Para describir la obra se observan los elementos y principios de composición.

Pero para
interpretar la obra se piensa en lo que se busca o intenta con esa obra.
 ¿Qué quiere decir el artista?
¿Está declarando algo?
¿Busca confrontarnos con algo?
¿Si nos causa incomodidad, qué quiere lograr?
¿Cuál es el contexto de la obra?
Además, pensamos en cómo hemos percibido nosotros todo eso, ¿Podemos entender la
idea de tras de la obra o controversia que provoca?
¿Aprendimos algo acerca de nosotros mismos? ¿Algo que no sabíamos?

Cai Guo-Qiang se basa en la filosofía, la estética y la artesanía chinas en la concepción y

producción de sus obras, pero siempre ha mirado hacia afuera, más allá de las fronteras, las
diferencias culturales, incluso más allá de la Tierra. Su trabajo se esfuerza por sintetizar y
hacernos visibles las fuerzas invisibles de la historia, la memoria y la cultura que dan forma a
nuestras vidas, donde quiera que vivamos, y su capacidad para conectarse no se expresa mejor
que en ese primer suspiro de asombro. Heritage nos ofrece una imagen imborrable, si no
imposible, del mundo natural en un momento de perfecta armonía, al mismo tiempo que evoca
suavemente un estado de crisis, compuesto por 99 réplicas de animales conocida como Falling
Back to Earth (tallados en poliestireno y cubiertos de piel de cabra) que se inclinan para beber
de un lago prístino que evoca las islas de arena de la bahía Moreton de Brisbane. Hay extrañas
versiones de bestias de todo el mundo, desde tigres, jirafas y cebras hasta osos polares y
chimpancés, pasando por wombats y canguros.

La obra se inspiró inicialmente en una imagen que le llegó al artista después de viajar a North
Stradbroke Island (Minjerribah), frente a la costa de Brisbane, en 2011. Además, el título de la
exposición Falling Back to Earth se inspiró en el conocido poema en prosa del poeta Tao
Yuanming del siglo IV, ¡Ah, regreso a casa, voy! “El texto captura el concepto detrás de la
exposición y expresa la idea de volver a casa, regresar a la relación armoniosa entre el hombre y
la naturaleza y volver a abrazar la tranquilidad en el paisaje”, dijo.

El entorno prístino de la obra encarna la percepción de Cai de Queensland como una especie de
"último paraíso", donde los problemas que afectan al resto de los mundos humanos y naturales
aún no se han afianzado. La alegoría que crea Heritage de una sociedad multicultural armoniosa
dentro de un paisaje único y hermoso se entiende como un ideal, cuyas tensiones y fracturas se
encuentran justo debajo de la superficie. El único movimiento es una sola gota de agua que cae
del techo al lago, su leve perturbación nos recuerda que esta convivencia no puede durar.
Empiezan a surgir otras preguntas como las siguentes: ¿qué ha unido a estos animales
inverosímiles? ¿Es este el único lugar donde pueden encontrar sustento y paz? ¿Qué pasaría si
levantaran la cabeza?
Un motivo en curso es el uso de animales, configurados en cuadros narrativos que transmiten la
preocupación del artista por el alejamiento de la humanidad de la naturaleza y su inagotable
tendencia a infligir violencia a los demás. Es una reunión pacífica de depredadores y presas, la
colección de animales de Heritage transmite una solemnidad casi reverencial, en una visión
utópica lírica cargada de incertidumbre. Encarna la imagen de Cai de un 'último paraíso' y su
conciencia de una sensación de crisis en las sociedades contemporáneas de todo el mundo.

Por ultimo podemos apreciar que a base de una situación aparentemente utópica basada en la
tolerancia y la confianza, donde todo tipo de animales se han unido para compartir un espacio
común, en el cual todavía existen paisajes vírgenes y antiguos y se promueve la diversidad
cultural. Se presenta un mensaje de esperanza a través de su visión romántica. Sin embargo,
tambien puede transmitir fácilmente una sensación de desesperanza, retratando animales que,
a pesar de sus instintos, deben compartir este charco de agua para sobrevivir. Asi mismo somos
los seres humanos.