algu
llados en los años sesenta v hoy como países nos ejemplos, las reformas agrarias reforza
en vías de desarrollo. Los países europeos, ron a las burguesías agrarias más que a los
entre finales del siglo xix y los años treinta, grupos campesinos. Si se considera a los paí
enfrentaban la c. agraria en situaciones de ses en vías de desarrollo como “el campo” del
capitalismos nacionales, a pesar de las diver sistema sociopolítico actual y a los industria
sas intervenciones bancarias extranjeras, y lizados como "la ciudad" (Lin Piao), solamen
por tanto permitían la plena disponibilidad te examinando las relaciones internas de cada
del producto nacional bruto por parte de las país, entre industria y agricultura, podremos
burguesías nacionales o de los residuos feu ir más allá del simple eslogan político. Ya se
dales todavía activos politicamente. Por otro ha visto cómo las relaciones entre los dos sec
lado, las burguesías nacionales de las colonias tores constituyen el tejido en el que se inser
o ex colonias fundamentan su propio poder tan los datos particulares de la c. agraria,
económico y político en la adhesión al mode siendo conveniente recordar al respecto que
lo de explotación de materias prim as lleva actualmente los sectores agrícola e industrial
do a cabo por los países de capitalismo se aferran de distinta manera al sistema polí
avanzado. tico y económico internacional. El único país
En las sociedades no industrializadas, la que ha planteado una política económica
tierra representa la forma principal de rique según el análisis aquí presentado de las rela
za, que produce por lo demás poder político ciones entre la industria y la agricultura es
y económico, reflejado en los sistemas loca China. El lema "tom ar la agricultura como
les de propiedad y de explotación del sucio. base y la industria como factor dirigente” sig
En este sentido la c. agraria no se puede resol nificaba la renuncia a la opción de una indus
ver aplicando únicamente nuevas técnicas y tria pesada como tactor dominante de la revo
nuevos instrumentos crediticios, tal como lución socialista en China. Las tres fases
podría parecer a primera vista en las socie (1949-52: reconstrucción; 1953-57: primer plan
dades europeas aquí consideradas; la c. agra quinquenal; 1958-60: “salto hacia adelante”)
ria se plantea necesariamente como reforma que preceden a la política económica sinteti
agraria, precisamente porque en la situación zada anteriorm ente han marcado opciones
anterior era escasamente productiva ante la políticas cada vez más lejanas del modelo de
competencia extranjera. Además era conside desarrollo soviético y la adopción de este
rada como garantía contra la difusión de los orden de prioridades: agricultura, industria
movimientos revolucionarios de inspiración ligera, industria pesada. Probablemente la
marxista. actual política de modernización se hace posi
Pero, de la misma manera que en la trans ble gracias a la capitalizóteión del trabajo cam
formación capitalista del campo europeo la pesino en los mismos lugares de producción
agricultura estaba subordinada a la industria en el periodo de los sesenta y setenta.
precisamente en cuanto a la tecnología Los acontecimientos que han marcado la c.
empleada, así también el imperialismo eco agraria en Europa se vinculan estrechamen
nómico logra subordinar a sus intereses las te con la economía industrial urbana, resol
posibilid.-.des de resolución de los problemas viendo el conflicto secular ciudad-campo en
agrarios de los países en vías de desarrollo, favor de la prim era. Históricamente sigue
interviniendo en la tecnología y en las estruc planteada la cuestión sobre si el desarrollo
turas crediticias. Lenin, en El imperialismo, político de la sociedad europea (y de las socie
fase superior del capitalismo, había insistido dades que siguen >u modelo) ha >ido promo
en la necesidad del imperialismo capitalista vido o retardado según la ausencia o presen
de exportar capitales hacia los países retra cia de una amplia clase de pequeños y media
sados. Del mismo modo la tecnología actual, nos propietarios rurales. Recientemente los
producto del capital invertido en los países teóricos de la modernización que se han ins
CUESTION MERIDIONAL 405
pirada en el desarrullo política y sucia! del R. Zangheri, Milán, Feltrinelli, 1960; Varios. Isti-
mundo anglosajón han puesta el acento en la tuzioni agraria nel decollo industríale, en Qua-
acción frenante de un grupo campesina nume derni Storici, 36, 1977.
roso respecto de la sociedad política. Tenien
do en cuenta la experiencia de estos últimos [ m au ko a m b k o s o u ]
años, parece ser que las soluciones autorita
rias en los países de amplia mayoría campe
sina se han producido debido a la capacidad cuestión meridional
de los grupos hcgemónicos para encontrar
instituciones que rompen la unidad cultural i. d e f in ic ió n d e l f r o b l e m a . Por c. meridional se
de la clase campesina: subordinación de la entiende comúnmente la situación de atraso,
agricultura a la industria, al sistema finan o de subdesarrollo, en un nivel sobre todo eco
ciero y sobre todo a la investigación científi nómico y social, aunque algunos añaden
ca, ha sido y sigue siendo el instrumento para incluso el político, en que se encontraba —y
mantener el control sobre la clase campesina. se encuentra aún, con ciertas precisiones que
iremos haciendo— la Italia meridional. Esta
b ib l io g r a fía : P. Barral, Les agrariens franjáis de situación puede considerarse desde dos pun
Méline a Pisani, París, p f x s p , 1968; O. Bauer, Der tos de vista. En principio puede ser estudia
Kampf uní Wald und Weide, Viena, Wiener Volk- da en su presentación y desarrollo en la rea
sbuchhandlung, 1925; O. Bauer, Sozialdemokra- lidad italiana de los siglos xix y xx y, a par
lische Agrarpolitik (1926), en Werkausgabe, Vie tir de allí, imputada por lo menos a toda una
na, Europa Verlag, 1976, t. m; O. Bauer, Tra díte serie de eventos históricos que han condicio
inierre mondiali? (1936), Turin, 1979; A. Carac- nado el proceso de unificación y de desarro
ciolo, I m questiune agraria e il nwvinienla socia llo de la sociedad italiana. Es éste el tipo de
lista nelle canipagne, en Critica sociale. a cargo aproximación que durante largo tiempo ha
de M. Spinclla, A. Caracciolo, R. Amaduzzi y C. predominado en la cultura italiana en rela
Petronio, Milán, Fcltrinclli, 1959; A.V. Chayanov ción al problema. Ello naturalm ente no nos
y otros, Chayanov y la teoría de la economía cam impide pasar en el análisis a un campo más
pesina, México, Cuadernas de Pasado y Presen estrictam ente operativo y, a p artir de allí,
te 94, 1981; F. de Vecchis y A. Varotti, // marxis ap o rtar indicaciones más precisamente polí
mo e la questione agraria in Italia: storia, teoría, ticas. Pero a la fuerza se debe poner especial
metodología, Roma, 1975; M. Gutelman, Estruc atención sobre aquellas particularidades de
turas y reformas agrarias, Barcelona, Fontama- la historia italiana que hayan podido contri
ra, 1981; P. Jalée. Le pillage dit tiers monde, París, buir al surgimiento del problema. Desde este
Maspero, 1967; K. Kautsky, La cuestión agraria punto de vista, este tipo de aproximación, si
(1899), México, Siglo XXI, 1974; S. Lañara, Movi- por un lado pone a la luz toda una serie de
mento cattolico e sviluppo capitalistico nel Véne datos indispensables para la comprensión del
to fra 800 e 900, en Studi Storici, XV, 1974; V.I. problema, por el otro no tiene en cuenta las
Lenin, El desarrollo del capitalismo en Rusia útiles indicaciones que el análisis com para
(1898), México, Ediciones de Cultura Popular, do puede dar, y sobre todo no pone en eviden
1974; V.I. Lenin, Teoría della questione agraria cia los mecanismos que producen, o tienden
(1899-1917), Roma, Editori Riuniti, 1951; D. a producir, en determ inadas circunstancias,
Milrany, Marx against the peasant: a studx in un determinado tipo de situación como la del
social dogmatism, Darham, Universityof North Mc-zzogiomo.
Carolina Press, 1951; B. Moaré Jr., Los orígenes En la medida posible, precisamente a la
sociales de la dictadura y de la democracia (1966), reconstrucción de estos mecanismos se ha
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tione agraria nella rinascita nazionale italiana, sociales que en la posguerra comenzaron a
Turin, Einaudi. 19752; J. Tepicht, Marxisme et ocuparse del estudio de la c. meridional.
agricultura, París, Colín, 1973; D. Warriner, Eco- Como se verá, la consolidación de este nuevo
nomiesof peasant farming, Londres, Cass, 1964; tipo de enfoque, más que a la influencia de
Lo tu agraric in Italia. La Fcdcrazionc naziona la cultura anglosajona se debe en gran medi
le dei lavorulori della ierra, 1901-1926, a cargo de da al surgimiento, en el nivel internacional,
406 CUESTIÓN MERIDIONAL
del estudio de los problemas derivados del origen nobiliario o granburgués, reforzada de
atraso y del subdesarrollo. En Italia nace lue inmediato por el desmembramiento de los
go sobre todo de la reconocida necesidad de bienes no enajenables eclesiásticos, y una
que el estado intervenga en la realidad social masa numerosa de campesinos sin tierras, o
para modificar los mecanismos que han pro bien propietarios de pequeñísimos fundos
ducido y producen atraso en el sur. Para ligados económicamente a la gran propiedad.
lograr esto no basta sólo un conocimiento En el medio, la pequeña burguesía, la clase
específico, estrictamente histórico del proble media que, privada de sus propios medios de
ma, sino que es indispensable identificar los sostenimiento, se limita a actividades de ser
mecanismos precisos, deducidos quizá del vicio de la gran propiedad y. en medida cre
análisis comparado, que la intervención del ciente, a aspirar a los empleos estatales que
estado puede modificar con éxito. pronto se convierten en su exclusivo mono
La c. meridional como problema político, polio.
cultural y económico nace con la unificación En los años siguientes a la unificación, la
italiana: ya en las primeras correspondencias situación se desarrolla siempre de acuerdo
de los enviados del gobierno piamontés, con estos lincamientos: afirmación de la gran
Cavour entrevé las condiciones de atraso del propiedad, que logra asi insertarse con éxito
ex reino borbónico. en el sistema político nacional; inicio del lar
El problema, sea cual fuere, queda abierto go proceso de "meridionalización" del apa
de inmediato e implícitamente resuelto con rato burocrático del nuevo estado, que per
la atribución de la responsabilidad a los bor- mite de esta forma absorber en gran medida
bones. Su mal gobierno habia empobrecido las aspiraciones de la pequeña burguesía:
una región de por sí rica que, para reponer marginación política de los campesinos, que
se de los males que la afectaban, necesita sólo se expresan únicamente a través de formas
de un gobierno ilustrado y enérgico. Este es impropias como el bandolerismo y las revuel
el argumento que pesa de manera crucial en tas locales similares a las jacqueries medie
el debate entre centralización y descentrali vales.
zación que se desarrolla en esos años en el Sólo después de 1870 en los círculos políti
nuevo estado. El Mezzogiomo puede ser aban cos dominantes se comienza a tomar concien
donado a sí mismo: su sociedad está corrom cia de la potencial peligrosidad de esta situa
pida, más bien ha sido corrompida por el ción, cuando un notable grupo de estudiosos
poder político, y a partir de allí no está en con contribuye a hacer concentrar la atención de
diciones de autogobemarse. Conceder al Mcz- la opinión pública sobre los problemas del
zogiorno un sistema federal como el nortea Mezzogiomo.
mericano significaría no sólo postergar toda Algunos de éstos se reúnen alrededor de la
resolución del problema sino más que nada Rassegna Settimanale y comienzan un estu
poner en peligro la misma unidad del estado dia sistemático y, en lo posible, científico de
italiano, manteniendo en el sur una situación las condiciones del Mezzogiomo. Se trata de
de m alestar social potencialmente peligrosa. los que fueron designados como el grupo de
Si ya desde fines de 1860 quedaba adverti los meridionalistas conservadores que, cons
da la presencia de serios problemas en el Mez cientes de la gravedad de la c. meridional,
zogiomo, en el decenio siguiente precisamen decidieron remediarla induciendo a las cla
te el enfoque arriba señalado refuerza la con ses dirigentes a una política de mayor respi
vicción de que la sola unificación de por si ro, con el fin de reforzar las bases de la joven
habría resuelto la cuestión e impedido que en nación italiana y dem ostrar la misión histó
el debate político del nuevo estado fueran tra rica de la burguesía como clase libertadora
tados con mayor atención los problemas de (Salvadori, 1963). Y precisamente porque
la región. creen en un conservadurismo capaz de ser
motor de progreso, >u punto de referencia
ii.la búsqueda de las CAUSAS. Mientras tanto se reside en el modelo político constitucional
consolidaba en el sur una típica situación de inglés. Son Pasquale Villari, Sidney Sonnino
atraso. Dos grandes grupos sociales domina y Leopoldo Franchetti, autores estos dos últi
ban la escena: la gran propiedad agraria de mos de la lamosa investigación sobre Sicilia
CUESTION MERIDIONAL 407
nel 1876. Su traba jo se explica principalmen cede a analizar con extrema precisión el pro
te en el campo de la búsqueda empírica de las ceso de empobrecimiento del Mezzogiorno.
condiciones de la sociedad meridional, pro Su análisis destaca la función secundaria ejer
duciendo así un notable e interesante volu cida por el sur en las confrontaciones del pro
men de datos. ceso del desarrollo industrial concentrado en
En cuanto a la solución aconsejada para el norte. A través de un atento análisis de la
modificar la situación, la principal medida política económica y financiera del estado
necesaria es la transformación del latinfudio unitario, Nitti logra demostrar cómo se había
meridional en un vasto número de arrenda dado una efectiva transferencia de riquezas
mientos de aparcerías o de pequeñas propie del sur hacia el norte y cómo esta transferen
dades con el fin de form ar una numerosa cla cia había favorecido notablemente el despe
se de campesinos independientes económica gue económico del norte, mientras que este
y politicamente. proceso de explotación había impedido todo
Con Giustino Fortunato la apertura de la desarrollo industrial en el sur y deteriorado
cuestión da un nuevo paso adelante. Surge la la situación socioeconómica general. De este
necesidad de considerar con mayor atención modo el análisis de Nitti llega a la conclusión,
cuáles fuerzas están potencialmente en con importantísima en el futuro, de que sin un
diciones de llevar adelante una política de sólido proceso de industrialización, estim u
reformas en el Mezzogiorno. Para Fortunato lado y dirigido por el estado, no seria posi
sólo el estado puede hacerlo, movilizando al ble resolver la c. meridional.
mismo tiempo sobre estos objetivos de refor Sin embargo no hay que olvidar que en sen
ma a las masas campesinas. Fortunato llega tido opuesto se levantaban las afirmaciones
a esta conclusión mediante la crítica del pro de Don Sturzo. No se trataba, según él, de
ceso histórico de unificación representado hacer recorrer al sur el mismo camino reco
por el Renacimiento, proceso que por cierto rrido con éxito por el norte, sino, por el con
no ha involucrado a las grandes musas popu trario, racionalizar la estructura productiva
lares. Pero la confianza en el cambio está sen existente, es decir la agricultura. De este
tada precisamente en aquellas fuerzas, las modo la modernización del sur sería alcan
que gobiernan el estado, que no se han mos zada sin obstáculos, ahorrando a la sociedad
trado muy interesadas en promover cambios meridional las fracturas disgregadoras de las
relevantes. De hecho, por esto, es decir por transformaciones industriales.
la obstinada insensibilidad del estado ante Mientras tanto, para apuntar la interdepen
toda necesidad reformadora, y por su función dencia creada entre el desarrollo del norte y
de principal sostén del bloque de poder meri el atraso del sur, había surgido el pensamien
dional, Fortunato llega finalmente a conside to socialista (y, en particular, Ciccoti). Des
rar inútil, e incluso peligrosa, toda interven pués de un prim er momento en el cual lamen
ción del estado en la vida económica del país tablemente se había identificado con el socio-
y, a partir de allí, en un segundo momento, logismo de tinte positivista y con su triste
a convertirse a un liberalismo radical en opo mente famosa teoría "científica" sobre la
sición a un proteccionismo estatal que había natural inferioridad racial de los meridiona
demostrado ser un formidable instrum ento les como causa prim era del atraso del sur,
de conservación de la estructura social del una más atenta reconsideración del método
Mezzogiorno. marxista lo lleva a señalar los orígenes del
Desde esta perspectiva la c. meridional subdesarrollo meridional en el modo de for
resulta estrecham ente vinculada a la crítica mación del proceso de unificación adminis
del Renacimiento y, a partir de allí, a la moda trativa y de desarrollo industrial del estado
lidad de actuación del proceso de unificación italiano. En este sentido, el Mezzogiorno,
nacional. Para Colajanni, por ejemplo, entre según la clásica afirmación marxista, pade
norte y sur se ha establecido una relación en cía tanto del desarrollo del capitalismo como
muchos aspectos sim ilar a la que se instaura de lo insuficiente de este desarrollo.
entre una potencia colonial v sus colonias. Hacia finales del siglo el debate tiende a
Contemporáneamente, desde un punto de superar la dimensión teórica para convertir
vista más estrictamente económico, Nitti pro se en más del inidamente política. La situación
40H CU USTIÓN MERIDIONAL
política meridional, contrastada por la per do del sur la base de la revolución italiana"
manente corrupción del restringido electora (cit. en Salvadori). En Dorso reaparecen todos
do, influye negativamente en los socialistas los temas del meridionalismo italiano clási
y los empuja a buscar acuerdos con las Tuer co: critica del Risorgimento, necesidad para
zas más abiertas de las clases dirigentes sep el reform ador de una fuerza y de un rigor
tentrionales. olvidando completamente a las moral, confianza al señalar como protagonis
masas del sur. Algo más que escasa es, y siem ta del cambio a un grupo social profundamen
pre lo ha sido, la incidencia de los intelectua te ligado al tradicional sistema de poder: la
les meridionalistas sobre la formación de los "pequeña burguesía humanista".
temas políticos de importancia nacional. Para Dorso la situación del Mezzogiorno es
En este contexto, la importancia de Salve- fruto de la autoexclusión de la clase política
mini "reside en haber afirmado por prim era meridional en la gestión del poder político
vez. la verdad, entonces convertida en patri nacional. Pero, precisamente por esto, la
monio ideal de las fuerzas socialistas italia superación de la condición de súbdito colo
nas, de que así como los campesinos meridio nial no puede ser asignada a los estratos
nales no podrían emanciparse a si mismos sin subalternos, completamente marginados,
la ayuda de los obreros del norte, éstos tam sino a aquellos estratos que, estando en el cen
poco podrán convertirse en clase dirigente sin tro del sistema político, cultural y social, pue
la alianza de aquéllos" (Salvadori). den realmente incidir a través de nuevas for
En efecto, el mérito de Salvemini consiste mas de integración política sobre la vida
en haber intentado por vez prim era un com nacional. El mérito de Dorso resulta enton
pleto análisis de ~lase del sistema de poder ces. no obstante los evidentes limites de su
que gobernaba el sur y en haber señalado en análisis de clase, del replanteo de manera
las masas campesinas el sujeto que debía ser nueva, aunque no original, de la atención
movilizado para destruir la alianza entre lati sobre la gestión del poder político, centro de
fundistas y pequeña burguesía, eje fundamen dirección de toda manifestación en el sur e
tal de ese sistema. En el Mezzogiomo, en efec instancia unificadora respecto de la disgre
to, faltan casi completamente dos de las cla gación general (Turnatori y Lodi).
ses fundamentales de la sociedad moderna: Contemporáneamente a Dorso, desde el sec
el proletariado y la burguesía capitalista. tor socialista, Antonio Gramsci profundiza
El remedio necesario para esta situación con posterioridad el análisis. Partiendo de
resulta, según Salvemini, un proceso de movi consideraciones sobre la situación meridio
lización de las masas campesinas. Los medios nal no demasiado disímiles de aquellas de los
para activarlo son esencialmente el sufragio clásicos, Gramsci ahonda en ella en un amplio
universal y el federalismo. En este contexto análisis de la clase dirigente italiana.
se encuadra la alianza de todas las fuerzas En la c. meridional detecta ante todo una
progresistas del norte aunque en una óptica, situación funcional, tanto en el nivel político
para Salvemini, todavía algo mecánica: es como económico, al sistema de poder instau
decir, antes los progresistas del norte pelea rado en Italia después de 1861. Para Grams
ron el sufragio universal y, una vez obtenido, ci la c. meridional se liga directam ente con
buscaron movilizar a los campesinos y liqui el problema del Risorgimento como revolu
dar así las fuerzas reaccionarias. A p artir de ción fallida y por ello se plantea fundamen
allí, estas dos instancias m archarían separa talmente como cuestión nacional. Pero pre
das hasta que Salvemini, desconfiando de la cisamente en tanto nacional, la c. meridional
oportunista política de alianzas del rsi, tiene la necesidad de ser encuadrada en la
comenzará a considerar sólo a las masas estrategia del movimiento socialista como
meridionales sin tener más confianza en las problema fundamental y no accesorio. De este
del norte. modo, el nudo central por afrontar resulta ser
En esta perspectiva se inserta también el el poder político central. Precisamente sobre
aporte teórico de Guido Dorso, aunque su este punto tiene lugar la división entre refor
visión reform ista tiende a considerar en mistas y revolucionarios en el interior del
mayor medida a la sociedad italiana en su glo- movimiento obrero: entre quienes creen que
balidad: "la c. meridional se resolverá hacien el problema puede ser resuelto con la ayuda
CUESTIÓN MERIDIONAL 409
del poder político y entre quienes piensan, sidad de modificar, con la intervención del
como Gramsci y otros, que sólo un cambio de estado, las estructuras de la sociedad meri
las relaciones entre las clases y de éstas y el dional.
estado puede resolver efectivamente las
cosas. Según Gramsci, después de 1861 en Ita ui. el debate de POSGUERRA. La comprobación
lia se había formado una estrecha alianza más relevante de la cual hay que partir para
entre los dos grupos dominantes en el nivel comprender los desarrollos posteriores del
regional —los agrarios del sur y los industria debate es la persistencia de la c. meridional
les del norte— y que esta alianza ha condicio en el tiempo, en menoscabo de todos los inten
nado fuertem ente el desarrollo político del tos hechos para resolverla. La realización de
país después de la unificación, obstruyendo la industrialización en el norte no ha llevado
la democratización de las relaciones sociales ningún beneficio al sur, pese a que en los últi
en el campo y la superación de las viejas for mos años se hayan experimentado sin éxito
mas de producción semifeudales. De este aná varios intentos de promover un desarrollo
lisis deriva en consecuencia que. para des moderno. Esta situación de cualquier forma
tru ir esta alianza, deben unirse los respecti ha contribuido a destacar cada vez más el pro
vos antagonistas históricos de estos dos gru blema y a convertirlo en una verdadera y pro
pos dominantes: la clase obrera del norte y pia cuestión nacional: después del adveni
los campesinos del sur, los dos sujetos poien- miento de la República todos los gobiernos
ciuJmente revolucionarios. En particular, en se han planteado el objetivo de encaminar la
el Mezzogiomo Gramsci señala tres estratos situación sin obtener, sea como sea. muchos
sociales en el interior de una sociedad agra éxitos.
ria: la gran masa campesina amorfa y disgre Esta centralización del problema meridio
gada, los intelectuales de la pequeña burgue nal surge también en una de las críticas más
sía rural, los grandes terratenientes y los articuladas que se le han hecho a la perspec
grandes intelectuales (Croce y Fortunato) tiva gramsciana, la de Rosario Romeo. Al
(Gramsci, 1972). comentar la tesis gramsciana del Risorgimen-
Éstos son los elementos que el partido debe to como revolución agraria fallida. Romeo
tener en cuenta en el sur para su modelo de indicó sus limitaciones al no haber tomado
transformación de las estructuras de la socie en cuenta los vínculos de funcionalidad
dad. El partido organiza así las clases y los corriente entre la explotación de las masas
grupos sociales y, naturalmente, los intelec campesinas y el proceso de acumulación o ri
tuales. para ponerlos al servicio de la revo ginaria del capital y de desarrollo del capita
lución socialista. Más precisamente, en este lismo italiano. De hecho, una revolución agra
modelo, que disiente ampliamente en especial ria habría implicado una redistribución de la
de la problemática salveminiana, el papel de propiedad de la tierra según el modelo fran
los obreros del norte no consiste sólo en apro cés y, por lo tanto, un aumento del nivel de
vechar los márgenes reform istas del capital consumo de las clases campesinas, por lo que
sino, por el contrario, en organizar a los cam habrían dism inuido necesariam ente los
pesinos del sur mediante el partido y llevar recur-os disponibles para la acumulación y,
lo hacia los objetivos comunes. de hecho, frenado notablemente el proceso de
En definitiva, con Gramsci se impone en el desarrollo económico. Desde este punto de
estudio de la c. meridional la necesidad de un vista, incluso la propia situación de subdesa
análisis crítico de la sociedad y de la< fuer rrollo del Mczzogiorno se entiende como una
zas sociales dispuestas al cambio. Sin un aná fase de explotación del sur por parte del nor
lisis de clase resulta inútil, y sobre todo peli te, moralmente deplorable pero económica
groso. limitarse al problema del estado y mente necesaria para el desarrollo de todo el
exponerse a las hipótesis de una solución país e ínsita en la diversidad de las situacio
puramente política del problema. El punto de nes socio-económicas de la> diversas regiones
llegada de Gramsci resulta, en la posguerra, italianas en el momento de la unificación. En
un punto de partida para un análisis que otras palabras, en la diferencia de los puntos
aporte datos más útiles en una situación polí de partida está la explicación principal del
tica que en la actualidad ha aceptado la nece subdesarrollo meridional.
410 CUESTIÓN MERIDIONAL
La interpretación de Rorreo ha sufrido, des avanzada del país. En efecto, a todas las solu
de luego, muchas objeciones. En particular ciones propuestas para resolver la c. meridio
se ha observado de manera aguda (Gerschenk- nal es común la convicción de que sustancial
ron) que m ostrar las carencias y la estreche/ mente el problema del desarrollo del sur no
de la crítica gramsciana al Risorgimento no es diferente del desarrollo del norte y que por
puede justificar el proceder de las clases diri ello no puede ser resuelto en el mismo m ar
gentes italianas durante este periodo. Al con co social y político que hasta ahora es domi
trario, aunque sin rechazar sustancialmente nante. De estas premisas se deriva, por lo tan
el esquema propuesto por Romeo, la acción to. la necesidad de eliminar, a través de la
del estado italiano después de la unificación acción del estado, todos los obstáculos que
queda considerada como insuficiente sin más puedan de alguna manera turbar u obstacu
en su asignación de recursos al sistema indus lizar el proceso de penetración del desarro
trial y en su promoción del desarrollo econó llo industrial en el área atrasada; gran relie
mico nacional. De todos modos, a pesar de las ve se le concede a los modelos de com porta
críticas que pueden hacérsele, debe observar miento y de valores considerados cruciales en
se que incluso la tesis de Romeo destaca la el proceso de cambio social.
necesidad de una “política meridionalista" Pero a esta tesis se le ha venido contrapo
para resolver la c. meridional. niendo progresivamente otra que insiste, por
Mientras tanto, precisamente por las difi el contrario, en la unidad del mecanismo de
cultades que se encuentran en su solución, el desarrollo que está en la base tanto del desa
problema empieza a ser considerado desde rrollo del norte como del subdesarrollo del
una perspectiva cada vez más amplia que lo sur. Recientemente expresada en Italia por
asimila a los problemas generales del atraso Capecelatro y Cario, esta tesis es continuación
y del subdesarrollu. Además, en la posguerra de las elaboraciones de A. Gunder Frank y en
la cultura italiana restablece los propios con general de los neomarxistas norteamericanos
tactos con la cultura occidental y en particu Baran y Sweezy.
lar con la norteamericana. Así se difunden Si el capitalismo en su desarrollo tiende a
también en este país las prim eras teorías crear y a recrear continuas polarizaciones
generales del desarrollo social formuladas entre áreas metropolitanas y áreas satélites,
por la sociología anglosajona. instaurando entre ellas relaciones de depen
Para esta corriente de pensamiento, cuyo dencia y de explotación, la situación de sub
máximo exponente puede ser T. Parsons, el desarrollo del sur es entonces el producto
desarrollo económico-social es un proceso directo del desarrollo capitalista en el país.
tendencialmente universal, basado en la Por eso la única solución verdadera de la c.
industrialización y en la modernización, que meridional es una revolución socialista que
con diferente intensidad involucra e intere movilice a lodos aquellos que en algún modo
sa potencialmente a todos los países. Preci resultan sistemáticamente explotados por la
samente por esto, eventuales crisis y reflujos metrópoli.
que se manifestan en las sociedades tradicio Ya en el debate teórico internacional este
nales en sus relaciones con el exterior tien tipo de análisis ha encontrado notables críti
den a ser interpretadas generalmente como cas, especialmente en loque respecta al con
fenómenos de resistencia de las viejas estruc cepto de modo de producción capitalista usa
turas que tratan de sobrevivir a la implanta do por Frank y, sobre todo, por la subvalora-
ción innovadora. ción del papel que los factores endógenos
En estos términos, la c. meridional se con cumplen en los procesos de cambio. Su pos
vierte en un fenómeno de dualismo de la terior aplicación pura y simple a la situación
estructura *<ocial y económica italiana. En italiana ha generado perplejidad.
efecto, aquí conviven dos organizaciones Sobre todo se ha cuestionado (Bonazzi) el
sociales de diferente tipo: un norte avanzado no haber tenido suficientemente en cuenta el
V un sur atrasado. La solución del problema hecho de que el Mc-zzogiorno forma parte del
tendrá lugar de m anera casi automática, en estado italiano desde hace más de un siglo.
caso de que el sur resulte progresivamente Cuestión de no trascendentes consecuencias
absorbido por el desarrollo de la parte más si pensamos por ejemplo en las particulares
CUESTIÓN MERIDIONAL 411
funciones que ejerce, y ha ejercido, sobre el insumos simbólicos. En este sentido, por
sistema político nacional la clase política ejemplo, debe particularm ente insertarse el
meridional y la meridionalización de la admi plan de bonificación integral, que tiende a
nistración pública. Pero particularm ente se desarrollar en el Mezzogiorno ambas funcio
cuestiona el no tener en cuenta la política nes. Por otro lado se puede agregar la políti
meridionalista del ¿tasto público experimen ca de construcción de obras públicas y la mis
tada en la posguerra. El modelo de Gunder ma política exterior "im perialista” con la
Frunk, localizando el análisis en los procesos aventura de Etiopia, hecha pasar por solución
de subdesarrollo provocados por la explota de los problemas de los campesinos meridio
ción externa, no ofrece instrumentos teóricos nales. Pero es después de 1945 cuando se asis
para com prender la particularidad de la te a un cambio cualitativo de la actitud del
estructura interna del Mezzogiorno y en par estado hacia el sur. La influencia de las teo
ticular las relaciones de clase. Por estos moti rías del desarrollo arriba citadas lleva a reva
vos se ha pensado (Bonazzi, 1972) que la rea lorizar el papel de la intervención pública y
lidad presente en el Mezzogiorno puede ser de esa forma a institucionalizarla con la crea
afrontada mejor con un esquema teórico que ción. en 1950, de la Cassa del Mezzogiorno.
comprenda tanto los factores exógenos como No obstante que la Cassa fuera concebida en
los endógenos y que permita valorar los pro su creación como un ente extraordinario, nos
cesos de transformación vinculándolos a las encontramos ahora frente a un diseño orgá
funciones ejercidas por los condicionamien nico, o que al menos así se pretende, de solu
tos estructurales determinados por el tipo de ción del problema meridional. A las tesis de
desarrollo de la comunidad nacional y por la Rosenstein-Rodan en el sentido de un desa
interacción que se establece entre estos con rrollo de la agricultura y de la infraestructu
dicionamientos v la sociedad meridional con ra. y a la de Lutz de una tregua salarial para
siderada en sus componentes internos. crear los márgenes de formación de nuevo
Resumiendo y esquematizando, el proble capital para invertir en el sur, se opone, sus-
ma de hoy consiste fundamentalmente en tancialmentc vencedora, la tesis de Saraceno
saber si el considerar la c. meridional como favorable a la creación de “un mecanismo de
un producto directo del desarrollo capitalis dcsarrollo autónomo y autopropulsivo”. Esta
ta en Italia lleva necesariamente a superar la línea en concreto significa el intento de indus
relevancia de la acción política a corto pla trializar el Mezzogiorno especialmente por
zo, también y sobre todo dentro del marco medio de la acción del estado, sea como direc
político-institucional vigente. Es sobre este to contratista o a través de ayudas y subven
problema que el debate está en marcha entre ciones.
quienes juzgan la acción estatal de cualquier Esta linea de desarrollo lleva consigo dos
tipo como funcional al desarrollo capitalis implicaciones notablemente importantes.
ta, y por lo tanto incapaz de dar por si mis Sobre todo consagra, también oficialmente,
ma una solución a la c. meridional, y entre la c. meridional como cuestión nacional y la
quienes piensan que en ella pueden encontrar coloca de esta manera en el orden del día,
se implicaciones cuantitativas no indiferen aunque sea de manera superficial y propagan
tes sino más bien cruciales para el desarro dística. A partir de allí, en segundo lugar,
llo histórico. logra ver como necesaria una intervención
global y programada aunque sólo sea para
iv la acción dfi. ESTADO. Se puede justam ente abril el problema: sin una concepción inte
sostener que el fascismo había representado gral no se puede aquí seguir hablando ni de
el perfeccionamiento del bloque agrario- afrontar ni de resolver la cuestión.
indu-trial constituido en los primeros 50 años Pero también este tipo de aproximación al
de historia italiana. En efecto, para reducir problema comienza a encontrar creciente difi
las tensiones a las cuales este bloque había cultad en la segunda mitad de la década de
estado expuesto en los primeros 25 años del los sesenta. Por un lado, de hecho la crisis del
siglo, se empeña por un lado en una política desarrollo industrial en el norte impone una
de control planificado de las fuerzas sociales más atenta consideración de las vinculacio
y. por el otro, en una creciente emisión de nes económicas internacionales y. a p artir de
412 CUESTION MERIDIONAL
talista está relativamente ausente, lo que favo solidado un nuevo bloque de fuerzas que se
rece el estado de disgregación en el interior está mostrando capaz de realizar un proceso
de la clase e impide la visualización de las de desarrollo sustancialmente desequilibra
relaciones sociales de producción: al lado de do sin ejercer, por otra parte, un alto grado
grupos empleados en la gran industria de de hegemonía sobre grupos subalternos. Lo
base, unidos frecuentemente por criterios que también debe destacarse, además de los
politicos. se encuentran notables grupos de notables cambios ocurridos en el interior de
obreros de medio tiempo: obreros ocupados las clases dominantes, es la comprobación de
parte del año en la industria, en especial la que tampoco el nuevo orden político-social ha
de pequeñas dimensiones, y parte en la agri resuelto el problema del subdesarrollo meri
cultura. Estos últimos, indefinidos desde el dional sino que se ha limitado sólo a moder
punto de vista profesional, traducen su inde nizar las formas (Galasso).
finición social en una actitud política extre En este sentido la desocupación, la emigra
madamente difusa. ción, las consiguientes formas de rebelión, en
Además de la emigración, otra válvula de una palabra los desequilibrios que caracteri
escape a la creciente oferta de trabajo se zan aún hoy a la sociedad meridional, tienden
encuentra en el sector terciario, que pasa del a corroborar la tesis que ve una sustancial
27% de la población activa en 1951 al 40% en continuidad en el proceso de subdesarrollo
1965; crecimiento que en gran parte está refe del sur, y que del fracaso de todas las hipóte
rido a la actividad comercial y a la adminis sis de desarrollo formuladas en las décadas
tración pública. De hecho, una de las tenden de 1950 y 1960 deduce la necesidad de un radi
cias características del proceso de desarro cal salto de calidad, en el sentido anticapita
llo en el Mezzogiorno desde la posguerra en lista, de las medidas a emprender.
adelante es el ensanchamiento de las diferen Desde este contexto surge de inmediato la
cias entre industrialización y urbanización. nueva importancia que asume el papel del
La expulsión de los campesinos del campo no estado. No sólo como prim er empresario y
encuentra en la industria, por los motivos como organizador de la política de interven
arriba apuntados, un aumento de la deman ción extraordinaria, no sólo como eficaz lugar
da de fuerza de trabajo. Debido a este estran- de mediación entre los intereses de los dis
gulamiento las ciudades experimentan un cre tintos grupos que forman o se apoyan en la
cimiento desmesurado y proliferan las acti clase dominante, sino sobre todo como ins
vidades referidas al sector terciario no pro trum ento de atracción del bloque de poder en
ductivo. Y es en este sector donde se va cada nivel político y social.
nucleando una nueva clase media de dimen Esta nueva capilaridad de la función del
sión y fuerza considerables. Encuentra sus estado está bien ejemplificada por la trans
principales ocupaciones en el comercio y en formación que sufre el tradicional sistema de
la adm inistración pública, que se desarrolla clientelas. El viejo sistema basado en clien
en gran medida como fruto del modelo "esta- telas personales, y por lo tanto privadas, ha
tizador” del desarrollo económico (Tarrow). sido barrido en el curso de los años cincuen
A partir de aquí la importancia de esta nue ta. Los viejos notables dotados de prestigio
va clase media crece no sólo por su estrecha personal han sido sustituidos inexorablemen
compenetración con los órganos del estado te por la organización burocrática, creada y
sino sobre todo por la misma política de inter desarrollada por la política de intervención
vención que ella se encuentra prácticamente estatal en el Mezzogiorno, que ofrece desarro
en posibilidad de ejercer. En estas condicio llo económico y favores en esta cosecha de
nes, junto al sector moderno de la industria, votos para los hombres políticos (Tarrow).
tiende a form arse un nuevo tipo de coalición Precisamente por esta calidad organizativa,
que busca prácticam ente disolver el avance la nueva "clientela burocrática" alcanza
de las clases subalternas, ejerciendo un opor potencialmente todos los estratos de la pobla
tuno control sobre las condiciones de desa ción y contribuye por ello a erosionar en gran
rrollo económico (Donolo). medida la base social que los movimientos de
Por estos motivos se puede decir que des izquierda intentan construir.
de la posguerra progresivamente se ha con Ahora se puede comprender mejor como la
414 CUESTIÓN MERIDIONAL
Madrid. Dédalo. 1978: R. Romeo. Risorgimento exclusión o no del recurso a formas violen
e capitalismo, Bari, Laterita, 1959; M.L. Salvado- tas de acción. No hay que olvidar, por último,
ri. ¡I mito del bnon emento, Turin, Hinaudi, 1963; el lenguaje y los símbolos específicamente
S.G. Tarrow, Partito comunista e contadini nel políticos, como las banderas, las contraseñas
Mezzogiomoi 1967), Turin, Einaudi, 1972; G. Tur- de las diversas fuerzas políticas, las consig
naturi y G. Ludí. Le classi nella societá meridio- nas, etcétera.
nale: schema d'analisi di Salvemini, Dorso, En un conocido esludio aparecido en 1963,
Gramsci, en Rassegna Italiana de Sociología, dos investigadores estadunidenses encontra
xiv, 1973, núm. 1; R. Villari, La crisi del blocco ros tres tipos de c. política de cierto interés.
aeraría, en L'ltalia contemporánea 1945-1975, a Después de definir c. política como "el con
cargo de V. Castronovo, Turin. Einaudi. 1976. junto de las orientaciones psicológicas de los
miembros de una suciedad en relación con la
[CARLO GUARNI tR l] política", los autores distinguen tres tipos de
orientaciones, o sea tres posiciones que el
sujeto puede adoptar o tres modos en que
puede ver los hechos y las relaciones socia
cultura política les. La orientación cognoscitiva está represen
tada por el conjunto de los conocimientos y
Investigadores, observadores y pensadores de de las creencias relativas al sistema político,
todos los tiempos, al reflexionar sobre las a las funciones que lo componen, a los titula
características de distintas sociedades ponen res de estas funciones; la orientación de tipo
con frecuencia el acento no sólo en la diver afectivo está representada por el conjunto de
sidad de la praxis y de las instituciones polí los sentimientos albergados en relación con
ticas sino también en las creencias, en los el sistema, con sus estructuras, etc.; finalmen
ideales, en las normas y en las tradiciones que te, la orientación evaluativa comprende ju i
colorean de manera particular y dan signifi cios y opiniones sobre fenómenos políticos y
cado a la vida política en ciertos contextos. requiere la combinación de informaciones,
El interés por estos aspectos, tal vez menos sentimientos y criterios de evaluación. Las
tangibles aunque no por eso menos interesan orientaciones se distinguen según que tengan
tes, de la vida política de una suciedad, ha ido por objeto, ya sea el sistema político en su
aumentando en los estudios recientes de cien conjunto, ya sea las estructuras de penetra
cia política y al mismo tiempo se ha ido difun ción en el sistema político de instancias y
diendo el uso de la expresión c. política para demandas existentes en la sociedad, ya sea
designar el conjunto de actitudes, normas y también las estructuras de tipo ejecutivo o
creencias, compartidas más o menos amplia administrativo mediante las cuales se llevan
mente por los miembros de una determ ina a cabo las decisiones, ya sea finalmente la
da unidad social y que tienen como objeto relación que se establece entre el individuo
fenómenos políticos. Así, por ejemplo, podría y el sistema. El prim er tipo de c. política
mos decir que forman parte de la c. política —que se conoce con el nombre de parochial
de una sociedad los conocimientos, o mejor political culture— se presenta principalmen
dicho su distribución entre los individuos que te en sociedades simples y no diferenciadas
la componen, relativos a las instituciones, a en que las funciones y las instituciones espe
la práctica política, a las fuerzas políticas que cíficamente políticas no existen o coinciden
operan en un determinado contexto; las orien con funciones o estructuras económicas y
taciones más o menos difundidas, como, por religiosas. El segundo tipo, llamado c. políti
ejemplo, la indiferencia, el cinismo, la rigidez, ca de "subordinación”, se presenta cuando los
el dogmatismo o. por el contrario, el sentido conocimientos, los sentimientos y las evalua
de confianza, la adhesión, la tolerancia hacia ciones de los miembros de la sociedad se
las fuerzas políticas distintas de la propia, refieren esencialmente al sistema político en
etc., y, finalmente, las nonnas, como por ejem su conjunto, pero se dirigen principalmente
plo el derecho y el deber de los ciudadanos a los aspectos de output, o de salida, del sis
de participar en la vida política, la obligación tema, o sea, en la práctica, al aparato adm i
de aceptar las decisiones de la mayoría, la nistrativo encargado de la ejecución de las
416 CULTURA POLITICA
decisiones. En este cuso, tas orientaciones son que antes estaban separadas, puede conside
principalmente de tipo pasivo, y esta c. polí rarse como un caso de transición que reque
tica corresponde principalmente a regímenes ría pasar de una c. política de tipo paruchial
políticos autoritarios. Finalmente, en el ter a una c. política “de subordinación”; en la
cer tipo de c. política —llam ada "de misma forma, los problemas de la transición
participación”— existen orientaciones espe de un régimen autoritario a uno democráti
cíficas que se refieren no sólo a ambos aspec co pueden considerarse como problemas rela
tos del sistema sino que prevén también una tivos a la reacción, transformación y difusión
posición activa del individuo. En este tipo de de una c. política de tipo "participante”. De
planteamiento se usan los conceptos de adhe acuerdo con algunos autores, la c. política de
sión (allegiance), apatía y enajenación para la Italia contemporánea es de tipo mixta, en
caracterizar la relación de congruencia o la que predominan elementos de apatía y ena
incongruencia entre la c. política y las estruc jenación. Los resultados de una investigación
turas políticas. Se da la adhesión cuando los realizada en 1959-1960 en cinco países (Ale
conocimientos van acompañados de orienta mania occidental, Italia, México, Gran Breta
ciones afectivas y juicios positivos; enajena ña y Estados Unidos) muestran que en gene
ción y apatía, cuando la actitud predominan ral —o sea en el nivel de la población toma
te de los miembros de una sociedad respecto da en su conjunto— Italia se caracteriza por
del sistema es de hostilidad o de indiferencia, la existencia de un escaso apego e identifica
respectivamente. La congruencia o incon ción con el régimen democrático, por una
gruencia entre la c. política y la estructura escasa difusión y aceptación del deber cívi
política se presentan, por lo tanto, cuando las co de participación en la vida política, por un
orientaciones predominantes no se adaptan escaso interés y un bajo nivel de información
a las estructuras y a la praxis existentes; de y conocimientos en m ateria de política, por
este modo, una c. política “de participación" un difundido sentimiento de impotencia de
que forma parte de un sistema con estructu los individuos para influir en las decisiones
ras políticas autocríticas es muy poco con políticas tanto en el nivel local como en el
gruente y se adapta menos que una política nacional, por una mayor polarización entre
“de subordinación”. Dígase lo mismo de la los seguidores de las distintas fuerzas políti
relación entre una c. política en que no se con cas, por un mayor tem or y desconfianza res
sidera al ciudadano como partícipe de las pecto de la política, por un sentimiento más
estructuras políticas de participación. Natu difundido de enajenación desde el punto de
ralmente no es necesario decir que los tipos vista emotivo en relación con los aconteci
descritos más arriba son tipos puros, figuras mientos políticos, por una escasa confianza
totalmente teóricas que se presentan sólo en en el recurso a mecanismos sociales (grupos,
el caso de una absoluta homogeneidad de la asociaciones, etc.) como instrumentos para
c. política. En la práctica, en cambio, encon influir en la política y un destacado recurso
tramos únicamente c. políticas de tipo mix a medios y a iniciativas personales.
to, que resultan de la combinación de las El hecho de que en un nivel de macroanáli
diversas orientaciones descritas anteriormen sis se pueda hablar legítimamente de la c.
te. De este modo, aun en las sociedades que política de toda una sociedad y caracterizar
contienen estratos muy amplios de sujetos la de manera general, no debe inducir, sin
‘■participantes” se encuentran porciones con embargo, a cometer el error de creer que la
siderables de "súbditos” y de parocliials. A c. política es algo homogéneo. Por el contra
pesar de que no deja de haber dificultades en rio, se puede considerar que la c. política de
el nivel conceptual, este esquema interpreta una cierta sociedad está constituida normal
tivo tiene cierta utilidad porque permite mente por un conjunto de subculturas, o sea
poner a prueba, o ver desde una perspectiva de actitudes, normas y valores diversos que
nueva, ciertos problemas que son de un noto frecuentemente se oponen entre si. En socie
rio interés para el investigador de fenómenos dades complejas, organizadas y con estructu
políticos. De esta manera, por ejemplo, el sur ras muy diferenciadas y que son el resultado
gimiento de nuevas unidades políticas, que de la agregación de comunidades con histo
resultan de la reagrupación de comunidades ria y tradición diversas, la presencia de estas
C U LTU RA PO LÍTICA 417
siquiera verdaderas islas culturales, y se las cívica (1963), Madrid, Euramérica, 1970; G.
podria presentar más bien como una serie de Almond y S. Verba (coords.), The civic culture
círculos que se inlersectan parcialmente y revisited, Boston, Little Brown and Co., 1930: A.
que contienen núcleos de valores comunes a Broun y J. Gray (cumps.), Political culture and
dos o más subculturas. Existen, además, otras palitical change in communist States, Nueva
diferenciaciones, frecuentemente de origen York, Holmes and Meier, 1977; J.P. Nettl, Poli-
geográfico, ligadas al desarrollo histórico de tical mobilizatian, Londres, Faber and Faber,
ciertas fuerzas políticas: tenemos, por ejem 1967; R.D. Pulnam, The heliefs o[ politicians:
plo, una tradición socialista de tipo industrial ideology, conflid. and democracy in Britain and
y una de tipo agrario, tradiciones reformis ¡taly, New Haven-Londres, Yale University Press,
tas y maximalistas, etcétera. 1973; LAV. Pye y S. Verba (comps.J, Evolución
Una distinción importante es la que existe política y comunicación de masas (1965), Buenos
entre c. política de las élites y c. política de Aires, Troquel, 1983.
las masas y, desde el punto de vista de la
interpretación de los acontecimientos políti [g ia c o m o s a m J
cos, el análisis de la c. política de las élites
chauvinismo
Con este término se indica una actitud de o def iniciones tomadas del propio grupo". Si
exasperado y ciego patriotismo que lleva a en el prim er caso se utilizan expresiones
una continua polémica negadora de los dere como “forasteros”, "estadunidenses de ascen
chos de los otros pueblos y naciones. La pala dencia mexicana”, "hispanohablantes”, etc.,
bra deriva del nombre del soldado Nicholas cuando no otras marcadamente peyorativas
Chauvin, valeroso combatiente en las guerras como "espaldas mojadas", “grasicntos” o
napoleónicas, famoso por su fidelidad al “frijoles", y en el segundo se prefiere ciertas
emperador también durante la Restauración, expresiones pretendidamente neutrales como
cuya figura deviene proverbial como ejemplo "Mexican-American”, en el último caso el tér
de fanatismo patriótico a través de caricatu mino que se elige, esto es “ch.”. tiene una con
ras, canciones y anécdotas, y sobre todo lue notación marcadamente política en tanto pre
go de la comedia La cocarde tricolores, épiso- tende expresar un compromiso respecto de
de de la guerre d'Alger (1831) de los herma una lucha contra la opresión del anglo. En
nos Cogniard. Difundido en Francia sobre efecto, a pesar de que no existe unanimidad
todo durante el reinado de Luis Felipe, el tér respecto del origen del término (hay quienes
mino pasó también al exterior para indicar sostienen que se desconoce el origen del voca
toda forma de nacionalismo extremo. blo. otros en cambio afirman que se remon
De manera sustitutiva, en Gran Bretaña es ta al termino "mexicano" con la “x” pronun
usado el término jingoism, derivado del nom ciada como “sh", tal como se hacía en los
bre de la diosa japonesa Jingo y recogido tiempos de la conquista), quienes así se desig
interjectivamente en una canción popular de nan no sólo no rechazan la denominación de
tinte nacionalista, en boga durante la guerra mexicano sino, antes bien, se reconocen con
ruso-turca de 1878. orgullo como tales y destacan lo prehispani-
co de este origen para reconocer más altiva
[GIORGIO B1ANCHI] mente sus raíces indígenas que su herencia
hispánica. Se entiende entonces la identifica
ción con una región geocultural que simbóli
chic ano camente llaman Aztlán. Más aún, el proceso
de autoidentificación del grupo se inicia con
I. DIFICULTADES PARA I.A DEFINICIÓN DEL TERMINO la adopción del Plan Aztlán, que si bien pade
Aunque genéricamente el térm ino ch. es uti ce de cierta retórica e imprecisión m uestra
lizado para designar a las personas de origen a las claras la intención de un movimiento que
mexicano que residen en los Estados Unidos, intenta precisar sus objetivos. “ En el espíri
toda vez que se quiera aludir a las mismas tu de una raza que ha reconocido no sólo su
será necesario hacer una serie de precisiones, orgullosa herencia histórica, sino también la
pues no existe por ahora un sistema para su brutal invasión gringa a nuestros territorios,
identificación o definición que sea aceptado los ch. —se afirma allí—. habitantes v civili
por todos. Sin embargo, tal como lo afirma zadores de la tierra norteña de Aztlán [...],
Gilberto Cárdenas, "pueden señalarse tres declaramos que el grito de la sangre es nues
tipos de formulación: 1] definiciones y des tra fuerza, nuestra responsabilidad y nuestro
cripciones anglo del pueblo mexicano; 2j auto- inevitable destino. Somos libres y soberanos
definiciones basadas en términos o etiquetas para señalar aquellas tareas por las cuales
tomadas de los anglos, y 3) autodef iniciones gritan justam ente nuestra casa, nuestra tie-
141S|
CHICANO 419
rra, el sudor de nuestra (rente y nuestro cora "con la gente de los barrios más proletarios,
zón. Aztlán pertenece a quienes siembran la donde la gente de ascendencia mexicana tien
semilla, riegan los campos y levantan la cose de a ser más morena, menos educada y, sim
cha. y no al extranjero europeo. No recono plemente, más pobre". Y es precisamente de
cemos fronteras caprichosas en el continen estos sectores sociales y de sus barrios de
te de bronce. El carnalismo nos une y el amor donde surge el termino ch., siempre utiliza
hacia nuestros hermanos nos hace un pueblo do por sus jóvenes "como una denominación
ascendente que lucha contra el extranjero que de autoidentificación en términos de grupo".
explota nuestras riquezas y destroza nuestra A su vez el contraste del ch. lo constituye el
cultura. Declaramos el espíritu independiente “Mexican-American", el cual, al menos según
de nuestra nación mestiza. Somos la raza de la opinión de los primeros, no es sino un ch.
bronce. Ante todo el mundo, ante Norteamé confuso, que si bien lucha por encontrar su
rica, ante todos nuestros hermanos en el con identidad, todavía acepta no sin placer la
tinente de bronce, somos una nación de pue designación que el anglo le da. Lo cierto es
blos libres, somos Aztlán. ¡Por la raza, lodo! que para el movimiento y el pensamiento ch.
¡Fuera de la raza, nada!" co n tem p o rán eo el térm in o "M exican-
El concepto de La Raza —tantas veces American” es cuestionable no sólo por su defi
empleado en el Plan Aztlán y cuya traducción ciencia semántica (el autodesignarse como
más fiel se acercaría al significado de "gen "am ericano" con exclusividad repugna al
te" o "pueblo"— mantiene una estrecha vin hecho cierto de que en razón de ser mexica
culación con el término ch. y adquiere un sig no, por ejemplo, se es necesariamente "ame
nificado muy preciso toda vez que desde sus ricano") sino, y especialmente, porque se tra
orígenes expresaba la creación de La Raza ta de una designación anglo que, por eso sólo,
como resultado de la fusión de los españoles entra en contradicción con uno de los concep
y de los pueblos indígenas del Nuevo Mundo. tos centrales para los ch. como lo es el de la
Un ch. es asi la representación del concepto autodeterminación y cuya manifestación más
de La Raza. inmediata es la de ser capaz de definir "qué
Para los ch. la palabra que los designa su r significan para nosotros ciertos términos y
ge del seno mismo del pueblo, "es un símbo palabras y de qué manera queremos denomi
lo —dice Cárdenas— de nuestra verdadera narnos". Para quienes comprenden la impor
esencia como pueblo", de "nuestra capacidad tancia que tiene para un movimiento su auto-
para definirnos como queremos”, de la apti definición positiva no es posible aceptar un
tud "para elegir nuestros dirigentes sin inter término aplicado por el sistema y la cultura
ferencias de los anglos” y "constituye una con la que están directam ente en conflicto
medida indirecta de nuestra libertad dentro pues ello conllevaría la aculturación dentro
de esta sociedad". de la sociedad y cultura dominante.
Para quienes se autodefinen como ch., todo
mexicano que entra en relación con la comu n movimiento chicano. Si se acepta aquella
nidad de los anglos en condiciones desfavo definición según la cual se puede considerar
rables para sus propios intereses se convier como ch. potencial a todo mexicano que esta
te en un ch. potencial. Se trata de una defini blece relación con la comunidad de los anglos
ción que deja de lado cualquier referencia al "en condiciones desfavorables para sus pro
marco geográfico y que privilegia antes que pios intereses", es posible entonces incluir en
nada el contacto social con el anglo. Defini este universo a los que pueden rastrear su ori
ción abarcadura, pero de la que se sienten gen incluso hasta antes de la invasión y de la
excluidos aquellos que siendo de origen mexi conquista de los anglos, a quienes fueron
cano intentan sortear las consecuencias de la inducidos u obligados a trabajar como con
discriminación a través del rechazo de cual secuencia de las políticas de inmigración, en
quier identificación con .México, o bien por fin, a todos los que nacieron y crecieron en
aquellos otros que sin dejar de reconocer su Estados Unidos.
origen mexicano rechazan que se les designe Existen propuestas de periodización res
como ch. en la medida en que este término pecto del desarrollo político, de la resisten
se asocia, según afirma Jorge Bustamante, cia y de las luchas de la minoría mexicana
420 CHICANO
contra su subordinación social, económica y un lado, la existencia del factor humano capaz
política en la sociedad norteamericana. En de crear una ideología nueva para ser utili
este sentido algunos autores acuerdan en dis zada en las luchas sociales que debían librar
tinguir cuatro periodos. El prim ero de ellos se, y por el otro, un proceso de proletariza-
(1848-1920) se inicia en el momento mismo en ción que a su vez facilita las formas organi
que los angloamericanos conquistan el zativas de los movimientos de masa”. La men
sudoeste, con la consiguiente iniciación de las cionada ideología, muchas veces designada
actividades guerrilleras, única respuesta ade como "chicanismo”, pretende antes que nada
cuada de un pueblo conquistado por la fuer conformar una imagen del mexicano distin
za de las armas, con el incremento del enco ta tanto para el anglo como para sí mismo y
no entre los grupos en pugna y, posteriormen para ello apela al orgullo de una historia, de
te, con la inactividad casi total de los mexi una cultura y de una raza comunes. En esta
canos en lo que a la política se refiere. El búsqueda de definición de la identidad se pri
segundo periodo (1920-1940) está signado por vilegia esa experiencia única y compartida de
la aparición de organizaciones que no hacen la vida en Estados Unidos antes que el punto
sino reflejar las aspiraciones integracionistas de vista de clase, de generaciones y de luga
de las capas medias de origen mexicano y que res de residencia, y precisamente por esto
pretenden resolver los problemas económi toda acción política, reivindicación económi
cos. sociales y políticos utilizando los cana ca y reorientación cultural se vincula y se
les que la sociedad anglo ofrecía. Durante impregna con la historia común, la cultura y
esos años, y como consecuencia de la segun los antecedentes étnicos de La Raza.
da guerra mundial, muchos mexicanos sobre Elemento unificador cuando se m anifiesta
vivientes de la misma se consideraron esta vez políticamente bajo la forma de independen
con derechos inalienables para exigir un cia respecto del anglo, el nacionalismo al que
mejor nivel de vida en el país por el cual adhieren las tendencias y organizaciones que
arriesgaron su vida. Y precisamente también integran el movimiento ch. difieren en cuan
en estos años, en el marco de grandes luchas to a formas y grados, esto es entre el postu
clasistas en Estados Unidos, gran cantidad de lado de un nacionalismo cultural y la pro
mexicanos se incorporan a la lucha sindical puesta del separatismo (tal vez la desembo
con un marcado tono combativo. Pero es en cadura lógica del primero). Si en la prim era
el tercer periodo (1940-1965) cuando se regis forma de conceptualización de la identidad
tra un incremento de la actividad política y ch. originariamente se enfatizaba en definir
se caracteriza por un estilo más agresivo y a los ch. como un grupo especial de méxico-
por más organización. La nueva idea de pro norteamericanos en el sentido de que no eran
greso se asocia con la del ejercicio del dere exclusivamente ni mexicanos ni norteam eri
cho político del sufragio y con el propósito canos sino ch., y por lo tanto constituían un
de convertirse efectivamente en actores prin grupo étnico más de los varios que integran
cipales de la gestión pública. El cuarto v últi la sociedad norteamericana, con posteriori
mo periodo tiene sus inicios en 1965. La gue dad se afirm aba que la Raza de Bronce care
rra de Vietnam, la intensificación de los con cía de limites geográficos, que los mexicanos
flictos sociales y raciales, el incremento de la residentes en los Estados Unidos padecen una
represión interna, la incesante inflación y el suerte de colonialismo interno y que no exis
alto costo de la vida, y consecuentemente la te ni debería existir ninguna diferencia entre
protesta pública que reflejaba nuevos niveles ch. y mexicanos. De la misma manera, en lo
de conciencia: tal era el marco donde tom a referente a las propuestas separatistas se
ría forma más acabada el movimiento ch., ese oscila entre posiciones más o menos realis
“heredero del espíritu combativo de los tas, pero no menos politizadas, y una "retó
patriotas del siglo xix, de las bases popula rica mística y apocalíptica del nacionalismo”.
res del movimiento huelgüistico de los años Miguel Abruch Linder dice al respecto que
treinta”, ese representante de la "continuidad "quizás esta brecha que existe entre la retó
de la resistencia de un pueblo subyugado”. rica separatista y la posibilidad de éxito sea
Todas estas nuevas circunstancias "hacen fac la que pueda explicar, hasta cierto punto, el
tible —agrega Gilberto López y Rivas—, por hecho de que el separatismo, la creación de
C H IC A N O 421
una nación separada, A/llán, se utiliza en oca Vietnam. Los frentes en que nosotros debe
siones más bien como símbolo que como una mos estar son los frentes de las manifestacio
alternativa viahle”. nes contra la guerra. Nosotros miramos al
Esa heterogeneidad, tan propia de todo barrio muy diferente también, no como algo
movimiento, especialmente en su momento de confinado por los arbitrarios límites de una
conformación, se manifiesta en este caso tam ciudad, que a su vez son determinados por
bién en otros niveles. Las distintas organiza políticos corruptos que desean que tú pien
ciones que integran el movimiento ch. expre ses en los limitados términos de tu propio
san incluso esa diversidad —y no podía ser barrio, para que de esta m anera no te moles
de otra m anera— en sus formas organizati tes en pensar en la gente del tercer mundo
vas y en sus métodos de lucha. Desde la utili como tus hermanos. Nosotros miramos a
zación de las vías electorales y de tácticas de nuestro barrio como no confinado ni restrin
acción directa no violentas (César Chávez, en gido a los arbitrarios límites de la ciudad.
el Plan de Üelano, afirma: “ Porque hemos Nuestro barrio va más allá de esos ficticios
sufrido —y no tememos al sufrimiento—, limites y se extiende hasta la Plaza de las Tres
para sobrevivir estamos dispuestos a dejar Culturas de la ciudad de México. Nuestro
lo todo, aun nuestras vidas, en la lucha por barrio se proyecta hasta las favelas de Bra
la justicia social. Lo vamos a hacer sin vio sil. Nuestro barrio se ensancha hasta las mon
lencia, porque tal es nuestro destino") hasta tañas de Bolivia y las selvas de Vietnam. ¡Y
tácticas de autodefensa al estilo del Poder esto es lo que nuestro barrio es! Nuestro
Negro, sin olvidar, claro está, que en algunas barrio es, de hecho, el mundo entero, cual
c irc u n sta n c ia s c ie rta s o rg an izacio n es quier lugar donde haya gente oprimida."
emplean combinadamente formas legales y Si bien en estos últimos quince años las
violentas de lucha. Algunos autores conside luchas de la comunidad mexicana se agrupa
ran que todo esto es el resultado de otro fenó ron en un movimiento social colectivo —The
meno que es característico del movimiento Chicano Movement o La Reconquista— que
ch.: la heterogeneidad ideológica. Pero si es "trascendió —afirma David Maciel— genera
cierto que en su seno coexisten ciertas ten ciones, regiones y perspectivas con el fin de
dencias conservadoras que intentan "hacer emprender una revolución profunda y un
las cosas de buena manera" con otras cada cambio significativo para todos los individuos
vez más antagónicas que propugnan ir más de origen mexicano que viven en los Estados
allá del éxito de una huelga y de la atenua Unidos”, sus perspectivas futuras depende
ción de la discriminación y del racismo (en rán de su capacidad para sortear las barre
una sociedad donde el juez Gerard S. Char- ras externas e internas que tiene ante si. A
gin, ¡en 1971!, es capaz de decir que los mexi punto de convertirse en el mayor grupo mino
canos son "inferiores a los animales y no tie ritario en los Estados Unidos —las estimacio
nen el derecha de vivir en una sociedad orga nes actuales hacen oscilar entre 7 y 10 millo
nizada", que “no son más que una banda de nes las personas de origen mexicano que
puercos” y que "H itler tenía razón” y que en viven en aquel país y se calcula que alrede
Estados Unidos “los animales deben ser des dor de 1995 podría desplazar a la minoría
truidos porque no tienen derecho a vivir entre negra de su lugar de liderazgo—, y sin olvi
los seres humanos”) hasta centrar la lucha dar la calidad y cantidad de sus logros, habrá
contra ese sistema que explota tanto a blan que insistir, según expresan militantes y estu
cos como a negros y mexicanos, serán preci diosos, en el desarrollo y profundización de
samente estas últimas tendencias, dicen algu ese inmenso potencial político, repensar y
nos, las que irán adquiriendo mayor presen articular un proyecto político que sea capaz
cia y convirtiéndose en depositarías de las de superar los motivos que dieron lugar a la
esperanzas de una minoría nacional conquis fragmentación de la lucha y, a la par, instru
tada y sojuzgada y que forma parte de esa m entar una estrategia que incluya no sólo a
mayoría de desposeídos. Froben Lozada los sectores ch. progresistas sino también a
expresará de manera ejemplar ese nivel de las otras minorías oprim idas en los Estados
conciencia cada vez más extendido: “Nosotros Unidos.
estamos cansados de estar en los frentes de
422 CHICANO
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co, México, Siglo XXI, 1981; G. López y Rivas, [COMITE EDITORIAL)
Los chícanos: una minoría nacional explotada.
decisiones colectivas, teoría de las
1423)
424 D E C IS IO N E S C O L E C T IV A S . T E O R IA DE LAS
quier regla decisional (función del bienestar lugares donde los derechos formales de las
social) utilizada para tomar decisiones colec minorías son respetados. En tal situación la
tivas debe satisfacer determinados criterios, regla mayoritaria tiende a perder legitimidad.
unos de carácter técnico y otros de carácter En efecto, más allá del reconocimiento de los
ético. En su obra fundamental Social choice derechos formales de las minorías, existen
and individual valúes (1963) establece cinco sustanciosos beneficios que sólo pueden ser
criterios o condiciones. La única regla que distribuidos equitativamente si la regla mayo
satisface dichas condiciones y al mismo tiem ritaria funciona con resultados "de suma
po produce resultados estables (no contradic positiva”, lo que presupone que todos pueden
torios) es la regla de la mayoría simple cuan ganar algo. Pero éste no es el caso cuando hay
do no hay mas que una alternativa de elección mayoría hegemónica; pues la decisión colec
ante el grupo. En cambio, en el caso en que tiva puede ser “de suma cero”, en el sentido
haya mas de dos caminos a escoger, la regla de que una parte sale ganando lo que la otra
puede satisfacer las condiciones de Arrow, pierde.
pero no produce necesariamente un resulta La regla de la mayoría puede funcionar
do estable, o sea no permite determinar siem también aunque no exista una mayoría hege
pre de manera univoca cual es la voluntad del mónica. a condición de que, en ausencia de
grupo. Las preferencias individuales podrían una mayoría tal, las preferencias y los inte
ser, en efecto, tan diversas entre sí que no reses de los miembros del grupo sean sufi
podrían integrarse, dando lugar así a un fenó cientemente homogéneos. Entonces el resul
meno que la literatura especializada define tado no sólo es estable, sino en un cierto sen
como de ‘‘mayorías cíclicas” o no llegar a nin tido más equitativo, en cuanto la decisión
guna mayoría. Este es el sentido en que se colectiva tiende a reflejar la media de las pre
plantea el conocido "teorem a de la imposibi ferencias del conjunto de los decisores. La
lidad general” (Arrow 1963). literatura especializada ha establecido diver
Siguiendo el planteamiento establecido por sas condiciones que aseguran el funciona
Arrow respecto a las elecciones colectivas, la miento de la regla mayoritaria con base en
literatura especializada ha intentado investi una cierta forma de homogeneidad de las pre
gar en qué condiciones funciona la regla de ferencias individuales. La mas famosa es la
la mayoría y cómo funciona, o sea con qué que propone Duncan Black (1958), que con
resultados en la distribución de los beneficios siste en postular un solo máximo para las cur
o de los costos del proceso decisional. A este vas de preferencia individual. Tales preferen
respecto se observa en prim er lugar que fun cias pueden entonces alinearse sobre una úni
ciona sin duda alguna cuando dentro del gru ca escala y la decisión colectiva tomada por
po decisorio “la mitad más uno de los miem mayoría corresponde a la preferencia óptima
bros” tenga la misma preferencia sobre la del individuo medio, o sea del individuo que
alternativa a elegir como decisión vinculan está en el centro de la distribución de prefe
te para todo el grupo. En tal caso tenemos una rencias. Sustancialmente dicha condición
mayoría hegemónica (o mayoría predominan postula que las preferencias de los miembros
te). Sin embargo, la existencia de una situa del grupo sean reduciblcs a un denominador
ción decisional de este tipo tiene implicacio común que represente una sola dimensión de
nes negativas en el plano de la “equidad" de conflicto y por tanto de elección. Esto impli
los resultados del proceso decisional. Ésta ca la existencia de un acuerdo dentro del gru
comporta la prevalencia dentro del grupo po decisorio sobre el hecho de que las prefe
decisorio de una parte sobre la otra, o más rencias de los individuos acerca de un deter
exactamente de una mayoría sobre una o minado problema de elección difieren sola
varias minorías. El riesgo está en que la mente respecto de un parámetro.
mayoría pueda dominar el juego a costa de Esta relación particular entre consenso y
la minoría. A la larga un sistema decisional disenso, esta especie de concordia discors. res
que funcione de este modo no puede durar. tringe notablemente el área del conflicto, per
En lugar de ser un instrumento de componen mitiendo así a la regla de la mayoría funcio
da pacífica de los conflictos, la regla mayori- nar de tal modo que los beneficios y costos
taria acaba por exasperarlos, incluso en los del proceso decisional se distribuyan equita-
DECISIONES COLECTIVAS, TEORIA DE LAS 425
livamente. Se obtiene un resultado análogo dad con que se sienten ciertas cuestiones por
cuando la homogeneidad entre las preferen parte de los diversos componentes del grupo.
cias individuales consiste no en el hecho de Quien "cede” o concede hoy es el que siente
tener un solo máximo, sino en tener un solo un determinado problema menos intensamen
mínimo o bien cuando se refiere a alternati te que el que "exige". Con base en esta lógica
vas separables en dos grupos tales que las de transacción, el mecanismo de las compen
pertenecientes a uno de los grupos sean siem saciones recíprocas diferidas permite a la
pre preferidas en cualquier escala de prefe regla de la mayoría funcionar aun cuando ello
rencia individual a las pertenecientes al otro no parecía posible, dada la heterogeneidad de
grupo, y viceversa (Inada 1964). Una condición los intereses y de las preferencias indivi
de homogeneidad todavía más general se ha duales.
definido con base en las hipótesis de que 1] los
miembros del grupo no sean indiferentes res ni. unanimidad Y prowjrc ionalismo. La regla de
pecto a la elección entre las diversas posibi la mayoría no es el único instrumento de for
lidades de solución (o sea que estén "intere mación de las decisiones colectivas. A pesar
sados") y 2] sus preferencias sean tales que de todo puede funcionar, como se ha indica
en relación con cada terna de posibilidades do, con "suma cero", o sea beneficiando
de elección (clasificadas como “mejor", exclusivamente a una parte en detrimento de
“peor” o "interm edia” respecto al conjunto, la otra o de las otras. Para evitar este riesgo
o sea teniendo un determinado "valor") exis se prefiere recurrir a determinadas condicio
tan una posibilidad y un "valor" tales que nes de mayorías calificadas o a reglas que den
dicha posibilidad no llegue a asum ir nunca mayores garantías sustanciales a las mino
aquel valor en ninguna escala de preferencia rías. Entre ellas cabe mencionar la regla de
individual (condición de las preferencias de la unanimidad y el sistem a proporcional. El
valor restringido; Sen, 1970). elemento característico de la regla de la una
El análisis de la regla de la mayoría no ha nimidad se da en el hecho de que atribuye a
recorrido solamente el camino de la búsque todos los miembros del grupo un peso deci
da de "condiciones de homogeneidad” cada sorio. Ningún voto es inútil o nulo. Todo voto
vez más elaboradas tales que aseguren la posi cuenta por cuanto es posible decidir colecti
bilidad de evitar las implicaciones negativas vamente sólo con el consenso de todos. En la
del teorema de la imposibilidad general. La práctica todo miembro del grupo dispone de
t. de las decisiones colectivas se ha desarro un poder de veto que le permite bloquear
llado también en una segunda dirección: la cualquier decisión contraria a sus intereses,
del estudio de los mecanismos de compensa o al menos le permite obtener una compen
ción. Donde los grupos decisorios son comi sación adecuada por decisiones que lo perju
tés, o sea grupos institucionalizados y de dican o por decisiones en que no sale benefi
pequeñas dimensiones encargados de decidir ciado en modo alguno. Así se explica el recur
sobre un flujo continuo de cuestiones, la regla so al uso de esta regla en aquellos contextos
m ayoritaria puede funcionar presionando la en que los intereses en juego de los partici
disponibilidad de los miembros del comité pantes son de tal importancia y potencialmen
para lograr un acuerdo "cuestión por cues te tan divergentes que se deben proteger a
tión", cediendo en el consenso sobre una deci cualquier costo, incluso a costa de la paráli
sión hoy para obtener una satisfacción de los sis del proceso decisional. No por casualidad
propios intereses mañana. En la práctica se la unanimidad es la regla decisional adopta
trata de poner en marcha un sistema de com da en el nivel de organismos colectivos con
pensaciones reciprocas diferidas. Gracias a un carácter supranacional. Pero, precisamen
ello es posible llegar a decisiones colectivas te por estos motivos, el uso de esta regla es
aun cuando en ausencia de condiciones de muy limitado, aunque en el nivel teórico tie
homogeneidad de las preferencias individua ne arduos defensores entre los politólogos y
les existe una "cultura de transacción”. Entre los economistas, por el hecho de que asegu
otras cosas, este mecanismo tiene una impor ra siempre el logro de soluciones colectivas
tante característica que consiste en su capa que satisfacen el criterio de Pareto, según el
cidad de tener en cuenta la desigual intensi cual todos salen ganando algo de su fundo-
426 DEFENSA
namiento y nadie sufre daños o tiene que buido a hacer más precisos y sistemáticos
soportar costos imprevistos. nuestros conocimientos sobre las condiciones
La regla proporcional se parece en ciertos de funcionamiento de la democracia, la par
aspectos a la regla de la unanimidad. Pero a ticipación política y la lucha electoral. Por
diferencia de ella, casi nunca tiene aplicación otra parte, el interés que la t. ha suscitado
en el nivel de pequeños grupos, sino que se entre los especialistas de la ciencia política
usa principalmente cuando en el cuerpo deci es todavía muy relativo. En el fondo se pue
sorio existen grupos que representan colec de decir que es aún un patrimonio de pocos
tividades de grandes dimensiones. Su funcio y por lo tanto sus potencialidades están toda
namiento es en teoría simple: cada individuo vía en gran parte inexploradas.
o subgrupo de individuos tiene el derecho de
influir en las decisiones a tom ar en medida bibliografía: K. Arrow, Elección social y valores
proporcional a la importancia de los intere individuales (1963), Madrid, Ministerio de
ses que representa o a su consistencia numé Hacienda, 1974; D. Black, The theory of commit-
rica. Con esta regla también se asigna en la tees and eleclions, Cambridge, Cambridge Uni-
práctica un poder de veto a cada componen versity Press, 1958: J.M. Buchanan y G. Tullock,
te del grupo, como en el caso de la regla de The calculus of consent. Ann Arbor, University
la unanimidad. Se restringe así el universo de of Michigan, 1962; R. D'Alimonte, Regola di mag-
las soluciones posibles del proceso decisional gioranza, stabilitá e equidistribuzione, en Rivis-
y se amplia al mismo tiempo la gama de las ta Italiana di Scienza Política, 4, 1974; A. Dovvns,
preferencias e intereses a tener en conside An economic theory of democracy, Nueva York,
ración. Por estas razones la regla proporcio Harper and Brothers, 1957; K. Inada, A note on
nal funciona bien como regla para la d istri tlie simple majority decisión rule, en Econome-
bución de cargos o para la elección de com trica, 32, 1964; P.K. Pattanaik, Voting and collec-
ponentes de organismos representativos más tive choice, Cambridge, Cambridge University
que como regla paru la formación de políti Press. I971;G. Sartori, Tecniche decisionali e sis
cas o decisiones colectivas. Es mucho más tema dei comitati, en Rivista Italiana di Scienza
fácil dividir los cargos v asignarlos en base Política, 4. 1974; A.K. Sen, Elección colectiva y
proporcional que dividir y desagregar las bienestar social (1970), Madrid, Alianza, 1976.
políticas públicas de modo que satisfagan los
intereses en juego en medida proporcional a [ROBERTO D'ALIMONTE]
su peso.
A pesar de estas limitaciones el sistema pro
porcional ha encontrado y sigue encontran
do amplia aplicación en aquellos sistemas
políticos que la literatura especializada defi defensa
ne como “democracias asociativas". La exis
tencia de sistemas de división tales como los I. LA F.XIGENCLA DE CONSERVACIÓN: SEGURIDAD Y
de carácter étnico, lingüístico o religioso hace defensa En general el concepto de d. de un
problemático o de plano imposible el uso de ordenamiento político se ha confundido con
mecanismos decisionales de tipo mayoritario. su organización militar, estableciéndose una
De aquí el recurso a reglas decisionales más ecuación entre d. y fuerzas armadas. Seguire
dúctiles que se presten mejor en tales circuns mos esta orientación al examinar la actual
tancias a ajusta: equitativam ente los intere organización italiana de la d., haciendo antes
ses divergentes.IV. algunas consideraciones sobre las que pare
cen las características más importantes de la
IV. CONCLUSIONES. El desarrollo de la t. de las tutela de un ordenamiento.
decisiones colectivas se presta a dos tipos de Todo ordenamiento debe afrontar el proble
consideraciones. Por una parte es posible afir ma de su permanencia. La d., entendida en
m ar que constituye actualm ente el núcleo de sentido amplio, está estrechamente condicio
una teoría moderna de la democracia. El uso nada a una exigencia de conservación de las
de un lenguaje riguroso y de instrumentos estructuras políticas y jui idicas que reviste
analíticos de tipo lógico-deductivo ha contri una importancia no menor que la atribuida
DEFENSA 427
a su afirmación originaria, idealmente plan prim arias, como la intervención cuando hay
teada en el momento de la concreción de los calamidades naturales, en cuyo caso estamos
llamados elementos constitutivos del estado, frente a un servicio público.
que según las doctrinas tradicionales se iden
tifican con el territorio, con el pueblo y con el II. LIMITES DE LAINTERDEPENDENCIA ENTRE DEFENSA
poder organizado y soberano. El momento Y uso de la fuerza armada Existe una difundi
conservador está estrechamente conectado da tendencia a identificar en el plano organi
con la esencia misma del estado, el cual no zativo una relación necesaria entre d. y fuer
puede renunciar a autopreservarse contra za arm ada y en el plano funcional una rela
fenómenos de subversión de sus propias ins ción sim ilar entre d. y agresión proveniente
tituciones. del exterior del ordenamiento lesionado.
La estabilidad del sistema institucional y Tales orientaciones parecen superadas por la
el ordenado desarrollo de la colectividad realidad política y por las más modernas con
nacional en el marco de los principios cons tribuciones de la literatura especializada.
titucionales originariamente aceptados por No existe una necesaria interrelación entre
un ordenamiento se identifica con su seguri d. y uso de la fuerza armada, aun cuando sea
dad. Ésta, en cuanto síntesis de conservación exacto que en los casos limites el recurso a
y desarrollo de acuerdo con los principios su empleo parece el último remedio que un
constitucionales, es el máximo valor jurídi estado pueda utilizar para precaverse de agre
co protegido. Fíente a ella, el concepto de d. siones y aun cuando la organización m ilitar
asume un significado estrictamente instru debiera tener como fin único y exclusivo la
mental,que comprende todas las modalidades d. armada.
organizativas y funcionales dirigidas a garan En caso de efectiva agresión las finalidades
tizar los valores esenciales sintetizados en el de seguridad se persiguen también a través
concepto de seguridad. Se comprende enton de modalidades diferentes del uso de la fuer
ces que es impropio afirm ar que la d. puede za armada, especialmente mediante la acción
ser causa y fin del estado, ya que es cierto en diplomática. Además, en caso de empleo de
cambio que sólo la exigencia de seguridad la fuerza armada siempre son llamados a con
puede colocarse como origen de fenómenos cu rrir de manera integrativa otros aparatos
asociativos entre individuos y entre colecti organizativos del estado no destinados de
vidades —como es todavía evidente en el caso modo primario y exclusivo a tal fin, como las
de constitución de estados federales resultan administraciones económicas, técnicas, finan
tes del desarrollo de confederaciones— y cieras y. siempre, la de los asuntos exteriores.
constituye siempre uno de los fines esencia En caso de simple peligro de agresión las
les del ente estatal, perseguible exclusivamen finalidades de seguridad pueden ser protegi
te por éste en cuanio que implica el recurso das mediante la predisposición sin empleo de
a los atributos de la soberanía. la fuerza armada, provocando así la disuasión
El conjunto de los aparatos que son desti de potenciales actos hostiles, y mediante el
nados de modo primario y exclusivo a la pro recurso a actividades sustitutivas de las mili
tección de la seguridad en el ámbito de las tares, en especial la diplomática. De lo seña
relaciones internacionales es calificado como lado deriva la extrema importancia del papel
organización de la d. o. simplemente, como desempeñado por la administración de los
la d. En tal caso la d. se hace generalmente asuntos exteriores en m ateria de protección
coincidir con la organización de las fuerzas de la seguridad en las relaciones internacio
arm adas del estado. Siempre en sentido ins nales de manera auxiliar o sustitutiva respec
trum ental se habla propiamente de d. con to de la acción de las administraciones mili
referencia a la actividad desempeñada para tares.
garantizar la seguridad. Cuando nos referi Situaciones particulares se presentan cuan
mos a la actividad globalmcntc desempeña do la agresión proviene del interior del orde
da por el ente estado nos encontramos fren namiento afectado, aunque esté diversamen
te a una función pública, a menos que el apa te vinculada con iniciativas de otra estado. En
rato defensivo no sea utilizado para finalida tal hipótesis la d. puede realizarse recurrien
des consideradas anómalas respecto de las do no sólo a la fuerza arm ada sino también
428 DEFENSA
que el sistema político para su mayor efica ra parle del art. 11: “ Italia repudia la guerra
cia institucionaliza su propia ideología. En tul como instrum ento de ataque a la libertad de
perspectiva la d. del poder no com portará la otros pueblos y como medio de resolución de
simple d. de las instituciones sino también la las controversias internacionales.” De tal
contextual e implícita d. de la ideología que modo se ha fijado en su momento constitu
las caracteriza. yente una directiva vinculante de los órganos
Retomando las consideraciones desarrolla constitucionales en sus futuras opciones de
das. la d. tiene por objeto la seguridad de un dirección en m ateria de seguridad, en con
ordenamiento, identificado con sus propias traste con los estados que adoptaban o adop
instituciones políticas. Éstas están expuestas tan el principio agresivo, que permite direc
a riesgos de agresión provenientes del exte ciones expansionistas, como en el caso del
rior o del interior, según distintas modalida pasado ordenamiento estatutario fascista. La
des. El uso de los aparatos militares y el directiva se coloca en el cuadro de las tenta
empleo de la fuerza armada constituyen sola tivas conducidas en un nivel de convenciones
mente uno de los perfiles de las modalidades internacionales y constitucionales con el fin
defensivas, en tanto que se recurre de mane de limitar el recurso a la violencia bélica en
ra complementaria o sustitutiva a muchas las relaciones internacionales: Pacto de la
otras administraciones públicas. Es necesa Sociedad de las Naciones (1920); Pacto de
rio además señalar que, cuando se identifican París (1928); Carta de las Naciones Unidas
las fuerzas políticas características de un (1945) y una gran cantidad de textos consti
ordenamiento como el objeto último de la d., tucionales.
existen muchos otros perfiles de la protección Los principios de organización son simila
de la seguridad. Así, no deberían descuidar res a aquéllos seguidos en los ordenamientos
se los expedientes mediante los cuales se dis democráticos con separación de poderes. En
tribuye el poder entre diversas instancias, se materia de protección de la seguridad predo
prevén órganos de garantía constitucional, se mina el principio de separación, en cuanto que
regulan los mecanismos de revisión, se insti es considerado una segura garantía de las
tuyen aparatos administrativos y jurisdiccio libertades constitucionales: separación entre
nales, se dicta una normativa también penal órganos titulares de los poderes de dirección,
de protección especifica, se estipulan alian separación entre órganos de dirección y órga
zas defensivas y pactos de seguridad colecti nos técnico-ejecutivos, separación entre órga
va, en fin, se ponen en práctica regímenes nos técnico-ejecutivos.
excepcionales de protección en caso de crisis.V . La organización técnica de las fuerzas arma
das destinadas a la d. se considera absoluta
V. PRINCIPIOSCONSTITUCIONALES DE LADEFENSA EN EL mente carente de atributos de dirección polí
ordenamiento i i alia so
La constitución italia tica, tanto en general como en la materia espe
na vigente se refiere de modo marginal a los cifica de la protección de la seguridad. Esto
problemas de la d. Es posible sin embargo se expresa también, tradicionalmente, en el
identificar sus principios esenciales tenien principio de la subordinación del llamado
do en cuenta algunas disposiciones formales poder militar al civil o político, expresión con
y la realidad política en la que se encuadra la que se pretende que sólo órganos extraños
el sistema italiano. a la organización militar pueden ser titulares
También en m ateria de seguridad es útil de poderes de dirección política, mientras que
oponer los principios constitucionales de base los órganos m ilitares asumen una posición
—que distinguimos en principios de acción y subordinada de consulta técnica, de prepara
en principios de organización— (perfil está ción y de mera ejecución física. De la subor
tico) a las que son las direcciones políticas dinación del militar al civil derivan otros prin
seguidas por los órganos constitucionales al cipios organizadores:
poner en práctica los primeros (perfil diná a] el comando presidencial de las fuerzas
mico). Concentrando la atención sobre los pri armadas (art. 87. 9o c. de la constitución), que
meros notamos que el principio de acción más no implica en sentido técnico superioridad
importante en el actual ordenamiento es el jerárquica del jefe del estado en las fuerzas
principio defensivo sancionado por la prime arm adas sino que quiere afirm ar la subordi
DEFENSA 431
nación de las mismas al poder civil con la elec bilidad de la misma en favor de un único cen
ción del órgano que está investido de una tro de dirección. Una prim era división se tie
representación más amplia que la guberna ne entre fuerza predominantemente destinada
tiva. que goza de una sólida estabilidad y que a la d. en las relaciones internacionales (fuer
debería estar por encima de intereses contin zas armadas en sentido estricto) y fuerza dis
gentes de la mayoría: puesta para la protección de la seguridad de
b] la apoliticidud de las fuerzas armadas, la las relaciones internas (otros cuerpos arma
cual implica la sustracción de su empleo a dos, entre ellos las fuerzas de policía, hasta
fines partidarios y la prohibición de influen la entrada en vigor de la ley del 1 de abril de
cia de las mismas en la vida política en cuan 1981, núm. 121). En sus rasgos esenciales las
to cuerpo organizado: la apoliticidad puede fuerzas armadas se subdividen a su vez en las
implicar también prohibición de inscripción tres armas: ejército, m arina y aeronáutica
en partidos, como lo prevé el art. 92. 3er. c. militar. Las funciones de policía son cumpli
de la constitución, para los militares de carre das por las guardias de seguridad pública
ra en servicio activo y para los funcionarios —dependientes del m inistro del Interior— y
y agentes de policía; también por integrantes de las fuerzas arm a
c] la elección por parte del poder político das —los carabineros— dependientes del
civil de los principios reguladores de la orga ministro de Defensa, a la par de los integran
nización militar, que comporta la sustracción tes de las tres armas, pero puestos a disposi
del ordenamiento de las fuerzas armadas a la ción del ministro del Interior.
aislación del ordenamiento general del esta El delicado sector que comprende los ser
do: el art. 52 de la constitución establece que vicios secretos destinados a proteger la segu
"el ordenamiento de las fuerzas arm adas se ridad interior y exterior ha sido reordenado
adecúa al espíritu democrático de la Repúbli por la ley del 24 de octubre de 1977, núm. 801.
ca", es decir a los principios constituciona que ha previsto un Servizio per le informa-
les del estado, y la ley del 11 de julio de 1978, zioni e la sicurezza m ilitare que depende del
núm. 382, establece una serie de principios Ministerio de la Defensa v un Servizio per le
que condicionan el ordenamiento interno informazioni e la sicurezza democrática que
militar afirmando su subordinación a la cons depende del Ministerio del Interior, aunque
titución y a la ley. ambos están sujetos en conjunto a otros orga
d] la intervención de la fuerza armada úni nismos nuevos de coordinación interministe
camente a requerimiento del poder político y rial, bajo la dirección del presidente del
no por espontánea iniciativa de los órganos Consejo.
militares; tanto para las relaciones internacio Los integrantes de las fuerzas armadas
nales como para las internas (para estas últi están sujetos a la disciplina militar, comple
mas, v. R.D. 3 de marzo de 1934, n. 183, art. jo de reglas de no fácil armonización con los
19, 6Ü c.). preceptos constitucionales en m ateria de
La organización técnico-ejecutiva que cons libertades fundamentales, tradicionalmente
tituye la fuerza arm ada del estado no puede confiado al poder reglamentario gubernamen
ser más que estatal, en cuanto que el estado tal, pero hoy tratado en la ley del 11 de julio
tiene el monopolio de los poderes de coerción de 1978, núm. 3S2, que fijó una serie de prin
en el plano interno e internacional. De allí cipios fundamentales relacionados con el
deriva la prohibición de milicias de partido estado jurídico de los militares y, entre otras
—el art. 18. 2o c.. de la constitución prohíbe cosas, reconoce formas de representación de
las asociaciones que persiguen fines políticos los integrantes de las fuerzas armadas (D.P.R.
“ mediante organizaciones de carácter m ili del 4 de noviembre de 1979, núm. 691). Están
tar"— y la de milicias locales, estrechamen pues sujetos a la jurisdicción militar, consi
te conectada con el carácter unitario del esta derada jurisdicción penal especial (art. 103.
do (r. para tal propósito, el art. 5. la. parte, 3o c. de la constitución).
de la constitución). La participación de los ciudadanos en la d.
La fuerza arm ada estatal esta subdividida es obligatoria y se apoya en la prestación del
en más reparticiones con el fin de evitar los servicio militar (art. 52. I o y 2Uc. de la cons
riesgos de una concentración de la disponi titución). Esta obligación está hoy en día
432 DEFENSA
conciernen al jefe de estado los poderes nor res, se ha convertido en el verdadero centro
males de moderación y equilibrio unidos a los de vinculación con el sistema organizativo de
de garantía constitucional reconocidos en d. en que el estado participa-, irrelevante pare
todos los sectores en que operan los poderes ce el papel de los órganos constitucionales,
públicos. La atribución de mando, que tex nulo el del consejo supremo.
tualmente recarga el contenido de una sobre
cargada prerrogativa exclusiva, sirve para b i b l io g r a f ía . V. Buchclet, Disciplina militare e
identificar el poder político civil del estado, ordinamenlo giuridico statale, Milán, Giuffré,
globalmente entendido, en cuanto superior al 1962; D. Cantón, La política de los militares
llamado poder militar. Sabemos en efecto que argentinos, Buenos Aires, Siglo XXI, 1971; S.
tradicionalmente el jefe de estado se preten Carbonaro, Le responsabilitá militan nell'ordi-
de parte del poder ejecutivo, del cual depen namento costituzionale italiano, Florencia, Bar
den las fuerzas armadas, pero está excluido bera, 1957; M.E. Carranza, Fuerzas armadas y
del área de la mayoría gubernativa y no está estado de excepción en América Latina, México,
comprometido en los problemas contingen Siglo XXI, 1978; L.A. Costa Pinto, Nacionalismo
tes de la dirección de ésta, ni sufre la inesta y militarismo, México, Siglo XXI, 1974?; G.
bilidad típica del gobierno, en la medida en Ferrari, Guerra (slato di), en F.nciclopedia del
que se basa en una amplia mayoría política diritto, Milán. Giuffré, 1970, vol. XIX; Generales
que lo acerca a una vasta área de la comuni para la Paz y el Desarme, La carrera armamen
dad nacional haciéndolo representante de su tista hacia Armagedón: un desafio a la estrate
unidad: estos elementos y su pretendida gia listados Unidos-OTAN, México, Siglo XXI,
imparcialidad parecen haber aconsejado per 1985; G. Giacobbc, Forz.e armate e diritto di asso-
sonalizar en él el principio de la supremacía ciazione, en Diritto e Socielá, 2.1979; P.G. Gras-
de los poderes constitucionales del estado so, / prohlemi giuridici dello "slato d'assedio"
sobre la organización de las fuerzas armadas. nell’ordinamento italiano, Pavía, Universilá di
Estas consideraciones deberían hacer que nos Pavía, 1959; S. Cabriola, II Consiglio Supremo di
inclináramos hacia la consideración de la Difesa nell'ordinamenlo costituzionale italiano,
inconstitucionulidud de la atribución de pode Milán, Giuffré. 1973; G. Candi, Forze armate, en
res de dirección al consejo, aun cuando Enciclopedia del diritto, Milán. Giuffré, 1969, vol.
muchos, ignorando el texto legal, creen que xvtri; G. Motzo, Assedio (slato di), en Enciclope
el consejo es órgano de mera consulta y coor dia del diritto, Milán, Giuffré, 1958, vol. ni; G.
dinación. Motzo, Comando forze armate, en Enciclopedia
Desde el punto de vista práctico muchas de del diritto, Milán, Giuffré, 1960, vol. vil; G. Mot
las cuestiones que se plantean en torno a los zo, Consiglio Supremo di Difesa, en Enciclope
poderes del consejo y, sobre todo, en torno dia del diritto, Milán, Giuffré, 1961, vol. VIH; F.
de los poderes presidenciales tienen escasa Pierandrei, Le forze armate in Italia, en Annali
importancia, en cuanto que las decisiones del Seminario Giuridico delta R. Universilá di
determinantes en materia de d. son hechas Palermo, Palermo, 1944, vol. xix; F. Pinto, For
dentro de la otan, siguiendo las orientaciones ze armate e costituzione, Padua, Marsilio, 1979;
sugeridas por uno de los estados miembros A. Predieri, La difesa e le Forze, en Commenta-
de la organización que, disponiendo de arse rio sistemático alia Costituzione italiana, Floren
nales nucleares, desempeña el papel de poten cia, Barbera, 1950, vol. I; A. Predieri, ¡l Consi
cia hegemónica. En tal marco las direcciones glio Supremo di Difesa e i poteri del presidente
nacionales —una vez que la mayoría ha dele dclla Rcpuhblica, en Studi sulla Costituzione,
gado a la otan, autorizándola a ratificar y Milán, Giuffré. 1958, vol. tu; A. Rouquié, El esta
ejecutar el Tratado del Atlántico Norte, la par do militar en América Latina (1982), México,
te sustancial de la soberanía nacional en lo Siglo XXI, 1984; I. Sandoval Rodríguez, Las cri
que se refiere al tema de seguridad (según el sis políticas latinoamericanas y el militarismo,
art. 11 de la constitución)— se interesan espe México, Siglo XXI, 1979J; D. Senghaas, Amia-
cialmente por cuestiones organizativas ejecu mento y militarismo (1972j, México, Siglo XXI,
tivas de decisiones adoptadas fuera del orde 1974; G. de Vergottini, Indirizzo político dclla
namiento italiano. En tal perspectiva el Minis difesa c sistema costituzionale, Milán, Giuffré,
terio de Defensa, a través de los estados mayo 1971; G. de Vergottini, La modificazione de lie
434 D W . A l ' U IS M O
competente costituzionali in tema di difesa, en nismo que vive en una historia de "éxitos com
Rivisia Trimcstrale di Diritto Puhhlico, XXIV, 2, pletos o de ejemplares desgracias”, en la que
1974; G. de Vergottini, An. 87. IX comma (pri los periodos de mediocridad eran “anomalías
ma parte), en G. Branca (coinp.), Commentario tan estridentes como absurdas que había que
delta Costituzione: ti presidente delta Repuhhli- im putar a los errores de los franceses y no
ca, arts. 83-87, Bolonia, Zanichelli, 1978. al genio de la p atria” (De Gaulle, 1954).
En la situación de derrota m ilitar y crisis
[GIUSEPPE DE VERC.OTTINl] política, De Gaulle se considera a si mismo
el único representante de esta transfiguración
v el guardián de una legitimidad histórica
superior a la meramente legal del régimen de
de^aullismo Vichy. El hecho de considerarse vicario en la
tierra de una Francia perenne le permitió rea
i. definición Lo que se define por d. es en con lizar una ecuación veteada de elementos
junto una doctrina político-constitucional, un románticos si no místicos entre el interés na
movimiento político y un régimen. Los tres cional francés v él mismo.
reciben el nombre por el general Charles de Es im pórtam e la actitud que derivaba res
Gaulle, cuya personalidad y pensamiento son pecto de los franceses, considerados ambi
la base del fenómeno. Una definición general guos e inestables, dispuestos, después de un
contiene necesariamente elementos de los periodo de grandes realizaciones, a seguir los
tres aspectos. intereses más particulares y a lanzarse a las
El d. se puede caracterizar como un nacio luchas más violentas entre facciones, olvidan
nalismo de tipo moderno personificado en la do la misión histórica de su país en el mun
figura del salvador nacional. Éste, al replan do. Para lograr la unidad nacional de esfuer
tear la idea y los instrumentos de la tradición zos, característica de los momentos de esplen
democrático-plebiseitaria, impone una res dor, era necesario que los guiara un líder
tructuración desde lo alto de las institucio fuerte y por encima de las partes. Un jefe que
nes y fuerzas políticas que van perdiendo legi sirviera de mediador entre los grandes desti
timidad y poder real frente a una violenta cri nos de Francia, como los concebía De Gaulle,
sis nacional. En esa situación, el líder se pre y la realidad contingente, casi accidental, de
senta como portador de una legitimidad de los franceses.
tipo extralegal que él deduce de la función Al desear asum ir el papel de representan
positiva desempeñada anteriormente para el te de la unidad nacional, es comprensible que
país y de cualidades consideradas instrinse- el general siempre haya reservado sus pala
cas a su persona. bras más duras para las fuerzas e institucio
nes del estado y de la sociedad que reclama
H. ias raíces del DEGAitiJjsMa El primer núcleo ban un papel de intermediarios entre la pobla
de personas leales al general se remonta a una ción y su persona. En el lenguaje degaullista
Unión Deguullista organizada para la libera siempre se les describe como elementos cen
ción de Paris. Estaba animada por los cola trífugos y disgregadores, dispuestos a asegu
boradores más dignos de confianza de De rar su interés por encima del de Francia y de
Gaulle, durante su permanencia en Londres su representante. Organizándose alrededor de
(1940-1943) y en el gobierno provisional de diferencias de opinión intelectuales terminan
Argelia (1943-1944). Los elementos más signi por "organizar la división de los fiauceses”
ficativos de la ideología degaullista se concre (De Gaulle. 1956). El "régimen de los parti
tan políticamente en este periodo. dos" era en consecuencia por definición no
En Londres, De Gaulle y algunos de sus representativo y no plenamente legitimo en
seguidores se oponen a la paz. con Alemania cuanto articulaba largas líneas de división de
y al régimen que la había aceptado, en tanto alguna manera indivisible.
que la clase política de la III República se des Dentro de esta visión ideológica coheren
banda o se compromete. El punto de referen te, el estado nacional v su política exterior
cia de la acción del general es, desde el prin teman, por lo tanto, una posición de prim er
cipio. "una cierta idea de Francia” como orga plano. Desde los primeros escritos de polui-
D E G A U L L IS M O 435
ca m ilitar del general se manifiesta una con- y el rpf, presidido por el general mismo y
sideración del estado nacional no sólo como organizado pirnmidalincnte por las personas
unidad fundamental de la política internacio que siempre le habían sido fieles, obtuvo el
nal sino también como única realidad capa/ 40% de los sufragios en las elecciones muni
de compendiar tanto las aspiraciones y las cipales de 1947.
glorias como las tradiciones culturales e his Los temas fundamentales de la propagan
tóricas de un pueblo. En cuanto tal. la nación da degaullista contra el régimen eran los ya
y su envoltura estatal son únicas y no pueden descritos, pero el tono del general y la prác
asemejarse ni unirse a ninguna otra. Las fuer tica política del movimiento adquirieron
zas armadas, a su disposición, son la garan características más marcadamente de dere
tía de autodeterminación y el símbolo de la cha. tanto que indujeron a un investigador a
soberanía. definir al De Gaulle de ese periodo como
De esta concepción se derivaría la sospe "demagogo fascista" (Werth, 1967). Las espec
chosa posición de De Gaulle en relación con taculares reuniones degaullistas con las ban
las organizaciones supranacionales —desde deras con la Cruz de Lorena, los discursos
la cee hasta la onu— con las formas de inte cada vez más violentos y provocativos del
gración militar —desde la can hasta la otan. general y el predominio de lemas sobre el
Consideraba el interés nacional como el peligro rojo constituido por los "separatistas"
patrón predominante de una política interna del p if , no fueron suficientes tal vez para
cional caracterizada por el conflicto y la lucha convalidar semejante definición. De cualquier
por las ventajas nacionales, y en este campo modo, la idea misma de un Rassemblemenl,
juzgaba las motivaciones ideológicas como y no de un partido, que debía "extenderse has
elementos superestructurales. ta abarcar a toda la nación", junto con las exi
gencias antiparlamentarias y antipartidistas,
ni. el DEOAUILISMQen la oposición En el momen presentaba elementos totalitarios. También
to de la liberación, De Gaulle capitaneó los los proyectos de "asociación entre el capital
gobiernos provisionales, pero encontró inme y el trabajo”, tema preferido de los degaullis
diatamente la oposición de la primera asam tas de izquierda, adoptaron el carácter de
blea elegida en octubre de 1945. El gobierno reforma profunda que debería conducir al
provisional estaba dirigido por medio de debilitamiento de los sindicatos y a su aboli
decretos y ordenanzas, y De Gaulle no tenía ción. Con la nueva constitución "ya no era
ni las cualidades ni el deseo de com portarse necesario reconocer a los sindicatos" (La
como lider parlamentario. Además, la nueva Frunce sera la Frunce, 1951).
constitución que las fuerzas políticas estaban El d., en cuanto al régimen, ya no volverá
redactando presentaba los rasgos del parla a adoptar los tonos más encendidos ni los ras
mentarismo que él ya había definido despre gos de la práctica político-organizativa del
ciativamente como "régimen de los partidos". rpf. Muy probablemente el general conside
Después de renunciar en enero de 1946, el ró la tentativa de volver al poder a través de
general seguiría siendo durante once meses un movimiento de masa organizado en su
un duro opositor del régimen y de la política nombre como un fracaso. Para imponerse
de la IV' República. como salvador nacional a la mayor parte de
El clima político de los años 1947-1949 dio la opinión pública, hubiera sido necesaria una
la voz de arranque e imprimió la huella al pri situación más critica que la artificial de la
mer movimiento degaullista de masa: el Ras- guerra fría y un planteamiento ideológico-
semblement du Peuple Franjáis. La doctrina politico más matizado.
Truman y el comienzo de la guerra fría, con Al principio de los años cincuenta, la pre
la consiguiente oleada de anticomunismo y la dicación me dánica y catastrófica de De Gau-
psicosis bien orquestada de una guerra entre lie perdió su capacidad de impacto en la opi
Oriente y Occidente, le dieron a De Gaulle la nión moderada. El rpf obtuvo sólo el 2096 de
posibilidad de presentarse a la opinión públi los votos en las elecciones legislativas de 1951
ca como el único capaz de salvar nuevamen y, después de algunas tentativas de acuerdos
te al país de la catástrofe inminente. Sus lla parlam entarios con los demás partidos, fue
mamientos tuvieron un efecto considerable disuelto por De Gaulle que ya lo consideraba
4.16 D E G A U L L IS M O
men político particularm ente apto para res monía de las superpotencias, el poder del
ponder a las exigencias de una estructura eco dólar, el Vietnain norteamericano, el Quebec
nómica que ya no se caracterizaba por el mer inglés, etcétera.
cado y por la competencia sino por el predo
minio de los grandes monopolios públicos y VII EL DEGAULUSMO SIN DE GAULLE. Chal les de
privados y de sus exigencias de programación Gaulle dimitió en abril de 1969, derrotado en
del mercado. un referéndum por la reform a del senado y
La política interna degaullista se orientó en la regionalización, al que como de ordinario
realidad a un rígido control del desarrollo de había supeditado su permanencia en el poder.
la economía francesa que consistía en pagar La verdadera señal de su decadencia lúe la
a las clases trabajadoras el aumento de la crisis de mayo de 1968. de la cual salieron ven
capacidad competitiva del neocapitalismo cedores tanto el régimen como el movimien
francés en relación con el de los países más to degaullista, pero no el propio de Gaulle. Su
avanzados desde el punto de vista industrial. llamado personal ya no se reveló capaz de
Una balanza de pagos que arrojaba supe señorear una crisis interna de impronta
rávit. el control de los salarios y la estabili exclusivamente social.
dad del franco, eran, en definitiva, objetivos Para valorar qué queda del d. sin De Gau
necesarios para la política exterior de De Gau- lle y para establecer en qué sentido puede
lle, bajo la cual se puede descubrir frecuen hablarse de d. como fenómeno diferenciado
temente la tendencia a convertirse en intér de la personalidad del general es necesario
prete del neocolonialismo del gran capital referirse a la distinción inicial entre doctri
francés en competencia con el expansionismo na, movimiento y régimen. Bajo el perfil ideo
estadunidense. Junto con la defensa, la polí lógico no hay duda de que el fenómeno degau-
tica exterior se consideraba “dominio reser llista presenta los rasgos de una tradición
vado" del general y, siguiendo sus ideas bási política que “en su prim era aparición en
cas. servia también a las exigencias de su ape Francia prevé la vuelta del bonapartism o"
lación popular. (Rcmond). En este sentido histórico, una
El culto a la independencia económica, polí corriente doctrinaria degaullista continúa
tica y m ilitar y la consol ¡dación de la misión presente en la cultura francesa y representa
de la nación y de la cultura francesa en el la versión moderna —de una sociedad indus
mundo, sirven de base a sus iniciativas más trial m adura— de la tradición bonapartista
espectaculares: el veto al ingreso de Gran Bre y a la vez jacobina.
taña en el mercado común europeo, la "for No obstante, justo por sus características
cé de frappe" atómica, el neutralismo tercer- intrínsecas, esta tradición no puede expresar
mundista, el acercamiento a la urss y el reco se plenamente y reforzarse más que con refe
nocimiento precoz de China, la polémica anli- rencia explícita a una figura de lídei de gran
norteamericuna y el retiro de las fuerzas fran atractivo popular. Sin De Gaulle, la ideología
cesas de la otan. La suma importancia dada y la doctrina degaullista pierden la referen
a la política exterior reducía la interna a un cia esencial y acaban por reducirse a una exal
instrum ento de la primera. La actitud hacia tación y defensa del pasado carente de un pro
el exterior daba, en realidad, ocasione^ muy yecto positivo. De hecho, esto es todo lo que
propicias para unir tras de si a los franceses el movimiento degaullista parece representar
para hacerles olvidar, algunas veces, proble hoy. "Primero redimensionado electoralmen-
mas más concretos. tc y dividido internamente, después privado
Consciente de ser un líder cuyo carism a se del control de la presidencia y del gobierno,
acrecentaba en épocas de crisis, De (iaulle era finalmente constreñido a la oposición parla
un maestro en el arte de crear de vez en cuan mentaria por la victoria de la izquierda.. . ”,
do, a través del estilo y de los temas de su poli- el partido degaullista no ha sufrido el colap
tica exterior, situaciones de tensión, peque so global que algunos esperaban, pero a pesar
ñas crisis que rejuvenecían sus apelaciones. de ello aparece privado de una perspectiva
La capacidad de catalizar la atención de los política e incapaz de emanciparse por com
franceses le perm itía reafirm ar simbólica pleto del puro papel de defensor constante de
mente sus valores rebelándose contra la hege las características y de los procedimientos de
D EM A G O G IA 419
la que el poder no está concentrado en las nes de los ciudadanos, sino también sustan
manos de uno solo sino que está distribuido cialmente, porque está regida por una férrea
diversamente en diferentes cuerpos colegia ley agraria que prevé la distribución ecuáni
dos, a veces en contraste entre sí, se vuelven me de las tierras de manera que nadie sea tan
a encontrar constantemente algunos rasgos poderoso como para oprim ir a los otros. De
que contribuyeron a form ar la imagen, o por las tres formas de gobierno descritas por
lo menos una de las imágenes, como veremos Montesquieu: república, monarquía, despotis
dentro de poco , de la d. moderna, la cual es mo, la forma de gobierno republicana com
definida hoy cada vez más a menudo como prende tanto a la república democrática como
régimen policrático, opuesto al régimen a la aristocrática, las que casi siempre son tra
monocrático. En esta linea, un escritor, que tadas separadamente. Pero cuando el discur
ha sido considerado justamente como un anti- so habla acerca de los "principios" de todo
cipador del democraticismo moderno, Johan- gobierno, el principia propio de la república,
nes Althusius, exponiendo en el último capi la virtud, es el principio clásico de la d. y no
tulo de su Política methodice digesta (1603) la de la aristocracia, y hasta tal punto es cierto
diferencia entre las diversas formas de que respecto de la aristocracia Montesquieu
gobierno, las distingue según que el “summus se ve obligado a afirm ar que si “ la virtud es
m agistratus" sea “monarehicus” o "polyar- igualmente necesaria en el gobierno aristo
chicus", utilizando una terminología que crático", no es requerida “de manera igual
seguirá siendo familiar a la ciencia política mente absoluta” (i. 3, 4). No se olvide que
norteamericana desde Robert Dahl, quien en para Saint-Just y Robespierre la nueva d., que
A preface tu democratic theury (1956) elabo b arrerá definitivamente al despotismo, es
ra contra las teorías tradicionales (o que él decir el reino del terror, será “el reino de la
considera tradicionales) de la d. mudisonia- virtud”. “Si el motor del gobierno popular en
na y populista la teoría de la polxarchal demu- la paz es la virtud —resuenan las célebres
cracy. Una vez más, si por d. se entiende la palabras pronunciadas por Robespierre en el
forma aristotélica, la república no es d.; pero Discours sur les principes de múrale politi-
en su carácter peculiar de "gobierno libre”, que—. el motor del gobierno popular en la
de régimen antiautocrático, encierra, sin revolución es al mismo tiempo la virtud y el
embargo, un elemento fundamental de la d. terror: la virtud sin la cual el te rro r es funes
moderna en la medida en que por d. se entien to; el terror sin el cual la virtud es impoten
de toda forma de gobierno opuesta a toda for te.” Pero sobre todo en Rousseau, el gran teó
ma de despotismo. rico de la d. moderna, el ideal republicano y
No obstante la diferencia conceptual, las el democrático coinciden perfectamente; en
dos imágenes de la d. y de la república aca El contrato social confluyen hasta fundirse la
ban por superponerse y por confundirse en doctrina clásica de la soberanía popular, a
los escritores, estudiados recientemente por quien compete, mediante la formación de una
Franco Venturi, que exaltan junto con las voluntad general inalienable, indivisible e
repúblicas antiguas las pequeñas y libres infalible, el poder de hacer las leyes, y el ideal,
repúblicas de su tiempo, desde Holanda o no menos clásico pero renovado en la admi
Genova. Venecia y Lucca, hasta la Ginebra del ración por las instituciones de Ginebra, de la
"citoyen vertueux" Jean-Jacques. La Oceana república, la doctrina contractualista del esta
de Harrington, que es uno de los puntos de do basado en el consenso y en la participa
referencia del republicanismo inglés del siglo ción de todos en la producción de las leyes
xvm, es exaltada por el mayor sustentador y el ideal igualitario que ha acompañado en
de la idea republicana en Inglaterra, John la historia a la idea republicana erguida en
Toland. como “ la mas perfecta forma de contra del derigualitarismo de los regímenes
gobierno popular que jamás haya existido". monárquicos y despóticos. El estado que él
Moldeada sobre el ejemplo de las repúblicas construye es una democracia, pero prefiere
antiguas y moderna^, es en realidad una d. llamarlo, siguiendo la doctrina más moder
igualitaria, no sólo formalmente, basada na de las formas de gobierno, “ república";
como lo esta en la rotación de las m agistra más exactamente, retomando la distinción
turas que se produce mediante libres eleccio hecha por Bodino entre forma de estado y for
446 DEMOCRACIA
ma de gobierno, Rousseau, m ientras que lla rizante del régimen democrático, también es
ma república a la forma del estado o del cuer resuelta en una de las libertades individua
po político, considera a la d. como una de las les que el ciudadano ha reivindicado y con
tres posibles formas de gobierno de un cuer quistado frente al estado absoluto, y redefi
po político que, en cuanto tal, o es una repú nida como la manifestación de aquella parti
blica o no es ni siquiera un estado sino el cular libertad que, yendo más allá del dere
dominio privado de este o aquel poderoso que cho de expresar su propia opinión, de reunir
se ha apoderado de él y lo gobierna con la se o de asociarse para influir sobre la política
fuerza. del país, comprende también el derecho de
elegir representantes en el parlamento y de
v. democracia y liberalismo. A lo largo de todo ser elegidos. Aun cuando esta libertad es con-
el siglo xtx la discusión en torno de la d. se ceptualmenle diferente de las libertades civi
desarrolla principalmente a través de un les, en cuanto que éstas son meras facultades
enfrentamiento con las doctrinas políticas de hacer o no hacer mientras que aquélla
predominantes de la época: el liberalismo por implica la atribución de una capacidad jurí
un lado y el socialismo por el otro. dica específica, donde las prim eras son lla
Por lo que se refiere a la relación con la con madas también libertades negativas mientras
cepción liberal del estado, el punto de parti que la segunda es llamada libertad positiva,
da fue el célebre discurso de Benjamín Cons el mismo hecho de que el derecho de partici
tan! sobre La libertad de los antiguas compa par aunque indirectamente en la formación
rada con la de los modernos. Para Constant del gobierno esté comprendido en la catego
la libertad de los modernos, que debe ser pro ría de las libertades demuestra que en la con
movida y acrecentada, es la libertad indivi cepción liberal de la d. se pone el acento más
dual respecto del estado, aquella libertad de que sobre el mero hecho de la participación,
la que son manifestación concreta las liber como sucede en la concepción pura de la d.
tades civiles y la libertad política (aunque no (que también es llamada “participacionista”),
necesariamente extendida a todos los ciuda sobre la exigencia de que esta participación
danos), m ientras que la libertad de los anti sea libre, es decir que sea una expresión y un
guos, que la expansión de los comercios ha resultado de todas las otras libertades. Des
vuelto impracticable, también daiiina, es la de este punto de vista, si es cierto que no pue
libertad entendida como participación directa de llamarse propiamente liberal a un estado
en la formación de las leyes a través del cuer que no reconozca el principio democrático de
po político del cual la asamblea de los ciuda la soberanía popular— aunque sea lim itada
danos es la máxima expresión. Identificada mente al derecho de una parte, también res
la d. propiamente dicha, sin otra especifica tringida, de los ciudadanos, de dar vida a un
ción, con la d. directa, que fue luego el ideal cuerpo representativo—, es aún más cierto
rousseauniano, se va afirmando a través de que según la concepción liberal del estado no
los escritores liberales, de Constant a Tocque- puede haber d. sino en donde se reconozcan
ville y a John Stuart Mili, la idea de que la algunos derechos fundamentales de liberta
única forma de d. compatible con el estado des que posibiliten una participación políti
liberal, es decir con el estado que reconoce ca guiada por una determinación autónoma
y garantiza algunos derechos fundamentales, de la voluntad de cada individuo.
como los derechos de libertad de pensamien En general, la linea de desarrollo de la d.
to, de religión, de imprenta, de reunión, etc., en los regímenes representativos debe ser
era la d. representativa o parlamentaria, don buscada esencialmente en dos direcciones: a]
de la tarea de hacer las leyes concierne no a en la gradual ampliación del derecho de voto,
todo el pueblo reunido en asamblea sino a un que, en un principio restringido a una exigua
cuerpo restringido de representantes elegidos parte de los ciudadanos con criterios basados
por aquellos ciudadanos a quienes se les reco en la renta, en la cultura y en el sexo, se ha
nozcan los derechos políticos. En esta concep ido extendiendo según una evolución constan
ción, que se puede llam ar liberal, de la d., la te, gradual y general a todos los ciudadanos
participación en el poder político, que siem de ambos sexos que hayan alcanzado un cier
pre ha sido considerada el elemento caracte to límite de edad (sufragio universal): ¿>] en
DEMOCRACIA 447
tiva de los viejos estados sino que más bien conscientemente en ciertos supuestos ideoló
la ha conf irmado a través de la institución de gicos que conducen a diversas orientaciones
un parlamento nacional, el nuevo estado ten respecto de los valores últimos. A fines del
dría que descentralizar al máximo sus pro siglo pasado, contra la d.. entendida justa
pias funciones en "comunas rurales", que mente en su sentido tradicional de doctrina
habrían de enviar sus representantes a una de la soberanía popular, se fue formulando
asamblea nacional, a la que dejarían “pocas, una critica, que pretendió por el contrario
pero importantes funciones [ .. .] cumplidas estar basada exclusivamente en la observa
por funcionarios comunales”. ción de los hechos, no ideológica, sino, al
Inspirándose en las reflexiones de Marx menos en el asunto, científica, por parte de
sobre la Comuna, Lenin, en El estado y la revo los teóricos de las minorías gobernantes o.
lución y en los escritos y discursos del perio como serán llamadas luego con un nombre
do revolucionario, enunció las líneas directri destinado a tener suerte, de las élites, como
ces y echó las bases de esa nueva d. de los con Ludwig Gumplowicz, Gaetano Mosca y Vilfre
sejos, que estuvo en el centro del debate entre do Pareto. Según estos escritores la sobera
los principales teóricos del socialismo en los nía popular es un ideal-limite y jamás ha
años de 1920, desde Gramsci hasta Rusa correspondido ni puede corresponder de nin
Luxemburg, desde Max Adler hasta Korsch, guna manera a una realidad de hecho, por
para acabar con Antón Pannekock, cuya obra que en todo régimen político, cualquiera sea
Organización revolucionaria y consejos obre la "fórm ula política” bajo la que los gober
ros es de 1940. Lo que caracteriza a la d. de nantes y sus ideólogos lo representan, es
los consejos respecto de la d. parlam entaria siempre una minoría de personas, que Mos
es el reconocimiento de que en la sociedad ca llama "clase política”, la que detenta el
capitalista se ha producido un traslado de los poder efectivo.
centros de poder de los órganos tradiciona Con esta teoría se concluye la larga y afor
les del estado a la gran empresa, y que, por tunada historia de las tres formas de gobier
tanto, el control que el ciudadano puede ejer no que, como se ha visto, está en los orígenes
cer mediante los canales tradicionales de la de la historia del concepto de d.: desde el
d. solamente política no es suficiente para momento en que en toda suciedad, de todos
impedir los abusos de poder cuya abolición los tiempos, y en todos los niveles de civili
es el objetivo final de la democracia. El nue zación, el poder está en manos de una mino
vo tipo de control no puede producirse más ría, no existe otra forma de gobierno que la
que sobre los propios lugares de la produc oligárquica. Lo cual no implica que todos los
ción, y es ejercido no por el abstracto ciuda regímenes sean iguales sino simplemente que,
dano de la d. formal sino por el ciudadano en si se puede destacar una diferencia, ésta no
cuanto trabajador a través de los consejos de puede depender de un criterio extrínseco
fábrica. El consejo de fábrica se hace asi el como el del número de los gobernantes fuño,
germen de un nuevo tipo de estado, que es el pocos, muchos) sino de los diversos modos
estado o comunidad de los trabajadores en con que una clase política se forma, se repro
contraposición al estado de los ciudadanos, duce, se renueva, organiza y ejerce el poder.
a través de una expansión de este tipo de orga El propio Mosca distinguió, respecto del
nismo a todos los lugares de la sociedad en modo con que se forman las clases políticas,
los que existen decisiones importantes a las que se trasmiten el poder hereditariamen
tomar. El sistema estatal en su conjunto será te y las que se alimentan de las clases infe
una federación de consejos unificados riores; respecto del modo con que ejercen el
mediante una ascendente agrupación de los poder, las que lo ejercen sin control y las que
mismos a diversos niveles territoriales y de están controladas desde abajo; de tal modo
empresa. contrapuso en el prim er caso d. a aristocra
cia, en el segundo d. a autocracia, especifican
vil DF..MQCRACIA v ELiTis.MO La critica que, por do por lo menos dos tipos de regímenes que
un lado, el liberalismo dirige a la d. directa, aun teniendo una clase política dominante
y la crítica que. por el otro, el socialismo diri pueden considerarse según el derecho demo
ge a la d. representativa, están inspiradas cráticos. En este camino la teoría de las él i-
DEMOCRACIA 449
del gobierno y de la oposición, y multipola- distinguido tres tipos de d.: a] con una alta
res, en los que los diversos partidos se dispo autonomía de los subsistemas (Inglaterra y
nen hacia el centro y hacia las dos oposicio Estados Unidos), donde por “subsistemas” se
nes, la de derecha y la de izquierda (con la entienden los partidos, los sindicados, los gru
advertencia de que también en este caso un pos de presión en general; h¡\ con limitada
sistema monopolar, es decir donde no exista autonomía de los subsistemas (la Francia de
una oposición reconocida, y por lo tanto exis la III República, Italia después de la segun
ta sólo un polo, no puede ser considerado da guerra mundial, la Alemania de Weimar);
entre las formas democráticas de gobierno). c] con baja autonomía de los subsistemas
Esta segunda variante (introducida por Gio- (México). Modelos ideales más que tipos his
vanni Sartori) ofrece en comparación con la tóricos son las tres formas de d. analizadas
prim era dos ventajas: a] permite tener en por Robert Dahl en su libro A preface tu demu
cuenta las alianzas de los partidos con la con cratic theory (1956): la d. madisoniana, que
secuencia de que un sistema m ultipartidisla consiste sobre todo en los mecanismos de fre
puede ser bipolar, y por lo tanto tener las mis no del poder, y por lo tanto coincide con el
mas características que un sistema biparti ideal constitucionalista del estado limitado
dista; h\ permite una ulterior distinción entre por el derecho o del gobierno de la ley con
sistemas polarizados y sistemas no polariza tra el gobierno de los hombres (en el que siem
dos según que existan en los dos extremos pre se ha manifestado históricamente la tira
franjas que tienden a la ruptura del sistema nía); la d. populista, cuyo principio fundamen
(partidos antisistema), de donde la ulterior tal es la soberanía de la mayoría; la d. poliár-
distinción entre m ultipartidism o extremo y quica, que busca las condiciones del orden
mulliparlidismo moderado. Teniendo en democrático no en expedientes de carácter
cuenta, además del sistema de partidos, tam constitucional sino en prerrequisitos sociales,
bién la cultura política, Arend Lijphart ha dis es decir en el funcionamiento de algunas
tinguido los regímenes democráticos basados reglas fundamentales que permiten y garan
en la mayor o menor fragmentación de la cul tizan la libre expresión del voto, el predomi
tura política en centrífugos y centrípetos (dis nio de las decisiones que han tenido el mayor
tinción que corresponde aproximadamente a número de votos, el control de las decisiones
la precedente entre regímenes polarizados y por parte de los electores, etcétera.
no polarizados); por lo tanto, introduciendo
un segundo criterio basado en la observación X. DEMOCRACIA FORMAL Y DEMOCRACIA SUSTANCIAL
de que el comportamiento de las élites pue Junto a la noción procesal de d., predominan
de estar más dispuesto a las coaliciones (coa- te en la teoría política occidental y en el ámbi
lesccnt) o más competitivo, y combinándolo to de la "ciencia política", se ha ido difundien
con el precedente, ha especificado otros dos do en el lenguaje político contemporáneo otro
tipos de d., que ha llamado "d. consociativa” significado de d. que comprende formas de
(consociatiunal) y "despolitizada" según que régimen político, como las de los países socia
el comportamiento no competitivo de las éli listas o de los países del tercer mundo espe
tes se empalme con una cultura política frag cialmente africanos, en los que no están en
mentada u homogénea. La d. consociativa, de vigor, o no son respetadas, aun cuando están
la que los mayores ejemplos son Austria, Sui en vigor, algunas o todas las reglas por las que
za, Holanda, Bélgica, ha sido llamada tam se llaman democráticos por larga tradición
bién, con particular atención al caso suizo, los regímenes liberal-democráticos y los regí
" c o n c o rd a n te ” (concordan! 'democracy, menes socialdemócratas. Para evitar la con
Konkurdanz-demokratie) y definida como fusión entre dos significados tan diferentes
aquella en que se producen tratativas en el del mismo término s e ha establecido el uso
vértice entre los lideres de las subculturas de especificar el concepto genérico de d. con
rivales por la formación de un gobierno un atributo calificante, y asi se llama, por
estable. ejemplo, "formal” a la primera y "sustancial"
Descendiendo a un nivel todavía más pro a la segunda. Formal la primera, porque e s t á
fundo, es decir al nivel de las estructuras de caracterizada por los llamados "universales
la sociedad subyacente, Gabriel Almond ha de procedimiento”, con el empleo de los cua
452 DEMOCRACIA
les se pueden turnar decisiones de diferente necesario reconocer que en las dos expresio
contenido (como demuestra la presencia de nes "d. formal” y "d. sustancial" el término
regímenes liberales y democráticos junto a “d.” tiene dos significados netamente distin
regímenes socialistas y democráticos); sustan tos. En la prim era indica un cierto conjunto
cial la segunda, porque se refiere predomi de medios, como lo son precisamente las
nantemente a ciertos contenidos a su ve/, ins reglas de procedimientos arriba descritas,
pirados en ideales característicos de la tra independientemente de la consideración de
dición de pensamiento democrático, in primis los fines; en la segunda indica un cierto con
el igualitarismo. Según una vieja fórmula que junto de fines, como lo es, sobre todo, el fin
considera a la d. como gobierno del pueblo de la igualdad no solamente jurídica sino tam
pura el pueblo, la d. formal es más que nada bién social cuando no económica, indepen
un gobierno del pueblo, la d. sustancial es dientemente de la consideración de los
más que nuda un gobierno para el pueblo. Así medios adoptados para lograrlos. Puesto que
como una d. formal puede favorecer a una en la larga historia de la teoría democrática
minoría restringida de detentadores del se entrecruzan motivos de método y motivos
poder económico, y por lo tanto no ser un ideales, que se encuentran perfectamente fun
gobierno para el pueblo aun siendo un gobier didos en la teoría rousseauniana según la cual
no del pueblo, una dictadura política puede el ideal igualitario que la inspira (d. como
favorecer en periodos de transformación valor) se realiza solamente en la formación de
revolucionaria, cuando no subsisten las con la voluntad general (d. como método), ambos
diciones para el ejercicio de una d. formal, a significados de "d.” son históricamente legí
la clase más numerosa de los ciudadanos, y timos. Pero la legitimidad histórica de su uso
por lo tanto ser un gobierno para el pueblo, no autoriza ninguna ilación sobre la eventua
aun sin ser un gobierno del pueblo. También lidad de que tengan un elemento connotati-
se ha observado (Macpherson) que el concep vo común. De esta falta de un elemento con-
to de d. referido a los estados socialistas (y notativo común es prueba la esterilidad del
a los estados del tercer mundo) refleja más debate entre partidarios de las d. liberales y
fielmente el significado antiguo (aristotélico) partidarios de las d. populares sobre la mayor
de d. por el cual d. es el gobierno de los pobres o menor democraticidad de los respectivos
contra los ricos, es decir que es un estado de regímenes. Cada uno de los dos tipos de régi
clase, y tratándose de la clase de los pobres, men es democrático según el significado de
es el gobierno de la clase más numerosa o de “d.” preelegido por el defensor y no democrá
la mayoría (y es ésta la razón por la que la tico según el significado preelegido por el
d. ha sido en el curso de los siglos más exe adversario. El único punto en que los unos y
crada que exaltada). los otros podrían convenir es que una d. per
Para quien, como Macpherson, opine que fecta —hasta ahora en ningún lugar realiza
el discurso en torno a la d. no se resuelve con da, y por lo tanto, utópica— debería ser al
definir y redefinir una palabra que por su sig mismo tiempo formal y sustancial.
nificado eulógico se refiere a diversas cosas
sino que se debe concluir con el determ inar b i b l i o g r a f í a : J. Agnoli y P. Brückner, La trans
sentido estricto (que corresponde a grandes rente que el d. público-positivo respecto del
rasgos al d. privado) sino también la esfera d. privado-natural. Para Kelsen, el estado no
de la elicidad. Sin embargo, es un hecho que está para nada fuera del ordenamiento ju rí
si el d. en sentido amplio es “el reino de la dico: desde el momento en que el estado es
libertad realizada", el mismo se realiza con la organización de la fuerza monopolizada, y
plenitud solamente en el estado. En Marx d. esta organización se expresa en un ordena
y estado pertenecen ambos a la esfera de la miento coactivo, es decir en el ordenamiento
superestructura, denominada en el conocido normativo específico que es el d., d. y estado
pasaje (que sirve de modelo) de la Contribu son unum et Ídem, y lo que se llama habitual
ción a la critica de la economía política, "supe mente poder político no es otra cosa que el
restructura jurídica y política", como si se poder que, haciendo efectivo un ordenamien
tratara de un conjunto mal distinguible en to normativo, hace de este ordenamiento un
partes diferentes y separadas: tanto que la ordenamiento real y no imaginario. Weber y
extinción del estado implica también la extin Kelsen interpretan a fondoel mismo fenóme
ción del d. y viceversa. En general tudas las no de la convergencia del estado y del d. aun
corrientes sociales que, como las corrientes que observándolo desde dos puntos de vista
anarquistas y las del socialismo utópico, diferentes: Weber, desde el punto de vista de
hicieron la guerra al estado, al mismo tiem la jurisdicción del estado, es decir del poder
po hicieron la guerra al d.: ¿qué mejor prue estatal que se racionaliza a través de una com
ba de la identificación de d. y estado en el pen pleja estructura normativa articulada y jerár
samiento político que acompaña el crecimien quica; Kelsen, desde el punto de vista de la
to del estado moderno y de la concepción pre estatalización del d., es decir del sistema nor
dominante del d. como fenómeno estatal que mativo que se realiza a través del ejercicio del
esta polémica simultánea contra el estado y máximo poder que es el poder que se vale dé
el d. por parte de las corrientes libertarias y la fuerza monopolizada. Weber considera al
socialistas? d., o bien la estructura normativa, en función
Considérense por fin los dos mayores teó del poder; Kelsen considera al poder en fun
ricos del estado moderno de este último siglo: ción del derecho. 1.a racionalización del poder
Max Weber y Hans Kelsen. La tendencia a la a través del d. es la oirá cara de la realiza
identificación del d. (entendido como ordena ción del d. por medio del poder: el d. es la polí
miento coactivo) con el estado (entendido tica vista a través de su proceso de racionali
como aparato a través del cual los detenta zación. asi como el poder es el d. visto en su
dores del poder legitimo ejercen su dominio) proceso de realización. Pero como no puede
llega a sus extremas consecuencias. Para haber poder sin d., si el poder del estado
Weber el gran estado moderno es el estado moderno es poder legal, así no puede haber
en que la legitimidad del poder depende de d. sin poder, si el d. es el ordenamiento que
su legalidad, es decir del hecho de que el se realiza solamente mediante la fuerza.
poder se presenta como derivado de un orde
namiento normativo constituido y aceptado, n i la su pr em a c ía df. la L tv , El proceso, aquí bre
y se ejerce según normas preestablecidas: la vemente delineado, de convergencia entre d.
gran dicotomía ahistórica de la filosofía polí y estado contribuye a destacar particularmen
tica iusnaturalista, entre sociedad natural y te, entre las diversas formas que una regla
sociedad civil, Weber la sustituye por la dico imperativa puede asumir, la forma de la ley,
tomía históricam ente fundada entre poder cuando por ley se entienda la norma que es
tradicional y poder legal, a la cual, en térm i general respecto de los destinatarios, abstrac
nos jurídicos, corresponde la distinción ya no ta respecto de la acción prevista, e impuesta
entre d. privado o natural y d. público o posi con un acto de voluntad deliberada por el
tivo, y tampoco entre no derecho y d., sino poder dominante. Lo cual equivale a decir que
entre d. consuetudinario, propio del estado en el proceso de desarrollo del estado moder
patriarcal, y d. legislativo, propio del estado no, junto a la resolución del d. entendido
de d., donde además el d. legislativo represen como ordenamiento normativo del estado,
ta respecto del d. consuetudinario un d. más mediante la identificación del d. con el orde
perfecto, más "racional", de manera no dife namienio coactivo y del estado con la fuerza
450 DERECHO
monopolizada, se asiste también a la reduc dos para aplicarlas: “La autoridad legislati
ción de todas las fuentes tradicionales del d. va o suprema no puede asum ir el poder de
a la única fuente de la ley. Este doble proce gobernar con decretos extemporáneos y arbi
so puede ser resumido en esta fórmula: mien trarios, sino que es mantenida para dispen
tras que el d. en sentido restringido se hace sar la justicia y para decidir en torno a los
cada vez más d. estatal, el d. estatal en senti derechos de los súbditos, con leyes promul
do restringido se hace cada vez más d. legis gadas y fijas y jueces autorizados y conoci
lativo. Aún más brevemente: el proceso de dos” (Segundo tratado sobre el gobierno civil,
juridificación del estado es acompañado por §§ 134 y 136). En Rousseau la propiedad esen
un proceso de legalización del derecho. Las cial que posee la voluntad soberana de ser
manifestaciones históricamente más impor general es la misma que tiene el d. en su for
tantes de este proceso son, por un lado, las ma característica de la ley. que se distingue
constituciones escritas que acompañan a los de una orden, de un decreto, de una manifes
grandes trastornos del fin del siglo xvm tación de voluntad particular, justam ente en
(revolución norteamericana y revolución fran cuanto "general". "Cuando digo que el obje
cesa) y, por el otro, las grandes codificaciones. to de las leyes es siempre general, pretendo
También de este segundo proceso se pue decir que la ley considera a los súbditos como
de encontrar un preciso reflejo en la filoso cuerpo colectivo y las acciones abstractamen
fía política desde Hobbes en adelante. Una de te, nunca a un hombre como individuo ni una
las principales prerrogativas del soberano es, acción particular” (El contrato social, n, 6).
según Hobbes, la de "establecer y promulgar La voluntad general no puede expresarse sino
normas, es decir criterios de medida genera a través de esas normas generales que son las
les de manera que cada uno sepa qué se debe leyes, pero al mismo tiempo no podría haber
entender como propio y ajeno, justo e injus leyes, es decir normas generales dirigidas a
to, honesto y deshonesto, bueno y malo” (De todos los componentes del cuerpo político
cive, vi, 9): estas normas "suelen llamarse indistintamente, si no hubiera una voluntad
leyes civiles, o sea leyes del estado, porque general. Sólo el estado regido por leyes es un
son las órdenes de quien detenta, en el esta estado de acuei do con el ideal que inspira El
do, la soberanía". Mientras que exalta la ley, contrato social, y es digno, según Rousseau,
Hobbes desacredita, como es sabido, la cos de ser llamado república. Lo cual significa
tum bre y el d. de los jueces (el common law), que la ley es la forma privilegiada de mani
como las fuentes de d. a las que falta el sello festación de la soberanía popular, es decir de
de la voluntad del soberano, y de tal manera, aquella forma de soberanía que es, a los ojos
después de haber identificado el d. con el úni de Rousseau, la única legítima. La voluntad
co d. estatal, identifica también el d. estatal general produce y no puede no producir leyes.
con el único d. legislativo. El "gobierno civil” La producción del d. bajo forma de ley es la
de Locke se basa en la primacía del poder principal garantía contra el despotismo.
legislativo: "la prim era y fundamental ley Sobre las huellas de Rousseau, Kant distin
positiva de todas las sociedades políticas con gue la sociedad civil que deriva de un contrato
siste en establecer el poder legislativo”, el originario, aun ideal (pero no ficticio), de las
cual "no solamente es el poder supremo de diversas formas de gobierno en que la sobe
la sociedad política, sino que permanece ranía que no concierne sino al pueblo puede
sagrado e inmutable en las manos en que la ser ejercida. "La única constitución perma
sociedad lo ha colocado". El fin por el cual nente —afirm a— es aquella en que la ley es
los individuos se reúnen en sociedad es el de soberana y no depende de ninguna persona
evitar el arbitrio de la interpretación y de la particular” (Metafísica de las costumbres.
ejecución de las leyes naturales, lo cual suce Doctrina general del derecho, § 52), donde por
dería inevitablemente si los hombres conti "ley” entiende la norma general y abstracta
nuasen viviendo en el estado de naturaleza: que sola permite dar ciudadanía a intereses
el principal remedio contra el arbitrio es la no particularistas (y por lo tanto, garantizar
constitución de un poder a quien se confie la la igualdad). El lugar que ocupa la ley en el
tarea de establecer leyes ciertas y fijas, igua pensamiento hegeliano, desde los escritos
les para todos, y de instituir jueces autoriza juveniles hasta la Filosofía del derecho, es
DERECHO 457
bien conocido: en este punto basta recordar órganos cuya competencia específica es la de
que la ley, justamente como expresión de la producir nuevas reglas y los órganos cuya
voluntad general, declarada, promulgada y competencia especifica es la de aplicar reglas
pública, es la máxima expresión de la racio ya establecidas, están caracterizados en resu
nalidad del estado, es decir del hecho de que men por el predominio que asume sobre todas
el estado expresa el interés universal, la con las otras formas de d. el d. bajo forma de ley.
ciencia de sí del pueblo organizado. Un esta Uno de los presupuestos del poder legal es,
do cuya voluntad no se exprese todavía en la según Weber, que "cualquier d. pueda ser
forma de la ley no es un estado cumplido, no estatuido racionalmente respecto del valor o
es el estado llegado a la más alta expresión respecto del fin (o de ambos), mediante pac-
de si, como lo es justamente el estado moder tación o imposición’’; un segundo presupues
no representativo y burocrático del cual to es que "cada d. sea en su esencia un cos
Hegel es al mismo tiempo el teórico y el ideo mos de reglas abstractas, y de normas esta
lógico. Es sabido que Hegel, al mismo tiem tuidas a propósito” (Economía y sociedad, i):
po que exalta la ley, condena el sistema inglés inútil es decir que el d. asi definido, o sea el
basado en un d. no legislativo, critica a la d. que tiene el carácter de ser estatuido racio
escuela histórica que revalora el d. consue nal c intencional mente, es el d. legislativo en
tudinario. se alinea con los partidarios de la contraposición al d. consuetudinario. La nue
codificación, llama benefactores de la huma va forma de poder legitimo que es propia del
nidad a los gobernadores que como Justinia- estado moderno nace justamente del hecho de
no y Napoleón han dudo un código de leyes que el d. legislativo, o sea el d. estatuido por
a sus pueblas. órganos ad hoc, ha suplantado poco a poco
al d. consuetudinario.
iv. PODER legal y poder de derecho La más aca Por fin, en las más autorizadas teorías gene
bada y consciente teorización de este proce rales del d. contemporáneas el ordenamien
so de identificación del d. con la forma especi to jurídico estatal es distinguido de otros
fica de la ley, propio del estado moderno, es ordenamientos jurídicos, o simplemente nor
la tipología weberiana de las divei sas formas mativos, por c-1 hecho de que a través de un
de poder legítimo, que individualizó en el gradual proceso de división del trabajo ju rí
paso de las diversas formas de poder trad i dico (consistente en las dos actividades de la
cional —como son los estados patriarcales y producción y de la aplicación de las normas
patrimoniales, en el que el d. es predominan jurídicas) la producción de las normas gene
temente consuetudinario o judicial— al poder rales ha sido sustraída a la costum bre y ha
legal —en que el d. asume cada vez más la for sido confiada a un órgano adecuadamente
ma de norma estatuida—. el paso de los esta delegado a tal fin, como el parlamento de los
dos premodernos al estado moderno repre estados representativos, con la consecuencia
sentativo y admininistrativo. Poder legal es de que el ordenamiento jurídico estatal está
para Max Weber aquel que recibe su propia caracterizado por el hecho de producir d. bajo
legitimidad por el hecho de ser ejercido en la forma de ley. A causa de este predominio
conformidad y en el ámbito de reglas precons- de la ley, el estado se distingue, según Kelsen,
tituidas, y por lo tanto presupone órganos de otros ordenamientos jurídicos, como el
adecuadamente delegados a la producción y ordenamiento de las sociedades primitivas y
a la continua modificación de estas reglas, como el ordenamiento internacional, en cuan
como son justam ente los órganos legislativos, to ordenamiento relativamente centializado,
que se diferencian cada vez más en un proce es decir en cuanto ordenamiento cuyas nor
so natural de división del trabajo respecto dé mas jurídicas generales no son producidas
los órganos del poder judicial y los del poder por la costum bre sino por un órgano ad hoc,
administrativo. .Mientras que los estados de es decir que asumen la forma de ley. Esta dife
poder tradicional están caracterizados por renciación del ordenamiento estatal respec
ordenamientos de reglas que se trasmiten por to de los ordenamientos de las sociedades pri
tradición y se renuevan por obra del cuerpo mitivas y del ordenamiento internacional ha
judicial, los estados de poder legal están constituido el tema central d». la u o ria del d.
caracterizados por la distinción entre los de Hart: una de las características distintivas
45S D E R E C H O S D EL H O M B R E
del estado es también para Hart la presencia (1968), Madrid Tecnos, 1971; R. Treves, Intro
de normas (secundarias) que atribuyen a órga ducción a la sociología del derecho (1980*),
nos determinados la función de producir nue Madrid. Taurus, 1981; M. Weber, Economía y
vas normas generales o de cam biar las exis sociedad i 1922, 1964), México, Fondo de Cultu
tentes. ra Económica, 1964, 2 vols.
La superposición, característica de las teo
rías políticas y jurídicas que acompañan la [NOKBEKTO BOBBIOj
formación del estado moderno, de la imagen
del d. como ordenamiento normativo relati
vamente centralizado con la del estado como derecho de asilo, v. asilo, derecho de
aparato para el uso de la fuerza concentra
da. ha dado lugar a la persistente imagen del
"estado de d.". en la cual las dos ideas del d.
y del estado están estrechamente ligadas al derechos del hombre
punto de constituir un solo cuerpo. Ninguna
otra cosa de la doctrina del estado de d. — I. DECLARACIÓN DE LOS DERECHOS E HISTORIA CONSTI
que se hizo la doctrina oficial del d. público TUCIONAL. El constitucionalismo moderno tie
europeo por casi un siglo, de los juristas de ne en la promulgación de un texto escrito, que
la Restauración a los de la República de Wei- contiene una declaración de los derechos del
m ar— puede sintetizar plásticamente el pro hombre y del ciudadano, uno de sus momen
ceso aquí brevemente delineado de eslatali- tos nodales de desarrollo y de sus principa
zación del d. y de juridificación del estado que les conquistas, que consagra las victorias del
acompaña a la formación del estado moder ciudadano sobre el poder.
no. Respecto de dicha doctrina se pueden for Usualmente, para ubicar en el plano histó
mular dos interpretaciones: una teórica y una rico su origen, se remite a la Déclaralion des
ideológica. Teóricamente, expresa, como ha droits de l ’hotnme el du citoyen, votada por
destacado muchas veces Kelsen, la exigencia la Asamblea Nacional Francesa en 1789, en
meramente científica de describir al estado la cual se proclamaba la libertad y la igual
como ordenamiento jurídico, y probaria que dad en los derechos de todos los hombres, se
una teoría no ideologizada del estado no pue reivindicaban sus derechos naturales e
de ser construida sino como teoría jurídica. imprescriptibles (la libertad, la propiedad, la
Ideológicamente, expresa el ideal del consti seguridad, la resistencia a la opresión), en vis
tucionalismo moderno, es decir el ideal del ta de los cuales se constituía toda asociación
estado limitado por el d., cuyos poderes política legítima. En realidad la Déclaralion
actúan en el ámbito del d. y cuya legitimidad tenía dos grandes precedentes: los bilis of
depende del hecho de que su acción se desa righls de muchas colonias norteamericanas,
rrolla dentro de los limites de reglas precons rebeladas en 1776 contra el dominio de Ingla
tituidas. terra, y el Bill uf righls inglés, que consagra
ba la "Glorious Revolution” de 1689. Desde
bibliografía S. Cotia, Perché il dirilto, Brescia, el punto de vista conceptual no existen dife
La Scuola, 1979; H.L.A. Hart, El concepto de dere rencias sustanciales entre la Déclaralion fran
cho (1961), Bueno* Aires, Abeledo-Perrot, 1968; cesa y los Bills norteamericanos, dado que
F. Hayek, Fundamentos de la libertad (1960), todos maduraron en el mismo clima cultural
Madrid, Unión, 1978’; H. Kantorowicz, The defi dominado por el iusnaturalismo y por el con-
nitiva of law, Cambridge, Cambridge University tractualismo: los hombres tienen derechos
Press, 1958: H. Kelsen. Teoría genera/ del dere naturales anteriores a la formación de la
cho y del estado <1945), México, lnam, 1969; H. sociedad, derechos que el estado debe reco
Kelsen, Teoría pura del derecho (1960), Bue nocer y garantizar como derechos del ciuda
nos Aires, Eudeba: S. Romano, El ordena dano. Bastante diferente es el Bill inglés, dado
miento jurídico (1945), Madrid. Instituto de que en él no se reconocen los derechos del
Estudios Políticos, 1963; A. Ross, Sobre el hombre sino que se reafirman los derechos
derecho v la justiciu (1958), Buenos Aires, tradicionales y consuetudinarios del ciudada
Eudeba; A. Ross, 1.a lógica de las normas no inglés, fundados en la common law. Duran-
D ER EC H O S D EL H OM BRE 459
le la revolución francesa son proclamadas una posición intermedia aquellos que siguen
otras Déclarations (1793, 1795): son interesan al contractualismo. los cuales, ayer como hov,
tes la de 1793. por su carácter menos indivi fundan estos derechos en el contrato, expre
dualista y más social en nombre de la frater sado pot la constitución, entre las diversas
nidad. y la de 1795. porque junto a los "dere fuerzas políticas y sociales. Varían las teorías,
chos'' son precisados también los “deberes", pero varía también la eficacia de la defensa
anticipando asi una tendencia que tomará de estos derechos, que es máxima solamente
cuerpo en 180Ü (piénsese en los Duveri en un fundamento iusnaturalista, porque los
dell'uomo, de Mazzini); también la constitu hace imprescriptibles. Por ejemplo, la actual
ción italiana lleva como título de la prim era constitución de la República Federal Alema
parte "Derechos y deberes de los ciuda na prevé la no posibilidad de revisión consti
danos”. tucional para los derechos del ciudadano,
La declaración de los derechos ha plantea trastornando asi toda la tradición iuspubli-
do diversos problemas que han sido, al mis cista alemana, fundada en la teoría de la auto-
mo tiempo, políticos y conceptuales. Antes limitación del estado.
que nada, la relación entre la declaración y El tercer problema se refiere al modo de
la constitución, entre la enunciación de gran proteger estos derechos: m ientras que la tra
des principios de derecho natural, evidentes dición francesa se confiaba solamente en la
a la razón, y la concreta organización del separación de lus poderes (y sobre todo en la
poder por medio del derecho positivo, que autonomía del judicial) y en la participación
impone a los órganos del estado órdenes y de los ciudadanos, a través de sus propios
prohibiciones precisas: en electo, o dichos representantes, en la formación de la ley, la
derechos quedan como meros principios abs tradición norteamericana, desconfiada fren
tractos (pero los derechos pueden ser prote te a la clase gobernante, quiso una constitu
gidos sólo en el ámbito del ordenamiento esta ción rígida, no mudificable más que por un
tal, por ser derechos jurídicamente exigibles) poder constituyente, un control de constitu-
o son principios ideológicos, que sirven para cionalidad de las leyes aprobadas por el legis
subvertir el ordenamiento constitucional. lativo: esto garantiza lus derechos del ciuda
Sobre este tema chocaron a fines del siglo dano contra el despotismo legal de la mayo
xvtii, por un lado, el racionalismo iusnatura- ría. Los países que han vivido la experiencia
lisla y. por el otro, el utilitarism o y el histo del totalitarismo, como Italia y Alemania, se
ricismo, ambos hostiles a la temática de los han inspirado para sus constituciones más en
derechos del hombre. Era posible asi el con la tradición norteam ericana que en la
flicto entre los abstractos derechos del hom francesa.
bre y los concretos derechos del ciudadano, Por fin, estos derechos pueden ser clasifi
es decir una contienda sobre el valor de las cados en civiles, políticos v sociales. Los p ri
dos cartas. De otra manera, si inicialmente, meros son los que se refieren a la personali
tanto en Norteamérica como en Francia, la dad del individuo (libertad personal, de pen
declaración estaba contenida en un documen samiento. de religión, de reunión, libertad
to separado, la constitución federal de Esta económica), y por ellos se garantiza al indi
dos Unido» acabó con esta tendencia, por lo viduo una esfera de arbitrio o de licitud, siem
cual hoy lus derechos de los ciudadanos son pre que su comportamiento no viole el dere
identificados en el texto constitucional. cho de los otros. Los derechos civiles obligan
Un segundo problema deriva de la natura al estado a una actitud de no impedimento,
leza de estos derechos: quien opina que son a una abstención (son una libertad pur\. Los
naturales, pertenecientes al hombre en cuan derechos políticos (libertad de asociación
to hombre, opina también que el estado pue en los partidos, derechos electorales) están
de y debe solamente reconocerlos, admitien vinculados a la formación del estado demo-
do. a»i. un limite preexistente a su soberanía: crático-representativo e implican una liber
para quien no siga al iusnaturalismo, éstos tad activa, una participación de los ciuda
son derechos subjetivos concedidos a los indi danos en la determinación de la dirección
viduos por el estado en su autónoma sobera política del estado (son una libertad t/e'|. Los
nía. que de tal manera se autolimita; toman derechos sociales (derecho al trabajo, a la
460 DERECHOS DEL HOMBRE
asistencia, al estudio, protección de la salud, de nuestro siglo y del pasado parecía domi
libertad de la miseria y del miedo) m adura nada por la lucha por los derechos sociales,
dos por las nuevas exigencias de la sociedad se asista ahora a una inversión de tendencia
industrial, en cambio, implican un compor y se retome la batalla por los derechos civiles.
tamiento activo por parte del estado al garan
tizar a los ciudadanos una situación de certi B.A. Ackerman, Social justice in
b ib l io g r a f ía :
dum bre (son todavía libertades por). the liberal State, New Haven, Yale University
La originaria huella individualista de la Press, 1980; E. Bundman (comp.). Bioethics and
declaración, que expresaba la desconfianza human rights, Boston. Little, Brown and Co.,
del ciudadano contra el estado y contra cual 1978; R. Claude (comp.), Comparativo human
quier forma de poder organizado, el orgullo rights, Baltimore, Johns Hopkins Press, 1977; i.
del individuo que por sí solo quería construir Dunn, Western pulitical theory in the face of the
se su mundo, entrando en relación con los future, Cambridge, Cambridge University Press,
otros en un plano meramente contractual, ha 1979; R. Dworkin Derechos en serio (1978), Bar
sido superada no sólo con el redescubrimien celona, Ariel; K. Glascr (comp.), Victims of poli-
to de que el individuo no es tan internam en tics: the State of human rights, Nueva York,
te libre y autónomo, como la ilustración creía Columbio University Press, 1979; E. Kamenka,
que era, sino que es un ser frágil, indefenso, Human rights, Nueva York, St. Martin’s Press,
inseguro. Por ello hemos pasado del estado 1978; G. Loescher, Human rights: a global crisis,
ausentista, garante sólo de las libertades por. Nueva York, Dutton, 1979; A. Pollis (comp.),
al estado asistencia!, garante, pero activamen Human rights: cultural and ideológica! perspec-
te, de nuevas libertades por. El individualis tives, Nueva York, Praeger, 1979; D.D. Raphael
mo ha sido también superado por el recono (comp.), Political theory and the rights of man,
cimiento de los derechos de los grupos socia Bloomington, Indiana University Press, 1967:
les: particularm ente significativo cuando se A.S. Rosenbaum (comp.), The philosophy of
trata de minorías (étnicas, lingüísticas y reli human rights, Londres, Aldwych, 1980; A. Schaff,
giosas), de excluidos (los enfermos, los pre Marxista and the human individual, Nueva York,
sos) o de marginados (los ancianos, las muje McGraw-Hill, 1970.
res). Sin embargo, todas son consecuencias
que derivan lógicamente del principio de la [nicola matteucci]
igualdad, que ha sido el motor impulsor de
las transformaciones en los contenidos de la
declaración, abriendo cada vez más dimensio II PROTECCIÓN INTERNACIONAL DE IOS DERECHOS DEL
nes nuevas a los derechos del hombre, y por homhre. 1] La acción internacional por la pro
lo tanto confirmando la validez y la actuali moción y la protección de los derechos del
dad del texto del xvm. hombre antes y después de la segunda guerra
La actualidad está demostrada por el hecho mundial. Las exigencias avanzadas en todos
de que hoy, en todo el mundo, se lucha de los tiempos y en todos los ambientes socia
diversas maneras por los derechos civiles, por les por el mejoramiento de la condición del
los derechos políticos, por los derechos socia hombre han desembocado en la reivindica
les: éstos eventualmente pueden no coexistir, ción de libertades y de d. sintéticamente cali
aun cuando, por principio, son tres clases de ficados como "d. del hom bre”. La manera y
derechos que, para estar verdaderamente los límites en que estas reivindicaciones han
garantizados, deben ser solidarios. Se lucha logrado encontrar satisfacción en las diver
todavía por estos derechos porque, luego de sas comunidades, a las que ha dado lugar la
las grandes transformaciones sociales, no se convivencia humana, están estrechamente
llegó a la situación garantizada de una vez por ligados a la fuerza y al contenido que dentro
todas en la que creía el optimismo ilustrado. de éstas los ideales hum anitarios han adqui
Las amenazas pueden provenir, como ayer, rido como principios de acción política y al
del estado, pero también de la sociedad de grado en que han podido o sabido encontrar
masas, con sus conformismos, o de la socie apoyo en un conjunto de fuerzas sociales
dad industrial, con su deshumanización. Es capaces de promoverlas y de asegurarles de
significativo que. mientras que la tendencia hecho un normal respeto.
DERECHOS DEL HOMBRE •461
En la comunidad internacional los ideales según los cuales "los miembros se compro
hum anitarios fueron por largo tiempo nor meten a actuar colectiva o individualmente
malmente invocados solamente en relación en cooperación con la organización" con el fin
con el tratam iento de los extranjeros y, más de "promover el respeto y la observancia uni
esporádicamente, en relación con el de indi versa] de los d. del hombre y de las liberta
viduos que forman parte de una minoría étni des fundamentales para todos, sin distinción
ca o de un grupo religioso. La gran importan de raza, sexo, lengua o religión”.
cia que los estados, los miembros de base de Después de todo esto, dentro de la Organi
la comunidad internacional, han atribuido a zación de las Naciones Unidas se programó,
la defensa de su propia soberanía y, en con desde 1947, un "International Bill of Human
secuencia, al respeto de la de los otros, han Rights”, que debería haber estado constitui
hecho así que éstos hayan actuado activamen do por una declaración universal que inclu
te por la promoción y la protección de los d. yera la enunciación de los d. del hombre, un
del hombre sólo en el caso de ponerse en jue "covenant” que contuviera compromisos jurí
go sus intereses directos, para ejercer la pro dicos precisos de los estados de respetar los
tección diplomática de sus propios súbditos mismos d.. y un sistema de control (“Mcasu-
en el exterior, o para solidarizarse con indi res of Implementation”) dirigido a garantizar
viduos ligados a la población nacional por vín el respeto de los mismos d. La realización de
culos particulares de orden étnico, lingüísti dicho programa ha encontrado grandes difi
co o religioso. cultades.
Fue sólo en el curso de la segunda guerra Los estados miembros de la organización
mundial, luego de las aberraciones del nazis han logrado actuar bastante rápidamente sólo
mo. de las reacciones por ellas determinadas por la adopción por parte de la Asamblea
y de la intensificación del intento de las General de la declaración (con resolución 217
Naciones Unidas de multiplicar los esfuerzos [m] la Asamblea general la adoptó el 10 de
p..ra realizar una más estrecha cooperación diciembre de 1948 con la denominación de
y solidaridad internacional, cuando se perfi “Declaración universal de los derechos del
ló una verdadera acción internacional por la hombre”). Los mismos han debido, en cam
promoción y por la protección del hombre en bio. proceder a una larga y difícil negociación
cuanto tal. En el clima de cooperación para para la elaboración de un "covenant” que con
la realización de ideales comunes que enton tuviera compromisos jurídicos precisos que
ces se vivió, el 1 de enero de 1942 los gobier vinculen de manera concluyente a los estados
nos firmantes de la Declaración de las Nacio miembros.
nes Unidas se proclamaron convencidos de Las dificultades surgidas en la negociación
que una victoria completa sobre sus enemi de la que se habló coinciden con las que
gos era "esencial para defender la vida, la encuentra generalmente la acción internacio
libertad, la independencia y la libertad reli nal por la promoción de los d. del hombre.
giosa, así como para conservar los derechos Estas se derivan del hecho de que la asunción
humanos y la justicia en los propios países de compromisos jurídicos precisos en la
y en las otras naciones"; poco más tarde, el m ateria postula el logro de un acuerdo sobre
26 de junio de 1945, en San Francisco, los fórmulas capaces de expresar ios ideales
redactores de la Carta de las Naciones Uni comunes de estados diferentes entre si en
das incluyeron entre los fines de la Organi cuanto a tradiciones jurídicas, sistemas polí
zación de las Naciones Unidas el de “conse ticos y fes religiosas, lo cual implica una toma
guir la cooperación internacional en la solu en consideración de los diferentes estándares
ción de los problemas internacionales de económicos y sociales de dichos estados, y
carácter económico, social y cultural o huma requiere la previsión de un sistema de con
nitario, y en la promoción y el fomento del trol especial capaz de promover, si no de
respeto de los d. del hombre y de las liberta garantizar, la observancia de las normas obje
des fundamentales para todos sin distinción to de la negociación.
de raza, de sexo, de lengua o de religión" y La dificultad de alcanzar fórmulas capaces
han insertado en el "E statuto" de la misma de expresar los ideales hum anitarios comu
organización dos artículos, los arts. 55 y 56, nes a los estados entre los que el acuerdo está
462 DERECHOS DEL HOMBRE
destinado a entrar en vigor, concillando las mas cuanto más destacado es de hecho el inte
diferencias existentes entre éstos en cuanto rés por el respeto de los otros estados con
a tradiciones jurídicas, sistemas políticos y trayentes que el acuerdo pretende proteger.
fes religiosas, es notable. Dichas diferencias Un acuerdo es fuente de una relación jurídi
no existen solamente entre estados occiden ca que se inserta en una serie de relaciones
tales y estados de ‘‘democracia popular", jurídicas con diversa importancia en el inter
entre mundo cristiano y mundo islámico, cambio entre los estados. La reacción de un
entre tradiciones anglosajonas de “commun estado ante la violación de un acuerdo por
law" y tradiciones continentales de "derecho parle de otro —si bien lícita— puede deterio
civil". Se dan a menudo diferencias de consi rar una buena vecindad, alterar la atmósfe
derable importancia entre paises que tienen ra de relaciones amistosas en la que sólo la
mucho en común, entre Estados Unidos y cooperación entre los estados puede desarro
Gran Bretaña y entre países de Europa occi llarse y evolucionar fecundamente. En con
dental, del mundo árabe y de América Latina. secuencia, tal reacción debe meditarse siem
No menor importancia tienen las diferen pre atentamente: las ventajas que puede pro
cias de condición económica y social. La asun ducir se comparan siem pre con los posibles
ción de un compromiso internacional de daños; asi, se toma cuando las prim eras son
garantizar d. y libertades a los individuos, inferiores a los segundos o, por lo menos,
sobre todo d. en m ateria cultural, económi cuando los segundos no son superiores a las
ca y social, pero también d. de orden civil y primeras. Ahora bien, el interés que tiene un
político, es ciertamente menos onerosa para estado en que otro estado respete una conven
países de avanzado nivel económico y social ción en materia de d. del hombre, acordada
que para paises menos desarrollados, por ser, entre ambos, es siempre un interés muy deli
por ejemplo, de reciente formación o limita cado, desarrollado, pero de una intensidad
dos en recursos naturales o afligidos por fenó que ha probado ser de hecho normalmente
menos de ineficiente valorización de los fac superada por la del interés en el manteni
tores de la producción. Una cosa es compro miento de una atm ósfera amistosa, en la que
meterse internacionalmente a garantizar a pueda felizmente desarrollarse la ejecución
cada individuo el “d. al estudio” para un esta de otros acuerdos y puedan intensificarse
do económicamente avanzado, ya dolado de muchas más relaciones de carácter económi
una adecuada organización escolar, y otra co y comercial y en la que, de cualquier mane
para un estado nuevo y económicamente ra, no decaigan las relaciones de buena
deprimido, desprovisto de una organización vecindad.
similar. La previsión, en una convención internacio
nal en m ateria de d. del hombre, de un siste
2] La importancia de sistemas de control que ma de control ud hoc constituye un modo
funcionen con referencia especifica a la pro importante para hacer el interés de los esta
tección internacional de ¡os derechos del hom dos contrayentes de respetar la convención
bre. En el orden internacional, a falta de un más intensa de lo que sería de otro modo. Un
aparato central capaz de garantizar desde lo sistema tal. para ser realmente eficiente,
alto la abscrvancia de las normas, un factor debería prescindir lo más posible de la inicia
que contribuye de manera importante a que tiva de los estados, asum ir un carácter dis
los acuerdos internacionales sean norm al tinto del control reciproco, un carácter m ar
mente observados y tengan, por lo tanto, efec cadamente internacional.
tivo vigor en las relaciones entre los estados,
está constituido por el interés que cada uno 3] El pacto internacional sobre los derechos
de ellos en general tiene de respetarlos por económicos, sociales y culturales, el pacto
el tem or a la reacción que los estados parte sobre los derechos civiles y políticos y el pro
del acuerdo podrían (de derecho y de hecho) tocolo concerniente al pacto sobre los dere
poner en práctica en forma de autoprotec- chos civiles y políticos. Las dificultades men
ción. Tal interés y tal temor -es obvio— son cionadas en el párrafo precedente se han
tanto más intensos y tanto más funcionales hecho sentir de manera tal en el curso de la
a la observancia de una práctica de las nor negociación para la ejecución del "Internatio-
DERECHOS DEL HOMBRE 463
nal Bill of Human Rights" que los estados mes previstos por el prim er pacto sometidos
miembros de las Naciones Unidas, para rea al examen de un “Comité de los d. del hom
lizar el programa prefijado, han debido aban bre" compuesto por dieciocho miembros ele
donar tanto la idea originaria de un único gidos por los estados partícipes de la conven
"Covenunt" que contenga normas de carác ción entre una lista de ciudadanos de los pro
ter uniforme, como la de un sistema de con pios estados, preparada y a discreción de
trol indiferenciado. dicho comité y trasmitidos al Consejo Econó
Bajo el prim er perfil las Naciones Unidas mico y Social; los previstos por el segundo
debieron decidirse a hacer que la Asamblea pacto sometidos directamente al Consejo Eco
General, como lo hizo el 16 de noviembre de nómico y Social y a los institutos especiali
1966, procediera a la adopción de dos diferen zados, en tolo o in parte, en cuanto que ellos,
tes pactos, un pacto referente a los d. econó siempre in foto o in pane, se refieren a cues
micos, sociales y culturales y un pacto refe tiones que caen dentro de la competencia de
rente a los d. civiles y políticos: un pacto sobre dichos institutos en el sentido de los correla
los d. civiles y políticos que contenga dispo tivos estatutos y sólo a discreción del Conse
siciones de orden sustancial redactadas en jo Económico y Social trasm itidas a la Comi
términos predominantemente preceptivos, en sión de los d. del hombre con fines de estu
consideración del hecho de que los d. y las dio y para la adopción por parte de ésta de
libertades por él enunciados y protegidos son recomendaciones de orden general o para
d. y libertades cuya garantía no implica una informaciones).
acción por parte de los estados sino que se Sólo en relación con los d. y con las liber
realiza normalmente a través de su no hacer, tades protegidos por el pacto sobre los d. civi
un pacto internacional sobre los d. económi les y políticos se prevén procedimientos de
cos, sociales y culturales que contenga dispo control de tipo contencioso, promovibles
siciones redactadas, en cambio, en términos mediante "comunicaciones”, por parle de
programáticos en la supuesta consideración estados o de individuos contra estados que los
de que el reconocimiento y la protección de unos o los otros consideren que violan las dis
dichos d. presuponga una acción para la posiciones del pacto. Dichos procedimientos,
remoción de los obstáculos de orden econó sin embargo, no entrarán en vigor simultánea
mico y social a su ejercicio, acción a llevarse mente entre sí v en concomitancia con los pac
a cabo no inmediatamente sino en periodos tos. El procedimiento de comunicaciones
de tiempo variables de estado en estado, estatales encontrará aplicación entre estados
mediante el empleo por parte de cada uno de participes de los pactos que habrán recono
éstos del “máximo de los recursos de que cido una especial competencia para recibir
dispone”. dichas comunicaciones por parle del Comité
En correlación con las indicadas diferen de los d. del hombre, después que se tengan
cias de orden sustancial, el pacto sobre los al menos diez declaraciones en tal sentido (el
d. civiles y políticos y aquél sobre los d. eco 8 de enero de 1979 se tenían sólo ocho) y
nómicos, sociales y culturales están caracte podra funcionar únicamente frente a estados
rizados o acompañados por diferentes siste que hayan realizado el mismo reconocimien
mas de control. Ambos pactos prevén que los to. El procedimiento de comunicaciones indi
estados contrayentes deben, en una fecha viduales, por su parte, operara únicamente
preestablecida, o periódicamente, presentar frente a estados partícipes en los pactos que
informes respectivamente sobre las medidas hayan ratificado del mismo modo un proto
que hayan adoptado para dar ejecución a los colo facultativo (el protocolo facultativo refe
d. reconocidos en el pacto, asi como sobre el rente al pacto internacional sobre los d. civi
progreso cumplido en el goce de tales d. (art. les y políticos, que entró en vigor, para los dos
40 del Pacto sobre los d. civiles y políticos) pactos, el 23 de marzo de 1976 y que hoy está
y “sobre las medidas que hayan tomado y vigente —pura el 22 de agosto de 1979— en
sobre los progresos realizados con el fin de 29 países). Podrá luego ser utilizada solamen
conseguir el respeto de los d. reconocidos en te por individuos sometidos a la jurisdicción
el pacto” (art. 16. n. 1, del Patio sobre los d. de un estado participe del protocolo y en rela
económicos, sociales y culturales) (los infor ción con comportamientos del mismo estado.
464 DERECHOS DEL HOMBRE
4] La actitud de ¡os estados miembros de la nes regionales, en relación con las cuales son
osv en relación con el compromiso por ellos menos fuertes —respecto al ámbito de las
asumido. La adopción por parle de la Asam Naciones Unidas— las diferencias de tradi
blea General de las Naciones Unidas de los ciones jurídicas, sistemas políticos y están
instrumentos internacionales arriba descri dares económico-sociales, han concluido con
tos aun constituyendo un hecho importante venciones para una precisa protección de
en el movimiento en acto en la comunidad todos o de gran parte de los d. y de las liber
internacional por la promoción de los d. del tades fundamentales enunciados por la decla
hombre, no constituye, sin embargo en sí una ración universal (aludimos a la convención
satisfacción inmediata a las reivindicaciones europea para la protección y la salvaguardia
humanitarias hechas desde el fin de la segun de los d. del hombre, asi como a los cinco pro
da guerra mundial en adelante. El conjunto tocolos a ella complementarios y a la carta
de las normas contenidas en los pactos, como social europea así como a la Convención ame
ya se ha indicado, entró en vigor tres meses ricana sobre los d. del hombre, Pacto de San
después del depósito del 35° instrum ento de José. Costa Rica, que entró en vigor el 18 de
ratificación y sólo para los estados ratifican julio de 1978);
tes o adherentes. El 22 de agosto de 1979 el h] en un plano más multilateral o inter
pacto referente a los d. económicos, sociales regional (en el nivel Naciones Unidas o insti
y culturales ha sido ratificado por 73 estados, tuciones especializadas) han concluido con
el referente a los d. civiles y políticos por 71. venciones para la protección de valores de la
Durante el periodo de las negociaciones persona humana más intensamente sentidos
para la adopción de los pactos y de su puesta por todos los estados o por un gran número
en vigor se ha producido una progresiva dila de ellos y más neutrales respecto de las diver
tación en la sensibilidad de los estados y en sas ideologías y de los diversos sistemas
la práctica de la importancia del compromi socioeconómicos afirmados en las diversas
so que los miembros de las Naciones Unidas partes del mundo (aludimos, en el caso de
han asumido con los arts. 55 y 56 de la Carta Naciones Unidas, a la convención para la pre
de actuar tanto separada como conjuntamen vención y la represión de los crímenes de
te con la organización por la promoción y la genocidio del 1 de diciembre de 1948, a las
protección de los d. del hombre. Entre éstos convenciones de Ginebra del 12 de agosto de
se ha ido abriendo camino progresivamente 1949 en m ateria de d. bélico, a la convención
la convicción de que dicho compromiso no referente al estatuto de los refugiados del 28
puede agotarse en la participación en nego de julio de 1951 y al protocolo a ella agrega
ciaciones sino que se convierte en una obli do del 31 de enero de 1967, a la convención
gación mucho más estricta de realizar o no referente al protocolo de los apatridas del 28
realizar con el pasar del tiempo y con el de septiembre de 1954, asi como a la conven
aum ento de sus posibilidades técnico- ción sobre la reducción de los casos de apa
económicas; obligación para cada estado de tridas del 30 de agosto de 1961, a la conven
poner en acción al máximo los propios recur ción sobre los d. políticos de la mujer del 31
sos en la dirección señalada por la declara de mayo de 1953, así como sobre la naciona
ción universal y por los otros instrumentos lidad de la mujer casada del 20 de febrero de
internacionales que han seguido a ésta. 1957 y a la referida al consenso respecto del
Lo indicado ha tenido importantes reflejos matrimonio, la edad mínima para contraer
tanto on el plano convencional como en la matrimonio y el registro del mismo del 10 de
acción de la Unión y en el de las relaciones diciembre de 1962, al protocolo del 7 de di
este-oeste.5 ciembre de 1953 que enmienda la conven
ción suplem entaria referente a la abolición
5] Las convenciones regionales en materia de de la esclavitud, de la trata de esclavos y de
derechos del hombre y las estipuladas para la las instituciones y prácticas análogas a la
protección de derechos o libertades individua esclavitud del 7 de septiembre de 1956, a la
les. En el plano convencional los estados convención sobre la eliminación de todas las
miembros de la organización: formas de discriminación racial del 21 de-
d\ en ámbitos como los de las organizacio diciembre de 1965, asi como a la convención
DERECHOS DEL HOMBRE 465
todos los pueblos y no sólo en el marco de los 8] Confrontación entre el sistema de los pac
procesos de descolonización). tos y la práctica analizada en ¡os tres parágra
Al enunciar el prim er principio los estados fos precedentes. Lo que se ha verificado des
participantes en la c sc e de iy45 hasta hoy en el plano convencional
a\ reconocieron que el respeto a los derechos y en la práctica de la Organización de las
del hombre y de las libertades fundamenta Naciones Unidas y en el ámbito de la c sc e , si
les constituye "un factor esencial de la paz, bien indudablemente disminuye la importan
de la justicia y del bienestar necesarios para cia del retardo en el perfeccionamiento del
asegurar el desarrollo de relaciones amiga procedimiento de conclusión de los pactos y
bles y para la cooperación entre ellos como de los limites subjetivos de su entrada en
entre todos los estados" y fe] declararon su vigor, no la elimina, sin embargo, completa
determinación a respetar constantemente mente. Las convenciones que fueron dispues
dichos derechos y dichas libertades en sus tas —o bien desde el punto de vista de los d.
relaciones reciprocas y de esforzarse conjun garantizados o desde el de los estados entre
ta y separadamente, aun en colaboración con los que han entrado en vigor— tienen un
las Naciones Unidas, para promover su res alcance bastante más limitado respecto del
peto universal y efectivo. Al enunciar el segun que están destinados a tener los "pactos" una
do, han destacado su universalidad y por lo vez ratificados, como se ha previsto, por todos
tanto su aplicabilidad también para los esta los miembros de las Naciones Unidas. La par
dos soberanos participantes en la conferen ticipación en el control puesto en práctica por
cia, precisando que todos los pueblos “tienen las Naciones Unidas de las organizaciones no
siempre [y por lo tanto no sólo en el marco gubernamentales, la redacción por parte de
de un proceso de descolonización] el derecho la subcomisión para la lucha contra la discri
a determ inar con plena libertad, cuando lo minación y la protección de las minorías de
deseen y según lo deseen, el estatuto político un "inform e” que contiene informaciones
propio, tanto interno como externo, sin inje extraídas de todas las fuentes posibles y el
rencias del exterior, y a perseguir según la procedimiento de examen de las comunicacio
propia y libre elección el tipo propio de desa nes individuales, por su parte, constituyen un
rrollo político, económico, social y cultural”. conjunto de elementos que, aunque se reali
Así, pues, dieron particular relieve e impor za de m anera ampliamente independiente de
tancia a la enunciación de uno y otros prin la iniciativa, y por lo tanto, también llegado
cipios, llegando a expresar, a la par con lo que el caso, contra la voluntad de algunos de ellos,
hace a los otros ocho principios de carácter agota sus efectos en una "puesta en m archa”
más territorial y económico (además de la de una opinión pública demasiado restringi
propia determinación a respetarlos y a apli da para que pueda llegar al rango de factor
carlos plenamente "en todos sus aspectos, en social capaz de determ inar que los estados
sus relaciones recíprocas y en su cooperación, observen los estándares de las declaraciones.
con el fin de asegurar a cada estado partici Las comunicaciones individuales son llevadas
pante las ventajas que resultan del respeto y a conocimiento de los miembros de la subco
de la aplicación de dichos principios por parte misión únicamente para que su consideración
de todos”), el propio empeño en proceder sirva para dar un marco práctico al estudio
igualmente en lo sucesivo a la adopción del que éstos están llamados a cumplir para la
acta final "en un intercambio de puntos de elaboración de textos y recomendaciones que
\ista profundizado tanto sobre la actuación pueden ser sólo de carácter general. Los
de las disposiciones del acta final como sobre esfuerzos que se han llevado a cabo para for
la ejecución de la» tareas definidas en la con zar y superar los limites implícitos en tan res
ferencia" y a organizar para tal fin “encuen tringida función han encontrado trabas de
tros entre sus representantes, empezando con orden jurídico y político no logrando hasta
una reunión en el nivel de los representantes ahora triunfar.
designados por los ministros de Asuntos Exte Finalmente, la previsión en el acta final de
riores”, encuentros llamados así "reuniones Helsinki —junto a la enunciación de un prin
de verificación”. cipio d e respeto d e los d. del hombre y de las
libertades fundamentales v de un principio
DERECHOS DEL HOMBRE 467
dicos internos en relación con la disciplina diritti dell'uumo da Helsinki a Belgrado: risnlta-
468 DESARROLLISMO
ti e pmspettive, Milán, Giuffre, 1981; F. Baltaglia, samiento que ha hecho del desarrollo econó
¡m dichiaruzione universale dei dirilti dell'uomo: mico el centro de sus reflexiones. Dentro de
antecedenti storici e prospettive giuridiche. esta corriente coexisten sectores y tendencias
Roma, Accadcmia Nazionale dei Lincei, 1969; F. diferenciados. Pero, además, ha proyectado
Capotorti, Studio introduttivo, en Patti interna- su influencia hacia disciplinas sociales no eco
zionali sui dirilti dell’uomo, Padua, CEDAM, 1967; nómicas —la sociología de la modernización,
A. Caúsese, The admissibility of Communications por ejemplo, uno de cuyos expositores más
tu the United Nations on human rights violations, destacados en América Latina ha sido Gino
en Revuc des Droits de l ’Homme, 1972; R.S. Germani—, todo lo cual ha contribuido a ali
Clark, /I UN high commissioncr for human rights, mentar la imprecisión. Por otra parte, y con
La Haya, Nijhoff, 1972; R.J. Dupuy, ¡.es F.tats- no menos amplitud, ha serv ido para designar
Unis, I'ÜEA et l’ONU á Saint-Domingue, en las políticas intentadas por gobiernos latinoa
Annuaire Franjáis de Droit International, 1965; mericanos de signo político-ideológico diver
H. Golsong, Implementation of intematianal pro- so que han procurado, con base en las elabo
tection of human rights, en Recueil des cours de raciones doctrinarias desarrollistas, enfren
l ’Académie de Droit International de í.a Haye, tar los problemas del atraso, el estancamiento
iii, 1963; H. Lauterpacht, International lawand V la insuficiencia de las economías de la
human rights, Londres, Stevens and Sons, 1950; región.
M. Magagni, L’evoluzione della tutela dei dirilti Los distintos enfoques que el desarrollismo
fundamentali nella giurisprudenza e nella pras- como corriente del pensamiento económico
si delle Comunitá europee, en Rivista Trimeslrale alberga en su interior son susceptibles de ser
di Diritto e Procedura Civile, 1979; P. Mengozzi, organizados en tres grandes agrupamientos;
Le contróle du résped des droits de l’homme de a] el que concibe al desarrollo como creci
la Convention européenne par rapport au systé- miento; h] el que plantea el desarrollo como
me de mise en oeuvre interaméricain, en Rivis un proceso en el que son discernihles fases;
ta di Diritto Europeo, 1979; P. Mengozzi, Im c] el que entiende el desarrollo como un cam
nozione di ordine pubblico nel diritto comuni bio de estructuras.
tario e nel sistema della Convenzione di Roma, a] El desarrollo como crecimiento. Esta
en Europa e dirilti umani, Turin, sio i -kda , 1981; corriente encuentra en las formulaciones de
A. Robertson, The European comvntion for the Keynes sus antecedentes más importantes.
protedian of human rights, en British Interna Para el economista inglés, estudioso de los
tional Law, 1951; J.J. Salmón, Essai de typolo- mecanismos anticiclicos, toda política de esta
gie des systémes de protection des droits de l'hom- bilización debía procurar mantener un alto
me, en La protection inlernationale des droits de nivel de empleo y una plena utilización de la
l ’homme, Bruselas, Édiiions de l'Université de capacidad instalada, lo cual dependía de un
Bruxelles, 1977; M. Sprensen, / dirilti iscritti alto nivel de inversiones. La inversión desem
nella convenzione europea dei diritti dell'uomo peña un doble papel: acrecienta, por un lado,
nel 1950 hanno lo stesso signifícalo nel 1975?, en la capacidad instalada y, por otro, incremen
Rivista de Diritto Europeo, 1975; Sperduti, voz ta la demanda efectiva. Si ambos movimien
Diritti umani (protezione inlernazionale dei), en tos son coincidentes, la actividad económica
Enciclopedia del diritto, Várese, Giuffre, 1964. cuenta con la posibilidad de desenvolverse sin
sobresaltos. Esta preocupación por la inver
[ m o l o m engo zzi ] sión como factor anticiclico es lo que vincu
la las concepciones keynesianas con las teo
rías del desarrollo como crecimiento. En efec
to. éstas no encuentran mayor obstáculo en
desarrollismo reconocer que en los países industrializados
una política anticíclica tiende a ser lo mismo
El que nos ocupa es, por una variedad de razo que una política de desarrollo. Pero, al mis
nes, un concepto amplio, poco preciso, que ha mo tiempo, aquellas teorizaciones están en
sido usado por lo menos con referencia a dos condiciones de conectar el lento crecimiento
órdenes de problemas. Por una parte, ha ser de los países "en vías de desarrollo", asocia
vido para caracterizar una corriente del pen do a una escasez de capitales, con los temas
DESARROLLISMO 469
ea. En los dos congresos posteriores los repre ante el cuerpo diplomático de las repúblicas
sentantes norteamericanos se limitaron a latinoamericanas convocado al efecto. Con
señalar que los países latinoamericanos posterioridad, la Conferencia del Consejo
debían preocuparse por generar un clima pro Intcram cricano Económico y Social realiza
picio para la inversión privada extranjera, da en Punta del Este, Uruguay, del 5 al 17 de
operando a través del control de la inflación agosto de 1961, aprobó una carta que sancio
y de la estabilidad cambiaría. Como gobier nó los acuerdos definitivos. La Alianza se pro
no, Estados Unidos no se comprometía a ponía una década de desarrollo económico
nada. planificado y de reforma social en la región.
Eri 1956 J. Kuhitschek alcanzaba la presi Para lo cual los representantes norteameri
dencia en Brasil y en 1958 A. Frondizi hacia canos en Punta del Este notificaron la deci
lo propio en Argentina. Ambos fueron proto- sión de su gobierno de colaborar con mil
típicos exponentes del d. de esta prim era eta millones de dólares en fondos públicos duran
pa. En procura de una industrialización que te el año inicial y con veinte mil millones a
condujera a la autosustentación económica, lo largo del decenio. La Carta fijaba entre sus
atrajeron con éxito inversiones externas en objetivos elevar el ingreso percápita en los
un nivel no alcanzado hasta entonces en los países de la región y mejorar su distribución;
distintos países de la región. El capital extran lograr una diversificación equilibrada de sus
jero privado se radicó en industrias como la estructuras económicas; acelerar el proceso
automotriz, la eléctrica, la química; de bienes de una industrialización racional; aum entar
de capital en el caso de Brasil; en la explota la producción y la productividad agrícolas;
ción petrolera en Argentina. Con base en el impulsar si fuese necesario programas de
crédito exterior se intentó alentar el desarro reforma agraria y fiscal, etc. Estos objetivos
llo de la industria siderúrgica y de la petro de desarrollo económico debían ser concomi
química estatales, astilleros y grandes centra tantes con el fortalecimiento de las institucio
les eléctricas en Brasil. En Argentina la side nes democráticas de la región y debían per
rúrgica fue financiada con crédito externo, seguirse a partir de un esfuerzo nacional de
mientras que la petroquímica se puso en mar planeación que procurase aprovechar al
cha con base en la radicación directa de capi máximo los recursos humanos y materiales
tal extranjero. Ni Kubitschek ni Frondizi disponibles en cada país. La integración eco
resolvieron los problemas de desarrollo de nómica regional, así como la defensa de los
sus respectivos países. Contribuyeron, en precios de los productos latinoamericanos de
cambio, a definir un perfil de relaciones entre exportación, constituían dos capítulos impor
aquéllos y Estados Unidos, que de allí en más tantes de la Carta.
ganaría consistencia en la región. Facilita- Los gobiernos soeialdemócratas de Acción
miento de la radicación del capital privado Democrática y socialcristianos de copei en
extranjero en la estructura productiva inter Venezuela y demócrata cristiano de E. Frei
na y endeudamiento externo creciente serían en Chile fueron claros exponentes de esta
dos de sus características distintivas. segunda fase desarrollista en América Latina.
Sin embargo, el d. conocería una segunda Diversos factores se anudaron para impe
etapa en América Latina. El triunfo de la revo dir que tan ambicioso programa funcionara.
lución cubana (finales de 1958) alertó a Esta En prim er lugar merece destacarse que los
dos Unidos sobre la posibilidad de la propa veinte mil millones de dólares en fondos
gación del ejemplo. Sonaba la hora de que el públicos, destinados a créditos de largo pla
gobierno norteamericano se comprometiera zo y baja amortización, ofrecidos por el
en un vasto plan de asistencia económica para gobierno norteamericano, jamás fueron apro
la región, respondiendo a los viejos anhelos bados en forma global por el congreso nor
latinoamericanos. El encargado de llevarlo teamericano. Los montos de fondos públicos
adelante seria John F. Kennedy. Su instru para créditos a América Latina, que si los
mento, la Alianza para el Progreso. El joven hubo, ‘ e aprobaban anualmente como era de
presidente demócrata dio a conocer los linca rigor en el país del norte, junto con el paque
mientos generales de su programa en un dis te presupuestario del que podía disponer el
curso que pronunció el 13 de marzo de 1961 gobierno federal. Como lógica consecuencia.
DESCENTRALIZACIÓN (Y CENTRALIZACION) 471
las posibilidades de una planificación latinoa Buenos Aires, Eudcba, 1956; C. Furtado, Teoría
mericana a mediano o largo plazo se vieron y política del desarrollo económico, México, Siglo
afectadas por esta situación. La inestabilidad XXI, 1968; C. Furtado, TI desarrollo económico:
política de la región —el presidente J. Qua- un mito, México, Siglo XXI, 1975; A.VV. Lcwis,
dros del Brasil renunció diez días después de Teoría del desarrotlu económico, México, Fondo
firmada la Carta; el presidente argentino A. de Cultura Económica, 1958; W.W. Roslow, Las
Frondizi fue derrocado por un golpe m ilitar etapas del crecimiento económico, México, Fon
ocho meses después; el presidente Prado del do de Cultura Económica, 1974; O. Sunkel y P.
Perú fue depuesto antes que la Alianza cum Paz, El subdesarrollo latinoamericano y la teo
pliera un año— contribuyo, a su turno, a ría del desarrollo, México, Siglo XXI, 1970.
em pantanar la marcha del programa. El ase
sinato del presidente Kennedy, en noviembre [ERNESTO LÓPEZ]
de 1963, asestaría otro rudo golpe al desarro
llo del programa. Ni su remplazante en la pre
sidencia, Johnson, ni los funcionarios de la descentralización (y centralización)
Alianza designados por él, estaban compro
metidos con ésta como lo estuvo la adminis I. CENTRALIZACIÓN Y DESCENTRALIZACIÓN. CONSIDERA
tración Kennedy. En medio de estas circuns CIONES INTRODUCTIVAS RELATIVIDAD DE LA DISTIN
tancias que se han evocado y que, desde lue CIÓN. La centralización y la d. en general (y en
go, no hacen más que pintar un cuadro a gran consecuencia también la centralización y la
des rasgos, las tendencias que habían preva d. administrativas) no son instituciones ju rí
lecido con anterioridad a la Alianza en las dicas unívocas sino fórmulas que contienen
relaciones económicas entre América Latina principios y tendencias, modos de ser de un
y Estados Unidos terminaron por imponerse. aparato político o administrativo. Son, por lo
Continuó creciendo la inversión privada nor tanto, directivas de organización en sentido
teamericana directa, aumentó el endeuda amplio, no conceptos inmediatamente opera
miento externo latinoamericano mientras los tivos. Además, si es cierto que representan
créditos públicos concedidos por el gobierno dos tipos distintos y contrapuestos de orde
norteamericano fueron predominantemente namientos jurídicos, también es cierto que se
usados para cubrir los incrementados servi trata de figuras comparables en su totalidad
cios de la mencionada deuda; se acentuó el solamente en teoria: en efecto, si por un lado
desequilibrio de la balanza comercial de los la d. total conduce a despedazar la propia
países latinoamericanos en favor de Estados noción de estado, también es conocido por el
Unidos. Como resultado inevitable de este otro el carácter utopista de una centralización
intento fallido, las economías latinoamerica total en el estado moderno, caracterizado por
nas se abrieron a la penetración del capital una gran cantidad y complejidad de fines y
transnacional que bajo formas diversas —des de funciones. Esto significa que todos los
de la industria del automóvil hasta la fabri ordenamientos jurídicos positivos están en
cación de cosméticos— encontró condiciones parte centralizados y en parte descentraliza
propicias para su desenvolvimiento, contó dos, es decir, considerando la centralización
con el aval de su propio gobierno y de los y la d. como dos valores posibles, que no exis
gobiernos locales y alcanzó un lugar predo te un sistema político-administrativo que esté
minante en la estructura productiva interna exclusivamente orientado hacia la optimación
de los países de la región. Las organizaciones del uno o del otro. Por tanto, como consecuen
políticas y los gobiernos latinoamericanos cia de la combinación de los dos principios,
ligados de un modo u otro a este proceso cons muy difícilmente, aun para sectores limita
tituyen la amplia gama de actores sociales a dos de la organización de un estado, d. y cen
los que se les aplica, de un modo general, el tralización están en estado puro, sino que apa
concepto del que hemos venido ocupándonos. recen como centralización y d. imperfectos.
Tal observación tiene un carácter mera
biBLiGGRArlA 1. Adclman, Teorías del desarrollo mente descriptivo, en cuanto, tratándose de
económico, México, Fondo de Cultura Económi normas de organización en sentido amplio, se
ca, 1974; C. Furtado, Desarrollo y subdesarrollo, intuye que no es correcto hablar de perfec
472 DESCENTRALIZACION (Y CENTRALIZACION)
ción en un sentido o en otro, y además un rado desde hace tiempo la conexión entre la
ordenamiento que de centralizado en estado administración pública y el cambio de las
puro se transform ase en descentralizado en estructuras sociales, y la consecuente nece
estado puro, no tendría con el precedente nin sidad de que el desarrollo de las estructuras
guna relación: se trataría de la creación de administrativas se adecúe a este cambio, acti
un nuevo ordenamiento. El problema de la vando una distribución de las tareas y de las
centralización y de la d. se plantea en cuanto funciones según aquellos criterios que, a la
que uno y otro están presentes en la organi luz de los cambios sociales producidos, per
zación del estado, y se trata, por lo tanto, de mitan asignar a las transferencias operadas
valorar los instrumentos jurídicos a través de un real contenido y una real operatividad.
los cuales, respectivamente, son valorizados: Bajo el perfil del derecho público, en parti
el único camino para una transformación es, cular, el problema de la subdivisión de las
precisamente, el de un movimiento gradual tareas y de las funciones no es un problema
y progresivo dirigido a mitigar aquellas ten de organización que se refiera solamente a las
dencias, en un sentido y en otro, considera unidades administrativas centrales y los otros
das como ya no adecuadas a la realidad efec entes u órganos por éstas separados sino que
tiva. Desde un punto de vista general hay un es un fenómeno que comprende en su gene
constante cambio entre centralización y d., ralidad el modo de ser, las cualidades y los
como consecuencia de un proceso de concen predicados de un determinado aparato, ya sea
tración y de disgregación, generalmente gra estatal o no, o la acción de un peder público.
dual y lentísimo, pero a veces más veloz, que En definitiva no es un problema de derecho
se manifiesta en toda sociedad. administrativo interno, que se vincule a la
Una vez que se considere esta premisa y que única colectividad estatal, sino que es un pro
se aclare que centralización y d. totales son blema de derecho público general que puede
solamente polos ideales, puede aceptarse, con comprender, cuando asume las característi
fines descriptivos, el criterio del mínimo cas de la d. política, colectividades en el inte
indispensable para que se pueda hablar de d. rior del estado o supraestatales.
Existe centralización cuando la cantidad de El problema de la d. no se plantea en todos
los poderes de los entes locales y de los órga lados en los mismos términos y es indispen
nos periféricos está reducida al mínimo indis sable situarlo cada vez en el ambiente social
pensable para que éstos puedan colocarse y en la época histórica en los que encuentra
como entidades subjetivas de administración; concreta realización. Éste asume, sin embar
existe en cambio d. cuando los órganos cen go, características de particular urgencia e
trales del estado tienen el mínimo de poder importancia, bajo el perfil administrativo, en
indispensable para desarrollar sus activi los ordenamientos que, como el italiano,
dades. reproducen el modelo organizativo centralis
Actualmente el valor fundamental de la d. ta de tipo francés: en efecto, nuestro ordena
está ampliamente reconocido, tanto en el inte miento está, en conjunto, todavía inspirado
rior de una única organización adm inistrati en el principio de "organización jerárquica”
va, como en referencia a las relaciones entre más que en el principio de "organización
más estructuras, que forman parte de .una autónoma", en contraste evidente con los
organización más comprensiva complejamen principios constitucionales (nrt. 5).
te entendida. Es una afirmación común por
parte de los estudiosos de ciencias de la admi 11. LADESCENTRALIZACIÓNCOMOPRINCIPIOTEKDENCIAL
nistración, de ciencias políticas y de derecho de organización. La d, puede hallar concreta
que el problema de la transferencia de fun ejecución mediante figuras organizativas atí
ciones desde el "centro” hacia la "periferia” picas y mediante instrumentos heterogéneos;
está ligado a cualquier administración que en consecuencia, son rechazadas, en forma
supere ciertas dimensiones, comprendiendo, extrema, las tentativas dirigidas a identificar
en consecuencia, no solamente la administra la con una institución histórica y jurídicamen
ción estatal sino también la de los entes públi te única, que tiene características técnicamen
cos menores y las grandes entidades em pre te bien definidas y constantes. Además, el pro
sariales privadas. En particular, se ha acla blenia es afrontado en estrecha relación con
DESCENTRALIZACIÓN (Y CENTRALIZACIÓN) 473
centro: éste resultaría favorecido donde exis un mayor desarrollo de la autonomía técni
tiese la posibilidad por parte de otro cargo ca y financiera, ligada a una organización de
superior de sustituir el cargo periférico en la actividad de carácter especialista. El tipo
virtud de sus poderes jerárquicos. De este tradicional de organización adm inistrativa
modo se funda no solamente la independen por órganos estructurados verticalmente es
cia del órgano periférico sino también su sustituido por una repartición horizontal de
cspecialización y responsabilización, mien las funciones divididas entre unidades orga
tras que la unidad de la acción adm inistrati nizativas especializadas, por otra parte dota
va puede ser adecuadamente mantenida das de una personalidad jurídica separada.
mediante las normas emanadas de los órga Es en esta última dirección donde se mani
nos centrales y el cumplimiento por parte de fiestan principalmente las lincas de tenden
los mismos de un control dirigido a verificar cia de la moderna organización adm inistra
la adherencia a la ley de la acción de los órga tiva, comprendidos los llamados entes públi
nos periféricos. Las tentativas dirigidas sim cos instrumentales: aun éstos aparecen como
plemente a descongestionar la administración la consecuencia del desarrollo de una irrefre
púhlica central, multiplicando en el interior nable tendencia descentralizadora inspirada
de la organización del estado los órganos peri en razones técnicas, que apunta, en algunos
féricos, sin incidir de un modo sustancial en países como Francia, a sustituir las exigen
el poder de decisión y sin operar una neta cias de d. política, haciendo pasar a éstas a
superación de ordenamiento jerárquico, dan un segundo lugar.
lugar simplemente a medidas de desconcen Por fin, se recuerda que la noción de d.
tración o, si se prefiere, de d. jerárquica. Has adm inistrativa no coincide con la de autono
ta ahora, en el ordenamiento italiano, las mía local (comunas y provincias, sobre todo),
repetidas tentativas de descentralizar la orga aunque, efectivamente, un ente autónomo
nización adm inistrativa del estado han con local es, tendcncialmente, una típica expre
ducido únicamente a limitar medidas de des sión de d. administrativa. Si, en efecto, la
concentración. autonomía local es también d. adm inistrati
va, lo que igualmente la caracteriza y la colo
VIH. CLASIFICACIÓN YTIPOLOGÍADF. LADESCENTRALIZA ca en un plano distinto es el hecho de que la
CIÓN. En el ámbito de la noción de d. es autonomía local, aun cuando no se manifies
común hacer una serie de distinciones, algu ta como autonomía política, no aparece como
nas propias solamente de la ciencia jurídica, una derivación de la organización administra
otras de uso más común. Además de la dife tiva del estado. Trasciende el marco concep
renciación entre d. y desconcentración, tual de la mera d. adm inistrativa y se vincu
recientemente recordada, y de la distinción la, como por otra parte se ha destacado pre
entre d. política y d. administrativa, se con cedentemente, a la temática de la libertad y.
sideran a menudo de un modo diverso la atri por lo tanto, a los diversos conceptos de
bución de funciones a entes separados del democraticidad y de pluralismo.
estado, definida como d. aulárquica o tam
bién institucional, y el orden descentraliza [fabiq roversi-voxaco]
do del poder en el ámbito de una única orga
nización, definido como d. burocrática, según
una terminología bastante común. Las dos
hipótesis corresponden en sustancia a la exi desobediencia civil
gencia, ya recordada, de entes autónomos
locales y de órganos descentralizados en el i obediencia y resistf.nci.v Para comprender
interior de las estructuras administrativas del qué es lo que se entiende por "d. civil" es pre
aparato estatal. ciso partir de la consideración de que el deber
A estas dos hipótesis se le agrega el im por fundamental de cada persona sujeta a un
tante sector de la ‘‘d. por servicios”. Con ella ordenamiento jurídico es el deber de obede
se tiene la constitución de entes por sectores cer las leyes. Este deber se llama obligación
homogéneos de actividad, así como la crea política. La observancia de la obligación polí
ción de órganos descentralizados, y se tiene tica por parte de la gran mayoría de los suje
478 DESOBEDIENCIA CIVIL
tos, o bien la general y constante obediencia injusta, el caso de la ley ilegitima (es decir
a las leyes, es al mismo tiempo la condición emanada de quien no tiene el poder de legis
y la prueba de la legitimidad del ordenamien lar) y el caso de la ley inválida (o inconstitu
to, si por "poder legítimo” se entiende webe- cional). Según los partidarios de la d. civil, en
rianam ente el poder cuyos mandatos son, en todos estos casos la ley no es verdadera ley:
cuanto mandatos, es decir independientemen en el prim er caso no lo es sustancialmente,
te de su contenido, obedecidos. Por la misma en el segundo y en el tercero no lo es formal
razón por la que un poder que pretende ser mente, El argumento principal de éstos es que
legitimo fomenta la obediencia, desalienta la el deber (moral) de obedecer a las leyes exis
desobediencia; mientras que la obediencia a te en la medida en que es respetado por el
las leyes es una obligación, la desobediencia legislador el deber de emanar leyes justas (es
es algo ilícito y como tal diversamente cas decir de acuerdo con los principios de dere
tigada. cho natural o racional, con los principios
La d. civil es una forma particular de deso generales del derecho o como se los quiera lla
bediencia, en cuanto que se hace acto con el mar) y constitucionales (es decir de acuerdo
fin inmediato de dem ostrar públicamente la con los principios sustanciales y con las
injusticia de la ley y con el fin mediato de reglas formales previstas por la constitución).
inducir al legislador a cambiarla; como tal va Entre ciudadano y legislador existiría una
acompauada por parle de quien la cumple con relación de reciprocidad: si es cierto que el
justificaciones tales que pretende ser consi legislador tiene el derecho a la obediencia, es
derada no sólo como lícita sino también como igualmente cierto que el ciudadano tiene dere
debida, y que exige ser tolerada, a diferencia cho a ser gobernado sabiamente y según las
de cualquier otra trasgresión, por las autori leyes establecidas.
dades públicas. Mientras que la desobedien
cia común es un acto que desintegra el orde II DIVERSAS FORMAS DE RESISTENCIA. El problema
namiento, y por lo tanto debe ser impedida de si es licito desobedecer a las leyes, en qué
o depuesta para que el ordenamiento sea rein casos, dentro de qué límites y por parte de
tegrado en su prístino estado, la d. civil es un quién, es un problema tradicional que fue
acto que apunta en última instancia a cam objeto de infinitas reflexiones y discusiones
biar el ordenamiento, es en resumen un acto entre filósofos, moralistas, juristas, teólogos,
no destructivo sino innovativo. Se llama etc. La expresión d. civil que u ello se refiere
"civil” justam ente porque quien la cumple es en cambia moderna y entró en el uso
considera no cometer un acto de trasgresión corriente a través de los escritores políticos
de su propio deber de ciudadano sino que en anglosajones, comenzando por el clásico ensa
todo caso considera comportarse como buen yo de Henry David Thoreau, Civil disohedicn-
ciudadano en esa circunstancia particular ce (1849), en el cual el escritor norteam erica
más bien desobedeciendo que obedeciendo. no declara rechazare! pago de los impuestos
Justamente por este carácter demostrativo v al gobierno que los emplea para hacer una
por este fin innovativo el acto de d. civil tien guerra injusta (la guerra contra México), afir
de a tener el máximo de publicidad. Este mando: "La única obligación que tengo el
carácter de la publicidad sirve para distinguir derecho de asum ir es la de hacer a cada
netamente la d. civil de la desobediencia momento lo que considero justo”, y por lo tan
común: m ientras que el desobediente civil se to, frente a la consecuencia de su propio acto
expone al público, y sólo exponiéndose al que podría conducirlo a la prisión, responde:
público puede esperar lograr su propio obje “Bajo un gobierno que encarcela a cualquie
tivo. el desviante común debe, si quiere alcan ra injustamente, el verdadero lugar para un
zar su propio objetivo, cum plir el acto en el hombre justo es en prisión.”
máximo secreto. En sentido propio la d. civil es solamente
Las circunstancias en que los partidarios una de las situaciones en que la violación de
de la d. civil consideran que desaparece la la ley es considerada, por quien la cumple o
obligación de la obediencia y debe ser rem hace su propaganda, éticamente justificada.
plazada por la obligación de la desobedien Se trata de las situaciones que son compren
cia son sustancialmente tres: el caso de la ley didas habitualmente por la tradición predo
DESOBEDIENCIA CIVIL 479
minante de la filosofía política en la catego acción violenta coincida a menuda con el paso
ría del derecho a la resistencia. Alessandro de la acción omisiva a la acción comisiva); e]
Passerin d’Entréves ha distinguido ocho dife- dirigida al cambio de una norma o de un gru
rentes modos de comportarse del ciudadano po de normas o bien de todo el ordenamien
frente a la ley: 1] obediencia consciente: 2] res to; es decir, de tal manera que no pone en
peto formal; 3] evasión oculta; 4] obediencia cuestión todo el ordenamiento, como sucede
pasiva; 5] objeción de conciencia; 6] d. civil; con la objeción de conciencia a la obligación
7] resistencia pasiva; 8] resistencia activa. Las de prestar el servicio militar, especialmente
formas tradicionales de resistencia a la ley en circunstancias excepcionales, como una
comienzan con la obediencia pasiva y term i guerra sentida como particularm ente injus
nan con la resistencia activa: la d. civil, en su ta (para dar un ejemplo reciente que volvió
significado restringido, es una forma inter a poner en discusión con particular intensi
media. Siguiendo a Rawls, d'Enlréves la defi dad el problema de la d. civil, la guerra de
ne como una acción ilegal, colectiva, pública Vietnam) o bien tal que tiende a derrum bar
y no violenta, que apela a principios éticos todo el sistema, como es propio de la acción
superiores para obtener un cambio en las revolucionaria. Además, la desobediencia
leyes. puede ser, según una distinción que se per
Las situaciones que caen dentro de la cate mite a las teorías políticas de la era de la
goría general del derecho de resistencia pue reforma, pasiva o activa: es pasiva la que está
den ser distinguidas con base en criterios dirigida a la parte preceptiva de la ley y no
diversos, es decir según que la acción de deso a la parte punitiva, en otras palabras la que
bediencia sea: a] omisiva o comisiva, es decir se cumple con la precisa voluntad de aceptar
que consista en el no hacer lo que se ordena la pena que le seguirá y, en cuanto tal, si bien
(por ejemplo el servicio militar) o en el hacer no reconoce al estado el derecho de imponer
lo que está prohibido (es el caso del negro que obligaciones contra conciencia, le reconoce el
se va a sentar en un local público vedado a derecho de castigar toda violación de las pro
los hom bres de color); h] individual o colecti pias leyes; activa, la que está dirigida al mis
va, según que sea cumplida por un individuo mo tiempo a la parte preceptiva y a la parte
aislado (típico es el caso del objetor de con punitiva de la ley, de manera que quien la
ciencia. que generalmente actúa soio y en vir efectúa no se limita a violar la norma sino que
tud de un dictamen de su propia conciencia, tra ta por todos los medios de librarse de la
individual), o por un grupo cuyos miembros pena.
comparten los mismos ideales (ejemplo de Combinando cada una de las distintas
ello son las campañas gandhianas por la libe características de cada criterio particular con
ración de la India del dominio británico); c] todos los otros se obtiene un notable núme
clandestina o pública, o bien preparada y ro de situaciones que no viene al caso enume
cumplida en secreto, como sucede y no pue ra r aquí. Para dar un ejemplo: la objeción de
de no suceder en el atentado anarquista que conciencia al servicio m ilitar (allí donde las
debe contar con la sorpresa, o bien proclama leyes no la reconocen) es omisiva, individual,
da antes del cumplimiento, como son habi pública, pacífica, parcial, y realiza una for
tualmente las ocupaciones de fábricas, de ma de desobediencia pasiva. Para dar otro
casas, de escuelas, hechas con el fin de obte ejemplo clásico: el tiranicidio es comisivo,
ner la revocación de normas represivas o pro generalmente individual, clandestino (es decir
hibitivas consideradas discriminantes; d] no declarado con anticipación), violento, total
pacífica o violenta, es decir cumplida con (tiende, como el de los monarcómacos de las
medios no violentos, como el sil-in. y en gene guerras religiosas de los siglos xvi y xvn o el
ral toda forma de huelga (se entiende donde de los anarquistas de las luchas sociales del
la huelga es ilegal; pero también donde la xix, a un cambio radical del estado presen
huelga es lícita -áempre hay formas de huel te), y además realiza una forma de desobe
ga consideradas ilícitas) o bien ccn armas pro diencia activa. Refiriéndonos a la d. civil, tal
pias o impropias, como sucede generalmen como habitualmente la concibe la filosofía
te en tuda situación revolucionaria (es nota política contemporánea, que toma en consi
ble que el paso de la acción no violenta a la deración las grandes campañas no violentas
480 DESOBEDIENCIA CIVIL
de Gandhi o las campañas por la abolición de y bien delimitado entre los dos tipos extremos
las discriminaciones raciales en Estados Uni —c históricamente más frecuentes y también
dos, es omisiva, colectiva, pública, pacífica, más estudiados— de la resistencia individual
no necesariamente parcial (la acción de Gand no violenta y de la resistencia de grupo vio
hi fue por cierto una acción revolucionaria) lenta. La d. civil tiene, de la resistencia colec
y no necesariamente pasiva (las grandes cam tiva, la característica del fenómeno de grupo
pañas contra la discriminación racial tienden excepto en ciertos casos de masa, y al mismo
a no reconocer al estado el derecho de casti tiempo tiene, de la resistencia individual, el
gar los supuestos crímenes de lesa discrimi carácter predominante de la no violencia; en
nación), otras palabras; es una tentativa de hacer
rechazar por el grupo "sedicioso” las técni
111 LAS CARACTERISTICAS ESPECIFICAS DE I.A DESOBE cas de lucha que le son más familiares (el
DIENCIAcivil. Con el fin de distinguir la d. civil recurso a las armas propias o impropias) y
de todas las demás situaciones que se inclu de hacerle adoptar comportamientos que son
yen históricamente en la vasta categoría del característicos del objetor individual (el
derecho a la resistencia, las dos característi rechazo de portar las armas, el no pagar los
cas más destacadas entre las enumeradas impuestos, el abstenerse de cumplir un acto
arriba son la acción de grupo y la no violen que repugna a la propia conciencia, como la
cia. La prim era característica sirve para dis adoración de dioses falsos y falaces, etcétera).
tinguir la d. civil de los comportamientos de La d. civil, en cuanto que es una de las diver
resistencia individual sobre los que se han sas formas que puede asum ir la resistencia
detenido generalmente las doctrinas de la a la ley, está además siempre caracterizada
resistencia en la historia de las luchas con por un comportamiento que pone en prácti
tra las diversas formas de abuso de poder. ca intencionalmente una conducta contraria
Típico acto de resistencia individual es la a una o a más leyes. Debe ser, por lo tanto,
objeción de conciencia (al menos en la mayo ulteriormente distinguida de comportamien
ría de los casos en que el rechazo a portar las tos que a menudo la acompañan y que, aun
arm as no sea hecho en nombre de la perte teniendo el mismo fin de oponerse a la auto
nencia a una secta religiosa, como la de los ridad legítima fuera de los canales normales
mormones o de los testigos de Jehová) o el de la oposición legal y de la protesta pública,
caso imaginado por Hubbes de aquel que se no consisten en una violación intencional de
rebela contra el soberano que lo condena a la ley. La prim era distinción a hacer es la de
muerte y lo obliga a m atarse. Es individual la d. civil y el fenómeno reciente, e igualmente
aunque apele a la conciencia de otros ciuda dramático, de la contestación, aun cuando a
danos el gesto de Thoreau de no pagar los menudo la contestación sea ahogada en epi
impuestos. Es individual el caso extremo de sodios de d. civil. El mejor modo de distin
resistencia a la opresión, el tiranicidio. La guir d. civil de contestación es recurrir a los
segunda característica, de la no violencia, sir dos respectivos contrarios: el contrarío de
ve para distinguir la d. civil de la mayor par desobediencia es obediencia, el contrario
te de las formas de resistencia de grupo que, de contestación es aceptación. Quien acepta un
a diferencia de las individuales (generalmen sistema lo obedece, pero se puede obedecer
te no violentas), han dado lugar, en donde fue lo aun sin aceptarlo (así la mayoría de los ciu
ron efectuadas, a manifestaciones de violen dadanos obedece p a r inercia o por costum
cia (desde la insurrección hasta la rebelión, bre o por imitación o por un vago miedo de
desde la revolución hasta la guerrilla). las consecuencias de una eventual infracción,
Si, por lo tanto, se toman en consideración sin estar por otra parte convencida d eq u e el
los dos criterios más caracterizantes de los sistema al que obedece sea el mejor de los sis
diversos fenómenos de resistencia, el que dis temas posibles). En consecuencia, la desobe
tingue resistencia individual de resistencia diencia en tanto excluye la obediencia cons
colectiva y el que distingue resistencia violen tituye un acto de ruptura contra el ordena
ta de resistencia no violenta, la d. civil, en miento o una parte suya; la contestación, en
cuanto fenómeno de resistencia tanto de gru tanto excluye la aceptación (pero no la obe
po como no violento, ocupa un lugar preciso diencia), constituye un acto de critica que
DESOBEDIENCIA CIVIL 4N1
pone en tela de juicio el ordenamiento cons declaración no ciertam ente para evitar la
tituido o una parte suya, pero no lo pone elec pena que debería serme infligida sino para
tivamente en crisis. Mientras que la d. civil dem ostrar que he desobedecido a la urden
se resuelve siempre en una acción aun pura que se me había dado no por falta de respeto
mente demostrativa (como el romper el papel a la legítima autoridad sino para obedecer a
de llamado a las armas), la contestación se la ley más alta de nuestro ser, la voz de la con
realiza en un discurso critico, en una protes ciencia" (Autobiugraphy, parte v, cap. xv).
ta verbal, en la enunciación de un eslogan (no La otra fuente histórica de justificación es
por azar el lugar donde se explica más fre la doctrina de origen iusnaturalista, luego
cuentemente la actitud contestativa es la trasm itida a la filosofía utilitarista del siglo
asamblea, es decir un lugar donde no se actúa xix, que afirma el predominio del individuo
sino que se habla). El otro comportamiento sobre el estado, de donde deriva la doble afir
que conviene distinguir de la d. civil es el de mación de que el individuo tiene algunos dere
la protesta bajo forma no de discurso sino de chos originarios e inalienables, y que el esta
acción ejemplar, como el ayuno prolongado, do es una asociación creada por los propios
o el suicidio público mediante formas dramá individuos por común consenso (el contrato
ticas de autodcstrucción (como prenderse fue social) para proteger sus derechos fundamen
go después de haberse rociado el cuerpo con tales y asegurar su libre y pacífica conviven
materiales inflamables). Antes que nada estas cia. El gran teórico del derecho a la resisten
formas de protesta no son, como la desobe cia, John Locke, es iusnaturalista, individua
diencia, ilegales (si se puede discutir la lici lista, contractualista, y considera al estado
tud del suicidio, no es discutible por cierto como una asociación surgida del común con
la licitud de ayunar desde el momento en que senso de los ciudadanos para la protección de
no existe la obligación jurídica de comer), y sus derechos naturales. Asi expresa su pro
en segundo lugar apuntan al fin de modificar pio pensamiento: “El fin del gobierno es el
una acción de la autoridad pública conside bien de los hombres; ¿y qué es mejor para la
rada injusta no directamente, es decir hacien humanidad: que el pueblo se encuentre siem
do lo contrario de lo que debería hacerse, sino pre expuesto a la ilimitada voluntad de la tira
indirectamente, es decir traíanlo de suscitar nía o que los gobernantes se encuentren a
un sentimiento de reprobación o de execra veces expuestos a la oposición, cuando se
ción contra la acción que se quiere combatir.IV . vuelven excesivos en el uso de su poder y lo
emplean para la destrucción y no para la con
IV. LADESOBEDIENCIACIVIL YSLSJLSTIF1CACIONES. La servación de las propiedades del pueblo?"
d. civil es, como se ha dicho al principio, un (Segundo trufado sobre el gobierno, § 229).
acto de trasgresión de la ley que pretende ser Una tercera fuente de justificación es por
justificado, y por lo tanto halla en esta justi fin la idea libertaria de la maldad esencial de
ficación la razón de su propia diferenciación toda forma de poder sobre el hombre, en espe
de tudas las otras formas de trasgresión. La cial del máximo de los poderes que es el esta
principal fuente de justificación es la idea ori do, con el corolario de que cada movimiento
ginariamente religiosa, luego laicizada en la que tiende a impedir al estado prevaricar es
doctrina del derecho natural, de una ley una premisa necesaria para instaurar el rei
moral, que obliga a cada hombre en cuanto no de la justicia, de la libertad y de la paz. El
hombre, y como tal obliga independientemen ensayo de Thoreau comienza con estas pala
te de toda coacción, y por tanto en concien bras: “Acepto de buen grado el lema: ‘El
cia, distinta de la ley establecida por la auto mejor gobierno es el que gobierna m en o s!...]
ridad política, que obliga sólo exteriormente Llevado a sus extremas consecuencias condu
y, si nunca en la conciencia, solamente en la ce a esta otra afirmación en la que también
medida en que está de acuerdo con la ley creo: ‘El mejor gobierno es el que no gobier
moral. Todavía hoy los grandes movimientos na en absoluto'.” Es manifiesta la inspiración
de d. civil, desde Gandhi hasta Luther King, libertaria en algunos grupos de protesta y de
han tenido una fuerte huella religiosa. Dijo movilización de campañas contra la guerra
una vez Gandhi, a un tribunal que debía juz de Vietnam en Estados Unidos de los años
garlo por un acto de d. civil: “Oso hacer esta sesenta (de la que una de las expresiones cul
482 DESPOJOS. SISTEMA DE
turalm ente más conscientes es el libro de go cualquier forma de actividad política a los
Noam Chomsky, Los nuevos mandarines, empleados públicos que asumieran por con
1968). curso. Después de 1945, a pesar del regreso
marcado por la presidencia de Eisenhower,
bibliografía: Civil disobedience: theory and prac- durante la cual más de 100 000 puestos ya
tice, Nueva York, 1969; S. Gendin, Governmen- sujetos a concurso devinieron "despojos” del
tal loleralion of civil disobedience, en Philosophy partido republicano, la profesionalización de
and political action, Londres, Oxford University la administración federal quedó casi comple
Press, 1972 (y la bibliografía en él citada); A. Pas- tada, en particular en los rangos intermedios,
serin d’Entréves, Obbedienzju e resistenta in una quedando a disposición de los partidos —ade
sacietá democrática, Milán, Edizioni di Comuni- mas de una parte de los empleos en los
ta, 1970; A. Passerin d'Entreves, Ohbligo políti correos, reserva tradicional de los "despo
co e liberta di coscienza, en Riv. hit. Fil. Dir., jos"— sobre todo una serie de puestos en los
1973; R. Polin, L'obligation politique, París, puf, niveles más altos de la administración y de
1971; M. Walzer, Obligation: essays on disobe las agencies vinculadas, donde las funciones
dience, warand citizensbip, Cambridge, Harvard de policy making son relevantes, además de
University Press, 1970. muchos otros en los niveles más bajos y no
calificados. El spoils system no es, por lo tan
[norberto bobbiü] to, ya una característica importante de la
burocracia central norteamericana, aunque
esta última no ha alcanzado todavía la rigi
dez de la de muchas naciones europeas. Sin
despojos, sistema de embargo, está ampliamente difundido en el
nivel estatal y local, donde en muchos casos
Spoils system es una expresión incorporada faltan leyes correspondientes a la Pendleton
a la jerga política estadunidense en la mitad Aei y donde, de cualquier forma, abundan
del siglo xtx y canonizada con el uso hasta empleos de todo tipo, a veces simples sinecu
convertirse en término técnico para indicar ras, a disposición de los partidos que se sir
una de las características del empleo públi ven de ellos para mantener a sus propios acti
co norteamericano; la de que muchas funcio vistas y funcionarios.
nes, en todo nivel y tanto en la adm inistra El spoils system es, por lo tanto, esencial
ción central como en la local, no están con para mantener con vida las máquinas de par
fiadas a un personal de carrera sino que con tido, función considerada por muchos como
ciernen, como verdaderos despojos de guerra, iniinpugnable una vez que se le sustrae la par
a miembros del partido victorioso en las elec te vital de la administración federal. Un jui
ciones. cio global sobre el s. d„ despojos os tal vez
Los orígenes del s. de despojos se remiten imposible. Es necesario de cualquier mane
a los primeros tiempos de la república, aun ra tener presente la inveterada aversión popu
cuando es con el advenimiento de Andrew lar hacia el ejecutivo —no por nada la profe
Jackson a la presidencia, en 1828, cuando se sionalización de la burocracia se produjo
lo hace iniciar tradicionalmente. Su momen sobre todo en un nivel federal y avanzó junto
to de máximo aunque infausto esplendor se con la ampliación de los poderes del presiden
dio en los decenios sucesivos a la guerra civil, te y su desvinculación de muchos de los con
cuando la administración pública, completa troles del legislativo—, aversión que se refle
mente controlada por los partidos, conoció un ja en el gran número de cargos adm inistrati
periodo de profunda corrupción. La Pendle- vos electivos (a >u vez similares a los "despo
ton Act de 1883 trató de remediarlo estable jos") y en la mayor fe acordada a los parti
ciendo la obligatoriedad del concurso públi dos. considerados como un verdadero
co para una serie de empleos federales; pero representante de la voluntad popular. Este
sus efectos no fueron inmediatos, aunque con último hecho, que hace de los mismos parti
dujo a una inversión de tendencia que se hizo dos organismos descentralizados y complejos,
particularm ente fuerte entre las dos guerras destinados a reflejar v proteger ideas e inte
mundiales. La Hatch Act de 1939 prohibió lue reses inmediatos de sus electores, puede
DESPOTISMO 483
cuanto apropiada a determinadas circunstan el ejercicio del poder), prueba de ello es que
cias de lugar y a la naturaleza de ciertos pue es descrita en otras partes de la obra (1279
blos que se pretendió o presumió no pudrían b) como una de las formas degeneradas o
vivir colectivamente excepto en un estado de corruptas, mientras que la monarquía despó
sujeción absoluta y de obediencia incondicio tica en cuanto monarquía pertenece a las for
nal semejante a la esclavitud. Finalmente, mas no corruptas. Con las palabras de Aris
mientras que la dictadura (por otra parte tam tóteles: “ Ella [la monarquía despótica] tiene
bién la tiranía) es una turma de gobierno de un poder muy afín al de las tiranías, si bien
breve duración (la dictadura, por principio, es legitima y trasm itida por derecho heredi
en la medida en que el dictador romano era tario”; poco después dice: ”[...] estos reinos
nombrado por un periodo de seis meses; la son tiránicos, si bien son seguros en cuanto
tiranía, de hecho, porque el tirano general que están fundados en la ley y en la trasm i
mente está destinado a sucumbir por las mis sión hereditaria". Más adelante, resumiendo
mas consecuencias de sus excesos), el d. es la tipología de las monarquías, redefine la
una forma de gobierno duradera. Quizá sea monarquía "b árb ara” con estos tres atrib u
la forma de gobierno que tuvo más larga dura tos: "legal, despótica y hereditaria" (1285 b).
ción, como recientemente fue sustenido por En cuanto legal, se distingue de la tiranía; en
YVittfugel, al analizar las condiciones, las for cuanto despótica, de las monarquías antiguas
mas y los modos del llamado “d. oriental". y modernas griegas; en cuanto hereditaria,
tanto de la tiranía (especialmente de la tira
ti. EL DESPOTISMOENARISTOTELES. El concepto de nía por falta de título, o usurpación) como del
d., en su significado técnico, y por lo tanto res gobierno de los esinmeti, que es un gobierno
tringido y específico, nace, como gran parte despótico, pero electivo. Por fin, en el pasaje
de los conceptos de la teoría política de Occi dedicado a la descripción de las diversas for
dente, de la Política de Aristóteles. En el libro mas de tiranía retoma el tema de las m onar
tercero Aristóteles distingue diversas formas quías que son tiránicas respecto al modo en
de monarquía. Una de estas formas es la "pro que el poder es ejercido (y éstas son las
pia de muchos pueblos bárbaros". Inmedia monarquías bárbaras u orientales y el reino
tamente después precisa que estos pueblos de los esinmeti) y las distingue de la tiranía
bárbaros son los pueblos asiáticos. La razón verdadera que es la forma de gobierno en la
por la cual estas monarquías son diferentes que aquel que detenta el poder lo ejerce no
de las que han dominado (desde los tiempos sólo despóticamente sino también sin tener
heroicos) y dominan hasta entonces en Gre el derecho para ello, o porque es un usurpa
cia (por ejemplo en Esparta) es que "siendo dor (y puede ser usurpador en las monarquías
estos pueblos bárbaros más se n iles que los hereditarias no siendo el heredero según la
griegos [...] soportan sin dificultad un poder ley que regula el procedimiento de la elec
despótico ejercido sobre ellos” (12S5 a). Lo ción), o porque gobierna sobre pueblos libres
que distingue, por tanto, esta forma de gobier como si fueran esclavos. La forma más pro
no es que, por el mismo carácter de los pue pia de la tiranía es, por lo tanto, aquella en
blos sobre los que se instala, y por tanto por la que el señor domina "sobre mejores e igua
una razón objetiva, la relación entre gober les", y por tanto se ejerce “contra la volun
nante y gobernados es de la misma naturale tad de los súbditos porque ningún hombre
za que la relación entre patrón y esclavo. El libre soportaría un dominio similar" (1295 a).
propio Aristóteles tiene cuidado al advertir La monarquía despótica, por el contrario, rei
en el mismo contexto que, dado que puede ser nando sobre pueblos naturalm ente esclavos,
confundida con la tiranía por el modo en que ejerce el poder sobre sujetos que se someten
es ejercido el poder (en efecto, es perfecta a este poder absoluto y arbitrario voluntaria
mente correcto decir que el tirano gobierna mente.
de m anera despótica), la monarquía despóti Lo que resulta importante observar en esta
ca es una forma de gobierno diferente. La tipología aristotélica es lo siguiente: en cuan
diversidad verdaderamente esencial consis to degeneración de una monarquía legitima
te en el hecho de que la tiranía es una forma y legal, la tiranía no tiene un lugar histórico
ilegal o ilegitima (tanto por el titulo como por y geográfico propio, sino que toda monarquía
DESPOTISMO 4815
puede curromperse y degenerar dando lugar dicha región soportan este gobierno sin afli
a una forma corrupta de gobierno. Pueden girse por su naturaleza bárbara y servil y pol
darse tiranías en cualquier tiempo y en cual la influencia de la costumbre. Pero también
quier lugar. Por el contrario, el d. es una For este gobierno es regio, porque es originario
ma de gobierno histórica y geográficamente de dicho país y es ejercido sobre súbditos
bien determinada, que corresponde a preci voluntarios, quizá porque los antecesores del
sas condiciones de tiempo v de lugar, y como monarca fueron los primeros habitantes de
tal, por más desfavorable que pueda ser el jui la región. Pero, en un cierto sentido, también
cio que de ella dan los no bárbaros, pertene es tiránico, en cuanto sus leyes no están abso
ce a la lista de las formas puras y no corrup lutamente dirigidas al beneficio común, sino
tas de gobierno. En conclusión, el d. es la for más bien al del monarca" (i, 9, 4).
ma de gobierno (más precisamente de monar
quía), que tiene las siguientes características: ni de maouiaveloa hobbes . La teoría de las for
a] la relación entre gobernante y gobernados mas de gobierno tuvo después de Aristóteles
es sim ilar a la relación entre patrón y escla a su mayor autor, como es sabido, en Maquia-
vo; h] tiene lugar en donde hay pueblos natu velo. Para Maquiavelo dos son las formas
ralmente esclavos; c] estos pueblos natural principales de gobierno: el principado (es
mente esclavos son los pueblos bárbaros decir la monarquía) y la república. Dos son
(específicamente en Asia). también las clases de principado: "O por un
Mediante esta descripción de las monar príncipe y todos los otros siervos que como
quías asiáticas, Aristóteles introdujo en la teo ministros por gracia y concesión suya ayudan
ría política la categoría, destinada a tener a gobernar ese reino; o por un principe y por
gran fortuna en los siglos siguientes (ha lle barones que, no por gracia del señor sino por
gado hasta nuestros días), del d. oriental. En antigüedad de sangre, tengan dicho grado."
la tradición aristotélica de los grandes escri Aristóteles, y después de él todos los aristo
tores medievales (después del redescubri télicos, habían distinguido cinco formas de
miento de la Política), el tema es retomado sin gobierno monárquico. Maquiavelo innova no
variantes significativas. Véase el comentario sólo respecto a la distinción fundamental,
de santo Tomás a la Política: después de haber reuniendo la aristocracia y la democracia de
expuesto el concepto aristotélico según el cual los antiguos en la república, sino también res
"los bárbaros sostienen la monarquía despó pecto a la subdistinción de las formas monár
tica (principatus clominativus) sin lam entar quicas. que son reducidas a dos. De estas dos
se de ella porque tienen una inclinación a sos la prim era, es decir aquella en que uno solo
tenerla’', santo Tomás precisa: "Lo que es es el príncipe y todos los otros son siervos,
según la inclinación, es natural y voluntario" es manifiestamente la m onarquía despótica
(In libros politicorum Aristotelis expositio, ed. de los antiguos. Es interesante anotar que
M arietti, nota 478. p. 170), repitiendo asi el Maquiavelo actualiza la ejemplificación: el
carácter de la naturalidad, y por lo tanto, de ejemplo típico de reino despótico ya no son
la legitimidad en determ inadas circunstan los antiguos imperios asiáticos, sino el reino
cias de tiempo y de lugar de la monarquía des turco a él contemporáneo (pero se trata siem
pótica. Tolomeo de Lúea en el De redimirte pre de un estado extraeuropeo): “Los ejem
principian distingue el principatus politicus plos de estas diversidades de gobierno son en
de! principatus dispoticus y explica que el nuestros tiempos el turco y el rey de Francia.
segunda "es propio del señor respecto al sier Toda la monarquía del turco está gobernada
vo" (libro n, cap. vin). En el Defensor pacis por un señor, los otros son sus siervos: y dis
Marsilio de Padua escribe, parafraseando a tinguiendo su reino en sanjacatos manda allí
Aristóteles; "Otro modo es aquel por el cual diversos administradores y los cambia y varía
reinan ciertos monarcas asiáticos, que reci como le parece" (El principe, cap. iv).
ben su dominio por sucesión hereditaria, Después de Aristóteles, el tratado m ás
según la ley; pero esta ley es casi como la de amplio y articulado de las formas de gobier
los déspotas, porque está mayormente diri no es el que se encuentra en el segundo de los
gida a la ventaja del monarca antes que a la seis libros de la República de Jean Bodin.
ventaja de la comunidad. Los habitantes de Menospreciando las formas arcaicas de
4*6 DESPOTISMO
monarquía, que había resumido Aristóteles, a ellos. A propósito del reino despótico de
y rechazando la distinción tradicional entre Etiopía anota: “En cambio los pueblos euro
las form as buenas y las formas malas del peos, más altivos y más guerreros que los afri
gobierno, Budín distingue tres tipos de canos, no han podido tolerar jamás monar
monarquía, que llama respectivamente "des quías despóticas”. Otro rasgo característico
pótica”, "regia” y "tiránica”, y considera jus y calificante del d. oriental sobre el que Bodin
tamente no tres tipos de régimen diferentes, insiste es el de la duración: "Las monarquías
sino tres modos diversos de ejercer el mismo despóticas han sido grandes y muy durade
tipo de poder que es el poder regio, es decir ras: así las antiguas monarquías de los asi
el sumo poder concentrado en una sola per rios, de los medos, de los persas, de los egip
sona. La monarquía despótica es definida asi: cios y ahora la de los etiopes, que es la más
"[...] aquella en la que el principe se ha hecho antigua monarquía de toda Asia y Africa y que
señor de los bienes y de las personas de los tiene sujetos como esclavos a cincuenta reyes,
súbditos por derecho de arm as y de guerra si creemos a Paolo Giovio”. La razón de esta
justa, y gobierna a los súbditos como un jefe duración está, según Bodin, en la plenitud y
de familia a sus esclavos” (libro 11, cap. 2). En la completud del poder (anticipando una cate
esta definición se observan dos cosas: prime goría política contemporánea, estaríamos ten
ro, la habitual asimilación del poder despó tados de traducir la caracterización bodinia-
tico a la relación entre patrón y esclavos; na del pleno poder con el atributo "totalita
segundo, una motivación de este tipo de rela rio"), que hace viles y serviles a los subditos:
ción completamente diferente de la tradicio en contraste con la tradición aristotélica, el
nal, basada en la naturaleza servil de ciertos carácter servil de dichos pueblos no es la cau
pueblos. Pura Bodin el fundamento del poder sa del d. sino más bien la consecuencia.
despótico es únicamente la conquista, y por Bodin determina bien la diferencia entre d.
lo demás la conquista en una guerra justa. y la tiranía. Aunque rechace la distinción
Esto quiere decir que para Bodin, como para entre formas buenas y formas malas de
todos los escritores políticos cristianos, la gobierno, y considere tanto al d. como a la
esclavitud puede tener sólo una causa, la pri tiranía como dos especies de monarquías,
sión de guerra, se sobrentiende de una gue reconoce que hay una diferencia fundamen
rra justa, porque solamente en tal caso el ven tal entre el tra ta r como esclavos a los escla
cedor conserva lo que conquista por derecho vos (sean éstos esclavos por naturaleza o por
y no solamente con base en la fuerza. Consi expiación de una culpa) y el tra ta r como es
derada la guerra justa como una sanción, la clavos a hombres y pueblos libres. El déspo
esclavitud es el castigo que de ella deriva, y ta reina como patrón sobre esclavos; el tirano
como tal, es decir como consecuencia de un reina como patrón sobre libres. Lo que tam
delito, es licita. Es común a la tradición en bién puede explicar por qué los reinos des
Bodin la especificación de las monarquías póticos duran y las tiranías son generalmen
despóticas en los grandes imperios exóticos. te de breve duración. "Los hombre» libres y
“Se encuentra todavía un cierto número de señores de sus bienes, si se trata de someter
ellas —dice— en Asia, Etiopía y también en los o de usurpar lo que les pertenece, se rebe
Europa, por ejemplo el señorío de los tárta lan en breve tiempo, porque tienen ánimo
ros y .Moscovia”. Pero la casuística es enri generoso, nutrido de libertad y no degenera
quecida con una referencia a los primeros do por la servidumbre". Tanto la monarquía
grandes imperios coloniales. A propósito de despótica como la tiránica se distinguen lue
Carlos V, Bodin anota que "reducido en suje go de la regia, la cual a diferencia de la pri
ción el reino de Perú, se hizo su monarca des mera no reina sobre esclavos y a diferencia
pótico”. Por otro lado, a pesar de la diferen de la segunda no trata a los libres como
te motivación del d., permanece bastante viva esclavos.
también en Bodin, y permanecerá todavía en También Hobbes y Locke basan el reinado
los siglos sucesivos, la contraposición entre despótico en la conquista. En el Lcviatán Hob
los países extraeuropeos sujetos habitualmen bes escribe; “El dominio adquirido con la con
te a regímenes despóticos y los países euio- quista o con la victoria en guerra es aquel que
peos que son estados generalmente inmunes algunos escritores llaman despótico, de des
DESPOTISMO 487
potes, que significa señor o patrón y es el modo inminente) de las tierras sobre las que
dominio del patrón sobre su siervo" (cap. gobierna, y en las cuales no existe propiedad
xx), donde se nota respecto a la análoga fun- privada en el sentido restringido de la pala
damentación de Bodin que falta toda referen bra, es decir, como derecho de gozar y de dis
cia al hecho de que la guerra sea justa. Pero poner de la cosa a voluntad.
para Hobbes no hay justicia antes del pacto
o de una ley nacida de un pacto: y el pacto iv. e l d e s p o t is m o s e c C n m o n t e s q u i e u . La consa
entre vencedor y vencido nace solamente des gración de la categoría del d. oriental se pro
pués de la victoria, de manera que él mismo duce en la obra de Montesquieu, en la cual
es quien legitima el poder del primero sobre el d. alcanza por prim era vez la dignidad de
el segundo. En el cap. xv del Segundo trata tipo prim ario de forma de gobierno junto a
do sobre el gobierno, Locke distingue las tres la monarquía y a la república. Maquiavelo,
tradicionales formas de dominio del hombre como se ha dicho, había reducido a dos las
sobre el hombre, el paterno, el civil, el des formas de gobierno fundamentales, m onar
pótico, basándose en su diferente fundamen quía y república, y por lo tanto había subdis
to de legitimación: el dominio paterno se basa tinguido la monarquía en dos tipos, de los que
en la generación, y por lo tanto tiene un fun uno era el despótico. En el Esprit des lois Mon
damento natural, el civil se basa en el consen tesquieu distingue tres formas de gobierno:
so, y por lo tanto tiene un fundamento con la monarquía, la república y el d.; de tal mane
tractual o convencional, el despótico se basa ra el d. se convierte en una forma autónoma,
en el derecho que tiene el vencedor de una ya no solamente, como siempre lo había sido
guerra justa de castigar, tratando como escla hasta entonces, una especie del género monar
vos a los vencidos. Esta tripartición interesa quía. Y las distingue según su naturaleza y
a Locke no solamente con fines descriptivos, según su principio. Según la naturaleza el
sino también con el fin de sostener que sólo gobierno despótico es aquél en el que "uno
es gobierno legítimo en general, salvo casos solo, sin leyes ni frenos, arrastra a todo y a
excepcionales, aquel que se basa en el consen lodos detrás de su voluntad y sus caprichos"
so, y para condenar tanto las doctrinas pater (libro ii, cap. i). Según el principio, el gobier
nalistas del poder político como las despóti no despótico se rige por el miedo, mientras
cas. En la caracterización del gobierno des que el monárquico por el honor y el republi
pótico Locke sigue, por un lado la tradición cano por la virtud. Nadie antes de Montes
que ve en esta forma de gobierno la trasposi quieu había tratado sobre el d. con tanta
ción a la relación gobernante-gobernado de amplitud y con tanto cuidado de las mínimas
la relación que subsiste entre señor y escla particularidades. El gobierno despótico es
vo, por otro lado consolida la doctrina ya apa examinado allí en sus instituciones, en sus
recida con Bodin, según la cual el único fun relaciones con la educación, con la adminis
damento de legitimidad del gobierno despó tración de la justicia, con la exacción de los
tico es la victoria en una guerra justa. Parti tributos, con el comercio, con la religión,
cularmente interesado en el problema de la etcétera.
relación entre poder político y propiedad, De los temas tradicionales el tratado de
Locke explica la diferencia entre las distin Montesquieu conserva inalterado el de la rela
tas formas de dominio también con base en ción servil entre gobernantes y gobernados.
el diferente modo de regular la propiedad: A propósito de la educación escribe que en los
poder político c-s aquél en el que los ciudada gobiernos despóticos "la educación tiene que
nos pueden disponer libremente de sus pro ser servil” (libro iv, cap. m). A propósito de
piedades, paterno aquél en el que los desti la condición de las mujeres: “ En los estados
natarios del poder no pueden gozar de la pro despóticos las mujeres no ponen en uso el lujo
piedad temporalmente, es decir hasta que no sino que ellas mismas son objeto de lujo. Ellas
alcanzan la mayoría de edad, despótico aquél deben vivir en una condición de extrema
en el que los súbditos no tienen propiedad exclavitud" (libro vu, cap. ix). Los pueblos
alguna. Entre las conocidas características que se someten a un régimen despótico se
del d. oriental, se encuentra siempre esta: el encuentran en un estado de esclavitud polí
déspota es señor efectivo (y no solamente en tica cuando no de completa esclavitud civil.
4 *8 DESPOTISMO
La otra idea en que Monlesquieu sigue la doc griegos, sino también el clima, la naturaleza
trina tradicional del d. es la que hace de los del territorio, el carácter de las instituciones,
grandes imperios antiguos y modernos de de las que más específica era el visirato, V la
Oriente el teatro de este abominahle régimen, religión, en particular la religión mahometa
tan contrario a la naturaleza de los pueblos na. que, según Monlesquieu, "hablando sólo
europeos. El prototipo de los regímenes des el lenguaje de la espada, actúa todavía sobre
póticos es, para Montcsquieu. el imperio chi los hombres con el mismo espíritu destruc
no. Mientras que monarquía y república son tor que le dio vida” (libro xxiv, cap. IV). La
las formas de gobierno que han alimentado relación de dependencia del d. de la religión
el desarrollo civil e intelectual europeo, el d. es el tema fundamental de las Recherches sur
es la forma de gobierno que ha mantenido al 1’o rigine du despotisme oriental de Nicolas-
continente asiático en un estado de perenne Antoine Boulanger, aparecidas postumas en
atraso y ha hecho de los grandes imperios que 1762, cerca de quice años después del Esprit
allí se sucedieron suciedades sin historia. En des Inis. Según Boulanger, el origen de todos
el vocablo despotisme de la Encyclopédie, los males de la humanidad reside en el gobier
extraído del Espril des lois, los reinos despó no de la religión, o para decirlo mejor de los
ticos, definidos como gobiernos "tiránicos, sacerdotes, es decir en la teocracia, la cual,
arbitrarios, absolutos de un solo hombre", haciendo idólatra al hombre, lo hace también
son colocados en Turquia, en Mongolia, en esclavo, bárbaro y salvaje: "Por más sublime
Japón, en Persia, es decir en "casi toda Asia”. que parezca un gobierno que no tiene otro
Después de Monlesquieu la contraposición punto de vista que el cielo, y que pretende
entre la monarquía o la república, los únicos hacer de él su modelo, no puede tener, sin
gobiernos adaptados a los pueblos civilizados. embargo, más que un éxito funesto sobre la
Vel d., en que viven las poblaciones orienta tierra. Un edificio político construido aquí
les, se convierte en un lugar común de la cul sobre una especulación sim ilar ha debido
tura ilustrada, uno de los rasgos constantes necesariamente derrum barse y producir los
de la polémica de los “philosophes" contra los más grandes males” (sec. xt). Mientras que
siglos y los pueblos oscuros. En su obra prin en Occidente la teocracia ha dado origen al
cipal, De l ’esprií (1758). Helvecio se detiene bandolerismo y a la libertad desenfrenada del
largamente en la contraposición entre gobier salvaje, en Oriente ha producido por el con
nos “libres" y “despóticos" (sobre todo en los trario los regímenes despóticos de los que
capítulos xvi-xxi del tercer discurso), pero en dichos países fueron y son todavía las vícti
el momento en que afronta el problema de mas: "De todos los vicios de la teocracia —es
este contraste advierte luego que hablando de cribe— el más grande y el más fatal fue el que
d. se refiere al “deseo desenfrenado de poder preparó el camino al d. oriental" (sec. xt). O
arbitrario, como se ejerce en Oriente". Si hay también: “Todo el Oriente está todavía en esta
mil razones para execrar el d., el autor de De situación: no se puede comprender allí qué
l'esprit no deja escapar ninguna. Distingue son nuestras repúblicas de Europa y se las
dos especies de d.. el que se abate imprevis considera como sociedades monstruosas. Pre
tamente con la fuerza sobre una nación vir juicio que no tiene otros principios que las
tuosa, como Grecia, y el que se instaura a tra antiguas ideas teocráticas, que jamas han
vés del tiempo, el lujo y la molicie: de este desaparecido totalmente en esta parte del
segundo, que domina en los grandes imperios mundo” (sec. xn). De ahí se sigue que la
orientales, pretende ocuparse mostrando sus lucha por una “Europe raisonnable” debe ser
tristes efectos sobre la naturaleza de las ins al mismo tiempo una lucha contra el d. y la
tituciones y -obre el carácter de los súbditos, religión, su aliada.
con particular referencia al envilecimiento de
la virtud (que, según Montcsquieu. era el prin V. EL DESPOTISMO COMOCATEGORIA POLÉMICA. Junto
cipio inspirador de las repúblicas). al significado especifico de d., ilustrado has
En el Esprit des lois el tema de las razones ta aquí, se repite en la literatura del xvm
del d. se habia ampliado; entre éstas ya no era también el significado genérico de gobierno
solamente la naturaleza de los pueblos servi arbitrario, que como tal no es propio sólo de
les, según la tradición que se remitía a los los pueblos orientales sino también de otros
DKSPOTISMO 489
pueblos, de los pueblos europeos, por ejem trario, es el modo de ejercer el poder que per
plo, en determinados momentos de su histo mite conservarlo al usurpador. En sus pági
ria. F.I d. asi entendido se convierte en un con nas la diferencia entre d. y usurpación
cepto polémico del cual se sirven algunos corresponde a la distinción clásica entre el
escritores políticos para criticar y combatir tirano según el ejercicio y el tirano que se
su propio gobierno. En el Essai sur le despo- basa en el título. Y una vez más el concepto
tisme, publicado anónimo en 1776, Gabriel- genérico de d. se superpone al de tiranía.
Honoré Mi rabea u considera la disposición al Mientras que en la teoría clásica del d. orien
d., es decir al mando arbitrario, como un dato tal la forma de gobierno despótico es aque
constante en la naturaleza del individuo y de lla que tiene mayor estabilidad, y por lo tan
los pueblos. No hay pueblo que en su histo to mayor duración, para Constant los gobier
ria no haya conocido periodos en que el nos despóticos no están destinados a durar,
gobierno se haya transformado de libre en y están sujetos a continuos y repentinos cam
despótico: sólo Suiza constituye la excepción. bios. Signo evidente de que piensa más en el
Aun reconociendo que Asia es todavía presa fenómeno de la tiranía que en el del d. pro
del “flagelo destructor" del d., del cual fue pio de los grandes imperios, descritos por
la cuna, Mirabeau no duda en erigirse como Montesquieu.
acusador del gobierno despótico de Luis XIV. Constant señala otro problema importan
Pero la caracterización que hace del gobier te en la doctrina del d.: la relación entre d.
no despótico es genérica: considerado como y guerra. Ya en el pensamiento ilustrado la
la corrupción del buen gobierno, se asemeja execración de la guerra iba a la par con la con
más a la tiranía que al d., en el sentido pro dena del despotismo. Cuando Rousseau cri
pio de la palabra: "Pretendo dem ostrar —es tica el proyecto de paz perpetua del abate de
cribe— que el d. es en el soberano el amor a Saint-Pierre, observa que no se puede espe
los goces y en consecuencia la sujeción al d. ra r una política de paz de gobiernos despóti
en los pueblos es la ignorancia o el olvido de cos, porque, dice, “es sabido que de un pue
sus derechos. Instruid al rey y a los súbditos blo de esclavos se recaudan dinero y hombres
y el d. será cortado por la raíz (ed. original, a voluntad para someter a otros” (Juicio sobre
pp. 47-48). el proyecto de paz perpetua). Y así cuando
El d. como categoría esencialmente polémi Kant opina que la prim era condición de un
ca reaparece en el célebre panfleto antinapo tratado entre estados para la institución de
leónico de Benjamin Constant, De l ’e sprit de la paz perpetua es que estos estados tengan
conque te et de l ’usurpation dans leurs rap- una forma de gobierno republicana, entien
ports avec la civilisation européenne (1813): de por gobierno republicano un gobierno no
"Yo entiendo por d. —escribe Constant— un despótico. Constant contrapone el espíritu de
gobierno donde la voluntad del señor es la conquista ya entonces anacrónico al espíritu
única ley: donde las corporaciones, en donde de comercio: del mismo modo que el espíri
existan, no son más que sus órganos; donde tu de comercio exige y promueve la paz. el
este señor se considera el único propietario espíritu de conquista estrechamente ligado a
de su imperio y no ve en sus súbditos más que la regencia despótica es fomentador de
usufructuarios; donde la libertad puede ser guerras.
le arrancada a los ciudadanos sin que la auto
ridad se digne explicar los motivos y sin que vi el despotismo ilustrado. Respecto de la dis
se pueda pretender conocerlos; donde los tri tinción entre el buen y mal gobierno el d.
bunales están sujetos a los caprichos del siempre ha sido considerado un ejemplo de
poder; donde sus sentencias pueden ser anu mal gobierno. En el lenguaje político, inde
ladas; donde los absueltos son conducidos pendientemente de su significado descripti
delante de nuevos jueces, instruidos por el vo, que, como se ha visto, cambia de autor en
ejemplo de sus predecesores, que no existen autor, el término "d." tiene habitualmente un
sino para condenar" (parte i. cap. ix). En rea significado valorativo netamente peyorativo.
lidad la crítica de Constant está dirigida con Pero es necesario hacer al menos una excep
tra la usui pación y sólo indirectamente con ción, cuando se utiliza en la expresión, tam
tra el d. porque éste, en cuanto gobierno arbi bién del siglo xvtii, de "d. ilustrado". La idea
450 DESPOTISMO
del d. en sentido bueno es una parte impor x v i i i en torno al d. Para Mably el mismo con
tante de la teoría y de la ideología política de cepto de d. legal es una contradicción en los
la fisiocracia. Comenzando por el fundador, términos. Un gobierno, si es verdaderamen
Frani'ois Quesnay, los fisiócratas sostuvieron te despótico, es decir tal que aquel que deten
que. dentro de un orden natural, regido por ta el sumo poder no está sometido a ningún
leyes férreas y objetivas tanto físicas como control, no puede ser arbitrario: en la reali
morales, la tarea del buen legislador es ya no dad no existe otra forma de d. que el d. arbi
la de crear leyes positivas a su arbitrio sino trario, o por lo menos el d. se convierte siem
la de reconocer las leyes naturales, y por lo pre en gobierno del arbitrio, y por lo tanto
tanto de promulgar leyes positivas que estén en d. arbitrario. No escapa a la controversia
lo más de acuerdo posible con la naturaleza. entre Mably y los fisiócratas el problema del
Para el cumplimiento de esta tarea, que no d. oriental: mientras que Quesnay y con él Le
es constitutiva sino declarativa, es necesario Mercier de la Riviére habían exaltado en el
un soberano único, que cuando sea educado gobierno de China un ejemplo de d. legal a
por sabios consejeros acerca de la existencia imitar, Mably critica a su antagonista, soste
de las verdaderas leyes, debe gozar de la ple niendo que también el gobierno chino es, por
nitud de sus propios poderes para hacerlas que no puede dejar de ser, un gobierno des
aplicar, promoviendo así el bienestar y la feli pótico, una forma de gobierno arbitrario, y
cidad de sus súbditos. En la obra L'ordre defiende a ultranza el gobierno mixto basa
naturcl el cssentiel des sociétés politiques do en la separación de los poderes, que había
(1767), el fisiócrata Le Mercier de la Riviére tenido como máximo teórico justam ente al
distingue dos formas de d., llamando al pri severo crítico del d. oriental, el autor del
mero "legar' y al segundo "arbitrario". Mien Esprit des lois.
tras que el segundo inspirado por la simple
"opinión" es malo, el primero, guiado por la vil. d e h e o e l a w i t t f o g e l . La idea o el mito del
"evidencia”, es el único modo bueno de gober d. oriental atraviesa todo el siglo xix y llega,
nar. En efecto, una vez confirmado que el como ya se dijo, hasta nuestros días, es decir
orden natural es evidente, o sea que puede ser hasta la crisis o la caída de la concepción
tomado en su integridad por la mente huma eurocéntrica de la historia, es decir de la con
na iluminada por la razón, se hace por eso cepción que contrapone la Europa progresis
mismo aprehensible, y en consecuencia no ta al Oriente inmóvil, y hace depender el desa
puede ser impuesto más que despóticamen rrollo de las sociedades más atrasadas del
te. ¿Existe alguien que se lamente de verse encuentro que puede ser también un choque
obligado a aceptar sin discutir los teoremas doloroso con las naciones europeas más avan
de la geometría euclideana? Euclides no es zadas. Baste con recordar aquí el lugar que
menos déspota que el monarca ilustrado que ocupa la categoría del d. en esa sublimación
gobierna obedeciendo a la evidencia de las del eurocentrismo que es la filosofía de la his
leyes naturales. Pero se trata justam ente de toria de Hegel. Fiel a su visión histórica de
un d. natural y necesario conforme a la razón. la realidad, Hegel toma las célebres catego
De Le Mercier de la Riviére se hace eco Pierre- rías de Montesquieu y las considera como
Samuel Dupont de Nemours, el cual, después momentos sucesivos del desarrollo histórico.
de haber condenado como formas de mal "Oriente sabia y sabe solamente que uno es
gobierno a la democracia, a la aristocracia y libre, el mundo griego y romano que algunos
a la monarquía electiva, exalta la monarquía son libres, el mundo germánico que todos son
hereditaria, porque sólo en esta forma de libres. Por eso la prim era forma que vemos
gobierno "simple y natural" los soberanos en la historia del mundo es el d., la segunda
son verdaderamente “déspotas” (De l'origine es la democracia y la aristocracia, y la terce
ei des progrés d'une science nutivelle, 1768). ra es la monarquía.” Despóticos son los esta
Contra esta tesis Mablv escribió un ensa dos primitivos y bárbaros de Africa, antes de
yo, Dudas propuestas a los filósofos economis la colonización, donde la esclavitud (carácter,
tas sobre el orden natural y esencial de las como se vio. propio de las sociedades gober
sociedades políticas (1768). que representa un nadas en forma despótica) "constituye la rela
momento im portante en la disputa del siglo ción fundamental del derecho", y por lo tan-
DESPOTISMO 4<*t
tu allí "manda un señor, porque la tosquedad es una obra de análisis teórico y también de
sensible puede ser domada sólo por una fuer polémica política. La contraposición entre
za despótica” (se trata del tema verdadera sociedades policéntricas, como las que se
mente recurrente de la relación entre d. y radicaron en Europa, caracterizadas por una
sociedad servil). Pero los grandes estados des fuerte tensión entre sociedad civil y aparato
póticos surgieron y se perpetuaron en Asia, estatal, y sociedades monocéntricas, caracte
comenzando por el imperio chino, definido rizadas por el predominio del estado sobre la
como "d. teocrático” (el nexo entre d. políti sociedad, como serían las que se formaron y
co y teocracia también es típicamente ilustra establecieron en los grandes imperios orien
do), y del cual nace la época histórica (Africa tales, y de cualquier m anera en sociedades
es todavía un continente sin historia), para extraeuropeas (como algunas de las grandes
continuar en la India, cuyo gobierno es defi civilizaciones americanas precolombinas), no
nido como "d. de la aristocracia teocrática”. sería solamente un concepto polémico y tan
A pesar de que en Oriente nazca la época his to menos un mito. Es, según Wittfogel, una
tórica, estos estados, China e India, a causa realidad histórica, que, aunque específica des
de su estancamiento, todavía están fuera de de hace siglos, no había tenido jamás por par
la historia del mundo. Llegados hasta un cier te de los historiadores la debida atención.
to grado de desarrollo, el prim er grado de Wittfogel retoma y desarrolla algunos temas
desarrollo del espíritu objetivo, se detuvieron, tradicionales: el carácter total, no controla
y permanecieron ajenos al movimiento histó do, y por lo tanto absoluto, del poder despó
rico. El tema también recurrente de la rela tico; el terro r como instrum ento de dominio,
ción entre d. e inmovilidad encuentra su sello y correlativam ente la sujeción total del súb
en la siguiente frase de Hegel: "Lo universal, dito hacia el soberano; la larga duración en
que aquí aparece como sustancial, moral, es, el tiempo, y por fin la conexión entre d. y teo
a través de un absolutismo tal, tan despóti cracia. Respecto de la tradición, la innovación
co. que la libertad subjetiva, y por lo tanto el de Wittfogel se refiere a la explicación del
cambio no ha podido tener lugar. Desde que fenómeno: los potentísimos aparatos burocrá
el mundo es mundo, estos imperios no han ticos que constituyen el nervio del d. nacen
podido desarrollarse sino en si. En la idea de la necesidad en que se encuentran los terri
ellos son los primeros, y al mismo tiempo son torios de las grandes llanuras asiáticas de una
los inertes” (Filosofía de la historia, Madrid, regulación de la irrigación, es decir de una
Revista de Occidente, 19C0, c. 1118). regular y regulada (desde lo alto) distribución
La Filosofía de la historia de Hegel contri y canalización del agua en los ríos. Ya no se
buyó u fijar de modo casi definitivo la cate trata, como en los escritores clásicos, de la
goría del d. oriental y concluyó, aunque no naturaleza de los pueblos, ni tampoco, como
agotó, su vicisitud histórica. A través del aná en los modernos, de la naturaleza del clima
lisis marxiano, que trasladó el centro de gra o de la religión: el estado burocrático y des
vedad de la investigación histórica de las ins pótico de las sociedades que Wittfogel llama
tituciones políticas al conjunto de las formas "hidráulicas” nace por razones técnicas, a su
y de las relaciones de producción, el proble vez conectadas con la naturaleza del suelo y
ma tradicional del d. oriental dejó el lugar al con la forma de producción. Como forma de
problema, sobre el que se desató un secular gobierno, el d. está caracterizado por el mono
debate, todavía hoy actualísimo, del modo de polio de la organización burocrática, que, for
producción asiático, que. en cuanto distinto mado por razones objetivas en las sociedades
de los modos de producción que habrían agrarias, aplicado en la edad contemporánea
caracterizado la historia de Occidente (escla también a las sociedades industriales, repre
vista. feudal, burgués), mantiene de la cate senta sin duda la más terrible amenaza a la
goría del d. oriental la connotación de la csta- libertad del hombre.
ticidad, y ha contribuido a la permanencia de
la idea eurocéntrica del Oriente inerte e inmó bibliografía R. Kcsebner, Despot and despotisni:
vil. Sólo en estos últimos anos el tema del d. vicissitudes ofa political terin, en Journal of the
oriental fue resucitado por el libro de Karl Warburg and Courtauld Institute, 1951; A. Mal-
A. Wittfogel, Oriental despatism (1957), que ley, Un plagio di F. Quesnay: il despotismo de la
492 DICTADURA
Ciña, en II Pensiero Político. 1973; G. Sofri, El rales muy rígidos. No podía durar más de seis
modo de producción asiático (1969), Barcelona. meses, o duraba aun menos toda vez que.
Roma. 1971; S. Stelling Michaud, Le mythe dti antes de expirar los seis meses, decayera el
despotismo oriental, en Scltweizer Reitrüge zur cargo del magistrado que había nombrado al
allgemeine Geschichte, 1960-1961; F. Venturi, dictador, o bien este último hubiera termina
Despotismo oriéntale, en Rivista Storica Italia do la obra para la que había sido nombrado.
na, 1960; K.A. Wittfogel, Despotismo oriental: Esta rigurosa restricción temporal era el mar
estudio comparativo del poder totalitario i 1957). co característico de la institución y repercu
Madrid, Guadarrama, 1966. tía con eficacia en la conducta del dictador,
el cual sabía que dentro de un breve lapso vol
[norberto boubio] verían a en trar en vigor todos los límites y
todos los controles constitucionales.
La institución de la d. aquí esbozaba es
peculiar de la república romana, para la cual
dictadura constituía casi una necesidad, si se conside
ra el marcadísimo grado de división v de limi
I LA DICTADURA ROMANA V LA LLAMADA "DICTADl RA tación del poder que distinguía su urden cons
constitucional". La palabra “d.” tiene su ori titucional: la pluralidad de las asambleas, la
gen en la dictatura romana. Pero el significa multiplicidad de las m agistraturas, su cole-
do moderno de la palabra es completamente gialidad (con derecho de veto), su breve dura
distinto al de la institución que el término ción (ordinariamente un año). En este marco,
designaba en la Roma republicana. se puede decir que para la república romana
La d. romana era un órgano extraordinario la d. era un modo de suspender temporalmen
que se podía activar, según procedimientos te su propio orden constitucional para pre
y dentro de límites constitucionalmente defi servar su integridad y permanencia. Y la d.
nidos. para hacer frente a una situación de desempeñó tal función por dos o tres siglos,
emergencia. El dictador era nombrado por del v al ni a.c„ permitiendo a la república
uno o ambos cónsules bajo propuesta del afrontar de manera eficiente las breves gue
senado, a quien competía la aceptación de la rras de la primera parte de su historia, y tam
situación que hacía necesario el recurso a la bién los desórdenes internos provocados por
d. El cónsul no podía autonom brarse dicta la lucha entre las clases. Más tarde, cuando
dor, ni este último podía declarar el estado las guerras se tornaron más largas y compro
de emergencia. El fin para el que se nombra metedoras, la d. comenzó a perder su efica
ba un dictador estaba claramente delimita cia. En el siglo m estaba en decadencia, tam
do. y el dictador debía atenerse a él. Habitual- bién porque había estado sometida a ulterio
¡líente se trataba de la conducción de una gue res restricciones, y cada vez más frecuente
rra (dictatura rei gerendae causa) o de la solu mente era activada por razones diferentes a
ción de una crisis interna (dictatura seditio- la necesidad de superar una crisis grave. Rea
nis sedandae et rei gerendae causa). Los pareció de manera esporádica durante las
poderes del dictador eran amplísimos: ejer guerras púnicas y decayó definitivamente al
cía el pleno mando militar; los cónsules, le final del siglo ni. El nombre volvió a ser
estaban subordinados; sus actos no eran empleado, y explotado, durante las luchas
sometibles a la intercessio de los tribunos; civiles del siglo i, con las d. de Sila (82 a.c.) y
gozaba del ius cdiccndi y, por la duración del de César (43 y 4ó); pero solamente el nombre.
cargo, sus decretos tenían valor de ley; con La vieja institución republicana era un
tra sus sentencias penales el ciudadano no recuerdo del pasado, y los gobiernos de Sila
podía apelar. Sin embargo, no eran poderes y de César son asimilables, en realidad, a la
ilimitados: el dictador no podía abolir o cam d. moderna.
biar la constitución, declarar la guerra, impo Según este último uso. sobre el cual volve
ner nuevos impuestos fiscales a los ciudada ré más detalladamente en seguida, y que tien
nos romanos, y no tenia competencia en la de a incluir bajo la etiqueta de “d.”, incluso
jurisdicción civil. Sobre todo, la d. rumana en un intento polémico-práctico, a todos los
estaba circunscrita dentro de limites tempo regímenes antidemocráticos o no demoeráti-
DICTADURA 493
eos modernos, la d. se vuelve en algo muy dis Pero esta distinción es equivoca en varios
tinto de la romana. El punto de contacto entre aspectos. En prim er lugar, porque la asimi
los dos fenómenos es la concentración y el lación del moderno gobierno de crisis con la
carácter absoluto del poder. Pero la d. moder d. romana no puede ser llevada muy adelan
na no está autorizada por reglas constitucio te. Es cierto, en efecto, que ambos tipos de
nales: se instaura de facto o de todas mane institución responden a la necesidad de hacer
ras trastorna el orden político preexistente. frente a situaciones de emergencia en un régi
La extensión de su poder no está predetermi men de separación más o menos avanzada del
nada por la constitución: su poder no sufre poder. Pero existe también una diferencia
limites jurídicos. Y, aunque algunas de las d. considerable. La d. romana es un órgano
modernas tiendan todavía a presentarse a sí extraordinario (y por esto se habla de un "dic
mismas como "tem porales'', su duración no tador" y de una “dictadura"); de ahí que no
está fijada con anticipación: su permanencia, sólo el poder dictatorial, sino el propio órga
como la de cualquier otro régimen, depende no y su ocupante escapan del marco político
de las vicisitudes históricas. En resumen, la apenas se restablece la situación de normali
d. romana es un órgano excepcional y tempo dad. El moderno gobierno de crisis se basa
ral: la d. moderna, una forma de gobierno nor en el conlerimiento de poderes extraordina
mal y permanente. rios a órganos estatales normales: de mane
Más que nada, la d. romana es aproxima- ra que resulta mucho más difícil desarraigar
ble, en lo que se refiere a la función, a las ins la instauración, el ejercicio y el éxito de un
tituciones excepcionales previstas o puestas gobierno de crisis desde las perspectivas de
en práctica por muchos estados constitucio la lucha por el poder de las fuerzas políticas
nales modernos para superar un estado de militantes. Los efectos de esta diferencia no
emergencia, interno o externo, que no puede pueden ser establecidos de m anera general,
ser enfrentado de modo adecuado con los ins- abstrayendo los contextos en que operan las
lruínenlos constitucionales normales. Estas instituciones. En los contextos históricos por
instituciones implican en general la concen nosotros conocidos, se puede destacar que la
tración del poder en un órgano constitucio d. romana vivió por algunos siglos sin poner
nal del estado (habiiualmente un órgano eje en peligro o alterar significativamente el
cutivo). la extensión del poder más allá de los orden constitucional; mientras que en la
límites ordinarios (por ejemplo, con la sus Europa y en la América contemporáneas los
pensión de los derechos de libertad de los ciu diversos tipos de gobierno de crisis han dado
dadanos) y la emancipación del poder respec la ocasión a veces para la destrucción del
to de los frenos y de los controles normales. orden constitucional y han contribuido a
Tales son los rasgos de la lev marcial y del menudo a alterar en mudo más o menos per
estado de sitio, dirigidas a sobrellevar una cri manente la distribución del peder entre los
sis repentina y violenta, que implican un cre órganos constitucionales del estado.
cimiento extraordinario de los propios pode En segundo lugar, la distinción entre d.
res del ejecutivo. Tal es también el conleri- constitucional y d. inconstitucional es equi
miento al ejecutivo de un poder legislativo de voca desde otro punto de vista que, para nues
emergencia, como aquel previsto por el art. tros fines, es aun más significativo. Los dos
48 de la constitución alemana de Weimar, o términos de la distinción no son homogéneos.
aquellos atribuidos al gobierno por los p ar Aqui vale todo lo dicho, con mayor razón, a
lamentos de diversos estados beligerantes propósito de la diversidad sustancial entre el
durante la primera y la segunda guerras mun uso moderno y el uso romano de "d.”. La d.
diales. Para designar a todos estos rasgos y moderna (llamada “d. inconstitucional”) es
otros análogos, se ha acuñado la expresión una forma de gobierno más o menos durable
"gobierno de crisis". Pero también se ha pro en el tiempo. La "d. constitucional” designa
puesto reagrupar estas instituciones junto procedimientos excepcionales, que son sim
con la d. rumana, denominándolos con la eti ples elementos secundarios de una forma de
queta de “d. constitucional" (o limitada), y gobierno (habitualmente la democracia libe-
oponiendo a esta ultima la "d. inconstitucio rail que se caracteriza por instituciones total
nal" (o ilimitada). mente distintas. La prim era "d." encuentra
494 DICTADURA
lugar, si se la relaciona con un significado des dos, como sucede en la sola d. moderna. Añá
criptivo, en la clasificación de los sistemas dase que la "d. revolucionaria” preanuncia
políticos; la segunda en la fenomenología de otro carácter posible de la moderna: el poder
los medios extraordinarios a los que los regí no está necesariamente en manos de un solo
menes políticos recurren para superar situa hombre (el dictador) y puede mantenerlo tam
ciones de crisis grave. Por lo tanto, la ”d. cons bién un grupo de hombres (una convención,
titucional" se distingue de la "d, inconstitu una asamblea, un partido revolucionario). Por
cional” no sólo y no tanto por la diferente este camino Marx irá más adelante hasta el
adjetivación ("constitucional”, “inconstitucio punto de hablar de la d. de una clase social
nal”), sino también y sobre todo porque el entera, pero de esta manera la noción de d.
mismo sustantivo "d." denota en los dos casos perderá su significado político específico (véa
dos fenómenos diferentes. De nada valdría se al respecto la última sección de este a rtí
objetar que una u otra de las instituciones que culo). El punto en que la "d. revolucionaria”
se comprenden en el concepta de “d. consti parece incluso divergir de la moderna, y acer
tucional" han sido utilizadas a veces para carse más a la romana, está en su carácter
introducir una “d. inconstitucional”. Porque temporal, limitado en el tiempo. Pero, en p ri
el hecho de que pueda producirse un nexo de mer lugar, debe observarse que este carácter
sucesión temporal o también genética entre temporal ya no está garantizado ah externo
uno y otro fenómeno no es un argumento para por la constitución, sino que descansa en la
afirm ar que pertenecen a la misma clase. mudable voluntad del propio grupo revolucio
nario: en este sentido, incluso d. modernas
II. DICTADURA. DESPOTISMO. ABSOLUTISMO. TIRANIA, distintas se autoproclam an inicialmente
autocracia, autoritarismo. Es distinto, y con como temporales, para permanecer después
trapuesto, el uso romano y el uso moderno más o menos duraderam ente. Y. en segundo
de "d.”. Aqui puede uno preguntarse cómo lugar, debe observarse que incluso en las d.
pudo verificarse un cambio tan sustancial de modernas, que no proclaman la propia tem
significado. Es probable que el anillo de con poralidad, está presente un rasgo particular,
junción entre los dos significados distintos que en cierto modo reclama el carácter de
pueda rastrearse históricamente en la noción temporalidad, y sobre el cual volveré dentro
de "d. revolucionaria", tal como ha sido de poco: la debilidad o precariedad de las
empleada para designar el gobierno revolu reglas de sucesión al poder.
cionario instaurado por la Convención nacio Antes bien, lo que distingue de manera cla
nal francesa el 10 de octubre de 1793 hasta ra la d. moderna, por un lado, de la d. roma
la llegada de la paz, al igual que la concep na y de la "revolucionaria", por el otro, es su
ción del gobierno revolucionario que, según distinta connotación de valor. La d. romana
las ideas de Babeuf y Buonarroti, habría debi tiene una connotación tmdicionalmente posi
do seguir a la explosión revolucionaria y pre tiva, en cuanto órgano capaz de defender el
ceder al nacimiento de la sociedad de los igua orden constituido frente a crisis de emergen
les. En esta especie de d., a la que Maurice cia más o menos graves, y una connotación
Hauriou llamó “convencional" y Cari Schmitt de valor positiva, por lo menos en su surgi
"soberana”, el poder dictatorial no está auto miento, tiene también la “d. revolucionaria”,
rizado por la constitución, ni está limitado en cuanto gobierno dictatorial provisional
constitucionalmente. Xo está "constituido”, que prepara el camino para la instauración
sino que se impone de hecho, y su función no de una sociedad más justa (la sociedad de los
es superar una crisis parcial del régimen iguales). La d. moderna, en cambio, tiene una
vigente: es la función "constituyente" de fun connotación decididamente negativa. Desig
dar un nuevo régimen sobre las ruinas del na la clase de los regímenes antidem ocráti
precedente. cos o no democráticos modernos, y en cuan
En la ”d. revolucionaria”, pues, el poder to tal se contrapone, como el término negati
dictatorial no sólo está concentrado v es abso vo al término positivo de una gran dicotomía,
luto —como sucede tanto en la d. romana a la "democracia moderna", a su vez enten
como en la d. moderna—; además, se instau dida como la que denomina la clase de los
ra de hecho y no soporta límites prestablcci- regímenes liberaldemocráticos.
D ICTA DU RA 495
ilimitado del poder. Pero son sustancialmen- era un monarca legítimo, sino el jefe de una
te distintos, porque tanto el absolutismo facción política que imponía con la fuerza el
como el despotismo son monarquías heredi propio poder a todos los demás partidos.
tarias y legítimas, m ientras que la d. es una Como los dictadores modernos, los tiranos
monocracia (o el gobierno de un pequeño gru ejercían un comando arbitrario e ilimitado,
po) no hereditaria o ilegítima o dotada de una recurriendo ampliamente a los instrumentos
legitimidad precaria. En su connotación his coercitivos. Con el tiempo, sin embargo, el
tórica. "absolutism o” y "despotismo" están concepto de tiranía se fue t ransformando, ale
ligados a sociedades de tipo tradicional, en jándose en parte del sentido originario, y colo
donde la participación política de la gran cando el acento cada vez más exclusivamen
mayoría de la población es nula, y la monár te sobre el modo de ejercicio del poder. Desa
quica es sentida como la única forma posible rrollando un urna ya presente en Aristóteles,
de gobierno, que hunde sus raíces en el pasa santo Tomás distinguió entre el tirano que es
do y en el origen o en el carácter divino. Esto tal porque no tiene titulo (absque titulo), el
explica por qué, con la revolución francesa, que lo es por el modo en que ejerce el mando
la imposición de los principios republicanos (qtirxul exercitium), y el que lo es tanto por una
y la decadencia de los monárquicos, la noción como por otra razón. En este sentido, también
de "despotismo ilustrado", acariciada por la un monarca legitimo puede ser un tirano si
inteliguentsia ilustrada, desaparece comple ejerce el poder de modo arbitrario y violen
tamente del horizonte cultural y político. to. El significado de la palabra se modificó
Sale de escena el despotismo y entra en ulteriorm ente en esta dirección, y en el len
escena la d. La cual, en efecto, al contrario guaje político contemporáneo los usos más
del absolutismo y del despotismo, está vincu comunes se centran en tomo al modo de ejer
lada a una sociedad en vías de transform a cicio del poder y olvidan tener en cuenta la
ción, con una participación política amplia presencia o la ausencia de un titulo legitimo.
da o incipiente, y en la cual se impuso o está Es claro que, en la medida en que esto suce
en ascenso el principio de la soberanía popu de, decae la analogía de significado entre “d."
lar. En este contexto, el régimen dictatorial y "tiranía".
no puede basarse en la tradición y en la acep A diterencia de los otros términos exami
tación pasiva de gran parte de la población. nados precedentemente, “autocracia" no tie
La d. representa más que nada una ruptura ne una connotación histórica precisa; no fue
de la tradición; se instaura utilizando la movi acuñado para denominar un tipo particular
lización política de una parte de la sociedad de sistema político concreto (aun cuando
y sometiendo con la violencia a otra parte, y "autócrata" era el nombre que se le daba
no puede garantizar su continuidad ni cun el especialmente al zar de Rusia). Es un térm i
procedimiento democrático, del cual es la no abstracto, que se utiliza cun dos significa
negación, ni con el principio hereditario, que dos principales: uno particular y otro gene
está en contraste con las condiciones políti ral. En el significado particular, y más ple
cas objetivas y con su misma pretensión de no. de la palabra, "autocracia" denota un gra
representar los intereses del pueblo. De aquí do máximo de absolutismo, en la dirección de
el carácter precario de las reglas de sucesión la personalización del poder, lina autocracia
al poder. es siempre un gobierno absoluto, en el senti
Sustancialmente análoga a la d. moderna do de que detenta un poder ilimitado sobre
era en cambio la "tiranía" griega. Es conoci los súbditos. Pero, además de eso, la autocra
da la extraordinaria pertinencia, en relación cia comporta que el jefe del gubierno sea de
con la d. moderna, de las observaciones de hecho independiente, no sólo de los súbditos,
Platón y de Aristóteles sobre la tiranía. Como sino también de los otros gobernantes, que le
las m odernas d., las tiranías griegas nacían están por eso rígidamente subordinados. El
generalmente de la crisis y de la disgregación jefe de un gobierno absoluto es un autócrata
de una democracia, o de un régimen político si sus decisiones no pueden ser eficazmente
tradicional en el cual se perfilaba una amplia f renadas por fuerzas intraguhemativas. Bajo
ción del interés y de la participación políti este perfil, el monarca absoluto puede ser un
ca. Como el dictador moderno, el tirano no autócrata; pero puede también no serlo si
D IC TA D U R A 497
com parte el poder con algunos colaborado mente moderado de movilización política de
res que son capaces de limitar su voluntad. las masas y de penetración política de la
Y las d. son a menudo regímenes autocráti- sociedad (v. autoritarismo).
cos que se centran en la figura de un jefe y
pueden llevar muy adelante la personaliza III. LAS CARACTERISTICAS FUNDAMENTALES DE LA DIC
ción del poder; pero también hay d. no auto- TADURA. De lo que se ha dicho hasta ahora se
cráticas, en las cuales el poder reside en un llega a un significado más preciso de la d.
pequeño grupo de jefes que dependen recípro moderna. Con la palabra "d." se tiende a
camente el uno del otro. designar a la clase entera de los regimenes no
En su significado general, “autocracia" ha democráticos específicamente modernos, es
sido adoptado por algunos teóricos de la polí decir que se les encuentra en los países
tica y del derecho, y señaladamente por Hans modernos o en vías de modernización (a los
Kclsen, Ferdinand A. Hermens y Cari J. Frie- que pueden asimilarse también las “tiranías"
drich, como el término más apropiado para griegas de los siglos vn y vi a.c. y algunos
designar a la clase de los regímenes antide otros gobiernos esparcidos por la historia de
mocráticos o no democráticos por entero. En Occidente). Sin embargo, debe reconocerse
esta acepción general, sin embargo, la pala que este significado de “d.“, aun teniendo una
bra no ha tenido fortuna, ni en el lenguaje indudable dimensión descriptiva, ha sido usa
ordinario ni en el lenguaje técnico de la cien do a menudo con fines práctico-ideológicos,
cia política. En todo caso, aun cuando hubie como un blanco de valores negativos que con
ra arraigado, no podría sustituir a "d." en su traponer polémicamente a la "dem ocracia".
significado moderno, puesto que la clase de Incluso por esta razón, en los últimos años,
los regimenes políticos denotados por "auto el uso de “d." en su significado moderno, que
cracia" sería de todas maneras más amplia era común en los años cincuenta y sesenta,
que aquella a la que se refiere la palabra "d.”. tiende a aclararse, y no falta quien querría
Según la indicada acepción general, de hecho, relacionar la palabra con el significado de
ciertamente habría que comprender entre las órgano excepcional y temporal, que es propio
"autocracias" a todas las monarquías y des de su origen romano.
potismos hereditarios del pasado, que, en En este caso no se trata de enredarse en una
cambio, como se ha mostrado antes, deben cuestión que podría volverse una pura cues
ser excluidos del campo de significado de tión de palabras. Antes de ir más allá, basta
"dictadura”. rá con detenerse en los dos puntos siguien
Un discurso análogo, por lo menos en par tes: 1 ] hasta ahora no se ha encontrado un tér
te, debe hacerse para "autoritarism o”. Tam mino más adecuado que “d." para nom brar
bién el término “autoritarism o" ha sido usa en su conjunto a los regímenes no democrá
do a veces para indicar el conjunto de todos ticos modernos; 2 J en todo caso, quien hable
los regímenes contrapuestos a los democrá de aquí en adelante de los caracteres y de las
ticos. En este sentido, el dcnotatum de "auto tipologías de las dictaduras entenderá una
ritarism o" es más amplio que el del signifi serie de proposiciones que consideran sobre
cado moderno de “d.”, puesto que incluye, al todo, precisamente y más allá de las palabras,
igual que la mencionada acepción general de a los regimenes no democráticos modernos.
“autocracia”, incluso a las monarquías y a los En esta perspectiva, empezaré analizando
despotismos hereditarios de las sociedades las características fundamentales de la d.
tradicionales. Por otro lado, cuando se utili moderna, tal como surgieron de la discusión
za con referencia a los solos sistemas políti de la "d .”, en relación con "despotismo"
cos modernos, el significado de "autoritaris "absolutismo", "tiranía", "autocracia” 3
mo" tiende a restringirse algo y a volverse "autoritarism o". Para mí, son tres estas ca
más circunscrito que el de "d.”. En los usos racterísticas: la concentración y la ilimitabi
más diiundidos y más eficaces, se habla de lidad del poder; las condiciones políticas am
"autoritarism o", en contraposición a "to ta bientales constituidas por la entrada de gran-
litarism o”, para designar únicamente a una des estratos de la población en la política y
subclase de los regimenes no democráticos el principio de la soberanía popular, y la pre
modernos; aquellos con un grado relativa cariedad de las reglas de sucesión al poder.
498 DICTADURA
ciún del poder, y en particular de las reglas menos por una parte de la sociedad, como
de sucesión. Desde esta perspectiva la d. está vanguardia o guía del pueblo (legitimidad
caracterizada por una contradicción de fon basada en la ideología de partidoj. Pero el pri
do, dado que concentra el poder y trasm ite mer tipo de legitimidad es esencialmente per
rígidamente la autoridad política desde a rri sonal y temporal, porque, cuando decae el jefe
ba hacia abajo, en una situación en la que pre carismático, no hav ningún procedimiento
domina o se está afirmando el principio de regular que pueda trasm itir a otro sus cuali
la soberanía popular, al cual ella misma debe dades excepcionales. Esto explica las graves
de alguna m anera rem itirse para alim entar crisis de sucesión que se desencadenan en tan
su propio sostén. Por eso las d. tienden a pre tas d., con las luchas intestinas entre los
sentarse como la expresión de los intereses miembros de la élite dominante que ambicio
y de las necesidades del pueblo. De aquí el ele nan ocupar el lugar del viejo dictador y a
mento cesarisla que caracteriza así a menu veces con la caída del propio régimen dicta
do a las d. personales. Y de ahí todos los arti torial. El segunto tipo de legitimidad, funda
ficios que adoptan las d. para cubrirse del do en el partido, confiere una estabilidad
consenso del pueblo: de los plebiscitos a las mucho mayor a la d., porque la vanguardia
reuniones de masa con el contacto directo con o la guia del pueblo es formalmente el p arti
el jefe o con sus representantes, hasta llegar do, y el partido permanece aun cuando decae
a la imposición capilar y coercitiva de la acep el dictador-persona. Sin embargo, tampoco
tación entusiasta del régimen a toda la pobla esta forma de legitimidad es capaz de dar vida
ción. Se asiste entonces a una especie de a un procedimiento ordenado y reconocido de
democracia cabeza aba jo, donde el pueblo se sucesión del poder. El partido se convierte en
ve obligado a m anifestar una completa adhe la base exclusiva del reclutamiento del nue
sión a la dirección política del dictador, para vo o los nuevos jefes; pero el modo de su elec
que éste pueda proclam ar que su acción está ción no puede estar reglamentado de mane
basada en la voluntad popular. Pero todas ra aceptable, porque la función suprem a de
estas técnicas no confieren a la d. la legitimi guía o de vanguardia se autoproclam a y se
dad democrática, porque no pueden eliminar autoimpone, y no existe otro sistema para
el hecho crucial de que la autoridad política reconocer al hombre o a los hombres idóneos
es trasm itida desde arriba hacia abajo, y no para desempeñarla, fuera del éxito y del pre
viceversa. Por tanto, aun cuando prescinda dominio en los hechos mismos. Por lo tanto
mos de ciertas d. de pura explotación, que son el régimen dictatorial se hace más estable
radicalmente ilegitimas, la legitimidad de la porque el partido le provee una coraza de
d. aparece siempre incierta y ambigua. Lo defensa contra el exterior; pero sigue siendo
demuestra de manera evidente la caracterís discontinuo e irregular en la sucesión de uno
tica debilidad de la d. frente al problema de a otro dictador o de uno a otro grupo dicta
la sucesión, cuando, como escribe felizmen torial.
te Giovanni Sartori, "un absolutismo republi
cano no puede —en cuanto absolutismo— iv. t i p o l o g í a s . Se han propuesto diversas cla
‘elegir’ al nuevo dictador, pero tampoco lo sificaciones de la d. con base en varios crite
puede ‘heredar’ en razón del principio repu rios. Las más significativas se basan en la
blicano". naturaleza del poder, el fin perseguido, las
Más en detalle, se puede decir que la con características de la élite dominante, las pro
tradicción entre el ambiente, que exige la legi piedades de la ideología y la base social.
timidad popular, y la estructura del poder En la naturaleza del poder, es decir en los
dictatorial, que la niega, impone que su invo instrumentos de control de que se sirven las
cación esté mediada por un factor vinculan diversas d.. y correlativamente en el grado de
te. Este factor intermedio puede ser el mis su penetración en el tejido social, se basa la
mo dictador, que con sus poderes extraordi tipología más rica en contenido y más gene
narios es considerado capaz de representar ralmente utilizada. Se trata de la dicotomia
directamente la voluntad del pueblo (legitimi entre d. autoritarias y d. totalitarias; o, según
dad de tipo carismálico), o un partido políti la propuesta de Franz Neumann, de la trip ar
co que se autoproclama, y se hace aceptar al tición de d. simples, cesaristas y totalitarias.
500 D ICTA D U RA
prim er nítido de distinguir las d., bajo este les y que apuntan a una transformación par
perfil, es el de tomar en consideración el gra cial; las “quiliásticas”, expresivas y dirigidas
do de su elaboración ideológica, ubicándolas a una transformación total, y las “adminis
a lo largo de una gama continua que va des trativas”, expresivas y dirigidas a una trans
dé un grado mínimo hasta un grado máximo formación parcial. De estos cuatro tipos de
de elaboración. En el límite inferior podemos ideologia, los primeros tres son propios de los
colocar a las d. simples caracterizadas por regímenes dictatoriales. Así. puede distinguir
una separación máxima entre el régimen y la se entre d. monopartidistas de ideologia tota
población, y donde la élite dominante está litaria, que liberan un grado máximo de dina
sujeta principalmente por intereses de explo mismo transformador, no obstante su congé-
tación; de ellas son ejemplos algunas d. lati nita inestabilidad, que impone el recurso a las
noamericanas caudillescas del siglo xix y purgas y al terro r (por ejemplo, la Rusia sta-
aun del xx, que son típicamente carentes de liniana, la China maoista, la Alemania nazi);
mitos. En el límite superior encuentran lugar d. monopartidistas de ideologia protectora,
las d. totalitarias, en las cuales el esfuerzo de que alimentan un dinamismo transformador
movilización de la población y de sus recur más limitado, más moderado y mucho más
sos es impulsado hasta el paroxismo, y la flexible respecto del de los sistemas totalita
ideología debe justificarlo y guiarlo, recondu rios (por ejemplo, Túnez, Yugoslavia, la Tur
ciendo todos los aspectos de la vida y de la quía de Atatürk). y d. monopartidistas de ideo-
actividad social a los asuntos y a los impera logia qniliástica, que están caracterizadas por
tivos políticos fundamentales. En la faja inter un dinamismo transform ador bastante esca
media, y en una sucesión de creciente elabo so, y tienden a depender al menos parcialmen
ración ideológica, podemos ubicar a las d. te de fuerzas sociales y económicas externas
autoritarias conservadoras, las cesaristas y y a disminuir con el tiempo la importancia
las autoritorias modernizantes. En general, del partido (por ejemplo, la Italia fascista, el
las d. revolucionarias tienen un mayor gra Ghana de N'krumah, Cuba, la Argelia de Ben
do de elaboración ideológica respecto de las Bella).
conservadoras y las d. militares tienen uno Con referencia, por fin, a la base social de
menor respecto de las políticas. las d., Maurice Duverger distingue entre d.
Si se contempla sólo los sistemas dictato sociológicas, que brotan de una crisis estruc
riales monopartidistas, en los cuales la ideo tural de la sociedad, ligada a una crisis de
logía es habitualmente la base de la legitimi legitimidad del poder político, y correspon
dad, adquiere importancia una tipología pro den a necesidades de una gran mayoría de la
puesta por Clement H. Moore, basada en un población, y d. técnicas, que surgen de una cri
análisis más articulado de los caracteres de sis solamente coyuntural, ligada a un traum a
la ideología. Este autor tiene presentes dos del sentimiento público que no ataca la legi
parámetros: el fin oficial de la ideologia, dis timidad y corresponden a las necesidades de
tinguiendo entre transformación total y trans los pocos que de ella son protagonistas. Las
formación parcial de la sociedad, y la función d. sociológicas son "endógenas”, en el senti
de la ideología, distinguiendo entre función do de que en su base hay una situación que
"in stru m en tar’, es decir práctica, de persis envuelve a toda la sociedad, mientras que las
tente guía de la acción (lo que hace accesible técnicas son "exógenas” en el sentido de que
a la ideología para la crítica racional), y fun en su base hay factores externos, o bien fac
ción “expresiva”, es decir sin efectos direc tores internos, pero aislados respecto de la
tos sobre la acción, pero que expresa el sen sociedad en su conjunto.
tido de solidaridad y los sentimientos comu Esta tipología fue criticada severamente,
nes de los miembros del partido (lo que hace sobre todo por Sanori, tanto por la termino
inaccesible a la ideología para la crítica racio logía que allí se adopta como por la sustan
nal). Combinando entre sí los dos parámetros, cia de la distinción. Desde el punto de vista
Moore obtiene cuatro tipos de ideología: las terminológico, la opción de Duverger es real
ideologías "totalitarias", que son instrum en mente muy poco feliz. El adjetivo "sociológi
tales y apuntan a una transformación total de co” no indica una cualidad propia de un fenó
la sociedad; las “protectoras”, instrum enta meno social, sino un modo de estudiarlo, y.
D IC T A D l'R A 503
en este sentido, todas las d. son "sociológi Esto tiene una legítima ubicación en la his
cas”. Y el adjetivo “técnico” no expresa en toria de las doctrinas políticas, donde se refie
realidad la propiedad parasitaria de la d.. que re a una particular teoría y a una justifica
debería indicar. Desde el punto de vista sus ción del poder, m ientras que no es utilizable
tancial. la distinción, basada como lo está en empíricamente para la clasificación de los
el criterio evasivo de la correspondencia o no regímenes, dado que no permite señalar una
correspondencia entre la d. y las necesidades forma específica de ordenamiento político.
de la población, parece más que nada frágil Para Marx —que usó la expresión por pri
e inspirada más en un juicio de valor que en mera vez en Im lucha de clases en Francia
una seria aserción de hecho. Puede agregar (1850) y la retomó luego especialmente en la
se también que los ejemplos de d. técnicas Crítica del programa de Gotha (1875)— la d.
dados por Duverger (las d. pretorianas, la ocu del proletariado es la organización del acto
pación m ilitar o el dominio colonial extran revolucionario del proletariado, correspon
jero, y las "máquinas" políticas dominantes diente a la fase intermedia entre la destruc
en ciertas ciudades norteamericanas entre los ción del estado hurgues y el surgimiento de
siglos xtx y XX) son notablemente heterogé la sociedad sin clases. Él nunca precisó, y
neos y no todos rcconducibles a la estructu declaró que no se podía precisar, la forma
ra del régimen dictatorial. política específica que tal d. debía asumir. Por
Sin embargo, la tipología de Duverger tie una parte, la d. del proletariado implicaba el
ne al menos el mérito de indicar un sector de desmantelamiento del estado burgués: la abo
investigación muy prometedor y hasta aho lición de la burocracia, de la policía y del ejér
ra escasamente sondeado: el que se refiere a cito permanente, como surge de los escritos
ta base social de las d. Opino que una investi de Marx sobre la Comuna de París. Por otra
gación puntual y sistemática de la naturale parte, la d. del proletariado conlleva el ejer
za y de la configuración de la clase dirigente cicio de la violencia arm ada del proletariado
y de la ciase dirigida, y de las relaciones entre por todo el periodo transitorio que debía
gobierno, clase di rigente y clase di rígida que desembocar en la total extinción del estado
caracterizan a las diversas d. puede resultar y en la sociedad sin clases. Lo que si es cier
preciosa, no sólo para la construcción de una to es que para Marx la d. es, literalmente, d.
tipología pertinente, sino también por la acla del proletariado sobre la burguesia, cualquie
ración de diferentes puntos que permanecen ra que sea la vestimenta política concreta que
aún oscuros e inciertos en la teoría general ella puede asumir. En la concepción marxis
de los regímenes no democráticos modernos. ta c) estado es una máquina para la opresión
Barrington Moore Jr. ha demostrado ya la fer de una clase por parte de otra. Y, como afir
tilidad de esta aproximación, si bien en una mó Engels en el Anti-Dührinf> (1878), la d. del
dimensión histórica muy general, estudian prolctai iado es un semiestado o cuasi esta
do los orígenes sociales de la democracia, de do que se extingue cuando desaparece el mis
las d. fascistas y de las comunistas.V . mo objeto de la opresión, es decir la clase
dominada. Por eso, su carácter de d. no está
V. LA DICTADURA DEL PROLETARIADO.La noción mar- en un ordenamiento político especial, sino en
xiana y leniniana de "d. del proletariado" está la relación de contraposición y de opresión
conectada con la base social de los regímenes entre una clase dominante y una clase
políticos. Hallando lugar en una concepción dominada.
que privilegia de modo radical el momento En Lcnin el contexto teórico y práctico, en
económico-social, tal I unción termina por que se ubica el concepto de la d. del proleta
definir algo que no es un estado particular, riado, cambia sensiblemente. Por un lado, hay
es decir una forma de regimentación políti una conciencia más precisa de que la transi
ca, sino la subyacente relación de hegemonía ción entre el capitalismo y el comunismo
de una clase social (el proletariado) sobre otra constituye toda una fase de la historia. Por
(la burguesía). En este sentido, el significado otro, la concepción del partido como "van
de "d.’\ que es propio de la expresión "d. del guardia del proletariado" y la del "centralis
proletariado", es secundario y anómalo res mo democrático" están destinadas a ti ansfoi •
pecto de aquel del que tratam os hasta aqui. mar de hecho la d. del proletariado en la espe
504 D IPLOM A CIA
cífica d. política del partido. Sin embargo, monía" para denotar la primacía política de
también en Lcnin la expresión “d. del prole- una clase sobre la otra. Si se toma en cambio
tariado" no designa un régimen político par el prim er camino, se deberá distinguir entre
ticular, sino la subyacente relación entre las una d. (hegemonía de clase) liberal (en cuan
clases, y "d." es un término genérico que no to al régimen político) y una d. dictatorial. En
puede servir para clasificar a los estados, des cualquier caso, aun quien acepte la tesis mar
de el momento en que los designa a todos. En xista del estado como instrumento del domi
La revolución proletaria y el renegado nio de clase debe adm itir que este dominio
Kuutsky (1918) sostiene permanentemente la puede expresarse politicamente en la forma
tesis de que todos los estados son d. esencial de un gobierno dictatorial o bien en la de un
mente basadas en la violencia, en cuanto gobierno no dictatorial.
expresiones de la lucha entre clases contra
puestas e irreconciliables, y correspondien bibuccírafia- V Bobbio. Democrazia e diitatura.
tes a la dominación y a la opresión de una cla en Política e cultura, Turin, Einaudi, 1955; A.
se por otra. Y en un párrafo de El estallo y Cobban, Dictatorsliip: its history and theory, Lon
la revolución, agregado en la segunda edición dres, 1939; \1. Duverger, l.a dittatura (1961),
de octubre de 1918, escribe con gran claridad: Milán, Comunitá, 1961; C.J. Fricdrich, La dicta
"Las formas de los estados burgueses son dura constitucional y el gobierno militar, cap.
extraordinariam ente variadas, pero su sus xxvi de Gobierno constitucional y democracia
tancia es única: todos estos estados son de (19502). Madrid, Instituto de Estudios Poli ticos,
una u otra manera, pero en última instancia, 1972; B. Moore Jr., Los orígenes sociales de la dic
necesariamente, una d. de la burguesía. El tadura y la democracia (1965), Barcelona, Edi-
paso del capitalismo al comunismo, natural cions 62, 1973; C.H. Moore. The single party as
mente, no puede dejar de producir una enor a source of legitimacy. en S.P. Huntington y C.H.
me abundancia y variedad de formas políti Moore (comps.), Authoriiarian pulitics in módem
cas, pero la sustancia será inevitablemente society, Nueva York. Basic Books, 1970; F. Neu-
una sola: la d. del proletariado.” mann, \o ta s sobre la teoría de la dictadura, en
Por lo tanto, aun permaneciendo en el inte El estado democrático y el estado autoritario,
rior de la concepción marxista, este signifi Buenos Aires, Paidus; N. Poulantzas, La crisis de
cado del término "d." no prejuzga sobre el las dictaduras: Portugal, Grecia. España (1975),
problema del tipo de régimen político que el México. Siglo XXI, 1976; N. Poulantzas, Fascis
predominio (la d.) de una u otra clase puede mo y dictadura: la tercera internacional frente
asum ir de hecho. Y, por eso, tampoco puede al fascismo (1970), México, Siglo XXI, 1971; C.
prejuzgar la posibilidad de que el predomi Rossiter, Conslitutional dictatorship, Princeton,
nio de clase asum a una forma política espe Princeton University Press. 1948; G. Sartori,
cifica no dictatorial. Este punto fue aclara Appunti p¡. r una teoría genérale delta dittatura,
do con particular nitidez por Norberto Bob- en Theorie und Politik: Festschríft zum 70.
bio. Si aceptamos llamar “d. de la burguesía" Geburstag fiir C.J. Fricdrich. a cargo de K. von
a cualquier régimen donde la clase burguesa Beyme. La Huya, Nijhoff. 1971; C. Schmitt. La
es la clase hegemónica, debemos pues admi dictadura (19282), Madrid. Revista de Occiden
tir que esta d. puede ser ejercida en dos for te. 1968.
mas muy diferentes: con una forma de gobier
no liberal democrático y con una de tipo anti [MARIO STOPI'INO]
liberal y antidemocrático, a la cual solamen
te el lenguaje político común reserva el tér
mino específico de “d.”. Algo análogo podría
decirse de la “d. del proletariado". Surge diplomacia
entonces el problema terminológico de si con-
\ iene emplear el mismo nombre de "d." para D. es, según la célebre definición del Oxford
designar dos fenómenos diferentes, o s¡ no es English dictionary, "la conducción de las rela
oportuno sustituir la palabra en uno de los ciones internacionales a través de negociados:
dos usos. En esta segunda dirección, Bobbio el método mediante el cual estas relaciones
sugiere usar la expresión gramsciana “hege son reguladas y mantenidas por embajadores
D IS E N S IO N 505
v enviados; el oficio o el arte del diplomáti jador, legado, nuncio; 2 ] enviado extraordina
co". El objeto de la d. es, por lo tanto, el méto rio y ministro plenipotenciario; 3] ministro
do mediante el cual son conducidos los nego residente; 4] encargado de negocios. Incidie
ciados y no el contenido de los negociados ron principalmente sobre el desarrollo de las
mismos. Y es este contenido el que ha varia actuales formas de la d. en el siglo pasado tres
do progresivamente en el curso de los siglos. factores: la mayor conciencia de los estados
El término d. fue usado por prim era vez en individuales de pertenecer a una comunidad
la acepción corriente por Edmund Burke en de naciones, la influencia creciente de la opi
1796; el mismo, sin embargo, deriva de diplo nión pública y el desarrollo de las comunica
ma, el folio rotulado usado antiguamente ciones. En el siglo xx, por fin, la revolución
para las leyes y bandos públicos y, posterior tecnológica, la gran variedad de los medios
mente, sinónimo de licencia, privilegio, con de comunicación, el ingreso en las relaciones
feridos a una persona. El uso de servirse de internacionales de una serie de factores nue
medios para dirim ir las controversias es, por vos y condicionantes, el más im portante de
otra parte, antiquísimo. Si se excluyen las pri los cuales es la ideología, han determinado la
meras experiencias hechas a propósito por el progresiva y cada vez más acentuada trans
hombre, de las que no se tienen testimonios ferencia de las funciones clásicas del diplo
precisos, fueron los griegos quienes estable mático del siglo xix al hombre político. Fren
cieron primeramente, en el siglo v a.c., un te a la invasión de la d. "política”, la llamada
sistema de relaciones diplomáticas, codifican open diplomacy (que a menudo no es ya ni
do el principio de la inviolabilidad de los siquiera bilateral, sino multinacional, como
medios (que requería exclusivamente una lo atestiguan las muchísimas organizaciones
gran habilidad oratoria), como lo recuerda internacionales y las conferencias mundiales),
Tucidides en la Historia de la guerra del Pelo- se requiere que el diplomático de profesión
poneso. Caída en desuso entre los romanos hoy sea sobre lodo un correcto informador.
(que fueron los inventores del uso de la com
pilación de los tratados), más acostumbrados [FIERO OSTKLL1XO]
a vencer que propensos a tratar, el arte de la
d. volvió a su auge con los últimos empera
dores, cuando fue preciso sustituir la fuerza
declinante del imperio por el negociado. Con disensión
Bizancio la d. adquirió una peculiaridad total
mente nueva y todavía hoy actualísima: se I. l’ROBLEYIAS DF. DEFINICIÓN Y CARACTERISTICAS. Una
hizo también el arte de referir, en cuanto que definición precisa y univoca de d. es difícil de
al diplomático se le confía la tarea no sólo de formular, sobre todo por dos motivos. En pri
negociar sino también de relacionar, una vez mer lugar, con el térm ino d. son denotados
que regresa a la patria, sobre las condiciones a menudo fenómenos bastante diferentes. La
de vida, sobre la fuerza, sobre la disponibili d. adquiere así un significado muy amplio y
dad a la guerra o a la paz de los países donde con contornos indefinidos. Un segundo moti
había estado en misión. Durante el periodo vo, que en parte se superpone al primero, es
feudal, la d. se distinguió sobre todo como que no menos a menudo se provoca confusión
arte de la compilación (heredada de los roma entre los términos que indican diversos tipos
nos) y de la exégesis (totalmente nueva) de los de comportamientos negativos hacia el siste
tratados; m ientras que on los siglos xv y xvi ma político. Más exactamente, es frecuente
la misma expresó las primeras misiones per la confusión entre d. y desobediencia civil (v.)
manentes sobre todo por obra de los estados u oposición (v.) o. también, violencia (v.). Una
italianos, arcaica anticipación de las m oder prueba ulterior de esta afirmación reside en
nas embajadas. Sólo en el siglo xix la d. obtu el hecho de que se trata de d. sobre todo en
vo, sin embargo, su definitiva consagración, escritos sobre la desobediencia civil, sobre la
en un anexo del Tratado de Viena y en un pro oposición o sobre la protesta, violenta o no
tocolo del Congreso de Aivla-Chapelle. Fue violenta.
en esta ocasión cuando fueron codificadas las En realidad, los motivos que explican las
cuatro categorías de diplomáticos: 1 ] emba dificultades de definición tienen un tunda-
5Q¡> DISENSION
mentó serio si se considera, como se propo mente, hay diferencias sustanciales entre las
ne aquí, que la d. —o sea el contrario de con diversas formas de d. sobre la base del gra
denso (v.)— es la categoría más general y com do de organización que posee, incluso de
prehensiva de toda forma de desacuerdo y de acuerdo con el surgimiento y el papel desem
actitud negativa hacia el sistema político o peñado por los lideres ocasionales, en caso de
sus aspectos más específicos. Desde este pun ausencia total de estructura de la d. o de lide
to de vista, la desobediencia civil, las diver res más o menos estables, en el caso con
sas formas de oposición y de protesta son trario.
manifestaciones típicas y muv particulares de Es razonable pensar que sean cuales fue
disensión. ren las manifestaciones que asume la d.. apar
Así, según la lorma que asume, la d. se con te del caso de la apatía y la indiferencia, tie
creta en apatía (v.), indiferencia, desapego del ne en la publicidad su arma principal: la efi
sistema político, o bien en exhortar, persua cacia de la d. se correlaciona positivamente
dir, criticar, hacer presión con medios violen con la luerza con la que los disidentes logran
tos o no violentos, para inducir a quienes alcanzar a la opinión pública e, indirectamen
toman las decisiones a preferir una elección te, a la autoridad política. Determinadas
en lugar de otra o a modificar decisiones o manifestaciones incluso espectaculares de d.
directivas políticas precedentes. Puede bus o, más particularm ente, de protesta tienen
car la sustitución de un gobierno por otro. incluso la mira de ‘ser noticia' y alcanzar así
Puede poner en discusión la legitimidad o las mejor el propio blanco: movilizar a la opinión
reglas fundamentales que dan sostén al régi pública y, en consecuencia, a la autoridad
men o a la comunidad política. En casos extre política sobre los lemas y de los modos
mos puede incluso ir más allá hasta transfor deseados.
marse en un rechazo de todo el sistema polí Los líderes, o los protagonistas aislados, de
tico. Por consiguiente, de acuerdo con sus la d. son de origen social muy distinto: escri
propios objetivos, puede ser el más modera tores, artistas, intelectuales en general, pero
do o volverse el más extremoso de los com también obreros y campesinos. Los grados de
portamientos negativos contra el sistema d. pueden colocarse a lo largo de un continuo
político. según la intensidad del desacuerdo sosteni
Sobre la base de la delinición que acaba do. En los dos polos del continuo se encuen
mos de dar es fácil deducir que la d. tenga una tran, en la forma menos intensa, las manifes
amplia gama de variables de acuerdo con sus taciones antes dichas de apatía, de protesta
características principales. Puede ser violen no violenta o de desobediencia civil y, en la
ta, pero también no violenta. Individual o forma más intensa, las diversas manifestacio
colectiva, por ser sostenida por individuos nes de oposición violenta.
separados o por grupos. Como se dijo, no Algunos autores han preferido a esta
implica necesariamente una violación inten amplia definición una más restringida que
cional y demostrativa de una norma en cuanto hace de la d. no la categoría general y com
que puede igualmente traducirse en indife prehensiva de todas las actitudes negativas
rencia. apatía y desapego del régimen o del hacia el sistema político o hacia alguna par
sistema político. Desde luego, si por contra te de él sino más bien una categoría residual.
llega a concretarse, por ejemplo, en oposición Según estos autores, la d. sería toda forma de
violenta, el discurso es bien distinto. Pero lo desacuerdo no organizada de manera estable
que importa precisar aqui es que la d. existe y no institucionalizada, que se mantiene siem
lóg icam en te an tes del en cu en tro - pre dentro de ámbitos moderados y no vio
de>encuentro con la norma, y que puede lentos, individuales o colectivos. Desde este
transform arse en un segundo momento en punto de vista, la d. verdadera tendría sus
apatía, desobediencia civil, oposición o pro manifestaciones típicas en escritos de diver
testa. Puede organizarse establemente o ins sos tipos en periódicos y revistas, llamados
titucionalizarse o bien faltarle todo apoyo a la opinión pública, manifiestos, formas
organizativo aun cuando tenga carácter colec diversas de protesta no violenta y así sucesi
tivo. Finalmente, puede organizarse sólo en vamente. Los líderes, más o menos ocasiona
ocasión de circunstancias especificas. 0 b\ já les, de la d. entendida asi serian escritores,
DISENSION 507
nal al sistema, y a veces se torna disfuncio efecto garantizados y, por ejemplo, existe la
nal: depende del terreno político en que se posibilidad de tener acceso a los diversos
ejerce y de las formas e intensidades que canales de comunicación de masas. Cuanto
asume. más aquellos derechos están realmente garan
Por otro lado, debe ser considerada una tizados tanto mayor es la posibilidad de
particular función desempeñada por una for expresión de la d. en sus distintas formas. En
ma específica de d.: la protesta legal. Toman consecuencia, es bastante importante tam
do el tema del frecuente recurso a actos de bién el grado de control y limitación que la
protesta por parte de grupos carentes de autoridad política ejerce sobre los diversos
recursos. Lipsky (1968) ha sostenido que para instrumentos mediante los cuales se expresa
estos grupos la protesta, mantenida en los la d.: por ejemplo, sobre los periódicos, la
límites de la legalidad, es un verdadero recur radio, la televisión y sobre la posibilidad de
so político. Éste permite a grupos subprivi organización de los disidentes.
legiados intervenir en el proceso de contra La segunda característica está condiciona
tación política y agitar el arm a de la protes da por la prim era y condiciona ampliamente
ta, o también ponerla en acción, para obtener las formas de d. más probables. Con mayor
de la autoridad política un mejoramiento de exactitud, si existe la posibilidad de expresión
sus propias condiciones económicas y socia de la d., es importante ver el grado de recep
les. Lipsky describe esta original función de tividad que tiene el régimen en concreto. De
la protesta legal en sus diversos aspectos, difi hecho, la d. encuentra más fácil y más pro
cultades y límites. Sólo se agregará que la ductivo m anifestarse donde existe un siste
estrategia adoptada para aum entar la propia ma receptivo y capaz de respuesta, cuyas
fuerza contractual en el proceso político fácil autoridades políticas admiten la posibilidad
mente puede ir más allá del umbral de lega de un impulso al cambio proveniente de aba
lidad y así pasar de la simple protesta legal jo. En ausencia o bajo grado de receptividad
a una ilegal o, sea como fuere, a otras formas y capacidad de respuesta los disidentes bus
más acentuadas de disensión. carán otros modos de expresión del desacuer
do, y fatalmente la d. tenderá a radicalizar
ni. SISTEMAS POLITICOS. REGIMENES Y DISENSION. se. Así, cuanto mayor es el grado de recepti
Manifestaciones de d. existen, en grados y for vidad y de autocorrección del régimen, tanto
mas diferentes, en todos los sistemas políti más probable es que la d. asuma formas
cos. No son necesarias particulares condicio moderadas y, correlativamente, las formas
nes políticas, sociales, económicas o cultura extremas sean más reducidas y limitadas.
les para que se verifiquen expresiones de d. De estas consideraciones emerge un ele
Si no algún grado de insatisfacción, habitual mento que especifica mejor la relación entre
mente presente en todos los sistemas políti régimen y d. La d. es un modo de articular
cos, por lo menos la pluralidad de intereses la demanda política a través de los medios
de diverso tipo y origen (políticos, sociales, masivos de comunicación, o mediante las
económicos o culturales) constituye la base, otras formas de expresión institucionaliza
tal vez ineliminable, de la d. Sin embargo, das. Un modo que, sobre todo en la forma de
para profundizar en el problema hay que ver la protesta legal, pone a disposición de los
qué características especificas poseen los grupos subprivilegiados un instrumento poli-
regímenes que protegen o al menos toleran tico capaz de reducir la desigualdad de los
la d. y qué formas de d. son más probables miembros del sistema respecto de la d istri
en presencia de aquellas características. bución de las oportunidades de acceso a los
Las características en cuestión son sobre canales de trasmisión de las demandas.
todo dos y están estrecham ente vinculadas: Ahora bien, es evidente que las dos carac
la existencia concreta de la posibilidad de terísticas mencionadas y la concepción de la
articular y manifestar la d. y. en segundo d. como modo de articular la demanda polí
lugar, la presencia de cierto grado de recep tica existen y son posibles sólo en un régimen
tividad del régimen. Respecto del primer pun democrático (v. democracia). Más bien, un
to tiene importancia la medida en la que los régimen es tanto más democrático cuanto
distintos derechos políticos y civiles están en más evidentemente existen aquellas dos
DISTENSION 509
características. Así puede decirse que, aun en independientemente del tipo de régimen polí
el ám bito de notables a variaciones entre tico existente.
democracia y democracia, en este tipo de regí
menes la d. tolerada es muy amplia tanto si b iblio g ra fía : C. Ake, Pulitical obligation and
mira a la política como al sistema en su con political dissent, en Canadian Journal of Politi-
junto. En el plano normativo está ampliamen cal Science, 11, 1969; A. Etzioni, Demonstrarían
te protegida; la autoridad política se siente democracy, Nueva York, Gordan and Breach,
poco amenazada; las sanciones contra los disi 1970; M. Lipsky, Protest as a political resource,
dentes, si las hay —pero en la medida en que en American Political Science Review, l x x ii ,
el régimen es más democrático no debería 1966; E.B. McLcan, Limits of dissent in a demo
haberlas—, son limitadas; más frecuente es cracy, en ti Político, xxxv, 1970; E.M. Zashin,
el caso de que el régimen se muestre recepti Civil disohedience and democracy, Nueva York,
vo a las demandas expresadas con la d.; para The Free Press, 1972. [Véanse también las biblio
el disidente es bastante fácil alcanzar la opi grafías de desobediencia civil, oposición y vio
nión pública; el peligro de que la d. se radi lencia.)
calice no es muy alto desde el momento en
que tiene canales de desahogo y, al mismo [LEONARDO M ORl,I\o]
tiempo, el sistema es receptivo.
En la amplia gama de los regímenes no
democráticos, desde los tradicionales hasta
los autoritarios o totalitarios, las manifesta distensión
ciones de d. admitidas son limitadas en una
medida mayor o menor. En todo caso, la d. Por d. se entiende el proceso a través del
no está protegida. La autoridad política la cual las dos superpotencias vencedoras de la
siente como una amenaza muy grave a su segunda guerra mundial, Estados Unidos y la
poder, incluso debido a que existe la posibi Unión Soviética, han atenuado poco a poco su
lidad concreta de que la d. contribuya al aglu- actitud de recíproca desconfianza y hostili
tinamiento de todos los opositores al régimen, dad, propia del periodo de la guerra fría, para
sobre todo donde es alta la insatisfacción, con encaminarse a la aceptación de comunes, y
las consecuencias desestabilizadoras hechas tácitam ente concordadas, reglas de pacifica
evidentes. En consecuencia, las sanciones coexistencia. La d. se ubica, por lo tanto, his
contra los disidentes son mucho más duras, tóricamente entre el periodo de la guerra fría
incluso porque se les reconoce justamente y el periodo de la coexistencia pacifica y
como culpables de actividades anticstatales. representa su estadio intermedio desde el
El acceso a la opinión pública —si hay algu punto de vista político. La fecha de inicio de
no— es bastante difícil, y la autoridad políti la d. puede ser formalmente fijada en el 25
ca se esfuerza por controlar todos los cana de diciembre de 1952, cuando Stalin, en una
les de comunicación. Es más probable que la entrevista concedida al New York Times.
d. se radicalice, y de ahí la necesidad todavía expresó la opinión, contrariam ente a lo sos
mayor de impedir toda forma de expresión, tenido en el pasado, de que una guerra entre
reprimiéndola. Finalmente, la justificación Estados Unidos y la Unión Soviética no debe
ideológica, que por lo común extrae la auto ría considerarse inevitable y manifestó el pro
ridad política del propio poder y de la pro pósito de colaborar para poner fin a la gue
pia legitimidad, contribuye a poner otros con rra de Corea. El periodo en que la d. comen
troles y ligám enes sobre el disidente zó a manifestarse concretamente es, sin
potencial. embargo, el que va desde la m uerte de Stalin
Por último, téngase presente no sólo que en y el fin de la guerra de Corea en adelante.
los regímenes democráticos y en los no demo Sinónimo y equivalente de d. es deshielo, un
cráticos existe una amplia gama de variacio término que destaca el carácter particular del
nes en la forma en que se responde a la d., paso de las relaciones ruso-norteamericanas
sino también que existe una multiplicidad de de la fase de frialdad del periodo inmediata
otras formas de control social y oculto de la mente posterior al fin de la segunda guerra
d. que hacen aún mas difícil su expresión, mundial (periodo de la guerra fría) a la fase
5IU DISUASIÓN
tiene la función demostrativa de indicar al conflicto, por lo cual cuando por ejemplo en
adversario que le será imposible alcanzar el el contexto internacional se califica la natu
éxito. El incremento actual contiene, por tan raleza de las relaciones entre bloques de esta
to. una amenaza de ulterior incremento dos como disuasiva, no se pretende tanto refe
potencial: en este aspecto se identifica el con rirse a cada momento en particular de la vida
tenido de la amenaza de escalation, término de relación entre los estados cuanto al hecho
del lenguaje de la estrategia m ilitar que con de que cada acción se desarrolla en un con
siste justamente en amenazar al adversario texto disuasivo y que cada acción individual
para que se retire de la lucha, gracias a la puede ser cumplida según el estilo de la
demostración de la propia capacidad de incre disuasión.
mentar la cantidad de violencia que, en el
momento disuasivo, permanece potencial. De ni. técnica de ia DISUASION. Mientras que en el
allí resulta una doble área de ejercicio de la caso del conflicto violento la acción de los
d.: una preventiva (o alternativa) del estalli contendientes está dirigida contra la fuerza
do de las hostilidades, y una sucesiva (o com (militar, política, física, etc.) del adversario,
plementaria) al propio estallido. Esta distin el ejercicio de la d. consiste en frustrar, en
ción. demostrando que la operatividad de la el plano de la mera eventualidad, las inten
técnica disuasiva es mucho más amplia de lo ciones del adversario: el choque disuasivo
que resulta si se concibe a la d. simplemente puede, por tanto, ser imaginado como un cho
como técnica dirigida a obtener una absten que de voluntades e intenciones contrapues
ción, permite extender el empleo del análisis tas. De allí deriva la particular delicadeza de
en términos disuasivos a toda la gama de los la aplicación de tul técnica. Es. por lo tanto,
fenómenos conflictuales. Además, cuanto más útil examinar específicamente la técnica de
se reconoce e institucionaliza al conflicto, tan ejercicio de la d. Antes que nada, la d. se con
to mas la técnica disuasiva tiende a conver figura, justamente por el motivo apenas men
tirse en el único modo de conducir el propio cionado, como una tentativa caracterizada
conflicto. por la incertidumbre: la amenaza disuasiva
Deriva de la circunstancia de haber sido se ve siempre obligada a fundarse en la espe
empleado esencialmente en el campo de la ranza de que las palabras sean eficaces, mien
prevención de la guerra atómica, el hecho de tras que un bombardeo, un golpe, un daño,
que el contenido de la d. sea considerado a lo son siempre. Tanto más cuanto que, sien
menudo como exclusivamente abstensivo. En do objetivo de la amenaza el de no deberse
cambio, tanto en el campo de las relaciones realizar, la efectiva voluntad de actuar (en el
internacionales como en el ámbito más gene caso de que el destinatario no sea disuadido)
ral del conflicto político, la d. puede ser sigue siendo siempre objeto de incierta talo-
empleada tanto con fines abstensivos como ración: en efecto, el destinatario sabe que el
activos: el disuasor puede pedir al adversa disuasor preferiría no tener que ejecutar la
rio tanto un hacer como un no hacer, puesto amenaza. Esto se desarrolla entonces, en
que el elemento característico que indica una segundo lugar, en un contexto riesgoso. El
relación disuasiva está constituido no por el disuasor arriesga que la amenaza no sea efi
tipo de adecuación requerida al adversario caz (suficiente), el destinatario arriesga la
sino por el hecho de que este adecuamiento posibilidad de sufrir, si actúa, la represalia.
sea requerido a través de la formulación de Por otra parte, ha sido justam ente este últi
una amenaza. El predominio abstensivo pue mo quien provocó la amenaza: la actitud del
de ser, sin embargo, remitido al hecho, muy disuasor es reactiva. Frente a la eventualidad
conocido para los juristas, de que por ejem de que el adversario cumpla una acción con
plo es mucho más fácil impedir que promo siderada dañina (o no cumpla una acción
ver una acción o un comportamiento. Pero si deseada), el disuasor reacciona formulando
la d. fuese únicamente impeditiva no le seria la amenaza de represalia: la d. es, por lo tan
posible aprehender e interpretar los aspectos to, una reacción dirigida a cambiar la actitud
dinámicos de la conducción del conflicto. Con asumida o las intenciones expresadas por el
el concepto de d. se pretende en cambio refe adversario en la forma de la predefinición de
rirse a una connotación estructural de todo la realidad futura, según la fórmula de la
512 DISUASION
“profecía que se autoadccua” (teorema de to. Los poderes contrapuestos, por el hecho
Thomas). Asi examinada la forma del mensa de ser equivalentes, no pueden sino ser, uno
je. es necesario pasar a las condiciones de éxi frente a otro, poderes de facto. Pero una for
to de la maniobra disuasiva, que están repre ma de d. puede aparecer también en relacio
sentadas: 1 ] por la credibilidad; 2 ] por la rela nes entre desiguales: la madre disuade al hijo
ción entre las fuerzas; 3] por la importancia de desobedecerle con la amenaza de un cas
de la puesta en juego. Mientras que el papel tigo, el superior jerárquico puede disuadir al
de la relación entre las fuerzas es fácilmente subordinado de comportarse de cierto modo,
comprensible (pero se volverá sobre él más la ley disuade al ciudadano de violarla con la
adelante), y el de la importancia de la puesta amenaza de una serie de sanciones. En todos
en juego determina el nivel cuantitativo de la los casos en que los poderes contrapuestos no
amenaza (en relación a la gravedad del caso) se encuentran en un estado de reciprocidad,
es útil detenerse sobre el requisito de la cre se hablará entonces, en vez de relación disua
dibilidad. Para que la amenaza sea creíble es siva, de una relación de intimidación, carac
necesario antes que nada que sea ejecutable terizada por el hecho de que uno de los con
y que el destinatario lo sepa; en segundo lugar tendientes reviste frente al otro el papel de
la amenaza debe ser proporcional a la grave la autoridad. La intimidación depende, por lo
dad de la eventualidad a impedir: así como tanto, del poder de sanción reconocido, per
no debe ser inferior, no debe superarla dema teneciente por definición a una sola de las
siado para no parecer excesiva y, por lo tan partes. Esta distinción entre d. e intimidación,
to, increíble; en tercer lugar quien formula basada en la que existe entre poder de facto
la amenaza debe tener la capacidad (voluntad, (Machi) y poder de derecho (Herrschaft), per
intención) de ejecutarla y debe convencer de mite su aplicación a todas las diversas formas
ello al destinatario: en cuarto lugar la ame de conflicto, teniendo presente que la intimi
naza. cuyo contenido no debe necesariamen dación no es más que una forma más intensa
te ser el mismo de la acción temida, debe diri de disuasión.
girse a un aspecto en el cual el destinatario Un último aspecto del fenómeno disuasivo
sea vulnerable, y debe configurarse como general es el del estatus. Dado que la fórm u
dañosa al punto de convencer al destinatario la disuasiva se basa en una predefinición, asu
de la ventaja de la renuncia al logro del obje me una importancia notable, en la valoración
tivo gravado por el costo representado por la de los contendientes, el dato representado por
represalia. Sobre estas connotaciones actua las expectativas que el pasado hizo inheren
rán las valoraciones subjetivas que están tes al papel de cada parte. En otros términos,
dudas por la relación entre las fuerzas y por la mayoría de las veces los contendientes no
el valor asignado a la puesta en juego. tienen necesidad de recurrir a la formulación
material de la amenaza, puesto que el adver
iv. disu asió n f. intimidación La configuración de sario puede prever que el otro tratará de
la relación entre las fuerzas tiene im portan disuadirlo de su intención. Es solamente en
tes repercusiones sobre la propia definición el caso en que la crisis supere este prim er
de la d. Hasta ahora hemos considerado las umbral que las amenazas (reciprocas o no) se
posiciones de los contendientes de modo uni manifiestan. El estatus disuasivo, del que se
lateral, sin tener en cuenta su relación. Pero siente revestido, desempeña, por lo tanto, la
solamente en el caso en que la relación sea función latente de prevenir las intenciones
de paridad (equivalencia) se da lugar a la d. ajenas. Esta situación aparece más claramen
En efecto, la posibilidad de ejercer la d. no te todavía en la relación entre ley y ciudada
pertenece a uno solo de los contendientes sino no, en donde el estatus intimidatorio de la ley
a ambos. Y para que ambos sean capaces de está directamente codificado y está dirigido
actuar es necesario que se verifique una situa a impedir su violación con su sola presencia
ción de reciprocidad. La posibilidad de la d. y gracias al conocimiento por parte de los aso
caracteriza así un tipo particular de relacio ciados del previsible éxito de su aparato
nes: el que se desarrolla entre dos fuerzas coercitivo-represivo.
equivalentes se configura, respecto del poder En conclusión, resumiendo la importancia
de que disponen, como una situación de fac política ligada al análisis del concepto de d.,
D O C T R IN A 513
se puede decir que cualquier sistema de rela en la historia política y de la filosofía políti
ción social, y en particular el sistema políti ca y jurídica tienen importancia otros signi
co internacional v los sistemas políticos inter ficados. En derecho, con el término d. se indi
nos, conocen entre sus reglas de funciona can el estudio y la elaboración de las normas
miento la técnica disuasiva, la cual tiene el jurídicas y la interpretación teórica del dere
papel de introducir un principio racionaliza- cho, a menudo en contraposición a jurispru
dor, preventivo de la violencia —pero no por dencia, que se refiere a la interpretación del
esto pacífico— en las relaciones conflictivas. derecho que el juez efectúa en vista de su apli
cación. En política, la voz asume particular
BiBLioc.KAPiA: R. Aron, Paz y guerra entre las significado especialmente en el lenguaje
naciones (1962), Madrid, Alianza, 1963; A. Beau- diplomático norteamericano, donde designa
fre. Disuasión y estrategia (1964), Madrid, Insti la enunciación formal, por parte de un jefe
tuto de Estudios Políticos, 1966; L Bonanate, ím de estado o de un hombre político responsa
política ilclla dissuasione, Turín, Giappichelli, ble, de la linea política a la que su país se aten
1971; P. Green, Deadly logic: the theory of nuclear drá respecto de un sector dado de las relacio
deterrence, Columbus, Obi» State llniversity nes ' internacionales (ejemplo, la Doctrina
Press, 1966; J.J. Holsl y U. Kerlich (comps.), Monroe, de 1823, que se suele resum ir con la
Hey on d nuclear deterrence, Nueva York, Crane, fórmula "América para los americanos" y
Russak and Cu., 1977; R. Rosencrance (cump.), enuncia el principio según el cual Europa no
The future of the intemational strategic system, debe intervenir en los asuntos americanos; la
San Francisco, Chandler, 1972; T.C. Schelling, I m Doctrina Stimson, de 1932, con la que se
diplomazia della viulenzju (1966), Bolonia, II Muli- declara a China y a Japón la intención del
no, 1968. gobierno de Washington de no reconocer nin
guna situación que esté en contraste con el
[ixigi bonanatl] pacto Briand-Kellogg de 1928; la Doctrina
Drago, de 1902, con la cual el gobierno argen
tino enuncia sus tesis acerca de la responsa
bilidad de un estado hacia extranjeros por las
doctrina deudas públicas contraídas por los gobiernos
precedentes; la Doctrina Truman, de 1947,
El término asume múltiples significados, que referente a las relaciones entre Europa occi
se desarrollaron a partir del originario, eti dental y el bloque soviético). En la filosofía
mológico, del latín doctrina, de doceo, "ense política, el término d. política indica en gene
ñanza". El sentido más antiguo, por lo tanto, ral un complejo orgánico de ideas resultado
es el de enseñanza o aprendizaje del saber en de una metódica reflexión, y con referencia
general o de una particular disciplina. Con el a este significado se habla de historia de las
tiempo se ha perdido como significado prima d. políticas. Finalmente, tiene importancia
rio el referente a la enseñanza, mientras que política, desde la segunda mitad del siglo
ha servido cada vez más para indicar un com xix, como reacción a las consecuencias del
plejo de teorías, de nociones, de principios régimen capitalista y en contraposición a las
entre sí coordinados orgánicamente, que instancias del pensamiento marxista, la que
constituyen el fundamento de una ciencia, de se denomina d. socialcristiana, que es la enun
una filosofía, de una religión, etc., o bien se ciación de los principios de la sociología cris
refieren a un determinado problema, y que tiana, tendientes a fundar un nuevo orden
se consideran implícitamente pasibles de ser social sobre la renovación de los espíritus y
enseñados. El significado más común es el sobre la subordinación de la economía a la
conectado con una religión, y respecto de ésta moral cristiana más que sobre el marxismo
indica el conjunto de las enseñanzas dogmá m aterialista y sobre sus consecuencias, vis
ticas y morales de las normas litúrgicas, y tas en el excesivo poder del estado y en la des
finalmente también el texto que las contiene; valorización de la personalidad humana. Por
así por antonomasia en nuestra civilización eso la d. socialcristiana garantiza la propie
la d. es la cristiana o el libro que contiene sus dad como instrumento de libertad, pero con
principios en forma simple y explicativa. Pero dena sus abusos individualistas, por lo cual
S1-4 D O C T R IN A R IO
propone intervenciones del estado pura limi cés, que surge con la restauración de Luis
ta r la superpropiedad y para centralizar en XVIII. Sus jefes son: P.-P. Royer Collard, F.-
sus manos la riqueza. Protege en cambio al P.-G. Guizot, P.-F.-H. de Serre, J.-C. Beugnot,
proletario, permitiéndole alcanzar la propie P. de Barante, C. Jordán, a los que más tarde
dad, sea mediante la difusión de la pequeña se agregan los jóvenes A.-Ch.-L.-V. de Broglic
propiedad agrícola, sea con formas de copar y Ch. de Rémusat. No obstante el restringido
ticipación obrera en la propiedad y en las uti número de sus componentes, el partido de los
lidades de las empresas. Además condena par d. es heterogéneo; sin embargo, en general
cialmente el sistema asalariado, auspiciando basa su ideología en un constitucionalismo
la evolución de la forma salarial a la asocia tendiente a garantizar el orden público y. des
tiva, a partir de la cual se debería conseguir pués de la experiencia de la era napoleónica,
la destrucción del predominio del capital y la en la aversión al cosmopolitismo, y sostiene
instauración de una sociedad de propietarios. la Carta octroyée de 1814. Ésta concede, entre
Esta d. surge, antes que en Italia, en paises otras cosas, la igualdad ante la ley; la liber
como Alemania, Francia e Inglaterra, en don tad de conciencia, de palabra y de prensa; la
de el sistema capitalista está más desarrolla abolición del régimen y de los derechos feu
do y el marxismo se difunde mayormente. Es dales; confía el poder ejecutivo al rey y el
aprobada por León XIII en 1891 con la Rerum legislativo a dos cám aras (una cántara de los
Novarían. Después de una grave crisis, que pares, de nominación real y con carácter here
culmina en los años que van de 1907 a 1910, ditario, y una cámara de los representantes,
cuando muchos de sus exponentes están com elegidos por sufragio censatario), pero la ini
prometidos en la condena del modernismo, ciativa legislativa es de exclusiva competen
se revigoriza, particularm ente después de la cia de la corona. Los d., por lo tanto, sostie
prim era guerra mundial. nen las principales conquistas de la revolu
ción francesa, y sobre ellas quieren construir
[SAFFO TF.STONI BlNETTl] la nueva nación, contra las tendencias de la
extrem a izquierda, constituida en gran par
te por hombres que, fieles en el pasado al des
doctrinario potismo napoleónico, hallan luego insuficien
tes las libertades concedidas por la Carta, y
contra los ultras de la derecha, que no admi
El termino indica, en general, a quien se atie ten limitaciones a la autoridad monárquica
ne rígidamente a los principios de su propia y aspiran a una total restauración del anden
doctrina, prestando atención a la teoría toma régime. Los d. se colocan como técnicos del
da in abstracto más que a la práctica; en polí régimen constitucional: no se ocupan del pro
tica, la expresión indica a quien sigue imita blema de la soberanía, dado que la conside
tivamente los principios de una doctrina polí ran como un atributo exclusivamente divino;
tica sin tener en cuenta la situación concreta. se ocupan en cambio de la sociedad concebi
Históricamente se distinguen dos acepcio da como organismo, del reconocimiento por
nes precisas del término. En 1747 se consti parle de la monarquía de las diferentes fun
tuye una Congregación de los d. (lat. Congre ciones sociales y de sus autonomías y liber
gado Presbyterorum doctrinae christianae), tades. de la protección de los derechos cons
congregación religiosa en la que confluyen tituidas. De tal manera quieren conciliar a la
congregaciones ya existentes, con la tarea de nueva I~rancia con su pasado. Pero demues
difundir más ampliamente la doctrina cris tran escasa adhesión a la realidad cuando,
tiana; el fundador reconocido es César de Bu- fracasada la conjunción entre su esquema
(1544-1607), fundador en realidad de una de jurídico ideal y la monarquía de los Borbo
las congregaciones precedentes; fue suprimi lles. no saben crear un nuevo esquema adap
da en 1870. tado a la situación.
En la historia política tiene mayor impor
tancia el que se indica con la expresión Par [SAFFOTF.STOMBIXF.TTIJ
tido de los d. (fr. les Doctrinaires). Se trata de
un partido monárquico-constitucional fran
D O M IN A D O 515
nio en el 312 d.c., y luego solo en el 324. La del derecho romano clásico, Constantino
m onarquía constantiniana marca la definiti resulta mucho más propenso a ceder y a dar,
va ruptura con el pasado: la forma monárqui por lo tanto, reconocimiento a normas ju rí
ca ya no aparece justificada, en efecto, con dicas de derivación oriental. Finalmente tam
la necesidad de preservar el imperio rumano bién la fundación de Constantinopia asume,
de la disolución sino que corresponde a una en este cuadro, un carácter emblemático; ade
opción política precisa. La concentración del más de las razones de la decisión imperial,
poder —de todo el poder— en manos de uno significa en la práctica que Roma va no es el
solo, se liga resueltamente a una visión teo único centro del imperio, y que la distinción
crática, es decir a una concepción del empe entre la parte occidental y la oriental tiende
rador como representante de Dios en la tie a institucionalizarse.
rra (aun cuando Constantino no deriva todas
sus consecuencias en el plano de la sucesión III SOCIEDAD Y ECONOMIA EN EL BAJO IMPERIO No es
imperial). posible, con referencia a este tema, delinear
En cuanto a los eventos fundamentales del la historia del d. después de Constantino. Bas
reinado de Constantino, debe ponerse en pri tará destacar que la división del imperio en
mer plano el reconocimiento legal del cristia dos partes se estabiliza definitivamente con
nismo con el Tamoso edicto de Milán (punto posterioridad al año 395 d.c.; lo cual explica,
por otra parte muy discutido por los estudio además, cómo la caída del imperio romano
sos). Este edicto no sólo pune rin a un perio de Occidente no trastornó también a la pars
do de persecuciones (persecuciones que urientis.
habían sido particularmente ásperas aún bajo Nos limitaremos, por lo tanto, a fijar algu
Diocleciano) sino que echa las bases para un nos caracteres fundamentales de la sociedad
rápido cambio de posiciones (que conduce a y de la economía del Bajo Imperio. El dato
reconocer al cristianismo una posición de quizá más llamativo es el de la creación de
neta supremacía). Paralelamente se encuen una serie de vínculos, que hacen obligatorios
tra otro fenómeno, y es la injerencia del esta y hereditarios algunos oficios (y la pertenen
do en las cuestiones internas de la iglesia, cia a las relativas corporaciones). Fenómeno
también de orden dogmático: se inicia así el análogo es el de la difusión del colonato, en
llamado cesaropapismo. razón del cual el colono se hallaba sometido
Acerca de las reformas, la opinión más a la tierra que trabajaba; su condición ju rí
difundida es la que ve a Constantino como dica de liberto se trasm utaba así, de hecho,
continuador, en este campo, de la obra diu- en un estado muy similiar al de esclavo. Es
cleeiana; pero no faltan problemas en que la evidente que estas nuevas situaciones socioe
posición constantiniana se destaca decidida conómicas tienen un vínculo estrecho con la
mente de la de Diocleciano. Además de un decadencia del régimen esclavista (decaden
reordenamiento de la administración central cia cuyo alcance es discutido).
del estado, se señala la reforma de la prefec Nace en esta época (a propósito de la cual
tura del pretorio, ahora vista como órgano del algún estudioso ha hablado de socialismo de
gobierno de circunscripciones territoriales estado, o al menos de dirigismo) también una
(de aquí la multiplicación de los prefectos), empresa pública, con la tarea de la produc
ya sin poderes militares. Otras innovaciones ción de equipos bélicos. Ciertamente la aten
importantes se refieren al ejército (con el ción del estado es muy vigilante respecto de
incremento de la arm ada móvil en perjuicio los problemas monetarios: en un ambiente
de la frontera) y a la moneda (con la acuña perturbado por la tendencia al aumento de
ción de una nueva moneda de oro, el solidas, los precios (en ciertos momentos inconteni
y con el abandono de toda defensa del curso ble) se suceden políticas monetarias de diver
fiduciario de la moneda de cobre, es decir de sos tipos, inflacionistas y deflacionistas. La
la moneda para los cambios comerciales nor propiedad de bienes reales parece obviamente
males). un refugio contra la devaluación; incluso
Se debe recordar aún que mientras que Dio algún estudioso ha hablado hasta de un aban
cleciano había aparecido en su conjunto, en dono de la economía monetaria para un retor
su legislación privatista, como un defensor no a la economía natural.
DOMINADO 517
En el grado máximo, las expresiones poder como en las repúblicas parlam entarias se
e. y "procedim iento" e. indican las activida mantiene una clara distinción entre el ¡ele del
des en sentido lato del gobierno, en contra gobierno y el jefe del estado. Las repúblicas
posición con el legislativo, referido a la acti presidenciales, en cambio, se caracterizan
vidad del parlamento, y al judicial, referido precisamente por la fusión de los dos cargos
a la actividad de la magistratura. Las formas en la misma persona que es elegida directa
de gobierno contemporáneas pueden subdi mente por el electorado: tal es el caso de Esta
vidirse en distinas clasificaciones —m onar dos Unidos (en que. sin embargo, hasta hace
quías o bien repúblicas, monarquías absolu poco tiempo, se les pedia a los miembros de
tas o bien monarquías parlamentarias, repú los colegios electorales elegidos por la pobla
blicas parlamentarias o repúblicas presiden ción la elección del presidente) y tal es el caso
ciales y, finalmente, gobiernos m ilitares—, de la mayoría si no en todas las repúblicas
pero lo que nos interesa respecto del análi latinoamericanas en el transcurso de su his
sis del e. son los modos de formación del toria, excepción hecha de los periodos de
poder e. y las modalidades del procedimien gobiernos militares. También en este caso se
to e. A este fin debe dirigirse evidentemente puede señalar que la variable interventora del
la atención a las monarquías parlamentarias sistema de partidos desempeña un papel rele
y a los tipos de repúblicas, o sea a las formas vante. En efecto, en las repúblicas latinoame
de gobierno en que el e. es elegido y es res ricanas, además de otras causas socioeconó
ponsable en distintas formas ante el parla micas y políticas de inestabilidad y de depen
mento. dencia. la fragmentación del sistema políti
En las monarquías parlamentarias y en las co que no permite al presidente de la repú
repúblicas parlamentarias el e. es la manifes blica contar con una mayoría estable, ha
tación del parlam ento y su jefe o prim er desempeñado un papel negativo. En Estados
ministro es normalmente el líder del partido Unidos, en cambio, el presidente de la repú
de la mayoría absoluta o de una mayoría rela blica es también el jefe de un partido, que pue
tiva en los casos de coalición. La diferencia de no ser partido de la mayoría, pero que, sin
sustancial dentro de estas dos formas de embargo, le garantiza una base sólida de
gobierno está dada por el tipo de sistema par poder, dada también la falta de compacidad
tidista: en efecto, si el sistema de partidos es de los partidos estadunidenses y su discipli
el bipartidismo, es prácticamente el electora na no rígida.
do el que elige al prim er ministro, ya que éste Un caso particular de república presiden
será automáticamente el líder del partido que cial. en que no existe la fusión entre los car
venza en las elecciones. Si el sistema de p ar gos de jefe de gobierno y jefe de estado, y sólo
tidos es el multipartidismo. habrá un amplio este último es elegido por sufragio universal
espacio ya sea para las negociaciones entre (a partir de 1965), es el constituido por la V
los distintos partidos para la constitución del República francesa. El jefe de gobierno es ele
gobierno, ya sea dentro del partido de mayo gido por el jefe del estado y es responsable
ría relativa que forma parte de la coalición tanto ante la Asamblea Nacional como ante
para la elección del primer ministro, que sólo el jefe del estado. Este tipo de república pre
muy rara vez es también secretario general sidencial está expuesta a los peligros de la fal
del partido. ta de una mayoría favorable al jefe de gobier
Tanto en las monarquías parlam entarias no en la asamblea, derivada, por ejemplo, de
ÉLITES, TEORIA DE LAS 519
una discrepancia entre la mayoría que ha ele que afirma que en toda sociedad el poder polí
gido al jefe del estado y la que ha elegido a tico, o sea el poder de tom ar y de imponer,
las cám aras (fenómeno acentuado por el uso aun recurriendo en última instancia a la fuer
del sistema electoral de doble vuelta que no za, decisiones valederas para todos los miem
"retrata" las preferencias políticas del elec bros del grupo, le pertenece siempre a un cir
torado). culo restringido de personas. La formulación
Por lo que respecta al procedimiento e., se que ya se ha convertido en clásica de esta teo
entiende con éste el proceso de cumplimien ría fue dada por Gaetano Mosca en sus Ele-
to de las leyes, de los reglamentos y, en gene mentí di scienza política (1896): "Entre las ten
ral, de todas las decisiones políticas del dencias y hechos constantes, que se encuen
gobierno. A pesar de que recientemente se ha tran en todos los organismos políticos, hay
producido en casi todos los sistemas políti uno cuya evidencia puede ser fácilmente
cos contemporáneos una concentración del manifiesta a todos: en todas las sociedades,
poder en el e. y ha crecido, por consiguiente, empezando por las más mediocremente desa
el papel de "ejecución-cumplimiento” de las rrolladas y que han llegado apenas a los
decisiones políticas, sin embargo hay que comienzos de la civilización, hasta las más
orientar el análisis a las relaciones entre el cultas y fuertes, existen dos clases de perso
e. (gobierno en sentido estricto) y la burocra nas: la de los gobernantes y la de los gober
cia, aunque en algunos casos la actividad de nados. La primera, que siempre es la menos
esta última se restringe al ámbito del proce numerosa, cumple todas las funciones polí
so administrativo. El procedimiento e. sería, ticas. monopoliza el poder y goza de las ven
en definitiva, un proceso complejo en que el tajas que lo acompañan; en tanto que la
gobierno asum iría el papel de guía y la buro segunda, más numerosa, está dirigida y regi
cracia el papel de mera cumplimentadoru. da, de un modo más o menos legal o más o
Sigue siendo cierto que en la práctica las rela menos arbitrario y violento, por la primera,
ciones entre gobierno y burocracia pueden que le proporciona, por lo menos en aparien
asum ir características muy distintas, depen cia, los medios materiales de subsistencia y
diendo de la estabilidad-inestabilidad, de la los que se requieren para la vitalidad del orga
homogeneidad-heterogeneidad, del dinamis- nismo político" (i, p. 78). El éxito del térm i
nio-inmovilismo, de la organización interna no é. se remonta, en cambio, a Pareto, que
del gobierno y las modalidades de recluta algunos años después, y no sin el influjo de
miento y del grado de preparación y de la Mosca, enunció, en la introducción de los
competencia de la burocracia. Sy sientes socialisles (1902), la tesis de que en
toda suciedad hay una clase superior que
¡OIAN FRANCO HASOL’INO] generalmente detenta el poder político y el
económico, a la que le dio el nombre de "aris
tocracia" o de "élite".
élites, teoría de las II LOS PRECURSORES: MOSCA, PARETO, UICHELS.Que
toda sociedad estuviera dividida entre gober
i. d e f in ic ió n d e e l it e . Por t e o r í a d e l a s é . o e li - nantes y gobernados y que los gobernantes
t i s t i c a (d e a h í t a m b i é n e l n o m b r e d e e l i t i s m o ) fueran una minoría, era una tesis no cierta
s e e n t i e n d e la t e o r í a q u e a f i r m a q u e e n t o d a mente nueva, común a todos los escritores
s o c i e d a d u n a m i n o r í a e s s i e m p r e la ú n ic a q u e que habían compartido una concepción rea
d e te n t a e l p o d e r e n s u s d iv e r s a s fo r m a s , fr e n lista de la política. El mismo Mosca, por otra
t e a u n a m a y o r í a q u e c a r e c e d e é l . Ya q u e parte, reconoció haber tenido algunos precur
e n t r e t o d a s l a s f o r m a s d e p o d e r (d e l a s c u a sores, como Saint-Simon, Taine y Marx-
le s la s m á s im p o r t a n t e s s o c i a l m e n t e , o " e s t r a Engels. Lo que permite considerar a Mosca,
té g ic a s " , s o n , c o m o s e h a d ic h o , e l p o d e r e c o mucho más que a Pareto (dejando a un lado
n ó m ic o , e l p o d e r id e o ló g ic o y e l p o d e r p o lít i la diatriba entre los dos sobre su respectiva
c o ) la t e o r í a d e la s é. n a c i ó y s e d e s a r r o l l ó p a r precedencia), como el primer teórico de la cla
t i c u l a r m e n t e e n r e l a c i ó n c o n e l e s t u d i o d e la s se política es el hecho de que él presentó esta
é. p o l í t i c a s , p u e d e r e d e l i n i r s e c o m o la t e o r í a tesis como la piedra angular de una conccp-
520 ELITES, TEORÍA DE LAS
ciún que pretendía ser científica, es decir tribuyen en varios grados, que van desde el
basada en una observación paciente y sin pre superior hasta el inferior; llamó é. a los que
juicios de los hechos, y no ya apriorista, ideo componen el grado superior; se detuvo par
lógica o ideologizante, de la política; la elevó ticularmente en los individuos que, por el
al rango de ley constante y cierta de todo agre hecho de ocupar los grados superiores de la
gado político, primitivo y evolucionado, anti riqueza y del poder, constituyen la é. más pro
guo y moderno; partió de ella para reform u piamente política, o "aristocracia”. Pareto se
lar de una manera nueva algunos conceptos sintió atraído más que por los problemas de
fundamentales de la teoría política tradicio la constitución y de la formación de la clase
nal, como el de las tres formas clásicas de politica, por el fenómeno de la grandeza y de
gobierno (todos los gobiernos, partiendo de ¡a decadencia de las aristocracias, o sea por
la teoría de laclase política, son oligárquicos), el hecho de que "las aristocracias no duran"
para renovar la m ateria misma de la ciencia y la historia es el teatro de la continua lucha
política, que debería orientar su propio estu entre una aristocracia y otra. En el Trattato
dio principalmente a la naturaleza distinta, di sociología gene rale (1916), la teoría del equi
a las diferentes características de acuerdo con librio social está basada en gran parte en el
las épocas y las civilizaciones, a los proble modo en que se combinan, se integran y se
mas de la formación y de la organización, de sustituyen las diversas clases de é., de las cua
la clase política. Además, Mosca no se limitó les las principales son las políticas (cuyos dos
a enunciar el principio de que en toda socie polos son los políticos que usan la fuerza, o
dad existe una clase política compuesta por leones, y los que usan la astucia, o zorros), las
un número restringido de personas sino tra económicas (cuyos dos polos son los especu
tó también de dar una explicación del fenó ladores y los rentistas) y las intelectuales (en
meno, insistiendo repetidas veces en la obser que se contraponen continuamente los hom
vación de que la clase política obtiene su fuer bres de fe y los de ciencia).
za del hecho de estar "organizada”, entendien En los años que transcurrieron entre los
do por "organización” tanto el conjunto de dos escritos de Pareto (1902 y 1916), Robert
relaciones interesadas que inducen a los Michels, inspirándose en las ideas de Mosca
miembros de la clase política a unirse entre y Pareto. aunque más en las del primero que
sí y a constituirse en grupo homogéneo y soli en las del segundo, publicó, prim ero en una
dario contra la clase dirigida más numerosa, edición alemana (1910) y luego en una edición
pero dividida, desarticulada, dispersa, desu italiana (I.u sociología del partilopolítico nella
nida, como también el aparato o la máquina democrazia moderna, 1912), una obra que,
estatal de que se sirve la clase política como estudiando la estructura de los grandes par
instrum ento para la realización de sus pro tidos de masa, especialmente la del partido
pios fines. De acuerdo con esta característi socialdemócrata alemán, puso de relieve en
ca, la teoría de la clase política se llama habi el ámbito de una gran organización, como la
tualmente también teoría de la minoría orga del partido de masa, el mismo fenómeno de
nizada. la concentración del poder en un grupo res
La circunstancia de que aproximadamen tringido de personas que Mosca había com
te en esos mismos años esta teoría fuera aco probado en la sociedad en general. A este gru
gida por un personaje mucho más autoriza po de poder le dio el nombre de "oligarquía”,
do en el campo de las ciencias sociales y, a usando un término que, a diferencia del de
diferencia del provinciano Mosca, conocido "aristocracia”, usado por el conservador
internacionalmente, como fue Vilfredo Pare- Pareto, tiene una connotación evaluativa
to, contribuyó ciertam ente a darle un relieve negativa, y revela que para el autor, prove
particular a la teoría de la clase política y a niente de las filas del movimiento socialista,
convertirla en una especie de tema dominan el fenómeno tenia un carácter degenerativo
te de la ciencia política. Pareto, ya desde la (aunque inev itable). Tan inevitable que hasta
introducción de los Systimes socialistes, como lo indujo a formular la famosa (o mal afama
se dijo anteriormente, llamó la atención sobre da) “ ley férrea de la oligarquía”, cuya enun
el hecho de que, siendo lus hombres desigua ciación más conocida es la siguiente: "La
les en todos los campos de su actividad, se dis organización es la madre del predominio de
ÉLITES. TEORIA DE LAS 521
los elegidos sobre los electores, de los man como inminente por los reformadores socia
datarios sobre los mandantes, de los delega les. y a las que se les atribuye un valor tau
dos sobre los delegantes. Decir organización matúrgico, o son los nuevos bárbaros o son
es lo mismo que decir oligarquía." Por más únicamente un ejército de maniobra de la
opuesta que sea la relación entre organización nueva clase política en ascenso. En Mosca y
y grupo de poder de Michels a la propuesta en Pareto, aunque no en Michels, para el que,
por Mosca —para Mosca la organización es por lo menos en los prim eros años, los resul
un instrumento para la formación de la mino tados de la investigación científica no son
ría gobernante, en tanto que para Michels la capaces de mitigar los ardores y las esperan
misma organización es la que tiene como con zas democráticas, la teoría de las minorías
secuencia la formación de un grupo oligárqui gobernantes avanza con el mismo ritmo que
co—. la obra de Michels constituye una con una concepción esencialmente inigualitaria
firmación histórica y empírica de la teoría eli de la sociedad, que una visión estática o cuan
tista, y su comprobación en un campo espe do mucho cíclica de la historia, que una acti
cífico como el de los partidos de masa, el tud más pesimista que optimista respecto de
dem ostrar la posibilidad de una aplicación la naturaleza humana, que una incredulidad
más amplia de la misma, contribuyó a con casi total en relación con los beneficios de la
solidar su éxito. democracia, que una crítica radical del socia
lismo como creador de una nueva civilización,
III. INTERPRETACION CONSERVADORA E INTERPRETA y que una desconfianza que siente desprecio
CION DEMOCRATICA DE LA TEORIA DE LAS ELITES. El por las masas portadoras de nuevos valores.
éxito de la teoría de las é. dependió en su naci En una palabra, la teoría de las é., en su pri
miento del hecho de que, a pesar de su pre mera aparición, sirvió de vaso colector de
tensión de tener validez como teoría científi todos los humores antidemocráticos y anti
ca y hasta como la prim era teoría científica socialistas (más bien, para algunos, antidemo
en el campo de la política, habia nacido con cráticos por antisocialistas), provocados por
un fortísimo contenido polémico antidemo el nacimiento del movimiento obrero, y per
crático y antisocialista, que reflejaba muy mitió formular, de una manera que hasta
bien el "gran miedo” de las clase dirigentes entonces no habia sido nunca tan clara, la
de los países en que se habían intensificado antítesis élite-masa, en que el término posi
o estaban a punto de intensificarse los con tivo era el prim ero y el negativo el segundo,
flictos sociales. Desde el punto de vista ideo y llevar a cabo un completo trastocamiento
lógico, esta teoría, sobre todo en la lección de la filosofía de la historia propuesta por la
paretiana, que fue la más escuchada politica doctrina socialista, en donde el sujeto histó
mente, fue una de las muchas expresiones a rico no serian las é. sino las masas (aunque
través de las cuales se puso de manifiesto, al guiadas por vanguardias conscientes). Sin
final del siglo, la crisis de la idea del progre embargo, a través de Michels y del segundo
so indefinido que habia marcado el periodo Mosca (cuya obra final es la segunda edición
de la burguesía en ascenso, y el ideal del de los Elementi di scienza política, 1923), la
democratismo igualitario tuvo que soportar teoría de las é. se va imponiendo poco a poco
el choque con la dura y áspera lección del dar por su valor euristico hasta el grado de que,
vinismo social que encontraba en la selección apartándose poco a poco del molde ideológi
a través de las luchas las despiadadas aunque co, es acogida como teoria históricamente
necesarias condiciones de la evolución. Esta correcta, es decir por su valor científico, por
teoría, en efecto, podía dar buenos argum en escritores liberales y también democráticos
tos a los que se interesaban por dem ostrar como, en el caso de Italia, Einaudi y Croce.
que la historia es una repetición monótona de Salvemini y Gobetti. El mismo Mosca había
conflictos, en los que no interesan sino úni abierto el camino a una interpretación no res
camente la fuerza y la astucia, que los sedi tringida ideológicamente de la teoría, distin
centes revolucionarios no son otra cosa que guiendo. en un capitulo añadido en la segun
la sustitución de una clase dirigente por otra da edición, dos diversos modos de formación
(y por lo tanto, dejan las cosas como están), de las clases políticas —ya sea que se trasm i
que las masas, cuya llegada es considerada ta el poder por herencia, en cuyo caso surgen
522 ÉLITES. TEORIA DE LAS
los regímenes autoritarios, o bien que proven iv ei. éxito de la teoría en estados unidos. Ordi
ga de la base, lo que da origen a regímenes nariamente se considera a Mosca, Párelo y
que. a falta de otro término. Mosca llamó libe Michels como los padres fundadores. Pero la
rales. pero que habría podido llamar también teoría de las é. adquirió el pleno derecho de
correctam ente democráticos, aunque en el ciudadanía en la ciencia política contempo
sentido en que “democracia” se contrapone ránea, renacida o renovada en Estados Uni
no a "aristocracia" sino a “autocracia”. De dos, desde que lúe acogida, reelaborada en
este modo, la diferencia entre regímenes aris diversas formas y difundida por Haroid D.
tocráticos, y autocráticos, por un lado, y regí Lassvvell, aproximadamente en los mismos
menes democráticos y liberales, por el otro, años en que se introducía entre los investiga
no debe seguir buscándose en la existencia o dores norteamericanos y se discutía amplia
inexistencia de una clase política sino en el y rabiosamente, a través de la excelente tra
hecho de que en los primeros hay é. cerradas ducción inglesa, el Tratado de Párelo (1935).
y restringidas y en los segundos hay é. abier En una de sus obras principales Who gels
tas y ampliadas. El régimen parlamentario, what, wben, how (1936), el prim er capítulo
cuyos defectos Mosca llegó a criticar áspera intitulado “ Élites", empieza con estas pala
mente. pero cuya validez histórica defendió, bras: "Ei estudio de la política es el estudio
es un régimen que no desmiente de ninguna de la influencia y de los que la ejercen [...]
m anera la teoría de las é.: representa el régi Los que tienen influencia son los que se apo
men en que la clase política es más abierta deran de la mayor parte de lo apoderable. Los
y menos restringida, además de que está con valores disponibles pueden clasificarse en
trolada desde la base. valores de deferencia, de ingreso v de seguri
Después de Mosca, los mayores teóricos de dad. Los que obtienen la mayor parle de éstos
las é. fueron, en Italia, un escritor democrá son la é., el resto es la masa" (The political
tico, Guido Dorso, que provenía de la expe writings of H. Ü. Lasswell, 1951). Al form ular
riencia gobettiana de "revolución liberal", y el concepto de é.. Lasswell apela explícita
que escribió en 1944, como contribución para mente a la tradición de Mosca, Pareto y
el nuevo estado democrático que debería sur Michels. En el libro posterior, escrito en cola
gir de las cenizas del fascismo, un ensayo, Dit- boración con Abraham Kaplan, Power and
tatura, classe política e classe dirigente, en saciety (1950), articulando aún más el concep
que, partiendo de la comprobación irrefuta to, distingue la é. propiamente dicha, que está
ble de que en toda sociedad existen "form a constituida por los que tienen el mayor poder
ciones oligárquicas que forman el esqueleto en una sociedad, de la é. media, constituida
de toda la estructura social", describió las por los que tienen un poder inferior, y de la
relaciones entre la clase dirigente y la clase masa, constituida por los que tienen el poder
dirigida, entre la clase dirigente y la clase menor. No duda en afirmar que los miembros
política, entre la clase política en el gobier de la é. son ordinariamente menos numero
no y la clase política de la oposición en un sos que los de la masa. Distingue diversas for
régimen pluralista, y un escritor liberal. Filip- mas de dominio, o sea diversas formas en que
po Burzio, paretiano ferviente, que publicó en el poder de una sociedad está controlado y es
1945, al día siguiente de la liberación del ejercido de acuerdo con los distintos tipos de
dominio del fascismo, un libro, Essenza ed é. (una é. de funcionarios da origen a la for
attnalitú del liberalismo, en el que, después ma de dominio burocrática, de nobles a la
de haber afirmado que todo lo original y crea aristocracia, de especialistas a la tecnocracia,
tivo que se hace en el mundo es obra de mino etc.). Niega decididamente que la introduc
rías, sostenía que las mejores é. son las que ción del concepto de é. impida la posibilidad
se forman a través de la lucha y están en con de concebir un tipo de gobierno democrático;
tinua competencia entre si, como afirman las reafirma el principio, ya enunciado por Mos
doctrinas liberales, y que, siendo elegidas y ca, de que “la democraticidad de una estruc
controladas periódicamente por los ciudada tura social no depende de que exista o no una
nos, no “se imponen" sino que "se proponen", é. sino más bien de las relaciones establecidas
como afirman las teorías democráticas. entre la é. y la masa: del modo en que la é. se
recluta y del modo en que ejerce el poder".
ÉLITES. TEORIA DE LAS 523
Por otra parte, a pesar de la autoridad de actualmente están concentrados los instru
Lasswell, la sociología norteamericana oficial mentos del poder, de la riqueza y de la cele
y académica siempre vio con cierto recelo las bridad". Por medio de un análisis histórico
teorías elitistas. El elitismo en sentido origi y sociológico trata de dem ostrar que en la
nal debió su éxito en Estados Unidos sobre actualidad Estados Unidos está dominado por
todo a dos libros extra muenia, cuya popula un restringido grupo de poder, que constitu
ridad fue mucho mayor que la de los produc ye precisamente la “é. en el poder” y está com
tos que salen de las instituciones universita puesto por los que ocupan las posiciones cla
rias: The managerial revolution (1941) de ves en tos tres sectores de la economía, del
James Burnham y The power elite (1957) de ejército y de la política. Éstos constituyen una
C. Wright Mills. El mismo Burnham puso de é. en el poder, porque, contrariam ente a lo
manifiesto en qué grado estaba ligado a la tra que aparece o se hace creer, están por razo
dición elitista de los padres fundadores, en nes sociales, familiares, económicas ligados
un libro publicado algunos años después, The unos a otros, se sostienen y se refuerzan reci
macltiave llians (1947), en el que, partiendo de procamente, tendiendo cada vez más a con
la contraposición entre la concepción idealis centrar sus instrum entos de poder en insti
ta de la política, personificada por Dante, y tuciones centralizadas e interdependientes.
la realista, personificada por Maquiavclo, Por medio de un juicio sintelizador, que se
tejió un elogio de los nuevos maquiavélicos, hace eco de una manera sorprendente de la
que son precisamente Mosca, Pareto y tesis mosquiana de las minorías organizadas
Michels, además de Sorel. La interpretación frente a las mayorías desorganizadas, Wright
general de la historia en que se basa su exce Mills escribe: “El sistema norteamericano del
lentísimo libro sobre la revolución de los poder es de este modo porque el vértice está
directores es elitista: toda sociedad se carac mucho más unificado y es mucho más pode
teriza por el hecho de estar dominada por un roso y la base mucho más desunida, y por eso
grupo de poder (rulittg class) que tiene cier impotente, de lo que suponen generalmente
tas características: “Cuando existe ese gru los que se dejan engañar observando los estra
po de control, el grupo que, a diferencia del tos medios del poder mismo, los que no refle
resto de la sociedad, tiene en mayor medida jan la voluntad de la base ni determinan las
el control sobre el acceso a los instrumentos decisiones del vértice.”
de producción y un trato preferencial en la
distribución de los productos de estos instru V. LOS CRITERIOS DEMOCRATICOS VLOSCRITERIOS MAR
mentos, podemos hablar de este grupo como XISTAS. El modo polémico y hasta provocati
del grupo socialmente dominante o de la cla vo con que se presentó la tesis de Wright Mills
se gobernante de esta sociedad." La revolu dio ocasión a un debate sobre el concepto mis
ción social de nuestro tiempo, que él descri mo de y en general sobre la validez del eli
be y profetiza, consiste en la transición de una tismo como teoría científica. El concepto de
clase dom inante (la de los burgueses- é. en el poder fue criticado por dos partes
capitalistas) a otra (la de los directores); la his opuestas: los liberáis niegan la unidad de la
toria es el distinto sucederse de una clase é. en el poder, o sea niegan que el poder den
dominante a otra. tro de la sociedad norteam ericana esté reu
Contra la imagen idílica de Estados Unidos nido en un grupo monolítico, de acuerdo con
como paraiso del hombre común, Wright la tesis que se ha llamado por retorsión polé
Mills parte de la contraposición del hombre mica de las tres "c” (convicción, cohesividad,
común, definido como aquel cuyos poderes conjura), y le oponen la teoría que se deno
"están limitados por el mundo cotidiano en minó de diversas maneras: "pluralista",
que vive" y "parece con frecuencia movido "poliárquica" o también en antítesis al mu-
por fuerzas que no puede comprender ni con nolitismo, "política”. Lo- radicáis, o mejor
trolar”, con la e. en el poder, "compuesta por dicho los marxistas, sostienen, por el contra
hombres que se encuentran en posiciones rio, que la é. en el poder no está en realidad
tales que les permiten trascender el ambien organizada en los tres sectores encontrados
te del hombre común” y “ocupan las pusicio por Mills, porque la clase dominante es en
nes estratégicas de la estructura social en que definitiva una sola: la de los delentaduies del
524 ÉLITES. TEORIA DE LAS
poder económico. El representante más auto método, y más precisamente el método que
rizado de la primera crítica es Robert A. Dahl. permite que los distintos individuos o grupos
que en un ensayo (A critique o f the ruling éli rivales luchen por la conquista del poder
te mudel, 195S) aparecido dos años después mediante una competencia recíproca "a tra
del libro de Wright Mills sostiene que la hipó vés de una contienda que tiene por objeto el
tesis de la existencia de una é. en el poder sólo voto popular” (Capitalism, sacialism and
se puede probar si: íi] la hipotética é. gober democracy, 1942). Por lo demás. Karl Mann-
nante es un grupo bien definido; b] hay una heim, haciéndose eco de Mosca, decía —en
muestra suficiente de casos de decisiones fun una análisis escrito alrededor de 1930, pero
damentales. en que las preferencias de la publicado postumamente— sobre el proceso
hipotética é. estén en oposición con las de los de democratización de la sociedad contempo
otros grupos; c] en todos estos casos prevale ránea (The demucratization of culture, en
cen las preferencias de la hipotética é. Pero Essayson the sociology o f culture. 1956): “ La
como ni el primero ni el tercer punto han sido democracia no implica que no haya é.: impli
probados empíricamente hasta ahora, la teo ca más bien un cierto principio específico de
ría de las é. en el poder no tiene, según Dahl, formación de las é." y consideraba este prin
fundamento científico. De la segunda se ha cipio junto con el principio de la igualdad de
convertido en intérprete Paul M. Sweezy todos los hombres y el de la autonomía del
(Power élite or ruling class?, 1956), quien con individuo como una de las características fun
sidera que Wright Mills sobrevalúa el papel damentales de la democracia moderna. Tam
de los militares y de los políticos de profesión; bién Raymond Aron, estudioso de Pareto, vol
sostiene que en Estados Unidos no existen vió repetidas veces sobre este tema en los últi
tres é. sectoriales unidas en una é. en el poder mos años, empezando por el articulo Social
sino una "clase dominante’’ (en el sentido structure and the ruling class (en The British
marxiano de la palabra), y para poder com Journal of Sociology. i, 1950), en donde escri
prenderla es necesario estudiar todo el siste be entre otras cosas: “ La diferencia funda
ma del capitalismo monopolista y no los mental entre una sociedad de tipo soviético
dominios separados de la vida social nortea y una de tipo occidental es que la primera tie
mericana; critica globalmente la teoría de las ne una é. unificada m ientras la última tiene
é. pues "distrae inevitablemente la atención una é. dividida", para terminar con el artículo
de los problemas de la estructura y del pro Social class, political class, ruling class (en The
ceso sociales y conduce a buscar causas aje European Journal of Sociology, i, 1960), don
nas de los fenómenos sociales”. de contrapone las suciedades industriales de
La crítica de los liberáis no conduce nece Occidente con la sociedad industrial de la
sariam ente a una negación radical del elitis- Unión Soviética basándose en la diferencia
mo. No niega que existan élites y que. aun entre oligarquía desintegrada y oligarquía
dentro de la sociedad democrática, haya una unificada en un partido único. En esencia, la
contraposición permanente entre los que tie critica del elitismo monolítico terminó por
nen el poder y los que no lo tienen, sino más dar origen a una concepción desmitizada, rea
bien que en u ra sociedad extremadamente lista, desencantada de la democracia, que
compleja y fundamentalmente conflictiva, había sido bautizada y también recientemente
como es la sociedad norteamericana, haya criticada con el nombre de "elitismo demo
una sola é.; en una palabra, niega no tanto el crático" y cuyas principales características
elitismo como el monolitismo. Reanudando eran la competencia entre las é. políticas, el
la tradición comenzada por Mosca, que dis hecho de que estas é. debían rendir cuentas
tinguía, como ya dijimos, la é. aristocrático- de su operación periódicamente ante los elec
autocrática de la é. democrático-liberal, con tores y eran accesibles de distintas maneras
tinuada por Lasswell, que consideró perfec a las instancias provenientes de la base (P.
tamente compatibles la existencia de las é. Bachrach, 1967).
con el funcionamiento del régimen democrá A diferencia de la crítica de los pluralistas,
tico, esta teoría se enlaza con la concepción la critica proveniente de los m arxistas (bas
de Joseph A. Schumpeter, según el cual lo que taría recordar, retrocediendo mucho más allá
caracteriza al régimen democrático es el de la polémica Wright Mills-Sweezy, los jui
ELITES. TEORIA DE LAS 525
cios hirientes de Luckács y de Gramsci sobre la formación de las clases sociales, o de las
la obra de Michels y, recientemente, las obje desigualdades y por consiguiente de los con
ciones presentadas por Nicos Poulantzas, en flictos, no es la propiedad sino la autoridad,
Poder político y clases sociales, 1968) se basa es decir el poder de em itir los mandatos que
en una interpretación radicalmente distinta logran la obediencia. De estas premisas dedu
de la sociedad, entendida como conjunto de ce la conclusión de que se es capaz de identi
relaciones entre dominantes y dominados, ficar a los contendientes de un cierto tipo de
utiliza instrumentos analíticos distintos y conflicto cuando se ha logrado identificar a
conduce a una verdadera teoría alternativa, "los que ocupan las posiciones de dominio y
que es interesante com parar con la teoría de de subordinación en una determinada asocia
las é. en sus dos versiones, monística y plu ción”. En una palabra, Dahrendorf, al propo
ralista. aunque conviene mantenerlas separa ner sustituir el criterio de la distribución de
das para no caer en contusiones y simplifi la propiedad por el de la distribución del
caciones deformantes. Si la teoría elitista par poder para explicar la división de la sociedad
te, como se vio, de la contraposición entre é. en grupos opuestos, expresa bastante bien
y masa, separadas entre sí como el elemento una forma actualizada de la interpretación
activo y el elemento pasivo de la sociedad, y elitista de la sociedad en contraposición direc
limita el momento conflictivo al conflicto ta con la interpretación que se deriva de los
interno de las é., la teoría marxista parte de clásicos del marxismo.
la contraposición entre las dos clases antagó
nicas de los poseedores de los instrumentos VI. COMPROBACION EMPIRICA: INVESTIGACIONES SOBRE
de producción y de los proletarios, y consi LAS ÉLITES DF. US COMUNIDADES LOCALES Por enci
dera el conflicto entre las dos clases sociales ma de las discusiones técnicas que la concep
como el principal motor del movimiento his ción elitista de la sociedad ha despertado y
tórico. En la visión elitista de la sociedad, la sigue despertando todavía, se ha ido robus
relación entre é. y masa no es necesariamen teciendo, en estos últimos veinte años, sobre
te antagónica. En su intento por fijar una tipo todo en Estados Unidos, la tendencia a com
logía de las diversas sociedades, a partir de probar la validez de la teoría por medio de
la dicotomía é.-masa, William Kornhauser investigaciones empíricas que se han orien
considera, por un lado, la mayor o menor tado, por razones técnicas fácilmente com
posibilidad que las é. tienen de sufrir el influ prensibles, al estudio de los grupos de poder
jo de las masas y, por el otro, la mayor o de las comunidades pequeñas o de alguna for
menor posibilidad que tienen las masas de ser ma no muy grandes, como son las adminis
movilizadas por la é. (The politics o f mass traciones municipales, las organizaciones sin
society, 1960): ninguna de estas dos relacio dicales o profesionales. Como prim er ejem
nes es una relación antagónica como la que plo conspicuo, y en cierto sentido precursor,
pone en relieve de m anera particular la teo de un estudio de la é. de un centro urbano,
ría marxista. Además, en tanto que la teoría hay que mencionar la investigación que Floyd
marxista se remonta a la forma de produc Hunter desarrolló en Atlanta, Georgia (Com-
ción, o sea al aspecto estructural, para encon m unity power. A sludy o f decisión makers,
trar los elementos constitutivos y determinan 1953), al que siguieron muchos otros. Sin
tes del movimiento social. la teoría elitista embargo, la investigación más conocida es la
encuentra el elemento determinante de la del mismo Roben Dahl desarrollada algunos
desigualdad social, que caracteriza a todas las años después en New Haven (U’/io governs?
sociedades que existen o que han existido, en Democracy and power in an American city,
la diversa distribución del poder político, o 1961) que lo llevó entre otras cosas a la con
sea en el aspecto que un marxista considera vicción, poco antes recordada, de que la teo
ría superestructural. En esta dirección se ha ría de una é. única en el poder, que había des
desenvuelto Ralf Dahrendorf, quien en el penado tanta polvareda a través de la obra
libro Soziale Klassen und Klassenkonflikt in de Wright Mills, era empíricamente falsa. Por
der industriellen Gesselschaft (1957) sostiene, otra parte, si alguno pretendía, partiendo de
criticando a Marx y uniéndose explícitamen las investigaciones empíricas realizadas hasta
te con los teóricos de las e., que la causa de la fecha, llegar a la confirmación de una de
5 2t> ELITES. TEORIA DE LAS
las dos interpretaciones prevalecientes de la algunos rasgos comunes que sirven para dis
teoría elitista, la monista o la pluralista, más tinguir esta teoría que desde hace algunas
bien que de la otra iría al encuentro de una décadas representa con distinta suerte una
desilusión. De las dos investigaciones mencio tendencia constante de la ciencia política: 1]
nadas, la de Hunter y la de Dahl, tanto la una en toda sociedad organizada las relaciones
está segura de sostener la tesis monista como entre individuos o entre grupos que la carac
la otra de sostener la tesis pluralista. No se terizan son relaciones de desigualdad; 2] la
puede decir que lo que es válido en una comu causa principal de la desigualdad consiste en
nidad lo sea también en otra: toda teoría, al la distribución desigual del poder, o sea en
bajar del cielo de las abstracciones a la tie el hecho de que el poder tiende a concentrar
rra de la investigación de campo, se ve obli se en manos de un grupo restringido de per
gada a perder algo de su rigidez y de sus pre sonas; 3] entre las diversas formas de poder,
tensiones de ser válida universalmente. De lo determinante es el poder político; .'] los que
este modo se podría llegar a la conclusión de detentan el poder (especialmente el poder
que la distinción entre monistas y pluralistas político), la clase política propiamente dicha,
es una distinción teórica (y desgraciadamen son siempre una minoría; 5] una de las cau
te ideológica) y que, en cambio, empíricamen sas principales de que una minoría logre
te, ambos, monistas y pluralistas, tienen dominar un número enormemente mayor de
razón. Se ha observado por otra parle que las personas consiste en el hecho de que los
diversas conclusiones a las que han llegado miembros de la clase política, por ser pocos
Hunter y Dahl pueden depender también de y tener intereses comunes, están ligados entre
la distinta técnica adoptada por el uno o por sí y son solidarios por lo menos en la conser
el otro para identificar los componentes del vación de las reglas del juego que les permi
grupo de poder de la ciudad preseleccionada. ten ora a unos ora a otros el ejercicio alter
Hunter se ha dirigido a un cierto número de nativo de¡ poder; 6] un régimen se diferencia
personas influyentes de la ciudad y les ha pre de otro por el distinto modo en que las é.
guntado a quiénes consideran como podero nacen, se trasm iten y mueren, por el distinto
sos en ese lugar (método consideracional); modo en que se organizan y por el distinto
Dahl, en cambio, examinó el iter de algunas modo en que ejercen el poder; 7] el elemento
decisiones sobre problemas particularm ente opuesto a la é., o la no é., es la masa, que cons
relevantes para la ciudad seleccionada como tituye el conjunto de personas que no tienen
m uestra y observó cuáles eran los grupos de poder o por lo menos no tienen un poder polí
interés que prevalecían cada vez (método dcci- ticamente relevante, y que numéricamente
sional). Ninguno de los dos métodos está exen son la mayoría, no están organizadas o bien
to de criticas: al prim ero se le ha reprochado están organizadas por los mismos que parti
sobre todo de no haber sido capaz de distin cipan en el poder de la clase dominante, y por
guir entre el poder supuesto y el poder real lo tanto están al servicio de la clase dominan
y de haber logrado identificar mejor el poder te (la teoría de la sociedad de masa es la con
potencial que el real. Al segundo se le ha obje traparte de la teoría de las é. y ambas se han
tado sobre todo que el influjo de un grupo de desarrollado paralelamente en este último
poder no se explica a través de las decisiones siglo). Lo que las diversas teorías tienen en
que logra impedir que lleguen a feliz térm i común desde el punto de vista negativo es. por
no. Es probable, como se ha señalado recien un lado, la critica de la ideología democráti
temente (Stoppino, 1971), que el mejor meto- ca radical, según la cual es posible encontrar
do para identificar un grupo de poder consis una sociedad en que el poder sea ejercido
te en utilizar ambos métodos, que de hecho efectivamente por la mayoría y, por el otro
no son imcompatibles sino más bien se inte lado, la critica de la teoría marxiana, según
gran recíprocamente. la cual ya que el poder está ligado a la pro
piedad de los medios de producción, es posi
Vil CARACTERISTICAS POSITIVAS Y NEGATIVAS DF. LA ble encontrar una sociedad basada en el
teoría A pesar de las divergencias que sepa poder de la mayoría y hasta de todo el pue
ran a los sostenedores de la teoría de las é., blo, cuando la propiedad de los medios de
se pueden señalar, a guisa de conclusión, producción esté colectivizada.
ENAJENACIÓN 527
Como teoría realista de la política, mantie so en virtud del cual alguien o algo (para
ne firme la tesis de que el poder pertenece Marx, la misma naturaleza puede estar impli
siem pre a una m inoría y de que la única dife cada en el proceso de e. humana) está cons
rencia entre un régimen y otro radica en la treñido a convertirse en otra cosa de lo que
existencia o inexistencia de minorías en com es propiamente en su esencia" (P. Chiodi). El
petencia recíproca. Ideológicamente, por el uso corriente del térm ino designa, a menudo
hecho de haber nacido como reacción contra en forma genérica, una situación psicosocio-
el temido advenimiento de la sociedad de lógica de pérdida de la propia identidad indi
masa, y por lo tanto no sólo contra la demo vidual o colectiva vinculada con una situación
cracia sustancial sino también contra la negativa de dependencia y de falta de auto
democracia formal, su principal función his nomía. Apela pues a una situación subjetiva
tórica, que de ninguna manera se ha agota y al mismo tiempo a una dimensión objetiva
do, consiste en denunciar cada vez las siem histórico-social. En este sentido se puede
pre renovadas ilusiones de una democracia hablar de: e. mental como estado psicopato-
integral. Si en su aspecto ideológico pudo lógico vinculado a la enfermedad mental; e.
haber contribuido a obstaculizar el avance de de los colonizados en cuanto sufren e interio
una transform ación democrática de la socie rizan la cultura y los valores de los coloniza
dad (aun en el sentido de que la democracia dores; e. de los trabajadores en cuanto son
y existencia de una clase política minoritaria asimilados con tareas puramente mecánicas
no son incompatibles), en su fase realista con y despersonalizantes a la estructura técni
tribuyó y sigue contribuyendo todavía a des co-jerárquica de la empresa industrial, sin
cubrir y a m antener al desnudo la ficción de tener poder alguno en las decisiones funda
la "dem ocracia m anipulada”. mentales; e. de las masas en cuanto objeto de
heterodirección y de manipulación a través
BIBLIOGRAFIA P. Buchrach. Critica de la teoría eli de los medios de comunicación de masa, de
tista de la democracia (1%7), Buenos Aires, Amo la publicidad, de la organización mercantili-
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1982. n de roi'sseac a marx. La doctrina contractual
transfiere el concepto de e. de un ámbito ori
[NORBERTO B íisBlO] ginalmente jurídico (alie natío como cesión de
una propiedad) al ámbito filosófico-politico
a fin de explicar el fundamento del estado y
enajenación"
ron no- dice: ‘‘O tra- lenguas románicas, a diferencia
i "En el ni\el de máxima genera del español, no conservaron nineün -.djetivo derivado
definición.
lización, la e. se puede definir como el proce-* dei latín alienas |. jenol y sólo han podido construir,
sobre la base de alienare, alienada, términos culto- y
opacas del tipo de 'alienar', ‘alienación’ (compáreselo-
* En l;i “Advertencia del traductor" a K. Marx, El ca con sus equivalente- castellano- transparentes 'enaje
pital, México. Siglo XXt. t. i. vol. I. p. xix, Pedro Sea- nar' \ 'enajenación')" IE.]
528 ENAJENACIÓN
una actividad instrumental en vista de la mera na, mientras que a menudo habla de una
existencia particular; d] extrañamiento de los estructura (el modo capitalista de producción)
hombres entre si en relaciones en la que sur dentro de la cual las relaciones sociales asu
gen antagonismo y competencia. men necesariamente la apariencia fetichista
A partir de La ideología alemana (1845- de cosas. No se debe por tanto minimizar la
1846) Marx, mientras enriquece el análisis del dislocación epistemológica que se ha produ
extrañamiento a través de una historia de la cido; sobre todo cabe señalar el hecho de que
propiedad privada como división del traba la desenajenación y la reapropiación apare
jo, toma sus distancias respecto al comunis cen como efecto de los cambios estructura
mo filosófico y su concepto clave: la e. de la les en el proceso de transición hacia un modo
esencia humana. De hecho Marx y Engels distinto de producción (el comunista).
están elaborando los conceptos fundamenta
les del materialismo histórico y una crítica III. EL CONCEPTO DE ENAJENACIÓN EN LA FILOSOFIA
desde dentro de la economía política, que se política contemporAnea. El marxismo de la
convertirá en teoría del modo de producción Segunda Internacional, aun conociendo en
capitalista como una estructura fundada en párte los escritos inéditos de Marx (el Nach-
la producción de plusvalor. En ello se basa lass fue publicado en parte por F. Mehring),
la tesis de algunos intérpretes que exponen no atribuyó ninguna importancia al concep
la teoría de la e. del joven Marx como "pre- to de e., de la misma manera que resulta un
m arxista" (L. Althusser). La cuestión resulta concepto extraño al marxismo-leninismo de
bastante controvertida, porque: a] si bien es la Tercera Internacional, a pesar de la escru
cierto que en El capital no existe una referen pulosa publicación de los Manuscritos en 1932
cia precisa a la e., también es cierto que en y de los Grundrisse en 1939-1941, estando
partes enteras del mismo, como en la cuarta ambas interesadas en las tendencias objeti
sección del libro primero, se considera la his vas, en la crisis general del capitalismo y en
toria de la industria como un creciente extra la transferencia de las fuerzas productivas
ñamiento de los trabajadores respecto de la maduradas en el seno de la sociedad burgue
concentración de instrumentos de trabajo, sa y en un socialismo entendido como cstati
saber y fuerza combinada del trabajo en un zación de los medios de producción. La rea
aparato objetivo extraño a ellos y contrapues nudación de la problemática conceptual con
to en cuanto capital. En particular existe una cerniente al nexo e.-fetichismo-reificación tie
continuidad entre el concepto juvenil de tra ne lugar más bien al margen de las corrien
bajo enajenado y el concepto maduro de tra tes principales de la tradición marxista, a
bajo abstracto; b] es innegable el estrecho menudo por obra de los críticos de dicha tra
parentesco entre análisis del trabajo enajena dición.
do y el de fetichismo (cap. 1 del libro prime En especial el concepto de e. ha sido fun
ro y cap. 48 del libro tercero), o sea del "carác damental en la filosofía política, que ha inten
ter mistificador que transform a las relacio tado reformular las categorías hegelomarxis-
nes sociales a las que sirven en la producción, tas en relación con la crítica del neocapita-
como portadores, los elementos materiales de lismo por un lado y del socialismo burocrá
la riqueza, en atributos de esas mismas cosas tico por el otro. La difusión de la problemá
(mercancías) y que llega aún más lejos al con tica de la e. tiene lugar en los años cincuenta
vertir la relación misma de producción en una y sesenta cuando se redescubren los prime
cosa (dinero)”; c] el término y el concepto de ros escritos de Lukács y Korsch y tienen gran
e. aparecen muy a menudo en lugares decisi aceptación los trabajos de Marcuse y de Sar-
vos de los cuadernos de los Grundrisse, tra tre. El prim er Lukács (Historia y conciencia
bajos preparatorios para la crítica de la eco de clase, 1923) ve el fenómeno de la e.-
nomía política escritos por Marx en los años reificación extenderse de la fábrica tayloris-
1857-1858: d]es igualmente cierto que inclu ta a todos los sectores de la sociedad —al
so en los lugares de más estrecho parentesco derecho, a la administración, a la industria
con la teoría juvenil, sólo de vez en cuando cultural, etc...— constituyendo sectores autó
retoma el planteamiento conceptual de un nomos, fragmentados, apoyados en una racio
sujeto (el trabajo, o el hombre) que se enaje nalización fundamentada en el cálculo y en
530 ESPACIO POLITIC O
referirse a sistemas históricos. Y podría indu físicas de la realidad social; ftj el equilibrio
cir a sostener erróneamente que, por ejemplo, estable privilegia el statu quo; en cambio, un
una monarquia tradicional, que dura desde sistema para ser estable, es decir para per
mucho tiempo atrás, es estable aunque pue sistir en el tiempo, debe ser capaz de cambiar
da estar en el punto de quedar trastornada adaptándose a los desafíos que provienen del
por una revolución. Por otra parte, es eviden ambiente: sólo una continua adaptación a la
te que en un juicio a posteriori se puede decir realidad siempre cambiante permite a un sis
que un sistema político, que ha durado mucho tema sobrevivir. Se puede afirmar, por lo tan
tiempo, ha sido probablemente estable por to. que. paradójicamente, justo un sistema en
una buena parte de su duración. equilibrio estable corre el riesgo de volverse
La definición dada de e. puede parecer más el más inestable.
bien genérica si no se procede a algunas espe También es errónea la identificación entre
cificaciones. Es necesario, por lo tanto, acla e. y equilibrio indiferente, es decir un equili
ra r qué no es e. La e.. antes que nada, no se brio siempre nuevo y distinto, puesto que no
identifica con el equilibrio estable. Esta ecua esta del todo empíricamente probado que un
ción, hecha por muchos autores, es inexacta, sistema, sobre todo un sistema político, per
y para comprender un puco más a fondo su siga siempre un estado de equilibrio. En efec
erro r es necesario hacer una reseña del con to, para alcanzar sus fines un sistema puede
cepto de equilibrio y, más en general, del también desear un estado no "equilibrado”,
modelo de equilibrio. Se dice que un sistema admitiendo que “desee” algo: precisamente
está en equilibrio cuando se encuentra en una para mantenerse estable, para poder persis
condición de reposo debido a la interacción tir un sistema político, a veces, persigue fines
de fuerzas opuestas, es decir cuando “ningu que perpetúan el desequilibrio.
na variable [del sistema] cambia su posición E. no es, por fin, ni inmovilismo ni estatici-
o relación respecto de las otras variables" dad, en cuanto que un sistema permanece
(Easton, 1953). El equilibrio puede ser está estable justam ente porque es capaz de adap
tico o dinámico. Es estático cuando en esta tarse a los desafíos que provienen del ambien
do de reposo los parám etros del sistema per te, de modificarse autónomamente.
manecen constantes en el intervalo de tiem Cuando se pasa de la definición del concep
po considerado. Es dinámico cuando en situa to al análisis de las condiciones de la e., son
ción de cambio la propia tasa de cambio per necesarias otras precisiones. Puesto que la e.
manece constante o bien se presenta con un consiste en la capacidad del sistema de per
modelo que se repite siempre. Por otra parte sistir a través de las adaptaciones, debe agre
es necesario distinguir, y éste es el punto que garse entonces, antes que nada, que, cuando
más interesa, entre equilibrio estable, ines *e estudian la e. y la inestabilidad, no se estu
table e indiferente. Se tiene equilibrio esta dian dos fenómenos considerados en una
ble cuando el sistema, después de haber sufri perspectiva antinómica, sino un solo fenóme
do cualquier disturbio exterior, tiende a retor no, y el problema es el de determ inar empí
nar al precedente estado de quietud. Se tie ricamente el grado de e. de un sistema parti
ne equilibrio inestable cuando el sistema, cular.
siempre por la intervención de un disturbio Además hasta ahora se ha hablado de e. del
exterior, se encuentra en un equilibrio pre sistema, sin precisiones ulteriore*. Pero para
cario que lo predispone a asum ir otras posi ser más exactos es necesario introducir la dis
ciones, conformes o no con la precedente. Se tinción entre comunidad política, régimen y
tiene, por fin, equilibrio indiferente si el sis autoridad. Por comunidad política se entien
tema asume una nueva posición después de de “el conjunto de miembro* de un grupo en
la intervención de cualquier factor exterior. el que hay división del trabajo político y que
Lo* motivo* por lo* cuales *e rechaza la persigue objetivos que los miembro* por
identificación entre e. y equilibrio estable *on separado no podrían alcanzar". El régimen
por lo menos do*: a] la noción de equilibrio es “el conjunto de valores (los principios y las
estable no lleva lejos y, de todas formas, no metas colectivas sobre los cuales, habitual-
parece susceptible de hacerse operativa por mentc. existe una plataforma mínima de
la distancia que separa estas concepciones acuerdo en el interior de la comunidad), de
ESTABILIDAD PO L IT IC A 535
las normas (las reglas del juego que discipli nes políticas bastante moderadas v equilibra
nan la participación en la vida política) y de das. Por lo lanto, en un sistema político con
las estructuras de autoridad (las funciones “cultura cívica" se tendrá una actividad polí
ocupadas por gobernantes dotados de legiti tica vivaz, pero sin poner en peligro a la auto
midad) típicos de todo sistema político”. Por ridad gobernante, un empeño civil modera
autoridad, finalmente, se entienden "los do, disensiones poco profundas, confianza en
gobernantes oficiales en el interior del régi el propio ambiente social y. por fin, un pru
men”. Estas distinciones entre comunidad dente con junto de respeto por la autoridad y
política, régimen de autoridad —y, luego, en de vigorosa independencia. Este tipo de cul
el interior de los regímenes, o sistemas polí tura es la más congruente con un sistema polí
ticos, entre sistemas políticos democráticos tico democrático y garantiza mejor que cual
y autoritarios, primitivos y modernos, tradi quier otra la estabilidad.
cionales y en vías de desarrollo— son nece Se puede considerar, por lo tanto, que un
sarias para especificar mejor las condiciones sistema político es estable no tanto a causa
fundamentales de la e., que son distintas de su estructura sino de su cultura política
según los diferentes niveles y tipos de siste congruente con la propia estructura. Y esta
mas en los que se mueve. Resta decir que, pro congruencia existe cuando la cultura políti
bablemente. las condiciones de e. de un cier ca induce a los miembros de una comunidad
to tipo de autoridad están englobadas en las a obedecer a las estructuras y a tener tanto
condiciones de un determinado sistema polí conocimiento y conciencia de las mismas
tico, y éstas a su vez en las condiciones de una como sentimientos y evaluaciones a ellas
determ inada comunidad política. favorables, como sucede cuando se incluyen
Casi todos los estudiosos de la e. se han estructuras democráticas en una “cultura
dedicado a la enucleación de las condiciones cívica”. Pero si es asi, está claro que esta
de e. de los sistemas políticos democráticos explicación privilegia demasiado el momen
(t . democracia). Se ha contribuido muy puco to cultural. Y, aun sin desconocer completa
al estudio de este fenómeno en los sistemas mente el papel de la cultura política, se podría
no democráticos. Por lo tanto, m ientras que oponer una explicación estructural igualmen
es posible dar explicaciones avanzadas y aten te plausible y sostener que son las estructu
dibles de la e. democrática, no se puede decir ras democráticas quienes forman y mantie
nada válido de la e. no democrática: son nen una "cultura cívica” y no al contrario.
demasiados los problemas no resueltos al res Probablemente la verdad está en un condicio
pecto. namiento reciproco entre cultura y estructura
en el que no es posible distinguir un prius o
ti hipótesis principal Las hipótesis más rele en el cual, de cualquier manera, la prioridad
vantes referidas a e. del sistema político son debería sei sum inistrada por pruebas empí
cuatro. La prim era puede enunciarse así: ricas más conclusivas y esmeradas. Además,
“sólo un sistema pulítico democrático que parece que Almond usa el término "estructu
posee una cultura cívica tiene probabilidades ra ” en una acepción puramente formal y, en
de ser estable” (Alrr.ond y Verba, 1963). Es la cuanto tal, demasiado restringida e inexacta,
más clásica explicación “cultural” de la e. excluyendo, por ejemplo, estructuras como
Aun reconociendo la importancia de otros fac los partidos y los grupos de presión.
tores, Almond atribuye un papel decisivo a la La segunda hipótesis es: “ Un sistema polí
cultura política, es decir al conjunto de las tico democrático es estable sólo si está a]
actividades y de las orientaciones de los desarrollado económica y socialmente; b]
miembros de una comunidad nacional hacia dotado de legitimidad, y c] de eficacia” (Lip-
el sistema político del que forman parte (v. set, 1963). Esta es la esencia de la teoría de
cultura política). Lipset, quien hace también una serie de con
En cuanto a la cultura cívica, es una cultu sideraciones sobre la función de la iglesia
ra participante, propia de ciudadanos orien católica y de la religión en general, sobre la
tados a asum ir un papel activo de apoyo al importancia del comportamiento de ciertos
sistema político; es la resultante de un con grupos conservadores, sobre el papel del con
junto de actitudes que producen orientacio flicto en una sociedad democrática, sobre el
536 E S T A B IL ID A D PO LITICA
distinto desarrollo histórico de las naciones, lodo tipo de sistema político con cualquier
etc. Pero, en el Fondo, Lipset asigna importan grado de e.-inestabilidad es posible, y en estos
cia sólo a los tres factores mencionados más casos el desarrollo socioeconómico explica
arriba, si bien puede afirm arse que conside muy poco.
ra al desarrollo socioeconómico como el úni Más compleja y refinada es la teoría de la
co factor verdaderamente determinante de la e. democrática formulada por Eckstein. Esta
e. democrática. En efecto, por una parte, la se puede resumir en la tercera hipótesis: “Un
eficacia, es decir la capacidad del sistema de sistema político democrático es estable sólo
lograr asum ir sus funciones de gobierno fun si los modelos de autoridad en el nivel guber
damentales, es rápidamente apartada pues nativo son congruentes con aquéllos en el
to que se le atribuye "antes que nada el sig nivel de sociedad civil" (Eckstein, 1966). Eck
nificado de un constante desarrollo económi stein parte de una definición de e. más amplia
co” (Lipset, 1923). Por la otra, se reconoce a que la aquí formulada. En efecto, compren
la legitimidad —es decir a la capacidad del de no sólo la persistencia de los modelos sino
sistema de hacer surgir y mantener la convic también la eficacia dccisional y la genuinidad
ción de la validez de las instituciones políti democrática. Y. declarando querer ir más allá
cas vigentes— una influencia secundaria en de las causas superficiales de la e., como un
el condicionamiento de la e. de una democra alto nivel del consenso, una cultura política
cia; en otras consideraciones Lipset destaca pragmática o un cierto sistema de partidos,
el papel decisivo del desarrollo socioeconó llega a formular el concepto central de su teo
mico para el nacimiento del consenso en los ría: la congruencia entre modelos de autori
sistemas democráticos, afirmando, por ejem dad. Puesto que existen formas de autoridad,
plo, que una democracia más "rica" es más de relaciones de subordinación, en cualquier
estable, en cuanto que a un ingreso nacional agregado social, un modelo de autoridad es
más alto corresponde una mayor igualdad congruente con otro cuando es idéntico o al
social, una distribución más equitativa de bie menos bastante similar a él. Un ejemplo esta
nes de consumo y, por lo tanto, un mayor apo ría dado por los modelos de autoridad pre
yo al sistema. Es, por lo tanto, el desarrollo sentes en el gobierno y en los partidos políti
socioeconómico el único factor que está en la cos ingleses: la congruencia está dada por el
base de esta explicación de la estabilidad. hecho de que, en ambos casos, los modelos
En verdad, es justam ente la relación de de autoridad resultan formados por una com
dependencia entre desarrollo socioeconómi binación sim ilar de elementos democráticos
co y e. la que requiere todavía ser verificada: y autoritarios.
podría tratarse de una simple relación de Sin embargo, hay una dificultad que debe
coincidencia. Por ejemplo, se debería expli ser superada antes de poder afirm ar la exis
car cómo es posible que existan países con tencia de esta congruencia: aún en un siste
alta tasa de desarrollo socioeconómico, como ma político democrático existen organizacio
Francia e Italia, que pueden ser considerados nes, como las económicas, militares o buro
inestables. Sobre todo, no puede ser invoca cráticas, que por sus propias características
da para Francia la excepción del rápido desa funcionales deben ser no democráticas. En
rrollo económico, con base en la cual se sos estos casos es posible hablar de congruencia
tiene que. permaneciendo verdadera la regla sólo si se tiene presente que la semejanza de
general de dependencia entre desarrollo y e., modelos, requerida para afirm ar la propia
ésta puede sufrir una excepción siempre que congruencia, es siempre menor a medida que
el país considerado haya tenido un desarro aumenta la distancia entre los modelos de
llo económico rápido: Francia, justamente, no autoridad considerados, es decir entre mode
ha tenido un tipo de desarrollo similar. Ade los de nivel gubernativo —que siguen siendo
más, esta correlación parece débil aun basán el punto de referencia fijo— y modelos gra
donos en la consideración de que incluso, dualmente más cercanos a la sociedad civil
admitiendo que a los niveles más altos y más y lejanos de las estructuras gubernativas: es
bajos de desarrollo correspondan, respecti éste el concepto de semejanza gradual. Se
vamente, países estables e inestables, queda puede afirmar, por lo tanto, que un sistema
toda una amplia franja intermedia en la que político es estable si los modelos de autori
E S T A B IL ID A D PO LITIC A 537
dad del nivel gubernativo son idénticos a menor existencia de la propia congruencia.
aquéllos del nivel de sociedad civil o bien exis Por lo tanto, un sistema político será estable
te semejanza gradual entre los dos tipos de no sólo si existe la congruencia antes preci
modelos, semejanza mayor o menor según la sada sino también e. de los modelos de auto
distancia de los modelos de autoridad del ridad y, consecuentemente, de las estructu
nivel social respecto de los gubernativos. A ras políticas y sociales. La congruencia expli
la prim era condición corresponde la con ca sólo una parte del problema. Por la otra
gruencia máxima, por ejemplo entre modelos parte, una e. es explicada con otra e. o per
gubernativos y modelos de autoridad presen sistencia dada por descontada: la de los mode
tes en los partidos políticos; a la segunda con los de autoridad y de las estructuras políti
dición corresponde la congruencia mínima, cas y sociales. En el fondo, la hipótesis de la
por ejemplo entre los mismos modelos guber congruencia entre modelos de autoridad pare
nativos y los modelos de autoridad presentes ce ser un modo bastante inteligente de demos
en la familia. tra r el condicionamiento recíproco existente
Así, para que en el plano real haya con entre estructuras políticas y sociales y, tam
gruencia, no sólo las relaciones de autoridad bién,’ entre estructuras políticas y cultura,
dentro de la sociedad deberían ser más demo asumiendo una única unidad de análisis: los
cráticas sino que las propias estructuras polí modelos de autoridad.
ticas deberían tener un cierto grado, por otra A diferencia de los autores precedentes, al
parte ineliminable, de autoritarismo. En efec form ular su propia teoría, Huntington pien
to, será dificilísima una congruencia de cual sa más en los países en vías de desarrollo, y
quier tipo si el sistema político institucional en cómo transform ar la inestabilidad típica
configura una democracia pura. Será, en cam de estos países en c., que en los democráti
bio. más probable si configura una democra cos, desarrollados y estables. Y esto cambia
cia impura, es decir si un cierto grado de auto notablemente la perspectiva, en cuanto
ritarism o contamina un sistema democráti replantea, entre otras cosas, el problema de
co. Sobre la necesidad de este "balanceo" la mayor o menor existencia de condiciones
Eckstein insiste particularmente también en de e. válidas para todo sistema político, demo
el nivel de cultura política, donde una acti crático o no. Por lo tanto, la cuarta hipótesis
tud pragmática debería chocar y equilibrar es: “Un sistema político es o se hace estable
se con una ideológica. sólo si posee o alcanza un nivel de institucio
La teoría de Eckstein, por ser interesante nalización adecuado al nivel de participación
y aguda, requiere una ulterior afinación en existente" (Huntington, 1968). Si la pobreza
el nivel teórico y el apoyo de una cuidadosa absoluta o la riqueza pueden ser considera
investigación en el nivel empírico. En este das como otras tantas barreras a la inestabi
nivel, la aplicación a Noruega evidentemen lidad. existe una amplísima faja de países de
te no es suficiente para validar la teoría: es moderado, o apenas iniciado, desarrollo eco
necesario examinar también otros casos. En nómico, que constituye un terreno fértilísimo
el nivel teórico siguen siendo vagos y ambi para la inestabilidad. Si luego interviene la
guos tanto el concepto de semejanza gradual movilidad social (r. movilidad), que produce
como el de “balance”. Sería necesario, pues, expectativas cada vez más crecientes, enton
precisar el quantum de congruencia que un ces el resultado es sin duda la inestabilidad.
sistema debe tener, en los distintos niveles de A este estado del sistema se llega, por lo tan
segmentación social, para ser estable. En to, a través de los siguientes pasos: las expec
suma, desde este punto de vista, se cae en una tativas, creadas por la movilidad y no satis
cierta aproximación. fechas por el desarrollo, son portadoras de
La teoría de Eckstein plantea también otras frustración social; si ésta se halla en el inte
dificultades: es evidente que la condición sine rior de la sociedad con oportunidades de
qua non de la congruencia es la existencia de movilidad, el resultado es un impulso a la par
patrones de autoridad en el nivel gubernati ticipación como único medio para superar la
vo y en el nivel social que sean estables a su propia frustración; pero un salto en la parti
vez, o persistentes, y no en continuo cambio: cipación, al que no corresponda de inmedia
sólo asi es posible establecer la mayor o to un aumento de la institucionalización, con-
53» ESTABILIDAD POLITICA
sional tanto más estable será un sistema polí de confrontar el porcentaje de los votos a tri
tico democrático. buidos a los partidos ant¡sistema con el por
La legitimidad es la medida en que un sis centaje de los votos obtenidos por los parti
tema político democrático se considera mere dos prosistema.
cedor de apoyo por parte de los miembros del El otro "indicador” está dado por el quan
mismo sistema. No es ésta una definición que tum de orden-desorden civil existente, que se
conduce a entender la legitimidad como sim concreta en la frecuencia de las huelgas gene
ple aceptación pasiva del sistema o bien como rales o políticas, en las manifestaciones sobre
obediencia voluntaría a las instituciones temas de público interés, en choques entre
vigentes con base en un cálculo de convenien grupos de extremistas o entre éstos y la poli
cia o a causa de la existencia de costum bres cía, en delitos políticos y otras expresiones
de obediencia consolidadas. Es, en cambio, similares de negación de las instituciones
una concepción que toma en consideración el democráticas.
conjunto de los sentimientos positivos de los La eficacia decisional, que es la otra condi
ciudadanos en relación con las instituciones ción de la e. democrática, establece proble
democráticas, consideradas como las más mas empíricos de todavía más difícil solución.
idóneas para disciplinar los conflictos, para Se define como eficacia la propiedad que tie
proteger los derechos de los miembros del ne un sistema político de tomar y ejecutar con
sistema. prontitud decisiones relevantes en respuesta
Dos son los aspectos de la legitimidad que a desafios políticos. Son distintos los elemen
es necesario analizar: su amplitud y su inten tos que tienen relevancia en este caso: desde
sidad, es decir la proporción de los miembros el número de las personas que establecen el
del sistema dispuestos a apoyar las institu desafío, a la importancia de estos mismos gru
ciones y la profundidad de esta voluntad de pos. a la esencia del desafío por su repercu
apoyo o, por el contrario, la profundidad de sión sobre todo el sistema político. Sin des
enajenación del propio sistema. Es. sin cuidar. por otra parte, la importancia de la
embargo, bastante problemático destacar existencia de elites hábiles y capaces de obte
estas dos dimensiones en cuanto que se redu ner prestaciones satisfactorias del sistema.
cen, en esencia, a percepciones subjetivas y, Existen, además, estrechas relaciones entre
como tales, difíciles de aprehender empírica eficacia decisional y legitimidad por lo menos
mente. por un triple orden de factores. Es claro,
De cualquier manera, prescindiendo de una antes que nada, que sólo un sistema político
serie de problemas a afrontar, parecen ser eficaz, que sepa responder y satisfacer a las
dos los modos más seguros para destacar la demandas establecidas por sus miembros
existencia de estas dim ensiones de la logra, a largo plazo, m antener o am pliar su
legitimidad-ilegitimidad: la adhesión a grupos legitimidad: la ineficacia repercute sobre el
antisistema y el grado de orden civil existen apoyo corroyéndolo hasta reducirlo a niveles
te. El prim er "indicador” puede asum ir dis de guardia y, por otra parte, un sistema efi
tintas formas: de la participación en complots caz se crea un apoyo cada vez más amplio. En
revolucionarios, a la pertenencia formal a segundo lugar, si un sistema es, por si mis
organizaciones antisistema, a las contribucio mo, poco legitimo, sucederá que la eficacia
nes financieras, a dar el voto a partidos anti misma aum entará de importancia para el
sistema. a la simple identificación y simpa mantenimiento del sistema: bastarían, en
tía. Entre estas diversas manifestaciones, el efecto, pocas decisiones ineficaces para poner
porcentaje de los votos por partidos antisis en duda la sobrevivencia del sistema, en cuan
tema parecería el “ indicador" más claro, to que éstas producirían una erosión —aun
dado que se puede com probar —como debe pequeña— del apoyo ya bajo. Por fin, para
ría hacerse de vez en cuando— si un partido poder verificar si una decisión e- más o
extremista, de derecha o de izquierda, si un menos eficaz seria necesario observar sus
partido separatista o uno monárquico en un efectos sobre los miembros del sistema y
régimen republicano, >on partidos antisiste- poder controlar el grado de satisfacción
ma en el sistema partidista considerado. Un expresado por éstos. Obviamente, la satisfac
modo de com pletar este "indicador" sería el ción se traducirá en apoyo al sistema.
540 E S T A B IL ID A D PO LÍTIC A
o sea garantía de las libertades fundamenta Desde un punto de vista marxista, este cam
les a través de la ley general abstracta apli bio de rumbo es el que ha llevado a la forma
cada por jueces independientes; ción del capital social global (Gcaamtkapital),
2 ] estructura material del sistema jurídico: que consiste en la concentración del capital
libertad de competencia en el mercado, reco industrial y en el sometimiento a éste del capi
nocida en el intercambio entre sujetos pro tal comercial, con el fin de reducir los tiem
pietarios: pos de circulación en los que permanece fijo
3] estructura social del sistem a jurídico: la de manera improductiva el valor a realizar.
cuestión social y las políticas reform istas de La presencia de fuertes concentraciones
integración de la clase trabajadora: industriales representaba un grupo de pre
4] estructura política del sistema jurídico: sión en condiciones de incidir en la política
separación y distribución del poder (F. Neu- interna, como se demostró por ejemplo en
mann, 1973). Alemania con el establecimiento de una polí
Los cambios acaecidos en la estructura tica de protección aduanera.
material y en la estructura social del sistema La relación estado-economía quedó modi
jurídico ocasionan las transformaciones en el ficada pues por la constitución del capital
nivel formal y en el nivel político. financiero y no podía ya fundarse, como en
el siglo x v iii , en una independencia de la polí
u. el capitalismo okgamzado. Entre fines del tica respecto del intercambio de mercado. El
siglo xix y principios del siglo xx se produ paradigma ha cambiado: la política económi
cen transformaciones profundas en la estruc ca del estado interviene ahora directamente
tura material del estado de derecho por cuan y no sólo mediante medidas proteccionistas
to viene radicalmente alterada la forma de la en la confrontación con el capital monopolista
libre competencia de mercado. "Organisier- o incluso con maniobras m onetarias de la
ter Kapitalismus” es la categoría que expre banca central y progresivamente con la crea
sa este im portante cambio. En Alemania, por ción de condiciones infraesiructurales favo
ejemplo, el cambio de rumbo tuvo lugar des rables a la valorización del capital industrial.
pués de los años setenta, favorecido por algu (Desde un punto de vista teórico, esto impli
nas tendencias: a] la introducción de tecno ca el paso de la economía política al análisis
logía avanzada; el trato preferencial a las y crítica de la política económica del estado.)
grandes empresas; la formación planificada Al cam biar la estructura material se alte
de "capital humano" y la consolidación de un ra pues la lógica de la política estatal, ya que
nacionalismo económico como ideología del un estado que primero ha contribuido, duran
desarrollo; b] la legislación liberal de los años te todo el siglo xviii, a crear la forma de m er
setenta —nuevo derecho industrial, bancario, cado, no sólo con respecto a las mercancías
comercial, de acciones y de bolsa— que creó sino también con respecto al trabajo, al dine
un marco institucional para este desarrollo, ro y a la tierra (K. Polany) y, posteriormente,
el cual fue considerado ventajoso por parte se ha limitado a garantizar formalmente des
de los representantes de los bancos y de las de fuera la estructura del libre cambio, se
empresas (H.U. Wehler, 1974). La forma de la convierte ahora en un estado que interviene
propiedad cambió en cuanto pasó a ser dispo activamente desde dentro del proceso de valo
nible a través de acciones de bolsa. Al mismo rización capitalista. Pero el cambio no afec
tiempo la anarquía en la producción encontró ta solamente a la política económica, sino
un prim er remedio en una forma de planifi también a las funciones tradicionales del esta
cación económica privada. Se asistía a la for do de derecho. F. Neumann ha analizado en
mación de grandes concentraciones que en- efecto las transformaciones de la función de
contraron un apoyo en los bancos, aunque no la ley ante la presencia del “capitalismo orga
llegaran a fundirse con ellos. La tendencia que nizado". La ley general abstracta correspon
daba ya delineada y las antiguas formas sepa de formalmente a una situación de mercado
radas de capital industrial, comercial y banca- constituida por sujetos que intercambian
rio se unieron bajo la forma de capital finan libremente en condición de paridad. La diver
ciero. realidad histórica en la que se manifestó sificación del capital en sectores monopóli-
el “capitalismo organizado". cos y sectores todavía competitivos pide en
ESTADO CONTEMPORÁNEO 5-13
cambio una intervención legislativa de tipo del estado de derecho es racional —escribe
selectivo. Weber— cuando "se apoya en la creencia de
Sin embargo, esta posibilidad es casi siem la legalidad de los ordenamientos estableci
pre irrealizable, porque en el Parlamento dos o del derecho de aquellos que han sido
están presentes los partidos de la clase tra llamados a ejercer el poder". Así pues la fe
bajadora, que podrían imponer un control en la legitimidad se convierte en una fe en la
"dem ocrático” de la economía, frente a los legalidad, y la legitimación de la adm inistra
partidos que tradicionalmente tutelan los ción que trasm ite las órdenes políticas pasa
intereses del capital en contra del trabajo. De a ser una legitimación legal. La lógica de esta
ello se sigue un vacío de la función legislati racionalidad adm inistrativa es propia del
va y una reorganización de la dirección polí estado de derecho: se presenta como ejecu
tica, que ha empezado a desplazarse a otros ción de la ley general según un esquema del
centros del aparato estatal. Las últimas fases tipo " s i . . . entonces. . N. Luhmann lleva
de la república de VVeimar, por ejemplo, antes a las últimas consecuencias el planteamien
del advenimiento del nacionalsocialismo, se to weberiano y formula la hipótesis, dentro
caracterizaron por una acentuación de las de un*esquema sistémico, de un tipo de legi
intervenciones presidenciales en forma de timación por procedimiento (electoral, legis
decretos y por un creciente recurso al poder lativo, judicial, administrativo) [Legitimution
de revisión judicial, con base en la cual el juez durch Verfahren]. Este tipo de lógica de carác
podía interpretar la ley general abstracta ter hipotético-deductivo que va del caso p ar
recurriendo a "principios generales" extra- ticular a la ley general será profundamente
jurídicos, especialmente en los contenciosos alterado por las modificaciones que se irán
de trabajo y en la reglamentación de la com produciendo dentro de la sociedad civil.
petencia de mercado: esto representó un Weber detecta algunas características prin
resurgimiento del derecho natural, pero ya no cipales del poder legal racional: impersona
en forma progresista como lo fue para la bur lidad, jerarquía de las funciones (v. poder) y
guesía de los siglos xvu y xvm, sino con una finalmente competencia, o sea la posesión por
función conservadora. Más allá de los conflic parte de los funcionarios de un saber especia
tos históricos, se puede afirm ar que la ten lizado. Resulta pues evidente que la creencia
dencia detectada por Neumunn representa un en la legitimidad, convertida en creencia en
camino irreversible del e. contemporáneo, la legalidad, pasa a ser en última instancia
que lo ha llevado a vaciar progresivamente el una fe en el saber especializado del aparato
poder legislativo en beneficio de una orga administrativo. Pero todo ello correspondía
nización corporativa del poder fundada en todavía a una estructura formal adecuada a
la creciente funcionulizución de las agencies una economía de mercado competitivo.
de la administración en su relación con los W eber no podía prever las transformaciones
diversos sectores del capital (J. Hirsch, J. del aparato adm inistrativo y la nueva racio
O’Connor).I. nalidad, ya no de tipo legal-racional, impuesta
por una sociedad civil que se ha ido hacien
III. EL PODER LEGAL-RACIONAL. A una sociedad do cada vez más complicada.
estructurada sobre los automatismos del
mercado corresponde un cierto lipa de poder, IV. El. i'KOBLEMASOCIALDELESTADOCONTEMPORANEO.
que Weber define como legal-racional. y un La "cuestión social’’, que irrumpe en la segun
cierto modo de trasmisión de las órdenes con da mitad del siglo xix. tomó poi sorpresa a
cretas. Poder e> la posibilidad que tienen cier la burguesía, imponiéndose como el proble
tas órdenes específicas de ser obedecidas por ma principal que ella debía afrontar y repre
parte de un determinado grupo de personas. sentando hasta el momento el punto clave del
Todo poder requiere de un aparato adminis e. contemporáneo.
trativo para la ejecución de sus ordenamien En 1601 se había promulgado en Inglaterra
tos generales. En definitiva lo que legitima el la Poor Law, ley que instituía un impuesto
poder no es tanto o sólo la motivación afecti para ayuda a los pobres con un sistema de
va o racional respecto del valor, sino sobre s u b s i d i o s en dinero, pero fue un intento de
todo la creencia en su legitimidad. El poder eliminar más bien a los pobres que a la pobre-
544 ESTADO CONTEMPORANEO
7.a. Cada comunidad, que dcbia proveer al a la obra con plena convicción”. El Verein fue
mantenimiento de sus propios pobres, busca el principio de una ideología conocida como
ba la m anera de expulsarlos o de perm itir la socialismo de cátedra, la cual, empleando un
entrada al menor número posible. Hasta prin método histórico en economía, fue el prim er
cipios del siglo xix las funciones asistencia- intento, aun antes del marginalismo, por opo
les eran confiadas a las corporaciones de nerse a la difusión en Europa del marxismo
artes y oficios. Al desaparecer éstas, cumplie por parte del estado legislativo de derecho.
ron dicha misión las sociedades de ayuda Ciertamente por este camino empezó a
mutua, que tenían también una tarea de pre abrirse de manera problemática una alterna
visión social. Finalmente la previsión social tiva al liberalismo. En efecto, a finales del
se impuso como una necesidad ante los ries siglo xix nació un estado intervencionista
gos surgidos de la revolución industrial, que que se comprometía cada vez más en la finan
creaba para los trabajadores unas condicio ciación y en la administración de programas
nes con mayores carencias y los relegaba a de seguridad social. Las prim eras formas de
vivir en vastos conglomerados urbanos sin los welfare se dirigían a contrastar el avance del
vínculos de solidaridad existentes en la comu socialismo buscando crear una dependencia
nidad rural. del trabajador respecto del estado, pero al
La "cuestión social", surgida como efecto mismo tiempo elaboraron algunas formas de
de la revolución industrial, representó el fin política económica destinadas a modificar
de una concepción orgánica de la sociedad y irreversiblemente el rostro del e. contempo
del estado (típica de la filosofía hegeliana), ráneo. La ley que instituía pensiones por inva
que sostenía que la unidad de la formación lidez y vejez, aprobada en Alemania en 1889,
económico-política estaba asegurada por el representaba una contribución de 50 marcos
desarrollo autónumo de la sociedad, con la por parte de la hacienda imperial para cada
simple garantía de unas intervenciones polí pensionado. Más adelante los seguros socia
ticas de "policía". les, extendidos a otras categorías de trabaja
Se impuso en cambio la necesidad de una dores además de los obreros, constituyeron
tecnología social que detectase las causas de una forma de redistribución del ingreso entre
las fracturas sociales y buscase los remedios los núcleos familiares. Siempre con este fin
a través de intervenciones concretas de refor se fue imponiendo progresivamente una inter
ma social. Si Inglaterra, antes de 190Q, con vención financiera del estado cada vez más
taba ya con una avanzada legislación de fábri acentuada.
cas, en la Alemania de Bismarck se llevó a
cabo, en cambio, una serie de intervenciones v. el estado fiscal. R. Goldscheid ha señalado
articuladas dirigidas a crear un sistema de la tendencia histórica hacia un progresivo
previsión social, concretado entre 1883 y 1SS9 empobrecimiento del estado, ya que la bur
en los primeros programas de seguro obliga guesía ha sabido crear un estado dependien
torio contra la enfermedad, la vejez, la inva te de sus concesiones en cuanto a disponibi
lidez. Tanto la legislación de fábrica inglesa lidad financiera. Si en la época del estado
como el sistema de previsión social alemán absolutista los que detentaban el poder repre
tuvieron una amplia aplicación en otros paí sentaban exactamente al estado y la riqueza
ses. Dinamarca aplicó los procedimientos de del estado era su propia rique/.u, en la época
pensión entre 1891 y 1S98; Bélgica entre 1894 del gobierno constitucional estado y propie
y 1903; Suiza, con una enmienda constitucio dad se separan. Esta separación origina la
nal de 1850, permitió al gobierno federal orga dependencia —una dependencia fiscal— del
nizar un sistema de seguridad nacional. estado respecto de la sociedad. El problema
La obra de Bismarck encontró un firme del estado parece estar pues en su "recapita
apoyo en la constitución en 1873 del Verein lización" sobre la base de la imposición fis
¡iir Sozialpolilik, fundado por G. v. Schmoller, cal, o sea en la acumulación y concentración
que agrupaba “bajo una misma bandera a de capital público y de propiedad pública
todos aquellos que, de acuerdo con la urgen p-ira perm itir la solución de los problemas
cia de las reformas sociales y dispuestos a tra sociales más urgentes. E. Forsthoff ve en el
bajar por ellas, se habian decidido a en trar estado fiscal la posibilidad de realizar una
ESTADO CONTEMPORANEO 545
síntesis entre estado de derecho y estado ros decenios de este siglo el principal motivo
social, dejando inalterada la estructura de la de crisis del e. contemporáneo, al escribir que
propiedad y realizando al mismo tiempo una "es el momento de la empresa privada... y con
redistribución del ingreso tal que pueda resol la empresa privada es también el momento
ver la emergencia de las múltiples instancias de! Estado fiscal", pero "la sociedad está cre
sociales. ciendo más allá de la empresa privada y del
Por este camino la ciencia de las finanzas Estado fiscal” (Schumpeter, 1918, p. 371).
debe culminar en una teoría de la propiedad
pública. Las finanzas públicas empiezan asi vi. la teoría marxista del estado. En la recien
a adquirir un papel central en el análisis del te teoría marxista el estado se concibe como
estado, ya que en ellas se sintetiza la relación una derivación (Ableitung) de la lógica de valo
de lo '‘político" con la sociedad civil ("todo ración del capital. El enfoque metodológico
problema social es un problema financiero", que se emplea en estos procesos deductivos
escribía Goldscheid a principios de siglo). La es genético y funcional: genético porque se
sociología de las finanzas se impone de hecho investiga el origen histórico de las funciones
como el enfoque que puede indagar la depen del estado, que se encuentra en los conflictos
dencia del estado respecto de las estructuras entre las clases sociales o en la contradicción
sociales. entre los diversos sectores del capital; funcio
Lo que puede consolidar al estado fiscal es nal porque se analiza si las tareas produci
el ahorro, pero es necesario definir los lími das históricamente y presididas por el esta
tes dentro de los cuales puede desarrollarse do se convierten o no en una relación de fun
la intervención fiscal del estado, a fin de no cionalidad respecto de los procesos de valo
anular el interés financiero de los empresa ración de la estructura capitalista.
rios en el proceso productivo. Es posible distinguir cuatro funciones fun
La discusión sobre el estado fiscal a prin damentales que lleva a cabo el e. contempo
cipios del siglo xx refleja las transformacio ráneo: a] creación de las condiciones materia
nes producidas dentro de la estructura mate les generales de la producción ("infraestruc
rial y social del estado de derecho. Así se pue tura”); b] determinación y salvaguarda del sis
de reconocer la necesidad de "recapitaliza tema general de leyes en el que se dan las rela
ción" del estado para proveer a la satisfac ciones entre sujetos jurídicos dentro de la
ción de la demanda social y discutir la sociedad capitalista; c] reglamentación de los
posibilidad de una transformación del libre conflictos entre trabajo asalariado y capital;
juego competitivo de las fuerzas de mercado d] afirmación y expansión del capital nacio
(J. Schumpeter, 1918). nal global en el mercado capitalista mundial
Se trata pues de definir por un lado los már (E. Altvater, 1979).
genes permitidos a la imposición directa y por Si A. Smith y D. Ricardo limitaban las fun
el otro de analizar las posibilidades concre ciones del estado al mantenimiento de insti
tas de constitución y desarrollo de un estado tuciones militares, policiales, educativas y
empresarial en condiciones de dirigir empre jurídicas y dejaban todo lo restante al desa
sas públicas; sin embargo se deja entrever en rrollo "natural" de la lógica del mercado, las
ello una crisis de la lógica que dirige la for funciones anteriormente señaladas expresan
ma mercado. El estado fiscal se encuentra en cambio claramente la presencia del esta
ante dos limitaciones: la prim era representa do dentro del proceso de acumulación.
da por la naturaleza del objeto fiscal (según Desde un punto de vista m arxista este pro
la cual la imposición directa puede gravar ceso se explica por un aumento progresivo de
mayormente sobre la renta y sobre el capital la complejidad del proceso de producción: el
monopólico que sobre la empresa competiti desarrollo capitalista se ha hecho cada vez
va) y por la tendencia a la conservación de una más dependiente de la ciencia y de la técni
economía libre; la segunda constituida por la ca, la división del trabajo se ha ido acentuan
posibilidad de un incremento no controlable do más y más, las prestaciones laborales se
de la demanda de gasto público hasta el pun han hecho más especializadas. El sector pre
to di producir el colapso del estado fiscal. dominante del desarrollo económico —el del
Schumpeter había ya detectado en los prime capital monopólico— requiere de crecientes
346 ESTADO CONTEMPORANEO
vil. i-Acrisis df. i.a planificación i*olitica. La con tiva aparece organizada en agencias que tie
solidación de una sociedad compleja altera nen como objetivo la satisfacción de intere
los principios fundamentales del estado de ses sectoriales. Al no poderse realizar una pla
derecho. Esta complejidad es consecuencia, nificación de toda la estructura productiva,
por un lado, de una diversificación del apa la única práctica adm inistrativa posible de
rato productivo en tres sectores (monopóli carácter decisional consiste en una coordina
co, competitivo, estatal) con su consiguiente ción negativa (F. Scharpf, 1973) de las posi
segmentación en el mercado del trabajo; por bles decisiones a tomar, o sea que las agen
el otro lado, de una multiplicación de instan cias se limitan a excluir aquellas decisiones
cias. necesidades y comportamientos en el que podrían tener efectos negativos en los sec
campo de la reproducción de la fuerza de tra tores mencionados. Se plantea asi una con
bajo. a lo que debe corresponder una inter tradicción real entre las decisiones tomadas
vención política profundamente diferenciada. por proyectos, determinadas por un cierto
Al tradicional aparato político-representati sector productivo, y el conjunto de la socie
vo del estado se añaden funciones económi dad, cuyas relaciones no pueden separarse: la
cas (orientadas a la valorización de los diver complejidad de los fenómenos recíprocamen
sos sectores del capital global) y funciones te interrelacionados se descompone en una
sociales dirigidas a asegurar, a través de multiplicidad de polos decisionales adminis
diversas formas de política social, la integra trativos carentes de un centro unificador
ción de la fuerza de trabajo en los equilibrios capuz de captar dicha complejidad en su con
del sistema político-económico. junto. Entre la decisión político-administra
Estas connotaciones modificadas de las tiva y el conjunto de la sociedad existe una
relaciones entre "político” y "económico” ori brecha que consiste en un déficit inform ati
ginan la crisis de los principios fundam enta vo y que apela en última instancia a la con-
les del estado legislativo de derecho, a saber: flictividad de los intereses sectoriales. Se tra
a] del principio de la supremacía del poder ta pues de una coordinación solamente nega
legislativo; b] de la legalidad de la actividad tiva, sin ninguna posibilidad de una coordi
ejecutiva del estado según formas preestable nación política positiva. La planificación
cidas de la ley universal y abstracta; c] del resulta imposible. Solamente es posible la
control de legitimidad, o sea de la conformi contradicción entre agencias condicionadas
dad con las leyes, efectuado por la actividad por intereses sectoriales precisos.
judicial. El parlamento se presenta como carente de
La economización y la .socialización del toda capacidad de decisión política que no sea
estado llevan a una privatización del aparato la mera indicación de criterios muy genera
del estado, o sea de la administración, que se les cuya aplicación se confía a los múltiples
expresa en forma de una creciente autonomi- sistemas administrativo-industriales. Como
zación respecto del poder del parlamento y escribe Luhmann, el proceso decisional se ha
de una subordinación a grupos concretos de invertido de arriba abajo, porque faltan en el
interés. Como escribe J. Hirsch, es posible debate parlam entario las informaciones que
encontrar actualmente una apropiación de perm itirían tom ar decisiones. Se consolida
funciones públicas por parte de ciertos sec asi un centro de poder administrativo-indus
tores industriales, que expresa también la trial que vacía de su contenido las formas tra
posibilidad de unificación de algunos niveles dicionales del sistema político representati
organizativos de la burocracia de estado y de vo burgués. El principio de la supremacía del
la gran industria privada que se traduce en poder legislativo >e presenta desprovisto de
conflictos entre los diversos sectores econó fundamento, ya que se ha producido un des
mico^ en el interior de la administración. En plazamiento del poder del parlamento a lo-
consecuencia la intervención del estado no aparatos burocráticos y una autonomización
logra realizar una planificación global, que del ejecutivo. La transformación se explica
se sustituye cada vez más por un tipo de pla por la exigencia de realizar estructuras orga
nificación por proyectos adecuados a las exi nizativas y formas de intervención flexibles,
gencias de las grandes empresas. Como señala que se liberen de las rígidas formas norm ati
también J. Hirsch, la estructura adm inistra vas del estado de derecho, lo cual representa
548 ESTADO CONTEMPORANEO
acción para asegurar la integración social del racionalidad weberiana, que es la racionali
sujeto; lo cual implica la necesidad de un enri dad del estado de derecho, es incompatible
quecimiento temático y categorial de la tra con la nueva racionalidad que debe mediar
dicional teoría del estado, tanto por la parte entre los requerimientos del ambiente y la
burguesa como por la parte marxista. lógica legal-racional del sistema político. Si
Como ya hemos visto, el proceso de valori el modelo del poder weberiano se fundamenta
zación del capital requiere la constitución de en la conformidad de las acciones adminis
funciones del estado que se manifiesten esen trativas a las normas jurídicas, por el contra
cialmente a través de la expansión del traba rio en el estado social, como escribe Offe, las
jo concreto, o sea a través del logro de finali premisas de la acción son resultados concre
dades concretas planteadas con base en cri tos, o sea que "el objetivo que la práctica
terios no sólo cuantitativos sino sobre todo adm inistrativa se propone vale como prim er
cualitativos. Se trata pues de establecer las criterio de juicio acerca de las decisiones y
prioridades, la distribución de los costos, los acciones dentro de la administración: de los
efectos sobre la ocupación, los incentivos, los objetivos propuestos dependen los insumos
subsidios, etc. De todo ello se sigue —como que deben ser producidos y aplicados” (C.
escribe Offe— que cuanto más concreta se Offe, 1974, p. 336). Se sigue como consecuen
hace la política, tanto más se multiplican los cia la contradicción fundamental que actual
conflictos y se acentúan los efectos de pola mente afecta a la lógica de la racionalidad
rización. Se abre por una parte una crisis poli- administrativa, ya que ésta, por un lado, debe
tica por la incapacidad de coordinar todos los conformarse a las normas y, por el otro, debe
intereses del conjunto social; por la otra, se dirigirse hacia fines precisos. La nueva racio
plantea para el estado un problema de legiti nalidad adm inistrativa se entiende con base
mación, o sea de consenso alrededor de cri en la tendencia hacia la "politización” de la
terios cualitativos que rigen en sus interven administración, ya que a ella se le asigna aho
ciones. ra la tarea de asegurar la legitimación de la
£1 esquema analítico ha detectado pues dos decisión política; pero no se trata ya de una
procesos: el primero representado por la rela legitimación legal, sino de una legitimación
ción estructura productiva-segmentación de de tipo suhlegal fundada en procesos em píri
la administración, de donde se sigue como cos de investigación sobre el consenso (sobre
consecuencia la imposibilidad de la planifi todo respecto a la erogación de dinero).
cación política; el segundo constituido por la
expansión, dentro del aparato estatal, del tra X LEGITIMACIÓN POR PROCEDIMIENTO. Luhmann
bajo concreto y, dentro del mercado de tra también detecta la tendencia hacia la politi
bajo, de la nueva composición y de los nue zación de la administración, planteándola
vos comportamientos de la fuerza de traba como proceso contradictorio dentro del sis
jo, que abren una crisis motivacional del suje tema político.
to, y finalmente una crisis de legitimación del Según Luhmann, el sistema político se des
poder político.IX compone en un subsistema de partidos y en
un subsistema adm inistrativo que compren
IX LOS CRITERIOS DE LARACIONALIDADADMINISTRATI de lo legislativo, lo ejecutivo y lo judicial.
VA. LAPOLITIZACIÓN DE LAADMINISTRACIÓN. La pro Las categorías fundamentales de la refle
gresiva independencia de la reproducción de xión politológica de N. Luhmann son las de
la fuerza de trabajo respecto del control complejidad y contingencia. Complejidad es
social plantea el problema de un nuevo con el conjunto de posibilidades de acción que se
senso a las políticas de intervención del esta han abierto para el sujeto en una sociedad de
do. A la política le correspondía tradicional capitalismo maduro; contingencia es el ámbi
mente la tarea de asegurar el consenso alre to de las posibilidades de acción reducidas o
dedor de las intervenciones ejecutivas que iba sea permitidas al sujeto. Asi pues el sistema
a efectuar la administración (N. Luhmann). político reduce la complejidad del sistema
Ahora en cambio se hace cada vez más eviden social con el fin de garantizar la propia esta
te que la relación política-administración se bilidad. Por ejemplo, es "lo político”, según
ha invertido completamente. En efecto, la Luhmann, lo que define los temas sobre los
550 ESTADO CONTEMPORANEO
que debe formarse la opinión pública, pero dimiento administrativo es cada vez menos
sobre todo es el poder político el que orienta ejecutor de las directivas políticas —la polí
la acción social controlando y trasmitiendo tica decide sólo sobre las decisiones, o sea
las informaciones necesarias para actuar de plantea las modalidades de las decisiones
un extremo al otro del sistema social ("poder adm inistrativas, pero sin establecer los con
como comunicación", N. Luhmann, 1979). tenidos— e interviene más bien dentro de la
Estas intervenciones de "lo político" deben globalidad social según criterius de oportu
ser legitimadas y esto tiene lugar por medio nidad. De aquí la crisis de la teoría de los sis
de cuatro procedimientos (electoral, legisla temas, ya que es la política adm inistrativa la
tivo. administrativo, judicial) (Luhmann, que debe ahora hacerse pasiva, o sea adap
1969). Los procedimientos son "sistemas tarse caso por caso a los problemas que van
sociales de naturaleza especial construidos surgiendo, renunciando a la integración del
para elaborar decisiones vinculantes" (Luh cuerpo social a unos procedimientos forma
mann. 1977. p. 259). El actor social es sepa lizados. Pero la crisis de legitimación por
rado de su propio ambiente social o "mundo medio de procedimiento es la crisis de la posi
vital" (Lebenswelt) e inmerso en papeles diri bilidad de reducir la complejidad. Cada vez
gidos a la promulgación de una decisión. De más a menudo el poder-medio de comunica
este modo se entiende que el sistema políti ción se encuentra ante bloques de poder, o sea
co reduzca al sujeto a una mera variable de fuentes de poder que no son controlables y
la propia lógica interna y acabe por legitimar con las cuales debe establecer una nueva for
se a si mismo. ma de coexistencia que parece configurarse
Lo que caracteriza a los procedimientos es como un tipo de "politicismo localista, basa
su autonomización respecto de la compleji do en la especificidad de determinados mini-
dad social reducida por el sistema político. sistemas" (N. Luhmann. 1979. p. 113). La nue
Pero esto comporta algunas consecuencias va estructura social que se esta delineando
especialmente significativas: en primer lugar deja entrever una organización fundada en
el abandono de categorías como la de repre núcleos cada vez mas descentralizados, vin
sentación, ya que no se trata, según Luhmann. culados por una red informática que ya no tie
de traducir dentro del sistema político la glo- ne un centro.
balidad social, sino más bien de reducirla; de La irreductibilidad de la complejidad social
ello se sigue que la crisis del e. contem porá abre una dialéctica nueva dentro del sistema
neo no puede haber sido causada por un défi político. Al eludir el filtro político represen
cit de representación, sino sólo por un even tado por el sistema de partidos, el régimen
tual déficit de reflexión. En otras palabras, lo parlam entario va no tiene la posibilidad de
que resulta decisivo dentro de la estructura asegurar la lealtad de las masas y confía la
del poder político es el conocimiento de las legitimación de "lo político” a procedimien
norm as que rigen los procedimientos, o sea tos que no son legales, sino de tipo sublegal.
de los procesos que permiten una elaboración Sin embargo la carga que revierte sobre el
más eficaz de las decisiones. En segundo estado administrativo, o sea sobre el estado
lugar, la categoría "estado" se sustituye por de seguridad social, es demasiado gravosa: no
la categoría "sistema”, ya que el problema no sólo a causa de los límites estructurales de
radica tanto en las relaciones estado-socie una crisis fiscal insuperable, sino también
dad, o estado-aparato productivo, como más por la crisis de la forma de mercado como ins
bien en el análisis de los procedimientos inter trumento tradicional de integración, que pri
nos del sistema político. En definitiva, la va de eficacia a la política social del estado,
democracia es condenada a la complejidad y la cual representaba una intervención com
a la reducción por obra de los procedimien plementaria respecto de la forma ideológica.
tos del sistema político-administrativo. El sistema de seguridad social no está en
condiciones de garantizar la legitimación
xi. el estado de SEGURIDAD nacioval. En realidad (sublegal) del sistema político y el aparato
Luhmann también reconoce las dificultades político representativo no tiene ya la capaci
cada vez más insolubles que encuentra la legi dad de asegurar la lealtad de las masas. El
timación por procedimiento, ya que el proce sistema político debe entonces asum ir otra
ESTADO DE BIENESTAR 551
da que "el poder político esencialmente lado y derechos sociales por el otro sigue exis
patriarcal asumió la forma típica del estado tiendo durante gran parte del siglo xix y tie
de bienestar [. . .] Esta aspiración hacia una ne su ejemplo más claro en la legislación
administración de la justicia liberada de suti social de Bismarck. Las leyes aprobadas en
lezas y de formalismos jurídicos, y dirigida Prusiu entre 1883 y 1889 representan la pri
a una justicia material, es de por si propia de mera intervención orgánica del estado en la
todo patriarcalismo principesco” (M. Weber. tutela del proletariado industrial a través de
1922). un sistema de seguros obligatorios para la
Asi pues, fueron precisamente los estados protección de accidentes de trabajo, enferme
patriarcales, que estaban muy lejos de acep dades, invalidez y vejez. Sin embargo, este
tar formas de legitimación legal-racional, los programa asistencial fue realizado por un
que más avanzaron hacia formas de tutela del estado en el que la burguesía industrial era
bienestar de los súbditos, mientras que en las débil v políticamente marginada y las repre
sociedades en las que se iba afirmando la sentaciones políticas de la clase obrera no
revolución industrial, las normas más ele gozaban de ningún reconocimiento: en efec
mentales de tutela de la población eran con to. algunos años antes, en 1878, una ley “anti
sideradas como barreras medievales que se socialista" había prohibido las reuniones así
oponían a la libre iniciativa. En efecto, el como la propaganda de estas organizaciones.
naciente capitalismo se caracteriza más bien Sólo a principios del siglo x.\ podemos
por una actitud de la ética protestante hacia encontrar proyectos asistenciales que ya no
la caritas: ésta no puede sostener a los pere están en contradicción con los derechos civi
zosos, ya que. en una sociedad fundada en la les y políticos de las clases desfavorecidas y
libre competencia, la asistencia constituye que de algún modo constituyen un desarro
una desviación inmoral del principio "a cada llo y ampliación de dichos derechos. En Ingla
uno según sus méritos". terra, entre 1905 y 1911, un grupo político
Analizando las decisiones adoptadas en progresista en el poder permite la aprobación
Inglaterra a finales del siglo xviu, está bien de decretos de inspiración igualitaria, como
claro que no se trata solamente de discusio el que establece una institución de seguro
nes ideológicas, sino de orientaciones con un sanitario nacional y un sistema fiscal muy
significado político preciso. Con estas deci progresista. Ahora si, el trasfondo había cam
siones quedaba abolida toda reglamentación biado profundamente. Estas leyes son lleva
sobre el salario mínimo, derivada del siste das a la práctica por un estado liberal-demo
ma medieval de los gremios y que ahora se crático que reconoce plenamente los derechos
consideraba lesiva para la libertad de contra sindicales y políticos de la clase obrera, en
tación. una sociedad profundamente marcada por la
La contraposición entre derechos civiles (de industrialización y por el carácter urbano de
expresión, de conciencia, pero también de las grandes masas.
comercio) y derecho a la subsistencia se hizo Los años veinte y treinta marcan un paso
del todo explícita con la ley sobre los pobres importante hacia la constitución del estado
aprobada en Inglaterra en 1S34, según la cual de bienestar. La prim era guerra mundial (y
se podía conseguir el sustento por parte de más tarde la segunda) permite experimentar
la colectividad a cambio de renunciar a la pro una intervención masiva del estado tanto en
pia libertad personal. Como señala T.H. Mars- la producción (con la industria bélica) como
hall (1964), para tener la garantía de la super en la distribución (de artículos alimentarios
vivencia el pobre tenia que renunciar a todo y sanitarios). La gran crisis de 1929, con las
derecho civil y político, debía colocarse “fue tensiones sociales creadas por la inflación y
ra de juego" respecto del resto de la sociedad. la desocupación, determina en todo el mun
Si el estado lo protege, no lo hace en cuanto do occidental un fuerte aumento del gasto
portador de cierto derecho a la asistencia publico para apoyar el empleo y las condicio
pública, sino porque se le considera un peli nes de vida de los trabajadores. Sin embar
gro potencial para el orden público y para la go, las condiciones institucionales en las que
higiene de la colectividad. Esta contraposi fueron llevadas a cabo dichas políticas eran
ción entre derechos civiles y políticos por un radicalmente distintas: mientras que en los
ESTADO DE BIENESTAR 553
estados nazi-fascistas la protección del traba finales de los años sesenta los gastos del
jo la ejerce un régimen totalitario, con estruc gobierno tienden a aumentar más rápidamen
turas de tipo corporativo, en los Estados Uni te que los ingresos, provocando la crisis fis
dos del New Deal la realización de las políti cal del estado (O’Connor, 1973). Este aumen
cas asistenciales tienen lugar dentro de ins to del déficit público provoca inestabilidad
tituciones liberal-democráticas, a través del económica, inflación, inestabilidad social,
reforzamiento de los sindicatos industriales, reduciendo notablemente la posibilidad de
la canalización del gasto público en apoyo del utilizar el bienestar en función del consenso
empleo, la creación de estructuras adminis respecto del sistema político. Algunos esta
trativas especializadas en la gestión de los ser dos se han visto obligados a limitar las inter
vicios sociales y de la ayuda económica a los venciones asistenciales, mientras que el
necesitados. aumento de la carga fiscal genera en amplios
Pero es necesario llegar a la Inglaterra de estratos de la opinión publica una actitud
los años cuarenta para poder encontrar una favorable a regresar a un tipo de prestacio
afirmación explícita del principio fundamen nes basándose en el principio de contratación.
tal del estado de bienestar: independiente Estos elementos han inducido a hablar de una
mente de sus ingresos, rodos los ciudadanos nueva fase en la historia del e. asistencial,
—en cuanto rales— tienen el derecho a ser pro caracterizada por su profunda crisis y quizá
tegidos —con pagos en efectivo o con servi por una tendencia a desaparecer.
cios— en situaciones de dependencia de lar
go plazo (vejez, invalidez...) o de breve plazo II. l-AS CAUSAS DEl. DESARROLLO DEL ESTADO ASISTEN-
(enfermedad, desempleo, maternidad...). El cial. Es necesario considerar ahora algunos
eslogan de los laboristas ingleses en 1945 "La problemas teóricos planteados por el surgi
parte justa para todos" resume con eficacia miento, consolidación y crisis del estado de
el concepto universal de las prestaciones del bienestar.
estado de bienestar. A partir del final de la Una prim era serie de cuestiones se refiere
segunda guerra mundial, todos los estados a las causas que han determinado su creci
industrializados han llevado a cabo proyec miento. Durante los años cincuenta y sesen
tos que amplían la red de servicios sociales, ta los investigadores ingleses y norteam eri
han establecido cargas fiscales muy progre canos (T.H. Marshall. Bendix) ponen mucha
sistas e intervienen en apoyo del empleo o de atención en las razones políticas que han pro
los ingresos de los desempleados. vocado el reforzamiento de las intervenciones
El desarrollo más o menos lineal de dichas asistenciales. Según Marshall (1964) en la his
intervenciones ha producido algunas conse toria política de las sociedades industriales
cuencias importantes cuyo significado anali pueden distinguirse tres fases: la primera
zaremos a continuación: ha aumentado el (alrededor del siglo xvm) está dominada por
índice del producto nacional bruto destina la lucha por conquistar los derechos civiles
do al gasto público; las estructuras adminis (libertad de pensamiento, de expresión. . .);
trativas canalizadas a los servicios sociales la fase siguiente (alrededor del siglo xix) está
se han ampliado o se han hecho más comple centrada en la reivindicación de los derechos
jas: ha crecido el número y la relevancia poli- políticos (de organización, de propaganda, de
tica del estrato de los "profesionales del bie voto...) y culmina con la conquista del sufra
nestar"; se han refinado las técnicas para la gio universal. El desarrollo de la democracia
detección y medida de las necesidades socia y el aumento del poder político de las orga
les; se ha precisado el conocimiento del nizaciones obreras inauguran una tercera
impacto de las diversas formas de asistencia fase, caracterizada por el problema de los
sobre la redistribución del ingreso y sobre la derechos sociales, cuyo respeto se considera
estratificación social. Sin embargo, a pesar requisito imprescindible para lograr la ple
de que hnn mejorado los instrumentos técni na participación política. El derecho a la edu
cos para prever y controlar la marcha del gas cación desempeña históricamente una fun
to público, en las naciones donde es más ción de puente entre los derechos políticos y
amplia la cobertura de los servicios sociales los derechos sociales: el logro de un nivel
(Estados Unidos, Gran Bretaña, Suecia. ..) a mínimo de escolarización se convierte en de-
554 ESTADO DE BIENESTAR
t echo-deber estrechamente vinculado al ejer micas y políticas resulta más bien efímera o
cicio de la ciudadanía política. Algunos auto irrelevante. Otros factores que parecen influir
res (Tilmuss, 1958) han señalado la importan positivamente en el desarrollo de las políti
cia de las ideologías en la determinación y cas sociales no hacen más que reforzar esta
consolidación del bienestar. Si en las socie tesis: en efecto, si es cierto que el porcentaje
dades tradicionales las situaciones de indi de ancianos y la antigüedad del sistema de
gencia se consideran como un signo de la administración social están en relación con
voluntad divina y en la ética protestante como la amplitud de las políticas de bienestar, tam
la culpa de una falta personal, con el pleno bién es cierto que ellas dependen a su vez del
desarrollo de la sociedad industrial las cau desarrollo económico de una nación. No nos
sas que provocan situaciones de dependencia sorprende pues que el propio Wilensky nos
tienden a aum entar y a tener un origen social invite a observar además la "retórica del bie
v escapan totalmente al control del individuo. nestar", que varía de país a país en relación
En estas condiciones se atenüa en la opinión con las ideologías dominantes, para captar la
publica la contraposición entre demandas sustancial convergencia de las políticas socia
fundadas en el mérito y demandas fundadas les en países fuertem ente industrializados.
en la necesidad, y el universalismo de las pres
taciones no entra en contraste con el princi III. IAS CAUSAS DE LACRISIS DEL ESTADO ASISTENCIAL.
pio de justicia ni en competencia con la exi Analicemos ahora qué problemas teóricos
gencia de conservar la propensión al traba plantea la plena expansión y la crisis del esta
jo. Todas estas interpretaciones tienen en do asistencial en las sociedades poscapitalis
común un fuerte acento puesto en los facto tas o de capitalismo tardío. Todos los inves
res político-culturales, con el consiguiente tigadores del estado de bienestar consideran
análisis del bienestar en términos de logros su desarrollo como una ruptura de la sepa
de civilización. ración entre sociedad (o mercado, o esfera pri
Las investigaciones más recientes tienden vada) y estado (o política, o esfera pública),
en cambio a señalar el papel que desempeñan tal como se había constituido en la sociedad
los facturas económicos en la constitución del liberal, y describen la evolución de los cana
estado asistencial. A partir del análisis com les que han permitido históricamente la
parado de la historia de las políticas socia comunicación entre las dos esferas.
les en Europa, Estados Unidos y Rusia, Rim- Durante los años sesenta, la nueva relación
linger (1971) llega a la conclusión de que la entre estado y sociedad se interpreta en tér
causa principa] del éxito de dicho estado se minos de equilibrio, de compromiso, de coe
explica por el paso de la sociedad agraria a xistencia pacífica, dentro de la ruptura de la
la industrial: si las diferencias políticas y cul separación. Marshall habla de distribución de
turales pueden explicar la diversidad de deci los recursos basándose en un sistema dual,
siones adoptadas por los distintos países, el en el que junto al mercado actúa el estado.
desarrollo industrial aparece como la única Habermas (1975) observa el surgimiento de
constante capaz de motivar el surgimiento del una especie de tierra de nadie respecto a la
problema de la seguridad social en todas cual resultan inadecuadas tanto las catego
estas regiones. La tesis de la relevancia del rías del derecho público como las del dere
desarrollo económico no es válida solamen cho privado. Otros señalan la síntesis ideoló
te para la verificación de los grandes perio gica entre meritocracia e igualdad, entre efi
dos históricos, sino que queda confirmada ciencia y solidaridad, síntesis que represen
también por el análisis sincrónico del gasto ta la base de los programas sociales más orgá
destinado a los servicios sociales en una nicos.
amplia muestra de naciones. Wilensky (1975), Sin embargo, desde finales de los años
y anteriormente Aaron y Cutright, demostra sesenta, el proceso de ruptura de la separa
ron que el porcentaje del producto nacional ción entre sociedad y estado es analizado con
bruto utilizado para fines sociales crece en instrumentos nuevos, que tienen en cuenta los
proporción al desarrollo económico de una primeros síntomas de crisis en un desarrollo
nación. Respecto a esta clara correlación, la de las políticas sociales que hasta entonces
influencia de las diversas decisiones econó había sido bastante lineal. La crisis fiscal del
ESTADO DE BIENESTAR 555
Nueva York. Wiley, 1971; R. Rose. Wltat is del significado comúnmente atribuido al con
goveming?, Englevvood Cliffs, Prentice-Hall, cepto de e. de policía sino también convencer
1978; R.M. Titmuss, Essays on the “welfare S t a se de que dicho significado debe ser sustitui
te", Londres, Unwin, 1958: M. Weber. Economía do por otro mucho mejor fundado histórica
y sociedad (1922 [1964]). México, Fondo de Cul mente y dotado no ya de implicaciones posi
tura Económica, 1964; H.L. Wilensky, The wel tivas o negativas sino de una adhesión más
fare State and equality, Berkeley. University of estrecha a las características reales de dicha
California Press, 1975. forma de estado.
En efecto, como sucede a menudo en la his
[g l o r ia r e g o n in i] toria de los conceptos y de los significados,
los historiadores liberales que acuñaron el
término del que nos estamos ocupando no se
equivocaron al reconocer en la actividad de
estado de policía policia la característica más específica de la
forma de estado precedente, en Alemania, al
I. ACEPCIÓN HISTORIOGRÁFICA Y ORIGEN HISTÓRICO estado de derecho. Además, como también
concreto de la •policía".El término-concepto ocurre a menudo, atribuyeron a dicha activi
en cuestión adquiere su significado técnico dad el restringido e inequívocamente valora-
en el campo historiográfico. Esto significa tivo significado corriente en su tiempo, es
que se trata de una expresión acuñada por la decir en el ámbito de la concepción del esta
historiografía para indicar un fenómeno his do de derecho, y .sustancialmente análogo al
tórico muy preciso y particular. Más exacta contemporáneo. No queda otra cosa que
mente, se remite a los historiadores consti hacer, por tanto, que volver a recorrer la his
tucionales alemanes de mediados del siglo toria del concepto de "policía" para tra ta r de
xix que. partiendo de un empeño político descubrir qué significado tenía en el ámbito
liberal-burgués correspondiente al ideal cons de dicha concepción y de la praxis estatal
titucional del "estado de derecho", pretendie vigente justam ente en el e. de policía.
ron contraponer a este ultimo, como fase anti No es difícil reconocer en el termino grie
tética o al menos precedente del desarrollo go politeia y en el latino (medieval tardío) poli-
histórico de las formas estatales, precisamen tia la matriz etimológica de la moderna "poli
te el “e. de policia”. cía”. Sin embargo, tanto en el pensamiento
El mismo origen del término sugiere ya la griego clásico como en su recepción por obra
intención peyorativa con que es acuñado y de la escolástica (politia ordinata), el térm i
usado por largo tiempo. Tal intención se refie no mantuvo un significado global y finalista,
re evidentemente a la parte específica del tér lejano tanto de la comprensión contem porá
mino, a la "policía", es decir que en la clasi nea y del siglo xix (policía como sector sub
ficación de las formas de vida estatal implí sidiario de la actividad del estado, en orden
cita en el uso historiográfico arriba indica sobre todo a la prevención y al castigo de la
do debía contraponerse al "derecho”, como ilicitud mediante el empleo de un aparato rígi
dimensión ya no sólo limitada y circunstan do y autoritario de investigación e interven
cial sino también degenerativa respecto de ción) como del contenido que le fue atribui
este último. do del humanismo en adelante, en la acepción
Dando por descontado las precisiones rela peculiar del e. de policía. Si en efecto politeia
tivas al concepto de estado, a las cuales será significaba para Aristóteles el ordenamiento
necesario por otra parte retornar de vez en total de la polis —en sustancia, su constitu
cuando, conviene por consiguiente fijar la ción— y si para santo Tomás la politia ordi
atención en el concepto de "policia”. tratan nata era el ordenamiento global de la vida
do de captar en su evolución histórica las terrenal en el que se obtenía la superación del
razones que han determinado una actitud his dualismo propio del antiguo mundo cristia
toriográfica tan unívoca como la que se ha no entre esfera religiosa y esfera mundana,
recordado. De tal modo será posible no sólo para ambas concepciones el término no indi
darse cuenta con exactitud de las motivacio caba el gobierno sino la form a de gobierno,
nes ideológicas que se encuentran en la base y tenía, por tanto, sólo un significado descrip
ESTADO DE POLICIA 557
tivo, estático, y no prescriptivo, activo. que se sirvió el príncipe territorial para impo
Fue en el interior de los estados renacen ner su presencia y su autoridad frente a las
tistas, en Italia, pero sobre todo en Francia, fuerzas tradicionales de la suciedad imperial:
en el Ducado de Borgoña. que el concepto de el emperador, por encima de él, y las clases
policía adquirió una importancia operativa territoriales, por debajo. En el paso de una
inmediata, de instrum ento preciso en las estructura constitucional típicamente "por
manos del príncipe para perseguir sus fines castas", como la imperial del siglo xvi, a una
políticos (o cumplir con los deberes de su esta organización centralizada del poder en los
do. que es lo mismo). De Borgoña el nuevo sig estados territoriales particulares, como se
nificado pasó a Alemania, donde encontró verificó en algunos territorios alemanes en el
difusión y fortuna gracias a la particular curso del siglo xvii, es fácil comprender
situación constitucional del Sacro Imperio cómo el problema central consistía en la nece
Romano, reducido a partir del siglo xvi a sidad para el príncipe territorial —que se
mero ámbito territorial y formal en el que los colocaba históricamente como el punto de
príncipes alemanes llevaban a cabo sus ope apoyo de tal paso— de crearse un verdadero
raciones para la conquista de la soberanía. espacio autónomo, una verdadera esfera sobe
En Francia en cambio la pólice fue adqui rana tanto hacia arriba como hacia abajo. Tal
riendo muy rápido un significado absoluta operación fue intentada, con distinto éxito,
mente técnico, en el ámbito de la precoz orien por los mayores príncipes alemanes: su ras
tación iuspublicista que allí asumió —a cau go constante fue, allí donde triunfó, que el
sa de las distintas (más anticipadas) condicio príncipe conquistara su propia soberanía no
nes constitucionales— la actividad del esta tanto apropiándose de competencias y funcio
do. Una vez. cum plido el proceso de nes antes concernientes a las fuerzas políti
unificación territorial y consolidada en los cas concurrentes —tanto inferiores como
hechos la soberanía del monarca, los proble superiores— como creándose nuevos campos
mas constitucionales que se plantearon en de intervención y de presencia política en los
Francia a partir del siglo xvii fueron los de sectores nuevos de la vida asociada que el pro
la consolidación y de la defensa de tal sobe ceso histórico hacia cada vez más im portan
ranía frente a las persistentes fuerzas excén te y que al mismo tiempo la arcaica estruc
tricas dirigidas a conservar o a reconquistar tura constitucional del Sacro Imperio Roma
los antiguos privilegios locales. La solidez del no de la Nación Alemana no perm itía cubrir
título de soberanía del monarca y su posición adecuadamente. El conjunto de las interven
de defensa y no de ataque frente a las otras ciones y de las afirmaciones del príncipe en
fuerzas políticas —ademas de la existencia de tales sectores —siempre cambiantes y nue
una consolidada tradición jurídica que des vos— constituyó en su plenitud la Polizey.
de hacía siglos estaba al servicio de las pre que, por lo tanto, en lo esencial fue el princi
tensiones reales y que precisamente en el xvt pal instrumento con el cual el príncipe logró
había alcanzado su máximo cum plim iento- realizar su propio esquema centralizado!' y al
hicieron así que la pólice, entendida en prin mismo tiempo justificarlo históricamente.
cipio como conjunto de las actividades de El ejemplo más significativo de la lineali
gobierno, se sometiese a determinaciones dad de este proceso está dado por el propio
jurídicas cada vez más precisas, cristalizán modo en que se puso en movimiento. El siglo
dose progresivamente en una suma de inter xvi alemán se caracteriza por los esfuerzos
venciones prefijadas en temas ya consolida del emperador por devolver al imperio la
dos y tendencialmente reducibles a la segu capacidad de responder a las exigencias y a
ridad y a la tranquilidad de los subditos (y del las necesidades políticas de los nuevos tiem
principe).I pos. Junto a previsiones más estrictam ente
constitucionales, fueron llevadas a cabo en tal
II LA"POLICIA"COMOMOMENTOCENTRAL EN LAFORMA sentido intervenciones inmediatamente ope
CIÓN del estado territorial alemán Radical rativas dirigidas a satisfacer de un modo uni
mente distinto fue en cambio el papel desem forme para todo el imperio las más urgentes
peñado por la Polizey en los territorios ale necesidades concretas del momento: fueron
manes. Aquí se convirtió en el instrumento del emanadas asi im portantes ordenanzas impe-
558 E S T A D O DF. P O L IC IA
ríales de pulida referentes a los más diver mente empuñados por el príncipe: todo esto
sos campos de la vida asociada. La lábil es desde entonces, a fines del siglo xvn, la
estructura política del imperio, sin embargo, policía, "todo el ordenamiento interior del
no permitía al mismo em perador vigilar estado, y en consecuencia el aparato de poder
directamente la ejecución y la observancia de destinado a garantizar este último".
tales ordenanzas: de ellas tuvieron que hacer
se cargo, por tanto, los propios exponentes de III. EL ESTADO DE POLICIA COMO SINTESIS DE ORDEN Y
los territorios particulares en que estaba divi DI BIENESTAR SI' FORMA TIPICA DF. REALIZACIÓN EN
dido el imperio: los estamentos del imperio PRisjA La policía resume en sí esencialmen
o bien los príncipes territoriales. Es fácil com te el nuevo “orden" del estado: orden de ele
prender que esta ocasión se transform ó de mentos en parte nuevos, pero también bastan
motivo de reforzamiento de la estructura te antiguos, hasta entonces dejados casi a sí
imperial en motivo ulterior de su resquebra mismos, en una visión tradicionalmente jerar
jadura, en favor de la naciente fuerza políti quizada. y por tanto automática, estática,
ca de los principes individuales. Éstos en efec desorganizada, y ahora en cambio regulados,
to no se limitaron a ejecutar las ordenanzas simplificados, guiados, dirigidos. La jerarquía
imperiales sino que emanaron las suyas pro estática del cerrado orden medieval (imperial)
pias (ordenanzas territoriales de policía), en fue sustituida, por obra del príncipe y de su
buena parte apoyadas integralmente en las policía, por una estructura abierta, innova
prim eras, pero en medida creciente referen dora, mecánica, tendencialmente igualitaria
tes a nuevas cuestiones, siempre originadas (los súbditos por una parte, el príncipe por
directam ente en la autoridad soberana del la otra), ordenada desde lo alto.
príncipe territorial y no ya en la imperial. De Se explica de tal modo por si mismo el sig
tal modo, lentamente, la "orden” del prínci nificado tautológico de la expresión más
pe va adquiriendo fuerza de ley, colocándose comúnmente usada por los contemporáneos
como fuente originaria junto al derecho tra para indicar el sistema político amoldado a
dicional. Desde los problemas más pequeños la actividad de policía: “gute Ordnung und
de la vida social, como el control sobre los Polizei", donde policía y orden son sinónimos
pesos y las medidas, sobre las bebidas y sobre o, mejor dicho, constituyen una especie de
los alimentos, sobre los mercados y sobre las endíadis en la que la policía es vista como el
actividades comerciales, sobre la seguridad medio par? perseguir el orden, a su vez enten
y sobre la tranquilidad de la vida en las ciu dido no como un esquema prefijado e inmó
dades y en los campos, la orden del principe vil (como en la tradición aristotélico-
se extendió hasta reglamentar los problemas escolástica) sino como el fruto siempre cam
de fondo de los nacientes estados territoria biante de precisas intervenciones políticas.
les: la creación de un ejército estable, el Esto lo confirma el atributo implícito a este
aumento de la tasación, la formación de una orden de policía: éste debe ser "bueno", es
adm inistración profesional, eficiente y segu decir debe inspirarse en criterios de fondo
ra, el impulso a la actividad económica, el bie precisos que el príncipe es Humado a ejecu
nestar de los súbditos. En todos estos secto ta r y no ya a modificar. Tales criterios son
res la orden del príncipe interviene como ele en sustancia reducibles a uno solo: Wuhlfahrt,
mento de racionalización, de regulación y de el bienestar de los súbditos, también éste
impulso del mecanismo estatal en vías de for entendido de un modo totalmente distinto que
mación, ejerciendo influencia en las dos direc su antecedente medieval —el bonum comirm-
ciones de las competencias imperiales y supe ne de la escolástica, rígido e inmutable, que
riores y de los privilegios tradicionales de las debe ser conservado más que creado. El bie
castas locales. En donde la acción del prínci nestar de la “policía" está en cambio impreg
pe tuvo éxito (en prim er lugar en Prusia), el nado no sólo de elementos eudemonistas,
resultado final lúe la construcción de un cuer mundanos, concretos (la “felicidad material"
po compacto de prerrogativas soberanas, de de que redundan los escritos políticos de los
intervenciones reguladoras indiscriminadas siglos xvn y x v iii ), sino que justamente por
en la vida de los súbditos, de nuevos instru eso es siempre fruto de intervenciones huma
mentos administrativos y burocráticos firme nas, de operaciones políticas, de elecciones
ESTADO DF. POLICIA 559
tenia a éstos en todo lo concerniente a su vida. el régimen jurídico excepcional al cual una
Es indicativo que la expresión "e. de poli comunidad territorial es sometida temporal
cía” haya sido acuñada justamente para defi mente, en consideración a un estado de peli
nir, en términos desvalorizantes, al estado de gro para el orden público, por efecto de una
Federico el Grande. Por cierto, al mismo tiem previsión de la autoridad estatal que atribu
po era cambiado el significado del concepto ye poderes extraordinarios a la autoridad
de policía, y en dicha expresión se quiso pública y que sanciona correspondientes res
tom ar sobre todo su aspecto obsesivo y opre tricciones de las libertades de los ciudadanos.
sivo del intervencionismo estatal, y no en Las circunstancias perturbadoras que suelen
cambio su filosofía política, las finalidades dar ocasión a una situación tal son general
complejas que estaban por detrás de él. El tér mente de orden político, pero pueden ser tam
mino empleado se ha revelado, sin embargo, bién hechos naturales como terremotos, epi
bastante bien elegido aun después del examen demias. etc.; en este caso el peligro para el
del significado real que tuvo la policía en su orden público no está constituido por las cir
peculiar contexto histórico; los historiadores cunstancias perturbadoras que ha ocasiona
liberales de cien años atrás, preocupados por do el e. de sitio sino por sus efectos (véase,
defender la dignidad individual de las prepo por ejemplo, el decreto de e. de sitio del 28
tencias paternalistas de un estado demasia de diciembre de 1908 para Messina y Reggio
do invasor, pudieron detenerse en una recons Calabria).
trucción polémica más que reductiva de la Según los tiempos v las exigencias, o pre
forma de estado que los había precedido. Los suntas exigencias del caso concreto, el e. de
historiadores, (los hombres) de hoy no pue sitio reviste formas más o menos amplias,
den hacerlo. Para ellos el significado pleno, pudiendo ir desde tenues medidas de policía
global, ético del e. de policía es indispensa (prohibición de reuniones, que normalmente
ble para comprender, aun a la luz de los pro son licitas) hasta la total suspensión de las
blemas contemporáneos, un aspecto determi garantías constitucionales.
nante de su historia, de la del propio "estado El e. de sitio asume distintas configuracio
m oderno” en el cual continuamos viviendo. nes en relación con las condiciones de hecho
en las que se aplica: se distinguen sobre todo
BiHi.ior.RAHA: J. Brückner, Staatswissenschaflen, los acontecimientos de guerra de las condi
Kameralismus und Namrrechl. Ein Bcitrag zur ciones de emergencia interna. En el prim er
Geschichte der politischen Wissenschaft in Deuts- caso el e. de sitio representa sólo un momen
chlund des spiiten 17. und friihen 18. Jahrhun- to de la conducta general de las operaciones
deris. Munich, Beck, 1977; E. Bussi, Principi di bélicas, por las cuales es condicionado e infor
govemo nellostato d<polizia. Cagliari, Editrice mado: los problemas de este tipo de e. de sitio
Sarda Fossataro, 1955: H. Maier, Dic altere deuts- pertenecen al problema más amplio de los
che Status- und Verwahungslehre (Polizeiwissens poderes de guerra, m ientras que falta una
chaft). Ein Beitrag zur Geschichte der politischen referencia similar para el e. de sitio civil. Si
Wissenschaft in Deutschland, Neuwied am una distinción tal está bastante difundida en
Rhein-Berlín, 1966; K. Wolzendorff, Der Polizei- los ordenamientos estatales, no siempre se
gedanke des modemen Sitiales. Ein Versuch zur encuentran netas divisiones en las normas
allgemainen Venvaltungslehre unter hesonderer positivas V en la práctica; particularmente
Beriicksichtigung der Entwicklung in Preussen, para los ordenamientos anglosajones no son
Breslau, M. und H. Marcus, 1918. posibles separaciones claras entre los tipos
de e. de sitio bélico o civil.
[PIERAXGELO S( HIERA]
II. MOMENTOS EN OLE SE CONCRETA LA NOCIÓN DEL
orden excepcional El acto constitutivo del c.
de sitio es una "decisión". El paso de la nor
estado de sitio malidad al estado de excepción implica dos
valoraciones fundamentales: la comprobación
i so cio s de estado de sitio. Con la expresión "e. del estado de peligro para el orden público
de sitio” se pretende habitualmcnte indicar y la determinación de la necesidad de reac-
ESTADO DE SITIO 561
cionur con medidas excepcionales. Estas dos tándonos a form ular una clasificación de los
valoraciones, aun cuando no asuman una rele diversos tipos de e. de sitio destacables en la
vancia propia desde el punto de vista formal, experiencia de los diversos ordenamientos
constituyen elementos bastante delicados; de estatales, fundada en criterios de totalidad,
su completo y equilibrado cumplimiento con referencia al esquema típico de la cons
depende que sean más o menos conjurados titución de los ordenamientos de "dem ocra
los peligros para la estabilidad del sistema cia clásica”, y excluyendo ex profeso las dis
constitucional. Esto porque normalmente los tinciones en orden a los elementos particula
órganos a los que concierne la comprobación res del e. de sitio indicados arriba, pueden
y la valoración del estado de peligro son los señalarse dos tendencias distintas: una pri
mismos que están legitimados para ejecutar mera tendencia a considerar el e. de sitio pre
las medidas extraordinarias previstas por el dominantemente como institución regulada
e. de sitio, con la consecuencia de que podría y limitada según el principio del "estado de
verificarse — como en efecto se ha verifica derecho” y a atenuar asi su carácter de excep
do en la práctica de varios ordenamientos— ción reconduciendu también los poderes
que la valoración de los peligros para las ins extraordinarios de la autoridad a que da lugar
tituciones se cumpla en función de la actitud bajo las reglas fundamentales de la organi
de los grupos de oposición (recuérdense los zación y de la acción estatal; una segunda ten
sucesos que precedieron y siguieron a la for dencia, inspirada en criterios propiamente
mulación por parte del gobierno italiano pre políticos, a atrib u ir predominantemente
sidido por Facía del decreto de proclamación amplios poderes extraordinarios a una auto
del c. de sitio a p a rtir del 28 de octubre de ridad constitucionalmente preordenada, para
1922). la conservación de la estabilidad estatal.
El hecho de que el e. de sitio sea ocasiona Entre los tipos de e. de sitio más conformes
do para, y dirigido a, enfrentar situaciones de con los ideales y con los principios del "esta
excepción a priori no previsibles, hace que no do de derecho” se recuerdan antes que nada
sea fácilmente determinable a priori su régi los previstos por los ordenamientos del con
men y que éste deba ser normalmente deter tinente europeo, en los cuales el fundamen
minado, de caso en caso, por el órgano que to, la atribución y el ejercicio de todo poder
ha decidido su institución. Es tarca y poder son previstos en disposiciones de ley. El e. de
de éste disponer de instrumentos extraordi sitio está preventiva y legislativamente dis
narios y adecuados a las necesidades a las que ciplinado; la verificación de una situación de
la excepcionalidad de la situación da lugar. emergencia juega como una condición de apli-
Dichos instrumentos resultan más o menos cabilidad del régimen particular prefijado.
complejos y evidentes según consistan en Esto resulta, desde el punto de vista de la
innovaciones de tipo organizativo o en una actuación práctica, bastante ineficiente, en
atribución de poder que, manteniendo las cuanto que es bastante arduo disponer
organizaciones de los poderes públicos ordi mediante una normación abstracta de lodos
narios, equivalga a reforzar el ejecutivo los instrumentos idóneos para hacer frente
mediante una ampliación de sus facultades a situaciones que por su propia naturaleza tie
normales o la atribución al mismo de nuevas nen carácter de imprevisibilidad, empirismo
funciones. y contingencia.
En la situación de excepción a que da lugar Una cierta elasticidad y empirismo en la
el e. de sitio se instauran nuevas relaciones acción de emergencia del gobierno y de la
entre individuo e individuo y sobre todo entre administración, inspirándose siempre en el
individuo y autoridad, que se concretan en principio del "estado de derecho", presenta
una comprensión de las libertades fundamen en cambio la figura del e. de sitio recurrente
tales. El conjunto de estas nuevas relaciones en el ordenamiento británico. La acción de
se indica comúnmente con el término "orden" emergencia puede cumplirse sólo con base en
excepcional.I un titulo jurídico específico y dentro de los
límites rigurosamente determinados en cada
III El. ESTADO DE SITIO COMO INSTITUCIÓN REGULADA caso. Por regla, a falta de un titulo jurídico
Y LIMITADA SEGUN EL "ESTADO DE DERECHO". Limi rigurosamente predeterminado, no se recono
562 ESTADO DE SITIO
de buscar los límites exactos dentro de los la respublica christiana, enunciada en la teo
cuales se puede hacer uso de modo homogé ría y aplicada en la práctica, por parte papal,
neo de aquel concepto. En este sentido, el "e. a través de la lucha por la investidura (1057-
moderno europeo" aparece como una forma 1 1 2 2 ): por su conducto fueron sentadas las
de organización del poder históricamente premisas para la ruptura irremediable de la
determ inada y. en cuanto tal, caracterizada unidad poli tico-religiosa que todavía regia la
por una filiación que la hace peculiar y dife vida política de Occidente. De hecho —y es el
rente de otras formas también históricamente segundo aspecto— es al proclamar la prepon
determ inadas y. en su interior, homogéneas, derancia de lo espiritual sobre lo político, con
de organización del poder. el fin de fundar sólidamente esa preponderan
El elemento central de tales diferenciacio cia, que el papa reconocía la autonomía al
nes consiste, sin duda, en la progresiva cen menos potencial de la política v ofrecía el
tralización del poder por una instancia cada terreno sobre el que pudieron instalarse,
vez más amplia, que termina por comprender moverse, reforzarse y. en fin, prevalecer los
el ámbito entero de las relaciones políticas. intereses temporales que surgieron de las
De este proceso, basado a su vez en la afir nuevas relaciones económicas y sociales.
mación concomitante del principio de la terri Estas, por su parte, actúan con efectos aplas
torialidad de la obligación política y en la pro tantes sobre los ámbitos cerrados y circuns
gresiva adquisición de la impersonalidad del critos de los señoríos de origen feudal, fun
mando político, a través de la evolución del dados en una economía natural exclusivamen
concepto de officium, surgen los rasgos esen te agrícola y de cambio y en la organización
ciales de una nueva forma de organización social correspondiente, estática e integrada,
política: el e. moderno, precisamente. predominantemente concentrada en las rela
Max Weber tradujo el carácter de la cen ciones personales del señor con los indi
tralización —válido sobre todo en el nivel viduos.
histórico-institucional— en aquél más marca El encuentro de los dos movimientos des
damente politológico del "monopolio de la critos. del alto y del bajo, se cumple muy len
fuerza legítima". Esta denominación perm i tamente sobre de un prim er plano, espacial,
te comprender mejor el significado histórico constituido por el “territorio”: extensión físi
de la centralización trayendo a la luz, más allá ca de terreno suficientemente amplia para
del aspecto funcional y organizativo, la evi perm itir el creciente intercambio de intere
dencia más abiertamente polílica. que consis ses y de relaciones entre grupos cercanos y
te en la tendencia a la superación del policen- para recibir, por tanto, reconocimiento y dis
trism o del poder en favor de una concentra ciplina institucional. Es el paso que Theodor
ción del mismo en una instancia parcialmen Mayer ha definido sintéticamente del Perso
te unitaria y exclusiva. La historia del naci ne nverbandstaat al institutioneller Fláchens-
miento del e. moderno es la historia de esta taat (del estado por asociaciones personales
tensión: del sistema policéntrico y complejo al estado territorial institucional). El segun
de los señoríos de origen feudal se llega al do plano, sobre el que tiene lugar el encuen
estado territorial centralizado y unitario, tro. pertenece todavía más ul momento insti
mediante la llamada racionalización de la ges tucional. y propiamente al problema de la
tión del poder —y por tanto, de la organiza organización del poder, a través del surgi
ción política— dictada por la evolución de las miento, sobre los diferentes antiguos "seño
condiciones históricas materiales. ríos" de los que en principio constaba el nue
Esto implica la búsqueda de fuerzas poli- vo “territorio”, de un momento sintético de
ticas que han interpretado el nuevo curso y decisión y de gobierno, representado por el
se han hecho portadoras de los nuevos inte señor territorial, es decir por el principe, en
reses políticos en juego. En términos esencia cuya cabeza el antiguo, genérico señorío con
les, la forma de organización del poder con un contenido predominantemente personal,
forme a tales intereses se contrapone a un se transform a en soberanía con un conteni
mundo político caracterizado por dos rasgos do para siempre m arcadam ente político. Es
de fondo, sólo en apariencia contradictorios. el paso del "señorío de la tierra” (Grundherrs-
El prim ero es la concepción universalista de chafi) a la "soberanía territorial" (Laude sito-
ESTADO MODERNO 565
la propia afirmación. Desde su prehistoria, el las relaciones sociales que el hombre podía
estado se presenta claramente como la red de y debía gestionar directamente con los instru
enlace del conjunto de tales relaciones, uni mentos de que disponía, con base en la nece
ficadas en el momento político de la gestión sidad y en la capacidad de la naturaleza. Y
del poder. Pero es sólo con la base "política" es esta última, investigada siempre más a fon
del poder, consecuente a las luchas religiosas, do en sus connotaciones empíricas y materia
que los nuevos atributos del estado —mun les (por obra, en prim er lugar, de Hobbes). la
danidad, finalidad y racionalidad— se insti que proporciona el trám ite lógico necesario
tuyen para dar a este último la imagen moder entre la vida misma del hombre en el mundo
na de única y unitaria estructura organizati —cargada de miedo y de egoísmo, necesita
va formal de la vida asociada, de verdadero da de paz y de bienestar— y el Dios siempre
y exacto aparato para la gestión del poder, más abstracto y "oculto” que justifica todo.
operante según procedimientos cada vez El orden estatuí se convierte asi en un "pro
mejor definidos, pero sobre todo en función yecto racional" de la humanidad en torno al
de un objetivo concreto: la paz interna del propio destino terrenal: el contrato social,
país, la eliminación del conflicto social, la nor que señala simbólicamente el paso del esta
malización de las relaciones de fuerza a tra do de naturaleza al estado civil, no es otro que
vés del ejercicio monopólico del poder por la toma de conciencia, de parte del hombre,
parte del monarca, definido como souvcrain, ya sea de los condicionamientos materiales
capaz de establecer, en los casos controver a los que está sujeta su vida en suciedad, o
tidos, de qué parte está el derecho, es decir, bien de la capacidad de la cual él dispone para
como ya se ha dicho, de "decidir en torno al controlar, organizar, utilizar estos condicio
caso de emergencia". Con Budín, el más nota namientos. en prim er lugar para su sobrevi
ble de los pulitiques, y con Hobbes, que medio vencia, en segundo para su creciente bienes
siglo mas tarde concluye sobre bases todavía tar. Pero desde el momento en que todo esto
más rigurosas y modernas, en un discurso presupone la instauración del orden “políti
análogo, se cumple la base mundana del co", es decir la eliminación preventiva de los
poder, unitario y centralizado, totalitario y conflictos sociales, surge inmediatamente el
absoluto. problema del puesto ocupado, en tal estruc
Tal es el carácter esencial del nuevo esta tura, por los reagrupamicntos sociales tradi
do, incluso en el plano institucional y orga cionales y por aquellos en vías de formación
nizativo. Con referencia a ello, se ha hablado (los estamentos, las clases) en su pretensión
de estado-máquina, estado-aparato, estado- de ejercicio de una función hegemónica sobre
mecanismo. estado-administración; en cada la comunidad entera. Del diferente éxito y del
caso se trata de una organización de las rela diferente grado de dominación asumidos por
ciones sociales (del poder), a través de proce las fuerzas sociales, viejas y nuevas, depen
dimientos técnicos preestablecidos (las insti de la diversidad, surgida en los distintos paí
tuciones, la administración), útiles a la pre ses y en los distintos momentos históricos, en
vención y a la neutralización de los casos de torno al modo general de organización de las
conflicto y al logro de los fines terrenos que relaciones sociales como variantes del mismo
las fuerzas predominantes de la estructura modelo general de estado, detentador del
social reconocen como propias e imponen monopolio de la fuerza legitima.
como generales al país entero. Esto se ha vuel
to posible en el interior de una nueva visión III. DE LAANTIGUA SOCIEDAD PORCAPAS A I A MODERNA
del mundo, resultante del paso de una con sgciedad civil En la imposibilidad de seguir
cepción del orden como jerarquía prefijada al detalle la evolución entera, bastará indicar
e inmutable de valores y de fines, extendida el modelo de fondo dentro del cual toda ella
al universo entero; orden al cual la esfera se conjuga, con referencia a la persistencia,
social no podía más que adecuarse, median en la prim era fase organizativa del e. moder
te una articulación interna que respetase la no. de las articulaciones sociales por capas
armonía del cosmos, a un orden más restrin (con base en el reconocimiento jurídico de los
gido. pero más inmediato y, por tanto, más "derechos y libertades” tradicionales y al
concerniente al hombre: el orden mundano de prestigio de la posición social de tal modo
ESTADO MODERNO S67
.su carácter de última decisión, su posibilidad venido reduciendo toda la carga de neutrali
de aplicación a través de un sólido aparato dad que desde el inicio había caracterizado
profesional de órganos ejecutivos y coactivos, la experiencia estatal como monopolio de lo
todo esto no se cambia, como no cambia el político. El fenómeno se encuadraba, a su vez,
objetivo de fondo al que esto estaba dirigido: en un proceso más general de formalización
la instauración y el mantenimiento del orden. del estado mismo, por el cual se hacia cada
Solo, este orden, presentándose como vez menos necesaria la personificación en la
exclusivamente mundano, racional y técnico, figura del monarca y cada vez más indispen
pierde el significado predominantemente neu sable la connotación abstracta dentro de
tral de defensa del conflicto social y de garan esquemas lógicamente indisputables y con
tía de la libertad subjetiva que había tenido vencionales. siendo el principal, precisamen
hasta aquí, para adquirir lentamente conno te, la ley, la norma jurídica.
taciones positivas de realización y desarrollo El paso de la esfera de la legitimidad a la
de intereses más precisos, descritos y presen de la legalidad señaló, en esta forma, una fase
tados como propios del individuo, ahora ele ulterior del e. moderno, la del estado de dere
vado al rango de protagonista directo de la cho fundado más bien en la libertad política
vida no sólo civil sino política. Son ahora los (y no solamente privada) y en la igualdad de
valores del individuo los que conforman el participación (y no solamente preestatal) de
urden social: este último se presenta más los ciudadanos (no ya súbditos) frente al
bien, a través de la mediación iusnaturalis- poder, pero adm inistrado por la burguesía
ta, como la suma, la codificación racionaliza como clase dominante, con los instrumentos
da de los valores individuales. La profunda científicos proporcionados por el derecho y
raíz social de estos últimos en la sociedad por la economía en el momento triunfal de la
civil, ahora plenamente organizada, hace que revolución industrial.
sea, finalmente, el mismo orden el que apa Es ante este estado, basado en el derecho
rezca como persona y sume en si los elemen al punto de coincidir con el mismo ordena
tos de legitimación del poder y de explicación miento jurídico respetuoso del individuo y de
del mismo que hasta entonces le tocaban al sus derechos naturales, y por tanto también
principe, ya pintado como "déspota": en la de la sociedad y de sus leyes naturales, sobre
mejor de las hipótesis como déspota paterno todo en el campo económico, que se propuso
e ilustrado. Esto se vuelve tanto más plausi la definición de "instrum ento de dominio de
ble en cuanto que son los individuos mismos la clase dominante" y que se ha desarrollado
los que conservan los instrumentos directos el coherente diagnóstico de su necesaria eli
de determinación de tal orden, a través de la minación una vez que aquel dominio pudie
fatigosa conquista del poder decisivo (el de se ser abandonado gracias a la instauración
mando, es decir el poder legislativo) por par de una sociedad sin clases. Pero es también
te de la fuerza hegemónica de la sociedad ante este mismo estado que se ejerce la capa
organizada: la burguesía. Esta última, en vir cidad de sobrevivencia de la sociedad civil,
tud de la estructura no vertical sino horizon burguesa, con el empleo de medios cada vez
tal del nuevo orden social, puede ejercitar en más refinados de autorganización y de con
prim era persona, en nombre de todos, el trol del orden constituido. Asi. tanto en el pla
poder del estado que, a su vez, encontraba su no teórico como en su aplicación práctica la
propia encarnación en el ordenamiento ju rí elaboración de modelos de representación y
dico y la propia justificación material en el de asociación más adecuados a la expansión
orden natural de la economía. El estado con de la sociedad (a causa de la incorporación
tinuó existiendo en su dimensión histórica; en en ella de nuevos titulares de nuevos dere
el plano institucional cambió muy poco con chos) y relacionados con un papel cualitati
el paso del antiguo al nuevo régimen; por el vamente diferente desarrollado por la burgue
contrario, los rasgos esenciales del e. moder sía como fuerza hegemónica, llevó a la recep
no fueron ulteriorm ente perfeccionados y ción de los temas de fondo de la doctrina
reforzados, en correspondencia con el progre democrática, formalizados en el fenómeno del
sivo carácter técnico asumido par el gobier parlam entarism o y del partido de masas; el
no y por la administración, en la que se había verdadero paso adelante estuvo, sin em bar
S70 ESTADO Y CONFESIONES RELIGIOSAS
rio italiano del pontífice y de lo* órganos de masas populares de las ciudades. Separados
gobierno de la iglesia católica y también de por divergencias de credo político y de senti
la condición de bautizados de la mayoría de miento religioso, en desacuerdo respecto a
la población en esta misma confesión católi fines, métodos y compromiso, los hombres de
ca. A dicha presencia se añadía, en el prim er la derecha estaban de acuerdo en la reafirma
decenio de la unidad italiana, un reducido ción del laicismo del estado y en las exigen
dominio temporal del pontífice, el cual se cias unitarias de la burguesía, expresadas
transformó, una vez superada la prohibición concretamente en la italianidad de Roma. La
pontificia de participar en la vida pública, en política eclesiástica de la derecha no pudo sin
una adhesión que ha llevado a un compromi embargo realizarse sin dudas y sin compro
so directo de los católicos en cuanto tales en misos: sus exponentes, en gran parte católi
la lucha política, en nombre del principio pre cos, se acercaron siempre con temor reveren
dominante de la unidad política, induciendo cial a todo lo que tocaba la vida de la iglesia,
sistemáticamente una serie de intervenciones, preocupados por distinguir entre organiza
sean directas o indirectas, de las autoridades ción eclesiástica y religión. Y esto no sólo por
confesionales en la sociedad civil mucho más el sentimiento profundamente religioso de
allá de una dinámica normal de relaciones algunos de sus lideres, sino también por no
entre el e. y las confesiones religiosas. Cues privarse de un instrumento esencial de defen
tión romana, cuestión católica y cuestión sa ante el despertar político de las masas
democristiana han hecho en determinados pequeñoburguesas y obreras de la ciudad,
momentos más difícil y complicada la situa infestadas ya de irreligiosidad y de teorías
ción, política y legislativa, de tales relaciones. subversivas. Por otro lado, la nueva posición
El problema del poder temporal del papa central del estado en la sociedad representa
do y de su soberanía sobre Roma (la cuestión ba un atentado al tradicional magisterio ecle
romana), después de la revolución de 1848, siástico y provocaba un enfrentam iento ine
aumentó el abismo entre una concepción de vitable entre programa político y problema
la iglesia católica como sociedad perfecta y eclesiástico, al margen de motivos propia
la del estado liberal, que reivindicaba una mente religiosos o de conciencia. De ello deri
serie de competencias tradicionalmente ejer vó una concepción de las creencias religiosas
cidas por la iglesia, así como la misma tutela como problema individual, de exclusiva com
de la libertad religiosa individual de los ciu petencia del ciudadano, cuyos derechos de
dadanos, incluso frente a las confesiones reli libertad prevalecen, bajo el perfil de la tute
giosas. El articulo primero del estatuto alber- la jurídica, por encima de los de la confesión
tino (1848) disponía que la religión católica religiosa a la que pertenece, hacia la cual el
era la única religión del estado y las otras con ordenamiento del estado se coloca en posición
fesiones eran "toleradas” conforme a la ley de total indiferencia, cuando no de expresa
común, pero la ley sarda del 19 de junio de animadversión. Es típico el caso de la legis
aquel mismo año dejaba sin efecto tal dispo lación supresora y expropiadora de las enti
sición al declarar que la pertenencia a otro dades y bienes eclesiásticos (1866-1867), aun
culto no constituía una excepción para el goce que en su conjunto la legislación de la dere
de los derechos civiles y políticos y el acceso cha, y especialmente la ley de las garantías
a cargos civiles y militares, y el código penal pontificias (1871), logró evitar que el choque
de 1889 pone en el mismo nivel, bajo el perfil entre estado e iglesia católica se convirtiera
de la tutela jurídica, todos los cultos adm iti en lucha religiosa y pusiera en crisis la recien
dos en el estado. te unidad política. Ni la paz religiosa llegó a
Alrededor de la cuestión romana y del lai ser amenazada realmente ni quedaron huellas
cismo del estado se va produciendo, en los pri profundas de este conflicto en la conciencia
meros quince años de vida unitaria, lenta y popular. Los casos de crisis efectiva fueron
fatigosamente, a través de dramáticos con los del clero nacionalista y de los políticos sin
trastes, la unificación de la burguesía italia ceramente religiosos; por lo general, la indi
na y su neta distinción respecto a las viejas ferencia de los laicos respecto a los proble
clases dominantes, lo cual la situó en los mas internos de la iglesia y, por el lado con
estratos políticamente más avanzados de las trario, la absoluta docilidad a las directivas
ESTADO Y CONFESIONES RELIGIOSAS 573
cito pontificio” (Piovani). La victoria del "esta y grandeza de Italia; d] consiguiente consoli
do liberal” va apareciendo como menos defi dación de la nueva ideología de una Roma
nitiva de lo que se creía en un principio: se guerrera católica apostólica romana, plena
establecen de este modo las bases de una polí mente reafirm ada en la conquista de Etiopía
tica que, precisamente en la dimensión cleri y en la participación en la guerra de España;
cal-imperialista del conciliadorismo de Cris e] superación progresiva de las polémicas pol
pí, llegará a dar sus frutos, más allá de la sim la cuestión romana en exacta coincidencia
ple recuperación del patrimonio de San con la progresiva crisis del estado laico v libe
Pedro, con el neotemporalismo concordato ral, surgido como antítesis del legitimismo
rio de 1929. Si la cuestión romana continua pontificio y con la lenta suturación de la heri
ba siendo el obstáculo que impedia llegar da latente producida por el enfrentamiento
rápidamente a una colaboración entre esta de las fuerzas nacionalistas con las fuerzas
do e iglesia que alejara la amenaza de la revo católicas, la cual había impedido hasta enton
lución proletaria, el Vaticano había ya com ces a la burguesía concentrar todas sus fuer
prendido, en los últimos veinte años del siglo zas y emplearlas de manera útil ante el pro
pasado, que la debilidad de la clase dirigente letariado m anufacturero y el rural. A estas
liberal-moderada le permitía establecer cier constantes se añadirán, en el transcurso de
tos elementos de estabilidad y seguridad a los dos prim eros decenios del siglo, nuevos
través de un control de las masas que la igle procesos: actitudes cada vez más "naciona
sia estaba recuperando a través del asociacio- listas" del episcopado italiano; predominio de
nismo devoto, la organización obrera de tipo instancias moralistas y culturales de tipo
cooperativo y la red progresiva de institucio igualmente nacionalista y que prepararán el
nes de crédito, sobre todo en el mundo rural. advenimiento del fascismo; restauración cul
De tal modo, lejos de ser marginada, la igle tural en un sentido religioso y nacional.
sia católica se integraba plenamente como En 1904 se inaugura —con el apoyo de los
fuerza activa en la sociedad civil, cuyas con católicos a los candidatos moderados en las
tradicciones internas le perm itirían bien elecciones generales— aquella política de
pronto convertirse en uno de los elementos alianzas clerical-moderadas que se expresa
más importantes.I. rá, en las elecciones de 1913, con el llamado
Pacto Genliloni, de cuya crisis, causada por
III. DE LA■CONCILIACIÓN SILENCIOSA" A LA PAZ" RELI la separación entre Giolitti y los católicos que
GIOSA de i92y. A principios del siglo xx ya se habían sido elegidos, resultó la orientación
están gestando todos los elementos de fondo haciu la derecha del gobierno Salandra. Al
de una serie de constantes de la política ecle mismo tiempo la guerra de Libia —en cuya
siástica que llevarán a la Conciliación de 1929: preparación, en el nivel gubernativo y de opi
a] vínculos de naturaleza económico-finan nión pública, el Vaticano desempeñó una fun
ciera entre bloques clerical-moderados (el ción nada secundaria— permitiría a los nacio
mismo Vaticano en el caso del Banco de Roma nalistas entablar un diálogo directo con los
de E. Pacelli) y la clase dirigente italiana: católicos, intensificado después en los congre
b] continua exigencia de conservación de sos nacionalistas de 1912 y 1914, en los que
determinados intereses de clase, relacionados prevalecieron las orientaciones "filoclerica-
con el miedo al "socialismo subversivo", ya les" representadas por Federzoni y, sobre
que la iglesia había superado la distancia que todo, por Alfredo Rocco, el cual retoma y
la separaba de las otras fuerzas dirigentes del desarrolla los principios de política eclesiás
mundo capitalista (Togliatti) y no podía dejar tica delineados en 1914 en una serie de inter
de ejercer una función de conservación del venciones (llevadas a cabo entre 1922 y 1923)
orden social existente; c] renuncia por parte de las que se hizo eco el Osservatorc Roma
de la Santa Sede a un proyecto de reforza no, que veía en ellas el programa de “un futu
miento interno inmediato —cabe señalar al ro régimen" que llevaría "las conciencias. ..
respecto la actitud significativa de La Civil- a una pacificación entre estado e iglesia”.
tá Caltolica en ocasión del Año Santo de Efectivamente, las bases ideológicas de la
1900— para colaborar, especialmente en el Conciliación de 1929, y en general de la polí
plano de la política exterior, con la expansión tica religiosa de Mussolini, pueden detectar
ESTADO Y CONFESIONES RELIGIOSAS 575
se can toda exactitud en la concepción de las nación de los sindicatos blancos. Estas accio
relaciones estado-iglesia delineada por Roc- nes se inscribían todas ellas en la misma polí
co en 1914. tica de los gobiernos prefascistas de hostili
Con el inicio del pontificado de Benedicto dad hacia el popularismo y de eliminación de
XV, las relaciones entre Italia y la Santa Sede la cuestión católica, último obstáculo que que
asumirían una nueva y peculiar fisonomía, al daba para el entendimiento con la iglesia y
establecerse intensas relaciones oficiosas en la solución jurídica de la cuestión romana.
el plano de acuerdos previos y de acciones de que. al ser superado, concentraría todas las
gobierno, pero será la gran guerra la que lle fuerzas de la burguesía. La consolidación de
vará a una maduración efectiva del proceso esta política, y su correspondiente expresión
de superación de las polémicas por la cues en la legislación eclesiástica, tuvo lugar en la
tión romana en el sentido de encontrar una linea emprendida por el regimen a p artir del
solución bilateral a los problemas comunes. discurso de Mussolini del 3 de enero de 1925,
Tal solución estuvo ya a punto en los acuer que marcó el principio efectivo —en el plano
dos parisienses entre V.E. Orlando y el envia de las relaciones e.-confesiones religiosas—
do pontificio, monseñor Cerretti, que estable de la restauración política que llevaría, en
cían las bases del futuro tratado y concorda febrero de 1929, a la Conciliación entre Ita
to. Sin embargo este proceso tuvo que afron lia y la Santa Sede sobre las bases que A. Ruc
tar la nueva cuestión católica surgida del defi eo, retomando las concepciones delineadas
nitivo ingreso de los católicos en la vida desde 1914, había establecido con precisión
pública con el Partido Popular y sus anexas en vísperas de la marcha sobre Roma y que
organizaciones sindicales cristianas, que expresaban no tanto un sentido "fascista”
encontró primero oposición por parte de las —como se decía en la retorica fascista y, en
“componendas" clerical-moderadas y nacio general, antifascista— sino una función de
nal-católicas y fue usado después “como defensa de la sociedad capitalista y del orden
rehén a entregar al fascismo para la solución social existente en un momento en que la
jurídica de la cuestión rom ana” (Sturzo). En naturaleza del conflicto había ya perdido todo
vísperas del fascismo, pues, la vieja clase diri carácter de reivindicación territorial y la
gente y las jerarquías eclesiásticas, ante la recuperación del poder temporal se plantea
necesidad de elegir entre la observancia de ba con formas y significados muy diversos,
las formas legales —que llevando al poder a pero mucho más concretos y complejos que
las clases elevadas por el sufragio universal, los reivindicados por el papa Mastai.
hubiera cambiado las bases sociales del es
tado— y la indulgencia frente a la violencia IV. DF. LALEGISLACION FASCISTAALACONSTITUCIÓN DE
de los grupos de acción —que acabarían por la república. Al Tratado, al Concordato y al
apoyar a la fuerza que ocupaba el poder— se Convenio financiero del 11 de febrero de 1929
orientaron hacia la solución que estabilizaba —que sancionaban bilateralmente la Conci
el orden social existente. liación con la iglesia católica— el fascismo
La iglesia, en particular, había entendido añadió una serie de disposiciones unilatera
inmediatamente que de una convergencia les para regular la vida de las otras confesio
entre movimiento proletario y partido cató nes religiosas, que ya no eran simplemente
lico no podía obtener las ventajas que le ofre toleradas sino admitidas (ley núm. 1159 de
cían los grupos más típicamente conservado 1929 y e.r. 289 y 1731 de 1930), con las que
res del fascismo, que acabarían por prevale se establecía una diversidad de trato jurídi
cer, eliminando al mismo tiempo el ala intran co entre la religión católica y los otros cul
sigente y el ala liberal del partido de Musso- tos. Para estos últimos, en efecto, se reque
lini, cuya actitud respecto al Partido Popular ría la aprobación gubernativa en el nom bra
puede entreverse en el planteamiento que dio miento de ministros del culto, una autoriza
a la reforma de la legislación eclesiástica de ción por real decreto para la apertura de tem
los años 1923-1925 (unilateral, pero concor plos y oratorios, estableciendo asimismo toda
dada con el Vaticano), en las relaciones entre una serie de rígidas formas de control respec
gobierno y clérico-fascistas con ocasión de las to de las entidades y una discriminación entre
elecciones políticas de 1924, y con la elimi ciudadanos católicos y no católicos en m ate
576 ESTADO Y CONFESIONES RELIGIOSAS
ria matrimonial (exceptuando a los judíos de y que, gracias a los derechos de libertad indi
las islas del Egeo y de Libia). La normativa vidual y colectiva sancionados en la carta de
se completó en 1938 con las "Disposiciones 1948, logró am pliar el campo de la interven
para la defensa de la raza italiana”, que pri ción de la iglesia en la vida pública mucho
vaban a los hebreos de toda una serie de dere más allá de las intenciones del legislador con
chos y libertades, incluidas las de tipo reli cordatario, proporcionando al partido de la
gioso-cultural. unidad de los católicos instrumentos decisi
Las relaciones con la iglesia católica se vos para su consolidación. La cuestión dentó-
mantuvieron sustancialmente buenas durante cristiana llegaba a añadirse a la cuestión con
todo el ventenio fascista dentro del sistema cordataria, con la exigencia, para el partido
concordatario, aunque ninguna de las dos de De Gasperi, de perm itir a la iglesia man
partes logró alcanzar los objetivos previstos: tener la posición privilegiada establecida por
el de reconstruir el "estado católico” por la la legislación lateranense, a cambio de un apo
parte eclesiástica y el de “fascistizar” a la igle yo pleno. Se explica así el contraste entre los
sia por la parte fascista. Los únicos momen perfiles más avanzados de la nueva ideología
tos de crisis, en 1931 y 1938, se debieron a las constitucional (igualdad de los ciudadanos sin
polémicas respecto a la Acción Católica, a la distinción de religión, tutela de los derechos
cual la Santa Sede, a la som bra de los privi humanos incluso dentro de formaciones
legios lateranenses, intentaba transform ar en sociales "interm edias”, plena libertad para
un gran refrigerador (De Felice) en el cual las confesiones religiosas, libertad de reunión
hibernaran los católicos militantes, protegién y de asociación, tutela de los derechos indi
dolos de toda contaminación ideológica, en viduales y colectivos de libertad religiosa,
espera de tiempos mejores que permitieran libertad de expresión, libertad de enseñanza,
su transformación en clase dirigente en sus igualdad en el acceso a oficios y cargos públi
titución de la fascista, o en el peor de los cos, etc.) y una línea de conservación de las
casos, si no era posible catolizarla, poderla estructuras jurídicas existentes (negativa a
enfrentar con éxito. Con los acuerdos de 1931 superar o modificar el conjunto normativo
el régimen obtuvo la reafirmación del carác derivado de los pactos lateranenses, continui
ter religioso y “diocesano” de la Acción Cató dad en la autolimitación de los poderes del
lica, en estrecha dependencia de la jerarquía estado en m aterias que no corresponden al
eclesiástica; con los de 1938 una suspensión orden eclesiástico). El predominio de tales
de las hostilidades pontificias como preludio estructuras, junto con la ruptura entre los
de las reform as de estatutos de 1939, que partidos obreros de izquierda, llevó a la refe
serán juzgados "conformes a los deseos del rencia especifica del articulo 7 constitucional
gobierno". A más de diez años del 3 de enero ("Sus relaciones serán reguladas por los pac
de 1925, Mussolini se daba cuenta de que no tos lateranenses”), lo cual ha permitido a unos
había logrado absorber las grandes fuerzas magistrados particularm ente sensibles a las
que le habían perm itido sin embargo tom ar orientaciones políticas predominantes confe
definitivamente el poder (la monarquía, el rir a cada una de las normas de los protoco
Vaticano y la gran burguesía) y por tanto iban los de 1929 "el mismo valor y la misma efica
a ser objetivos logísticos, pero de hecho estas cia que hubieran tenido si estuvieran inclui
fuerzas sobrevivieron al fascismo (aunque por das en la carta constitucional o [ . . .] aproba
poco tiempo en el caso de la monarquía). Y das por ley constitucional; o incluso se pue
sobrevivieron también de manera egregia los de decir que tienen mayor valor, al ser
pactos lateranenses, explícitamente mencio establecida la inaplicabilidad del procedi
nados en la Constitución republicana (art. 7) miento de revisión constitucional” (corte de
que establecía —gracias al compromiso de la casación, 23 de junio de 1964). Sólo después
democracia cristiana— la conservación inte de la introducción del divorcio (diciembre de
gral, con todos sus detalles, del planteamiento 1970), a finales de la V legislatura y con una
político-jurídico de las relaciones entre e. y mayoría de centro-izquierda, se empezó a
confesiones religiosas en el tiempo del fascis rom per el hielo parlam entario sobre el pro
mo, considerado como uno de los elementos blema de la revisión del Concordato y se abre
importantes de la continuidad institucional camino la hipótesis de que el artículo 7 cons-
ESTADO Y CONFESIONES RELIGIOSAS 577
mentó de conservación del orden, y por tan cia ejercida por la revolución industrial sobre
to de la paz, tanto respecto de los peligros la teoría estratégica, que ha invertido la rela
externos suscitados por la agresividad de ción entre el hombre y el arma. La condición
otros estados (guerra internacional) como res fundamental de la victoria ya no es (o no es
pecto de los peligros internos que pueden ser solamente) el número de los combatientes,
causados por los intentos subversivos de sino la cualidad y potencia de los arm am en
determinados grupos políticos (guerra civil). tos, relegando en consecuencia al hombre a
Si se tiene presente que el poder político nace, un papel de instrum ento para su funciona
de todas maneras, de la fuerza física y que su miento.
conservación depende en última instancia de El desarrollo tecnológico aplicado a los
la posibilidad del recurso a la violencia, pon armamentos ha comportado en el trascurso
dremos en evidencia un aspecto con base en de los siglos una continua ampliación del
el cual los armamentos pueden definirse tam número de los que se dedican a la investiga
bién como el instrum ento más común para ción científica, producción y empleo de arm a
reprimir la voluntad de los demás. Sin embar mentos, hasta el punto de representar actual
go, mientras tales instrumentos pertenezcan mente uno de los sectores fundamentales de
a ambos contendientes en el plano internacio la vida económica de los países industrial
nal, serán por definición monopolio del poder mente más avanzados y determinando un
constituido en el plano del sistema estatal. De fenómeno conocido con el nombre de milita-
ello se deriva que, si ambos sistemas fundan ry-industrial complex, que puede ser tomado
su permanencia en gran medida en los arm a como indicador de la creciente militarización
mentos, en el sistema internacional la proba de los estados, incluso en periodos de paz. Un
bilidad de violencia actual es mucho mayor ejemplo clarísimo de tal situación está repre
que en el nacional, lo que explica la costum sentado por la estructura y organización del
bre predominante de considerar únicamente Departamento de Defensa norteamericano: el
el papel bélico de los armamentos. llamado "Pentágono", sobre el que cabe
Pero aunque los armamentos fueran con recordar la denuncia formulada por C.
siderados solamente como un instrum ento Wright Mills en el cap. vu de La élite del
que confiere la fuerza necesaria para llevar poder, representa en un cierto sentido el más
adelante una guerra, el análisis de su influen grande empresario del mundo.
cia política no podría en ningún caso limitarse La profecía de Comte, que veía en el desa
al ámbito internacional. Incluso dentro de rrollo de la sociedad industrial la premisa
una función sustancialmente defensiva es para la eliminación de la guerra, no ha sido
posible establecer una definición restringida solamente desmentida sino invertida, desde
de armamentos, cuando se quieran conside el momento en que la guerra y su preparación
rar solamente aquellos instrumentos que sir se han convertido en aspectos cada vez más
ven para producir directa y únicamente la vio importantes en el mundo contemporáneo.
lencia, y otra definición amplia que tenga en Esta situación se retrotrae sobre la teoría
cuenta el conjunto de las organizaciones com estratégica, la cual pasa de ser un estudio fun
plementarias, pero necesarias, al empleo dado esencialmente en las acciones de los
directo de los mismos armamentos. No se hombres a convertirse en el análisis del uso
puede pues prescindir de considerar como más eficiente de los instrum entos ofrecidos
algo estrechamente unido al papel político de por el progreso tecnológico.
los armamentos la influencia que ejercen
sobre la vida de un estado la investigación tec ni. armamentos y estrategia. La teoría estraté
nológica o bien la ampliación del aparato mili gica contemporánea y la misma actividad de
tar, convertido en algo indispensable dada la los gobiernos de los estados más poderosos
complejidad de los servicios necesarios para (más armados) tienen que enfrentar casi a dia
poder emplear eficazmente mecanismos cada rio, tanto en la producción científica como en
vez más perfeccionados y delicados. A gran la acción diplomática, los problemas deriva
des rasgos se puede pensar que el motivo por dos de la existencia y continua fabricación de
el que los armamentos han ocupado este lugar armas cada vez más potentes, lo cual da a
en el contexto social depende de la influen entender la voluntad bélica de los estados pro
580 ESTRATEGIA Y POLITICA ARMAMENTISTAS
ductores. Pero es precisamente ante esta voluntad pacífica de los gobiernos que parti
situación que se multiplican los esfuerzos, cipan en las conferencias internacionales es
teóricos y prácticos, para llegar a cierta for por lo menos dudosa, y por otra parte el sig
ma de control-reducción-desarme que invierta nificado de dicha participación debe buscar
la tendencia impuesta por la práctica de la se más allá de los contenidos específicos del
carrera armamentista. acuerdo logrado. En efecto, con las propues
Mientras que el periodo de la carrera arm a tas de reducción y de control de ios armamen
mentista se consideraba antes como una fase tos no se intenta tanto la exclusión de la fuer
transitoria que indicaba el paso de un tiem za en la vida del sistema internacional (como
po de paz a un tiempo de guerra, periodo ocurriría si la voluntad de las partes fuera
naturalm ente destinado a agotarse con el fin genuinamente pacífica), sino más bien la eli
de la guerra, después de la segunda guerra minación de las deseconomías que comporta
mundial, sea por causa de las exigencias de una carrera arm am entista cada vez más ace
guerras locales recurrentes, sea por la exigen lerada. ya que los armamentos pasan a ser
cia del perfeccionamiento de las arm as o del obsoletos apenas producidos. Si el desarro
equilibrio estratégico, no se ha verificado nin llo y la producción de los armamentos se
guna disminución en la carrera arm am entis sometieran a un control común por parte de
ta. Al contrario, en más de 130 conflictos loca los estados se podría llegar a una situación
les que se han producido en el mundo a par más segura sin necesidad de eliminar los
tir de 1945, se ha absorbido naturalm ente armamentos, o eliminando solamente los que
gran parte de la producción normal de la ya son ineficaces. Es precisamente el concep
industria m ilitar (dejando bien claro el pre to de seguridad, y no el de paz. el que ocupa
juicio según el cual la existencia de tantas el centro de la literatura especializada en
arm as favorece el desarrollo de los conflic favor de estas prácticas. Por lo que respecta
tos: no son las armas las que hacen estallar al problema de la reducción de los armamen
las guerras, sino estas últimas las que produ tos, es necesario tener presente que. ya que
cen las armas. Valga como ejemplo —real ningún estado renunciará a las arm as que
mente decisivo— la historia de la producción considera importantes para su seguridad, la
de la prim era bomba atómica). Más en gene conclusión será la misma que antes: las armas
ral, se puede observar que hoy la producción eliminadas serán únicamente lus que va estén
ha llegado a tales niveles que supera lo que tecnológicamente superadas o resulten ya ine
se necesita para la destrucción total de la ficientes. De ello se concluye que el verdade
humanidad. A pesar de esta constatación, ro significado de la política de reducción-con
lejos de pararse, se ha ido intensificando. trol de los armamentos está en el valor de
¿Cuál es entonces la función de las propues racionalización y de consolidación del siste
tas formuladas en innumerables conferencias ma político internacional contemporáneo.
internacionales (en el nivel gubernativo)? Esta Lógicamente poco nos queda por decir
aparente contradicción se desvanece tan sobre el desarme y sus posibilidades de rea
pronto recordamos que la función de los lización. El problema fundamental a este res
armamentos no es tan sólo la de destruir, sino pecto consiste en la determinación de la acti
también la de prevenir la guerra: si la concep tud que debería informar las eventuales nego
ción de dicha función ha sido tradicionalmen ciaciones: ¿preferencia por los acuerdos téc
te confiada a la sabiduría popular, con la apa nicos parciales progresivos o dirigirse al
rición de las armas termonucleares ésta se acuerdo político global? Según P. Noel Baker
presenta dotada con la nueva justificación de sería utópico confiar desde un principio en
la posibilidad de la destrucción total. Los el segundo camino: el clima favorable al
armamentos, especialmente los más moder acuerdo global brotará precisamente del éxito
nos, alcanzan una categoría de valor políti de una serie prelim inar de acuerdos limita
co: sirven para conquistar el poder interna dos. Sin embargo, esta tesis demuestra, a
cional, no a través de su empleo material, sino pesar de su sabiduría empírica, el grado de
simplemente por el hecho de su existencia. Si dificultad que acompaña a un proyecto de
éste es esencialmente el valor político de los esta magnitud: los acuerdos parciales, distin
armamentos, está claro por una parte que la tos de un acuerdo de control o de reducción.
E S T R A T E G IA Y P O L ÍT IC A A R M A M E N T IS T A S 581
serán posibles sólo cuando sea distinta la del caudillo: las victorias napoleónicas se
voluntad política de los contrayentes; pero caracterizan precisamente por la capacidad
dicho cambio debería favorecerse precisa de disponer en cada uno de los enfrentamien
mente por la distensión consiguiente a los tos de una masa de combatientes superior a
diversos acuerdos parciales. Con esta misma la del adversario, el cual confiaba todavía en
dificultad se encuentra la teoría del desarme el recurso tradicional a las reglas del arte
unilateral, que se funda en la actitud sacrifi militar. La revolución industrial, mientras
cada que asume una de las partes, que se que por un lado contribuye a transform ar la
desarma sin exigir contrapartida: asi, demos política internacional de ser esencialmente
trando de forma inequívoca la propia volun europea a tener una tendencia mundial, a tra
tad pacífica, se hace posible invitar a los vés de los fenómenos del colonialismo y del
adversarios, con grandes probabilidades de imperialismo, por el otro pone a disposición
éxito, a que se comporten de manera recipro de los ejércitos nuevas arm as que permiten
ca. A partir de esta m atriz unilateralista, se pasar por alto las diferencias de número de
ha desarrollado otra estrategia, sostenida con combatientes y que transform an, a través de
matices distintos por C.E. Osgood y A. Etzio- innovaciones brillantes como el avión o el
ni, el gradualismo, la cual reduce los peligros submarino, todas las nociones estratégicas
y lo inaceptable del sacrificio total unilateral, tradicionales. A causa de que el esfuerzo pro
distribuyendo de modo gradual y concatena ductivo requerido por tales armamentos
do diversas demostraciones de buena volun implica la movilización de enormes recursos
tad, siendo cada una de ellas unilateral, pero y medios económicos, solamente los estados
limitada. más ricos podrán dotarse de ellos y su poten
La causa del desarme podría ciertam ente cia se evaluará precisamente con base en la
favorecerse con una técnica unilateralista, superioridad de su armamento. En efecto, los
cuyo valor está en ofrecer al adversario la presupuestos militares norteamericano (111
prueba palpable del significado de la propia mil millones de dólares en 1980) y soviético
acción, pero no existe todavía una táctica para (107 mil millones de dólares) representan casi
convencer a un gobierno a que la haga pro el 50% del gasto mundial (estimación de
pia, poniendo sus esperanzas de paz en la sipri). Es interesante señalar (como síntoma
colaboración y no en las arm as y en la hosti de la difusión del papel de los armamentos
lidad..IV en el mundo) que solamente hace quince años,
o sea en 1966, el porcentaje ruso-norteame
IV. LA PROBLEMÁTICA ESTRATÉGICA CONTEMPORÁNEA. ricano respecto del gasto mundial represen
Si es cierto que tanto motivos internos como taba el 61 %. Sin embargo, estas cifras son tan
internacionales concurren a determ inar el sólo estimativas y permiten como máximo
papel político de los armamentos, no se pue una evaluación comparativa: se ha de tener
de olvidar sin embargo que, precisamente presente que la reducción del porcentaje de
debido al estímulo impuesto por el recurso las dos supcrpotencias en relación con el gas
a formas de guerra cada vez más totales, hay to mundial de armamentos no se debe a una
un progreso en la técnica de producción de reducción de su gasto particular, sino más
los armamentos y en la forma de uso de los bien a un notable incremento del gasto res
mismos, obligando a los estados a alcanzar pectivo de los países del tercer mundo (área
niveles de movilización cada vez más eleva muy densa en cuanto a conflictos reales y
dos de hombres y de recursos. potenciales), que en 1971 gastaban el 9% del
Aunque han existido siempre formas de total y en 1980 el 16%. Además, mientras que
conscripción, solamente con la revolución antes la producción bélica era lim itada en
francesa se establece el principio de un ejér cuanto al tiempo (al menos en un sentido rela
cito nacional (la "nación en armas"), carac tivo), entre el periodo que precedía inmedia
terizado por el reclutam iento general y obli tamente a la explosión de un conflicto y el fin
gatorio, que no se llega a realizar completa del mismo, hoy día la complejidad y variedad
mente hasta el siglo xx. La potencia de una de los conflictos hacen extensivas a los perio
nación no se fundaba en la superioridad de dos de paz las características que eran pro
los armamentos, sino en el genio estratégico pias del movimiento económico y producti
582 E S T R A T E G IA Y PO LITIC A A R M A M E N T IS T A S
vo del tiempo de guerra: el gasto mundial por te a causa del desarrollo de técnicas de lan
concepto de armamentos alcanzaba en 1949 zamiento y de la extensa producción de nue
los 51 mil millones de dólares (con valor cons vas armas, desde las químicas y bacterioló
tante). m ientras que en 1980 alcanza los 455 gicas hasta los m ir v y los crióse.
mil millones de dólares. Potencia armamen
tista y potencia industrial se encuentran pues v. el problema cualitativo. La existencia de
estrecham ente vinculadas por su función de arm as de una potencia destructiva tal que
requisito fundamental en el establecimiento haga posible la destrucción de la humanidad
de las posiciones relativas de poder de los pone en discusión la misma definición del
diversos estados en el ámbito general del sis papel político de los armamentos, porque
tema internacional. A los armamentos se les obligan a enfrentar el problema de si, en estas
asigna el papel político de estabilizador de las condiciones, el recurso a la guerra, y la insti
relaciones internacionales, entendidos como tución misma de la guerra, tienen todavía sen
instrum ento de prevención de la guerra. El tido, o por lo menos si no carecerá éste de
triunfo de esta concepción ha sido sin embar parangón con el papel desempeñado por la
go determinado sólo por la aparición de las guerra en los siglos anteriores a la aparición
arm as atómicas y termonucleares, hasta el de las arm as termonucleares. A esta pregun
punto de que la paz viene asegurada por el ta. que ha sido la cuestión central del gran
equilibrio del terror que se deriva del temor debate ético-político de los años cincuenta
de su uso. Pero con las arm as termonuclea (baste recordar la obra y acción de B. Russell,
res se establece también la posibilidad técni K. Jaspers, G. Anders), sería posible respon
ca de la realización de un principio teórico der afirmativamente en el caso de que se
de "uso absoluto de las fuerzas", que según lograra dem ostrar que la bomba atómica
Clausewitz encarnaba la esencia de la guerra, (usamos esta expresión como símbolo ) no
pero que no correspondía a una realidad solamente pone en crisis las concepciones y
empírica de una guerra que no implicaba la teorías tradicionales de la guerra clásica, sino
destrucción total para vencer, lo cual es posi que convierte en algo totalmente improponi-
ble y connatural a la lógica de la guerra ter ble la guerra tout cauri como instrumento de
monuclear. Es pues en este contexto suma solución de los conflictos.
mente precario que se plantea la vocación Respecto a este problema se pueden esta
pacifista de los armamentos, cuyo papel se blecer a grandes rasgos tres posiciones: la pri
justifica, como decíamos anteriorm ente, por mera —la reduccionista— sostenida entre
su capacidad de garantizar el mantenimien otros por R. Aron, restringe la cuestión a tér
to del orden y de la paz. Pero al mismo tiem minos puram ente estratégicos: la diferencia
po la capacidad destructiva alcanza (e inclu entre la bomba atómica y las armas clásicas
so supera) el límite teórico de la posibilidad es esencialmente cuantitativa; los problemas
de la destrucción total de la humanidad. Con morales que pueden surgir del riesgo de
siderando que el número de bombarderos m atar una cantidad incomparablemente
estratégicos es de 348 para Estados Unidos mayor de individuos que en el pasado, se
y 156 para la Unión Soviética; el de misiles resolverán a través de la formulación de una
balísticos intercontinentales, 1 052 por par "estrategia adecuada", como por ejemplo la
te de Estados Unidos y 1 938 por parte de la que consiste en lim itar el teatro de la guerra
Unión Soviética; el de misiles balísticos sub únicamente a los mares, de modo que el
marinos, 600 para uno y 950 para la otra, y enfrentamiento fuera entre submarinos que
el equivalente a bombas termonucleares representaran como paladines a los pueblos
almacenadas en los arsenales (o transporta implicados. Aparte de la falta de realismo de
das continuamente por cielo o por mar). 9 000 tal proposición (baste pensar en las conse
megatones por parte de Estados Unidos y cuencias de la contaminación radioactiva de
7 000 por parte de la URSS; resulta que por las aguas), aceptando y reconociendo la bom
cada individuo que habita actualmente el pla ba atómica como un arm a igual a las otras,
neta existen varias toneladas de dinamita a se acaba por avalar la política fundada en el
su disposición. La variedad de las formas de equilibrio del terror (o en la "sabiduría" como
violencia se amplía más y más, especialmen prefiere decir Aron), motivada no por el mié-
E S T R A T E G IA Y PO LITIC A A R M A M E N T IS T A S 583
do a la destrucción total, sino por el miedo dos ya descritas, es la que podría llamarse con
a una destrucción excesiva. De ahí se sigue el nombre de teoría del ‘‘tigre de papel”.
que la única novedad estratégica derivada de Como se sabe, desde 1946 Mao Zedong sos
la existencia de la bomba atómica está repre tuvo que la bomba atómica era precisamen
sentada por la práctica de la disuasión. te un tigre de papel, un arm a que no tenía por
La segunda posición, algo más aceptada qué asustar al pueblo, ya que si bien era cierto
quizá, puede definirse como totalitaria, ya que se trataba de un arma de capacidad des
que, a partir de la existencia de la bomba ató tructiva incomparable a cualquier otra ya
mica, deduce que la guerra se ha vuelto impo existente, la posibilidad de recurrir a ella por
sible: ya no puede considerarse, según la fór parte de un gobierno, aun imperialista, era
mula de Clausewitz, como la continuación de muy pequeña por el hecho de que su uso
la política con otros medios, sino que la gue habría suscitado la rebelión del pueblo con
rra atómica es cualitativamente distinta de la tra sus gobernantes, los cuales se encontra
guerra clásica. Pero, m ientras que por una rían aislados, incluso en un nivel mundial, por
parte se afirm a la omnipotencia de la bomba la condenación moral de haber recurrido a un
atómica, por la otra se reconoce que, preci arm a tan monstruosa. Este planteamiento,
samente a causa de esta diferencia cualitati descrito a grandes rasgos, tiene su base teó
va, esta arm a no puede ser usada, porque rica en el rechazo a aceptar una concepción
implicaría la negación de la política a la que de la omnipotencia de las armas respecto del
quiere servir. Como consecuencia, aunque papel del hombre o mejor dicho del pueblo,
este planteamiento se distingue netamente de por lo cual Mao Zedong puede declarar que
la posición reduccionista en cuanto al juicio la bomba atómica separada de las luchas lle
sobre la diferencia de cualidad entre armas vadas a cabo por el pueblo no sirve para nada.
atómicas y clásicas, en el nivel político se pro Mientras que en el plano general y estratégi
duce un acercamiento, ya que la paz mundial co la bomba atómica se deprecia, perdiendo
continúa confiándose al dominio ejercido por así valor la amenaza disuasiva imperialista,
el miedo a la destrucción. Sin embargo, si la en el nivel contingente y táctico la teoría del
primera posición propone como remedio sola tigre de papel nos invita a no infravalorar la
mente la innovación estratégica, la versión enorme destructividad de las nuevas armas.
totalitaria se ve obligada a proponer una prác Una verificación empírica, aunque parcial, de
tica de relación conflictiva que sustituya a la este planteamiento puede entreverse en la
de la guerra, caracterizada por la competen impotencia política en la que se encuentra la
cia pacífica (coexistencia), que esconde a su bomba atómica ante la guerra de guerrillas,
vez un equívoco, si se tiene en cuenta que en cuanto su capacidad destructiva no sería
dicha propuesta debería ser válida en un sis ineficaz, sino más bien ineficiente.
tema internacional que es estructuralm cntc Se puede pues d ar por concluido este pro
el mismo que ha permitido hasta ahora el blema recordando que, si bien es inaceptable
estallido de las guerras, y que además el tipo la instancia que hace de la bomba atómica un
de paz a que se llega se continúa basando en arm a omnipotente, no lo es la que la consi
el equilibrio del terror. La posición totalita dera un arma incomparable respecto a las del
ria exalta pues el papel político de los arm a pasado. La conciencia del cambio cualitativo
mentos: ellos son tan importantes que, aun podrá entonces establecerse como el momen
no pudiendo ser usados, condicionan los fun to inicial con vistas a promover una actitud
damentos mismos de las relaciones políticas consciente y generalizada en oposición al uso
internacionales. Como consecuencia de este político y práctico de las armas termonuclea
planteamiento la teoría de la cualidad puede res, con base en el cual el mundo podría efec
llegar a concretarse en un uso político repre tivamente llegar a su destrucción. La impo
sivo: la amenaza de los terribles daños de una sibilidad de la guerra atómica se basa preci
guerra atómica debería servir para defender samente en la posibilidad técnica de desen
a los detentores de aparatos termonucleares cadenarla: si es cierto que es la política y no
de las intenciones ‘‘agresivas’' que tengan los las armas lo que predomina, en ella se debe
adversarios. fundar la búsqueda de la paz y no en el chan
Una tercera posición, intermedia entre las taje termonuclear.
584 E S T R A T E G IA Y PO L ÍT IC A A R M A M E N T IS T A S
Una últim a consecuencia derivada de con cia posterior. En realidad, la época termonu
siderar omnipotente la bomba atómica pue clear empezó en 1952 coh la explosión expe
de verse en el éxito obtenido en los últimos rim ental de la prim era bomba H (norteame
años por la doctrina que establece que la ricana) de la historia, cuya relación propor
mera existencia (disponibilidad) de los arm a cional con la bomba atómica era alrededor de
mentos es una de las causas posibles del esta 1 a 1 000.
llido de las guerras. Gn su versión renovada Hasta aquel momento la estrategia estadu
esta teoría se presenta a través de la formu nidense no había sentido la necesidad de recu
lación de algunos conceptos estratégicos nue rrir a los análisis de política internacional, ya
vos: guerra por error, guerra por adelantado, que se basaba en elementos sumamente sim
guerra preventiva. La existencia de la bom ples. El prim er esfuerzo de programación
ba atómica hace tan precaria la posibilidad estratégica (una vez entrados en la era termo
de ganar la guerra, si no se ha tenido la ini nuclear) lo representó la doctrina de la res
ciativa de la misma, que no sería posible para puesta masiva (massive retaliation), que fue
los gobiernos o comandos estratégicos esta formulada oficialmente por el secretario de
blecer con seguridad el significado de ciertas estado norteamericano Foster Dalles en 1953.
acciones accidentales, erróneas o imprevistas, La doctrina afirm aba que Estados Unidos se
supuestam ente procedentes del adversario reservaba el derecho de opción sobre el lugar
probable. Ya que el tiempo útil para las deci y las arm as con que habría hecho frente, en
siones de respuesta termonuclear está esta ataque de respuesta, a una agresión soviéti
blecido alrededor del cuarto de hora, se ca en cualquier parte del planeta. Aunque algo
podría producir el estallido de un conflicto impreciso en sus términos, se trataba de res
por error, debido por ejemplo a la precipita ponder a una agresión soviética en cualquier
ción causada por un error de lectura del parte del mundo considerada importante con
radar. La presunción de que el adversario está un ataque nuclear contra el "santuario" ene
a punto de atacar, podría llevar a un gobier migo, o sea contra la misma Unión Soviéti
no a desencadenar una guerra adelantada, ca. Esta doctrina fue durante mucho tiempo
deseada con el fin de preceder al golpe del la posición oficial del gobierno, aunque a fina
adversario. Finalmente, la guerra preventiva les de los cincuenta la situación militar de los
se justificaría con la presunción de poder aga dos bloques había cambiado y anunciaba nue
rra r impreparado al adversario. Está claro vos cambios drásticos para un futuro inme
que estas tres posibilidades estratégicas diato. La Unión Soviética, superior en el terre
intentarían justificarse por la novedad de las no de las arm as convencionales, llevaba a
condiciones impuestas por la lógica de la gue cabo un intenso programa de construcción de
rra termonuclear, a tal punto que sería la mis cazabombarderos y misiles balísticos y ame
ma estrategia, más que la voluntad política, nazaba pues con adquirir, en un tiempo rela
la que determ inaría la causa y las condicio tivamente breve, la superioridad también en
nes del estallido de una guerra. Sin em bar el terreno nuclear. Lo inadecuado de la doc
go, no debemos olvidar que el sobrevalorar trina de la respuesta masiva y sobre todo .su
estos riesgos tiene un significado claramen pérdida de credibilidad se hicieron del lodo
te "retórico", en el sentido de que al señalar evidentes: no era ya verosímil que Estados
los se contribuye a difundir el terror, el cual Unidos estuviera dispuesto al riesgo de la des
a su vez es un terrible instrumento de gobier trucción del propio territorio provocando un
no y de opresión. choque frontal con los soviéticos como res
puesta a un ataque llevado a cabo en una zona
VL LA ESTRATEGIA TERMONUCLEAR. En los prime no considerada "vital". Teóricos como Henry
ros años de la posguerra Estados Unidos Kissinger (Nuclear weapons and foreing
gozaba de una situación de monopolio de las policy, 1957) y Hermán Kahn (Oh thermonu
arm as atómicas, puesto que solamente en clear war, 1961) demostraron con argumen
1949 la Unión Soviética logró producir la pri tos convincentes la absoluta inadecuación de
mera. Se trataba por lo demás de armas cuya la doctrina Dulles, preparando asi el terreno
potencia era todavia limitada, especialmen para un cambio de rumbo.
te si se las considera a la luz de la experien La doctrina McNantara fue formulada por
E S T R A T E G IA Y PO LÍTIC A A R M A M E N T IS T A S 585
el secretario de Defensa de este nombre inme Sin embargo, se debe tener en cuenta el dis
diatamente después de su toma de posesión. tinto valor implícito en cada una de estas
Ésta se basaba en que la respuesta norteame alternativas: la estrategia contra ciudades
ricana a cualquier agresión soviética debería corresponde (al menos de m anera relativa) a
ser proporcional al tipo de ataque (flexible res un planteamiento más defensivo (y por tanto
ponso). La nueva doctrina tomaba pues en menos agresivo) con respecto a la estrategia
consideración todas las posibilidades de res contra-fuerzas, dado que —renunciando a la
puesta, de la guerra limitada con arm as con hipótesis de "desarm ar" al adversario—
vencionales a una guerra nuclear limitada o apuesta a toda su población en el juego disua
a una guerra convencional total. A fin de sivo, lo cual es índice de una predisposición
hacer creíble la nueva doctrina era necesario no agresiva.
reorganizar todo el sistema de armamentos, La distinción entre capacidad de prim er o
disminuyendo el abismo existente en el terre segundo golpe está vinculada al mismo tiem
no de las arm as convencionales y llevando a po con la posibilidad de defensa y de disua
cabo un intenso programa de construcción de sión. La capacidad de golpear primero exis
armas nucleares tácticas, intensificando final te reálmente cuando un estado tiene la posi
mente los esfuerzos para la creación de un sis bilidad de golpear de manera definitiva (o sea
tema eficiente de misiles balísticos. La carre con un máximo de destrucción) las fuerzas
ra arm am entista fue al mismo tiempo causa nucleares del adversario. La posibilidad del
y efecto de las complejas elaboraciones del segundo golpe es en cambio operante cuan
pensamiento estratégico de aquellos años. do, una vez sufrido un ataque contra las pro
La e. contem poránea se fundamenta en el pias fuerzas, el actor posee todavía una capa
mecanismo de la disuasión. Con el adveni cidad de respuesta tal que pueda causar gra
miento de la era nuclear ha venido a menos ves daños a la potencia m ilitar adversaria.
la posibilidad de una victoria real y los pla La invulnerabilidad (o vulnerabilidad) de
nes estratégicos se basan en la capacidad de las fuerzas nucleares (su capacidad o no de
intimidar el adversario (v. disuasión). El duelo resistir a un ataque adversario) es el elemen
estratégico con arm as similares implica dos to en que se funda el llamado “equilibrio del
distinciones fundamentales que se refieren al terror", del cual depende el funcionamiento
lugar y al momento en que puede desencade de la relación disuasiva.
narse un ataque nuclear. Es necesario distin Entre las fuerzas de respuesta podemos
guir entre: l]e . contra-fuerzas —cuando el considerar tres relaciones posibles: 1] ambas
objetivo del ataque son los armamentos ató fuerzas de choque son vulnerables; 2] a una
micos del adversario— y e. contra-ciudades fuerza de choque invulnerable corresponde
(o contra-recursos) —cuando el objetivo son en el campo opuesto una fuerza de choque
los centros vitales del país adversario—, y vulnerable; 3] ambas fuerzas de choque son
2] iniciativa del ataque o prim er golpe (first relativamente invulnerables.
slrike) y respuesta o segundo golpe (second En el prim er caso ninguna de las dos par
slrike). tes está en condiciones de proteger su fuerza
La distinción entre e. contra-fuerzas y e. de respuesta de un ataque por sorpresa: en
contra-ciudades, una vez formulada, sirvió tal situación gana el que golpea primero. Por
para superar la convicción ampliamente ambas partes existe sólo una capacidad de
difundida de que el único tipo de guerra ató primer golpe, pero no una capacidad de
mica posible consistía en la destrucción reci segundo golpe: el equilibrio entre los conten
proca total de los actores en conflicto. Evi dientes es inestable y la probabilidad de que
dentemente es más útil para el atacante des uno de los dos actores ceda a la tentación de
truir (si es posible) la capacidad de respues atacar prim ero (preemptive blow) por temor
ta del enemigo, o sea sus fuerzas nucleares, de un ataque adversario es elevada.
que a rra sa r indiscriminadamente las ciuda En el segundo caso la parte invulnerable no
des. Una vez destruida su fuerza de choque, tiene necesidad de atacar primero por cuan
el adversario ya no tendría posibilidad de con to, por definición, posee una capacidad de
tratacar y se vería obligado a la rendición con segundo golpe y está en condiciones de impo
el fin de evitar el suicidio. ner su supremacía estratégica al actor adver
586 E S T R A T E G IA Y PO LITIC A A R M A M E N T IS T A S
sario. La parte vulnerable, a su vez, se encuen de un punto de vista teórico, una serie de esta
tra en una posición de neta inferioridad estra dios intermedios: desde la infiltración de gue
tégica, por lo que el hecho de atacar prim ero rrilleros hasta una guerra limitada con armas
no le asegura la victoria. Incluso la credibili convencionales, de la guerra nuclear limita
dad de una amenaza de guerra total que pro da a la guerra convencional total. I-a proxi
venga del actor vulnerable resulta notable midad de los diversos estadios y su vincula
mente reducida. ción con la e. nuclear hacen que en cada fase
La tercera hipótesis, finalmente, al menos persista la posibilidad de un proceso de esca
desde un punto de vista teórico, es la que lada (escalation) hacia el enfrentamiento
parece garantizar la máxima estabilidad. En nuclear.
estas condiciones cada una de las partes pare Entre estos estadios mencionados ha adqui
ce estar en grado de infligir elevadas pérdi rido una importancia particular en la discu
das al adversario, prescindiendo del hecho de sión de los estrategas el conocido como gue
que sea una u otra la que golpea primero, rra limitada. Por razones prácticas (el inicio
garantizando asi aquel equilibrio que, según del conflicto vietnamita) y por razones teóri
los estrategas, seria la base fundamental de cas (la convicción ampliamente difundida en
la paz mundial (la invulnerabilidad recipro la época de los gobiernos de Kennedy v John
ca es de hecho la característica actual de la son, según la cual las guerras limitadas repre
relación entre las fuerzas de choque de Esta sentaban el único medio de garantizar la paz
dos Unidos y las de la Unión Soviética). Sin mundial, funcionando como válvula de esca
embargo, el equilibrio se ha ido haciendo cada pe en la competencia entre las dos superpo-
vez más inestable, debido a la carrera arm a tencias), los estrategas norteamericanos de
m entista y al progreso tecnológico. En efec los años sesenta dirigieron su atención a esta
to, una fuerza de choque puede ser invulne forma de conflicto.
rable en un determinado momento y vulne Una guerra puede ser limitada cuando hay
rable poco después, a causa de la aparición disparidad de potencia entre los dos comba
de arm as más modernas y complejas. La per tientes (guerra de Corea, guerra de Vietnam,
cepción en cada momento del estado de rela etc.); o bien cuando el actor que tiene a su dis
ciones entre las fuerzas de choque respecti posición la máxima potencia no puede desple
vas implica una flexibilidad continua y una gar todo su potencial bélico por consideracio
modificación incesante del comportamiento nes no militares (por ejemplo, ideológicas); o,
estratégico, sin contar con que es condición finalmente, cuando en un conflicto hipotéti
esencial de funcionamiento de cualquier co que implicara a las dos superpotencias,
estrategia disuasiva el mantenimiento de un ellas mismas se impusieran límites a fin de
cierto grado de incertidumbre, inseguridad, evitar un enfrentamiento nuclear. Una gue
imprevisibilidad. A este fin —evitar que la rra limitada entre las superpotencias, aunque
excesiva estabilidad provoque un enquista- sea improbable, podría plantearse confinada
miento de todo el mecanismo— se dirigieron a una determinada área, o sin utilizar todos
las preocupaciones posteriores. los armamentos de que disponen, o utilizán
dolos limitando su uso a objetivos específicos.
vil. LA COMPLEJIDAD DF. LA ESTRATEGIA TERMONU La distinción más importante que es nece
CLEAR. La e. contemporánea no se limita a sario establecer es aquella entre guerras limi
elaborar la complicada serie de alternativas tadas con arm as convencionales y guerras
que hemos mencionado en el terreno de la limitadas con armas nucleares. La superación
disuasión global. Tiene la tarea de orientar del "umbral atómico" es el peligro real des
a los decisionmakers cuando se ha dejado la de el punto de vista de la e. nuclear, porque
palabra a las armas. "Quizá el problema fun lleva a situaciones nunca experimentadas has
damental de la estrategia en la era nuclear ta hoy en el conflicto internacional. Éste es
está en establecer una relación entre una polí probablemente el motivo de que ni durante
tica de atemorización y una e. para combatir la guerra de Corea ni durante la de Vietnam
la guerra en el caso de que la atemorización Estados Unidos recurriera a las bombas ató
falle" (Kissingcr, 1957). Entre la guerra micas. La hipótesis, tomada en consideración
nuclear total y la paz se pueden concebir, des durante el gobierno de Johnson, de usar
E S T R A T E G IA Y PO LITIC A A R M A M E N T IS T A S 587
mayor razón esto también es válido para za de choque invulnerable (baste pensar en la
aquellos países como Sudáfrica, Israel o posición muy sim ilar asumida por los sovié
Japón, que pueden entrar en posesión de ticos en el periodo de monopolio atómico esta
arm as atómicas en un futuro bastante dunidense, de 1945 a 1949). Pero existe la
próximo). duda sobre si se continúa considerando váli
do el principio tradicional del asedio de las
VIH. LAS VARIANTES ESTRATEGICAS SOVIETICAS Y CHI ciudades por parte del mundo rural, que ha
NAS. Paralelamente y en contraposición a la constituido una aportación fundamental al
doctrina estratégica norteamericana (que se pensamiento estratégico chino en los años de
funda en la mayoría de aserciones aquí ana la "revolución cultural” y del éxito de Lin
lizadas), se ha desarrollado, aunque más len Piao. quizá ya actualmente superado, o puesto
tamente y a través de elaboraciones quizás al margen, en favor de una política más rea
menos sofisticadas, una doctrina estratégica lista en m ateria de armamentos que no tiene
soviética. Después de la m uerte de Stalin, como objetivo competir con la Unión Sovié
según el cual la e. para com batir las guerras tica, sino más bien redimensionar el gasto
futuras debía fundarse en la experiencia de m ilitar (que de 1971 a 1980 no tiene práctica
las guerras pasadas, los soviéticos empezaron mente incrementos, de 39 mil millones de
a examinar seriamente las implicaciones dólares a 40 mil) en benef icio de otras formas
estratégicas de la existencia de los arm am en de inversión civil.
tos nucleares. Uno de los puntos esenciales
de diferenciación de la doctrina soviética, que IX CRITICADEL PENSAMIENTOESTRATEGICO. Los teó
desde entonces ha venido madurando y afi ricos estadunidenses han intentado convertir
nándose, con respecto a la estadunidense, la estrategia term onuclear en una verdadera
consiste en la negativa a establecer una dis y propia ciencia social, sirviéndose entre
tinción neta entre e. contra-fuerzas y e. con otras cosas de técnicas matemáticas, utilizan
tra-ciudades, por la convicción de que ambas do computadoras y adoptando técnicas de
serían aplicadas en una eventual guerra ter simulación (como por ejemplo los "escena
monuclear. Esta posición y el consiguiente rios") en el juego estratégico. Sin embargo es
rechazo, al menos en el plano oficial, a adop posible formular diversas críticas, y de hecho
ta r una doctrina que se funde en la respuesta han sido formuladas, ya sea acerca de la vali
flexible antes que en la respuesta masiva, ha dez científica de tales usos, ya sea sobre la
determinado dos consecuencias fundamenta proclamada "neutralidad" de la e. nuclear.
les: l]s e hace hincapié en los armamentos Los teóricos de la e. han pretendido funda
convencionales, ya que se tiene la convicción mentar la llamada "ciencia estratégica" sobre
de que las arm as nucleares no pueden por sí todo en la teoría de los juegos y en el cálculo
solas decidir el resultado de un conflicto aun de probabilidades. Pero, como ha observado
que sea de carácter termonuclear; 2] una acti Anatol Rapoport (Strategy and conscience,
tud distinta (de mayor cautela) de los estra 1964), tales usos revelan la existencia de pun
tegas soviéticos respecto de los estaduniden tos débiles en dos circunstancias fundamen
ses acerca del problema de la guerra limita tales: en prim er lugar en la presuposición,
da; considerando impensable la posibilidad requerida por la teoría de los juegos, de la
de diversas fases de escalada antes del esca “racionalidad” de los actores en conflicto,
lón supremo de la guerra termonuclear total, racionalidad que en realidad no existe en esta
señalan el alto grado de peligrosidad para la do puro, o sea libre de prejuicios ideológicos,
paz mundial que se deriva de la participación implicaciones emotivas, tradiciones, condicio
directa de una superpotencia en un conflic namientos culturales, etc., de lo cual se sigue
to, aunque éste sea geográficamente limitado. la imposibilidad de una "racionalización
Por lo que respecta al pensamiento oficial matemática” de la conducta estratégica según
chino en m ateria de e. nuclear, éste se funda la teoría de los juegos. En segundo lugar, el
menta en gran medida en la "teoría del tigre cálculo de probabilidades es igualmente ina
de papel", que ha sido considerada sobre todo plicable, como señala Rapoport, en m ateria
(sin evaluar del todo su significado) como un de e., por la simple razón de que las probabi
repliegue impuesto por la falta de una fuer lidades son matemáticamente calculables
E S T R A T E G IA Y P O L ÍT IC A A R M A M E N T IS T A S 589
sólo en presencia de una larga serie de acon de Estados Unidos en el sistema internacio
tecimientos iguales, de lo cual se sigue la nal), orientaciones que contradicen de un
imposibilidad, en contra de lo que proclaman modo flagrante las afirmaciones de “neutra
los estrategas, de calcular por ejemplo las lidad" de la e. nuclear, rechazada ya por algu
probabilidades de estallido de una guerra ter nos estrategas como Hermán Kahn o Thomas
monuclear durante una crisis internacional. Schelling.
Faltando pues una secuencia de aconteci Si es cierto pues que con la aparición de las
mientos (ya que el acontecimiento del que se nuevas armas el papel de las mismas ha pasa
pretende form ular la probabilidad de reali do a ser esencialmente político, se trataría
zación está caracterizado por su “ unicidad"), ahora de captar, a través de las modificacio
el cálculo de probabilidades resulta a todas nes que las armas termonucleares imponen
luces inutilizable. a la teoría estratégica, la influencia que ejer
Según Horowitz (The war gante. 1963), el cen sobre las reglas de conducta política de
principal defecto de las tesis de los estrate los estados. Con este fin es necesario enfren
gas consiste en el casi total descuido de los ta r el problema que en la literatura estraté
aspectos políticos del juego estratégico, al gica contemporánea se conoce con el nombre
estar concentrados en el estudio de las rela de "paradojas de la era nuclear”.
ciones de fuerza militar. Es significativo el La paradoja fundamental, de la que se deri
hecho de que en las hipótesis formuladas por van otras menores, ha sido puesta en eviden
los estrategas acerca de un eventual ataque cia en diversas ocasiones por R. Aron y pue
soviético contra Europa se toman en consi de formularse de la siguiente manera: por un
deración sólo las implicaciones militares de ludo los arsenales van siendo continuamente
tal acontecimiento —situación de las fuerzas enriquecidos con nuevas piezas cada vez más
m ilitares europeas, tipo de armamentos uti- potentes y destructivas, con base en la pre
lizables por parte norteamericana, etc.— sunción de que su simple presencia bastará
m ientras que falta un análisis —observa ju s para disuadir el ataque de cualquier adver
tamente Horowitz— acerca de posibles ele sario; pero por otro lado se declara que una
mentos políticos, como la caída de regímenes guerra atómica sería demasiado terrible para
o similares, los cuales podrían modificar sen poder ser combatida: se disuade de la guerra
siblemente el resultado técnicamente pre gracias a la presencia de armas termonuclea
visto. res. No se puede recu rrir a estas armas por
Otra tesis fundamental del pensamiento que son demasiado terribles, pero no sirve de
estratégico, fuertemente rebatida por sus crí nada amenazar al adversario con una posibi
ticos, consiste en la afirmación según la cual lidad en la que no se cree o no se intenta rea
los armamentos nucleares representarían la lizar.
única garantía de la paz mundial. En realidad De dicha incongruencia estructural se deri
este asunto, como se ha demostrado, tiene un van una serie de consecuencias, la más impor
planteamiento erróneo, ya sea porque postu tante de las cuales es que la amenaza de gue
la la "racionalidad" de los actores en conflic rra con la que se quiere conservar la situa
to, que les perm itiría evitar en cualquier ción pacífica no puede valerse de las armas
situación el recurso a las armas termonuclea atómicas en relación con conflictos menores,
res, ya sea porque no tiene en cuenta el hecho porque serian desproporcionadas; de esta for
de que el “equilibrio del te rro r” está conti ma dicho nivel de conflicto carece de inhibi
nuamente amenazado por la carrera de arm a ciones, pero al mismo tiempo resulta que la
mentos y por el progreso tecnológico. amenaza no puede ser usada ni tan sólo en
Por último es necesario señalar que por relación con los conflictos mayores, por las
parte de casi todos los críticos del pensamien razones ya mencionadas. El significado del
to estratégico se tiende a poner el acento recurso a la técnica de la escalada se encuen
sobre las orientaciones ideológicas claras en tra a su vez prejuiciado: representa un peli
las que se fundamentan las teorías de la gro que se quiere evitar, pero una amenaza
disuasión (originadas esencialmente por la a la cual no se puede renunciar.
conciencia del papel de "guardián del mun H. Morgenthau estableció otras paradojas
do libre" hasta hoy desempeñado por parte en la estrategia de la era termonuclear: 1] la
590 E S T R A T E G IA Y PO L IT IC A A R M A M E N T IS T A S
antes la simple amenaza. Estados Unidos ha Esta última propuesta, viéndolo bien, no
perdido un aliado geo-estratégicam ente representa en absoluto el anuncio de una nue
importante (Irán) como punto final de una va era. Al proponer que los estados no nuclea
creciente dificultad en controlar la situación res (o no todavía) lleguen a serlo, en el fondo
del Oriente Medio; la Unión Soviética ha teni se acepta implícitamente que todos deben imi
do su "Vietnam” en Afganistán. El poder no ta r a sus respectivos "hermanos mayores"
parece pues estar cerrado dentro del ámbito (según la expresión usada hace veinte años
de las dos grandes potencias, sino que va por R. Aron), lo cual difícilmente puede pasar
redistribuyéndose (¿liberándose?) o "difun por ser un buen signo, por nuevo o viejo que
diéndose" según la afortunada fórmula pro sea el planteamiento del sistema internacio
puesta por el International Inslitute for Stra- nal en el que vivimos.
tcgic Studies de Londres en 1977.
Si estas tendencias, a las que debe añadir bibliografía: R. Aron, Paz y guerra entre las
se la imposibilidad de controlar ciertas rebe naciones (1962), Madrid, Alianza, 1963; A. Beau-
liones, se consolidaran, podríamos pensar que fre, Introducción a la estrategia. Madrid, Insti
estamos a las puertas de un nuevo sistema tuto de Estudios Políticos. 1965; N. Bobbio, II
internacional. Los datos actuales de la situa problema del la guerra e le vie de lia pace. Bolo
ción político-estratégica no son sin embargo nia, 11 Mulino, 1979; L. Bonanate, Strategia, en
favorables a la posibilidad que acabamos de Política internazionale. a cargo de L. Bonanate,
señalar, porque si bien no cabe duda de que Florencia, La Xuova Italia. 1979; Desarme, con
los síntomas de crisis son reales, es difícil trol de armamentos y seguridad nacional, a car
sacar como consecuencia que ya no existen go de D. Brennan, Barcelona, Seix Barral; D.V.
dos grandes superpotencias como tales. Es Edwards. Arms control in international politics,
significativo —desde este punto de vista— el Nueva York. Holt, Hinchan and Winston, 1969;
panorama de la literatura especializada en el L. Freedman, The evolution of nuclear strategy,
tema estratégico de los años más recientes, Londres, Macmillun, 1981; R.L. Garthoff, Soviet
preocupada en general en reproponer los strategy in the nuclear age, Nueva York, Praeger,
principios teóricos ya formulados hace vein 195o: C.S. Gray, SucUar strategy: a case of a
te años, con excepción de algunos casos en tlieory of victory, en International Secnriry. iv.
que se proponen aplazamientos o innovacio núm. 1, 1979; I.L. Horowitz, II gioco de lia gue
nes dirigidas a confirmar la sustancial corres rra, Milán, Feltrinelli, 1967; International Insti-
pondencia entre bipolaridad estratégica y tute for Straiegic Studies, Militan Balance
bipolaridad política. Citemos por ejemplo dos (publicación anual); K. Jaspers, La bomba ató
recientes escritos de K. Walt/, (uno de los más mica y el futuro del hombre, Madrid, Taurus,
eminentes investigadores sobre la teoría de 1966; H. Kahn, On thermonuclcar war, Prince-
las relaciones internacionales), en el prime ton, Princeton University Press, 1961; H.A. Kis-
ro de los cuales —en relación con el shock singer, Armas nucleares y política internacional
provocado en Estados Unidos por el secues (1957), Madrid, Rialp, 1962; Soviet m ilitan thin-
tro de los diplomáticos en la sede de Tehe king, a cargo de E. Leebaert, Londres, Alien and
rán— se propone una estrategia fundada en Unwin, 1981; B. Liddell Hart, Strategy: the indi-
el recurso a fuerzas de rápida intervención; rect approach. Londres, Faber, 1954; E. Luttwak,
y en el segundo —dedicado a la proliferación Diccionario de la guerra moderna (1971), Cara
de los armamentos termonucleares— se cas, Monte Avila; S. Melman, La corsa alia pace,
sugiere: more may be better. Acabando con el Turin, Einaudi, 1962; H.J. Morgenthau, The four
prejuicio de que la exclusividad del club ató puradoxes of nuclear strategy, en American Poli-
mico sea una garantía de seguridad, Waltz tical Science Review, lviii, marzo de 1964; P.
sostiene que (precisamente a la luz del pre Noel Baker, La carrera de armamentos: un pro
dominio del planteamiento bipolar) una "len grama para el desarme mundial. Madrid, Tecnos,
ta” difusión en la proliferación convencería 1964; R. O'Neill y D.M. Horner. New directions
a todos los estados (y en especial a los nue in strategic thinking, Londres, Alien and Unu in,
vos poseedores de armas nucleares) de que es 1981; C.E. Osgood, An allernative to war or
necesario com portarse cada vez con mayor stirrender. Urbana, University of Illinois Press,
prudencia. 1962; Strategy and the social Sciences, a cargo de
592 ESTRATIFICACIÓN SOCIAL
A. Perlmutter y J. Gooch. Londres, Franck, Cass, sabemos que ciertas características conside
1981; G.H. Quester, Offensc and de ffe use in ihe radas generalmente como "naturales" sufren
intemational sysient, Nueva York, VViley, 1977; el influjo de las condiciones sociales, por
A. Rapoport, Strategia e coscienza, Milán, Bom- ejemplo la estatura, la fecundidad y así suce
piani, 1969; T.C. Schelling, La estrategia del con sivamente.
flicto (1960), Madrid. Tecnos. 1964; sipri, Year- El hecho de que las desigualdades natura
hook of world armaments and disarmament les no coincidan con las sociales se demues
(publicación anual); sipri. Armamentos y desar tra precisamente por el hecho de que los sis
me en el mundo: anuario reducido del SIPRI temas de e. presentan una gran variabilidad
1985. Datos actualizados para 1986, Madrid, a través del tiempo y de una sociedad a otra;
ff.pri, 1986; R.D. Specd, Strategic deterrence in esto significa, en otras palabras, que los meca
lite I980‘s, Stanford, Hoover Inslitution Press, nismos mediante los cuales se distribuyen los
1979; K.N. Walt/., A strategy for the tupid deploy- bienes y valores sociales dependen de la
ment forcé, en International Security, V, num. 4, estructura de la sociedad más bien que de la
1981; K.N. Walt/, The spreadof nuclear weapons: distribución dentro de la misma de caracte
more ntav he hetter, en Adelphi Papers, núm. 171, rísticas, dotes y capacidades "naturales”.
1981.
II. LOS PROCESOS DE DIFERENCIACION. EVALUACION Y
[LUIGI BQNANATE] asignación DE las recompensas En la base del
fenómeno de la e. se encuentra el hecho fun
damental de la diferenciación de las posicio
nes y de las funciones sociales, vale decir la
estratificación social división del trabajo. En una sociedad en que
no hubiera tal vez división del trabajo, en que
r consideraciones introductorias El concepto todos los hombres desempeñaran las mismas
de e. tal como se usa actualmente en sociolo actividades sustancialmente del mismo modo,
gía es con mucho sinónimo del concepto de no se producirían formas de e. El hecho de
desigualdad social, o sea indica que los hom que ninguna sociedad conocida del pasado y
bres están colocados en posiciones diversas del presente esté exenta de alguna forma aun
en lo que respecta al acceso a los bienes socia que sea embrionaria de división del trabajo
les, el deseo de los cuales está generalizado, plantea inmediatamente la siguiente pregun
pero cuya disponibilidad resulta escasa. Es ta: si la diferenciación de las tarcas es prc-
im portante señalar la naturaleza social de la rrequisito de la e., ¿esto implica también que
e. para no confundir las desigualdades socia todas las formas de división del trabajo y de
les con las desigualdades naturales. Es evi diferenciación de las funciones produzcan
dente que los hombres no son iguales, y que necesariamente alguna forma de e.? La expe
no sólo difieren en lo que respecta a sus carac riencia histórica sugiere una respuesta afir
terísticas físicas (peso, estatura, color de los mativa, ya que no se ha dado nunca una socie
ojos y del cabello, sexo, salud, fuerza física, dad que no haya conocido algún modo de cla
etc.) sino también a sus capacidades menta sificar en diversas funciones dentro de la
les. Estas diferencias de por si no son capa dimensión de inferior-superior y de asignar
ces de explicar las desigualdades sociales, a los individuos a las diversas funciones. El pro
pesar de que en ciertos casos pueden influir ceso de diferenciación de las posiciones socia
en ellas. En una sociedad que da mucha les va acompañada siempre, de hecho, de un
importancia a la capacidad de manejar proceso de evaluación diferencial de las mis
arm as, un individuo dotado de gran prestan mas. La gran variabilidad de las formas que
cia física estará en ventaja respecto a otro de adopta el proceso de evaluación indica, sin
débil m usculatura y de salud precaria. Una embargo, que no existe un nexo necesario
cosa es, pues, el problema de analizar cómo entre la existencia de diversas funciones y su
una determinada sociedad asigna respecto de colocación en una escala jerárquica, ya que
las demás gran valor a las dotes militares y la evaluación diferencial de las posiciones
otro el de ver cómo éstas se distribuyen efec sociales no es un elemento que forme parte
tivamente entre la población. Por otro lado de la definición de las funciones a las que
ESTRATIFICACION SOCIAL sy a
éstas corresponden. Por ejemplo, en las socie la actividad gigantesca de una gran sociedad
dades industríales de Occidente se tiende a financiera, el empleado de base de una peque
valorar más el trabajo intelectual que el tra ña empresa goza ciertamente de un prestigio
bajo manual y más el trabajo manual de las muy ba jo. Si el empleado se com parara cons
fábricas que el del campo. Sin embargo, resul tantemente con el gran dirigente, el prestigio
ta claro que puede haber suciedades en que de que goza resultaría ser más bien una
la escala de valores sea la inversa. Además, recompensa negativa. Respecto del mozo o del
una sociedad en constante estado de guerra dependiente de mostrador, el empleado
con sus vecinos no sólo tenderá a estim ular adquiere cierto prestigio y su prestigio
las virtudes militares en la población sino a adquiere, por lo tanto, el valor de una recom
darles a las profesiones m ilitares una valo pensa positiva. El poder es, finalmente, una
ración particularm ente elevada. En general,' recompensa de naturaleza particular, ya que
la escala de valores con la que se valora la no sólo determina en gran medida la distri
inferioridad-superioridad relativa de las fun bución de las demás recompensas sino que
ciones sociales en una determinada sociedad resulta una recompensa positiva únicamen
refleja, por una parte, la importancia de las te para el que lo ejerce. La carencia de poder
tareas que la misma sociedad debe cumplir no se puede considerar, en realidad, como
para garantizar su propia sobrevivencia y, algo relativo a una hipotética cuota cero,
por la otra, refleja las exigencias, de quienes según la cual el que no tiene poder no puede
ocupan posiciones elevadas, de conservar su hacer otra cosa que soportar al que lo tiene.
superioridad. En tuda sociedad tenderá a p ro Con mucha frecuencia no sólo la curva de
ducirse un cierto consenso sobre el mudo de distribución de estas tres categorías de
valorar la importancia relativa de las distin recompensa sigue un comportamiento análo
tas funciones sociales; pero si este consenso go sino que existe una alta correlación entre
no se produce, significa que la sociedad está las mismas, en el sentido de que el que tiene
sufriendo transformaciones que hacen surgir muchas riquezas también goza en general de
un nuevo sistema de estratificación. un elevado prestigio y ejerce un considerable
Después de los de diferenciación y de valo poder. Existen, sin embargo, muchísimas
ración, el tercer proceso que forma parte del excepciones a esta regla; se podría decir, en
fenómeno general de la e. se llama proceso efecto, que en ciertos casos las distintas
de asignación de las recompensas. Del mismo recompensas son capaces de compensarse
modo que anteriorm ente hablamos de valo recíprocamente. Por ejemplo, el bajo ingre
ración diferencial, hablaremos aquí de recom so de que goza un magistrado es compensa
pensas diferenciales dadas a los que desem do por el elevado prestigio, en tanto que un
peñan las distintas funciones sociales. Se hábil usurero podrá recabar mucho de su
acostum bra clasificar estas recompensas en actividad, pero no ciertam ente en términos
tres categorías que, dada su importancia, se de consideración social.
consideran también con frecuencia como las Cada sociedad presenta mecanismos p arti
tres dimensiones fundamentales del proceso culares, regidos por un sistema algunas veces
de e.: se trata de la riqueza, del prestigio y del complejo de normas o sanciones, para trans
poder. La riqueza es la forma más generali form ar un tipo de recompensa en otro, por
zada de recompensa en las sociedades occi ejemplo para transformar la riqueza en poder
dentales modernas, sobre todo por el hecho o viceversa, o bien en prestigio, y así sucesi
de que en su forma monetaria es un bien que vamente. Se ha lanzado la hipótesis de que un
puede transform arse rápidamente en otros individuo que haya alcanzado cierta posición,
bienes y determina, por lo tanto, de un modo por ejemplo en la escala de la riqueza, tende
amplio, el estilo de vida de una persona. El rá a equilibrar su propia posición también en
prestigio, en cambio, indica la cuota de honor, las demás dimensiones, o sea a elim inar los
deferencia o respeto ligada a una determ ina llamados desequilibrios o incongruencias de
da posición social, al ejercicio de una profe estatus. La figura del parvenú representa un
sión o al desempeño de una función. El con caso ejemplar de incongruencia de estatus; la
cepto de prestigio es eminentemente relati literatura lo pinta como un nuevo rico ansio
vo; respecto del gran dirigente que controla so de ver reconocida su posición por los que
5M4 ESTRATIFICACION SOCIAL
dido recientemente, sobre todo en relación do orgánico como el de la e. social. Así como
con la teoría funcionulista de la e. formula aumenta la masa de los cuerpos vivientes, así
da por prim era vez en un ensayo de K. Davis también la c. de la sociedad sufre un incre
y W. Moore en 1940. Estos autores sostienen mento debido a la integración de comunida
que la e. no sólo es universal sino también ine des pequeñas y simples. La integración va
vitable y necesaria ya que no sería posible acompañada de la diferenciación de las par
motivar a los individuos para ocupar posicio tes (un cargo gubernativo, la división entre las
nes elevadas de gran responsabilidad si no se partes reguladoras y las operativas). Final
les asignara a éstas una cuota desproporcio mente una diferenciación progresiva de las
nadamente elevada de recompensas en térmi funciones se desarrolla simultáneamente con
nos de riqueza, poder y prestigio. Contra este la de las partes de la e. Las partes que la com
planteamiento, Tumin y otros han puesto de ponen son interdependientes ya que la com
relieve que la necesidad de recompensas dife binación de sus acciones es lo que constitu
renciadas depende de los valores que domi ye la vida del todo, y la modificación de una
nan culturalm ente en nuestra sociedad, y no de ellas se refleja en todas las demás. Spen
de caracteres atribuihles a la naturaleza cer sostiene que la e. social atraviesa por un
humana y que. por lo tanto, es posible postu proceso natural análogo al del mundo orgá
lar en principio una sociedad en que los incen nico, del que comparte las leyes evolutivas:
tivos para desempeñar los distintos cargos por esto, resulta inaceptable la tesis de Hob-
sociales no den lugar a la desigualdad de las bes, que puso el contrato social en el origen
posiciones sociales. de la sociedad y proclamó, por lo tanto, el
carácter artificial de la misma.
BIHUociKAFtA: R. Bendix y S.M. Lipsct (comps.),
Clase, status y poder {1953), Madrid, Euraméri- II. I_A ESTRUCTURA EN EL FUNCIONALISMO ESTRUCTU
ca, 1972-1973, 3 vols.; A. Carbonarofcomp.), Stra- RAL. Según Talcott Parsons, Spencer fue víc
tificazioue e classi sociali, Bolonia, 11 Mulino, tima de la evolución (de la ciencia), de la que
1971; F. Parkin, Orden político y desigualdades había sido uno de los sostenedores más con
de clases (1971), Madrid, Debate, 1978; W.G. Run- vencidos. El funcionalismo estructural, del
ciman, Inenuantianza e coscienza sacíale (1966), que Parsons es uno de los más insignes expo
Turín, Einaudi, 1972; M. Tumin, Estratificación nentes, abandonó completamente, en efecto,
social: formas y funciones de la desigualdad la analogía estrecha con el mundo orgánico en
(1967), México, Trillas. la que Spencer había basado su concepto de
e. social. Talcott Parsons distingue dos nive
[ALESSANDRO CAVALLl] les de investigación sociológica: a] nivel des
criptivo; b] nivel analítico. El prim ero se refie
re a los datos concretos experimentados en
un reconocimiento empírico; el segundo a un
estructura esquema lógico gracias al cual consideramos
y describimos los fenómenos de la acción
El término "e." ha adquirido significados muy social. A este segundo nivel es al que uno debe
diversos, empezando por el positivismo evo referise para seguir la reconstrucción efectua
lucionista y llegando al eslructuralism o da por Parsons del concepto de e. social. En
metódico. una prim era aproximación ésta indica la red
de relaciones entre los sujetos comprometi
t til. CONt IZPTODE ESTRLCTl RAEN ELPOSITIVISMOevo dos en un proceso de interacción. La partici
lucionista de HEkBERT spencer Herbcrl Spen- pación del sujeto en esas relaciones estruc
cer define el concepto de e., que toma de la turadas tiene dos aspectos primarios: por un
biología, como un conjunto de partes funcio lado, la posición que ocupa el sujeto respec
nales respecto de la unidad que constituye, to de los demás, o sea su estatus; por el otro,
o sea mutuamente dependientes. Spencer des el aspecto de proceso, que se refiere a lo que
cubre también en la organización social las el sujeto hace en sus relaciones con los demás,
leyes de la evolución universal, que presiden o sea a su función. Estas precisiones permi
por consiguiente tanto el desarrollo del mun ten descubrí los cuatro elementos de la e.
596 ESTRUCTURA
social: 11 el acto social realizado por el suje siguen. El análisis estructural mertoniano se
to agente y orientado hacia uno o varios suje basa en tres operaciones fundamentales: i]
tos en función de objetos de referencia: 2] el identificación de las determinantes. Se trata
estatus-función, o sea el conjunto de actos rea de referencias concretas a las que puede
lizados por sujetos que ocupan estatus recí orientarse la acción de los sujetos, que pue
procos: 3] el sujeto como sistema de estatus den verse atraídos por los valores y normas
y funciones que pueden reducirse al mismo, de grupos de referencia, es decir de forma
ya sea como objeto de referencia ya sea como ciones sociales de diversos tipos, ya sea por
autor de actividades de función; 4] finalmen individuos de referencia, ya sea finalmente
te está la unidad constituida por la colectivi por modelos de función (entendiéndose con
dad, yu sea como sujeto agente, ya sea como esto una identificación más limitada con un
objeto. individuo en una sola de sus funciones); n]
La identificación de los cuatro componen análisis de las propiedades estructurales; ni]
tes no agota todavía toda la riqueza y la com definición de las condiciones estructurales
plejidad de la noción de e. social. La teoría del comportamiento (por ejemplo, la obser
de la acción está constituida, en efecto, en vancia de las normas, que es una de las pro
Parsons, por tres centros: <j] la e. social; h] los piedades estructurales, depende del estatus
aspectos motivacionales del sujeto; c] los que ocupa una persona. Así, el que detenta la
aspectos culturales de la acción, o sea los cri autoridad tiene un conocimiento mayor de las
terios de valor. A Parsons le interesan parti normas, a fin de respetarlas, ya que en esto
cularmente los modos de orientación del suje consiste precisamente la mayor garantía de
to respecto de la situación: el sujeto juzga, en su autoridad). Lo que se desprende de este
efecto, cuáles son las propiedades de los obje análisis es el concepto mertoniano de e. social
tos de contexto de la situación (proceso cog como e. de la situación, la cual comprende:
noscitivo), si son favorables o desfavorables a] el con junto de referencias, o sea la conste
(proceso catético), cuáles necesidades satis lación de los grupos, categorías sociales,
facer inmediatamente y cuáles pueden satis colectividades, subgrupos (partidos, sindica
facer después (proceso evaluativo). El aspec tos, etc.); h] las condiciones de la selección
to cultural de la acción se refiere a los crite subjetiva de un determinado contexto estruc
rios normativos que establecen si los juicios tural (o sea de los valores y normas de un gru
formulados por el sujeto son válidos o bien po de referencia). Este concepto de e. no toma
no lo son. Según Parsons, el sujeto integra en en cuenta, a diferencia del parsonsiano, el
su propia personalidad los modos de orien lado molivacional de la elección subjetiva y
tación cultural preexistentes v que les llegan deja surgir más bien los aspectos objetivos
desde el exterior. (grupos de referencia, condiciones de la elec
Las consideraciones anteriores le permiten ción individual) de la situación en que el suje
a Parsons, siguiendo las huellas de Durkheim, to se ve obligado a actuar.
definir, en últim a instancia, la e. del sistema En ciencias políticas. Almond llama e. a las
social como el conjunto de los modelos cul uniformidades observables que constituyen
turales normativos institucionalizados en el el sistema político. En una forma más preci
sistema e interiorizados en la personalidad de sa, la e. es un conjunto de funciones relacio
sus miembros. Se tratu, en otras palabras, de nadas entre sí. Por la función se debe enten
una correlación de orientaciones psicológicas der la esfera de actividad de los individuos
y culturales, es decir de la interacción e inte que es inherente a los procesos políticos. Por
gración de las motivaciones. ejemplo, la actividad del juez es una función,
Mientras que T. Parsons reconstruye la e. el tribunal es una e. Almond usa los términos
del sistema total, Robert K. Merton llega a la función y e.. y no oficio e institución, ya que
identificación de la e. de la situación. Tam pretende referirse a comportamientos obser
bién para este autor es válida la distinción ya vables y no a normas formales.
mencionada entre el nivel descriptivo y el
nivel analítico del procedimiento sociológico. III. ASPECTOS METODOLÓGICOS DEL FUNCIONALISMO
En relación con este último nivel es como se estructural. El fu n cio n a lism o estru ctu ra l
deben entender las consideraciones que p erten ece a los estru ctu ra lism o s glo b a les.
ESTRUCTURA S97
inconsciente. Los conjuntos de tus e. cuyo son los objetos comunicables, en tanto que la
carácter inconsciente hemos puesto de relie red es el conjunto de canales que se estable
ve, se encuentra universalmente presente en cen entre los emisores y receptores y a tra
potencia, en tanto que su realización depen vés de los cuales se intercambian los men
de de la acción humana sobre la base del sajes.
material histórico de la que ésta dispone. F.1
carácter universal de la e. garantiza la obje VI F.L CONCEPTO DF. ESTRUCTURA F.N El. MARXISMO
tividad del modelo que la expresa: una e. úni estructuralista. Para formular el concepto de
ca supone tanto el sistema como el objeto de e. según el marxismo estructuralista es opor
la investigación y las modalidades de apren tuno establecer algunas premisas metodoló
dizaje del antropólogo. gicas. El capital empieza con la exposición de
Finalmente, la última característica de la un grupo de categorías que son indispensa
e. es su ahistoricidad; es decir, que se opone bles para la comprensión de la e. de cualquier
a la historia. La oposición entre sincronía y sistema de producción mercantil: el concep
diacronía es paralela a esta opción. No hay to de valor de cambio de una mercancía, el
que confundir la e. con las relaciones socia dinero, que aparece como mercancía especial;
les de un sistema concreto: estas últimas son el dinero definido como una forma de mone
sólo la m ateria prim a, utilizada pura la cons da; el capital, o sea el dinero que añade valor
trucción del modelo que pone en evidencia la al valor inicial; el plusvalor. Un aparato teó
e., que se convertirá entonces en la "e. del sis rico semejante es necesario para la identifi
tem a”. Ésta consta de la relación entre ele cación de la e. especifica del sistema capita
mentos simultáneos y constituye un estado en lista y de cualquier otro modo de producción.
equilibrio. La historia en cambio es la suce El análisis del concepto de mercancía redu
sión de hechos contingentes (migraciones, ce las relaciones de producción; el concepto
guerras, alianzas) que pueden provocar una de plusvalor se representa como el concepto
modificación de la e.; pero si la orientación de un conjunto de relaciones, o sea como el
estructural resiste el golpe, las nuevas solu concepta de una e. de producción. En una pri
ciones se mantendrán en la línea anterior. Se mera aproximación, la e. es el mecanismo de
producirá entonces un desplazamiento de los producción del plusvalor a través de la rela
términos de la e., pero ésta conservará su pro ción capital-trabajo. El proceso teórico que
pio equilibrio interno, aunque cambiándolo. permite la elaboración de la e. consiste en la
El ordenamiento estructural no tiene en sí superación de la realidad descriptiva, es decir
mismo el principio de su propio movimien de la actividad concreta de los hombres, y en
to: este último se encuentra en el exterior, en la construcción de un aparato de conocimien
la historia. Mientras la e. es una sucesión de tos científicos. El descubrimiento del fetichis
estados de equilibrio, la historia e s el catali mo de las mercancías, por ejemplo, permite
zador de los cambios estructurales, o sea de superar las apariencias constituidas por el
la realización de las posibilidades intrínsecas intercambio de productos en el mercado y
a la estructura. Al equilibrio estructural se descubrir el conjunto de las relaciones de p ro
le opone la serie de hechos individuales y for ducción. El proceso, lúcidamente descrito por
tuitos; al orden de lo necesario se le opone el Althusser, que se desarrolla de la generalidad
orden de lo contingente. El método de la i (o sea, de las representaciones de una rea
antropología estructural es, pues, un méto lidad verificada; de las abstracciones que
do fundamentalmente aristotélico, que con reflejan especularmente el plano empírico) a
sidera científicamente inteligible sólo lo que la generalidad ni, constituida por el conjun
sucede por necesidad o con frecuencia. to de conocimientos científicos. Es la transi
Añadamos una im portante distinción: la ción de la ideología a la ciencia, hecha posi
que existe entre e. de código y e. de red. Las ble debido al cuerpo de conceptos que descri
prim eras son las reglas que rigen un conjun bimos anteriormente. Ei resultado de esta
to de mensajes (por ejemplo, los mensajes lin operación es la construcción de la e. del sis
güísticos); las otras son las reglas que rigen tema productivo definida como el conjunto
un conjunto de intercambios (por ejemplo, los de dos relaciones: 1 ] la relación de propiedad;
intercambios matrimoniales). Los mensajes 2) la relación de apropiación real. La prim e
ETNIA 599
ra expresa, según Marx, la relación de perte marco de referencia que le impide la acumu
nencia al propietariu tanto de los medios de lación ciega de datos empíricos.
producción como del trabajador. La segunda
se refiere a la combinación de los medios de L. Althusser y É. Balibar, Para leer
r i b i . io g k a HA.
producción y de los individuos en el proceso “El capíf«/”(1965), México, Siglo XXI, 1967; M.
productivo. La identificación de la e. con las Godelier, Racionalidad e irracionalidad en eco-
dos relaciones excluye toda consideración noniia (1966), México, Siglo XXI, 1967; C. Lévi-
antropológica. Superada la perspectiva del Strauss, Antropología estructural (1958), Buenos
homo oeconomicus, es decir de los sujetos Aires, Eudehu; C. Lévi-Strauss, Las estructura ele
humanos y de sus necesidades, esta e. se tra mentales del parentesco (1974), Buenos Aires, Pai-
duce únicamente en la combinación de los dós; R.K. Merton. Teoría y estructuras sociales
diferentes elementos de la producción. La (1949), México, Fondo de Cultura Económica,
desaparición del sujeto, que constituye la 1968’; T. Parsons, El sistemu social, Madrid,
garantía de la construcción científica de la e., Revista de Occidente, 1976; J. Piaget, El estruc-
marca la distancia que separa la obra mar- turalistno (1968), Barcelona. Oikos-Tau, 1974; J.
xiana de la de los economistas clásicos. Ade Pouillon y otros. Problemas del estructuralismo
mas, la e. de las relaciones de producción es (1966), México, Siglo XXI, 1967; L. Sebag, Mar
precisamente el auténtico sujeto, ya que asig xismo y estructuralismo (1967), Madrid, Siglo
na los lugares y las funciones ocupados y XXI, 1969; H. Spencer, Principios de sociología
adoptados por los agentes de producción, que (1904), Varios autores. Che cos'é lo siruiturulis-
son sus portadores (Trtiger) (v. Althusser y mo?, Milán, iu, 1971; Varios autores, Structura-
Balibar, 1969). La diversa ubicación de los lisme et marxisme, París, Union Genérale d’Édi-
objetos y de los agentes de la producción res tions, 1970.
pecto de las relaciones estructurales permi
te definir la e. de cualquier sistema produc [GUSTAVO gozzi]
tivo (feudal, socialista o simplemente imagi
nado, como aquél al que Marx llamó "el mudo
de producción m ercantil’’).
Finalmente, la escuela althusseriana recon etnia
sideró la relación e.-supercstructura dentro
de la e. global, llamada "con dominante”, de La e. es un grupo social cuya identidad se defi
la sociedad. No se trata de una relación meca- ne por la lengua y cultura comunes, las tra
nicista entre un fenómeno, o una apariencia, diciones y memoria histórica y el territorio.
y la esencia. Por el contrario, se trata de un La palabra e. parece que fue usada por pri
condicionamiento recíproco de existencia. mera vez en 1896 en el libro ¡jes séleclions
Como la e. productiva fue la condición del sociales de Vacher de Lapouge. Es sinónimo
desarrollo de la e. jurídica (es decir del con de otras expresiones, como "comunidad étni
junto de las relaciones jurídico-lormales entre ca y lingüística", "nacionalidad espontánea”,
los individuos), asi esta última constituye, a "nacionalidad sin estado”, etcétera.
su vez, la condición de existencia, en cuanto Hablar la misma lengua, estar radicados en
da forma a las relaciones de producción. El el mismo ambiente humano y en el mismo
conjunto de los niveles estructurales consti territorio, tener las mismas tradiciones, son
tuye la e. jerárquica de la sociedad caracte factores que constituyen la base de las rela
rizada por el dominio alternativo de las dis ciones ordinarias de la vida cotidiana. Mar
tintas e.: la e. del parentesco en la sociedad can tan profundamente la experiencia de los
primitiva; la e. política en la polis griega; la individuos que pasan a ser un elemento cons
e. económica en la sociedad capitalista. titutivo de su personalidad y al mismo tiem
La importancia de semejante construcción po definen los caracteres específicos del
teórica se mide en relación con la historia ya modo de vivir de una población. Por otro lado,
que permite construir el modelo de funciona las relaciones sociales, que son la consecuen
miento de cualquier sistema productivo, cia de pertenecer a una misma e., crean inte
modelo que sirve como hipótesis de trabajo reses colectivos y vínculos de solidaridad de
para lo histórico y al mismo tiempo como carácter comunitario.
600 ETNIA
Cabe observar que no hemos mencionado torios que pertenecen al estado español y al
la raza como criterio de base para definir la francés. Pero no existen estados cuyos confi
e. El concepto de raza, en su uso más común, nes coincidan con los de un grupo étnico.
no tiene un fundamento científico. Los úni Lo dicho prueba la arbitrariedad de la seu-
cos objetivos para los que ha sido usado (y doteoria de las "características nacionales”,
continúa siéndolo) han sido los de justificar la cual postula la existencia de una afinidad
la discriminación y alim entar el odio racial, étnica entre los miembros de los estados
creando y manteniendo la hostilidad entre nacionales, que distinguiría a los italianos o
grupos humanos. En efeclu, las característi a los franceses del resto de la humanidad.
cas biológicas, trasm itidas por via heredita Esta teoría tiene la función de justificar la
ria, se distribuyen a lo largo de una linea con constitución de los estados nacionales y dar
tinua en las diversas partes del mundo, de un fundamento a la leyenda de los orígenes
manera que en cada grupo humano se puede de las naciones, según la cual la nación pre
constatar la preeminencia de determinadas cedería al estado. En realidad la experiencia
características. Sin embargo, las caracterís histórica dem uestra que es el estado el que
ticas preeminentes de un grupo confluyen crea la nación. En efecto, los comportamien
gradualmente hacia las de los grupos conti tos étnicos definen a grupos que se forman
guos, de modo que no es posible distinguir a y mantienen sin la intervención del poder
un determinado grupo basándose en caracte político. Por consecuencia la extensión de una
rísticas biológicas distintivas. Por otro lado, e. es del todo independiente de la dimensión
la genética y la antropología han puesto en territorial del estado y sus características no
claro que no existe una relación directa de dependen de la forma de organización políti
determinación de las características psicoló ca del estado. Estas consideraciones perm i
gicas a p artir de las biológicas, m ientras que ten pues distinguir la e. de la nación, enten
las características hereditarias y la evolución dida como "ideología de un estado burocrá
biológica de la especie humana están condi tico y centralizado”, la cual si tiene necesidad
cionadas en gran medida por factores de natu de un estado para mantenerse.
raleza histórico-social, o sea por el conjunto La extraordinaria vitalidad y fuerza de
de normas que regulan la reproducción y el resistencia que han demostrado las etnias,
matrimonio, las cuales a su vez dependen del incluso en los estados nacionales, a pesar de
sistema productivo, de la estructura de la la constante actividad centralizadora de los
organización política y de la forma de la gobiernos nacionales, prueba cuán arbitraria
cultura. y artificiosa resulta la operación política de
Cabe añadir todavía una observación en fusionar el estado con la nación. Las e. que
cuanto al territorio. De hecho, existen pueblos han continuado latentes en la época del nacio
que han mantenido su identidad cultural nalismo no sólo no han perdido su sentido de
independientemente del vínculo con un terri identidad bajo la fuerza centralizadora y nive
torio determinado, como los gitanos y los ladora del estado nacional unitario, sino que
judíos (antes de la constitución del estado de han renacido incluso en los estados naciona
Israel). les de vieja constitución, como Francia y
Examinados los criterios que permiten defi España, y se consolidan gracias a la constan
nir la e., se hace necesario distinguir la e. de te búsqueda y reivindicación de autonomía y
la nación (v.). La observación de las caracte participación politica.
rísticas étnicas pone en evidencia que se tra Las instituciones federales se fundamentan
ta de grupos diferentes con respecto a los gru en un mecanismo que permite realizar (lo que
pos nacionales. En efecto, existen naciones en garantizaban en parte los imperios m ultina
las que se asientan diversos grupos étnicos, cionales en el pasado) la coexistencia pacífi
como por ejemplo Francia, compuesta ade ca y la igualdad de todos los pueblos, defen
más de por franceses, por bretones, vascos, der su independencia y proteger sus derechos.
alsacianos, corsos, occitanos, catalanes y fla Permiten además evitar la fragmentación de
mencos; y existen etnias que están divididas determinadas áreas geográficas en pequeños
por fronteras de varios estados, como los vas estados sólo formalmente independientes,
cos y catalanes, los cuales se asientan en terri pero carentes, a causa de sus dimensiones, de
EUKOCOMUNISMO 601
los recursos políticos, militares y económicos portugués, no ha firmado las más im portan
necesarios para adquirir una efectiva autono tes declaraciones "eurocom unistas” y no
mía internacional. Por ejemplo, Lafont ha comparte muchas de las posiciones públicas
puesto en evidencia que, en el marco de la del e. y, por otro lado, partidos comunistas
federación europea, sería posible una recom no europeos, como el japonés y el australia
posición de grupos étnicos actualmente divi no. siguen la línea del eurocomunismo.
didos por las fronteras políticas. Analizando
el caso de Francia, propone la unificación de II. DIMENSIONES DEL EUROCOMUNISMO. Existen
la parte española de la región vasca con la varios modos posibles de identificar las carac
parte francesa, del Rosellón con Cataluña, de terísticas constitutivas del e. Tratándose,
Córcega con Cerdeña, de la parte francesa de como hemos dicho, de un proceso, es conve
la región flamenca con la parte belga, en una niente señalar que estas características, o al
forma tal que conciliara las exigencias de reu- menos algunas de ellas, pueden haber sido
nificacion de los grupos étnicos con la forma adquiridas antes por algunos partidos y sólo
ción de regiones dotadas de dimensiones y después por los otros, pueden haber penetra
recursos productivos necesarios para asegu do profundamente en algunos y sólo superfi
rar la independencia económica. cialmente en otros, y que por lo tanto los par
tidos eurocomunistas se podrían clasificar a
bibliografía J. Beneyto, Las autonomías: el lo largo de una línea continua: de un máxi
poder regional en España, Madrid, Siglo XXI, mo a un mínimo de e. Lo importante es tener
1980: G. Héraud, Pupoli e litigue d'Europa, Milán, presente que el ingreso en el ámbito euroco-
Ferro, 1966: R. Lafont. La revolución regionalista munista requiere la superación de un umbral
(1967). Barcelona, Ariel, 1968: S. Salvi, Le nazio- mínimo que marca una ruptura en la conti
ni proibite, Florencia, Vallecchi, 1973. nuidad de las relaciones entre el partido
nco-eurocomunista y la tradición comunista
[LI CIO levi] encarnada en la Unión Soviética y definida y
redefinida por ella.
Aceptado lo anterior, quizá sea posible aho
ra establecer dos dimensiones sintéticamen
eurocomunismo te definibles como "leninism o” y “stalinis-
mo". Según su génesis histórica todos los par
i. d e f in ic ió n . El término parece que fue acu tidos comunistas son leninistas en el sentido
ñado en 1975 por un periodista yugoslavo, de que tuvieron que aceptar las veintiuna
Frane Barbieri, corresponsal de periódicos tesis de Lenin para en trar a form ar parte de
italianos. Con él intentaba sintetizar algunos la Tercera Internacional. Sin embargo, lo que
procesos, muy complejos, que han llevado a aquí nos interesa a fin de comprender el e.
una diferenciación de las posiciones sobre son las actitudes y comportamientos de los
política internacional y sobre estrategia inter partidos comunistas respecto a tres dimen
na entre el Partido Comunista de la Unión siones específicamente leninistas: la conquis
Soviética y algunos partidos comunistas de ta del poder, la gestión del poder y la natura
la Europa occidental (y, casi al mismo tiem leza del partido (su autopercepción).
po, el Partido Comunista Japonés y el austra Por lo que respecta a la conquista del poder,
liano). Rechazado en un primer momento por con modalidades y tiempos diversos, vincu
los mismos partidos definidos como euroco- lados en parte a su experiencia histórica y a
munislas, que tenían la implicación relativa su existencia legal o clandestina, todos los
a la creación de un polo de referencia alter partidos comunistas de Europa occidental,
nativo y en contraste con la Unión Soviética, con la posible pero no segura excepción del
el término tiene actualmente un uso amplio partido portugués, han abandonado la vía
y generalizado. Con él se describe, más que leninista de acceso al poder a través de una
un fenómeno acabado, un proceso de trans insurrección. Con base en una fría valoración
formación en curso. Su delimitación geográ de las relaciones de fuerza internacionales,
fica no es del todo exacta, ya que al menos en un análisis detallado de la estructura de
un importante partido comunista europeo, el la suciedad italiana y de las consecuencias de
602 EL'ROCOMUNISMO
la guerra civil en Grecia (la "perspectiva grie- cas. socialistas y comunistas (el compromi
ga”). Togliatti formalizó para el PCI (Partido so histórico) atenta a prevenir una repetición
Comunista Italiano) el principio de la "vía de la "perspectiva chilena”, o sea una vasta
parlam entaria al socialismo". Esta adquisi coalición de fuerzas anticomunistas de cen
ción teórica de los comunistas italianos, en tro y de derecha, o una amenazadora reacción
el periodo inmediato de posguerra, por la que internacional. Cercanos a esta posición se
no existe ningún Palacio de Invierno que con encuentran los comunistas españoles, signa
quistar, se difundió entre los comunistas fran tarios del acuerdo con los socialistas y con
ceses sólo después de la publicación del infor la Union de Centro Democrático conocido
me Jruschov sobre los crímenes stalinistas. como Pacto de la Moncloa. Los comunistas
El PCF empezó a hablar después de 1956 de franceses entraron desde 1972 en una alian
una “vía pacífica al socialismo". Por razones za con los socialistas: Union de la Gauche,
obvias, el Partido Comunista Español conti basada en un programa común de gobierno,
nuó poniendo el acento en la necesidad de una abandonado en septiembre de 1977. La con
"ruptura democrática" con el franquismo secuencia fue la derrota sufrida por los dos
hasta la transición que culminó en las elec partidos de izquierda en la consulta electo
ciones libres de junio de 1977. Pero desde ra! de marzo de 1978. A la situación de socio
1972 el PCE había aceptado la idea y la pra minoritario en una triunfante coalición de
xis de una amplia alianza de tuerzas popula izquierda para el gobierno, los comunistas
res. En cambio, por razones también com franceses prefirieron entonces mantener su
prensibles. el Partido Comunista Portugués pureza de partido obrerista y de cuadros, o
creyó posible, bajo el empuje de la revolución sea mantener una organización estrecha y
de abril de 1974 que derrumbó al régimen de cohesionada, disciplinada y unitaria. Pero la
Salazar-Caetano, intentar la conquista del opción rechazada anteriorm ente se impuso
poder con el apoyo de los oficiales de izquier después de la victoria de M ilterrand en las
da. El fracaso de esta operación ha puesto en elecciones presidenciales y de la conquista de
movimiento un proceso de autocrítica, aun la mayoría absoluta de los escaños por parte
que más bien lento y no lineal. Los demás par de los socialistas en las legislativas de 1981.
tidos comunistas de Europa occidental, con Al sufrir una seria pérdida electoral, el PCF
la excepción del Partido Comunista Griego tuvo que aceptar una participación subalter
(llamado "desde fuera” filosoviético) han na en el gobierno presidido por el socialista
aceptado en todo la vía parlam entaria al Mauroy. Finalmente, los comunistas portu
socialismo. gueses. después del fracaso de la vía insurrec
Naturalmente existen grandes diferencias cional, se han replegado a la búsqueda de una
entre los diversos partidos, según su luerza alianza con los socialistas, clara y repetida
electoral, según sus posibilidades de lograr mente rechazada poi éstos. Además de los
ejercer concretamente el poder político y casos mencionados, también en Suecia los
según la estrategia que intentan llevar a cabo comunistas desempeñan una función relevan
para obtener el poder político. En algunos te; dado el estrecho margen existente entre
casos la cuestión ni se plantea, dada la esca la coalición burguesa y el Partido Social-
sa consistencia de algunos partidos comunis dcmócrata, los votos comunistas han sido a
tas (por ejemplo el británico y el austríaco). menudo determinantes, aunque no fueron
En otros casos, como en Islundia v Finlandia, contratados abiertam ente ni tampoco han
los partidos comunistas han estado forman recibido compensaciones políticas explícitas.
do parte a menudo del gobierno, en coalicio El leninismo no fue solamente una teoría
nes en las que no eran los socios dominantes. de la conquista del poder, sino también una
A causa de su potencial de coalición y de teoría de la gestión del poder: la dictadura del
su consistencia electoral y parlamentaria, los proletariado. También en esta dimensión, con
partidos que han atraído mayor atención son diversas variaciones y tiempos, los eurocomu-
los de Francia, Italia, Portugal y España. Sus nistas se han alejado de la concepción leni
estrategias presentan diferencias significati nista, hasta el punto de abandonar explícita
vas. Por un lado podemos situar al PCI favo mente la teoría. Para el PCI no fue necesario
rable a una amplia alianza de fuerzas católi un repudio formal, ya que su tradición y su
EUROCOMUNISMO 603
elaboración teórica estaban ya lejos de la dic a las purgas y se deja un cierto espacio a los
tadura del proletariado, modificada por la disidentes, que a veces es conquistado por
formulación gramsciana de hegemonía, a con ellos mismos; los grupos parlamentarios han
quistar en la sociedad a través de una acción adquirido una indispensable autonomía de
de penetración cultural, anterior al acceso al funcionamiento y decisión; los sindicatos,
poder. Con ello la dictadura del proletariado para bien o para mal. son sensibles a otras
era ya un concepto obsoleto incluso antes de demandas y no sólo responden a las órdenes
que empezara la revisión de los elementos del partido, sino a una lógica distinta de la
leninistas todavía presentes en un cierto plan disciplina de partido, en relación con los cam
teamiento de la hegemonía. Por su lado, los bios acaecidos en sus grupos de referencia
partidos com unistas francés y español, socioeconómicos.
impregnados más profundamente de leninis Sin embargo, es la persistencia del centra
mo y carentes de una tradición marxista lismo democrático lo que parece constituir el
autóctona, han procedido a un abandono a talón de Aquiles de los partidos eurocomunis-
bombo y platillo de la dictadura del proleta las que dicen haber renunciado al leninismo.
riado. Con un procedimiento típico el PCF La crítica que se les hace es que un partido
ratificó, en ocasión de su 22o. Congreso en organizado según principios decididamente
febrero de 1976. una decisión tomada en el jerárquicos y centralizados puede recurrir
vértice del partido al respecto. Los comunis fácilmente a métodos no democráticos y
tas españoles se liberaron por via rápida del potencialmente es un arm a organizativa en
leninismo después de una amplia discusión condiciones de derrotar o marginar a los
en los diversos congresos regionales y des potenciales socios gubernamentales. Su pro
pués de un apretado voto en el seno del 9o. ceso decisional interno no ofrece ninguna
Congreso nacional, en abril de 1978. garantía de que los derechos de las minorías
El leninismo es también una concepción sean respetados o sus opiniones y preferen
específica del partido que a menudo se ha cias escuchadas o tomadas en consideración,
identificado polémicamente con el aspecto del ni siquiera es seguro que surja efectivamen
centralismo democrático. Ahora bien, el pro te como vencedora la linca politica com par
ceso de alejamiento del leninismo que han tida por la mayoría. Una minoría organizada
sufrido y están sufriendo los partidos euro- puede adueñarse del partido y dirigirlo a su
comunistas se valora también con base en la gusto.
eventual disminución del coeficiente de leni La cuestión del centralismo democrático,
nismo en la organización del partido en sus vinculado al problema todavía sin resolver de
cuatro componentes cruciales: centralismo la democracia interna de los partidos, está
democrático, control del partido sobre el gru cargada de un potencial emotivo y simbólico
po parlamentario, sindicatos como correa de que a menudo ha afectado el análisis concre
trasmisión del partido, purgas frecuentes e to de las variaciones acaecidas en el funcio
intensas de afiliados y militantes. namiento efectivo de dicho centralismo demo
En un cierto sentido, al venir a menos el crático en los partidos euroeomunistas. En
centralismo democrático como praxis opera lineas generales, al menos tres factores tie
tiva dentro de los partidos euroeomunistas, nen una notable relevancia en la valoración
declinaron o desaparecieron los otros tres de las distintas variedades de centralismo
componentes de un partido organizativamen democrático: la dimensión del partido en tér
te leninista. Del mismo modo, los cambios minos de afiliados y de unidades básicas (célu
acaecidos en la esfera política de las demo las y secciones), la homogeneidad heteroge
cracias occidentales han hecho obsoletos y neidad en el conjunto del partido y. entre los
muy costosos, en términos de energía y ren afiliados, la autodefinición del partido.
dimiento político, los intentos de subordinar En una primera aproximación, los partidos
a los grupos parlamentarios, guiar a los sin se sitúan en un continuum que va de los par
dicatos, expulsar a todos los miembros disi tidos pequeños con apoyo social homogéneo
dentes, etc., pero más que todo resulta con y que se definen como vanguardia de la clase
traproducente para la imagen y funcionalidad obrera, a los partidos grandes, con apoyo
misma del partido. Asi pues ya no se recurre social heterogéneo y que se definen como el
604 EUROCOUL'NISMO
PCE como “una organización política de van a su vez en la estrategia. Un partido de cre
guardia de la clase ubrera y de las fuerzas yentes, de militantes, de revolucionarios de
progresistas de todos los pueblos de España" profesión, puede fijarse el objetivo de la palin-
o como el PCI que "es órgano de los obreros, génesis revolucionaria; un partido laico de
trabajadores, intelectuales, ciudadanos" adherentes a un programa se fijará como
(mientras que el PCF se dice “el partido de objetivo la transformación social a través de
la clase obrera de Francia" y el PCP "el par reform as socioeconómicas estructurales,
tido político del proletariado portugués”). radicales c incisivas.
Pero incluso partidos pequeños, como el Par Analizado el componente "leninista”, pase
tido Comunista Sueco, pueden tener un apo mos al componente "stalinista". Aunque
yo relativamente heterogéneo y dejarse llevar obviamente el stalinismo tuvo efectos gravo
por exigencias y demandas no controladas sos y duraderos en la estructura de los p arti
desde el centro. En definitiva lo que cuenta dos comunistas, en términos de burucratiza-
en el centralismo democrático es la voluntad ción y de culto a la personalidad, su rasgo más
de los grupos dirigentes de dom inar los flu distintivo se encuentra en la absoluta sumi-
jos de información y la formación de las pre 'sión de los intereses y estrategias de los par
ferencias políticas (y su capacidad para lle tidos comunistas (y no sólo de los de Europa
varlo a cabo) o tal vez su disponibilidad para occidental) a la defensa de la construcción del
mantener abiertos los canales de comunica "socialismo en un solo país” y por lo tanto
ción o de influencia política. En conclusión, a los intereses de la Unión Soviética. Concre
la misma posibilidad de gobernar y de gober tamente, el componente stalinista en este con
nar bien dependerá del tipo de modelo deci- texto está constituido por la dimensión del
sional interno en el que se transform e o se apoyo dado por los partidos comunistas a la
haya ya transformado el centralismo demo política exterior soviética. Por lo tanto, res
crático, Aunque se puedan introducir correc pecto a esta dimensión, las posiciones auto
tivos al centralismo democrático, como la nomistas y las desviaciones respecto a las
posibilidad del voto secreto sobre tesis o per opciones soviéticas califican a los partidos
sonas, el verdadero contrapeso lo da la com como eurocomunistas.
petencia electoral y la fuerza de las otras Las etapas de este proceso son diversas y
organizaciones políticas. Como para todos los tienen intensidad y grados de apoyo bastan
otros partidos, las eventuales degeneraciones te diferenciados. El prim er paso lo dio Tito
antidemocráticas de los partidos comunistas con la ruptura entre Yugoslavia y la Unión
pueden ser bloqueadas o derrotadas sólo por Soviética en 1948, pero quedó como un hecho
una sociedad fuerte o articulada. La historia aislado. El segundo paso, provocado por las
de Europa occidental, cuna del e., parece insurrecciones en Polonia y Hungría en 1956,
dem ostrar que las instituciones políticas de se apoya por un momento en los movimien
las democracias occidentales han sido lo bas tos nacionalistas, para regresaren seguida al
tante fuertes o flexibles para integrar el reto aprecio de la causa soviética y verse obliga
comunista, obligando a los partidos comunis do Togliatti a repudiar su doctrina del poli-
tas a cam biar en sí mismos o a resignarse a centrismo. El tercer paso es el cisma chino-so
un papel de oposición m inoritaria perm a viético en 1961 y la imposibilidad para la
nente. Unión Soviética de obtener una condena rati
La autudefinición del partido, sus transfor ficada por todo el movimiento comunista
maciones en el trascurso del tiempo hacia una internacional. El cuarto e importantísimo
configuración más abierta y más laica cons paso es el testamento político de Togliatti.
tituyen la tercera dimensión con la que se conocido como Memorándum de Yalta, de
puede medir el alejamiento del leninismo, o 1964. En él se encuentran claramente estable
sea de la concepción de un partido de van cidos los principios de la unidad en la diver
guardia de clase, que enseña y guía, controla sidad de los partidos que forman parte del
y ordena, depositario único e infalible de la movimiento comunista internacional, de la
verdad política y de la linea estratégica. opción estratégica autónoma por parte de los
Según esta misma dimensión se puede medir diversos partidos, del rechazo de un centro
también la laicización del partido que incide organizativo. El quinto paso fue la condena,
EUROCOMUNISMO 605
por parte de un buen número de partidos tras las relaciones entre el mundo occidental
comunistas occidentales (entre ellos el PCI, y la Unión Soviética estaban marcadas por la
el PCF y el PCE), de la intervención soviética dureza de la guerra fría, por una serie de razo
contra la Primavera de Praga de Dubcek en nes que iban de lo ideológico a lo financiero,
agosto de 1968. Después de ello, el sexto paso de lo político a lo estratégico, los partidos
y quizá el más im portante está representado comunistas se veían obligados a mantener en
por el proceso de convocación y por los resul alto el nivel de identificación con "la gran
tados de la Conferencia de los partidos comu combatiente antifascista y antim perialista”,
nistas europeos celebrada, después de varios con la "patria del socialismo”. La tensión
aplazamientos, en Berlín oriental a finales de entre las dos esferas de influencia impidió el
junio de 1976. surgimiento de matices y diferenciaciones: se
La declaración final de dicha conferencia pertenecía a un campo o al otro.
no fue firmada por varios partidos, no se con El inicio de la distensión, los diversos pro
sideró vinculante, reafirmó la independencia cesos de apertura política y el nuevo clima
de cada partido, aprobó el diálogo de los que se iba creando en un nivel internacional
comunistas con fuerzas progresistas no pcrrriitieron a los partidos comunistas redu
comunistas y sobre todo no mencionó el inter cir su identificación con la Unión Soviética
nacionalismo proletario (sustituido desde y por tanto presentarse de una manera dife
entonces por la "solidaridad internacional”), rente, mucho más autónoma, a los ojos de los
no propuso una línea política general común, electorados occidentales. Además, las mismas
no habló de dictadura del proletariado. El sociedades democráticas occidentales, cuyas
resultado final, todavía con carácter tempo instituciones se habían consolidado, se sen
ral, de este proceso fue que la política exte tían mucho más confiadas en su capacidad de
rior era ya el único mínimo común denomi resistencia al reto comunista y permitieron
nador de intereses entre la Unión Soviética una competencia política más vivaz. A su vez,
y los partidos comunistas de Europa occiden teniendo en cuenta la imposibilidad de recu
tal (c incluso oriental). rrir a caminos distintos de los electorales y
Si como conclusión integramos los movi parlamentarios, de acuerdo con los ritmos
mientos a lo largo de las dos lineas y los dos antes mencionados, los partidos comunistas
componentes (leninismo y stalinismo), obten fueron obligados a adaptar sus estrategias a
dremos los ejes sobre los que se mueven los los contextos en que debían operar. Surgie
partidos eurocomunistas y podremos valorar ron así, y no podía ser de otra manera, las ten
su e. precisamente con base en su alejamien dencias autonomistas y reform istas que
to del leninismo y del stalinismo. Por otro caracterizan al e.: autonomismo entendido
lado, por tratarse cíe un proceso, aunque algu corno opción de la estrategia peculiar en cada
nos elementos del mismo parecen irreversi país y refonnismo como rechazo de las moda
bles, no se excluyen pasos hacia atrás. En par lidades leninistas de conquista y de gestión
ticular un partido se puede "cerrar” después del poder. Cabe añadir que ciertas tendencias
de una derrota electoral o para tom ar aire autonomistas aparecieron también en el seno
situándose en una posición más cómoda; un del movimiento comunista internacional, en
partido puede creer oportuno dar un apoyo Yugoslavia, Hungría, Polonia, China y Ruma
condicionado a la política exterior soviética, nia, y finalmente en la Primavera checoslo
etc. Las oportunidades y los vínculos, las vaca que fue la síntesis del autonomismo y
potencialidades y las limitaciones del e. pue reformismo. Todo ello expresaba con moda
den valorarse mejor después de determ inar lidades diversas y con diferentes énfasis la
las condiciones genéticas y las causas del búsqueda de un socialismo distinto, más
nacimiento del fenómeno eurocomunista. apropiado a las condiciones de los países en
particular, independientemente del modelo
Fundamentalmente
n i. o k ig f . x e s y c o n d ic io n e s . soviético.
son dos las condiciones que dan origen al e. Bajo muchos puntos de vista el empuje
En prim er lugar el proceso de distensión decisivo del e., el verdadero cambio de rum
internacional y en segundo la evolución de las bo. lo constituyó el análisis y la valoración del
sociedades democráticas occidentales. Mien experimento checoslovaco y su trágica con
600 EUROCOMUNISMO
na. Crítica, 1977; F. Claudia, Eurocotmmismo y orientación (en el terreno doctrinal), un com
socialismo, Madrid, Siglo XXI, 1977; A. Kriegel, portamiento o un verdadero modelo de acción
¿Comunismo diferente? (1977), Madrid, Rialp, política adoptado por un movimiento, por un
1979; N. Mclnnes, Los partidos comunistas de la partido o por un grupo político que rechaza
Europa occidental (1975), Barcelona, Ibérica, las reglas del juego de una comunidad políti
1977; G. Pasquino, Organizptianal models of ca, al no reconocerse en los fines, en los valo
Southern European communist parties, Johns res y en las instituciones propuestas a la vida
Hopkins Occasional Paper núm. 29, abril de pública y que actúan para modificarlas radi
1980; A. Rizzu. La frontiera dell'eurocomunismo, calmente. En última instancia, lo que carac
Bari, Laterza, 1977; A. Rubbi, / partiti comunis- teriza al e. es la tendencia a ver las relacio
ti dtll’Europa accidéntale, Milán, Teti, 1978; M.L.
nes políticas en términos de alternativas radi
Salvación, Eurocomunismo e socialismo sovié cales y el consiguiente rechazo de la gradua-
tico (Prohlcmi attuali del PCI e del movimento lidad y de la parcialidad de los objetivos, la
operaiol, Turín, Einaudi, 1978; R.N. Tannahill, repulsa del negociado y del compromiso, el
The communist parties of Western Europe, West- pedido urgente del "todo y al momento”. En
port, Greenwood Press. 1978; / partiti comunis- esta acepción, el término acaba por acercar
ti delTEuropa mediterráneo, a cargo de H. Tim- su significado (en el uso corriente) al de radi
mermann, Bolonia, II Mulino. 1981; Eurocommu- calismo y al de maximalisma, de los cuales
nism and déteme, a cargo de R. Tokes, Nueva siempre había andado separado.
York, University Press. 1979; B. Valli. Los euro- El e. es un fenómeno que se repite en la his
comunistas (1976), Barcelona, DOPESA, 1977. toria política moderna y contemporánea y ha
dado lugar a una gran variedad de movimien
[gianpranco pasquino] tos sociales y políticos, sobre todo en épocas
criticas de intensa movilización social y de
profundas transformaciones de los órdenes
europeísmo, v. u n if ic a c ió n e u r o p e a productivos e institucionales. La sociología
política, algo sumariamente, ha clasificado
dos variantes fundamentales. Hay un tipo de
extremismo e. convencional considerado “de derecha”,
emanación directa de clases y categorías suje
I. EL EXTREMISMO COMOCATEGORIA SOCIOLOGICA. El tas a pérdidas repentinas de posición y de sta
térm ino "e." lleva implícita una connotación tus y a una drástica reducción de su influen
negativa que reclama remotos antecedentes cia política. Es el e. de quienes "tuvieron”,
filosóficos; ya en la ética aristotélica el equi cuya acción política se vuelve hacia la defen
librio, la racionalidad y la virtud coinciden sa a ultranza y la reconquista de las prerro
con el justo medio, mientras que los extremos gativas político-sociales tradicionales pro
son las pasiones de las que hay que huir. La pias. El comportamiento extremista de estos
convicción arraigada en el sentido común de grupos se concreta históricamente en el naci
que ni medio stat virtus traspuesta al plano miento de movimientos y de partidos porta
político sugiere como ideal al cual conformar dores de una práctica subversiva y violenta,
el comportamiento político la moderación, el que rechazan los vínculos formales de una
centralism o y el statu quo. reducción del conflicto a controversias pro
En la literatura política el concepto no ha pias de la tradición parlamentaria.
sido capa 2 de emanciparse completamente de En el polo opuesto, surgido con frecuencia
esta hipoteca peyorativa. Aun en relación con simultáneamente con el de derecha, hay un
la ubicación y la conducta de algunos p arti e. de izquierda, cuya matriz social puede más
dos y grupos parlam entarios (piénsese en la bien rastrearse en las clases que “nunca han
Estrema, surgida del parlamento posterior al tenido", que por lo tanto radica, según algu
Risorgimento en oposición intransigente al nas escuelas sociológicas, en la clase obrera
extendido transformismo)* “e.” indica una y en el subproletariado, favorecido por el bajo
* Transform ism o es. en Italia, la práctica de form ar líelos, con el fin de superar la política de grupos y las
mayorías parlamentarias con exponentos de varios par- m aniobras tradicionales, [i.]
L X T R li.M l.S M O WW
nivel de instrucción y de cultura de los gru e. de izquierda, para sus críticos marxistas,
pos sociales más desheredados y por ello mis tiene consecuencias graves en el plano de la
mo inclinado —tal es la opinión por ejemplo táctica política. De él se originan en efecto el
de Lipset— a representaciones simplificadas rechazo de todo compromiso y por lo tanto
y maniqueas de la realidad sociopolitica. El de toda alianza aunque sea parcial y tempo
síndrome extremista, en esta interpretación, ral, el abstencionismo parlamentario, el
encuentra su máxima expresión política en rechazo a trabajar en los sindicatos “ refor
los movimientos y en los partidos comunis mistas", la subvaluación de !a necesidad de
tas y en su intransigente contraposición a la dar marcha atrás y, de un modo más general,
democracia parlam entaria. de la "guerra de posiciones”, la falta de com
Finalmente, según otros estudiosos, tenden prensión ante las reivindicaciones nacionales
cias extremistas prosperan en todo movimien y democráticas de los pueblos, etcétera.
to social en status nascenti, en tanto portador En el plano historiográfico, la suma de
en la fase de búsqueda de una identidad pro estas características pertenece a una veta del
pia de "fines no negociables" y de formas de movimiento obrero internacional, al que suele
lucha en consecuencia radicales. El proceso designársele como e. histórico, cuyo denomi
de institucionalización, al que está sujeto todo nador común es la polémica, explícita o sub
movimiento social, tiene como efecto remitir terránea, con por lo menos una de las partes
la vocación extremista a la intransigencia en constitutivas de la doctrina leninista: la teo
el cauce del negociado, del compromiso y de ría del partido, del estado, del imperialismo.
la gradualidad. En el interior del e. histórico, sin embargo,
puede distinguirse entre componentes clara
ii. extremismo Ycomunismo. En el ámbito de la mente caracterizados, como la sindicalista
cultura marxista, sobre todo después del (iww, shopstewards, etc.) o la de consejos
opúsculo de Lenin sobre El “izquierdismo", (Pannekoek, Korsch, etc.) o la trotsquista y
enfermedad infantil del comunismo, el con otras menores.
cepto indica una desviación de izquierda den Al e. histórico se adhirieron, en el umbral
tro del movimiento obrero, contrapuesta a (y de los años setenta, muchas posiciones de la
provocada por) la desviación de derecha, el izquierda estudiantil y extraparlam entaria,
oportunismo, pero menos grave que aquélla. identificando dentro del patrimonio teórico
Sin embargo, incluso el e., como por lo demás y práctico del e. cuanto de positivo ha produ
el oportunismo, tiene raíces de clase, objeti cido el movimiento obrero desde Marx en ade
vas: éstas residen en la penetración en el lante, y su conciencia critica, aunque mino
movimiento obrero de elementos pequeño- ritaria y discriminada. Ante la degeneración
burgueses, que atraen dentro de sí sus exas del socialismo real y la burocratización de los
perados resentimientos de estratos expropia partidos obreros tradicionales, el e. históri
dos y proletarizados del capitalismo. co y contemporáneo, hasta el límite de sus
Desde un punto de vista doctrinal, en las versiones más violentas y terroristas, es con
raíces de la desviación extremista está antes siderado ya no como la enfermedad infantil
que nada la fallida asimilación del método del comunismo, sino como remedio a su
dialéctico. El método de análisis del e. es más enfermedad senil.
el de la lógica clásica que el de la dialéctica
marxista. Para resolver la contradicción A-no BIBLIOGRAFIA. G.M. Bravo, Critica dell'estremis-
A la única m anera es suprim ir uno de los dos mo, Milán, II Saggiatore, 1977; R. Campa (comp.),
términos. Por ejemplo, la contradicción entre Estremismo e radicalismo, Milán, 1969; G. y D.
desarrollo de las fuerzas productivas y rela Cohn Bcndit, El izquierdismo, remedio a la enfer
ciones de producción no aparece resuelta, dia medad senil del comunismo (1968), México, Gri-
lécticamente, negando la negación y afirman jalbo; V.I. Lenin, El “izquierdismo", enfennedad
do una sintesis que acoge y supera lo positi infantil del comunismo (1920), en Obras comple
vo de la tesis. Para el e. tertium non datur. su tas, Madrid, Akal, 1978, t. xxxm; S.M. Lipset, El
concepción es diádica y no triádica. El socia hombre político, Buenos Aires, Eudcba.
lismo niega al capitalismo en su totalidad.
Esta actitud metodológica implícita en el [SILVANO BELUGNl]
fabianismo
i f.l termino. En 1883. por obra de un grupo cuestión más delicada y debatida. Muchos
de intelectuales, entre los que se encuentran sostienen que el f. es un fruto del liberalis
Sidney Webb, George Bernurd Shaw. Annie mo inglés que no ha sido afectado por el mar
Besant y Edward Pease. se constituye una xismo: en prim er lugar, los mismos marxis
asociación privada con el objeto de "contri tas, ansiosos de dem ostrar que los fabianos
buir a la reconstrucción de la sociedad de no conocían a Marx; en segundo lugar, los
acuerdo con sus más altas posibilidades socialistas ingleses, que no quieren adm itir
morales”. La asociación se inspira en la estra que su socialismo tenga un modelo distinto
tegia contemporizadora llevada a cabo en la del socialismo de Robert Owen y de los re
guerra del cónsul romano Quinto Fabio Máxi formadores sociales; finalmente, los Cabía
mo, y adopta, por lo tanto, el nombre de nos, orgullosos de la posición singular ad
Fabian Society. El término f. se hace famoso quirida por la asociación en el contexto so
sólo a partir de 1889 al indicar el "socialis cial inglés.
mo británico” elaborado en los Fahian essays En realidad no se puede negar el influjo del
in socialism. Esta recopilación —que es la marxismo sobre el f.: los fabianos de la ” 0 1 d
transcripción de un ciclo de conferencias— Gang” conocían muy bien El capital, y vn las
examina en un contexto orgánico “las bases discusiones quincenales del Hampstead His
del socialismo”, "la organización de la socie torie Club, centro fundado para el estudio y
dad”, "la transición a la socialdemocracia”. la difusión del marxismo en Inglaterra que
Las propuestas se refieren a la fiscalidad albergaba entre sus admiradores a eminen
redistribuidora, u la cstatización o la muni tes fabianos, la teoría del valor de Marx se
cipalización de la parte de la economía que convirtió en un punto central de interés fabia-
de otra forma habría dado origen a grandes no en relación con el marxismo, siendo la pla
monopolios privados, a la reducción de la ren taforma de toda elaboración económica pos
ta inmobiliaria, a la legislación social para la terior. Si se tiende a separar el f. del marxis
protección del trabajo y de la infancia, a la mo se debe en gran parte al hecho de que el
absorción de la desocupación mediante los f. se aparta, con la adopción de posiciones ofi
trabajos públicos, a la emancipación políti ciales muy precisas, del revolucionarismo de
ca de la mujer y a la aplicación del método la Social Democratic Federal ion, abandera
de investigación de las ciencias a la refurma da del marxismo en Inglaterra, y ante el fra
s o c i a l . I. caso de estos métodos, el f. supera también
una interpretación de Marx en términos
II. LASFUENTES DEL FABIANISMO: El f. proviene de moderados —a diferencia del revisionismo
dos corrientes de pensamiento: por un lado, alemán— y descarta la inserción en el ala
la tradición liberal inglesa, trasmitida por los radical de la izquierda para optar por una ubi
escritos de John Stuart Mili y por el radica cación ideológica socialista que responda
lismo londinense de los años ochenta, tribu mejor a las demandas que van surgiendo en
tario en gran parte de la doctrina positivista el país. Además, adm itir en cierto modo el
francesa; por el otro lado, el socialismo en su influjo del marxismo sobre el f. permite con
elaboración teórica más significativa: el m ar siderar a éste como un aspecto del momento
xismo. En tanto que ningún autor niega la socialista más amplio y no como un fenóme
presencia decisiva del liberalismo en la ideo no único, separado, aislado.
logía fabiana, la relación f.-marxismo es una La llamada unicidad del f. no depende de
[M 01
F A B IA N 1 S M O 611
la presencia o ausencia del marxismo dentro la población, etc.) destinados a los lideres y
del mismo, sino de la mezcla especial isima del a los electores.
socialismo con la tradición liberal inglesa. A Junto con los Fabian Traéis de pocas pági
esta última el f. le debe ante todo la atención nas y de ágil lectura, los temas políticos del
prestada a la cultura política. Distinguiéndose f. se difunden en el largo plazo por medio de
en esto de las demás componentes del socia las obras monumentales de los Webb sobre
lismo británico, el f. promueve una actividad la suciedad industrial, tules como The histury
de propaganda completamente peculiar: la of trade unionism (1894), English local govem-
permeation. Con esta estrategia se propone menl (15 vols., 1906-1922), Industrial demo-
influir en las personas que —también, y sobre cracy (1920), The consumer's cooperative
todo, alejadas formalmente del socialismo— m ovem ent (1921). Otro canal de no menor
ocupan puestos claves de poder en todos los importancia de la permeation fabiana es el
niveles y en todos los campos: éstos son pre New Slatesman, el "sem anario de hechos y
cisamente los destinatarios de las "dos o tres discusión”, fundado por los Webb en 1915 y
gotas de socialismo’' que George Bcrnard hecho famoso también por el suplemento
Shaw consideraba útil y fácil sum inistrar. Si especial mensual, el Bine Book, un fascículo
los objetivos prim arios de la permeation son de documentación de los hechos políticos
los hombres políticos, también los profesio relevantes y de los documentos oficiales apa
nistas, los maestros y los empresarios deben recidos en el mes.
"em paparse” de tal m anera que aborden Los Fabian Tracts desarrollan una obra sin
como socialistas sus respectivas profesiones gular de promotion de la idea socialista que,
para prestar su servicio más valioso a la rota en los miles de problemas de la adminis
comunidad y con el fin de prefigurar su pro tración cotidiana, se restablece dentro de un
pia función en la futura sociedad socialista. marco más amplio en que la democracia, úni
En esta actitud elitista —comprensible si se co agente político del socialismo, tiende a la
toma en cuenta la homogeneidad social y cul conquista de la máquina central del estado
tural de los ideólogos de la prim era genera con el objeto predominante de organizar una
ción—, se pone de manifiesto la decisión de producción socialista y democrática. El f. se
incidir de manera indirecta en la politica y propone como una fase de la evolución gra
de no adoptar en prim era persona tareas de dual de la democracia, de una democracia que
administración del poder. no se realiza nunca de m anera completa: por
esto el f. no se preocupa por el futuro remo
ni. teoría y practica del FABiANisMO. Los m a t e r i a to sino sólo par uno próximo, y tiende a hacer
le s e n q u e s e a p o y a la permeation s o n u n a eficientes las instituciones existentes más
s e r i e d e o p ú s c u l o s ( l o s Fabian Tracts) o r g a bien que a modificarlas radicalmente. El f. no
n iz a d a e n t r e s s e c c i o n e s : a] m o n o g r a f í a s s o b r e se propone evocar costum bres ajenas a la
t e m a s e s p e c í f i c o s d e la s o c i e d a d i n d u s t r i a l experiencia inglesa sino más bien descubrir
( d e s d e e l m í n i m o s a l a r i a l y la j o r n a d a l a b o por medio de qué instrum entos éstas se pue
r a l d e o c h o h o r a s h a s t a la p r e v e n c i ó n d e l o s den insertar en una sociedad planificada que
i n c i d e n t e s e n e l t r a b a j o , d e s d e e l a r b it r io o b l i salvaguarde la práctica de la libertad dejan
g a t o r i o e n c a s o d e h u e l g a h a s t a la e x i g e n c i a do un espacio adecuado al individuo. En sín
d e la m u n i c i p a l i z a c i ó n d e l g a s , d e l a s c e n t r a tesis, el f. pretende persuadir a las personas
l e s d e la l e c h e , e t c é t e r a : d e b i d o a e s t a ú l t i m a para que usen de un cierto modo el poder que
s e r i e d e e x i g e n c i a s , ¡e l f . r e c i b e l a a c u s a c i ó n ya poseen, y establecer un clima de interés
d e h a b e r r e d u c id o e l s o c ia lis m o a u n a c u e s sereno por el socialismo adaptando sus pro
t i ó n d e g a s y a g u a !) ; b ] c u e s t i o n a r i o s e n v i a pios ideales a las cualidades típicas del carác
d o s a lo s c a n d id a t o s a la s e le c c io n e s d e lo s ter británico: la tradición del servicio públi
e n te s lo c a le s p a r a s o n d e a r s u b a g a je p o lít i co, el respeto a la ley, el instinto de la unidad
c o ; f i n a l m e n t e , c ] o p ú s c u l o s q u e c o n t i e n e n la social. Al f. le queda como herencia de la épo
r e v e la c ió n d e lo s p r in c ip a le s d a to s , a c t u a li ca victoriana la confianza en el progreso y en
z a d o s c o n tin u a m e n te , d e la s g r a n d e s c iu d a la razón, la convicción de que el desarrollo
d e s i n g l e s a s ( i n g r e s o p e r c á p it a , p r o d u c c i ó n , histórico tiene un desenvolvimiento lineal, y
r e n ta , g a n a n c ia s y s a la r io s , m o v im ie n to s d e que las organizaciones sociales no deben
f>12 F A B IA N IS M O
sufrir grandes transformaciones: "Los gran una modificación parcial— si quiere tener efi
des cambios orgánicos de la sociedad —escri cacia debe llevarse a cabo gradualmente y
be S. Webb— deben ser democráticos, gra actuando en diversos puntos, en los de menor
duales, constitucionales y pacíficos.” resistencia. Es francamente obvia la oposi
Del análisis de los escritos fabianos se ción total a un enfoque de tipo marxista: a la
deduce una carencia voluntaria de una cons preminencia dada al aspecto de la estructu
trucción teórica de la economía: "En la actua ra económica se le contrapone, en efecto, la
lidad no existen maestros autorizados del atención a la cultura política, a la sustitución
socialismo", escribe George Bernard Shaw en de la clase en el poder o al menos su conver
el prefacio de los Fabian essays iu socialism. sión parcial, a una estrategia revolucionaria
Pero el hecho de que esto no signifique falta una estrategia reformista-gradualista. La
de atención para los problemas económicos tarea del f. no debe consistir en atacar al esta
se deduce de la fundación, en 1895, por obra do en cuanto tal sino en utilizar su aparato,
de los fabianos, de la London School of Eco- sus instrumentos democráticos para conse
nomics and Political Science (i .sí-:), con el guir los propios fines. El estado es el vínculo
objeto de "dar una instrucción en las ciencias natural del programa del f. y deberá ser úni
política y económica [...] esperando que la camente un mecanismo neutral controlado
lse pueda convertirse en un centro de inves por funcionarios incorruptibles; considera a
tigación sistemática de las ciencias sociales”. la estructura del gobierno local y parlam en
Sin embargo, existe un modelo de referen tario más que suficiente para los grandes
cia empírico. Mediante el análisis histórico cambios que el f. se propone realizar.
de las intervenciones realizadas, el f. se pro
pone comprobar las teorías económicas pre IV RELACIONES CON EL PARTIDO LABORISTA. En Una
dominantes, llegando a la conclusión de que forma coherente con la lógica del influjo
el camino fabiano al colectivismo pasa a tra externo sobre el poder, los fabianos no han
vés de dos grupos de disposiciones: el míni querido nunca tomar directam ente la admi
mo nacional (la extensión de las funciones nistración del partido socialista sino que han
estatales de protección de la clase trabajadora representado la eminencia gris que ha presi
y de reglamentación de la comunidad en su dido junto con el Independen! Labour Party,
conjunto) y la municipalización (gracias a la con la Social Democratic Federation y con el
cual se supera la concepción típica del libe Trade Unions Congress, la constituyente del
ralismo inglés de una simple supervisión del partido laborista (1900). Todavía en la actua
estado para llegar a propuestas precisas de lidad la producción literaria de la Fabian
intervención no indiscriminada ni maniquea). Societv es uno de los puntos cardinales de la
En el plano práctico estas dos operaciones formación teórica del partido laborista, aun
requieren que la burocracia entendida a la que se insiste en la propia autonomía abso
manera tradicional sea sustituida por "la aris luta respecto del aparato del partido. La aso
tocracia del talento”: una clase de funciona ciación está afiliada al partido y las relacio
rios locales técnicamente preparados en nes de colaboración son sumamente estables
estrecho contacto y bajo el control vigilante y abiertas; pero "que quede bien claro, la
de una administración municipal verdadera Fabian Societv no es simplemente una parte
mente democrática. La municipalización se del partido laborista sino un grupo separa
presenta en este sentido como el vector de una do de personas organizadas para hablar pol
descentralización política invocado como la causa socialista” (G. D. H. Colé, 1952). Como
medida necesaria para favorecer una parti productor de "cultura política” más que de
cipación política activa más numerosa en la "acción política", el f. no puede circunscri
vida del país. birse a un partido porque el socialismo no es
De todo esto se deduce que la actitud del para los fabianos sólo una cuestión política:
f. en relación con el sistema político existen es una teoría y un modelo de vida.
te tiende a la recuperación de sus rasgos posi Por lo tanto, se caería en un error si se con
tivos: es un enfoque de ingeniería social más siderara a los fabianos como la sección de
bien que un ataque frontal. La modificación estudios del partido laborista: éstos entien
del sistema —que. por lo tanto, es siempre den más bien al partido como un instrum en
F A L A N S T E R IO 613
to para la realización práctica de sus propias en el campo de las costumbres; genial antici
opiniones. El f. conserva un campo de acción pación de la cooperativa de producción y de
deliberadamente más vasto en el sentido de consumo para Charles Gide y todos los que
que sus destinatarios no son únicamente los siguieron y siguen su interpretación; mode
laboristas, y al mismo tiempo más especifi lo y punto de apoyo, finalmente, de la revo
co dentro de los límites en que es más espe lución global en que un número cada día
cifica la elaboración cultural que la de la polí mayor entrevé el sentido del pensamiento de
tica. Y si la incidencia del f. se ha ido debili Fourier.
tando con el tiempo, se ha debido a la pérdi El agregado falansteriano —agregado
da general de poder de los intelectuales en los espontáneo de 1 6C0-1 800 personas aproxi
partidos. madamente— representa ciertam ente una
alternativa radical para la sociedad burgue
b i b l i o g r a f í a : G.D.H. Colé, The fahian society: sa, alternativa que, si bien se apoya en la res
pasl and presen!, Londres, Fabian Publications, tructuración económica, no se agota en ésta,
1952; G.D.H. Colé, Fahian socialista. Londres, sino que afecta todos los ámbitos de la vida
Frank Cass, 1971; M. Colé, 7'he slury of fahian individual y social. Esta restructuración se
socialism, Londres, Heinemann, 1961; A.M. concreta en el abandono de la economía frac
McBriar, Fahian socialism and English poliíics, cionada o "incoherente" y en la sustitución
1884-1918, Cambridge, Cambridge University de la misma por una economía asociada que
Press, 1962; E. Pease, The hisíory of ihe Fabian encuentra su propio elemento transm isor en
Society, Londres. Frank Cass, 1963. la "serie pasional", organismo societario de
la vida falansteriana en que confluyen natu
[CRISTINA MARCUIAKO CERCHEO] ralmente los individuos animados de las mis
mas tendencias o “pasiones”. Aplicada a la
esfera de la producción, en que por otra par
falangismo, v. franquismo te encuentra su principal campo de acción,
la "serie pasional" entraña la consolidación
de una relación distinta entre el hombre y la
naturaleza, a través de un trabajo que no se
falansierio presenta ya como castigo o rescate sino que
se caracteriza más bien como medio de mani
El termino f., acuñado por Charles Fourier festación de la personalidad individual y
para designar el edificio destinado a hospe lugar de un encuentro armonioso entre la sub
dar a la “ Falange", célula básica de su socie jetividad y la objetividad. El trabajo, que de
dad ideal, ha sufrido un proceso de rápida este modo se vuelve “atrayente", debería
dilatación semántica y ha llegado a indicar el garantizar, en los intentos de Fourier, el máxi
conjunto de las estructuras no sólo m ateria mo rendimiento individual y por lo mismo el
les sino también económicas, domésticas, máximo producto social y, junto con las eco
morales, administrativas, etc., en que se apo nomías realizadas a través del sistema aso
ya el nuevo mundo teorizado por el utopista ciativo en el sector del consumo, debería con
francés. Ha terminado por resum ir en la glo- tribuir a lograr la prodigiosa abundancia en
babilidad de sus aspectos la fórmula social la cual este teórico pone el fundamento de la
de la alternativa opuesta por Fourier al sis armonía social. Si en la sociedad falansteria
tema en que vivía. En consecuencia, la repre na sigue existiendo en efecto la propiedad pri
sentación del f. ofrecida por la critica no ha vada y sigue vigente un sistema retributivo
podido dejar de reflejar la interpretación que, a pesar de dar la mayor importancia al
general de la doctrina fourieriana presenta trabajo, le da cabida al capital y al talento,
da sucesivamente por los diversos investiga su extraordinaria opulencia debería ser
dores; símbolo de una sociedad basada en la capaz, sin embargo, de eliminar las conse
más desenfrenada tolerancia hasta aproxima cuencias negativas de la desigualdad: pudicn-
damente los años setenta del siglo xix, si se do el rico satisfacer todas sus pasiones y
consideraba esta doctrina a través de la estre estando garantizado a cada uno un mínimo
cha óptica de las innovaciones que aportaba que le permite vivir desahogadamente, desa
614 F A N A T IS M O
parecen en el f., según Fourier, los supuestos tan ser discutidas por los demás, y en el terre
mismos de la servidumbre y de los conflictos no práctico le corresponde el sectarismo, o
sociales. De ahí la inutilidad y la consiguien sea la parcialidad con los seguidores y el odio
te desaparición en el f. de los tradicionales para los no creyentes. En una sociedad en que
órganos políticos represivos y la transform a un grupo de fanáticos toma la delantera, se
ción del gobierno político en la mera admi genera por contrapeso y se difunde el espíri
nistración de las cosas. De ahí también el sur tu del conformismo. El conformista respon
gimiento de una nueva moralidad, en que el de al celo obstinado del fanático con el celo
interés individual se funde y se concilio con cobarde, del que no quiere correr el riesgo de
el de la colectividad. ser perseguido por sus propias ideas, con la
Si el principio asociativo, aplicado al sec aceptación resignada y servil de las verdades
tor de la producción, crea en la sociedad ajenas, aunque en lo interno no les dé fe; el
falansteriana las condiciones de la armonía conformismo se convierte, por así decirlo, en
y de la moralidad pública, es conveniente el antidoto natural del f. en cuanto que la total
recordar que ese principio opera en todos los renuncia a las propias ideas es el modo más
niveles de la vida individual: en el campo cómodo de escapar del furor de las ideas aje
doméstico, en que entraña la abolición de la nas. El enemigo de ambos es el espíritu críti
familia; en el afectivo, en que determina la co, el uso de la razón confortada por la expe
consolidación de la plena libertad sexual; en riencia, que contra la exaltación de los faná
el sector educativo, en que abre interesantes ticos enseña el sentido de la limitación y la
perspectivas de educación de grupo. No han virtud de la tolerancia, y contra la resigna
tenido en cuenta la complejidad de las impli ción de los conformistas despierta la duda y
caciones de la utopía fourieriana los que han enseña a reflexionar con la propia cabeza,
tratado de llevar a cabo e l !., reducido, en las actuando en el prim er caso como dique y en
realizaciones prácticas que se han intentado el segundo caso como acicale. El f. y el con
(Condé-sur-Vesgre, Citeaux, Guise, para citar formismo, nacidos de un solo parto, están
sólo las más importantes), a una simple coo condenados a desaparecer juntos. Del mismo
perativa de producción y de consumo. modo que en el bien la tolerancia se contra
pone al f., así en el mal se contrapone el cinis
[MIRELLA LAKI/ZA] mo (en el sentido usual y no filosófico del tér
mino). El fanático cree de una manera exas
perada en una sola idea; el cínico no cree en
ninguna, pero está dispuesto a valerse de
fanatismo todas según le convenga. Ambos pueden lle
var consigo la libido dmnimindi: pero mien
Por f. se entiende una obediencia ciega a una tras que uno tiende al éxito sofocando las
idea, servida con celo obstinado, hasta ejer ¡deas ajenas, el otro tiende al éxito vejando-
cer la violencia para obligar a otros a seguir las, o mejor dicho acariciando ora una ora
la y castigar al que no está dispuesto a abra otra según las circunstancias. No hay que des
zarla. En el concepto de f. está implícito que cartar que el cínico se sirva de los fanáti
la idea a la que se apega el fanático es una cos para conseguir sus fines; no ocurre lo
idea falsa y peligrosa, no digna de ser abra inverso.
zada con tanta perseverancia. En esto el f. se El significado que le damos actualmente a
opone al entusiasmo: un estusiasta sigue una la palabra f. y a todo lo que comprendemos
idea noble, generosa o benéfica. La intoleran con este concepto, así como los juicios de
cia de las ideas ajenas y un espíritu de f. arre valor que despierta, están intimamente liga
batado que no evita los medios violentos y dos con la polémica ilustrada de los philoso-
hasta crueles, son consecuencias de una acti pbes. La palabra "f.” tiene un significado
tud y de una mentalidad fanáticas. El f. está amplísimo en su lenguaje: indica todo lo que
relacionado generalmente con el dogmatismo, ellos combaten y quisieran ver desaparecer
o sea con la creencia en una verdad o en un del mundo para la felicidad del individuo y
sistema de verdades que una vez aceptadas el progreso de la humanidad, es decir la
ya no deben ponerse en discusión v no acep superstición religiosa y las funestas conse-
F A N A T IS M O 615
cuencius de lu guerra, de las hogueras, de las un cínico; sin embargo, expresó, con la fór
persecuciones. Si se tuviera que expresar con mula del "creer, obedecer, comhatir", la divi
una fórmula el significado global de la bata sa y la quintaesencia de todo f. O tra diferen
lla de las luces no se podría definirla mejor cia más profunda entre los philosophes y
que como la más extensa y popular batalla nosotros se refiere a las causas y a los reme
intelectual contra el f. que jamás se ha reali dios. Ellos veían en la ignorancia del vulgo
zado. No se puede dejar de recordar a Voltai- (explotada por los astutos) 1a causa principal
re que en el Dictionnaire philosophique defi de la superstición que generaba los fenóme
ne el f. como "une folie réligieuse sombre et nos de f. individual y colectivo; y reduciendo
cruelle", y en la Henriade, al introducir el f. el problema a una lucha de la luz de la razón
como consejero del asesino de Enrique III, contra las tinieblas de la superstición, no
exclama: "II vient, le Fanatisme et son te rri encontraban otro remedio que la difusión de
ble nom I Enfant dénaturé de la religión, / un conocimiento basado en la razón y en la
Armé pour la défendre, il cherche á la détrui- experiencia. Voltaire, en el Diclionaire philo
re / Et re(;u dans son sein, l'em brasse et la sophique dice: “ El único remedio para esta
déchire" (v, 83, 8 6 ). Dedica a la condena del enfermedad epidémica es el espiritu filosófi
f. una de sus más conocidas tragedias [Le co, que, difundido pacientemente de hombre
fana ti ame on Mahomet le prophéte, 1742), a hombre, terminará por suavizar las costum
cuyos seguidores son descritos como "Une bres de la humanidad, y por prevenir los exce
troupe égarée,/ De poi.sons de Perreur avec sos del mal." Nosotros, después de la explo
zéle enivrée. / De ses miracles faux soutient sión más tremenda de f. colectivo que tal vez
I’illusion, I Répand le fanatisme et la sédition" jamás haya existido, el nazismo, estamos
(acto i, esc. 1 ), e intitula una de sus más des menos seguros de las causas y menos confia
piadadas obras de crítica bíblica y religiosa dos en los remedios. Muy probablemente 1a
Le tombeau du fanatisme (1767). mentalidad fanática se debe a profundas per
La diferencia entre los ilustrados, que turbaciones psíquicas, en las que un egocen
salían de dos siglos de grandes guerras reli trismo exagerado se une con una rigidez y
giosas, y nosotros, consiste en que el f. que cerrazón mental llevada hasta la monomanía
combatían era casi exclusivamente religioso, y a una energía volitiva irrefrenable. Sin
y el que experimentamos actualmente es casi embargo, el problema del f. no puede redu
exclusivamente político: los personajes histó cirse a un análisis psíquico: es un problema
ricos que encarnaban el f. eran, en sus escri social. El fanático sin adeptos es mera y sim
tos, un Torquemada, un Calvino, un Clément, plemente un caso clínico, y se podría llam ar
del mismo modo que para nosotros son los mejor un demente o un monomaniaco. El f.
distintos doctores Goebbels de los regímenes siempre está ligado a fenómenos de exalta
totalitarios; asociaban el f. con las grandes ción colectiva, no es una enfermedad, sino
religiones como la judía, la cristiana o la una epidemia: los personajes históricos, a los
musulmana, y les contraponían, idealizándo que se les da el nombre de fanáticos, son o
la, la religión filosófica de Confucio, del mis fundadores o adeptos de sectas, y su acción
mo modo que nosotros lo asociamos con la se desenvuelve en un determinado contexto
agudización de los movimientos nacionalis social, que tolera y hasta provoca ese conta
tas, con el comunismo, con el nihilismo, con gio. El remedio, por lo tanto, debe ser social,
el racismo y en general con los regímenes dic en el sentido más amplio de la palabra. La
tatoriales opuestos a los regímenes de liber experiencia histórica nos ha enseñado que las
tad (tómese como ejemplo de la polémica con sociedades más inmunes a la infección del f.
temporánea contra el f. L ’hom m e revolté de son aquellas en las que la educación intelec
Albert Camus que es un libro esencialmente tual y civil tiende cada vez más a basarse en
de critica politica). Esto no quiere decir que la libre discusión de las ideas más bien que
los dictadores v sus colaboradores más cer en la enseñanza de sistemas de verdades ya
canos sean ellos mismos fanáticos sino que definidas, y cuyo régimen está inspirado en
el f. de los gregarios es generalmente un ins el principio de la multiplicidad de caminos
trumento necesario para su dominio. Musso- para llegar a la verdad y en el rechazo, por
lini no tenia nada de jefe fanático; era, tal vez. lo tanto, de una filosofía o de una ideología
616 F A S C IS M O
del estado que no sea la de la coexistencia precio de los valores del individualismo libe
pacifica de todas las filosofías e ideologías. ral, en el ideal de colaboración entre las cla
ses, en una contraposición frontal ante el
[norulrto hobhio] socialismo y el comunismo, en el ámbito de
un ordenamiento de tipo corporativo; unos
objetivos de expansión imperialista en nom
bre de la lucha de las naciones pobres con
fascismo tra las potencias plutocráticas; una moviliza
ción de las masas, encuadradas en organiza
i. problemas de DEFINICION. En la vasta produc ciones dirigidas hacia una socialización polí
ción literaria acerca del fascismo es normal tica planificada en función del régimen; una
encontrarse con definiciones conceptuales eliminación de la oposición por medio del uso
diversas y a menudo contradictorias. La mul de la violencia terrorista; un aparato de pro
tiplicidad de definiciones es indicativa de la paganda fundado en el control de la informa
complejidad real del objeto investigado y de ción y de los medios de comunicación de
una pluralidad de enfoques, cada uno de los masas; un creciente dirigismo estatal en el
cuales destaca ciertos rasgos considerados ámbito de una economía que sigue siendo fun
especialmente significativos para la descrip damentalmente privada; un intento de inte
ción o explicación del fenómeno. grar en las estructuras de control del parti
En principio se pueden distinguir tres usos do o del estado, según una lógica totalitaria,
o significados principales del término. El pri el conjunto de las relaciones económicas,
mero se refiere al núcleo histórico original sociales, políticas y culturales.
constituido por el f. italiano en su especifici
dad histórica; el segundo está vinculado con II, IAS -TEORIAS" SOBRE EL FASCISMO. Como todo
la dimensión internacional que el f. adquirió acontecimiento histórico de relieve, el f. ha
cuando el nacionalsocialismo se consolidó en suscitado desde su nacimiento un interés que
Alemania con características ideológicas, cri va más allá de la contingencia de la lucha polí
terios organizativos y finalidades políticas tica, para tocar una serie de temas importan
tales que indujeran a los contemporáneos a tes a la comprensión de la sociedad contem
establecer una afinidad sustancial entre el f. poránea. Ha estimulado, pues, una imponen
italiano y el llamado f. alemán; el tercero, te reflexión teórica sobre las causas y posi
finalmente, extiende el término a todos aque bles consecuencias de los regímenes fascis
llos movimientos o regímenes que comparten tas, articulada en una serie de hipótesis
con el definido como "f. histórico” un cierto interpretativas, que con el tiempo se han ido
núcleo de características ideológicas, crite afinando y enriqueciendo, ya sea por efecto
rios organizativos y finalidades políticas. En de la acumulación de material empírico, va
esta últim a acepción, el término f. ha asumi por efecto de la adopción de nuevos marcos
do una indeterminación tal que pone en entre teóricos de referencia. A esta serie de hipó
dicho su utilización con fines científicos. Se tesis interpretativas, más o menos sistemáti
ha ido delineando pues cada vez más una ten camente correlacionadas y más o menos veri
dencia a lim itar su uso solamente al f. histó ficadas empíricamente, se hace a menudo
rico, cuya vigencia cubre en Europa el perio referencia cuando se habla de "teorías" sobre
do comprendido entre 1919 y 1945 y cuyas el f. y con esta amplia acepción será usado
especificaciones están constituidas esencial también dicho término en el presente con
mente por el f. italiano y el nacionalsocialis texto.
mo alemán. Existen diversos criterios para clasificar las
Por lo general se entiende por f. un siste teorías sobre el f.: el cronológico, el políti
ma de dominación autoritario caracterizado co-ideológico. el disciplinar y el sistemático
por: un monopolio de la representación polí —por citar los más usados—, los cuales se
tica por parte de un partido único y de masas, pueden combinar diversamente entre si. dan
organizado jerárquicamente; una ideología do origen a tipologías más o menos comple
tundam entada en el culto del jefe, en la exal jas. La subdivisión que aquí utilizaremos tie
tación de la colectividad nacional y en el des ne un carácter introductorio e intenta llamar
F A S C IS M O 617
la atención sobre los principales enfoques al al carácter represivo de la cultura, a las carac
análisis del fenómeno, desarrollados por terísticas inmanentes de la lucha política,
investigadores de diversas tendencias a p ar etcétera.
tir de los años veinte. La propensión hacia las leorias singulari
Utilizando la terminología usada por E. zantes o generalizantes respectivamente no
Nolte en su conocido ensayo Theorien iiber puede atribuirse, como a menudo sucede, a
den Faschismus, la cual forma ya parte del la diversa orientación de los historiadores por
léxico común de los estudios sobre este tema, una parte y de los científicos sociales por la
las teorías sobre el f. pueden dividirse en dos otra. De hecho, no faltan corrientes historio-
grandes categorías: teorías singularizantes y gráficas que. aun con la necesaria articula
teorías generalizantes. ción de una investigación en diversos niveles
Pertenecen a la primera categoría aquellas de cada realidad nacional, no sólo no contra
teorías que, para la explicación del surgimien dicen una teoría generalizante, sino que recu
to y de la consolidación de los movimientos rren a ella —baste pensar por ejemplo en la
y de los regímenes fascistas, recurren a fac historiografía m arxista—, asi como existen
tores estrecham ente vinculados con las par análisis sociológicos que asumen como fac
ticularidades de una determ inada realidad tor explicativo general del surgimiento de
nacional y rechazan todo intento de genera regimenes fascistas la especifica configura
lización desde un contexto histórico especi ción de las relaciones entre sistema social,
fico a otro. Según los partidarios de dicha político y cultural de un país determinado. La
aproximación, las analogías que se pueden opción por una u otra orientación aparece
encontrar entre los movimientos y regímenes más bien determinada por el tipo de factores
cumúnmente definidos como fascistas tienen que se consideran más relevantes con fines
un carácter formal, mientras que las diferen de descripción o explicación del fenómeno o
cias entre una situación y otra son tan rele por el nivel prioritario de análisis.
vantes que permiten una reflexión fundada Es preciso tener presente este último aspec
científicamente sólo en los fascismos parti to, porque —como ha observado Gino Germa-
culares. Por consiguiente, el término f. es apli ni— la falta de distinción entre diferentes
cable correctam ente al movimiento político niveles de análisis del fenómeno fascista ha
consolidado en Italia en los años que siguie originado a menudo contrastes interpretati
ron inmediatamente a la primera guerra mun vos más aparentes que reales, porque están
dial y al tipo de régimen instaurado por dicho fundados en la contraposición de resultados
movimiento después de tomar el poder, y sólo válidos en diversos niveles de generalización.
de manera impropia se puede aplicar a otros En realidad, el f. en cuanto acontecimiento
movimientos y regímenes asimilados de diver histórico concreto forma parte de una amplia
sa m anera a través de la utilización de sus fenomenología del autoritarism o en la socie
esquemas analíticos. dad moderna y se plantea como resultado de
Pertenecen a la segunda categoría aquellas una serie bastante compleja de concatenacio
teorías que consideran el f. como un fenóme nes causales, unas remotas, otras más próxi
no supranacional que ha tenido, en las formas mas, que se estudian en sus interrelaciones
en que se ha presentado históricamente, especificas. El problema principal pura la ela
características sustancialmente análogas, boración de una teoría del f. consiste pues en
reducibles a un conjunto de factores homo la determinación de un nivel de observación
géneos. Según los factores que se consideren que permita captar la especificidad sin renun
varían la definición y el ámbito de aplicación ciar a las conexiones de carácter general que
del concepto. Las teorías generalizantes pue hacen del f. un fenómeno radicado en algu
den a su vez subdividirse en dos subcatego nos rasgos típicos de la moderna sociedad
rías, que se pueden definir respectivamente industrial.
como intrapolíticas y transpolíticas. Las pri
meras se refieren a factores histórico-políti- ni. el enfoove SINGULARIZANTE. La tendencia a
cos determinados, empíricamente individúa- analizar el f. como un producto de caracte
bles; las segundas se refieren a factores ahis- rísticas particulares de la sociedad italiana
tóricos, inherentes a la naturaleza humana, y de su historia es contemporánea al mismo
61» F A S C IS M O
cativas que tales planteamientos sugieren son ra. entre esfera de la economía y esfera de la
distintas, cuando no decididamente alternas, política.
y dependen en diversa medida del tipo de fac En la primera formulación, los orígenes del
tores predominantes, del nivel de análisis en f. como fenómeno internacional se plantean
el que se mueven y de la diversidad de los en relación con la crisis histórica del capita
paradigmas de referencia. Lo que tienen en lismo, que ha entrado ya en su fase final, la
común es el intento de captar las raíces del del imperialismo, y con la necesidad, por par
f., y en general de los fenómenos autoritarios te de la burguesía, ante las crisis económicas
en la sociedad moderna, dentro de un marco cada vez más graves y ante el conflicto de cla
de variables que trascienden los límites de las se cada vez más agudo, de mantener el pro
realidades nacionales en particular. pio dominio intensificando la explotación de
Por el diverso peso que han ejercido en el las clases subalternas, y en prim er lugar de
panorama global de los estudios sobre el f. la clase obrera. El imperialismo comporta
y por su aportación al conocimiento del f. en una tendencia a la transformación de las ins
su dimensión histórica concreta, presentare tituciones de la burguesía en un sentido reac
mos aquellas interpretaciones que permiten, cionario, y el f. es la expresión más consecuen
en diversa medida, traducir las hipótesis te de esta tendencia. El f. constituye pues una
generales que contienen en cuestiones a inves de las formas del estado capitalista, y preci
tigar susceptibles de verificación empírica. samente la que se caracteriza por una dicta
No tomaremos en cambio en consideración dura abierta de la burguesía ejercida ya sin
aquellas contribuciones que, ubicándose en la mediación de las instituciones de la demo
cracia parlam entaria. Italia y Alemania, en
el terreno filosófico o de filosofía de la histo
ria, constituyen un capítulo im portante en la cuanto anillos débiles de la cadena im peria
historia de las ideas de nuestro siglo, pero lista, fueron las prim eras en experim entar
escapan a toda posibilidad de control que se esta forma de dominación, pero la amenaza
pudiera ejercer mediante el recurso a catego se cernía igualmente sobre los otros estados
rías históricamente determinadas. capitalistas.
Los elementos centrales de este tipo de aná
a] El fascismo como dictadura abierta de la lisis son dos: la concepción instrum ental de
burguesía. Entre los prim eros que captaron los partidos y de los regímenes fascistas, con
la dimensión internacional del f. y su poten siderados como expresión directa de los inte
cialidad expansiva están los exponentes del reses del gran capital y su función esencial
movimiento obrero en sus varias denomina mente contrarrevolucionaria en el doble sen
ciones. El elemento unificante entre las diver tido de ataque frontal contra las organizacio
sas formas de reacción en Europa en el perio nes del proletariado y de intento de frenar el
do comprendido entre las dos guerras fue el curso del desarrollo histórico. Por consiguien
análisis de las contradicciones de la sociedad te se da escaso relieve al hecho, cualitativa
capitalista y de las modificaciones introdu mente nuevo respecto de las formas preceden
cidas en ella por la dinámica de las relacio tes de reacción, de que el f. opera a través de
nes y del conflicto entre las clases en la fase la mediación de un partido de masas de base
histórica inaugurada con la prim era guerra predominantemente pequeñoburgucsa, aun
mundial. que sobre ello llamaron la atención comunis
Dentro de esta interpretación conviene dis tas italianos o alemanes, como Palmiro
tinguir una formulación "clásica” —retoman Togliatti y Clara Zetkin. Al contrario, fueron
do las tesis elaboradas por la Tercera Inter decididamente rechazados, porque descono
nacional comunista hacia la mitad de los años cían la definición del f. como dictadura de la
treinta— respecto de sus derivaciones poste burguesía, todos los análisis que desde diver
riores, que retomarán temas y rasgos de la sas partes se hacían dentro del movimiento
discusión abierta entre los diversos grupos obrero acerca del f. como forma de “bonapar-
marxistas europeos a partir de la toma del tismo", o sea como régimen caracterizado por
poder del f. en Italia, considerándolas en fun la cesión temporal del poder político a una
ción de un análisis menos esquemático de las tercera fuerza y por una relativa autonomía
relaciones entre estructura y superestructu del ejecutivo respecto de las clases dominan
FA S C IS M O 621
tes, posibilitada por una coyuntura de equi tes, en un contexto caracterizado por la dis
librio de las principales fuerzas de clase en gregación de los estratos sociales tradiciona
lucha. les, el derrum be de sistemas de valores com
La teoría del f. como dictadura de la bur partidos, la atomización y la masificación de
guesía constituye todavía la clave interpreta los individuos, en una situación de burocra-
tiva dominante en aquellos estudios que tie tización creciente.
nen como paradigma de referencia el marxis El aspecto más im portante de esta teoría,
mo y su concepción del cambio histórico. Sin y al mismo tiempo el más criticado, es la inte
embargo, dicha teoría ha sufrido con el tiem gración bajo una misma categoría, la de esta
po una revisión que ha hecho más problemá do totalitario, de regímenes fascistas y comu
ticos algunos nexos, en especial los existen nistas sobre la base de las analogías existen
tes entre la burguesía y el f., entre movimien tes en la estructura y en las técnicas de ges
tos y regímenes fascistas, entre capitalismo, tión del poder político. Al existir tales analo
democracia y f. Tal revisión ha sido el resul gías, independientemente de los objetivos
tado de una reflexión teórica que ha tenido declarados, de los precedentes históricos y del
importantes efectos en varias direcciones: en contenido de las ideologías respectivas, los
prim er lugar, la atenuación del economicis- teóricos del totalitarismo las presentan como
mo presente en las prim eras formulaciones privilegiadas en el plano descriptivo y como
y el reconocimiento de una autonomía rela problema principal en el plano explicativo.
tiva de la esfera de la política respecto de la Los elementos que definen el estado totali
de la economía. Esto comportó un análisis tario en la formulación elaborada por Frie-
más profundo de la crisis en la que surgen los drich y Brzezinski en términos típicos idea
regímenes fascistas; una articulación más les son: una ideología oficial tendiente a
compleja de la relación entre f. y clases socia cubrir todos los ámbitos de la existencia
les; una consideración más atenta de los humana, a la cual todos supuestamente se
aspectos institucionales de los regímenes fas adhieren, al menos de manera pasiva; un par
cistas, de su lógica de funcionamiento, de sus tido único de masa, guiado en su forma más
bases de legitimación. A pesar de todo no se típica por un solo hombre; un sistema de con
ha modificado la concepción del f. como for trol policiaco terrorista; el monopolio casi
ma especial de dictadura de la burguesía, completo de los medios masivos de comuni
pero si se ha atenuado con el reconocimien cación; el monopolio casi completo del apa
to de una relativa autonomía de los estados rato bélico y, finalmente, un control centra
fascistas respecto del gran capital en el ámbi lizado de la economía. El objetivo general es
to de una convergencia común hacia los ob je conseguir el control total sobre la entera orga
tivos imperialistas. nización social al servicio de un movimiento
caracterizado ideológicamente.
b] El fascismo como totalitarismo. En una Las condiciones esenciales para su apari
perspectiva completamente diversa de la ción son un régimen de democracia de masa
anterior se ubica el análisis del f. en térm i y la disponibilidad de un aparato tecnológi
nos de totalitarismo, cuya aportación princi co que solamente puede ofrecer la moderna
pal ha sido haber captado la novedad repre sociedad industrial. El estado totalitario se
sentada por la aparición de los regímenes fas configura por lo tanto como una forma de
cistas en la escena política y haber llamado dominación completamente nueva, no sola
la atención sobre las diferencias cualitativas mente respecto de los sistemas de democra
entre las formas tradicionales de autoritaris cia liberal, sino también respecto de las for
mo y las modernas. mas precedentes de dictadura y de autocra
El marco de referencia está constituido, cia, ya que en el pasado no existían los supues
directa o indirectamente, por las teorías de tos para su realización. El totalitarism o tie
la sociedad de masas y se sustituye a la diná ne además un carácter subversivo respecto
mica de las relaciones entre clases, como prin de la ordenación social preexistente, porque
cipal factor explicativo del surgimiento de modifica radicalmente una estructura funda
fenómenos de autoritarism o moderno, por la da en la existencia de una pluralidad de gru
dinámica de las relaciones entre masas y éli pos y de organizaciones autónomas.
622 FASCISMO
Las razones por las que los regímenes tota monstruoso experimento de ingeniería social,
litarios se consolidan se pueden encontrar en teniendo como fin la creación de un nuevo
la decadencia del sistema liberal burgués, y tipo de hombre-máquina completamente he-
en especial en la disolución del sistema cla terodirigido— y la renuncia explícita a dar
sista que es causa y condición de su sobrevi una explicación en favor de una morfología
vencia. Sin embargo, lo que más interesa a los de los sistemas totalitarios.
partidarios de la teoría clásica del totalitaris El segundo orden de problemas se refiere
mo son los mecanismos de funcionamiento a la utilidad misma del concepto de totalita
del estado totalitario en el ámbito de una mor rismo en cuanto instrum ento que no permi
fología más general de los sistemas políticos. te una discriminación entre regímenes que,
En esta perspectiva, las diferencias existen aun presentando analogías de funcionamien
tes entre regímenes fascistas y comunistas, to del sistema político, difieren en lo que hace
como las que pueden encontrarse en su seno a otros aspectos importantes como los refe
—que ciertam ente no se niegan— pierden rentes a la convergencia de fuerzas que ha
importancia: unos y otros, en la medida en favorecido la consolidación de los mismos, a
que presentan la especial combinación de ele la relación entre viejas y nuevas élites, al tipo
mentos que definen al estado totalitario, per de intervención sobre la estructura económi
tenecen a la misma clase de fenómenos y co-social y a sus consecuencias. Se ha ido pues
expresan el rostro del autoritarism o en la afirmando, entre los que retienen todavía la
sociedad mederna. validez de la teoría en el plano descriptivo,
La teoría clásica del totalitarism o ha sido la exigencia de una tipología más amplia de
sometida a numerosas críticas que compor los sistemas totalitarios, fundada en un aná
tan dos órdenes de problemas. El prim era se lisis comparado de los diversos regímenes,
refiere al terreno específico del análisis de los capaz de tener en cuenta tales diferencias. De
regímenes fascistas. Desde este punto de vis aquí surge la tendencia a reconsiderar den
ta parece hoy difícilmente sostenible la hipó tro del mismo tipo el f. italiano y el nacional
tesis según la cual el origen y el éxito de los socialismo alemán basándose en las analogías
movimientos fascistas están en relación con que podemos encontrar no solamente en las
una serie de fenómenos integrados bajo el técnicas de gestión del poder político, sino
concepto de "sociedad de masas". Investiga también en la ideología, en la base social y en
ciones recientes han demostrado que en los la función histórica de los dos regímenes.
países en donde el f. se ha consolidado el sis
tema de estratificación es más rígido, el peso cj El fascismo como camino a la moderniza
de las estructuras tradicionales más fuertes ción. En tiempos más recientes se ha desarro
y el grado de "atomización" —en términos de llado un nuevo tipo de enfoque que tiene como
falta de estructuras asociativas intermedias— referencia el esquema teórico de la moderni
bastante menor que en otros donde el f. no zación y considera a los regímenes fascistas
se ha planteado nunca como alternativa con como una de las formas político-instituciona
creta. Incluso el intento de explicar el proce les a cuyo través se ha llevado a cabo históri
so de fascistización en términos de dinámica camente la transición de una sociedad agra
de las relaciones entre masas carentes de una ria de tipo tradicional a la moderna sociedad
precisa connotación de clase se contradice industrial.
con el dato empírico, hoy aceptado, de la base Los análisis precedentes —a excepción de
de masas predominantemente pequeñobur- los intentos par explicar la consolidación del
guesas de los movimientos fascistas y su coa f. en Italia sobre la base del retraso general
lición con amplios sectores de la burguesía de la sociedad italiana— tienen en común un
agraria e industrial, antes y después de la aspecto: el de situar a los regímenes fascis
ascensión al poder. Finalmente, dicha teoría tas en un contexto caracterizado en su con
no logra aportar una explicación satisfacto junto por una situación de industrialización
ria al problema de la función histórica de los avanzada. La dinámica entre masas y élites,
regímenes fascistas, oscilando entre una res el conflicto entre gran burguesía y proletaria
puesta de tipo irracionalista —por la que los do en la fase imperialista del capitalismo, asi
regímenes totalitarios serían una especie de como la rebelión de los grupos medios emer
F A S C IS M O 623
co del término, cuyo ámbito de aplicación se y los que consideran que era la forma totali
circunscribe cada vez más a los casos italia taria más adecuada a los objetivos imperia
no y alemán. listas del capitalismo monopolista (como
Más distantes quedan en cambio las evalua Franz Neumann). Se ha ido pues planteando
ciones acerca de la naturaleza y la (unción de la exigencia de pasar de un tipo de argumen
los regímenes fascistas. Una diferencia de fon tación en términos de objetivos buscados
do sigue siendo la de la relación entre capi intencionalmente a otra fundamentada en el
talismo y f. Sigue pues abierta la cuestión análisis concreto de los cambios producidos
acerca de si el f. habrá representado un tipo en las estructuras de la sociedad fascista,
especial de solución a las crisis de transfor como resultantes de estrategias, a veces con
mación del sistema capitalista a lo largo de vergentes. a veces divergentes, de las m últi
una linea de identidad estructural o si más ples fuerzas en juego.
bien ha representado la puesta en m archa de A partir de este trabajo de profundización
un proceso de modificación de las estructu dirigido en varios sentidos surge una imagen
ras del capitalismo tendiente a crear un orden de los sistemas fascistas bastante más com
económico y social distinto del capitalismo pleja y contradictoria que en el pasado. Esta
y del socialismo. La solución a esta cuestión complejidad v contradicción parece vincula
se vuelve cada vez más difícil por el hecho de da al hecho de que tales sistemas han repre
que la duración relativamente breve de los sentado un ejemplo de solución a los conflic
regímenes fascistas y su correspondiente caí tos que surgen en el campo de la sociedad
da como consecuencia de los acontecimien industrial, fundada en la utilización de téc
tos bélicos sólo permite hacer frente al estu nicas políticas profundamente innovadoras,
dio en términos de tendencias. cuyas implicaciones no han sido formuladas
La cuestión gira alrededor de la relación con la suficiente claridad.
entre política y economía y del mayor o
menor grado de autonomía alcanzado por los T.W. Adorno y otros, The authori-
b ib u o u k a f IA:
estados fascistas en relación con las fuerzas larian personality, vol. I de Studies in prejudi-
económicamente dominantes, especialmente ce, a cargo de M. Horkheimer y S.H. Flowerman,
el gran capital industrial y financiero. Exis Nueva York, Harper. 1950; H. Arendt. Los orí
ten al respecto dos lineas de investigación genes del totalitarismo (1951). Madrid. Taurus.
importantes, que se mueven de manera diver 1974:0. Bauer, H. Marcuse y otros, Fascismo y
gente: la prim era tiende a dem ostrar la con capitalismo (1967), Barcelona, Martínez Roca,
vergencia de intereses entre f. y gran capital, 1972; F. Borkenau, Zitr Sociología des Faschis-
con el fin de apoyar la tesis de una continui mus, en Archiv fiir Wisscnschaft und Sozialpoli-
dad estructural entre capitalismo y f., según tik. 68, 1923: R. de Felice, Fascismo: sus inter
la cual la autonomía relativa del poder polí pretaciones (1970), México. Paidós; C.J. Friedrich
tico se explica dentro de una coincidencia sus y Z. Brzezinsky, Dictadura totalitaria y autocra
tancial de objetivos y fines respecto del poder cia (1956), Buenos Aires, Libera, 1975; G. Germa-
económico; la segunda, en cambio, tiende a ni. Autoritarismo, fascismo e classi sociali, Bolo
presentar tal convergencia como resultado de nia, 11 Mulino, 1973; D. Guérin, Fascismo y gran
situaciones contingentes que evitan que apa capital (1939), Madrid. Fundamentos, 1974; R.
rezca la contradicción de fondo entre la ideo Hilferding, State capitalism or totalitarian State
logía y práctica de los movimientos y regíme economy (1940). en Modern Review, i, 1947; Slu-
nes fascistas y las condiciones de sobre\ ¡ven di sull'autoritá e la famiglia (1936), a cargo de
d a del sistema capitalista. Bajo este aspec M. Horkheimer, Turin, it e t , 1974; R. Kühnl,
to, las investigaciones llevadas a cabo en Liberalismo y fascismo: dos formas de dominio
ambas líneas no parecen haber modificado burgués (1971), Barcelona, Fontanella, 1978: B.
los términos del problema respecto de la dis Moore Jr., Los orígenes sociales de la dictadura
cusión suscitada a principios de los años cua y de la democracia (1966), Barcelona, Penínsu
renta, incluso dentro del marxismo, entre los la, 1973; F. Neumann, Behemoth. Pensamiento
que sostienen una incompatibilidad de fon y acción en el nacionalsocialismo (1942), Méxi
do entre la lógica de los estados totalitarios co, Fondo de Cultura Económica, 1943; E. Nol-
y la lógica del capitalismo (como Hilferding) te, Fascismo (1970), Barcelona, Plaza y Janes,
F E D E R A L IS M O 627
1972; A.F. Organsky, Le»forme Jallo sviluppo polí nizados emplearon los principios federalistas
tico (1965), Barí, Laterza, 1970; N. Poulantzas, para definir su actitud política.
Fascismo y dictadura (1970), México, Siglo X XI, Estas dos observaciones parecen indicar la
1971; Fascismo a sociala italiana, a cargo de G. superioridad del segundo modo de concebir
Qunzza, Turin, Einaudi. 1973; W. Reich, Psico el f., o sea entendido como una doctrina social
logía da masas dal fascismo (1933), Buenos Aires, de carácter global como el liberalismo o el
Latina, 1974; P. Togliatti, facciones sobre el fas socialismo, que no se reduce, en consecuen
cismo (1935), México, Ediciones de Cultura Popu cia, al aspecto institucional sino que entraña
lar, 1977; The natura of fascism, a cargo de J.S. una actitud autónoma hacia los valores, la
Woolf, Londres, Weidenleld and Nicholson, sociedad, el curso de la historia, etc. El pun
1968. to de referencia obligado para este segundo
significado es la utopía de Proudhon que, sin
[Lt-DA SACCOMANl] embargo, a pesar de haber hecho en ciertos
aspectos una aportación efectiva a la teoría
del f., al no basar su concepción en una defi
fascismo latinoamericano nición científica de la estructura social y al
dejar históricamente indeterminado su pro
V. MILITARISMO LATINOAMERICANO yecto federalista, no fue capaz de darnos una
definición satisfactoria.
Para llegar a una definición más rigurosa
federación, v. f e d e r a l is m o
es preciso proceder, por medio del método de
las ciencias histórico-sociales, prim ero a
encontrar el conjunto de los datos federalis
federalismo tas y luego a organizar los diferentes aspec
tos identificados (de valor, de estructura,
I. LACONFUSION DE SUS SIGNIFICADOS En la CultU- histórico-social) dentro de un marco coheren
ra p o lític a el té rm in o f. se u sa p a r a d e s ig n a r te. De este modo se podrá situar el f. en el cur
d o s o b je tiv o s d ife re n te s . En u n a p r im e r a so de la historia y relacionarlo con las demás
ac ep ció n , c la r a a u n q u e re d u c tiv a , d e s ig n a la ideologías.
te o ría d el e s ta d o fe d e ra l. En u n a s e g u n d a
acep ció n , m á s b ie n o s c u ra , s e re fie re a u n II. LA NEGACION DLL ESTADO NACIONAL. Tal Vez se
p a n o ra m a g lo b a l d e la so c ie d a d . puede llegar más fácilmente a comprender el
Si el prim er significado no es controverti significado del f. si se empieza considerándolo
do, porque se basa en la teoría del estado fede desde el punto de vista de lo que niega, más
ral, modelo constitucional que ha sido obje bien que desde el de lo que afirma. En efec
to de numerosos estudios que han ilustrado to, desde el punto de vista histórico, las deter
los aspectos fundamentales de su estructura minaciones positivas de la teoría del f. se han
y de su funcionamiento, es sin lugar a dudas ido aclarando a través de la experiencia de la
reductivo. En efecto, por un lado el conoci negación de la división del género humano en
miento de un estado no es completo si no se estados soberanos. Y ya que esa división se
toman en cuenta las características de la ha manifestado de un modo más agudo en la
sociedad que permiten mantener y hacer fun Europa de las naciones, el f. se ha precisado
cionar las instituciones políticas. Y, por con como la negación del estado nacional.
siguiente, si el estado federal es un estado con En Europa se ha puesto de manifiesto una
características propias, que lo distinguen de corriente federalista al mismo tiempo que se
los demás tipos de estado, debemos suponer afirm aba el principio de la soberanía nacio
que la conducta de los que viven en ese esta nal durante la revolución francesa, y se ha
do tiene cierto carácter federal. Por otro lado, mantenido viva en el transcurso de los siglos
debemos poner de relieve la existencia de con xix y xx. En la obra de Kant y en la utopía
ductas federalistas aun fuera de los estados europea de Saint-Simon se encuentra por pri
federales: en Europa, durante el transcurso mera vez el elemento cosmopolita del ideal
de los siglos xix y xx, primero individuos ais federalista. Este ideal se encuentra en los pro
lados y luego verdaderos movimientos orga gramas de las asociaciones pacifistas, en las
62» F E D E R A L IS M O
resoluciones de los congresos de paz y de los acción política de los estados nacionales y de
congresos de los juristas del final del siglo las fuerzas que los sostenían, ya que prove
pasado, en los escritos de Cattaneo, Frantz, nían de la creciente incompatibilidad entre
Mazzini y Proudhon. Y se presenta de mane esta fórmula política y el equilibrio interna
ra persistente y consistente, aunque con los cional.
eclipses producidos por las vicisitudes histó Mientras dominó en Europa la fórmula
ricas, en el seno de las corrientes liberal, política del estado absoluto, las relaciones
democrática y socialista, que dominaron la internacionales fueron relaciones de reyes o
historia del siglo xix para atestiguar la con de príncipes, en las que estaban excluidos los
vicción de que los valores de los que esas pueblos. La aristocracia formaba una socie
corrientes eran portadores no podían limitar dad europea común a la que le correspondían
se a un solo país sin degenerar. Pura simpli obligaciones derivadas de lú unidad mural del
ficar el peso efectivo de ese ideal, baste recor mundo cristiano y del reconocimiento de las
dar que Lenin sintió en 1915 la necesidad de normas del llamado "derecho europeo”, que
adoptar una posición en contra de la "consig tenia por objeto mantener el equilibrio de
na de los Estados Unidos de Europa", cuyo poder entre los estados. También las relacio
valor positivo no pudo, sin embargo, refutar. nes entre individuos de nacionalidades distin
Se limitó a insistir en que la tarea preliminar tas llevaban la huella de la convicción de per
consistía en la realización de la revolución tenecer a una sociedad europea común, en
socialista dondequiera que fuera posible, que los elementos de unidad eran más fuer
empezando por algunos países o aun por un tes que los de división. La formación política
solo país. Pero como pensaba que ésta era de Metternich sufría el influjo de esta reali
inminente en tuda Europa, sólo se posponía, dad, y si el orden europeo que emanó del Con
a la época en que el socialismo hubiera triun greso de Viena fue estable se debió al hecho
fado. el momento de lanzar esa consigna. En de que esas obligaciones conservaban fuerza
consecuencia esta posición adoptada no equi vital aun en la era del incipiente nacionalis
valía de hecho al rechazo del principio de la mo y representaban todavía un contrapeso a
unidad europea. la confrontación abierta de los egoísmos
De todos modos, se trataba de una exigen nacionales.
cia ideal, a la que no correspondían todavía Por otra parte, las transformaciones sufri
en la realidad histórica condiciones adecua das por el estado con las reformas democrá
das para traducirla en acción política. Sin ticas y sociales, que al hacer que el gobierno
embargo, su raiz era profunda. La razón impi se basara en la participación popular y exten
de considerar que los valores liberales, demo diera su propia competencia a la intervención
cráticos y socialistas, que en el siglo pasado en la vida económica y social, favorecieron
dieron origen a nuevos modelos de conviven una enorme concentración de poderes en el
cia pacifica y que, sin embargo, se realizaron estado burocrático, inconcebibles durante el
de manera parcial y precaria dentro de los anden regime. El estado se apropió de esta
estados nacionales, se limitan al solo espacio manera de las energías despertadas por la
nacional. Por otra parte, la difusión de estos revolución industria] y por las transformacio
valores en el terreno europeo, para abrirles nes políticas que la acompañaron, y el resul
camino a su consolidación universal, no es tado (no deseado ni previsto ni por los libe
posible sin la utilización de estructuras poli- rales ni por los demócratas ni por los socia
ticas federales. Además, los límites del esta listas) fue la concentración, la integración
do nacional, que en un principio sólo se nacional y el nacionalismo. Esto se debió al
podían percibir en el horizonte teórico del f.. hecho de que bajo la "nación soberana” esta
o sea basándose en la negación de la preten ba siempre el estado con las viejas exigencias
sión de la ideología dominante de presentar de seguridad y de poder, pero que ahora se
las instituciones nacionales como la única for había vuelto más agresivo a causa de la nece
ma legítima de organización política de la sidad de servir a los intereses económicos y
humanidad, con el pleno desarrollo y la gene sociales de las masas en una época en la que,
ralización del principio nacional, se transfor a consecuencia de la revolución industrial,
maron en límites prácticos de la misma que iba multiplicando las relaciones entre los
FEDERALISMO 629
individuos pertenecientes a estados diversos, brio europeo y al hacer inevitable la prim era
las relaciones internacionales tendían a difun guerra mundial con sus características de
dirse y a multiplicarse constantemente, agra guerra generalizada y total, confirmó el ju i
vando de este modo la anarquía internacio cio histórico de Proudhon y de Frantz.
nal, el desorden económico y el autoritaris Desde este momento el f., o sea la teoría del
mo. Por otra parte, el control de los valores gobierno democrático supranacional, instru
lingüísticos, morales y culturales, que animan mento político que perm ite establecer rela
el sentimiento nacional y que hasta ese ciones pacíficas entre las naciones y garanti
momento habian quedado excluidos de la zar al mismo tiempo la autonomía mediante
lucha política, pasó al estado que los utilizó su subordinación a un poder superior aunque
para fundamentar tanto la legitimación de su limitado, puede empezar a convertirse ten-
propio poder como su propia política exte dencialmente en una alternativa teórica y
rior. De este modo, el estado nacional supri práctica que puede funcionar históricam en
mió todos los lazos espontáneos de unión que te, porque el fracaso de la Internacional socia
los hombres habian tenido siempre con las lista y el estallido de la prim era guerra mun
comunidades territoriales más pequeñas y dial ponen de manifiesto los prim eros efec
con las colectividades más grandes de la tos catastróficos de la crisis histórica del esta
nación, para impedir que otros lazos pudie do nacional. Sin embargo, en tanto que la cla
ran debilitar la fidelidad absoluta que de los se d irig en te europea e sp e ra b a de la
ciudadanos pretendía el estado. generalización del principio nacional y de la
La fusión del estado y de la nación elimi fundación de la Sociedad de las Naciones,
nó, en consecuencia, los límites internos e decididas en Versalles, el comienzo de una era
internacionales que habian evitado el choque de paz, se crearon las prem isas del fascismo
entre los estados cuando estaban basados en y del nazismo, de la segunda guerra mundial
el principio dinástico y los convirtió en gru y del derrum be del sistema europeo de los
pos cerrados, centralizados y belicosos. Y en estados.
las conciencias se albergó la convicción ideo La teoría federalista, que en esta fase toda
lógica de que las naciones eran "estirpes" vía no se había desarrollado en todos sus
absolutamente diversas, fundadas en princi aspectos, y que se concebía simplemente
pios inconciliables. AI mismo tiempo que se como un complemento necesario de la teoría
difundía la ilusión de que fundamentando a liberal, de la democrática y de la socialista,
toda Europa sobre bases nacionales se podría permitió iluminar la verdadera naturaleza de
garantizar el mejor equilibrio, Proudhon, con algunos aspectos esenciales de este proceso
gran clarividencia, escribió que la mezcla histórico. Einaudi puso de manifiesto, desde
explosiva de la fusión del estado y de la nación 1918, los límites del proyecto de la Sociedad
acentuaría las divisiones internacionales, de las Naciones que, basándose en el princi
transformando las luchas entre los pueblos pio de la confederación, no limitaba la sobe
en "exterminio de razas". Por otra parte, ranía nacional, y le contrapuso la federación
Frantz intuyó la contradicción fundamental europea como único medio para garantizar
del nacionalismo entre la aspiración a la auto la paz. Además identificó en el problema de
nomía y a la igualdad de todos los pueblos y la unificación europea el hilo conductor de
su división política. La división política trans la historia de nuestro siglo, definió las gue
forma los pueblos en grupos armados y hos rras mundiales como dos intentos de resol
tiles y vuelve precaria, y a la larga imposible, verlo por medio de la violencia y señaló la cau
su coexistencia pacífica. La distribución desi sa de tales guerras en la contradicción entre
gual del poder político entre los estados deter el carácter tendencialmente supranacional de
mina relaciones hegemónicas e imperialistas la producción y de todos los demás aspectos
de los estados más fuertes sobre los más débi de la conducta humana ligados directa o indi
les. La autonomía y la fraternidad de todos rectamente a aquélla y las dimensiones nacio
los pueblos, sostenidas en los principios, son nales de la organización política. Lo que que
negadas en la realidad. Y la consolidación del dó implícito y que L. Dehio, último represen
principio nacional, prim ero en Italia y luego tante de la escuela histórica rankiana, desa
sobre todo en Alemania, al alterar el equili rrolló, aunque de manera incompleta, fue la
630 FEDERALISMO
relación entre la crisis del estado nacional y ricana, la soviética y la china en ascenso),
el nazifascismo. Demostró que el estado cuyo orden de magnitud hizo que tuvieran un
nacional, a pesar de haberse convertido en un régimen político más complejo que el de los
espacio demasiado restringido para la expan estado unitarios y diferencias sociales de ori
sión de la producción, debía proveer a su pro gen territorial más o menos destacadas. Sig
pia defensa en un clima de fuerte tensión nos todos que indican que la fórmula del esta
internacional y, en consecuencia, debía bus do nacional había quedado históricamente
car con el proteccionismo la propia autosu superada v que los estados europeos sólo
ficiencia económica y el debilitamiento de los podían recuperar su independencia unificán
vecinos. El nazifascismo representó, por lo dose. Y se pudo prever que la unión de las
tanto, en el plano económico-social la respues naciones históricas de Europa sólo podía ser
ta autárquica y corporativa al estancamien de tipo federal. Por otra parte, tanto la for
to económico, al empobrecimiento de las mación de movimientos federalistas organi
masas proletarias y pequeñoburguesas y a la zados durante la resistencia y su desarrollo
agudización de la lucha de clases, y en el pla aún durante la posguerra como el grado avan
no politico, la respuesta imperialista a un zado de unificación europea parecen indicar
equilibrio europeo ya insostenible. Fue. en que el f. puede llevarse a la práctica en Euro
una palabra, el intento extremo del estado pa. En realidad, con la elección por sufragio
nacional de sobrevivir en un mundo cuyo por universal del parlamento europeo, la Comu
venir ya estaba en manos de los estados de nidad europea ha cumplido un prim er paso
dimensiones continentales, llevando hasta sus hacia la transformación hacia una federación.
últimas consecuencias la lógica totalitaria de En efecto, en la historia no se conocen ejem
la comprensión de todas las fuerzas produc plos de confederaciones con una asamblea
tivas dentro de los propios confines y de la elegida por sufragio universal: todas las unio
movilización de todos los recursos sociales al nes de estados que se fundamentan en el voto
servicio de la política de potencia. son federaciones. Ciertamente, la Comunidad
En el periodo comprendido entre las dos después de las elecciones es una federación
guerras mundiales, los representantes del en estado embrionario, todavía no dotada de
movimiento federalista inglés (Federal Union) todos sus poderes (moneda, ejército, etc.).
emplearon el f. para explicar la crisis del esta Pero, a partir de las elecciones europeas, el
do nacional. Lord Lothian dio una explicación proceso de unificación se mueve hoy sobre un
precisa de la enseñanza kantiana sobre la terreno constitucional, ya que el voto consti
naturaleza de la guerra y de la paz, aplicán tuye el principal derecho constitucional. De
dola al mundo contemporáneo, encontró en cualquier modo, en esta última fase de crisis
la anarquía internacional la causa de la gue del estado nacional, la de la integración euro
rra y señaló su remedio en las instituciones pea, el f. pudo llegar hasta el umbral de una
federales. Al mismo tiempo se identificó a la visión global de la sociedad, capaz de domi
anarquía internacional como el principal obs nar teórica y prácticamente lo que M. Alber-
táculo para la plena consolidación del libera tini llamó la fase supranacional del curso de
lismo (L. Robbins) y del socialismo (B. Woot- la historia, que actualmente se manifiesta a
ton). En esencia, el principio implícito en través del proceso de unificación de Europa,
todos estos autores, y que se enunciaría por pero que, en el futuro, tenderá a unificar el
parte de A. Spinelli y E. Rossi durante la resis género humano.
tencia en el Manifestó di Vtntolene. sostiene
que la linea divisoria entre la conservación m e l a sp e c t o de l valor . En los escritos políti
y el progreso coincide ya con la línea diviso cos, jurídicos y filosófico-históricos de Kant,
ria entre el estado nacional y la federación en el um bral de la era del nacionalismo,
europea. encontramos la primera formulación de algu
Después de la segunda guerra mundial las nos elementos esenciales de la teoria federa
naciones europeas agotaron su función his lista entendida como doctrina social global.
tórica y quedaron reducidas a elementos Lo que caracteriza su pensamiento no es toda
subordinados de un sistema mundial forma vía la negación del estado nacional sino la
do por potencias continentales (la norteame negación de la guerra y de la anarquía Ínter-
FEDERALISMO 631
nacional, denunciadas como los factores fun tifica de manera rigurosa el discriminante
damentales que mutilan al hombre y le impi que separa la paz de la guerra y coloca la tre
den su libre desarrollo. El proyecto kantia gua (o sea la situación en que. a pesar de no
no de paz perpetua se distingue profunda haber hostilidades declaradas, sigue en pie la
mente de los que lo precedieron, porque no amenaza de que éstas se deben producir) del
está concebido como una propuesta que ha> lado de la guerra.
que presentar a los gobiernos y diplomáticos Para Kant, la condición fundamental de la
para alcanzar un equilibrio mejor. Por uri paz es, por lo tanto, el derecho, o mejor dicho
lado, alegando que el derecho internacional la aplicación del derecho a todas las relacio
y el equilibrio entre las potencias son instru nes sociales, particularm ente a la esfera de
mentos eficaces para garantizar la paz, for las relaciones entre los estados. Sólo en el
mula un juicio que la historia de divisiones ámbito de una federación universal de pue
y guerras de la Europa de las naciones con blos libres el derecho internacional se conver
firm aría. Por el otro lado, sosteniendo que tirá en una realidad jurídica completa, basa
sólo el f. perm itiría establecer la paz, define da en un poder capaz de regular las relacio
este valor en términos radicalmente nuevos, nes entre los estados y de impedir que los
como expresión de la exigencia de unificar los hombres, aislados o en grupo, recurran a la
pueblos, que habían entrado en el escenario violencia para resolver sus conflictos. De esta
de la historia junto con la revolución france manera, la idea de una federación mundial,
sa, creando un gobierno supranacional. capaz de eliminar la guerra y de garantizar
Ya que en el nivel internacional, a diferen la paz perpetua, representa el corolario de la
cia de lo que sucede dentro de los estados, la doctrina kantiana del derecho y de la política.
potencia no está monopolizada por un centro Pero, según Kant, para alcanzar el objeti
de poder que ofrezca a todos una garantía vo de la paz perpetua, los estados que entran
legal sino que está dispersa, cada estado debe a form ar parte de la federación mundial
rá permanecer armado, debiendo suponer deben regirse por una constitución republi
siempre que debe hacerse justicia por si mis cana, única forma de gobierno que garantiza
mo. Por lo tanto, de acuerdo con Kant, las la libertad y la igualdad de los ciudadanos.
relaciones internacionales pertenecen toda Ella, en efecto, por un lado, al limitar la liber
vía a la esfera prejurídica del estado de natu tad de cada uno, hace posible la coexistencia
raleza. Y el derecho internacional, al que se pacifica de los individuos de acuerdo con una
deben adaptar las organizaciones internacio ley umversalmente válida y, por el otro, les
nales modernas como la Sociedad de las permite a los hombres obedecer solamente las
Naciones y la onu por carecer de un poder leyes que han contribuido a elaborar. Bajo
propio, es un instrum ento eficaz para elimi estas condiciones es posible establecer rela
nar la guerra, puesto que no limita la sobe ciones efectivamente pacíficas entre los indi
ranía absoluta de los estados y no afecta el viduos, lo que en la actualidad llamamos paz
principio de la autoprotección de sus dere social.
chos. Por lo tanto, la guerra “aun cuando ten Pero este régimen político no podrá alcan
ga éxito, es decir aun cuando sea victoriosa zar su propia perfección mientras no se cree
—escribe Kant—, no dirime la cuestión del "una relación externa entre los estados regi
derecho”. da por leyes". La situación en que la guerra
De m anera coherente con estas premisas, es siempre pusible marca profundamente tan
Kant def ine la paz como “el fin de toda hos to la estructura social como la misma condi
tilidad" y no simplemente como la suspensión ción humana. Hamilton describió los efectos
de las hostilidades que se establece en el inter que los conflictos internacionales determinan
valo comprendido entre dos guerras. La paz sobre la estructura de los estados; Kant las
no es una situación que exista en el estado de consecuencias de esos conflictos sobre la con
naturaleza sino que debe construirse y garan dición humana. Bajo la presión de la anarquía
tizarse con un ordenamiento jurídico soste internacional, los recursos materiales e idea
nido por un aparato coercitivo por encima de les de la sociedad se orientan en gran parte
los estados. Al definir la paz como la situa hacia los preparativos militares y los indivi
ción en que la guerra es imposible, Kant iden duos se insertan en estructuras políticas auto-
632 FEDERALISMO
rilarías, las más eficaces para garantizar la rra y de la amenaza permanente de la guerra.
independencia del estado en la palestra polí Sólo en esta etapa de la historia la sociedad
tica internacional. De ahí se deriva la conse conquistaría el poder de establecer un con
cuencia de que las exigencias de seguridad y trol racional sobre su propia actividad y sobre
de potencia del estado tienden de un modo su propio cambio, los hombres podrían rea
fatal a prevalecer sobre las de libertad de los lizar plenamente su naturaleza racional y su
individuos y de autonomía de las comunida conducta podría adaptarse plenamente al
des en las que éstos viven, transformando a principio de la autonomía de la voluntad. Se
los hombres en instrumentos de la política del trata de una transformación radical de las
estado trastocando de este modo la relación relaciones entre el individuo y la sociedad,
entre los medios y los fines sostenida por la que m arca el logro de la condición indispen
religión cristiana y por el pensamiento polí sable para la extinción del estado, para la
tico liberal, democrático y socialista. Cada disolución tendencial del poder en la socie
estado fundamenta, en efecto, su propia auto dad, y para realizar el "reino" kantiano "de
nomía en el ejército y en el poder de obligar los fines”, en el cual será posible tra ta r a los
a los ciudadanos a m atar y a m orir por la hombres como fines en todas las relaciones
patria. Y este poder sólo puede legitimarse sociales.
con la condición de que el estado mistifique Kant es, por lo tanto, el prim er gran pen
en la conciencia de los individuos las carac sador federalista y su aportación teórica con
terísticas universales de los valores cristia siste en haber fundamentado el f. en una
nos, liberales, democráticos y socialistas y les visión autónoma de los valores y del curso his
arranque por la fuerza a los ciudadanos una tórico. Sin embargo, por el hecho de no haber
fidelidad exclusiva, con la consecuencia de reflexionado sobre la naturaleza de la inno
sacrificar y de subordinar la lealtad a la vación constitucional que había permitido la
humanidad en aras de la lealtad a la patria. fundación de los Estados Unidos de Améri
Por este motivo Kant califica la guerra como ca, no llegó a conocer el funcionamiento del
"el obstáculo más grande de la moralidad, el estado federal y, por lo tanto, no llegó a tener
eterno enemigo del progreso". La necesidad los instrumentos conceptuales necesarios
objetiva que tienen todos de adaptar su con para concebir de manera real la posibilidad
ducta a una estructura social moldeada en las de un gobierno democrático mundial, capaz
necesidades autoritarias y belicosas del esta de lim itar la soberanía absoluta de los esta
do y su conciencia a la ética del combate, que dos, pero que fuera al mismo tiempo limita
esa estructura produce, determina, en efec do. Estando prisionero de la teoría unitaria
to, un desarrollo limitado y unilateral de su del estado, temía que la federación mundial
capacidad creativa e impide su progreso pudiese degenerar en tiranía. De este modo,
moral. siempre que abordó el problema del poder
Todo esto no es algo inevitable. Al contra político mundial se sintió inducido a optar
rio, se trata de la consecuencia directa del por el principio de su "sustituto negativo”,
modo irracional en que está organizado el es decir por una confederación de estados,
género humano, de su división política, del que, sin embargo, al m antener la soberanía
estado de anarquía en que está sumergido. Si absoluta de sus miembros, perpetuaría la
se realiza en todas partes la libertad y la igual anarquía internacional, que el gobierno mun
dad con estados republicanos y la paz con la dial habría debido eliminar. A pesar de esta
federación mundial, tanto la form a de las contradicción, concibió correctam ente el
relaciones sociales como las motivaciones de orden pacífico mundial como un poder polí
la vida individual sufrirán, según Kant, un tico y un ordenamiento jurídico por encima
cambio radical. Si se conquista el poder de de los estados, concepción que le permitió dar
canalizar dentro de los cauces del derecho una definición rigurosa de la paz y hacer una
toda conducta social, se rompe el ciclo de la crítica del derecho internacional válida para
razón de estado, de las relaciones de fuerza siempre.
en la política internacional, de la guerra, y Hay que señalar, no obstante, otra limita
desaparece la legitimación de la violencia del ción de la teoría política y de la concepción
hombre contra el hombre derivadas de la gue filosófico-histórica de Kant, aun cuando no
FEDERALISMO 633
sea posible tratarla aquí de m anera conve cuenta, y que se producirá al término del pro
niente. Haber definido la paz como condición ceso de integración social que va difundien
esencial de la emancipación humana, haber do la interdependencia material de los hom
encontrado el fundamento de la paz en el bres por encima de las fronteras de los esta
derecho y haberle asignado al derecho, en su dos y va formando individuos que desarrollan
forma perfectamente justa, la tarea de esta sus relaciones en un plano universal, crean
blecer un régimen republicano capaz de do de este modo las bases sociales del cosmo
garantizar la libertad y la igualdad política, politismo.
no es suficiente para abarcar el conjunto de Así, el concepto de comunidad, que siem
los factores que hacen posible la liberación pre ha sido un elemento central de las metas
del hombre del dominio y de la opresión. En revolucionarias y de emancipación de la his
efecto, el dominio del hombre sobre el hom toria de la humanidad, puede formularse de
bre no depende únicamente de las estructu un modo más claro en la teoría del f., que defi
ras del estado, como se ha ido modelando bajo ne un criterio indispensable de imaginabili-
la presión de las exigencias defensivas y ofen dad y una condición necesaria de realización:
sivas. sino, como lo ha puesto de manifiesto la federación mundial, que se precisa como
el materialismo histórico, también de las el gobierno cosmopolita de la humanidad
estructuras de la producción, que determ i libre y desarmada. La imagen de la humani
nan, en última instancia, las estructuras polí dad desarrollada íntegramente en la forma de
ticas, a pesar de que estas últimas poseen una asociación federalista se configura, por lo tan
relativa autonomía. to, como dividida en una pluralidad de comu
De ahí se deduce que, por un lado existe una nidades libres y unida en un todo cosmopoli
condición adicional, puesta de relieve por ta, fórmula que ofrece criterios básicos para
Marx y por Proudhon, sin la cual la paz no considerar la riqueza y la complejidad de las
puede tener un fundamento estable: la supe relaciones sociales en un mundo liberado de
ración de la explotación de clase. Por lo tan la división en clases y en naciones.
to, la realización de la libertad y de la igual
dad en el plano político es una premisa nece iv. el a spec to d e la e str u c t u r a . Si se reflexiona
saria, pero no suficiente, de la emancipación sobre la condición de los Estados Unidos de
humana, porque esos valores, para realizar América —el prim er ejemplo de pacto fede
se plenam ente, exigen un fundam ento ral entre estados soberanos y al mismo tiem
económico-social, que sólo la justicia social po la experiencia constitucional más impor
puede garantizar a través del control demo tante, a pesar de estar parcialmente desarro
crático de la producción. Además, la completa llada, en la historia de las instituciones fede
realización de la justicia social no puede con rales—, no se puede dejar de concluir que
cebirse sin una planificación democrática introduce un nuevo instrum ento político,
mundial, único instrumento capaz de romper cuyo fin universal es la paz perpetua. Los
el ciclo del imperialismo, del subdesarrollo ensayos del Federalist, que Hamilton publi
y de la distribución desigual de la riqueza en có entre 1787 y 1788 en colaboración con Jay
el mundo. y Madison para sostener la ratificación de la
Las energías humanas liberadas de este constitución federal norteamericana, nos dan
modo podrán orientarse al libre gobierno de la prim era y una de las más completas for
las "comunidades" en que se desenvuelva la mulaciones de la teoría del estado federal. No
vida humana, en las que sea posible concebir existe, sin embargo, en esta obra ni en las
relaciones humanas en las cuales "el libre otras contemporáneas sobre el mismo tema,
desarrollo de cada uno sea la condición del de acuerdo con el carácter pragmático de la
libre desarrollo de todos” y la propiedad pri cultura anglosajona, ninguna consideración
vada pueda también ser abolida. Pero este sobre el sentido global de este instrumento
proceso, que Marx y Proudhon habían presen institucional. Es que se presentó más como
tido. no podrá producir sus efectos si no va medio de resolver los problemas políticos de
acompañado de la unificación política del los norteamericanos que como modelo de
género humano, cuyas condiciones histórico- gobierno de la sociedad de las naciones.
sociales, por otra parte, Kunt no tomó en El principio constitucional en que se fun-
614 FEDERALISMO
internacionales, tiende a prevalecer sobre la que se presenta de este modo como una doc
lealtad hacia las comunidades territoriales trina social de carácter global, hay que rela
más pequeñas. Además, la creciente interde cionarlo con las demás ideologías. El f. es la
pendencia de todos los estados del mundo ha teoría política que por prim era vez en la his
eliminado ya el privilegio de las islas políti toria establece el valor de la paz como obje
cas, que favoreció el desarrollo del federalis tivo específico de lucha. Y se distingue de
mo al margen del escenario principal de la todas las expresiones modernas del pensa
historia. En esta fase histórica ya sólo es con miento político y social que conciben la paz
cebible una sola isla, la formada por todos los como consecuencia automática y necesaria de
estados del mundo unidos y desarmados en la transformación de las estructuras internas
una federación, que generalizaría, perfeccio de los estados en sentido liberal, democráti
nándola, la situación insular. Se puede con co y socialista y le asignan, por lo tanto, una
cluir. por lo tanto, que el régimen federal está posición subordinada.
destinado a degenerar si permanece confina La divergencia fundamental se refiere,
do a un solo estado (como lo m uestra la cre pues, a la evaluación de los fenómenos de la
ciente centralización del poder en los Esta política internacional, de la paz y de la gue
dos Unidos, después de la prim era v sobre rra. En la teoría del f.. la política de potencia
todo después de la segunda guerra mundial) y las tendencias belicosas que se forman en
y que sólo puede realizarse de manera per las relaciones internacionales se atribuyen
fecta si adquiere dimensiones mundiales. esencialmente a la anarquía internacional, es
Esta ley del desarrollo de las instituciones decir a la división pura y simple del género
federales se ha manifestado, aunque de mane humano en estados soberanos, a consecuen
ra parcial, a través de la actitud particular cia de la cual, cada estado, independientemen
de la sociedad federal hacia las sociedades te del régimen político y del sistema produc
vecinas. En tanto que la organización cerra tivo, debe plegarse a la ley de la fuerza para
da, rígida y monolítica del estado nacional se proteger su propia autonomía. Esto no signi
traduce en una política hostil y belicosa con fica que se niegue el influjo subordinado a las
los estados limítrofes, la estructura abierta, estructuras internas, pues Kant afirmó que
flexible y pluralista de las federaciones per la paz exige premisas de valor liberales y
mite asociar los vecinos al prim er núcleo democráticas, es decir, en esencia, la paz
federal, a pesar de que estos últimos sigan social, que, sin embargo, como se ha visto,
manteniendo una amplia autonomía. La aper sólo podrá realizarse de manera parcial y pre
tura de la sociedad federal hacia el mundo, caria dentro de los distintos estados, si no se
en acción mientras la presión de las relacio garantiza con un orden pacifico universal
nes de poder no imponga la cerrazón y la cen basado en un poder superior a los estados.
tralización. representa, por lo tanto, una En el horizonte teórico de las demás ideo
auténtica alternativa a la soberanía absolu logías, la política internacional se explica por
ta de los estados y a la violencia en las rela medio de las mismas categorías de la políti
ciones internacionales. En esencia se puede ca interna, y las tensiones internacionales y
decir que la dialéctica de la unidad en la plu las guerras se atribuyen exclusivamente a la
ralidad que anima a la sociedad federal habrá naturaleza de las estructuras internas de los
alcanzado su forma final sólo cuando sus estados. Los liberales, los demócratas y los
polos sean la sociedad federal mundial y las socialistas, habiéndose limitado a transfor
comunidades. m ar las estructuras internas del estado, no
El análisis del aspecto histórico-social y del sólo no han sido capaces de subordinar la
institucional permite, por lo tanto, descubrir política internacional —que ha permanecido
las condiciones históricas y los instrumentos en el terreno de las relaciones de fuerza— a
prácticos, respectivamente, que posibilitan las exigencias que hicieron valer en la políti
los fines pacíficos, cosmopolitas y comunita ca interna sino que han caído en compromi
rios que Kant le asigna al federalismo.V I. sos con el imperialismo, la violencia y los pri
vilegios sociales.
VI. LL PACIFISMO DESDE LA I TOFlA HASTA LA CIENCIA En cuanto teoría del gobierno supranacio-
Encontrados los aspectos que definen el f., nal, gobierno capaz de controlar las relacio
M8 F E D E R A L IS M O
nes entre los estados, el f. es la teoría que per vil. la unidad europea. La exigencia de la paz se
mite conocer de manera científica las relacio ha dejado sentir de una manera más aguda
nes internacionales. Explica el proceso histó en Europa, en donde el problema de la coe
rico a través del cual se ha formado una plu xistencia entre los estados adquiere caracte
ralidad de estados, descubre las Tuerzas rísticas muy distintas de las que se presenta
reales que determinan el antagonismo entre ron en los vastos espacios deshabitados de la
los estados y las consecuencias que se crean isla política norteamericana, que la historia
en su interior e identifica los instrumentos había mantenido al amparo de las trágicas
necesarios para superar la anarquía interna consecuencias de los conflictos entre los esta
cional. Por un lado pone en evidencia que el dos y las clases. Y ya que ninguno de los
mismo factor histórico-social, que represen miembros de esa federación había tenido una
tó la base de la formación de los estados amplia historia como estado independiente y
nacionales (la evolución del modo de produ soberano, la experiencia federalista no repre
cir que. con la revolución industrial, unificó sentó la superación de naciones históricamen
el comportamiento humano en los espacios te consolidadas. Por otra parte, el carácter
de dimensiones nacionales), los está destru mitigado que asumió la lucha de clase no debe
yendo, porque extiende la integración social atribuírsele al éxito del movimiento socialis
por encinta de las barreras nacionales, des ta, que nunca ha sidu capuz de incidir en el
truyendo las bases mismas de su autonomía desarrollo histórico de los Estados Unidos,
y creando las de estados continentales y, en sino que ha sido resultado de circunstancias
lo futuro, las de la unificación del género históricas afortunadas. A pesar de que Hamil-
humano. Por otro lado m uestra que las rela ton utilizó el ejemplo del sistema europeo de
ciones entre los estados estarán dominadas los estados, con la anarquía internacional y
por la ley de la fuerza m ientras no se rijan el autoritarism o de sus instituciones de
por un poder común, y que la lucha entre los gobierno como término de comparación para
estados influye en su estructura interna en ilustrar lo que se evitaría escogiendo la fede
sentido autoritario. ración en lugar de la confederación, es decir
Por lo tanto, los valores democráticos, libe la unidad en lugar de la división, concibió la
rales y socialistas quedan indefectiblemente fundación de Estados Unidos como un medio
subordinados a las necesidades belicistas y para atenuar el aislamiento, sin ser conscien
autoritarias que la sobrevivencia del estado te del hecho de que las instituciones federa
en la palestra política internacional alimen les proporcionaban instrumentos prácticos
ta. De ahí que la subordinación de la política para llevar a cabo la paz universal. En con
internacional a esos valores no dependa tan secuencia, el f. norteamericano no fue una
to de la transformación del orden interno de experiencia política autónoma sino que se
los estados como, sobre todo, de la supera presentó como un elemento subordinado al
ción de la anarquía internacional a través de liberalismo y a la democracia, como un ins
la creación de un gobierno democrático mun trum ento institucional que, convirtiendo a
dial. La falta de una teoría adecuada, que sea Estados Unidos en una isla política, protegía
capaz de conocer y dominar la política inter las instituciones democrático-liberales de la
nacional, es la que explica en definitiva la degeneración que indefectiblemente sufren a
impotencia de las ideologias tradicionales causa de la anarquía internacional.
frente a las guerras mundiales y el fracaso de Por otra parte, Europa, en donde el nacio
los principios de la colaboración pacifica nalismo puso en peligro las bases mismas de
entre los estados, de la fraternidad entre los la convivencia civil, fue el terreno en que la
pueblos y de la solidaridad internacional del experiencia federalista, a pesar de estar con
proletariado, sostenidos en teoría, pero sacri denada por mucho tiempo a no tener salidas
ficados constantemente en la práctica en aras concretas, se desarrolló en el sentido de una
de los egoísmos nacionales. De tal manera que visión global de la sociedad, que se definió,
se puede concluir que el pacifismo, cuando como hemos visto, como la conciencia teórico-
supera, gracias a la teoría federalista, los lími práctica del curso supranacional de la histo
tes del internacionalismo, lleva a cabo la tran ria. Examinemos las características esencia
sición de la utopía a la ciencia. les de esta visión del curso histórico.
FEDERALISMO 639
En la prim era fase de la revolución indus nidad sobre el desarrollo económico y sobre
trial el desarrollo de las fuerzas productivas la vida social.
desencadenó la lucha de clases, que luego se Sólo la superación de las naciones euro
mitigó con el reconocimiento de los principa peas, expresión de la más profunda división
les derechos de las clases subalternas y con política del género humano y de la más fuer
su integración en la vida política de los esta te centralización del poder que la historia
dos nacionales. Y en la medida en que se moderna jamás haya conocido, perm itirá al
removieron los obstáculos más graves que se f. contar con una prim era realización signi
oponían a la emancipación del proletariado ficativa en el plano de la historia universal.
en cuanto clase (derecho de voto, de asocia Sosteniendo la ¡legimidad del estado nacio
ción, de huelga, salarios superiores al nivel nal, que todavía en la actualidad se conside
de subsistencia, reducción de la jornada de ra como la forma más elevada de organiza
trabajo, control parcial de la programación, ción de la sociedad (como lo dem uestra la
etc.), a pesar de que no se eliminó la explota experiencia de los países salidos recientemen
ción, la historia pone en la orden del día la te de la dominación colonial), la federación
lucha por la liberación del individuo a través europea se presentará como una formación
de la creación de relaciones sociales comuni política pluralista y abierta a todo el género
tarias, imposible mientras la sociedad ente humano. Y’ la tensión que la impulse hará sur
ra estuvo dividida por el odio de clase. En una gir los valores que califican al f.: el cosmopo
fase posterior, abierta en Europa después de litismo, que perm itirá a los hombres tomar
la segunda guerra mundial, los estados nacio conciencia de que pertenecen a la humanidad,
nales, destruidos como centros de poder inde y el cumunilarismu, es decir la aspiración de
pendientes y reducidos a la condición de saté los hombres a arraigarse en las comunidades,
lites de las dos superpotencias, al dejar de fre a participar activamente en el gobierno local
nar el desarrollo de las fuerzas productivas, v a consolidar su autonomía.
dierun comienzo a la integración europea, No obstante, la federación europea será un
proceso en cuyo desenvolvimiento la sociedad estado entre los estados. Deberá defender su
civil adquiere junto con el carácter exclusi propia independencia con las armas y la lógi
vamente nacional uno europeo y tiende a con ca de potencia de las relaciones internacio
vertirse en una sociedad federal. Se trata de nales la obligará a encerrarse en sí misma.
la manifestación más avanzada de una nue Por otra parte, el desarrollo insuficiente de
va fase histórica de integración de la activi las fuerzas productivas y la presión centrali-
dad humana por encima de las barreras de zadora de las relaciones de poder impedirán
los estados, que tiene dimensiones mundia superar la división social del trabajo y, por
les y que creará las condiciones sociales de lo tanto, el dominio y la explotación. A pesar
la federación mundial. de que la federación europea contribuya a
El desarrollo técnico-productivo, que deter lograr un equilibrio internacional más pací
mina estos efectos, al transform ar las condi fico y un ordenamiento social más libre (por
ciones de vida de todo el género humano pre que contribuirá a form ar un equilibrio m un
senta también agudos aspectos negativos. Por dial más elástico, de tipo policéntrico, y por
un lado, las arm as nucleares abren la posibi que destruirá el estado nacional junto con su
lidad de la destrucción física de la humani autoritarism o y su impotencia frente a los
dad, y por el otro la producción industrial problemas fundamentales de la política exte
amenaza con la destrucción del ambiente rior y económica, que ya alcanzan dimensio
urbano natural, que ha representado el m ar nes europeas), la negación del estado nacio
co de toda la actividad humana. Estas contra nal que llevará a cabo será del todo inadecua
dicciones dependen de la impotencia de las da respecto de los valores sobre los cuales
instituciones políticas heredadas del pasado fundará su propia legitimidad. A pesar de
para controlar las fuerzas despertadas por el estas limitaciones, la federación europea, al
progreso técnico. El problema tiene un carác superar por prim era vez a naciones históri
ter político, y el f. parece proporcionar el ins camente consolidadas, adoptará el significa
trum ento institucional para realizar por un do de la negación de la división política del
lado la paz y por el otro el control de la comu género humano y abrirá el camino a la lucha
640 FEMINISMO
la idea de desigualdad natural y por lo tanto p artir del cual, en vez de encontrar la tan
de inferioridad, visión conflictiva de las rela deseada libertad, han adquirido "un odioso
ciones entre los sexos y reivindicación de la guardián" (p. 27). Sin instrucción, sin medios
igualdad, se ha manifestado en el tiempo de económicos, la mujer se sentia a merced del
diversas maneras, todas ellas dependiendo hombre, padre, marido o hermano, patrón de
estrechamente de la sociedad en la que se ori su vida, árbitro único que decide si casarla
ginaron y de las condiciones históricas de la o no y que acabe su vida "sirviendo a los nie
mujer. tos" (p. 23).
Un caso realmente particular y único lo
II. El. FEMINISMO EN IA CONTRARREFORMA. Aunque representa la figura y los escritos de Arcan-
el debate sobre la cuestión femenina suceda gela Tarabotti. Obligada por el padre a entrar
siempre en varios planos, estando la mujer en 1620, a la edad de dieciséis años, al con
integrada en las estructuras fundamentales vento de benedictinas de Santa Ana, A. Tara
de la sociedad, de todos modos es posible dis botti ve transcurrir, tras grandes sufrimien
tinguir algunos grandes temas. En el clima tos, su existencia, hasta que muere en 1652.
misógino de la contrarreform a, las reivindi En estos treinta y dos años, en las obras, en
caciones feministas debían partir del princi las cartas escritas desde la "cárcel de muje
pio de la inferioridad femenina, al que con fre res”, como llamaba al convento, A. Tarabotti
cuencia se contrapone, según el esquema de persigue una denuncia original, por estar pri
la obra del humanista Cornelio Agripa fDe vada de esquemas culturales y de referencias
nobilitate et pruecellentia foeminei sexas, doctas, de la condición de inferioridad feme
1529), el principio de la superioridad nina. En sus obras, desde la Antisatira v la
femenina. Difesa delle donne contro Horatio Plata has
En Italia, durante la prim era mitad del ta la más significativa Semplicitá ingannata
siglo xvii, tres intelectuales venecianas plan o La tirannia paterna (Leida, Sambix, 1654),
tearon con extraordinaria fuerza y eficacia el denuncia los falsos moralismos masculinos,
problema de la condición femenina de su épo la ausencia de libertad para la mujer, la vio
ca. Lucrezia Marinelli, en La nobiltá e l ’ecce- lencia súbita cuando, jovencísima, cogida con
Ilenza delle donne (Venecia, Ciotti, 1601), sos la pluma en la mano, fue devuelta "a la agu
tiene la igualdad esencial de los dos sexos y ja y la rueca". Atada a los ambientes liberti
descubre en las teorías aristotélicas, según las nos, crítica en el enfrentamiento con ciertos
cuales la función social estaba determinada formalismos religiosos, llega incluso a con
por las diferencias cualitativas naturales, el cebir una especie de religión punitiva para los
origen de cierto antifeminismo cultural. En hombres, condenados en el más allá, en un
polémica con la historiografía masculina que inmenso infierno dantesco, a expiar todas las
olvidaba las “bellas obras y las egregias accio maldades y represiones contra el sexo
nes de las mujeres" {p. 34), L. Marinelli quie femenino.
re revaluar a las llamadas "mujeres ilustra En sus obras, A. Tarabotti anticipa algunos
das" y la contribución que tantas mujeres de motivos racionalistas que encontrarán expre
ciencia, filósofas y guerreras, a pesar de las sión más madura en el racionalismo cartesia
prohibiciones formales y de las dificultades no y en la obra de Poullain de la Barre, De
materiales, han dado a una historia de la civi l'énalité des sexes (1673), en la que se desarro
lización que no puede más que ser común. Del lla el tema cartesiano de la lucha contra los
Mérito delle donne (Venecia, Imbcrti, 1600) de prejuicios extendiéndola al prejuicio más
Modérala Ponte surge en cambio la situación antiguo, el de la superioridad del sexo mas
de la mujer hogareña de la época. Lejos de la culino.
presencia masculina, en un diálogo denso lle
no de poesía, un grupo de mujeres reflexio III DEL UBERTINISMOALAILUSTRACIÓN. En el siglo
na sobre la vida propia y sobre el propio des xvm, la difusión del iluminismoy, por lo tan
tino. Este grupo de amigas critica una condi to, de la confianza en la capacidad de mejo
ción vital insoportable ("como bestias confi ramiento humano y en los efectos positivos
nadas entre los muros") cuando expresan la de la cultura, favorece la discusión sobre la
decepción encontrada en el matrimonio, a enseñanza femenina.
642 FEMINISMO
las tesis de A.M. Mozzuni resultan en el pano ticamente aisladas. La reforma electoral de
rama de una Italia cultural y económicamente Giolitti, en 1912, extendía el llamado sufra
atrasada. La originalidad de sus posiciones gio "universal” incluso a los analfabetos, pero
se observa desde su obra de 1864, La donna excluía a las mujeres, a los menores de edad,
e i suoi rapporti social i, en la que, uniéndose a los condenados y a los dementes. Derrota
a Cesare Beccaria, criticaba la concepción do políticamente, el movimiento también lo
patriarcal según la cual la sociedad está for fue en el plano histórico y cultural. Cuando,
mada por los cabezas de familia más que por en 1945, después de dos guerras mundiales
un conjunto de individuos. La mujer debía ser y el fascismo, las mujeres italianas obtuvie
considerada en su relación con la sociedad y ron el voto, todo el precioso material de refle
no sólo en la familia. Aquí era preciso dar a xión y propuestas acumulado en tantos años
la mujer el derecho al voto, reform ar el sis de batalla había sido olvidado. Para el f. el
tema educativo y las relaciones dentro de la mito de Sisifo era de nuevo actual: se trata
familia, así como darle la posibilidad de tra ba una vez más de empezar desde cero.
bajo y de acceso a tudas las profesiones y a
todos los empleos. Particularm ente sensible v. el feminismo contemporáneo. En el momen
a los problemas de la mujer trabajadora fue to en que en Europa la mujer conquistaba el
A. Kuliscioff, quien con sus actos y sus escri voto y en el que parecían caer las más eviden
tos mantiene viva la cuestión femenina den tes prohibiciones legales, en una obra que por
tro del Partido Socialista Italiano. La elabo el momento no obtuvo mucha resonancia, Le
ración socialista de la cuestión femenina deuxiéme sexe (1949), Simone de Beauvoir
había sido formulada por August Bebe! en El descubría que la opresión femenina tenía raí
socialismo y la m ujer (1889). Bebel aceptaba ces muy profundas. En la historia, en la visión
el esquema engelsiano del paso de la socie del mundo, el hombre establece una relación
dad de una mítica y feliz fase matriarcal a una directa con la naturaleza y la cultura, colo
fase patriarcal basada en la propiedad priva cándose como sujeto, m ientras que la mujer
da. De este modo, la emancipación de la mujer se coloca en relación con el hombre y es con
venia unida y en cierto modo subordinada a siderada “el o tro ”. Mientras tanto, se verifi
la supresión de la propiedad privada. caba un fenómeno absolutamente nuevo en
A.M. Mozzuni mantenía por su lado que la la historia: entre 1950 y los sesenta un núme
opresión femenina no era de naturaleza exclu ro cada vez mayor de mujeres accedía a la
sivamente económica y temía que, al día enseñanza superior y entraba en el mundo de
siguiente de una revolución social, la mujer la producción y del trabajo, aunque fuera en
se encontrarla de nuevo "pupila, prohibida, trabajos inherentes a la función femenina y
excluida, subordinada, accesoria, ni más ni mal pagados. Pero los caracteres de la opre
menos que hoy” (A.M. Mozzoni, / socialisti e sión femenina sólo habían cambiado. Las
l'emancipazione della donna, en La liberazio- obras de las teóricas norteam ericanas de los
ne della donna, a cargo de F. Pieroni Borto- años sesenta encuentran una inmediata res
lotti, 1975). La disidencia acerca del modo dis puesta en el amplio público femenino que
tinto de entender las exigencias y los modos logra comprender, a través del análisis pro
específicos de la lucha femenina, radical y pio, las razones de su m alestar e insatisfac
socialista, estalló alrededor de las leyes tute ción. Betty Friedan, en La mística de la femi
lares votadas en 1902. Defendidas por A. neidad (\9bi) explica los nuevos caracteres de
Kuliscioff, fueron criticadas por Mozzoni, la la opresión de la mujer en la sociedad indus
cual temía que a fuerza de ser "tutelado” el trial, el contraste entre su capacidad y la
trabajo femenino se viera reducido y limita misión desarrollada, entre los predominan
do a las labores domésticas. tes valores masculinos y la persistente mís
La campaña de emancipación, en la que tica de la femineidad que niega la exigencia
participaron numerosos intelectuales, no tuvo iundamental de la maduración de la perso
los resultados esperados. Las "sufragistas”, nalidad, exigencia que no se acaba con la fun
escarnecidas por la burguesía conservadora, ción biológica. En casa las mujeres desarro
juzgadas burguesas por el partido socialista llan un trabajo no retribuido, enajenante en
y peligrosas por los católicos, quedaron polí su repetitividad, y tienen una importante fun
644 FEUDALISMO
ción dentro de la sociedad capitalista como des Femmes, 1977; M. Beurd, Women as forcé in
compradoras. Así se inicia un movimiento que history (1946), Nueva York y Londres, Collier
crece en una acción de agregación y separa Macmillan, 1973; S, de Beauvoir, El segundo sexo
ción y que alimenta, y a su vez es alimentado (1949), Buenos Aires, Siglo XX; A. Bcbcl, La
por ella, una original producción teórica, mujer y el socialismo (1889), México, Ediciones
cuya amplitud de temas tratados es realmente de Cultura Popular, 1979; R. Califronia, Breve
sorprendente. Kate Millet descubre en el di ¡esa dei diritli delta donna. Asís, s.c. y s.f. (pero
patriarcado la base de todo poder (La políti 1974); G. Cappabianca y L. Capezzuoli, Historia
ca del sexo, 1970) y S. Firestone (La dialécti de la emancipación femenina (1964), Madrid, Cas-
ca de los sexos, 1970) auspicia una revolución tellote, 1973; G. Conti Odorisio, Donne e societá
feminista capaz no sólo de poner en discusión nel seicento, Roma. Bulzoni, 1979; G. Conti Odo
toda la cultura occidental sino también de risio, Storia dell’idea femminista in Italia, Turín,
modificar la organización de la propia natu eri, 1980; E. Garin, La questione femminile nel-
raleza. Se discute acerca de la relación entre le varié correnti ideologiche, en L'emancipazio-
marxismo y f., en los grupos de autoconcien- ne femminile in Italia, Florencia, La Nuova Ita
cia se profundizan los problemas específicos lia, 1963; F. Engels, El origen de la familia, de
de la condición femenina, los de la sexualidad, la propiedad privada y del estado (1884), Méxi
la familia, el trabajo. El movimiento se con co, Cartago, 1982; S. Firestone, La dialéctica del
solida al comprometerse en algunos objetivos sexo (1970), Barcelona, Kairos, 1976; B. Friedan,
como el divorcio y el aborto {ley 194 de 1978). La mística de la feminidad (1963), Barcelona,
Con la llegada de la crisis económica y del Sagitario, 1975; K. Millet, Política sexual (1970).
debate sobre la violencia y el terrorismo (sien México. Aguilar, 1973; J. Mitchell, La condición
do el f. un movimiento pacifista), el f. de 1977 de la mujer (\9bb), Barcelona. Anagrama. 1977;
parece atravesar un momento de crisis y es J. Stuarl Mili, 1.a esclavitud femenina (1869), en
difícil prever su futura evolución. Los elemen J.S. Mili, De la libertad. Del gobierno represen
tos que habían determinado su desarrollo, la tativo. La esclavitud femenina, Madrid, Tecnos,
falta de organización, la falta de líderes y la 1965; La liberazione della donna, a cargo de F.
pluralidad de las posiciones, se han revelado Pierone Bortolutti, Milán, Mazzotta, 1975; M.
no aptas para asegurar su permanencia en un Wollstonecraft, Vindicación de los derechos de
periodo de graves crisis. la mujer (1792). Madrid, Debate, 1977.
Sin embargo, debemos observar que las
ideas feministas han penetrado, aunque sea [g in e v k a c o n t i o d o r is io ]
quedó marcada de una manera irremediable. res y riquezas. En sus orígenes, el rey germá
Estas observaciones permiten hacer inme nico sólo era de hecho un jefe político o un
diatamente dos comprobaciones metodológi jefe ocasional: en realidad sólo era el jefe mili
cas: la prim era consiste en que al referirnos tar de la naliü germánica, elegido cada vez por
al f. nos referimos aquí de manera exclusiva el pueblo para guiarlo en las diversas expe
al fenómeno típicamente europeo occidental diciones; de tul manera que el rey era algo así
que vio la prim era luz concreta en la época (y sólo) como el símbolo y el modelo de las
carolingia (siglos viimx) y halló su ocaso defi virtudes militares de su gente. Un maestro,
nitivo —como sistema de gobierno local— en digamos, de escuela de armas, al que acudían
la época de la revolución francesa; a aquel los jóvenes de las familias más conspicuas
fenómeno que habiendo nacido entre los Tran para aprender.
cos encontró en la misma Francia la consa Por más convencional que sea este esque
gración de su condena. Las otras dos formas ma interpretativo —basado en algunos pasa
o sistemas feudales que se manifestaron en jes conocidísimos de Tácito—, permite
civilizaciones diferentes v en épocas diversas reconstruir los orígenes de la comitiva real
(el llamado f. "chino”, "indio”, "otom ano”, que aparece en una época histórica, en el
etcétera) sólo pueden aproximarse, en nues tiempo de las migraciones de los pueblos a
tra opinión, al f. occidental desde el punto de los territorios del imperio romano, cuando ya
vista sociológico —recuérdese la tentativa de se había establecido la institución monárqui
Max Weber—, ya que desde el punto de vista ca como forma continuadora de la guia
histórico no admiten comparación sus premi político-militar de las nationes germánicas.
sas y su desarrollo. Las figuras del vassus franco y del gasindio
La segunda observación metodológica con longobardo están bien documentadas en las
siste en que un tipo de evaluación como el que más antiguas fuentes literarias y jurídicas
hemos señalado aquí deduce el sistem a feu que han llegado a nosotros.
dal sustancialmente de la realidad social y Sólo que estos fideles, ligados al rey por el
política, de los niveles culturales y de la cri vinculo de una consaguitiitas casi sagrada,
sis del mundo germánico de la alta Edad porque se derivaba del riesgo común y de la
Media. Cualesquiera que hayan sido en la solidaridad en la batalla, frente a la muerte,
antigüedad temprana o tardía, determinados no eran originalmente titulares de ningún
factores o técnicas de gobierno que se pue poder particular o función especifica, aunque,
den tom ar también como antecedentes del f. obviamente, su relación con el jefe del pue
(la inmunitas, por ejemplo), nos parece que blo les aseguraba una posición honorífica
debe considerarse que los fenómenos de la notoriamente influyente. El pueblo, por otra
decadencia romana cuando mucho pueden parte, seguía administrándose, de acuerdo
apreciarse como una indicación de tendencia. con el esquema tradicional familiar-gentilicio,
Aunque en realidad, y para no hacer arqueo con el cual el jefe de cada uno de los grupos
logía jurídica, estas instituciones, prácticas (Fura, Sippe, etc.) se seguía definiendo no por
o indicaciones adquieren un tinte completa su relación con el rey sino únicamente por sus
mente particular sólo a la luz de la experien relaciones de influencia, prestigio o dominio
cia germánica y asumen de este modo un sobre su propia gente. De tal modo que cuan
valor original propio: tal es el caso de la expe do esa gente se instalaba en forma estable en
riencia particular y sustancialmente novísi un lugar, después de la conquista del oeste o
ma del f. carolingio franco.I del sur de Europa, el mismo mecanismo defi
nía la jerarquía territorial provincial. El jefe
II LA PRÁCTICA DE LA FIDEUTAS GERMÁNICA. El f. del grupo, expresión de éste, se convertía
parece nacer de la antigua práctica de los pue automáticamente en jefe del distrito.
blos germánicos —pueblos que, como es sabi Por otra parte, sin embargo, el desarrollo de
do, fueron nómadas, y por lo tanto guerreros la institución monárquica, comportando una
durante largo tiempo— de enrolar en el séqui acentuación de las funciones, permitió que se
to (trustis) del rey a personas jóvenes y muy llamara a ocupar oficios que iban aparecien
jóvenes para que se perfeccionaran en el uso do en el palatium real principal y naturalmen
de las armas y se ganaran de este modo hono te a los fideles de la comitiva real, que de este
64* FEUDALISMO
modo empezaron a desarrollar un poder polí tas creada por el vinculo del vasallaje.
tico concreto, aunque todavía no como vassi En esta forma, dicha relación se enrique
sino sólo como funcionarios, embajadores, ció y se transformó: para tener fideles en las
ministros del rey. A falta de un auténtico con diversas zonas, para vincularlos a la tierra,
cepto de estado, les pareció natural a los nue el rey concedió en beneficium a su vasallo una
vos reyes germánicos de Occidente apoyarse porción de tierra tomada originalmente de los
principalmente en personas que habían uni bienes del fisco o de las iglesias, territorios
do a su misma persona física, individual, sus que no se asignaba en propiedad sino en pre-
propios destinos. Los fideles del rey fueron carium (o sea ad nulum del rey, con un nego
llamados de este modo a dirigir las funciones cio patrimonial unilateral y una concesión
centrales y aun las provinciales, en competen gratuita revocable en cualquier momento),
cia, sin embargo, y en condiciones de debili territorio de cuyo trabajo el vassus debía
dad respecto de las estructuras y de las for obtener los medios para mantenerse, arm ar
mas del poder político territorial, esencial se y vigilar los intereses del soberano en la
mente autárquicas. zona circunvecina.
En esta permanente diarquía y conflicto de La relación del vasallaje se completó, pol
poderes entre el rey, en el centro, y los diver lo tanto, con el beneficio, de contenido con
sos grupos patriarcales y tribales de las pro creto (aun cuando todavía tenía un valor obli
vincias, radicaba, como es sabido, la causa gatorio y no real), constituido, en general, por
principal de todas las debilidades de las fra el bien que en una economía ampliamente
gilísimas construcciones políticas creadas natural, como la de la época carolingia, sólo
por los germanos en Occidente (agravadas por podía consistir en la tierra; el concepto del
otras tensiones con los grupos románicos más beneficium-feudum se convirtió en el aspec
numerosos, el conflicto religioso entre arria- to característico, primero del f. franco, y lue
nismo y catolicismo, etc.): así, estas estruc go del occidental, de modo que lo que era el
turas se desvanecieron una tras otra por simple objeto del trato daría su nombre sig
impulsos externos (visigodos, longobardos, nificativamente a toda la relación (relación
borgoñones, vándalos, etc.) o quedaron para feudal), la necesidad de crear con el vassus
lizadas por largo tiempo (el mayor ejemplo enfeudado un contrapeso válido para la tra
de estas parálisis es aquello conocidísimo de dicional organización territorial, entraño
los reyes franco— merovingios: los llamados también que el mismo vassus estuviera exen
rois fainéants).I. to de las prestaciones públicas, las que eran
adm inistradas en la provincia por los pode
III. LA FEL1DALIZACION DF. LOS VASSI REALES COMOINS res tradicionales; de este modo el vassus no
TRUMENTO DE GOBIERNO. La exigencia del refor pagaría al cuines impuesto alguno, ni queda
zamiento del poder real entre los francos fue ría comprendido en el marco de la repartición
lo que indujo a utilizar sistemáticamente en m ilitar local del territorio, ni estaría sujeto
forma política la tradicional estructura del a la jurisdicción del magistrado local: por
vasallaje: el cambio de la dinastía, la sustitu todas estas cosas el vassus tenia como único
ción de los merovingios con los carolingios jefe directam ente al rey.
indujo a estos últimos —desde el tiempo de Una amplia ramificación feudal de este tipo
Pipino el Viejo y de Carlos Martcl (y por lo le permitió al rey un control mucho mayor
tanto, aun antes del ascenso al trono de los sobre la realidad tribal de la provincia tradi
grandes mayordomos del reino)— a buscar cional. asegurándole una fide litas general
nuevas relaciones directas con el mundo mucho mayor. La función m ilitar del vassus
popular, ligado a los esquemas tradicionales ciertam ente es prim aria, pero no exclusiva.
(y a la misma dinastía tradicional). Al no Esto permite rechazar la conocida tesis de
poderse difundir por razones objetivas más Brunner sobre la difusión del feudo franco
allá de cierto limite, el poder basado en la unida a las necesidades militares en que se
relación de sangre, de familia —única rela encontró Carlos Martel en tiempos de la ame
ción verdaderamente sólida en el mundo ger naza árab e contra la Francia centro-
mánico—, se recurrió a la utilización de la meridional: el proceso de transformación del
relación particular de affectiu, de familiari- vassus en feudatario comenzó, en realidad.
FEUDALISMO 647
mucho untes, por razones políticas precisas, dirigencias locales y provinciales con vassi de
aunque ciertamente las necesidades militares origen real, el sistema feudal empezó a fun
creadas por la invasión árabe favorecieron la cionar en contra de la centralización monár
difusión sistemática de esta institución. quica: de instrumento en manos del rey, el f.
Entre todas las fuentes conocidas, la insti se transform ó en instrum ento fundamental
tución feudal, como asunto jurídico, puede en manos de las nuevas aristocracias locales.
definirse como una especie de contrato- De hecho, aparte de que con mucha frecuen
desigual, privado, pero con una importancia cia el vasallo real investido de los máximos
pública creciente. El vassus jura la fide litas poderes feudalizados (condado, marquesado,
a su dominus que por su parte le concede su misado, etc.) no era otra cosa que el nuevo
propia initio (defensa): la ceremonia va acom exponenle de los viejos poderes locales de
pañada frecuentemente por la pronunciación estirpe o de familia, el hecho mismo del éxi
de palabras sagradas, por el abrazo y por el to de la institución indujo a la gran feudali-
beso. Inmediatamente después, el dominus le dad a utilizarlo en beneficio propio, constru
trasm ite a su nuevo homo la titularidad yendo con medios similares a sus dependen
—desde los contenidos que van deslizándose cias una jerarquía feudal esencialmente idén
poco a poco basta la possessio y el plenum dtt- tica a la que el soberano había difundido en
m inium — sobre los territorios que se le han todo el estado. Dada la debilidad creciente,
asignado, con las correspondientes inmuni por su misma naturaleza, de la relación jerár
dades. En esta relación, el aspecto beneficia quica dominus-vassus, se le creó con esto una
rio adquirió cada vez más importancia respec barrera impenetrable al poder soberano en
to del aspecto sacramental: a tal grado que las provincias que empezaban la progresiva
en Italia, todavía en una época muy remota, autocefalización y fragmentación que fue el
la concesión del feudurn antecedía, en lugar hecho más característico de la sociedad feu
de seguir, al sacramentani fidelitatis, o sea dal en su máximo florecimiento (siglos x-xii).
que la fidelitus (relación ético-espiritual) esta El estado feudal permanecía intacto, pero
ba también subordinada estrechamente a la de hecho el soberano estaba cada vez más ale
concesión del feudo (relación patrimonial).IV jado de los habitantes del estado (no se pue
de hablar obviamente de súbditos). Esto se
IV IAS REACCIONES PARTICULARISTAS: 1A FRAGMENTA puso de manifiesto cuando un soberano como
CIÓN de la sociedad. De acuerdo con estas Carlos el Calvo debió acudir al Capitular de
bases, la híbrida y compleja institución feu Kiersy (Capitolare Carisiacum) del año 877, en
dal se difundió por tuda Europa durante el el que, por encima de las distinciones y limi
siglo ix, trasm itida por la conquista franca, taciones formales, la práctica consuetudina
y adquirió tunta mayor importancia cuanto ria feudal construyó el fundamento de la suce
mayores eran las exigencias del nuevo empe sión hereditaria de los grandes beneficios. La
rador franco-germánico de controlar los fun fide litas del heredero del feudatario difunto
dos extranjeros y las poblaciones celosas de —heredero identificado de acuerdo con las
su propia autonomía. Los límites de la apli reglas estrictas del derecho fam iliar— se le
cación de esquemas privados para gobernar imponía al soberano como válida para la suce
fundos públicos, aunque fuera en aquel "esta sión en la relación feudal en el usufructo de
do de asociación individual" que constituyó la función pública: la relación fiduciaria bila
la máxima experiencia política germana, teral habia quedado sin valor, en suma, por
como diría Mitteis, se pusieron, sin embargo, la necesidad de los feudatarios de asegurar
de manifiesto muy pronto, una vez que la difu la sucesión a sus propios descendientes aun
sión misma del sistema feudal indujo u obli en el cargo público. El beneficium y su usu
gó al rey a conferir a título feudal los gran fructo ya eran más importantes que la fideli-
des cargos centrales o el gobierno de las tas, causa original y fundamental del trato.
reparticiones provinciales, transformando asi Es sabido que éste proceso se desarrolló
el officium en beneficium. Desde ese momen aun más y llegó a Italia —sede de una expe
to, que teóricamente era el del máximo flo riencia feudal muy particular— y fue capaz
recimiento del f. monárquico, porque permi de asegurar ía sucesión hereditaria aun para
tía la sustitución íntegra de todas las viejas los beneficios menores (Edictum de benefiáis,
64.1 FILOSOFIA DI-, LA POLITICA
tica, de lo que caracteriza el fenómeno polí logía de la fuerza como elemento constituti
tico y lo hace tal, distinguiéndolo y diferen vo y al mismo tiempo legitimante del estado.
ciándolo de los demás fenómenos sociales. En No carece, por lo tanto, de significado el
este punto el pensamiento vuela hasta Croce hecho de que precisamente como seguidores
que, en un ensayo famoso, señalaba en el des de semejante ideología hayan podido recibir
cubrimiento de la "autonomía de la política” el nombre de "maquiavélicos" algunos teóri
precisamente el comienzo de la f. política en cos políticos cercanos a nosotros, como Mos
sentido estricto: autonomía que significa ca y Párelo, para los que la esencia del fenó
identificación de las características propias meno político consistía en la imposición del
de la actividad política y de las leyes que la poder por parte de una minoría sobre la
gobiernan y que son distintas de (y algunas mayoría, y dentro de este contexto no se pue
veces opuestas a) las propias de otras activi de pasar por alto otra teoría mucho más
dades humanas, y marcadamente distintas de reciente, que considera encontrar la catego
las de la moral. Según Croce el autor de este ría de lo político en la relación amigo-
descubrimiento fue Nicolás Maquiavelo, y, enemigo, en la solidaridad de grupo frente al
debido a la gran resonancia que tuvo entre reto o la amenaza de un adversario: teoría for
nosotros la enseñanza de Croce, ha prevale mulada hace unos treinta años por un escri
cido ciertamente esta acepción en nuestra dis tor nazi (Cari Schmitt), y continuada recien
ciplina (dentro de Italia). Es necesario, sin temente por dos filósofos políticos, francés
embargo, poner de manifiesto de una vez por el uno (Julien Fround), italiano el otro (Ser
todas los limites y (para llamar las cosas por gio Cutta). También en este caso se le asigna
su nombre) la parcialidad de la tesis erocia- a la f. política la tarea de determ inar las
na, que conduce ante todo (de lo que dan fe características diferenciales del fenómeno
las mismas palabras de Croce) a una paradó político, que se reduce, en ultima instancia,
jica deformación histórica. ¿Quién se atreve a una relación de fuerza.
ría actualmente, siguiendo los pasos de Cro
ce, a empezar la historia de la f. de la políti V. FILOSOFIA POLITICACOMOMETODOLOGIA DE LASCIEN
ca a partir de Nicolás Maquiavelo, a buscar CIAS políticas. Llegamos así a lo que para las
la en los tediosos escritos de los teóricos de orientaciones filosóficas más modernas y agu
la razón de estado, a seguirla a través de Vico das constituye el cuarto y más correcto modo
y de Galiani, excluyendo de ella a Rousseau, de entender la f. politica: de entenderla como
y concediendo sólo un modesto lugarcillo u una simple metodología, como una reflexión
Hegel y a Marx? Para ser justos y reconocer crítica sobre el discurso político, ya sea éste
como filósofos políticos a Aristóteles o Mar- el discurso del científico moderno o bien el
silio de Padua, Jean Bodin o John Stuart Mili, de los teóricos políticos del pasado. La f. poli-
es necesario adm itir que también filosofan tica se presenta aquí como una investigación
sobre la política otros autores de tipo no de segundo grado, que tiende a analizar, acla
maquiavélico, autores que admitían o soste rar y clasificar el lenguaje, los argumentos y
nían explícitamente las intimas relaciones de los propósitos de todos los que han hecho o
interdependencia que unían la política con siguen haciendo de la política un objeto de
otros muchos aspectos de la experiencia prác discusión y de estudio. En este sentido se pue
tica: aunque también éstos debían tener su de hablar de la f. politica como de una “meta-
noción, aunque confusa, de lo que era la polí ciencia”, o sea de una comprobación riguro
tica, si no se atrevían a describir sus carac sa de los procedimientos con que se lleva a
terísticas y a señalar sus confines. Sigue cier cabo la investigación de la ciencia política
tamente formando parte de las tareas del empírica; hablando más en general, se le pue
investigador la exigencia de aclarar de p arti de atribuir la tarea de encontrar los elemen
da. al estudiar a un pensador político cual tos del pensamiento político tradicional, pen
quiera, el concepto que tiene de la política, samiento que se presenta precisamente al
y sigue siendo cierto que el concepto que análisis como "impuro" desde el punto de vis
Maquiavelo se formaba sobre la misma cons ta metodológico, como resultado, en la mayo
tituía sin lugar a dudas una ideología (una ría de los casos, de la confluencia de tres pro
ideología por lo demás muy antigua): la ideo pósitos muy diversos, y que son: a] la adop
652 FILOSOFIA DE LA POLITICA
ción de conceptos no siempre comprobados tivistas; que condujera a reconocer que cual
críticamente; b] una descripción que dice ser quier discurso político está (o por lo menos
objetiva y “evaluativa” de situaciones reales lo está en la situación actual) condicionado
y de las leyes que rigen su curso, y finalmen por el lenguaje que uno debe utilizar; lenguaje
te, c] una indicación de los fines a los que tien que (como se ha visto) es un lenguaje "im pu
de o debería tender la actividad política, fines ro”, o tal vez sería mejor decir un lenguaje
que por su parte se usan como cartabón para "de muchas dimensiones”; un lenguaje que,
discernir y juzgar la realidad política existen en el acto mismo en que se usa, cumple fun
te. Entendida de este modo, y sólo de este ciones diversas: designa y evalúa, describe,
modo, la f. política parece poder tener toda y al mismo tiempo también prescribe (aunque
vía cierta posibilidad de justificación a los sea de manera inconsciente), y esto por la sen
ojos de algunos filósofos modernos; pero cilla razón de que los vocablos que utilizan
todos se dan cuenta de que esta justificación tienen ya de partida un tinte emotivo, son
se obtiene a costa de eliminar como ilegítimos palabras "cargadas” que encierran una con
o carentes de significado los tres modos res notación apreciativa que no es posible (o por
tantes, más o menos tradicionales, en que, lo menos no ha sido posible hasta ahora) eli
como hemos visto, se la ha podido concebir. minar. Los ejemplos que vienen a la mente
Eliminadas las dos prim eras acepciones, o son numerosos: basta recordar el uso que se
más exactamente englobadas bajo el nombre da corrientemente al hablar de política a pala
de ideologías: posiciones apodícticas de valor bras como "libertad” o "igualdad", que desig
no susceptibles de un discurso controlado y nan al mismo tiempo un hecho y un valor o
significativo; subsumida la tercera en el aná la posibilidad de darle al mismo hecho polí
lisis del lenguaje y en la tarea, confiada pre tico un significado distinto y algunas veces
cisamente a la f. política, a la que le corres opuesto llamándolo con un nombre más bien
pondería, como metaciencia, depurar como que con otro ("castigo"-"represión”, "fuerza”-
prim era cosa el concepto de política y deli "violencia”); basta reflexionar en la incerti
m itar el campo en que se ejerce, o puede ejer dumbre que reina todavía acerca del signifi
cerse, la investigación empírica. No es difí cado exacto de términos como "poder” y
cil descubrir en estas tesis radicales el influ "autoridad” y su delimitación recíproca; bas
jo de las corrientes neopositivistas que pre ta recordar lo que se dijo poco antes a pro
dominan en la actualidad en la filosofía del pósito de la dificultad de definir con preci
mundo occidental, y de la polémica "antime- sión lo que se entiende por "política".
tafisica" que las inspira y la caracteriza. V I.
Conside
vil filosofía política y ciencia política.
VI. FILOSOFIA POLITICA Y ANALISIS DEL LENGUAJE. Al rada desde este punto de vista, la f. política se
final de este rápido recorrido panorámico no presenta ciertamente, pues (y se puede definir
se puede dejar de concluir que es preciso par provisionalmente, en la cuarta acepción que
tir de esta última posición examinada, pero hemos mencionado), como una operación crí
no para aceptar supinamente sus conclusio tica que tiende a cuestionar cualquier discur
nes sino más bien para desandar, por asi so (cualquier investigación o razonamiento)
decirlo, el camino y ver si es posible llegar a que tenga por objeto la política. Como tal se
un juicio más caritativo y positivo sobre los distingue, por lo tanto, principalmente (y esta
modos tradicionales de concebir la f. políti distinción es tal vez, en el momento actual,
ca. No es posible, en efecto, prescindir en la la más importante) de la llamada "ciencia
actualidad de la clarificación prelim inar del política”, de las orientaciones que prevalecen
lenguaje que es una exigencia fundamental actualmente en el estudio de los problemas
del pensamiento filosófico moderno, lo dis políticos y sociales, y se distingue, habría que
tintivo de lo que, sin exageración, se ha lla añadir, por el hecho de colocarse frente a la
mado una verdadera revolución en el modo ciencia política no siempre (como se cree) en
de filosofar. Podría suceder, sin embargo, que una relación de integración reciproca sino
el análisis del lenguaje político condujera a algunas veces también en una relación de cla
resultados todavía más radicales de lo que se ra oposición: porque muy bien puede suceder
deduce de las observaciones de los neoposi que la crítica filosófica no se limite a escla-
FILOSOFÍA DE I.A POLÍTICA 653
recer y a afinar los procedimientos y los ins no se ve por qué valga la pena discutir de polí
trum entos de la investigación científica sino tica si no se trata de entender las razones por
que impugne y llegue a hacer vanos sus pro las que esto sucede. He citado el otro caso,
pósitos: o sea. puede suceder (usando una también altamente significativo, del distinto
metáfora muy favorecida actualmente por los tinte emotivo que puede darse al mismo
defensores de la filosofía como “metacien- hecho recurriendo a palabras diferentes: el
cia”) que la "terapia” en lugar de curar lle uso o mal uso que en nuestros días le dan a
gue a m atar al paciente. No es éste el lugar este expediente los que "impugnan” el orden
para examinar con detalle la naturaleza y los establecido es un ejemplo de esto. Al llamar
supuestos de una ciencia que en estas últimas represión al castigo y violencia a cualquier
décadas ha encontrado amplio consenso y es intervención coercitiva de los órganos esta
objeto de un asiduo esfuerzo por parte de tales, interpolan un juicio de valor (o más
insignes investigadores. No se trata tampo exactamente de disvalor) en lo que pretende
co de levantarle un proceso, enumerando las ser meramente la descripción de un hecho: a
objeciones que se les puede hacer (y que. decir verdad, los politólogos, desconfiados
hechas, dan lugar actualmente a apasionadas como son de cualquier connotación norm ati
discusiones) a los tres supuestos fundamen va de los fenómenos sociales, no se muestran
tales (la empiricidad, la no prescriptividad y muy sensibles ante la diferencia cualitativa,
la evaluatividad) de acuerdo con los cuales esa y no sólo cuantitativa, que se establece entre
ciencia trata de legitimarse y de incorporar el ejercicio arbitrario de la fuerza y la fuerza
se entre las ciencias más desarrolladas. La ejercida en nombre de la ley.
objeción fundamental sigue siendo la mencio Pero el ejemplo más probatorio y decisivo
nada anteriormente: la ambigüedad del len de la imposibilidad que tiene el politólogo de
guaje que se refiere al fenómeno político, y prescindir, en la determinación misma de su
la incapacidad hasta ahora aparente de la propia tarea, de la adopción de una posición
ciencia política para crearse un lenguaje apro evaluativa (o, si se prefiere, ideológica) se pue
piado, o sea (como el de las ciencias exactas) de encontrar en la atribución realizada por
sin ninguna resonancia evaluativa, "esterili éste, en el punto de partida, de un significa
zado” y meramente factual. Ya he citado algu do particular y específico a la palabra “ polí
nos ejemplos de vocablos "pluridimensiona- tica”: atribución no menos apodictica y pre
les” que aparecen frecuentemente en el len juiciosa de lo que era la de los filósofos polí
guaje político: quisiera añadir ahora que las ticos del pasado. Atribuir a determinados
tentativas realizadas hasta el presente por los fenómenos el carácter político no es de hecho
politólogos de reducir estos vocablos a un sig otra cosa que darles una importancia parti
nificado único no me parecen haber sido coro cular respecto de los demás fenómenos,
nadas por el éxito. Es de ayer una interesan importancia que es por sí misma una conno
te polémica (Rivista de filosofía, lv-lvi, 1964- tación de valor. La palabra "política”, deri
1965) sobre la posibilidad de dar una defini vada originalmente de la experiencia carac
ción "n eu tra”, científica, y por lo tanto obje terística del mundo griego, se ha ampliado o
tivamente válida del concepto de libertad polí restringido de diversas maneras pura desig
tica. La conclusión a la que ha llegado uno de nar experiencias muy distintas (recuérdese la
sus más fervientes sostenedores. Oppenheim, traducción medieval de polis por civitas vel
es por si sola suficiente para dejar perplejos regnum). Considerada durante largo tiempo
sobre las ventajas de semejante reduccionis- como arte suprema del "bien vivir", como
mo. pues, en opinión de Oppenheim. sería ciencia coordinadora y "arquitectónica" de
absurdo discutir si hay más libertad en una la convivencia humana, la política se redujo
democracia o en una dictadura. Es sólo cues por obra de Maquiavelo a mera "gram ática
tión de distribución: en una dictadura la liber de la obediencia”, por obra de Locke a sim
tad es la del dictador, en una democracia la ple seguro sobre la vida y las posesiones.
de los ciudadanos. Cusa que puede ser cierta Varia su competencia de acuerdo con los
también desde el punto de vista empírico, tiempos y con los lugares: aspectos de la vida
pero esto no quita que la palabra libertad siga que un día se consideraban políticos ya no los
perturbando y embriagando los corazones: y son en la actualidad; las convicciones religio
654 FILOSOFIA DE LA POLÍTICA
y ambientales particulares? En casos como nes, para llevar a cabo decisiones, para juz
éstos, y en otros que se podrían citar aún, es gar la realidad política, para aceptarla, para
perfectamente exacto decir que los filósofos mejorarla y, si era necesario, para rechazar
políticos del pasado camuflaban con teorías la y transform arla. Un solo ejemplo podría
científicas sus programas ético-políticos v dis bastar para aclarar e ilustrar este punto: el
frazaban con una aserción de hecho lo que en de la llamada doctrina del derecho natural,
realidad era un juicio de valor. que con frecuencia ha sido interpretada erró
neamente por sus críticos como una afirm a
IX. FILOSOFIA POLITICA Y TEORIA DF. IOS VALORES. Y ción sobre lo que es la naturaleza del hombre,
sin embargo, viendo bien las cosas, la expli en tanto que en sus más elevados sostenedo
cación propuesta disfraza un poco los inten res es más bien una reivindicación de lo que
tos y la obra misma de los que hace tiempo debería ser considerado y respetado en el
filosofaban sobre la política. Para empezar, hombre. Decir que los hombres son iguales
se debe señalar que no todos atribuían a los por naturaleza, señalaba Lincoln en uno de
"hechos" la función de prueba decisiva y defi sus más nobles discursos, no significa que
nitiva que se les imputa. Se podrían citar has sean iguales de hecho (lo que seria una locu
ta casos de filósofos políticos que desde el ra) sino que deben ser tratados como poten
principio descartan los hechos como irrele- cialmente iguales, y que sólo es legitimo el
vantes para sus propósitos: Grocio. por ejem ordenamiento político en que las desigualda
plo, que declara en los Prolegomeni al De iure des de hecho no constituyen un factor de dis
belli ac parís querer estudiar el derecho criminación.
"prescindiendo mentalmente de cualquier cir Las filosofías políticas tradicionales son,
cunstancia particular", o bien Rousseau, que por lo tanto, discursos sobre los valores y no
al principia de su Discurso sobre la desigual discursos sobre los hechos, ya sea que se tra
dad proclama: “ Empecemos dejando de lado te de aquellas (aunque menos frecuentes) que
todos los hechos, porque no tienen nada que elaboraban modelos de estado ideal o de aque
ver con el problem a”, o, finalmente, el más llas (mucho más numerosas) que buscaban las
significativo de todos, Kanl, que al presentar razones, el porqué de la relación política y
el contrato social como criterio de legitimi proponían criterios de legitimación de las
dad del estado añade expresamente que se relaciones existentes, o socababan sus bases
trata no de un acontecimiento real sino de un en nombre de valores nuevos y revoluciona
principio normativo: “simple idea”. Pero no rios. Reconocer la validez de este modo de
es sólo porque los filósofos políticos del pasa filosofar no significa de ninguna manera
do atribuían a los hechos un peso distinto del negar la posibilidad del otro enfoque, “cien-
que nosotros estamos inclinados a atribuir tífico”, o si se quiere "m oderno”, del proble
les que sus construcciones resisten el "desen ma político del que liemos hablado. Signifi
mascaramiento" que pretenden realizar los ca simplemente reconocer que hay dos modos
modernos. El punto verdaderamente impor de abordar y ver el problema: que (usando
tante es otro: que las que nos parecen ser (o una fórmula algo rancia y escolástica, pero
pretenden ser) "pruebas" no eran en realidad siempre oportuna) hay dos preguntas distin
pruebas sino “razones”; aquellos filósofos, en tas que se pueden hacer acerca de la realidad
otras palabras, no intentaban describir que nos rodea: una sobre el "como" y otra
hechos sino prescribir decisiones, propugnar sobre el “porqué". El politólogo, si está cons
valores, y sabían muy bien (mejor tal vez de ciente de los limites de su horizonte y de las
lo que creemos saber nosotros) que los valo dificultades que se derivan de la imperfección
res no se "prueban” sino que se "proponen”, de los instrumentos de que dispone, tiene el
se "argum entan", se "enseñan", se “atesti pleno derecho de plantearse como objeto de
guan”, no apelando únicamente (como con su investigación el conjunto de fenómenos
demasiada facilidad estamos inclinados a que. separados de la esfera más amplia de los
creer en la actualidad) a los instintos, a las fenómenos sociales, se consideran, en el
emociones, al lado irracional del hombre sino momento en que desarrolla su trabajo, como
a su capacidad de entender y de razonar, de fenómenos politicos. Pero también tiene el
corregir los instintos, de dominar las emocio deber de admitir que esos mismos fenómenos
65* FILOSOFÍA DE LA POLÍTICA
pueden ser objeto de una investigación de un derecho y moral. Aunque no hay nadie que no
tipo radicalmente distinto; que la existencia se dé cuenta de que la obligación política
misma de ese "poder” que él toma como dato entendida en el prim er sentido no es más que
último e incontrovertible de dichos fenóme un nombre para describir una condición de
nos, “existe" sólo en cuanto hay hombres que hecho: una situación de hecho en que el ele
lo reconocen y lo convierten en tal. Y para que mento determinante es la posesión de la fuer
los hombres lo reconozcan v lo conviertan en za por parte del que manda, y su capacidad
tal, es necesario que existan razones (el mie de imponer el acatamiento de una determ i
do, la vileza, la cobardía, dirían algunos; la nada conducta a los que están sujetos a ella.
convicción, la aceptación consciente y razo No han faltado ciertamente en la historia del
nada, dirían los otros) para que se sometan pensamiento político autores que le han dado
y obedezcan sus mandatos. Estas razones son este significado a la obligación política. Se
y no pueden dejar de ser el ob jeto de la f. de puede decir que a éstos Ies ha respondido
la política, que se presenta, de esta manera, Rousseau en nombre de todos en un célebre
precisamente como la entendían los que pasaje. “La fuerza es un poder físico —se lee
durante tantos siglos la practicaron: como en uno de los capítulos introductorios a El
una investigación critica sobre la naturaleza contrato social— y yo no logro comprender
de la obligación política, como una investiga qué consecuencia moral pueda tener. Ceder
ción sobre un problema que. a pesar de la a la fuerza es un acto de necesidad, no de
diversidad de los tiempos y lugares, y a pesar voluntad; cuando mucho un acto de pruden
de la diversidad de las soluciones propuestas, cia. ¿En qué sentido podría constituir un
ha permanecido esencialmente sin variar, deber? Debemos pues convenir en que la fuer
porque de él depende gran parte de nuestra za no crea el derecho, y que no se está obliga
experiencia, y no sólo de nuestra inevitable do a obedecer si no a los poderes legítimos.”
condición de ciudadanos sino de nuestra toda El segundo problema está estrechamente
vía más inevitable condición humana. relacionado con el primero. Rousseau, como
hemos visto, habla de una consecuencia
X. NATURALEZA DE LA OBLIGACIÓN POLITICA. Según “ moral" de la legitimidad del poder. ¿Debe
parece son esencialmente tres los problemas remos concluir, por lo tanto, que la obligación
que se plantean a la consideración filosófica política se confunde en última instancia con
sobre la naturaleza de la obligación política. la obligación moral? Esta es la posición adop
Los señalaré brevemente a modo de con tada más comúnmente por los teóricos tra
clusión. dicionales y m arcadamente por los seguido
El prim er problema se refiere al significa res de la doctrina del derecho natural, que
do que hay que darle a la misma palabra hacían depender precisamente la exigencia de
"obligación" en la expresión propuesta; si se fidelidad, dirigida al ciudadano, del valor
debe entender con esta expresión simplemen moral encarnado en la orden del legislador.
te la situación del que, en un contexto políti La ley "justa" obliga in foro conscientiae: las
co (entendido en el sentido más amplio de leyes inicuas tnagis sutil violcntiae quatn
relación de dependencia de un poder consti lenes. Bastaría, sin embargo, volver a leer el
tuido), se ve inducido a adoptar cierto tipo de Critón o dirigir nuestro pensamiento a casos
conducta por la existencia de una sanción, o todavía más cercanos a nosotros para conven
bien, si se debe entender, en cambio, como la cernos de que la obligación política no entra
condición de aquel al que le parece deseable, ña en realidad la atribución de un valor moral
necesaria u "obligatoria” esa conducta inde a todas las leyes a las que, en un contexto polí
pendientemente de la posibilidad de su impo tico, se les reconoce el carácter obligatorio.
sición coactiva por parte del poder superior. Sócrates no deja lugar a dudas en este pun
La primera interpretación (casi no seria nece to. Si en lugar de buscar escapatoria en la hui
sario recordarlo) corresponde a la aceptada da obedece a la condena injusta, es porque
tradicionalmente por los juristas para seña considera que éste es su deber como ciuda
lar la característica de la obligación jurídica; dano de Atenas. En nuestros días, el juez que
el elemento de la sanción (o de la coercibili- en nombre del principio dura tex sed lex apli
dad) es un lugar común de la distinción entre ca una ley que preferiría que se reform ara o
FISIOCRACIA 657
abrogara, acata una obligación distinta del gobierno sino simplemente de "aducir razo
que le impondría su conciencia moral. El nes” para preferirla, como el sistema que, al
objetor de conciencia, por otro ludo, que asegurar la mayor participación de todos en
rechaza em puñar las arm as en nombre del las decisiones fundamentales, hace menos
principio de la no violencia, no impugna por probables la divergencia y el conflicto entre
ello el orden constituido ni, en la mayoría de las obligaciones que se le imponen al hombre
los casos, sus otros deberes de buen ciu como ciudadano v las que se le imponen como
dadano. hombre o, por lo menos, que disminuye su fre
Existe, por lo tanto, una diferencia sustan cuencia, mitiga sus tensiones, disponiendo un
cial entre la obligación política y los otros modo pacifico de resolverlos y superarlos.
muchos deberes que se le presentan al hom
bre, y una de las tareas de la f. política sin bibliografía: E. Bni'ker, Principies of social and
duda consiste en analizar esta diferencia, pulitical theory, Oxford, Clarendon Press, 1951;
poniendo de manifiesto lo que caracteriza en A. Brecht, Teoría política: los fundamentos del
prim er lugar esta obligación y que so podría pensamiento político del sif(lo XX (1959), Barce
llamar su carácter inclusivo o, por así decir lona, Ariel, 1963; C.J. Friedrich, Introduzionealia
lo, global; por el cual implica y convalida toda teoría política (1970), Milán, Istituto Librará»
una serie de otras obligaciones, prescindien Internazionalc, 1971; F.E. Oppenheim, Etica e
do de los casos particulares e imponiendo filosofía política (1968). Bolonia, II Mulino, 1971;
conductas que algunas veces pueden estar en A. Passerin d'Entréves, Ohhedienza e resistema
abierta y trágica contradicción con la obliga in una socielá democrática, Milán, Ed. di Comu-
ción moral (corno en los casos de Sócrates, del nita, 1970; A. Passerin d'Entréves, II palchetlo
juez y del objetor de conciencia). assennalo agli statisti, Milán, F. Angelí, 1979; A.
Son pocos por otra parle los que reflexio Ouinton (enmp.). Filosofía política (1967), Méxi
nan seriam ente en todas las consecuencias co, Fondo de Cultura Económica, 1974; L.
implícitas en la existencia de la obligación Strauss, ¿Qué es filosofía política? (1959),
política: dispuestos en su mayoría a gozar de Madrid, Guadarrama, 1970; E. Weil, Filosofía
sus beneficios en la existencia cotidiana pací política (1956), Ñapóles, Cuida, 1973; S.S. Wolin,
fica, pero prestos a oponérsele de manera Política y perspectiva: continuidad y cambio en
radical cuando los tiempos se hacen difíciles el pensamiento político (1960), Buenos Aires,
y las exigencias de la convivencia pacífica Amorrortu, 1973.
están en contradicción con la aspiración de En relación directa con el tema deben recor
nuevos ideales. La f. política puede conducir darse las siguientes colecciones: Annales de Phi-
a la comprensión más m adura y más cons losophie Politique, a cargo del Institut Interna
ciente de la naturaleza de esta obligación, y tional de Philosophie Politique, 1956 ss.; Philo-
en esto consiste justam ente la tercera tarea sophv, Polilics and Society, a cargo de P. Laslett,
que se le puede y debe asignar. Ya que en esto primero, y más tarde de P. Laslett y W.G, Run-
precisamente se manifiesta la oportunidad y ciman, 1956 ss.; Nomos, a cargo de la American
necesidad de la "argumentación" sobre los Society for Poli tica! and Legal Philosophy, 1958
valores mencionados anteriormente, y es la ss.
única que permite juzgar la consistencia de
la obligación política y transform ar eventual [ALESSANÜRU PASSERIN D'ENTREVES]
mente lo que en la mayoría de los casos es una
aceptación pasiva o un destino fortuito (la
dependencia de un ordenamiento político par fisiocracia
ticular, la pertenencia a un determinado esta
do) en una aceptación deliberada y convenci
da, justificando la preferencia por un deter
minado tipo de ordenamiento más bien que i. definición. Aquellos que en la historia del
por otro. Ésta es, por ejemplo, la justificación pensamiento político y del pensamiento eco
que se podría proponer del ordenamiento nómico llamamos "fisiócratas" eran llamados
democrático: no ya que se trate de "probar" por sus contemporáneos simplemente econo
que la democracia es un sistema perfecto de mistas. El término phvsiocraiie (del griego
65S FISIOCRACIA
q>u8 u;, naturaleza, y xpra, dominio) se encuen Ulteriores elaboraciones del Tablean se
tra por prim era vez en 1767, diez años des encuentran en la Philosophie rurale de 1763,
pués del nacimiento del movimiento, en la también en colaboración con Mirabeau, y en
antología que, con este titulo, recopilaba los 1766, en el Analyse de la formule arithméti-
escritos más importantes de dicha escuela. que du tablean économique de la distribntion
Para los seguidores de la misma, la f. era la des dépenses armuelles d'une nation agricole.
ciencia; para sus adversarios, una secta. El publicado en F.pliéméride du Citoyen, la revis
neologismo reflejaba la aspiración a una ta que difundía las ideas de la escuela. La sis-
visión científica, universal, de la historia tematización definitiva de la ciencia tuvo ya
pasada y futura, la confianza en un modelo lugar en la mencionada antología Physiocra-
natural todavía por descubrir, un modelo al tie, bajo la dirección de Du Pont de Nemours
que nos tenemos que adecuar: el mejor posi (1739-1817), o en el Ordre naturel et essentiel
ble, por ser el único capaz de realizar la máxi des sociétés poli tiques (1767) de Le Mercier de
ma y más armónica satisfacción de los inte La R iviere.
reses de la autoridad soberana y de las cla
ses que componen el país. Pero precisamen ni lo s •taulf.a i x \ Las representaciones gráfi
te estas pretcnsiones universales, la convic cas del sistema de producción y de consumo
ción de poder dar una respuesta acerca de como proceso circular constituyen un instru
todo a todo el mundo, la forma catequística mento analítico que es como una anticipación
de su enseñanza, el lenguaje para iniciados de lo que la ciencia económica de nuestros
y el culto de la personalidad de Franyois días llama un modelo. Por loque desde Marx
Quesnay, fueron terreno abonado para la acu hasta Wassily Leontief se ha insistido conti
sación de sectarismo contra los fisiócratas, nuamente en la modernidad de Quesnay. El
lo cual mermaba sus ambiciones de objetivi Tablean precisa el papel fundamental del
dad científica. capital: explica cómo todo el mecanismo eco
nómico se mueve por iniciativa del que anti
ii. h ist o r ia . La fecha de nacimiento de la f. es cipa el capital y distribuye las ganancias. Sin
diciembre de 1758, cuando Luis XV se diver embargo Quesnay ha sido naturalm ente acu
tía componiendo en la tipografía real las sado de confundir el modo de producción de
pocas páginas del Tablean économique, que un determinado periodo histórico con una
se convertirá en el texto fundamental de la especie de mecanismo con supuesta validez
escuela y. a los ojos de Karl Marx, en fruto universal, puesto por la naturaleza para
de una "idea de verdad genial". garantizar prosperidad a los hombres de
El autor, Franyois Quesnay (1694-1774), todos los tiempos y de todos los lugares a tra
médico de la Pumpadour, sólo dedicó a la eco vés del desarrollo ilimitado del ahorro de los
nomía poco más de un decenio de su larga capitalistas privados.
vida. Sus escritos de interés económico, polí
tico y social se sitúan en el periodo compren iv. acción POLITICA. Además de una teoría eco
dido entre 1756, cuando colaboró en la Ency- nómica (el análisis de la producción capita
clopódie con el artículo Fermiers, y 1768. Lle lista que tanto impresiona a Marx) se puede
gó a la economía a los sesenta años y la aban ver en la f. una utopia social con presupues
donó para dedicarse a estudios de geometría, tos seudocientíficos y un proyecto político
precisamente cuando el movimiento fisiocrá- que, planteado ya en 1758, será llevado ade
tico se difundía por Francia y por Europa, lle lante, hasta el gobierno Turgot (1774-1776),
vando al poder a Turgot, colmando así las por un movimiento organizado para influir
ambiciones de gobierno que desde 1758, con sobre la opinión pública con periódicos (el
la publicación del Tablean économique, Journal d'Agriculture primero, las Éphémé-
habían sido objetivo de las iniciativas de rides du Citoyen después) y con gran número
Quesnay. de folletos, salidos de las plumas de Abeille
Una segunda versión del Tablean fue publi Baudeau, Du Pont de Nemours, Le Trosne, Le
cada en 1760, en la sexta parte (pp. 119-279) Mercier de la Riviére, Mirabeau, etcétera.
del Am i des hommes del marqués de Mira- F.1 Tablean, como toda la actividad de Ques
beau( 1715-1789), primer discípulo del doctor. nay en el decenio de los sesenta, está dentro
FISIOCRACIA 659
mientras que los gobiernos deben controlar sociales en virtud de convenciones termino
la aplicación de las mismas y el ciudadano, lógicas establecidas o de procedimientos con
gozando de la propia libertad mural, obser trolables subjetivamente. En la literatura se
varlas con la conciencia de ampliar el propio pueden hallar tres acepciones principales:
derecho natural cuando ya no parecía posi a) un concepto descriptivo: el término f.
ble hacerlo. No se trata pues de un despotis social es un expediente taxonómico apto para
mo de un hombre o de una aristocracia, ni de designar las más diversas configuraciones,
un obsequio a cualquier ordenamiento social autónomas y distinguibles empíricamente, de
en defensa de intereses particulares, sino de las interacciones sociales estabilizadas;
un despotismo de la "form a de gobierno evi h] un concepto teórico marxista: por f.
dentemente más perfecta”, porque responde social se entiende la totalidad histórico-sncial
a los principios del orden social natural y a constituida por un modo de producción y su
la máxima satisfacción posible de los intere superestructura política e ideológica;
ses de todos. c] un concepto teórico sociológico: la f.
social se define como un conjunto de estruc
BIBLIOGRAFIA: Franjáis Quesnay et la physiocra- turas de la personalidad, del sistema social,
tie, 1 . 1 1 : Tcxtes atinotées, París, ined, 1958; Oka- de la cultura, congruentes entre sí.
nomische Schriften, a cargo de M. Kuczynski. Las tres acepciones se distinguen porque la
Berlín, Akademie Vcrlag, 1971-1976, 2 vols. en descriptiva designa la parte y las teóricas el
4 i.; Quesnay's Tablean économique, a cargo de todo; porque la descriptiva es común tanto a
M. Kuczynski y R.L. Meck, Londres, Macmillan, la doctrina jurídica como a las ciencias socia
1972; E. Fox-Genovese, The origins of physio- les, mientras que las teóricas se usan sólo en
cracy, Ithaca. Cornell University Press, 1976; A. las ciencias sociales; en fin, porque las teóri
Maffev, II pensiero político dalla fisiocrazia, en cas son tales en cuanto, a diferencia de la
Storia dalle idee pulitiche, economiche e sociali, acepción descriptiva, precisan la definición
a cargo de L. Firpo, Turín, UTKT,1975, vol. IV, t. de las componentes "formación"y "social"y
2, pp. 491-530; R.L. Meek, Fisiocracia ( 1963), Bar del nexo que las une mediante teorías socio
celona, Ariel, 1975; F. Quesnay, y otros, Los fisió lógicas y epistemológicas particulares: el
cratas, Buenos Aires, Centro Editor de América materialismo histórico y la abstracción deter
Latina; F. Quesnay, Tablean économique y otros minada, la primera, el funcionalismo estruc
estudios económicos, Madrid, Ministerio de Tra tural, el empirismo y el método de los tipos
bajo y Seguridad Social, 1974; C. Weulersse, Le puros, la segunda. La acepción dinámica del
motíveme»t physiocratique en France fde 1756 á lenguaje común, ausente en el concepto des
1770), París, Alean, 1910, 2 vols. criptivo, está en cambio presente en los con
ceptos teóricos.
[ALDO MAFFF-Y]
II. CIENCIAS JURIDICAS Y FORMACIÓN SOCIAL. 1] L üS
juristas entienden por f. social aquellas aso
ciaciones, comunidades o sociedades, inter
formación social medias entre el individuo y el estado, donde
el individuo se realiza como persona y
i. tres acepciones del termino. Con este térm i mediante las cuales se expresan y se unen
no se puede designar a cualquier orden de intereses particulares. La familia, la iglesia,
entes sociales claramente discernióle. el partido político, la empresa, el sindicato,
Dentro del lenguaje común, el concepto de la escuela, las minorías étnicas son las f.
f. oscila entre una acepción estática: la for sociales más importantes de una sociedad.
ma, la disposición de los objetos en el espa Los derechos y valores que intenta custo
cio, y una acepción dinámica: el proceso de diar esta concepción son: la democracia plu
dar o tom ar forma de un sujeto. El atributo ralista, el desarrollo de la personalidad huma
social refiere este concepto a las relaciones na en las relaciones sociales, la libertad de
entre los hombres. asociación, la participación democrática.
El concepto de /. social asume valor cientí Resulta polémica su actitud frente a la con
fico en la doctrina jurídica y en las ciencias cepción liberal-estatalista, contraria o indife-
662 FORMACION SOCIAL
Las fuerzas productivas y las relaciones de designa precisamente como una “ f. social
producción, unidas en un modo de produc [que] jamás perece hasta tanto no se hayan
ción. constituyen la estructura cualificadora desarrollado todas las fuerzas productivas
de la f. social, la base real para caracterizar para las cuales resulta ampliamente suficien
a las componentes de la f. social y sus rela te”. "A grandes rasgos puede calificarse a los
ciones, el desarrollo de la f. social y sus con modos de producción asiático, antiguo, feu
tradicciones. Del conjunto de las componen dal, burgués, moderno de épocas progresivas
tes de la f. social depende la reproducción de de la formación económica de la sociedad”,
las relaciones sociales dominantes en una y la sociedad del modo de producción
sociedad. O sea que las componentes enuncia capitalista-burgués es “ la formación social
das antes no son elementos externos el uno con que se cierra la prehistoria de la socie
respecto del otro, colocados en el mismo pla dad humana".
no, tendientes a un equilibrio estático; por el En el texto citado, y en otros pasajes fáci
contrario, están unidos por relaciones socia les de encontrar en los Grundrisse (1857-1858)
les. subordinados a la configuración del modo y en El capital ( 1867 ss.), el mismo término ale
de producción, movidos por tensiones. mán Gesellschaftsfonnation (o también óko-
El carácter del nexo entre los componen nomische Gesellschaftsfonnation) se usa para
tes ha sido definido en diversas formas por dos conceptos similares pero distintos: el uno,
los estudiosos marxistas como reflejos o dado en español con la expresión formación
interdependencia o articulación con dominan económica de la sociedad, designa el lugar teó
cia o correspondencia según la teoría del rico de la continuidad entre los modos de pro
conocimiento implícita en su pensamiento. La ducción; el otro, dado en español con la expre
determinación de las modalidades históricas sión formación económico-social, abreviada
de tales nexos, y de su misma existencia, con a menudo como f. social, indica el lugar del
cierne a las investigaciones histórico-sociales condicionamiento ejercitado por las relacio
que adopta el concepto de f. social para sumi nes sociales y las fuerzas productivas sobre
nistrar explicaciones estructurales (y no el sistema político y sobre la conciencia
estructuralistas) antes que factoriales del social.
desarrollo de la sociedad. El término f. social Este segundo concepto, f. social, está dado
no puede usarse pues como un sinónimo a la precisamente por Lenin. Definiciones explí
moda de época o de sociedad, sin presuponer citas figuran en pasajes muy claros de ¿Quié
como ya dada a una totalidad que es. en cam nes son los amigos del pueblo y cómo luchan
bio, un producto histórico que debe ser reco contra los socialdemocrátas? (1894), El con
nocido como tal por la investigación. tenido económico del populismo y su critica
Mediante el concepto de f- social, el clási en el libro del señor S tru w (1894-1895) y Karl
co problema de las relaciones entre estruc Marx (1914). Está implícito en una de las
tu ra y superestructura se puede replantear mayores obras de investigación de Lenin: El
en términos eurísticamente más válidos. El desarrollo del capitalismo en Rusia (1898). En
problema más reciente de la coexistencia de estos escritos el significado de f. social es
diversos modos de producción y de sus efec siempre el mismo: “ La base de la sociedad
tos sociales, descrito hasta ahora sólo histo- —el sistema de las relaciones de producción—
riográficamente, puede ser enfrentado con que se reviste de formas jurídico-politicas y
una teoría. de ciertas tendencias del pensamiento social.”
2] Los clásicos: Marx y Lenin. En la medida Del concepto de f. social Lenin destaca con
en que el concepto de f. social expresa el fuerza polémica el valor científico del instru
núcleo teórico del materialismo histórico, mento conceptual para conocer a la sociedad,
está presente en toda la obra de Marx en for de la cual reconstruye un orden estructura
ma implícita. La siguiente definición explíci do ("organismo” es la metáfora utilizada a
ta de f. social figura en el “Prólogo" a la Con veces por el autor) y explica el desarrollo
tribución a la critica de la economía política según su base real.
(1859): “ El modo de producción de la vida La introducción del "criterio cientifico
material determina el proceso social, políti general y objetivo de la reiterabilidad” en el
co e intelectual de la vida en general" y se estudio de la sociedad, mediante el concepto
FORMACION SOCIAL 665
C. Palloix, utiliza el concepto de f. social para de los tres niveles parecen relativamente inte
definir el puesto de las instancias en una gradas y sujetas a vicisitudes, a causa de un
sociedad de transición hacia el dominio del alto grado de coherencia reciproca”.
modo de producción socialista, incorporan La f. social resulta asi compuesta por: un
do aspectos de la precedente transición del tipo modal de estructura molivacionul de los
feudalismo al capitalismo, sobre la cual tam individuos; un conjunto de instituciones y
bién N. Poulantzas ha escrito páginas intere organizaciones políticas, económicas, integra-
santes (Poulantzas, 1968). tivas, reproductivas, constituyentes de un sis
En estos tres casos que son objeto de inda tema social (por ejemplo, en el caso de una
gación es siempre la relación entre modos de sociedad moderna: estado, empresa, comuni
producción dominantes y modos de produc caciones de masa, familia); una cultura, en el
ción subordinados o en declinación la que sentido antropológico del término, lo que
caracteriza a una sociedad como “mixta". comprende tanto símbolos y valores como
Esta relación tiene su lugar en la f. social, m anufacturas y técnicas de producción; un
cuyos componentes superestructurales son sistema ecológico.
reconocibles en la coexistencia estructural Tal concepto ha sido aplicado al estudio del
con mediaciones más o menos complejas. Un carácter mixto de la sociedad italiana, con
ejemplo de tales mediaciones lo proporciona referencia a los problemas de la educación
Fascismo y dictadura del propio N. Pou formal, sujeta a demandas sociales contradic
lantzas. torias (Gallino, 196S), y de! accionar de las cla
iv. sociología y FORMACION so cial . Un concepto ses sociales que la evolución de la estructu
sociológico de f. social ha sido elaborado para ra de clases en Italia ha llevado a un equili
caracterizar el modo de ser global e integra brio de fuerzas, origen del estancamiento
do de tipos de sociedades determinados. "F. (Gallino, 1970). Ambas investigaciones recons
social" no es el único candidato a satisfacer truyen en la sociedad italiana tres tipos de f.
esta exigencia de la teoría sociológica. El fun social —tradicional-agrícola, moderna com
cionalismo norteamericano, por ejemplo, la petitiva, contemporánea-dirigista— con base
resuelve con los conceptos de sociedad, sis en las cuales se formulan las explicaciones y
tema societario, sistema social: valga por las previsiones de los fenómenos en examen.
todos el ejemplo de T. Parsons en Sistemas Tal modo de describir la sociedad italiana
de sociedad (1972). El concepto de fenómeno permite una mayor articulación respecto de
social total, elaborado por el sociólogo fran la hipótesis dualista adoptada comúnmente.
cés G. Gurvitch, no podría expresar mejor Su aplicación a los problemas del estado y de
esta exigencia de observar la realidad social la política en Italia configura diversos siste
tomando la profundidad y la integración de mas políticos y tipos de organización de la
sus niveles, sea cual fuere el objeto del análi administración pública requeridas y parcial
sis: institución o sociedad global. En esta mente logradas por las tres f. sociales coexis
línea de razonamiento, dos sociólogos como tentes en la sociedad italiana.
J. Habermas y L. Gallino han escogido en Las evoluciones de la teoría de los sistemas
cambio el térm ino f. social para indicar dos y de la sociobiologia in jertadas en esta con
conceptos distintos que sin embargo tienen cepción de la f. social conducen al autor en
en común referencias teóricas parecidas, 1980 a reformular el concepto subrayando su
como serían el funcionalismo estructural, la dinámica y determinación: el sistema social
teoría de los sistemas y el marxismo. tiene un núcleo interior de relaciones más
En prim era instancia, L. Gallino define así densas, funcionales a su reproducción, que se
la f. social: "un conjunto de estructuras de articula en la reproducción biofísica de los
personalidad, de relaciones sociales sistemá individuos, en la reproducción socioculiura!
ticas y de elementos culturales, no necesaria de la identidad colectiva, en la organización
mente coextensivo con la sociedad entera y política y en la producción económica.
caracterizado a] por un determinado nivel de Estos mecanismos actúan extrayendo
desarrollo de las fuerzas productivas en un recursos de otros sistemas vivientes: organis
marco de relaciones de producción casi cons mos, poblaciones, sistema psíquico, cultura.
tantes; b] por el hecho de que las estructuras Puede cada una operar de maneras diversas,
FORMACION SOCIAL 669
pero se requiere una integración entre estos zados según un único y mismo principio, his
tres modos, sin la cual se hace imposible toda tóricamente determinado, característico. La
acción social. Cómo se combinan los modos f. social es incluso para Habermas un tipo
de reproducción tiene una especificidad y puro, no una sociedad concreta. Distingue
determinación histórica. El éxito de la com una f. social precultural, organizada por las
binación es una f. social. Una sola sociedad- funciones primarias de la edad y del sexo alre
estado puede comprender varias f. sociales: dedor del núcleo institucional del sistema de
de hecho, el mismo sistema social concreto parentesco; una f. social tradicional organi
puede presentar más modos de reproducción zada por un dominio político de clase alrede
sociocultural, más modos de producción, más dor de la institución del estado; una f. libe-
modos de organización política, entre los cua ralcapitalista organizada alrededor de la rela
les rige igualmente una cierta integración, ción económica entre trabajo asalariado y
aunque distinta y menor respecto de aquella capital y en la institución del mercado; una
que existe entre los mecanismos de reproduc formación social capitalista tardía organiza
ción de sistemas diversos, constitutivos de la da alrededor de la administración de las cri
f. social, que es un tipo puro. sis de legitimación; una f. social de cara al
En el análisis sociológico se consideran los futuro, posmoderna, organizada alrededor de
siguientes tipos de f. social: comunitaria, teo un principio no clasista.
crática. antigua, latifundista esclavista, feu En análisis de Habermas se detiene sobre
dal, burgo-artesanal, latifundista mercantil, todo en la f. social capitalista tardía de la que
capitalista competitiva, capitalista oligopolis- capta que todo sistema tiene una función y
ta, estatal. Cada una incorpora elementos que está sujeto a un tipo de crisis particular: fun
representan un estadio evolutivo de civiliza ción política es producir elecciones adminis
ción, en el orden superselectivo que no cons trativas racionales y crisis de racionalidad;
tituye sin embargo una escala evolutiva por función económica es producir recursos eco
que toda f. social representa una respuesta nómicos y crisis económicas; funciones socio-
histórica particular a la exigencia de adapta culturales son la legitimación del sistema y
ción al ambiente natural, a la población exis la motivación de sus individuos miembros, y
tente. a la cultura disponible, a los tipos psi las respectivas crisis. Característica de esta
cológicos más difundidos de generaciones f. social es que sus crisis no se traducen en
sucesivas de individuos más allá del arco vital una crisis de identidad del sistema en su con
de los cuales se ha reproducido el sistema junto, como sucedía con las demás f. socia
social. les, sino que pueden ser manejadas, reconver
La teoría de la f. social de Habermas privi tidas de un sistema a otro (como sucede por
legia la función de control y la problemática ejemplo para las crisis de legitimación de ele
de la crisis de los sistemas sociales al tiempo vada conflictividad industrial que se resuel
que su reproducción y evolución. De hecho, ven en crisis económicas, o sea procesos de
Habermas sostiene, recobrando a Marx, que inflación que reducen drásticam ente la con
aun cambiando el principio de organización flictividad).
del macrosistema a partir de la f. social (la El concepto de f. social en todas sus versio
disposición privilegiada de los medios de pro nes orienta no obstante el análisis sociológi
ducción característica de las f. sociales cla co hacia interdependencias complejas. Su
sistas), la mayoría de las observadas institu subsiguiente utilidad para la investigación
cionaliza una relación de dominio que a la lar empírica ha sido en tal sentido confirmada
ga mina la integración social del sistema, en el caso italiano por A. Bagnasco. De hecho
creando los supuestos de una crisis de legiti constituyen una f. social per se —una “terce
mación propia, al manifestarse su incapaci ra Italia” entre el norte desarrollado y el sur
dad por resolver los problemas de control subdesarrollado— las condiciones sociales,
suscitados al garantizar una distribución de políticas y culturales que han favorecido en
excedente desigual aunque legitima. Pura las regiones nororientales y centrales del país
Habermas, la f. social es un macrosistema la difusión de pequeñas empresas que, con
constituido por subsistemas —los sistemas bajas inversiones y elevado empleo de mano
sociocultural, político, económico—. organi de obra calificada, producen y exportan
670 FORMAS DE GOBIERNO
el (le sistemas republicanos. Más aún, bajo miento del equipo de gobierno desde el seno
muchos puntos de vista cabe señalar que el del parlamento (Bagehot señalaba que la fun
gobierno parlamentario nace, se desarrolla y ción más importante del parlamento era ele
alcanza su más alta expresión en el ámbito gir bien el gobierno) y de su responsabilidad
de las monarquías constitucionales, y en par ante el mismo parlamento, el cual puede lle
ticular de la británica (con otros ejemplos gar a decretar su caída. A su vez, en los siste
luminosos en las monarquías escandinavas: mas parlamentarios el gobierno tiene el poder
Dinamarca, Noruega, Suecia). Según algunos de disolver el parlam ento o de pedir su diso
autores, este desarrollo positivo se debería al lución al jefe del estado en el momento en que
hecho de que la exclusión de la competencia no obtenga de éste su confianza (o en algunos
política para la conquista del más alto cargo casos, como el inglés, a fin de convocar nue
del estado —mientras que el parlamento limi vas elecciones en mejores circunstancias).
taba y contrastaba tal poder— ha tenido un El elemento diferencial de mayor relieve
efecto moderador en la lucha política en los entre los diversos tipos de gobierno parla
países anteriorm ente mencionados. mentario lo constituye la naturaleza del sis
La prim era y más precisa distinción que se tema de partidos. En efecto, en donde exis
conoce entre las dos f. de gobierno es la que ten sólo dos partidos, o en el caso en que un
formuló Walter Bagehot. En su famoso ensa solo partido obtenga la mayoría absoluta de
yo sobre la Constitución inglesa (1865-1867). los escaños, la f. de gobierno parlam entaria
el estudioso británico hacia ver el contraste reviste características de solidez y de estabi
entre la f. de gobierno parlamentario del Rei lidad mayores que en los lugares donde el
no Unido, definida por él como cabinet gobierno está compuesto por coaliciones de
government, y la forma de gobierno de Esta varios partidos. Del mismo modo, el funcio
dos Unidos, definida como presidential namiento del sistema está influido positiva
government. Esta distinción, a pesar de la mente por la presencia de un partido de opo
posterior publicación de la obra Congressio- sición que puede presentarse por si solo como
nal government (1885) del futuro presidente posibilidad legitima y confiable de gobierno.
de Estados Unidos Woodrow Wilson. sigue El modelo inglés está precisamente carac
siendo conceptualmente válida. No sólo la terizado por la alternancia periódica (en tiem
gran mayoría de las f. de gobierno contem pos recientes más dificultosa) de uno y otro
poráneas se pueden hacer derivar del proto partido mayor al frente del gobierno. Dadas
tipo británico o del prototipo estadunidense, las características de la competencia electo
sino que ambas f. de gobierno han permane ral, con circunscripciones uninominales de
cido sustancialmente intactas en el siglo que una sola opción, y la existencia de sólo dos
ha transcurrido. Asi por ejemplo, los países partidos en condiciones de conquistar la
de emigración blanca de lengua inglesa, Aus mayoría absoluta de los escaños, la tarea de
tralia, Canadá, Nueva Zelanda, Sudáfrica y form ar gobierno se confía automáticamente,
muchas ex colonias en Africa y en Asia, han de parte del jefe del estado (en el caso inglés
adoptado el cabinet government, mientras el monarca), al líder del partido de mayoría.
que la casi totalidad de los países del conti Entre otras cosas, dicha praxis hace obsole
nente latinoamericano han importado el pre ta la afirmación citada por Bagehot sobre la
sidential government. Por lo que respecta a función más im portante del parlamento y
Europa continental, con la excepción que será acentúa la preeminencia del party govern
analizada después del gobierno presidencial m ent sobre la asamblea legislativa, en térm i
de la Francia de la V República, la f. domi nos de cantidad y cualidad de producción
nante es la parlamentaria. A su vez, las dife legislativa que se deriva de este hecho.
rencias que subsisten entre el parlam entaris En los modelos parlamentarios plasmados
mo inglés clásico y las variedades continen según el modelo británico, el prim er minis
tales se deben casi siempre a las diferentes tro lo es en cuanto lider del partido de mayo
características del sistema de partidos. ría. Esta coincidencia de cargos es de impor
tancia decisiva a fin de mantener la cohesión
in. el gobierno parlamemario. La f. de gobier \ la disciplina del grupo parlamentario y con
no parlam entario se caracteriza por el surgi secuentemente a fin de asegurar la traducción
672 F O R M A S DF. G O B IE R N O
y los senadores duran en su cargo seis años, los diversos departamentos, sino también la
el mandato presidencial es de cuatro años, de hacer funcionar la máquina de la reelec
renovable una sola vez {la enmienda corres ción. Finalmente el presidente tiene amplios
pondiente fue introducida después de que poderes pura efectuar nombramientos; en
Franklin D. Roosevelt obtuvo la elección especial son importantes los relativos al
durante cuatro mandatos consecutivos). poder judicial y a la elección de los jueces de
La centralidad del presidente en el ámbito la Suprema Corte. Aunque el senado puede
del sistema de tipo estadunidense aparece ejercer con vigor y rigor sus poderes de cun-
todavía más nítidamente si se observa la fun finnation, la discrecionalidad del presidente
ción que desempeñan las otras instituciones. es bastante amplia y los casos de rechazo son
Por lo que respecta a los partidos políticos raros, más bien resonantes y casi nunca debi
norteamericanos, su momento de mayor relie dos al partidismo del senado.
ve, visibilidad y activismo, la única fase en la Precisamente porque el sistema gira alre
que cumplen una función en el nivel nacional, dedor de la figura del presidente, sus capaci
es el proceso de selección del candidato pre dades y su misma personalidad han influido
sidencial, la llamada nominarían y el folklo de manera decisiva en la evolución de la ins
re (más que debate político) que caracteriza titución y el funcionamiento del sistema en
a las llamadas conventions. Después de su conjunto. Históricamente el sistema pre
recientes reformas que han ampliado y refor sidencia] estadunidense se consolidó gracias
zado la democracia del proceso de elección al prim er periodo presidencial de Washing
de los delegados a la convención, se ha acen ton y al de Andrew Jackson, extendió consi
tuado una declinación de las maquinarias par derablemente sus poderes con Lincoln, que
tidistas nacionales. afirmó la preeminencia del gobierno federal
Como reflejo inmediato de este proceso, el sobre los derechos de los estados, después con
presidente se convierte en la cabeza visible Theodore Roosevelt, Woodrow Wilson y,
de un partido evanescente (el de los delega sobre todo, debido a los retos internos e inter
dos de la convención), mientras que los repre nacionales en la paz y en la guerra, con Frank
sentantes de su mismo partido en la cámara lin D. Roosevelt, hasta llegar a la criticada
y en el senado por lo general no están liga presidencia imperial de Lyndon Johnson.
dos a él por ninguna orientación especifica, Por mucho que la institución dependa para
no presentan características de homogenei su funcionamiento y para sus poderes efecti
dad ideológica o política y no tienen una dis vos de quien ocupa el cargo, se ha ido pasan
ciplina de voto. La creciente incapacidad del do poco a poco, en menos de diez años, de una
presidente en hacer pasar su programa legis preocupación prevalente por la imperial a la
lativo es una de las consecuencias más rele imperiled presideney (presidencia en peligro).
vantes de este estado de cosas. Puesto que el Una f. de gobierno como la presidencial, que
congreso reacciona a las iniciativas presiden se apoya en tan gran medida sobre la capaci
ciales, aunque rara vez tiene la capacidad o dad del sistema en seleccionar un liderazgo
voluntad de asum ir por si mismo la iniciati a la altura de los tiempos y de los problemas
va, de ahí se sigue la parálisis institucional, no puede dejar de resentir de manera fuerte
debida obviamente en gran parte a la deca mente negativa los contragolpes derivados del
dencia de los partidos, causa y efecto de la mal funcionamiento del proceso de selección.
fragmentación de la representación política, En este sentido, el paso del credibility yjap de
y a su falta de cohesión. Johnson al escándalo de W atergate de Nixon
Sin embargo el presidente es, para bien o fue muy breve. El reajuste total de la admi
para mal, el punto de apoyo del sistema. Ade nistración. fenómeno sin precedentes decidi
más del reclutamiento de los miembros de la do en el verano de 1979 por Cárter para apun
administration, en tiempos recientes el pre talar su vacilante mandato y hacer subir su
sidente ha creado y ampliado un verdadero índice de popularidad, aparece como un sub
y propio slaff en la Casa Blanca que cumple terfugio que no logró b o rrar los síntomas de
la tarea no sólo de mantener los contactos con una crisis que puede pasar de política a ins
el congreso, desempeñar una función de rela titucional.
ciones públicas o de controlar la actividad de La más importante y conocida variante de
674 F O R M A S D F. G O B IE R N O
superiores a las —de por sí altas— de las coa *el pluralismo extremo y polarizado. El sis
liciones gubernamentales; tema parlamentario no garantiza suficiente
* las /. aumentan aún más la inestabilidad mente la cohesión en los partidos. Hay que
y la conflictividad interna de los gobiernos de considerar también el tipo de sistema parti
coalición. A la inestabilidad y conflictividad dista. Por ejemplo, una fragmentación extre
derivadas de la necesidad de mitigar las diver ma y una radicalización de las fuerzas políti
gencias y de distribuir las pérdidas entre los cas obstaculizan, en efecto, la alternación en
partidos se añaden, en efecto, la inestabilidad el gobierno de partidos o coaliciones de par
y los conflictos derivados de la necesidad aná tido. En un sistema partidista de este tipo, en
loga de mitigar las divergencias y de d istri el que el elector no puede decidir cuál parti
buir el "botín”, dentro de los distintos parti do o cuál coalición de partidos irá al gobier
dos, entre las f. Este problema ha sido des no, y en el que, en consecuencia, tanto el
crito de una manera eficaz por D’Amato (1966) gobierno como la oposición, o los distintos
con la fórmula de la "doble inestabilidad”; partidos, no se hacen prácticam ente respon
* las f. no son representativas del electora sables ante el electorado, las decisiones polí
do, que vota, por el contrario, por la imagen ticas se toman considerando más las relacio
global (o mayoritaria) del partido; constitu nes de poder dentro de los partidos que las
yen, por lo tanto, un elemento de distorsión reacciones previsibles del electorado. El jue
de la representación. go de las f. encuentra así un terreno particu
Sin embargo, algunos autores consideran larmente amplio y favorable. Además, desde
positiva la acción desempeñada por las f., el momento en que la caída del gobierno no
especialmente en un sistema rígidamente implica automáticamente una derrota políti
bipartidista o en un sistema con un partido ca definitiva, los grupos internos del partido
hegemónico o predominante. Partiendo del pueden perm itirse actitudes opuestas a la
supuesto de que un sistema bipardista es linca m ayoritaria y hasta a las opiniones del
incapaz de representar las diversas posicio propio electorado;
nes políticas que realmente existen en el país * los sistemas electorales ajenos a la com
—o sea que lleva a cabo una reducción forza petencia intrapartidista. Todos los sistemas
da de la representación—, se considera que que prevén la competencia no sólo entre los
las f. pueden cumplir una función positiva partidos sino también (y algunas veces sobre
representando opiniones y posiciones diferen todo) entre los candidatos del mismo parti
ciadas respecto de las de los dos únicos par do favorecen la conflictividad interna y desa
tidos. Igualmente, en un sistema partidista lientan la formación de f. Éstas, en efecto,
escasamente competitivo, y particularm ente ofrecen a los candidatos la organización y los
ante la existencia de un partido hegemónico, medios necesarios para enfrentar las elec
las f. compensan la carencia de oposición en ciones;
el sistema político desarrollando tales funcio * el voto secreto en las asambleas parlamen
nes desde el interior del partido mayoritario. tarias,que hace imposible en el nivel parla
A este propósito se ha tratado de encontrar mentario identificar y castigar la disidencia
una relación entre la falta de competencia intrapartidista. Por el contrario, la posibili
entre los partidos y el surgimiento del frac- dad de com probar la indisciplina parlamen
cionalismo en el interior del partido. IV. taria (a través de la apelación nominal y el
voto abierto) le permite a la mayoría penali
IV. FACTORES QUE ALIENTAN O DESALIENTAN EL FRAC- zar a los parlamentarios de minoría, que coin
CIONISMO. Entre los principales factores que ciden frecuentemente con los dirigentes de las
parecen determinar el fraccionismo intrapar- f. Por esta razón parecerían menos expuestos
tidista, las investigaciones realizadas hasta al fraccionalismo los sistemas parlamentarios
ahora indican: en que no se permite el voto secreto;
*el sistema constitucional presidencial, en * el sistema electoral proporcional dentro
el que la falta de responsabilidad del ejecuti de los distintos partidos que, por el hecho de
vo ante las asambleas parlam entarias entra no penalizar a los grupas pequeños, favore
ña menores necesidades de partidos homogé ce su continua proliferación. De este modo la
neos o cohesivos; administración del partido por parte de una
678 F R A C C IO N E S
mayoría compacta es sustituida por adminis consideraron suficiente para producir el frac-
traciones de coalición que están expuestas al ciunalismo la dimensión excesiva del partido
chantaje de algún grupo capaz de hacerle per en tanto entraña automáticamente un esca
der a la coalición su carácter mavoritario. Por so cuntrol de sus miembros;
lo tanto, los grupos pequeños terminan por * la falta de disciplina interna. En algunos
adquirir un poder superior a su consistencia partidos la constitución de f. está vedada y
numérica; fuertemente penalizada hasta llegar a la
* la descentralización politictmdministrati- expulsión de los componentes de la f. La posi
va. Confiriéndole una considerable impor bilidad de construir f. está por lo tanto liga
tancia al poder local, la descentralización da a la ausencia o a la debilidad de las san
hace que los representantes locales del par ciones disciplinarias frente a los comporta
tido, al cubrir cargos públicos importantes, mientos fraccionalistas;
gocen de recursos de prestigio y de poder * la composición social heterogénea del par
que les permiten contraponerse al partido tido, en el sentido de que la cohesión de los
central; partidos —especialmente de los de clase—
* la articulación funcional del partido, en dependería de la unidad de intereses y de la
el sentido de que la articulación del partido homogeneidad cultural de sus miembros;
en organizaciones colaterales —como los sin * la ideología: según algunos autores, los
dicatos, las asociaciones profesionales y ju partidos que premian ideológicamente el
veniles— con objeto de reclutar miembros, disentimiento y el conflicto, legitiman el
socializarlos e integrarlos, de organizar el hecho de que sus propios miembros lleven
voto y de recolectar financiamicntos, repre esta teoría al interior del partido y estén más
senta un terreno ideal para la proliferación expuestos, por lo tanto, al fraccionalismo;
del fraccionalismo intrapartidista. Cuando El apoyo empírico de la comparación ha
las organizaciones escapan al control del apa logrado señalar en los sistemas electorales
rato central del partido, o no dependen de él externos, en la articulación funcional y en el
(considérese la relación entre ciertas organi tipo de disciplina las principales determinan
zaciones católicas y la democracia cristiana tes del fraccionalismo.
en Italia), en éstas, en efecto, fácilmente se
constituyen núcleos de f., y de éstas salen estí V. TÉCNICASANTIFRACCIONAUSTAS. Si éstas son las
mulos y ayudas para las f. Si los miembros principales causas del f. que se encuentran
de las organizaciones locales o los miembros en la literatura, los remedios propuestos —co
de las organizaciones colaterales actúan entre mo podría presum irse— no son su simétrico.
sí más que con el partido en su conjunto, sir La literatura se ha interesado más por encon
viéndose de estructuras de comunicaciones tra r las causas que por proporcionar técni
preferenciales (reuniones, pactos, sedes, pren cas para reducir el fenómeno, ya sea porque
sa), también se crea un verdadero “diferen en algunos casos se deberían emprender revi
cial de comunicación" entre éstos y el parti siones constitucionales (abolición del sistema
do, lo que también puede dar origen, en efec presidencial y de la descentralización político-
to, a una diferenciación de línea política. Ade administrativa) que en su mayoría son inopor
más, los grupos locales y los de las organiza tunas e imposibles de proponer, ya sea por
ciones colaterales, que escapan a un control que en otros casos la aplicación de las medi
efectivo del centro, pueden gozar de un acce das antifraccionalistas se encuentra con
so por lo menos parcialmente autónomo a los situaciones consolidadas o entra en conflic
principales recursos del partido: los votos y to con ios valores políticos de los investiga
el financiamiento. Las preferencias y el finan- dores. Esta cautela se inspira, probablemen
ciamiento son también los principales recur te, también en el nivel poco avanzado de las
sos de las f. desde el momento que les permi investigaciones.
ten a los candidatos disidentes ser reelegidos Se deben tomar en cuenta, sin embargo, por
aun sin el apoyo del partido. Parece, por lo lo menos cuatro propuestas: la de revisar el
tanto, evidente la influencia de la organiza sistem a electoral proporcional externo
ción partidista en el fraccionamiento intra (D'Amato); la de suprim ir el voto prefei encial
partidista. A este respecto algunos autores (Pasquino); la de revisar el sistema electoral
F R A C C IO N E S 679
proporcional interno (Sartori) y por último la lar; además, si es cierto que el financiamien-
de financiar públicamente a los partidos to público refuerza a los aparatos centrales
(Zincone). y mavoritarios del partido respecto de los
A la primera se le pueden hacer las mismas locales y minoritarios, se trata de un refuer
criticas concernientes a la revisión constitu zo relativo, que por lo mismo no excluye que
cional, considerada como entidad de la inter las f. continúen recibiendo los financiamien-
vención. La modificación de una ley electo tos propios por otros canales y logren asi
ral entraña un acuerdo difícil entre las fuer sobrevivir.
zas políticas interesadas, o una manipulación
peligrosa de la mayoría. Además, se debe vi. conclusiones. Hasta mediados de los años
recordar que, de acuerdo con algunos auto setenta, las investigaciones sobre f. conside
res, el sistema electoral uninominal no ha raban los estudios sobre sistemas partidistas
impedido en Gran Bretaña el surgimiento del individuales, si no sobre partidos particula
fraccionalismo (véase el caso de los socialde- res o directamente sobre determinadas f. Por
mócratas en el partido laborista inglés). largo tiempo el fenómeno fue ignorado, con
La segunda propuesta, en parte, tiene con la laudable excepción de Duverger, quien sin
traindicaciones de la primera, pero son contra embargo no se detuvo demasiado en el tema.
indicaciones menores: sea por la menor fuerza El prim er estudio sistemático se debe a Zaris-
de la intervención, sea por la mayor facilidad ki (1960) y el prim er estudio comparado
para encontrar un acuerdo que favorecería a amplio a Ozbudun (1970). Este último traba
los componentes mavoritarios de todos los par jo, sin embargo, se resuelve en un elenco de
tidos. los posibles factores capaces de influir en el
La tercera propuesta puede aplicarse sin fenómeno, elenco que destacaba los factores
excesivos dramas, pero podría tener sólo efec aptos para explicar las f. en los partidos esta
tos temporales: no toca las raíces del proble dunidenses. La expansión desde mediados de
ma y puede fácilmente hacerse reversible. De los años sesenta en adelante de los estudios
hecho es cierto que un sistema electoral inter de politica comparada y la formulación de
no de tipo m ayoritario (quorum o mayoría redes cognitivas para el descubrimiento de
para la elección de los delegados al congreso los datos ha dudo también sus frutos en este
o para la elección de los órganos centrales del campo tan largamente descuidado: en la
partido) induce a las f. a coaligarse para obte segunda mitad de los años setenta Sartori
ner el porcentaje de mayoría o para no verse (19/6) intenta una elaboración sistemática del
excluidas de la competencia: el quorum alien tema; Belloni y Beller (1978) buscan sacar el
ta la formación de f. de tipo medio, m ientras hilo del trabajo desarrollado. Pero todavía
que el porcentaje de mayoría, al favorecer los hoy falta una conceptuuli/ación unívoca y
cárteles, deberá reducir el número de las f. precisa del fenómeno y las tipologías del frac
Pero las viejas f. podrán seguir actuando en cionalismo no han alcanzado todavía un gra
el interior de las nuevas macrofraccioncs; do de exhaustividad y de operutividud sufi
además, es difícil imaginar una revisión elec ciente. En el conjunto, se han dado algunos
toral que no tome en cuenta las relaciones de pasos decisivos hacia adelante, pero si no se
fuerza entre las propias f. que deberán reali resuelven estos dos nudos la investigación
zarla, y que por ello sea eficaz y duradera. La empírica podrá continuar su progreso en el
revisión del sistema electoral interno sigue perfil cuantitativo, pero no podrá alcanzar los
siendo uno de los pocos instrumentos fácil niveles cualitativos que sí se han logrado en
mente utilizablcs por quien se plantee el pro otros campos.
blema de modificar el número y la dimensión
de las fracciones. BIBLIOGRAFIA: F.P. Belloni y D.C. Beller, Faction
El financiamiento público de los partidos, politics: política! parties and factionalism in cum-
si se confía al control de los aparatos centra paralive perspeclive, Oxford, abc Clio Press,
les y mavoritarios de los partidos, podría con 1978; L. D’Amato, Correnii di partito e partito di
trabalancear el acceso autónomo de las f. a correnti, Milán, Giufíre, 1965; L. D’Amato, L'equi-
otras fuentes de financiamiento. Esta provi librio di un sistema di "partid di correnti”, Roma,
sión tiene el defecto de ser escasamente popu Editori di Scienze Sociali, 1966; E. Ozbudun,
680 F R A N Q U IS M O
Party cohesión in Western democracies: a causal sobre la base de ópticas distintas a la de Linz,
anaíysis, Beverly Hills, Sage, 1970; G. Surtori dando primacía a los aspectos sociales o eco
(comp.). Correnli, fruzioni e fazioni nei partiti nómicos del régimen más que a los exclusi
politici italiani, Bolonia, II Mulino, 1973; G. Sar- vamente políticos. Por otro lado, a la defini
tori, Partidos y sistemas de partidos: marco para ción de Linz se le imputaba ser ideológica
un análisis (1976), Madrid, Alianza; R. Zariski, mente condicionada de modo favorable al
Party factions and comparative politics: same pre régimen franquista. Los que han criticado
liminary observations, en Midwest Journal of específicamente la definición de f. como un
Political Science, iv (1960). caso de autoritarismo lo han hecho sobre todo
en tres direcciones: a] La noción de pluralis
[giovanna zimcone] mo limitado es sustancialmente inaceptable
en cuanto es contradictoria: el pluralismo (v.)
es un término carente de significado fuera del
contexto de las democracias competitivas;
franquismo b] No es cierto que el f. no haya tenido una
ideología propia, sino sólo mentalidad; al con
i. dkfinicion del régimen. Desde un punto de trario. el f. demostró poseer ideologías par
vista exclusivamente cronológico, el f. ha sido cialmente distintas en periodos diversos de
el régimen que dominó en España desde 1939 su historia; c] De todos modos no es correcto
hasta la muerte de Francisco Franco (20 de atrib u ir al f. las mismas características a lo
noviembre de 1975). Lo que ha sido efectiva largo de su duración de casi cuarenta años.
mente dicho régimen, sus características Si respecto a los dos primeros puntos la dis
específicas, los momentos cruciales y los cam tancia entre Linz y los otros autores se da por
bios acaecidos durante los 36 años de persis una diversa valoración de los mismos acon
tencia, es difícil de establecer y es objeto de tecimientos o, como se ha dicho, según la
apasionada discusión entre los diversos inves variable más acentuada, en el tercer punto el
tigadores, españoles o no, que han dado cara mismo Linz está de acuerdo (1975).
al problema. Linz (1964) ha sido el prim er De lo que se lia dicho hasta ahora se dedu
politólogo que ha intentado aislar las carac ce que una valoración correcta del fenóme
terísticas principales del régimen franquista. no franquista debe hacerse sobre la base de
Más aún, su análisis del f. le ha servido para una periodización precisa. Pero tampoco en
elaborar un modelo de régimen autoritario (v. este punto hay acuerdo entre los investigado
autoritarismo) aplicable a otros países. Pos res, los cuales han dividido sucesivamente el
teriorm ente (1975) repropuso su modelo en el f. en dos, tres, cuatro o incluso cinco perio
ámbito de una compleja tipología de regíme dos, según las variables mayormente acentua
nes políticos. Sin embargo, los elementos que das. Sin embargo se puede sostener que todos
él había indicado como propios del f. —plu los autores aceptan una división mínima en
ralismo político limitado, escasa articulación dos periodos: el prim ero que empieza mucho
ideológica, baja movilización política en las antes de 1939, con el golpe de estado m ilitar
etapas centrales, poder de un jefe o de un gru del 17-18 de julio de 1936, y termina con el
po dentro de límites previsibles— habían ya final de la segunda guerra mundial (1945) y
sido puestos en tela de juicio, en parte o del el segundo, que después de una fase confusa
todo, por diversos autores. E. f. fue definido de cambios y crisis, se desarrolla, con carac
sucesivamente como un caso de cesartsmo terísticas más claras, entre finales de los años
(v.), de bonapartismo (v.), de "democracia cincuenta y finales de los sesenta, term inan
orgánica" de sello corporativo (v. corporati- do con el inicio de la transición a la democra
vismo) o incluso como una dictadura (v.), no cia (1975).
obstante sus rasgos pragmático-conservado
res, una forma de fascismo (i\). un régimen II F.LFRANQUSVO COMOFASCISMOABORTADO. El pro
totalitario (v. totalitarismo), un despotismo ceso de instauración de un régimen que se ins
modernizante así como un régimen neo-bis- piraba en el modelo fascista italiano más que
markiano. en el nacionalsocialista alemán, se inicia con
Todas estas definiciones del f. se han dado el golpe de estado m ilitar de julio de 1936. La
F R A N Q U IS M O 681
evidencia no está tanto en los dos decretos (25 tades, en seguida surgió una solución ideoló
de septiembre de 1936 y 10 de enero de 1937) gica de recambio. El f. no se basaba ya en la
con los que se declaran ilegales todos los par doctrina fascista v corporativa sino en una
tidos y sindicatos de inspiración socialista y versión tradicional y autoritaria del solida-
anarquista, sino en la creación de un partido rismo católico a la que se le superpone un
único y de los sindicatos verticales. El decre cierto barniz democrático. El Fuero de los
to de unificación (19 de abril de 1937) crea el españoles (17 de julio de 1945), la ley del refe
partido único, la Falange Española Tradicio- réndum (22 de octubre de 1945) y el mismo
nalista y de las ions, integrando las dos fuer referéndum que convierte al régimen en una
zas políticas que habían apoyado el golpe de monarquía (6 de mayo de 1947) son la prue
estado militar, los falangistas y los carlistas, ba de tal cambio de rumbo. En estos años se
dos actores importantes en aquellos años, produce pues una acentuación de los aspec
pero mucho menos relevantes en los años cin tos católicos del régimen, pasando a un segun
cuenta y sesenta, a pesar de los intentos de do plano el falangismo, casi desapareciendo
revilalización e institucionalización del .Movi los carlistas de entre los actores importantes
miento. como será llamado después el parti y representando los papeles principales
do único. monárquicos y católicos, con una obsesiva
La estructura sindical corporativa se deli insistencia en el anticomunismo tanto en polí
nea con el Fuero del Traba jo (9 de marzo de tica interna como internacional, un desarro
1938), la ley de unidad sindical (26 de enero llo de la ideología del caudillaje, que racio
de 1940) y la ley de base de la organización naliza el papel de Franco como protagonista
sindical (6 de diciembre de 1940). De estas tres y árbitro absoluto del régimen y una política
instancias surge con evidencia la doctrina cor de desmovilización (v. movilización) y de
porativa fascista inspirada en los principios represión de los residuos de resistencia con
de unidad, totalidad y jerarquía. El sindica tra el régimen. Todo ello permite al f. conti
to vertical, que ponía juntos a todos los que nuar subsistiendo, incluso con el apoyo inter
formaban parte de un mismo ramo produc nacional dentro del clima de la guerra fría,
tivo —del em presario al obrero— era la ins pero con el precio de una cierta transform a
titución destinada a concretar los tres prin ción interna.
cipios mencionados.
La misma ley institucional de las Cortes (17 III EL FRANQUISMO COMO AUTORITARISMO MODERNI
de julio de 1942) está en la linea de una repre ZANTE. A finales de los años cuarenta el f. no
sentación corporativa basada en las tres "uni estaba plenamente consolidado y había sufri
dades naturales” de las que habla José Anto do ya sustanciales transformaciones en sus
nio Primo de Rivera, el líder falangista muer características políticas distintivas. Sus
to durante la guerra civil: familia, municipio mayores problemas eran entonces de carác
y sindicato. ter económico: la política autártica había teni
En aquellos años, junto a la ideología fas do efectos desastrosos hasta llegar a un
cista corporativa y a los actores mencionados momento muy delicado de crisis (1955-1956),
—falangistas, carlistas y militares con el mis en el cual incluso los altos mandos militares
mo Franco como árbitro— tienen también muestran preocupación e inquietud. De dicha
mucha importancia otros dos actores políti crisis el régimen saldría asumiendo definiti
cos: los monárquicos y la iglesia. Ésta, que vamente unas características de autoritaris
nunca había aceptado la política anticlerical mo modernizante. Los militares continúan
de la República, había apoyado desde un prin sosteniéndolo, ya que de hecho han consegui
cipio el Alzamiento, oficializando la propia do una mejor posición económica a través de
posición en una pastoral colectiva de los obis la oportunidad de un segundo trabajo. El par
pos españoles (julio de 1937). Cuando por efec tido único asume un papel cada vez más
to de contrastes internos entre monárquicos secundario incluso después de la proclama
y falangistas (1942-1943), pero sobre todo por ción de los Principios del Movimiento (17 de
la influencia de factores internacionales —la mayo de 1958): el proyecto Arrese, que había
guerra en la que iban perdiendo las fuerzas precedido a la proclamación, y todas las opo
del Eje— el régimen se encontró con dificul siciones y discusiones que el mismo había
682 FRANQUISMO
suscitado dentro del f. ponían en claro defi mado mentalidad —tomando prestado el tér
nitivamente que el partido no sería nunca una mino del sociólogo alemán Geiger. Aunque
estructura de movilización desde lo alto, sino algunos autores ponen de relieve correcta
que estaba condenado a ser, junto con los sin mente el papel clave desempeñado por Fran
dicatos, una institución burocrática con su co, a quien se le imputan todas las decisiones
propia clientela, luente de poder para sus cruciales tomadas en estos años, no se pue
dirigentes. La iglesia continúa apoyando al f. de negar que desempeñan un papel importan
y entre los católicos surge una nueva élite tec- te una pluralidad de actores, que se mueven
nocrática, formada en su mayor parte por en un contexto no democrático: además de la
miembros del Opus Dei. Gracias al Plan de iglesia y del ejército, la élite burocrática y tee-
Estabilización y a las sucesivas políticas eco nocrática, expresión directa de los intereses
nómicas, España fue saliendo del túnel del industriales y financieros que se habían desa
subdesarrollo a que había sido condenada por rrollado en aquellos mismos años. Por más
la destrucción de la guerra civil y la política que queramos ver elementos ideológicos,
autártica. como el desarrollista y el consumista carac
Surge entonces con claridad el nuevo f., un terísticos del autoritarism o tecnocrático del
régimen autoritario que está en condiciones mismo periodo, no se puede negar que dichos
de promover el desarrollo económico, de elementos por si solos no son suficientes para
m ejorar el nivel de vida de las clases medias, caracterizar una ideología (v.) verdadera y
de adm itir una contratación colectiva, aun propia que mantenga a un régimen, sino más
que dentro del ámbito de la vieja concepción hien una mentalidad.
corporativa de los sindicatos verticales.
Evidentemente una parte im portante en la iv ei. frasoi ismo como modelo. El f. se ha pre
renovación de este marco son los procedi sentado como un modelo de régimen políti
mientos de relativa y aparente "apertura co no democrático, pero al mismo tiempo no
democrática" de los años sesenta. En prim er totalitario, que siendo politicamente conser
lugar la ley de Reforma Orgánica aprobaba vador logró inducir un desarrollo socioeco
por referéndum (14 de diciembre de 1966) que nómico. Desde este punto de vista ha sido
aunque rechazando como nefastos a los p ar señalado como ejemplo a im itar por parte de
tidos admite un "legítimo contraste de opi líderes políticos que querían evitar los peli
niones", modifica las modalidades de elección gros de inestabilidad de las democracias a las
de los miembros del Consejo Nacional del que se les hacía imposible seguir la vía tota
Movimiento y de las Cortes, amplía las posi litaria. Pero ¿puede el f. ser realmente un
bilidades de huelga por razones económicas modelo ‘‘exportable" de autoritarismo moder
V elimina de las leyes fundamentales prece nizante capaz de una duración más o menos
dentes las frases de tipo corporativista y fas larga?
cista. Aparece más tarde una ley de prensa Si se observa lo ocurrido en España la res
que aparentemente limita las precedentes puesta ha de ser negativa. En efecto, en el
facultades de censura. Además, una serie de ámbito del contexto económico y político
leyes, de 1958 a 1971, reconocen la contrata europeo, España se ha desarrollado efectiva
ción colectiva y prevén un sistema de eleccio mente, pero esto llevó a cambios socioeconó
nes sindicales para delegados y comités de micos profundos, como la urbanización, la
empresa. Le sigue una ley de tutela de la liber industrialización, la secularización cultural
tad religiosa (28 de junio de 1967) y finalmente y en conjunto a la reactivación de algunos
el nuevo Estatuto del Movimiento en diciem conflictos tipicos —desde el regional y auto
bre de 1968. nomista, ya existente en la España prefran
Toda esta obra legislativa es la prueba del quista, hasta el de clase, en especial entre
cambio-adaptación que sufría el régimen en industriales y obreros. Gracias a los cambios
aquellos años. Para dicho periodo tiene sen mencionados la misma coalición política que
tido hablar de pluralismo limitado y señalar sostuvo al f. se modificó profundamente no
que no existe ya una verdadera ideología, sino tanto por el papel asumido por el partido úni
solamente un conjunto de valores ambiguos, co sino por otras razones. En prim er lugar
escasamente articulados a los que Linz ha lla por la gradual separación de la iglesia respec-
FRENTE POPULAR 683
lo del f., cuando se dio cuenta de la seculari 1967; R. de la Cierva. Historia del franquismo,
zación en curso y de los peligros a que se vols. i y ti, Barcelona, Planeta, 1978; A. de
exponía de haber continuado sosteniendo al Miguel, Sociología del franquismo, Barcelona,
régimen. En segundo lugar por la separación Euros, 1975: E. Díaz. Pensamiento español 1939-
de la misma élite industrial que en un cierto 1973, Madrid, Edicusa, 1974: J. Georgel, II fran-
momento creyó más conveniente tra ta r con cbismo: storia e hilando (1939-71), Turín, SEl,
los sindicatos clandestinos, representantes 1972; R. Gómez Pérez, Política y religión en el
auténticos de los obreros, que con los simu régimen de Franco, Barcelona, Dopesa, 1976; G.
lacros de los sindicatos verticales. Finalmen Hermet, L’Espagne de Franco, París, Armand
te, por la neutralización del ejército en un pais Colín. 1974; J.F. Linz, An authoritarian regime:
estratégicam ente importante, pero periféri Spain, en Cleavages, idetdogies and party systems,
co y reducido al rango de potencia secunda a cargo de E. Allardl e Y. Littunen, Helsinki, The
ria aliada de Estados Unidos. Westermarck Society, 1964; J.F. Linz. From
Junto al derrumbe de la coalición que había Falange la Movimiento-Organización: the Spa-
sostenido al f., debido sobre todo al mencio nish single party and the Franco regime, ¡936-
nado cambio radical de la estructura social 1968, én Authoritarian politics in modern socie-
que lo había legitimado, crecían diversos ties, a cargo de S.P. Huntington y C.H. Moore,
tipos de oposición dentro y fuera del régimen. Nueva York, Basic Books, 1970; J.F. Linz, L'oppo-
La base social de dicha oposición estaba for sizione in un regime autoritario: il caso della
mada por intelectuales, estudiantes, obreros Spagna, en Storia Contemporánea, i, núms. 1 y
y muchos católicos. Ante ellos no pudieron 2, 1970; J.F. Linz, Totalitarian and authoritarian
mucho la "democratización” aparente y los regimes, en Handbook of Political Science, vol.
procedimientos represivos adoptados por el 3: Macropolitical theory, a cargo de F.I. Greens-
régimen. tein y N.W. Polsby, Reading, Addison-Wesley,
En esta situación se iniciaba y se iba pro 1975; J.F. Linz, El régimen franquista. Barcelo
fundizando la crisis del f. que moriría con su na, Península, 1978; S.G. Payne, Politics and the
fundador. En otros términos, y paradójica military in modern Spain, Stanford, Stanford
mente. la mecha de la crisis estaba ya pren University Press, 1967; S.G. Payne, Franco’s
dida desde que el 1. llevó a cabo su transfor Spain, Londres, Routledge and Kegan Paul, 1968;
mación en un régimen que promovía la M. Ramírez Jiménez, España 1939-1975(Régimen
modernización de la sociedad y de la econo político e ideología), Barcelona, Labor. 1978: S.
mía. El f. como autoritarism o modernizante Vilar, La naturaleza del franquismo. Barcelona,
tenia en si mismo los gérmenes de la autodes- Península, 1977; K. von Beyme, Vom faschismus
trucción y de nada sirvieron todo: los inten zur entwicklungsdiktatur: machtelite und oppo-
tos de institucionalización formulados por sition in Spanien, Munich. Piper, 1971; Varios,
Franco y el complejo mecanismo de sucesión El régimen franquista, en Papers, vill. núm. S,
preparado para la continuación del régimen 1978.
después de su muerte. Por otro lado, ello no
excluye que en un contexto geopolítico no [LEONARDO MORUNO]
europeo y en un país escasamente desarrolla
do en el plano socioeconómico un nuevo auto
ritarismo modernizante pueda desarrollar las
mismas funciones del f. y quizá persistir por frente popular
más largo tiempo, logrando la institucionali
zación. El f. popular es un tipo de alianza centrada
en la unidad de acción de los partidos de
bibliografía: F. Almendros Morcillo, y otros, El izquierda, democráticos y antifascistas, expe
sindicalismo de clase en España (1839-1977), Bar rimentada por primera vez en el periodo 1934-
celona, Península, 1978: J. Amodia, Franco's poli- 1935 en algunos países europeos. Remite his
tica! legacy: frvtn fascism lo ¡ayude dcmocracy. tóricamente al antecedente del f. único, fór
Londres. Alien Lañe, 1977: M. Beltrán. La élite mula política fundada en el entendimiento de
burocrática española, Barcelona. Ariel, 1977; M. los partidos que se adhieren a la II y III Inter
Grozier. Franco. Londres. Eyre andSpottiswood, nacional. con la capacidad de promover y san
684 FRENTE POPULAR
ilc valor. Una diversa valorización (ética, ju rí cia", usando la palabra en sentido desprecia
dica o ético-política), que se pronuncia sobre tivo. En esta situación, lo que los agentes del
el fin. el efecto o las modalidades de dos even gobierno juzgan como asesinato puede ser
tos exteriormente análogos, es la que perm i considerado por los agentes de la revolución
te llamar al primero, evaluado positivamen como una ejecución de una sentencia pronun
te, f., o al contrario, a la manera de Sorel, vio ciada en nombre del pueblo o de la justicia,
lencia, y al segundo, evaluado negativamen y lo que para los agentes del gobierno es una
te, violencia, o el contrario f. Ahora bien, estos ejecución capital sancionada por la ley legi
juicios de valor, en cuanto formulados por tima del estado, para los agentes de la revo
cuenta propia del filósofo, del jurista o del lución puede convertirse en un simple asesi
ideólogo, son legítimos en un discurso abier nato. Por lo tanto, para evitar cualquier equí
tamente prescriptivo; pero no lo son en un dis voco, parece más oportuno, de acuerdo con
curso científico y descriptivo, como el de la el uso ampliamente aceptado en los estudios
ciencia política y de la sociología. de la ciencia política y de la sociología, renun
Naturalmente, también el politólogo y el ciar a la distinción mencionada entre “f." y
sociólogo necesitan distinguir entre las inter “violencia”, usandu los dos términos como
venciones físicas, que en cierto ámbito social sinónimos o empleando uno sólo para seña
se consideran legitimas, y las que no lo son. lar las intervenciones físicas, y distinguir, en
En este caso, el investigador no pronuncia un cambio, con una fórmula que tenga la venta
juicio de valor por cuenta propia sino que des ja de la claridad inmediata, los empleos de la
cribe el “sentido", incluyendo también eva f. (o violencia) "considerados legítimos" de los
luaciones, que los que pertenecen a un deter empleos “considerados ilegítimos" en deter
minado contexto social atribuyen a ciertas minados grupos o agregados sociales, y dis
relaciones. Sólo de este modo se puede dis tinguir. además, los diversos sistemas de valo
tinguir. dentro de una determinada sociedad, res que les sirven de base a los diferentes gru
entre una muerte que se considera "asesina pos o agregados sociales para considerar legí
to” y una muerte que se considera “ejecución timos o ilegítimos ciertos usos de la f. (o vio
capital". Sin embargo, usar en este sentido lencia).
las dos palabras "f.” y "violencia" es con Ire-
cuencia engañoso, porque el empleo de dos [MARIO STOPHNO]
términos distintos tiende a objetivar la dis
tinción, a hacerla demasiado rígida, a suge
rir que no existe un consenso unánime o casi
unánime acerca de las intervenciones físicas fuerzas armadas
que deben considerarse legítimas y las que
deben considerarse ilegítimas. Mientras que i definición. Las f. arm adas representan el
desde el punto de vista de la ciencia la ampli conjunto de las unidades y de los servicios
tud de la difusión de la creencia en la legiti militares del estado: su núcleo tradicional y
midad de determinadas intervenciones físicas central está constituido por el ejército, la
no puede darse por descontada por los mis marina militar y la aviación militar.
mos términos que se emplean sino que debe El ejército es una fuerza m ilitar típica de
verificarse cada vez por medio de una inves tierra, preparada y equipada para desarrollar
tigación empírica. Puede suceder, por ejem operaciones de defensa del territorio nacio
plo, que amplios estratos de la población de nal y de ofensiva en territorio enemigo: su
un estado, a pesar de no rechuzarla activa organización le permite operar en todos los
mente, no compartan la creencia en la legiti terrenos empleando pequeños, medianos o
midad de muchas de las intervenciones físi grandes contingentes, según las característi
cas que lleva a cabo el jefe del gobierno. Y cas del teatro de operaciones y las exigencias
pueden existir grupos rebeldes o revolucio bélicas. Sin embargo, en nuestro siglo, el
narios que proclamen la legitimidad de sus empleo táctico de grandes contingentes de
propias intervenciones físicas y la ilegitimi soldados ha resultado cada vez menos adecua
dad de las del gobierno y que llamen a estas do a las exigencias de la guerra moderna y la
últim as "f.", a la m anera de Sorel, o "violen utilización bélica del ejército se ha caracte
FUERZAS ARM ADAS 687
rizado por la presencia de pequeños y ágiles por códigos militares comunes y por regla
grupos coordinados por mandos centraliza mentos diferenciados. Estos cuerpos depen
dos y estructurados en diferentes especiali den en Italia del presidente de la República,
dades operativas y técnicas. en cuanto jefe de las f. arm adas y de los dis
La marina militar se dedica a la defensa de tintos ministerios según las tareas que les han
las aguas territoriales, de las infraestructu sido encomendadas. En Italia son cuerpos
ras portuarias y receptoras y, en tiempo de armados la guardia aduanal, dependiente del
guerra, a la protección de las comunicacio Ministerio de Hacienda, el cuerpo de agentes
nes marítimas v de los convoyes comerciales. de vigilancia, dependiente del Ministerio de
En colaboración con el ejército asegura el Gracia y Justicia, el cuerpo de guardias fores
transporte por m ar de tropas de tierra y, con tales, dependiente del Ministerio de Agricul
la aviación militar, el empleo de unidades por tura y Bosques. En algún momento ha forma
taciones; se encarga del ataque de unidades do parte de los cuerpos armados el cuerpo de
navales adversarias y de la destrucción de las homberos, dependiente del Ministerio del
infraestructuras portuarias enemigas. Opera Interior.
generalmente a base de convoyes constitui Los cuerpos armados desempeñan funcio
dos por unidades de diferentes especialida nes típicas de policía (v. pclicía) y tienen esca
des, con vistas a una defensa mutua y a un sa relevancia desde el punto de vista militar.
empleo ofensivo más incisivo de sus medios. Un cuerpo que tiene al mismo tiempo funcio
La aviación militar, la última de las tres nes militares (de policía militar) y civiles (de
arm as en cuanto a su formación histórica, policía civil) es el de los carabineros, que for
además de suministrar apoyo táctico a las tro ma parte integral del ejército, dependiendo
pas de tierra y a los convoyes marítimos, se del Ministerio de la Defensa en cuanto a pro
encarga también de operaciones bélicas autó blemas jerárquicos y organizativos, y del
nomas de destrucción, por medio de bombar Ministerio del Interior por cuanto desempe
deos de unidades o infraestructuras milita ña tareas de policía y en lo referente a finan
res enemigas y, si es necesario, también del ciación y operación. Como parte integrante
aparato industrial o de las infraestructuras del ejército sus grados son equiparables.
civiles (centros habitados, etc.) de los países
adversarios. La aviación opera con unidades II. ORGANIZACIÓN. Desde un punto de vista téc
simples para operaciones de reconocimiento nico militar, las f. armadas están internamen
y con unidades organizadas en escuadrilla te organizadas en función de su preparación
para una mayor concentración del esfuerzo para las tareas que institucionalmente le han
ofensivo en los bombardeos. sido encomendadas: maximización del poten
La distinción tradicional del lugar físico de cial ofensivo y defensivo, relación óptima
empleo óptimo (tierra, mar, aire), que carac entre gastos y calidad del equipo, así como
teriza a las tres arm as, tiende lentamente a el más estrecho y funcional grado de integra
desaparecer y toma cada vez mayor fuerza un ción entre los diversos cuerpos.
sistema defensivo-ofensivo integrado, dirigi Para coordinar esfuerzos y lograr los fines
do y organizado por un mando central único. propuestos, así como por tradición histórica,
Se han creado especialidades de conexión las f. armadas, y especialmente el ejército, se
entre las tres armas: en Italia las unidades de subdividen en armas y servicios: las primeras
"incursores” y de ''estacionarios" en la mari son estructuras adm inistrativas autónomas,
na, los grupos de helicópteros de la marina, que se distinguen por sus especialidades
una aviación ligera del ejército, etc. Todas las técnico-operativas (arma de caballería, de
unidades, organizadas formalmente en las infantería, de artillería, de ingenieros...); los
tres armas, dependen en Italia del Ministerio segundos >on estructuras de complemento de
de la Defensa (v. defensa). las primeras, caracterizadas por el uso de téc
A estas tres arm as se han ido añadiendo nicas particulares de apoyo (senecio sanita
poco a poco otros cuerpos armados, prepara rio, veterinario, de transportes, de transmi
dos para desempeñar predominantemente siones . ..).
tareas de orden interno, organizados formal Tal organización formal no responde
mente dentro de las f. armadas, disciplinados actualmente a razones militares y operativas.
688 FUERZAS ARMADAS
interna de ios conflictos y de las tensiones ración de personal técnico por obra de las f.
económicas y sociales del país, llegando a armadas puede representar una utilidad con
desempeñar tareas que son propiamente de creta. En cambio, en el caso de un pais sufi
policía (v. policía). cientemente industrializado dicho servicio es
Otros dos servicios no directam ente mili de escasa importancia, aunque sigue siendo
tares recaen sobre las f. armadas en situacio un motivo de atracción para los jóvenes que
nes histúrico-pol¡ticas especiales: la alfabeti no tienen una especialización, por su carác
zación de las reclutas y la {urinación de una ter de enrolamiento voluntario.
ideología nacional. El primer servicio se deri El servicio de formación y difusión de una
va de la convergencia entre la estructura orga ideología nacional es propio de las f. arm a
nizativa de las f. arm adas articuladas en lodo das de países confederados o que han alcan
el territorio nacional y la relación coercitiva zado recientemente la unidad nacional. La
existente entre f. armadas y ciudadanos en el organización de las f. armadas, única y cen
ámbito del sistema de reclutam iento obliga tralizada, y las posibilidades de contacto y
torio. Los ciudadanos que han quedado fue colaboración que se crean entre ciudadanos
ra del sistem a escolar obligatorio primario, procedentes de diferentes situaciones étnicas
una vez reclutados en las f. armadas, son ins y sociales, permiten actuar con vistas a la for
critos en cursos acelerados de alfabetización, mación de una ideología y de una mentalidad
simultáneamente con el normal adiestramien nacional unitarias, que de otra forma seria
to militar. Sin embargo, históricamente la difícilmente alcanzablc. Sin embargo, de
importancia de tal servicio no ha consistido manera parecida al servicio de alfabetización,
tanto en la función real de llevar a cabo la también este servicio ha sido usado instru-
alfabetización como en el uso propagandísti mentalmcnte con fines propagandísticos; en
co que se ha hecho de tal función, presentan la estructura disciplinada de las f. arm adas,
do a las f. arm adas como organización útil caracterizada por un estado objetivo de cons
para el progreso civil del país. De aquí se ori tricción moral y física hacia las arm as de los
gina la visión de las í . armadas, y en especial ciudadanos, por un aislamiento del mundo
de las que son reclutadas por el sistema obli del trabajo y de las fuerzas sociales económi
gatorio, como escuela de la nación, o bien camente activas, muy a menudo la formación
como organismo formativo a la par del siste de la ideología nacional ha coincidido con la
ma escolar, y por lo tanto funcional respecto transmisión forzada de la ideología de la cla
al desarrollo de las capacidades del país. se en el poder, sometiéndose la interpretación
Actualmente el servicio de alfabetización de de una parte de la sociedad y del país a los
los reclutas casi es inexistente en las f. arm a intereses de toda la comunidad nacional. El
das de los países industrializados y que tie mismo sistema jerárquico que diferencia a las
nen por tanto un servicio escolar eficiente, f. armadas de las otras organizaciones de ser
mientras que en los países en vías de desarro vicio se usa para el condicionamiento ideo
llo se ha añadido a la alfabetización la fun lógico de los ciudadanos con respecto a las
ción de preparación de personal técnico espe armas: la parcelación de tareas y funciones,
cializado. En efecto, en ausencia de un siste el aislamiento, el rechazo de una concepción
ma escolar especializado en el campo técni social y cooperativa del trabajo militar, han
co, los cuadros militares, precisamente por representado los más seguros elementos de
que están en contacto con sistemas de arm as condicionamiento ideológico profundo.
tecnológicamente avanzadas, fungen como La transmisión de ideología continúa inclu
elementos de preparación de personal espe so cuando los jóvenes regresan al desempe
cializado. Las dificultades para llevar a cabo ño de las ocupaciones civiles correspondien
este servicio están en las sustanciales diferen tes: es una tradición bastante difundida que
cias existentes entre las tecnologías necesa los ex militares se inscriban en las asociacio
rias para el (uncionamiento de los sistemas nes de arma, según la especialidad a la que
de armamento de las f. arm adas y las utiliza pertenecen (alpinos, jinetes, aviadores, cho
das por el aparato industrial civil. En un con feres, paracaidistas, cazadores, tanquistas,
texto productivo atrasado estas diferencias etc.). Estas asociaciones organizan encuentros
pueden considerarse secundarias y la prepa y desfiles con ocasión de conmemoraciones
690 FUERZAS ARMADAS
estrecho vinculo que se crea entre m ilitares temas de reclutamiento de conscripción obli
y realidad sociopolítica, permiten considerar gatoria del tipo nación armada o creación de
este sistema de reclutamiento como el más comandos armados, son los más seguros. En
apto para la defensa del estado en sus confi cambio, si a través de una ampliación del con
nes nacionales; además está la garantía de no cepto de "patria”, existe una separación entre
menor importancia de que tal sistema no pue la concepción del estado y de sus intereses
de ser empleado para acciones bélicas agre por parte de la clase política en el poder y por
sivas contra territorios de otros estados. parte de la mayoría de la población, el siste
Una condición esencial para llevar a cabo ma de conscripción obligatoria de larga dura
este tipo de reclutamiento y de organización ción o mixto permite utilizar con una función
m ilitar es el estrecho vinculo que debe exis subordinada la capacidad militar de la pobla
tir entre clase política c instituciones estata ción, sin am pliar la gestión de los objetivos
les. por un lado, y pueblo y sujetos políticos, eslralégico-militares. El sistema del volunta
por el otro; de lo contrario, la parcelación de riado total coloca finalmente a las f. armadas
la fuerza m ilitar y de las instancias decisio- en condiciones de responder a cualquier
nales militares en un sistema de participación requerimiento de servicios militares, pero
política inestable resultaría contraproducen puede com portar un aumento del gasto mili
te para la estabilidad de las instituciones y tar debido a la necesidad de asegurar al per
ordenamientos del estado. sonal voluntario unos estipendios competiti
Finalmente, aparece como más clara la vas respecto a las profesiones civiles, sin olvi
opción de un voluntariado como único tipo d ar el peligro político que representa la pre
de reclutam iento de la tropa de las f. arm a sencia de un cuerpo organizado de militares
das en tiempo de paz: éste está formado sola junto a la f. de policía, y por lo tanto una
mente por personal voluntario enrolado sobre mayor posibilidad de involuciones preloria-
la base de contratos de trabajo con términos nas de las mismas f. armadas.
precisos. Este sistema ha sido adoptado en
Europa por la Gran Bretaña y permite dispo bibliografía: Anónimo, Le istituzioni militari e
ner de un eficiente pero limitado contingen l'ordinamento costituzionale. Roma, Editori Riu-
te de f. armadas, sin distraer mano de obra nili, 1974; Anónimo, Cittadini in uniforme.
del mercado del trabajo. En caso de guerra, Cosenzu. Lcrici, 1976; V. Agresti y M. Pacelli,
alrededor de esta pequeña estructura de f, Códice delle leggi salle forzearmate, Milán, Giuf-
armadas se organizan contingentes proceden fré, 1966 y 1971 (apéndice); A. Boldrini y A.
tes de enrolamientos obligatorios. El recluta D’Alessio, Esercito e política in Italia, Roma, Edi
miento voluntario presenta además la venta tori Riuniti, 1974; S. Bova, 11 contrallo político
ja de nivelar a los ojos de la clase política y delle forze armate, Turin, Einaudi. 1982; S. Bova
de la opinión pública a las f. arm adas con las y G. Rocha!, I a: forze armate in Italia, en Inchies-
f. de policia, solicitando un mismo tipo de ta, 2, 1971; G. Francesconi, Servizio militare e
control sobre la operación y posibles desvia democrazie, en II Malino, 229,1973; A. Giobbio,
ciones de las dos organizaciones militares. L'esercito e i suoi criteri, en Comunitá, 166,1972;
Al querer vincular el tipo de servicio mili R. Ronza, II Pierino va soldato. Esperienze e pro
tar requerido a las f. arm adas con la organi poste sul servizio militare in Italia, Milán, Jaca
zación del reclutamiento, cabe señalar que si Book, 1968; C. Trun, II senizio militare. Torre
el servicio m ilitar requerido consiste en la Pellice, 1967.
“defensa de la patria” respecto de agresores
externos y existe un estrecho vínculo entre [SERGIO BOVA]
población e instituciones del estado, los sis
galicanismo
siglo xvi para ver aparecer los primeros tra bas que justificaban tales máximas para "un
tados sobre las "libertades galicanas". tratado más amplio". Dichos textos, recopi
lados después de su muerte por P. Dupuy, fue
II. EL (IALICANISMOA FINALES DEL SKILO XVI Y J'RINCI- ron publicados en 1639 por este ultimo junto
i’ios del xvii. La oposición de los parlamentos con otros ensayos de Pithou y algunos otros
a la aceptación en Francia de los decretos del tratados sobre las libertades galicanas, en un
concilio de Trento (1545-1563) proporciona a nuevo Traité des druits et libertes de l'Éfilise
los galicanos una ocasión para precisar sus gallicane, condenado por los obispos france
tesis y presentar visiones de conjunto. En este ses, que lo consideraron “un amasijo casi infi
momento se multiplican los tratados que se nito de falsas y heréticas servidumbres más
convertirán en las biblias del g. En 1594 se que de libertades". En la base de esta conde
publican una serie de opúsculos sobre las nación estaban los atentados perpetrados
libertades: los de Guy Coquille. Des üroits contra la autoridad pontificia y los obstácu
ecclésiastiques et libertes de l'Éfilise gallica- los que interponía al ejercicio de la jurisdic
ne et les raisons et moyens d'ahus contre les ción eclesiástica. Por lo demás también el
bulles décemées parle pape Grégoire X IV con episcopado estaba de acuerdo con las liber
tre la Frunce en 1591 (publicado en Oeuvres tades galicanas, por lo que queda en eviden
de G. Coquille, 1 . 1, París, J. Guignard. 1665); cia las consecuencias de la ambigüedad de
el de P. Pithou (París, M. Patisson), Traite des dicha noción y la variabilidad de su conteni
libertes de l ’église gallicane; el de A. Hotman. do: el g. parlam entario no se ha de confundir
Traite des drvits ecclésiastiques, franchises et con el episcopal. Sin embargo, ambos estaban
libertes de l'Éfilise gallicane. Al año siguiente de acuerdo en un punto esencial: en la con
se publica el Traite des libertes de l ’Éfilise dena del tiranicidio, vieja discusión origina
gallicane, de Guy Lanier de Leffretier. En da en el siglo xv, reanudada en la época de
1609, L. Bochel (Bouchcl) publica sus Decre las guerras de religión y agudizada con el ase
tarían ecclesiae gallicanae Libri V lll (París, sinato de Enrique IV.
Mace), y en 1617 el De sacro politia forensi de Otra máxima que era objeto de vivaces con
Choppin se traduce al francés con el título de troversias era la que negaba al papa el dere
Trois livres de la pólice ecclésiastique, el cual cho de deponer al soberano, máxima defen
trata des druits royaux sur les personrtes et les dida por los galicanos desde principios del
bieus des ecclésiastiques. Pithou daba un elen siglo xiv. Pero, aceptando que el poder del
co de 85 proposiciones, aun reconociendo que rey era delegado (transferido) por el pueblo,
existían todavía otras. De hecho, los doctores se podía adm itir que el pueblo depusiera a un
—teólogos o juristas— no llegaron nunca a rey excomulgado. Profesada por los protes
ponerse de acuerdo sobre un elenco determi tantes, y después por los Ligueurs, la doctri
nado. Persistieron las divergencias en el siglo na de la soberanía popular estaba muy viva
xvii, por ejemplo sobre la regalía universal o en la segunda mitad del siglo xvi. Todavía se
sobre la apelación por abuso, pero la misma mantiene en la asamblea del clero de 1615,
imprecisión de la lista actuaba en favor de las como tenue sobrevivencia. Pero el triunfo del
pretensiones galicanas. absolutismo de derecho divino en el siglo
El elenco de las libertades redactado por xvu hace insostenible la idea de una deposi
Pithou estaba dedicado a Enrique IV como ción del principe, cualquiera que sea la moti
“ Rey cristianísimo, hijo primogénito y pro vación.
tector de la Iglesia y especialmente como Asi pues, a pesar de los intentos realizados
patrón de la de vuestro reino”. a finales del siglo xvi para fijar las máximas,
Las principales reglas formuladas por Pi el g. continúa siendo una doctrina multi
thou indican que su g.. preocupado sobre todo forme.
por mantener las prerrogativas regias y por Richelieu, obispo y cardenal, pero también
lim itar las intervenciones pontificias en los prim er m inistro del rey. intentará conciliar
asuntos de la iglesia de Francia, se dirigía estas corrientes diversas entre 1624 y 1642.
también a establecer ciertas máximas refe Custodio celoso de las prerrogativas de la
rentes a la disciplina eclesiástica. corona, quiere asegurar al mismo tiempo al
Pithou se reservó la exposición de las prue papa el “ respeto y reverencia que le son debi
(iALICANlSMO 695
dos". Como jefe de gobierno, Richelieu pro tución Inter multíplices, Alejandro VIII decla
fesa un galicanismo político que lo lleva a afir rará nula la declaración. Sin embargo, desde
mar la independencia absoluta del rey en el antes, las críticas que levantó la declaración
dominio temporal; como obispo y caí denal desde su misma publicación, incluso en la
quiere evitar un cisma, al que podría llevar facultad de teología, en Francia y en varios
un g. exagerado. De todo ello se desprende su países extranjeros, indujeron al rey a encar
voluntad de m oderar los excesos de la Sor- gar a Bossuet la redacción de una defensa. La
buna y de los parlamentos, política prudente Defensiu declaratiunis cleri gallicani, term i
que se expresa en los preceptos de su "Testa nada en 1685, constituye la sumnia más com
mento político": “si los reyes están obligados pleta del galicanismo. No obstante, su publi
a respetar la tiara de san Pedro, igualmente cación no fue inmediata, porque se quería evi
lo están a salvaguardar el poder de su pro tar sin duda la tensión con Roma. Solamente
pia corona". en los primeros años del siglo xvm se empie
za a difundir en varias ediciones, aunque ya
III. 1)F. I.A DECLARACION DE I6s2 Al. FIN DEL ANTIGUO en 1684 se había publicado el Tractatus de
régimen. Para sostener su propia posición liberiatibus ecclesiae gallicanae de A. Charles.
respecto a Inocencio XI, Luis XIV se apoya En el siglo xvm el "g. real" queda un poco
en la asamblea del clero. Sin llegar a la con a la sombra. La monarquía, preocupada por
vocatoria de un concilio nacional, idea que las controversias jansenistas, tiene necesidad
había sido tomada en consideración por par de la autoridad de Roma, y a menudo las ten
le de algunos, reúne a una asamblea extraor dencias ultram ontanas se manifiestan en el
dinaria del clero que el 19 de mayo de 1682 mismo consejo del rey.
publica la célebre declaración de los cuatro Cuando el antiguo régimen toca a su fin,
artículos en la que la doctrina galicana se afir Guyot, en su Répertoire universe! et raisuns
ma de modo vigoroso. de jurisprudence (t. x, París, 1785, sobre las
Ya no se presenta como una codificación Lihertés gallicunes) propone una definición
de usos de la iglesia de Francia sino que quie moderada y prudente de las libertades gali
re ser considerada como enseñanza doctrinal. canas: "La palabra ‘libertad’, que para los
El articulo primero, que retoma con rigor las espíritus serviles de los ultram ontanos pare
tesis de los tres artículos de 1626 sobre la ce designar privilegios exorbitantes, no indi
independencia y autoridad del rey, cita el ca más que el antiguo derecho común de
Evangelio y a san Pablo, presentando la pro todas las iglesias, derecho común que los
pia "d o ctrin a... como conforme a la palabra franceses han sabido conservar y defender
de Dios". El artículo 2 confirma la autoridad contra las iniciativas de la corte de Roma con
de los decretos del concilio de Constanza, mayor constancia que los magistrados y doc
invocando "la práctica de los pontífices roma tores de las otras naciones católicas."
nos" y la tradición de la iglesia galicana en Considerada doctrina oficial, aunque enten
lo que respecta a la "plenitud del poder" de dida de manera distinta por la monarquía, los
la sede romana, lo que significaba adoptar, parlamentos y el clero, el g. no es solamente
sin decirlo explícitamente, la teoría de la tema de tratados y discursos. En el trascur
superioridad del concilio sobre el papa. El art. so del siglo xvm se pueden detectar manifes
3 limita el gran poderío pontificio, del que taciones sociales concretas en la apelación
"conviene regular el uso", mediante la obli por abuso, en los impuestos sobre el clero, en
gación de respetar los cánones y usos, espe la jurisdicción eclesiástica y en la poca recep
cialmente los de la iglesia galicana. Finalmen tividad en Francia de las bulas pontificias
te el art. 4 establecía que "el juicio del papa (como por ejemplo una de Clemente XII en
no es irreformable, a menos que intervenga la que canonizaba a san Vicente de Paul).
el consenso de la iglesia".
Los cuatro artículos, obra principalmente IV. CONTINUACIÓN DEL PROCESO EN LA ÉPOCA REVOLU
del obispo de Meaux, Bossuet, serán durante CIONARIA E imperial (1790-1815). Al votar la
más de un siglo la carta del g. y su enseñanza constitución civil del clero el 1 2 de julio de
en las facultades de teología fue prescrita por 1790, la asamblea constituyente realiza una
la autoridad política. En 1691, con la consti aplicación de las doctrinas galicanas que nun
696 GALICANISMO
De hecho, después de las deliberaciones del nunciatura de París et les affaires écclésiastiques
Concilio Vaticano I, el g. ya no tiene muchas de France sous le regne de Louis-Philippe, 1830-
posibilidades de expresarse oficialmente. Por 1838, París, 1949; J. Maurain, La politique écclé-
otro lado los profundos cambios políticos lle siastique du Second Empire de I852á 1869, París,
van consigo nuevas tendencias. La caída de 1930; G. Mollat, Les origines du gallicanisme par-
Roma plantea al mundo católico la cuestión lementaire aux xiV el x \f siécles, en Rev. d'His-
de la libertad del papa. En Francia, la lucha toire Écclés., t. 43, 1948; M. Nuttinck, La vie et
republicana, el anticlericalismo y el ateísmo l'oeuvre de van Espcn, Lovaina, 1969; E. Preclin
provocan la formación de nuevos grupos, y E. Jarrv, Les luttes poli tiques et doctrinales aux
favoreciendo un ultram ontanism o cada vez xviie et xviii* siécles, en Histoire de l'église, diri
más extendido. gida por A. Fhche y V. Martin, t. xix, París,
La solución del conflicto, con la separación Bloud et Gay. 1955-1956, 2 vols.; J. Quillet, La
de la iglesia y del estado, plantea en nuevos philosophie politique du “Songe du vergier",
términos la cuestión de las relaciones entre París, Vrin, 1977; J. Riviére, Le problema de l'égli
los dos poderes, asi como la de las relaciones se et de le taran temps de Pltilippe le Bel, Spici-
entre Roma y las iglesias locales. Las tesis legium sacrum lovaniense, viii, Lovaina, 1926;
galicanas ya no ofrecen soluciones válidas y E. Sevestre, Les idees gallicanes et royalistes du
los nuevos grupos se forman alrededor de un huut-elergé á la fin de l ‘A nden Régime, París.
ultramontanismo dominante en toda Europa. Picard, 1917.
Sin embargo, aunque el g. como doctrina per
tenezca al pasado, durante mucho tiempo [JF.AX GAUDEMF.T]
ciertos tipos de sensibilidad llevarán todavía
su sello.
declinó tuda propuesta de escribir un trata para los que es posible distinguir en la con
do semejante, diciendo que "no estaba hecho cepción gandhiana "lo que está vivo de lo que
para redactar escritos académicos" va que su está muerto", o sea distinguir aquellos aspec
fuerte estaba en el terreno de la acción. La tos que son meramente culturales o relativos
mayor parte de sus escritos, en efecto, con a una época o situación histórica concreta de
sisten en miles de artículos, la mayoría bas lo que es válido más allá de ellos y continúa
tante breves, reflexiones, cartas, llamados, siendo de gran interés y actualidad. Entre lo
redactados generalmente con ocasión de que se considera vivo se encuentran general
determinados acontecimientos y casi siempre mente: a] la critica de Gandhi al industrialis
con el fin de aclarar para sí y para los demás mo en cuanto tal y no sólo en su variante capi
aspectos e implicaciones de su concepción no talista; b] su concepción de un "estado no vio
violenta. La mayor parte de dichos escritos lento"; c] sus ideas sobre la educación fun
aparecían en inglés en dos semanarios, Young dada en la participación en el trabajo produc
India y Harijun (literalmente “el pueblo de tivo, sobre todo manual; dj su filosofía de los
Dios", expresión con la que Gandhi se refe conflictos de grupo; e] su concepción de las
ría a los intocables), a través de los cuales relaciones entre ética y política, y fj su doc
Gandhi se dirigió al pueblo indio y al mundo trina del satyagraha como modalidad especial
entero por espacio de casi treinta años. La de lucha política. En este artículo nos limita
recopilación completa de los escritos de remos a exponer en sus líneas esenciales los
Gandhi. todavía en proceso de publicación, ha dos últimos aspectos.
llegado ya al volumen setenta y cinco.
A p artir de esta vasta obra se pueden 1. Etica Ypolítica. A menudo se suele distinguir
extraer un conjunto de ideas filosóficas y reli entre ética individual o privada y ética de gru
giosas, conceptos ético-políticos, proposicio po o política, apelando a Maquiavelo, a Lute
nes sobre el sentido de la historia y de la vida ro, a los teóricos de la razón de estado, a Mei-
humana, tesis sobre la naturaleza del hombre necke, a M. Weber y a muchos otros teóricos
y los conflictos humanos, concepciones de la y filósofos políticos. A la prim era se la hace
educación, sobre la vida asociada y el poder coincidir, grosso modo, con una etica univer
político, propuestas de estrategia y métodos salista articulada en una serie de obligacio
de lucha política, todo lo cual, sistematizado nes (no mentir, no matar, etc.) que el indivi
según cierto criterio interpretativo, puede duo ha de aceptar en sus relaciones, incluso
presentarse como una "doctrina" particular conflictivas, con otros individuos a cuyos inte
a la que se le puede asignar el término gan- reses debe estar abierto de manera imparcial
dhismo. y altruista. En dicha doctrina ética subyace
La falta de sistematización de los escritos una concepción del individuo humano como
gandhianos (de una manera muy similar a los ser racional, influiblc por una argumentación
de Gramsci) y las incoherencias que a menu o por una apelación moral, capaz de simpa
do aparecen entre ellos, hace muy laboriosa tía respecto a otros individuos con los que
la tarea de ofrecer una reconstrucción siste entra en contacto y de una conducta no vio
mática y coherente de la "doctrina" gandhia- lenta incluso en situaciones de conflicto inte-
na, así como la de defender una interpreta rindividuul muy agudo. La ética de grupo o
ción correcta de la misma. De hecho, las inter política, por el contrario, se identifica, siem
pretaciones del g. son muchas y variadas (así pre grosso modo, con una ética particularis
como las valoraciones de la obra política de ta que plantea el criterio de justificación
Gandhi) y van desde lo más negativo, cuando moral de la acción colectiva, o de un indivi
se afirma que no se trata de una doctrina ori duo que actúa en nombre de un grupo, con
ginal sino de un acervo de tesis entresacadas miras a la máxima realización posible del
de aquí y de allá, hasta lo extremadamente interés colectivo (del estado, nación, clase,
positivo, cuando se ve en el g. la única doc partido o en general de un cierto grupo). El
trina verdaderamente nueva de nuestro siglo fin, o sea el interés del estado, nación, clase,
(considerando el leninismo y el maoísmo etc., justifica cualquier medio apto para con
como una simple variante del marxismo). seguirlo de modo eficaz, y por tanto, si es
Entre estos dos extremos se ubican aquellos necesario, también el uso de medios violen
GANDHISMO 699
tos. A una tal doctrina normativa subyace una hacer operante la "ley" en la que se funda en
concepción de los grandes grupos (naciona la esfera política, ya que al refutar toda for
les, económicos, etc.) movidos exclusivamente ma de fuerza y constreñimiento no propone
por motivos de egoísmo colectivo o de todos ninguna alternativa concreta y eficaz a la vio
modos como mínimamente interesados en las lencia y acaba por renunciar del todo a la polí
necesidades, incluso las más vitales, de otros tica. Pero no ocurre lo mismo con Gandhi, el
grupos y por lo tanto difícilmente influibles cual, al mismo tiempo que rechaza la violen
por la apelación a razones de justicia, de don cia y un poder fundado en la amenaza de la
de se deduce que las relaciones conflictivas misma, no renuncia a la política, sino que par
entre dichos grupos se van a regular por el ticipa en ella como primer actor y líder, indis
uso del poder, o sea por la amenaza de la vio cutible durante muchos años, del movimien
lencia y finalmente por el empleo efectivo de to no violento de liberación de la India res
la misma. La política se convierte así necesa pecto del yugo del imperialismo británico. Y
riamente en relación de poder y violencia puede hacer esto por dos razones concretas:
(‘‘Ihrem Viesen nach Umgang mit der Gevvalt” a] porque su rechazo de la violencia no impli
como dice Jaspers parafraseando a Weber) y ca el rechazo de toda forma de fuerza o pre
la ética política, en cuanto distinta de la indi sión, y b] porque logró inventar una modali
vidual, no es más que una ética de justifica dad de lucha no violenta en gran escala, apli
ción del poder y de la violencia con vistas a cable en el plano de la masa y especialmente
fines definidos en términos de intereses de eficaz, a la que dio el nombre de satyagraha.
grupo considerados legítimos como tales. La contribución particularmente interesante
Según una interpretación muy común, uno del g. a la cuestión de las relaciones entre éti
de los aspectos más interesantes del g. con ca y política consiste por lo tanto en haber
siste precisamente en el rechazo de la concep puesto en tela de juicio el tema pesimista de
ción dualista anteriorm ente delineada. Gan- la acción de grupo que subyace en la concep
dhi escribe: "Lo que es éticamente malo para ción dualista, demostrando, a través de sus
un individuo es igualmente malo para una "experimentos" de lucha satyagraha. que
comunidad o una nación" (Ha rijan, 26 de abril incluso los grandes grupos, en situaciones
de 1942). En dicha posición no hay nada ori conflictivas agudas del tipo de las que se regu
ginal en absoluto; sólo para citar un ejemplo, lan con el recurso a la violencia, están en con
Bentham había ya rechazado implícitamen diciones de comportarse de modo altamente
te la distinción entre ética individual y ética moral y no violento, logrando bloquear la vio
de grupo señalando (en el prim er capitulo de lencia del adversario y alcanzar determ ina
los Principies of moráis and legislalion) que dos objetivos justificables y éticamente legí
el principio de utilidad que está en la base de timos respecto de una concepción ética uni
su doctrina ética es válido indistintamente versalista.
tanto en la esfera privada corno en la políti
ca. Y Tolstoi, que tuvo una notable influen i i . f. l s a t y a g r a h a . Gandhi distingue tres tipos
cia en la formación del pensamiento gandhia- de no violencia: "la no violencia del fuerte",
no, habia ya rechazado con anterioridad la “ la no violencia del débil" y "la no violencia
concepción dualista sosteniendo la existencia del cobarde”. Con esta última expresión quie
de una sola ética, válida tanto para los indi re denunciar la actitud de los que huyen de
viduos como para los grupos, y ésta era la éti la violencia por pura cobardía o por otros mo
ca del amor, la cual prohíbe toda forma de tivos egoístas. A éstos, cuando sea necesario
fuerza y constreñim iento y prescribe asumir luchar por los intereses legítimos propios o
los sufrimientos en la propia persona siem para proteger los intereses legítimos de otros,
pre que ésta sea la única alternativa respec Gandhi les recomienda el recurso a la vio
to a infligirlos a otros. “La renuncia a toda lencia: " . . .estoy convencido de que la no
oposición que implique el uso de la fu e rz a... violencia es infinitamente superior a la vio
es lo que prescribe la ley del amor no adulte lencia. .. [pero] creo que en el caso en que la
rado por sofismas” (asi escribe Tolstoi en una única opción posible fuera entre la cobardía
famosa carta a Gandhi en septiembre de y la violencia, yo aconsejaría la violencia. ■.
1910). Sin embargo, el tolstoísmo no logra Preferiría que la India recurriera a las armas
700 GANDHISMO
para defender su honor antes que. de una lencia en el mundo en lugar de disminuirla.
manera cobarde, se convirtiera en testimonio Para dem ostrar esta tesis Gandhi se remite
impotente del propio deshonor” (Teoría e pra- a toda la historia humana, que si desde un
tica dalla non violenta, 1973, pp. 18-19). Con cierto ángulo visual se presenta como una
la expresión “no violencia del débil” Gandhi emancipación progresiva de la violencia ("la
entiende la posición de aquellos que en una historia es en realidad el registro de todas las
situación conflictiva aguda no recurren al uso interrupciones en la constante acción de la
de la violencia por la simple razón de que no fuerza del am or”, op. cit., p. 65), por otro ludo
disponen de los medios necesarios para lle se presenta como un proceso de continua
var adelante una lucha violenta. Gandhi for escalada de la violencia armada, desde los
muló muchas veces la opinión de que la no tiempos en que los hombres se combatían con
violencia con la que el Partido del Congreso armas de alcance destructivo muy limitado
se habia distinguido durante la lucha de libe hasta nuestros días, en que el hombre dispo
ración del yugo británico era de este tipo. La ne de instrumentos de destrucción que ponen
"no violencia del fuerte” es en cambio para seriamente en peligro la existencia del géne
Gandhi la posición de aquellos que aun ro humano y de toda otra forma de vida sobre
teniendo los requisitos necesarios (valentía, la tierra. "El punto de saturación de la vio
espíritu de abnegación, voluntad de resistir, lencia” está constituido, según Gandhi, pol
etc.) para el uso de la violencia por una cau la segunda guerra mundial, sellada por la
sa justa, se niegan a recurrir a este método matanza atómica de Hiroshima y Nagasaki:
de lucha por determinadas razones de orden "a no ser que el mundo acepte ahora la no vio
moral y sostienen poder llevar adelante la lencia, irá de seguro al suicidio” (Ha rijan, 29
lucha de manera eficaz con métodos distin de septiembre de 1946).
tos. En este contexto se ha de entender la La no violencia a la que Gandhi se refiere
reflexión de Gandhi sobre la violencia y el sa- es el satyagraha, término acuñado por él mis
ty agrafía. mo y que significa, más o menos, una moda
El rechazo de Gandhi a la violencia no con lidad de lucha caracterizada por la firmeza
sidera solamente el uso de la fuerza armada: en la verdad. Dicha modalidad de lucha se
comprende cualquier forma intencional de define según seis principios fundamentales,
homicidio o de infligir sufrimientos, físicos que e x p resad o s b rev em en te son los
o psíquicos, por comisión o por omisión, a siguientes:
cualquier ser sensible. Entendida de este 1] En una situación conflictiva no se han de
mudo tan amplio la violencia no resulta del fijar objetivos incompatibles con la concep
lodo eliminable de nuestras vidas; "ya que ción ética que subyace en la doctrina no vio
toda actividad comporta en cierta medida vio lenta: "Es imposible practicar el satyagraha
lencia, lo único que podemos hacer es redu al servicio de una causa injusta” (Gandhi, op.
cirla al mínimo” (op. cit., p. 77). La norma que cit., p. 2 2 ).
subyace en la doctrina no violenta de Gan 2] En una situación conflictiva se debe plan
dhi no es pues tanto la que prescribe abstener tear desde el inicio la lucha de modo tal que
se de la violencia como la que prescribe no amenace al adversario en sus intereses
actuar de modo tal que nuestra acción lleve vitales (la vida, la integridad física y psíqui
a la mayor reducción posible de la violencia ca), escogiendo técnicas de lucha deliberada
a largo plazo y en todas sus formas. Con base mente dirigidas a minimizar los sufrimientos
en dicha norm a no se puede excluir a priori que el conflicto puede comportar para la par
el recurso a la violencia armada, por cuanto te adversaria.
ésta, en una determinada situación conflicti 3] En una situación conflictiva es preciso
va, pueda conducir a la máxima reducción estar dispuesto a asum ir sacrificios que pue
posible de la violencia en el mundo. Se trata den llegar a ser considerables. Aparte el
pues de una cuestión empírica. Sin embargo, hecho de que quien recurre a la violencia tam
Gandhi tenia la firme convicción de que el bién ha de estar dispuesto a asum ir todos los
recurso a la violencia armada, de cualquier sacrificios que comporta tal método de lucha,
forma, además de corrom per el buen fin que incluido el sacrificio de la propia vida, Gandhi
se busca con ella, hace que aumente la vio fundamenta este mismo requisito en un doble
GANDHISMO 701
yen la ingobcrnabilidad a las demandas exce y de una crisis de apoyo político de los ciu
sivas de los ciudadanos. En esta segunda posi dadanos a las autoridades, a los gobiernos.
ción se define la ingobernabilidad como una En su formulación más compleja, la ingober
sobrecarga de demandas. En línea general las nabilidad es la suma de una crisis de entra
dos interpretaciones tienen algunos puntos de da y de una crisis de salida. "Las crisis de sali
contacto, pero si se consideran como comple da tienen forma de crisis de racionalidad: el
tamente distintas tienden a degenerar en acu sistema administrativo no logra hacer com
saciones (contra los gobernantes o contra patibles o manejar los mecanismos de control
algunos grupos sociales, como los sindicatos) que le exige el sistema económico. Las crisis
o en posiciones ideológicas (regreso a un míti de entrada tienen forma de crisis de legitimi
co estado de "quietud” del sistema fundado dad: el sistema legitimator.o no logra man
en la obediencia de los ciudadanos o avance tener el nivel necesario de lealtad de las
hacia el socialismo o superación del capita masas al actuar los mecanismos de control
lismo). Su debilidad principal está en la falta que le exige el siste m a eco n ó m ico "
de integración, en el plano analítico, de dos (Habermas).
componentes fundamentales: capacidad y Antes de pasar a analizar en particular y
recursos de gobiernos y gobernantes por un en sus diversos componentes las tres tesis
lado y demandas, apoyo y recursos de los ciu expuestas sucintamente, es conveniente plan
dadanos y grupos sociales por el otro. La g. tearse una cuestión preliminar: ¿por qué a
y la ingobernabilidad no son pues fenómenos principios de los años setenta han prolifera-
acabados, sino procesos en curso, relaciones do las hipótesis, tesis e interpretaciones sobre
complejas entre los componentes de un sis el concepto de ingobernabilidad? En cierta
tema político. medida es evidente que los estímulos que han
suscitado la elaboración de las tres tesis ante
II HIPOTESIS SOBRE LA IKGOBERNíAIULIDAD. No CS riormente mencionadas han sido diversos, ya
tarea fácil extraer de la literatura especiali sea en el nivel teórico o en el nivel práctico
zada, vasta pero poco sistematizada, amplia contingente. Pero no hay duda de que también
pero a menudo confusa, hipótesis claramen responden a un proceso común que han sufri
te planteadas. En un intento de simplifica do todos los sistemas políticos occidentales:
ción, es posible sostener que los autores que la expansión de la política, de toda su esfera
se han ocupado de esta problemática defien y actividad, de la participación de los ciuda
den en todo o en parte una de las siguientes danos y de la intervención del estado. Dicha
hipótesis (o una combinación de las mismas): expansión constituye el motor de un fenóme
I. La ingobernabilidad es el producto de una no que presenta rasgos peculiares respecto
sobrecarga de demandas a las que el estado del pasado. Sin embargo las características
responde con la expansión de sus servicios y atribuidas al fenómeno actual de ingoberna
de su intervención, pero que provoca inevi bilidad no son elementos absolutamente nue
tablemente una crisis fiscal. En este caso vos. Crisis fiscales de los estados, falta de ins
ingobernabilidad se considera equivalente a titucionalización de las organizaciones y pro
crisis fiscal del estado (O'Connor). 2. La ingo cesos políticos, colapso de los aparatos admi
bernabilidad no es solamente ni principal nistrativos y falta de legitimidad de las estruc
mente un problema de acumulación y distri turas políticas se han producido en todo
bución de recursos, bienes y servicios a los tiempo y lugar, y frecuentemente han lleva
ciudadanos, sino más bien un problema de do a revoluciones, guerras civiles y golpes de
naturaleza política: el de la autonomía, com estado. Queda pues rechazada la pretensión,
plejidad, cohesión y legitimidad de las insti propia de quien no posee una memoria his
tuciones. En su exposición más sintética e tórica suficientemente amplia, de hacer resal
incisiva, “la g. de una democracia depende de ta r con exceso las peculiaridades de la época
la relación entre la autoridad de las institu actual. No obstante, no se descarta que ade
ciones de gobierno y la fuerza de las institu más del fenómeno de expansión politica, exis
ciones de oposición” (Huntington). 3. La ingo tan en la actualidad otras características nue
bernabilidad es el producto conjunto de una vas que es preciso determ inar con respecto
crisis de gestión adm inistrativa del sistema a la ingobernabilidad.
(¿OBKKNAHILIDAD 70S
No sólo el estado con sus aparatos ideoló respectivamente la versión débil y la versión
gicos y administrativos se ha convertido en fuerte de una misma tesis que establece la
el punto de referencia principal de las activi raíz económica de la pérdida de legitimidad,
dades políticas de los ciudadanos y de los gru más o menos gradual, por parte del estado.
pos y con su intervención creciente y suhli- Ambas versiones basan su planteamiento en
minal en todos los estratos de la sociedad ha el papel del estado en la economía, pero mien
incidido sobre sus mismas fuentes de legiti- tras que la primera se preocupa de los pro
mi/ación. Además se han producido cambios cesos a corto plazo y no propone una inter
no solamente en las relaciones de fuerza inter pretación global del estado capitalista, la
nas de cada estado, sino también en las rela segunda intenta fundam entar una teoría de
ciones entre estados. Por ejemplo, un conjun la crisis del estado capitalista derivada de la
to de países del tercer mundo puede dificul asunción de nuevas funciones.
tar la adquisición a bajo precio de m aterias 1.a formulación del más prolífico exponen
primas y fuentes energéticas, introduciendo te de la tesis de la sobrecarga es bastante sim
un factor de fuerte disfuncionalidad en la acu ple: "Cuando el producto nacional aumenta
mulación y distribución de recursos por parte más lentamente que los costos de los progra
de los sistemas políticos occidentales. mas públicos y de las demandas salariales, la
Por lo tanto, la crisis actual, de cualquier economía está sobrecargada" (Rose, 1978). Las
forma que se interprete, tiene como telón de consecuencias de la sobrecarga pueden ser de
fondo una serie de acontecimientos de carác diversos tipos. En prim er lugar pueden inci
ter político en sentido amplio. Ciudadanos y dir en la eficacia del gobierno, o sea en su
grupos organizados de los sistem as políticos capacidad para alcanzar los objetivos prome
occidentales, habituados a un crecimiento tidos y m antener la fe en los compromisos.
constante e ininterrum pido desde finales de En segundo lugar influyen en el consenso de
los cincuenta y hasta principios de los seten los ciudadanos, o sea en su disposición a obe
ta, se han encontrado de improviso ante un decer espontáneamente las leyes y directivas
estancamiento del proceso y una posterior del gobierno aunque éstas vayan en contra de
inversión del mismo. A fin de alejar las con sus intereses contingentes.
secuencias desagradables y aprovechando los Un gobierno que mantenga el consenso de
numerosos espacios disponibles de participa los ciudadanos, pero que pierda eficacia, será
ción, ciudadanos y grupos han presionado improductivo. Si la situación persiste, a la lar
sobre los respectivos gobiernos a fin de que ga la pérdida de eficacia llevará a una dismi
mantuvieran el mismo nivel de servicios nución del consenso y por lo tanto a la ilegi
sociales globales. En los sistemas competiti timidad a los ojos de los ciudadanos e inclu
vos, los diversos gobiernos han accedido a so a una posible caída. Es raro el caso inver
tales demandas a fin de no perder las eleccio so de un gobierno que goza de escaso consen
nes y así el desequilibrio entre entradas y sali so pero que es eficaz, y que por lo tanto puede
das ha aumentado considerablemente apare recurrir a la coerción con respecto a los opo
ciendo la espiral inflacionaria (sin reducir por sitores. Solamente un gobierno que se base
otro lado la insatisfacción de los diversos gru en la eficacia y en el consenso es un gobierno
pos). Según el tipo de sistema, la disponibili plenamente legítimo y así pues, en los siste
dad de recursos, la capacidad de los gobier mas políticos contemporáneos, cada vez más
nos, el nivel asociativo y el control de las aso la legitimidad es el producto de las prestacio
ciaciones sobre los procesos políticos, el coe nes gubernamentales que satisfacen las exi
ficiente de inflación y la crisis de g. se han gencias de amplios grupos sociales.
manifestado de manera distinta. Sin em bar Recientemente los exponentes de la versión
go, dicho proceso ha afectado a todos los sis de la sobrecarga se han planteado la cuestión
temas políticos. Pasemos a analizar más deta de si esta sobrecarga pueda conducir final
lladamente las tesis anteriorm ente mencio mente a la bancarrota de los gobiernos. La
nada'-. pregunta se origina en el constante desequi
librio entre entradas y salidas y en la impo
m so brecarg a y c r isis fiscal d e l e sta d o . Sobre sibilidad que tienen algunos gobiernos de
carga y crisis fiscal del estado representan reducir en forma significativa el gasto públi
706 (iOBERNABIUÜAD
co o de aumentar de modo adecuado las entra "el estado debe esforzarle por crear y conser
das. La respuesta a tal pregunta es que los var condiciones idóneas para una rentable
gobiernos no pueden declararse en bancarro acumulación de capital y, por otro lado, por
ta como hacen los comerciantes o las indus crear y conservar condiciones idóneas para
trias. Para evitar este fenómeno existen las la arm onía social. Un estado capitalista que
redes de solidaridad entre los gobiernos occi utilizara abiertamente sus propias fuerzas de
dentales, basadas en una valoración de las coerción para ayudar a una clase a acumu
repercusiones internacionales que tendría. lar capital a costa de otras clases perdería
Sin embargo con ello sigue planteado el pro legitimidad y socavaría las propias bases de
blema de la erosión de legitimidad de un lealtad y consenso. Pero un estado que igno
gobierno que en la práctica resulta insolvente. rara la necesidad de estim ular el proceso de
Los partidarios de la versión de la sobre acumulación de capital correría el riesgo de
carga. cuando se aventuran a proponer solu cegar la fuente del propio poder: la capaci
ciones. caen en las recetas de sello neolibe dad de la economía de generar excedentes y
ral. La prim era de estas soluciones se consi los impuestos grabados sobre tales exceden
dera ya clásica: "reducir de modo significa tes" (Ó’Connor).
tivo la actividad del gobierno”. Se trata de Con una argumentación basada casi exclu
una receta a largo plazo, dados los compro sivamente en el contexto estadunidense y en
misos de gasto asumidos por numerosos pro la evolución del presupuesto estatal y de los
gramas de gobierno y dadas las limitaciones sectores económicos de aquel país, la tesis de
electorales, lo cual hace que no sea aceptada la crisis fiscal del estado aparece dudosa bajo
sino parcialmente. Ni siquiera los llamados distintos puntos de vista. En prim er lugar la
gobiernos burgueses que han sucedido a los premisa de fondo, que establece la necesidad
socialdemócratas en Suecia han querido o por parte del estado (capitalista) de garanti
han sabido desmantelar el estado de bienes zar la acumulación y de preservar la legiti
tar. La segunda receta, de mayor complejidad, midad, parece olvidar que éstas son prácti
consiste en intentar reducir las expectativas camente las funciones indispensables, esen
de los grupos sociales, desvaneciendo la ilu ciales, de todos los estados contemporáneos
sión de que en un momento u otro el estado desde el momento en que se ha superado la
intervendrá para salvar o sanear cualquier etapa de un estado como vigilante nocturno.
situación. Aunque choque con valores y creen En todo caso varían las modalidades con las
cias muy difundidos, en caso de tener éxito que se cumplen tales funciones y el peso de
esta receta representaría un elemento impor la coerción y del consenso en el proceso de
tante "en descargo" de tos estados. La terce acum ulación y de distribución de los
ra receta consiste en aum entar los recursos recursos.
o entradas a disposición del estado; a pesar Además falta una explicación a fondo de las
de la "bendición a medias” de la inflación, razones por las que la crisis fiscal del estado
resulta una solución difícil. Finalmente, una se presenta con características más graves a
receta apenas esbozada por los investigado p a rtir de la mitad de los sesenta (aunque el
res de la sobrecarga consiste en proceder a caso norteamericano pueda interpretarse par
una reorganización de las instituciones esta cialmente a la luz de la excesiva expansión del
tales en el sentido de su simplificación en lo gasto público derivada de la decisión de John
que respecta a que la complejidad estorba a son de financiar el estado de bienestar, o sea
su eficacia. En esta última temática se basa los programas de la Gran Sociedad, y el war-
también la versión fuerte de la crisis fiscal farc State, o sea la guerra de Vietnam) y no
del estado y las tesis de las crisis de la demo se mencionan los mecanismos políticos que
cracia y de la racionalidad del estado. han conducido a este estado de cosas. No se
Por lo que respecta a la tesis de la crisis fis llega a un análisis profundo y adecuado de la>
cal del estado, se parte de la premisa de que relaciones entre la función de acumulación
el estado capitalista, a fin de asegurar su y la función de legitimación, que según O’Con-
reproducción, debe desempeñar dos funcio nor estarían caracterizadas por una contra
nes fundamentales: garantizar la acumula dicción interna. En el análisis económico de
ción y mantener la legitimidad. En resumen. la crisis fiscal del estado norteamericano el
G O B F .R N A H IM D A D 707
' el sistema sociocultural no genera en la cos que han existido históricamente. Por lo
medida necesaria una motivación para la tanto el término g. tiene connotaciones de
acción." problema efectivamente nuevo. Aceptado
Permaneciendo siempre en la linea de la esto, se plantea la discusión sobre las carac
tradición de Francfort, Habermas no formu terísticas de tal novedad y sobre sus impli
la soluciones especificas al problema de la cri caciones. La confrontación de las diversas
sis de racionalidad. Sin embargo, partiendo tesis hasta ahora formuladas suscita una pro
de la contradicción de fondo, que se expresa blemática de tales dimensiones que no pue
de esta manera: ‘ en la medida en que los de interpretarse en forma reduccionista como
recursos económicos no bastan para alimen una simple crisis de sobrecarga o crisis fis
tar debidamente a las víctimas del crecimien cal del estado, ni tan sólo como una mera cri
to capitalista, se plantea el dilema entre inmu sis de los aparatos políticos, sino como cri
nizar al estado contra tales pretensiones o sis global de transformación de las bases de
paralizar el proceso de crecimiento", Haber todo un sistema social (ya sea que nos limite
mas establece las soluciones que se han de mos a los sistemas capitalistas, como se hace
evitar. En abierta polémica contra la teoriza comúnmente, o que nos extendamos, como
ción de Niklas Luhmann, rechaza la solución seria lo correcto, a todos los sistemas contem
fundada en la planificación o en la creación poráneos avanzados).
de un estado administrativo protegido por los En esta perspectiva, la indicación metodo
partidos y por la opinión pública, inmuniza lógica de Luhmann adquiere todo su valor. La
do respecto a una participación demasiado necesidad de tener en cuenta interacciones
incidente. globales no reducibles a intercambios bilate
En conclusión, aunque articulada y profun rales y relaciones en las que no son inmedia
da en el análisis, la tesis de la crisis de la tamente identificables todos los actores, obli
racional idad del estado, aun captando mejor ga a avanzar en la linea de un análisis sisté-
que cualquier otra tesis los nexos entre las mico. Éste se funda en la detección de cam
diversas esferas que por si solos pueden expli pos funcionales y en la verificación de las
car la ingobernabilidad de los sistemas glo posibilidades existentes para la acción con la
bales, parece pecar de falta de realismo. En correspondiente selección de opciones. Pero
efecto, algunas de las categorías usadas, entre tampuco Luhmann ofrece indicaciones con
ellas la de propiedad y la de clase social, han cretas en cuanto a perspectivas de investi
sido sometidas a una severa y drástica críti gación.
ca, obligando a una rcformulación; otras, Si por un lado a algunas de las tesis ante
como por ejemplo la de participación, están riormente expuestas les falta la congruencia
actualmente en proceso de revisión. Haber indispensable para ser verdaderas y reales
mas no llega a confrontar plenamente dos de teorías interpretativas (como es el caso de las
los más importantes conceptos desarrollados tesis de la sobrecarga y de la crisis fiscal del
lúcida y fríamente por Luhmann, a saber: la estado), por otro tienen el mérito de ser fácil
sustitución de una explicación fundada en la mente falsificablcs. La tesis de la crisis de la
estratificación por clases por una basada en democracia parece haber sido formulada en
la diferenciación funcional y por la categoría términos tales que se pueda llegar a una veri
de “globalidad social". ficación empírica, gracias a la detección pre
cisa de áreas en las que tal verificación es
v i i'ERsi’ECTiVAS de la inv est ig a c ió n . Es precisa posible y auspiciable. En cambio, la tesis de
mente la categoría de globalidad social la que la crisis de racionalidad, por su misma pre
indica el camino potencialmcnle más fecun tensión de oinnicomprensividad, se coloca en
do para el análisis de los problemas de g. y un nivel de abstracción excesivamente eleva
de ingobernabilidad de los sistemas políticos do, haciéndose necesaria una traducción en
contemporáneos. No hay duda de que, desde términos operativos; por lo tanto está desti
cualquier punto de vista con que se enfrente nada a chocar con algunos de los procesos
la temática, se hace evidente que los sistemas reales detectados por Luhmann y a reform u
políticos actuales son más difíciles de gober lar algunos de los conceptos clave que utiliza.
nar v de transform ar que los sistemas políti
710 G O H II-R N O
bibliog rafía :J. Habermas, Problemas de legiti poder de g. en un área estatal. Sólo en casos
mación en el capitalismo tardío (1973), Buenos excepcionales, o sea cuando las instituciones
Aires, Amorrurtu, 1975; S.P. Huntington y J. están en crisis, el g. tiene carácter carismáti-
Watanuki, La crisi della democrazia. Rappurlo co y su eficacia depende del prestigio, del
sulla govemabilitíi delle democrazie alia Comis- ascendiente y de las cualidades personales del
sione Trilatérale (1975), Milán, Franco Angelí, jefe del g.
1977; N. Luhmann, Poten e complessitá sacíale Existe, por lo tanto, una segunda acepción
(1975), Milán, II Saggialore, 1979; J. O'Connor, del término g. que se apega más a la realidad
The fiscal crisis v f the State. Nueva York, Saint del estado moderno, y que ya no indica sola
Martin’s Press, 1973; C. Offe, La abolición del mente el conjunto de las personas que deten
control del mercado y el problema de la legiti tan el poder de g. sino el conjunto de los órga
midad, en El estado en el capitalismo contempo nos a los que instituciunalmente les está con
ráneo, a cargo de H.R. Sonntag y H. Valecillos. fiado el ejercicio del poder. En este sentido,
México, Siglo XXI, 1977; C. Offe. I a í stalo ncl el g. constituye un aspecto del estado. En efec
capitalismo maturo (1972). Milán. Etas Libri. to. entre las instituciones estatales que llevan
1977; G. Pasquino. Crisi dei partid e governabi- a cabo la organización política de la sociedad
lilá, Bolonia. II Mulino, 1980; Policy problems of y que, en su conjunto, constituyen lo que de
advanced industrial society, en Contpamtive Poli- ordinario se define como régimen político, las
tical Studies, X. octubre de 1977; R. Rose, (¡aver que tienen la tarea de manifestar la orienta
no e autoritá nelle democruzie occidenlali, en ción política del estado son los órganos de
Rivista Italiana di Scienza Política, vm, agosto gobierno.
de 1978; R. Rose. Risorse dei governi e sovracca- El significado que la palabra g. tiene en los
rico di domande, en Sindacato e política nella idiomas latinos difiere del que la palabra
socielá post-industriale, a cargo de G. L'rbani, government tiene en los países anglosajones.
Bolonia. II Mulino, 1976; Challenge lo governan- Esta última significa en efecto, grosso modo,
ce. Studies in overloaded polities, a cargo de R. lo que en el continente europeo se designa con
Rose, Londres, Sage Publications, 1980; R. Rose la expresión régimen político (v.), y que tie
y G. Petcrs, Can government go bankrupt?, Nue ne, por lo tanto, una acepción mucho más
va York, Basic Books, 1978; A. Wolfe, Los limi amplia que el término g.: en cambio, para
tes de la legitimidad (1977). México, Siglo XXI. indicar lo que entendemos con la palabra g.,
1980. en el idioma inglés se usan otros términos
como cabinet, en Inglaterra, y administra lian,
[g ia nfr an co pa sq u ino ] en Estados Unidos.
Aunque bajo la influencia del uso anglosa
jón también en muchos estudios políticos
publicados en Europa continental se ha usa
gobierno do con bastante frecuencia la noción amplia
del término g., parece oportuno rem itir para
i. DLFixtcióN. En u n a p r i m e r a a p r o x i m a c i ó n , y este concepto a la voz régimen político (v.) y
d e a c u e r d o c o n u n o d e lo s s ig n ific a d o s q u e definir el g. con la acepción más limitada pro
tie n e e l t é r m in o e n e l le n g u a j e p o lít ic o puesta anteriormente, porque está más de
c o r r ie n te , s e p u e d e d e fin ir e l g . c o m o e l c o n acuerdo con el lenguaje corriente.
ju n to d e la s p e r s o n a s q u e e je r c e n e l p o d e r
p o l í t i c o , o s e a q u e d e t e r m i n a n la o r i e n t a c i ó n n o r ig e n h istó r ic o . Más arriba vimos que el
p o l í t i c a d e u n a c i e r t a s o c i e d a d . Es n e c e s a r i o término g. estaba asociado ordinariamente a
a ñ a d ir , s i n e m b a r g o , q u e e l p o d e r d e g ., e s t a n la noción de estado. Ahoru bien, el estado sólo
d o o r d in a r ia m e n te in s titu c io n a liz a d o , so b r e es una de las formas que ha adoptado la orga
t o d o e n la s o c i e d a d m o d e r n a , e s t á a s o c i a d o nización política de la sociedad en el trans
n o r m a l m e n t e a l a n o c i ó n d e e s t a d o . En c o n curso de la historia (la más evolucionada y la
s e c u e n c i a , c o n la e x p r e s i ó n " g o b e r n a n t e s ” s e más compleja), en la que se ha puesto de mani
e n tie n d e e l c o n ju n t o d e la s p e r s o n a s q u e fiesto el poder de g. Si el estado es un tipo de
g o b i e r n a n e l e s t a d o y c o n la d e " g o b e r n a d o s " organización política relativamente reciente
el g r u p o d e p e r so n a s q u e e stá n su je ta s al (de ordinario se sitúa su origen a principios
G O B IE R N O 711
cíales no forman parte directamente de los cuyo papel, en todo caso, no debería exceder
órganos de g., a pesar de que estos últimos el de la presión o influencia sobre los hom
ejercen su poder dentro de una competencia, bres que están en el poder. Sin embargo, en
más o menos amplia y más o menos directa, todos los lugares en que se puede identificar
según los casos, con los primeros. N atural la sede efectiva del poder de g.. en toda comu
mente, el hecho de que esos órganos concu nidad política, es posible encontrar un con
rran al ejercicio del poder implica también junto de funciones estables y coordinadas,
que pueden delim itar y controlar en cierto ligadas al uso del monopolio de la fuerza, en
modo la acción del gobierno. los que descansa el poder de decidir de mane
En el estado moderno, el g. se compone nor ra determinante la orientación política. Des
malmente del jefe del estado (monarca o pre de el punto de vista de la teoría de la clase
sidente de la república) y del consejo de minis política, entendida como esquema clasifica
tros, dirigidos por el jefe del g. En las repú dor de las conductas de los que dedican la
blicas presidenciales el jefe del estado es la mayor parte de su actividad a la política, las
figura prominente del g.. y en las repúblicas funciones de g. constituyen, por lo tanto, sólo
parlam entarias la figura prominente es, en una parte de la clase política, la cúspide de
cambio, la del prim er ministro. En algunos la clase política de g. con exclusión de la p ar
tipos de federación, como en Estados Unidos, te restante de la clase política de g. y de la
el presidente reúne los poderes de jefe del clase política de oposición.
estado y de jefe del g. Del mismo modo, en
las monarquías absolutas todo el poder le per bibliografía : G.Mosca. Elemenii di scienza poli-
tenece al monarca. tico, Barí, Later/.a, 195.V; Varios autores, Gou-
A pesar de que desde el punto de vista cons vernés el goutvmants, en Recueils de la Sociélé
titucional el g. se define como el órgano en Jean Bodin pour l'liistoire comparative des ins
que se manifiesta el poder estatal en toda su tilo tions, xxil-xxvil, Bruselas, 1965-1969; M.
plenitud, desde el punto de vista sociológico Weber. La política como profesión, en El traba
se comprueba que en los estados modernos, jo intelectual como profesión. Barcelona, Bru-
en que se cumplen las condiciones de alguna guera, 1985.
forma, más o menos libre, de participación
electoral del pueblo, los centros de poder a [lucio levi ]
los que de ordinario está subordinado el g.,
en última instancia (subordinado naturalmen
te de una m anera no absoluta ni mecánica,
porque siempre cuenta con una autonomía gobierno mixto
relativa propia) son el partido o la coalición
de partidos de g. En los regímenes de parti i en i.', antigüedad. Para comprender qué se
do único, el poder de g. es detentado por el entiende por “g. mixto" en la historia del pen
jefe o por los jefes del partido, y en los regí samiento político hay que p artir de la tipolo
menes bipartidistas el jefe del g. es ordina gía clásica de las formas de gobierno, según
riamente el jefe del partido de la mayoría: en la cual existen tres formas buenas; la monar
los regímenes pluripartidistas, la designación quía. la aristocracia y la democracia, y tres
del jefe del g. surge de un compromiso entre formas malas: la tiranía, la oligarquía y la
los partidos de la coalición de gobierno. demagogia; hay que partir también de la idea,
Por otra parte, puede suceder que el poder común a los principales escritores políticos
de g. esté concentrado parcial o totalmente de la antigüedad, según la cual las tres for
en un grupo de lecnócralas de la adm inistra mas buenas tienden fatalmente a degenerar
ción pública, de jefes militares, de jefes reli en las respectivas formas malas. La doctrina
giosos, etc., a los que, de acuerdo con el esque del g. mixto consiste en el enunciado y en la
ma constitucional de la división de poderes, argumentación relativa en favor del principio
se les debería negar el poder de decisión polí según el cual la degeneración de una forma
tica, y al menos en lo que concierne a la admi buena en una mala puede evitarse con la cons
nistración pública y al ejército debería haber titución de un gobierno que resulte de una
institucionalmente funciones de ejecución, y mezcla o combinación o atemperación o inte-
G O B IE R N O M IX T O 713
g ración reciproca o fusión sin más de las tres dadera y propia ideología del g. mixto, y a
formas buenas. En sustancia, el g. mixto Polibio se refieren generalmente tanto quie
representa una cuarta o, si se tiene en cuen nes la adoptan adaptándola a las diversas
ta también a las formas malas, una séptima situaciones históricas como quienes la recha
forma de gobierno cuyo tratamiento pertene zan. En el sexto libro de la Historia, Polibio,
ce no tanto al análisis descriptivo de las for después de haber narrado las vicisitudes de
mas de gobierna y su consiguiente tipología la batalla de Cannas (216 a.C.), se detiene para
cuanto al debate en torno a la mejor forma describir la constitución romana, pues "la
de gobierno. constitución de un pueblo debe ser conside
La primera referencia a la bondad de la con rada la prim era causa del ascenso y la caída
mixtión se encuentra en conocido pasaje de de toda nación” (vi, 2). Ahora la excelencia de
las Leyes de Platón, en el que por lo demás la constitución romana consiste realmente en
no se enuncia la doctrina clásica del g. mixto que es una constitución mixta, pues “si con
porque las formas de gobierno tomadas en sideramos la parte del poder de los cónsules,
consideración no son tres sino dos: después el estado aparecía sin más como monárqui
de haber dicho que las dos formas de gobier co o real, pero si en cambio consideramos al
no madres de todas las demás son la monar senado aparece como aristocrático, y si vemos
quía, de la que la más alta expresión se el poder de la multitud parece sin duda demo
encuentra en Persia, y la democracia, cuya crático" (vi, 12). Esta excelencia depende del
más alta expresión se encuentra entre los hecho de que sólo las constituciones mixtas
griegos, Platón precisa que "para que en un aseguran gobiernos estables. Polibio parte de
estado haya libertad y concordia. . . es abso la tipología de las seis formas de gobierno,
lutamente necesario que el gobierno partici tres buenas y tres malas; después sostiene que
pe de una y otra de estas dos fo rm a s...; un cada una de las formas buenas está destina
estado no podrá ser bien gobernado si faltan da a degenerar en la respectiva forma mala,
estas condiciones" (693d). En el segundo libro dando origen a un ciclo histórico formado por
de la Política, Aristóteles, criticando esta afir seis fases (monarquía, tiranía, aristocracia,
mación platónica, añade: “Mejor es el parti oligarquía, democracia, oclocracia), el cual,
do de aquellos que buscan mezclar los diver al completarse, regresa al principio (se trata
sos tipos de constitución, porque es mejor la de la famosa teoría de los ciclos o anaciclo-
forma de constitución que deriva de la fusión sis). La prim era constitución mixta, y ejem
de muchos tipos distintos” (1266a). Poco plar, es, según Polibio, la de Esparta: habién
antes, el propio Aristóteles daba el ejemplo dose dado cuenta Licurgo de que "todo
de Esparta: "Hay quien sostiene que la cons gobierno simple v fundado en un solo princi
titución mejor debe estar constituida por la pio era precario porque bien pronto cambia
mezcla de todos los tipos de constitución y a la forma corrompida", elaboró una consti
por ello loan a la de Esparta: de hecho sos tución que reunía "todas las cualidades y
tienen que ésta deriva de la monarquía, de la características de los sistemas políticos exce
oligarquía y de la democracia" (1265b). Aun lentes, de modo que ninguno de ellos, al
que Platón en las Leyes se refería a la consti adquirir una fuerza mayor que la necesaria,
tución de Esparta como una constitución se desvie hacia los males cungénitos, sino de
compuesta, que por ciertos aspectos se pare modo que la fuerza de uno neutralice las de
ce a una tiranía, por otros a una democracia, los demás, se equilibren los diversos poderes,
por otros más a una aristocracia y a una ninguno se exceda y el sistema político per
monarquía, no lo hacía tanto con el fin de ele manezca por largo tiempo en perfecto equi
varla a modelo como para constatar la difi librio, como la nave que vence a la fuerza de
cultad de asignarla a tal o cual tipo de cons la corriente que se le opone" (vi, 10). De este
titución (712d-c). En toda la historia del pen pasaje se ve además que la superioridad del
samiento político la constitución de Esparta g. mixto no depende sólo del hecho de que
se volverá un punto de referencia obligado en garantice la estabilidad mejor que las formas
la discusión en pro o en contra del g. mixto, simples, sino también del equilibrio que se
empezando por Polibio. logra instituir entre las diversas fuerzas
Precisamente con Polibio se inicia la ver sociales al atribuir a cada una una parte del
714 G O B IE R N O M IX T O
poder, logrando de tal forma que el poder de titucionales que hicieran posible la transfor
una controle el poder de la otra (verdadero mación en g. mixto de los estados que nunca
precedente histórico del equilibrio de fuerzas). han seguido aquel modelo o se han alejado de
Esta misma cualidad del g. mixto se pone en él.
evidencia en Polibio a propósito de la consti Durante siglos, lus dos estados que fueron
tución romana, con esta perfecta representa elevados a la condición de modelos por su
ción del poder limitado por el poder: “Cuan excepcional estabilidad, por no ser estados
do uno de los órganos constitucionales, ensan sujetos a las “mutaciones” a las que se ven
chándose, se ensoberbece y prevalece más de sometidos de ordinario los estados simples,
lo conveniente, claro está que no siendo una y en los que se reconoce como causa princi
parte autónom a. . . y pudiendo desviarse o pal de la estabilidad la propia naturaleza del
impedirse cualquier designio, ninguna de las g. mixto, son la monarquía inglesa y la repú
partes excede u su competencia y sobrepasa blica de Venecia.
la mesura. Todos, pues, permanecen dentro La idea de que el estado inglés sea un g.
de los limites prescritos, por un lado porque mixto es común entre los escritores políticos
se Ies impide cualquier impulso agresivo, por ingleses por lo menos desde que John Fortes-
el otro porque desde el principio temen la cue (segunda mitad del siglo xv) definiera a
vigilancia de los demás" (vi, 18). la monarquía inglesa como un g. mixto, recu
También el principal filósofo de la repúbli rriendo a la expresión de santo Tomás, domi-
ca romana, Cicerón, teje el elogio del g. mix nium politicum et regale, que indica una for
to. Después de relacionar las acostumbradas ma de régimen que se contrapone por un lado
tres formas de gobierno, afirm a que con al dom inium regale (o monarquía absoluta)
mucho es mejor la monárquica, pero que a y por el otro al dominium politicum, o gobier
ésta la supera la que deriva en forma equili no sometido a la ley. En realidad santo Tomás
brada de las tres en conjunto. Cicerón usa dos había hablado de modo mucho más claro y
expresiones en endiadis, "aequatum et tem- correcto de g. mixto en un pasaje de la Sum-
peratum ", donde es de notarse aquel "tem- ma theologica, en el que refiriéndose al libro
pcratum ”, palabra clave hasta nuestros días segundo de la Política de Aristóteles sostie
para indicar una forma de gobierno que con ne que el régimen mejor es aquel en el que
trapone al rigor del absolutismo un control todos participan del poder, y habla de una
del poder por parte de las fuerzas sociales “politia bene conmixta ex regno, in quantum
organizadas. También para Cicerón, que tie unus praeest, ex aristocratia in quantum mul-
ne ante sus ojos la república rumana, aunque ti principantur secundum virtutem, et ex
en el último acto (muere un año después del democratia, id est potestate populi, in quan
asesinato de César), la cualidad del g. mixto tum ex popularibus possunt eligí principes et
en relación con todas las otras formas de ad populum pertinet electio principum ” (la,
gobierno radica en la estabilidad (firmitudo); uae, q. 105, art. 1). Cuando, en Inglaterra,
“No hay motivo de cambio ahí donde cada estalla la controversia entre los partidarios
quien permanece sólidamente colocado en el del primado del rey y los partidarios del pri
propio lugar y no se pone en condiciones de mado del parlamento, durante el siglo xvit,
precipitarse y caer’’ (De república, i, 45). unos y otros se presentan como sostenedores
del g. mixto, pues se ha vuelto communis opi
n. en la edad moder.va. De la antigüedad clási mo la tesis de que el estado inglés es un esta
ca en adelante, a través de la edad media ta r do mixto y es una buena forma de gobierno
día (sobre todo desde el redescubrimiento de propio por cuanto logra mantener en peren
la Política de Aristóteles), el humanismo, el ne equilibrio el contraste de los diversos esto
renacimiento, la edad moderna y hasta la les. Para los partidarios del rey, la interpre
edad contemporánea, la ¡dea de que el g. mix tación de Carlos I en la Answer to the nine-
to sea la mejor forma de gobierno está tan leen propositions (1642) puede servir de ejem
arraigada que induce a los escritores políti plo. y en ella se lee: “ La experiencia y la sabi
cos a elevar a la categoría de modelo aque duría de nuestros antepasados han moldeado
llos estados en los que se reconoce cierta for este gobierno a través de una combinación de
ma de g. mixto y a proponer reformas cons estas tres formas [monarquía, aristocracia,
G O B IE R N O M IX T O 715
democracia], para dar a este re in o ... las ven una venga a corregir los defectos de la otra"
tajas de las tres, sin los inconvenientes de nin {Opere, Florencia, Le Monnier, 1852, vol. i, p.
guna de ellas, con el fin de que haya un equi 393). Gianotti, partiendo de la idea de que la
librio entre los tres estados y éstos se desli mejor república es aquella en la que todos los
cen conjuntamente por su propio canal”. Por ciudadanos pueden satisfacer sus deseos,
la parte opuesta, un ejemplo igualmente nota principalmente la libertad, el honor, la gran
ble seria este fragmento de Reformation in deza, llega a la conclusión de que para "ins
Englund ( \tA \) por John Milton: "Los gobier titu ir un gobierno en una ciudad donde hay
nos mejor constituidos v menos bárbaros han tales humores es preciso pensar en ordenar
considerado una cierta combinación de sus la de modo que cada una de aquellas partes
caracteres, participando de las diversas vir obtenga su deseo: y de esas repúblicas que tie
tudes de los demás estados, de modo que cada nen este orden se puede decir que son perfec
parte, por si misma, pudiera conservar en tas” (Della repubhlica florentina, libro i, cap.
conjunto estabilidad e integridad. . . No exis n i).
te ningún gobierno civil conocido, ni el espar En Florencia el modelo del g. mixto tuvo
tano ni el romano (aunque ambos hayan sido reconocimiento gracias a la autoridad de
elogiados por el sabio Polibio), más divina y Maquiavelo, quien, en el segundo capítulo de
armoniosamente regulado, más equitativa los Discursos, remachando aquí y allá casi
mente equilibrado en su carácter y en el literalmente el texto de Polibio, habia decla
balance de justicia de lo que lo sea la nación rado que todos los gobiernos simples son
inglesa, donde, bajo un monarca libre y here "pestíferos” por su breve duración, por lo que
ditario, los hombres más nobles, ricos y p ru los legisladores prudentes, conocedores de tal
dentes tienen en sus manos, con la plena apro defecto, habían elegido una forma de gobier
bación y el sufragio del pueblo, la suprema no "que participara de todos, considerándo
Vfinal decisión de los asuntos más importan lo más firme y más estable, pues el uno cui
tes.” da al utro, siendo en una misma ciudad el
Los propios escritores políticos ingleses, al principado de los proceres y el gobierno popu
referirse a los precedentes ilustres (Esparta lar”. En polémica también con el Maquiave
y Roma), no por ello olvidaban a la república lo político, Francesco Guicciardini se decla
de Venecia, cuya representación como ideal ra partidario en general del g. mixto. En par
del g. mixto se debía principalmente al De ticular escribe para su patria el Dialogo del
magistratibus et republica venetorum (1544) reggintento di Firenze (1526), en el que un per
de Gaspare Contarini y al Delta perfezione sonaje histórico. Bernardo del Ñero, al expo
della vita política (1579) de Paolo Paruta, ade ner a dos amigos, de los que uno es el padre
más de los escritos políticos del republicano del propio Guicciardini, las ideas propias
florentino Donato Gianotti, que había pro sobre la reforma del estado, dice que el
puesto el g. mixto de la república de Venecia gobierno libre y popular que tiene en mente
como modelo para la república de Florencia. “se parece mucho al gobierno veneciano, el
Gaspare Contarini, cuya obra era considera cual, si no me engaño, es el más bello y mejor
da como un texto autorizado tanto por sus gobierno no sólo de nuestros tiempos sino
seguidores como por los opositores (como también de cualquier ciudad que pueda haber
Bodin. por ejemplo), después de com parar la habido en los tiempos antiguos, porque p ar
republica de Venecia con la de Esparta por ticipa de todas las especies de gobierno, de
su característica común de g. mixto, explica uno, de pocos o de muchos, y es moderado por
ba que el Dogo representa la autoridad regia; todos, de modo que ha recogido la mayor par
el Senado, junto con el Consejo de los Diez y te de los beneficios que tiene en si cualquier
el Colegio. los órganos de una república de gobierno y evitado la mayor parte de los
los mejores, y el Consejo mayor el órgano del males”.
o ta d o popular. El mismo concepto repite
Paoio Paruta: "Al buscar ordenar un estado, ni los críticos. El ejemplo inglés muestra más
lo mas perfecto que se pueda para conservar que otro el argumento de que el principio de
lo largamente, es necesario poner juntas estas la combinación de las tres formas de gobier
formas directas de gobierno, de modo que la no como principio del buen gobierno está aso
716 (iO H IK R N Ü M IX T O
ciado históricamente con la defensa del esta distinción entre estado y gobierno, hoy diría
do moderado contra toda forma de estado mos entre la titularidad de la soberanía v su
absoluto. De hecho son propiamente los teó ejercicio, donde un estado monárquico, que
ricos del absolutismo los que. recurriendo a sigue siendo monárquico en cuanto estado,
diversos argumentos históricos y teóricos, puede ser gobernado democrática o aristocrá
atacan a la doctrina tradicional del g. mixto, ticamente según que el rey se sirva de un
mientras que en un país como Francia, enca número restringido de privilegiados para
minado, a diferencia de Inglaterra, hacia el ejercer el propio poder o bien confiera indis
absolutismo, se refieren al g. mixto los sos criminadamente cargos y funciones a los
tenedores de la monarquia moderada. En el humildes y a los grandes sin establecer pri
Prohéme d'Appien (1510), prefacio a la traduc vilegios para nadie. La monarquia aristocrá
ción de la historia romana de Apiana, Clau tica o la democrática no son formas de g. mix
de de Seysscl interpreta la monarquia fran to, son pura y simplemente formas distintas
cesa como una especie de g. mixto por cuan de monarquia. Siguiendo los pasos de Bodin
to el poder absoluto del soberano se ve fre (citado en Elements af law natural and poli-
nado por la noble/a y por el tercer estado con tic. 1640, ii, 8, 7), también Hobbes refuta la
sus prerrogativas y sus libertades (aunque doctrina del g. mixto, partiendo del mismo
más tarde, en la obra mayor De la monarchie supuesto de la indivisibilidad del poder sobe
de la France ya no recurre al modelo del g. rano, y la condena con tanta mayor fuerza
mixto y usa la expresión "monarquía regula cuanto que la considera una teoría sediciosa
da"). También Bcrnard de Girard, señor del que puede llevar, como sucedió en Inglaterra,
Haillan, en su De Vestal el succez des af¡aires a la guerra civil. Por lo demás, hay que obser
de France (1570), aplica a la monarquía de var que, a partir de la indivisibilidad del
Francia el modelo del g. mixto: el rey repre poder, Hobbes apunta no sólo hacia la divi
senta el principio monárquico, el consejo y los sión entre rey y parlamento sino también
oficiales la aristocracia y los estados genera hacia la de estado e iglesia: la unidad del
les la democracia. poder debe estar garantizada ya sea por la
El prim er gran ataque a la doctrina del g. unión del poder legislativo con el ejecutivo,
mixto proviene de Jean Bodin. En el capítulo ya sea por la unión de poder temporal y espi
dedicado a las formas de gobierno en los Six ritual.
livres de la République (1576) enfrenta de De los escritores antiguos. Tácito había
inmediato con decisión y con una amplia negado ya la existencia del g. mixto, cuando
documentación histórica el problema. Las afirmaba que "unum esse reipublicae corpus
formas del estado son tres, y no más de tres: et unius animo regendum” donde “cunetas
monarquía, aristocracia y democracia, pues nationes et urbes populus aut primores aut
el criterio por cuya base pueden distinguir singuli regunt" (Aun. iv, 33). A Tácito remite
se es la titularidad del poder suberano y el Vico para sostener que "además de estas tres
poder soberano es indivisible. Pura demostrar formas de estados públicos, prescritas según
la propia tesis Bodin recurre esencialmente la naturaleza de los pueblos, las otras tres,
a dos argumentos. Antes que nada recurre al mezcladas por provisión humana, son más
argumento histórico: Esparta, Roma y Vene- deseadas por el cielo que posibles de conse
cia, que la tradición considera ejemplos de g. guirse y, si por suerte sucede esto, de todos
mixto, han sido según las épocas una vez modos no durarán" (Scienza nuuva seconda,
monárquicos, otra aristocráticos, otra demo tj 1004). Pero el Vico historiador busca hallar
cráticos. Algún caso extremo, como el de la razón para que ciertos regímenes del pasa
Dinamarca, en el que el rey y la nobleza se do o incluso de su tiempo hayan sido inter
dividen la soberanía, demuestra que donde la pretados como g. mixtos. No recurre a la
soberanía está dividida el país no tiene paz explicación doctrinal de Bodin. que distingue
y el régimen que deriva de él parece más una al estado del gobierno, sino que propone una
corrupción de estado que un verdadero esta explicación histórica: partiendo de la digni
do. En segundo lugar, a un argumento doc dad de que, “al cam biar los Hombres, retie
trinal, al cual se referirán para aprobarlo o nen por un tiempo la impresión de su hábito
criticarlo autores sucesivos, como Vico: la prim ero”, observa que en la fase sucesiva de
(íO B IK R N O M IX T O 717
una forma de gobierno nunca desaparecen los to la participación de las diversas fuerzas
modos y formas de gobierno de la fase pre sociales con sus respectivos órganos en el
cedente. Por ello, si no pueden darse estados ejercicio del poder, en particular en la fun
mixtos en el sentido propio de la palabra, en ción principal, que es la legislativa. La con
realidad son estados en los que las formas fusión puede nacer y nace del hecho de que
sucesivas se "mezclan” con las formas pre ambas surgieron de la necesidad de resolver
cedentes supervivientes, lo que ocurrió en un problema de equilibrio. Pero uno es el
Roma cuando la república aristocrática se equilibrio de las fuerzas sociales que propug
volvió popular y cuando la república popu na el gobierno mixto y otro el de las funcio
lar se volvió principado. Si hubiera g. mixtos nes y el respectivo ejercicio que propugna la
verdaderos y propios, éstos serian "mons separación de poderes. La prueba mejor de
truos": el parangón de los g. mixtos con los su diversidad puede extraerse de la diferen
monstruos ya había sido hecho por Hobbes cia entre los respectivos opuestos: la negación
ahí donde la idea de semejante gobierno le del gobierno moderado es el despotismo,
suscitara la imagen del hombre "que tiene mientras que la negación del g. mixto está en
otro hombre que le sale del costado" (Levia- las diversas formas de gobierno simples, que
nín, cap. xxix). no necesariamente son despóticas.
La interpretación más autorizada de la
IV UOBIF.KNO MIXTOY MONAROl'IACONSTITtCIOMAL A monarquía constitucional como g. mixto se
pesar del ataque de los partidarios de los encuentra en la Filosofía del derecho de
gobiernos absolutos, el ideal del g. mixto nun Hegel. A la crítica que Hegel lanza contra la
ca desmaya, antes renace con la teoría y la distinción clásica de las formas de gobierno
práctica de la monarquía constitucional y aun fundada en un elemento extrínseco, como lo
se lo confunde con frecuencia inadvertida es el número de los gobernantes —e incapaz
mente con la doctrina de la separación de los de com prender la complejidad de la monar
poderes. Que se dé en Montesquieu tanto la quía moderna y sus articulaciones internas—,
defensa de la separación de los poderes cuan sigue la afirmación de que las tres formas
to la defensa de la monarquía moderada antiguas son “ rebajadas" en la monarquía
(siempre interpretada como especie de g. mix constitucional de su momento: "El monarca
to) no debe inducirá identificar, como con fre es uno; con el poder gubernativo intervienen
cuencia se hace, ambos problemas. En su sig los pocos y con el poder legislativo la mayo
nificado original, el g. mixto resulta de la dis ría en general" (§ 273). A Hegel le sale mejor
tribución del poder entre las diversas fuer que a los escritores precedentes la identifi
zas sociales, cuya colaboración debe servir cación de la monarquía moderada con el g.
para m antener la concordia necesaria a la mixto porque los tres poderes constituciona
convivencia civil. La separación de los pode les a los que se refiere aquí no son aquellos
res resulta, al contrario, de la distribución de típicos de la doctrina de la separación de los
las tres funciones principales del estado: poderes y le falta, como cualquiera puede
legislativa, ejecutiva, judicial, en órganos dis observar, el poder judicial. Aunque en este
tintos. Podría haber una cierta corresponden contexto Hegel no usa la expresión “g. mix
cia entre ambas concepciones si cada fuerza to", la idea es clara: por lo demás, en un cu r
social fuera el titu lar de una función especí so posterior dado en el año 1824-1825 sobre
fica, si, en otras palabras, hubiera correspon el pasaje correspondiente, Hegel explica que
dencia entre los sujetos entre los cuales se dis- la "constitución racional”, y por "constitu
tribuyera el poder y las funciones requeridas ción racional” entiende la constitución de la
a los detentadores del poder político: si pudie monarquía constitucional, es la "constitución
ran establecerse las tres ecuaciones: rey = mixta”.
poder ejecutivo, aristocracia = poder judi Entre los constitucionalistas contemporá
cial. democracia = poder legislativo. Pero neos, la misma interpretación es acogida por
esta correspondencia ni siquiera mínimamen Cari Schmitt, en la Verfassungslehre (1928).
te es el objetivo del g. mixto, el cual mira no Para Schmitt la constitución del estado del
tanto evitar la concentración de las diversas derecho burgués es siempre una constitución
funciones del estado en una sola mano cuan mixta porque en ella se unen y mezclan uno
718 G O B IE R N O M IX T O
con oiro los distintos principios y elementos ya aducidos de los gobiernos de larga dura
formales, o sea el principio monárquico, el ción: el reino de Esparta, la república roma
aristocrático y el democrático. Como tal. na, la monarquía inglesa, la república de
refleja una anticua tradición según la cual el Venecia, y en demostrar que la larga duración
ordenamiento estatal ideal descansa en una depende sin más de la propia naturaleza de
unión y en una mezcla (Verbindung ttnd Mis- los g. mixtos.
chitng) de los distintos principios. Pero el argumento de la estabilidad no es
Sin una referencia particular a la m onar el único. Pueden aducirse otros tres. De
quía constitucional, Gaetano Mosca, que por hecho, se puede sostener que el g. mixto obe
otro lado musito su fidelidad a tal monarquía dece a un principio de justicia, al principio
en el momento en que se abate el hacha del según el cual es justo dar a cada quien lo suyo,
fascismo sobre el régimen liberal en Italia, si el punto de vista es el de quien pide justi
teje repetidamente el elogio del g. mixto en cia. o bien es justo que cada quien haga lo que
sus obras políticas. En la segunda edición de le corresponde, si el punto de vista es el de
sus Elementi di scienza política (1923), des quien otorga la justicia. Con el lenguaje de
pués de haber citado a los clásicos del g. mix hoy, podría decirse que el g. mixto obedece
to, atribuye a los "grandes pensadores” la al criterio de una justa distribución del poder
idea común de que "la solidez de las institu entre las diversas fuerzas sociales con la mira
ciones políticas depende de una oportuna de que una no prevalezca sobre la otra. En
fusión y atemperamienlo de los distintos, aun segundo lugar se ha sostenido, y es el argu
que constantes, principios y tendencias que mento que ha acabado por prevalecer, que el
actúan indefectiblemente en todos los orga g. mixto, al instituir un gobierno fundado en
nismos políticos" (p. 144). En las páginas fina el atem peramienlo de las fuerzas sociales,
les de la Storia delle dottrine pulitiche, casi permite el control recíproco de los diversos
a modo de conclusión de la larga exposición poderes, e impide por lo tanto el abuso de
histórica, afirma: "Del estudio objetivo de la poder, que es el peor de todos los males que
historia se puede extraer la consecuencia de pueden corrom per a un estado. Esta idea del
que los mejores regímenes, o sea aquellos que equilibrio de los poderes ya había sido expre
han logrado una mayor duración y que por sada con la máxima claridad por Polibio, que
largo tiempo han sabido evitar aquellas cri también por esto puede ser considetado con
sis violentas que de cuando en cuando, como justa razón como el verdadero inspirador de
sucedió con la caída del imperio romano, han la doctrina, a propósito de Esparta y de
rechazado la humanidad por la barbarie, son Roma, tal como se dijo en el § i. Sobre todo,
los mixtos” (p. 307).V. ésta es la interpretación que ha asegurado la
vitalidad de la doctrina y ha permitido su uti
V. LAS BUENAS RAZONES DEL GOBIERNO MIXTO. De lización por parte de los autores modernos y
estas pal ibras de Mosca puede extraerse la contemporúneos.
razón fundamental por la que la ideología del
g. mixto ha alcanzado tanta fortuna. La ven bibliografía F. Buttaglia, La dottrina dello esta-
taja principal que el g. mixto asegura a una io misto nei politici fiorentini del Rinascimcn-
colectividad es la estabilidad. Naturalmente, to, en Riv. int. fil. der., vil, 1927, pp. 286-304; G.
la estabilidad está considerada como un Cadoni, Liberta repubblicana e governo misto in
carácter positivo (y a la inversa el cambio un Machiavelli, en Riv. int. fil. der.. xxxix, 1962, pp.
carácter negativo) en una concepción de la 462-484; L. d’Avack, I nadi del potere: ¡a teoría
historia como fue la de los griegos en los del governo misto nell'Inghilterra del seicento,
comienzos de Platón, para quien el cambio de Milán, Giuffré, 1979; R. de Mattei, La fortuna del-
las formas de gobierno se interpretaba como la formula del governo misto nel dottrinarismu
el paso de una forma de gobierno buena a una político italiano del cinque t seicento, en Riv. int.
mala por medio de una continua degradación, fil. der., L, 1973, pp. 633-656; K. Fritz, The theory
estableciendo el parangón con la corrupción of the mixed constitution in Antiquity, Nueva
de las cosas de la naturaleza. Uno de los prin York, Arno Press, 1975.
cipales argumentos en favor de los gobiernos
mixtos ha consistido siempre en los ejemplos [norberto bobbioJ
G O B IE R N O S SO C IA L D EM O C R A TA S 7IV
puede ir más allá: ha protegido al sistema mente la estratificación social en sus respec
capitalista y lo ha llevado, sin sacudimientos tivos países. Esto no significa naturalmente
y sin crisis, hasta su punto más alto, pero no que el efecto de los g. socialdemócratas sobre
ha sido capa?, de transformarlo. Éste es el pro las condiciones de vida de las clases trabaja
blema actual: la transformación y superación dora y media-baja no haya sido positivo. Pero
del sistema capitalista. Sólo yendo más allá indica que las mejoras en cuanto al nivel de
podrán ser aprovechadas plenamente las vida, la seguridad social y las expectativas no
potencialidades de la experiencia socialdemó- se han reflejado en un cambio de la estructu
crata. Pero ir más allá significa establecer ra de clase.
nuevas modal iilades de gestión económica, de Núcleo de la experiencia socialdcmócrata
participación de los trabajadores en los bene e instrumento clave con el que los socialde-
ficios de las empresas, de intervención del mócratas han logrado vincular a amplios sec
estado. La discusión está abierta y las solu tores de la clase obrera y de la clase media-ba
ciones propuestas van desde la autogestión ja es el estado de bienestar (welfare State).
hasta la participación en las ganancias según Este ha actuado eficazmente como defensa
el controvertido proyecto sueco conocido ante los riesgos tradicionales de los trabaja
como Plan Meidner. dores: enfermedad, desempleo, reducción del
Naturalmente, el problema que se plantea nivel de vida por jubilación, constituyendo un
a las economías socialdemócratas es en gran poderoso escudo protector, pero su efecto glo
parte fruto de su mismo éxito. El estanca bal no ha ido más allá. Ampliado progresiva
miento actual es producto de una crisis glo mente a enormes sectores sociales, el siste
bal de la teoría económica y resultado de un ma asistencial por un lado ha significado una
cambio en las relaciones de fuerza en el sis limitada y relativa redistribución del ingre
tema económico internacional, cambio al que so entre los diversos estratos sociales y por
están mayormente expuestas aquellas econo el otro ha impuesto al estado y a sus organi
mías abiertas y de transformación, como son zaciones operantes en este sector una serie
las escandinavas y la británica.I. de tareas amplias y onerosas que han incidi
do en la eficiencia global del aparato estatal
III. LA IvSTRATIFICACIÓN SOCIAL. Los Críticos de las y en su política económico-fiscal de manera
experiencias socialdemócratas señalan que, negativa.
más allá de haber sido fieles y hábiles gesto La crisis del estado de bienestar es al mis
res de la economía capitalista, los g. social mo tiempo producto de la protesta de algu
demócratas no han avanzado mucho en lo que nos sectores sociales que se sienten excesiva
se refiere a un cambio de la estratificación mente gravados respecto a los beneficios
social. La estructura de clase en los países esperados del sistema vigente (protesta a
socialdemócratas no ha cambiado sustancial menudo egoísta y con claro contenido de cla
mente por la acción de los gobiernos. Una se) y de la protesta contra un aparato buro
comparación entre la acción de los socialde- crático que ha crecido desmesuradamente
mócratas y la de los gobiernos de los países con el transcurso del tiempo, convirtiéndose
de Europa oriental (Parkin) revela que mien cada vez más en algo anónimo e impersonal.
tras que en estos últimos se ha producido un A estos aspectos se han de añadir la reduc
cambio radical en la estratificación social, en ción de recursos disponibles en tiempos de
los países socialdemócratas los cambios han crisis económica y el desperdicio de tales
sido marginales. recursos por parte de la administración.
Aunque obviamente el análisis de Parkin Estructura capital de las experiencias de g.
puede ser refutable, otras fuentes (Scase) indi socialdcmócrata, el estado de bienestar como
can que, además de diferencias significativas componente no marginal de las políticas key*
de país a país (entre Gran Bretaña y Suecia nesianas atraviesa una fase de crisis que pue
por ejemplo), debidas a la duración, solidez de atribuirse, como en otros aspectos de los
y eficacia de la acción de gobierno y al tipo g. socialdemócratas, a su mismo éxito. No se
de relaciones entre partido y sindicato, efec excluye naturalm ente que hayan llegado a
tivamente los socialdemócratas no han logra reform ar los aspectos más deficientes, redu
do transform ar radicalmente o significativa cir la burocratización y elim inar el desperdi-
722 GOBIERNOS SOC1ALDEMÓCRATAS
configuraciones: el g. de estado es un acto lle tiempos más cercanos, nos encontramos fren
vado a cabo por parte de órganos del mismo te a una verdadera proliferación del fenóme
estado. Una breve síntesis histórica aclarará no, si bien con características un puco distin
mejor tanto las diferencias mencionadas tas. Efectivamente, a comienzos de los años
como la permanencia de este último ele setenta, más de la mitad de los países del
mento. mundo tiene gobiernos surgidos de g. de esta
do exitosos y, por lo tanto, el g. de estado
u. el cambio de los actores. La expresión coup como método de sucesión gubernativa se ha
d'État ha adquirido derecho de ciudadanía en vuelto más usual que las elecciones o la suce
la literatura francesa, tanto que Gabriel Nau- sión monárquica. Pero los actores del g. de
dé escribía, ya en 1639. sus Considérations estado han cambiado. En la gran mayoría de
poli tiques sur le Coup d'État. Para Naudé el los casos, quienes se adueñan del poder polí
g. de estado tiene las más variadas acepcio tico a través del g. de estado son los titulares
nes y llega a confundirse con la ‘‘razón de de uno de los sectores claves de la burocra
estado”. De tal manera, g. de estado es tanto cia estatal: los jefes militares. El golpe mili
la decisión de Catalina de Medici de eliminar tar o pronunciamiento, según la voz acuñada
a los hugonotes la noche de San Bartolomé, por la tradición española, se ha transform a
como la prohibición del emperador Tiberio do, de este modo, en la forma más corriente
a su cuñada, que había enviudado, de con de g. de estado.
traer nuevas nupcias para evitar el peligro de A través de este itinerario, desde Naudé
que los eventuales hi jos de ésta pudiesen aspi hasta nuestros días, el elemento decisivo para
ra r a la sucesión imperial contra sus propios caracterizar el fenómeno se encuentra en la
hijos. Pero los múltiples ejemplos señalados respuesta a la pregunta: ¿quién lo hace? En
por Naudé, bajo el nombre de g. de estado, el prim er caso, el soberano; en el segundo el
tienen en común el que se trata de un acto lle titular o los titulares del poder político legal;
vado a cabo por el soberano para reforzar su en el tercero, un sector de funcionarios públi
propio poder. Esta decisión es tomada, por cos, los militares (cuya tajada de poder va, de
lo general, sorpresivamente, para evitar reac hecho, desde una im portante influencia en
ciones contrarías por parte de aquellos que algunos países a un papel de auténtica tutela
deberán sufrirla (y en tal sentido la condena u ocupación interna en otros).
a viudez perpetua que recayó sobre la pobre
cuñada del em perador era sin duda mucho til. MODALIDADES DEL GOLPE DE ESTADO. ¿CÓnlO se
menos g. de estado que la sangrienta deter hace un g. de estado? A diferencia de la gue
minación de Catalina de Medici). rrilla o de la guerra revolucionaria, cuyo pri
La expresión asi acuñada se ha delimitado mer objetivo es el debilitar hasta aniquilar o
cada vez más, sobre todo con el advenimien dispersar las fuerzas arm adas o de policía al
to del constitucionalismo: en este punto es servicio del estado, el g. de estado se lleva a
necesario hacer referencia a los cambios de cabo no sólo a través de funcionarios del mis
gobierno operados violando la constitución mo estado, como hemos visto en el parágra
legal del estado, generalmente de manera vio fo anterior, sino también usando elementos
lenta, y por parte de los mismos detentores que forman parte del aparato del estado. Esta
del poder político. El diccionario Larousse característica diferencia también al g. de esta
consagra la tradición francesa del término do del levantamiento, entendido como insu
definiendo al g. de estado como una violation rrección no organizada, que tiene muy pocas
déliberée des fortnes constilutiounelles par un o ninguna posibilidad de lograr el éxito en el
gouvemement, une assemhlée on un groupe intento de derrocar a la autoridad política del
de persotwes qui détiennent l'auturité. Y en estado moderno. Curzio Malaparte había des
tal sentido, el g. de estado por antonomasia tacado ya en 1931, en su libro Técnica del gol
es el concretado por Luis Bonaparte. en 1851, pe de estado, que atacar las sedes del parla
cuando dio el golpe de gracia a la II Repúbli mento o de los ministerios, hoy en día. no es
ca, de la que él mismo era presidente, y logró mas que una ingenuidad. Si esto puede llegar
proclam arse nuevo em perador de Francia. a ser una tarea final, más que nada simbóli
Tomando como objeto de investigación ca, para coronar el éxito del g. de estado el
GOLPE DE ESTADO 725
prim er objetivo es ocupar y controlar los cen de un grupo pequeño no militar, no parece
tros del poder tecnológico del estado, como confirmada por los ejemplos que vemos cada
la red de telecomunicaciones, la radio, la tele día. En prim er lugar, no existen g. de estado
visión, las centrales eléctricas, las estaciones hechos sólo por la burocracia; ni siquiera por
ferroviarias y las intersecciones de caminos: la policio sola (excepto en pequeñísimos esta
esto perm itirá adueñarse de los órganos del dos donde la policía es la única fuerza arm a
poder político. Justam ente esta característi da). Resumiendo: la existencia, hoy en dia, de
ca indiscutible del g. de estado nos vuelve a organizadísimos servicios informativos en
poner ante el interrogante de quiénes pueden cada sector de las fuerzas arm adas, el estric
ser los posibles protagonistas actuales del to control que éstas ejercen sobre los oficia
fenómeno. les, tanto de la propia arm a como de las otras,
implica que no es suficiente la mera infiltra
iv. golpe uk estaño y golpe militar. La compleji ción de un grupo no m ilitar que logre llegar
dad del aparato tecnológico del estado moder a influir a un grupo de oficiales. Hoy no exis
no es la fuente tanto de su fuerza como de su te g. de estado sin la participación activa de
eventual fragilidad. Por encima de los técni por lo menos un grupo m ilitar o la
cos encargados de asegurar el funcionamien neutralidad-complicidad de todas las fuerzas
to y la custodia de esos nudos estratégicos, arm adas.
el estado prevé la continuación en la presta En la gran mayoría de los casos el g. de esta
ción de estos servicios aun frente a la llama do en nuestros días implica, por lo tanto, la
da insurrección o guerra interna. Esta tarea incautación, por parte de un grupo de mili
es generalmente asignada a las fuerzas arm a tares o de las fuerzas arm adas en su conjun
das y a la policía. Dado que el prim er objeti to, de los órganos y las atribuciones del poder
vo en la estrategia del g. de estado es justa político, mediante una acción sorpresiva con
mente la conquista de los centros tecnológi cierto margen de seguridad y que, normal
cos del aparato estatal, para tener éxito en el mente, reduzca la violencia inherente al acto
intento es necesario que aquellas fuerzas sean con el mínimo empleo posible de violencia
aplastadas (locual implicaría un proceso pre física.
vio de desgaste de las mismas mediante una
lucha de guerrillas o de guerra revoluciona V DISTINCIONES ENTRE GOLPE DE ESTADO Y REVOLU
ria), o que se produzca la participación en el CION. INDICADORES EMPIRICOS DEL FENÓMENO. Has
g. de estado de, cuando menos, un sector deci ta aquí hemos caracterizado al g. de estado
sivo de aquellas mismas fuerzas, que logre sin mencionar la distinción entre g. de esta
imponerse sobre los demás sectores. La ter do y la revolución. Alrededor de esta proble
cera posibilidad, o sea una eventual neutra mática, sin embargo, ha girado la discusión
lidad de las fuerzas armadas frente a los suce de la mayor parte de la literatura sobre el
sos, implica en realidad un apoyo pasivo al tema. Se parte de la caracterización de la
g. de estado. revolución como proceso que instaura un nue
En este orden de ideas, para Edwurd Lutt- vo orden político y jurídico y se la contrapo
wak, autor de uno de los más modernos tra ne al g. de estado que provoca sólo cambios
tados sobre el tema, el g. de estado consisti de menor alcance. (El g. de estado es conce
ría "en la infiltración en un sector limitado bido, de tal manera, por ciertos autores como
pero critico del aparato estatal y en su empleo una "revolución menor".) Este tipo de trata
con el fin de sustraer al gobierno el control dos ha sido heredado por la teoría jurídica,
de los restantes sectores". Esta caracteriza pero en este ámbito el problema no tiene solu
ción no deja de ser abstracta y, entre otras ción: Kelsen ya ha demostrado, en la Teoría
cosas, no muy cierta. Aunque el mismo Lutt- general del derecho y del estado, cómo tam
wak señale que hoy el g. de estado se efectúa bién el g. de estado instaura siempre un nue
fundamentalmente a través de sectores cla vo orden jurídico, pues la violación de la lega
ves del sistema —empleados estatales de lidad del orden anterior implica también el
carrera, fuerzas armadas y policía—, su tesis cambio de su norma fundamental y, por lo
según la cual bastaría la infiltración en uno tanto, la invalidación de todas las leyes y dis
de estos sectores criticos, incluso por parte posiciones emanadas en virtud de la misma.
726 GRUPOS DE PRESIÓN
en una suciedad. Su afirmación de que "la formulación carece de los atributos propios
gran tarea del estudio de cualquier forma de de una teoría: no especifica las relaciones
vida social es el análisis de estos grupos. entre las variables, no señala relaciones de
Cuando se presentan adecuadamente los gru causa y efecto, no establece una correspon
pos, todo es presentado, y si digo todo entien dencia entre relaciones formales y fenómenos
do todo”, se puede entender precisamente reales y, finalmente, no es falsificable. En
como una tentativa que provoca la destruc definitiva, afirma que toda la actividad polí
ción del predominio de las disciplinas jurídi tica se reduce a una lucha entre g., y ya que
cas y parafilosóficas en el estudio de los fenó la definición de g. es tan vasta que es omni-
menos políticos y que propone un análisis comprensiva y puede identificarse con la mis
descriptivo y empírico, aunque sólo en esta ma actividad, esta afirmación resulta tauto
medida restringida. lógica. El g. es una musa de actividades, un
Otras tendencias intelectuales llevaron a un g. político es una masa de actividades que so
análisis de la actividad política en términos orientan en una dirección política común (un
de actividad de grupo. Estaba ante todo la g. no es un conjunto de individuos que inte
reacción de los pluralistas ingleses —prim e ractúan, como pretende la definición socio
ro Figgis y Maitland, y después G. D. H. Colé lógica mas difundida); cuando se producen
y Laski— y alemanes —sobre todo Gierke— ciertas actividades que tienden a satisfacer
contra la teoría monista del estado como úni lo, existe un interés, de tal mudo que las ideas,
ca organización autorizada a exigir obedien las instituciones y los individuos se reducen
cia y obediencia absoluta (teoría propuesta en a g. cuyas interacciones terminan por produ
Inglaterra por Austin y, en Alemania, ejem cir las políticas gubernativas. Actuando de
plificada por la acción de Bismarck). En este modo desaparece, sin embargo, toda dis
segundo lugar, ocupan una parte considera tinción entre los tipos de g. existentes en una
ble los esfuerzos de los sociólogos europeos sociedad, tanto primarios como secundarios,
—Gumplowicz, Simmel y Ratzenhofer— por formales e informales, voluntarios o involun
comprender y explicar los procesos sociales tarios, en tal forma que no es posible evaluar
por medio de la categoría analítica de grupo. la incidencia de los distintos g. en el proceso
Entre estas dos tendencias se inserta la obra político y en la distribución de los valores
de Bentley que. bajo el influjo de Dewey, tra sociales y los g. más complejos y organizados
ta de superar la reificación de las categorías formalmente como el gobierno, la burocracia
jurídicas, políticas y psicológicas que preva y el ejército, se ponen en el mismo nivel que
lecía a principios del siglo. los demás grupos.
La prim era observación de la que hay que Sin embargo, Truman va mucho más lejos
p a rtir para realizar un análisis de la teoría cuando habla de ”g. potenciales” —distinción
de los g. consiste en que Bentley no entendía que Bentley había dejado en la oscuridad al
su estudio tanto como la elaboración de una hablar de underlyin% groups y de representa
verdadera teoría sino como la tentativa de tivo aroups— que son actitudes compartidas,
plasm ar un instrum ento analítico. Y, de intereses ampliamente difundidos en la socie
hecho, no se puede hablar propiamente de dad que inciden en el proceso político aunque
una teoría, desde el momento que, si se redu sin estar organizados formalmente. Debido a
ce n lo esencial, la teoría de los g. no dice otra este artificio, Truman logra dar cuenta de las
cosa que “la política es el proceso por medio reglas del juego, de los procedimientos de una
del cual los valores sociales se asignan de un cierta sociedad, del sistema de creencias,
modo imperativo; esto se lleva a cabo por incluyéndolas en la categoría de g. potencia
medio de decisiones; las decisiones son pro les. La crítica más fuerte a esta exposición es
ducidas por actividades; cada actividad no es que, por encima de su no falsificabilidad, la
algo separado de las demás sino que masas realidad política no puede ser reducida, sin
de actividades tienen tendencias comunes res dejar residuo, a un paralclogramo de fuerzas
pecto de las decisiones; estas masas de acti constituido por g. de interés, y los individuos
vidades son g.; en esa forma la lucha entre los no pueden ser considerados como protagonis
g. (o intereses) determina qué decisiones se tas efectivos de los procesos políticos sólo en
han de tom ar” (Eckstein y Apter, 1963). Esta cuanto miembros de g. más o menos organi
728 CiRLPOS l)F. PRESION
loma el poder político, ya sea a fin de cam dimensiones anteriores es fácil señalar los
biar la distribución prevaleciente de bienes, continua, que van desde el máximo de persis
servicios, cargas y oportunidades, ya sea a fin tencia de la actividad hasta el mínimo, desde
de conservarla ante las amenazas de interven el máximo de organización hasta el mínimo
ción de otros g. o del poder político mismo. y así sucesivamente, la articulación y la agre
Presión, no es, pues, como consideran algu gación parecen ofrecer, por lo menos en prin
nos autores, tanto la posibilidad de tener ucee- cipio, un criterio adecuado para la diferen
so al poder político, como la posibilidad de ciación. Pero no es así. Si por articulación de
recurrir a sanciones negativas —castigos— o intereses entendemos, en efecto, "el proceso
positivas —premios— con el fin de influir en a través del cual los individuos y los g. for
la asignación imperativa de los valores socia mulan demandas a las estructuras decisiona-
les a través del poder político. Distinguidas les políticas", no hay duda de que este pro
de este modo las expresiones lobbying, g. de ceso lo pueden empezar y controlar indiferen
interés y de g. de presión, queda por resolver temente los g. de presión o los partidos ni de
el problema más delicado, o sea el de diferen que la línea de distinción tendrá un carácter
ciar los g. de presión de los partidos políticos. cuantitativo y no cualitativo. De una manera
Si uno se apega a la teoría de los g., resulta semejante, si por ugregación de intereses
más difícil, por no decir imposible, efectuar entendemos "la conversión de las demandas
esta distinción que es de fundamental impor en decisiones políticas alternativas", habrá
tancia. La definición de g. de interés dada por muchos tipos de partidos que no llenen esta
Truman y reproducida anteriormente no per función y tendremos algunos g. de presión
mite dar ningún paso hacia adelante, ya que —las grandes confederaciones industriales,
tanto los g. de interés como los partidos se agrícolas y sindicales— que además de la tute
presentan como species del genus grupo. Las la de los intereses de sus asociados se propo
prim eras tentativas de diferenciación pusie nen explícitamente el objetivo de formular
ron su atención en características que no eran decisiones políticas alternativas.
capaces de distinguir los g. de presión de los En definitiva, por lo que respecta a estas
partidos políticos sino que servían más bien dos funciones, tampoco podemos decir que
para hacer distinciones dentro de las dos cate los g. de presión sean la organización (o las
gorías. No puede servir a este objeto la con estructuras) especializada en el cumplimien
tinuidad o la intermitencia de la actividad: a to de la función de articulación de los intere
este propósito, en efecto, se ha llegado a seña ses asi como no podemos afirm ar que los par
lar que, por lo menos en el contexto anglosa tidos sean la estructura especializada en la
jón, "las campañas de los g.. comparadas con agregación de los intereses. Se podría obje
la intermitencia de las actividades prácticas, tar que la distinción entre g. de presión como
con lo abstracto y lo general de la propagan artieuladores de intereses y los partidos polí
da de los partidos, resultan concretas y cons ticos como agregadores de intereses existe
tantes" (Ehrmunn, 1968). No puede servir por lo menos en el nivel genético. Vale decir,
tampoco la dimensión de la organización, ya los g. de presión surgen por el esfuerzo de
que numerosos partidos son mucho más hacer frente a un problema inmediato, se
pequeños que algunos g. de presión —recuér basan en un solo interés y se transforman lue
dense no sólo las confederaciones industria go para prestar los servicios que sus afilia
les sino también los mismos sindicatos—, ni dos van considerando necesarios, en tanto
el ámbito de la actividad, ya que hay g. de pre que los partidos, desde el mumento de su
sión de carácter nacional y partidos sólo loca constitución, se presentan como representan
les o regionales, ni la finalidad, ya que hay g. tes de diversos intereses. Pero tampoco esta
de presión y partidos que proclaman finali distinción es correcta ya que muchos g. de
dades de carácter general, ni, finalmente, la presión surgieron con la intención de defen
articulación de los intereses como función der diversos intereses y, por otra parte, algu
propia de los g. de presión y la agregación de nos partidos surgieron basándose en un solo
los intereses como específica de los partidos interés y ampliaron luego el ámbito de sus
políticos. actividades (además, esta distinción no es
Sin embargo, mientras que para todas las capaz de explicar la existencia de los llama
730 G Rl'PO S DF. PRESIÓN
dos partidos flash que viven el espacio de una de los partidos o reciben, en cierto modo, de
sola elección). ellos un apoyo indispensable. En este caso,
Se puede encontrar una solución a este pro el control de los partidos les impide a los g.
blema refiriéndose a las funciones que se les de presión articular de manera autónoma las
atribuyen comúnmente a los g. y a los parti demandas existentes en la sociedad, represen
dos y tratando de descubrir las que sólo desa tar intereses específicos y pragmáticos y ter
rrollan los partidos. De una manera o de otra, minar por imponer un contenido ideológico
ambas estructuras realizan todas las funcio a toda la actividad de los g. de presión, impi
nes de trasmisión de la demanda política, de diendo que sus demandas puedan reagrupar
intermediación entre la sociedad y el gobier se mediante negociaciones o compromisos.
no. de reclutamiento político, de participa El tercer caso es el más difundido en los sis
ción política y de integración social. No obs temas democráticos: existe una identidad de
tante, se pueden encontrar por lo menos tres intereses entre algunos g. y algunos partidos
funciones que realizan sólo los partidos y no en temas importantes, pero nunca en todos
los g. de presión: la función de competencia los temas políticamente relevantes: en todo
electoral, la función de administración direc caso, los programas de los partidos no se pue
ta del poder v tal vez la función de expresión den reducir nunca completamente a las pre
democrática (Fisichella, 1972). En definitiva, siones de los grupos.
podemos concluir que son g. de presión los El problema de las relaciones entre parti
g. organizados que, a pesar de que tratan de dos y g. es, sin embargo, interesante también
influir en la distribución de los recursos den en otro sentido, es decir cuando se analiza la
tro de una sociedad ya sea para mantenerla influencia de los sistemas políticos sobre las
invariada ya sea para cambiarla a su favor, actividades de los g. de presión. En la litera
no participan directamente en el proceso elec tura no todos están de acuerdo sobre el gra
toral y. en cierto modo, no están interesados do de influencia ejercido por los distintos
realmente en adm inistrar por cuenta propia tipos de sistemas partidistas, sobre el núme
el poder político sino en cuanto a tener un ro y sobre la intensidad de las actividades de
acceso fácil y franco a este último y en influir los g. de presión en el caso de sistemas de par
en sus decisiones. tido único, aunque se puede hablar también
Antes de pasar a examinar cuáles son los de una manera correcta de g. de presión (v.
canales de acceso de los g. de presión al poder infra), éstos actúan cuando mucho dentro del
político y cuáles son los recursos que les per partido mismo y su número es tanto más ele
miten desempeñar una función importante en vado cuanto más compleja es la sociedad y su
el proceso político de las sociedades, demo actividad tanto más intensa cuanto más
cráticas o no, es necesario profundizar las "abierto” es el sistema de reclutamiento del
relaciones entre los g. de presión y los parti partido (o sea cuando no es receptivo sólo a
dos. El prim er problema se refiere al tipo y algunos grupos y hostil a otros). El desacuer
grado de mutua penetración entre los parti do entre los investigadores surge a propósi
dos y los g. de presión. Primer caso: los g. de to de los sistemas bipartidistas y de los sis
presión controlan a los partidos, es decir no temas pluripartidistas. El contexto bipartidis
sólo financian la actividad de los partidos sino ta, se ha afirmado (Key, 1964), alienta la for
que pueden decidir también de una manera mación de los g. de presión, ya que es muy
significativa tanto el reclutamiento de los diri arriesgado para los partidos convertirse en
gentes del partido como el tipo de política a portavoces de intereses demasiado específi
seguir y realizar. En este caso, los g. de pre cos y caracterizados excesivamente por la cir
sión obstaculizan fuertemente la capacidad cunstancia de que su victoria está ligada a una
' de los partidos para combinar intereses espe apelación más generalizada. Precisamente
cíficos mediante programas que tienen por para lograr una apelación más vasta, se ha
objeto alcanzar un apoyo más vasto, y por lo objetado (Eckstein y Apter, 1963), los parti-
tanto el proceso legislativo se ve obligado a doN de los sistemas bipartidistas se compo
afrontar una serie de demandas burdas y par nen frecuentemente de alas y fracciones que
ticularistas o rígidas v vagas. Segundo caso: se convierten en portavoces de intereses sec
los g. de presión son verdaderas emanaciones toriales, aunque no de cualquier tipo. Por lo
GRUPOS DE PRESION 731
tanto, Ion sistemas bipartidistas no desalien un control efectivo sobre el gobierno) el cen
tan la constitución de g. de presión sino más tro del proceso decisional y la medida en que
bien su acceso a través de los canales inter la administración pública interviene en la for
nos de los partidos, en tanto que en los siste mación y en la aplicación de las decisiones
mas multipartidistas algunos partidos tienen políticas.
en sí mismos características de g. de presión.
En realidad, este análisis no es de por sí III. RECURSOS DE LOS GRUPOS DE PRESIÓN Y CANALES
suficiente porque las características de los de acceso. Llegamos ahora a un análisis de los
sistemas partidistas no son las únicas que recursos que tienen a su disposición los g. de
condicionan el número de los g. de presión presión y a su estructura organizativa para
y la intensidad de sus actividades sino tam tra ta r de describir tanto sus modalidades de
bién, por un ludo, las características de la acción como sus probabilidades de éxito. Es
organización interna de los distintos partidos evidente que, ya que el éxito del grupo depen
y, por el otro, las características del funcio de en gran medida de la organización formal
namiento, de la mecánica del sistema parti e informal del sistema en que opera el g., este
dista. En un sistema bipartidista, por ejem análisis debería considerar la actividad del g.,
plo, un g. de presión que mantiene relaciones entre otras cosas, como una serie de respues
privilegiadas con uno de los dos partidos se tas y de adaptaciones a la estructura del pro
encontrará inevitablemente en desventaja ceso decisional del sistema. Algunos autores
cuando el otro partido esté en el poder \ debe sostienen que uno de los indicadores más con
rá, por lo tanto, buscar otros canales de acce fiables que señalan en que radica el poder real
so a los decision-makers. Pero si la disciplina consiste en identificar en dónde aplican más
interna de los dos partidos no es muy rígida, sus recursos los g. de presión; otros llegan al
el g. de presión podría intentar influir en un grado de afirmar que, para aumentar sus pro
número suficiente de diputados para obtener babilidades de éxito, el g. de presión trata de
medidas legislativas no del todo desfavo influir y de adoptar, en esencia, algunas
rables. características importantes.
En un sistema m ultipurtidista en que se Un ejemplo significativo se refiere al elec
produce una cierta alternación en el poder, to de la organización centralizada o descen
los g. de presión tienen grandes posibilidades tralizada, unitaria o federal, del estado. Si las
operativas aun en el nivel de los partidos; en decisiones concernientes a una categoría pro
cambio, en aquellos lugares en que. como en fesional. por ejemplo a la de los profesores
los sistemas con un partido predominante o no universitarios, no se toman en un nivel
con un partido de mayoría relativa que siem nacional o federal, sino regional o estatal, el
pre está en el gobierno, no existe o casi no g. de presión representado por los maestros
existe esta alternación, los g. de presión presumiblemente no está organizado de
"parientes" del partido en posición de pree manera centralizada en el nivel nacional sino
minencia tendrán un acceso privilegiado y que está más bien descentralizado v es más
lograrán decisiones favorables en tanto que aguerrido en el nivel local. Siguiendo todavía
los demás g. tratarán de influir en los distin por un momento en este terreno, la organi
tos representantes del partido de mayoría zación federal del estado puede producir una
—que de ordinario no está fuertemente dis consecuencia adicional, deseada o inespera
ciplinado y unido— o de presionar directa da, la de crear g. de presión representantes
mente en la administración pública, cuidán de los estados o de las regiones. Asi, en Ale
dose en ambos casos de no dejarse identifi mania, los Latider son verdaderos g. de pre
car de una manera demasiado manifiesta con sión no sólo por ser representantes en el Bun-
los partidos de oposición (o con los demás desral en que cada Latid dispone de una ofi
partidos en general), Naturalmente, ya que el cina y de un equipo, sino también porque, a
objetivo de los g. de presión consiste en obte causa de una disposición constitucional,
ner decisiones favorables, el análisis desarro todos los proyectos de ley deben someterse
llado hasta aquí seria insuficiente si no se al Bundesrat y los ministros de los distintos
tomara en cuenta la medida en que los parti IMnder gozan del privilegio de dirigirse direc
dos ocupan directam ente (aun por medio de tamente al Bundesrat y a sus comisiones para
732 GRUPOS DE PRESION
poner de relieve cuáles son los intereses que nes favorables: su politización es, al mismo
están en juego en los diversos proyectos de tiempo, más intensa, pero está también más
ley. su jeta a crisis radicales —con el consiguien
Ahora debemos preguntarnos cuáles son te abandono o expulsión de la arena política—
los factores que determinan la forma que en los frecuentes casos de fracaso. El núme
adopta la actividad de los g. de presión. De ro de g. que entran en competencia en un nivel
acuerdo con distintos autores, esta pregunta inferior al gubernativo y una elevada compe
dirige su atención esencialmente a las inte tencia entre los grupos son, en cierta medi
racciones de los g. de presión con los orga da, indicadores del grado de aceptación del
nismos gubernamentales —el gobierno mis sistema —o sea del consenso social— y de la
mo y la administración pública—. aunque es vitalidad del sistema mismo, a pesar de que
evidente que, conforme al ordenamiento esta las características de esta competencia y el
tal. sería útil que la atención del investigador grado de autonomía del gobierno respecto de
(y de los g. de presión) se dirigiera cada vez los distintos g. presenten indicadores tal vez
también a los grupos parlam entarios y a los más seguros y más confiables para evaluar
partidos (v. supra). Es más raro el caso de los la vitalidad y democraticidad del proceso
g. de presión que actúan simplemente sobre político.
la opinión pública por medio de amplias cam En cuanto a la legitimidad, habrá que dis
pañas publicitarias; en este caso se habla de tinguir entre la legitimidad que la cultura
grupos promotores o de propaganda. También política del sistema les asigna a las activida
los g. de presión pueden recurrir a la sensi des de los g. organizados, y que va de un míni
bilización de la opinión pública, aunque sólo mo en los sistemas totalitarios y en los paí
como una etapa intermedia y como uno de los ses nuevos a un máximo en los países anglo
modos posibles de desarrollar una actividad sajones —aunque con diversos matices—, y
de presión. la legitimidad tanto de la necesidad de con
¿Cuál es la razón de que, en algunos siste vertirse en una organización formal como de
mas políticos, la actividad de los g. de presión la pertinencia de emprender ciertas acciones
y su número resulten superiores a los de otros para proteger los propios intereses, o de la
sistemas? Una de las condiciones por las que forma en que la considera el liderazgo o la
el número de los g. es elevado se debe a la dife membrecía del grupo mismo (tómense en
renciación estructural de la sociedad, pero cuenta, aunque en planos diversos, el hecho
esta condición todavía no es capaz de expli de que las huelgas de los soldados y de los
car por qué los representantes profesionales carabineros no sólo son ilegitimas sino tam
y las asociaciones voluntarias creadas por la bién ilegales y que las de los médicos muchas
modernización se transform an en g. de pre veces se consideran ilegales aun por parte de
sión y actúan como tales. La intervención los mismos médicos).
cada vez mayor del estado en las esferas Las diferencias más significativas entre las
económico-sociales constituye sólo una expli distintas formas adoptadas por la actividad
cación parcial. Hay que examinar, en efecto, de los g. de presión pueden basarse, por un
otros tres factores: el grado y el tipo de con lado, en las características del proceso dcci-
senso social, la legitimidad asignada a los g. sional y, por otro, en la cultura política del
de presión y el funcionamiento del sistema sistema en que actúan. Comencemos por el
partidista. De este último factor ya hemos dis segundo factor. En los países en que su acti
cutido ampliamente; será mejor que veamos vidad evoca los fantasmas del gobierno invi
los otros dos. sible y de la corrupción y donde de alguna
Si el consenso social es muy limitado, como manera es considerada ilegítima y nociva, los
sucede en los países totalitarios y en los paí g. de presión no tienden a desarrollar una
ses nuevos, es evidente que cuando los dis obra de persuasión y de presión a plena luz
tintos grupos logran organizarse tratan de del sol —cosa que por otra parte es sumamen
adueñarse directam ente del poder y de cam te rara aun en los sistemas en que su activi
biar las modalidades y los procedimientos de dad está permitida—, sino a través de consul
su ejercicio más bien que de aprovechar estos tas y negociaciones más o menos secretas, y
procedimientos con el fin de obtener decisio el locus de su actividad no es el parlamento
GRUPOS DE PRESION 733
y el gobierno sino los distinlos ministerios. grupo —y en esto el pensamiento vuela inme
Este desplazamiento se ve favorecido o inhi diatamente a los sindicatos obreros— por una
bido. además, por la amplitud o por la res parte puede influir de manera explícita en las
tricción. respectivamente, de la esfera de dis- posiciones adoptadas por los partidos que
crecionalidad de que gozan los distintos saben que tienen que depender de los votos
ministerios en la aplicación de las leves apro del g., y por la otra, aunque de una manera
badas por el parlamento. En Gran Bretaña y menos clara, en las decisiones gubernamen
en Estados Unidos este ámbito de discrecio- tales que. si se efectúan en abierta oposición
nalidad es más bien elevado; en Francia y en con los desiderata del grupo, deberán aplicar
Italia, en la mayoría de los casos, es muy res se con costos mucho mayores. La riqueza pue
tringido (a causa de la proliferación de leyes de utilizarse en diversos modos: para corrom
respecto de los reglamentos administrativos). per ¡out cauri a los que deben tom ar o hacer
Otro factor que influye en la forma de acti aplicar las decisiones —los parlamentarios o
vidad de los g. de presión está dado por la los burócratas, caso que. si no es frecuente
expansión de la esfera de intervención guber en los sistemas políticos occidentales, cons
namental: el estado de bienestar o asistencial, tituye siempre una posibilidad real—, para
con su creciente absorción de actividades eco desarrollar amplias acciones publicitarias y.
nómicas y con la ayuda a la satisfacción de finalmente, para apovar las campañas elec
necesidades sociales, ha ampliado considera torales de los distintos diputados. Los cono
blemente el área en que es necesario presio cimientos son útiles sobre todo en la fase de
nar al gobierno para obtener decisiones favo elaboración de los proyectos de ley —de
rables o impedir decisiones desventajosas, manera particular cuando la materia a regla
obligando a los g. interesados a organizarse. m entar es compleja y se pide su redacción a
Al mismo tiempo, la expansión de la esfera distintos diputados o a órganos ministeriales
gubernamental ha hecho que los entes paraes con un personal no preparado adecuadamen
tatales se erijan también en calidad de g. de te—, en la fase de discusión de las enmiendas
presión. y en la fase de aplicación de las leyes, sobre
Las probabilidades de éxito de un g. de pre todo cuando éstas no están formuladas rígi
sión reciben un fuerte influjo de los recursos damente sino que dejan discrecionalidad a los
que tienen a su disposición. Entre estos recur burócratas para em itir reglamentos integra-
sos, los más im portantes parecen ser: la tivos.
dimensión (o magnitud de la membrecia), la La representatividad puede entenderse de
riqueza, la calidad y la amplitud de los cono dos modos: o el liderazgo del grupo es real
cimientos y la representatividad. En igualdad mente expresión de la base, es decir goza de
de recursos parece, además, que la probabi la confianza y es receptiva a sus exigencias
lidad de éxito de un g. de presión se acrecienta —representatividad que frecuentemente se
considerablemente cuando los afiliados y los niega a los lideres sindicales— o el grupo aco
lideres de la organización provienen de estra ge una inmensa mayoría de las unidades que
tos sociales superiores, cuando el g. trata de operan en el sector. De este modo, los lide
promover fines que no están en conflicto con res sindicales pueden también ser represen
los valores sociales prevalecientes, y cuando tativos de su base, pero si sobre veinte millo
los decision-makers consideran legitimo al g. nes de trabajadores los afiliados a los sindi
No todos los g., sin embargo, poseen la mis catos son solamente cinco millones, los sin
ma cantidad de recursos, y una evaluación dicatos no se considerarán representativos;
realista de la incidencia de los recursos a su del mismo modo, una confederación indus
disposición, y por lo tanto de las tácticas a trial puede reunir un porcentaje considera-
seguir, aum enta en consecuencia las proba ble de industrias que operan en la sociedad,
bilidades de éxito, ya que cada uno de los pero si las dos o tres industrias con el núme
recursos mencionados anteriorm ente hace ro mas elevado de dependientes y con la fac
que el grupo sea capaz de tratar, desde una turación más im portante no forma parte de
posición más favorable, con una contraparte la misma, la representatividad de la confede
más bien que con otra. ración industrial se verá muy disminuida.
Por ejemplo, la magnitud de los afiliados al Dígase lo mismo en el caso de que existan
734 GRUPOS DE PRESIÓN
antes de que el problema resulte prácticamen ante todo analizando si la actividad de los g.
te irritante y penetre en el campo de las con de presión sólo es posible en los sistemas
troversias partidistas. El éxito de estos orga democráticos, y en segundo lugar tratando de
nismos está ligado al funcionamiento mismo evaluar su función dentro de los sistemas
del sistema político; cuando las condiciones democráticos, es decir si representan una
de pertenencia no están muy alejadas, como degeneración de estos sistemas o si desempe
en Inglaterra y en Alemania, el resultado ñan funciones útiles pura el mantenimiento
parece ser satisfactorio; en cambio cuando el y la adaptación de los mismos, y en qué con
conflicto es bastante elevado, como en Italia diciones y con qué riesgos.
y en Francia, la conciliación de los intereses Si uno se apega a la group theory uf poli-
sólo se produce rara vez y deja siempre ven tics no es posible negar la existencia de g. aun
cidos y vencedores. dentro de los sistemas totalitarios, a pesar de
Un tema de investigación particularm ente lo que implica la definición de totalitario, es
interesante es el de la función que desempe decir monolitismo. Sin embargo, lo que nos
ña el representante de un g. de presión que interesa es evaluar la existencia de dos con
es elegido miembro del parlamento o nombra diciones esenciales para la actividad de los g.
do alto funcionario de un ministerio o juez de presión: ante todo la posibilidad de orga
(en Estados Unidos). Habitualmente se con nizarse, posibilidad no sólo sancionada por
sidera que su conducta en la nueva posición las leyes sino efectiva, y en segundo lugar la
se inspira fundamentalmente en su prove posibilidad de presionar, de incidir en las deci
niencia y que, por lo tanto, se esfuerza por siones tomadas en el sistema. Ahora bien, sin
favorecer de cualquier modo y en cualquier negar la existencia de g. informales dentro de
circunstancia los intereses del g. del que pro los sistemas autoritarios y totalitarios, encon
viene y con el que está en deuda por su nue tramos aquí de ordinario g. que tratan de con
va posición (y al que. presumiblemente, pue trolar, como lo señalamos más arriba, al
de deberle también su permanencia en la nue gobierno, asi como una lucha por incidir en
va posición). Habría que profundizar en qué el proceso decisional; en segundo lugar, existe
medida las expectativas del cargo que el repre ordinariam ente en estos sistemas una "par
sentante del g. de presión ha llegado a ocu te" guia que puede ser la burocracia partidis
par, las normus formales e informales que ta, la burocracia m ilitar o la burocracia tout
rigen su actividad, influyen en sus decisiones court y es escasa la autonomía de los demás
y provocan tensiones que no se pueden resol g.. de tal modo que. en tercer lugar, la liber
ver ni superar fácilmente con su simple adhe tad de asociación es casi siempre sólo formal.
sión a las normas del g. del que es represen En definitiva, aun cuando no se puede negar
tante. La misma noción evasiva y escurridi que el proceso de industrialización y de
za de interés general o publico puede llevar modernización crea en los sistemas autorita
al representante a adoptar posiciones incom rios y en los sistemas totalitarios asociacio
prensibles si se considera únicamente su nes formales e informales (de escritores, de
background intelectual y su proveniencia. Del economistas, de científicos, de gerentes, de
mismo modo que el proceso de decisión no oficiales) no es correcto, sin embargo, llamar
puede reducirse a un simple análisis de los a estos grupos g. de presión, ya que no llenan
g. de presión en cuestión, la actividad de los las condiciones fundamentales de autonomía
representantes de los g. de presión que ocu de los g. y de posibilidad efectiva de incidir
pan posiciones legislativas, adm inistrativas en el proceso decisional.
o judiciales, no puede determ inarse a priori Asi pues, los g. de presión en sentido estric
por su simple pertenencia de g. sino que to son organizaciones típicas de los sistemas
requiere un análisis más cuidadoso y más democráticos, pero esto no significa que se
atento de los conflictos entre las diversas ten las considere inmediatamente como parte
siones (de representación o de cargo).IV integrante del proceso político ni que en la
actualidad se las acepte plenamente. En efec
IV DEMOCRACIAYGRUPOSDEPRESIÓN La discusión to, ni la teoría clásica liberal, que considera
de las relaciones entre los g. de presión y la ba la actividad política como la suma de los
democracia puede abordarse de dos maneras: intereses individuales y su composición auto-
73<> G R U P O S D E P R E S IO N
nunia, ni la teoría rousseauniana democráti ya sea porque es difícil establecer qué cosa
ca. en que la voluntad general no era la suma es el interés público, ya sea porque no dispo
de los intereses de los ciudadanos sino que nemos de otro término de comparación. Se
los trascendía, dejaban mucho espacio en la puede suponer que las decisiones tomadas sin
sociedad para los cuerpos intermedios entre la intervención de los g. de presión hubieran
el ciudadano y el estado. Y la polémica diri sido menos costosas en términos de amplitud
gida durante largo tiempo contra los partidos y complejidad de la consulta, pero más cos
no podía dejar de considerar también a las tosas para la adquisición de información y de
organizaciones como los g. de presión que por los conocimientos necesarios v mucho más
su misma naturaleza, no institucionalizada y costosas en términos de su aplicación ante la
menos visible, resultaban todavía más difíci resistencia de los g. no consultados.
les de controlar. Y a pesar de la famosa afir Entre los problemas más espinosos —ade
mación de Tocqueville de que "para que los más del de encontrar la forma de que se
hombres sigan siendo civilizados o logren ser expresen los intereses no organizados, por ser
lo se requiere entre otras cosas que el arte de más débiles y tal vez menos aprehensibles
asociarse se desarrolle y se perfeccione, en desde el punto de vista electoral: los intere
la misma medida en que aumenta la igualdad ses de los marginados, de los pensionados, de
de condiciones”, los g. de presión seguirán los pobres, de los viejos y. en el caso extre
siendo, durante largo tiempo, precisamente mo, de los consumidores— se encuentra el
en Estados Unidos, en referencia a los cua tema de las garantías que deben exigirse a las
les Tocqueville había hecho su observación, actividades de los g. de presión: ante todo, y
un fenómeno que deberá exorcizarse. sobre todo, menos secreto y, por lo tanto, la
Sin embargo, a mediados del siglo XX, los publicación de los balances; en segundo lugar,
g. de presión se presentan ya como un elemen democracia interna contra la perpetuación de
to probablemente incliminable del proceso oligarquías y. por consiguiente, una regla
político de los sistemas democráticos. La pri mentación explícita de sus actividades. Es
mera pregunta que hay que hacerse es si estos cierto al parecer que el surgimiento de los g.
sistemas funcionarían mejor o peor sin los g. de presión como factor dominante en un sis
de presión. La segunda pregunta es cuáles son tema político señala la grave crisis tanto en
las garantías necesarias para que éstos ope el nivel de la administración pública como en
ren como instrum ento de estabilidad y desa el nivel de los organismos representativos y
rrollo democrático y no como factor de dege tal vez también que las medidas sugeridas
neración. En la mayoría de los casos se podría pueden llegar demasiado tarde.
decir, respondiendo a la prim era pregunta,
que los sistemas democráticos funcionarían BiBUoe.kAKIA A. Bentlev, The process of Govern
peor si no existieran los g. de presión. En efec ment: a stitdy of social pressure (190¡->), Cambrid
to, los partidos tienden, actualmente, a reu ge, Belknap Press, 1967; K. von Beyme, Interes-
nir las demandas políticas en gran escala en senurnppen in der demokraiie, Munich, Pipt-r,
una medida no suficientemente frecuente y 1969; H. Eckstein, Group theory and the cuntpa-
en ocasiones limitada a las elecciones; proce rative study of pressure groups, en Compurative
diendo de este modo, resulta que frecuente politice: a rcader, a cargo de H. Eckstein y D.E.
mente no están en sintonía con las nuevas Apter. Nueva York, Free Press. 1963; S. Ehrlich,
demandas que emergen de la sociedad. Los Tolere e nn<ppi di pressione (1971), Roma, Edi-
g. de presión operan de una manera más cons tori Kiuniti, 1974; H.W. Ehrmann icomp.). hne-
tante y más específica y actúan como inter restgroupson fourconiinents, Pittsburgh. Uni-
mediario eficaz entre los g. sociales organi versity of Pittsburgh Press, 1958; H.W. Ehrmann,
zados y el gobierno; además pueden permi Interes! ¿roups, en International Encyclopedia
tir una participación más significativa a sus of the Social Sciences, Nueva York, Collier-
afiliados que la que ve logra con la actividad Macmillan, 1968, vol. 7: D. Fisichclla (comp.i. Par
interna de los partidos. Xo se puede afirm ar tid e uruppi di pressione, Bolonia, II Mulino.
con seguridad que las decisiones tomadas con 1972: V.O. Key, Política, partidos y grupos de pre
la intervención de los g. de presión estén m á' sión (1942), Madrid, Instituto de Estudios Polí
de acuerdo con el interés público o general, ticos, 1962; R.B. Kvavik, Inte resi groups in Mor-
GUERRA 737
urgían politics, Oslo, Universiletsforlaget, 1976; conocidas están lasque se inspiran en el dere
J. Lapalombara, Clientela e parentela: stiulio sni cho. Los intem acionalistas han buscado los
gruppi d'interesse in Italia (1964), Milán, Comu- criterios que pueden servir de base pura dis
nitá, 1967; J. Meynaud, Los grupas de presión tinguir exactamente el estado de g. del esta
(1965), Buenos Aires, Eudoba; J. Mcynaud y C. do de paz, con el objeto de poder aplicar las
Risé, Gruppi di pressione in Italia e in Francia, normas llamadas de derecho bélico. Pero
Ñapóles, Esi, 1963; J. Mevnaud y D. Sidjanski, estas definiciones no se proponen tanto cap
Les groupes de pression dans la communaulé tar la esencia del fenómeno sino más bien
européenne, 1958-1968, Bruselas, fidilions de poner en evidencia determinadas circunstan
l'Institul de Socioiogie, 1971; M. Olson, The logic cias formales, que —por otra parte— van
of collective aclion: public goods and lite theory desapareciendo cada vez más en la práctica
of groups, Cambridge, Harvard Universily Press, actual. El resultado es que también los juris
1965; R. Presthus (comp.). Interes! groups in tas deben prestar cada vez mayor atención a
intemational perspective, en The Aunáis of the la naturaleza sustancial de éste como de otros
American Academy of Social and Poli tica i Scien fenómenos, cosa que hacen cuando recurren
ce, vol. 413, 1974; G.K. Roberts, Politics, parlies al principio llamado de la "efectividad”.
andpressure groups in Britain, Londres, Weidcn- Desde el punto de vista esencial, 0. Wright
feld and Nicolson, 1970; R.H. Salisbury, Interes! define la g. en una prim era aproximación,
groups, en Handhaok of political Science, a ear- como “un contacto violento de magnitudes
go de F.I. Greenstein y N.W. Polsby, vol. iv: Non- distintas, pero semejantes". Obviamente, esta
governmental politics, Reading, Addison-Wesley, definición comprende numerosos casos; sin
1975; P. Sehmitter, Interest conflicl and politi embargo, en nuestra opinión puede estar suje
cal chango in Brazil, Stanford, Stanford Univcr- ta a dos críticas: 1] no abarca todo el concep
sity Press, 1971; H.G. Skilling y F. Griffiths to de g.; 2] no todu lo que comprende se pue
(comps.). Interest groups in Soviet politics, Prin- de catalogar como g., de acuerdo con el sen
ceton, Princeton University Press. 1971; D. Tru- tido común. La doctrina ha insistido mucho,
raan, The govemmental process: political inte- por otra parte, en que la violencia se mani
rests and public opinión, Nueva York. Knopf, fiesta en la g. a través de la fuerza annada.
1951; G. Wuotton, / gruppi d'interesse (1970), Esto ha reducido indudablemente los casos
Bolonia, II Mulino, 1975. que adoptan la forma de g., pero también
aqui, si se ha ganado tal vez en precisión, se
[CIANFKANCO 1'ASOlTNü] ha perdido por lo menos el contacto con las
realidades de nuestra época. En la actualidad,
en efecto, la fuerza ya no se manifiesta (o ya
no se concibe) únicamente en términos mili
guerra tares sino en términos económicos, psicoló
gicos y de otro tipo. El hecho es, sin em bar
I SIGNIFICADODF-XANALISISCIENTIFICODE 1.AGUERRA go, que las normas de derecho bélico sólo pue
La g. ha sido siempre objeto de reflexión por den aplicarse actualm ente al fenómeno de la
parte del hombre, pero sólo desde hace poco g. entendida como contacto violento a través
los científicos estudian sistemáticamente el de la fuerza armada. Todos los demás tipos
fenómeno (en el que, por otra parte, a partir de g. (g. psicológica o g. fría, g. económica,
de 1516 puso su atención Maquiavelo) con el etc.), que también influyen grandemente en
propósito de quitarle el halo de inevitabilidad las relaciones internacionales actuales, que
que lo ha caracterizado ab antiquo y de hacer dan fuera de esta norm a específica.
lo entrar en la esfera de los fenómenos cono Todo esto equivale a decir que es muy vago
cidos y, por lo tanto, controlados y previsi el límite que divide la g. de la paz. Los escri
bles. En este sentido, se ha hablado atinada tores que se han ocupado de este tema están
mente de "desacralización de la g." (F. completamente seguros de esto. Von Clause-
Fornari).I witz, por ejemplo, poniendo su atención en la
forma externa de las relaciones internaciona
II DEFINICIÓN DELCONCEPTOGUERRA Son muchas les, sostuvo que la g. es la continuación de la
las definiciones del concepto. Entre las más política con otros medios. Otros se han pro
738 GUERRA
puesto llegar más a fondo y han encontrado con los que se puede descomponer el concepto
la esencia de la g. en el grado de hostilidad de g. Por ejemplo, en relación con los grupos
psicológica que caracteriza, en un momento en lucha, la g. se llama internacional cuando
dado, las relaciones entre los estados. Para se realiza entre grupos sujetos al ordenamien
Hobbes, por ejemplo, "the nature of w ar con- to jurídico internacional; interna o civil si se
sisteth not in actual fighting, but in the known realiza entre miembros de un mismo grupo
disposition therelo". Viéndolo bien, todo esto organizado (ciudadanos de un mismo estado);
está íntimamente ligado con la conocida pro colonial, si los grupos contendientes son pue
blemática de la paz negativa y de la paz posi blos de civilizaciones diversas, una de las cua
tiva. Q. Wright, al tratar de conciliar las diver les es considerada inferior a la otra. En cuan
sas interpretaciones del fenómeno, concluye to a la intención o a la psicología de los pro
que la g. es la "condición jurídica que permi tagonistas, la g. se subdivide en ofensiva,
te igualmente a dos o más grupos hostiles sos defensiva, preventiva o de nervios.
tener un conflicto con la fuerza armada". Cla Con relación al tipo de armas utilizadas,
ro está, sin embargo, que también esta defi puede ser convencional o nuclear. Finalmen
nición, como todas las fórmulas de compro te, con relación a los objetivos perseguidos,
miso. no está exenta de críticas en el plano la g. puede ser limitada (g. política de acuer
esencial. Se debe señalar, por otra parte, que do con el concepto de Clausevvitz) o total o
la doctrina no ha ido mucho más allá de esta absoluta (cuando se llega hasta las últimas
definición, y esto es una prueba de la natura consecuencias).
leza compleja del fenómeno. Para Bouthoul, La g. merece una consideración particular
por ejemplo, las características distintivas de como instrum ento político. Cuando la g. es
la g. son tres: 1] es un fenómeno colectivo; 2] absoluta tiene por objeto la destrucción total
es una lucha a mano armada; 3] tiene carác del adversario; la g. limitada (la que R. Aron
ter jurídico. Este autor deduce de la especi llama "g. real") es un instrumento para un fin
ficación de estos elementos, la siguiente defi deseado. La política, "inteligencia del estado
nición de g.: "Lucha arm ada y cruenta entre personificado", utiliza dos instrumentos: la
grupos organizados", en que —por otra par diplomacia y la g. Pero si los medios son
te— no aparece su caracterización jurídica en diversos, el designio que guía la acción es úni
toda su evidencia. co. La diplomacia se retira cuando sus obje
El análisis de la doctrina conduce, pues, a tivos sólo pueden alcanzarse a través de la
concluir que no existe una definición univo fuerza arm ada, dispuesta a dejar sentir nue
ca del concepto de g. Podría apegarse más a vamente su peso, no bien se considere posi
la realidad una definición que tomara en ble. El fin, en una palabra, no es la anulación
cuenta —como propone, en otro lugar. 0. Wri completa del contrincante sino la modifica
ght— el análisis de los hechos históricos con ción de algunas de sus motivaciones.
cretos que han recibido el nombre de "g.”.
Ahora bien, estos hechos se han caracteriza IV. LASFASES HISTÓRICAS Y LAGUERRA. La historia
do por: a] una actividad militar; b] un eleva de la g. puede dividirse en cuatro fases
do grado de tensión en la opinión pública; c] histórico-cualitativas: g. animal (en sentido
la entrada en vigor de normas jurídicas ati- psicológico), g. primitiva (en sentido socioló
picas respecto de las que rigen en el periodo gico). g. histórica entre grupos civilizados (en
"de paz"; d] una progresiva integración polí sentido jurídico), g. actual (en sentido tecno
tica dentro de las estructuras estatales beli lógico). De este modo, la definición de la g.
gerantes. De este modo, la g. adopta al mis se va enriqueciendo cada vez más con nuevas
mo tiempo la forma de una especie de con dimensiones a medida que avanza la civiliza
flicto, de una especie de violencia, de un fenó ción, respondiendo, por lo mismo, cada vez
meno psicológico-social, de una situación jurí más a la naturaleza compleja del fenómeno.
dica excepcional y de un proceso de cohesión En correspondencia, las interpretaciones
interna.I. sobre las causas de la g. son de orden psico
lógico, sociológico, jurídico o tecnológico.
III. CLASIFICACIONES POSIBLES: LA GUERRA COMO INS El estudio de la g. animal es sumamente ins
TRUMENTO político Son muchos los criterios tructivo para los fines de una comprensión
GUERRA 739
cada vez más clara de los instintos que llevan culo (The element of decisión in the pattern
a los hombres a atacarse entre sí. Sin em bar of war, en American Sociological Review,
go, a pesar de las semejanzas, son im portan 1941, 6) —después de un análisis pormenori
tes también las diferencias, que reflejan las zado de 25 g. históricas— que "la decisión
diversas funciones de la g. animal y de la racional y calculada se toma mucho antes del
humana. Por ejemplo, la g. animal es sobre estallido efectivo de las hostilidades [. . .]; la
todo g. entre especies diversas, en tanto que decisión de emprender una g. se produce de
la g. humana es una g. entre miembros de la uno a cinco años antes del estallido de las hos
misma especie. Las estadísticas, entre parén tilidades".
tesis, muestran una elevada correlación entre Por lo que respecta a las segundas, basta
la g. y el grado de interdependencia de los rá evocar aquí la escuela psicoanalitica y, a
estados (O. Wright, 1942). De este modo, la pri título de ejemplo, el estudio de Sigmund
mera debe interpretarse funcionalmente en Freud y William Bullitt sobre Thomas Woo-
términos de la especie, en tanto que la segun drow Wilson.
da debe interpretarse funcionalmente en tér En el nivel de grupo (estado), se deben
minos de la sociedad y de la cultura. La pri tom ar en cuenta algunos subsistemas como
mera asegura el equilibrio, la segunda el cam el gubernamental, el burocrático, el legisla
bio. Sin embargo, como dice 0. Wright, "aun tivo. el económico, los grupos de presión y la
que la g. tuviera la función de asegurar cam naturaleza misma del estado (carácter nacio
bios en la sociedad, su efecto último ha sido nal, geográfico, etc.). El análisis efectuado en
el de producir oscilaciones en el surgimien este nivel ha dado frutos concretos, m ostran
to y en la caída de los estados y de las civili do, por ejemplo, que la g. no guarda una rela
zaciones. Cualquier evolución persistente que ción causal directa mayor con un régimen
se haya producido en la historia de la huma absolutista que con uno democrático. Basán
nidad, no se ha debido tanto a la g. sino al pen dose en observaciones estadísticas precisas,
samiento. Los Alejandro, los César, los Napo 0. Wright puede afirm ar que "la paz ha pro
león, han producido oscilaciones. Los Aristó ducido más democracia que la democracia ha
teles, los Arquímedes, los Agustín, los Gali- producido paz". Además, de análisis hechos
leo, han producido progreso". en este nivel se deduce que las "grandes
potencias" desencadenan un mayor número
v.c a u s a s d e l a g u e r r a . El análisis de las causas de conflictos que las potencias medianas y
de la g. puede llevar a resultados tanto más pequeñas. Este resultado debe objetarse,
concretos cuanto más se refiera a los datos según parece, en cuanto al periodo reciente,
proporcionados por la realidad histórica. tomando en cuenta la distinta naturaleza de
Ahora bien, el estudio cuidadoso de un gran las g. a partir de la revolución nuclear. Actual
número de g. reales |Q. Wright) ha llevado a mente parece estar más cercana a la verdad
la conclusión de que las causas de los conflic la afirmación de que las g. se han convertido
tos bélicos pueden subdividirse en cinco cate ya en "privilegio" de las pequeñas potencias.
gorías: causas ideológicas, económicas, psi A pesar de la indudable importancia de los
cológicas, políticas y jurídicas. hechos presentados por los análisis efectua
Sin embargo, esto no es suficiente. El ana dos en este nivel, otros estudios muestran que
lista debe investigar aún más, en tres niveles la política exterior de ios estados sufre cada
distintos (D. V. Edwards): el individual, el de vez más el influjo de las situaciones externas.
grupo (estado) y el de sistema de grupos (sis En este punto, el análisis se sitúa en el nivel
tema internacional). del sistema internacional (sistema de grupos).
En el nivel individual se encuentran las De acuerdo con el supuesto de que todo sis
decisiones conscientes y las motivaciones tema tiende a la autoconservación (concepto
inconscientes. Por lo que respecta a las pri de homeostasis), la g. se explica en términos
meras, debe señalarse aquí lo que dice K. sistemáticos, como un instrumento para man
Deutsch: que las g. presuponen siempre la tener el equilibrio (balance of power). En
organización. Desde otro punto de vista, pero nuestra opinión, este nivel de análisis es par
en la misma linea sustancial de pensamien ticularmente adecuado para el estudio de las
to, Theodore Abel decía en 1941, en su a rtí posibles causas de una g. nuclear. En este
74» GUERRA
caso, tm efecto, la interacción parece preva Desde hace algún tiempo J. David Singer
lecer sobre la acción. Hermán Kahn enume (The carretales nf war prujecl) emprendió el
ra cuatro hipótesis acerca del origen de la camino de la medición de los factores útiles
misma: 1] g. no intencional; 2] g. como resul para el estudio de las causas de la g., y cons
tado de un cálculo equivocado; 3] g. calcula truyó una taxonomía general para la descrip
da; 4] g. catalítica (cuando es provocada por ción y el análisis de los con! líelos internacio
una tercera parte). Como puede verse, el nales que, a diferentes niveles de análisis, pre
ambiente exterior desempeña aquí un papel senta tres clases de variables: las caracterís
predominante, que sólo puede apreciarse en ticas —físicas o materiales, estructurales y
el plano del análisis sistemático. culturales— de las entidades sociales, los vín
Obviamente, una explicación completa de culos y las relaciones que existen entre ellas,
los conflictos bélicos presupone una investi y la conducta seguida por las mismas. Una de
gación cuidadosa en cada uno de estos nive las hipótesis fundamentales que sirve de base
les. Viéndolo bien, las explicaciones dadas se a la investigación consiste en que la estruc
sitúan en una escala temporal que va desde tura del sistema es más im portante que sus
las condiciones básicas e inevitables (nivel del características culturales y, tal vez, también,
proceso decisional) hasta las causas indirec que las físicas o materiales.
tas o inmediatas que requieren un hecho o un Según la hipótesis de que la probabilidad
acontecimiento particular (nivel de grupo) y de una g. está en función de las "distancias"
hasta las especificas e inmediatas (nivel del que existen entre los estados y de las políti
sistema de grupos). Consideradas desde otro cas que éstos persiguen, y tratando de efec
punto de vista, las causas de la g. se pueden tuar previsiones que no sean vanas, O. Wright
clasificar, de acuerdo con las propuestas, distingue ocho aspectos, u categorías, de esas
esencialmente homogéneas, presentadas por "distancias": tecnológica (t). estratégica (st).
los científicos, historiadores y publicistas, a intelectual (i), jurídica o legal (i.), social (s).
pesar de que estas categorías de escritores le política (p), psíquica (i*s) y de expectativa
dan frecuentemente —como lo menciona Q. (actitud ante la iuerza, expeclancy, e). Estas
Wright— significados diversos al concepto de "distancias” se pueden medir, aunque no de
causa, en: 1] fuerzas materiales (los científi una manera totalmente perfecta, y constitu
cos hablan de balance af power, los historia yen, por lo tanto, importantes indicadores
dores de factores políticos, los publicistas de prcdictivos. El análisis de las políticas de los
necesidades); 2] influencias racionales (dere estados es, sin embargo, más importante,
cho internacional, interés nacional, razón); 3] para los fines de previsión, que el examen de
instituciones sociales (organización interna las “distancias” entre los mismos. Entre los
cional, ideología, cultura o costumbre); 4] métodos utilizados para evaluar la probabi
reacciones de la personalidad (opinión públi lidad de un conflicto arm ado debe tomarse
ca, factores psicológicos y económicos, capri en cuenta el que consiste en extrapolar las
cho o emoción). Es obvio que las concepcio tendencias de ciertos indicadores como los
nes sobre las causas de la g. serán distintas, presupuestos militares y el comercio interna
dependiendo del significado que se le atribu cional (L. F. Richardson) y en medir periódi
ya a este último concepto (g. como conflicto camente (se acostum bra hablar de tensióme-
de armas, de leyes, de culturas, de individuos).VI. tros internacionales) algunas variables rele
vantes: actitud, conducta, capacidad (O.
VI. CONTRIBUCIÓN A UN ANALISIS PROVISIONAL DE LA Hulsti).
guerra. Entre las causas de los conflictos
bélicos se podrían —y deberían— tomar en VII ELCONTROL DE LAGUERRAY LLSALTERNATIVASDE
cuenta las que se relacionan con la opinión LOSCONFLICTOSARMADOS. Frecuentemente se ha
pública. La institución y la actualización con hablado de una función social de las g. Se han
tinua de "mapas" de la tensión colectiva debe considerado como mecanismos de estabiliza
ría ser tarea de las Naciones Unidas o de la ción del poder o de la economía, o de regula
UNESCO, que de este modo cumplirían la tarea ción de la expansión demográfica, o de des
de instituciones de observación tan necesa viaciones de las tendencias antisociales, o de
rias en nuestra época. promoción del desarrollo de la ciencia y de
GUERRA 741
la tecnología. Por otra parte parece lícito afir das, es muy clara en este punto. En cierto sen
mar que el advenimiento de las armas nuclea tido se puede decir que ha recobrado actua
res las ha privado ya de cualquier función. A lidad la distinción medieval entre ju s a d
consecuencia de esto, se ha desarrollado una b e llu m y j u s in b e llo . Resumiendo, en las tres
tendencia cada vez mayor a buscar, en térmi fases citadas, el derecho ha considerado la g.:
nos científicos y tecnológicos, de que medios 1] como un posible medio de justicia; 2] como
de control dispone el hombre y qué alterna una prerrogativa de la soberanía; 3] como un
tivas hay para los conflictos armados. Esta crimen.
búsqueda parte de la comprobación de que No hay duda de que la fase de la “razón de
los instrumentos de control tradicionales, es estado” coincidió con la consolidación de un
decir las normas jurídicas y éticas, no han paradigma interpretativo de las relaciones
impedido la conflictividad armada (de acuer internacionales, ya superado por la doctrina,
do con estudios recientes, en 3 400 años de que consideraba el sistema internacional
historia la humanidad ha tenido sólo 234 años como la sede de la anarquía y de la conflicti
de paz, que se pueden definir en términos de vidad permanente y necesaria. De acuerdo
ausencia de conflictos armados. Según los cál con esta teoría, que —como es subido— empe
culos de Singer, desde el Congreso de Viena zó con los preceptistas italianos de los siglos
hasta hoy se han producido 93 guerras) y de xvi y x v ii, y llegó a su punto más alto con la
que, por lo tanto, es necesario seguir el cami d o c t r i n a d e l e s ta d o - p o te n c ia en el siglo xix y
no del “ser", más bien que el del "deber ser”. a principios del x.\, con Hegel, Ranke, Treits-
De este modo —por poner sólo un ejemplo chke y Meinecke, cualquier estado, indepen
entre tantos— Etzioni sugiere que es útil para dientemente de su estructura interna, está
tal fin el estudio de qué industrias han apren condicionado en su política exterior por la
dido a transform ar sus objetivos negativos y naturaleza anárquica del sistema internacio
destructivos de competencia (g. de precios) en nal y tiende, por lo tanto, de una manera con
positivos y constructivos (competencia cua tinua a buscar la consolidación de su propio
litativa). Esta búsqueda que tiene por objeto poderío, a costa de los demás estados, y aun
controlar la g. y construir alternativas para la a costa de violar todas o casi todas las nor
misma, ya se conoce con el nombre de p e a c e mas morales y jurídicas. De acuerdo con esta
resea rch . teoría, la g. es, en esencia, justa porque es
necesaria.
VIH. DESDE ELBELLL'U JUSTUM HASTAIJt GUERRACOMO En las fases 1] y 3] y sobre todo en la últi
crimen contra la humanidad. La historia de la ma fase, está implícito un paradigma inter
evaluación moral de la g. puede dividirse, por pretativo distinto. Según esta interpretación,
lo menos en lo que respecta a las obras rela que al mismo tiempo precede y en parte sigue
tivamente más cercanas, en tres fases: la del a la expresada por la teoría de la "razón de
h e llu m ju s t u m , la de la r a is o n d ' é t a t y la de estado”, la g. es necesaria cuando es justa.
la g u e r r a c o m a c r im e n . Lo que equivale a Es interesante, por lo tanto, detenerse en
decir que con el desarrollo de la conciencia la evolución de la doctrina del b e llu m ju s tu m .
social de los pueblos y con el progreso de la La prim era distinción entre g. justa y g.
tecnología militar, la g. se ha convertido cada injusta es de san Agustín, pero santo Tomás
vez más en un problema candente que exige es el que establece la teoría de las condicio
una solución radical. Las justificaciones de nes —una formal y objetiva y las otras dos
la g. basadas en el derecho, que eran tan fre esenciales, pero subjetivas— de la g. justa.
cuentes cuando estaba vigente la tesis del Éstas son:
b e l l u m ju s tu m , pero que ya no se considera 1] la declaración de g. debe ser hecha por
ban tan necesarias cuando estaba en auge la la autoridad legítima;
teoría de la “razón de estado", han encontra 2] debe subsistir una “causa justa";
do una función muy precisa en el marco de 3] el beligerante debe tener recta intención.
un sistema internacional que ya considera ilí Una cuarta condición, precisada por la doc
cita la g. como instrumento para resolver los trina, sería la de la n e c e s id a d , o sea de la
conflictos internacionales. La carta de San imposibilidad de hacerse justicia por otros
Francisco, establecida por las Naciones Uni medios.
742 GUEKRA
El surgimiento de los estados-nación cris to que los mecanismos que acabamos de men
tianos, cada uno de los cuales apelaba a la cionar consideraban únicamente las violacio
misma doctrina, confirmó, en la visión de nes del derecho positivo. La duda se presen
Grocio, la posición escolástica de que, frente ta acerca de las Naciones Unidas, cuyo análi
a una sola justicia "objetiva", podían coexis sis debería profundizarse aún más.
tir dos. o más, inocencias "subjetivas". Esta El hecho está en que la Sociedad de las
visión llevó teóricamente a imponerles a los Naciones y las Naciones Unidas, aun dentro
estados neutrales determinadas obligaciones de sus diferencias sustanciales en cuanto al
que tenían por contenido una discriminación problema de la licitud del recurso de la g.
entre las partes beligerantes. —sobre todo las Naciones Unidas— supera
Las tentativas de incorporar la doctrina del ron la doctrina del hellum justum. por lo
hellum justum en el derecho positivo fueron, menos en el sentido de someter al consenso
por otra parte, vanas y se tendió entonces den de la comunidad de los estados la determina
tro del derecho internacional a desarrollar las ción de la legitimidad de los actos bélicos
normas para el control de las hostilidades, internacionales.
una vez que éstas hubieran empezado (jus in El supuesto de la doctrina tradicional, en
helio). El sis'em a del balance of power del cambio, era en el sentido de considerar a cada
siglo xix fue el marco político ideal para esta uno de los estados capacitado para decidir
consideración realista de la licitud de la sobre la naturaleza, justa o injusta, de esos
guerra. actos.
Lo dicho anteriormente no le quita nada a Pero sólo con el Pacto Briand-Kellog, que
la gran importancia que la doctrina del se confirm aría en la Carta de San Francisco,
hellum justum tuvo a partir de la Edad Media. se produce un cambio de rumbo fundamen
Probablemente esta importancia tuvo más tal, es decir la transición del jus ad hellum
bien efectos negativos en el sentido de que retomado por Covenant al jus contra hellum.
retardó el desarrollo de un sistema de nor Esto significa, en la especificación normati
mas jurídicas capaces de impedir la realiza va de las Naciones Unidas, que se consideran
ción desenfrenada de conflictos bélicos, a ilícitas todas y cada una de las formas de g.
pesar de que es indudable que trató, aunque que no sean las comenzadas dentro del m ar
por otra parte sin gran éxito, de deducir de co de los mecanismos de protección colecti
las premisas del jus ad hellum (uso de una va o la legítima defensa, admitida a título pro
fuerza proporcional a la injuria sufrida, dere visional.
chos de los combatientes y de los prisioneros, Con el nacimiento del jus contra hellum
etc.) las normas del jus in helio. empiezan también las tentativas de una defi
El hecho es que el jus in helio se desarrolló nición acorde de los actos de agresión.
de ahí en adelante por separado y precisamen Obviamente un estudio, aunque sea some
te como consecuencia de la desaparición de ro, del problema de la licitud de la g. no pue
la convicción de poder establecer en concre de prescindir de examinar la teoría leninista
to la legitimidad del recurso de la g.. consi en la materia, según la cual sólo las g. que
derado ya como un hecho extrajurídico. resultan de las luchas de clases pueden defi
La disolución del sistema europeo de balan nirse como justas. A esta categoría pertene
ce of power, ocurrida después del primer con cen, por ejemplo, las g. revolucionarias nacio
flicto mundial, llamó de nuevo la atención nales contra las potencias imperialistas.
sobre la necesidad de reconsiderar las posi Sin embargo, la actitud del partido comu
bilidades de un jus ad hellum. nista y del proletariado en relación con una
De este modo, según algunos autores, la g. no está ni debe estar determinada tanto por
Sociedad de las Naciones, el Pacto Briand- razones doctrinales como por razones de
Kellog, las Naciones Unidas, fueron mecanis oportunidad política. De este modo, por ejem
mos inspirados en la doctrina del hellum jus plo, no debe apoyarse una g. " justa" que pue
tum. Según otros, en cambio, esta última da dar origen a consecuencias reaccionarias
tomaba en cuenta las violaciones del derecho en el nivel mundial.
positivo y del derecho natural en la construc Por lo tanto, la importancia de la doctrina
ción del concepto del hellum justum, en tan leninista del hellum justum está subordina
GUERRA 743
da, sobre lodo en las interpretaciones poste IX. EVOLUCIÓN DEL DERECHO INTERNACIONAL. Des
riores de los escritores marxistas, a conside pués de este breve estudio de la doctrina del
raciones concernientes a la praxis política. bellum justum. es fácil darse cuenta de que
De cualquier modo, podría sostenerse que, su evolución está intimamente ligada con la
a pesar de las diferencias indudables entre las del derecho internacional. Este último no
posiciones del marxismo-leninismo y las sos siempre ha logrado incorporar esta doctrina,
tenidas por el pensamiento político contem aunque siempre ha estado influido profunda
poráneo no comunista a propósito de la lici mente por ella.
tud de la g., tanto las unas como las otras han El derecho internacional de la g. y el de la
evolucionado en dirección del jus contra neutralidad han sido dos sectores del dere
bellum. Las tendencias producidas reciente cho internacional que han evolucionado en
mente en los estados de nueva formación y función de la influencia ejercida por aquélla.
en vías de desarrollo concuerdan con esta ten Y aun cuando esta influencia ha disminuido
dencia. o ha sido objetada, estos derechos —precisa
En la base de todo esto se encuentra cier mente por esta razón— han sufrido transfor
tamente la naturaleza distinta de la g. contem maciones profundas y algunas veces radica
poránea y la inconcebible potencia destruc les. Hasta el punto de puder hacer ilegítima,
tiva de las arm as producidas sobre todo por dentro del espíritu de las Naciones Unidas,
la tecnología nuclear. Y esta revolución tec la condición misma de estado neutral.
nológica ha sido precisamente la que ha con La neutralidad clásica, basada, en efecto,
tribuido a poner en crisis la misma validez en el deber de imparcialidad respecto de
moral de la doctrina del bellum justum, con todos los beligerantes independientemente de
siderada, por muchos, peligrosa en cuanto se la licitud o ilicitud de su conducta, se pudo
desarrolla alrededor del concepto del jus aü sostener en el periodo de la "razón de esta
bellum. más bien que alrededor del concep do", cuando ya se había superado la distin
to del jus contra bellum. ción entre g. lícitas y g. ilícitas.
Otros, en cambio, consideran que la teoría Sin embargo, el regreso a esta distinción,
tradicional todavía es aplicable a la época el progreso tecnológico, la naturaleza distin
contemporánea, y hasta necesaria en la medi ta de las relaciones internacionales y la apa
da en que todavía en la actualidad se consi rición de dificultades para distinguir clara
dera una utopía la abolición de la guerra. mente la g. de la paz, m arcaron la decaden
Sin embargo, el argumento principal con cia, aparentemente irreversible, de esta ins
tra la doctrina del bellum justum parece refe titución clásica del derecho internacional.
rirse al presupuesto mismo que le da vida, o Como dice Serení, "la neutralidad es un
sea el hecho de que ésta postula la licitud del aspecto de la g., y sólo puede adquirir una
hacerse justicia por si mismo e implícitamen fisonomía precisa cuando la distinción entre
te la falta de ilicitud del recurso a las arm as paz y g. ha quedado claramente establecida”.
cuando existe una causa justa. El discurso es Actualmente, puesto que la g. se considera
ciertamente complejo y está íntimamente uni como un crimen contra la humanidad, cual
do a la problemática sobre la paz y sobre la quier refugio en la misma se considera con
no violencia. Se pudría afirmar, sin em bar trario a la moral y al derecho.
go, que en un sistema internacional profun
damente distinto y en una situación de tec R, Aron, Paz y guerra entre las
b ib l io g r a f ía
nología destructiva como la actual, el peligro naciones (1962), Madrid, Alianza, 1963; G. Bot-
mayor para los estados proviene precisamen houl, Traité de sociologie: les guerres, eléments
te del área de "dominio reservado" que esca de polémologie, París, Payot, 1951; K. von Clau-
pa al control y al consenso de la comunidad sewitz, De la guerra (después de 1831), Barcelo
internacional. La exigencia de asegurar la jus na, Labor, 1976; S.A. Coblentz, From arrow to
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rales, procedimientos que encuentran su (1969), México, Paidós; F. Fomari y otros, La des-
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lación de las Naciones Unidas. lona, Dupcsa, 1971; F. Fomari, Psicoanálisis de
744 G U E R R IL L A
la guerra (1966), México. Siglo XXI, 1972: U. Gori La larga duración es posible debido al apoyo
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sulla pace, Milán, F. Angelí, 1978; H. Kahn. Thin- gía acorde con sus sentimientos, y debido a
king about thc unthinkahle, Nueva York, Avon, la ayuda (aprovisionamiento de armas, prin
I9662; H. Kahn, On thennonuclear war (1960), cipalmente) de potencias extranjeras. El apo
Nueva York. Avon, I9692; A.P. Serení. Diritió yo de la población adopta formas diversas,
intemazionale, IV, Milán. Giuffre. 1965; J.D. Sin- pero todas vitales: desde el aprovisionamiento
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les uf war, Londres, Sage, 1980; War. en The guerrilleros heridos, desde la preparación de
International Encyclopciliu of thc Social Scien refugios hasta el servir de guías y hasta la
ces. vol. XVI, Nueva York, Free Press. 1968. negativa a proporcionar informaciones a las
fuerzas antiguerrilleras. El control psicoló
[lIMBERTO CiORl] gico sobre las masas se ha considerado, pol
lo tanto, junto con el control de las áreas rura
les (el "cam po”), la piedra angular de la vic
toria de los movimientos de guerrilla.
guerrilla La influencia sobre la población se obtie
ne de diversas maneras: con una doctrina
La g. es un tipo de combate que se caracteri política que condena las injusticias sufridas
za por el encuentro entre formaciones irre por la población, con el terrorism o, con la
gulares de combatientes y un ejército regu demostración de la superioridad militar
lar. Los objetivos que con ésta se persiguen sobre las fuerzas regulares, con las mismas
son más políticos que militares. La destruc campañas de propaganda.
ción de las instituciones existentes y la eman Desde el punto de vista de la conducta mili
cipación social y política de las poblaciones tar, la g. se confía mucho en la improvisación
son, en efecto, los objetivos principales de los y en el aprovechamiento de las ocasiones favo
grupos que recurren a este tipo de lucha rables. Los guerrilleros evitan los encuentros
armada. Por este motivo, los términos "g.” y que no Ies permiten actuar en condiciones de
"guerra revolucionaria” se han ido identifi superioridad. El buen conocimiento del terre
cando cada vez más. La g. es típica, en efec no y el apoyo de la población les permiten
to, de los estados en que existen profundas adoptar una táctica evasiva que reduce el
injusticias sociales y la población está dis número de los ataques sólidos y asesta sus
puesta al cambio. golpes decisivos bajo la forma de sabotaje y
Las posibilidades de llevar a cabo investi emboscada contra los puestos avanzados y las
gaciones para un análisis político-social en unidades aisladas del ejército y de la pulida,
este campo son más bien problemáticas; los contra las lineas de comunicación y de rea
estudios de científicos políticos y sociales son, bastecimiento, contra las fuentes de riqueza
por lo tanto, pocos y generales. Existe, en del gobierno.
cambio, una amplia producción de jefes polí Se evitan las grandes concentraciones de
ticos y militares que toman la g. desde el pun fuerza durante largos periodos, ya sea por
to de vista práctico de la conducta de las ope que no se ven obligados a defenderse, ya sea
raciones. para crear en las fuerzas regulares la impre
Si se quieren aislar las características prin sión de estar en tudas partes en cualquier
cipales de la g. es necesario concentrarse en momento: se trata del llamado "efecto para
tres sectores de investigación que están inti lizante” que se logra actuando siempre a la
mamente relacionados entre sí: relaciones ofensiva. La movilidad del ejército regular se
entre guerrilleros y población, aspectos reduce considerablemente, las tropas se ven
estratégicos-militares y ambiente físico. obligadas a concentrarse y deben limitarse a
El éxito de los movimientos de g. se basa actividades defensivas. Esta situación influ
frecuentemente en la prolongada duración de ye mucho en la población, que ve que el ejér
la lucha, destinada a aislar moral, física y cito es incapaz de mantener el orden.
politicamente a los gobernantes respecto de Entre las actividades de los guerrilleros
la población y de la comunidad internacional. figura también el terrorism o, realizado en
G U F .R R IL L A 745
perjuicio de personas o grupos ligados direc adquiere el peso mayor; en esta fase, además,
tamente con la clase en el poder. Puede estar se pone de manifiesto el apoyo externo, polí
dirigido también, con fines punitivos, contra tico y material, y se acrecienta debido a la
la población de alguna /una o pueblo que no confianza ganada con los éxitos de los guerri
ha colaborado; pero, siendo un indice de debi lleros.
lidad. las fuerzas de la g. tratan de utilizarlo La intervención externa despierta conside
lo menos posible, ya que puede provocar, en raciones generales sobre la función que la g.
efecto, reacciones contrarias en la población. como fenómeno político interno puede adop
En cuanto a las fuerzas de contraguerrilla, ta r en el sistema internacional. El potencial
éstas se han caracterizado por una gran supe destructivo de las arm as nucleares es tal que
rioridad de armamento, y se puede prever ponen en alerta a los estados sobre la peligro
fácilmente que podrían disponer de medios sidad de una guerra abierta; por lo tanto es
cada vez más abundantes y eficaces. Pero esto probable que la g. sea la forma de violencia
no cambiaría mucho la situación. Estas fuer más accesible a la que pueden recurrir poten
zas se encontrarían siempre con la dificultad, cias antagonistas, que, tomando parte en con
si no es que con la imposibilidad, de contro flictos internos, desean modificar la distribu
lar simultánea y continuamente todo un país ción del poder existente en algunas regiones.
escenario de movimientos de guerrilla. Lo expuesto hasta aquí indica, sin embargo,
El ambiente físico, el "terreno" en que se claram ente que las regiones en que es posi
ha practicado la g.. se ha caracterizado siem ble la g. son únicamente las económicamen
pre por ser montañoso y estar cubierto por te subdesarrolladas, con una red de comuni
una espesa vegetación. Este terreno reduce, caciones poco extendida y en que existe un
en efecto, la movilidad de los grandes ejérci amplio sector de la población que no está polí
tos convencionales y Ies da a las fuerzas irre ticamente orientado.
gulares la ventaja de poderse esconder fácil
mente y de no ser señaladas sólo de una mane RtiiLKXiRAFIA- R.B. Asprey, W’ur in the shadows:
ra muy aproximada. lite guerrilla iu history, Garden City, Doubleday,
Los guerrilleros utilizan bases (los llama 1971; Régis Debrav, La critica de las armas. ¡
dos "santuarios") en que preparan sus planes, (1974), México, Siglo XXI, 1975: R. Debrav, Las
forman a sus hombres y desarrollan todas las pruebas de fuego. La critica de las armas. 2 (1974),
actividades necesarias para la preparación México, Siglo XXI, 1975; R. Debrav, La guerri
del combate. Estas bases deben ser seguras, lla del Che (1974), México, Siglo XXI, 1975: W.
razón por la cual se encuentran frecuente Hahlweg. Storia della guerriglia: tattica e stra-
mente en el territorio de estados limítrofes tegia delta guerra senza fronti, Milán. Feltrine-
que aceptan o toleran estas actividades. lli, 1973; W. Luqueur, The urigmsof guerrilla doc
Cuando la actividad de la g. ha llegado a la trines, en Journal of Contemporary History, 1975,
constitución de una fuerte organización polí 3.
tica con el apoyo de la población, los facto
res naturales pierden casi toda su importan [F I LVIO ATTIXA]
cia, en tanto que el control de la población
hegemonía
I EL USO DEL TÉRMINO EN I.AS RELACIONES INTERNA das, sino en la tradición y en la historia. Así,
CIONALES. Parte de la literatura política desig para Gioberti, la Italia posterior al Rissorgi-
na con el término "hegemonía" —calca lati mento puede contraponer su h. al dominio del
na de la palabra griega hegemonía, que sig extranjero, y Roma, sede histórica del papa
nifica “dirección suprema", usada para indi do, goza de la h. moral en una Italia que tie
car el poder absoluto conferido a los jefes de ne en el Piamonte sabovano su brazo armado.
los ejércitos, llamados justamente egemoni, Sin embargo, otros autores prefieren man
o sea guias— la supremacía de un estado- tener al concepto de h. dentro de un signifi
nación o de una com unidad politico- cado más cercano al de su etimología, de
territorial dentro de un sistema. La potencia dominio apoyado en la fuerza de las armas.
hegemónica ejerce sobre el conjunto de los Tal es el caso de los historiadores alemanes
demás una preminencia no sólo militar, sino de la tradición que se funda en la doctrina de
también económica y cultural, inspirándoles la razón de estado, sobre todo Ranke y Dehio,
o condicionándoles las elecciones en virtud que elevaron la categoría de h. a canon inter
de su prestigio no menos que de su potencial pretativo básico, colocándola en el centro de
superior de intimidación y coerción, hasta el su reflexión sobre la historia europea y mun
punto de constituir un modelo para las comu dial. en antítesis con el concepto de equilibrio.
nidades hegemonizadas. El concepto de h.. Siendo la vocación intrínseca al comporta
por lo tanto, no es un concepto jurídico, de miento de todo estado la de una extensión
derecho público o de derecho internacional; máxima del poder propio, la historia de las
connota más bien una relación interestatal de relaciones internacionales no es otra cosa que
poder que prescinde de una reglamentación una alternación perenne de equilibrios ines
jurídica precisa. Puede definirse a la h., de tables y de intentos hegemónicos por parte
este modo, como una forma de poder de de estados en posición interior o exterior a
hecho que en el continuo influencia-dominio los sistemas internacionales que va consoli
ocupa una posición intermedia, que oscila o dándose poco u poco: desde la ciudad-estado
bien hacia una de los polos o bien hacia el griega hasta la Italia de los principados y la
otro. Europa de las grandes monarquías. En este
Algunos autores, como Triepel, subrayan su proceso han tenido una importancia decisi
carácter de "influencia particularmente fuer va las potencias periféricas o también los
te", que se ejerce sin el recurso directo a las espacios coloniales exteriores: los intentos
arm as y a la fuerza, y que por ello no carece hegemónicos continuos que se han sucedido
de cierto fundamento de legitimidad. En esta en el continente europeo desde Carlos V has
acepción “h." es una subespecie del concep ta Hitler se han desvanecido gracias sobre
to más general de dirección y se emancipa todo a la aportación de las grandes potencias
casi totalmente de su significado originario externas en posición insular o periférica
de supremacía político-militar. Análogo es el (Inglaterra, Rusia, Estados Unidos), que
sentido en que se utiliza el concepto en el gio- supieron favorecer vastas coaliciones contra
bertiano "Primado moral y civil de los italia el estado que amenazaba con imponer su pro
nos". o sea en el sentido de "superioridad. .. pia h.. determinando asi la victoria del prin
no legal, ni jurídica, hablando propiamente, cipio del equilibrio sobre el de la h. y amplian
sino de eficacia m oral”, como prim ado ético do progresivamente las dimensiones del sis
y cultural, fundado no en las fuerzas arm a tema internacional.
[746]
H E G E M O N IA 747
cidad de los grupos dominantes para ser tam BIBLIOGRAFIA M. Basáñez, La lucha por ¡a hege
bién dirigentes, un grave déficit de legitimi monía en México, 1968-1960. México. Siglo XXI,
dad a partir del cual pueda m adurar el tras 1981; C, Buci-Glucksmann, Gramsci y el estado
paso a una nueva forma de estado, a equili (1975), México, Siglo XXI, 1978; L. Dchio, Equi
brios orgánicos más avanzados (como es el librio o egemonia (1948), Brescia, Morcelliana,
caso de la revolución jacobina) o estáticos 1954; A. Gramsci. Cuadernos de la cárcel (1975),
(como en el Rissorgimento italiano, en el fas México, Era, 1981-1986,4 vols.; L. Gruppi, llcon-
cismo y en las numerosas variantes históri cetto di egemonia in Gramsci, Roma, Editori Riu-
cas de "revolución pasiva"). niti. 1972; J. Labastida Martín del Campo
Es natural que cada clase social se garan (comp.), Hegemonía y alternativas políticas en
tice, en su proceso de organización en clase América iMtina, México, Siglo XXI, 1985; N. Puu-
dirigente, una instrumentación armónica p ro lantzas, Poder político y clases sociales en el esta
pia peculiar: el parlamentarismo, los partidos do capitalista (1968), México, Siglo XXI, 1969; H.
dcmoliberales, la opinión pública mediante Triepel, L'egemonia (1938), Florencia, Sansoni,
los grandes órganos de información en el caso 1949.
de la burguesía capitalista más avanzada, con
apoyo estructural del mercado y de su pro [SILVANO BELLIGNt]
pia organización de fábrica; los consejos obre
ros (en un prim er momento), el sindicato y
sobre todo el partido revolucionario en el
caso del proletariado en lucha por el poder. historicismo
A este último le espera la tarea de seleccio
nar a los intelectuales orgánicos de la clase i. DEFINICIÓN general. Tanto en el contexto del
ubrera, organizando su h., armándola con una pensamiento filosófico como en el del pensa
teoría y con una estrategia capaces de enfren miento político, el término no tiene un signi
tar victoriosamente a la h. de las clases domi ficado univoco. Para precisar los significados
nantes. fundamentales en que puede entenderse, con
Con la ayuda de las indicaciones gramscia viene por lo tanto p artir de la identificación
nas, el debate sobre la h. prosiguió hasta nues de su contexto más general y por lo mismo
tros días, precisando el concepto y enrique común a los diversos significados que surgen
ciéndolo con determinaciones nuevas. Algu en ella. Desde este punto de vista, se puede,
nos estudiosos marxistas, en particular Micos sin más, aceptar la indicación de Meinecke (El
Poulantzas, han sostenido la capitalidad de historicismo y su génesis, “Introducción")
una función hegemónica en el interior del pro según el cual el h., que constituye una acti
pio bloque en el poder, con el fin de regular tud del pensamiento que surge de modo cons
las contradicciones entre las distintas clases ciente a partir, grosso modo, del periodo que
y fracciones de clase que lo componen. La h. abarca los últimos años del siglo xviii y los
de una clase, o de una fracción, sobre las primeros del xix, representa ante todo una
demás que componen el bloque de poder reacción contra la orientación iusnaturalis-
dominante, determina que cada una renuncie ta dominante hasta entonces. El autor men
a los in te re se s p ro p io s in m ed iato s, cionado define de la siguiente manera esta
económico-corporativos, en favor del interés última orientación: “La actitud iusnaturalis-
político común por la explotación y el domi ta del pensamiento, predominante desde la
nio sobre las clases subalternas. La h. actúa Antigüedad, inculcaba la fe en la inmutabili
como principio de unificación de los grupos dad de la naturaleza humana antes que de la
dominantes y, contextualmente, de disfraz del razón humana. Las afirmaciones de la razón,
dominio de clase. Simétricamente, en el blo se decia, pueden verse ofuscadas por las
que revolucionario entendido como unidad pasiones y por la ignorancia, pero si la razón
contradictoria entre clases dominadas, la h. se libera de estas ofuscaciones afirm ará las
indica la constitución política, además de mismas cosas en todos los tiempos y será
lodo particularism o y corporativismo, del capaz de encontrar verdades eternas, de valor
interés de la clase obrera en intereses gene absoluto, que corresponderán plenamente a
rales de todos los explotados. la racionalidad de todo el universo." Por el
HISTORICISMO 749
lado opuesto, el prim er principio del h. con de Viena) de los aspectos irracionales de la
siste para iMeinccke en sustituir una conside vida de los estados, o sea de la fuerza de las
ración generalizante y abstractiva de las fuer tradiciones, de la costumbre, de los instintos
zas histórico-humanas por la consideración y de los sentimientos populares que condicio
de su carácter individual, con la convicción nan de manera decisiva, según esta orienta
de que la aplicación de juicios generalizantes ción de pensamiento, el desarrollo histórico
respecto del hombre y de los fenómenos cul concreto de los estados. En esencia, el roman
turales y sociales a los que éste ha dado ori ticismo político le atribuye una importancia
gen no permite com prender las transform a histórica central a estos aspectos del compor
ciones profundas y la diversidad de formas tamiento humano, individual y colectivo, que
que sufre y adopta la vida moral y espiritual según el racionalismo iusnaturalista moder
del individuo y de las comunidades, a pesar no deben considerarse única y exclusivamen
de la permanencia invariada de ciertas cua te como prejuicios irracionales destinados a
lidades humanas fundamentales. ser eliminados muy pronto por la razón ilus
En lo que respecta al contexto especifico del trada, con la condición de que se le conceda
pensamiento político, la actitud iusnaturalis- a ésta la más amplia posibilidad de acción.
ta contra la que reacciona el ordenamiento El reconocimiento de la importancia de los
historicista es la doctrina de los derechos del aspectos irracionales de la vida política con
hombre, que surge de la versión moderna duce, por otra parte, no sólo a sostener la
racionalista del iusnaturalismo y que es sos imposibilidad de someter a una norma
tenida por las revoluciones nortamericana y, común, racional y universal, la vida y el desa
sobre todo, francesa, en la que está implícita rrollo de todos los pueblos y, por lo tanto, de
la convicción de que la forma del estado libe todos los estados, sino, más en general, la
ral constituye un modelo de validez absoluta imposibilidad, salvo dentro de límites muy
y universal, ya que se basa en las exigencias restringidos, por parte de la voluntad guia
eternas, y por lo tanto idénticas en todos los da por la razón, de orientar de acuerdo con
tiempos y en todos los lugares, de la razón sus propios fines el desarrollo de las institu
humana. Contra esta pretensión, la orienta ciones políticas y sociales, que tienen en cam
ción historicista representa, en general, la bio un carácter esencialmente orgánico e
afirmación del carácter históricamente rela inconsciente. De ahí la ulterior consecuencia
tivo de las formas de organización políticas de que las únicas instituciones válidas y vita
y sociales y, por lo tanto, de una manera más les para un pueblo sean las correspondientes
global, de los valores políticos. a su peculiaridad, a su irreductible individua
Especificado en estos términos el conteni lidad. que se han ido formando a través de
do más general de la orientación historicista procesos históricos seculares y que no tole
en el contexto político, se puede proceder a ran rupturas bruscas de la continuidad de su
la especificación de las tendencias teórico- desarrollo.
prácticas fundamentales en que se articula,
precisando los diversos modos en que se ha h. ti. historicismo romántico La expresión más
entendido la relatividad histórica de los valo- orgánica y coherente de esta concepción la dio
re> políticos y, por lo tanto, la especificidad la teoría del "espíritu del pueblo” (Volksgeist)
de la s diversas formas históricas de organi form ulada por la “escuela histórica alema
zación político-social por parte de las orien na", en particular por Savigny y por los her
taciones criticas respecto de las pretensiones manos Grimm, y anticipada por E. Burkc y
de absolutez y de universalidad propias del A. Müller. El espíritu del pueblo, que está
iusnaturalismo moderno. constituido no por el conjunto de las volun
Desde el punto de vista histórico, la prime tades individuales sino que representa un
ra forma significativa de reacción historicis nexo orgánico y racionalmente insondable en
ta contra la doctrina de los derechos del hom cuanto punto de encuentro y de convergen
bre está representada por la revaloración cia de tuerzas esencialmente irracionales, es
romántica (que coincide con las luchas con concebido por la teoría homónima como el
tra la Francia revolucionaria y con la políti principio creativo unitario de las múltiples
ca de la Restauración después del Congreso manifestaciones de la existencia de cada pue
750 HISTORICISMO
blo y, por lo mismo, también de sus institu romántico, la doctrina del estado-potencia
ciones políticas y sociales, de sus valores polí formulada por Rankc y sus seguidores, y que
ticos, que por lo tanto sólo tienen valide/, nor representa una fase de profundización teóri
mativa en relación con el espíritu del pueblo ca más avanzada dentro de la tradición del
individual e irreductible que los ha produci pensamiento basada en el concepto de "razón
do, y no en cambio una validez absoluta y uni de estado", e iniciada por Maquiavelo (v.
versal. En consecuencia, se considera el pro razón de estado), presenta un interés parti
ceso histórico como el terreno de la realiza cular, ya que configura una determinada ver
ción de los diversos espíritus nacionales en sión del h. dentro del contexto político. Tam
su acción fundamentalmente inconsciente, en bién esta doctrina representa indudablemen
sus relaciones y en su lucha. te una reacción a la doctrina moderna de los
Es claro el significado político conservador derechos del hombre. También ésta sostiene,
del irracionalismo romántico. Al negarle a la en contra de la pretendida validez absoluta
acción política la posibilidad de transform ar y universal del modelo de estado, caracterís
las relaciones económicas, sociales y políti tico de las revoluciones occidentales, que
cas, creadas inconscientemente por la miste todas las experiencias estatales se desarrollan
riosa alma popular, de acuerdo con planes según un principio individual propio en el que
racionales, que indican determinados fines y se inspiran indudablemente los responsables
las instituciones respectivamente necesarias del estado en cuestión. En el origen de la espe
para realizarlas, esta orientación de pensa cificidad irreductible de tuda experiencia
miento proporciona los instrumentos ideoló estatal y, por lo tanto, de los valores que sur
gicos fundamentales de defensa de las insti gen en la misma, no se encuentra, sin em bar
tuciones absolutista-feudales contra las ten go. de m anera principal la acción misteriosa
dencias reform adoras desencadenadas en e inconsciente del alma popular (cuya influen
toda Europa por la revolución francesa y por cia reconoce, por otra parte, esta doctrina,
las guerras revolucionarias. En sus indicacio aunque en una medida menos relevante), sino
nes más generales, esta forma de estado con básicamente la posición de poder del estado
servador, aun cambiando obviamente en las en el sistema de los estados, con la influen
indicaciones más especificas y acogiendo las cia determ inante que de ahí se deriva para la
más diversas integraciones, ha mantenido una política exterior e interior de cada estado. En
determinada y cierta vitalidad hasta nuestros esencia, la especificidad del estado coincide
días en el mundo de la praxis y de la cultura con el "prim ado de la política exterior" que,
política, y se presenta siempre como descon por ejemplo, en el caso de los estados conti
fianza más o menos acentuada respecto de la nentales europeos impidió, según este punto
tendencia a racionalizar las instituciones de vista, una evolución político-institucional
sociales y políticas, y como preferencia por y económico-social análoga a la de ios países
un desarrollo lento y sin rupturas bruscas y liberales occidentales y planteó por el contra
lo más espontáneo posible (v. conservaduris rio estructuras de un tipo más conservador
mo). Existe, por otra parte, un aspecto de la y autoritario.
temática del ir racionalismo romántico que no La doctrina rankeana del estado-potencia,
tiene un significado conservador, y es la exi a pesar de unirse al filón romántico, no tiene
gencia de salvaguardar las particularidades un significado unívocamente conservador
culturales (tradiciones, lenguas, costumbres) como el de la teoría romántica del espíritu del
de los diversos grupos étnicos contra las ten pueblo, precisamente porque tiende a despla
dencias a la nivelación y a la uniformidad pro zar el acento de los conceptos nebulosos e
pias del centralismo burocrático moderno. indescifrables del irracionalismo romántico
Esta exigencia fue recibida por la doctrina a los datos conocibles y describibles en tér
federalista y puesta en práctica a través de minos conceptuales más claros, como son pre
las instituciones del autogobierno local.I. cisamente la política de potencia, el sistema
de los estados, el influjo de la política exte
III. LA DOCTRINA ALEMANA DEL ESTADO-POTENCIA rior sobre la política interna. En muchos
Entre las diversas orientaciones que en cier casos la doctrina rankeana se utilizó (y cier
to modo se relacionan con el irracionalismo tamente por parte de su autor) con contení-
HISTORICISMO 751
dos más o menos conscientemente conserva economía clásica, como el sistema de las nece
dores y para rechazar, en relación con las sidades y del trabajo de los hombres. A pesar
necesidades de seguridad y de defensa, refor de basarse en un planteamiento idealista
mas políticas y sociales puestas en el orden según el cual toda realidad económica y social
del día por el desarrollo histórico. Pero se proviene de la idea, es capaz de comprender,
puede estar de acuerdo también con un orde dentro de este marco teórico, la relación exis
namiento historicista progresivo, el cual, tente entre las estructuras económicas y
frente a la abstractividad de procedencia ius- sociales, y las diversas formas que éstas asu
naturalista, reconozca el condicionamiento men en las diversas épocas y situaciones his
decisivo ejercido sobre la evolución de un tóricas, por una parte, y las instituciones polí
estado por su posición dentro del marco inter ticas y sus correspondientes valores en su
nacional, a pesar de que se vea en esto una evolución histórica, por la otra. En particu
dificultad que se debe superar de acuerdo con lar, considera el derecho natural moderno y
las posibilidades históricas. el correspondiente modelo liberal de estado
como manifestaciones de la sociedad burgue
IV. EL MATERIALISMO HISTÓRICO. Junto COn la sa moderna basada en la propiedad privada
orientación historicista que surge del irracio- y en la libre competencia, y por lo tanto rela-
nalismo romántico, la tendencia historicista tiviza, en general (obviamente en un modo
más relevante en el contexto político es la que todavía no satisfactorio), las instituciones y
tiene como fundamento el materialismo his los valores políticos en relación con las diver
tórico. cuyas implicaciones políticas son dia sas fases históricas de la evolución de las
metralmente opuestas a las del h. de origen estructuras económicas y sociales. Precisa
romántico. Antes de examinar en qué térm i mente por este aspecto la filosofía hegeliana,
nos configura el materialismo histórico una cuyo significado político no siempre es fácil
forma de actitud historicista, es necesario de definir con precisión (y en cierto modo
detenerse en un filósofo, cuyas tesis acerca aquí puede dejarse de lado este problema),
de la problemática que estamos examinando precede e introduce el materialismo histórico.
ocupan una posición en cierto sentido inter Si ahora se quiere indicar el contenido esen
media entre el irracionalismo romántico y el cial del materialismo histórico, en cuanto
materialismo histórico. Se trata de Hegel. puede ser considerado como una versión fun
Hegel tiene en común con la escuela román damental de la actitud historicista dentro del
tica el recurso al concepto de espíritu del pue contexto político, se puede decir precisamen
blo pura explicar la especificidad de las dis te que constituye una radicalización y una
tintas épocas y situaciones históricas y, por profundización de las indicaciones hegelianas
lo mismo, de los valores políticos que éstas acerca de la relación entre evolución históri
manifiestan. Sin embargo, definió el conteni ca de las estructuras económicas y sociales
do de este concepto en términos muy distin y especificidad de las instituciones y de los
tos. Ante todo, los diversos espíritus de los valores políticos en las diversas épocas y luga
pueblos se conciben como encarnaciones del res. En esencia, dentro del planteamiento de
"espíritu del mundo" y de la razón universal Marx y Engels, el materialismo histórico pre
que gobierna la historia y se realiza sobre supone la eliminación de todo componente
todo a través de la acción de los "pueblos his idealista, y en general de todo componente
tóricos”, es decir de aquellos pueblos que meiafisico de la filosofía hegeliana de la socie
ejercen una función de guia en una determ i dad y de la historia, y se traduce en una con
nada época histórica y en los que se manifies cepción del desarrollo histórico como un pro
ta el grado de progreso alcanzado por el espí ceso de revolucionamiento ininterrumpido de
ritu universal en ese momento. Además, todos los aspectos de la vida colectiva huma
Hegel le da una importancia decisiva entre los na, cuya fuerza motriz fundamental está cons
elementos que definen la especificidad de tituida por la evolución del modo de produc
todo pueblo histórico y, por lo tanto, de toda ción (v. marxismo). En esta perspectiva la
época histórica fundamental, a la estructura especificidad de las instituciones y de los valo
de la "sociedad civil”, entendida por él, res políticos que surgen en las diversas épo
siguiendo los pasos de las enseñanzas de la cas y situaciones históricas parece determi-
752 HUELGA
nada por las diversas Tases de la evolución del bibliog rafía : N. Bobbio, Hegel e i7 giusnaturalis-
modo de producción y parece corresponder mo, en Rivista di filosofía, l v ii , núm. 4, 1966; K.
a éstas. Por lo que respecta a la doctrina de Mannheim, Das komervalive Dcnken, en Archiv
los derechos del hombre y al modelo liberal für Sozial wissenschaft und Sozialpolitik, 57,
de estado, éstos, lejos de ser considerados 1926, ahora en Wissensoziologie, Berlín-
como normas de valor universal, son conce Neuwied, 1964; K. Marx, Contribución a la cri
bidos como superestructuras del modo de tica de la economía política (1859), México, Siglo
producción capitalista burgués y, por lo tan XXI, 1980; K. Marx, Critica de la filosofía del
to, históricamente relativos y destinados a ser derecho de Hegel [1843), Buenos Aires, Ed. Nue
superados por el paso al modo de producción vas, 19682; K. Marx y F. Engels, ¡m ideología ale
socialista. mana (1846), México. Ediciones de Cultura Popu
La historización de las instituciones y de los lar. 1974; F. Meinccke, El historicismo y su géne
valores políticos en relación con la evolución sis (1936), México, Fundo de Cultura Económi
del modo de producción propuesta por el ca, 1943; F. Meinecke, Cosmopolitismo e stato
materialismo histórico tiene un significado naziona le (1908), Perugia-Venecia, La Nuovu Ita
político evidentemente progresista. Esta lia. 1930; F. Tessitore, Profilo dello storicismo
orientación teórica, en efecto, a pesar de cri político, Turín, UTET, 1981.
ticar el racionalismo abstracto del iusnatu-
ralismo moderno, recoge su exigencia racio [SERGIO PISTOSE]
nalista fundamental, que significa una críti
ca de las instituciones existentes desde el pun
to de vista de las posibilidades racionales del
hombre, y agrega el convencimiento de que huelga
el progreso hacia instituciones cada vez más
racionales está condicionado por la evolución i. h u e l g a y c o n f l ic t o in d u s t r ia l . La h. es la for
histórica de las estructuras económicas y ma más usual de expresión del conflicto
sociales. Por otra parte, la actitud progresis industrial organizado (v. conflicto industrial).
ta del h. de origen marxista puede adoptar A diferencia de otras formas de conflicto labo
una inclinación revolucionaria o reform ista ral, o en general de lucha obrera, la h. con
según que el desarrollo económico-social, y siste en la abstención organizada del trabajo
por lo tanto político, se conciba en términos de un grupo más o menos amplio de trabaja
de un proceso a través de contradicciones y dores.
rupturas o bien como una evolución gradual. Los dos elementos de la definición que mar
Para completar el cuadro se debe recordar can los limites del fenómeno son: el sujeto y
también que dentro de la orientación marxis la modalidad de la acción conflictiva. El suje
ta surgió la tendencia a considerar la teoría to puede variar desde comprender toda la
de los "caminos nacionales al socialismo" fuerza de trabajo, organizada y dirigida por
como si estuviera basada en una actitud his un sindicato, hasta un pequeño grupo de tra
toricista. Esta teoría representa, en efecto, bajadores (un equipo, una sección, una ofici
una reacción contra la tendencia del marxis na) guiados por un lider informal; pero nun
mo oficial soviético a considerar la experien ca puede referirse a un solo individuo, como
cia revolucionaria y de construcción del socia en el caso de ausentismo, los retrasos u otras
lismo llevada a cabo en Rusia como un mode- formas de “desinterés laboral”. La h. es siem
lu de valor universal para todos los movimien pre una acción colectiva que requiere un gra
tos socialistas y comunistas, y destaca la exi do mínimo de organización. Además esta
gencia de tom ar en cuenta, en la lucha por la acción asume siempre la forma de una abs
instauración del socialismo, la diversidad de tención de trabajo, aunque puede ir acompa
las situaciones nacionales, definidas no sólo ñada de otras formas de lucha (piquetes,
en términos de evolución económico-social manifestaciones, etc.). Las acciones conflic
sino también en relación con la cultura, las tivas llevadas a cabo en el lugar de trabajo
tradiciones y las costumbres. sin interrupción de la actividad laboral (sabo
tajes. disminución de la producción, etc.), aun
cuando son colectivas y organizadas, no
HUELGA 753
i PREMISA. Tanto en el lenguaje polítieo prác tul como se presentan en estratos politizados
tico como en el de la filosofía, de la sociolo o en la masa de ciudadanos. En su acepción
gía y de la ciencia política no existe qui/á nin particular, lo "ideológico” está sólidamente
guna palabra que esté a la par de i. por la fre contrapuesto, de mudo expiieito o implítico,
cuencia con que es empleada y, sobre todo, a lo “ pragmático”, y el carácter de la “i.” es
por la gama de significados distintos que le atribuido a una creencia, una acción o un esti
son atribuidos. En la intrincada multiplicidad lo político por la presencia en ellos de cier
de usos del término se pueden todavía deli tos elementos típicos, como el doctrinarismo,
near dos tendencias generales o dos tipos el dogmatismo, un fuerte componente pasio
generales de significado, que Norberto Bob- nal, etc., que han sido diversamente definidos
bio ha propuesto llamar significado "débil" y organizados por diferentes autores. De este
y significado "fuerte” de i. En su signiticado uso particular, o mejor dicho de este grupo
débil, “ i.” designa el genus, o una species de usos particulares del significado débil de
variadamente definida, de los sistemas de i., se deriva el tema del "fin” o de la “decli
creencias políticas: un conjunto de ideas y de nación de las ideologías" en las suciedades
valores concernientes al orden político que industriales de Occidente, originado entre los
tienen la función de guiar los comportamien años cincuenta y sesenta por las interpreta
tos políticos colectivos. El significado fuerte ciones de sociólogos como Raymond Aron,
tiene origen en el concepto de i. de Marx, Daniel Bell y Seymour Martin Lipset, y lue
entendido como falsa consecuencia de las go incorporado a un complejo y prolongado
relaciones de dominación entre las clases, y debate que, en ciertos aspectos, perdura aún
se diferencia claramente del primero porque hoy.
mantiene en el propio centro, diversamente El significado fuerte de i. ha sufrido, por
modificada, corregida o alterada por los dis su parte, una singular evolución. En Marx,
tintos autores, la noción de falsedad: la i. es "i." denotaba las ideas y las teorías que son
una creencia falsa. En el significado débil, "i.” socialmentc determinadas por las relaciones
es un concepto neutro, que prescinde del de dominación entre las clases y que justifi
eventual carácter mistificante de las creen can tales relaciones dotándolas de una falsa
cias políticas; en el significado fuerte “i." es conciencia. En la evolución posterior del sig
un concepto negativo que denota precisamen nificado de la palabra ha sigo generalmente
te el carácter mistificante, de falsa concien olvidada —salvo en el lenguaje polémico de
cia. de una creencia política. la política práctica— la conexión entre i. y
En la ciencia y en la sociología política con poder. En cuanto al resto, el destino de este
temporánea predomina netamente el signifi significado de i. se ha planteado en las rela
cado débil de i., tanto en su acepción general ciones entre dos de los elementos constituti
como particular. La prim era acepción se vos de la formulación original: el carácter de
encuentra en los intentos más acreditados de falsedad de la i. y su determinación social. Por
teoría general, tanto tradicionales como inno una parte se ha mantenido firme y se ha gene
vadores, asi como también en la interpreta ralizado el principio de la determinación
ción de los particulares sistemas políticos y social del pensamiento, perdiendo así de vis
en el análisis comparado de diversos siste ta el requisito de la falsedad: la i. está disuel
mas, y en la búsqueda empírica directa por ta en el concepto general de sociología del
establecer los sistemas de creencias políticas conocimiento. Por otra parte se ha manteni
756 ID H Ü L O C ilA
producción). Ahora bien, si en estas proposi ofrecen "una interpretación del pasado, una
ciones se puede conferir un significado des explicación del presente y una visión del futu
criptivo y empírico, antes que polémico- ro ” (A systems analysis o f pulitical life, Nue
prescriptivo y metacmpírico, el concepto va York, 1965). En relación con la distinción
fuerte de i. se convierte por eso mismo en un entre gobierno, régimen y comunidad políti
concepto importante para el estudio científi ca, Easton clasifica las i. en partidarias, diri
co del poder y, en consecuencia, para el estu gidas a organizar el consenso hacia tipos par
dio científico de la política. La comprobación ticulares de lineas políticas y de prácticas de
del carácter ideológico de una creencia polí gobierno: legitimantes, dirigidas a sostener o
tica permitiría, en efecto, extraer conclusio a impugnar el régimen político y el derecho
nes significativas sobre la relación de poder de los gobernantes a gobernar, y comunita
a la cual la creencia se refiere: por ejemplo, rias, dirigidas a apoyar la persistencia o la
sobre su confl¡dualidad potencial y sobre su transformación de la comunidad política en
estabilidad. su conjunto. Esta clasificación es analítica y
Por lo tanto, un discurso sobre el estado de tiene en cuenta, más que la i. en sí, los diver
los usos y de la utilidad del concepto de i. en sos niveles del sistema político a los cuales
el análisis político no puede hacer menos que ella puede referirse. En la realidad, cada uno
ocuparse del significado fuerte de la palabra, de los tres tipos de i. no son más que un aspec
más que de su significado débil. Es por eso to de i. más generales (como el conservadu
que la segunda parle de este ensayo está divi rismo, el liberalismo, el socialismo, y otras),
dida en dos secciones. En la prim era de ellas que Easton llama i. ómnibus, y que expresan
reseñaré algunos de los usos principales del orientaciones tanto hacia la comunidad polí
significado débil de i., tanto en su acepción tica como hacia el régimen y hacia el
general como particular, y recordaré los gobierno.
aspectos más importantes del debate que tie Otra definición general de i. es la propues
ne lugar alrededor de las tesis de la "decli ta por Zhigniew K. Brzezinski: "Un progra
nación de las i.‘‘. En la segunda parte exami ma apto para la acción de masas, derivado de
naré las perspectivas actuales de una refor determinados asuntos doctrinales sobre la
mulación del significado fuerte de i., con el naturaleza general de la dinámica de la rea
objeto de convertirlo en un instrum ento legí lidad social, y que combina ciertas afirmacio
timo y prometedor para la ciencia política, y nes sobre la inadecuación del pasado o del
mostraré, en especial, los problemas que sur presente con ciertos rumbos explícitos de
gen, orientando la investigación en esta direc acción para m ejorar la situación y ciertas
ción, en relación a la estructura de la i., es nociones sobre el estado de cosas final y
decir, en prim er lugar, a su carácter de "fal deseado" (Ideology and power in soviet poli-
sedad”.I tics, Nueva York, 1962). Esta definición des
taca la dimensión activista, transform adora,
II tu. SIGNIFICADO DLBI1. DF. IDEOLOGIA. A) ALGUNOS de la i., y probablemente por esta razón Cle-
usos. Entre los usos más generalizados del ment H. Moore ha podido construir su clasi
significado débil de i. se puede mencionar el ficación de las i. de los partidos-guía de los
de Cari J. Friedrich, según el cual las i. son distintos sistemas unipartidistas (sean ellos
"sistemas de ideas conectados con la acción”, un partido único o un partido predominan
comprenden típicamente "un programa y una te). Este politólogo tiene presentes dos pará
estrategia para su actuación”, están dirigidas metros: el objetivo oficial de la i., diferencian
a "cambiar o a defender el orden político exis do entre transformación total y transform a
tente" y tienen la función de sostener simul ción parcial de la sociedad, y la función efec
táneamente a un partido u otro grupo com tiva de la i., diferenciando entre función “ins
prometido en la lucha política (.Han and bis trum ental”, es decir práctica, de persistente
goverument, Nueva York, 1963), o el de David guía de la acción, y función "expresiva", es
Easton, quien ve en las i. las "interpretacio decir sin efectos directos sobre la acción pero
nes" y los “ principios éticos" explícitos y ela que expresan el sentido de solidaridad y los
borados que "definen los objetivos, la orga sentimientos comunes de los miembros del
nización y los limites de la vida política” y partido. Combinando estos dos parámetros se
758 IDEOLOGIA
gración y de compatibilidad sistemática, obte cias se asocian con una mentalidad cerrada
nido a través de una concentración pronun y con una fuerte carga pasional; al contrapo
ciada sobre unas pocas proposiciones cognos nerse dos sistemas de creencias pragmáticas
citivas y valorativas; 3] la presencia destaca tienden a dar vida a consensos o a compro
da de la propia diversidad (antes que la misos, o en todo caso a transacciones prag
similitud) respecto de los otros sistemas de máticas, desde el momento en que los siste
creencias y de las otras i.; 4] la resistencia a mas de creencias se asocian con una menta
las innovaciones del sistema ideológico y la lidad abierta y con una carga pasional más
tendencia a negarle o a empequeñecerle el sig o menos baja. Por otro lado la i., asi entendi
nificado; 5] la imperatividad con la cual la i. da, por sus pronunciados componentes de
exige la obediencia en el pensamiento y en la variada dirección, es el instrum ento princi
conducta a los individuos que se le adhieren pal que tienen a su disposición las élites polí
y a la propia actuación práctica; 6 J una fuer ticas para producir la movilización política
te carga emotiva que acompaña tanto la pro de las masas y para llevar a un grado máxi
mulgación como la aceptación y la aplicación mo su manipulación.
de la i.; 7] el consenso total requerido a todos Robert D. Putnam ha empleado a su vez el
aquellos que se le adhieren; 8 ] el carácter concepto de "estilo ideológico", connotándolo
autoritario que los simpatizantes reconocen como un modo de razonar en política funda
a su formulación explícita; 9] el nexo con cual do en principios generales, deductivo, que
quier forma de asociación colectiva, dirigida pone el acento sobre la importancia de las
a mantener la disciplina entre los simpatizan ideas y comporta una visión utópica del futu
tes y a traducir en realidad el sistema ideo ro. Estudiando las creencias políticas de un
lógico. Las i., asi definidas, no tienen por nece representante de los hombres políticos italia
sidad una naturaleza primariamente política; nos y de un representante de los hombres
sólo a partir del siglo xvii su componente políticos ingleses, Putnam ha encontrado que
político se vuelve crucial y a partir del xix el estilo ideológico es mucho más frecuente
decididamente predominante. Surgen sola en Italia que en Gran Bretaña. Ha tratado
mente en periodos de crisis, cuando la visión también de ver si existen correlaciones entre
del mundo dominante no alcanza a satisfacer estilo ideológico y otras actitudes determina
nuevas e impedentes necesidades sociales y das que, como muestran las definiciones de
exige imperiosamente a sus adherentes una Shils y Sartori arriba señaladas, están a
transformación social de la sociedad o un reti menudo asociadas a la política ideológica y
ro total de ella. aparecen a propósito de resultados algunas
Giovanni Sartori ha construido expresa veces positivos y otras negativos. En general,
mente una contraposición entre i. y pragma ha encontrado un nexo positivo entre estilo
tismo, fundada en una doble dimensión de los ideológico, por una parte, y extremismo (a lo
sistemas de creencias políticas; la dimensión largo del eje derecha-izquierda), enajenación
cognitiva y la emotiva. Los sistemas de creen (en el sentido de separación y de oposición
cias ideológicas se caracterizan, en el nivel radical a los ordenamientos políticos domi
cognitivo, por una mentalidad dogmática nantes) y propensión a percibir los problemas
(rígida, impermeable tanto a los argumentos políticos en términos de conflicto, por la otra.
como a los hechos) y doctrinaria (que apela Al mismo tiempo no ha verificado una rela
a los principios y a las argumentaciones ción significativa con la hostilidad hacia los
deductivas) y, en el nivel emotivo, por un fuer compromisos, con el fanatismo, con el dog
te componente pasional, que les confiere un matismo y, en general, con una actitud nega
alto potencial de actividad; por su parte, los tiva hacia el proceder del pluralismo políti
sistemas de creencias pragmáticas se carac co. En cuanto a la hostilidad y a la intoleran
terizan por la cualidad upuesta. Según Sar- cia hacia los opositores, según Putnam no
tori. este concepto de i. sirve para explicar los existe una correlación directa con el estilo
conflictos políticos: al contraponerse dos sis ideológico, o sea en el nivel de las actitudes
temas de creencias ideológicas tienden a dar de los hombres políticos particulares, sino
vida a conflictos más o menos radicales, des que existe una correlación indirecta en el
de el momento en que esos sistemas de creen nivel del sistema político en su totalidad.
760 ID E O L O G IA
III. ii| EL DEBATE SOBRE LA "DECLINACIÓN DE LAS ideo cia había enseñado que las demandas políti
logías " Vinculada con ciertas connotaciones cas divergentes podían ser conciliadas. En
de la acepción particular de i., como el dog 1958, en el mismo ensayo en el que proponía
matismo, el doctrinarismo, la fuerte carga la diferenciación entre "política ideológica"
pasional, la propensión hacia conflictos radi y "política civil”, Edward Shils expresaba la
cales, la tendencia extremista, valoradas en convicción de que la política ideológica era
general de manera negativa, está la tesis del declinante en la sociedad industrializada de
"fin’’ o de la “declinación de las i.”. Esta tesis Occidente y daba una valoración positiva del
toma forma hacia la mitad de los años cin fenómeno. En 1960, Daniel Bell observaba que
cuenta, en la atmósfera creada por un pro las viejas i. sistemáticas, totalizantes, empa
nunciado desarrollo económico de Occiden padas de pasiones y dirigidas a transform ar
te, por el deshielo soviético y por la crecien por entero el modo de vida del hombre, se
te desilusión respecto de la posibilidad de una estaban agotando en el mundo occidental por
afirmación del comunismo en los países un complejo de razones históricas, que habían
industrializados. Entre otras proposiciones alentado su adopción y habían producido un
afirma las siguientes: que en los últimos vein consenso suficientemente extenso entre los
te años se ha dado una relativa disminución portadores de las i. —los intelectuales— acer
del extremismo, con lo cual resultaban afir ca de los principales problemas políticos. La
mados los fines y los objetivos ideológicos, y aceptación tan difundida del “estado de bie
que se había producido un aflojamiento rela nestar”, de una organización descentraliza
tivo de la intensidad emotiva con la cual aque da del poder, de una unión entre economía
llos fines y aquellos objetivos eran persegui mixta y pluralismo político, tendía a poner en
dos. La ocasión para la prim era difusión de el olvido los ásperos contrastes ideológicos
la tesis fue el encuentro sobre el "Futuro de de otro momento. En el mismo año, Seymour
la libertad", organizado por el Congreso pol Martin Lipset formulaba de modo análogo la
la Libertad de la Cultura, celebrado en sep tesis de la declinación de las i., centrando la
tiembre de 1955 en Milán, en el Museo de la atención sobre todo acerca de un sustancial
Ciencia y de la Técnica, con la participación decrecimiento de la polarización ideológica,
de cerca de ciento cincuenta escritores, polí es decir una decidida atenuación de los con
ticos, periodistas y profesores universitarios trastes entre derecha e izquierda. “Esta trans
provenientes de todo el mundo. Después de formación de la vida política occidental
días de discusión y de debate, entre los par —escribía— se debe al hecho de que los pro
ticipantes occidentales se formó un consen blemas políticos fundamentales después de
so suficientemente amplio sobre el hecho de la revolución industrial han sido resueltos: los
que las i. extremistas estaban en decadencia, trabajadores obtuvieron un reconocimiento
que esta decadencia se reflejaba en una cier de sus derechos económicos y políticos; los
ta convergencia entre las i. tradicionalmente conservadores han aceptado el concepto del
antagónicas, y que tal cosa debía ser consi estado de bienestar; la izquierda democráti
derada en relación con el desarrollo econó ca ha reconocido que un aumento indiscrimi
mico y el elevado bienestar de las sociedades nado de los poderes del estado en vez de con
industriales avanzadas. ducir a la solución de los problemas econó
Entre 1955 (aun antes del encuentro de micos comporta una seria amenaza para la
Milán) y 1960 se pueden localizar las formu libertad. Este triunfo real y verdadero, en los
laciones más notables e influyentes de la tesis países occidentales, de la revolución social
de la declinación de las i.: las de Aron, Shils, democrática ha puesto un límite a la política
Bell y Lipset. En 1955, Raymond Aron desta interna para aquellos intelectuales que, por
caba la declinación del fanatismo asociado estar inducidos a la acción política, necesitan
con las creencias políticas; la pérdida de ser estimulados por i. o utopias.”
importancia, la progresiva erosión de las i. La tesis de la declinación de las i. ha pro
tradicionales, alguna vez rígidas e im perati vocado numerosas y vivaces criticas y un
vas, y observaba que en los países occidenta intenso y prolongado debate en el cual han
les la atenuación de las contradicciones ideo participado, además de los sostenedores ori
lógicas dependía del hecho de que la experien ginales de la tesis, especialmente Bell y Lip-
ID E O L O G IA 7M
sel, ¿.utores como C. W. Mills, J. Meynaud, I. cierta cunfusión de términos, y aunque sus
L. Horowitz, H. D. Aiken, J, LaPalombara, D. sostenedores no distingan de manera sistemá
H. Wrong, M. Harrington y otros, cuyas inter tica las i. de los otros sistemas de creencias,
venciones han sido casi todas recogidas en perspectivas y concepciones, que no son ideo
dos volúmenes antológicos (Waxmun, 1969; lógicos, de sus escritos resulta claramente
Rejai, 1971). Entre las muchas críticas plan que aquello de lo cual predican la declinación,
teadas, las m¿is importantes y a las que se y cuya declinación evalúan positivamente, es
recurre con mayor frecuencia son cuatro. De un modo particular de emplear las ideas y los
éstas, las prim eras dos comprenden la vali ideales en política, y no las ideas y los idea
dez científica o cognoscitiva de la tesis: su ver les políticos en general. "El fin de las i. —es
dad o falsedad. Por su parte, las otras se refie cribe por ejemplo Bel!— no es —no debe ser—
ren a su componente valorativo o directivo. el fin de la utopia [.. .] Hoy más que nunca
La prim era crítica sostiene que la tesis es la utopía es necesaria, en el sentido de que
prácticam ente luisa: no es verdad que las i. los hombres necesitan —como han necesita
y los contrastes ideológicos huyan term ina do siempre— de una visión de su potenciali
do o estén terminando, desde el momento en dad que les permita unir la pasión a la inteli
que todavía en el sistema político norteame gencia" (Bell, 1960). La tercera crítica —se
ricano —que ofrece las condiciones más pro gún la cual la tesis de la declinación de las
picias pura consum arse el fin de las i.— esta i. es ella misma una i.— puede ser aceptada
llan los problemas raciales y de la pobreza, a condición de que se adopte, en este caso, una
y toman forma una derecha radical y la nue acepción amplia, general de i. Es inobjetable,
va izquierda. La segunda crítica sostiene que en efecto, que los sostenedores de la tesis
la tesis es una interpretación equivocada de —desde Aron hasta Shíls, desde Bell hasta
un fenómeno real, en el sentido de que des Lipset— no se limitan a aceptar que las i.
cribe como declinación de las i. aquello que declinan en Occidente sino que también
es simplemente un desplazamiento del área expresan una apreciación positiva del fenó
del conflicto ideológico: mientras se atenúan meno. Con esto ellos hacen una elección a
los contrastes ideológicos alrededor de los favor de un determinado tipo de política y en
viejos problemas políticos, nuevos o más contra de otro tipo de política: hacen una elec
intensos contrastes ideológicos surgen en ción política y, lato sensu, ideológica. Lipset
nuevos sectores. La tercera critica sostiene lo ha reconocido explícitamente en una polé
que la tesis de la declinación de las i. es ella mica con LaPalombara. Ahora bien, está cla
misma una i.: una i., moderada, fundada en ro que esta elección puede ser compartida o
una valoración positiva de la política pragmá rechazada. Pero también está claro que todo
tica, de los compromisos, del estado de bie esto no tiene nada que ver con el valor cientí
nestar y demás, y por ello fundamentalmen fico o cognoscitivo de la tesis, con su verdad
te favorable al siatit quo. La cuarta crítica, o su falsedad.
por último, sostiene que la tesis es un ataque Veamos pues las críticas referidas a la vali
contra las visiones políticas generales y los dez cognoscitiva de la tesis. La prim era criti
ideales humanos y éticos, que no serían muy ca. que niega el "fin" de las i., es por cierto
importantes: explota un "fetichismo del empi plausible pero no da en el blanco. Ño obstan
rismo", para usar las palabras de C. W. Mills, te la imprecisión de algunas formulaciones,
que debilita y vuelve irrelevante cualquier está suficientemente claro que quienes apo
capacidad de trascender la situación de yan la tesis no sostienen el "fin” —en senti
hecho. do literal— de las i. sino más bien su decli
Pasando de la exposición a la valoración, nación o. si se desea usar otra palabra, el
comenzaré con ¡as criticas que ponen la mira “fin” de las i. extremistas, empapadas de
en el componente directivo de la tesis de la pasiones, totales, y cosas similares. Igualmen
declinación de las i. La que mencioné en últi te, los favorecedores de la tesis, aun cuando
mo término, y según la cual la tesis de la decli- la posición de algunos de ellos pueda parecer
naciún de la i. es un ataque contra los puntos al respecto menos unívoca, no entienden la
de vista generales y los ideales etico-políticos, declinación de las i. como un fenómeno que
es la menos fundamentada. No obstante una se ha manifestado de una vez y para siempre
762 ID E O L O G IA
y, por lo tanto, irreversible. Sin embargo ase cincuenta, que él intentaba verificar: 1 ] la
guran simplemente que en el arco de tiempo hipótesis de la convergencia, es decir de la dis
que oscila alrededor de la segunda guerra minución de la divergencia entre partidos,
mundial, entre los años treinta y los años cin sobre problemas políticos: 2 ] la hipótesis de
cuenta y sesenta, ha habido una declinación la despolarización, es decir del desplazamien
de las i. en las sociedades industriales avan to hacia la derecha de los partidos “obreros”
zadas, probablemente destinada a tener una y del desplazamiento hacia la izquierda de los
determinada duración. De la primera de estas partidos "no obreros”; 3] la hipótesis de la
dos precisiones se concluye que los ejemplos desradicalización, es decir del decrecimien
de nuevos sectores y de nuevos contrastes to de las demandas de cambios, tanto de los
ideológicos no dejan de demoler la tesis de la partidos obreros como de los no obreros; 4]
declinación —en sentido relativo— de las i.; la hipótesis del alejamiento de las i. tradicio
a menos que con aquellos ejemplos no se nales, tanto de los partidos obreros como de
deseara sostener que la intensidad de la poli- los no obreros. El análisis de los cambios en
tica ideológica no ha disminuido sino que las posiciones políticas de los partidos con
solamente se ha desplazado a áreas diversas firma la tesis de la declinación de las i., tan
desde las tradicionales. Es lo que sostiene, en to en el sentido de la convergencia entre los
efecto, la segunda critica, la más interesan partidos políticos asi como también en el de
te. A ella se le ha rebatido que los más impor la desradicalización de las demandas de cam
tantes entre los movimientos políticos :.urgi- bio. En cuanto a la despolarización, se ha con
dos en las sociedades industrializadas de firmado un desplazamiento hacia la izquier
Occidente, y especialmente en Estados Uni da de los partidos no obreros, mientras que
dos, como el movimiento estudiantil, por la el desplazamiento hacia la derecha de los par
paz y por los derechos civiles y de la nueva tidos obreros resulta irrelevante; esto pare
izquierda, carecen de un sistema general y ce m ostrar que la desradicalización de los
coherente de principios, de una definición de partidos obreros ha sido causada en gran
fines políticos comprensibles y de una estra medida por el desplazamiento hacia la
tegia para llevarlos a la práctica, sin los cua izquierda del status qtw. También en cuanto
les no se puede hablar de i. en el sentido acep a las hipótesis del alejamiento de las i. tradi
tado por los sostenedores de la tesis de la cionales. las conclusiones no son unívocas: el
declinación de las i. Al respecto, no tenemos alejamiento es confirmado por los partidos
sin embargo análisis articulados e investiga liberales, socialistas y socialdemocratas, pero
ciones empíricas que encuadren y afronten no por los partidos laboristas del Common-
adecuadamente la cuestión en su totalidad. wealth y por los comunistas.
En lo restante, la ausencia de respuestas bien
orientadas y controladas, incluso por parte IV F.LSIGNIFICADOFUERTE Dh IDEOLOGIA. Al LA"FALSE
de los favorecedores de la tesis, quienes no DAD" DE LA IDEOLOGIA LOMO IALSA REPRESENTACION.
han intentado jamás una elaborada verifica Ya he señalado que la vía más adecuada para
ción empírica de ella, ha contribuido a tor recuperar el significado fuerte de i. en la
nar difícil, confuso y en gran medida incon sociedad y en la ciencia política consiste en
cluso la totalidad del debate. una reformulación, en términos empírica
Un intento de verificación directa de la tesis mente aceptables, del concepto marxista de
de la declinación de las i. ha sido realizado falsa conciencia y del nexo entre falsedad y
recientemente por John Clavton Thomas, función social de la i. que está presente en
mediante un estudio de los cambios en las ella. Sin embargo, esta orientación de las
posiciones de los partidos, en relación con investigaciones resulta ardua y requiere que
diversos problemas políticos, en doce países se afronten y resuelvan diferentes y difíciles
industrializados, y teniendo como principa problemas. Los más importantes son los que
les puntos de referencias los periodos 1931- se refieren a la estructura, génesis y función
1935, 1950-1956, 1957-1962. Thomas descom de la i. Respecto de la estructura, se traía de
pone la tesis de la declinación de las i. en cua dar un significado preciso y empíricamente
tro hipótesis diferentes, referidas al periodo plausible a la “falsedad” de la creencia ideo
comprendido entre los años treinta y los años lógica. Respecto de la génesis, se trata de dar
ID E O L O G IA 763
un significado preciso y empíricamente plau po, por una parte, y sus creencias, por la otra,
sible a la relación de determinación entre los y ha señalado la dirección que necesita tomar
intereses y las exigencias prácticas de los para llegar a una definición de los intereses,
hombres comprometidos con el poder, por en sentido objetivo, que sea útil a este fin. Fal
una parte, y la creencia ideológica, por la otra. ta, sin embargo, una especificación analítica
Respecto de la función, se trata de dar un sig satisfactoria de todos los términos del pro
nificado preciso y empíricamente plausible a blema y de los procesos inconscientes o semi-
la acción que la creencia ideológica ejerce en conscientes que están implicados.
el sentido de la justificación del poder y de Pero previa a cualquier otra investigación
la integración política, tanto del lado de la existe una reformulación empíricamente
obediencia como de la dominación. manejable de la estructura de la i., que es, en
Este trabajo de reformulación ha sido rea prim er lugar, el significado de su "falsedad”.
lizado o preparado en parte y en parte queda A las distintas maneras en que tal falsedad
por hacer. Poco hace que se afrontó el tema puede ser entendida dedicaré lo que resta de
de la función de la i. y que se propuso, entre este ensayo, retomando en gran parte un
otras, una solución del problema más espino reciente análisis sobre este tema (Stoppino.
so en este campo: el de explicar cómo una 1974).
creencia, que in primis cubre y enmascara los Una prim era forma de definir la falsedad
intereses de los detentadores del poder, pue de la i. es la de entenderla como una falsa
de actuar como falsa conciencia también en representación: una creencia ideológica es fal
quienes están sujetos al poder. A este respec sa porque no corresponde a los hechos. La
to, el punto fundamental parece residir en la aplicación de este concepto de falsedad a las
distinción entre intereses de corto plazo (ins teorías sociales y políticas es un aspecto
critos en la situación de poder) e intereses de im portante de la crítica de las i. de Pareto.
largo plazo (relativos al cambio de la situa "En general —escribe al respecto en los Sis-
ción de poder). Tanto entre los dominantes temí socialisti (1902-1903)— es necesario dis
como entre los dominados, son los intereses tinguir siempre el fenómeno objetivo concre
de corto plazo —aunque para los dominantes to de la forma bajo la cual nuestro espíritu
sean mas bien positivos: o sea encarados a lo percibe: forma que constituye otro fenóme
obtener o a conservar ventajas, mientras que no que se puede llamar subjetivo. Aclaremos
para los dominados puedan ser más bien esto con un ejemplo trivial: la inmersión de
sobre lodo negativos: o sea encarados a evi un bastón vertical en el agua es el fenómeno
tar los males mayores que derivarían de la objetivo: nosotros vemos el bastón como si
rebelión— que explican la aceptación de una estuviera roto, y si no nos damos cuenta de
justificación común ideológica del poder. nuestro erro r lo describiremos como tal: éste
Esta creencia ideológica hace corresponder es el fenómeno subjetivo." Esta distinción
a ideales ético-políticos, y por ello oculta e entre “fenómeno objetivo" y "fenómeno sub
idealiza, por un lado, la persecución de ven jetivo" fue confirmada por Pareto en obras
tajas propias y, por el otro, el temor de san subsiguientes, aunque con palabras distintas.
ciones y el sentimiento de humillación. Al mis Lo im portante es que para Pareto las doctri
mo tiempo, justamente obligada por esta idea nas sociales y políticas son generalmente doc
lización de la situación existente, la i. tiende trinas que describen la realidad social en la
a volver escasamente perceptibles los hechos misma forma en que nosotros describiríamos
que puedan favorecer un cambio de la situa el bastón inmerso en el agua si dijéramos que
ción de poder, e incluso los intereses de lar está roto. Su crítica se basa, en gran parte,
go plazo —que puedan ser contrapuestos más en el hecho de que tales doctrinas son, de
o menos entre si— tanto de los dominantes hecho, falsas representaciones.
como de los dominados (Stoppino, 1978). También la crítica m arxista de la i. se pre
En relación con la génesis de la i., \V. G. senta a menudo en la forma de una critica de
Runciman ha mostrado la legitimidad y la falsas "representaciones” de la realidad. Ba»-
pl audibilidad empírica de la idea de un posi ta recordar el pasa je fundamental de La ideo
ble nexo causal entre los intereses y las exi logía alemana, donde Marx y Engels afirman
gencias prácticas de un individuo o un gru que en su teoría “no se parte de lo que los
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marxiano de la falsa conciencia —que trata porque, guste o no. el poder motivador de sus
mos de esclarecer v de reformular en una for criterios resulta, al menos a veces, notable
ma empíricamente manejable— considera el mente incrementado cuando ellos asumen la
sistema entero de creencias. Para Marx son forma de ideologías.”
falsa conciencia no sólo las af irmaciones y las Según esta perspectiva bergmanniana, aná
interpretaciones sino también, y sobre todo, loga a la de Theodor Geiger y sustancialmen
los ideales y los valores de la i. burguesa. Si te recogida por Ernest Topitsch, el carácter
a la noción de falsa conciencia se le quita el ideológico de una proposición no reside en su
requisito de la compatibilidad, se le quita fulla de correspondencia con los hechos. La
también una gran parte de su fuerza sugesti proposición ideológica no es un juicio de
va. Nuestro problema se transforma, por lo hecho, incluso aunque tenga un estatus sim
tanto, en el siguiente: ¿existe un significado bólico: es un juicio de valor. En cuanto tal,
de "falsedad" que pueda traducir, en térm i la proposición no "representa” la realidad y,
nos empíricamente plausibles, esta fuerza en consecuencia no es, desde este punto de
sugestiva de la noción marxiana de i.? ¿Pode vista, ni verdadera ni falsa. Más bien su fal
mos predicar la falsedad de determinados sedad es entendida como una falsa presenta
valores en un sentido que no sea simplemen ción: en la conciencia de la persona la valo
te polémico y ni siquiera fundado en una con ración se presenta bajo la falsa vestidura de
cepción incontrolable de la realidad y de la una afirmación de realidad. Analíticamente,
historia? A la posibilidad de dar una respues la falsedad de la proposición consiste en la
ta positiva a este intento está ligada también incompatibilidad entre su contenido (que es
la posibilidad de resolver de un modo satis una valoración) y su forma simbólica (que es
factorio el problema relacionado con la res la típica de las afirmaciones de hecho). Lo que
tauración de un nexo significativo entre la fal es falso es, por lo tanto, su estatus simbóli
sedad y la función social de la ideología.V co, su modo de presentarse a la conciencia.
Esta interpretación es indudablemente bri
V H] LA "FALSEDAD" DE LA IDEOLOGIA COMO FALSA llante, y especifica un fenómeno de relieve.
representación Un modo de atribuir el carác Sin embargo, respecto de nuestro problema
ter de la falsedad a ciertos juicios de valor se se presta a dos objeciones que me parecen
puede extraer de la que he llamado interpre difícilmente superables. La primera es que la
tación ncopositivistu de la i. Esta interpreta interpretación bergmanniana es mucho más
ción es expuesta por Gustav Bergmann de la útil en el campo de la critica del conocimien
siguiente manera: "Si tomamos en conside to que en el de la investigación política. Sir
ración la historia humana, creo que no se pue ve para deslindar las distorsiones que los
de sustraer a la siguiente conclusión: el poder valores y las inclinaciones prácticas infiltran
moli\ ador de un juicio de valor se ve a menu en las teorías científicas v filosóficas, pero sir
do muy incrementado cuando en el 'racional’ ve mucho menos para estudiar v comparar,
de quien lo tiene [es decir en el conjunto de en el caso empírico, los sistemas de creencias
los conocimientos y de los ideales que cons políticas.
tituyen la base general de su mudo de pensar] Su aplicación práctica, en efecto, presupo
éste aparece no ya bajo la bandera lógica ne una clara distinción entre las formas sim
apropiada, o sea precisamente como un jui bólicas "correctas" para los juicios de valor
cio de valor, sino disfrazado de una afirm a y las formas simbólicas "correctas" para las
ción de hecho. Llamaré a una afirmación de aserciones de hecho. El punto importante es
este tipo, es decir a un juicio de valor trans que esta distinción debe estar presente no
formado en. o cambiado por una afirmación sólo en el discurso de quien aplica el concep
de hecho, 'afirmación ideológica’. Llamaré ‘i.’ to de i. sino también en el discurso al que tales
a un ‘racional’, o una parte importante de él, aplicaciones se refiere. Si en este último dis
que contenga, en algunos lugares lógicamen curso la distinción es inexistente o tenue e
te cruciales, aserciones ideológicas. Y, en fin. inconstante, y las mismas formas simbólicas
defino al hombre ‘animal ideológico’, porque, se encuentran empleadas con significados
al menos hasta este punto de la historia, sus diferentes, tanto para expresar valoraciones
‘racionales’ han sido muy a menudo las i. y cuanto para afirm ar hechos, entonces la apli-
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catión del concepto bergmanniano de i. i»e ellos es ideológica para el primer esclavo por
vuelve más difícil y poco concluyente. Cuan que en su conciencia los juicios de valor se
to más crece la divergencia entre la distinción presentan bajo la forma de afirmaciones de
de las formas simbólicas en el discurso del hecho, pero no lo es para el segundo porque
crítico de la i. y la falta de distinción de las en su conciencia los juicios de valor-se pre
formas simbólicas en el discurso sometido a sentan en la forma simbólica correcta.
crítica, tanto más la operación crítica tiende La verdad es que entre la noción de i. de
a transform arse en la sobreimposición de un Bergmann y la marxiana existe una diferen
lenguaje técnico y con significados unívocos cia de fondo. La primera es dictada principal
a un lenguaje no técnico y con significados mente por el intento de purificar la teoría o
polivalentes. el intelecto de las incrustaciones de la prác
Por eso este concepto de i. es útil sobre todo tica; la segunda por el de liberar la práctica
para analizar criticamente las teorías cientí de los falseamientos de la teoria o de la con
ficas y filosóficas que se caracterizan por un ciencia. El máximo enemigo de la prim era
uso controlado de los símbolos, y también las aseveración es el dogmatismo y la intoleran
doctrinas políticas, desde el momento en que cia; el de la segunda, la dominación del hom
no tienen una directa función político- bre por el hombre. Por ello, entendida en sen
práctica, pero representan un empeño serio tido bergmanniano, la crítica de la i. produ
de reflexión y comportan un empleo más o ce la claridad intelectual, el conocimiento de
menos riguroso del lenguaje. Pero se vuelve la distinción entre hechos y valores; entendi
mucho menos fértil cuando se trata de apli da en sentido marxiano, produce el desenmas
carlo a las creencias políticas, consideradas caramiento del atropello y la explotación. Se
en su efectiva y práctica existencia. Tales sigue que las creencias políticas pueden ser
creencias involucran grandes multitudes de referidas al concepto marxiano de falsa con
hombres comunes, se expresan en la concien ciencia independientemente de la forma sim
cia y en el lenguaje del hombre común y están bólica que en ella asuman los juicios de valor:
lejos de las sutilezas del científico y del filó ya sea la apropiada, o bien la incorrecta, que
sofo, en las cuales la distinción entre juicios pertenece a las afirmaciones de realidad.
de hecho y juicios de valor es, por no decir Las dos objeciones expuestas hasta aquí a
otra cosa, muy confusa e incoherente, y no las nociones de falsa presentación son deci
existe una separación clara entre las formas sivas e insuperables. Sin embargo, a estas dos
simbólicas utilizadas para afirm ar hechos y se les debe añadir una tercera, que parece
las utilizadas para expresar valoraciones. igualmente decisiva para nuestros fines y que
En todo caso, incluso si admitimos su apli- constituye el vuelco de una de las críticas
cabilidad a las creencias políticas, el concep avanzadas a su época ante la noción de falsa
to de i. de Bergmann iría contra la segunda representación. Puesto que contempla el esta
objeción: ello no resuelve nuestro problema tus simbólico de los juicios de valor, la false
de encontrar un significado controlable para dad como falsa presentación puede aplicar
la idea de que los juicios de valor puedan se a los ideales, a los valores, a las normas,
constituir una falsa conciencia de una situa a los principios éticos; pero no puede aplicar
ción de poder. La falsa conciencia, tal como se a las descripciones, a las interpretaciones,
la entendía Marx, es algo que va mucho más a las previsiones, en una palabra a las afir
allá del modo en que una creencia es formu maciones de hecho. No obstante, también las
lada o del estatus simbólico con el que se pre afirmaciones de hecho son parle integrante
senta ante la conciencia. La falsa presentación de aquel complejo aparato simbólico que da
es una cosa, la falsa conciencia es otra. Una sentido y justifica una situación dada de
creencia no deja de ser ideológica si en ella poder, y que llamamos i. La noción de falsa
viene corregida la presentación de juicios de presentación tiene que ver sólo con los juicios
valor, y estos últimos son todos restituidos de valor, tal como vimos que la noción de fal
al estatus simbólico apropiado. Por otra parte sa representación tiene que ver sólo con las
debemos decir, por ejemplo, que la creencia afirmaciones de hecho. El concepto de false
de dos esclavos que justifican como bueno y dad, que nos es necesario, debe poderse apli
legitimo el poder que el patrón tiene sobre car. en cambio, tanto a la componente direc
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tiva fumo a la componente descriptiva de una velo sobre sus instintos y sobre sus sentimien
ideología. tos" (§ 1400), es decir precisamente sobre
aquellos que son para Pareto los móviles de
VI. C] LA "FALSEDAD" DE LA IDEOIXIGIA COMO FALSA MOTI sus acciones. Está presente en Nietzsche, que
VACION. Hemos vuelto así a nuestro problema: puede ser considerado el tercer autor clási
¿en qué sentido los juicios de valor pueden co en el campo de la critica de la i. y para
constituir una falsa conciencia? Y. además, quien nuestros juicios de valor y la moral mis
¿de qué modo un mismo tipo de falsedad pue ma son "solamente el lenguaje figurado de
de predicarse tanto de los juicios de valor nuestros impulsos”, y detrás de nuestros
como de las afirmaciones de realidad? Para "motivos conscientes” está “la lucha de los
encontrar una respuesta satisfactoria a estos impulsos y de las condiciones, la lucha por
interrogantes creo que se debe centrar la el poder" (cit. en Barth, 1945). Sobre todo, es
atención sobre el vínculo existente entre i. y central en el concepto marxiano y engelsia-
poder. Los sistemas de creencias políticas, no de la falsa conciencia, que enmascara los
que pueden tener un carácter ideológico, intereses materiales de la clase dominante
interpretan y justifican situaciones de poder con el velo de valores morales y políticos, de
dadas. En ellas los juicios de valor califican modo que. como está escrito en La ideología
como legitimo, bueno o útil el poder. De este alemana, por ejemplo, “una época se imagi
modo motivan los comportamientos de domi na que se mueve por motivos puramente 'polí
nación y los comportamientos de obediencia. ticos' o 'religiosos', a pesar de que 'la religión’
Sobre esta base se puede especificar otra o 'la política' son simplemente las formas de
noción de falsedad: el juicio de valor puede sus motivos reales". Y, como se lee en un
ser una falsa motivación, que cubre o enmas pasaje famoso de una carta de Engels a Meh-
cara los motivos reales de la dominación o de ring (del 14 de julio de 1893), "la i. es un pro
la obediencia. Por ejemplo, el juicio de valor ceso realizado por el llamado pensador de
con base en el cual se cree en la superioridad modo consciente, pero con una falsa concien
moral y "natural” de los patrones respecto cia. Los motivos reales que lo impulsan per
de los esclavos pueden enmascarar, en mayor manecen desconocidos: de otro modo no se
o menor grado, en la conciencia de los patro trataría de un proceso ideológico. Por lo tan
nes y en la de los esclavos, la motivación de to, él se imagina motivos falsos o aparentes".
hecho prevaleciente en el dominio que pue En su dinamismo psicológico, la i. como fal
de ser el logro de los intereses y la motiva sa motivación es análoga al concepto psicoa-
ción, de hecho predominante de la obedien nalitico de "racionalización”, con el que se
cia, que puede ser el temor a la violencia. Creo designa precisamente la elaboración de moti
que este concepto de falsedad es, en gran par vos ficticios de las acciones propias o de las
te, el más prometedor para el estudio empí propias actitudes, cuyos móviles reales per
rico de la política. manecen inconscientes. Pero, a diferencia de
La noción de falsedad como falsa motiva la racionalización, el concepto de i. tiene una
ción se encuentra en todos los escritores más naturaleza social porque comprende los com
importantes que han dado origen al signifi portamientos colectivos y no los individuales,
cado fuerte de i. o que han desarrollado, bajo y, más específicamente, los comportamientos
distintas terminologías, la crítica de las i. Se colectivos que se establecen en una situación
encuentra en Pareto, quien en los Sistemas de poder. De aquí se concluye que las creen
socialistas destaca ía "singular circunstancia” cias a las que se puede atribuir el carácter de
de que "muy a menudo los hombres no tie i., son también ellas creencias colectivas, que
nen conciencia de las fuerzas que los impul esconden o enmascaran los diferentes móvi
san a actuar", y "dan a sus acciones causas les de la conducta en el nivel de grupo o de
imaginarias, muy diferentes de las causas rea agregado social antes que en el nivel del indi
les": la presente noción de "derivación", uno viduo. Esta formulación de la particular natu
de los conceptos capitales de la critica de las raleza social de la i. es claramente una gene
i., desarrollado en el Trattato di sociología ralización del punto de vista de Marx, porque
genérale, señala los razonamientos seudoló- es precisamente en Marx, mucho más que en
gicos con los que los hombres tienden "un Pareto, y de manera mucho más concreta y
768 ID E O L O G ÍA
determ inada que en Nietzche, donde la i. puede ser falsa en su contenido descriptivo,
como falsa motivación está insertada sólida pero irrelevante desde el punto de vista ideo
mente en las relaciones de la dominación del lógico porque es un elemento accesorio y de
hombre por el hombre. poca influencia respecto de la función justi
Otros aspectos significativos de la noción ficadora y motivadora de la creencia de la que
de falsedad como falsa motivación surgen forma parte.
cuando consideramos las relaciones que se Por lo tanto, es la falsa motivación la que
sitúan entre esta y otras nociones de falsedad prevalece sobre la falsa representación, y no
discutidas anteriormente: la falsa represen viceversa. Ella provee el criterio unitario con
tación y la falsa presentación. La prim era base en el cual se debe valorar el carácter
relación parece muy estrecha a prim era vis ideológica de las creencias políticas. Lo que
ta, ya que la falsa motivación es, implícita no quiere decir, sin embargo, que las false
mente, una falsa representación. Lo falso no dades factuales (o sea de las afirmaciones de
es el juicio de valor en cuanto tal sino su fun hecho) sean todas, por definición, ideológica
ción de motivación, y por lo tanto la descrip mente irrelevantes. Sólo significa que tienen
ción (implícita) que tiene la fuerza motivado- carácter ideológico en la medida en que con
ra exclusiva o principal de las relaciones de tribuyen significativamente al edificio simbó
poder. Por ejemplo, en relación con un poder lico que constituye, en mayor o menor medi
dado, el juicio de valor con base en el cual "los da. la falsa fuerza motriz del mando y de la
mejores gobernantes son aquellos elegidos obediencia.
por el pueblo", no es de por sí ni verdadero Este punto es im portante porque permite
ni falso; verdadera o falsa es la representa superar el dilema de la contradicción entre
ción (implícita) según la cual “la creencia en la falsedad y la función social de la i. La afir
la legitimidad democrática del poder es la mación paredaña de que no hay relaciones
motivación predominante o exclusiva de los significativas entre el aspecto "objetivo" (el
comportamientos de mando y de obediencia". acuerdo o no con la experiencia) y el "subje
¿Debe señalarse ahora que la noción de fal tivo" (la eficacia práctica) de la i., y la distin
sa representación absorbe en sí a la de falsa ción de Sartori entre el "valor de la verdad"
motivación? ¿Que las creencias políticas son (que es lo que interesa en el campo de la cri
de las i. cuando dan una representación fal tica y de la sociología del conocimiento) y el
sa del poder, con la advertencia de que los jui “valor funcional” de la i. (que es lo que inte
cios de valor son interpretados como descrip resa en el estudio de la política), son legíti
ciones de las motivaciones de la dominación mas y correctas m ientras la falsedad sea
y de la obediencia? La respuesta debe ser interpretada en el sentido de la falsa repre
negativa va que, si aceptáram os esta conclu sentación de la realidad, pero no rige ya des
sión terminaríamos yuxtaponiendo dos crite de el momento en que por falsedad se entien
rios diversos de valoración de la falsedad de la falsa motivación. Este último tipo de fal
ideológica de una creencia política. Por la par sedad observa directam ente el aspecto prác
te descriptiva, juzgaríamos con base en su tico y funcional de las creencias políticas y,
contenido; por la parte prescriptiva, juzgaría precisamente, el carácter dependiente o inde
mos con base en su función. De este modo des pendiente de su eficacia directriz de los com
cuidaríam os el hecho de que la función de portamientos colectivos de la relación de
"dar un sentido”, de justificar el poder, y por poder. Con base en esta interpretación el sig
ello motivar la dominación y la obediencia, nificado fuerte de i. que apunta sobre la
atañe no sólo a los valores sino también a los noción de falsedad recupera, desde el punto
hechos verdaderos o p rountos que están con de vista de los principios, toda la pertinencia
tenidos en la creencia política. Una aserción y su importancia en el campo de la interpre
de realidad comprendida en una política pue tación empírica de los fenómenos políticos.
de ser verdadera en su contenido descripti Pasemos ahora a la segunda relación. Res
vo y falsa en su función, es decir como ele pecto de la falsa presentación, la falsedad
mento que contribuye a motivar los compor como falsa motivación constituye, si se mira
tamientos que se establecen en la relación de la sustancia, un verdadero ti astocainicntu de
poder. O bien, una afirmación de realidad los términos. En el prim er tipo de falsedad
i d i -:ü i .o c ; I a 769
un juicio de valor se disfraza de afirmación posible de las creencias que interpretan y jus
de hecho. En el segundo tipo de falsedad es tifican las diversas relaciones de poder, que
más bien un hecho que se disfraza de valor. pueden estar presentes en diferente grado y
Por ejemplo, los que son de hecho intereses que, cuando están presentes, esconde otras
particulares se transforman en bienes comu motivaciones, otros factores determinantes
nes o, por el contrario, la que es de hecho la de la relación de poder, los cuales no pueden
necesidad de subordinarse a una fuerza supe ser establecidos con anticipación y en forma
rior transform a el deber de obedecer en un general sino que deben especificarse de vez
principio ético. Este trastocamiento esclare en vez por medio de la investigación em píri
ce aún más la diferencia de niveles a los que ca. En consecuencia, y en quinto lugar, esta
se refiere el concepto aquí sugerido y el con interpretación abre el camino, al menos en
cepto bergm annianode i. El primero, de ori principio, a un posible tratam iento empírico
gen marxiano, se refiere al estadio en el cual de la falsedad ideológica de las creencias polí
las condiciones reales de poder contribuyen ticas. Una vez rolo el vinculo con la filosofía
a for jar (y a deformar) las representaciones- marxiana de la historia, la especificación de
aceptaciones del poder, y por lo tanto los valo la falsa conciencia no se funda ya en la posi
res mismos. El concepto bergmanniano, en ción práctica privilegiada de una clase social
cambio, no pone en discusión el proceso de sino en los métodos de verificación y de con
formación de los valores sino que los acepta trol de la ciencia, empleados para buscar la
como dados v concentra la atención en el esta posible divergencia entre las condiciones
do analíticamente sucesivo en el cual los valo determ inantes y las fuerzas motrices reales
res ya formados, para incrementar su propia del poder y las formas que asumen en las des
eficacia, se presentan en la forma simbólica cripciones y en las prescripciones de la creen
de las afirmaciones de hecho. Resumiendo: el cia política.
primer concepto observa la formación (la
génesis) de los valores; el segundo concepto, BIBLIOGRAFIA: D. Apter (comp.), Ideology and dis-
su formulación. content, Nueva York, Free Press, 1964; R. Aron,
En conclusión, se puede decir que la inter El opio de los intelectuales (1955), Buenos Aires,
pretación de la falsedad de la i., en el sentido Siglo XX; J. Bacchler, ¿Qué es la ideología?
de la falsa motivación, tiene diversas venta (1976), Buenos Aires, Emecc; H. Barth, Venta e
jas. En prim er lugar, da un significado pre ideología (1949), Bolonia, II Mulino, 1971; D. Bell,
ciso a la idea de que los juicios de valor pue El fin de las ideologías (1960), Madrid, Tecnos,
den ser elementos integrantes de la falsa con 1964; G. Borgmann, Uell'ideolngiu (1954), en Occi-
ciencia de una situación de poder. En conse dente, XI, 1955; N. Bobbio, Párelo e la critica
cuencia, y en segundo lugar, restaura el nexo delle ideologie (1957) y I. ideología in Párelo e in
entre la falsedad y la función de la i., restitu Marx (1968), ahora en Saggi sulla scienza políti
yendo a la palabra su significado fuerte aun ca in Italia, Barí, Laterza, 1969; J. Gabel, Uléo-
en el lugar del análisis político, y evitando tan lories, París, Anthropos, 1974; T. Geiger, Ideo
to el debilitamiento implícito en la aceptación logía y verdad(1953), Buenos Aires, Amorrorlu,
del puro significado débil como también la 1972; A. Izzo, II concello di ideología, Milán, Ise-
dilución en la concepción bergmanniana de di. 1978; F. Leonardi, Sociología dcll'ideología,
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miento. nómica, 1941; D.J. Manning (comp.), The fornt of
En cuarto lugar, esta interpretación, aun ideology, Londres, George Alien and Umvin,
que recupera el núcleo de la noción marxia- 1980; K. Marx y F. Engels, La ideología alema
na de la falsa conciencia (y su vinculo con la na {1845-1846), Montevideo, Pueblos Unido-; R.K.
situación de poder), no está obligada a hacer Merton, La sociología del conocimiento y las
suya también la ontología. Desde el punto de comunicaciones de masas, en Teoría y estructu
vista de la sociología y de la ciencia política, ra sociales (1949), México, Fondo de Cultura Eco
la i. como falsa motivación es un carácter nómica, 1964; C. Mongardini, Ideología e socie-
770 IG UALDAD
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sociología generóle, Milán, Comunitü, 1964 (1 mente que tienen la misma edad, nacionali
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Italy, New Havcn, Yale University Press, 1973; cialmente semejantes en estos aspectos.
M. Rejai (comp.). Decline of ideology?, Nueva Cuando Hobbes dice que "la naturaleza ha
York, Aldine, 1971; F. Ros.si-Landi, Ideología hecho a los hombres tan iguales en sus capa
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se consciousness, en Sociology in iis place, Cam xm) que cualquier persona puede matar,
bridge, Cambridge University Press, 1970; G. Sar- pero no superar en astucia a otra, quiere dedi
tori, Politics, ideologv, and helief Systems, en que todos los hombres tienen sustancialmen
American Polilical Science Review, LXlll, 1969; te la misma potencia física e intelectual, y que
E. Shils, Ideologv and civility: on the politics of las diferencias son insignificantes. Personas
the intellectual, en Sen-anee Review, lxvi, 1958; de diversa edad, raza o habilidad se conside
E. Shils, "The concept and function of ideology” ran desiguales en estos aspectos. Se puede
y H.M. Johnson, "Ideology and the social decir que los seres humanos son iguales o
svstem", que conforman la vo/. Ideologv de la desiguales únicamente en relación con cier
International Encyclopedia of the Social Scien tas características que deben especificarse.
ces, Nueva York, Macmillan y Freo Press, 1968, No tiene sentido decir que “todos los hombres
vol. vm; M. Stoppino, Supra la “falsitá" dclle crc- son iguales". Respecto de cualquier caracte
denze ideologiche relative al potete, en Le forme rística dada, algunos hombres pueden ser
del potere. Ñapóles, Cuida. 1974; M. Stoppino, iguales, mas no todos son iguales. La única
La ftmzione política dclle credenze ideologiche, característica que comparten es una "natu
en II Político, XLitl, 1978: J.C. Thomas, II decli raleza humana” común, pero ésta es una afir
no delle idcologie: interpretazione e verifica, en mación tautológica.
Rivista Italiana di Scienza Politica, tv, 1974; E. La i. y desigualdad de características son
Topitsch, /l che serve l'ideologia (1961), Bari, indudablemente conceptos descriptivos. En
Laterza, 1975: C.I. Waxman (comp.), The end of efecto, que A y B tengan la misma edad, nacio
ideology debate, Nueva York. Funk and YVag- nalidad o ingreso se puede comprobar empí
nalls, 1968. ricamente, asi como la aserción de que A tie
ne mayor habilidad o aptitud que B. Estas
[MARIO STOPPINO] aserciones descriptivas y no normativas se
llaman juicios de valor caracterizantes.
quicr tipo especificado a todos los que son igualitario que sus predecesores, pero menos
iguales respecto de cualquier característica igualitario que los sostenedores posteriores
especifica. Por el contrario, una regla no es del sufragio universal. Por otra parte, una
igualitaria "cuando los iguales tienen partes norma que asigna cargas es tanto más igua
desiguales o los no iguales tienen parles igua litaria cuanto mayor es la clase de personas
les" (Ética nicomaquea, 1131 a). a las que se les impone. Exonerar a los estu
Aquí se consagra la crítica opuesta. Toda diantes del servicio m ilitar es menos iguali
regla de distribución concebible se presenta tario que enrolarlos.
igualitaria en este sentido, ya que toda regla Este criterio tiene la gran ventaja de que
asigna el mismo beneficio o carga a todos los igualitarismo y no igualitarismo se convier
que tienen la misma característica especifi ten en conceptos comparativos. Desde el pun
ca, y no a los que son desiguales en ese senti to de vista de la ciencia empírica, ésta es una
do. Sufragio universal significa que todo ciu ventaja respecto de los conceptos meramen
dadano adulto tendría un voto, y que los te clasificatorios, y eventual mente puede lle
menores o los dementes no tendrían ningu var a la cuantificación.
no. F.l sufragio para los blancos significa que Su ventaja consiste en que las reglas del
se concede el derecho de voto a todos los ciu tipo "a cada quien según su necesidad" resul
dadanos adultos blancos, mas no a las perso tarían altam ente inigualitarias, a menos que
nas negras. Por el contrario, una regla no ocurra que una proporción relativamente
igualitaria en este sentido es una imposibili grande de la población tenga la misma nece
dad lógica. Una regla no puede establecer que sidad en grado elevado. Un impuesto general
los iguales —en el sentido de los que poseen al ingreso sería muy igualitario; pero un
la característica específica de la regla— impuesto progresivo sobre el ingreso sería
obtendrán partes desiguales y los no iguales claramente inigualitario, dado que divide a
partes iguales. Practicar la discriminación los contribuyentes no sólo en dos clases sino
racial significa dar el mismo tratam iento a en un gran número de niveles, imponiendo la
los del mismo color, y dar partes desiguales mayor carga fiscal al numen) generalmente
a los que no son iguales respecto de esta más pequeño de los que tienen el ingreso
característica. V
I. mayor. Sólo en el caso de que la gran mayo
ría forme parte del nivel más alto, un impues
VI. PARTESICJUA1.ESAl'N GRUPORELATIVAMENTEGRAN to progresivo sobre el ingreso puede resultar
DE. Ya que toda regla de distribución se refie más igualitario. Hasta el principio de i. de
re a cierta clase de personas que deben ser oportunidades seria, a pesar de su denomi
tratadas de igual manera, se podrían obser nación. inigualitario, dado que les da a los que
var —como lo hace Berlín (19611— que una carecen de ciertas oportunidades ventajas
regla es más igualitaria que otra si asegura mayores que a los que ya las tienen.
“que un número mayor de personas (ociases
de personas) recibirían un tratam iento seme vil IGUALDAD proporcional Sin embargo, nos
jante en circunstancias especificas". Para set- inclinamos por considerar igualitaria la asig
más precisos, una distribución de beneficias nación de beneficios mayores a los más nece
es tanto más igualitaria cuanto mayor es la sitados o un impuesto progresivo sobre el
clase de personas que los recibe, si se com ingreso. Son tales, en efecto, si el igualitaris
paran con el número de las excluidas. El mo se entiende en el sentido de la "i. propor
sufragio universal, que sólo excluye a los cional" o de la "i. de relaciones" de Aristóte
menores y a los dementes, es más igualitario les (Política. 1301b).
que un sistema que excluye también a los Se puede decir que una regla de distribu
negros. Privar del derecho ele voto a las muje ción corresponde a esta exigencia si la canti
res es más inigualitario que privar a los dad de beneficio o de carga asignada a una
negros, si estos últimos constituyen menos de persona es una función monotónica crecien
la mitad de la población, pero es menos ini te de la característica personal especificada
gualitario si la mayoría es de color. Locke, por la regla: cuanto m ayores la característi
que sostenía la i. de los derechos políticos ca, tanto mas grande es la parte. Dos indiv i-
para los poseedores de propiedades, era más dúos cualesquiera son tratados de igual
K iU A l.D A D 771
manera en este sentido cuando la diferencia te. Cuanto más merece una persona tanto
de la cuota distribuida a cada uno se relacio mayor será su recompensa, y por lo tanto per
na de m anera semejante con el grado en que sonas de ¡guales méritos merecen partes igua
se diferencian respecto de la característica les. Cualquier criterio de distribución que no
especificada. toma en cuenta el mérito no es entonces ver
De cualquier modo, basándose en este cri daderamente igualitario.
terio toda regla concebible resultaría iguali En este caso no se puede afirm ar cierta
taria. precisamente como sucede con el prin mente que toda regla es igualitaria. La criti
cipio de las partes iguales a los iguales. Todas ca es más bien que el igualitarismo en este
las reglas de distribución no sólo asignan en caso se define en términos de evaluación más
efecto "partes iguales a los iguales” y "p ar bien que en términos descriptivos. Aristóte
les desiguales a los no iguales” sino las asig les mismo considera que una distribución es
nan también "en proporción” a las desigual igualitaria en este sentido si "los valores rela
dades de estos últimos. Ambas reglas "a cada tivos de las cosas dadas corresponden a los
quien según su propia necesidad” y “a cada de las personas que las reciben" (Política,
quien según su propia estatura" dan partes 1280a). Ahora bien, el valor relativo de las
diferentes a personas diferentes en la propor cosas dadas puede ser generalmente compro
ción en que éstas difieren en necesidad o en bado objetivamente y medido, y esto vale tam
estatura. Un impuesto lijo y un impuesto pro bién para las características personales como
gresivo sobre el ingreso satisfacen ambos la la edad o el ingreso y hasta para la inteligen
exigencia de la i. proporcional. F.l ideal de cia o la aptitud pura una determinada tarca.
Marx era el principio "a cada quien según su Por el contrario, el valor relativo de una per
propia necesidad” más bien que "a cada quien sona (que recibe), es decir el grado de su méri
según su propio trabajo”. Sin embargo, no to, es evidentemente objeto de una evaluación
negó que también esta última regla fuera subjetiva, y no de una comprobación objeti
igualitaria, ya que “el derecho de los produc va. Aserciones que establecen que A tiene más
tores (recibir medios de consumo) es propor mérito (o el doble de mérito) que B, en el sen
cional al trabajo desempeñado por ellos; la tido de que A tiene un valor moral mayor, son
i. consiste en el hecho de que la medida está juicios de valor genuinos, no caracterizantes.
hecha con un equo denominatorc, el trabajo". Aquí está implícita la doctrina platónico-
Esta regla es por lo tanto un principio igua aristotélica según la cual los hombres tienen
litario a pesar de que "reconoce tácitamente esencialmente un valor o un mérito desigual,
que las dotes individuales desiguales y por en contraposición con el posterior punto de
consiguiente la capacidad productiva son pri vista estoico de la igualdad de mérito o dig
vilegios naturales”. También las reglas que nidad de todos los seres humanos. Basándo
establecen sólo dos categorías son igualitarias se en el criterio en cuestión, la i., por ejem
según este criterio. Tanto el sufragio univer plo, de derechos políticos, seria igualitaria
sal como el sufragio limitado a los blancos según este último e inigualituria según el pri
tratan a todas las personas en proporción a mer punto de vista. Y también, si los blancos
su desigualdad, respecto de la característica son considerados "superiores” a los negros
especificada. Entonces, la i. numérica no es (en lo que concierne a los méritos en general
otra cusa que un caso especifico de la i. pro y no, por ejemplo, a la inteligencia), entonces
porcional. la discriminación racial resulta igualitaria; la
misma política sería inigualitaria para los que
\ ni x cada ocien secón sus propios mekitos Aris no ju/gan el valor de una persona por su
tóteles contrapone algunas veces la i. no a la color.
i. proporcional en general sino a la "i. propor
cional al m érito" (Política, 1301a). Las canti tx DISTRIBUCIONESDESIGUALESCORRESPONDIENTES
dades de beneficios no deben ser proporcio adiferencias relevantes. Actualmente la ver
nales al grado en que los beneficiarios tienen sión más difundida de la i. proporcional es
no una característica cualquiera que la regla la siguiente: una regla de distribución es igua
podría especificar sino una característica litaria si y solamente si las diferencias en la
específica, es decir el mérito correspondien distribución corresponden a diferencias relé-
774 IG UALDAD
cifradas relevantes, nu altera el carácter nor terio descriptivo de igualitarismo como carac
mativo de la aserción. terística de las reglas de distribución.
Más recientemente, W. T. Blackstone ilus
tró el conceptu de relevancia de este modo: x. distribucionesDEsiouAi.Es justas. El igualita
"Decir que 'X es relevante', cuando se habla rismo se define algunas veces en términos de
de tratam iento de personas, significa que X justicia (y no indirectamente, o sea a través
está efectiva o potencialmente conectado de de la relevancia). Según un articulo reciente,
manera instrumentalmente útil o nociva con “ lo verdaderamente opuesto a i. es la desi
la consecución de un determinado fin y por gualdad de tratamiento arbitrario, o sea injus
consiguiente debería tomarse en considera tificable o inicua". De ahí que la desigualdad
ción en la decisión de tratar a alguno en una justificable o equitativa de tratamiento seria
m anera determ inada” (1967). Se puede estar “verdaderamente” igualitaria. Entonces, si la
de acuerdo con el autor en que la primera pai discriminación racial es igualitaria o no.
te de esta definición es descriptiva y la segun depende también del hecho de que se consi
da parte prescriptiva, pero no en el "por con dere justa o injusta.
siguiente". La tesis de que una aserción de Éste es un ejemplo de lo que quisiera lla
relevancia en términos de lo que es implica mar la falacia de la definición a la inversa.
otra en términos de lo que debe ser no es sos- Y consiste en definir un término de valor, por
tenible. Tomemos precisamente su ejemplo: ejemplo “bueno" o "deseable”, en relación
“Si, por ejemplo, la raza c» el color fueran con términos descriptivos, comu por ejemplo
adoptados como fundamento para el trata “felicidad" o "aprobación". Ahora bien, si
miento diferencial de las personas respecto “bueno” significa lo mismo que "contribuyen
del derecho al estudio o se dem ostrara que te a la felicidad” o "deseable" lo mismo que
el color o la raza no tienen nada que ver con "aprobado por la mayoría", sería aulocontra-
el ser educablc, entonces el presupuesto empí dictorio decir que una cosa que provoca la
rico de los que apelan a estos criterios demos felicidad es mala o que una cosa es indesea
traría ser falso y estos mismos criterios no ble pero aprobada por la mayoría. La afirma
serían relevantes (en el sentido empírico de ción aristotélica de que "lo injusto es desigual
'relevante').” y lo justo es igual" es otro caso de esta fala
"El color es relevante respecto de la edu- cia. Aquí el concepto normativo de justicia se
cabilidad" es una aserción empírica, y "la define en términos de igualitarismo, que Aris
educabilidad es relevante respecto del dere tóteles mismo considera como un término
cho al estudio” es una aserción normativa. descriptivo, como se ha visto ya ("dando par
Sin embargo, la primera no implica la segun tes iguales a los iguales”). En cambio, no es
da. Alguno puede estar de acuerdo en que el contradictorio decir que un impuesto progre
color "no tiene que ver nada con”, o sea no sivo sobre el ingreso es inigualitario y sin
es relevante respecto de la educabilidad. Sin embargo es justo.
embargo, puede sostener, sin ser incoheren Tenemos también el procedimiento inver
te, que se deberían dar las mayores posibili so. El igualitarismo, un conceptu que desea
dades de instruirse a los más educables, o a ríamos que funcionara descriptivamente, se
los blancos, o que todos deberían tener igual define mediante el concepto normativo de jus
derecho al estudio (o sea que ningún grupo ticia. Si "la regla X es igualitaria” significa
debería recibir un trato preferencial). El lo mismo que “ la regla X es justa (justifica
autor de esto dice: "Fácilmente se podría dar ble o equitativa)", entonces es contradictorio
el caso de que las personas están de acuerdo considerar justo pero nu igualitario un
en la parte empírica de un juicio de relevan impuesto progresivo, o injusto pero igualita
cia (o sea que ciertos derechos están instru- rio un impuesto indirecto.
mentalmente relacionados con ciertos fines)
y sin embargo discordar en la parte prescrip xt igualdad pp.ocF.SAL. Los que consideran el
tiva de ese juicio (o sea en que ese juicio sea igualitarismo como un principio "procesal"
deseable)." Esto parece estar en contradicción relacionan la i. con la justicia: "trátese a las
ton la aserción citada anteriormente (“por personas de manera igual, a menos que o
consiguiente”). La "relevancia" no es un cri mientras no exista una justificación para tra
776 K il AI.DAD
tarlas en forma desigual” (Frankena, en o una carga específicos debe asignarse a dos
Brandt, 1962). Tomado en este sentido, el personas cualesquiera. 4 y B. Las reglas de
igualitarismo no se refiere en realidad a una distribución también se pueden considerar
característica de las reglas de distribución desde el punto de vista del resultado final.
sino a la misma regla de distribución, es ¿Cuánto tendrán .4 y fí después de que se les
decir: "todas las personas deben ser tratadas haya aplicado la regla? ¿Cómo deben redis
en igual forma, a menos que se encuentren tribuirse los beneficios o las cargas entre A
buenas razones para tratarlas en forma diver y /?? Se deben distinguir ahora tres fases: 1]
sa". Es cierto que esta "orden expresa de i. la distribución original —por ejemplo 4 tie
no es por si misma una regla positiva de éti ne 8 unidades y B tiene 2: 2] la aplicación de
ca sino una regla para adoptar otras reglas” alguna regla de distribución —por ejemplo,
(Monroe, 1964). Sin embargo esa regla es nor quitarle 3 a A y darle 3 a B: 3] la redistribu
mativa (por adoptar reglas sustanciales). Este ción resultante de la aplicación de la regla de
principio no es sólo meramente normativo distribución —en este ejemplo especifico, tan
sino que también es meramente procesal, to 4 como B terminan teniendo 5.
compatible con cualquier regla discriminato Propongo llamar igualitaria a una regla de
ria de distribución que pueda considerarse distribución si nivela, o por lo menos redu
" justificada” o fundada en "buenas razones". ce, las diferencias entre las cantidades de bie
Este criterio de igualitarismo no nos permi nes. También pueden llamarse reglas de nive
te clasificar las reglas sustanciales de distri lación las reglas igualitarias de distribución.
bución en reglas igualitarias y no igualitarias. Por el contrario, una regla de distribución que
Hasta ahora la búsqueda de una determ i deja intactas las desigualdades anteriores de
nación fructífera del concepto de i. ha sido beneficios o de cargas, o hasta aumenta estas
vana. Resumiendo, si igualitarismo se definie diferencias, es inigualitaria. Nuestro ejemplo
ra “partes iguales para todos”, ninguna regla anterior es un caso de aplicación de una regla
sería igualitaria: si significara "partes igua de nivelación. También quitarle 3 a 4 y nada
les para los iguales" o "igualdad proporcio a B seria igualitario, ya que la diferencia entre
nal” tuda regla lo sería, y cualquier regla sus bienes (3 - 2 = 3) es ahora menor de lo
podría ser igualitaria de acuerdo con defini que era inicialmente(8 -2 = 6): perúes menos
ciones que se refieren al mérito o a las dife igualitaria que si sus bienes se nivelaran com
rencias relevantes o a la justicia. La i. proce pletamente (como en el prim er ejemplo). Por
sal no designa ni siquiera una característica otra parte, quitarle I a 4 v 1 a B no sería igua
de las reglas de distribución. "Partes iguales litario (ya que no influiría en la diversidad
a un grupo relativamente grande” sigue sien anterior de sus bienes, o sea 6). y con mayor
do la definición más satisfactoria; pero ya se razón, quitarle I a 4 y 2 a B (la diferencia sería
señaló el hecho de que su aplicación lleva ahora de 7).
resultados que frecuentemente son contrain Estos ejemplos demuestran que una regla
tuitivos. Hasta los sostenedores de la discri de redistribución puede llamarse igualitaria
minación racial tienden, en efecto, a conside o no sólo en relación con alguna distribución
rar no igualitario el limitar los beneficios asis- anterior. El igualitarismo se transform a en
tenciales a los blancos independientemente de un concepto ordinal —una ventaja que esta
la necesidad (aunque la gran mayoría de la definición tiene en común con la "definición
población sea blanca), e igualitario, en cam menos insatisfactoria” examinada anterior
bio, efectuar pagos asistenciales a las nece mente. Respecto de una determ inada d istri
sidades independientemente de la raza (aun bución, una regla de redistribución es tanto
que los necesitados sean una pequeña mino más igualitaria cuanto menor es la diferen
ría), Creo que es posible encontrar un crite cia entre los bienes al final en comparación
rio descriptivo general de igualitarismo que con el principio. Repitiendo: si al principio4
tome en consideración estas distinciones. tenia 8 y B tema 2. quitarle 3 a 4 \ darle 3
a B es mas igualitario que quitarle 3 a 4 y
xtl. kECLAS df. nivelación Todas las definicio nada a B.
nes que hemos examinado hasta ahora toman Nuestros ejemplos ilustran ademas que dis
en consideración sólo cuanto de un beneficio tribuciones iguales pueden llevar a redistri
IC lA L D A D 777
buciones inigualitarias y viceversa. Un da com prar a otro, y que ninguno sea tan
impuesto indirecto es una regla de redistri pobre que se vea obligado a venderse a sí mis
bución inigualitaria, porque constituye un mo" {El contrato social. 1. u, cap. xi).
agravio mayor para los compradores pobres Por otra parte, ni siquiera la igual distri
y no reduce las diferencias de riqueza. Por el bución de dinero llevaría a una felicidad
contrario, un impuesto progresivo sobre el igual. Es más, la felicidad, la satisfacción o
ingreso es una regla de nivelación, y en cuanto la utilidad no son beneficios tangibles que C
tal es igualitaria. F.I concepto de nivelación pueda distribuir o redistribuir entre A y B.
pone ahora remedio precisamente a los defec ni en forma igual ni en forma desigual.
tos de la definición examinada anteriormente.
Examinemos ahora algunas de las más XIV 101 ALDADDF.OPORTl'NIDADES C 11U puede dar
importantes reglas de distribución a la luz de o distribuir las utilidades o la oportunidad
este concepto de igualdad. entre A y B. “A tiene la oportunidad de obte
ner .v” significa que no encuentra obstáculos
K ioi itZA Hasta donde exis
m i i n iv e l a c ió n d e la en el camino para obtener x. de tal manera
te i. de derecho de propiedad, en casi todas que. si quiere, puede hacer v. (' le da a A la
las sociedades la propiedad misma se distri oportunidad de alcanzar x si elimina deter
buye en forma desigual. Esta desigualdad es minados obstáculos y por lo tanto pone a A
el resultado de la herencia, del estado social en condiciones de obtener .v. por lo que el
o de la capacidad personal más que de una hecho de que A obtenga v depende sólo de su
distribución gubernamental deliberada. Una hahilidad natural y adquirida y de su esfuer
nivelación total de los bienes requeriría obvia zo. A v B tienen igual oportunidad de vencer
mente la aplicación de distribuciones fuerte en una competencia, si parten de la misma
mente desiguales, o sea quitarle a los ricos línea. Si A se encuentra al principio atrás de
para darle a los pobres. Este resultado podría B. debe desplazarse hacia adelante hasta la
lograrse a través de la imposición o de la linea común de partida para tener la misma
socialización, por lo menos de los medios de oportunidad que B.
producción. Su "posesión común" eliminaría, El principio de la i., o mejor dicho de la
según el Manifiesto del partido comunista, la nivelación de oportunidades, se ocupa por lo
posibilidad de explotación de una clase sobre tanto de la redistribución del acceso a las dis
otra, y "con la abolición de las diferencias de tintas posiciones de la sociedad, pero no de
clase desaparecerían por si solas en forma la distribución de las posiciones mismas. El
automática todas las desigualdades sociales problema consiste, pues, en acoplar personas
y políticas derivadas de éstas”. con dotes desiguales con posiciones que rin
A pesar de que una nivelación completa de den una remuneración o un poder o un pres
los bienes se considera deseable, en general tigio desiguales. La solución consiste en
se juzga utópica. Aun cuando en un momen hacerlos accesibles a todos de acuerdo con
to dado se alcanzara esta meta, las diferen una base competitiva. La hipótesis consiste
cias reaparecerían pronto, por lo menos por en que. si todos tienen un punto de partida
que "los hombres son desiguales" en lo que igual. la posición que ocupen al final depen
respecta a las dotes personales: por este moti derá exclusivamente de la velocidad con que
vo, el poder y la influencia quedarían nece hayan corrido y de la distancia alcanzada.
sariamente distribuidos en forma desigual en El liberalismo clasico sostenía que la i. de
cualquier sistema político o social. Nivelar la oportunidades se podía llevar a cabo a través
riqueza significa, en general, no tanto elimi de una asignación igual de los derechos fun
nar como reducir las desigualdades de pro damentales "a la vida, a la libertad y a la pro
piedad existentes. Según la definición pro piedad”. Solo si se eliminan los privilegios \
puesta. este genero de redistribución, aunque se establece una i. de derechos no habrá nin
menos igualitario, es igualmente igualitario. gún obstáculo en el camino de ninguno para
Como dina Rousseau: "Por i. no debe enten que busque la felicidad con la habilidad que
derse que el grado de poder y de riqueza sea tiene para acceder a la posición adecuada a
absolutamente idéntico para todos sino que mi máxima capacidad.
[...] ningún ciudadano sea tan rico que pue Mas tarde se dieron cuenta de que la i. de
778 IG IA L D A Ü
derecho no es suficiente para hacer accesi lación están unidas generalmente con otra
bles, a los que socialmente están en desven regla, inigualitaria, de redistribución: a cada
taja. las oportunidades de que disponen los quien según su propia habilidad. Una vez que
individuos socialmente privilegiados. Se nece se provee a las necesidades mínimas de cada
sitan distribuciones desiguales para llevar a uno, y todos tienen una posibilidad igual,
los primeros a un nivel común de partida, o empieza la competencia, y la posición ocupa
sea que se necesitan privilegios jurídicos y da al final porcada uno dependerá únicamen
beneficios materiales para los no privilegia te de su cupacidad o “habilidad", por lo
dos económicamente. Por lo tanto, los progra menos en teoría. A diferencia del “mérito” de
mas henil start, aunque son intrínsecamente una persona, su habilidad en el sentido de
inigualitarios, son igualitarios extrínsecamen capacidad para alguna tarea específica pue
te, ya que llevan a una nivelación de las opor de determinarse objetivamente, por lo menos
tunidades de instrucción. en teoría. Pero como "a cada quien según lo
que merece" —a diferencia de “a cada quien
XV IGUAL SATISFACCIÓN DE LAS NECESIDADES FUNDA según su propia necesidad"— también “a
MENTALES El principio de la nivelación de las cada uno según su propia habilidad" consti
oportunidades está relacionado con otro prin tuye una regla inigualitaria de redistribución.
cipio de nivelación: la igual satisfacción de las Esquemáticamente podemos hacer una dis
necesidades fundamentales. Mientras las tinción entre las siguientes fases: 1] una dis
necesidades personales varían en género y tribución desigual inicial de bienes; 2] una
medida, hay un mínimo de necesidades fun regla inigualitaria de distribución —adicio
damentales que son sustancialmente idénti nal para los necesitados; 3] que se resuelve
cas para todos, en una determinada sociedad en una redistribución más igualitaria —igual
y en un determinado tiempo. De algún modo satisfacción de las necesidades fundam enta
las personas son desiguales respecto de sus les, i. de oportunidades; 4] por lo tanto, una
necesidades fundamentales no satisfechas. redistribución inigualitaria final —a cada
"Sería necesaria una distribución desigual de quien según su habilidad.
los recursos para nivelar los beneficios en los Este concepto de i. no sólo es general y des
casos de necesidad desigual" (Vlastos, en criptivo, sino también valorativamente neu
Brandt, 1962). Cuanto m ayores la necesidad tral. Por ejemplo, el autor de The rise uf meri-
fundamental no satisfecha de algunos, tanto tocracy sostiene “no una aristocracia de naci
mayores son los beneficios que recibe. Aque miento, no una plutocracia de riqueza sino
llos cuyas necesidades fundamentales ya una verdadera meritocracia de los talentos"
están casi satisfechas pueden no recibir nada (Young, 1961). De acuerdo con el criterio pro
y tal vez deban renunciar a alguna cosa super- puesto, todos estos tres principios son inigua
flua para proveer a las necesidades de los litarios. tanto el que él propugna como los dos
demás. El resultado final de esta distribución que rechaza. Nótese también que el principio
desigual es, una vez más, una mayor nivela inigualitario de meritocracia está relaciona
ción de la riqueza y de las oportunidades. do con las reglas igualitarias de i. de oportu
"A cada quien según su necesidad" es otro nidades y de satisfacción de las necesidades
principio de nivelación aún más radical. Por fundamentales, pero es incompatible con la
lo menos teóricamente le impone a la socie otra regla de nivelación: a cada quien según
dad. y especialmente al gobierno, el deber de su necesidad, prescindiendo de la capacidad.
satisfacer todas las necesidades de cada uno. Por otro lado, los defensores de la "merilo-
por desiguales que puedan ser en género y en cracia” no se proponen am pliar este princi
grado. pio a la participación política: se quedan a
favor del sufragio igual, prescindiendo de la
XVI A CADA OLIEN SEGÚN SL HABILIDAD Algunos capacidad.
defensores contemporáneos del estado asis Esto conduce a la conclusión de que la teo
tencia! democrático tienden a propugnar los ría democrática moderna no puede calificar
principios menos extremistas de igual satis se ni como igualitaria ni como inigualitaria
facción de las necesidades fundamentales y sino que es una fusión de los dos géneros de
de i. de oportunidad. Estas dos reglas de nive principios: nivelación hasta un cierto punto
IL U S T R A C IÓ N 779
Ion intelectuales, pero también de la sociedad No obstante, con diferencias a veces impor
mundana en sentido amplio, y hasta de algu tantes. también hay una i. alemana, italiana,
nos reyes. Le corresponde, por lo tanto, un española, austríaca, y una i. de los países de
amplio clima de opinión, en el que sin embar la Europa oriental.
go se observan, junto a las ideas predominan Claro está que a tales complejidades corres
tes. diversas excepciones y originalidades, ponden historias diversas en cuanto a perio
tanto ideales como geográficas o cronológi dización, asi como a problemática, a relacio
cas. El término philosophe, con que el ilus nes entre los estratos sociales, a intereses eco
trado se deline a si mismo, indica la figura nómicos, etc. En cada país la i. tiene peculia
de un vivificador de ideas, de un "educador", ridades propias. Pero aun teniendo en mente
de aquel que en todo se deja guiar por las todo esto, puede intentarse, a título de orien
luces de la razón y que escribe para ser útil, tación. una periodización muy general, distin
para dar una contribución al progreso inte guiendo una primera generación que madu
lectual, social y moral, contra cualquier for ra las ideas ilustradas en la primera mitad del
ma de tiranía, ya sea intelectual, moral o reli siglo xvm, y una segunda lase, que es la de
giosa. El philosophe se deline antes que nada la generación de los "enciclopedistas" en
por su función en la sociedad: quiere llegar a Francia, de Lessing en Alemania, de los teó
la instauración en el mundo de un nuevo ricos de las reformas juridico-polnicas en Ita
orden, caracterizado por la felicidad, y por lia. Esta segunda generación es aquella que,
ello quiere que la philosophie esté al alcance particularm ente a partir de los años setenta,
de todos, en contraposición con la filosofía ve gradualmente extinguirse las ilusiones de
antigua. colaboración con el poder, y es en gran parte
Este modo de pensar y de sentir se difun por ello que. junto a las doctrinas de la Hu
dió en muchos países de Europa durante el evetopé(lie. se encuentran ideas igualitarias y
siglo xvm. Tuvo sus prim eras manifestacio tesis utopistas.
nes en Inglaterra y en Holanda, pero fue un
movimiento que interesó sobre todo a Fran ii racionalismo y NATI KAI.ISMO. La i. es un movi
cia, donde la decadencia del gobierno abso- miento de escasa originalidad teórica; es prin
luto oriento la filosofía a la doctrina política cipalmente ecléctico. La ciencia, interpreta
y social. En este país, entre las clases privile da en sentido práctico y utilitarista, es el
giadas, el clero poseía cerca de la quinta par núcleo alrededor del cual gravita el pensa
le del territorio nacional, con una enorme ren miento. Para el siglo xvm, la seguridad y la
ta y con exenciones y privilegios sustancia confianza en la razón se derivan de la cien
les, y la nobleza tenía privilegios análogos y cia. Los éxitos de las ciencias experimentales
rentas sumamente considerables, por lo que fomentan la idea de que ese mismo método
la burguesía, cuya cultura y cuya importan conduce a un progreso concreto en todos los
cia económica aumentaron hasta el punto de campos de la cultura y de la vida. Por este
convertirla en el verdadero sostén de la socie motivo, también el pensamiento político tie
dad, no pudo dejar de considerarlas como cla ne fe en la posibilidad de la felicidad y del pro
ses de parásitos. En la primera mitad del siglo greso bajo la guia de la razón.
xviii, pues, se publican numerosísimos libros La razón, en efecto, es el órgano típicamen
y opúsculos de temas directam ente y. aún te ilustrado, que se contrapone a la autoridad
más, indirectamente políticos: obras históri y a los prejuicios. Para algunos, proporciona
cas sobre las antiguas instituciones francesas, pocas verdades elementales e indudables, que
o bien sobre la justificación y sobre el fin del tienen el valor de postulados de la ciencia, y
gobierno, obras sobre la constitución ingle que se consideran evidentes por si mismos,
sa, informes de viajes a países exóticos que a tal grado que no requieren ninguna demos
generalmente se comparaban con Francia, tración; estos postulados constituyen el fun
propuestas de reforma y. en general, obras damento del razonamiento y del crecimiento
de propaganda, con más frecuencia negativas de los conocimientos. Sin embargo, la razón
que positivas. En la segunda mitad del siglo se aplica sobre todo a los datos proporciona
w iii se difundió ampliamente la discusión dos por los sentidos; la i., en efecto, hace suya
de estos temas e invadió todo género literario. la formula "nihil est in iniellectu quiñi prius
IL U S T R A C IÓ N 7.SI
non fueril in sensn" y. procediendo con el do primitivo, o sea los derechos que le corres
método analítico racional de las ciencias, ponden a su dignidad de hombre, por el solo
aspira a encontrar verdades indiscutibles o, hecho de ser hombre. Cualquiera que sea la
cuando esto no es posihle, generalizaciones razón por la que el hombre ha pasado a la vida
legítimas que tengan una valide/, metodoló civilizada (cuando el estado de naturaleza nu
gica 1'lindada. La explicación está en el hecho se considera como una simple hipótesis o ter
de que los ilustrados tienen una confianza ili mino de comparación meramente racional,
mitada en la razón y se proponen liberar el esto no modifica las conclusiones), la puesta
conocimiento humano de ludo lo que no está a punto de los derechos naturales es impor
de acuerdo con la razón, sobre todo si pro tante, precisamente para establecer los dere
viene de la tradición y de la historia. Por esto. chos inalienables del hombre, es decir los
Kant le atribuye a la i. el lema "supere ande!". derechos que la sociedad civil está obligada
Este espíritu critico, que se propone some a tom ar en cuenta, asi como para dem ostrar
ter lodo el saber al tamiz de la razón, abarca el fundamento racional del estado.
todos los aspectos de la actividad humana. No Utilizando el mismo procedimiento racio
faltan tampoco las exasperaciones del proce nal se habla también de una moral natural y
dimiento analítico racional, que conducen al de una religión natural, en que la referencia
mecanicismo determ inista de un La Mcttric a la naturaleza tiene el mismo significado
o al materialismo del barón de Holbach, cau mencionado a proposito del derecho natural.
sados precisamente por la pretensión de apli La moral natural se propone, ante todo, ser
car rigurosamente los criterios de la ciencia una moral independiente de la religión, en
a la actividad humana, aun a la sentimental, f unción del hombre mundano, considerado
cosa que se gana las criticas de muchos de los tal como es y no tal como debería ser. De ahí
mismos ilustrados. Los resultados más inte se deriva una antropología y una psicología
resantes de este nuevo modo naturalista de ilustradas, destinadas a poner de relieve la
filosofar son las consideraciones de Montes- inevitabilidad de las pasiones y también su
quieu sobre el vinculo existente entre las ins bondad, llegando a entenderlas algunas veces
tituciones políticas y las leyes jurídicas, por como la condición indispensable de la reali
una parte, y el ambiente físico y el clima, por zación de lo sublime, tanto más cuanto más
la otra. fuertes son y cuanto mas están en armonía
También en el campo de la filosofía jurídi (véase, por ejemplo, Diderot). Los fundamen
ca todos están de acuerdo, aunque con diver tos de la moral ilustrada son algunos princi
sas características, en establecer como fun pios, también universales, percibidos igual
damento del derecho a la naturaleza, y se mente por todos los hombres razonables, que
habla de derecho natural o de ley natural, en se reducen a ser principios de tolerancia
que "naturaleza" significa ante lodo lo que moral, ya que se cree que también la moral
no es sobrenatural, y de manera específica la está relacionada con las características de un
esencia del hombre, es decir la razón. Con pueblo y con los aspectos naturalistas del
esto la i. se une a la escuela del derecho natu ambiente. De ahí se deriva una moral relati
ral y cree poder construir un cuerpo de nor vista, hedonista, o una moral del sentimien
mas jurídicas universales e inmutables, que to. pero de cualquier modo una moral utili
por el momento constituyen el criterio de jui tarista.
cio de la legislación vigente, pero que en un También en lo que se refiere a la religión
estado ilustrado m.* transform an al mismo las ideas son muy diferentes entre si. aunque
tiempo en causa eficiente y tina! de la legis siempre prevalece un modo de sentir que se
lación misma. Para explicar los principios del opone al misterio como a lo que no está de
derecho natural se recurre, como ya se hahia acuerdo con la razón. De ahí se deriva el
hecho en el siglo xvu, a la naturaleza huma rechazo de las religiones reveladas en gene
na in se, prescindiendo de las modificaciones ral. La religión mas típicamente ilustrada es
que ha introducido en ella la cixilizacion. el deísmo, que reconoce la existencia de un
suponiendo un status naturae anterior a la dios personal y creador del uni\erso. concep
sociedad civil. \ definiendo los derechos que to al que se llega racionalmente partiendo de
el hombre debe haber tenido desde este esta la observación de la armonía que reina en el
782 ILUSTRACION
rico de Prusia y Catalina de Rusia. La actitud cas, semejantes en muchos aspectos a las de
negativa de los ilustrados franceses hacia la los llamados socialistas utópicos del siglo xix.
monarquía se dirige más bien hacia la perso Por otra parte se trata de manifestaciones es
na del monarca que a la institución. porádicas, ya que en general los ilustrados
La misma economía, que los filósofos del no atacan el derecho a la propiedad privada
siglo xviii consideran uno de los principales sino más bien lo defienden. Además, ninguno
instrumentos para la racionalización de la de estos socialistas concibe la posibilidad con
vida, es juzgada como un medio en manos creta de llevar a cabo una revolución en el
ante todo del soberano. La doctrina económi campo político; como todos los demás pltilo-
ca típicamente ilustrada es la fisiocracia, que sophes, rechazan toda acción revolucionaria
se basa en la idea de un orden natural regido porque la consideran como un remedio siem
por las leyes eternas, al que es racional adap pre peor que lo que se pretende sanar. El ideal
tarse. ya que esas leyes, si no se violan, pro republicano de estas obras es principalmen
ducen la máxima prosperidad y armonía. te un ideal literario.
Para los fisiócratas, la legislación positiva También los que lanzan acusaciones violen
debería favorecer, por lo tanto, la explicación tas al gobierno y demuestran ya una clara
del orden natural, concediendo la máxima conciencia de su propio estrato y de la explo
libertad económica. Sin embargo, los fisiócra tación a que está sometida la burguesía, que
tas no pretenden derrocar la monarquía; por todavía está excluida de la vida pública en
el contrario, la monarquía absoluta es para beneficio de las clases superiores, terminan
ellos aceptable en la medida en que adopten proponiendo rem edios extrem adam ente
una política económica ilustrada. moderados, como, por ejemplo, una educa
Es comprensible que la filosofía de la i. sea ción adecuada que se destine principalmen
la filosofía de la burguesía. El burgués es el te a los reyes y que desarrolle su razón a tal
hombre nuevo que lucha por las reformas grado que los lleve a comprender que su inte
progresistas contra el oscurantismo y contra rés personal es el interés mismo de los sub
los privilegios de la aristocracia y del clero. ditos. De ahí se deriva una concepción por la
Su filosofía es la f ilosofía de la liberación, de que el verdadero reform ador sigue siendo
un ideal racionalizado intelectualmente pero siempre el soberano y la tarea del pililo-
no socialmente. La libertad de comercio, la sophe sigue siendo una vez más una tarea edu
abolición de los privilegios y de las inmuni cativa, o sea la tentativa de hacerle entender
dades de las otras dos clases, la divulgación al soberano que la política tiránica es una
de la cultura, la revisión del sistema fiscal, mala política. “Tout p o u rle peuple, ríen pal
etc., son los motivos de la filosofía del siglo le peuple" es la fórmula que retoma la doc
x v i i i , pero son sobre todo las aspiraciones de trina del despotismo ¡lustrado.
la burguesía. Se puede decir que la i. es la filo También el ideal revolucionario puede
sofía del Tercer Estado, mas no la filosofía excluirse de los pensadores que establecen
del pueblo, hacia el que los philosophes mues teóricamente sociedades civiles basadas en la
tran mas bien cierta desconfianza v cierto re voluntad del pueblo o, mejor dicho, en la
celo, por lo menos mientras se lleva a cabo su voluntad general, término que se refiere a uno
educación. de los conceptos fundamentales del pensa
miento político de Rousseau, pero que tam
i\ h a z o s v r e s o v a c i o s s o u a i Solo en la segun bién es usado por otros ilustrados (v. Didc-
da generación ilustrada se agudizan las refe rot, en el vocablo IJroit naturel de la Encyclo-
rencias a una renovación social radical, la idea ptdie). Se trata de ideas que difícilmente tie
de una sociedad transformada en sus mismas nen cabida dentro de la i. El pensamiento tipi-
ILUSTRACIÓN 785
trámenle ilustrado debe encontrarse en un V. I.A ILUSTRACIÓN EN F.l. SICiLO XX. PROBLEMAS MISTO-
curpus literario y debe buscarse sobre todo RIOGKAFICOS E INTERPRETATIVOS. Eli nuestro
en el espíritu de la Encyclopédie. Las ideas siglo, v sobre todo a p artir de la segunda gue
que caracterizan en cambio estas nuevas rra mundial, la i. es entendida en general
construcciones sociales indican más bien que como un pensamiento en continuo progreso
se está abriendo camino gradualmente otro y como una apertura a la praxis concreta del
mudo de sentir, que se está apagando la espe hombre. A los ilustrados se les atribuye el des
ranza puesta en la obra reform adora de los cubrimiento de la razón no como función
déspotas ilustrados (la repartición de Polonia especulativa sino más bien como un conjun
le asesta un duro golpe a las ilusiones de los to de instrumentos conceptuales operativos.
philosoplies), y que se presenta por- primera Por esto, la Resistencia hace suyos los valo
vez el ideal del ejercicio de la soberanía pul res de la i. y los identifica con sus ideales y
parte del pueblu. con el pensamiento revolucionario capaz de
Las construcciones de sociedades perfectas, transform ar el mundo, v asimismo se los opo
que abundan sobre todo en la segunda fase ne a las filoso!ias conservadoras de la his
del movimiento, son racionalizaciones del toria.
concepto de armonía, que la i. aplica a todos La esencia de la i. se encuentra en la alter
los aspectos de la vida. En este caso, la armo nativa, dado que el ilustrado considera que
nía. que es la condición de la felicidad o la feli la posibilidad del perfeccionamiento huma
cidad misma, se traduce frecuentemente en no puede realizarse en el mundo de los hom
la trasposición del mito del bou sauva^e, usa bres y que, en consecuencia, la actividad
do a menudo en el siglo xvm también como humana y el proceso histórico están condicio
instrum ento de polémica política y antiteo nados ante todo por un acto de elección y pue
lógica. Las tierras que los exploradores des den someterse además a una evaluación crí
cubren, y cuyas características divulgan des tica. Su concepción pragmática de la historia,
pués a través de relaciones de viaje que publi orientada a encontrar las fuerzas motoras de
can a su regreso, simbolizan el estado natu la historia misma, evita de manera tenaz la
ral que la civilización ha corrompido con sus búsqueda, en la metahistoria, de la justifica
convenciones. El salvaje parece vivir una vida ción de la actividad humana y, por lo tanto,
auténtica y espontánea; el ilustrado sabe que su aceptación pasiva.
el regreso a un estado anterior a la civiliza El objeto de la i. es, por el contrario, el
ción es imposible, pero está convencido de dominio de la razón sobre la naturaleza inter
poderse inspirar en las sociedades primitivas na y externa, y por lo mismo la abolición del
para crear ordenamientos comunitarios que miedo a lo sobrenatural. Por este motivo
le permitan al hombre, cualquiera que sea el la i. es también la filosofía de la ciencia y deja
país en que viva y el grado de civilización en suspenso el juicio sobre todo lo que no
alcanzado, una vida igualmente auténtica y se explica con el criterio del cálculo y de la
espontánea. El llamado antihistoricismo ilus utilidad.
trado es también este modo de prescindir de Este rechazo del principio de autoridad
las situaciones concretas de los pueblos. aclara incluso por qué en las últimas décadas
El ideal revolucionario es preparado, por en Francia el término philosophe ha sido asu
lo tanto, por el clima que la i. contribuye a mido por quienes quieren acentuar la nove
crear, pero no es un ideal ilustrado. Los phi- dad absoluta, la ausencia de raíces, de una
losoplics no toman parte en la revolución forma particular de creatividad, artística o
francesa, excepción hecha de Condorcet. el critica. El ejemplo más reciente es el de un
más joven de ellos. Sin embargo, es signifi grupo de intelectuales que se han definido a
cativo el hecho de que la revolución que nace si mismos como los nouveaux philosophes, los
de ese clima sea una revolución burguesa, y cuales, desconociendo la eficacia de las res
que la Declaración de los Derechos del Hom puestas que ios filósofos precedentes han
bre redactada por la Asamblea Constituyen dado a las inquietudes del hombre y a las cri
te de 1789 sea una expresión del individua sis de la sociedad, advierten un estrecho liga-
lismo y de los intereses de la burguesía. men entre filosofía y política, entre saber y
poder, sacan a luz su carácter represivo, y
786 ILUSTRACION
sobre esto abren una critica radical a las for dental, el dilema que se plantea es si es pre
mas culturales e institucionales del pasado ciso abandonarlo o bien introducir en él
y del presente, rechazan el marxismo como correctivos que eliminen su tendencia des
fundamento de su izquierdismo y reivindican tructora y autodestructora. Esta segunda
la autonomía y la libertad de su pensamien hipótesis es la que inspira el renacimiento
to sobre temas de nuestro tiempo. ilustrado por parte de la cultura alemana (por
No es difícil explicar y comprender la con ejemplo los más jóvenes seguidores de la
dena romántica y sobre todo hegeliana de la escuela de Frankfurt).
i., que hizo que tuviera que pasar mucho tiem La insatisfacción ante las lecturas parcia
po. tras la revolución, para que al movimien les y la sensación de que muchos problemas
to de los philosuphes se le dedicara una seria permanecen todavía sin solución para llegar
atención y fuera revaluado. De hecho, es pre a una interpretación segura, ha llevado
ciso llegar al umbral de nuestro siglo, cuan recientemente a los estudiosos a la búsque
do la concepción romántica de la historia v da histórica quizá demasiado minuciosa, par
en general las filosofías de la historia serán ticularmente en las zonas hasta ahora poco
sometidas a critica y puestas en discusión, exploradas, por lo que actualmente se obser
para que se inicie una historiografía seria de va un notabilísimo reflorecimiento de los
la i. El mérito de ello pertenece a Wilhelm estudios sobre la ilustración.
Dilthey v más tarde a Ernst Cassirer y a Frie-
drich Mcinecke. Después de éstos, la historio b i b l io g r a f ía : VI.S. Anderson. Historians and
grafía sobre la edad de las luces se vuelve eightaenth ceniury Europa, 1715-1789, Oxford.
riquísima, y lo es todavía, considerando los Oxford Clarendon Press. 1979: B. Baczko, L 'ino
estudiosos que muchos nudos quedan aun por pia: immaginazione sacíale e rappresemazione
resolver. Se lian incluso intentado claves utopiche nell’etá dell’illuminismo (1978), Turin,
interpretativas particulares que tienden a dar Einaudi, 1979; G. Benrekassa, Le concentrique
unidad a un movimiento tan variado, en el que el l'exccntrique: margas das humeras, París,
eran comunes los enemigos a vencer, pero no Payot, 1980: E. Cassirer, La filosofía de la ilus
desde luego las soluciones propuestas. Asi, tración (1932), México. Fondo de Cultura Econó
partiendo de un análisis sociológico, la i. ha mica. 1943: L.G. Crocker, Uñeta di crisi: nomo
sido identificada tout cauri con el pensamien e mondo nal pensiero franease dal settecento
to de la burguesía (por ejemplo, por L. Gold- (1959), Bolonia, II Mulino, 1975: F. Díaz, Filoso
mann); el estructuralism u intentó su lectura, fía a política nal sal lácenlo francesa, Turin,
y hoy todavía estudiosos en cierto modo vin Einaudi. 1962: L. Goldmann, La ilustración y la
culados con el estructuralism o prestan aten sociedad actual (1967), Caracas. Monte Avila; B.
ción especial a los problemas lingüísticos de Groethuysen, Filosofía dalla rivoluzione frailea
los textos ilustrados. se (1956), Milán, 11 Saggiatore. 1967; G. Gusdorí,
El significado problemático y "dialéctico" l.'avéneme nt des Sciences huma ines an siécle des
lo ponen de relieve en cambio los padres de lumiaras, París, Payot, 1973; N. Hampson, Slo
la escuela de Frunkíurt. M. Horkheimer y ria e cultura dell’illuminisma (1968), Barí, Laici
T.W. Adorno, quienes, lejos de la armonía bus za. 1969; P. Hazard. t.a pansaa européenne au
cada por los philosuphes, consideran al con xviii siécle: de Montesquiau á Lessing, París. Boi-
trario que los ilustrados pagaron la adquisi vin et Cíe., 1963; M. Horkheimer y T.W. Adorno.
ción de su dominio sobre la naturaleza con Dialéctica dal iluminismo (1947), Buenos Aires,
el precio de la enajenación de la naturaleza Sudamericana; R. Koscllcck, Crítica y crisis del
misma. La relación entre el ilustrado y la mundo hurgues (1959), Madrid, Rialp, 1965: N.
naturaleza ha sido parangonado con la que Merker, L'illuminismo tedesco: ala di Lessing.
hay entre el dictador y los hombres: la cono Bari. Laiciza, 1968: R. Pomeau, ¡.'Europa des
ce sólo en tanto puede m anipularla; también lamieres: cosmopolitisma ai imité européenne au
el científico conoce las cosas en tanto puede dixhttiiiéme siécle, París, Stock, 1966: A. Santucci
manipularlas, pero esto implicaría una trans (comp.), ¡ntepretazioni dell'illuminismo, Bolonia,
formación de la esencia de las cosas en sim II Mulino, 1979: F. Valjavec, Historia de la ilus
ple sustrato de un dominio total. Por ¡o tan tración an Occidente (1961). Madrid, Rialp, 1961;
to, si la i. es un paradigma de la historia occi F. Venturi. Settecento riformatora, Turin, Einau-
IM P E R IA L IS M O 787
di. 1969-1979. 3 vols.; F. V e n lu ri, Utopia e rifor da respecto a la Alemania nazi, un proyecto
ma nell'illuminismo, T u rm , E in a u d i, 1970. hegemónico más limitado en el área del Medi
terráneo. Después de 1945 se agotó el proce
(SAFFO TESTUNI BINETT l] so imperialista de los estados europeos y de!
Japón y se produjo el proceso de descoloni
zación. pero el fenómeno del i. ha continua
imperialismo do manifestándose, obviamente bajo formas
diversas, ya sea a través de las relaciones
l.INTRODUCCION. Si los fenómenos que normal hegemónicas instauradas entre las dos super-
mente se vinculan con la expresión “i.” —ex potencias y los estados de su bloque corres
pansión violenta por parte de los estados o pondiente, ya sea a través de la política neo-
de sistemas políticos análogos del ámbito colonialista practicada sobre todo por Esta
territorial de su influencia o de su poder dos Unidos (y en menor escala por las otras
directo y las formas de explotación económi potencias capitalistas).
ca en perjuicio de los estados o pueblos some De lo dicho se comprende el surgimiento y
tidos que van unidas normalmente a estos fe el desarrollo de la amplia temática represen
nómenos— se han manifestado, con formas tada por las teorías del i., las cuales tienen
y modalidades diversas, en cada época de la esencialmente por objeto el estudio de los
historia, la expresión es en cambio relativa fenómenos imperialistas de nuestra época,
mente reciente (B. Semmel considera que se sin excluir en muchos casos la confrontación
fue consolidando a partir de 1870 en la Ingla con otras épocas o el intento de elaborar teo
terra victoriana para designar la política de rías más generales, relativas a los fenómenos
üisraeli, dirigida a reforzar la unidad de los imperialistas de cada época.
estados autónomos del imperio, o sea a crear En las raíces de este hecho existe sin embar
la imperial federation) y solamente hacia fina go, en nuestra upinión, una actitud de criti
les del siglo xix se inició el estudio sistemá ca y de rechazo del i., cada vez más difundi
tico de dicho conjunto de fenómenos, surgien da, incluso en los países imperialistas, en
do entonces las prim eras teorías de! i., dan escala mundial (en correspondencia al hecho
do vida a un tipo de análisis que no ha deja de que con la expansión imperialista europea
do de desarrollarse cuantitativa y cualitati todo el mundo se transforma por primera vez
vamente hasta nuestros días. Esto depende en un sistema interdependiente), y que tiene
evidentemente del hecho de que en los últi su fundamento en último término en el hecho
mos decenios del siglo xix (especialmente de que el i. aparece como contradictorio res
una vez terminados los procesos de unifica pecto del principio de la autodeterminación
ción italiana y alemana en 1870) se inició una nacional establecido por la revolución fran
fase histórica caracterizada por una especial cesa y reafirmado por la revolución soviéti
intensidad y calidad de los fenómenos impe ca. Es en efecto significativo que las teorías
rialistas. En efecto, entre 1870 y el estallido del i. estén en su gran mayoría orientadas des
de la prim era guerra mundial tuvo lugar la de un punto de vista contrario al i. y la mis
repartición casi completa de Africa entre los ma expresión "i." haya ido adquiriendo veloz
estados europeos y la ocupación (con p arti mente, después de haber surgido con una con
cipación del Japón y en menor escala de Esta notación positiva, un significado generalmen
dos Unidos) de amplios territorios de Asia, te negativo —interrum piendo de esta forma
que quedaron subordinados a la influencia una tradición histórica en la que la expresión
europea (China, Persia, imperio otomanoj. "imperio", de la que deriva la de "i.”, tenía
Concluida esta fase, entre 1914 y 194.3 se también un significado positivo, entendiéndo
desarrolla el i. particularm ente agresivo de se entonces (como puede verse, por ejemplo,
Alemania, que intenta dos veces alcanzar su en el De monarchia de Dante Alighieri) como
hegemonía en Europa; del Japón, que inten sinónimo de paz internacional.
ta hacer lo mismo en Asia; de la Italia fascis Una vez establecido esto, procederemos a
ta, que ocupa el último territorio indepen enum erar los puntos esenciales de las prin
diente de Africa (Etiopia) e intenta llevar a cipales teoría*, del i., las cuales se pueden cla
cabo, en una posición de alianza subordina sificar en cuatro grupos básicos: las teorías
788 IM P E R IA L IS M O
2. La teoría leninista del imperialismo. La ico- los monopolios no puede limitarse dentro de
ría marxista más aceptada generalmente no los confines del estado. El "capital financie
es la del subconsumo, sino la más ortodoxa ro". fruto de la f usión entre capital bancario
de Lenin. La hipótesis central de la teoría de y capital industrial, intenta asegurarse el con
Lcnin no se basa en el empobrecimiento del trol de las materias prim as y de los merca
proletariado y su incapacidad de consumir, dos en escala mundial. Antes o después diver
sino que se refiere a la baja tendencial de la sos intereses entran en conflicto entre ellos.
tasa de ganancia. Las finanzas monopolistas, El mundo se divide en áreas de influencia de
en las fases más avanzadas del capitalismo, los diversos monopolios, o bien, lo que es lo
se ven obligadas a explotar el mercado mun mismo, de los diversos gobiernos. Una vez que
dial entrando en conflicto con otros grupos la división del mundo en áreas de influencia
financieros que intentan hacer lo mismo, ya se completa, crece la tensión entre los dife
que los beneficios que se consiguen del m er rentes grupos y la guerra se hace inevitable
cado interno tienden a desaparecer. La ha ja tarde o temprano, abriéndose asi la posibili
de la tasa de ganancia, en la teoría marxista, dad de desencadenar la revolución socialista.
se explica grosso modo por la creciente com Como ya hemos señalado, la doctrina leni
petencia entre los capitalistas. Esta ley del nista del i. es la más difundida entre los par
mercado ohliga a invertir grandes capitales tidarios del marxismo, y todavía hoy, con
en maquinaria cada vez más perfeccionada algunas añadiduras, ocupa un lugar esencial
para vencer a la competencia. Pero si ésta res en tal orientación y especialmente en la doc
ponde al desafío, muy pronto las nuevas trina política oficial de los países de régimen
máquinas serán obsoletas y será necesaria su comunista. Las razones por las que ésta ha
renovación si no se quiere perder. Esta lucha sido casi siempre preferida en relación con
sin tregua disminuye los beneficios de los la de Luxemburg se pueden resum ir sustan
capitalistas v de vez en cuando puede llevar cialmente en las siguientes tres consideracio
a un aumento temporal de la tasa de salario, nes. En primer lugar, la teoría leninista, al no
ya que los capitalistas están dispuestos a estar fundamentada en la hipótesis del empo
pagar más a los trabajadores para acaparar brecimiento creciente del proletariado, pare
los. Además, a largo plazo (aunque este aspec ce ser más cercana a la realidad histórica, la
to del análisis de Marx no es retomado explí cual ya en tiempos de Lenin, pero sobre todo
citamente por Lenin), sustituyendo en una en los años posteriores, ha contradicho tal
escala cada vez más amplia con máquinas (el hipótesis de una manera cada vez más inequí
capital constante) a la mano de obra (el capi voca. En segundo lugar, Lenin supo criticar
tal variable), se restringe la misma fuente de de manera convincente a Luxemburg acerca
la que se deriva el plusvalor (siendo solamente del hecho de que los intereses imperialistas
el trabajo vivo el que produce un nuevo valor). no se refieren sólo a los países subdesarro
La creciente e inevitable mecanización de la llados, sino también a áreas altamente capi
producción provoca por otro lado la concen talistas. Las guerras entre Francia y Alema
tración de ésta en pocas manos. A medida que nia por la conquista de Alsacia y Lorena son
el capitalismo se desarrolla se pasa de la for un claro ejemplo de ello. En tercer lugar, el
ma de mercado competitivo a la monopolis análisis de Lenin, aun habiendo sido formu
ta. Unos pocos individuos, que se pueden lado como el de Luxemburg en una época en
reducir incluso a uno, controlan conjuntos que la forma más usual del i. era el colonia
enormes con miles de trabajadores. Esta es lismo, al ser más elástico, tiene una mayor
la fase más avanzada del capitalismo. capacidad para acoger en su propio ámbito
Naturalmente, con el crecimiento y el refor explicativo fenómenos imperialistas distintos
zamiento de los monopolios se desarrolla de los de la expansión colonial o de las gue
también la tendencia a controlar el gobierno rras coloniales entre potencias imperialistas
del estado por parte del poder económico. La producidas por la misma expansión colonial.
política nacional no es otra cosa que el resul Por lo general este análisis, con algunas aña
tado de esta influencia. En esta fase del desa diduras, se ha podido aplicar al fenómeno del
rrollo capitalista, dada la organización de la ncocolonialismo, típico del periodo posterior
producción en escala mundial, la actividad de a la segunda guerra mundial, o sea a sitúa-
7<¿U IM P E R IA L IS M O
dones en las que los países explotados tienen cer mundo responde, por una parte, a la exi
un gobierno independiente, al menos formal gencia de obstaculizar la extensión del área
mente. de los estados explotadores. socialista (lo que explica la superación de los
conflictos interimperialistas y la duradera
3. El "capitalismo monopolista" de liaran y aceptación por parte de los países capitalis
Sweezy. Ante los nuevos datos surgidos en la tas del liderazgo del más poderoso de ellos
última posguerra (sobrevivencia del capitalis y también las ventajas económicas que ello
mo a pesar de la descolonización v consoli comporta), es por otra parte funcional al desa
dación de un bloque de estados socialistas, el rrollo de la sociedad opulenta.
subdesarrollo v el neocolonialismo. el papel Por lo que respecta al problema del subde
de Estados Unidos en esta nueva fase del sarrollo, esta teoría sostiene (retomando una
imperialismo), muchos investigadores m ar linea de pensamiento que se ha desarrollado
xistas (o mejor “neom arxistas”) han sentido ampliamente en la ultima posguerra por obra
la exigencia de construir una nueva teoría en de numerosos investigadores m arxistas y no
lugar de intentar mantener a toda costa el marxistas) que la explotación de los países
planteamiento conceptual elaborado por atrasados se ha podido llevar a cabo, no obs
Lenin (o por Luxemburg). Entre ellos cabe tante haber logrado su independencia, porque
señalar especialmente a los economistas nor éstos han continuado insertos en el sistema
teamericanos Baran y Sweezy, cuya intención mundial capitalista, dominado por los países
declarada es superar la teoria de Lenin. toda capitalistas más fuertes y por las grandes
vía demasiado vinculada a una economía de empresas transnacionales (que son las expre
tipo competitivo, y la construcción de un siones más típicas de la actual fase de desa
modelo teórico que considere más explícita rrollo del capitalismo monopolista). El siste
mente la economía monopolista como el prin ma capitalista, dominado por la búsqueda de
cipal factor que mueve al i. La parte más inno la ganancia, asi como tiende de manera orgá
vadora de esta teoría (que ha sido elaborada nica a producir desequilibrios sociales y terri
teniendo como objeto central de estudio la toriales dentro de los estados capitalistas,
economía norteamericana) respecto a las tesis hace lo mismo y con menos obstáculos en el
de Lenin es la que se refiere al militarismo. plano mundial, obviamente con perjuicio de
Según estos autores, uno de los principales los países más débiles y pobres, los cuales,
usos del “excedente” (nuevo concepto intro careciendo de un adecuado poder de contra
ducido por ellos en lugar del concepto clási tación en el plano internacional, son cada vez
co de plusvulor, que yu no es adecuado en su mas pobres. La única alternativa valida para
opinión a las condiciones del capitalismo ellos es salir del sistema mundial capitalista
monopolista) está representado por los gas a través de la guerra revolucionaria y crear
tos militares. Estados Unidos no habría podi una economía socialista. En la medida en que
do tener en la última posguerra un desarro se produzca y se vaya extendiendo, será
llo económico tan rápido y de dimensiones menor la posibilidad, por parte de las metró
tan impresionantes si no hubiera empleado polis capitalistas, de exportar sus contradic
gran parte de su presupuesto en armamen ciones por el mundo, y por tanto la supera
tos. Dichos gastos permiten tener ocupada en ción revolucionaria del capitalismo volvería
servicios militares directos e indirectos (sec a la orden del día también en ellas.
tores productivos que trabajan para la defen Para concluir, conviene recordar que en
sa) una gran parte de la población que de otro una reelaboración reciente del análisis de
modo seria improductiva. Además, los gastos orientación marxista del i., en la que ha
m ilitares son un instrum ento bastante efec desempeñado un papel im portante Sweezy,
tivo para favorecer el desarrollo tecnológico, existe un esfuerzo por explicar, con base en
ya que gran parte de las invenciones mas las categorías de origen marxista, el fenóme
importantes, usadas después en el sector civil, no del i. soviético. Después de la invasión de
proceden de la actividad de investigación de! Checoslovaquia, que ha hecho más difícil a los
sector militar. Como consecuencia, si la polí investigadores marxistas no subordinados a
tica norteamericana de contención de la la ideología oficial soviética negar la existen
URSS y de presencia político-militar en el ter cia de aspectos imperialistas en la política
IMPERIALISMO 791
exterior soviética (ya sea en el sentido de la ción las tesis de los máximos teóricos de la
imposición por la fuerza de su propia volun socialdemocracia histórica. Entre éstos cabe
tad a los estados satélites, ya sea en el senti mencionar sobre todo a Kautsky (con el cual
do de su explotación económica), Swee/.y y concuerda .sustancialmente Hilferding, aun
utros han abierto una nueva linea de reflexión que sus tesis acerca del capitalismo financie
basada en la tesis de la restauración del capi ro constituyan uno de los ingredientes fun
talismo en la URSS, y por lo tanto de las ten damentales de la teoría leninista del i.), que
dencias imperialistas propias y orgánicas de sostiene, en contra de la tesis de los marxis
tal sistema económico-social. tas revolucionarios sobre la inevitabilidad de
las guerras imperialistas entre países capita
III LA INTERPRETACIÓN SOCIAl.DEMOCRATA DEL IMI'E listas. que el i. agresivo constituye no una fu.se
r ia u s m o . Al hablar de interpretación sucial- necesaria, sino una política del capitalismo,
demócruta del i., se pretende establecer una la cual puede ser sustituida por una política
orientación interpretativa cuyos elementos "ultraim perialista", que implique la colabo
característicos son: a] el rechazo (común a ración pacifica entre las potencias capitalis
todas las teorías no marxistas del i.) de la tesis tas (lo cual, por lo demás, es más convenien
acerca del nexo orgánico existente entre i. y te, ya que el i. agresivo representa unos cos
capitalismo, de la cual se deriva que sólo con tos mayores que sus beneficios) en la organi
la superación radical de este sistema econó zación del mercado mundial y en la inserción
mico-social es posible eliminar el i. y las gue en el mismo de los países que están todavía
rras; b] la convicción de que las tendencias fuera de él. Esta política no eliminaría la ten
imperialistas existentes en el capitalismo (y dencia de los países capitalistas a repartirse
que se pueden aliar con tendencias imperia los países atrasados, sobre todo los que apor
listas derivadas de grupos sociales precapi- tan materias primas, y a explotarlos, ya que
talistas, como por ejemplo las castas milita la tendencia a la explotación de los países
res) pueden ser eliminadas a través de refor atrasados es estructural en el sistema capi
mas democráticas y reformas económico-so talista —y Kautsky desarrolla al respecto
ciales. tesis que anticipan las modernas teorías del
Sentada esta premisa, puede integrarse a subdcsarrollo, o sea una reflexión que los
esta orientación al exponente de la teoría m arxistas revolucionarios contemporáneos
anteriormente mencionada del subconsumo, han profundizado menos, ya que partían del
Hobson, aunque en el plano ideológico deba presupuesto de que el capitalismo estaba a
catalogarse como liberal-demócrata más bien punto de ser completamente sustituido por
que como social-demócrata. En efecto, ha la revolución socialista— y tal explotación
ejercido una notable influencia en los ambien solamente puede ser superada a través de
tes de la iz.quicrda no marxista, especialmente reformas socialistas dirigidas a introducir un
en los partidos socialistas anglosajones, for control político cada vez. mayor del desarro
mulando a principios del siglo xx la tesis llo económico en función de los intereses
según la cual para curar la plaga del subcon generales (economía mixta, programación,
sumo de las clases populares, con sus impli etc.). El ultraim perialism o eliminaría sin
caciones imperialistas vinculadas a la inves embargo la ruinosa conflictividad entre las
tigación espasmódica de mercados exteriores potencias capitalistas, y por lo tanto la carre
donde vender e invertir, se debe llevar a cabo ra de armamentos y las guerras, ya sea a cau
una política de reformas económico-sociales sa del reparto de las colonias o esté dirigida
dirigida a aumentar, en el marco de una eco a la expansión territorial en la misma Euro
nomía capitalista competitiva y librecambis pa. Ello constituiría una situación bastante
ta. integrada sin embargo a la función deci más avanzada respecto de la lucha por el
siva del gasto público, la capacidad de con socialismo, y la clase obrera tiene pues inte
sumo de los trabajadores que permita el cre rés en favorecer una evolución en este senti
cimiento constante y la regular absorción de do mediante una política que favorezca las
la producción, sin tener que recurrir a la tendencias más pacificas del capitalismo, que
expansión imperialista. debilite el militarismo (el cual refuerza las
Obviamente se encuentran en esta orienta tendencias imperialistas del capitalismo) y
792 IMPERIALISMO
cia, como la guerra y la expansión imperia es al mismo tiempo el más importante país
lista. canalizándolas y dirigiéndolas hacia una capitalista y el que no ha tenido prácticamen
racional y pacífica competencia económica en te una tradición colonial. Además esta inter
el mercado y favoreciendo sobre tal base la pretación ha inspirado una visión muv difun
afirmación de procedimientos democráticos. dida en los ambientes liberales por la que.
Dada tal tendencia del capitalismo, el hecho partiendo del nexo "pleno desarrollo del capi
de que se manifiesten fenómenos muy rele talismo y del sistema liberal democrático-su-
vantes de política imperialista en el ámbito peración del i.”, tiende a considerar la políti
de la civilización capitalista no se puede expli ca soviética como la forma más relevante, si
car más que como consecuencia de la perma no la única, de i. en la segunda posguerra, y
nencia en dicho ámbito de actitudes psicoló establece un nexo orgánico entre el i. y la
gicas y culturales asi como de intereses con alternativa colectivista totalitaria respecto al
cretos de origen y naturaleza precapitalista, sistema democrálico-pluralista fundado en la
los cuales manifiestan su influencia a través economía de mercado. Finalmente pueden
del poder político, dirigiéndolo precisamen en trar dentro del planteamiento schumpete-
te hacia una política imperialista contradic riano (aunque vinculados con la teoría del so-
toria respecto a la lógica del capitalismo. cial-imperialismo) los análisis del i. norteame
Concretamente Schumpeter llama la aten ricano que se refieren al así llamado comple
ción sobre las pasiones nacionalistas irracio jo m ilitar industrial.
nales difundidas en amplios estratos de la opi
nión pública de los países europeos y deriva V, I A INTERPRETACION DEL IMPERIALISMO SOBRE LA
das del lastre histórico de las incesantes BASE DE 1A TEORIA DE 1A RAZÓN DE ESTADO. Entran
luchas por el poder que se produjeron en dentro de esta línea interpretativa los análi
Europa en los pasados siglos. Y sobre todo sis del i. surgidos en el ámbito de las corrien
pone en evidencia la orientación acentuada tes más modernas de la tradición de pensa
mente belicista y filoimperialisia de las cas miento referente a la teoria de la razón de
tas militares y feudales asi como de amplios estado, en especial a la doctrina alemana del
sectores de las burocracias de los estados con estado-potencia (cabe mencionar al respecto
tinentales europeos. Estos grupos sociales, a Paul Rohrbach, Max Weber, Otto Hintze,
que se han constituido o consolidado en el Hermann Schumacher) y sobre todo a la
periodo del absolutismo y de sus continuas corriente federalista (Lionel Robbins, Lord
guerras de conquista, son todavía bastante Lothian. Luigi Einaudi, Ernesto Rossi, Altie-
fuertes en la época capitalista y contribuyen ro Spinelli, Ludwig Dehio, Mario Albertini).
de modo decisivo a determ inar el empuje El elemento distintivo de esta orientación lo
imperialista, no por un interés económico constituye la tesis de la autonomía de la polí
dirigido a la expansión territorial, sino por tica exterior respecto de las estructuras inter
que esta política justifica el mantenimiento nas de los estados, la cual se contrapone a la
y reforzamiento de enormes aparatos milita tesis de la primacía de la política interna res
res y burocráticos, o sea la base material de pecto a la externa, que constituye en cambio
su poder, de sus privilegios y de su prestigio. el fundamento teórico común de las orienta
Establecidas en dichos términos las raíces del ciones interpretativas precedentes y es un ele
i.. Schumpeter puede llegar a la conclusión mento característico del internacionalismo.
de que "el i. es un atavismo" y confiar por tan En resumen, mientras que para estas inter
to en su superación progresiva como conse pretaciones el i. deriva fundamentalmente de
cuencia del pleno desarrollo del capitalismo. las estructuras internas políticas y económi
Esta interpretación del i. ha tenido mucho co-sociales de los estados y sólo puede supe
éxito en los ambientes liberales, y sobre todu rarse transformando tales estructuras (obvia
en los liberal-conservadores norteam erica mente en direcciones distintas según los
nos, ya que. poniendo completamente entre diversos puntos de vista), la orientación que
paréntesis la problemática del i. informal y estamos examinando ve en definitiva en el i.
por tanto la de la explotación neocolonial de una consecuencia de la estructura anárqui
los países atrasados, se adapta perfectamen ca. por estar fundamentada en la soberanía
te a la imagen ideológica of icial de un pais que estatal absoluta, de las relaciones internacio
744 IMPERIALISMO
nales —lo cual no excluye que el bonapartis al periodo comprendido entre 1870 y 1945 y
mo (v. bonapartismo) pueda ser un factor con los correspondientes al ultimo periodo pos
comitante importante de la política de poder bélico.
y del i. La anarquía internacional establece
entre los estados, cualquiera que sea su sis 1. El imperialismo entre IH70 y 1945. El fac
tema económico-social y su régimen político, tor decisivo sobre el que se llama la atención
la ley de la fuerza, traduciendo por ello ine para explicar el i. en este periodo, en el que
xorablemente la diversa distribución del tienen un papel decisivo las potencias euro
poder entre los estados en un dominio de los peas y, en el contexto asiático, el Japón, en
más fuertes sobre los más débiles y por tan donde se pasa del colonialismo a los intentos
to en la posibilidad de explotación económi hegemónicos de Alemania v de Japón, es la
ca de los primeros hacia los segundos, empu crisis del estado nacional. Con este concepto
jando por otra parte a los estados, especial (que ha sido elaborado sobre todo por la
mente a las grandes potencias, a reforzar corriente federalista, a la que se hará referen
incesantemente por exigencias de seguridad cia principalmente, pero que también se fun
la prupia potencia incluso a través de conquis da en las contribuciones de los teóricos ale
tas territoriales, apenas se presente la ocasión manes del estado-potencia, los cuales han lle
y la posibilidad, evitando al mismo tiempo la gado a justif icar sobre esta base el i. alemán)
intervención de las potencias competidoras. se pone en evidencia en prim er lugar la con
En esta situación la única forma de eliminar tradicción que se ha ido manifestando desde
de raíz el i., asi como en general las guerras, finales del siglo xix entre las dimensiones de
es (como afirma la corriente federalista: v. los estados nacionales europeos (y esto vale
razón de estado, iv) la superación de la anar también en cierta medida para Japón) y las
quía internacional mediante una constitución exigencias del desarrollo productivo, las cua
federal mundial, la cual sustituya la política les como consecuencia de la puesta en m ar
de potencia por la protección jurídica de la cha de la producción de musa requerían mer
independencia de las naciones. cados de dimensiones continentales. La con
La tesis referente al nexo entre i. y anarquía dición fundamental que ha hecho posible la
internacional (que ha recibido infinidad de manifestación y el progresivo agudizarse de
confirmaciones desde la experiencia históri esta contradicción ha sido detectada, desde
ca, lo cual pone en evidencia la continuidad finales de los años setenta, en el predominio
de la política de potencia y del i., aun habien de la tendencia a un creciente proteccionis
do cambiado los contenidos económicos y mo económico. De ello se deriva el peligro de
sociales, más allá de las más radicales trans ser excluidos cada vez más de los mercados
formaciones de las estructuras internas de los externos y, ul faltar la voluntad politica de
estados) indica un aspecto esencial de los poner en marcha formas de integración
fenómenos imperialistas, aunque en un sen supranacional, ya que los estados nacionales
tido muy general, lo cual por sí solo no per europeos estaban en la cima de su fuerza y
mite una comprensión adecuada de tales fenó no existía por tanto un espacio real para una
menos en su concreta determinación históri politica de limitación de la soberanía, preva
ca, por cuanto prescinde de los contenidos leció la tendencia a asegurar el control polí
económico-sociales específicos de las relacio tico directo o indirecto de un territorio lo más
nes interestatales y de las configuraciones amplio posible, o sea a extender el área de
concretas del sistema de los estados. Sin protección (que los teóricos alemanes definen
embargo, esta tesis aporta la base indispen como “espacio vital”), eliminando el protec
sable para una teoría general del i., o sea apli cionismo de cualquier otro. De aquí la razón
cable, con los debidos ajustes, a contextos his económica fundamental del abandono, inclu
tóricos distintos de los del i. moderno, con lo so por parte de la Gran Bretaña (la cual, sien
cual la explicación de los fenómenos del i. en do librecambista hasta 1931. retoma la expan
su especificidad se fundamenta en ulteriores sión colonial en grande para mantener lo más
determinaciones. Para reconstruir de mane amplio posible el territorio sustraído a las
ra adecuada este desarrollo del análisis, con políticas proteccionistas practicadas por los
viene distinguir entre los análisis referentes otros estados), de la tendencia al i. informal
IMPERIALISMO 795
que se había manifestado claramente en la dos de un estado federal. Esto significa que
época del libre intercambio. Se comprende así la condición institucional que hace posible
la razón económica de la agresividad especial operar efectivamente a dichos factores (a los
de la política imperialista llevada a cabo por que se añaden otros importantes: la exigen
estados como Alemania, Italia y Japón, en los cia de desarrollar sectores económicos de
que el problema de las dimensiones territo importancia estratégica según los fines de
riales demasiado restringidas respecto de las una política de potencia, aunque sean poco
exigencias del desarrollo económico era espe rentables desde un punto de vista estricta
cialmente grave por el retraso con que habían mente económico: la exigencia de defender el
llegado a participar en la expansión imperia empleo o en general las políticas dirigidas a
lista formal o informal. De ello se deriva un afrontar las crisis económicas, las cuale* pro
evidente nexo entre las fases de agudización ducen generalmente desequilibrios con rela
de la política proteccionista y las fases de ción al exterior) en el sentido de introducir
expansionismo exasperado. el proteccionismo o exagerar la soberanía
Para entender mejor el alcance de esta linea estatal absoluta. Esta implica por una parte
interpretativa, conviene precisar que pone en la subordinación de las exigencias económi
claro un punto débil fundamental en todas las cas a la razón de estado y por otra significa
otras interpretaciones. En sustancia, los teó que no existe un poder soberano por encima
ricos anteriorm ente m encionados, aun de los estados, encargado de tutelar el inte
tomando en consideración el nexo entre pro rés común y teniendo por tanto el poder de
teccionismo e i. (Hilfcrding. Kautsky, Buja- impedir a los estados una tutela particularis
rin y el mismo Schumpeter hablan explícita ta de los propios intereses, destinada inevi
mente de tendencia a la expansión imperia tablemente a desencadenar represalias. La
lista del área protegida, para poder exportar incapacidad de detectar en la soberanía esta
libremente hacia ella mercancías y capitales), tal absoluta la raíz fundamental del protec
o sostienen que el proteccionismo es una con cionismo está estrechamente vinculada a las
secuencia necesaria de la fase monopolista limitaciones del punto de vista intem aciona
del capitalismo (Bujarin) o insisten, además lista que es el fundamento de los otros plan
de en dicho aspecto, en las exigencias para los teamientos. Estando en efecto dicho punto de
países relativamente atrasados por recuperar vista fundado en la tesis de la primacía de la
con el proteccionismo el retraso respecto de política interna, no pone en discusión la sobe
la Gran Bretaña (Hilferding), o señalan la ranía absoluta, sino que tiende a considerar
necesidad pura los estados capitalistas de la como un dato natural inmodificable (o.
crear para si áreas reservadas, precisamen como en el caso de Kautsky. tiende a ver en
te mediante el proteccionismo, lo rnás la afirmación de los vínculos federales entre
amplias posible para poder resolver el pro los estados una consecuencia casi autom áti
blema de la realización del plusvalor (Luxem ca del reforzamiento de las tendencias socia
burgo o en definitiva hacen derivar el protec listas dentro de los estados, y no como el fru
cionismo de las presiones en este sentido de to de una acción política deliberada y especí
las castas nobles y militares prccapitulistas ficamente dirigida hacia tal objetivo), y por
(Schumpeter). De este modo se olvidan de la tanto se llega a no tomarlo en consideración
raíz fundamental del proteccionismo, que es como el factor decisivo del proteccionismo y
la soberanía estatal absoluta. Precisamente del i. Este obstáculo ideológico está ausente
esto es lo que punen en evidencia los teóricos en cambio entre los teóricos de la corriente
de la corriente federalista, los cuales llaman federalista precisamente porque ellos cues
la atención sobre el hecho de que las mismas tionan prácticamente la soberanía absoluta.
tendencias anteriormente indicadas, si están Sobre esta base, éstos entre otros han podi
formadas efectivamente por factores que lle- do poner en evidencia que el i. no está vincu
\an al proteccionismo, con todas sus conse lado orgánicamente al capitalismo, si bien es
cuencias, en el plano internacional, no pro verdad que en este contexto histórico concre
ducen en cambio consecuencias anulogas en to han desempeñado un papel decisivo los
las relaciones entre las diversas regiones de intereses capitalistas, los cuales (junto con
un estado unitario y entre los diversos esta otros intereses, comprendidos los de grupos
796 IMPERIALISMO
Gemianía e la política mondiale del xx secolo estado, en medio para definir un momento
(1956), Milán, Cnmunitá, 1962; L. Kinaudi, La gue superior de cohesión y unificación respecto
rra e 1'nniia europea, Milán, Cumunitá, 1948: O. de las entidades regias o principescas que no
Hintze, Sicuii und Verfassung, Gotinga, estaban dispuestas a fusionarse, en organiza
Vandenhoeck-Ruprecht, 1970; L. Levi. Cris i del- ción de poder absoluto en un aglomerado
lo stato nazionale. intemazionalizz/izione del pro social para la conquista de espacios territo
ceso produttivo c inlernazionalismu upe raía, riales. Un instrum ento que ha reproducido,
Turín, Tirrenia, 1976; Lord Luthian, II pacifismo hasta en el nombre, la experiencia romana,
non basta (1935), en M. Albertini, Federalismo e a la que se refería como modelo perfecto, pero
stato federóle, Bolonia, II Mulino, 1979; S. Pis- de la que, en general, reproducía, digamos,
tone, Política di potenza e imperialismo, Milán, más los vicios del segundo periodo que las vir
F. Angelí, 1973; L. Rubbins, L’economia pianifi- tudes unificadora.1! del primero.
cata e l'ordine internazionale (1937), Mitán. Riz- Una tendencia común típica de todos los
zoli, 1948; L. Rohhins, Le cause economiche delta modelos de i. en Europa (romano, germánico-
guerra (1939), Tunn, Einuudi, 1944; P. Ruhrbach, feudal, bizantino-ruso), exceptuando tal vez
Dcutschland linter den Weltvolkem, Dresde, Ver- al carolingio por las condiciones desespera
lag "Das grossere Dcutschland”, 1903; E. Rossi, das en que tuvo que actuar casi inmediata
[.'Europa de domani. Lugano, 1944: J.R. Seeley. mente, fue ciertamente la de desarrollar pro
L'espansione deH'Inghilterra (1883). Bari, Later- gresivamente el podei del imperator en su
za, 1928; A. Spinelli y E. Rossi, Prublemi delta interior y los impulsos expansionistas hacia
Federazione Europea, Roma, MFE, 1944; D. Velo, el exterior; de ahí se deriva la consecuencia
La crisi económica internazionale e l\alternati de que, en el i., el em perador trataba de for
va europea. Aspelti mondan e finanziari, Milán, talecerse cada vez más a expensas de la rea
Giuífré, 1976: M. Weber, El estado nacional y la leza subordinada y tendía cada vez mas. con
política económica alemana (1895), en Escritos el paso del tiempo, a proponer un fuerte
políticos, a cargo de J. Aricó, México, Folios, impulso expansionista hacia el exterior para
1982. voi. I. corregir e integrar los limites de la constitu
ción imperial y encontrar, en la conquista, la
[SERGIO PISTOSE] continua confirmatio del poder, los nuevos
motivos de consenso popular que los órganos
de representación o de opinión de los diver
sos grupos sociales ya no expresaban.
imperio La aplicación del modelo romano y, en la
práctica, sobre todo la del romano tardío o
I. CARACTERISTICAS GENERALES. Por m á s diversos constantiniano, tut o consecuencias comunes
que hayan sido en la historia de Europa y de! precisas para la concepción del poder impe
mundo cristiano en general los modos y las rial: ante todo, y sobre todo, la unicidad. A
formas de administración del poder político pesar de que también en la era romana este
a titulo personal o de grupos restringidos (r. modelo solo fue un dato parcialmente logra
monarquía, señorío.*, y principados), no hay do. con la progresiva bifurcación de las duae
duda de que el modelo mas completo y desa partes coniunctissinti Jmpcrii desde el siglo
rrollado fue el i. Como modelo típicamente i\ en adelante, se convirtió en un hecho com
romano, tanto por la forma como por el con probado que todos los i. siempre quisieron
tenido. el i. representó una sugestión perma presentarse como un unicum, como un cen
nente para todos aquellos regímenes y orde tro coordinador de toda la humanidad o (con
namientos que. habiendo llegado a un deter creta y conscientemente) de toda aquella par
minado momento crítico de su desarrollo, se te de la humanidad que reconocía idénticos
dedicaron a buscar y a definir su superpoder motivos étnicos y político-culturales de fon
legal y centralizado!' dentro de ellos mismos, do: esto puede decirse del i. bizantino, gestor
con el objeto de superar sus dificultades. \ titular del helenismo y del cristianismo
El i. se convirtió poco a poco en un instru oriental, puede decirse del Sacro i. romano
mento para conciliar realidades políticas en para la cristiandad occidental, y puede decir
oposición creciente y divergente dentro del se también del i. ruso para el mundo eslavo.
800 IMPERIO
Asi como Augusto hahia sido el único jefe, en la concepción bizantina y en la del i.
la única guía del urbis romanas, asi también romano-germánico restaurado, en las que,
el Basileus debia serlo de todo el mundo "civi finalmente, la sublimidad de la idea imperial
lizado” oriental de lengua y cultura griegas, parecía sustituir la sustancial fragilidad,
el piissimus Augustas germánico de la Sáne debilidad o semiinexistencia de poder real.
la romana respublica, el z.ar de todo el mun Omnis potestas a D eo.. . . y por lo tanto de
do eslavo-oriental después de la caída de Dios provenía ante todo y sobre lodo la pri
Constantinopla. Sólo hasta la época napoleó mera de las potestades mundanas, la corona
nica y la ruptura definitiva del mundo medie imperial que estaba preordenada para salas
val se entra en una era de competencia para et bonum animarum de todos los cristianos.
lela y de no unicidad aun conceptual de i. De Como titular de un poder único y eterno, el
este modo la fórmula designa sólo un tipo par emperador estaba revestido también de la
ticular importante de estado (i. de los fran más alta dignidad sobre la tierra: ningún
ceses. de Austria, de Alemania, de todas las poder mundano hubiera podido competir con
Rusias, etcétera). él.
La concepción de la perennidad del i. cons Estos datos complejos convierten al i. en
tituyó otra característica fundamental común una realidad particular y significativa para
a todos los modelos imperiales realizados la Antigüedad romana y para la edad medie
siguiendo todavía el ejemplo del romano. val y moderna, que no se cansan de repetir
Perennidad que estaba unida al concepto de la. Por la capacidad que siempre tuvo el
continuidad y de necesidad: el i. se conside modelo imperial de adaptarse a los tiempos,
ró exactamente como instrum ento necesario nutriéndose de las diversas motivaciones tem
para la salvación de todo el mundo que se porales y sacras que la sociedad le iba pro
unia a él. y también llegó a considerarse ins porcionando. se presentó como instrum ento
trum ento concebido por Dios mismo para idóneo para organizar (o tratar de organizar)
este fin, elemento esencial y exclusivo de sal sociedades todavía ampliamente unitarias y
vación espiritual y temporal, guía única y ple en trabajo de desarrollo.
na, perfecta y por lo tanto permanente. Instrumento que no pudo mantenerse más
Esto provenia claram ente de la perspecti que en épocas de contenidos culturales y
va y de la doctrina cristiana: Dios había con sociales precisos, y que de hecho sólo rebasó
cedido a los romanos el i., primero para la los límites de su propio tiempo para desna
difusión y luego para tutela de su religión turalizarse. Permaneciendo, si acaso, como
revelada. El i., que al principio era hostil, se mero "imperialismo" de potencia, muy arrai
había convertido en el defensor y casi en el gado en nuestro tiempo a pesar de la inexis
depositario de la nueva religión, de tal modo tencia de su modelo formal.
que la permanencia de la religión exigía la
permanencia misma del i., de la esencialidad II. LOS DOS MOMENTOS DEL IMPERIO DE ROMA. Las TUÍ-
de la religión se derivaba la esencialidad del ces del éxito de la fórmula imperial deben
i., la perpetuidad de la religión conducía a buscarse en plena era romana, con la consti
deducir la perpetuidad del i. mismo. Precisa tución del “ principado” de Augusto, unos
mente como decían muchos documentos treinta años antes del nacimiento de Cristo.
medievales, .. ./n perpetuum valiturum ... Revestido varias veces dél consulado, y des
De ahí se deriva también la otra concepción pués de manera estable de la tribunicia potes-
común de la sublimidad del i.: durante la era tas y del Impcrium proconsulare maius, ade
romana, prim ero el princeps v luego el domi más de haber recibido, después del año 1 2 a.
nas estaban rodeados del esplendor y de la c., la suma autoridad pontificial, el "buen
dignidad viva y sustancial del Imperum popa- Augusto” sólo era formalmente el primero
li romani. La justificación primero mundana entre los magistrados romanos de la antigua
y luego religiosa dada en el mundo romano constitución municipal.
de la perennidad del i. contenía en si la suma Como lo dice él mismo —y tal vez mejor que
dignidad de oficio y función del que cubría cualquier otro— en las Res gesta: "[.. .]auc-
ese cargo. Concepto que se acrecentaría, en tórnate ómnibus prestid, potestatis untan
lugar de debilitarse con el paso del tiempo. nihilo amplius hahui quam ceteri qui mihi
IMFEKIO «01
quoque in nwgistratu conlegae fuerunt[. . .]" los cultores de lo nuevo y los representantes
Superior en autoridad, se declaraba igual a de la tradición, constituyó indudablemente
sus "colegas" de magistratura (cónsules, pro una operación política perfecta y una sólida
cónsules, etc.). La fórmula que mejor expre base para todos los endurecimientos que ven
sa la realidad constitucional de Augusto es la drían después.
de princeps, de "prim ero" en la República, lo La administración monocráticn del desme
que sin embargo es ya una forma anticonsti surado i. romano, como es sabido, se fue acen
tucional o por lo menos aconslitucional, pues tuando y estuvo acompañada constantem en
to que una República no puede estar regida te de una política de expansión externa que
bajo la initio de un princeps sin una sustan hicieron coincidir verdaderamente los confi
cial disminución y limitación de autonomía nes del i. con los del mundo conocido; esto
y poder. sucedía mientras la decadencia progresiva de
Esto fue de lo que se trató en realidad: y la sociedad itálica y q u in ta n a iba debilitan
el compromiso de Augusto entre el partido do cada vez más una de las columnas sobre
democrático vencedor y la parte senatorial las que se levantaba el compromiso de Augus
depositaría de los valores tradicionales del to. La crisis económica acompañada por la
estado romano contenia ya in nuce todo el gravísima crisis política del siglo m favore
desarrollo imperial y absolutista posterior. ció la transición a la fórmula del i. absoluto,
Por lo demás, Augusto adquirió para sí y la misma fórmula que se transm itiría a la
sobre sí un título mayestático preciso, con la Edad Media.
simple e inconveniente fórmula de Imperalor Como dominus legihus solutus, en sentido
Caesur Auguslus que debía encerrar todos los pleno, el Augusto, desde Constantino en ade
desarrollos y las aspiraciones definitorias lante, circundado del fausto y distinguido con
posteriores. títulos cada vez más pomposos, dominus del
De hecho, Augusto, jefe del poder m ilitar i. en el sentido más pleno, con el senado redu
que provenía de la tradición cesariana, fue cido a mera cám ara de trasmisión de las
inmediatamente el titular de poderes amplí directivas del príncipe, con tuda la legislación
simos en todas las provincias no senatoria resumida en las Consiiluiiones principis (de
les, objeto de culto v divinización en Egipto, ahí el apelativo de era de la codificación), con
depositar o. aun en la urbe y en el antiguo la plena aceptación de un sistema de sucesión
mundo romano, del poder de intercessio, es dinástico, representó cada vez más y mejor
decir de veto al acto de cualquier magistra el modelo de lo que las fuentes bizantinas
do citadino y provincial: tenía en sus manos definirían más tarde como el aulocrator, el
una aucloritas vastísima que ha hecho pen autócrata. Duro autócrata del que dependía
sar a los historiadores y a los juristas en una todo: desde el régimen fiscal hasta el militar,
diarquía particularísim a en Roma, entre el desde la fijación coactiva de los precios de las
ordenamiento republicano y el ordenamien mercancías hasta el sistema productivo, des
to principesco o (y es mejor) en una especie de la política internacional hasta las cuestio
de Initio, en una especie de poder de protec nes religiosas.
ción y guía ejercido por un estado "nuevo” Habiendo sido adversario del cristianismo
(el princeps, el "prim ero”, con sus funciona hasta el 313 d. c., el i. se fue haciendo poco
rios) sobre un estado “viejo” (representado a poco tolerante y más tarde se convirtió en
por la respublica romanorum, formalmente protector de la nueva religión, llegando a con
intacta). vocar y presidir los primeros concilios ecu
Respecto de la civililas romana, Augusto ménicos (a p artir del de Nicea, en 325) y a
introdujo de hecho elementos nuevos: el Sena- transform arse en guía y brazo secular en la
tus y el populas romanas se fueron reducien lucha contra los paganos y los herejes. Defen
do ampliamente en el nuevo modelo princi sor de la iglesia romana y de la ortodoxia con
pesco. Modelo que precisamente por la saga tra la herejía romana y bárbara, el penúlti
císima contaminación entre lo viejo y lo nue mo y último i. se convirtió así también en el
vo, por el patente respeto a los poderes que modelo del estado cristiano, tutor de la ver
iba vaciando, por el sentido de tranquilidad dad reconocida v definida por el papa y el con
y de seguridad que fue capaz de difundir entre cilio, asegurándose la transformación que
802 1MPF.RIO
perpetuaría tan grande éxito ideal en la Edad nombre romano, titular de un poder popular
Media (r. también, principado; dominación). muy distinto en sus fines y en su contenido
del poder romano. Narra su biógrafo que el
tu. EL imperio medieval. A partir de 476 d. c., el nuevo Augusto de Occidente fue el prim ero
i. desapareció prácticamente de las tierras de en maravillarse de la escenificación que pre
Occidente, quedando vivo en Oriente con tendía hacer provenir del papa y del pueblo
características cada vez más acentuadas y romano el poder que sólo estaba preso en su
exclusivamente helénicas y bizantinas. Indu duro puño bárbaro. A pesar de ser anacróni
dablemente el i. conservó su unidad formal ca, la coronación de la navidad del 800 (o 799)
V de hecho se dieron disposiciones precisas tuvo consecuencias incalculables, precisa
a este respecto por lo menos en Italia, prime mente por el hecho osado y repentinamente
ro en tiempos de Zenón (enviado de Teodori- absurdo de unir el concepto de la imperiali-
co el Grande) y luego en tiempos de Justinia- dad romana con el esquemático dominio bár
no (guerra greco-gótica); pero la "transición baro. por el hecho de incorporar en la pers
a la barbarie” de muchos estratos de las pectiva todavía pragmática y popular de la
poblaciones románicas italianas y la reduci monarquía franca la concepción de un poder
da defensa que opusieron en el fatal 568 a la mayestático, absoluto y de origen divino (v.
penetración de los lungobardos pusieron de monarquía).
manifiesto lo que había quedado en concre Con ese titulo, el papado hizo de Carlomag
to de la antigua herencia romana en esas no un soberano muy distinto de lo que había
experiencias. sido antes, separó nuevamente a Occidente de
De hecho, el i., dividido en diversos regna Oriente y creó las prim eras premisas para el
romano-germánicos interesados en arrebatar regreso al i. en el orbe romano-germánico. Y
se la herencia territorial y estatal de Roma, al mismo tiempo se posesionó de manera esta
llegó a su ocaso en Occidente, donde no había ble del aspecto creativo del Augusto, unien
nada más alejado de la concepción de Augus do indefectiblemente su suerte a la del papa
to que el espíritu tribal y nacional de las do y del catolicismo romano.
diversas naciones germánicas. Todas ellas, Si Carlomagno y sus sucesores no fueron
muy alejadas del i., estaban arduamente durante muchísimos años otra cosa que sobe
empeñadas en la adquisición del concepto y ranos germánicos revestidos de un titulo
de la perspectiva del regnum. mayestático poco comprensible, con el tiem
Si en Occidente se conservaba algo del i. po las cosas cambiaron y la concepción que
como idea superior y supranacional, no dehia el em perador tenía de si mismo se modificó
buscarse en las cortes bárbaras, sino exclu sensiblemente. Las primeras escaramuzas se
sivamente en la curia pontificia, que estaba presentaron en el breve gobierno de Otón III
ocupada en defender su propia autonomía de Sajonia, hacia el final del siglo x. Sin
territorial recién lograda (Ducatus rumanas) embargo, el renacimiento romanista siguiente
de los bizantinos y longobardos y que aspi fue el que puso de manifiesto todos los fru
raba siempre a hacer resurgir una concepción tos de la restauración imperial intentada, jun
imperial que le asegurase al mismo tiempo to con el progresivo surgimiento del prima
la defensa temporal y la misión apostólica do en dignidad del emperador dentro de la
universal. sociedad feudal occidental y junto con la
Este hecho explica la aparentemente incom aceptación de su poder general —aunque ge
prensible reproposición de la idea y del con nérico— de guia y dirección: el emperador
cepto de i., en plena era germánica y por crecía en poder dentro del i. y se robustecían
medio de un soberano germánico: la absur sus características de sublimidad, unicidad
da coronación en el Vaticano por parte de un y necesidad.
papa como León III —que acababa de "librar Federico I de Suebia, llamado Barbarroja,
se" de las infamantes acusaciones que le fue el que por lo menos en algunos aspectos
había hecho la aristocracia rom ana— y en comprendió con mayor claridad la concep
favor de un "em perador” como Carlomagno, ción de la supremacía no sólo formal sino sus
totalmente ligado a la tradición germánica, tancial del emperador de la Respublica chris-
expresión de una sociedad todavía hostil al liana, y propuso nuevamente la figura de un
IMPERIO 803
casa de Austria y marcó también en su tota recientes— pero las cuales nos ponen ante la
lidad el agotamiento y la desaparición —in extrema patología de la institución.
cluso formal— de la idea imperial.
Desde ese momento, como es sabido, el i., BIBLIOGRAFIA E. Bussi, II tliríllt) pnhhlico del
que había quedado en manos de una rama de Sacro romano impero alia fine del VIH secuto,
los Habsburgo, no fue capaz de desarrollar Milán. Giuffré, 1957-1959. vuls. Mi; R.W. y A.J.
una función de dominio en la baja Alemania, Carlyle, II pensiero poli¡ico medievale (1903-
ni en la alta Italia, ni en parte de la cuenca 1909), Bari, Laterza, 1956-1968, vols. i-iv P. De
balcánica: i. todavía teóricamente único v solo Francisci, Arcana Imperii, Roma, Bulznni, 1970,
(con excepción de la experiencia de la casa de vols. i-ni; A. Dempf, Sacrnnt Imperinm: la filo
los Romanov que en Rusia se presentó bajo sofía della storia e dello stato nel Medioevo e nella
el título imperial [Caesar = zar] como conti rinascenza poli tica (1962), Messina-Milán, Prin-
nuadora tardía y abstracta del bizantinismo cipato, sf; G. De Vergotlini, l.ezioni di storia del
constantinopolitaño), formalmente siempre diritto italiano: il diritto pubblico italiano nei
excelso, permanente, necesario. En realidad, secoli xii-xv, Milán, Giuffré. 1960’. vol. i; F.
sólo era uno de tantos estados, algunos inclu Ercole, Dal comune al principato, Florencia,
so más fuertes que él, con una situación de Vallecchi, 1928; G. Falco, La Santa romana
parcelización y de desintegración interna que repuhhlica:profilo storico del Medio Evo, Milán-
los tratados de Westfalia (1648) definieron Nápoles. Ricciardi, 1950: H. Fichlenau. ¡.'impe
también de manera expresa y tajante. ro carolingio (1949), Bari, Laterza, 1958: P E.
Imperio ciertam ente todavía "sacro” y Schramm, Kaiser. Rom und Renovatio. Sindica
“ romano” en lo formal, pero en realidad, nnd Texte zur Geschichte des Romisclien Erneu-
como decía su nuevo titulo oficial, "de la rnngsgedankc rom Ende des karolingischen Reí
nación alemana”, definido cada vez de acuer dles biz znm Investilurstreit (1929), nueva ed.:
do con términos lingüísticos, territoriales y Darmsladt. Wissenschaf11¡che Buchgesel lschal t,
ambientales que eran exactamente lo contra 1975.
rio de la antigua construcción romana y
medieval. Se trata de un i., por lo tanto, redu [l'AOLO COLLIVA]
cido a mera forma, hasta que su mismo titu
lo cayó en desuso como había sucedido con
su contenido.
El título imperial, en lugar de servir para indigenismo
designar al (por lo menos potencial) jefe úni
co de una parte de la humanidad, rico en fun El término i. designa a la política instrumen
ciones sagradas y religiosas, guia moral antes tada por los gobiernos de los países america
que política, se usó para designar poderes nos para tratar específicamente con el sector
monárquicos sectoriales particularm ente de la población nacional definido, jurídica
fuertes o uniones nacionales de estados coor mente o de hecho, como indígena o indio. En
dinados entre sí bajo un superpoder preciso, términos rigurosos, y según esta definición,
llamado precisamente i.; de este modo Napo ha habido i. desde el instante mismo en que
león quiso ser (y lo fue) "em perador” de los los europeos iniciaron la invasión del conti
franceses, Francisco II se dio a si mismo el nente a fines del siglo xv; sin embargo, el tér
título de "em perador” de Austria en 1806, v mino se ha aplicado en forma restringida y
asi también en el momento de la unidad ale se refiere únicamente a las políticas que se
mana el titulo cesáreo, con una interpretación formalizan a partir de 1940. año en que se rea
totalmente nacional (si no es que nacionalis liza el prim er Congreso Indigenista Interame-
ta), se usó para definir el poder de guía del ricano en Pátzcuaro. Es entonces cuando sur
rey de Prusia. ge el movimiento indigenista que comparte,
Realidades todas ellas novísimas, en rela en mayor o menor medida, una cierta orien
ción sólo formal con el pasado: capaces de tación teórica y política y un conjunto de
crear sugestiones que desembocan en ridicu practicas en su acción sobre los pueblos
las construcciones de i. ficticios —como el indios.
que conoció la historia italiana en años muy Gonzalo Aguirre Beltrán, uno de los indi
INDIGENISMO 805
algunas ocasiones se usan formas de trabajo das por dirigentes con experiencia y prepa
comunal para realizar obras públicas decidi ración tales que les permite actuar no sólo en
das por las agencias indigenistas, o se incre el interior de sus comunidades sino en el
menta la comercialización de objetos tradi terreno político regional, nacional y aun inter
cionales convertidos en "artesanías” para el nacional. Surge también una nueva intelec
turismo. tualidad constituida frecuentemente por per
El debate sobre el posible destino de las len sonas que recuperan su identidad india tras
guas indígenas ha ocupado constantemente un largo proceso de desindianización. Los
la atención de los indigenistas. El uso de la programas, las demandas y las luchas concre
lengua materna como puente para la adqui tas de las organizaciones indias introducen
sición de la lengua nacional en los primeros un nuevo y fundamental elemento en el pano
años de escolaridad ha sido recomendado rei rama indigenista del continente. Muchos cua
teradam ente en los congresos indigenistas, dros y especialistas que las agencias indige
así como la defensa y el estimulo de los idio nistas formaron en las propias comunidades
mas indios, pero poco se ha hecho en ese sen con el fin de que actuaran como agentes de
tido y resulta menos cuando se compara con cambio en favor de la integración reclaman
la creciente presión que se ejerce contra las ahora el derecho a ser ellos, en tanto indios,
lenguas indígenas por diversos medios, inclui quienes decidan las políticas convenientes
do el propio sistema escolar. para el desarrollo de sus pueblos. Se afirma
Cada estado nacional imprime a la políti en todos los casos el derecho a ser y seguir
ca indigenista su propio carácter, variable siendo indios, el derecho a la diferencia que
según la correlación de las fuerzas que se dis resulta de la especificidad histórica de cada
putan el poder de decisión. El i. chileno de pueblo, que no debe significar desigualdad,
1972 es radicalmente diferente del que impe inferioridad ni discriminación. La participa
ra dos años después. Hay momentos que per ción, antítesis de la marginalidad, se conci
miten acciones más definidas en defensa de be sólo a partir del ejercicio libre de la pro
la población indígena y otros en los que el i. pia cultura, lo que significa un giro de 180"
es una punta de lanza en beneficio de intere frente al i. integracionista. Más allá de las
ses no indios, frecuentemente transnaciona demandas inmediatas y angustiosas, los pro
les. De ahí que. aunque todo es oficialmente gramas de las organizaciones políticas indias
i., resulta difícil generalizar sobre muchos proponen un proyecto civilizatorio alterna
aspectos concretos. tivo. un ideal social diferente, basado en una
Hacia 1970 se puede fijar el inicio de dos concepción distinta de la relación entre el
movimientos de contestación del i. que m ar hombre. la suciedad y la naturaleza.
can toda la década. Por una parte, se desarro Ante este reto planteado ya por los pueblos
lla una corriente teórica que cuestiona, des indios los gobiernos se han visto obligados a
de los centros académicos, los fundamentos revisar sus políticas indigenistas. En el caso
mismos del i. A escala latinoamericana esa de México, a partir de 1977 se reformula el
posición se expresa en la “Declaración de Bar discurso indigenista y se anuncia que el i. no
bados” (1971), que defiende el derecho de los es mas una política para los indios sino con
pueblos indios a ser protagonistas de su his los indios, al mismo tiempo que se admite la
toria y gestores de su propio destino y llama pluralidad étnica como un recurso y no como
a los gobiernos, las iglesias y los científicos un obstáculo para la construcción del país.
sociales a cumplir su misión en concoi dun En otros casos la respuesta a la movilización
d a con ese objetivo. En este planteamiento creciente de los pueblos indios ha sido la per
la autogestión ocupa el lugar de la integración secución y la represión violenta, acompaña
y el desarrollo étnico remplaza a la acultura da de cambios administrativos y jurídicos que
ción dirigida. buscan reforzar el control absoluto del esta
Simultáneamente surge otro movimiento do sobre el destino de los pueblos indios. Hay,
con objetivos similares pero mucho más como marco general, una nue\a embestida
importante: en todos los países con población que intenta apoderarse de los recursos natu
indígena comienzan a aparecer organizacio rales y la fuerza de trabajo que han conser
nes políticas indias de nuevo cuño, encabeza vado los pueblos indios.
IN D U S T R IA L IZ A C IO N 807
to negativa de la ostentosa opulencia de la éli tada todavía por la guerra civil). Únicamente
te industrializadora. En este sentido, la gue el prim er tipo es aceptable desde el punto de
rra, o de alguna manera una organización vista histórico: en efecto, sus características
m ilitar del país contra una amenaza exterior (1] autoridad jerárquica; 2] fidelidad total; 3]
aun ficticia, se presenta como una coartada flexibilidad táctica; 41 unitarismo; 5] difusión
mística de una austeridad inevitable. ideológica) le permiten responder a las exi
Existen de cualquier modo sistemas com gencias inmediatas de la sociedad dualista.
patibles con la intensificación del proceso de El politólogo brasileño H. Jaguaribc ofre
democratización: está el caso que denomina ce los siguientes modelos: 1 ] el "nacional-
remos de la "i. mimética” o de la "democra capitalismo”, basado en el predominio de la
cia dependiente" o "satélite”. Este se lleva a burguesía empresarial, apoyado en un parti
cabo cuando la i. se exporta literalmente de do del desarrollo que bajo un liderazgo de tipo
un país a otro. La agresividad se apaga de esta neobismarekiano se convierte en partido
manera porque la misma decisión de desarro mayoritario y como tal ejerce el poder con el
llo se sustituye con una decisión externa. His apoyo de las masas en oposición a las Iuer-
tóricamente tenemos el ejemplo de Estados zas reaccionarias y radical-revolucionarias y
Unidos, que deben el comienzo del despegue oriente la comunidad hacia el desarrollo
a la expansión de la i. británica. Dentro de nacional mediante una adecuada program a
esta misma línea se desarrolla toda la trayec ción, asegurándoles a los empresarios la
toria del proceso de i. en Canadá, en Austra dirección de las empresas; 2 ] el "capitalismo
lia y en diversos países europeos (Bélgica. de estado", para los casos en que predomina
Holanda, Suecia, Suiza). Se puede hablar de la clase media tecnocrática que toma el poder
i. mimética también en el caso de Italia duran mediante un golpe de estado, constituye un
te el periodo anterior a 1915 (baste pensar en partido revolucionario para aliarse a través
la parte de los capitales alemanes, suizos, de él con las masas rurales y proletarias, y
franceses e ingleses, en las prim eras iniciati con el apoyo de éstas promueve el desarrollo
vas industriales, y en la válvula de escape de nacional mediante una programación adecua
nuestra emigración) y durante el periodo da. asegurándole a la burocracia tecnocráti-
siguiente a 1945. En esos modelos, el dualis ca la dirección de las empresas; 3] el “socia
mo se atenúa, tanto por el aumento de los lismo desarrollista", forma radical del capi
recursos disponibles que permite detener los talismo de estado, caracterizado por la socia
sacrificios como por la relativa debilidad de lización de los medios de producción y por la
la élite industrializadora que en parte es abolición de la economía de mercado, que
externa. También la lucha de clase se atenúa promueve el desarrollo a través de la planifi
por la posibilidad de llevar a cabo sim ultá cación. asegurándole a la burocracia revolu
neamente una política acelerada de i. y una cionaria la dirección de las empresas.
política acelerada de transformación social La clasificación de Jaguaribc tiene al mis
y de difusión del bienestar.V mo tiempo un carácter preceptista y determi
nista. De hecho sostiene que los países con un
V T IPO L O G IA PO LITIC A D E LA IN D I ST R IA L IZ A C IÓ N . La bajo nivel de ingreso sólo pueden industria
clasificación más difundida de los regímenes lizarse aplicando el segundo o el tercer mode
promotores del desarrollo la ha dado David lo. en tanto que el prim er modelo sólo es ade
Apter: 1] “mobilization system '’; 2] “ reconci- cuado para los países en vías de desarrollo
liation system"; 3] “modernizing oligarchy” con un ingreso superior a los 250 dólares
(Apter, 1970). (Jaguaribe, 1969).
A la clasificación de Apter se le pueden Comparando con la observación empírica
hacer las siguientes observaciones criticas: el los esquemas de estos y de otros investigado
tercer tipo se refiere a países que están toda- res (Organski y Graciarena) resulta que en el
\ia en la prehistoria de la i. (y algunos hasta periodo de i. surgen los siguientes modelos
en una fase "prerrostovviana"): el segundo políticos:
tipo no ofrece modelos duraderos válidos si 1] modelas pluralistas:
no están ligados con la i. mimética (Apter u] democracias imperialistas (Inglaterra,
tomaba como prototipo una Nigeria no afec Estados Unidos. Francia, Bélgica. Holanda y,
INDUSTRIALIZACIÓN s il
agresividad latente en las sociedades atrasa tégicos forman parte de un discurso más
das. en las llamadas naciones proletarias. La amplio sobre la revolución, o bien desapare
única tendencia contraria podría estar repre ce por sí misma, y por este motivo tiende más
sentada por procesos de integración interna bien a coincidir siempre con manifestaciones
cional basados en la i.-mimética, o sea en la masivas pero que entrañan una participación
aceptación sistemática, por parte de las menor de personas, como la sedición o la sub
potencias industriales, del peso del desarro versión.
llo de los países no industrializados. Derivando el término i. del latín insurgere
[levantarse contra], en el pasado recibió la
BIBLIOGRAFIA- D. Apter, System, process and ihe mayoría de las veces el significado limitati
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Glencoe. The Free Press. 1964. En el curso de la revolución francesa, tenien
do como fuente indirecta el pensamiento de
[l u d o v ic o in c is a ] Locke. hubo intentos de legalizar el derecho
a la i., de resolver con la ley lo que histórica
mente siempre se resolvió por medio de una
manifestación de fuerza; en efecto, en el artí
insurrección culo 35 de la Declaración de los derechos del
hombre y del ciudadano del acta constitucio
Es el movimiento generalizado de un núcleo nal del 24 de junio de 1793, se afirmaba que.
de individuos contra el poder dominante, que cuando el gobierno viola los "derechos del
ordinariamente se puede identificar con el pueblo”, la i. se convierte, tanto para el pue
gobierno; coincide en general con cualquier blo como para los individuos en "el más
rebelión de masa y se caracteriza por el uso sagrado de los derechos y en el más indispen
de la violencia, a pesar de que ésta no nece sable de los deberes". Esto evidentemente es
sariamente debe manifestarse en forma físi un caso anómalo de legislación, típico de un
ca o material sino que puede ser simplemen gobierno revolucionario, pero es significati
te moral. La i. es una especie de premisa de vo porque ha tenido algunas confirmaciones
la revolución, y su rasgo distintivo está dado en el mundo contemporáneo en situaciones
sobre todo por su corta duración; en efecto, de emergencia o de alta tensión ideal.
o da origen a la revolución \, por lo mismo,
la preparación táctica y los objetivos estra [C IA N M A R IO BRAVO]
814 I N T E G R A C IO N
guir de la organización son los que impulsan periferias, con el uso de la fuerza en la mayo
a los diferentes miembros a unir sus energías ría de los casos. Si el grupo que conquista el
pura alcanzar niveles más altos de i. Sin territorio y somete a los demás grupos es de
embargo, los beneficios económicos o simbó lengua y de composición étnica diferente, el
licos no son tampoco suficientes para que una proceso de i. territorial dejará residuos difí
organización quede integrada en todas sus ciles de eliminar. Se producirán, en efecto,
esferas, de manera uniforme y en niveles ele desobediencias y oposiciones recurrentes a
vados, si falta el impulso de una élite (es posi las directivas del grupo en el poder, conflic
ble que dos o tres élites potenciales actúen tos prolongados y tentativas de secesión. Esto
como centros propulsores, pero es más com ocurrirá, particularmente, cuando el grupo
probable una competencia entre ellas y el con en el poder intente cancelar la autonomía
siguiente estancamiento del proceso) y si fal local a través de la supresión de la enseñan
ta el incentivo de fines dinámicos lo sea no za de la lengua de los grupos periféricos
meramente defensivos y negativos). Tenien (ejemplos típicos, las luchas de Cataluña y del
do presentes todas estas observaciones, e país vasco contra Castilla).
insistiendo en que el proceso de integración En la fusión se tiene un proceso lento de
tiene una dimensión histórica relevante, se acercamiento progresivo entre los diversos
puede esbozar una tipología de la i.: i. terri grupos geográficamente contiguos, que de
torial, i. nacional e i. social. ordinario se ve facilitado por la comunidad
lingüística, pero que puede también ser el
n. i n t e g r a c i ó n t e r r i t o r i a l . La i. territorial resultado de la percepción de intereses comu
representa el proceso mediante el cual el con nes. El prim er caso está representado por la
trol del poder de un grupo logra extenderse unificación italiana, que se produjo, por lo
a todo un territorio anteriormente fracciona menos hasta 1861, como consecuencia de un
do. De acuerdo con las normas y las costum acercamiento progresivo entre los diferentes
bres del derecho internacional, este territo estados y que culminó en la conquista del rei
rio se considera, desde ese momento, sujeto no de las dos Sicilias y de Roma. El segundo
al dominio del poder unificador. Este tipo de caso está representado por la experiencia de
i., que entraña la transferencia de la obedien la Confederación Helvética, sobre todo des
cia desde las distintas regiones y desde los pués de la guerra de 1847-1848 entre los can
distintos grupos a las autoridades centrales, tones protestantes y los cantones católicos.
se define comúnmente, en la ciencia política El tercer modelo de i. territorial, la irradia
contemporánea, con la expresión construc ción, requiere ante todo la existencia de un
ción del estado y constituye, según muchos símbolo central aceptado por todos los gru
autores, el prim er paso en el camino de la pos como punto de referencia; en segundo
modernización política (v. modernización). La lugar una considerable homogeneidad étnica
i. territorial puede producirse de acuerdo con v. en tercer lugar, la necesidad de un perio
diversas modalidades concernientes a las do prolongado de manera que las capacida
relaciones centro-periferia, y su objetivo no es des del sistema se expandan al mismo ritmo
únicamente la creación de una autoridad cen que la tasa de movilización y de las expecta
tral fuerte sino la construcción de un merca tivas de los grupos. El sistema puede abrirse
do único, el establecimiento de un código jurí de éste a todos los grupos colocándolos en el
dico uniforme, de un sistema de transportes mismo nivel de oportunidades y de retribu
unificado y de un sistema tributario extendi ciones. Este modelo caracterizó a la i. terri
do a todos los grupos. torial de Gran Bretaña y de Japón.
En una prim era aproximación se pueden
distinguir tres modelos diversos de i. territo ni. integración nacional El segundo tipo de i.
rial: la conquista, la fusión y la irradiación. se refiere al proceso de creación de una iden
Los tres modelos entrañan un conjunto de tidad común a todos los grupos étnicos, lin
relaciones bien configuradas entre el centro güísticos, religiosos y regionales con el fin de
y la periferia. En la conquista nos encontra que se sientan parte de la misma comunidad
mos frente a un centro que tonta la iniciativa política. Este proceso se define, en la ciencia
del proceso de i. territorial de las distintas política contemporánea, como construcción
816 INTEGRACION
iv. integración social El tipo de i. que defini deriva de aquélla, constituyen dos caracterís
mos como social se refiere a la superación de ticas esenciales de la modernidad. Y, en gene
la divergencia entre élites y masas, entre ral, la renuencia a colaborar indica precisa
gobernantes y gobernados. Esta divergencia mente una tendencia peligrosa a la desinte
no adquiere importancia política mientras las gración de las organizaciones. En este tipo de
masas acepten como justo el gobierno de las conducta, que llamaremos integrante, influ
élites. Pero esta percepción tiende a cambiar yen tanto las características culturales de una
cuando se produce la transición de una fór población como las capacidades de las élites
mula de poder a otra y, típicamente, cuando para ponerse como guía y para señalar fines
se pasa del poder tradicional, basado en una dinámicos a las actividades de la sociedad.
obediencia cuyo origen ya no se recuerda, a
nuevas formas de poder, basadas generalmen v autonomía f. INTEGRACIÓN. El proceso de i.
te en la legalidad v en la racionalidad, es decir política de las distintas comunidades es, en
en un apego de las normas y de las órdenes definitiva, un proceso multidimensional,
a procedimientos acordados y consolidados. sometido a numerosos influjos internos v
Sin emhargo, el problema de hacer que el país externos. Estos últimos, en particular, se han
legal sea cada vez más representativo del país descuidado frecuentemente. Pero, así como
real no desaparece en este punto. Ya que la la i. política de los estados europeos recibió
divergencia entre élites y masas no se debe un influjo profundo de las distintas guerras
sólo a una desigualdad de acceso al poder sino sostenidas en el continente, asi también la i.
que depende también de la desigualdad en la política de los países nuevos, m arcada por la
instrucción y en el nivel de conocimientos y expansión colonial y por sus consecuencias,
de la dificultad de las comunicaciones, su se ve retrasada por la actividad de las gran
superación requerirá intervenciones comple des potencias ncocoloniales y por las grandes
jas y múltiples. compañías económicas internacionales y tras-
El problema de la comunicación entre éli nacionales. Estas últimas tienden, en efecto,
tes y masas, pero también la comunicación a favorecer conscientemente a algunos gru
de las demandas de las masas, es im portan pos más que a otros y a mantener en el poder
te, aunque es mucho más importante aún la a gobernantes desacreditados con tal de que
actitud de las élites respecto de las masas. Si apoyen su política económica. Las compañías
las élites consideran a las masas únicamente internacionales encuentran redituable finan
como medio para acrecentar el poder del esta ciar a algunos grupos, a algunos sectores y
do, sólo como una materia prima que hay que a algunos estados creando aristocracias del
plasmar, es probable que la divergencia se trabajo e islas de desarrollo y acrecentando
agudice a medida que avanza la moderniza la divergencia dentro de los distintos estados,
ción hasta que se ponga una contraélite a la tanto respecto de los grupos de trabajadores
cabeza de las masas. Por el contrario, si las como respecto de los grupos regionales y étni
élites logran mantener siempre un justo equi cos favorecidos por ellos a través de sus inver
librio entre la necesidad de dar una guia y una siones privilegiadas. Los ya de por sí difíci
orientación a la sociedad y la apertura a los les problemas internos de los países del ter
deseos de las masas y a los líderes elegidos cer mundo se complican aún más por el com
por éstas, la divergencia tenderá a reducirse. plejo juego internacional del que, por la bue
La superación de la divergencia élites- na o por la mala, ya han entrado a form ar
masas está, por lo tanto, condicionada fuer parte.
temente por la calidad del liderazgo, aunque Pero, además de los países del tercer mun
la disponibilidad de recursos económicos y do, también en los países occidentales los pro
simbólicos representa una ventaja no despre blemas de la i. política han resultado difíci
ciable para la consecución de la i. social. Ade les de solucionar, como lo atestiguan los per
más, a medida que avanza la i. aumenta la dis sistentes conflictos de orden religioso, cultu
ponibilidad de los individuos a trabajar uni ral y étnico de los años sesenta. Salvo en
dos por la consecución de objetivos comunes. pocos casos afortunados, no se ha alcanzado
Esta predisposición y la capacidad de hacer todavía el justo equilibrio entre autonomia e
funcionar organizaciones complejas que se integración.
818 INTEGRISMO
iiiBLlQ(>rafia Between sovereignty and integra- prendida la ciudad de Roma, se aceleró el pro
non, fascículo especial de Government and ceso de ruptura, determinando el rechazo
Opposition, IX, invierno de 1974; K.W. Deutsch, radical del estado italiano por parte de la
Nationalism and social continúnication, Nueva curia romana y en consecuencia una actitud
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ficazione poli tica (1965), Milán, Etas I.ibri, 1969; lico organizado respecto del nuevo estado uni
R.O. Keohane y J.S. Nye, International interde- tario. Al rechazar el nuevo orden, la iglesia
pendence and integrution, en Handhook of poli- se encuentra con una actitud de oposición en
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Polsby, Reading, Addison Wesley, 1975, vol. vm; radicalmente de actitud con relación a la igle
R.O, Keohane (cump.), Transnational relations sia; en Alemania aparecerá el K ulturkam pf
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resea reh, Cambridge, Harvard Universiiy Press, mente católicos (España. Portugal, América
1971; M. Weiner, Political integration and poli- Latina) la iglesia se enfrenta con los gobier
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Welch Jr., Dream of unity: Pan-africanism and posible parece ser el retomo a un orden social
political unification in West Africa, Ithaca, Cor- cristiano. En ello estarán de acuerdo los
nell Universiiy Press, 1966. papas que se irán sucediendo: León XIII reco
ge la herencia de Pió IX, indicando un cami
[gianfranco pasquino] no que será continuado por Pío X.
Pío IX se había mantenido a la defensiva;
León XIII retoma la iniciativa. Asi se expli
can sus diversas intervenciones, primero para
integrismo restaurar en las escuelas católicas una rígi
da disciplina de pensamiento, regresando a
El término i. tiene su connotación precisa a la tradición tomista; después estableciendo
partir de la segunda mitad del siglo xix, para las bases para unas nuevas relaciones entre
indicar una concepción global y unitaria del la iglesia y los estados; finalmente, y sobre
cristianismo, no sólo porque reafirm a la todo, dando al orden social cristiano un con
intangible integridad doctrinal, sino también tenido de acuerdo con los datos concretos de
y sobre todo porque se presenta como un sis la época. Éste será precisamente el progra
tema de vida y de pensamiento aplicado a ma y el objetivo de la encíclica más conocida
todas las necesidades de la sociedad moder de este papa, la Retrum Novarían (1891), que
na, mientras que el liberalismo y después el se convierte en el texto básico del catolicis
socialismo piensan que la sociedad tiene en mo integral, que confirma asi su intransigen
sí misma los medios para resolver sus pro cia con fuertes enunciados sociales. Contra
blemas y la religión debe seguir siendo una la burguesía y su revolución, que ha provo
cuestión privada, un simple problema de con cado el desorden social de donde nacerá nece
ciencia. sariam ente el movimiento socialista, la igle
Las premisas de la concepción integral del sia se presenta como la defensa del pueblo
catolicismo se encuentran en el Syllabus de cristiano, de las categorías menos favoreci
Pío IX (1864), donde se reafirm a en términos das y olvidadas por el nuevo orden burgués.
explícitos la imposibilidad para la iglesia de Pasando a realizaciones concretas, el cato
reconciliarse con la sociedad moderna, por licismo integral descubre la miseria de la vida
cuanto dicha sociedad quiere excluir la igle obrera y campesina, y tal descubrimiento
sia y la religión de la vida pública. A una con determina el nacimiento de ciertos movimien
cepción laica y privada de la religión, la igle tos en los que la juventud católica y el clero
sia opone su concepción integral y confe se dedicarán a la acción social y de ahí surgi
sional. rá la democracia cristiana. Esto no significa
Cuando se completó la unidad de Italia con que la iglesia abandone a la burguesía: al con
la pérdida de los estados pontificios, com trario, intentará \ arias veces la reconquista
INTELECTUALES «19
dida en las publicaciunes de actualidad lite pués, también los más grandes exponentes del
raria y política, según las cuales i. son los sindicalismo revolucionario, como G. Sorel y
escritores "comprometidos”. Por extensión, E. Berth. Recibido con desconfianza en los
el término se aplica también a artistas, inves diccionarios, v considerado a menudo como
tigadores, científicos y, en general, a los que voz jergal y despreciativa, el término i. con
han adquirido, con el ejercicio de la cultura, servaba todavía el sentido político que tenia
una autoridad y un influjo en las discusiones por el hecho de haber sido acuñado, como si
públicas. Esta ultima acepción, menos precisa fuera un nombre de batalla, en el conllicto
que la prim era, es sin embargo la más inte que puso frente a frente a conservadores \
resante de profundizar, ya que está relacio progresistas en torno al affaire Dreyfus. Aun
nada con el discutido problema de la conduc en la actualidad, señalarse a si mismo o a los
ta política de los i. y de su actitud critica y demás como i., no designa, en efecto, única
cuestionadora, que los predispone a la opo mente una condición social y profesional sino
sición de izquierda y, no rara vez, también al que sobreentiende una elección polémica de
apoyo militante de movimientos revolucio ubicación v de alineamiento, la insatisfacción
narios. por una cultura que no es capaz de conver
Esta duplicidad de significado está docu tirse también en política, o por una política
mentada también en la historia del término. que no quiere entender las razones de la
Aparte de algunos antecedentes inciertos, el cultura.
adjetivo latino encontró una prim era forma Partiendo de esta duplicidad de significa
de sustantivación hacia la mitad del siglo do. la historia del problema se configura
xix, en la lengua rusa, con el térm ino como historia de la relación y al mismo tiem
inteliguentsia, acuñado por el novelista P. D. po de la oposición existente entre inteliguent
Bohorykin y casi simultáneamente reprodu sia e i., entre la formación y composición de
cido y difundido por I. S. Turgueniev. Trans los estratos cultos y la eficacia política de la
crito a todas las principales lenguas europeas, cultura.
este termino indicó prim eramente a un gru
po social particular, típico de la Rusia zaris II. la s INTELECTUALES COMO FRACCION PROC.KES1STADE
ta y de la mayoría de los demás países esla la bi roiksia revolucionaria. Algunos autores
vos; pero muy pronto se generalizó para hablan de manera genérica de estratos cultos
designar el estrato culto, la categoría de las o i., en sentido lato, asociando instituciones
personas que tenían una instrucción superior, Vfiguras sociales muy diversas desde el punto
en todas las sociedades. de vista histórico, como la casta sacerdotal
Cerca de cuarenta años después de esta pri del antiguo Egipto, los mandarines de la Chi
mera forma de sustantivación aparece una na clásica, los sol istas griegos, los clérigos iti
segunda en lengua francesa, con el término nerantes de la Edad Media, los doctos huma
intellectuels. Esta palabra probablemente ya nistas y, en general, los estudiosos y los artis
se había difundido antes en algunos circuios tas de cualquier época y país. Sin pretender
literarios y políticos, pero el acta de nacimien negar algunas semejanzas y analogías, está
to, por así decir oficial, se remonta al céle claro, sin embargo, que sólo se puede hablar
bre Manifesté des intellectuels, publicado por en una forma conveniente de i. en sentido pro
el diario Aurore del 14 de enero de 1898. Este pio refiriéndose a la época moderna, en que
manifiesto (el prim ero de una serie larguísi el desarrollo de las fuerzas productivas y la
ma) estaba firmado precisamente por escri formación de la sociedad civil establecen las
tores, críticos y estudiosos como E. Zula, los bases materiales para una profunda transfor
dos Halévv, A. France, L. Blum y M. Proust, mación de las que hasta entonces se llama
junto con otros, que exigían la revisión del ban artes liberales, destruyendo la organiza
proceso Dreyfus. Parece que la idea del titu ción corporativa. Junto con esto, las reformas
lo se debe a Clemenceau. director del diario. del aparato administrativo y burocrático esta
El uso público del término provocó inmedia tal. la relativa liberalización del acceso a los
tamente una mordaz respuesta en la prensa cargos públicos, que hasta entonces había
nacionalista por parte de M. Barres; a la polé sido el refugio de la aristocracia y del clero,
mica contra los i. se unían, algún tiempo des y sobre todo la institución de escuelas publi
INTELECTUALES 821
cas y la renovación de las universidades y de propia ala más radical y avanzada, adaptán
las academias, hacen posible la existencia de dola a las condiciones de un desarrollo
un verdadero estrato culto, que es un fenó gradual.
meno social muy distinto de la existencia de La acusación hecha a los escritores de
castas, sectas y corporaciones de doctos y corrom per a las clases inferiores fingiéndo
sabios que se encuentran en las sociedades se estar a su servicio, con fines de poder, refle
antiguas y en la Edad Media. ja el contraste entre los i. y los demás elemen
Durante el siglo xvm la "gente instruida" tos de la burguesía. El joven Fichte, que des
o estrato culto representa, en los orígenes de de hacia puco tiempo era profesor en Jena,
lo que B. Grocthuysen llamó "espíritu b u r le respondía con sus célebres lecciones sobre
gués", un elemento importante de la burgue la misión del docto {Einige Vorlesungen iiher
sía, con el que la burguesía misma se identi die Bestimmung des Gelehrten, 1794), en que
ficaba y por la que tuvo hegemonía. Los phi- se reivindican la autonomía de los doctos y
losophes ilustrados constituyen su fracción la libre comunicación del saber como la
más avanzada y progresista. Uno de los pro expresión fenoménica más cercana al ideal
motores de la Enciclopedia, D'Alembert, kantiano de la autodeterminación como fin
escribe un Essai sur les f>ens de lettres (1753), en sí mismo de los seres racionales. Además,
que puede considerarse como el prim er estu para Fichte, la autonomía del docto no pue
dio, en sentido moderno, del problema de los de .realizarse en el aislamiento: su tarea con
i. Es significativo que e! tema del ensayo sea siste en conocer las necesidades de su tiem
la polémica contra el mecenismo corruptor po y los remedios para satisfacerlas, promo
de los grandes y de los nobles y la presenta viendo la más amplia y orgánica cooperación
ción del philosophe como nuevo Diógenes. En entre los hombres, como forma de socializa
esta polémica se puede encontrar, por un ción de la libertad. En esta primera redacción
lado, el rechazo de la condición subordinada, de la obra se perciben, junto con los motivos
de cortesano, que el hombre de letras tiene ilustrados, indicaciones nuevas y socialistas.
en las suciedades aristocráticas y, por el otro, Para responder a las acusaciones de desorga-
la propuesta y la intuición de una función nicidad que le hacen, el docto se ve obligado
independiente y "libre de nexos” de los escri a apelar a una solidaridad que está por enci
tores, que la creciente autonomía económica ma de su clase de pertenencia, la burguesía,
de la burguesía, encaminada ya hacia la revo buscando pura su causa o tras clases y estra
lución, hace posible con el otorgamiento a los tos. Este fenómeno es mucho más evidente en
pkilosophes del apoyo de una numerosa e H. de Saint-Simon. Escritor fecundo y discon
influyente opinión pública.I tinuo, siempre en busca del principio en que
basar la "filosofía social", sostiene en algu
III El. DISTANCIAMIENTO ENTRE INTELECTUALESY BUR nos de sus primeos opúsculos, escritos entre
GUESÍA en el poder. La hegemonía del estrato 1804 v 1814, que la causa principal de las gue
culto y la función de vanguardia burguesa de rras y de las revoluciones que sacuden a la
los i. sólo son posibles, sin embargo, en las Europa de esa época debe buscarse en el
situaciones en que, como en la Francia pre- hecho de que las creencias con que las masas
rrevolucionaria, el marco de las relaciones rigen su conducta no tienen ningún funda
jurídicas v políticas sofoca el desarrollo de mento científico y han sido destruidas por la
las fuerzas productivas. Aunque la revolución obra crítica y negativa de los escritores ilus
se encuentra todavía en su comienzo, ya E. trados. Ya es hora de que la filosofía se con
Burke \Reflexions on the revolution in Frun vierta en un instrum ento de reorganización
ce, 1790) pone en alerta a la burguesía de social; por esta razón, Saint-Simon apela a los
Inglaterra en el poder sobre los riesgos que savanls europeos para que vuelvan a hacer un
corren las naciones en que los hombres de uso positivo de su saber, promoviendo una
letras se convierten en "políticos" y pueden religión fundada en la ciencia que reeduque
formar una "cabala filosófica y literaria" que a las masas, haciendo pasar a la humanidad
detente el monopolio de la opinión pública. de una época critica a la nueva época orgáni
Una vez llegada ai poder, la burguesía se ca del futuro.
encuentra frente al problema de moderar su En realidad, con la revolución industrial y
S22 INTELECTUALES
con la imposición de las relaciones capitalis se que no tenia nuda que perder excepto sus
tas de mercado, el estrato instruido perdia su propias cadenas y cuya emancipación coin
propia importancia determinante dentro de cidiría, por lo tanto, con la de la humanidad
la burguesía, desdasando.se a un estrato entera. Solamente con la alianza con los
intermedio, incapaz de proporcionar el sos explotados la filosofía habría podido poner
tén a una dirección del movimiento por p ar fin a su propia miseria y a la mistificación de
te de los i. La pretensión de escritores y filó- lo real, transformándose en una fuerza mate
solos de comprometer a la burguesía en con rial e histórica capaz de revolucionar las rela
tra de sus propios intereses que recién se ciones sociales y orientar el desarrollo pro
habían consolidado, en una ampliación de la ductivo.
socialidad y de la cooperación, estaba desti
nada a presentarse cada ve/, más como una tv HESDK ELPROBLEMA l)F. |J\ AUTONOMIA DE IOS INTE
utopia o como una abstracción, semejante a LECTUALES HASTA IA EXPERIENCIA DEL FRENTE POPI
¡a de los i. franceses, los ideólogos que Napo lar El debate sobre los i. continúa hasta el
león había lanzado bruscamente, en su tiem presente en los términos alternativos fi jados
po. a la realidad del poder. Reanudando, mas por Tocqueville y por Marx, esto es entre la
de sesenta años después, la polémica abierta imposibilidad de repetir la experiencia ilus
por Burke, A. de Tocqueville demuestra que trada de dirección y vanguardia de la burgue
ya se había consumado el distanciamiento sía y la posibilidad de volver a tener una fun
entre los i. v la burguesía. En L'ancien régi- ción política dentro de la alianza con el pro
me el la révolulian (1856), Tocqueville sostie letariado. Respecto de estos términos, los
ne que la politización de los i. nace de su fal escritores de inspiración radical han insisti
ta de experiencia práctica y de su amor a las do. sin embargo, en la dificultad de aceptar
ideas generales, que los hacen indulgentes con la alternativa y en la necesidad de buscar una
el extremismo simplificador y apriorista. ene posición intermedia v no exclusiva. Si desde
migos máximos de una correcta conducción el punto de vista subjetivo es muy difícil para
de los asuntos públicos y de la libertad polí los i., sobre todo en los momentos de radica-
tica. El sentido implícito de esta argumenta lización, no verse comprometidos y no parti
ción es que los i. sólo pueden tener una fun cipar en la lucha política, por otra parte su
ción negativa en la política, exultando a la ubicación social intermedia impide una adhe
muchedumbre con sus simplificaciones y sión sin reservas a una de las dos partes en
abriendo el camino al despotismo. Deben contienda. Max Weber nos ha dejado tanto en
retornar pues a las letras, dejando la políti sus escritos como en su experiencia propia
ca a una clase de gobierno experta y capaz. una imagen inquieta y cuestionante de este
Casi al mismo tiempo. Marx y Engels, par contraste lacerante para los i. Dividido entre
tiendo también de la denuncia de la "ideolo la pura entrega a su propio objetivo y la nece
gía" del extremismo impotente y charlatán de sidad de adoptar una posición y participar en
las "cabezas alemanas", llegaban a resulta los problemas de su tiempo, para M. Weber
dos muy distintos v en cierto sentido opues la tarea del i. la constituye el continuo esfuer
tos. Su itinerario juvenil del radicalismo al zo crítico y la tensión entre la comptensión
socialismo, parece marcado por un descubri y la autonomía de juicio, ética de la respon
miento, económico y filosófico: que contraria sabilidad y de la intención, como términos
mente a lo que habían afirmado primero Fich que por ser inconciliables es necesario
te y después Hegel, reproduciendo en esto un afrontar.
punto de vista ilustrado, los i. no eran de nin A diferencia de Weber, K. Mannheim trató
guna manera la clase representante de los de dar una respuesta positiva al dilema de los
intereses mas generales de la sociedad; más i. respecto de las clases en lucha, configurán
bien, tomados en sí mismos, no eran ni siquie dola como la búsqueda de un tercer camino.
ra una clase, un grupo social fundamental. La ubicación intermedia de los i. se convier
Por si solos nunca hubieran podido llevar a te, para Mannheim. en garantía sociológica
cabo el proyecto de liberación histórica que de imparcialidad y en capacidad de evitar el
la izquierda hegeliana había concebido. Era condicionamiento histórico y existencial del
preciso, por el contrario, considerar a la cla pensamiento. Esto se lograría si los i. fueran,
INTELECTUALES 823
a diferencia de las castas sacerdotales de las volviendo a sus raíces nacionales y populares.
sociedades antiguas, un grupo freischwebend, De este modo, la palabra i. adquiría un sig
libre de nexos (la expresión fue acuñada por nificado unívoco en los años del frente popu
Alíred Weber, hermano del más célebre Max), lar, en la guerra española y en la resistencia:
porque estaría compuesto por individuos pro junto con los obreros y campesinos, los i. se
venientes de todas las clases sociales y. por convierten en una de las categorías constitu
lo tanto, porque sería capa/, de elaborar pre tivas del frente unido antifascista, en repre
cisamente en su interior una sintesis de valo sentantes de la pequeña burguesía revolucio
res capa/, de trascender al punto de vista uni narla y en los elementos más avanzados de
lateral de las ideologías y de transform ar la la misma.
utopia en una empresa científica en la que
participaran las mejores energías de todos los V LA IMPUGNACIÓN ESTUDIANTIL V LAREVOLUCIÓNCl'L-
grupos y clases sociales. Todavía más que ti raí Al final de los años sesenta, el proble
Ideologie und Utopie (1929), los escritos ma parece trastocarse con la guerra de Viet-
siguientes de Mannhcim. sobre todo los que nam y con el movimiento estudiantil: a la cri
tratan de la "planificación de la libertad", tica intelectual del poder la sustituye la
ponen de manifiesto que, en realidad, la auto impugnación política de la cultura. A los ojos
nomía de los i. como tercer camino se tradu de muchos, la llamada “impugnación” se pre
ce en una propuesta de dirección social y polí senta como una tentativa extremista de recha
tica por parte de éstos. En otras palabras, el zar y dar por terminado el discurso sobre los
"tercer camino” se presenta como el mismo i. en la forma en que lo habían desarrollado
que la burguesía hubiera podido seguir si la las generaciones anteriores. Aunque el juicio
experiencia de la ilustración hubiera conti histórico sobre un periodo tan reciente no
nuado. En esos mismos años el moralista pueda considerarse todavía maduro, ya se
francés J. Renda se dedicaba a reflexionar con puede entrever que la impugnación sólo fue
una mirada más penetrante en las causas que en muchos aspectos el enésimo episodio del
en nuestra época impiden la vuelta a la ilus proceso que la razón había intentado hacer
tración. En una obra que pronto se haría céle contra la razón, en condiciones sociales dis
bre (La trahison des cleros, 1927), Benda tintas. Por encima de las tendencias irracio-
encuentra el sentido de la autonomía de los nalistas que se presentan siempre en las socie
i. en la lucha contra las pasiones irraciona dades industriales, la cuestión relevante con
les, siempre difundidas pero que por prime siste en saber si el desarrollo de las fuerzas
ra vez tienen como propagadores y sostene productivas, en escala no sólo nacional sino
dores a los "clérigos", a los hombres de cul internacional, había eliminado las condicio
tura. La tarea histórica de los i. se convertía nes que hacían posible la alianza entre el pro
de este modo en la lucha contra el fascismo. letariado y las fracciones más avanzadas de
La importancia de esta posición de Benda los estratos medios. ¿La cultura crítica se
más que doctrinal es política, ya que al reco estaría transformando, pues, de elemento
ger la herencia trasm itida por los i: dreyfu- progresivo en un privilegio y en un instrumen
sards de una batalla cultural v civil contra el to de conservación de relaciones sociales ya
nacionalismo, el antisemitismo y el militaris superadas? Es de particular interés, a este
mo. hacía posible el encuentro y el diálogo propósito, el análisis de la revolución cultu
entre el punto de vista liberal y el marxista. ral china. Esta última muestra, por un lado,
Ya sea con G. Luckács, que al estudiar la difu que el avance en la profundización del pro
sión de las tendencias irracionales en la cul ceso de socialización de las musas campesi
tura burguesa describía su historia como un nas y obreras requiere un cuestionamiento
"asalto a la razón"; ya sea con A. Gramsci, que radical de la relación entre división del tra
teorizaba respecto de la necesidad —antes de bajo y cultura, y, por otro lado, que el desa
la toma del poder por parte del proletariado— rrollo programado y estatal de la economía
de un bloque histórico de clases y de una hace desaparecer ciertas figuras capitalistas
lucha por la hegemonia que indicara a los como los "propietarios" y los empresarios,
mismos i. burgueses un camino para el rena pero hace surgir al mismo tiempo un nuevo
cimiento de la cultura después del iascismo. estrato dirigente, formado por administrado
824 INTERCLASISMO
vo estado o de la unificación de varios esta tas para obtener un grado suficiente de auto
dos soberanos. A pesar de que estos procesos suficiencia económica; puede determ inar la
pueden resultar ventajosos para los intereses adhesión en una posición subordinada a blo
de una clase más bien que de otra, involucran ques hegemonizados por una potencia que
de hecho, aunque en diversa medida, los inte restringe más o menos fuertemente la auto
reses de todas las clases y de la sociedad en nomía de los satélites, pero que garantiza su
su conjunto. seguridad; finalmente, puede, junto con otras
razones, conducir a la propia elección de la
[alessandro cavalu] integración supranacional. o sea a la progre
siva renuncia a la soberanía nacional abso
luta en favor de instituciones supranaciona-
Ies, mediante las cuales un conjunto de pue
interés nacional blos que han perdido una capacidad de real
autonomía internacional tienden a recuperar
Para aclarar qué se entiende por i. nacional, la ya no individualmente, sino como conjun
antes que nada hay que distinguir entre el to (v. integración europea).
contexto de las relaciones internacionales y Partiendo de esta última experiencia, pue
el de la política interna. de incluso teorizar que en un futuro no dema
En el contexto de las relaciones internacio siado lejano, dado la difusión y el perfeccio
nales (donde esta expresión se usa con más namiento de las arm as de destrucción total,
frecuencia) el i. nacional se entiende por lo que tienden a excluir la posibilidad del recur
general (con la ayuda de las enseñanzas de la so a la guerra como instrum ento de solución
teoría de la razón de estado, no raram ente de los conflictos entre estados, y dada la inter
definida como "teoría de los intereses de los dependencia cada vez más estrecha y profun
estados”) como la exigencia de seguridad pro da en el plano económico y en el ecológico
pia de cada estado en la condición anárquica entre todos los países del mundo, el i. nacio
de las relaciones internacionales, la cual hace nal podrá impulsar a todos los estados del
en verdad que los conflictos entre los estados mundo hacia la progresiva creación de insti
se resuelvan en ultimo análisis con el uso o tuciones de integración supranacional en el
la amenaza de la fuerza. Para poder defender nivel mundial, entendidas como condiciones
los intereses propios, económicos o de otra indispensables para la supervivencia de toda
naturaleza, cuando entran en conflicto con los la humanidad y por lo tanto de cada país por
de otros estados, y también, en definitiva, separado. En este caso, sin embargo, desapa
para poder decidir con autonomía en las cues recería el i. nacional entendido como interés
tiones internas, cada estado debe proveer de seguridad en un mundo anárquico.
ante todo a la propia seguridad, y ello procu Todo esto arroja luz acerca de cómo el con
rándose una adecuada potencia militar, y aun cepto de i. nacional, referido al contexto de
desarrollando una actividad diplomática que las relaciones internacionales, indica una ten
tienda a equilibrar la fuerza de la potencia o dencia bastante importante, pero de carácter
de la formación de potencias con las que hay general —la búsqueda prioritaria de la pro
o pueden preverse divergencias y conflictos. pia seguridad—, cuya extemación concreta es
Más allá de esta tendencia general, el i. nacio extremadamente variable y remite, para ser
nal entendido asi puede determ inar por otro claramente comprendida, a la atenta consi
lado comportamientos distintos según la deración de la situación histórica concreta.
situación histórica concreta, la fuerza del Pasando al contexto de la política interna,
estado en cuestión, su estructura económica el i. nacional se entiende aqui como el inte
e incluso su régimen político. Esto puede lle rés de la generalidad de los habitantes de un
var a políticas expansivas o de contención de país (el cual es susceptible de diversas defi
otras potencias para mantener el equilibrio: niciones y realizaciones según las distintas
puede llevar a la búsqueda de espacios vita situaciones históricas y las demandas que
les, para garantizarse el acceso a los merca surgen de la sociedad civil) y se contrapone
dos y a las m aterias primas de importancia a los intereses particulares de los ciudadanos
estratégica, asi como a políticas proteccionis individuales y de cada uno de los grupos
«26 INTERNACIONALISMO
económico-sociales (pero en este caso se tien nen un peso excesivo los intereses naciona
de u usar con mayor frecuencia la expresión les de tipo particularista.
"interés general" o "interés público") y sobre
todo a los intereses regionales de carácter [SERGIO PISTONE]
particularista. Para dar un ejemplo, la poli-
tica de ayuda a las regiones deprimidas de un
país se considera en correspondencia con el internacional, organización, v. organi
i. nacional de aquel país más que con el inte zación INTERNACIONAL
rés legítimo de las regiones deprimidas, mien
tras que la resistencia a tal política provenien
te de las regiones ricas aparece como debida
a intereses regionales particularistas. A este internacionales, relaciones, v. relacio
propósito se observa también que entre el nes INTERNACIONALES
interés regional bien entendido y el i. nacio
nal no hay contradicción, destacando cómo
los desequilibrios regionales, al provocar vas
tos fenómenos migratorios, con todas sus con internacionalismo
secuencias, tendencias inflacionistas, y así
sucesivamente, perjudican en definitiva tam I DHLCOSMOPOLITISMOAL INTERNACIONALISMO PROLE
bién a la generalidad de la población de las TARIO. El término "i.” entró a form ar parte
regiones más ricas. del vocabulario político en la segunda mitad
Una problemática análoga, aunque se del siglo xix y se empleó inicialmente para
expresa con fórmulas verbales distintas, se designar movimientos idealistas y fenómenos
presenta en la Comunidad europea, que hoy políticos muy diversos, pero todos ellos carac
por hoy es el ejemplo más importante y avan terizados genéricamente por el predominio
zado de organización que tiende a realizar una asignado a los intereses comunes de las nacio
integración supranacional. En electo, en este nes, a la solidaridad política y económica de
caso se comprueba una compleja dialéctica todos los pueblos, a su voluntad de coopera-
entre el interés común europeo o interés eión recíproca, a los intereses y móviles nacio
comunitario (que corresponde al i. nacional nales y estatales. Esta acepción tan amplia se
en el marco de un estado) v los distintos inte deriva de la herencia del cosmopolitismo (v.)
reses nacionales (que corresponden a los inte iluminista y abraza en su seno tendencias tan
reses regionales en el marco de un estado), los diversas como la genérica aspiración huma
cuales pueden tener un carácter esencialmen nitaria a una comunidad de ideas y de idea
te particularista y estar en contradicción con les capaces de unir a todos los pueblos en una
el interés comunitario, o en cambio pueden sola organización civil, el esfuerzo por hacer
ser coincidentes tcndencialmente con tales progresar la causa de la paz a través de un
intereses, como parece el caso (y por las mis sistema de instituciones y de normas supra-
mas razones antes indicadas) para la deman nacionales, como el arbitraje obligatorio o los
da de los estados más pobres de una mayor tribunales de justicia internacionales, o la
solidaridad por parte de los más ricos. La utopia de la libcralización completa de los
diferencia entre la situación de la Comunidad intercambios comerciales dirigida a confor
y la del estado individual, bajo este aspecto, m ar las relaciones mundiales según una pre
consiste por lo demás en el hecho de que. aun sunta armonía de intereses de todos los pue
que en este último los órganos encargados blos. Todas estas formas de i., producidas al
institucionalmente de hacer prevalecer el mismo tiempo que la hegemonía social de la
interés común, es decir un parlamento elegi burguesía e inscritas en el universo ideal del
do directam ente y un gobierno con poderes liberalismo, se basan en la convicción —ex
reales, están plenamente desarrollados en la presada generalmente en proyectos nebulo
Comunidad europea son por el momento bas sos y moralizantes— de que es posible mejo
tante más débiles (se trata de !a legislatura rar de una manera pacífica y gradual el orden
europea, aunque todavía no de un verdadero social existente, superando los conflictos
gobierno europeo) \ por lo tanto todas ia tie nacionales a través de la creación de nuevas
INTERNACIONALISMO S27
instituciones y la reforma de las concepcio ha creado una clase que tiene el mismo inte
nes políticas predominantes. A ellas se con rés en todas las naciones, para la cual la
trapone de una manera cada vez más clara el nacionalidad ha sido ya anulada; es una cla
i. proletario, que apela a la solidaridad de las se que se ha liberado realmente de todo el vie
clases trabajadoras, oprimidas por el orden jo mundo y al mismo tiempo se contrapone
social vigente, y que ve en la eliminación de a éste."
la sociedad de clases por medios revolucio
narios la premisa de la superación de los anta ti. i.aprimera internacional. El desarrollo y el
gonismos nacionales. resultado de las revoluciones europeas de
La conciencia de la existencia de una soli 1848 confirman este análisis: por un lado
daridad internacional entre los trabajadores ponen en evidencia el carácter internacional
de distintos países es casi simultánea a la apa de la lucha entre absolutismo y democracia,
rición de los prim eros movimientos obreros por el otro demuestran que la burguesía ha
organizados, alrededor de 1830: diversos fac perdido en gran parte su empuje revolucio
tores estimulan su desarrollo, como la emi nario y, cuando sin más no llega a alcanzar
gración masiva, la competencia en los mer un equilibrio de compromiso con las clases
cados mundiales, la voluntad de los trabaja aristocráticas feudales, se cierra dentro de los
dores de los distintos países de apoyarse reci límites del estado respectivo a defender los
procamente en los respectivos conflictos privilegios adquiridos, sustituyendo el utópi
económicos, la comunidad de ideales de co programa de una alianza internacional de
mocráticos y la tendencia a defender la in los pueblos contra los tiranos con la prosai
dependencia de las pequeñas nacionalida ca realidad de una lucha sin cuartel por el
des. la defensa de la paz, la propagación del reparto de los mercados. La bandera de la fra
ideal socialista de la emancipación de la cla ternidad internacional solam ente puede
se obrera. tom arla y asum irla como propia el proleta
En el periodo posterior, hasta las revolu riado, que, elevándose a "clase nacional", eli
ciones de 1848. la idea de una organización minará "la explotación de una nación por
internacional se convierte en patrimonio obra de otra nación".
común de minorías revolucionarias que for Sin embargo, antes de que el i. obrero se
man parte del contexto de los emigrados polí acabe de form ar y tome conciencia de si mis
ticos en Gran Bretaña, Bélgica y Suiza. En vís mo, deberán pasar algunos años, durante los
peras de la insurrección parisiense de febre cuales sus programas y sus métodos se entre
ro de 1848, el Manifiesto del partido comunis lazan estrechamente con los del i. democrá
ta. escrito por Marx y Engels, aporta por pri tico. En el periodo comprendido entre la
mera vez una formulación completa del i. publicación del Manifiesto y la fundación de
proletario, fundamentándolo en un análisis la Primera Internacional casi es imposible
preciso de las relaciones entre las clases en separar las dos formas de i.: las asociaciones
la época de las revoluciones burguesas. "Las secretas de Mazzini. Buonarroti. Blanqui. los
separaciones y los antagonismos nacionales grupos inspirados por Owen. la Association
de los pueblos —afirma un pasaje famoso del Démocratique de Bruselas, la asociación de
Manifiesto— van desapareciendo cada vez los prófugos franceses de la isla de Jersey,
más, va sea por el desarrollo de la burguesía, etc., desde el punto de vista ideológico son
ya por la libertad de comercio, la uniformi todas ellas una mezcla de socialismo mesiá-
dad de la producción industrial o sus corres nico, i. liberal y radicalismo revolucionario.
pondientes condiciones de existencia. El Xo tienen un carácter específico de clase ni
dominio del proletariado los hará desapare disponen de un claro programa político: están
cer todavía más. Una de las prim eras condi todavía impregnadas de los ideales revolucio
ciones de >-u emancipación es la acción uni narios generosos aunque vagos de 1848. los
taria. al meno" en los países civilizados.” cuales se expresan con las palabras de orden
Unos años antes Marx había escrito en La de "fraternidad de lo> pueblos", "república
ideología alemana: "M ientras que la burgue universal", "solidaridad de todas las nacio
sía de cada nación conserva todavía intereses nes oprimidas". En esta fase, incluso Marx y
nacionales particularistas, la gran industria Engels señalan como tarea principal de las
828 INTERNACIONALISMO
la formación de la clase obrera, las diferen Es cierto que los problemas que el movi
cias nacionales en el terreno de las relacio miento obrero tiene que afrontar presentan,
nes entre el movimiento socialista y las otras al menos en escala europea, una notable
formaciones políticas (la democracia, el anar semejanza: el periodo comprendido entre
quismo), las diferentes formas en la estruc 1873 y 1896 está caracterizado casi en todas
tura institucional de la democracia represen partes por una tendencia a la depresión eco
tativa, la diversa amplitud de las libertades nómica, la cual amenaza por distintos fren
democráticas en cada país y por tanto las dife tes al empleo y los salarios, provocando ten
rencias organizativas del movimiento obrero, taciones autoritarias recurrentes en las cla
finalmente las diversas opciones ideológicas ses dominantes (leyes antisocialistas en Ale
en el ámbito de las doctrinas socialistas, todo mania, aventura boulangista en Francia, reac
ello constituyó la base sobre la cual el prin ción de Crispí en Italia, refot/am iento de las
cipio de autonomía asumió el papel central tendencias imperialistas en Inglaterra): por
en las relaciones entre los partidos socialis esto los diversos partidos socialdemócratas
tas y caracterizó sus vínculos internacio nacionales se baten a fondo por la defensa y
nales". la mejora de las condiciones de vida de los tra
Así, por más de diez años la Segunda Inter bajadores —que se consiguieron a menudo a
nacional rechaza plantearse como organiza través de una política social y asistencial del
ción permanente, carece de estatuto por años estado— y por la democratización de la vida
y de una dirección central, o siquiera cuenta política (plena libertad de asociación, amplia
con un secretariado organizativo. Si la a i t ción del derecho de voto, etc.). Sin embargo,
había asumido el carácter de verdadero y pro este marco de referencia, aunque permite
pio partido internacional, la Segunda Inter detectar la homogeneidad de objetivos soli
nacional, aunque le guste presentarse como citados por las organizaciones intersocialis
tal. en realidad no es más que una libre fede tas y la posibilidad de una confrontación
ración de grupos autónomos nacionales —ya sobre los problemas de interés común, seña
sean partidos o sindicatos— y ejerce un poder la también que el terreno donde el proceso de
vinculante muy limitado sobre sus miembros. formación y desarrollo de los partidos socia
Representa una tribuna en la que se van dis listas adquiere toda su amplitud es el de las
cutiendo periódicamente los principales pro sociedades nacionales. Con este telón de fun
blemas del movimiento obrero europeo, ejer do. el i. que caracteriza el periodo de la Segun
ciendo sus decisiones una influencia conside da Internacional se presenta como un senti
rable en la definición del programa de los miento arraigado pero vago, fundado en la
diversos partidos socialistas, pero solamen conciencia genérica de pertenecer a un movi
te en el orden moral. Hasta 1900 no tiene miento universal que expresa e interpreta las
prácticamente vida propia fuera de los con leyes de la evolución histórica.
gresos, que se reúnen con una periodicidad A principios del siglo xx, cuando llega a su
irregular, y que de todos modos evitan inter fin la larga depresión económica y el mundo
venir en las cuestiones internas de las seccio capitalista conoce un periodo de expansión
nes nacionales. A partir de 1900, con la cons y de nueva prosperidad, se esfuman las espe
titución de una oficina de secretaria perma ranzas de un cambio radical del orden esta
nente con sede en Bruselas —el Bureau Socia- blecido. La concepción del i. proletario refle
liste International— y sobre todo a partir de ja la desorientación y la revisión de valores
1905, cuando asume dicha secretaria el bel que afectan al campo socialista; si había ya
ga Camille Huysmans, la Segunda Internacio perdido su carácter originario de teoría y
nal empieza a tener una organización consis estrategia de la revolución europea para
tente, pero esto no hace cambiar la situación: transform arse en vehículo de circulación de
durante toda su existencia los procesos de experiencias y de discusión sobre tácticas,
pensamiento y de acción socialistas están más ahora acentúa su carácter defensivo y se
determinados por las experiencias vividas por expresa, en su forma mas visible, como com
el movimiento obrero internacional en cada promiso de lucha común contra la amenaza
país que por las influencias teóricas y políti de guerra.
cas irradiadas desde la central internacional. Sin em bargo, com o señala tam bién
830 IN T E R N A C IO N A L IS M O
Andrcucci, "los problemas de una verdadera iv. ia tercera in tern acional . Con la victoria de
y propia 'política exterior de la clase obrera', la revolución de Octubre, la convicción de que
vinculados a una estrategia revolucionaria estaba madurando una nueva fase histórica
mundial, no podían resolverse solamente en en el desarrollo de las luchas del proletaria
el plano de la lucha contra la guerra. Seguían do y de que era necesario adecuar sus instru
planteadas las complejas distinciones respec mentos políticos a objetivos inmediatos de
to de las características de las guerras posi poder pasa a ser patrimonio de amplios sec
bles (de defensa, de agresión, colonial, etc.); tores del movimiento obrero, y al mismo tiem
seguían sin resolverse los problemas de las po existe la persuasión de que la misma
nacionalidades, que tendrían después un peso supervivencia del poder soviético en Rusia
relevante en el estallido de la primera guerra dependía de la ampliación y consolidación del
mundial; los contrastes entre estados de proceso revolucionario más allá de sus fron
características diversas, finalmente, se impli teras, y en prim er lugar en algunos de los
caban continuamente en el incierto juicio de principales países capitalistas europeos. La
los socialistas”. Tercera Internacional o Internacional comu
La falla de resolución de estos conflictos nista (Cominiern) nace precisamente en 1919
constituye la base de la caída de la Segunda como expresión organizativa de un proyecto
Internacional al estallar la guerra de 1914, al revolucionario considerado realizable a cor
alinearse la mayoría de los partidos socialis to plazo y como garantía de las conquistas de
tas con las opciones de las clases dominan la prim era revolución proletaria victoriosa.
tes de los respectivos países en nombre de la Por lo tanto, desde su origen, expansión del
"unión sagrada” de la nación para la defen proceso revolucionario y defensa de su pri
sa de la patria y de la "paz civil”. mer bastión están indisolublemente vincula
Pero el fracaso de la Segunda Internacio das en ¡a estrategia del "partido mundial de
nal no representa en ningún momento la desa la revolución”, abriéndose el camino a una
parición del principio del i.: si los partidos posible osmosis entre los intereses de la revo
socialistas de los países beligerantes se decla lución en Europa y en el mundo y los intere
raron casi todos en favor de la guerra, en su ses estatales de la revolución proletaria en el
interior pequeños grupos minoritarios no poder. El principio de la solidaridad interna
renunciaron a denunciar el carácter imperia cional de la clase obrera de todos los países,
lista del conflicto y se batieron por la reanu que se funda en el supuesto de la comunidad
dación de una acción internacional común del de ideales y de fines de los trabajadores de
movimiento obrero, y los partidos de los paí cualquier nacionalidad, y que consiguiente
ses que permanecieron neutrales sostuvieron mente reconoce la primacía de los intereses
a dichos grupos. En el seno de esta minoría generales del movimiento obrero internacio
intemacionalista, un ala más intransigente, nal sobre los particulares del movimiento
representada sobre todo por los bolcheviques obrero de cada país, debe tener en cuenta que
rusos, no se limita a perseguir el objetivo de por prim era vez hay una nueva realidad que
la paz inmediata, “sin anexiones y sin indem dejará una huella imborrable en el i. de los
nizaciones”, sino que afirma claram ente que años siguientes: la condición de desigualdad
no puede existir una paz efectiva y duradera entre las clases trabajadoras de una nación
"en tanto que no le sea arrebatado al capital en que han conquistado —o al menos asi se
el poder de decidir la vida y la muerte de los presume— el poder político y económico, y
pueblo-.”, y que es necesario transform ar la las de otros países en que están oprimidas por
guerra imperialista en una guerra civil revo el capitalismo y el imperialismo.
lucionaria. Desde aquel momento, esta ala La contradicción potencial inherente a esta
intransigente consideró a la Segunda Inter situación será resuelta por el movimiento
nacional condenada a muerte e intenta dar comunista según la mencionada completa
vida a una nueva Internacional, en condicio coincidencia entre los intereses de la Unión
nes de ponerse a la cabeza del proceso revo Soviética y los intereses de la revolución mun
lucionario que la guerra suscitará en escala dial. En efecto, mientras la Rusia soviética es
mundial. considerada como un país atrasado, aunque
las circunstancias lo han llevado a ocupar el
IN T E R N A C I O N A L I S M O 831
puesto de guia del movimiento revoluciona tiende cada vez más a atribuir a la mera exis
rio internacional, y cuya consolidación no era tencia de la URSS el papel de catalizador y
imaginable sin un proceso revolucionario vic de detonador de las contradicciones del mun
torioso a escala europea, la política del esta do capitalista asi como una función de radi
do soviético tendió, al menos en teoría, a calizaro n política de las masas explotadas.
subordinarse a las exigencias de la causa del La nueva orientación asumida por la polí
proletariado internacional, regulando las pro tica exterior soviética después de la victoria
pias acciones con base en las necesidades y de Hitler en Alemania, que permite al movi
perspectivas de la revolución mundial. Pero miento comunista identificar sin equívocos al
a medida que la ola revolucionaria de la pos fascismo como "enemigo principal", inyecta
guerra se agota sin que el proletariado con nuevo vigor en las venas del i., caracterizado
quiste el poder en ningún otro país fuera de desde entonces como antifascista en sus con
Rusia, el problema de la revolución mundial tenidos y valores fundamentales. Con esta
empieza a verse bajo una nueva luz: a partir renovación se produce un reanudamiento de
de 1921, a medida que se constatan por un los motivos del i. democrático de los decenios
lado los éxitos sorprendentes del régimen centrales del siglo xix: por un lado la unidad
soviético y por el otro el constante retraso de de todas las fuerzas progresistas contra la
la revolución en Europa, la Internacional reacción, por el otro la aceptación e incluso
comunista considera que su tarea esencial es la conveniencia de las guerras "justas”, en
la defensa y el reforzamiento del prim er esta este caso de las guerras de defensa frente a
do proletario. la agresión nazi-fascista. Sin embargo, a dife
Este es el marco en el que se elabora y, des rencia de aquel pasado ya lejano, existe el
pués de 1924, se consolida con creciente fuer hecho nuevo y decisivo de la proclamada coin
za la teoría —de Stalin y de Bujarin— de la cidencia total entre la política del movimien
"construcción del socialismo en un solo pais", to obrero internacional y la política exterior
la cual expresa por un lado la confianza de de la URSS: coincidencia que es un elemento
la victoriosa revolución rusa en si misma, que de fuerza, porque en virtud de la misma el
ya no tiene necesidad de depender de una ayu movimiento obrero es llamado por prim era
da externa, y por el otro asigna al movimien vez a actuar como factor activo de las rela
to revolucionario de los otros países un papel ciones políticas internacionales, en una lucha
más adecuado a su fuerza afectiva, desde el por la paz que ya no es una opción moral gene
momento en que la conquista del poder pare rosa sino que se apoya en un bloque de esta
ce relegada a un futuro lejano e indetermina dos; pero también representa una limitación,
do: deja entender a los partidos comunistas porque vincula las opciones de las diferentes
que, aunque no logren hacer caer el viejo secciones del "partido mundial de la revolu
orden social a corto plazo, no dejarán de tener ción" a los bruscos cambios de la razón de
una misión histórica si siguen afirmándose estado de la URSS.
como baluarte contra los planes imperialis El pacto soviético-alemán de agosto de 1939
tas de restauración del capitalismo en Rusia hace resaltar en efecto el absurdo político de
y actuando como centinelas del prim er expe una tesis según la cual una determinada situa
rimento de construcción del socialismo. ción internacional debe implicar las mismas
En 1929 el horizonte internacional se hace reacciones en partidos y movimientos de dis
todavía más propicio a la consolidación de tinta ubicación, señalando la necesidad de
esta visión fuertemente unilateral del proce establecer una relación diferenciada, ya no de
so revolucionario y del i. Después de la explo simple y total identificación, entre la políti
sión de la crisis económica mundial, la con ca exterior del estado soviético y la actitud
cepción de la construcción del socialismo en de la Internacional. Cuando poco después,
un sulo país se impone cada vez más como como consecuencia de la agresión nazi a la
teoría global de la revolución mundial. El rui URSS y del regreso a las palabras de orden
doso contraste entre los dos sistemas, el capi de lucha contra el fascismo y de defensa de
talismo en ruinas y el socialismo en construc las libertades democráticas, los partidos
ción, se ve como el meollo profundo de la comunistas asumen una función de prim er
revolución internacional; por otro lado, se orden en los movimientos de resistencia y
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logran conquistar una dimensión de masa ejerza todavía, de m anera indirecta, sobre
como nunca antes habían conseguido, empie millones de trabajadores, su vida organizada
za a delinearse una dialéctica nueva que, se reduce a la de una tribuna de libre discu
imponiendo de hecho sus leyes objetivas más sión e intercambio de experiencias entre los
allá y por encima de los esquemas de una uni partidos afiliados.
dad monolítica, nace del mismo desarrollo y Después de la segunda guerra mundial, el
avance del movimiento. En este sentido, la i. obrero no ha creado formas organizativas
resolución que decreta la desaparición de la permanentes comparables a las del pasado
Comintern (15 de mayo de 1943), cuando afir por su influencia o sus tendencias universa
ma que “la forma de organización y de unión listas. Sobrevive una Cuarta Internacional,
de los trabajadores elegida por el 1 Congreso fundada por iniciativa de los grupos trotskis-
de la Internacional comunista se veía cada vez tas en 1938, con base en la presunción de que
más superada a medida que el movimiento la Tercera Internacional, dominada pur la
crecía y aumentaba la complejidad de sus pro burocracia stalinista, había perdido definiti
blemas. hasta el punto de convertirse inclu vamente la auténtica acción revolucionaria,
so en impedimento al reforzamiento ulterior pero está afectada por escisiones internas y
de los partidos obreros nacionales", no pro su influencia real es muy limitada. En 1951
porciona solamente una coartada a las opcio se reconstituyó la Internacional socialista,
nes de la diplomacia soviética —que quiere bajo el signo de una opción declarada de cam
ganarse la confianza de los aliados con una po en favor del "mundo libre" occidental,
renuncia solemne a exportar la revolución pero su papel no ha llegado nunca más allá
socialista a otros países—, sino que registra del de un organismo de consulta entre los
una situación real y plantea las premisas para mayores partidos socialdemócratas europeos,
una nueva fase de desarrollo de la solidari escapando a sus objetivos cualquier función
dad revolucionaria internacional. de coordinación sistemática de su acción.
Por lo demás, la concepción del i. represen En el movimiento comunista, el viejo i.,
tada por la Comintern no había alcanzado un caracterizado por una adhesión total y acrí
monopolio absoluto dentro del movimiento tica al modelo soviético, ha sobrevivido por
obrero, ni siquiera en el periodo comprendi largo tiempo, en las condiciones de tensión
do entre las dos guerras. La guerra y la revo creadas por la guerra fría, más allá de la diso
lución rusa, por el contrario, marcan un cam lución formal de la Comintern, cristalizando
bio de rumbo en la historia de dicho movi en 1947 en una forma organizativa especial,
miento, provocando una profunda escisión la Oficina de Información (Cominform), cons
entre sus filas, reflejada en la contraposición tituida por los partidos comunistas en el
de organizaciones internacionales políticas y poder en las democracias populares y por los
sindicales, divididas por fuertes polémicas. partidos comunistas italiano y francés, cuyos
Junto a la Internacional comunista, en par temas de propaganda ideológica (división del
ticular. continúa existiendo una Internacio mundo en dos campos, lucha por la paz) pre
nal obrera socialista, la cual, como fruto a su sentan algunos elementos de continuidad con
vez de un proceso de paciente reunificación la concepción del i. propia de la Comintern.
de las diversas corrientes de la socialdemo- Pero la crisis del stalinismo, que abre un pro
cracia, se proclama heredera de la Segunda ceso de diferenciación dentro del movimien
Internacional. Sin embargo no es más que una to comunista, puso rápidamente fin a esta
pálida imagen de esta última: no llega nunca experiencia. Por otro lado, el surgimiento de
a representar una expresión colectiva orga un conflicto cada vez más grave entre la URSS
nizada del movimiento socialista internacio y China —sosteniendo ambas sus razones en
nal, sino que se queda a nivel de federación, nombre de la concepción “ marxista-leninis-
con vínculos internos todavía más inconsis ta" del i.— representó un golpe muy serio a
tentes que los que caracterizaban a su prede- las esperanzas de edificar un universo socia
cesora, la de los partidos socialistas de Euro lista en el que desaparecerían los contrastes
pa occidental de los que refleja la confianza entre las naciones. El i. proletario demuestra
incondicional en los métodos de la democra sin embargo una gran vitalidad como senti
cia parlam entaria. Aunque su influencia se miento de solidaridad hacia los pueblos opri-
IN T E R N A C I O N A L I S M O 833
ruidos que luchan por su propia liberación mundial, pero desarrolla una actividad muy
(por ejemplo en el caso de Vietnam y antes limitada y de hecho no incide sobre la orien
el de Argelia, con una gran carga de movili tación de los partidos miembros.
zación de la opinión pública y sobre todo En 1947 se constituyó también en Oxford
entre las masas juveniles). Como realidad una Internacional liberal, con la adhesión de
organizativa operante, en el sentido de ejer partidos liberales de 19 países, en su mayo
cer influencia directa sobre las relaciones ría europeos. La Internacional liberal apro
políticas internacionales, el i. aparece hoy bó una nueva declaración program ática en
fragmentado en muchas corrientes, tal vez 1967, donde se indica como tarca impedir la
complementarias pero más a menudo contra degeneración totalitaria de la democracia de
puestas, que tienden a definir sus propios masas y comprometerse en la formación pro
objetivos y tareas en escala regional (v. euro- gresiva en todas partes del mundo "de socie
comunismo). dades libres, compuestas de ciudadanos ilus
trados y responsables, defendidos adecuada
V OTRAS FORMAS DF. INTERNACIONALISMO. Junto al mente a través de sus esfuerzos comunes con
i. proletario se han ido consolidando en el tra el miedo y la carestía y contra toda opre
trascurso de este siglo, con una fuerza expan sión interna y externa".
siva mucho menor y con estructuras organi
zativas mucho más débiles, cuando no del HlHl.loc,RAFIA Obras de carácter general: W. Aben-
todo inexistentes, otras formas de i., que ape droth, Historia del movimiento obrero europeo
lan a fuentes de inspiración distintas del mar (1965), Barcelona. Cultura Popular, 1968; A.
xismo y tal vez contrapuestas al mismo. Omi Agosti, Le ¡nternazionali operaie, Turín, Locs-
timos mencionar los intentos promovidos en chcr, 1973; J. Braunthal, Geschichte der Interna
diversas ocasiones, antes y después de la tionale, Hanover, Dietz, 1961-1971, 3 vols.; G.D.H.
segunda guerra mundial, por los diversos Colé, Historia del pensamiento socialista (1953-
movimientos fascistas nacionales para dar 1960), México, Fondo de Cultura Económica,
vida a internacionales fascistas. 1957-1963,7 vols.; The revolutionary internatio-
Poco conocido es el intento de la llamada nals 1864-1943, a cargo de M.M. Drackhovitch,
"Internacional blanca", cuya constitución fue Stanford, Stanford University Press, 1966; A.
auspiciada desde 1920 por Luigi Stur/o como Kriegel, I m s internacionales obreras (1970), Bar
medio de coordinación entre los diversos par celona, Martínez Roca, 1972; L. Lorwin, Labour
tidos de inspiración católica. En 1925, por ini and internationalism, Nueva York, Macmillan,
ciativa del Partido Democrático Popular fran 1929; M. Molnar, Internationalismus, en
cés, se constituyó un secretariado permanen Sowjetsystem und dcmokratische Gesellschaft, t.
te. A dicha organización se adhirieron belgas, 3, Friburgo, Herder, 1969; E. Ragionieri, II mar
alemanes, austríacos y los representantes del xismo e Tintemazianale, Roma, Editori Riuni-
Partido Popular italiano en el exilio. Entre ti, 1968.
1925 y 1933, la "Internacional blanca" cele Sobre la Primera Internacional: A. Arru, Pri
bró diversos congresos, pero, a pesar de las ma Intemazionale. en II mondo contemporáneo,
presiones de los delegados italianos, agotó sus a cargo de N. Tranfaglia, Florencia, La Nuova
trabajos en simples declaraciones de princi Italia, 1979; A. Arru, Clase y partido en la Primera
pios (la reforma del estado y de la familia), Internacional, Madrid, Corazón, 1974; G.M. Bra
sin tom ar una posición clara sobre el fascis vo, La Prima Intemazionale. Storia documenta
mo, la unidad europea o las cuestiones polí ría, Roma, Editori Riuniti, 1978; G.M. Bravo,
ticas internacionales. El involucionismo auto Marx e la Prima Intemazionale, Barí, Laterza,
ritario en Alemania y en Austria y más tarde 1979; La Primera Internacional, a cargo de J.
la guerra civil en España provocaron escisio Freymond, Madrid, Zero, 1973, 2 vols.; Institu-
nes crecientes entre los partidos de inspira te of Murxism-LeninKm, Documents of the First
ción católica y dejaron a la Internacional sin International, Moscú, Progress, 1967; La Premié-
influencia alguna. Una Internacional de par re Internationale. L'institution, limplantation, le
tidos democristianos, con adherentes en rayonnament, a cargo del CS'RS, París, 1965; M.
Europa occidental y en América Latina, se ha Molnar, El declive de lu Primera Internacional,
reconstituido después de la segunda guerra Madrid. Cuadernos para el Diálogo, 1974; G.M.
834 I N T R A N S IG E N T IS IM O
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zia (1919), a cargo de E. Collotti, Roma, Editori de la Internacional Comunista, cit., pp. 7-84: M.
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nale, en II mondo contemporáneo, a cargo de N. se" en el VI Congreso, en VI Congreso de la Inter
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Presente 55 y 56. 1975; VI Congreso de la Inter El i. católico tiene su realización concreta y
nacional Comunista. Primera parte: Tesis, mani su máxima expresión en Italia a partir de la
fiestos y resoluciones, México, Cuadernos de mitad del siglo xix como consecuencia del
Pasado y Presente 6 6 . 1977; VI Congreso de la proceso de formación del estado unitario, al
Internacional Comunista. Segunda parte: Infor cual se contrapone. Y tanto es así que duran
mes y discusiones, México. Cuadernos de Pasa te mucho tiempo, en los estudios sobre esta
do y Presente 67, 1978; Fascismo, democracia y temática, se entendía por "movimiento cató
frente popular. Vil Congreso de la Internacional lico” a aquellos católicos que, fieles a las
Comunista, México, Cuadernos de Pasado y Pre directivas pontificias, se organizaron para la
sente 76, 1984. defensa de la iglesia contra el estado liberal.
Sobre la Tercera Internacional: A. Agosti, La En efecto, el movimiento intransigente
Terza Internazionale. Storia documentaría, encuentra su correspondencia en el plano cul
Roma, Editori Riuniti, 1974-1979, 3 vols.; A. Agos tural en la actitud de contraposición y nega
ti, II marxismo ncll’ctá della Terza Intcmaziona- ción de la sociedad moderna surgida de la
le, en Storia del marxismo, Turin, Einaudi. 1930- revolución francesa: el i. va a "com batir con
1981, vol. III, I y 2; M. Caballero, La Internacio tra todo lo que ha sido pensado y llevado a
nal Comunista y América Latina. La sección vene cabo fuera de la Iglesia”, desconociendo "lo
zolana, México, Cuadernos de Pasado y Presen que hay de verdadero, de bueno y de cristia
te 80, 1978; E.H. Carr. El V. Congreso de la Inter no en la civilización moderna” (F. Fonzi) y
nacional Comunista, en V. Congreso de la Inter viendo en el liberalismo la ideología que com
nacional Comunista, cit. (primera parte), pp. 5- prende todos los males del siglo y contra la
29; E.H. Carr, Historia dt la Rusia soviética (1950- cual es necesario comprometerse en un
1978), Madrid, Alianza, 1974-1985, II vols.; F. enfrentamiento decisivo.
IN T R A N S IG E N T IS IM O 835
La prim era manifestación política intran sos que exceden los limites específicos de este
sigente fue la propuesta dirigida a los católi artículo, cabe señalar que la posición intran
cos por el director de Armonía, dom Giaco- sigente puso sin duda en evidencia una de las
mo Margotti, en enero de 1861, de no partici limitaciones del nuevo estado unitario italia
p aren las elecciones políticas (Ni elegidos ni no: el control político de la nación entera
electores), propuesta bien acogida en diversos detentado por un grupo restringido. Este
ambientes católicos y que encontró el apoyo aspecto se fundaba en la premisa del indivi
del mismo Pío IX, dando así consistencia a dualismo liberal, que era el sustrato ideoló
la posición abstencionista, aspecto que carac gico del nuevo estado, el cual no había pre
terizó al movimiento intransigente en los visto en su estructura orgánica las asociacio
decenios posteriores. La publicación del Síla nes (por ejemplo, religiosas) autónomas res
bo (1864), las decisiones del Concilio Vatica pecto de la autoridad estatal ni había dado
no I y la ocupación de Roma no hicieron más el espacio adecuado para una presencia de
que agravar la situación y hacer cada vez más cuerpos sociales intermedios entre el indivi
duro el enfrentamientu entre catolicismo y duo y el estado, aspecto este último que se
liberalismo, entre iglesia y estado, el cual tuvo convertirá en punto esencial de los programas
en la Civiltá Cattolica el ariete teórico de esta políticos de los católicos en los decenios pos
contraposición, asi como en la numerosa teriores.
prensa católica local una eficaz caja de reso Sin embargo esta crítica del planteamien
nancia. to individualista y burgués "no reconoce nin
Precisamente a p artir de la situación crea guno de los valores positivos que llevaba con
da después de 1870, los intransigentes logran sigo la revolución liberal y está anclada en un
realizar su proyecto de organización nacional, absurdo sueño de retorno al pasado, a una
que hasta entonces no habían podido concre relación ideal entre sociedad religiosa y socie
tar. No por casualidad el 12 de junio de 1874, dad civil que no hacía la necesaria distinción
en la apertura del congreso católico de Vene- entre las dos esferas y ya no correspondía a
cía, el barón siciliano Vito D’ondes Reggio la nueva realidad histórica” (P. Scoppola).
pronunció la “declaración de intransigencia" Después de una etapa de incertidumbre,
(repetida en todos los congresos posteriores), que corresponde a los primeros años del pon
que representa ciertam ente el marco ideoló tificado de León XIII, el movimiento intran
gico en el que se basa desde sus principios la sigente cobra de nuevo fuerza a mediados de
"Opera dei congressi e dei comitati cattolici los años ochenta. Haciendo notar su presen
in Italia", constituida oficialmente un año cia incluso en el terreno económico-social, los
después, con ocasión del segundo congreso intransigentes intentan dar una base masiva
celebrado en Florencia. La Sagrada Peniten al movimiento convirtiéndose al mismo tiem
ciaria, que se convirtió en bastión de la orga po en abanderados de la linea político-religio
nización católica en todo el territorio italia sa de León XIII acerca de una inserción de
no, indicó a los obispos que preguntaban si la iglesia en la sociedad civil. La acción social
estaba permitido a los católicos participar en pasa a ser el aspecto en el que confluyen nue
las elecciones que "Attentis ómnibus circuns- vas energías, especialmente de jóvenes y en
tantiis, non expedit”, encontrando así el abs particular después de la publicación de la
tencionismo intransigente su confirmación encíclica Rerum novarum (15 de mayo de
oficial. Al mismo tiempo el abstencionismo 1891), pero no logra incidir en lo más míni
electoral (exceptuando las elecciones en el mo en el plano político general del i., escuda
plano administrativo, en las que a p artir de do todavía en posiciones de defensa del poder
los ochenta la presencia católica será fuerte) temporal y de la más estricta aplicación del
refuerza la posición intransigente, la cual abstencionismo electoral.
—separándose definitivamente de las posicio En el clima de crisis general que afecta al
nes legitimistas— se lanza a la defensa del país en el último decenio del siglo xix, surge
"país real" contraponiéndose al “país legal". el contraste dentro del movimiento católico
Más allá de las motivaciones polémicas que intransigente entre el grupo dirigente de la
están en la base de la posición intransigente Obra de los congresos y los "jóvenes”. La
y más allá de los aspectos meramente religio aceptación por parte de estos últimos de los
KV> u ; s n a t i : k a l is m o
existe y puede conocerse un "derecho natu II. KLIUSNATURAUSMO ANTIGUO Y MEDIEVAL. Las pri
ral’’ (íms miturale), o sea un sistema de nor meras manifestaciones del i. se presentaron
mas de conducta intersubjetiva distinto del en la antigua Grecia, y en casi un símbolo del
constituido por las normas establecidas por mismo ha devenido la figura de Antígona en
el estado (derecho positivo), y este derecho la tragedia homónima de Sófocles, en la cual
natural tiene valide/, por si mismo, es ante el personaje se niega a obedecer la orden del
rior y superior al derecho positivo y, en caso rey porque considera que las órdenes de éste,
de conflicto con este último, debe prevalecer es decir de la autoridad política, no pueden
suhre el mismo. El i. es por lo tanto la doctri ser superiores a aquellas, eternas, de los dio
na opuesta a la llamada "positivismo jurídi ses. La afirmación de un "justo por natura
co”, según la cual el único derecho es el que leza” opuesto a un "justo por ley” se debe a
establece el estado y cuya valide/ es indepen varios sofistas que. desde entonces, entendían
diente de cualquiera de sus referencias a valo ese "justo por naturaleza” en diversas formas
res éticos. Algunas veces el término i. se reser y con consecuencias políticas diferentes. Sus
va, por antonomasia, para las doctrinas que, posiciones son más bien típicas y reaparecen
teniendo algunas características específicas muchas veces en la historia del pensamiento
comunes de las que hablaremos en seguida, jurídico-pulftico: Calicles, por ejemplo, afir
sostuvieron esas tesis en los siglos xvn y ma que lo justo por naturaleza es lo más difí
xv iii , al grado de que se ha producido la opi cil de dominar; en cambio Hipias, Antifón y
nión equivocada de que la doctrina del dere Alcidamas, consideran como justo por natu
cho natural em pe/ó sólo hasta ese periodo. raleza lo que está de acuerdo con la razón,
El i. es una expresión peligrosamente equí proclamando la igualdad natural de todos los
voca, pues su significado, tanto filosófico hombres.
como político, varia mucho de acuerdo con El i. que se encuentra en Platón y, aunque
las distintas concepciones del derecho natu de manera incidental, en Aristóteles, fue ela
ral. En la historia de la filosofía jurídico- borado en la cultura griega, sobre todo por
política aparecen, en efecto, por lo menos tres los estoicos, para quienes toda la naturaleza
versiones fundamentales de este último (cada estaba gobernada por una ley universal racio
una de las cuales tiene sus variantes): la de nal inmanente; conocemos su doctrina, a este
una ley establecida por voluntad de una divi propósito, sobre todo por la divulgación que
nidad y revelada por ésta a los hombres; la de ella hizo Cicerón en Roma, en páginas que
de una ley "natural” en sentido estricto, en ejercieron una influencia capital en el pensa
cuanto algo físicamente connatural, a modo miento cristiano de los prim eros siglos, en el
de instinto, para todos los seres animados, y, medieval y también en las prim eras doctri
finalmente, la de una ley dictada por la razón, nas iusnaturalistas modernas. En un célebre
y específica por lo tanto del hombre, que la pasaje del De res publica, Cicerón sostiene la
vuelve a descubrir en forma autónoma den existencia de una "verdadera” ley acorde con
tro de sí mismo. Se trata de concepciones la razón, inmutable y eterna, que no varia de
heterogéneas y, en algunos aspectos, opues acuerdo con los distintos países y las distin
ta*- (aunque algunas veces coexisten en doc tas épocas, y que el hombre sólo puede vio
trinas particulares, como las panteístas, que lar renegando de su propia naturaleza. Al ser
identifican la divinidad con la naturaleza físi reproducido y acogido por Lactancio, uno de
ca y con la razón); sin embargo, todas tienen los Padres de la Iglesia, este pasaje influyó
en común la idea de una sistema de normas grandemente en el pensamiento cristiano de
lógicamente anteriores y éticamente superio cultura latina que, como habia sucedido des
res a las del estado, de cuyo poder constitu de el siglo iii con el de cultura griega, acogió
yen una limitación infranqueable; las normas la idea de un derecho natural dictado por la
jurídicas y la actividad política de los esta razón. Esto despertó, sin embargo, entre los
dos, de las entidades y de los individuos que Padres de la Iglesia graves problemas de
se opongan al derecho natural, de cualquier orden teológico, ya sea por la dificultad de
manera que se conciba, son consideradas ile explicar la coexistencia de una ley natural y
gitimas por las doctrinas iusnaturalistas y de una ley revelada, ya sea porque la admi
permiten la desobediencia de los ciudadanos. sión de la existencia, en el hombre, de una ley
83» IU S N A T U R A L IS M O
moral autónoma ponía en tela de juicio la según el cual el derecho natural es un dicta
necesidad de la gracia. Estas dificultades do de la razón, pero la razón no es más que
atorm entaron sobre todo el pensamiento de un medio de comunicarle al hombre la volun
san Agustín, que a este propósito adoptó acti tad de Dios, que puede modificar, por lo tan
tudes muy diferentes en diversas épocas. to, el derecho natural a su arbitrio: tesis que
También los juristas romanos habían toma fue retomada y desarrollada, desde el prin
do de los estoicos la idea de un derecho natu cipio, por la Reforma protestante.
ral. que sin embargo no profundizaron; uno Con frecuencia se hizo valer el principio del
de los más grandes, Ulpiano, más bien la des i. de santo Tomás (que, en realidad, había sido
figuró profundamente, definiendo el derecho enunciado por san Agustín y que santo Tomás
natural como “el que la naturaleza ha ense había aceptado con serias limitaciones y
ñado a todos los seres animados”, incluyen reservas), según el cual una ley positiva con
do entre éstos de manera explícita a las bes traria al derecho natural, y por lo mismo
tias. lo cual reducía el derecho natural, antes injusta, no era una verdadera ley ni obliga
que a una norma de conducta, a un mero ins ba. Este principio, muy por encima de las
tinto. a una necesidad de orden físico. Esta intenciones de santo Tomás, se esgrimió
definición ulpiana es por otro lado muy muchas veces para atacar la validez de las
importante, porque fue acogida frecuente leyes del estado en los casos en que éste se
mente por los escritores medievales junto con encontró en oposición con la iglesia; los juris
la de Cicerón, a pesar de ser antitéticas. tas y políticos católicos apelan al mismo aún
La aceptación indiscriminada del i. en todas en nuestros días.
sus versiones, sin lomar en cuenta su recípro
ca incompatibilidad, es una característica, en IIIF.I. ORK'.KN DEL ll'SNATURAUSMO MODERNO. En
efecto, del pensamiento medieval. Junto con realidad, la doctrina tomista de la ley natu
la versión naturalista de Ulpiano y la racio ral no hacia otra cosa que retom ar la estoico-
nalista de Cicerón (y también aquella, debi ciceroniana de la “verdadera" ley en cuanto
da a una mala interpretación de un diálogo racional, encerrándola, sin embargo, en un
tardío de Platón, de una justicia inmanente marco teológico. Y a pesar de que un difun-
en todo el universo como principio de la didisimu lugar común historiográfico afirme
armonía del mismo), la Edad Media desarro lo contrario, en la actualidad se va abriendo
lló la doctrina de un derecho natural, identi camino la opinión de que el i. moderno (que
ficado con la ley revelada por Dios a Moisés adoptó, sobre todo en el siglo xvm, caracte
y con el Evangelio: esto se debió sobre todo rísticas decididamente laicas y, en el cam pt/ .
al canonista Graciano (siglo xn) y a sus político, liberales) se desarrolló en gran par
comentaristas. te a p artir de la doctrina estoico-ciceroniana
Santo Tomás de Aquino (siglo xm) puso fin del derecho natural trasm itida precisamen
a esta confusión de ideas, entendiendo como te gracias a su acogida en el tomismo. Sobre
"ley natural” la parte del orden, establecido lodo por el hecho de que la orientación tomis
por la razón de Dios gobernador del univer ta se opuso enérgicamente, a partir del siglo
so, que se encuentra en la razón del hombre: xiv y sobre todo en el siglo xvi, durante la
una norma, por lo tanto, racional. El i. de san Relorma, al voluntarismo teológico inspira
to Tomás reviste una gran importancia his do en las tesis de Guillermo de Ockam. que
tórica porque constituye, aunque no siempre establecía como fuente prim era de toda nor
se entiende de una manera perfecta y univo ma de conducta y como fuente de legitimidad
ca, la base del i. católico que se hizo tradicio de la autoridad política, la voluntad divina y,
nal y que, a pesar de no haber sido declarado por lo mismo, las Sagradas Escrituras. Por
nunca por la iglesia m ateria de fe, forma, sin lo general, todos los juristas españoles que
embargo, parte central de la doctrina moral estudiaron ampliamente el derecho natural
y juridico-política católica. En el ámbito de (entre los que ocupa el lugar principal Fran
la teología de la Edad Media tardía fue obje cisco Suarez), trataron de establecer una
to de ásperas objeciones por parte de las mediación entre el voluntarismo y el i. de ins
corrientes voluntarista» cuyo mayor exponen piración tomista.
te fue Guillermo de Ockam (siglo xiv), y Precisamente en oposición al voluntarismo
I U S N A T U R A L IS M O 839
de las alas extremas del calvinismo, nació la mente para Grocio, del derecho internacional:
doctrina que se acostumbra considerar pie en ese tiempo los tratados de este derecho
dra angular del i. moderno: la del holandés casi siempre llevaban el título de Acerca del
Hugo Grocio (Huig de Groot), enunciada en derecho natural y de las gentes.
el De iure belli ac pacis de 1625. En esa obra
Grocio afirma —al establecer el derecho natu IV. t AKALTERISTICAS DEL IUSNATURALISMO MODERNO
ral basado en un derecho que podía ser reco Se ha difundido muchísimo la opinión de que
nocido como válido por todos los pueblos (y entre el i. antiguo-medieval y el i. moderno
que se convertiría en el derecho internacio existe una prolunda antítesis, en cuanto que
nal)— que ese derecho había sido dictado por el primero estaría constituido por una teoría
la razón, y que era independiente no sólo de del derecho natural como norma objetiva,
la voluntad de Dios sino también de su mis mientras que el segundo sería una teoria
ma existencia. Esta afirmación, que se hizo exclusivamente de derechos subjetivos, de
famosísima, se consideró en la época ilustra facultades. En realidad, entre el i. antiguo,
da como revolucionaria y precursora de la medieval y moderno no existe de hecho una
nueva cultura laica y antiteológica, a la cual, ruptura sino más bien una continuidad sus
por eso mismo, el i. grociano le hahia abier tancial; sin embargo, lo cierto es que el i.
to el camino en el campo de la moral, del dere moderno pone decididamente el acento en el
cho y de la política; la doctrina de Grocio aspecto subjetivo del derecho natural, o sea
actuó, en efecto, en este sentido, aunque la en los derechos innatos, dejando en la oscu
tesis de la independencia de la ley natural res ridad su correspondiente aspecto objetivo, el
pecto de Dios reproducía viejas fórmulas de norma, en el que generalmente insistieron
escolásticas ligadas a la polémica entre el i. los iusnaturalistas antiguos y medievales, y
racionalista y el voluntarismo, y se remonta también el mismo Giocio. Precisamente por
ba hasta el em perador rumano Marco Aure esta característica el i. moderno, o sea el de
lio, seguidor de la filosofía estoica. los siglos xvn y xvm, informa profundamen
En el siglo xvn, la obra de Grocio, debido te a las doctrinas políticas de tendencia indi
también a su actualidad, en cuanto estudio vidualista y liberal, estableciendo resuelta
sistemático del derecho internacional, y a la mente la instancia del respeto, por parte de
fama que como tal alcanzó en tuda Europa, la autoridad política, de lo que se proclama
difundió con gran eficacia la idea de un dere como derechos innatos del individuo.
cho "natural", en el sentido de "no sobrena El i. moderno considera al estado mismo
tural’', de un derecho que tenía como fuente como una obra voluntaria de los individuos
de validez exclusivamente su conformidad y no, como en la mayor parte de las doctri
con la razón humana, y esta concepción del nas clásicas y medievales, como una institu
derecho natural influyó profundamente en la ción necesaria por naturaleza. Para los ius-
proposición de la idea de la necesidad de naturalistas modernos, los individuos aban
adaptar el derecho positivo y la constitución donan el "estadonatural” (entendido porcada
política de los estados a un derecho semejante uno de ellos de un modo diverso, pero siem
y, también, de la legitimidad de la desobedien pre sin organización política) y dan vida al
cia y de la resistencia a los que no se adapta estado organizado politicamente y con auto
ban al mismo. Esta tendencia se desarrolló, ridad, precisamente para que se vean mejor
por otra parte, también fuera del influjo protegidos y garantizados sus derechos natu
directo del i. inspirado en Grocio o derivado rales, y el estado es legítimo siempre y cuan
del mismo, y al encontrarse en Inglaterra con do cumpla esta función esencial suya, que se
la antigua tradición constitucionalista de ese le ha delegado por medio de un pacto estipu
país (v. constitucionalismo;, que ya había esta lado entre los ciudadanos y el soberano (con
blecido límite» a) poder del rey, halló su for trato social). En algunas doctrinas iusnatu
ma precisa en los Ensayas sobre el gobierno ralistas modernas se rechaza el individualis
civil de Locke, escritos alrededor de 1680 y mo hasta el grado de considerar a la socie
aparecidos en 1690. Además de esto, el i. del dad misma como fruto de un contrato entre
siglo xvn tuvo gran importancia como funda los individuos, y de dividir e! contrato social
mento teórico, como lo hahia sido precisa en dos aspectos: pacto de unión y pacto de
«40 IU S N A T U R A I.IS M O
su jeción: aunque esto es mucho más raro de la razón sino también por concebir como tales
lo que se cree, ya que aun entre los iusnatu- las que en realidad sólo eran instancias polí
ralistas modernos el “estado natural" se ticas, y no rara vez económicas, de la socie
representa generalmente como una forma de dad de la época. Por o tra parte, el hecho mis
sociedad; sociedad, sin embargo, precaria e mo de haberlas lomado como exigencias
incierta, que hace conveniente la salida de esa racionales absolutas les confirió a estas ins
condición para dar vida a una institución tancias la fuerza que condujo a su pleno cum
juridico-política organizada. plimiento. El ideal iusnaturalista del siglo
Los derechos innatos, el estado natural y xvm tuvo de esta manera efectos muv gran
el contrato social, a pesar de ser entendidos des en la política: la Declaración de Indepen
de diversas maneras por los distintos escri dencia de los Estados Unidos de América
tores, son conceptos característicos del i. (1776), en la que se afirma que todos los hom
moderno y se encuentran en todas las doctri bres tienen derechos inalienables, como la
nas del derecho natural de los siglos xvu y vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad,
xvili, tanto que se ha podido hablar (aunque se inspiro en la doctrina del derecho natural
en realidad impropiamente) de una "escuela —aunque también contribuyeron algunos ele
del derecho natural”. Esto ha contribuido a mentos historíeos y doctrinales, derivados
que muchos reserven la expresión "i.” para sobre todo de la tradición constitucionalista
las doctrinas de este periodo histórico y ha inglesa. La Declaración de los Derechos del
creado también la opinión equivocada de que Hombre y del Ciudadano. 178ó, que fue uno
la idea del derecho natural nació v se cultivo de los primeros actos de la revolución fran
sólo a partir de ese periodo, y mas precisa cesa. en la cual se proclaman igualmente
mente desde Grocio en adelante. como "derechos naturales” la libertad, la
Las teorías de los distintos iusnaturalistas igualdad, la propiedad, etc., tiene un carác
de los siglos xvm y xix (entre los que se pue ter francamente iusnaturalista.
den mencionar, además de Grocio y Locke. a
Millón. Pufendorf, Cumberland. Tomasio, V F.L IfSNATl'RALlSMO EN El. SIOIjO XIX El i. del
Barbeyrac, Wolff, Burlamaqui, Vattel y, en siglo xvm tuvo también otros efectos concre
una posición particular, a Rousseau y Kanl, tos importantísimos. El derecho natural
y, además, en la prim era fase de su pensa representaba un modelo perfecto para las
miento. Fichte) presentan diferencias que legislaciones positivas y parecía proporcionar
algunas veces llegar a ser profundas, v los el medio para llevar a cabo, aun en este cam
mismos conceptos de estado natural y de con po. una reforma que no respondía sólo al espí
trato social se presentan en ellos configura ritu innovador de la época sino que satisfa
dos de diversa manera. De estos escritores, cía, además, exigencias prácticas y técnicas.
los primeros parecen referirlos a hechos real La idea de un sistema racional y universal de
mente sucedidos, en tanto que los últimos normas (idea acorde con la tendencia de la
—sobre todo Rousseau y Kant— los presen cultura ilustrada, que consideraba la racio
tan como meras ideas, capaces de explicar nalización y la sistematización de todos los
racionalmente la realidad histórico-política aspectos de la realidad, rechazando las apor
y de constituir un término de referencia y de taciones de la tradición v de la historia, v todo
evaluación para ésta; o sea que el estado lo que no tuviera la apariencia de un dictado
encuentra su justificación racional (no histó de la razón), se oponía, en efecto, de una
rica) en el contrato que les es inmanente y que manera estridente a la realidad de la vida jurí
es legítimo en la medida en que se adapta a dica de esa época.
los términos racionales del contrato mismo. Este periodo se caracterizó por un grave
En otras palabras: el estado, para ser legiti estado de confusión y de incertidumbre. cau
mo, debería existir como si en cada momen sado por la crisis del derecho vigente en ese
to de su existencia naciera del contrato. entonces, que era un derecho llamado
Ciertamente el i. de los siglos xvm y xix “común”, o sea el derecho romano justinia-
pecó gravemente de falta de sentido históri no modificado y complicado a través de los
co. no sólo por haber presentado como even siglos por el concurso de otras variadísimas
tos sucedidos realmente meras exigencias de fuentes de normas jurídicas, y prácticamcn-
I U S N A T U R A L IS M O 841
do enérgicamente por los seguidores del posi contenido del derecho natural (no excluida,
tivismo jurídico, que veían en él una traspo por otra parte, por santo Tomás, en quien se
sición ilegítima del derecho del plano de la inspira el i.) parece inclinarse actualmente a
valide/ formal al del valor, recibió criticas aceptar una dimensión histórica del mismo.
también bajo el aspecto ético, como doctrina Si se concibe históricamente, como expresión
objetivista y universalista, incompatible con de los ideales jurídicos y políticos siempre
la concepción moderna de la moral. La polé nuevos que van surgiendo de la transform a
mica en pro y en contra del i. se desarrolló ción de la sociedad en oposición con el dere
frecuentemente en planos diferentes: en algu cho positivo (que por la misma estructura de
nos casos en el de la ética, en otros en el de los órganos legislativos no siempre es capaz
la política, o bien en el de la ciencia jurídica, de adaptarse a esa transformación), el i. tie
y los argumentos de los contendientes, al no ne ante sí una función, peligrosa tal vez, pero
ser homogéneos, cayeron en el vacio: o sea que puede ser fecunda; el problema de los
que estuvo viciada, por ambas partes, por pre fines y de las limitaciones de la misma afec
juicios clericales o anticlericales, por la con ta, sin embargo, al de la relación entre el juez
vicción errónea, albergada todavía por y la ley y, por lo tanto, al de las relaciones
muchos, de que la concepción del derecho entre el poder legislativo y el poder judicial,
natural era prupia de la doctrina católica. ya que si se admite que el juez puede apoyar
La lorma en que actualmente el i. puede se en un "derecho natural" y puede compro
tener todavía vitalidad es, según parece, la meter la certeza del derecho, se les atribuye
que se aproxima a las doctrinas sociológicas a los órganos judiciales el poder, en esencia,
y "realistas" del derecho que rechazan el posi de crear derecho.
tivismo jurídico por su formalismo, o sea pre
cisamente por el mismo defecto que el histo N. Bobbio, El problema del positi
biblio g ra fía .
ricismo romántico e idealista le achacaba al vismo jurídico (1965), Buenos Aires, Eudebu; G.
i. Los seguidores del positivismo jurídico con Fasso, La legue dellu rugione (1964), Bolonia, II
sideraban "iusnaturalistas", desde el prim er Mulino, 1966; G. Fasso. Historia de la filosofía
momento de su aparición, a las doctrinas jurí del derecho (196b-1970), Madrid, Pirámide, 1982-
dicas de inspiración sociológica que no loma 1983, 3 vols.; G. Fasso, La scienza e la filosofía
ban en cuenta la estructura formal del dere del diritto, en Slorie delle idee politiclie. econo-
cho sino su contenido real, y, por otra parte, miche e sociali, a cargo de L. Firpo, Turín, ltht ,
los pensadores positivistas que apoyaban en 1979, vol. vi; E. Galán y Gutiérrez, Jus naturae
la sociología, como Spencer o Ardigó, acep (1934), Madrid, Instituto Editorial Reus, 1961,2
taron expresamente la idea del derecho natu vols.; A. Passerin d’Entréves, La dottrina del dirit-
ral, y los juristas sociológicos, como el nor lo natnrale (1954), Milán, Comunita, 1962; P. Pio-
teamericano R. Pound, hablaron de "derecho vani, Giusnaturalismo ed etica moderna, Bari,
natural positivo”; a principios del siglo xx, Laterza, 1961; F. Pollock. The history of the law
los defensores de una "investigación libre del of nature (1900), reed. en Jnrisprudence and legal
derecho" (Ehrlich, Kantorowicz, Gény), apro essays, Londres, Macmillun, 1961; H. Rommen,
ximaron su idea del derecho al derecho Derecho natural: historia, doctrina (1947), Méxi
natural. co. Jus; J. Sauter, Die philosophischcn Grundla-
Ciertamente, sólo desligado de la idea de un gen des Saturrechts (1932), Frankfurt, Sauer und
derecho natural meiafisico. extrahistórico, Auvermann, 1966; H. Welzel, Diritto naturale e
eterno e inmutable, el i. puede encontrar un giustizia mate ríale (1962*), Milán, Giuffre. 1965.
lugar en la cultura jurídico-politica actual. Y
en efecto, el mismo i. católico, que siempre [o lido fa sso ]
había rechazado la variabilidad histórica del
jacobinismo
ropaje verbal de definiciones, con el objeto, derecho” (Rawls). De este modo, decir que una
en general, de una eficiencia retórica. No determinada acción, norma, política o activi
debemos, por lo tanto, interpretar afirmacio dad es injusta, implica al mismo tiempo que
nes como ‘‘la j. significa igualitarismo" como determinadas personas tienen derecho a
una definición del concepto de j. sino como determinados beneficios, y esto significa, a su
expresión del principio normativo de que las vez. que los demás tienen el deber de no inter
normas igualitarias de distribución son jus ferir en determinadas acciones del primero,
tas, y las no igualitarias injustas, de lo que como por ejemplo llevar adelante sus respec
se deduciría que sólo las normas del prim er tivas reivindicaciones.
tipo deberían ser aprobadas y aplicadas. Lo Esto sirve para demostrar, como lo señaló
mejor es considerar la j. como noción ética Hume, que en las sociedades surgen proble
fundamental y no definida. mas de j. porque los hombres están interesa
dos esencialmente en si mismos y los bienes
ni justicia . bien , derechos ¿ No es lo mismo son esencialmente escasos. “La j. tiene su ori
decir que una acción es justa que decir que gen únicamente en el egoísmo y en la limita
es moralmente buena? Platón tendía a consi da generosidad de los hombres, junto con los
derar la j. y la virtud como sinónimos, y Aris escasos recursos que la naturaleza ha dis
tóteles identificaba la j., en su sentido más puesto para sus necesidades [...] Elevad a un
amplio, como “virtud plena y excelencia en grado suficiente la bondad de los hombres,
el verdadero sentido de la palabra" {Ética. o la abundancia de la naturaleza, y habréis
1130a). Aristóteles mismo, sin embargo, esta inutilizado la j., sustituyéndola con virtudes
ba más interesado en considerar el tipo de j. mucho más nobles y con bendiciones más
"que forma parte de la virtud" {ihui). En este valiosas” (A treatise o f hum an nature, 1739,
sentido más restringido y más común habla libro ni. parte n, sección n).
mos de “ justo" y de "injusto" "cuando no nos
ocupamos de la conducta de un solo indivi IV. JUSTICIA DISTRIBUTIVA V JUSTICIA REPARADORA
duo sino del modo de tra ta r a las clases de Una conducta justa e injusta puede consistir
individuos, cuando tenemos que distribuir en la promulgación de normas que asignan
entre ellos alguna carga o algún beneficio [ ... J beneficios (por ejemplo, cargos, votos, sala
Justo e injusto son formas más especificas de rios) o cargas (por ejemplo, impuestos, mul
crítica moral que lo bueno o lo malo o lo tas) a clases de individuos; en la aplicación
moralmente bueno o moralmenie malo" de esas normas a casos particulares y en la
(Hart). La legalización o la condena legal del nbsen’ancia de estas normas. No solo las leyes
aborto o del divorcio, o el ejercicio de estas propiamente dichas sino también las costum
prácticas, pueden considerarse moralmente bres y los principios éticos, pueden conside
equivocadas, pero difícilmente pueden con rarse justos o injustos. En sentido derivado
siderarse injustas. “ No todas las acciones se puede hablar de una persona justa (que
moralmente buena.'— por ejemplo, los actos tiende a actuar de un modo justo), de normas
de benevolencia, los actos de piedad, o el justas (cuya promulgación constituye una
devolver bien por mal—, pueden describirse acción justa), de instituciones o sistemas
propiamente como justas. No todas las accio sociales justos (que constan de normas
nes moralmente malas son injustas. Las con justas).
sideraciones sobre hacer j. son sólo una espe Se ha adoptado en general la distinción
cie de las consideraciones sobre hacer el aristotélica entre j. distributiva y j. repara
bien" (Frankena). dora. La prim era es “la que se manifiesta en
El concepto de j. está intimamente ligado la distribución de cargas, de bienes m ateria
no sólo con el de bien sino también con el de les o de cualquier otra cosa que pueda divi
derecho, en el sentido de derecho legal y dirse entre los que toman parte en el sistema
moral. "Se presentan problemas de j. cuan político" {Ética. 1930b); en cambio, la segun
do se proponen reivindicaciones opuestas en da está relacionada de una manera más espe
la proyección de una actividad y cuando se cifica con situaciones en que una persona ha
da por descontado que cada uno insistirá, has sufrido una ofensa de otra persona y exige,
ta donde sea posible, en lo que considera su por lo tanto, una reparación. Las normas de
»4tv JU S T IC IA
la j. reparadora se subdividen, además, en lesión para los demás" (Del Vecchio, cap. vm;
normas de j. compensativa y normas de j. las cursivas son mias). Precisamente porque
correctiva. Las prim eras se refieren a tran el concepto de j. es normativo, sus principios
sacciones privadas y voluntarias y tienen por deben expresarse en términos descriptivos.
objeto restablecer un equilibrio perturbado,
mediante la compensación de la parte ofen vi. justicia formal. "Dado que el que viola la
dida; la segunda inflige el castigo al culpable. ley es, como hemos dicho, injusto, y en cam
La j. reparadora puede considerarse, pues, bio el que respeta la ley es justo evidentemen
como una subclase de la j. distributiva, en que te todas las acciones legitimas son justas en
los beneficios y las cargas que hay que asig cierto sentido porque ‘legitimo' es lo que el
nar están representados por recompensas y arte legislativo ha definido como tal. y llama
castigos. Esta voz se ocupa sobre todo de la mos ‘justo’ cualquier procedimiento legisla
j. distributiva en el sentido más restringido tivo particular” (Aristóteles, Ética, 1129b). Las
del término. "La tarea de una teoria de la j. acciones legitimas son acciones justas en el
distributiva consiste en proporcionar la sentido restringido de que se adapten a un
maquinaria en cuyos términos se puedan eva cierto sistema preexistente de leyes positivas.
luar los méritos y deméritos relativos a una Dado un sistema cualquiera de este tipo, una
distribución, efectuando esta 'evaluación' des acción es justa si es exigida o permitida por
de un punto de vista ético o moral" (Rescher). las normas, e injusta si éstas la prohíben, Éste
Examinaremos por lo tanto los distintos prin es el principio de legalidad, o de la j. formal
cipios alternativos de j. distributiva que se o abstracta (Perelman). A pesar de que está
han propuesto. expresado en términos descriptivos es casi
tan vacío de significado como las fórmulas
v. normas vacias. Los principios de j. expresa citadas en el § v. Deciamos “casi” porque
dos en términos normativos son vacíos y tau prohíbe a los ciudadanos desobedecer las nor
tológicos. Es imposible en rigor de lógica vio mas sustantivas que están en vigor en ese
lar, por ejemplo, la norma de que es justo dar momento. Además les exige a los que aplican
a cada uno lo que le corresponde. Los que des las normas, por ejemplo a los jueces, que
tinan a otros a los campos de concentración actúen de manera imparcial. Así, un juez,
pueden afirm ar que les dan lo que merecen, pura llegar a una decisión formalmente jus
es decir lo que deberían obtener. Se pueden ta. debería " tra ta r los casos semejantes de
hacer criticas del mismo tipo también a fór modo semejante y los casos diversos de un
mulas como: "una justa distribución es aque modo diverso", pero sólo en el sentido de que
lla en que el valor relativo de las cosas corres debería tom ar en cuenta las semejanzas y las
ponde a los valores de las personas que las diversidades de las características persona
reciben" (Aristóteles, Política, 12S0a). El valor les que la ley misma señala específicamente
relativo de las cosas, por ejemplo, se puede como relevantes. Si se deja llevar por prefe
medir frecuentemente en términos moneta rencias personales o se corrompe con dádi
rios; mas no el valor relativo de las personas, vas, su veredicto será injusto. Si todos los ciu
que es un problema de evaluación normati dadanos tienen derecho al voto sería injusto
va. Y no puede haber un tratam iento injusto impedirle a un ciudadano de color que vota
si es justo tra ta r a las personas de un modo ra. Dentro de un sistema que limita el dere
diverso entre si, siempre que las diferencias cho de voto sólo a los ciudadanos blancos, la
correspondan a distinciones relevantes y no misma acción sería legal y por lo tanto for
arbitrarias de las características personales. malmente justa, y seria ilegal e injusto per
Algunos sostienen que las diferencias racia mitirle a un negro que votara. La j. formal
les son relevantes para los fines del derecho excluye la arbitrariedad y exige la previsibi
de voto, lo que significa que el sufragio debe lidad no sólo en las decisiones judiciales sino
ría basarse en la raza. De la misma manera, también en el ejercicio de la autoridad polí
cualquier norma imaginable de distribución tica: “gobierno de leyes y no de hombres". Las
resulta justa si la j. impone "el deber de hacer normas jurídicas mismas pueden ser justas
a los demás lo que fundadanu.nu pueden pre en sentido formal, siendo el único criterio dis
tender y no hacer lo que constituiría una tintivo el de determ inar si han entrado en
JU S T IC IA S4V
vigor de acuerdo con las normas de compe ra semejante y casos diversos de manera
tencia del sistema jurídico en si, por ejemplo diversa queda comprendido, de este modo, en
cuando son constitucionales. el concepto mismo de norma. Para llegar a la
La j. formal se aplica a las normas mora enunciación de principios sustanciales de la
les y a las normas jurídicas. Frecuentemente j. es necesario especificar las semejanzas y las
se sostiene que el mismo concepto de mora diferencias de características personales que
lidad entraña la idea de una conducta gober deberían tomarse como base para un trata
nada por normas, y de ahí nace el deber moral miento semejante o diferenciado. En realidad,
de decidir cada caso de acuerdo con alfil*» el paradigma de cualquier norma de distri
principio ético general más bien que de acuer bución es: un beneficio (por ejemplo, una exen
do con su valor. La reciprocidad moral se con ción) o una carga (por ejemplo, un impuesto)
vierte de este modo en un caso particular de determinado (y especificado) debe asignarse
imparcialidad moral y ambos son ejemplos o negarse a cualquier persona, según tenga o
de j. formal. le falten determinadas características espe
Los filósofos como Hobbes usan el concepto cíficas (por ejemplo, raza, ciudadanía, rique
de j. exclusivamente en sentido formal, si no za, habilidad). “La búsqueda histórica de la
directamente jurídico. En consecuencia, en el j. ha consistido, en efecto, de amplios inten
estado natural carente de leyes "nada puede tos por eliminar determ inadas diversidades
ser injusto. Las nociones de moralmente bue como bases para una diferencia de tratamien
no y moralmcnlc malo, de j. c injusticia, no to y determinadas semejanzas como bases
encuentran cabida dentro de la misma [...] para una identidad de tratam iento" (Franke-
Por lo tanto, antes de que los términos ‘jus na). Establecidos estos principios sustanciales,
to’ e 'injusto' encuentren su ubicación debe pueden resultar justas determ inadas accio
existir cierto poder que obligue a los hombres nes, no contempladas por la ley positiva, o
a acatar de manera igual sus pactos, mediante directam ente ilegales. Del mismo modo las
la amenaza de algún castigo de mayor enti decisiones legales se pueden juzgar injustas
dad que los beneficios que podrían esperar desde un punto de vista moral. Pero la más
se de la ruptura de su pacto” (Lcviatán, caps. importante de todo es que hay normas ju rí
13 y 14). Actuar justam ente es respetar todo dicas formalmente válidas que pueden criti
lo que las leyes mandan, con la condición de carse como sustancialmente injustas.
que hayan sido promulgadas por un sobera Algunas filosofías de la j. han puesto de
no suficientemente poderoso para hacerlas manifiesto características personales sobre
respetar. las que los individuos no tienen ninguna posi
También Marx y Engels usan el concepto bilidad de control, ya sea físicas (por ejem
de j. en sentido formal y no en sentido jurídi plo, sexo, edad, raza) o sociales (por ejemplo,
co. El hecho de que el excedente creado por posición, religión, riqueza heredada). De
la mano de obra quede en beneficio del capi acuerdo con estos puntos de vista, es justo
talista "es un elemento de suerte particular que los que ya gozan de alguna ventaja (por
para el comprador, aunque de acuerdo con ejemplo, los libres, los aristócratas, los ricos)
las leyes que rigen el intercambio de las mer reciban ulteriores privilegios (por ejemplo,
cancías no representa en realidad una injus posiciones de un nivel más elevado, mayores
ticia hacia el vendedor" (en este caso, el pres derechos políticos, más amplias oportunida
tador de la obra) (Engels, Anti-Diihriiiíi). En des profesionales y educativas); en cambio los
otras palabras, estas transacciones son for que carecen de ventajas (por ejemplo, los
malmente justas en términos de normas de esclavos, los extranjeros, los pobres, los que
distribución capitalistas. Ésta es precisamen pertenecen a una raza "inferior" o a una fe
te la razón por la que se considera que el re "equivocada”) deberán soportar cargas más
medio no es una distribución de los salarios grandes (por ejemplo, hacer servidos más
más "ju sta” sino la abolición de un sistema pesados, pagar impuestos más elevados). De
de producción que es más malo que injusto. acuerdo con el punto de vista opuesto, es jus
to dar alguna compensación por las desven
vil JUsriUA sustancial. El p rin cip io form al de tajas iniciales. De esto modo el principio "a
que ca so s sem ejantes deben tratarse de m ane cada uno según su necesidad” requiere que
850 JU S T IC IA
a los necesitados (por ejemplo, enfermos, ingreso es igualitario y un impuesto sobre las
pobres, desocupados) se les asignen mayores adquisiciones inigualitario (ya que afecta de
beneficios y cargas menores, o por lo menos una manera más pesada a los compradores
que ninguno pueda disponer de bienes super- más pobres).
fluos antes de que todos hayan satisfecho sus Actualmente, la mayor parte de la gente uti
propias necesidades fundamentales. Hn con liza principios de j. sustancial distintos en sec
secuencia, los salarios mínimos, la cuota de tores distintos: normas de voto esencialmen
desocupación, las asignaciones familiares, te igualitarias (sufragio universal para todos
etc., se consideran principios fundamentales los ciudadanos de una cierta edad, sin tomar
de j. distributiva. en cuenta el "mérito"); el principio igualita
Los principios de mérito establecen que rio de la satisfacción igual de determinadas
ventajas tales como las posiciones y los sala necesidades mínimas (lo que requiere mayo
rios sean proporcionales al mérito o al valor res beneficios para los que tienen mayores
que se calcula de acuerdo con distintos cri desventajas); además de esto, sin embargo,
terios: por ejemplo, la habilidad innata (otro existe el principio inigualitario de los salarios
factor sobre el que no se tiene ningún control), diferenciados de acuerdo con la habilidad y
la habilidad adquirida o demostrada o poten el resultado; estas desigualdades, a su vez. se
cial (que depende por lo menos parcialmente reducen parcialmente a través de impuestos
del esfuerzo personal), o la cantidad o cuali progresivos sobre el ingreso.
dad del trabajo producido. Entre todos los
demás inmunerables principios, cito sólo la viii. metaetica dk la justicia. En el cuso de una
afirmación de que un precio justo o un sala discrepancia entre j. formal y j. sustancial
rio justo es el que se puede conseguir en un surge la pregunta normativa sobre cuál de las
mercado abierto. dos debe prevalecer. ¿Un juez está obligado
Se ha tratado de llegar a estándares más moralmente a aplicar de manera justa las
generales de j. sustancial. Mientras que la j. leyes injustas, o bien deberia guiarse por prin
formal es al mismo tiempo igualitaria (igual cipios de "una ley superior"? ¿Los ciudada
tratam iento a los que poseen determinadas nos deben obedecer todas las leyes positivas,
características especificas) e inigualitaria o tienen en cambio el derecho moral, y tam
(diversa distribución a los que difieren en este bién el deber, de seguir la "verdadera” justi
sentido), tanto la igualdad como la desigual cia? Pero, entre los principios distintos y
dad se han esgrimido como criterios de j. opuestos mencionados en el § vn, ¿cuáles son
social en general. Por ejemplo, Platón sostie los verdaderos? ¿Es posible dem ostrar que
ne que las normas de distribución para ser cualquiera de ellos es objetivamente válido?
justas deben ser inigualitarias, en tanto que La escuela cognoscitiva ha respondido afir
Rousseau defendía los principios igualitarios mativamente a esta pregunta y la escuela no
de la j. La dificultad estriba, aquí, en que una cognoscitiva negativamente, y sigue sin tre
cierta norma de distribución sólo puede cali gua la antigua disputa entre estas dos escue
ficarse de igualitaria o inigualitaria respec las metaéticas.
to de una distribución preexistente; igualita El cognitivismo puede subdividirse a su vez
ria si reduce, inigualitaria si acrecienta las en intuicionismo y naturalismo. Los intuicio-
diferencias entre las propiedades de aquellos nistas afirman que se puede dem ostrar la ver
a los que se aplica (v. igualdad). Por ejemplo, dad de determinados principios morales en
am pliar el voto a todos los propietarios fue. general, y de j. social en particular, basándo
en su época, una exigencia igualitaria dirigi se en la intuición ya sea moral (por ejemplo.
da contra los privilegios hereditarios de la Platón), ya sea religiosa (por ejemplo, san
nobleza. Las calificaciones de propietario Agustín), ya sea racional (santo Tomás de
para tener derecho al voto se convirtieron en Aquino). La mayor parte de los teóricos del
una norma inigualitaria, cuando se esgrimie derecho natural son intuicionistas del tercer
ron en defensa de los intereses adquiridos de tipo. He aquí dos ejemplos modernos de intui
propiedad y en contra de los defensores del cionismo aplicado a la j. Del Vecchio afirma
sufragio universal. Contrariamente a lo que que "la idea y el sentimiento” de la j. (cap.
parece, un impuesto progresivo sobre el vn) pueden "obtenerse por deducción a par
JU S T IC IA í(5l
sostenía que la j. está "implícita en el mismo de la gente tendería a dar más valor a la j. que
significado de utilidad" (Utilitarianism, cap. a la utilidad. Asimismo, pocos osarían llegan
v), estos dos puntos de vista se oponen fre a adoptar la máxima general fiat justitia,
cuentemente entre si y deben sopesarse el uno percat mundiis.
contra el otro. De este modo, mientras que "la
idea de la j. sostiene los derechos del indivi uibuogkai tA: R. Barry, A liberal theory uf justi-
duo, aun del individuo culpable, contra las ce, Oxford, Oxford University Press, 1973; R.B.
exigencias de la utilidad [...] las considera Brandt (comp.). Social juslice, Englewood Clifts,
ciones de interés social general, en circuns Prentice Hall. 1962; N. Daniels (comp.), Reading
tancias excepcionales, pueden llegar a auto Ravvls, Nueva York, Basic Books, 1975; G. Del
rizar la detención de una persona que no haya Vecchio, La giustizia, Bolonia, Studium, 1924;
violado ninguna ley" o a aislar personas afec C.J. Friedrich y J.W. Chapman (comps.). Nomos
tadas por enfermedades contagiosas o a VI: Juslice, Nueva York, Athcrton, 1963: H.L.A.
excluir del servicio m ilitar a hombres con Hurí, El concepto de derecho (1961), Buenos
capacidades particularm ente importantes Aires, Abeledo-Perrot, 1968: H. Kelsen, Teoría
para los fines de la guerra" (Raphael). Del mis general del derecho y del estado (1946), México.
mo modo la j. puede exigir que se les conce UNAM, 19693; J.R. Lucas, On juslice, Oxford,
dan beneficios particulares a los miembros Oxford University Press, 1980; F.E. Oppcnhcim.
menos productivos de la sociedad, por ejem Etica c filosofía política (1968). Bolonia, II Muli-
plo los viejos o los inválidos, en tanto que con no. 1971; C. Perelman, De la justicia j1963), Méxi
sideraciones de utilidad podrían exigir que co, UNAM, 1964; D.D. Raphael, Problemas de filo
los salarios y los beneficios se usaran sólo sofía política (1970), Madrid, Alianza, 1983; J.
como incentivos para una mayor productivi Ravvls, Teoría de la justicia (1971), México, Fondo
dad. Hasta la institución de la esclavitud, de Cultura Económica, 1979; N. Rescher, distri-
injusta de acuerdo con la mayor parte de los tive juslice, Indianápolis, Bobbs Merrill, 1966;
cánones de la j., podría defenderse según una A. Ross, Sobre el derecho y la justicia (1959),
base igualitaria, si se pudiera dem ostrar que Buenos Aires, Eudeba.
las ventajas de los patrones de los esclavos
son superiores a la infelicidad de los escla [FELIX E. Ot'PENHEIM]
vos. En este caso, sin embargo, la mayor parte
laborismo
[853]
854 LABORISMO
del 1. debe b u s c a rs e an te todo en el com plejo h isto ria de las instituciones y se p u eden resu
acontecer h istó rico m enciondo an terio rm en te m ir en las dos expresiones de " c u ltu ra laic a ”
de m a n e ra resu m id a . E ste aco n tecer su rg ió y de "e sta d o la ic o ” .
de la c o n fro n ta c ió n e n tre u n a g ran fu erza En la p rim e ra expresión con flu y en las
social, la clase o b re ra inglesa, y u n a trad ició n c o rrie n te s de p en sam ien to q u e so stien en la
política excepcional com o la del p a rla m e n ta em ancipación de la filosofía y de la m o ra l res
rism o inglés. El m ovim iento la b o rista fue el p ecto de la religión positiva. La c u ltu r a del
in stru m e n to de e s ta conciliación fu n d am e n R en acim ien to , al re v a lu a r las cien cias n a tu
tal, pero p a ra esto fue necesario que o tra s tra rale s y las a c tiv id a d e s te rre n a le s en lu g a r de
diciones y o tra s fu erzas —in telectu ales y mo la esp ecu lació n teológica, dio lugar, a p a r tir
ra le s— se u n ie ra n a su tronco. Vale la pena del siglo xvii, a un g rad u a l d ista n c ia m ie n to
recordar, sin em bargo, que existen m ovim ien e n tre el p ensam iento político y los p ro b le m as
tos y p a rtid o s la b o rista s en o tro s p aíses de religiosos y a la difusión de u n a m e n ta lid a d
h a b la inglesa, “ e x p o rta d o s ” desde la m ad re laica que se co n so lid ó en el siglo xvm re iv in
p a tria sobre todo a A ustralia y a N ueva Zelan d ican d o el p rim a d o de la razó n sobre el m is
dia (y a C anadá); al m ism o tiem po se les ase terio . P o r lo ta n to el I. echa su s p ro p ia s ra í
m ejan tam b ié n los p a rtid o s socialistas escan ces en el p ro ceso de secu larizació n c u ltu ra l
dinavos, todos ellos con lazos e s tre c h o s con q u e interviene p a ra refo rz a r las te o ría s p re e
los sin d ic a to s, con ideología p ra g m á tic a y x iste n te s so b re la n a tu ra le z a s e c u la r del
como agentes de representación e integración gobierno.
“ p o sitiv a ” de la clase o b re ra d e n tro de sus La c u ltu ra laica es trib u ta r ia de las filo so
resp ectiv o s siste m a s políticos. fías rac io n alista e in m a n e n tista que re c h a z a
b a n la v erd ad revelada, ab so lu ta y definitiva,
BIBLIOGRAFÍA: M. Beer, Storia del socialismo bri- y a firm a p o r el c o n tra rio la lib re b ú s q u e d a
tannico (1940), Florencia, La Nuova Italia, 1964; de las verd ad es relativas, a través del exam en
G.D.H. Colé, Historia del pensam iento socialis c rític o y la d iscusión. En térm in o s c u ltu r a
ta, México, Fondo de Cultura Económica, 7 vols., les el 1. no es ta n to u n a ideología c u a n to un
1957-1963; E. Grendi, L'avvento del laburismo: m étodo, y m ás bien p u eden d e fin irse p re c i
il m ovim ento operaio inglese dal 1880 al 1920, sam en te com o u n m étodo o rie n tad o al d e se n
Milán, Feltrinelli, 1964; Kingsley Martin, Harold m a sc a ra m ie n to de to d a s las ideologías.
Laski, teórico del laborismo, M adrid, Tecnos, La seg u n d a expresión, que tiene u n a re la
1972; R. M iliband, II labourismo: storia di una ción m ás e x tre c h a con el lenguaje político, es
política (1963) Roma, E ditori Riuniti, 1968. la de e sta d o laico, q u e indica lo c o n tra rio del
e sta d o confesional, es decir del e sta d o que
[e d o a r d o g r e n d i ] a d o p ta com o p ro p ia u n a d eterm inada religión
y concede privilegios a sus fieles re sp e c to de
los cre y e n te s de o tra s religiones y de los no
la ic is m o I creyentes. A la noción de estado laico se refie
re n las c o rrie n te s po líticas que so stie n en la
I DEFINICIONES: CULTURA LAICA -Y ESTADO LAICO La a u to n o m ía de las in stitu c io n e s p ú b lic a s y de
d istin ció n e n tre iglesia docente y p u eb lo dis- la sociedad civil resp ecto del m ag iste rio ecle
cente, o sea e n tre clero y laicos, h a ejercido siá stic o y de las in je ren c ias de las o rg a n iz a
una incid en cia perdurable, en la c u ltu ra polí ciones confesionales, el régim en de s e p a r a
tica y en las in stitu c io n e s pú b licas de los p aí ción ju ríd ic a e n tre estado e iglesia y la g a ra n
ses católicos; el térm in o 1. que se d e riv a de tía de lib e rta d de los c iu d a d a n o s en la co n
ahí es de uso c o rrie n te en los p aíses de len fro n ta c ió n con am bos poderes.
gua latin a , en ta n to que no tiene eq uivalente La te o ría del e sta d o laico se b a sa en una
en el lenguaje p olítico anglosajón, en el que concepción secu lar y no sacra del p o d e r polí
la acepción m o d e rn a de 1. puede tra d u c irs e tico com o actividad autónom a respecto de las
m ás bien, en fo rm a ap ro x im ad a, con el té r co n fesiones religiosas; las que sin em b arg o ,
m ino “s e c u la rism ". co locadas en un m ism o plano de igual lib e r
Los d iv erso s significados de 1. se refieren , tad , p u ed en e je rc e r un influjo p o lítico de
a un tiem po, a la h isto ria de las ideas y a la ac u erd o con su p ro p ia im p o rtan cia social. El
LAICISMO 857
x lx (1932). B enedetto C ruce defin ía el c o n La " d e re c h a h istó ric a " trib u ta b a al estad o
tra s te e n tre la iglesia de R om a y la “ religión casi u n a fe laica, h a s ta el p u n to de co n sid e
de la lib e rta d " com o el e n c u e n tro e n tre “ dos rarlo com o a n ta g o n is ta m oral de la iglesia:
fes religiosas o p u e s ta s ” , ob serv an d o que el el 1. del R isorgim ento, em papado p ro fu n d a
m ovim iento lib eral, en cam bio, no e ra a ta c a m ente p o r valores ético s, d ife ría del 1. ra d i
do sino m ás bien favorecido p o r las co nfesio c a liza n te de las d é c ad a s p o ste rio re s, al que
nes p ro te sta n tes "que se habían hecho p rim e Croce c ritic ó en c u a n to trib u ta rio de te n d e n
ro ra c io n a lista s e ilu m in ista s, y p o r ú ltim o cias cie n tífic a s y p ositivas.
idealistas e histo ricistas [. . .] tan to que la igle La sistem atización ju risd ic c io n a lista que el
sia ro m a n a ponía en un solo haz al p ro te s ta n e sta d o quiso d a r a las relaciones con la igle
tism o, la m aso n e ría y el lib e ra lism o ” . sia p o r m edio de la s g a ra n tía s (1871) fue
Si en relació n con a lg u n a s c o rrie n te s p ro rechazada p o r la iglesia, quien, a p e sa r de a te
testa n te s se puede h a b la r, siguiendo los pasos n u a r con el tiem po la polém ica co n tra el e sta
de Max W eber y de E rn e s t T ro eltsch , de reli do nacional, sólo en 1929 llegó, con la e s tip u
giones “ laicas", o bien secu la riz ad a s, en los lación de los P actos d e L etrán , a la c o n c ilia
p aíses cató lico s el 1. del siglo xix ad optó, en ción, todavía vigente, b asad a en el régim en de
cam bio, co n n o tacio n es a n tic le ric a le s y aun coordinación e n tre e sta d o e iglesia p o r a c u e r
irre lig io sa s. La m áxim a difusión del I. ra d i do c o n c o rd a ta rio .
cal se e n c u e n tra en F ra n c ia (Ém ile Faguet,
L ’anticléricalism e, 1906). El racionalism o c a r V DIFUSIÓN DE LOS PRINCIPIOS DE LAICIDAD. En algu
tesian o , el e scep ticism o de Bayle, la I lu s tra nos docum entos del Concilio E cum énico V ati
ción y el en ciclopedism o d e s a rro lla ro n en la cano II, y so b re todo en la c o n stitu c ió n p a s
c u ltu ra f ran cesa una o rie n ta c ió n a n tim e ta fí toral G audium et S p e s so b re la iglesia en el
sica general. El !. del siglo xix influyó en g ru m undo co n te m p o rá n e o , se a firm a ex p líc ita
pos c u ltu ra le s y p o lític o s d isp a re s, desde los m en te la relación de a u to n o m ía de los laicos
p ro te sta n te s liberales h a sta los católicos gali en los asu n to s secu lares (G audium et Spes, 43)
canos, p ero la po lém ica confesional fue sos y se a c ep ta el p rin cip io de que "la co m unidad
te n id a so b re todo p o r los lib re p e n sa d o re s política y la iglesia son independientes y a u tó
ligados a la m aso n e ría . La cam pagne leu que nom as u n a de la o tr a en su p ro p io c a m p o ”
alcanzó las m anifestaciones m ás agudas hacia (ibíd., 76).
el final del siglo, con el affaire Dreyfus. La lite En razó n de la m isión religiosa que le es
r a tu r a a n tic le ric a l tu v o entonces u n a fácil propia, la iglesia d e c la ra que no se co n sid e
p o p u la rid a d p o r obra, e n tre o tro s, de Ém ile ra lig ad a " a alg u n a fo rm a p a rtic u la r de civi
Zola y A natole France. lización h u m an a o siste m a político, económ i
En Italia, el d e s a rro llo del 1. p o lítico en el co o so c ia l" (ibíd., 42).
siglo xix está ín tim a m en te unido con las vici P o r o tro lado, la m a y o r p a rte de los e s ta
situ d e s del R iso rg im en to , siendo el fin del dos reiv in d ica p rin c ip io s de laicidad, a n te
gobierno tem poral del p apado condición nece todo en lo que c o n c ie rn e a la lib e rta d religio
s a ria p a ra el c u m p lim ie n to de la unificación sa de los ciu d ad an o s: po r ejem plo, la Decla
nacional: el 1. del R isorgim ento fue, po r lo tan ración u niversal de los derechos del hom bre,
to, sim ultáneam ente u n a cuestión de concien p ro c la m a d a en 1948 p o r la asam b lea general
cia y u n a cu estió n de e sta d o . En c o n tra de la de las N aciones U nidas, reconoce a cada indi
co existencia en la n ació n cató lica de las dos viduo el d e re c h o a la lib e rta d de religión:
a u to rid ad e s, resp ecto de las cuales los c iu d a "este d e re c h o incluye la lib e rta d de c a m b ia r
danos eran d o b lem e n te su b d iti legum v sub- de religión o de fe y la lib e rta d de m a n ife s ta r
d iti canonum , el I. del R iso rg im en to sostuvo a isla d a o c o m u n ita ria m e n te , en público o en
la distinción de los dos poderes (Cavour decla privado, la p ro p ia religión o el p ro p io c re d o
ró en el p a rla m e n to que éstos no podían e sta r en la en señ an za, en las p rác tic a s, en el c u lto
reu n id o s bajo una a u to rid a d ú n ica sin gene y en la o b serv an cia de los rito s" (art. 18).
r a r "el m ás a sq u e ro so d e sp o tism o ") y con la La C o n stitu ció n de la R epública ita lia n a
fó rm u la "ig lesia libre en e sta d o lib re ” so s tu (1948) co n fig u ra un e sta d o laico en su s p r in
vo la lib e rta d de la iglesia en el estad o y la cipios fu n d am e n ta les, en cu a n to d e c la ra la
lib e rta d del e sta d o respecto de la iglesia. irrelev an cia ju ríd ica de las convicciones re li
860 LEGALIDAD
giosas de los in d ividuos (art. 3), e stab lece la h a s ta las sociedades in d u stria liz a d a s, u r b a
in d ep en d en cia y la so b e ra n ía del e sta d o y de n a s y p ro fa n a s, en las q u e se a s is te a u n a
la iglesia cató lica, c a d a u n o en su p ro p io red u cció n p ro g re siv a del alcance pú b lico de
o rd e n (art. 7), y reconoce la p lu ra lid a d de las la religión o rg an izad a, q u e p ierd e cad a vez
confesiones religiosas d o ta d a s de igual lib e r m ás la fu n ció n de co n tro l social. La p r o g re
tad, que p o r o tra p a rte no significa igualdad, siva "d esa c ra liz a c ió n ” de la sociedad m o d e r
an te la ley (art. 8). Al m ism o tiem po, la co n s n a d escrita p o r M ax W eber (Economía y socie
titu ció n estab lece, sin em b arg o , q u e las re la dad) resuelve p o r sí m ism a algunos de los
ciones e n tre e sta d o e iglesia se rigen p o r los aspectos histó rico s del I.; pero al m ism o tie m
P actos de L etrán , d e ja n d o con esto sin re so l po surgen, p re c isa m e n te en las so cied ad es
v er alg u n as d ific u ltad e s de la relació n e n tre m ás secularizadas, com o p a ra s u p lir los valo
los dos p oderes, esp ecialm en te en lo q u e con re s sa cro s p e rd id o s, ideologías to ta liz a n te s
ciern e al o rd e n a m ie n to de la fam ilia y de la que constituyen nuevos atentados a la concep
escuela, que constituyen, no sólo en Italia, los ción p ro p ia m e n te laica de la p o lític a y de la
asp ecto s so b re sa lie n te s de la p ro b le m á tic a c u ltu ra .
del I. en la a ctiv id ad p o lítica co n creta.
b i b l i o g r a f í a : G. Calogero, Filosofía del dialogo,
vi l a ic is m oy s e c u l a r i z a c i ó n . Los d e s a rro llo s Milano, Com unitá, 1962; A.C. Jemolo, Chiesa e
a c tu a le s del p e n sam ien to laico se h an lib e ra stato in Italia dall'unificazione a Giovanní X XIII,
do casi to ta lm e n te de la tra d ic ió n a n tic le ri Turín, Einaudi, 1965; H. Lübbe, La secolarizza-
cal y con m ay o r razón de las ten d en cias i r r e zione (1965), Bolonia, II Mulino, 1970; L. Salva-
ligiosas q u e c a ra c te riz a ro n el 1. del siglo xix torelli, Chiesa e stato dalla rivoluzione francese
en los p aíses latin o s. P o d ría n a d m itirse , si ad oggi, Florencia, La Nuova Italia, 1955; V arios
acaso, sig u ien d o a H ans K elsen (Los fu n d a autores, La laicidad (1960), Madrid, Taurus, 1963;
m en to s de la dem ocracia) que la a c titu d de G. Weill, Storia d ell’idea laica in Francia nel sec.
to le ra n c ia de p e n sa m ie n to p ro p ia del 1. se xix (1929), Bari, Laterza, 1937.
co n so lid a c u a n d o “ la convicción relig io sa no
es b a s ta n te fu e rte com o p a ra so b re p o n e rse [VALERIO ZANONE]
a la inclinación p o lític a ”; sin em bargo, ya que
la co m u n id ad p o lític a co m p re n d e in clu so a
los crey en tes, el 1. a c e p ta tam b ié n el influjo
de las iglesias en la vida p o lítica con la c o n
le g a lid a d
dición de que pro v en g a de su im p o rta n c ia
a u tó n o m a social y no de privilegios co n ced i E n el lenguaje p o lítico se en tien d e p o r 1. un
dos p o r el estado. a trib u to y un re q u isito del poder, p o r el cual
En la sociedad co n te m p o rá n e a el sig n ifica se dice q u e un p o d e r es legal o a c tú a leg a l
do del 1. se a p e g a en m uchos asp ecto s al p ro m en te o tien e c a rá te r de 1. cu ando se e je rce
ceso de secularización (v.) sie m p re que éste en el á m b ito o de a c u erd o con las leyes e s ta
se e n tie n d a no en el significado o rig in a l p ro b lecid as o de a lg ú n m odo acep tad a. Ya que
pio del d e re c h o canónico (en el que el té rm i no sie m p re se d istin g u e, en el u so com ún, y
no " se c u la riz a c ió n ” es d istin to de "la iciz a con fre c u e n cia tam p o co en el uso técnico,
c ió n ” en c u a n to in d ica el reg reso al m u n d o e n tre 1. y leg itim id ad , se puede e m p le a r la 1.
secu lar sin ren u n c ia'to tal al estado religioso), a p ro p ó sito del e je rcic io del p o d e r y la le g iti
sino en el sig nificado d eriv ad o que se d ifu n m idad a p ro p ó sito de la titu la rid a d : un p o d e r
dió en E u ro p a a lre d e d o r de 1880 y que, p o r legítim o es un p o d e r cuyo títu lo e stá fu n d a
o tra p arte, ya a p a re c ía algunas décadas antes do ju ríd ic a m e n te , un p o d e r legal es un p o d e r
en los e sc rito s de V íctor Cousin, en e x p re sio que se ejerce de a c u erd o con las leyes. Lo con
nes com o "sé c u larisa tio n de l’é ta t” y “enseig- tra r io de un p o d e r legítim o es u n p o d e r de
nem en t sé cu lier de la p h ilo so p h ie ” . hecho; lo c o n tra rio de un p o d e r legal es un
En la lite r a tu r a sociológica, el térm in o p o d e r a rb itra rio . No sie m p re que se tie n e un
"secularización" se em plea com únm ente p a ra p o d e r de hecho se ejerce a rb itra ria m e n te , así
in d ic a r el p roceso de tra n sic ió n desde las com o no sie m p re los que ejercen el p o d e r
sociedades p a triarc ale s, ru ra le s y " c e rra d a s ” a rb itra ria m e n te tienen ú nicam ente u n p o d e r
LEGALIDAD 86!
cipe: a e ste nivel, gobierno de la ley signifi orden a rb itra rio ; la aplicación del derecho de
ca, com o en la fó rm u la a n te rio rm e n te citad a acu erd o con la ley g a ra n tiz a el tra ta m ie n to
de Bracton, que el príncipe no está n u n ca legi- igual de todos los que pertenecen a la c a te
bus solutas, y p o r lo ta n to debe g o b e rn a r no goría e sta b lec id a po r la ley, y nos salva del
según su p ro p io ben ep lácito sino de c o n fo r peligro del tra ta m ie n to p refe re n c ía l y odio
m idad con las leyes que son su p e rio re s a él, so de tal o cual individuo, de tal o cual g ru
a p e sar de que e sta s leyes no sean leyes posi po, como resu ltaría de un juicio caso p o r caso.
tivas sino las leyes divinas o n a tu ra le s , o sea
las leyes fu n d am e n ta les del país, cu y a vali [n o r b e r t o b o b b i o ]
dez depende o de la tradición o del pacto cons
titu tiv o del estado. El segundo nivel es el de
la relació n e n tre el p rín cip e y sus súbditos:
en este nivel, la idea del gobierno de las leyes legislativo, proceso, v. proceso legis
debe in te rp re ta rs e en el sentido de que los lativo
g o b e rn a n tes deben e je rc e r su p ro p io poder
ú n icam en te m ed ia n te la p ro m u lg ació n de
leyes, y sólo excepcionalm ente m ediante orde
nanzas o d ecreto s, o sea a trav és de n o rm a s
legitimidad
que valgan p a ra la g e n e ra lid a d de las p e rso
nas y no p a ra grupos p articu la re s o, p e o r aún, i d e f i n i c i ó n g e n e r a l . En el lenguaje o rd in a rio
p ara individuos en especial, y, en cu a n to tales, el térm in o 1. tiene dos significados: uno gené
que tiendan al bien com ún y no ai in terés p a r rico y uno específico. En el sig nificado gené
tic u la r de tal o cual c a te g o ría de su jetos. El rico, 1. es casi sinónim o de ju stic ia o de razo-
te rc e r nivel es el relativ o a la ap licación de n a b ilid a d (se h a b la de 1. de u n a decisión, de
las leyes a los casos p a rtic u la re s : a e s te nivel u n a a c titu d , etc.). El significado específico
el principio de 1. consiste en exigir que los ju e a p a re c e a m en u d o en el lenguaje político. En
ces decidan las co n tro v ersias que se les som e este contexto, el re fe re n te m ás fre c u e n te del
ten no de a c u e rd o con un ju ic io eq u itativ o , o concepto es el estado. N a tu ra lm e n te aquí nos
sea caso p o r caso, sino de a c u erd o con p r e s o cu p am o s del significado específico.
crip c io n e s e sta b le c id a s en fo rm a de n o rm a s En una p rim e ra a p ro x im ació n se puede
legislativas. E x p re sió n tra d icio n a l de e ste d e fin ir la 1. com o el a trib u to del e s ta d o que
asp ecto del p rin c ip io de legalidad es la m áxi consiste en la existencia en u n a p a rte relevan
ma: “N u llu m crim en, m illa poena, sin e lege" te de la p o b lac ió n de un g ra d o de c o n sen so
[No hay crim en , ni pena, sin ley a n te rio r al tal que asegure la obediencia sin que sea nece
hecho]. En o tra s p a la b ra s , u sa n d o la d istin sario, salvo en casos m arg in ale s, r e c u r r ir a
ción fu n d am en tal e n tre el m om ento de la p ro la fuerza. P o r lo tanto, todo p o d e r tra ta de
ducción y el m o m en to de la ap licación del g a n a rse el co n sen so p a ra q u e se le reco n o z
derecho, se pu ed e d e c ir que re sp e c to del p r i ca com o legítim o, tra n sfo rm a n d o la o b e d ie n
m er m om ento el principio de 1. expresa la idea cia en ad h esió n . La c re e n c ia en la 1. es, p u es,
de la p ro d u c c ió n del d e re c h o m e d ia n te leyes el e lem en to in te g ra n te de las re la c io n e s de
y resp e c to al seg u n d o m om ento e x p re sa la p o d er que se d e sarro llan en el á m b ito estatal.
idea de la aplicación de acuerdo con las leyes.
Ya sea q u e s e 'c o n s id e re n los tre s niveles o II. LOS NIVELES DEL PROCESO DE LEGITIMACIÓN. Aho
bien q u e se ten g an en c u e n ta los dos m o m e n ra bien, si se co n sid e ra el estado d e sd e el p u n
tos, la im p o rta n c ia del p rin c ip io de 1. e stá en to de v ista sociológico y no ju ríd ic o , se c o m
el hecho de que a s e g u ra los dos v a lo re s fu n p ru e b a que el p ro c e so de leg itim ació n no tie
d a m e n ta le s en cu y a realización co n siste la ne com o p u n to de re fe re n c ia al e s ta d o en su
fu n ció n del d erecho, el v a lo r de la c e rtez a y c o n ju n to sirio su s diversos aspectos: la com u
el v alo r de la ig u ald a d (form al). La p ro d u c nidad política, el régim en, el g obierno y, c u a n
ción del d e re c h o m e d ia n te leyes, o sea a t r a do el e s ta d o no es in d ep e n d ien te , el e sta d o
vés de n o rm a s generales y a b stra c ta s, p erm ite h egem ónico al q u e e stá s u b o rd in a d o . P o r lo
p rev e r las con secu en cias de las p ro p ia s accio tan to , la leg itim ac ió n del e sta d o es el re s u l
nes, es d e c ir se salva de la in se g u rid a d del tado de u n a se rie de e le m en to s d isp u e s to s en
LEGITIMIDAD 863
niveles crecientes, cada u n o de los cuales con d e te rm in a ció n in stitu c io n a l del poder, p a ra
c u rr e de m odo relacivam ente in dependiente que se califiqúe com o legítim o b a sta q u e este
a d e te rm in a rla . E s n ecesario, p o r lo tanto, ú ltim o se haya fo rm a d o de co n fo rm id a d con
e x a m in a r s e p a ra d a m e n te las c a ra c te rís tic a s las n o rm as del régim en y que e jerza el p o d e r
de estos elem entos que co n stitu y e n el p u n to de a cu erd o con esas n o rm a s, de tal m a n e ra
de referencia de la creencia en la legitim idad. que se respeten d eterm in ad o s valores fu n d a
a] La c o m u n id a d política es el g ru p o social m e n ta le s de la vida p o lítica. Puede suceder,
con base territo ria l que reú n e a los individuos sin em bargo, que la p e rso n a q u e es jefe del
ligados p o r la división del tra b a jo político. g o b iern o sea d ire c ta m e n te o b jeto de la o rd e
E ste asp ecto del e sta d o es objeto de la c re e n nanza en la 1.
c ia en la 1. cu ando en la población se han En el estad o m o d ern o o c u rre esto cu ando
difu n d id o sentim ientos de identificación con las instituciones políticas están en crisis y los
la co m u n id ad política. En el estad o nacional únicos fu n d am e n to s d e 1. del poder son el
la c reen cia en la 1. se c o n fig u ra p re d o m in a n ascendiente, el p re stig io y las cu alid ad es p e r
tem e n te en térm in o s de fid e lid a d a la co m u sonales del h o m b re p u e sto en el v értice de la
n id ad p o lític a y de lea lta d nacional. je ra rq u ía estatal. En to d o s los regím enes exis
b] El régim en es el co n ju n to de in stitu c io n e s te, a u n q u e en d iv ersa m edida, una d osis de
que regulan la lucha p o r el p o d e r y el e je rc i p erso n alizació n del p o d er, com o co n secu en
cio del p o d e r y de los v a lo re s que a n im an la cia de la cual los h o m b re s no olvidan n u n ca
vida de esas in stitu c io n e s. Los p rin cip io s las cu alid ad es p e rs o n a le s de los jefes bajo la
m o n árq u ico , d e m o c rático , so cialista, fasc is función que ejercen. P ero lo q u e es esencial
ta, etc., definen algunos tip o s de in stitu c io p a ra d istin g u ir el p o d e r legal y el tra d icio n a l
nes y de valores c o rre sp o n d ie n te s, en los que del p o d e r p erso n al o c a rism á tic o (esta céle
se basa la 1. del régim en. La c a ra c te rístic a fun b re división es de Max W eber) es que la 1. del
d am e n tal de la ad h e sió n al régim en, so b re p rim ero se basa en la creencia en la legalidad
todo cu an d o é sta se b a sa en la fe en la legali de las n o rm a s del régim en, e sta tu id a s ex pro-
dad, consiste en el hecho de que los gobernan fesso y de m odo racio n al, y del derech o de
tes y su p o lític a son a c ep ta d o s en cu a n to m a n d a r de los q u e d e te n ta n el poder b a sad o
e stá n leg itim ad o s los a sp e c to s fu n d a m e n ta en tales norm as; la 1, del segundo tipo se apo
les del régim en, p re sc in d ie n d o de las d istin ya en el resp e to a las in stitu c io n e s c o n sa g ra
ta s p erso n as y de las d istin ta s decisiones polí das p o r la tradición y a la p ersona (o a las p e r
ticas. De ahí que el que legitim a el p o d e r debe sonas) q u e d e te n ta n el poder, cuyo d erech o
a c e p ta r tam b ié n el g o b iern o que se fo rm e y de m an d o se a trib u y e a la trad ició n ; la 1. del
a c tú e de c o n fo rm id a d co n las n o rm a s y con te rc e r tip o se fu n d a s u s ta n c ia lm e n te en las
los valores del régim en, a p e s a r de que no lo cu a lid ad e s p e rso n a le s del jefe, y en fo rm a
a p ru e b e o h a s ta se op o n g a al m ism o y a su su b o rd in a d a en las in stituciones. E ste tipo de
p o lítica. E sto d epende del hecho de que exis 1., al e s ta r ligado a la p e rso n a del jefe, tiene
te un in te ré s c o n c re to que m an co m u n a las una existencia efím era, po rq u e no resuelve el
fu erz a s que ac ep ta n el régim en: la c o n serv a p ro b le m a fu n d am e n ta l del que d epende la
ción de las in stitu c io n e s que rigen la lucha c o n tin u id a d de las in stitu c io n e s p o lític a s, o
p o r el po d er. El fu n d am e n to de e s ta conver sea el p ro b le m a de la tra sm isió n del po d er,
gencia de intereses consiste en el hecho de que d] Q ueda to d av ía po r e x a m in a r el caso del
se ad o p ta el régim en com o p latafo rm a com ún e sta d o que, al no s e r in d ep en d ien te, no es
de lu ch a e n tre los g ru p o s políticos, ya que capaz de desem peñar la ta re a fundam ental de
esto s ú ltim o s lo c o n sid e ra n com o u n a s itu a g a ra n tiz a r la se g u rid a d de los ciu d a d a n o s (o,
ción que ofrece co n d icio n es fav o rab les p a ra algunas veces, ni siq u ie ra el d e s a rro llo eco
la conservación de su poder, p a ra la conquista nóm ico). No se tra ta , pues, de un e sta d o en
del g o b iern o y p a ra la rea liz a c ió n p a rc ia l o el v e rd a d e ro se n tid o de la p a la b ra sin o de un
to ta l de los p ro p io s o b jetiv o s políticos. país co n q u ista d o , de u n a colonia, de un p ro
c] El gobierno es el c o n ju n to de funciones en te c to ra d o o de un s a té lite de u n a p o ten c ia
q u e se c o n c re ta el e je rcic io del p o d e r p o líti im perial o hegem ónica. Una c o m u n id ad p o lí
co. Se h a visto que n o rm a lm e n te , es d ecir tica que se h a lla en esas condiciones e n c u en
c u a n d o la fuerza del g o b iern o d e sca n sa en la tra m u c h a s d ific u lta d e s en d e s p e rta r la leal
864 LEGITIMIDAD
concretó en el acercam iento al pueblo, del que ca del núcleo m a rx is ta consistió, a n te todo,
d eb ía to m a r el no m b re, sob rev in o in m ed ia en d e m o s tra r q u e a R u sia le e sp e ra b a un p o r
ta m e n te la desilusión y la c risis. En efecto, venir c a p ita lista y, en consecuencia, la fo rm a
los cam pesinos d iero n u n a p é sim a a cogida a ción de u n a clase o b re ra n u m ero sa y a g u e rri
los e n tu s ia sta s que llegaban a ellos con la da. De ahí surgió una polém ica que d u ró déca
e sp e ra n z a de p ro m o v e r la m ad u re z cívica y d a s con los p o p u lista s, quienes n egaban la
política p a ra inducirlos al levantam iento con p o sib ilid ad de un d e sa rro llo c a p ita lista en su
tr a la a u to c ra c ia . El p o p u lism o no a b a n d o n ó país deb id o a la falta de un m erc ad o in te rn o
p o r esto su fe en la p o te n c ia lid a d ren o v ad o corno co n sec u e n c ia de la e x tre m a d a m ise ria
ra del cam p esin o ru so sin o que se dio c u e n ta de los cam pesinos, o se a del 90% de la p o b la
de la im p o rta n c ia de las in stitu c io n e s lib e ra ción, y la no d isp o nibilidad de m ercados exte
les para realizar un contacto provechoso en tre rio res, a c a p a ra d o s to d o s ellos por las m ayo
los in te le c tu ale s y el p u eb lo , de to d as m an e res p o ten c ias in d u stria le s .
ras prisionero del a tra so c u ltu ra l y de una ins C uando Lenin, llev ad o p o r la m ism a nece
tin tiv a d esconfianza p o r lo nuevo. N ació de sid a d de una c e rte z a fid e ísta en la inevitabi-
e ste m odo la N aródnaia Volia, organización lidad de la revolución, a rrib ó al m arx ism o se
te rro ris ta que se pro p o n ía in tim id ar con aten dio tiem po p a ra e n d u re c e rs e a sen ta n d o los
tad o s a la a u to c rac ia , p a ra in d u c irla a con ú ltim o s y decisivos g o lpes en e sta p olém ica.
c e d er u n a c o n stitu c ió n de tipo occidental. En sus e sc rito s ju v en iles, ap o y án d o se en el
E sta organización secreta, que a g ru p a b a bajo seg u n d o lib ro de E l capital, e sca sa m e n te
u n a ríg id a d iscip lin a u n a élite de ex tracció n conocido po r los p o p u lista s, que c o n s id e ra
b u rg u e sa y h a s ta noble, co n stitu y ó el m o d e ban com o un teso ro al p rim ero , Lenin dem os
lo del p o s te rio r p a rtid o len in ista . C uando en tró de u n a m an era irre fu ta b le el c a rá c te r eco
1887 fracasó el a te n ta d o c o n tra A lejandro III, nóm ico y no g e o g rá fic o del co n cep to de m e r
desp u és de que había ten id o éxito el p e rp e cado, cu y a a m p litu d no debe m ed irse, p o r lo
868 LENINISMO
tanto, en kilóm etros c u ad rad o s y ni siquiera, lu cio n arias, las cuales se reu n ie ro n después
en rig o r de térm inos, en m illones de h a b ita n en el p artid o que se llamó p recisam ente socia
tes, sino en función de la división social del lista rev o lu cio n ario y que estuvo d e stin a d o a
tra b a jo , que depende, a su vez, del d e s a rro d e sem p e ñ ar un papel de p rim e r plano en
llo de la cien cia y de la técnica. 1917.
P or el m o m en to Lenin no se dio c u e n ta de Sin em b arg o Lenin no dudó ante el dilem a:
que en e sta fo rm a había ido m ás allá del blan o tra ic io n a r el e s p íritu científico del m arx is
co, p re se n ta n d o una im agen de la din ám ica mo, enarbolando la antigua idea populista del
c a p ita lista p riv a d a de co n tra d ic c io n e s in te r salto de la fase cap italista, a a c e p ta rlo a fon
nas in su p erab les, en condiciones de c a u sa r el do, sa crifica n d o la im paciencia p o r la revo
fatal tropiezo. H om bre de acción, y p o r lo tan lución socialista, y se r un m arx ista ortodoxo.
to llevado a e n fre n ta r las dificultades a m edi El desarro llo del capitalism o en el nivel de las
da que se iban p resen tan d o , se co m p ren d e e s tru c tu ra s y el d e sa rro llo de la d e m o c rac ia
m uy bien que an te el hecho tan g ib le de la no p a rla m e n ta ria en el nivel de las s u p e re s tru c
re sp u e sta de la clase cam pesina a la m isión tu ra s e ran , en efecto, p a ra él, las ta re a s p r i
rev o lu cio n aria que le habían asig n ad o los m a ria s y p e rju d icia le s del p a rtid o socialde-
p o p u listas, Lenin no se dejara to c a r por la m ó c ra ta ru so . C uando m ás, en la o b ra final
du d a te ó ric a en el sen tid o de que tam poco la del p rim e r perio d o de su m ilita n c ia m a rx is
clase o b re ra m a n ife sta b a e s ta r a la a ltu ra de ta, E l desarrollo del capitalism o en R usia
esta m isión. (1899), se n o ta c ie rto esfuerzo p o r d e m o s tra r
El tra s p la n te del m arx ism o a R u sia p la n que el p aís e ra m ás c a p italista , y p o r lo ta n to
tea b a si acaso u n a d ific u ltad m ás, in h ere n te , m ás c e rc a del socialism o, de lo que e ra la rea
esta vez, al c u e rp o m ism o de los p o stu la d o s lidad.
fu n d a m e n ta le s de la d o c trin a, y p o r lo ta n to
ineludible. S u b o rd in a n d o rig u ro sa m e n te el III. EL DEBATE ALREDEDOR DEL REVISIONISMO Y EL
advenim iento del socialism o al pleno d e sarro n a c i m i e n t o d e l l e n i n i s m o F ue sólo en los ú lti
llo de la fase c a p italista -b u rg u e sa, esp ec ial m os años del siglo, al d ifu n d irse en R usia la
m ente d esp u és de la polém ica que en la E u ro co n cien cia del rev isio n ism o b e rn ste in ia n o ,
pa de los años se te n ta lo h a b ía c o n tra p u e s to hecho suyo inm ediatam ente po r diversos inte
al v o lu n ta rism o an árquico, el m arx ism o obli lectu ales ru so s, c u an d o en Lenin em pezó la
gaba, en efecto, a los so c ia lista s ru so s a crisis que term inó en 1902 con el ¿Qué hacer?,
lu c h a r p o r u n a revolución sólo b u rg u esa , a d e stin a d o a c o n v e rtirse en el texto b ásico de
a b rir m ás bien el cam in o al pleno d e sa rro llo u n a n u ev a ideología, p re c is a m e n te el leni
de un s iste m a que, p o r definición, un so cia nism o.
lista p a re c e ría d estin ad o a c o m b a tir sin c u a r El revisionism o (v.) im p u g n a b a en efecto,
tel, es d e c ir el siste m a c a p italista . La enorm e desde el seno m ism o del m arxism o, y por obra
d e sp ro p o rc ió n e n tre la p a rte a tr a s a d a y la de B e rn ste in —uno de los m ás g ra n d e s c o la
p a r te m ás m o d e rn a de la econom ía ru sa a le b o ra d o re s to d av ía vivos de los dos m ae s
ja b a a d e m á s p o r alg u n as g e n eracio n es la tro s —, la vocación re v o lu c io n a ria de la clase
sig u ien te revolución: la so cialista. o b re ra , b a sá n d o se en p o r lo m en o s m edio
De e ste m odo, si el m arxism o p a re c ía s a tis siglo de e x p e rien c ia o ccid en tal, ta l com o los
facer la necesidad de certeza en la revolución, m a rx ista s ru so s, en esto " re v is io n is ta s ” del
e n tra ñ a b a , sin em b arg o , el sa c rific io de un p o p u lism o , h a b ía n negado a n te rio rm e n te la
elem en to ta n to o m ás esencial que la p sic o de la clase cam pesina. En este m o m en to e s ta
logía del a u té n tic o rev o lu cio n ario : la im p a b a c o m p ro m e tid a tam b ié n la c e rte z a que el
ciencia y el deseo de vivir com o p ro ta g o n is ta m arxism o p a re c ía g arantizar. El g rad u alism o
el a c o n te c im ie n to palin g en ético . E sto ex p li p o r el que los m a rx ista s ru so s h a b ía n s u b o r
ca p o r qué el m arx ism o , a p e s a r de que el d in ad o la revolución so c ia lista a la b u rg u e
d esarro llo c a p italista que se p ro d u jo en R usia sa, e n tr a b a de ese m odo en c risis. El a d v en i
en los añ o s del c am b io de siglo les dio p le n a m ie n to de la d e m o c rac ia p o lític a y el pleno
m en te la razó n , no logró sin e m b a rg o d e s a d e sa rro llo del cap italism o d ejab an de p re se n
le n ta r el p o p u lism o . La im p acien cia c o n ten ía ta rs e com o la g a ra n tía del se g u ro c u m p li
u n a p a rte c o n sid e ra b le de las fu e rz a s rev o m ien to de la revolución so c ia lista . P or el co n
LENINISMO 869
capacidad de seducción de é sta en las con venir con la desautorización de hecho, y si era
frontaciones de la clase obrera, a la que inten n e c esa rio con la su p resió n m e ra y sim ple de
tab a n su m in istrar, a través del p a rtid o m ono las in stitu c io n e s liberales, el alejam ien to de
lítico, el a n tíd o to que la salvase a p e sa r suyo. la clase o b re ra de la senda del socialism o.
La v e rd a d e ra puesta en juego de la escisión De este m odo, re g re sa b a en Lenin la a n ti
en el C ongreso fue p u es el d estin o de Rusia: gua idea p o pulista del salto de la fase b u rg u e
o bien h u b ie ra debido co ncluirse con la eu ro sa, a u n q u e p ro fu n d a m e n te cam b iad a, p a ra
peización del país, com o q u e ría n los lib e ra responder a preocupaciones de un o rd en com
les a la p a r con los m encheviques, o b ien con p leta m e n te d istin to . M ien tras los p o p u lis ta s
u n a asim ilación de la técnica occidental, aun se sentían im pulsados por la g enerosa ilusión
que d e n tro del m arco de la p e rm a n en c ia de de p o d e r d a rle s a las m asas el b ien e star, a h o
tos c a ra c te re s o rig in a le s de la civilización rrá n d o le s los to rm e n to s de la in d u s tria liz a
rusa, según el esp íritu del populism o, "el cual ción, p a ra Lenin, y en esto siguió siendo siem
se m o stró m u ch o m ás ten az de lo que creye p re (aun en 1917) rig u ro sam e n te m arx ista , la
ron los p rim e ro s sociald em ó cratas y los libe fase de la industrialización y, por lo tan to , del
ra le s ” , lo g ra n d o así d a r su fu e rte im p ro n ta cap italism o, era inevitable; se tra ta b a , según
al 1. n acien te, d e sp u és de que se le cre ía ya él, de salv ar el aspecto liberal-dem ocrático de
m u e rto (Strada). la era b u rg u e sa , p a ra im p ed irle a la clase
La teo ría del p a rtid o , de ev id en te base o b re ra m a n ife s ta r su p ro p ia p ro p en sió n al
p o p u lista, to d av ía no podía p o r sí so la b a s ab u rg u esam ien to . El p ro g ra m a len in ista con
ta rs e p a ra d a r al 1. la c a p ac id ad de d e te rm i sistía, p u es, en la c o n q u ista del p o d e r p a ra
n a r en el se n tid o d esead o el fu tu ro c u rso de p ro m o v e r un d e sa rro llo m ás rá p id o de la
la h isto ria ru sa . P ero ¿qué eficacia p o d ría in d u stria liz a c ió n bajo el co n tro l de un e s ta
ten er el p artid o m onolítico, una vez que la cla do o m n ip o ten te , cap az de so fo c a r c u a lq u ie r
se o b rera , a d m itid a al goce de las in stitu c io im p u lso au tó n o m o de la sociedad civil h acia
nes lib erales, re c h a z a ra su función de guía o objetivos d istin to s del socialism o. Con las
la c o n serv a ra de hecho in d iferen tem en te? La p a la b ra s de Lenin: ca p italism o de e s ta d o +
u rg en c ia de e s ta p reg u n ta , q u e se d e riv a con d ic ta d u ra del p ro le ta ria d o .
fé rre a lógica de la p re te n sió n de c o n c ilia r la Así, Lenin se rec o n c iliab a con la te o ría de
revolución so c ia lista con la d esco n fian za en la revolución p e rm an en te de T rotski, a la que
la v o lu n ta d s o c ia lista de la clase o b re ra lle en u n a p rim e ra ép o ca h a b ía m a rc a d o con el
v ará al 1. del p a rtid o m onolítico h acia el e sta sello de a n á rq u ic a . Y a tra v é s de la te o ría de
do to ta litario , único in stru m e n to que parecía la revolución p erm an en te, al m arx ism o revo
cap az de p e rm itirle al p a rtid o d e s a rro lla r a lu cio n a rio de L enin y de T ro tsk i se co ligaba
fondo y, de alg ú n m odo, "a u n en c o n tra de la de nuevo con "aq u e l c o n ju n to de te o ría s del
clase o b re ra " , la función de guía hacia el d e sarro llo m odernizador acelerad o que tom a
so cialism o . S o lam en te entonces, d e s a p a re c i el n o m b re de p o p u lism o ", el cual no h a b ía
da ju n to con la clase o b re ra ta m b ié n su te n d ejad o n u n c a de in flu ir a " to d a la lín e a a n ti
d en cia al tra d e u n io n ism o , se e x tin g u irían el m enchevique y a n tilib e ra l de la socialdem o-
e sta d o y el p a rtid o , ced ien d o su lu g a r a la c ra c ia r u s a ” (S trada).
lib e rta d u n iv ersa l en la ig u aldad u n iv ersal. D entro del m arco internacional e ste p ro g ra
A ñádase a e sto que en R usia las in stitu c io m a colocaba a R usia siem pre a la cola respec
nes d em o crático-parlam entarias todavía e sta to de los países occidentales, ya m ad u ro s para
ban p o r c o n q u ista rse . La d eb ilid ad y la inde el socialism o, p o r lo m enos de a c u e rd o con
cisión de la b u rg u e sía p a re c ía n , adem ás, con la o rto d o x ia m a rx ista , de la cual L enin n u n
fia r e sta ta r e a al p a rtid o socialdem ócrata: en ca renegó explícitam ente. De ahí la ten tació n
ta n to que los m encheviques e sta b a n ansiosos de a sig n a rle a R usia la función dem iú rg ica de
de a s u m irla y de re a liz a rla en la m e jo r fo r rea v iv ar p a ra el so cialism o a las m a sa s p ro
m a, ios bolcheviques, d ad as las p rem isa s que le ta ria s de los p a íse s evolucionados, inexpli
h em os v isto, e s ta b a n ten ta d o s en cam bio a cablem ente —siem p re d e n tro de los térm in o s
in stru m e n ta r la lucha d em o crática p a ra tr a s del d o g m a — e n to rp e cid a s. O sea el reg reso
to c a r la a u to c ra c ia y c o n v e rtirse en dueños de o tro e lem en to tam b ién del po p u lism o : el
a b so lu to s de la s itu a c ió n de m a n e ra de p r e n a c io n a lism o m esiánico.
LENINISMO 87!
capaz de lib e ra r y m ovilizar nuevas energías. lib e ran d o au tónom am ente, a p a r tir del siglo
A e sta p o lític a se debe el p aso de la m o n a r xvn, de la e s tru c tu ra c o rp o ra tiv a , el indivi
quía co n stitu c io n al a la p a rla m e n ta ria , a duo a p a re c e in serto " n a tu r a lm e n te ” en la
p e s a r de que el lib eral no e ra p o r p rin cip io sociedad y e ste espacio se c o n tra p o n e al
rep u b lica n o , o el e n c u e n tro e n tre 1. y d em o gobierno, que siem p re es co n sid e rad o como
cracia, au n q u e las resiste n c ia s fu ero n co n si un m al n ecesario . En aquellos lu g ares, com o
d e ra b les p o r el re c u e rd o de la e x p erien cia en F rancia, en que la sociedad co n serv a su
jaco b in a o p o r el m iedo de los clericales y de n a tu ra le z a corporativa, la revolución apela al
los socialistas. Finalm ente, tenem os un 1. eco e sta d o com o d e p o sita rio de la so b e ra n ía del
nóm ico, ligado e stre c h a m e n te con la escuela pueblo, p a ra lib e ra r al individuo, razón por
económ ica de M anchester: éste, al so ste n e r la cual no se adm ite ninguna m ediación entre
que la m axim ización de la felicidad general el individuo y el estado. En aq u ello s lugares
depende de que cad a uno b u sq u e lib re m e n te en que, com o en A lem ania, la so c ie d a d por
su p ro p ia felicidad, ha d escu id a d o con fre capas m anifiesta todavía su vitalidad, el 1. p re
cuencia los costos que esto e n tra ñ a en té r m i sen ta u n a concepción orgánica del estado que
nos de lib e rta d e s civiles y ha olvidado que el m an tie n e —-sin divisiones ni c o n tra p o sic io
fin de la felicidad ha sid o p re c isa m e n te la nes, sino com o su elem ento p re lim in a r y n e
fin a lid a d de los estad o s ab so lu to s. c e sa rio — a la sociedad civil, de la q u e se p r e
O tra razón de la d ificu ltad del uso del té r senta com o verd ad m anifiesta. La p rim e ra de
m ino lib e ral en el cam po de la h isto ria de las e sta s tre s posiciones —aso ciacio n ista, indivi
ideas se debe a las d iv ersas e s tru c tu ra s d u a lista y o rg án ica— p rev aleció com o conse
socioinstitucionales en que se m anifiestan. De cu e n cia de la revolución in d u stria l —según
a c u e rd o con la acepción de la Ilu stra c ió n T ocqueville—, a p e sar de que el 1. seguía p re
fra n c e sa (ac e p ta d a ín te g ra m e n te p o r el p e n se n ta n d o dos c a ra s o dos e stra te g ia s: la que
sam iento reaccionario o católico de principios s e ñ a la b a la sociedad civil com o sede n a tu ra l
del siglo xix) y del u tilita ris m o inglés, 1. sig del lib re d e sa rro llo del individuo, en op o si
nifica in d iv id u alism o , y p o r in d iv id u alism o ción al g o b ierno, y la que veía en el estado,
no se en tiende sólo la defensa radical del indi en c u a n to d e p o sitario de la v o lu n tad general,
viduo, único y solo p ro ta g o n ista de la vida é ti el g a ra n te político, en ú ltim a in sta n c ia , de la
ca y económ ica c o n tra el estado y la sociedad, lib e rta d individual.
sino ta m b ié n la a v ersió n a la e x iste n cia de O tra oposición, q u e dom inó so b re todo
c u a lq u ie r so cied ad in te rm e d ia ria e n tre el e n tre el final del siglo xvm y la p rim e ra
in dividuo y el estad o , p o r lo que, ta n to en el m ita d del xix se p a ra n d o el 1. c o n tin e n ta l del
m erc ad o p olítico com o en el económ ico, el inglés, se debió a d iv erso s c o n te x to s c u ltu r a
h o m b re d eb e a c tu a r p o r sí solo. No o b s ta n les en que se d esenvolvían los lib e ra le s y a la
te, el 1. en c o n tex to s so c io in stitu c io n ale s p a rtic u la r filosofía de la p rá c tic a que servía
d iv erso s in sistió en el c a rá c te r o rg án ic o del de so p o rte a su acción, p o r lo que tenem os un
estado, últim o elem ento sintético de u n a serie 1. ético y un 1. u tilita ris ta . E stas dos con cep
de asociaciones p a rticu la re s y n a tu ra le s b a s a ciones son de r u p tu r a o de potencia! ru p tu ra
das en el e s ta tu s, o reiv in d icó la función de con la fo rm u la c ió n p a rtic u la r del in d iv id u a
las a so cia cio n e s lib re s (p artid o s, sin d icato s, lism o d a d a p o r la filo so fía iu s n a tu ra lis ta y
etc.), ya sea p a ra p ro te g e r al ind iv id u o del c o n tra c tu a lis ta ; am bas ponen com o fin ab so
e sta d o b u ro c rá tic o , ya sea p a ra e s tim u la r la lu to la rea liz a c ió n de los d e re c h o s del h o m
p a rtic ip a c ió n p o lítica del ciu d ad an o , que el bre, p e ro luego se se p a ra n ra d ic a lm e n te , en
individualism o (de los propietarios) h a b ía te r la m edida en q u e el 1. ético tiene su fuente —a
m in a d o p o r e n c e rra r en la e s fe ra de la vida tra v é s de K an t y C o n sta n t— en R ousseau, y
p riv ad a. el 1. u tilita ris ta —a tra v é s de J, B en th am y
E stos contextos socioinstitucionales c o rre s J a m e s M ili— en H obbes. P a ra el 1. u tilita ris
po n d en a diversos m odos de d e s a rro llo p olí ta el deseo del propio p la c e r es el único móvil
tico. P odem os d e s c rib ir sin té tic a m e n te tre s del individuo: la co n fian za en la p o sib ilid a d
posiciones d iversas, to m an d o com o p u n to de de la a rm o n ía de los in te re se s p riv a d o s egoí-
re fe re n c ia la sociedad civil. En aquellos lu g a ta s o de la co in c id en c ia de la u tilid a d p riv a
res en que, com o en In g la te rra , é s ta se h a ido d a con la p ú b lic a se hizo p o sib le g rac ias a la
LIBERALISMO 879
le p e rm itie ra n m a n ife s ta r y ejercer, de este un e sta d o a u to rita rio o una dem ocracia popu
m odo, su m isión p a rtic u la r en el c o n cierto lista o to ta lita ria .
europeo. El estado nacional, capaz de d a r una
ex p resió n p o lítica al e s p íritu de la nación, n i. e l s u s t a n t iv o l ib e r t a d . Si la rec o n stru c c ió n
sigue sien d o la ex presión s in té tic a de la e ra del m apa de los diversos partid o s y m ovim ien
lib eral. tos lib e ra le s del siglo xix no nos p e rm ite lle
E s difícil e s ta r p len a m en te de a c u e rd o con g ar a u n a ad e cu a d a definición del 1. tal vez
e s ta red u c c ió n del 1« a ideología re c to ra de la sea ú til in te n ta r e x p lo ra r el cam in o o p u esto
e ra liberal. En efecto, en la E u ro p a de la R es y tr a ta r de e n c o n tra r el valor del que los libe
ta u ra c ió n e sta e ra no explotó p o r casualidad: rales, con su m ism o n o m b re, se p ro clam an
no sólo tuvo, en el plano de las ideas (por defensores, o sea el de “ lib e rta d ” . En e sta for
ejem plo: el individuo com o fin), un prólogo m a p a sam o s de una definición histórico-
p ro v id e n c ia l en la c u ltu ra de la E u ro p a e m p íric a a u n a esen cialm en te teó rica, del
m o d ern a , desde el h u m an ism o en adelante, ad jetiv o al su stan tiv o .
sino que so b re to d o h e re d ó el e sta d o liberal, No nos in te re s a aquí el a n tig u o p ro b lem a
tal com o se h a b ía d elin ead o en la tra d ic ió n del lib re a lb e d río , y sólo nos in te re s a m a rg i
p lu ris e c u la r de In g la te rra o en la e x p e rien n alm en te, p o r su s reflejos p olíticos, el hecho
cia rev o lu cio n aria de los E stados Unidos y de de que el h o m b re , en c u a n to n a tu ra le z a , esté
F ran cia. D espués, h ab ien d o concluido la e ra su jeto a la ley de la c a u sa lid a d y sea objeto,
lib e ra l a c a u sa de la am p lia c ió n del derech o p o r lo tan to , de estu d io po r p a rte de la biolo
e le c to ra l y del c o rre sp o n d ie n te a d v en im ien gía, de la antropología y de la psicología. Tam
to de los p a rtid o s de m asa —con ideologías poco nos in te re sa p o rq u e d esd e el p u n to de
fre c u e n te m e n te a n tilib e ra le s o a lib e ra le s —, vista científico o exp erim en tal la lib e rta d no
el e sta d o lib eral (en lo que te n ía de peculiar) es d e m o stra b le, com o no es d e m o s tra b le su
no desap areció sino que m ás bien siguió to d a c o n tra rio . Nos o cu p arem o s ú n ica m en te de la
vía en la versión lib e ral-d e m o c rá tic a . Tal vez lib e rta d en relació n con la acción del hom bre
p o r estos m otivos, p recisam en te porque e sta (y p o r c o n sig u ie n te tam b ién en rela ció n con
b a a rra ig a d o en la h isto ria e u ro p e a " p a rtic u la política) m as no de la lib e rta d in te rio r,
la r" , el I. re s u lta un ideal y u n a e s tru c tu ra siguiendo los pasos de las tre s p rin c ip ale s
p o lític a difícilm en te ex p o rta b le . d efiniciones q u e el p e n sa m ie n to político-
Es n ecesario , p o r lo tan to , u tiliz a r o tra filosófico m oderno ha d ad o de las c a ra c te rís
p e rs p e c tiv a que p o n g a a p ru e b a no sólo los ticas que d istin g u en la acción libre: la lib e r
g ru p o s o las ideas o la e ra liberal sino el e s ta tad n a tu ra l, la racio n al y la lib e ra d o ra .
do lib e ral, p a san d o de la p a rte al todo. Si los Ante todo es o p o rtu n o co n sid erar la concep
lib e ra le s tu v ie ro n a su lado re a c c io n a rio s y ción n a tu r a lis ta de la lib ertad : el h o m b re es
re v o lu c io n a rio s, a u to rita rio s y d e m ó c rata s, v e rd a d e ra m e n te libre cu an d o p u ed e h a c er
clericales y socialistas, el estado liberal m ani todo lo que le place. Es u n a co n cep ció n n a tu
festó u n a s o rp re n d e n te c o n tin u id a d y u n a ra lista , en la m ed id a en que la acción h u m a
cap acid ad de ad aptación a las situaciones his n a sigue u obedece sus p ro p io s in stin to s o
tó ric a s m o d ificad as y de su p erv iv en cia a ese a p e tito s ocasionales; pero, p a ra te n e r la posi
to ta lita rism o , que p a re c ía d a r fin d efin itiv a bilidad de sa tisfa c er sus propios deseos y, por
m en te a la e x p erien cia lib e ral eu ro p ea. En lo tan to , se r lib re, el h o m b re n o debe en co n
o tro s térm inos, el 1. no debe en ten d erse com o t r a r ob stácu lo s y, si los e n cu en tra, debe tener
u n a sim p le ideología p o lítica d e un p a rtid o , tam b ié n la fu e rz a (o el poder) de o b lig a r o
sino c o m p re n d e rse com o id ea e n c a rn a d a en s u b o rd in a r a los dem ás h o m b res.
in stitu c io n e s políticas y en e s tru c tu ra s socia Es u n a lib e rta d que p resu p o n e , pues, la d esi
les. T odas las grandes ideologías del siglo xix gu ald ad . Dado que la lib e rta d co in cid e con el
—com o las d em o crática, n a c io n a lista , c a tó po d er, el que tiene m ás p o d e r es m ás libre;
lica (en su v ersió n re a c c io n a ria y en su v er p a ra d ó jic a m e n te el hom bre v e rd a d e ra m e n te
sión social), so c ia lista —, en la m ed id a en que lib re es el déspota.
se a p a rta n ex p líc ita m e n te del 1. tra ta n de E sta lib e rta d nos la d escribió H obbes cuan
c o n s tr u ir u n a fo rm a d istin ta de estad o , que, do p u n tu a liz a b a la condición del h o m b re en
de a cu erd o con el p a tró n ideológico, podía ser el e sta d o de n a tu ra le z a , o F re u d c u a n d o veía
LIBERALISMO 881
lism o real ta n to p a ra las vocaciones com o e s ta lib e rta d es una e sfe ra esen cialm en te p ri
p a ra las pro fesio n es: c ie rta m e n te no es m uy vada, q u e le p em ite al h o m b re un te stim o n io
libre el que se ve obligado a esco g er e n tre de su s v alores m o ra les, o es la e sfe ra de lo
a c e p ta r o re c h a z ar, e n tre la p re se n c ia o el " p o lític o ” , p a ra c o n trib u ir a d e te rm in a r la
silencio, y, adem ás, es m ás libre una sociedad elección de la c a lid a d de la vida.
en la m edida en que es m en o r la elim inación E stas tre s d efin icio n e s de la p a la b ra libect
e n tre las vocaciones y las p rofesiones. P o r el tad no nos sirv e n de m ucho p a ra id e n tific a r
o tro lado, en cam bio, es necesario m in im iza r el fenóm eno h istó ric o del 1., d ad o q u e a b a r
los co n d icio n am ien to s (externos e internos) can d em asiad o . Con e sta s tr e s definiciones
de los m otivos o m óviles de la acción. C onti podríam os, en efecto, co m p ren d er toda la his
n u a n d o con alg u n o s tem as señ alad o s en este to ria de la filosofía p o lítica m o d e rn a , y
p arág rafo , es necesario te n e r p resen te que no podríam os e n c e rra r en ellas to d as las form as
sólo los p ro ce so s n o rm ales de socialización de organización del poder que c ie rta m en te no
(desde la educación h asta los m edios de com u son lib e rale s, desde la a b s o lu tis ta h a s ta la
nicación de m asa) sino tam b ién la psicología d e m o c rá tic a (pura) y la so c ia lista (soviética).
y la biología, u tiliz a d a s en nivel in stru m e n Sin em bargo, el an á lisis que se ha hecho p u e
tal p o r el p o d e r político, p u eden co n d ic io n ar de s e r útil, si n o s p re g u n ta m o s cuál es la re s
la elección del individuo. El cual, po r o tra par p u e sta de los p e n sad o re s que c o m ú n m en te se
te, aun sin esto s co ndicionam ientos, p a ra ser han c o n sid e ra d o " lib e ra le s ” al p ro b le m a de
libre debe a d u e ñ a rs e de sus p ro p io s in stin e sta s tre s lib e rta d e s: la lib e rta d n a tu ra l, la
tos y de sus p ro p ia s pasio n es a tra v é s del lib e rta d en el o rd e n racional y la lib e rta d
conocim iento. com o au to -em an cip ació n .
Con e sta te rc e ra definición hem os pasado N ingún p e n sa d o r liberal se opone a la re s
n e c e sa ria m e n te de u n a " lib e rta d de auloe- tricció n , por p a rte del estado, de la lib e rta d
m an cip ació n o de realización de sí m ism o ” a n a tu ra l o de la esfera del a rb itrio de cada indi
una "lib ertad respecto de los condicionam ien viduo, a u n q u e con dos condiciones p rec isas:
tos externos e in te rn o s ”. La lib e rta d de hacer p o r un lado, se tra ta de c o n ciliar u n a e sfe ra
su p o n e, de ese m odo, la lib e rta d de poder m áx im a de a rb itrio p a ra el in d iv id u o (el
h acer: d e sta c am o s la p a la b ra " p o d e r ” p re c i hom bre c o n tra el estado represivo) con la coe
sa m e n te p o rq u e é ste sigue ligado de algún xisten cia de los a rb itrio s de los dem ás, de
m odo a la lib e rta d , dad o que la lib e rta d de a c u e rd o con el p rin c ip io de la ig u ald ad j u r í
q u e re r req u iere, en el nivel de la acción, algu dica; p o r el o tro , la re stric c ió n de la lib e rta d
n a s g a ra n tía s , o sea la au sen c ia de im p ed i n a tu ra l debe u tiliz a r como in s tru m e n to el
m entos y condicionam ientos externos e inter d erech o —la n o rm a ju ríd ic a g en eral válida
nos. En o tro s térm in o s, re q u ie re la e x iste n p a ra to d o s—, un derecho que sea e x p re sió n
cia de u n esp acio pú b lico que p e rm ita y de una v o lu n ta d co m ú n (Kant). En o tro s té r
g a ra n tic e a! m ism o tiem po el lib re ejercicio m inos, la d ecisión so b re la no civ id ad o no de
de las fa c u lta d e s del h o m b re y el de ios p ro tal o cual lib e rta d v el c o rre sp o n d ie n te c o n
cesos políticos y sociales. Pero esta transición trol social llevado a cab o a tra v é s del d e re
n e c e s a ria no im p lica que ja lib e rta d sea un cho debe re s p o n d e r a la opinión p ú b lic a y a
e sta tu s político y socialm ente garantizado: es las form as institu cio n ales a trav és de las c u a
■sólo u n a condición o un p re rre q u is ito de la les e stá o rg an iz ad a .
p o sible m a n ife sta c ió n de la lib e rta d , de la Los p ensadores liberales han defendido his
em ancipación o de la realización del hom bre, tó ric a m e n te dos lib e rta d e s n a tu ra le s c o n tra
que depende siem pre de una elección o, m ejor del estado. En la e ra del c a p ita lism o n a c ie n
dicho, de u n a acción del m ism o. En e ste sen te lucharon p o r la libertad económ ica; el e s ta
tido, p o r acción lib re se en tien d e la que es do no debía e n tro m ete rse en el libre juego del
capaz de lla m a r a la ex isten cia lo que no exis m ercad o , que en c ie rto s asp ecto s se p re s e n
tía, ro m p ien d o así los p ro ceso s histó rico - tab a com o un e sta d o n a tu ra l o m e jo r dicho
sociales que, p o r la pasiva rep e tic ió n de los com o u n a so cied ad civil b a sa d a en c o n tra to s
fines de la acción, c o rre n p eligro de volverse e n tre privados. Sólo se a c e p ta b a al e sta d o
a u to m á tic o s y p e trifica rse. F alta todavía por com o gen d arm e, d e ja n d o u n a lib e rta d co m
e s ta b le c e r si la e sfe ra en que se m an ifie sta p leta (laissez faire, laissez passer), en el a r r e
LIBERALISMO 883
glo de los conflictos e n tre tra b a ja d o re s y zad o r del valor é tic o en q u e se debe s u s ta n
d ad o res de trab ajo , al p o d e r c o n tra c tu a l de c ia r la vida del individuo, p o rq u e el estad o ,
las p a rte s, o en los co n flicto s en tre las d iv e r por un lado, es c o n sid e ra d o como g o b iern o
sas e m p re sa s (en el á m b ito tan to n acional (y com o p a rte re sp e c to del todo que es la
com o su p ra n a c io n a l) al p o d er de re s is tir la sociedad) y, p o r el o tro, com o u n a sim p le
com petencia, que p re m ia al m ejor. En la e ra o rganización p o lític a y ju ríd ic a de la fu e rz a
p o sin d u stria l y tecnológica, en cam bio, la que, p a ra el lib eral, debe o b te n e r su p ro p ia
izquierda reivindicó la lib ertad sexual y el uso leg itim id ad del consenso.
de las drogas en c o n tra de las inhibiciones de El pensador liberal, sin em bargo, se ve obli
u n a m oral que era al m ism o tiem po c a tó lic a gado sie m p re en su concepción, que es re la
y b u rg u esa, s a c ra m e n ta l y p ro d u c tiv ista , en tiv ista en la m ed id a en que se opone al q u e
favor de la re s u rre c ió n te rre n a de la c a rn e . co n sid era q u e hay un orden n ecesario y o b je
Ambas libertades son n atu rales de diversas tivo del que alguien es in té rp re te y g a ra n te ,
m an eras, ya que p re m ia n al m ás fu erte, ta n a c o n serv a r u n bien ab so lu to , que es p re c is a
to en el m ercado com o en la búsqueda del p la m ente el e sta d o lib e ral. Sigue siendo un bien
cer; p o r lo ta n to g en eran conflictos y violen absoluto, a p e s a r de que se su strae de la e sfe
cia y un d e b ilita m ie n to de la tu te la ju ríd ic a , ra de la é tica (lib e rtad in tern a) y se so m e te
que es la ta re a n a tu ra l p a ra la que se ha co n s en cam bio a la del d erech o (libertad externa),
titu id o el e sta d o m o d ern o . M uchos p e n sad o a p e s a r de que el e sta d o liberal debe s e r
res m o d ern o s, sin e m b a rg o , sie m p re han m o ra lm e n te n e u tra l y p e rm itir ú n ic a m e n te
a c ep ta d o u n a cu o ta — m ás o m enos a lta — de una o rganización d e la sociedad en la que
conflicto y de violencia en el ám bito e sta ta l, cada individuo y c a d a grupo social sea c a p az
p recisam en te p a ra a m p lia r la esfera del a r b i de p e rs e g u ir lib re m e n te sus p ro p io s fines y
trio o de la lib ertad n a tu ra l del hom bre, p ero de elegir su p ro p io destino, o su p ro p io se r
sin re n u n c ia r nunca a la intervención del en el m undo, sin que los dem ás hom bres o los
gobierno, en ú ltim a in sta n c ia , com o p o d e r dem ás g ru p o s p u e d a n im p ed írselo ; en u n a
a rb itra l e n tre las p a rte s en lucha (m ediacio p alabra, a p e sar de s e r un estado que se r e d u
nes en los conflictos lab o rales, p ro te c c io n is ce a un m ero p ro c e d im ie n to político y j u r íd i
mo, leyes contra los m onopolios) o com o ó rg a co. Es un bien a b so lu to p rec isam e n te p o rq u e
no que g a ra n tiz a las posiciones de los m ás p resu p o n e com o v a lo r al individuo e n te n d i
débiles (tu tela de los d e re c h o s civiles, re f o r do com o fin y no com o m edio, el prin cip io del
ma del derecho fam iliar, con p a rtic u la r a te n diálogo, la s u p e rio rid a d d e la p e rs u a c ió n
ción a los m en o res de edad y a la condición so b re la im p o sició n , el resp e to de los d e m á s
de la m u jer, lucha c o n tra las drogas fu ertes). y, b ajo este valor, el significado p o sitiv o de
Los lib e rale s han sido, en cam bio, p re d o las d ife ren c ias y de las d iv ersid ad es. En s ín
m in a n te m e n te c o n tra rio s al p rin cip io de la tesis: el 1. a b so lu tiz a un m étodo, no los fines.
lib ertad en el estad o , sie m p re que e ste p r in El estad o liberal, com o bien absoluto, sigue
cipio se in te rp re te ú n ic a m e n te como lib e rta d siendo sie m p re un ideal lím ite o re g u la d o r de
política y com o p a rtic ip a c ió n en la d e te rm i la e x p e rie n c ia p o lític a , p orque los c o n flicto s
nación de la o rie n ta c ió n política del g o b ie r o las tensiones, in h eren tes a la e s tru c tu ra p lu
no, al m ism o tie m p o que reivindican u n a ra lista , no sie m p re se resuelven en el d iá lo
libertad social (de palab ra, de reunión, de aso go con la p e rsu a c ió n sino fre c u e n te m e n te la
ciación, de p ren sa, de em presa) por p a rte del fu erza in te rv ie n e com o fa c to r d e te rm in a n te ;
estado. Los liberales, salvo los que se han in s sin e m b arg o se tr a ta siem p re de u n a fu e rz a
pirado en la filosofía de R ousseau o de Hegel, que a c ep ta u n a reg la ju ríd ic a , aq uélla p o r la
no han cre íd o nu n ca q u e la voluntad general cual es m ejo r c o n ta r las cabezas que ro m p e r
m anifestada por el e sta d o sea cu alitativ am en las. Sin em bargo, no o b s ta n te esta te n ta tiv a
te d iv ersa de la su m a , o m ejor dicho de la de re g u la r el uso de la fuerza, es n e c e s a rio
agregación basada en com prom isos de las d is reco n o cer q u e é s ta no ha elim in ad o la e x is
tin tas v o lu n tad es de los individuos o de los ten cia de los p o d e ro so s y de los d ébiles en el
grupos. A dem ás, sie m p re se han o p u e sto a la m ercad o p o lítico y social; la ten ta tiv a de legi
afirm ación de que el e sta d o , en c u a n to u n i tim a r la fuerza, al tra n s fo rm a rla en p o d e r
v ersalid ad c o n c re ta , sea d e p o sita rio y re a li (legítim o), no la e lim in a nu n ca de m a n e ra
884 LIBERALISMO
com pleta, ya que sigue existien d o un e sta d o m en "te ó ric o ” de las diversas definiciones de
de n a tu ra le z a p rec isam e n te en los espacios la lib ertad , nos p ro p o rcio n an , sin em bargo,
que ha dejado a b ie rto s en la sociedad civil una p e rsp e c tiv a con la que podem os exam i
(por ejem plo, ta n to el m ercad o económ ico n a r —au n q u e siem p re en el cam po de la c rí
com o el espacio político). tic a — alg u n a s definiciones h istó ric a s de
La te rc e ra definición de la lib e rta d , la que am plio e sp e c tro del 1. La p e rsp e c tiv a e stá
la en tiende com o em ancipación o com o auto- d ad a p re c isa m e n te p o r estas dos líneas con
rrealizació n del hom bre, p arece co m p ren d er v ergentes que d e b e ría n serv ir p a ra p o n e r a
la v e rd a d e ra lib e rta d ; sin e m b arg o hay que p ru e b a el 1.: p o r un lado, un d a to " d u r o ” y
reconocer que en las teorizaciones que se han " f r ío ”, el estado lib eral, con sus m ecanism os
hecho de ésta frecuentem ente prevalece el ele ju ríd ic o s y políticos; y, por el otro, u n dato
m ento ético (y p o r lo ta n to u n a lib e rta d que "su av e” o "cálido”, los reales desenvolvim ien
p o d ría d e s a rro lla rs e en el m ero plano p riv a tos c u ltu ra le s, po lítico s y sociales de em a n
do) so b re el político de la a d m in istra c ió n del cipación h u m an a resp ecto de e s tr u c tu r a s
poder: en el caso ex trem o p o d ría e n te n d e rse a u to rita ria s y de ru p tu ra de los autom atism os
tam b ién com o lib e rta d resp e c to de la p o líti de los procesos histórico-sociales, en sum a las
ca, en ta n to que p a ra se r libres hay que h acer estaciones lib erales.
sólo lo que e stá d e n tro del p ro p io poder, y el
estado m o d ern o e x p erim en ta fu ertes ten d en E x am in a
iv. l ib e r a l ism o y c iv iliza ció n m o d e r n a .
cias que co n d u cen a un m áxim o de d e sp o liti rem os a h o ra dos tip o s de in te rp re ta c ió n del
zación y de n e u tra liz ac ió n del individuo en la 1. que definirem os respectivam ente: la p rim e
e sfe ra de lo p riv a d o y de lo no político. ra, " e p o c a l”, en la m edida en que tr a ta de
E ste 1. ético c o rre p elig ro de p re s e n ta rs e c o m p re n d e r el e s p íritu de u n a época; la
com o u n a p o sición a ris to c rá tic a , reiv in d ica segunda, " e s tru c tu ra l" , en la m ed id a en que
da por re strin g id a s élites, com o la p o lítica de tra ta de c o m p re n d e r las e s tru c tu ra s , ya sean
los in te le c tu ale s. La au sen c ia del elem en to é sta s in stitu c io n a le s (el estado) o so ciales (el
esp ecíficam en te político se explica, en p a rte , m ercado, la o p in ió n pública), D ado q u e p ro
p o r el h ech o de que e sta s reiv in d icacio n es cedem os tip o lógicam ente, se p u ed e a firm a r
su rg en so b re todo en p e rio d o s en que las que la p rim e ra dom inó en la c u ltu ra p o lític a
e s tru c tu ra s a u to rita ria s del e sta d o no p e rm i e n tre las dos g u e rra s, en ta n to que la seg u n
ten la p o lítica, o en aq u ello s en q u e la m ovili da se ha ido p re c isa n d o m ejor y c o n fig u ra n
zación to ta lita r ia d e ’ los in d ividuos red u ce do en e sta p o sg u e rra . Sin em bargo, a m b a s se
to d as las m a n ifestac io n e s de la vida en p o lí desenvuelven d e n tro del m ism o h o riz o n te de
tica: b a s te p e n s a r en la reiv in d icació n de la discu rso : el 1. es un fenóm eno que c a r a c te r i
lib e rta d relig io sa en el p eriodo del a b so lu tis za la E u ro p a en la edad m o d ern a. E s ta a fir
mo o en la "re lig ió n de la lib e r ta d ” de Croce m ación es ju s ta si el uso del adjetivo " m o d e r
en la e ra de los to ta lita rism o s . Sin em b arg o , n o " fu e ra n e u tra l y d e scrip tiv o ú n ic a m e n te
el p e n sa m ie n to p olítico lib e ra l (con Locke, (después del siglo xvi); con fre c u e n c ia es, en
M ontesquieu, C onstant) ha sostenido siem pre cam bio, a ltam en te evaluativo (el bien después
que la lib e rta d política y la p a rticip ació n efec del mal), dado que lo " m o d e rn o ” tien e un
tiva de los c iu d a d a n o s en el p o d e r legislativo " v a lo r” . E ste p u n to de vista es m uy p e lig ro
es, en ú ltim a in sta n c ia , la ú n ica g a ra n tía v er so y e n tra ñ a graves riesgos de m alas in te rp re
d a d e ra de to d a s las dem ás lib e rta d e s a u tó n o tac io n es en el p lan o h istó ric o del 1. que t r a
m as, en ta n to q u e Tocqueville te n d ía a c o n si ta re m o s de s e ñ a la r al h a b la r de tre s " p re ju i
d e ra r que la in sta n c ia ética lib eral po d ía re a c io s ” : el filosófico (iv), el ju ríd ic o y el h is tó
liz a rse ú n ic a m e n te en la p o lítica. rico (v).
A través de e s ta rein terp retació n , hecha con In ic ia lm e n te se debe o b s e rv a r q u e si todo
la a y u d a de los " c lá s ic o s ” del 1., de las tre s lo que se d a en lo " m o d e rn o ” se liga p o sitiv a
defin icio n es del co n cep to de lib e rta d , no m en te con el 1. se te rm in a p o r tra n s fo r m a r
h em o s lo g ra d o to d av ía d e fin ir el 1.; los re s u l la c o n tig ü id a d de p ro ce so s h istó ric o s d iv er
tad o s de la re c o n s tru c ió n " h is tó ric a ” del sos en su co in cid en cia. De e ste m o d o se llega
re g is tro de los m o vim ientos y de las ideas con fre c u e n c ia a u n a visión p ro v id e n c ia l y
lib e rale s, p o r u n lado, y p o r el o tro , del ex a triu n fa lis ta del 1. que p ierd e la a sp e re z a de
LIBERALISMO 885
del 1., ligados to d o s ellos a la política, tienen tad o desde el p u n to de vista filosófico y el 1.
poco peso, en ta n to q u e tienen d e m a siad o desde el p u n to de vista p o lítico co n siste en
peso los de la filosofía, por lo que se c o rre el el hecho de que el p rim e ro ex alta la u n id ad
peligro de c o n v e rtir el 1. en la m an ifestació n de la v o lu n ta d p o lític a so b e ra n a y el segun
p o lítica de la filosofía “ m o d e rn a ” . E n o tro s do defiende las d iferencias e n tre los diversos
térm in o s, se c o rre el p elig ro de c o n v e rtir el g ru p o s sociales. E n la h isto ria de la E u ro p a
1. en u n a concepción del m undo, en u n a ideo m o d ern a se da to d a una se rie de fenóm enos
logía s in c re tis ta , re c o n s tru id a a posteriori, c u ltu ra le s y sociales que ro m p en el o rd en en
so b re m a te ria le s filosóficos divergentes, p re que se a p o y a b a el m u n d o m edieval y disg re
cisam en te c u a n d o es m uy difícil, si no im po gan la sociedad. Por un lado, tenem os la refo r
sible, in s e r ta r los clásicos del p e n sam ien to m a p ro te s ta n te y la a p arició n de u n a p lu ra li
p olítico lib e ra l en una h is to ria de la filosofía d ad de iglesias; p o r el o tro, ten e m o s la c o n
p e rio d iza d a de a c u e rd o con el c rite rio de lo solidación de un m erc ad o a b ie rto en que s u r
" m o d e rn o ” (ilu stra d o o rom ántico). gen nuevos g ru p o s sociales, que em p iezan a
E sta reco n stru cció n epocal debe ex a m in ar d a rs e c u e n ta de sí m ism os y a c o n tr a p o n e r
se n u e v a m e n te d e sd e un p u n to de v ista p o lí se. El a c to d e n acim ien to del 1. c o n siste, p r e
tico y no filosófico q u e tom e en c u e n ta p ro cisam en te, en d a rs e cu enta de que e s ta d iv er
cesos sociales m ucho m ás v asto s y c o m p le sidad no es u n m al sino u n bien, y de que, p o r
jos. N o c ab e d u d a que el 1. e s tá e s tre c h a m e n consiguiente, es necesario e n c o n tra r las so lu
te ligado con la teo ría del individualism o, que ciones in stitu c io n a le s p a ra que e sta sociedad
es p ro p ia de la c u ltu ra de la E u ro p a m o d e r “ d iv e rs a ” p u e d a m a n ifestarse . Las d o s g ra n
na; au n q u e las m otivaciones c u ltu ra le s c a m des e ta p a s a tra v é s de las cuales m a d u ra el
bian p ro fu n d a m e n te desde el ren a c im ien to 1. son el d ebate sobre la lib ertad religiosa, con
h asta el rom anticism o. Sin em bargo, el 1. sólo la n e c e sa ria sep aració n e n tre lo p o lític o y lo
es u n a de las soluciones p o líticas de e sta te o relig io so (M ilton, Locke), y la d e fe n sa de los
ría, la que se p re s e n ta h istó ric a m e n te com o p a rtid o s políticos com o can ales de ex presión
v encedora con las d iv ersas D eclaracio n es de de los d iv erso s g ru p o s so ciales (Hum e,
los derechos del h o m b re y del ciudadano, que Burke).
co n sag ra n las lib e rta d e s —en p lu ra l— de los Finalm ente, la m ism a concepción inm anen-
d istin to s c iu d a d a n o s. El p u n to de vista filo tista es la que debe tra s to c a rs e y e n te n d e rs e
sófico conduce, en cam bio, a se ñ ala r, d e n tro no com o un d e sa rro llo ideal (o filosófico) a
de u n a visión p ro g re s is ta (ilu stra d a) o p ro v i trav és del cu al el pen sam ien to a lcan za la p le
dencial (rom ántica) las e ta p a s n e c e sa ria s e n itu d de la auto co n cien cia sino com o un sim
inevitables a tra v é s de las c u ales el h o m b re ple hecho, o com o un proceso histórico-social,
se e m a n c ip a p a ra lleg ar a la razón a b s tra c ta que c a ra c te riz a la h isto ria de la E u ro p a
" u n iv e rs a l” de la Ilu stra c ió n o a la razón h is m oderna, llam ado actu alm en te de se cu la riz a
tó ric a " u n iv e rs a l” de la filosofía ro m á n tic a , ción o de la m u e rte de Dios; en e s te e sc e n a
en cuyos elem entos, según los diversos a u to rio se debe c o lo c a r la h is to ria del 1. P o r una
res, se e n c o n tra ría la plena convicción de la parte, se debe ten e r presente el proceso de lai
idea lib eral. P ero este Ir filosófico, d e p ro c e cización de la c u ltu ra política, c a d a vez m ás
dencia fra n c e sa (R ousseau, C ondorcet) o a le m arc a d o a p a rtir del siglo xvi, y q u e resu ltó
m an a (Hegel), m ira a la lib e rta d en sin g u la r in ev itab le debido a la m ayor c o m p lejid ad de
—o sea a b so lu ta — que el individuo sólo a lcan la ad m in istra c ió n del estad o m o derno, p o r lo
za si es c a p a z de elevarse a lo u niversal a la que e ra n necesarias técnicas racionales, b a sa
v o lu n ta d g e n e ra l o a la v o lu n ta d del estado, das en la cu an tificació n , o la ap lic ac ió n de la
que ú n ica m en te son m an ifestac io n e s de u n a razón p a ra u n ifo rm a r los d ato s de la tra d i
lib e rta d a u té n tic a . En síntesis: la p e rs p e c ti ción. P or la o tra p arte, se debe te n e r p re se n
va filo só fica re d u c e la lib e rta d del in dividuo te el c re c ie n te p roceso de difusión de la cu l
a la vo lu n tad general o al estado, en ta n to que tu ra , desde la invención de la im p re n ta , que
la p ersp ectiv a política p retende g a ra n tiz a r las m u ltiplicó la fu erza y la difusión de las ideas,
lib e rta d e s e m p íric a s de los d istin to s in d i h a s ta la rev o lu ció n de los m edios de c o m u n i
viduos. cación de m asa, que puso a los in d iv id u o s en
U na segunda d ife ren c ia e n tre el 1. in te rp re condiciones de se n tirse su je to s lib re s y auto-
LIBERALISMO 887
En esto s d e b a te s p o líticos em piezan a des encim a del estado que pueda lim itar su volun
tacarse los p rim ero s principios del 1. P ero este tad: el estad o conquista de este modo el poder
sólo pone de m a n ifie sto su asp ecto de a u to de d e te rm in a r p o r m edio de las leyes la co n
nom ía en la re s p u e s ta q u e da al p ro b le m a de d u c ta de los sú b d ito s. Los m ism os d erech o s
la ru p tu r a de la u n id a d religiosa, re sp u e sta subjetivos se p re se n ta n con frecu en cia com o
que, en un p rin cip io , es de to le ra n c ia y que concesiones g ra tu ita s o com o ex p resió n de
luego es de lib e rta d religiosa: la lib e rta d reli u n a autolim itación del poder del estado. Ade
giosa es la cu n a de la lib e rta d m o d ern a . La m ás, se define fre c u e n te m e n te la so b e ra n ía
conclusión de e s ta larg a y co m pleja h isto ria , en térm in o s del p o d e r y no de derecho: sobe
que es testig o de las a p o rta c io n e s de los polí ran o es aquel que tiene la fu erza p a ra h a c e r
ticos, que raz o n a b a n en térm in o s de razón de se ob ed ecer y no el q u e deriva este p o d e r de
estad o p a ra d e fe n d e r la to leran cia, d e los u n a ley su p erio r. En el plano político, el e s ta
católicos fo rm a d o s en la trad ició n h u m a n is do m oderno rep re sen ta la destrucción del plu
ta e ra sm ia n a , q u e p re fe ría n la p e rsu a c ió n a ra lism o org án ico p ro p io de la so cied ad c o r
la persecución, del ala m ás radical de la refor p o rativ a p o r capas: b ajo su in cesan te acción
m a p e rse g u id a en to d as p a rte s, y p o s te rio r se e lim in an todos los ce n tro s de a u to rid a d
m ente de los d e ísta s y de los ateos, no es cier que reiv in d ican funciones p o lític a s a u tó n o
tam e n te el e sta d o d e m o c rático laico con su m as, com o las ciu d ad es, los estad o s, las c o r
religión civil, ni el e sta d o ético, que n o s lle p o racio n es, de m a n e ra que no haya n in g u n a
gan de la tra d ic ió n del jaco b in ism o fra n c é s m ediación (política) e n tre el prín cip e, d e p o
y del idealism o alem án, respectivam ente, p re sita rio de u n a vo lu n tad su p erio r, y los in d i
cisam ente p o rq u e "la ico ” y "é tic o ” son expre viduos, red u c id o s a u n a vida m e ra m e n te p r i
siones de la religión de lo " m o d e rn o ”. La ver vada e ig u alad o s todos en cu a n to m ero s súbr
d a d e ra co n clu sió n se e n c u e n tra en el p rin c i ditos. En el plano sociológico el estado m oder
pio, c la ra m e n te e n u n ciad o p o r T ocqueville, no se p re s e n ta com o e sta d o a d m in istra tiv o ,
de iglesias lib re s en e sta d o libre, en q u e las en la m ed id a en q u e e stá a d isposición del
iglesias no re p re s e n ta n un refugio p a ra el p rín c ip e un in stru m e n to o p erativ o nuevo: la
individuo en su ser p riv a d o sino que c o n s ti m oderna burocracia, que es una m áq u in a que
tuyen u n a v e rd a d e ra in stitu c ió n p o lítica, que a c tú a de m an e ra racio n al y efic ie n te en v is
g a ra n tiz a a la c o m u n id a d toda la riq u e z a de tas a un objetivo d ire c ta m e n te d e p e n d ie n te
una vida é tic a y religiosa, cap az de op o n erse de él.
a los im p u lso s hedon-istas h acia la sociedad La h isto ria del 1., según ellos, p a s a de e ste
del b ie n e sta r, que re p re s e n ta el p elig ro m ás m odo a tra v é s de la h isto ria del e s ta d o a b so
insidioso p a ra la lib e rta d en u n a sociedad luto, p o rq u e la consolidación del elem ento de
d e m o c rá tic a de m asa. la a u to rid a d co n stitu y e la p re m isa n e c e sa ria
p a ra u n a a u té n tic a lib e rta d , que no sea un
v. l ib e r a l is m o , e r a b u r g u e s a . La in te rp re ta c ió n m ero p rivilegio de e sa clase o de ese e s tra to .
e s tru c tu ra l, tra d ic io n a l e n tre los ju ris ta s , ha El 1. (y/o la dem ocracia) re p re s e n ta de este
sido re to m a d a rec ien te m e n te p o r h isto ria d o m odo la reco n q u ista desde la base de esta for
res de in sp ira c ió n m a rx ista o w eb erian a: el m a de e sta d o llegada a su p len itu d : el 1. c o n
1., según éstos, es hijo del e sta d o m o d ern o o, duce a la a u to lim ita c ió n del e sta d o a fin de
■más a m p liam en te, n ace com o co n secu en cia g a ra n tiz a r los d erech o s p ú blicos su b jetiv o s
o com o re s p u e s ta a la nueva fo rm a de o rg a de los c iu d a d a n o s en ta n to que la d e m o c ra
nización del p o d e r que se in s ta u ra en E u ro cia sirve p a ra la leg itim ació n de e ste e sta d o
pa a p a r tir del siglo xvi. a tra v é s del su fra g io u n iv ersal. E s ta tesis es
El estado m oderno se define com o el m ono la ex p resió n del p reju icio " ju ríd ic o ” que con
polio de la fu e rz a (o del p o d e r de decisió n en duce a in te r p re ta r m al la h isto ria del 1. y a
ú ltim a in stan cia), que se ejerce en tre s nive d e sco n o c e r la c o n trib u c ió n que sólo é ste ha
les: ju ríd ic o , p o lític o y sociológico. E n el p la dado a la p ro yección de p ro c e d im ie n to s j u r í
no ju ríd ic o , con la a firm a c ió n del co n cep to dicos y e s tr u c tu r a s in stitu c io n a le s g a ra n tis-
de so b e ra n ía q u e confía al e sta d o el m onopo tas. En efecto, en el plano ju ríd ic o , el 1., d e b i
lio de la p ro d u c c ió n de las n o rm a s ju ríd ic a s do a sus lazos e stre c h ísim o s con el c o n s titu
po r lo que no existe un d e re c h o vigente p o r cionalism o, sie m p re tuvo fe en el p rin c ip io
LIBERALISMO 889
trucción provienen de la opinión pública y del sie m p re fue lib e ral la b u rg u esía c a p ita lista ,
m ercado. com o no sie m p re fueron los lib e ra le s d efen
Pero al d e s a p a re c e r el elem ento c rític o de sores de e sta burguesía. É sta es u n a in te rp re
la opinión p ú b lic a y de la lib e rta d de m e rc a tación m e c a n ic ista que p ierd e al m ism o p ro
do, al d e sa p a re c e r e sto s espacios autónom os tag o n ista , en la m edida en que es incapaz de
de la sociedad civil, d esap arecen tam b ién los e n te n d e rlo desde el in terio r, y, a n c la d a to ta l
su p u e sto s e s tru c tu ra le s de la acción liberal m ente en la tra y e cto ria de la b u rg u esía, debe
de la b u rg u esía . Si, p o r o tra p a rte , se m o stró c o n c lu ir con el final del 1. o con la realización
que el individualism o, que ta n to en su versión del 1. en el fascism o (ad m itien d o que el fas
é tica com o en la u tilita ris ta era la base del cism o sea un fenóm eno del c a p ita lism o que
1., es la m an ifestac ió n de la e s tr u c tu r a m is ha llegado al m om ento de su c ris is y no una
m a del m ercado, donde el individuo, en c u a n e tap a del d e sa rro llo político deb id o a un p ro
to p ro p ie tario , es to ta lm e n te libre excepto de ceso de a tra s o en la in d u stria liz a c ió n del
las obligaciones c o n tra ctu a le s vo lu n tarias, la país).
sociedad m erc an til y las in stitu c io n e s p o líti Se tr a ta de un p rejuicio, p o rq u e, en el pla
cas liberales de origen c o n lra c tu a lis ta tienen no em p írico , se puede fa lsific a r fácilm ente
una relació n indisoluble. De ahí la inevitable e sta id en tificació n . Ante todo no d a ninguna
c risis a c tu a l del 1., p o rq u e e sta te o ría se p r e cabida, en efecto, a todas las reivindicaciones
se n ta com o in ad e c u a d a p a ra se rv ir de fu n d a de lib ertad política que provienen de los e s tra
m ento a la obligación ju ríd ic a d e riv a d a del tos a ris to c rá tic o s y que h an sido d e te rm in a
surgim iento de la clase o b rera con una e stru c dos (en In g la terra y en Francia) p o r la d estru c
tu ra p o lític a d istin ta , b a sad a en la so lid a ri ción del p o d e r ab so lu to del p rín cip e, que
dad, que no a c ep ta las leyes in ev itab les del e n c o n tró en E u ro p a, d u ra n te la e ra del des
m ercado. potism o ilu strad o , un sostén precisam en te en
Nos e n c o n tra m o s a n te el te rc e r p rejuicio, la b u rg u esía p rec a p ita lista y resisten cia en la
el " h is tó ric o ” , que es c ie rta m e n te el m ás nobleza de toga o b u rg u esía de servicios. Este
a rra ig a d o de los tre s: el 1. es la ideología de origen a ris to c rá tic o y no b u rg u és del 1. debe,
la b u rg u esía . Un p reju icio debido a dos e rr o en cam bio, se ñ ala rse , p re c isa m e n te p a ra
res m etodológicos: a n te todo, la b u rg u esía , e n te n d e r alg u n o s aspectos so b re sa lie n te s del
com o clase, es un térm in o m uy vago y eq u í 1. c o n te m p o rá n e o : éste, en efecto, tiene con
voco, po rq u e, cu ando se u sa p a ra u n periodo fianza, c o n tra la dem o cracia p o p u lista, en la
histórico tan largo que coincide con la fo rm a d ia lé c tic a e n tre las élites a b ie rta s y e sp o n tá
ción de la E u ro p a m oderna, puede in d icar los neas, y c o n tra la d em o cracia a d m in istra tiv a ,
h a b ita n te s de la ciu d ad , los d e te n ta d o re s de en el a sp ec to de la lu ch a o de la c o n fro n ta
cargos, los p ro p ie ta rio s -re n tis ta s, los e s tr a ción p o lítica. La posición de T ocqueville es
tos m erc an tile s, los c a p ita lista s, el e s tra to re p re s e n ta tiv a de e sta tra n sic ió n : un a ris tó
m edio de las p ro fe sio n e s libres, los em p lea c ra ta , p ero tam b ié n "u n lib eral de tipo nue
dos de cuello blanco, las clases d o m in a n te s vo” —com o él m ism o se defin ió —, que a sp i
(o clase política). La b u rg u e sía se co n v ierte ró a f iltr a r en el pueblo las p a sio n e s a ris to
así en un fan tasm a de mil caras, al que es difí c rá tic a s.
cil im p u ta r la e s tra te g ia c la ra y co n scien te En seg u n d o lugar, si el 1. p olítico se id e n ti
p a ra el p ro p io d e sa rro llo , q u e s e ría p re c is a ficó, so b re todo en In g la te rra , con el 1. eco
m ente el lib eralism o . nóm ico, hay que reco n o cer ta m b ié n q u e no
El segundo e rr o r m etodológico co n siste en toda la b u rg u e sía europea fue lib recam b ista,
d ed u cir de la co n tig ü id ad cronológica de dos dado q u e con m u ch a fre c u e n cia a p ro v e c h a
procesos h istó ric o s m uy d istin to s (la revolu ba el p ro te c c io n ism o e sta tal, oblig an d o a
ción in d u stria l y la co n so lid ació n de la b u r m enudo a los lib e rale s-lib re ca m b istas o a los
guesía c a p ita lis ta com o c la se social hegem ó lib re c a m b is ta s no liberales (a veces so cialis
nica, po r un lado, y del 1. político, p o r el otro) tas) a la oposición.
lazos que no sean m e ra m e n te co n tin g e n te s y En te r c e r lugar, se tr a ta de c o m p ro b a r si,
tra n s ito rio s , c o n v irtie n d o al 1. en un m ero con el ocaso de la e ra b u rg u esa y con el adve
su b p ro d u c to de la b u rg u e sía , en ta n to que, n im ien to de la sociedad de m asa, en que se
desde el p u n to de v ista h isto rio g rá fico , no da un p ro c e so de p ro le ta riz a c ió n de los a n ti
LIBERALISMO 891
tarse com o m etap o lítico o p re p a rtid is ta (B, esencia del 1.: las lib e rta d e s de. Difícil ta m
Croce), dado que se ha convertido en p a trim o bién po rq u e las fo rm as m odernas de e sta d o
nio de o tro s m ovim ientos políticos y que las to ta lita rio (aunque de color político opuesto:
e stru c tu ra s del estado liberal-dem ocrático ya com unism o y nazism o) han p ro ced id o a una
no se ponen en discusión: no puede d e ja r de planificación radical de la economía. En otros
invocar, com o ideal, el im perio de la ley y la térm in o s, la d ife ren c ia entre el 1. y el so c ia
a n a rq u ía de los e sp íritu s (Einaudi). Ha te n i lism o no c o n siste tan to en la m ayor o m enor
do que d a r re sp u e sta , sin e m b arg o a la c u e s velocidad con que se p rete n d e llevar a cabo
tión social y al reto del socialism o ante la a c u las re fo rm a s c u a n to en la " c u a lid a d ” de la
sación de d e fe n d e r lib e rta d e s que sólo eran in terv en ció n e sta tal o en la e s tra te g ia gene
" fo rm a le s ” , en ta n to que la gran m ay o ría de ral del d e s a rro llo social que puede c o n d u c ir
la población no gozaba de las libertades "su s a un e sta d o asisten c ial o a un estad o social.
ta n c ia le s” , que e ra n el su p u e sto lógico o la El 1. o rie n ta l, a p e s a r de no h ab er m o s tr a
condición esencial de las prim eras. El 1. luchó do todavía de m anera com pleta su ro stro , p re
esen cialm en te p o r las lib e rta d e s de (o sea de sen ta u n a fisonom ía to ta lm e n te diversa: su
religión, de p a la b ra , de p ren sa , de reunión, m áxim o in té rp re te es M ilovan Djilas, y su
de asociación, de p a rticip a ció n en el p o d er expresión política cu ltu ralm en te m ás p ro fu n
político, de in iciativ a económ ica de los in d i da ha sid o la " p rim a v e ra ” de P rag a y luego
viduos), y p o r e sto reivindicó un no im p e d i el “o toño” polaco. El 1. del este nace com o ten
m ento p o r p a rte del e sta d o y u n a g a ra n tía de tativ a de su p e ra c ió n de la solución to ta lita
estos derech o s in d iv id u ales, civiles y p o líti ria que tuvo en esos p aíses el so cialism o con
cos. Ahora, en cam bio, el a cen to se d esp laza la convicción de que el socialism o sólo p o d rá
a las libertades respecto de (o sea de las c a re n ser realizad o p o r el refo rm ism o lib e ral. Se
cias, del m iedo, de la ignorancia), y p a ra la d e s a rro lla en tre s direcciones: la re iv in d ic a
co n secu ció n de esto s fines, que e sta b a n en la ción de las lib e rta d e s individuales y civiles y
lógica u n iv e rsa lista del 1., se ren u n ció al dog de una ig u ald a d efectiva; la defensa del p ro
m a de la no in terv en ció n del estad o en la vida ceso de d ife ren c iac ió n de ja sociedad, en la
económ ica y social. P a ra el 1. el p ro b le m a de que las clases, las ag ru p acio n es sociales y los
c o n c ilia r la lib e rta d económ ica y la ju stic ia gru p o s n a c io n a le s p u e d a n llegar a s e r auto-
social (o el socialism o) se h a p re se n ta d o , por conscientes, y, finalm ente, el red escu b rim ien
ejem plo, no com o un p ro b le m a ético —d o n to de la función del m ercad o en u n a econo
de los v alores no e stá n d isp o n ib les— sino m ía so c ia lista , p a ra h a c er m ás e fic ie n te y
com o un p ro b le m a p ráctico de co rre sp o n d en m enos d o g m átic a su a d m in istra c ió n , s u s tr a
cia de los m edios con los fines; y de este m odo yén d o la de la "n u ev a c la se ” que e s tá fo rm a
ha podido h acer una n o toria contribución rea da p o r u n a b u ro c ra c ia p a ra s ita ria .
lista al re fo rm ism o d e m o c rático .
P or lo ta n to se logra c o m p re n d e r m ejo r el VII. ELESTADO LIBERAL; ¿SOLIALO ASISTENCIA!.? P ara
1. o c c id e n ta l c o n te m p o rá n e o en los diversos c o n c lu ir so b re la a c tu a lid a d del 1., se p u ed e
p e n sa d o re s o en las d iv ersa s e scu elas in te re p a rtir de u n a a firm a c ió n de K eynes según la
sa d as en la p o lític a económ ica y en la p o líti cual los siste m a s p o lítico s dem o crático -
ca social: L. E inaudi, W. Rópke, B everidge, la lib e rale s d e m u e s tra n con hechos su s u p e rio
escu ela k ey n esian a, la escu ela de F rib u rg o ridad al g a ra n tiz a r al m ism o tiem po un m áxi
(\V. Eucken) y la escuela de Chicago (M. Fried- mo de eficiencia económ ica, de ju stic ia social
m an, F. H. H ayek). A p e s a r de que todos y de lib e rta d individual. E sta tesis es ú til no
s u b o rd in a n la so lu ció n de la c u e stió n social ya p a ra c o n firm a r —o no— la s u p e rio rid a d
(la justicia) a la lib ertad , estas escuelas se dife de los siste m a s d e m o c rático s sobre los so cia
ren cian e n tre sí p o r el m ay o r o m en o r te m o r listas sino p a ra id e n tific a r los elem en to s p ro
de que el e s ta d o asisten cia! lleve in ev ita b le blem áticos insertos en la coexistencia de valo
m en te al fin del 1. La re s p u e s ta del 1. al reto res tan div erso s, sie m p re que p o r lib e rta d no
del socialism o es, en efecto, la re s p u e s ta m ás se e n tie n d a u n a m e ra situ a c ió n g a ra n tiz a d a
difícil, p o rq u e la in stru m e n ta c ió n c o n c re ta p o r la ley. En o tro s térm in o s, se tr a ta de ver,
con la q u e se d e b e n re a liz a r e sta s lib e rta d e s ten ie n d o p re s e n te s las in q u ie tu d e s de la lite
respecto de c o rre pelig ro de c o m p ro m e te r la r a tu r a lib e ral m ás recien te, si la re s p u e s ta
LIBERALISMO 895
com unes, p a ra toda u n a serie d e fin es socia blem as de la ju stic ia y de la s e g u rid a d social
les que están d e stin a d o s a a u m e n ta r cad a vez se da en el nivel de la sociedad civil y no en
más. E sto e n tra ñ a , p o r un lado, la restric ció n el nivel institu cio n al estatal, con su b sistem a s
de las p o sibilidades de elección p o r p a rte del au tó n o m o s en relación con el s is te m a p o líti
ciu d ad an o en cu e stio n es im p o rta n te s de su co, con iniciativ as q u e no d e p e n d en de y que
vida (com o la salud, la vejez) y, p o r el o tro, c o la b o ra n con p a rte de las fu erz a s sociales
la acción p a te rn a lis ta de m áquinas b u ro c rá e sp o n tá n e a s, y no con acciones b u ro c rá tic o -
ticas que evalúan discrecionalm ente las nece adm inistrativas. En otros térm inos, el proble
sidades del c iu d a d a n o y el b ien público y m a h istórico que e s tá debatiendo actu alm en te
a c tú a n sin co n tro les p o lítico s eficaces o sin el p e n sa m ie n to lib e ra l —de d e re c h a y de iz
una p a rtic ip a c ió n real en la a d m in is tra c ió n q u ie rd a — es el de re d e s c u b rir y r e a d a p ta r a
por p a rte de los u su ario s, a los q u e se les q u i nuevos c o n tex to s la función o tro ra d e s a r r o
ta h a s ta la posibilidad de elegir. La seg u rid ad llada p o r las autonom ías locales en c o n tra del
social tiene, p o r ejem plo, sus costos: la segu e sta d o b u ro c rá tic o -c e n tra lista , de re fo rz a r
rid ad favorece la a p a tía política del c iu d a d a u n a vez m ás el p rim a d o de la so c ie d a d civil,
no y lo m oviliza únicam ente p a ra re c ib ir cada e n c o n tra n d o nuevas fo rm as p a ra su e x p re
vez m ás del e sta d o (paterno), realizan d o así sión, d ejan d o al estad o la ta re a de g a ra n tiz a r
u n a en a je n a ció n e n tre el ciu d a d a n o y el s is les a todos la ley com ún y la función de ó rg a
tem a po lítico , que sólo alg u n as fo rm a s con no de e q u ilib rio y d e incentivación de las ini
c re ta s de p a rtic ip a c ió n pueden su p e ra r. ciativas a u tó n o m a s de la sociedad.
El p e n sa m ie n to político lib e ral d e m u e stra La ú n ica a lte rn a tiv a a este re g re so a la
a c tu a lm e n te que es c o n scien te de que, p a ra sociedad civil y al m erc ad o es el neocorpora-
ser capaz de resp o n d e r al reto del socialism o, tivism o (v.) o e sta d o co rp o rad o , q u e se b a sa
se e n c u e n tra an te u n a elección e n tre el e s ta en la o rg an izació n de los g ra n d e s in te re se s
do a sisten c ial, v a ria n te del viejo "estad o - p rivados y en su colaboración en el nivel polí
policía", que confía la realización del antiguo tico en c u a n to a las decisiones del estado,
b ie n e s ta r o de los fin es sociales a a p a ra to s org an izacio n es q u e así q u e d a n in c o rp o ra d a s
b u ro c rá tic o s y asum e de este m odo u n a a c ti a él.
tud p a te rn a lista ante los ciudadanos, y el e sta
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LIBERALISMO LATINOAMERICANO 897
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l i , a cargo de L. Firpo, tomo vil, Turín u t e t , m e ra s d écad as del p ro ceso e n tre v ie ro n una
1972. p o sib ilid ad m ás aco rd e con sus p reten sio n es,
ya sea p o r una c o y u n tu ra in tern acio n al favo
[ n ico la m a t t e u c c i ] ra b le o p o r los efectos d e cid id am en te d e s a
le n ta d o re s que p o d ían d e te c ta rs e fácilm en te
en la p rim e ra m ita d del siglo xix com o p ro
d u c to de las g u e rra s de independencia p rim e
lib e r a lis m o la tin o a m e r ic a n o ro y de las lu ch as civiles después. E sta re a li
d a d re s u lta b a no o b s ta n te tan poco p ro p ic ia
El 1. se b a ila ligado a la h is to ria la tin o a m e ri p a ra los experim entos innovadores que inclu
c a n a desde los o ríg en es m ism os de las n a c io sive m uchos de los lib e rale s fu ero n a d o p ta n
nes in d ep e n d ien te s de e sta p a rte del m undo. do definiciones que, en su s extrem os, p r o d u
En definitiva, b u e n a p a rte de las ideas que je ro n u n a re s u lta n te ecléctica e n tre las p ro
g e n e ra lm e n te a p a re c e n v in cu lad as al te m a p ia s posiciones y las co n serv a d o ra s. O bvia
liberal c irc u la ro n d u ra n te el p erio d o prein- m ente, experiencias europeas com o la R estau
d e p e n d e n tista com o a ro m a ideológico ju sti- ración, la g u e rra c a rlis ta en E sp a ñ a o las
fic a to rio de la n ecesid ad de ro m p e r el v ín cu revoluciones fra n c e sa s de 1830 y 1848 —to
lo colonial. E stas nociones se e x p re sa ro n ya do esto d e n tro del am biguo fenóm eno, en su
sea en el registro económ ico —donde el 1. real faz política, re p re s e n ta d o p o r el ro m a n tic is
m en te ofrecía a secto res ansiosos de un a cce m o— d eb ían s e r o tra s de las e n señ a n z a s u ti
so d ire c to al m ercad o m u n d ial la a tra c c ió n lizadas p o r los latinoam ericanos p a ra d ia g ra
indudable del librecam bio— com o tam bién en m a r m odelos de nación cuya in o rg a n icid a d
o tra s exp resio n es relacio n ad as con la teo ría e sta b a d e te rm in a d a p o r sociedades civiles
política e incluso con una actitud general ante g e la tin o sa s q u e p a re c ía n d e m a n d a r la e m e r
898 LIBERALISMO LATINOAMERICANO
gencia de estados fuertes. E stas confro n tacio de C olom bia; en V enezuela, R afael M aría
nes e n tre lib e rale s y c o n se rv a d o re s no a lb e r B aralt p u b licó el R esum en de la historia a n ti
gaban sólo el c a rá c te r de una po lém ica m ás gua y m oderna de Venezuela, m ie n tra s que en
o m enos d o c trin a ria sino que im plicaban cu r México Jo sé M aría Luis M ora —sie m p re d en
sos de acción d iv erg en tes en u n a se rie de tro de e s ta c a te g o ría s lib e ra le s— c o m p u so
a sp ec to s c o n c re to s y decisivos. D en tro de M éxico y su s revoluciones. E sta so m e ra lista
ellos a p a re c ía n com o rele v an te s las a lte rn a sólo p u ed e c ie rta m e n te re c u p e ra r alg u n o s
tivas e n tre el fed e ra lism o o el ce n tralism o ; el títu lo s y n o m b re s a lta m e n te significativos,
papel q u e d eb ía se rle reconocido o negado a d en tro de lo que fue un núcleo de in te n sa p ro
la iglesia; la c sta tiz a c ió n o el reco n o cim ien to du ctiv id ad d u ra n te el siglo xix, y en el cual
de a q u é lla en la e s tr u c tu r a e d u c ativ a , —tra s el p ro p ó sito expreso de rec o n stru cció n
e tc é te ra . del p a sad o — se ju g ab a n en realid ad d iv erso s
Y si las c o rrie n te s c o n se rv a d o ra s a c e n tu a p royectos a lte rn a tiv o s p a ra la c o n stru c c ió n
ban los asp ecto s m ás ligados con la trad ició n de las resp e c tiv a s naciones.
h isp án ica en u n a línea que n e c e sa ria m e n te La p o lém ica a n tilib e ra l llevada a d e la n te
debía d e se m b o c a r en una reivindicación po r los c o n se rv a d o re s c o n ta ría ig u alm en te
im p lícita o m an ifiesta de la colonia, no resu l con una n u trid a y p o r cierto n a d a su b e stim a
ta rá s o rp re n d e n te que p o s te rio rm e n te estos ble producción, especialm ente si se p iensa en
ju icio s v a lo ra tiv o s se tra d u je ra n en d ife re n el e c u a to ria n o G abriel G arcía M oreno o el
tes con cep cio n es h isto rio g rá fica s. En to rn o m exicano L u cas A lam án, p e ro lo im p o rta n te
de esta interrogación —que será tan re c u rre n aquí es q u e las c rític a s que d irig ie ro n al 1.
te com o in se g u ra s se rev elaren las fu en te s de p u sieron n u e v a m e n te en cuestión algunos de
la n a c io n a lid a d p a ra los nuevos e s ta d o s — se los ele m en to s d o c trin a rio s y realizacio n es
fueron d iseñ an d o las p rim e ra s pro d u ccio n es prácticas que aquél m ás ex presam ente reivin
re a lm e n te o rig in a le s de lo que a p a r tir de dicaba. En e ste o rd en de ideas, el e le m en to
entonces se co nstituía como una c u ltu ra espe c e n tral de la polém ica fue o tra vez el re fe ri
cífica. Indudablem ente, uno de los textos fun do al juicio so b re la co n q u ista española, el sis
d ad o res en este sentido lo configuró el Facun tem a colonial y la a c titu d de la iglesia. Com o
do del arg e n tin o D om ingo F a u stin o S arm ien se ha dicho, m u ch a s de e sta s c rític a s c o n ta
to, que d ib u jó p a ra to d a una g e n e ra c ió n libe ban en su favor con el tu rb u le n to perio d o que
ral la c o n tra p o sic ió n —leída con u n a lin e a li siguió a las independencias nacionales, situ a
dad e x tre m a — e n tre la "civilización" u rb a n a ción que c o n d u jo a m uchos lib e ra le s a m o d e
y a b ie rta a las influ en cias e u ro p e a s, p o r un ra r sus p ro p u e s ta s ig u a íita ris ta s y a d e s c ri
lado, y la " b a r b a r ie ” refu g iad a en las zonas b ir de hecho aquel m ovim iento re fe rid o de
ru ra le s e im p e rm e a b le s a aq u ellas m ism as a c e rc a m ie n to con c ie rta s po sicio n es c o n s e r
influ en cias, p o r el o tro . En el m ism o sen tid o vadoras.
de reiv in d ic a ció n de la visión lib e ra l o p e ra En este ú ltim o sentido, h acia las ú ltim a s
rían las o b ra s de B artolom é M itre y de Vicen d écad as del siglo p a sad o se im pone en no
te Fidel López, sie m p re d e n tro de la in telec pocos p aíses la tin o a m e ric a n o s la p a ra d ó jic a
tu a lid a d a rg e n tin a , p e ro tam bién en el veci concepción de la " d ic ta d u ra lib e ra l” , según
no C hile esta ten d e n c ia te n d ría re p re s e n ta n la cual las é lite s p o se ed o ra s de los bienes y
tes de v a sto s alcan ces, com o es el caso de del sab er debían tu te la r los in tereses de la n a
F ran cisco B ilbao, q u e rev elab a su 1. rad ical ción con c o n sid e ra b le au to n o m ía resp e c to de
en Sociabilidad chilena, así com o los h isto ria las m asas, cu y a p a rticip a ció n po lítica q u e d a
dores Diego B arro s Arana, José V ictorino Las- ba releg ad a a u n a e ta p a p o ste rio r n u n c a bien
ta r r ia y B en jam ín V icuña M ackenna, a u to r definida, y que s e ría re su e lta en los hechos
este ú ltim o —e n tre o tra s — de Vida de O'Hig- por vía tra n s fo rm is ta o revolucionaria, según
gins y Vida de Portales. T endencias se m e jan las d iv ersa s situ a c io n e s la tin o a m e ric a n a s.
tes son d e te c ta b le s en el P erú en la o b ra de E stas co n cep cio n es p u d iero n c irc u la r có m o
Daniel F. O’L eary, La am ancipación del Perú d am en te d e n tro de la ideología p o sitiv ista ,
y en la Historia del Perú independiente de Feli que h acia esa m ism a época d ia g ra m ó u n a de
pe Paz S oldán. En C olom bia, José M anuel las p ro p u e s ta s c u ltu ra le s m ás o p e ra n te s p re
R estrep o escrib ió la H istoria de la revolución senciadas p o r este subconlinente. Y es que de
LIBERALISMO LATINOAMERICANO 899
esta sim biosis —expuesta n alu ralm en le a ten güense R ubén D arío— dan c u e n ta en su h e te
siones obvias— e n tre i, y positivism o (v. posi ro g en eid ad de una p a rte del élan novocentis-
tivismo latinoamericano) su rg ió un siste m a ta que desde perspectivas m uy disim iles cues
de ideas y de prácticas que p enetraron no sólo tio n a b a el p la n lib e ral. El A riel del u ru g u a y o
a los secto res g o b e rn a n te s sin o que fu ero n Rodó, a p a re c id o en 1900, debió al hecho de
co m p artid as incluso p o r fuerzas que en o tro s s in te tiz a r m uchas d e estas ten d e n c ia s un éxi
aspectos tra ta b a n de c u e stio n a r políticam en to q u e no lo a b a n d o n a ría d u ra n te v a ria s
te aq uella d o m in ació n . Así, el m ito del p r o décadas.
greso in d efin id o —q u e a c tu a b a so b re e s tr a Pero ju n to con e s ta p ro te sta , o tro e s tra to
tos a n te rio re s y de la m ism a d ire c cio n a lid a d de la c u ltu ra la tin o a m e ric a n a iba a d e te c ta r
co n ten id o s en la idea de "A m érica com o tie en el 1. una eventual fuente de m ales que a te n
rra de p ro m is ió n " — p asó a c o n s titu ir p rá c taban d ire c ta m e n te c o n tra la idea m ism a de
ticam ente un co n ten id o ideológico p ropio del la nacionalidad. Un p re su n to cosm opolitism o
sentido com ún, sobre todo en aquellos países a trib u ib le a aquél h a b ría co n clu id o —según
donde la in c o rp o ra c ió n al m ercad o m u n d ial a q u e lla c rític a — p o r diso lv er a lg u n a s e s e n
c a p ita lista se h ab ía rev elad o c la m o ro sa m e n cias sin las cuales no era p o sible sig n a r n in
te exitosa. gún p roceso de id en tid ad nacional. E s e n to n
Por lo dem ás, aquellas m inorías m an ten ían ces c u an d o se pro d u ce, com o m o v im ien to
férrea m en te su p o lític a laicizad o ra de las reactivo, un re to rn o hacia aquellos p re su n to s
e s tru c tu ra s de la vida e sta ta l y social, con lo núcleos originarios en una dirección que cada
cual volvieron a ch o car con los intereses ecle c u ltu ra h a b ría de re c o rre r según su p ro p io
siásticos, e sp e c ia lm e n te en u n a época sig n a pasado. O b ras com o C um andá del e c u a to ria
da en este te rre n o p o r las encíclicas Q uanta no Ju a n León M era, E n riq u illo del d o m in ic a
cura y Syllcibus, en las cu ales los se cto res no M anuel de Je sú s G aiván, Tabaré del u r u
católicos e n c o n tra ro n nuevas fu en tes de r e s guayo Ju a n Z o rrilla de S an M artín, A ves sin
paldo p a ra su p o lític a a n tilib e ra l. P ero e s ta nido de la p e ru a n a C lorinda M atto de T urner,
c rític a trad icio n al p ro n ta m e n te vería s u rg ir Canaan del b ra s ile ñ o G raqa A ranha, c o n s ti
so b re la escena p o lític a y c u ltu ra l o tro tip o tuyen una m u e s tra re p re se n ta tiv a de este
de c u e stio n am ie n to s, m uchos de ellos e x p re re to rn o a la tie rra , al n egro o al indio en un
sión de la em ergencia de nuevos sujetos socia in te n to de refu n d a c ió n de la n a c io n a lid a d .
les en el p lan o de la co m unidad p o lítica. R efu n d ació n que e ra e x p e rim e n ta d a com o
Dichos cu e stio n am ie n to s ten ían de todos m ás acuciante en aquellos países com o los del
m odos d iv erso s o rígenes y p e rse g u ían o b je su r del su b c o n tin e n te en donde el aluvión
tivos igualm ente diferen tes y no siem p re c la in m ig ra to rio h a b ía m odificado de m a n e ra
ram en te explícitos. Uno de los re g istro s de m ás radical la com posición dem ográfica y los
e sta a c titu d c rític a h acia el 1. iba a n u c le a rse h á b ito s c o tid ia n o s de d ich as rep ú b lica s. Un
en to rn o de lo que en la term in o lo g ía de la caso típico en e ste sen tid o lo c o n fig u ró la
época se llam ó "la cu estió n social", y q u e A rgentina, do n d e se a siste hacia el C en ten a
d en u n ciab a el c a rá c te r p lu to c rá tic o y o lig á r rio a un v a sto p ro c e so de c o n stitu c ió n de la
quico en que h a b ía d esem b o cad o el p ro y ec to n a c io n a lid a d so b re el tip o ru ra l del gaucho
liberal. E sta o p osición form ó u n a am p lia y el poem a M artín Fierro, de José H ernández,
m ancha tem á tic a d e n tro de la cual se conec que lo e x p re sa b a e je m p la rm e n te.
taban tra n sv e rsá lm e n te m otivos de p e rte n e n No o b sta n te , y p o r difun d id o s q u e algunos
cias tan diversas com o el m o d ern ism o lite ra de estos m ovim ientos resu lta ren , nin g u n o de
rio, c o rrien te s rad icales de capas m edias que ellos pu so en c ris is real u n a serie de v alores
d em an d ab an un esp acio político de p a rtic i p ro v en ie n te s del p ro y ec to lib eral, lo cual se
pación, m o vim ientos so cialistas y g ru p o s tra d u jo en las d ific u lta d e s de los se cto res
a n a rq u ista s. F ig u ras com o las del p e ru a n o a n tilib e ra le s p o r e la b o ra r algo m ás que c rí
M anuel González P rada, los a rg e n tin o s Lean ticas parciales y proponer, p o r el contrario, un
dro N. Alem y Ju a n B. Ju sto , el m exicano m odelo a lte rn a tiv o global de sociedad y de
Francisco M adero, los u ru g u ay o s José Batl- c u ltu ra. No h a b ía n faltad o p o r c ie rto c rític a s
le y O rdóñez y E m ilio Frugoni, sin o lv id ar la radicalizadas del m ism o, p ero incluso las que
fig u ra del jefe del m o d ern ism o —el n ic a ra se fu n d aro n de u n a u o tra m an e ra en el ejem -
900 LIBERALISMO LATINOAMERICANO
pío fasc ista d e b ie ro n a g u a rd a r a que se p re dad m enos d efo rm ad a p o r los riesgos del cos
s e n ta ra u n a c o y u n tu ra m a te ria lm e n te c ríti m opolitism o (v.). Ya la revolución m exicana
ca p a ra p o d e r d ifu n d irse en se cto res m ás h ab ía rev elad o u n a fu e rte co m p o n e n te in d i
am plios que los lim ita d o s c írc u lo s que h a s ta gen ista que p ro m o v e ría una se rie de ensayos
en to n ces h a b ía n c o n stitu id o su au d ien cia. so b re la “ m ex ican id ad ", concepción que
Aquella c o y u n tu ra fue, p recisam en te, la o fre —a le n ta d a p o r José V asconcelos— se d e sa
cida p o r la c risis de 1930, en la ex acta m ed i rro lló a tra v é s de p e n sad o re s, sociólogos y
d a en q u e vino a d e sq u ic iar un m odelo de a rtis ta s que b u sc a b a n d e fin ir el " se r n a c io
d e s a rro llo económ ico e ideológico q u e h a s ta n a l” . En el P e rú el aprismo (v,), fu n d ad o por
en to n ces h a b ía m o stra d o u n a a lta c u o ta de V íctor Raúl H aya de la Torre, tam b ién in c o r
fu n cio n a lid a d . Por las g rie ta s a h o ra sí p u e s p oró no pocos de estos elem entos, a los que
ta s al d escu b ierto en el m odelo liberal com en se su m a b a n los que h a b ía n sid o a rr a s tr a d o s
zaron a p e n e tra r con fuerza una serie de movi o constituidos en el vasto m ovim iento latinoa-
m ien to s y de ideas de c o rte n a c io n a lista de m e ric a n ista de la reforma universitaria (v.).
diverso signo que, en el p erio d o q u e p reced ió Ig u alm en te en B olivia este se n tim ie n to se
a la segunda g u e rra m undial, g rav itaría n con e n c a rn ó en la p réd ic a del M ovim iento N acio
d iv ersa in te n sid a d so b re alg u n as c o rrie n te s n a lista R ev o lu cio n ario de V ícto r Paz E s te n s
de m asas. soro y su te o ría de la “ b o liv ia n id a d ” . En el
E stas ten d e n c ia s iban a so ld arse, p o r lo B rasil, el p re sid e n te G etúlio V argas fundó el
dem ás, con un re g istro de m ás vieja d a ta en E stado N o vo so b re ex p re so s lin cam ien to s
la conciencia la tin o a m e ric a n a , com o el cons a n tilib e ra le s, y en la A rgentina J u a n D om in
tituido por el ''a n tim p eria lism o ”. Si en un pri go P erón (v. peronism o y populismo) se p re o
m er m o m en to e s ta ten d en cia se h a b ía e x p re cupó po r t r a t a r de e s tr u c tu r a r una c o n c ep
sado m ás a c a b a d a m e n te y p o r p rim e ra vez ción a le jad a del m arxism o y del lib e ralism o .
luego de la g u e rra h isp a n o -n o rte am e ric a n a, A e ste e m b a te de los p opulism os c o n tra el
y h a b ía ten id o so b ra d a s o casio n es de d esp le 1. no h ab ía resu lta d o e x tra ñ a la izquierda la ti
g arse a n te el in te rv en c io n ism o e s ta d u n id e n n o a m e ric a n a (v. marxismo latinoamericano)
se del big stick de T h eo d o re R oosevelt, aho esp ecialm en te la a g ru p a d a b ajo la in flu en cia
ra del 1. tam b ié n e ra se n ta d o en el b a n q u illo de la III In te rn a c io n a l, que d u ra n te m ucho
de los acusados p o r su tendencia a estab lecer tiem po —y sie m p re de a c u erd o con los v ai
pactos económ icos con potencias e x tra n je ras venes d e te rm in a d o s p o r la po lítica general de
que h a b ría n d e sem b o c ad o en un p ro ceso de la C om intern— identificó las llam ad as " lib e r
d e p en d en cia cu y as co n secu en cias neg ativ as tades fo rm ales” con consignas liberales p a tri
e sta lla b a n con ocasión de la crisis. D entro de m onio exclusivo de las b u rg u esía s locales (r.
e ste u n iv erso de d isc u rso , el 1. se fue tra n s burguesía nacional). E sta línea s e ría en no
form ando en un térm ino acusador, con el cual escasa m ed id a recogida p o r la ‘r evolución
se d e n o ta b a la d o c trin a económ ica de la oli cubana, cu y a influ en cia so b re la izq u ie rd a
g a rq u ía a so cia d a al c a p ital e x tra n je ro . latin o am erican a se ría tan v asta com o p ro fu n
La c rític a , sin em b arg o , no se d e te n ía en el da en el decenio de los sesen ta. E sa rev o lu
p u ro asp ecto económ ico sino que c u e stio n a ción a c e n tu a ría así m uchos de los asp ec to s
ba h a s ta el m ism o tip o de ejercicio de la polí antiliberales que ya habían sido relevados po r
tica y de la re p re s e n ta tiv id a d im ag in ad o p o r los p o p u lism o s o p o r un c ie rto re g is tro de la
el 1. p a ra la p a rtic ip a c ió n {o exclusión) de las izquierda, y a p u n ta ría sus c u e stio n a m ie n to s
m asas en el p o d er. En su lu g a r a p a re c e ría n ta n to so b re los a sp ecto s de la d e p en d en cia
u n a se rie de d o c trin a s y de re a lid a d e s que económ ica cu an to de las desigualdades socia
ponían en el p rim e r plano de la escena la figu les p rom ovidas p o r e s tru c tu ra s que re p ro d u
ra de caudillos p o p u lares (v. caudillismo) que cían en su in te rio r u n a e stra tific a c ió n de cla
u n a p rim e ra p e ro p ro n ta m e n te in su ficien te ses que sólo p o d ría h a lla r té rm in o con la
term in o lo g ía term in ó p o r c la sific a r bajo el c o n stru c c ió n del socialism o. T am bién desde
ru b ro u n ifo rm a n te de los “ p o p u lism o s" (v. este ángulo, pues, parecía llegada la hora final
populismo). E sto s m ovim ientos a p e la ría n a del 1. en L a tin o am érica. Y sin e m b a rg o los
aquellos elem en to s ya señ alad o s en los c u a regím enes fero z m e n te represivos y a u to r ita
les se su p o n ía p o d ía fu n d a rse u n a n a c io n a li rios (v. militarismo latinoamericano) surgidos
LIBERA LSOCIALISMO 901
en la ú ltim a década e sp ec ialm en te en el cono los lib e rale s los que so m e tía n su p ro p ia d o c
sur, así com o las g rav es d ific u ltad e s en los trin a a una c e rra d a crítica.
países del llam ad o “ so c ia lism o re a l” p a ra Fue p ro b a b le m e n te el filósofo inglés Jo h n
s a tis fa c e r una p a rtic ip a c ió n d e m o c rá tic a en S tu a rt Mili (1806-1873) el p rim e ro e n tre los
el p o d e r, han a le n ta d o rec ien te m e n te un teó rico s lib e rale s en d e sta c a r, en el á m b ito
intento p o r re to m a r alg u n as de las ideas libe de la co n cep ció n lib e ral del estado, alg u n a s
rales al respecto. in sta n c ia s p ro p u e s ta s po r el socialism o pre-
m a rx ista europeo: en p a rtic u la r la exigencia
b ib l io g r a f ía : M.A. Belaúnde, Bolívar y el pensa de u n a e q u ita tiv a división d e la p ro d u cc ió n
miento político de la emancipación hispanoame e n tre todos los m iem b ro s de la sociedad, de
ricana, M adrid, C ultura Hispánica, 1959; W.R. la elim inación de los privilegios de n a c im ie n
Crawford, A century o¡ Latín American thought, to, de la g ra d u a l s u s titu c ió n de un e s p íritu
Cambridge, Harvard University Press, 1944; Jean c o m u n ita rio e n lu g ar del egoísm o del indivi
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co, Siglo XXI, 1976; Liberalismo, en II mondo les de toda E u ro p a. P or u n a p arte, la c ris is
contemporáneo, VI: Storia dell America Latina, del m arx ism o y el a c a lo ra d o debate so b re el
a cargo de M arcello Carm agnani, Florencia, La rev isio n ism o provocado p o r los e s c rito s de
Nuova Italia, 1979; L. Zea, Dos etapas del pensa E d u a rd B ern stein (1850-1932) p la n te ó a los
miento en Hispanoamérica: del romanticismo al socialistas el p ro b le m a de co n c ilia r h ip ó te sis
positivismo, México, El Colegio de México, 1949. y p rin c ip io s de la d o c trin a m a rx ista o rto d o
xa con la re a lid a d d e la sociedad c a p ita lis ta
[c o m it é e d it o r ia l ] y la p rá c tic a del m o v im ien to o b re ro o rg a n i
zado, y llevó a los teó rico s y líd eres de p a r t i
do a a c e p ta r, de u n a m a n e ra m ás o m enos
explícita, alg u n o s p u n to s claves de la c o n c ep
liberalsocialismo ción liberal, m itig a n d o el clasism o y el re c h a
zo del m étodo p a rla m e n ta rio e induciéndolos
Desde el p u n to
i. las p r im e r a s f o r m u l a c io n e s . a lu ch a r p o r e s tru c tu ra s co lectivistas no o b s
de v ista h istó ric o g e n e ra l es o p o rtu n o re c o r ta n te el p e rs is tir de la econom ía de m ercado.
dar q u e en E u ro p a se em pezó a h a b la r de /. Por o tra p a rte , y en el m ism o periodo, el d e sa
o socialism o liberal o liberalism o socialista a rro llo in d u stria l y los avances del m o v im ien
p a rtir de la p rim e ra m itad del siglo pasado. to o b rero im p u lsab an en diversos países a los
En A lem ania, al m ism o tiem po que M arx teó rico s del lib eralism o , o p o r lo m enos a los
re d a c ta b a el M anifiesto del partido c o m u n is m ás in q u ieto s y a to rm e n ta d o s, a d e s c u b rir
ta, la ex p resió n liberaler S o zia lism u s ya c ir c ie rta s lim itacio n es de la ideología p ro p u g
c u la b a en el d eb ate político; así en F ra n cia y nada, que a la v ista se m a n ifestab a incapaz
en In g la terra hacían su propia aparición locu de c o n tr a r r e s ta r eficazm en te tan to el in je rto
ciones análogas. La a sp ira ció n a la sín te sis de la idea im p e ria lis ta so b re el tro n c o lib e
en tre socialism o y lib e ra lism o provenía d e s ral com o el m ensaje m arxista, o rie n tad o éste
de entonces de p a rte de liberales insatisfechos a se ñ a la r con fu erz a la exigencia de la ju s ti
y de socialistas de diversas escuelas: pero, por cia social p a ra las m asas p ro le ta ria s. En e sta
razones h istó ric a s in tu ib le s, e ra n sobre todo fo rm a se p e rc ib ía n de un lado y del o tro te n
902 LIBERALSOCIALISM O
tativas de sín te sis e n tre socialism o y lib e ra el liberalism o lib re ca m b ista favorecía p o r su
lismo, acen tu an d o ya uno ya o tro térm ino del p arte la p erm anencia y el acrecen tam ien to de
binom io. las situaciones de privilegio y de d esig u ald ad
Pero en e ste p u n to es n e c esa rio h a c e r una e x iste n te s en el o rd e n c a p italista .
distinción: en el se n tid o que acen to s y m o ti Los liberalsocialistas sostienen que el e rro r
vos lib e ra lso c ia lista s se e n c u e n tra n en una fu n d am en tal es el de c o n sid e ra r que las dos
serie de m ovim ientos y c o rrie n te s diversos co rrientes son o p uestas e inconciliables entre
e n tre sí, c a ra c te riz a d o s p rin c ip a lm e n te por sí, pues en la re a lid a d su in teg ració n no sólo
o tra s in stitu c io n e s, y no es po r lo ta n to lícito es posible sino deseable. La condición nece
re fe rirse a ellos en el m om ento en que se p re saria p a ra que esto suceda es que ta n to la una
tende d e lin e a r el núcleo de la ideología libe- com o la o tra ren u n c ien a algunos de su s p ro
ralso c ia lista . De este m odo, en lu g a r de refe pios " d o g m a s” que ya no e n c u e n tra n c ab id a
rirse a los fab ian o s o a B e rn ste in y, en gene en la rea lid a d .
ral, a to d o el revisionism o e u ro p eo de p rin El " d o g m a ” al que debe re n u n c ia r el libe
cipios del siglo xx, sería m ás ú til refe rirse en ralism o es, p a ra los liberalsocialistas, el libre -
form a p re c isa a los teó rico s que al h a b la r del cam bism o. Según u n a d istin ció n fu n d a m e n
I. o socialism o liberal lo colocan explícitam en tal debida, com o se vio, a S tu a rt M ili y ac la
te en el c e n tro de su especulación. Y, desde ra d a y p re c is a d a p o s te rio rm e n te p o r Croce,
este p u n to de vista, el hilo c o n d u c to r c o rre c o n sid e rar el librecam bism o com o u n a c a ra c
desde el inglés L, T. H obhouse h a s ta el ita lia te rístic a irre n u n c ia b le de la d o c trin a liberal
no S averio F ra n ce sc o M erlino y, tam b ié n en significa c o n v e rtir e sto que es un " p rin c ip io
u n a época m ás recien te, desde C ario Rosse- económ ico leg ítim o ” en u n a " te o ría é tic a ile
lli h a sta G uido C alogero y los dem ás teóricos g ítim a ” , o sea d a rle a una n o rm a c o n tin g e n
del m ovim iento lib e ra lso c ia lista de los años te su rg id a en un d e te rm in a d o p erio d o h istó
tre in ta y c u a re n ta . A e sta s c o rrie n te s en p a r rico y lig ad a e s tre c h a m e n te con u n a c o n c ep
ticular se debe re fe rir uno actualm ente —a u n ción filosófica su p erad a, com o el u tilita rism o
que sin o lv id a r el su rg im ie n to y el re s u rg i ético de B a stia t, la d ig n id a d y el v a lo r de ley
m iento de b ro tes análogos en diversos países, social v á lid a en c u a lq u ie r época y en c u a l
sobre todo e n tre las dos g u e rra s m u n d iales— q u ie r c irc u n sta n c ia . É ste es un e r r o r cuyas
p a ra d ise ñ a r las c a ra c te rístic a s esenciales de co n secu en cias se m an ifie sta n cada d ía m ás,
esa ideología. I. a m edida que el d e sa rro llo in d u stria l y la fo r
m ación de g ra n d e s m asas p ro le ta ria s re c la
II. CRÍTICA DEL MARXISMO Y DEL LIBERALISMO. La doc m an la in terv en ció n sólida del e sta d o ya sea
trin a lib e ra lso c ia lista nace de un an álisis p a ra p ro p o rc io n a r servicios e sen c iale s a la
cerrad o , p e ro a su m odo d ista n c ia d o y se re c o m u n id ad o b ien p a ra c o o rd in a r y d isc ip li
no, de la c risis en que caen el so cialism o m a r n a r las a c tiv id a d e s eco n ó m icas con el fin de
xista y el liberalism o lib recam b ista. Los obje e v ita r los excesos especulativos y el p red o m i
tivos de las dos c o rrie n te s son co m u n es —el nio de unos pocos en la vida nacional.
p ro g re só g en eral de la so cied ad h u m a n a —, El lib e ra lism o no tien e n a d a que o p o n e r a
pero son a ta c a d o s de lados d ife re n te s: una la in terv en ció n e s ta ta l en la eco n o m ía si esto
pone el a c en to en la so lid a rid a d social, en la o c u rre d e n tro del resp e to de los derech o s del
re sp o n sa b ilid a d y en los d e b e re s que tiene el in dividuo y con el objeto de s a lv a g u a rd a r los
fu e rte en relació n con el débil; su s consignas in te re se s c o m u n ita rio s. El p ro b le m a , si ac a
son c o o p e ra c ió n y o rg an izació n . La o tr a sos so, co n siste en c o n c ilia r los unos con los
tiene que el ejercicio c o m p leto de la lib e rta d o tro s, salv an d o de la tra d ició n lib re c a m b is
de cad a uno no pu ed e d e ja r de llevar al p ro ta lo que no c h o ca con las nuevas exigencias
greso de to d a la sociedad. Pero el socialism o del p ro g re so social.
m a rx ista d e scu id a las c o n q u ista s fu n d am e n R especto del socialism o los lib e ralso cia lis
tales de la dem ocracia liberal, em pezando por ta s so stie n en q u e ya es tiem po de s u p e ra r la
todos los d e re c h o s in d iv id u ales de lib e rta d , concepción m a rx ista del e sta d o y de la socie
convencido equivocadam ente de que éstos son dad hum ana. El debate revisionista h a dem os
resa b io s del c a p ita lism o lib e ral y en d e fin iti trado, en opinión de éstos, que el núcleo d e te r
va de u n a civilización q u e hay que d e rro c a r; m in ista, e c o n o m ic ista y fa ta lis ta del m a rx is
LIBERALSOCIALISMO 903
socialism o, o m ejo r dicho la nueva sociedad valorativo. Las definiciones d e sc rip tiv a s de
liberalsocialista, tenga necesidad de realizar "1.” designan estados de hecho d eterm in ab les
se m ediante u n a sacu d id a rev o lu cio n aria: el e m p íric a m e n te y p u eden ser a c e p ta d a s p o r
socialism o, en cu an to h e re d e ro del lib e ra lis c u a lq u ie ra sin c o n s id e ra r los p u n to s de vis
mo, los su c ed e rá g rad u a lm e n te desp u és de ta norm ativos de cada uno en lo que re fie re
h a b e r a b so rb id o las in stan cias vitales y el a la 1. (§ § m v ). La "1.” en sentido valo rativ o
capitalism o occidental y el com unism o sovié (§§ v v iii ) se u sa p a ra rec o m en d a r m ás que
tico verán d e sap a re ce r grad u alm en te los con p a ra d e scrib ir; en consecuencia, tiene sig n i
tra s te s y las d ife ren c ias recíp ro cas. La " te r ficados d ife re n te s de ac u erd o con los d iv e r
c e ra v ía ” p rev ista p o r S o m b art e s tá d e s tin a sos m odelos éticos en que se in sp ira n los
da a realizarse. "E s posible co n ceb ir —e s c ri e scrito res.
be R osselli en S o cialism o libérale— que la El concepto de 1. in te rp e rs o n a l o social se
tra n sic ió n de u n a sociedad a o tra se lleve a refiere a las relacio n es de in teracció n e n tre
cabo con un p ro c e so g rad u a l y pacífico; con p e rso n a s o grupos, es d ecir al hecho de que
u n a tra n sic ió n que, salvando las v e n ta jas ya un a c to r d e ja a o tro a c to r en 1. de a c tu a r en
a se g u ra d a s p o r la una, las refu erce p ro g re si cierto m odo. E ste concepto debe definirse con
v am ente con las v e n ta jas de la o tr a .” re fe re n c ia a o tra relació n de in te rac c ió n , la
de la no-1, in te rp e rso n a l o social.
G. Calogero, Difesa del liberalsocia-
b ib l io g r a fía :
lismo (1945), Milán, Marzorati, 1972; G.D.H. Colé, i. n o -l ib e r t a d s o c ia l . R especto del a c to r B, el
Historia del pensamiento socialista, III: La Segun a c to r A es no-libre de rea liz a r la acción x, si
da Internacional, ¡889-1914 (1956), México, Fon y sólo si B hace im posible a A la realizació n
do de C ultura Económica, 1959; A. Garosci, Vita de x, o sea p u n ib le p a ra A h a c e r x. "B hace
de Cario Rosselli (1946), Florencia, Vaílecchi, im p o sib le a A la realización de x " sig n ifica
1973; T.H. Grecn, L'obbligazione política (1882), q u e B lleva a cabo la acción y tal q u e si A
Catania, Giannotta, 1973; L.T. HobhoLise, Libe in te n ta se re a liz a r x fra c a s a ría en su in te n to .
ralismo (1911), Florencia, Sansoni, 1973; C. Ros N egándole a un ciu d a d a n o el p a sa p o rte , el
selli, Socialism o libérale (1930), en Opere se el te go b iern o lo hace p rá c tic a m e n te in cap az de
di C. Rosselli, 1.1. Turín, Einaudi, 1973; N. Tran- v iaja r al e x tra n je ro y p o r lo ta n to no-lib re de
faglia, Cario Rosselli dall'interventism o a Gius- realizar esa acción. R especto de E stad o s Uni
tizia e Liberta, Bari, Laterza, 1968; L. Valiani, II dos, la C hina c o m u n ista es no-libre de con
liberalsocialismo, en Ri.vista Storica Italiana, q u is ta r F o rm o sa y viceversa, ya que las fu e r
núrn. 1, 1969. zas n o rte a m e ric a n a s p resu m ib le m e n te im pe
d irían la invasión de u n a de las dos p o ten cias
[N[COLA TRANFAGLIA] p o r p a rte de la otra. Si el Ku K lux K lan im p i
d iera con la fu erza a los negros e n tr a r en una
escuela pública, estos últim os serían no-libres
de hacerlo resp e c to de esa organización, pero
libertad no resp e c to del gobierno. "B hace p u n ib le
p a ra A h a c e r x ” sig n ifica que si A lle v a ra a
La p a la b ra 1. tien e una fu e rte c o n n o tació n cab o x, B re a liz a ría la acción y que c a s tig a
e p fe m ista. P or lo ta n to se ha u sa d o p a ra ría a A. Las san cio n es del g obierno en c o n tra
c u b rir c u a lq u ie r acción política o in stitu c ió n de los a c to s legales son ú n ica m en te u n e je m
que p u d iera c o n sid erarse válida, desde la obe plo de p u n ib ilid a d e n tre los tipos de no-
diencia al d erech o n a tu ra l o positivo h a s ta la lib e rta d social: R especto de un sin d ic a to u n a
p ro sp e rid a d económ ica. Los escritos políticos e m p re sa es no-libre de re c h a z a r c ie rta s
r a r a vez dan definiciones explícitas de la "1.” indem nizaciones si el prim ero organiza pique
en té rm in o s d e scrip tiv o s; p ero con fre c u e n tes fre n te a la seg u n d a. R especto de los ve
cia, se p u ed en e x tra p o la r del co n te x to d e fin i cinos, q u e tr a ta n de im p o n er el o s tra c is m o
ciones d e scrip tiv as. El concepto de 1. se refie a los a n tic o n fo rm is ta s , los h a b ita n te s de un
re m ás fre cu en tem en te a la 1. social, que debe edificio de los s u b u rb io s m o d ern o s son no-
d istin g u irse de o tro s usos de la p a la b ra ta n lib res de a p a rta r s e de c ie rta s n o rm a s no e s
to en se n tid o d e scrip tiv o com o en se n tid o c ritas.
LIBERTAD 905
La 1. so cial no es lo o p u e sto
ii. l ib e r t a d s o c ia l . cidad) y nos a b s te n e m o s de accio n es que
s im é tric o d e no-1. social. O ficialm en te yo no som os lib re s de re a liz a r (por ejem plo, c o n d u
soy no-libre de p a g a r los im p u e sto s so b re la c ir a c u a lq u ie r v elo cid ad in fe rio r al lím ite).
ren ta ; no o b s ta n te tam p o c o soy lib re de
p a g a rlo s; m ás b ien soy no-lib re d e re h u s a r el III. LIBERTAD SOCIAL Y OTRAS RELACIONES SOCIALES.
pago. Una rela ció n de 1. se refiere a u n a se rie Las rela cio n e s de 1. y de no-1. in te rp e rs o n a l
o p o r lo m enos a dos accio n es, o tip o s de o social p u ed en e x is tir e n tre dos p e rso n a s o
accio n es a lte rn a tiv a s . Yo soy no-libre de g ru p o s c u a le sq u ie ra; p o r ejem plo, m iem b ro s
h a c e r esto; yo soy lib re d e h a c er e sto o a q u e de u n a fam ilia, c o m p ra d o re s y vendedores,
llo. Un a c to r es lib re de a c tu a r en uno c u a l p a rla m e n to y e je c u tiv o , p a p a y e m p e rad o r,
q u iera de d istin to s m odos, con tal que no haya m ie m b ro s del m e rc a d o com ún. La 1. de un
o tro a c to r que lo haga no-libre de re a liz a r g o b iern o p u ed e e s ta r o no lim ita d a p o r c u a l
c u a lq u ie ra de e s ta s acciones. P o r ejem plo, q u ie r o tro gobierno, u n a iglesia, u n a o rg a n i
re sp e c to de B, A es lib re de h a c e r x o z, si B zación in te rn a c io n a l, los p ro p io s c iu d a d a
no hace ni im p o sib le ni p u n ib le p a ra A el nos, c u a lq u ie r g ru p o de in te ré s d e n tro o fu e
h a c e r x o z. "L. de v o to ” significa 1. de v o ta r ra de su ju risd icció n , etc. La 1. política es una
o de a b ste n e rse ; p e ro "1. de d ifu n d ir la v er s u b c a te g o ría de la 1. social y n o rm a lm e n te se
d a d ” significa no-1. de d ifu n d ir opiniones re fie re a la 1. de los c iu d a d a n o s o de las aso
" e r r ó n e a s ” . A dem ás, yo puedo se r libre de ciaciones respecto del gobierno. El interés p o r
a c tu a r de un m odo o de o tro con una p e rs o la 1. política en los diversos periodos de la h is
n a o con un grupo, en ta n to que o tro a c to r me to ria se c o n c e n tra en la 1. de religión, de p a la
h ace no-libre de e n tre g a rm e a u n a de e sta s b ra o de prensa, de asociación (religiosa, polí
a ctiv id ad es. O ficialm ente, los n o rte a m e ric a tica, económ ica), de p a rtic ip a c ió n en el p ro
nos tienen la 1. de esco g e r c u a lq u ie r religión ceso político (sufragio). La id e a de 1. p o lític a
o de no apegarse a ninguna, pero m uchos n o r h a sido la m ism a p a ra c u b rir la exigencia de
tea m erica n o s son no-libres de s e r agnósticos 1. económ ica, de 1. de necesidades, de a u to d e
resp e c to de c ie rto s g ru p o s no oficiales que term in a c ió n n acio n al, etcétera.
som eten a los " a te o s ” a todo género de s a n No-1. y p o d e r o c o n tro l son c a teg o rías que
ciones in form ales. se in te rfie re n . Im p id ien d o a A h a c e r x, B
Se puede d e te rm in a r con certeza, pero sólo hace a A no-libre de h a c erlo y c o n tro la su
ex post facto, si un a c to r e ra no-libre de h a c er com p o rtam ien to . Si B castiga a A po rq u e hizo
lo que hizo en rea lid a d . Si el in te n to de A de x, A e ra , resp ecto de B, no-libre de h a c e r x,
h a c er x fue fru stra d o p o r B, o si A logró h acer p ero B no co n tro ló la acción x de A, ya q u e
x, pero fue castigado por B por haberlo hecho, su am en aza d e c a stig o no logró in tim id a r a
se deduce po r d efinición que A fue, resp ecto A en su realización de x. El influjo es u n a te r
de B, no-libre de h a c er x. El hecho de q u e A c e ra fo rm a de poder: si B logra, por ejem plo,
sea no-libre de h a c e r x, o el hecho de q u e A p e rs u a d ir a A de v o ta r por los d e m ó c rata s,
tal vez sea o sería libre de hacer x o z son hipó no lim ita la lib e rta d de A de v o ta r p o r los
tesis em p íricas que pueden sostenerse ú n ica rep u b lica n o s (o p o r los dem ócratas). En e ste
m en te con c ie rto g ra d o de p ro b ab ilid ad , caso las relaciones d e p o d e r y de 1. s u b siste n
d ep en d ien d o de la re s p u e s ta a p reg u n ta s e n tre la m ism a p a re ja de actores. Lo m ism o
como: ¿si A hace x, B lo castigaría? Si el sesen sucede en las sig u ien tes situ acio n es: B c o n
ta p o r cien to del to tal de los que en F rancia tro la a A respecto de un cam p o lim itad o de
. sobrepasan los lím ites de velocidad son decla a lte rn a tiv a s; A es lib re d e n tro de ese cam po.
rad o s cu lpables, los c o n d u c to re s fran ceses Por ejem plo, el gobierno tien e el p o d er de
son en esa p ro p o rc ió n no-libres de so b re p a ob lig ar a los ciu d ad an o s a p re s ta r su s e rv i
s a r los lím ites de velocidad, sin to m a r en cio en las fuerzas a rm a d a s, p ero puede d e ja r
cu enta cuántos so brepasan esos lím ites y son los en 1. de so m e te rse a la con scrip ció n o de
m u ltad o s y cu án to s re sp e ta n la ley. La 1. e n ro la rse com o v o lu n tario s. A puede ser, con
social de una p erso n a no depende de su com resp e c to a B, libre de hacer x, o porque B no
p o rta m ie n to efectivo. Con frecuencia realiza tiene ningún p o d e r p a ra lim ita r la I. de A, o
m os acciones que no som os libres de realizar p o rq u e le p e rm ite a A h acer x. El C ongreso
(por ejem plo, so b re p a s a r los lím ites de velo de E stad o s Unidos es libre de legislar a su
906 LIBERTAD
a rb itrio resp ecto de! p resid e n te , en la m ed i tos ram o s del gobierno, el g o b iern o y los
da en que e ste ú ltim o decide no e je rc e r su gobernados, la m ay o ría y la m inoría. Igual 1.,
p o d e r de veto. D ecir que la !. de p a la b ra p re no m ás 1., es la esen cia de la dem o cracia.
valece en una d e te rm in a d a sociedad eq u iv a
le a re fe rirs e a las sig u ien tes relaciones de 1. iv. o t r o s s ig n if ic a d o s d e s c r ip t iv o s . M ien tras la
y de no-l. (y de poder) e n tre dos c u a le sq u ie ra 1. social se refiere a dos a c to re s y a sus re s
de sus m ie m b ro s A y B: A deja a B y B deja pectivas acciones, la 1. de elección designa una
a A en !. de d e c ir lo q u e quiera; re sp e c to de relació n e n tre un a c to r y u n a serie de accio
B, A es no-libre de im pedirle ex p re sa r sus opi nes a lte rn a tiv a s p otenciales. "A tiene la 1. de
niones y viceversa; A y B son n o -lib res de escoger x: o z” significa que p a ra A es p o sib le
h acerlo , no sólo u n o resp e c to del o tro sino h a c er .r o z ; p a ra A, ta n to x com o z so n acce
tam b ié n resp ecto del gobierno, que p ro te g e sibles o evitables; q u e A e fe c tu a rá x con la
el d e re c h o de p a la b ra a cu alq u iera. condición de que elija h a c er x. Por el c o n tr a
A lgunas I. sociales e s tá n p ro te g id as po r rio, si p a ra A es im p o sib le o n e c e sa rio h a c e r
d e re c h o s legalm ente reconocidos y p o r los x, A no tie n e 1. de elección en c u a n to a x. Es
correspondientes deberes. Los conceptos rela c a ra c te rís tic a de e ste uso la d e fin ició n de 1.
tivos al co m p o rtam ien to efectivo y al derecho de H um e e n te n d id a com o "el p o d er de a c tu a r
deben ser distintos. Todos los conductores tie o no a c tu a r, de a c u erd o con la d eterm in ació n
nen el d e b e r im p u e sto p o r la ley de no s o b re de la 1.” L a 1. de elección no es u n a co n d ició n
p a s a r los lím ite s de velocidad; son no-libres ni n e c e sa ria ni su fic ie n te de la 1. social. Si A
de s o b re p a s a r esto s lím ites en la m ed id a en no puede h a c e r x:, es no-libre de h a c e rlo sólo
que son m u ltad o s. P o r ejem plo, el c o n d u c to r si su incapacidad ha sido provocada p o r algún
A, que so b re p a só los lím ites de v elo cid ad en o tro a g e n te B. De o tra m an era, A sigue sie n
una o casió n p a rtic u la r, sin s e r d escu b ie rto , do lib re de h a c er x, a u n c u a n d o no te n g a 1.
fue, en sentido c o n d u e lista , lib re de h acerlo de elección en cu a n to a x. La m ayor p a rte de
en esa ocasión, a p e s a r de que no te n ía n in las p e rso n a s es incapaz, a p e s a r de te n e r la
gún d e re c h o reco n o cid o legalm ente en ese 1., de c o n v e rtirse en m illo n a rio o de o b te n e r
sentido. Si el 40% del to ta l de los que en F ra n el prem io N obel. La desocupación d u ra n te la
cia so b re p a sa n los lím ites de velocidad e sc a recesión es u n a ejem p lo de fa lta de 1. de elec
pan a la condena, los c o n d u c to re s fran ceses ción, no de fa lta de I. social, a m enos q u e la
son en esa proporción social (aunque no legal recesión pu ed a relacionarse causalm ente, p o r
m ente) lib re s de so b re p a sa rlo s. ejem plo, con u n a p o lítica p a rtic u la r del
M uchos c re e n que la d em o cracia es "u n a gobierno. El costo elevado de la d u ra c ió n de
sociedad lib re ” . Sin em bargo, cu alq u ier socie una tra sm isió n televisiva hace que e ste m edio
dad o rg a n iz a d a e s tá c o n s titu id a p o r u n a red sea inaccesible a la m ayoría; e sta c irc u n s ta n
in trin c a d a de rela cio n e s p a rtic u la re s de 1. y cia lim ita la 1. de elección, pero no la 1. de p a la
de no-l. (no e x is te .n a d a sem ejan te a la 1. en b ra, C ada u n o es so c ia lm e n te " lib re de d o r
general). Los c iu d a d a n o s de u n a d e m o c rac ia m ir d eb ajo de los p u e n te s ” o en casa, in c lu
p u eden te n e r la 1. p o lític a de p a rtic ip a r en el yendo a los que no tienen casa, los c u a le s no
p ro c e so p o lític o á tra v é s de elecciones pueden e le g ir en e sta m a te ria (en to d o s e sto s
" lib r e s ” . Los vo tan tes, los p a rtid o s y los g ru casos es p ro b a b le que el a c to r evalúe las posi
pos dé presión tienen p o r ello el p o d er de lim i bilidades q u e no tiene y no la 1. que tiene). Por
ta r la 1. de los c a n d id a to s que ban.elegido. La el c o n tra rio , tenem os 1. de elección re sp e c to
d em ocracia exige que las "1. civiles” sean p ro de la m a y o r p a rte de acciones pu n ib les, y nos
teg id as p o r d erech o s reco n o cid o s leg alm en hacem os no-libres de rea liz a rla s p re c isa m e n
te y p o r lo c o rre sp o n d ie n te d eb eres, y estos te p o rq u e son accesibles.
ú ltim o s im p lic a n ta m b ié n lim itacio n es de 1. Los in d e te rm in is ta s sostienen con fre c u e n
En un tip o ideal de d ic ta d u ra , el g o b e rn a n te cia que los seres hum anos tie n e n " lib re a lb e
tiene u n a 1. ilim ita d a resp e c to de sus sú b d i d río ” en la m ed id a en que tienen 1. de elec
tos, en ta n to q u e estos ú ltim o s son to ta lm e n ción; es d e c ir que sus elecciones efectivas, y
te no-libres re sp e c to del p rim e ro . En una el com portam iento que se desprende de éstas,
d e m o c rac ia las 1. y no-l. e stá n d istrib u id a s en no están d e te rm in a d o s c a u sa lm e n te sino que
una fo rm a m ás ig u a lita ria : e n tre los d is tin c o n stitu y e n eventos accid en tales. Los d e te r
LIBERTAD 907
m inistas pueden negar, con perfecta co h eren u n se n tid o de 1. del h ech o de q u e se les deja
cia, la d o c trin a del lib re a lb e d río y so ste n e r en 1. cu a n d o "h u y en de la i.” p a ra so m eterse
sin e m b a rg o que los h o m b re s tienen a m en u a u n a a u to rid a d que los condiciona a q u e re r
do 1. de elección. A rgum entan que el hecho de h a c er lo que deben h a c er. El G ran In q u isid o r
q u e A p u e d a h a c er r o z n o im pide la p o sib i de D ostoievski ju e g a co n esto s dos sig n ifica
lid ad de e x p lic ar o p re v e r la elección e fe c ti dos de la palabra: "H oy la gente está m ás con
va de A g rac ias a las leyes (por ejem plo, p si v en cid a que n u n c a que tiene a b so lu ta I.; sin
cológicas o sociológicas) causales. em bargo, nos h a e n tre g ad o su 1. y la h a pues
De una acción se p u e d e decir que fue lib re to h u m ild em e n te a n u e s tro s p ie s .”
o no-lib re cu ando decim os: " E ste a sesin ato A c a u sa de la c a ra c te rís tic a eufem ista de
fue una acción lib re"; "P agó los im puestos, la p a la b ra 1. los e s c rito re s se h a n visto incli
p e ro no lib re m e n te ". El c o m p o rtam ie n to nados fre cu en tem en te a definirla respecto de
in v o lu n ta rio es no-libre y tales son las accio a q u e llas y sólo a q u e lla s relaciones, ya sea de
nes no d e lib e ra d a s, p o r ejem plo las que el i. o de no-1., que su e le n a p re c ia r o rec o m en
a c to r e stá condicionado a realizar. Las accio d a r a o tro s. E stas definiciones persu asiv as de
nes v o lu n ta ria s son libres, a m enos que estén 1. son útiles no com o in stru m e n to s de las cien
m o tiv ad as p o r el tem o r o por el castigo. La cias sociales e m p íric a s sino com o ex p ed ien
e n tre g a de su p ro p io d in e ro por p a rte de A tes retó ric o s; les d an a los e s c rito re s la p o si
a B, que a p u n ta su fu sil co n tra A, es una b ilid ad de m a n ife s ta r en fo rm a a se rtiv a su
acción no-libre (sin e m b a rg o es una acción p u n to de vista no rm ativ o . Por ejem plo, al a fir
v o lu n taria, d e te rm in a d a en p a rte po r ¡a am e m a r q u e ob ed ecer " a las leyes estab lecid as
naza de B y en p a rte p o r el deseo de A de sa l p o r la sociedad es se r lib re ", R ousseau tra ta
v ar su vida). Pero el rech azo de A a c e d er es de e x h o rta r a los ciu d ad an o s a o beceder esas
u n a acción libre. Se p u e d e h a c er lib rem en te leyes m ás bien q u e e x p lic a r el significado de
lo que se es no-libre de h a c er. P o r o tra p a rte , la 1. Las definiciones p e rsu a siv a s de 1. se han
si B p ersu ad e a A de h a c e r x sin am enazar cas u sa d o p a ra p ro p o n e r c u a lq u ie r género de
tigos, la acción x de A es libre. A lgunas veces, id eo lo g ía política, com o lo ilu s tra n los
sin em b arg o , se ha u s a d o el té rm in o " lib re ” sig u ie n te s ejem plos.
en un se n tid o m ás a m p lio en relació n con
acciones q u e son a u tó n o m a s, o sea que e stá n V. LIBERTAD COMO PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS FUN
d e te rm in a d as exclusivam ente p o r las decisio DAMENTALES. El lib e ra lism o clásico, desde
nes del a u to r y no p o r el influjo de los dem ás. Locke h a s ta S p e n c e r v sus se g u id o re s, so ste
P o r ejem plo: "La ú n ica 1. digna de e ste n o m nía que el e sta d o d e b e ría lim ita r la 1. de una
b re es la de p e rse g u ir n u e s tro b ien a n u e s tra p e rso n a c u a n d o y sólo c u a n d o fu era n ecesa
m a n e ra ” (J, S. Mili). rio p ro te g e r los d e re c h o s fu n d am e n ta les de
" L ib re ” a m enudo no se refiere a c a ra c te o tr a p e rso n a (co n sid erad o s fre c u e n te m e n te
rís tic a s de las acciones sin o de las p e rso n a s. com o c o rre s p o n d ie n te s a los d erech o s n a tu
Se pu ed e decir que u n a p e rso n a es lib re en rales). P o r esto, "n in g u n a sociedad en que
la m edida en que está d isp u e sta a a c tu a r libre e sta s leyes no se an re s p e ta d a s en su co n ju n
m en te o a a c tu a r a u tó n o m a m e n te , o a d e sa to es lib re " (J. S. Mili). Por el c o n tra rio , una
r ro lla r al m áxim o su p ro p ia c a p ac id ad . Por so c ie d a d es lib re si se funda en estos p rin c i
ejem plo, M arx profetizó u n a sociedad "en que pios de laissez faire. Y una p e rso n a que goza
el lib re d e sa rro llo de c a d a uno es condición de e sto s d erech o s leg alm en te reconocidos y
del libre d esarro llo de to d o s ”. La 1. se convier e s tá su jeta a los c o rre sp o n d ie n te s deb eres es
te en sinónim o de a u to rre a liz a c ió n . libre, a u n q u e p u e d e s e r no-libre en o tro s
Con fre c u e n c ia se d ice que la 1. c o n siste en a sp e c to s y resp e c to d e agentes d istin to s del
h a c e r lo q u e uno q u iere . S ería m ás p reciso g o b iern o , po r ejem p lo a c a u sa de la e x p lo ta
d e c ir q u e un a c to r se sie n te lib re en la m edi ción económ ica o de la p resió n social. Así, la
da en que h ace lo que q u iere . La 1., com o e s ta S u p re m a C orte de E sta d o s U nidos sostuvo
do m ental, es independiente de la 1. com o esta que las leyes q u e fija b a n un sa la rio m ínim o
do em p írico . E n tre las c o sas que q u iero evi y un m áxim o de h o ra s de tra b a jo violaban el
t a r p u ed e h a b e r a lg u n a que soy lib re y o tra p rin c ip io c o n stitu c io n a l de la 1., po rq u e e sta s
que soy no-libre de h a c e r. Algunos d educen re g la s no e ra n n e c e s a ria s p a r a la p ro te c ció n
908 LIBERTAD
de los derechos fu n d am en tales y sí c o n sti fu era del estab lecid o po r el e sta d o p o r con
tuían lim itaciones ' ‘a rb itra ria s ” de la "1. con senso c o m ú n ” (Locke). Bajo e ste siste m a los
tra c tu a l” del d a d o r del tra b a jo y del sala hom bres son lib res porque su I. e stá lim ita
riado. da sólo p o r disposiciones en cuya p ro m u lg a
ción e s ta b a en 1. de p a rtic ip a r. Con u n ligero
VI. LIBERTAD COMO SATISFACCIÓN DE LAS NECESIDADES cam bio, la ” 1.” deja de basarse en el d e b e r del
f u n d a m e n t a l e s . Los n eo lib erales ponen de estado de se r sensible a la voluntad de los ciu
relieve que el d erech o a a d q u irir las cosas dadanos p a ra ap o y arse en el d eb er de los ciu
in d isp en sab les p a ra la vida tien e poco valor dadanos de o b ed ecer las d isp o sicio n es del
p a ra los que c a re c en de la p o sib ilid a d de gobierno que reflejan la voluntad de la m ayo
a d q u irirlo s; que el e sta d o d e b e ría hacerlo s ría o de la "v o lu n ta d g e n e ra l” . Según R ous
accesibles a todos: que esto exige p o r p a rte seau los h o m b re s son libres si cum plen lib re
del e sta d o una lim ita ció n de la 1. individual m ente e s ta obligación o si h a n sido " o b lig a
a tra v é s de reg las so b re la sa lu d pública, la dos a se r lib re s ” . Y de este m odo la 1. llega
in strucción y el b ien estar. El b ie n e sta r social, a re fe rirse no ya al hecho de a c tu a r de un
no la 1. social, es su objetivo últim o; a u n q u e m odo o de o tro sino al hecho de no a c tu a r de
usan la p a la b ra "1.” p a r a d e sig n a r e ste obje n in guna o tr a m a n e ra que de la p re s c rita p o r
tivo. ”L. p e rso n a l significa, en efecto, poder la a u to rid a d .
del ind iv id u o de a s e g u ra rs e el alim ento, el
alo jam ien to y el v estido s u fic ie n te ” (S. y B. viii, l ib e r t a d com o c o n st r u c c ió n m o r a l . Las defi
W ebb). Por el c o n tra rio , los q u e son in ca p a niciones de 1. co n sid e rad a s h a s ta aquí, in clu
ces de c o n seg u ir lo q u e la so cied ad d e b e ría yendo tam b ién las p ersu asiv as, se com ponen
hacerlos cap aces de alcanzar, p e ro son libres to ta lm e n te de té rm in o s d e scrip tiv o s. Sin
de h a c e rlo re sp e c to del gobierno, c a re c e n de em b arg o las definiciones de 1. incluyen con
la " v e rd a d e ra 1.” "L a 1. de c a re n c ia s ” , a dife fre c u e n cia té rm in o s éticos, com o “ju s to ” ,
ren c ia de la 1. de p a la b ra , no se re fie re d ire c " d e b e r” o " v ir tu d ” . En esos casos no sólo el
ta m e n te a la 1. social sino a la a u se n c ia de térm in o p o r d e fin ir (1.) sino tam b ié n la e x p re
c a re n c ia s y a la ex isten cia de un nivel sa tis sión d e fin ito ria tien en un sig n ificad o valora-
fa c to rio de vida p a ra todos. Sólo en un se n ti tivo. P or ejem plo, " la 1. p u ed e c o n s is tir ú n i
do in d ire c to "lo s h o m b re s m e n e ste ro so s no cam en te en p o d e r h a c er lo que debem os
son h o m b re s lib re s ” (F. D. R oosevelt). É stos h a c e r” (M ontesquieu). Del m ism o m o d o se
tien en poca 1. de elección y so c ia lm e n te son dice frecu en tem en te que una p e rso n a es libre
no-libres re sp e c to de los p o d e ro so s desde el no si a c tú a lib re m e n te o si d e s a rro lla sus
p u n to de v ista económ ico. La "1." se refiere c a p a c id a d e s sino si realiza "lo m e jo r” o "lo
no sólo al objetivo del b ie n e s ta r sino tam b ién e sen c ial" de sí m ism a.
a c u a lq u ie r lim ita ció n de la 1. social co n sid e Por ejem plo "la 1. se puede d e fin ir com o la
ra d a n e c e sa ria p a ra alcan zarlo . La S u p re m a afirm a c ió n p o r p a rte de un ind iv id u o o de un
C orte a c tu a lm e n te in te r p re ta la 1. en el se n ti g rupo de su p ro p ia n a tu ra le z a ” (Laski). Algu
do de in c lu ir las leyes sobre el s a la rio m íni nos han so ste n id o que es su m a m e n te p ro b a
mo y o tra s "reglas y prohibiciones razonables ble que si a alg u ien se le d e ja en 1. de eleg ir
im p u e sta s p o r el in te ré s de la c o m u n id a d ” . por sí solo realice su p ro p ia n a tu ra le z a . De
La “ 1,” incluye la no-1. social d eseable y exclu a cu erd o con o tra trad ició n que, p a rtie n d o de
ye la 1. social fndeseable. Platón, a trav és de los estoicos y el p en sam ien
to c ris tia n o llega al neohegelism o, el h o m b re
VIL LIBERTAD COMO GOBIERNO BASADO EN EL CON alcanza la fo rm a m ás alta de a u to rrea liz a c ió n
SENSO. La defin ició n p e rsu a siv a de 1, com o so m etién d o se a alg u n a n o rm a m oral im p u e s
g o b iern o b a s a d o en el co nsenso se u sa p a ra ta desde el e x te rio r p o r alguna a u to rid a d re li
m a n ife s ta r la n o rm a de que el g o b iern o d e b e giosa o política, o p o r el p ro p io "yo su p e rio r"
ría b a s a rs e en el consenso de los g o b ern ad o s, que o rd in a ria m e n te se id en tifica con la fe, la
y e sto sig n ifica, o rd in a ria m e n te , g o b iern o razón o la co n cien cia m oral. "L lam o lib re al
re p re s e n ta tiv o y reg la de la m ay o ría. Por que se d e ja g u ia r ú n ic a m e n te p o r la ra z ó n ”
ejem plo, "la 1. del h o m b re en la so cied ad con (Spinoza). "La o b ed ien cia a u n a ley que noso
siste en no e s ta r b a jo o tro p o d e r leg islativo tro s m ism o s p re s c rib im o s es 1.” (R ousseau).
LIBRECAMBISMO 909
pero un excedente tan exiguo que im pide una e ste 1. se tra n s fo rm ó cada vez m ás e n un
m ejora general d u ra d e ra de las condiciones e n fre n ta m ie n to e n tre la econom ía de m e rc a
de vida. Inclu so después de Sm ith, los econo do y la econom ía p lanificada, en el c u a l se
m istas clásicos, au n adm itien d o la posib ili oían p o r un lado las voces de los e co n o m is
d ad de u n excedente fu e ra de la a g ric u ltu ra , tas teó rico s y p o r el o tro las voces de los
in sistie ro n en o c u p a rse so b re to d o d e los hechos h istó ric o s de c u a lq u ie r tipo, q u e con
an tag o n ism o s ac erc a de su d istrib u c ió n . Por e! paso del tiem po iban enriqueciendo la expe
el contrario, la am pliación global del exceden riencia. A dem ás del 1. com o d o c trin a econó
te se c o n tin u a b a c o n sid e ran d o en c ie rto sen m ica, e x istía un 1. com o p o lítica económ ica
tido inútil, ya q u e se tem ía que a u m e n ta ra la o com o p o lítica tout court, con su p ro p ia evo
p o b lación en la m ism a m edida (los h o m b res lución, y es p re c isa m e n te a d ich a evolución
crecían "co m o r a ta s en un g ra n e ro ”), m a n te de la p rá c tic a lib re c a m b ista a la que vam os
niendo un salario m ínim o de subsistencia: así a d e d ic a r la sig u ien te sección.
h ab ía o c u rrid o d u ra n te m ilenios y así c o n ti
n u a ría o c u rrie n d o . II. EVOLUCIÓN DE LA PRÁCTICA LIBRECAMBISTA. Empe-
A unque c o n tra rio al pesim ism o d e m o g rá cem os dicien d o que, obviam ente, si p o r un
fico de los m althusianos, K. M arx llegaba por lado c o n ta m o s con ejem plos d e 1. teó rico en
o tro s cam in o s m ás m od ern o s a las m ism as estado p u ro , carecem o s po r o tro de ejem plos
conclusiones, y teo riza n d o la " lu c h a de cla de 1. político lib res de com prom isos o p a rc ia
se s” e n tre p ro le ta rio s y c a p ita lista s re b a tía lidades. Del m ism o m odo, n in g u n a p o lític a
como nu n ca se h a b ía hecho la concepción con plan ificad o ra ha llegado a ser alguna vez in te
flictiva de la econom ía, dándole nuevos fu n gral, y el m ism o m e rc a n tilism o com o p o líti
d am entos. El so cialism o se p re s e n ta b a de ca re su ltó en todas p a rte s m uy deslavado.
rep en te com o u n a d v e rsa rio fo rm id a b le de la C uando S m ith a ta c a b a el m e rc a n tilis m o b r i
in cip ien te d o c trin a lib re c a m b ista , la cual tánico, a d m itía sin e m b arg o q u e las A ctas de
solam ente con los econom istas neoclásicos de Navegación (leyes típicam ente m ercantilistas)
la se g u n d a m ita d del siglo xix e la b o ró ideas h a b ía n sido quizás "la s m ás sab ias reg la m e n
fu ertes p a ra d e fe n d e rse y a ta c a r. E n tre tales taciones com erciales de In g laterra”, si se valo
ideas p rev a lec ía la de la p ro d u c tiv id a d m a r ran en el plano del p o d e r nacional adem ás del
ginal de c a d a fa c to r en p a rtic u la r: tra b a jo , económ ico. En efecto, aquel tip o de m e rc a n
cap ital, tie rra . N inguno de los fa c to re s su s tilism o e ra un a rm a de g u e rra de G ra n B re
tra ía n a d a a los o tro s, p o rq u e lo que rec ib ía tañ a c o n tra H o lan d a, que en to n c e s e s ta b a a
en los m e rc a d o s co m petitivos e ra su c o n tri la v a n g u a rd ia del d e s a rro llo económ ico: un
bución a la producción: si recibía m ás e ra gra a rm a s im ila r a los p ro p io s c añ o n es q u e a c a
cias a su m ay o r p ro d u ctiv id a d , no p o r efecto b a ro n p o r u s a rs e p a ra reso lv e r la c u e stió n .
de u n a m a y o r exacción de las co n trib u cio n e s P or lo dem ás, c u a lq u ie r seg u id o r de e s ta doc
ajenas. El ra z o n a m ie n to neoclásico o m argi- trin a sabe que el m onopolio hace daño a quien
n alista e ra criticable, pero reflejaba la eviden lo su fre y c u a lq u ie r inglés se a le g ra b a de
cia de s a la rio s rea les, que, p o r p rim e ra vez p o d e r h a c e r dañ o a los enem igos de In g la
en la h isto ria , ib an c re c ie n d o c o n tin u a m e n te rra .
te sin p e rju d ic a r a las g anancias. E n el c o m e rcio in te rn a c io n a l, la reg la c o n
D esde entonce.s, el 1. com o d o c trin a econó siste en q u e el 1. sea m ás g ra to a los p aíses
m ica, o sea en su acepción m ás sim ple y m ás d e sarro llad o s y m enos g ra to a los dem ás,
e s tric ta , sig u ió la s u e rte de la s te o ría s neo los cuales intentan d ism in u ir o a n u la r su infe
clásicas o m arg in alistas que le servían de apo rio rid a d con re c u rs o s p ro te c c io n ista s . A
yo. Tuvo vigencia y a c e p ta c ió n h a s ta la p r i m ed id a q u e la in fe rio rid a d b r itá n ic a se a te
m era g u e rr a m u n d ial; desp u és a c u só las n u a b a p a ra c o n v e rtirse fin a lm e n te en su p e
d u ra s c rític a s de J.M. K eynes en 1936 y de P. rio rid a d , con la revolución in d u s tria l, el 1. se
S raffa en 1960 (por no c ita r m ás que dos nom c o n so lid a b a y se h a c ía m ás se g u ro m ás allá
b res y dos fechas), a u n q u e re c ie n te m e n te vol del c a n al de la M ancha, d ejan d o a lo s p a íse s
vió a a d q u ir ir c ie rta fu erz a con las te o ría s de que se q u e d a b a n a tr á s a m e rc e d de su s p r o
los econom istas que podem os lla m a r neo-neo pias d ecisio n es al re sp e c to . Pero in clu so los
clásicos. La p o lém ic a en p ro o en c o n tra de lib re c a m b is ta s a c e p ta b a n que la s nu ev as
LIBRECAMBISMO 911
rad ic alm en te un papel de guía de una in sti m ism o 1., aunque un hincapié excesivo en este
tución ya existente y a p e sar de todo ree la aspecto —señalado ju sta m e n te por A. S. Tan-
b o ra el papel m ism o d e esta in stitu c ió n (por nenbaum (1968) en la m ayor p a rte de los e stu
ejem plo, en Italia, un p re sid e n te de la R epú dios so b re el te m a — e n tra ñ a u n a teo rizació n
blica que logre a s e g u ra rs e p o d eres de d ire c del 1., in te rp re ta d o c o n serv a d o ra m en te , que
ción política, o bien —p a ra p o n e r o tro ejem es p o r lo m enos u n ila te ra l.
plo sacad o de la a c tu a lid a d ita lia n a — un I.
sindical que a su m a c o m o p ro p ia s las funcio ni. lid er a zg o y p e r s o n a l id a d . D espués de lo que
nes de los partidos); se dijo en el §i, a p e n a s si es el caso se ñ a la r
*el líd e r prom otor, u n a fig u ra sem ejante que no te n d ría m ucho sentido in sis tir en te n
au nque no idéntica a la del organization buil- tativas de com pilar u n a especie de lista de los
d er tal com o lo id en tifica n F. H. H a rb iso n y a trib u to s de p e rso n a lid a d y h a b ilid a d in tr ín
C. A. M yers (1959), o sea com o u n líd e r que secos a la fig u ra del liderazgo.
c re a ta n to su p ap el co m o el c o n tex to en que E s ta s te n ta tiv a s h a n sido m uy n u m ero sa s,
lo realiza (por ejem plo, el que se c o n v ierte en y algunas veces tam b ién m uy au to rizad as. Es
fu n d a d o r de un grupo, un sindicato, u n p a r el caso de Platón, co m o ya se indicó, que —en
tido, o tam b ién de un estado, siem pre y c u a n la R epública — d iseña un m odelo de líd er f o r
do —se e n tie n d e — lo g re d a rle un m ínim o de jad o p a ra su papel de "cu sto d io del e s ta d o ” ,
c o n sisten c ia a su in ic ia tiv a y m an te n g a una no sólo p o r " u n a c ie r ta disp o sició n n a tu r a l”
posición de líd e r d e n tro déla in stitu c ió n que sino so b re todo por la educación. Y de A ris
ha prom ovido). tóteles, que —en la Política— desplaza el acen
Por o tra p a rte , la p e rso n a lid a d del líd er no to p re c is a m e n te h a c ia las dotes n a tu ra le s
es m ás que uno de los facto res que influyen ("desde el n acim ien to , algunos e stá n d e s tin a
en la d eterm in ació n d e uno de los diversos dos a o b ed ecer, y o tro s a m a n d a r”). M ichels,
tip o s de 1. En los c a so s de p a p e le s ya d e te r a su vez —en Los p a rtid o s políticos (1911)—,
m inados, éstos puedan definirse m ás o m enos e n u m e ra toda u n a se rie de " c u a lid a d e s p e r
—com o p ro c e d im ie n to de re c lu ta m ie n to y sonales po r las que alg u n o s lo gran c o n tro la r
com o reg la de c o n d u c ta — y c o rre s p o n d e r a a las m asas y que, p o r lo tan to , deb en co n si
exigencias m ás o m en o s flexibles, y, p o r lo d erarse com o dotes específicas de los líderes"
tanto, p u e d e n r e s u lta r m ás o m enos su sce p (adem ás del talento o ra to rio —evaluado com o
tibles de re e la b o ra c ió n p o r p a rte del 1. En el " fu n d a m e n to del 1.” en el p rim e r perio d o
todo caso, es decisivo el hecho de que el 1. se del m ovim iento o b re ro —, fuerza de voluntad,
relaciona siem p re con la situación del contex su p e rio rid a d de conocim ientos, p ro fu n d id a d
to en que se consolida, a u n c u a n d o e sta re la de convicciones, solidez ideológica, c o n fia n
ción no a p a re z c a ta n m ecán ica com o p a ra za en sí m ism o, c a p a c id a d d e c o n cen tració n “
p o d e r d e c ir tout court que "los líd eres son y "en casos e s p e c ia le s ” tam b ién b o n d a d de
siem pre, o c u lta o a b ie rta m e n te , 'preseleccio- ánim o y d esin terés, " e n cu a n to les rec u e rd a n
n a d o s’ p o r sus s o ste n e d o re s de a c u e rd o con a las m asas la fig u ra de Je su c risto y d e sp ie r
las n ecesid ad es situ a c io n a le s del g ru p o ” (L. tan en ellas los s e n tim ie n to s religiosos no
G. S eligm an, 1968). Y a Hegel, p o r ejem plo, extinguidos sino ú n ica m en te ad o rm e cid o s”).
señaló q u e los " g ra n d e s líd e re s ” su rg e n m ás A d ife re n c ia de o tro s a u to re s, yo no a ñ a d i
fácilm en te en las so c ie d a d es en fase de r á p i ría en c am b io a e s ta lis ta —que p o r lo dem ás
da tra n s fo rm a c ió n e s tr u c tu r a l. sólo tien e un valor de e je m p lific a ció n — el
De m a n e ra se m e ja n te , las fu n cio n es (y los n o m b re de M aquiavelo. E n E l Príncipe,
objetivos) del 1. no p u e d e n c o n sid erarse comcf M aquiavelo p ro p o n e un co n cep to de la " v ir
si reflejaran exclusivam ente las m otivaciones tu d ” p o lítica tan e lástico que puede in te rp re
(y los intereses) del líd e r, siendo que siem p re ta rse m uy bien, en el lenguaje de ciencia
deben c o n sid e rarse , en cam bio, relacio n ad o s m o d ern a , com o u n a v a ria b le en fu n ció n del
en c ie rto m odo con el " c o m e tid o ” a trib u id o co n tex to en q u e se d e sem p e ñ a el p ap el de
al 1. p o r el co n tex to q u e ex p resa. P or e s ta líder.
razón es cierto que el líder, en cuanto tal, tien E ste e n fo q u e es p re c is a m e n te el m ás co n
de sie m p re a la co n serv a c ió n de las e s tr u c tu veniente p a ra el a n á lisis de la p e rso n a lid a d
ra s y v a lo re s de in te g rac ió n re sp e c to de su del 1. Lo a te s tig u a n las in v estigaciones lleva-
916 LIDERAZGO
das a cabo en e sta m a te ria , las cuales, c u a n de W. Lange —en su estudio so b re el "p ro b le
do no se lim itan a p ro p o rc io n a r resu lta d o s m a del genio”— reto m ad a por G erth y Mills).
dem asiado genéricos, identifican o tra s tan tas A sim ism o hay que distin g u ir e n tre la im agen
constelaciones de a trib u to s p erso n ales del 1. ñel papel y la im agen de su titu la r.
tan num erosas com o los tipos de grupos e stu
diados (y sus situaciones). D entro de su sim iv. l íd er y s e g u id o r e s . En cuanto a los seguido
plicidad, es v á lid a la enseñanza que ya en res, p ro b ab le m e n te —com o hace n o ta r C. A.
1948 R. M. Stogdill sacab a de una de sus rese G ibb (1968)— "la cosa m ás im p o rta n te que
ñas de los e stu d io s sobre los facto res p e rs o hay que d e c ir acerca del concepto de segui
nales del 1.: ya q u e éste es " u n a rela ció n que dores es que éstos tam bién desem peñan p ap e
existe e n tre p e rso n a s in se rta s en una d e te r les activos ” . En 1os an álisis tra d ic io n a le s el
m inada situación social [. . .], las personas que 1. se c o n sid e ra b a com o una relació n u n ila te
son líderes en u n a situación no n ecesariam en ral: "uno, o guía o es g u iad o ” . P ero ya a p rin
te pueden se r líd eres en o tra s s itu a c io n e s ” . cipio del siglo —com o re c u e rd a Tannen-
Las d o tes de p e rso n a lid a d y h a b ilid a d del b a u m —, G. Sim m el, en lugar d e a d h e rirs e a
líder —com o sus m otivaciones— form an p a r u n a concepción del 1. m ás b ien tra d icio n a l
te, en efecto, del m arc o de los rec u rso s que, desde el p u n to de v ista global, a d v e rtía que
en la situ a c ió n específica, se ponen en ju eg o “ todos los que g u ían son tam b ié n g u ia d o s”
p a ra la c o n q u ista y la co n serv ació n del L: y y, adem ás, "en in n u m e rab le s caso s el je fe es
estos re c u rso s p u e d e n s e r tan diverso s com o esclavo de sus esclav o s” . A hora bien —ta n to
d iv ersas p u eden s e r las razones p o r las que m ás después de los estudios de C. J. F ried rich
se esta b lec e una relació n de influencia. sobre la "reg la de las reacciones p rev ista s"—,
No es —com o p o d rá e n te n d e rs e — q u e la e stá c la ro q u e líd er y seg u id o res se e n c u e n
p e rso n a lid a d del líd e r no c o n stitu y a un fac tra n d e n tro de u n a relació n de in flu jo re c í
to r de im p o rta n c ia relevante, ni que la fig u proco. Se tr a ta de dos realid ad es com plem en
ra del líd e r no tenga co n n o tacio n es e sp ec ífi tarias: ta n to que los seg u id o res se p u eden
cas re sp e c to de la de sus seguidores. Se tr a d e fin ir —com o su g ie re S. V erba (1961)—
ta so lam en te del hecho de que los a sp ecto s com o " c o la b o ra d o re s ” del liderazgo.
p e rso n a le s del 1. no p u e d a n g e n e ra liz a rse , S obre la rela ció n e n tre líd e r y seg u id o res
m ás a llá del u m b ra l de la b a n a lid ad , si no es —m ás e x a cta m e n te so b re el p ap el q u e a d o p
d e n tro del m arco de u n a tipología p re c isa (de ta el líd er resp e c to de sus se g u id o re s —, se
la que a c tu a lm e n te to d av ía no disponem os). b a sa la tip o lo g ía p ro p u e s ta p o r M. C onw ay
C uando m ucho, se p u ed e co n v e n ir con H. D. (1915), que d istin g u e tre s tip o s de liderazgo:
L assw ell y A. K aplan (1950) c u a n d o escrib en *los líderes que arrastran a la m u c h e d u m
q u e "el rasg o d istin tiv o del tip o político de bre, que “ son ca p ac e s de co n c eb ir u n a gran
p e rso n a lid a d com ún a todos los líd eres es la idea, de fo rm a r u n a m u c h e d u m b re su fic ie n
a cen tu ad a dem an d a de valores de deferencia, tem en te g ra n d e p a ra re a liz a rla y de fo rz a r a
sobre todo del poder y del respeto y, en m enor la m u c h e d u m b re a re a liz a rla ” ;
m edida, de la re c titu d y del afe c to ” . Sin duda, *los líderes intérpretes de la m uch ed u m b re,
"el líd er, com o tip o de p e rso n a lid a d , es em i que son h á b ile s so b re todo " p a r a h a c e r cla
n e n te m e n te u n político: su c o n d u c ta e stá ra m e n te e x p lícito s los se n tim ie n to s o ideas
d e te rm in a d a p o r c o n sid e rac io n es re la tiv a s a vagos y o sc u ro s de la m a s a ” ;
la ad q u isic ió n y al d is fru te de los v a lo re s de *los líderes representantes de la m u c h e d u m
d e fe re n c ia ” . bre, q u e se lim ita n a " m a n ife s ta r so la m e n te
Por o tr a p a rte , no debe c o n fu n d irse la p e r la o pinión co nocida y e sta b le c id a p o r la
so n a lid a d del líd e r con su im agen: ya sea m u c h e d u m b re ” .
com o " a u to im a g e n ” —la que el líd er tie n e de A su vez —a u n q u e desde un p u n to de v ista
sí m ism o, o la q u e de a lg u n a m a n e ra tien d e d istin to , relativ o a las razones p o r las q u e se
a a c re d ita r —, ya sea com o im agen que los unen al líd e r— los seguidores p u e d e n dividir
se g u id o re s se fo rm a n de su líd er. P o r e je m se en dos tipos: los fieles, q u e se c o m p ro m e
plo, la " g ra n d e z a ” se m an ifie sta m ás a m en u ten p o r razo n es de c a rá c te r " m o r a l”, y los
do com o u n a tr ib u to de la im agen que del m ercenarios, q u e lo h acen p o r m o tiv o s de
h o m b re al que se re fie re (es u n a o b se rv a c ió n in te rés. Se tr a ta de u n a d istin ció n q u e d e s a
LIDERAZGO 917
rro lla F. G. B ailey (1969), p ero él m ism o tie nos a u to re s —p o r ejem plo, S. V erba (1961) y
ne que se ñ a la r que la re la c ió n en tre líd e r y M. S h e rif (1962) —se ñ ala n p re c isa m e n te e ste
se g u id o re s sigue sien d o de la m ism a n a tu r a aspecto de la " e s p o n ta n e id a d ” de los segui
leza en am bos casos. Un líd e r "no pu ed e d ores en cu a n to tales. En su form u lació n , el
in flu ir y d irig ir los a c to s de su s seg u id o res co n cep to de e sp o n ta n e id a d im p lica adem ás
sino en la m ed id a en que d istrib u y e r e c u r el de grupo: "el e s ta tu s m ism o del líd e r —d i
so s”: y las relaciones "m o ra le s" son tan re c u r ce S h e rif— ex iste d e n tro de un grupo, y no
so com o los dem ás. P o r o tra p arte, si los fu era del m ism o ”. Y el concepto de g rupo a
" m e rc e n a rio s ” p re te n d e n u n a " p a g a ” d ire c su vez, e stá ligado a la idea de un a c u erd o
ta, tam bién los "fieles” im ponen obligaciones en tre líd e r y se g u id o re s so b re los objetivos
a su líder, por lo m enos la obligación de " s e r a alcan zar, lo cual es una c o n sta n te que se
v ir a la c a u sa ” y de c o m p o rta rs e com o "el e n c u e n tra en casi to d as las definiciones
m odelo de sus id e a le s ” . T anto en un caso m o d ern as de liderazgo.
com o en el o tro se realiza, p o r lo tan to , u n a Los a u to re s que se refieren al c a rá c te r
relación de " tr a n s a c c ió n ” . "efectiv o ” de su p o d e r ponen en evidencia
En rea lid a d —en m a te ria de relaciones otra c a ra c te rístic a de la figura del líder. Como
e n tre líder y seguidores—, el problem a de fon escribe K. Lang (1964), "el 1. sie m p re es u n a
do es el de c o n o cer " p o r qué el que es gu iad o acción efectiva, no un m ero p re s tig io ” . C uan
sigue al que lo g uía" pero, en sus térm in o s do se p ro d u ce " u n escaso ejercicio de p o d er
gen erales, éste es el m ism o p ro b lem a del efectivo —precisan Lasswell y K aplan—, tene
p o d e r (v. poder) y de su legitim ación. m os u n a a u to rid a d fo rm a lista , m as no un 1.”
(pero son los jefes y no los líderes los que ejer
v. d e f in ic ió n d e l id e r a z g o . Las d u d a s y las con cen un p o d e r efectivo "sin q u e é ste se fo rm a
tro v e rsia s sobre este p ro b lem a pesan no poco lice en v ista s a la a u to r id a d ” ).
en las definiciones d a d a s del concepto de 1., Pero la posición del líder no es u n a posición
que, con todo, son b a s ta n te vagas e im p re c i c u a lq u ie ra de p o d e r sino u n a posición "ce n
sas, a p esar de que C. B a rn a rd no podría rep e tr a l” , ta n to en el se n tid o en que h a b la ta m
tir c ie rta m en te en la a c tu a lid a d —después de bién Lang c u an d o dice que el líder "es el p u n
los m o d ern o s a n á lisis de psicología, sociolo to focal de la a c tiv id a d de su g ru p o ” (y W. F.
gía y ciencia p o lític a — el lap id ario ju icio que W hyte [1943] d e m u e s tra q u e esta " c e n tra li
p ro n u n c ia b a en 1940 se ñ a la n d o que "el 1. ha d a d ” d istin g u e las in ic ia tiv a s del líd e r de las
sido tem a de u n a c a n tid a d e x tra o rd in a ria de in ic ia tiv a s de u n seguidor), com o en el se n ti
d e sp ro p ó sito s (nonsense) enunciados d o g m á do en q u e h a b la A. S. M acF arlan (1969) c u a n
tic a m e n te ” . do se ñ ala que "la id e a de 1. co m b in a al m is
Según G erth y M ills, se puede c a lific a r mo tie m p o los dos c o n cep to s im p o rta n te s de
com o relació n de 1. to d a relació n " e n tre uno poder y decisiones c ru c ia le s” (issue salience).
que gu ía y uno que es g u ia d o ”, o sea to d a En co n clu sió n —a u n q u e sin la p re te n sió n
situación en que "a c a u sa del que guía los que de d a r u n a d efin ició n to ta lm e n te e x h a u sti
son g uiados a c tú a n y sien ten en una fo rm a v a —, se pu ed e d e c ir que son líd e res los q u e
d iv ersa de lo q u e lo h a ría n en un caso d is tin a] d e n tro de un g rupo b\ d eten tan tal posición
to ” . Sin em bargo, el co n cep to de 1. a d q u ie re, de p o d e r que influye en fo rm a d e te rm in a n te
de este m odo, una a m p litu d excesiva y se con en las d e c isio n es de c a rá c te r estratég ico , c]
funde p rá c tic a m e n te con el concepto de p o d er que se ejerce activ am en te, d] y que
influencia, sin p o n e r de m an ifiesto su rasg o e n c u e n tra u n a legitim ación en su c o rre s p o n
específico. Los m ism o s G erth y Mills a d v ie r dencia con las ex p ectativ as del grupo.
ten que " ta l vez” se ría m ás exacto “d e lim ita r
el 1. a c ie rta s especies de a u to rid a d ”, e n te n b ib l io g r a f ía : E.G. Bailey, Las reglas del juego
dida é s ta com o un p o d e r que po r una p a rte político (1969), Caracas, Tiempo Nuevo, 1972; H.
se ejerce consciente e intencionalm ente y que, Gerth y C. W right M ills, Carácter y estructura
p o r la o tra , se acep ta y se reconoce e s p o n tá social (1953), Buenos Aires, Paidós, 2a. ed., 1972;
neam en te. C. A. Gibb, Los principios y rasgos del liderazgo
Com o u n a c a ra c te rís tic a específica de la (1968), T urrialba (Costa Rica), iic a , (1969); F.
fig u ra del líder respecto de la del “jefe”, algu Harbison y C. Myers, La organización de empre
918 LUDDISMO
[920]
MAFIA 92!
tivas de uso político de estas técnicas son m ás p o siciones id eo ló g icas o teó ricas, a m en u d o
bien in q u ietan tes, a u n q u e sea im p ro b ab le un im portadas de países extranjeros y ad o p tad as
uso m asivo de las m ism as. A p ro p ó sito de ello por los chinos sólo e n térm in o s in telectu alis-
puede re p e tirs e lo q u e ya se h a dicho re sp e c tas. O tro m otivo lo p o d em o s e n c o n tra r en el
to del u s o político de los psico fárm aco s. P or rech azo por p a rle de Mao Zedong a a c e n tu a r
una p a rte , la c o m p le jid a d de la s in terv en cio el a sp e c to teórico, c o n ten d e n c ia a b s tra c ta ,
nes de p e n e trac ió n c e re b ra l, q u e c o m p o rtan de su p ro p ia obra, la cual q u iso sie m p re vin
una e x p lo ra ció n re fin a d a de cad a individuo c u la r a la praxis p a ra que fu e ra fu en te de u n a
y costos m uy elevados, hacen m uy díficil una praxis u lte rio r y no de elaboraciones teóricas.
aplicación m asiva. P o r o tra p arte, sin e m b a r No se tr a ta e v id en tem en te de u n a a c titu d
go, no se excluye la p o sib ilid a d de r e c u r r ir " m o d e s ta ” p o r p a rte de Mao, ya que Mao fu e
a la e stim u la ció n e lé c tric a del c e re b ro p a ra v o lu n taria y co n scien tem en te el p ro m o to r del
c o n tro la r a d e te rm in a d o s m iem b ro s de u n a culto a su p ro p io p e n sam ien to y a su función,
oposición política y, con m ayor razón, a d e te r con o b jetiv o s p olíticos. En efecto, el m. m á s
m in ad o s individuos so c ia lm e n te peligrosos. que u n a fo rm u la c ió n ideológica p ro p ia m e n
te d ich a ha sid o u n a línea e s tra té g ic a que en
J.A.C. Brown, Técnicas de persua
b ib l io g r a f ía : un c ie rto m o m en to — so b re todo en los a ñ o s
sión (1963), Madrid, Alianza, 1978, y Buenos s e se n ta — fue c o n sid e ra d a y en c ie rta m a n e
Aires, Abril, 1972; P. Bourdieu y J.C. Passeron, ra e la b o ra d a com o u n a concepción a lte rn a
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l x x x v iii (1978). a M ao.
M ás a llá de las m itific a c io n e s y de las t r a s
[MARIO STOPPINO] posiciones ilícitas h a c ia el e x te rio r de su c o n
texto, conviene a n a liz a r la e x p erien cia h is tó
ric a de la rev o lu ció n china y el p ap el q u e
d esem p eñ ó M ao en la m ism a, a fin de c o n s
m a o ís m o
ta ta r si es lícito o no el concepto de m aoísm o.
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Tse-tung, Obras escogidas, M adrid, Fundam en tegia política, en g e n e ra l la concepción del
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diti, a cargo de S. Schram , Milán, Mondadori, co n sid e rad a com o un c u e rp o hom ogéneo de
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rivoluz.ione cultúrale, Turín, Einaudi, 1974; Mao E ngels. La ten d en cia, que se h a m an ifestad o
Tse-tung, La construcción del socialismo en Chi m uchas veces, a d istin g u ir el p ensam iento de
na, en La construcción del socialismo en ¡a URSS M arx del de E ngels se d e sa rro lla en el in te
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son, Mao Tse-tung ante la historia (1977), Méxi se p rete n d e d is tin g u ir el m. q u e se a c e p ta de
co, Era, 1980. aquel que se rechaza: p a ra ejem plificar, m. de
la II y de la III In te rn a c io n a l, m. rev isio n ista
[ e . c o l l o t t i p is c h e l ] y ortodoxo, vulgar, dogm ático, prim itivo, etc.
Aquí nos lim itam os a ex p o n er las líneas de la
te o ría m arx ista del estad o , y en g e n e ra l de la
m a q u ia v e lis m o política, con la ad v e rten c ia d e que se te n d rá n
en c u e n ta p rin c ip a lm e n te las o b ras de M arx
y sólo su b s id ia ria m e n te las de Engels, que,
Es una e x p resió n u tiliz a d a so b re todo en el com o siem pre, y p o r lo ta n to tam bién en este
lenguaje co m ú n p a ra in d ic a r u n a m an e ra de caso, rep re sen ta n d o fre c u e n te m e n te las tesis
a c tu a r, tan to en p o lític a com o en todos los de M arx en p o lém ica con los que las m alen-
secto res de la vida social, falsa y sin e s c rú tien d en o con los difam ad o res, te rm in a
pulos, que im plica el uso, m ás que de la vio m u ch as veces p o r h a c e rla s m ás rígidas.
lencia, del fra u d e y del engaño. "M aquiavéli
Com o es n otorio, M arx no e scrib ió n in g u
co" se c o n sid e ra en p a r tic u la r a quien hace na o b ra de teoría del estado en sentido e s tric
creer que su conducta se in sp ira en principios
to, a u n q u e su p rim e ra o b ra de aliento, que
m o rales y a ltru is ta s , m ie n tra s que en re a li por o tra p a rte p e rm a n ec ió in co m p leta y p o r
dad p ersig u e fines e g o ísta s. E sa ex p resió n
casi un siglo in éd ita (escrita en 1843 se p u b li
co n stitu y e en el lenguaje com ún un te stim o
có p o r p rim e ra vez en 1927), fue un c o m e n ta
nio de la reacción que co n tin ú a suscitando en rio y u n a c rític a , p á rra fo p o r p á rra fo , de u n a
la conciencia p o p u la r la d o c trin a de M aquia-
p a rte co n sp icu a de la sección so b re el e s ta
velo y de la te n d e n c ia a c o n s id e ra rla com o
do de la Filosofía d e l derecho de H egel (o b ra
una enseñ an za in m o ral. E sta e x p resió n p u e a h o ra conocida con el títu lo Crítica de ¡a filo
de tam bién u tiliz a rse en un se n tid o e s tr ic ta
sofía del derecho pú b lico de Hegel), y au n q u e
m ente técnico p a ra in d ic a r la d o c trin a de en la obra inm ediatam ente posterior, que p e r
M aquiavelo o, m ás en general, la trad ició n de
m aneció tam bién in co m p leta e inédita, cono
p en sam ien to fu n d a d a so b re el concepto de cida con el títu lo M a n u scrito s económ ico-
razón de estado (v.). filosóficos de 1844, había p rean u n ciad o en las
p rim e ra s líneas del "P re fa cio " que h a b ría de
[SERGIO PISTOME]
seg u ir "u n a a una en ensayos diversos e in d e
p en d ien tes la c rític a del derecho, de la m oral
y de la p o lític a ”. M uchos años m ás tard e, en
m a r x is m o el "P rólogo" de la C ontribución a la crítica de
la econom ía política (1859), explicando la h is
I. MARX Y EL PROBLEMA DEL ESTADO. P or "m ." S e toria de su form ación, n a rró cómo había p a sa
en tien d e el co n ju n to de las ideas, de los c o n do de los p rim e ro s e stu d io s ju ríd ic o s y filo
936 MARXISMO
del m étodo seg ú n el c u a l lo que d eb ería ser tos objetivos ir r e a le s ” o, con o tra s p a la b ra s,
el p redicado, la idea a b s tra c ta , se convierte m ie n tra s que ésto s so n "el fa c to r a c tiv o ” (es
en el su jeto , y lo que d e b e ría se r el sujeto, el d ecir u n real su je to histórico), en la filosofía
s e r co ncreto, se c o n v ierte en el p redicado, especulativa los “a c tiv a ” la idea real y "deben
com o re s u lta m ás c la ra m e n te que de c u a l su existencia a otro e s p íritu que no es el suyo
q u ie r ex p licació n por el ejem plo que sigue. p ro p io ” , por lo que " la condición p a s a a se r
Hegel, p a rtie n d o de la id ea a b s tra c ta de sobe lo co n d icio n ad o , lo d e te rm in a n te se c o n v ie r
ra n ía a n te s que de la figura h istó ric a del te en lo d eterm in ad o , el p ro d u cto r es co n v er
m o n a rc a c o n stitu c io n al, fo rm u la la p ro p o si tido en p ro d u c to del p ro d u c to ” (Escritos de
ción e sp e c u la tiv a "la s o b e ra n ía del e sta d o es ju v e n tu d , pp. 322-323). Desde los p rim e ro s
el m o n a rc a ”, m ie n tra s que p a rtie n d o de la p á rra fo s del c o m e n ta rio M arx llam a a este
o bservación de la rea lid a d el filósofo no espe p ro ce d im ie n to "m istic ism o lógico” . No es
culativo debe d e c ir que "el m o n arca (es decir n e c esa rio d e te n e rse en las c rític a s p a rtic u la
ese p e rso n a je h istó ric o que tien e aquellos res que M arx hace a e s ta o aq u ella te sis p o lí
d e te rm in a d o s a trib u to s ) tiene el poder sobe tica de Hegel: es su fic ie n te d e c ir que las m ás
r a n o ” (en las d o s p ro p o sicio n es, com o se ve, im p o rta n te s so n a q u e llas c o n resp e c to a la
su jeto y p re d ic a d o e s tá n invertidos). E n un concepción del e s ta d o com o organism o, la
p a rá g ra fo de La sagrada fam ilia (1845), que exaltación de la m o n arq u ía co n stitu cio n al, la
es el m e jo r c o m e n ta rio a esta crítica, in titu in te rp re ta c ió n de la b u ro c ra c ia com o clase
lado "E l m iste rio de la c o n stru c ció n esp ecu u n iv ersal, la te o ría d e la re p re se n ta c ió n p o r
lativ a ”, Marx, después de hab er ilu stra d o con e s tra to s c o n tra p u e s ta al siste m a re p re s e n ta
o tru ejem plo el m ism o tipo de inversión (para tivo q u e h ab ía n a c id o con la revolución fra n
el filósofo no e sp e c u la tiv o la p e ra es u n a fru cesa. Es n e c e sa rio d e s ta c a r p a rtic u la rm e n te
ta, m ie n tra s q u e p a ra el filósofo e sp e c u la ti que el rec h a z o del m éto d o esp ecu lativ o de
vo el fru to se p la n te a com o u n a pera), ex p li Hegel lleva a M arx a in v e rtir la relación e n tre
ca que e s ta o p e ra c ió n c o n siste n te en el con so cied ad civil y e sta d o , co n secu en cia de e ste
c e b ir la su s ta n c ia com o sujeto (m ien tras que m étodo, a d e te n e r su aten ció n m u ch o m ás
d e b e ría se r el p red icad o ) y el fenóm eno com o so b re la so cied ad civil que so b re el estado, y
p re d ic a d o (m ie n tras d e b e ría se r el sujeto) p o r lo tan to a e n tre v e r la solución del p ro b le
"form an el c a rá c te r esencial del m étodo hege m a civil no e n la su b o rd in a c ió n de la socie
lia n o ” {La sagrada fam ilia, p. 125). d ad civil al e sta d o sino, p o r el c o n tra rio , en
Se e n tien d e que, u n a vez a p licad a la c ríti la a b so rc ió n del e s ta d o por p a rte de la so cie
ca del m étodo esp ecu lativ o a la filosofía polí dad civil, en lo que co n siste la " v e rd a d e ra ”
tica de Hegel, M arx re c h a z a no so lam en te el dem ocracia, de la cual los franceses dicen que
m étodo hegeliano sino tam bién los resultados en la m ism a " d e s a p a re c e el e sta d o p o lítico "
que Hegel creyó p o d er d ed u cir con este m éto (ibíd., p. 344), y cu y a in stitu ció n fu n d a m e n
do resp e c to de los p ro b le m a s del estado. Lo tal, el su frag io universal, tiende a e lim in a r la
que M arx c ritic a y rech aza es el m ism o p la n d ife ren c ia e n tre e s ta d o p olítico y sociedad
teo del sistem a de la filosofía del derech o civil, con " d e n tro del estado político a b s tra c
hegeliana fundado so b re la p rio rid ad del e sta to, la exigencia de su disolución, a sí com o de
do so b re la fam ilia y so b re la sociedad civil la d iso lu ció n de la so cied ad civil" {ibíd., p.
(es d e c ir sobre las e s fe ra s que h istó ric a m e n 432).
te p rec e d e n al estado), p rio rid a d que H egel
a firm a sin o b se rv a r y sin re s p e ta r la re a lid a d La inver
n i. e l e st a d o c o m o s u p e r e s t r u c t u r a
h istó ric a de su tiem po ni e s tu d ia r cóm o efec sión de la relació n e n tre sociedad civil y e s ta
tiv a m e n te se fo rm a el e sta d o m o d ern o sino do re a liz a d a p o r M arx resp ecto de la filoso
que la d ed u ce de la id ea a b s tra c ta de e sta d o fía p o lítica de H egel m a rc a una v e rd a d e ra
com o to ta lid a d s u p e rio r y p rec e d e n te a sus r u p tu r a con tocia la tra d ició n de la filosofía
p a rte s. M ien tras que en la rea lid a d fam ilia y p o lític a m o d ern a. M ie n tra s é sta tien d e a v e r
so cied ad civil son los p re s u p u e s to s del e s ta en la so c ie d a d p re e s ta ta l (se tra te del e sta d o
do, " e n la e sp ecu lació n , o c u rre a la in v e rs a ” , de n a tu ra le z a de H obbes, la sociedad n a tu ra l
vale d e c ir "los sujetos reales, la sociedad civil de Locke, o el e sta d o de n a tu ra le z a o p rim iti
y la fam ilia [. . .] se convierten aquí en m om en vo de R ousseau, o el estad o de las relacio n es
938 MARXISMO
do un " e sp a n to so o rg an ism o p a ra s ita rio que rié n d o se ju sta m e n te al últim o c a p ítu lo del
se ciñe com o u n a red al cu erp o de la so cie e s c rito s o b re el golpe e n F ran cia (El diecio
dad fra n c e sa y le tap o n a to d o s los p o ro s ” (El cho B rum ario de Luis Bonaparte), en el que
dieciocho B rum ario, en K. M arx y F. Engels, h a b ía a firm a d o que " to d a s las rev o lu cio n es
Obras escogidas i, p. 488). E sta su stitu ció n de p e rfe c cio n a b an e sta m áq u in a —la m á q u in a
u n p o d er p o r o tro pu ed e d a r la im p re sió n de del e sta d o —, en vez de d e s tro z a rla ” (ibíd., p.
que el e sta d o se h a y a co n v ertid o en in d ep e n 488), re a firm a , d e sp u és de 20 años, que "la
diente de la sociedad civil: y, en cam bio, inclu p ró x im a te n ta tiv a de la revolución en F r a n
so esta fo rm a e x tra o rd in a ria de "d esp o tism o cia deberá señalarse com o objetivo la d e stru c
in d iv id u al” no p u e d e so sten erse si no se ap o ción del a p a ra to b u ro c rá tic o m ilita r y no,
ya en u n a d e te rm in a d a clase social, la cual com o ha sucedido h a sta ahora, h a c er que pase
en el caso específico de Luis N apoleón es, de unas m anos a o tra s. Es la co n dición e se n
según M arx, la clase de los pequeños p ro p ie cial p a ra c u a lq u ie r revolución re a lm e n te
tario s cam pesinos, y sobre todo la función del p o p u la r en el c o n tin e n te ” (Cartas a K u g el
p o d er político, e sté el m ism o en p o d e r de una m ann, p. 128). Precisa p o r lo tan to que el obje
asam b lea del p a rla m e n to o de u n h o m b re tivo al que tien d en los p arisie n se s sublevados
com o el d icta d o r, no cam bia: B o n a p a rte sien es ju stam en te éste: no tienden a a d u e ñ arse del
te, o b serv a M arx, que " se cree lla m a d o a a p a ra to b u rg u és sino q u e tra ta n de " q u e b ra r
g a ra n tiz a r el ‘o rd e n b u rg u é s ’ ” (ibíd., p. 495), lo” . En las co n sid eracio n es so b re la C om una,
aun si d esp u és, sum id o en las c o n tra d ic c io M arx vuelve fre c u e n te m e n te so b re e s te c o n
nes de su papel de m e d ia d o r m ás allá d e las cepto: en un m o m en to dice que la u n id a d de
p a rte s, es d ecir de un papel cuyo ejercicio y la nación se debe c o n v e rtir en una re a lid a d
cuyo éxito han sido c o n v ertid o s en im p ra c ti “ al d e s tr u ir el p o d er de! estad o , que p r e te n
cables p o r las condiciones su b je tiv a s de la día ser la encarnación de aquella unidad inde
sociedad de clase, no tie n e éxito en la te n ta p e n d ie n te y situ a d o p o r encim a de la m ism a
tiva (o p o r lo m enos M arx ju zg a que, en vez nación, en cuyo c u e rp o no e ra m ás q u e u n a
del orden prom etido, el p resu n to salvador ter excrecen cia p a r a s ita r ia ”; a veces h a b la de la
m ine dejando el p a ís de u n a nueva anarquía). C om una com o de u n a nueva fo rm a de e sta d o
En realid ad , si la b u rg u e sía re n u n c ia al p ro que "q u ie b ra ” el m oderno poder estatal, y que
pio p o d e r d irecto , vale d ecir al rég im en p a r su stitu y e con “ la a u to a d m in is tra c ió n de los
lam e n ta rio , p a ra c o n fia rse al d ic ta d o r, esto p ro d u c to re s " al viejo go b iern o c e n tra liz a d o
sucede p o rq u e c o n sid e ra (aun h a c ie n d o un (La guerra civil en Francia, en K. M arx y F.
cálculo que d esp u és r e s u lta r á equivocado) Engels, Obras escogidas n, p. 234).
que en un m o m en to difícil el d ic ta d o r a seg u Parece p o r lo tan to que p a ra M arx la depen
ra su dom inio en la sociedad civil, p o rq u e es d encia del p o d e r e s ta ta l resp e c to del p o d e r
el dom inio lo que cuenta, m e jo r que el p a rla de clase es ta n e s tre c h a que el p a saje de la
m ento, es d e c ir " c o n fie s a ” , com o dice M arx, d ic ta d u ra de la b u rg u e s ía a la d ic ta d u ra del
"que p a ra m a n te n e r in ta c to su p o d e r social p ro le ta ria d o no p u ed e o c u rrir sim p lem e n te
tiene q u e q u e b ra n ta r su p o d e r p o lític o ” , o a tra v é s de la c o n q u is ta del p o d e r e s ta ta l, es
m ás v u lg arm en te, "q u e p a ra s a lv a r la bolsa, d e c ir de ese a p a ra to q u e la b u rg u e s ía h a u ti
hay que re n u n c ia r a la c o ró n a ” (ibíd., p. 447). lizado p a ra e je rc e r el p ropio dom inio, sino
que exige la d e stru c c ió n de aq u ellas in s titu
v. e l e s t a d o d e t r a n s ic ió x . De l a a firm a d a ciones y su su stitu ció n con in stitu cio n es com
dep en d en cia del e sta d o de la so c ie d a d civil, p letam en te diferen tes. Si el estado fuese sola
del p o d e r político de la clase dom inante, Marx m ente un a p a ra to n e u tra l m ás allá de las p a r
da u n a co n firm a c ió n p re c is a en o p o rtu n id a d tes, la c o n q u is ta de este a p a ra to o in cluso
en que p lan te a el problem a del pasaje del esta so lam en te la p e n e tra c ió n en el m ism o se ría
do cuya clase d o m in a n te es la b u rg u e s ía al su fic ie n te p o r sí m ism o a m o d ific a r la s itu a
estad o cu y a clase d o m in a n te se rá el p ro le ta ción existen te. El e s ta d o es, sí, u n a m á q u in a ,
riad o . S o b re e ste p ro b le m a lo h a r á m e d ita r p ero no es u n a m á q u in a que c a d a u n o p u ed e
so b re to d o el ep iso d io de la C om una d e P arís u tiliz a r a su p lac e r: cad a clase d o m in a n te
(m arzo-m ayo de 1871). En u n a c a rta a Lud- debe fo rja r la m áq u in a e sta tal según sus p ro
wig K u g elm an n del 12 de a b ril de 1871, refi p ias exigencias. S o b re los c a ra c te re s del n u e
MARXISMO 941
vo estado M arx d a alg u n as indicaciones suge m ero, q u e la e x iste n cia de las clases sólo va
r id a s ju sta m e n te p o r la ex p erien cia de la unida a determ inadas fases del desarro llo his
C om una (de las cuales to m a rá in sp irac ió n tórico de la producción; segundo, que la lucha
L enin en el ensayo E l estado y la revolución de las clases conduce, necesariam ente a la dic
y en los e sc rito s y d isc u rso s de los p rim e ro s ta d u ra del proletariado; tercero, que e sta m is
m eses de la revolución): s u p re s ió n del e jé rci m a d ic ta d u ra no co n stitu y e de p o r sí m ás que
to p e rm a n e n te y de la p o lic ía p ag ad a y s u s ti el trá n s ito hacia la abolición de todas las cla
tu ció n de am bos p o r el p u eb lo arm ad o ; fu n ses y h acia una sociedad sin clases.” La expre
c io n a rio s electos o colocados bajo el control sión es, p o r decirlo de alguna m an era, con
p o p u la r, y po r lo tan to * resp o n sab les y rev o sa g ra d a en la Crítica d e l program a de G otha
cables; ju ec e s electivos irrev o cab les; so b re (1875): “ E n tre la so cied ad c a p ita lista y la
todo sufragio universal p a ra la elección de los so c ie d a d c o m u n ista m e d ia el p erio d o de la
d eleg ad o s con m a n d a to im p e rativ o y p o r lo tra n s fo rm a c ió n re v o lu c io n a ria de la p rim e
ta n to revocables; ab o lició n de la a la rd e a d a r a en la segunda. A e s te p erio d o c o rre sp o n d e
p e ro fic tic ia se p a ra c ió n de los p o d eres ("la ta m b ié n u n p erio d o p olítico d e tran sició n ,
C om una no h a b ía de s e r u n o rg an ism o p a r cuyo e sta d o no p u e d e s e r o tro que la dicta
lam e n ta rio , sino u n a co rp o ra c ió n de trabajo, dura revolucionaria d el proletariado’’ (Obras
e je c u tiv a y legislativa al m ism o tie m p o ”), y escogidas m, p. 23).
fin a lm e n te una am p lia descen tralizació n que
p e rm ita re d u c ir a pocas y esenciales las fu n vi. la e x t in c ió n d e l e s t a d o . Como aparece en la
ciones del g o b iern o c e n tra l (“ Las pocas p ero c a rta a W eydem eyer, el tem a de la d ic ta d u ra
im p o rta n te s funciones q u e a ú n q u e d a ría n del p ro le ta ria d o e stá e s tre c h a m e n te v in cu la
p a r a un go b iern o c e n tra l [ . . .] se ría n desem do al de la extinción del estad o . T odos los
p e ñ a d as p o r agentes co m u n ales y, p o r tanto, estados que han existido han sido siem pre dic
e s tric ta m e n te re s p o s a b le s ”) {ibíd., pp. 233- ta d u ra de una clase. A esta re g la no es una
234). M arx llam ó a e sta n u ev a fo rm a de e s ta excepción el e sta d o en el que el p ro le ta ria d o
do "g o b ie rn o de d a s e o b r e r a ” {ibíd., p. 236), deviene clase g o b e rn a n te ; p e ro a d iferen cia
m ie n tra s que Engels, en la introducción a una de la d ic ta d u ra de o tr a s clases, que h a n sido
ree d ició n de los e sc rito s m arx ian o s so b re la sie m p re d ic ta d u ra s de u n a m in o ría de o p re
g u e rra civil en F ran cia, la llam ó con fuerza sores so b re una m a y o ría de oprim idos, la dic
y con intención p ro v o c a d o ra " d ic ta d u ra del ta d u r a del p ro le ta ria d o , en cu an to d ic ta d u
p ro le ta ria d o ” : "Ú ltim am en te, las p a la b ra s r a de la g ran m ay o ría d e los o p rim id o s so b re
‘d ic ta d u ra del p r o le ta r ia d o ’ h an vuelto a u n a m in o ría de o p re s o re s d e stin a d a a d e sa
s u m ir en san to h o r ro r al filisteo socialdem ó- p a re c e r, es todavía, sí, u n a fo rm a de estad o ,
c ra ta . P ues bien, c a b alle ro s, ¿ q u e ré is sa b e r p ero de tal m odo que, ten ie n d o com o o b je ti
q u é faz p re s e n ta e sta d ic ta d u ra ? M irad la vo la elim in ació n del a n ta g o n ism o de clase,
C om una de París: he ah í la d ic ta d u ra del p ro tien d e a la g rad u a l ex tin ció n de ese in s tr u
le ta ria d o ” (Ibid., p. 200). Y a desde el M anifies m ento de dom inio de c la se que es ju s ta m e n
to M arx y Engels habían dicho muy claram en te el estado. La p rim e ra indicación de la desa
te que, h ab ien d o sido sie m p re el p o d e r p o lí p a ric ió n del estad o se e n c u e n tra en la ú ltim a
tico de u n a clase o rg a n iz a d a p a ra o p rim ir p ág in a de la M iseria de la filosofía: "E n el
o tra , el p ro le ta ria d o no h a b ría podido e je r tra n s c u rs o de su d e sa rro llo , la clase o b re ra
c e r el p ropio dom inio sin co n v e rtirse a su vez s u s titu ir á la a n tig u a so cied ad civil p o r una
en clase d om inante. P arece q u e M arx ha a so ciació n que ex clu y a a las clases y su a n ta
.h a b la d o p o r p rim e ra vez de " d ic ta d u ra del gonism o, y no e x is tirá ya u n p o d e r p olítico
p ro le ta ria d o ” en se n tid o p ro p io (y no es sen p ro p ia m e n te d ic h o ” (p. 159). El M anifiesto
tid o polém ico com o h a b la en Las luchas de in tro d u c e el te m a de la d e sap a rc ió n del e s ta
clases en Francia de 1848 a 1850; Obras esco do en el propio p ro g ram a: "Si en la lucha con
gidas i, p. 288) en una conocida ca rta a Joseph tr a la b u rg u e s ía el p ro le ta ria d o se c o n s titu
W eydem eyer del 5 de m arzo de 1852 donde ye in d efe ctib le m en te en clase; si m ed ia n te la
co n fiesa no h a b e r sido el p rim e ro en d em os revolución se co n v ierte en clase d o m in an te y,
t r a r la e x iste n cia de las clases y se reconoce en c u a n to clase d o m in an te, su p rim e p o r la
el único m érito de h a b e r d em o strad o : “ P ri fu erz a las viejas rela cio n e s de pro d u cció n ,
942 MARXISMO LATINOAMERICANO
gada convicción de una identidad con E uro tas "m arxistas” . Porque la aceptación p o r los
pa que perm itía confiar en una evolución segundos de una insuprim ible dimensión polí
fu tu ra que su tu rase en un tiem po previsible tica de la lucha o b rera los llevaba necesaria
los desniveles existentes. La "anom alía” lati m ente a privilegiar u n a exigencia heredada
noam ericana tendió a ser vista por los socia de la I Internacional y que constituyó el pun
listas de form ación m arxista como una atipi- to de ru p tu ra entre bakuninistas y m arxistas:
cidad transitoria, una desviación de un esque la form ación de un p artido político au tóno
ma hipostatizado de capitalism o y de relacio mo con respecto a la dem ocracia burguesa.
nes entre las clases adoptado como modelo De ahí entonces que todos aquellos que colo
"clásico” . Pero en la m edida en que un razo cándose desde el punto de vista de la clase
nam iento analógico como el aquí planteado obrera expresaran la necesidad de constituir
es, por su propia naturaleza, de carácter con- un p artid o político propio, se pensaran a sí
trafáctico, las interpretaciones basadas en la mismos como m arxistas, no im p o rta qué
identidad de América con Europa, o más conocim ientos tuvieran de las ideas de Marx.
am biguam ente con Occidente, de la que los El m arxism o fue entonces en América Lati
m arxistas latinoam ericanos se convirtieron na una determ inación de fro n teras precisas
en los m ás fervientes portavoces, no represen respecto de los an arq u istas y de la d em ocra
taban en realidad otra cosa que tran sfig u ra cia burguesa, antes que la introducción de
ciones ideológicas de p ropuestas políticas una form a del saber, reconocida en sus cate
m odernizantes. De ahí entonces que la dilu gorías fundam entales. Para los socialistas
cidación del cará cter histórico de las socie latinoam ericanos Marx no era sino uno de los
dades latinoam ericanas, elemento im prescin tantos en una vasta pléyade de reform adores
dible p ara fu n d ar desde una perspectiva sociales que las deficientes ediciones españo
m arxista las p ro p u estas de transform ación, las mal trad u cían del francés, m ientras que
estuviera fuertem ente teñida de esta perspec en la publicistica de la época eran m ucho más
tiva, eurocéntrica. A fin de cuentas, no era citados Louis Blanc, Pablo Lafargue, Enrico
tanto la realid ad efectiva, como la estrategia Ferri, o los a n arq u istas Bakunin, Proudhon,
a im plem entar p ara m odificarla en un senti M alatesta o Reclus.
do previam ente establecido, lo que tendió a Los p artid o s socialistas que se form an ya
predom inar en el marxismo latinoam ericano. a p a rtir de fines de siglo en América Latina
El perfil eurocéntrico de la "traducción" (v. socialism o latinoamericano) sólo recogen
latinoam ericana del m., derivado de la form a del m arxism o —en form a ab stra c ta y sin el
teórica e ideológica adquirido por éste al con necesario "reconocim iento nacio n al”— las
vertirse desde fines del siglo en la doctrina tres orientaciones fundam entales recabadas
de una p a rte significativa del movimiento de los program as de acción del socialism o
social europeo, encontró un terreno fértil de europeo:
convalidación en las características singula a] la autonom ía ideológica, política y orga
res del proceso de form ación de un p ro leta nizativa del m ovim iento obrero y en conse
riado m oderno en las áreas de m ás tem p ra cuencia la necesidad de que el p artid o socia
no desarrollo capitalista. De orígenes a b ru lista se d istin g u iera nítidam ente de los p a r
m adoram ente europeos, los trabajadores que tidos dem ocráticos o radicales burgueses;
dan vida a las prim eras expresiones de un b] la exigencia de que el m ovim iento o bre
m ovimiento o brero estru ctu rad o encuentran ro autóm ono no se aislara en la espera de una
en el pensam iento y en la acción de los p a rti crisis revolucionaria, sino que se p re p a ra ra
dos socialistas europeos las orientaciones para ella y para su resolución favorable cuan
fundam entales p ara su actividad. En países do sobreviniera, m ediante la participación en
como Argentina, Chile, U ruguay y Brasil, el las luchas cotidianas de los trabajadores por
reconocim iento por los m ism os trabajadores la extensión de la democracia y por la satisfac
de una condición propia, la co n q u ista de una ción de sus propias reivindicaciones de clase;
identidad obrera, estuvo teñida de una volun c] la convicción de que la crisis revolucio
tad de tran sfo rm ació n social que se expresó naria era el resu ltad o de una necesidad his
inicialm ente bajo las form as antagónicas de tórica inm anente al propio d esarrollo de la
la contraposición de an arq u istas y socialis sociedad capitalista.
MARXISMO LATINOAMERICANO 945
Sin em bargo, a los núcleos dirigentes del ra vez en América Latina. P ero d u ran te estos
socialism o latinoam ericano les faltó —no años iniciales y hasta la constitución del P a r
im porta fueran reform istas o revoluciona tido Socialista en la Argentina, en 1896, el
rios, sindicalistas revolucionarios o sindica conocim iento de las obras m ás im portantes
listas refo rm istas— u n a com prensión m ás o de M arx estaba en m anos de los pequeños
menos adecuada de cóm o estas tres o rien ta núcleos de la em igración política alem ana
ciones podían ser plasm adas en la realidad. —que leía tales obras en su idioma original—
Faltos de una sólida cu ltu ra m arxista, adhe o francesa e italina. Pablo Zierold, desde
ridos a las corrientes m ás paternalistas de la México, o el ingeniero socialista alem án G er
II Internacional, im buidos de una fe inconmo mán Ave Lallemant, desde Argentina, m an tu
vible en la ciencia y el progreso de la h um a vieron un estrecho contacto con los socialde-
nidad, no pudieron e lab o rar una definición m ócratas alemanes, y en especial con Kautsky
sobre las condiciones “ nacionales” en las que y su revista Die Neue Zeit, de la que eran
su voluntad de transform ación debía a b rir corresponsales. Sin em bargo excepto en el
se paso. Concibieron al movimiento obrero pequeño núcleo de em igrantes alemanes que
como la prolongación del movimiento radical- protagonizó con Lallem ant la experiencia de
dem ocrático, y el encargado p o r tanto de lle un periódico declaradam ente m arxista como
var a cabo las tareas históricas que la burgue El Obrero, publicado en Buenos Aires desde
sía no había sabido o podido resolver. El 1890, el conocim iento del m arxism o no pudo
socialism o m arxista significaba p ara ellos expandirse en los medios obreros e intelec
una acción d o ctrin aria y política tendiente a tuales latinoam ericanos, aunque el nombre de
lograr la progresiva dem ocratización de la Marx com enzara a se r reiteradam ente m en
sociedad y del estado m ediante los instrum en tado por pensadores como José Martí, Tobías
tos dem ocrático-burgueses de la concientiza- B arreto, Euclides da Cunha y otros. Fue sin
ción del pueblo y de la conquista de m ayorías duda desde la creación por m ilitantes socia
parlam entarias. D entro de esta concepción el listas argentinos del periódico obrero La Van
m arxism o no era sino una vertiente m ás que guardia, en 1894, y dos años después, del P ar
contribuyó a la form ación del pensam iento tido Socialista, que la teoría m arxista com ien
socialista, y sus hipótesis fundam entales no za a difu n d irse en form a orgánica, y en to r
desem peñaron ningún papel determ inante en no a la experiencia idológica y política de un
su práctica política. organism o o b rero que su sten ta tal filiación.
Solam ente desde los años veinte del nuevo En 1898, y como resu ltad o del m em orable
siglo, y con la form ación del movimiento esfuerzo intelectual de! socialista Juan B. Ju s
com unista, se inició en América Latina una to, se publica en M adrid la p rim era tra d u c
actividad sistem ática de edición y difusión de ción d irecta y com pleta del prim er tomo de
la lite ra tu ra m arxista. Sin em bargo, desde El capital al español. Desde 1909, y d u ra n te
mucho tiem po antes, m ás precisam ente con varios años, com ienza a editarse en Buenos
la repercusión que tuvieron en las corrientes Aires, y bajo la dirección del socialista E n ri
dem ocráticas latinoam ericanas los fulguran que del Valle Iberlucea, la Revista Socialista
tes acontecim ientos de la Comuna de París, Internacional, colocada, según su p re se n ta
en 1871, se despertó el interés por la figura ción, "en el dominio teórico de la concepción
de K arl Marx y por su pensam iento. Debe m arxista”. Desde ese momento, y hasta la for
recordarse que en Am érica Latina la Com u m ación de los p artid o s com unistas, el m a r
na fue unánim em ente considerada como la xismo teórico en América Latina fue patrim o
obra exclusiva de la Asociación Internacional nio casi exclusivo del núcleo generado en
de los T rabajadores y todo el espectro de las A rgentina en torno a la figura de Ju an B. J u s
tendencias ideológicas en ella presentes, des to, y de sus o tra s áreas continentales de
de el jacobinism o y la dem ocracia social h as expansión (Uruguay, Chile, Bolivia, Brasil).
ta el socialism o revolucionario y el an arq u is
mo, fueron rem itidos p o r la opinión pública II JUAN B. JUSTO Y SU REINTERPRETACIÓN DEL MARXIS
a una m atriz: la Internacional. Es así com o MO. El fun d ad o r y dirigente m ás respetado
ya en 1870 un periódico obrero m exicano del socialism o argentino d u ran te las tres p ri
publica el M anifiesto C om unista por p rim e m eras décadas del siglo, Ju an B. Justo, rep re
946 MARXISMO LATINOAMERICANO
de los socialistas, la em ancipación del p role modo, de integración de las m asas populares
tariad o debía ser el resultado de un proceso en el estado. Así la lucha por la dem ocratiza
de lucha social en el que la clase obrera apren ción radical de la sociedad aparece como el
de a organizarse y a go b ern ar una sociedad nudo estratégico esencial, el polo central de
nueva. Más que una creación ex novo es la cul agregación de un nuevo bloque social del que
m inación de un proceso en el que los elem en la clase o b rera es su fuerza decisiva. La
tos fundantes de su solución positiva ha m odernización del conflicto im plicaba, por
m adurad o en la sociedad burguesa. "La tanto, una reconstitución de la clase política,
madurez política de la clase trabajadora —de de la que el p artid o socialista era de hecho
cía Ju sto — consiste en poder m odificar las el m otor im pulsor.
relaciones de propiedad, por vía legislativa o ¿Pero cuál fue el lím ite nunca superado de
gobernativa, elevando al mismo tiem po el esta hipótesis y que al m antenerse in altera
nivel técnico-económico ciel país, o al menos da com prom etió la su erte fu tu ra y hasta la
sin d eprim irlo ” , pero esta m adurez debe propia existencia del Partido Socialista argen
expresarse en la construcción de un movi tino? Hoy resulta fácil dem ostrar cómo dicho
m iento surgido desde el in terio r de la socie lím ite estaba subyacente en una estrateg ia
dad, que por disciplina y capacidad política que, al exagerar las posibilidades de m oder
se presente ante las clases populares como nización del conflicto social, no dejaba espa
una alternativa social al sistem a. La revolu cios p ara el reconocim iento de aquellas fuer
ción, con toda la carga de am bigüedad que el zas que, como el radicalism o y el an arq u is
térm ino posee en Justo, debía ser un hecho mo, al ser vinculadas por la concepción de
social antes que político. Al negarse a creer Ju sto al atraso político del país, eran desca
en la existencia en el sistem a capitalista de lificadas a nivel de supervivencias culturales
contradicciones económ icas que condujeran de un pasado d estinado inexorablem ente a
inevitablem ente a su derrum be, Justo e ra lle d esaparecer. Privilegiando la dim ensión
vado por su privilegiam iento de la revolución form al-institucional en la percepción del
como hecho social a indicar diversos caminos m ovim iento de las clases subalternas, los
para el avance organizativo y político de la socialistas tendieron a dejar de lado todas
clase obrera, sin ren u n ciar por esto a la pro aquellas corrientes program áticam ente inde
puesta de tran sfo rm ació n social Y p recisa finidas, vinculadas a tradiciones políticas
m ente en la resolución de este nudo de pro pasadas, o que expresaban el larvado m ales
blem as Ju sto d em u estra una autonom ía de ta r social, y que de un modo u otro se m os
pensam iento que lo distancia de las co rrien traban renuentes frente al organicism o socia
tes kautskiana y bern stein ian a en la que se lista. Al aceptar de hecho al parlam ento como
había lacerado ideológicam ente la socialde- sede privilegiada p a ra la m anifestación del
m ocracia alem ana, y p o r extensión europea, conflicto subestim aron y h asta ridiculizaron
desde fines del siglo. el espontaneism o subversivista de los a n a r
El objetivo esencial planteado por la pro quistas y la co n trad icto ria búsqueda de un
puesta de Ju sto era el de en co n trar una fó r punto de encuentro con el m ovim iento o b re
m ula política capaz de d estru ir la corteza ro del irigoyenism o. Si el socialism o era un
resistente de la e s tru c tu ra económ ica gene resultado directo de la democracia, y éste sólo
ral, de co n tro la r la tendencia subversiva de era posible como superación del atraso polí
las m asas, y de im p u lsarlas hacia la consoli tico de las m asas y com o conquista de su p ro
dación de una organización civil dem ocráti pia autonom ía política y organizativa, todos
ca. La unidad entre d esarro llo económ ico y aquellos m ovim ientos vinculados de algún
proceso de dem ocratización era p ara él un modo a este a tra so debían se r com batidos a
objetivo alcanzable m ediante el desplaza fin de que el p rogreso pudiera ab rirse paso.
m iento del antagonism o del sector m oderno La tran sfo rm ació n de la d o ctrin a de M arx
hacia aquel cam po de la conflictualidad ins en un canon in terp retativ o basado en la u n i
talado en la vieja sociedad, p ara lo cual el d a d te n d e n c ia l de e v o lu ció n técn ico -
socialismo debía tensionar al máximo su pro económ ica y evolución política le im pedía a
yecto de dem ocratización de la vida política Ju sto ad v ertir que no era el atraso sino p re
y de las instituciones o, p ara decirlo de o tro cisam ente la m odernidad cap italista el tra s
948 MARXISMO LATINOAMERICANO
fondo de la morfología concreta adoptada por que contribuyó a m odificar radicalm ente los
el proceso de constitución de las masas popu térm inos en que se había planteado hasta
lares. La visión de una trasp aren cia de las entonces la posibilidad del socialismo en Lati
relaciones en tre esfera económica y esfera noamérica. Por prim era vez el tema de la con
política en la sociedad argentina concluía en q u ista del poder como supuesto inderogable
el fácil sociologisrno de privilegiar una insti- de un proyecto de transform ación revolucio
tucionalidad p erfecta que sólo existía en el n aria de la sociedad era colocado en el cen
papel y que condujo al partido socialista a tro del debate y defendido como la divisoria
estrellarse infructuosam ente con la opacidad de aguas cuya aceptación o rechazo d eterm i
de un mundo irreductible a la transform ación naba la condición o no de m arxistas de las
proyectada. Ju sto advirtió como pocos —y fuerzas que se proclam aban socialistas. El
aquí reside el valor de su hipótesis— que el leninismo (v.) se convirtió eri la ideología no
socialism o podía ser una fuerza "nacional” sólo de quienes lo recuperaron desde el inte
en la A rgentina finisecular si m o strab a ser rio r de un movimiento socialista escindido en
capaz de luchar por la nacionalización de las adelante en las corrientes revolucionarías y
m asas trab ajad o ras extranjeras y p o r la reform istas, sino tam bién de todas aquellas
acción política de la clase obrera. En la lucha fuerzas que em ergieron de la crisis de posgue
p o r la im posición del sufragio universal, de rra con objetivos de transform ación política
la libertad política sin restricciones, p o r el y social. Contra el orden natural de las cosas,
gobierno de las m ayorías y el respeto de las el leninism o apostaba fuertem ente a la sub
m inorías, h ab ría de op erarse la fusión de jetividad de la lucha de clases, a la energía
m asas "ex tran jeras" y "n acio n ales” req u eri y creatividad de las m asas, a la voluntad de
da para la form ación de un m ovim iento de poder de un grupo sólidam ente estru ctu rad o
m asas m oderno, que como tal era com pati y de cuya energía, audacia y organización
ble con la m odernidad alcanzada por el desa dependía fundam entalm ente su posibilidad
rrollo de las fuerzas productivas en Argenti de tran sfo rm arse en estado. En un co n tin en
na. Pero el problem a no residía en la perspec te instalado en la desarticulación y la depen-
tiva en sí, sino en los procesos que debía pro decia, una ideología que tendía a colocar todo
tagonizar el m ovim iento o b rero argentino en el terreno de la política y que inspiraba una
para que pudiera movilizarse en torno a dicha experiencia social de la m agnitud de la sovié
propuesta estratégica. Y es aquí donde se evi tica no podía dejar de convertirse en una com
dencia una distancia p ro fu n d a en tre su pen ponente muy fu erte —aunque no siem pre re
sam iento y el m arxism o. Porque si p ara Marx conocida como tal— de todas las agregaciones
la autoem ancipación de los trab ajad o res su políticas de tipo socialista o nacionalistas
ponía siem pre u n a com pleja dialéctica entre revolucionarias y populistas que proliferaban
m ovim ientos históricos de la clase y capaci en la América L atina de los años veinte y
dad develadora de la teoría, p ara Ju sto en treinta. Por lo que si puede h ab larse en esos
cam bio se reduce a u n a sim ple explotación años de una creciente difusión del m arxism o,
directa claram ente visualizable p o r un movi sólo lo es a condición de aclarar que el cono
m iento al que la lucha política, la lucha sin cim iento de las obras de M arx y de Engels
dical y la asociación cooperativa perm ite rápi estuvo teñido de las lecturas len in ista y ter-
dam ente alcan zar los conocim ientos y la dis cerainternacionalista que de ellas se hicieron.
ciplina necesarios p a ra la conquista de la Si bien el leninismo arra stra b a consigo una
em ancipación social. D esaparecido o m utila absolutización de la form a partid o , que aca
do el m arxism o reap arece esa vieja idea que b aría por d esv irtu ar y anular el m arxism o en
perm ea todo el m ovim iento socialista y que cuanto que form a teó rica del m ovim iento de
Lassalle llevó a su m ás clara expresión: la del autoem ancipación hum ana, en ce rra b a tam
encuentro y fusión del p ro letariad o con la bién, virtualm ente, la posibilidad de p en sar
ciencia com o p resu p u esto p a ra realización los procesos de tran sfo rm ació n de las socie
del socialism o. I. dades no eu ro p eas según una nueva p ersp ec
tiva. In dependientem ente de las fo rm as teó
Fue sin duda
III. EL LENINISMO EN AMÉRICA LATINA. ricas y políticas que adoptó en el p en sam ien
la introducción de la perspectiva leninista la to de la III In tern acio n al y de los com unistas
MARXISMO LATINOAMERICANO 949
la sociedad peruana. Pero p ara que este p ro de llegar a Marx a trav és de esa auténtica
ceso de refundación pudiese alcanzar elemen refundación de la dim ensión crítica y activis
tos reales de novedad, fue necesaria una con ta de su pensam iento que se o peraba en el
centración igualm ente excepcional de cap a socialism o italiano. Pero esa revisión de fuen
cidad teórica, de conocim iento de la realidad tes tan diversas —que van del historicism o
nacional y m undial, de actitu d crítica frente crociano hasta Marx, pasando por Sorel,
al propio m arxism o. Bergson, G obetti y la presencia catártica de
La m atriz del pensam iento de aquellos inte Lenin— fue posible sólo porque la realidad
lectuales que encontraron en la revista Amau- nacional sobre la cual operaba, ese Perú de
ta y en la personalidad de José C arlos Mariá- los años veinte, se p resen tab a como un labo
tegui un núcleo privilegiado de agregación, se ratorio político indicativo tam bién de un con
n u tre de la diversidad de filones liberados en junto de problem as que caracterizaban y com
la cu ltu ra europea por la crisis del positivis prom etían a to d a América Latina. En el cri
mo. Las co rrien tes v italistas, antiintelectua- sol de la realidad p eru an a y de sus com ple
listas, antipositivistas, anticientistas, antieco jas exigencias, la estación italiana de M ariá
nom istas, en relación con las cuales se estruc tegui logró am algam arse con experiencias tan
tu ra la recuperación m ariateguiana del m a r diversas como las del grupo de intelectuales
xismo, habían sido denunciadas por el m a r “ indigenistas” , los m ovim ientos obreros de
xism o oficial com o ex p re sio n e s de la ten d en cia an á rq u ic a y sin d icalista, las
decadencia burguesa. A su vez, la política cul co rrien tes radicalizadas de los estudiantes,
tu ra l de fusión de las v anguardias estéticas las vanguardias artísticas; así su conocimien
con las vanguardias políticas propugnada por to excepcional de los sucesos de la h istoria
Amauta, ya había conocido en E uropa una m undial le perm itió ab so rb er las co n tradic
decisiva fractura. Estos dos hechos m uestran to rias vicisitudes de la revolución m exicana
hasta dónde la experiencia de la revista perua en vías de tran sfo rm a rse en estado, la expe
na estaba colocada en las antípodas de la con riencia de la revolución china y las elabora
cepción ideológica y cu ltu ral de la III In te r ciones estratégicas de la III Internacional. De
nacional. Es por esto posible afirm ar que si esta confluencia de historias de vida y de tra
M ariátegui logró dar de la doctrina de Marx diciones culturales tan diversas em erge un
una interp retació n tendencialm ente antieco bloque intelectual y político unificado en tor
nom ista y antidogm ática —en una época en no a dos ideas-fuerza, sobre las cuales se basó
que in ten tarla desde las filas com unistas era la posibilidad de constitución de un m arxis
teóricam ente inconcebible y políticamente pe mo latinoam ericano: 1] una aguda conciencia
ligroso— sólo pudo ser posible por una doble del carácter original, específico y u nitario de
situación que ayuda en p arte a explicar cómo la realidad latinoam ericana; 2] la aceptación
surgió en el Perú un m arxism o renovado. En del m arxism o, pero de este m arxism o hete
p rim er lugar, porque la form ación m arxista rodoxo, como el universo teórico común,
de M ariátegui se produce fuera del movimien según el cual las sociedades latinoam erica
to com unista y de la III Internacional; en nas, como cualquier o tra realidad, podían ser
segundo lugar, porque el movimiento socia discretas y analizadas determ inando sus posi
lista peruano se e stru c tu ra en el in terio r de bilidades de transform ación.
un am plio movimiento intelectual y político, A dm itir como un principio indiscutible el
no sujeto a la p resencia constrictiva del p a r reconocim iento del carácter original, especí
tido com unista, y sin la herencia de un p a rti fico y u n itario de la realidad peruana y la ti
do socialista que hu b iera fijado en el movi noam ericana significaba de hecho el cuestio-
m iento social la fuerte im pronta positivista nam iento del paradigm a eurocéntrico que
que modificó al propio m arxism o. M ariátegui había acom pañado la constitución del m a r
leyó a M arx y a Lenín con el filtro del h isto ri xismo como tal. Sin embargo, aunque la adm i
cism o italiano y de su polém ica contra toda sión de la originalidad de la región ya estaba
visión positivista y fatalista del desarrollo de p resente en la discusión de los com unistas
las relaciones sociales. latinoam ericanos y se evidenció en los deba
El destino reservó al joven M ariátegui la tes del VI Congreso de la ic, sólo fueron los
posibilidad, única p ara un latinoam ericano, peruanos y en p articu lar M ariátegui y Víctor
952 MARXISMO LATINOAMERICANO
Raúl Haya de la Torre, los que extrajeron las dicho bloque se asigna a cada una de ellas,
consecuencias m ás radicales que de aquella y sobre la relación entre el proceso nacional
se derivaban. Y sus conclusiones, aunque no peruano y la revolución socialista. M ientras
idénticas y con diferencias que luego se con Haya de la Torre duda sistem áticam ente de
vertirán en oposiciones, se aproxim aron la capacidad del proletariado y de los cam
curiosam ente a las del Marx estudioso de la pesinos de construirse autónom am ente como
com una rural rusa. El desarrollo económico sujetos políticos y concibe al estado com o la
y social latinoam ericano se apartaba del euro sede n atu ral de una articulación que necesa
peo occidental, por lo que de ninguna m ane riam ente debe descender del poder. M ariáte
ra podía ser adm itido éste como p refig u ra gui piensa en cam bio en un laborioso proce
ción y modelo universal. E ra necesario reco so de construcción de una voluntad nacional
nocer la presencia de una nueva tipología h is popular que se despliega desde las bases de
tórica que adm itiese cuanto aparecía como la sociedad, como una suerte de réplica de ese
anom alía en su auténtico carácter de tipici- m ovimiento cristiano prim itivo que su m aes
dad. E ntre E uropa occidental y la región la ti tro Sorel había tom ado como ejem plo p ara
noam ericana no existía un continuum defini m o stra r "el valor perenne del m ito en la for
do en térm inos de m odernidad y atraso, sino mación de los grandes movimientos p o p u la
una conflictiva interdependencia que debía res" (J. C. M ariátegui, Prólogo a Tempestad
ser definida en su especificidad. Una redefi en los Andes, de Luis E. V arcárcel, incluido
nición de la n atu raleza de las form aciones en La polém ica del indigenismo, Lima, 1976).
económ ico-sociales am ericanas im plicaba E n consecuencia, es verdad que tanto Haya
necesariam ente un cam bio en la caracteriza de la Torre como M ariátegui sostuvieron que
ción de las clases de los sujetos sociales sobre el sujeto histórico de la transform ación revo
los que podía b asarse un proyecto de tra n s lucionaria del Perú debía ser un bloque de las
formación, pero adem ás en la form a de orga fuerzas populares. Pero a p a rtir de un análi
nización política capaz de estru ctu rarlo s. Y sis en el que se esboza con elevada co h eren
es quizás en la discusión de este últim o p ro cia una p rim era teo ría m arxista de la depen
blem a donde las diferencias iniciales en tre dencia, Haya deduce de la incipiencia y a tra
M ariátegui y H aya de la Torre se m utaron en so de las clases sociales en el Perú una con
contraposiciones radicales, que acabaron por cepción de ese bloque social que acaba degra
fragm entar la unidad de un movimiento ideo dando los sujetos históricos al nivel de grupos
lógico sobre el que tantas esperanzas se cifra económ ico-corporativos articulados desde el
ban. De esa ru p tu ra em erge el aprismo (v.) estado. Aparece así claram ente evidenciada
como una de las grandes corrientes ideológi la poderosa influencia que ejerció sobre Haya
cas del pensam iento radical de izquierda lati la teoría leninista del partido político revo
noam ericano. lucionario, que es leída por éste desde la pers
Una lectura cuidadosa y desprejuiciada de pectiva m esiánica que acom pañó siem pre su
las dos obras teóricas m ás significativas del visión de los procesos sociales. El rechazo
pensam iento social latinoam ericano: los Sie m ariateguiano del proyecto de Haya, se fun
te ensayos de interpretación de la realidad daba en una concepción dem ocrática, popu
peruana, de M ariátegui y E lantiim perialism o lar y laica del socialism o y de la p ro p ia teo
y el Apra, de H aya de la Torre (precedida ésta ría m arxista, que lo conducirá luego a rech a
por otro libro de gran significado com o Por zar tam bién la presión de la In ternacional
la em ancipación de América Latina), m u estra C om unista p ara la form ación de un p artid o
que utilizando am bas al m arxism o como un com unista, a su p arecer sim ilar al de Haya.
instrum ento de análisis antes que com o una La veta an tie sta ta lista que perm ea todo su
teoría prescriptiva, llegan a un idéntico reco pensam iento se m anifiesta en su m an era de
nocim iento nacional, m ás allá del cual ap a ver los procesos históricos "desde abajo”, des
recen sin em bargo las diferencias que habrán de los procesos de Constitución y de fragm en
de convertirse luego en ru p tu ras. Y tales dife tación de las m asas populares, desde sus for
rencias versan precisam ente sobre la organi m as expresivas, sus m itos y sus valores, p ara
zación política del bloque de clases y de fu er d eterm in a r y p o ten ciar sus tendencias hacia
zas sociales revolucionarias y el papel que en la construcción de una propia autonom ía. Es
MARXISMO LATINOAMERICANO 953
sin duda posible ra s tre a r en José C arlos M ariátegui hacía a flo ra r de u n a m anera iné
M ariátegui la presencia de este filón de pen d ita el p ro b lem a de la nación peruana. Por
sam iento ya en sus p rim ero s escritos de los que ya no se tr a ta r á de la liberación de una
años precedentes a su viaje a Europa. Su p a r nación irred en la, ni de la autodeterm inación
ticular form ación intelectual d u ran te la esta de una nacionalidad o p rim id a, tal com o se
ción italian a lo p rep aró de algún modo p ara en ten d ía la "cuestión n acio n al" en el d iscu r
el cam bio de p ersp ectiv as que se produce en so de la III Intern acio n al, sino de la incorpo
su vida poco tiem po después de su regreso al ración dem ocrática de las m asas an tes m ar
Perú. El descubrim iento del m undo fascinan ginadas a un proceso constitutivo de la nacio
te de las clases subalternas aparece claram en nalidad, que debía necesariam ente fu sio n ar
te evidenciado en su artícu lo de 1924 sobre se con un proyecto socialista.
"E l problem a p rim ario del P erú" dedicado a Amenazado por la Intern acio n al Com unis
analizar el problem a indígena. Y este descu ta, que en la conferencia de Buenos Aires de
brim iento el que señ alará el punto de p a rti los p artid o s co m u n istas h ab ía criticado vio
da de una nacionalización de su discurso y de lentam ente sus posiciones y los presupuestos
u na refundación de su m arxism o, concebido ideológicos y políticos sobre los que se fun
no ya como una teoría exterior, sino como una daban, aislado de los grupos socialistas que
traducción productiva p ara el propio recono en el in terio r del Perú se inclinaban por las
cim iento nacional de la realidad p eru an a y posiciones de la Internacional, obligado a sos
p a ra el análisis diferenciado de sus procesos. tener u n a am arg a polém ica con los antiguos
La hipótesis leninista de un bloque social com pañeros a p rista s, alineados ah o ra con
construid o sobre la alianza entre la clase Haya de la Torre, cada vez m ás debilitado por
o b re ra y los cam pesinos podía en co n trar en una enferm edad que algunos años antes lo
el Perú una forma de traducción que la hiciese había obligado a la inm ovilidad, M ariátegui
em erger como expresión propia y original de vivió u n a larga agonía que concluyó el 16 de
la realidad. M ariátegui —a diferencia de Haya abril de 1930. Con él se clausuró la breve esta
de la T orre y del pensam iento de la Ifl In te r ción del m arxism o teórico latinoam ericano,
nacional— logró analizar el problem a indíge y debió esp erarse m ás de trein ta años para
na desde una perspectiva de clase que to rn a que el sacudim iento provocado p o r la revo
b a posible su introducción en una p ropuesta lución cubana lib e ra ra de su explícito o vela
socialista y revolucionaria. Y no sim plem en do ostracism o la fig u ra excepcional de un
te por el hecho de que com prendió que el pro p en sad o r convertido hoy en el punto de refe
blem a indígena era el problem a de la tie rra rencia obligado de todo pensam iento crítico
y no el de nacionalidades oprim idas, sino por y revolucionario.
que operó una transform ación de todo el dis
curso m arxista oficial que lo condujo a basar V. EL MARXISMO LATINOAMERICANO DESDE l.OS AÑOS
sobre el indio la fuerza social estratégica de TREINTA HASTA LA REVOLUCIÓN CUBANA. Desde la
todo proyecto socialista de transform ación. clau su ra de la tentativa m ariateguiana de
Ilum inando de tal m odo la centralidad del recom posición teórica y política del m arxis
problem a indígena p a ra una solución socia mo, hasta fines de los años cincuenta, el pen
lista de la transform ación peruana, M ariáte sam iento de Marx sufre un singular proceso
gui debió necesariam ente fu n d ar una lectu de neutralización. La dilatación creciente de
ra antieconom ista de la clase, destinada a su conocim iento en los m edios intelectuales
tener consecuencias im portantes sobre todo y académicos se produjo a expensas de la
su discurso socialista. capacidad de penetración de sus estru ctu ras
No sólo porque contrastaba radicalm ente con analíticas y metodológicas en el cam po de las
la visión "clasista” del marxism o oficial, sino elaboraciones políticas, operándose una pro
porque lo diferenciaba del jacobinism o esta funda fractu ra en tre cultura y política.
talista de Haya de la Torre. Colocando como En cuanto fenóm eno ideológico el m arxis
eje teórico y político de su análisis socialista mo acom pañado de sus sucesivas adjetivacio
un universo que se definía más en. térm ino de nes —prim ero leninismo, pero desde los años
cu ltu ra que en los estrictam ente de clase, un cu aren ta tam bién estalinism o— no era sino
objeto nacional y popular antes que "obrero” , un referente genérico, y por tanto neutro, de
954 MARXISMO LATINOAMERICANO
nacional, nunca aparece claram ente puesta de d ro Korn, no olvidando tam poco las te n tati
m anifiesto la intención de utilizar al m arxis vas de aquellos intelectuales que influidos por
mo como una clave in terp retativ a de la socie el trotskysmo p reten d iero n analizar la reali
dad argentina. A diferencia de un pensador dad latinoam ericana a través de una síntesis
com o M ariátegui, Ponce no p areciera in tere origina] entre el m arxism o y las ideologías
sarse por en ca rar un análisis sistem ático del dem ocráticas latinoam ericanas. Es p recisa
desarrollo histórico del estado y de la socie m ente en estos últim os grupos donde el té r
dad argentina. Su m arxism o opera en el p la m ino de m. 1. se acuña como referente teóri
no de la crítica cultural, y en tanto que tal per co de lo que dio en llam arse "socialism o
m anece inm odificado, com o un cuerpo te ó ri n acional” , o tam bién "izq u ierd a nacional”.
co concluido que no necesi ta medirse con una D entro de una perspectiva m arxista, aun
realidad histórica co n creta p ara validar su que fuertem ente adherido a las elaboraciones
potencialidad cognoscitiva. Sin em bargo, y fren tistas del VI Congreso de la Com intern y
p a ra hacer ju sticia a un ensayista desapare a la d o ctrina "m arx ista-len in ista”, el intelec
cido trágicam ente en un m om ento de profun tual mexicano Vicente L om bardo Toledano
da m utación de su pensam iento, debe reco r (1894-1968) intentó form ular u n a propuesta
d arse cómo desde el exilio mexicano al que ideológica, cultural y política desde el propio
lo em pujó a fines de 1936 la reacción conser interior de la revolución mexicana. Definién
vadora argentina, Ponce co rta am arras con dose a sí misino como un "m arxista radical,
el pensam iento de Ingenieros y modifica, no aunque no com unista” , criticó a éstos por su
sabem os h asta qué punto radicalm ente, su falta de preparación ideológica, por su sec
visión antes negativa de las clases su b alter tarism o y por "su olvido de los grandes pro
nas argentinas. Poco tiempo antes de su m uer blem as nacionales y el estudio de la concre
te, en los trabajos sobre "La cuestión indíge ta recuperación de los derechos de la clase
n a y la cuestión nacional", da fe de su volun tra b a ja d o ra ”. L om bardo Toledano presentó
tad de encarar una perspectiva de análisis que a su p ro p u esta p rogram ática com o el resu l
im plicaba necesariam ente una ru p tura con su tado de la aplicación de una nunca cuestio
pensam iento anterior. n a d a v e rd a d u n iv e rs a l del m arxism o-
El caso de Ponce es paradigm ático de la ten leninismo al análisis y la construcción de una
dencia del m. 1. a convertirse en un saber neu perspectiva radical y de izquierda de la revo
tro, por lo menos en el plano de la acción polí lución mexicana, b asad a en la fortaleza ideo
tica, y cuya gravitación es preciso ra stre a rla lógica, social y política del m ovim iento obre
en los efectos que indudablem ente produjo en ro organizado. Su visión del pensam iento de
los medios culturales e intelectuales. Su pene Marx, leído en clave “ m arxista-leninista”,
tración en el m undo académ ico lo convierte estaba absolutam ente fijada en torno a la
en una dim ensión insuprim ible del pensa experiencia cardenista y al papel excepcional
m iento contem poráneo, destinado luego a que le tocó desem peñar como dirigente máxi
fijar una im pronta significativa en las cien mo de la C onfederación de T rabajores de
cias sociales latinoam ericanas. Pero el hecho México ( c t m ). En tal sentido, sus concepcio
es que durante todo este periodo el m arxis nes se aproxim an de m anera significativa a
mo ha perdido en la utilización que de él hace las elaboraciones hechas por los soviéticos
el movimiento com unista toda la originalidad desde el XX C ongreso del pc u s sobre la
que evidenció ten er en los años veinte, cu an "dem ocracia nacional" como form a de tra n
do se desató la polémica entre apristas y m a r sición al socialism o en los países dependien
xistas. S erá preciso b u sc a r fuera de los m a r tes y coloniales. Pero es útil recordar que tales
cos estrechos del "m arxism o soviético’’ formulaciones constituyeron el núcleo mismo
—aceptando la designación de M arcuse— los de las ideas ex p resad as en los años veinte y
intentos de ap licar un in stru m en tal m arx is trein ta por H aya de la Torre y el aprism o.
ta renovado p ara el análisis de realidades Consolidado el bloque de poder que aun hoy
reconocidas com o anóm alas. Y en tal se n ti dirige el proceso mexicano, y m arginado
do, deben m encionarse los trabajos de e stu totalm ente de la cen tral sindical que había
diosos como Sergio Bagú, Oscar Waiss, Julio contribuido a form ar. Lombardo Toledano se
C ésar Jobet, o las reflexiones de un Alejan trasform ó en un mero portavoz de las corrien
956 MARXISMO LATINOAMERICANO
tes de izquierda interio res al eslablishm ent turación del cam po de la izquierda latin o a
y su marxismo, en una pedestre ideología legi- m ericana —excepto los partidos com unistas,
lim izadora. que en general m antendrán inmodificadas sus
tradiciones teóricas, aunque a co sta de frac
VI. EL MARXISMO LATINOAMERICANO A PARTIR DE LA tu ras internas y desprendim ientos de sus
r e v o l u c ió n c u b a n a . El triunfo de la revolución corrientes más renovadoras— ya no se reco
castrista en Cuba in au g u ra una nueva esta nocerán en las viejas tradiciones de la II y la
ción del m. !., caracterizad a por una extrem a III Internacional y tratarán de establecer nue
variedad de posiciones y de perspectivas aje vas form as de recom posición en tre la teo ría
nas en su m ayoría a las clásicas delim itacio m arxista y las configuraciones inéditas de la
nes de tendencias establecidas p o r la expe política. El marxismo dejará así de p resen tar
riencia de la II y de la III Internacional. Su se como una e stru ctu ra de pensam iento y un
ex trao rd in aria capacidad expansiva en la Corpus teórico unívoco p ara convertirse en lo
joven intelligentsia radicalizada —provenien que B raudel llam a "un pueblo de m odelos”,
te de sectores que como los católicos o los de una diversidad de perspectivas girando en
partidos políticos tradicionales no había mos torno al denom inador común de una perspec
trado antes excesiva proclividad al discurso tiva de transform ación social.
m arxista— abre un inmenso cam po de acción A p artir de una situación sem ejante deja de
para las ideas de Marx, que son ah o ra recu ten er sentido p lan tearse la p reg u n ta de la
peradas en claves esencialm ente voluntaris- existencia o no de un m arxism o latinoam eri
t:as. Vuelven así a aflorar los tem as del hum a cano, porque es hoy una convicción g enerali
nismo m arxiano, de su ética revolucionaria, zada que la posibilidad de la reconstrucción
de la función del m ito en la construcción de de su h isto ria en n u estro continente sólo se
una voluntad nacional, del hom bre como pro torna factible si la atención está puesta en sus
ductor de la historia, que recorren el joven áreas nacionales y no globales de expansión.
Marx y que reap arecen siem pre en los M otivada históricam ente por la necesidad de
mom entos de accesos revolucionarios. El probar sus condiciones de validez en un terre
ejemplo cubano, la imposibilidad de reducirlo no ajeno y diverso de aquél en que se co n sti
a los modelos clásicos, su profunda hetero tuyó, no es necesario ya p lan tearse esa p re
doxia teórica, su adopción del m arxism o gunta porque la disgregación de sus centros
como orientación ideológica pero a través de constitutivos reintegra el marxismo a su cam
una lectura que enfatizaba sus supuestos o po real de validación, cual es el de la recons
reales elem entos de continuidad con la tra trucción de las conexiones existentes entre el
dición m artiana, posibilitaba una ru p tu ra con proceso de elaboración de la teoría y los p ro
el determ inism o cientificista al que había sido cesos reales de constitución de una fuerza
reducido el pensam iento de Marx en los años social y de una voluntad tran sfo rm ad o ra.
del reflujo o b rero europeo. Se liberan así las Pues en últim a instancia, y p arafrasean d o a
potencialidades criticas y revolucionarias de Marx, ¿en qué o tra cosa que en su "devenir
una teoría que requiere p ara su recom posi m undo” consiste la "realización de la filoso
ción de una nueva su tu ra entre cu ltu ra y polí fía ” y por tanto del m arxism o?
tica. Desde una perspectiva política, los escri
tos fundam entales a través de los cuales la b ib l io g r a f ía : Luis E. Aguilar, Marxism in Latín
revolución cubana p retende co n stitu irse en America, Nueva York, Knopf, 1968; Jorge Ama
un cuerpo de doctrina, y que h ará em erger do, Vida de Luis Carlos Prestes, Buenos Aires,
al castrism o (v.) como una corriente nueva en Claridad, 1942; José Aricó (comp.), Mariátegui y
el in terio r del m arxism o, se co n stitu irán en los orígenes del marxismo latinoamericano,
adelante en los ejes vertebradores de un deba- México, Cuadernos de Pasado y Presente 60,
•<=míe c o rro erá las elaboraciones teóricas y 1978; José Aricó, Marx y América Latina, Lima,
icas de la izquierda tradicional. Y a par- CEDEP, 1980; II marxismo latinoamericano negli
2 este debate h ab rá de p ro d u cirse una anni delta III Internazionale, en Storia del mar
in d a recom posición de todas las estruc- xismo, t. 3, 2a. parte, Turín, Einaudi, 1981; Rod
as p artid a ria s. Las fuerzas ideológicas y ney Arismendy, Problemas de una revolución
olíticas em ergentes de esta etapa de restruc continental, Montevideo, Pueblos Unidos, 1962;
MAX IMALISMO 957
Lenin, la revolución y América Latina, México, Monserrat, 1964; Robert París, La formación
Grijalbo, 1974; Germán Ave Lallemant, La clase ideológica de José Carlos Mariátegui, México,
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céntrico al marxismo latinoamericano, Lima, Ultra, 1973; José Ral/.er, Los marxistas argenti
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lidad peruana, Lima, Amauta, 1928; Obra políti todo p o r el pro g ram a de p artid o que, elabo
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Lima, Amauta, 1964-1969; (et al), La polémica del sugerencias de Engels, constituyó una espe
indigenismo, Lima, Mosca Azul, 1976; Ricardo cie de m odelo p ara to d a el ala m arxista de la
Martínez de la Torre, Apuntes para una interpre socialdemocracia internacional, al menos h as
tación marxista de historia social de Perú, 4 vols., ta 1914. El conflicto entre K autsky y Bern-
Lima, 1948; K. Marx y F. Engels, Materiales para stein no había estallado todavía y el p ro g ra
ia historia de América Latina, México, Cuader ma se situó en una línea de coexistencia b a s
nos de Pasado y Presente 30, 1972; Julio Anto tante ágil entre los dos focos del dilema socia
nio Mella, Escritos revolucionarios, México, Siglo lista {las llam adas dos almas) que llegarán a
XXI, 1978; Robert Millón, Vicente Lombardo escindirse después de la discusión sobre el
Toledano. Biografía intelectual de un marxista revisionismo. La plataform a teórica de E rfurt
mexicano, México, Universidad Obrera VLT, preveía como pro g ram a máximo (de aquí el
1976; Richard Morse, La cultura política iberoa térm ino m.) un objetivo final que era la p ro
mericana, en De historia e historiadores (volumen piedad social de los medios de producción y
de homenaje a José Luis Romero), México, Siglo de cambio, pero consideraba tam bién la nece
XXI, 1982; Luis Pan, Justo y Marx, Buenos Aires, sidad de lu ch ar p o r la realización de un p ro
958 M A X IM A L IS M O
gram a mínimo, esencialm ente político-adm i medios respecto al fin, y en esto se distinguía
nistrativo y legislativo, concretado en prim er de todos los program as m eram ente reform is
lugar en el sufragio universal m asculino y tas y de todo o tro modelo, cristiano o b u r
femenino, en el escrutinio secreto, en el sis gués, de filantropía social. A p a rtir de estas
tem a proporcional, en el uso de la legislación bases (dentro del p s i ) tuvieron lu g ar d u ran te
directa (referéndum), en la descentralización m uchos años largas polémicas (atizadas por
adm inistrativa y en form as de autogobierno la actitud de G iolitti respecto a la estrategia
regional y provincial. El program a mínimo social-reformista) que dividieron al partido en
preveía adem ás una legislación social articu diversas corrientes: reform istas, revoluciona
lada para proteger el trabajo, la jornada labo rios, cen tristas u n itarios ("interm edios” y
ral de ocho horas, la supresión del trabajo de "m ediadores”), intransigentes, sindicalistas
los niños, la creación de órganos de inspec revolucionarios. El problem a central de la
ción p ara co n tro lar las condiciones higiéni- discusión política era siem pre el valor que
co-sanitarias de trabajo, la participación de debía atribuirse a las luchas obreras interm e
los trabajadores en la adm inistración de la dias (el "trad eu n io n ism o ”) y a las reform as
em presa. El pro g ram a máximo era el fin de políticas dem ocráticas: los g rad u alistas se
la acción socialista (en E rfu rt se evitó cuida concentraban alred ed o r del p ro g ram a m íni
dosam ente decir si era o no necesaria la vio mo p a ra llevar a cabo reform as posibles en
lencia para alcanzarlo) y las reformas eran los un m om ento concreto e inm ediato de la
contenidos concretos de la lucha obrera socia acción socialista (con las consiguientes alian
lista y al m ism o tiem po las etapas in term e zas y "bloques” con los grupos dem ocráticos
dias en dirección de la m eta socialista. Inevi y republicanos), m ientras que los intransigen
tablem ente, la coexistencia entre los dos pro tes (los fu tu ro s "m axim alistas") ten d ían a
gram as dejó de ser pacífica a la larga. El cen in frav alo rar este m om ento y a considerarlo,
tro ortodoxo kautskiano logró, por su propia m ás que una conquista en sí mismo, un tra m
autoridad , im poner la com parecencia de las polín de lanzam iento hacia la com pleta rea
dos tendencias en los años posteriores, pero lización revolucionaria del program a m áxi
muy pronto B ernstein y la tendencia revisio mo. La escisión de los sindicalistas revolucio
nista sostuvieron que el fin no era nada y el narios en 1907 y el llam ado largo m inisterio
movimiento lo era todo, recalcando la concre Giolitti favorecieron de momento a los refo r
ción p ráctica del program a m ínim o y las m istas m inim alistas, pero muy p ro n to Mus-
reform as consiguientes. La izquierda revolu solini tomó las riendas del p artid o y logró en
cionaria ponía el acento sobre todo en la 1912 hacer expulsar a Bonomi, B issolati y
im portancia de no p erd er nunca de vista los Cabrini (minimalistas declarados y explícitos)
fines últim os: esta corriente retom ó fuerza con ocasión de la guerra de Libia. Después los
con la caída de la Segunda Internacional y con acontecim ientos se suceden con gran rapidez:
la guerra m undial, y tanto fue así que en 1918 estalla la guerra, M ussolini es expulsado y la
Rosa Luxem burg, retom ando el lenguaje de co rrien te favorable a la realización inm edia
las viejas polém icas, sostenía que el socialis ta del pro g ram a m áxim o (reforzada p o r el
mo era el m ínim o a realizar. derrum be nacionalchauvinista de la socialde-
Tam bién en Italia la discusión se desplazó m ocracia internacional) pasa a ser am plia
muy pronto al m ism o terreno y en el congre m ente m ayoritaria. La revolución ru sa y el
so de P arm a del-psi (1895) se decidió enco conocimiento, todavía imperfecto, de los pro
m endar a una oficina ejecutiva cen tral la gram as del bolchevism o' in tem ac io n alista y
tarea de elaborar los proyectos de los progra revolucionario reforzaron todavía m ás esta
m as mínim os, de n atu raleza esencialm ente corriente, que em pezará a llam arse a b ie rta
política y adm inistrativa. A rturo Labriola ela m ente "m ax im alista” en el congreso de Bolo
boró un esquem a calcando el de E rfu rt, pero nia de 1919.
fue criticado. La cuestión, presente en todos Desde aquel m om ento em pezó a u sarse
los congresos socialistas, se retom ó con am pliam ente el térm in o m. en Italia, aunque
am plitud en el congreso de Roma de 1900, m ás bien en un sentido negativo. Ya fuera la
donde se precisó que el program a m ínim o era derecha g rad u alista del p artid o socialista
respecto al p ro g ram a máximo com o los (Turati, Treves, Modigliani), ya la izquierda
MERCANTILISMO 959
com unista (]a fracción com unista abstencio sólo fragm entaria, o viceversa, presentar una
nista de Bordiga y el grupo turinés "ordino- aproxim ación sintética que no peque de gené
vista" de Tasca y Gramsci) difundieron la ima rica o de deficiente perspectiva. P or lo tanto,
gen, no del todo injustificada, pero ciertam en cualquier definición o reconstrucción h istó
te excesiva, de un quiste ce n trista incapaz y rica será insatisfactoria. P o r una p arte corre
enam orado de la "frase e sc a rla ta ” . En 1921 ríam os el riesgo de asentarnos sobre una tau
se produjo en Livorno una escisión del p s i , tología trivial ("el m. com prende las políticas
que separó del viejo tronco la izquierda comu económ icas de los siglos xvi y xvn”), y p o r la
nista y filobolchevique, adherente a la nueva o tra llegaríamos a distinciones quizás válidas
Internacional. En 1922 los reform istas ("uni en un determ inado te rrito rio o en cierto
tarios”) se separaron de los maximalistas, que periodo, pero arb itrarias e insatisfactorias en
se quedaron solos y fueron incapaces de cuanto a una valoración de conjunto. E ntre
to m ar una posición clara (en el periodo d ra "el m. fue to d o ” y "el m. no existió”, la inves
mático del advenimiento del fascismo) respec tigación acerca de las características com u
to del socialism o o del com unism o. Fuera de nes de las teorías de política económica de los
Italia el área político-ideológica correspon siglos xvi y xvn puede ap o rtar algún fruto, al
diente al m. dejó de ex istir bien pronto, en m enos en cuanto a las finalidades didácticas
cuanto el com unism o y la socialdem ocracia de una o b ra de apoyo al lenguaje político
se integ raro n en cam pos ideológicos y en corriente, el cual peca de m uchas am bigüe
alianzas internacionales netam ente distintas. dades y sim plificaciones. Pero la aportación
Sin em bargo, el térm ino siguió usándose en más útil p ara una com prensión del m. la pode
Italia, donde el p s i m antuvo después de la mos encontrar en el conocimiento de los hom
g u erra un pacto de unidad de acción con el bres, cuya obra fue considerada después
peí, resultando al mismo tiem po más eferves com o una u nidad h istórica El m., a diferen
cente que los com unistas en cuanto a reivin cia de la f i s i o c r a c i a (v.), no nació como escue
dicaciones político-sociales y subalterno res la. Fue m ás bien el efecto de contraposicio
pecto a la política stalinista. Se volvió a nes polémicas entre otras escuelas (entre ellas
h ab lar de m. en 1964, en ocasión de ¡a form a la fisiocracia) y otros econom istas (empezan
ción del p s iu p por obra de los socialistas hos do con Adam Sm ith, a quien se debe el p ri
tiles a la coalición de centro-izquierda. m er intento de reconstrucción histórica en
Hoy el térm ino parece hab er perdido sus The wealíh of nations, 1776, 1, iv, cap. 8).
prim itivas raíces h istó ricas y se ha converti
do en un sim ple sinónim o de intransigencia ii. o b j e t i v o s . Más que u n a definición, la com
ideológica y de rigidez en la lucha política de prensión del m. la podem os en co n trar en la
la izquierda, conservando la connotación determ inación de los objetivos com unes en el
negativa dirigida a denunciar una acción polí pensam iento y la acción de los m ercantilis-
tica carente de resu ltad o s concretos y p u ra tas: objetivos muy generales, de máxima, váli
m ente dem ostrativa. dos p ara los siglos xvi y xvn, tan to en Italia
como en Alemania, Francia, E spaña o Ingla
( b r u n o b o n g ío v a n n i ] terra, m ás allá de las b a rre ra s políticas, cul
turales y religiosas.
El objetivo m ás general en cuanto a propó
sitos, y el más generalizado en cuanto a difu
m e r c a n tilis m o sión geográfica, consiste en la superación de
un supuesto de Maquiavelo: no sólo no es
i. d e f in ic ió n . A una línea de pensam iento y de necesario para la prosperidad del estado que
acción que se va abriendo camino durante dos éste sea rico y los súbditos pobres, sino que
siglos (xvi y xvn), integrando política y eco es precisam ente la riqueza de los súbditos lo
nom ía en la teoría y en la práctica, no se le que hace rico y poderoso al estado. He aquí
puede pedir unidad ni plena coherencia en su pues unidas dos instancias que se abren cam i
desarrollo; tam poco es posible, p ara quien no con fuerza en los albores de la edad m oder
intente investigar dicho proceso, p resen tar na, en un intento de síntesis que m ás tarde
una aproxim ación om nicom prensiva, sino nos parecerá aberrante: la afirmación, al m is
960 MERCANTILISMO
Antonio Serra (1550-1560 - 1620-1625) es, ese m odo la pro g resiv a extinción del p rin ci
según la interpretación de Schum peter, en su pio de la ascription (según el cual las posicio
Historia del análisis económico, el clarividen nes sociales son atribuidas p o r privilegio de
te p recu rso r de los m o dernos análisis de la nacimiento), su stitu id o por el principio del
relación entre estru c tu ra s económ icas y achievem enl (por el cual tales posiciones
balanza com ercial, a trav és de la superación sociales son p o r el co n trario adquiridas g ra
de las teorías m o n etaristas im perantes (los cias a las capacidades individuales): la m. se
fenómenos m onetarios, sustancialm ente, son p resenta justam ente como u n a sociedad don
considerados como consecuencias m ás que de rige plenam ente el segundo principio. Ade
como causas; tienen un valor sintom ático más más la m. se rem ite al ideal de la igualdad de
que una im portancia propia). posibilidades, que estaban ya presente en el
En la ó rbita del m. g iran tam bién dos auto artícu lo 6 de la Declaración de los derechos
res cuyos nom bres e stá n vinculados todavía del hom bre y del ciudadano de 1789, según
hoy a las citadísim as "leyes” económicas: la cual los ciudadanos "son igualm ente adm i
Thomas G resham (la m oneda m ala desplaza sibles a todas las dignidades, puestos y
a la buena) y Gregory King (el precio global em pleos públicos, según su capacidad y sin
de la cosecha de trigo en un país europeo dis o tra distinción que aquella de su v irtu d y de
m inuye cuando la cantidad de trigo p ro d u ci su ingenio”. Este principio, indiscutible en el
do aumenta). plano form al, en la realidad social resu lta de
difícil aplicación, ta n to que la igualdad de
P.W. Buck, The politics of mercan-
b ib l io g r a f ía : oportunidades es co n sid erad a por algunos
tilism, Nueva York, Octagon, 1942; A. De Mad- sociólogos (B ourdieu y Passeron) nada m ás
dalena, II mercantilismo, en Storia delle idee poli- que una ideología, a p ta para ju stificar la p e r
tiche, economiche e sociali, dirigida por L. Fir- m anencia de las desigualdades, haciéndolas
po, Turín, u t e t , 1980, vol. iv, pp. 637-704; P. aceptables a todos. En efecto, según estos
Deyon, Los orígenes de la Europa moderna: el autores el sistem a educativo, al que le corres
mercantilismo, Barcelona, Península, 1972; E.F. ponde sancionar las capacidades de cada uno,
Heckscher, II mercantilismo (1931), Turín, u t e t , funciona en realid ad como mecanism o de
1936; J.W. Horrocks, A short hisiory of mercan- reproducción de la estratificación existente
tilism, Londres, Methuen, 1942; J.A. Schumpe a causa de los inelim inables condicionam ien
ter, Historia del análisis económico (1966), Méxi tos sociales del logro escolar; en o tra s p a la
co, Fondo de Cultura Económica, 1971. bras, ¡a selección escolar m erito crática sería
im posible de realizar, y la función del siste
[ALDO MAFFEY] ma de enseñanza sería justam ente la de hacer
ap arecer n atu rales capacidades diversifica
das que, por el contrario, derivan de las dife
renciaciones sociales prexistentes.
meritocracial.
II. EL ADVENIMIENTO DE LA MERITOCRACIA. M ichael
l. d e f in ic io n e s . Por m. se entiende, en térm inos Young, con un ensayo reciente que propone
generales, el poder de la inteligencia, que en en u n a clave satírica la utopía sociológica del
las sociedades industriales estaría sustituyen advenim iento de una m., ha contribuido n ota
do a aquel que tiene su origen en el nacim ien blem ente a d ifu n d ir el uso de este térm ino.
to en la riqueza en v irtu d de la función cu m En esta obra se describe la Inglaterra del 2033
plida por la escuela. Según este planteo los como una sociedad perfectam ente d irigida a
m éritos de los individuos, expresados p rin ci la m axim ilización de la eficiencia p ro d u cti
palm ente por las capacidades intelectivas, va a través del em pleo completo de los recu r
que son sancionadas p o r el sistem a escolar sos intelectivos de la población oportunam en
a través de diplom as y títulos, constitu iría la te valorizados por la escuela. Young im agina
base indispensable, aunque no siem pre sufi que la aceptación generalizada del principio
ciente, del poder de las nuevas clases dirigen del m érito puede llevar a la constitución de
tes, obligando tam bién a los tradicionales g ru una clase dirigente de hom bres perfectam en
pos dom inantes a adecuarse. Se p o stu la de te seleccionados, los cuales, después de num e
962 MILITARISMO
intereses, acciones y pensam ientos asociados el ejercicio del poder im perial. Este fenóm e
con ¡a utilización de las arm as y con la gue no, denom inado pretorianismo, constituye un
rra y que sin em bargo trascienden los o b jeti ejemplo ilum inante de m. ante litteram. Pero
vos puram ente m ilitares. La naturaleza del m. el p retorianism o era u n a especie de m. in ter
es tal que puede incluso llegar a obstaculizar m itente que, caren te de las bases e s tru c tu ra
e im pedir la obtención de los objetivos m ili les necesarias p ara p lasm ar la sociedad, te r
tares. Se asigna lines ilimitados; tiende a per- m inaba siendo sólo el sucedáneo de procedi
m ear de sí toda la sociedad, a im p reg n ar la m ientos constitucionales p ara el traspaso del
in d u stria v el arte, a d ar la prem inencia a las poder. Se puede afirm ar p o r lo tan to con
fuerzas arm ad as sobre el gobierno; rechaza seguridad que el peligro del m. se presenta
la cientificidad de toda elección y de su racio con la form ación de los ejércitos perm anen
nalidad y osten ta características de casta y tes, con la conscripción masiva. Como el fenó
de culto, de autoridad y de fe. Si el modo mili meno no se había p resen tad o precisam ente
ta r de actu ar consiste en la concentración de en la Roma republicana, cuando el m ando de
hom bres y de recursos con el fin de conseguir los ejércitos se confiaba a m ag istratu ras
objetivos específicos con el mínim o dispen ex trao rd in arias bajo el control del senado, a
dio de tiem po y de energías, de sangre y de civiles que deseaban re to rn a r a su trabajo
dinero y m ediante la aplicación de las técni habitual (Cincinato es el ejem plo m ás lum i
cas más racionales, entonces el m. es una noso de esta tradición), el fenómeno no se
degeneración del m odo m ilitar de actu ar m anifesta h asta que no surge la necesidad de
(Vagts 1937, 11). las sociedades occidentales de re c u rrir a los
La expresión m. se usó relativam ente ta r especialistas de la violencia, de la guerra.
de respecto de la aparición de las prim eras Et m. no tenía derecho de ciudadanía en el
form as del fenómeno y por p rim era vez en periodo feudal cuando a las levées en masse
F rancia, bajo el Segundo Im perio, por los para las g u erras seguían después las disolu
republicanos y por los socialistas para denun ciones de los ejércitos, una vez concluida la
c ia r el régimen de Napoleón III. El térm ino expedición, y el reto rn o de los soldados a sus
se difundió rápidam ente en Ing laterra y Ale casas y a sus trabajos: en este periodo no
m ania p ara indicar la predom inancia de los había ejércitos permanentes sino ‘‘guerreros’’
m ilitares sobre los civiles, la creciente pene perm anentes, esto es los señores feudales. El
tración de ios intereses de carácter m ilitar en prim er núcleo de aquello que habría sido un
el tejido social y su am plia aceptación, el ejército perm anente se form ó en Francia,
em pleo de recursos extraídos con sacrificio paradójicam ente com o consecuencia de la
por la población y con perjuicio de la cu ltu necesidad de disolver el ejército que había
ra y del b ien estar y la disipación de las en er tom ado p arte en la gu erra de los cien años.
gías de la nación en las fuerzas arm adas. M. Con e! fin de defenderse de todos aquellos que
ha term inado por significar, concretam ente, no habían tenido o tro trabajo sino el de las
control de los m ilitares sobre los civiles, sis armas y, si era posible, liquidarlos, Carlos VII
tem ática victoria de las instancias de los p ri decidió to m ar a su servicio en forma p erm a
m eros. Lo co n trario de m. es por lo tanto nente un grupo de g u errero s. La revocación
poder de los civiles y no pacifismo (v.). Lo con de esta ordenanza p o r p arte de su hijo Luis
tra rio de pacifism o, am or por la paz, es en XI suscitó las críticas de Maquiavelo que, sin
efecto belicosidad, am o r por la guerra. embargo, parece hab er confundido las arm as
Si m. es el control ejercido por los m ilita m ercenarias con el sistem a de los caudillos.
res sobre los civiles, el mismo nace en una A esto se agrega el hecho de que M aquiavelo
época m uy a n terio r al siglo xix, en efecto, se no com prendió plenam ente la im portancia de
presenta por p rim era vez. en el últim o p erio un ejército de profesionales dependientes del
do del im perio rom ano, cuando tanto las m onarca en la creación del estado nacional
guarniciones in staladas en los confines del y, en lo que se refiere directam ente a Floren
im perio p ara defenderlos de los b árb aro s cia, no fue más allá de la intuición estratég i
como los p retorianos residentes en la m ism a ca de una m ilicia de ciudadanos soldados.
Roma constituían un instrum ento indispen Otra etapa im portante es el proceso comen
sable para la conquista, el m antenim iento y zado p o r el m onarca prusiano después de la
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paz de W estfalia (1648), proceso d u ran te el tra s Inglaterra había sido vacunada contra el
cual él utilizó la formación de un ejército esta m. por la experiencia de la dictadura de Crom-
ble más bien consistente como arm a para fun t^ell y p o r el hecho de que los burgueses
d a r la unidad del estado, contra los privile habían logrado rápidam ente ejercer su con
gios de las capas. N o estam os todavía cerca tro l sobre el poder de gastos del rey, blo
nos a la creación de un cuerpo de oficiales queando así las asignaciones de fondos con
profesionales, pero no hay duda de que el ejér fines m ilitares, en F rancia y en Alem ania la
cito estable constituyó un p rim er paso en la b u rg u esía se reveló más débil, y el rey y su
dirección de una m ayor exigencia de ad ies burocracia nobiliaria consiguieron m antener
tram iento tam bién de los oficiales. Pero no el control del área m ilitar y de su s dotacio
podía tra ta rs e sólo de adiestram ien to sino nes financieras. Los nobles y los aristó cratas
tam bién de m odalidadades y tipos de reclu consiguieron así conservar por m ucho tiem
tam iento. De su erte que la verd ad era fecha po su prem inencia en los rangos de los ofi
de inicio de la "profesionalización" de los ciales, prem inencia quebrada en Prusia —sólo
m ilitares debe considerarse el 6 de agosto de de principio, nunca de hecho— p o r el d ecre
1808, cuando el rey de P ru sia con un decreto to m encionado más arrib a y sólo tem p oral
abrió los altos grados del ejército a todos m ente en F rancia p o r las arm adas revolucio
aquellos que poseyeran los niveles exigidos narias, ya que la R estauración, la m onarquía
de conocim ientos profesionales, de in stru c burguesa y el Segundo Im perio nunca se libe
ción y de valentía. Este decreto, que consti raro n com pletam ente del reclutam iento p ri
tuía la resp u esta p ru sian a a las desastrosas vilegiado en las filas de los oficiales prove
d erro tas de Jena y A uerstadt por obra de la nientes de la nobleza no calificados profesio
arm ada napoleónica, fue seguido por la fu n nalmente, con todas las consecuencias disfun
dación de la p rim era escuela m ilitar de espe- cionales que derivaban p ara la conducción de
cialización —la Kriegsakademie— y habría de la guerra.
llevar finalm ente a la revancha sobre los fran Por un largo periodo los nobles europeos
ceses en la g u erra de 1870. Con el decreto de que habían perdido su función con la d isgre
1808 el rey de P ru sia no solam ente dio fin al gación del sistem a feudal fueron salvados de
reclutam iento adscriptivo, por el cual sólo los la b an ca rro ta por los cargos que consiguie
nobles podían cu b rir el cargo de oficial, reclu ron o cu p ar en los d istintos ejércitos, obte
tam iento que había constituido ju stam en te niendo así una especie de sinecura. La am e
desde los tiem pos de Carlos Vil la regla en naza a este privilegio vino no sólo de las arm a
las sociedades occidentales, con la única das revolucionarias francesas sino tam bién
exclusión de Inglaterra, sino que dio com ien del ejemplo estadunidense, un país carente de
zo al proceso que h aría de P ru sia el estado un ejército perm anente, guiado por oficiales
guía de la unificación alem ana y el cuartel de reclutados en tre la gente com ún y con un
Europa. com andante suprem o que afirm a la superio-
El proceso a través del cual los nobles dad de su función de civil al finalizar la gue
habían ocupado h asta ese entonces todas las rra de liberación victoriosa. El sistem a de
posiciones de m ando en los ejércitos de los ejército perm anente, confiando a nobles
varios estados europeos —prescindiendo de carentes de u n a instrucción específica y sin
sus capacidades profesionales— se inicia o tra calificación que su blasón, sacudido por
n aturalm en te desde el m om ento en el que se dos revoluciones, es definitivam ente atacado
exige a los com batientes c o rre r con los gas y d erro tad o p o r la fundación de la K riegsa
tos del equipo necesario p ara las cam pañas kadem ie prusiana. Pero este m om ento, que
m ilitares, sigue con la racionalización de que m arca el comienzo de la profesionalización
los puestos de m ando en g u erra debían de los oficiales, m arca tam bién el fin de la
correspon d er a aquellos que ocupaban las subordinación de los militares a los gobernan
posiciones de prem inencia en tiem po de paz tes civiles en cuanto m iem bros de u n a m is
y se refuerza cuando la naciente burguesía ma clase con los m ism os intereses objetivos.
prefiere dedicarse al com ercio y a las activi El com plejo problem a de la relación civiles-
dades in d u striales y delega el im productivo m ilitares p arte de esta transform ación.
oficio de las arm as a los nobles. Pero m ien
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II. DIFERENCIACIÓN ESTRUCTURAL Y PROFESIONALIZA estén cubiertos por los mism os individuos, es
¿Qué se entiende exacta
CIÓN de l o s m il it a r e s . decir que haya una c la ra mezcla, o bien que
m ente po r profesionalización? La profesiona los líderes políticos y los jefes m ilitares se
lización es el proceso mediante el cual un g ru recluten de m anera diferente, en base a dife
po de individuos ad q u iere una serie de cap a rentes calificaciones, y siga un distinto cur-
cidades y de conocimientos técnicos y se orga sus honorum.
niza en una in stitu c ió n con norm as y N aturalm ente estas distinciones no deben
reglam entos propios que los separan de los observarse de m anera estática sino que pue
o tro s grupos y de las o tra s instituciones p re den cam biar y generalm ente cam bian en el
sentes en la sociedad. La institución m ilitar, tiempo originando modelos diferentes de rela
como toda otra organización profesional, pue ciones en tre m ilitares y civiles. La tesis p re
de de esa m anera reg u la r el acceso de indivi valeciente sostiene que estas relaciones están
duos a su interior tanto reclutando sólo aque caracterizadas por un predom inio de los civi
llos que poseen ciertas capacidades y cono les, rep resen tan tes de toda la sociedad, ante
cim ientos explícitam ente sancionados como ella responsables y p o r ella revocables, cuan
socializando a los individuos reclutados a las do la m odernización de las estru c tu ra s polí
norm as, a ¡os reglam entos e incluso a las cos ticas —en p artic u la r la racionalización y la
tum bres vigentes en el in te rio r de la in stitu legitim ación de la a u to rid ad — haya p recedi
ción. El proceso de profesionalización de los do a la creación de un ejército m oderno y efi
m ilitares form a p arte p o r lo tan to del más ciente de profesionales. Esta relaciones tien
am plio proceso de diferenciación estructural den a re g istra r una prevalencia, con m odali
que las sociedades occidentales o no, han a tra dades y bajo form as diferentes, de los m ili
vesado y que experim entan aún ahora en el tares sobre los civiles cuando el ejército
curso de la m odernización social, económ ica rep resen ta la e s tru c tu ra m ás m oderna de un
y política. país en el que las otras estructuras están atra
Pueden distinguirse tre s diferentes niveles vesando fases de profunda transform ación y
de diferenciación. Antes que nada, en el nivel las estru c tu ra s políticas en p a rtic u la r están
de las relaciones e n tre sociedad y fuerzas en la búsqueda de nuevos tipos de legiti
arm adas, estas últimas pueden constituir p ar m idad.
te integral de la sociedad y reflejar e incor
p o ra r sus valores dom inantes y d esarro llar III. r e l a c i o n e s c i v i l e s -m i l i t a r e s Y ESTADO-
funciones no p u ram en te m ilitares o pueden N aturalm ente las relaciones entre
g u a r n ic i On .
ser netam ente diferenciadas y d esarro llar m ilitares y civiles deben tam bién exam inar
únicam ente funciones m ilitares y sobordina- se a la luz de los cam bios tecnológicos y del
das al poder político en la aceptación de los sistem a internacional que se han producido
valores dom inantes de la sociedad. En el desde el fin de la segunda guerra m undial has
segundo nivel se colocan las relaciones entre ta hoy y que han llevado, según algunos auto
el liderazgo de las fu erzas arm adas, es decir res, hacia la instalación de una tecnoestruc-
el cuerpo de oficiales, y las varias élites socia tu ra m ilitar o de un com plejo m ilitar-
les, económ icas y políticas. E ntre estos g ru in d u strial y que, según otros autores, p o d ría
pos puede haber una com penetración tal que desem bocar en el llam ado estado-guarnición.
la élite m ilitar pueda form ar p a rte de la élite Por lo que se refiere a la p rim era hipótesis
económ ica y/o tener los m ism os orígenes se ve cómo el sistem a internacional actual
sociales y los mismos m odelos de com porta hace imposible el em pleo de las arm as actual
miento, o sí no una división neta por la cual m ente a disposición de los m ilitares so pena
la élite m ilitar sigue m odelos de com porta del holocausto de la hum anidad misma. Es la
m iento social y profesional diferentes e función del m ilitar como especialista de la
incom patibles con aquellos de las otras posi violencia la que se pone en crisis, salvo su
ciones de élite. El tercer nivel es el de las rela ejercicio en algunas g u erras locales, en las
ciones de los jefes de las fuerzas arm adas y cuales por otra p arte la frustración por el veto
los líderes polit eos m ás im portantes. Inclu dado por los civiles al em pleo de las arm as
so en este nivel puede verificarse el caso de atóm icas resolutivas crea un enorme descon
que las tareas de m ando político y militar- tento en tre los jefes de las fuerzas arm adas.
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No por esto el m ilitar abandona com pleta La tesis del estado-guarnición, elaborada
m ente su papel de experto y continúa solici p o r H arold Lasswell durante la segunda gue
tando más dinero, más arm as y más hom bres r r a m undial y rexam inada por él veinte años
con el fin de cum plir su función de protección m ás tarde, se vincula con este últim o punto
del estado. y sostiene, dicho brevem ente, que la sobrepo
Para obtener los medios necesarios para el sición de crisis de seguridad en los países
buen funcionamiento de sus instituciones, los in d u striales im pulsará a sus líderes a movi
m ilitares deben cum plir tres funciones gros lizar la sociedad en preparativos cada vez más
so modo políticas: la función de representa vastos y cada vez más capilares p ara la gue
ción de los intereses de la institución m ilitar r r a y llevará inevitablem ente a una organiza
a la cual es constitucionalm ente confiada la ción sociopolítica que verá el predom inio de
protección y la defensa del te rrito rio nacio una coalición de líderes civiles y m ilitares.
nal y de los ciudadanos; la función de conse
jo respecto de los que detentan el poder polí IV. INTERVENCIÓN DE LOS MILITARES EN POLÍTICA.
tico, y finalmente la función de realización de Aunque el concepto y el fenómeno del m. nace
los objetivos políticos elaborados p o r los civi en Europa occidental, en las dem ocracias
les incluso sobre la base de los consejos dados constitucionales europeas (como por otra p ar
por los expertos m ilitares. Los m ilitares tr a te en los regím enes com unistas) el m., en ten
tan sin em bargo de escap ar al control de los dido como intervención directa de los m ilita
civiles erigiendo alrededor de sus actividades res en política, no ha tenido m ayor cabida
y de sus pedidos dos tipos de b arreras: la sino de m anera muy interm itente: pueden
barrera del top secret, o secreto de estado, citarse los casos de la Alemania guillerm ina
y la b a rre ra de la com petencia. Estas dos y h itlerian a y, sólo forzando un poco y siem
b arreras perm iten tam bién a los m ilitares p re en m edida m ucho m enor, de F rancia des
dirigirse directam ente, en la c arrera de los de 1871 hasta los alrededores de 1900 (de Bou-
arm am entos, a las in d u strias bélicas y crear langer al caso Dreyfus). El fenómeno del m.
una serie de vínculos de cointerés con estas aparece, por el contrario, con puntas m áxi
industrias que han perm itido h ab lar ju s ta m as en los países en vías de d esarro llo y,
m ente de com plejo militar-industrial. actualm ente, sobre todo, en África y, por un
El m. p resen ta entonces su ro stro m oder largo periodo de su historia, que todavía no
no precisam ente cuando los m ilitares se h a term inado, en América Latina. Se oponen
encuentran obligados por su avidez de arm as dos tesis que in tentan explicar el fenómeno
nuevas y cada vez más perfeccionadas (en las del m. tanto en los regím enes occidentales
puntillosas dem