LUZ ARCE

. El Infierno

PLANETA
 AGRADECIMIENTOS

En Alemania y Austria:
A Jan Philipp Reemtsma
A Hamburguer Stiftung Zur Forderung Von Wissenschaft Und Kultur
A Erick y Rcné
A Elke Mühlleitner y Johannes Reichmayr

En Chile:
A la Orden de Predicadores de la Provincia San Lorenzo Mártir
A Pedro Alejandro Matta Lemoine
A Lautaro Videla y su esposa
A mi hijo Juan Manuel
A Mili Rodríguez y Carlos Orellana

Especialmente deseo agradecer a Cristián Asmüssen C. o.p, José Luis de Miguel

o.p, y Félix Fernández R. o .p, y .a· todos los mencionados, porque con sus
©Luz Arce.
enseñanzas, apoyo y afecto hicieron posible que este libro sea una realidad .
Inscripción Na 87.574 (1993)
Derechos exclusivos de edición en castellano
reservados para todo el mundo
©Editorial Planeta Chilena S.A.
Olivares 1229, 4u piso, Santiago (Chile)
© Grupo Editorial Planeta

ISBN 956-247-100-4

En la portada: Dibujo al acrílico

de Guillemo Núñez
Diseño de José Bórquez
Diseño de interiores: Patricio Andrade
Composición: Andros

Primera edición: noviembre 1993

Impreso en Chile por

Antártica

Ninguna parte de esta incluido el diseño de la cubierta, puede ser reproduci-

da, almacenada
uím ' , .o transmitida
, . en manera alguna ni por ningún medio, ya sea e1'ec tneo,
·
q 1co, mecamco, ophco, de grabación o de fotocopia, sin permiso previo del editor.
 A JuAN MANUEL, mi esposo, quien con su amor
sigue ayudándome a buscar
más allá de mi historia

A los que ya no están ...

'
 SUMARIO

Prólogo, 15
Palabras preliminares, 19

PRIMERA PARTE

1 Primeras vivencias, 23/ En el "GAP'', 25/ Militante socialista, 28/ CEA

(Grupos especiales de apoyo), 29

2 11 de septiembre de 1973, 34

3 La clandestinidad, 42/ La opción personal, 431 Contacto en Av. Italia, 451

Labores partidarias, 471 Ricardo Ruz Zañartu, 49

4 En el Cuartel Yucatán, 53

5 Tejas Verdes, 59

6 Hospital Militar (Hosmil), 65/ Otros detenidos en el "Hosmil", 69/

Conversación con el Subdirector, 73/ El capellán y la eucaristía, 75

7 Pesadilla en el baño, 771 Rodolfo, soldado de la Fuerza Aérea, 79/ Fin de

la primera detención, 81

8 Libertad vigilada, 83

9 Segunda detención, 901 Mi abuelo, 931 Careo con el soldado Rodolfo, 991
En la torre de Villa Grimaldi, 102

10 Devuelta a Yucatán, 106/ RicardoLawrenceMires, 109/ La colaboración,

112/ Cada vez más lejos, 121

11 Pesadillas, 124/ Marcelo Moren Brito, 1271 Otra vez a Yucatán, 1291 Un
compañero de partido, 1391 Mario Aguilera Salazar, 131

12 Otro lugar de detención, 134/ Ustedes luz, yo seré sombra, 136/ Osvaldo
Romo, 141/ Cuatro Alamos, 145/ El no-nacido, 146
 SEGUNDA PARTE
1 Cuartel Ollagüe, 151
2 Traidora y puta, 160/ Palmira Almuna Guzmán la "Pepa", 164/ El
teniente "Pablo", 165
3 Enferma del pulmón, 1691 Reflexiones en Ollagüe, 1701 Hambre de pan,
172/ Encuentro con mi familia, 1 Personal femenino en Ollagüe, 173
4 Lumi Videla Moya, 176/ Sergio Pérez Molina, 182
5 El día que murió Miguel, 184/ Intento de suicidio de Alejandra, 186/ El
capitán Ferrer, alias Max Lenou, 187
6 El cuartel Terranova-Villa Grimaldi, 191/ Otro regalo de Navidad, 194/
Navidad 1974,195/ Año Nuevo en Terranova, 196/ Sumario, 201
7 Mi hijo y los Tribunales de Menores,202/ La creación del grupo vampiro,
202/ Rolf Wenderoth Pozo, 204
8 Un compañero: "Joci", 212/ Bill Beausire Alonso, 213/ Hugo Martínez,
alias El''Tano",214/ Los ocho de Valparaíso, 216/ Cae Lautaro Videla,
218/ El sobrino de Marcelo Moren, 2191 La conferencia de prensa, 2191
La casita junto a la torre, 220
9 El viaje del mayor Wenderoth, 222/ La muerte del general Bonilla, 224/
Detención de Alfredo Rojas, 224/ La señora Delia, 226/ Ariel Mancilla,
2271 Viaje de Pedro Espinoza, 228
10 La 230/ Leonardo Schneider, alias "El Barba", 235
11 Funcionaria de la DINA, 236/ Fuga de "Marcos", 2371 Detención de
Ricardo Lagos, Excquiel Ponce y Carlos Lorca, 238/ En las Torres de San
Borja, 238/ Los "119", 240/ Un incidente con Fuentes Morrison, 241/
Enfrentamiento en Malloco, 241
12 Navidad en Terranova, 246/ Patricio, 2471 Hasbún y Contreras, 251/
Testimonio ante Naciones Unidas, 251
13 Analista del Departamento de Inteligencia, 253/ Edgardo Enríquez
Espinoza, 2551 Reunión de la OEA en Chile, 2561 Carmelo Soria, 2561 La
DIN A tras hechos delictuales,2571 Encuentro de mi hijo con su padre,258
14 Escuela Nacional de Inteligencia, 261
15 Período posterior a la ENI, 270/ La "Chatty", subteniente de Ejército,
271/ Identidad Uruguaya, 272/ Cambio de DINA a CNI, 274
16 El coronel Contreras, 276
17 Ascenso de Contrcras a general, 281 1 Contrcras es reemplazado, 284/
Michael Townley, 2851 Despedida en la casa del general, 2871 Incidente
con el coronel Pantoja, 2881 Renuncia de Wenderoth,289 1 Intermedio en
San Antonio, 292
18 La CNI investiga a laDINA, 294/ Otra entrevista con Pantoja, 294/ El
coronel Suau, 296/ Sumario e incidente con el coronel Concha, 298
TERCERA PARTE
1 En la Unidad de Computación de la CNI, 303/ Tranquilidad e inestabili-
dad, 305/ Petición de renuncia, 310/ Las piezas de una identidad, 313
2 Operación Celeste,316/ Un incidente en el"Munchen", 319/ En "Lo de
Dolly", 320/ Visitas de Chile, 322/ Viaje a Santiago, 325/ De vuelta en
Montevideo, 3271 Regreso a Chile, 328/ Muerte de Ricardo Ruz, 329
3 Encuentro con Juan Manuel, 332/ De nuevo a la clandestinidad, 335/
Pesares y alegrías de familia, 3351 La conversión y el padre Gerardo, 3371
El padre José Luis, 340
4 Declaración ante la Comisión y Reconciliación", 342/ Carlos
Fresno, 346/ Encuentro con Erika y Viviana, 348
5 En Europa, 352/ Por sobre todo, cristiana, 352/ Del odio y el reen-
cuentro, 353/ La señora Gloria Olivares, 354/ Policía d: Investigaciones
de Chile, 356
6 En cortes y juzgados, 358/ Careo con Rolf Wenderoth Pozo, 3591 Careos
con Gerardo Urrich y Manuel Carevic, 361/ Basclay Zapata, alias "El
Troglo", 363/ Fernando Lauriani, 365
7 Miguel KrassnoffMartchenko,369 /Careo con Marcelo Moren Brito, 3701
Careo con Ricardo Lawrence Mires, 372/ Otras diligencias, 373
8 María Alicia, alias "Carola", Alejandra y Luz,375 1 La señora Dobra Lusic
Nadal, 378/ No he trabajado para mí solo, 378/ De la esclavitud y la
libertad, 3791 ¿Cómo odiar al que mañana puede ser mi hermano? 381
9 El puño de acero, 386
lndice Onomástico, 389
 PROLOGO

¿.Cuál es el precio de la verdad? ¿Hasta dónde tiene que llegar el

hombre en su búsqueda? ¿Tiene alguien derecho a patentar la ver-
dad? ¿Tenemos derecho a silenciar hechos horrorosos que, por des-
conocidos, puedan un día repetirse? ¿Quién puede estimar el dolor
de tantas otras personas, todavía a la espera de información sobre sus
seres queridos desaparecidos, para quienes no hay respuesta?
En las páginas que siguen, su autora, Luz Arce, vierte la que ha
sido su verdad, la verdad de su experiencia de infierno durante los
largos años tenebrosos de su vida, y de la historia de Chile, coinci-
dentes, en gran parte, con el período dictatorial del general Augusto
Pinochet.
El libro está escrito con un lenguaje realista y directo, que no
descarta el término "fuerte" ni el relato detallado, desgarrador -hasta
causar estremecimiento- de las violaciones, crueldades,
opresiones, humillaciones y manipulaciones de todo tipo, de las que
la autora fue víctima o testigo. A veces la obra alcanza cuotas de un
gran lirismo poético, revelador de lo más noble de los sentimientos y
del alma humana.
Luz Arce escribe en primera persona. Es "su" historia. Una parte
importante de su vida. Y lo hace sin ocultamientos. Sin miedo. Sin
odio ni ansia de revanchismo alguno. Diciendo toda la verdad, "su"
verdad, sin buscar dividendos personales.
El Infierno es una confesión que busca, además, conversión,
catarsis, reconciliación, triunfo de la verdad. La verdad al desnudo,
incluso en aquellos casos en que la verdad duele. O es vergonzante.
O peligrosa, sobre todo para quien la vivió y la escribe.
Habrá, sin duda, personas que seguirán considerando esta his-
toria, que sobrepasa a sus protagonistas para a}canzar niveles nacio-
nales, como ciencia-ficción, tremendista, politizada, partidista, etc. Son
los mismos que siempre se negaron a creer que, bajo el régimen mi-
litar, pudiera pasar algo pareeido.

15
 La autora ha soportado interminables horas de interrogatorios y p ra que creci ra 1 perdón, absoluto, gratuito, cristiano para quienes
careos ante los tribunales, a veces con algunas de las personas que fueron sus victimadores. Y la solicitud de perdón a quienes ella, a su
coprotagonizaron con ella los episodios del libro. Ello explica que vez, causó dolor.
haya podido llegar al "despojo" que hace de sí misma, hasta mostrar, Necesitaba más. Necesitaba sentar un nuevo precedente, a partir
en su necesidad de verter "toda" la verdad, aspectos de su vida íntima, de su experiencia de infierno, para que nunca más se vuelva a repetir
sin excluir aquellos poco edificantes. esta historia tenebrosa. Para que se conserve el recuerdo, aunque sea
Si bien afinado en estos últimos años, El Infierno debe su ges- doloroso, de los métodos de opresión y de muerte que descoyuntaron
tación a un período anterior, en el que la autora necesitaba relatar, a la convivencia y los valores nacionales. Para no sólo señalar, sino
modo de catarsis personal, su experiencia durar1te la dictadura, para andar el camino -verdadera "Vía Dolorosa"- que desde la des-unión
poder perdonar y perdonarse, no en términos generales o sobre ex- lleva a la reconciliación y a la paz. Para que, una vez más, el triunfo
periencias ajenas, sino a partir de su propia vivencia, única e esté del lado de la verdad sobre la que construir un futuro más digno
inalienable. Para entonces, ya había tenido lo que ella llama su para el hombre: "no puedo evitar sentir que debemos a las futuras
"reencuentro" con el Señor. Encuentro decisivo para el futuro de Luz generaciones mínimo una explicación coherente y veraz de lo ocurri-
y, me a decir, la y de la presente do".
obra. Segun ella constatana, en el Senor, en sv.s ra1ces, se reencontró
Santiago, 1 de enero de 1993.
con el sentido de la vida, también de "su" vida; con el sentido del do-
lor redentor -"el dolor, dice, hace hermanos a los sobrevivientes"-;
}OSÉ LUIS DE MIGUEL, O.P.
con lo que significaría ser libre de verdad. Esa libertad personal y
para los demás, que la había obsesionado durante toda su vida, estuvo
paradójicamente ausente de ella por mucho tiempo.
Pero el dolor, la cruz, tiene, como apunta Pedro Casaldáliga,
dos lados: el de los crucificados y el de los crucificadores; el de los
torturados y el de los torturadores. Hay que saberla leer por los dos
lados. Sólo los crucificados, los torturados, pueden hacer que la cruz
sea redentora y liberadora. Ellos, mejor que nadie, entienden de cruz.
Por el lado de lós crucificadores y torturadores, por su parte, toda
cruz es inicua, maldita. La cruz no exime de responsabilidad a los
soldados; pero es sobre todo a los Herodes y a los Pilatos de turno a
quienes enjuicia ...
La libertad, por su parte, tiene un precio. Un precio elevado.
"Ser libre", dice Luz y lo dice con toda su vida, "tiene costos, pero
también la alegría de saber que sólo un ser libre puede amar, por lo
menos intentarlo".
Durante estos años de "fondeo" y lucha interior, Luz Arce
llegó a descubrir, no sin sorpresas, que lo que su corazón anhelaba
por encima de todo era ser libre. Libre para poder amar y encontrarle
sentido a la propia existencia. Largos silencios -forzados, violentos y
amargos, de animal agazapado ante la persecución y el peligro, los
unos; y otros, buscados en la soledad fecunda y en la quietud del
encuentro con el Señor- ofrecieron a su alma el tempero propicio

16 17
 PALABRAS PRELIMINARES

"Alegría, encontré tu cabellera escandalosa"

PABLO NERUDA

Me llamo Luz Arce. Me ha costado mucho recuperar este nombre.

Existe sobre mí una suerte de "leyenda negra", una historia impreci-
sa, elaborada al tenor de una realidad de horror, humillación y vio-
lencia.
No todo lo que se ha dicho sobre mí es verdad, y en eso ha sido
determinante el no haber estado aquí. El haber callado.
En el pasado ni siquiera yo pensé que alguna vez daría este
paso. Ahora sé que no basta que entregue mi verdad. A ella debe
sumarse el testimonio de otros, para que en el futuro se puedan es-
tablecer los hechos con rigor y exactitud. Pero no vqlví a Chile para
defenderme, y no cambiaré mi actitud: siento que es parte del "pre-
cio" -derivado de. acciones propias y de otros- que hace mucho en-
tendí que debo pagar para vivir en mi patria.
No estoy hablando de justicia o injusticia. Ni siquiera de perdón.
He dicho que pido perdón, pero no lo espero. Sí confío que en el
fondo de cada ser, más allá de las cuestiones personales, hay un lugar
donde radica la verdad. Confío en la responsabilidad de cada uno
para enfrentar la propia historia. Yo lo intento, y esas otras historias
que entrelazadas con la mía hacen que hoy Luz Arce no sea nadie
confiable para afirmar su verdad; espero que algún día puedan con-
verger, no para validar mi palabra, que eso no es lo más importante,
sino para poder con dignidad reconstruir un tr¡¡mo doloroso de nuestra
memoria.
Durante años he debido vencer muchos temores para llegar a
escribir estas páginas. Aquí hay una verdad que duele, y yo me he
esforzado por no transformarla en un cuchillo. Este relato no es bello
ni divertido. He tratado sin dejar de decir, de salvaguardar a terceros
implicados e incluso a miembros de la DINA-CNI que no jugaron un
rol represivo. Esas opciones son las que establecen la línea divisoria
entre quienes desean hacer de la defensa de los derechos de las per-
sonas un objetivo importante en sus vidas y quienes no. Incorporar

19
esta defensa a la cotidianeidad no es nada fácil. ¡Qué complicado
resulta a veces dar coherencia a la propia vida!
Si hay algo importante que he podido rescatar, porque lo he
vivido en carne propia, es que no se puede luchar por los derechos de
las personas arrasando con los derechos de las personas. Sin embar-
go, en estas páginas se tocan aspectos de la vida privada de alguna
gente, porque, de otra manera, no se podría hacer comprensible esta
historia.
Trato de ser honesta. Por eso, aunque duele, debo decir que no
sólo la DINA me privó de mis derechos. Me costó años llegar a digerir Primera Parte
algunas cosas. Colaboré con la DINA -bajo presión-, formé parte de
ese organismo y logré renunciar en 1979. Mi proceso personal me
llevó a declarar ante la Comisión Nacional "Verdad y Reconciliación"
en 1990; luego, en enero de 1991, viajé a Europa, desde donde decidí
volver para presentarme ante los tribunales. Llegué a Chile el 16 de
enero de 1992 y hoy, a veinte años del golpe militar, entrego este
libro. A diferencia de mis acciones del pasado, estas últimas han sido
voluntarias y parte de una búsqueda del camino que me alejara del
infierno.
Desgraciadamente, mi aporte ante la Comisión "Verdad y Re-
conciliación" fue limitado. No porque así lo quisiera, sino porque
simplemente no sabía más. No sé dónde están los detenidos-des-
aparecidos. Hubiera querido saberlo ...
No se me puede acusar por no saber más de lo que sé. Sí por
haber colaborado. Por haber sido funcionaria de la DINA. Por haber
necesitado tantos ai1os para decidirme a llegar a los tribunales.

20
esta defensa a la cotidianeidad no es nada fácil. ¡Qué complicado
resulta a veces dar coherencia a la propia vida!
Si hay algo importante que he podido rescatar, porque lo he
vivido en carne propia, es que no se puede luchar por los derechos de
las personas arrasando con los derechos de las personas. Sin embar-
go, en estas páginas se tocan aspectos de la vida privada de alguna
gente, porque, de otra manera, no se podría hacer comprensible esta
historia.
Trato de ser honesta. Por eso, aunque duele, debo decir que no
sólo la DINA me privó de mis derechos. Me costó años llegar a digerir Primera Parte
algunas cosas. Colaboré con la DINA -bajo presión-, formé parte de
ese organismo y logré renunciar en 1979. Mi proceso personal me
llevó a declarar ante la Comisión Nacional "Verdad y Reconciliación"
en 1990; luego, en enero de 1991, viajé a Europa, desde donde decidí
volver para presentarme ante los tribunales. Llegué a Chile el 16 de
enero de 1992 y hoy, a veinte años del golpe militar, entrego este
libro. A diferencia de mis acciones del pasado, estas últimas han sido
voluntarias y parte de una búsqueda del camino que me alejara del
infierno.
Desgraciadamente, mi aporte ante la Comisión "Verdad y Re-
conciliación" fue limitado. No porque así lo quisiera, sino porque
simplemente no sabía más. No sé dónde están los detenidos-des-
aparecidos. Hubiera querido saberlo ...
No se me puede acusar por no saber más de lo que sé. Sí por
haber colaborado. Por haber sido funcionaria de la DINA. Por haber
necesitado tantos años para decidirme a 11egar a los tribunales.

20
 1

PRIMERAS VIVENCIAS

Mlr r atrás me causa tristeza, y no me refiero tan sólo al período en

1 DINA, porque antes de eso también hubo limitaciones, carencias y
olor. Lo más nítido al volver la mirada hacia el pasado es un sen-
timiento de soledad. Desde siempre hubiera dado cualquier cosa por
un sonrisa, por una amiga, por un amigo, por una caricia, por un te
qui ero.
Lo curioso es que pude haber disfrutado de ello, sobre todo en
1 ámbito de la práctica deportiva, pero siempre tuve miedo de las
personas, aunque fueran de mi edad. Por alguna razón que aún
(
desconozco, desde niña asumí la actitud de estar bien, de tener claro
lo que quería y necesitaba, aunque no fuera cierto. Jamás habría
aceptado que precisaba afecto. Me refugié en una distancia que con el
tiempo disfracé de fuerza, de agresividad.
Fui la típica hija mayor de una familia de clase media baja,
tímida, y de quien se espera que sea todo aquello que no fueron sus
padres. Y yo, quería ser cualquier cosa, no tenía muy claro qué, pero
sí sabía que fuese lo que fuese, quería ser lo más diferente posible de
quienes me rodeaban.
Culpabilizada desde siempre, esa situación me causó muchos
conflictos. mi hambre de afecto. No sé qué pasó, ni cómo
ocurrió con exactitud, pero crecí tan al margen de todo. Cada día
descubría que aun lo más simple y casero que parecía tan natural a
los otros niños, para mí era lejano, desconocido, hostil. Crucé con
desconfianza y temor la infancia, la adolescencia y la juventud mi-
rando, escuchando, tratando de averiguar lo que no entendía. Fui
creciendo y terminé por aceptar sólo las propias respuestas. Cada
cosa que me propuse la logré. Nunca me importó el esfuerzo que
tuviera que invertir.
Quería que pasaran rápido los años para vivir sola. No podía

23
 darme cuenta entonces que era una adolescente inestable e insegura.
Los síntomas de ello los asumí como una diferencia: algo raro había
en mí, y lo viví como una cosa mala.
Al llegar a la Universidad, mi pasión pasaba en esos días por el
atletismo, con el fanatismo característico de toda mi vida, acentuado
por la práctica deportiva. Ahí conocí al que fue mi primer marido.
Nos casamos en 1967. Ambos trabajábamos y al nacer nuestro .hijo,
Rafael, prácticamente habíamos terminado de construir una casa que,
aunque pequeña, era mi orgullo.
Desde una óptica tradicional, éramos una pareja con "el mundo
por delante". Sin embargo, a poco de nacer mi hijo sentí que ese
matrimonio había sido un error. Hoy sé que entonces no era capaz de
identificar y menos verbalizar mis sentimientos. Pero percibía que
sería absolutamente incapaz de asumir como propios algunos de los
intereses del padre de mi hijo. Me di cuenta que yo nada sabía de mí.
Al cuestionar algunas de las cosas que mi ex marido planteaba como
sus objetivos, me dije: ¿y yo?, ¿puedo tener objetivos? Nunca antes
imaginé que podía preguntarme ¿y yo, qué quiero?
Estaba comenzando a elaborar mis propias ideas y Rensamientos.
Esas inquietudes eran fuertes, eran mías. Por primera vez sentí que
tenía algo propio y me gustó. Me di cuenta de que quería separarme
de mi esposo. No se me ocurrió pensar que podríamos salir adelante
como pareja. Lo concreto es que creo que para ambos fue bueno
separarnos. Sin embargo, habrían de pasar muchos años antes que
pudiera valorar una familia, una pareja y cuanto ello implica.
Mi ex marido aceptó la separación, sólo pidió a cambio llevarse
todo lo que teníamos y la mitad del valor de la casa. De lo construido,
ya que el terreno era lo que había sido el patio de la casa de mi
familia. Mi padre pidió un préstamo y le dio el dinero. A los pocos
días llegó mi ex marido con mi suegro y se llevaron todo. Al quedar
sola, recorrí la casa. Vacía se veía mucho más grande. En el dormitorio
parecía flotar la cuna de mi hijo. Tomé en brazos a mi pequeño y
recuerdo que lo apreté junto a mí y le dije: "No te preocupes, lo que
se compra una vez, se puede volver a comprar".
Viví la separación como un fracaso que dolió y mucho. Renuncié
a mi trabajo como entrenadora de atletismo en un estadio de colonia,
para no ver nunca más al padre de mi hijo. Y aunque hubo un intento
de volver a vivir juntos, no funcionó. Hoy sé que entonces era abso-
lutamente incapaz para enfrentar cualqt.Uer tipo de relación adulta.
La separación, aunque dura, la viví como la primera oportunidad real
24
r yo. D • de esos d(as comencé a sentir una necesidad compulsiva
•ntir que era, que soy libre.
Intenté vivir pintando. Era un sueño. Terminé pintando poleras
m nzanas y mariposas para jóvenes, con mickies y tribilines para
pequeños, y acuarelas que vendía puerta a puerta. No alcanzaba
1 dinero y comencé a buscar trabajo.
EN EL GAP1
Según recuerdo, Raúl era dos años mayor que yo. Su nombre completo
ra Raúl Juvenal Navarrete Hancke, y con el tiempo aprendí a llamar-
lo "Martín". Vivía a pocas cuadras de mi casa, en uno de los pasajes
de la calle Los Nidos, con su mamá. Era un joven de ideas de izquier-
da; fue miembro del GAP. Poco tiempo después de mi separación, me
encontré con él. Le conté que necesitaba trabajo y él me dijo que fuera
al día siguiente a la Moneda, que podía conseguirme un puesto de
secretaria.
Tuve una entrevista con don Enrique Huerta, entonces
· Intendente Palacio, quien me presentó a Carlos AJamos (nombre
supuesto de Jaime Sotelo Ojeda), y a "Bruno" (nombre supuesto de
Domingo Bartolomé Blanco Tarré). Los tres se encuentran desapare-
cidos a la fecha. Don Enrique, Carlos y Bruno eran los miembros del
colectivo de dirección del GAP.
Luego de esa entrevista fui aceptada. Comencé a interiorizarme
del trabajo que en los inicios era administrativo y de recepción. Fui
conociendo a los miembros del GAP y otro personal de la Moneda.
Paulatinamente me fui sintiendo identificada con ellos. Fue un período
hermoso.
Mi directo era Carlos AJamos; cuando él se dio cuenta de
mi interés por estudiar, comenzó a facilitarme textos y me regaló
algunos. Cada cosa que aprendía era nueva para mí. Todo mi ser
vibraba y lo que partió como un trabajo cualquiera se fue transfor-
mando en razón de mi vida. Todas las dudas que iban surgiendo de
mis lecturas se las planteaba a Carlos AJamos, quien me iba explicando.
Poco a poco fui asumiendo otras tareas que me fueron alejando del
trabajo como secretaria y acercándome a las funciones de seguridad.
1
• GAP: Grupo de Amigo, Personales de Salvador Allende, estructura
encargada de la seguridad del Presidente en su residencia y desplazamientos.
25
 Luz 1\rce
Fue un tiempo inolvidable. Descubrí muchas cosas. Pero todo
ocurría demasiado rápido; la prisa impedía ir reflexionando cada paso.
Las veces que estuve en la casa presidencial, en la calle Tomás Moro,
me impactó la presencia serena de Salvador Allende. Siempre atento
y cariñoso con cada uno de sus GAP, nos identificaba a todos. Debo
reconocer mi total ignorancia de esos días. Me esforzaba por estudiar,
pero eran tantos mis vacíos. Carlos Alamos se dio el trabajo de ayu-
darme. Corregía los resúmenes que iba haciendo de mis lecturas y
comenzó a hacer copias de ellos para distribuirlos entre mis compa-
ñeros. Pocos días después de haber ingresado al GAP, Carlos me
preguntó si sabía manejar. Le dije que sí, entonces me mandó a sacar
licencia para conducir y pasé a desempeüarme como conductor de su
auto.
Conocí El Caüaveral, residencia de la seüora Mirya Contreras
Bell, la "Payita", secretaria y amiga del Presidente. La primera vez fui
con Carlos, me permitió estar presente en la reunión que sostuvo con
los miembros del GAP que pertenecían a la Guarnición del Caüave-
ral. Al terminar la conversación, Carlos dijo riendo:
-La presencia de la compai'íera en esta reunión logró que todos
ustedes se comportaran como caballeros. Yo creo que eso es bueno. Y
mirándome preguntó: "Compañera Hilda, ¿querría usted ser parte de
la Guarnición del Caüaveral?" Asentí con alegría. Carlos me explicó
que no tendría ninguna garantía o diferencia respecto de la rutina
diaria por ser mujer. Sería un "hombre" más de la guarnición y debía
cumplir con todas las exigencias.
Sabía que el régimen cotidiano era fuerte, pero me sentía en
buena condición física. Conversamos con los compañeros, quienes me
acogieron con mucha cordialidad. Carlos me dijo que debía reunirse
con la "Payita" y se despidió de mí luego de llevarme a la casa que
servía de dormitorio para los miembros de la guarnición encargada
de la seguridad del recinto. Había una cama disponible.
Me levanté temprano y bajé al primer piso. Junto a la chimenea
encontré a algunos compaüeros. Tomé café con ellos y me dijeron que
Carlos había dejado su auto para que yo pudiera ir a casa a buscar
mis cosas. Ese dí01 comencé a vivir en ese hermoso lugar en la
precordillera junto al río.
Empecé a asistir a clases en la escuda de cuadros del GAP y fui
agregada a los roles de guardia. Cada día nuestra rutina se iniciaba
con actividad física, luego un bai'ío en las frías aguas de una vertiente,
y el desayuno. Había puestos de guardia en los distintos accesos al
26
inmueble, y rondas por todo el terreno a ambos lados de la ribera del
río. Almorzábamos juntos y durante la tarde disponíamos de tiempo
para estudiar. El grupo de instructores dormía en una construcción
ubicada junto al río. En ese lugar estaban también las salas de clases.
Era usual que el fin de semana el Presidente se .refugiara en El
Cañaveral en busca de tranquilidad acentuada por el bello paisaje. Se
daba tiempo para reuniones informales de trabajo y para recibir a sus
colaboradores y amistades.
A fines de agosto, mi salud se resintió y por consejo del doctor
Danilo Bartulín dejé la guarnición del Cai'íaveral. Al retirarme del
GAP, mis jefes me sugirieron que podían recomendarme para obtener
trabajo en otro lugar, y como haba tiempo que mi familia me pedía
que trabajara en Ferrocarriles del Estado, pues papá podía recomen-
darme, postulé y fui aceptada.
La "Payita" me dio una carta de recomendación de la Presiden-
cia y luego fui a una entrevista con el Director General de Ferrocarriles,
don Alfredo Rojas, y su secretario privado, don Gustavo Saint Pierre,
ambos militantes del Partido Socialista.
El GAP como una estructura político-paramilitar ha sufrido
críticas que ocultan la importancia del rol que jugó. Durante la época
de la dictadura, el cuestionamiento se transformó en una campaña
denigratoria inserta en la política de exterminio que se aplicó sobre
sus integrantes.
Los orígenes del GAP se remontan al período previo a las
elecciones presidenciales del4 de septiembre de 1970. Miguel Enríquez,
Secretario General del MIR, puso a disposición del candidato Salva-
dor Allende Gossens a algunos de sus más destacados cuadros: Max
Joel Marambio, Mario Ramiro Melo Pradenas, y en un período pos-
terior a Humberto Sotomayor y Sergio Pérez Molina.
Después del período en que el GAP estuvo liderado por mili-
tantes del MIR, pasó a ser una estructura del Partido Socialista. A
fines del aüo 1971, el GAP se estructuró en cuatro secciones: Escolta,
acompai'íamiento físico al Presidente don Salvador Allende; Guarni-
ción, sección encargada del resguardo de locales o residencias que
frecuentaba el Presidente, como Tomás Moro, Palacio de Gobierno,
Residencia Presidencial en Viña del Mar y El Cañaveral, a cargo de
Juan José Montiglio Murúa. Servicios y Escuela de cuadros a cargo de
Domingo Bartolomé Blanco Tarré. Operativo: Planificación de salidas
e inteligencia a cargo de "Mariano" (sobreviviente).
Durante el período en que yo estuve, la estructura se reordenó,
27
 Luz Arce
quedando como sigue: Escolta Presidencial, a cargo de Carlos Alamos;
Planificación de las salidas del Presidente, a cargo de "Bruno"; Segu-
ridad o Resguardo de sitios frecuentados por el Presidente, a cargo de
"Aníbal", de nombre Juan José Montiglio Murúa. Servicios o Abaste-
cimientos e Informaciones o Inteligencia sobre posibles atentados, a
cargo de la cúpula del GAP, Carlos, Enrique y Bruno.
MILITANTE SOCIALISTA
A comienzos de 1973, cuando ya trabajaba en Ferrocarriles del Esta-
do, ingresé a un núcleo del Partido Socialista como simpatizante.
Formaban este núcleo los funcionarios socialistas de la dirección que
adherían al partido, que dicho sea de paso eran todos.
La oficina estaba situada en Alameda esquina de Serrano;
geográficamente el núcleo pertenecía a la Octava Comuna del Partido
Socialista, cuya sede estaba en la calle Londres 38. Además de per-
tenecer al núcleo, comencé a asistir al local de la comuna y me in¡
corporé al grupo de la Brigada Elmo Catalán -BEC-, que en los
inicios del año 1973 realizaba la propaganda para la postulación a
una senaturía de don Carlos Altamirano Orrego. Por las noches sa-
líamos a volantear, pegar o pintar propaganda de los candidatos del
partido en el territorio de la comuna.
Me di cuenta que militar en el núcleo de Ferrocarriles no im-
plicaba formación ni tareas partidarias. Mi aspiración era dedicar la
totalidad del tiempo al partido y quería formarme políticamente, razón
por la cual renuncié al trabajo en la empresa.
En las elecciones parlamentarias de marzo de 1973, participé
como apoderado del partido en una de las mesas de votación para
mujeres de la comuna. Yo era joven e ignorante y llena de energía que
no sabía canalizar. Intenté hacer lo más y mejor posible cuanto se me
asignó en la secciona! (comuna). Mi mayor sorpresa fue que en una
oportunidad el secretario polttico me preguntó a dónde quería llegar
con todo ese empeño. Lo que yo entendía como actitud de "entrega
consecuente" fue visto como un intento de escalar posiciones. Recuerdo
que como única respuesta aludí a lo que había leído respecto de la
emulación en los textos del Che Guevara. El compañero hizo alguna
alusión a que "estaba influida por la formación recibida en el GAP";
se refería a la "supuesta" formación paramilitar, que si he de ser
franca, en esa época era bastante precaria. Me dijo que había un trabajo
28
El Infierno
más· adecuado para mí y me citó a una reunión con el compañero
Gaspar Gómez.
Gaspar pertenecía al secretariado político de la comuna. Asistía
con alguna frecuencia a Londres 38. Gaspar me preguntó en detaJJe
acerca de mi paso por el GAP y el por qué había dejado de trabajar en
Ferrocarriles. Luego de esa entrevista me dijo que me presentara en
INESAL, Instituto de Estudios Sociales para América Latina, órgano
de fachada del "Aparato" de Amoldo Camu, la estructura militar del
partido (Amoldo Camu: muerto en un enfrentamiento según versión
"oficial").
INESAL funcionaba en ca11e Bustamante N 11 12, y durante la
dictadura fue demolido, por razones que desconozco. Mi jefe era
Gaspar, quien estaba a cargo de la parte pública del instituto. Se
inició para mí un tiempo dedicado a la formación.
Manipulando explosivos, Gaspar había perdido su mano dere-
cha y un ojo; nunca supe cómo ocurrió el accidente. Me limitaba a
escucharlo, pues asumí que no me correspondía preguntar. A pesar
de su limitación física, él manejaba su auto. Pero cuando negué a
trabajar con él pasé a ser su chofer.
Escuchar a los compañeros hacía más nítida mi escasa formación;
Gaspar me dejó tiempo disponible para estudiar. El 29 de junio de
1973, día del "Tancazo", Gaspar me comunicó que había sido Hamada
del Comité Central. Nos despedimos ya que al militar en estructuras
diferentes no podíamos seguir contactados. Gaspar me dijo que él
había apoyado mi nueva destinación.
GEA (GRUPOS ESPECIALES DE APOYO)
Cuando 11egué al Comité Central, me recibió Wagner Erick Salinas,
alias "Silvano". Yo Jo había conocido en el GAP. El me comunicó que
pasaba a ser parte de un colectivo de dirección del GEA, que era una
estructura dependiente de la Comisión Nacional de Organización del
Partido Socialista.
El GEA, colectivo de ocho cuadros, tenía una tarea pública y
otra compartimentada. Los ocho del GEA éramos: Silvano, Felipe,
Aníbal, Bernardo, Ignacio, David, Leonor y yo. Todos habíamos sido
GAP. La tarea pública del GEA era implementar una Escuela de
Cuadros. Ese proyecto se puso en práctica con el apoyo de militantes
de la Octava Comuna y' del Regional Santiago Centro como instruc-
29
 Luz Are
tares. Duró un mes y unos pocos días. El GEA era también un grupo
operativo a disposición de la Comisión Política. Eso fue lo que se nos
planteó. Silvano era el contacto con Organización y nos dijo que la
función compartimentada era clandestinizamos. Que para el partido
éramos los encargados de la Escuela de Cuadros, pero que nuestra
misión encubierta era transformamos en un grupo de captación de
información para ponerla a disposición de la Comisión Política y
efectuar algunos operativos que nos fueron propuestos por la Direc-
ción del Partido. Obviamente, frente a esta proposición, surgieron
algunas inquietudes entre nosotros, pero en el entendido de que es la
Comisión Política de un partido la que dispone de la totalidad de la
información que le permite evaluar, y por disciplina, aceptamos las
nuevas instrucciones.
La Unidad Popular se diluía en un amplio espectro de posiciones
que se albergaban en su seno. La violencia comenzaba a adueñarse
del escenario. Los grupos de extrema derecha con frecuencia atacaban
las sedes de los partidos de izquierda. Por eso, además de trabajar
todo el día, tuvimos que mantener roles de guardia nocturna en los
locales del partido y en algunos edificios de la administración pública
cercanos a la Moneda. Los ataques los repelíamos con piedras, desde
las terrazas y pisos superiores de los edificios.
Patria y Libertad tenía más recursos que nosotros, y disponía de
material moderno e importado y que hpy se denomina "antimotines".
Recuerdo que en una oportunidad suspendimos una acción para evitar
la muerte de un carabinero. Justo ese día habían puesto protección
policial. Es efectivo que participé en acciones de propaganda armada,
no es mi ánimo legitimarlas, sólo deseo dejar claro que el GEA nunca
atentó en contra de personas.
El Partido Socialista, con su Secretario General, don Carlos
Altamirano, que era fuertemente presionado por sectores importantes
de las bases, se orientaba hacia las posiciones más radicalizadas de la
izquierda, con el MAPU, la Izquierda Cristiana y el MIR. Los continuos
enfrentamientos, la creciente actividad opositora, el discurso belige-
rante de todos los sectores, hacía ql.)e la dinámica cotidiana estuviera
llena de inquietudes. Tardé varios meses en darme cuenta de la real
dimensión de nuestras acciones. Tomé conciencia cuando durante la
clandestinidad conversé con mi jefe de entonces y miembro del Comité
Central, Gustavo Ruz Zañartu. Me di cuenta que él nada sabía de
estas actividades y estuvo en desacuerdo.
Recuerdo hoy la i1_1genuidad de nuestros sueños. La escuela
30
. Ttl
qu om nzó a funcionar en el Comité Central, partió con un contin-
g ntc de obreros que diariamente iban a clases, alternando estudios y
faena s. Fue una experiencia vital. La mayoría eran veteranos del
movimiento obrero con una experiencia invaluable. "Nuestros viejos"
- les decíamos con cariñp lleno de admiración- debíat:t formarse polí-
tica y militarmente. Sabíamos entonces que la oposición daría una
batalla frontal. Después del"Tancazo", la Unidad Popular concibió la
idea de comenzar a implementar un Plan de Defensa de Santiago. Fue
llamado "Plan Estrella" o "de las cinco puntas", que alcanzamos a
conocer en lo que a nosotros como CEA nos concernía, ya que nuestros
viejos serían la columna centro, junto a los militantes de la adminis-
tración pública. Las otras cuatro puntas de la estrella eran cada uno
de los cordones industriales. Todos juntos debíamos defender el go-
bierno del Presidente Salvador Allende, por las armas si fuese nece-
sario, de cualquier intentona golpista.
Obviamente, a la fecha del golpe el plan no estaba articulado. El
Plan Estrella, lo que conocí de él, no fue concebido para asesinar
personas o miembros de las FF.AA. Eran cinco columnas que debían
defender el gobierno constitucionalmente elegido por un pueblo que
en las urnas quiso que Salvador Allende Gossens fuese su presidente
e implementara su programa.
Había conocido a Alejandro cuando yo era atleta de la Universidad
Católica y él de la Universidad Técnica. Cada fin de semana nos
veíamos en el Estadio Nacional. Yo sabía que él era el campeón de los
400 metros planos y él sabía que yo era la campeona de los 800 me-
tros planos.
Cuando lo volví a ver en el Partido Socialista, no lo reconocí.
"Me costó diez años volver a encontrarte, no te voy a dejar escapar
ahora", me dijo. Surgió una agradable amistad. Alejandro militaba en
el Regional Santiago Centro y era parte del llamado Grupo Catedral.
Nunca conocí la naturaleza de su trabajo partidario; él se enteró de
parte de mis actividades, pues como miembro del Regional fue
asignado como instructor en la Escuela de Cuadros que implementaba
mi estructura. Ambos sabíamos que estábamos compartimentados
dentro del partido, al menos en parte de nuestras funciones.
Siempre tuve la impresión que él conocía más de mis actividades,
porque a menudo me hablaba de materias que me eran útiles. Desde
.
mayo de 1972, cuando ingresé al GAP, había comenzado a leer toda
31
 Luz 1\rce
la prensa. Durante el período en lNESAL se inició mi aprendizaje
sobre cómo procesar la información pública, pero fue en el GEA donde
comencé a trabajar la Información Abierta.
Con frecuencia, al terminar mi trabajo en el GEA y al retirarme
del local del Comité Central, pasaba al Regional Santiago Centro,
nuestros vecinos de la calle San Martín. Alejandro me había dicho
que a eso de las nueve de la no_che, él se juntaba con varios de sus
compañeros del Grupo Catedral del Partido Socialista, para evaluar
la prensa del día.
A menudo nos encontrábamos con Alejandro a la hora de al-
muerzo, en "La Cabañita", un restaurante situado aliado del Comité
Central. Sin darme cuenta, Alejandro comenzó a copar todo mi tiempo
libre. Era evidente que desde el primer momento surgió una fuerte
atracción entre ambos, pero me molestaba sentir que ese sentimiento
se estaba transformando en una necesidad de verlo. Unos días después,
Alejandro llegó a mi oficina y me dijo:
-Necesito hablar contigo, mañana a las diez, en el Correo.
Se refería al Correo de Morandé con Moneda. Me pareció extraño
y supuse que se trataba de algo personal. Fui al día siguiente. Ya
habíamos conversado la situación, por lo menos un par de veces,
sobre todo porque en esa época yo veía muy difícil asumir una relacióh
de pareja a la par de una praxis partidaria. Yo temía no ser capaz de
compatibilizar ese sentimiento tan intenso. Desde que reencontré a
Alejandro había ido perdiendo esa libertad de antes. Ese total entu-
siasmo y concentración en el trabajo partidario. Alejandro fue
absorbiéndome por completo hasta copar todo. Mis pensamientos y
sentimientos. Todo.
Cada día estaba más pendiente de las horas, de si Alejandro
pasaba o no a buscarme. Si se las arreglaba o no para almorzar con-
migo. Cada vez que no quiso o no pudo ir, me sentí inmensamente
d fraudada aunque no hubiera ningún acuerdo. Se suponía que todos
lu •n ucntros eran casuales. Hasta mis visitas al Regional tenían
ll'Tt. l'l, sticidad. Lo sentí como dos amores. Me declaré incapaz de
und JI, rlo .
1· t' d i, 1 111 d<.' agosto de 1973, Alejandro me estaba esperando en
hl plll•rt., th•l urn•o. Me tomó de la mano, me arrastró hasta una de
In vcnt,mill' 1 dcsp1 hó una carta y salió rápidamente conmigo
prácti <lmcnt<.•, lus ti ron •s. En la puerta de Morandé, en medio de un
montón de gcnt ', m • abr.lZÓ y me besó. Traté de desprenderme, no
pude. Fui absolutamente in é.l pa z de dedr algo, todos mis argumen-
32
. In lt'r ll (}
to par cía n haberse perdido en algún lugar. Nuevamente me tomó
de la mano, detuvo un taxi y sin decir absolutamente nada, pero sin
dejar de besarnos, nos fuimos a un hotel.
Durante esas horas, decidimos intentar construir una relación.
Me contó que en trece días más partiría a Cuba. El regreso sería el 18
de septiembre de 1973. Por eso era tan importante para él iniciar una
relación conmigo antes de irse. Esa separación sería larga, treinta y
cinco días eran mucho para una relación de sólo trece días dijo, pero
que él sabía que me amaba. Que estaba seguro de sus sentimientos.
No salimos de allí hasta el día siguiente en la mañana, a tiempo
de ir yo al GEA y él a algún lugar, que nunca supe, donde tenían que
reunirse los que viajarían a Cuba. Me explicó que estarían viviendo
juntos los militantes que irían a la Isla, pero que él se arreglaría para
salir a verme.
De esos 13 días, pasamos muchas noches juntos, creo que fue la
primera vez que estuve tan cerca de amar a alguien. La madrugada
del 14 de agosto de 1973, nos despedimos. Alejandro debía llegar
antes de las siete de la mañana para poder partir con el grupo al
aeropuerto . Me entregó "la negrita", como llamaba a su pistola CZ-
635. La puso en mis manos diciendo:
-Aparte de ti, es lo que más quiero.
Me bajé en la Alameda, me sentí muy triste. Me fui a casa, no
fui al GEA, me sentía nerviosa. Racionalmente sabía que treinta y
cinco días pasan volando. Sabía su nombre falso, con el que viajaría,
e impulsivamente sentí que necesitaba escuchar su voz y lo llamé al
aeropuerto. No sabía que sería la última vez que podría oírlo ...2
2 • Julio d e 1993: acab ó de sab er que Aleja ndro sobrevivió y que
p ermanece actualmente en el exi lio.
33

2 pase el hombre libre para construir una sociedad mejor". "¡Viva Chile!
11 DE SEPTIEMBRE DE 1973
El 11 de septiembre lo viví como una irrupción en lo que era mi
mundo, como un poder destructivo que aniquiló lo importante de mi
vida. La catástrofe que tornó todo en algo incoherente, incomprensi-
ble. Que llenó mi vida de pena, ¡Dios! si sólo fuera eso, era un vacío
anestesiado, no ver, no saber, no nada.
En contra de todo método, en este capítulo no voy a respetar la
cronología. No puedo, en este capítulo no puedo ...
El 4 de diciembre de 1989, al volver a casa, pasé a comprar el
diario. Y ese día, colgando de unas pinzas estaba Punto Final. Me quedé
mirando, acariciando las emociones encontradas. Compré la publi-
cación, y en cuanto llegué, me fui junto al ventanal de mi departa-
mento.
Frente al cerro le pedí a la Virgen que lo corona que me ayudara
a introducirme en aquellos caminos minados de recuerdos dolorosos.
Con miedo, comencé a leer. Miré la portada, me di cuenta que el
número de la publicación era el 201. Habían retomado el conteo in-
terrumpido por el golpe. Me pregunté ¿podré retomar mi vida? Sentí
pavor. Me pareció que por más de una década y estuve ausen-
te de mi propio ser y que se acercaba la hora de la verdad. Me detu-
ve, cerré los ojos, abarcando con el pensamiento ese oscuro parén-
tesis donde lo vivo y lo llameante me estaba consumiendo como en
una hoguera, y volví a percibir el miedo que me paralizó durante
años.
Comencé a revivir el último discurso del Presidente Salvador
Allende.
"El pueblo debe defenderse, pero no sacrificarse. El pueblo no
debe dejarse avasallar ni acribillar, pero tampoco puede humillarse".
"Trabajadores de mi patria: tengo fe en Chile y en su destino.
Superarán otros hombres este momento gris y amargo donde la traición
34
1:1 lnfimw
pr •t •ndc imponerse. Signn ustedes sabiendo que, mucho más tem-
prano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde
¡Viva el pueblo! ¡Vivan los trabajadores!"
"Estas son mis últimas palabras. Tengo la certeza de que mi
sacrificio no será en vano. Tengo la certeza de que por lo menos será
una lección moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición".
Mi alma se fue abriendo y de cada herida brotaron como pétalos
de viejas flores deshechas, gotas de pena. No pude o no quise dete-
nerme ... Surgió una imagen, la de la vida como una línea continua
entre el nacer y el morir. La mía estaba interrumpida. No podía seguir
eludiendo esa parte, esos años, por doloroso que fuera. Comencé a
dar cabida al ininterrumpido desfile de muertos, ejecutados o des-
aparecidos, exiliados y torturados. Evoqué a los que como yo habían
sobrevivido a esa guerra, a ese festín de poder.
Sabía que cada vez que había iniciado ese camino había vuelto
a cerrarlo. Estaba ahí, siempre estuvo ... todo encapsulado dentro de
mí, queriendo salir. El miedo que había sido siempre superior a mis
fuerzas y me obligaba una y otra vez a echar esos velos que
misericordcs me permitían huir ... No pude o no quise, no sé ...
El recuerdo me condujo al 11 de septiembre de 1973.
Sentados frente a la vieja radio que había en una oficina de
MADEMSA, con lágrimas en los ojos, mirábamos el suelo para no
mostrar el dolor. No podía creer, no podía aceptar, no podía entender;
no quería ...
Al volver a mirar desde la distancia, recordé a "Silvano". El 10
de septiembre, nuestro amigo se enteró de que uno de sus hijos estaba
enfermo. Al menos esa explicación se nos entregó en el Comité Central .
la mañana del 11 de septiembre de 1973. "Fue a su casa en Talca, y
algún vecino debió avisar de la presencia de "Silvano" a las nuevas
autoridades. Fue detenido, torturado y asesinado". Esta versión sobre
la muerte de "Silvano" me hizo pensar por aí'íos que había muerto en
la madrugada del Golpe.
En octubre de 1990, al presentar mi testimonio ante la Comisión
"Verdad y Reconciliación", supe que "Silvano" se enteró del movi-
miento de tropas e intentó volver. Fue interceptado en la carretera y
ejecutado días después, aparentemente el 4 ó el 5 octubre de 1973.
Pensé en Yucatán, Ollagüe, Tcrranova y otros lugares de un
35
 Lu z /\re•
Chile que el régimen se esforzaba por mostrar limpito, con los troncos
de los árboles y senderos demarcados con piedras pintadas de blanco.
Muchas veces me pregunté ¿pintarán de blanco la sangre y la mierda
que va apilando? ... Absorta volví al 10 de septiembre de 1973 ...
Fue un día de trabajo normal, con preocupaciones que iban
desde lo más casero, como tratar de conciliar el estar un rato con mi
pequeño hijo y las tareas que generaba la delicada situación política
del país, casi paralizado por la acción de una oposición que se em-
peñaba, ferozmente, en desestabilizarlo. Al terminar la jornada diaria
en el local del partido, a eso de las nueve de la noche, fui al local del
Regional Santiago Centro, a una reunión del grupo que día a día
ganaba adeptos dentro de las instancias partidarias.
Esa noche nos ocupaba el análisis de los rumores que señalaban
con insistencia la posibilidad de un golpe. Imagino que las instancias
regulares del partido poseían una mejor información. Nosotros,
equivocadamente, concluimos que no habría golpe. Confiamos en la
Guardia de Palacio. Esa tarde Carabineros había ratificado la lealtad
de su institución al Gobierno. Sabedores de las posturas
constitucionalistas dcl general Carlos Prats y su capacidad de mando
demostradas el día dcl "Tancazo", el 29 de junio de ese mismo año, y
a pesar de su reemplazo en la comandancia del Ejército, desestimamos
algunos informes sobre la movilización de los Hawker Hunter de la
FACH a Talcahuano; era lógico, concluimos, ya que participaban en
la Operación Uni tas con la Armada.
La reunión terminó cerca de las dos de la madrugada. Decidí
caminar a casa. La huelga de la movilización colectiva era total, pero
la alternativa era quedarse en el local del partido sin posibilidades de
ducharse ni cambiarse de ropa. Era una noche hermosa. Pensé en mi
hijo, mi razón y motor. Para él y todos los hijos quería un mundo
nuevo, donde reinara la justicia, donde el ser humano fuese valorado
sólo por existir. El hombre nuevo, sólo emular, no competir. El Che,
Cuba ... en la Isla estaba Alejandro ... Sentí nostalgia, sabor de amores
rotos, de soledad.
Era la madrugada del 11 de septiembre. Abstraída, caminé rumbo
a casa. Mi hijo ya dormía. Me en un diván, en el living de la
casa de mis padres. Insomne, fumando y pensando que cuando
Alejandro volviera, conocería a mi hijo, iríamos a un parque o a ver
películas de monitos animados ... Todo se borró de pronto cuando
sonó el teléfono. Era Toño, del Comité Central. Estaba de turno.
-Compañera, Alerta Roja. • municarme con la Mpncda. •
36
u ltrflrrtl()
Me duché y me vestí con rapidez, alerta roja era grave. Salí
corriendo hacia Independencia. Un camión de la CCU (Compañía de
Cervecerías Unidas) aceptó llevarme.
06.30 hrs. "David", "Ignacio" y yo escuchamos la información
que nos transmitió Toño. El télex funcionaba a todo :vapor. De todas
las seccionales y regionales del país donde había militantes de turno
en la noche llegaba información acerca de movimientos de tropas y se
solicitaban instrucciones.
Preguntamos a Toño si había alertado a todos los GEA. Nos
respondió que sí, excepto "Silvano", a quien no podían ubicar todavía.
-¿Toño, hay instrucciones para nosotros?
-Instrucciones específicas no hay para nadie. Sólo he activado el
plan de llamada, ya que la información es grave. Pero espero que de
un momento a otro se comunique alguien de la jefatura. No se preo-
cupen, en cuanto llame Ariel o llegue, les aviso.
07.00 hrs. Llegan los primeros "viejos" de la construcción.
Durante la media hora siguiente, llegaron "Felipe", "Bernardo"
y el "Gato" alertados por las claves de Alerta Roja.
Al poco rato apareció "Ignacio", pálido, y nos dijo:
-"Silvano" está muerto. Lo detuvieron apenas pasada la media-
noche en su casa. Lo torturaron ahí mismo en presencia de su esposa
e hijos. Ellos están choqueados, en casa de unos vecinos.
Consternados, alrededor de las siete y media volvimos a la
oficina de Toño a pedir más información.
-¿Toño, sabes algo de la jefatura?
-Altamirano está en ci Cordón Cerriiios, Ariel Ulloa va camino
a la embajada argentina, el resto inubicables ...
-¿Ariel asilado?, ,estás seguro?
-Sí, compaí'i.era, viene en camino su secretario. A buscar sus
cosas personales y algunos documentos para llevárselos.
.. .Sentí una furia incontenible que nubló mis pensamientos y
dije ¡Maricón! Muchas veces, durante estos veinte años he recordado
ese momento. No sé cómo lo sintieron los demás. Pero yo me sentí
traicionada ... Mucho después pude entender que las cosas fueron como
fueron y cada uno de nosotros frente a sí mismo y los demás debe
asumir sus propias decisiones. ·
Ese día 11 de septiembre, con el corazón lleno de dolor por la
muerte de "Silvano", sintiendo que no era real lo que estaba suce-
diendo, y faltando 20 minutos para ·las ocho de la mañana logré co-
37
 -252, buenos días.
-Por favor, con el compañero Carlos. Habla Hilda.
Recordé que Hilda fue mi primer nombre político. Carlos me
puso así, en recuerdo de una cubana de las FAR (Fuerzas Armadas
Revolucionarias) que murió en Sierra Maestra. Se decía que fue com-
pañera de Carlos en la época que él estuvo en Cuba recibiendo ins-
trucción en Punto Cero.
Carlos, un hombre sin formación pero sabio. Con
ese conocimiento que es una mezcla de vida dura y sensibilidad so-
cial. Con paciencia me introdujo en la vida militante a pesar de las
muchas debilidades que él llamaba "Hilda y sus resabios burgueses".
El también tenía los suyos. Varias veces me dijo: "En casa soy
bien machista. Pero usted, Hilda, no es ella, sino mi ayudante. Usted
no es mujer, es militante, ¿de acuerdo?" Y lo que hoy mirado a través
del tiempo y la experiencia me parece una aberración, en ese momento
fue una ayuda necesaria para mí. Tenía 22 años, estaba recién sepa-
rada y Carlos me ayudó a descubrir que podía hacer cosas. Que ser
mujer no implicaba ser ciudadano de segunda clase. Cerca de él, bajo
su dirección, fui creciendo.
En pocos segundos todo desfilaba por mi mente, recordé El
Cañaveral, la casa de la "Payita", que ella supo transformar en el
lugar de reposo e intimidad del Presidente en los faldeos del Arra-
yán. Un bello lugar junto al río. La Escuela de Cuadros ...
Reaccioné al escuchar la voz de Carlos...
-¿Compañera Hilda?, ¿dónde estás?
-En el Comité Central. Carlos, vamos para allá. Tuvimos una
reunión. Quedamos seis. "Silvano" murió esta madrugada en Talca.
Hay 19 viejos de la construcción. Tenemos seis AK y seis armas
personales con dos cargadores y algo de parque.
- Hilda, escucha. No hay tiempo. Debo volver junto al Presidente.
¿Y la jefatura?
- Asilada o sin contacto.
- Hilda, ¡esto es una orden!, en ausencia de la Comisión Política,
asumo la Dirección del GEA. Quema la documentación. Incendien el
local, que no quede nada. Deja en libertad de acción a los viejos.
Envíalos a casa y ustedes también, a "caletearse". Adiós, vuelvo junto
al Presidente.
- No, Ca'rlos. No cortes, escucha ... Incendio el local, dejo en li-
bertad a los viejos, pero voy con los voluntarios ...
Me interrumpió con un grito.
38
Compañera, ¡es una orden! ¿Tienen dinero? Repártelo, y a casa.
A lo voluntarios dales puntos de contacto para un mes o dos. Uste-
des deben reconstruir el partido. Aparezca aquí, compañera, y le
disparo. Adiós.
Cortó la comunicación.
Fue la última vez que lo escuché, a la fecha aún está desapa-
recido. Cumplimos parte de la orden. Llegó el secretario de Ariel y .
nos dijo que se ocuparía de la documentación y del local. El lo que-
maría. Sacamos el dinero del grupo. Tres mil pesos para cada uno.
Despachamos a los compañeros que no eran del colectivo de dirección
del GEA y decidimos ir al Cordón Cerrillos. Nos pondríamos a dis-
posición de Carlos Altamirano. Resistiríamos.
Recuerdo con emoción que algunos de nuestros compañeros
querían ir con nosotros. Debimos forzarlos a partir. Si hubiéramos
tenido más armas, quizás, pero así habría sido muy irresponsable
llevarlos. Tomamos las armas y tres de los Fiat 125 que estaban
asignados al GEA y nos fuimos al Cordón Cerrillos.
Al llegar, los compañeros nos indicaron que el CUP -Comité de
Unidad Popular- estaba scsionando. Estuvimos un rato y al damos
cuenta que estaban sumidos en una discusión ideológica con los
compañeros del MIR, encontramos que a esas alturas era inoficioso,
así es que nos retiramos a tiempo para escuchar el mensaje de Salvador
Allende.
Conmovidos. Al tomar conciencia de que estaban bombardeando
la Moneda, El Cañaveral, Tomás Moro y las radios que adherían a la
Unidad Popular, comenzamos a percibir la magnitud de lo que ocu-
rría ... Pasaban por mi mente los rostros, tantos recuerdos de los
compañeros del GAP, "Carlos", "Bruno", "Juan", "el Manque",
"Francisco", "Silvano", tantos más ...
Salimos casi corriendo en dirección a los galpones de la fábri-
-ca Mademsa. Nos reunimos con algunos de los obreros y les expusi-
mos brevemente la situación; les dijimos que se sintieran libres de ir
a sus casas. Nos informaron que estaban confeccionando conos viet-
namitas. Eso nos hizo pensar que tal vez se podría organizar un foco
de resistencia. "Felipe" e "Ignacio" fueron a averiguar con qué con-
tábamos. Si había botiquín, alimentos, agua, en fin, lo necesario pa-
ra resistir. Bernardo fue a recorrer los accesos y cercos de la fábrica
para ver si era factible atrincherarse. Con "David" fuimos a ver los
conos.
El jefe del taller nos acompañó. Un helicóptero comenzó a
39
 Luz 1\rr •
sobrevolar la zona. Al llegar al galpón, el compañero nos dijo con
orgullo:
-Con el plástico de los refrigeradores hacemos la cubierta del
cono, y miren, compañeros, ahí están las esquirlas. Las están haciendo
en Cintac. Hace unos momentos trajeron esto, pero no se preocupen,
que siguen trabajando.
... Cual unos extraños seres aparecían alineadas las carcazas. Se
veían simpáticas: parecían unos marcianitos en formación, y eran el
orgullo del compañero que se esmeraba en explicarnos cómo habían
diseñado y construido la matriz. Sonriendo dijo:
-¿Qué les parece?
-Bien, compañero, muy bien, vamos a armarlos. Traiga el ex-
plosivo, iniciadores, mecha. Todo lo que tengan. Rápido, hombre,
muévase.
El jefe del taller parecía haber quedado petrificado en el suelo.
Nos miraba ...
-Compañera, yo ... yo sólo soy el encargado de hacer esto. Es mi
parte y la cumplí, compañera. Yo sé de las esquirlas porque el en-
cargado de eso en Cintac es amigo mío. Pero yo no sé nada de quién
es el encargado de eso que usted me pide. La compartimentación,
compañera ...
Retrocedía, parecía asustado mirando esos marcianitos de color
- verdes, celestes, amarillos, mostaza y naranjas- como los refrigera-
dores. Repetía sin cesar: ''Yo cumplí. Yo hice mi parte. Todos en
Mademsa cumplimos" . Una gruesa lágrima afloró en sus cansados e
incrédulos ojos. Parecía estar de repente bajo todo el peso del mundo.
Envejecido, agobiado, se volvió y repitió:
-¡Compañera!, usted sabe que yo cumplí...
Había comprendido antes que yo que su esfuerzo y el de los
demás no serviría de nada, y lloraba ya sin ninguna represión. Sentí
una inmensa pena.
- Compañero, yo sé, y todos los que estamos aquí sabemos que
cumplió, y muy bien. No se preocupe. Reúna a su gente y vaya a su
casa. ¿Es casado? ¿Tiene hijos? Vaya pronto. Deben estar preocupa-
dos. Vaya tranquilo.
Le miré mientras se alejaba. Era la estampa misma de la derrota.
Parece mentira, parece un chiste. Pero así fue. Nos reunimos los
seis, cada uno informó lo suyo, la situación era similar. Despachamos
al resto del personal, asegurándoles que asumiríamos la responsabili-
dad de que se fueran a sus casas. M u y corto les hablamos de la
40
t:llnfimw
r onstrucción de los partidos de izquierda en el futuro; de la conve-
niencia de que se dieran puntos de contacto a uno o dos meses. Al-
gunos comenzaron a marcharse.
Luego de una breve conversación, nos dejamos en libertad de
acción. "Ignacio", "Felipe" y "Bernardo", pensando en sus compañe-
ras e hijos, decidieron ir a sus casas. Se llevaron dos de los autos, y en
el tercero nos fuimos "David", "el Gato" y yo. Intentamos llegar a la
Moneda. Nadie nos interceptó en el camino, pese a que nos topamos
con varios grupos de efectivos militares.
Al llegar al centro, todo había terminado. Miramos de lejos la
Moneda humeante. No sabíamos aún que el presidente había muerto.
Frente al acceso principal se veía incendiado el auto blanco del com-
pañero Bruno.
De esas horas, de esos días, sólo recuerdo que mi mente parecía
haber quedado en blanco. Dejamos el vehículo en un sitio eriazo.
Antes de bajarnos, limpiamos las huellas digitales. Dejamos ahí las
AK, luego de haber recorrido varias casas de militantes que tenían
garaje. Nadie quiso guardar el vehículo, y menos las armas largas.
El siguiente recuerdo es estar en casa, sentada, mirando la te-
levisión, con mi hijo en brazos. Para mí esas horas no existen. Sólo
estaba ahí sentada mirando. No he podido descifrar ese tiempo. Tal
vez sentí algo. Quizás pensé. No sé. Sé que no puedo haber visto en
la televisión las imágenes de la Moneda, Cañaveral o Tomás Moro
destruidos por los bombardeos y sucesivos allanamientos posteriores
sin sentir nada. Compartimos tantas cosas; penas, anhelos, estudios,
comidas, guardias. Los quería, me querían. Eran mis compañeros. Tal
vez esos sentires están impresos en algún lugar de mí. No sé.
Algo averigüé muchos años después, cuando asistí a las concen-
traciones de celebración de la victoria de la Concertación. En medio
de la multitud, sentí alegría. Los recordé uno a uno. Algunos nombres,
de otros sólo un rostro, un hecho o un detalle. Hoy sé que muchos
murieron. En el tiempo he ido descubriendo con alegría que hay al-
gunos vivos -no sólo en mis recuerdos y en el de sus familias- y son
parte de la Concertación.
41

3 riesgo. Hay que estar atentos, no sólo mirar, sino observar y grabar
LA CLANDESTINIDAD
Intensidad versus tiempo, parece ser la variable que prima durante la
clandestinidad. Al menos así lo viví yo. Todo cambió de ritmo. La
conciencia racional del riesgo que se corre, la información que
transforma la historia en estadísticas que dicen que el período de
sobrevida promedio en clandestinidad es de seis meses, contribuyen
a alterar la vida.
¿Has visto un pez fuera del agua?, me dijo Sergio Muñoz, alias
"Cochín". Con sus labios que compulsivamente se abren y cierran
tratando de encontrar en un medio que no es el suyo una bocanada
de agua con el oxígeno que precisa para vivir ... Así, día a día fui
aprendiendo a vivir más aiJá del que había sido mi entorno. Fuimos
valorando todo aqueiJo que nos rodeaba, frente a la posibilidad de
perderlo. La vida, el sol, la sonrisa de un niño, los sueños. En medio
del paisaje urbano de ese verano que parecía arder en el concreto de
la ciudad, descubrí en un balcón una maceta de cardenales que se
esforzaba en lanzar sonrisas blancas, sonrisas rojas, desteiios verdes,
a aqueiios que aún mirábamos hacía lo alto de los edificios, tratando
de adivinar un cielo que para nosotros se había derrumbado.
Las caiies son ahora seguras o inseguras. Mejores aqueiJas cuyas
cuadras al ser más cortas permiten Ilegar rápido a la esquina. Doblar,
y apurarse. Contrachequearse. Al nombre de la caiie se asocia enton-
ces el tiempo que uno tarda en recorrerla. Pasan a ser cuadras de tres
o cuatro minutos a paso normal. Mejor si hay portales con salida a
otras caiies; excelentes con sus enormes vidrieras; los locales comer-
ciales o restaurantes y cafés con más de un acceso. Recordar la direc-
ción del tráfico vehicular, caminar en sentido contrario para evitar
seguimientos en auto. Tener siempre a mano monedas para el teléfono.
Conocer el sector. Disponer de sitios seguros, y tanto más. Igual ocu-
rre con las personas. Ya no son quienes llevan igual o distinto rumbo,
42
ser un "tira" o de la DINA. Pueden ser militantes de otra
tructura o de otro partido por hacer un contacto, y así se duplica el
todo en la mente. No mirar a los ojos, ya que es más difícil reconocer
un rostro si no se ha visto su expresión. Observar las ¡1ctitudes de la
gente normal y asumirla. Aprender y rápido, técnicas de memoriza-
ción, asociación. No confundir contraseñas, señales de reconocimien-
tos, de peligro, lugares y horas de contacto ... No escribir nada, prefe-
rible memorizar. Caminar con naturalidad, acudir a la experiencia de
otras organizaciones -como los Tupamaros, Errepos (ERP argentino),
Montoneros u otros- y los manuales. Puede ser la diferencia entre la
prisión y la libertad. La vida o la muerte.
Una de las cosas que al principio actuaba a nuestro favor era la
inexperiencia de los servicios represivos, que sumado al afán del go-
bierno de sembrar el terror en la población y predisponerla en contra
del movimiento opositor, les hacía publicar in extenso todo documento
que caía en aiianamientos. Así contábamos con manuales, informes y
otros documentos sobre todo del MIR en El Mercurio y otros diarios.
La exigencia cotidiana era seguir vivos y con una actitud de norma-
lidad. Alejarse de la familia para no comprometerla.
Sin hogar, sin trabajo, la mayoría aprendimos por la fuerza de
los hechos lo hostil que puede ser el mundo de los marginados. Sin
duda lo éramos. Las opciones eran asimilarnos a una forma de vida
que a juicio de la mayoría de nuestras familias era "segura" y "razo-
nable", o seguir militando dentro o fuera del país. El Partido Socialis-
ta en todo tiempo veló por la seguridad de sus militantes. Sólo que
algunos de nosotros nos negamos esa posibilidad.
LA OPCION PERSONAL
Me demoré varios días en tomar una decisión. El cerro San Cristóbal
fue mudo testigo de mis dudas, penas, aspiraciones, renuncias, y por
fin, de la decisión. Por un lado la tranquilidad de mis padres, criar a
mi hijo de cinco años, y del otro, el recuerdo de los compañeros
muertos o detenidos. Los militantes que esperan respuestas, instruc-
ciones, dirección. El partido desarticulado, los cadáveres que aparecían
en los puentes y las riberas del río Mapocho; el terror, la represión
creciente. Las aspiraciones truncas, los ideales barridos. La misión
grabada a fuego en la mente y que dolía: las palabras del Presidente
43
 l.uz Are
Salvador Allende antes de morir, las de Carlos AJamos el mismo 11
de septiembre faltando minutos para las ocho de la mañana: "Hay
que reconstruir el partido, compaí"'era ..." La conciencia de que lo que
estaba ocurriendo en mi patria era aberrante.
Todo se agitaba en mi alma como en un océano. El miedo se
realimentaba cada día al ir recibiendo más información del nuevo or-
ganismo represivo. No era Investigaciones o la Academia de Guerra
Aérea -AGA-. Era la Dirección de Inteligencia Nacional -DINA-. Su-
surrábamos ese nombre; sin saber mucho aún, temblábamos. Sentía
impregnado en las vísceras el ulular de las sirenas, el ruido de
los helicópteros sobre las casas. Al escucharlo, apagaba la luz y atis-
baba tratando de adivinar qué era lo que estaba ocurriendo, dónde
estaba ese puño de acero cuya imagen difundían a través de los cana-
les de televisión y que parecía alzarse amenazante para caer sobre
nosotros.
. Algo que jamás pude asimilar fue perder un compañero. Espe-
rarlo en vano en un punto (un lugar de encuentro preestablecido).
Sólo un par de minutos, tres era demasiado. No llegó. ¿Cayó? Primero
uno se niega a aceptar. Se espera otro minuto. Luego las preguntas
¿qué sabe? ¿cuánto resistirá? y a esperar la reconexión. Puede que se
haya atrasado, que esté enfermo, o cualquier otra cosa. Algunos lle-
garon con la DINA en pleno. Pero había que ir. El compañero podía
haberse descolgado por seguridad y no podíamos dejarlo botado.
Nuestra vida tenía sentido sólo si permanecíamos unidos.
Eran instantes de mucha intensidad, difíciles de describir aún
hoy, a tantos años de distancia. La angustia de caminar con naturalidad
mientras todo el ser llora. Desgarros diarios, el rostro modelándose y
adoptando una nueva faz, imperturbable, sin expresión, muda y seca
la boca, la mirada serena y el alma rota, el corazón de prisa, el sudor
bajando por la piel.
No renuncié. Cómo decirle a mi hijo cuando fuera grande: ''Tuve
miedo y acepté lo inaceptable". Cómo decirle: "Quería otro mundo
para ti, pero no hice nada por construirlo". ¿Cómo mirar a mis com-
pañeros y decirles: "Me voy"? ¿Cómo mirarme sin asco? Decidí en-
tonces vivir como pez fuera del agua sin saber que en el tiempo
aprendería duramente que no fui capaz.
Días después del Golpe, nos conectamos con Toño. Hasta el
Golpe, él había sido funcionario del partido, entre otros manejaba las
comunicaciones en el local del Comité Central, por eso muchos mi-
litantes sabían cómo ubicarlo. Cuando terminó el toque de queda, nos
44
l.llllfimw
mu a ,1 pJra soli itarle información o simplemente al quedar
un lados 1 planteábamos el deseo de continuar militando.
n sa conversación Toño me dijo que él también estaba desco-
t do de la dirección del partido. Agregó que lo deseable era ir
n o la situación en que se encontraba cada uno. Que el ideal era
los que pudieran conservar sus trabajos sin correr riesgos, lo
1 rnn. Que intentaríamos mantenernos conectados a la espera de
r retomados por la Dirección del Partido.
Pasaron los días, y al alero de Toño se fue creando una nueva
rma de estructura partidaria. La lógica indicaba que era preferible
grupamos en pequeñas bases de militantes, troikas compartimentadas
ntre sí.
Muy pronto se vio que era preciso disponer de una mínima
Infraestructura y se comenzó a transmitir a los compañeros cuáles
ran las necesidades para ver si entre todos y a través de los contactos
de cada uno, podíamos centralizar algunos recursos para
de acuerdo a las necesidades del partido. Se precisaba papel, roncos,
asas de seguridad o lugares de reunión, cte., ya que la mayoría no
ontábamos con recursos.
Toño y yo no disponíamos de ingresos propios. Terminábamos
el día cansados y hambrientos. Por ello, muy pronto transgredimos la
primera y esencial norma de seguridad: comenzamos a juntarnos en
su casa. Conocí a su madre y a sus hermanos. Su mamá nos acogía
con cariño y mientras Toño vivió con su familia, casi a diario al-
morzamos con ellos.
El contacto cotidiano hizo surgir una linda amistad entre no-
sotros. Llegué a quererlo como a un hermano. Le conté de Alejandro,
y un día me dijo que le escribiera una nota. Aparentemente había
encontrado una posibilidad de hacer llegar la carta a Cuba a través de
alguna embajada.
CONTACTO EN AVENIDA ITALIA
Toño fue reconectado por la Dirección del Partido, nunca me dijo
cómo. Cuando me contó que teníamos un punto con Gustavo Ruz
Zañartu, miembro del Comité Central, lloré de alegría. Esa misma
tarde, Gustavo nos recogió en Avenida Trarrázaval con A venida Ita-
lia. Llegó en su MG azul. Era un riesgo.
Le entregamos a Gustavo la totalidad de la información de que
45
 Luz 1\rct
disponíamos a esa fecha. En su auto le di un informe verbal de la
situación del GEA el día del Golpe y de cada uno de los pasos que
dimos ese día y hasta la fecha del encuentro. También le hablé de la
infraestructura que habíamos podido rescatar. Respecto de los mili-
tantes, le indiqué que había perdido el contacto con los demás, que
aún tenía unos puntos pendientes.
Gustavo nos comunicó que su intención era permanecer en el
país y que en ausencia de otros dirigentes, él asumía la Dirección del
Partido en Chile. Pensé que Gustavo decía eso para evitar entregar
más información de la dirección. Enumeró las que él creía eran las
tareas inmediatas y cómo pensaba que había que ir desarrollándolas
y que en resumen, partían por el intento de reconcctar a los militantes,
readecuar las estructuras del partido a la clandestinidad, asilar y apoyar
a los compañeros en problemas, crear sistemas de financiamiento;
reconectar el partido en provincias, contactarse con partidos y orga-
nizaciones afines ...
Al escuchar hablar a Gustavo, sentí tristeza. No es que esperara
encontrar una organización funcionando espontáneamente y adecuada
ya a la nueva situación, pero todo era demasiado precario.
Cuando Gustavo se enteró que hasta el 11 de septiembre yo
había pertenecido a una estructura compartimentada dependiente de
Organización del partido, me preguntó si estaba en condiciones de
proporcionarle seguridad e infraestructura. Le expliqué que no era
mucho de lo que disponíamos, pero que si era necesario podía ofre-
cerle por unos días mi casa, con la limitante de que estaba junto a la
de mis padres y que si se decidía a ocuparla, había que hacerlo de
manera que mi familia no se diera cuenta. Le dije que al estar yo en
la casa del lado, podía ocuparme de cuidar que su presencia pasara
inadvertida. Que tal vez podría estar ahí dos o tres días, hasta con-
seguir un lugar más seguro. Aceptó.
Me planteó que momentáneamente siguiera trabajando con Toño,
y que deberíamos ocupamos además de conseguir infraestructura para
él. Comencé a contactar a aquellos conocidos que sin ser militantes
estaban en contra del régimen. Ellos y sus casas u oficinas no estaban
"quemados".
Ibamos aprendiendo sobre la marcha a abstraer los costos y a
suplir con cariño las muchas limitaciones personales. Trabajando en
equipo, respetando las particularidades de cada uno, desplegando
una energía que yo creo que era "pura adrenalina".
Creo que era bastante compartido un sentimiento de responsa-
46
llldad r spccto de las falencias que como militantes o como partidos
d • arrollamos durante los mil días de la UP. Creíamos conocer los
rl sgos de la clandestinidad. Sólo puedo decir que no tuve nunca una
exacta de lo que tendríamos que enfrentar en un futuro muy
cercano; no estaba preparada para lo que vendría, na<;lie lo estaba.
LABORES PARTIDARIAS
Continué trabajando con Toño. Muy pronto supimos que Gustavo
había logrado conectarse con Exequiel Ponce, Víctor Zerega y Ricardo
Lagos. El partido iba tomando forma. Día a día se sumaban más
compañeros y algunos dirigentes. También surgieron contactos con
sectores del Mapu.
Conseguimos alguna infraestructura y a Gustavo le sugerí un
cambio de apariencia. Aceptó. Le hice una ondulación en el cabello y
le proporcionamos ropa distinta de la que había usado siempre. Con
el pelo crespo, de jeans, casaca corta y zapatillas parecía un estudian-
te. Unos días después, muy contento, me contó que se dio el lujo de
hacer personalmente un punto. Que estuvo varios minutos parado al
lado de Víctor Zerega sin que éste le reconociera y eso que ellos no
sólo eran miembros de la Dirección del Partido, se conocían desde
hacía bastante tiempo ... Víctor cayó detenido pocos días después y
fue asesinado.
En algunas oportunidades, manejé el auto de Gustavo para
trasladarlo de un lugar a otro. Otras veces se reunía en él con otros
dirigentes. Poco a poco los contactos de Gustavo aumentaron. Tam-
bién sus recursos. Por tanto, pasada la emergencia, volví a mis tareas
junto a Toño. Gustavo me anunció que pronto me conectaría para que
comenzara a desarrollar un trabajo en el Frente de Pobladores en
alguno de los sectores de Quinta Normal.
Yo había tenido suerte. Cuando aún vivía con mis padres lle-
garon funcionarios de Carabineros a la casa diciendo que vecinos
habían denunciado que antes del Golpe había llevado varias cajas a la
casa. Allanaron, pero afortunadamente, como mi hermano se había
casado en agosto y estaban guardados los regalos que recibió, todavía
embalados, pude justificar de esa manera la denuncia. Tenía la casa
relativamente "limpia" y el allanamiento no fue a fondo. En esa opor-.
tunidad no encontraron las armas ni la documentación que yo man-
tenía escondida.
47
 Lu z Are •
Mis padres temieron que en otra oportunidad la situación fuera
más delicada y me dijeron que debía tomar una decisión. Podía que-
darme a vivir ahí sólo si dejaba la actividad en el partido. Mi padre
fue muy claro. Tomó el teléfono y comenzó a marcar el número de
Investigaciones. Rápidamente tomé mi bolso, me despedí de mi hijo
y partí.
Toño me ayudó, dormí esa noche en su casa y al día siguiente
busqué una pieza. En un bolso deportivo estaba todo cuanto poseía.
Toño había recibido algún dinero para apoyar las comunicaciones,
movilización y arriendo de piezas en pensiones para los compañeros
que no tenían dónde vivir.
Con Toño seguimos buscando infraestructura, reconectando
militantes, guardando armas que otros por temor iban desechando.
La pieza no era un buen lugar, ya que con frecuencia allanaban las
pensiones y hogares universitarios del sector. Sin embargo, confiaba
en que sólo era conocida como persona de izquierda en el barrio de
mis padres, y aparentemente a esa fecha la represión no era tan se-
lectiva. Como enlace usaba un nombre falso, pero vivía con mi
identidad real.
En una oportunidad, dejé a Gustavo en el lugar donde estaba
viviendo y me llevé su auto. Debía pasar a buscarlo al día siguiente.
Era un sábado en la tarde, y como no tenía nada que hacer en las
próximas horas, decidí ir a ver a mi hijo. Cuando iba cerca del estadio
Santa Laura me detuvo un carabinero. Me pidió el padrón del vehí-
culo y la licencia de conducir. Le pasé los documentos, me preguntó
quién era Gustavo Ruz Zai'iartu: el padrón estaba a su nombre. Le
dije que era mi marido y que acababa de dejarlo en el estadio y que
iba a buscar a nuestro hijo para llevarlo a un cumpleai'ios. Miró
el auto, y al encontrar en el asiento trasero un tejido que yo ha-
bía colocado ahí ex profeso, me dijo sonriendo: "Que le vaya bien,
señora".
Era evidente que estábamos corriendo riesgos. Unos días des-
pués, Gustavo me ofreció que me asilara, diciéndome que sabía de
buena fuente que Investigaciones me tenía fichada por mi paso por el
GAP. Eso me hacía vulnerable y vulneraba al partido. Ai'ios después,
como funcionaria de la DINA, pude ver la información que poseía
Investigaciones sobre mí. Y supe que Gustavo había tenido razón al
preocuparse de mi seguridad.
Conversé con Gustavo, le pedí que me permitiera asumir otra
tarea. Le dije que podía hacer otras cosas y no andar tanto en la calle
48
mo nlacc. Estuvo de acuerdo. Seguiría con Toño hasta que él me
vi ra de mi próximo quehacer. Contenta, le sei'ialé que intentaría
umir otra identidad.
Bajé el ritmo de trabajo, limitándome a acompai'iar a Toi'io, quien
. t mbién dejó de circular por las calles en la medida que los enlaces
lb n asumiendo estas tareas. Como yo vivía en Avenida Espai'ia y
Toí\o en Ricardo Cumming, en la necesidad de retirarnos del centro,
donde éramos ya bastante conocidos, fuimos desplazando nuestros
puntos de Alameda al sur.
Me sentía atada, reducida. Algo en mí se rebelaba a aceptar la
ituación que estábamos viviendo. Sin embargo, día a día comprobaba
que las puertas se iban cerrando. Aquellos que tan sólo suponían que
uno podía continuar activa en algún partido político de izquierda,
pasaban agachando la cabeza, ocultando la mirada. Comencé a sentir
que tenían razón. Mi presencia era peligrosa para aquellos que conocía,
pero sobre todo para mi familia.
Era duro no llamar por teléfono, no ir a casa con regularidad,
pero estaba en juego la seguridad de mi hijo y de los míos. A menudo,
sentada en el banco de alguna plaza, descansando luego de un punto,
o haciendo hora para ir a otro, miraba a todas esas personas que
parecían tener un espacio en la vida. Un algo que hacer sin ocultarse.
Toño era mi única compaüía. Miraba ias palomas, los gorriones. Como
ellos hubiera querido sentirme libre. Sabía que de alguna manera,
internamente, lo era. Había optado. Nadie me pidió que me quedara,
sin embargo poco a poco se iban reduciendo los espacios. A menudo
pensé que incluso se me olvidaría hablar, tenía tantas ganas de llorar,
pero en esos días no me lo permitía. Demasiados problemas había
como para andar por ahí quejándose ...
RICARDO RUZ ZAÑARTU
Una vez efectuado· un punto, caminaba por la calle Tocsca y Diecio-
cho, cuando me encontré con Ricardo. Lo había conocido haciendo un
enlace entre él y mi jefe. Gustavo y Ricardo eran hermanos. Ese día,
Ricardo me abordó y nos dimos cuenta que habíamos elegido horas y
lugares cercanos para nues!ros contactos.
Fuimos a un café, conversamos, y fue la primera de una serie de
transgresiones a la norma partidaria, ya que él era un miembro del
Comité Central del MlR. Se suponía que no debíamos mantener más
49
 Lu z 1\rr
que los contactos que el partido requería. Aun así comenzamos a
vernos.
Era muy agradable reunirme con él. Creo que si el momento no
hubiera sido el que se vivía, Ricardo no habría pasado de ser un
excelente amigo. Sin embargo, aunque el tiempo fue poco, se estableció
una relación bonita. Había miles de cosas en él que por sobre todo me
divertían. Lo que más me llamó la atención fue su permanente pre-
ocupación de si yo había comido o dormido bien. Yo lo miraba
asombrada, encontraba simpático que alguien se ocupara de esas cosas
en esos momentos.
Fue lindo ir conociéndolo de a poco. Parecía disfrutar de la
vida. Qué distinta era su forma de vivir de la mía, pensé muchas
veces. Recuerdo que en un restaurant, algunos de los muchos que
frecuentábamos por Avenida Matta, mientras le escuchaba narrar
anécdotas en las que derrochaba gracia, me hizo evocar a Alejandro.
Con él había reído una vez así. Ricardo se dio cuenta de que algo
había nublado mi alegría y con delicadeza cambió de tema: me pre-
guntó por su hermano, alegrándose de que estuviera bien.
La verdad es que pronto me di cuenta que el juntarnos, igual
como había ocurrido con Alejandro, se estaba transformando en algo
importante. Ricardo me encantaba, culto, inteligente, delicado, buen
conversador y ¡le gustaba el ajedrez! Un día me preguntó:
-¿Tú sabes mi nombre?
-Sí. ¿Cómo debo decirte?
-Yo creo es mejor que me digas Alexis. ¿Y yo a ti?
-Gloria.
En uno de nuestros encuentros me comentó algo acerca del
cambio de apariencia de Gustavo, su hermano, y me preguntó si
haría lo mismo con algunos compañeros del MIR. Acepté y así conocí
al "Tano" -Hugo Ramón Martínez González-, al "Tacho" -Luis Fuen-
tes Riquclme-, a Lumi Videla Moya y al "Chico" Pérez -Sergio Pérez
Molina-. A los dos primeros seguí viéndolos. Sobre todo al "Tacho",
con quien nos hicimos muy amigos en la época en que Ricardo y yo
iniciamos una relación afectiva, que duró algo más de un par de
meses. Fue interrumpida cuando fui detenida en marzo de 1974.
Ricardo y yo decidimos vivir juntos. Arrendamos una pieza en
una vieja casona de la calle Dieciocho. El asumió la identidad de mi
ex marido. Fue en esa ocasión que me presentó al "Momio" Castillo
y le pidió que me confeccionara una cédula de identidad falsa. El
"Momio" escogió para mí el nombre: Isabel del Carmen Romero
50
1
cmtrcras. Con sa cédula caí detenida en marzo 74. Y con esa iden-
tid. d, la de mi ex marido - según prensa de la época-, murió Ricardo
Ruz Zañartu en un enfrentamiento con carabineros el 27 de noviembre
de 1979...
Hasta el día que decidí vivir con Ricardo, tenía la de
r cibir un recado de Alejandro. Me dolía no saber nada de él. Asumí
que su opción había sido otra y guardé esos 13 días como un recuerdo
precioso. Pero no pude evitar contar cada uno de los días que me iban
separando de él.
Cuando decidí quedarme en Chile, renuncié a asilarme y a
buscarlo. Estaba segura de que para él, lo prioritario sería su militancia,
esperaba que así fuera, y que si volvía a Chile, lo haría
compartimentado y con alguna tarea del partido. Al final pensé "si se
queda en Cuba, tiene la opción de vivir a salvo, de encontrar una
compañera". Traté de convencerme de que lo mejor para él era no
encontrarnos más ... No supe entonces cuánta razón tenía.
Ricardo significó para mí la alegría de vivir, un bello paréntesis,
un poco más largo que los días junto a Alejandro, donde todo quedó
como inconcluso y por vivir. Con Ricardo fue distinto, tan fluido y
libre, parecía como si cada instante fuese suficiente. Quizás la ninguna
opción de ver un futuro redujo también cualquier otra necesidad.
Nunca me molestó que fuese casado, nunca sentí que hacía daño, ni
celos. Me bastaba saber que el tiempo juntos era nuestro y hermoso.
Una sola vez me quedé pensando, pero sólo por unos instantes. Ricardo
se había marchado y "Tacho" me invitó a tomar un café. En el trans-
curso de la conversación me dijo: "Ricardo tiene mucha suerte. Con
su esposa tiene a la mujer y a los hijos. Contigo, al ideal de la com-
pañera y militante". Le pregunté: "Tacho, y ... ¿yo no soy mujer?" Me
dio cientos de explicaciones. No me convenció, pero en esos días para
mí era todo un halago ser considerada por sobre todo una militante.
· Con Ricardo comenzamos a ir por las mañanas a la piscina, con
el "Tano" y el "Tacho". Les enseñé a nadar a los tres. Elegimos la
piscina Monserrat, junto al cerro San Cristóbal. Un par de tardes en la
semana íbamos a la Federación de Ajedrez, a jugar. Mi vida cambió
radicalmente. Ricardo se daba el tiempo para leer en voz alta, mientras
yo cocinaba o viceversa (porque él lo hacía mejor que yo) y explicarme
los análisis de situación política, y manuales de instrucción del MIR.
Con los años he llegado a la conclusión que los compañeros del MIR
de esa época, eran todos grandes cocineros. Paradojalmente, con ex-
cepciones, claro, las mujeres que tuvimos un pasado militante somos
51
 Lu z Arce

pésimas cocineras o dueñas de casa. No hace mucho, un amigo me

dijo:
-Y esto es algo que no saben los mili tares ... 4
-Claro -le respondí-. Nos tomamos bien en serio eso de que no
hay roles preestablecidos, y como ustedes cocinan de maravilla, les
damos la oportunidad de ejercer su feminismo .
...Cuando Ricardo se ausentaba, él le pedía al "Tacho" que me
acompañara. Compartimos muchas horas. Ricardo y sus amistades
son especiales para mí. El, Lumi, y el ''Tano" fueron asesinados por la
dictadura, el "Chico" Pérez y ''Tacho" están desaparecidos. Pero en EN EL CUARTEL YUCATAN
mi corazón viven como en esos días, y siento que no podré estar
tranquila hasta que las circunstancias que rodearon la muerte de cada orrían los primeros días del mes de marzo de 1974. Con Ricardo
uno de ellos se conozcan. guíamos viviendo en calle Dieciocho, Ricardo usaba el nombre de
mi ex marido. Pensamos que era una buena fachada para él.
Yo seguía conectada con Toño, y un día Gustavo Ruz no llegó
a los puntos convenidos ni envió enlaces. Toño y yo comenzamos a
preocupamos. El día 17 de marzo en la mañana fui a ver a Toño.
Llamamos por teléfono a un compañero del partido en cuya casa
Gustavo había estado viviendo. El nos dio un punto para las cuatro
de la tarde en una fuente de soda -"La Ruca"-, en calle Nueva de
Matte casi al llegar a Independencia.
Al poco rato de llegar, supe que seríamos detenidos. A través
de los vidrios de la puerta vi que se acercaba nuestro compañero,
entre dos hombres, y sólo alcancé a decirle a Toño: "¡Sonamos!, re-
cuerda que ando con chapa y me llamo Isabel del Carmen Romero
Con treras".
Toño alcanzó a repetir ese nombre. Todo fue muy rápido, uno
de los agentes de laDINA se acercó a nosotros y amenazándonos con
un revólver .prácticamente nos lanzó contra la pared gritándonos que
pusiéramos las palmas de las manos en alto contra el muro y las
pfernas abiertas bien atrás. Volteé un poco la cabeza y pude ver que
uno de los agentes trajinaba mi bolso mientras que el otro hacía un
llamado telefónico. Me alegré de no portar armas. Pocos minutos más
tarde llegó un furgón de Carabineros de la Quinta Comisaría, lugar al
que fuimos conducidos. En el furgón nos amarraron las manos y nos
colocaron una venda.
Entonces me di cuenta de que no podría cumplir la promesa
que le había hecho esa mañana a mi hijo, la de llegar temprano para
forrar su cuaderno y bordar su nombre en la cotona. El día siguiente
era su primer día de colegio.

52 53
 .uz rct
Ya en la comisaría entregué los datos de la cédula de identidad
que me hizo el "Momio". Tenía claro que pronto sabrían que era
falsa. Pero decidí que no les diría mi nombre así como así. Varias
veces fueron a interrogarme sobre Toño o a insultarme. Decidí seguir
con la versión que alguna vez habíamos conversado. Sentí frío. Me
pareció, por el hedor, que estábamos en los calabozos de la comisaría.
Traté de pensar en lo que diría. Como era domingo supuse que al día
siguiente, verificarían mi domicilio y ahí sabrían que yo no era Isabel.
Tendría tiempo hasta entonces, y seguí tratando de imaginar qué es
lo que diría Toño.
Me había cortado el pelo, pero ese día andaba con peluca. En
ese momento me ayudaba a que no me reconocieran los carabineros,
ya que la comisaría estaba muy cerca de la casa familiar. Pensé en mi
hijo, que estaba a pocas cuadras, ajeno a lo que me ocurría. Recordé
las armas que tenía en el closet de mi pieza, y supe que tendría que
aguantar mínimo tres días antes de dar mi nombre, para que mi her-
mano se diera cuenta de que estaba detenida y sacara todo. No podía
correr el riesgo de que encontraran esas cosas en la casa de mis padres.
Ensimismada en mis pensamientos, recordé una a una las ins-
trucciones de los distintos manuales que recopilaban la experiencia
de partidos con años de vida clandestina. No pude evitar pensar
cuánta sangre, lágrimas y dolor, cuánta vida deshecha había tras las
hojas de cada uno de esos instructivos.
Me repetía sin cesar, debo estar tranquila. De pronto escuché
voces y gritos de alguien que iba acercándose.
-¡Párate, conch' e tu madre!
Me tiraron tan fuerte de la manga de la blusa, que se rasgó.
-¿No te dije que te pararas? Comunista de mierda ... -dijo el
hombre pegándome en el hombro. Sentí dolor y pensé: "Esto va en
serio, voy a gritar mucho" ... y comencé a gritar. Sabía que tenía la
blusa rota y tenía atadas las manos a la espalda, sentí un puñete en el
estómago y algo mío que salía, ese fue un grito de verdad, más bien
aire saliendo violentamente. Alguien me dio una patada por atrás,
ahora eran dos, no había escuchado entrar al segundo hombre, pero
no dolió, supuse que usaba algún tipo de mocasín, lo que me hizo
pensar que eran civiles, había escuchado que me llevarían a otra parte
y sentí un temblor ... ¿Sería laDINA? Sentí pánico. Y comencé a decir-
me: tengo que borrar de mi mente a Ricardo. Recordé que esa noche
íbamos a cenar comida china con mis padres. Me quedé quieta, me
dolían las muñecas y un codo sobre el cual caí sin poder evitarlo por
54
no
1, m, nos amarradas. También me había golpeado la frente. Traté de
imular un desmayo, aun en esas condiciones sentí deseos de sonreír,
mi p luca seguía puesta y firme.
Recuerdo que me gritaron que avanzara. Me negué. No sé por
qué, pero se me ocurrió que me meterían en algo lleno .d e agua y que
moriría asfixiada. Sabía que no sacaba nada con resistirme, pero no
podía evitar desobedecer, aunque me golpearan.
Momentos después se inició el viaje que duraría tantos
años... Sentí que la camioneta ingresaba a un recinto cerrado. Escuché
un ruido. Quedé sorprendida: era el mismo chirrido que hacía el
portón de Londres 38 de la Octava Comuna del PS. Efectivamente, en
ese local que había sido del Partido Socialista, funcionó el cuartel
llamado Yucatán de la DlNA. En la actualidad tiene el número 40 y
es la sede del Instituto O'Higginiano. Cuando nos bajaron, con los
tirones y los golpes se me corrió la venda. Algunas lágrimas mojaron
la cinta adhesiva y cuando pude percibir por abajo las baldosas
blanquinegras, estuve segura. Era Londres 38. Nos empujaron y es-
cuché varias voces de hombres jóvenes y uno de ellos decía:
-¡Sargento! ¡Llegaron dos más!
Sentí un leve roce en mi brazo izquierdo y supe que Toño estaba
de pie a mi lado. Ese gesto me sonó a un "estoy aquí"
-¡Revisa al huevón!
-¿Cómo te "llamai"?
-Samuel...
-¡Completo, imbécil! ¡Nombres y apellidos!
-Samuel Antonio Houston Dreckmann.
-Deletrea los apellidos ...
Escuché que Toño suavemente y con su voz algo enronquecida,
esa voz de la garganta seca, comenzó a decir... "H ... O ... U..S....
-Domicilio ...
Mientrás Toño daba sus datos traté de recordar los de mi car-
né ... Recordé que el "Momio" me había dicho:
-Uno, dos, te saltas dos, cinco y seis. Eso era mi domicilio,
Carmen N 2 1256. Pensé en Ricardo.
-¿Está limpio el Samuelito? -preguntaba alguien ...
-Sí, jefe, sólo las llaves, unas monedas y .. ..
-Ahora la mujer. Ya, huevona, empelótate .. .
Quedé muda, desconcertada y escuché que otro decía:
-¿No escuchaste? Empieza a sacarte la ropa ... o te la saco a
tirones ...
55
 Sólo atiné a decir, "estoy amarrada ... " Me soltaron las manos.
O 'SP rté con los pantalones puestos, sin ropa interior. La pelu-
-¿Te "vai" a empelotar, o no? Mira que no me gustan las
guía en mi cabeza ... Estaba sin vendas ni amarras. las
huevonas choras. Mejor, así te la saco yo -dijo otro guardia.
hora s pasadas y lloré en silencio. Volví a escuchar las fam1hares cam-
Me sacaron la blusa de un tirón, mientras otro me tironeaba de
P nadas de la iglesia de San Francisco y me sentí justo e.n
los pantalones. Traté de evitarlo, pero pronto estuve desnuda y escuché
que alguien decía: medio del centro de Santiago. Encogí las piernas y las.abrace con mis
brazos escondiendo la cabeza, quería ocupar el mínimo espacio, me
-Revísala, ¡estas huevonas se esconden las cosas en la chucha!
ntí perdida, desamparada como nunca, pensé que era 18 de_
Me tenían bien sujeta y un individuo trataba de abrirme las
zo, estaba amaneciendo quizás, pronto la ciudad se levantana, mt
Pude morder la mano que me aprisionaba por el cuello, re-
hijo ya era un niño de madre ausente, iría al. colegio mí esa
Cibi un golpe en la cara, caí al suelo mientras alguien metía sus dedos
na y quién sabe cuántas más ... Ese pensamiCnto me h1zo reacciOnar,
en mi vagina. Comencé a gritar. Luego me soltaron; dijeron que ya se
estaba viva todavía, sólo unas horas atrás estaba libre y tenía mucho
encargarían de mí, que tenían toda la noche para eso. Di los datos
que defender ... Soy Isabel, me dije al tiempo que de. lo
falsos y me llevaron a una silla que.colocaron en el pequeño subte-
ocurrido esa noche, repasando mi historia con un empeno strrular a la
rráneo. Traté de acomodarme los pantalones y de cruzar la blusa
obsesión ...
amarrando los extremos en la cintura, para cubrirme antes de que me
amarraran nuevamente, esta vez a la silla. Comencé a escuchar ruidos, alguien entró a buscarme. No sé
por qué, pero no miré al muchacho, con esperanza de al no
_Acababa de sentir las once campanadas en la iglesia de San
verlo no existiría. Me volvió a vendar la vista y me condu¡o al sub-
cuando alguien dijo despacito: "Párate, yo te llevo, el jefe
terráneo. Sentí que llegaba más gente y traté de determinar si Toño
quiere hablar .contigo". Me dejé llevar, con la inseguridad de quien
estaba ahí o no, comencé a toser, necesitaba que él hiciera un ruido,
nunca ha cammado sin ver; el individuo me fue indicando todo, los
escalones, dónde doblar, etc. Una vez en la pieza me di cuenta que había algo que me permitiera sentirlo cerca. Escuché instrucciones de ir _a
allanar algún lugar. Seguro eran los domicilios nuestros. Toño habta
más gente. Sin decir nada me tiraron sobre una colchoneta y me vio-
laron. Varios hombres: al principio intenté resistirme, traté de impedir entregado el de su madre ... Volví a sentir frío, de miedo. . . ,
Oí un grito espantoso, el primero de los muchos que mvadman
que me sacaran la ropa, pegué a ciegas patadas. Luego en el suelo, y
y para siempre mi mente. Era Toi'\o, ya lo tenían arriba. No alcanzaba
con el peso de esos individuos sobre mí, su aliento fétido, me dolía
a terminar de escuchar ese lamento sordo que todo torturado conoce
adentro como si me hubiesen roto, dolor en todo el cuerpo, estoy llo-
y que no se olvida nunca, porque nada se le parece, cuando venía
no,tengo fuerzas, que soy "algo" tirado ahí que
otro. Sentí que me dolía como a mí misma, sentí los vellos de toda mi
esta siendo usado. Que SI resisto es como un estímulo, que si me
piel parados, un dolor que me rasgó q_ue paralizó pen-
quedo quieta, si vago mentalmente por otros lugares parece ser menor
samiento, que heló todo mi cuerpo. Ah1 hab1a unas
para ellos el incentivo, soy una muí'ieca desarticulada, dos hombres
truosas. Sentí que enloquecería, apreté los puí1os hasta las
sujetan mis piernas mientras me tocan, tengo la boca enmudecida por
en 'la palma de mis manos y al recordar a sen ti surg1a
un mugroso trapo que se empei'ia en irse por mi garganta provocán-
una nueva fuerza, logré recomponer mis pensarruentos rep1tiendome
náuseas, primero una, luego otra y otra ... Soy una sola y gran
"Ricardo no existe, ninguno de mis amigos del MIR existe, mi jefe no
na.usea que crece, me abarca toda y vomito, no puedo expulsar el vó-
existe, nada existe, sólo estas bestias", mi cuerpo estaba entero
mito q_ue.se estrella en la mordaza y vuelve hacia dentro, me ahoga,
contracturado y tiritando.
otro vomito, no puedo respirar, algo caliente me inunda y me asfixio.
Pronto vinieron a buscarme. Lo supe unos minutos antes, ya
Comienzo a aprender a morir, siguen sobre mí, siento que mi
cuerpo se sacude espasmódicamente y que alguien dice: que sentí llegar a quienes fueron a allanar mi fals? domicilio: Me
subieron en vilo, al bai'\o de azulejos verde agua, ah1 donde teman a
-Jefe, algo le pasa-. Yo ya no recuerdo más, salvo que antes de
perder la conciencia alguien dijo "la huevona vomitó". Toi'\o. Comenzaron a golpearme. Me sacaron de nuevo la ropa y me
sentaron en una silla. Escuché cómo le colocaban corriente a Toi'\o en
56
57
 Lu z 1\rc •
el esfínter anal. Sentía a mi amigo retorcerse de dolor en aquella
especie de mesa donde nos colocaban: Quien lo ordenó fue el mismo
que un rato después dijo:
-Se cagó el huevón sucio, que se la coma ...
Comenzaron a interrogarme y dije lo que habíamos acordado.
-Señor, yo hace poco lo conocí en la calle, se llama Toño. Es
verdad, me invitó a tomar una bebida, ahí estábamos cuando llegaron
y nos detuvieron.
Toño insistía que yo no tenía nada que ver, cosa que jamás
creyeron porque ya habían averiguado que el domicilio era falso, y
supusieron que el nombre y la cédula también lo eran. Sacaron a
Toño del lugar y me emparrillaron. Volvieron a Henar mi boca con un
trapo y me amarraron diciéndome que cuando quisiera hablar le-
vantara un dedo. Ocurrió muchas veces, no sé cuántas. Dos eran las
preguntas: ¿Cuál es tu nombre? y ¿Dónde está Miguel? ... Se referían
a Miguel Enríquez Espinoza, secretario general del MIR. A pesar del
dolor que me hacía retorcerme una y otra vez, pensé que eran bien
idiotas en preguntarme por Miguel, ni siquiera nos habían preguntado
a qué partido pertenecíamos, luego me dije que tal vez sólo quieren
infundimos terror.
Me torturaron una y otra vez, me bajaban y me volvían a subir,
me cargaban como a un bulto, varias veces pensé que con algo de
suerte me quebraría la columna cuando la corriente curvaba mi cuerpo
como un arco. Tenía la esperanza de que las fallas cardíacas que
impidieron que continuara con mi carrera deportiva se expresaran y
que muriera ... No morí, una y otra vez volvía a recuperar el conoci-
miento. Comencé a asumir que seguía viva y traté de tener conciencia
de los días, de las horas, para saber cuándo detener esa tortura y dar
mi nombre.
Una mañana estuve segura que el tiempo era suficiente, y cuando
estaban a punto de entintar mis huellas, levanté uno de mis dedos y
dije: "Mi nombre es Luz Arce".
Me bajaron y amarraron en la silla, en el pequeño subterráneo.
Cuando llegó el equipo que a11anó la casa de mis padres, uno de los
agentes me puso una manta sobre los hombros. La enviaba mamá,
sentí su perfume en ella. Oí que comentaban que no habían encontrado
nada en la casa . Unas horas después me trasladaron a Tejas Verdes.
58
S
TEJAS VERDES
Hacía rato que podía oler el mar y mi mente se llenó de imágenes.
Respiré profundo y pensé: ¿Nos irán a echar al mar? Sentí frío a pesar
de la manta, pensé que moriría. Me di cuenta que a pesar de desear
la muerte, su cercanía estremece la piel. ¿Moriría ahogada ... ? ¿De un
balazo?
La camioneta se detuvo, y alguien nos ayudó a bajar, si es que
puede 11amarse ayuda a los tirones. Nos alinearon contra una pared.
De pie, adolorida, vendada y amarrada, sucia, a mis espaldas sentía
un muro de cemento. Serán balas, me dije, imaginando un paredón ...
Comencé a repasar en la mente la imagen, el rostro de todos los que
amaba. Pensé que los recordaría por última vez. Pasaron lista.
-53
-¡Presente, jefe!
Es Toño, pensé.
-54
-Presente-. Esa era yo. La detenida N 2 54 de laDINA.
Y así hasta terminar, no recuerdo cuántos más eran. Ni siquiera
los vi. Ni en Londres 38, ni durante el camino.
Yo no sabía dónde estaba, lo único que registraban mis sentidos
1
era 'el olor del mar, estaba llena de deseos de muerte. Tuve la sensación
de ser algo blanco, me imaginé pálida y desencajada, sucia, muy
sucia.
Alguien me empujó hacia un lado y dijo:
-¡Camina!
Me iba acostumbrando a avanzar sin temor, aunque a menudo
los guardias, por divertirse, nos daban instrucciones que nos hacían
caer o chocar. Ya me había dado cuenta de que si demostraba temor,
era como estimularlos a divertirse más de esa manera.
-Sube un pie.
59
 ra un escalón. Aquí no digas nada. Vivimos sólo lo cotidiano, desconfío de
- ¡Abre! n . Trato de retomar ese momento. Puedo incluso verme, pero
Era una puerta de madera. De un empujón llegué al otro extremo que lo único que quería era dormir. Cerrar los ojos. Dejar de
del recinto, sentí que alguien se movía tratando de evitar que yo 1 tlr.
cayera arriba. Varias manos trataban de sostenerme. Corrieron un Se abrió la puerta y un grito.
cerrojo y escuché: - ¡Afuera la nueva!
-Lista la 54, en la jaula. No quería responder, no quería pararme, no quería nada. Per-
Una voz de mujer, muy suave, me dijo: "Sácate la venda". nee{ ahí, ajena, mirando. Ni pena, ni dolor ... Nada. Alguien me
Escuché un ruido de agua. No era el mar, parecía un río que yudó a Caminé, el cansancio y la me
humedecía y enfriaba el ambiente. · tiritar. Casi no podía sostenerme. El soldado me llevo a la enfermena,
Me saqué la venda. Ocho mujeres parecieron emerger de alguna y me recostaron en una .camilla. Una enfermera estaba
noche extraña. Despeinadas, delgadas, parecían más demacradas a la Parecía ''borracho de otra fiesta", fuera de lugar. Una de esas JOVen-
luz de un pequeño cabo de vela. dtas como de película yanqui. Rubia de enormes ojos claros, maqui-
-Lamentamos que estés aquí, pero si no hay remedio, bienvenida. llada y con uniforme verde oliva. Me abrió lo que quedaba de la blusa
-Hola -dije sentándome, al tiempo que reconocía a "Patricia". y me ayudó a bajarme los pantalones. Me sentía sucia como nunca
Mis ojos deben haberse iluminado, porque ella hizo un gesto casi estuve en mi vida. La enfermera mandó a un soldado por agua, la
imperceptible, invitándome a guardar silencio. trajeron en unos baldes y comenzó a limpiarme. Me ardía todo el
-¿Cómo te llamas? cuerpo, tenía erosiones y quemaduras en la piel, sobre todo en los
Miré de nuevo, una a una, esas caras. Rostros tristes, caras de pechos, el vientre, los genitales y la zona pubiana. Seguía sangrando.
pregunta, de silencio ... Parecía una menstruación fuerte.
-Mi nombre es Luz. Luz Arce. -¿Le pusieron la corriente? -preguntó la enfermera.
-¿Cuándo caíste? No contesté. Pensé que podía ser una trampa. Me colocaron dos
-El 17. inyecciones y me hicieron tragar un par de pastillas. Alguna era un
La llama jugaba, entraba aire por las paredes, hacía frío. Me sedante, porque después dormí. Colocó entre mis piernas una enor-
amarré la blusa y me envolví en la manta . Una de las chicas golpeó la me mota de algodón y me dijo: "Lave los pantalones. Si los deja
puerta. colgados con el viento, mañana amanecerán ., ..
-¡Qué pasa, mierdas! ¡Cállense, que van a despertar hasta a los Traté de hablar, quería agradecerle, pero solo me saho un quejtdo
muertos! -gritó alguien afuera. raro. Me pesaban los párpados. La enfermera sonrió y dijo: "Tranqui-
-La nueva necesita ir a la enfermería. la, duerma, esta noche no la sacarán, ¡creo!"
Me acurruqué en el mismo lugar donde caí. Se acercó Patricia. -¡Tiene la boca y la lengua rota! -dijo otra enfermera y me cu-
La conocía, era la esposa del "Quila", miembro del Comité Central raron.
del MIR. Desperté en la cabaña. Todas dormían, escuché unos ronquidos.
Se acercó y me dijo despacito: "Patricia" se sentó a mi lado.
-No sé quiénes son las demás personas, así es que no nos cono- -¿Estás mejor?
cemos. -Sí, mucho mejor, ¿estoy sin ropa?
-No te preocupes. -Sí, una de las chicas la lavó.
-¿Te sacaron algo? -¿Me pusieron unos calzones?
-Mi nombre. -Sí, te los dio la enfermera, venías sin ropa interior.
- ¿Caíste con chapa? -Debe haber quedado en Londres 38.
- Sí -¿Dónde?

60 61
 Luz 1\rcc
Agazapadas, hablando casi al oído le conté que había reconoci-
do el recinto de detención, pues antes del Golpe había pertenecido a
la Octava Comuna del Partido. "Patricia" me habló de su esposo y me
dijo que estaba preocupada por sus sábanas. Eran nuevas y quedaron
en su casa, remojándose en Bio-luvil, agregó muy seria. Escucharla
me produjo una ternura irreproducible, me causó gracia que en esas
circunstancias se ocupara de sus sábanas. La sentía tan cercana. A
través de las rendijas se colaba el frío y las primeras luces del amanecer.
Patricia me dijo "trata de dormir".
Me acurruqué más a su lado y traté de dormir. Me imaginé que
sería agradable poder ducharme, pero ¿habrá algún tipo de agua que
lave recuerdos tan monstruosos?
Desperté con los ruidos del cambio de guardia. Un rato después
abrieron la puerta. Era Tomasito, un soldado alto, moreno de manos
y de mentón cuadrado. De apariencia tosca pero muy dulce.
-Ya, chiquillas, aquí están los ocho choqueros y los ocho panes.
-Oye, Tomasito, ¡somos nueve! Ella es Luz.
Agregó un jarro y un pan. Cuando salió me contaron que des-
pués del desayuno regalaba cigarros. Parecía un muchacho simple.
-Ay, chiquillas, lo que pasa es que no sé ser duro con las mu-
jeres, nos decía. Sería como pegarle a mi madre. ¡Eso debe ser terrible!
y no tengo mamá, sólo a ustedes mis chiquillas lindas, y volvía a reír;
me miró la cara y dijo:
-¡Ay, qué feo moretón! ¿Quiere aspirinas o prefiere algo para
dormir?
-No -alcancé a decir, cuando alguien me pellizcó en el brazo.
-Sí, Tomasito, tráele todo lo que puedas. No durmió nada. Me
explicaron que juntaban las pastillas, antes de los interrogatorios,
tomaban varias. Durante el café me fueron contando del régimen de
ese campo de prisioneros. Como a las diez de la mañana nos empe-
zaban a llevar al baño que eran unos cajones -pozos negros- muy
sucios, malolientes y llenos de gusanos. Pero uno terminaba acos-
tumbrándose a todo.
En ese momento había siete cabañas. Dos para mujeres y cinco
para hombres. Caminar me hizo sentir mejor. Cuando volvimos me
sacaron de la fila . La enfermera me volvió a curar. Me dio más algodón
pues seguía sangrando. Le dije que no había podido dormir y me
pasó una tira completa de pastillas. Se incrementaría el tesoro de la
cabaña.
Al regresar, me sentí mejor. Sabía que en algún momento vol-
62
ll 11jimw
v •rían interrogarme. Debía conservar la moral en alto. Si me queda-
' ·p rando, el tiempo no sólo se arrastraría lenta y pesadamente,
tno que me atraparía esa angustia del que sabe que se acerca la
tortura, que es peor que la tortura misma. Antes de que el soldado
rrara la puerta le pregunté quién estaba a cargo de. ese lugar y que
le dijera que quería hablar con él.
El soldado se marchó diciendo que hablaría con el teniente. Me
llamó la atención que ni siquiera preguntara para qué. Tal vez nadie
nunca le ha dicho, y él no se ha dado cuenta que puede discriminar,
pensé. Sólo está entrenado para llevar y traer cosas y cumplir órdenes.
El oficial llegó unos minutos más tarde. Moreno, de pelo negro,
tieso, ojos aceitunados. Años más tarde me encontraría con él en el
patio del Cuartel General y no me reconocería. Pero yo sí. Su rostro
quedó grabado para siempre en mi recuerdo. Tal vez porque fue el
primer oficial que en la DINA habló a cara descubierta conmigo.
Le pedí que nos permitiera limpiar la cabaña y que queríamos
hacer gimnasia por las mañanas, como los varones. Al final de la
conversación pedimos misa de campaña los domingos. El oficial au-
torizó el aseo y la gimnasia. Sobre la misa, dijo que nos fuéramos a la
cresta.
Un rato después vino un soldado con una escoba. Sacudimos
colchonetas y frazadas, barrimos, y sin darnos cuenta alguien comenzó
a cantar. Muy pronto todas entonábamos a coro las canciones que
íbamos recordando. La mayoría, de la guerra civil española. Cuando
terminamos, miramos el resultado: la cabaña estaba limpia. Pero sólo
habíamos cambiado la tierra de lugar. Ahora la llevábamos en el pelo,
la piel, las pestañas. Reímos con alegría. Busqué en mi bolso. Había
un pequeño espejo. Algunas buscaron entre sus cosas y aparecieron
lápices de cejas y rimmel. Sentadas en un rincón compartimos los
maquillajes. Nos peinamos. Y todavía podíamos reír. Seguíamos vi-
vas.
-¿Y ahora, qué hacemos? -dijo alguien.
Pregunté: "¿Han leído Historias de Cronopios y de Famas, de Julio
Cortázar?" y nos entreteníamos recordando ...
Un día conseguí una hoja de cuaderno. Dibujé un plano del
campamento, y puse, "por favor pasar de cabaña en cabaña, es para
Toño". Lo doblé, hasta que se transformó en una pequeña bolita. Dos
chicas tomaron sus manos, me paré sobre ellas hasta alcanzar el pe-
queño hueco en la pared, y lo lancé hacia la cabaña vecina. Nunca
supe si le llegó a Toño.
63
 No me interrogaron en Tejas Verdes. El 27 de marzo al medio-
día, antes de almuerzo, me avisaron que me iba. Creí que iba a un
interrogatorio, así es que tomé varias pastillas para dormir, el resto se 6
lo pasé a "Patricia". Nos despedimos con un gran abrazo. Al salir, me
pusieron cinta adhesiva en los ojos, me amarraron las manos. Al ca-
minar hacia el vehículo, sentí que las chicas en la cabaña cantaban,
" ... Libre, como el viento que recorre ..."

HOSPITAL MILITAR (Hosmil)

La camioneta partió rumbo a Santiago. Recuerdo poco de ese viaje.

Sólo que estaba mareada . Al llegar a Londres 38 me dieron un café y
durante varias horas, diferentes personas me interrogaron sobre mi
vida personal y me instaban a que dijera la verdad sobre mi partici-
pación política.
Acepté en silencio sus recriminaciones, insistiendo en que todo
era un error, que yo no era militante, que sólo había iniciado una
relación con un muchacho. También me preguntaban por la cédula de
identidad, que por qué la tenía si era falsa, quién me la había dado.
Repetí muchas veces lo mismo, pero seguían insistiendo: "¿Qué pape-
les?" "¿Dónde lo entregaron?" "¿A quién?" Luego llegaba otra perso-
na y me hablaba de cómo teniendo un hijo tan lindo, una familia,
podía meterme en esos líos. Yo seguía negando todo.
De pronto sentí ruidos, como si estuvieran peleando dos o más
personas, gritos e insultos y el ruido metálico como de un arma ca-
yendo al piso y un estampido. Fracciones de segundo después sentí
que algo pasaba por mi pie. No era dolor, la sensación fue como si
pasara un cuchillo caliente por un trozo de mantequilla. Pensé: "Me
hirieron, fue un balazo" y ahí grité, pero de impresión. Me acurruqué,
acercando la frente a mis rodillas. Me tendieron en el suelo de cemento
del pequeño subterráneo y se fueron .
Creo que no perdí en ningún momento el conocimiento. Re-
cuerdo que fui sintiendo cómo mi pie se iba hinchando y conforme
avanzaba la hora, sentía más dolor y más frío . Traté de relajarme, y
con una alegría muy triste, pensé que moriría desangrada. Cuando
pasaron varios minutos y seguía viva, me di cuenta que el balazo no
había roto ninguna arteria. Sentía el pie mojado, pero no había he-
morragia. Mis venas luego de sangrar Ún rato habían fibrilado.
Estremecida pensé que la herida se infectaría. Desde algún lu-

64 65
g•tr d la memoria de la infancia vino un sentir que no era resignación
ni esperanza. Sólo pena, muy profunda. Hubiera querido tener la
certeza de que Dios existía. Si existes, llévame, por favor, libérame de
esta locura, de este dolor, dije y me sumí en recuerdos de mi hijo
Rafael. Mientras tuviera conciencia sólo pensaría en él. Cómo hubiera
deseado ir a su lado y darle un beso, una caricia ... Decirle te amo.
Sentí voces que se y me preguntaron mi nombre.
Como estaba vendada, me fue fácil simular que estaba desmayada y
no responder. Escuché una discusión, alguien que parecía ser el ofi-
cial de tumo dijo que no quería asumir que yo muriera ahí. Entraron
y salieron varias veces; parece que hicieron algunos llamados por
teléfono. Luego alguien me envolvió en una manta y me cargaron.
Me dejé llevar como un bulto, pensé que me arrojarían en algún
lugar. Pero cuando la camioneta se detuvo, escuché:
-Sácale la venda, total igual sabrá que es el Hosmil...y tú, cabri-
ta, escucha, me juego la pega trayéndote al hospital, así es que bien
cerrado el hocico. No digas nada, ¿entendiste? ... Nada. Yo arreglaré
todo.
Sólo lo miré, ¿qué podía decir?
-Sácala con cuidado. Si se nos mucre aquí será peor.
-Yo le dije, jefe, que la dejara tirada, ahora todo va a ser un lío.
-Cállate, yo mando aquí.
Y dirigiéndose a mí agregó:
-¡Y tú no te olvides! ¡La boca bien cerrada!
Estaba muy golpeada. No lograba sentir mi cara, estaba hincha-
da, inflada como un globo. Me seguía doliendo la lengua, casi no me
cabía en la boca de tanto golpe de corriente. Sentía una punzada
penetrante en el oído derecho, pero anímicamente estaba entera. No
sentía miedo. Mientras más me pegaban, me sentía más fuerte. Llena
de rabia y decidida a resistir, me sentía segura pensando que lo único
que podía pasar era que muriera.
De pronto y sin darme cuenta, sentí que todo giraba, que todo
me daba vueltas y me escuché diciendo: "¡Pégame, maricón! Hijos de
perra, ninguna mujer puede haber parido la mierda que son". Y volví
a escuchar: "¿Dónde está Miguel?" "¡Levanta un dedo cuando quie-
ras hablar!" y esos gruesos, sucios y asquerosos dedos que se introdu-
cían en mi boca para sacarme un trozo de camisa sanguinolenta. Y
otra vez la mordaza, y todo de nuevo. Lo que ellos no sabían es que
yo jamás tuve la más mínima posibilidad de saber algo de Miguel
Enríquez. O tal vez lo sabían y sólo estaban "ablandándome".
66
Desperté, como si hubiese aterrizado violentamente. Me dolía el
pi , había vuelto en pesadillas a los interrogatorios de los días ante-
rior s. Una enfermera se acercó y me dijo:
- ¿Cómo se llama?, dígame ... ¿Cómo se llama?
Sin responder, abrí la boca y ella vio mi lengua..
-Tiene la lengua hinchada, doctor.
La enfermera seguía hablando: ·
-Creo que no puede hablar, doctor.
El médico se acercó a mí y comenzó a explicarme lo que ocurría
con mi pie.
En un momento, dijo:
-¿Eres Luz Arce, verdad? Soy el doctor Dragicevic, hermano de
Cecilia, ¿la recuerdas?, ella es atleta del Stade Francais.
Sí, recordaba a Cecilia, era más joven que yo. El doctor me
produjo confianza, me di cuenta que no tenía idea de detenidos, ni de
la DINA, así es que le dije que tenía prohibido hablar.
-Entiendo. Tranquila, te voy a poner una antitetánica, sin que te
duela. Sonreí, qué daño podía hacerme una hipodérmica en medio de
tanto dolor. Meses después yo sentiría lo mismo cuando debí inyectar
antibióticos a Christian Mallo! o al ''Tano".
-Doctor, ¿puedo ver mi pie?-. El se acercó y me ayudó a levan-
tarme. De mi pie derecho había brotado una flor. Corno una enorme
camelia roja, de piel, huesos y tendones.
-Luz, voy a lavarme para ir al quirófano. Quiero que estés
tranquila, pero recuerda, no te duermas. Te necesito consciente para
la anestesia. El traumatólogo está por llegar.
La enfermera comenzó a lavarme la cara y las manos, me sacó
la ropa. Sentí vergüenza. ¡Estaba tan sucia! Me puso una camisa de
esas que son corno un largo escapulario con tiras en los costados, y
me llevó al quirófano.
'El doctor Dragicevic colocó una inyección en el suero que ha-
bían colocado en mi mano izquierda, me puso una mascarilla en la
boca y me dijo:
-Luz, cuenta desde 100, pero hacia atrás.
99, 98, 97 ...
Desperté en una bonita habitación. Había tres personas.
Instintivamente, cerré los ojos tratando de no demostrar que había
recuperado la conciencia, y sentí mucho dolor. Dolía la pierna com-
pleta. Traté de reconstruir mentalmente lo que alcancé a ver. Mi pie
en alto en una especie de cabestrillo metálico. De él salían sondas y
67 V
 Luz Arce
drenajes desde donde goteaba sangre hasta unos frascos. Sentí la pierna
rígida. Me habían puesto un yeso hasta la rodilla, después supe que
era de esos con ventana en las heridas.
Puse atención y traté de escuchar, pero una sensación interior
más fuerte aún, me decía: "Estás sola, sola en un rincón, como siem-
pre sola y entre sombras ... " Me dio miedo, ¿estaría enloqueciendo?
-Lo siento, pero ella aquí es una paciente y no saldrá hasta que
sea dada de alta por el médico tratante.
-Pero, mi mayor, yo tengo órdenes de llevarla ahora mismo al
cuartel.
-Lo siento. De este hospital no sale sino con el alta. Dígale a su
jefe que se comunique conmigo.
-Pero, mi mayor, su paciente como usted la llama, es una delin-
cuente, y soy responsable de que no se fugue.
-No sea idiota, la paciente no puede bajarse de la cama, y a
unos pocos metros está la guardia armada ...
No pude evitar sentir un escalofrío frente a eso de volver ...
Debía luchar por permanecer ahí el mayor tiempo posible. Sentí rui-
do de pasos que se acercaban, alguien me destapó un poco y sacudió
mi hombro. Era un hombre joven, 25 años aproximadamente, delga-
do, tez morena, pelo negro liso. (En noviembre de 1974 y durante el
año 1975, lo vería como agente de la Brigada Purén-BIM-Terranova-
Villa Grimaldi). El muchacho me preguntó:
-¿Conoce a alguna "Gloria"?
Supe que habían descubierto mi carta para Gustavo que iba
disimulada en la tapa del libro que llevaba al momento de ser de-
tenida. La nota era mía y en ella le preguntaba a Gustavo Ruz cuándo
comenzaría mi trabajo con pobladores.
Comencé a responder con la vaguedad que supuse lógica en
alguien que no es militante.
-Sí, señor, conozco varias personas de ese nombre.
-¿So'1 del Partido Socialista?
-No sé, señor, a algunas de esas personas hace mucho que no
las veo.
-¿Y dónde las conociste?
-Bueno, en el colegio yo tuve una compañera de ...
Fui bruscamente interrumpida.
-Mira, que ya te vamos conociendo, déjate de historias. Yo quie-
ro saber quién es "Gloria" en el Partido Socialista.
-No sé, señor, ya les he dicho que no soy de ningún partido. Yo
no sé nada de política.
68
- A ver, toma esto ...
Me pasó un lápiz y una libreta y agregó:
- Escribe tu nombre.
Pensé en que tratarían de ver si mi letra era la misma de la de
nota, así es que me propuse desfigurarla lo más que ,pudiera. Traté
de sentarme. Sentí la cabeza pesada y un fuerte dolor en la mano. No
me había dado cuenta que ahora tenía la mariposa del suero en la
mano derecha y eso me ayudó a desfigurar la letra aún más.
Apoyé la cabeza en la almohada, y sentí que grandes gotas de
sudor corrían por mi espalda. Cerré los ojos, decidida a eludir otras
preguntas. En ese momento entró un sargento de sanidad de ejército,
que días después supe que era el sargento Cabello.
-Perdón, pero tengo órdenes de mi mayor. La señora no puede
recibir visitas. Y en un momento más, viene el médico. El individuo
le mostró algo al sargento. Me pareció que era una credencial.
-Lo siento, pero esas son mis órdenes. Tiene que retirarse. Hable
con el mayor. Se acercó a mí.
-¿Cómo se siente?
-Un poco adolorida. Sobre todo el pie y esta mano.
-Tenga paciencia, la voy a asear y luego vendrá el médico.
Me sentí más cómoda. Comenzó a controlar mis signos vitales
justo a tiempo, porque llegó el médico.
El médico era un muchacho muy joven, traumatólogo. El doctor
Elgueta. Fue muy gentil. Le pedí que me explicara qué ocurría con mi
pie. Cuando me llevaron el desayuno, quedé sorprendida: té con le-
che, galletas de soda y quesillo. ¡Todo un acontecimiento!
Era el 28 de marzo de 1974. Por la tarde llegó un muchacho
vestido de civil y me dijo que a partir de ese momento tendría guardia
interna (dentro de la pieza), aparte de la guardia externa del pasillo.
OTROS DETENIDOS EN EL HOSMIL
Comencé a enterarme de la rutina del Hospital Militar. ·Estaba en el
tercer piso, y mis vecinos eran don Osvaldo Puedo -padre- y don
Julio Palestro. Los habían traído de Dawson.
Decidí que sería paciente y respondería a todo cuanto me pre-
guntaran, porque así podía obtener información para poder tener una
visión más clara de mi situación y además tenía que lograr que se
filtrara el que yo estaba ahí. Los guardias de la DINA, los guardias
69
dL•I pasillo que eran soldados conscriptos de la Escuela de Caballería de
Quillota, los oficiales de esa guardia, normalmente subtenientes de
esa arma, enfermeros y otro personal del Hospital Militar, todos me
hacían cientos de preguntas. Sin embargo, yo tenía otras preocupacio-
nes. Temía que don Osvaldo Puccio me reconociera y sin querer de-
jara en evidencia mi paso por el GAP. Sin embargo, don Osvaldo
siempre mantuvo la actitud de que no me conocía, y una vez que
pudimos hablar a solas en mi pieza conversamos de eso, de él, de su
hijo. En esa ocasión, aproveché de agradecerle todas las atenciones
que tuvieron conmigo él, su esposa, su hermana y el señor Palestra.
Don Osvaldo y el señor Palestra recibían visitas. Cuando supie-
ron que yo estaba ahí, comenzaron a ayudarme. La señora Puedo me
llevó un pijama, ropa interior, dos chalecos de lana y un lindo abrigo
verde que me acompañó por todos los lugares de detención futuros.
Para mi cumpleaños me enviaron un enorme trozo de torta de me-
rengue y crema con frutillas y un vaso de granadina.
Día tras día, fui conociendo la rutina del Hosmil. Conocía cada
ruido, por ellos podía determinar la hora exacta, los cambios de
guardia, del turno de enfermeros, la visita del médico, las horas de
asco o de los remedios. Recuerdo que cualquier situación distinta me
provocaba inquietud. Comenzaba a echar raíces en mí un nuevo
sentimiento de inseguridad, el temor a lo desconocido.
Que ese pasillo era el área destinada a los presos políticos se
notaba por la ausencia de enfermeras -mujeres- y también por la
presencia de una enorme ametralladora "punto 30" instalada tras el
biombo que nos separaba del resto del tercer piso y el fuerte contin-
gente militar que hacía guardia.
En el testimonio que entregué a la "Comisión Verdad y Recon-
ciliación", hablé de un muchacho que había sido atrozmente tortura-
do y a quien le habían sacado las uñas de las manos. No sabía su
nombre. Hoy lo sé, y también algo más de su historia que, por cierto,
es tan cruda y llena de dolor como la de tantos, pero como no le he
pedido autorización para publicarlo sólo le llamaré Nelson. Yo lo
mencioné ante la Comisión, en un intento de individualizarlo, pues
por años temí que hubiera perdido la vida. Gracias a Dios, logró
sobrevivir, aunque producto de las torturas perdió parte de dos de
sus dedos.
El gran despliegue de armamentos y personal militar lo justifi-
caban aduciendo la supuesta peligrosidad de quienes estábamos ahí
recluidos. Argumento que pese a lo macabro de la situación, me daba
70
. Imagino 1 triste espectáculo que habríamos brindado don
valdo Puccio, el señor Palestra o yo si hubiésemos intentado escapar.
llos, convalecientes de un infarto al miocardio, y yo que cuando
t ba recién operada, ni siquiera podía bajarme de la cama, y los
tros detenidos que después fueron llegando como Nelwn, que aunque
r joven tenía sus manos imposibilitadas, o Gonzalo Toro Garland (a
1 fecha se encuentra desaparecido) y un señor Giacamán (no he podido
Identificarlo), ambos heridos de bala. Don Gonzalo literalmente per-
forado por cinco proyectiles en el estómago, intestino y clavícula
d rccha. Y tal vez el único que de poder lo habría intentado, Villa vela
del MIR, estaba amarrado, esposado e inmovilizado. La guardia co-
mentaba que él permanentemente se liberaba de sus ataduras y que
había intentado ahorcarse con una sábana en torno a su cuello,
pretando una suerte de torniquete con sus propias manos. Hecho
que provocó un enorme revuelo en el personal militar y paramédico
del Hospital.
Cuando me enteré quedé profundamente impactada . Con cierta
frecuencia acudía a mis sueños la imagen de un hombre matándose
de esa manera. Me causaba pánico el pensar que debió estar as-
fixiándose y seguía dando vueltas al torniquete. Aun hoy siento que
algo me recorre toda la piel sólo de recordarlo. El miedo era algo frío
y viscoso.
Llegué a sentir el dolor como algo concreto, como un apéndice,
como un miembro más de mi cuerpo. Veía a don Osvaldo debilitado
por el encierro posterior al infarto, al señor Palestra cuyos signos
vitales se descompensaban a menudo, a don Gonzalo que adelgazaba
a ojos vistas, sólo podía recibir suero ya que su estómago estaba
perforado, veía sus manos, los trozos de piel muerta que se asomaba
en los bordes del yeso, y se iba cayendo en trozos. Cuando pude
movilizarme saltando en el pie izquierdo, fui a su lado y con crema,
le fui retirando esa piel suya. Era una galería de horror y
nosotros una colección de seres aislados. Sacados de nuestros lugares,
de la vida. Yo diría que el Hospital Militar nos iba destruyendo día a
día, que cada segundo ahí no era un lapso que pasaba. Era algo lo
que nos jalaba a un nuevo encuentro con la DTNA, con esos otros
túneles de horror que nos esperaban en sus cuarteles.
A diferencia de los demás, yo era la única que además tenía
guardia de la DINA dentro de la pieza. Me era difícil pensar que me
atribuyeran tanta peligrosidad, así es que pensé que estaban ahí con
fines distintos de la posibilidad de que me fugara. Quizás para cautelar
71
 Lu z 11m•
•1 que en el contacto diario con personal médico y paramédico se
produjera fuga de información y yo pudiera contactarme con el ex-
terior. Creo que así como yo lo sabía, también la DlNA entendía que
a pesar de que el personal del hospital era militar, el simple paso por
ahí implicaba un rastro difícil de controlar para ellos.
El personal de la Escuela de Caballería del Ejército de Quillota,
que cumplía funciones de guardia en el sector de detenidos del
Hospital Militar, estaba compuesto por secciones de soldados
conscriptos al mando de un subteniente. Permanecían 24 horas en el
lugar. Los oficiales efectuaban rondas durante las cuales verificaban
si se estaban o no cumpliendo las disposiciones.
Los soldados conscriptos, en su mayoría de la promoción del
73, tenían 19 ó 20 años, y provenían de sectores aledaí1os a Quillota,
Quilpué, Limache y otros. Con mínima formación académica y con-
tradicciones que no sabían verbalizar. Además, el ser "soldados de la
Patria" representaba para la mayoría de ellos no sólo un orgullo, sino
la posibilidad cierta de contar con un techo y comida. Desde el primer
día me di cuenta de que estaban sometidos a un constante bombardeo.
Ese que hablaba de los delincuentes y las putas marxistas. De que
sólo tenían una alternativa. Estaban convencidos de que o vivíamos
nosotros, o ellos y sus familias.
Con verdadera ingenuidad, varios se acercaron a preguntarme
si era verdad que mis compañeros y yo íbamos a matarlos.
Me llamaba la atención la confianza ilimitada en sus jefes. Les
atribuían una cierta infalibilidad. Muchas veces pensé que esos sol-
dados no tenían alternativa. ¿Cómo cuestionar lo que era su razón de
ser?, me preguntaba. ¿Qué pasaría si ellos llegan al fondo de su con-
tradicción?
Por mi parte y sin caer en "proselitismo" me dediqué a hablar-
les de lo que definí como una postura humanista frente a la vida. A
cambio recibí una andanada de anécdotas e historias. Cuasi leyendas
en boga en la Escuela de Caballería y que pasaban por cuentos joco-
sos de oficiales y personal subalterno, de sus amoríos, y relatos de
cómo deambulaban por los terrenos de la Escuela un sinnúmero de
fantasmas.
Así, tacho de café en mano, fui enterándome de cuál era el
mundo en el que ellos vivían, y los percibí absolutamente ajenos de la
cotidianeidad, ajenos a la vida mía! a la de tantos.
Me di cuenta que las actitudes de los guardias de laDINA eran
variables. Algunos simplemente llegaban, recibían el turno, se senta-
72
n un sillón, 1 ían revistas, conversaban con la guardia de pasillo,
r ndomc. Otros me preguntaban cosas todo el día, sobre todo
lonadas con mi detención o las declaraciones que hice los primeros
. Yo simulaba que dormía y pensaba tratando de reconstruir
1 bra por palabra lo que había dicho, para dar cohen;ncia a mi
toria.
El pie me molestaba cada día más. A diario me visitaba el doctor
u •ta. Me curaba y limpiaba la herida. Me explicó que la primera
ración sólo fue de "limpieza". Es decir que se limitó a retirar los
zos de huesos y músculos que se rompieron y colocaron drenajes.
1 resto le correspondía a mi propio organismo. Por eso, a diario aflo-
ban nuevas astillas óseas que el doctor retiraba junto con trocitos de
lel y tejidos que iban necrosando, y pese a que él cortaba con unas
tijeras especiales y con gran delicadeza, me provocaba mucho dolor.
Apretaba los dientes y me aferraba a los bordes de la cama.
ran tan dolorosas las curaciones que comencé a temer esos momentos.
Don Osvaldo Puedo y el señor Palestro me enviaron un televi-
sor a la pieza. Funcionaba desde el principio hasta el fin de las emi-
siones de los canales que existían en esa época. Varios guardias seguían
las teleseries con interés y de una de ellas tomaron el nombre que me
acompaí1aría por aí1os, "Lucecita".
CONVERSACJON CON EL SUBDIRECfOR
Al segundo día de estar en el Hospital Militar, después de almuerzo,
me había adormecido pensando, pero desperté sobresaltada. Junto a
la cama estaba el hombre que había impedido que laDINA me sacara
recién operada.
-¿Cómo está? Soy el mayor Silva, subdirector del Hospital. Soy
odontólogo, asimilado al Ejército. No sé qué hizo usted, pero quiero
' que sepa que mientras esté aquí, es una paciente y será tratada y
atendida como tal. ¿Necesita algo?
Me quedé en silencio. Lo que necesitaba no podía dármelo él.
Continuaba de pie, callado y mirándome como si pudiera oír lo que
yo estaba pensando. sorprendí, me pareció que sus ojos se hu-
medecían, pero cambió rápido de tema.
-¿Cómo se llama?, ¿qué edad tiene?
-Uno de estos días, mayor, el 31 de marzo, cumpliré 26 años y
mi nombre es Luz. Luz Arce.
73
 Fue a buscar una silla, yo sólo podía mover la cabeza. Parece
humano me dije, pero en el acto se encendió una alarma. ¡Cuidado!,
puede ser una trampa, yo aún era detenida y estaba mintiendo.
En los días que estuve presa en Londres 38, sentía dentro de mí
mucha violencia. Todo recuerdo, todo sentimiento, lo transformaba
en insultos, garabatos e intentos de golpearlos. Varios habían recibido
mis mordiscos y patadas. Sabía que si daba cabida a otro sentir, me
desmoronaría.
El mayor me dijo que era el 30 de marzo. Comencé a recordar
lo que ocurrió al ser detenida. Me acordé de mi hijo y de que no
estuve para llevarlo al colegio ...
-¿Siente mucho dolor, le han dejado sedantes?
-Sí, mayor.
-¿Recuerda a su esposo?
-No, a mi hijo.
-Entiendo.
Me di cuenta de que cuando me trataban bien, afloraban
automáticamente penas y recuerdos. Tenía que aprender a manejar
eso también ...
Antes de retirarse el mayor preguntó:
-Luz, ¿desea que venga un sacerdote?
Dudé, en Tejas Verdes había solicitado Misa de Campaña, pero
era buscando un espacio donde pudiéramos estar todos los presos
juntos y sin esperar que dijeran que sí. Más bien por molestarlos. El
mayor, sin esperar mi respuesta, agregó:
-Le diré al capellán que venga. No tema, es un sacerdote. Le
hará bien conversar con él. Me retiro. Permiso, Luz.
El mayor era un caballero. Más pez fuera del agua que yo. Sentí
que la vida era una soberana mierda.
Una tarde entró un oficial muy joven. Preguntó mi nombre. Se
lo dije, mientras pensaba que alguna vez lo había visto. Preguntó si lo
reconocía. Le dije la verdad. No lo recordaba. Entonces él me señaló
que cuando yo era entrenadora de atletismo en el Stadio Italiano él
había sido deportista en esa rama. Lo recordé. Ailos después, supe
que él le avisó a una señora de esa institución y ella llamó a mi madre
y le informó que yo estaba detenida ahí. Hasta ese día, yo simplemente
había desaparecido para mi familia.
Pronto me cambiaron de habitación, de la 305 a la 303. Le pre-
gunté al 'nfermero la razón del cambio. Me dijo que por estar impo-
lhilit,ldil d 'bajarme de la cama, era menos peligrosa que los "nuevos
74
1•ntl' ". 1n se momento no supe quiénes eran. Los guardias me
t ron que e a era la habitación donde murió José Tohá y al mirar
lnsc.•t y los tubos del desagüe y la calefacción, supe que era imposible
l'l · ñor Tohá se hubiera ahorcado en ese lugar.
EL CAPELLAN Y LA EUCARISfiA
menzó a visitarme el capellán, un sacerdote de edad. Se sentó junto
mí y me preguntó si deseaba confesarme. Sin pensar dije que sí. Por
uchos ailos negué ser cristiana. Pero ese día mi deseo de confesarme
y recibir la Eucaristía fue real. Junté mis manos en actitud de oración
y miré al padre. No le vi la cara; desde el cuello de su sotana, dos
udos patrios gritaban su condición de capellán de las Fuerzas
Armadas. Sentí mucho miedo. Temí que no fuera sacerdote y
ompulsivamente le dije:
-Padre, no puedo hablar. Usted es un militar.
Quedó en silencio unos momentos y dijo:
-La entiendo, hija, la entiendo. Conversemos de otras cosas, si
quiere. Traté de hacer caso omiso, pero estaba conmovida. Mi boca
cerrada, mi garganta se negaba a emitir ni siquiera un ruido. Comencé
a· llorar. Era la primera vez que me ocurría algo así y me asusté.
El padre muy suavemente dijo: "¿Desea recibir al Señor?" Asen-
tí con la cabeza, venciendo esa extraila afonía que me invade cuando
estoy tensa.
-Creo que sí, padre, aunque hace tantos ailos que no pienso en
Dios. Hoy me gustaría creer en éi. Ni siquiera sé cómo hacer para que
eso ocurra.
-¿Es bautizada, hija?
-Sí, padre.
-El Sei1or la quiere, hija, y por hoy, eso basta.
Recibí la Eucaristía y repetí lo que decía el padre. Me sentí
extrai1a. No podía aceptar que Dios me quisiera. Poco se nota, pensé.
Comencé a comulgar a diario. El padre iba, se sentaba a mi lado.
Varias veces tomó mis manos. De a poco comencé a contarle cosas.
Sólo cosas personales. De mi hijo, de mis padres.
Un día el sacerdote me dijo:
-¿Qué hizo, hija?
-Soy socialista, padre.
-¿Mató a alguien?
\
75
 - No, padre.
- ¿Trató de matar a alguien?
-No, padre.
-Hija, ¿la violaron?
No respondí, se me llenaron los ojos de lágrimas y sé que él
adivinó.
-¿Sabe qué pasará con usted?
-No, padre.
Vi mucha tristeza en sus ojos. Nunca más preguntó nada. Me
dijo que tratara de que me llevaran a misa los domingos, el padre
oficiaba el servicio dominical para los enfermos en uno de los pisos.
Pero eso dependía del guardia de laDINA. Rodolfo Valentín González
fue el único que accedió y me llevó un par de veces. Comencé a sentir
cariño por ese sacerdote y aguardaba su visita, era un anciano muy
dulce. No hablábamos mucho. Me daba la Eucaristía y rezaba a mi
lado.
No tenía muy claro lo que me ocurría. Sólo sentía deseos de
recibir la Eucaristía y de que el sacerdote fuera cada día. Lo lindo es
que surgió en mi interior algo así como un amigo nuevo, Cristo, pero
no lo veía como Dios. En la pared frente a mi cama había una cruz, y
muchas veces en silencio, le dije:
también sufriste, verdad? Y se iniciaron interminables
diálogos con El... Me sentía acompaüada.
76
7
PESADILLA EN EL BAÑO
Durante mucho tiempo me arrepentiría de haberle pregu .. fado al
doctor cuándo me podría duchar. Mi intención era averiguar cuándo
me liberaría de ese cabestrillo del pie que me tenía atada a la cama.
Pensaba que si podía bajarme, podría movilizarme saltando sobre el
pie izquierdo. El doctor dijo que ordenaría que me llevaran a las tinas
de hidroterapia del hospital.
Un sargento en cuanto terminó de hacer su trabajo fue a mi
habitación, y me llevó al lugar de las tinas. Las bañeras eran de ce-
mento. El sargento conectó el agua. Era incómodo, ya que el cabestrillo
me obligaba a mantener el pie en alto, sobre el borde de la tina. El
sargento comenzó a jabonarme, con un enorme pedazo de esponja. Le
pedí que fuera menos brusco, ya que me estaba raspando los codos
sobre el fondo de la tina, o que cortara el agua, porque me costaba
mantener el equilibrio.
El sargento, sin responder, puso su mano sobre mi pecho, y con
la otra comenzó a tocarme hurgando en mis genitales. Yo no sé qué
harían otras mujeres en esa situación. Yo comencé a rogarle que de-
jara de hacerlo. No creo que haya escuchado mis ruegos. Traté de
incorporarme, de detener sus manos con las mías. Me soltó por un
momento, sólo para liberar su pene y volvió a aplastar mi pecho.
Comenzó a masturbarse, y momentos antes de eyacular, hundió mi
cabeza en el agua.
Mientras más luchaba, más agua entraba por mis narices y la
boca. Sentí náuseas y como cada vez que fui agredida sexualmente,
terminé vomitando.
Recuerdo la cara desfigurada del sargento a través del agua, y
1¡¡ sensación de asfixia. Pero sobre todo impotencia, dolor, deseos de
desaparecer. De no existir. De ser nadie.
,Ocurrió otras veces, no me atreví a decirlo. Había aprendido
77
 ,uz rt't'
que casi siempre las represalias eran peores. El sargento simplement
llegaba a la habitación y decía:
-El doctor ordenó que la bañe, así es que al baño ...
Cada día le pedía al doctor que me retirara el cabestrillo y los
drenajes para que se terminara esa nueva pesadilla.
. ¡Por fin!, el sábado 13 de abril, me sacaron todo. Podía poner el
pie sobre la cama y hasta voltearlo un poco. Sobre mis piernas colo-
caron u.na especie de jaula de metal para que la ropa no tocara el pie.
Cualqmer roce, aunque fuera de la sábana, me provocaba un fuerte
Tenía hiperestesia. Duró por años, aún duele. Descubrí que
podia ver el suelo a través del orificio de mi pie. Poco a poco fue
cerrándose la herida.
. Ese fue un gran día. Pedí una bolsa de basura y cubrí el pie y la
pierna -por el yeso-, y afirmándola con un elástico que me proporcionó
un guardia, comencé a ducharme sola.
Intuía que aunque todo terminara ahí, ese período impactaría
mi para siempre. Hoy siento que las horas se van desplomando
verhg¡nosamente. Hay tanto por hacer y el tiempo parece escasear.
En aquellos días, en el Hospital Militar cada segundo se arrastraba
En medio de la incertidumbre y el miedo, tuve la op-
cwn de enfrentarme a mí misma como nunca antes. Desprovista de
excusas, de razones, de argumentos. Nada de ello parecía tener validez.
Era sentir que aunque hubiese tenido la fuerza para doblegar la mano
que hundía en el agua, o hubiera tenido la astucia y sagacidad
para hbrar esas batallas donde no se precisa de tableros o torres,
peones o alfiles, nada servía para nada. Era como si la propia voz no
sonara; como si uno no existiera. No era una persona.
Ahí, de cara a mí misma, me pregunté muchas veces. ¿Quién
soy?, ¿qué pienso?, ¿qué es lo que está ocurriendo? Me di cuenta que
en el pasado, tan cercano aún, tenía muchas cosas y que de tan
naturales como eran, no podía verlas. Seguí hurgando. Me enfrenté
a una revisión de cómo había sido la relación con mis padres. Pu-
de con emoción sentir que los amo. Por primera vez emergían des-
de lo profundo de mi ser los sentires saneados, como un río de amor,
sin racionalizar, sin rencores, sólo amor. Incontenible amor ... y dolía
tanto.
Tapada más arriba de la cabeza, no quería que nadie me viera,
que nadie me hablara, necesitaba estar a solas conmigo y los recuerdos.
Absolutamente mojada de sudor y de un llanto copioso, en silencio.
Me fui reconciliando con mis sentires. Amé como nunca a mis padres,
78
hijo, '' mis compat eros. Al mismo tiempo, sabía que en esos
to no podía contar con nadie. Cualquier cosa que ocurriera
nfrcntarla sola. Comenzaron a sumarse los recuerdos, pareados
lmilitudes o diferencias, iban surgiendo de mi mente. Bajo el
d' alguna necesidad profunda de contener, de ordenar, de
umbir a la desesperación.
ra como una obsesión el dejar salir aunque fuese llorando todo
u dolía. En ese rincón pleno de soledad y desamparo sonaba mi
diciendo: "Pero si todo ya ocurrió, ya sucedió. Yo puedo ... Yo
salir adelante".
Me dolía lo ocurrido en las tinas de hidroterapia, o lo que sucedió
Londres 38, pero me esforzaba en decirme que me habían pasado
s peores y había sobrevivido.
RODOLFO, SOLDADO DE LA FUERZA AEREA
No podría precisar con exactitud cuántos hombres de la DINA estu-
vieron de guardia en mi habitación del Hosmil, pero al que nunca
lvidaré es a Rodolfo Valentín González Pérez, soldado de la Fuerza
Aérea, de la conscripción de 1973. Hoy figura en el listado de deteni-
dos desaparecidos. Pertenecía a la Unidad Purén de la BIM, su jefe
directo era el entonces mayor de Ejército Manuel Andrés Carevic
Cubillos, quien a su vez dependía del entonces mayor de Ejército
Gerardo Ernesto Urrich González.
Desde el primer día, Rodolfo demostró una conducta distinta,
más humana, que se traducía en pequeños detalles. Me preguntaba
cómo me sentía. Se interesaba por el progreso de mi herida. Nunca
hizo alusión -como los demás- a lo delincuencia) de las posturas
marxistas. Por el contrario, a título de preocupación o confidencia me
contó que tenía un hermano asilado.
Debo reconocer con dolor que no le creí. Es más, lo supuse una
burda treta de la DINA para que yo dejara al descubierto "supuestas
conexiones partidarias". Cuando me pidió consejo, le dije lo que me
pareció honesto. Le recomendé que si él conocía a sus jefes y confiaba
en ellos, les contara su problema. Pensé que si no era una "jugada" de
la DINA, era un buen consejo.
Rodolfo me preguntó si quería tomar contacto con mi familia, y
me ofreció llevar una carta. Pensé que lo natural era aceptar. Me
limité a escribir una pequeña nota manifestándoles mi cariño. Eso me
79
 causó una gran felicidad. Rodolfo comenzó a ir a casa de mis padres
con frecuencia y ellos me enviaban cosas.
Rodolfo se puso de acuerdo con mi familia y a partir de ese día,
desde las tres de la tarde, los días sábados, comenzaban a pasear por
calle Holanda entre Providencia y Costanera, por la acera del frente
del Hospital Militar. Fue lindo poder vernos, aunque fuera de lejos.
Para que no se notara, adopté la costumbre de sentarme a diario junto
a la ventana, más o menos a esa hora, y comencé a dibujar edificios y
árboles cercanos. Iban papá, mamá, tías y una prima. Llevaban a mi
hijo. Pero él no supo nunca que yo lo estaba mirando. Temieron que
llorara o me gritara llamando la atención de la Guardia del Hospital.
Era demasiado pequeño para comprender que estando tan cerca no
podía ir a mi lado. O yo al suyo.
En esos días me enteré de que Rodolfo hacía de correo para
otros detenidos del Hosmil. Eso se supo, debido a que dos familiares
o amistades de Toro Garland generaron un incidente. Aparentemente,
el personal de turno ese día solidarizó con Rodolfo y el asunto no
trascendió. Aunque eso dio más cuerpo a mi sospecha de que Rodolfo
mantenía a la DINA informada de estas comunicaciones.
Mucho tiempo después, en el afio 76, siendo funcionaria en el
cuartel general, trabajando en la organización del archivo de Inteli-
gencia Interior encontré una carpeta con fotocopias de todas mis cartas,
las que envié a casa, y también había varias cartas de Toro Garland.
Desde ese día tuve la esperanza de que Rodolfo estuviese vivo. Es-
peranza que se quebró cuando declaré ante la Comisión Verdad y
Reconciliación. Ahí me confirmaron que él era un detenido desapa-
recido.
Pienso que Rodolfo, por temor, comenzó a actuar en connivencia
con la DINA, pero en el camino, su sensibilidad le hizo involucrarse
y filtró demasiada información. Por eso lo mataron, porque fue más
allá de lo que era su misión en apoyar a los detenidos y sus familiares.
Otro de los aportes de Rodolfo fue ponerse de acuerdo con mi
hermano para ayudarlo a ingresar al Hosmil. Por él me enteré que
Ricardo Ruz Zañartu había caído detenido en el AGA -Academia de
Guerra Aérea- . Que el "Tacho" había ido a casa a informarse sobre
mi detención. Hablamos con tranquilidad, pues Rodolfo se quedó
conversando con el enfermero de turno para impedir que fuese a la
pieza. Todo el resto del tiempo, aproximadamente 20 minutos o media
hora, me contó de la familia, de mi hijo. A pesar del nerviosismo que
me invadió el pensar que mi hermano podría ser sorprendido ahí,
80
tf r n fdicidad de verlo, de abrazarlo, de escucharlo hablar de
Ir familia.
FIN DE LA PRIMERA DETENCION
mediados de mayo, noté que pese a que los dolores eran fuertes y
sólo podía dormir apoyada por fuertes sedantes, estaba repo-
1 ndome de manera evidente. Cada día que pasaba temía que me
1 ran el alta. Tenía conciencia de que mi historia era muy débil, sin
r qué había declarado Toño, y no se me ocurría nada para justificar
1 haber caído detenida con una cédula de identidad falsa. Jamás
ptarían la verdad, que era un enlace del Partido Socialista. Defi-
llivamente mi situación era más que delicada. Reconocer que el carné
lo había entregado el MIR, sólo porque un amigo lo había solici-
do, no lo creerían jamás. Si aceptaba que fue Ricardo, no le agregaría
muchos problemas a él, porque ya había caído en el AGA. Pero
tampoco aceptarían que no conocía a nadie más del MTR. Eso no
podía decirlo nunca.
Sabía que ese momento llegaría, pero decidí que trataría de
postergarlo. Hice varias cosas, le pedí al doctor Elgueta que por favor
me siguiera operando, que me ayudara a postergar mi estadía en el
Hospital Militar, que me ayudara a fortalecerme físicamente para
enfrentar lo mejor posible lo que vendría. El doctor accedió, comenzó
a administrarme calcibronat y vitaminas; me sometió a una nueva
operación, que me dio algo más de un mes.
Luego, sin darme cuenta que atentaba contra mí, ciega, con un
solo objetivo -el de poner tiempo entre la DlNA y yo-, como ya no
me inyectaban, comencé a vaciar el contenido de las cápsulas de
antibiótico. Así, a las horas que correspondía, sólo tomaba la cubierta
de gelatina vacía. Pasaba mis dedos por los bordes de la cama y
comencé a poner la tierra y grasa que había en los metales en la
herida. Fue absolutamente inoficioso. No se infectó mi pie. Pero la
operación no resultó. Necrosó casi toda la piel que me habían injer-
tado, agregándome nuevos dolores.
La semana del primero al cinco de julio, además de la guardia
de la DlNA, fueron los dos agentes que me habían capturado y que
más tarde vería en Purén de la BlM-Villa Grimaldi. Me entregaron un
cuestionario y tuve que efectuar otra declaración escrita. Lo hice,
desfigurando la letra.
81
 El momento se ac rcaba. El doctor me dijo que no podía
rar más el alta. Me llevó de regalo una buena cantidad de calcibronat,
que me ayudaría a mantenerme tranquila. Había comenzado la cuenta
regresiva.
El 10 de julio de 1974, el doctor me dijo que había tenido que
firmar el alta. Que lo único que podía hacer era darme citaciones para
los días posteriores. El alta implicaba que estaba en condiciones de
seguir con un tratamiento ambulatorio. No que hubiera sanado. Sólo
era cosa de horas.
Al poco rato, llegaron los mismos carabineros de la Unidad
Purén que me detuvieron y dijeron que quedaría libre. Pensé: claro,
quieren borrar toda huella. Así lo oficial será que en presencia de
testigos me liberan ...
A bordo de la camioneta, miraba con avidez las calles y con
temor de que me llevaran a un centro de reclusión. No fue así. Pronto
estuve en casa. Los individuos me dijeron que si me marchaba de
casa, mi familia sufriría las consecuencias. Dijeron que llamarían para
llevarme a los controles en el Hospital.
82
8
LIBERTAD VIGILADA
ntc a la DINA seguía manteniendo mi historia, con la esperanza
que aceptaran que yo era "una tipa media loca" que no sabía nada
nada. Ese 10 de julio, saltando en el pie bueno guardé mis cosas en
n bolsa de plástico, las que me dio la señora Puedo y otras que me
h bía enviado mi mamá. Miré la pieza por última vez, recordé a don
J sé Tohá, sentí que tenía la boca seca y mi corazón latía de prisa.
-Señor, ¿a dónde voy?
-A su casa, ¿a dónde va a ir?
-¿Puedo despedirme?
-Sólo de la guardia y el cabo enfermero. Espere-. Volvieron con
una silla de ruedas, como obligaba el reglamento. Recordé al padre ...
-¿Puedo ver al sacerdote?
-Sí, pero rápido.
Sentada en la silla de ruedas, recibí la Eucaristía. El padre me
dio la bendición. El cabo enfermero les avisó que tenían que pasar a
la subdirección del Hospital a firmar unos papeles, momento que
aproveché para asomarme a la habitación del lado y del
señor Palestro, que volvía a tener problemas con su preswn artenal y
estaba en cama. Me despedí de don Osvaldo, quien me dijo
to: "¿Verdad que te llevan a tu casa?" Le dije que eso habían dicho,
que no estaba segura. Puso en mis manos dos hermosas piedras ta:
liadas, las había hecho en su estancia en la Isla Dawson. Las coloque
dentro de la bolsa y con los ojos llenos de lágrimas me alejé.
Un muchacho de la guardia del pasillo, un soldado de nombre
José, se acercó y me dijo: "Lucecita, tome", y sacó de su cuello una
cruz de plata muy grande, y me la puso. Traté de decirle que no, que
no era necesario, pero él sólo dijo: "No va sola, el Señor la acompa-
ña". Usé la cruz hasta que me la robaron en laDINA. Sentí mis ojos
llenos de lágrimas, Jos cerré. A partir de ese momento sólo sentía las
83
 uz i\rcc
puertas de vaivén que se abrían con el golpe seco que iba dando la
silla de ruedas donde yo iba, y luego se iban cerrando a mis espaldas.
Abrí los ojos al entrar al ascensor... El tiempo se me acercaba con
velocidad, segundo a segundo me invadía una emoción de vértigo ...
Ver el ciclo, sentir la brisa, hizo que siguiera llorando, me ayudaron
a subir a la camioneta, todavía conservaba la bota de yeso con ventana.
Sentí un mareo frente al espacio abierto.
Recordé las flores ... Desde el día de mi cumpleaños, cada tres
días el cabo enfermero de sanidad de ejército de apellido Delgado, y
que era amigo del dueño del kiosco que hay en Providencia y Holanda,
pasaba a buscar aquellas que estando frescas aún, no podían utilizar
en arreglos florales y me las daba. Muchas flores, de todos tipos y
colores. Pasaba horas arreglándolas, preparaba dos motivos en unos
jarros de esos que se usan en los hospitales para llevar el agua. Uno
para la habitación de don Osvaldo y el señor Palestra, y otro para mi
habitación.
La camioneta se puso en marcha, una ClO amarillo claro. Rumbo
al poniente. Pensaba, no puede ser, es una trampa, mi declaración no
dice cómo conseguí la cédula de identidad. No es coherente mi ex-
plicación, no pueden ser tan crédulos, tal vez me lleven efectivamente
a casa, seguro habrá alguna vigilancia, esperan que me contacte con
el partido. Debo seguir el juego. Sólo estaré con mi familia, después
de todo, aunque sólo sea un día o unas horas. Podré verlos, abrazar
a mi hijo. Decirle que lo quiero.
-Lucecita, va muy callada -dijo uno de los agentes.
-Estoy emocionada, señor. Cayeron más lágrimas de mis ojos,
realmente estaba conmovida. Mirar el cerro, Bellavista, Pío Nono,
Avenida Perú, parecía que iba rumbo a la casa de mis padres.
Desde que mi padre jubiló, tenía un negocio en la que había
sido mi casa, un almacén. Me bajé por esa entrada. Al verme, mi
cuñada que ya tenía nueve meses de embarazo exclamó:
-¡Ahora!, ahora sí va a nacer mi hija ... Y me abrazó, también mis
padres, mi hermano y mi hijo, que venía llegando del colegio. Per-
manecimos muy juntos, mudos ... ¿Qué se le puede decir a un niño de
cinco años? ¿Qué puede ser más real que un abrazo, que unas caricias?
No me cansaba de llenar su cabecita de besos y él de estar a mi lado,
tomados de las manos ...
Escuché que el ageJlte le decía a mi padre:
-La detención de Luz fue un error, como consta en sus decla-
raciones. Lo del balazo fue un accidente. Un lamentable accidente.
84
rlll
P •ro nos haremos cargo de su recuperación. No se preocupen, ha
r cibido la mejor atención que podía tener en Santiago. ¿Verdad, Luz?
El hombre a quien decían "Brindizzi" me dirigió una mirada que me
dejó todo claro.
Era un día soleado de julio. Sentada en el comedqr, en la galería
que papá construyó y por donde penetraba el sol a raudales, junto a
mi hijo pensé: "¿Cuantos días me dejarán estar aquí?" En mi cabeza
todo empezó a cuadrar como un puzzle, como un tablero de ajedrez.
Me acercaba a la movida final de ellos. Había una celada, estaba
atrapada, es cierto, me llevarán al Hospital Militar a control, y yo
misma deberé decirles a todos, al médico, al sacerdote, que estoy
libre. Saben que sólo puedo andar a saltos, aunque saliera, no puedo
huir, pues harán responsables a mi familia, pueden detener a mi papá
o a mi hermano ... Debo evitar todo contacto. Aun con simpatizantes
de izquierda. Soy una granada sin seguro. Un peligro para cualquier
persona que se me acerque. De nuevo esa sensación de alma y cuerpo,
toda yo leprosa ...
Los miré, mamá insistió en traer café. Aceptaron. Pensé: "¡Mamá!,
por favor, no insista, deje que se vayan, tal vez sólo pueda estar unas
horas". Es asqueroso cómo mienten, cómo juegan con el amor de mis
padres, para ellos estos hombres son quienes me trajeron de vuelta.
¿Qué saben de cómo nos tratan? Sólo seguir jugando, aunque no haya
la más mínima posibilidad de triunfo. El de una libertad real. ¿Qué es
la libertad? Miré a mis padres. ¿Por qué no ven más allá? Mamá abría
el paquete de las galletas, papá traía más café.
Mamá, papá ... Mis padres. Recordé el período anterior a mi
detención. Mi vida se había cortado drásticamente. Nada sería igual.
Dividida en dos. Antes de mi detención y después de ... Los tipos se
estaban despidiendo. Sentí temor, me pareció que ellos sabían lo que
yo estaba pensando, recordé la primera noche en Yucatán, sentí una
náusea violenta, se me notó. Me adelanté y dije:
-Estoy marcada, disculpen, debe haber sido el viaje en el vehí-
culo.
Me encerré en el baño, me miré en el espejo, me había crecido
el pelo, estaba más canosa. Una decisión surgió, no importa, mi suerte
está echada, pero al menos puedo reparar algunas cosas. ¡Cristo!, mi
amigo. Si fueras Dios te diría ¡Gracias!, gracias por darme esta
oportunidad de reparar. Gracias, porque ,en estos días daré a mis
padres y a mi hijo todo mi amor. Demostrado, expresado, tocado. La
próxima vez que vea a la muerte iré sin deudas de amor...
85
 Luz 1\rr
Recordé esa noche que con fuertes dolores pensé:
Cómo me gustaría ver a mis padres, abrazarlos y decirles: Los
quiero mucho ... Habría dado mi vida en esos instantes por estar con
ellos. En el Hospital Militar, era como si de pronto mi cabeza hubiera
sido atravesada por luces y destellos que alumbraban los momentos
oscuros de mi vida y pude ver a mis padres de otra manera, pude
dimensionar, casi tocar, sus sacrificios.
El 11 de julio de 1974 nació Adita, la primera de mis sobrinas.
Me pareció tan bello el nacer. Todo promesa, caminos por recorrer, en
contraste con la conciencia de que estaría ahí unos días. Eso parecía
agudizar mis percepciones. A ratos debía entrecerrar los ojos. La luz,
los colores, los árboles, el cielo, la cordillera penetraban en la retina.
Mi mente los capturaba con hambre. Era una intensa explosión de
vida, color y calor. El amor me poseía, se enseñoreaba en mi ser.
No me cansaba de decir: Gracias, puedo amar a mis viejos, me
estoy llenando intensa y glotonamente de la maravillosa belleza de
mi tierra, de los perfumes de la vida de mi hijo. ¿Cómo no verlo
antes?
El 12 de julio, lo recuerdo con exactitud porque fue al día si-
guiente en que nació mi sobrina, me llevaron al Hosmil. Confieso que
sentí miedo. Traté de no demostrarlo. Fue exactamente como había
imaginado. Llegaron a la antesala de Traumatología todos quienes
me conocían. Ellos mismos. Los funcionarios avisaron que yo estaba
ahí.
-¡La Lucecita está libre! -decían soldados y enfermeros. Los
saludé, eran buenas personas. El doctor Elgueta me sacó la bota de
yeso y me dio algunas indicaciones. Debía hacerme yo las curaciones.
Cuando me despedí, me dio hora para la semana siguiente. Y agregó:
-Luz, ¿de verdad está libre? Le dije que hasta ese momento sí.
-Luz, si la atiende otro médico y no la veo, le deseo suerte. De
veras, que le vaya muy bien-, y me dio la mano.
Por un momento pensé que tal vez podría decirle mis dudas,
quizás él entendería, tal vez me ayudaría a pensar claro ... ¡No!, yo no
t 'nÍa nada. Lo único propio era ese ir evaluando y encajando lo que
o urrfa . Me limité a responder:
- Gracias, doctor. Gracias por todo.
S' asomó a la puerta el sargento aquel que me llevaba a las
tinas ...
- ¡Luc cita! No podía creer. Es usted, es verdad que está libre ...
- Sí, sargento. Estoy libre.
86
I;/ lnfll'rno
Lo miré desafiante, sentí miedo, y pensé: "¡Sicópata! ¡No quiero
Traté de luchar contra ese recuerdo. Sentí oleadas de calor en
mejillas. Aún siento una mezcla de vergüenza e impotencia. De
i . Deseos de decir:
- Por favor, échelo, doctor. ¿Sabe lo que hacía conmigo?.
No fui capaz de decir nada. Por años, nunca lo dije a nadie. Me
ntía tan humillada. No quería aceptar lo ocurrido. Quería borrarlo.
ro ahí estaba, en el' recuerdo, y muy claro, ese momento. No pude,
\ln no puedo evitar enrojecer ni sepultar esos recuerdos ... Me pasa-
en brazos de la camilla a la tina. Lo único que fui capaz de decir
na vez fue: "Sargento, ¿por qué no le dice a una enfermera que me
f\e?"
-Porque el doctor es el único civil que puede verla. No se pre-
ocupe, ¿cuántas mujeres cree que he visto sin ropa? No olvide que
soy enfermero-. Pero sus ojos parecían endurecerse ...
-Escuche. No grite, o si no ... -Y me tiró del pie sano. Me aplastó
contra la tina, el agua subía, casi tapaba mis mejillas, me desesperé,
cerré la boca. Comenzó a entrar agua por la nariz. Abrí la boca, más
agua. Saqué las manos, traté de retirar la suya y puso la manguera en
mi boca. El agua comenzó a llenar mi estómago, tragaba y sentía
deseos de vomitar, me estaba asfixiando. De pronto me sacó y me
abrazó y comenzó a besar mis muslos. Yo trataba de respirar, de
hablar, de razonar, no podía. Quería que sacara esa asquerosa boca
que reptaba por mi cuerpo como una babosa asqueante, me recorría
entre las piernas. Logré sentarme y lo agarré del pelo. Quería sacarlo
de ahí, el agua seguía llenando la tina. Sentí su maldita lengua muy
fría, ¿o era yo la que sentía frío?, seguí vomitando agua. Comencé a
golpear su cabeza con mis manos. Se levantó, sus ojos estaban rojos ...
y comencé a rogarle: "Sargento, por favor, por favor, me está haciendo
daño ... " De nuevo esa cara y recomenzaba a tocarme. Con sus manos
buscaba mi clítoris.
-Quiero que sientas placer, ¡escuchaste! -dijo gritando y mor-
diéndome y mirándome agregaba-: ¡Quieta!-. Sus manos alcanzaron
mis pechos.
-¡Goza!, quiero verte sentir placer.
Me mordió. Sentí un dolor muy fuerte y salió sangre de los
labios de mi vulva. Llorando, seguí suplicando, "por favor, me duele
mucho".
-¿Te duele mucho?
Quedé en silencio, petrificada, me besaba y preguntaba si me
87
 Luz 1\rcr
dolía. Me dejó un momento, abrió el cierre de sus pantalones, volvió
a hundirme en la tina, y comenzó a masturbarse. Otra vez sólo me
pidió que le dijera que me dolía mucho, y amenazaba con morderme
de nuevo. Siempre agregando "¡cuidadito con gritar!" Sólo di que
duele ... Yo repetía sin parar: "Me duele, sargento, me duele mucho".
Al principio mi voz sonaba ronca, entrecortada, luego comencé a llorar.
Entonces me abrazó diciendo:
-¡Está llorando!, ¡mi niña está llorando!, y así, hasta eyacular.
Están impresas en mí cada una de esas veces. No era sólo dolor
físico. Me sentía tan indefensa. Tenía miedo de ese hombre. El, como
enfermero, incluso era competente, atento y serio. De pronto surgía
como una bestia sádica. Fui descubriendo que no quería dañarme en
especial a mí, ya que si comenzaba a suplicarle casi llorando, o llo-
rando, ni siquiera me tocaba, y comenzaba a masturbarse inmedia-
tamente.
En esos días fui convirtiéndome en alguien que sólo buscaba ir
sorteando cada día con su cargamento de adversidades y asombro.
Sentía que todos los hombres de una u otra forma eran unos hijos de
perra. Ni eso, ¿qué culpa tienen los perros?
Mientras, el sargento estaba ahí, saludándome, cualquiera diría
casi contento de ver a alguien conocido, recordé todo eso y sólo le
dije:
-Sí, sargento. Estoy libre.
-Que le vaya bien -dijo despacio, y se fue.
Yo sé que mi mirada fue dura y creí ver tristeza en sus ojos.
Pero me llamé la atención diciendo: "Luz, eres bien huevona, ¿qué te
importa este maricón sádico? ..."
Volví a casa. En el hospital todos quedaron convencidos de mi
libertad . Era un paso que me acercaba a lo que ocurriría. Los días se
fueron veloces, más de lo que hubiera querido. Estuve en casa. Me
ocupé de ayudar a mamá en la cocina, traté de hacer las cosas que les
agradaban. Torta, empanaditas de queso para el 15 de julio, santo de
mi papá y de mi hermano ... Mi hijo se veía contento.
Cuando llegué a mi casa fui donde las religiosas de Santa Luisa
de Marillac. El convento estaba frente a la casa. Me conocían de pe-
queña. Vi a la hermana Rosita, ella me dijo que había otra hermana de
la congregación trabajando en el Comité Pro Paz. No me atreví a
confesarle mis dudas y debe haber pensado que mi libertad era de-
finitiva .
Mirando mi pie aún con yeso dijo:
88
U lnfimw
- Debes tratar de olvidar, tienes un hijo. ¿Por qué no vienes al
1 glo como apoderada y profesora? Podrías empezar a trabajar con
tras. Acepté, sabía que eso no duraría mucho, pero era una for-
linda de estar más aún con mi hijo, de conocer a sus compañeros.
bía notado que para él era importante presentarme a sus amigui-
. Su padre estaba lejos, prácticamente no lo conocía, ya que se fue
u ndo el niño apenas tenía un año.
El 13 de julio, mis padres habían salido. El niño estaba en el
legio cuando llegó Luis Fuentes Riquelme.
- ¡"Tacho"! Era mi amigo.
- ¡Luz! Estuvimos largo rato abrazados; luego mirando mi pie
d ijo:
-¡Compañera!, ¡te quiero tanto!
Bastó para comenzar a hablar sin parar. Le pedí que me contara
de Ricardo. De cómo cayó, de él. Me dijo que algo habían averiguado,
que efectivamente fue detenido por efectivos de la Academia de Guerra
Aérea, el AGA. Yo le conté de mis dudas. Pensó un momento y me
dijo:
-¡Vámonos!, te saco del país.
-No puedo, Tacho. ¿Sabes qué pasaría con mis padres y mi
hermano? No es que lo hayan sugerido. Lo expresaron abiertamente.
Debo permanecer aquí. Mi esperanza es que al ver que no hag?
me dejen tranquila. ¡Dios mío!, ándate, estoy segura que estan vigi-
lando, Tacho, por Dios. Andate.
Llegaron mis padres y le dijeron que se fuera. Dijo que enten-
día, me abrazó, no sabía que sería la última vez, no más juntarnos con
Ricardo, ni jugar ajedrez, ni ir a la piscina, ni estudiar, ni conversar.
Se fue. Mi amigo, mi hermano ...
A pesar de que yo no quería ver a nadie que tuviese
implicancia o conexión con partidos de izquierda, uno de esos d1as
me fue a ver la esposa de un compañero que vivía en el sector. Le
aseguré que nada había dicho, menos mencionarlos a ellos. Conver-
samos unos momentos frente al negocio de papá. Un hombre joven
estaba sentado en las gradas de acceso al convento de las monjas, a
pocos pasos. Poco tiempo después, estando en Villa Grimaldi lo re-
conocí.
89

9 - No, no puede ir a su casa -dijo el muchacho-. Pero saben que
SEGUNDA DETENCION
El martes 23 de julio me invitaron al Teatro Municipal a un concierto
de Narciso Yepes. Uno de mis primos consiguió una de esas entradas
que dan a los estudiantes. Al volver a casa, a una cuadra y media
antes de llegar, me di cuenta de que me estaban esperando.
Cielo negro y oscuro, una de esas noches en que parece más
honda la curva del universo y se huele la eternidad, se palpa el pulso
del tiempo. Para mí se detuvo cielo y tierra.
Más o menos a veinte metros de distancia lo reconocí. El mu-
chacho era el compañero de Rodolfo Valentín González Pérez. Como
él, también era soldado conscripto de la Fuerza Aérea en comisión de
servicio en la DINA. Aminoré el paso y recordé que él me había
contado que era casado y que tenía una pequeña bebé de pocos meses.
Quizás sólo quiere decirme algo, me dije ...
Mi mente galopaba, no podía hacer nada, ni siquiera intentar
correr. Aunque el doctor me había sacado el yeso en el control anterior,
cojeaba mucho. La herida aún estaba abierta y precisaba curaciones
diarias. Sólo podía seguir caminando hacia el encuentro de ese futuro.
Pese al frío, sentí sudor en la frente. Volvieron a resonar dentro de mí
las horas anteriores. Como una ráfaga de música, escuché el concierto
de Aranjuez ... Hermoso final para mi libertad, pensé.
El muchacho se acercó a mí.
-¿Me da fuego?
Instintivamente, me hice a un lado y dije: "No tengo".
-¡Acompáñeme!, quieren hacerle unas preguntas.
-Está bien, voy a casa y le espero.
Me colocó una pistola en el costado izquierdo, sentí cómo se
hundía el cai'\ón en mi cintura. Miré, era una Colt 45; me imaginé el
forado que me haría al salir. Con resignación di la vuelta.
- ¡Déjeme despedirme de mi hijo! -le rogué-. Sólo unos minutos ...
Por la acera de enfrente divisé a otros dos funcionarios. Al llegar a la
90
ulna, a media cuadra estaba la camioneta. Una vieja camioneta
y rdc.
tamos buscando. Deben suponer que está detenida.
- ¿Detenida?
-Perdón, retenida, porque.el jefe quiere hacerle unas consultas.
-¿Y ahora? ¿Hay alguien en el cuartel a esta hora?
-Tiene razón, pero usted se demoró. A propósito, ¿dónde anda-
ba?
Miré la calle Palermo, era el último vistazo al que fue mi barrio.
Resignada, sentada entre el conductor y un suboficial de Carabineros,
dejé el libro que me había prestado mi primo Emiliano sobre la
guantera y me saqué los unas gruesas argollas de plata. Pensé
que si me golpeaban, podían hacerme más daño aún. El suboficial los
miró y me dejó guardarlos. Después me los robaron.
-Fui al teatro.
-Claro, ella viendo películas, y nosotros aquí esperando.
-No fui al cine, fui al Teatro Municipal.
Silencio ... Un mismo metro cuadrado, un mismo vehículo, res-
pirando el mismo silencio con olor a nafta, a sudor de esas personas
que parecían desconocer las más elementales costumbres higiénicas.
Una atmósfera progresivamente pesada que se empeña en empujar
hacia adentro de la nariz esa viscosa mezcla de mugre, pánico, olor
de sangre corriendo, de mujeres violadas, de jadeos de agotamiento,
de ojos ciegos con mugrosas vendas y bocas enmudecidas a fuerza de
golpes.
¡Los dados! ... ¿Dónde están mis dados?, sonreí. Recordé el libro
que estaba leyendo, el que me pasó Emiliano, nunca pude
devolvérselo ... Alguien de la DINA se quedó con él y esa novela no
fue publicada en Chile. Era un buen momento para que el personaje
de la novela echara los dados. Si sale seis, me fugo; si sale uno, me
mato, en ambos casos puedo ser libre.
Tratando de tranquilizarme comencé a divagar. "¡Hola, amiga!,
hace días que no me visitabas. Está bien, ahora conviviremos. ¿Ves?
No eres tú quien invita. Yo iré a tu encuentro". Poco a poco, con
fiereza, ironía y abandono cerré las puertas al presente, y me propuse
ir hacia lo que fuera. Eso podía ser el último abrazo con mi amiga la
muerte.
-¡Para la camioneta! Lo siento, Lucecita, pero debo vendar sus
ojos.
91
 Luz Arre
No dije nada, no había resistencia. Miré, reconocí la Rotonda
Grecia, traté de descubrir dónde íbamos, pero dieron varias vueltas y
perdí el rumbo. Al poco rato se detuvieron, y por los ruidos supe que
se abría un portón y escuché los gritos de la guardia. Meses después
sabría que eso era el Cuartel Terranova -Villa Grimaldi-.
-¿Puedo sacarme la venda?
-No, no puedes, y tengo que amarrarte. ¿Pero antes, quieres un
café?
-Señor, en mi cartera hay unos cigarros, ¿puedo fumar?
-Claro, si nos convidas.
De nuevo esa sensación que había descubierto en Tejas Verdes.
Fumar con la vista vendada es como no fumar.
-¿Debo esperar hasta mai1ana, verdad?
-Sí, y ahora trata de dormir.
No lo logré, ¿qué puede importar? ... Recordé los días anteriores.
Sentí que había cumplido, al menos lo intenté. Mis padres, mi
hijo ... surgieron como una dolorosa presencia ausente ...
Durante unos momentos repasé mi historia, segura de que no
podría dormir, y decidí pensar en otras cosas. Quería llegar con la
moral en alto al día siguiente. Surgió dentro de mí el Crucificado y le
dije: "Amigo, eres un gran tipo, si pudieras, estoy segura me darías el
tiempo para ser madre. Ya no me importa saber si eres Dios o no. Me
gusta conversar contigo, me gusta mirarte en esta noche de ojos
vendados. Me das ánimo, vives en cada compaí1ero muerto, vives en
cada ser que sufre. Cristo, sé que sea cual sea el dolor, todo pasa.
Pueden ser momentos intensos, atroces. Amigo, ¿habrá una liberación
para mí. .. ?"
Cristo, sé que la lanza que más hiere no es la que penetra el
costado, sino que quien te hiere es un ser humano, y no puedes odiarlo.
Esa cruz que hoy puede ser un camastro donde te violan o un sommier
donde te emparrillan. Me sentí tranquila, hacía meses que no sabía
nada de mis compañeros. No podrían sacarme información aunque
me quebrara. Mal sentí que lo había logrado, que el balazo en mi pie
era el as, me había dado el tiempo que me alejaba de la posibilidad de
la traición. El triunfo, hasta el más tonto lo entendería, pensé ... qué
lejos estaba en esos instantes de la realidad, con la certeza de que
tenía todavía cartas que jugar, y aunque conociéndolos sabía que eso
los emputecería y tal vez me golpearan más duro. Sin embargo, me
calmé diciéndome: lo único que puede suceder es que muera y eso ya
no me asusta, sólo es un paso de ser a dejar de ser. Si vivo, será como
92
un regalo, y volveré a ver a mi hijo. Si muero, iré feliz. Me sentí casi
ontenta.
Vinieron a mi memoria esos días del pasado cuando siendo
pequeña ese hombre horrible me tomaba del brazo y me llevaba a la
pieza que arrendaba con su mujer, esa señora gorda a reventar y me
incorporaban a sus escarceos sexuales. Yo tenía cuatro años. Nunca
me atreví a contárselo a nadie. Al principio me asustaba, luego fui
asimilando lo ocurrido como algo malo. Crecí con sentimientos de
culpa y pensaba que por ello Dios me quemaría en el infierno. Mi
infancia, con toda esa culpa. Con las constantes exigencias de mis
padres. Yo sentía que me esforzaba, trataba de cumplir, pero nunca
parecían satisfechos. Por alguna razón, para mí, no había cielo, ni
ángeles, y menos esos parajes de estampas con corderos que
mansamente pastaban ante la presencia del Señor ...
Recordé a mi abuelo y por primera vez pensé: "Es mejor que ya
no estés. Así no sabes que tu nieta regalona está presa". Tampoco a
mi abuelo fui capaz de decirle ese secreto de mi infancia. Temí que él
tampoco me quisiera. Pero ¿sabes, abuelo? No importa, al crecer, al
comprender, dejé de sentirme tan mala. ¡Cuánto duele crecer, abuelo!
MI ABUELO
Durante la infancia, mi abuelo fue todo para mí. Creativo, culto, sa-
bio, inteligente; músico, pintor y escritor. Alma de ·artista; maestro y
artesano por necesidad, gremialista por convicción, socialista de co-
razón. De Navarra, de un pueblo llamado "Los Arce", vinieron sus
padres. Se quedaron todos en Perú, pero el abuelo siguió al sur, amó
y me enseñó a amar profundamente a Chile, mi patria.
Recordé los veranos en la vieja casona de Recoleta. Intermina-
bles piezas de adobe, dos patios, el parrón y la higuera toda mía.
Naranjos y limoneros, las gallinas. Ir con el abuelo a recoger huevos
y frutas, entre las abejas y el perfume de la lavanda y las calandrias,
que al oscurecer dibujaban líneas con su brillo fosforescente. El me
leía sus poemas, y me contaba fragmentos de la historia española.
A los cuatro años lo escuchaba estudiar violín, era algo mágico.
Yo quería crecer pronto porque él me había prometido que cuando
me alcanzara el brazo para tomar el instrumento y apoyarlo en
mi barbilla, comenzaría a ensei1arme a arrancar esas melodías. Y
cumplió.
93
 Abuelo, ¿te entendió alguien?, me pregunté muchas veces. Junto
a él me sentía princesa. Escuchaba sus canciones de cuna, el Ave
María de Schubert. Permanecía horas absorta ante sus relojes y bote-
llas de cristal donde guardaba licores caseros de diversos colores que
él preparaba al igual que las tintas y pinceles.
Recuerdo sus cabellos blancos, su caminar, el brillo de sus ojos
arrobados ante las jaulas de los canarios y jilgueros alineadas en el
pasillo de la vieja casa. Pronto me prohibieron que fuera a la casa de
mi abuelo, a mis padres no les gustaba que hablara del Partido Co-
munista o del Movimiento Obrero. Mi mamá me decía:
-Mala hija, ándate, terminarás loca como ese viejo que pierde el
tiempo en leseras.
A los catorce ai1os, ya siendo deportista, mi entrenador me
planteó que si quería ganar el campeonato nacional, ese ai1o debía
trabajar muy fuerte durante las vacaciones de verano. Mi abuelo pensó
un rato y dijo que debía obedecer al profesor. Que ya era tiempo de
que fuera haciendo amistades de mi edad. El abuelo fue ayudándome
a romper los lazos que me ataban a él, explicándome que el verdadero
amor no coarta, no quiere poseer sólo para sí, y aspira el bien de
quien se ama.
Con excepción de los días junto a mi abuelo, el resto de mi
infancia me parece triste. Quería ser monja . Se lo conté a mi madre
pidiéndole -no sé por qué razón- que no le dijera a nadie. Ella pasó
por alto mi ruego y se lo dijo a una de las religiosas. Hice mi primera
comunión vestida con el hábito de la congregación y muchas cosas
comenzaron a cambiar para mí. Creo que comencé a recibir un trato
distinto. A menudo conversaba con la hermana Directora o la Madre
Provincial y me hablaban de lo que sería mi vida. Iría a los catorce
ai1os a Roma, a hacer el noviciado, y en cuanto mi hermano tuviese la
edad recibiría una beca en el colegio de los frailes de la Orden. No
tengo muy claro los detalles, pero recuerdo que al escuchar esas cosas
me daba pena y miedo.
La monja que nos hacía clases de religión decía que por las
noches al dormir, del lado derecho de la cama estaba el ángel velando
nuestro suei1o, y del lado izquierdo, el demonio. Sufría cada vez que
despertaba hacia la izquierda. Sentía que Satán había dominado mis
suei1os y lloraba sin consuelo.
Al crecer, no pude evitar contrastar las enseñanzas de mi abuelo
con todo aquello, y comencé a hacer preguntas. La primera fue
cuestionar el que se nos definiera el colegio como de "sei1oritas".
94
rcgunté si las niñas cuyos padres no podían pagar ese colegio no
rnn señoritas. Que yo sabía que mis padres hacían enormes esfuer-
zos para pagar mensualmente. Recordaba la cantidad de veces que a
fin de mes ellos comían sólo pan untado en aceite con vinagre. Me
ntía culpable por lo que gastaban en mí y se me ocurrió decirles que
quería cambiarme de colegio a uno donde no cobraran más que la
matrícula. Ahí me enteré que entonces mi hermano no recibiría la
beca. Sentí un enorme peso sobre mis hombros y dije que no quería
ser de esas monjas que diferenciaban a las mujeres entre señoritas y
pobres.
Recordar a mi abuelo en Villa Grimaldi me hizo sentir mucha
pena. Pero también un sentimiento de paz, esa extraña paz de saber
que la vida termina, o se ha interrumpido radicalmente, y me dije: Tal
vez es mejor que mi hijo crezca sin mí. No podría resistir el saber que
cuando crezca podría estar en una situación así. En la vida se puede
ganar o perder. Según mi familia, he perdido. Asumo ese juicio, no
busco lo que ellos llaman ganar.
Por la mai1ana, el 24 de julio de 1974, en cuanto llegaron los oficiales,
me sacaron a tirones. Caí varias veces. El trayecto era largo y mi pie
aún no cicatrizaba. Rodé por la escalera de piedra del acceso a la casa
patronal de Villa Grimaldi. Hacía días que no me dolía tanto el pie.
Escuché un grito.
-¡Traigan luego a esa comunista de mierda! Ahí estaba. De pie,
sostenida por un guardia; noté que se había salido el taco de mis
zapatos, unos zuecos amplios y cómodos de usar con mi pie malo.
Sentí que de nuevo se empezaba a hinchar con un latido doloroso.
Inmediatamente tomé conciencia de que estaba gritando. Fue
compulsivo, mi nariz sangraba. ¡Me golpeó! Un bofetón con el puño
cerrado en pleno rostro. No sentí dolor, estaba confusa. Sentí que
estaba cayendo, voy a perder el conocimiento, pensé, el tipo seguía
pegándome en el suelo. Se me doblaron las piernas y algo me levantó,
otro golpe que desde abajo se estrelló en mi mentón, sentí los pies en
el aire, y caí sobre un mueble. Volví a gritar, era metálico, un escritorio,
seguro, caí de espaldas y una punta se enterró en mi cintura, la san-
gre me hizo sentir los pantalones mojados. No recuerdo más, sólo que
alcancé a pensar ... ¿Por qué no me duele? Como si algo impidiera el
paso del dolor hacia el cerebro. ¡Qué maravilloso cuerpo poseemos!
No sé cuánto tiempo estuve tirada, reaccioné violentamente con
95
un balde de agua sobre mí. Estaba tan helada, y ahora sí sentía dolor,
se me había caído la venda, vi a un oficial que desde el suelo me
pareció alto y delgado, de pelo muy corto y parecía una fiera. Estaba
en una oficina, meses después sabría que eran las de Purén.
-¡Despertaste, maldita puta! Puta, puta, eso son las comunistas
y los hijos de las putas son todos maricones. Te odio, entiendes. ¡Te
odio! Ahora vas a ver el fascismo en acción. ¿No es así como nos
dicen? ¡Soldadooo! -gritó absolutamente fuera de sí-, ¿sabía usted
que así nos dicen?
-No, mi mayor, no sabía.
-Sí. Así es, anda, perra, dile fascista al soldado, para que vea
que es cierto lo que le dice su mayor.
Comenzó a patearme, crujieron mis costillas. El oficial, gritando
como un loco, no dejaba de golpearme; obviamente no podía articular
palabra, sólo escuchaba el ruido seco y corto que hacía el aire que
salía violentamente de mí, como si me estuviera desinflando. Estaba
impactada, su intención era sólo golpearme, repitiendo una y otra
vez:
-¡Di que somos fascistas! ¡Di que querías matamos! ¡Di que nos
odias!-. Perdí el conocimiento muchas veces, casi no tenía ropa enci-
ma. Me la fue sacando a tirones, pero yo no tenía conciencia de mi
cuerpo. Era como si sólo existiese mi cabeza pensando y reaccionando
con asombro ilimitado. No sentía las piernas, ni los brazos, nada, debí
estar toda hinchada, porque la piel estaba tirante. De pronto el oficial
se agachó y casi suplicando dijo:
-Escucha, te voy a dejar tranquila un momento. Di que me odias.
Ahora sí me odias, ¿verdad?
Reuní fuerzas, traté de sentarme. Mis ojos quedaron frente a
frente con los de él. Podía sentir su aliento, no podía alzar la voz, algo
parecía estrangular mi cuello impidiéndome emitir sonidos ... Despacito
logré decir:
-No, señor, no lo odio.
No sé por qué lo dije. No pensé, imagino que porque era así,
sólo recuerdo esa sensación generalizada de dolor, y como cuando
me violaron, la primera vez en Yucatán, era como mirar todo desde
afuera con una pena muy grande. Como si un nivel de conciencia
distinto del habitual me ubicara a metros de distancia de lo que ocurría.
Como observarse desde afuera y decirse al propio oído: Sí, Luz, eres
tú, a ti te está ocurriendo todo esto, y acabas de decir, "no lo odio,
señor".
96
El oficio) se enfureció.
- ¡Lleven afuera a esta huevona! Tírenla en la tierra.
Sonreí pensando: Luz, vas donde tu madre, ella te acogerá ...
Dos soldados me llevaron en vilo, mientras el oficial tras de mí
itaba: .
- ¡A ésta la mato! Miren cómo sonríe, como si fuera a una fiesta.
dura la puta! ... Apuesto que la entrenaron en Cuba.
Comenzó a preguntarme cuándo había viajado a Cuba. Sólo
ijc:
-Señor, yo nunca fui a Cuba.
y me encerré en un recuerdo. En el hermoso recuerdo de Ale-
jandro. Traté de imaginarlo junto al ciclo limpio de aquella isla lejana,
necesitaba tener la certeza de que estaba a salvo junto mar.
El oficial estimó que mi respuesta era una burla, y comenzó a
rrastrarme del pelo. Mis piernas fueron golpeando cada uno de los
escalones. Era curioso, sentía el dolor. Constataba que me dolía, pero
nada más, sin llanto, como si mi mente se hubiera dividido en dos y
una parte, aquella que sentía, se hubiera bloqueado.
Me abandoné ... Alejandro, ¡qué dulce recordarte! Apareció ante
mí la imagen de la cordillera, la nieve rosa deshaciéndose en primavera.
Evoqué sus quebradas hondas y grises, verdinegras, un bello burdeos
sombreándola. Traté de abrir los ojos, quería mirar el ciclo. Casi no
podía abrirlos de tan hinchados como estaban. Me tiraron de espaldas
al suelo, en algún momento me sacaron o se soltaron las amarras y las
palmas de mis manos estaban sobre la tierra, la toqué acariciándola.
Sentí partir un vehículo y al oficial, que agachado decía: "¿Escuchas?
Esa camioneta pasará ahora sobre ti, primero las piernas, cada vez
unos centímetros más arriba. Hasta que hables".
En ese instante le avisaron al oficial que el coronel lo necesitaba.
Supe que era el mayor Urrich. Lo dijo el soldado. Después supe que
su nombre completo era Gcrardo Ernesto Urrich González. El mayor
dio orden de que lo esperaran, y se fue.
Se acercó un soldado, y lo reconocí, había estado de guardia en
el Hospital Militar.
-Lucecita, hable, haga lo que dice. La va a matar.
-¿Quieres ayudarme, soldado?
-Sabe que no puedo hacer nada.
-Sí puedes. Por favor, reza conmigo. ¿Sabes rezar? Yo lo he
olvidado, pero repetiré contigo. Por favor ...
El guardia cerró los ojos y los abrió, sonrió y comenzó: "Dios te
97

salve, María. Llena eres de gracia. El Señor es contigo ..." Sin darme
cuenta comencé a rezar despacio, poco a poco alcé la voz. Acudían
los rezos desde algún lugar de mi memoria, intactos, guardados allí
desde la infancia. Seguí rezando, sentí el ruido de la camioneta de
nuevo. El motor rugía. Bendita eres entre todas las mujeres. La camio-
neta aceleró. Y bendito es el fruto de tu vientre. Sentí como un enorme
pellizco en la pierna izquierda, ¡Jesús! ... Un grito: "¡Alto!", y yo ajena,
pensando ... qué dulce suena ¡Jesús!, mezcla de amor suave y tierno,
como miel ¡Jesús!, sentí que me arrastraban ... Y gritos. ¡No he muerto!,
pero ya ocurrirá, quiero morir con el alma llena de olas. Santa María,
Madre de Dios, olas besando la arena. Ruega por nosotros pecadores.
Con amaneceres despertando con caricias de sol y de flores. Ahora y
en la hora de nuestra muerte, amén ... Recordé cuán bellos y frescos
son los bosques de pinos ... Abrieron una puerta y me subieron arras-
trando por una escalera estrecha. Olía a humedad, a moho. No importa,
dentro de mí llevo una luz nueva, como un sol. Padre Nuestro, que
estás en el cielo. Perfume de tierra mojada, como la greda. Santificado
sea tu nombre. Venga a nosotros tu reino. Hágase en nosotros tu
voluntad. Mezcla de padre, hombre y Dios. Perdona nuestras ofensas.
Cada lágrima hace más tierna mi piel. Así como nosotros perdonamos
a los que nos ofenden ... Así será mientras brote agua de mi ser. No
nos dejes caer en la tentación de la violencia. ¡Agua! ... ¡Tengo sed!
Líbranos de todo mal...
De nuevo las voces, y gente subiendo.
Veo muchas piernas, unos junto a otros, me miran. Tomo con-
ciencia de mi desnudez. Instintivamente traté de cubrirme los pechos
con las manos. Estaba amarrada.
-¡Tráela, ahora sí que le saco todo!
-Jefe, no puede tenerse en pie.
-¡Tráela, dije!, apóyala, siéntala. No, mejor cuélgala.
Sentí que me amarraban las muñecas y comenzaron a tensar la
cuerda. Después de unos tirones, quedé colgando. ¡Dios! Mis hom-
bros crujieron y como unos fierros candentes sentí unas puntadas
profundas, cedieron las articulaciones, de algo sirvió que hiciera tanta
gimnasia, pensé. No hay fractura. Soy fuerte, recordé a mamá diciendo:
-¡Corres una carrera de hombres! Esos 800 metros no son prueba
de señorita, te lo llevas haciendo gimnasia como los hombres. Y yo
diciéndole que ser mujer no significaba no hacer deporte. Por lo menos
ahora servía de algo.
· El mayor se acercó:
98
II CI
¡Levanta la cabeza!
No lo hice, no pude, sentí mucho frío, estaba oscilando como un
ndulo. Ya no me importaba estar desnuda.
- Ahora sí dirás que me odias -insistió.
- No, señor, no lo odio.
- ¿Por qué? Dime por qué no me odias ...
- Porque lo entiendo, señor. Porque me da pena, señor.
Escuché risas y murmullos, sí, había mucha gente y seguían
11 gando, se estaban ubicando delante de mí, aliado del mayor, por
todos lados. Sentí que él estaba peleando conmigo. Yo no.
-¡Traigan al traidor!! Para que lo vea la ... ¿como le dicen?
-La Lucecita, -murmuró alguien ...
· -¡Lucecita!, quebradero de cabeza, eso eres. Pero yo me ocuparé
de que me odies. ¡Te prometo que me odiarás, puta de mierda!
CAREO CON EL SOLDADO RODOLFO
Llegaron dos soldados, traían a Rodolfo Valentín González Pérez, el
muchacho que ayudaba a los detenidos en el Hospital Militar.
sin ropa, sólo con calzoncillos que se veían muy blancos sobre su ptel
morena. Su pierna derecha estaba enyesada.
El mayor comenzó a hablar:
-¡Miren al huevón este! Fue un soldado de la Fuerza Aérea. ¡¡Es
un traidor!! Pero lo pillamos, lo apresamos, y trató de huir. Se lanzó
por esa ventana. Se quebró la pierna, el huevón. ma_ndamos a, la
clínica, sólo para interrogarlo. -El mayor comenzo a retr y agrego-:
¡Claro!, se quiso arrancar porque sabe lo que le espera. ¿Están todos
aquí?, quiero que esté todo el personal presente. Para que aprendan
lo que ocurre con los traidores y con las putas que los seducen.
-¿Qué hizo por ti este huevón?
-Nada, señor-. Risas.
-¿Viste, soldado? Te defiende. -Más risas-. Cuando una puta
marxista defiende a un soldado es porque éste es un traidor.
, Así ?es
o
S
que ¿no nos vas a contar cómo lo convenciste? ¿ e acosto contigo.
-¡No!
-¿Te molesta que te diga puta?
-No soy puta porque usted lo diga, señor.
-¡Me aburri contigo! Ultima vez que te pregunto. ¿Qué cosas
hizo este huevón en el Hospital Militar?
99
 ," {
- No sé.
Pidió y lo cortó en tiras. Acercó el encendedor y me Jo
colocaba en el VIentre, comenzó a salir olor a piel quemada, como el
olor de los pollos cuando se pasan por la llama para limpiarlos. Sólo
que esta vez la que se estaba quemando era yo.
Me golpeó, me quemó. No sé describir ese instante. No alcan-
zaba a recobrar el conocimiento cuando lo perdía de nuevo. No puedo
un relato ¿Será así morir? Urrich González seguía insis-
tiendo en que diJera frente al personal que Jo odiaba, que Jos odiaba
a todos. Y yo sólo decía, ¡Dios sabe por qué! .. . "No señor no Jo odio
lo me. parece que usted no se ha dejado ; El muchacho dudaba, me miró e hizo un gesto afirmativo.
agregue: ¿Las tiene, señor?"
En un momento le pregunté cómo podía odiarme tanto si no
que él tenía una madre, quizás una esposa, una he:mana.
Enfurecido me golpeó más aún, gritando que las mujeres de su familia
eran otra cosa, eran unas damas, y no putas como yo.
Durante muchos años pensé que si narraba lo que me ocurrió
en esos días, nadie lo creería. Sin embargo, en el aílo 1991 en uno de
mis viajes por Europa pude leer el testimonio de alguien estuvo
ese en la de Terranova . Esa persona lo recuerda todo y lo
orgamsmos de Derechos Humanos, mucho antes que yo. Yo
no sabia que esa persona había estado ese día cerca de mí. No entro
en más detalles, por ahora, debido a que no deseo interferir en las
de varios procesos donde el testimonio de esta persona
es Importanhsimo.
Recuerdo como entre brumas a Rodolfo gritando:
-¡Luz, diJes todo! Yo ya lo hice. No resistí. Confesé todo. No
sufras por mí.
. -El maricón, no que una mujer sea más valiente que él
-gntaba el mayor-. ¿VIeron todos? Quiero que todos vean ... Hasta
una puta marxista es más valiente que un traidor. Miren a este maricón.
¡Es un traidor! Pero también verán hablar a esta huevona. También
hablará esta perra . Ya lo sé todo. Pero tienes que decirlo tú.
Rodolfo desde un rincón, semisentado en una colchoneta, apo-
yado sobre la pared de la torre, me gritaba sin parar, llorando:
-Luz, dilcs lo que quieran. No sigas sufriendo, por tu hijo, por
favor por tu hijo! ¡¡Dile lo que él quiera!! ... ¡No sufras por mí!
Urnch, fuera de sí, comenzó a gritar: "¿Usted, soldado se da
cuenta? Dice que no lo reclutó para la izquierda". ' En voz baja, respondió:
Reuní todas mis fuerzas y le dije:
100
llljl l'rllll
S •• or, yo no he tratado de reclutar a nadie. Al contrario, cuan-
guardias se ponían a conversar delante de mí, les pedía que no
Que no hablaran delante de mí. Por favor, pregúnteles.
su lado, hay dos de los guardias. Pregúnteles. ¿No creerá que
!u té a todos, verdad? Miré directamente al chico. Pa.lideció, era
ompañero de Rodolfo, el mismo que me había detenido la noche
• "llo r ·l nr. Se veía conmovido y asustado.
Bajó los ojos y asintió con un gesto, casi imperceptible. El mayor
desconcertó, se dio vuelta y lo miró. Comenzó a gritar.
- ¿Es verdad? ¿Te hizo callar alguna vez?
Urrich gritó: "¡Traigan al jefe de estos huevones!"
Sentí que alguien bajaba las escaleras corriendo. Durante esos
lnutos, Urrich me miraba sin decir nada. Comenzó a pasearse, y
ijo a alguien que estaba detrás de mí, "suéltala un rato". ,
Soltaron la cuerda. No sentía los brazos ni las muñecas, quede
on los pies tocando el suelo, había dejado de balancearme y toda mi
ngre pareció inundar brazos y manos. Era horrible, como si
de agujas se enterraran de pronto haciéndome sentir un
doloroso. Fuertes dolores en mi vientre quemado me h1c1eron em1t1r
un quejido. Me miré, un líquido amarillo chorreaba de las quemaduras.
Líquido tisular, pensé ...
Alguien decía: "Es bonita la concha de su madre, por lo menos
este huevón comió bueno antes de morir ..." Me dolía tanto que me
dijeran puta, pero nada que hiciera o dijera haría que pensaran di-
ferente. Tal vez necesitan creer a su jefe. Fue como si hubiera chocado
con el fondo de mí misma. No tenía nada. No era nada.
Al poco rato llegó alguien y volvieron a colgarme. Nadie dijo
cómo y el soldado, tal vez en un rasgo de humanidad, me dejó tocando
un poco el suelo con la punta de los pies. Era menos atroz. Me le-
vantaron la cabeza. Vi a quien después sabría que era, entonces, el
mayor Manuel Andrés Carevic Cubillos. Don "Raúl" le decían en la
DINA. Era el jefe de los muchachos de la agrupación de la Unidad
Purén que hacían guardia en mi habitación del Hospital Militar.
Entonces sucedió algo increíble. El mayor Urrich González co-
menzó a interrogar ahí al mayor Carevic Cubillos.
-¿Sabías que los soldados hablaban cosas de la DINA y ella los
hacía callar?
. -Sí, me lo comentaron varias veces.
101
 Urrich me miró y dijo:
-Y tú ¿por qué los hacías callar?
-Porque no quería saber nada, señor, porque lo que he dicho
desde que llegué es verdad. No sé nada. Porque quiero vivir, quiero
ser libre y pensé que saber podría ser peligroso. Yo no he querido
reclutar a nadie, no he convencido a nadie.
-¡Pero este huevón te contó que tiene un hermano asilado!
-Sí, es verdad, pero espero sepa usted lo que yo le contesté.
-¿Y qué le contestaste?
-Que hablara con su jefe. Que si él era leal, su jefe lo entendería.
Más desconcertado aún, Urrich miró a Carevic. Este asintió con
un gesto.
Urrich me miró fijamente, se dio vuelta y se fue. Antes de co-
menzar a bajar la escalera gritó: "¡Bájenla! Déjenla en una colchoneta.
¡Que quede un guardia!"
EN LA TORRE DE VI(._LA GRIMALDI
El personal comenzó a retirarse. Se acercó un señor canoso y me
preguntó si lo conocía. Le dije que no, me explicó que él sí, que se
había casado con una compañera mía de la Universidad, que él me
recordaba porque yo hacía deporte. Años después supe por él mismo
que en 1976 era un sargento de Ejército, el conductor del auto del
coronel Manuel Contreras, no sé por qué estaba ahí. Tal vez estaba el
coronel presente. No lo sé. Había mucha gente y yo, obviamente, no
me dediqué a mirar quién estaba, había momentos en que si no me
sostenían tirándome del pelo, no tenía fuerzas para levantar la cabe-
za.
Estuve, dicen que estuve doce días en la torre de Villa Grimaldi.
No puedo recordar los detalles, sé que ordenaron que no me dieran
de comer. Alguien me cubrió con un grueso poncho de castilla negro.
Un día desperté porque alguien tocaba mis piernas. El me
hizo un gesto de silencio.
-Calladita, él sabe "componer" huesos y la está examinando.
No sentía las piernas, la verdad no sentía nada, salvo el borde
interno del pie y la pierna derecha con hiperestesia. Me miré. Tenía
costras en el vientre y me picaba el vello púbico al crecer entre la piel
quemada. ,
Después de un rato el hombre dijo:
102
-Quebrada no está, ponlc las piernas para arriba, que no cami-
n •. ¿Cómo va al baño?
- La llevamos nosotros.
Ni siquiera eso recordaba. El guardia cogió con suavidad mi
bcza y me dio agua de una botella, otra vez un de chocola-
t , algo de pan. Lloré cuando uno de esos chicos sacó de su boca_ un
norme pedazo de manzana y sujetándome semisentada me lo d10 _a
comer. Lo había escondido dentro de su boca ... Fue la manzana mas
xquisita que comí en mi vida.
No había para mí días ni horas. Sólo un sopor permanente. Los
pocos instantes de conciencia también eran extraños. Sentía esos
guardias hacían lo que podían, pero incapaz de nada, yo solo los
miraba y decía ... Gracias... -
También el dolor era distinto, podía sentir su presencia constante,
pero no sufría. Como si el dolor hubiera excedido el umbral que un
humano puede soportar y se hubiera esfumado, dejaba de ser. Estaba
más allá del dolor. Un día me pregunté. ¿Se puede morir de dolor?
Sentí que mi deseo más intenso era morir, que la bruma lo invadía
todo. Una nube se adueñó de mí, estaba tirada en el suelo, nunca lo
sentí duro o algo. No estaba ahí, como si me hubiera introducido por
algún resquicio dentro de mí en algún mundo propio, donde podía
ver, recordar, casi oler flores y paisajes.
Un día, me dijeron que el decimotercero, me llevaron comida.
No podía comer. Tenía la garganta seca, también los labios. Estaba
despertando, como si viniera de alguna parte. Comencé a reconocerme
a mí misma, vi por primera vez el polvo que se adueñaba del piso,
rincones y paredes. Traté de acomodarme. Sentí dolores. Comencé a
reír. Recién me estaba dando cuenta de que estaba viva. Mi amiga la
muerte volvió a abandonarme. Ya no estaba ahí... Sentí deseos de
gritarle ¡maricona!, mala amiga. Huiste de mi sonrisa al
¡¡Muerte!!, ¡eres una farsante! ¡<:;Jaro!, era más fácil morir y la
dora huyó ... ¿Por qué no matarme? Sólo fue una pregunta. Sabta
que mientras tuviera una chispa de conciencia lucharía por vi-
vir. Apoyé la espalda contra la pared y me miré. En Tejas Verdes creí
que estaba lo más sucia que se podía estar. Ahora lo estaba de veras.
Mi vientre me molestaba, era una picazón atroz, los pelitos de la
manta pegados entre las costras, y sin embargo no
Pasé un dedo por mi pecho, estaba cubierta de polvo y herra y exclame
contenta ... Tú no me haces daño. Miré mi pie, casi totalmente cica-
trizado, también lleno de tierra y pelusas, sin rastros de infección por
103
 ningún lado. Volví a sonreír, me sentí hija de la tierra. ¡Sí, soy de Jlugílr dond • yo e taba. Cuando le pregunté la causa, dijo riendo, yo
tierra! r 0 que tienen pena, y también porque temen que pueda pasarles."lo
Madre tierra, madrecita querida, salí de tu vientre. Paré en seco. 1 González". Le pregunté por Rodolfo, dijo que no habían vtsto
¿Estoy loca? ¡Dios! En los peores instantes, la mente podía acudir a da, pero que el jefe decía que estaba muerto, muerto por traidor.
una reserva ilimitada de belleza. Todo parecía conducirme a entender Le expliqué que nunca había tratado de o algo pare-
que si oponía resistencia a lo demencial de la situación, terminaría ido ...
loca de atar. -Será como usted dice, pero los jefes nos explicaron que no
La fantasía de las manos enfundadas y cruzadas sobre mi vientre, debíamos hablar con usted, Lucecita. Que es muy inteligente y que
esas ataduras de la mente que quiere separarse de la realidad, sólo puede "embolinarnos la perdiz" como quiera, y podemos "hacerlos"
podría evitarlas con una entrega absoluta de mi ser. Soñé la apertura traidores como el González.
como una disposición a aceptar ver, aceptar oír, querer tocar y oler lo -Es cierto que me ayudó, pero sólo llevó unas cartas a mis
que fuera. Decidí que esa disposición estaría presente en mi vida, padres, nada más, se lo juro. . . ,
fuera cual fuera la situación. -Algo más tiene que haber sido, Lucecita. St no la na
Luego me repetía, tratando de convencerme: "No, no estoy loca, a usted no más, algo más tiene que haber hecho el Gonzalez.
mi instinto me defiende". Pronto estuve pensando de nuevo. Recordé Por la noche sentí unos ruidos y pude ver que la luz de una
a dijeron que estaba muerto. Que había muerto por ayudarme. linterna se movía por el hueco de la escalera, era uno de los guardi,as,
No podía comprender que fuera verdad, que por haber llevado unas que me llevaba ropa y un sandwich. Abrí la bolsa, había
notas a mi hijo y a mis padres estuviese muerto. No pude aceptarlo. un termo. Era café con leche. Esperó que comiera y se fue. Me dt¡o
Pensé que era otra manera de torturarme, de infundirme más terror que la ropa era de su hermana. . ,
aún. A menudo pensaba que no querría olvtdar nunca esos d1as, no
En esos días, a pesar de estar sumida en una forma de el dolor solamente, sino todos mis sentimientos. Estaba descubriendo
inconciencia bastante ahorrativa, el organismo debía alimentarse y unos tesoros, la ayuda de esos chicos de la guardia, saber que los
obviamente se había nutrido de lo almacenado. Pensé que hubiera seres .h umanos siempre pueden encontrarse en cualquier lugar ...
sido bueno no haber estado tan flaca. Debí haber comido más en
casa ... A partir de cualquier pensamiento siempre retornaba mental-
mente a mi casa, a mi hijo, le hablaba como si estuviese presente ...
Rafaelito, espero que te acuerdes de todo lo que te dije. Que si
mamá no vuelve es porque no puede ... Recordé su carita triste. No
podía evitar que sufra. No sabía cómo se instalaría en él ese abandono.
Sólo podía decirle ¡te amo!, por favor, no lo olvides, te amo y mucho.
Su infancia fue distinta, como la de tantos otros niños. Tardaría años
en averiguar cómo esas cosas le afectarían.
Mientras pensaba, masajeaba mis piernas, trataba de movilizar
cada segmento de mi cuerpo. Continuaba desnuda; en un rincón di- ·
visé mis zapatos, uno sin tacón. Aunque 'la manta era gruesa, sentía
mucho frío. Tenía muy dañados los hombros ·y las muñecas. En el
muslo izquierdo se me formó una especie de cintura. No sé cómo
ocurrió. Tal vez un golpe fuerte, o las amarras.
Un día, uno de los guardias se quedó un rato más cuando me
llevó algo de comer y me contó que los otros guardias no querían ir

104 105

10
DE VUELTA A YUCATAN
No sé cuándo, a fines de julio o comienzos de agosto, volvieron a
colocarme cinta adhesiva en los ojos y me subieron a una camioneta.
Otra vez el cuartel Yucatán en la calle Londres 38.
Los guardias me reconocieron y me asignaron el mismo número
que tuve en marzo. Volvi a ser la 54. Cuando pasaban lista, pude
darme cuenta que iban más allá del 100. Volví a estar sentada y
amarrada a la silla. De nuevo se me hincharon las piernas y los brazos.
Sentía ese latido molesto y doloroso en los pies, sobre todo en la
herida y en las manos. Traté de acostumbrarme a esa posición, me
dolía la cintura y había un olor terrible. ¡Claro!, éramos tantos y sin
asearse en una pieza. Yo olía igual, sólo que me había acostum-
brado. Decían que los baños estaban malos y que les echaban agua
sólo una vez al día. Trataba de hacer isométricos, es decir, contracturar
la musculatura segmento a segmento y luego ·relajarla. Dolía, pero
quería evitar la atrofia. Estaba muy delgada; sin ser maciza, antes
había tenido una musculatura bien marcada, que ahora parecía haberse
esfumado.
Intuía que quedaba mucho aún por vivir de ese horror y sabía
que si me destruía físicamente, sería imposible huir de la locura que
rondaba mi mente.
Cuando me permitía pensar en los afectos sentía desesperación
y angustia. Me asusté, la proximidad de la locura me pareció peor
que la de la muerte. Se me ocurrió que además de ocuparme de mis
músculos, debía tratar de mantener la capacidad de razonar. Pensé
que me ayudaría el hacer ejercicios de matemáticas, y comencé a
realizar cálculos, y si la situación era tal que no podía concentrarme,
entonces sólo contaba, de dos en dos, de cinco en cinco. Me mantenía
ocupnda y podía abstraer ese mundo de llantos y súplicas, de gritos
gulurnlcs.
106
1 1 lrljlfTri!J
Me hada bien sentir que pese a todo estaba activa, ajena, pero
awnta. Comencé a recopilar información. Primero a distinguir a
guardias y oficiales por sus voces, por el lenguaje que empleaban, por
el sonido de sus pasos, los diferentes perfumes que usaban. De esos
fuertes y apestosos. Se fueron grabando esos olores y asociando a un
!l<.'ntimiento de rechazo que aún hoy conservo. Uno de ellos tenía el
mismo olor del sargento enfermero del Hospital Militar y aún me
provoca náuseas. Trataba de racionalizar la situación. Logré ocultar la
expresión de asco, de destrucción interna. No se me notaba nada, me
ayudaba mucho el estar vendada . Pero internamente me sentía des-
hecha.
Dos días después de haber llegado a Yucatán, nadie había ha-
blado conmigo. Esa espera aumentaba la tensión. Me era muy difícil
controlarme, todo parecía volver, llenando mi ser de miedo, más que
miedo. Terror, pánico. Me faltaba el aire, como si el pecho estuviese
siempre apretado, como si den kilos me oprimieran haciendo doloro-
sa hasta la respiración. Unas punzadas muy fuertes bajo la clavicula
derecha prácticamente · me inmovilizaban el brazo. Trataba de cal-
marme. Me sentía alterada, como si hubiera olvidado respirar y mien-
tras más lo intentaba, el aire parecía no existir. Luchaba contando,
visualizando los números, tratando de graduar inspiración y
espiraciones. Me movía tratando de expandir mi caja torácica, dolía
como si algo dentro se estuviese rompiendo, estaba mareada y tenía
fiebre.
Es una infección, pensé. ¡Por fin! Trataba de determinar dónde
cstaria localizada. ¿En alguna herida?, puede ser urinaria, los baños
eran atroces de sucios. Descubrí que flectando el tronco hasta apo-
yar la frente en mis piernas, sobre todo cuando conseguía que me
amarraran las manos por delante, fácilmente invadía el mismo
sopor, la bruma que me permitió huir de la Torre en Villa Grimaldi.
De nuevo semiconsciente con esa nube aplastándome, pero desha-
ciendo todo sentimiento y transformándose en una suerte de acep-
tación de que eso tan horrible era la realidad. No una fuga de mi
mente, sino simplemente de lo que estaba ocurriendo en ese momento.
Me decía: sí, Luz, eres tú, y esos que gritan son otros compañeros, y
los están torturando, esos gritos que escuchas, que te hacen sentir
cada pelo de tu cuerpo erizado, es porque les duele, y te duele a ti
también, Luz, porque sabes que los están haciendo pedazos, y tú
sientes eso porque tienes miedo y transpiras, es miedo porque sabes
que volverás a gritar tú así otras veces, es adrenalina, Luz. Era la
107
realidad, pero me parecía que además de ser real, era la locura mis-
ma ...
Como un rayo de luz surgió dentro de mí un casi triunfante ¡La
tengo! Era la llave de ese límite tan débil que hay entre la locura y la
cordura. Sentí gratitud por todas esas herramientas que iba descu-
briendo y que me permitían sentirme ir al minuto siguiente segura.
¿Segura? ¡Cuánto sabe uno! ¡Cuánto no sabe uno!! De su cuerpo, de
su mente, y que aflora bajo presión. Todo esto siempre debí haberlo
sabido, sólo que no lo necesité... Aceptar la realidad real. ¿Real?, es
cruzar el umbral, es mantenerse en el ámbito de la razón. Negarse, o
quedarse flotando en aguas intermedias es enloquecer, y yo conocía
el límite. He estado a ambos lados. Si el asunto se pone intolerable,
sólo debo dejar de aceptar que esto es la realidad real.
Hoy, aquí, surge el recuerdo del asombro, la angustia, el terror
y la desesperación creciendo. Música que envuelve, sobrecoge, espanta,
distorsiona. Caer rodando por el tobogán de la alienada mente. Pensaba
en esos otros lugares de afuera y me decía, eso también existe, pero
allá es la calle. Más allá de estas paredes, en esas cnsas con olor a
cazuela, porotos y ensaladns... Estabnn al lado, en In acera del frente,
y a la vez infinitamente lejos, pero existían, de eso estaba segura, y
era una buena referencia. Pero aquí eso no te sirve, Luz, es otra di-
mensión de la realidad, no la tuya.
Me sumergí en un delirante monólogo en que llamaba a la Reina
Locura, y le decía: "Conocerte es la única forma de derrotarte. Este es
tu mundo. No podré luchar por una mente sana si no te doy cabida.
Te acojo sin temor. Tal vez huyas de mí como la muerte. Pero es un
pacto, es un trato, amigas las tres. Muerte, locura y Luz."
Como de un salto volví al presente... Dos guardias sentados
cerca tomaban café.
-¿Por qué no la han interrogado?
-Porque está declarando el hermano.
-¿Dijo algo?
-Ahí está ... Acaban de llegar con las armas. Las tenían enterra-
das...
-¡Pobre cabra!, tanto tiempo y ahora ...
Como en una enorme herida, penetraron esas palabras... ¡Es mi
hermano! Un ¡NOOOOO! surgió desde el fondo de mi alma y sentí
que era como comer vidrio, que se .me estaban rompiendo las tripas ...
rota cada entraña. Todo parecía desaparecer. Dejé de oír, de pensar,
de ser. Comenzó a desintegrarse todo... Yo y mi demolición.
108
Como en un torbellino, como un viento fuerte sobre la cara que
me impide respirar... ¡Mi hermano! ¿Por qué lo detuvieron?, jamás lo
he mencionado. Es seguro, alguien más está hablando. ¡No es
justo! ... Pero ¿hay aquí lugar para la justicia? ¿Pero quién?, todos los
compañeros saben que fue militante, que después dcl Golpe no se
rcconectó. Sólo puede decir cosas de antes del once, y lo poco que
sabe de mí... Otro pensamiento alertó mi mente:
¡Las armas!, como si recién hubiera reaccionado. No había lugar
a dudas, si es que se referían a mi hermano entonces eran las armas
que sacó del closet de mi pieza. Recordé esos tres días de tortura para
darle el tiempo a que se diera cuenta que yo había caído y limpiara la
casa. Recordé una conversación ...
-¿Dónde llevaste las armas?
-A casa de la abuela.
-¿Cómo?
-En el triciclo del negocio, lo cargué con cajones de choclo y
cebollas, las puse entremedio.
¡La abuela! Si las entregó, deben haber ido a su casa también,
pobre abuela. Ojalá mi hermano diga que ella no sabía ... ¿Y mi padre?,
creí recordar que fue él y no mi hermano quien sacó las armas ¿o
fueron juntos? No sé, nunca lo supe a ciencia cierta ...
Horas después me llevaron hasta una oficina. Una voz que no
reconocí interrumpió mis pensamientos.
RICARDO LAWRENCE MIRES
-Siéntate, Luz, sácale las amarras y la venda. No puedo hablar si no
miro a los ojos... -dijo una voz melosa-. Listo, Lucecita, vamos a
conversar los dos. ¡Traigan unos cafecitos! Lucecita, ¿de qué signo
eres?
-¿Qué...?
De todas las preguntas del mundo, jamás hubiera pensado que
me harían esa en un momento así. Repitió lento, como saboreando
cada sílaba.
-SIG-NO, signo del horóscopo.
-Ah, eso. No sé.
-¡Ay Lucecita!, todas las mujeres saben eso.
-Yo no.
Sí lo sabía. Soy Aries. Pero sentí rabia.
109

-Curioso, ¿pero cuál es tu fecha de nacimiento?
-Marzo, 31 de marzo.
-Aries, eres Aries. Por esp desde que te conocí sentí que nos
llevaríamos bien. Y ahora que te pasaron a mi grupo... ¡Aries, Luceci-
ta, y eso nos hace afines! Aries, Leo y Sagitario son signos ¡de fuego!
Debí suponerlo. No podías ser de otro signo.
Lo miré, parecía joven, tal vez de mi edad aunque canoso, más
que yo. Ojos bonitos, verdosos, con largas pestañas. Pensé: "¿Y es-
te huevón qué se cree?" Seguí mirándolo, seria y callada. Esperan-
do, no me molesté en contestar. Para ser franca, estaba molesta,
ofendida de que pensara que una conversación así me gustaría. Pre-
fiero un puñete, estúpido, machista y huevón. ¡Todo un ejemplar de
imbécil! No me da la gana abrir la boca. Se puso de pie y furioso
gritó:
. -¡Luz!, ¿no vas a hablar conmigo?
-Claro, no tengo problemas de hablar con usted. No me pareció
que usted estuviese esperando una respuesta.
-No una respuesta, claro. Pero una frase, una opinión. Creí que
estábamos conversando.
-Disculpe, señor, pero si Jo que usted desea es conversar de
horóscopos, tendrá que hablar usted; yo no sé nada de esas cosas.
-¡Ay! -dijo. Se sentó, estiró los brazos y comenzó a mirarse las
manos.
Horribles manos regordetas y de dedos cortos. Ahora que Jo
recuerdo, no era muy gordo, pero con tendencia. Manos de huevón
flojo, pensé. No ha hecho nada con ellas en su vida ... Salvo tomar las
empanadas, el pollo y las mujeres, supongo.
-Luz, la ariana. Suena bonito. Tienes canas ... como yo. ¿Sabes?,
me caes bien. Escucha, quiero contarte algo.
Lo interrumpí.
-¿Me da otro café?
-¿Café?, claro. ¡Guardia!, traiga dos cafés más.
-Gracias.
-¿Un cigarro?
-Sólo si es de los que yo fumo ...
-Lucky. ¿Viste? Tenemos muchas cosas en común. También yo
fumo Lucky.
-Escucha, quiero hablar contigo y tú cierras las posibilidades.
Pero no olvides que soy Aries, y como tú, de los tozudos. Hablaremos.
Estarás aquí todo el tiempo que sea necesario. Todos los días que
110
m lnjlrrrw
yo quiera. No dormirás. Tampoco yo. Pero hablaremos. ¿Está claro?
-dijo alzando la voz.
-La verdad, señor, no mucho. ¡,De qué hablaremos?
-Tú, haz como quieras, estoy tratando de decirte que no quiero
pegarte. A estas alturas nadie quiere golpearte más, ¿por qué resistes?
-Yo no puedo responder lo que me preguntan porque no sé. No
sé dónde está Miguel Enríquez.
-¿No sabes?, no te creo.
-Señor, sabe usted todo. Sabe que no soy del MIR. Y aunque
fuera del MIR, ¿cree que todos los militantes saben dónde está él?
-Yo lo que sé es que eres comunista, una marxista. Eso eres.
Pensé, vi la trampa. Si mi hermano había declarado, sabían que
nuestra conexión era con el Partido Socialista, y ellos querían que yo
lo dijera. Está bien, lo diría .
-Soy socialista, señor. No militante, ¡claro!, así es que aunque
me mataran, no podría decir dónde está Miguel. Y es más, señor,
después de todos estos meses aquí, y por favor trate de entenderme,
no puedo decir nada del partido, porque hace mucho que saben de
mi detención. Nada que yo haya conocido, existe. Además, nunca fui
militante. Sólo simpatizante.
Aspiró larga y silenciosamente su cigarro. También yo. Ahí
estábamos enfrentados como en un duelo mudo. Mirándonos, fu-
mando, pensando.
-¿Segura de que no puedes entregar nada del Partido Socialis-
ta?
-Nada que usted no sepa, señor.
Se sorprendió. Ahí estaba mi última carta. ¿Podría blufear con
ella? Seguí hablando,
-La verdad, señor, no le entiendo. Me da café, corrijo, dos cafés
y van tres, ¿o cuatro? -miré el cenicero, luego de contarlos afirmé-:
cuatro cigarrillos. Se lo agradezco y mucho. ¿Para qué?, para ver si le
miento o digo la verdad, y usted tiene las cartas marcadas, señor, lo
sabe todo.
Muy tranquila decidí ir más lejos. Me paré, miré cada cosa.
Recordé que en esa misma oficina de la cuiJe Londres me había reunido
una vez con Carlos Atamos. Lo imaginé en algún más allá fumando
un oloroso Tiparillo. Volví a mirar al oficial.
-¿Para qué jugar, señor?
Apagó violentamente un cigarrillo, murmurando:
-¡Cresta!, ¡estos guardias! Y yo aquí haciendo el huevón.
111
- - - - - - - - - - - - - - -¡ ,
Automáticamente pensé, no eres más huevón porque no te le-
vantas más temprano. Se paró y gritó desde la puerta:
-¡Traigan al hermano!
Me esforcé por continuar impávida. Estaba temblando. No po-
dría fumar más; si lo hacía, se daría cuenta de que estaba tiritando
como una hoja ...
LA COLABORACION
Mi hermano se veía mal. Sucio y lleno de hematomas. Miré el color
de los moretones y calculé que por lo menos llevaba una semana.
Estaba vendado. ¿Dónde lo tendrían?, me pregunté, porque en la
pieza grande con todos los detenidos, estaba casi segura de que no
estaba. Tal vez sumida en mis pensamientos, en esa casi ausencia, no
me di cuenta. Debo advertirle que estoy aquí.
-¿Puedo saludarlo, sei\or?, ¿puede sacarle la venda?
-Suéltalo -dijo el oficial dirigiéndose al guardia.
Fui a su lado y nos abrazamos.
-¿Cómo estás?
-Bien, ¿y tú?
-Bien.
¡Qué diálogo tan absurdo! En realidad nuestras palabras per-
fectamente podían traducirse como un no he muerto aún y me siento
como las pelotas, sin embargo seguimos.
-¿Cómo están en casa? ¿Y el niño? ¿Y tu hija?
-Bien, bien. Todo lo bien que se puede estar.
-¡Vengan los dos! ¡Asiento! Esto es contra las normas, pero aquí
mando yo. Y decido que los dejo un rato a solas. Vuelvo luego.
Salió, dejó la puerta abierta y un guardia armado con un fusil
AK, en el umbral.
-¿Por qué no te fuiste? -pregunté aunque ya intuía la respuesta.
-No pude, me sentía culpable. La segunda vez te agarraron por
mi culpa.
-¿Por qué?
-¿Te acuerdas de Navarrete?
-¿Raúl?
-Sí. Ese día que fuiste al Hospital Militar, fue al negocio y nos
pusimos a conversar. Le dije todo, que estabas en libertad, que te
habías cagado a la DJNA.
112
Ellnjlt'rno
-¿Le contaste todo lo que sabías?
-Todo. Perdóname, pero para mí, él era un compañero. Cuando
me di cuenta quería morirme, sabía todas tus cosas. Decidí no huir,
sino esperar que me fueran a buscar. Sabía que irían por mí aunque
tú no hablaras. Raúl y yo nos iniciamos juntos. Sabe de mí más que
tú.
Sentí una suerte de alivio. No se entregó así no más a laDINA.
No tuvo alternativas para resistir. Sabían todo antes de ir a buscarlo,
pero igual hubiera preferido que saliera del país. Ahora estábamos
los dos presos y el peso y la tristeza para los viejos sería mayor. No
sólo mi hijo sin su madre, sino además quedaban solas su esposa y la
niña.
-Dime la verdad. ¿Cómo están?
-Imagínate. La vieja llora ... Está sufriendo.
-Y ahora más.
Era tan extrai\o conversar con mi hermano en esas circunstan-
cias. Al volver, el oficial trajo más café. En realidad no había terminado
con nosotros. Ni siquiera había comenzado. Flotaba una idea, circu-
laba dentro de nosotros, pero yo no lograba dilucidar qué era. Tenía
claro que a esas alturas no me dejarían libre así como así. Me estaba
transformando en un problema. Por alguna razón no me habían
matado aún. Si me pasaban a la justicia, el cargo sería asociación
ilícita y agregaran lo que agregaran, serían unos años de prisión.
¿Pero me pasarían a la justicia con lo que ya conocía de la
DINA? Imaginé que no podrían mantenerme indefinadamente ahí,
algún día debían decidir. Y al parecer habían resuelto no matarme -
todavía-, ¿por qué? Lo peor es que no se me ocurría nada. Sin duda
esa entrevista era crucial. El oficial se había mostrado en exceso pa-
ciente. Esos oficiales, soldados y miembros del cuadro permanente;
los de comisarías o cuarteles, en el fondo estaban siendo manipulados
de arriba. Con una exigencia expresa de ser muy duros. Para ellos no
éramos personas, sino marxistas, y eso lo traducen como delincuentes
y putas que quieren matarlos a ellos y a sus familias.
-Listo, cabritos, se acabó el recreo. Como están las cosas, yo
debiera matarlos a los dos, pero no quiero -dijo sacando del cajón las
armas. Entre e11as estaba la CZ de Alejandro. Me estremecí, '1a negri-
ta", me dije, y sentí que ese contar los días se había terminado. Traté
de recordar el nombre de chapa de Alejandro, aquel con el cual lo
llamé al aeropuerto. Hurgué y hurgué en mi mente, y se había borrado
para siempre. Nunca más volví a recordarlo, nunca, sólo su nombre
113

real. Tal vez intuitivamente pensé que Alejandro podía usar esos
documentos, y mi mente se bloqueó pa ra siempre. Cuando reaccioné,
escuché al oficial que decía: "Les ofrezco lo siguiente, si colaboran al
máximo, cosas que sirvan. Información", dijo modulando con lcnti·
tud, "no los aprieto más y les prometo un cargo chico. O sea, así como
tres meses de relegación en... Frutillar, por ejemplo. Pueden irse con
sus hijos, es un lugar hermoso ..." Mi hermano se adelantó y dijo:
-Me parece bien.
Yo comencé a decir que estaba desconectada desde hacía meses
y que esperaba que entendieran que no tenía ningún contacto. Nada
que estuviera vigente.
- Bien, vamos a ir más allá todavía -dijo el oficial, obviando m is
palabras. Mi nombre es Ricardo Lawrence, y soy oficial de Carabineros.
Quiero una lista de lo que saben. Serán libres si cumplen. Allá en el
Sur, pueden empezar de nuevo. Tú, por ejemplo, podrías ser profesora
en la escuela. Piensen esta noche, traten de dormir. Mañana temprano
los traeré a la oficina.
-¡Guardia!, póngales la venda. Sin amarras, déjalos en un rincón,
juntos, pueden hablar entre ellos.
Momentos después trajeron a Alejandra. Ella había IIegado el 1o
de agosto a Londres 38, a menudo quedábamos sentadas juntas. Esa
noche estuvimos los tres. Mi hermano logró dormir, o al menos me
pareció, yo tardé algo más en hacerlo. Me sentí atrapada. Algo había
que entregar. Corría a mi favor el tiempo que llevaba presa. No pueden
exigirme que mi información esté vigente. Debía conversar con mi
hermano. ¿Por qué ese decir sí de inmediato? Algo debe tener entre
manos, pensé.
Recordé los consejos de Ricardo Ruz. "Si no te queda alternati-
va, parte entregando a tus compañeros que sabes que están muertos,
luego los que están fuera del país o presos, y si es preciso seguir, la
periferia. Por su escasa participación, son compañeros que tienen poco
contacto con los partidos. Y son los que tienen más posibilidades de
salir vivos. De ahí en adelante, uno está solo con su propia concien-
cia".
Lo único que tenía claro era que no podía mencionarlo a él.
Aunque sabía que estaba detenido, el que fuese MIRles haría abri r
sus apetitos y no me creerían jamás que no sabía más. Todas esas
cosas que conversamos con Ricardo me parecían tan lógicas, que tuve
miedo de que se dieran cuenta. Lo absurdo de la situación en que me
encontraba me hizo sentir rabia. De nada valieron todos esos meses,
114
lff!Tmfll
un minuto a otro estaba embarcada en una colaboración a cambio
una relegación. ¡Dios!, me sentí confusa. Aunque quisiera colaborar,
uc fuera lo único que descara, tampoco podía hacer mucho, en
-roa1u. Sentí que todo era desproporcionado. La situación del mo-
_,... lo que había vivido en esos meses. No podía entender lo, que
sucediendo. Pensé en Raúl Navarrete Hancke, recorde las
con él en la plaza cercana a la casa de mis padres.
el enorme apoyo que me prestó cuando me separé del padre de
hijo mayor. Me consiguió trabajo en la Moneda cuando no tenia ni
llquicra cómo financiar la alimentación de mi hijo, me había
• la izquierda y ahora nos traía a mí y a mi hermano DINA.
4iquiera me preguntaron nada, ni del GAP, ni del C?rrute Central,
de Gustavo. Lo sabían todo. También las cosas de m1 hermano. Pensc
en lo que alcanzó a decirme él e imaginé a Raúl en s.u junt.o a su
familia. Me sentí dolida ... Volví al momento que v1vta, era ev1dente
que una vez que entregáramos la se darían .c,uenta de
que la gente no estaba en Chile o no era Conflc en con-
vencerlos de que no sabía que estaban muertos o astlados. Total, esos
meses había estado ahí. ¿Y mi hermano? Confié en que Raúl asevera-
ra la verdad, que estaba desconectado después del Golpe.
En cuanto despertó mi hermano, le dije que había estado pen-
sando que no caí solamente por lo que él le dijo a Raúl, que eso sólo
les dio la certeza y la información de que estaba mintiendo. Pero que
yo estaba segura desde que me liberaron de que irían a
me pareció nítido desde el primer momento. Le que ca1do
con una chapa que aún no explicaba cómo la hab1a conscgmdo,
estaba segura que ahora sí me exigirían que aclarara ese punto. Volv1
a preguntarle:
-¿Estás seguro que Raúl está colaborando?
-Sí, pero no te preocupes, gansita. Esperé cada día que fueran a
detenerme. Quería venir a sacarte de aquí. Sabía que te dejarías ma-
tar, pero ahora haremos lo posible por salir y juntos.
-¿Haremos lo que sea?
-Lo que sea.
-¿A cualquier precio?
-A cualquier precio... .
No dijo nada más, pero supe que adivinó mis pensam1entos.
-Cansita, eres mi hermana y vamos a salir de ésta. La vida
nuestra, hoy, es esto. Es peor que la selva. Tenemos que salir.
Callé, pensé que lo estaba haciendo por mí. Se dejó
115

decía, luchando por convencerme de que todo era tal y como decía.
Pero no podía perder tiempo tratando de convencerlo. No me escu-
chará, me dije. Tengo que jugar mis propias cartas. No se da cuenta
que sola podría haber enfrentado cualquier cosa. Ahora con él aquí,
todo es peor. Está bien, opto por intentar vivir. Pero no a cualquier
costo. Debo conseguir que quede libre él. O al menos en libre plática.
Me preocupan su salud y su temperamento, Jo matarán sin conside-
raciones. Sentí miedo porque sabía que no resistiría ver que lo tortu-
raran. Porque había sido cadete, porque teníamos amistades persona-
les dentro del Ejército. Se me ocurrió que tal vez eso podría ayudarnos.
Recordé que los días en que estuve en casa había ido a visitarme
Patricio, un oficial, vecino de muchos ai'íos, y que me había dicho que
me ayudaría a conseguir trabajo si yo me comprometía a no volver a
militar. Lo mencioné al pasar y años más tarde me enteré de que
estuvo sólo por conocernos. y que a esa fecha él
con el que después sería el coronel Orozco.
En la mañana, cuando llegó Ricardo Lawrence, parecía no tener
prisa, tampoco deseos de conversar. Claro, es como el dueño del
fundo. Amo absoluto de la situación. A mediodía sentí la voz del
oficial, supe la hora por el estampido en el cerro Santa Lucía. Surgió
en tomo y dentro de mí un espeso silencio. Nos trasladaron a una de
las oficinas, me sacaron la vehda y de pronto me sorprendí con la
vista fija en un punto más allá de Lawrence, divagando.
Sentí que seguía vigente el dicho que había acuñado como propio
desde los años en que era estudiante de Educación Física y que du-
rante las estadías en Villa Crimaldi y Londres 38 fue mi consigna:
Economía de las fuerzas. Pensé en la injusticia de haber tenido pro-
blemas cardíacos cuando fui deportista y ahora no. ¿Por qué no falló
mi corazón con la corriente o con los golpes? Ahora que lleva latiendo
a prisa hace meses, no quiere dejar de funcionar ... Recordé las épocas
de deportista. Cuando con otras compañeras de la Universidad Ca-
tólica logramos establecer y romper varias veces el record sudameri-
cano de la Posta 3x800, cuando logré el campeonato nacional. Ahí,
cuando Luz Arce estaba dejando de ser promesa. Ahí mi corazón se
rebeló. ¡Qué distinta me pareció la vida en ese instante! Unas sema-
nas atrás, ni siquiera sabía si <;ominaría de nuevo. Ahora sí podía.
Con mucho dolor, pero podía.
Eso es lo que me ha dejado el deporte, pensé. Una gran fortaleza
física y tolerancia a las exigencias fuertes.
-¡Bien, cabros!, ¿qué les parece si trabajamos un poco?
116
lfl1lffll0
Mi hermano y yo lo miramos en silencio. Ricardo Lawrence
Mires tomó asiento frente a nosotros y dijo:
-Nombres... A ver, empieza.
-¿Significa que Jo conversado ayer es un trato? ¿Podemos pre-
dsar los términos?
-Sí, señorita. Podemos precisar. Ustedes dos colaboran, y se van
relegados. Pueden llevar sus familias y al menos a ti puedo conseguirte
trabajo en la escuela. Conozco a la directora. A los tres meses, serán
Ubres. Pero creo que para ustedes, sería mejor empezar una nueva
vida allá lejos de Santiago y todo esto. Es un lugar hermoso, pero
ahora quiero nombres.
Me dolía la cabeza, tomé el café y decidí alternar asilados,
muertos y presos.
-Mi jefe en el GEA se llama "Silvano".
-¿Nombre real? .
-No sé, es probable. Anotó el nombre en una hoja. Pensé en
Raúl Navarrete y en la posibilidad de que él no supiera que "Silvano"
estaba muerto. Recordé que pocos días antes del Golpe, Raúl cayó
preso en Tii-Til, con un auto del partido en el cual traía armamento,
desde San Antonio. ¡Y yo que cuando estaba libre le pedí que me
ayudara a esconder mis libros y las armas! Se negó. Tal vez no me
entregó ese día ...
- ¿Dónde encuentro a este Silvano?
-No sé, no lo veo de antes del Pronunciamiento cuidando
de no decir Golpe, ya me habían pegado por ello- Parece que era del
Sur. O al menos tenía a su familia en el Sur.
-Y tú, ¿sabes cómo ubicar al Silvano éste? Lawrcnce mi-
rando a mi hermano.
- Bueno, yo también lo conozco. Creo que era de Talca. Sí, él iba
a Talca, allá vive su familia.
Sólo pretendía ganar unos días. Sabía que harían diligencias.
Así es que cuando vi que iba a descartar a Silvano, agregué:
- Sabe, señor, acabo de acordarme que él en su juventud fue
boxeador y de los buenos. Hace unos años, siendo de la categoría
juvenil, le ganó a Bonavena.
-Bonavena,¿el campeón mundial?
-Sí, cuando los dos eran juveniles -agregó mi hermano-. Yo
creo que es fácil conseguir su apellido.
No muy convencido, Lawrence anotaba.
-¿Saben algo más de él?
117
 r1n"--- - - -
-Era GAP, señor.
-¡Ah!. .. Entonces está preso o muerto.
-Señor, no creo, porque para el once ya no era GAP. Era GEA.
-A ver, lo de GAP lo entiendo. Pero ¿CEA? ¿Qué es GEA?
Comenzamos a explicarle de a poco lo que era. Sin mencionar la
parte compartimentada. Hablamos de la Escuela de Cuadros.
-¿Y por ahí?... Nombres. A ver, los nombres de los miembros
del GEA.
-Claro, señor, pero ahí sí que sólo sabemos de chapas. Nunca
supimos un nombre y conocer un domicilio, ¡menos! Era una estructura
compartimentada ...
-¿Y tu jefe cuando caíste en marzo?
-Mi jefe se llama Mauro, señor.
- ¿Nombre real?
-No sé, señor, pero creo que no.
-No sirve. ¡Nada de lo que han dicho sirve! Necesito más. Si
creen que me van a estar "hueviando" así todo el tiempo, se equivo-
caron los dos. Los emparrillo de nuevo y a ver si les quedan ganas de
seguir haciendo chistes. Escuchen y bien. Me aburrí, voy a salir. Los
dejo solos, aquí hay lápiz y papel. Cuando vuelva, quiero ver una
lista de nombres.
. Salió. A los pocos minutos llegó un guardia. Me dolían la cabeza,
los OJOS y el estómago. Escuché a mi hermano...
-¿Gansita, qué tienes?
-Me siento mal.
Decidí no decirle a mi hermano de los compañeros que sabía
que estaban asilados, pues así él sería espontáneo cuando se enterara.
Partí poniendo en la lista a una amiga. Sabía que estaba en Canadá.
Incluso me había mandado una carta con cinco dólares adentro. La
puse en el primer lugar de la lista, Carmen Sabaj, no recordaba su
dirección, pero indiqué que podía llegar. Incluí a dos amigos de ella,
también de lnesal, que sabía estaban afuera o por salir cuando caí en
marzo. No recuerdo ahora sus nombres, pero formaban una pareja
que después del Golpe vivía en calle Juárcz.
Entonces mi hermano me dijo que pusiéramos en la lista a "Leo",
que estaba libre y aparentemente había hecho un trato con la DINA
ya que en marzo me había entregado a mí y a Toño, y él quedó
libertad. Nunca supe qué pasó con Gustavo Ruz Zañartu. Sabía por
mi hermano que había caído en el AGA. Eso pude confirmarlo años
después, pero nunca he sabido las circunstandas en que fue detenido.
118
F.l IJrfli'ntll
Ahora sé que él cayó el 12 de marzo, o sea, cinco días antes que Toño
y yo. Como yo necesitaba justificar que tenía una jefatura, incluí el
nombre político de mi jefe en la lista: ''Mauro" y como antecedente,
que sabía que había vivido en la casa de "Leo".
Simulando que no nos habíamos dado cuenta de que Raúl estaba
colaborando con la DlNA, lo incluimos en la lista señalando que ha-
bfa sido GAP, y el nombre del pasaje donde vivía. A continuación a
un muchacho que sabíamos había pertenecido a una base del MIR,
emigo de mi hermano y que se le veía constantemente en compañía
de Raúl después del Golpe, por lo que sospechábamos que también
colaboraba con la DINA.
Cuando volvió Ricardo Lawrencc, le entregamos esa lista. Co-
menzó a revisarla. Cuando leyó que mi jefe era un tal "Mauro" co-
mentó:
-Este "Mauro", ¿estás segura que no sabes el nombre?
-No lo sé, señor. Nunca lo vi personalmente. Aunque sospecho
que es un miembro del Comité Central.
Confiaba en que aunque "Leo" dijera que yo había visto a Gus-
tavo, yo podría alegar que recibía instrucciones de "Mauro" por escri-
to y que pensaba que eran dos personas diferentes.
-Lo que pasa, señor, es que yo creo que ese ''Mauro" es cl
Secretario General del Partido Socialista en Chile.
-¿Y dices que estaba en la casa de este "Leo"?
-Supongo, señor, no estoy segura. Un militante clandestino no
sabe dónde vive su jefe. Uno sólo recibe mensajes en puntos en la
calle, a través de enlaces.
-¿Es cierto entonces el cuento ese de los enlaces?
-Sí, señor, es cierto. Toño y yo caímos porque habíamos perdido
el contacto con el jefe. Y llamé a "Leo", por si él podía reconcctamos.
-¿Y quién es ese Toño?
-Está detenido, señor, caímos juntos el 17 de marzo. Lo último
que supe de él es que estaba en Tejas Verdes.
Yo había mencionado varias veces a Toño con la esperanza de
saber algo de él. Pero aparentemente, ahí no tenían un registro de
detenidos de los que habíamos caído en marzo y pese a que dijo que
averiguaría, a nosotros nunca nos mencionó el más mínimo dato de
Toño. Asumí que supieran o no de él, no me dirían nada.
Fueron días duros, nos interrogaban a todas horas, comenzaron
las diligencias. Algunas veces me llevaban a mí, otras a mi hermano,
a veces a los dos. Pronto supieron que Carmen Sabaj estaba fuera del
119
 país, que la pareja de la calle Juárcz también había logrado asilarsc n
al menos eso dijo la familia. Entonces l..awrence me entregó al equipo
de Osvaldo Romo Mena. Fue cuando incluí en la lista a los compaftcros
que pensé no tenían responsabilidades partidarias, y por tanto, a la
par de aparentar una total colaboración pensé que saldríamos vivos
todo.s. No fue así. Algunos se encuentran desaparecidos, como Alvaro
Barnos Duque, Sergio Riveros Villaviccncio, Rodolfo Espejo Gómez y
Osear Castro Videla.
. Conocía v,ista a Alvaro Barrios Duque, en el barrio Indepen-
donde VIVI durante muchos años. Durante el período de la
Umdad Popular, con un grupo de compañeros de distintas tendencias
de izquierda, y desconociendo la naturaleza de las actividades de
cada uno, tratamos de organizar y dar vida a un Centro Cultural en
el donde vivíamos. Muchas veces vi a Alvaro, sabía que vivía
por V1vaceta, nada más. Lo mencioné indicando el sector. Para poder
Osvaldo Romo Mena, Basclay Zapata Reyes y el "negro"
Paz, ba¡o el mando de Miguel Krassnoff, nos llevaron en camioneta a
recorrer las Era la primera quincena de agosto. Pasamos por la
casa una nma, en Nueva de Matte, que sin ser militante, al parecer
era de Alvaro. Ella dijo que no sabía con exactitud dónde vivía
él, pero que Patricio Alvarez, otro vecino del sector, podía indicarnos
el .. fue detenido y puesto en libertad, después que dio
el domioho de Alvaro. Cuando vi que bajaron a Patricio y él entró en
su casa respiré con alivio. Pensé que a la larga o a la corta eso sucedería
con todos. Me alegré por él. Al llegar al domicilio de Alvaro me
bajaron de la camioneta y me hicieron preguntar por él en su A
mi lado estaba Basclay Zapata, conocido como el"Troglo", más atrás
el "negro" Paz y Osvaldo Romo. Alvaro salió confiado y
hacia la esquina. Ahí, entre Romo y el
Troglo lo h1c1eron sub1r a la parte posterior de la camioneta. El
enfiló. hacia Independencia, a la casa de Carlos Rammsy
VIIlablanca, qUien también fue detenido. . guardé para siempre un recuerdo de Erika. Una joven
Ese día con mi hermano quedamos convencidos de que Carlos
y Raúl Navarrete estaban colaborando con la DINA, pues luego de
darle patadas .a Carlos, se retiraron a hacer algunas averiguaciones
Y lo pusieron en hbertad. Sobre Raúl no hicieron ni el más mínimo
intento de ubicarlo, pese a que dije varias veces frente al equipo de
Romo Mena, que sabía exactamente dónde vivía.
El mismo día en que fue detenido Carlos, pasamos por la casa
de "Leo". Hasta el último momento tuve la esperanza de que mi
120
estuviese equivocado. No fue así, él estaba ahi, y también
detenido, lo que me permitió confirmar que pese a habemos en-
a Tono y a mí en marzo de ese año, él estaba en
que en ese momento sentí rabia, sentimiento que el tiempo
...,llr'AI"ro duramente de hacerme asimilar y entender. Días después
enteré que los individuos que habían hecho esa suerte de. trato
HLeo" y que pertenecían a la Unidad Purén de la.BIM, los.mi.smos
me detuvieron en marzo, lo habían dejado en hbcrtad sm mfor-
a la jefatura.
Al menos la gente de Caupolicán, como Krassnoff o Lawrence,
1t14ro111ocía este hecho, eso dijeron. Los agentes de Purén que habían
a "Leo" en libertad en marzo, fueron citados a Londres 38
explicar la situación, a raíz de lo cual al retirarse de Yucatán, me
una pateadura por haber entregado a "Leo" y haberlos puesto
evidencia.
Nunca volví a ver a los compañeros detenidos, ni siquiera nos
tal vez porque entre ellos se conocían más. Lawrencc dijo
que al día siguiente nos seguiría interrogando, .le parecía muy
poco lo que habíamos Siempre que la
opción. Por esos días hab1a bastante movimiento de los cqmpos
apresando e interrogando a militantes y ayudistas del MIR, que estaban
cayendo en masa.
CADA VEZ MAS LEjOS
Me sentía pésimo. No podía comer. Le pedía a la guardia que le
llevaran mi comida a mi hermano. Estos se burlaban de nosotros,
pero se la daban. En ese momento recuerdo que éramos dos parejas
bien identificables. Erika Hcñnings y su esposo Alfonso Chanfreau
(detenido desaparecido), y mi hermano y yo. No los conocía, pero
tez mate
con grandes y expresivos ojos oscuros, de cabello negro nzado. .
Hoy sé que estando detenida hablé con ella. No he pod1do
rescatar del recuerdo la totalidad de esa conversación, pero me acuerdo
que le pedí que si salía en libertad llamara a padres y .le di el
teléfono de casa. Tal vez ahí me contó de su hiJa y en rm mente
quedaron grabadas ella y Natalia.
Ricardo Lawrence estaba cansado y molesto. Pasaron un par de
días y nadie nos llamó, parecían haberse olvidado de nosotros. Cosa
121
 .. .., ' rtrnu

que era bienvenida en esas circunstancias. Con mi hermano habíamos ... (m. Como si toda plaga y lacra se estuviese de
acordado para saber si estábamos en el mismo recinto, toser cada A menudo me surgía el sentimiento de estar perdida. des-
cierto rato. Alejandra se dio cuenta y tosía también, para que la guar- , me asaltaban las pesadillas. Creo que estaba enloqueciendo de
dia no captara que era una señal entre nosotros.
Pasaba las horas dormitando; comencé a tener pesadillas que
incorporaban los ruidos del ambiente y los gritos de los detenidos
que estaban siendo torturados, las súplicas y llantos de mujeres que
alegaban inocencia y los gritos de la guardia. En una de esas pesadillas,
por los ruidos, supe que era de noche, estaban sacando a los detenidos
al baño, luego quitarían las sillas y nos harían tiramos en el suelo. De
lado, bien pegados unos a otros, "en cuchara, los huevones", decía la
guardia.
De otra forma no cabíamos. A los hombres los mantenían
fuertemente atados, a las mujeres algunos guardias nos amarraban
con mayor soltura y hasta nos dejaban a veces con las manos libres.
Recordé que los primeros días despertaba muy adolorida.
Era tarde, pero había más movimiento que el usual. Escuché
que unos oficiales venían llegando. Eran Krassnoff Martchenko y
Lawrence Mires; al poco rato se escuchó la voz de Romo Mena. Era
evidente, nuevos detenidos del MIR, que aparentemente tenían alguna
importancia en la estructura orgánica. Sentí a mi lado la voz de mi
hermano. Me habló despacito. Y me confirmó que mientras yo dormia,
por la tarde, habían llegado nuevos detenidos. Les estaban "dando
duro" ... Nos dejarían unas horas tranquilos. Esa tranquilidad tan
dolorosa como la tortura misma de poder descansar porque la "Parri-
lla está ocupada". Fuimos interrumpidos por los gritos de un guard ia
que se dio cuenta de que estábamos hablando. Gritaba fuerte y me
sacudió de un brazo:
-¿Qué te pasa, huevona? ¡Cállense! Soy nuevo aquí y me man-
daron porque ¡soy muy malo!-. Pronto comenzamos a sentir gritos,
de esos desgarradores, que rompen el alma. Que hacen revivir todo.
Que permanecen aún hoy grabados. Ahora que lo pienso, no he tenido
en mi vida otra ocasión de sentir, palpar, oler, escuchar tantas ex-
presiones de dolor.
Por esos días de agosto de 1974, me sentía cada vez más lejos de
la Luz que creía que podía enfrentar todo sin transar en lo que tanto
amaba. Sentía la sensación de que me habían arrancado no sólo pe-
dazos de piel, sino del alma. Sentía que me habían quitado toda po-
sibilidad de mantenerme a nú misma, no puedo explicarlo con claridad.
No sólo me sentía llena de dolores y malestares. Estaba más allá de la

122 123

11
PESADILLAS
Sentada, amarrada cada pierna a sendas patas de una silla, a veces las
n:'anos al respal?o, otras por delante. Los ojos tapados por
adhestva y un sucto trozo de la camisa de alguien, tiritando de
·fno y el sudor que se helaba en la piel.
Ya no pensaba en contar ni en mantener activo mi sistema
muscular. entregada, doblegada, quebrada. Aunque no estaba
abiertamente. Defendía muchas cosas aún. No entregué
a nmgun com!'añero con cargos importantes dentro del partido o del
MIR, me de'Cia tratando de buscar un respiro en esa sensación de
si de mí brotara un desierto de arena yerta y nostalgias.
Espmas, desde el alba hasta la siguiente. Cada grito ajeno,
ca?a aulhdo en miles de ecos dentro, parecían reventar
mt cabeza. Qu_ena tirar de las amarras, imaginaba un
un cuchtllo. CualqUier cosa me parecía buena para enganchar
mts venas que ?e.hacer se hinchaban y me ofrecían 1a esperanza
de hacer de mt vtda un no que corriera por el suelo sucio inmundo ·
de aquel siniestro lugar que fue un día como mi casa. 38. '
Sin poder evitarlo, cuando lograba dormir, me asaltaba esa otra
pesadilla que venía conmigo desde niña:
Tenía nueve años y sufrí una fuerte amigdalitis. Me sentía mal.
Debo haber tenido fiebre. Una de esas noches surgió el primer sueño
recuerdo y que se me hizo recurrente. Bastaba que cerrara los
OJOS Y aun antes de dormir aparecían los rieles del ferrocarril. Yo
debía caminar por ellos, saltando de madero en madero. Una voz de
hon;bre gritaba ;uno!, y yo debía obedecer y saltar una vez, luego
decta ;tres! y daba tres pasos, pero la voz seguía cada vez más rápido
¡cinco!, ;cien!, corría y transpirando me daba cuenta
no podta. Que htctera lo que hiciera, estaba derrotada. Y la voz no
callaba. Al contrario. Al fin, extenuada, caía. Entonces despertaba
124
El lrff17fflo
...,1Hlg1a y todo brillaba, me pesaban los brazos, no entendía nada.
noche lo mismo. Por las tardes, al ponerse el sol comenzaba a
aquel sueño angustiante. Las pesadillas se repitieron hasta hace
un par de años.
Recuerdo que a pocos días de haber empezado a un
úbado, que podría ser ell7 de agost_o de _1_974, atada
trtN!Iftl!lada a una oficina. Percibí que la sttuaclOn era dtshnta de todas
anteriores. Había mucho silencio. Noté que a mi lado estaba mi
...,MA,nn. aparentemente en las mismas condiciones que yo -amarrado
vendado-. Debió escuchar que me llevaban y entonces tosió varias
y pude saber que era él. . . . .
Lo sentí junto a mí; como estaba mal de mt pte, me fut hacta
afortunadamente me habían amarrado las manos por el
,.....,,..•.,... Instintivamente las extendí y pude percatarme que estábamos
·- a n iiA a un escritorio donde por lo menos había tres personas sentadas,
:eao Jo sé por las voces diferentes, aunque sólo reconocí la de uno de
ellos, la de Miguel Krassnoff Martchenko. Me interrogaron, sobre
Rodolfo González. Seguí insistiendo en que aparte de que llevo unas
Qlrtas a mis padres y a mi hijo, no había ocurrido nada más, y era
verdad.
Krassnoff Martchenko insistió en que ése era el sumario donde
se debía establecer si el funcionario González Pércz era o no un traidor.
Como me negué a afirmar que Rodolfo me había contado acerca
de algunos cuarteles y sobre el funcionamiento de laDINA, me sacaron
de allí y me llevaron nuevamente al segundo piso, donde a
torturarme Osvaldo Romo Mena y un suboficial de Carabmeros de
'p elo largo, negro, con unas pocas canas, d_e ojos y
Volvieron a colocarme corriente, qucnan obligarme a ftrmar una
declaración afirmando ,que seduje a Rodolfo en el hospital con la
intención de incorporarlo al Partido Socialista. Les dije una Y m_il
veces que no. Les supliqué que me me dijeron no tema
la más mínima importancia lo que yo afirmara, que teman una de-
claración redactada afirmando que me acostaba con Rodolfo en el
Hospital Militar, que esa misma declaración la firmarían todos los
guardias de la Escuela de Caballería y que n.o sacaba
absolutamente nada con rehusarme a firmar, y cogteron m1 mano Y
estamparon en el papel mi huella digital. .
Siguieron torturándome, diciendo que era para que
a portarme bien. Otra vez fui violada por lo menos por tres
Imagino que perdí el conocimiento porque cuando reacc10né estaba
125

en un rincón piso, sobre una colchoneta, amarrada y wn
dada. alh toda la noche, despierta y llorando. Sumidél ""
un dolor menarrable. Estaba deshecha, se repetían juntas una y otrn
vez !as que estaba fuera de todo centro, porqul•
senti.a que n<:cs1taba as1r unas manos, sentir que junto a mí habí.J
algu1en, aiguJCn que con su cercanía mitigara esa sensación de d<.•
sampa ro. Escuchaba las voces de Patricia Barceló y de Osvaldo Romo.
Sabta que ella era médico, tal vez porque era una mujer, y una
su voz me sonaba diferente. Nunca la escuché rogar
suphcar corno otras muchachas, la verdad, no sé... No recuerdo exac-
0 anterior y esa mañana. Yo no tuve miedo cuando gatilló el arma,
tamente qué dije, pero sí que Patricia se acercó a mí, y me tornó el
pulso. que ella dijo a Osvaldo Romo, porque éste le señaló
a la guard1a que esa noche me dejaran sola en la colchoneta. La mano
de Patricia el pulso en mi cuello la recuerdo muy pequeña
Y No la VI, estaba vendada, pero la percibí así, casi corno una
canc1a. Ese pequeño contacto de alguien que no era de la DINA bastó
para que comenzara a llorar.
, No puedo decir si dormí o no, tal vez a ratos. Por la mañana
senh levantándose todos los detenidos y que a gritos la
guard1a rnovJ!Jzaba filas hacia el baño. Recuerdo que no pude
levantarme, o no quise... Me quedé quieta hasta que un guardia se
de q.ue estaba aún en el suelo. Comenzó a gritar que me
pus1era p1e, Y corno no lo hice empezó a apilar las colchonetas
sobre m1. Luego se paró encima y levantó la parte de las colchonetas
que cubrían mi cara y me dijo:
-¡Abre la boca, que te voy a dar café!
'! el cañón de su pistola tocando sobre mi paladar
supenor, gahllo el arma. No salió ninguna bala, aparentemente estaba
dcscar?ada. luego comenzó a caminar arriba de mí y las colchonetas,
me levantara. Como no Jo consiguió, se aburrió, y
a tirones me deJO semiscntada en la colchoneta. Parece que ése fue el
momento en que comencé a hablar incoherencias, yo sólo recuerdo
que me pareció estar con mi hijo en brazos, y yo le cantaba canciones
de cuna y le describía unos paisajes hermosos que estaba viendo. Mi
mente estaba lejos...
Durante años se burlaron de mí en la DINA por lo que dije esa
mañana. Nunca pude recordar qué dije..., pero por Jo que Alejandra
me contó meses después, parece que describía un lugar, unos cerros
bordeando un hermoso valle, un riachuelo transparente donde na-
daban unos peces pequei1os y negros. Cuando ella me contó todo eso,
126
- - - - - - - - - - -m"'f'""D
que varios años antes había conocido un lugar así, de
. - ¡111 y volví a escuchar la melodia que el
-.,u... Tal vez recordé Ralún
arrancaba por entre las púas de un cactus que estaba en la
de una colina, tal vez en mi desespero volví a caminar por aquel
largo, tal vez volví a soñar con esos pájaros que planeaban en
alturas.
Esa mañana, cuando mi hermano se dio cuenta, pidió hablar
Ricardo Lawrence, y le reclamó el trato que yo había recibido el
III'Ji:CIL... tanto la muerte ...
El oficial Lawrence hizo que nos llevaran a su oficina y nos dijo
el jefe quería hablar con nosotros, y me un teléfono. Por
vez escuché la voz de Marcclo Moren Bnto.
Hoy me pregunto, ¿qué fue ese "sumario"?, ¿sólo una rn?scara-
para intentar arrancarme una firma? ¿Acaso Rodolfo todavta esta-
lta vivo? ¿Qué fue lo que la DlNA le dijo a la Fuerza Aérea sobre el
destino de Rodolfo Valentín?
MARCELO MOREN BRITO
Ese día de agosto, no sé si lo que me ocurrió duró dos o tres días,
pero sí recuerdo nítidamente que escuché por el auricular una voz
diciendo, corrijo, gritando, que es como Marcelo Moren se expresaba,
algo acerca de que me mandaría a buscar para que conversáramos en
su oficina.
Horas después fui trasladada a Terranova. Yo seguía estaba
mareada y se me hacía difícil pensar. Me colocaron en p1cza con
suelo de cemento, lejos de la casa patronal. Fue cuando v1 a un mu-
chacho moreno, bajo de estatura, de pelo oscuro liso, no recuerdo sus
facciones pues estaba con los ojos vendados con un género que no
permitía ver su rostro. Al pasar cerca de él, yo trataba de el suelo
por un resquicio de la parte inferior de mi venda, y pcrc1b1 con cla-
ridad su pelo negro liso y sus zapatos. Eran de esos que se usan como
medida de seguridad en las industrias. Se encontraba sentado en el
suelo, con las piernas extendidas. .
El guardia se hallaba dentro de la pieza, y m: pareció que taba
aburrido o con instrucciones de indagar algo mas de los
porque intentaba iniciar alguna conversación. Al_ poco. Simule
que me había quedado dormida. Estaba demastado mqu1cta. No
127
 - - - - - - - - - - - - -m trr{'rr'"'
podido hablar ni explicar nada a nadie. Pero oí la conversa-
ción que sostuvo con el otro detenido a quien el guardia llamaba el
"Huaico", y escuché que a la fecha del Golpe el "Huaico", cuyo nom-
bre es Joel Huaiquiñir Bcnavides -detenido desaparecido-, trabajaba
en el norte. En Cobre Salvador.
Unas horas después de haber llegado, me llevaron vendada ante
el "Jefe Ronco", o sea, ante Marcelo Moren Brito. En Yucatán había
escuchado sobre lo terrible que era caer en sus manos. En ese momento,
con excepción de su voz, no me pareció agresivo ni violento, al
contrario, se mostraba de buen ánimo y bromeaba continuamente.
Me preguntó detalles de la vida diaria en Yucatán y cosas de mi vida
personal. La comunicación fue algo forzada, ya que no me era fácil
hablar con él. Durante la conversación, reiteró que se haría Jo que
había prometido el oficial Lawrence.
En ningún momento se habló específicamente de la forma que
asumiría la colaboración con laDINA. Pensé que era mejor así, sabía
que ellos esperaban una sola cosa: que entregara gente, y yo pretendía
encontrar algún medio para derivar hacia otro terreno la colaboración
y hacer el menor daño posible. La DINA quería lo que ellos llamaban
"detenidos importantes": dirigentes y encargados de estructuras mi-
litares, de información o de comunicaciones. Lo que ellos llamaban
"agarrar hebras que desarticularan estructuras".
Durante la conversación con Moren Brito me quedó claro que
una de sus principales motivaciones era justificar las medidas repre-
sivas en vigencia, además de legitimarse como "el órgano de seguri-
dad" de mayor peso.
Por esos días había especial énfasis en superar al AGA, Servicio
de Inteligencia de la Fuerza Aérea. Moren Brito partió de la base de
que yo colaboraría, y dio garantías de que mi vida y la de mi hermano
serían respetadas. Dio por finalizada la conversación diciendo que se
había hecho tarde y que al día siguiente me enviaría de vuelta a
Yucatán.
Al salir de la oficina de Moren Brito, me llevaron a otra habitación
dentro de la casa patronal. Pude darme cuenta de que había varios
detenidos más. Entre ellos pude reconocer a la doctora Patricia Barccló.
Como estaba tendida en el suelo y ella llegó después que yo a
la habitación, pude verla por debajo la venda. No la conozco
personalmente, pero la rect¡erdo una mujer de pelo negro, de-
licada, delgada, con una falda o un traje verde. Esa noche por primera
vez no me amarraron con cuerdas, sino que me esposaron. Las esposas
128
hmían una suerte de dientes, y al mover las manos, éstas se cierran
más. Tratando de no moverme para evitar que se cerraran, saqué una
mano, así es que dormité sin hacerme daño. Cuando a través de la
venda pude distinguir que estaba amaneciendo, y comenzó a movi-
lizarse la guardia, con mucho cuidado volví a meter mi mano en ellas.
OTRA VEZ A YUCATAN
Los guardias nos dieron café y luego me hicieron subir al vehículo.
Por debajo de la venda, pude distinguir a alguien de espaldas en el
piso de la camioneta. En ese momento, un guardia se acercó y gritó:
-¡Ya, cabrita, apúrate, siéntate al final contra la cabina!- , al tiempo
que agregó, dirigiéndose a otro, que pudo haber sido Paz, ya que
Basclay Zapata iba conduciendo:
-Tú "vai" atrás, no te "preocupís", que el otro ya se fue "cortao''.
-¿El "Emilio"?
-Sí, se murió el huevón, y no habló.
- ¿Y no es ese el que están reclamando de Francia?
-Si, se va a armar, parece que el huevón es francés ...
Quedé por años con la idea de que Emilio, nombre político de
Alfonso Chanfreau Oyarce, iba atrás, muerto. Se apoderó de mi alma
el silencio. Imaginé era el único tributo ante un compañero que murió
cuidando, protegiendo a los suyos, a su familia, a sus compañeros...
Antes de partir de Tcrranova, los guardias dijeron que le habían pasado
una camioneta por encima.
Con el tiempo me fui dando cuenta que hablar de torturas atroces
frente a nosotros, era parte del ablandamiento a que nos sometían.
Aunque en ese momento me pareció que sí era verdad. Hoy no lo sé.
No he podido aún situar con exactitud el día de agosto de 1974 en
que vi a Alfonso Chanfreau - si era él- en el piso de la camioneta. Sólo
sé que el último día que lo vio vivo su esposa, la señora Hennings,
fue el martes 13.
Cada vez que volvía a Yucatán, los guardias se divertían asig-
nándome el mismo número de detenida: la 54. Cuando escuché pasar
lista, me di cuenta de que se acercaban al N 12 150. Un guardia dijo que
el conteo se había reanudado. Yo había sido la 54 de la primera
"homada" de presos de la OJN A. •
Por años me quedó la duda de esa vuelta a Yucatán. Nunca he
podido aseverar con exactitud la fecha; el resto del tiempo ahí en
129

Londres 38 es muy incierto para mí, sólo pe>S<.'O retazos del período
más atroz de mi vida. Me sentía destrozada y en ese estado donde la
conciencia parecía irse. Los instantes de lucidez eran pocos y sentía el
fétido olor de nosotros.
Yucatán era una permanente caja de horror y terror. Todo oHa
a sangre, mierda y muerte. Hoy sé que había instantes en que los
compañeros incluso contaban chistes. Para mí esos momentos eran
más tristes aún. Recuerdo que por las mañanas nos daban café si
algún compañero tenía dinero para comprarlo. Entonces, pregunta-
ban en voz alta si había dinero. Ese día los guardias insistían dema-
siado y costó reunir la cantidad que se precisaba. Los guardias hicieron
el café insistiendo en que todos tomáramos.
Era un café raro. Pero ahí estaba todo tan sucio que todo era
extraño y viscoso. Lo tomé, estaba caliente y eso hacía sentirse mejor.
A los pocos días, tenía la boca toda despellejada y rota. Otras com-
pañeras que estaban cerca se quejaron de lo mismo. Muertos de la
risa, los guardias nos contaron que el café lo habían hecho con la
orina nuestra, la de todos. Por esos días el baño chico del primer piso
estaba malo y nos llevaban a orinar en un tarro.
Así fueron pasando los días. A fines de agosto eran tantos los
compañeros del MlR que seguían cayendo detenidos, que me dejaron
en paz un tiempo.
UN COMPAÑERO DEL PARTIDO
He recordado a fuerza de buscar dentro. Por todos estos años me fue
imposible recordar que entregué además a otro compañero del partido.
Tal vez como está vivo, al no encontrarlo en los listados de desapa-
recidos, nunca di con ese recuerdo en mi memoria.
No voy a identificar al compañero, creo que si él decide salir a
la luz pública, será un importante testimonio. Yo sólo quiero narrar
cómo mi desesperación y la suya se cruzaron. Es mía la responsabi-
lidad.
Con posterioridad al Golpe, el compañero, que vivía en un de-
partamento, me pasó un juego de llaves para que pudiésemos ocuparlo
como lugar de reunión durante el día. Eso se lo dije a Osvaldo Romo
Mena. No vi detener al joven, pero sí tengo nítido el momento en que
me sacaron de la silla y en un rincón de Londres 38, junto a la oficina
de Krassnoff Martchenko, éste y Romo Mena me hicieron repetir que
130
El
-••"r1rnn me había prestado su departamento para que se realiza-
reuniones en él. Guillermo aseveraba que me había prestado su
para que yo me acostara con alguien ... Yo, lo negaba,
Era tanto mi trauma por lo que me había ocurrido, que fut
de ver que si hubiese dicho sí_ podría haberle mucho
. Me doy cuenta de cuán desesperada estaba. Fu1 t.ncapaz
pensar en esos instantes, y no pude darme cuenta que m•l
IMI'nrfhiP que me dijeran puta a que torturaran al No se
pasó con Guillermo, hace un tiempo antes de VIaJar, supe, que
M11'Pn,t('rn('·nte él habría colaborado, y que luego se fue del pats.
y 0 tengo responsabilidad en la supuesta com-
Sólo quiero exponer acá que mucho de lo ocumdo
or. Yo que me esforzaba en c.onscrvar ahí toda la raciOnalidad
e1tcrrese día, no pude ver que si hubiese dtc . h o: "S'1, soy pu ta" , eso
atenuado los problemas de Guillermo ...
MARIO AGUlLERA SALAZAR
Además de los compañeros que están desaparecidos entregué a otros,
que sobrevivieron. Recuerdo muy vivamente a uno de
aftos sólo fue el compañero que cayó en Avemda ,Grec1:,
nunca supe su nombre hasta que al volver a Ch1l: n;e encontre con el.
Me acogió con afecto y verlo en los tribunales en mano me
llenó de inmensa alegría. El es Mario Agujlera, penod1sta del Infor-
mal' 0 "24 horas" del Canal Nacional. Conversamos una tarde com-
tratando de reconstruir esas horas tan doloro:as. Volví a pre-
guntarle si me perdonó. Dijo que sí. Por él me entere de
no conocí y otros que no recordaba, algunos se aso?'an a la
otros definitivamente no he podido rescatarlos -aun- de en medto del
terror de ese mes de agosto de 1974. Cuand,o dijo riendo: "¿Te
acuerdas de las foquitas?" No pude evitar retr. St, ¿como recordar
al compañero que la guardia obligaba a esos le
salían tan simpáticos? No sabía que era Mano Agmlcra, .qmen en
medio de ese infierno se las arreglaba para achvo, dar a
los compañeros una chispa de aliento. Agradezco a Dtos el no
sabido ni siquiera el nombre de Mario en el año 74, ya que el. era
bastante más importante dentro del partido de lo que la DlNA_ Ima-
ginó y logró mantenerse íntegro cntrega.r a sus companeros,
pudo conservar la vida y fue al extho en FranCia.
131
 111flt'nlD

Mario fue hablando y as{ mi memoria fue rescatando trozos, detenido al que torturaron atrozmente y comenzó a circular el rumor
me contó qu_e eso de hacer las foquitas surgió a raíz de que la guardia de que era uno de los autores del primer robo a un banco ocurrido
lo sorprend1ó conversando con alguien, entonces le impusieron el durante la dictadura.
hacer castigo. Mario les dijo que no sabía hacerlos, El asunto fue trágico, porque después de que el muchacho fue
pero. SI unas foqUJtas. A la guardia les resultó divertido y como en torturado, y apresadas su esposa y una amiga de él, se pudo establecer
medto de ese horror también existían momentos de algún relajo, so- la verdad. El era taxista, casado, pero además tenía una amiga. Dctido
bre todo en ausencia de los oficiales, Mario hacía sus foquitas y al toque de queda, no había podido usar la excusa de su trabaje para
Alejandro Parada cantaba tangos. quedarse con su amiga. Una noche se le hizo tarde y cuando en la
Hasta el día que conversé con Mario no había logrado identificar mai\ana iba a su casa pensando en qué cosa decir a su esposa, vio en
a .. En el testimonio ante la Comisión "Verdad y el diario la noticia del asalto al banco. Al llegar a su casa y para evitar
Reconcthactón yo htce referencia a un muchacho de ese nombre que las recriminaciones de la señora, le dijo que él no podía permanecer
pe que sido detenido, ya que era hijo de un compañero de ajeno a la situación de su país y que había sido uno de los asaltantes.
oftcma de m1 padre. Este hecho de la detención de Alejandro Parada Como prueba exhibió el periódico donde se mencionaba que en la
lo supe hace pocos años. Pero hoy, luego de conversar con Mario huida habían usado un taxi. La esposa se sintió muy orgullosa Y no
llegué a la conclusión de que yo conocí y vi detenido a pudo cumplir su promesa de no contarle a nadie. Y así la confidente
Al_e¡andro sólo que para mí siempre fue "Cano" o "]ano" y le ,contó a otro, hasta que llegó a oídos de la DTNA. Cuando se supo
ast aparece menciOnado en mi testimonio ante la Comisión Rettig. la verdad, el muchacho fue llamado "El taxista más huevón de Chile"
Otra de las cosas que Mario me contó y que yo no pude saber durante todo el período que permaneció detenido.
en Cuatro AJamos las mujeres y hombres permanecíamos
reclUJdos en habitaciones diferentes- y que me emocionó mucho, so-
bre todo porque ambos están vivos, es lo del correo clandestino.
Cuando nos llevaron a todos los detenidos desde Londres 38 a
Cuatro AJamos, a Mario y a Christian Van Yurick los encerraron en la
pieza grande. Esta estaba separada del sector de Tres AJamos el sector
de de plática, sólo por una puerta. Por debajo de
ella,_ y pasaban mensajes que eran entregados a los
farruhares de los dctemdos en Tres AJamos, y así montaron un correo
clandestino. Los compañeros de Tres AJamos que recibían visitas y
cosas, les pasaban cigarrillos, los que muchas veces llegaban a sus
manos todos aplastados y rotos, después de pasar por debajo de la
Cuando sacaban a Christian para ser llevado a nuevos
mterrogatorios, Mario se preocupaba de permanecer junto a la puerta
para que el correo continuara funcionando.
. Un día h_ubo una revisión en Cuatro AJamos y cuando los agentes
revtsaron p1eza de Mario y Christian, se dieron cuenta de que esa
puerta hablét estado siempre abierta. Podfan incluso haber intentado
fugarse. Pero ellos jamás se imaginaron que eso ocurriría y no la
revisaron ...
Otro de los hechos que Mario me recordó fue el del "Taxista
más huevón de Chile". Ese mismo mes de agosto de 1974, llegó un

132 133
 .....-- - - - - - - - - - - -"'' "'1' ""'
12
OfRO LUGAR DE DETENCION
Parece raro, pero es verdad. Ni en los mayores instantes de lucidez se
me ocurrió pensar o tratar de averiguar cómo desaparecían los com-
pañeros. No lo entiendo. Me doy cuenta de que muchas cosas que me
pregunto hoy o que me preguntan hoy, no estaban dentro de las
formulaciones que entonces me hacía. Hay personas que me han di-
cho: ¿No se te ocurrió decir que no?, y yo me doy cuenta de que no.
Y la razón es muy simple: ¿Decir que no a qué? No me violen, no me
pregunten eso, no me torturen, no me transformen en basura ... ¿No a
qué?, ¿acaso alguna vez me preguntaron algo? Me refiero a que no
hay nada que yo hubiera decidido en base a una pregunta y unos
momentos para pensar. No, no fu e así...
No todo lo que ocurrió en esos días era claro para mí en el
momento en que iban sucediendo las cosas. Con el tiempo, al ir es-
cribiendo, he ido entendiendo. La perspectiva y situación distinta
ayudan. En esos días no imaginé nunca que sería de alguna utilidad
el que fuera interiorizándome de la estructura orgánica de la DINA.
Nunca pensé, por ejemplo, que existiesen "Grupos de Exterminio". O
sea, personas cuya misión fuera sólo matar o disponer de los deteni-
dos condenados a muerte. Sabía que la muerte estaba ahí, en cada
recodo, aguardándonos. Imaginaba que había quienes tomaban las
decisiones. Pero nunca me dediqué a pensar en esos cómo. Creía que
los que lograban llegar a Cuatro AJamos, sobrevivían. Pero no era así.
compañeros que lograron llegar a Tres Alamos, en libre plá-
tica, luego desaparecieron.
Hoy sé, por ejemplo, que ocurrieron cosas más insólitas aún,
como los hechos que rodean la desaparición de John Mac Leod Trever,
-aparentemente vinculado al MIR- y de su suegra María Julieta
Ramírez. Ambos fueron de visita a Tres AJamos, el 30 de noviembre
de 1974, pa.ra ver a la esposa del primero e hija de la segunda. John
134
y su suegra fueron detenidos por la guardia del recinto bajo el cargo
de sacar documentación procedente de los detenidos desde ese cuartel
de reclusión. Ambos están desaparecidos hasta la fecha.
Sólo mucho tiempo después, a partir de 1991, comencé a supo-
ner que había dentro de la DINA una organización más
compartimentada aún y que se ocupaba de esa macabra "tarea" de
eliminar a la gente en Chile y en el exterior.
Una tarde de agosto, el "Troglo" me sacó de la silla donde
estaba atada y me guió hasta un vehículo verde. Se sentó al volante y
al mismo tiempo, a mi lado derecho se instaló un oficial que luego
conocería como Juan Morales Salgado. (A la fecha del Golpe estuvo a
cargo de la represión en Constitución y otras ciudades del sur de
Chile; existe un testimonio que lo indica como responsable de nume-
rosos delitos: secuestro, tortura y responsabilidad en la desaparición
de personas en esa zona).
El recorrido fue corto, no más de quince, máximo veinte minutos;
el vehículo se detuvo y dobló a la derecha. Antes de entrar en un
estacionamiento subterráneo con al menos una curva hacia la derecha;
cuando la camioneta se detuvo, pude vislumbrar a través de la cinta
adhesiva y de los lentes oscuros el reflejo de algo que en ese momento
me pareció un aviso luminoso con colores rojo y verde.
Al llegar a ese nuevo lugar de detención me bajaron del vehículo.
Recuerdo una escalera, luego un ascensor. lngrcsé en una habitación
espaciosa; se escuchaban teléfonos y conversaciones de varias personas.
Un hombre me preguntó si necesitaba algo. Le pedí algodón pues
estaba sangrando mucho desde la última vez que me emparrillaron.
Escuché que reclamó en voz alta:
-¡Otra que viene sangrando!, estos milicos no saben hacer las
cosas...
Pensé que quizás eran civiles y sentí terror. ¿Quiénes eran?
Me nevaron a otra pieza, me sentaron en una silla. Por la voz
me di cuenta que era el mismo sujeto que me había recibido. Se sentó
frente a mí y colocó en mis manos unas llaves; no alcancé a pensar en
nada cuando sentí una descarga eléctrica que me recorrió los brazos
y todo el cuerpo, y se me escapó un grito. Caí hacia adelante y escuché
que el hombre decía: ,
-Eso es para que no olvides lo que se siente...- luego, ordeno
que me sacaran la venda y pude verlo. Era un hombre alto, de
pelo corto y rubio, de ojos claros con lentes de marco metahco. Andaba
en camisa y con unos pantalones de color beige. Había otros hombres,
135
 p<.•ro más jóvenes, todos en m.m d . .
sobaqueras de cuero bajo la e Y a la vista l,1s Trajeron unos sandwiches, café, cigarrillos y lo más preciado
la DINA, que portaban 1 . 0 tra con los agentes de para mí, un paquete de algodón.
as armas a la ontura.
La oficina era sobria pero elegante. Poniéndose de pie, "Javier"
me invitó a ocupar un sillón, tapizado con un chenil a rayas beige,
USTED ES LUZ, YO SERE SOMBRA café y blanco. Se sentó frente a mí, separados por una mesa de centro.
Observé que había unas lámparas de bronce que armonizaban con el
La sobaquera del hombre rubio era d ambiente en unas mesas más pequeñas a los costados de los sillones.
A pocos pasos en un silló . e color claro, de cuero de chancho. Mientras comía, miraba todo. E! hombre tenía modales finos. Todo
pequeña. Con el cañón haci:' un muchacho con una metralleta era desconcertante. "Javier" puso música clásica y sirvieron un segundo
le sacaba brmo al ar C Y el dedo sobre el guardamontes café. Pensé que debía ser alguno de esos sucedáneos con gusto a
ma. onstantem t h b '
metal y le pasaba la man a d e, ce a a su aliento sobre el cualquier cosa.
a distancia y complacido grc camisa, Juego la alejaba mirándola "Javier" derivó nuevamente hacia lo que había dicho al princi-
'
hasta que el rubio que estaba fpe •a una y otra vez 1 ·
_ a m1sma operación pio, aquello de que en la DINA no sabían trabajar, que eran unos
De· rente a mi le gritó:
- Ja en paz esa arma, ¡huevón! Me pones . brutos. Comencé a sentirme rara, algo mareada y dejé de comer. '1a-
1 El muchacho si . - .
-Luz rd
nerVIoso.
gmo mirando el arma con cara de estúpido
vier'' me dijo:
'pe one, a me parecen unos niños. . , -Coma tranquila.
Luego, como volv•endo al momcn to a t . , Cuando terminamos con el sandwich y el café, sentí una voz
-Pero · d · n enor, agrego· detrás de mí. Escuché petrificada, sin atreverme a voltear la cabeza.
- no se CJC engañar, están entrenados com .
Yo solo ordeno, y ellos matan. Excelcn o perros de caza ... Yo conocía esa voz.
Luz; algunos amigos míos me la h tes muchachos. Me llamo Javier, -¡Lucita!, qué sorpresa verla. Hace un rato vi a su hijo, andaba
Tiene usted aJgunas cualidades u:n Por eso está aquí. en bicicleta, está muy bien.
cia. Por eso, yo creo que ust dqd byo sobre todo la obedien- Mi sorpresa era evidente. El hombre avanzó colocándose de pie
f e e e VIVIr Porq ·
uerte. Para usted, yo seré "Sombra" · ue es JOven, sana y frente a mí. Las dudas se disiparon; era Daniel, el contador de la
Repitió: · fábrica que estaba al lado de la casa de mis padres. Recordé que en el
-Usted es Luz, yo seré Sombra N 1 . barrio se rumoreaba que pertenecía a Patria y Libertad. No atiné a
más insospechado me acercaré d .. o o_ en el momento responder nada. El hombre continuó hablando cosas como:
Usted sabrá u , espacio Y dlre a su oído "Sombra". -Pórtese bien, "Javier" es un amigo, una excelente persona y
- q e soy yo, y hara lo que yo le diga
Entro un hombre de rostro mu bl ... comenzó a contarle que me conocía de pequeña, le habló de mi carrera
unos grandes ojos oscuros de 1 y anco, en el que destacaban deportiva, de mi hijo, de mis padres. De tanto en tanto, se dirigía a
0
frente. Portaba un block negro, le caía sobre Ja
bujarme. Yo trataba de entendc/
dividuos. Todo me parcc·o· q
:é l?p•ces. Comenzó a di-
ac¡a ah¡ cada uno de esos in-
mí:
-¿Ve, Lucita, lo que pasa? Tantas veces que le dije que no se
1 muy raro En un metiera con esos comunistas.
Y cogiéndome de la barbilla . , ·. momento se acercó a mí, Eso era verdad, cada vez que nos encontrábamos, me decía que
' miro m• rostro Ad .. - d
enorme en sus ojos y una ext _ . · •vane un esprccio dejara de participar en política, que me iría muy mal.
. rana SOnnsa cuando d.. .
1 - T•enes cara de ciervo asustad "Javier" observaba todo y preguntó:
peligro y eso te eriza la p. iel L , o el aire, percibes el -¿Así es que tiene un hijo?
· - · 0 veo en tus OJOS Todo p , 1rrea
·
m1re mtrigada al muchacho · · arecta 1, Respondió Daniel:
1 ' 'me pareció triste alg t b ·
su mirada, sentí sangre en mi boca m -' o a a gntando en -Así es, un rubio inteligente y bien simpático.
labios. ' e habla mord1do yo misma los
Sentí rabia, comencé a sentirme peor, extraña, como si estuviese
adormilada. Sentí miedo. '1avier" seguía hablando. Yo estaba muy
136
137

nerviosa, comencé a temblar, sentí frío ... El hombre rubio hablaba y
hablaba, no recuerdo qué. Trataba de concentrarme. Tenía los ojos
ardiendo, se desdibujaban los rostros, las cosas, todo. Como si estu-
viendo doble. Nunca sentí nada semejante. Me dio miedo, de-
blan haber puesto algo en el café, traté de convencerme de que no era
cierto, sentí deseos imperiosos de orinar. Luego se transformó en una
obsesión, y pedí que me dejaran ir al baño. Sentí que me salía más
sangre, y recordé que esa mañana un guardia me había pasado un
calcetín que encontró botado y que como estaba tan sucio, yo lo en-
volví en una hoja de revista que estaba en el suelo. Había puesto eso
entre mis piernas...
Me paré y dije "mancharé su sillón si no me deja ir al baño". Sentí
la cabeza pesada y mi lengua enorme, como si estuviese creciendo. No
me cabía en la boca. El muchacho del arma se puso de pie y me
sostuvo. Me apoyé en él. "Javier" ordenó que me vendaran y me
llevaron al baño. Una vez allí, el muchacho me hizo tocar con las
manos el lugar donde estaba la taza y luego girar hacia la izquierda
y comenzó a contar los pasos para indicarme dónde estaba el lavama-
nos. Creí que estaba sola, pero una voz me dijo: "Sólo estás autoriza-
da para sentarte en el water y de ahí ir al lavamanos, luego llamas".
-¡Señor! -exclamé, acostumbrada a llamar así a los de la DINA-.
¿Me puede prestar un jarro o una botella?
-¿Y para qué?
-Para lavarme, por favor ...
- ¡No huevecs!, agradece el algodón.
- Por favor, un papel.
- ¿Para qué?
- Señor, estoy sangrando y quiero botar lo sucio-. Sentí ver-
güenza y deseos de llorar... El muchacho dijo:
- ¡Cresta!, qué complicadas son estas mujeres... Espera, no quiero
que dejes todo sucio-. Me pareció que no había salido, y volví a decir:
- ¡Señor! ...- Me costaba hablar, sentí un ruido como de una ra-
dio mal sintonizada y una voz...
- ¿Vas a usar el baño?
Contesté maquinalmente:
- Sí, señor, disculpe. Bajé mis pantalones y pensé..." ¿Disculpe?,
¿qué me pasa? ¿me están mirando?" La sangre seguía cayendo. En-
volví todo lo sucio en un papel y lo dejé a un lado del water. Volví a
sentir esa voz como de radio, con ruidos.
- ;Párate!
138
- ------------r• mprrnn
Lo hice y casi me caL Luego escuché otra orden: "Coloca el
algodón entre tus piernas". Lo hice y traté de avanzar. Lo logré, pero
tuve que afirmarme en el lavatorio. Volví a sentir la voz.
-;Date vuelta!, camina ...- Lo hice mientras me decía "yo puedo,
yo puedo desobedecer" y comencé a caminar. Mi pie chocó con algo
en el suelo, retrocedí y la voz me dijo:
-Agáchate y toca... .
Lo hice, y sentí como la primera vez que usé lentes, como Sl el
suelo estuviese mucho más abajo de lo previsto, y me asusté, porque
mi mano tocó algo que me pareció la pierna de un hombre llena de
vellos, me quedé agachada ...
Era evidente que yo no estaba normal. Aparte de que ahí nada
era normal. Yo podía pensar, pero me costaba. Sentí como si desco-
nectaran un micrófono y alguien se acercó para llevarme afuera, a la
misma oficina. Ahí me sacaron la venda. Recuerdo una música suave.
Poco a poco iba subiendo el volumen, una voz resonaba dentro y
fuera de mí.
-Luz, ¿estás bien?
-Sí, está todo bien...- Pensé, ¿bien? Sentí que cayó mi cabeza
hacia adelante, mis brazos parecían colgar...
Alguien preguntó: "¿qué piensas?"
-Tengo pena, mucha pena ...
- ¿Sólo pena? ¿Nada más? ¿Algo de rabia, quieres llorar?
- No, no quiero llorar.
No era cierto; yo quería llorar...
- ¿No te parece raro? Cuando uno tiene pena, llora. Cuéntame,
Luz...
Comencé a hablar.
-Es como un sueño, un sueño de azul y de mar. Veo a alguien
que se cubre con un enorme chal, es una mujer que suelta sus cabellos
y camina, luego se sienta en la arena. Es otoño y hace frío, tanto, que
hiere la piel. Esa mujer captura lo que ve y lo atesora dentro.
El hombre cambió el cassette, sentí mucho cansancio, y antes
que me siguiera preguntando dije:
- Y usted, señor, ¿quién es, qué piensa, qué soy yo para usted?
El hombre rió fuerte y gritó:
-Llévala, que se vaya a dormir. Maí\ana sí trabajaremos, y
temprano.
Me llevaron a una habitación pequeña, sólo cabía un camarote
y un sillón donde se quedó el mismo muchacho que antes limpiaba
139
 ció "Javier'', y comenzó a dl'Cir que le interesaba la información que
su
ñ arma. En la. cama de abaJO'' fin.M" b"" donnir Maria T.......,.,.
"'"'""'una compa- yo le pudiera entregar del Partido Socialista. Volví a contar la historia
cra del Socialista era del equipo de Toño. Su compañe- de que llevaba seis meses presa, lejos del partido y que todo lo había
ro, Cl.aud10, era de mi grupo, del G.E.A. Cerré los ojos y traté de entregado a la DlNA.
dormtr: un rato y de pronto ocurrió algo nunca he podido Me di cuenta que además de la chica que había visto la noche
dctcrmmar st fue real o lo soñé. Si estaba despierta 0 dormida pero anterior, estaban haciendo diligencias para ubicar a Luis Peña, no sé
como sea 1 · , ... lo viví, y quedé absolutamente dcstruída
' ...sea si lograron detenerlo o no. No lo vi. Desconozco absolutamente cómo
un rutdo y escuché unas voces. Eran '1avier'' y un niño siguieron investigando pero tenían un punto para esa mañana donde
pequeno...
-¿Cómo te llamas?
-Rafael
-Te voy a quebrar un dedo, Rafael
L
-¡No, No! -y unos gritos atroces el niño... Luego súplicas
se supone que llegaría Alejandro Parada, ")ano" y vi cuando lo tra-
jeron vendado y amarrado, yo sólo lo ubicaba de vista, desconocía su
tarea dentro del partido, sólo sabía que había efectuado algunos puntos
con Toño. No me carearon con él.
Llegó el capitán Juan Morales y le dijo a "Javier'' que·"la DINA
ruegos,dllanto... Dentro de mí sentí de parann""'' ten'ta 1asma-y me reclamaba, que me llevaría de vuelta a Londres 38. Se produjo un
nos y la cabeza me daba vueltar. Traté de decirme no es la voz diálogo áspero entre "Javier'' y Juan Morales. Me llevaron de vuelta
de m.t m? una y cien veces, no es la voz de mi niño, no a Londres 38. Allí me volví a encontrar con María Teresa, quedamos
es mt m stqutera es un niño, es una grabación. Me pareció que sentadas juntas. Cuando pudimos hablar a escondidas de la guardia,
cada aerto . rato , todo se re pe tí'a tgua
· 1... Trataba de convencerme que me preguntó si yo había hablado de Claudio, su compañero. Le dije
era una cmta ·:· Todo
.. segu'
· ta, y pese a m1· mtento
· de convencerme de que no, y me pidió que por favor no lo hiciera, se lo prometí sólo para
que no era mt htJ?, de pronto parecía que ese diálogo monstruoso se tranquilizarla, pues de todas maneras no sabía ubicarlo, ni siquiera
de mt y oía: ..."Ahora te quebraré otro dedo ..." y más conocía su nombre verdadero. Sé que María Teresa estuvo a 1 menos
Y. yo tratando de levantarme, tratando de comprender, ¿por una noche más en Yucatán y que sobrevivió.
que nadte más parece escuchar voces? Yo seguía diciéndome... N o, no
no, mi hijo, pero pronto estuve llorando, me parecía ver a mi
h.tJO de dolor con sus manitos extendidas hacia mí di- Cf5V ALOO ROMO
aendo.¡mamtta!, mamita ayúdame, me duele, mamita. Yo me repetía
Luz, es una cinta grabada. Quieren asustarte... No sé si Al día siguiente de haber vuelto a Yucatán, Ricardo Lawrcnce nos
duro horas, no sé si fue toda la noche. A pesar de que tenía por mandó a buscar a mi hermano y a mí. Dijo que comenzariamos a
momentos la certeza de que era una grabación, porque todo se repetía "trabajar" cada uno con un equipo y me entregó a mí a Osvaldo
una y otra vez, fue lo suficiente para sentirme toda escombros... Romo Mena, y a mi hermano a un teniente de Carabineros que dijo
. . que estaba amaneciendo cuando la luz se filtraba por el llamarse "Marcos". Más adelante sabría que su nombre es Gerardo
v1dno pmtado. Las voces callaron y yo tenía en la garganta, en el Ernesto Godoy García.
pecho, un dolor muy fuerte. Angustia, necesidad de ver a mi hijo d Lo primero que debo confesar es que me cuesta hacer leña del
tenerlo en mis brazos, de acunarlo, de velar su sueño. ' e árbol caído, eso no significa que Romo Mena deba ser absuelto, sin
. a sentir ruidos, estaban negando. Me sacaron de la duda lo será, todo parece indicar que los casos de detenidos des-
ptcza, pude tr al .b año, me duché. El agua estaba heladísima pero aparecidos irán siendo amnistiados,3 al pensar en Romo Mena hoy
tgual_ me pareció Esta vez no hubo voces ni gente me
saque la venda, me al espejo y vi mi rostro demacrado y pálid
Pero peor estaba mi corazón. o. 3 • 28. jul. 93. En menos de 24 horas, el segundo juzgado militar exculpó
a Fernando Lauriani Maturana por falta de pruebas de su participación en el
del baño, me llevaron a una oficina. Otra, más
secuestro y desaparición de los hermanos Andrónico Antequera.
espaciOsa, sm mnguna elegancia, con varios escritorios. Pronto apare-
141
140
 1.11z 1\rre
ver que 1974 el hombre con el poder de arrastrar hacia
el mfierno a su ¡efe Krassnoff Martchenko le ordena-
ba, Y hoy es d umco que está en manos de la justicia. Me cuesta
entender que Romo es responsable y que el resto no.
G_svaldo. Romo del año 74 y el de hoy difieren notablemente
para m1. En m1 mente Romo aparecía como una enorme mole grasien-
ta. se abalanzaba como perro de caza en contra de opositores y
me pánico. El año 1992 pude verlo pocos días
que fue tra1do a Chile. Me impactó. Me pareció más bajo que
en recuerdo Y encorvado y arrastrando una pierna, con
sus OJOS llorosos me diJO ¿Me perdonaste?, supe que el hombre de mi
recuerdo' ese asq ueroso, sucio, · grosero, de uñas roídas que me causó
mucho dolor Y repugnancia en el año 74, es una persona que en ese
g.esto me demostró que el Osvaldo Romo que todos conocen, y que
sm duda fue un torturador y violador implacable, representa el
que la DINA necesitó para sus propósitos de
amquiiamHmto. Desde que llegó a Chile, Osvaldo Romo fue sometido
a u_n médico adecuado y cada vez que lo vuelvo a ver
esta mas, del d
ga o, mas ' agi
' ·1, y conserva la astucia que lo caracterizó en
el que yo lo conocí en la DINA. Debo confesar que su gesto
de pedirme perdón a mí, que hoy sea "el pnto de la boda" sólo or-
q ue es un CIVI · ·¡ sm
· " prebendas espccinles", me predispone a perdo- P que de los resultados dependía lo que ocurriría con nosotros. Luego
Y lo he Siento que Osvaldo Romo con todas sus carac-
tenstJcas
d d es algmen que fue usado y abusado por la DINA, sm · nmguna
· veces. "Poroteando" un compañero cayó detenido en la calle Estado.
u a es de muchas cosas, atroces, pero me cuesta aceptar
es el umc? que está declarado reo. Me es difícil aceptar que sus
¡efes Impunes. Osvaldo Romo pese a sus habilidades, esa
astucia que lo llevó a ser la mano derecha de Krassnoff, duran-
te los anos, . 74 y 75, fue reforzado por la DINA, d"sn· I ngm"do como uno
d e 1os me¡orc " t ·
s agcn es, su ferocidad respondió plenamente a las
demandas de Krassnoff, Ferrcr, Wendcroth, Moren, Espinoza
Contreras, de la DfNA. ' como había dicho. Se acercaba a mi lado y me decía "Sombra" al
Ese día de 1974 nos llevaron al cuartd Terranova a tres de los
detenidos que estábamos colaborando. A Ale¡·andra a mi herma
, y f · , no y
,? UI en .la camioneta con Osvaldo Romo, Basclay Zapata y el
egro Paz. MI hermano, en el Austin Mini del teniente (C) Gerardo
García, en.tiendo era el vehículo de un detenido. Ese día,
el ofiClalle regalo a m1 hermano un pantalón gris y una camisa verde,
pues su ropa estaba destrozada y sucia en extremo y ambos tenhn
contextura similar. ' Recuerdo que en Yucatán había un guardia bajo, de tez blanca
142
11 lnjwnru
Durante el trayecto con Romo Mena y su equipo, supe que Ale-
jandra estaría presente. Romo inició una conversación que me molestó
mucho. No me atreví a opinar nada, sólo escuché. Recuerdo que se
refirió de manera muy despectiva de Alejandra y de Muriel. Yo no
podía hacer abstracción del olor que despedía ese hombre tal). des-
agradable. Cada vez que estaba sin venda, no podía despegar mis ojos
de sus dedos asquerosos, con las uñas sucias y comidas en extremo.
Al llegar a Terranova, pude ver por debajo de la venda el lugar
que meses después reconocería como el estacionamiento de la casa
patronal. También reconocí a Alejandra. Ella estaba muy delgada y
recuerdo que sentía mucho frío. Estaban presentes además de quienes
nos habían llevado, los oficiales Lawrcnce Mires, Krassnoff Martchenko,
Moren Brito. Sé que había más personas, pero no logré verlas, sólo pude
oír sus voces.
En esa oportunidad escuché por primera vez los nombres de las
agrupaciones. Supe que Krassnoff Martchenko comandaba Halcón,
que Mires era el encargado de AguiJa, y que Godoy García
comandaba Tucán. Se nos dijo que a partir de ese día comenzaríamos
a "porote.ar", o sea, ir con los equipos a que habíamos sido asignados,
a mirar por las calles de Santiago identificando militantes.
Moren Brito dijo que eso era una nueva modalidad de trabajo y
de ello, nos trasladaron nuevamente a Londres 38. Me sacaron varias
Yo lo conocía como Walter Contreras, y durante años lo he buscado
en las listas de detenidos desaparecidos. No lo he encontrado. Recuerdo
que ese día, al volver con él al cuartel Yucatán, Romo Mena y Zapata
Reyes me obligaron a decirle que yo trabajaba desde hacía años con
el Servicio de Inteligencia del Ejército. Supongo que lo creyó. Tampoco
volví a verlo.
Mientras estuve en Yucatán, "Javier" fue dos veces, e hizo tal
oído. Un guardia me sacaba de inmediato, y me llevaba a alguna
oficina, me preguntaba cómo estaba y me regalaba cigarrillos. Otra
vez puso un chocolate en mi boca. Cada vez me decía que estaba
haciendo gestiones para sacarme de manos de la DINA. Yo le agra-
decía, pensando que ojalá no resultaran. Ese hombre me causaba más
pánico aún que Krassnoff o Lawrence o Moren. Tal vez sólo era una
maniobra para que yo colaborara más con Krassnoff, no lo sé...
143
 y cabellos oscuros y crespos. Siempre ofrecía a las mujeres llevarnos
a un lavatorio donde, según él, podríamos lavamos un poco. La
primera vez "caí" y agradeciéndole, me dejé conducir por él. En cuanto
me saqué la blusa para lavarme, él se acercó tomando mis pechos.
Logré disuadirlo de que no continuara y me devolvió mi ropa. Como
era de día, comencé a gritar, yo creo que temió ser sorprendido por
algún oficial. Yo estaba vendada, eran situaciones muy deprimentes.
Después de eso, no accedí nunca más a sus ofertas, y cada vez que
pude alerté a las chicas recién llegadas sobre lo que hacía ese mu-
chacho.
Uno de esos días Basclay Zapata Reyes, el "Troglo", me pregun-
tó si quería ducharme. Le contesté que sí. Me sacó de la silla y me
llevó a una camioneta. En el camino me explicó que iban a hacer un
allanamiento y que mientras ellos revisaban el departamento, yo podía
usar el baño. Le agradecí. Hasta entonces no me constaba que él me
hubiese agredido.
Al llegar al lugar, pese a que iba vendada, si levantaba la cabeza
un poco podía ver por debajo de la venda. Pude reconocer el sector,
cerca del cine Providencia, en la calle Manuel Montt, no recuerdo
exactamente el departamento. Cuando me estaba bañando, el "Troglo"
entró y trató de comenzar a tocarme. Igual que de Moren Brito, hay
testimonios de la brutalidad y crueldad de Basclay Zapata, pero yo
no sé si él me torturó o no. Ese día me pidió que me acostara con él.
Cuando me negué, insistió, incluso me llevó ropa de regalo que
imaginé, y tiempo después tuve la confirmación, robó del departa-
mento que estaba siendo allanado. Negándome a tener relaciones con
él, le devolví el sweater y la blusa que me había pasado, pero se retiró
sin volver a insistir.
Ahora que recuerdo, me parece tan increíble la situación. Yo,
ahí, desnuda, suplicándole que por favor no me violentara. El tratando
de tocarme. De repente se quedó mirándome y dijo:
-Está bien, puedes quedarte con la ropa igual- y salió del baño.
Me saqué rápido el shampoo y el jabón y me vestí. Todo el resto del
tiempo estuve tratando de desenredar mis cabellos, me habían crecido
bastante, sin atreverme a salir del bai1o.4
•. El año 1992 supe que el d,cpartamento pertenecía a la Adriana
Urrutia y la ropa que me dieron era de ella. La señora sobrevivió y toda la
ropa con excepción de un sweater burdeos la regalé a las compañeras de la
pieza N° 2 de Cuatro AJamos.
144
si los últimos días de agosto o los primeros de septiem-
bre, me llevaron a Cuatro AJamos, al igual que a los demás detenidos.
Estaban desocupando Yucatán, aparentemente porque ya estaba
individualizado como un lugar de detención de la DJNA y algunos
familiares llegaron incluso a golpear las puertas del cuartel, pregun-
tando por sus parientes.
CUATRO ALAMOS
Cuatro AJamos era un lugar secreto de detención, ubicado junto
Campo de Detenidos en libre plática del Servicio Nacional de Dcteru-
dos -SENDET-, en caJle Departamental. Este Jugar era diferente de
los otros cuarteles. Estábamos separados Jos hombres de las mujeres,
en piezas donde había literas. Podíamos duchamos y co-
mida de manera regular. Nos daban un día porotos, otro Yal
tercero garbanzos. No recuerdo si había alguna otra com1da. Perma-
necíamos encerrados, pero sin vendas mientras estábamos dentro de
la pieza. En la época en que yo llegué a a de
Carabineros, pero después la DINA comtstono como )Cfe de
tro" como le decíamos en aquel tiempo, al oficial de Gendarmena
José Manso Durán, quedando Carabineros sólo a cargo de
Tres AJamos con Conrado Pachcco como jefe de ese lugar.
estábamos en Cuatro AJamos, teníamos aún condición
de detenidos no reconocidos como tales, o sea, que podtamos des-
aparecer en cualquier momento. Lo más terrible era la incertidumbre
de saber que a cualquier hora podían ir a buscarnos, ser
nuevamente a los otros cuarteles. Durante mi estadta en ese rccmto
quedé por mucho tiempo con la idea de los que
sacados de ese Jugar eran distribuidos por d1ferentes carceles del pats,
pues cuando iban los equipos de la DINA y sacaban a la gente, los
formaban en distintas filas asignándoles a cada una el nombre de
diferentes ciudades.
Al Jlcgar a Cuatro Alamos, varias de las detenidas manifestaron
que presentaban síntomas de tener vaginales. Cuando fue
el médico pedí que me llevaran, pues tema aun malestares fuertes en
el pie. El médico dijo que la de la herida avanzando
bien pero Ja hiperestesia se mantenía. Me molestaba mcluso el roce
de pantalones o de la ropa de cama al dormir, sobre todo de los
zapatos.
145
 ,.--- - - - - - - - - - - - ..... UIJIP•••..

En la pieza de Cuatro Atamos tuve como compañera a Rosscta
Pallini Gonzálcz, que era esposa de un dirigente del MIR. Ella murió
en el exilio, en Méjico, y le sobrevive un hijo.
Otra de las compañeras de la pieza N° 2 fue Mónica Chislayne
Llanca Iturrai a la fecha detenida desaparecida. La conocí ahí. Ahora
sé que ella tenía vinculaciones con el MIR, en esa época tal vez por
temor nos dijo que era socialista y funcionaria del Gabinete de
Identificación. Uno de los primeros días de septiembre de 1974, fue
sacada de la habitación por el equipo de Halcón Uno. Osvaldo Romo
Mena le asignó la clave "Puerto Montt"; hoy se sabe era una de las
palabras que significaba muerte.
No voy a ahondar en mayores antecedentes sobre Mónica,
porque la causa por el secuestro de ella y su posterior desaparición se
bajo secreto de sumario, en el Tercer Juzgado de Santiago.
La Juez que lleva este proceso es la señora Dobra Lusic Nada!.
Durante muchos años no recordé los nombres de estas mujeres.
En 1991,_ cuando estuve rodicada en Europa, revisando prensa antigua,
encontrc una foto que reconocí y la historia de Olivia Monsalve de
..Me di cuenta que yo la había conocido a ella, a Silvia y a
AleJandnna, en Cuatro AJamos. Quedé profundamente conmovida.
guardia volvió a la pieza y vio el feto, reaccionó. Se llevaron a Silvia
y d!as después supimos que la llevaron al Hospital de Carabineros.
Al volver ella mantuvo un silencio empecinado que no nos atrevimos
a Interrumpir... Ese otro hijo de Miguel Angel Becerra, el que no nació
ni tuvo nombre, dejó su incipiente vida en una fria habitación de
Cuatro AJamos. No dormí esa noche, nadie durmió esa noche.
Durante la ausencia de Silvia, Alejandrina, en un momento de
hondo pesar, mientras nos pasábamos de una a otra un cigarrillo, nos
contó su historia. Me di cuenta que ellas en esos días, enfrentaban tan
sólo el comienzo de una larga sucesión de estaciones de dolor. Supe
que el agente DINA que me contó Alejandrina, que encontraron muerto
en un camino vecinal adyacente a Parral, era Miguel Angel Becerra
Hidalgo, pariente político de ella y esposo de María Olivia Monsalve
Ortiz y que el mayor de los hijos de este matrimonio, Miguel Becerra
Monsalve, es el muchacho que permanece hasta ahora en Colonia
Dignidad, separado de su familia por el dictamen de un juzgado de
Parral, que entregó la tuición del muchacho a los alemanes de Villa
Baviera.5

EL NO NACIDO

Una noche, a comienzos de septiembre, Silvia comenzó a sentir agudos

dolores en el vientre. Golpeamos fuerte en la puerta pidiendo un
médico. Producto de las torturas que recibió la muchacha perdió al
bebé que esperaba. En el closet de la pieza había una hoja de diario y
las tapas de cartón de una caja. Ahí recibimos al que habría sido el
menor de los hijos del agente de la DlNA, Miguel Angel Becerra
Hidalgo. Fue estremecedor.
Hacía frío, y de la masa sanguinolenta de y de placenta
salía una especie de humo. Lo puse en medio del pasillo pequei'lo que
quedaba entre los dos camarotes y me senté en la cama de abajo junto
a Alejandrina. No podía dejar de mirarlo. Todas estábamos
conmocionadas. Hacía unas horas, apenas unos minutos, era un ser
con vida. No figura en ningún listado, pero también Jo (la) mató la
DINA. No lloramos fuerte. Quizás, porque en ese momento nos 5 • Durante mi estadía en Cuatro AJamos pude ver que en otra de las
preocupamos de la madre, de calmarla¡ de ayudarla a vestirse, de piezas se encontraba Muriel Dockendorf Navarrete, esposa de un dirigente
abrigarla, de secar sus lágrimas. Cuando el muchacho que estaba de del MIR, quien a la fecha se encuentra desaparecida.

146 147
Segunda Parte
 1

CUARTEL OLLAGÜE

Al ser conducida desde Cuatro AJamos al cuartel Ollagüe, ubicado en

José Domingo Cañas N11 1367, comenzó una etapa distinta, la DINA
creció en recursos humanos y materiales, llegaron más oficiales y se
hizo permanente la presencia de agentes femeninos. Para mí también
hubo cambios. Permanecí en un lugar distinto de los demás deteni-
dos, sin embargo lo reducido del local hizo más cercanos los sufri-
mientos de los compañeros que eran torturados de manera brutal. A
pesar de que yo era una colaboradora de la DINA, continuaba como
detenida no reconocida oficialmente. La DINA se convenció de que
yo no pertenecía al MIR, y por esa razón dejé de ser una detenida del
grupq Halcón de Krassnoff y pasé a depender del comandante del
cuartel, el capitán Ciro Ernesto Torré Sácz.

Al día siguiente del primer aniversario del Golpe, poco antes del
mediodía, fui sacada de Cuatro AJamos y trasladada a lo que después
sabría que era el nuevo cuartel de la DINA de nombre Ollagüe, que
reemplazó a Yucatán, y que estaba ubicado en José Domingo Cañas
N11 1367.
Hasta esa fecha, como detenida seguía dependiendo del grupo
Halcón, cuyo encargado era Miguel Krassnoff. Cuando el guardia de
Cuatro AJamos me entregó a los agentes de Halcón Uno de Caupolicán,
Basclay Zapata Reyes se dio cuenta de que de tanto ponerme cinta
adhesiva en los ojos ya no tenía cejas ni pestañas. Tuvo un rasgo de
humanidad: sólo me puso las gafas plásticas muy oscuras y me hizo
prometer que cuando ellos me lo indicaran, yo cerraría los ojos, y no
los podría abrir por ningún motivo.
Al cruzar Bustamante con Irarrázaval, me lo ordenaron y cerré
los ojos. Al ingresar al recinto donde me hicieron bajar, me llevaron a

151
 una vacía 'y frente al guardia, Basclay Zapata Reyes simuló
que me retiraba alguna venda de los ojos y con gestos de aparente
dureza me gritó:
-¡Quieta, mierda!
Quedé sentada en un sillón, el único mueble de la pieza inmen-
sa. Todo estaba Heno de polvo. Aparentemente la casa había estado
vacía tiempo, o nadie se ocupaba de la limpieza del lugar.
o 15 minutos después, entró un guardia que me
ordeno que lo sigu1era. Era uno de los que había visto en Londres 38.
Me saludó como quien se reencuentra con alguien conocido. Me
miró con curiosidad, me encontró diferente. Le conté que en Cuatro
AJamos había podido bañarme a diario y que me había cortado el
pelo.
. -¡Ya se peló de nuevo!-. Recordaba el incidente con la peluca y
m1 pelo muy corto cuando caí detenida en marzo. Me hizo señas de
que lo acompañara.
-Mi capitán, aquí está la Lucecita.
. -Así es que ésta es la Lucecita. Asiento -dijo mostrándome una
s11la. El hombre seguía hablando.
-Soy capitán de Carabineros, Ciro Torré es mi nombre. No es
chapa. Y soy el comandante de este cuartel.
A. esas alturas había aprendido lo suficiente como para no confiar
en nadie, aunque ese alguien exhibiese una sonrisa y una actitud
com? de ese oficial. Era la típica imagen que uno se forma del
comisano de una tenencia de campo. Figura obligada de celebracio-
nes, bautizos y casamientos. Una especie de padrino, bonachón y
buen conversador.
, -Vamos a Lucecita, porque usted trabajará conmigo.
Cuenteme todo. ¿Quién es usted? ¿Cómo fue detenida? ¿Por qué?
Comencé midiendo mis palabras. Hasta esa fecha nadie me
había encuadrado. El capitán Torré parecía disponer de tod'o el tiempo
del No. tenía o no manifestó una opinión propia respecto de
cuestiones contingentes o de los partidos políticos. Constantemente
me pedía aclaraciones sobre ellos y las palabras que yo seguía usando
ex profeso. Presumió sí de que estaba enterado de la situación y de
que su esposa era abogado.
Sin saber si su actitud era real o no, aumenté el uso de palabras
raras. Muchas improvisadas en el momento, o simplemente sinónimos
estaba en sus manos y en una situación muy extra-
na. Aunque hubJCra querido entregar información, no podía. No sa-
152
nada. Habían pasado más de seis meses desde mi detención. A
fecha era la detenida que llevaba más tiempo en la DrNA. La
.., decían ellos. No tenía ninguna posibilidad de pasar a hbre
Los había visto prácticamente a todos. De muchos, sobre todo
los oficiales, conocía el nombre real, y ubicaba sus
. . .lrh>II I:'!Il. Debía de alguna manera seguir comprando m• vtda mmuto
minuto.
Lo que estaba vislumbrando era una no se
ocurrió nada más y, después de todo, pense, oficiales c_omo
.......,,,"'' • y Lawrence ya manejaban -y bien- esa suerte de ¡erga
Al menos la que usaban los militantes del MIR.
Traté sutilmente de ir interesando al capitán. Mientras hablaba
de mi vida, mis estudios... Trataba de suponer qué pasando en
11 país. Recordé que en los días que estuve en hbertad, supe
llgunas religiosas ya se movilizaban tratando de apoyar a los familia-
res de los detenidos. . . .
pronto el capitán mencionó algo acerca del traba¡o de mteh-
gcncia. Decidí pasar a la "ofensiva" y le . "
-Capitán ·de veras usted cree que la 1zqmerda es una amena-
,¿ 'd
za" para el Gobierno? ¿No cree que hay otras os
políticos que son bastante "intocables" y que les ocas10naran mas.
un problema? Usted sabe que hace meses que no la prensa m :C
nada. Sin embargo, me atrevo a opinar que la Igles1a y la
Cristiana, al menos algunos sectores de ellas, deben estar hac1endo
"olitas".
Era algo tan obvio para mí, que me sorprendí frente a la reac-
ción del capitán y pensé: "Me está huevcando. Luego, cuando se
canse me sacará cresta y media, y hasta ahí no más llegaré ..." Pero
parecía genuinamente sorprendido: , ..
-Es increíble, yo creo que usted algo leyó o escucho notictas en
Cuatro AJamos. ¿Cómo hace para saber?
Seguí hablando, apelando fundamentalmente al sentid,o
ya que era un tema que desconocía. de las logtcas, d.e
cómo los acontecimientos se van desenvolviendo en el hempo a partir
de algunos hechos y sus relaciones de causa y efecto. ,
Mi vida comenzó a depender de lo que en el pasado háb1a
aprendido, leído y pensado. Tenía una sola arma: mi cabeza. Y. un
hecho fortuito: el oficial era más jgnorante que yo en esas matenas.
El capitán se dio cuenta que había pasado con mucho la de
almorzar. Dijo que me pondría sola en una pieza, que me dana el
153
 material necesario para que escribiera cuanto sabía. Que qucrí,&
aprender todo.
Estaba metida en un lío. ¿Qué iba a escribir?... Sin darse cuenta,
el capitán me fue dando las pistas de cómo dar forma a lo que
intuitivamente estaba haciendo. No pude evitar recordar lo que había
estado pensando en Cuatro AJamos. Definitivamente vivir en ese clima
de violencia agudizaba las percepciones. Decidí que intentaría aparecer
como alguien en extremo racional. La alternativa era caer absoluta-
mente bajo el dominio de laDINA.
El capitán Torré Sáez interrumpió mis pensamientos cuando me
comentó que estaba leyendo la "Orquesta Roja". Por unos segundos
recordé a Ricardo Ruz y sentí ternura. Lo habíamos leído juntos. Sin
pensar le dije al oficial:
-Capitán, lo primero que haré para usted será un Vocabulario
Marxista. Y luego un Manual de Comunicaciones. El capitán se veía
contento y decidido a transformarse en un oficial de inteligencia. Lo
alenté a seguir leyendo libros de espionaje, diciéndole que era una
buena escuela.
Torré Sáez me llevó a la que sería mi pieza los próximos meses.
Había una colchoneta en el suelo. Llamó a dos guardias e hizo traer
una mesa y dos sillas. Una máquina de escribir y material de oficina.
Al salir dijo:
-Le haré traer un catre y ropa de cama.
Envalentonada por el aparente éxito de ese día, pregunté:
-Capitán, ¿puedo ducharme?
-¿Ducharse?, veremos. No sé si hay ducha. Pero lo veremos...
Cerraron la puerta. Era un espacio pequeño. El sitio donde
usualmente se guardan escobas, traperos y útiles de limpieza. Respiré
profundo, me senté en la colchoneta y me puse a pensar en lo ocurrido.
Sonreí. Sin duda era una suerte que ese capitán fuera el comandante
del cuartel. Faltaba por ver qué pasaría cuando Krassnoff se entera-
ra ... Pronto volvieron los guardias con el resto de las cosas. Eran el
"Jote" y el "Rucio". El "Jote" dijo riendo:
- Le está creciendo el pelo, Lucecita. Ahora tiene hasta oficina.
¡Me alegro! Yo voy a tener que tratarla bien. A este paso, ligerito me
va a estar mandando, ¿dónde quiere la mesa?
Me reí, no había mucho espacio.
-¡Claro! Sólo caben la mesa y la colchoneta. Pero si quiere las
ponemos al revés, o sea la colchoneta y la mesa...
Era un buen muchacho. Nunca me trató mal, al contrario.
154
-Cracias, "Jote". Hace mucho que no me reía, gradas.
-Ya, ya, que ahora se me emociona y se pone toda triste. Ya
pues, tranquila, y siéntese a la mesa que "'altirito" le traigo la sopa y
después, si quiere salir un ratito al patio, yo la dejo lavar los tachos y
lat ollas.
Miré hacia afuera y me di cuenta que el día estaba muy lindo.
-Y así como están saliendo las cosas, seguro que el capitán le da
penniso para que la puerta esté abierta un ratito cuando estemos de
1\lardia aquí afuera. Miré la piscina. Mire qué lindo, Lucecita. ¡Ah! y
pa' que sepa, el "Rucio" y yo haremos guardia en su puerta día por
medio. Tome, aquí tiene un Lucky. Se lo pedí al "Clavo" -Hugo
Clavería Leiva-, que fuma los mismos petardos que usted.
·Me hacían tanto daño mis sentimientos! No sólo un dolor moral.
1
Me costaba respirar, era un dolor físico que me atravesaba como un
cuchillo la garganta. No podía eludirlos, decidí que tenía que controlar
mi expresión, aprender a mostrar siempre una misma cara, una acti-
tud. Eso.' Debía dejar de ser alguien y ser algo. El "Jote" esperaba una
respuesta:
-Sí, "Jote", lavaré los platos y las ollas.
Tomé la sopa, partí el pan y comí una parte. Fumé el cigarrillo
y escondí bajo la colchoneta los fósforos. Tuve la impresión que algo
había ocurrido dentro de mí. Era tangible. Ya no sentía frío, ya no
dolía. Pensé que las personas buscan relajarse en las situaciones di-
fíciles, y en cambio yo debía aprovechar esa situación de tensión
permanente. Del stress sacaría la energía que precisaba.
El "Jote" me llevó hasta una llave de agua en el patio, y lavé las
cosas. Se rió y mucho de mí porque le pedí detergente. Me enseñó a
lavarlas con tierra. Servía: el barro sacó toda la grasa. Casi con alegría
metía las manos en la tierra y troté las ollas. Esa pasó a ser una
actividad cotidiana, una forma de disfrutar esa primavera que coqueta
-como ella es- alternaba mañanas y atardecercs frescos con mediodías
esplendorosos.
-"Jote", ¿tú crees que podría lavar mi blusa aquí?
-¡Eso!, ¡no digo yo! Así son las mujeres. Uno les da la mano y
se toman el pie. Por mí, encantado, pero mejor le pregunta al capitán.
Volví a la pieza y comencé el vocabulario marxista. Comenza-
ron a apilarse las hojas. El capitán iba dos veces diarias a revisar el
avance de mi trabajo. Pero pronto ocurrió lo que yo temía. Krassnoff
dijo que eran "puras huevadas" y que yo -como de costumbre- me
estaba mofando. Lo peor es que tenía razón. El trabajo era malo.
155
 Afortunadamente, Torr6 atribuyó la actitud de Krassnoff a Jo
que definió como una situación de conflicto entre Jos oficiales de
Ejército y los de Carabineros. Rivalidad que según él se agudizaba
por una suerte .de por diferencias en el acceso a Jos gra-
dos en las dos mstJtucwnes. Es normal que la oficialidad de Carabi-
neros -a esa fecha- demorara más en ascender a capitán, y a igualdad
de grados, manda el oficial de Ejército, por ser la institución más
antigua de las FF.AA. Entonces ocurre que un capitán de Carabineros
o pasa los 35 años, queda subordinado a un capitán de
Ejerctto que perfectamente -recién ascendido- puede tener 27 ó 28
años.
. . Ciro Torré hablaba de ello con el convencimiento de que Jos
Carabmeros estaban más capacitados para el trabajo de
mtehgenCJa por haber mantenido un mayor contacto con la gente.
Supongo que en ese comentario había implícita una crítica a los mé-
todos de la DINA.
Después.que estuve .instalada en la pieza, Krassnoff ordenó que
llevaran a AleJandra al mtsmo lugar, dormiríamos juntas.
Al parecer Torré se sentía responsable de mí. A su manera
¡claro! Muchas veces viví esa desagradable sensación en ese mund;
donde impera un machismo brutal. Los oficiales tienden a expresar
su paternalismo en un amplio rango de cosas. Desde cambiarle el
nombre a uno, hasta sentirse una especie de padre que nos ha dado
la vida.
Un día se quedó mirándome y dijo:
-¡Diana!, eso es, Dianita es tu nombre. Eres igualita a una Diana
cazadora en pelotas que tengo en un calendario.
Al mirarlo sentí miedo. Ahí estaba. Frente a mí, mirándome con
su cara encendida, los ojos vidriosos, los labios entreabiertos, su cara
de cerdo. Sentí repulsión. Deseos de salir corriendo, y estaba
aht, qmeta ... Muda. Sólo mirándolo con mi cara sin expresión, que era
una de las cosas que más les molestaba. Había pasado por mí como
una ráfaga, ese sentimiento de humillación. Pero escuché como si
oyera a otra persona:
-Capitán, le agradecería y mucho que busque otro nombre. Diana
me suena a nombre de puta ... Prefiero el mío. Mi nombre es Luz.
-No se hable más del asunto -respondió Torré-. Serás Diana.
Dianita, eso cs. Te queda mucho mejor.
Comenzó a reír y se fue. A partir de ese día el capitán me llamó
así. Los guardias siguieron llamándome Lucecita.
156
A los pocos d(as de haber llegado a ese lugar pude darme cuen-
ta de que en Ollagüc había por lo menos cinco más los
que yo había conocido en Yucatán. En Londres 38 hab1a conoodo a
l(rassnoff Martchenko, Lawrence Mires y Godoy García. En el cuartel
Ollagüe, aparte de los encargados de el co-
mandante del cuartel, de quien yo dependta, es decrr Ctro Ernesto
Torré Sáez, quien a su vez tenía un segundo hombre, Fernando
Eduardo Lauriani Maturana, alias "Pablo". También dependían de él
la subteniente de Carabineros Palmira Isabel Almuna Guzmán, alias
la "Pepa", y el señor Jiménez Santibáñez. El último de los oficiales en
Ucgar a Ollagüe fue el capitán Francisco Maximiliano Ferrer Lima,
alias "Max".
Todos los días Krassnoff Martchenko mandaba a buscar a Ale-
jandra. Yo permanecía en la pieza El
creciendo. El capitán lo llamaba ahora su dtcctonano. Torre hab1a
autorizado a que me duchara cada mañana, pero imagino que por
orden de Krassnoff Martchenko, o quizás como una medida de
hostigamiento, igual debía pedirle autorización todos los días. ,Co-
menzó una especie de juego-burla de parte de Krassnoff. Yo pedta al
guardia de la puerta que le preguntaran si podía bañarme al día
siguiente. A veces me mandaba a buscar y en cada oportunidad el
diálogo era más o menos el mismo. Me dejaban en la puerta de su
oficina, con los ojos vendados. Luego de un rato, él decía:
-¡Ah! Ahí está la Lucecita, perdón... Diana. ¿Así te llamas ahora?
Yo permanecía callada.
-¡Responde, mierda! Cuando yo te pregunto, ¡tienes que contes-
tarme! ¿Sabes con quién estás hablando?
-Sí, teniente, sé cómo se llama usted.
-¡Ah! Sabes cómo me llamo, y ¿qui6n te dijo mi nombre?
-Usted, teniente. Usted me dijo que se llama teniente Miguel
Krassnoff.
-Sí, mierda ... Krassnoff. Krassnoff Martchenko... Ruso de los
blancos. Ruso blanco, ¿entendiste?
-Sí, teniente.
-¡Qué bueno! y ahora que entendiste que los comunistas
masacraron a mi gente, ¿qué quieres?
-Pem1iso para bañarme, teniente.
-¿A qué hora te duchaste hoy?
-A las cinco de la mañana, teniente.
-Autorizada, pero a las 4.45 ... ¿Sí o no?
157
 -Sí, teniente, está bien a las 4.45.
No me importaba que autorizara el baño cada día 10 ó 15 minu
tos más temprano. Al final, Krassnoff Martchcnko se aburrió 0 cstart,
ocupado, y logré ducharme cada día hasta que me llevaron a Villi'l
Grimaldí. '
Yo si había otras razones. Pero para mí, era ¡01 •
portante estar hmpia. No quería darles la satisfacción de verme más
doblegada en ese lugar donde no tenía ningún derecho.
Aunque estuviese hecha trizas, la DINA me verla sólo de dos
En pie o muerta, y había elegido luchar por mi vida y la de
m1 hermano. _Eso se grabó fuerte en mí. Desde entonces, siempre que
estoy tensa, sm darme cuenta me ducho o me lavo el pelo, aunque Jo
haya hecho por la mañana.
. en julio de 1975, cuando María Alicia, Alejandra y
yo fUJmos a v1v1r a la Torre 12 -Marcoleta 77, apartamento 54-, en
me encerré en el baño y me duché. Más de una hora. No
pod1a sahr. No había jabón o shampoo, ni agua suficiente que me hiciera
sentir 1impia. La fetidez de los cuarteles de la DINA estaba dentro de
mí. Seguía sintiéndola, estaba impregnada en mi mucosa nasal, en mi
mente. Es una d: las cosas que no me permitirán olvidar jamás.
En esos d1as, en el cuartel Ollagüe, la ducha cotidiana tenía
?,tros_ .pero aprendí a manejarlos también. Sólo el "Jote" y el
Rueto me dc.Jélban bañarme sola y con la puerta cerrada. Los demás
guardias no sólo dejaban la puerta abierta, sino que se quedaban
dentro del pequeño espacio molestándome. Aplaudían cuando me
sacaba la ropa diciendo:
-Yo la jabono, mijita-, y hacían ademán de acercarse.
Yo me esforzaba por no demostrar temor. Sabía que un soldado
está programado obedecer a una voz de mando, así es que salvo
uno que agarron que no pude evitar, pero que siempre les salió
caro, podta mantenerlos a raya. Decidida a no dejar de bañarme les
gritaba fuerte: '
-Acércate, huevón. Trata de acercarte. Ni siquiera necesito in-
formar de esto al capitán. Puedo arreglarme solita con ustedes. Atrévete
a averiguarlo.
. Martchenko, desde los tiempos de Yucatán había
prohtb1do a la guardia que hablaran conmigo. Delante de mí, Je di'o
a J
-¡Esta huevona es inteligente y tiene una labia que puede dar-
nos vuelta a estos cabros!
158
Se decían muchJs cosas de mi, eso de que soy muy inteligente
una exageración. Tal vez una astucia innata para sobrevivir,
s eran verdades a medias, como que era karatcca o que terna
especial.
Hice algunos cursos, claro, como casi todos los de mi genera-
nada especial. Pero jamás aclaré esas cosas. De alguna manera
imagen actuaba como freno en esos muchachos que de un día
otro se sintieron tan poderosos. Ellos estaban embarcados en su
cesl "divina" misión de sanear la patria de la lacra marxista ...
De mi actitud sacaban por conclusión que tenía alguna "instruc-
dón especial", que seguro estaba ocultando algún viaje a Cuba donde
me habrían capacitado. Que no sólo era una mujer con ideas de iz-
quierda, sino una suerte de Moren Brito,
aludiendo a mi capacidad para memonzar, me bautizo de esa forma .
Todo ello detenía -un poco- a la guardia. Siempre hubo alguien que
en esos momentos decía:
-Déjala tranquila, esta huevona es karatcca y en una de esas te
capa. Y se reían. , .
No sé si valió la pena o no. Desarrolle una enorme capactdad de
actuar fría y agresivamente, aunque internamente estaba
deshecha. Tiritaba permanentemente, temblor que reaparece todaVJa
cuando me siento tensa. En esos días pensaba que valía la pena. Mi
objetivo era hacerles creer que sus métodos de tortura sicológica
eficaces, necesitaba pensar que podía llevarlos al terreno del lenguaJe,
que podía hablar tranquila y serenamente incluso de mi muerte.
Mi terror más grande era que me presionaran con aquellos a
quienes amaba. Con mi familia, con los compañeros. Intentaba de-
mostrar que los sentimjentos para mí no existían, y ellos estaban
dispuestos a creer cualquier barbaridad de quienes calificaban como
delincuentes y putas marxistas.
159
 esta misma guerra que usted menciona, pero al revés.
de ponerse en mi lugar y dígamc usted ahora a mí: ¿en mi
2 _ ...u .., qué habría hecho? ... Me imagino que su respuesta inmedia-

" ' ' "¿Yo? ... Jamás seré un traidor". También yo pensé así mucho
. Le repito la pregunta. ¿Usted, qué habría hecho?
Me miró, se echó hacia atrás en la silla. Mascó un lápiz con su
gesto de enchuecar la boca. Cruzó sus ojos un chispazo de ira,
IICÓ el lápiz, lo miró, se acercó a mí y gritó:
-No me hagas reír... ¿Una puta marxista comparándose conmi-
¿Con un oficial? ¿Qué sabes tú lo que es un oficial?
TRAIDORA y PUTA
Me tragué lo de puta y respondí, estaba en el terreno que yo
Una vez Krassnoff me dijo:
-Tiene razón, teniente. No sé qué es usted, o el teniente
-¿Sabes que eres una traidora?
Lawrence, o el teniente Godoy o el teniente Lauriani o el capitán
Era increíble cómo acertaban en su
algo muy vulnerable podía estallar No Yo notaba que Torré. Pero yo estoy segura de que sé lo que el Ejército dice que es un
nivel tan adentro. Permanecía· d de_¡ar que en oficial. Un hombre de honor... Un hombre que, con una profunda
m•entras oía gritos atr . e p•e sm mover m un músculo vocación de servicio, ,ha dedicado su vida a ...
"Parrilla". Sólo o· veía retorcerse a alguien en la De un grito me hizo callar y pidió a un guardia que sacaran a
•os sai.J\: cuanto me costó aq ll p
no expresar; los sentimientos adentro bullí uedo. ?rque sólo logré esta puta de su presencia.
someterme a una discipr anca a dJa más. Necesité Caminé. El guardia me tirone¿¡ba de un brazo y me apuraba.
ma extrema De madru d
d amente a la ducha, que era horribl . , ga a entraba decidí- Choqué estrepitosamente con el marco de una puerta. Me golpeé en
pulmón. Muchas veces los d' e fna, y yo estaba enferma del la frente, vi un rayo de luz, sentí que me iba a caer y escuché la voz
tend remos que matarte" yguar 1
ras dccJan· "Morirás 1 . . •
, . so a, nr s•qu•era de Krassnoff que decía:
. · o es respond 1a:
-Per? Sl muero, iré limpia... -Sácala, tiéndcla en alguna parte. Dale un café, un cigarro.
. Nadre pareció entender, salvo Lurni . ., Cuando el guardia me Jlevaba casi arrastrando se acercó el teniente y
eVltar que me invadieran ab 1 . Fue tal rm obses•on por me habló:
Jos efectos del frío o caloso llegué a dejar de sentir -No te dolió, ¿verdad? No lloraste. No, no vas a llorar ahora.
de laDINA pude seguir .. r.d so uró anos. Muchos años después Eres valiente. Yo sé que eres valiente...
Aparentemcnte, claro porqu" v•v•en o al margen del e t
tod nomo Y sus efectos. No dije nada, pero pensé: 'Tiene razón, teniente. Ya no duele..."
' '"' o e 11o tuvo un cost 1 , .
Ese día, cuando Krassnoff Martch . ?, a tis•mo. Mi alma estaba encerrada en una costra de cicatrices, deses-
me dije: Luz tu verdadero t . ' enko h•zo aluston a la traición, peración, dolor y angustia, algo sólido como una coraza. Se me for-
,
N o deben sacarte nun,o es ser capaz de . 1 mó una enorme hinchazón que me acompañó por meses y pasó por
la verdad . , . asum•r o que sea.
< Jamas...y sm pestañea . . 1
-Sí, teniente, Jo sé. Es al u . , r sJqUJera e contesté: una amplia gama de colores, morado, gris verdoso, amarillos y
terminado. g 0 q e decJdJ yo en un momento de- quedó hasta el día de hoy un porotito que se siente al tacto en mi
frente.
Y qué siente un traidor?
-¿Ten•ente, lo único que puedo d . Imagino que Krassnoff no olvidó ese incidente; años después
suya, estoy en el bando de los q d' CCJrle es que en esta guerra cuando ya era funcionaria de la DJNA,·cl16 de agosto de 1976, cuando
usted sólo me dio dos o ciones· P?r •m De vencido a vencedor, Manuel Contreras ordenó que pasara de la categoría de empleado
siento? Ese es mi probl[ma monr. Elegí vivir. ¿Cómo me civil femenino a la de civil con categoría de oficial, este hecho fue
, scnor. • desea saberlo, piense. Trate de comentario obligado, de casino. Casualmente me encontré con
160
161
 Krassnoff que salía de alguna reunión en el Cuartel Cen<.•ral y nw
felicitó:
- La felicito, y que conste que lo digo de verdad. De oficial ven·
cedor a oficial vencido. -Me dio la mano. Recibí el saludo como si me
hubiese golpeado algo. Le escuché agregar:
-Aunque sigo pensando que para mi gusto tienes
reservas mentales...
Al menos dos veces, entre el año 1974 y 1975, Krassnoff me
increpó por lo que él llamaba mis reservas mentales y otra cantidad
de veces me gritó ... ''Llévense a esta huevona. No está quebrada. Aún
tiene reservas mentales..."
Krassnoff sabía que me quedaban unas cuantas cosas propias
aún. El no sabía cuán pocas... Me saludó militarmente haciendo sonar
sus tacos, simulando que se cuadraba y sonrió con su boca chueca.
Fui a la oficina, me copaba un sentimiento extraño, ambiguo.
Algo pesado que sin dolor ni alegría se fue adueñando de nú. Acceder
a la categoría de oficial, para diferenciarnos del personal femenino
que desempeñaba funciones de secretaría y administrativas, había
sido una de esas "conquistas sociales" que peleaba María Alicia - y
que como todo lo que conseguía una, Jo asignaban a las tres, María
Alicia, Alejandra y yo, fuimos cambiadas al escalafón de personal
femenino junto a las mujeres profesionales que trabajaban en la DINA.
Seguíamos siendo "el paquete", aunque desempeñáramos el rol de
analistas en los tumos de la Central de Operaciones, y además para
nosot_ras era una suerte de defensa frente al personal de laDINA que
cuestionaba nuestra presencia.
Muchos seguían pensando que debían eliminarnos. En esos días
yo creo que las tres sentíamos que la alternativa era ser funcionarias
o morir. Al menos así lo percibía yo. Sin embargo, el saludo del
entonces capi tán Krassnoff, y su alusión a mis "reservas", me
conmocionó.
Me encerré unos momentos en el baño y pensé que por un lado
era cierto. Tenía cosas propias. Unas cuantas. En ese momento me
pareció que estaba en el límite del lugar de no-retorno. Cada paso,
cada lucha, cada día, internamente me iban achicando, reduciendo.
Sentía que como ser humano me estaba jibarizando. Mis sentimientos
habían llegado a ser tan básicos, tan primitivos, como precarias mis
respuestas, y de pronto crecían dentro de mí y a coro me decían:
"Somos lo único que tienes, lo que eres, y nos estamos muriendo.
Danos un espacio..."
162
Volv{ a la oficina. Estaba en tierra de nadie. Era como caminar
por un desierto que tras cada loma y cima_ y ,duramente al-
canzada no develaba más que otro valle, mas csteril aun que el ante-
rior. No había caminos prefigurados. Sin barandas en las que apoya;-
mc, sin precedentes, sin historia o guía a las que me
perdida, huérfana. Sin saber qué caminos buscar m cómo
los. Si los había, no los conocía. No lograba verlos. Me repella sm
cesar: Luz, Luz, no importa, si no hay caminos, tendrás que cons-
truirlos. Si no existen las condiciones para ello, tendrás que crearlas.
Iba por una cuerda floja donde todo límite tan sutil que sólo una
extrema racionalidad podía permitirme scgutr adelante... Eso pensa-
ba.
Algo interrumpió mis pensamientos. Tenía _que seguir. ha-
bía llegado tan lejos para claudicar ahora. Volvtendo a l_a reahdad
pensé: Es un tránsito. ¡Dios!, es sólo tránsito ...
que lo era y acudí a mis defensas de stempre... Me_ dt¡e:
tienes un hijo, debes educarlo, alimentarlo. Debes hUJr de la Vtcana Y
los tribunales, y también de la DLNA. Tienes mucho que hacer...
Volviendo a los días de José Domingo Cañas, en el cuartel
Qllagüe, recuerdo que el lunes 16 de con el
capitán Torré, surgió el tema de la sttuaaon de los detemdos:
-Sabe, "Dianita", que pasé por la habitación de los dctemdos Y
había un olor espantoso.
-Capitán, ¿no es posible que se bañen? Yo creo que usted como
comandante del cuartel podría reglamentar esas cosas.
-Sí pero tú sabes cómo es la ducha.
Cl;ro el baño era de un metro por un metro cincuenta. Sin
desagüe pa,ra la ducha, viejo y destartalado. El en las
grietas y se convertía en un lodazal. Sin embargo, mstsh. . ?
-¿Y una ducha corta, voluntaria o que se laven en el lavatono.
-No, no hay personal de guardia suficiente. , .
Derivamos al tema de las vendas con que nos cubnan los o¡os.
Ya me había dado cuenta que el capitán no haría nada que no pudiera
respaldar con algún argumento frente a Krassnoff Martchenko o
Lawrcnce Mires. No quería aparecer como alguien "blando" con los
detenidos frente a los "oficiales estrellas". Por eso agregué:
-Igual vemos, pues a la larga o a la corta uno llora y la cinta
adhesiva se desprende. Eso no es muy seguro para .
El capitán llamó a la "Pepa", subteniente de
Isabel Almuna Guzmán. Ella compró género, hilos, y ¡untas h1qmos
163

nuevas vendas. No sirvió de mucho ya que pronto estuvieron tan
sucias como los trapos anteriores.
PALMIRA ALMUNA CUZMAN, LA "PEPA"
La conocí como ''Pepa", supe su nombre verdadero a través de la
prensa luego que fuera identificada durante las investigaciones rea-
lizadas por el ministro Bañados a raíz del caso Letelier.
Palmira Isabel negó al cuartel Ollagüe en septiembre como
ayudante del capitán Torré Sáez. Palmira era subteniente de Carabi-
neros. Su trato conmigo fue deferente.
Palmira Isabel era una mujer joven, alegre, delgada aunque de
estructura ósea ancha, lo que la hacía verse maciza; de pelo oscuro,
usaba una melena lisa y chasquilla tupida que enmarcaba su rostro
redondo, de facciones regulares y ojos almendrados.
Una vez me pidió que la acompañara a una diligencia, me llevó
una peluca casi colorina y salimos las dos con un conductor en un
vehículo del cuartel. Me 11evó a una casa, no recuerdo casi ningún
deta11e, pero sí me quedó grabado que fuimos a tomar el té a una
fuente de soda. Mucho después, cuando la DJNA descontinuó el cuartel
0 11agüe y fuimos trasladados a Terranova, e11a siguió como ayudante
del comandante del cuartel, de Pedro Espinoza Bravo.
En esos días c11a iba con alguna frecuencia al sector de los de-
tenidos. Incluso tenía un "regalón", un muchacho del MIR. La oficial
lo sacaba del lugar donde estaba encerrado y le permitía sentarse al
sol los días bonitos.
En 1975 el mayor Rolf Wenderoth Pozo, me comentó que Palmira
se había encargado de enviar a un pequeño que fue detenido junto a su
padre a un hogar de menores. No me dio más detalles, pero creo es
importante destacarlo pues se sabe hoy que un niño al menos fue en-
contrado por su abuela en uno de estos hogares, después que laDINA
hizo desaparecer a su padre. Es el caso del hijo de lván Montti Cordc-
ro.
Quizás no fue el único niño separado de su familia y a propó-
sito de eso, aún nadie responde qué ocurrió con los hijos de las mujeres
que fueron detenidas en estado de gravidez. Yo quiero preguntar hoy
a la oficialidad de la DINA de esos días:
¿Dónde están las mujeres que fueron detenidas por la DINA
embarazadas?: MARfA CECIUA LABRIN SAZO, GLORIA ESTER LAGOS NrrssoN,
164
1\ MIGUt-:IJNA BotANIC ABAD, jACQUEUNE ORouLLV jURICK, MIOIEU..E
HERREROS, NAI.VIA ROSA MI'.NA ALVARADO, EIJZABETH DE LAS MERCE·
• REKA.s URRA, REINAIDA oa CAR.w;N PERmRA PLAZA, y ¿qué fue de sus
hijos? ¿Nacieron? ¿También los mataron...?
EL ''TENIENTE PABLO"
La mañana siguiente de haber llegado a Ollagüe, el _capitán Torré
llegó a pocos minutos de las ocho. Lo sé porque aun no termmaba el
cambio de guardia. Lo acompañaba un oficial muy Al verlo lo
reconocí de inmediato. Había sido compañero de m• hermano en la
Escuela Militar. .
-Buenos días, "Dianita", el oficial es mi ayudante. Es el temente
"Pablo". .
Torré me explicó que el teniente controlaría el _avance.
trabajo cuando él no Una vez que lo reconoo: no mas
a Fernando Eduardo Lauriani Maturana. Hubiera quendo ev1tar
me identificara. Una de las cosas que más cautelaba era el ev1tar
mencionar a mi hermano. Quería que la DTNA se de su
existencia; ya habría mejores condiciones para luchar su hbcrtad.
Las pocas veces que pude estar con mi madre me diJO que cuando
pasó a libre plática podían ir a visitarlo. .
En cuanto se fue el capitán, el teniente se acomodó en
Me llamó la atención su actitud festiva. Con todo lo que se veta ah1.
Lo único que faltaba, un mocoso chico y Yo, callada,
puse una hoja en la máquina y me dispuse a escnbtr.
El teniente seguía hablando. . .
-¿Sabes? Yo te conozco. Sé que es lo que stempre se d1ce cuando
se quiere abordar a una mujer hermosa. Pero estoy seguro que nos
hemos visto... d
Lo miré. Era joven y con una coquetería que yo hubiese _desea
en más de una oportunidad. Sonreí. No a él, porque vmo a rru
cabeza una imagen. Parecía un gallo en el galhnero, desplegando
cada una de sus plumas, inflando el pecho, estirando sus patas, como
diciendo: "Mírame, que soy yo el que está aquí..."
Corregí mi imagen por la de un real su cola.
El tipo de hombre que necesita una muJCr como espeJO. N_o es a ella
a quien ve, sino los efectos del abrir y desplegar sus No
estaba mirándome a mí. Ese tipo de hombre no. ve a la mu)Cr,. se
admira a sí mismo. Se siente dueño de un atractivo que se supone
165
 tiiJ

debe fascinarnos. "Macho l'Stúpido", pensé, dispuesta a cancelar e

situación rápidamente: . las su as le dije que la realidad de ese
Liberando mt mano de y or ue un delincuente, ya que
-Sí, teniente Lauriani -dije llamándolo por su apellido n•••l era que estaba ahí, presa, pe q . pone incluye
nos conocemos. En la Escuela Militar, el año 65 usted estaba t•n 11
Tercera Compaiüa, Tercera Sección, con el teniente instructor, Fnrl
por lo menos tienen
0
ser juzgada
dcrl'Chos. Que Y • q . blemas adicionales y en ese
que Leddy, a quien usted y sus compañeros de curso llamaban l'l tribunal. Que prefena prona situación inconveniente.
"burro Leddy". Continué hablándole de hechos sucedidos en ese ruflo to él, oficial o no, me poma en u . pieza y le agradecí el
so año por año. f que ordenara que me llevaran a mi
Me miraba a cada momento con más sorpresa. Respondí tod,,
sus total, mi hermano ya había dicho todo eso a Ricardo , más me molesté en averiguar por qué
A partir de ese dla nunca d 1 DINA se creían con derechos
Lawrence. Tgual se quedó en la pieza conversando sin parar mientr,t!'l n esas cosas. Los hombres e d d Me parecían unos bobos
yo escribía. A media mañana, la ,s orprendida fui yo. El teniente, mi • y a cosa de su propiC a · ·
rando su reloj, dijo: ml.cono complejo
era un de don Juan. .Otra forma de intentar subordl-
-Luz, a esta hora siempre tomo un café, ¿me acompañas? absolutamente. , f te era cómo
-¿A dónde?
Nunca logré entenderlos, la pregu.nta mas o qué. La
-¡Dónde va a ser!, al casino, pues. 1b 1 plano sexual, SI me mas r a
-Teniente, ¿se da cuenta que estoy detenida? lasd arreg
quea asi en e no sentt. Jama
algo . . s fue deseo de relacionarme
-Luz, ¿te das cuenta que soy un oficial? es te con a 1gUJcn.
almen . Necesidad de afecto, de cariño, de compa-
-Lo sé, temiente, y si me extraña y rechazo su invitación, es por . d'da Eso sí y mucha.
de sentirme entcn . a raíz de sus actuaciones
usted. Qué diría el teniente Krassnoff Martchenko, por ejemplo. Yo ya El teniente era casi un muchacho boy d ' ados el mote de "Ins-
tengo suficientes problemas, teniente. , de parte de sus su r m
muy pronto
el se t Rosa" Nunca me reprimió a mí y me
-¿Problemas? Está bien. Yo soy un oficial y asumo toda la res- ot" y an era · . •
ponsabilidad. Te obligo a acompañarme. ¡Guardia! Lleve a la señora pcctor ouz .
costó años asimilar que ese JOven por qmen . terminé sintiendo Simpatía
al casino. Yo voy en seguida. era un agente de laDINA.
EJ guardia se encogió de hombros y me ordenó:
-Ya pues, apúrese. Ve que después me retan a mí.
Eso no fue todo. La verdad es que el teniente nunca dejó de .. f imilares Comenzaban de ma-
Todos esos días en Ollague. de Torré Sáez, me
sorprenderme. Lo que él llamaba casino debió haber sido la cocina de
drugada con la de esas con resistencias. Al volver
la casa. Había un par de mesas. Ordenó café y siguió hablando cosas
había llevado una estu ce. , bies la conectaba. La guardia
suyas, de su vida, de sus amores. Luego hizo algunas preguntas sobre del baño tiritando d.c fno uma los ca /on el tiempo alguien llevó
mi familia, se interesó por saber de mi hijo. En un momento tomó mi me había hecho un ¡arro con un café, el café lo enviaba
mano y comenzó a acariciarme. Trató de besarme haciendo caso omiso una pequeña tetera. Calentaba ag y d'das iban a casa llevando
del rechazo y comenzó a hablar muy exageradamente. Dijo que me 1 os DINA que a escon 1
mi madre con a gun . . po café ¡'abón pasta de
veía tan frágil y dcsprotegida. Que debía estar tan sola, que adivinaba , t • dome cada c1erto tlem ' '
notas m•as y rayen M
dientes y detergente. ama 1 • 'ncluía cigarros y galletas, no siempre
el drama de una mujer joven y su hijo y envuelta en esas historias de
los marxistas, que sólo quería hacerme cariño...
llegaron. h bo gente que se aprovechó de nuestra
Lo había escuchado antes, de los guardias en el Hosmil y también Supe por mis padres que. u h e llegar cosas y ellos me las
de laDINA. Eso de eximirme de la responsabilidad de tener ideas de . , L decían que pod1an accrm
situacJOn.
mandaban, esy yo nunca las rcci'b'l. N o sólo me refiero a gente de 1a
izquierda. Era una suerte de llave interna que les permitía no ser
duros conmigo.
DINA.Alejandra y yo seguiamos
• . tas en la pieza, y a pesar de que
JUn
166
167
 1 ut

no hablábamos mucho, comencé a st>ntir cariño por ella. Me sentfa

estábamos juntas. Como disponía de papel co-
mencé_a dibUJar. Alejandra también lo hizo una vez 3
me. Anos más tarde vi u d"b ·
. d . ., nos 1 UJOS suyos realmente notables. Ale-
táa":'bJCnd una voz hermosa, nos sumía en la nostalgia
ma mmo e cantar.

ENFERMA DEL PULMON Y ULTIMO ENCUENTRO

CON MI HERMANO

Comencé a sentir un dolor de cabeza fuerte. No podía dormir. No

podía abrir los ojos. Los tenía hinchados y me molestaba la luz.
Lauriani Maturana al verme decidió -previo llamado a Torré Sáez, su
jefe- llevarme a la posta. Me dieron instrucciones de no mencionar
nada, salvo lo referente a mi salud. No preguntaron mucho. La enfer-
mera me dio un vaso de bromuro y me regaló una tira de aspirinas.
Con el sedante pude dormir unas horas.
El lunes 23 de septiembre no pude levantarme. No sólo me
dolía la cabeza, el dolor se había localizado en el hemicráneo derecho.
El ojo cerrado, las encías, el oído y la cabeza latían. Cuando llegó
Torré, estaba sin ningún tipo de control y le dije al capitán que ne-
cesitaba saber de mi hermano. Que no escribiría ni una línea más si
no comprobaba que estaba vivo.
Trajeron a mi hermano el 24 de septiembre. Lo tuvieron un rato
con los detenidos. Luego lo llevaron a mi pieza. Se negaron a dejar-
nos solos, a sacarle las amarras y la venda. Ni siquiera pude abrazarlo.
Pero no se veía golpeado. Le habían dicho que yo estaba enferma y
estaba preocupado. El intentó conversar conmigo la situación de la
colaboración. Quería tomar mi lugar y que yo pasara a Cuatro AJamos.
Me negué. A esa fecha tenía claro que yo tenía más posibilidades que
él de salir viva. No era un problema de capacidades. Era un camino
recorrido. Una certeza de que todo había terminado para mí. El aún
podía ir a libre plática, campamento de detenidos, y luego ... la liber-
tad. Intuía que podría rcinsertarse y sentía que ese camino estaba
negado para mí. Recordaba las palabras que una vez me dijo Romo
cuando me sacó de Cuatro AJamos y me ilevó a Ollagüe: "A esas
mujeres vamos a tener que matarlas porque todos nos hemos acostado
con ellas ..." Naturalmente en un lenguaje bastante más procaz.
168
169

todas esas cosas en la mente, me negué rotundamente a
que rru hermano tomara mi lugar. Pensé que el machismo evidente
me permitiría muchas cosas que a mi hermano le serían vedadas de
plano. Ni siquiera tenía claro a qué estaba apostando. Era sólo una
posibilidad de.comprar su vida y la mía.
, Mi hermano aceptó. Mi argumento era razonable. Me dijo entre
lmeas que ya se decían cosas horribles de mí en Cuatro AJamos. Le
ped! que jamás me defendiera. Que cuidara su posición. Que si no Jo
hac1a, tod.o lo que yo hiciera no tendría sentido. Nos despedimos con
mucha tristeza, pero yo sabía que podía confiar en que él haría su
parte.
, Cuando se fue mi hermano, llegó el teniente Gerardo Godoy,
solo que en esa época se hacía llamar "Marcos", "capitán Manuel"
"Mano igual que Urrich, y "Cachete Chico"... Me preguntÓ
por el traba¡o que estaba haciendo. Pensé que era raro. Me dio la
imp_resión de que quería averiguar qué pensaba de mi futuro y lo que
habtamos conversado con mi hermano. Hubiera deseado postergar
;,se pero no estaba en condiciones de decir algo como:
Temente, cuando tenga claro el asunto nos reunimos a conversar".
-Teniente, imagino que además de saber qué hago, le interesa el
por qué lo hago -dije-. Estoy haciendo un vocabulario marxista y un
de Si escribo esto es porque sé que no me
de¡aran en hbertad o en libre plática, porque de todos los detenidos
1"
vivos soy quien más los conoce, a ustedes y a DINA. Yo elegí vivir.
y en esa perspectiva creo que hay sólo dos caminos. Le va a parecer
pero no se me ocurre otra cosa. O me dan trabajo algún
d1a, o me matan. El teniente se veía incómodo. Reconoció que le
mi claridad. Que él no se había proyectado tanto en el
hcmpo. Se despidió rápidamente y se fue.
REFLEXIONES EN OLLACÜE
Quedé muy Tal vez me había apresurado, pero por otro
lado me sentí ahv1ada. Ahora les tocaba a ellos. Si no me mataban
pronto, sabría que ante mí surgía la posibilidad de sobrevivir a esa
etapa. Me sentía peor, más dolida, más conmovida de haber visto a
mi hermano y no tenía derecho ni a vivir mi dolor de cabeza. No
importa, me dije. Con o sin dolor, tengo que seguir. Me senté en la
cama, miré mi pie. Estaban cerradas las heridas. Había piel nueva.
170
nu
Muy roja y brillante. Lo curioso es que todo el resto del pie y la
estaban insensibles. Pero ahí dolía cada día más. Estaba aprendtendo
a asumir el dolor, no me distraía, no me quitaba fuerzas, salvo cuan-
do estaba decaída. Era curioso, pero pensé que podría asumir todo
otro sufrimiento. Esa fuerza, esa capacidad de remontar: el dolo( como
por sobre la cresta de una ola, la he perdido. Ahora, al desprenderme
un poco de la coraza de defensas, estoy más a merced del dolor físico
y moral. En esos días de Ollagüe comencé a aprender a no llorar.
llorar me causaba dolor físico. No es una metáfora. Cuando scntta
pena me daba un dolor profundo en el pecho, en el cuello, bajo la
clavícula izquierda.
Había cambiado. No podía evaluar lo que me estaba ocurriendo
y me asusté. Sólo tenía intuiciones: consciente o no, estaba optando,
tomando decisiones. Si eran o no adecuadas, era otra cosa. Pero malas
0 buenas, eran mis opciones. Yo no estaba ajena: era mi responsabi-
lidad. Miraba en tomo a mí. Pensaba que sólo Alejandra estaba en
condiciones similares. Yo sabía que la colaboración había ocurrido en
una situación límite, que no fue una decisión puramente mía. Inter-
vinieron personas y factores que en ese momento no estaban del todo
claros. Pero algo me decía que tenía que asumirla íntegra. Sentía que
si comenzaba a aceptar el camino de sentirme una víctima, no lograría
jamás salir adelante, aunque en el futuro todo cambiara. Sabía que
otros asumieron caminos diferentes. Los guardias hablaban "del fana-
tismo de los que sin hablar". Siempre admiré el valor de los
militantes del MlR, qué aun en las peores condiciones se daban algu-
na organización; sacaban papeles para fuera de los cuarteles. Yo no
fu i nunca capaz de hacerlo.
Yo sabía que Krassnoff preguntaba a los colaboradores por los
que estábamos en igual situación. A mí me preguntó varia: veces
Alejandra. Cada vez le dije que pese a que no la conoc1a, le tema
confianza, le había cobrado afecto.
Con el correr del tiempo, hoy sé que tal vez pude haber confia-
do en algunos chicos del MIR que sobrevivieron. Pero días
decidí no arriesgar ni siquiera el mínimo. No pretendo JUShflcarme.
Incluso he pensado mucho antes de aseverar estas cosas. Lo digo
porque es real. Como también es que un pa_r_ de person:s, so-
brevivientes, me atribuyeron su prop•a colaborac10n, y por anos he
asumido también esas acciones.
Creo que María Alicia, Alejandra y yo tratamos de hacerlo lo .
mejor posible con las mínimas herramientas de que disponíamos.
171
 veces me sentí al borde del quiebre. Traté de superarlo -a
só.lo porque sabía que si me dejaba llevar, enloquc-
ccna. Vtvl sm confLar en nadie.
HAMBRE DE PAN
Esos días en Ollagüe fueron difíciles. Un lunes que no fueron a buscar
a Alejandra, como a eso de las diez de la mañana -por primera vez en
Ollagüe- fue Krassnoff a nuestra pieza. Andaba contento. Se sentó en
la única silla disponible, frente a mí. El teniente preguntó cómo está-
cómo habíamos pasado el fin de semana. Alejandra sostuvo
casi toda la conversación con él. Parecía distinto, más suelto y relaja-
do. Tanto que por primera y única vez, ante mí, dijo:
-¿Hay algo que quisieran comer las dos?
A coro Alejandra y yo dijimos: pan.
El teniente reía: "Qué increíble... ¿Pan? Yo pensé que dirían un
pastel o un sandwich ... ¿De veras quieren pan?"
Alejandra le contestó que tenía hambre. Le contó que nos ha-
bíamos comido juntas, batidos con agtta, un tarro de leche y otro de
Cerclac en un día. El teniente seguía riendo con el cuento y nos habló
del sicológica. Un rato después, cuando se retiró, llegó un
guardia con una bolsa llena de pan. Hacía mucho que no teníamos
pan fresco y sabía especialmente bien. Ese olor a pan recién salido del
horno trajo el aroma de mi infancia, de todos los días perdidos, cada
vez más lejanos.
ENCUENTRO CON MI FAMILIA
El martes 1° de octubre, Lauriani, al enterarse que continuaba con el
dolor de cabeza, me preguntó qué podía hacer. Me dolía mucho una
muela y los maxilares, y que podía ser una caries. El 2 de octubre me
llevó al dentista en el Centro Odontológico Militar. un
tratamiento de conducto. Lauriani le explicó que yo no podía volver.
El de.ntista sugirió hacer una curación, yo pensé que eso sería una
soluctón de parche que no me servía, pronto estaría de nuevo con
dolores, así es que le pedí que me sacara la pieza. Yo no podía tomar
en que piensa una persona normal, como llegar a
v1ep con mt propia dentadura. Sólo podía eliminar una posible fuen-
172
te de dolor en el futuro. Lauriani ofreció llevarme a casa y yo acepté
de inmediato.
Mis padres se veían contentos con mi presencia. Lauriani les
contó que en la Escuela Militar había sido compañero de curso de mi
hermano. Eso a raíz de que vio sobre un mueble la foto del día de la
entrega de los espadines. Mi madre se puso a llorar. Mi hijo preguntó
varias veces si me iba a quedar, llegó una tía que se puso a contarme
de lo que ella, mamá y la familia hnbían sufrido, que mi madre estuvo
trastornada, me contó de los problemas económicos. Recuerdo una
sensación ambigua. Bordeando entre la alegría de verlos y la pena del
profundo dolor que mis acciones sembraron en la familia.
Hubiera querido quedarme ahí, abrazada a ellos. Al mismo
tiempo quería huir. Sabía a qué se refería mi madre cuando hablaba
de lo feliz que debía ser la madre del teniente con su hijo. De lo triste
que estaba ella. Que mi hermnno se veín tan lindo con su uniforme de
cadete cuando estaba en la Escuela ... Que parecía un príncipe... A mi
se me imponía la imagen de él sucio, torturado, demacrado y lleno de
enormes moretones en el rostro cuando me dijo: "Gansita, tenía que
venir a buscarte, a sacarte de aquí. Por eso me quedé espernndo a que
me detuvieran".
PERSONAL FEMENINO EN OLLAGÜE
En Ollagüe se hizo permanente la presencia de personal femenino. En
Yucatán ya había oído voces de mujeres. Pero fue ahí que las vi a
diario. Las escuchaba reir y conversar tomando el sol al borde de la
piscina. Veía con mnyor frecuencia a tres mujeres. Rosa Ramos
Hemández, María Teresa Osorio ("Marisol"), María Gabriela Orde-
nes ("Soledad").
Desde el lunes 16 comenzó a haber bastante movimiento. Podía
percibir si había más o menos detenidos por comentnrios que hacía la
guardia o porque en las ollas que yo lavaba, subía o bajnba la marca
de grasa de la sopa. También porque escuchaba el ruido cuando los
sacaban al baño.
Por esos días cayó detenida bastante gente del MlR. Pertene-
cientes a la estructura del aparato de informaciones, uno de ellos
trabajaba en LAN Chile. En abril de 1993 pude averiguar que su
nombre es Germán Larrabc. Sobrevivió y vive en el exilio. Al mucha-
cho Jo vi de lejos, aparentemente lo dejaron tomar sol en el patio,
173
 amarrado y vendado. Era frecuente que buscando sembrar descon- teniente Godoy Carda o a Lauriani Maturana. Y agregó lo que yo
fianza en los detenidos, y sin mediar ninguna intervención personal más temía: que yo lo ayudaría. Le repetí que a Krassnoff y a Lawrence
confirieran a algunos ciertos beneficios como ese. Lo recuerdo porque les había entregado todo. Dijo que igual conversaríamos. Que revi-
para la época, las ropas del muchacho no eran las habituales, al menos saríamos todo.
entre quienes yo conocía. Pantalones claros (blanco invierno), camisa Comencé a conversar con el capitán y le repetí los datos que
rosada y un sweater con escote en "V", de cachemira rojo. Romo ya había "trabajado" en agosto. En esa época no supe de sus
Yo estaba lavando algo en el grifo del patio y Romo Mena se diligencias. Lo que sí le interesó fue saber con exactitud cuál había
acercó. Comenzó a hablar de lo que era su predilección. sido el domicilio de Gaspar Gómez, el encargado de INESAL. Me
- Esa mirista me tiene loco. ¡Tiene una chucha! ¡Si supieras la llevaron en un vehículo a reconocer su casa. Fui tranquila pues sabía
chucha que tiene! Le puse corriente con una llave. Se la traga la por Romo Mena que no estaba viviendo ahí. Tenían datos de un
huevona, ¡con corriente y todo pa'dentro!- Callada seguí lavando. militante que conocí en INESAL. Tenían su carné, me mostraron sólo
En esa época cayó detenida Laurita Allende. El capitán Torré la foto, yo lo conocí como Leonardo Moreaux. Le dije que no lo conocía.
me dijo que ella sufría de cáncer, que le habían extirpado una mama Recordé que en marzo, en Londres 38, Krassnoff me había mostrado
y que en la prótesis transportaba explosivos. Con ese tipo de co- la misma cédula.
mentarios insensibilizaban a la guardia respecto de ella. El comentario A pocas horas de esa conversación se produjo el asesinato de
de que era tan peligrosa como Pascal, permitía que los guardias no se Miguel Enríquez y el capitán Torré fue removido de su cargo.
compadecieran. A ella nunca la vi.
Torré Sáez me contaba sus avances en la lectura de La Orquesta
Roja, el libro de espionaje. Yo seguía escribiendo sobre "las comunica-
ciones en los Partidos de Izquierda" y sabía que se acercaba el mo-
mento de volver a enfrentar aquella decisión: ¿Y ahora, qué hacemos
con ella?
Uno de esos días le dije al capitán que no marcara un número
de teléfono delante de un detenido aunque estuviera vendado. En ese
tiempo en Chile no había teléfonos digitales. Cuando me preguntó
por qué, le dije que habíamos aprendido a contar los segundos que
tardaba en volver el disco. Se entusiasmó y pidió que le trajeran un
teléfono. El guardia titubeó. Debo reconocer que ahi hubo malicia de
mi parte y reí de buena gana con la situación que se produjo. El
capitán no pareció entender las dudas del muchacho, así es que le
repitió la orden. Cuando llevaron un teléfono, con el cable cortado, el
capitán me hizo cerrar los ojos y yo le expliqué que hace mucho que
no practicaba. Que estaba "fuera de training" y que en ese tipo de
cosas la práctica era imprescindible. Se puso a reír y exclamó diverti-
do que él aprendería. Cuando salió, iba mascullando entre dientes
algo como: ¡Estos miristas son increíbles! '
Torré se a legraba con sus progresos. Una tarde, mientras leía lo
que estaba haciendo sobre comunicaciones en la clandestinidad, me
dijo que él también tendría su equipo operativo. Quedé helada. Dijo
que no pediría datos o migajas como otros. Imagino se refería al

174 175

4 Mollna.
LUMl VIDELA MOYA
Hace unos años cuando sentí que era hija de Dios, le dije llorando al
Señor muchas veces: "¿Por qué me dejaste viva a mí y no a Lumi"?
Lumi más que amiga, es la hermana que sigue viva. Lo que de
ella recibí es invaluable. No se olvida la comprensión y el afecto que
me entregó, y en los momentos difíciles sigue siendo una inagotable
fuente de energía.
Tengo una deuda, me dije muchas veces. El recuerdo de Lumi
me ayudó a enfrentar lo peor. Me atrevo a decir que ella sabía que de
todas maneras moriría. Aún así, hasta el fin se mantuvo en pie. Era
una gran mujer que caló muy hondo en mi corazón, como Ricardo
Ruz, como el "Tacho", como el ''Tano". A pesar del corto período que
estuvimos juntas, ella se dio cuenta de lo que yo intentaba hacer y de
alguna manera me hizo saber lo suyo. Unica transgresión de mi parte
respecto de mis sentimientos y acciones. Y aunque no fuimos dema-
siado expresas, no fue necesario, se produjo una espontánea sintonía.
Lumi era una mujer valiente, capaz de salirse de las propias limita-
ciones y mirar el entorno, desprovista de prejuicios.
Yo traté de decirle: "Lumi, lo logres o no, morirás". Ella no
quiso variar su actitud. La muerte de Lumi primero la intuyó mi
corazón, luego la comprobación me impactó para siempre. Tanto que
siempre supe que si no era capaz de enfrentarme a mí misma y asumir
mis acciones de esos días, de todas maneras buscaría la forma de
decir que Lumi murió a manos de la DINA.
Cuando estuvimos juntas en José Domingo Cañas supe que tenía
un hijo. Dago es casi de la misma edad de mi hijo mayor, y en di-
ciembre de 1990 pregunté si podía hablar con él. Me dijeron que tal
vez más adelante. Que era prematuro. En ese momento, Lautaro
Videla, hermano de Lumi, estaba fuera del país. Me marché de Chile
postergando lo que sentía necesario, confiando en que el Señor me
176
conccdt'r{a el podt'r darles, algún día, el testimonio, vibrante para mí,
de mis días junto a su Lumi, de lo que sé de su esposo, Sergio Pérez
Hoy, en Austria, 12 de junio de 1991, al leer la prensa chilena, acabo
de saber que Dago Pérez Videla ha entablado una querella en contra
de Juan Manuel Contreras Scpúlveda por la muerte de su madre, y
que hará lo mismo por el desaparecimiento de su padre (Fort(n Mapocho
y l.Jl Epoca, 28 de mayo de 1991).
Al leer en la revista Apsi N° 381 (27-ill al 7-IV de 1991) el tes-
timonio de Lautaro Videla Moya, le escribí. Un año y medio después
pude verlo y conocer a Dago y agradecerle su respaldo, y decirle que
todo cuanto sé de Lumi y Sergio ya está en los tribunales.
Conocí a Lumi cuando Ricardo Ruz nos contactó para que yo
me hiciera cargo de la transformación de su apariencia física. Fue en
los primeros días del año 1974; ella era dirigente del MIR, de la Co-
misión Nacional de Organización, estructura en la cual militaba junto
a su esposo, Sergio Pérez Molina.
Esa tarde de enero fue especial. En muchos sentidos. La con-
versación entre las dos surgió espontánea. Le expliqué que se trataba
de definir si deseaba un cambio más o menos permanente o aprender
a cambiar de apariencia cuando lo precisara. Que podríamos intentar
ambas cosas. Que lo importante era que se sintiera cómoda y natural.
Hablamos de pelos, maquillajes y ropas. Ella me transmitió calor
y acogida. Tal vez por ser de la misma edad, hubo empatía. Fuimos
a un café y decidimos que, como ya había recortado sus cabellos y
estaba decidida a cambiar su modo de vestir, lo ideal era una peluca
y aprender algunos trucos de maquillaje.
Conversamos, reímos, hablamos de mil cosas de esas que como
militantes no nos permitíamos. Me di cuenta que por unos momentos
las calles dejaron de parecerme hostiles. Compramos una peluca y
luego fuimos a una peluquería. Esa tarde incluyó un largo rato mirando
unas macetas de cintas y cardenales en unos balcones de la calle
Merced, casi frente al cerro Santa Lucía. Ahí nos separamos.
El sábado 21 de septiembre de 1974, escuché a la guardia que
comentaba cómo habían detenido a Lumi. Sola en la pieza, pensé que
no era un nombre común como para tener la esperanza de que fuera
otra persona.
La noche del 21 me sentía afiebrada, me acosté temprano. Como
177
 a la nueve y media estaba dormitando cuando el ruido de la puerta
me hizo incorporarme.
Era un guardia que me indicó que el teniente Krassnoff nw
mandaba a buscar. No era usual, día sábado y menos a esa hora.
Tengo la escena grabada y nítida. Una mesa redonda, lacada, blanca
Lurni y Alejandra también estaban allí. Krassnoff al verme me hizo
tomar asiento. a mí estaba Sergio Pérez; se veía mal, sus ojos
entrecerrados se abneron cuando giró para mirarme de frente. Tenía
atadas las manos con una gruesa cuerda. Me sonrió. Krassnoff dijo:
-¿Ves que es verdad? Se ve bien, ¿no?
Sergio abrió sus labios. Noté que tenía la boca reseca, pedacitos
de sangre, como costra, bordeaban sus comisuras y al hablar trataba
de mojar sus labios con una espuma blanca que me indicó que había
sido sus manos sobre la mesa y sin prestar
atenc10n a lo que hab1a dicho Krassnoff me preguntó:
-¿Cómo estás?
Sólo dije: "Bien".
.. él.que.no tenía sentido preguntar. Sabía yo que nada que
d•¡cse podta smtetlzar lo que sentía. Supe de inmediato que Krassnoff
estaba fase d.e de que colaborara. Krassnoff me pasó
de La tomé, le ofrecí uno a Sergio. Miré al
Chtco Pércz asp1rar profundo el humo. Demasiado bien sabía lo
que se siente en instantes así.
Me que lo tuvieran sin venda. Eso normalmente impli-
caba la pos•blltdad de morir. Todo el rato habló Krassnoff de lo bien
que estaba yo. Lumi y Alejandra permanecieron en silencio. EI"Chico"
Pérez estuvo casi todo el tiempo con la cabeza baja. De tanto en tanto
la y a Krassnoff. Sin decir nada. En cuanto Sergio
terrnmo su c•gamllo, Krassnoff Martchenko dijo que podía retirarme.
Llamó al guardia y me sacaron.
Unos días a media mañana, llevaron a Lurni a la pieza.
el guard1a cerró la puerta, nos abrazamos. Dejé de escribir a
maquma y nos sentamos las dos en la cama. Continuamos un buen
de las manos. Lumi me hizo algunas preguntas sobre el
regtmen mterno y los guardias. Me preguntó sobre mí. Sin ocultar mi
condición le dije:
-Estoy colaborando, escribo algunas cosas del partido.
Lurni cogió las hojas que estaban apiladas sobre la mesa. Leyó
algunas de e11as y sonriendo mientras me miraba con un simpático
gesto de complicidad dijo:
178
-Yo sé qué l'stás haciendo... Escucha, Luz, no llegué ayer, y he
podido ver algunas cosas. También yo hago lo mío. También estoy
Hcolaborando". -Me miró con la misma expresión de quien sabe no
puede expresar más. Pero entendí su sonrisa cómplice y sentí miedo
por ella.
Yo sabía que desde que Lumi 11egó, había logrado rápidamente
algunas cosas de Krassnoff. Ella, al ser detenida, tenía dinero y le
dieron autorización para comprar desodorantes, jabón, cepillos, pasta
de dientes y hasta agua de colonia para que usaran todos los detenidos.
Yo le dije que me parecía que eso duraría poco y que el costo para ella
era enonne. No me refería a lo material, simplemente que jamás le
creerían que estaba colaborando con la DINA. Le hablé de que los
objetivos eran más importantes, que éramos tantos que el jabón sólo
duraría unos días y ella estaba arriesgando la posibilidad de conven-
cer a Krassnoff de "su colaboración".
Sólo aparentaba colaborar. No sé si se vio obligada a entregar
algo. Siempre he sentido que no, tal vez sea una intuición, tal vez mi
cariño por ella. Pero tengo la certeza de que sólo trató de convencerlos
con un objetivo muy concreto: sacar el máximo de información de la
DINA para la Dirección del MTR. Poco a poco fue confiándome algunas
cosas. No me explicaba en detalles, era como si hablara en voz alta
consigo misma sin importarle mi presencia. Supe por la guardia que
Lumi, además había comprado café, azúcar y chocolates, preocupada
de los detenidos. Me contó que, Krassnoff quería que se quedara en
la pieza con Alejandra y conmigo. Que se había negado, pues
pensaba que estando con todos, compartiendo su suerte, podría ayu-
darlos a mantener la moral alta. Era obvio que así podía mantener
contacto con quienes lograran pasar a Cuatro AJamos y asegurar la
salida de la infonnación.
Le dije que en Tejas Verdes yo lo había intentado, le conté lo de
las vendas y que todo aquello aparecía y desaparecía como un suspiro.
Luego le pregunté si sabía algo de Ricardo, del"Tano" y del ''Tacho".
Me dijo que hasta donde ella sabía, Ricardo estaba vivo aún. Pero
seguía detenido.
Varias veces Lumi volvió. Siempre me pedía información sobre
e1 personal de la DINA. Le dije todo lo que sabía de cada uno y
agregué: "Lumi, no conñes en ninguno. Una cosa es que no te peguen
y te den un cigarro y otra es que vayan a hacer algo por ti, algo que
les coloque en contra de la DINA".
Le conté de mi experiencia con Rodolfo, el guardia que laDINA
179
mató por llevar correspondencia de detenidos a las familias en l'l
Hospital Militar, y le dije que me parecía que estaba muerto. Sin
afirmar ni negar dijo: "Tú eres del Partido Socialista, yo soy MIR.
Ambas estamos intentando algo. Me doy cuenta que las dos no po·
demos ganar. Son dos formas muy distintas. Yo no puedo hacer otra
cosa. Lo he pensado y no puedo".
-Lumi, estás actuando con un criterio cortoplacista. Y morirás,
lo logres o no. Te estás suicidando.
Me tomó de las manos y dijo:
-No tengo nada, nada más. Y tengo que hacer lo que tengo que
hacer.
Por sus ojos cruzó una mirada dulce y triste, pero no resignada.
Supe que también se refería a su rompimiento sentimental con Sergio.
Lo sabía, era el comentario de guardias y el personal DlN A. Hablamos
de eso y de los hijos. De cuánto mal podría hacerles a ellos nuestra
cercanía ... Al mirarla supe que nada que dijera cambiaría su decisión,
ella iría hasta el final. Callé. Miré sus grandes ojos oscuros. Brillaban,
pero contuvo las lágrimas. Nos abrazamos y dijo sorprendida:
-¡Tienes fiebre! -Se paró y sacándose su chaqueta de cuero,
agregó: -Pásame esa cosa negra que te pones. Yo no tenía nada para
abrigarme. Salvo una punta tejida de lana, toda calada. Daba un poco
lo mismo usarla o no. Se la pasé. Se la puso, la anudó a su cintura y
jugando dijo:
-¿Me veo bien? ... Toma, ponte la chaqueta. Te abrigará más.
Me negué. Era una preciosa chaqueta de cuero café. No aceptó.
Me la colocó ella misma y al salir agregó:
-Cuando no estemos juntas, será para ti como el abrazo de una
amiga.
Ella era así. Lumi continuÓ en la pieza con los detenidos, pero
se las arreglaba para que la guardia la llevara a conversar conmigo.
Una de esas veces fue sólo para avisarme que había caído el "Tacho",
Luis Fuentes Riquelme. Sabía que éramos amigos. El "Tacho" había
resistido al arresto y estaba herido de bala en un glúteo. Le pedí que
le transmitiera mi cariño. Estuve segura de que era él porque teníamos
una clave, y Lumi me dio ese recado sin saber lo que significaba.
El 4 de octubre murió Sergio Pérez. Por años estuve convencida
de que así fue y Lumi lo supo. Nunca tocamos el tema. Yo admiraba
capacidad de servicio para con todos sin detenerse a pensar en sus
propios sufrimientos. Muchas veces estando juntas, tomadas de las
manos, escuchamos los lamentos de Sergio en el recinto vecino al
180
donde nos encontrábamos. Me apretaba fuerte y nos sumíamos
un pesado silencio. Nada podíamos hacer, salvo apoyamos la una
las manos de la otra. Callando porque no hay palabras para
0
paliar lo que le ocurrió a Sergio y el dolor de Y nu
de no poder darle ni siquiera consuelo... ¿Qué dec1r en un
.,,.,.""t·n así? ¿Qué? .
No puedo olvidar que ese día, tal vez después de conf1rmar la
.,.,,... de Sergio, 0 de ordenar que fuera trasladad? a lugar, el
nos examinó a "Alejandra", el alias de Mana
a nú. Luego vino la muerte de Miguel y el intento de su.1c1d1o
..........,.. ra. Entonces me mandaron a la pieza de los detemdos. Ahí
crisis mi problema pulmonar, tengo recuerdos muy de ese
mes. Sé que en algunas ocasiones Lumi se m1 lado Y me
ayudaba a tomar la sopa o el café. Pero que el
mismo día que Lumi murió, coincidimos en la ftla para 1.r albano.
me tomó del brazo, me sentía muy débil y un guardta se acerco a
decirme que debía ir un momento a la pieza que había
que tenía que sacar todos los papeles que había porque el
debía llevarlos a la oficina. El guardia dejó que Lum1 me ayudara.
sé que en ese momento ella ya sabía que moriría, porque fue un
especial. Me abrochó la chaqueta, le levantó el cuello como
abrigarme más y agregó: "¡Te deseo suerte! Con todo m1 corazon,
deseo que lo logres", y me abrazó, má!t fuerte que nunca:.. .
Al separarnos, ella y yo teníamos los ojos llenos de
escuché decir: "Escucha, Luz, Krassnoff me preguntó si conftaba en h
y en tu colaboración. Le dije que Jos PS me caían .r te
conocía. Que por ello no podía confiar en ti". Y reptho: Adtos... ,
Recordé que días antes de que muriera Sergio, ella me habta
dado a entender que estaba reclutando a un guardia de_ la .DINA. Al
sentir ese abrazo tan fuerte, al ver sus ojos llenos de lagnmas supe
que ese soldado la había traicionado, que ella pudo darse cuenta
antes de que se la llevaran para matarla, y tuvo el coraje
de mi estado de salud y el gesto maravilloso de despedtrse. _Quede
sumida en un terror infinito. En medio de la fiebre que me hacta estar
como adormilada permanentemente, sentí deseos de abrazarme a ella
no permitir que nos separaran, de gritar fuerte LUMIIllii ...
y Esa noche estaba muy inquieta, pero parece
manera mi organismo estaba ganando la pelea. sentía mas
que los días anteriores o quizás el impacto de nu encuentro con Lurru
me tomaba más consciente. Podía medirlo porque en cuanto estaba
181
 más alerta los dolores físicos. Fue en la madrugada, por-
que_ le suphque al guardia que me dejara ir al baño, necesitaba orinar,
hab1a tomado agua ese día, mucha. Me llevaron, tenía los ojos venda-
dos con un pañuelo celeste que me dio mamá cuando me llevó (.•]
tcni.ente Lauriani. Yo le había cosido un elástico y podía ver hacia
abaJO. Al salir quedé paralogizada. La guardia jugaba a los dados y
apostaban Ja ropa de Lumi.
En el baño, cerré los ojos y lloré. Lumi había m uerto.
. El "Chico" Pérez se resistió hasta la muerte y Lumi intentó
Simular una colaboración. Los dos murieron... aproximadamente con
un mes de d iferencia. Años después supe que, esa madrugada, el
cuerpo desnudo de Lumi Videla Moya fue encontrado en el jardín de
la Embajada de Italia ...
SERGIO PEREZ MOLINA
era de. Comisión Política del MIR y Encargado
Nacwnal de Orgamzacwn del citado movimiento. Lo llamaban el
:érez o el "Chicope". DespuC:'S de haberlo visto en presencia
del cap1tan Krassnoff Martchenko el 21 de septiembre en la noche no
lo vi nunca más, pero lo oí a diario hasta más o menos las once la
mañana del cuatro de octubre de 1974. Durante todos estos años he
pensado que ese día murió. Tal vez a esa hora no había muerto aún
y lo sacaron agónico a morir a otro lugar.
El cuatro de octubre, vi por última vez a María Cristina Lópcz
compañera Sergio. Tengo certeza absoluta de estas fechas pue;
se que fue un d1a antes de la muerte de Miguel Enríquez Espinoza.
El 21 de septiembre habían caído detenidos, entre otros: Lumi
Cristina y Sergio. Por la guardia me enteré de los rumores
CirCulaban sobre estas detenciones, y que decían relación con armas
y del MIR y las situaciones personales del
matnmomo Perez-VIdcla. A María Cristina no la conocía. Me pareció
una muchacha muy dulce y bonita. Se veía delicada de salud. A pcsar
de que conmigo bastante más tiempo que Lumi, no se
establec1ó nmgun contacto de tipo personal como no fuera Jo mínimo
para convivir en un espacio tan reducido.
dos coincidimos las cuatro en la pieza y realmente
no pudimos dormir; la colchoneta era de una plaza y no pudimos
acomodarnos. La única cosa que hicimos juntas con María Cristina
182
fue que a ambas nos vio un médico de la OINA. Cuando no volvió,
pensé que la habían llevado a Cuatro Alamos.' que
cuando el cargo dentro del partido no era a mvcl de dmgente, se
podía vivir, y ella había admitido un cargo irrelevante. incógnita
11 si María Cristina murió por ser la compañera de SergiO o porque
alguien reveló el verdadero cargo de ella en el MIR
Sergio sobrevivió 14 días de atroces torturas. La guardia co-
mentaba junto a la puerta de mi pieza que le habían despedazado los
testículos a golpes. Escuchamos sus gritos cuando eso ocurrió. La
madrugada del 22 de septiembre comenzó su agonía. Algunas horas
después que el capitán Miguel Krassnoff me llamó a la oficina donde
había podido saludar a Sergio. Desperté sobresaltada con un quejido
monocorde y ronco. Era atroz escucharlo. ¡Dios, cómo sería v ivirlo! ...
A ratos no sabía si era un sonido que había inventado mi mente. Pero
los gritos de los guardias diciéndole:"¡¡Cállate, huevón!!", o comen-
tando entre ellos, "este huevón sí que está cagado", me mostraban
que el lamento era real. En ese tiempo creí diferenciar los aullidos que
salen de uno con la electricidad o con los golpes. Sergio sufrió mucho
más. Sólo dejaba de escucharlo cuando lo sacaban para seguir tortu-
rándolo. Podía darme cuenta que lo sacaban arrastrando. Casi llorando
pedía "por favor, por favor ...mátenme... por favor, que alguien me dé
u n tiro", suplicaba. No puedo escribir sin llorar... Como a eso de las
once de la mañana del día 4, sus quejidos me hicieron pensar que
estaba inconsciente. De pronto dejé de escucharlo por unos segundos
y sentí como un ronquido fuerte, como alguien que lucha por capturar
un poco de aire sin conseguirlo, como si se estuviera ahogando ... y
dejé de escucharlo para siempre.
Estaba casi al lado. Junto a nuestra pieza, había una suerte de
closct. Ahí tenían a Sergio. Sentí los ojos inundados. Me invadió un
silencio, impotencia, dolor y respeto. Sus súplicas, su llanto permaneció
por meses dentro de mí, aún vuelve cuando lo recuerdo como un
brutal testimonio de lo que sufrieron mis amigos del MTR.
183
 r.1

IIUmlBC\On:aJ los encargados transmitían las órdenes y coordinaban el

de los vehículos. En esa época, la DlNA no tenía aparatos de
en los autos debido a lo cual consiguieron radios militares.
S
-Ollahue a Rojo, cambio.
-QAP en su QTH, cambio.
-QSL.
Sonidos metálicos, sin duda revisaban y cargaban las A.K.
Uegaban y salían vehículos. Escuché todas las instrucciones, movili-
pron helicópteros. No cabía duda, era una operación en grande.
Lo último que escuché fueron unos gritos de Marcelo Moren
EL DIA QUE MURJO MIGUEL
Brito. Seguro que habría detenidos en las próximas horas.
Momentos después terminó el ajetreo, y sólo se escuchaba la
El S de octubre, año tras año me hace radio que de tanto en tanto transmitía mensajes que indicaban que
1974 en que murió Miguel Enrí uez E el el dia de
MIR. Comenzó como todos 1 qd' spmoza, Sccrctano General del varios móviles estaban dirigiéndose hacia algún punto de la ciudad.
os 1as con la pelea 1 d Debo haberme dormido, ya que desperté sobresaltada cuando abrieron
emb argo pronto supe ue e d' , . por a ucha; sin
llenó de ruidos lo sella El cuartel Ollagüe se la puerta. Traían a Alejandra, la amarraron junto a mí. Parecía haber
' cua era mdJCJO de que alg b llorado mucho. Le pregunté qué le pasaba y sollozando dijo:
o. Cerraron la puerta d 1 . o esta a pasan-
d , e a pleza, reclamé Mant 1 . -Murió Miguel, murió peleando... Murió Miguel.
rante el dla era un "derecho" d . . ener a abJCrta du-
significaba poder respirar lo Importante para mí, ya que Traté de consolarla. También yo lo sentía y mucho. Sabía quién
el verde, casi irreal del pasto o . a cohrdJ!lera.y un trozo de ciclo, ver era él. Traté de que habláramos. Sólo atiné a decir:
, escuc ar el trmar de las .
gucteab an en las copas de los ar .
, b o1es tan av>nas ae t aves
11' que JU- -Flaquita, lo siento.
No dijo nada. Se acostó en la cama a mi lado y también la
Ajetreos inusuales' se notab · a que, h ab1a más geuanteo a l ocurría.
amarraron. Cerré los ojos. Mi corazón lloraba. Todos sabíamos que a
b re, de entre otras muchas sobresalía l n que de cos-
Miguel no lo iban a detener, lo matarían enseguida. Lo habían repetido
Bnto, que gritaba órdenes despachab h'a voz de Marcelo Moren
móviles. Me parecía oler muerte ca ve !Culos, .llama.ba a distintos muchas veces Miguel Krassnoff Martchenko, Osvaldo Romo Mena y
cerraron la puerta viniera t . a los dJez ffilnutos de que Marcelo Moren Brito. ,
otro que se llevó; AleJ·andn res guardiaS, el "Jote", y el "Rucio" y Independiente de que en el tiempo y bajo otras condiciones,
ra. desde otras perspectivas sea una figura discutible, Miguel Enríqucz
-:Juce:ita, que amarrarla y colocarle venda. no sólo fue el Secretario General del MlR: él es patrimonio de toda la
- ote , hace tiempo que no me ama . , izquierda radicalizada de esos tiempos. Incluso para la DINA fucun
estoy encerrada y sola? rran, ,por que la venda si
símbolo. Le temían, y lo buscaron con saña; estaban seguros de que
-Son órdenes, vamos, tiéndase en la cama destruyéndolo a él se acabaría el Movimiento de Izquierda Revolu-
. Me puse sola la venda. Me di cuenta de . cionario. Jamás vi tan felices a los oficiales y al personal de la DINA
cuidado, sabía que me dolía el . que me amarraba con
por delante aceptó no amarrar! p!Cy 1 cuando puse juntas las manos del cuartel 01\agüe. Uno de tos guardias comentó que celebraron el
. , as a a espalda. "acontecimiento" con un asado, en una casa que la DINA había re-
-G_raoas, Jote", ¿pasa algo? quisado -como tantas otras-, ubicada en el Cajón del Maipo. Muchos
-SI, debe ser algo gordo Está 1 . f presumieron en esos días y después, de poseer el arma de Miguel,
vayan, la suelto. Mejor duerrn. ·L a Je .atura en pleno. Cuando se
, a. <. e cons1go una pastilla? como un trofeo. Lo único que puedo decir sobre esto es lo que me
0 1 carreras y voces desconocid· C . contó Rolf Wenderoth, el año 1989, y es que una de las armas de
ranas" (radios militares) Hab' . as. omenzaron a funcionar "las
· Jan mstalado una espe · d Miguel la tuvo por años en su poder el entonces coronel Manuel
°
comunicaciones en las piezas d el ond del patio. . Usando
CJe e central de
el código
18S
184
 1 tll 1\rrt'
Contrcras. Es el arma con que su hijo Manuel Contreras Valdebcnito
mató al agente de la CNI Joaquín Molina años
INTENTO DE SUICIDIO DE ALEJANDRA
Durante años estuve segura que Alejandra intentó suicidarse el día
que murió Miguel Enríquez. Ella dice que no, que fue unos días
después, cuando la llevaron a ver a Claudia Rodríguez, alias "Lautaro",
otro muchacho del MlR herido de muerte en un enfrentamiento.
De cualquier manera, cuando eso ocurrió, yo ya conocía el
diagnóstico de mi enfermedad pulmonar. Tenía fiebre y ese dolor de
cabeza que no me abandonaba desde septiembre. Estábamos las dos
tendidas en la cama. Nos habían amarrado, yo estaba dormitando.
Un ruido me hizo incorporarme, era Alejandra que estaba sentada.
Instintivamente, me saqué la venda, y quedé paralogizada por unos
instantes: llamé a la guardia y traté de abrirle la boca. Cayó un frasco
vacío de Meprobamato. Con un guardia le echamos agua en la boca
y metiéndole los dedos comenzamos a sacarle las pastillas que tenía
a medio masticar. No sabíamos cuántas había logrado tragar.
Mientras el "Jote" salió a ver cómo conseguía que mandaran un
médico, de hablar con Alejandra. Mi intención era mantenerla
despierta. Sabía que en esos casos es mejor que la persona no se
duerma. Algo le dije sobre tratar de salir adelante, de no llorar. Ella
me pidió que la dejara morir. Llegó el médico y me sacaron de la
pieza. Me vendaron los ojos y me 1lev.aron con los demás detenidos.
Me sentaron en un rincón, en el suelo, la espalda contra la pared. No
pude dormir. Horas después escuché al "Jote".
-Escuche, está la pelota, me voy a las ocho, pero la dejé encar-
gada. Le darán de comer. Mai1ana me toca de nuevo. Depende cómo
estén las cosas la llevo para que se duche.
-"Jote", ¿sabes algo de Alejandra?
-No. No sé nada. Se la llevó el médico, yo creo que a la clínica.
Por primera vez oía mencionar la clínica. Pasaron los días, perdí
la noción del tiempo. Volví a ese estado de duermevela. Ni despierta
ni dormida. Sólo recuerdo que de repente el "Jote" o el ''Rucio" me
hacían ponerme de pie y dar unos pasos, me daban café, un día me
dieron leche. Había caído en un sopor, con las manos en los bolsillos
me aferraba a las fotos de mi hijo que llevaba siempre conmigo, en el
bolsillo de la chaqueta. El "Jote" me decía:
186
- Vamos, Lucecita, tiene que salir adelante, además me debe mis
dibujos. .
Tenía fiebre, de pronto me parecía que volvía de algún lugar.
Eran momentos y volvía a dormir tiritando. Algunos guardias me
hacían tomar analgésicos. Ausente, con ese tipo de calma que
a los temporales, esa del cielo rojizo y el aire caliente, sólo tuve clan-
dad para retener algunas cosas relacionadas con Lurrú Yidcla. Tam-
bién recuerdo que dos veces el capitán Ferrer me habló y que el
"Jote" me dijo que el comandante del cuartel Ollagüe ya no era Ciro
Torré, sino Ferrer Lima.
EL CAPIT AN FERRER, ALIAS MAX LENOU
Antes de que muriera Miguel Enríquez, mientras todavía :ra
dante del cuartel Ollagüe el capitán Ciro Torré Sáez, llego el cap1tan
Francisco Maximiliano Fcrrer Lima. Asumió la comandancia cuando
yo estaba enferma y permanecía junto a los detenidos. .
Fue una de las primeras personas de la DINA con qUJen esta-
blecí una relación más personal. Cuando lo conocí, me impactó. La
creciente desconfianza que era preciso cultivar me señalaba insisten-
temente: no debo creer Jo que dice el personal de la DINA. .. Sólo
registrar, archivar cada frase, cada gesto. Me repetía. con frecuencia;
Tengo una sola herramienta: mi cabeza. Es el espaciO donde estara
todo. Lo otro, lo personal, sólo es una información más y por tanto
debe ser ingresada, procesada. No importa que duela.
"Max" hablaba acerca de un trato distinto a los detenidos. Tex-
tualmente decía: "no masacrarlos", como dijo que hacían Krassnoff y
los otros. Estaba claro que "Max" desempeñaba el rol del interrogador
bueno conmigo, pero me gustaba que hablara así. "Max" era el tipo
de hombre que me gustaba mirar. Encontré bonitos. sus ojos
Lo suficiente como para que no me molestara su exces1va preocupaCJon
en el vestir como agente secreto.
De modales finos, sobrio, culto. Todas cosas bien raras en ese
lugar. Inteligente, sagaz, y sobre todo, algo muy difícil de encontrar y
que le agradezco hasta el día de hoy: fue l. En aquello que
prometió. Cuando hablo de lealtad conrrugo, me refiero al
plido compromisos específicos. Nada "Max" prometJO que st
la DINA decidía matarme, mientras el fuera el ofloal encargado de
mi situación, me lo diría. Y confié en que así sería. No significa eso
que él fuera a salvarme la vida.
187
 l.uz 1\rct'!
que suena raro, de locos. Pero en lugares donde la más fe-
cunda de las imaginaciones es desplazada con largueza por la reali-
dad en materia de sufrimientos, humillaciones y vejámenes, es una
bendición saber que la muerte no nos sorprenderá, y contar con unos
minutos para despedirse, aunque sólo sea internamente de los que se
ama.
Una situación similar me ocurrió años más tarde en la CNI con
Manuel Provis Carrasco. Sabía que si la DINA le ordenaba que me
matara, por lo menos diría algo así como: "Lo siento, huachita, pero
tengo que matarte".
Suena desquiciado. Pero así lo viví. Por eso en Ollagüe, cuando
mataron a Lumi Videla Moya y consideraron el matarnos a Alejandra
y a mí, confié en que me lo diría. El capitán Ferrer, cuando en no-
viembre de 1974 me hizo sacar de la pieza de los detenidos, me pre-
guntó:
-Luz, ¿confía en mí?
Yo le respondí que sí. Entonces agregó:
-Pasó todo. En unos días más nos iremos a otro lugar. Es her-
moso. Lleno de lindos jardines. Estarás bien. Mucho mejor. -Y me
describió el lugar de una manera muy linda, casi con dulzura.
Yo supe que era cierto. Que laDINA había decidido no matarme
aún. Eso no prueba nada, lo sé. Pero igual, todavía hoy le agradezco
a "Max" esas palabras. Quizás era como descorrer un telón que decía:
no morirás aún.
Sabía que el entonces teniente Krassnoff Martchenko opinaba
que mi colaboración era inservible, y el capitán Torré, que pensaba
que yo podía ser útil, había sido removido de su cargo, así es que es
probable que la opinión de Ferrer Lima haya decidido mi suerte en
esa oportunidad. No lo sé.
"Max" me llamaba a diario a su oficina. Fue confiándome sus
aspiraciones como oficial de Inteligencia. Ya en esos días en Ollagüe
hablaba de crear una Escuela de Inteligencia, de definir el perfil de un
agente. Sabía que lo que la DINA desarrollaba no era un trabajo de
Inteligencia y estaba claro de las consecuencias que tendrían en el
futuro las acciones represivas de esos días.
Me pareció honesto en sus planteamientos. Por su antigüedad
en el grado debía comenzar a prepararse para su postulación a la
Academia de Guerra. Y comenzó a hacerlo, pero deseaba ser un ofi-
cial de Inteligencia.
Tiempo después me contó de sus conversaciones con Contreras.
188
Optó. Decidió no ser oficial de Estado Mayor. Presencié su alegría
cuando supo que el coronel Contreras lo apoyaría en su formación y
lo envió a Brasil a un curso en la Escuela de Inteligencia.
Sé que es raro que yo diga que fui depositaria de las confidencias
de algunos oficiales. Pero fue así. Tal vez influyeron algunas carac-
terísticas personales propias y de los otros. También fue decisivo haber
sido la más antigua de las detenidas de la DINA. Los conoóa a todos
y era vox populi que no saldría fácilmente. Eso hizo de mí un funcional
confidente. Me consideraban casi- persona.
Mientras fui una detenida, "Max" nunca insinuó nada en el
terreno amoroso. El sabía que yo le tenía algún grado de confianza y
que me era fácil alternar con él. Sin duda, fue una de las personas
más importantes para mí en aquellos días. No puedo rotular ese
sentimiento. Prefiero definirlo.
Ocupó parte importante de mis pensamientos. Ni en ese enton-
ces, menos hoy, trato de averiguar los por qué. Tal vez son obvios.
Aún agradezco su gentileza. Mi soledad era evidente, "Max" me regaló
un perro. Se dio cuenta que me gustaba la música, me prestó un toca-
cintas y casettes. Vio que la cinta adhesiva me había dejado sin cejas,
me regaló un lápiz para que me las pintara. Sabía que la alimentación
era deficiente, me compraba sandwiches, me llevaba cigarros. Y
muchas cosas invaluablcs como conversar de los hijos, y de la vida,
sin jamás arrogarse ningún rol de padre corrector. Su rol era otro.
A Jos pocos días que "Max" me dijo que la Unidad Caupolicán
cambiaría de cuartel, se realizó el traslado a Terranova. El único he-
cho relevante que se produjo antes de ese cambio de cuartel fue que
en noviembre cayó detenida María Alicia Uribc Gómez, alias "Carola",
y que luego de ser muy torturada por el equipo AguiJa comandado
por Ricardo Lawrence Mires, comenzó a colaborar con la DINA y a
vivir con Alejandra y conmigo en la pequeña pieza.
Durante el año 1992, volví al cuartel Ollagüe, acompañando al
equipo de Televisión Nacional del Informativo "24 Horas", junto al
periodista Mario Aguilera Salazar y sus camarógrafos. Fue imprc-
sjonante recorrer esa casa. Está casi igual, salvo las paredes blancas
con bordes azules, pintadas ahora de otro color. Hay una construcción
de madera adicional en el palio, no están los cuartos que había sobre
la pandereta del fondo, y la palmera junto a la piscina y los árboles de
las casas vecinas han crecido. No se puede ver hoy ni la torre de
iluminación del Estadio Nacionnl ni aquel trozo de cordillera que me
salvaban de la desesperación.
189
 ..... ,.,,.

Luego de recorrer el lugar y de que Mario y su gente grabaron

y pusieron a disposición de los televidentes las escenas captadas, nos
retiramos con el corazón sobrecogido. 6

EL CUARTEL TERRANOV A -VILLA GRIMALDl

Al llegar a Terranova, nos llevaron a María Alicia, Alejandra y a mí a

una pieza bastante más espaciosa que la de Ollagüe. Cuando entramos
reconocí el lugar. Era el mismo donde me habían llevado el 23 de
julio. Mejoraron algunas cosas para nosotras y empeoraron otras. Lo
bueno fue que la cama donde dormíamos las tres, pasó a ser mi cama
y a las chicas les llevaron un camarote. Cada una tendría un espacio
donde dormir. Había una silla, una mesa pequeña y un sillón de felpa
dorada que hablaba de tiempos mejores y que ocupaba Pedro Espinoza
Bravo. Recuerdo un closet y días después nos llevaron un televisor.
Estábamos bastante más cómodas. Sin embargo en Terranova
no había agua. La transportaban en unos depósitos. De nuevo teníamos
que usar el agua con cuentagotas. Nos daban una tetera de agua,
diaria, a cada una para lavarnos.
Una vez instaladas, fue el capitán Ferrer Lima a la pieza con un
hombre joven. El capitán dijo que era el médico que se encargaría de
ir cuando fuera necesario para atender a los detenidos. Me lo presentó
diciéndome que como yo tenía conocimientos de primeros auxilios
me haría cargo de lo que ellos llamaban "la cantina" y que en la jerga
militar es un baúl donde se colocan los remedios y otros útiles
paramédicos.
El doctor me hizo entrega de los remedios que eran analgésicos
y clorodiazepóxido. También me dio hipodérmicas y agujas, en ese
tiempo no estaba difundido en Chile el uso de las jeringas desechables,
también un riñón para que pudiera hervirlas y las cajas metálicas
donde colocarlas. Le señalé al doctor que sería bueno disponer de
antibióticos y prometió llevarlos. Me dio algunas instrucciones sobre
cómo dosificar los sedantes y autorización para distribuirlos entre las
compañeras que estuviesen muy nerviosas o alteradas.
Comencé a atender las emergencias menores.

190 191

Durante ese verano, un día Krassnoff Martchenko me preguntó:
-¿Sabes poner suero?
-Nunca he puesto un suero, señor...
-No importa, el detenido es médico y él te guiará ...
Me llevó personalmente junto al camastro metálico donde esta-
ba un muchacho joven. Durante el trayecto, Krassnoff me dijo que el
detenido padecía de úlceras y que aparentemente estaba con una
hemorragia. No supe si era verdad o si fue algo que dijo el joven para
detener unos momentos la tortura.
El muchacho estaba desnudo en la "Parrilla". Cuando llegué,
estaban retirando los cables del magneto, hasta hacía muy poco había
sido torturado. Sentí miedo. No sabía aún si era cierto que al tomar
agua después de un "parrillazo" uno se muere. Los guardias tenían
instrucciones de no administrarnos agua luego de la tortura y pensé
que el muchacho moriría si le ponía el suero.
Me arrodillé a su lado y le dije gue no había puesto nunca una
inyección a la vena, menos un suero. El joven me dijo qué hacer. Me
pareció que él me ped(a un goteo muy rápido. Pensé que el chico
quería morir. Accedí y sentí que si moría, sería mi responsabilidad
por haber obedecido esas instrucciones. Krassnoff iba a la habitación
de la "Parrilla" y me apuraba. Yo no le hice caso, estaba muy nerviosa.
A pesar que se sentía mal, el joven me habló de Concepción.
Durante muchos años pensé que ese muchacho había muerto, lo
llevé en el recuerdo con la duda de sí ese suero le había ayudado a
vivir o a morir. Cuando declaré ante la Comisión "Verdad y Recon-
ciliación" les pedí a los abogados Carlos Fresno y Gastón Gómez,
que por favor lo buscáramos. Sé que los abogados revisaron todas las
carpetas y no logré identificarlo en las fotos que me fueron mostra-
das.
Al volver a Chile, durante el año 92, Viviana Uribe Tamblay me
Ilamó desde el CODEPU -Comité de Defensa de los Derechos del
Pueblo- para contarme que hacía pocos días había retomado desde
Italia un médico, quien al entregar su testimonio, mencionó que en la
Villa Grimaldi le fue administrado un suero ese verano del 75. Días
después tuve ocasión de verlo, fue erpocionante. Se trata del doctor
Patricio Bustos Streeter. . El lunes 23 de diciembre,
Aliado norte de la pieza que ocupábamos con las chicas, había
otra habitación similar. Comenzaron a construir ahí lo que la DTNA
llamaba "las cajoneras" y los detenidos, "las casas Corvi" o las "casas
Chile". Es increíble el humor negro chileno. Eran una suerte de cajo-
192
r • • "1", nv
ncs muy pt'l)liCI,tlS donde un joven de aproximadamente un metro
setenta sólo cabía sentado y con las piernas recogidas.
Recuerdo que a pesar de que nuestras condiciones materiales
mejoraron, para María Alicia la situación era especialmente dura. Ella
había llegado hacía poco tiempo y por tanto la presión de la agrupación
Aguila, los mismos que la torturaron, era fuerte. Volvía a la pieza en
un estado de quiebre y tristeza inmensos. Alejandra seguía depen-
diendo del grupo Halcón de Krassnoff Martchenko y, teóricamente,
yo seguía dependiendo del capitán Ferrer Lima. Sin embargo, él ya
no era el comandante del cuartel.
En Terranova no sólo estaba la base de la Unidad Caupolicán
de la DTNA, comandada por el mayor Moren Brito, también estaba la
Unidad Purén, comandada por el entonces mayor Raúl Eduardo
Iturriaga Neumann, y la comandancia de la Brigada de Inteligencia
Metropolitana -BIM-. La comandancia del cuartel le correspondía al
más antiguo de los oficiales del recinto, teniente coronel Pedro
Espinoza Bravo.
Recuerdo que las tres estábamos considerablemente más delga-
das que lo que habíamos sido siempre. En el caso de Alejandra era
tan excesiva su baja de peso que si ella se tendía en la cama, y al
colocar al lado suyo una almohada, no se veía. María Alicia y yo al
verla dormir así decíamos que "se embarretinaba".
El capitán Ferrer me dijo que por esos días él estaría ocupado y
que para que yo no estuviera sin hacer nada, le confeccionara unos
mapas donde debía señalar los movimientos y posiciones de ambos
bandos en cada una de las campañas de la Segunda Guerra Mundial.
Me llevó unos enormes atlas de la Biblioteca de la Escuela Militar,
textos referidos al tema y papel diamante para las cartas de situación,
también lápices y plumas adecuados. Después supe que las acuarelas
y el papel lo robaban en allanamientos.
Unos días antes de la Navidad, Francisco Ferrer Lima, "Max",
fue a la pieza que ocupábamos con María Alicia y Alejandra y me
regaló un cachorro. Lo tomé, el perrito me mordía las manos jugando.
Yo quise ponerle Kim, pero la guardia insistió en llamarlo Bronco.
Fue un fiel compañero por todo el tiempo que viví en Tcrranova.
Bravo, alias "Don. Rodrigo",
nos dijo a las tres que el 24 de diciembre podríamos estar un rato con
nuestras familias.
193
 OTRO REGALO DE NAVIDAD
Poco antes de la Navidad nos dijeron que nos darían una ayuda de
100 pesos Recuerdo que era para el desodorante, el jabón
y esas cosas mtmmas, y nos compraron ropa. Las tres estábamos con
lo puesto, la mayoría de las cosas eran de allanamientos o se las
robaban para nosotras. A pesar de que fuimos recibiendo muchas
cosas, las íbamos regalando, ya que era frecuente que como producto
de las torturas otras compañeras quedaran sin ropa.
. Recuerd? que me compré una falda con una chaqueta del tipo
safan color betge, unas chalas y un bolso. Alejandra fue más práctica
y se compró jeans y Maria Alicia ropa artesanal. A los pocos días el
comandante Espinoza dijo que había autorizado a dos oficiales para
que sacaran del lugar, a pasear, y para que no fuera mal interpre-
tado mamos las tres con dos oficiales, uno era Rolf Gonzalo Wenderoth
Pozo y el otro el capitán Manuel Abraham Vásquez Chahuán.
Nos llevaron al nos compraron un ponche a la
romana, y los oficiales se turnaron para bailar con las tres. Yo no
conocía ese lugar, parece que en esa época estaba de moda. Obvia-
ahí se hicieron bastante más evidentes las pretensiones de los
oftctales de entablar algún tipo de relación con Maria Alicia y conmigo.
El que nos compraran ropa y saliéramos con los oficiales generó
malestar en el personal femenino, quienes se encargaron de
dtfundtrlo con bastante empeño. Creo que de ahí vienen esas histo-
rias de que y cosas así. Lo que no es cierto. Lo que no
voy a es que aunque tuviese una tira que ponerme, esa tira
y yo s1empre estuvimos limpias y Jo mejor presentadas posible. No
creo que Alejandra, María Alicia o yo alguna vez nos hayamos paseado
com? modelos en medio de los detenidos. La única vez que estuve en
mcdto de ellos fue para administrar algún remedio.
Cuando llegamos a Terranova era frecuente que viéramos a las
agentes femeninos con nuestras cosas; aquellas que no nos habían
roto en las sesiones de tortura las habían robado ellas. Maria Alicia
reclamó y Rosa Humilde Ramos Hemández tuvo que devolverle sus
y una punta de flecha que ella usaba colgada al cuello. Ob-
vtamente, fue sólo un saludo a la bandera, porque ninguna
de nosotras qutso volver a usar esa ropa. De las detenidas sí, pero
algo que hubieran usado esas agentes, no.
No fue, un asunto ideológico, conocíamos a nuestras compañe-
ras, y no nada de esas otras mujeres, ni cómo vivían, ni qué
costumbres teman. Fue un asunto de higiene...
194
NAVIDAD 1974
El 24 de diciembre en la mañana nos avisaron que a Maria Alicia y a
Alejandra las llevarían a ver a sus madres y que trasladarían a mamá
y a mi hijo a Terranova.
Me pidieron que escribiera una nota para mamá indicándole
que la llevarían a verme. Como a las tres de la tarde me fue a buscar
un guardia y me llevó a una terraza junto al casino del personal en la
casa patronal. Al entrar, me dieron una casalta de helados y galletas
de oblea. Mi hijo jugó con Kim-Bronco. Rafael había crecido, en un
par de meses cumpliría seis años. ¡Me sentí tan feliz de poder acari-
ciarlo! Le dije que estuviera tranquilo con sus abuelitos, que por un
tiempo estaría trabajando lejos, eso es lo que mamá le había dicho, y
que como la vez anterior, volvería. Que trataría de llamarlo por teléfono
por lo menos una vez al mes.
Mamá me dio noticias de la familia. Me habló de su tristeza.
Traté de tranquilizarla diciéndole que haría todo lo que pudiera por
resolver mi situación. Deseaba transmitirle una confianza que yo no
tenía, pero le dije que pensaba que seria un tiempo largo. Le pedí
paciencia y le agradecí su preocupación y la de mi padre por el niño.
Mamá me contó que durante el trayecto le habían puesto cinta
adhesiva en los ojos, y que pese a que se puso las gafas oscuras
encima, el niño se había dado cuenta.
Cuando se los llevaron, un guardia me llevó a la pieza. Las
chicas no habían llegado. Miré mis manos. Hacía apenas un rato habían
acariciado la cabecita de mi hijo, me parecía que ahora podía tocar el
vacío en ellas, un vacío que se extendía por todo mi ser. No podía
aceptar que pasaría un largo tiempo antes de volver a tenerlo a mi
lado. Recordé la enorme cantidad de veces que hubiera deseado verlo
siquiera por un segundo, y aunque habíamos estado juntos casi una
hora, era tan poco.
Sólo piensa en lo hermoso de haberlos tenido a tu lado, me dije.
Me senté ante la pequeña mesa blanca. Tomé una hoja de papel, pedí
a la guardia un vaso de agua y comencé a pintar un paisaje. Cualquier
lugar. El pedazo de un camino, bordeado de álamos dorados. Al
fondo la silueta de la cordillera y un pedazo de ciclo. Podía sentir un
temblar de alas de libertad entre los arbustos. Mis sueños de un otoño
dorado. Casi en el horizonte, en algún recodo se perdía el sendero en
un más allá que no lograba ver. Pero lo sugería. Después de estos
días, vendrán otros, pensé, y firmé la pintura.
195
 Luz Arce!
Af\JO NUEVO EN TERRANOV A
Este tipo de fiestas y celebraciones significaba un romper la rutina
cotidiana. A distintas horas, los oficiales buscaron un momento libre
para pasar a saludamos a la pieza antes de retirarse.
Por la tarde- fueron ''Don Rodrigo" y Rolf Wenderoth Pozo.
Ambos con ánimo festivo, las mejillas mofletudas de los dos más
coloreadas que de costumbre. Por los brindis que antecedieron su
visita, estaban más locuaces y risueños y aceptaron el ritual de siempre.
Té para "Don Rodrigo", y agua de cedrón para el mayor.
"Don Rodrigo" comenzó con su cháchara de siempre. Nos ha-
blaba del futuro. Coloqué mi sonrisa idiota, la de quien escucha con
devoción. Al acomodarme miré a María Alicia y a Alejandra y me
pregunté, ¿sus sonrisas serán como la mía? Comencé a enfurecerme
aunque sólo había escuchado el inicio del parloteo de "Don Rodrigo".
"Don Rodrigo" ... pronuncié en mi interior con harta solemni-
dad, sepaTando cada sílaba: ¡DON RO DRl GO, 'EL RE DEN TOR! El
hijo de putas se cree ni más ni menos que el salvador mismo. Lo
escuché por unos segundos. Ahí estaba dando cátedra acerca de cómo
nosotras viviríamos cada día del futuro.
Sentí una furia indecible. Para ellos, éramos "el paquete". Como
siempre, el doble estándar. Por un lado, debíamos comprar nuestras
vidas siendo una nada sin voluntad ni vida propia, pero ¡ojo!, eficientes,
y por otro, cada una éramos un ejemplar femenino de la misma edad,
todas nacidas el año 1948,26 años a esa fecha, y según ellos habíamos
cometido todos los pecados de una mujer de nuestra generación. O
sea Marxistas Militantes y por ende Putas. En mi caso se sumaba mi
"repudiable" condición de separada.
La ira que sentía pugnaba por expresarse. Tenía que controlarme.
Qué difícil ante ese remedo de "sabcloqueyoquiero".
Aterricé como quien se estrena de boca en el suelo ..."Don
Rodrigo" seguía con lo mismo, con eso de que después de un tiempo
seríamos quizás... ¡hasta señoras! ... Se marcharon, escuché las mismas
frases, todos los oficiales que fueron ese día pontificaron acerca de
que el año viejo se iba, de que el nuevo sería mejor y que para tener
buena suerte los abrazos se daban después.
Pensé en ello, en las veces en que sin saber muy bien qué decir,
o al darme cuenta de que era imposible penetrar en la interioridad de
una persona, acudí a esas frases hechas. Pensé que eso ocurre en
aquellas situaciones en que la cultura nos abandona. Ante hechos
196
IIU
donde no hay razón o argumento y el sentir se hace inexpresable o
uno se da cuenta que diga lo que diga no podrá aliviar o dar lo que
el otro necesita... Los velorios, por ejemplo. Sí, no era un 31 de di-
ciembre, era otro velorio. Una mascarada, el funeral de mi alma...
Como a las ocho, entró un guardia con nuestra cena. Como
siempre, con los dedos dentro de la sopa. Pero ya estaba acostumb1 ada.
Era lo que en la jerga de un cuartel se llama un "rancho mejorado".
Una cazuela de ave. Estaba rica, al menos así me lo pareció, dedo y
todo incluido.
Habíamos terminado recién de comer cuando tocaron la puerta.
Entró un hombre que no había visto nunca. Dijo que era el oficial de
tumo. Preguntó si habíamos encontrado buena la comida. Agregó
que me mandaría a buscar pues quería conversar algunas cosas
conmigo.
Quedé preocupada ... Las tres decidimos acostamos y dejar el
televisor encendido. Más tarde un guardia dijo que el oficial de tumo
me necesitaba en la oficina. Me invadió esa sensación que ya conocía
tan bien, una rcvoltura de inquietud y de puesta en marcha de todos
los radares.
Rápido, me vestí. Decidí ir voluntariamente, imaginé que por
las buenas tenía más posibilidades de manejar la situación. Si partía
negándome podía hacerme sac.ar igual, tenía el poder para ello. Al
menos durante esas horas en que era "la autoridad del cuartel". Me
di ánimo pensando que había salido de cosas peores.
Cuando llegué a la oficina, sacó una botella de licor y me ofreció
una copa. Por evitar una discusión al respecto acepté y traté de llevar
el hilo de la conversación. Pensé que si lograba desviarlo hacia algún
tema de su trabajo podría tener opciones de salir bien.
-Lucecita, yo sé de usted; claro, lo que se dice. -Tomó algo de
licor. Yo le dije que aunque mi condición a la fecha era de detenida,
estaba segura que en algún momento eso variaría, que mi relación de
trabajo con el capitán Fcrrer era excelente y que estaba cierta de que
el comandante Espinoza se había interesado en la situación de las
tres. Hablé muy bien de ambos oficiales, deslizando algunas frases
que sugerían una dependencia orgánica dentro de la brigada. Pensé
que de esa forma tomaría una actitud más "laboral". Cometí el pri-
mer error cuando mencioné la hora.
-Señor, quisiera saber si hay algo específico que desee hablar
conmigo, el capitán está haciendo un trabajo y llegó a la conclusión
de que ha podido determinar parte importante del organigrama del
197
 I .u :r. 1\rrr
MIR. Me pasó sus borradores para que los haga a tinta. Debo entregar
eso mañana y no lo he terminado aún. Desearía retirarme.
Ni siquiera tomó en cuenta lo que dije.
-Mire, Lucecita, hace media hora que es Año Nuevo, venga a
darme el abrazo.
Traté de ser muy natural, pero cuando me abrazó sentí asco.
Ese hombre olía muy mal. Como nieve la caspa y suciedad cubrían su
chaqueta. Sentí en mi estómago que comenzaba a gestarse como una
ola esa naúsea que me acompañaba. Trataba de dar con el argumento
que me permitiera salir de ahí. Decidí tomar algo de licor. Soy fuerte,
me dije a mí misma. Recordé que las pocas veces que tomé algo, ni
siquiera me había mareado. Y con la tensión de ese instante ¡menos!
y como un chispazo surgió esa idea en mí. Le haría emborracharse.
No sabía cómo evitar la situación, pero podía intentar postergarla.
Tomé otro poco de licor y con el vaso en la mano caminé hacia la
puerta, decidida a averiguar cuál era la situación exacta. Oí los gritos
de una mujer. Quedé paralogizada. ¡Las detenidas!, más gritos y rá-
fagas de fusiles AK., gritos y bromas soeces. Diálogos no muy lejanos,
risas.
-Vamos, Lucecita, venga. No se me ponga arisca. Ve, afuera
están todos divirtiéndose. Les pasé unas botellitas a los muchachos.
Son jóvenes y viven muy presionados -dijo acercándose de nuevo.
Seguí caminando hacia la puerta.
-Tiene razón, Pedro- y abrí.
A escasos metros estaba el guardia. Esa noche no estaba ninguno
de los que conocía o eran amables con nosotras.
-¿Necesita algo, señor?
Me apuré en responder.
-Nada, sólo que también usted debe celebrar. ¿Verdad, señor?
-Claro que sí, toma, hombre. -Le pasó un vaso. El joven mira-
ba ...
-Toma, hombre, ¡toma! ¡Hasta ver el fondo!, para que la Luce-
cita vea.
Aprovechando esa frase y como un juego de desafío le dije:
-Pero a usted no lo he visto tomar así, señor.
- Lo remediamos "altiro", pues... y tomó otro vaso, esta vez al
seco.
De pronto pareció reanimarse y le dijo a l guardia:
-Ya, hombre, ándate a hacer una ronda y después búscate una
entretención. -Cerró la puerta y se volvió hacia mí.
198
11/ttjwtriO
- Va a con llave, ¿verdad?
Fue al escritorio. ¡Ahí estaban las llaves!, cerró y las guardó en
el mismo lugar.
Me abrazó. Tratando de contener la repulsión que me provocaba
ese hombre, me las arreglé para desprenderme. Entonces se yiolentó,
me cogió del pelo y tirándomelo hasta hacerme daño, me empujó
sobre el sillón y se arrojó sobre mí.
Sólo recuerdo que como si estuviese ajena a todo, no tenía si-
quiera pensamientos. En cuanto pude, me fui al baño junto a la ofi-
cina. Arreglé mi ropa. Al salir de allí, lo vi de pie .a rreglando sus
pantalones. Se hallaba de espaldas. Cogí un adorno metálico que es-
taba sobre el escritorio, el puño de la DINA, lo sentí frío y pesado en
mi mano. Todo ocurrió en unos segundos, no alcanzó ni siquiera a
darse vuelta y lo descargué en su cabeza. En ese golpe iba toda la
rabia, la impotencia y las humillaciones que había sufrido en esos
meses... Cayó al suelo sin siquiera emitir un quejido. Lo arrastré al
sillón. No me importaba nada, como si la violencia hubiera salido
toda en ese golpe. Me senté un instante y acudieron de a poco los
pensamientos. Estaba tranquila, como si no sintiera nada. Miré el
armario, con la vista acaricié cada una de las AK que había allí. Estaban
los cargadores y seguro que en alguna parte había munición. Los
gritos se habían apagado. Hace rato que no escuchaba disparos. Las
bestias duermen o reposan, pensé. Por un instante imaginé que podría
sacar los fusiles y Iiborar a los detenidos. ¿Alcanzaría a llegar a
Tobalaba? Miré al oficial que parecía dormir. Sentí miedo de que
hubiera muerto. Me acerqué y noté que respiraba. Tal vez el golpe no
había sido tan fuerte y dormía de borracho.
Fui al escritorio y al sacar las llaves vi una agenda telefónica. La
revisé. Estaban los teléfonos de los oficiales. El oficial sobre el sillón
se movió y emitió un ronquido. Cogí de una silla una manta y lo tapé,
no por cuidarlo sino para que no se despertara. Al salir de la habitación
sentí ruido. Instintivamente me volví hacia la izquierda, ahí había
una especie de sillón, uno de los guardias estaba con una mujer.
Supus! que era una detenida. Quedé impactada. Ella estaba embara-
zada. En el suelo, su vestido con flores beige, blanco y lila ... todo
arrugado.
Le hice un gesto de silencio al guardia. Supongo entendió que el
oficial dormía, ya que me dirigió una sonrisa cómplice. Cruzamos
una mirada con la mujer. Salí con paso firme. Al bajar los escalones,
la brisa fresca de la mañana se coló por entre mis cabellos. Había
199
 Luz Arce
amanecido... Al sentir dentro ese aire fresco me dije: tal vez el resto
del año sea mejor.
Estaba como anestesiada. Scnlía que mi rostro se iba endure-
ciendo progresivamente, algo dentro me rasgaba tripa a tripa, y yo
apreté más los dientes. Cuando llegaron, Lauriani Maturana fue a la
pieza. Se sentó al lado de mi cama. le conté lo ocurrido, omitiendo
las partes que hubiera deseado olvidar. Me dijo que les informaría en
detallq a sus jefes.
Fue un médico y conversó un rato conmigo. Insistí en que no
había sido violada. Sentía vergüenza. Absolutamente incapaz de
confesarlo. Menos a esas personas. Sabía que indirectamente estaba
protegiendo a quien no lo merecía. Pero quién merecía lo que ocurría
ahí. ¿Para qué?, pensé... Total, nada borrar ía de mi ser lo que había
pasado. Qué cambiaba, qué me podía importar si lo echaban o no de
la DJNA. Si estaba o no preso. Como ese oficial quedaban muchos.
Igual yo llevaría para siempre impreso todo aquello ...
No sé si me creyeron o no, imporlaba tan poco lo que yo pudiera
decir o sentir. El doctor me dio un calmante y dormí un rato.
Desperté y almorcé, tragando a la fuerza. Pensando en la gente
"de afuera", tuve una idea loca, la de salir a la calle y atajar a las
primeras personas que fueran pasando y decirles: ¡Ey!, usted, señora
normal, usted que tiene derecho a caminar por ahí por la calle... ¿Sabe?
¡Me violaron! Inmediatamente dentro de mí surgió una imagen di-
ciendo:
-¡Es culpa suya!... Usted se lo buscó ... ¿No le gustaba arreglar-
se?, ¿No le gustaba usar minifalda? ... Sonreí en silencio. Seguro que
así pensaba la gente. Demasiadas veces había escuchado cosas como:
¿No te gustó ser comunista?, ahí tienes...
Un rato después, el guardia que estaba en la puerta me dijo que
Espinoza Bravo quería hablar conmigo, y me nevaron a su oficina.
SUMARIO
Espinoza Bravo me explicó que habría un sumario interno. Al termi-
nar el turno, el oficial se fue como si nada hubiese ocurrido y los
demás procedieron a interrogar al peFsonal y a algunas detenidas.
Espinoza Bravo me dijo que el oficial estaba preso en las cajoneras,
que lo habían golpeado y lo darían de baja de la DINA. Aprovechó la
oportunidad para seguir hablando de la honra y el honor. Dijo que
200
El Infierno
entendía mi situación, pero que necesitaba mi declaración para el
sumario. Le conté todo, omitiendo que me había violado. Imagino
que ese señor se habrá dado cuenta que no lo denuncié completamen-
te. Tal vez nunca entienda por qué. Tardé una década y media en
aceptar lo que me ocurrió como mujer en la DJNA. Sin embargo,
frente a la Comisión "Verdad y Reconciliación" lo pude verbalizar.
Cuando volvía a la pieza, el guardia me hizo mirar las "casas
corvi". Vi al oficial. Aparentemente estaba preso y lo golpeaban_. y yo
me di cuenta que no me gustó verlo. No quería verlo... Quise huir,
pero continué ahí de pie, sintiendo deseos de no existir...
Días después me dijeron que el funcionario fue dado de baja de
laDINA, y también algunos guardias. Que a la detenida embarazada
la habían llevado a la clínica de la institución. Imagino que a la que
estaba ubicada en calle Santa lucía N° 162. Luego de esa noche de
año nuevo mi situación personal mejoró a ojos de la oficialidad de
Villa Grimaldi. Había tenido al alcance de mi mano las armas y no
traté de huir. No lo hice porque fui cobarde. Confieso que por unos
instantes pensé sacar a los compañeros varones primero, pero no me
atreví... ¿A dónde ir? y además sabía que ellos no me habrían creído,
no sólo por ser una colaboradora, sino porque se sabía que Rolf
Wenderoth ordenó que una noche dejaran las puertas abiertas del
lugar donde estaban los prisioneros varones e hizo que la guardia con
armas largas se escondiera para matar a los que intentaran huir. Otro
guardia les avisó a los compai\eros y así pudieron evitar esa trampa.
Ahora sabía que no era la mujer fuerte que intentaba mostrar
que era. Me encontraba muy cerca del límite. Esa noche de Año Nuevo
había averiguado algo. Yo nunca mataría a nadie. Al menos mientras
tuviera capacidad de pensar. Pero la forma en que descargué ese
objeto metálico sobre el oficial me causaba temor. Estuve ciega en
esos momentos, me decía ...
Iba cediendo a cada momento ante esa presión que desde dentro
me gritaba: Has avanzado demasiado, sólo puedes seguir. No hay
retorno posible. Eres una traidora, Luz Arce, retumbaba dentro de
mí. Me fui a la cresta, era como ir cayendo, no era nccesarío que nadie
me empujara, iba directo al fondo. Sólo muriendo, pensaba, puedo
detener esta demolición.
201

7 Aviación de Ejército. Se consiguió unos manuales y yo le hice los
' Ferrer Lima tenía claro que yo lograba mantenerme "bien"
MI HIJO Y LOS TR113UNALES DE MENORES
Los primeros días de enero, Espinoza Bravo y Wenderoth Pozo, en
una de sus visitas dijeron que estábamos autorizadas para llamar por
teléfono a casa una vez al mes, que empezaríamos haciéndolo al día
siguiente. Cuando fui, Krassnoff Martchenko me ordenó que le dijera
a mi padre que dejara de hacer gestiones por mí ante el Comité Pro
Paz, porque o si no me matarían. Tuve que decirle tal cual. Cuando
hablé con mi madre, ella estaba desesperada, mi ex marido estaba
haciendo gestiones para llevarse a nuestro hijo. Ya habían tenido una
citación al tribunal y si yo no comparecía, le entregarían mi hijo a su
padre porque él alegaba a través de su abogado que yo estaba desa-
parecida.
Colgué el teléfono llorando y me retiré. ¿Qué podía hacer? ¿Cómo
comparecer ante un tribunal y decir aquí estoy, yo soy la madre? Al
llegar a la pieza me encerré en el closet. Quería llorar, pero sola.
Al poco rato informados de lo que ocurría, llegaron Espinoza y
Wenderoth y me hicieron salir. Me preguntaron si estaba dispuesta a
empeñar mi lealtad para siempre a cambio de mi hijo. Sólo dije llo-
rando "sí". A los pocos días me hicieron arreglarme. Me pinté y peiné
cuidadosamente, y fui al Tribunal de Menores con un equipo de la
DINA. Alguien se había encargado de hablar con la juez, ahí perdí
todo respeto por la justicia de mi patria. Aunque agradecida porque
me permitieron conservar a mi hijo junto a mis padres y así pude
vivir con él cuando salí en libertad ... La DINA había arreglado todo.
Mi ex marido y su abogado no tuvieron ninguna alternativa. El tra-
taba de hablar y la juez le decía: "¿Cómo dijo que la señora está
desaparecida? Yo la veo lo más bien ... "
LA CREACION DEL GRUPO VAMPIRO
Con el comienzo que tuvo el año, cualquier cosa parecía mejor. Había
202
El Infierno
mucha actividad y seguían ocupados golpeando y duro al MTR. El
capitán Ferrer Lima se encontraba haciendo un curso de piloto en la
dibujos para que pudiera estudiar.
siempre que estuviera ocupada. Yo misma se lo dije, era más fácil
huir así. Ocasionalmente Krassnoff Martchenko me pedía que pasara
en limpio los organigramas del MIR que él iba confeccionando a partir
de declaraciones de detenidos u otra información obtenida de docu-
mentos que caían en los allanamientos. Así pude saber en qué andaban
las agrupaciones Halcón y Aguila. Era impresionante cuando del
organigrama de las personas buscadas, los compañeros pasaban a
integrar los listados de detenidos. Luego de eso, Krassnoff trataba de
determinar qué compañero sucedería en el cargo al caído.
En diciembre de 1974, el teniente Fernando Lauriani Maturana
había acumulado tantos errores en su accionar como agente de la
DINA que Krassnoff indignado lo amonestó. A gritos, delante de
detenidos y personal subordinado. El teniente Lauriani quedó muy
deprimido. Se fue a la pieza donde permanecía yo. Noté que no en-
tendía por qué las cosas no le resultaban. Yo me limité a escucharlo.
Hablaba como consigo mismo. Enumeraba uno a uno los pro-
blemas que había tenido: el que le robaran su vehículo con las armas
del grupo adentro mientras estaban en una "ratonera" o realizando
un operativo. Le pasaban cosas similares al"lnspector Clouzot". Como
cuando no encontró su vehículo, y chapa de laDINA en mano, hizo
bajar a todos los pasajeros y al chofer requisando una liebre. Así llegó
a Terranova con los prisioneros en un vehículo de la movilización
colectiva. Si no hubiese parecido tan afectado, yo habría reído. Me
quedé en silencio escuchando su larga lista de cuitas. Sólo intervine
cuando el teniente sacó su arma personal y dijo que lo que debía
hacer era matarse.
Le dije que todo lo que me había dicho a mí, se lo comentara al
comandante Moren. Yo sabía que Moren Brito le tenía afecto, y pensé
que quizás podría tranquilizarlo. Me causó pánico la idea de que se
pegara un tiro ahí.
En resumen, el teniente no se mató, habló con Moren Brito,
quien decidió formar una nueva agrupación para darle al teniente
otra oportunidad. Así nació "Vampiro". Al teniente Lauriani le fue-
ron asignados algunos de los hombres más antiguos y experimenta-
dos. Para evitar que cometiera demasiados "errores".
203
 Luz Arce
ROLF WENDEROfH POZO
Surgió un elemento nuevo que haría variar profundamente mis días
en Terranova. Al oficial Rolf Wendcroth Pozo lo conocí como don
Gonzalo cuando tenía el grado de mayor, 36 años de edad y venía
egresando de la Academia de Guerra como oficial de Estado Mayor.
Era el acompañante de Pedro Espinoza Bravo, cuando por las tardes
y antes de retirarse del cuartel de Terranova iban a nuestra habita-
ción. Los primeros días ni siquiera tomé en cuenta la presencia del
entonces mayor, tampoco sabía el cargo que tenía, pero se veía de
más edad que Jos otros oficiales que estaban en la DlNA.
Una de esas tardes Rolf me dijo:
-Soy delicado del estómago. Traje unas hojas de cedrón. ¿Podría
hacerme una agüita?
Me paré y con brusquedad le dije:
-Las hojas tienen tierra. Tiene que autorizarme para ir al baño
y ordenarle a un guardia que me acompañe. ¡Si es que queda agua,
claro!
Me molestaba esa actitud de ellos de estar como en un salón de
té. Las niñas, Alejandra y María Alicia, se quejaban de que yo le daba
café a medio mundo, sobre todo durante el tumo de la noche porque
hacía mucho frío, y a cualquier hora. Sin embargo, de Espinoza Bravo
su simple presencia me emputecía. Siempre dictando cátedra. Nos
había concedido el alto honor de tomarnos en sus manos. Tenía el
"paquete" con tres montones de basura y mierda y él nos transforma-
ría en "mujeres de bien".
Wenderoth hizo caso omiso de mis modales, como siempre fue
muy gentil. Uno de esos días me pidió que lo acompañara fuera de la
pieza. Me guió por un sendero de tierra apisonada y unos metros más
allá apareció el campo de rosas. Quedé atónita. Sabía que existía.
"Max" me lo había descrito en Ollagüe. En mi vida había visto tantas
rosas juntas; y se veían ¡tan bellas!
De todos portes y colores. Unas pequeñitas blanco y rosa, más
allá otras enormes, de gruesos y turgentes pétalos, como de terciopelo.
Mis ojos devoraban la hermosura que convivía con ese lugar tan te-
nebroso. Me detuve, había en medio una flor extraña, fría. Se desta-
caba, sobresalía de entre todas. Una rosa matizada de azules y blanco.
No he vuelto a ver esas rosas en otro lugar. Frente a ella sentí temor
y Wendcroth dijo:
-¿Tiene frío? ¿Quiere que volvamos?
204
El Infierno
-No, señor, sólo miraba esa rosa azul. Nunca había visto una
así.
-Vaya, mírelas y corte las que quiera -dijo ofreciéndome una
blanca y amarilla. La tomé y caminé entre esa marea dulzonamcnte
perfumada.
Olvidé la existencia del mayor. Corrí sin hacer caso del dolor de
mi pie. Cuando volví a tomar conciencia y vi a Rolf Wenderoth, me
sentí ridícula, estaba agitada, transpirando. Sentí vergüenza, deseos
de desaparecer, de huir, de gritar, de insultarlo.
Hizo como si no se diera cuenta y sólo dijo:
-Es tarde, ¿vamos?
Caminé hacia la pieza. Cerraron la puerta a mis espaldas. Quedé
ahí, parada con las flores en las manos, me apoyé en la puerta, mirando
a María Alicia y a Alejandra, que me Henaron de preguntas y bromas.
María Alicia decía:
-¡Cuenta! ¿Qué pasó?, ¡yo sabía!, don Gonzalo sólo te mira a ti
cuando viene.
Alejandra, sentada en la parte superior del camarote, agregó:
-Cuando tú le hablas ... No cabe en sí y mueve su cabeza de allá
para acá en su cogotito y con sus cachetes coloraditos... -reía imitando
el gesto del mayor.
Reí con ellas, sólo podía hablar de las rosas. Oculté ese senti-
miento de rabia, porque no podía comprenderlo. Tampoco hablé del
temor que me produjo esa rosa azul que se me antojaba un cáliz de
dolor, de sufrimiento. Y era tan bella ...
Desde ese día, María Alicia y Alejandra me hacían bromas con
el mayor.
Maria Alicia decía:
-Me alegro. Así no te quedarás como una boba cuando viene el
pesado de "Max". Yo molestaba a María Alicia con Espinoza Bravo y
ambas a Alejandra con Krassnoff Martchenko, era un juego. A esa
fecha ninguna de las tres tenía ninguna relación.
Muy pronto Rolf me dijo que yo ya no dependía del capitán
Ferrer Lima, que no iría más a la oficina de "Max", sino a la suya. Me
cayó más mal todavía. No sólo me molestaba ver que las chicas tenían
razón. Tarde o temprano tendría que enfrentarme a sus requerimientos
y no vería más a "Max". Bueno, lo veía, pero él raras veces volvió a
dirigirme la palabra.
El mayor Wenderoth no parecía tener prisa. Aparentemente sólo
pretendía que estuvil'S\.' ahí, sentada frente a él en su escritorio.
205
 Luz Arce
Ocasionalmente me dictaba un oficio, memos o circulares para el
personal que tenían relación con la ad,ministración y rodaje diario del
cuartel.
El a diario confeccionaba además el informe de detenidos de la
brigada que se remitía al Cuartel General. Mirándolo comencé a acos-
tumbrarme a leer al revés. Por eso recuerdo algunos nombres de
detenidos que nunca vi. Ese informe era llevado cada día por el esta-
feta del cuartel que en esa época eran Avalos y Rubilar Ocampo.
Hombre que años más tarde sería agente de la CNI y que aparece
vinculado a la muerte de Federico Renato Alvarez Santibáñez.
Me sentía pésimo. Era evidente para todos que yo sólo era el
juguete nuevo del mayor. Moría de rabia frente a la risa burlona del
personal. Sabía lo maricones que solían ser cuando hablaban de las
mujeres.
Un día que el mayor Wenderoth Pozo fue a una reunión en el
Cuartel General, "Max" me llamó y dijo muy serio:
-Por favor, Luz, siga como hasta ahora. No ceda a las insinua-
ciones del mayor. No le estoy hablando contra él. No sé nada de él, es
mi superior. Yo sé que no le deja alternativas. Pero piense en usted,
estoy seguro que tiene un futuro. Estoy seguro de que lo tiene. Lo
merece, al menos ...
Lo escuché sin decir nada, ni afirmé ni negué. Con un lacónico
"¿Eso es todo, capitán?" me retiré, diciéndole "gracias por el consejo".
A pesar que todavía no había agua en el cuartel, las rosas se
mantenían hermosas gracias a un canal de regadío que bordeaba la
Villa. En ese canal nacían de a montones culebras chilenas. Los
guardias las sacaban para asustamos. Me costaba un mundo vencer
la fobia que tuve desde niña por esos animates y cuanto se le parezca.
Los guardias las sacaban y me las pasaban tratando de averiguar si
me asustaban. Sabían que las chicas temían a las arañas y que yo las
sacaba y las dejaba en las plantas fuera de la pieza. Cuando me pa-
saban esas culebras yo las recibía estremecida por ese contacto frío,
pero aprendí a disimular el asco y el terror que me causaban. Terminé
por aceptarlas y adopté una como mascota durante un buen tiempo,
hasta que Wenderoth, asqueado, hizo que un guardia la sacara. Nunca
más me molestaron con las culebras.
Yo la ponía en un macetero de la oficina y me la llevaba en el
bolsillo de la chaqueta de Lumi, en una caja de fósforos. Era una
culebra bebé... Tenía una hermosa piel, más amarilla que las otras,
con unos dibujos oscuros lindos, y el vientre blanco y suavecito.
206
El Infierno
Cuando la tomaba otra persona se retorcía toda. Con ella definitiva-
mente se me pasó la fobia.
El mayor me llevaba a menudo a caminar por entre las rosas, yo
aprovechaba de llevar a mi perro, a Bronco-Kim le encantaba que yo
le tirara piedras o ramas lejos. Me las traía de vuelta. El perro conocía
mi voz, y más de un guardia se llevó un feo gruñido de él.
Poco a poco fui deponiendo mi actitud pesada con Rolf
Wenderoth. No fue algo premeditado; primero ocurrió, luego me
percaté de ello, él nos protegía y se fue ganando mi gratitud. Uno de
esos días me mostró una "casita".
Más allá de las rosas, junto a la torre, varios soldados armaban
una mediagua. Dijo que era para nosotras. Que estaría lista en un par
de días. Me explicó que tendría dos ambientes, que él pensaba que el
que daba al oriente debía ser nuestra habitación y para el otro lado
nos traerían una mesa y sillas.
Me molestaba que Rolf estuviera siempre observándome. No
era de esas miradas de alguna gente de los equipos que siempre
estaban diciéndonos que nos conocían a las tres y hacían comentarios
sobre nuestra piel o pechos. Tampoco era esa semisonrisa despectiva
y con la boca chueca de Krassnoff Martchcnko, como buscando un
más allá en nuestras actitudes. Lo peor es que iba dándome cuenta de
que yo parecía cada día más uno de esos perros callejeros que aunque
los pateen, agradecen una caricia. Mientras más nos protegía el ma-
yor Wendcroth, más a menudo yo era espontánea con él. Sentía que
estaba deponiendo mis defensas. Rolf no pedía nada a cambio -toda-
vía-, ni siquiera un dibujo.
La sensación de que estaba amansándomc era permanente. Sabía
ya muy bien que frente al grito y la agresión yo era explosiva. Pero
así me era imposible mantener una actitud lejana o de enfrentamiento.
Era tan grande la necesidad de mantener un contacto que me hiciera
sentir persona. Ni siquiera buscaba caricias o apoyo. Me bastaba un
intercambio de palabras sin violencia ...
Estaba permanentemente inquieta. Me decía a mí misma "ya
pasará la cuenta el mayor". Un día dijo:
-Luz, estaré poco más de un mes fuera del país. He pensado
que no es bueno que permanezca todo el día en la casita. Creo que
le hace bien salir, aunque sólo sea a mí oficina. Yo dejaré todo re-
glamentado. Hasta los más mínimos detalles. Quiero que me ayu-
de en eso. Nadie que ustedes mismas pueden señalar cuá-
les son StiS probk•mas. En lo que se refiere a la vida del cuartel, en
207
 Luz Arce
lo que esté a mi alcance, me preocuparé que quede todo claro. Y
agregó:
-Luz, me gustaría que usted tipeara mi memoria para la Acade-
mia de Guerra. Así nadie objetará su presencia en la oficina. Sólo si
usted quiere.
Le dije que yo escribía a máquina, pero nunca había hecho una
memoria o un trabajo de ese tipo. Replicó que no importaba, que
como saliera estaría bien.
-Mayor, si quiere arriesgarse, yo encantada.
Dijo que trataría de conseguir una máquina de escribir adecuada.
Yo recordé que cuando el teniente Lauriani Maturana me llevó a casa
y estuve en mi pieza, me di cuenta que en los allanamientos se habían
llevado muchas cosas, pero dejaron ahí la máquina de Ricardo Ruz.
Tal vez porque estaba desarmada. Wcnderoth me pidió que escribiera
una nota para mis padres indicándoles que entregaran la máquina a
los portadores.
Mis padres, siempre con la esperanza de que me llevaran, o
alguien fuera de mi parte, tenían un paquete para mí. Recibí además
de la máquina una caja con provisiones y unas hermosas botas largas
que mamá sabía que me gustan mucho.
Lloré, su situación económica era mala, y así y todo se preocu-
paban de mandarme cosas. Las botas me parecieron hermosas. Seguro
eran muy caras. Sentí que eran un lujo, lo que me hizo sentir peor. Mi
coraza de defensas tenía múltiples fisuras por las que se escapaban a
raudales las lágrimas. Me descontrolé y despacito, como acudiendo a
una salida catárquica comencé a decir:
-¡Cresta, puta vida!
Hacía mucho que no lloraba. Cuando reaccioné, vi al mayor
sentado frente a mí. No quedaba nadie en la oficina, caía la tarde y el
mundo me parecía de mierda. Miré la máquina, sería parte de la
burla macabra de la vida. Su dueño, Ricardo Ruz Zañartu, si es que
vivía aún, seguro seguía en el AGA. Tal vez en el exilio, pensé. Ojalá.
Y yo tenía ahora su máquina y haría en ella la memoria del mayor. La
arreglaría la BIM de la OINA.
Ese berrinche había tenido la virtud de llevarme al vacío, rela-
jada como si no existiese nada.
-Mayor, discúlpeme.
-No se preocupe, Luz. ¿Qué puedo hacer?
-Nada, mayor, está bien. Ya pasó. Fue un momento. ¿Puedo
irme?
208
El Infierno
-Sí, claro, es tarde, yo la Jlevo. Ahora, si cree que le haría bien
un café o conversar...
-Gracias, mayor. ¿Y usted quiere un té de ccdrón?
Salí al patio. El mayor me había autorizado a circular por los
caminos interiores de Terranova. Entre la casita, las oficinas y el baño.
Era un triángulo. Enorme espacio comparado con las pequeñas piezas
donde permanecí más de un año.
Cuando comencé a caminar sola por la Villa me sentí desam-
parada. Casi dolían los ojos al hundir la mirada en ese horizonte
lejano. Desprovista de paredes cercanas, la orfandad parecía mayor.
Oscmecía, hacía frío. Fui a buscar la chaqueta de Lumi a la
mediagua donde dormíamos y recogí las hojas para el té del mayor.
Era como si el aire fresco se hubiese colado por mis narices; y sentí
frío, una mezcla de miedo y vacío. Tomé el café y el mayor me pre-
guntó si pensaba que me haría bien ver a mis padres y a mi hijo. Dijo
que a la vuelta de su viaje se ocuparía de ello. Recordé a mi hermano.
No lo veía desde septiembre en Ollagüe.
El resto del tiempo estuve callada. Rolf Wenderoth siempre
respetó mis silencios. El es el tipo de persona con quien no podía
pelear. No porque no lo haya intentado, sino porque él no se molestaba
conmigo. Esperaba a que me sintiera ridícula despotricando sola y no
me quedara sino calmarme.
Wenderoth me acompañó a la casita. No era necesario, pero
siempre lo hacía. Ese día fue un largo e interrumpido caminar.
-¿Le agrada caminar, Luz?
-Sí, mayor, y debiera hacerlo. La última vez que me vio un
médico por el pie, me lo recomendó, pero me duele mucho.
-¿Le duele? ¿Por qué no lo dijo?, debe verla un médico.
-No tiene remedio, mayor. Sufro de hiperestesia. La esperanza
es que pase con el tiempo. Años quizás.
-¿Pero habrá un calmante?
-Los he probado todos, mayor. Hasta romperme el estómago de
tanto tomarlos.
-Igual debe verla· un médico. Por favor dígame lo que le ocurre.
Yo no puedo adivinar.
-Soy un atado de achaques, mayor. Pasaría en el médico con-
migo.
-No, no es atado de achaques. Lo que es, y no se enoje conmigo,
es un atado de mañas. -Lo miré. La luz que por la noche prendían en
la torre iluminaba sus c.mas prematuras -como las mías- y su sonrisa.
209
 Luz Arce
Pensé que nunca antes había mirado sus ojos. No eran bonitos, más
bien chicos. Pero había mucha ternura en ellos. Reí sin miedo.
-¿Cómo que mañas?, diga una ...
-Uh... Tardaría mucho tiempo. No se preocupe, se las diré todas.
De a una. Podría arañarme si se las digo juntas. Pero en otro momento.
Mire cómo tiene los ojos. Hinchados de tanto llorar.
Sacó su pañuelo y comenzó a limpiar el rimmel que se había
corrido. Al terminar lo dobló y se quedó mirándolo.
-Mayor, si quiere yo lo lavo. Tal vez su señora no va a entender
que estuvo consolando a una detenida. Y estoy segura no va a creer
si le dice que estuvo junto a una locomotora.
Sonrió y me lo pasó.
-Gracias por pensar en ello.
Llegamos a la casita y el mayor se despidió haciéndome una
caricia en el pelo.
-Tiene bonito su pelo, Luz, le queda bien así. No se lo corte.
Todos sabían que de repente agarraba tijeras y me cortaba corto
corto. Sentí un impulso. El de siempre, de terminar con esa situación
de plano, pero me contuve.
Recordé que... cuando caí detenida y fui dándome cuenta de lo
que tendría que enfrentar, buscaba las formas de verme lo más fea
posible. Luego en Ollagüe, cuando decidí "vender" la imagen de una
Luz inconmovible, fría y profesional, comencé a maquillarme. Pero
tuve que incorporar otras formas de defensa. Nunca me importó.
Estaba entrenada, desde los 22 m"\os, cuando me separé y descubrí a
todos esos amigos que se acercaban pretendiendo ser un apoyo moral
que, por supuesto -según ellos-, partía en un rápido aterrizaje en la
cama.
Recordé cómo me indignaba entregar un trabajo o un informe a
un sujeto que me miraba con cara de "te estoy empelotando". Entré
en la casita. Costaba, al menos a mí me costaba ser mujer. Pensé en mí
hijo y me alegré de que fuera hombre.
A los pocos días hubo un incidente con el mayor. Mi ánimo
decaía, hacía agua por varios costados. Me sentía inquieta, irascible.
Depresiva y cansada. Miraba con rabia a Krassnoff Martchenko que
andaba por las oficinas exhibiendo su boca chueca, su sonrisa irónica.
Cuando él andaba en esa actitud, todos sabían que algo le resultaría
pronto. Con María Alicia nos mirábamos e intercambiábamos un
cómplice "le fue bien anoche", pero estábamos seguras que lo que
traía entre manos seguro tenía que ver con el MIR.
210
El Infierno
Los allanamientos eran casi cotidianos. Traían a la Villa lasco-
sas y las amontonaban. Un día dejaron en la oficina de Plana Mayor
un montón de discos, libros y todo lo .necesario para montar un taller
de fotografía. Muchos años después, sabría que eran de las casas de
los militantes del MIR del Regional Valparaíso, que cayeron en
a mediados de enero de 1975. Cuando los hombres Krassnoff se
retiraron, me acerqué. Sabía que luego los quemarían. Tomé unos
discos, sólo quería verlos, tomarlos... Eran de Peter llich Tschaikowsky,
recordé mi casa, a mi hijo, me vi en ese pasado perdido... Corriendo,
estudiando, soñando utopías... Wenderoth se acercó, me quitó los
discos y comenzó a romperlos. Estrellándolos con furia contra los
cantos de un escritorio.
Le grité que era un bruto, un animal, un absurdo milico igno-
rante. Una bestia, peor que eso ... Me fui corriendo, llegué a la casita.
Me tiré sobre 1a cama y me puse a llorar. Me preguntaba, ¿qué me
está pasando? Con todo lo que he vivido y ahora por unos discos...
Sentí un ruido y asustada me senté.
Era Rolf, de pie en el vano de la puerta.
-¡Luz, por favor, perdóneme!
Me desconcerté, yo esperaba que dijera: "Me colmó", "Váyase a
la cresta", o algo así. Me sentí incómoda. Quise hablar y no me salió
la voz. Estaba afónica. Recordé que durante los interrogatorios muchas
veces perdí la voz. Como cada vez que la tensión me supera. Recordé
las historias que me habia contado el mayor, esas en las cuales siendo
teniente había logrado un récord. Era el que mandaba más lejos, de
una patada en el tmste, a un soldado conscripto que habiendo cometido
alguna falta se exponía a las iras de los oficiales. Claro que es un
animal, pensé. Igual me sentía pésimo.
Volví a la oficina. El personal nos miraba de reojo y reían a
espaldas del mayor. Cuando Rolf se fue al comedor, se me acercó uno
de los suboficiales y me dijo:
-Bien hecho, Luc(:cita. ¡Si este mayor es muy bruto! Para serie
francos tuvimos miedo por usted. Pero cuando vimos que se fue ca-
lladito y como con la cola entre las piernas, supimos que iba a buscar-
la y que no le haría nada. No afloje.
211
 do volver a cometerlos. EiotAbtlmOJ !iOlos y a mcrood de la OINA.
"jocl" tob<cviv;ó y me por ello.
8 Estuve prescnllt cuando ct cap¡tJn Fcm.'J' üma lo 11e\'Ó •
tn h.lbit.Jdón para que te ('Olncar.an un artefacto explosivo a <01\trOl
Nn-.c:uoen los test:iculo.!c pan ol algún lug,P- a mf "'*
lovuon .,.,di.>. '")od"los NCI.o con•""""odcquo•..., lug>r llq;ilrfo
Ntkon Cutiém.'z. dirigente dt' S. Comi!liún Potitica del MlR. ft't'm'
n: p«'guntó si oonoclJ 11 '"Cut•.., all:as de Nclson Cutil'rre7.. d1te
que sí.. ..unquc no era cicrlo. oo podña
UN ""JOH" Recu<'rdo que mlrandu tr,l' 14 'o'l:1,tana un.a. ca:>.1 vi pa>e."U'S#
• "Jud* por u na. Clll<). No II<"CÓ n,ldif'. Siempre q ue l-11M Ucv6
Gu1u'dn un I'('('I)Crdo he-rmoso de "Jncl .., de 11u companeta, de su 1 lug¡;¡r pam t.\'iSilr o aiKul<'n dd q ue estab.'l ('1\ pm.lct de la
l.}uc ('1 hu sido cuestionado, mmo Atcj..ln<fr:., oomo María DINA.
A.Hda, c.:umu yu. Aunque TI() sirva de mucho, tObrc todu porque pm- Con tocó N•r horas ('On "'Jocl"". Como
'"K"''Ie dtmí, )'O •5UOlO más que: la dL4cnsa de "jcd"',la yo d;buj¡)OO. y d una h..lbihdad p.ua tra4\J' lt"tr.t;
d.td de O>ntar por qué pudo ser f1'\fnipul3do pot Ll OO.:A. Me n:mi- y núu'l'fflS. nus Mk-ntr.t, d()C'U!n(."niM Qla
t•ré a lf¡)('(tof. pcn:nik'n CÑ\If UN$ IU<.'e5 .sobre b que" do Ouk:ctra, de b do Tl'l<t""""' r do la CO"'P"Aí" Gol
fue su prucx.-w. porqucmoño \o-ozcsct p.n1 .que \os dt- la ankJtl) con
mismo. cualquier dnmiciftO. • -Jot'• k' tt:niln ptn\.indo patt'niCft •rgc'nhn.t$
lo. de los d("l MIR que 6gu.r.tn t."f\ pr.ar.. roloc:tr \1. los intkl"' l.t 011\A.
csu: mood a "'Jocl• <'t\ l.l DINA. una-s de V\.-TkJ a él vi a su
jnv('n y .1 su hiju de mese$. Ambn llevad;.tS por IJ
DINA .& Tt.:rromuva. TU\<'i(lron ('n \llguMS OCAsione:)'"' su cumpu.ñcra en OII.L I\I•AUSIRB ALONSO
la habtlldlm nul"'slra, siempre t..a n."<:ucrdn romo si rucro
hCiy, c:on sus largos. onduladn$ y Al 1.3do de su silla Un d í.a... a media mañam1, (Uf Kn,;,nn{f ,, k• l)ieza C$ldbAmol
Ul\ boJw. de que toda nudt(' compra 4."'CH1 .unur y c::.pcranza para COl\ las y 1nC' ordrnó le hktcra un bvado dr a un
11('v¡r l.a!l por nacer u n.>O..'n Nridn. Su hija fue detenido.
C'Ot\ Cun Ako;an_dr-a y \iAri:t Alidt; nos lum.tmOs para darte Saqué 13 jPringa m.it SJ"Ilde que tenia y herví. un
a1rmtnto, mt.tdarta y «l.lnMfa. Signitd mud\as mo;as impottantN pocoo de agua tibi3 (('n &.'Sinlcct.u1l<' y wlí. )cnto • l.l pul.·rta 6t U
pcu.a ,_.,tr.., pudcr- brindar- un poro dt •mor .a r'SC' picld pu."iiaun lJna y tR)I..'fOR • \U\ mochad'w> que \•'CiU:I )."1\J
'!"" "Jner" b looltkl wn ... "'5'lll....oón sólo des- a 1.ll:tcs y una: cam1S\ uul Ct'W\ puntos btancos o atgVn muy
pui-5 dt tortur..do y para obccncr ll: 1íbtnad de oomp.tflCr.l
Ye.u hl);l U pl'C(Uciia n.dó t>nfem'-'. tM'-1 pOf' t')Qt añ... un pron6stim lk dfjc al ..u -J i.t \JUf' t.-r.l Imprescindible al mt•nc. d
de Vld,l '""Y mugroso th'po que $\11 OjM p;.tr.l lihanu- Su"' nidos. C('ln toJo t'l
Nn tN'IftO p.llabros para txpn.-son que ím.1gino Cueron sus ruid;,1d0 que pl•dl' CUffil.'f\oC''c\ a t.'\h.1rlr. el ••gua. Lé pregunté qu\(in cr.1.
c.fc cntunccs. Tamporo yo tuve 1,\ O¡XiÓil de apoyúrlo, no Rt.'L"1.1('1'do c:on muc:l\;a niudet. (JliC' diju ''Bill AhmtiO". LA'
té t.l me: htbrla Croo <-li•C ror·r.., J.v; coso.ls esos d ías, que que 1'\0 I.'OtH'Ici..nnos. s.abí.<a que é1 crf)
cldtUI' l,t J)Osjl"hd.L<.I, Hifth"llnu de lol!i h.abrlamos ron fiado en el d(' Mnry Ann, qtll' yo tcn\a l'l'l mi poder Ul'l t\mastu de que
t•lrtt. No í:rJ Wlo dc.o;conJ'ianza, M'J IHltl >•Jert(' de mutua h.ab1J pcrtcr'W.'cid<, a clb., que lo habí..111 rohado C"n algún Jllltn;unlcl\tO
C'Jr'O p.lJ;JdU errores del pa.-.a- '1 nlle h.l h;l.Qún Le ('('lnté <.¡u" era nmy boruto y que

212 213
 y J'l"'M!\'s 1::1 me ron firmó que era de a M;,¡nuel vt-r casillero donde es-
N e u.sndo lt: Wm..'f'l té que b(J IUV('ho:, c:usmétiroS qUE" no COnocil,. ai.bian el ali;..s. Qccdé JX-'tnflcad.., <'11Jnd.o vi que dl"C'f.. el Era
él mr que 'IU h(oorm.H'\ol hilbía sido bailarin..1 lk Wlk."t. rarDn mi amigo.. que o;er!a ik-m.a>i.td3 fX!indd.t•ndl qut• en f."uccu
J'("f' b cw1 de a"gUN ttnd.rla maquíiiJ;._-i- poco corrienll"". O:ntral hul:icseOO. -,.....
le dije que ...,.. q""lwbion .Ulanado al¡:tln log¡tr donde dlll y Com:ri.o cl ri"'!!O. u podía Roll Wmd..W. qu< po< b..,. mo
•• rompoilffl> r....,.a "'""""' d<bicron haber .....,.,, potO · - · KTassnalf h.lbiJ qu< ...."" lu:rido, y yo le
qUE> no &o5 hJWitn tnl\'llnlr.OO. lmr hl'\-oxlos de ofdos ñ.bta pedí a RuU qu• me dcjln !"',...,., •nribi6tkus, yo que odcmís d
,gu.udia otfmlt su.fK.n.nlc. tenienle hatY.;a d.icho que no JI'Cf'WNn lbMir 11 Wenderoth
o 81ll el por qu" Jos,l;l.....OOS.. (of dip que- noSJb!J Pum se- le rugué Unto que mt outc>ri7.0. f·ui •cumpai1.lda
si 1.!- h.K:Wn bien o md, que \."').1: mañ01na h.abiJ fdo 01Jguit.'n que dijn de un guardia a la:, c.tpnera"i. t::n la primero \:1 ""Taoo"',
y q-u" los Pf\'»<.:tlbW. LR dolta n'ucho el oú:fo deTeehn, porque gido. 1\ pcs.u de lo rcduddo d('llur.;r, me me pu:sc 3 su
hah1.1 5ldo lhuy Yo 1(' ('(lm<'nt.: a Uill quP h:;bfa vi:Sto un;;¡:. lado y k ..Sí.)e que había eutorlto•cl4n para: colocack.• uf\.'1
fotd-s de él dond(' 11JMrc('(,, f.'Xtn.'mildam(>nlc gordo y que jam5" le. JX"nidlin<l. EJ sonrió ('n cuanto nw vio. Mt' ttoconuciú de innw>diatu. Su
habria monocido t.:I.HIW Oijo q•J(' d rig.;Jr de lns piX'Sidlos le m,l•lO dc>rocha é:,1aba ,HI':l\'('f.lda di.: lallo o'l ladc\ por un La
tubftt hecho rf.-cupcrDr 11 lrl\(',1. LL· si no 1(' c,luS.lba más h(.'Tidu invadidll pur lipo de ri\U)AO vPrde. Scntí tnu·
dolor L'1 ('('ll(I(Mi\ que n('l,. qtJ(' all>St;u tib!il, le alivi.)\)A.,. <:hishna pcrm; mi('nt""s .1 su l!tdo prl·por,ll(, 1\'1 p<:nkllin3, 1(' mostré un
y cnmo $U(Ilrlc (('1\l ,l(."U mub.1da dip que C$C\•Chnlxl fmSL'O odicinnal y le cxphqué quf-' cru le dljc qt•e eso le
ll)('jOr. Cuandn el r,ut'rdia tnl' hJw vul\"t:r a 1-J pi<'z.a, <lkicndc1 el alh·iaría d dolor.
asuntn no ('tJ p3r..l Uill n'l(' con una S(lnrlsa... No Cuando LL· la inycxdün, te llii 1l'll,.' odi.lba mucM
In vi "'""'·' m..h . ¡¡ 1.1 ft'lrh.t ('I'ICUL'ntra dcsapart'!<ido. por cslar oolaborandl). Como pudo, t.'lttlt6 '" brv.n mn la m •.mo h('-
rida y ha.dénd04lle un ges.to para qut> nw me 'bra.zó muy
fuerte. l.toré con mi cabct.a M\ liu p..'tho. Con su mano buct\ó)
t'Omf"t\ZÓ a ol.culC."Urme abdlo y nlC •prt'tÓ muy Morte miPntras
""'dt'Ñ: "Eros qu•"' d dok>r. l'bo t..ml>én sé
A de c.-nc.'ft'l de 1975 llegó c.k1e.nido al cuarttl T\"rr.ano-.-a de que Yo y lf" d1): qu.: rw. Que i.ril. cacb diit ;a
b OINA.. IIu¡;n RAmón \fo1rtínc:.c Conúlcz. Yo l'l'aK.Tdo dt ponerle antibiótico con .. de! mí le cunté
("(Ktnrrbre a" Yntad.l cnfrt"rlh: de Wcnderoth cuando cntrú JXH' nwcho tiempo Nbl.\ podido Vt..'t de"" 1adn utro por eJ
Krassnnf( .1 '- y k: n-ncionó .al mJy<>r que d nuevn orihciu y qvc- 01unque con do&ort"S. 1hf t'Kib.a, v1vo1 y caminando-
JX'fb!'ncd.t a fuc.TZI (fflr.tl y 01l Cumitlé Central d<'l MTR. Nu diJo Pero )'C) sabia que nvfiC.- tm'W' utu ton Sln (':r'\1\)argo_..
n.tda má<r;, ('$ que h;¡ya llles,cionado :,u nnmbl'\', que qucrí.l p.''I\S.tr que él vivir"-. yo ck: Ir f')t lo menos cada dOcX-'
por t'SOS dW:. nu me df'('ÍJ puc:, yo sólo lo conoc13 romu c:l horas y le penicilina. Cuan-.lo el f\UArdia me uWigO. a salir,
'1'anoN. el -J ano" .-ne abran) de nuev-o.
S.1b!.'\ ltluy JX)Cii» ((J:M.!I dP él. sí rl'COrdaba quP yc-¿, 1P agradcd a Wc•\d('rt)th lm bler.;a permitido ir. le d ije
Rkardo mC' dl)o (lUC a 1-Ucna C<'l\lr.\1 y que que nt.'CCSitübl.l JX'Ili<'ilinas C:.ld.t ocho L>lju lj\lé dC'Ic:e (."Slm'Í.1.
lt:."'lia parl('f\1('$ en Lí11t Fuerza" Arm,ld3s. Yo (."Scuchab.l slluul:&ndo bien.
lo que: Wcndc..-mlh me h;1bf3 estado dictando, pero tuándQ /\l d.fa sigukntt: por l<l n h.t) od•o M punto, salid(' la
Kras::.nuff ('1 \lcknldu tenia p.uicntcs Vllifurmudos, pu"e ha.bitüdón.. tcx1(1v1a me l!cv:.1b;.lll lwdtll3 ofkina de Rolf.
aK"n<ión, YA ..lolt l01.s coillC'idenciJS- Conté las hora e; hasta q11e los l.lcvaba en mb m;lnos la eaja con la r.·rhlf.,., pcnictbra;) y el tubo de
oomandank'!i dC" .JAI'up.:¡cwncs mandamn Jos infonncs de añC!stcsiJ escondido en un junto a lu1Mbolcs del jardín cercano
dos COl\ ruc.t._,. oonf(."('(\01\abi el documrnlo destiludl) a La casa patrOnal, vi que mi p.'m) toe a wludannc y

21C 215
 jugaba ron algo que cogió de entre las nui;)S. Quedé petrificJda, era quien respondió un llamado desde da Lautaro Vid(');¡ Moya,
una de las s.mda1ias del "'TanoN. Sabia quc ""''de CJ, las h;¡bía \iS:tu el fue obligado a intentar quc bu taro via.jilra Cs:.l. Afortunadamente,
dfa ant...-s:, no ern Uf\ <:<.1liado corriCl\tl'. Fui ca$i corrlenúu <l la oficin;:¡ LautaTu se. dlo cuenta que t.."1'a tu\.\ trampa y nu a'-udló.
y le 5el,alé- a Wt:ndt'1TIIh que iba a coiO(ar el antibiúticx;¡ al dete1\ido. 1!1 :v1o-ren Urito y('\ te•nienle Lauriani Mah;rl)na condujCr.on 3 los
se opuso qt•e ya iría ("1 m&tioo. Seguí se nf'gó detenidos;)] Reg:imlento Maipo y de algunas diferencias c:un L-l
hasta enfadar$('. oomaudantc dd dlado recinto mUit.)r y ('1 ('8pitán ll<.-y<lN, el 28 de
unas horM-, y '-'n cuanlo confccdon6 de d'-'- ctlCrO de prtx:edieron a u·a<;,ladar a a una vdntci'la de
'-"'mcncé a_busc·ar en é l. F.re día no figur.ab.'\ rrU umigo, lo detenidos, O<'ho de los cuales dC$aparedcron. Ellos SOl\:
habi.m sacado por la noche. Nunca se me <rue ('SC dfa era 13 de Sonia de11'dn.dto Ríos .ra<:heco, dt>tcnida el 17 dll' enero en
ene-ro d t• 1975. VlM del Mar junto n Stl Fabián tinrlque Jbura Cúrdob3.
Ourantc tnuthu tiempo hwc la csperan1...a que. como a mf, lo Carlo.s Ramón Riosero y Alfredo Gabriel G3tda Vega,.
hubieran 11<-,•m.tu a una ('Jínk;l o al hosph;)l. Ct1andu doclar(> la ambos detenidos C'J) Vii\1 dP,I Mar d 18 d..:' enem. llor.ldUI Neft.alí
Comisión Nadonal "VcrÜ;.ld y supe que la única dc- Carabantt$ Ofivare:s, detenido de cneru. MMÍ3 Isabel Gutiérrt:t
fen:ncia qu<' tt•vo la DI NA con sus ofiduh:s de las FU('f'1;lS MartCnez, dctcnid,\ el 2A de <mem en Quilpué. Abel Alfredo Vilches
Armadas, fue tirur $U cuerpo en algun.'l población de Sanli<t,go que r t=ig\ll."'r03, detenido el 25 di." en Viña c.ld Mar y Elias l{icíU'do
cn ltt crónica mj;l tlpafl.'dó slf muerte: romo un de cut.•ntas entre Villar Quijón, dell'.'nido el 27 tk Cfleto.
délincucntcs. No ftK' a si. Yo lo vi dt:tt•nido )' hCLrido de Miguel l.(ls SI'.' movilizaron intt:nt:>ndo dar con su
Kras.<>noff Martdmnko en f>ls Ccljonr.ras de la DfNA y en el Ulformc t::n princlpi;> estas detcndOtlC$ focron negadas por l.,1 01!'-:A. pero
<)ti(' el. l n.<i:lilulo Médko LC'gal quedó d(' t(UC Hugo a la enOn)lC ('\'Í,ii'!l'ICia prc$(.'nt"d\\ a los tn'bunalcs, el propio
M.trnncz 1nunó ;) l'.vn.sccucllo('ia <k· dus i mpaclfls en l>l n.-gión C()racic.,., dJr«tor la OlNA qnc ri'Spondcr a la Corte de Apelaciones de
distintos dcl t)lK' tenia en s u rmmo mlcnlf•.ts <"Shi\'O detenido <'•l V é11;;1 Santiitgo, ('t\ jtJiio de 1977, «.'COt'IOCicndu que la DlNA h;lbía eféctu:.do
Critnatdi. (} SC;;l, rni amigo fu(' cjc-cut;,)do. el en la-s fcd\,l-5 que se. mtndOJl:\0 1 pero agregando que la
totalidad de los militantes fttc-ron puestós dc h\•'OOdiato en libcrtad,
ron cxccpciót\ de Hotacio Car<tb.."tt\lCS, quien hilbría solic"ilado ser
LOS ()e:¡ JO DE VAlPAr<AISO pueS-to en Libertad én $;.'1t\liago.
Lo que 1)() dke el inforn1é de la Comisión ..V('r(lad y Rcconcl-
En enero del 3ilO 1975 en Sanli;:¡go fucdctcoidJ 1.1 I'.'Ompañera d(' uoo liación" (por cuanto csl<lba impt'Ciido de mencionar de
de los dirih,>cntes del Rcgionill Valpa1..tÍSU del MI R. lJnJ ;o...·cn que con es qt1c: qui('n lP redactaba iil dlr('l:tor de: la DINA -e."'ta.<> reY
<lnteriorid.1d había logrado cludu la «-t')rC''iión ('H otro regional del puCSit..lS sobrt> detenidos- Cf.3 RoH WcndcrotJ' P01.0.
MJR ('1\ <'1 Fue a,sí como la Unidad Ct)upolicán lo¡;ró obtl'.'fl._.r cJ l!s que en '-"Sbi oc.'!Sió•t La L>L"-lA se viera forzadu ;)
domidHo dondP residía el cnc-arc;;ldo dd Rcg_ion.ll de V.alpiuaiso. reconocer que twbí..1 este )'.l qut.• el tnismo O:)-
1:1 a ('Omttndante -IN'Ii('l'l((' t."Oruncl- Mot'CJ' mam.kuHc del Ri'gimk•ulu lo t.'St.1bl1.·<.·i6 así en un ufi.do rc!l-
8rito, t:-n oon\pañia d('l Lauriani Maturana y la .agn•p..'l<:iún puest" a los ttibuna1cs donde rcsponsáliJlid,ldes pmpi<JS y
V<lmpim viaj;;lron ;,1 esa C'iud01d con nmplias atribudoncs para des· dd de su Rc:gin)i('t'llo, plantdtOOO l\IIC Pl operativo fue <"Oit-
mantelólr la cstructum del en fa 7.()1'1.;\ , duddn por la OINA. Qué f;,¡ p3:r1i<ip.ldón del Regimiento se: rcrm1ió
Los efC'cti ....o:. de: l.'l DINA d....-tuvic-r on a la de los l'.xdtlsivamc:ntc <l pr<."StJr apoyo logístico.
militanl('S dcl MlR il c.v1 esln;clur..t. Cuando la cas.J ..Jc: C\l.tt"-'o ya f-1;' c>noonuabón los d<>IL"'lidoscn S3ntiago se mé gt-\bó
Agua Santa donde- vivi<ln los del MIR fue \IJJ,II\ada, ()biu- otro l\oOmbre, put•s tu V(' que sacarlo dd Supe <)U(! había
vicron la lista con los puntos por hnccr C<'lll los m.Hit<.mtcs e inslaf;;¡ron llega-do dctct\ido F.ñck Lott. Muy p-r(lnto '-'Seudtai'Í;;l nuevamente Stl
un11 "ratonci'J" <'1'1 el lugar. En una de csns oca.,ioi'ICS !barra. nom'brc_, .. <.le f('I,Jcero, pues f-x-rrcr Lima lo tnCJ1.ci0t'6 de-

216 217
l.lno• do mi rumo uno de W. di'Otnidc» que conducirl.>tl • ColorQ úbndo ahi, m W lk'p.run dos connct«lot
Dlgnod.>d. M11t de esa C:-poca que !oC '-'f'K:O(IIraban cJand('Stinos, Lauttro Y. Mar.a
nunca supeW 2on ,.·oh1óo J•()rMO AltdJ, F.1 tiempo nOS tt tos tres, en LA OlNA, dt..,'CfS.lS
y pcmqnJo que tal V.Cl dt"SGJ>.IR.ddn PS que mu de ('i I'<'U n!itnncl.u.
a l" Comisic>n Nacionul "'Verdad y RccxmciUBciCin". Y& sabia 1.auwru c:H...lb..l en Tcrranov.1 p<,rc¡uc lo vcla
1 parcc:cr <'1listado <.lL- OOSJ$ con:0 dónde
kl tt-nían, 0 qut' no qui!ltl C01;'1b<,)r,lr en la de: pr..:n)-1, ésa en
CAl: t.AVTARO VU>ELA .. cu..ll participaron ('l..l.Jtm dirlt,ocnlCS del MIR. l,;n;;t VH vi il Lau\.lm
apoyndo una vcntl.rl;... Cwndo m:- váo me di;c.t:
alterné ron Lautam con T'-'mlnova, 1ocy cuanzro m.b de su -E..coa f'f01 de m.i hfmuru._ ,
WS lri$tt"S. Y• no""' un k respondí que ,.(, qur f-11.3 baMa dadu. "on sentí 4.'1
P,."N to pan."Cicnd((o. .oon Jo que h;, ,;vi(lo fluy..: dt ti una lmpo1'if> de detc4'1('1"n"1e un nlOMt"ltn y de NNaT rn.;b con él. :-..:n
grAn alcgrta. J!Lemo dl"fcnsor l():i m.á:s del)ilC$, se h.J p_.n)()o mi .at::rtvf.•.
mi c.aril'\o y no s6lo por >Ct el h('l'rnano de Luml. t...autarn ha
lot;tlde'\ t('h,ll'\!T !oU vid,l, coml'-'•\c·m es una gr.1o mujer y t'll hija
muc:harl'l.l' EL SOCI{IM> Oft MARCI::.LO MOREN DKrtO
R«ut'rdu que cu.lui.lu cayf. 1 outuro. lo supin'os tudM los dctc·
nidO$. Fue un acotltOOmil.-nto p.lta l;t L>INA: el dcb..'Oido "'m.1s lmpor- lmp.ld:lotc fue para ""'l'l('l(c:r n A].Jil 8:"UCC l..t\ vi
"'""' do 1.1 sc¡;ún <>pn.owmn 1M oficiales Knss<oof! y Lo-. por un pa>i11o de Lls ofion.>$ do (:aupulí.:án..,., din:<á6n • ayudontíól
de"" Comisión Polftic.s del MIR
Uutam Vkk-&a cta
pd<l de OrganiZJ(i(ln. Su •p<>do " d Chic<> S.nlii1g<>",
boca ele r,u..tr(has. agmt.es; '1 dcttnidn-. Con su histnña e1 un
ri.......,.
en
de Cnmanthn.c1.a da l¡ 8lM t'ft 1crrano""'· Vrdo tal bCf'nPO que
ocuc;h& unns griM.;)ln)C't"' de Brito fue todo uno. Yo que
¡'l("ttrmt' a 1;) p3 rod. pa:..'u·. \iorcn 6ntO un
qua MyA subrcvit!idD a );.1 UINA.. c-ncrtúmcnu dicien(IQ: "NI Li propia familia de uno :.e ttalvi'l de tener
Cuando t;)utorn C'B)'Ó, ndo vct lfUC no :.fcndo mlri:.tas... Pero a {".:itC', y todo, yo lu mato". . .
"crnparriltt'ldu.. u g.olpcadu lo a las !inNnn'U.)s u na que pu:...ron, m<' d irigí ('n silcndu lo ohcmn Uc
quf>prhm:ro hah!:l1l detenido .t su '-"::posa. A tll;;tla vi sólfl U!l;;l v<."L El w •IK1croth. Le al de vcrd::td el much.t('l'l<'l \...-a de
CJllf' 1nc condud.l a l.i oftnna de RoJf Wendcrolh me dijo Brito. Wendf..·t·ut'h (lipo qcc Que trnia a1gl1n
qu•M C."tit. La UeV300n muy despacio por 1..-ntm IM $('1\dl-rus con cl cOf\\.lnd.tntc. No \.¡ mas a Al.ln 8rucc. pl'fO \fnren
dd piUO de lJ Villa. A\'oliUUb.l con difacuhad,. se tocaba ..... virntre e ftrilo anduvo ron un gt..'f\10 pkimo du.ratltE' dtu .. JJan cn-
abo.\ nlf'n'picbrncniP por d gua.r dil que.• la guiabl. Adirint!
cuentr• desapa.rcddo.
qu.: abl muy mal MP causó tP.&dvl dolo.r ...crta, se nolo\ba que habf3
sidn muy tunura.da.
Nn la vi a Laul.lro Yo lo 001\0CÍ.a dclide- hJcf,¡ vario!> lA CQNrrRENCIA I"R.Et-;SA
af'i(')s_. t l r.u se de <.'Sl'! h('l(llO y c.ra obvio que ,uf (uf'!'A pon¡uc
du<lu que h.aya I'{'J>.'tra du mi Fue e-n tkmpn.!l dcl g¡¡bicmo
<Id prcsld(OIHC' f'K'i,. en un() "tum:;," dtl qua f>l MIR t\.'\lii:M en
Cu.mpamento 26 de juiU'I-, situado al bdo de La i.:JK'uC'b de
Arquitectura d("- l.l UM-...nid.l(l dt Chile. Yo lletú3 uno5 del
MJR portx>pamn <n .,., h«ho y quo mo pidl...., '!"" fu<oro a
pnwr \U'IOIIIrtreros..

Z18 219
 lw: Ara! .Ellr:JU:nw

quC' Jos compañeros no hl\•icron alternativas. H:\CC" ttmy poco me Sabia también que la tl-'nía:n en la Torre de V iJla Crimaldi, sin
enteré que norotrM sólo vimos una par(e-. No c-S<:uchamos ni vimos la embargo los delalles rod("..uon $U dclención y presidio 561o los
dcspu t-s se fr.yQ sobre- compañcm!i que eslabotn dctcttidus en conocí d año 91, viví en
1'crmno,•a y q•' e fuc•rvn dad os por mue-r-tos en o
asilados.. Nü lo CQmentJITIOS e-n tre tres. Con.oci<'ndo a alguoos
tompañcrrn; de la Dil'<"<:dún del MIR de es...-. époc.l, que ''Mar('O
Antonio", "Lutu:l', "NicoLis" y "Cristi5n"' c.-staban en una situl.'lci6n
ck>lk.ad.a. No lograba sino :5oll©rlwr con cJJ.os, los vi ml,l )' pOI.._.. S vé<.-cs.
y skmpre pr<'sencia de Kmssno(f o algún otro oficial.
A ni llf:,"\U\0 de ellos los I.'OOOÚ <mtcs de prin'Ta
vez que lu.s \ri., fue 11\C Uc•;aron a su pill<l inyectarle
;mtibió lims .t Cristi.ín t-.1.aUul que estAb.1 oo 11 una hcñ da de bala. Con
cierta fi'C<."lK'ndo los veía cuando eran llevados veJ\dados a las
ofidnas d e -la píllro,\,d¿ cuando nos pemlitl<ltl la p ut.-rta
abicrra. Y en unJ oportuni<bd en qu(' K..Jssnoff Martchcnko lo$ llevó
a lodos a la piel!a nuestra, sc-glín él para que confml ('mizár,'\lf'IO::;,
Fue una si, u,l dón i.·xtr.aña, no h..lbla.nos mucho, ni siquiera: rc-
(tu{> se diju. Mar("() Anto uio me d:ngió Ull p.u de la
me parC>ció qt1C ('staba tratandl) de ser ;)fnablc.

l.A CASrTA JUNTO A LA TOL(I{E

Poro d<.•Spu.:s de eso - habla casi un a ti() de mi dct...'nd Un- nos

c.ltllbiaron a la mt'di:i)j\1;,\ que arm.ar()n p;wa nosotras..
T,¡J V('Z COO\V una fnrma d<- , .. Ju foo de llliC"Stra
ootktío.Ulcidad <;>n alr,-o m5s digerible, yu m(;' O)COO.(un,br{> '' llamar a ese
lug.1r "'lo:¡ <.<.tsitt''. rir,or er-J un,t rTI'-.'<.Iiagua de madem ron fó!.lchas
rt.•ndijas por donde- i.'Olo.lb<lTI da ir(' y el rrlo Clt invicmu. J'<m) c;ólo
<'SI;)r l<.·jus del lugar dnnd<' <·mp;,lrriJiaban .:. lrn;: C(lmp.'litCCOS nos dio
<.icrta paz. SabWI!l\OS.(JliC tudu e<;n ocwrít'ndo, pero el dejar de
senfi l' los aullidos de lO!> torturJdo::. fue uc;i liberadnr. Un tormento
menos. Aunque <'St..jlxlmOS justo al lado torre donde al menos
yo tXllgw.ta, era mC>jor.
}¿n ese ( ti<' d<.'tenida la p<•riodi.;sf,l y miembro del Comité
CentraJ d ('l MTR, ku;cñor.a Cl,adys Or;.n;. No R.'l'\t<.•rdu haber conv("rs.l·
do ron cU.l en t:sa er)(xa. Rolf Wendc ru th me C'(lmE'tHó que habí.a
muchas int<.onmdunales quP la libertad dE." la
$Ct)pra Oí:>?.., de Alc:-m<"tni.a. Que estaban
dcj.ula lil)re en algt'111 11,1omcnto.

220 221
 E.llnfinl'lo

hinchazones y hcmatom;_,s, H.-.sb que a fuerza de pr.:tctk;,u <'01\Jl'ligo

el tenieniP. aprendió a
9 cl d<1lor haci.a insoportable en lá llOChC', o si e l teniente
no eslaba, me las ponl<l sol;), él\ los muslos. Me aliviaba d pie, pero
no d dolor de ('olbe7.a.
Un lunl'S uo plldC 1('\'alllarme. Como minuto::; d<.-spués de
la& OC'ho de la nu1ñana, fue u1t g,u\lrdia a decimlt! que fcm .' f limo.' me
maJlditb.l a but'CaT. Le que- J'l'C sentía mal. Que no me k..
vantnria. f'ut.• el (lficial a la C.l..'>ita.
llL VIAJJ:: Dll ).fAYOR WENDEROTH Me-)>f('f,Unlñ que succdiil. U.• dijC> ql'<' 1Y1C scnlfa mal, pL'TO que
todas csu::; molcsti<'IS m.e JXjt'('Cian nada. Que lo péOr ero .:¡;ue
El mayor se Cue viaj(' l'OI'I Stl de A<.-.ldcmii.'l de Guerra y a qu<" n o podia m.is. Que 1.;.1 len1l:\ variar d e alguna fonft<'t.
pesar de que, como prometió. d(.>jú todo reglamentado, de nuevo ('(1- Net'\."Sito salir de .-.qui, le dije. Estoy ('J\loqueciendo.
mcnzan'n a Algunos glf31\iiM, sobre todo cuando los -Luz. ... Yo ron07.(0 una Luz fuerte y vnli(.•ntt•. H>lg;) un
se se cntrctcní;.m l<m:.:ando pk>dra.s e<mtra la csrucr7.o.
mcdi<.lg;ll<l. No podíamos dom1ir y mu('hO mfedo. - No c•lpil.tn. No puedo -te dije ''b:;olut;ul\Cnte rouven-
Yo creo que- es jus.to subruyur que nu sc:ílu nos agrndfan porque (ida que nunc.a había CSI;ldO MÍ.
algunos ofki;;¡Jcs nos pmtegian. Hahfa tuardias lo hacf>lt\ por()ttC - Está descanse. Mañnm1 ..-\ 1"1\Cjor.
seguiamos siendo paTJ <'llos tres m:.md.st.ts. 1\o.s dcciún "'lüs miristas"'. A 1a nM\fitll\i'l sigui('llle ni d(.-spcrté. Rcctlcrdo qu<" el
H.tbí;,t otros . nv pocos- quc solidarizaban con los detenidos. Yo no $é capilán volvi6 con Uil mlxlko. F¡l diagnóstico fue neurnon1tb y
.si Maria Alic:ia n Alepndra Si' P<'1'('.l1.:t1'0n de ese hcxho. Pero ('t;) JSÍ. sunnen.-.ge. Cinco antes lutbía sjdo u na jnOa.ma(ión a la pleura.
Yo pude S.')bcrlo por un CC>Inl•ntnrio dé Rulf Wcndcrotk,. que en una F.ros días están borrado:;. que "Max"' i ba a vem111.•. No
o<:usi(m alabó la conduc-ta ti(' A ticiil pol'quc hJbr" denunciado a puedu pn:ds.'lr más. Sólo sé que a de10pcrtaba y lo vefa &-nt:adn,
porS('lnal de hu'llO que• (•Sl.lba d;,'u1doJe o:.:ornkla extr« a unos detenidos.. c6mo me S(.'ntla dálxl ánilno. Yo hablab-:1. no tmgo
Esos gun.rdh.\S que fut.•ron amoncstadc)s, ni)S reprimian a muy d .. ro NCI sé si me hich::nm durmir oon <:alma Rccucrdo
las tres. entre brum.l.S h<tbt.'1lt- dkho al mayor 1-'crrcr Lima qu(' no cril n('(:es:uio
L.1s. t-.o<:hcs y los fines dt.• sem;,ma volvie.ron a ser eternO$.. que me r'(li;jlara la OJÑA. Que morirí,l del pulmón, que los guanU.1s
!>;.1ber que nos aguardaba en las siguienlcs hottts. Todo depcfu:lía de umian Que" lo .n.<·jo•· anles de eso F1 sólo dijo:
q1)ien<'S csh•vicscn dt.• turnu. Voh•i a tener mucho miedo, me di cuf>nla un 'nl<ll momento, Sófo e5(1. Y como todos. pas.1r.t...
que la sola pn>:<ien('i.a del n\.lyor Wcndcroth h.-.d" que dis.ni..nuycrun Cuando 1\0 cslaba dunnit.'tldo ll'll' scuHa como notando. Nu
l os ptobJcmM. Me• c:;íor¿..tb\l tipe;,mdu s u memoria, tratando de que podt'ia ni siquíern prt...:l$..lr el t i('mpo que estuve m;í,
las horas ooniL'fan sin pensar t>n lo'> minulos sigoicntes. UJl>l maí,,:ma muy temprano. abrí los o;os. Me pareció que \<Oivla
Crlm('n<é a scnlir un c.'lnStlncio enontR', ii;\t<:d quc-t.'lmndo t.-st<lb., de alguna p<utc. Me S('l)títl n){'jor >'me duché. [ <:OI'l('('ladn el
Ct\ Olli'lgüe. frato.1bu de C<Jlmilrmc. El mt\':lim qm• unas, semanas anles ab"U<l. &1bí:.' que ('ra leme ratio, a \'!.:ces al abrir l ,l canilla salía um1
habiJ hecho v<'•l ir Wc!..,k•roth dijo <.JUC para cJ dolor del lo Unico cspcciP de grani•m. Ju gota q•.Jed,tba suspendida en la dKtll,\ de la
que tenia y podía d cjam\e era Valium 20, iny('l:table. duch.1 ::.(• Pero no me import.1b;,l, me- .neHa al chorro helado,
Lecl pc..1í a Rolr y ;) l;;¡s d1Í<:>'IS <.)tu: apn:udicran a poner las in- sabia que dcspu.B vc.ndrla 1\\ y qucd;.1rin toda roj.\ y sin rrio.
yecdonc:s, No qu.blcron. él únkuquc se atrcviri íueel t<>niPntE' l.a.miani RccomE"tlee a tipcar la memoria; sin.cmhargn, no alcancé;) ter-
Maturana. le indiqué <:ómo h3C<'rlo )' <:u,l l\do no d;.1.ba más Ucl dolor minarla ;;¡nt<•s que Wendcrnlh l'ozo volviera. L."' tctminó de hacer una
le p«<í;) qué mt· iuy<.'ctmu. Pronto n tvt:· t't'l los brnzos un.1 de Ue Las perso1ta$ de M;.1yor. t.• r1,1ti•'tl y Rol.f cOmC•\?.Ó

222
 • Revan"N" al Hosp.taJ a "'1»"«mt. a Alfredo Rojas. El ex din.'ti\>r F<-mx.arrilcs.. Les diF que no wbb
wy:. un chequeo bastante oom pl<o4o. 8ujQndu Ll causa de donde- vivb.
los doWrw dt cabP..u# rontinu.ttOn ó\ pesar eiXNI repuesta de 0..-.Jdo Romo .,. dt!O "" ompm.. """""" scl>cmoo. Yo ""
1.1 ntt.JMOnttlt. l'ñl:' n.-.rtaron lentes y dek'<Uron lo que d ductor di¡o podW imagitl3r que Alftfdo ..o1 \'ivtc..nio mi.1ma a.M de
Cfi1 una chotbc.-tcs funcional. t.o del pie cr.t d(:finítavo, <ktna espterar !MmpJY.. con su madre y qún $UPf' dE':Sp'Jés, con .su hi;o.
que f'l tlm'lpo nxo alávlar;;t. :O..te llevaron para que h.1 f\"CVI'I)c't(ora. No fue neccsuio. (u'-'
Scsuf 1\ dl<'rlo por.t podcr soport.:.r el úcm<1siado simple para .,.1 tqt!lpo Oc Krussnon M.tnchenkfi. Ambu:;
dolor que me t.ausaba ('ualquiC'r tipo d e c:al:wdu. Apnmdi a (3miltM se baj;mm ,mnJLIM ,1(' l.a c.tmioncta y me ron t-IIN.
:oin oojt,_r, Pero $161o pOT tn.x:hos pcqucfi()!l. Osvaldo RomcJ "tocó a ta !'brió una s;::ñma que dij(l $Cr 1(1
madre de PJi::;-do. MJ" ru1•l,. Mil ofn'éió y llan\tl 1
hi;n. Alfredo ba)6 romcndo )' pf('f.untó quí: ocurría.
LA Ml:ERTE DEl ClrNfRAl. tt()NILLA Me saludó con nottul'llhd.•J y "««iic'l a aoompañ.v a O.w-al<.lt>
Romo. Se íue en su autn, un Yagoin que pcrmanec¡o .,..... PI CUO\rtcl
1mr,o d dta 3 do marro. ln la llrd< y c-undo ya.., s.bia Terranova como un ""l''úculo m.h de la OINA. asignado a de
por lu r.kiiof y ta &de\."Wón qut Nbf:l mut.-rto d Boru11a_. las agrupoóon<'$. SO> que"" d <:1 •d>lculo fue mano:jldo p«
\'Vt!'fldtmch P01o me 1o c:untú. :W fue nplfritn tOUJ.tnrntc. Pero sugi- Qlm agente de b OI.N'A qut tb.t t-n la parte de atr.h de b
rió q1Je d olid.a JC bOibia trans10tl'tl3(1o t-n un prubk.'llliol ¡xua la OINA mmkmt.."'a..
y ;)cckk'fltc hab la •Sdo prn\"OC'ado. Una \'l"Z en Tcrrano'lia, me tlco.aron a la oiirina de Wc-ndcroth
1\:o to l1ito pt>rque «.-nía muy dam (Ju(' 1.1 OINA no 01cepta ru.tu. 'El se .-nol<"Stó pnfYltH"" me h.;tbWn wc.•do autnri.zAdón.
.,ptCt1rM tn d up;.lto"'. :,i era una simplC' :;uyu. u si k.-'1\ia A raí:l. de l'SO n-.c pcrmitf por (avur d<.'j;\ra a AHroda.
cvid cncila» de.: afio. Yo lcmt qtt(' tu"\lt para medir cuánto Cumo de (."Ostuml.trc p:trtló 1\C'f')l\do.'ló y p:tt<t qut'-. Yo
mt ÍlltCH."$.ll,):a en :.alx:r, u rlc 1<' l')fNJ\. Jhnité a (.'SC'Uchar le jusisH,1 en quP In hnbia c:unuc.ido y S;'!ber cómo L'fiitabi). Al
haa:r Sabia que e:.ol actitud. mu<'has "<'«"S IYK' final El .niSft-'10 IUC' IIC'Vó e l bañu dc..•l se<:tor d e
hb(l S(!'t' ol>jceo (le .¡.fudal> de parle dP M.h qué .si hubk>Ta Cuand(t e l guardia ubriú, No pude estar sola con él. E!it.lb.t >in
pn.1,"Unt-ado. l:.l maynr W("ildcroth :::;61o -ugn::g.l C[\1<! el &l"n('l"al l(>nfu .os ICi'llC'S, vcnrl3del, owmtad.u en t.:l wclo y OOCl la. esp1lda apoyuda
dMNstad.os ron militantes d<' b Dt-mocrKi" Crisda.n.l qut- rontToa la pan.-d. Se \"clJ 3l\3hd0 )' o;.ure que aún no lo
noest.1b.Jn un dc«Uerdocon el Coboemo is\U"nló uliliur mi pn:w..-no.a d.1ndo1e un sermón pilrt que
fr-.Jtop."f'-.JM:nk: de lo <[UC- haya 1\0 fut que dijo f..t.>Wl10r.ua. f'l'f'nle a C50 wh16 a b.lja r l.a c-abeza y sólo ii5'\"P
Wenc.k-ruth. lnduso cl peorsotul :tl('m'Ó t.uw. frorw cuando -No 1«1g0 <0013<10"'" Nd,. dd p;ut>du. Todos "'btn qu<> tui
aJgui(."ft Md.a •fto qut- podñ.l una Andon de pane- d{' los lktenid('l pnT la Ul!'.A l-4 .tf\v p.rsJdo. Yo no sab'.a que ya h.,,b!3 Sido
los y agL-ntcs dP T('f'r;)nG\'3 dccl.ln: 1'e 'o<ln a ddt·nido y le prcguntP f'l\ h:c:ha. Nv 0'1 ('01-'tlfMilarmc, pul..,
nmnd.ar ú <kj.lr én hdic:ñplPs'O". Wcndcroth rl'lC in.-•t<'<lt;\1-lfl'ICinle del lugar.
A pe!;<tr de que \'•lrl,a:; \"(,'('(.'$ le l>f\'t\lnlC a Rulf pur Alfredo.
nunca pude i.IV(•rigu;'lr r\.H11). Afl("t\ despu{':S pucl(• CKpllcamW' ICl
OETENCION DE ALfRf.f,)() 1\ab{.' su<t"di<lo C"('' n él. Vh•h.:mlo en .Eu•·op.1 tuve la upurtunld,\.J <le
cunQO.T c1 k."""Stin.onio de- (liTO (()ffipt1ñ(.-ro qul' sobrc\rlviñ.
Muy ttmpmr.o. {'14 de marm de 1',175, ll"fP Osvaldo RornD M(.•.na a ml'01C, AHrf!du había !>idu (.h.'ll.mldo e-n alguna (echa dc-J dl\oO 1974 y
buscarme. Me wcamn priSJ nc que h:abta que ir a buscar conducido al C\J3f't('l Aparcntl•Jll(.'Hle log-ró a la
a un.a qa){' $.\lia .mtt•s de bs odln d<' a, n\i4\.tn:. de su ca'Sa.. DINA de que ro1abor.u.í.l y lO dc>,amn en libertad «m J.t ...l,)l'f'A., dt-
JuntO 4 8D,.J.¡y :Z.JMI• dijeron qut.• h..bw 'f'k' 1r • buscar • ubk.lr y .a .tlg.urw:. dd SocialiSb Alfn.do
 no • notdic. es algün fllOif-.-ntcJ te tfi(OI'IltÓ roo algu- 106. y según B mi'mo W¡o. ltobljlri.l d Partido Sociab>U. tn ...,.
rw:K cW QUe' ka OL\tA MWJJÚ bu<J(;flr y les avisó que tpocJ... fl ·mayor ouboa por de viaje y 5lé ,._ no hi..-u
.,. f U<ton, quo la DINA los CSUba bw.cando. Mda 0 no pudo hao..-r nad..l, 8 uumo ('i qup Germán mr
Uno dt ,.,tu!. mmp;t.t.cros. cuando <.,.yó y b DNA le lrv6 varias \'t.•o:·s a sus Mt r--dia nombft>s de
tab!a quc l'Staba !;iE."lldo bu.loeado, fl 41in tnL'Ciir las oonSC'- cid. Comi \e Central y dc 1J (.;nn'd.!>Wn del f'artido Sooalista. Yo
CUI..'n(..'W!I., diJo q uc :t-1. Que un cornpoik•m le habta y mencionó lftlisti muchas \'e('e!i en qu.c l.t (Jnint pcrwnJ que yo h.abía conotidft
su c:nn Alfr(.odo. Scf.Un s upe, AlitcdC'I y este compai'iPro y• h.;tbra tiido buscada inrrurtum•• por utro equipo: 1.eo; vuh1o\ _.
tuvle-l'i.ln upnrtu nld,'u.l eJe L'flmnl!\ll'$(' l'n 1.1. de 'h:rraoova y el a:mtar el cucnlo de laS dt taj;.ml.lr. crea que por hn
1(' p idió perdón. Son Jos úllim\1$ tC>tlrnunio!l Alfn:d o, de llamarnX' rnC la 1
ya que a la (cc:hll se enc-uentra altas "IA:·lia"". y supe q_tll' M'l'\.1br.1 d4do d tri\00,0 de sobcat;,1; las h.!IIAII
1hay postcñor(.•::. .1.1. mí.o del de Alfredo por ele propietarios(' inquilinos todlS L;ts unTes y que por ci.Ci.\bin('Ct
T(.-rr.anuva. Sou <.le 101 scñ(tt;J Cl.1dys Of.u Arttdju y el rontcl\.ido es de klcntiftca<ión lwbí.\ oblffldo 1.c.nt dJtos d(l etl.a y su rU.lrido..
U 4('1\or.l Cladys 1oos h,l pubbcac:m tn el cu:mplimien.IO y 0 súkJ pcxtr.a. rr.ct>I"'It\.'ri.J. no o(,¡lbiJ. en traba}olb. ru n..loda.
<le su f»''bional, ell3 es p:onud.isu. y l.lmbl(-n cmno p.1rtc de Ccn'l\án Barriga me- hiro pra(:nc.Lu .tlr.u-nos intCt'rogatona.. rut
su ron."('(t.cncb con b L>Áens.a 1ut de las Per- uf\dfa en quc-dt.. JmtiJa <."' u.u silla en 1.-l p..t<t1k\ de
m Mnlt" de b lmpunid.td. M.'USO r""'te a la p.i('l't.l tk \1 8ivn;g'3: a p....
be J"'()l\.w. no ho> es.:ñto d sc¡¡undo apdi.Jo d.- Alft<do. Cuando littar muy (,IPI'Ie SJ.r.o p..'C:hof. 01rn db me hkiM'on JUnlO a
lul su li"l\ me da,n qu(' 1(' gu:t.taba que en cUa ("'una calle. C'll un.a e!ICIUJN. 11C"r,ñ nadJC. No supe sJ cl pun.O
s.u pac de! tirf'l'\3, ('n los dootn'ICJltos, loñln puSi<:r.l Al(f'f'do Rofls; pur 11'.& faJ::.o o 1'1(1('\: \'icron tu•l3' d('lldC
1 F.n esa rlO Nlbll.:
(.•so, respc>t(l tlni.l vez 1nás dcs<.·o. muctm, porque ffi mi hnb!An u1u .
Cuando (•S-tuvimos M!nt.•tlas en ltt C'..tmmnCI\\, habla un guM"''·'
(In el a:.k.•ntc> <l\'t (ondulklf, mlln<:rn que sólo podi<l ho.lb);>r "ofi<llll•
LA I)I:::LIA .. c:on cll;,1, M<' prPcunt6 pur Ml oba cu),tborandn y le
kt qtl<" m(" habia ocurrido poco "llt\.':1 ton mi hip. Ese h('('hn l"H) lta:s--
Dur.anu:-,. pcrroou que yo E'SCuvc l'TI Olla&,jt, <:u.ando t i ('.tpitJn Tol'T'é Utk:aba mt oolaboradún. pero a1r,n t\.'tlÍ.l que c:te:irlc. •
que titmbién tendría un atuipo upt.'foUlV(t, ('Orno una <.:on la S("ÍllO'<.l ..'IX>li.1... Mua\oZ fue muy perverso. 1h(l.c--
s.:ñora mk.-n"tlmdetComné mn sufrir rnuchi<Jmo a ¡u m.tfldn. que cra de edad av-.,uu:.;)da.
Cl"nlr.¡t dt,:f t•artiM Sou.-.Jisca-- vi\"\.l ('n Lo 1"'"'" dt Tdjlmar. Si ('Q n:-:.pc.-to -ob. no mh dc.-Q.Ib
'orpn..·nchda tn &.. mentira t(>n(,) t-4 rt."'CUBC'I que.• podña. dedr -que
h.abia ""lU'"'OOr.ldu el nnmbre de la. rdificiO>, purquco f'fl rt"alk.lad clla
vivb ('ft 10 de l.t San
Ourantc \',ltius d ia$ <'<Hl gente del "1'Jipo J..: 'JorTó S.le7 subimos
y baj.m'01 h>)l pi'")'i de hb Torres de <on!::iOlaba di- l)urante esos. WcndC'1'Cllh nu cslil">.l, y yo iW a su
en
d('Jldomt', O rnucm ron ('S te o &t-imllu (:) lfab.ajo OlU$CUlilr ,\ tipc.'<ll"' la Tru."11"10ri,t, \'i S(tbrc e l deiL"nldu»o
hJ,SO m•b1 fuE>l'IC. Yo lc.s h;abia di.:ho 4)\IC: no ,,¡ que torre Aunque d fll;,l}'Or cril por un oft.:t--'1, F.ugcnm
ni qué d<'!"llti.Hnentu vi v!a, me hadan )ubir y bajar por$¡ Oúwz. quien tcnr;> $ U CKT!turiO ('t\ ("1otrn custKio d e la ot1am•,
la otla pttNtil, el l..\ fl)kt<;.ando e l documento p.lfa la hrrrw
Como tt.'lli..tn qu(' tr conmi&O y $C c;:ansaban prontu, tn ,., mismo d ocru-.>rlo <le Wendcroth P07.<'J. Rccuol..'ft.f-.> <tufl
cstim.u(ln d.: Sl"turo é-5.1 1.:. ra un crtokld. Stn cuando hgurJkt un compaf._'f'O (k-1 P'•nk.lu Soo31fsta a quien nu!leil ccmud n1
lk'g\t Cnm.\n )or¡.,>c &rri_g.t \lu.ño:t i11 &a OINA. 4.k• intnl'di.liO t')'lt' U,.. vi. J''fO no SI." me ohidó 2ou Al y 1t-<'f" •peDido Mt

2l7
 po...-ló que esub> mal escrito. le d>clilógrolo que Mancilla . . que yo tr.t<h.dJ ('CmU .... su ... y nos entrt.'g6 ._ una
ftCrib!o ""' ..... un A Akjandt> y a ml UN poquei\a calbn\po de .,...¡._.,..
El "obo6cW lOmó el documento y ..loó. de "'S'"" •
a•<"riguu plnwla. qu<' l""f)no ._... por> 1a bueN ....,..,., y • Mula Aloao una
con d quien cl prisionc.To. Ut.lndo ""'lvió , J.l miniatura de plata oon una c:.W..-na.
ofk"'N. me [=>-pinota nos dtp que $i
-l.u(\-'Cata, hay M.msilJa n:>n "'S'" y MJ!"'rill.t wn "'e!'. Este OOndi-- las artas al mayor Wend.croth. quf' el sabrm M VIArias por d1
do "e". Nu1\C".l su nombre; Anel Adolfo Ramirez- plumátia. Y(l le cscribf un par de \'<.'<í'S y el me cuf\tcsló. Todou $U$
l.AmctHabk-m('ntc •w pucdn a¡¡x>rto.1r nada n\ás. :hllvo que en C',Jrtas llenas d1.• r«omC'ndn<.ionC:S similares il las de 5 UII IK.'I'-
aquc iiJ época c1 Partido Sucialista ('rJ "ttah,1j.1do"' pur un equjpo d e mo•l('f;. p ude- <oníirmllt t¡tiC los snbrcs eran p<'tO Ct1C'1
la Unldod Pureu, del cual cst.:.ba cn('Brgl'dU el ofkio11 llimán I'IO n.."l@, me d ije, y no ltt escribí más.
&rt1r,a alia$ don "Jaime"', y en hnnot • la "''-'moria del com-
4.'1t <h.'dr quP. si A ricl r._'Q.Jtul{'ido su cargo y
con la OIXA podria hab(-1'" hi..'C:ho unto daño al Partido
romo lo ht?ó ótty Reyno al I'JI1klo CumunWa.

VIAJE llC I'EORO N,\IOZA

A de 1915. se fue de- l;a UIM y de Chile E"l oom.:mdanle

J'edi'O P.>plnou JUc nomini.ldu OllllC) mflil3r<n Ura;;il.
Ank" de lll')Jf\ot10rmr el cuarte-l e-n "'a c.'JiiA"'.
Fu(' un día do mingo al nlcdioüí.•, ilhll(lr1.ó <;on noo;oti'JS tres. El
rancho del CUMI<"l. pero m('jorado. ya que él y C'l c.;¡pit.ín Manucl
Vá,qucl C".llahuán :;e ucup..1rou d4..• l!(lv;u cn'i.)S.
Aunqu<: nunl!"a ffiC' Col)IÓ bi('n. dcbuo c:cmlf"!Jr que scnlf JXtttida.
No est.lnt.lo Wendt'f'Oth el wTNnd.\nt.c al pt\'OC'Up.lrtc per;o-
rwJmente por Mari.J Ali<'W. una )>tk.'f'te dt (reno p¡J:ra l¡t
por su n»ent:l nm rcpñmt.ao. be di.- me <.'lltCf'i p:w el
quf' t'IO otro oftO.Ia la 81\1. que la (".omandancW.
de c.->1 de la OfNA b rb MfJif't"n Brito. quien
a9n"nd"-"> " teflic-nlt c:.uroncl. Me c.llp.:: "M4" ,.. 001\0cido...
T('f'lt.J «.-mor qut llt.·gara un nu(..,·ó que la
h•.ldL)n, cmb.1rgo nl(' dio un es<'.llofrío imJnh'M (Ómu SE'liJ ese
C'U3rlel 1d m&U"'dO de Moren B••i!o. Es.pi11MA BruvQ se pr('OCupaba de
I)MntcnC'r un IHfnimo dt> y dt.• t()du. má::. que caulclar,
sandt'lt':'lbol nlg uno.'l hcdw.::o, cnmo lo OCY.rtldn el A i\o NUC\'0,
Y ('S;.I)\ ml"dld.t$ dt:' albouna m.;.ll"'ra m.-ln ICtl(.ln ul p<"NiinJl d1.'ntro de
un marro q,1._. uunquP mírtimo era n'l('jV-r que Nd.l.
rvr :iUplH"WW que [spinou &.tvn 00" ruál er'3 su idea
sobfv nuftttu iutum c.of d...- ltdJU.f<ltTNttW t.-n
 ti l•f!mw

Yo pod!a ron un w\o Af'$10 n_.ntk n

de\. rero sentf rnjs que nura U tr.td"tidad de ma Sltu.1Q6n.
10 qu<cuolq>riaa dijo.n •l&o y si"" podí.t p<OOM oi>Ybm<o•IO
no me 0\"efian a mi. avi:íÓ al JM)'Or ao que tXUrÑ Y
del casino 1.il' otlcuak,.. x B mayor ronvers6 ('()A 1a
dtka. tluíen en un pri.JlC•pio >U Ro!f tomó la (Íf,')n'CTJ
y lo dijo:
-SL"i\orita, fuma Lut.:ky?
LA CIC:ARRERA Ell" se descuru:crtó y quC' llO.
Yo me del lugar. qucl'f;) prcscncWr 1.:. escena. M\.'1,0$
mi ( umpfC!Inos, el mayor W(.'Tld<'rolh nw r-t)<\11\S una dg.:I.ITCt'a <fe humill.ulí\. F.l mavur (uc oon cU.l a t... ofkina. ·rudo el
cuero. A la, h0r11 d<! altntK-rzo sol.l y pa!iiron por mi lado miraba síntt•l;\octd corru.'C'. Voh·f 1 l.t nu."S<t c.:on (."1 r:afé y al pO<O ratn
"1td.i.l.. y ... dos femeninos <k l.a Unklad Put&l. Sabia ltotf voh:ió y SCñtó a mi ladu. [1 que'-"" e:sc-momcntu ...
p<>< b 8""rdia y p<>< la. actorudes de dt.s qu• Y" b <•b mal. • ca.rgo d('l s...""f"Yicio. se O(("O"Ó toUcnu a ()(roc-er o.lNo t."Til
S<nnpre que c.-a una SUPriC <k -mos-. tila. me •-clan que W\ ofl(ial &om.ar.. tn el des!tnadu al personal
wmo •w1rna¡p• ck- lauri.Jni Maruran.. y de Unu, porque Pilos M(' di cuenta de t¡ue C'l Sltnpk: tK,'(hO mmpartir un C'a(é
mn\uwt.n(Oiu:'gn.. Xlbn:tC'doclcapit.in ñ.-rTCr Li1na,. era tudo un rcspa.ldú mt frct1«:"' b
manluvoCM...U d•SL.maa dd pcrsmul fl'mc:nino de Tcrrar\0\o·a. Ambos Con\•'Crs;:ur\M lo N"Umdo. 0!:)0 que pondria 3 fun-.
nfid,llcllo c:ran l"'qru;iderJdos romo muy atmcth·ut por l,h mujei'<'S de la uoMri.l a disposición drl L)(."p;¡r1.111'\C'I'\Ul dd ya qu..: ..:Ua
OlNA. p.1ta. E>lectus Od Jll.lfll dt> n•nwn(>Tadón- ::mmilada " l;aa
Cuando yo pasaba ce-rca de <'ILts. drc:fi'l\ Wl7. alta: Armmbs. l,e pedÍ tJUC nO (u(.'ra drástko, qaJ('
-.1...1 culp.1 IUI ('$ de e llos, lo quP p.l.:t{\ u" \1llC p1dus los tra una nii\.t. Y·.adcmás no nada.
<'ngatu3t'UI, a bs tr.:s, .a r-.·folr)a; Ali(i,t, Al(•j.lndr.t y a mf. pasó n;)dO'I, dam que nu lUida. r..:ro porque el
Yo r\i nw vnlví,, a que c:::.t._\>.1 ;lhi te aprcd..t y ('11m fue a avl$.1rme al. ca3o1no. Porque
Er.•n mue-t\.'lch.LS ba.!;t.lntc más ;óvcm.-s qu<' yu. Awote> que roo que no a<:cpL.ué •buW) ni COI\Ii&n ni cun n•i<;:he. t'cru •lltnqut
una dP l.l vida mJyor que 1.1 mb MJ$ de una vez romo tU el bim'inchc u•'-' """'ujc:rcita típi<o!'", •qut <.vn
Llun.ni \(.,ttunn..l :.e aa....-có a mi conmigo funt:ioOC'S y ('t"'C't m ....,....... {'1\ el futuro. nu S(" pueda\
t.¡ut h.ayJn pasado. bsas muptit.ts n-.•ta.-ncn _Yo le olU!pbr.
b;)cí.a brom.'b y hJlúsatidooon uru En n1()Ml"nlM euctlO MI: pan.ocía <11»e d IN)'Or n.".llmcnlt:
cW ell.b. Y f'f\ d.- 1111.1 ocasión oal w dt'¡)Jrtamcnlo en la lu que- d("da. Nuoc;;l rude cntc"der :.ucrtc- de
torn: d.-l.l Rt:mnd<"fJd(m S3tl Surja, se t..'tiUJlilro\ba cun de- dl"Sdob1 ;tmienttl, l"'A' tloblr f'Ot' un lado amp1dc el .abUW
ella le b..1jn 1:1 puerta. F.l ,tsunln ... bk:n fi(I IOriu. ('SI: y por utru lado da mottl,l9-' ;JI\C."h• p.1r01 1\.'Vri.nir, agr<.-dir, te>tlUr<ar, ro
df\\, dc.'ldf nu punto de se cxtralimll.lwn. b.1r. Almquc si he d<' S('r froml,l, tJCl)C) agn:gar tanto t:ml()
. "JuliA" occrcó a lllÍ y <"'ml•m:(l <1 en VCI?. uJta que t.t cucslionob<m tos. r('lhos t.•n IV& Sohrc todo ,. hAbla
ogam.TOI que Mda junlo i.l mi t•r,l l •de t-'11,1. L.'l tJ.U" $<" le habí.:l pe.-..hdo, 1.Jc rcpc1ltC' loto tlftx..,.•Uos tenian wncx.iOI'ICS (On otidalcs
que y() tlU ::,;no dfl al la grndu;;tÓÓil y lo,¡ negaban desde las cúpu1:l'l. ""' )11:
Dcda que lnMrm,trfu. que voh:cria \i mi Jur,ar. Esta \'W' a una tmn3b31'1 medidas y se aplic.ab..m oJJI"'('kmt!S. • _•
t.oí.rcd pJM cklhlC•Ii'nti:.'S que t.Ta doo..Jc Wcmprc d<.•bí h.tbcr c.'Stado. Sé q\l("en e!ac tipo c.h.· hJy un.l suerte de n1rnufic.aclón
Un gu.ard1.1 liC enrontrnba «'1\::11 mirab.l La bCfN ron curioskloild lil. vic"rin'l.li y Yn no puedo respondct so"bre Lu
Y Apil'f"f'tt.'t'ne'nk' 4tn SOlber qué actitud er;i("f".U O(U)tas de nu propi.l un día le •

230
 Luz Ara.

RcM Wcndcr.oth cómo podf3n ooport;.u el trato a V('(('S d<'nigr;mtc que tomó el tiempo y me fue d;tndolo que yo necesitnb.l más Cn
rcdtx.-n de sus supe-riores. m me respondió 1\ilt\Jmlrhcntc que am La ese instante, cariño y .sc·n tirmc ;.'U4SÍ)X'J'$OM. AhorJ sé que fue ca1-
espera1'1?.3 de que al ir asoendicndo podcún lit:ro..'Tio ello·!'> algú1'1 d13. c.u1<.1dO ,lsí. he podido evitar eJ vivir J;:¡s cosas y ul :mjsmo
Lo que me ha i:ost;:tdO d¿'Ci.ldas f..'Tradkar es una sucrt<:.• de pn."- tiempu ubservi.'lr Jo que voy \'h·íel)do. dfa me pn-guntaba ¿sc..>r.i
scncia ajena que hwad<.•, a lgo que t',..c;t-:t l;echo <.h: p.í.nico, del miedo pr<'l'lX'ditotdo? Si era asi$ había dado en el blunc.v. CuM'IdO B estaba
que gol,)E'rnó y pautc6 mi cnndu('La h3sta ob<.-xlicncia de lll) r«<rdar, kios, me !iCt\tíi.' iudcfensa. A n"'('r<e(l di;> tQdo. Se hablan generado
no <.k'Cir, no hablar. F.s..1 fug.t mL·ntal de querer vivir al Jt\..'lrgcn.. de 137.()5. a mi lucha p<.'J'TTI.ancntc, de algun'l.. 0\;)J\eta depettdia de
vivir segura en un mundo donde nada p;trece sufkkntcmcnte a Eca htnegsblE>.
resg.nardo... En aquellos di.:ts sólo tograb.."' JX-'t'dbir dentro de ml Jos 1 [ubo épOCi'IS "'' qu(' pude sobrevivir sólo ap()yada en su
síntomas, el e5<3lofrío que n:corri.a. mi piel de mi boca, Me pcrrnitf muC'has cosas. ahnra sé qué L'ftl]O que- me OOJr•íJ. En ese
enmlJdcci{•.ndóla. 1>or Pilo erro no sólu para mi es iJ\lpor'l<liltc mundo y frío (Ot'lg<"la el '<lima, tleeeSitaba accratrmc a la
vcrbali:.::ar y exponer Clliluto ocurri6. OOr'liO la rcprcsi6n y única Í1lentc de calor hurrono, y 1\0 h.lblo de sexo, ni siquiera de
la tortur,\ aycr atilcaron a la wci00(1d, l1oy nos agrf..>de la Uegué ;¡ scnlirun prulutldo cariño puré!. Un cariño OlC?..d,ldO
Es•\ lmpunidad qu(" prolonga d mru..xtrentamienlo ll\áS allá dl•Ths c:on un progreSi\'O S('ótJJJ\Iento
úktadurac;, la que es una va.sta fonna P('ro ese dia, al salir oon él. no pude expcCS;ll' mis dud;¡:s.. Cedi
de l'("pi"('Sión. cuando me dijo:
D..'$pués de lo ocurrido L'On 1.t cigarrera, Rolf re-unió ;ll J.*rSOmd - 1 .o úniro quP, te pido es que me dti<."S .ltl'tarte.
de la brif.,3da ('n y les pla11teó no ;;1ceptaria c.<>e tipo de s<.·ut.í dCS.'lrmad:¡.
a('litudes con nadie. Se <'Spe<:tahncutc a ntlsnlras. Pidiendo un El autn enfiló hada du:ntro de '5\)J,ti;lgo. F.st3donñ y me mostró
lttlto oortós, dijo que de Yo estaba unas llave!'>. Dijo que eran de un depar.tcmx-nto. 1\cepté it·. A porlir de
i.ru:úmuda. Sabfa quc sih1ádoncs como esa.s m;.'is probk'IT\il.s. ese día, y lo he nt-p,.-1<:10 dn palo1bra muchas 'o'l't.'{'S, supe qu(' r<"Cibir
F.l pe-rSOnal que no nos Sl' t:onsidcraba "hurnill3dON frc-nté a afOO<) era vitaJ para mí. Sufrl dt.• ¡;¡h( Cf' adcl;onte c:nntradic-
nosotras y tarde o lcmpr.uto en aUS(.'flcia d.¡o los cobraban.. ciOt'lCS. sentir feliC'idad por momL'fltos. a la obsesiva
RoU 1\unca '--scucM mis ruegos d<- :que nu nos pul"iPra en CS3 de terminar C'S..l relación.
Nunca los ofid"k•s l'ntctldicran que en s11 _-¡ 0 $(-nda Paciente, Rnlf me acompai'u.'; por AliOS. Con fue domcs--
l>L--urrian y q'UC' las i.lfC<.1ádas t'r..unos nosolrólS. EUos parerian tldlndcu)(', Prcmedit.ldo o no, mantuvo <t salvo de much..1s c:on-
('l'C<'r :m mundo y autol'iti;;¡d ('rJn pl'rTtlal\l'tltbs. Tal ve1., sc:-gún su ting,en.cias. Me dio lo poca <.\hC UtVC en esos años.. Mal o
estructura debfa serlo. l''l'f() t.-n la no era así. bk·n. y mirada cs.1 relación a tr!lVÓ$ de tos añtb, a pesar de todo fue
Añoo dcspu<'!s, a (:(')nlter';)S Sc:pl1lvt:da le oi exprcsioncs sirnila· buen,\ vara mi.
res. Oeda: S:in embargo, siempre esau\'0 d(mtm de mí de manf..' rü com ¡.H•lsh"'
¡Tr;1igunmc' a l que csl.lscn!ido! ¡De una sula los ífe:;je,nJo! 1.1 idea de terminar con aquello. Lo iutcnll> muchas de vañas
Lu'l,'t) de UllOS dfa-,, Rolf me dijo queria h,1bllr OOnmigu. fonH.."\S-.,. NlfnCit pude. Me :¡('ntfa doblemente prisionera. De 1;)
Oue hada liempo quería plantC'.anne alr:,un;)SL'OS\S, Pcró no ahi. Queria y del cariño de RoJf. El rofnpimiento ('n p:o;e lerrenu, con él. sólv se
<.JUL' pudiframns hablar y sin Qu{' Juego me produj.o cúaJldo el puso entre nusotrus de-nto seis kilómetros
llttvaria a QlS:l de mi!:. ¡x1drcs. dE.' distancia y lu 'l Tcj.l:> Vc-r\ii1"5. Ahi todo vari-ó. l'"rirru) d
mumcnto. Siempre hé Si.Uo bien torpe decir las afecto, Jos 'flos de con\lc:cmos. A La mt.-didn ele sus y posibi-
cusas. Sin dQSC;)l'IO, hago dañu. IC'l).(>r dt>r'idad de mis lidades ya tlO da la L>INA., sino <.le lá CNl.
S<'lltimie:ntvs.. No podía accrt;.u .l sin herir o dedr cosas A través de esa rcluc:iún que no puC'de SC't ll>'tmada de "'paréjil"
que podían dole-r. Sabí.1 t¡uc no scnfía amor por Rolf. P(.'tO habia porque era absotut,lmenle disparc:ja, iui dándome CuL'ut.\ que Rolf no
desilr"'"'11ado una profunda g.r.llitud y <lfec:to. Me sentia bien «1'' !51. Sé era consciente de c:uánto de la "c-ulturi'l l•\Stitudonal" tenia dentro de

233
 Lwz Ar<t!

si mismo Me: da aacntD que: tambiCn él pi!.rt:da dh;dir a las mt•jf.:r1.; m! Puedo dimensionar cuán paca cOY tn y me $l'nl!a yo en esos
en dO" c.attgori.a' la" P.IJ'IO't'" dt loo; ofi('i.Jk-5, S('ñorao; '"SPrias y di.l.._ Tal constituyó b poder ron)()
tiabh..')o"' '4\M: pvr o ..'ftU han sido ln\'t.."":>hgad..s- y aprobl,dM b f.\milia,. unr.t p¡n'Jil .. dl.mlik lC cncu.."fltrm dos mn IOdas
que J'PUnen '"" qtJP rxigP. 1a insñtuc:ióc\ y las "'otras mujrt- sus C'rll$o!S,. para rom:parlirla'\ •J'X'Y'*I"'(" y rot\'ltnlir._
n.."">•, o SC.."ol, ">W> qtlC' por •n• r-.l10n<'S no rt-úncn los l't'qui$i· En aqucllos tK.'mpu::. .. La -que de m;1ncr.1
bl5 y son pul etlm: k1 que $Upcrñciatmcnte Ua.man -puYs"" y pur de scntis'ln.! qucru:S.. y protegida.. de: creer
bnto CO'"f)Qbk"$.. l.k-ik-5 de de aunque sólo fucQ pot tn()m('f'IO$. (IUC no <"SUl» sob. Y a CSólsattun\S
Rblf nunca lo o:;pn;."ltoÓ ._11os tan bcutah:r.:_utc., pero a de sus o."'1aba lo s.ufXiCttfLmL·ntc g:rolOdL.-dt.a p¡Jt<l ;oabc..-r que al aa.-pta.r UJ'la::.
juic.io!i. y cnn.dudas aetuaba exactamente iguaJ que IDdoi. cariñas lo ""ienr a ronlinu;t(ión ('t' ir a Lt (';'lm,l..
igu.tl qu.c ).;t an.lyvr{.t. No, Rol( W.."'tder.oth. J'IO <C'St-'00 CO'IlSciCI\lC' dC' SUS Esos d:'a:S., cuondo inli..-ntJb\1 convencerme: que yu C!>"taba mocho
pmplas contradJedon.:t. Viví.t oon un estricto ..código JN>r.tl de ex• nlf."jo r dc.'- 10 qu(' pod1 ra h.1bcr C'$l3d0, O\{' (t("(ÍO': hO'y qtle h;)n
portaciún" qut• M! podrf.& rro;umir mm.n un "no importa ser, pi'• sido \'i01adas \'L'Z e" ::.u vid" y marcad.as ¡xtr.\ S;i<'•mpn:.
""""'.Pc:.e ,, 'il:t un hombre Ruli justifi<::;.aba ::.u n:JuciúJa (unu\lgO
Yo he sido n'itl'fad;.¡m<..-nte Yml ..d"' y humlllad41. 1\!u !O()lu eS(), adC'más
tnrlurada y ht.'Cha pedazos. 'l'cn¡;<t 111, J'M'rll a pesar de h,1hcr
((ln \';1ri(l"' ·'''(;Uil'I(II'IIM, 1.1\ plill"'l"l'i\ d <' ;;us f"S <JUr> sido r0011<id,1 ;) 1lllJ 1..'0ndici6n s-u\J)ltlll\\a\1\, todnvfa creo que existe el
t:untrulomdu ,t l(UL' pudr(a uu pdig ru pilr,, amur. Acaso p.ua mi no, pcr<' K'f¡Ur•\ que t.oxislia en
insliUJ(i<)n, (>vll:.ndfl qut- 1nr- mat.n.m. Knl( a nwnudo m" lug..ur, y luego pcnS;.ll.xt qa)C' 011 ll\olr)l,C•t bc-$h3S, clse xo
::.c..-ñ.•laW lo di;tlnt!J ..te IHI\.-:>tr.a rdat:ión d id\.'ltdv qu<' SI nu J,, r\."U ser algo nutural y bello. M1..• lu rep..:d.1 \ IM.l y mil ve\.'l'S.
l.ui7.aba o t'r>t J'l('t 1.1c; (Yindkion('? ¡O;aru! 1::1 nn Cuando recuPrdo dí.1'l, a dr 1.1 pena que mP. c.:tusa*
h.)$t.\ ser por lo menos Much.l$ v('.;('!ll noto qtJ<' no se l..l I'('(Ot'lllCtlLIO • t1adlc como <'SCn<"l.t, e:Jó)S
pkhú que )U 4.:)pr..·r.ara IV:. d!C".t l.uius q\.lC' k- f<tltaban J.lQTol ól cxpt.'Ticncias me sirvieron y mucho. 1'\K'dn d;trme cuenta que lu
&rado, rer.1 t'ltld"r y ('onmi&'L \l-e dijl no dt)r.lñ"'C'ntc se nl'SW'ó n'lu)' hoaaJo.
dcJ:¡r .t <tUC' en cuanto pudtcr.\ c»ntpr;ltíO'
G.I:..J .t dC' c.oll.\. qtlt' hija:::.C."'r.t.n tlcnw5iado f'.'\1\ll"fW>..
Yo lo mif'Jbl* M cuánto de kJ (]'(Ú L.."<lKARRO SCHJ<ElllER. AUAS "U BARBA•
V•r ¡..l$ V'C."\'Ci le di' qu<' fiO O"'IC int('f'('S3:b;) cas.-. rn'C'-. Con c4
tiempo he ttl de que Kolf acia sus propW. CXC\t!ob. A JX-"Str qm: ét fue dc.:tt.-nidu pur 1.-t AC,\. de CocTTa }..i!.n.-a.
Yo 4t.lt' $C \ <"S.1S razotl<.'S, para 001\Si.go mismo yo ronod J U•on.u'do Schnt"idcr JordJn. l.o \oi \1.1\:\ sola V('%, ('Uafldo
E'.n pu. A..i$S tou "'l't'alidad•, sintiéndose victima de una WNa• t.ba inh'T\.osando a la ufK:uw de loa Ayudanda deJa Cotnilnd.anciot de la
ct6n, lo que le pcrnutlJ cludtr la r<'SJXII'l5::'bjlidad d<' sus BrM en el cu.ulc-1 T('rranova; vtn!- t-.'hC'ndo dt- las oricinas dt:>
E," pmhahlCl t¡U(' "u "iluaMOn pt'l"fi(''naJ haya pasado por praiodo'l Caupulic.í.n. iK'Ompañildo c.le \',II'Íih sutm.lU.:t>. Supe por un :suboficial
d<' crisis, par(').l no las tic·rw:! s.u ptn\lo de \•ista J\l siluJ..:i6n de! la Ayudan tia que t':l tn ..el Lllrb4" y (JUC "se lo h.a.bia.n quitJdo a
era el punto de de su cspu:,a. no lo sé, no $é la
Wmu -cllu, vivM u vi\'C én cs;.t épu<:u yo Ti('mpo después IMl"'bi#n In Clcurrido por bot:il de
(On ron Ai\M má">, l:tat)(!nln habc>r C'l"' Wén.dC!róth. Etl;dh·umcnk 1" DINA ,¡J muUlocho, que había
S-US vid.l:t. iniciado u n pr(l('('so dP C<llahtmtci<\n mn col A(;A. Ea\ aquella t.1.po<:3 no
l:;sa c:xpcm:ncia con l{Qif Wcndcmth me Slb"ni(kó acumular vl· me enteraba tod.lv(o d<' J.L rlvahd>ld entre la DINA y <'1 AGA,
y puMn romn positivos. Me o; pileo. t('Ollimentada por el se<:UC'!olro de
U formJ :t>umió es.1 rel.lck5a\ y <}U<' 0\C' p.lrcd,l tan al()fm.ll cu
esos dtas. hoy lnt"Jp.l1 de <;Mtt'nC'rla. vid.l ha c:;¡mbf,;ado,
 l'llnfitrnto

para el mayor Werw..•ruth. l...u 11'05 NbUOOmos • ul'l tiempo. En mi

ca."ii, despttk de m.ís de un "'bt-r que ml1bre y no poder s.1hr
11 ens<gu;da fue &uslnn••· Sog<on ..., <"Xpll<ó Conln'r.l> S.pll IY<da. cl
departamento lo putt unM ICNeniCS hablan
vi\"ido 0\nk'Sio tk'jaron m muy nul Con b \.l.fta
libe-rtad que no fue t:d, con ingcnuJ ,.,.pct'Olt\U. YiY'iE'ftdo en
el cuart('l T('lr'QI"'VV\, nu estoy wtura si hl5to\ fmt'S de junio o k>s
f"5ie ar.o.

f.l.JNC"IO.'JARIA DE

La tarde ? dt M•yo <fcl JJ\0 1975, W cnd(.'10th mc dijo que fuerJ. • El 15 rni\yu de 1975. tufO a la PJun,l M.I)'Ot de la 'BIM e l C'.apitán
1\\ ..c.1sita"' y que m>» .arr1.1gláramos las tres, que íb.1mos <t s.1lil'. No Ct.•rmán Uarriga Muí\ooz.. Et.tabot cnojul(t(). t:ra de los .,dvros» de la
quiw d<:dr nad1 C('ln M;trlll Alidi'l y J\l<'jimdra nos cambiam()• DlNA. Cuo'ul(l<) vi que qucri3 ('OnWI'l'At"(Qn d fnlcntC n'tira rmc
de ropa y t-uponAO 1.1UC' t\05 nmquillamus. Cun d crto nivel de y \Vc-1\deroth Pozo mr nr<tenó 1rw '/ loda la
l'Om('•\tóbuniU• de imaginar lo ()Ct.lrrirí..'l. <:onvL•rso.ldÓn.
W.-nd('r()lh 1\05 llevó en :.tt ,tutu. Por u na fracrión de 5E"f.UOdO Uanip,a Mu,,o.z le dljo n'IIYf''l' qut' .. dNcniclfl se.• hab!a L':'i('3-
q••c f\0$ y ru>S tirari.1n ett algútt lugar. O•ando Ctl(t'Jn'Kl; pado... Cn.3ndo t.-:scuché su y el uha). que !<e trataba de
Cll lo 4Jj,.,.pUt::) thlbri¡;¡ C'ra P1 Cual"lel C<-ncral, ubk.tUu "'" ''Mar.ws-I'S··. dí.1. co•-.ocf oombrc: SN-r,lo lván Torres.
c.aUc tk:Jpdo 1\.11 1t, •'lOS guió h.asta l.t.s oficinas del difio.'C."o 'o he con t-5 <}11.: $6k) tfle voy a remitir a 1o
tcv dP la niNA, el coronel Contrl.-ras.. Conocimos al ayudante dtl que rc.'CUt:rdo de f"i4?' día y .ll un u.o:,.ti,;o sobre-vi"vientc?
din."\.1.ur# d CA&ph.Sn Ak!jiandm Burgos y al segundó t.'t't 1.¡ uno dP que S..."f'&1n MtrtgÓ. tal v<!7 <Rmubndo wopct'3r,
Ayudantb, el f-lugo ü\sar A.tt\-cdo Godoy. o agubi.tdo por la torWta. Fn w.-k¡ukr cuo. doctdt poc:tidu
El mayur W'-.ondooth ingrpr;ó "'Oo a la oCICin3 del COtOnd dm..-c· andaga.r. IOdos ellos ts&.it'l "1\1.0.
tur. Cwndo a.a.hO me MXC' P''-''· Sct;u!an h.tdt.on;.lo v-.ücr ..Ln i1.nhgüo- Mf" de rusa . .. le cnm:gó a
Ofdcn '-"' qu.: caímos dcuni:das. Barriga un pun(o ralso. D1ju qw enmn1rJÑ rnn ,m compañero en
El corond C"'..tlnlrf'r.U me' c:omuníc:ó que t,._"::IC tnOil.'nCI'\tO 1.1 calle 53nla Múnic.L Lna ,.,..7 e-n t"5C tupr. c.vnió y $e refugió en d
pasal» • runc.onam de ta DJNA.. AgJcgú que era par• nú local dcl Comité Pro Pn que (unaon.bl 1hf. Protesido el Ar-
rid<1d. y• que el MIK ('('u'\det"'do tt muerte- •la:,. tn.'S, y que zobispado# IU<"gO q.-e mL-dicos ttr1Hicaton la torf:uw de
viviríamos tn un u:rca de ahí, d<mde Alejandra, Mlri3 que fue objeto a manm; dr lll OJJ'\A. latf,(') tiPmpo l."S--
Alld_. y yu c(Hnodas y bien C'Uidadas, y;;l que <.JHc.'l.laba wndido que obtu\'U los p;apclc.'\t poder it al ("xiUo.
ubic.1llo fn."J"'té 114 guJrcll3 qnt' ('l Cener.d ter\ía pur 1...1. Sttuad()n agrC'gó un lluevo d\.'11'\ll.'flto u lo que en esos dia.,c; yo
En (u,uHo a 1., oficina supe que ése era cl hombre llUC dcfmía oomo situllción d c.•4..-unfhc1Cli.DIC1nll' t"nl.rt l;) lgiL•sia y él Cobi·t.'rno.
<.•.stuvu un d.fa l:n mi rli•M d('l Hospit31 Militat, el que- me h.:tbío.1 Okho Fui testigo de Jo.1 inquh•lud d<' B..lrrt¡sll de los ('Qntinuos lld-
NYo roy el jefe <.h: toJo» lu:. de csle pai!'i" ... Yo lo madn.s tcle!ilnicos del d m:dur ., 1., hrir,lldl, que Contrera.o;
Confic."!!oU qui! lll'l primc.•ros momc•\tos y sin J.IOdc-r OcjM de S('p(¡J ,.cdA t'll persona int(lnllt attcb.•t.•r a S..:rsio dC' la pmtccd<ln del
J'X'O!i.lr f'n la NJ partir de hoy Ubre }'··:·.el re.'Oio no me Ar.:obispa.do. l:::n fin, Sc-tgio le ul\ m11l r.1lO o 1.1 DINA. Lo
import.1lM; 1:n de V('t"as J)e'I\Sé que podiO) 8Ct libre.- Vd do.: esa. sltuacic\n llU<' apurcntt:mc,llt": las diligt..>ndas de
el tk>mpo <'llC'érg..lrl.l de nlC):;tr.trrné Jo contrariO. prutccci6n no se hl.;icron ...i a compañeros que caye--
Me I:Ol,lJ;U'IQ \·Qiv-.>r a debe hab<.'r un <J.uphdo ron t'n manos dC' lJ OINA.

2J6
 Ell"fotmit

I>ETENCIO" RICARDO LAC()5. EXEQVlEL I'ON<ce

(JI' teniamos bobas pl.isUcas y tmarr.Jd,1S wn cuerdas.
Y CAilLú<> l.(li(CA TOBAR Dcl.lcrnus hab?r brind.kl() un csp.'C'tkuk> llatn.ltivo. por decir \o l'r\C'-
nns. J'O'I\lUC' ('} wnsaje se mucM •l "'f t t101 rok.'Ct.ión de
Cto.mdo<k><ullri tl!IOn'hn: d• Ric•rdo Lagus Salinas en cl de bullo!.
<lctcnidn. de Tf.'ft\tnon.. le supliqvé 01 RoU El tenia nún-.'fV SI. y •3ho ('n b Tom: 12 de
que me- P,.Tmlbc'fl W'f'to. MJc ta Ultitnl vez que aa'edió a dcJ.lnnc ''"' b Rcmoddarión San 8orj;l., M,¡m'II(U TI. üa bonitn. Todo me
un <k<enldo. pan"CÍa un lujo it-..:n:-¡"bbc dcspues df' h.lbl..'f c,.,tKfo rn.h de \1ft año m
\it et patio C"tTC.ano '' !K'CU)r de Scft· tos difenmtes de LJ Dl"A.
t3do ante una p-quef\a f"'Ul.\) Rkardo. Su ca.miS;) blanca cstabl Wendcrúth dlj:l irf..t al dí.& Wgu'"'-tt 1 pan 1lf!-.
muy con c..-1 curno doblado hacia d("nlro y su temo a:ml se .,.,.i..1 v;urn-. a Ttrranova.
lleno de tk'TR y •rn•.r.-do. n1uy t.k'1Tlo<lcradn. F.n cuo.mtr;, quedamos sot.u.. M.. rta AIIC'u' nos wntlJ que JubfJ
Sólo c:nn!tAuf hablar ('()n él lucgu de promctcrJc .. Jtolt est_-¡du antes en f"SE" Frl\ de 1,1 familia dP .. Aric-1
Wcnderolh q\il,•lc pediÑ qu(' t.ulaborara coo c-1 f."quipo de Gertnát' funtannmsa.., a)i;)S d1.• Mux jcwl M.1r3mbc(), MIR. Fue {'modonank
Uanip..a Mt•l'\()". Como tm b"Uardi.a C'C'I'C<' me timitP A y tl'iSie cJJa. Yn C<IIIOd.u o1 $ÓIO de numbre.. Sabia
\1 Rl<:t"•nlu si Cl te!>pondló COR u n lari'lniro ''1\'u"'. No volvf que él habia sido P:.f<' dd GAJ' do lO$ th;:mpo*, illllCS q.uc el
a insislir e-n e l tl.:mu. por y pnrqu(> lo {mko t(Ue me int(.'-n!$.1ba Partido Sudulhta se f'I\C'Jrg.lr., de lt1 dirorrl(u\ d<' ('::...l c:.tn 1ctura.
Cl\ ese momento cr., vcrlu y ll'At;)r de .tvcriguar si podL.t ayudarl(t Ocupamos ettJ,¡ una un d\ltrnltO• lv y wmcnzO p:lr.) ''osotras
de tN5 u:na serie- de <'xpcncncias t..\1100 por t.•jc'mplo un baño
RJcardC'I me dcvulvió la pregunta diciendo: "¿Y tú por qué lo dO"(ente. O podc.T camilur por J,, C..llle. !;In tmb.lrgo, tardé ba..;t.mle
h.'lCcs?'", • mi mlaboraciOn ron la OJNA. Sabia qtlf' tiempo en dtridim'le _-¡ sahr )()l.a. Habr.\ pcrdkiQ Ja costumbre. la
que yo dl;.'f;,¡ hatf1 variar su posidón. Hmité a cvntest.arl(o no primera q'lle lo hice, su'rf un , ..:rtlgo. cmno t"Stzar '-obria de
:Hducapaz dto MrMntóquc habiancaído Ponéc Vicrnoc) espocio; a.!gn simil.lr ha.btl al 't#!l•r del Ilospiral Militlr, o
y Lol"Coa Toblr. P1r.a mi fut una sorpresa. No lo sab&t. Le sl roando pude- a.minar por Tf't"f'o1no""*· p..-n> ese dLI qut al Parque
IY.'='tal» •'80- Al8" qut yo pudicR darle. Me dijo: si pu<doo a>a- thrtst..ll (U(' impc:mcn.te. La-; m.: porN'bn ttlOrmr."::i. RcalmP.nae
Co<ro nu laúa dinoto, ,..,¡.;don- tenia que buscar p¡r-• no CM!r.
de Wcnd.oooh y k "'!;Uf qut mc dan un.ao rnoncd.l>. Cuondo Cornenct' a ,,__,_ a mi hijo (Ófl Rulf se
riguó p;tr• tnOttito me pa:'iÓ veinte- En el casino. me d*' oc:upaba de 1.1 mk padres b fines de SPm.JnJ p.tr.\
ron \"t''nl(' c:alugas. Fran unob pcqufl'ñ..ls. cuoadntdas y de lOO()) w&o- que Ucgara sin probtcuw:..
"""· l&nda '<\lo dop •gran. S" r.. lb llevaron... B n-stod:..:-<"SC'año fue murho n\$s trunquUn, ..-al\'<l uno que otro
Nunc.o ln vi. C4d.l vc:t que le- pregunté a Rolr Wcnderoth. incidcote mcnur. doy que f.'\l Tf.)li'I'\C'IItl' t.lilldJ cn1Pnder
dccla ahí P.\f'-'0.' que MI-' colaborando. Yo que-r.í.t pensar que ero cómo Jl'"1dia \ti'Vir, $0brc.-..nar. Yn rt<uerllu que todo n"t' p:u'C'da .,.nu<-'-
vt.'fdad. No logré 1\.U.Ia de l'm"W:'Ie' Vk(•ndu u de Lorc.t Tob..1r. vn.., pod<'l' mjT<Lr. quLTC:T \'(I)Y('r ,1 11\trur todn. l'tl'(l mi '•ida no L-staba
CO!l("Ct.ida con la rt'O)lidad. Ni siquirra e•' 13 tan
leve mi a l<'l'riz.•jc con e l mundo (il'\"'lllld•mtc:, Cuaní1o h,lbiD de sentirme
<'bri,, dL• c:opaciu, !-rato ..:te el de· cntvntran;.p E>n uo
hl);<\r que P'(I,·H,l l11111\flr mis ujos sil\ dlOCJr
No !lé $1 01 (¡n(.") du Junio O kl$ primerOEI d1_-¡s de juJio, Nolf Wet\dcroth nJ.Ja má!> que con el M,is a11.1 del p1..'ffil d<' 1.1 ciud.ld. Uc la
nos olvlW qu(l t1 tiCJ*rt.ilmPntO estaba tisto. Arrtg1Jtnf.lo5 rordillcr.t, ::;e adi\;nab.ln otra:» hcrr.l:!l, crll Pl'T'O adcnli$ de
pcrtenrnciOlS y no• c.-n el aoi(J del mayor. P.l"-'<f.l qoo t'Sl K'1"t:'UN:ión de CSt.Jr cumn rcrdad,l un ;;&00 que .,..C'l. h.lbía
de al&ún &cpno, llev.ábartiO! bJo lo qut skio mt riud..ld, holh!.;¡ dnn.•n..l(m dl"'hni.J que arudi.l a rescatar-

ll8
 n'l(' de 1.1 del dolur. de 1.-. culpa. y era romo un ...ivlt grande, ca bt3
cartc:ra El iUTNI me hizo $C.'ntl r
.U m.argcn, Cnmo si sólo pudi(.'SC respirJr, mirar, ok--r y aunq sabf>1 si alguk-n qUI...-rl.a no 11a nzartt n.l siquiCiil
tocar todo cun ta)Umbto y .t11klr1'- Todn me parcóot aJmO si la • d<'Satu d bolso.
últimil vez que k) vtria. una scns3Ci6n de tránsito, de po:saJI', de a.
elli!t'l\a. O.:ttnJU$Ó.a tk-i r SÍA -Ybera dónde. Todo a• conocidO,
¡., calles, loo lull'rt'1-· <mbof&O todu había comtli•clo.
'"-....,.propio. toodo ahi, conx:t un do p¡ra..,.....
mirado...mic._-ntr.af A menudn me rcpctá que Un d.ía Alejandra saliil m6s y nu qw::.u esperar que Rolf la
menle u$ • 1• vid.J¡.,, S..),'Ult C'min.-ndo s-in s.abcr hasta cuándo. 1L1a'va ra al departamento. se fue Un rAI('I dt"sp uk llamó a
W4.-ndL'f'Oth. a·visandQq ue ttnta prol>lcrnas.. Al llegar al departamento
ella nos conló que u nos hornbrc¡ tro1ti.run de 5C(Uestrat'la . Se-gún las
LOS ll9 descrip<:iorlo('S que hit o Alejand rAde lot la DtNJ\ d ip que
tra P<'I'SOl'-ll de Jo Fucraa ACft'i), ('ntrP los ru.lllts tba eJ "'\'t/aJJy"', alias
quu unu de lt)) 1mpactos fue rl(''l dP C!se añu fue d con1pr-.u de Puentes y Oh'OS ;,¡gcl'ltc•. (.'R l'(,:p rc!Oalia porque la OIN.ó
el dit11i0 La SfRtmda ('1 mif rm lc s 23 de juJio . &1lía tn\ arckulo rM't!rldu "'S<'t.'li<'Slr.tdo"' a el " llilrha'', :,Chnl'fdf'r Jotd.án, qt!Í<'l\ hasta ese
il l\1 de "'Lu" tW". Pul.' e l priJOCI' rotundo (.'O Jl lO$ momcntn habia s.ido col\!Wrúl.lur llt,:l Servido d e lntelitPncia (ie 1.1.
d cwp;,al'('(l\.10$. Cit•'\1\ Ul\ puño ccm1do y cuOwlC C$lrciiAndóSC en Fuer?.,<¡ Aél'('.l.
rru.."<.Uu (](.• t., \.\lnCiCtl(i;\, I.,H lrM lt'imos el articulo y qt•OO.'lmo' rnU>o En SL-pticmbrc atio ll('v.-.ron •• l.t Parad a MiJjtar junto
da'l, no a.cr. M•.r(d AliCi.l, Ak"j.lndra y yo habiamo:. ...b.to ,, a toda la nnid <'d. En cu.mtu lnJdó el ewnto I"'''tt'15s no s diu'IO$
c.l"'i lotalídad apar1.'Ó.ln {'n CS.llista ._ Yo q ut.'dC muy l.'tlll>' de que un i ndivid uo !oí' S('ntó d<'Llnte de noootr.:.:. t.:n las gra-
NO!' mar .U,.. MM.. nos pasamos cl diar10 de una a otra.•. y nos miraba mu<:ho. PI'OtltO FWlf Wcndcrt'lth a nuestro
si oo podW: u no (i'lCTÍOl entender que Rodoito bpcp C6mcz 1300. Hasta ese h.lMa f'Stado en otro run su fanulia..
cstuvk.'fól nuacrto, qut> ()w-ar Castro Vkk-la y bnl05 m.k N" pndla pero otro ót U OJNA qt.oe c:.'(1tll de nn!'inlffl." l'f'('('lnoció

•<Optilr ¡., que J<-d.l ct pcnódoro. Yo 61mpre .,......,.; que ciM. l"'b..Wn • nlJ('V¡)u-..'nb.." c:r• l\k"'\C.c. Mcwrn.s;rm.. ...-tol'tC\"'S 'Rol( estu""'
ñt.ado 1k'-mf)C)"' (:u,¡rm Alaii'ICb y que de- ahf lubrian • ondo ti ..-slO de la tarde )miO • "'*'""
y df<¡>uk nOS No: • d<:j;u •
un ampu de pn>i-Jnt'ros y )'3 f'Siar\an libres o fuera del pólis, a SJI\'0.. la casa.
Por prtiN"ta wz tu\"e la ct.'ftcl.;;a d(' que- hab!a muereo ptc. U Cuando Fucnk'$ Murruon ,10 ti f'Nyot' ltt
aparente de \.'W$ d!Js 5C \'())rió a esfumar. Com..'J11.-i a to...,•hr y a l poro rato se W('nd<'foth me COl\tÓ eJe Jas rcnrillas la
""'d que ru:'Ccsitaba \'Oiv('f'-3 vivir ron ml hip. Se DIFA y L'\ DlNA p;trot que rt.<dobl.ínmoJ mNiidls d(" SC'g\1ridad.
lu d lJC "' Rvlt y tl l'('('(m'IM\dó <¡UC cspt. :rara, que l\llocí.;t Yo oo sé .si todo k, que decía era vcl\1al;i, lo fu('1<t u no, lograba
poco habt• n'\nt dado un p.1so, no perdicr;, todo pvr infun.dirme lt"rror y la I'<'SJ>ll\.':lt•• mm;.'<.IUata era aglutinamos. las
pn.'<-ipit\lrn\C. F.r,, ("vldf'IIU' que el mu ndo <lL' lil:. "'nnrmak-." ITeS, más tomu a Li.
nn pcttcol..•cla...
En ('1(l(idnl Lauriani M:.turm\...-. vh'Ítl 61 de
1.1 S.m e n el dcp.;t rlamcnto d und c i..' J\ <'liCrO de ENFRENTAMICNTO GN MAl l OCO
1975 fut" d<'lt'nld:l una compañera dd MTR oo•wclad.l can el
v .. tp;.lr.•íso. C<1n íiiA'*'"' fw(·uconcia iba a vemos, sobre lodo cuando w Confo rme il.xln P.,1S\Iftd'O los clí.l» ilx1 I.Un004.'1'1do mis pm funda m('flle
quC!daba &ln y ll('v.•b.l Jtlf,ul\:l para que yo se t.. pl.•nch.Jr.l ¡ lotS que me rud('J b.Jn, y trol n'i confusión. E:star
Le d•Jt al que me dabd. nvcdo soll por la c.alk- y fuera de lil DI.NA era l.an diHcil de ht"',gh.,.r, que .a menudo me surgia
el me pi'Qhi uJ'a t,.'110mw ..·ic-Jís'ma.. pero como yo us.1N un..l la laRtasú dccOO'IOdroióS\.'fU_,t el c.'C\el pa'l3d ocwndocretln

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que lot tk.'1T.t ._.,.. p&anoa. Me St.-ntia i.'XaCtamcntc a l borde de (!S(! abismo. tas.. Recuerde que en .atguM otro OC3$k1n fui p1rtc de un gwpo de
l uch.l.ndo por no Clef tn tl que me ¿dónde? ""&m>d3d.
M., pe$0$ n'IC hJW..n lle-v...® a \a-n punto mut.no. Ninguno de: EJ roronc1 preguntó aa tcnf.lMIS trmu. di;t si pOdú omtir al
l"KJ$ o6c:aJc!l mn5t'it'nte dt' lo que nos ()('UlTia. ¿O simuJ.. dim:.toT y responderle a Manutl Conb'tr». El )Oruic:ndo,. d.ip que si
Era como ti tratAr.Jn ck>part«"t" ""'Y r«ios y('Qn EniOnces lo rontlmOS que Morio Alld.> y yo '"'"...., arm.u. que
roda w>oa cok:ro<ln de nourúóros. 1'00tu Espinoza ll<aw le habla uN a M.uú Aticia y que
Yo s6ln tnr.r.tbl pt0)'«1.lM"'(' .1J d!.."l '=i siqu'cro\ hoy ce Yem.ando pc.tú W'o1 oa mL El t:nmnd le ordenó a AJe-
me N u es que d caminu se vea diñcit o cscarp¡ado. jondn> Burgus:
duro o mmphado. Simplcmt'I'Ue no se veía. lJn d fa el nv.yor Rolf -Mañana misr.no qu(' )es <'nlR.¡;uc.''fl IUTJ\Itt de argo. ¡Vamos!
F uimos en Jos au.tos d P 13 de-l coroncl Contreras, a gran
Wcndcroth me "'''"
-¿ Lu:r... qué velocid;)d. Al negar a M.. llluw, p:l)4mn Ja'l'f...lfi y
-Ma)'(lr, no lo l...a1 IISJ>IrJcionc-s- y los s;,•('flos JXli'('(Có haber Il'\OS lit ;)Y<JOOG<tr UJ:,"<ICh..,d aS Y c-1\ '()S m.,torrafCS que
dejado el(' c-xl$1ir. F'u¡ u na m ilitante, yot no lo soy. Pu l unu dc-tcnkJ;:., bord('üban el camino. AUn se \':)137M, Ad(');:ude iban Jos
•.kj(· de 1$Ct )u, k.\"TII<:amt..'tllc una funcionaria; radutada, ¡C'la;rol, por oficiales; Alejandra, Marb AliciJ y yo 1lO» qulxlamos rezagadas y
cauce.'> bien M¡')Ol"'alM. q:u<' h;;¡y un fu lui'O, ('S l;.l fu('rtc ver en <:1 borde d el send<'I'O estaba
fo m1.1 d e <.JliC el prt.:)(.•nt..: tenga sentido-... el CUCTJXl d e u n hombre. Nos a'-'Ct'O.llnU:. y c:hic.u rcoonucim-on a
Duranta el df-1, Mlnt.lda ('n t'l ('S('rit<uio <lt Rolf WC1\dCI'Olh, O..lgot-.Ctto Pé.rcz Yo nu Ju roMC"fi1. l,o J)n5imos de cspald os,
mirando m.S; allS figur.l, de 1.1 l'"Ui tl m1: pun.•d u percibir sólo lo" traté de encontrar e-1 ('O :.Jguna de tlrt'-'l'ill) d e su cuello y un
l'u ntumus al me cscap.-.b.-. mirando pm- Ja wntana qufl OW! temblor recorrió todo mi cucrpu, nu habLa dud<\ de que estaba muerto.
mcuntrabil a IU!I C"-pildli.., y 1'('('011Í.l perm,u'M:'ntemcnle oon mi.$ Ojos M.-.ntuv(' rui.:s manl.b unos !!iCgundos sfntiMldo C'J Uf' su pt{'t ot\ÍI\ t'$b.lxl

.,.
un fragn)('nto COI\Iillcra. .t c:únóct'r cada dL'taUc de los «>- tibia. l(ctin! el bano que habf3 ('n .$U n'ICJill.l y no n:cuc:rdo .si fue
nos.. ton tos plirtt'JeS.. en su colorido. .. Alicill u Ak;andra. pero un.1 d• t!IIJI't mt ayudó 3 <e-rrar sus
VIvir en ce lr.lbajar m 1Crranova, era Ullól rutina
que de Wntv ,.n bntu mea por la \r-isil3. del coronel (:llntn't"M, A unos metros nos mii'J;b\an bt Sókt prrguntaron
Akj>ndn> UWgoo y'"'"'
Mn<AI<s. lh\ dio el<' octubot' do 1975, tslll>o· •¿quié-n es?" Una el<' los du<as d•J"' "Oo¡;ol>roU> Pffl'lt". Noté que la
mos &a, lr'f'S Fl"3n k>s rt"Slos d<' una C12:.UC'Ia que Nbí.a '""so qudxaba, loooficóalos"' •logro""'- noto1ras ¡;uardamos silonrio.
pa.radu p.AT.J. almurar con Roll Wcnder.ntl\ que de tanto en Unto me Al lleg;tr a la ca..g patWN.I.. d c:nroncl C'.nnlrt'n5 si<»·
dl'l(ia que no hl('r.) • 13 VillA y que lo en casa luL-gu de •u.ll nnda. a Nelson Guti&rez o"' PaK:al Allcnd!,!. Menti didendo que f'(.
rt.'UI\kJnL'$l'fl d Cu.ancl Cc.•nt.oral, cuando sonó el dtólonn ck-J pnf1ero que nocx.osit•b.ln tdMlllfk"artos y 1nto "SCf5Uré de '-.O:.tlr
clcctTóniro dt-1 C"diíH:io. Fr3 el capilán JuJn Morales, qu<' \'CJ\Li 11 prt><OC"nlt> s.i ello ocurrta. El coronel a u n ofidal qu e venia
que v'--ndrla el curuncl Cuntreras. Mandó a compraT r.¡Jld.. llcg¡md o t:n el hclkópt(..TO, se saludarnn ('('In efusión. Era Ob\1o que
w ichcs y bébida!' JWII'I r('('i\_'lir a1 dil"('('lor. eran amigos. sólo supe que a o fi(i"l, ('(l t.•l E¡-:rdto, le d<.."'CÍnn ••cJ
Est6\)1,1n10S sr.:nt.u.lt.i:i a la Jll(.'Sa ron ct a>roncl y los Zorro'"' y qu(' lt.lbfil sido OOnlfMik'rv de de C'..ontrt>ra!t dE'$de 1:;.
Moralt>5 y nurA0$1 CMI t<'rrnh\3ndo «'J'IM, cuando ll;:nn.Ln.m l..lcl époc:a de la Escuc>la M ilil;)r.
Cuartd Cc.•l'II.'Til.l i!Vbtllndt) de: un t.m (rcn tamicnto en MaJI()('O. El corone] Co ntren1s o rdL-nt'l q ue Mnrfa All('i;) y yo fuésemos en
Se M l' dijo que h:¡\'lf:i &Ido he rido e l illSpcctor lo que e l hdicóptcro para r.eguir a los diriGCnlC$ del MIR que apu;cnk.-mcnte
mud,os ,11\os :;upc que no era verdad. Ese dla. el coronel lb>lll h uyendo had a un c:auuno que pnr detri'i de ll parcclJ co ndtJcío.l
pn:guntú l'Un ('U.1nlo pcnoml ccmtaba. En ese bajo t'l lnnu- a otra carretera. El coront'l, e l ..7.orro", me intli<..'Ú que subiocra a la
¡o de la f\(!("("''id..kt dr ,,b<'r p.lS<lt.X', te d ije: cabina y que Mtlriol Aliaa se ub:íc::..rul'fllil de: atrá1. Ell.l -se sintió
Con.ltl-.-1, ,_¡ nu t'k."TlC nwotros podemos sct sus mo1.l y cstu\'0 \·omitando durank' todo cl vuclo. Me dediqué a con•;CfSOU"
con lot: oRda1tt a U'l\'• de unos loTI()s qu e además tenían una fUerte w
y cl poOO- moral de la l&losil. R..lmcnto gc>lioncs de las
de mkrófono qu< Q""" bajo •• boco. yo que cl nddo del hcllcópt<ro Iglesias Cri.stianas. de Hclmut Ft('n%.. del Ctudcnal MonS('llor Raúl
¡...,;. imposible-· Sih-a 1-fenriquez y del"'""'- C>mi161'n> l'u <nn uno <-lt-ma espina
EJ htlkópttro •eNa un foco qur: iluminaba Ncia amp. No Yi a en la OINA.. Trataron <k anularlos. de amcd""'t.a.rios. Si no lo
Ndlo. No mu<ho. y ""'1 poonto el a>roncl ,. dodlcó 1 consiguieron. fue ,.;to debido a .. vol<ntla de M - Sih-a y do
,_,...,. tod.u ... prucG>s que podia rotliz;v con el helkópt<ro. Lo .dgw-cos religiosos y J'Cf'O"'I do .. IMtilurión quo. con su cuhcn:ncia
hablo lot;r.odo. luo lkil ...,,., que .. búsqueda fuera . . - _ .., am el Evangctio. asumieron la lucha por loo d«<c:hoo do ... peroonas
podb olvidar • Do3(11l<rto lir.odo ol bor-de del e>ml.., y • posar d• y Y defensa de la
que sabia que Marb Ahdo lu '-""'>ba f""'U'do mal me..,.,; lnnqullo.
clla tunporo podf• "'""' h.l<la abojo pOt el huero que dcflron obocrll)
en b J)lln7• dd hcticópl('fQ. darme cuenla de lo que 5ignif'icó
para ella c1 ver muerto a Oagobc:tto Nrcz. 1.3 conmoción M m.1yor
cuando se trata do kli quo fucrcm nu(."Stms. compaÓI..>tns.. Sin t.'1llbatgu
en ese momento lo importante ('ra no Vl'r a el hC'IiOOrHt>rn,
Por supuesto. 1lO hnbl,\ éSJ>I.lCio paro eJCpres.lrlo propio. Adc-ft\cis de
p<.<Jigroso, cc:.hurll.l por tlcrrn tud.u conseguido a la k'Cha a punta de
apretar diQnte!l y puf'iol y de borrar toda Lágrima y expresión da la
in. Por <!'SOIS df.\S. pcns.,l>\) C'r.l mil vect"S pt('fcrible que confit't'3n
en mí. total yu no PQ!Jfa tt..UJnOt..\.T ;.1 qui...,nc:t andaban bu:,c,-ando. Sa•
bfa que e-53 n()('ht contra ('Ualquiera que .anctuv;cqp tni'N"
tus rur clk>. ollhug¡mdu toc.lo dolor dentro. me dediqué a
tratar de que- de Mc1J o¡OOjo.,los me
Sl.b e»mu pdutu>...
de volar un buen \dvimos a la casa patron.at. t::n et
.,.,.,_ Nbún l.,.,l.odo u .. ....,. do-
cunvtdaton ale! y pude d.mno: OH:Illa que b.'rÚiJn en mndiaón de
.t un.1 f<Lid y a un much3c:ho ÍO'"'('n. &an ,,.....
bajadnlO!I de b '""'' ca .. pom:lo. tst.ba lk:gilndn mucho pcrsunal. La
a<cr'b conti,,H,lrta..
Cuandu el CLiruncl ..·iu 4.-"RÍt..'fma a M;u-í.d Alicia.. lu .ltri..
buyó :61 vuelo y le ord('I\Ó a Rolr Wcnde>rolh c¡ue nns I&P.v.ara a la t'.l'li)
y nos hbcró Ir<\ tral>liJ'oLr .ll dí..L siguk·ntc, ya que e-ra
Oiu df'l!puc.\s IIUf'O cfoctivamcnlc IDs dirigcntC:!I del Mli-t y
sus cump.'li\(..T¡a» h.ubtan lo¡sradu huir. M<.• lo (.'Untó el mismo mayor
l&u111 los. Clpisodios postrri()res que> lít
aprehenSión <.h.: l.t t.luctor¡¡ Shdli.l y el ronRicto COl\ la lgJcs.la
a raiz dt un t"fffrl"ntamWntn y una 5"-.rie de aUanamientos.
Ahí t..')lolba de nu<.'\'U L.. ..,.ituacwJn de: ccmRicto latc·nl;(' pcrrr.a·
nc.-nte"'. que t""'l nt"3!dC"n"'(1 romo 6Y pcrdia su latc.o:nda para translo,...
marse m una Wt..Tte de <.'túrcnt;U'I\I(._"nt05 entre el pockY dt·l
 jnra SrAuel, que a L"Sl ilx:hA b unid\ld de 1,¡¡ OINA en ese
lugar, P'lta que me rodbicra.
12 FJ 27 de dickmbn:- en La ft\11\ana llc$6 a bu'iC3rmc d dlOfct' de
ConttcraS. AJX"f'o8!i IIC'\-aN un p.lr M díu m 01e: lugar cuando Jc
P"'&unteal mayo<¡.,,. s.r,urt si pudwlbmor • lo cos;o de mis pad..._
El dijo que una wcr • b N> Nbri.a Cuando hablé
wn ellos, tnuy proocv¡>oi<M m< diJt<on que lwbí.> llcgodo una citaóún
de un tr.b.maJ p..va mi. El1oto m )olbbn m.U <k:Wb, se limitaron
a las instruc:rionts que yu IT\i)cl\l habia dado por. órdenes
NAVIOAO ENTERRANOVA de la OINA; que yo hab'.a sidu dctcnid-1, que me
bí01n d('jldu en libt.-rtad y hecho llry,ar Unil not3 de
F.l Z3 de dicicmbrt, el JX'f$0nal dcl cuart('l Terr.tnova se rrtiró 111 dcspedid<l comuniC'AnduiL--s c.¡ut rtl(' iN ck:l pa.b. sin sei\alar dónde.
mcdindl'a. Me ""tn."gllrOTI un t¡uc wntenia pan de rasetua, Que no subían Mdól mi.
licores, consc.Tvil'i, y lo I"'E'«'&.'lrio paro un cocktail de Navid<td. Oc.'lde Cuando terminé de hablttr mn mij padres, luf'go de trnnquill-
las primnral' h('lf'aS de la mañana la con el y el zarlo.s y pL"dirlcs qnf.> mantuvieran u todll <'<'15la Cll<l'Vcr:.lórl, le 'oonte lo
condU<'lOr, Avolw y ci Mubnncial RobU.ar Ocamp()_, e;luvieron tr.tyCn• que al mayor El comunkó am el di.n•ctor
do los pnquctct part el p('f:.Ooal desde el eu,rtcl Cl'OCral. que estaba. de WtCAri<'lncs en CASi.l do l.as dt 5\lnlo !Domingo.
hl mayor nos fue .t dejar o.l dPpar-t!ln\e'nto y nos despedimos. 'Fl F.l diTector dijo t¡uc r\0 me pft'OCUp.1r.a., Q\IC di.."Spués de vi.'ICt'ciOrlf':!;
iría ron su bmiUa a ptNr la!l fic:'St.1s a Osomo. A caf1.A de los padn.>j se tonl3rf.m modidas para J"flblcm.u" padres.
d<- su Silbfu Q:\le- en momc."''\ti.l no I)Od'a hacer moí.s.. Qttedé muy
.Fui • ayudAr A uN prima en su negocio y al mediodia db intranquiJa pero no 1('1\f.a mh altc.."""'''H,.l que t"$pCrar...
24 de didcmbrc cvmprn un pcq1.1Cñ0 ramo de rosas y lo llevé a mJ
!Ndno. Tuvimos una dlfc:rmn.. y me fui de su casa A mJ
hiJo. Convo....t""' loo non.s. Akj.mdr.a maníi<Sió que.., terúa ¡•,.nuoo
mas"" qut mi htp )C qu«br• ('()n nosotros. MarA: Aticb d.iP que
(IG)s$onalmc:nte. por un fin no amia pt."'U qu. Ourante mi tn lug¡Jrwnoc:i a P•lricio. El funcio-
de ma,....lndefinid;o nu. Quo la p«s<ocia de un l""!ueño le ....,1<>1>1 nario de 1.J OlNA de la unklad de 1.1' d<' Santo Domingo. &a
un mU('hacho ag.radoab\eo. P.ttrido a I'N.'f'udo mn d niño y ro-
Sin So1ber qué hattr, ya " esa fcéha só&o una me:nzamos a ronvt-rsar. Con (r«ucncb <kspués de nus
mefi!NII que- no akan.uba siquiera fl\'1'3 a:rrtndill' uno qucdJbGmns en una pcquei'\.l de: acolr cantar, con-
pieza, intenté ubic.1r a.IWif •ntes que partiera .U sur. habl!lr con versando y tom:lndo café. Pro1\IO i"C di tucnt.l de quC' PJtric:io sabia
él Y nY. dijo <.ltlC harl..'\ trAmib..-s. Me dijo que llamar3 31 caplt.tn de mi relación ron Rolf Wcndcroth. NurlC.l (uimos '-"SC<tnc.lálosos, pcm
'Burgos De lk:cr. Le' usf y me urdenó ir dE> inrnOOiato al Cuanel t3.mporo nns ocultamos. Mu('ho anf\.,¡ ..te que <OmC!nzara la
CenM',I. entre e l m.'lyor y yo, r.P habl01b::. CJnrquc a pcs.1r nos
J-lui ('(In El rccibJó a ambas y ('lla rallfl4.::ó protcgfl.l a las tres. l.'r.l ('lfldcntf' que la rdt'l..::lón conmigo era 1\\b
no tcnfu prublc._'Tl\l!t de vlvll' ron mi hi;). El corone-l dijO que personal.
Jn1Cntra.s veía C'Ómo SOluciOJ\olT el impa.!'!Se, me darfa y que Patricio 11'lC dijo qut- inldM una relaciün curunigo. Fui
me envi1rfa con el nU\o •1 camping <¡1.1C' tenía la f>INA ("1' Las Roca¡ franca con él, le dije lo que f'OI.Iht prometerte era que
de Santo Que insln.Kriones allá. Que él se romu.. con,•ersaría con RoJr c."'t ('llanto (:1 Ucga,-a • Santiago. Lo hict' y viajé a
cor"nl&o t'l, algún momento. El coroncl habló con el mayor Santiago ('1 27 de rc-brcro.
 Rollllor6, me dolió triste. 1\'N Abf¡ q-uoe .si flaqueaba, no -l.a12.. no es JJ"l"" ti. Es un muchacho# es a.Jy joven y adcm;is
podrfo .......,., ... - - Cometí <i - do - - IOdo. RDif irtrnadtuc. Eres muc:ful mujer p3ra aTe- hará subir.
•Mt:Stió m al \tnnini.l df tMJws. Oijn qut- olvicb.ria todo Es áer1D quo m ....,... quo yo. C"""" •llos. p.., yo no onclabo
lo quo yo le habia dicro. quo .....-n..
1u ()le habi.Va...,. bosc:ardo un. JNrido. Sókt qucña \'ff si 5e podía o no (.'On$lrvlr UM
6e nuevo cuando yo '\dvient • Sanhago. 0uc vn s6lo era algo
J)aS.'jl:.."ro, qut \'t.Tano, que- la ocasión fAvutt.d .a est' tipo de romaJ\· Un dfa cstábam):$ dbcuhl'ndO cu.a:ndn sonó el citó fono- Atendió
«'-». cte... ll(M'"J.ndo yo lalt"'bi&l. Lo1 5C'ntimicnl()$ tan Rol r y me lo pasó.
cnconlrad()S que no acertaba a dcfl.tt.i.tlos. F.se nli1omcl dia, al volvt.-r a - Toma, ah.í lu ticnct.
Las R.ocat de Santo Domingo, vi al onroncl H abía un asado Er;) P;)lriciQ, estaba en el Cu\\rtcl Ccru.....U. Me pid¡6 que bnjar.•
pal'l:l ctl('brar el térmiuo del V('f.lf\oO, .I.:J c-oronel me dijo que al dia un momentn.Rolf n\e aul01"17il ir. Patricio me abraW en m<'dlo
lliguJenh: yo a Santj.-.go cun mi hijo y que el lul\('1$ J9 de marzo del patio, tan fuerte qu<: nll' dolió y me solté. Lo •'oté
debf.a pf'e'lltntarmc al Cuattc:l GcN."r.al. Que no trabajando en a\>ra7.11fle. Que r10 \'NR juntos todo:. t..'Stos malicclnc:::i.
1'..-n-a nov.a. r.triOO "'JX"Í<l:
Volvf • Santiago. F.rt el Cuarlct Q"ntfal l'nt et'ltcré RoU Luz.
- hab'.a Pdo lr•sladodo y que qulo Socrdo mi jefe. No lml.t '"" quf «• k> que """""' s...,..¡it>ndo.
muy d.lm <dmo otetuar. Qu'l"Fá n"WWnl..-ntt mi ckciJiótl, pc:ro - Son u.-os Lu.t. TOOOs. Me Uounaron de la Dln.oc-
O&nd.v a """'iK: patad.lS"' con RnU, mi Ncia él era grande. Los dón-. Caminamos Naa la Fuimos a m" (t!l Y
primtru. díu lodo funcionó b'l'n. Kof( mt prq;untaN por Patricio. Patrldo ('()m('f\ZÓ a
por b. rct.ariótl, e-tc. -Es muy simple, LAJ&. O t\.'C'mu'IO contigo o te .n\o\t\\n • d.
Com.ctw:oé a viajat tOdl>S IM nn\.'$ Ot Las Roe."'S. l!J -¿Qué?
muyM Jara me au1orizó para ir yo quh.icra. Volvfa Jot ma- Sólo esQ salió de mis l,lblos. R<."Cnrdé l.t de Cul'ndCI
drl.IMUda dl'l lunes a tif'mpo para ir n I'N'O pronto comcoW el 7 de mayo d(' '1975 IIU uflcln.1 me dijo:
Rulf1 (lt(Hrmc lo rcoonsid('rt\1',1: "Puede aa.ll>t<ln-C' con quien quk'Til, Luz, con c:ualquj<:ro de mis
Súlo piti-ns.,lo. Luz. no te pido más. Yu te qutero. Si Jo que oficiales. Peto no se t..-namort''.
n<'\.....,.ta.'f H te garantice un futuro, k prumcto qvc asa!tldje-ndo a Patricio h.lbl.l\)0 W vi une)$. mon:Wru.'S Cf'l Lt fnmtc.
curonfl {(.tltolban 10 011.0::,0), me y nos ttSJmos. P•lri<i<>, po>6?
lnrentt muchils VCC\"'S no QSa.rme,. que .s. - Estoy arres&.Kio, mi Ff.: me k> d:ijo todo en cl cuartfl. s.lf co·
bien tt doto k> l('ttfol gratitud y .lh..'dO, M lo arNta. vivir f'li.cado.tome una de La$ y la tstrellf ('Ontr:.a un rnu.ro.
ur.., Mtult"i6n de doblE- prco..1ón. 1:1 fin de Po.tndo me Puse marcha atr.ís y b YC"'tvl No sé c.uántu Ahf d
n\llP$ !k prq;untas sobre R.nlf. Tetmin.tbal'n()S disrutiendo,. se iba de roront:l d«i<<ió B mismo. Y )'O le ro&'* •1 "'">"'' qoo mo
1.J unidad y )'O me qut'd•ba llurando. El m>)"'r Jara Sc:ogucl me <l<.'<:io; p<"m"iliera dccírtclo:) ti. $.1\>tn que la Sólu IMporta
""lltne"!l que decidirte lucgu, o ('tC"Mh un pmt:MmaN. Yn le dcda que que tL'ru'LiJt('ltlOS.. l't..'To poro ucmpu. Qui<'ro Sl''pA» te
no l('n(a duda5.. Que <.'Ta el mayor el qutl' 110 rnc dcj3ba <'n pilZ, y por amo, oonña <.n mL F.SI')('r¡ que te 11ul'l'l('.
Otn) lado P,Hrido Ct"IJI'\domt. l'atricio votvt. y 1\0S Yo cs.taba. mud:a. 'fum,,1!'fl05 un c-.até y volvirnos al Cu-artel
Lo' hlll(,-:t comt•MJb..1. Rolf. ft('tal. El mayor ) Mi\ y me hi1..o U'n cariño L'f\ h) c.aheu. Se
Sc:suf intentando qtJ(' vivir lo. relación con rucj6
PO'Iu1c1o Qunque durara un3 "cmliRJ o un di.a_ Que igual -Nos Vl!lll0!5. ...
fl4."«'$lt.lbia tt'rmín<lr con é-1. Me $0ntf t"n preslonotd.l que pensé -Sólo un mon"'nlO míJ, mi
que: lo mt;:>t cr.a a lo5 d05 a l.l "'"'"a. 'RoiJ scgub rep¡.. Patric:io me u,..,. moc:ncntos bien apn't.kb JUnto J
lilrndo Yo ya no .,...b.> •hl Subl• lo u("'"'· Rolf espcnbo. OIJ" ..""' o6mo

248 2.9
 J.v: AI"Q!

me S<.'l'ltla. Que me querS;1. Que Jo nuestro no h..1b(a tt-nninadu. Que lo Lá miré-. Scnli su preocupación y que lo hada por hillda
d('j.1.r<t nosotros.
Le pregwué si sabía lo que Ol'llrrCa. Maria. No !iC pn:ocupe, todo e$ti bien asi. lo que pas.1 es
Dijo que si, lo que un fnuchachu a la que me siento mal, me duelen la cabeza y los
larga u la oorta termim1ría ronmiAO· Lo intcrrumpi prcgunt.índulc si Se acercó, la c<1ma y dijo que me lk-vaóa UC\ ('.dé ron
sabia que Jo habían oblig:.ldo <a terminar ronmigo éOn la amenaza de leche.
ll\<\t;)tmc. Acepté para que fuera. Quería estar No
-¿Eso le dijo? Qué poco ocurl'('ñtf..'. Me imagino qu<' uó hilbr.ís l'únntclo y Sl)bia lo que ocurrf3 era. algo que marcada mi \'i&. Tal
creído eso. Lo que pasa E"S qu<' seguro L-na:mtró \llll.llólu y le dio pena vez Ja rcladón roo Patricio no hubiera durodo muc:hu. Es derto qttC
dedrtclo... tra i nmtlduro( tambi('l\ yo.
Muodo absurdo. Mentir..ls y engaños. ¿Quién fl\Íntió? Nulo !'lé. Jam.is podtfa avP.riguar1o, porque t.1 re-alidad era que· drt:uJ3\xl
¿Quiér\ era RuJi? crJ yo? ¿Qu.icin Ct'da DlNA? ¿Habia ;)1· poT las caU<.'S, .esa era toda la libl?rtad que
Hbrc en m;)r,1i'\á de Aftos d(.ospu.C:-s supe qvc patricio se casó. Me alegré por éL
cu::ll ftu:.-ra la situa('iór\, decidí actuar creyéndote<\ Patricio.
Si él mi•ltló, o no. cm un probiL•fml. t 'crn otra ('()$¡) muy distinta E>r.a
que le hkiPr.tn d;,li.u. 'l'omaria l.a htid ..,tiv;.t para prolcgcrlo a él y HASUUN Y CONTRERAS
tatnhi.é n ,\ nú.
le l'SCTihi un,l 1\0ta diciéndole 1\..'lbí:.t vucltn C"On Ro) f. Que En el periodo qui.' <:shwe ('ll el Cuar tel C(.'fl('f;.ll d<" l.;t DUNA, pude
larru..'tltaha lo ocurridu. que me habJJ (.'qttjvocadn. l.e: l>('l.1í ;;¡ Rolf que pres.cncitlr hcchoe; inst)litos. Alh>O que Cdet't.a las
por frwor k· hiciera ltar_.lt <>1 p<lpcl. Asi la nxibil'í;,l C."SL' mi!tmo dia. que am frcciJCC\Cta: el sac:erdutc Raúl Hasb6n. Pese a qué c..-stos
Espc.t;;,bl.l qm.' con ello lo OO•!Sidernran caso C('rc;ldO y ahruardaba 'lU<" no eran pítbliros, nle-entere por el pe-rsonal !asino qui.'
Patricio pensMa que no t<mdría <'1 cor<t:jé pum desafi01r ,\la DWA. Que a dcshura d<-bfa ocupar-,e de tener listo alg1ín bocadillo, por algunos
llé todo no vali;) 1.-. fX'Jla hacct:' n.ada por t\OOOtrus. Kulf aceptó <.le los miembros dd gn•po esoolta da ContrcráS y por el mismo
l'rwiar la nQta. Wcudcrolh que me lo lUttlCutó en una oportunidad.. No me ('abe
Al día siguiente? en ht ()fidn3 m(> ..SCtl tí cnJcrma. Sufrf duda de la r.¡oladón de amistad oon Comrerns y la admirJción
un,1 fu(.•rtc hcmorragi\1. Rolf n«.' llcvd a C:l!-.1_. me dieron lioe.nC'ia. del sacerdote por la dlct.1duri1. En algunas ocasiones k> vi yo misma
ba cm <;amJ cuaudó llcg6 Palricio. Eutró cumn utu 1ron)b;;¡ a mi pieza bajar dcJ auto tll a l edifido de la dirección de la DJNA.
y Se.· qut.'CI:ó
Yo <'>taba pálida_. con lO$ ojos llorado mudlQ.
Tmía l"J\ sus manoS' mi ._,trta. Sucó su deJa cintu ra y abra· TESTIMONIO Al'll'l! NAOOI\tES UNlDAS
dijo;
Yo vt:nf;.t a matarle, pc·rv no puedo. Cuando llcb'Ué al Cu;:utel General, de n"'\rzo de 1976, me <..'1\Wntré
Nu dije nadé!. St1bía que n() hahi<l S..llidil p;.tra O()SOU'O$. Sc fue. ron. cll'l\.1yor Hacía mc."SCS quc noii<Jbia nada de a. Mostrán-
que tenía cnlOil<.'t."'S p<lrn que a mi hijo miantras dome un grucsu lcga¡o file oonló que l'Staba C$ltJdiand·o la docu-
yo tntbujaba, fue" nU y I.."Oorncn2:Ó o.t hab1arz mentadún tckrida a los dL'SColrgos QtiC dehia preSL>nta.r el gobierno
-SMor.'t, perdona que me m.::t". ¿Terminó oon eJ Digame mnt1ar an1c las Nacioi\C5 Unidas por denuncias de \rioladoncs ;.1 los
que Jo ll.amc. Se l:t1l bk·n los dos. Sall\'", yo soy más vieja y mc doy dért.'éhos de las personas ocurridas desde- 1973 y qut: wns-ttlntemenle
¡_:ucnta lo Don Rnl( ('S muy buena con usled, pe-ro nunca estaban Siendo denunciadas p<>T de quienes entonces 113·
la vi tan feliz qul' con e l jrwen. Oígtl.lll>l'! que lo llarne. Yo vi donde dejó mal.xm "presuntos
l.!l (',lrntonc:ta. TQda\1a llO parte. Señora ... El capitAn Ferrer ál personero del Cobicrn.o que iria a

25Q 251
C,;1Mbra. Rolt Wt.-ndernth rue uoo de los cncarpdot de conf\:cdonal'
Lit f't"tP'k.'StAi a c:.d3 una de- las denuncias. Recuerdo que ....,. lü
a- do """'""" do .,.........,... y ,:omo yo sq¡Wa
lado dt' su C':ieritorio, pude<brme wcnta de que t'1
-•ada do! Oln>
traJa
13

,.. - o n - do ctloo. Nocéque en algunos""""" bN y llano-

"""""M ,.pondla que las J><""C'NS no hobian >ido dolonldH. Sobro
OJdo cuondo no había I<Stigos Cuando 1(10 hol>ú., la
....,....... c:ro que h>bla sido puesta m libet\od o que Nbla oldo
auturi.r.lda abandonar el país. Pude mtcr..nne 1nciU:tO qW! en
algt1n<>s c:a501 N "'kl existencia" del militante. QuocU vañts
\'f.-U... Ilimita rre1He a la frase: "'Investigada La. penaN 1 que te
méne"'M, ést.l nu n.'gi:ttr.. ex:)Mc:ncia en el Gabinete de ldtnUflolciófl•, dtas, Wandt!roth dcbtD. pon&::r <.-n marcha t-1 {)(oparta.mcnto de
J>.\r& a n."ns;lón IIC&Uido pl.mtt·ar que esa rlcd<ia.. CoMO la DlNA Y hahia reestructurado, y habQ
ero un Invento n\As del M;u"Xismo pan, ul ck'CiWdu tfL'l Cu\lrlel (.';.elteral.- había que re-
gublc._-n\O n'llitar. m itir la documL-ntadún q\IC a C<1da ul\3 de l.1s Instancias.
Fst;mdu en el <:U•Ul('l C('nC:.Tal, le conté a RoU Wcfklcroth de l.t Supe que habf.J Ul\ E:x.tl:rtor. A
cltt'ldón a los tribuna le$ que hablan llavado ;) do- mis )»drtS. orgouúur un ardú\10 m.\ll\u!\t. Ha\lfa de- lcxlo,. arUcuJos de prcru1a,
Rul( tl;¡bló ron el quien ord('nó oontactanc con ml.s padres 111 revistas, y 110bra todo dl-nund;¡lio.
•boAoldO Rafael Alfaro, uno de- sus jutfdlcos. Mi;; ped·re5 Wcr-.krulh Pozo me cuAIC'S tTan las áreas que prctcnd11
<1"-'bh:run concurrir acompu.ñados dcl a u.n tribvJ'\11, donde C'UbriT el dcpillrtarN:nto. t'cJCo a pcx.:o, el aí\0 se fiX' integrandO
rarifbron lo """"6n que ordonó lo OINA. D'Ws Y cu.1nd0 Subdirocdón de Opc:racioacs. a cargo dcl
recién ascendido (UN,.;ol 1\xlro Espinoza 8r;11vo., que iubú \'UCIIo de
8r.t$t1 nut't-'r'l'("nk' • la DINA. pasó a ser Oirt-'C."06n de!'
Opc.ndorte$o el Dc-pr.art3mcnto 51e en Subdirocrión de ln-
l<tigc:ncia lncorior. O.."J<<o lu. prim<<OS dbs, Rol! Wcnd<n><h y
yo, además dcorp\l.c.ar d ard'll,'(). ll.'ní.lrnos adiano
un infc>n'nc de prt"ft$.1 ·
Mouiot Ahdol, ::K.l$\ll.il tr.tb.tpl\00 en .. f'E'dam6
qw.-dab.. muy kjcrl, a ;nt me b_.tfl,¡bJ ron atrnve:;a-r La. calle para
estar en La ofkina, de:. l"or c=.o, al poco tk.mpo ella fue. trasladada •••
Vnidad Tu.c;apd, que C'IIIOIM:'t'S (u¡\C'ion3b.' e-n un cuartel de la allc
Pio Nono. a c:undr¡¡ll de ca:»a. y Ak•jandra fu<: dcsth\.lda •
lntcliw:-ncia Jntcr-ior, '-"011\0 an31iS.t3 de 1• S('c('iñn O. Cuando AJc.ian
dra UcgQ, lil S\lb<.til"\"''tlún •"-' h<1bi'n dh•idido en dn.oo s.cccioncs para
trábaj.lr l<l il\formt'lción {lbiCI'II\ p1)\lli('.t. (:1, cuyn campo Movl-
mit.-ntos C2. '-JUt..' la Cristiana y el
MI R. 0, rnC'arcada ArOil SindicaL C4. Grcnuus. y CS, que se ocu
p;ab;) Ú(' Empl'\..,._,.
Wt."ndcroth Ptt.W el )ulxhroctor y se ftSCr-..·ó l.\ sección Cl
Mi fu:n.;ión ('fol 1.1 d<' dt- Cl, o 5Co1 todo lo coattmÍ.tf\Ct' •
 EDCAR!lO llNRIQl:F.7. ESPINOZA

All.k¡;ar al Cuancl Ce-ntral te nos •51&nA • Rolf y • mi una oftOna '-""

•1 oogundo pbo del <diAdo de din'<'<>Ón, ""'tP ...,. al
pisO el<> otm cdlfldo donoro del """"" Cua.oel C.cncrat A
los poros dia.s de csur nutva cuando la .sa:re-
._¡a do Rolf Wendcrolh. pa<ó <k'l'ndo la documonladón del día m
a.s ajas de madera que habla f'ft te. 4.'iC:n'Orins. cunlCC'IC'é: a tc\i$lr lo
..,. me dojó a mi. Q\OOÑ hon-.io P""'"· do.t•r•:ni
tnorme de prensa 1iQn antl"S de tr a .Encooll'e un tél.cx y al
leerlo pc:'fflé que halña una cqu.ivocaMn. Que ese documenl?
provenir de lnk'lir,enda [xtfolior y ck'bió dín:tÓOI'Ió\ÓO a la Oin.xctón
de Op:·raciones. EJ documc;ntU de \ln !6Vido de inteligt.-ru:i;.l
argentino, .111liado a la Agl'Upoclón Cóndor! se 'e a la
DINA sobre la dt'IP.nción del Chileno E.nrtquez
Espinó:z.l, el hermano de Miguct, 11 quien _ponfan a dispt>'-idón
DlNA. Rolf había llegado, ('IC!f'O andaba t!n aJgt¡l\l\ otra ofidJ,a. Tem:
blando de miedo dPP el do<unwntu en caja dcl tn.lyor y ,.ol\'l' mt
escritorio.
Al r«<f'dar este Mchc'l Ahor• que poa.v b3slantc moí.s informa·
dón.. piEmSO que tóll error de Kctty fue dl.'jarlo en mi
rio que ese dc.lc\Jm.:nto ñ"t para Wcndfmth. TaJ vez Rolf sr fue
., de la alJ"'Ia de la OINA qut pl>nlfi<:abo w opoTadon<:S "" el
cd<'rio<.
Ert ...,. dios , . bo>lantc dompo tibn: 1 había co-
px mi ('Uentl a <"tludlM dt" t. y t.
"J'otitica do ()istensoÓn•, Durano: ..-afio Rbll Wenderotb I<Je a.<;igna·
do """"' pmfr:sur ,..,Hinw a l• F.!<Ud• f<aOO.,.I do lnteligmda -
ENJ- y rr.:: dio • mi l;,t ck! (k:NrroUar dase a clase el c:ur.;.o
o;nmplct<>. . Al . . - - podía
Fue duro Loe: Ubms ll\,1\''XIsmo. pnnap10 ......
kl.-rios. 5P. produ<ian k'tUhuímwt ambiguos. SL-ntío náuseas. Algo
dentro me hacia n.'Chol13rlot4,. tiu!rr., <:nb.'tld<'r. Me futre hasta que
volver a k'l"t'tO$. Sentí dOlC'Ir ai iC..'t'f Ctl C!JSS nocV\\5 ciTC'\I.nStat\cia:'l
lodo aqU<'llo que otror,'t :¡.Ido mí» libros preferidos. Me pro•
en la me'<!! da que pudi('fa, el Cl1ñO de manciSO'IO ruese
(lbjl'iivo y que pot motivo 1mpUc\lra estudiar 3 Los parti-
dos <k lzquictda Los que me entre-
gó Rolf QesarroJiar ti C'UTW íu·cron muy gcneralc$. Jo que 1lU!: pcr-
n\lbó incluir sólo Historia de-l M¡nchlmo • un nivel muy supcrfidal.
 EJ 111/in••

Pmse quo <n numr, hoSia donde !""'i<R. que quo no. Po<!< cs<u<har que d oo.pit.ln n:latoba mmo k hablan dodo,
t'B una id<.'Olop distintJ', Que scr mtndsta no implicaba IIC.T delin- a la futr.c.u. a txix.-r una botella de lionr 1 •lguien y luf!SO lO rolcx•ron
(Ueftte o puta. al volante de su vrhfculo. Cont6 3dcrn$s que un agente cchó u undar
E.-.e u·ab.tjo me pemlltió SoOlic:hlt libros y revistas que jnc;luian cl auto y se bo.Jó <.'orricndo en un amlnn. lnmed.iatamente el
los temas qua me Interesaban. En lrt'Cu<;ntc que<On RoU p.'1'tNnec:i& auto de:spef"lld<l8e tn alglin a Wcndcroth con terror.
ramos en La oficina bastante$ rnobl horM que- las que "tlpubba cJ
horario dd p<nONI; yo
Todo "" CX'II'ICf'mlerdt' a
.,., tiempo eoludiando.
csrabe. absolutamtnet fuer.\
._
Wenderoth me di )O que si qu<rl.l un
RQif no hf1.0 coment31io 3'
luC!a al oosino, que él iria
.
yo no u.:- atre\'1 a
de-& campo de de mi trab&p. S.l\1'1 sfluaduncs fortuit.ascomo el pregvnw 1\N... Al día siguiente al 11.:.'\.'t'la prensa. supe que Nbian
tPI(>X que romunl<'lba 1.. detención de Ddgardo Enrfqucz, sllto r..dht'f de don C.m'lltlO Los que apa-
a !W'ber lo que dOOa la pn:n!la o lo que publiC'.abB la Vk\lria de r«fan etl ta publicación ooinddíart con los dL'SCritus par Uwn:nce
la SolidariU..d. MirLos.
QueriA huir d< 1.> OINA, pelO •1 miedo me lmp<olla d.lr los
La rd.riloam W<ond<.-""' iba hadmdo llnJ>05ible
REID.'l o:< DE LA Of'l 1:' CHILE de scbrdl<Yar. Coda dia me P"'&"n,.bo con máo ¡Qué
wbe él d< lo ()IN A? y lemla por mi hijo. Sabía que nu podla ._.,._.rto
RoU se mucho c-uando unos dlas antes de de enl'Cmlldo, tratabi de actuar natut<llmt."ntc facilitando w vida de re-
este evento, rcdbifl un documcn1n c:omunidndole q•.•c dc..-bie P'ner :t. ladón ron S\J.j onmpañeros del colcgi(l, pem no podía. e5llr lr8nquila
disposidón e l pcrsomll femenino de 141 Subdiroo:ión par1 ('(e<:tuar hasta que ne¡;ab•' CAS$ y &o veía. Pero de un
t;ucas de durante );:t rt.'illí7M'IÓt\ dé .las activida- Y era que si su pr<'scru:iil, modat..t l.t única akgda !9--nulno.. yo
des de t:.'Sl 1'\_•t.mfón. diria las fu1.nu para no enloqula't. Jt'!ftrill que el tenerk) CX'nmigo
Rolf c;.,taba pero igu.tl tuvimos que asistir y ponemos implicobo armtrar lo'!"" .mSs quorlo •1 mismo destino mio. La misrn;a
• bs 6rdc:nos d<l INyur Juan Mor.U.. Soi!;IIOO. B día '!"" yo fui. en in=tiduml>n!, lo misma rutino do pinico y •nguso¡¡,_
loa sala de l't"Unlones dnnd-e me toc6 eeur no OC'Ul'T'i6 nada a.norma.l.
Rolí C'Oll5iguN q1JO yo fuera sólo el primer Wa.li!ibba cnoj¡wio ptl'I"ClU<"
la ro..\yoria de ma J)("rSonal era rcmt-ninu. Habia ro.nscguldo liberarme I.A PINA TRAS HPCHOS Ori,ICfUA.UJS
por mi pie> 11'\110, tal\ (ICI)'tiÍs siguieron en el hao;ta
el de IJ1 t('unioncs dE" la OM. Creo 'll.te s-..a muk:stl• obcdeot.'Ín Del mes deo jultQ rteuerdocorno un lncide.nte oc;urrtdo t-1 dfa
a que el Nbia que bat.'L-rlo lr;ull y porque las <;P.-- 15, en cl o<ropu<rtO. ow.do lo> obi>poo chilo:nu> nnriquc
n-eY.rbs no eub;tn <Atpad&adas plr.t eoao; laOOrcs. Tal Vf"7 por $U Ah,.,, C.rto.Conúlez y Femandc> Aridia Riobombo.
<Stado de hot>ló INs quo: In """'l Mo amló que lo 1>1 '-"• F.:uodo<. Fu•"'" "r<ol>klo5" por m,tnll<>slanlt$ que lo> op<di<ron.
cuntr.-tadot vanos holeies pAI'\.}(.'f'OS y pcr- Lo k.i en la prc.'TUiil. Una semana IWL( me mo:s.trt\ unas fotQs
SI.ma.l femenjno "arendct" a Jos dlplom.itiws y que h•tria tomado 111 OlNA.Y pude de que- los manifestan-
jcros. tes eran de la UIM. Pude i<Wnt1fi<ar entf(> las pertl(lnll!l de In
fologron., o Rao:toy Zapata R<)"CS y a olrOS ¡¡g<'l\l<!s de L\ Unld.ld
rwm.
Mir+ .,..roe.. yle dije a W - h : ¡o...., que l.l m.mlfosQdón
'" realíl6 to BIM! e ""Y"' ""f'fC'dlll que si. """' ... oólo rum. r
A medsados elfo ""t.o d capitln \Cjres a ron d Caupolicin. panki¡»do •genleS de oCT• unJdades
mayor Wend<.·n:uh. Yo un ade.Nn rctinrrnt, JX."I'O Rolf como Tuap<l y Ongolmo. Me d• cuenl• qu<! lo DINA .ogu!.t croden-

256
 rrr..¡;.n..

do no sólo a de Habla ahur• otrn unidades pt"t3r arg_eMfnu. Me Latió tu...rlc d O)ruón. Yo ('S(Uo.
que nunca • m,...... flnu de y ;a WC"t'$ a SUi cnt".Aff;*· dwdu cnd Cu.trtcl Qnerll ('!rumor dequo .,..bo tibre.l'ao a esas
do>. *ura..">, desronfianOO cada dí."" más dc to00 y de tenia ml4.xSo
Cada uno de a(OI"'t«;imienlns me hada ("\';)luar la prt:!nS>l cit.: que lo hubk-rAJ\ Verlo me dio un01 ml!lCla de alcgtEa y
de manel'.\ d.ift.TL-nte. Y aunqu.-. tu ..·c ronfinnadón tn algunos miE'do. Cuando tutrn.lné de au:nd<."l' a la dJeiliC, lA puf>:l'ta. '''Joel"
CIIU')5, ya no podfa ningún Mmo tl\'Uc.'tu.ai1.1UC opan.'Ciera 1b.a n v<ttioo de dif.Umcia. SEl veia biL-n. MI prhnér impuJso fue
la crónica roja Sffll"pOdW1t que la OINA cstuviC$e detrás. Mi •maTio, no me atn.....,f. Tu..·c miedo. de qul-. Recordé que .. Lucas'"
ln5Cguridad era cada dfa y "'M.aroo Antoruo.. ac.aban mtu.Tfos.. tu,·e mtcd<t de hablar can Cl.
mt:>cs IU<'ron po>ilndn, los diarios que d•-blo l..,. po.r.> n.-a- Mi<'do de ssber, mtfdl(\ M hablar-.•. Lo vi tal&.'j;lNC con uoo.
h1ar mi traba;> <UmcrWIJ'()R .a tnnslormaTSI: m hoQik No tristeza.
qu<N ,......_ au..-.o.n mi_.. Todo .,....clo indor quo la DINA Durante en§ di.u de Navidad vino a Santlaf'P de mi
ihl CTtcicndo# ad.l dt:.a mayores (()mi) si hljo#cstu''O ('n <'1 d<'-pel'\amt'n1o mn Rafachw y h•'S'J 1:3
pudiCf'a d("t('t\(_'fia._ Me prrdid(J, atrapada. tos primPn>S dias de mi prima, a urw rt'\11\lón f-:.míliar. Mi hijo
dt septkmbre me enteré qut ha'bfu .sido rctirado1 11 ll.'\tlon..-..lidad a estaba conociendo' padre, ya que cu.u'd.lo nos $Cpaü1mos Rafael
dun t1rlando lctclit>r dC'l Di(JS dc.::r,puP.!t l<'f de muPrte••• Se rra muy pequeño. Mi hilO me hilcf<t su papá. Yo ni
onm('•ntó el hecho y drl'Uiarnn mtu;:hos rum()I'('S. 'rudu$ Md<tn apurecer tnqu1et<1 tcot.'l un,l (OICI de- 1-1 para mm;trarlc. noche el nii\0 se vela.
la tnuc.Ttc de don Odand('t ('Otno un crilllC'J\ J"lSit>n.JJ. tan feliz, n.'CUc."ftio que me sum( en lll\.a pmfundl! lris«."Za. Rc.'Curdé
Ln que ("n un comk:on.tu 1\abY "'do un trabaj:l fJcll. k:c:r la pren,.._ qve m,is o mfdiadns del año 1976 le Nbtl e1erlto una C'.tna
tJsn que su:mpre me Nccr una sintt"iis y IUCSO un CORk'n&a- • mi pot' fa\'N' le dijcn a ¡u hijo qué d. nu'\0
rie\; <omcnzó a en una tonu:Q. No p)(lit lograr ni si-- l'ft'8Untaba !"" <1. Que >1 lo d...-aba, podY fOCribirle O vi>itarJo >i
un pt'CC3riu ""-'<'o do: «JUilibño, a.ustad• h.lsta d.: .. propia viajaba a Sma.Ygo. Yu qlk"f'ii. que d m"' una imagen oonc:n:ta
"'C!nbra_ de padre. un3 rC(('ft'lw:;a di(otinta del mu'llllo de l.a DlNA donde
4.""1áhamns sumcr"gldo). Su p&c.\1(' rcspon<tió y tl nH'in f"'itaba ahí muy
rclJz.
I::NCUEI'fl'kO OE Mt HIJO (.XJN SU PAOI<E Yo hc.·d\0 tuc.ios los para OO!ipitaliz.artru.' el du::. de.•
en Hr,pltal Militilr: tL·niart que la._ vf'flas de la
El a.oo 1976 pcdl mis vacAC'Ion-.>:r, c..--n did<embrc P"ra poder trabajar los pierna dc:n.'Cha. Oc ln.\f'lC'rJ; tal, que después de la Nudl.cb\K'f\a el ni no
a la N..-vid.xl f'n llL1,oudo dt UI\Q. prima y obtC.'flt.T asi ..-i.ljó de ron ..u padre. l!b o\C:OO\PQ.né al y
11n.t mnridad de dincra adK.wnal C'..lWl mt hijo en un ro- cuando traspu;arun 1.:1 umbral qtiiC' cond utt al rt'C'inln de m
lq;io patbeuJar y en ma tneml<t que ruH"Sir.l to mis y df ml vim senO wk.'d.kl pero me
posiblfo; nana que asegurAba .a mi hJJ(' la compañía tranquilicé pcnwndo que nli hijo blf'n onn líU padre y me
l.lc un .adulto y tenia h.l<..\'f vcrd adei'OB Wbujml el hospila1i<i>.
meo •lcllfl:t.'\ra. Crm frccucnc:l.t, 1 de mes a duttlll pl'N" podiAmns A)(j.tndro y una del Cuartel Ccncral, donaron
cunu.r ron Jo mínimo R()l( me <J)'lldaba, cada dfa me daba sangre para mi OpM'll<'ión. Me intt:n·itúL'fOI\ el tres d<!' cnE·ro. (..'uando
la$ p<lr,\ la m<wíli1ación de mi hijo. yo lllllOr'"-"ba en el dr.spt>rté t--n la wla de rceupcroción amro el m(>dku y me dijo
C'.-asinn del Cuancl n-w? corupr.1ba l(ld0$10) día\ mi que me había o¡x.-rad,, de 1.&)> dos pterflas.
)'\U\0 y l.as oncP, as( en c.lcbia financiar Wcomkt3 de mi h:ijo El pcrfodo fue do&urtr.W. [n el Hospital Militar
y de t;a nar\A, volvi a sentir dc4 pGSoldo. de C"'Q orra csladia allí. lo útúc:o
.u......... tr•bojabe en 1'1 d• mi pnma. vi CJUI.' <¡ucña en marclwmr. AJejmdra y mt m.tdre me iban a \-er.
a través del vtntarw.l • "'fol.....,. d muchacho dd MlR .- quK-n h.Klan Cuando rt1t' dk..TOft el alt.a sola en l\uQ que \"'UlviÓ Rolf
Wflftdenlch dfo1 sur e Lba a aoompar.arme lu""-ndose . _..,_,
,. que M podía amJn;u.
,.
0011 IN ·•-•-.

Mf dJ<nJn UN Wgo licmd.J, ptrO vo1Yf O ltobojar otlá:s de

- finohzoro. Las ho<as de "'*'<<ad .., ...,. .,. hodm sentir quo
Aaod! I>C< Lis curodor>es a la Oinica l.ondon. ele Ll DINI\.
et doctur me sacó puntos y me dio f>l qlaf
. C'u.tl\\lu (al taba par.\ que C'Otnmura d aflu e.'lrolar Tegrt"SÓ
ml hiJo. PutmCIS con Rolf a buSC'arlo Al La casa vnlVIó
ll<'na rsc de • lcgria. a
E.<OJELA NACIONAL DE INTEUCENCIA

-n.
Calando volvf a trabaj.\r. otrue: documentos habia UI\JI circular,
la firma me lbmó la F.tA de lM
.....,. que se dktatlon en lo llocu<l• """""'"" ele EN1. a
ponk mes do fd>mo. Lo Id ""' Esaba ,.,...- dd
<1 runo durorfo m< &J"'6
y pensé era un.1 butnl Alid.a aunque sólo fuera por un demp>.
HllbtC wn Rotf Wendcroth y toe pecU que me enviara. La <kd&
expresamente que los func:ion.lnOS que asasticratl debían S.:.'T autor!..
Mdo$ y patrocinados por 5UII Al prlndpio itolf S(' nil")\6 rotunda•
mente. Iosistf hac;ta que 1(' Mranqué la.promcsa de que lo COMUICIÑ.
Corno había un phu:o para wllcltor la vacant<.• a l.\1 ENI,
cada dia le pn;oguntaba. Por Un, l't.-dto Espinoza n.-spocldló, h.abb
el diroctor, y habla acn:dido $ef\alando que ln..mM
.., ln!S, Marta Alicia, Alcj.lndr.t y yo. Scguámos siendn el paquete.
loo prinv::ru> dilo de !tbn:ru y h.Jsta agosto dd •llo 1977 coru-
vtrnoscn la E!'l. En el a.speao ptn!ON..I, signifiCÓ un rt."C.TTCC..tntfO ton
r.care.. Alicia. hab'lmc. a r-m de q-ve se marct.6
• Yh;ir a ótrO Mpanamcn·-., porque no quería vivir- con mi hito. Yo
entmdú que ella ni Nditt teÑol pot qué asumir- la prewno.i de W\
hijo ajt."'O. P("m me hab(.1 dolído .u actitud y oo:mo uai:IQ)Sbornot 4.'1\
diicrcntcs, no nolt vinu por más de un at.o.
en La cscutL\ produfo lo ille\'itabtc. lndependi'-"ntC del
omino que asurna ('llldll una, hubo un ¡x.-ríodo muy imporlal\t('
vida. que nos une pora $ÍCmpre. Y 4.'11C compartir casi sicte
compañt.oras de t'Studicl)., uus 't'Olvió a atar quizás más qu..: Cr\ tl pa-
N<Io.
Otra de \.lis COS<lli imporbnLM F" mi fue- que tiC'f'l'lro !li.l
tnR:Sformó en un p¡.n.'\nk:'$i!f¡. ¿E\-asión? Sf, y
bamos eotudiandu '""" como S..-rvocio - Allanonúento y

261
 Lsa Ara: .Ellnfitrn(t

gi51ro, lntcligcrtc.iil y Marxic;mo, lnlcr· que d oficl;ll sar,a:z. e intclig'('l\t<' I\"':'Urriera a argumentos que venía
nacionales, Observad61\ y D<.•scripci<)n, EltpJosivos, Tim, t"SC:UChando c.k·sd(' que e ra. una adol.:-scel'lte-. Sólo le dije, n'll.'S como un
Criplor..rafia y Maquill;.tj:.. volvimos 3 ser aJwnnas. l!.s inc;reible cómo pc.•nsl\mi('nlo en voz. a
que oomo una r<:!ópo<'Sta él, qu.c: sabfa !o
¡:xxHa huir de la rrulid,ld. Yo Cr1.':J que un pooo d oll.Xl lo mismo In que que yo era. l<"nia muct\as cútL:t,ci3t', que no las resolvena,
se estudiara, el que un curso p;)l'i.l ofidalcs estaba fuer:) de la ;t$ÍOO 11'10 de paso. ilC0Stá1ldome o.:on algu.i.c..••t. Que n9 seria ni m5s put3
El volver a SC'r ahlfnf\l fue algo maravilloso. ni m:is "'monji!"' porqtte lo dijr.ra. Que tenta o 1ro concepto de
Volví a ver a "'M;l.x" <.'n la (.'Scucl.a., se vef.t C.XH\tl:'nto. Había una las rcl.;\dOfi<'S y que el SI.'.XO (.'r;) ¡XlM mi algo m..'ÍS q,1e ul\ e:>tar
(.'SC\J.ela y é1 era el sulx.Hrt.'t."tor, luego PI dii\Xtor. fue mi proresor de juntus p.ua aprov('c;har umt circunstancia. Que at mL•uos en eso sentia
SP.rvicio 5<o<:rctu y de Obsrrvaciól\ y qu.e debía cmpcur a ser cohcn..'tltc y mis pt.'Rsami<.'QtCI$. Que
Uuranle el prln\Cr J.X.'l'Íudn en la EN1, ;¡J salir de t\05 Ir;.(.'\ eso (':raJo tínioo que L"t\ momento podia pcrnlitinne. Que ni (.'SQ
a SanliJgo un bus d e la inslitud6r\ que nos tu cn l.l pu<."rta del tuve .durante h.>S al\os
Cuartel General. Yo a tmbiljar un TitlO con Rotf. lo que qoerla t...'t'a el hab<."t' ::oilfo tlll
F.n junio, d (.Uronel Conlreñls ltOS (.'tmfirm6 que. iri;l <1 C;tsa,. a <amintt h.'lci<1 <·l ('OI'(mf'l, no era Le S(.':i\aU• que <'SO 1(1 había
«'l('brar sus nnom.á;>licos (S..ln Jtmn, San Manuel y &l1\ Cuiltermu). Se hecho porque 1t: ténÍ;.t por lu qué me dio en C'J pilsado.
lo cunte a "'Max"' y lo invité porque sahi<l l:f\•C {-J una au- ... !\·fax" me mirJha muy serio. Evid:entemt.'tltc (.'St:\b..'l incómodo y
dif"nd.a con d diri.'Cior. "Malt"' no quería ir. oo le esa forma conlCJ tl)mpooo qu;:d;.t simplemente l.t cnnvcrs<ldún h>'lcia
de <l<:('t.'t.fer al AC'<'p.tó clmndo Jc dije que- i••f''" otros otro- t('cn;). Charlamos atn('tl"t"Cnle, tomamos de champugne,
Sucedió lo ¡.>r('visibh:. Wcndcrolh se mok•::;tó conmigo, y se re- hasta: qttc el \enienle y el c"pit5n ;)1\Unc:"iaron qu1.• S(" ...Mm(''
tiró l<'mpruno.- ...Max"' pudo 1\Jl>l<\r con el dimclnr, quien demostró \lprc:rvech6 la y SE" fucrun Jos tft:'S.
intcrCs e trizo. que E-1 C;\pit5n Alejandro Durr,o.s -su ay\ld,utt(.'- anotara Confieso que;;. p<'S.lr d e que lodo Jo qu<" dije era ci(.•rto, lo vilal
di! inrn('diato <'t\ agen.d<l una ('ntrcvis.ta con "'Mmc''. Como a006· en nU fue el mí<.'do. Scnti tl.-mur á tr.msita.r por camiJlOS
tumbra en ciro:'ulos cuando el mron('l S<'" fue-, ::oe rclirarun d('S('onocidos a1.'Si• fed\3. El de im<oltl<:t';)rme roalmt.•ntt:- 1.'().1\ ;lltuict\
todos los ofitklk'::i. de mOJNA. En csns dÍi\S no l('nia naéla d ;.tro, llJda <$taba bien. Por
llst.lbamos COl\ fl.·lañ;) Al id;;¡ )'Alejandra comparliL•ndo algunas hoy quP lo que le dije n.:'Spcclo de tem1irt..1t una relación
impresionc.os de l:t- l'('unión cuando srmcl el pot'lCi'O eran Juan o:mtcs.de ("'mt."nZ<<r olrJ, sigu(' válido y \'iS,Cflle para mí. Una
Morales_ M:tn.'O Antonio St.ez y Fl"'rl'('r 1 ·im;.'l, Nos :;orpf(._"'tdimns. M¡'lr(.'() du;.d m:: 1.'0mplir..a.rta (.'tl cxtr<·ll'IO, Sl'ria inc;.1pa.t d<." sr>slencrla,
Antonio inici6 una con'V('I'S3d6n wn .Aki:mdra y )IIJI\ Moráh:s cun quE' e_o;tuy utili:t;.mdo a alguit."t'L Y l.'ll lJ I\ m;.ls soy volada,
Mari3 Alldól. Yo (.•:.taba en un sillón ron ''Max", y en m'l bastante l.lcspist,'Jda, a.si qu<· lo 11\.ls probilbk• t•s que los
momet,to intcntcJ abra7.arnl('. l.o dcb:) que me sentía oonl.'bmc; o "lgu pateódo.
atralda por tn,l yOr pcru scnti Fue imtintivn y iorluito, A pes.1r de p<.'ll!X.Ir JSÍ, tuve reladonL'S. tr,1ns.ilorias, alf:,<urt.'\S en
ya que pcnnitió avr.rir,uaT l.'OSJ.S y se ll\<' pktnt<'Arun Fueron 111\ t:omptc.to fr.K\1$0. Y p<'lf últim;J, 'i'lltnqu(> sut.-nc a
nuevas incógnil>lS sobr(.' Jos procx.-dimi<-nlo!> d(' la DIN'A. si hay atgv l)tl<." me t"najem\ (.'S h• promi;;cuidad. Tal 'l<'7. vi y
ParJ ser fmoca, oo le dij(' un no ;,t{•J. Dije: "No, mientr,1S t<'nga viví dcn·.as.i,ld\>!> CQS<Js.
otra relaOón"'. Tr'. \t6 de diciendo textualmente que mi Hoy me doy cuenta de qu(> mis k'ti\C>r'CS al res¡x-cto, sun\3dos a
actit1'd (.•ra ..monji!", poco ('01\$1.'Cucntc con la mujer decidida y va- una arwrg.1SO\ia funcional inOuyete>n en qu1.• yo
Ucnte que (>J conod;.l, Dijo E':">:lS C003S qu.<' $C ::>-upcmct\ har.in que misma me lro\mpas. t:J ..yo n1C acuec;to o no"' L'OI\ alguien ..si
una se sienta a. iK'L't.'tlcr su )X't\a. de SCI' tildáe.la de yo me pc.rrni Ha -at:".. s61o a rd;.ldOt\('S que
autum::primid;t"'. inlu:itivamCJll<' s.1bía llO serian tr.'ltnllálira$. l!sa L·ra P\lr.t mi la únk:a
Me ca11só {iS.• (."::lCUcharln: ..boOO <\u.torrcprimida" cm lo más posibilidad de. f(.'Clblr m'l;l <".a licia, que n('C('s.il.'\ba y muchó. No era un
inofensivo que me habf.'m dicho t."'l los "Últimos a•\OS. Me causó gTacia lntcn.".s &.'.XUt\1, ni siquiera hablo de Buscaba l<t de

262 263
........ que -"U)'Cnta:ra los fantasmas y temores. U iluslórl de que el poder . . - lo vida y 1• mU<J1e Fue: oh!, después de ..e
aunque fuete sólo por me un poco de que me alrt'V( • menciona-r que habfa vls.to a Rkardo Lagot
<'llrillo. S. f'l\ Villa Crimaldl y que penSilba que muerto.
Úl COil('i('ndiJ de QUC «.-nía dificuJiadP$ lllC lfcvarol'\ ,1. dccimlC: mcoronel ""'
el MtXOsólo l.'S un¡¡ fol'l'l'\l m.is de comunJcaclón. Algo que puedo que pu<.-'dc.-. haber convel-'53do c:on fue y
o no. Y OlCUñé o hl(t mía uoo fra..w. "Me n.-ga.ln,. sl tre d.¡ la colaboró. Por eso lo d('jlmoo en lib<Ttld. Noo ayudó mucho. ¡Y oN>ra
ptr0 no me Vffldo"".
U primera \cel quo U diJ: fue al diredúr dt b DlNA.. a Manuel
•od• J)OT I!Uropo habl.>odo
runcilbtS-
.-moa! Snn muy d...gradrodos oloo

Dutante una ftl<t'pdón mt s.a.<6 • binar e inició la f:.'Ono< Como mt- qu<."CCé nútBtdnlo sin decir nfda. preguntó.
-¿,Estás dudando de tu coronel, Luz?
.. eres la •n¡l» lind-A dc mfs d('l<"nidos. N.o me dio tiempo • can testar y agl'("gó:
Coronel, gradas. Pero pt.-nsaba QúC t..'J'a funCionaria y p.tr<t SL'f'IC 're l.'nticndo, pt1'0 yo quiero que tú en mi y te voy a
(rJI\Co\,prefe>rirí;,t qu<! dijera la m.is intcligcnlc riendo. c;k-mostrv vivO·· Continuó habLandO otras oosas cumo 11
-la más......_, <k lu <ktcnidas c¡uc po><l po• la Oc-. A, q....., no te hubiese túcadu el tlf'1'N.
dcdr,. y también tnuy Y de- lKTct.d $é si bdla. A los poc:n$ d'-S ("n((ntté en mi ofidnl una tarp."ta o:m foto.
pero lif muy y todo I('U.(ll'\10 Sólo pSdclo. mplu que hadan nf«et'dl 1 'lgUN J."'btic:ad6n y en la rual Ricardo
..Cr.:actas, rorord. se rtf'C"'"C.., MNJ materiales. l..ap habría mnteladO 1 prcgunLU dofi un periodJsta. W
- ¡Claro! Tcxfas C'Ows que hacCI'I 1,'1 vlt.la ag-radabJc. Ropa. ¡¡.in imaginar que ('Tol el Ricardo qur ron años &erla
dlncm y todo lo que :K> puN.fc comprar oon él. dt" Educadón en PI primer pcr1odo del gobierno de la
-Y coronel, ¿Cuál es ol ptl't:i.ul r<trquc imagino que h:.y Cot-ccrtac:ión. SL-ntí qut qutrla creer que cr"' ck.·rto. Que Ri('8r<IO l..¡t.•
uno. so• Salinas estaba en Europa.
c:on-..

-·
-Que sea amabl< y !'ero ""' 00 f\10 todo lo que oauri6 - nn<he. us 11<'0 .,..
-¡S.be, coroncl? Yo me "'&"lo,¡ ""' da •• pero ao mo dlmao cuonoa que • M.ulo Abda,. • Alejondra y • mi. el corond ""'
d1JO 18 mismas c::óSiU.. lA de rneoj'nr t'IUf'Sb'a litu.dón via reYcirtNrt'IOS
rechazando il w dir'C('tor, Lu7? con 1.9.
S.br.t t¡uc )X'Ir un wrreno A.sl es que Recibió tres iguales. Un rowndo Con el dt:mpn
do dt muy Konrlcntl,! y hasta <.'Oqu('lt\'Uldo diif-: me comt.'nzaron a llamAr lA atención varillf coAs y hoy que es
..No. No roch:l.7..0 al dirMor. El djrectur .e <''mbió de sombt\'10 all•mt>nle probable.· t¡uc de haber a('(('dido alguna de las tl"CS, no
y &e puso <.'ll el pL:inu d(' hombra. Por eso yo rotno mujer pucdu decir holbrla signiñcado autom.ítka.m&.'f\M pera l:,¡s Brtp<ias
no. .........,.;..., que bus<M>In lnf<lnnadón por lo Yb del <Omo:rciu """""'·
Rio,. mientru se&ubm(b bail.t.ndo.. una cordialid.td UN. posterior, en oponunidad me- u.na
y una aJ.eg.ñl quct JXV ciatn dentro de mf no habá. Mo- mc.'dk'ñn rondi.K."t.l de las tres. QU!C' cl n.'"turro de
nwntos dL"spués el coronel nos pidió a las 1"" que lo rodc'.iramo$. los. lfCS ofKia.lcs no fue e5p0ntJ."'-"'.
Marl1 Alicia a su ir,quicrda, a su dl!rN'I\.1\, yo senlada ('n el de averiguar alg<t más, le a Rol( lo que el curuncl
S.UfiO ll\.•nle a Lus <'riCII\1(:$ do pie rodcándOilÜ$ el <Orond brindó 1\\t habLa dicho, RoH $41' rió y lo atribuyú 1 una demJbiOOoón del

-·
por tres y dijo algo •«"rca de que 1'10» habl.l d<Kfo ta vM.a. c.vroncl.
Que era C"'tno un piJr.J nosoc:ras. Qu<- a tu Jlt.ro ruda Si<>mp«' S<>Sp<-cho! que lo DINA lomcnt>l>o l.w di!<.""""" que
f'Xhd.an Ctltt\' t.4aN Ahril. y yo. No tu con'lenté nunca
Lo miraba pL"'lSSn(io.. ¿Cfto(orJ su propo C\ll('fttn o lo dire par.a " " ' - ... condicioro<$<1<'<-..luarel romo ll»n e l l o s -
que notOtrils In lo que ahm\a <•s cierto. Se hl 5us propas rclaciol'lll"S l1borales y pcrsonak.-. con JUS ;eres y otTO$. S6

264 265
q\W' ts C'Spt.'<:Uiar y 1M vez ..- t"'tin-.· una falta de Pero aro
que Lb tres unida$ 1<'$ h.alx'tarnos causado más de un dolor de cabeza.
;..;o me atnovt nuoc.t .t
Mb.lucM.s L'Tan bien báslc-Js. Sobn."Vivir, huyendo de la Vicarla
y •ratando d e no C'St\" 3bjVh.namt.'IHC! a n'I('T«'\1 d(' la OlNA. Todo ese
iba dc.:·s gastándomc. UI\A ..·ida prLomria a.m mucha soledad, y
tcml4.--ndo m i si\U\Kión (u(.'1'a Scguf c:Jur:t.ándume por
no t'l.CUI1lbir, INtaM de convcno:rlos de mi INllad. ntl.n•
h:nk.-ndo algunas de U., que dios llamaban -u, JX'.'Uharidadcs de
l.AJ%'".
¡Qué diñcil result.a d("!.(''ri'aanza pcnnanMo\t «t todos! Con
un mi'rumo de OCC'Cp\....,.'1(1. p.lr\1 nu \.-nluqucc:cr. Me que seria
tan fácil morir; ru"'1'U> me d ije: ... \'IVi:a$ un soln
i(.-gundo \.'lt el tu \'ida, ah( tu ruturo.
F.!\0 es lo peor quu putXIc• Mlrl'lttc- y eso ya lo (:ad.- hora, cada
d(o mjs t':!'l Ul\ triunfo, un n;-g¡llo, razón de alc.¡,;rí.•"·
No es que me In <TC')'Cr.l -'•ltOmátic.uncnto de> t.OIO pensarlo,
peru me hada bim K'lltir qut.: 110 estaba del lodo vcnckla. m el tcrre-
M tomOCivo, m1 t1lún de Aq\li&M, httbo m quto ecxedr 3 un.
f\"QUC."f"imicnso o lo -,6\,) porque aa tan ('1 tl"fTUf, saber
que !iCria incapa.1. de (..•nft\.-ntu csn hnrat> 5013. No \.'1'.! Wlu pn:xisar
«<t'l\pi)ñía. Supongo qua tora no p()l.lcr- mnnú&.., mi5f'N, No pc>--
dí.• t..'ludlr mis pmpi.afi Ovillada en mi ('o\m;),
111,1 lo¡,'Taba ver una !-.l!l,l,c. Nu podiil apoyarme "'' n'li (,,m)lia,.
que hobian l'.u(ddo t.HitU, que co11da lapso IX'rt\1 d\.· t.:IIOll tralab.l de
éllm' no comprender la t'IUJ.t<'lón. Me
P'ln..'CÍa que esfX'r:lb.1fl '\•h: yu ks d:ijl-ra que bk'l\, y yo les deria
que ot.tba bien.
Con el-nil\0 cr.l n\b dificil. 1:1 paf\"da p:-rubir mllcrmr.
pedirle muchas <Mal! y mc- !Cñtia muy culpab.... (('IS.)S quc-dt.'Úan
n:bdñn ron medidO)) d4: 1JC:SUridad. F.la \'('('("S. pn."SUnt:abit, yn1rat.ab.1
dt" )a vc.'Tdild JX."''' ••n h3CCrb •.k"m;l.siado "pMidA O dura...
C{Ucria pero t,lltlpuc:l, marcarlo... Dllr,tflte .ululi. culpabi-
lidi1d poutó nU cunduna con sol>réprutc.•giénd<lln. de c.l<lrlc
una )'0 no
F1\ la épv<.-.;¡ qttc c!ltuve tt\ 13 FNl c.v mo alumna. ('Jl dtlSC5,
('StuJiando. me ron('(tJ\:1\1 (1 menudo wn el tnllhantc. con la
en Tonús \.forv u lncs.JI o ('1 Cvrn.ltC: Central. Re-
con.i.Jto a Alcpndro. nlta' V\"t't"! Ricudo Raa. Me Ncil d-'0 suponer
lo que de segui"' ¡X'nwb..n de mi

26ó
 El '"fimto

• que me Qui<n> que mbkmus del orod;al. • px .. sci\ou y..., bd1oo hijos. oamporo po"l"" "'""' lo pídi6.
-jAh!, del lenien..,, -y riendo bien t'u<rte-: ;MofO", al M oiqlriera por él. E• por m!. mayor. Porque no prOOiemas.
¿A qu &m tr-ata de l"<."'eatn, mayor? ¿A de 1011 prrl$ de un Pur cw.. Pt.nniso
lacho y <inko tL-nfente-? o ¿¡al pnbrC<eih> e inde-fcnw de las de Me sonrió ron llimpatla.
e»tl mala mujer? - Te CIHiendo, Lut, llc'! que c.osr.ls c:nojadu. Tienes mi J)C'r!l'ki50 para
Nu fue&ucs, Luz. Quiero )olb<.or fhUCI. Qué pOlsa No l'\.'tir.1rtc. Y'J
cuowlri nada &o que sé ron la Luz quc creo conocer. Y Jo Unico que r.é &o 3Cabó la rcladó•'· El ofidal me l.lamó varia» V\.'('("5. Pero el
la seoora del ofidal !Mt ptt'Ó codo eJ Ein de semana llorando y Aho Mando podla <"$t.'lr tii"<<Uik). Su hnmbn: cstiabl • ali.llru.
f'T'I'tUnt:lndo si l.,t misWn
Y cn:o que <>taba contigo.
abnegado marido muy pdigrosa. F-50 me pcnrubó '"'-"""""claro cuán ray01da
Moña Atiáa. Alcj>ndro o yo ,_ .,.Lirionába,..,.
"'* ll cancha. Si
con oflcl.tcs "madu-
yo se lo a¡;anó • 11 lo Contrairuclige<ldo funciono d• ros- ro hiabt.l problémas. SI ocun"..a ron un onrial de 1a
Aunque algunos N ubbn. por ejemplo el eapiljn l'tdro l\U{'S.lQ o algo mb de inmt'diato Ífllt"t'W'nt&n. Yo tU\"e
Tichautr S.llet."Clo, amigo del once.al, y algún oll·o ofid¡¡l \'t'C'b\0 wyn a algo de sut.'1'tc. "'Ma".. stcmprt un caballero y h.uca clq;antc para
qufe·n muchacho hábia Pf'dldo que <te preocupara h.lbtl alr.un.a la$ Y 1-(olf actuaba., priori. Si <'l,gCan onci.AISI!' A<'ei'CSba
en su c.asa. a mí, a los pocos nUmHOS liCN'l» y lo
conocía a la Séñorá del onc.:i.al. Era una loUta oumo IU· -Dfr,ame. capit5n. o\lgo? El jck de 1.- $tl\ora soy yo.
sC!nCt. Tcnian dos hijos Mt- s-entí mal ...Max.. a.abet cómo cosa de trabip puede prcguntárm..-1.1 .t l'f\(, Obvtamenle
plantw.rme las cosas. P('l'bé; -r•nk) csd.ndalo, quiú.s con cuoSntas ningún oficial Jo tn {()nna abierta.
..... ha 53l;.Jo y wldlll en <i lururo". Ju:pliquf at¡u - . . . . Lo que yo llamallo "\\>ndoo modios al ......-do ofldak'> P';
f'lt'!('. no OCUJl'i¡¡ ron otfb funciOnarias del Cu.a"e4 (;enlnt HaiT.a
-·Mar", btá bien. Ptq91Nt<Ctf' directamente., y lo m!l\tmo que •lgo de M tas ttcs. ¡Y muc:hu de
Ci una t'eip'IJ('Sta ¿rur todo este dran'IO'l Snn sólo Durante el curw en t, [Nt ut\ dí.ot de invifmo en que sahmos
unM c.Hu, bonitos. ¿O es que- t.•l pMbl('l'n3 soy yo? Sabl.:11 muy bkn al .s ol durante un recreo. el entonces jefe de la Unld3d de
cuánW Jo.c¡ cono1.e0. ¿Acaso un mon umcnto a la ¿Qué Contr.Lintclih-tncia Man:elo fut."'ltr..'tf- me llamó y me
crt..'CI que le hari! .a tu llevó e uno de los po.du• b'ascros dC' la escuela dicfl!ndome:
¡Ay, qué> muj<.'T! No, eso. Métctt.:fo bien en \.'N dura c:a- -Un amigo tuyo quiere verte.
bctnt• quC' tic.'flcs. Tú cl problema, pero en otm El Sentí mkdu. En el Au!lin Mini del Raúl
cftdotl no M Ull !ianto. De N-3diC' lo es. ne ók:ucrdo. PcrC> ét Navanctc_, el muchachO que f'ntrcgó a la DlNA todJ la inlormoteión
1n.1ntuvo dentro dC!' limites. Jamás &.lt6 un.;a noche • JObre: mi Se bají dd ..uto. me dM> un (U("fte abrazo, y tólo dsp:
su eu.a. Y ahora se ''a. amligo un fin dt largo. Yo lo CXW\OttO, <2'* bueno ,....., bi<n.
Lu.t. f"tl6 mamorando 4.1c d. ¿Qué luris Sonreí. Al vttlo p<'l\<é que exisrio lo po>ibiUdad d• estar
'P<'n>é <..'fl Patricio. No lo N('( a ..Max" ni la 11.) que di;:,. Pf'l'l"• me jnvadió un ....:ndmi<."'ltO de Mda y mi som1N fue más sirn--ra.
Era estilo. C'".onscguiria quC!' ccmúnar• ron ofidal y de f)\lj() ttndrla Creo que me eoronlré r.oñ él, tácitamente. pero de nl.1nt'r'
qt1c 1101\lirmc ..n.-gio... l'l·ro r(.'C(Ipcioné el Eran'W)A de la misma micrd.t. \'Se mnmcntu me pan'Ctó
-0.1<., "M a><". Se acabó- N u 1\nbrA más prublemas. Por mi p•ute que era b\umo-, C$1Ablmos subrcvivlcndo. SC'ntf que me miró c:on
a1 m..:nos. alivio de verme viva. N má!l
-No Otrd C(lSa de ti, yo quiero scpu.s que la
..OO..d•·-
lt lniLTnlmpi.
-·Mh.... no sigas.. franca con usi:L"d, rN.)'Or. No

268 269
 LA "CI IATY"'. SUBTENit-:N'rn DE EJERCI'I'O

15 "'Cllaty'' 1\0 la conocí la d ivisaba cuando e-lla iba al

:C\I.r,,ot c;enef'al, No sé encuadra-rla C:Oit certc:za '-'2' sus runciom.':S. las
cosas qce sé de cUa es pnr n.ofcrcndJs de Kolf Wc!\de'f'()th y
c.a:pitán con qui("n ella tuvo un mmanre. .
Rol! \o\'endcroth me oontó muy rnolestu -malcstJr que me ¡::ur«'ió
pnuino- que rubia y pena porque el oorcmd COiltre:ras habla
cambiado mucho. Mt'! dijo ya -no era d ;:uni&O que conoció por
aftas. Estab3 <fotuJo pot:quc l'in de st.'U\iltl3 anterior, él y su esposa
I'ERIOOO A LA ENr hlbfan t.-stado la <:asa de Manuel (:Ontn.'Jü$ y el (omncl tü S-iquiera
hlb¡:¡. salido :t. Que klbfJn mmpartido Ul'lllS momentos
En curso en la F.Nt, no qué lugar oblu\'O Moria Alida, con La sci\Of".\ Maria (cspos.1 del ct)runcU, y que 1a habíao encontrado
Ah•Jo'tndrá ubtuvo Ja scgund<l califkaciór\ y yo 1;) cuarta enlrc véinll JNI, yz. quL' cvJdtntementc dk'l ta•nhién IQS cambfM de l>U
dós oficiales. Volver al Cunrtcl CJ<-ucrat mt" pi'Odujo un s.ibor amo.u mañdo. Rolf h.,br..l sido uno dL· kl6 oficiales <:('teanos a ContrCf:)S
go Oc$pué!i 'que oc.:urriO <'.Stl c.:urta e inb:.'Trumpida rdilciOn con desde los inicios de stl Cuamlo Wenderoth cr.t teniente y
:stuvc un par d(' \'\.'Ces C(u\ "Max"'_ l.o S(."nli oomo a1go eslando al !k-gimi<'t\10 de lngcni<'i'OS de Osoroo, c:on1rajo
pend1cntc . OurJntc <::c;os ;,lfws que yo podcfu haber ;.lmado 1 y sus p\\drinos fuccon el matrirnonio Ccmtrcr;,'\S..
hombrt-. Sin "'lli,c" ::.:implemente por mi v ida. ValdebL•rtito.
Creo qu(> mayor es l,l hudla que me df'jó ron su de ser mic n Cuando Rol! llegó a laDINA era uno de los ofiriaJcs c.."On
tras detc•\ic.lil. Tuvc la fan tasía d(• que ho\bía log:rJdo borrar exp..-dito a Contrcras. f'()("() a pocO fue #ma-rginado", él por
los !i'-'ntnn•cntos, y ni siquiera rm: importó. S61o vJdV y dolor Valdh·k-so y Pedro Cspiooza.
tmís <'r' nú. Ap t'CI\dí que podío.1 <.ost. u con quien rucsc - ¿S.."lbcS lo que supe"? -me dijo Rolf ese día-. El "M::tmo chk-o"',
•gual era yo. Sótu quc fl\Ús ViK'i..'t-. Ew c..o; algo que olvida u un-- ti hijn de apar('nt('rnenle tllvU dificult.'\des para
c.:a._ tnid,li'SC y el rorouC't le habria pedido a la ''Chi.\ty"' que
llay f>J)()<."'ts de difióles. Esa époc-J era asi: sentir que no $e ron é l-. \"1('2\dcroth estaba htdignadu, h<lbló de la utiliza-
S(.•pm>d_e. n.nidar ('1\ ni nguna tie-rra y que aún a.o;i surgen deseos d t ció!' que- se hadendo d<' t.1s persoru.\S, de la "'mala dMe" de
qur.(er \'J'l1T. L(l po(:u <JUC (tU-Lxlaba d<' mi, pugm•ba por S<llir. a lgún ((ofTl(.-nino y c<KSaS comn: "Qué se puede
S'-.ntía toda herida y a tm medio vacfo, ho:.til. Entor\CcS rar <le ("Sla.s mñitfiS, si la El><:u("lJ Femenina es la camt d'-' pt•tas del
nw d«!•-¡; .sin se to n''' cr cam iu.•1r ligE",.ro, habrá oLro tiempo, . ,
otros d1as pam hmQU'S(' en la lk·cra y tal vez... (Jorec('r. J'(:ru.é Ci\ "Chaty". To\1 1/('7 1Vl tcnÍil ooociencia de 1\ado:t. Qmzru;
F.l ••ño que fu i a la F.Xl fue un M-o ""bu('no" en In lallOr.tl A <!lla.. 3un siendu uJ,<l. ofi('ial, SC1\Ifa tntre la csp.1d3 y la pan.'(\. F.na
medi;.1dqs de ;,lgostn me co·nfirmaJ'Ot'l e-n el rol (k• d(' era menOr qu.e yo. ral vez. ('in(X'I o seis 31\0S Si.\b13 cuánto uno
dón en la de lntdigenci,\ Interior y se c<ud.W\l en uulapso ast Subjeti ... la
me que p.ls;:il'lá a la plant<l de- prolesor('S parl-timt <.:OI'\oCX.Í. La S('nlí hennaui\. Pensé: "'-a lo mejor ella tambi.C•r\ qt1c
de la en el r ,\I)IO d e Mar.x.ismc), <Ornb profesor ayudante de-l r')() hay salida".. Me on (rin de mue-rte recurrió Oli ser.
rom>lndanle W(•ndcrolh, titu lar del r;,uno. A lil.$ tres nos a scendie- ¿Cuántos habria de conolX't' ;,l(h\'? . .
la personal civil co-n c,lt<•goría de ofidal y mi ho):J Rol( se vcfa enoj.;ldo, que aca!:OO a él le doha mas dé lo
de v1dn npar('('{o'l m tachahl('. Yo ca da día más ajena, mós triste, TM$ f'('(()noCÍd que el Jo marginado dt>l grupo d._. orici.ales que
$(l),L,
lu rodeaba.

270 271
 rllnfimtl.l

JDENfiDAD URUCUAYA
Al tenninar el curso y al ••olvcr a la oficina, me llamó la atcndón eJ
que Rolf se ocuparu de manera más insistente que nunC'.a de mi se·
gutidad y acerca del <'6mo habrí.i. de vio.'ir en el futuro. Hasta ese
momento la presión pot (') L1.d0 los- conti nuas citaciones que <."ma·
n.aban dcsd<' los tribunales para que compan:dcra como testigo C1'
ca!'IQS de desapar«idos" estaban caratul;¡das <.'ll
es" las c:aus.ls-, no l'li.lblo.\n constituido un ri<"Sgo S('riO para mí.
Pero todo indicar que lejos de d isminuir, Ja presión se haría
CJda \lez máyor y permaneJll<' J)Or de la Vk.arl.l.
La orden de la lnstitucUm era dara. N(tdic d<.'C.larar.
Durante 1991, afio en que tu\o""e ocasión de rC'\'i.sar mucha prens., all-
y rrordcnar Jo ocunido.. me di cu.:nta que el decreto dcJ C;)mbio
de la DlNA a CNI data dc113 de agosto del ai\o 1977. O sea que la
ofi<:ialidad, al uu.'tlos las j:!latur.lS, <!stuvicron en conocimiento di.' Jo
que ocurriria mucho aoi;('S qlte el personal de la institudún. incluida
yo. Imagino (Tne eso influyó en qu<> el l."'nl.."lndantc Wenderolh se
preocu¡x¡ra CSpt.'Ci<tlll'K.>nlc de buSClr la m.1ru._'1'a de eludir le> qu.C' ese
momento me transfom1ab.t ('n m\ flarn:o \'utnerable para la h\Stitudón.
SegUn lo qut:" se infunnó. el coronel Contrx.-ras autorizó que
se montará una operación 11 que yo asumier$ una Identidad
extranjera para que pudk"SC vivir en Chilt" luego de obb..-ner una re-
sidtm(ia tC'mporal y quizás alc;Un dfJ solicitar la nadonalidad chilcn<\,
oomo <'St.abkX:í.'l la Jegisl3rión de Extranjt.-ria vigente a la {>poc."J.
Wcnd<..'t'Qth Po7.o, con el subdin.'Ctor de lnlellgcJ\ciilExtc..-riur, el
c:omandtmte Arturo Ramón lJreta Sii'C (falJcciú de un in(arto en j1.dio
de 1992..-t.'ll cf Militar).. ptanifiouon todo. Urctá Sire se contactó
con et hombre Ue la DINA en Buenos •d capitán C'hristoph
Grorgc f'auJ Willike Fl&-1, quien <tdtmcis era el contacto de la DLNA
<:l):n el Servicio de IntcUgcnda Umguayo, para que consultara si ('r'a
lac-tiblc que ellos me dieran ('-S.'\ ídN.tidad. Viajé a Monte.., id('<) c119
de de 19n.
S•\lí de Santiago con un;¡ o.\lula de identidad J nontbl'(' de Ana
Milria Verga.rn Roj.ls y "'olvl de Montevideo COfOO Grildel.a
Mir.md;l lópt."'Z o L.ópcz Mirand;l el30úc agosto del mismo año.
Rol( me llevó at'ropucrtu y luego hablamos por t('léJono CQO
cierta íTecuenci.\ pam coordinar mi y momtcncrlo in(onnado
de-l curso qu(' &::b'Uian las En el at'fopuerto de Carrasco,
romo estaba acord>'dO, me recibió el capitán Chrlstoph Willike, quien
de inmediato me puso en contacto con un señoT que dijO ser Roque
.. deJ Servido de lntcli!,"l:ndá quien junto con cl
capitán Wj])ike flt'lcl me llevaron al l·lotcl IblcuL ('0 calle del mis.
mo nombre, a pasos de la plaza Dganch3 de Montevid'-.'0, y me- hi·
dkó que tt'J\fa otras cosas que haCL-r1 pétO que en el oficial
uruguayo.. conocido suyo.
En Montevidenapruv'-.'Ché de COI'.ottT los; lugares más pintores-
cos y deo apr'C1lder lo millimo nca.osariú en tan corto plazo para po-
der volv'-.-r como uJ\a ciudadana uruguaya, u SC..'a., odoptJr eJ acento
y modismos locales. Compré a diario la prensa para enterarme
de aquellas cosas que se supone sab<: un ciudad¡lllO
país.
El oficial me de ..·antes de la historia de
Uruguay. memoricé nombres de jugadores dé futboJ de 1..l (>poca, de
dodades.. <'alres, diarios, rc\'istas.. ett:. Me tomaron fotos para la o."dv,l3
de identidad y <'1 paroporle uruguayo. Cuo.mdo vol\rf 01 Chile me es-
lab.l esperando en cl <K't'opu('rto Rolf Wenderoth; pusamoo a dcjilr mi
m31c-b al y de <thí fuimos al cas.ino del Club de
Carabineros, donde se realizó una n.u-pc:ión parJ ct-lcbr::lr el onomás..
tico dcl sulxtir<."Ctor lntelig.c.nda Extcriur y el cumpl<'ai"los de Rolf.
Antes de partir de Uruguay, como se me habÍZI ordenado, <'t\tf<'-"
gué la cédula f.tlsa a de Ana M.ariil Vergara RojJS &1 oficial
Vcrgara, quien se la envió a OlriSthop Willike.. el que a su \'C'l: lt'l
n.'mitió n Chile por \'fas que ignoro. Cuando me 101 entregaron, me
que ho.1bla venido por valija diplomátiat. .
Con la documentación un1gu<",YJ a nombre d-e Crncicla
L6pc-¿. Miranda o Miranda l.ópez., no lo rc.ocucrdo con ex.lctitud..- Rolf
Wen.deroth Pozo inidú los tr.írnik'S averiguar cómo puddá soli·
citar residC'Od3 fKiTa. vivir "IL-galmcntéN CJ\ Chile. Como de costumbre
acudió a los <l!,TCntcs O.lrlos Eslibil M3r,uida y Aru'bo.11 Ruc.lriguez Dfaz.
Los se1\alaron que no hi1brí..'\ .,¡,,gtuta dificultad en coru>egulr·
me 1a n.'sidenda <'1\ Chile si yo poclia exhibir un col\tft\lO de
Con Rolf Wt.'lldemth fuimos.a 001Wcrsar con el ofidal qu.c oomanda·
ba la unidad dé <le la OINA, quiL'n nos dip que no
1\logún prohlema por cuantl> esa. unidad runcionaba con l:s
oobt.>J"tura de w1a cmpres-1 de computación.
Una vez: que cJ fue ll(>Mdo am mis d<ttos y obtenl·
das las fiml.1S necesaria:;, acudí a I.Ls oficinas de Poli(ia lntemadc:nwl
ubicadas a l.'S.1 fl'Ch.1 ('O el antiguo edificio dcl Gabil'K'tC de ldentifi·
C)cióo, <'•' IJ calle Ccn<.'l<'ll Mac:-kCI\a, acompañaron W'cnderoth

273
 El fnfimt()

Pozo Y Estibil M;l.guida. Fingil!ndo SL'r uruguaya los trámite' FJ dia en que el ;.1::;uuto se hizo p(Jbliro hubo muchas n ..-unioncs
pam obtener r('skk·ncia <'H Chile. d<: Jas jcfl.lhJr,ls con e l din.octor Contrcro.1:> y tumbK>o un.<t para lodo el
OINA C'<lmbió . a fue tal la tlinámiC>l que $(' ¡:>eTS(lnal qut.• :;e C(.'<lli2:Ó ('(' (') C35i110 de La diñgió el
prodUJO i.ll_ la institución <.)ut.• no hubo oca¡:¡ión de segulr !mb<lir('('lOr d(' la DI NA, el cntona..-s <:urond (E) Ccr.{mlmo Panlllja.
con d1hgPncras-. tampoc-o m(" atrcvi a p lantear esta situ.a('ión a In Dijo qt1e ddndo á lft.."tniobms del MarxiSmo lntcmadonaalla
CNf, por Ja c:ual <k-scono7.,oo cuál fm: cf deitino de eros d ocu· debla en/rentar, de rne!i-ti()namicnto. Que
la nrNA no e ra responsable del <.'Tim.c:n de Orkt1ldO l.elelier, pero que
pura protC'ger tllJ orr,.ani7.41ci<ln, ésta de ne>mbre y tcndña
algunas entre J;:.'S c._t;>lcs que Jos detenidos tic
CAMWO DE UINA A CNJ CNT S('r pue$10S a disposición de Jos tribun..11('$ a los cinoo
días de Sl..'f dd1.•mdbS.- o-puC$10$ t'l\ libertad, sin <•n el fuisrno
L'<j DJNA <:i.llttbió n?mbr(". L-u inst il\tétún -IU"guí;.1 comandada por pbzo.
Vur;)ntc f.a quiJlCena P..mtoj;> <'gr<'g,ó que nn nos pn..•ocup<lramos, lodo S(>gUiña
ttcmbre la (.:Nl a mt('nlar rcsolv('r algunas situadollc-s que igual. la in:;titud6flo sor'l(\lña ('1 prohlcma, que eru tran:litorio.
como DINA tema De rlt.ls hubo u.ttt que me afec-tó y Qut- el Conll"(>t"as fuese el director d(' CNt {'l'a un inapn..."-
fut.•rt('. ciablc del prt.•sldcotc Todo el restv ftt(.•ron
el J'E"ríodo <::.tábarilos en la ('$l;:ucla, Alej.:..ndra se del <:aráckr provldeoci,ll <1<' la inj;tituci6n en csu de
d<' i.lrrcndó 1111 pcqueno dcpartJmento. Pocu despu{'S, Umpi.;'lr ('t Los funcionarios quedaron tr.lll<.jlliiOO. Ell':"leuchar que
Pobletc, abogado d('l Dcpartarncnto n)(' oomu- Sl..'b"llirían rccíbi<'OOO sus r('muncracinnas y que el cambio se
ntC'Ó qué t.on u n Fo bl'('vc debía devoiV('t cl departamento fiscal que para nosotrus, sólv L'n cl cambio del lognlipo y pie <.k• fim\J. en los
la fnt"t'(" 12. pu{'S ('nfn..t.'<ld<) ., algún ministerio a dO(mnentos, hizo que nadie d iera rn..lyor importanci<l al hocho y que
camb•? de o trJs oficinas. Me pat"«ÍÓ un inlc-ntu por ('vitar problemas ruera de esa reunión y d e romchlMIO un par do días en el no
leg.."'!t'S con lo.s dut'-11os de la prupicd;1d, pues unos día$ <'lntcs nos ()(1.trrlera Jl.1da más.
c:n tcrado de que un famili;.\r del propietario - Max Jocl Sin cmtx:trgo, 1;) jcl.11ura estaba inquieta y era f,t('i l supon('r que
que estaba en el exilio h<1c-kt t<'StionPS p.:tra rt'('llpC'rur e l más cusus estaban ocurriendo. la ('típula d e la OINA ft1C absoluL.\·
mrtlUcblf". 1'1'\Ct\le h('rmóí ica r(!S]')C!C:tu, flKTa de la versión ofidJl alribuyendo la
Comenc-C a busc·ar a lgún lug,u para .arrendar. Al éumprol.xlr msponsabiJidad llc Jo ocurrido _,.¡ lntcrn;.¡dunal, y que ('\
no estaba <:ond icicmcs fill.:tndat• .., n o.tlqu sun\ado -a Jos g.1$tós asesinato d.e dOI\ habí<l sido un crit:r'('O po>siort..ll.
de
_., educm:mn y
'b' llmntonción de mi lUjo, co•\n'T'St! con n;,<frc
,... , Y 1e l'or <:.-sus días, yv ,u\l.l;.lU\llrot.11ldO de> encontrar un lugar doJ'ld<'
rvt que r1X1 Jt.Ta a ''U(.'Stro hijt.t por tu¡os mienlt;)S n:solvfa \'j\'il', MÍ <'S que n() lci ni la prensa. Estaba dcsesJ)<'r,ld;l, vivir C'On mi
dót.ld_e \'ivir.. Me envió_c>l J)\1Siljc pJt:.l el ni•1o. En el aeropU.("I"IO lo hijo me pan•dá t.':;'tda díJ más imposible.
n:obtó una hostcss. quter' me r.,a rantfzó qu<' Lan Chilt.• se hacía res..
ponsablr. de cntn.->garto a su padre al llcg;.•r a d<'Stino.
la in(om\,tci6n se comc-n:t() a publicar del "ca$(1 L<'tclier"
una de cambios dentro de- tu i n..<>tilUd ó.n. Yo diria que el
<:u.ronel fX.TdJO parte dí! su umnip•otcnda e influcocia en ben('fido de
Ja•me Errob:uriz y otros en el Cobicmo. Todo esto se- tradujo
en un ."\tLonto DINA por qu<' el órgano represivo dc.'S·
Y8Si fue OOI'rtórCC'I.Irl'lt:ron .¡¡1 cambio de num!Jre,. que Cfl r..
p ráctlc.-t- fue lo que ocurrió. Todo siguió igwll.

274 275
 Ellnfin""'

me dijo que pasaba a ser fundOI"'drla de b OINA, Y a petar que me

ltustrado porque no era la bb<r,.d, P•'ns<! <!"" por lo """"" era
16 una nueva etapa, sin cucnprend<'f nü libtrtad nn podía c:Unncl.i el
No sal>ia eniD<Iecs que mi bb<r.>clón ln1pllaobo """""'con
..., poder, que ta liberud "' tosn opcléndola.
B <'O<Oftl'l ln\•oiiK1Ó al p<nenal de la OINA <n su p<O)«<I.
Preparó d """""' paro la compti<ódod, rolonó oquella> aodoocs
•clescablcS" pan la OINA r exlgi6 "blt>d 111<'00\dicion&r". RA!aJcrdo
cuondo Jq,ll W - h me dojo; •R«!bit algo del roronel .. romo
ftnnn una letra t.'n bhtnco.., •si tKWll elgo, no tenyJ duda que se
cobrará.....o cuando antes dt ,;.a)a.r a UNsuay que no
Juan M.muel Culltcrmo Contreora" Sc-púlvt'Cia nadó en 1929. El at\o mmcti.L>ra el <.'rror dt.• ..ScspN,rn'le o inrormar el romnel de mi viaje
1948 eg.reaó como olidal del arma de ingenieros y desde 1W"l6 fue didé,ndorne que "'algUn dia -..-n 'la de mantel' pod:fa esa
de tnW.Ugt.'fldl la Acadlrnia de Guem\. En 1971 infonn.,dón P"r.l comproanet('r o rhan!Jjcar a la ()\ti".
ba el Rl,PII\k.-ntb de lnJ;eniC!ros 4 "Arauco"; en 1973 es nombrado El poder de la DINA <.'U1wltU6 en vkli•1'1."1 a de fun-
din..'dor de la de lngcniQros de Tc¡.ts Verdes, lo que te pcrml· don.-lrios, cu.1odo {$tos l'(lmpiel'()n la ln«lndic:ioMLidad. Sc:.-gún la dc-
lió controlar una P""'k'l(.n importante a la fecho\ del Colpc. Ouranl(' so daradúndc Arh.tidLS &.-,:ere.\ Sll hcrll'\11'0 Mlgu<"l 1 lidalgo,
troyL'éturi:. mlllt:u· se dc:.t;.l<.'Ó por sus c:aJHkadoncs y mantuvo la pr¡.. cuando planteó a la gente de Cu1\)t1Ía y de La OINA de
mera de su promod6n. Comandó l..t OINA desde sus 1\\mJ qoe (le;eaba marginarse, aporodó Carloi Albe-rto C'.afr.¡sco
in Idos o.m c.'l gtld() de ('()roru.oj. Mátus y Rodotro Valentln C.onz.lln ¡;u.m!lils de laDINA. d<>-
l!J CXIMrtel, C:On ilpariM'I(ia simpática, cuando ap.lJ't'cl;l. L'l'l ..apamcicrun pur adupt.ar •.ctitud"'S hun\'lnltariM con \os detenidos. Se-
pUbli(o 5embraba dudl1.. F.5cuché decir un dia: •¿.Ese es d wronel? gún dcclar.lción de ._tidud Townky, Leytun Robles# otpiC"
¡Si paA-'Ct un •b\K:'I•tu...!.. Es '-'t"'"d.Jd,.lo part.' tt. Sin embargo, q\lic:ncs de la murió lu"-gu tk n."Ciblr uN V' -sarm·, de;pués
io que ti roroncl y Lt OINA ('UMpiK.TUO un UJ\oo que al S('r dekmido por robo. c:unlt.W qu.: (.'f'il un.'l tni,ión
portante rol t.n d d<i pock.T de la di(tadura. la DL.""A por su jefe, C<nn.ln 1"'!1" ll.ln1f,ll Mu""z. oli.>s don "J.ur.;".
I'Ó .ol n!gimcn on ""' IO<b• L>s á.,.. am un puila<lo de Hay ouoscasos de m\k..-rtc en drcuc'5t3ncb' dudes. S de funcio-
hombres •Ha:n6, robó. tonu:r6. mató e hizo dcsap&r't'I!'C.T per·
..,..... narios y(')(
e1g.ón ronodmicntn de clb..
Ll A. \t4.."ndc''nn porque tengo

h1 ooroncl supu punrr f'ft movi nlicntu a hombres y que El corOOIS S(> proocupó dr a1imtnliH' una !iiCrie de lcyt.-n.bs. la
fueron con,_t:ruytnd('l un podt'f dl'Stinado a qucbr.lry duminu • Olro$, del cnt'rcntamicntu con d Comunismo supuesta guc:rra
y que, y sobre tal> virtimn e Uldirctta.. dirigida por Mosni. que pcrm•tló K-prhnir bruta)n'IC'ntc al opO$ilC'Ir
menle sobre la ICX"i<'d:td, gcnl'r.ando delación, dhoislón y lan'Or, interno, mout.tr en el éXIt'linr cllmimr a pcrson.u y
hoy se cxprc;o C!n un J.M('IO de que ocuJta la verdad. Fl 23 de lambién rc..'COk'Ctar fundos .uJiciOI\oliCS que engrosaron 1.¡80 &r('AS de la
!::o(.'pticmbr., de 1973, (.•1 curnnrl, como director de la Esc'acl.- lJe l.ngL... DlNA. Cac.ltl n,cs el corol\oCI rounlonr.s con cmprcsañoo y
nieros de 1't.iM Verde$, p ublicó <.'tl el periódico "Prua" de San Anlo.. les. daba una charla subrc lo.\ ::tiht.ldón jntcrna. el de la sub-
nio una lnvlt,1d6n • la pnbl.-.dón a denunciar a aquenus que propa• y ('1 <:Oil,,u,l<;mo LÓf atcrraóos.
g..¡SC'n 11 tln de detenerlos y juzgarlos Cl\ tribunale_c¡ mili lares 01purtlban din.:ro. &tas reuniones cr-Jn Orf.. l\ludas por sus ascson.s
en de AUCrra ya (M\t<l!xm funcionando. ('1\ el t'C'Onómica V cmprcs.:ari.U, \.'1\trc dios rt.'\lro Dict Ma.nuel
Yo <Qnod aJ C<'lronct Le. pritru."l'a vez qu.e lo vl, nu imaginé que P.:dJ.dOS Borios. Laut\U'O V1UAr y MISrtoti Ac;uña. El oflcial
cr.,¡ el dlrt.-occnr dC' l.l O!"\! A f"udc tl'!COnQC('riO un año cuólndo V!l1.lr suicidó.

Tl6 m
 Lwt lirN

El C'Of'OI\I.i )C ocupó de rN:n.rcncr infonnadosdto mcn dt.'('bra que: u ('t'Untí;J \.1'1 O.ilc supeta. ?O'Jll, rt"(nnocido on-
\1!Jón\k paí::ta pcrson.ssydit;n.u.uiosdctudastas ctalmcntc.. que el vi,. . un protlmdo dim3 de odio y q1-lf' la
de '""UMC\3 ro d acontecer n.l('ion,11. a-,t;uirá siendo purQut' N al polil:ko. al
Cu.U'klucJ mmnelsediO(U('nb que pc.'fC ala unos trabipdot resa.ntc• .a IJ r.a.,.li.l qut no til..'tle que 1 csu es '-
cuanQ Q<X!rdol<'5 y del scctur m5s tndidr\f\1b$4J de I.L Iglesia Católica, J:Nyoria de los chilenos.
éstns n.o logmrWn que el Carde>r\.11 Silv,l 1 k.-nt(qucz y los obispos Adem.is de t"harlas 4'1<.'('1'r• de l<.l leyenda de- la gti(..Tr.\. t i
romptOrni..'tldos c:on Jo.o¡ m..l rgin.a4us l.t tc'Sis dé esa us6" l.a OJ"N/\ en "llc:duncs de prup;t¡:}tnda (UmO
de antquilamlcnto, l<-st.:- apoy(1 Ql toniJ<10 J(-girru.>n con la y disrribuir ('l.lnflth>» y mjguditos, atribukS-'5 al MIR.
aglt!SIJ MriOdist..\ Pl-nk•cósru! qur: l('f.lllrnabíl Cl prvyt.'Cto de la Ct>l\ ellas pudo ál que la ('I'I(UJl•
dura_ 1:1 rél)lmcn se lomó ecuménico y t'fl r l a"o 19'76 se -rcaliz6 eJ tr.l,la activa y cons.i!,•uió para cndun.""\'er la rcp:n.-sllm ho»t..•
lbdt'um rn li\ c.,tl'dr.LI Mc.•todisaa ubicad.::. en Alan'l('(ia N9 d .miquilamicnlo. SOin un "C•\tmígo CUI\ pres(.'11cia iiCliva .. podCA dar
3(,.14, aJ COfUI\oC'llos argutt'l('tltnll par.• ¡¡uc- ci gobK-rno militar hJCr31 ebbvr;mdé'l
fur n.'Comcnd•dón &.• l"'inochct.. el Pro a.nó sus y a.dhiTk.•nOO a la dOCtritU de ••·,;uridld nadona1. En t..-::.(' rontocro de
pucru• 1127 d< noviembre d< 1975; • .,.1«1>.1 <>t.Jb.m dctx:nidQs los g'll('n'.a ta OINA .:¡e y fue ubtcniendo los l'f('U""*
sact'f'dotc'f r...,--rn..ndo S..tas y P.ttñ(.() C.uWLa y Ccorgina b1 p¡n su C"tCt'imi.t......-.
sccm.ari.a dd que se C'flc.'Ontrilhl ernhlr.t7.\d.l de- varios meses. &. un l'ii&imcn dondt- euJu podc.'r era por 1oíhtuc:s o
j>lo d<t O.p.•rt.>m<"tu Jur.dim, •• •bol\><lu "'"""'JoséZalaquott c:i.VIb adhcn.'tlta."S y donde b OpMíc:iún (.'S tipi.ftcad;) de $Ub\'\.'1'$i6t\ al
es:t.lb.t lnc:ucnunk-.oldo MI Sin l'mbargo. el coronel no ll.-onicío del cornunis:mn int.."rn.)(ioNI. L1 DINA crt'd6 de m.añen'
lo},on\ dCl"'mnlinttJr el 3t.'t.ion¡;¡r deJa Vi(,oar(,l <fe l.1 ni dPspropllrdon.ada, a:.í con-.n el ror01.e1. A dJario
tuvo e l -'poyo U'c la lglt'sia <..:atólic:. y urganizando atenta.. con Pinoctl(:t y te d3b:l un infotme de lá sihr.,dón, do(urnc-ntu
IM que se puL-de m(.•ncicmi\r f'l •tl'lque que rco.1Jiz.amn las que LXlnrncdonado f"n l¡ Ccntl\ll de Operaciones t.l(' 1.1 DI NA.
lmldl'ldC·$ 1.k 1,1 Urigada d(' lnt<'ligc•'d" rn <onlr,\ de Jos Para lcgilimn la OtN' A. el u!'Al tut.fo lipo d e n."'<UN)I!
obi>pw Alvcar, y Ad:ttút cuand('l vnlvl<-ron <.k RW-&mba- ampUa l,l dcJinidó11 d(' C'ncmigos, y3 no ::.ó1o oomuni¡¡mo Inter-
&"Uador. nacional y l;iS lz.qulf'rd<l. tnnbif>n lo :SOl'
cxh.tieron intenlll$ de oo1oc.lr de esc"U('hJ qve romicn:t4ln ., asumir dc-1<'1\i..l dt.· derechO$ d.-. las pL1f'S('Jf'laJ.
lf'Óntcot y de: J\.dutar cnmt) .:1 pl'tlONJ de 5f"''Vicios de Lt Se pro¡xme: d1...,Jl0strar qw 1& DIZ"A l"S et órgoaoo de int(.'ligt'I\(U
Cd.ll.l &: 1\lnta de lt&F de reunión dl'- lo$ obispos. El acciona.r adecuado y únia:>. '!ltlrt.t'ft conAM.'tOS mn otros !a'\iáui
dt b OINA fnduyú acriones de ;Jmt\Jn.TICimk'l\10 m ronua de fun- dirige et acDOIUir de b hacia stb JX'I"f'S dcl
dP b de la Solidand:.d. Fl 16 ck rN)'O de 1976 es y r.l1N:Sde b •mplú ti JNn:o de JI f'Xb."nnO'
dN('tltdO \.. ·•but;ado de la Vk.tr'.a doo Hc..-rnJn .. y e130 de crotndo la As;rupldón C6nd()l' y dastribuYf> agmlie'S por
m.1du 1.1 unidad de la ULNA ('ft Vall.il\•l,t romandada pnl' tn1..'St.:a g.u('rr.l que Y" no '-'"oh.K'Til opo5iton.--s,. '" I)INA (ue
Ju3n 7onMn, ilttt"ndiú la radio ..,,., Voz l.t .., porque S\l «iksarrollando sus d<" r•pt.1t1ún de in(orm..-..ción en tod;t b 80CÜ.""
prOt;tiU1'1.1ción ta¡)O)'<lb<.l d desarmllt, ruml dC! lO$ scclorcs cumpt.-:;inns dud .
<'•' Osornu y loc.,Jidadcs atcd<.li\,ls., Esto últlmu lo delntlyor En su pcrr('ldn de 1Mynr l.t se oonvirtió en una
l.tn:t,ml lo L'OIItó <tlWl( W t."lldC'roth, e l <H.t que a dar in..o;titud6n y <lific'U contmlo.l f, l.l ro,"lynría pcrs()nu1 cs-
CUt"l''ta 13 3<'Ció•\ ;,11 dirt•ctur d e Opt'rAC'Ioncs, 1\."<.lro lliopinoza Bravo. \¡;tba d(.>diC<\da a fundOe\C'!' de: de la gt:-stión. los.
Obj('ti\'OS pcnn•.mcntt.>s de vigi131\CÍ3 sculi movimie nlos C:r.lJ\ tos ('n l.u dclktiv.,s fueron mcnc)s.
obtsj)O'# Carlo.!. Camus. Tomás Gonz.átez y j()rgt Hourton. sobre todo Con Lt informadórt d<" que :.e di.(ponc es cuenta
d,,.puk de b \k'daradón de tn()nSCftOr del 8 de octubre- de q ue el ('nmpat1imt"fttc\ t. c\i.puta real de b DINA. l..ot
1975 ('f'l b <w1 como st"CC't'tario de b Cnnft'1'ttl('i.t m rt'Su- de mayor IN1tld y q\k" dwersos argos ..públlcof'"

lN
 ro••<1 .,.......1 deL\ OINA aparen"""""IO do la pia·
ntfk«i6n de de anlqu•lamitniO, asesoraban y pllnl(ic:a-
Nn junto ron d c.'Oml'loC·l ttqucll.as a<.'Cion('f de las cuak-s hny .se ti<.'l'le 17
COnocimiento y que induycn. aSL"Sinatos y m01nlobras de encubrimiento
de los mismos, tr.U\tl> un Chilc almo en el t'!ttcrlor-. Como el a!te$Jn.nto
del ex de- la repú blk.a y t• en del
don Garkle rrilts y su bl Solla Cuthbt-rt
(JO.sep.7'); cl enrontra del.-. \l'k:t:pf'Sidcntede la rcpúblia.
don s.n...rc1oLdj¡hiM y su cspos.l. Oti\oro Anita Frosno (6.o<l.7$); el
l.scsinat.o del ex del chileno, don Orlando DE CONfRERAS A
LcteUcrdcl Solar y su secretaria, la señorA Ronnie Mofllt (2t.tcp.76);
lA Opcraciórl ··coJombv" y ni Cistado <1\· Ntus 119N (23.jul.75). Mk'fltt3S tróltab.a da lUOlvt:r el cómo y .,.,h•lr; e n la pn.•·nsa
Durante el pct"rudo de lc1 OJNA ('Xi»til ti\ 1..-l pqrsorl..U una hn,.
.. ..guió pf\.'S('r'ltc y de maneTa cn:ciC1ltc el A propósho de
gen sobrcvaJorO\d.t dtl coronel; $(' hdbC.aba de su de su eOn" el coronel eontrtns amtinuó con algunos tus
tapoc.ida:d de de su avidez PQr m.:an.-j.n tuda infoi'JI\ilrión y of'idiJes. Un d.á Rolf 1M' lbmó a la ofkinia y .lbrltndo un mak.'tln me
¡ituac'ión,. de su contro11bsuluto "iibrc"'-' dcl de ...,,.; un lq;oju de <,lo(u........,._ A>tu<opi.l• de un - wmpl<i<>
laJ nu.rncroY$ am obtuvo incremento dt-1 que habría de UnKI.,, donclo so culpaba • O. DINA
in\Jinci<Uniento p.ll'' la [)INA y lM;nbién de "'liu del a5f'Sin.ato de Orllll'ldo I..Melier.
q\rc el mismo coronel :.e proocup6 d(' ollmc•ltM. Rolf e.stal;le a1t-..'1'Mio. molcslo; se pil*'-'ólb."l por la ofic:ina, fumando
F.l comncl o1dcmd11 de runflar er\ "".JI propWs C'ap3cidadf's, e:n:ia un dgarro tras otro.
..._..mL>nte en •u ..bui.'ro estrethi.., •qucll.a que le pcnnitlrl"' cun'\-o -¿Yahor.a ¡-Este hUL'VÚn! Ticoc año pidan.
plír am so misifln. S.n cultiV'il UN sobre\.-alor.ac16n est sí Se re(eria a Br:h·o.. u! me hi2o $e&Ura de
mivno que In llcv.a • .ntr.tmpll'SC'. Sus mis ccrranos le quo 1• DL'IA ora Lo de ..u muo....,._ No sal>ta quo! actllud
rodwn oomo un ""-'qu•eoque ldcmásdt' n.:pl.ar sus oidoscun cl()gkr.... ;aliiUmir. Rolr nunr.a aa.,:>t6 ante trdque Lt OSNA había ptnnnas.
lo van aisJandndel n:!o-ln c1cl pt:rsonal y de la rca.Udld. T•mpocn esa vN.., prro w permitió ddr Nlldl a su rabia pOI''" •nca-
1..os hombres qua ron:.truyen ul'l rerco en ccwno o1 corond manifiesta eJe Espino7.a Bravo, Jo que supuse habhl ioldo lJ
Vlarw>l Vaklivieso Al<:j.lndro de )k('( y Juan MoruiM dJn.x.'élón y ()lmJ opc.'1'<t<.Í0t'es de r.lW tipo.
SJig,.tdn, entn: otrM. Confi<."SS que m(! ntrcvl a ¡>re.gu•\llr nada a Rulf
r'\Jct04' d\J.s agitadOt Dl inh.."fÍOI' 6cl OJ.trtcl C.CnCr:lJ. Mi jete no
p>sab<l c:n la ofO(Ina. o..pués de IOdo - li<mpo. wn IOdo lo que
Nbfl vi'Yido, '\-beu y ccucNdo.. me pm:c:il. qut 31tamencc
que lJ DlNA hubicn ptanUlodo una l.o que 1TC •.tc-
rmñzaba.l'1'A Rolf umca pc:roona qme>n
conll3b\l un puro, q\.lc me 1\llbÍa C4idadu y $0brt'prolegido, fut.-ra pttrte
de f ilo.
Por P.sns d'-'•· el coronel Q'lntn..'l'oa) a gencrol. Llegó
una drcuhu a b oficina -y a todas comunkando el .ascenso. Hubo
en cl .)4,.'fVlC.11.). Contreras ctó1l un que exip de tus
...,!>resinrondiae>n>lid.sd. rrol o no, y IOdo d mundo pe>< lo,..,...,.
aparent.tN esa

280 281
 L.wt 1\"'C

D .uceft.'iQ de sepúlvcd;a him que el .]!olf, 51> qu• puede po._, pcunaturo, poro ""'"'o que me
Cu.artd ("J("nt't'JI c;c r'('t;tjlr;a. Fu<.· (.'UCftU un. suspiro que alivió ll pt('S5ón primLTV ut\J prttunta: ¿Por- qué hac\.• un lk>mpo me
C'50S dr.u se habLa ;do acumulanct(). El a$('en..'"<l ha<f\t que no d curso de f;e(Tetariado que yo qUC'rtJ
!!l que Cnnttctra.." SC"ria di1'('(1or por b.lSt>l• tte tiempo. Todos tlupu.slcrnn Nccr7
qut" romo L"'Shunhre, d thn-<tur de !llguna manera hab!a 11\.11\Cja· -l'mquc c:.timé qvc ('ft'l t\\Uy prnnto. Rt..'Cién en llb('rtmd, fun-
do l.tlllh\J.J<:it)n. Parte del {X'tSQn3l fcn'<'''i no,l.Js(luc Cr..'ln plnoUu.:1llttlts d.tr'I\CnUintPnte por tu sc,gurld,l(,l,
t'in w r rt\,iS a lM tlt:·l.l; que todl"' Nb(a ¿Me ayudarías a ali"\Soo.:SU.It ptormlso p..ua e$1Udio:.r alg(, ithor.\?
$ido un error y cotno tál. :;cguru )11! h;abia diJudd.a.do. -¡No!
cscdia lut'1'J My. T(!'t'li;l olicin., P,."q\K.... -¿A'ii de simpk:? un no? ¿Puedo saber P'J'f qué?
tu prro fundol\31. Po.r pru:nc:r-• vc.c. oliciN <'Ontigua a lo1 dt' Rolf -No quiero que .., ..y.... (TOO que cl jdc .....,.,...,.
\Y\.'SlCk-nJth.l.oque mas megiJ!.labl ('n nú wliC:lftkl de -Rolf. no cs:am M.J.a tu aquí.
fun-.:zr Lb: pal"l'drs mn aJgUn qur pcnnitk.Ya b.Jcu Qrt.u de!: FnlOO('('S hablaTlllb c,:,¡c dú.. ttatlnd<' me '\raya..
!iiluarión. b cirC\Il3r, l.t qu..: c.:umun.icaba el asccmso de Co1\l rtf"J41 -Rulf, nlrC' obligJrAs a {X'dirle auturlo,i1ci6.:•\ i'l r,('nrral. .
a s<:ncrul.la (:oloqué con chinrllé'll l"n 14 p:u-e-.1. l.,l por hor.b... - ¡fi'(':S una lirnnCJ! ¿11,.; hc.:"o tllguna vez al.¡w que no {\lll('tl'IS?
Mud:., ahsorla. Mirnh,, la firmll c.f1..• Cont«.•ras. Ahurá era Si, Rolf, no sólo unla 'JCJ... y te que ron una w la K·t)go
ra1. Al ser nK'íS no l!cgi.\ba al pin.iC'UIO de CMf('rJ, de !'Ob-Ta. ¿Acaso no pliC<IC; ltn3r,hur lt)s c·vstos'? Ahor.1 pensar
;)hOro:t ¡>.XIda suburdinar a m:i"! antiguos <}IIC' y ...,t.Jblc,:ccr c,:n cl futuro, Rolf. :-\u W llll lo My, nP.Cesito pcrn.U' que &f. Y eso
ct1 un pi.Jno de igUAidJ.d rot\ que se rumumabll irnplk:a no sólo s.ttir de ilbatudón que hoy se lllmot CNI.
de alsuna nunera no er.m o al menos les aden\isscrcapazdcnlllnlmtrl mi conuda.
extstenc.., 1"' C\1 (ex DL'Al y aJ.» métnc:IM. su «11egjo un fu.giill' p)rJ \"h"ir.
4

Ap¡n:rucmcnte Omlreras se h..tbí.t cm..•<hdo c.-n •1- H.,.blto sin ra.bi.a. p..-ru ('Um.,.'ndcb, ron \"Chcmcnt'WI. Me h.1hta
de wntrilintchgmdli dirigid.a$ hacia la, FF.AA y c-1 ,¡ff'\'idn y no podtl ('('l\.'uTne a1r.i111.
propio tijérclttt. Ahora er.t gC'r"C'r31, SCr'Í;) Va&'ndu t.'1l ¿Ml" Ayudaras?
E"!'..a maf'«' dl" uu "'i>lll ct\oc6 oon mi cartera. La <'Jrtffl l.JUC s.í. Qui('r<'t In mejor p;m\ ti. Voo que yo lo dt.."Cidistc-.
de unu agc.:ntc. Uuniti.l, de cucr<J <"nn Mf"ól.:ÍO P<'l'l.l todo. de 'lui('rec; (.'Siud iar?
o;.a <:01rtcra lo h.1hb discc,:)dO Marfll t\hc:ia, y [spinoza 8ravu ac OC\Ipó Nu estoy segura. l'ol VC'lo curnput.tdón. ¿Crees que d g.cucr;)l
de hae<·r. Yo :t.icmpn: n:ctamé que era como ponemos.'-'" mt ayude a ingrt'Silr a 1;) VSA<.:H?
c:.utle.l que dccia ..soy- dC' l.t DINA,. T(kiJ s igu:.les,..I0\.5-hit:K."JtJJ\ m'O'TOl$. -Nu 'fl:, hay que l'Sper::tré- el tniOlTaO"itU p:tr.t
caf& o buf\loos. Pcro igu.al b.. usándola. Eran grabs. bnnh.H y lcl,..o.
cómo<U.. Cndos, RoU, gnoda,..
En rnl podl.l 'V("r c1 amk."rlic.io de la ca.rti:.'T.a., ct arma per· Me n-tire- ¡x-nsando que: dd)ía ..u a rnn.wuir alguM:s
eutll(hos Í.J\CC:ndlarios.. munk.lc)n, lani.mñgeno. e;condrijos ht1Tamicntas. Pero 1• de ...afuc-r,t" \'i\'e de ntr.a forma.
p.tr4 lJS de Pcn!ié ¿t'odr.é \'ivir yo aSJ7 ¿Qu.i,·n soy )'O? ¿Soy como !tOy? Estoy de
1\1<'80 ('1\ lO$ 10!,'10:> mo.1tcrialcs., (.'n l'l ('nstn de lo$ mismos. ¿Cuánto 1041 trrinta año-s. 1., duc:tilid ad de ;wl.ll\o? ¿t-'ndrc, comt)
qut.-daba dQ mi! la fimu d(' ConltCrM s.nH;a de la p;.u,:·d y cn..'Ón ante cn."', prescindir de toduc:tto? ¿No cstllrán ('Cnada5 ya tOOát bs pu('t'tas
mf. la nottlr ¿<:acrl::.? ¿Se harta triz.1s nlgt)n pera rruf Mirf-cC ROmero, el filudcndro. llr.pdo a l3
Dro!o cvrncn.:ar a planlftcar mt al mt'I\OIS Todo oli(ina y mis plant<u twbtJn (1'\'tic.to mucho. Pt..n;c en mi Escaba
oo lTa otKurdo. ¿Para qué esJJ tri'IOS, 5l no Las usoaria? •-guro con su No pudú tr.tc.'rlo 3l mismo mundo. Me d1 rot"'\la
F&.n a La oficina de Rolf y kt dtJII!' qtX" f'll«'l'$Íiabt mt quto el niño se había .S"püdn a la sit.u.xióo. Era d de todos.
tndkó .. Ollt.. Par.t 49, 1.1 01'\A era mb ¡el.-,. o los compañcros de trab.lJo de la
 [1 , . , ...

momL Sq¡uro que no nxuerd.l, tal """ ti. dio se lo preguna- de tntcligc:na. Interior. Yo fui «<n a t.s tñtur..S..::·:·:•:Y
rf- Al llevarlo coc..wgo le diF "R.ar..l, ...., pequo<1o cuando no ft'cno;m.l.ré: allí ron Maña Alkb y OC1os fuftclon.a."* . . . ,riiiii•
volví IÑ$ 1 CON, petO ab:na que vlvu.n- juntos no c¡Wero S<gWr 1nm1e hocfon mla pilrO podtr cbtndr f.randc:s q¡.¡o. do
menb..ra. No és cstabl trabaj;lndo fuera de Santiago. 1106n.
Estuve pt\"N • D es m 1 ttsoro. .. con tcrnur;¡ Indescriptible Al volver a la ofidn.a y R."Vblr lo& éstos só&o tott_...
Y me dije: "Si no '""1!0
la fuono de ay.:r, d•boré ,.cario de
p.1rtc, pero 1engo que intentólrJoN,
Joo mformcs y re<'CITICS de .,...,.. y todO .. papek:IÍO admlnlttrohn
de La Subdi«.'CCión. Le pedi a Rolt qué habLara con Espinc>u pot -'
Un oscuro, tU\ furum incierto... podía recabar mayor IMorma<.ión. F.l oomncl no estaba en La ofKin.-
cle La Dlrccdón deúp<.'r.lclonc& iino en uno de los depa.rtil.J'ntnto.
ubk.ados en c:nn Vicvna Mackc:n3 y lo recibió C1'l cuanto
lltgamos. F.n la antesala f'llf quedé cotwersando roo Maria Alld>l. Fll\1
no tenía m.1s 'nteccdt..'fltti, JX'M diJo que suponía que s.u jt>-re qu1.od.tN
Fl 3 de novieMbre de 1977, ('$t.)00 en la el comandante me bHn('d:iatamcnK' llH'ra de la inSIItudún.
llamó y nw puó un documento, era otra oratlar. La lcl, también AJ salir de la n."Unión.,. Rolf nos d'ijo que llamáramos a AleJandra,
finnodo por d 11"""'"•1 C<>n!raas, COMuniabl que a CIOnlar do esa que m esa épo<a traba;lbo""' •J """"""'" (OmiUI<)onle búl ltwTiojll
- P">Obo • m iro y ..na ....,..piando on Ll Oit«Cón de la 0.11 st nouni<..Ti lnmtchll•a'l'nlle- con nosotJUS.. Cuardo
por d lambó(ln ga>cral de Ej!rdto en l'ftiro Odl.,_ Mena S<ilinas. ..tuvimos Lls tres. Rolf ..,. lnl.mnó que el &""""'' había urdonado
Si Lt dmdar anterior me hab!a runrnnvfdo, IJ dd cambio de que- por cualq..siE-r '"'imprevi$tO" -que en ese pqnsamos
DlNA iJ CNJ. de la destitución de me vulteó. a:ignific.Jba que la C'\.1 y La nucv" j(tfatura dccidiet'iln clíJ'I\lNrnnt-
Todo r.trlJ p¡.vr. ¿Cómo en partír? Ni slquiffl podía imaginar (re(a que dcb!amosdiSpOf\er de \11\.1 c6Jula de id(.-ntidad ratsa di>tlnl3
lo OCUtTirfa c:onmjJ;,'U. am nosotras tn.'$. Rttocxlont: como un I'C:SOrte: de \,\que nrn; hólbf\1 cntn-g<1do l3 DINA. Que- un
-Rolf, ¿Ak-jandra y Mari¡:¡ Alid.tt lo nos n.•c.:ogcrSA pronto e:n un punto Cf'l l'rovidcndu.
. - hMgtno qut! en este mil'>lno ""' ¡efes ven la misma Rotr noo ll<'vó a trl'S en !lu y ahi me Cl\lNé quu <.'i<!
arctJl.,¡r i.\tn •-u J)rft'0•\3.l, lls pr(lb;¡blc• que l:spinotalo haya un agé'r\lC era VC>mon Nos $.1C3ti'IOS una Nto pt.tt lA
poco anti.,:, de en un t.allcr de ON gatcria <'R J'l'rovl•
• pc'>Olr qur l.Js tres estamos b.1>tantodtJIAnddda5¡, creo es (let)da y fu.i.rnos con él ala qut: C':rll w C.tSa, la de V'..a '-"" to
d rnnmtnto de reunimos_. ¿crees que- f\.Um E.•plnou ""--pi algo r'J'Iibr Cwro.
Cnttó Kcuy -que nutn nos ink't'nunpil nundo estábamos
habbndo para incliarlc aJ qut lo Uouni..ban de la
Ayudancf1 dt O.n."trión. Tcrúa una rt'tlnión cnn f1 gCNnf.
Al vOlV\.'r, Roll pidió que 5.\t.ma tndl l.\ dCX"Umtmtac:ión re.
tt UN lMornwntc que- manc..;aha fl y c-uyo cuni>KlO lo habia Midwd Townley, con :J\1 postora po1ític.t, militante dfl:
r('CibldO de r..xll'u t::spino?,.'l, Era una S<!-nom COI'IC'I<'td.\ u amiga t-1 P,llña y Ubér-told, no tardó ('1"1 Adherir proyecto fun@clttn.al de la
tr.1b.ljab-t tn un lnl>tituto par.:. el df'!oo\fi'OIIu, que estaba dlr:tudunl. Sus carack•rístiC'J..III }')Cr»>uaJ('S, entre las q1.1e $U
c.n la C;)lk• Carn\l'n Sih•a. Ell3, <Gpacidad int('ll"':tual, la \!:KJ)c.:rifllrlD <.-n grupo$ tcrrorhl;;tS de cxtrcm.l
QUe d<.'Cia con ca pacitaclón dt y de dCJ'('(ha durante el pcorfndo de '"' UP, sus <.'Oilta<'lOS m Chile y en el
no gubcrnamentsl<'S. Pt..TJtmtlnlC'nh: wcó la docu- rx.ll'riór y su nadun.tlid;)d mctr.tn;..'t'A., cnb'e otroS, lo hicieron trAMÍOI'•
rnefllaeión de DFSAL y otras dcl archivo de la )¡¡guardó rápidatl'IC'flte f'ft unu de tos ar;cntcs de 1.- DINA m&s imporU.ntas
<'n su lula)' d1u mstruc:6oncs a Kfotty de que r-rhurar.a otros papclcs. p<escnd.a do Michacl Tonwley en d Cu.>rlcl Gcnoroal d• la
Roll 10 q\K'd6 <'n su .Cocino n.'\uúdo con Jo. )cteo do las OCttion<s DINA CR fn:cuente. ru• d ptf"'ónal no <.'SUbl muy

28t
 qué- hado.1, pero acudfa a reuniones con Edt•árdo Jturñagt' dejó a 1M el C:uartd Ccnc:-ra1, d.onde nos aguardaba Rolf
Ncu1"'-"!nn. dd l.)(>p.:trt;;ttl\C'flto &:on6miro de t)pt-r.ldoncs en Wender-nth. Con él nos full'l"'I5 a la C'asa del general Contreras.
el Exteril)r-; COl\ d<- Opcri\cióncs; Viancl At a la casa de Principc de Ga.l<'!>, pudimos oboc:rvar que
V_-¡ldivicso Ccrvanli.'S, encargadc1 Tel('('(IOltmkaciunes y brazo en e l lugar habla de guardia del grupo d.:- csoolta del general,
n.•c.h() de Contreras.. O soa, no sólo t't"..l un agcnt(' dC' b OlNA, sino que es d«ir1 personal de la CNl. Ignoro si t\ es.'J techa sc..t,"\Ú.an pcrt<'O<'-
además tl."'nla aocesn .tt nivel El tHa que el g('ncral c:icndu aJa lnstlh•dón o E>i habian obtenido );,l 00j.1 y ll'$bajaban ahora
<k•bió rt."l''unciar a kt CNL por dC'Cisi6n dd cuerpo de r,.cncr.tk'S a raíz para el generaL
de la criti('a Slt(J<"t<:ión que cmfl'('l\l<"tron Pinoche t.(:Ontrcri\S, pur la rc- No ('Omparto con Mkhad sos posluras politicas, tampOCO sus
sntl.ln('ia P.tíblk:a de la$ ill\'<'St(go.ldoncs del 0(-p.-.ct:uncnto de Es-tado accionc.-s, pcro creo qu<" hay algo que t.'S importlntc de-de..c;lacn. Michacl
nortt.".tmcric'.ano por el asesinato <'to•' Orlando del Solar y Tow·nJey fue un agente de 1.1 OTNA ('OilSec:Uf!ntc con ::>us ccunpromi-
su secn>l.:lriJ, pán1 mí Fu<> muy nític.J<J fa rC'h1ción C)(istenle sus. Mi<:h.."ld fue tr.aicionado al ser expul-s.,do y aun él no estableció
cnlre Mid\.id Tuwnlt.·y y e l l!l agente asi..stió u la r<.'Ct1'C'ión de- ning,ún trato con la norleamcriC'.aoa que f••e autoñzadn
des.lgraviu al depuesto úin:ctur d(" 1_-¡ CNI y rccibi6 de S\1 parte Ja JXlr e l entonces íl$C'.al militar Orozco p¡¡ra enlregar sobre
orden ('&Jq);:¡s de (;,¡Js;:,.s, ante la algunas d._, las opcrociones de la OINA.
eve-nhtalic.lad de quE:" Alej;;tndra, Maria A1ki3 o yo pro•
bkm.u con Lls tml,'\';.l.s <luturidadC$ dC' lu CNJ.
Fue imp;:u.:tante el p.:-r.sonill d('l Cu<"trtet General descubtir OE...<;J'EDIL>A i,\:f'l! CI\SA DEL GENERAL
qu(' d "Chileno rubio" invulucra.do ('11 <'1 <tst:si.nato dC" (iO•l Orlando
Lctcticr era Miclt.<h!L incomprensible atin Fn(' l:.tJ\Otkia publi(';.da Al traspasar la r<'j;.l de prolE'«'ión, la guardi.a comWlÍL"Ó nues.-ra llegada
en el dl;;•riu La Ses,un.<flo (Id 8 de abri 1 dí'! 1978 sobre su e>epulsió•\. A v nos l'<'cibió e l fí_E'.neral en pc."TSSna. Lo Junto a tl se en·
pt-sar dd hc.nnctisnlu de las cúpiJli.l$, era (;kit d,n!<' CHC'tlta que se el curún<'l Ccrónimo !'antoja, qui.<'Cl aJ vernos manifestó
es1.1b.1 Ubmndo má$ de Ull<l batalla. Er.tílb3n en p ugna el pcxlcr de ak"J9Í<I. Yo C'Slaba bastante pn•juidt'ldOl del coronel ro>ntoja,
Contrcra.s y t>l de f....a <."X OINA y 1;} CNI dboputaOOn trat<mdu d e rcconooxQ c.tt!C sobre lodo por influencia de WendPmth Po.zu, ya que
hacer s.us inlcre:<iC>$, ('(In un c.tl'1mminildOr común de sal- aparentcmc.-ntl.• <.•1 t.'Or'OJ'Iel y él no si.mpatiubar,.
var,uJ•'dar de la debade_nl ya :su en jefe. Contrcras M(> molestó es.1 m;mi(C$l;ldón de alegria que.• me.· pal"l"(ió fingi-
;,llÍrl N<:'nu1rccJado" e1l <') l Tosmil, importanlt"S cuot<'S de da. rumorei.lba que él se qUL'tlarf.'\ e-n lol CNI, lo que." p•ua el
poder d('ntro de.• la CNI, lo quC"" surmtdu a los despido::; masiW1S de fX'I"SSnal parecía una actitud oportullista. See.o.l'c.'t'aba quctl renunciara
quienes c.."Tan C'.:tliFki.ldos de "'mn••x-•·i5t..'lsN por Ml-''lta, un y foC."llidari:tara con su jcFc-. S4l" ('(lmcntaba que. Pi.lntoja era hombre de
clima ('01}(usión. Los agC'nlcs y fuOOonarios SC" habían "'foml<"t 4
Odl<"tnicr Mena Satinas y d(.•) OJNF..
doN ;)] ConttC'rotS, seguros de que 1mdic st."'ia IOCldO porque Cuando ""' tocó el (umo de saludarlo, esquivé su abrazo y súk•
su jete no lo p:rmitiria, ('(lnstMabitn sin cnlcndef' que ]as nuevas ttu 4
dije un seco:
t(lrida-c.l:c.";-actuaban dC' m;JI\(.'Ta d i(er(' lll(', s-in JX-TCibir la pfofunc.!idad -.Uucnas .n oches, coronel.
dcJ oonlli('lo. d pc.."'"Sonal de la CNI rcsullaba iOl."''mprcnsible que El cor<mPI acusó el desaire y se retiró rnolesto. El
la pn:.nsa d e la {'poc:. ._.utn.1,onra ani('('CdC'nk-s de Miduel Townley. de &<'•\eral le indiOO a Rolf que pasá'ramns al intl."fiOr de su
oficiales R<-nl- Miguel RivNOS Vo.l1dcrram.1 y Mo.lnucl Rolando que 1\05 algo, que iba a comenzar a tx:ru.'T una serie de
Mosq-uf"íra de Ann..'lndo r..:rnóndcz lados, c.IL· p._"<im E,c;pinoZ;t rc.uniunc.-s.,'Ort...sen sn dC$p<lchO, que nos Jkun..'lria en algún momento.
de- R:.1ú.l J!duardo rturriilga Ncum::m•' y üe Milri'a R<l$.1 Al('ján- Rcc::orrimos .atgun>'ts .<1<" las de su ('3$¡1. En un
dr3 Oi1miani Sc••t,ll\0, ;;1lias "'RmcanaN,. S(.•crctaria de Mi('h;)C] Townlcy salon<:ito, Rolr tt-aludó a la. c.-sptX>a del y nos prcSt..':l'ltú. R«ién
y se oomcntab;) ac.x.•rca lraidOJlC'S y lealtades. nos habíamos S<:."lltado jun1o a ella, cuandü uno de- los hombre5 dct
Después qu(' Michael To\\'nlcy hizo las cédulas de idc.'fltidnd, grupo escolta le dijo- a RQlf que d jefe J<, ''ccesit.aba. Maria Abcla y
286 287
 AJl"jand,. se diri&IMn had.a un grupo d(' oficia-loes oonoddos de ellas.
Me quc:odé con la !iiC'I'\ort u.nos momentos e intcrcambiamn:s \U\IJ
cu.antu fr•-'t'S de con('l{,a. Era la primer-_, vcz que la vcia.
Eso.bo lo may<ril de loo de la DINA, que dismbuidof
er1 g;rupc»e c.'OnYerAbrin &NIN<I,¡mcnoc-; varios se mostramn so.prm-
didos de que...., .........,. ohL C.mino al bar, tuw opootllnkbd de
..,. a Michaol qu., V<nia 11<8ando.Se vcia cfiodnto. Sólo ....
horas .ndilbl 6t y c.as.Ka. Ahor.t venia con un
lfillic gri1 dotru, MJ:!I cab..'llos.atln húmedos que Jt
había duchado unu. ln()'mentos antes.
Cuando nos rt"a'\>14 c:J gt"'K'rotl, nos. tranquilizó, dijn que hatÑ
c:onvers;tdO d<t n(le'(llra¡ C'On curnn(.'l Pantoja. Que éf de
que bien. Que •igui&.UR)s lr;tbojnndo oomu siempn:.
Que cstab.t k'\"'\11'0 que JQ nos rcspcl.arfa t.'Jl ni.J('-Stra condición de
{u.ncionQ rl,ls.
que ltr\fCI ulgunas n.'SL>rV,l-3 respecto dd po-r ¡e
qut.-dabA el oorourl P¡mto;,t en 1.'1 CNL El !,'Cnffll CuntTPI'3S me rt"ffo
pondió cun su tstllu dft ""yo soy el dueño dcl fundo y manejo l.n
sill.l4éión..:
-El <."'ront., qucc.loa porque yo se f.o ordené.
Fue !liCmpro. .llC"I-tu ron nusotra...\. Le in(onn..tmos df' 11
gestión o.m \iichad Townky y Je mD:!o1T.nnos bt
crdula5 tn_.,_,,.,. rNI"tNmos. RoU nos lk"\16 a. ca.sa. Al ttegr,
dijo que yo no n><Jlibo .., .,...,.,. ru Nena ni nadio m.1s.
-R.nlf, ¿y ii &(loMO m.s
-Podria ""·
-¿Y si voy al 1 de _..mi hi;o?
Rolf tramitó ntú v-cacJoncs en Departamento <f(' y
yo viajé. Di<'s él nw acotu.cjó voh.-cr. No h3bf<'t altemo:ttiY.a; el
director de la CNJ hJbt.:r dado g:ar.antias de que .seguiriatnl'lt'ltrabujando,
e incluso St'l t\nbta reunido con ra y Maria Alici3.
l::slab3 c:.·n 11.14 m,,rws, t"'nll\.'g<lda a lo que F.t \..¡njc d('
vuelta, trcint;¡¡ y tn.'lo hc"lr,ts l.l<.'JT\('lrabo <!1 bus C'fl esa t>poc.t. C.ad3 ae--
r,undo m(' p.•rt'C'fl IH\ Urón hi.lci,l la noche:.•, nad;l podía hac:.w. sc'il('l
tkiann(' ;.lrrastr,\r pur C!IA máquina.

INOVENTG <'ON EL COKor.iEL rANTOjA DE ROL.F Wt\NI)I·ROTH

IJe-_;:;ué al dep.uumrnto. p.ln.'C:u.) nútl so1o sin el niño que ron sus "- • ba' _........,.... ,......h. casa 31r,unos fui donde Muia Alicia_
....._bu1tra ,.,_r"-'v· ''" '"'""' • • "rnbrazo
g.r.mdcs OJCuros e 11lh.·l•¡.,"<"nte5 h.,cW. rotrocedcr mfs tcmortt otros donde lamlh:lr\'5. En el tr.;b..,o 1.1 lrn'lón Cl"\"da. Cada ti

21!9
 r.w2 A.tN

dct era seruir que Uounoabin • Rolf p;ua dcarle qut tsL100 -l'ucdc ambb'lC' msbnte. Sir;¡ (00 d tnfonnoe
/uo<o ele lo CN l. 0<\1 rri6. No 10610 lt <OMunkarun que ........ a cJj .¡x>- ..a ()(JmD hasta ahór.a.
ltdón <Id petSOna1, Sino que figuraba en Ul\3 n6mi.N que Sot -Si es todo, señor, pcnniliO para n.·tirarttle.
di51rlbuy6 en todos los acccw• y de gu¡:¡rdla dE" la Q.Jl. No -Qué lindas fom'\1S, Al\ita ... me refiero a las mllltaf1"1;, que en
podta ingre"'r 3 ninguna o(idn3 ni 0 1.Lrtcl de la inslihtclón. u11ted suenan y se ''en muy bi\.'tl -dijo L'On una . f"<"ro no me
Al mc-1\0S eso dijo cntunc.:..:s, pem el '1° de jullu de 1<)92, dlg.' .scl'lor,. diga mi ('()l'(lnc-1.
durllniC un can!O; me oonfcsó tuh!a renuJ\élado. QubJ.! no me -A su urden. corone-l.
lo para que no lo por nnc sula ahi. F.se dfa me abra%C) -Anita. yo sé que d J\"nl"Till y cl cuidJb.ln mu·
muy fuerte. se me lágri-ma$. l.o mi.ré pg.rbr lndfs;NOo, d1o. No "' p«ocupo. ro<l.1 earnbl>ró. $.;que el <rnNnd•n"' Wcndcroth
y yu tnt fleftlf huérfana. • dilño le rompr•bo el d.,..yuno. lknl: prol>l<m3S <a>nó-
MorncntánealnM't<" fw dattl'\ldn al Cc.'f\ando de m mi<.'OS. Quisieor3 compr.u su dtouyuno.
b c:.aUc Domingo, Ctlnlt('(;\S había iru.talado 50$ ot.c:inas; -Crad.r.;_.. Sl.iior, pc1U nc<•es,.1ño, puedo Mtnprl-r mi dcsa·
lul'gO a Tejas Verdes, a F.S(Uda de lnteni("rOI$, <»mú qun· yunn -dije en un tono pcnsaOO; ""Si este lnfeti1 cree que
do ('('ltnandl\ntc y gobemador dcp;.trhunt..'1\1Ct df' S<l•l me 1\3 hcrcd;;¡do 1."0n rl rJrr,f'l, ('<\t.i bien equivocado .....
Antonio. !!rol una huena pJra Rolf, que 61aba corucnto de Me n:tir(· Cór\ ),, i\1(.•,1 d(· q ue C'l <'OtOncl iba a cnrnptil!"arme. To-
rctumar IIU vh1o miHtar. sabían que era o di..'CÍll que amigo d.:.•ll'tliXmcl F.so ya
haciendo ('1 tf\'ll>.ljU de la SCC"ción y de 1.1 liNI. y me CIIU::\;tb.1 lnqui('UJI,.'i.
<'Onr.rmMun oomo dt M.1rxismo. en .lUW'I'I(i;) de Rulf rre llán\olW ¡, dl.trtO y ''MÍ>l 01 S.:.ntiago por U'r\a'i horas a
Fl r.tnvc:ambióde fl.iovlmK:ntlliS Vf'fmP ('ada \-ez. que pocHa (.'S('l)p.trsc. A vt."CO r Q d()('r
Sub\lt>..-\O:h. A raíz de eso «"',,'f)é un dia. ron '""\(:a:<'". que: kldavia de:- ).(3.ñ3 AUdJ-; y olro\S f1\ auto, en algurw c:squira ccn:a del
t'f\ b ENl. El que dt un momentu a otro,. Cwutd CcncraJ a hur-41:.t.'n que· SJ1i3 de la T(WI\!bamns un
su al t:p"cito. café- Cl\ (U("nte de 'l('dJ drl $edor o nus wm·Cf'-"
Al in;c Rolf, e-n JJ\tdit,ocndl lntc-l'ior hubo una seguidilla de Gndo.
fes. l'riml'ro el coronel Juan }ar:t C'Orr'll.•jv. que luer,o ocupó IJ OiriXCión !;j(>guia buscando un tutpr yxu.t arrend;Jr. Rcslrln)\f mis g¡tstos al
de Operu<:iun<:$. Un dfa el\contr.; en ll) nRdn.'\ del :oubdircc1<W ,,,f,,.imo. Qlml) s{llo ('1 .tln,u('rzo quo daban en d Ccn('J'..\1,
111.:-gudn meses al de Ejército {R} Concha. Tl'll.Í.a 41uc junt.-tr d•nero P-''\' po..1er reunir lo que t'Xtr,'-n C'n rualquicr
-Scí\Oritil Ana Maria -nlé l.lljv mi chap.t • ¿SI.-1\orit.a, ver- anic-ndo mmo gar-antia. Conu:ncé a buscar un im.tih.IIU
d.od? a.:n horario
-SL )\.-flor. A fitw'$ de erc!I'O, Rolf me dip:
-lUo tifanto un hijJ. ¿"udadl ¿Mldre soltt.n7 • no traH a tu hljo • 53n Antonjo?; J"K'dd buseanc un
--No. separada .lpílt\.-ntando mU("I\a C)hn,\. Sabb ctc-partamentn. Son mA• b;t.r.Attn que l'n SantUgo. tal \o'C."7, tu m;lml
quMia Era un • ..-e,.:k'.. traneamPnte ..,.('ni.rse oon (-1. Yo me' ()("'lparia de la !ol'gUrldad de ambos.
- lnt(,!tcsanu-!... Anita, me tMorrr"'hJo que ustPd t' uf\1\ Cx· Qucd.! de p.."llSarlo.
c('l('ll1C COI<lboradora. Quiero que ¡epa que estaro.í ínclu!Ml mejor Fl OOfOn('l Con<'h3 nC\ C\"'1>3ha de moleslal"mC, nu Wlu a m(. .s.no
que $1.> ('nc.lrg<lrá de .su tW.•<'rl(ln, tcudr<l dos secrolarias y ocupa· a tudas las mtljcrl'-:,, Er,l el H\;b fiel r<'ptescnt.'m1(' C'Jricatura del
rá lA \111<" c:-rá la ufidna del comandante Rotr WC1,dt.•ruth. ¿Qué le ..millco lachn... Como 111 paru Cl hombn: implk,Jra que no po-
i,)!:. paSJt a ninguna m11jc'r 'Jin rratar por In rr••.·nut de toqut.'te.tr•

IJ.lf"A.lr
un.• orden. señor._ que era bueno, pues :.)( podrú
T"j.ls Vm:lt>s y h¡bl.tr con Kolf JlOt' cl dtúfono mlna«-n.JI
,¡
...
mk.-nu·•, nn lo S.10r.1n. ya qut m C"S.e ofidn. habü uno.

290 291
 lNTE&"\fEDIO fS SAN ANTONIO Me obligó a regislr.ar un domo<ili<> m Santiago. DI ._ _ , _
de mi que por lo deM!J croa mal yJ que ella me arn"fkió un.
En<ontlt un tnsdruto ma dd Cuanol l'odfo a tiempo pea p.tt• nú y .. niño. poro qu• ¡:><>diera trat:rto. El amw
a cb.liCS. puH COml"Naba.n a las modll 6r la btdc. Hablé ron ncl (Omi!!'LZÓ a a btücar pur la !'lOChe a casa de tn1 abuela
rNJÑ y d«:tdió ayudarme para que pudicrJ trók.'r .J niM. Rolf cn- cun alguna fTccucnOa. voc:cs me ho\d.l. esperar Pll"'.lues<'
<'Ontr6 un dcp¡rlamMlO en BarrallC'as.. 01 cu.adru la Cubcr· óccirmc que:- disculpara. que ya no h3bfa urgcnt.'Ul, que ll\C r?llr--or. y
nat.iún. cooonómico, y estarí..m .sc:guro\. de a otras '\'t.'CCS me pC'df.1 que rtd.octa.ra
rrnnnA y al 1\il'\u. Yo donde ir IC\'1 lhlCf li(..'R\ilna y quizás A pcs¡;¡r de <'110m<' 111 am.1;fl.lb3 p>lrJ ir a dascs. aui'IQUC' ruHC
otros U.mbf<'•'· ullOfl momentos. Y f\Ji aprnlxlndo lo:; pritncros ramos. llab;a
arrcndP e-1 dcparbmcnt<l en ft"rrJnca.s. Mnlf me envió r,uidu mattícuJa para mi hijv un bll<'ll cokgio en En c·l
un c¡,ml6n de l¡ de Jngeni('r(l$ y t.:Uté m.l'l del dc:par· él\rllon C".olkgc. Sólo que <luNaba k-jos. :.sr <'S que salíanw$ juntoe t
t.unr.>nto de Marfa Alicia. Cofl'l() sólo tcrú.a Cln\.J, Rol! me prestó diario antes de las sk'le d&: La 11\:lt\.ll"'<'- 1::1 niño ..·olv1.'l so'o. Y cnrnu i..'fl
olra.'t dos. ErQn dc-J Rf'gimiento.. (';)1:! nn hab:.t a-l(ofono, le pa.Abia un.tS mol'l('dn para que ft'IC!' avl""ra
UN,..........,...(!<, lo Subdim:rión. M>ril><i, (!<, qui<n <6lo guo<do c:u.mdo 1\eg.ua. No 1r¡nquUa que cl niOO me Uamlba.
gtatilud,ood"' los dbs me decía: •Anito.¿"""' d-domur?,sabe
que puNe Ir a casa. padf'('S se tw..n cua ustoo•.
AJgvnos ib.l con dla a su C'as,¡. RoU me consiguió un pasaje
lilx:ndo C"ft una línea asr a vi3jar a diario a
Uarranc"s. Ut.•g..bi atrcd<'dor de y media, estaba ron m3m.i y
c-1 mño, Oonnl'.t ron <'llus y aJas dnoo y " "-...ll\1 ('ft <>1 primer bus
01 Somtlano. A 1;)$ siete y media ya cst..•bJ en l.a onch\..1..
El 6 da mllt?O dL' 1978 comt'-n7-.lron 1"" c.;luli(.'l r n rl Instituto d e
Cumputl('ión. Ya no podia viajar dfo". SI la clase d l'fll()r.Jba
un pLTdia al úhimo bus.
Tod>tf rnb tn'W'i lh.•.,·abú -.n una p«¡uC'n<l v.dijl que tenía en.
b ofidrw y c:n 1' C'llrtcrá s•c:mpreJk>v.aba ooM\lgo unJ f'N:J<b de ropa
lnccrior, un «pillo de dic:ni(!S y urt jilbún.
liAd• 10 de- marm de 1978, tod.lvW nu lcJsrlibl Mronlrat un
a.nlcndn en S.ntia.go y mamá );.\ qUCJ""W '"ohw, <Of1 tt agravante de
que lo1 Mltr.,ios )'3 hab5an Ll\
l"or di'Js me di <"Uentl.l que ..l'lllr"', un.a de Lu st•crctarias
que tr.ib.t.J;1b¡¡ a )o.IUr c:nn el roronc:-1. Ella
wbW. d(l ml't -.ctlv1dadcs pues <'StaOO L'::.ludi.mdo ('ll mismo instituto
que yo. A:tí (l\IC C1,,,,)do d l'llrqncl <:a:rnent.ó u poner mh problemas
que da C"MIIillll>n.', nsunú que .sabí,l mis Justo a la
hora de S.lllr mt: llnmah.l y m(• <:Llba trabo!jos N() podía Ir a
wt:N."'Cé 1 MC'aP\'rrf"-' por la pu<'rl..1 de ,1tr.bl de la ofic:i1\J con
1.l: ayud.1 de M3rlbt-l, tttlc la cenaba por dC."ntrO. l:Ao pOr unos
dU.s, l\..l5l..l que «.-1 coronel S<' dio CUl.'nt:l qlX' 111lJ Sin pbilt frmte a su
OftO.n.a.

m 193
 •'Cirnle que c.'Sbbo muy muk'$t0 "'"'' fi'('('Uentc que ('U.ando
1nr nc:"<'e$itaba par.- Jlglln nomo M®ntrar•. Le que

_...
18 me cxtr;)J'\3.ba, porque mi de ....,.. la señalaba:
dwamentc que por Las mal\11\U llq;a.bi por to ml"fllO media hoa
mb temprano y que jlmás me h.1b1a ante-; de l.&s dnco y

Me señaló qW' en d pus;)do nunca me h.atú rcbr'ad.o ju$10 • la

hx-.a. de s.:tlida. Como supuroe que fSI\Idii\.ndo. dl'ddi
tA CNI INVES'nc.::A A LA DfNA. decirsclo. romuniOO t.¡ltC' l\3btl r,raV\.'mlo.'tltc al reglam.'n">
del al asumir .actividades J.\lril ""' cu.ak:s oo estahil autoriz.;¡Q.a.
Una lilrde cstabit ttabaj;ltldo en W. ofidr-... (.'U ando l'f comncl - Cor(m('l; estudlar t.-5 alf,t' qo<.: cumpNf! at An."i:l (.le 1.1...
C".ooct\3 aOOmpi)tiJdO de Andrt's Ca.o;aro, ing<"nit.•ru e'octról'lioo personales y creo connc:cr el rC9,1..1mtontu lolcl !-Crvicíu. Le
dC'dicado A la COil'\put.llddn y ó'I')(."'SSt de ft.llo Sc.'CCalnl\" Cónu."4 t'ln me. indique dónd-e: diC'f' que no pu«to
de de la (."Nt. EJ coronel ene lo prP:'IItntó Se y me otdNw' q\IC tl\(' <1onte el c.vront.'l
<liJ(' le ptc.!itara todu d apoyo po$iblc p uP.s r\('('C.sit.1 1xa {;P.rónimo P.tnloj.'l, quien (('t'lf3 C)trO' :.crl(' da f'('$pclCtO d 1..• 111l
del rn¡;tOd<' uhh:tm.Jo para (') procesamiento y umUi'ii& a.Jildvcla. Agregó a pmtlr d(' mumc;•f\to nn p()d.ú.t es--
de llbl<'t'llt. tudiando sin autut'i.¿,adón dcol Jtervício. F.l corond Panloja me hi?.o
Andrét fcJ(' vurlo:t dfAo; a nU ofidna, l e scf\afC quE> er,l rncpr JX'Ir csp<"mr un r.•to ('n la d(' ofidua. Mireya. su SC't.'relaria. ni('
lus tardl'S, J)Ut.'li ya h3bía mi trabajo y po¡Jrfu atenderlo, cnnvuJó un café. Cu::u\dl) C.t."f"ÓnilllO l)anto..,_ rnc rl'('ibió. c::.t<lb.l visi·
hubn dt:" tOOo. me manifC"Stó que 5MÚ muy blcmcntc nl('lk-stn.
t.Jh1 que yn ('(Mh'C'h.ara cnn jefe. el mayor X"CC.ltore. -He sido iltfonnado de que ron vWjil a L3s Rocas
" Leo f')(.,.iqué qu<" df.-bian trami lAr cllos la citación. ya no San lO Domingo. ¡Esu ::.e ac.tba hny mlllofno!, idcbc tt.•nnlnar esa n:lación
poda tk b olkfR.). El OV)'W y And.rt'5 1'l"'e wn Wi'neh-ruth al'w'wl ¡Fs una orden!
que •..-ncucsea"' sobre la IJI.'\;'A. Las prcgunus Ert ("'>>S dia.s yo era N<Otanl\• ampao.,tle. int.ol.cunte y
"' ,.,.,.,., • ck tr.>bo¡o. M<> pün.'rió que por.dc:bmm"' <'<tabon he-mente que hoy; am c.-t <k• que f'(ta.bil y eso
tf\tn."VistJnd() • Ohv Y"' que sabún nwchos JO' 'o (l)l\kr(.J una ilgr<'Sivicbd cspc.'('i;ll.
tnL"flM b l'Ubchrt'<"('ión de lntt'li¡,e-naa Interior. Coronti, hat.é aí\OS que • Lb Roc:M. Vay a &m-.locas,
lfuboalg:Gn que vt'rtK-r• ml; pc-rson.tb: porque atú c::;tá 1ni ('asa. U:>il'-' 53h(l. que: N dinero por-.1. a_rrcndar
Sl>bw punl()!t. \fe c:uidé d(" no- n'titniJcstar n;;ld.\ que no casa t:u 5-)ntiagu y ;)J1;1 (Mi mii:t barMo. En ci..St.-p.ut.amcntu Yl\'t'n mt
dkho antt.-.s a 1.1 OINA. madre. mi hijo. Pot ("W'' dd ro•mndantc,
También me pnr lp compartin'l('ntadún qur e)(lstf.t gi ltO que si 1-c que no h.1y IAt n."14dt)n. us.tfd no lo v;.'l 01 ('rett. Yo
.
en l.:\ OlNA. Oijc• (fUt.·,
SJemprn m,tntuvu un nlv('l de N.':Srrva
'
el <om,lndante Wen..Jcruth
a lo que se supo1\C'
p ienso; coruncl. tfUC C"'iO es un probl<'rn.a: pl"I'JOI\.'11
d ispuesta á \'('1\litar mis asu tUO'I priv•l.,lOfl ('On el
y .ritO
Es m.lS, SI
c.·ran cosas !Jot.'Cft."l•l'· Hubo JNra mr un rubm CSJX'I..i-•1. p mf,ltnt,ls usk.U l¡cnc algún digusclo a l lil es
fcrnlit:. a mi l-p0<.:.1 de: pulitil"d. l.a::; u mtcsté, lo lt.,bía dkho Yo civil. sc•\or, y no i.I<:CJH.'lró tipo de íntcrfcrcm.:i,1S..
V('('('8,
F.sokhcmc, dona lut.. -S...• p.-,..ó y wn'l('n76 a grlt.u • No se
olvide quién es usted. y que c-n C'$C)J vi,ljC$1l'ua1quk-r M: la vt'l
.1 1J\I\t,u. ¿O ya se oh;idó quién("!; Ufl.lod?
OTRA 1 VrftEVISTA tx>N PAt\TOJA
-No. S('ñor, sé p<-r(('('lJI'T'll"'\11.: qul('n ..y. Corno lambi.én
Cera del t'1 ('C'U'(u'('l Concha me llamó a s;u oCKtna p.lfl si cualquiera de ('S'OS dia:. a1g;u1("n l"n(; no será cl MTR.

:m 29S
• 11 ronfi;Jnu absoluta coroncll'antoja.. En
oodbl <ilaciOneS a su En largo> pm><alaS one exr'o<iiN nodo
""" de los enores de mk
Los a<los anl<'rinre> yo upoobo mis •
'"'quil'\a y respetabil puntu por punto los coo1enido5 que SIC1\.tl.tb6 co'
formato. que una seocup3badcüpe.nclink'mw
que: 5<" recopilaba C1'l todas In •ul.x1in..u:k>nes y Dirección de
dcmcs, nuru:a me dt Ontl\llct romo el Jogo, o cÓll\0 poner la
(«ha.
Con el coronel l'l't t:nt('ff que &<'emols de ese dato, deblA poner
la "hora en "unidad de ... me gritab.\. ¡La hora se pone en unid.Jd
de- miles! Asentía y por mh• trabajoS a una de
rias que supuse ctmC)('(a biCfl (urmato. Me \a sorpreu de que
• di.uio seguía devolviendo t4 tftfCJI'lflie 1odu rayado ron 1i_p7 de ¡»sta
rojo. ,¡M d form.atu. ('()n urw
Er.o U$ <tllc:id topa>bon ...rno..s o! bcwdc de b
""'" límite poraentn:g;>rlo. Un dio lo pecti o! ro<oncl que me 0!<1bi<n.
Cuando estu\'C' ftcntt a lt le <hjc que pese a que su actuadón 1'N:
pem:fu 01bsurd<t e impropia dt- un 3 las únkas que
t.'Stttba pcfju<ticando <.'1'J. a un,ts S('(ttt.via."'i muy jóvenes que
tipc<'ndo. Que en atención a que t,;j;) 5itu.aclón se estaba tntMforll\'\nch>
<":11 un grave prob1Pm•t JX'ra !k)tiCil$1ba que con su fir100 f'I'C en·
lrc.,;ara un 'JXlT'Tf\L"lllriudo dNaUc de cómo 1os foi'TI'Iat()S.
El se c-xcul!iÓ de que no lo K"'lfa a m.\f'IO y me kJ
h.lña Regar. Me retiré. Ntrntl \'Oivi6 a molestar por el tonnato, no me
huo llegar un mode\n, pe-ro t.amporo vohió a
El (<JlOI"o04 Suau .,. d tipo de pmona que al ...Sbir un tnbAp:>,
.. <st<>o c:r.tn """" loo """"'.,..,. rNiuo y cumdc> """ lo .....1<1\0...
coo......, legojos.........,....., onuopobo y dcóo: "'Esto .,._,.
Cuando se fueron RoU Wcncteruth e lturriaga Neum.mn t.t
Ak;andn• volvió ' Ll subdltc'Cción OOlpando su anterior en .,;o
de a.n.1.lista de C2, la que tto'lb..jaba b Crí.,tlana y
d MIR. y Marf<t 1\lid.t pcrm¡,uttckl un 'iempo en La Oin.'C:clón di!

De las mujt.'f'CS que cfl la Subdin.«ión de lntc:Ug:cncla

Jnterior, yo cr.\ la mayor. 1labC.. tunlr'ido 30 año$. Había
muchact\as muy comn que no creo ht.ya f("f\ido mois
de 20 ó 21 años. Y mucho menos. Como Oamc1 Q.n."'(;ha
fr«uenk"f'J''(.'flle liiS t..•ra USl.WI que las niñas Cf\ tu pett"ncl¡¡
w pu*ran dctris m.(. como bu=l(ando protccriótL
 üo. JUINdo a ms ya lf'(ICUI.'f\tH (Otl Cancha, Suau Ese mismo diil, .. .._..... volvió • llamar •visando que habfan
y r.noo¡., .,. fu.:ron ....,.ndo lamo de a>nf>¡blo pora el poounaJ r.. a ir- de la CNI a su caa. Que ll"'t -.ndaban buscando por un
mcmno Jnven de la y de amn•cttn y difk'O de manejar _.....ño. Me ...su:sté y mt' fu1 • nwnedbiiD donde una tl.a mn DWIÑ
par. ll ,.ofatuu. y rn Njo. Desde el <k¡>orUmoniO el< mi paricnoc Don* a Andrt!l
W nil\&s & menudo acudian a oonta.rmt SU$ problemas a:m 'os Tcnissc y le lo que ocunia.
su¡wriof'('S. OL.,;puok de todo, los tr'c$ <.."f'an el jL.fc directo, el AndrCs fue a \!ffll"'e, mr tranquili'l.Ó y me dijo que aguardar.t c."
dirt"ctor do Or<'r.lc:iones y c-1 subd:in-ctor de La CNI,la linea de- mandQ término de la licend.a mL-dJc¡¡, que Mblaria oon lblo 5cxc;)tore, f'l
comptet1. dt- la Unidad dc Compu1.ad(1n.
que delicada la sih•tad<>n, pero tcnil t'l conv<.:·ndmiet\to Cuando esto ut:urriú, \'OivC • 1& oficina. El coronel me
de Milo' ha«'f' h.vn.>rian mJs pmnto oonmigo. Comencé a dijo que habla un smflaño tn e l C\nll yo esbOO im,tucrada puct se
Sentir ('111$anc:in, N 110éa hasta Mton<ll!.'l me habla k"Vant.annc. habia perdido una 5('(':t'Cta referida a •as
y pcsc 01 quf' I'I"'C' )ot.'ntia agotada no -podW conciliar ct Empecé Comunistls. l.e- pedi 3'
dijc-1'3 menos de-qué dcx:umentn JC
a torNr vhllminas. No habla C'dSO- UN twncillamcnlol' no trataba, que 00 n.'COI'd.Jbía nadiiCler\."ffo en mi Oll"("hivo. Que apanc de
la avisó a mís cnn mt.aeha terrlptfottura. sólo Mlormadón pública.
S.W un pope! donde hoblt un.1 ,..¡....,.;.a alguno> atti•icl-
ck lo JJ.CC en d """-'rior. En ...,. . ...... ..,;.. una ,..,.,... - Mo-
gr.lfica. así es que"' el ac» k <lije: •eomnPI,Io úniw c¡.c ha llog>da
sobre ecote tema -al t'Ol"''\0$ que fui a oon Jiccnoa- ct un
Mam.t fue • '\1"'M'IX' y llamaron a1 ml'dico Estaba an:íc.:u)o de 13 cuban.. F.so PStá en d .kardcx, Y 6 mú,
d('l puJJOOn. J')(> nucvnf'l pulmón dl't'C'cho una m.1la pasada. 1\t') :>óln no es Sl'Crc,o. ,aqufl fotorop;.li y I;)S pmvidendé u )\1 Ut'idiW:t
El ml:dko nw Jtetialó que se h,-u¡¡l carg() de la licx."''"lcia. Oc C-3-upoliC'An. Sc¡;urv \IStcd firmó f'IKl ducuml'nto, coronel. que
todas muntrM lc pt.'<ii a mamá que por bU$C4ra un y le no pensará qu<" m(' roM un <l!lt hubiera ql•Crkto OC'UI•
JI coruool. t;)rlo, no lo habriu a J.a unidad. fctmft.ame.
Mb1 padn-, que si iba u Cl\.'1 podrian c'ddarme Sin esperar autoríl.ol<'lón IIJmó por dtúfono a y le p.·d( el
mcjvr y pt1'0CupaTY de que cl ni"o al c.•ok'gin. Me lk""'a.mn es' hbro de partes. <.:u.ando t."IW lü llc\·Ó, le dijP.:
un t;ud. -Ketty. ¿J't'CUIC'rd.)s un dnc'umcntu a Caupolk.ín
Lo tvhé • Nnll que estallo <nl<nna. o...Je Tfjos Verdes me aclivkladco do lA JJ.CC en d exl<rfor1. FTa una luiOCO¡loa-
envi.aN w auto con chnler p.v;& lucr-• a SM <Ontrulcs médiC.'I.b, y 51. lo busa>
en - u <'l"))tunldad<s pora que - . • l>uo= depirtamcniD, y no ";l!cndita .,...,.,.,. de Kmy!". por>.O. Cond>a "' movlo lmpo-
""' •"PUSic.'r• al rrfo de - otoño que oot•bo •l&o riguroso. ác.-ntc- ('n la silla.
U Vk'•r1a scguú; buscindomc, par In eantu M me atrc"ia • -Aqur es!J, ('Orond -diJLI Kcny-. lo firmó d d f.a
vr·Hr Junto Q mili padi'('S, La abu('l,t avuoci • mi papi que habia ido un 7 de marzo de ('Sfe a..no.
vchkulo do la CNI y t(' hábían pr<")l;untldo por mí. l:lla di;o que Respiré, c1ue Mb!a. a1guna rOllÓn tr"" esa burdu
('l>Wb.t <on mis tr<'t31. Algo me dt."Cii.'l que 1" fntendc\n no t.'fit en ese
LA: pcodf ,1 1hamá que por favor volvh:tJ 3 U-amar al coroncl para J'CfU sí cucsHon.armc. l!sl.t ac.:uS\ldón no el mfmmt) argu·
prcJ>Ut'IIM quC OMJrr!a. No alcantó a ha«-rlv, put'"' llegó a C3S.'\ la men10. Tardaría tn 1\<t-'l'iguar la. rcspu('Sta.
$0C'IIIl,la señora Sara Aguir.., con a constatar Et <'Cronet se 01t.'\.·rcó y me dij'l: '"Me alc..-gro... Anil.a, que liO<:W .e
que h.adendo uso de l:;a lia•n<"ia
. médk'' Yo b."fÜ.a en tudc:t caso cl surnarin iiguc su curso"'.
t·ura ;un. mt estaban adrnirUstra:ndo de antibióticos \de pU!'oO una rrwno f't t'lcri!m... Comtnz6 por
y k'nfil UN lliX casi U <('fl(\."''"rnr."CCIid " " evidenle'. mi CUC'f"PP· nil cvidenle no cn un gesto de Gl.milr.tderfa Me
 Lw: Ara

1nvMtó C'Sil violma.a que añOs antes hab!a inc."Ubklo dentro de mi

cuando fui \1olo4.J o ai.>Cada SCXWII,.,..,.,. MI """"' cknma -
- .. oecrilutlo y .... pon_<arlo, tcmé . . . quo - ahí. y ..
dcsargué en b C'Jr.t cJd corond. AJI"fl'<ió uru fil)'J roj.l. luego u_n as
pequt"i\a.5t;otita, de: .IJiil.n&l'e, cl canro C.'n\ un bon:k- n'ICt.llicu.. Di
la vuelta y wU corrkn:fo. F.n el patio choqué ron '"''J'(Jr &:ccatore
y sin pc:n$iltlo, tun le
Mayor. por l.wor s.íqUt:mc de al! uí, ¡"Por ft•vur!
mlmbo !<Orpn:ndido, pE?m aocC'dió y me c.·ondujn s.u ofki·
na. 1!! a PotTida, s.u scc.n•tari;.,, que nos llftvllrJ UOU$ otfCs. Entró
también And"" Tcrrissc. Tercera Parte
F.s.t300 muy nc:rvioY, de c•xplicart<t. ptro no dc.jar de
llorar.luq;o d• """'""""""""le oono<-lo quo hobl;a pawd<> y le dije
que t.on(l tnkdu. Que por (a\"/JJr 1'1'1:' .-ylXbn_,. que M pod&.. "vh.""t.T a
lnlcbgcncio lnltri<>T.
llalo le po.h6 • 1'alricio quo ro le 1"',.,.. l..rnacus y que si alguien
pt\'gunbbot por mf. conCC'Sbra que no $aba aht Lot'ISVILimó al
rund l"oontnja y pidió que lo r(!('ibi('r.). Fue Andrés se
q_ucdó en la olidn;;1 de lt.tlu.
Al volV(,•t, lt.Lio me sci\.tló todo ln't'glado. Ségún él.
(1-1 rorOncl 1\mtoja habfa ('r\tc-n<.Hdo la situaC'ió1l y ;l('(Cdió a destinar-
1.-5. RcspiÑ, "in sabc>r que CStilkl sk."ndo C'lb¡Pto de UJ'\..1 mani-
pulación que durada allos. Y\"1 me lo confesare.. Ita lo c·n marn> del ai\o
80.
Sin M\ba"NV• tuve que ir tJJ\ de: mh a lntcli.gt."llda
lntC'f'ior. A bu)('J;t mi5 ros.:ts personaJes, y 3 d«LJ.r.tt en el su-
mario. fu• un:o ¡.,..._ Elulidal quo O<Ju6 do fi>COI fue .. rn.yor 8cjos.
Muy y ""'J)CIUOSú. limitó J pt't'Aunt.r y a csnibir bs
rcspoes&n. Fn t(.').UJnL"n dije: qut si hubic.Tol c¡uc:ñc:ln p!'fjudicar a la
no era ('1 documento ideal p.1n Sobe\: kJdu que yo
!Oabía que adcm..b d..- La rucocopia· cstab.\. el ori.giMI.
Fl sun\..rhi me liberó de toda ComcrK.'é a tra-
00j3r cn L-5. No mtl despedí dd coruncl <=ondl.,, ni del coronel S1JJU.
l:IIM, al c-ntrtg;,lr rnl huja d e vid3 3 1ni nuevo jt1fo, 8(> pcrmitil-run u na
pequeña v..'11gunu, ponlcrlllo un pilrrafn donde
m(:ntc no 11(' a hacer de- s.u cargo, kl que oonstítuyc
faf1,, .t l..t mAiri clcmM'lt.\1 (l(lnna de cdur.arló•,... Sil\ c..mbargo, ('n
rc.,sun.1l tomaron C'' C'\lc."f\ta Jas califk-.ldofll.."$ iU'It\."f"'C)rn y me ntan--
tuvict"on M lbta 1
 de Inteligencia lnt('rl()r me stgniflW Ingresar a una nueva ClaJXl.
Segufa ,;cndo funcionaria, cluo. '" Idea de partir, de mmlX"r
con l3 ya cslaba ttl mt Nu tuve· .la fuerza para hil<'fflo
t'n CSl5 dias. erro pcriuclo *- vit-.1 para desciJbrit que ptSC
o lo bo,.,,. que yu c.n. ..m. q,. dif-rmc de cllos.

I'N lA IIMOAO DE CDMP\JTACION DI' I.A 0..1

Al producirse la desUll•dón de-l gt.'TW.TAl Contnns y su reempbz:o por

el g<!nelllll Si1Unas. c:ntra kiS cambiO$ que hubo t."ll
h\5tilucl6n <'Stuvo él ink:ntu de traNrnrmar a 1.-5 en un «'ntro de apoyo
l' l>t de Ja Dirección. CoMQ \le <'Sta unidad luc nombrttdo
el I"'Vyc:¡r Halo Scccatore, quien n.••ctbl6 dtl Mena tll\ Jucne
rtf.p.1kiO finQnejcro pan cquiJMimlot'n'O y de personal.
t.,.S se trasladó .¡¡ Ul"'() de los deplrt.lrnénto& situados en el prl·
,..,. pi"' del cdüicio ubkado on Vlcullo t.lock<N N' 69. So
mmplrta......,te ellog¡>r, y• quo en ... <'poa los oqu;pos pr<ó,.ban
de lnstll"""""' ad4>oc. Se """""')'Ó un pbo lobo f"'R albergor..,
coblorios de lo i"""loo6n cléctnco. y Md<Mó o L·$ con un oquopo m6>
fue adquirido., lo tmpt,.. COMDAT. rqoresontm...
de la 6ASIC: FOUR. F.sb a<.k'!J\Ob Cilpadtó al person."'ll l·
5.
Apontc del y del de sistt.oma..<;, fueron de!o
a L-5 IU\ ofidal de E;&tito cnn r,r•do de t('OlC1\K' y se 4.:ontra·
turun trm progr;¡¡m;)doi'('S, todO$
0\lmntc d pcrindn eo qut se re-modeló t-1 dJ.•prutarncnlo de
&•1grádt) y Vinrña. Madena (69), La jl.:faturo1 y la secretaria
ron al ('U<lttt'l de la CNI ubiado f'l\ lel*lk> Pocuro. Ahí lunclonab.sn
otr<AS unidades ('()m() doble do<'wr.._-,_toKiún, cxplnsi"W.. fo-

togr.úio. '"'"""y WOS. maquill.y:. Andrél r.m..., Castro, uno <k

 l.uz Arrz Ellnfitrno

los pr<.>gramadores y yo, nos instillamns Nta pa).lreraN, te.rtt1' pjso lllsi.sti Cll que en esos añcx; el personal había c.lmbjóldo, pero
del edificio de del Cuarlel Geoer\ll. que de los capitanes. que cum;)udaban unidades y que fueron m.is
Térris....e Castro, ing<'niero elcctróniéo graduado en la un¡versi- compatlcros en la ENJ, sin ninguna duda elegiría a Manuel José Provis
d;ld fm: l'Ontratado por la CNl <omo am'IJista de sistemas Carrasco. Cuandu me pregunt3ron por les dije que Cau.¡x.lkán
para asesorar técnican'L<'nte ala un.id.ad. Andrés bordc-;t\xllos era J;.t unjdad que siempre había hada Jos partidos
30 ai\o.s. lntelig<-•He, entre o.1dictu al trabajo y artesa; diseM los sjSte- de izquierda y qu<' el <'o1pi1An, al margen de que Jo 00$-
iría irnplémcntando l-5. Se•1dllo en el tr.lto, c:ompmmctido tante oercano a Mari'il Alidá. /\k•jandra y a mi, era equm-
<:ón su \'OC'ación pmCC$ional. &.. vitwuló a travi-s de o:mt.actos perso- brado y honesto.
nales con el Ejércilo y la CNT. i.·ra ahij.,dn de Mena S¡¡tinas. El dló a Provis Carrasco.. que f«:ha (('11ll8ndaba la
No {'Stoy S(.'gura de que Terrissc Castro hubk-sc tt.-nido como unidad Caupoticán en cJ rt-cí6\ il\auturado cuartel de &Jrgoi10.
algo vlbl una postura No pt•édo <.kdr que lo oonodera mu<ho, Cu;:tndo el c:tpilán .se fue, scgubno:> oonver&:"tndo con Seccatorc y
pero lcngn la impresió•' de que )e crn dificil c.ondliar dentro de $Í, las Tt.nb;:S(:, quk•ncs se hlletesaron en saber qué de Cónd(lr. De la
tare;.¡s qvc- lt! lmpuso el sc.rvic;io ('On su form.'l. de !llt.T·. Agrupación Cóndor y de )¡) OpCt<ldÓI'\ eóndor. Con C:i.lUtél;) sefl31t!-
Alt;uoos aspet;tos de J'Cr'!;Ut)dlidad de Terrisse Castro me qoe <'ra una agrupat;i(m de st.•nddoo de inteligenciA de pai.'iCs sud·
parecran rn''Y <igr<td<.lblcs. f1crsnna gc-nct'OS.'t en extremo. mostraba dO!ld<' a l3 S.'l?.Óh exislían militilr<'S- Y .,tue h3bia
una serie de aC'Iitudcs qu<' del c:n mportamiento ll.'lbiwal del podido dam1e rocnta en la J!Nf h;)cfa daser que ül tru.ms
personal. Est\lS er;;m au:ptadas en i:l por $-U prok'Sional. (.'Sh"tba cap:tcitando gente c:n la escuda de 1;) ú'll.
lo que el ingt•ni('ro concibió L'Orroo un desafio técnico en :RI Se puso <m milrc:ha el ··pta1' piklto"". Fue e legida la unidad
área de trabajo In fuo -.cxun('l a todos- envolviendo un.¡l Caupolk-61\. Adcrn.i& del n"ffinncimk'nto a la cap.1dd.1d del capitán.
de la cual, pasadosdcl'tOS no es (ácil salir. N>O t>Sfoy dieknto esa clt..'CCiÓn siguifi<.'ub;) mi <lpinión tenía cic.-rti.l <:rL-dibili<bd y
que no tuviCS<' "inguna postura p<.>liliC'.tO que vh•-icra ajl'TIO al mundo fue un Jador hnportante en que la CNf docklicra
lle la C.NJ. 1-'t!ro si que so atención se centraba en el buen dcSC1npcr-o dtrml.. .la po;:;íbilíd3d de seguir ·\'iva.
de su tcab"jo• que por In rudirncnla.rio de Jos t.'qUipos de la época
<comp•uados· con la. de hoy}, le cxigia incluSCI d('SarTOU;lr
software que opthl\iU&ra cl rt'Jldimicmlo y la <aj.Xlcid3d del oomputador. TUANQUlUDAD E NESTAOIUDAD
lt.alo. Sc..><:catore tampooo 1"\'Spoodía arqudipo que, af menos
yn, h.abi.l forrn.ado dcJ pcrstmal d.e la i:nstitudóo. Parecía bastante estudkmdo. Am:ndab_!.l uru pic."Z<l en ta (tlal vivía con mi
más \.'<:uánime y me.su1'3dO <ll•C mayoria de los oOC'iafes. F.r;.¡ muy hijo. Oc:bia (inandar el (.'Ok-gio y l.a nlifn('nhl('ión dal niOO, mist!Sh.tdios
rcr.pe:tupro de las horas de salida, dias de dtse.lnso y vacadoncs dcl y otros. Por eso occedi a la proposidún de· Andrés de crea·r con cl
pctSO.t;\.11. cosa notable en un lugM donde.! lo normal era ser NadicloN p>r.sonal de ingreso de <hatos de 1.-5 un pnot de digitadoró.\S para
del trabajo. de noche y los lin<s de :;crnan" iftg.n."S<lfldO datos en algunos
En l.-5, ltt)]o me pl3n1có un trilbajo inten."Santc. Seria a lo!l cuales Tc.'rris,.-., como socio de una p.uticul3r de
analist..1político de la unid:ld. 1\ndrés Tc.rrissc d t•bia d lsei'iar Jos sistc· c:o.-nputaciñn, prcsti.lba' !IL'f"Vid.OS de a.se:¡oña computacional.
mas quL" a.rchivar,_prC>C'CS.lr la iufvonadón y centralizar c:l Ese ingreso 3dkional «,)mple taba r,ni pero
tr.1bojo de las brigadas. $ignifical)3 dejar -al niño- solo todo el día y también las nocht:.'S qu.e
$c:C'('3l01'C CónK.'2 y ·rcrrisse (:al'.tro me que t..Ta necc· debla trub\tj3-t ya. se..-. ('1\ e l U..mro t::spañul o CJ\. el de- Talca4
sarlo póru.-r en marcha un .... pilotoN que. probarla la ei1C'ada de r-..ü prcsupu<.•sto no ;)ki\1\?.alXl p·a ra que yo comiera álg,.o ap¿1tte
este ml<tod() de 1rab..1j0 y me prt.1,'Unt.lron: tllmuerm que La CNl d;.lbil ni personal, s in embargo no n.'<:UCrdo
-Anita, si fucrn tu . potler i.'n marcha este plan halx'f S(.'lttido hMü•re. El personal dcl c:asino se prrocupaba cons-
piloto, ¿qué unidad el(.'git1;.'1s? tantcrnente d.:- qun mi pordún fucr<l <lbund:m1e y oon aJgún agregado

305
 .,.,,. <JU<' Silcó>ban <1<1 d• oOO..Ies d< su¡>CM<. .q... S.lió mi nonllln' .n la .,.....,., ya que po< - fodla los fanuiiO·
Andrés Tcrrisse me inviti!N ron frocomcil _. cmncr" alguoos de k» ot:k."!!!rados por 1_.,¡ Vteftrt3 CSl;)bó.'\n ildi\'11\dG procesos y en do. de
mu('hUli qu(' hay en el sector de J)lJta ltaUa. 1.1U011 se me n:qucri.1 cumu testigo. De m.lAL'm p;\r3lela, de
Mi hijo llu(·vc o.1ño s, y tt.tlt! de ql •<' que hahia llegado un oficio a la Uirccci<)n de ltl CNI de
vi<L\dw propillS de su fd3d. pur (?50 Q'lé accr<¡ué \\1 Stade Francaij, Ll olgúc' tríbut\.1.1solicilo)ndO que se respondiera 111 yo era o no funoonouie
pk-.u que arrcndáb.lrtM quNtaba a tres ('J\l(,lras. El nii\0 ooment.6 a c:k:J atado org-.Wsmo. Ttjmucqttc La Cf\.'1 en forma
ffltrcnar Cl)lll un grupo de duros de lól r.mw M la jr(J!un mo sugir\6 u• combóo dt domicilio, of>bi ulil....,.
El 18 de cada.,..._..,
(.'fa dla d(' pggu Unto tn b OINA«amo m la .. dlopo falsa.
a-.1. Por la noche. con ml lujo scpar.ibamoo d dinero para A CS11 f('('N ('$taba uqndo mi nomtn "'eni.d.L"J'U, puCit "•h·fl
y J)Ar.a pagar lot$ Mucho.li tr'mitcs lus hada pur:t ron nú hijo y no habf.t quc."'idu impom:rJc un<.l vWí.'l ruás cland<.'$tlnJ
('tl horns d"-' atr.nció•l yu cslab.t en la oiK'h'l.l. (l(u"'l. Nuevamente C1WIIÓ a"'¡ hijo con su p3dre, poder
F.ro un periodo de tranquilldal.l.l.:llotah;m supl•radOJ lOS 11tn <.v:>tos pur.) el ulllu. íuc.Jo ('00 contrll,uyó 3 mi situación se
ptol)l('n\ils con l..l jcf<&tur" de lntcligl'nda lnK"finr y d subdircctor, y vot viera m;,is i.ru:st<Jbll.: 1.\:it.l bi.t ;.1bsolut.amcut\: t.•n Ld m3tlOS. de And
)'O cunvai«JJ. de Pf'Obk'nU'S p...dmorw-6. Sin embargo.. tenia Tcrri..-.c e llalo Scccaton:o. Los hechos pan.-c!oan indicar que W¡cl,UurJ

.. d Cu>rtol c.n.r..
ilnport.ink,_ Alt'j)ndra y MoiÑ Abcb dc:j)ron de Y\"f"k•
rrq;unté •• m;oym-
oc;abl pidil"ndo irtfui"'''Ndón de dctallt-, sólo
s....... morn por .u... Na
estaban o cócno
('St..)b;l d('(idldJ a ,.;o"'rn()5; 1. tn:'S dt la <.:NI, al menos dd Cuartel
Qmeral. l:l probk:nw. cr• d•mo. ¿VhílS o nWLTtl.s1 y me-
a d iMiO ¿dónde y cómO \iaria Ahtil y All'jandra?
vivL:tn. SimpJCtnL-nlP qu<.•r(a 10her s.i bíC'Il u nn. El ofitlal me J licc vcrdudcrou. prufcsionL'S dL· fL· rl,.,X'<:tO de Y
tlUL' se ei\C'Orltr,lb.ll' "'' pcrfcc-Las 001\dldont-.s. A1\ dr'és T('rrisS('. Asnmf QiiCl ('ra c;iorto !16lfl queríun que yo lúgrur"
proo<:up.1N J)C)r'q uc lWJI WtmdL·rotl'l mt <fijo que al pare<.U iJllr adelante. Ocsc:Hht"' las COSó.'\S que no n que me indi..
Alicia habría propordmudo Ülfvl'Jlla('jóf'l Gl ooron('l Espinou a r1boan que estaba sk..-nJo manipulada. y u<:..:pflé uno a u•"IO 5\15 CO"*'
t.'!plld<l:s de la CNI. dur1nte la pcm\.:UX"'d. bte t.'n el HospitOll
jo>. ' A•
M1litu. ck-cxtradirión $01idtada por Solicité al Sccawrc que mt' pcrtn•tJt."t';) , .....
UrudM "" n.·.bc:ión a C'.l.fiOS 1-A"tclicr y P,)»apot1t"\. Al menos eso mi ,¡hlit(ión H.l"tl f"'Ia fror.ha, adcmát de M po:;ccr ktcntki.W.
O.H'I'W'•nt.lOO la a Contret.l». e;1J>1 wt. q1..1c t¡w.• m(" bnSC\b:u' pBrJ d('('tarar, me brrut.abl l.
Me pat'('<L'ÍÓ una h.tcer e:ous hoc;cr lo que la instituc:iún me indi-c<1W. Cum;ltfcre, y se lo hice
hwulucr.'\ndo a person\ls C'J'H' t:ontinual1an ..14-•ntm de la CNI y por Sxc.tlort- c;6nW7.• la fl(l&ibilidad do ¡ucscntalli'IC.! ante loi tri·
t:.'lntu ¡ujPt.as u Jo.s y sanciouL"'.s que &e 4-':tdmaran y que., tTJ;. bUI'IJk":!i. ltalo SL."Ct:taton: de at.-ut.'f"du \.'1\ que al\k'S de- tonur UN
de nosotros, nu 1il.lf'fJn sólo adml•lbc:rativ.as. PcnsC qull!' ouf <kciskSn. me infom\ólr.l. Me pu.<;.O en cantatto con el abogado V.ktor
c.•tu\''0 oa información Nbt#l lk-gad.o 01 uú. .lo m.i:s probable (!t';l que (;jlv.z Ca!kgos. j<k d<l 0..'1"'11am.'nl0 Jut!<.lic>O dt la CNI, m• ..
fU<'tll dt d< .. CNI. y• <JU<' mud-os <1< 10\. ofkb..,_ d• qu• rod"' habiM sin pmblernas ron a. El •l»ppo
!lt'lbfto todo lns de- menor t.r.Wu.añn,. n'<.Jntmian COfl[3ct() C'Q:Il utru» turnó oot.t. de- lfli y 5(' oompt'C)O'W"ltÓ .a tratar de: a"\'t'ÓS'Wf·
• Contn.'1'U. Alll5 In hizo.ltaht SL"'tt.UUN y me )Cil.llaron qu<' lJ posición dC'I
Tt."ll.ía Ja en L"SUS dí.\S de qua luimos .crvicio cr.1 la mism.• que hab(;\ sustc,,t,•do la OlNA, o sea que <.'1
por kl mcnoo c:umo "'llli\mto delk"<'!<.lu'"', Y el córno plantearla f5C personal de 1.1 t:.:NI nn pncli.a. dr.clarar.
..)X)t resolver"' me prcUCllp.lb.'\ Mientras mayor \.'1'".1 f\x:os d:ías se 11'1C' citó a Wl.l reuni-ón con cl
la mJ.s pt"l$llxt en l't"'t'lundar. Juridiro. A<;istiemn- do Gálvcz los al>og3<los VIciO<
l:.n ;.,ntO de 1978 hutJc, de Lu de M.anud Avill"S ... Cuado Poli <;.u.ayroctw. \hgucl Anp-l robktc
r.millarcs dHaf.MR'ddos )" C."n UN d<' clla.s. .ftm.tto, lof y Miguel Angcl ('4t.rTol RcsPJI"dM."t"'ñ • lod.JS mio¡; pn-gunt.n.
TnbuNlci de Justi('i.a, \ln grupo de iC encadt"ffaron a la:. EniiU7...JrOn que su r«''n'W:."ftd3ción era qu<' no podia declarar* pucf t1

306 307
cailla aua m manos de un juc'z- podN. colocarme
en atuanonr. difidlcs, romo rno,munkadón. o un perioljo <ktenkla..
Convt'né nueval'netltc con llAto Su:mtore y Andró TeniMt-.
l..tt dial! que antl"S de que se rucr.l WC'ltdcroth la le habta
pedldu qoo r"OCU(X'r.ara -si es qul! dt.'Claradon<.'S f:r'l que
como d<'leuldn la OINA miJ h" cllas digitales. rurqua con
ex«"pdón de Las que escribí en JJojmU, no habla firmado otras.
Qw: Wcnderoth me señaló "!l14.' no cnconlndo. Que les
sotiau.t» lo mismo ahor-.11. y adcmd.$ que borraran los
qu• ftgu<Wn en el kan:lc>< do lo CNI (1001 nú """""-' o d• mil ¡._
mili¡¡J'('t.
o.,._ que sí. pero r«ibllo mi,... ""P"csta: quo los dedo,..
oonett no fueron habidas y dt untcaxlf!fltcs.-
los de la l>JI.sc- de datO$. 4.'11\barto, no me c'OnSI.a que lolt
rt'ghtrulf bnrr.'ldO> hay•m sido l11ll l.lnímt' cxisU.'tltcs.
Me mucho la auscnci,l 1.ic mi hijo, cuyu
me rcsu1t;.lb,.. oontr.ldicNriiJ. Nn lt'll(J Jos medios P'Jr.l 1'1'\D.n.-
rt.·tv.:rlo ad('(u,\ol.l;,uncnl('.. SJbfa qlK' él a<tpt.aOO las pur arltlo
• su tnlln.1. Cu3ndO el niño se tue aii'I4.Wtc. con su pgdn::. me mudé a
uru dcl Cuartel l"cro muy lut.-so tu'\-e qut bwc.iar
anil"''ldn ¡»r b. tipltft4 probk-mas de <'01\vh·cncta. l.a
de CIQ me-día Jos minutos t."f\ 111 ducha y t."Chaba ('f'n'OjO 11 la
puC11a 1 LAs dk•.t de la noche.
(n.'<.'\.u:mte> que ul so.1Jir y aunque n'L' fuL'ftl corriendo,
('OCOIItr.u•J la pucrt.l oorradn. Si no tl!nf;:¡ lr;¡b.tjo de d ibri.tadón de nodw,
oo mct ()U('dJlKI mds 1'\"mOOu.> qua a la u(icina del Cu.utcl
ncr.tl. Tr.aNJ;Ib;:t UJ' rato y dornú.l en eJ escritorio. Voh·í a
U nuev.1 cstab.a "" S(.'Ctor 001 J)ar'tJUC 6usGmantt.
&l.st.uttu tó\tnb!én del (U.)rtd. Ahf f"tU'o't' hasta que volvf o¡ caer
cnknn.11 dd pulmón y tvw que tr a b USl de mis
Unoa 'l.'W me rcinl!'&l't a L-5. IUf1.0 de una li·
«.--noa. WJh•f il L'Sflldi3r. T;,sntv t.'1\ C!-1 lftSlituto como ell COMJ.)AT.
Cuan(fo terminñ este curScJ. hubo una n;-LLniém. A todos los as.s·
timos se no$ .:1plkú un I('SI de c\·,du.acl(ul, Nunca conocimos d resul-
tado. 6JI varfac; oportuJ\ido.1dcs )(' pr.. a por C>J
pn.•cbl. S61C'I d ijo que<':! mfo oarruj.abl con<:lusión que t.hk-r(a en
m\K'hO dt lu que yo opirklba de mf miStru. Que poscí.l. b.ast.antt más
<Opo<:id.>d dt que lo quo yu
Undtl Tt'tri),X' me tt
""'"'""' quo .,.. el arma do Gl'll" del ..,....,.,.a. l'udc p<'mbor que <1,
 PETICION DE RP"<JUNUA transfotn'\3do ("ll un amigo pr('()C11p.1dO df' 1\\i t!Jtuac:tón pa'IOI'\JI.
Nunc¡¡ t.-n csc );)p$0 que le h.1bt.:tra d-C' C'.NI o f1"lf pidió
lletconouo otras acdvicbc:kot de l..S; yo nll(' sumergí all'l."tk.•dor dcl 20 ning6n tjpo de infunnat.ión. Rolf adkK!Nk'$ il mi
de septiembte «- 191'8, y .t putlr de cnwna:s a.sisti muy poc:n '-""fft'f "id.i.. Supungo que umbién sabtan que nos vt(amos. No ft'al\ un
a 1.-5. Un di.\. c.'Om•'CnooJI'Ido cun Andrés T('f"ris.see l&illo Seocatore. por misiE't'io ni los "iaFS &.:1 <00\lndanto 1 U GlipstA ni que t\0$ NtJU..
pritr'ILTa \"CZ r("n'-'ftl'Í.I.r y a:m mi hijo. Jte.. bwnos po< lcléfano.
cuerdo bs J)'Labtils que "'Qwcru ser una mujer con su con l!n una de es;lS Kolf""" dijO terúl que U" • ver a
un traNJo nonn..l t'n un bolmn, mmprando p3ot\ en aJgun;¡ Ma,_,¡ O>ntn:ras. lo aroml"lló y Nluot habla ...lido m
esquina, pr<'OCUJ"'d> do N<t< loo 1'()5trtS q..o al hijo Me bbt.'ftad y se t'l'I<Onlraba dcliOKiu t1: Sus oftdnas en
pol"br-JS. A Uor;a.r pensando que mi nir\0 e$bba Rian.J.o l._)'Qn. La sc:ñor.a Coll(omoz Riw:ra ..e Ci'MXM'\I"ilba. ahi,
le-jo$. y 'fliC dfa parct'(a k'j.lno atín. apom.'ntcmC1ltc oon1inuab.t ilyudánduk.· COI'nO !W'<Tetaria. inwgino que
Andrés inlt-rvino <On una (r,uc que repetiría con alguna (re- d(ospués de-su> horariosdC' yit que a la $eñura Né.lid.4
cuencf.¡¡. h.'l'I.Í-' un" bouti'luc _.. MA..t-.JE.. "'' t>l C'•WJ<Ol de Lyun y
-!talo, ¡hay que C:I!Uir a l>t Anit_.;t! Si luvi<'m un hcrrrumo u un Oías Ual<'l SI.'C'C;attln; y nl(' prti'J;Unturtm si Si.lbftl
amigo sohC'ro, te meto \(Ui.' lú \lgurm del oognte y lo caro tll,:to de Manuel Contr{'r,as.. que lo hnbí.t Que había
Jtalu, rit!ndn rrpliC'It. u<:ompoi\1,d0 a un amign que tcnfól ha\'113r cnn éJ. No pr('guntaron
-¿Y lú Crc.."$ que ,.-Ua n.., l.')> Cilfh'U de buscar un marido? más.
5\lllé En esos rt'k."SL'S surgió df' man('ra C."''pontám.:" Wl •cei'C'8mi.ento con
-No qcicm un Qul('rO;. rm h.i;_, c.vnmigo. Andn::·s T<'l'ri$$(". E!"..1 suerte de n•l.ttión ll\fo m.lS; ;l(u\. Su
La mn\'f"".\('lón d<'rl\'6 1\J.d.t tema. octi.tud cr.- la üplCJ_. ocupado hasta de lllC't\Orts df't.-llcs. pcrucon Jos
-5(-rl'.ls UI\Ot bu\.-na t.-.puA de of.a.al, AniJa. ¿no lo J...s f.X'"SJc.Jo? límites obvio.s ya quct:ra c:as.,,t() y pnr f'«''ii dW 1ou cspoStl ('$Laba par
Lo mato es qur tndM M'M hut1--ones csUn ca!>ados. tener un bL-bé-. A•\dfés qllf' en lo eoudiano c-r,. un hombre sin wmpl.i--
Mf' y t'flln afectivo era dikrcfttc-. Ot MM talgO muy n{lido el
d.ó.'ndo que LJ. Unic.a posibiH<b:t de scr n•cucrdo d<' que j.uná."> se me ocumó qul(' f'JI pud..ria
libre es GlSOl!"mC mn un unilorm,ado? Pas.Sb.t,....,. tkmp> juntos.
-Te estoy que nu puedo seguir asi. TraOOps toc"'''I ItaIn Secatime mo pn'gU"'<IOi ""'rrla aJt;o ,-., T-
par• matarte y C"n('im¡ yo K- <Onstgui que lo bagas de noche. y yo. Le diF que oo. mrnli a de que era
ll.alo il'ltenoino tonwndu p¡artc de mi otltMI"'tente probable de que' lo 'lo'•J)Irr.t pot Lu hiét: porque IQ
-Anita,.¿no tt t'OttStdcros libre? coruidcré un asunto privado.
-¿lo soy? ¿P\u.-..Ju nmund.ar JX'lr f';cmplo? El aparentó act.vtar explkadora f\'Jp.-..:to de uM
-Caro. rclud.6n bbotoll fl"loejorada JX.I' aflnk1ada &: lu a
-Te pt'C'SCnto l,a 1'\'R\md.a. Andr-és. 1!l sólo dijo:
-Ay, Anita, nn 14 prt'IIMI('$ ahor,l. podría apoyarte. ¿,Asf que lo pn:guntó?
-¿No l<1 ,lt'C'ptarron? Pensé que to.d wt ('llos lo h,,h(An cc.mvcr».ldO. Pero respeté el
Respondió Andl'll!l: silcnc::iu de 1\fl.dtés. DcspuCs de todu> <."SS$ !lo,bia que cru .i.J\útil
-Estás bit'n ronl'\"1)1 u.1¡,t:l, 1\ nitl•. pcru pa-maturo que te vayas. preguntar.
No le preocupes, <'nt'Outr.a.n.'IM» la Sillida. Ten (a impresic)n de que ilxtn mí.s pasos. De l'iguna
que algo oc:urrla. No l<'lgraba ni f'iquic.ra en el pc."f\sam.icnto manera ello> iban dC'finicatdo la que
diseñar una lfnN d<' ptUO$ o Yo seguía viendo a Rol(, No lograba l.'qUihbr;:.nllf', f'l pmb1CIN c.-w que al misn\10 tiempo
espor-Jdiátmt•nt-:. C.d011 W% qut> ti podía Yiajaba a Santiago. Se hab!a hubicnl d<'5Cado que su aaitud futu reat. Mto Nda d.mo

JIO Jll
 Luz Ar"«

qve me es1.¡Mn manipulando prog.rcsi'r.l.mc:ntc. Buscaba. l.:. (OC'1NI de K.'O"Ctaria que La y se b 11 mayor. Andrés no fue a la
mi obie'lvtd.ld. No tufrlr, me diera ex3CbmL'nlr kt mümO oficina y a pesar de que ubie»rk>, (Uif. posible. Nunca más
lo q"" otloo hocloran. hablé con él
Tuve U OpOrtUnidad df. tom.ar clases pa:J1iculan'$ de: pinlur.l halo me pn:guntó p0< exptiqué &.n""""""'
ron Y t.ilákte P.!-rt"t. Unas poe.15 hol'it$ a la a:.m.ana te que no l<túo una "'ladón cit.-u cun d "'-'<he> d• '!'"' """ hubBa
transfonrwon tn un sihu de encut'nln> conmigo misma. A\in hatria smprmdido ;m.... Ovo r«<>n<><<> Q"" ..habla IN!rlrido-.,-
<n mí mU<h>S <OW> que C!Ñ sopultodos, pen:lódas"" oos .OO.. ....., pero que no lograba asundar d "-.·"1"•··" que estar corno en Yitrina aun
me senU.a otr• \U 11 bor'de de una ni.sis,. rotnO m Villa CñmakU. en los asp<CtOS más per.oonalos. Qu• ....,..,. Q"" lo habla Sl'dutido,
Estabíl topando fondo de nuevo. Dur.tntc esos me51eS había poc:hdo pern que tras de cUo oo l.wbú 1'\in&ún otro lntC!,.. Y que lucra dt- las
nkwar lo (IUC modio Rol(. Con todas l3s dlldas y limila<iont"S. Nc que podóa tener tn la vKia p..riOn:d ambos,. que
un VC't'd.adcm f'CIIuglo mi. pensaba que nu 4.-ran n1ucl\a!', "0 tC'ft(, pifl la CNI nill1,."U.nA ronse-
lll d'a 11 de $1..'p ticmbre hubo d.ruartclamienlo y todu d cuerlda oomo ins.titudún.
nal, ind\1itla la unid 3d (1(' rornputadr'm, t uvo .que permarl('((!'r l..t Yo que et>e encut>niM (uc calculado por ambos. Sin <>rn-
ofiClrM. ltulo Sc«i\lore y a a1morzar fuera del bargo nu se lo diF. tlUC' qut'rfJ mlllbrrtad.
cu<1rtcl. t.'hl e l cumpl<-.'li\-oo de ciJa. PM f<l hlrdc, al rntirarnoe, ltllo no pl"()movió asa rt.'l'luncla. p¡.•ro dijo mis df"M!05 de
y yo a cunlCr illlg,o <·1\ unu da IQs rcsl.Hmlntc• C'ambiar mi situad.ón. Que le p¡1ra pensar. Insistí <'0
Al Jl(l$amo,. por una confitcria y me regaló un oso de que lo hie'iera,.. qua hilblarn con T\mtvja y pAra pedirles que
peluche. Oijo, lo que pi)SIC', no c.srar.is S(lla"'. Me .sonó a ..sp«H· acl'Ptár\U1 ltii t('ouncia. Me pidió que t."St\1\'i<..-r.• tr.mqull,'\, que me
da. dWJ. sabria con tustJnte dolor que lo er.t. too d.í..ul tMnara unos dl.ai deo quo dCKII\$ilti.l y que él me 11;)•'1'\3-
4,1l' fk:stas Patria'\ tnc d1p que fuera .1 l.l unktóld. to:M ria . Me fui a casa de mis p.1dréS. dcSC"ansé, y a pl'Sdr
juntamos y u·ab.•jó dur.1n1e.• toda la tarde. Yo t'Sttt\'t' 4.'1\ un termín.ll, que estab3 muy asust.J.da conMnpiJnJo la po:sibitklad de que
COtnt;il.'l1dó un ptOW¡ima que dcbú tC'SOivcr pa:ra mi curso.. [n un p¡r no aceptaran mi n:nuna;\,. )('fl\i UR.' dt detiólhogo. Estaba
de uportunklJ\k.'> ac cnn.txtó tclcfúnica.mrnt(' ron JWo
no a'Udté ao quo
AlrododO< Ll> ..,.. do 1.> t>Jdc, Andrés
.. pero

lr.obiJ)or y
.....
dw.tldo dt' nue-vo. Ahora por rompc.•t con loa 0.:1 y adctÑ'S por quedar

Me dijo que nn NbW b rcnu.l"'d.l la jefatura pues

me hizo rtru\0. Me rnosttñ &os tnUI'tb de vKirio y "casualmente" d gtncr.>l le h.II>IJ pl.>n..-.d<> UN mls1Óo
11'\Sndomc d" 11 m.\no me lk"\.'l\ a 11 oOdna de la S«Tt'C.:)ria. que qUl'ffJ discutir ronnúgu de c:un.lr cf c.tocumento.
M'\: ..k.')é cunductl' por B . Una wo.z ahf,. y .l) darse cumto\ \k a puzzle esto!>. <umpl<to. El ,.....o<io ""'""""'itaba y me pedla
l.l Of11::iJw de Italo $c<;\;.litof'C (l:l'taba abtl"'rt.l, me dijo que tntT.í.r.tmos.. <'MS mJs lrahajando m cJ s150brevivia, quedaría
Me nE"gué-. y pocos momentos 11<-gó Jt.do. los Ubre y se dC'I:'ti\·a l.J N'l\unM.a ... ..'ue a)$ wmu 13 rnisión y
al Ma 'lut'dé un ll'IOt'lll'nto y saJL TodJ,·Ia t:rt."Í.l se rnmcnzó a implcmcntiir l3 Operadón Ctl("'liif".
que (.'f<l un encuenlru fortu ito)' dcdd í asumir la silu3dón intentando
dCSC'arr,.u ó'l Andrés. qu(• JX.'sc o que ese- tipo de cr,,.J\
rmís b1cn (.'Jl()$ form;;tln\Cntc mantC'ni;ln tu'<l actitud bie-n LAS PlU.AS Do UNA IDENTIUAU
paC'al,a ,11
Le ol n1.1yor ¡i pO<If;l hablar con Cl. Le dije que la En ning,lín monwnto le nwnít\."21té ..ti mAyor que m(' había dado cuenta
satu.acilm lJ 1\o•bC.. p!'()Yfl<','ll10 yu. Que Andr&;. no tenía ninguno. l"C$· que había sido dírlgtdA y cvnlu.Kin C11 c.\d3 una de
ponsamhd.1d. Qu<" ('r;t tv..l.r mf<l y qu<" lo asumla. IJijo que conV('NOJ.. mis respuestas. l'ampucu :-A-n'1ri01 <k: n.,,.b ..:¡uc dlj('ril queo m. esa purtid.a
J'Í.uno5 a l df.1 sl&ukrltc. LN pidió .1: Andrl!s qllt' se rctir.ma y me llevó yo no ('1 dblor de que Andtés ('W\'SI3ra para
a cas.t. Al dia lk•vl! mi f('nllnC'I.l redactada. Le pcdl 1.1 elgo as.i. Y que ltak:t y él por mf omnque debo n.'COOO('I!r
)12 JIJ
'1"" qulús f"W"'" qu• <ra lo
k•olieron qU1t rnt m.atann..
""*" pom mi. T:ol va tilos t•mbién
lo dijeron. pero Cl"'ffron o ayudaron
I.Jnto ton OINA C'On'IO en Qr.;f,wh"OCII>nductus. pc."f'mi:sos p¡r.t ponar
onrus. la chapo romplct3 ii'Ciuyondo <>\dula y posaporte a ..,.,..., d•
• crur .. ...,.O.. pon que )'O pu<ticra d...-r.u a la Q\11 qut no los Mariana del Carmen 11u._ Jom<!<lct. .,..,tódod <Qn la qUO! ,.,.¡ Y
traic:Jotwia. vovl<n b R(>públi<• QrienL>I del l.ln>guay. Cédulas de idmrldod fal-
Mas cuando me Ktptanm Ja re•uancia. me reuni con w, nombre de Ana Marl'..1 Vctg;3n\ Roj3s1 confecdnr-.atb" pL"bOcin
tol'namos u_n tra;gn en ;llgtu\¡\ parte y $e r('(lrló a día$. Yo ex. dt RoH Wrndercth por l::ltttbil M;Jguitla y Anibal Rodrfgua
pmlcso 1< dij<:: Otra <\ d e P.ltri('i¡\ Pbll'l'('l confeocionada por Mic-Mel
-N'unca pude- tnk·nd<.'T Las actitud«!S de Andrés dc."Spuái que tU Vcm()n Tonwlcy a pl'tidún f.le Ml'nucl Contreras. de pMC
nos Me eludió, yo sófu querfa dcspcdJrmc de él, ni si· llbcmdo potra vi.1pr e n dó S!*r'ltiASU ut dc¡xtrtMlentó de San
q\•lCtol verlo. Sln,plc•'ncntt.= decirle adió), pcm nun('.t l'(lc.":ibió mis lla- Antonio (Quinta Rt.-gión). Ju; c;crtlfk.ltfos y lftulos de estudio;
mados. (IUC obtui.'C coo nombre ra150 tn • 1 de la OINA y CNI. Pa·
Ahf fue me dijo: y otros docun'\('(\IOS 'lue <'t1'11Rrab.1n que yo Cr'<l:
-Anlt.a, ltn)\0 que que yo br: ... uru.guaya. Tarjt.-tas de Acn-w .-1 Cu..lrtt'l FMos de nu hip y
No k) terminar. l..t- dije: ..Está y,. puó todo. F.,.sb>y poritntts twal'l(l5. Fotos DÚ;ls. tuMild.» '-"' Chik- y en Uruguay Y un
viva, .. U:l Vt7 fue lo mcjw'. l..a CNI tuvo 11 pruthl dt' que de docu........OO.. que in<luóa: (:Um<Ulum cucnpl<lo que in-
c.":otu\--c usi un #11\o.Jfuera y no los eso fue: vital cnrponb.:l pa.so a paso mb tk•1odo tipo desde el año 19'n
en 1• de mi rcnund• hoy. No dlpi rN.<, lt.1lo. Lo sé. a 1980. c::>r*C.ios llal() SA:'c'atore c:n w calidad de oormndan1e de t,.
Sietnpn: lu lioUpt"'. 5 liOhcitmdú que lá hoja de v1d.1 mf3 "t- hld.t••r.a a nombre de
No qut"rta $<.1bl.:r mi¡¡_ F.st.lba fcli:t. Sabúl vtmlrí;m tiempos M3tfa Me causó "'gr..d.t" el ver c:úmu h..1.bfuJl impk1nenta-do
difíciles ¡>(lr(l lo t:nn.5egnido. In ese nlOillCntl) y.n no 14 urden dd ut."'yor. El considct6 d('&C'3ble bnrrar tuda huelt.' m1
a CNI. puo pnr C!l. J'(!ro J-rn; (u.ndonoriull ..Scl 'Ol"¡Xlrt"'lncniO dd
Realn'C'nt.: cn(nmtt\ la posibílidad de mCiñr. p.1t4.'CC; quifo•' pu<"<.tc Ucj;.lro n <m:hi"ado <'SC oficio, rchlci('t'OI\ ll(ljas de vid.J. ron ('l i"'m·
saber afgo •• dcnM11 dcrM e.n un lug..u con}CJ C.:'\itC. t'<tro en didctnbrc de de Ana María Rojo¡!!>, pcru la.s col'('hctc.arun
'1989 me por h:l(ofono un ofic;l;'tl que con<x"iJ tkmpo de 1) l.ls que exic;lbn ('on ml nombre TmnbiL'fl h.lbf.1 en el legajo
la OINA, y me contó qu" por casualid"" al ll1..-pr • S\! ufidos iótC't\."amb&.\"0$ f'l\lm <'1 tuhdirecmr dé EX1C'rl(M' Y l.t
d<slinaaún en t1 BIE (l!rig¡>d.l de lntrug<-ncia del ,,.. cl Mi- L)tn,uión de la CNt que aUJUnt.iWn acerca de mi p:1'·
nisterio de o-..-f\.1'1$1,. f'ft(Or\{fÓ <.-ntre la de su sonJhdad y oomo y k» pm y mntra de nut.innl! dentrO
ofa::üw un in!nwmt- n..ft.'ftdo a que pocos dia..s ank'S ptnOnal de la 0\11 6f Oti.,., tucn. de 0\ite o dq.ann: y b rmuncia.
mo h<lbÑ I.Oh!Odo ol trámite de obt..,... mi o.<clula de >dentidocl. En uno de- los of<ios hay un par de lineas que dicen q...- se
Me el popcl de ident.dod 15 afoOS de>pués de an,>ta mi rcnunda suj::ta 01\ "'J"'.)n tt- que el MaR 2 .algo
hnbc.:'J'D1CIO qull11do. Dur-an1.., '-' oonvLTSadón nxo ptantt.'Ó que le-nta .tsl con\10 •Cfl obscnoadón... El •llot'•
romnt.>l me dljo una Vf'J'! que
algo que y me di wt puntn parJ ('1 cJta a.lb"UiPnle (f't'ntc a lo viera todo. lo ... y que no lo ll'f•'iCionara a pues
la Compaf\¡a do T<'IHonos e n 1442 (lhrrt R>. fui y nos C$l.lbll N de- por medio. Quiz.lll fuo una furma de que me enteran de
cncontmmos en Cllt: lur.ar, d ('sdC donde me-llcvó a un dcpai1Jr»('l\to, <(Ue ya una ve-z. había cscop:adu wn vida pcr()quc en e l
que y,\ el a.flo 1978 haltí.t conocido como tle la CNI. (uturo net scrl'.a asf. No lo sé.
El ofí(lo11 tm: l'fltrt•gil un "''duvador con tod,l líl d<X.'tmv:nt.adón
que rompr"ctM mi c-.tliJ.ld de funcion:ui,.1 !le la OINA y la CNl
Conb.'t'Ú.a hciit$ de vida, el origiNI OC mi • CNJ.
- . , en ocNbn> de 1'1'19, la que fue arepl.>d• en mo= 1960.
Ongto;ab y fotcxopw'lt. ladas las d e idenh(kxtón que tuvt:

314 315
 Como estaba phnc:•do, • - el •vión LAN Clule d"""' de<
fcbn.>fo de 197'9. Pani rntandu 4k de qu.e ti bk-n"
2 cierto no D'lC b.lbt3n rmunciol. lSOS próximos trt"' aten.
eran U lln-e pata Sllir de '- O..,. Por lo menos
tcni.., la promcM
verb.l.l del gener¡l Mena Slhl'lllb. de: que si !Obte\'ivb ,_ afto:t,.
scri.a libre. Podían cumplir o no. E50 sólo pod:ía avcrigu.arlo ada df;;
de C'SC l,1pso. Por clln, tr011é de cctror ese lCO\l dentro de mi y -<:omo
5ic.roprc- sólo nllr.tr edd4nté.
OPERACIC»J Sabta que el prin'ICr Qi\0 s(lria e l más fádl. Iba <l c.npctl\1' por
C.'10tudiar. ASí c umplirb ('(In ctapt1 de J.t upcr.ldón, par que me
1..1 planHittdón y pi'C'J).trad ón de la Ccll:stc me sirvió para capacitaba para el futuro en que scrf.a libre.
d•rmt cuentl qu.c la organi7..ac;ión o la cual tanto tPmf.a l"t3 mcdiucrc Abandone a 10!> miO$ lto(.w•r·' dt" que voh.·eria. Me fui n.m d<»1
Yque <!mayor pode< qve cp.:ía noo •cn!Wnus malcc..s. A111<-gJr .a (AITI!iOU, t.oJ y)(' al Nllllduccur qU4:
era d tnW!do. F..sa rnc:d:iocridad habl.t s.do uno el«: los elementos más ... a un .. cm.tro de Montc\.idOO. frs.n los df.IJ dcl
i"'J)OrtillCit') pua que lograr.t $0brcV1Yir. l.)onde. t'l único argumento cam.a•"·.a.J.. y -parcciol que.• todo ('1(.aba 1Wm, pero cnaJlltré uN habia.-
v.ihdo m esa guerra de ellos y c.-t cj;tddo bnu11 <k' bfw:aa.. era Unl dón en <1 Hol<'l Y•tu......_ tn lo """"'"00<> de .. .-al le dd -
pili'\.'C0" •intelil.;("f'ttc"". nombre y Y't.
se pLanificaba l<1 operadón. me causó horror constatJr Mir.Jndo el .ataTdca.'f 1.--w ll de reoordé el Ql\•
ranu. pobrCZl.l lntclL'CtuaJ. No scntfa confian.a t.."n estar-Jan a k..Tior. Todo se \i.'f;) igu.11. flli poñbOS (8Mfnc'l
mis, C'Spald.t:i. l'or r.so pedí que los de control y de enlace j-"'IHO 3 1>1 R.lmbla. Me in¡;wl(: d Hotel con c:l N)t'Ñ:It.:
ruc.-:K.1l liD In y Manuel l'rovis, Mr p.•I'Cdcrun más faJso dc.· mi 1\uC'/3 dorumantncit>n qt1c me cnmo
No tonl('l por (',lpaddud. slno pol'(')t•C Ot:tl•Ub.l.n con mayor responsa- M"riana CamlL-n Uurguj
billd6d que utms. mis y Nlí J mirar el ct:ntru d(' l<t dud.ld. Oc vueltO!.
J.:llo8 me pl3J'Itcarvn que por nd seguridad y por La. de- ta opc- en la habitadón, p¡.-dí lo> pc.•rl(ldi(Y'o' y nrdcnC el dl"Saytil \0 par3 tl dta
raMc'lt\, n..'Wmcndable qu(' rut•r..t a viviT ffl una C'O'SOt que se en- si&uiente. La rr\1,.' dtpO podia concurrir al b.lr, c.ku\de
rontrolbo dmcm d<ller"""' dd .,...... llo.,;ollo d.: CNL Que as! po· Acogí LJ transmitiendo el
dN 1.¡ irc.truo::ión quE' f'I('('CSitAría m nu futura .rth-kb.d. Me de Y omdOO dc."Sde PitUpou._ un hL•nnoso ba1nNtio «'1\"IM •
rQJbdé- a.c lugar ("fl t'f mes <k- 6to 1978. .El oomandanle del En una rnc:sa C\"f'C:a.nl) Nb'a uru pa.reja ron un pcqtac.i\o
wOl.f'td C'T.a tf mayor Provis. C.lrtbCU. que me pan."Ció de la C!d.ld ckot mio. l'ocus mmulos tl nlfto te
u Cclc5o> "-"'" ....,. ...,., .. primua so d.,..rrollw t)('('I'(Ó,j wnveorsar mnrrugo• .$4: U.,u Nb¡ A)le-A. Alito.,le dcóa. su rru.Jrt.

en M()nl('\o-tl.loo. El primer l.'r.l intl.lrponrr ('nlre <'1 país, el S.. tí a pascar con él ..,._.,n,, l::r.t muy du\re imJglt\.lr quf' cstAbil
y yu una dC:Sl'OI'K'""<.ión t otal. hw(>hiCtJb.l un cambio de "''' rni niño. Salir de pi.I)C.'O o Ir " 1.1 playa can éJ me prududJ un.l
df't redC'S de .1puyu invuluni,Mi>ls e .in· muy amblr,u.l. l'<lr un 1,1 fimle' d«i5ión de h.l<.:t.:t
(raMiilr\tCtur,,, E:,tu en el (uturo me F-11.:rmltfria cntrGr o solir lfc Uruguay ':1 hit>n para 11Cibrcvh·ír, p.:ro sólo pensar que vivlria d\•r.mtc
Y obtener una ldc.nlidad uwgu.ly<1 c:nn IJ ru$1 podrí.t lrtg:rcsar e in- próximos tfC'3 3I'IOS y lcjus úc nd hijo flll" cstrc>mC'dA. Y
filtr.mno (.'lt otro p.d:s lunftrore. 8i C'.aía detenida l'Tl otro t'f\t;)lla segura de que scri<• pt.'Or (l(m que
las <.:t.J.pas po'>ICJ"lol'C$ no se lk-vamn' ('(('('to pues voJ ...í aJ pais loclo lo pasado hasta
y I'C'I\Un<'•é. Por t"W y porquE" podrfa porM..'r t..''l\ '''\idcn('ia aJgunos as· DL'Sdc- c-1 dtl e11 Uruguay O' levant.trmc muy
pc<t<» n.-boonadc>< CO<I Ll S<¡,"Und>d N<V>Nl no 1.tl. dcsarmll<> .., l('mf"''ano. A bs sil"b..' y Y' ('Staba corriendo L'fl lJ Rambla, Y
d...Ul!t>. co.t>nc.T.> """'"' <1 rlo de Lo PL>c...lbo hosb l'oótoo. Ndobo un

316 317
 rato., me- SCClba DI y \'C.iilvia ami("ndO. de ir UN INCIDENTE EN 1'1, "MUNCHtN"
undo los Mll\bl'l"S 1M las lOISJocafcs oom('rdak.-s.
todo. ()(obfs conuccr l1 <"hld'd t.vmo Ja Jlillm:t de mi mano. Algún dil El ,o¡J'So 1978, ruandu trab.)j:tb;\ 1._..5, y v&vb con mi hijo t"n la caRc>
nu >Loguridad J)Odl.J ckp<'ftd« <·llu. A eso de las"""',....,.
de Tilj;lmar. Al aif de-lJ oftriN p¡bé ;a t:.VttW!'f un .Mndwic:h y \In a.N ..
vucl,. on ti ho•:l. Comrr•""
lo !"""S' uru¡;uaya v otrv> P"isos "'Miinchcn•. Al poro rato iC ..,...,'t\'6 un ("•marero con un
THtb """" (oJ.mihariunre con la de "'arios apcrib vo. l.e señalé que no twbb onleMdo c;-w. un El
pafscs..Mehic-. una l•>tl. dl:wmasromubuscar un \·h·W, hombre. muy att-nlO, me indic:ú b mct Li uno¡,
dcddir dñnrk cstudi.iar. iniHtorit..annc del funciolliiJflicntode <X>m.."'O. señores que se cncuntQb3n en una n'1Una. al bcn'lpO que
tclegnro, &t\ft\o\t un.t 01.."1Ja., OlnKos del 15 de mar.m dH>t..l dos hombres dírigbn uN Jonrb..llc\·"oundo sus ropu.
abrir una C'Uf't'ltil wrrk-nt, ('n dól.an.-s para que dt.-positaran mi JUcJdo t..ns individuos St: vclln y atr¡¡cti'l'()5. UM de dlu:s K' icv.ln-
llV'ftSU.l1, y muehM tó y a minó bada mi No K'fltf mlll'do, p.lnko. Habi:a palidl"'
St.-gtin 1'('('11\'l'(lfi, m;is cJ l3 de ft"'bn!'ro, <ktidí quOO:tnnc cido. Le pc:c.lf bruS(amt"J\le que se n'tlr.tr.'l y le di;t: al moro qu(" me
en \In bu<"n r.uo
e hke t::ra un día muy tr,lj('m lo que yo habla ord('Mdo. Al v..:r mi (1)1';) de su.o;to, clll'IOZO
agrnd,lbk·. A eso de las (;3 tarde, de la oon la intt'I\C'ión diju <.J"'" podf.t e1mbiarrrc &.: rncsa hl<\1 y p:d( tu\ Llamé
d e culncam'IC' un W111do IIObi'C el tmjc d(' b.11\0 y unas chalJ.S, Clmndu df>Sespcrad.l a uM Le JX.'d.i t.tUC f'llO 3COmp:ulom. Nv \lltt>Vi
MI(> qm.: un IUI<Hl'\Óvll 111: Clltacion6 <.\:rca. Un pequeño Hlll hlal\00, •L s.,Jli,. sola. Enscg,uid.a llmné ,.1 n\Aynr Sccx.Hon.•, qul('1l o11ccedió a ir
Me pu>C nC'rvlo$t1; :t..tbJo.l quo ('1 hombre d('l Juto me L>staba. mlr.lt\do, hasta el JugM. T't.""n,c:.aba que t.'SO:r. hombi'(IS IIÓio pcKlí.lr) ser de &!&Un
traté dP PI órm'libus que por partir otro sccrct._, y que •l"'l' habian pocos minutOO 'Jtle
ron rumbo a IJ ciul.fad. ll vrhicu1() ::.e puso M movimiento y S(! in tardar-o.l en Uegar mi amig>l (' ludo S..'l'C.&tore, fueron atro-
k•rpusa Pn ''"' c;,minn. Era un muchac-ho jO\'(·n. l'P.S. lt.alo me com!ujo a su aulo y vuhió J)Jr.t hablar mn los. indivi-
-iTC Hcvo? -m(' pn.ltru.ntó •o;omát\IJosc por la \•e-Jttana. duos. (.."'uando se 31 whfculo. \1\.-nl;s n<"'ldo y n'lC! dijo que': tos
[n tu c'j>Ot.:oi todo nr causaba t<vn>r, scnd hpos sólu cr.u\ uoos parroquianos qut' t"Sttban m. plm de conquista..
miedo. 0t."Sl'tK de h1ur. El )1(.\."Uia Nbi.Lndu. Que (U3ndo \""icron mi. dt letmr y luc¡u lk. Anlnnclla.
-üeucha. T(,• invho a ltW1\;N' un jugo. Mir.l, ahí m la que Mbfol reocciorudo as5 porque- yo m IGA&arw u F..se no tue el
Con....:namos., h-.ou110- Utvo o re ns. cnmo quieras... úruco inodo.'fttt' d(o Me tipo. NOld.l to!Ublt """" tn nú vM;b. Algo te:ni.a
1-C\ tn1ré. c.n bi"-11ltc "'"U\. unos 23 ó 2.¡ años. pe-lo <pie ha('P.C, no podi.a "·mr ('n u-.u butbu,.a o 1ndar Nnc:ndo esos es-
CJSIMo. oj:K ci.lro,. \In Mumact!O buruto. tranquili7;)rmc. cáncbdus ada \'l"Z que un humbrt" rnt tbMd.aC',a. en eUo.
Ap.ncntctnt-nre Cf;) un ndo "'k!vantaf"P una tuñ'lLt tf'l dc.:ddf aCf"pt:ar. 1:1 chico p:H'C'rió inofcrba WU-·
la playn. P¡f\'\'(,1 un ncn. ti ••uto de matnJ. Est.tdotló cf auto y corrió lf('.tna.J"mc. :\QS l!bicamos en
- ¿Sabe:. qut Cr<'$ bk:n Jmp¡.>rlin('ote? No tllE' dejas pasar._ una de: la.'> mcs.l!i dL':;(le donde: se podC.L la playa. Pt'OI\lo
-No ef'{') Ya sé. eres p.1raguaya. wpc -que su nombre era Roberto Fcrn.:lndt!Z y b.'llÍ.l edad que:
1\:o cm primcr3 <.Jttc eso. loi que yo habíu Sólo 21 en un pn: n'ilit.n.
-Suy chil('t\.1, Nunca supe si rue un '-"rtCuCntro c.,suJ I o prcmcdlt.ldo, pues b.-nía
Me di C:tlt.'111l'l <JIIC ll.lbf•• dado pie \'1 éontinuar COCh'Crsmdo. m(t1t&p1cs conexiones '-'ón hornhre'l de arml.')l s u pato;. PL-ru no me
-Un Juco ... ¿Sí? 1J4y u•l('J úc .ab.1caxi ¡exquisito! preocupó. Al m('nns en pcrfodCI n'l vid.• cr.l absohJlamcntc
4-:n tT.t('(''óll •· k La cantld.&d de Yt.'CCS transp arente. 1._•n(.'l Ul'l.l bUC!na histuri\1 fiChda y Ai joWI\ O
que <"n Jos añ(l!' Anl(:rlun.•ll n"W• hallia a.sustado mucho cuando un no él'• conta<1o con el Sérvicio d<' lntellscncl.a y a trav('S de
hombre m(" o dC'<'(A BISO L'n la <"aiJ(". Sonreí y ct ind· klos con l.t CNI, lo Llnim que podrran :h'C"rl&ua' qu<" <'51.;.1\).i cum-
dcnw en el ph('ndo bi("'l con mi tr.lb.ljo.
fui con. ('1.;.1 Oub a l."t pi>l;(ina y una So')limns ron

313 319

SU padre en su yate. Nawgamns un bliC.n rnto. Conocf isla. Fue una
simpática ror1u.1 de darme c:ucnt.1 de poclia conocer otras perso-
nas. Había-dt.'jado atrás lo que m ese mnnlento me pan.'C'ió un pcs..1do
fardo: mi nombre. Turne conc;icnda dt.• que no me aLrevía a sabcT, ni
siquie-r.t- a pt.'Tl!:iilr en qui6n (1 qué era yo. Me cra imposible eJ prc•
gu.ntume q-ué es lo que yo quiero o dC"Sc.'O. Hasta ese monll:nto era
una espcdc de.• máquina progr;unada y por alglín n.-squicio se est.1ba
pl'(l(:lud('ndo una aproxinmdón a mf mís.t"-\, St."J\ti temor. Un tl'fTIOr
nuevo.
18 de. febrero saH como de CQstumbre .t trutar. Ante' de-llegar
a rocitus su(ri Ut\a k-sión. J'isé una piNru con el pie malo y caí da-
ñúndome los tYI('rtiscos de la pic-rt\o't dt.'n.-ch a. Me scntl• l'n el muro de
la Emp::'<:é a preocuparme, pues se n\é éstaba hinchando la
rodilla y el t()billo me dolia m.ís C.lda mo.mP.:nto, conforme se iba
t.-nfriando la muscutatur.). De lcps ,; un cocheo de la policia. Sentí lU\
cst.tlofrio. Traté de- Sl.'f(.'namle. a pc:ns.1r: '"Uevo urm !;(.'Olana
en este pa.is, S()y una turista y tengo prnblcm3s. ¿A quién rerurrir?
A la polid;,), ¡claro!'", y lc-vo.mté mis m:\t'IOS h;.lcic..-ndo sci\3s. Pronto
estuvo ju,l)to a m( la patrullera. Me Ucv;)mn .al hotel. Sentí una sensa-
ción muy curiosa al acudil';) dtu-s por ay!Ud:l.
EN "'LO OF. tJOLL Y"
f:l martE-S 20 tomé una pie?.;) en una pensión d(' la calle a rosa en <>1 d«sempcño de nú misión, ltls <'Sl<lria utiliz..ando. No
p..1sos de la E:mOOj:ldJ c:hílcna. Eso fue C.h;u;.didad.
La So."•1o•tt Dolly vivia 1M réntus dos <'asonns antiguas. En
'1o de <:tia"', como d«J;.ln las chic'as d<' 1<1 p..·nl>ión, tres o l.ucuro
camas por y un so1o baño donde ooian unas um.ntas gota$ de
agua de m'a challa quc-('lla pr\.•.scntaba PQil:lposamcntc como l;J liucha.
¡No se puede- t.'Ocin.·u en las pk•'t.as!.. dc!CÍa Dolly, DoUy scguia
parloteardu... Radio o tooO:dntas s61o a prt.1s, nada de secador el
pclu. La sc--ccho.1 a pt.-"l'd('r si la p lanchas mucho y luc..-gu de lanr
sólo pucdc.'O 1f.'ndcc Jo.1 rupa. de doce- a trL'U.' horas, pncs parn ir a la
azotea h<ty qtK' usar una en el altillo que t·ambiét\ está
arren.dndu y d(ul(ic ' ' i\'tn tn.-s chiC'as mjs,
A pesar <k·l hadnamicmto, se n:spir.aba al<'grf.+ y c.unaradeña-.
Me (('lidté haber f;'lc,.'¡ido esa pcn1>ión p.1ra vh·ir.
Verónica; un:l d(' c hicas de la piC'.ta, t(!nia un oovio que
vt.mdia he-l.1dol (.'n verano y (•n in\'it.nm. EJ1;1 en ANTEJ...
320
Lllnfinno
era telefonista. Me ofreció mandar mensajes a Chile. EramoS: 17 mu-
jeres en la casa. En un de drJs di {Uenla que t.'SC grupo que cl
az:lr habi<l \ri\'ia de una rmmcr.i. soHdaria que yo al\oraba,
Todas, cada una. ;.1 S\1 m;,•nc..•r,t, l-ramos o nos sentíamos "'pilri.'ls"".
E-53 (Onvivencia fue ddinibvo.1 en mi vida. Ella.., barriercm con
esa furtNtdón dl;)l)\'ini:;{a que desde Ja infancia me il sentir
romo natural que a los arg-:_'lltinO$, bolivi..mos y peruanos
¡J(•r;:í r:)allO$ ('()m o enemigos potcndalC5. FuJ edi.!C'ada en la
(\(' las glotias dt:l EjC:rdtu chilc..'OO...
Con ellas otprcndi que a1 mar¡;en de credos, n.1cionatidade!i o
razas s61o hay ya no podtia mirar como l.-nt.'lnig;l) a :•lglfi('n
c;ólo por llabcr nacldu c..•n otro paí$.
Poi' c;'$C);.'I dias lui a 1.1 a :nterioñ:l:a:·•ne de los trámites
que era re,lli7.Jr p.na la rcl>idctK"kl, SÍil íd.e•._lificar-
mq. 1'enia il\.'Otruo::iolli.'S de <!l'udir ;ti ¡;o.mlX'tjador sólo ante Ja posibill"
d<td de un nesgo <le .-nucrt<'. Todo trámite <.kbÍi.l ho.,<::erlo como ('ual-
quier ch ileno.
Noemi me acompañó a ht'l<::er lO$ trá--milf"!i de la rcsidc:ndn; Mara
tcnla tm primo en (':1 Banm Pan de Azúcar que 1!-tl poc:o de cinco
minutqs me abrió cuent.• Todo par«ia (undonar <1 la pc..•rfC«ión,
de a la plani(icaci{m de e:,;,l Ct.lp.l de la Operación Celeste.
de la c..'OmpMiÍ<l. de- mis nue\'a!> amigas.. Sin 1.:mbargo
me scnitíl triste. 5<-ntía que no tenia dcrL·cho a rcspondNies con una
historiil fictida. Qu(' si el futuro rt".cibi.a su ayuda p;;u-ti C\t..o'llqu•er
dej;u dt.• p;.'ll.S3r en e llo.
(""..()mt>n<:C a l.'St:ribirk• o Rolf \ll;'cnder(l!h. Era un riesgo, ya que se
me ho.1bl;_1 ord(••..u.to que no lom.. contactos dir<..'<.:tos oon Chile. Pero
tenia ra¡concs par¡, ello. No oonfiaha en la CNl. Sabía que ese
pe-riodo de dcsc:-cmrnciñn era idt.-al si qucríiw climin;.lrrne. Podía C'..li!r
dct..:-nid<l u muert.\ c-11 CU(liqui('r pai!> limítrofe. l'em;é qu<' era lmpor-
IMtt'J ¡¡uc alguien -aunque fue..'$(• urt milil;u- supir.ra d6nde estaba y
qué hací". S..1bf,1 Rolf no era del grupo tle que oestaban
con l.t <.:N t. Sabia si prt•dsa.bd. <ayuda "'' ('1 futuro, PI, dtontm de
sus u1e la bñndari.J. Y por último porque! se lo h.,tbra
prometido. En i'-:W. momento, Rulf era GobC'rnn(.ior en Va!di\'ia.
El lu1ws 24 dC' f<'hiX'I'<'J fui al correo y tomé tu"'\ c,lsfll;;. por un
ario, n.1e a'Oicnamn la N' 6060. El m¡sn1o dia. escribí a "Alfonso
< ;.lli;)S de llaln Soo::atorc. y a r r¡;¡ndsco Vafcnzucla, alias d(.>
Manuel Provi.s, agc-ntt: de y ("11lat;e en la Opcradón Cele5tc
321
 ll!Sp('('liv¡unc.nte. l.ti infu.rrn.P que:' nu: podian ll..lmar por tf!lflono a ItaS Tcmta una recaída de 1\l.S ar('«lohl., de las que sufria.
de Anl('l, T\.-ngn un F\."(.-ut."fdo nuly 1u"bdo de ese d!.&. Fui n .. Pern oo. Se dctec:ló una duk'tld\1 •• oid4l tTii.'tUO me provocaN
muwndo ti <Om:o uhkodo en la dud.Jd \"Ít.ja. Esm"bf las Ci.Jl"'t.b"' un lll\3 seasación de ..-c-rtigo y p&dtda del tquillhrio.
a!i ttn,:.;;m0 y lat l...a 131\.11 de inbrrudJicJ en ll pmaón CO«<C.'nUÍI ;a ser molet.ta,
W \llli""b dC' fcbn.oro JXlrt'Óan tramc:umt con...,,,.. deü.a lCLT o cscnOir mas en un caf4!. l:n el futúro po:fÑ prcos.u
tud par. mi. <n q>r<o do""""""' y fiestas. dormii.Ob> do un prupo. l.a jrf;aturil en Oulit, via artib y me
dio, a malla link la> 1!""105 se dcs¡cw.;bon juniD • bs nl>.r... do4 indicó q11e .,., más .xk.'C.'Uo\dO QUf' de \·ivir .. así
T\¡tA, <lnlt'lfc.k:Wr p.l1C' 11 t"Unitttide las n.inas y SU$('01'''puwl. En ('Sol me ptdll'f'On que tuCK'f-' un d4!' cu.\nttt
t:vfori.a b:a de laJ f'kostlb del la vt.Ttdinüa, \;1, ficsca de <'llquilar un ap¡¡rtán'C'fi10 y a.lh.oj..\rkJ COl'\ lo ftt'J(I51ño p3J3 ml
A p81f d(.• que no •nc t:unsidernba cri.stiana pot' {'W• dUi.!l, • El 23 d<' abri1, en loa wwn.- ('n("(''ntré un
d;olrio al iJ IJ t'1udat..l \.;<.;a,. me acostumbré a pGS.tr por la ('IIC!dral ·"23, Ucgu a C5.'. Firmado Valcnzu(.']a..... _Jmaginl! que
AhS en un diilnr,o tun mi amigo, Jc conL.aba a Cristo acerca t..lc ml"i Manuel l'ro\·is. ISltllrd,lr. P10I'llO recibí Ull\l l"l(lla. Y
dud.&ll-, tt'!mOr('$ y no,;ulr.i:lS, cuandtl Lklmé, C'l hombre me 't('ndló me dio un punto junto \'1)
lo:. trámll('!l y tucgn d(' \'Orias dilitt:'llCt\'IS, fotus, hucll,\:t. mcmumcnto de Los J dt' 101 f"iltrl.l. que IJc\•Mf<lnn. regalo
, ¡ J•utida ffltCm;lcional, E'l('., obtu.,·c una en su::; Fl hombre :w
pr('4C'ntñ cumu ('1 flvt.yor Uonuso.
ltmpurli J'l(ll' '"'" R«ibí una t'1\1ul,1 de uruHUaya en C'nt.rx-gó un paquete y un t-clbru <.'On c.llntro para in::;talán'll(' Y pagar
la qufl $(' <)u(· t.'T<l chile>n:\. Era sc.'llo un pOm<.'T por lo me•lOS mes<.')> de ulqullc-r de \m
En mar1.o de t9JtJ 0'1(' .1socié a! Club Neptuno. ),, ac:livi.. 1:stim.11on qu<' ('ra una but·1\.l qu<.• asf no les importarfu
dad fWC'..a. C'omL-ncó • r«ilnr de Rolf, quk-n n't' co-- qtl(' fuese axtranjl:r;a.. . #

muni('Ó que h.ahf3 lOm•.aJu una c.-asilla en ValdivW roo un nombn.: Vol..-1' a vt.-'T al ntolyOr $61<\ UM V(...L. Sentados co un cafe
r.,lso. nospnndi en dct.llk:' a tod.u :w:. aa."Ka de rni.'i Y
U cua.•rua dr l)honu en dól..lte$. donde reci.bla cl depósito de b t.-ond.tcioncsde \'ida. le.· e" que e..K&ú marchaba sco"Un lo preViStO,
...,......._.,.dtln n•:n>wol dt b CM - 3)1) USS, y;o que d<j>bo .,..¡., .,.. con la úruc.l S..llv('dad ck 1.1ue flt' mt" Nbia ordenado asumir una
L'SS Pn Chile. ,.r, MIS asocié a una <umtl cvrrif!neto en Ir\ por kls rra.•co.u-..smos
pi!"iC)S CfJC al girar S(' t.ubria rnn kr.. dúl.ues de ... ()tn y k.og;a)l"'S ('SO impu>4biC'1 ya q\IC' a pl")af & h.Jbi"f" C'OflSl-gu.ido UN
cucnt.a. A"f tne favon"('Í.I cambio,. ya que iba ronvartacrwto cédula de idcnbdad t.::.la Sitmpl" indicar!a que era chik.'Ñ.
o.ukX'NhCJint..-ntf <0Jo lo nccesuio. Que cr.s 11CC('$.lrio .. anco Jt"tM. " ' el pats 4Jnk"<i de optar a la
Oc rNI'I('Q n.•o.b!a nolicl;):. de U jefatur-.1 t.TI (."h.tt. n.ldonalidad.
A.Wst!a • Clt.k'> • dt.rio. Cun fuitnos dcsa.rro11JI\I.Iu una ami$ta.J Ellos simplf"nlC'nh.: ltmst.lb.\n 1 df'rir rosas oomo:.
mAs pn>funda que. tmltJrgo, nu se lrnduJO L'n mnridrnc::i•.s de mi "'Enlonres lOmillo tn ,..saponc u 11,1 urugwiyO\ Y a ..."
parte, m$s pur que por no confiar .-n c-IJa. ., c:u- Como si fu<'Se lan 2ilmplc comn <'llmbl.ar de \'t"'lido o de b3miz de
no('(>r ll );,l,¡ de- Mara. <.'Studi.a.M mL-dicina vN('riMri:l. uñas. .1:.1 1u¡;¡yor ilt!;islia t.-n t¡u(' d<"h1a cxbtir 111\;\ fomu. M<: sugirió
Fnlpc;wi"'M " ir ,\1 Club"'. un dub de L't{Ui!.lrión, y .a fn."CUC"ll• rot"lar la dt>Clut..CI\l\l<:IÓil de ul»'-liCn y el nombre Y los d<il05.
tar un d<! f(')lklou.• "B;mda del rual ('11,¡ Le qu(!' eso Jl..'ll',' un \>i;¡j¡,.·, pero "" ningt'm C.1SO para
molJ,a p..lttP. y vivir ('t'l c>tw pillOS. l.a otra de
obt\!rl('r autnm.ltko.lmt:nt(' lA dudadan(u (lril'a'ltal era OlC'dumtc un
Vl'iHAS DE CH!LF.
matrimunkr.
Pres;untú si l1.3bl.l Le que en ese
Ot::.Wc el vla'ITI('S 2S de m.1no OOfl'll.'fla! a rNfiZJr un lknn,ldO nw.·n,uJt no hJbEa nadu en p&1no. Que lo Que:' Nbb
J mi JCfc Outc. Scgu(,) btudJando. Vohi a cstardch\!.&d.t de conocido .m muchoxho .1lgQ 1ÑI I.Jue yo que se rmnlfcslab.J

321
bkn 1 - pO< m!. Que estaba sor;ura qut lo qu< m.ls 1• atraía de quedé para!ogltada poc .. ..,,.,._,""' po..OO ver al capilán M.,uol
mf t.a nd Actida. No estudiaba Pr<Ms. Me uen¡ué y lo Nu $Up<' nuftC3 cuindo llegó. O.
ni tr•I»;.N Hijo úniroaiadoa>nloUabuda yunu eldia sq;wo ...., 11301> .,...,., <11<qUftndo. '-os fuimos 11
jug¡ndo a las carta..'> d ""Potros Oub'"', cantando y rn()$tTé el hotcl donde Yl\'Í.Ji y entraMOS a un restau-rante.
toc.ndo C'ntlm. T<'t\ta una. hL'm'WJ'!oa \'(1l. dnko t'Sfu("rzo lo c;re. No $Upe dónde se ah,j.1bia, dfju que me p.tS3f{.;'l • a) dtl
sarr()11a\xt l\'itando <."'l el grupo '"'B:u\d.t 0nl'1lt.l)'". Su familia Me llevó un que me enviaba la y
me wn extremada at{"n('ión. a que el dueño dd hutd ni> quL•tfa dejarlo enlrar, il\.o;i!'itió f!n v"'
El tno.1y<>r pn.ogunth tll cst<tb.l a CA!hUme. Le t'(Ue' lt'l ho\.'lbila<ión qu<t ....,.. un p.1rk>ntc. No le gustó el lo
S()lu torll el '1nlce> camino y am cJ d<" scp.1ranne en cm:ontr6 dc.:prim("''lle, rrCo y I\Ü1'fiC'dO. Ea\ realidad lo l'r.\. Me i.ICI>I\9C;!l
<t•Unto la nBMonalldad, perO quc.• que eso Mldrfa que- bli'IC'ara algo m<.-;lr.lc •.:xpliqué que rnc Mbfo\ sído imposible a\ln
ca-rí:Pmo. pues estaba que si la intl'OOón del muc.hacho era que cnt:untrar un dCp.1rtllllCnto. Y qut" Al&n ml.!jor salia caro. Nu; vut'\0$1.'1
)'O lo no me daña la nulid.ld si no 1'1.'tib!.J algo. Pensé en Le cun_
tC l'n dC" mi:S y todo lo que 1\olbb
ese r:mmt.1\IO qut un di\'Otclo justif.carW. pk.'ñ;lrta.'f\tC el <fU(' me ll'lotl(l.arOl ()('l.ll'rido d('S(ko q\le nM dctpcdlmov t."''\ l't dCWpu:crto en
a vtvtre otro O mayOT me sM\aló a&.. que Comentamos Ll mucrtt de-l Luis Can.''lC CubiUO.. Yo
en con.1MM., que- 1o ronn.'Nolri.a t."'ft Qile:. Se despidió. NI>"_. leido en .. La Etn!JoPda, que habla .._,.,
F.J 1• nv yu me rnlJI:Je a un .t La vuclta de t. socando Uftll bombo qu• habrian «'4cnclo en d cuartcl Borgo<10 ck ..
p<"rtJión c.k: l,)¡,Jiy. Tf'n.!a un ..r la J*".cil y pndia f!!l¡rudiar y CNI. l'ro\ois me wntú 1.1 nliWt\J 13 oflrial
t'SCTiMr m•s tJr't.u con mayur comodidad. PC't'O S11U3 CJirO. El de El Wmcs 20 me dcsp..-df dd cap¡tán Prov1$. P,fo qut" panta C!:M
junio n\1.' A cambiar. Esta \<('7. al HQII."l Fr-Jil<:\:, ubicado &ente a misma No rhe constJ (..\u.ndo Prmoi$ se fue. pusé por 10\S ofi·
l.u ufrdnu de LAN Chile-. cinas del com.'O. Uf\ en la ('On una indicación de
1-tctfii'NII' :tclivid:ldl's quL' me •sradamnt conlo cstll(.lit'lr, que pii$..,ra por las l•ul y me cntrt.-garon u 1\ Al
h.:tC('r CtCU\'kl!td ff:;ica, a qur por )>r)nlCrl.\ vct t.'n muchos años al hotel tu escuché. [r;,¡ t.h.: mi; y 1ni hi)o. Senti una ai'-1P'Í.l
de ac."''\llr la d(' IJ. del pt:M'In.:al de la C"!\il lnmeos..t al sentir wc; vncC's, JX'tCl me prL'Ol'l.lpé. pues ellos dt"Cian
cada u 1'W'I de lo;; ""-''nt.•ntos de mi dt'C'Istvo..• No :st:r&a <:apiiZ numbrM y 1YI(' lkun.lb.H\ pnr <'t mfo. EftimC que si bi<.-nl'tt d·1.:rto
de C\unphr wn lc)s romprnmi:sos '1'•e h.Jbkl cun la CNI. Poc:o oyx)rtunidad no habW. ocum...to nad.l, <-n el futuro nu pc.xHa correr
a poco se Ht.ll'le dt:'•"'n'IOn)n.tr.do );;) frdgil ldc;, tni<UI qut me hJbb rie-;,r,as. Me imagmé que al c.-:.tolr el c:apítán Pro\ris de vY;t. t"1
llov•do • o.."tpl.lr. ..qucllo de quo ..,..,... luellon.to poc La P¿tria. muchacho de tnt fue a b <a.a de noiJ
\tp p1rtda mc:n.-ble e inCdíto C'50 o)(\.'t.'tu. Me p.xtres y simpk'mente mvtó .., que le sin nt'rir,u.ar si
doli.l peNAr que 'oié•ln O<"Urr'..a porque no wbWn qu-..--n t.n y na dotaba o no J;u. nonn.ts
apaz M p¡ra obtener un. N<"M''ol\lhd.)(i. Por
dcfcclOS qw el no nlC'I'\"Ctl que lo utili:ara.
1..1n dla, tanlifll> duraut(' hor..t!l y C'llhJ..., tc:ntOlda fre·nte al l'io. VIAJE A SANriACO
11nochcdt'fldO y h•'bl"' unil fcrn.z lonn.cnta tléclrtta.
n:Mmpagmt rMf¡tlXll\ <'1 ciclo IK<>gro. •'h"'4S oon ut\ Pcn.sé un largo rata y fui •' o(l<:lní'IS de LAN. Compré J)AS.;"'jcf pllfl
enfurecidO OICI',j<.', me sentí má.s pt"<JUPI"'a 41lln Cl14\l\dO se in.st.1ló dentro el luru.-s sigulCJltt. E1 domingo tn 111 1Ulfhc le a\"isé a (t:alo S«cator<t
dl· mí 1.1. de que la única \"i;.lbh: f\'11.\llldar de nuevo. por tl•ll>rono de mi vi;,ljc.J.!l hmt:> u primCtól hom el hotel. NO(.'fn(
l:.!.tJ V\'% d<" m.1nm lndcdinabl.c. Sentí que C."ít.1bol uno$ m..is S,\JMd6 mls ma pmcó un bobo de viaje. Fol 3 lJs ofidnou
ld mucrt.:. 1 rntah.l de imlp)n.tr un futuro . Migrnción a n-gi-sttar el vl..lje como a un ..
El m.ltl<'' 17 de i•lllio iN <>.uniru.ndu pot li Avt'ftlda ln..:Scpen- porol.
dcncb.. de: vuelta de' clases.. A un. <U.kira de La donde vivl._ En el acrupul"'tu un Estando a bordo y C'UAn.JO
 l.utl\rce

ll4!vo1bamos. unos 15 minutos de \•ucto, tel volvió a Carr.tsW. Se l'ued.c d<.x:ir .... 13 CNI montó operaciones Cuera." lkx:unocí
1\oeb indja) que un pájaro h.'lbf;.l dM;.ldO u..n..t de-las turbinas. En Can-asco sl('l'npre que aquel wuscp (u(' muy atinado.
nos hfMeron JXlS;.lr' 31 S<\1ón <.h: pasajeroS-en tránsito y estuvimos1'hí - ¿Scg'lirás escribiéndot'-' con WL'•lderoth? .
m.1s de una hon1. Yo me es(or7..:tha en t'('p<'tirme qui' no había -MientraS- él lo d<.'SC<' sí, C'n C!Sta fase al menos. Desp·ués no sé.
alguna para quE"" de-UwierM e l \dajc (.":)pt."Lialmcnte por mí. T.,.,,,. poco sé cómr. hacerlo con nli familia en etapaS pOSt('riores..
Me di cuenta que el estar vivi<>ndo con docurné1\t<.\Ciún falSa Iwlo &'cX.'llore dijo que le p.•rl'd,l f"J71lnable mi plant<:ami.C'nlo.
significaba una pC>nnan('sHe .situadún de a lerta y da. peligro. N'o Me fui que estudiada y un 1iempo mUs. Sólo
hasta qu(' J Chile. Cuando Manuel Provis estu¡;•o et\ una ("(l5ii quc:dó dar.t. Dcbia corrPr mis pmpiOS.riesgos, no sumar utrus.
M01'lf<:\'id'-v cvnfirm<) mis de <ll'" Sl:u:atorc Cómc;¿ ya no
et>tabd en la 0\1, pero me: asegun) éJ seguia al frente de 1<\
Op:·radún Celeste como ap,C>nle cor•troJ. &t:mdo en Santiago, nos I>H VUELTA E.N tv10NTEVII)V.0
n.•tmim().'>. Le dije lo opimlbi:tsobrc las oomunkadoncs., J-'l('dr más
seri-edad, e inditJu{• que aprov'-'Charia cli p.'lt;) ill.Struir .-. los míos Volvl" Monlcvide:o ron um1 dL'Cisión. Re nunciaría a la CNI ;.l•Ht'S de
sobre las t.:'IL"'did<ts de ConvNsamos e1\ dc:-taUé lo ocunidu la .SCbrunda de ta Volver ti'(' dlo la c;t.>rte:la de que tni
t.'fl esos Cias. Me dijcto•' qul' nv oíicialmente de mi eie.npo en la CNf cxpir;)b,'l. Me sanlí muy soht L' inC"Jpaz. de renunciilr
v)aje. Vol \'Í a CO"IS.I. Uespul:s de alm!J('T7.o0- fui ;) f..¡lf\ 01i1<.' J rcscrvilr el Me di unos m<.'SI.":) p.'\rtl logr3r la tucrzn y ordenar
pasaje para vnlver ;l Mol\levidoo. las i deas.
A par1ir dC"<'SC U'IVUitl'ntu pcdi a la CNI que fu('l';)n más ('.x.igl'ntc.:s l.a Unica nuv<.-d.ld foc que ('1'1 agosto y septicmbi'C' tardó bastante
y rigurosos. en cuanto a L\ (Ompartim('lfltld6n d1: Ja operación y que en el dil'l('ro. Escribí a Sánti.•go, pero no rodbí rc!:>pu('Sta. Sobre
n.:spctar-an toda m\'\iid;) de segurida-d tl<:ordada, a los oon- la situo.1dón la más cntusia::.til y directa era la ...supuesta
13<'lOS <OI' nú famiH.a, fuocionarios y ..'lmistltdes. (nturJ supgra", ell<l fue corno una mamá conmigo, ._lu('ria que me
Me pretU'nt\ll'(u' si atgo de W<.'fldc.roth.. un mofoe•\to C'.asara cun M.trrelo.
. y decidí dcdr 1a verdad. Con una pareja <lmig.l, leo y Alida, fui dos \'C..'CCS Capatacía
- Sí, nos escribimos oon fn."Cu('ndi"L de Snntá Tei'('S.'l, milit<n F.1 (hui, t..'T\ la frorlt("rJ con
-¿Y no CI'C\."5 <'SO •lulncr.a tu SOb"UII'idad? Vi$it<lmos los fuctl('S de miradurcs <tln'K'Il..tdos, miré hada el
-No, L'n éJ. contjn('lll(', y v·i las tropill..•-> de criollus abri<.'Jl(\0 ('l pasto de
- l•<.'TO es cntoOC'<'S que C<Jtltrcras tu sabe. ta pradera al galop.1r h3cia e l AU<lntiro t,\1\ <\U.Il, y seati que seguía
-SI C<ultr('f;.IS . lo sabe no es por \\'cnd<'ro'h Pozo. De no prysioncrJ d('l.niedn. Tambi{•n l.l <'3pilla. Recorrí las t\.Abitacinncs
tCI'tgO dudas. y los C'.alabozus. Mi rt- lo.'i r,riltos sujetos por caden..l.S a l3s
- ¿Estás S<'1.1ur.l?, {•1 trabaja cun Contreras hace Ml.-os. dC> piedra y St.'ntí r.ipidilmcntL', y en ('1 pat io mi vista
-St estuy segura, y d .uo que h::tü juntcts varias veres. ch(.K.'Ó '-"n w1os <\'"))%. Me irwadlCf'OI\ otras ('.ároelcs, otms aol;.lrr.¡,s..
Son de la mi:;nl;.l Mi'll;.l y '-'SO les ha hecho cninMdir en de UJ\<\ Poclia caSi ver, C<\Si oír )(lo$ laroontus. f'cnsé Ct' ;.lquellos Y
oc.1si6n. E:o cierto que Cue lo qut' ustedes ddinen como oficial C'.tpturadus por los "bravos gauchos" deMa l.cu en
Noonlt('(iSta". donde esté,(!] fund.'lm('n1ailnes'te hare su tmb.l.ju. ese momento, n..trrilndo IX.iicas.. Es.• in13gen y reoordar lvndr('S
Y eso indeJX!nd¡-cnlt' d(' E!:> más, <lgrcgué, ant(".'' de p;.1rlir 38, Villa Crim.,ldl, ft1e sólo una cosa.
Wenderolh m(' dijo tcxtuMm.•nt;;:: ···No se te vaya a Q('urrlr desp<.'dntc ll $Cn1ir mas inqtüctud. Bv&C'.mdo el olvido ü...-cidf via-
de Contr<•ras; si <ligUn dia se desl•lP:l 1¡¡ olkt, el 'Mamo' no va a caer j;,¡r, i.lt&Jtdinne de JAl.is'!iL':>, ;.lire y sol, de los bellos junto al
SOLQ. l!n la lirJda de m;;.nte:l V<l a arrastrar a todos l(lS que pued.l..... Yo océano. flero íuc Las intCI\Si.lS, profundas y a2:.ulc:-s ;)guas
le ¿por qué querría )X'rjudiCll'lllC' t1 •ní cJ general?. n lo que d<•J AtUntko también e::.tal""u' llenas de Lamentos. ScnUa llorar
Wl"ndc.rntll Pozo respondió: "'Puede que a ti no, pero a la CNJ s("", miJirnctro de mi pi('), estaba cn•rgi<'ndo toda mj hagilid3d.

326
 Lwr Arcr

Pan de Azúcar oon M;\r.). a PlriápoUs. Imposible olvi- Ureta me dijo que (.'Staba S;)tisi«ho de lo que habfa ubiCnklo. S..•
dar. Miraba a MarC("lO y pensaba ¿pod rC vh.ri-r con Sabla que no, y ll<•vó los c:erlifi<2do!> y la -a.\:tul01 urug:uilyJ para infonnar al Sf"I'!CMI
no sói<J ('SO. Si n\C Ot:urrla algo, cil correría rie:sgcx; y su familia Mc:na y fijarilOS un segundo punto. Ese dia tuC' deV'Olvió los docu
y mis amigas... Además: C'll l01 SL•gunda etapa de la Opc-rndón Celeste Ol('<ll iOS y me inionnú que el (>Staba de acuerdo (.'1\ adclant3t
¿pc>dria V('r oomo a alguicl\ sókl por hal:<:r nacido (.'0 otro p.:tis? la segunda de la misión. que habri<l retmiones posteriores
[)eofiniti ..·•·uru..'tltc, no. Viajar, r('d<'SCubnli la naturale-za huyendo de tas para vc:r los
pctiun<1S y los arew:tos, d pr,ococsQ d-e mí jX\rtkkl, sentía, una Sólo prt>guntC:
suerte de medias ya que-afín no se rompla cJ dique que - Coronel, ¿('Ómo entrare en Jos otros ptlfscs?
contenia los tl'<:UCrüos. Cnmo si pudiC'f'<l supUr mis carencias ptlS3dO --Como un•guaya - ruc su respucSl:a.
lJCt'lándume de la n.ltur.)IC'Za pródiga en Ura:;.il y Uruglmy, n.•rorrk'Odo -..¿Córno «>Migo esa documentadón?
l<nmhla.'O, la CO$lol d<:-Sdc Montevideo a Pt.Jnt:a dct Esté. me di cuenta de -Te la robilS y le pones tu fntu.
que cJ prOL-cso personal cm iri'("V<'I'Sibk-. E1 ail.'Ctn de -Coronel. puedo entrJr ('n '(u.Jiquicr pals sud.un<nC<lno, J'Cf(t
dc;pcrt<l mis ansitls de ser, t(.•rúa I'M"lnnciar. ¿\'L\•iré o con nor,idcnda1
Me (.'S but.'tln scr cJpaz de p!o.mtcármelo, pero ya habí.t -Con n.•sjdc-1\ci<l, n<tluralmente.
<.IYt.'figuado que no c-r,l t:Oip;:az de discernir querí;.'l n.-spccto de lo Noronoc:í.l d tr.i.mitt parJ oblcncr r<'$idendn. Y (.'W d<:" trM\Smi·
rolidi<HIO. Todo. d(.-sdc la de hasta los dgarros p.1saba· tir por r.adio me p.lnxió sólo arcako sino del ":svper agente
por Jo <:onn-nicllte, o no.- 01 1;) hi!;torin ficticia. Cada (.'(1$-l dL·giün para 86".
d(.'SVinc:ularrne- de OlÍ uU::;ma. mfs ropas sin etiquetas, las CbJ,\'Crsé con )' le d*' que t<'J'\tlllci:)ria. Le
valijas vadas <.k• n.'CUcrdus.. Las <Mt.as r0t1S p;:rra no poner en "- que no ctmfi<.1b;,1 j('f,llur.:t. Que tcnln prl>bkm.."'.S _JX',.sonak:!>. Le
nadie, Eso em yo. Un ser con Ull nombre usurpado, que no me dcdl:l C01lté Jq más tcxtualmL•(dC que pttdC' mi reunión (.'(In Urc-tl y le Pfdí
rmda. Qucria mi propio nombre, pero sin el fMdO que implica. No su o-pinión. Abiertamente k· dije: "'¿Crct que :D"C accpt;>nhl L&
hab!;l logrado sepuJtar-mis recuerdos junto a mi nombc-e. Me r<>pcti.t: renunda o ... n.: m.tl<\fán?"'
üebo romper COl) la CNI. !\'-o sabía quP podía hilbcr mois allá. f'or l.uegQ de un rnto "'Si fuC'(ilS mi Mrmana, yo te dl(ÍJ, re·
momelltos un 11<'no de sombráS., cntunres Ja bntasta numda...
<lW<.Üo.l l'O mi auxili() y si Jo irnuginama árid9, me dcc-fu "'S(:mbraré Le entr(.'h"Ué mj 1('11tnX':i;;t a Sirc. Se muh:st6, del
flurcs, aunque tC'J'S" que regarl-as oon mi propia s.mt,'Tc. Ahí en el tiempo y la i nversi<ln que signifkab<\. l.e dije que esa etap-a de
ruluro habrá snles dad(:) y hu\.U tlé n:uche... ]u ..·cía importantE> para en 01ile. El sólo que
rA:{)Íil LVlun:ur mi S(._'f en blanL-o, con llantos acun:)da. Mi h;,tblnría 001\ g<'ncral Mena y que n'c a\'ISatitl. \'arios me·
vida no podía seguir siendo un rol u una m isión. ses. N'o supe nnd,t de la Cf\.11.
J!n s.eptiembre volvic>u ._;sitarme ('] m;;tyOr Oonow. Me dijo que Mientras la rcsput"SW, que se estaba jug.mdo o1i
en diciembre rcubiria nulid(ls. Le pregunté por M;.lJlucl (u turu. Subrta si tiX' dc>j:irian vivir fuera d(' l.l CNJ. Mis padres esta-
Provis. Fue evasivo. No St!pusc: quQ el mayor- y;;¡ no cscabi1 en ban CeJices d-e quL' hubÍC'(:) vu('ll() a casa. lmcntaria iu$<'rtaml+'!, al
la CNI y d<'Cidi que ltt única fnm10 de saberlo Cf-.\ ir a Chile. mCllOS és;;.l ero mi es¡x.-ran:ta.

RRCR A Clll LE MUERTE DE: RICARDO i<UZ

VoJvi a Chit(' d '12 de octubre da 1979- Torné conti.lctu. con Seccatore El 29 de no\ri('mbre salió én rt Mt:'TOirio un 31'ticulo sobre la muerte de
y Provis. Mis <"C<ll' a('(.•rto.lda-.;. J:sraban fue-rol de la opera• Rtrnrdu Ruz -e11 ml enfrentamiento ocurtido el dia antcñor.
dón. cont.lCt."'ron con el que rea-l:mentc era mi jc(e, el corone.! Ricardo portaba la dtKUmL•ntadó!l donde yo COl'no s u
Arturo Ramón Urcta Sirc. c6nyttgc.
328 329
 Elllffim¡q

U CNI usó la muerte de Rlc.ardo pnra y obligarme a Volvió a su s.iJJo:t. Su¡:¡ o;os ya no parc..'Cian dulcés. Se ,.,cbn m.1s
la p3r,\ que continuara am la siguic-nt.: [;)SC' de- la chicos.. Sus labios delgados parecian una dura en c_l
Operación C".clcste fuera del país. Pro\'iS tlO en la OlNA c.:u;.mdo rustr.o.
yo caí det(.'llid.'\, 1lO sabí:.J mu<.ho de mi h.ijo, y pensó que Ricardo -¡(:Lam! l"'orsupuc-sto a tu A prudente.
po<iris haber sido su padre. Manuc•l Pro\'iS C:.Jrrasco y C".arlos Estibil No te muC$tre!l en pUblico.
Maguidó.'l inlerrogarme. lmpact."lda por l01 muerce- de lU('.)I'do "No ha 11\fonl\P.do aUn''. pensé, t(u{' vioo?N lnlentó un nuevo
y pensando tudas esas cosas, dcdd( qtte lo nwjor era dar la c.:am e ac('f'('amiento. Uiju que se ;))cgraba de (uera de lo
lntcnlt- un ('01\tacto con la CNI. Llamé a Sc«;"ttOrt' }' ;Jl oontarle lo del que scoU.t. Que c.ra evidente el enorme p3so qm.• había dado. Que 1'10
artícul o e:n c-1 djJrlo, te dije pasara l o que pi.ls<'lrá, no rclirtlñ3 mi le gu staba mi rt.'Ch.'\ZO, p('t'O que se afcbrraba por n'Ú.
Más Larde me indicó que mt.• Ltln'mnk\tr.l oon la Central de Ese dfa lo t1nico <ie:rln c..'S que RicMdo h,"lbfJ muerto. n\.."\1,
Opctotdones del Cuarlr.l Ccnc..'fal. Que el ofidi.lJ er\l un conocido. pero rompiendo por fin ron la <.:NI y tc..'nía tanto mk.,.Jo.
Al ll<'ln\;lt supe que oricial era f:'c m:t. Lima. Oij:l que irra a mi
casa. Ese dí..1 me di cueot.1 de quí.' hahiamos Por prbnc-1'<\
\'C'7, S('nti que existia un abbmú entre Jos dos. "M.)x" OOTl'\COic\ la muc...'Ttc
de Ric.1nJo, me que.) S(mtia. que t'llUCh3 pen:.J. Se
mol<"Sl.Ó y resumt'1\ diju que sentir por E$C "dclinc.:u<!ntc''
<.'Ta un¡;¡ tri.lidón. Sc-1\lÍ un.'l JX'na doble. por la muerte de- Rk.m;io,
pena porque "Max" n<> t.'1ltt:ndí.a nada.
f'cn:oéquL' ::;i Rtcardo 3lguna W7. rcc:nrd6 minombn:, dcbióh1ber
s.ido para dP.Qr ¡Cütrn."mierdtl!, y m.e >l('u ssba de traid ón por
tf(>lor. Dotid<l, r:>t"nsá que eso c..'fa yo: m\d<t. Sin ir;) le dije al mayor
que esa vc..>z no tnmsarfa muK'l.l u\<15 mi d('rC('hn a llorar. Que Ricardo
('r.l la únil'a am quien temÍ<\ <•nOO•\Irarme y no por miedo.
Por Y al margc..'1l de lü busurJ. qu<' yo soy, le
habría d.•ño. Y no por dudosas simpatía.s voy" <"SCOI\li('r
mis lágrima\>, mi pt"f\a por mul'rtc.
l'SI."uthó. Estuvo <"''ll.1do un buc..>n rnto y por fin dijo:
Lvz. es bueno verte. Tantu tiempo t{Ue ooo,ocemos. de
cinrn años. Te \'CS tan segu.·o.l. Esl,js m.i.:;. bonita. Cada vez que vuel ...o
'' C'11COnt•'Jrl(' esl.i!> máS-intcrc..osante -dijo una dte" mis manos.
Lo miré. Ahurot sf con r,l\)i;). Si ('t'f·ia: que hablando ásl lba a
<'0•\S('f:Uir que modifiC<lra mi nc.:titu"' ... yodfJ esperando el
resto de su ' ' ida. Me motesló aC'ariciara mi manó, su I'Mno Y3 no
me p.1.r('('Í.,\ amip,a. 5u viraje t.>ra burdo, ofcn::>i\'0, grot('S('.O. 5ir,ui<'o ha-
blando:
-No sabia d6nde <.lijo-. A lguii'!n comcnt6 que fuC'ra y
dije; lo hará bien. Es mi alumna. -Riendo, ::;e P\ISO de pie, y mto pidió
que me levantara.
- Mtlyor, yo llame porque me dijt.•ron qu<' uslcd me daría ins-
truccionc..'S.

330 331
 en una n<.'Ct"Sidad interior di.' que. •unque lfmida aún,.
..... por salir.
3 [1\ marzo de CSC" ;ti\0 .a hKu cbse$ en un instituto dt
<ompu!acWn. y al las rdocWncs pOblicM d•i
pltntcl cduc:aciull31, ck-ja' cl otru wbQp. El poder n.uli2'..lr un.J
acth·kl.ld profcsinnal que tnt' y poder indepondizafl"nn! rto-
lf"!ruron mi Séntit dc- esos dia>, (W de que podria scpoll.lr el pasado.
de estaba lcg.mndo ..e-mp.:Alr" de nuevo. D(.>bl• t."'OnfCS3r 1illo
ENCUENTRO <XlN JUAN MANllllL dos me c:nmplic.tb..m l.t Ndllte.nda: d tC'IllOr de l'.et rcwnod<la y
1ni pie dcn:tho, que ''"' hiCÍa d lfidlí:muo cualquier tnírnllc qt1e 1118'-
C.nntf'l\l3 h.-.lx'r sido capaz. de prese-ntar la n.onund• a La CNJ oon nifico.mt ('..tfni-nar. Sin t'1nb..lf'r,O, k"J1.ÍcJldO miedo y tuve que
de lndt'dinablC', con temor de qut no I'I'IC IJ aOL-ptann.. Pf"' (un.:1m\C potra impon(!fll\e Cl!'t'1l.ar pnr Santiago lo necesario
deodtcb t n\3nh."I\C._-rmc en esa tr;;até de tsUr mucho con mi mis functOJJC."i.
hiio y n.'tUmé la pintl.lr.l. dinero fstudi.lndo y trabajando, ton lA dC' QU1!' pnc:Ha borr.ar el
porJ SUIV<:ntar mi-S taSIOS. Comencé a ¡»5-)do. bi.taba abrieftdo un hhN tod.as c;us 6A
Espcnr por unoa n.'spucsta, ptnS3r me estaba en- n;a .,.. Con qu-."n hoy to" mi apuw inicbmos una l"l'bci6n
frentando a b C\1, me f"""'"Ó un >!doctor 6e p¡rcja. fue co ('lb que con-.1\Uron a l"XJ'C'-'SlrSC una sene de
Robcrtu l..ailh."'lelr, quien t."'C)m(."l\ZÓ a alt'ndt"rn'lt'. En 1..'ie intento de que co t..Jbía ClU)tit.,t'l'l. la oC'$p('t.li\U
k.T.Jpia el d«tor énfu5is en los No de ..-uln'f,. \'i\<i.r co:n mi R.,\(;1('1, pera podl'f pte>-
verlo como uu que qm.TÍ<l (ormarlfe un" opi11ión aa:rca porciun.ulc 1:> cSiahilidad que :,u p.u.frc y su 1e brind.Jb..m
de ''''" mis CX)X'l.'tath:as fuf'ra dC' la lnstituch;n. No expresé en E' !;OS Ese ('ta ut' hog;1r y )'!J !)(in vi\'ia ctldá dí-;t, !oh\
re!'!Pntlrnicnto-., le dije que que-ríJ un.t vida norm•l. l' P'-'1"1S.1t, que pasarí.1 .11c.H,, ... A tu) ;)S( mi vida t."fa mc:-jQr (lun
Nu dl'!"ponfa de de id<.'1Uid3d, de m.mctoa que llegué a la de los ;.1i10S anlerion-s.
la ont\C"lU"'i6n de que Jo n'\á$ s.:oguro e-ra -trans.il.nriJmt'ntc-- ""'oc,. clases Creo que ,1c-1 rue \'Ílal el qu<.• h.1,1r\ M•nuc.-1
de di:' 1runtcnción y ck n..•ducrión para me brindara .su apoyo y romrf'M'It)16n. Todo ron un costo
scnoras. O»n 1.1 a)'Ud.li lk· mi prima Elda y de- nú "'""P quienes para éL Sl.•ntía Juan Mo:ml.ki supo lf"l que l."rn •
I'!\"'mtnd.uun mtre prun1n tu\"tt C'OJ»do oú hxario. put:¡r del que me wnodó. l..n f"\mL'N que afloró en mi. fw UN
rTIIf'
Lo. pri,_.,. dla$ de 1980 me""""""" CO<>I...., M..,..¡, que
mi f"potiiO. El wnuó;¡ mi sirwriótl. fue Wpnmcn no
""""".Jd y .,.......!ti.-• de ,... qtlerida y >OOre IOd<> po-
Al Collor de ese rom\o d.ado y l't'Cibldo fui pn:tgresivamcntf
hgilda .,_ Lt 0.1,"' c:onoc:cr algo-de mi 1\wc dL'Cirle IJUf' más mJ"i n.,•t\.')oát.ld..l Fso puedo nodo hoy, l"lCl me
no lenÍA ttdul.l c.k: 1dc."nttdad y le mostré títuk)S qut obk:nido d• C\K:nt.l dil' que mi L.':'Clgl•nd-J tta de Juan MJnutl
CSthdi.uK.Io cnmpuiXión, y que estaban ñ Uurgos. M:ntia má::. d\"5.lmparad.l ¡,¡u<.• nunra.
An a"i(, t'-1 se l,l:j arn.'gl<) para que- pud1L.'C\l c:uniiCgulr tmb.1jo en una l.a hl'ldendu m.:i!t !n,ln\.\ y surgiú l.'utrx- no..olmt
etnpn.."'Sít prfvuda. Ul\ill oonfiJJt7.il y t-w Indo h.n:ra má!l nuido, pc.:ro yo
CuandCI 13 CNl me avisó en ll\lr?O de 1980 que mi renv1,cia nó pndía evitar (jt•e .-.n('lrnrnn <.:ülhlll úcl pa ..ado. A pcquC'I\as
s.ldu act•ptalda, yo }';l CSti}Al tr\lba)an<fo. Fncorwar trabap fue w::..1> Ole h.acian rt."t.'lm.lM. t•\ Ul\ll t.Jc oonciencia a ml'di.l§, h<:.'-
Jmportanlt ''-1rJ mi ya que n<"«SiLlb.t e) sut•ldo. y •dt!m.b rhM ocurndos durante ml (,Juti\·Cri\1, Me <..,.-., difrdl di$Ct!'rntr
mi cxish..,,c.'ia teg.l. mon'll("nto estaba '\'l\'JC'f\d(l. M.;;.nucl ('Cl\ cariño tratJhl de- Nu•.._.,..
mis horu hbrcs a pinur. un per de CUC"f''IOS que me voh.-..,. -4} Sab!.unol )'O :n<.'Cl!!oJtab.l J}'Uda. J-'l'CO mn\tl
nache leyó )" eun el tiempo se e-xtr.H'iaron. Hoy que todo eso me a acudir a NJM.• b.-mút de hablar. y me Cf4 d1licil

Jn
 El lrrjidtw

creer qu<" podía confiar Crl alguien. Solo..c;, Juan M<l:nud y yo, fu imos DE NUEVO LA CLANOESflNLDAD
vfvlcndo esos ii\SIJrltes tjtlc fueron la relación <'n algo
dificil de de- los c.los sabía c:Omo ellfrentar lo que F.n mo.1yo de 1982 f'l"':ibf un recad<t. Al mirar el nUmero, supe que
ocurría. La reJadón se <.lt::tcritm·,. pruvcnia <k la CNI. E Gustavo Ri\'c-ra querf;.l hablar oonmi·
En lo profc.."Sional me iba bico; ::;in embarr,o, Jos tcmon.."S ro- go.
mcl\zaron a sumarse tmJ Sl"ric de aJtera<ion<"s sotnátk as. Los shliOmtlS fui al Cuól.rtc--1 Ccll<'ral, el <"Oronel me dijo quE! la I>QJicia
er-.tn reales, las t.aquiC..lrdias, náuseas y <'1 vértigo eran rotidjanos. de lnvcstigaciones tenía ordt.'n de d(.'k'.nt:rmc y pottconc ;.1 disposición
volvi a sufrir una úta..-ra. de Jos, Tri])unales de justicia,. que alguien había a la CNI.
A raí:t de t>... pude conOCCt un médico qm: sólo idenliri(':tré Recibí orden d<' \'Olv<'t ;.1 1.1 le explique al subdi«.>ctor
onmo M3rcos. Me di C:UL"'ia d<' <.)UC me atcndi.a de IY\31ler.t "'csp<o'Cial"'. de la CNI que tenía un trabajo. l)cro él fue muy claro. No debí."\
f('ladón am Juan Monucl C..'Ta fomUtl, 5{' rlOS SCbruÍa viendo oorno pL'rmitir me en<'Ot\tr.:trt\t\. Fui al irrstiwto donde trabajab,., l'iM)Ué
um1 pnrcja, pero Cl'tdá día la situaC'iór1 era nuí.s tensa. Le ;:¡ Juán mis ms.a..-<o pcrs()nalcs y partí. Cuando ib.1. a unos mctn:ls de-l lug3t,
Manuel qu<' J,obíi.l c.vnoc:ido a otrtl J•cm que si p¡:nsaba 0 pnd<' ver por el csptljo retrovisor que frente a mi trabajo .se había
qn<'fÍ<l t\UC: inlcntáramos n:scatar to nuesU'O, yo estaba di¡;puest.1. c:>tadom'td() lUt vchkulo d<' Trwestigadones. Busqué u n telétono y le
Rc..x:ucrdo qm•.. c..•n el Uurr,cl" Jnn d(' Italia, ju.1n M;,ltmcl avisé a Juan Manuel.
tonlh su en silencio y luego <.li-jo que Jo mojor p;,)r.l era que S;r<.pré ;:rlgo de rOJ)." y el departamento donde habi.l
lo nuestro terminara. Me {ul de ese tu['¡lr con tul profundo ,_.;,.ido hasta c..'Sl• momento. S..ali unos dtas de SAAtit'!go. volvi y
dc-tñstcza, d<- Juan Marm(>l me ayudó a eludir Ja au:ión policial todo Jo
S.\bJn qué mi responsabilidátl en esa mptnra c-m alta. f loy puOOo que se fue presctH<lndO, IX"titó mis OOS<lS dP.l departament<l, lo entrt.'!,"Ó
darme cuenl.l de- que me atra jo <le M;,ucus (ue que, ¡)¡><'l.rtt: dc- a su ducii<1. Aki;,mdra, que: $C h;lbí¡) dc-svinctJlad(> dP CN"I
muy era los inicios de CS.\ rcl;.1dón fuE"T(l n por ('80S dias, me ayudñ y acompañe>.
lindísimn.<t. c..-...1 el tiJ-"00 de ho•nbrc que al salir d(" uno Uc sus
trabajos p:tr;) tr a <'1 se iba ('(ll'l'iNKiv mi
oficirt:l, irr\rmpía en ella. sólo pilm d.umc un dL•dn "'te quiero"' y
psrtl;\ Th1 vez. sótu C..'fil una fom\¡\ de :;c:r distinta, me
r.:!1adórt duró aln:dt.'dnr de ocho nli.'S(..'s;a poco de- inid ;ida 1 primPms dias de junio de 1982. Juan un dewr·
me ('.nt("ré, por él. tJUC L'Ta C'aKtdo y oe: on la.s limita('iort('S ob,•ias. Pasado hlmt."tlto,. y comenzamos 3 vivir juntos. F.n otlubre e..<ie año, supe
c-1 cncantamic-n!o irliciaJ, me di <'llt'IHtl q(lC nt> podía o:)nlinuar. En esa qu<' l(''nla un mP.s de emlMrazo. Vu1ver la hada cso.s clias me
épo('.\ .sc-gu1;,t sin imporlaJ'lllc.' que: fut.'SC casado, no t<"nía ningún res- permite distinh>tli.r sólo dos c.."OS.1S: el terror de S(>r por
pctu pnr la f,lntilia.. mc..-nos por el n ltllrimoniu, pr.ro uo qlJCfÍJ. sentir hWP.51iga.cionP.S, la Vicaria o los tribunak"S y la fi.'Hddád de setttlr
que- <'rll ''la otra"'. 'No por un prohJema d(' oonck.•nda, sino por t.'ÓIJ\0 dentro d<' mi c-sltlb3 cre<'iendo mi hijo menor. No rP.rut.'Tdo
limitaciones. d<' e-star ::;icmpre escon<fidos }' <:omo en las horJs rubad;,ls. ternura igual. LX-sear ese hijo me <.Wba fuerUlS y de (\\revo S('ntf que
J.a c<-1\\,ción con Man.· os tcrlninó de 3brupta, hice COSo'JS quc- •;ivía. Me m(' preocupaba mi E'(lad, tendría trein ta y cinco años
jmnds que houÚl, COITIO ir •' busc...ttlu a su <-aS.1 y enfrentarme a momento df'l parto. Muc:ha!O vt.uos volví a L.: pedían D:ios que
su CS¡>OS;I. J luy lo lanlcnto y muchq. pur favor <'x.istier..l, y .,1"<' mi hijo fuC1\1 $!1l0. Descubri en ml una
dolida y más sol<l que antes. Con ttna. lllo.l)"Or nueva fantm.i a: la de: la madre J<:Omp;)ñ;,lda co l;l Mis dos
d(' m1s hmlladonc-s, busque refugio en mi tTabajo. FJ )XISJdo Sl'J;."llia hijos naC'ieron en mndiciones s.lmilarL<s. 1us dos \'("CC."S scnt( lo tnlsmo:
sin existir. que :oula. Con Juan Manue-l nos habrounos separado de
Juan Manu('l me dijo que se soJo, Yu diría que au1la.rnos na('et' e-J niño. ME;> fu i a vivir a>rca de mis padn."S, en d barrio Bcllavi.sUJ.
do!'> Mled<t'tdcs y seguimos trab.1j<ln.tlu juntos.. Nadó mi hiju mcnor,Juanl\.fa,nud., d 16 de- ¡unio de 1983 y, con

334 335
ello. .-1 intrni.O (01'\ti•H•;)r l.\ r('bd6n oon su padre. Me $W1Ú en una A oomienzosdel año 1981,con la ayuda de mi prirN Elda y dt!
OlOlyot. Vcia .. mFi y a mi hijo moayu.r que por mll'tl3dte un local ('n S.Mo Df-1\Jvisl.a y con Juan Manuel
entoOC('S; quino: Df¡Qs y que acogió con cariña a su hc:rm&no. Ul1ól m.arqut....W El 1o c:torre al lil\o1Uur el a.r.o pues
de MI no l'i p¡1Soldo; sin no el 19 de O(tubre. jtllln hbnud llevó 1 vt'lir con nosotros a los cuatro
>ÓIQ lo "'lo06n <k f'O".l' ,-um, .dubo¡os, la situaciún .......-.lmico .,. hijo6 <k su prim('t'" matrimoniO. Me fue r.egodo
m.J..I.&. Ju.;;m Mwnxt c:kb'.a !iii)'Slmrt' dns asas,. y oon nuewo. sus y talkr do marquaio. .
hijos csnco. Tr.Ua.ndo de mejorar nuestros ingn'sos. Vi\ir todos juntos fu.e uN exp«knda fuerte. Colocamos ot kd
tr.abiaj.lr de peluche. Vcndi lo linico de nior q\M nlftos: en ro\cgio <Je. los P.adJM Dominkot. En ese periodo descu-
un anUlo dt bnll.a.ntts y ,,.,líros 3t.UJes, e invtrtt cJ dincfO M bñm:)S ron Juan que <k'bf:unos por sobre todo ""'"tenemos
UN ttntrifuga, 01 el un.!. máquina df" y 'o-J unidos. y que en ll"l padre (;rrardn, SIN!fd()te dominico, un
fjnPms,. J'UPIM y lodO lo f_.ogré h.a..ccl' \'C'tOtC doCC'I\.U dt apuyo fundam('llt.ll.
ln'bilinl"S, nllc.kl·)"t¡l. p1tufU>. pt.•rritus y dsnt•s. Oocc dOCCN.!> las cntn..e,-ué NuL-::.ira vido.1 camb1ú r..dtcalm..:ntc. No ('!f. fácil r<'C'ibtr cutllro
ol un local c:om&.:rdal )'el rc:ml lo vcndi de manera partkul.ar. nitiO$ de distinlas y difert"lli'JS. Nada de In ante·
Cnn'W'I'\ tar • ll';)\'h1j3t hl7.o que- mi pcquMo rcsiulicr<l cJ 110 (."!!;t.\t rior parC<:.ia vdlitlo. St m S11.4Ul(.'ftl las onas, li.'ls 1\HCs.tr<ts- ef'Jil
('1\ ml5 br0l70S o No a(-cpt;,lbu (.'Omct. ó'IJ demasiado pequeñas. Oc Ul\a fnmtlla de tn.'1i, pasamos .a st.'f siL•te más
pcdi.1h"tl, quien n.'Conlcndó que lo llcvt.ramos a una sala c un.a. una naJt.'l.
el con!l('jo d('l pcodiatr-a, y malri('ulan\05 al nll\(1 en 111\
f;:uxHn. Y porvul.tn.l se duJ euc-ntd que mi pcqu(.'ñO a ó'ICcp-
t.n la curnldd. l'or csn me ;¡ hablar con l.l p!'icóiOf.'*· El
mn Ana M.uf.l fuif' lindo, t-lh h;;tbí,l CSh1di;;¡do ('t'l un coll'!!:';ÍO doc,c.le fu'
uno l;as t.'nc.otrg;tdob de aiX.Ttdcr las tardes dt.-porbv.aa. Comcti t-odos kls crror\.'5 qtw cotnctc una mujer que de golpe
a con cll<l-. A ni I.J Maria se ocupó .k ir ,..1t."t\tc.kl t..i cuatro nii\05. Vivunos mon.cntot d•fkllta. pero Ju;al\ Manuel se
de rN hito y nos invitú a una 8cucla de Padre. TU•;f' mantuvo junio a mí. Creo que .m cacb rnomt."nni d.! cr\s;J>. htmos
mucho lienk"'r d• •oü.qir, lo hicimos. AnJ \f;tria nos .lyU\Ió • •p-endido mucho. Yo c;-u(f'b JXWqU<" no pod.. C'Yilar !'il'llb.r más cariño
it'I('QtpOrJnl06. fue a ól!IL"Tnaf Ampuada por ma hip. El po<Jn, G<..-¡rdo puo» • poco ¡,.. ml<ft<ler
en ID MJmbr.u. t..·n c:IIO!Io dLls no mcndonata mi nombn.o. qLk! f'!'íO era naturaL Ccn w ayuda pude tr fondo de mi Stt y !Cnbr-
Ana \t,uia y w rolt't,J Vl"''6ni<'J, p¡:.rJ Jyudól.rmc, me dtctun a quc 'StYf cnshan:l. Ser COR\ICCW ('f UN c;ko liS ('01;31 tnb.

'b,1n
:.\1
fTICTIOI! a
y m.: n."CDrncndaron a otras di! sus mmpañcru. ("_a..
a m&quha
de id
lrJOO:jo!t de i.llgunos de los i.lhlll'\1\05 que:
de l"sioología.
me ha sólo d.lda.
Agubiada y >intiéndomc <'IÚcnn.l <10-• •
no podia O'('('r en su exi5tcncta. C.ontcgU{ un Nuevo 1"cstilmCnto y
Dios, pero

Ante;, M:ui¡ m<" n'('ClmE>n.iO a una de sus profesoras para 31C('f, mirJbo con 1 a l.1 Virgen enfrente
asumicro:t un;) f:hd,l cr,l (•n tiempus J,, proh.•li('r.t Ut.• mi y (IUt.' \.lorr.),.,l'\'"¡' d u<ltt.S., lluct!a
Cunduccual t.-n la <f(' l'simlnr,ia de la Univt>rsidJd Dios axi.!i-te. Fue impclSiblc.
me "yudó nluchu >in nada. l'udo qntcndcr algun¡¡s oosa11-. Me Est,l.lxl (.'nferm.l., >l tie:htlr ('('(t:tl<\15 fu('rtcs, dc:l
ayudó a <'On'IJ'>I'(\I'IdCir <lllC que htC'f3 mi futlli'O dcbt.1 com- equilihrio, hlbtJ la innm(i(.•n-ci.-J. Me \'icron varios
J)Mtirlo I.VII rniv:;. tu cntcndi, no fuj cap.,z de Hcvnrlo a La prJc.. y n••""ll.1;) C.llm;)bo ,,ll"' Un dr.a Chtf un lib ro al azar, era
tiCJ, pero puJe ...c,tvrr D Mr('U1ar por la.'l C'a lles Sanli.tgo aunque la vid<J de S.·m Lle A:dt. mi IY\01l<"St.'lr. pero
M>lo (u('r.l (lntrt' 1.1 y <.'1 jardín. Todo::. nu::. lntt.'flto::. dé muy no lo d<"jé hasta lcrrninar. i:.n ml'dín da la angustia que- me causaba cl
mclufloiJ n.10.1n de lill n...'CCStd.:Jod de crt.'Cr que podia cHminar !'1 m1<'do dolor- ñ!.icu. ooml.'ll(é a n.:cord.lr kJ. df.l:. la OlNA. f\.1<!' lUl3 ae>cura,
Con lJW mU>f'IJI <i'-" J,o-h:J <'Of'nO .1lgo t('.JI. l.ls fugó'S 11ól03 el etan tn.'('Ut"l\lct y mb Llrga:s. Uno de esos

331
 r.u: ArA'! Elln¡itfno

fi:' pedí <l uno de los hi ps mayore.o;, que p<>r favor fuera a volví. Muy pautada por las vivcociJS ;1ntcrior.cs, traté de buscar a
bu.sca.r un sacx.Tdotl'. El hijo volvió CO!l el p.1drc Dios en los libros, pe.rn <;:Uando el padre me djjo que esl\Jdia,r$ los
textos escolares, SC."utí lnunillóldÓ(I. No podia darme cuenta de Ja k-c-
Cl padre esa mo;;o7..(fa de dolor y vetgÜCllZ<\, tne dón que mP t>.staba dando. Mucho tkmpo eril("'ld( que no rue
nl'ltró el de la l:ll('ión de tos enfermos y me dió Ja Bu- JXlf h11nllld¡¡d qu(" me fui a c-asa a estudiarlos, fu<.• como C'll'pC'('.ar
caristí..1. Ana psk-ótug:a del jarcHn, le dip a Juan Manuel que de cero. Mé d('S..1fl3dJ 3 d<'ITIOStrJr que pnclia. llena de vo.mo
llamara a un n curOior,o amigo de e113 y luego de e.x.áJn<'nCS <' orgullo estudié y pncu a pooo fui "d\'irtiC'odo que ('1 p;tdre, sin de-
intef\"Qt\SUlt.as, 'u' p!>lquiiltr.:t, un n.<.·urólugv y una siWioga diagnosti· cirlo, me iba d;ltldo las herramientas p.-ua dc..-scubór nl.i$ limitadones.
catOJ\ Uep.K"Si(Jil(.'S sumadas y todas muy m.:tl manej3das.. Cti<Ínto por re<:Ortcr ('Otre on conocimi('nto y poder hacerlo propio,
Me someU a un tratatnj('tlh> U'll' rnantt1vo aUS(.'ntc de, mí misma, euá•ltO tlO sabia de mi. Nunc-.a me había <.-nfn.'t\ti.ldo t:m dcsnud>l .ante
sedada. En peqw:.•ños lapsos de lucid<.'Z st..'ntia que mi vida <:omple•a mi misma. Debí comenzar a d,lr c:tNda a utra..o; oosas, comcn2;.lf a
h..lhía estado gratMda y que me hiDbún s.aCldO .:.1S('It('$. 0...--bido al bucear en el propio <.'t>razón de c.;&r<* ,ti $('flor, o $oN., de c-.ara a los
tratamiPnto comencé- ;,l rccupcram"K'. Estaba muy débiJ ffsic:amcntc, dClltls.
ocur-rió que Manuel pcnstÍo que la nana me daba de ('(lmer y ('llot Me SL"tlti más bastm& c.¡uc uunca. El ¡Xtdre lr.ltaba de mostrarme
pensó que Juan Manut}l me alinX'Ill3ba. El result.'tdo fue nO <.'Unú que el Setror vino pur mí. Sóbrc todo por qui('nes SOillOS
por v.:srio::. c.l:i;.1s y yo no me di cuenta. Comencé a sanar; sin pc..>cadvn..'s. Supe c.¡uc.• wml rí;,ttl dí;>s difí6tcr.. Varias vc:ces se lo diF al
vañus día..'> en podt'r cJmin,l r sol.\. U1\0 <.lc:::.pcrté y supe '¡Xldr(> (flardo... '"FaJtan dus, a lo más tn.--s ai\os p3r-' enrrentar mi
que Oios c"isH;.l, no podía cr.ccrl!u. Fue como amanecer en un dí.a rc.¡]khadN... P('l\) t<-nía la feli('i(IJd de la E>Spreranza, de la Bu<.'n.."t N ...
soléado, me vcsti- llena d e !C!Iic'idad y fui a 1.1 Dios en 1:1 padre nunca me d icho qu6 h:>c.-er. Me ayudó a descubrir d
todo lugar, VMC!3 nd o l;l .rtJr;'llvi11.<) innu:nsa de ::.u creadún. podia c-Jmino de la Tt"'Oexión que pn.-cc..'Cic " la opción. T;)l ...("?. si él me
la pr('!(:ncia d ivi11U en lo-; o.lrbolc.s, en el dclo lleno d e nubes, ttubi(':>C' S\•gerido o di.:ho haz esto o lo otro, todo h<abda en
t\ada donde mirara era corno un libro hablando de un proyt.-cto menor una de las coso.1s c.¡uc m.ís Je ogrud c?.ro es quP me
de vldl,l, de ml;) vid;,r ph:na. ól. a hacerme cargo de mí misma. M<.• s.::utta muy
Conocer a lJius cambió mi vida. Sentir que rnos es Amor, que frágil. pl-'ro la o.1cugida qv(· n1C brindaba c1 padre (;era.cdo, sumada al
su Palabra es de Amor. Qu(' cou'IO <.'risti,lrwS$t>mOS convocados a I>OYO d e mi esposo fut.Tun vitales.
sobre lodo 3 lJ obcdk·ud ::l á la Me hiu) reflexicm.a1" aoorc-a de
c.¡uién fui, quién soy y eso inlplka 3Stnnir no sól-o en la
dinle_nSÍÓI\ pcrSOn<:l}. también (..'n oofcc:tiva. la tant.as V("('CS infieJ, la A menudo. c .Jl mi ignorancia, a('udi al padre en tudu un imu(.'t:lSO
h 1z que se sentía miserahlP ('Oill('ll7.Ó a d<'Scar pod"'f' dc..xir sí al Sd\ur. mnen de consultas, deS(k• l"s m(ls <:i'IS<'r.lS ('Qn los hijos.
Corno JÓrl no podíol c.:aminar :;ola, le pcdi a mi hijttmayor, Rafael, El hjro g;,1l3 de ama paci(:ncia mara'tillosa .
c.¡ me llevara al mlcgio dP hip$. Rusql.lé 31 ¡xtdre y le conté que .\t1uc:has v.:.'«-'Si no lo entendí, 1HC Fuj descu-
r-CC'(lrdab.'\ pot."' o r\tuJ" d<.• Ctmntu- le h.:'lbÍ.l dkho, que por ravor, me briendo 1\u('vos de la padc..-nda y la pru.deuda. to más
tc:'dbicra. Quería d<.>cirle todo, t)C'ro ahora consci<'nl(', asuoúC'ndo lo nítido de esta rdudón CO!l <'1 padr(' Ccrardo es saber, sentir que l>i es
dicho. est3rá a.ht Eso (ue, es, aJgu fundamental. M(' mostró a
Com<'W.:é a <onn-rsar ccm e l padn:', no ent<'ndb lo que Uios en este mundo. lé d('bo el ;.'lpt'('n(i('r a valorar la familia, el str
Ese despertar y scntJr CC>t\ rertC'za ((liC.' Dio::. cx.iste, p<.'To porm<Ís que n1adrC', los cl qucn...'t' intentar construir Jo r('l3dó" de
peJIS.1ba 1\0 (•ncontraba explicación. Uuscándola, le l)E'(t' ;1l pareja con Ju.m M<"lnucl de m;;.ncrJ dis,tinta, 1() que pu<.odc \a
Ccrardo que ayudam a csludi"r. EJ,IJ('I'O d<' s.tbidurío.1 y ante nU ;¡mistad, romenzar a recuperar la t.'OnfianZ('I ('n pcrsot\3S. El padre
toiJI jgnora1lCla me hizo parti.r por. los tl'Xtos escolares. de Pastoral. El\ Ct.-r.1r<.l0 hte 13 per59n.1, adamás de mi c..ospusó e hijos, e n 13
un par de meses lcl todo, ha::.'t;,r Cuarto Mt.-dio y <;ual confié en esa de ml Ul \."$ de las poca$ pcrw nas

338 339
 Ellnfiff'!tA!

(n.-nte • la, (uah.'t put.'CJu simplcmante ser, silt nl tcmol'd,. cl dcstrui.r apaf$do \<! dc.'loCO dt' csc:ondcr esa parte
primero en mi y n\.1 vergüenza. de mi no sú&o dé los dcm.b. 1amblén de mi mi.smt.
po que peno.>ba que h>tn. Josr.odo .>ttptarmt oomo persona. pero
supe que no t.Ta cierto. No miea rras futt'8 incapll de Integrar esa
fl I'AOME lOSE WlS partt' ;) b que t:ra mi vicb.
Uorando, ,¡,¡ loo ......,,.., clcl deportam<niO y IOMbién las de
Un domuucu no ...,mt --1id"<ks por su cut'fltJ. ons él ooún mi alma.. No tmia si no Sognba intcflobr
sus htTm&nos_ Y comunidad. Un dia que fui a ronversar c:on 4!4 padre sanar. E1 olvido no existe.
C..•rdo, fl me dljt> que h>bi> ll<>gado a 13 Recoleta un wa:rdole importante en pr'OC't'50 fue el accrcan\k-ñlO a la Fa-
español dt srr muy hacia clases en Y VniVC',... miJiol Dominicana, escuchar wn iSil.-nciÓf\.. tspt<"ial Jas reflexiones
sidad C.lóli('.a. frJI ClfonnaJur de Jos novicio$ de la OrdCf'l, cnc.trg.t· del padre fi·lix, COil su palabrA !tel\l"illa pcrv profttrw.b.
do de y (!1 pcn.!iaba quf' era el para guiarme en En diciembre dd ;añO 19$9,('1 p.ldl't' Jasó Lub a Con<=ep(ión
mis cstudlu!l. Sugfrló, adc-nláS, que pcxlrLa comenzar a estudiar ton la a r«>rnplll7.!r en e l santuario dé l.t Orlolc-n a uno df' 5U5 hermanOS, quc-
biblinlE!\"'..a del irli& a \'iSitnr ;:, su mJdrc dCa5 de NavidouJ. Yo qurrla darle algún
Debo que S(.>nli pánico. 'Pcos.1r que tarde u kmprano le rt"galo al podre. pérO JlO tc•lfa dii'W.'rO. Fue que- e&:n"bi los
dióa a otro M<""trdotc- todo lv qué yo soy. me C'.ausó miedo. F.sc dfll me ropíh1IOS "El 1J de de 1913'' y ..l.uml Vidcla Moya".
cref "'lraidon.al.lu" pnr d padr(' SCilU que tollo cuanto le El padn.• leyó mi y me t'lnlmó a que lo3
ho1.bía dicM de mf, de f'lli vid••· no podría volver a repetirlo. F.$0 duró Co-m('nt'é una vc:t rruh. Cll<l.l M.lrittn.a. Al terminar la
sólo h\lst\l que a ronvcrs..1r ooo el pi.ldre No t.ulucobá ('1 manuS(rito cm un tobrc «.'fTJdo t'n un José Luts
crw twbcr c:unoddo 1 elr,ul("l'l t.ln S;)Uio. 1 Joy los quiero entraÑble-- retiraba mh escritos .1 di,uio. Nuf'ICI n"tcl ¡,quclto. nlet'IOS todo junto.
mc:ntc Durante todo d pc..'liudó qu•:- viv( Un de los
}<bé Luis • rN)'(M' yo, ron boa pachorra que d.i la itir'olwn(U. puderonoccr ildcn;.ís de los J*tri.!'S, •la"
mnnFu>de cbusltO_,J varias

=-
Cr.m tftlr'\.11.'1\II.ÍQ pt.'fO pmtundn, crili('() y <t"rtcro en n·lips de- di5tinw y a laicos de la
análisis.. -.......p.a. Curncncr. .a acudir a dl.ltio ,_ b bíbboko p.uwqui.t y dcl colegio ele mb hap.
del Con"'t'tlk> de L1 R«olcu Oaminica, y ron d tiempo a d.isbn!O$ Agtadcz.ro ill Sc.oñOr l(ldt) C'l •mor que de cl\os 'ht'
de f - , <emo <1 lnstituiO de C.teques;s. llad<s y 11 Sentimif'ntn que al ...tero de la Fllmih.a Qrc\mink:ana, m ese hermoso
Cat6Uc,.1. CCH'I'K.'fte'C a ro-nocer mis de la OnJcon dé lñ."(!j.. •Cvm"<.'nto f1o.rido.. qu.- es b Rcal4d;a. N vuelto • f'f'!r.aizar en mi

...
adores. y surg.tfl""' •nr t1 d&'O parte de la Fami1i<l

01 Jollé Luic. voh•f a ('$(fibit. T\'1ci: que vaciar esa dokuo51

ror31ón, mi vadól.

parte de mi vid;) me .tyud.uía a enfrentar cuanto cnquat.tiidU

y que wnto dal't('l had{•udomc.
Comencé V<.'(l.'); el dolor. cobardemente, me h;)d't\ dcllil$.-
tir. Al ver r'r,IM' st-ntlá tanto mk-do y pensalxt qut' no
habiA C•\ d mun..tu ni poua C'fi.a'> hojas ni pora nU. Toc.lo pori.."CÍa
vulrn.·rnblc.
El ve-r;" !lO 88 89. mi f.,amili<l fue al Sur. Pen5é que ero ut\ bv<.'J'I
momc,,to par.t e1 c!ICriblr. Cu;¡ndo llCYJb\t m..í.s o den
(ui al batlo y Ctt ando ya no supe si lloraba dt'
miedo o por d humo que me .uJb:bba, EJ

J.IO 3-11
 [f lw{itt'11<1

C$U.do de salud de mi pan..")a. Jt wtir.aron. SupE" de in.tned"to qur

1.-T•r'l la ComisWn y R4wncili.adón. A pesar de que intu;.
que oo ocuniri3 cualquJCor dll, me a."ntf profundamente conmovid¡_
11.11>"' ll<f¡1do el mom<nle> f-ut • 1• <opilla de S... !.ocas y ogr.ld«<
1t Scilur que mi parcjl r:iC hublf'f(' Scnti una grólR tnnquilk.Lid
Pf"-nsar que ocurrit"r.l lo qu¡; CK"Urricra wnmigo, los ni.ños tcndrian
.l ).U t.1do a su padre s.-tno.
Le pcdi al Señor que me U)'\ld;)r.t, que me dieril ruenali. LAA;
11if\0!1 cl>tabatl en E"l periodo ti1".1l di'! -!1\1 uño eS(()Iar y mi fl\3fid<'l no
OECLARACION ANTE LA COMISION NA(:IONAL
rccupCJ'JdO aUn. Sin I'X.'M: •l que mi docisión de d erlarar CrQ
"VERDAD Y RF.OONOLIACION"
irrc...·ocabk·, la inmincndJ dC! que: era CO$a de unos dfu, me
""D''rlilto U'lle p.w un deber oonmrxi<1nó.
Hacia. afuera todo ('t'llndnu6 como tr.lté de buscar un
pcwqu<" ntO que
de
y fl'lr P'l't'«'
k'ngO una
cstn «podo de IT•oquiUdod porq•,. tndo .olWr•bo· El mkdo, el d.,;>m>
n.Jnrintyto •l,góa modo , l"'."pKolf mis proo'undo de que Wl."l'biil•,3r mi túsloó.t tl"'t causaba y me- caUA
ao:iones d(o mi C'IJLabotaci&Sft con un dulol' luqut' N b"..a l'\'alnUOdo rn-ntcalqucetól mi rnun&.>.
b ()(\JA yci h«hodt Nbtt&klo df'b(.a decirlo Olllte persona.) lk"5Ct"'n0Cld.b..
riot otga:ft'stno.. En mr.dlo de ('5(' (JM de r.abta q_ue si rlaqucalxl,. no
"'Me totmbién <Omrlbu..it al esclan.'-- habó.l ft•turo para mi. S.mtr (\!.K" todo lo si es que- hJy ••so
cirnil'!ntn dt•la \'Cfdlld y • &a te.ahi'»d(m ¡>l'(lpi('l en cst.l hijos, \HlJ vt>z mñs :!oC prtd..
l.t en ul\ <.nnlltllfu de nwndli.ación. pit.ltf\l a un esp;,eto ln('iC>rto. fiero no podia impo--
D.sd<! vari<lf "J\0' ht C!Xpcl'imtntoulu el costo d<'l n'lt'Tl<:tK'IttrQ conmlgu miscn\l. No tL-nla
un pt"'CC!5o de encu<!lltf\t c<tm <:l y he Todo Jo ocurridu en él hcmpo fue la 1u<:h3 quf', a un f'l\.--60
vtvido mi (."Qmprom.lso oon
di pur sobr<'vi\rir. Y m1d.1 IICfltidv '' ni) cntm'oo ., e-.. f'IUC'\'01
b fe cristi.;tN, y pot .o, dentro de mili
e-tapa.
poqbitidada I'C!f Acl tttn los dicta·
do¡ de mi élOIYil'ftC'W•. n;r ese con >t'1ll•mi.mto fn.-nte al Set"'\or: St m1
dd TetllMOnlo ''* La I'IUlnbrc t"5 Luz, Luz. L'\ ck'tawra. b ta fundonana de U

........ ..,.........
-verdad y publicado en OI"'A y de la CNI.-
Segui tratando d(' a.1mr'tf' ron rN p3rt'jJ. h.ip..
morrentus d iiicii(oo¡., acudí a lO$ mk'lt!.. Scntlo1 Uf\Ji nec'eSkbd
H\0,>

A fines de K"Pht:mbre de 1990, mi cs:posu dc:bió lnterN1"5C C!'l una de eJrit\o. Nada k"S d•j(' a ml• padr<"S ni a M rlirM>s. No qucrf3
d.ínka pu1 M>ITIC'tet"M' .a una ddicada qulrúrg¡coa. Ptmna:- pn.'Cx:u¡xJrlos antes de tiempo. Mct :.poy;.1ron mis amigos, mis
ned con 19 dW y noche. Iba a c.1sa sólo<.\. dt.'j:lr dlnC!to p<trillos gastos. l.uis, CcmrUu, Flolix, M;¡rtcl<', Cecilia, Mcry y Ver<inica con su
a c:star un f'I) IO con niños y a ('001'\i iMr lú:» vht:itas de ellos a .su (!mor me sostu\•icrnn.
papo\. La len si<ln era mi tai\1U comenzó a n.'St't\tirse, vnlvió el
Tt.<uk)gia en la U1llvcrsJd.1d úatólk:a y m otros insnmnio. Aproveche (.')d.> li!O•'·'-' para cstu di;)t, orar y n:flc.-xloMr. Lo
('('f'llrot de funt'\6d6n; me- erw:ontrakt en ¡x.orindn dt pnJebíls tc.-rmi· p.-dí .a mi en 1¡ t..'nl\'tnld<'d, al padre Luis, que me
nlndo cl ,;q;und<> ....,..treo. nht'r.UJ el MCTamt.'flto 11 Unciún dC' los FnfP.rmos. El p3dl'(' acca:Uó
En UN dt ""isita.s a ca$1, uno dt to. rul'tos me dip que y reobi d s.ll"r.unento acllfl'\pi)Mda ck> una de mit <'C'mpl•
lu..,l\ tdb • C.UI dos $il"'\ores que prcgunü.ron por mf y •1 s.atx-r ft 1\(._,..s de CUJ'SO, M"ld reoonfon.ada, li.s&a pan 0'\llM t'W nuevo

342
umbral que sabia :seria iNdo de u:n mmino y dUlól. pero que habla ocurrido. Le que al <N siguiente irta al "-1 do la C...·
1 de ese otro GltnlnD M la DtNA.cNJ. C!oUbl prtl\adO de ¡;ioM. Me- scnti mis 1r11nqulb.
unl nueva luz.. sobre todo uN gran Mi doclaraciÓI' dvró varios dfas, durante 1ot Nlh» tentf Ollar
[)k-ron de alla a mi m..uido. Ucsamos • casa. Traté de humano, oomprensi61\, pn.'U'Upación por mi y lu:t núuli. No tne atrevo
la alt:gria de los- niflos por el rc&ft11() dc-1 p.:1pá, y pude eonrtrr, pero a lntc,,tlr describir 1ot5 CI'IXW"Ioncs que mucha$ véCCt lntcrTUmpicron
me lnvad(n la c.'crteza de no seria más mi <:3$3... y *-·ntí una ml relato. Supe que los que co•úorm3ban e l pcrson31 de lo
pru(unda trisl<'?-3. Comisión "'Verdad y de mucha:J iui'TNlS y dc.'Sdc d¡..
Mt (ui a la mesa don(!.c oeocstumbraba (rente a la versos lugarM, dur.1n'e h:.bf•m estado prMI!riWI en las luchas
wnLlnu.. Mil'ilnda la del «"1'!'0 y a 13 Virgm Q.)ft NI bra1!05 por los IJt>nxhos de 1\.'r.loU'ft.l::S y que M ('S;) ardua bbor habi.an
•-000. ..suplu¡uéque a nus hips y a su podro con dulzura. d<sutol!ado, t11 ,..,.., dcár hoblon g.¡nado. una <emibilídad
Qut pudieran pt'!f'I'Nncttr lú rÑi at m.J'&('ft pos¡"bbcdc cuanto tu\•kr.t espedal que swnodo ,¡..,....,nucnto dd dOlor do los ai'oOS de
q1.aC hacf1' O tn(' OCUJ"ricra, 13 dlctJdur11, 'es ha('Sa :IIJ"'ft"('t'r ante mí mmo ínttgras. Sin
Tocotron la puerta. No a nadie. Algo dcntN me dijo, t..'tnbargo, <t pcSó.\r de lodA t:'A comprea!'tión. hay co.s que no pude
¡son ello>. los de la Comisiún Jl...:ctig! lmJlf!"df que los túOO• abrltran y eludir, y tuve que tu mar dt,.-ci:Jonc·s. Había un punto de sobu
(ul pcrli(lnahn('nlc. Al vcrlus. mi (Or,lZ6n latió apriY. Frt1He a mí $0 y es que desdo BfuPr.l1 rs dificil aun para la mc:jor de.! f"'rSOJ\as
hablA dos personas, y uno iJ(' dio> dijo: comprender t.'Úmu pude rclaaoo<'5 de $fe.:lo dentro de la
¿La señora l.tJ7. OINA.
¡Qué diHcil describir momcl\to! Fue rumo mi coraz6n .se Mucho de Sil:!' dijo de Alejandra, de Monb Alicia y de mí
dMuvk>r.t. pnr.a luego latk.-ndo hasta doler. DcntN de mi ._,. vcrdad. no ludu. "'-•• ol "" la primer.> dol.l> 1m que dio el pas>
oa5'touvn ladas las emodontJ. UM ,.,an ob. )leN de y luw que re:spoondcr muc:hls pn:gu:nras. Cn-o que ts lmpc:wbnle en-
e'Slrel!ándusc m clda ctntúnr..-ttu del alma y l.l pd.. que fue lo nM (K"Urriñ. Me di cucnw que:
pocli.a eplastarme- p3r.1 siempre o lk-v!m..:O haO• un nuevb puerto. d qucria.n cntcndL-rlo Estoy wnsticntc de que CSt3b3
de la Ut;lt'rt.,d. mif'do, !()brc todo de volY("r a arr.,b'on a Jos COS.1S "'nom\.llm('nlfl" <tOn de dos pcrsc:tNIL 1\..,..u sabía que en
m ros por un nuevo \'fa cn.1d:1. días no po<.Ha r.$p1r.1r 3 lener trato pc'r't'nnJ "'normal"'. No
l.O!i nii'los ci.n:tllLOOn por Cl ('On\OOOr, [nquictm-. que lo eora. p.na nadif'. Qulz;¡ h tampoco pnra mí m¡:,n\a ...
al&() C'$l:lb.1 <.X:urricnd o, SUilf'IUC ""$¡¡blande ttJt<•b.a. Trotó de ¿Cómo irnunpit ('11 sus hoy?
confianu. qt•e hkiéTamos un alto. LO! U4mé y los ¿Cómo en ws familias?
pnlt!fl'llc\. l.cs dije que eran amigos. por f.•vur nos n·u.:has 't'c<t5 que no l(>nb d!'mct'lo- Sin embargo.. c.-n
d<j.uan >Oios. Cldubn! de l'l'JO • b c:unria.iún do """ Ji ele h.obbr, debo
"ti p.lrt'ja; se rcuni6ron nosotros. Esa pñmera fue d«úioiOdo.
('Ot'nO galúp;1r por todos (.'$lj otftos. LM a.'bog;)dO$ m: pkUemn que Con"-cr..andu am Frt'SOO,. G¡¡S*ón (;ómt'1 y Jo•rr.P Correa
..-u d•cn a prí"Sl:)t n\l dtclarnc:J(\n a11oa1 de la Comisión, 111 dt la caUc mllchas C().!IOlli. Una de las que .mís tt\C hnpactó fut' que no
Arturo fr.lt. At.•ct:di. .:;ólo MMC.l AUcla, Alejandra y yD las que ICObrcvlvimos a una
Al dcwcdirmc de tocJrwfil INnbland()? SPntf Cl hnpulso de (')r¡pe•·ienda así.
(.'Un un abm7.o. 5<-nU C.llldcz y a<'ot,id<l. No cr.m Sf'N<!rcs Cu;,mdv la ..Verdad y R«ondUM'!fm"' me pn.-gun-
•*not me numbu.n con ti"Ca. laron si habia "<ln'IOn.'\li" UINA-CNl, ''o pude evitar recordar
MJ.s allá de mfsquer•dOlf.'\.'T'rU$, la brum3 oscura o.:d_{¡¡¡ y adiviné que-* t-Stu\do dCWnidJ C"n YUC'at.in,. cuando Kroa•no(f M:artchmko se
un duo ft. L.ejlno .1ún. Ap:na1 retirJron los volvf a entcrt'• de que yu twb!a p:rtct,ccido .ti GAP, quiso a q-ue
senl•r muct.o miOOo y abr.117..td.l .. nu esposo le pedf que l'ftC arom- UfU lassupues&nuqp,al dd
.,.,.,.,., donde j(Ké l..u•;. r-..U"WYbl Nt-br con él. C\allnto AliL"Oik y M C\"ft'.lf'IOS rolaOOradO'"- grué, pcrdl d
 EJ Jnfietr:o

cooodmicnto tro.1t.mdo de explicar que jarrds vi ·n3da scmc·jantc. No Con L."CJ\\'et"$&do por e.'l una de lili pc:non.l!S
lo atcpt¡:¡ron y me prL"Sionan;m Por ("SS a Carlos q"e conoce mi no:; hemos muchas prcgunt.-s.
a Castón Córner. }' ;l Jorge Cofl'C'a 1L'S n:spondi: Tamhi!>n hemos hablado del perdón. ()('1 pedir p<.'fdón, del perdoMr.
en Ja DINA hubo amor<!$, :pero Cso .sucede- t<i.mbi{•n c.-notros Carlos Fn.'S;'o es una de las perrona.<> que S31Sc que par.1 Ucgtlr 11 pedir
lugares"'. lnnw.dialamentc m_ c dj cucntn que la intención de los abo- l U\ perd<ln real h;.ty que \'ivir un pr\lc:csu que por accptlr lo
gados diferente. Y pude \'erbalizar también OOS..1S. Y les dije tx:urrido, luegu, nsvmir las n.-spuns;.tbilidadcs individual y
que mt.• que en la DINA por l\l oo,nipotcnda,.las c.-xac:crbadas ('()1ccti\'o.Un<'l\l('. Cario!> Prcsoo sabe que quien r<."Cibe la soli·
expn.'Siom.os de machismo y poc Ull'lá p('CtLli.ar moral pautada y l';U- .;itud de 1\() puede o lorgarlo de Íl\n'loCdiatu si no vivido
por lA Doctrin<l de X-1,-uri.dad NacionJI, en un;l la'I:Stituciún dc.·ntro de su propio proceso pcrsotlttl que lo pn.'d.i:;poogam
jcr<irquka, se gt.":neraron ll\oi.S. qt•c- (·xc.-csos, una cn.-cicnte y pmgres:iva e lln. Con Ctlrlos Fresno que p.ua pcrdonar: :hay que saber
conjundón de- hochos (JliC claramente iba destina(la a despcrsonifkar pon<'rse e-n lus za¡mlos del otro, dC5prendeJ'S(.' de las estructttr.\8 de
y qucbrur a Jos militantes. Que aunq ue de manero d istinta, lo mh>mo pensamic:'JltO propias. a vcCl,"S, fr<'llle a la duda.. Stlber
ocurria con el JlCTSOl\:ll fem.c•lino de la DfNA. J!n cuanto conw.ncé a a que en d tic;>mpo ('1 otro C(ln gc.-stos. no
h;tblar me dl cucntu que laS mutivac:inn('tl dt- los abogados de:- 1:.. Co- que:- de o,.•erdad h;1y un Mrepcnti,mÍCI\tO e intentos de- C.1r-
mi..sión "Verdad y Rcoonciliadón" .. ...r <.'Soscntn.'tcloncs eran los fn.-sno C'S un abogm.lo comprometido COl\ la de los den....
diferentes d<' las que tuvo en el pasado la OINA. G.1StÓJ\ y d\OS de las (;arios f'CCSI\0 <'S mi amigo.
Ja Contisión "J<cttig" quería a vcrigu\'lr c;.vsas de lo ocurñdo y
no para agitar o pcrso'nas. Buscaban elementos par.)
poder So\lbcr es lo que hace que pafS(In.as lr.atcn 01sf;) otr<\S pcrso- luc."gg de declarar ante la Combión "Verdad y tuve
n;ts, SOb(C todo pam que nu 'VUCJ\-·a a ocurrir... qu-e tom;tn .ma nue\-'J decisión. Carlos me p(C',gunto
dispuesta;.\ firma r el rtsun\<'1\ de mi tt.'ShO\Onlo que h.i2o 1<.1.Comaswn
Rettig, p;.1ra cnvimlo ,\ los lribumdcs. l.e que s(. PensC tos
C:ARLOS fi(ES.\10 .'\OOr,.ados, Jos t ribunales, p(('()rupario.m de Jo al
con1ras1ar mi dL'Cft'u\lóón con otros testimonios. Sabia que no podía
Los abogados Carlos Frcsno, Gt\siórt y Jorge de la esperar credibilid.Hi. $in emb.argo, quicoos mt' ro-deaban. Cufos
"V('rd;;td y (uernn bl$ll'('$ ptifn.cras Fre500, Góll"'CZ y Jorge ({lrrca Sutil, pe:;;e a su ju ..·cotud, esta·
dcJ ámbito de lns Hum(lnos oou kts tuve cnntac- han profundamel)k' scnsibiliz<ldos eon lo que fue l;,t vida las
ln. Es inf\('g.-tbl<." que acob'idn fue import.anlc en yo pmliCr.l titn;.lS de la DlNA. F.llfls fw..•TOtl los primeros, con excc¡x:ton dc m1s
COJ)<:f'Ctar <.uanto me proponía. F.n ('1 tiempo conud a otras personas y amigos dominkos. que:- me ron$idcraron como una viclima. .
fui encontrando apoyo d<" unos<· inc:ompl'l'n!oión de otrnc:;, pt"l'(l eso es Declarar (lumnte varios días, tratar de m:mtem.--r un ambtente
parle d<' Jos procesos pcr.sunalcs y no tanr,o dudas que en el tiernpo, de uotmalidad en m.i cxmrnodonQ mi vido.t, no qu'?J'ia pCrjudi<ar
Jos que tiendan a i1)$cribii'$C ('ll 1.-. búsquc.x.la ele la verdad a tos mfos v decidi s.tlir (t('l pais. Eso sig,nHic:6 dos vertiE'ntes de in·
y de la jushcia. Porqt1e sólo <l.SÍ. n.wnstruycndo la hi:Horia flllre to- quietud, pÓr un lado el tlcs..lfto de a un c:ntOr'l\0 cultural
dos, se puede pensar en tu\;) rt';.tl rc-rondliaciún. dh.tinto e illSertarmc, trabat-n y sobre todo haciL-ndo-
Sin duda, <.'S Carlos <tbOg<ldO 1nob c.'tr<:o.\no. me cargo tlc:-1 hijo menor y;;. que mi purej¡t se babia roto. Er.1 dcfiniti-
Apoyo fundamcmtal en ('1 periodo de la Comisión ..-Rcttig"', es mi vó, csl\l vez Juan :\>l;,tnm•l no me ;,tcompañm'Ítl, el riesr,o era allo Y los
abo¡;Jdo q\IC Vóh:i desde Eurupa y no se ha,liO\ilado a acom• hijos muchos, no pudí;ul'O$ ir tOOos ,, 1...1 ;,tventura. No hubo un .rom·
pañ.'\rmc,.también por su mediación rouchos u-.c- ho.m perdonado, olT(Is pimiCflto, pero t5cit.l•nente era obvio que OL.-é<l.t\0 por de
luego de eso han co.nemado a pcr.sona y se han produ- manera cr<l im.,osibtc que flllCStr.a rclac16n contmu.Jta.
<ido encuentros hcrmu.sos. Agn.udaba COl\ impadcnda y temor los trámites que $1.! c$U&00n

347
 Luz AJ'a Elln¡'Wn"

realizando p.lr:l qué yo pudiese partir. Al momento d_c sacar pasa.. Cuando Erika lle-gó, nos f'OCOl\(l('imos.. La t.'1'1Contré m{LS delgada
de por una 1-iscalfa Militar. Un .que en mi recuerdo,. pt.'J'O i.gu.al. Con su cabello negro ñzado y unoo
itbogado hizo e l para que levi\ntaran la ordefl. Todos esos dtas <>jos J:,l'"..lodes de mirar profundo y fmm:o.
tcml que ese paso alcrtar<t >llos DINA; si n embargo no ocurrió ast ul\ r.nlo. Quedé muy impresi-onadn. Me impoctó
su n\anera de trat:.umc. Sn ftanqueza p;ira h.a(ef' las prc-
,gunt.<'l.i- Nuna voy a olvidar su rostro cuando djju:
ENCUENTRO COt\1 ERIJ<A V VIVlANA -Sabes, uno dur.mtc años va acumulando y perdiendo cspt.'-
t;)I\Zo\S, también uno tiene sus fantasías y una út cJias es qtl(' tlí puedas
En diciembre de 1990 rnL' lk'gñ una notifkación declarar ante 1.$ dt.x:l111lC óonclc está 1ni ll'\.1tido... -Erika no-estaba ahí atacándome o
Ministro S<'I\Ora Gloria Oliv:lres, en el proc:eso de AJfonso Chanfr(:au. 1\ada. Era una mujt..'f' buscando a sn al padre de
R«ibí en casa dt.ldón para ooncurrir a la C'.orle d<- Apelaciones y hija.
que d«lar<tr signifi(arfa qué pronto lr-.lSLX'ñ<k:ria el (JU(' ha.bía Cuando terminó la t'IHr<'ViSt;,t ron F.rika y antt.'S de ir ot CáSJ,
preslado tni testimonio lá Combión ''Verdad y Rec:'oocili<'l,ción". pasé por una iglesia. por ll'Se dfa. lma.gitW el
Había tcrmina<lo de conversar <'01\ tos abogados de la Comisión pero <'Sftlerzo que debió hac:er Brika p.1ra hablar conmigo, porque supongo
aún no habra firmado. conk.-sar que de nuevo el i!l'ptdso que tuvo que \'(•nCt'r rnuch.ls cosas C'll nuestros- En esa
de" hui¡, de Afloraba esa mt.'Cánica que me aprisionó por primera cila me preguntó si aceptaría t.'{Uh'CJ'Si\t con E'll<i! y oon una
ai'\Os. Traté de dejar <1 un lado los «.'mOres y me di cuenta que lt'K' mrtig;.l suy;,¡. Le pregm\ té si e$'\ J'X'l'S(Ina era de su oonfianu. Respondió
scntia mucho tnás ceTCana 6 Ja gt'tltc de a La ConC<'rtadón, que sf y accpiC. tuc así romo conocí ,l Vivl;\n;\.
8 los :l las <lh'nlpado:ncs d(.• .. qué- a Al conocer a Vivial\a supe que era muy afortunada; estuve
OO•'ocl en la DI NA o t•n la CNI. Deddlquc cstaria h;ista donde pudierJ muchas hor.1s con las <.los hastil el momento de abandcmar ChiJc. fuC
pennitirnm, con ellos, <lSumiL'ndo que SC'I"Í.'\ sit.'mpre Luz Art.'C,; h<'rmoso conocer 8 estas dcts mujt.-rcs que han hecho :mucho por mi'
la tr-'idorn.. la dc>l..ltora. No se me ocurrió pensar qu<- en ese ámbilo desde que nos encontramos.. Gradas;¡ Erika pude recuperar de
podría enrontr.u rompren.c;jón y aft:ctos. Me <'S difidl acepi.Ar quc.- lJ.s conv('rsadonE'!S que. a de la guardja, sosh•vimos estando
puedo ser I'C(Onucida dP 04ra m:.m.cr<J que no SCI.'l como: la ""e.x:. dc.-tenidas 38. Su aceplación r'ue como uu perdón
dP Lt OINA... gratuitamcntL'. Mud\OS mcstS di.'Spués, e51ando lejns y \'ivicndó <!n
Turné una decisión má$-1 1(' pedí a Carlos que me pusiera e1\ F. u ropa, aferrada a esos rccucrdos,lk•M dé- JlOSt.'llgi;), me di de
cnnta(1o con Erika Hennlngs. Carlos <lijo.que (u hari.a si ella aa:ptaba. qul! no Jcs ¡x"dJ perdón expresamenle y lo larru::nté. Ct•rca de ellas
Me pareció bi<'n, trunpoc:q se Cr<ltaba de imponerle mi Traté comencfÍ' a sentir que t.'T'a posiblL' el t.'nCU1.'1)tr'O, 31 con alguna.'>
cxplk;,)r)e a Carlos Jo que y Jc n)gué que le dijera a Erika personas.
que, aUn y lu úni('O ql....- dJa fuera arañarmc o in- Sienlo por Erika y Viviana tu\ grM\ CJriXo. No sólo gratitud. es
::;uftarole, ih-ual queña \'Crla y que irfa a la Corte. afi:-cto, adm.iroclón y El lic::mp<) junt:.1:; signlfkó algo asr como
Mient.r.as agu;udaba la re.spt•t.--&a, las hc)r-Js 1rte parederon un pasaje de ida para n•Ocx.ionar, m3dur.ar y Jos
tt..-nninabtcs. H<1bía eslado con Erika P..n l..ondr<.os 38. R('('Ord.'\ba a Al- sig,•ic•Hes pasos. Todo fu positivo y nue-vo en mj vidil, p.1rtió de
fonso y t'SL' \-"iaje que Jtidmos en unu camionet.\ dt.• alguna gestiOn n alk'Rti> de cllrL'S.
la L>INA desdé- Vitla (;rima1d1 hasta ll.nndi'('S 38, en el me!i Ctl(mdo tomé la deci!>ión de salir dcl p;;¡ís. fu(•run l.t; ttue
d.e agosto de 1!.174. me ayudanm a hat.'Crl o. ConsiguiNon el dinem para ltl•S pasuf.-s, y me
l::rika Nos junlarnos en un café, IM dO$ sola..oo.. Al llegar, facilitaron el contacto con quic:nt.-s rn(' J'C(ibieron afuera.
miré con ansit.'dad a C'ada rl\u;cr que tratando de rcsc.1tar de Vh,iana también dc;ó seres queridos en el c;,unino; a su hermana
la memoria la imagen de Erika. Sólo la había visto por debap de la BArbara, a Edwin, su .., ''N;;lrli", su compañero de ilyt:r y
venda junto al venlan$1 dcl cuartel VUCAtán en de 1974. padre de su hip mayor. Oigo dejó, porque cn.'O qué no Jos hA JX'I'dl-

349
 1M quit•mn. Conod y 31 su hijt Natalia; a Viviana y w
prcscntt-, rol\ O.. vid, a ws htjaJ B.irbara y Vaulina, su trabaj:li.
El9 de mero de 1'191 fui a La <-:a.rtede ApellCiones y mt prt"St'n· 5
té> .mw la Mlnl,.uo $C'f\Orra Clona Oh"-..m:s a dccb.rar m d 'casG
Chlnfrtrou•. Er.lla pnrn&.•ra v-u que cnnrunia a un rribtnut FJUba
preocupada. Mt lttWnpa/aó F.ri\.1 Hrnnirtg;S.. tambiln fue VivQna.. qulm
,. quodó «t<> clcllugor ul>o<rv.ondo.
Oretbre Y.lri.iw horas ante 101 señora quit-n en me)>
mL"f\to roo paf\"'C'fó llr'\1 pcr.roN en buscar la. vt.Tdad. DLW
n.'O>not.'\.'r que \')0 fui: una para mi. QuEdé para el dt.l EN
siguiente. Htaba ('fila lk-gú el abog;ldo de la UlNA
y CNI1 Vf<'tt)r A Cu;)udo me viu me saludó y me Vh·ir en Europa fur. un;¡ t,'nlll cxpetlt"ndl. la(: 1ól.pso me pennitió
•• f!hJ, Le dije que h.abía recibido una cilaM(In ¡)ara darme cuenta de lo I'W't'Cl:>ito a mi f,1nuh3, a mi csposo,.t mis hijos
t.h:clamr. que no wbW •-n quá ('a-;o. Fl me dijo que me lucra. y además S("nti que pn.":it.lr testlrnnnlo 1•• Comisión "Hcttig"' no
que él y (u(' t'l vc•r 4:11 IQ t.1bl;• <.h.•l;.1 sala. !:o-upc que cr.:1 sufic:IC'Ilte.
<.'SO hub!u ,.hJo unJ rrwniubr.1 suya para que yo rne reUr.ua. pues Me :sentí ulud\i&l> veces como 1,.'n l'''B l81& donde no d
en la lista d« di.ui.1s de 1;) SJl.l no figuran (.'Sic tipo de 1<'1 y el cJima cr.111 Olr()lll. 'l'C1\hl tr.lb,•jo y el apoyo de ''ado\S
dLacioncs. lnslstf en t)l•C ioOlo que L'Stu\'C detenida, y quf" no pcrsoru1!i q1.•e nos asumk't'On ovn dt'dtC.tM<\n. l'cro yo Cf'".l misma,
rt.'COrdaba nuda. l:illl)(")f;¡do <le 13 5.11;) y .al rJto volvió con ron todo mi h.1bia tr.l)>l.ul¡)do d(' un Mntincntl•"' otro,
nLTO ('01\()(ai)O l..uuJ.m:,, M...mud Contrcras, el sctiur wJtS<'tvando todos mis t.unO•«os y uc\•Olno •ne $(".paraba de
Rodriguc:L Walh"- Comc:nté a pnnC"I'Ill(" n('n'iOS) y a 1.t ofldn.a mi propi<' \·id.a.
dr t. 1...c d.,: o.ípktunL-ntc al ufidal de ..ala 1c:t que Mi hip mayor pronto aprendió .-. hab1Jr en •lernm. consiguió
ocuniL 1'or tdé{QM le a\'lié a f..rika Hc-nnings: de- b dd traba;> y se casó. \-ii hip rncnur y yo nos fuimos l:íÍntil·ndo dia
abopdn A\o"ik't., rnls unidos. Al com:cn70 fue- C'(WI'IO ti • a. Afe..
MMCi 4,.'U.tfki..J mt se frizn pUbtico, la rradus d uno al (lotm un Wb&ón <¡Uf' 1'10). Ucvari.l algún .a
ulM<6•1 obogo<lo. qul<n aquroque nn sabW qui<n or• )'(' Scgu•o q"" tierra firmr:.
él no qiH' los IC'S-Ii#)S mSs t<'dcntc de que nos wnoc:iounns EJ ailo 1991 lo ck.ofiNría ((W'nO f'Cle:nC\M.TitfO, porque a b d.&
er:u,; Min¡mvdc &;. de ApeLaciones y el ofici.!J dt&'113. tanda... Q.l\tú ., Juan ._bnucl Q.ltTIQ o m(.. nos ocumó s.imiLlr.
1:1 15 f'n('I'O M 1991, ,llrt"dOOor del ron mi hijo P1.Jdimos revalnriz02rno'> ro.no y que queríamos
Ju.-n M,tnu<"' me (.)lrilP \.'1\ un t.lxi al centro. Habia tluedado dt juntar-- vivtcndo juntos. NO> c.lii»>8 ('I.M-ntol que l.!l'l los t ..cce años de
me con y Vivi.llna y con Juan con avidez 1.-.s c.11k'1i vi da en comúu 1mnca IU\timttli 1,1 upc:IÓ4l de un cspociu oljcno lJ:S
dn 13 ('iu\bd qucrkndu llcv,,rl.l:f cunmigo. Otra vez ese scnliml('nlo que ml hisloria. Lm; mkdos,
de la pilrtlda. vez •"'a lilrd(>, no I1W' S<'nlf,l cool.\ tnis:rna cncrg:í.1 de las pcsadil1(1!;, h¡¡bí:\n I('Tnlin.ad:o ¡xJr
los <'í\os ¿l'odría cmp<!znr de nuevo? d.islancia hi¿a brotnr <'HSa qu..: hnbf;;¡nlOS scombrado el
Erika y VlvlanA ll\oC cntrc,;a•'On tos p.lS;.'Ij\'S. U (.ogó Carlos Jlrcsno 'if'IO en Cll C'l tm y dt:SpC·rtó urs<mc:la dd Juan
a ttu aut(l y elimino al <l(.'ropu<.'1'to, fui /irmando lugró a donde yo ('()f\ hiju y dcddlt'tlOs casamos.
hoj3 del p.'ltol que pudiera ser e1:wiado ;1los tribu1\Alet. Oespu<:os de tantos ;>1\0S juntni por onjr fonnai.O"K.•nk' n•JE"$-
Cn un Jumbn df+ Chile. [)(' nuevo mi vid-a tras \•idas. l'M'o jum1 Maf\uel que v()h·cr. Esas dos semanas
y ls de dos m•S h•)U> t.abta (."Jl unas maletas. En la moc:hila, oomo juntus, con las hor.ts ('Ol'rirndo m..b .1p-rl,. qu<- lo usuaJ, supimos que
capitalllcvábamc'lt •ISO d.c.' dólan."S. h.a.bia. que tom.lJ' ntás l!»mt)f a int('ntar ser una

351
 Juntos. Pero yo .abfa. que no con qu• mi b>poso,los t\ljos y lat quiet\e!l puedan Pn loo; de un pnril) romo yo, t«<os
ami.:lta<fes wuplet3n quién soy yo; sabJ¡;¡ que vlvJr junto a mi familia en ellC>& esl.'lrr¡;¡n
Chile- tenia un pn..'Cio. Y 4-W '-'t'.l dcdr pUblic:)mc.'1'1te ml [n d pn.x.'\'.»0 de madur.adún de la condcnda., aterrada por la.1
Luz, Lu:t An:e. imrfic:i, fui comprtnd1Ctldo qut Dios no q"''1't la
Volvf a -...ontir putdo putir C'3<Ü -.u qut- se.2 ne('C'$Jrio, que injuSlid.\., oo qUt('tC t.a no quiere la • rungo·
dt.-bo hact-ra... porqu(' mi sólo put"(k' .tcarmar pn>bltmas a N &inn un ordm nuaV('l. Oe5dP 'J'lf"'"f'P«'tiva <'f qltt
los que quiero. Me cdorl.db4 por c:unvencennc dt que no prCéisaba que c1 y btá L'SC'Udl.m<lu r. c.a.Ju "'no de tU:i
m,,clw. No ('ra a.s\, si bien <.'111 ('i(·tto hay Urt.l cunt-' de soi.C!dad que amo hljo>.
y ncc:esito pAI'I rclk"Xion.1r o ltfmplC'Itle."J'lte -<Omo ahor;)- pQr'l tomar Rode«Ut>rf •1110 q'"' ya ..,b(.) "" l<'Orlo y q..., ts tan dlfk.ll de
<fiqanci,;a y m= conmtgu. También las ri$1$ de mis c..-no:arn.v; es indl11C\!tiblc, cl Scñot no acepta proy«ans de. tn.aerlt. de
Njc>s. I<>S ruldoo ,.,.. ..., <k u ca... sus llantc>s. sus qu<-¡ot y !<da- de l()rlUI".) de h.ljo ninguna cirC\ll\Sb.nei4..
mos. NecesitO a mi •u .ao'IOr, su romprenslón, su apoyo. Re-- (.o! Jos <·jl."Cut.•dus, r..>do turtun1du, )U!i> famiUarul. t()dn
rordé much.'\$ <uándo m\Os ,lf.os, en unú oca-Sión en que f.'I\Urginodo. no IIC'In sino una prnf,X'{a viva qut't prfldam3da. lA
estuve ml•Y y dijo: "'Lo que cx'\lm f'!l que pr'C'tka histt'lnc.t y <o•wo<a. ¿Cómo 5ustr,\<'rs.:' ;al g<'lloc..lc.lio?
no tienes un pt'Oyi.'Ctopc'Opw... Fr.l asi mi ¿Cón.o f.hOn:<t.'f un urden q\M:' k.,;iCmil ta oc:L&\1tud de tankl$tt.:res?
carec(a de nfresyde 5tntldo. P.or<"!ii, cu.anJ.o acn"bir ¿Cómn ser dtt oro1taml('nln y {'n('U\Wln'ltf'ftlO <lt b
este libro, .ti \r trJbájando C.l:p{tulo .-.capítulo. el tcrr<"oo fue proptoo
f'IArn tomar 1.1 d<.'Cisión de v<'l1vcr a Chífc y acudir ¡;¡ los tríbunal<>ti.
Mi se rnal\'hó de l::uro¡xt supiiC,ltKJo al Sc·i lor que ene OF.t. 0010 Y l'l KI'J:NCUG.'lll(O
llyud.:lr<l a tntl.tr de di.srernir el s.lgni ficadt) d1: cadB hora. Qf momento
oportuno plr.l dar cada 1"'0· Era invierno t,·n Au!ilria. cu.ndo & b!. cuatro di: la tarde U luz
prtnde ta fuf.;J anun..:li\ndo I,)'W)t y prt't'Y'Qiuros I\OChes, ll1 \·otvcr a
c;,,)Jia, me quc.:odé \In momento rrur.:mdo lns vidrlot de pasillos que,
I'OR SOUKE moo. CRIS'IIANA al <''-lar sin calt.\(AC'C'Ión, se ('n(ontt<'\>-.1n .;-ubi(•rlo.s de un <"O<'.'tjc hielo
o dd Ol.J.l21C podí.1. <.'t humo de loalf chimeneas rtcorwndo
Aunque no lg vcrbGiire a tnstante. ohid!> pn:ndfr b un cielo azul. l:::n IN'dio de Moa t1"'f inv.ad'6 b 'llOSiaigl.l que-.
en mt rupa. IUOCJUE' no lC
(ru.'l: IOdo *"lO que t01t)!.b, mt' trail n.""t.UOS de lJ p.una. El p.."ffil de La cordiliL-ra. ttuAD
de O.Vl!i.l.ksdc Ja (!'f.t.tdí..• en F.urop.a. ("f'('' haber comprandido de nubes cn\'olvtmdo las de quimM •mo, d e sus m5-lros..
1111 poro nl.b In ttuc es un cristmno. en mt ra &.."'gUÍ de sus t;cstos.
c$l1ibicndo y revisando el pa!ILIIdO. Parirse .t .S mismo puede ;¡,c_r muy Pensé en mi back.-nJu 1iU5 tareas un pocc) mi.."i allá. mirf las
do&uroso, P,.'f'U ¿puruc h.alx-r 1.11j,on mots bc.tJo que la vid;J_.? m.Met.lS en U.s vcntJRJS..<'53S<tl.J(' luJn \1ó'!rtuc-1ito me hae y
Cn.u f'ñ Oios, inhur w •mor. me llevó a fAllir de mantn vital B eui&W <.1Jft llftlOC, roa Jllrdincro que d
que tudo burnano dc.'bt.- frtntc ala tsda.vitud prop.a. Al bl.anoo domanan1e quP. cubria l.a C'tud.ki. !;i(>gufan 00ft('l.end0 J
W'lllir pmfundJmf'nle- la filiaCión divina surt,liC'I"'n nuc\•a.s 1U«'1l p.1ra la> b.1ps del cxtL'fitlr, rumpicndu cl!ID armonía mont,cmma
Intentar una (()1\.llc:'L'Ucncia •l\il_)l()r e i•lidí.lr un."' vida disli1\ta a 1o1hicndas can p in<cl;)..1M verdes y rojas. Me de alcgr(;\ nl r«ard.u ilu <nrita
que la hum.1na, I.J. que lJrinda el nHJnd('> es radialn\4,.'1\te di- c:u1mdo La p1-.mta de Wm.ltCS crcdó y creció hasta a5i inundar
"'""'te do la q.,.. otorga f'l So:llo< Todo dolor fuo t;ermónomdc> dentro
y voh.-f a ,oo,ar. El m.ar.n·incho df> L: n."G''O('Ili306n. t.-n ta
1A roctna, la' y b to5C.'CbJ
f"kon¡t dd ,1ln: puro ck Vil-na. de
un k'lm.ttt.
y •
vcrd3d, Suptt C.JUC aqucllo!í que puod.,..n mi.ro1c: dt'Sdc la óptlc-.> dt' los a:.a, besé a mi nltio, prrpan\ y me dis.puK" 1 leer un Hl'm qu<'
m:•rgittadO)y qua J:)(lr vllrl!d;)$ r.lzOnC$ discrim•nados, lll<'ahal'a de llt:"t;-lr CtHIL·. del Ctm¡untb",

3$2
de: M6ma Condln y Hk'tor CootrerJS. No pude 1.1 de periódicos y n"t;.lntu\'0 a l.t opiniOO pública en UI'IOl suena.• de
lcclura h.a5ta t(•rmlnJr, No dc>nni. no pude. Oesdeque me de tación t\ qU&.' f"ucrun n:OJIIundn la-,; díll#fldu dcl ...
b CNI, he .cnbd4) muct-w: cosas.. pero nunca de manera tan vbrer•l. Cba.nfrcau"".
l..ól prcguna '-ln(U Corrrtubd' ¡:»rl'da por fin h."nn..T La SCi\Or.l Glotío1 es \ln.l mu;.T bucN.mou. fcmcnin., ck'pÑt' y
¿No kJS CKhn7 ¿() M mi t('m()r' qu<." ni siquiera me ólb'cvO a muy íntdig<.,b:. Como .., d"" en tJuon <hilono, "'8"1 focha•. Su
Glpacidad es no ('f'l Y.lno ('S UN de las mujeres que N
Me -=ntl df' a1 il"''f.cmo. Volvió a dok.ttne logrado !ll'f' \Cinlstro de Conc., m un imbito donde> por a-adici6n
todo. Podb oler Ll qt.k-rmda u la sangre. Voh."E'!r • percibu f'!oe los \'Olruncs.
hedor dt.-1 cu.aJ yu fu1 f»rte. lmpotencü propia y lJi de ('llo$, \"Olvf' la señora Glorb Oh .. art"S t._,ud.& vitt1idad a pesar de que
er.cuchar t-1 gritO \o'I$Cttal. CSC que vi(."nC dd torturado, ¿Padre, por fut'f'tt.-s dulurcs provoados Ul\1 $il'l emb3rgo, dunmte las
me h.1!> abandonado? U df'l dolor la hu manidó\d. i\ tctTOK13, largas horas dt se ll\,11\luw '-'",;u lugar sin manifestar ni
llorando. prc:sunt6.: ¿St-1\M, f.>fiO odiar? Sup<• que si. era odlo, vado, ut.;l lJU4."Í;)· y (,'1'<-.'f¡;f.ra. su ('ntere:ta
destieJTO, la J">t-rdil13 de La aJc-wia, de: la <.-spcr.lnza. Aprendí que odiar 1llC -más de una vez- dt" r;trJ poder st'guir pr6tando
es otm forrt\o1 murlr. dt:oclaracinnes a lo <W,1n?{)d0 de 1.- hCJr,L
Cu.mdu el odio rar('(Ía 10mJr form;l y 3SIIfnlr la ooncm:ión de V,lri.'lS n't.X."'t:;, di sulir del 1'41-adn de! los 1'ribunJl('.S,. b vi 01'001\do-
una monstruoo,t que me <."Staboa n·¡¡gando, SE>nti d('ni•'O n a r e-l lugar llena de Hhros q ue dl\.'\:f1 rcfl,<:iVn (\.In el OcrL'Cho lluma-
el udi.tr alc.1uc maflana pu('di' 5<'t mi hermano?", de Agustín nitario. Seguí.;\ csh,di;>,ldo G1»a.
de Hipona, y nw- '<'f\tf '"'¡S pcqw.•(m, trlih ¡Qué lejos me pilrotió Con el tr.lspasu del ;) 1.1 justicia milit:u,. la
entonC<"s L'l del aquella de las Uien.wenturan7..l$! señora Olivares S.llió de 1¡;¡ csceno, pc.;rv todO$ quienes sec"'timos a1gUn
Qv(· k;o... p..-n,¡¡miQfltOI de que no h3y Si("I"("S m.Jlos, sino SCr'\'S ro.' de rompromi.sv li.l delc.'1\SI de IM dcrccho!i de b$ person.ls
una hi.stoño1, qup pt>r ritrto no pero ayuda a t.'ntl..•nth.:r. S..n cst..l:moS en deuda ron clb.
ec'l\lxugo• .lSUtl\ir que odio '-'S alga que existe ('OnVitfió ('ti f.s pf\.")(,_'nd.lr <ÚMI) kll'J afki.tlt"" que- 41
a.-m.--a de '1\M: x pul'dt {'1 odio., como se puede wm.tnnr 1a DINA y compromctidm f'l'\ &'*... viOiaciorr.. .al DLn.'Chu 1 fwna-
un anvK'. nitario, llogan a los d.,.,IOO y lribumlos aarmpailados de
El 10 ck '-''"-·'tU de IW2 k! pcdi a Efke., una amiga austlia<a, que guordoesp;lld.H y o p!Atii<'Or • .., ...,¡¡jn• y poniendo a
mt'.rompañ&ra a un.a ar,t"''l(i3. de 't-i3jcs. compre dos par-• cl disposición de b impunidad el 11)1) y "'buw de IIDdo resquicio o he-
15 de et"-"0. 1Llb(.¡ P'Mdo la dcri:sión.. Vnh'E'fÜ a O.ile ron mi IX"' JTJmion!a kgal que lo prop<>niono 1'1 '"""" juridiro de un Estado do
queño hijn. ('11lpo)C.lb..l y Orl\.l;:l'"ba las COSOlS rocon:Jé UN
ln'l3gt."'l ronu.-btd.t 4.•n el pasado, la de un desván dond(O }'O h.-.l)ra Tambi¿'Tl L.,. poutl.l de ll L)NN'I<'Tado.. Todos t<"nl'mmS dcrocho
¡,ruarcUdo tndo I(J y oh·¡d.'lblc-, pe-tO 31\0ra Lntr..lw en a una defensa, tambit"n cl1QS. Y aul'l!C.)UC d<.• pronto patL"Cicra que im·
la no;nJridad, ('lairc Hmpu.t tuda• .El amor me había P'ra sobre lodo ta injushd..t, lligu Ulloh.ct<.,•1'1dn pc:1r<¡uf' oon<OOero o;.i1ido
do rt i{W: el olvido, la a""J:>la<iim..de una rt'a1idad nogistr..1r <.'fl los tribunales In l]UC! (uC' 13 ('-p<'rie•ld<' J<" ca<b sobrev1•
sólo put..xfc surtir hJ('f,() l1C' I'("Cup<'rM troZOS urrumbadus y <... viento.
L'OJl<.lh.lus.. Lo realizado por la 5<'i'ioro (.:loril\ Olivorcs, el .tiiu 1992,. no
cristalizó en cn.."'IHrar ,, Chnn(rcuu, pero marcó un hHo en
llhlCho::. sentidos.. La scñurtl Mlnl•tro lor,ró que los distintos ofldatcs
I.A Sf:IQ'OR/\ f:l ORI.\ OUVARl::S i mplk'ados en el caso tuvi<'rJn que Durante meses, ella y
vários magí!>trados enviaron qu( los inculpados no rc."S--
tu señora OUv.art'\ "" CCH'I('I('ida por un..'\ inmensa mayoría en En pondit>mn. ()!a-ndo no tu n'IJt "lllt.'mJtlva que asistir, mintieron.
1992 durante •1(.1'!pólr6 p.igin.as. portadas de revistas. litul..lr'-'J Pero su fa&-dad quedó rq;.i$1rtlda. En l.t!o hoJ,1t un proce50, en ti
roruón de k)¡: )Obrcvivk.-ntcs con los que care.-ldo5,. tn sereficrc.. cstu'Ual 101
ta Of'"'ÍÓR ptlbhC'a • de l.lS lnfonNciOnCS de-k\ nes realizan el pñmcr accrcllmlc.-ntv a Jus t('Stigos (\IJC luego deben
hoy, ;dcm\ob de rt.'COntX.'tt el csfucn:o y &os logJO! 6t la concurri:r al tn'bu.nóll a roti(ícou SU$ ckltl.arKinnes.
teflor¡a Ohv•,.,_ d«ir que- \o aqul oo e1 un típico Es 1""" d<roo. al\OS <1< hw <1< - ,...
'"triun/v monl". LDqu. .lailo 199l<><un-ló<nb vicio, hoy puedo v..aJor.u • los (undonlnos que y tmgo kl
m lo S.X.. SoU. ro ,,_ p<"l'(«<cn II>S. Hubo """'" mi> <.,¡¡&,nu mnvia:iún d(' qU(' su contnbudón ttt'j en establet'l.'T a:¡un
romo las movlh7.Kioonrs de dbtintus sccton:s, y que manilesl.lron su dia b \-'ef'd..ad de lo ocurrido.
apoyo a b Jef\ut.a y su rrpudin a los mini.slros in1egr,m&esdc
Jt.Tan S.la La (';orte- pc>r una :;c.·guidllla de: f.illuf
Crw que en C5C periodo In importanle rue
pude awmir qua 5i pn-r ('ltiSlt't\l<."S 1.3 f«hJ no se
avanzar Pfl Pl de J.- vt.'rdad, pude ll<."gUT o tc:n<.-r 14
coov.cOón ..te que 50lución por "'c;C(Ti"lariJ"' si·
tuaá()n. La vt•Tdnd dt'l'l(l' tr.i('•..cf!o bu5C";.ld-3, un rt."(.'tlbU
hay que crear otro$.
l>ur.-ntc l9CJ2, el p('l'HI df'l de los f>(or«-hos Hun\llno:f,
trolC'iJ1l a los medios de comunicadó11 se m.mtuvu altu, lu que
m'l;) 1:n..1yur condt•nd\1 de: lo

1'01.1<.1A llE I!WEST1CACJONES DE CHJLE

Cwndo volví a Otk- no fui n.'Ctbda por urpnismos de

,.no pur d Sc:Tviáo de Pennant"d tn tt
p;,m. mis de ,,.·dnc.: d!H sin que- l.a fitll'<ldón a tos m('dQ
de rnmunic.-ctón, pb,,,r:<aJ.J o k' produjo wa.ndo JI tt a

""' tri>u!Wb
Ten<-r c.vnt.Ktu wn fundonllrios de lmtcstig.acioncs me ha C"JI\r
sadu uN En 1992 mf> di cuenta óe es un SIC'rvk.-io
quf' de muy poc;'()): n.'t:ursos y tratan de suplir cun
can.•nci.u Llunnte 1992 y Jo que va de tm, lnvcs.tl·
gadnnes de Chi1(' ha ft'l\1i1,.'1l10 l.;¡ r:'nayorí.t de diligl.'nt.ioa• l.'tl c:l
ámhiln de le» Sobr1.· tudu (.'Uündo hil habido ro-
Los y .a¡u ;l'('n!rlnel\te }\¡¡¡\ ido <'tlMllizando
su.!i ll d<" ('SI;(' orgnuismv.
Otro :Jgnu al-:nt.:uJur para mí (uc darme C'Ut"nta que hwe$liga·
doru:s '-'S un.1 Íl'\!l<'fiJ f'•l ('l Clr'd\'1\ institucion.;\1 de un Est.u.l\1
de que ellos planificaban sus tareas pnr su
rucnt.t. No c:s ,u;L. 1 diligenda M;tlizada está ordCtl.ld.a por
h'l;t¡nc;w pur illgUn tnbunal En In que a Ocr'-'Chos
 ti,..,_

Crupo 'fudin y que n."C''t'dabe haber dctcnldu 1 un tal ...Emiho"', que

tri' 3lias de También recordó a la scl'\ora
6 Al k'rminar Jo)> cc.r\.'Vj, él ofidal salió dd rC'cinto de la
• la y lrttando óe O('Uit.aMt ton el (;'UeUO dto
la cMqu<ta subido. 1en1<s o.cwo. y un jod.<y q.¡e le tapab>n P"""
de las , _ _ Sin embofSO, ,-,.. registtado pcw •lgunos gnh<oo
como oonM-" t1\ 1a de CtOS dt3s.

EN COKTES Y )U7.(:AD05 CAREO CON R0LF WENDEROTH POZO

nu..,., d •"" 1992 partidpf en,.,..,.,.. y tn:> dili&f"das...., "" M<sU • l.l Cono. E - J"<''",.. on cllugar l.l q • -
tnbuNieol. Todil una nuQtún. l:rik.a Henning:s y su abogado, el señor Caucotu. Rol(
No wy a •hon.f3r causa 1»" tampoco a dl.'\'l"lar rontL-nldb" Wenderolh, h.abla ooncm•rldo el dia antr-
p<.Tturbc!n o ate-nten cnntr.t C"l st.'Crcto del rior fK"•\tc 3 '" S('llora M iniStro, a lt' CoMe con m.Js de !res
S'IITtiui0 1 rK>r() t.( quiero i'l '>iiUítCÍóru:S qut OCurrieron 5()1)rC cuartus de hora de retraso, aocunpañado de un abogado.
todo en n.-nmstltuduncs de $'Cn,as y C'ar('OS en que me tocú parlkt.. An\6 dt en el ltn\1 ac1.3rotr qllf no he •
po.r y que f'5Cuno impot1.lflb..• «Dn d<- ptíbliw cono(lmic.:nto. IWif Wcndc:rolh en lo> tribulwl<:>. Ccnficso tunb>c!n que >i lo ¡u...c¡.
Mi pritnl"f ('JJ'l"'O en lWl,. por el ('..\JO 1\.'bdonado cun el •lg6n dWI Jo&n t5(iat('('f'f lOdO 'o que f'n la 8
y J'(nk•rior dPSJp.trltilln d(" Alfonsn ChanlrNu 3bsl•C'Ito de toda respo.flsabllkbd, S<'i\ int("lOOu.AI o cnmmal, r.ent1rf
Oyarce··. T>cspl.ll!> dt- h;)bcr en varia5 oportunidades a ak'gfia. Sin 1.1Ttbm-go. debo ruconut:t.'T qué al lt cunodt.:.'fldo otros ,,.,.
Sfl)(IA S;>lü de 14 Corte: de a ampHiir mi» derlató'ldoru.-s, luf tin'IOnlos nw quroa cada dt..1 más claro que su en 14l
dtada el 9 di! de 1992. Junto a Erika HcaHllng,'> y a Migut.:l UINA fue ,.ynr que lo que Y" """"'-
Angel Rc.WUcdt>. i"')r.t con
el m.l)Vt de a Al C"Omfn7.Jr a e;cribtr .,qf libro, ......m:a qu• a wr • Rolf
esa fcdw t."l\ M."nicio activo. CCr'Jrdu Ernesto Godoy G.\_rda. Wmdéroth. que de no rn."Cll., un. asualki.W CM." t.-ncuentro J1.."N en
A la di$lomcia nronocl.al mayor Godoy. por su maner-a de (.3· un tnbunal, y temia e5e momt"RlO. Orurrió ell" de juhn de 1992. Por
minar. Tngn:M\ A('()mp.lñado de esrolta.s V<"SlidQ) de chril y Uc una me cnh."'i· d(• que el día anterior, Roi(Wc·ndt"roth Intentó
1 OC'r\ura abof'1'1odu de su
lo Minltitro, antt."S d<> pro<:C'I..II.:r a c:arromos, le ton\6 dcdaración
nPgar induiW' <Jue nw roMMPra.
U en lá de Alfon.so<:Mnlrcau, el de
a1 oficial lu<."gO f'nltó la K".i\or.l Hcnnlngs_. quÍIC'n dccthramcnh: lo Erika. Yo ca-reo ybiefdn que ésa ft'il la na."iión de reohTJ
reconoció C'nl"''tt d oficial ibu il cargo dcl grupa de 3&'--ntcs de b •lgunosgn•-.s dudos. Sal>ñ.> podrl.> o n o - . n11t
OC'A que secuestró a su Alfo.n:,o Chan(r(\\U. desde su doma· m $U presencia. l,ndÑ. tener La c•t•Ttcza de que loto Lu:o•
d11o, la noc:.M- dt'l 31 eJe- julio de 1974. Una \'t.'? k-rminada 13 diligt.'flclt estab.1n rotOS romo pcn.s.."ba.
COl\ Jn :,eñnr,• Hennings, me ltK.Ó D mi s.c-r c;ncad.:. ('()1\ ('1 ufidal Godoy La$ MrJIII quP, eqe> P.nnw.ntrn la señora OlfV'ai'C!I
Card.l. Fin.tlmrntc 1(' correspond ió tunl<l .l MíHucl Angel Rcbuii(_'CJ(), v c1 áduario dun Carlos Ctstro fueron dlf'.dJcs. En: esa OC3Sión, adcm.b
quiL-n es ('1 liniw sobf'('vl ..·k-ntll.' -dí' '"' grupo qu<' d61parl'dó eu Su de ser un «X añc:ial de b OIN A. l• relación pcnonal que ,..,l'l"oC)t;
tutalid.Jd_. r,uuo enn Alfunso 0\.lR(reau. el db 13 de Agosto ele 197ol en <1 p<ñodo DINA.O.l. <1 h.abor ltabojo<Jo ron 8 <n 1989 <n un
M;gud An¡;C'I '""
G.lróa.
wcadn"".,. ¡;TUpe> po< d m!q¡;o "" Moipú, donde a yo ..m.do dd Ep.'mto, ....,,, como
dlrt'('lor, hada que al dt mis dudas cr«""M"Jn.
F.J ufic&il1 rt'<Onociú .su p<'l lCm·nci¡;¡ a la OINA.. que era cl jefe dlr.'l En 1989, c.un ma m.trldo lnK'tltábarnM conformar UM (An"lln, y

158
 Rolf p3J'C!CÍa hacer f!'Sfu<'r.ws )Xlr estabilizar vida de J-labia
algunas que no e:xisticron cm ninguna otra dillgcnda. Tal
vez e l deseo interior de tcm.•r la que Knlf no es un aS('SillO o
cómplk'-= de asesinato. por (>f mismo, que c.'ld\1 u 1w dr.be
tlsumir lo suyo, por sus 1\ijas. a qui{'I'I('S ronud sitndo niñas.
Rolr Wendc..'TOth ll"<lSfXl!óÓ el umbrill de la orl('h\tl de la
Ministro, toda incógnita quedó dC'Sp:..'jada. Ell un gesto es-
pontanm me puse de pie y d irigiéndome n la sef.ora Gloria Olivares
le ¡xna salud arlo. Avanc{o hasta Rolf, que c.."ntre
cab1zhaJO e U'l{Uteto cl«'pt6 mi saludo apretando m i rnaou con c.1lide2.
Nada fue fon•.ado ¡x1ra mf. No sé cómo lo vivió él. Estáb."lmós ahi y
supe pese .a todo lo ocurrido podíamos Rull dibujó
una triSte sonnsa C(' S-u rostro. Rroll'lw.fltt" ad..niro su lealtad para
.ere!), no l;,1 Trate de por t{Ué de mi
k"Stimomo ante la Com•s•ón. Rolf preguntó por nu familia. Yo dirí•'l
que d<-ntro de Ul\ ntan:u de ll!Speto, <:<lda uno se mantuvo {'1) cllugar
huy cree q ue lc
EJl una de es>lS ocasiones, luegv de eset1charme, hizo una
pregunta )rti testimonio;
¿no C'l"e('$ que hubo c:osas de rn.ás?
- ¿Te relieres a nuestra relación pel"$0n<ll?
-Sf -<ontecitó.
L: dije mis T<l.WIW:!I. F.l por que 1\abf" dicho absolut.1mcntc todo.
1\gn:gu.;,
-Si no lu hago )'O, lu habrún usado u stedes como argumento
para d<'SCi'tlificarme. Dijo t."ntonres:
-¿Usted<'S?, ¿a qui('l\ te rcftcres OOfl
No sé si t6, pero si tu j(-fc:, el señor Contrcras
En. un le d ije"'a Kolf que (u Unioo que- le pedia es q ue
r('Spond•era al donde est.án • Rulf se r(';)comodó en Sl• s-iJJ6n e incli·
nándose- hacia adPlanlc me dijm
Luz, yo no mate a nad ie..•
Le rosponclí:
-Yu te cre:o. Rol(, lo que- no puedo <:rt.'l!r e_c¡ quC' no al
menos de algul'\oM casos. Que no sepas quic'l\ ton\6 las declsiones.
QC)mo loo mataron;, qué hicieron [ul'go, cómo y dónde los ocultaron.
H ubo jnduso unas bromas oomo de qut! podriamus trabajar
juntos <'n cJ organigrama d e l¡1 DJNA, a lo qll<' él n.>spcm:dió;
- Pídeselo a los «Jr.tS.. Naturalmente todo 0<'\lrrió dentro del
COt'\tC?cto. El en S..• posición, yo en la mfa, pero convcf'SilJ\dO y CQn
mucho La dt.'Spt.•dida fue igual, sin No
d<.'dr que seguimos stcndo amigos cttt\ Rolf.
Me senti muy libre C!le día. A la par, pude 4anne cu<!11tA qul' ,.¡
bien no dt.-sarrullé ni el más mínimo nivel de agresividad
Rnll \"t'enderQth, la situación era radicalmente diferente de la
('l(istió rcsp<'l"'tO de 15i hast3 el 3flo 'L9S9. El ablsrno q''"
1\05 scp¡u\' ct
definitivo.
Rolf Wcndcruth. a l mc.-nos frente a mL d(.'cl.ái'Ó ig:mU que todos
IQS oficiales de. Ejército ron qu-e he sido careada,. es decir trató de
df' responsabilidades a Pedro Espinoz.a Bravo, muy en
sintonia oon 1(1 dcct.uado por éste en e l letelie.". C".abe hacrr notar
que Rolf Wc·n dNoth no tuvo ol ngún problema en f('r(()noc:cr que los
r<:sponsablcs <le la reprC$ió'' al t-.ttR e ran Jos oficialcs Kr.¡1ssnoff
y Ricardo lawr('O'-'<' Mires. T31 vez porque seguro
de que eso es algu de revertir. Sólo hin, un pequeño intcn•
to de señalar la e:nonne contribución que hice a la OLNA. Rol( tiene
cap.1cidad y pued(' darse <;tienta, mejor que otrns,.. que nadie crt'lC'rá.
por muy nt.oófito e-n 1;,t 1n.1tC'ri::t que sc.t. que yo a todos los
militantt.'S de los Jhl.rtidos Comunista, Socialista y del MIR \\ l a O IN A,
como d ia.-n otrvs tmt.tl'l«.ló dt.• imJl"''e@r- a los
Otra d e Jas características comunes de la dcda.radól\ de Rol(
con las d e otros olidalc..-s de las filas de DlNA-CNI, fue el iuf<.'nto <le
mL"tldonar a)mo de cargvs altos a ofkia.Jcs de otras in,s..
lituciones, unto d e la. Armada con-.n de Ja Fuerza A6-ea y de
n('rm. Ahi se lopó con la rC'.alidad; el organigrama deJa OlNA-CNI,
en sus dl\'ersas etapas.. csl' resuello.
Un hc:cOO intcn.'santc de d cstac.1r es que..• Rolf Wcndl'roth fo<- el
tíniro ofidal de Ej('r('itn que llegó solo ron un abogado. el que se.
retiró a ltl-S cinco y m('(! l.\ d-e la t3rde, por muchas horas antes
que su También acudi6 al tribuna1 sin ...t.'SCOltas". Pas....<tas las
diez de la noche, Rolf Wendcroth salió dcl raJado de los
y yo nM fuimnsa tnmar un café. Hoc:ia frío.
un nlto Ol(' S<"nH3 a lgo «:-.lnsada, as( es que
t."R cuanto Llegó mi marido .1 busc3m\e, t\OS H,lbfa dcsl><'),do
una nuc..'VU incógnit;.l.
C0t-. URRIOI Y MANUJll. CAREVIC
El viernes 7 de agosto de 191J2, fui citada por la Magistrado dc11'crrer
j uzgado dcl Crimen de San Miguel, señora Virginia Bravo, p.1ra
361
 A.rao: .,r..,
EJ lnfi. .

ilr a dos can.'Os (.'<lnseculivos, con los oficiales Gcrar<!o fmesto Urrkh Prirr.em se marduron lns oOci.afes Un:ich y
Conz.iJcz y Manuel Cari!Yk Cubillos. La diligendoll Cubillos de- la ofidi,.,. Par_, eludir a l.a prenS3, se reliraron un
en cl proceso por st(Ucstro y de:saparidón dt- Rodolfo Valcntin patio trasero. en vdúcutos con los vidrios polárizad9s muy
Gonzoitcz N·rc-z, el soldado CQfiS('ripto de la FAO 1 que me ayudó t>n qlt<', "-orno \ Ul eSJX'jo.. renejJn la d ifel'('nda huir, eS(ondcr Lll c•r•
el Jluspital Militar. y .saJir a plcnn luz, Cuando me dtspcd( de la y saU por la
Al entrar a (1\ oficimt que la señora 8ra\<O para puerta principal en bu.s<;a de Erika Hcnnings y Viviana Uribc, qui("-
la diHgcnda.. n.-conocí de i nn)('dit\to al ofidal Urrich C.nn.7..ál.e7., quit>n ú<'S rlle acoritp;)Niron ese dfa, scntf tl';.lnquila, oon la di.:
::;e cnoontraba $Pntado cn un s.iiJón. Oc golpe mi recuerdo SC' ren-wntó quien también '-'O ::;u vida éstá intentando (mirar y salir por 4l p uert3
al 24 d<- julfo de 1974. Mirarlo y sentir el lirón de la cuerda que me delantera, sin l1 IU7_
ck•v<) cuando hi?.O q11e mi! <.'Oigar•.m t.-n la torre d(>l cu.arte-1 Terranova
-Villa CrimáJdi- fue tudn uno. Sentr como si dc.ntro se una
pn.··sión monstruosa y el primer impulso fue de rechazo, de a5('0. Pero
cuando observé su iooomudidad hente a mi prtS('ncja, me qu<.-dó
claro qvl! i\hór.t li.t situadón era dif('Tefll('. E11ug..u ér..t otro. cstábanV'I$ El d fa dC! l.ns <"are:qs mn Urric:h Conzálcz y Can.'\•k Cubillos,
en de la señora Virginia Br<tvo. E la me pareció impon('nte. en l;.l Umt..:-, tm·e que etl t.ls oficina$ de la Sexta Sala
F.n la pcqud\á s.da. la señora I.SraVQ er.1la de la ennnne la C()rte de ApelaMoncs ante la S<.'fKJ.ra Clori.a
dift.n."ffria existente Pntre el24 de íuU.o de 1974 y cl7 de de 1992. junto con muchos OtfOS tc-slif;.CIS para 5f'r ('arcada con "'el
Sentí impotcnda mi('ntras le escuchaba deci-r a l Urric.:h Tmgln"'.
< que como an.alista, él había ronf«don.,.do iJúormcs.. Me l.,l oondidón dCl agente de laDINA de <.'Stc suFto. Lo
"Trab..tj_,ba oon fh1pclcs". dijo. "'Con docun)('f!IOSN, Curiusa ddinid6n, vi por nf10S, primero junto a..Osv.lldo Romo Mena, ambo.; pertenedan
pensé,. pitra nosutrm, los dNenidos de-L\ OIN A: documentos¡. papeles. a la dotación del Crupo Ilatcón 1 que d''FX'I'l(IJ;) de Mi guel KrassllOff
Creo que dt.í de m<ls decir que el siguiente ofidtll con cJ que fui TambiéJ\ cohOl.CO testimonios aoor<íl de la brutalidad de
<meada, cl señor CarPviC Cubillos, obvi.1.mentc, d ijo que Uevab;t de Uasclay Lapata: L<cycs; como pnr l'jLmplo cu.'tndO, en hl c.\llc, <1 pl('tl.J
un lugar a otro los "p.1p<:btos" que amferóonab.l el SCf,Ot' Urrich lu?. del día y en de muchos transeúntes Jcvnntú su arma,
Gol\lálcz. ;,tpuntó y mol.tó d<• un tiro <1 E.ulogio del Frilz Mm\Salve.
Mif'fltras les escuchaba tn<·ntir de manera tan dE'$C;.lr.'tda y También hay úc las viul.adoncs y tos abusos 5('){'Ja1<'5 que
el ncr... iosismo del primer impacto,. un fi(1Cvo de temor c:ornctió lL.'ISCl,ly 7.apGia Rcye$ e n rontra de d etenidas.. de las
tendtó d inund.trll'IC. Peru tuegu de muy hondo. me m:omodé cuales sobrevivieron.
en el y supe que (>ll c.'lld<.l uno dt> t'SoS ca«.'<)S, lo importante, la Ad<.'mils de mis 1\S('vcrocio•'CS (JX'nte a 1:) jn$1ida, O.svaldo Rc)nul
la justicia paree:<> no existir, pero yo he ido ('I'ICOntratdo ulgunas Mena e tl-.stimunius de subrcvi \'icntcs indican
TC$pucstas, qui('lt soy. no he guardado"''" Jnás .mínima intimidad. qu-e Z<'1pat..1 Reyes fue uno d e lo$ agentes dC'J grupo de
Y supe que ellos m su hJC1a mf L-ntre hosca, molesta v evasiva.. Krassnoff Martchcnk.O en l<l UlNA. Sm <'rnb.."lrgo, al igu<.'ll que todos
sólu e.c;t.in e\fidencioll\dO que también quién soy. de sus los d emJs DI NA, ;tsumió r-tnte los cribunak)S nu sólo la m isma oondu&
\'Íétimas <.-xprcsando un fragml!nto de. \'crdad. la ('llos ocultan, mentirosa,_ sino que m.antuvo .lmil groscr.'U'IlCI\tc burda. Es
que 0(1 puedM, o no son éapact.'S de decir. Y supe que cs.taba, pc)r fin, dr.mlálico oomo en ct caso de Uasday Lapaf.a ísno--
la
comenz.ando a venet.-r el mied<l qu(' h.tSta esos <.tías todavia se a<C1'(l)· r.mdil v<"l Jlll\;ld\'1 ;)1 p()der qu(' este $llj('-l(l dctf>nló en laDINA y que
lxt m<.Todeando como Ul\ f<Uth.ISmo.. Supe también que m.ls sentires aparentemmte cn.oe que sigue teniendo.
son l<'g(timos. <:omu Jos de k')$ d('más sobrcvivicntt.'s. l'od(l ero se "Fl Tr.oglo"', «UllO C'(lll$hl en la pn..•n.•a de la l echa, salió del
agolpó dentm mien1rM les CSC'Uchaba decir 'quP sólo ·•ru.alistas" tribunal con l;,t cara cnwdt;.t <:n un periódico y sobrl"' éste vn.'t bolsa
o "tMMporti\dOrt.'S de papelitos"'... pMstk-' de \ Hl conocido establ<'cimicnlo Sus -guardjas lo

362
urone.Nn gtJiJndole- en .11u eventual y pn.-mcditada ceguera. Seguro Sobre mi, dijo que nC> me con«fa, quC' "'p3t\."CC' que me Nbfa
ts0 fu(' un ll"'tti\lO no""' l'{'(:onocido por m.is visto en la tciC'\oisWn Uf'IOll días ilntb"'. En un mJmL'ntu le pregunté si
o los WniJiat'C) y taniOII tbdp que p-rcscnciaron dctcncionc:s u otrd bAbia tmido hips ('()n \4arr, Tf't"' IIIU epo.g, inciU50 le in-
y que podri>n ....,.,.,., • .., tistas de Salió m- díqué que fue dla milima .. que ,.., a>nló que oc h>bi>n c:awdo. Dijo
menda y <....t..il{- pcw f'O>'IIus y""""""""'uln.ti:ndo un .,;..., que sq»rldos y qut- no tu\·IHQn hiJOS. Tembifn e50 es rabo.
que_ rvphW\ Lu prllncrU "U'eS que se presentó Bascby Zapata Rc:y<> b<...., """ hijuo. ili¡o
b Minktro Ohvlnl'S. no sabfa que fn f'Xi"ilifonn df«onidC'I8 Ms.pwecidos.
Como <$.> forrN de whr. od<m.ls de igromillÍOS;t pon B. .,.. En. Lu en que me tocó esur
evidente que le h\ot'mnodaba. las úhifl'loilS lo"CCCS que asistió a la Corte: pre;cnte.juntn a él y a 1a señora Oa3day bpata
de- ApclilCionet de a vil, cmpcz.ó a uSJ.r un.t JXlrka con ul'l gorro uN ronducta fmpcTtinl"'ñte y ron la wl'lenl Olivares.
sólo le dcjlbol al dncubic:rto lo$ ojos. También así (ue registrado pur Una de las rosas de lall cuak."t )C fw dt.· Ol.'gdl' cl nombre
c:ám.lras de tcl('vb,ión y de IJ que • su institución que sus mismos rompafKTOS de la L>INA 1..: pw;ecrun. ""l:.l "'!roglo",
tamblén Jc dcb: habl..•r Vl.'rgun:to::,a ponJUC t.' u,lndo troglodita. l'em no Mea ab'IOiutamcnw nada (Url d(.'C&r que se llamaba
tuvo q_uc volver n\I<.'Vlln'IC..-ntc a la Cor te de Apclad<mcs. IQs mi!>mos Rkardo o Rol:x-rlo en la OINA, h.ay que
dias que- j('(<> en lA DINA. e l oOci.al Kms.,noH nunca ulvida.r.ín ni su nombre, nl ro:HrO, nl su pe-Jo largo., a la
rL'Cicrun <lmbo:; wn unitunru.•. de los df'l P'rin<"ipe V"llentt -f'K'!r!klnaje de libros in--
Oa"iCCay 7..tp31.1 '"is.tló a c.ar('O"' en La Sf>)(IA fantiles eJe n'Ú época • sus fXlll\br.u groscr"' y sta prcJ.»t<'nd.1. Aun·
Sala de la Corte de Apd3chmcs. E&.uchó a \'Mios tc·stigos. Luc'80 dt'jó que hoy, ¡¡ufro de ":lmtlC'Iiia totoal.., hay muchos
de cnnrurrlr, La cxcuu qua lrar.crndió fue que andaba de paso por L"'!l mejor n'lll."moriJ que la quf' no Mln nornrdamc)o; dónde vi·
y que se MbfA ido a c.1mbiar ropa ;1; su c.as-1, a lquique. ví,;,unos..
R.('Olerdü en la que tuve que pc:r•
m3n('l('ff' frMit •t r.ltlfi("3nd0 mis d«.b.rol('ion("S. Pritn('f()
d.> lo Con.:. luq;o en .. RL'WnStitudón de Es.:=. en d ex
cuartel Yuatin de: ll OINA, ubicado m Londres 38, actual Londres
40. En omb.>sc>ponuntd.l<l<"S, <1 suboro<>al IOdo lo•sevt<Odo pot El 25 de ogosto de 1992, • cloo y mid .. de .. Urde, dd>l <OO<Umr
m tt."Sttp pero lwy m:almcnte fucnm ñ· al Cktm> )uzg¡odo del Cn"""' do S.ni,.ISO. AniC 1.> .,....,...... del
dinJtas y qw rttr•tln. t"Omo f'l que manifesca.ra que si vn \fagtslrado ,.,_....,.. RaUI Trint'3do y dt a. «Cu.irw \faria Ebana
alguno de "'*>tnl:lo, lo!ll tuimus dC«l.'rudos de la UlNA, fuimos Pana fui careada con k!mando Ed\W'du Laun.ru Maturana. Esta
tle... J 38, d<'bc 1\.l bcr sido po-r a CO(l'IC( un 531\dwich. ditigcoclol se desarrolló como p.lrlt de Lt que el
porque. él. c.c croa un caslno. Ot.'d arú que su función señor Trincado L-n dus y t¡LM: d10..'n rdación ron
habla. sido 1..1 de ('Ondu('ir una ('amioneta en la cual el y po!>terior df"'pa ri<tón df' <:t1ud io '1'1\au by Paochec:o y de
lnlJ\Sf)Ort.tlxl los forul'->i con cumitJi.t p.tra el "casinoNde Loudrcs 38 Jaime: Robotkun Bnn·o.
desde 13!> cx>elnas c:cllfkfo '-1UC! los militares llamaron Diego PnrliiM.. 1::1 C'.areo con Lauriani Maturan¡t '-"' gcncrnJes
C\1(\ndo se le pidió l.l re«ulStlludón de los h«"hos que- mos,. u lu que han tudúl> <:vn lof de- l.a DlNA;
trara la mt'IM d<': L.tmdl'f'll 3K, dijo lll1C nQ la ('()rw)(Ía. Pr"f.une..do declaran no oonororme. Me rn 1• prcn!f. c'l en la tcle,isi6n !i()lo
sobre et dol\dc dcjQbt\ Jos ro.-dos de rotnída, y al 1t a mosLrarto días anlcs.. s¡ C'ShJ\'iCI'("' Cl\
la Ol NA, pero que llUU(\1 fl){'ron
aoompaflado dcl Jt'lutrlo sci\or CarlosCas tm? fue hasta e l umbral del agentes, Que cjt'TCicron amw Que 11Upicron de rrú y de mi
portón de del r('('lnlo. T,,,npooo supo describir' la ubkoción de oolaboractón, J)e'I'O no COI\Ol'\'1\ d(' lA OI"JA nt del persoMI, el(é..
la1> codnn del (.odtfloo l>lq;o Portales y dijo qUe no rcrordaba el lugar tL-r-a. En el caso de L1unanl M.ltur.H\ol. (-1 dt.,.:C..tró que h.tbri.a sedo
donde 8 vtvi¡ cacargado de analizar la$ poEtk:tt cduc.cknv.lc!s dd Gobierno en
ul\l o(kina del Cuol1'k._-l que su nombre nunca rue- "'Pablo• o a Co&oni.a Dig:llidad. A dt qut ••nso 7.ou oomo Pecblcs ton
"'P11bluo•, con'\0 lt d ó peyorJtio.-amcntc cl pe_"''SSnal de la OINA, contundentes y t.•n el ofidal LAurNint
sino ....... y no t'rl un suw cl diminuti\'0 de su nombre Mal\11'3N no reronorió nin,;ón h«'ho qu. la c:tJmO •plt
&lu.lldu. Qu< ti.,....,.....
la in.lf!nrinrwe <k-
<JU")'Od<Oú poseeo-•lgunososcuru y ma-
poc qué ru::oncs pcrsonale$. Que
de la OlNA.
fn .,... opofblni<lod, , . , _ mo tn<ó .J 6nal do lo
8 jom6s pl!6 lu> cu.ttldc:o de nrlusión de ()L,gU. o Vllll Grfmlldl dilig:ncia- Al .gua! quo .. <l<>>r'<'O ••t<nO<, <1 of"l(ial, - y l.lpiz m
ok. mano anoló todo cuanto lM! dl)o en <:1 c•n-o. Pero (OtnO
Ese dfl. al sola con l....'uria.ni Maturana no pode repnrnir la$ pif'f!C't'f\ M ,..W&ulc cu.ndo intenta ubkar
algo p¡a.r.t refutar o pedir aljtun;) y no encuentra lo que
""' -¿Y a ti qué te q,ue oo me conoces? busca en sus propias notas. l.>unn-.: el Cóln.'U cunmigu $ÚIO ocumcron
1..-..un;;¡nl y •tt 'l mg5o"' h.tbf.tn ropOO:o mi capacidad de 00535 ln:.sólit.lS. Desde luego, n¡da quf' 'liniera J>ilra esdarea!'r el ck's-
bm, pero al vvta trat.ando t.lll:p hednnc: que no poctia ha<et f)lf'l tioo dt.• Alfow;o Ch;mfrto•u 13 de de 1974. Aparen-
mo;a, re,llnlCf'ltC SC•\11 r.-l,i..a y le pregunte: temente alt.'Ccionado pur su¡ L1urlíani hltcr,tó (''iitill' Qt1C yo
¿t\l C:Óm¡) pucdl.'s dedrlcs 3 1us, hijos qu<.' uo mlen· hiciera a ('n'i8" p.>T"'INICt. Como tii. le- fuL'Ta más doloroso
tan? rt:conoccr SU:!> lilnitadones que el Mbcr dCienic;to, torlurado, llevad()
Cunu:ndt u contarmo &u.o; d<..•tWMlluras, que vivf<'t d-etenidos a Colonia Oir,nld.od, hah« abk.'t'tu cJ pL'chu de Oaudio
qul' le a•u,.t.a tlmbr(> dt•l leiNor\O, porq-u<' teme que Jo dtarán 1 Thi.luby, su ex camOlró\-.13 1" F$uCI3 Militar, y !tabe ('Uántas
dl'Ciarar, qua a hijos k-s dkl.'fl en d l'Ok-gio que su un rosas más.
qut $U $(·1'\ur;a )'<1 nu SUJXI'Tia la l'iituadón, etcéttrJ, Cuando etllrP a la nfkh\1 de la Curto wludé a lauriani Maturana
Mil'fttr41i estuV'inVtS !;C'I)()s, el ofici31 Uuriani Matur.ana fue ét. por s" nombl'(' ron u1\ s.lrnp'c' ••JH()b, Ff"mando!", a sabiendas que él
MP C'Onoc:'f', r«1ttr'da cos.ts. Cuando hay tcn::ei'QS presentes. eni01'1«'J otra vez nlogaría OOJ'IOCX:rmC. CuaJldo 3 pronunciaT un
dia.-: "'Yo • ctit• .. no Ll ronouo•. P,1r' de- fraS<'5, el a L.auñani solicitO al tribunal
F\1i c:.ar("¡)Ja por )C,.l,'unda vez. mn fol E>se mismo Jt5o. Fsta en que SI.' me pruhibicrd. ckdr tXJo$1.$ okn$ivat de su persona.
la Sexta S.b de lo Co""d• ApoladOOl<Sao"'la MuÚ>ttu s..ñ>n C1uno La señora Otivuu prq;unw.\ tl qué cuws se I("Í('ñ... 'El
ÜliVU'e$ y de lis realizadas en et dtla ofKUJ t..auñani dijo qut f'ft d•U&mnas •ntcnvn:s en el
ju'>ticb Ordln.lÑ por C'>Wbk."a:f Ll V\"l'dad deto ocurrido con AtfoMO Juq;adn dt.-1 Cnn."" dcS.ntbgo yo lo habla non'b"adoa ildt'
f'Jlólfl('t'a l..a M1nlo¡;aoo en wbcr de qué se tra--
Adti'Ñ$ dt c,I,:'(Lar.u ante la Minjstro, PI C)("l(ial c:on taba, porque ella no habia nu'll(uru:. oki'\Sól. Fl oficial dijo
m.1s de y dt" IE"'itigos d<i G'l::iO Chanfrcau. f.n esta que él no podi.l siquifflt 'J'M'OOUI'K"tA.r que yute había dtcho.
oportunidad tncontró de años ('(In algunM La señora \'Uivió ho:ld.l m( pn."gt•ntal\do:
los de: que- cl m-i::Ut\0 o(id<tl lauriani -Sefiora nfmdi6 al oficial7
Milturann dlrtr,ih, romo ('$ ('1 C35(1 l.lc &kk Zott ChU(.'CaS y Lul'l F.n· -No, .s<.of¡Or¡,¡ Mil'listrO, t\() Cr'\'0 1\.lb('r ofendido al C'(UNndante, a
rique r{I('J¡I('S Sk•• rnk. l:rkk .Lnu fue ('1\ <'nero de l97S, t.•n no ser que st.oa por una que yu 1\.'Jl('lt a ptlldóll del
Valpara!so, por Mdhlrilna y su equipo Vampiro de la BrM de s<.'fu:lr d01\ Raúl Trifw:ado. No fue llllí.' mla,. SE"i'ioril
1.1 DlNA y oonduddo JulliO (l('t('nidosn la Villa Crimaldi. C'.cm sino la n.'J"'.'tidtín tL-xtual d<.' un.1 frí:I)C que)(' dijo c--1 sci\Or KrassooH
posterioridad 1 ('"'' Zutt Chuecas fue conducido mi,. M3rtchc•\ko 31 f'('l\or IAuriJu\l df>bkt() a una serle dil' crrures
mo 1...-.uriani 3 C!Jhml.a D1gnidad, ocasUm ("n 13 q1te pas.\ron a ''bu$· dos por el t('fde'l\tC Laurl.(tni. ('('urri6 en T!'rranrw.a y t>l ofi-
C'.lr"' al doctor Lui.!l f'C'C"ht41'11 a till hJg:tr' de reclusión di.' la Armada m cia] aqui m,¡ni(L'!iit6 que por lo ocunido pensaba
Talt·ah\llftO. Oigo "VuKar" t.-ntn: l'llmillu porque t.mrttnl M3lllr3na ¿Y fue lo qu<" dl1' Ara-? -vol\-;6 a prcgunt.ar
pr;ícriamc.·ntc nptl! ti "<'fh,'W Pc.:b1t"S Jlcviínd.olo junto a la Ministro.
 ... 54!1'\orol \Cinis:tm. El señor dip que duO·
ci•l lAuriani era un
Lauriani, \..j.s._blcmt"ntc molcstn por I.':IIC diJtt)&O, c.'On el 7
enr()j('ddo, p id ió que Nldn de !'Sl0 .,llLc."ll<:ua N'f,IStrado, pero como en
un CMCO la otra p;ltb: Milo rue<Jc dar !o'U V<'rsJóu dc.-spués y en ningUn
c.-211> inmrvenir en la redJ<dón de la de 1.1 otra
1<><1o ti dlflogo qu<dó ,.., b• actas que dio• se r..,..,., ol
Sc-guftdo Juzpdo L. O....rU Mll11br. Laurb.ni Maturana
rocta.m.-ndo ante t't tn"'bu:nat sobfoe mi trato ofensivo.
Ha."'·' que por fin pudula liCMr.t M.in.btm Y\X'r que el ofidallaunoanl MtCUfl KKASSNOFF MAJ\TCHENKO
M,lturana, ad('m;h, Ml J1'f('l'f,¡\ el mnte de 'T<II,ti."ft Rosa "o 4..ns¡M"('tOr
CltntU't" le pusifli'On >US propios suburdlnftdOB por gran C¡;\J\- Muy unido al TCCuerdo d<' "el Trog.lo". C)tt\ en nU mc:.'1t\Oria impi"Cfoo
ltdad de cosas absuriJ,l)l y ridkulas que lt 6ua.:di'an a di_-¡rjo en 1'!& rnn sus su' sus La tortura a que me ti
d(o,4."1'llpcño de su.s romo agente "k la 01'\:A y c<m ofid.ll de J.a DINJ\. MIS""I Kra.;snotr Mart<h<nl<o. En octub« de 1992.
tiOridld <'Om> jele d•l.la&"'J''rión Vaml"m dt l.l BN de la PINA. Junio a más dt una d<:la'N de- otrui to.tap. fui c:at'Caéh. am 41.
en qut- su rol era <k" ••rwlisJ:a del 1 de (dUCi(ión• y que w Ya no es l.'t millmc, del año 7-4, tampoco ts que por
nu romo sino cotrMJ funriC'INrio en el ""' dP dka<.b y f'ni.-.Jht intwvinu L"n miJ pctadillas.
Ccnonol. Pude comprub.u que mis recuerdos no -.on f-an la.sf35 dC una
F.l <'thora teni('nt-: c:oroi'W"Il..Jl•riUIN Matur,llt..t, haciendo honut a rncntc alic..-nada; ahf O!UAba, ('()0\0 yo, viejo. Demostró u1M gr.m
IM de antal\0, .tiiiOIIir 1.-. ofidna dr l,l Mlnl$tlv y al capacidad de d<>_'ld<'lbl;\mlcnlo. Muy y cdue;.1du <:on la :,oel'\on
lmt.tr de eludir a 4t qu<' le C.'S}'el'ab;) en p&cnn, quedó largo rato Ministro (llival'("5, muy insolC.lt\:-Conmigu. Pur momentos,. incbÑnd()'lt
alrap.tdo t."f\ el Cu.&ndo logro s.lir, hUo ha(i..l cl Lado •ntt la 5Ct'otJ Minbtro. rumo frente a un supl""rior, sus adt>n\ant'!
Wrde l.Aoro puertb.t.'Wihln <trr.Kbs,. deblrocJo dt\."01\'t't"SC y CJ\l.ZIIr d p;:m.-óan ser'\'iles. :'\,;(') lntundió respcto, nO k sirvi6 ni siqu:icra wncunir
<'Citfltic> romplcto do 1M tnbuna..,. dcs.k La .,...,.,. de caDe ll;mdor• rnn unifonnc de )U su mal forma. SM' ftt-nlt
ha$4..l la ubicada en (AUC Oln::iame-n IC, wn todos esos avoaan""' .ti nú. tr.ttándomo mil, l(>vanL.n•dO l\1 V07y lnsult..\00()0lC. 0 &Cf\01'
la prf'M,l ''o lo al(.ln<GÓ, ,;ino que- k ó1COn'IJ"'I\..\run rnd(>ándokl Kras.ornorr aún picn&.'l .,lu<.' que tt.)Ó (.'Tl el tiempo de lo1 OINA
e l tramo hil:sta purrta. Comu de rostun\bre, lns qut" siguen vigcntl'S.
ltl arompañ.1ban at,r(••.h-:ron a 'os pcrlodbla! tr.HJndo de evil..u que que ('n los: pr1n1c-ros frtmtc a él, mi corj}ltÓn
lnt('t'rU¡,oaran al ofidal. qultn se 01.--gó a ('fectu.u d«l,... l,¡}úó de prisa. 5C '!l't"ft mi y¡rg.tnCa. Cogt el dC' la JUCSa de C\..'tUro
qut tsbb.l frente a mt y turné agua.. y ai
""'""'"Si"'·algmen pon!.> ,.., duda Las ñdiculos sot.-.ncs .,.las'!"" 11 1ro en su sillón. y tA t"'nt'<mtl'é tan
Yi a la M1n&
tan qura de si. tln "-"' .su
\'.O c.··nwe!ln ubcial t'l \Ita todoor; qtlt'\l..uun c:nn.. tugar. Pude pPf\"lt3rl't'IC' cntoJ'CX'$ que )V h.Abta OOoptado en l.A 111&1
de que amlml13 igual, nn ,C,fo en cuanl(l $\A fulSL'Ciad de SUti for'na de llil.'tlt.\nnc que cuando otaha dct("Jlid.a. o dC!Ipués de
si!lO tambil<u en líl torpeza y cs..' de Nmafo Lu tortura. Sin datmn ('UCnLA la rol.1 prt.'SCncln d<.' ese hombre h.ll,.()
llil.. qul' aromp31\llrl(). Aunque él esgrime en su dEll("llS\1 que volver' a lól cuásl (er.d, indlnnda 1\.\C'itt un
una hoja de int.,c.tmblc. y e; probable que ot.).Í Id, puc.u de calor para allvUr PI dolot' Hsioo y s.k\ul«>. Mj tt1Ct1IC f'l'll.! lr.lw.-iOoo
apncntf"t'Jlent<' el J'I'ONf'f'l\.t suq,oc cuando debe por si m$llO nó, fugazmente Cut' ti p.lS.ldo. Pero ,-e, • U Mi rustro. rcrord.lr mb
o tnMir opc:innf5 o dc.':bianfooi cUo no d SJbcr 'JUC: t.-,wy dkit."11do &a n."l'd.td. y IOdo ('U.Jn to he n."'C11\4do
O(''(loll Lauriani tendrá un COtt\purtamleniO en amor, y •yutb, me 'iirvió 1"4'' seguir, Olhgt-"1\Ciol
dtligt"flCl.a ''OY ron1pic_.'1\do esos t.uos d\' tl'rror ron d pa'-ldn

368
 Confielo que después de cada Ciln!O, .t pmceliC'I interior a:mti- CU3nto p3pci C31b t'n Jus Al oírle decir que no é• un
nda: y fffQ hont"'C.jtn("nlf que lardaré ('O 3$imtlar IOdo. Por eso aquel JC(<- <on podér de dc.'OJW!n. tt'G)I dC una vez: mis las condicio.,. "lrf'o
año fue •!l"ta.lur, 1"'"" no lo !.mento, purqut ,.\lo ul pxdo u dcscu- mas en que "iví dur.mlt .tt\oe. "'pto<li bcb .t sujetos c.omo &e tJes6
bnendo • l.u7.. rt"'IC&Undome -' nlf mtsn-.. incluso a •s..-,.'-T.ar que yu ruYe mis aa'lCSO al poder d(.'n.tf'O 6r ll
DINA que él Sentí m.lJ lUM'tt qut nunc3 ql.i<' lo\ viJ«r¡l
recuperar mi JH'Of"H.l ldent,tJJc.l t.umo distinto de clloe: t"' no i6kl
CAREO CON MAJKEI.O MOIU:N IJI<fl O lfcita. La decisión de vulvcr 1t ChUr, de arudir a Jos lributtal('f (()bró
nueva vigencia. Es dc.m>tllr la 3nlblr,U<'d<td de fom-.a de vida $In
Otra l\15 que rcaliOO 5el\or;' Clotl" Cl\ el caso s.entid(l, Jl13 l1Stia de una C;dstcnd.a sin identidad.
Chanl.n:au, los- can.'Os con el oRdal en rot.lm Marccto Moren
(tl(.'ton Durante los f't\ t)ue lui inc.tpaz de lo11
Urilo1 f.n mt"f"' dt> y « lubrc de 1992. «'("Uf'rdos, me pa rtótl a IUC.'tt\.ldO que mis palabras. mAs &e
Fuc·ron <lt;)Jus ""í:> tJc: wbn:'o'i'o'ic..,k:s. E:;a diJi,. a la rcalid.ad. m.b SOI\.Jban. No podfa
con t.Tc..'U.'S las veinte hc.lr.a de dundón. También en pn.'sar m vivido, algt d<-nlro 5C' a arepbc <l.U(' c.."'".t
ntil opor1unldad me tncó en1rar al fin.al. fú.lbo 3C\IS3ndo tnda e;3 violcnc:'i.\1 t"'SC S(.'f ese no tl.TICf ningún dcr«tto. Yo
<1 pooo del ..,,......,. que bnpli<;> asist.r a d...., • 1.1 Corfl>, dcbiondo QU("''Í3 C'fC'Cf qu...· no.._.,,.. cu.-no, que en algUn momc.ntn habla tonb-
lnduso dtariones p3ta rnmp&ft'("('r ..antt" otf'O!' lribun:tlt'$. de qucddo. que no «a t .as prill'IC'ra.s C'U.lnOO a
""'""" lo "'PP'ISObolld.>d f..ortc de k> u,;> "-.:.yó en mi esposo. VC"''"balizar, mtu11 .,.uc tnJ antl-rloctnor tampoco podtl rn«"''\dC"r.
Cwndo t."ntté a Ja Corte pan ser arclda con Marcclo Moren En la dC'C..da de uchc:ntJ t'I\C" r'f\Y.unlé ¿por ¿por nad.c-
onco, me wonlf• pé-Qmo. FJ oficial 1.- .actitud paro:c cnlcndcr? M(' p.ti'C\'tÓ el mundo qtiC tt,.)ia c.•111Ccrr.-du dc..-ntro
que tuvo el !1101.'!\0t M.trt<:hc.·nku t.ounmigu. fue incrt."l'ble. todo rra 1an alX'rr,llltC que >ÓIO put.H.I provi.K.<U n.'ChU:t.(l y U"'-
::oc c:ru.W por la mente en frncciún de Sol'J)undos. dia con Moren ;.)lroz <::ondc..'lm. l lc ''ivido oo;a manC"ha.
Rrh01 SCilU que ICc\ía 1,\ p;.,cieflCi.t ui Uc accpt<ulc a nadie Es..\ noche co f{l mir.tndlt a Moren Uriln 'i $US •ctltudc."S
(utm..l dt.: trau.rme. pur csu reaccioné. rt..'CI.Oml)"dn al lribunal quP, supe una vez m..is que mh• rC\n.ltrdo5 ron real('$, y ttHito$ 1nJ1
si cJ 1hf mo agt\-xlia, yo 1\.lrt.'\ ('X3Ctllment(' Jo mismo, cjcrcicron sobro las vf;.--htll<., dl' Lt tlidad um uua fonn.t de vlulc;,"flcia
us.&ndo los misn\06 Morcu BrltQ tcvantó la romp.¡rAble con Jos Ul.1yurc.-s .gt.•nocidios-ocu.rridns t..'n aste •&lo.
"·o.t y yo lo lntt.:rrumpi. Ambos fuimus lloamadM al nl'dcn. Ahi adopte Pvr ¡xt.rtt mi al rncni)CI, no c.abl> ('1 'Oilencio.
1a Ktilud <)U<' tnO 8(' clltibun.at. pero .._COrt'n Brito tu"-o quc Lna bs ('QS35 m.1s me lLamó Wd.tl"tlÓÚn du.ra.ntc d C'AI"C.''
asumtr 11mbikl «titud mn Moren Uñ&u fue qUC" ft ('ft('U('I'Itra ""indtOO notm,;tl Lt kt.tud de
Esta alada de In..-nt'I..TM.KQ en cuantu am.tcnido los testigo!< Tcxtw1rnLntf! dijo: ·rn lo1:
de las decbrarinnc"!i.. apnrui sin ("mbarc.() a1tUn<'f f'l(om('ntos de inte- .. ot la J.arg¡a u a la ('(lllU, $e las ('Obran y • hora qUf' hty
ll'l<' SC'ñ316 que- yo t-stuy cquhvcokla t."'l a.s(·vc..... pofiriqUE>rOS que los p.tra ganar dh·it.k-ndc.ri y Sl'1W'lU
ltObre la mut.'Ttc de Sergio J1Crtx M<'I11N1 que nn muñó E"lt n1t Jrl(wimk-nto qut.• d<.-ni¡m ni l!jCrcitn...... Me quc!dó d11rn qu.- los
Oll.a¡;üf', qut. tn ("5e' monl<'nto que yo ('I'CO que llltmó agónico, Unia)s qu e qur tralando de busc.1r ltl '·cr<.1.1d p.l
pero q\te fua s;tC<ldn de ahi-y conduC'ido a la t l(t\I('J de la OINA y que m dénib•r.u ;.1] Ejé.rdt() .110n cometieron dclit()S d e les.
mudó c1 tardó dos hot,t$ en Más t•trdc ló rd- nidad e intc.>nlat\ hllccr ('ICICMiva &u a toda tll\4
tcrú (rc..'t'\tc il Lautnru Videla Moya, hermano do Lumi y roi\ado de tudón.
Scrtlo. l".ln.'Cc que el !M'i\nr MMcn Rrito no cree que lil OtNA o tu
Scnt.tda (n..,tc a Mon:n Brito. rt.'Cordé kHI tiempos en que só&o lo person.11 ..·toJ.c,'lc.·I..L bn•ta1 en J;, p.'tSiOna de l.a.s vktttn.lt. tUl
por .,._. mzarTÓf\. su O'lcniOQ df' t;ercer el mJ.ndo f.unili.an.'S yen un J.mbriO <¡ueC"JC('(.'(k> at de los dilt'Ctamcnte
grih,)!l., su; JM!K.'US de oficina l'n nonNirnm.lle extra:\iando Quf' su mconlc (.lpturAIJ por acn. mdn'l();). limito

3?0
m•flf'ttOI y motlvxiont:s del ai\o 1974. Es evidente que el sellor Moren distinta. que tuvo la I')TNA tn voltfculos y por penonal de
8ril0 no se h.a 1 f:5lt sut'f1e- d<' a ese grupo, que dtpc:ndía d<.i Cuovtcl C<n<ral•.
lo que oiguo>omotldo. s.. (Onfi.\n>a en que será igualmcn"' omnisti.do, TJmporo t"5la conlribuyó • adarecer lo que ocurrió
.. olra . , . . , . - de lo Impunidad. Seno! mud>a pena. c:nn Allon50 Clwnfn:.¡u. Al wllt de ah! y Y<f <'lcnOio p«n>a a>nia m
pos de Lawrence Mif'es.. que ulflit.ó un habili lado
mcntc pua que \o$ oSclale$ pudttftn Sllir Sln Jet' me
quedó claro una '\'t'Z más oficl&lc:!J 6nlcncsdc no deor
nocla que atente"" <011ttll de lo (\)pulo de ocrnra. Sigue cr••:ñcudndoto
El orldal dr Carabineros en rcbro Lawrono: Mires no fue asistido por la soberbia.. ta mentir-. b OrmaJfrdos .aft()S dura t. Slef'-
.su institud6n el dr. lu\tO que concurrir ala Sc:xtl Sala de la Corte vidumbre que impone 11 OINA.
de Ante Lt Mlnbcro de Corte señora Gloña Olivares 1
tk.'Clar.lr t:n el JXIr !iOCUec;;tro y posterior dCS3p.'lrklóo de Al·
(onso Chanfr('I\U. (') mismo oftdal c:xpresó, acudió ammpoai'\a· OTRAS 01UctNCIAS
do de abogadoll y de c(c:ctivo!t de seg-uridad del Ejér6to. F.stc hcc:ho
ya h<lbí<l Uamo1dn la Jl('ndón d<' los t<':stigos; q ue lucgu de por Muchos o tro!> de la DINA pétlaton por lai <.le 1<1 Sexta Sala de
semanas al edificiO de negamos a conocer a dé 13 Corte de cil&dot a d«lAI'Ir por la M.lnistm señora
los abogtldos y gu.udlos de los nftcialcs ritado!i-. El propio t.awrcu""(' Cloña Olivarc.'3 <'l por $CCuCStro y po!lerkw d<"S3pari.ciQn
explk:ó que paro su lnstituci6ns y todos ofidod<."$ que de Alfonso Chanfrcau. que el cxpc<Ucntc pasara \11
41 la DI Ni\ <.•rom tm prob-kma y que no recibían ningUn Juzgado. HJCalia MilitaT. Entre otros !C
tipo de opuyu. puede 9tar a (;)jm(' {)('1ddtr Cu7:""n· ofkiJ1 de Ejkcitn que al aco-
El ohd.al conhnuc\ ft'lft sus Ja,n('t')t:tci<ul('S lOO"nlo W'l)oJ f'}"fY: a retiro oomcnzt; a IT•j.lr \."n (.omprtsa donde. Dcgó a
exposidón de )U C'UJT5culum. que ralificó de pe5e al C\UI !'V) romo g<m'l< del - • En 1974, y como jefe de
tuvo mb alk:mltlva """undlr ;tl <¡OC no ta'lia Scguñdod der. ólada '"""""'' ,_,.16 COCM luncionario a.Os•-.ldo
ning.u:na opc'i6n dt S(.'f un Que ct haber sido OL'\:A era ¡»n lWmo M.,.... Según él, por _.rJIO de un """""' de EjórdiO que
8 uru SUit"ftC' ck 4.")l1g:nw.. Que en m.lsde una ocasión,. buscando l.....,JO aunandaba cll<q;lllll<I>OO T>CN que obvlomcniO, a la l«ha, esd r.-
c:n <m¡x=s pnvodo" qu<'dó ,.le<donado pan descmp<:iiu ar¡;uo a llerido y por mde es diliol cunprcbar "' vcrw!n. Romo Mono.lu<go
nivd dt cjc('uti""'• pc..'t'O que m cw:ntn se le <"Omo ("1 de haber •tr•t»jodo• un tiempo m Mad«.o r.,. SCliicótado en comisión
da1 lJi OINA Junl() wn Mar1chcnko fue enc'..argado de SC'f'Vk'io por la A.
de n,_opnnUr y an.qul1ar 11 MI R. Yu le se "·io ("!\ de ll Apeladooes al
respondí lo qut los ufidak-s o pcrsonaiOJNA.("..NI nfidal en retiro AUb"U.Stu r,thC:kf tX--tdtll'f Cu.¿mán. fundonat'IO de 1;)
con que CIU'\:.-td.i: Que .lii .algu:im pndia mmpren<ler la OINA y he-rnuno d(' Cu1mjn y d<>t (aiiOOdo Juan
nación que él yo, t ul-' v<'t, ..te \1(-cadtl y lX'ichler Cuuno.Ú\. d .,k;.l)de de memoria tiC'tl)pó
mcodia, él fnlrc Oh'OS 1\0S !tl habla impuesto a mí, a nosotm$ mililar. El (up uno d.- lol'l qut lnfrlr'. 'luf'rte> de "'grupos
y a nut:stra' que- lota ('r,l Untl ra'J6n más p\lra :.umum pammilit<trt."S.. u de \utlfurll'll: que tanto t.•n las n\unictpali..
al intento df> lJ verdad. At menos i:n lo que dice relación al dad de J>udahuel como de Quin la Normal reprimieron a pobladores
...dónd(' Rt.:h<."''Ó su ignorancia c:n eo;e no ,Oherenles gobierno con ocss,lón de moviliT.adones de
la ,..pw;tblc rnd5t('nc1.ot dt 11n dc- exterminio dcpcudicl'lh! de IJ prutt.':Std t.-n la dC:"C<i<.Ll de O(.:hcnt;1.
jc(;¡tum de l.t OlNA", v.-ale decir al "'mando dirOOo <le \lanucl Fue diado de lo&mtnclonJcklt'l, qui('n lu('ra conocido
Contrcras Scpuh•«f,) y Pedro E;pitb0241 8r..1•oc:f". Sowvo cun ('n(o131t como el "'BruJO"' o el ''Ooc"" o el "'ChOlrl.l"'. Ü5\'Jido rtnccttí Gac. A
que IU5 drt-..'1\ktot. todoe pnr i&ual. "'c."ran relitadQs por 13 noche la techa. de la diligencia x cnc:ontr.-be dMCnklo en el Batallón. 00

37l 373
hfculos MCWriz.ldosdel Fjlmto, uboa<lom ('Olio BNU<heff,dd>ldoo
et CaSIO ck-1
que' se l."n(Uentr.t dcda.radc; tto m d<-1 carpfnk--m
Alcgrf• Mundat'ól f'n Voal)W'r3Íso1 que aJXlN.•nlenlc.-nlt se u96 4,1.1mo 8
d• <"nCUbrimienCO dcl <""- dd dlrlpte $1ndí<all'unopcl
!•........._ T;unb;tn fuen>n diOdos los oficiai<O Conrado PochCOCl y
Ourin, cnl'A\rgadot de ·l"rc$ Alarno11 y Cuatro Atamot, res-
pl"Ctiv<IJ'J'\f"n te.
l'« trasc-encbdO$ de o a trm"fs de comcntaños 1nnita·
bk-s después de un• C'XpC!rienda u-n fuM'tC cnmo t"S vrr
e quien nos: privó de tantu, de ...·ulvtr a escuchar las vcK'fS de quienes MARio\ AUCIA. ALIAS ""CAWOLA"'. Al 1-JA.'lOR.A Y U.'Z
nos qu1tili'Oft todo hace di«inc:ho sé qut- hubo testitl'IOt'llos de
gran vJJor, E!> indisrutiblc la tu11a moral, '·' o:mlund<:ncia dd lcsti· Un,1 tn.,drur,ll(.lll di! nc'oVIL'mbrt': dt '1992:, Al('(.llldr:a le dijo .t la M.l
monio, l:a sobre lo Ot.'UrridO, C."l"l c.apaddad huma· ghtrodo 5CtioJfl Dotl<;t IAI<i< N.kl.al quo col.obur.orio CXIn 1a justid.l <n
na e inlfledual de tanto. ll"$bgu!J 'Klbrevtvicnb'!$. Ore Erkk Zolt et de la \c-rd.ad, y )'O hm.: J• alcgrl.1 y la de
01tt.'CilJ, dL' lub [nriqtJC rccbf<>s.. de IAularo Videla de Pedro estnt ccrra y :..llx.'rlo.
M<ltta Lcmoinc, de Gbdys Ot1:¿ Anllljo y obviament\: dt N,\dic pre:guntó podtamos o qucriarnc)S AJ
oomo Erilca li<'Ming<Cep«<o> o Voviona Uribe Tambloy. Ellno, Nubia teMr .de lo resulta dt.."C.'irlo, pero O("Un'ió. Las llc·
Ord:L•r, 'JU «."SpC)S) Osvaldu l'orres_ Miguel Angt.-1 C'tcilia en d.i.sd,uos momentos de 1974 al.1 OLNA, Alcjandlll en
Rk.udo Früddcm, Lcñn Ci.\nle''! Anu'lcda. Roberto Marf:t Alicia no1oicmbr<' y yo ('n man:o.
McoiJ'IO y tanto. nlóis. que desfiiMOn po< la Qn, d• Apolod<mes Mantuvtmors mntxtu P"" dctc u OC'ho ai"U en dbdnti.s ci,..
dorroch>ndo coroJo, solidaridad y .,..,JOr.cm. •pumron"' tcsti,...lo. corno (f('tl,.,idas, (,'(;mO mll\bOradortS;, como
Sin <'ttlbllf1tO, en J'IO\'it.'fTihrt de 1992, C.'fl un t .dlo discutible-, los mltilitros funciOMrias de la DlNA.CNI. y despu(-, df" mi r\.'nuncü. sc;:guimos
de la Tercera S..lil de- J;¡ Corte Suprema, K."fl\án Cert<\"da Uravo, por un tiempo hast.'t que nU('1otros caminos se 411l't»rartm
l.innet Bc:raud <'.c"Nniin v .. y d Fl!iea..l Militar nUPV/Unl'Titc.
f-cn)andn TorreA Silva votamn " ravor dt'l de1 ..Caso En el plano huO\,lr.U, momrntos de un profundo 3<\Y·
Chanfrr.•u"' al de 1.1 Cuarta Rscatia Mditar. En julio Cl.lnk!niO y IO<l.l pcr.;nna quoddletri......,
de 1993, <1 caso de Au..- Cbanl,..u fue •mni5tiadc! ror la JUWcia una la fut! oblig-.ld.a y b.1p drcunslandas lfrnf.
Mi1itar. Todos el (l('() que rt'tO tuvo en el Noldonal ces. Me atrcw a d«ir, ,,1 bor<f<' de la ""'isttncia hunkl.n.a. No Intento
y rl acuc.•·rdo que aiU se ((1.00 prov<K:ando lo1 dtstitud<tn. dd Ministro inlCYprcbrlas-, he viñ.lo en C"atne propiA que otros me
Sravn. digan lo que )/(J'j. o nv. para cornctcrel•nismo t"'TTr.
Ell<ls fueron de rutJ ese infier-no. Todo el
sufrimiento t..-xpn..'So•do u nn.. me f'lbs. E$ ddlniüv.a.
las c¡uioro y mU<ho.
L1.s tros lk·gamolllll 1•• DJNA como d('t('•'lidtt» en circu.utancl:'lt
Scm,iantcs. fUimos cntr\'&acfO's por mmp.ll\rro o <'C)tnp.lñeriL
Por 1Jrgo tiempo vivimos ::.1:N.vic'III"'(.'S. qut: fueron de alguN
hcnn.,.nándorW$, a la par que como n<J$ COOmo.s desmor()oo
nando. Pam l.a 01NA no tl'('4 scrcJ1 sino "'un
te"'. No es urw mer.áfor.a. tal oomo a "'Mara> Antonto.., a 1
...!\ ic:ol.is"'. a C':rhti.in - los compal\rros que participM'On en '" a:mfc-

314
""""" do pn!ftOO organizod;a po< lo DINA y donde llamabln • loo cinta """""'""- C.,mo rilo afinnó en la.,...._ d.,..., .. tilo 1991,
.,.....,.. d"' MIR • una desmovlllfMiór>- los de<!an "los IIUCW>S". ""'posu:rioridad ... el<> mi - - - -
,,,. rd'trirse il nosotns utlli.taban c:te término: "'El raqueta"". F-l't'l\tt )a Comisión "Verdad y 'Rtronciliacicin"", (ue •bsolullimenle
a Cldiill cosa qut' perjudicaba o favof"C..CI'.a " una.. las tres sufrWnolla$ dreunstandal ccrea.nW, P"'' 111f(( y todo JMrl mf fue lmportante.
conacxucnrlas. Er..unos que Babia que t.'Of'trtllar, manepr, que e"IU\•i('S(' ahí, all1d0. Y yo la recuerdo con ternura, (X)n ,1sen--
tomar clidéntc y Sin dt'f(.'Chn ni a la vida, portlUC timiento de que mí! cau:S(tb.'l su pn..a>nda. Fue uno d(! lmi
que comprarla. periodos i'niis duro8 pAI'I tal vez no en cuanto u tortura, pero sf
En IT'IIfdio de esa locura, Oblt'i.uncntc, la cen::anr01 aflombilliC,bre f!O'\I\le había cmpt7.I(IO a colaborar.
todo cwndo juntas enft(>O\jW,..,., un cnnflicto. No compartílmos los Con Mariil Altda nQif cna:Jrttramos en 011.ag0e en ncw!Jerobre de
smtiml<n1n0 per;onalcs. No s6k> po< d<sconfianu. ..- . . <>bt.lel 1974. EUa muytoft\1,..._ Cll.lndo b.l.lcv.TM JUnto a Alcj.mdra y
úarm df' pft)tcga' C."f\ C50S d iJs un pt'ft- a mi, supe intncdlitaMf'nttque<Stabacobboromdo. U vi sufrir, volver
tnstc para que flwr.u y r,rictM dcl alma diM"An puo a h«N de sesi<mes o., tortur•• .,..,.. p<es<nte. yo
vcrdoldm• •v•13nchas da dolor. d1ñ.a la casitotaJjdAcf da v«es que d per5(11'1al del equipo Aguila,
l.o qt•c sic•nprc, alg,t'in rcsquidu lnttrlor, <tcl "'Grupo de lo!> Cordo>'" que dP.pendf¡¡n de Ricardo l..awr'C'I'«'· Ja
grami.» algo \..jvu da d e lo que luimos, vlvliTIO$ y i\>w;ln a buscar. Rcx-uCfdO t-1 f,<.'510 de SU rustro, $fiCOCÍO CUi.lndU la
sen liMO$ luhta Jos 26 at1os de c..J,&d, tr3f3n de vuelta, ll.'\1\t() ('U\lndo La lkVI'Imn al operati ...u
UM de mis m.is ;.'lé.tridad.a.' l.'Sque Alej:u\dra y Maria dunde los agentes de loa Ot!'\.A m.;Haroo a ,.Nann de la &r.ra"', su jete
l\lid.1 Yflf sicntun libres. AfotJillO t.'l rk.-sgo de que no m\Jd\o en ¡o.J MJR. Volvió dHtt07.ada.
kt que "'oy a decir, pero si un d{,¡, do kos A.Uc:ul tnC' dict-: Al •-nlver • a.lc (15 ......, de 1992) ...Wf- mi dcsoo <k
"'040f f'n ('1 DL'E.. es u.f'\1 Op.Wn que he c.paL.Jndo plcN.. dccon\'f'A&r c:on dl.d;. Wc d.Jff"'n: ......, Alc.')U'dra
mf'ntt MI libertad'", y lgrcg.t. .. fC'h7 aquí"". saine .anop4.arto. Cada qor- tó munó; la Maria Alicia t6 c::onoti:).ft!. murió"'.
)(.,. c..,. pnt' todo una pt"''!<<l\>l wn ws opdonoL negué a aaoptar que c.n aJf. El paso que hace un tiempo dio Alqandra
Si cUu ocum, aprenderé rscL ble tamblén adhCfir a una me re& firma Jo ({UC t.-n tl de los pude intuir. Co-
nut,.'W lc.•nhod. Tal v('J; sm.'Tic cnnttndidorio, pt-'l'ct es lo que l.t vid¡¡ me no? ro esas isla.'> f'n('AJ)Suloda!> dentro de uno. donde tndn IX'fll\.lOCC'C'
ha uo hay r('('t'las comun<.'ti a todos. Si yo la ccrleza vivu, cumo que se lt> c.1bida. & t.•omo una
<le que Maria Alicia está dondo c.."'...tar, y que 1>u Y•• no co¡tj y mil \'C'«'S. &>k• puf'do dccir que así (up oomo crnsx,.'Cé a sanar.
dh·ídld.a, cntoncL'S cnn la pk'n..t c.unvkM•l de nadj(> LiE'I'IC el d"" las tnos n.1cln\Oei (.'1'1 194Jl, yo soy rN)'('It. "4d en mar.Lo,
t'\."C"ho • vi.nl('ñLir J,;, amdcrw.ia tl.ldic. me fdi.t p.w elll. Pl.i.Jrb Alicia en julio y Alc,.tndra l.'fl Lq;lnQel ntoin los 26 at.os
Hasta donde yo sé-, M.1ri.a Alida pertcruximdo • la$ fif;D que- tcnía.mns cuando nt.b cncnntramos. Y & btc:n • clerk> l'StC' h'bro
ck-1 Of,"];, Sin debo n.'G'Inc'k't'r que lnl.' es diRc:il titn¡p muc:t.:» dobnat.trios y moti\-ac:iorw.-;. su W)tcncia, t'S-
elt,} a»umic\ E'Sf:a opción libn;•m(•ntc. Croo qVPt'l tiempo fue pt'lndo y pc..'CialmentP a eU;u: y o1 tndoo; 1os que y/o vi-
cUa .N fue qm.-dando. No que: li pJJ:t le Sot."l.-da ti..l y tOMO m(' vf"'l<ias sunitarcs, a ({UkTn e..tc tcstimc:mio. MJ
ocmrló 11 ml l'ampoco que f'lt3Ctamc-ntc Jo que yu, pcm opd6n dP salir a 1,1 lu.t.. se-J más claro dL>dr, dt>j3r s..1.lli a Luz.
yo tuve t,,l\to mi<.'dn d e lQs d e !Xrcdms Hum\lllO$ que R.t."<.'Ucrdu ·unA noche \:n que ya "'iViC"J\dO <.'1\ cl drparll\11\t"l\lO 54
pólltO<.Jruab;m los di:.tintos p ri)C'(I$0) de dcu:nidos de Marcolet.a 77, Tom: 12 la R('rrwJclad6n S,.n Bt>rja, y estando en
muértOA O Cj('cut:tdos. Tuve t.-.,, tu K'mlY de- que el camino r(.'((ltrldo en mi pit'?.a, \l puntu de unos !iOII0700 en la habitación
f'S05 AftOif, 4:1 infum-eo, lrn.•vt•r'llbk', que se hubieran <Ort..k.lo to- quf' Maril AIK'b. Ah.'J'U'dra y y() Maria Alic;i.l es-
cke puMtt.'S. que toda pucrt;l (('f'f';.l(b. Y no es d. tlOO. en su cama nor.af'du. .. RW.an ""' No nan
Con. Alejandra <unoarnM M Y1acatán C!n agoMo 1974. ¡;ritn.'i, no NbW hl>l\.-ria, ""' accrqué y un .,_......., "T""''P
\l.b biMl t• nuc,.-,;tm-.o o¡os t".:otaban a..-rradol con tnil...W·. dijo dli •om.a•.W uN de m.is manos. htt- un momer'\to que

J7b 377
..mAs he oh.idadf). Sentf como sf desde su mano su"Aicra d dolor y atrjs, lo fundAmMttal es que no pna mi. Es par.t q'Uif'l\("8" dC'5ccn
puara a de 1'1\l pic1. J.:.ra el s;enUmJcnto de miedn que t' buscar en mi vtrdad élcrru.-ntn!l qut COOp.TC.."n con 1411 Msqucda de
me-nudo Inundaba. No pude f:'\•lt..tr acariciar ttut mejiill<)S, artcgfoU' rt...."ipuesloil$. No lu he h(!('h(t sola. n\uchos COO{'f'raron para pudtm
cabcUO!I. Era una nlfla dula:, una nii\a tierna. manta::ncrmc C!fl Además de &M; m('f'ldon.Ktus. hay
que rodic nos - · .,...¡¡., aa:ptaria que las J.jgri· viL-nies tnflcmo que en motncnln5 tsb &pa de mi
""" no h&uco. rambién • lOs robardcs. E.o vicb me dK'I'Un cxm su apoyo y CW'ii\o fuerza ptr" •'g'llir- Ello$ "'"
nnt'hf:> scntf que no habla pna nMOir., f\a\-'CS ni. p.K.'ftH.. Quemad.ls F'J'ick Zott O.u«tllll, Luis Enrique Pet'bla )' Pcdru Mat 1:a Lemoinc.
lis primeras, <.\.-nadas la5 sólo t."SC inficmo. l:rick me rc-cibió <.'Tl tumpt, 1"1\C ayudó a encontrar
Nn sabianlQS cónto i.lytldUmcl!;. Ln tiniro po$lblc era un cug<.T!In y todo lo que nt."tcsilamos mis y yo. Primero t."ónsiguiO JQ.ol
liS 1"1\;ti\OS, u.n Uurar juntas, un call01r. un abrazo. No ncunió mud\J$ alumnos pera que pudlc:ra hacer('!""' de csprud. tutr.o me oon-.'Cnt::Jó
\lt.'CCS. era mrM si nos ser 'f thabW:nus Ra· pan quoe5Cnbocra .,...libro y alC-icl los coniO<IOS oonla fund.nc\n
quo>do W>O>! que contr"lh.
Lui' fue mi médico tn todu el que agublada
y ron surmcn•g«'> luve qut· actlvid&ad .<furanle 1992.
l,.o\ OOGRA WSIC NADAI.. No me prt8Cribió n.'Cctns, !C dio el ti('mpo y 11 paciencia
ayudarme a y c.·uanto iba OC'Urrltrw.lo.
'"' ''·'·!\""' l.••tit' n uN juez lmponcnllC. Sobria, fl'IC."tódic.l t I\'tlro me .-gue Kompa.ñ..lr\do a dondt> su caril\0
IJ\tcliiPlk!. A' que l01 K'fton Olivaf\"S.. e»ndlia capaclcbd y y apoyo mo hon SOSI<.'nido m 1.t tallo,.., los l'""lloo de ju7.g;>dos y
Jtr-.:th'O. Varlu '\-cttS me toc'6 *Sktlr al Taa.'S' Juzp<to 6et Crfrrttft CDt1es. Es mi hcnnotno de alegÑS y desventuras. Cnn\'t"TS.lndo
t.lt.• Santiah"' y A primera ..,5\•
1.& SC"f\\ra Oubr• brimos que:- l.'n ti('mpos dcl J\lrtido Soóalist.a,
Cfil't'i muchos
parece distante. rronto uno se do qut> eso es sólo parte de u1\ y hoy •lamos bu!(ltndo nuc.,.;'IS para tntl;.r de
corrcc.-w cjl_.,.dclo dr. t'IU!I rundoncs. Su mant:ra rfguro5a de !Cf'o'lt a la mu!ll de la dcfenso.l eJe lt15 derechos de la$ personas.
transmite cont¡,n,.a. Uno sale de csc tribunal COf\ l.\ ronvicciún da Por !!Obre todo. Erick. Kiko y Pfdro son mi!. amigos.
que ella ""'' 11a>0a lo itnpusiblc por t>ux-ar I.J •'<!'dad.
OE LA ESClAVlT\11) Y LA UDERTAO.
"NO HE TRABAJADO PARA MI 001.0"
..¿Quién es nti mao.lm y quiCntJs &On D'lit
"Yo. por mi p;•rt-::, C'tll como un canal !1:•· htrmanot?,.. pn:suntd ti Naz.ucno y tX·
IK!o de \In rfo, como un arn:t)'ó 'fU" te! tandl..'ndó :su momo hiela sus di:sdpuk-...
ptC1'de ftl ul'l p.odí1'1 dll"l1'aniso. Yo penM:: d1jo; Esto& soa y mis llmDaaot.
'*VOif • rni hucnA. voy a ""&'" m•• Putt tOdo ft que nacnp&t !a volutüd de
1\'ro mi M ronvinió m rio, mt l,adro ttle-s:lW, tM hr'7miolno, ml
y 1'11 rio en cl m•r ($Jnfcadn. u .. h(ormana y mi •nadru"'

Yo estaba pcrdkill, sólo que en Ql lnfi.emo. Tt¡ltt'l'ldo de saU:r he h«ho En la DlNA hubo g...-nte que M a ser. Que sufrió 004'1tr3<Uc:clo-
muchas coeas, t.-unbíén escribir libro. Sin L'111b¡rgtt, no he trnb.l• nos, que vivk\ ,.mbién un p<UC<OO u..,., de dolor. En .úgunos . . _
jado para mS .o&a.. tampoco lo he hc.och> .sola. Can c¡utcncs mt' aann-- ..- murlau<l, romo lOs guan:u... RDdolfo Conzo!kz Nru
pl.ftoan lt':IICmOI f'l suef\o de que ese mar \OCio$ ti! tifta de 'I'CI'tbd, y Car-los Can'HCO Matus, que fonNn dd h•l.ado de dewptrt'-"
de justici.t. de rt<'Ondliación. cidos hasta e-1 c.l ía de hoy.
Si bien ct d(.'f'tO El tuvo obJctlvo$ que rl aoonteccr En lo personal, me const.1 de 1., detención y torturJ de Rodollo;
378
de Carlos Cai'Jllsco n,o conozco detliJCS; pero son tes- do u:n p:.>so de encim.t, y <"thora el fardo era mfo. Me senté. Tenía que
timonios que cxistt."n de su cas(), Es pn,bablc que ()tros hayan desapa- volver a m i traOOfo (.'n d Cuartel Ceneral. Fui al baño y mir,ndome al
recido por la mi$0\4 Porque il\tenti\ron mitigar el dcsamp;uo y E"Spejo y tratando de sonrefr, me dije; "¡Hola!, ánimo. Te f!l)tan unos
los sufrilni<mtos de otro ser hum.1no. m.:.-scs para cumplir los 30. flacc cuatro affos dt eso.... Me: limpie el
Hay fund:.marius y agentes qu(! vivos, pero con duros rimmel que se 1\abí.'l. currido de las pcstaí\<tS.
costos que aún no logran asimilar; sobre todo porque ellos ''o solid· En CS<.' instante entró .. ..., la S<.-cretaria de "Mólx..._
taron ir Ja PINA, fucro1l enviados por sus instituciuru.-s. Ll que -Ana Marf.¡t; don "Max" la está busca·n do.
vicrOrt o tuvieron que h;u:er, como para todo sobreviviente de 1a época, En tl JX)SUIO y antes de pasar por la ofidna de '1-iaf, me de-
fue atroz. para ellos. MuC'hOS; en la medid.1. de SIJ.S fuerzas y temiendo tuve ftcntc a la ventana. d lug<1r. El pasto c-recía libre y
las lr;\tabun de ayud;.u, Con una paJabra de alientn, un salvajernente. En :m(:dio, una V.1(';l y sv t.:.-mlw. Mas allil un35 casas.
poco de pan, un poco de agua. Salía humo por la chime-nea ... La .,:ida l'Staba presente por doquier y
hubo fundon.1rios d e la DtNA se a(:crcaron a mí se ve-ía hermos.a, y yo estaba aún trasJa ventana... Sólo
J)\'ra p.""()irrn(' perdón, como el caso de un suboficial que reencontré una de las form<ls de mQrir.
L'fl d JX'I'iodo qu(>; trab.1j6 ('n kt F.Nl:
No hi1.."<' ('I;)SC'S ll'luého ti..:m.pu en la E:Nlo porque el año 1978
estuve:.• ron lkenda médica d.cbidn a UJlla n!(:aida t•' mi Mección ¿COMO ODIAR AL Ql1n M ANA PUEDE-SER Ml }IF.f-tMANO?'
pulmonar. Sin em1lill)10; dur;,lnte ('1 scg'u'do SCJtlCStrc dd año 1977,
oomo "->'udante <je Rolf \>Yl•nderoth, tuve q"Uc hacer clases y tomar las Miste-riosos son los r.aminos de qu.:.- se \'<de d Señor. ta ron·
pmcbas ton cJ cur.;.o de suboiid;ales. Altermin3r el curso SC' me ;,l('('r<Ó versión de alguien qu.<' <'OfnO yo mucho In ha ofen.dido, :no l'S un
un cabo que agrad\'dó el que no le hubiese pcrjud.ic.ldo. mérito personal. Es una prueba más del sci'IOrro y grandc-a del •'adre
Al oomjenzo de la oonvérSadón no t.."'Otcndia a qué se rcleria el Huerto, pattl quien nad<1 es imposible.
muclta.cho. Entonce..c; me explkó que hllbíll sido uno de los que Volví a V{'l' G.:.-r,Jnlo Unich el 7 de agosto t.lc 1992,. en un
tstu\'ieron 1\l J\Oéh<' qu<' me violo.lrOn por pr imera \'e:& <.>n Yucatán. Me carec:t.
pidió diS<.'ldpas. Cuando me di awnta de qué$!(! trataba, senti que no Cl•rardo Urricll, quien me torture> en Ttrranova, el que se
quaría esc-uc-har, le que 1\0- i\oCC'C$.11!'iO cxplkaro.1 nada. autocalifiralli-1 dC' fMd$t<l,
Pero insistió. Yo no odio ••l scOOr Urri(-h. Cuando. él me torturó sólo p.lf\l que
-Lo que pasa, foet\orita Ana M.1ria, C'S que si uo le pido discui- yo le-: dijera que lo oditlba, no lu lngr(). Mi respuesta; "Nu lo udin,
J).1S, me voy <1 muy para siempre... Por e¡o queria hllblar mayor\ no fu(.' pensada. Estab.l mal, ima¡;ino q' 1(' Jo dljC'
<:un usted, y bueno, yo no sé si uStC'\.1 lo 'Sabe. P<'rO yo ahí... porque era B$Í. Si :recuerdo hab.!r sentido una profuJ)di'l tristt!U;
Pcrdóocn\e. Por f;1v0r, <:hga <:Jne me ¡x·rdona. e-n un le dije: lfNo lo odio, no entiendo có•m puNe
Mk'ntras me t-.ablaba manos oon nerviosismo y trat:tc as( a una p ersoll>l, a u1w. mujl.-r. ¿No ricllC' ust<'d w\a mo.1tire, nc)
mo\'ia su pie deroch(l como r:lSp31\dO <'1 pi.so. Mo.mtcnía Ja mirada tiene U$1ed Ufl<.1 h<.•nnam1?"' Se r-ió de mf. Yo, Ja puta marxista, prelcn-
baja. Scnlf frfo, Ira. Siglo-s de humiJiación. Cncunscicntt':mente alcé mis dfa coiOCo.lrmc a la altura de sus pariL"Rtcs.
manns. Me di cuPnhll]UC 01h.cm1 no .am;urddil como cs<l noche. (;('r¡ln.io Urrich fue muy dnro conmigo en Sh\ Cln.•
-¡Ci\l:>o! b..trg-o, vari;)s dC'SpuC:-s tu\oc- oportunidad de ('-J\COntrarrne con
-¿Sí, señorita? él....
si le ha« l>\e11 le dig.l qu1..• Jo p.•ntono, vaya tranquUo. Es.taudó dctL'nida en Vill\l Grimaldi supe que a fines d<: 1974, ti
Su frilnqucz.a de huy habla bien de ustt.>d -logré dcdr. tem-
blando.
Salió oorriCJldo, yo diría que iba bien. Como si se hubiese "· Agn:;l(n de Hipona.

381
 l.w: ArM

m.tyor Urrich hal7'.oa sido herido en un ron militantes -SL ¿A qué autu suM?
do.i MI R. Con el ... ;•l<'SI;olOS p<ñO<odos pot proyt'Cble> do - Al ,;g,.........,, Luc-Hlw••
S"""" 1\Jt! lrólsladado o1 1iu>p<tal Mwtar. Mucbus pe.......,.. Ea ese momcmto apandó \U\ ñat 125 bl:olnco.
qut no .cOt rlrf.l. Pt'fO salió ackbnte y h,. « Ns o menos seis EJ mudwcho nw dijo:
ml"5('t \-oh.-ió 3 Villa Gri..mo:kli. -Subo. i..u«<• ,., y ;qu • Dios la pruleja!
Al Ucpr al cuartel Tcrranova, se de que yo estaba con Corriendo wbf al auto que partió de in.m l.xitito. Sin ...«:r Al
v•da (.'1\ 11 ..pequM\1 C'asila" junto a la 1(')-n'e. St-ntf romo deo oonduclor, saqué ellm\3 y dirigiPndo el c01iión haci3 el .-uckl. pa$é lA
•hrf• dt tu\ la y apar('(Í..• C"•mrdo Urrkh. bala y puse el scr,ua'Q, .11 hcmpo qiJ(> <·1 vl•hículo una vdoz
Quedé Entró, y sm <kjur mirarme, oom..'Tll.Ó a ml)rchu, muy Cu:.ndo c1 condu<-lor sintjt) t!l ruido del re-
p,ritar. troceso dcl4.-..rro del nrma. frenó on y casi me gdp<:cl en (11 p.\·
Vc>lvt otc.¡uí de nuc.:-\'u, Vh•f Wlll p.1ra matarlus. rabrisas.
W n.-pitió vari01s ..'CttS.. Ccmcnz.ó a Nrror cómo cuando su/O. a quien y lo vi pálido, gruesas got:;.:.. de tudOf
tn (ll Ho"pil•l Militar,. sólo lo soe;tcn!a el de vivir corria1\ (JOr .su <k.'".JO,h: &lis Y"i cl terror en L.a:.. dcl
4.'U'-'1\Ll> (Un "''o:.
P.Tn>S marxistas"'. mayor lJnich Con.c.lla.
LDf.'&<' • Tarde \'.arios minutot d<;Jrde- tcmbiJr. Ternf Con SU3o ojlS muy obk.7'IOS, st'gub rnirá.ndorne sin ataNr " volvt'r
que K' abn.uriil y de nUC'Io"' a • putir. AJ&ul<n t!"ul •• \'('flfculo que , . _ alris q.,. >alm .....
Un P'' 51e produjo F.l mayor que no:solros. El otm auto tucó la bocii\A,. acclc:ró y doblando Nria 11
Wcndcrolh 1'01C' pn·guntó si bt..ba dt>puc.-tt a partiopar en u.n i7..qu¡rnfa. pasó J'>O" noc-stru lado. El cabo.. &olpcando la
u¡x.-r01tS..'O. 1:.1 gt.'tlL-ral J'inochet habla p<.'diOO .a la OINA que se hiciera puerta vc-hícuJu, gri lfl: a salir o no?, ¡cndC'BI.f;)n radi('l!..
car¡o de 1:. hwcstigaciOn de u1w situ:aew\n dc11ctual. Había que en- Sope 4uc d mayM Urmh pcn<>ó qt•c- Jo malaria. Yo
rontrJr un vchfculo. Le d ije qut> si. QuC' n(l l('t'lf3 (l"tOblt rnas en Ir, qu ila y C.'\SQ uml<tt) d(' Su perplejidad, le m01Url! e l Arma
p<'C\S..\fwJO que irút con él. llad..t unos cumo Rulf sabta que yu subte la palm,l d e: mí mnno ,lblt.•rta, y c:uld.mdo que el
tanta miedo d" la r.,uudia -no podía borrAr d(\ 1UI mente l.a t:xpertcnci:;¡ dirigido lt<•da mí, no h,l<.i" él, IC' di;_-: .. 1;;ard'-':>, m.l)''(\r, me or-
del Ano Nuevo p..t'S;)dO , Ct\ me llevó una p."quCfM denaron que al'IOI'\I,,m (.'Jk.• V('l\(cukJ. $C que ('1 "rrrw JX."((UC'fl,l, pt.'t'O
que rrontu..-c 4.'11 cJ bo.hiUu dCTCCho de la chaqueta de s. t."S S.: u!tlrl.l. F.$tvy a sus cln:l<'t)CS. ¿Me autorizoa a
cucrn que.- mr regak't Lumi. la radio? Creo es Ul'l-.1 d'l.· b$ que debo cumplir .cJUf"'
&•bi_. qlK· si en ausencia de Rulf u..tbJ d arm;a. aunque sólo Sin <S¡l('l\1l ""'P"""J a>nccu! la rodio y de inmo<I.. IO la Contnl
p.tra intimid3r ,.lól.ire, seña ac:rblbda d Cwrttl C4..n.10JI hM d núm('f'O cuo ICtuarbnms
de lnmcdi.lW. le. daña a bs que no mP att"ptllban ('4 arttJtneniO que en opct"dbvu. <;c:.mo c:4 cúdl&o ck- comuniQ('iones a-• d lntf'ma·
pn;"('isaNn jtJ5tirtClr mi pero pn:k..,tJ eso a SiC'r ,·iotcnbda cion.l, no lu\-e prvbh:n\11t. Cambié la radio óll canal qiM' me 1rKho6 1&
nuc,·.unt.'flh!. npetador.:t. Cumcru'.llrnQ$ a c.."looCUC'h{Sr todas Jas oomvniiWdON'" t'IHI't'
EH dll la je-fatura quc- todo ('1 disponible los disrin10s n-.(wik'$ dt.'2ide 111 <'C'ntral. Nos ordC11.1ron diñtirfW)$ hocia
en t. dd Vl'hkulo Nb.•Uu. [n el momento que cl st..-ctnr norlc- de
ordCNI'(Ul a los Rolr lA orden d<' qued:>rse cu Jlabia SJ(':ld<l d pitillO f.•staba f'n lo> gu.tntcra del vchfculu,
Ttrr,\nOva coordit\ar la opcrm.:iúr\ Mdrrelo Moren pcrn a1 escuchar' las órdcnc:., lu duhh.\ lo y Ctt.3nt.lu lncó a
Britu m&: dlrla a c.1ué vehículo subir. t-tolf te y me dijo: "'No nuPStro \'Chículo ('1 lti•\C:rañu. lfl hi<c siu probk'm<ts. Me
importl qut> te YNI\ la Yo 3$tJn'ó 1.1 I'('SponSJbdidad... cd6 en c.o;oo;. bMnQ1. nuyor sólo me mirJIXI y unos cu.antns
S.• U de L& casa putrorual de la VUla. 1:1 suboficial que minutos más en ponrr en rn.trcha el .ttiiO. Cuando lo c:amcn--
rontnübl b de \os o;,·eflk'u'os: 8(' ,.,rpttndló; .zó a preguntar.
- ¿V<1 usa-d wnbi:Cn, Lucccit.a? -¿lksJe cu.inJo armas?
 .... ..,.
-Hatt un par de meses, rNyor. No holbia bomh:. ni hu bu el\frrntam&cntn. Sólo lo robado
-¿Dónc;ko a mant.ju la r>'C.bo? Jl'l'r.l hu1r (.n Lu<'gl:) d(' u o n.-.---r,<'lelo de venta de c1gAm1"'- k)
-No wtú.. JX""O W'l pn de ''CttS qoo me han s.cadu he allartdonaron y huyeron en otro vehic:ulo. Otroa
visto cómo U! usan muy lkil. tp"UJ'IOS que Nb.ia.n • \o:::.tKhos \'Cri:OOS COMI..'n74bian 1 y
-¿Y f'l t'6cliso? a JUnlar:;c e•\ c11ugar.
-Es un intcm'•'donal, .. y &o en una dC'ucla Al voJ,·cr al L'rrit.+t me ha)oat ta nfidtv del
de <UO<J..,. cu.ordo lul GAP. mayor le cMt.:) ni <luando Jo balcoaron slnlió
Me pn,.guntó pot' el itinl'l'lrio que h..1bÚl comunicado a lACen- 0\ás fermt ruando m(' 00 pa>.ar NJ.a al subs.r al auto. it
tr.tl y .,. "'"''"""aliadO. Yo tao\bóén, y .ulo r<S¡><Mb • t. C<ntra1 Ro1f puso una m,.n\0 ':!Ubre mi humbl\) y "'Croo que ho15
cuan6o ésta JX'día ronfirrNC'ión del JlU nto nx.tcto pnr dunde QxllllOS. g.1nado otro Am.i&u. naturall'nl.:niC",. no fue. nunca,. pero dtj6
RcoorM la solbtta ""PI'C>k'>n d• n.i igio>idad del cabo ruanclc> vio \k SPC" oü enemigo.
t:t auto M me tocaba Pronll" <'$h1vimos cerca <k' los
vchkulos. .1:!1 m;;lyor oooducia a tuda vcktcldJd. Me pu.sc i..>l cinturón
de seguridad y lo pn.-guntó si le ayud.lba a P'""""'
ti suyo. Mo doj(i
hacer.
a mayor m s.d c;u' ásarrii10o.:; y "-.e pai6 4
ca¡ct,u,.
-¿CMoci>"' • Salvildor Allm<lo? -mr pn.-guntó.
-Sí, S('t\oT.
-¿Y era C"'ll!U di<t"n'
¿Como d1W qt•i&l. SE"i\ort
todu:. que burracliQ y que vi\ia de orgf3 en
orgia.-
-Nun(l\ lo vf borr.1cho, )ll..•ñor, tumpo('(l vl otr,,f.-.s.
-Itero tú no JX'' Nbcr !:>V vida ...
-AunquP r11c por piXO h('n1pu, viví en Moro y tan,bién
en El Cañaveral
Pero '-:fl la CIJ)ia de Un..1 af'll,lntc.
-De $U sccrctJ ria. teí\or.
Al Ul..pr ,¡ 11tdk'.Ado pot Ct.·ntral, otro ya había
locallzodo el vcbt('ulo. 5<_1 COibldrró posfbilidad de que hubtoc unos
boml».
&jamos, y t•l rn,Lyor dijo:
-¿Cu.ct.nob mis
Si,
AV.tll.(olmo$ pl'gacfM a UN mir.tl\do hari.'llol alto.
de La5 C.'IS.ut m 1$> que, a1 !>Cf'IIU' 1-a:::. sii'C'n..ts y prr\'".\tarse del oprrr.th·o,
<lpagllb.an ''" luo:s y se nout» que rrur.tban trc11 l.t' rorbnas o p..orsia·
Atgult1l con un mcr,Afonu toml'n:tó a ordenar" la!! qliC
se de l.as vcr\tJn.as por si h.lb(a alr,ún cnfrentarNrniiO.

384
 no sólo afecta a l;.b f.anvliJJ <k l.u \"Í<tltn.t." o\ tot comunidad en su
(Onjnnto pOrqm• se nu("Slr;l $QI:IC..'\J.td plural por otra d.i\.i-
dida. en conlrarioc;. abo;oh•tus. Arbilraron el -"bli!n y cl rn:tl'"• .5l"pU'OUOn
o;.od.almcnte .,o hmptu """ lo mm·.
Esa idea: de !Wrrimir .at disklt'SinM mud\o:ts El
oposilor, rcera sunpati.un:c u aJquiri6 un "-alor
d ifl..'f'Cntc y poo.ó .a ser sinónimo dt lJ .lUll'ltu:a y el espanto.
la umnipclt.C'll(ia nevó o1 l.u a la enm:- sal·
sobrtvivir o l':>t.dr L-n pchtm muM('. El c..'jcrddo de la tnrtura
EL I'UJ<IO DE AtEO que doblega el (1JC1))0 y t.·nrnudl'CC la es un ataque a las
y dcsgJ.rrú., todot l.a
l:::l simbulo de lu OfNA. M\.' qu<" CS<' disc"o respondía p lena· Los ;;tilOS gnSLoos lntcnl.:lrl'm dC'jJI'I'I('I!II romo lccn.:ndo una mayoria
tnP.n1e a la dcl o.mmcl ManuL·l de lo qur s..in m<."ffiilria, snNa f i•'l<t.fettllh.' ot lu> ¡¡1\t•,o dn tC'rror y 1uta minoria
dC'bf3 1,1 ni NA. pufto nll !Wl m nvl6 por si solo. T1.'f1Íi.1 bi"JZQ)I, ru:rida quo> no ui t¡ull.:rc otvldnr. 'I'IC'm¡)l)$ de ...ílvc.sc quien
c<1dil uuo• <.k• l.•s orX'rA 11\'<l" 1a DI NA a rticularo n sus mo• ¡')ueda y lil C.lrid,,u ¡'ICH' ('.':153f c:rcan r<'C'iniQS de
vimil'ntt1s que- r(.-gidult pur u n.1 t:úpul.t fueron emitiendo 1,15 lllOI.II.'midad en a lg ui'IOl" á •lilJHU'J y rducrzzm lo'l di6po$iti.,·os ú..:
p..'trd f.ll'l.' \.'SI.' put'IO (Obr';.lrl\ ll\0\•imi!'nlo. que ascgur('n loJ. dltol(.'.i<J dl•14J que se
que el ntlu 1!1177 COl\ ;:tlCW'f\'1 d<'•Hro dfl ('n 1,1; instltt•ctonl-s., y p.. u1a todos los ...
¡:M!I"..JOr\..11 <.:ulrJ('l <:t-n('r,11 1M pasos que iba da ndo t.-se ... Las e-x-perienci.ts ..·.,j e indl\'ldu,tle-s shni.IJ.ces. muestran
kgc11 qoc n.a..:ló como ur\a 103 3 lJ impunidad. La Ley de Arrmi:.do1, q1.W loos del k"n"UT M IIC'rMÍI'\,1n p<)f\)tK.·ll c¡msa haya cesado.
que fue pur La OlNA como UIY ul.i:>de bs dP Lo qtte importa ('o; di5C:Crnir ,u, (urm..b de 3 -.ttCS
Conlt!'ra$". Muy pC')('M entcndiitn &n que d.céa lot k.")' U t:úmv op..TdW. n;onwnentc dC"S<.'Uncc:t.J:dob d" "u y
La bilbba que l.t lA'Y Jc Anmistb ertt de la lmpunkúd. la ocpcricnri.1 O(tt» l_C\."'lVC.i..Jkl-. mUM:tn que- l.l cl.tboradón
F_, OJnoo.o rotM a b distancfu robra dentro de m{ lodo dd horror pt'«isJ e ift\'<lt\kTi • v•ri..""tS Por
dukn. Al P,.'fU\IÜt qUC" \os f('(l)('t'dos y k:ft.. que wuu ..aón d«- Nw,.r y 4..'mpczar de no <"S
tammle d n:M'r, n •5cruifri.t.T11Ul.
.. y d odio., JNI.'do hoy en1t"fldtr fxtib&c. y que d pacto d('( )lic,••-..iu p.an• anular y f'"'«)t('ilar cl honur
c.úmo 1.a bri.lOhA \-fOict\1..\ ck- époc.l intmdu;> en mi "·kl.l y \'i\.ido aJinl(>fltJ ronRK.-.,.. y n...,._..·nnmk-niM. t.;c)lo ttr\.:up.•rar la memoria#
romo accione. atc..'Ctilrun b. "id"' de otros. pvr muy tri.s:C qur S('.l, pUl'ÜC cxurtiar ('"'il" y prepar-ar
( luy o1 o11\c.Js d<•1 1 t de S<"ptie-mtu•(• dP 1973, ruando cscu.. Jas rondicioO('S de un..t n.'Wnc1hant'n'l \·Hd..t,t.c-ra.
cho quP vtolC'nda de (t..tado fue una. R."$ptiC':;ta ncc('S;)ri.'l y cq-ui• El país tk."'lr. qu(" aW y su verdad
valcuk.• 3 1,1 \-I01C,,('I3 dl" 1tt a 1.3 dia adura, siento que lo-. para poder dt'j.lr "'" d p;.la.'ldo lo (JIH' )X'I'Icnocc a {•:,h:, y pensar y
de tmll y utra nu admiten OOtUJXl rxlón. P.tra "''la dicladur• oonstl'uir un futuru librt• d<.•l (llvk10 o l.l •ncntira. MI" do-y que
s.ignifi(a lA (,b<'(\11 IMiura. d<!S<lptlrid6n de JX.'n.lllliiS, clcx.iho. yt> m.•a.:sitC haC"rrJo. Fu(' Jur. indit>pC'J\S..lblc potril poder
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Cu.bCr1tt M.!rtlm:r, b•llcl, 217
Nilid.t, )J 1 1(11, 207, 110.211, 21l-216, 218-220,
Cullt.:.vv, 254 m. 3ts, J6r. '-6.3·31'14, 307,
Nel'Orl. 21.3, 24..', "(.;ull"'1 2U
<>urnt/ln En.\tvril', <Q.lt.P U), 714 l.

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tfluk! (;r-.,uKI"'"' '274. ZAW•r, 2AA. m. 296, JOO.
Ut..kl}. Emlqtlr, ¡U,, "Ourro L«idy"',l66 :\W', ")lj·13&, 3U,
M........ Rti""ICl. 1J.t. lJIQ. R'altt;u\¡o,. 23ii
-
Andr...... 1? 1, 1f.¡ ZIJ
J..s••Vkl
<;..'l.'l'.:t.:mn
"''"'"l.V., """.;)l'dQ,.1!1Q Pl'ri.ao, U 1·:SI.
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