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Taller Quinto y Sexto J. Ramos, F. Visconti, B. Zang.

En este texto nos proponemos justificar la política del empleo/trabajo garantizado (TG de ahora en
adelante) a partir de la concepción de justicia distributiva de John Rawls (Justicia como Equidad),
Amartya Sen (Enfoque de las Capacidades) y Roemer (Igualdad de Oportunidades).

Para introducirnos al tema brevemente, veamos la definición que da Garzón acerca del empleo
garantizado, según este es: “la política que garantiza a todo ciudadano o ciudadana su derecho a
disponer de un puesto de trabajo en condiciones dignas y con carácter indefinido solo por el hecho
de haber nacido y ostentar la condición de ciudadano o ciudadana. Es un derecho de ciudadanía
que habrá que garantizar y del que se hace responsable el Estado como representante de la
sociedad.”1

Luego de haber visto la definición resulta más claro el por qué seleccionamos estos autores para
abordar la temática del TG, ya que estos, en lo que se refiere a la justicia distributiva, apuntan al
asegurar ciertos recursos o medios, con sus distintas matizaciones, que le permitan a las personas
el desarrollo de su plan vital.

Desde la óptica de Rawls, si pensamos al empleo como necesario para el desarrollo personal y
social, el TG lo que hace es garantizar un medio para ello, y como este medio estaría distribuido
igualitariamente, la podríamos considerar una política justa.
Asimismo, Rawls sostiene que las instituciones son las encargadas de compensar a quienes están
en peores condiciones (los desaventajados), en el caso del TG el encargado sería el Estado y a
quienes compensa sería a los desocupados. De acuerdo con el autor, las instituciones deben de
garantizar los bienes primarios sociales, y podríamos asumir que el trabajo sería uno de estos.
Según Rawls, el bien primario más importante es el de las bases sociales del autorrespeto, ya que
permite que cada persona se considere a sí misma valiosa y a su proyecto vital, apuntando así a la
cooperación social.2 En este caso, el TG es relevante para fortalecer esta dimensión social.
Recordemos que esta política propone un tipo de empleo que escapa de la lógica capitalista, por lo
que sus beneficios no son tan sólo económicos (rentables), sino que también trae consigo la
posibilidad de que las personas desempleadas participen en el vida pública, satisfaciendo así
diversas necesidades personales, sociales, ecológicas y culturales.3 De este modo, el TG se plantea
como un reforzamiento del autorrespeto, ya que el empleo le permite a la persona sentirse útil
socialmente, y la propia sociedad reconoce el valor que esta aporta a ella, generando así un vínculo
de reciprocidad.
Para finalizar con Rawls nos parece relevante enfatizar en la concepción de sujeto que este tiene.
Este supone al sujeto como una persona que toma parte de la vida social, como un ciudadano que
coopera en sociedad4. Será en el TG donde esta noción de sujeto va a ser revalorizada, ya que la
forma en que se determinan los trabajos a realizar, quiénes trabajarán, cómo se supervisarán, etc,
se determina a través de la participación democrática de la sociedad civil en los distintos municipios.5
Por lo tanto, el TG será una herramienta notable para consolidar la democracia y sus
correspondientes mecanismos y procedimientos, ideas vinculadas con Rawls y que son sumamente
importantes para el desarrollo de una sociedad justa.

Anteriormente mencionamos, mínimamente, el valor del empleo. La idea ahora es desarrollar más
esta valía a partir del Enfoque de las Capacidades de Amartya Sen. Nos parece relevante este
enfoque ya que el énfasis no está puesto directamente en el medio o recurso que se distribuye, sino
en lo que este significa para las personas, en las libertades reales que adquieren6 . Para evaluar el

1
“Diálogo entre David Casassas y Eduardo Garzón sobre la renta básica y el empleo garantizado”. Revista Papeles
(FUHEM) Nº 140 2017/18, p. 142
2
“Concepciones de justicia contemporáneas”. Gustavo Pereira. p.10
3
Trabajo Garantizado Aplicación en entidades locales y/o autonómicas”. Eduardo Garzón. Revista Pensar desde abajo.
p. 127
4
“Concepciones de justicia contemporáneas”. Gustavo Pereira. p. 8
5
Trabajo Garantizado Aplicación en entidades locales y/o autonómicas”. Eduardo Garzón. Revista Pensar desde abajo.
p. 126
6
“Concepciones de justicia contemporáneas”. Gustavo Pereira. p. 16
valor que tiene el empleo para las personas es fundamental el concepto de capacidad. La
capacidad puede ser entendida como la libertad real que tiene una persona para alcanzar aquello
que considera preciado. De esta forma, podemos pensar que la política del TG lo que busca es
asegurar un conjunto de capacidades (libertades) para alcanzar lo que uno juzga como valioso.
Desde este marco, podemos pensar al TG como una política igualitaria ya que asegura, para todas
las personas capaces de trabajar, la libertad real de hacerlo. Mientras que sin el TG, a pesar de que
uno quiera trabajar formalmente, e incluso se capacite para ello, el empleo no estaría garantizado,
por lo que no existiría la capacidad (libertad) de emplearse. Asimismo, la libertad real también se
vería fortificada si tenemos en cuenta que el poder de negociación de las personas aumenta,
teniendo mayor libertad a la hora de decidir en dónde emplearse, sin verse forzados a trabajar en
condiciones precarias. De esta manera, el TG se plantea como una propuesta que busca afianzar
condiciones mínimas de dignidad (idea que está en Sen como en Dworkin). De igual forma, y ya que
nos referimos a los mínimos, el TG será de gran utilidad para establecer un salario mínimo formal,
asegurando un ingreso adecuado para hacerle frente a las necesidades básicas.
Por lo tanto, el TG será esencial para la agencia de las personas, aumentando su libertad para que
cada uno pueda desarrollar su plan vital, para que cada uno pueda autorrealizarse.

Ya que nos referimos a la idea de que cada uno se desarrolle como persona, parece necesario hacer
una breve mención de lo que propone Roemer en su formulación de la igualdad de oportunidades. El
objetivo principal de este enfoque es el de garantizar la igualdad de acceso a aquellos aspectos
relevantes para alcanzar los fines vitales7. Desde la perspectiva de Roemer, lo que se intentará
igualar serán las habilidades y las capacidades de las personas, y con esto igualar los puntos de
partida.
El fenómeno social del desempleo escapa de la responsabilidad de las personas, por lo que no es
justo que hayan personas desocupadas ya que se trata de un hecho arbitrario. Por lo tanto, la
intervención del Estado para asegurar el empleo para todos es necesaria, para así mejorar la
situación de los desempleados y reducir la desigualdad que esta posición genera. No se trata de una
igualdad total, ya que habría diferencia entre el sector público y privado, además que en los distintos
trabajos, pero sí sería un paso significativo para reducir la brecha entre empleados y desempleados.
Asimismo, se podría sostener que también habría una mayor igualación de las habilidades de los
trabajadores, debido a la capacitación que estos recibirán en sus empleos.

7
Ídem. p. 19.

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