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TEORIAS DEL APRENDIZAJE

Evaluación e Intervención en un Caso de Ansiedad por


Separación de una Niña Adoptada.
PRESENTACIÓN
La ansiedad por separación (AS) es una respuesta emocional en la cual el infante
presenta angustia al separarse físicamente de quien está vinculado. Se trata de un
miedo adaptativo propio del desarrollo infantil y supone un mecanismo de protección
ante los peligros del entorno si su intensidad es moderada. Sin embargo, si la
ansiedad experimentada es desmedida, puede desencadenar en una manifestación
psicopatológica, el trastorno de ansiedad por separación (TAS).
El presente trabajo tiene como objetivo desarrollar una serie de mecanismos y
técnicas conductuales que resulten efectivas para el caso de una niña 3, 1 años de
edad adoptada en Nepal que presenta ansiedad de separación, problemas de
conducta (de característica temperamental, ansiedad e inhibición) y de vinculación
siendo que estas dificultades interfieren negativamente en la dinámica familiar.
A lo largo del proceso de adaptación a la familia presentó problemas de conducta, y
actualmente, continúa manifestándolos, aunque en menor medida: es retadora, se
frustra con facilidad y utiliza el silencio como forma de llamar la atención. Además, se
observa una grave dificultad para separarse de la madre, lo que limita la vida social de
ambas, y provoca culpa en la madre que sostiene que su hija se siente no querida.

Durante el desarrollo de la terapia se valoró que las respuestas parentales reforzaban


involuntariamente los sentimientos de inseguridad de su hija, ya que si bien fuera de la
casa M era percibida como “una niña tímida, retraída, miedosa, meticulosa y
ordenada” al sentir ansiedad comenzaban una serie de conductas temperamentales
como llorar, no hablar, buscar atención mediante el contacto físico, conductas a las
que los padres responden de forma no sistemática con caricias y consuelos o, cuando
los episodios aumentan en intensidad, con enojo y desaprobación como forma de
castigo momentáneo, pero en ambos casos evitando la separación y favoreciendo
conductas dependientes. 
Este tipo de actitudes por parte de los padres funcionan como reforzadores de las
conductas de M, es decir, que la niña sabe que al llorar recibirá algún tipo de atención
por parte de los padres, y que esa atención funciona como estímulo discriminativo ya
que seguido de ella alguno de los progenitores se acercará a ella para que su
ansiedad disminuya. En otras palabras, los comportamientos problemáticos de la
menor se estaban manteniendo en el tiempo por las consecuencias que obtenía (las
respuestas y actitudes de los padres). 

DESARROLLO
Se empleo la técnica de aproximación sucesiva (moldeamiento) y modelado de
conductas apropiadas y se le proporciono habilidades de afrontamiento ante las
experiencias estresantes de la niña. Con respecto a los padres, se los entrenó en el
refuerzo discriminativo de las conductas positivas y en la extinción de
comportamientos inadecuados. 
Se les explico cómo y por qué eran ellos mismos los que reforzaban el sentimiento de
inseguridad y fragilidad de su hija, al no permitirle (inconscientemente) que afrontara y
aprendiera a manejar las exigencias de encontrarse lejos de sus padres, ya que no la
creían capaz y por eso reforzaban sus conductas de apego problemáticas, su
ansiedad y reducían su posibilidad de resolver problemas de forma autónoma.
El moldeamiento es procedimiento en el que se refuerzan las aproximaciones
sucesivas a una conducta meta (en este caso lograr separarse de los padres). Se
requiere un conocimiento base de la situación en la que se encuentra el sujeto y eso
se demuestra cuando se menciona que en diferentes sesiones se observo la
capacidad de M para separarse de la madre en diferentes situaciones, no pudiendo
concretarse ya que la niña lloraba y buscaba el contacto físico. Si bien se le pide a la
madre que coloque limites ante las demandas de apego desajustadas de M, no es
capaz de mantenerlos.
Debemos tener en claro que para moldear una conducta hasta lograr la conducta meta
es necesario aplicar un reforzador luego de las aproximaciones sucesivas a esta
conducta deseada. En las sesiones posteriores se le presentaran diversos escenarios
a M y su madre que irán escalando en “dificultad” en función del distanciamiento de su
madre y el tiempo que lo mantengan. Por ejemplo, pedirles que se mantengan en sillas
separadas durante la mayor cantidad de tiempo, e ir aumentando la distancia entre las
sillas a medida que la sesión se desarrolla, al mismo tiempo que se suministra alguna
tarea o actividad a M que debe realizar para poder acercarse a su madre (armar
bloques, acomodar cartas). En este caso la presencia de la madre es un reforzador
para M, es decir que la niña esta aprendiendo que realizar determinadas conductas
(que a su vez aumentan su grado de independencia y resolución de problemas) tiene
como consecuencia la aprobación y el acercamiento de la madre, lo que va a
favorecer estas conductas se fijen y se reproduzcan en el futuro.
Es necesario reforzar la conducta deseada y tratar de no reforzar las no deseadas, por
esto se requiere pautar una serie de manejo de los reforzadores que permitan moldear
el comportamiento, y sustituir los comportamientos desagradables. Utilizando un
programa de razón fija, se le otorga un reforzador a M cada vez que ella puede tolerar
una mayor cantidad de tiempo sin estar en contacto con la madre a la vez que
disminuye sus niveles de ansiedad. Para esto, debemos brindarle herramientas al
infante para que aprenda a manejar su ansiedad con comportamientos alternativos a
los que previamente utilizaba (llorar, no hablar) y así tratar de sustituirlos con otros
como, por ejemplo: hablar de como se siente en ese momento.
Por otro lado, podríamos también presentarle a la niña una serie de historias,
diapositivas o imágenes que tengan un personaje de su agrado (puede ser conocido o
inventado, real o ficticio) por ejemplo un conejito pequeño al que debemos intentar que
la niña logre apreciar u otorgarle prestigio. De esta manera, podremos presentar las
conductas que consideremos deseadas a través de este personaje, que será nuestro
modelo.
El modelado implica el aprendizaje de conductas a través de la observación de
modelos. Este procedimiento sostiene que no es necesario experimentar una
experiencia para aprenderla o conocer los reforzadores que se va a obtener al hacerlo,
sino que se pueden aprender conductas nuevas, así como sus consecuencias
positivas o negativas de esas conductas solo con la observación de las mismas.
Observamos el desempeño de un modelo y tratamos de explicarlo o demostrarlo.
Luego lo ensayamos. Recibimos una retroalimentación de nuestro propio desempeño
que se convierte en fuente de información y motivación y se integra con nuestros
conocimientos previos.
Entonces, relatamos una historia en la que el conejo, que siempre quiere estar con su
mama, se da cuenta que al separarse de ella no le sucede nada malo, sino que, al
contrario, recibe valoraciones positivas por parte de sus familiares y amigos y su
madre lo recompensa con caricias. Es necesario interactuar con la niña para saber
cómo actúan sus procesos cognitivos internos y si el modelado está o no dando
resultado. Ella evaluara las recompensas positivas y mediante la observación de esas
conductas, que están siendo realizadas por un modelo importante para ella, se lograra
modificar su conducta. En este caso, el modelo actúa como un estímulo.
CONCLUSION
Finalmente se llegó a la conclusión de que era necesaria la terapia conjunta de la niña
con sus padres, y por otro lado de los padres.
Como se explicó en el desarrollo de este informe, los trastornos conductuales de M
estaban originados en la intervención de varios factores: genéticos, psicológicos y
sociales, pero, además la permanencia de ese tipo de comportamientos se debía a la
incapacidad de sus padres para afrontar este tipo de situaciones con su hija, lo que
provoco que refuercen esas conductas con sus reacciones.
Mediante procedimientos terapéuticos tales como el moldeamiento y el modelamiento
se logro reducir los comportamientos indeseados, acrecentando la emisión de
operantes deseados. Y con los padres se trabajó y entrenó en el manejo de la
contingencia, para que aprendieran a manipular los reforzadores (sociales,
generalizados o contingentes), aplicando o suprimiéndolos según lo amerite la
situación, evitando y/o extinguiendo los reforzadores nocivos.

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