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Haberle - Verdad y Poder
Haberle - Verdad y Poder
Peter Häberle, catedrático de Derecho cial”’5, convirtiéndose en “un soplo de aire fres-
Público en la Universidad de Bayreuth, es sin co de ética y honradez en un mundo salpicado de
duda un hombre de cultura en el sentido más tantas corruptelas nacionales e internacionales”6.
amplio de la palabra, “un renacentista en pleno Si bien el profesor Häberle, con la hu-
siglo XXI”2. Como tal se distingue por “discu- mildad propia del Maestro, se considera un
rrir calzando botas de siete leguas”3 y por ser enano que escudriña el horizonte jurídico so-
dueño de “un discurso cuya riqueza en perspecti- bre los hombros de los cuatro gigantes de Wei-
vas no encuentra parangón en la literatura jurí- mar, Kelsen, Schmitt, Heller y Smend7, metá-
dica contemporánea”4. Es así como con gran fora que ha permitido a Mikunda destinarle el
acierto se ha afirmado que su pensamiento se siguiente verso: “Al pergeñar Justicia entre Re-
caracteriza por el hecho de “que ‘trasciende’ giones / sueña otear un mundo en Arte unido /
siempre la concreta realidad positiva y va ‘más encaramado a hombros de gigantes”8, no dudo
allá’ de los planteamientos tradicionales, alejado en afirmar, al haber conocido parte de su vas-
en particular de todo ‘positivismo jurispruden- tísima obra, que enano no es, sino que gigan-
te, un gran gigante, tanto como los de Wei-
cionales y una Lección Jubilar (Lima, Editorial Pa- vó la conversación fue lo que él llamó los “gigantes
lestra) p. 12. En análogo sentido, V ALADÉS , Diego de Weimar” y que constituían un quartetto (…) En
(2003): “Peter Häberle: Un Jurista para el siglo opinión de Häberle, nosotros en la actualidad so-
XXI. Estudio Introductorio”, en: HÄBERLE, Peter, mos prácticamente obreros del Derecho constitu-
El Estado Constitucional (México D.F., Instituto de cional, discretos enanos que para ver más lejos,
Investigaciones Jurídicas, Universidad Nacional para poder avanzar, nos tenemos que subir a los
Autónoma de México) p. LXV. hombros de los gigantes de Weimar, que son Kel-
3 LÓPEZ P INA , Antonio (1998): “La Vocación Cívi- sen, Schmitt, Heller y Smend”. GARCÍA BELAÚN-
ca Universal de Pedro Häberle”, en: HÄBERLE, Pe- DE, Domingo (1998): “Los gigantes de Weimar. A
ter, Libertad, igualdad, fraternidad. 1789 como His- propósito de una visita de Peter Häberle”, Ius et
toria, Actualidad y Futuro del Estado Constitucional Veritas, Nº 17, p. 13.
(Madrid, Editorial Trotta) p. 10. 8 M IKUNDA , Emilio (2006): “Soneto Homenaje a
4 L ÓPEZ P INA (1998) p. 10. Peter Häberle”, en HÄBERLE (2006) p. v.
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Recensiones
mar 9. Y en este sentido permítaseme hacer nos demuestra el error que ello importa y sitúa
mías las palabras de Fernández Segado, quien a la verdad en el centro mismo del Estado
sobre él afirmara que se trata de “un jurista que, constitucional y, a su vez, en el centro mismo
a partir de un bagaje intelectual y cultural ex- del Derecho Constitucional.
traordinario, que desborda por doquier el propio En efecto, el profesor Häberle nos ense-
de la ciencia jurídica, ha orientado el conjunto de ña que el Estado constitucional está llamado a
sus reflexiones hacia la construcción de una cien- una eterna búsqueda de la verdad o, mejor di-
cia de la coexistencia cuyas coordenadas trascien- cho, verdades, debiendo promover y respetar, a
den a su propio país en cuanto sientan las bases de su vez, la búsqueda que de ella o ellas efectúen
un Derecho constitucional no especulativo, enrai- los individuos y cuerpos intermedios. Búsque-
zado en la realidad socio-cultural, abierto, diná- da que, paradójicamente, mientras más estéril
mico y presidido siempre por el respeto a la digni- e infructuosa le resulte consolida de mejor
dad del ser humano y el servicio de la justicia”10. modo esa clase de Estado, en tanto que si tal
Ahora bien, el libro que tengo el honor búsqueda concluye, esto es, arriba a una ver-
de reseñar, que constituye por cierto una feha- dad –que como tal pretenda ser impuesta por
ciente prueba de lo antes dicho sobre el autor, este por sobre las otras, que desde ese momen-
estudia la relación que debe existir entre el Es- to pasan a ser verdades a medias o, lisa y llana-
tado constitucional y la verdad y, a su vez, mente, mentiras o falsedades–, acaba el Estado
entre esta última y el Derecho. Título y tópico constitucional y principia el totalitario. En
que, reconozcámoslo, para nuestro medio, este sentido nos recuerda que “El tipo de Esta-
acostumbrado a un debate jurídico reducido al do constitucional, i. e. democracia plural, mues-
mero positivismo, esto es, a las ecuaciones, su- tra ser hoy día la forma de gobierno más exitosa
mas y divisiones normativas, pareciera hallarse (aunque constantemente susceptible de perfeccio-
extramuros de la “Ciencia Jurídica” o, a lo me- namiento). El Estado constitucional se contrapo-
nos, en la órbita fronteriza de la filosofía del ne a cualquier tipo de Estado totalitario del co-
Derecho11. Häberle, con este luminoso libro, lor que sea, a cualquier ambición de verdad
absoluta y a cualquier monopolio de información
e ideología totalitaria12. Su característica más
9 Coincidentemente con lo aseverado, César Landa importante reside en no dar cabida a la verdad
Arroyo, actual presidente del Tribunal Constitucio- absoluta, sino en concentrarse permanentemente
nal del Perú, ha señalado sobre Peter Häberle: “En en la búsqueda de la misma. De igual modo,
este horizonte cultural cada vez más sin fronteras, pude decirse que se erige sobre la reemplazabili-
con justa razón Häberle es considerado como uno de dad y perceptibilidad de cualquier “verdad”, en-
los epílogos de la cultura jurídico-constitucional ale- tendiendo estos fundamentalmente en plural y no
mana del presente siglo, después de Kelsen, Schmitt,
en singular, y sin imponer nada”13.
Heller, Smend y Hesse; debido a una prolífica y de-
safiante producción constitucional, siempre un paso
Demostrada la importancia que tiene
delante de las circunstancias históricas y, sobre todo, la verdad para el Estado constitucional, el au-
fundamentando su trabajo científico humanística- tor desarrolla varios mecanismos jurídicos,
mente, desde la teoría de los derechos fundamentales preferentemente constitucionales, “para tomar
y la teoría de la democracia”, LANDA ARROYO, César las precauciones suficientes, y no se repita que
(2003): “Introducción”, en HÄBERLE, Peter: La Li- Estados, hoy como en el pasado, se fundamenten
bertad Fundamental en el Estado Constitucional (Gra-
nada, Editorial Comares) p. xxii.
10 F ERNÁNDEZ S EGADO , Francisco (2003): “Estu- 12 “El sistema totalitario de los Estados socialistas,
dio Preliminar. Peter Häberle: la gigantesca cons- marxistas, leninistas que hoy día deben ser supera-
trucción constitucional de un humanista europeo”, dos, se sostenía precisamente sobre la base de “verda-
en H ÄBERLE, Peter, La garantía del contenido esen- des ordenadas”, así como también de mentiras cons-
cial de los derechos fundamentales (Madrid, Dykin- cientes, falsificación de hechos, monopolio de poder
son) p. xxiv. e información hasta de ‘ministerios de la (no) ver-
11 F OUCAULT , Michel (1992), La verdad y las for- dad’”. HÄBERLE (2006) pp. 104-105.
mas jurídicas (Madrid, Gedisa) 174 pp. 13 H ÄBERLE (2006) pp. 113-114.
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Recensiones
en no verdades, instrumentalicen la mentira todos los demás sobre todo a los que detentan el
para sus fines de dominio e institucionalicen la poder, exigir de este el respetar la verdad y crear
producción de no verdades según sus distintos con todos un espacio para que tengan lugar discu-
resultados” 14. siones democráticas públicas”16. A su vez, nos re-
Como se aprecia, el aporte más genuino cuerda que el Derecho es un arte (ars boni et
de este libro es el llamado de atención que reali- aequi), que necesitado es de historia y filosofía,
za para “tomar conciencia del debate filosófico en pues sin ellas “se transforma en una mera tecnolo-
torno a la verdad”, puesto que “como juristas no gía, en un mero juego de normas, en algo pura-
nos podemos dar por satisfechos simplemente con mente procedimental, adjetivo, adventicio, super-
recibir una definición, porque de esta forma se ficial y, lo que es peor, en un mero instrumento de
podría tomar la parte por el todo”15 o, si se quie- poder, de dominación del más fuerte, sea uno,
re, para reparar en la importancia del “principio muchos o la mayoría”17.
que dice que el ciudadano debe asumir su parte de
responsabilidad en el destino de la sociedad entera CRISTIAN ROMÁN CORDERO18
y comportarse siempre conforme al espíritu de este Instructor de Derecho Administrativo
principio: dar voz a la verdad, darla a conocer a Universidad de Chile