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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA CHAPINGO

“ENSEÑAR LA EXPLOTACIÓN DE LA TIERRA,


NO LA DEL HOMBRE”

UNIDAD REGIONAL UNIVERSITARIA SURSURESTE

Ciencias Sociales 1
“MONEDAS MUNDIALES”

Alumno: Jonathan Anuar Pérez Pérez

Profesor: M.C. Bernandino Ramírez Hernández

Propedéutico 15

6 de diciembre de 2017
San José Puyacatengo; Teapa, Tabasco

1
INDICE
INTRODUCCIÓN.............................................................................3
MONEDA..........................................................................................4
HISTORIA.....................................................................................................................................4

MONEDA ANTES DE CRISTO.....................................................5


PRIMERAS MONEDAS..............................................................................................................5
Expansión.................................................................................................................................6

MONEDA EN EL FEUDALISMO..................................................7
TRUEQUE EN LA ÉPOCA FEUDAL........................................................................................9

LA MONEDA EN LA ÉPOCA DEL MERCANTILISMO...........10


MONEDA EN EL CAPITALISMO................................................16
MONEDA EN EL SOCIALISMO..................................................18
MONEDA EN EL COMUNISMO.................................................21
MODEDAS EN MEXICO..............................................................23
EL CACAO EN LA ÉPOCA PREHISPÁNICA........................................................................25
PERIODO COLONIAL..............................................................................................................28
DURANTE LA INDEPENDENCIA...........................................................................................28
MONEDA REVOLUCIONARIA................................................................................................30

LINEA DEL TIEMPO EN MEXICO.............................................34


CONCLUSIÔN...............................................................................48
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS...........................................49

2
INTRODUCCIÓN
Desde que la humanidad empezó a ser productiva, cazando e
implementando técnicas de agricultura y artesanía, se ha implementado
el comercio e intercambio para conseguir algo que uno mismo no
produce pero que alguien más sí. Desde hace 100,000 años, la
humanidad ha creado diferentes tipos de economía y conforme ha
pasado el tiempo se ha hecho más práctica y especializada. Aquí te
presentamos el recuento de la evolución de los métodos de pago a
través del tiempo. Y para poder pagar se necesitó de algo que tuviera
valor es así como nació la “moneda”

Tanto es así, que durante la mayor parte de su Historia la moneda han


sido metales preciosos puros, como puedan haber sido el oro, la plata, el
bronce también dando el valor de moneda a animales y algunos frutos
exóticos, creando así una forma directa de valoración de
mercancías con respecto a los elementos de valoración base como son
los metales preciosos. Es lo que se conoce como valor intrínseco.
La moneda vale porque está compuesta de algún metal precioso, que es
realmente lo que tiene valor.

Posteriormente la significación ha ido cambiando, una vez que crecían


globalmente los intercambios comerciales mientras que escaseaban los
metales preciosos, por lo que en el siglo XIX se introdujo una nueva
forma de crear dinero, asociando monedas de otros metales sin valor
propio ninguno a las reservas de oro y plata, siendo refrendada así la
moneda por los activos que había compuesto el dinero siempre.

Actualmente contamos con otro sistema de valoración de monedas, que


corresponde al valor que las personas le damos a esa moneda, sin estar
anclados a metales preciosos ni otras formas de valoración. Es lo que se
denomina dinero fiduciario, es decir, aquella moneda que no tiene como
contrapartida ningún bien preciado, sino que se basa en la confianza y
buena fe que las personas (todos los agentes) depositamos en ella. Son,
por ejemplo, todas las monedas actuales del mundo, que tienen su valor
no porque estén compuestas de metales preciosos, o nos indiquen una
posesión indirecta e éstos, sino que adoptamos y damos confianza de
que vale lo que realmente dice que vale, facilitando el intercambio de
bienes y servicio.

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MONEDA

La moneda es una pieza de un material resistente, de peso y


composición uniforme, normalmente de metal acuñado en forma de
disco y con los distintivos elegidos por la autoridad emisora, que se
emplea como medida de cambio (dinero) por su valor legal o intrínseco y
como unidad de cuenta. También se llama moneda a la divisa de curso
legal de un Estado. Su nombre en lenguas romances proviene del latín
“moneta”, debido a que la casa en donde se acuñaban en Roma estaba
anexa al templo de Juno Moneta diosa de la Memoria, encontrándose
esta actividad bajo su protección.] La ciencia que estudia las monedas
físicas, metálicas, se denomina numismática.
El lugar donde se realiza la acuñación de monedas se le conoce con el
nombre de "ceca" o "Casa de Moneda". El nombre proviene de una voz
del árabe clásico (sikkah), que significa troquel.
Por extensión, también se denomina moneda al billete o papel de curso
legal.

HISTORIA
El trueque es el intercambio de objetos o servicios por otros
equivalentes, y se diferencia de la compraventa habitual en que no
intermedia el dinero en la transacción.[4] Este sistema presentaba
dificultades para las transacciones, por lo cual comenzaron a aparecer
distintas formas de "mercancías-moneda" como unidad de cuenta. Estas
mercancías como medio de pago tampoco eran prácticas, ya que
muchas eran perecederas, y eran difíciles de acumular. Como solución
se sustituyeron pronto por objetos o materiales realizados en metales
preciosos. Estos metales preciosos tomaban muchas formas
dependiendo del lugar, por ejemplo ladrillos (lingotes), aros, placas,
polvo, navajas o cuchillos. Por razones prácticas y de uniformidad se
adoptó la forma circular, en forma de discos de diferentes tamaños, pero
fácilmente transportables.

MONEDA ANTES DE CRISTO

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Ya en el año 1100 a. C. circulaban en China miniaturas
de cuchillos de bronce, hachas y otras herramientas utilizadas para
reemplazar a las herramientas verdaderas que servían de medio de
cambio.

PRIMERAS MONEDAS

Moneda del siglo VI a. C. 1/3 de Estátera. Anverso y reverso.


Las primeras monedas acuñadas con carácter oficial fueron hechas
en Lidia, (hoy Turquía), un pueblo de Asia Menor, aproximadamente
entre los años 680 y 560 a. C. Fue probablemente durante el reinado
de Ardis de Lidia cuando los lidios empezaron a acuñar moneda, aunque
algunos numismáticos han propuesto fechas anteriores o posteriores,
como el reinado de Giges de Lidia o el de Creso "El Opulento". Estas
acuñaciones llevan como símbolo heráldico un león representando a
la Dinastía Mermnada a la cual pertenecían los reyes. La pieza fue
acuñada en electrum (aleación natural de oro y plata) y con un peso de
4,75 gramos y un valor de un tercio de Estátera.
Después de la experiencia de Lidia comenzaron a acuñarse monedas
por orden de Darío de Persia, luego de la conquista de Lidia, y
posteriormente en Grecia.
El historiador norteamericano Will Durant asegura que "Senaquerib Rey
de Asiria (hacia 700 a. C.) acuñó monedas de medio siclo".
Posteriormente, las monedas proliferaron rápidamente en todos los
países desarrollados del mundo. Tanto los monarcas como los
aristócratas, las ciudades y las instituciones empezaron a acuñar dinero
con su sello identificativo para certificar la autenticidad del valor metálico
de la moneda.

Algunas de las primeras monedas tenían una composición muy estable,


como es el caso del dracma emitido en Atenas en el siglo VI a.C., con un
contenido en torno a los 65-67 gramos de plata fina, o como la redonda

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moneda china, "qian", de cobre, aparecida en el siglo IV a. C. y que se
mantuvo como moneda oficial durante dos mil años.

Sin embargo, las monedas siempre se limaban o recortaban para sacar


el metal precioso que contenían por lo que las autoridades que las
emitían estaban tentadas a rebajar la acuñación asegurándose
beneficios a corto plazo al reducir el contenido de metales preciosos.

Las monedas de baja calidad de bronce o cobre eran, de hecho, dinero


fiduciario cuyo valor dependía principalmente del número de monedas
de oro o cobre por las que se podían intercambiar.

Expansión

Una vez creadas, las monedas originaron un sistema monetario cuyas


características han permanecido, en esencia, constantes durante
milenios. Uno de los cambios que ha perdurado fue la introducción, en
las monedas europeas del siglo XVII, de las ranuras en los bordes con el
fin de evitar que se limasen.

MONEDA EN EL FEUDALISMO

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Genes de monedas

Las monedas medievales castellano-leonesas tienen su comienzo tras la


conquista de Toledo en el año 1085 por parte de Alfonso VI.
Desde el principio las acuñaciones se realizan en vellón (aleación de
plata y cobre) en una riqueza que variará dependiendo de cada emisión.
A partir de ese momento y hasta el final del reinado de Enrique IV, en
1474, pueden diferenciarse tres períodos estilísticos que no coinciden
necesariamente con las distintas etapas económicas.
Dentro de este extenso período se diferencian dos momentos. Así,
mientras que las monedas de los siglos XIII y XIV se caracterizan por su
estilo gótico puro, las del siglo XV pueden considerarse como de gótico
flamígero.
Pero además de vellón, los reyes medievales castellanos acuñaron
también en oro y plata de ley. Entre 1172 y 1215 es característica la
acuñación en oro de una moneda de tipos arábigos denominada
maravedí y con un peso de 3’85 g. Sin embargo, las emisiones no se
producirán regularmente sino desde 1270, siendo las más “abundantes”
las doblas de 4’54 g labradas por Pedro I (1345-1360) y Juan II (1406-
1454).
Por lo que se refiere a la moneda de plata de ley, se fabrica durante el
reinado de Alfonso X (entre 1263 y 1277) y, sobre todo, a partir del
reinado de Pedro I; momento en que hacen su aparición los reales de
3’45 g que se acuñarán hasta Enrique IV.

La universal utilización y demanda de monedas de oro y plata se debe a


que satisfacían perfectamente las necesidades de un sistema monetario
práctico mejor que cualquier otro artículo.
Estos metales preciosos, limitados y con altos costes de extracción,
siempre tuvieron una elevada equivalencia en mercancías. El alto valor
de cambio del oro y la plata significaba que el volumen físico de una
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cantidad de valor muy elevada sería mínimo, lo que contribuiría a facilitar
el transporte y almacenaje, y aumentaría su utilización en el comercio
internacional o entre regiones muy distantes. Para su mejor
conservación comenzaron a hacerse aleaciones con otros metales; así,
la ley de una moneda es la proporción de metal precioso que contiene
en relación con su peso total. Junto a las monedas de oro o plata se
desarrollaron las de metal vil, como el cobre, cuya aleación con plata
recibirá el nombre de vellón. Naturalmente, el vellón era una moneda
cuya validez se limitaba, en principio, al territorio en que era acuñado.
Entre diversos países se utilizaba exclusivamente la moneda de oro o
plata, lo mismo que ocurría, dentro de un mismo reino o territorio,
cuando se trataba de cantidades importantes. Las monedas de vellón
dominaban en cambio las transacciones menudas, que eran las
habituales entre la población.
La existencia de dos tipos básicos de moneda: la de metal precioso y el
vellón, compuesto fundamentalmente de un metal vil, como era el cobre,
hacía que, mientras las monedas de oro o plata, con independencia de
su valor de cambio, se aceptaban por su valor intrínseco, las de vellón
se cambiaban con las otras en la medida en que la cantidad circulante
no fuera excesiva y la ley de las monedas de vellón se mantuviera
estable. Si no ocurría así y se acuñaba mucho más vellón o se reducía
su cantidad de plata, o su peso, tales monedas se depreciaban en
relación con las otras, y aparecía el llamado ‘premio’ o cantidad adicional
que el poseedor de moneda de oro o plata exigía por cambiarla por las
de vellón. Desde la baja edad media, con los comienzos del capitalismo,
comenzaron a utilizarse medios de pago no monetarios, como las letras
de cambio, que en las grandes transacciones mercantiles evitaban el
transporte continuo de oro o plata y los riesgos inherentes al mismo.
Moneda medieval Durante la alta edad media, y debido a su economía
primordialmente autárquica, apenas hubo circulación monetaria.
La evolución hacia una economía de carácter comercial permitió el
desarrollo de los intercambios, lo que exigió una mayor acuñación de
metales preciosos. Durante los siglos VIII y IX, la circulación monetaria
fue escasa. Los reyes de Asturias y los de León no hicieron acuñaciones
propias y en los condados catalanes se adoptó el sistema monetario
Carolingio basado en la plata. A partir del siglo XI, el desarrollo
económico que se produjo en los reinos cristianos peninsulares, al igual
que ocurrió en toda Europa, permitió un incremento de las actividades
comerciales y la utilización de la moneda como medio de pago comenzó
a ser frecuente.

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TRUEQUE EN LA ÉPOCA FEUDAL

En la antigua sociedad feudal el dinero tenía muy poco lugar en la vida


económica y se trataba de una economía de consumo en la cual cada
villa o aldea se abastecía totalmente. El trueque es un sistema muy
común, y lo seguirá siendo hasta el Renacimiento pleno, cuando la
moneda se vuelva de nuevo de uso corriente y se nacionalice la
acuñación. El trueque es especialmente común en las zonas más
aisladas de Europa, en mercados y ferias de villas y pueblos, en el
mercado comunal de la ciudad, entre particulares de la plebe y en
muchos casos entre artesanos. No había leyes de fijación de precio para
el trueque, así que el sistema se basaba en un regateo continuo, y el
producto propio se trocaba con el que ofrecería la mejor oferta, o el que
trocara el producto necesitado.

Por ello uno de los inconvenientes era que el valor del intercambio no


era equitativo, eran de tanta dificultad que el labriego tenía que buscarse
con quien hacer trueque y suplir su necesidad primaria, por eso se
introdujo el dinero como medio de cambio, era aceptable para todos, se
podía cambiar en cualquier instante y por cualquier cosa. Al
generalizarse el uso del dinero aquello que fuera una transacción simple
se convierte en una transacción doble, gracias a la introducción del
mismo, se ahorraba tiempo y esfuerzo estimulando en gran medida el
comercio.

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LA MONEDA EN LA ÉPOCA DEL MERCANTILISMO
El medio de evaluar patrimonios y ganancias era el dinero. La expirante
Edad Media había adolecido de falta de metales preciosos; al aumentar
el tráfico se habían visto obligados por esa razón a apurar la valiosa
materia. El penique, o dinero, originariamente moneda de plata, se
acuñó cada vez de menor ley, de suerte que al final parecía negro como
un cuervo. Aunque una ciudad se esforzase en efectuar más esmeradas
acuñaciones, empezaba a afluir la moneda extranjera de tal suerte que
la buena desaparecía.

Ante la abundancia de casas de moneda se intentó protegerse frente a


ella mediante Tratados relativos a la moneda, como hizo en el Sur la
Liga monetaria de Rappen o en el Norte la Liga de las ciudades
wéndicas Lübeck, Wismar, Lüneburg y Hamburgo, que acuñaban con
uniformidad e intentaron crear una demarcación más amplia de
circulación monetaria. Pero siguió siendo fatal la codicia de
determinados señores con derecho de acuñación, que procuraron
aprovechar todo lo posible su regalía; así en el siglo XVIII el abad de
Corvey labraba moneda que debía circular por tierras de Hannover y
Hessen. Todavía apeló Federico el Grande a ese medio en la guerra de
los Siete años: su tálero ligero debía circular por todo el Imperio.

Hasta el siglo XVIII la técnica monetaria no permitió fabricar la moneda


divisionaria con igualdad. Se conformaban, si se trataba de una libra,
con pesar 240 piezas, aunque entre ellas las hubiera largas y cortas de
peso; en tal caso, el negociante separaba las más pesadas, o las
cortaba, puesto que también se admitían las más ligera. Éste era el
trabajo de los recortadores (Kipper y Wipper) que a comienzos de la
guerra de los Treinta años agravaron más aún el daño cuando los
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combatientes de Alemania trataron de obtener recursos mediante
acuñaciones baratas.

Desde fines del siglo XV, la opulencia minera de Tirol, Sajonia y


Bohemia había rendido gran copia de plata. En la Edad Media se había
creado una magnitud estable para el comercio exterior mediante la
moneda de oro. Ahora se acuñaron en sustitución de las monedas de
oro grandes piezas de plata, que, aun no siendo tan estables como las
de oro, lo eran, sin embargo, más que las pequeñas. El florín e incluso el
ducado aparecieron entonces como monedas grandes de plata. Especial
aceptación gozó el tálero acuñado en Joachimstal, en Bohemia, que era
propiamente un sustitutivo de las monedas de oro. En el siglo XVI, el
tálero fue declarado moneda imperial de Alemania.

La moneda fraccionaria, que se envileció cada vez más, seguía


sirviendo por lo general de base para la contabilidad. Un intento de llevar
a cabo el sistema monetario de oro, como el efectuado en Francia en el
año 1577, hubo de ser abandonado en el 1602, pues no era bastante
regular la afluencia de dicho metal.

La cantidad de plata procedente del Nuevo Mundo, y que desde España


se difundió por el Occidente en la segunda mitad del siglo XVI, se
exteriorizó en un alza de precios. Bodino fue en 1568 uno de los
primeros que descubrieron esta conexión. Pero el alza de precios no
guardó en modo alguno relación con la que hubo en el aumento de
metales preciosos. Mientras éstos, durante el transcurso del siglo XVI,
crecieron al quíntuplo o séxtuplo, los precios no subieron por término
medio sino al triplo; de suerte que gran parte del arribo de metales
preciosos sirvió para la expansión del tráfico en dinero. Ya en la
contienda monetaria ernestino-albertina de 1530 en Alemania, habían
indicado los sajones albertinos, poseedores de las minas, la importancia
de la moneda estable, mientras los ernestinos llevaban la voz de la
moneda feble, porque esperaban de ella una ventaja frente al
Extranjero. En Inglaterra se decía, en un escrito publicado en el año
1581, que el alza de precios afectaba de manera muy distinta a las
diversas clases sociales; mientras el empresario, aquí un fabricante de
sombreros, hallaba en ello la mayor ventaja, los atenidos a ingresos

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fijos, los rentistas, los que percibían sueldos determinados (los párrocos)
y los obreros se veían obligados a limitar por tal causa el tenor de su
vida.

Las ferias habían permitido liquidar grandes pagos por vía contable
merced a la concentración del tráfico de pagos en sus plazos de
vencimiento. Así sabemos respecto de Lyon en el año 1697 que los
cambistas de la "Loge du Change" liquidaban la mayor parte del tráfico
dinerario. Para pagar de esta manera 20 millones de táleros, sólo había
que entregar 100.000 en metálico. Análogamente informa MARPERGER
que, en Leipzig, y a comienzos del siglo XVIII, con unos pocos rasgos de
pluma, palabras e indicaciones escritas, se despachaban millones en la
semana de pago, y que se prescribió el curso de las letras en una gran
parte de Europa. Igual que a los comerciantes de las ferias hubo de
interesar a los traficantes de las grandes ciudades comerciales el
disponer de un sistema monetario reconocido para liquidar las
obligaciones internacionales. Se trató de lograrlo sustituyendo Bancos
de las ciudades para pagos mayores y especialmente para el de letras
procedentes del Extranjeros. De esa especie se fundaron algunos en
Génova ya el año 1586, separadamente en un principio para
determinadas clases de moneda; en Venecia aparecieron el año 1587.
En el Norte, el Banco fundado en Amsterdam en año 1609 adquirió muy
grande importancia; se convirtió en medio auxiliar esencial de liquidación
del tráfico holandés de mercaderías y en base de la circulación
holandesa de capitales. A ejemplo del Banco de Amsterdam, se fundó
en 1619 el de Hamburgo. Para el fundado en Nürnberg el año 1621 se
tuvieron por modelos a los Bancos venecianos, al "Banco di Rialto",
fundado en 1587, y el "Banco del Giro", que lo fue en 1619.

Los Bancos de las Ciudades otorgaban crédito a las autoridades. El


fondo del Banco del Giro veneciano estuvo formado por antiguas deudas
del Estado que, giradas por el Banco, podían ser empleadas como
medio de pago.

En Alemania, el Banco de Nurenberg no pudo mantener a la larga su


posición a causa de la incautación que sufrió durante la guerra de los
Treinta años. El dinero corriente penetró aquí por completo a fines del
siglo XVII. En el 1696 estableció el propio Banco su valuta en moneda
corriente. Pero en Hamburgo se sostuvo el tálero.
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En un principio, la moneda fraccionaria tuvo curso variable, se envilecía
constantemente en relación con él. 16 chelines hacían un marco de
Lübeck. En 1519-1530 el tálero había valido aún 24 chelines, o sea
marco y medio. En 1560-1580 eran necesarios 24 chelines, es decir, dos
marcos, para cambiar un marco. Hasta 1621 aún siguió derrumbándose
más el valor de la moneda fraccionaria, llegando el tálero a valer 53
chelines. Entonces fijó el Banco el chelín en 1/48 de tálero, de modo que
a partir de aquel momento un tálero equivalió a tres marcos. En realidad,
además de esta moneda bancaria había la corriente, cuyo valor aún
osciló más. Sólo cuando se supo que el Banco había extremado su
crédito pudo trocarse la relación: ello acaeció en Génova cuando hubo
que tocar a los depósitos del Banco por causa de la contribución que
hubo de pagarse a Austria. Cosa análoga sucedió al Banco de
Hamburgo cuando en el decenio del 50 acudiera en auxilio del Estado
con fuertes sumas. A partir de 1780, los préstamos que el Banco de
Amsterdam había hecho a la Compañía de las Indias Orientales y a la
ciudad en la desgraciada guerra contra Inglaterra, pusieron a esta
antigua institución en una situación peligrosa, que en el 1795 condujo a
su desplome, cuando los franceses invadieron el país. Al mismo tiempo,
el Banco de Hamburgo había robustecido su posición merced a la
liquidación de las obligaciones del Estado y la admisión de un sistema
monetario fijo, un tanto determinado de plata fina no acuñada, de suerte
que Hamburgo pudo aparecer como heredero de Amsterdam en el
decenio del 90.

De igual manera que el individuo quería encontrar, de ser posible, al final


del año, un superávit sobre la situación anterior, se concibió a las
economías individuales como un todo y se intentó presentar en forma de
balance su prosperidad o su decadencia. Para ello debían servir de
módulo los datos del comercio exterior, que desde fines del siglo XVII se
consignaban con precisión. Se hablaba de un balance comercial
favorable si la exportación prevalecía sobre la importación, porque este
sobrante había de compensarse con importación de dinero. Era
desfavorable cuando salía del país el dinero, sobre todo a causa de
introducirse manufacturas extranjeras. La abundancia de metales
preciosos en el país, sobre todo en las Cajas del Estado, era entonces
factor esencial del poderío. Sólo entonces podían satisfacerse los

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haberes del Ejército y de la Armada, máxime si guerreaban en el
Extranjero.

Se ha hecho notar acertadamente que cuando los mercantilistas


concedían tanto valor al dinero, no pensaban en la posesión del dinero
como tal; por el contrario, el dinero debía aplicarse a proporcionar
ocupación a trabajo útil; no debía en modo alguno permanecer en las
arcas, sino más bien salir de ellas; había de servir para la circulación y
hallar utilización en calidad de capital.

Las minas tenían evidentemente un papel importante que cumplir en


este particular. Pero ya en los escritos sajones sobre moneda se dice
que ciudades como Colonia, Amberes y Lübeck tenían más útiles de
plata que el propio país del Plata. Era palpable que España no sabía
conservar sus tesoros. Las guerras devoraban más que lo traído por las
flotas, y para importar trigo y madera era forzoso otorgar licencias que
infringían las prohibiciones de exportar metales preciosos.

No hablemos nada del contrabando. Se vio cómo Holanda atraía hacía


sí la plata española y cómo los florines carolinos se apilaban en las
cuevas del Banco de Amsterdam. Se advirtió así en el comercio la
manera más importante de enriquecer a un pueblo. SERRA escribía en
Nápoles en el año 1613 su Tratado sobre las causas que podían llenar a
un reino de oro y plata, aunque no existieran minas. Hallaba que el
número de habitantes de un reino o de una ciudad podía producir tal
plenitud de recursos en dinero. A ello había de añadirse la habilidad de
los hombres como los genoveses, no contentos con los productos de su
patria, que se difundían por todo el mundo.

La navegación y el tráfico mercantil eran las fuentes de ingresos más


importantes de Holanda, que precisamente le había permitido la lucha
contra la prepotente España. Pero no ignoraban en Holanda que el
viento podía utilizarse para algo más que la navegación. Molinos de
viento ayudaban a extraer con bombas el agua de los terrenos situados
a nivel inferior, y cuya desecación permitía conseguir suelos
singularmente fértiles. Los molinos de viento servían para toda clase de

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trabajos. Por todas partes se intentó imitar el modelo holandés. Así
surgieron molinos de viento como signo de influencia holandesa.

También en el Nuevo Mundo caracterizan tales molinos de viento las


estampas de Nueva Amsterdam, fundada en 1626, y que luego se
denominaría Nueva York. Hubo ciertamente Holanda de reconocer en
1654 la Ley de Navegación y renunciar a sus posesiones en el Brasil,
así como abandonar en 1667 Nueva Amsterdam a los ingleses; pero en
la decadencia del 70 todavía logró defenderse contra Francia e
Inglaterra. Ya en el siglo XVIII superó Inglaterra a la escuadra
holandesa.

Desde la paz con España en 1648 iban con regularidad lanas y plata
españolas a Holanda, que se convirtió en el centro del comercio de
metales preciosos. Holanda siguió siendo en el siglo XVIII la mayor
potencia en punto a capital.

Los holandeses practicaban en sus colonias la explotación de


plantaciones. Amsterdam había hecho préstamos a Gustavo Adolfo a
cambio de hierro y cobre suecos, y más tarde al emperador a cambio del
mercurio de Idria. A fines del siglo XVIII se prestaba, no sólo a Rusia,
sino hasta a Polonia. Aquí hallaron su mercado las letras de cambio y
los seguros de todas la plazas.

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MONEDA EN EL CAPITALISMO
Expresión monetaria del valor (del precio) de la fuerza de trabajo
vendida por el obrero asalariado al capitalista. Es un exponente de las
relaciones de explotación a que los capitalistas someten a los obreros.
Después de trabajar cierto tiempo en una empresa, el obrero recibe del
capitalista una determinada suma de dinero en calidad de salario.
Aparentemente, al obrero se le paga todo el trabajo y el salario es el
precio de su trabajo. Pero, como quiera que el trabajo, fuente de todo
valor, no posee valor, tampoco puede tener precio. Lo que se paga en
forma de salario no es toda la jornada, sino únicamente la parte en que
se reproduce lo equivalente al valor de la fuerza de trabajo; durante la
otra parte, no pagada, de la jornada de trabajo, el proletario crea la
plusvalía, de la que se apropie el capitalista. El valor de la fuerza de
trabajo es determinado por el de los medios de vida indispensables para
la subsistencia del obrero y de los miembros de su familia, para la
reproducción de la fuerza de trabajo. En su afán de obtener beneficios,
los capitalistas procuran disminuir el salario por debajo del valor de la
fuerza de trabajo. Esta diferencia entre el valor y el precio de la fuerza
de trabajo constituye una fuente adicional de ganancia capitalista. En la
sociedad capitalista existen dos formas principales de salario: por tiempo
y a destajo. El salario por tiempo se paga con arreglo al tiempo en que
funciona la fuerza de trabajo (hora, día, semana): ofrece al capitalista
amplias posibilidades para aumentar el grado de explotación alargando
la jornada laboral.

En los casos en que los capitalistas acceden a reducir esta jornada


disminuyen correspondientemente el salario y aumentan la intensidad
del trabajo de los obreros. Con el salario a destajo (por piezas) el valor
de la fuerza de trabajo se paga en dependencia de la cantidad y de la
calidad de los artículos elaborados o de las operaciones de producción
ejecutadas. Esta forma de salario disimula en mayor medida que el
salario por tiempo la explotación de los obreros. Aparentemente, el
obrero vende al capitalista los productos de su trabajo. En realidad, sin

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embargo, el capitalista se apropia gratuitamente de parte del nuevo
valor, como plusvalía. En distintos períodos alcanza mayor difusión una
u otra forma salarial, en dependencia de las ventajas que proporcionan a
los capitalistas. En el capitalismo moderno, cuando se emplean en gran
escala novísimas máquinas y dispositivos automáticos, cuando se
borran las diferencias individuales en el trabajo de los obreros, se aplica
cada vez más el tipo de salario por tiempo.

Lo característico de las condiciones actuales estriba en que se


establecen algunos nuevos sistemas de salarios (variantes de las formas
del salario por tiempo y a destajo), tendientes a aumentar más aun la
explotación de los obreros intensificando el trabajo. Lenin caracterizaba
estos sistemas de salario como sistemas ''científicos" de exprimir sudor.
Entre tales sistemas extenuantes de trabajo, los más empleados son el
Taylor (la norma de trabajo se calcula partiendo de la máxima tensión de
fuerzas del obrero), el sistema Helsi (el coeficiente de la remuneración
se establece a tenor de lo que se produce por encima de la norma), el
sistema de la evaluación analítica de los trabajos (se establece una
cantidad de tarifas de salarios mediante una compleja estimación, por
puntos, de los diversos tipos de trabajo), etc. Hay que distinguir entre
salario nominal y salario real. El salario nominal es la suma de dinero
que el obrero, por su fuerza de trabajo, recibe del capitalista.

El salario real es el conjunto de medios de vida y de servicios que el


obrero puede comprar con la remuneración monetaria que percibe. El
nivel del salario real depende del monto del salario nominal y del nivel
de los precios de los bienes y servicios indispensables al obrero y a su
familia, así como de los impuestos que sobre éste gravitan. En el
capitalismo se observa la tendencia a que el salario vaya a la zaga del
valor de la fuerza de trabajo y a que disminuye el nivel del salario real.
Con su lucha (económica y política), los trabajadores se oponen a que
se rebajen los salarios, exigen que se eleven.

Pero bajo el capitalismo incluso sosteniendo una lucha económica


activísima, los obreros sólo pueden lograr, en algunos períodos que los
salarios se aproximen al valor, de la fuerza de trabajo; no pueden
librarse de la explotación capitalista. Esto sólo puede alcanzarse como
resultado de una amplia lucha política de la clase obrera por liquidar el
régimen capitalista y sustituirlo por el socialista.

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MONEDA EN EL SOCIALISMO

Forma de remuneración según el trabajo realizado aplicada en el sector


estatal de la economía socialista, remuneración con que se repone en su
valor la parte fundamental de los gastos de trabajo necesario de quienes
laboran en la esfera de la producción material y de quienes realizan una
labor social útil en la esfera no productiva. La necesidad objetiva de
dicha categoría en la economía socialista se halla condicionada por la
acción de la ley de la distribución con arreglo al trabajo (ver) y por el
hecho de que, bajo el socialismo, se conservan la producción mercantil y
el dinero. A diferencia de lo que ocurre en el régimen capitalista, el
salario en el régimen socialista no se presenta como forma transfigurada
del valor y del precio de la fuerza de trabajo, dado que ésta última, bajo
el socialismo, no es una mercancía.

El salario, bajo el socialismo, expresa relaciones de producción


socialistas y sirve como medida de trabajo y como medida de consumo.
Su magnitud se halla en dependencia de la cantidad y la calidad del
trabajo; caracteriza, por ende, la aportación laboral de cada trabajador.
El perfeccionamiento del Salario constituye uno de las medidas más
importantes para utilizar plenamente el estímulo del interés material,
objetivamente inherente al socialismo (ver Estímulos materiales y
morales del trabajo). Como medida de consumo, el salario sirve de
fuente principal para satisfacer las necesidades materiales culturales de
los obreros y de los empleados. El

Estado socialista fija el nivel de los salarios según un plan, teniendo en


cuenta, en primer lugar, las diferencias entre trabajo calificado y no
calificado, entre trabajo pesado y no pesado. Por otra parte, regulando el
nivel de los salarios se asegura una distribución más racional de las

18
reservas de mano de obra entre las diversas ramas de la economía y las
regiones económicas del país. Se tienen en cuenta las múltiples
condiciones de la remuneración del trabajo a través de un sistema de
tarifas tomadas como base para la organización del salario. En la
economía socialista existen dos formas principales de salario: por obra
realizada y por tiempo. El salario por obra realizada -salario que
depende de lo que el trabajador elabora- puede ser directo, progresivo
con pago de primas, e indirecto por obra realizada. También existe el
salario individual por obra realizada y el colectivo.

Las formas colectivas de salario van ganando en importancia sin cesar,


pues contribuyen a elevar la productividad del trabajo, a mejorar la
calidad de la producción y a formar en los trabajadores el espíritu del
colectivismo, la actitud comunista ante el trabajo. El salario por tiempo
-en este caso el salario depende de la duración del tiempo de trabajo y
de la calificación del trabajador- se subdivide en salario simple por
tiempo y salario por tiempo con pago de premios. Dado que en la
producción se establecen cada día más métodos de mecanización
compleja del trabajo, de producción continua y en cadena, se va
ampliando la esfera en que se aplican salarios por tiempo (sobre todo
con pago de premios). Cuando se planifican los salarios y se controla
cómo se han aplicado, es de enorme transcendencia para la economía
nacional hacer que el incremento de la productividad del trabajo preceda
a la elevación de los salarios, pues esto permite que la producción social
aumente y, en última instancia, que se eleve el bienestar de los
trabajadores.

Para la economía nacional de la U.R.S.S., la regulación de salarios


efectuada con el fin de elevar el salario mínimo y el de muchas
categorías bajas ha sido de gran importancia. Se han eliminado las
diferencias salariales entre los departamentos administrativos fijando
tarifas únicas por ramas de la producción y por profesiones; se ha
regulado la concesión de premios. También en el período de la amplia
edificación del comunismo sigue siendo necesario perfeccionar los
salarios. Durante el período de perspectiva general, el volumen de los
ingresos reales se elevará en más de 3,5 veces por habitante.

Se irá reduciendo sin cesar la diferencia de niveles salariales entre las


categorías de trabajadores de baja remuneración y las de remuneración
elevada. Este hecho, junto con la creciente satisfacción de las
necesidades de los trabajadores a cuenta de los fondos sociales de

19
consumo (ver), creará las premisas del paso a la distribución según las
necesidades.

LA ECONOMÍA DEL TRUEQUE Y EL SOCIALISMO.

Se ha comenzado a hablar y a hacer planes acerca de implementar en


algunas áreas, básicamente rurales, mercados locales basados en el
trueque. A estos mercados, acudirán los campesinos llevando sus
productos, donde los mismos, serán cambiados por una moneda local
que sólo podrá ser usada en estos mercados para la adquisición de
otros bienes.
También, se ha querido asociar esta idea de mercados de trueque al
concepto de socialismo, lo que intentaré demostrar en los siguientes
párrafos es que estos mercados no tienen nada que ver con el
socialismo, por lo menos, es lo que a mí me parece; que el cambio de
una moneda de curso legal por otra de validez local, no le quita carácter
mercantilista al proceso de cambio, que estos mercados de trueque
envuelven problemas difíciles de solventar para su implementación, que
estos mercados de trueque sólo sirven a aquellos que son propietarios
de lo que producen y dejan de lado a aquellos campesinos pobres que
sólo tienen su fuerza de trabajo para vender. 

Esta idea de popularizar el trueque, esto equivale a quitarle el revólver,


lo que sinceramente me parece totalmente errado. Debemos recordar
que en las economías socialistas centralmente planificadas que
existieron, el dinero no desapareció, sin embargo, su existencia no
desmentía el carácter socialista de la producción y la distribución de
bienes y servicios.

20
Por otro lado, en algunos sitios, como las minas en Chile en el siglo 19,
se pagaba a los mineros con fichas que sólo podían ser gastadas en la
tienda perteneciente a la compañía minera.
Allí no se veía el dinero, pero tampoco el socialismo por ningún lado, es
más, la estafa de pagar en fichas a los obreros era la forma de ejecutar
la más inhumana y despiadada explotación del hombre por el hombre. 

El trueque ha sido usado a lo largo de la historia del mundo en


sociedades esclavistas, feudales, capitalistas y socialistas, por lo tanto,
asociarlo por excelencia al socialismo me parece totalmente incorrecto
desde una perspectiva histórica. 
Por otra parte, vamos a ver en que consiste el dinero. En primer lugar,
cualquier cosa que llamemos dinero tiene una función de permitir el
intercambio de bienes y servicios. En segundo término, es una medida
de valor para los bienes y servicios (un pollo vale un puñado de sal, 5
gramos de oro, 10 gramos de plata, etc.). En tercer lugar, permite el
atesoramiento, es decir, se puede guardar para ser usado en el futuro,
permite el ahorro. 

En el caso de los mercados de trueque, el dinero local servirá para el


intercambio y como medida de valor, pero no servirá para atesorar, pues
su tenencia tendrá un interés negativo que hará que pierda valor con el
tiempo, no servirá como medio de ahorro para un futuro. 

La noción de socialismo conlleva para mí la idea de justicia social, de


una distribución igualitaria de la riqueza, y con el perdón de los
ideólogos del trueque venezolano, este mecanismo no asegura lo
anterior para nada. 
Como podemos ver, los mercados de trueque no impiden el
enriquecimiento de algunos, porque el enriquecimiento no está ligado al
dinero estrictamente, a no ser que uno sea un partidario de la escuela
mercantilista, que planteaba que las naciones eran ricas en función de
su capacidad de atesorar metales preciosos.
Esta teoría no le funcionó ni a España, ni a Portugal, que atesoraron
ingentes cantidades de oro y plata para finalmente traspasarlos a las
naciones productoras de bienes de su época, Francia e Inglaterra, que si

21
se enriquecieron por su condición de productores más eficientes. 

El enriquecimiento está en función de la productividad, producir una


mayor cantidad de bienes en un menor tiempo. En nuestro caso, uno de
los agricultores es el doble de productivo que el otro, simplemente por
cuestiones del azar, pero que en la práctica se da. 

MONEDA EN EL COMUNISMO

Hasta aquí la necesaria digresión; ahora entro al meollo del asunto con
base a la obra fundamental de 1859, La contribución a la crítica de la
Economía Política.
En la Contribución… Marx precisa: “La diferencia entre valor de cambio
y precio sólo aparece, por una parte, como un distingo nominal, tal como
dice Adam Smith que el trabajo es el precio real de las mercancías,
mientras que el dinero es su precio nominal.
En lugar de evaluar un quarter de trigo en 30 días de trabajo, se lo
evalúa ahora en una onza de oro, si una onza de oro es el producto de
30 jornadas de trabajo”.

Primera forma: Dinero metálico. Marx parte del supuesto de la


circulación simple de la mercancía, y el dinero como oro, de tal manera
que se maneja indistintamente los términos dinero u oro. Con respecto al
cambio de valor del oro, tiene vigencia la ley de los valores de cambio de
la mercancía en general, como se explicó anteriormente, de tal manera
que los supuestos son:
a) “Si el valor de cambio de las mercancías permanece inalterado, un
aumento general de sus precios en oro sólo es posible si disminuye el
valor de cambio del oro”.
b) “Si el valor de cambio del oro permanece inalterado, un aumento
general de los precios en oro sólo es posible si aumentan los valores de
cambio de todas las mercancías”.
La disminución del valor del oro se da por el aumento de la productividad
-en el mismo tiempo de trabajo se produce más cantidad de oro-, y, por
tanto, de acuerdo al supuesto uno, aumenta el precio de las mercancías;
se incrementa la proporción de oro en relación a ellas. En el supuesto
dos, el aumento del valor de cambio de todas las mercancías se da en el
caso de que disminuya la productividad y entonces se producen menos
mercancías a mayor valor y precio. También hay más oro
22
proporcionalmente que las mercancías. En los dos casos es la
productividad del trabajo el factor determinante.

Marx ve en el oro una mercancía especial que tiene su propio valor


“intrínseco”, “inmanente”, tiene valor porque tiene trabajo: “es el tiempo
de trabajo la medida entre el oro y la mercancía”. Bajo la premisa
anterior “la cantidad de oro requerida para la circulación está
determinada, en primera instancia, por la suma global de los precios de
las mercancías que han de ser realizados”.
De esta afirmación se desprende que “la cantidad de oro requerida para
la circulación de mercancías puede disminuir, a pesar del aumento de
los precios, si la masa de las mercancías hechas circular disminuye en
mayor proporción que el aumento de la suma global de los precios, y
que, a la inversa, la masa de los medios de circulación puede aumentar
cuando disminuye la masa de las mercancías en circulación, pero si la
suma de sus precios aumenta en mayor proporción”.

El dinero es suficiente para adquirir el total de mercancías si una


moneda circula o compra 10 veces. Si aumentan los precios totales de
las mercancías, pero en menor proporción que la velocidad del dinero,
entonces, disminuirá la masa de dinero; o viceversa, si disminuye la
velocidad de la circulación en mayor proporción de lo que disminuye el
precio de la masa de mercancías, aumenta la masa de dinero.
Marx asienta claramente que considerando “supuesta (constante) la
velocidad de la circulación, la masa de los medios de circulación está,
pues, determinada por los precios de las mercancías. Por lo tanto, los
precios no son altos o bajos porque circule más o menos dinero, sino
que circula más o menos dinero porque los precios son altos o bajos.
Ésta es una de las leyes económicas más importante cuya demostración
en detalle mediante la historia de los precios de las mercancías acaso
sea el único mérito de la economía inglesa posricardiana”. Hasta aquí
queda explícito que para Marx la cantidad de oro-dinero
es dependiente de los precios.

23
MODEDAS EN MEXICO
Las características de un objeto para que se moneda no basta con que
cumpla las condiciones de materiales, sino que también debe ser
considerado como tal. Es decir que además del valor intrínseco que
posee, funcione como moneda en la medida en que se trate de una
“convención social”.
Los primeros españoles que llegaron a América en el siglo XVI en
búsqueda de materiales preciosos encontraron que en algunos lugares
de estas tierras los indígenas utilizaban determinados objetos como
moneda, y al confrontar sus necesidades con las creencias que
componían esta nueva realidad dominada por dioses desconocidos para
ellos, entendieron el valor que para los indios tenían estos objetos y
comenzaron a utilizar como moneda mantas de algodón, cacao,
hachuelas de cobre, pluma rellenas en polvo de oro, hierba mate y
ganado, etc. Satisfaciendo las necesidades de españoles e indios y
crean un sistema de intercambio que integro ambos sistemas
monetarios, el cual resulto conveniente a las autoridades españolas,
debido a la escasez del metal en algunas ocasiones o a su interés por
extraerlo de las minas y embarcarlo a España.
La escasez de la moneda metálica en algunas colonias españolas en
América fomentó la supervivencia de algunos elementos del sistema de
intercambio de las culturas prehispánicas, los cuales fueron utilizados
tanto por indígenas como por españoles. En otros casos hizo que
algunos objetos de valor se convirtieran en moneda, como el ganado
vacuno en la cuenca del Río de la Plata.
Tras estos objetos utilizados como moneda en la época colonial se
encuentran raíces de las creencias prehispánicas. Uno de los objetos
que con mayor frecuencia se utilizó como moneda tanto en la época

24
prehispánica como en la época colonial, fueron los granos de cacao, los
cuales después de la época prehispánica siguieron 1439.
El uso de cacao como moneda en la época prehispánica y su
pervivencia en la época colonial siendo utilizados para transacciones de
baja denominación. En la época prehispánica, en el altiplano central de
México, el cacao funcionaba como moneda en los mercados, pero su
funcionamiento como moneda junto con otros usos en la cultura de
Mesoamérica también estaba relacionado con lo sagrado.

EL CACAO EN LA ÉPOCA PREHISPÁNICA


Utilizado este producto, dentro de otros, como una de las principales
monedas en el mundo prehispánico.
Para comenzar con las propiedades del cacao debemos saber que tiene
múltiples usos entre ellos cuenta con un alcaloide que se llama
Theobromina, que es un tipo de estimulante. También es interesante
observar que las condiciones de cultivo del cacao deben ser especiales
para que el árbol sea productivo, y es por ello que al lado del árbol del
cacao se planta otro árbol llamado cacahuanantli, o sea la “madre del
cacao”, el cacao crece bajo la sombra de este árbol protegiéndose del
sol, el frío y el viento. Tres años después el árbol del cacao comienza a
dar sus primeros frutos, se cosecha dos veces al año, una en “tiempos
de San Juan, la más abundante” y la otra en navidad, teniendo una vida
productiva casi de veinte años.
La mejor tierra para cultivarlo se encuentra a veinte grados arriba o
abajo del ecuador, y como se dijo es muy sensible al viento, y cultivarlo
no es nada fácil, ya que los signos de maduración sólo los conocen los
trabajadores experimentados.
Existen diversos tipos de cacao, por lo que el tipo de cacao utilizado
como moneda no queda muy claro. Se ha dicho que como moneda se
utilizaba un tipo de cacao diferente del tlacacáhuatl, el cacao de superior
calidad que se destinaba para preparar la bebida.
Se utilizaban cuatro tipos de cacao en la época colonial, a saber: el
“quauhcacahoatl, la mayor de todas”; el “mecacahoatl, que es de tamaño

25
mediano”; el “xochicacahoatl, es menor” y el “tlalcacahoatl o sea chico,
da el fruto más pequeño”. De cualquier manera, las fuentes no son muy
claras respecto al tipo de cacao que era utilizado como moneda, y si
había tal distinción, lo más seguro es que se utilizara como moneda el
de menor calidad para comer y beber, posiblemente el “quauhcacahoatl”
que además tenía características físicas más apropiadas para el
intercambio.

En la época prehispánica el cacao se plantaba en las grandes huertas


que pertenecían a la nobleza, así la circulación del cacao tenía un
vínculo con esta desde su cultivo. Se sabe que en aquel tiempo sólo
podían tener tierras propias el Tlatloani, los nobles, los guerreros de alto
rango y los mercaderes, en estas tierras se podían plantar árboles de
cacao.
Entre los usos del cacao se encuentran como bebida, alimento, medicina
y moneda, además de ser utilizado de una manera ritual en ceremonias
especiales como la entronización del nuevo Tlatoani. También cuando
los mercaderes llegaban de sus largas travesías los esperaban con
jícaras de cacao, y en las fiestas de la nobleza continuamente se ofrecía
el cacao en bebida.
En cuanto al valor medicinal del cacao, este se consideraba útil para
quemaduras y se consumía unido a otros productos para combatir
diversas enfermedades.
Desde mediados del siglo XIII, los mexicas llegaron al Altiplano Central y
sometieron por las armas a los pueblos vecinos, construyendo un
imperio donde se exigía el pago de tributo en distintos objetos como
mantas de algodón, maíz, frijol, distintas vestimentas, piedras, pieles,
plumas y cacao. A partir del establecimiento del imperio mexica en
buena parte de Mesoamérica se estableció en la meseta central un
sistema de intercambio regulado por la nobleza y conformado por los
tributos, puertos de intercambio y el establecimiento de mercados.
Los comerciantes o pochtecas eran un grupo muy importante dentro de
la organización mexica, ellos tenían tierras propias, su cargo era
26
dinástico y hereditario, y poseían fuero judicial, eran como una especie
de emisarios del Estado. Pomar, cronista del s. XVI, señala a estos
como parte de las “gentes principales”.
Los pochtecas se dedicaban a los intercambios comerciales, y desde la
meseta central de México llegaban hasta provincias lejanas como
Xicalango o Xoconochco, donde obtenían mercancías preciosas que la
meseta no producía. Los pochtecas jugaban un papel muy importante en
el desarrollo del poderío mexica, siempre que había una conquista de
los jefes tenochca iba precedida de una penetración comercial. Algunos
de los mercados a donde llegaban los pochtecas habían sido
establecidos por ellos mismos una vez que junto a los guerreros mexicas
dominaban una población estratégica.
Los pochtecas eran los representantes de la nobleza en el sistema de
intercambio y se encargaban de regular dicho sistema. Algunos de los
conquistadores y cronistas como Hernán Cortés y Antonio de Herrera
hablan sobre el sistema de pesos y medidas del mundo mexica, el cual
estaba relacionado con las dimensiones del cuerpo humano. A su vez el
fraile Vetancurt en el siglo XVII también habla del sistema de medidas:
“había almudes de caña con que se medía; y cordeles para medir en
lugar de vara por brazas”.
Las operaciones mercantiles se regían por un código resumido en la
sentencia in cualli, in yectli, “lo conveniente, lo recto” código que sigue
siendo vigente en algunos mercados del México contemporáneo.
El principal mercado del altiplano era el que se encontraba en Tlatelolco.
La organización de los mercados implicaba rutas de intercambio,
organización de gremios y principios jurídicos. Con relación a los
mercados el jesuita Clavijero en el siglo XVIII expresa: Para impedir,
pues, todo fraude en el comercio, nada, a excepción de los víveres
ordinarios, se podía vender fuera de la plaza del mercado, en el cual
había ... el más bello orden que pueda imaginarse. Allí estaban las
medidas prescritas por los magistrados, los comisarios, que circulaban
incesantemente cuanto allí ocurría, y jueces de comercio encargados de
conocer los litigios de los negociantes, y de castigar los delitos que allí
se cometían.
Los jueces no sólo se encargaban de vigilar el intercambio a partir de la
regulación del sistema de pesos y medidas, sino que también se

27
encargaban de castigar a quien realizaba transacciones con moneda
falcificada.

PERIODO COLONIAL
La historia del peso comenzó con el periodo colonial, poco después de
la conquista, cuando arribó a la Nueva España el virrey Antonio de
Mendoza, el cual traía consigo la encomienda de la Corona Española,
para la creación de la primera casa de moneda de América. De tal
manera que en 1535 es fundada la ceca de México.
A la moneda que se acuñaba, se le denominaba Real de a ocho o peso
duro, contenía 27 gramos y medio de plata, con un grado de pureza
mayor a 900 milésimas, dejando atrás la burda calidad de los primeros
años, cabe señalar que el Real de a ocho se venía utilizando
en España antes de su encuentro con el Nuevo Mundo, pero este
acontecimiento lo marcó tiempo después, como la moneda más
importante del mundo por cerca de 400 años.
El comercio fue el motor de la expansión global del Real de a ocho, su
difusión comenzó con las rutas que partían desde España hacia el
puerto novohispano de Veracruz y desde el puerto de Acapulco
hasta Filipinas y China, a través de los galeones o naos.
Es decir se utilizó en España, en todos sus territorios
y puertos de ultramar.
Cuando comenzó la emancipación de América, los ejércitos
independentistas acuñaron sus propias monedas también. José María
Morelos acuño monedas de cobre por la escasez de plata imperante

28
durante las revueltas, esas monedas eran promesas de pago al
momento que terminara la independencia, es decir, se cambiarían por
monedas de plata; esto supone la primera aparición del dinero
fiduciario en México, las monedas que utilizaban el ejército realista y el
independentista, circularon indistintamente por todo el país, incluso
en Estados Unidos y Centroamérica.

DURANTE LA INDEPENDENCIA

El papel moneda no apareció en México sino hasta el siglo XIX, después


de la Independencia de México, aunque al principio no tuvo una gran
aceptación por parte de la población en general. En un principio no
existía un banco central, sino que los billetes y las monedas eran
emitidos por bancos comerciales, hasta 1925, cuando se creó el Banco
de México.
El Banco de México tiene sus antecedentes en 1822, durante el Imperio
de Agustín de Iturbide, donde se presentó un proyecto para crear una
Institución encargada de emitir billetes que se denotaría "Gran Banco del
Imperio Mexicano" el cual se rechazó, hasta su verdadera fundación 100
años después.

 La moneda mexicana, tanto en metálico como en papel, ha pasado por


una gran diversidad de diseños y montos según las necesidades y
acontecimientos del país. Durante la guerra de Independencia se
expidieron distintas monedas metálicas tanto del bando realista como de
las facciones insurgentes, mientras que en la etapa de la Revolución fue
la expedición de papel moneda lo que predominó, lo cual fue
representativo tanto en el bando Constitucionalista como en el villismo. 

Como resultado de la lucha independentista, se atesoró y exportó la


29
moneda de metales finos produciéndose una escasez generalizada de
medios de pago en la Nueva España, situación que puso a las
autoridades realistas a autorizar el establecimiento de casas de moneda
de carácter provisional cercanas a los reales mineros. En estas casas se
troquelaron monedas en su mayoría hechas de plata, con excepción de
algunas piezas de oro acuñadas en Guadalajara. Desde 1823 a la fecha,
la moneda nacional lleva el escudo nacional en el anverso, con la
leyenda "República Mexicana", mientras que el reverso ha sufrido varias
modificaciones. Hacia 1892 todas las Casas fueron recuperadas para el
gobierno (con excepción de la de Oaxaca) y algunas continuaron su
labor hasta 1905, cuando la caída mundial del precio de la plata obligó al
gobierno de Porfirio Díaz a instrumentar una reforma monetaria de gran
importancia, que disminuyó sensiblemente la acuñación de moneda
hasta que se mantuvo solamente la acuñación de la antigua Casa de
México, primera del Continente Americano y que tiene más de 460 años
de funcionamiento ininterrumpido. 

MONEDA REVOLUCIONARIA

Billete revolucionario del Gobierno Provisional de México, 1914.


La moneda revolucionaria, hace referencia a todos los impresos
con valor fiduciario reconocidos durante el periodo de la Revolución
Mexicana

En 1908, al iniciarse la vigencia del sistema de patrón de oro, la


circulación de monedas se componía casi exclusivamente de monedas
de un peso acuñadas en plata, monedas de oro en denominaciones de
cinco y diez pesos y en un porcentaje mínimo, de denominaciones
fraccionarias.

30
El General Porfirio Díaz, quién fue un liberal, se convirtió en dictador y
ejerció un poder absoluto sobre el país. En marzo de 1908 Díaz
concedió una entrevista a James Creelman, en la que declaró:

Porfirio Díaz

"Hemos conservado la forma de gobierno republicano y democrático;


hemos defendido y mantenido intacto la teoría; pero hemos adoptado en
la administración de los negocios nacionales una política parcial.... He
esperado con paciencia el día en que la República de México esté
preparada para escoger y cambiar sus gobernantes en cada período sin
peligro de guerra, ni daño al crédito y progreso nacionales. Creo que ese
día ha llegado...".

Las declaraciones del presidente Díaz incrementaron la inconformidad


que existía en el país, lo que provocó que las
ideas antirreeleccionistas se popularizaran en mayor grado. Después de
las declaraciones de Porfirio Díaz, Francisco I. Madero publicó el libro La
sucesión presidencial, obra que sirvió para promover una lucha activa
desde los clubes antirreeleccionistas, muy populares en aquellos días.

Las elecciones se llevaron a cabo y coincidieron con las fiestas


del Centenario de la Independencia. Madero se vio obligado a huir a

31
los Estados Unidos y desde San Antonio convocó a la lucha
revolucionaria que estalló el 20 de noviembre de 1910.
La primera etapa de la Revolución fue corta y gracias a ella, Francisco I.
Madero ocupó la presidencia del país mientras que José María Pino
Suárez fue vicepresidente. La poca experiencia política de Madero lo
obligó a apoyarse en los restos del aparato porfirista, quien organizó un
golpe de estado que llevó a Victoriano Huerta a la presidencia
de México. En ese periodo, Madero no cumplió con las reivindicaciones
sociales esperadas y por ello, los caudillos decidieron apoyar
a Venustiano Carranza en contra de Huerta, a quien consideraban un
usurpador.

Billete utilizado en 1914

Al triunfar la Revolución y producirse la caída del régimen porfirista, las


monedas de oro y plata fueron, de manera creciente, exportadas o
atesoradas, en tanto que el billete se empleó con mayor amplitud en los
pagos internos. Para el 30 de junio de 1911 la circulación de piezas
metálicas había disminuido de 147.9 a 118 millones de pesos[4] y los
billetes aumentaron de 92.2 a 116.1 millones.

Con el golpe de estado de Victoriano Huerta, la situación económica del


país se agravó considerablemente, aumentaron las exportaciones de
moneda acuñada en oro y plata, como consecuencia ocurrió una
desmonetización por la fundición de estas piezas.

Tras la derrota de Huerta se produjo el enfrentamiento entre las distintas


facciones del movimiento
revolucionario: villistas, zapatistas, obregonistas y convencionistas. Fue

32
la etapa más larga del movimiento revolucionario y la economía del país
se trastornó de manera profunda. Entre agosto y octubre de 1913 se
redujo considerablemente la moneda circulante, debido a esta
insuficiencia de recursos, el propio Huerta recurrió al sistema bancario
para afrontar gastos de la guerra civil.
Impuso empréstitos forzosos a los bancos de emisión, demeritando las
emisiones metálicas y decretando en enero de 1914 al billete de banco
como moneda legal de admisión obligatoria y de curso forzoso,
prohibiendo a los bancos emisores reembolsar en efectivo su valor en
moneda metálica. Con estas medidas, el 30 de abril de 1914, la
circulación de los billetes aumentó a 221.9 millones de pesos.

En este periodo, el 7 de octubre de 1913, Venustiano Carranza expidió


en Hermosillo, un comunicado, que prohibía la circulación de los billetes
del Banco Nacional de México, los cuales, para entonces, representaban
cerca del 50% de los billetes de banco circulantes; para agosto de 1914,
después de la huida de Huerta, los billetes de banco habían
desaparecido.

Los constitucionalistas triunfaron, Carranza fue asesinado y la lucha se


prolongó hasta la subida a la presidencia de Álvaro Obregón, quien
también fue asesinado. La silla presidencial quedó en manos
de Plutarco Elías Calles, quien gobernó en un relativo clima de paz. En
este periodo la inflación monetaria se agravó. Los bancos privados que
habían funcionado desde el Segundo Imperio hasta el final
del Porfiriato fueron obligados por Huerta a otorgar créditos, lo que tuvo
como consecuencia la expansión de la emisión.
Los capitalistas sacaron su dinero y los que no pudieron mover sus
bienes monetarios los enterraron. A todo ello se sumó la emisión
de billetes fiduciarios que realizaron las distintas facciones
revolucionarias y que el constitucionalismo agrupó. El país experimentó
el resurgimiento de las emisiones particulares acrecentadas con las que
avalaron por cada uno de los líderes revolucionarios, gobiernos
municipales, etcétera. México estaba inundado por piezas sin valor
como los vales, los pedazos de cartón y las señales que el pueblo
denominó bilimbiques . También fueron comunes los tlacos, nombre que
se le daba a las pequeñas piezas de cobre.
33
La existencia de la pluralidad de bancos emisores se extinguió
formalmente al disponerse en la Constitución de 1917, la emisión a favor
de un solo banco, que según ese código, debía controlar el gobierno
federal. Venustiano Carranza, declaró al respecto, el 15 de abril de
1917, lo siguiente:
El Gobierno tiene la conciencia de haber hecho todo lo posible por
sostener el papel infalsificable como moneda circulante, pero
desgraciadamente hubo un gran número de factores y entre ellos
muchos intencionales, que obligaron al Gobierno a volver al régimen de
circulación metálica.

LINEA DEL TIEMPO EN MEXICO

XVI1521
En el mes de agosto es tomada la Ciudad de México-Tenochtitlan. Cortés establece una
casa de fundición en la esquina sur poniente de la plaza principal. Se labran tejos.
Tiempo después, la casa de fundición se trasladará a sus casas en Coyoacán.
Conquista. Es tomada la ciudad de México-Tenochtitlán

Tejos de Oro

34
1535
Fundación de la Casa de Moneda de México por Cédula Real del 11 de mayo. La real
orden viaja a la capital de la Nueva España con la persona del Primer virrey: Don Antonio
de Mendoza. Mediante una renta anual de 500 pesos, la Casa de Moneda se ubica por
primera vez en el terreno hoy ocupado por el Nacional Monte de Piedad.
Antonio de mendoza

Juana de castilla

primera ubicación de cada de moneda

1536
Primeras acuñaciones de la Casa de Moneda. Monedas del tipo Carlos y Juana
Monedas de Carlos y Juana

1562
Se establece la Casa en el terreno ocupado actualmente por el edificio sede del
Gobierno de la Ciudad de México

Casas de cabildo

35
1569
La Casa se traslada a sus nuevas instalaciones a espaldas del Palacio Nacional.
Permanecerá ahí por casi 300 años. Actualmente se encuentra ahí el Museo Nacional de
las Culturas.
Ubicación atrás del Palacio

1572
Para la época de Felipe II los volúmenes crecientes de la producción de plata llevan a la
pérdida de la calidad en las acuñaciones; las monedas sin embargo, continúan
mostrando completa exactitud en peso y contenido de metal fino. Comienzan las
acuñaciones "macuquinas"
Moneda macuquina

XVII

16XX
A principios del siglo XVI, durante el reinado de Felipe III, se comenzaron a fechar las
monedas.

36
Macuquina 8 reales, 1607 Felipe III

1655
Francisco Fernández de la Cueva, duque de Alburquerque y virrey de la Nueva España,
acepta el pago de José Retes para ocupar el oficio de apartador general.

Francisco Fernández de la Cueva Confirmación del oficio del


apartado de oro y plata de Nueva España

1679
Cuatro años después de ser firmada la cédula real respectiva, comienzan las
acuñaciones de oro en la Nueva España.
Macuquina de oro

1696

37
Luego de estar en manos de Teresa Retes, heredera de don José Retes, el oficio de
Apartador pasa a manos del Bachiller Francisco Bernardino de Saldívar

XVIII

1717
Francisco Fagoaga Iragorri rentó la oficina del apartado al administrador nominal. Dicho
despacho tenía la función de separar el oro de la plata en barras que se recibían en la
capital del virreinato.
Macuquina de oro

1732
Incorporación de la Casa de Moneda a la Corona. Real Casa de Moneda de México.
Ampliación y mejora de la obra material. Introducción de maquinaria para la fabricación
de monedas. Acuñación de la moneda columnaria.
Moneda Columnaria

1736
Tras la muerte de Francisco Fagoaga Iragorri en 1736, Manuel de Aldaco y Urbieta se
hace cargo de la administración de los negocios de la casa Fagoaga, entre ellos el de
apartador de plata del cual serían teniente administrador hasta 1770.

1771
Durante el reinado de Carlos III comienza la acuñación de monedas conocidas como “De
busto” por ostentar en el anverso el rostro del monarca.

38
1776
Francisco Manuel Cayetano de Fagoaga y Arozqueta, hijo de Francisco Fagoaga, hereda
el oficio de apartador de plata y la Corona española le otorga el título del Marqués del
Apartado.
Palacio del Marqués del Apartado

1778
Llega a la Nueva España, Gerónimo Antonio Gil como grabador de la Real Casa de
Moneda y tres años más tarde, fundó la escuela de grabado en hueco con el fin de
formar el personal que la ceca requería. 
Por cédula real se ordenó que el apartado se incorporara a las funciones de la Casa de
Moneda para ejercer el control definitivo del proceso de amonedación. Se nombra a José
Ignacio Bartolache como director del Apartado, cargo que ocupa de 1779 a 1783.

1785
Producto del amplio número de aspirantes a su escuela, Gerónimo Gil logra la
autorización de establecer una Academia de Bellas Artes: la de San Carlos. En este año
se expiden los estatutos para la misma.

1790
José Ignacio Apesechea, Apartador General.

39
XIX

1811
La Casa de Moneda de México pierde el monopolio de las acuñaciones de la Nueva
España al autorizarse el establecimiento de casas de moneda llamadas “Provinciales” o
“De necesidad”.
Los grupos insurgentes realizan acuñaciones dentro de los territorios bajo su dominio
militar, sobresaliendo la de 8 reales o conocida como “Sud”. Fabricada en cobre fue
emitida por José María Morelos y Pavón y se convirtió en la primera moneda fiduciaria en
la historia de México. 
La Junta de Zitácuaro circula la primera moneda que ostenta como escudo un águila.
Moneda de Zitácuaro

“Sud” de 8 reales

1821
La Casa de Moneda deja de acuñar a nombre de la Corona
española.

1823
Se hacen las primeras acuñaciones como nación independiente.
Primeras monedas nacionales

1824
Se dictan las primeras reglamentaciones para la Casa de Moneda de la república.
“Resplandor” de 8 reales

40
1829
Luego de una severa crisis producto de la pérdida del monopolio y del establecimiento
del apartado dirigido por Lucas Alamán, el viejo Apartado cierra sus puertas.
Lucas Alamán

1842
Antonio López de Santa Anna ordenó el restablecimiento del
Apartado General de la Nación y la reconstrucción del edificio.

1843
Se inaugura el edificio de Apartado 13 reconstruido por el Arquitecto

1846
El Presidente Mariano Paredes ordena el traslado de la Casa de Moneda al nuevo
edificio del Apartado.
Antigua Casa de Moneda

41
1847
El traslado de la Casa de Moneda al edificio del Apartado se aplaza debido a la toma de
la ciudad de México por parte del ejército norteamericano.

1848
Se retira el ejército invasor y comienza el desmantelamiento de la Casa de Moneda en su
local del Palacio. La vieja maquinaria es destruida.

1850
Inician las labores de la Casa en su nueva ubicación y con maquinaria
moderna. Es operada por una compañía particular.

1857 Se expide un decreto que ordena la acuñación de monedas con la denominación y


ley expresadas según el sistema decimal; la situación política de la república obstaculiza
la aplicación integral de la medida y se realizan acuñaciones esporádicas de moneda
fraccionaria con dicho sistema.

Centavo republicano, cobre.

1864
Durante el II Imperio de Maximiliano se adopta el sistema
decimal llevando a la acuñación de la primera moneda mexicana con denominación de
un peso. De igual forma, se acuñó y circuló moneda menuda o fraccionaria.

1880
Se renueva el equipo industrial de la casa, convirtiéndola totalmente a la tecnología de
vapor.
Máquina de vapor

42
1894
El Gobierno porfirista rescinde el contrato de arrendamiento de la Casa de Moneda y del
Apartado.

1895
Se agregan a la casa terrenos adquiridos por la calle de Arsinas, hoy Bolivia. Quedan
definidos los linderos definitivos.
Se inaugua un nuevo local para el Apartado en el recién terminado patio del Sur.

Nuevos terrenos

1900
Comienza a utilizarse la energía eléctrica en la Casa de Moneda. Paulatinamente y
durante las dos primeras décadas del S. XX la electricidad irá supliendo al vapor como
generador de fuerza motriz.

Adopción energía eléctrica

XX

1905

43
La Reforma Monetaria estableció el valor del peso con relación del oro y el de la plata,
así como contribuyo a consolidar el sistema métrico decimal y a facultar exclusivamente
al Ejecutivo Federal para acuñar moneda.

1907
Tras la supresión del apartado en 1905, finaliza la fabricación del ácido, por lo que para
1907 se desmontaron las cámaras de plomo utilizadas para su elaboración. 
Se instala el nuevo y moderno sistema de moldeo constituido por las rieleras de doble
revólver, inventadas e instaladas por el ingeniero Bartolo Vergara.

1910
Las fiestas del centenario propician la aparición de bellos ejemplares numismáticos; los
grupos levantados en armas realizan acuñaciones propias.
Un peso, “Caballito”

1921
Como parte de los festejos por el primer centenario de la consumación de la
independencia, Obregón ordena la acuñación de una moneda de 50 pesos oro, conocida
como "Centenario".
Centenario

1932
Las diversas fundiciones de la Casa se concentran en la antigua fábrica de ácido
sulfúrico.

44
1950
Comienzan los estudios para la expansión y modernización de la Casa.

1970Se inaugura la Planta de la Calzada Legaría, dedicándose casi exclusivamente a la


acuñación de moneda de cuño corriente.

Legaria

1981
Se crea la fábrica Productora de Cospeles, propiedad de Banco de México.
Posteriormente se convertirá en filial de Casa de Moneda de México.
SLP

1983

Se inaugura la Planta de San Luís Potosí, para reforzar a la Planta de Legaría en la


acuñación de monedas de cuño corriente.

1986
La Casa de Moneda se descentraliza de la Administración Pública Federal,
convirtiéndose en una Entidad con personalidad jurídica y patrimonio propios.
1992
Se cierra definitivamente la Planta del Apartado. Las labores de oro y plata se trasladan a
la planta de Legaría.
Sala de amonedación

45
1998
Comienzan los trabajos para rehabilitar el edificio de Apartado 13 y convertirlo en un
recinto adecuado para la conservación del Patrimonio artístico, histórico y cultural.

1999
Se cierra la Planta de Legaría y las labores de oro y plata se concentran en la de S.L.P.
Las labores de Grabado y fabricación de troqueles se trasladan al edificio del Apartado.

2000
Se abren las salas de exhibición del Museo.
Sala de exhibición

XXI

2005
Las labores de Grabado y fabricación de troqueles se trasladan a la Planta de S.L.P.

2006 Es liquidada la filial Productora de cospeles. El equipamiento original de acuñación


de la planta de S.L.P. es sustituido por maquinaria alemana de última generación. Casa
de Moneda de México vuelve a encargarse directamente de la fabricación de los
cospeles.

2007

Se emprenden grandes obras de remodelación y revitalización del edificio para dotarlo de


nuevas áreas.

46
2015
Se abren al público los nuevos espacios museíticos: la galería numismática, el recinto del
escudo nacional, sala de exposiciones temporales, etc.

CONCLUSIÔN

Durante la evolución del hombre ha ido evolucionando las


formas de pago iniciando por el trueque donde se utilizó una
serie de objetos de metales incluso animales. La moneda fue
evolucionando y ya no eran varios tipos de metales y se dio
específicamente a una sola figura que era de oro o plata, y
en ella se dibujaba a personajes importantes dependiendo
del valor de la moneda ya que las reservas de oro y plata
fueron desapareciendo y se dio a darles a valor mayor al que
reflejaban de bronce o cobre llamado fiduciario que era solo
de dar el valor al pedazo de metal aunque este valiera una
quinta parte es ahí donde nacen los bancos que solo en ellos
se fabricaba las monedas representativas de cada época
cambiando cada año para mejorar el rendimiento de estas
Incluyendo también el papel moneda que era más accesible
de portar y no tener que cargar muchas monedas, la moneda
es una representación de la evolución del hombre pues como
ha ido cambiando empezando con un pedazo de oro o plata,
los avances tecnológicos han hecho que se obtenga distintas
formas de pago incluyendo los pagos electrónicos y las
tarjetas electrónicas donde se tiene el control de cuánto
dinero tiene sin necesidad de portar en efectivo, incluso
compras electrónicas que los productos son llevados hasta el
hogar con tan solo hacer una trasferencia electrónica.

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En un futuro creo que la moneda que conocemos ahora
podría desaparecer y solo se utilizaría el dinero electrónico
como única forma de pago.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
 http//historiasconhistoria.es/2010/06/16monedas

 http/es.wikipedia.org/wiki/moneda

 Banco de México: el billete mexicano, México, D.F.:


landuccieditores,1999.

 Banco de México: la moneda mexicana, México, D.F.


Ediciones Horz&Chapa, 2001.

 http//www.juridicas.unam.mx/publica/libre/rev

 Documento de un simposio de la facultad de economía


de la U.N.A.M. sobre la historia de la moneda.

 “La moneda, independencia y revolución. Libro,


www.vanguardia.com.mx

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