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¿Qué son los lóbulos

pulmonares?
Por
 Manuel Alvarado

www.lifeder.com › Anatomía y fisiología

Los lóbulos pulmonares son las secciones bien definidas en las que se


encuentran divididos los pulmones, demarcados por una serie de pliegues
en la membrana que cubre estos órganos.
Un lóbulo se refiere a la parte saliente y redondeada de un órgano, la cual
marca una clara división o extensión de este, y que puede ser determinado
sin el uso de un microscopio. Un lóbulo marca la división de un órgano
mediante un pliegue o hendidura de su superficie.
Los pulmones son dos de los órganos de la anatomía humana (y de otros
mamíferos) que se encuentran divididos por lóbulos. Estos lóbulos permiten
dividir a los pulmones en secciones, lo cual a nivel científico y médico
facilita su estudio y comprensión, mientras que a nivel del cuerpo humano,
permiten la extensión de estos en la respiración.

Los pulmones en los humanos pertenecen al aparato respiratorio y se


encuentran ubicados en la caja torácica. Estos se encuentran clasificados
en dos; el pulmón izquierdo  y el pulmón derecho, divididos ambos en
lóbulos.

Ambos pulmones presentan algunas diferencias entre si, aunque ambos


realicen la misma función. El pulmón izquierdo  es ligeramente más
pequeño, con el fin de dar espacio al corazón, y ambos se encuentren
divididos por los denominados lóbulos pulmonares.

Éstos lóbulos dividen a los pulmones en dos y tres secciones. El pulmón


derecho, el cual es de mayor tamaño, posee tres
lóbulos: superior, medio e  inferior. Mientras que el pulmón izquierdo, de
menor tamaño, posee dos lóbulos: inferior y superior. Además, los lóbulos
pulmonares  se dividen a su vez en segmentos broncopulmonares.

Los pulmones se encuentran cubiertos por una membrana llamada pleura,


compuesta por tejido conjuntivo, la cual evita que los pulmones rocen
directamente con la pared interna de la caja torácica.

La tráquea está tapizada por una mucosa respiratoria y se apoya en cartílago


Por debajo de la laringe, la vía respiratoria continúa por la tráquea hasta
introducirse en la cavidad torácica, donde se divide en dos bronquios principales,
uno para cada pulmón.
La tráquea es una estructura tubular de unos 10 cm de longitud y de 2 a 3 cm de
diámetro que resulta rápida y no colapsable mediante un número de anillos
circulares incompletos de cartílago, normalmente de 15 a 20, que ocupan del 70 al
80% de su circunferencia. Solo una estrecha tira de la pared traqueal posterior
carece de cartílago; aquí, el hueco existente entre los extremos de cada anillo
cartilaginoso está cubierto por un ligamento fibrocolagenoso denso rico en fibras
elásticas y haces de músculo liso (músculo traqueal), que permite cierta
constricción de la luz traqueal. El ligamento que une las dos terminaciones
cartilaginosas previene la dilatación (fig. 10.10a).

El tapizado interno es un epitelio cilíndrico ciliado seudoestratificado que contiene


células caliciformes dispersas. Las glándulas subepiteliales seromucosas son
particularmente numerosas en la banda posterior desprovista de cartílago
(fig.10.10b).
La tráquea se bifurca en dos bronquios principales, que son los tubos de mayor
calibre del árbol bronquial.
Los bronquios principales son extrapulmonares y entran en cada pulmón junto
con las arterias pulmonares por el hilio pulmonar. Se dividen entonces en
bronquios lobulares, cada uno de los cuales alcanza cada uno de los lóbulos del
pulmón izquierdo (bronquio del lóbulo superior izquierdo y bronquio del
lóbulo inferior) y cada uno de los tres lóbulos del pulmón derecho (bronquio del
lóbulo superior derecho, bronquio del lóbulo medio y bronquio del lóbulo
inferior).
Cada uno de los cinco bronquios lobulares se divide en un número variable de
bronquios segmentarios que llevan aire a cada uno de los segmentos
broncopulmonares, donde los bronquios se dividen en un número todavía mayor
de generaciones, que terminan finalmente en los bronquíolos.
A lo largo de su curso, los bronquios poseen una estructura similar a la de la
tráquea (fig. 10.11), pero hay ciertas variaciones.
La estructura básica comprende:
• Un epitelio cilíndrico ciliado seudoestratificado.
• Un tejido fibrocolagenoso subepitelial que contiene cantidades variables de
glándulas seromucosas.
• Cantidades variables de músculo liso, con fibras elásticas dispuestas en bandas
longitudinales.
• Cantidades variables de anillos cartilaginosos parciales.

Distintos tipos celulares forman el revestimiento epitelial del árbol bronquial


El árbol bronquial está tapizado por un epitelio cilíndrico ciliado que es
seudoestratificado en los bronquios más grandes y se hace menos complejo en
las ramas periféricas más pequeñas. El epitelio contiene células cilíndricas
ciliadas, células basales, células intermedias, células caliciformes secretoras de
moco y células neuroendocrinas (fig. 10.12).
Las células ciliadas son células cilíndricas en la mayor parte del árbol bronquial,
pero son más cortas y casi cúbicas en las ramas más periféricas. Poseen un
núcleo basal, y lisosomas y numerosas mitocondrias en su citoplasma
supranuclear. La superficie luminal de cada célula tiene aproximadamente 200
cilios y algunas microvellosidades, teniendo cada cilio una longitud de unos 6 μm.
Las células basales se sitúan en la membrana basal y son células pequeñas que
no están en contacto con la luz. Pueden proliferar y diferenciarse en las distintas
células respiratorias durante la reparación de las heridas. Estudios recientes han
identificado también poblaciones de células madre pulmonares humanas positivas
con c-kit, que forman nidos en nichos de las vías respiratorias distales. Estas
células tienen potencial de autorrenovación y son clonogénicas y multipotenciales
in vitro. Se necesitan más investigaciones para demostrar su capacidad para
regenerar el tejido pulmonar lesionado, algo que resulta devastador para un gran
número de pacientes con lesiones pulmonares. Las células caliciformes están
dispersas entre las células ciliadas y son más numerosas en los bronquios
principales y lobulares, siendo menos comunes en las ramas más pequeñas. Su
número aumenta en algunas enfermedades respiratorias crónicas.
Las células neuroendocrinas son pequeñas células redondas con núcleos
teñidos de color oscuro y un citoplasma claro, similar a las que se ven en el tubo
digestivo (v. fig. 11.41), y se localizan sobre la membrana basal. Están dispersas a
lo largo de todo el árbol traqueobronquial, pero son más numerosas en los
bronquios más delgados. Las células neuroendocrinas poseen prolongaciones
citoplásmicas y contienen gránulos neuroendocrinos característicos. Segregan
hormonas y péptidos activos, incluyendo la bombesina y la serotonina, y son más
numerosas en el pulmón fetal; pueden dispersarse por la lámina basal del epitelio
superficial o congregarse en pequeños grumos (fig. 10.13b).

Stevens y Lowe. Histología humana


CUARTA EDICIÓN
James S. Lowe, BMedSci, BMBS, DM, FRCPath
Professor of Neuropathology
University of Nottingham Medical School
Nottingham, UK
Peter G. Anderson, DVM, PhD
Professor of Molecular and Cellular Pathology
Director of Pathology Undergraduate Education
Department of Pathology
The University of Alabama at Birmingham
Birmingham, Alabama, USA

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