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- PRIMER ACTO -
Dios le anunció a María que quería que fuera la Madre de Jesús. Y ella aceptó de corazón.
Sabía que era pequeña, pero con la ayuda de Dios sabía también que lo podría todo. Fue
muy valiente en aceptar esa responsabilidad tan grande. Y toda su vida se mantuvo fiel a su
compromiso de acompañar a su hijo Jesús.
Hace más de dos mil años, Dios se hizo hombre en el vientre de María. Se hizo uno más de
nosotros y eso lo hizo por amor. Se convirtió en nuestro compañero y amigo. Este hecho
tan importante se llama la “encarnación de Dios”…
Vamos te invito a que recordemos juntos lo que paso por aquel entonces…
SE PREPARA LUCHO
Lucas 1, 26-38
ENTRA MARIA
MARÍA: “Yo soy la servidora del Señor, hágase en mí todo tal como has dicho”
El ángel se retira.
- SEGUNDO ACTO -
María era una mujer pobre, de pueblo. No vestía corona, joyas, ni ropa costosa,.
Dios escogió por madre a una joven de un pueblito del interior. Fue sencilla, pero
con un corazón maravilloso, lleno de Dios y de servicialidad.
Por eso, después de que quedó embarazada, no se preocupó sólo de sí misma,
sino que fue a servir a su prima, Isabel, que también estaba esperando familia.
Y al encontrarse con ella y recibir sus alabanzas, supo aceptarlas con sencillez. Hizo un
canto de bendición a Dios, en el que reconoce que todo lo bueno viene de Él; que todo lo
linda que ella era se lo debía a Dios. ¿Quieren escucharla?
MARÍA: Querida prima, ¿cómo estás?, he venido para acompañarte en este tiempo
delicado de tu embarazo.
ISABEL: “Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre!
¿Cómo he merecido yo que venga a mí la madre de mi Señor? Apenas llegó tu saludo a
mis oídos, el niño saltó de alegría en mis entrañas. ¡Dichosa tú por haber creído que se
cumplirían las promesas del Señor!”.
María se quedó unos tres meses con Isabel, y después volvió a su casa.
-TERCER ACTO-
María, como era costumbre en aquella época, primero se comprometió como muchas chicas
de entonces, con un joven de su pueblo: José, de oficio carpintero, pobre, pero lleno de
amor para darle.
Apenas comprometidos a casarse, antes de haber vivido juntos, María había quedado
embarazada por obra del Espíritu Santo. Esto angustió mucho a José a quién él le revelo el
plan de Dios.
José y María se nos presentan cercanos, pues ellos también tuvieron problemas pero
supieron resolverlos con diálogo, respeto, amor y fundamentalmente con mucha oración. Se
los imaginan…
ENTRA JOSE
Mateo 1,18-25
JOSÉ: Cómo es posible que María me haya engañado. Como hago para salir de esta.
Tengo que hacer algo para que no apedreen a María.
José se va a dormir y en sueños se le aparece el ángel.
Ya sé, la voy a abandonar en secreto. Si sólo así la voy a salvar.
ÁNGEL: “José, no tengas miedo de llevarte a María a tu casa; El hijo que ella espera es si
es obra del Espíritu Santo. Tú eres el que pondrás el nombre al hijo que dará a luz. Y lo
llamaras Jesús, porque él salvara al pueblo de sus pecados”.
Cuando José se despertó, hizo lo que el Ángel del Señor le había ordenado y tomo consigo
a su esposa.
ESTO PUEDE OCURRIR EN EL MISMO LUGAR QUE ISABEL.
JOSÉ: María, ven, siéntate, tengo que pedirte perdón porque he dudado de ti, pensé que me
habías engañado y no sabía qué hacer, pero ahora no dudo que el Señor actuó en ti, y estoy
decidido a colaborar con la obra de Dios.
SALEN DE ESCENA
- CUARTO ACTO -
Jesús no se presentó en la historia como un gran rey, que desde las alturas de su poder
ordena a todo el mundo lo que tiene que hacer. El bajó al barro de la vida, se hizo pequeño
y conoció en carne propia lo que es el sufrimiento humano.
Su familia no encuentra a nadie que los reciba en su casa. El amor le hizo compartir el
nacimiento de los más pobres de este mundo. Jesús nació en la pobreza total: en un pesebre,
que tenía por cuna un montón de alfalfa.
Nos cuesta entender bien lo que significa el hecho de que Jesús nazca tan pobremente. Él
es uno de los nuestros; tomó nuestra miseria para comprendernos y ayudarnos mejor y lo
hizo desde un pobre pesebre en un pequeño pueblito, casi desconocido para el mundo de
aquel entonces.
Lucas 2, 1-7
JOSÉ: María, María… Acabo de oír la noticia!!! Tenemos que ir a Belén para el Censo.
MARÍA: ¿Justo ahora, que ya estoy por dar a luz?
JOSÉ: no nos preocupemos… Dios estará con nosotros.
MARÍA: Preparemos todo para el viaje.
MARÍA: José, José, creo que estoy por dar a luz, busquemos pronto un lugar para
hospedarnos.
JOSÉ: Buen día, Señora, ¿tendrá alojamiento para mí y mi esposa que está por dar a luz?
POSADERA: No, Señor, no tengo…
JOSÉ: Buen día, Señora, ¿Tendrá lugar en su posada, para nosotros?
POSADERA: Imposible con esto del censo tengo todo lleno
JOSÉ: María, no tenemos suerte, no hay lugar en ningún lado, ¿qué vamos a hacer?
MARÍA: José, no te desesperes. Sigamos buscando por otro lado, seguro que vamos a
encontrar algo…
JOSÉ: Buenas tardes, Señora, mi esposa y yo hemos buscado alojamiento en todo Belén y
no hemos encontrado nada, ella está por dar a luz y estamos en la calle. ¿Usted no tendrá
un lugar para nosotros?
POSADERO: No tengo lugar, Señor, no queda ni una habitación. Mmm…si no se
ofenden, sólo les puedo ofrecer un lugar no muy cómodo. No sé si les gustará.
JOSÉ Y MARÍA: No importa, Señor, se lo vamos a agradecer.
POSADERO: Pero no es muy cómodo.
LO LLEVAN HASTA EL PESEBRE!!!
Es un establo donde están los animales, pero…es un lugar calentito, si no les importa
pueden ir allí.
JOSÉ Y MARÍA: Muchas gracias señora.
JOSÉ: Ven, María, ponte cómoda.
MARÍA: José, José…llegó el momento
ENTRAN ANGELES
CANCION ANGELES
- QUINTO ACTO –
Cuando Jesús nació, ese gran acontecimiento fue anunciado en primer lugar a unos
pastores, ellos eran muy despreciados. Se los consideraba a todos como bandidos,
tramposos y mentirosos.
La gran noticia de la historia, que es el nacimiento del Redentor, no se comunicó en primer
lugar a las autoridades, ni a los sacerdotes, ni a la gente estudiada, sino a los más
despreciados de la sociedad.
ENTRAN LOS PASTORES!!!! FUEGUITO???
El mensaje que se les da a aquellos pastores, representantes de todos los despreciados del
mundo, está lleno de alegría y esperanza. En primer lugar se les pide que no tengan miedo.
Y enseguida los ángeles anuncian la buena noticia. El nacimiento de Jesús tiene que ser
motivo de una gran alegría para todo el pueblo. ¿Se imaginan la alegría de los pastores?
Lucas 2, 8-20
ÁNGEL: “No tengan miedo, pastorcitos, vengo a comunicarles una buena noticia, que será
motivo de mucha alegría para todos. Hoy, en la ciudad de David, ha nacido para ustedes un
Salvador, que es el Mesías y el Señor. Vallan a verlo: hallarán a un niño recién nacido,
envuelto en pañales y acostado en un pesebre.”
PASTORES: “Vayamos, hasta Belén, y veamos lo que ha sucedido y que el Señor nos ha
dado a conocer”
CANCION PASTORES
PASTORES: Un ángel se nos apareció y nos contó de este gran acontecimiento. Nosotros
sin perder tiempo hemos venido a adorarlo.
- SEXTO ACTO -
El pasaje de los “Reyes magos” es uno de los más populares en nuestro ambiente. El
evangelio nos habla de unos “magos de oriente”. Se trata de astrólogos, que pretendían ver
en las estrellas el destino del mundo.
Los magos, representantes de los hombres capaces de reconocer la acción de Dios en la
historia, vienen a aceptar a Jesús como rey universal. Los dones que le ofrecen, según las
costumbres de entonces, oro, incienso y mirra, simbolizan sumisión y alianza.
Mateo 2, 1-12
LOS MAGOS: “Dónde está el rey de los judíos recién nacido? Porque hemos visto su
estrella en el oriente y venimos a adorarlo”
PASTORES: Aquí está el Salvador, pasen, pasen y vengan a dorarlo.
LOS MAGOS: Le traemos unos regalos, le hemos traído oro, incienso y mirra.
Cuenta una leyenda que fueron cuatro los Reyes Magos. Tras haber visto la estrella en
Oriente, partieron juntos llevando cada uno sus regalos de oro, incienso y mirra. El cuarto
llevaba vino y aceite en gran cantidad, cargado todo en los lomos de su camello. Tras varios
días de camino se internaron en el desierto. Una noche les sorprendió una tormenta. Todos
se bajaron de sus monturas y, tapándose con sus grandes mantos de colores, trataron de
soportar el temporal refugiados detrás de los camellos, arrodillados sobre la arena. El cuarto
Rey buscó amparo junto a la choza de un pastor. Por la mañana aclaró el tiempo y todos se
prepararon para recomenzar la marcha, pero los Magos habían quedado divididos y Artabán
no aparecía por ninguna parte. Mientras, nuestro cuarto Rey se encontraba frente a un gran
dilema al ser requerido por el anciano. Si ayudaba al buen hombre con sus asuntos se
retrasaría de la caravana y no podría ya seguir con sus camaradas; él no conocía el camino,
y la estrella no daba tiempo que perder. Pero, por otro lado, su buen corazón le decía que no
podía dejar así a aquel anciano pastor. ¿Con qué cara se presentaría ante el Rey Mesías si
no ayudaba a uno de sus hermanos?