Los lóbulos pulmonares son las secciones bien definidas en las que se
encuentran divididos los pulmones, demarcados por una serie de pliegues en la membrana que cubre estos órganos. Un lóbulo se refiere a la parte saliente y redondeada de un órgano, la cual marca una clara división o extensión de este, y que puede ser determinado sin el uso de un microscopio. Un lóbulo marca la división de un órgano mediante un pliegue o hendidura de su superficie. Los pulmones son dos de los órganos de la anatomía humana (y de otros mamíferos) que se encuentran divididos por lóbulos. Estos lóbulos permiten dividir a los pulmones en secciones, lo cual a nivel científico y médico facilita su estudio y comprensión, mientras que a nivel del cuerpo humano, permiten la extensión de estos en la respiración.
Los pulmones en los humanos pertenecen al aparato respiratorio y se
encuentran ubicados en la caja torácica. Estos se encuentran clasificados en dos; el pulmón izquierdo y el pulmón derecho, divididos ambos en lóbulos.
Ambos pulmones presentan algunas diferencias entre si, aunque ambos
realicen la misma función. El pulmón izquierdo es ligeramente más pequeño, con el fin de dar espacio al corazón, y ambos se encuentren divididos por los denominados lóbulos pulmonares.
Éstos lóbulos dividen a los pulmones en dos y tres secciones. El pulmón
derecho, el cual es de mayor tamaño, posee tres lóbulos: superior, medio e inferior. Mientras que el pulmón izquierdo, de menor tamaño, posee dos lóbulos: inferior y superior. Además, los lóbulos pulmonares se dividen a su vez en segmentos broncopulmonares.
Los pulmones se encuentran cubiertos por una membrana llamada pleura,
compuesta por tejido conjuntivo, la cual evita que los pulmones rocen directamente con la pared interna de la caja torácica.
La tráquea está tapizada por una mucosa respiratoria y se apoya en cartílago
Por debajo de la laringe, la vía respiratoria continúa por la tráquea hasta introducirse en la cavidad torácica, donde se divide en dos bronquios principales, uno para cada pulmón. La tráquea es una estructura tubular de unos 10 cm de longitud y de 2 a 3 cm de diámetro que resulta rápida y no colapsable mediante un número de anillos circulares incompletos de cartílago, normalmente de 15 a 20, que ocupan del 70 al 80% de su circunferencia. Solo una estrecha tira de la pared traqueal posterior carece de cartílago; aquí, el hueco existente entre los extremos de cada anillo cartilaginoso está cubierto por un ligamento fibrocolagenoso denso rico en fibras elásticas y haces de músculo liso (músculo traqueal), que permite cierta constricción de la luz traqueal. El ligamento que une las dos terminaciones cartilaginosas previene la dilatación (fig. 10.10a).
El tapizado interno es un epitelio cilíndrico ciliado seudoestratificado que contiene
células caliciformes dispersas. Las glándulas subepiteliales seromucosas son particularmente numerosas en la banda posterior desprovista de cartílago (fig.10.10b). La tráquea se bifurca en dos bronquios principales, que son los tubos de mayor calibre del árbol bronquial. Los bronquios principales son extrapulmonares y entran en cada pulmón junto con las arterias pulmonares por el hilio pulmonar. Se dividen entonces en bronquios lobulares, cada uno de los cuales alcanza cada uno de los lóbulos del pulmón izquierdo (bronquio del lóbulo superior izquierdo y bronquio del lóbulo inferior) y cada uno de los tres lóbulos del pulmón derecho (bronquio del lóbulo superior derecho, bronquio del lóbulo medio y bronquio del lóbulo inferior). Cada uno de los cinco bronquios lobulares se divide en un número variable de bronquios segmentarios que llevan aire a cada uno de los segmentos broncopulmonares, donde los bronquios se dividen en un número todavía mayor de generaciones, que terminan finalmente en los bronquíolos. A lo largo de su curso, los bronquios poseen una estructura similar a la de la tráquea (fig. 10.11), pero hay ciertas variaciones. La estructura básica comprende: • Un epitelio cilíndrico ciliado seudoestratificado. • Un tejido fibrocolagenoso subepitelial que contiene cantidades variables de glándulas seromucosas. • Cantidades variables de músculo liso, con fibras elásticas dispuestas en bandas longitudinales. • Cantidades variables de anillos cartilaginosos parciales.
Distintos tipos celulares forman el revestimiento epitelial del árbol bronquial
El árbol bronquial está tapizado por un epitelio cilíndrico ciliado que es seudoestratificado en los bronquios más grandes y se hace menos complejo en las ramas periféricas más pequeñas. El epitelio contiene células cilíndricas ciliadas, células basales, células intermedias, células caliciformes secretoras de moco y células neuroendocrinas (fig. 10.12). Las células ciliadas son células cilíndricas en la mayor parte del árbol bronquial, pero son más cortas y casi cúbicas en las ramas más periféricas. Poseen un núcleo basal, y lisosomas y numerosas mitocondrias en su citoplasma supranuclear. La superficie luminal de cada célula tiene aproximadamente 200 cilios y algunas microvellosidades, teniendo cada cilio una longitud de unos 6 μm. Las células basales se sitúan en la membrana basal y son células pequeñas que no están en contacto con la luz. Pueden proliferar y diferenciarse en las distintas células respiratorias durante la reparación de las heridas. Estudios recientes han identificado también poblaciones de células madre pulmonares humanas positivas con c-kit, que forman nidos en nichos de las vías respiratorias distales. Estas células tienen potencial de autorrenovación y son clonogénicas y multipotenciales in vitro. Se necesitan más investigaciones para demostrar su capacidad para regenerar el tejido pulmonar lesionado, algo que resulta devastador para un gran número de pacientes con lesiones pulmonares. Las células caliciformes están dispersas entre las células ciliadas y son más numerosas en los bronquios principales y lobulares, siendo menos comunes en las ramas más pequeñas. Su número aumenta en algunas enfermedades respiratorias crónicas. Las células neuroendocrinas son pequeñas células redondas con núcleos teñidos de color oscuro y un citoplasma claro, similar a las que se ven en el tubo digestivo (v. fig. 11.41), y se localizan sobre la membrana basal. Están dispersas a lo largo de todo el árbol traqueobronquial, pero son más numerosas en los bronquios más delgados. Las células neuroendocrinas poseen prolongaciones citoplásmicas y contienen gránulos neuroendocrinos característicos. Segregan hormonas y péptidos activos, incluyendo la bombesina y la serotonina, y son más numerosas en el pulmón fetal; pueden dispersarse por la lámina basal del epitelio superficial o congregarse en pequeños grumos (fig. 10.13b).
Stevens y Lowe. Histología humana
CUARTA EDICIÓN James S. Lowe, BMedSci, BMBS, DM, FRCPath Professor of Neuropathology University of Nottingham Medical School Nottingham, UK Peter G. Anderson, DVM, PhD Professor of Molecular and Cellular Pathology Director of Pathology Undergraduate Education Department of Pathology The University of Alabama at Birmingham Birmingham, Alabama, USA
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