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Ahora bien, habiendo explicado brevemente el contexto del caso, en representación del
señor Pepe Garavito, hemos construido un argumento tomando distintas fuentes y normas
en pro de su defensa y explicar por qué la acción de tutela no debe prosperar.
En primer lugar, el señor Garavito, en función del cumplimiento del artículo 29 de la Carta
Política (1991) Toda persona se presume inocente mientras no se le haya declarado
judicialmente culpable. Quien sea sindicado tiene derecho a la defensa y asistencia de un
abogado escogido por él, o de oficio, durante la investigación y el juzgamiento.
En primer lugar, el señor Garavito, después de cumplir su pena se integró en la vida laboral
en un cargo público, además de cumplir con su proceso de resocialización el cual vamos a
abordar más adelante. Al estar este en tal cargo, es bien sabido que se somete a ciertas
normas las cuales debe cumplir para mantener el puesto laboral, además de desempeñarse
satisfactoriamente en sus funciones.
Siendo así, que el señor Garavito en función de su cargo ante entidad pública, hasta el día
de hoy, no ha hecho más que obrar de buena fe y en pro de satisfacer las necesidades que su
cargo amerita cumplir, por lo tanto, no está bien acusarle y especular de manera arbitraria
sobre hechos los cuales no se ha demostrado que ocurran, en este caso, nos referimos a la
presunción de que el señor sea un peligro para el entorno escolar del que está a cargo, sin
tener indicio alguno en todos sus años de profesión como rector de la escuela, y al
contrario, solo se puede demostrar que sus actos han sido meramente en pro del cuidado del
entorno escolar y cumplimiento satisfactorio de sus funciones como rector.
Ahora bien, dentro del marco de la pena a la que fue sentenciado el señor Garavito y la cual
cumplió por completo, abordaremos el tema de las funciones de la pena.
Como lo expresa el Artículo cuarto del código penal colombiano (ley 599 del 2000). La
pena cumplirá las funciones de prevención general, retribución justa, prevención especial,
reinserción social y protección al condenado.
En síntesis, la pena no es un método de castigo, sino más bien, un garante para cumplir las
funciones previstas en el artículo antes mencionado. En el caso en cuestión, el hecho de que
el señor Garavito cumpliera su pena quiere decir que se deben estar cumpliendo las
funciones de esta, en especial la de reinserción social.
Después de pasado por todo un proceso de rehabilitación, que sea puesto en libertad
satisfactoriamente, quiere decir que este proceso fue exitoso y que el condenado debe
continuar con su proceso de reinserción social, este proceso ya ha sido abordado por la
corte y será mencionado a fondo más adelante.
Dentro del proceso de reinserción social, está el hecho de que el señor Garavito pueda
escoger que hacer con su vida, el decidió obtener un trabajo, el cual en este caso fue ante
una entidad pública y habiendo atravesado un proceso de selección el cual conocemos, esto
quiere decir que fue el mejor para ejercer este cargo frente a los que se presentaron. El
hecho de que los padres de familia presentaran esta petición para que sea retirado de su
cargo afecta, su proceso de reinserción social y su derecho al trabajo.
El estado debe cumplir su función al proteger el derecho al trabajo, puesto que este cuenta
con el amparo del artículo de la constitución y, además, como hemos mencionado
previamente, se debe tomar la presunción de buena fe ya que el señor Garavito en su
cumplimiento de cargo como funcionario público no ha dado motivos ni se han presentado
hechos en los cuales demuestre, por lo menos, indicios de actuar con mala fe.
Si bien los padres familia tienen derecho a presentar peticiones y quejas, estas acciones en
contra del señor Garavito no hacen más que demostrar un hecho de discriminación y
estigmatización.
Las medidas que quieren que se apliquen los padres de familia no responden a una política
criminal garantista del principio de igualdad frente a las demás personas, toda vez que se
estaría permitiendo un castigo de carácter social para el condenado por este delito, además
de discriminatorio y violatorio de los fines de la pena que proclama la resocialización del
reo.
Adicionalmente cabe señalar que según Sentencia T-718/15, ir en contra de un proceso de
reinserción social de una persona que cometió un delito, en este caso de tipo sexual es
atentar en contra de la dignidad humana del señor Garavito, pues esta persona ya ha
purgado una condena necesaria, y proporcional a la gravedad de sus actos delictivos,
demostrando que a su salida ha buscado adaptarse a la vida social de una manera
honorable, sin reincidir de alguna manera en ningún delito, convirtiéndose desde el
ejercicio de su cargo en una persona útil a la sociedad , “La dignidad humana” está
establecida como pilar sobre el que se funda el Estado social y democrático de derecho, la
cual debe ser observada por el legislador específicamente en la etapa de ejecución de la
sanción penal, dado que el tratamiento penitenciario tiene como fin recuperar al infractor
para que una vez vuelva a la vida en libertad integre el conglomerado social.
Este articulo del PIDCP va en concordancia con el artículo 13 de la Carta política en el cual
se menciona que: Todas las personas nacen libres e iguales ante la ley, recibirán la misma
protección y trato de las autoridades y gozarán de los mismos derechos, libertades y
oportunidades.