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Revista Chilena de Derecho, vol. 36 N0 2, pp.

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Recensiones

HÄBERLE PETER (2006): VERDAD Y ESTADO CONSTITUCIONAL (MÉXICO D.F.,


INSTITUTO DE INVESTIGACIONES JURÍDICAS, UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓ-
NOMA DE MÉXICO), 151 PP.

HÄBERLE PETER (2006): TRUTH AND CONSTITUTIONAL STATE (MÉXICO D.F.,


INSTITUTO DE INVESTIGACIONES JURÍDICAS, UNIVERSIDAD NACIONAL
AUTÓNOMA DE MÉXICO), 151 PP.

“El poder incurre en la falsedad, porque es prisionero de algunas mentiras. El


poder falsea el pasado, el presente y el futuro… El poder falsea datos estadís-
ticos. El poder disimula el respeto a los derechos humanos. El poder disimula
no perseguir a nadie. El poder disimula no tener miedo a nada. El poder
disimula que no disimula nada…”.1.

Peter Häberle, catedrático de Derecho cial”’5, convirtiéndose en “un soplo de aire fres-
Público en la Universidad de Bayreuth, es sin co de ética y honradez en un mundo salpicado de
duda un hombre de cultura en el sentido más tantas corruptelas nacionales e internacionales”6.
amplio de la palabra, “un renacentista en pleno Si bien el profesor Häberle, con la hu-
siglo XXI”2. Como tal se distingue por “discu- mildad propia del Maestro, se considera un
rrir calzando botas de siete leguas”3 y por ser enano que escudriña el horizonte jurídico so-
dueño de “un discurso cuya riqueza en perspecti- bre los hombros de los cuatro gigantes de Wei-
vas no encuentra parangón en la literatura jurí- mar, Kelsen, Schmitt, Heller y Smend7, metá-
dica contemporánea”4. Es así como con gran fora que ha permitido a Mikunda destinarle el
acierto se ha afirmado que su pensamiento se siguiente verso: “Al pergeñar Justicia entre Re-
caracteriza por el hecho de “que ‘trasciende’ giones / sueña otear un mundo en Arte unido /
siempre la concreta realidad positiva y va ‘más encaramado a hombros de gigantes”8, no dudo
allá’ de los planteamientos tradicionales, alejado en afirmar, al haber conocido parte de su vas-
en particular de todo ‘positivismo jurispruden- tísima obra, que enano no es, sino que gigan-
te, un gran gigante, tanto como los de Wei-

1 H AVEL, Václav (1989): Versuch in der Wahrheit zu


leben, p.18, citado por HÄBERLE, Peter (2006): Ver-
dad y Estado Constitucional (México D.F., Instituto 5 BRAGE CAMAZANO (2004) pp. 12-13.
de Investigaciones Jurídicas, Universidad Nacional 6 MIKUNDA (2000) “Introducción”, en: HÄBERLE,
Autónoma de México) p. 46. Peter, Teoría de la Constitución como Ciencia de la
2 B RAGE C AMAZANO , Joaquín (2004): “Nota Limi- Cultura (Madrid, Editorial Tecnos) p. 19
nar”, en: HÄBERLE , Peter, Nueve Ensayos Constitu- 7 En este sentido: “…otro de los temas en que deri-

cionales y una Lección Jubilar (Lima, Editorial Pa- vó la conversación fue lo que él llamó los “gigantes
lestra) p. 12. En análogo sentido, V ALADÉS , Diego de Weimar” y que constituían un quartetto (…) En
(2003): “Peter Häberle: Un Jurista para el siglo opinión de Häberle, nosotros en la actualidad so-
XXI. Estudio Introductorio”, en: HÄBERLE, Peter, mos prácticamente obreros del Derecho constitu-
El Estado Constitucional (México D.F., Instituto de cional, discretos enanos que para ver más lejos,
Investigaciones Jurídicas, Universidad Nacional para poder avanzar, nos tenemos que subir a los
Autónoma de México) p. LXV. hombros de los gigantes de Weimar, que son Kel-
3 LÓPEZ P INA , Antonio (1998): “La Vocación Cívi- sen, Schmitt, Heller y Smend”. GARCÍA BELAÚN-
ca Universal de Pedro Häberle”, en: HÄBERLE, Pe- DE, Domingo (1998): “Los gigantes de Weimar. A
ter, Libertad, igualdad, fraternidad. 1789 como His- propósito de una visita de Peter Häberle”, Ius et
toria, Actualidad y Futuro del Estado Constitucional Veritas, Nº 17, p. 13.
(Madrid, Editorial Trotta) p. 10. 8 M IKUNDA , Emilio (2006): “Soneto Homenaje a
4 L ÓPEZ P INA (1998) p. 10. Peter Häberle”, en HÄBERLE (2006) p. v.
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mar 9. Y en este sentido permítaseme hacer nos demuestra el error que ello importa y sitúa
mías las palabras de Fernández Segado, quien a la verdad en el centro mismo del Estado
sobre él afirmara que se trata de “un jurista que, constitucional y, a su vez, en el centro mismo
a partir de un bagaje intelectual y cultural ex- del Derecho Constitucional.
traordinario, que desborda por doquier el propio En efecto, el profesor Häberle nos ense-
de la ciencia jurídica, ha orientado el conjunto de ña que el Estado constitucional está llamado a
sus reflexiones hacia la construcción de una cien- una eterna búsqueda de la verdad o, mejor di-
cia de la coexistencia cuyas coordenadas trascien- cho, verdades, debiendo promover y respetar, a
den a su propio país en cuanto sientan las bases de su vez, la búsqueda que de ella o ellas efectúen
un Derecho constitucional no especulativo, enrai- los individuos y cuerpos intermedios. Búsque-
zado en la realidad socio-cultural, abierto, diná- da que, paradójicamente, mientras más estéril
mico y presidido siempre por el respeto a la digni- e infructuosa le resulte consolida de mejor
dad del ser humano y el servicio de la justicia”10. modo esa clase de Estado, en tanto que si tal
Ahora bien, el libro que tengo el honor búsqueda concluye, esto es, arriba a una ver-
de reseñar, que constituye por cierto una feha- dad –que como tal pretenda ser impuesta por
ciente prueba de lo antes dicho sobre el autor, este por sobre las otras, que desde ese momen-
estudia la relación que debe existir entre el Es- to pasan a ser verdades a medias o, lisa y llana-
tado constitucional y la verdad y, a su vez, mente, mentiras o falsedades–, acaba el Estado
entre esta última y el Derecho. Título y tópico constitucional y principia el totalitario. En
que, reconozcámoslo, para nuestro medio, este sentido nos recuerda que “El tipo de Esta-
acostumbrado a un debate jurídico reducido al do constitucional, i. e. democracia plural, mues-
mero positivismo, esto es, a las ecuaciones, su- tra ser hoy día la forma de gobierno más exitosa
mas y divisiones normativas, pareciera hallarse (aunque constantemente susceptible de perfeccio-
extramuros de la “Ciencia Jurídica” o, a lo me- namiento). El Estado constitucional se contrapo-
nos, en la órbita fronteriza de la filosofía del ne a cualquier tipo de Estado totalitario del co-
Derecho11. Häberle, con este luminoso libro, lor que sea, a cualquier ambición de verdad
absoluta y a cualquier monopolio de información
e ideología totalitaria12. Su característica más
9 Coincidentemente con lo aseverado, César Landa importante reside en no dar cabida a la verdad
Arroyo, actual presidente del Tribunal Constitucio- absoluta, sino en concentrarse permanentemente
nal del Perú, ha señalado sobre Peter Häberle: “En en la búsqueda de la misma. De igual modo,
este horizonte cultural cada vez más sin fronteras, pude decirse que se erige sobre la reemplazabili-
con justa razón Häberle es considerado como uno de dad y perceptibilidad de cualquier “verdad”, en-
los epílogos de la cultura jurídico-constitucional ale- tendiendo estos fundamentalmente en plural y no
mana del presente siglo, después de Kelsen, Schmitt,
en singular, y sin imponer nada”13.
Heller, Smend y Hesse; debido a una prolífica y de-
safiante producción constitucional, siempre un paso
Demostrada la importancia que tiene
delante de las circunstancias históricas y, sobre todo, la verdad para el Estado constitucional, el au-
fundamentando su trabajo científico humanística- tor desarrolla varios mecanismos jurídicos,
mente, desde la teoría de los derechos fundamentales preferentemente constitucionales, “para tomar
y la teoría de la democracia”, LANDA ARROYO, César las precauciones suficientes, y no se repita que
(2003): “Introducción”, en HÄBERLE, Peter: La Li- Estados, hoy como en el pasado, se fundamenten
bertad Fundamental en el Estado Constitucional (Gra-
nada, Editorial Comares) p. xxii.
10 F ERNÁNDEZ S EGADO , Francisco (2003): “Estu- 12 “El sistema totalitario de los Estados socialistas,
dio Preliminar. Peter Häberle: la gigantesca cons- marxistas, leninistas que hoy día deben ser supera-
trucción constitucional de un humanista europeo”, dos, se sostenía precisamente sobre la base de “verda-
en H ÄBERLE, Peter, La garantía del contenido esen- des ordenadas”, así como también de mentiras cons-
cial de los derechos fundamentales (Madrid, Dykin- cientes, falsificación de hechos, monopolio de poder
son) p. xxiv. e información hasta de ‘ministerios de la (no) ver-
11 F OUCAULT , Michel (1992), La verdad y las for- dad’”. HÄBERLE (2006) pp. 104-105.
mas jurídicas (Madrid, Gedisa) 174 pp. 13 H ÄBERLE (2006) pp. 113-114.
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en no verdades, instrumentalicen la mentira todos los demás sobre todo a los que detentan el
para sus fines de dominio e institucionalicen la poder, exigir de este el respetar la verdad y crear
producción de no verdades según sus distintos con todos un espacio para que tengan lugar discu-
resultados” 14. siones democráticas públicas”16. A su vez, nos re-
Como se aprecia, el aporte más genuino cuerda que el Derecho es un arte (ars boni et
de este libro es el llamado de atención que reali- aequi), que necesitado es de historia y filosofía,
za para “tomar conciencia del debate filosófico en pues sin ellas “se transforma en una mera tecnolo-
torno a la verdad”, puesto que “como juristas no gía, en un mero juego de normas, en algo pura-
nos podemos dar por satisfechos simplemente con mente procedimental, adjetivo, adventicio, super-
recibir una definición, porque de esta forma se ficial y, lo que es peor, en un mero instrumento de
podría tomar la parte por el todo”15 o, si se quie- poder, de dominación del más fuerte, sea uno,
re, para reparar en la importancia del “principio muchos o la mayoría”17.
que dice que el ciudadano debe asumir su parte de
responsabilidad en el destino de la sociedad entera CRISTIAN ROMÁN CORDERO18
y comportarse siempre conforme al espíritu de este Instructor de Derecho Administrativo
principio: dar voz a la verdad, darla a conocer a Universidad de Chile

16 HAVEL (1989) pp. 45-46.


17 SOTO KLOSS, Eduardo (2006): “La responsabili-
dad del Estado. Una introducción histórica indis-
pensable para su debido entendimiento”, en: VV.
AA., Responsabilidad del Estado-Administración
(Santiago, Universidad Santo Tomás) p. 11.
18 Licenciado en Ciencias Jurídicas, Universidad de

Chile, Intructor de Derecho Administrativo de la


14 HÄBERLE, Peter (2006) p. 105. misma universidad. Correo electrónico:
15 HÄBERLE, Peter (2006) p. 148. croman@derecho.uchile.cl

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