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Las sanciones de la fe o los autos de fe, conjunta a la red de funcionarios y ministros del
Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición, comenzó a desarrollarse el 2 de febrero de
1614, con un número de treinta reos aproximadamente. Esta “Santa adquisición” se
complacía de la adopción positiva de las prácticas de los autos de fe en los escenarios
públicos, los cuales buscaban la intimidación de la población, para la no repetición bajo
castigos y lecciones que se debían brindar para mantener el orden y el ejemplo en la
población.
En los primeros 50 años de estas sanciones de fe, fueron las más activas en los registros de
cosas juzgadas, pero luego de este periodo con a paración de la Ilustración y la expansión
económica en el siglo de las luces, estas prácticas quedaban cada días más relegadas.
En Cartagena de Indias, estas prácticas por parte del Tribunal, fueron disueltas en el marco
de la Independencia y de forma definitiva en el año 1820.
Prácticas médicas subalternas : Durante los siglos XVI y XVII, los españoles castigaban
a los pueblos de aborígenes en primer lugar por la idolatría, la cuál persistió por la
resistencia de los pueblos indígenas, y en segundo lugar por el saqueo continúo de las
riquezas naturales de estás comunidades, las cuales fueron despojadas de su territorio de
cultivos y demás que pronto fueron transformados en edificaciones eclesiásticas.
Luego, del saqueo el ojo de los españoles, se posaron sobre las prácticas ancestrales
relacionadas con la curación, la enfermedad, y la muerte, que pronto los clérigos
nombraron como hechicería y yerbatería.
Por parte, de los conflictos por parte de la tensión y la cosmovisión, el mundo de los
nativos empezó a sufrir diferentes variaciones, que con la disolución de algunas culturas
indígenas y mestizajes, el chamanismo, se fragmenta en prácticas transculturales como:
hechicería, yerbatería, curanderismo y medicina tradicional.
Para el siglo XVII, algunos pueblos indígenas, conservaban estas prácticas ancestrales,
como la curación por medio de prácticas mágicas, hierbas, el tabaco, las aspersiones, y la
sobandería.
Los indígenas que mantenían estas prácticas habituales, dadas por el saber ancestral, pronto
fueron sancionados por la compleja diferencia que mantenía lo que los españoles
consideraban como medicina, y lo que los aborígenes hacían. Es necesario contemplar que
las prácticas ancestrales continuaban, dado que estas comunidades no tenían la posibilidad
o en su conocimiento la medicina española, así que al verse afectados utilizaban lo que
conocían para su mejora, por lo que fueron castigados de manera física y por imposición
como queda demostrados en el ejemplos de cosa juzgada como el juicio seguido en la
ciudad de 'bague contra Constanza, Catalina y Juan, indios del repartimiento de Cayma, por
hierbatería y hechicería"
Castigos para unos y escarmiento para todos: a causa de las prácticas usadas por parte
de Costanza, los castigos para quienes