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Contenido de elementos radiactivos en las rocas, suelos y aguas.

Las rocas y los suelos de la corteza terrestre contienen concentraciones variables


del elemento radiactivo 40K y de los miembros de la familia del uranio, del torio y
del atino. Tanto el 40K como algunos de los elementos de estas series poseen un
periodo de semi-desintegración suficientemente grande como para que no hayan
decaído totalmente desde su formación.

Los materiales radiactivos naturales se pueden clasificar en tres categorías:

1. Radisótopos primarios, se llaman así por existir desde que se formó la


tierra, hace cinco mil millones de años, y son aquellos que tienen una vida
media muy larga, quizás como la edad de la tierra o más. El potasio tiene
un isótopo radiactivo de vida muy larga y es parte importante de la
radiactividad natural; el rubidio, el samario y el lutecio también tienen
isótopos radiactivos y contribuyen a la radiactividad natural, pero en menor
escala. El torio y el uranio se encuentran en cantidades variables tanto en el
suelo como en las rocas. Cerca de los yacimientos de uranio y torio, la
radiactividad se encuentra en concentraciones muy superiores a la normal.

La mayoría de los radisótopos primarios proviene del uranio-238, el torio-


232 y, finalmente, el uranio-235.

2. La segunda serie radiactiva empieza con el torio-232, conocida como serie


del torio; cuyo último miembro es el plomo de masa 208, que es estable. En
cada una de las series radiactivas existe un isótopo del gas noble radón
que escapa del material natural y se incorpora a la atmósfera. Estos gases
radiactivos son el radón-220, el radón-222 y el radón-219.

3. Radisótopos inducidos: estos se están produciendo continuamente en la


naturaleza por medio de reacciones nucleares. Ahora sabemos que un
fenómeno se repite continuamente en la naturaleza y es la producción de
isótopos radiactivos. Los radisótopos inducidos se producen en la tierra por
el efecto de la radiación cósmica sobre los elementos en la tierra. Entre los
isótopos radiactivos formados por la interacción de los rayos cósmicos con
diversos elementos se encuentra el carbono-14 (isótopo radiactivo
inducido).

Asimismo, los elementos radiactivos naturales se encuentran distribuidos en


forma bastante uniforme en las rocas y suelos de la corteza terrestre, la cual está
constituida principalmente por basalto y granito.
La mayor parte de esta radiactividad proviene de las series radiactivas naturales,
tiende a escapar de la corteza terrestre y puede ser arrastrada por el agua o algún
otro fluido para migrar hacia la superficie terrestre y pasar finalmente a la
atmósfera. El uranio es mucho más abundante en la naturaleza que otros
elementos comunes; se encuentra en una proporción 40 veces mayor que la plata
y 800 veces mayor que el oro. En la corteza, los granitos contienen una
concentración de uranio que varía de 2 a 6 partes por millón aproximadamente y
una concentración de torio de tres a cinco veces mayor.

Existen regiones en las que, por distintas causas geológicas y geoquímicas, las
concentraciones de los elementos radiactivos son anormalmente altas: es en los
yacimientos de minerales radiactivos donde existen mayores cantidades de uranio
y torio.

Entonces, la concentración con que aparecen los elementos de las cadenas


radiactivas en distintas formaciones geológicas parece ser consecuencia del
proceso de semi-solidificación magmática de aquellas; en general, la radiactividad
está asociada a formaciones antiguas de rocas intrusivas o ígneas, apareciendo
en concentraciones menores en rocas sedimentarias de manera que la
desintegración de las rocas produce suelos de similares características en cuanto
a concentraciones de elementos radioactivos.

Al depender la radiactividad del agua, el contenido radiactivo de los suelos y rocas


por las que fluye, es elevado en aquellas zonas caracterizadas por su alto nivel de
radiación natural a la que está expuesta la población, proveniente de la
desintegración de isótopos radiactivos en la corteza terrestre, de la radiación
cósmica y de los isótopos radiactivos que forman parte de los seres vivos, también
llamada radiación interna. La primera depende del tipo de rocas que existen en el
lugar, la segunda, de la altura sobre el nivel del mar, y la tercera, de la edad del
ser humano y su dieta.

Existen además otras fuentes de radiación que afectan a la población: las que se
utilizan en equipo médico, o bien las que provienen de concentraciones muy
elevadas de radisótopos en recintos cerrados y, en general, del extenso uso que
se ha dado en este siglo a la energía nuclear. 

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