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Juan Daniel Sánchez Velasco

Juan Esteban Molina Cadena

TITULO:
Resocialización y Tratamiento Penitenciario en la Colonia Agrícola de Acacías.

ÁREA:
Derecho Penal.

TEMA:
Tratamiento Penitenciario.

PROBLEMA
¿Qué impacto tiene en la conducta y las condiciones vitales de los reclusos, el

Tratamiento Penitenciario en la Colonia Agrícola de Acacías?

Planteamiento del Problema.


La conducta punible, en razón de la expectativa social, quebranta los preceptos y
valores que la sociedad ha fijado para sí misma, al tiempo que agrede a los miembros
de ella por su relación de pertenencia, de allí se asume que el delito al haber vulnerado
el orden que el Estado en sus pretensiones ha tratado de mantener, merece una
sanción que le ofrezca un parte de seguridad al resto de ciudadanos, así como un
tratamiento propicio para el condenado con miras a su no reinserción.
La pena intramuros aplicada en la mayoría de los casos supone un reto para el aparato
estatal, el cual debe garantizar la prestación del servicio penitenciario con
establecimientos, políticas, personal e implementos adecuados. El INPEC, institución a
la cual se le ha encargado lo anterior (para el caso colombiano), ha sufrido con el
tiempo ciertas alteraciones, acordes a la tecnología, el presupuesto y las necesidades
que la situación ha demandado.
Con esto, se pasó del concepto de reclusorios municipales a grandes complejos
carcelarios en cuestión de décadas. El traslape constitucional, así como la modificación
del Código Penal, fueron puntos de inflexión para el sistema penal acusatorio en los
últimos años, provocando que existiesen más delitos y por consiguiente personas que
los cometiesen, lo cual afectó las cifras de hacinamiento, sin embargo, no debe
desconocerse que la ocurrencia de ambos fue en procura de la defensa de los
derechos fundamentales.
Asimismo, la realidad social que conlleva la acogida de la vida criminal como una
opción de vida, ha sido determinante tanto para los establecimientos carcelarios como
para los individuos que miran de forma escéptica la efectividad de estos.
Dada esta situación, lo que se pretende con el presente trabajo, es exponer y explicar
cuán necesario puede ser el rescate de un concepto del que en el momento solo existe
un ejemplar, y que se remonta a la época de la colonia, el sistema de colonias
agrícolas. Tomando como objeto de estudio el referente de CAMIS-Acacías, se
desarrollarán las nociones de resocialización y dignidad humana en torno a la eventual
aplicación del sistema ya descrito, y con las generalidades que éste implica: proyectos
productivos, prioridad del reo campesino, prevención y terapia, entre otras.
Es pertinente hacer hincapié en las funciones de la pena (tratadas en el artículo 4° del
Código Penal) y que son: prevención general, retribución justa, prevención especial,
reinserción social y protección al condenado; aspiraciones también válidas para el
modelo de colonia agrícola, y que pueden alcanzarse en éste con menos esfuerzo que
en los demás establecimientos, teniendo en cuenta que en el acometimiento de
proyectos productivos, el concepto que se tendrá de éste, dejará de ser un egreso, y
pasará a ser una inversión.

JUSTIFICACIÓN
Los estudios previos respecto a los datos recolectados arrojan un soporte estadístico, a

partir del cual se infiere la correlación que guarda la implementación de

establecimientos alternativos para la ejecución de la pena y la consecuente reinserción

social del individuo, entendiendo a ésta última como aspiración de la anterior.

Siendo así, es relevante que se estudie la incorporación del modelo de establecimiento

carcelario en forma de colonia agrícola, atendiendo por supuesto a las necesidades

que la realidad social demande al momento de la aplicación, así mismo como su

vocación de hacerse extensible a una mayor cantidad de seccionales regionales del

INPEC (institución capacitada para tales fines).

OBJETIVO GENERAL
Analizar cómo por medio del Tratamiento Penitenciario en la Colonia Agrícola de

Acacías se afectan la conducta y las condiciones vitales de los reclusos.


OBJETIVOS ESPECÍFICOS
● Estudiar si la convivencia entre los internos dentro de una cárcel agrícola influye
en el proceso de resocialización de estos.
● Reconocer la importancia de la reincorporación de la población reclusa a la vida
civil, mediante el análisis de la conducta de estos individuos durante y después
del cumplimiento de su condena.
● Analizar el modelo de cárcel abierta y su aporte a la reincorporación de la
población reclusa a la vida civil.
● Determinar la influencia del trato dentro de las colonias agrícolas en la

autoconcepción de dignidad humana del recluso.

METODOLOGÍA
El presente trabajo al tenor de la guía de las pautas proporcionadas por Sampieri, se

matricula en el método cualitativo-mixto toda vez que, aunque datos proporcionados

por el INPEC sobre los delitos que aplican y los reclusos sean pertinentes de analizar

con el fin de dar un marco general de cómo opera el sistema de Colonia Agrícola de

Mínima Seguridad de "Acacias", el documento se centrará en responder qué impacto

tiene el tratamiento penitenciario del condenado en la colonia mencionada, y para ello

por supuesto que el elemento cualitativo será fundamental.

ESTADO DEL ARTE


Introducción.
Este documento que se presenta contiene el estado del arte sobre el tema

“RESOCIALIZACIÓN Y TRATAMIENTO PENITENCIARIO EN LA COLONIA

AGRÍCOLA DE ACACÍAS”, tema que proviene del anteproyecto de la materia “Métodos

y Técnicas de Investigación (Seminario)”. Para construir el estado del arte se plantea la

siguiente pregunta ¿Qué resultados de investigación recientes existen sobre el tema

del impacto en el condenado que tiene el tratamiento penitenciario cuando este cumple

su condena en una cárcel agrícola autosustentable?, la importancia de la pregunta es


que busca esclarecer la percepción y la producción científica del tema en la actualidad,

los sitios y/o motores de búsqueda consultados fueron EBSCO, Google académico y

los repositorios de las distintas instituciones que se citarán más adelante. La búsqueda

se circunscribió a el espacio temporal comprendido entre 2005 y 2020, ello sin perjuicio

que se hiciera 2 referencias anteriores en virtud de su vigencia conceptual aún en la

actualidad. Las palabras clave utilizadas para realizar la búsqueda fueron Política

Criminal, Resocialización (En general y como fin de la pena), Fines de la Pena,

Tratamiento Penitenciario, Prisión Abierta y Política Penitenciaria y se utilizaron dos

criterios de selección, el primero fue que las publicaciones fueran en español y

segundo que su fuente fueran profesionales que tuvieran un contacto con las

instituciones de reclusión y los reclusos, independientemente de su titulación en

derecho o no.

A continuación, se hará una exposición del material encontrado por ejes temáticos, a

saber:

- Realidad penitenciaria.
- Modelos de Prisión y alternativas a las prisiones clásicas.
- Fines de la Pena.
- Política Criminal.

Cabe aclarar que, aunque se quisiera hacer justicia a cada uno de los 51 autores

consultados explicando de a poco como producen conocimiento en sus respectivos

trabajos, lo cierto es que parece haber en cada eje pocas tendencias, además de que

el número de hojas es una limitación, por lo cual se rescatará las que plasman dichas

tendencias de manera clara, y por supuesto se dejarán a todas las referencias que se

consiguieron.
REALIDAD PENITENCIARIA
Lo primero encontrado en este punto es un tendencia a criticar como el modelo

estructural de las prisiones actualmente en su mayoría es un modelo fallido, se

cuestiona fundamentalmente en el punto de la reincidencia, el cual es un fenómeno que

expone mucha información sobre los múltiples factores que dificultan tanto la realidad

de las cárceles, gran parte de la responsabilidad es atribuida en primer lugar a un

populismo punitivo que se traduce que delitos leves que antes no eran considerados

carcelables, hoy sí lo sean, generando hacinamiento, delincuencia, corrupción,

violencia, etc. Sin embargo, la reincidencia va mucho más allá de estos problemas

estructurales, los pospenados (reos que recuperan la libertad) son una población que

siempre ha sido marginada inclusive por el mismo órgano legislativo, de ahí que la

política penitenciaria y criminal en cuanto a tratamiento pospenal no otorgue más allá

de unos beneficios simples que solamente pretenden ser paños de agua frente a los

verdaderos retos que viven estas personas (Ordoñez Cifuentes, 2016) .

Hay documentos que analizan los problemas que se viven día a día en las cárceles del

país, dimensionando yerros graves en el sistema nacional, ejemplo de ello (Molinares

Hassan, Tolosa Morales, & Quintero Ochoa, 2016);

Por ello, prácticas como la tortura física y psicológica, la violencia sexual, las

condiciones de hacinamiento inhumanas, los sistemas penitenciarios sin planificación, la

no diferenciación en centros carcelarios de adultos y menores (detenidos por causas

migratorias y por causas penales) y la negación de una alimentación buena y nutritiva,

recursos judiciales reales, rápidos y accesibles, de atención consular en caso de

requerirla, de agua potable, de servicios de aseo, de horarios de visita, de acceso a


ventilación y luz constituyen faltas estatales que implican responsabilidad a la luz del

Derecho Internacional.

Así mismo se estudian problemas en particular, el más dimensionado es el del

hacinamiento, por ejemplo (Orrego Méndez, 2017) afirma que:

No es difícil identificar que el país asiste a un problema social grave de hacinamiento

carcelario, basta con hacer seguimiento a las notas al respecto en los medios de

comunicación para dar cuenta de esta realidad; no por nada también, las autoridades

encargadas de la política criminal en el país, tienen como uno de los temas centrales de

la agenda acabar con el grave problema de hacinamiento carcelario, al que, entre otros

factores, asocian al populismo punitivo (Comisión Asesora de Política Criminal, 2012, p.

28; Observatorio de Política Criminal, 2017, p. 6), aunque, lo cierto es que la población

se ha sostenido durante los últimos 5 años, en un margen entre 112.000 y 120.000

personas.

De esa dimensión de la problemática es que cabe preguntarse lo que se ha hecho para

apalear esta crisis, ejemplo de ello es (Nieto Castillo, 2014);

“Desde hace algunos años, la única solución que se ha planteado para solucionar el

problema del hacinamiento ha sido la ampliación y construcción de nuevos centros de

reclusión. Por ejemplo en el 2010, el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario Inpec,

dio apertura a 7 centros más de reclusión ubicados en Yopal, Cúcuta, Ibagué, Jamundí,

Acacias, Pedregal y Puerto Triunfo. En este mismo año se anunció la construcción de 6

nuevas cárceles que serían ubicadas en la Costa Atlántica y en el eje cafetero”


Esa es la línea general que se sigue por la academia en cuanto a análisis de la realidad

penitenciaria nacional, lo que es muy pertinente para la investigación pues no es otro

sitio que Colombia su ámbito espacial.

MODELOS DE PRISIÓN Y ALTERNATIVAS A LA PRISIÓN CLÁSICA


El núcleo discursivo de este punto, los modelos de prisión que son distintos a la

concepción clásica y sirven como una alternativa a ella, es claro: La Prisión Abierta. A

continuación, se plasma un extracto de un documento anterior al espacio tentativo de

análisis, pero en tanto reiterativamente es referenciado y lo dicho sobre la Prisión

Abierta parece muchas veces un aporte a lo construido en este documento, el suscrito

investigador no pudo dejar de traerlo a colación:

“La prisión abierta constituye una alternativa a la prisión clásica; es un reto a la misma:

Ante el fracaso resocializador de las cárceles de máxima seguridad, en las que es

prácticamente imposible enseñar a vivir en libertad, apartando totalmente al interno de

la sociedad, se alza la prisión abierta como una institución resocializadora, que aplica un

tratamiento en condiciones de semilibertad; es una nueva modalidad de prisión, un

nuevo planteamiento de la ejecución de la pena privativa de libertad” (Mir Puig, 1985)

Como se puede ver el documento hábilmente expone una dualidad de los

establecimientos de prisión abierta frente al modelo clásico de establecimiento

carcelario, explicando a su vez como este modelo al aplicar un tratamiento diferente

bien puede resultar más útil en la función resocializadora de la pena que la visión

clásica.

Igualmente se encuentra una conceptualización clara del concepto al preguntarse lo

que es, “El establecimiento abierto se caracteriza por la ausencia de precauciones


físicas contra la evasión, así como por un régimen fundado en la disciplina aceptada y

en el sentimiento de responsabilidad del recluso respecto de la comunidad en que vive

(Toro, 2013)”, es a la vez de un concepto, una crítica que es más o menos unánime en

los trabajos citados y otros.

Por supuesto sobre el mencionado contexto se ha escrito en Colombia, se encontró de

plano una propuesta tendiente a ello, a la par que expone un sitio donde se aplica el

mencionado modelo;

“En Colombia solo existe un establecimiento de esta índole y es el que queda ubicado a

tres kilómetros del municipio de Acacias en el departamento del Meta. Mediante un

documento escrito por el doctor Omar Huertas Díaz (2012), llamado “Colonias penales

agrícolas de los siglos XIX y XX como sustitución de la pena de prisión tradicional en

Colombia I”, señala que dicha colonia fue fundada en el año de 1924, mediante la ley

105 de 1924, llamada inicialmente “colonia del oriente”, constituida como de menor

severidad, al tener campamentos abiertos para los condenados. (Pérez Cabrera, Ortiz

Hernández, & Constanza Alvarado, 2017)”

Ella es además útil pues hace una reseña de varias instituciones carcelarias a la par

que hace una reseña de la colonia que servirá como espacio temporal a la hora de

hacer el estudio.

Junto a ese excelente referente nacional igualmente existe una posibilidad de analizar

a la luz del derecho comparado lo desarrollado en otras latitudes, por ejemplo

(Barrachina, 2019) que tiene el objetivo de averiguar las dimensiones que tiene el
hecho de cumplir una condena de prisión en semilibertad, ello en un modelo abierto en

España.

Finalmente hay otro documento relevante a por su desarrollo y aporte al eje temático, y

es el de (León Jiménez, Ruiz Torres, & Serrano Sierra, 2013), documento que expone

lo que es la Política Criminal y las problemáticas de la prisión actual, además de

entenderlo a la luz del cumplimiento de unos determinados fines penales y una función

social respecto a la criminalidad, por lo que perfectamente pudo haberse puesto en

cualquier ítem, pero es útil porque al hablar tanto del modelo actual permite dilucidar

unos retos que frente a la Prisión Abierta igualmente se pueden trabajar,

FINES DE LA PENA
Hay varios paradigmas encontrados en la investigación realizada, no obstante de ello

hay uno que desarrolla mejor este Ítem y guarda mayor concordancia con las demás

citas, pues, a concepto del suscrito investigador, a la vez que hace una proposición

razonable y acorde a derecho y a los fines del trabajo no deja de lado ninguno de los

fines individualmente considerados, y tampoco está contaminado de ninguna

prevalencia entre los mismos pues los trata en igualdad:

“El fin de la pena es el restablecimiento del derecho violado en abstracto, para

restablecer el derecho violado, no para restablecer al hombre. Es así como se

determinan que son fines la pena el de prevención general, retribución justa, prevención

especial, reinserción social y protección al condenado. De esta manera puede

entenderse que las normas jurídicas están respaldadas por una amenaza de sanción y

está dirigida a toda la comunidad, buscándola disuadirla de actuar contrario a derecho y

más bien que sus conductas se ejecuten dentro del ese ordenamiento establecido para
la convivencia en sociedad y esto es lo que se conoce como prevención general. Por

otro lado, la prevención especial, está enfocada en que quien infringió el ordenamiento

juicio, lo vuelva a efectuar, es decir es un método de resocialización. Al igual, la

reinserción social, está directamente relacionado con unos derechos fundamentales de

los condenados, a quienes se les debe mantener el contacto con el mundo exterior, que

las penas no sean tan largas, y que las funciones de los poderes, estén orientados a

que el victimario se convierta en elemento que realice aportes a la sociedad. Por último

y no menos importante, la protección del condenado, hace relación con el amparo de

sus derechos fundamentales, frente a los poderes (públicos-privados), del entorno

(interno-externo), de las diferentes presiones y de las exigencias enmarcadas dentro del

escenario globalizado y frente al ámbito internacional.” (García Alejo, Vargas

Guzmán, Gómez Mosquera, Cerquera Durán, Forero Saavedra, & Ortiz Roldan,

2020)

No obstante el investigador considera el anterior concepto valioso por su amplitud, no

es sensato quitar la mirada al desarrollo del fin de la pena más útil al desarrollo del

proyecto del proyecto, este es el que habla de la Resocialización, “La pena de prisión

está dirigida a la resocialización del sujeto, siendo el tratamiento penitenciario una

pieza clave para su consecución mediante el empleo de un paquete de recursos que

operan en el área educativa y laboral de los sujetos” (Arenas García & Cerezo

Domínguez, 2016)”, no es poca la producción intelectual que desarrolla este fin en esa

dirección, por ejemplo (Huertas Díaz, López Benavides, & Malaver Sandoval, Las

colonias de justicia penal del siglo XIX y XX en lugar de los métodos tradicionales de

encarcelamiento en Colombia., 2012) a la par que lo estudia en el ámbito nacional,

ofrece un análisis de la funcionalidad práctica de los centros de reclusión y como los


mismos en determinadas ocasiones se adaptan para conseguir el fin de la pena de la

resocialización.

Igualmente hay quienes le dan un enfoque de la resocialización sin perder de vista el

proceso posterior (Matthews, 2011), estableciendo lo benéfico que es posterior al

cumplimiento de la pena el tener una educación y formación en las instituciones

carcelarias, pues permite a los reos salir y tener una posibilidad de emplearse

disminuye la reincidencia. En ese orden de ideas permite plantear sí el cumplimiento de

la pena en una cárcel donde en serio se brinde un soporte educativo puede, a la par de

hacerlos ver mejor socialmente a la hora de conseguir empleo, brindarles experiencia

para tomar una labor u oficio al cumplir su condena.

POLÍTICA CRIMINAL
Finalmente se investigó lo escrito sobre Política Criminal, y este punto es sin dudas

donde más ensayos críticos al respecto existen, pues casi que se parte de la

concepción de que las mismas están mal enfocadas, independientemente del contexto

donde se analice.

Por supuesto, lo anterior o primero que se estudió fue el análisis histórico de como la

política criminal ha evolucionado, al respecto de ello se nota un interés investigativo en

determinar con claridad el desarrollo de la política carcelaria colombiana, exponiendo

los esfuerzos legislativos que se han hecho para conseguir unas condiciones más

dignas para los reclusos (Mayorga Ulloa, 2015), así mismo se ha investigado sobre en

qué función tradicionalmente han pensado los legisladores colombianos, sobre lo cual

naturalmente se edifican sus propuestas, afirmando al respecto que Colombia “ centra

su funcionalidad penitenciaria y carcelaria a través de la “tesis Foucultiana”, la cual,


hace un repaso de las condiciones del cuerpo del individuo en prisión, la cárcel como

panóptico, el poder y la disciplina al interior de las penitenciarías (Sáenz Rodríguez,

2015)”, de tal suerte que se plantea el impacto que ha tenido el planteamiento teórico

del pensador Foucault en la configuración del sistema carcelario colombiano.

Igualmente se ha encontrado que existen definiciones claras de los problemas de la

política criminal colombiana, se tiene por ejemplo a (Meza García, 2019):

Para desarrollar esta jurisprudencia, la Corte constitucional se asesoró de una comisión

que sintetizó a través de un informe, las problemáticas comunes al sistema

penitenciario. Entre otras recomendaciones que expone la Corte en la sentencia T-762

de 2015, la comisión asesora insiste que en el escenario actual de la política criminal

colombiana se encuentra permeado por la debilidad institucional, lo cual en palabras de

la comisión, entorpece el objetivo de construir una política criminal coherente y estable.

Esos problemas se concatenan con los escenarios de oportunidades socio-laborales

para los que, algunos afirman, debe ir dirigida la mentada política, pues la política

criminal y penitenciaria en Colombia debe aportar en gran medida al objetivo

resocializador (Álvarez Rojas & Micahán Ruiz, 2018); este papel de la resocialización

como objetivo de la política criminal es igualmente relacionado con uno de los extremos

de la política criminal contemporánea, en tanto esta busca cambiar los conceptos

clásicos de la pena como el castigo, buscando un fin resocializador o de readaptarse a

su sociedad; “lo cual se puede expresar en tres formas muy amplias de tratamiento:

tratamiento en medio institucional, tratamiento en medio semi-institucional, tratamiento

extra-institucional o en libertad (Malaver Castañeda, 2014)”.


Finalmente también se encuentra que en la producción científica igualmente se tiene en

cuenta el papel de la política criminal aunado a un fin de la pena igualmente importante,

el de la función Preventiva de la Sanción Penal (Guzmán González & Rodríguez Serpa,

2008):

“Tradicionalmente en nuestro país, la política criminal se ha entendido como el

conjunto de herramientas utilizadas por el Estado para prevenir y reprimir la

criminalidad. Así mismo, se ha afirmado que la política criminal es el poder de definir los

procesos criminales dentro de la sociedad y por tanto de dirigir y organizar el sistema

social con relación a la cuestión criminal.”

Esos serían las conclusiones de lo investigado respecto este Ítem.

REFLEXIÓN: LA VIGENCIA DEL PENSAMIENTO DE MICHEL FOUCAULT


En las páginas anteriores el análisis se centró en lo encontrado respecto de cada uno

de los ítems mencionados al inicio, pero en aras de establecer con claridad en qué

sintonía están pensando aun hoy en día los estudiosos de las ciencias criminológicas

es menester mencionar a la teoría del castigo y la prisión del autor Michel Foucault

(Foucault, 2003), se encontró referenciado de manera reiterativa por varios de los

autores consultados, ya sea para hablar de forma general sobre su concepto y

aplicación, por ejemplo (Añaños Bedriñana, Fernández Sánchez, & Llopis LLáce,

APROXIMACIÓN A LOS CONTEXTOS EN PRISIÓN. UNA PERSPECTIVA

SOCIOEDUCATIVA, 2013), como para comentarlo en función del contexto colombiano,

véase por ejemplo (Sáenz Rodríguez, 2015) y (Huertas Díaz, Política criminal del

Estado colombiano y los derechos de las personas privadas de la libertad: Análisis

legislativo y jurisprudencial Corte Constitucional, 2013). Ello denota una trascendencia


importante de la teoría del mencionado autor, y lo vigente que sigue siendo aún en el

siglo 21, esta percepción es importante porque permite a la hora de elaborar un escrito

critico darse una idea de las ideas que son imperantes, y en tanto no se puede hacer

una crítica sin conocer de fondo lo que se va a objetar, es bueno tener en cuenta esos

grandes paradigmas que aún están presentes.

MARCO TEÓRICO: TEORÍAS SOCIOLÓGICAS Y CRIMINOLÓGICAS DEL


TRATAMIENTO PENITENCIARIO.

La ejecución punitiva se retrotrae a espacios de contención no resueltos como la familia


o el instituto, cuyos modelos foucaultianos (entendidos como panopticismo social) se
replican religiosamente desnaturalizando lo idiosincrático en favor del etiquetamiento
sistémico. Las relaciones de poder allí convenidas sustentan un cuerpo normativo
propio de sociedades disciplinares, las cuales contemplan sanciones para el
comportamiento desviado, sobre éste último recae la categorización gradual propuesta
por Lemert en cuanto a desviaciones primaria y secundaria; Lamnek 1 sintetizaría a la
primera como aquella que obedece a los modos de comportamiento que no están
orientados por normas sociales conocidas o existentes (o que se desvían
definitivamente de ellas), e indica que la restante se relaciona con el comportamiento
desviado primario bajo la orientación de las reacciones sociales.

En contraste, Baratta2 sostiene que la desviación primaria se remite a un contexto de


factores socioculturales y psicológicos cuyo foco se desentiende de la psiquis del
individuo, atributo que sí se acentúa en la secundaria, en donde destacan la
incriminación y la pena como medios para reorganizar la actitud que el infractor tiene
para sí mismo. En este contexto, la crítica del autor al labelling approach (teoría del
etiquetamiento) radica en los paradigmas de causa y control, y su aparente

1 LAMNEK, Siegfried. Teorías de la criminalidad: una confrontación crítica, trad. I. del Carril. Ciudad de
México: Siglo XXI. 2009.
2 BARATTA, Alessandro. Criminología Crítica y Crítica del Derecho Penal. México: Siglo XXI, 1990. p. 80
incompatibilidad entre sí. Agrega éste 3, que para considerar a un comportamiento
desviado como tal e imputársele a un autor, se requiere en últimas de una determinada
reacción social ante un incumplimiento normativo (variante de la anomia) que no se
agota en la basicidad de la causa/efecto, al plantearse que cualquiera en diferente
proporción ha cometido una conducta desviada que de no trascender al reproche social
se agotaría como meramente transgresora. Por otra parte, la imposición de la etiqueta
implica detenerse en la formulación y aplicación de las reglas (criminalizaciones
primaria y secundaria, respectivamente) para efectos de no postergar el estigma, que
ha sido creado de manera conveniente para que el aparato punitivo actúe sobre un
mismo grupo sin atender a excepciones.

Concierne al etiquetamiento (en particular a sus autores interaccionistas) una función


preventiva que traslada el objeto de estudio del hombre delincuente al sistema penal,
siendo este último precisamente el que impone el estigma al hallarse compelido por
una empresa moral que monopoliza el discurso criminal. Así las cosas, la desviación
primaria corresponde a la criminalidad homónima y la identificación del potencial
delincuente, teniéndose que no toda conducta transgresora suscita indignación y por
consiguiente se aplica la selectividad penal, de la cual se desprenden procesos de
naturaleza positiva que Silva 4 identifica como comportamientos delictivos y
discriminación de sujetos para atribuirles los anteriores (a quienes define como
divergentes).

Asimismo, la selectividad en su aplicación comprende tres etapas diferenciadas que


para el autor5 son la vigilancia policial y criminalística, el juzgamiento mediante
operadores judiciales y, la ejecución punitiva (que comprende tanto a jueces
especializados como al personal penitenciario). No se pretende relacionar respecto de
alguno de los anteriores conclusiones de abolicionismo o de derecho penal mínimo
(aunque en términos de criminología crítica resulte deseable), sino rescatar del
labelling approach su crítica a la acción punitiva (permitiendo la identificación de
tratamientos alternativos que confronten la estigmatización mediante el replanteamiento

3 Ibídem. p. 95
4 SILVA GARCÍA, Germán. Criminología: Teoría sociológica del delito. Bogotá: ILAE. 2011. p. 115
5 Ibídem. p. 141
de las normas, prácticas y símbolos relacionados con quien se tiene por delincuente); y
de la crítica al etiquetamiento o, criminología crítica per se, sus apreciaciones respecto
de los modelos alternativos de juicio y prisionización, así como de la resocialización y la
reincidencia.

El cambio de enfoque de etiquetados a etiquetadores implica un relevo criminológico de


micro a macro reforzado por la función simbólica del aparato punitivo dentro de la
narrativa histórico-materialista, en este ámbito puede surgir como crítica que “toda
terapia y toda rehabilitación es una conspiración capitalista para lavar el cerebro a las
víctimas inocentes de ese mismo sistema”,6 teniéndose por hipócrita el intento de
deshacer la etiqueta después de impuesta.

Resocializar al excluido con relación a una realidad estigmatizante requiere de terapia


comunitaria adicional a la individual, y aunque su integración sea difusa se torna
necesaria para excluir del discurso un sentimiento de prisionización perpetuo para el
que es, fue o será recluido. Pese a ello, el tratamiento penitenciario no da un aval de
adecuados reintegro y reeducación, cuando el mismo prefijo re- sugiere que en un
momento concreto se dejó de pertenecer a un grupo, en este orden la socialización a
secas, entendida como una aspiración de semi-libertad y la inclusión de elementos que
se creían ajenos al entorno carcelario recae exclusivamente sobre el individuo
adaptable (o si se quiere reinsertable), el que estadísticamente no representa una cifra
considerable dentro del tratamiento penitenciaria.

La rehabilitación no debería acabar hasta tanto no resulte exitosa, y tal ejecución


punitiva arbitraria resulta inadmisible, no por esto se concibe como un nuevo fracaso
institucional, se tiene también que cada individuo supone un proceso diferenciable
desde la intersubjetividad y tal pluralidad resulta inviable en la práctica, por lo que
apostar a un modelo común aunque su naturaleza pueda ser excluyente en algún
grado es el único punto de partida para los sistemas terapéuticos.

6 QUINNEY, Richard. Class, state and crime: On the theory and practice of criminal justice. Nueva York:
David Mc Key. 1977. Citado por: SANCHA MATA, Víctor y GARCIA GARCÍA, Julián. Tratamiento
Psicológico-Penitenciario. Revista Papeles del Psicólogo, vol. 30. 1987.
La autodeterminación del penado es incompatible con cualquier intento de reinserción,
el tratamiento debe ser facultativo pues una socialización impuesta incumple sus
premisas deontológicas (desaprender una serie de valores para aprehender otros que
por decisiones propias se prefirieron). Al respecto, hay que tener en cuenta que la
palabra “reinserción” para Kaufmann7 debe representar un proceso de introducción del
individuo en la sociedad y los operadores penitenciarios que inician con la condena
deben procurar un proceso de rehabilitación de los contactos sociales del recluso con
el fin de atenuar los efectos negativos que conlleva la pena

Asegurar que el tratamiento penitenciario en prisión abierta tiene potencial


homogeneizador equivale a negar que “la introducción de modernas técnicas
psicoterapéuticas, educativas, y de parciales trasformaciones de la estructura
organizativa de la cárcel, no ha cambiado en forma decisiva la naturaleza y la función
de los institutos de detención de nuestra sociedad”. 8 No obstante, la socialización
facultativa en centros de prisión abierta como espacios terapéuticos coincide con los
fines punitivo (aunque en definitiva solo comprenda un establecimiento de mínima
seguridad no admisible para un grupo poblacional demasiado extenso) así como se
adecúa a la eliminación de la etiqueta, labor más que compleja para un establecimiento
murado, cuyo valor arquitectónico restringe las expectativas del recluso en cuanto a su
rehabilitación (término importado de las ciencias médicas) y su conexión con la terapia
comunitaria.

Entre más próximo esté el penado del grupo social que le impuso su etiqueta, será
asimilable una suerte de simbiosis comunitaria, en donde los operadores carcelarios
estén prestos a modelos experimentales propios de la psicología penitenciaria. Aquel
que entiende que pudiendo huir se abstiene y lo acepta, está en condiciones de no solo
pertenecer a una prisión abierta y atribuirse semi-libertad sino que también esperar de
sí mismo una transformación paulatina facilitada por una oportuna prestación estatal.
En este orden, la prisión abierta “es tanto o más penosa que la prisión tradicional. Es

7 KAUFMANN, Hilde. Criminología: Ejecución Penal y Terapia Social. Buenos Aires, Argentina. Editorial
Depalma. 1979, pp. 119-129
8 BARATTA, Alessandro. Observaciones sobre las funciones de la cárcel en la producción de las
relaciones sociales de desigualdad. Revista Nuevo Foro Penal. ed. 12. núm 15. pp. 737-749. 1982.
fácil comprobar una mayor frustración y lucha interior en hombres que tienen la libertad
9
a su alcance y no se sirven de ella compelidos por su conciencia moral”

Respecto del desarrollo punitivo en la prisión abierta y su relación con la comunidad


terapéutica se tiene que “sólo un análisis radical de los mecanismos y de las funciones
reales del sistema penal […] puede permitir una estrategia autónoma y alternativa en el
sector del control social de la desviación, esto es, una política criminal de las clases
actualmente subalternas”.10

PAPEL Y UTILIDAD DE LAS TEORÍAS ESCOGIDAS EN EL PROYECTO.


La realización del presente anteproyecto tiene como objeto de estudio la Colonia
Agrícola de Acacias – Meta, y concretamente su área de Resocialización y Tratamiento
Penitenciario (así como lo relacionado al cumplimiento de los fines de la pena), para lo
cual se requieren precedentes teóricos que justifiquen, expongan, diseñen y desarrollen
acordes a una metodología la exposición y el análisis de resultados y conclusiones
pretendidos, cumpliéndose los objetivos de la producción del documento.

Ahora bien, la escogencia de las anteriores teorías no resulta arbitraria para el caso
concreto pues enriquecen de manera dialéctica y expositiva el presente marco,
planteando el ejercicio punitivo desde los elementos criminológicos y sociológicos
transversales de Resocialización y Tratamiento Penitenciario, y en el contexto de
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