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LA ENSEÑANZA DE LA LAUDERÍA EN LATINOAMÉRICA: ENTRE LA

TRADICIÓN Y LA INSTITUCIONALIZACIÓN.

Autora: Daniela Santoyo García*

*Universidad Autónoma de Zacatecas. Unidad Académica de Historia. Maestría en Humanidades Línea Formación
Docente. santoyo.dan@gmail.com

Resumen

Cuando nos referimos a la enseñanza en la elaboración y construcción de instrumentos


musicales, se puede decir que hay lauderos que tienen un título de Licenciado en Laudería, otros
que fueron unos años a la escuela y después la dejaron para dedicarse a la vida profesional de la
laudería más anticipadamente, otros lauderos recibieron una formación como parte de su
herencia familiar, algunos fueron al taller de otro laudero a trabajar y aprender, y ya que estamos
en pleno siglo XXI, hay lauderos que aprendieron el oficio mediante videos de YouTube, foros,
blogs y otros medios y plataformas digitales que se encuentran a la mano hoy en día. En la praxis
profesional también hay muchas diferencias, ya se mencionó que pueden hacer diferentes
instrumentos, pero también existen personas a las que se les denomina lauderos, que no
construyen y que se dedican exclusivamente a reparar y/o restaurar instrumentos. Entonces, sólo
nos queda preguntarnos ¿qué hace que a una persona se le pueda denominar laudero? ¿cómo fue
el desarrollo de este oficio, de tradición europea, en nuestro continente? Y ¿cómo se ha sido el
proceso de enseñanza de este?

Palabras clave- Educación, laudería, luthería, instrumentos musicales, historia.

Abstract

When we refer to the teaching in the elaboration and construction of musical instruments,
we can say that there are people who have a degree in violin making, others who went to school
for a few years and then left it to dedicate themselves to the professional life of violin making
earlier, other people received training as part of their family heritage, some went to another
violin making workshop to work and learn, and since we are in the 21st century, there are who
learned the trade through YouTube videos, forums, blogs and other digital media and platforms
that are at hand today. In the professional praxis there are also many differences, it was already
mentioned that they can make different instruments, but there are also people who are called
violin maker, who do not build and are dedicated exclusively to repair and / or restore
instruments. So, we can only ask ourselves, what makes a person to be called a violin maker?
How was the development of this trade, of European tradition, in our continent? And how has the
teaching process been?

Keywords- Education, violin making, instrument making, musical instruments, history


1. Introducción

Para aquellos que nos están familiarizados con el término, al hablar de laudería o laudero
se hace referencia a aquellas personas que nos dedicamos a la construcción, restauración,
reparación y conservación de los instrumentos musicales, principalmente de cuerda. Yo por mi
parte, soy Licenciada en Laudería, y la verdad es que siempre que digo esto me siento un tanto
extraña, y no es que no me acostumbre a mi título o profesión, sino que soy de la pocas
Licenciadas en Laudería que existen, esto debido a dos razones: la primera es que son escasas las
escuelas que enseñan la profesión de la Laudería a nivel superior, siendo una ellas la Escuela de
Laudería del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, ubicada en la ciudad de Querétaro,
que es donde yo estudié: la segunda razón es que sólo una mínima fracción de egresados de
dicha escuela obtienen su título, de esto ya hablaremos más adelante.

Las dificultades que ha tenido la enseñanza de la laudería en Latinoamérica, se ha visto


reflejada en la carencia de profesionales de la laudería en varias regiones, lo cual actualmente es
una problemática que ha permanecido invisible a los ojos de la población en general; por un
lado, porque se desconoce de la existencia de esta profesión y por otro porque uno como
espectador ya sea de un concierto o recital, difícilmente es consciente de la avenencias que tiene
que pasar el músico por conseguir un instrumento de calidad y mantenerlo en su estado óptimo.
Y ni hablar de la poca asistencia que hay, en general, a los conciertos de música orquestal.

Antes de entrar en materia, considero importante mencionar que, el uso de los términos
laudero o laudería (que de hecho es una españolización de los términos italianos Liuteria o
Liutaio) puede resultar un tanto ambiguo ya que, por un lado, son palabras que difícilmente
podremos encontrar en un diccionario o enciclopedia por lo que su definición es la que
popularmente se le ha dado principalmente en México y algunas regiones de Centroamérica y el
caribe, en dónde al referirse a los lauderos, se entiende principalmente que se habla de los
constructores de instrumentos únicamente de cuerda, sin embargo el término puede abarcar de
igual manera la construcción de cualquier tipo de instrumento musical. Como menciona Medina
Gómez et al (2015:164), a pesar de su amplio uso, los términos laudería o laudero siguen sin
contar con la aprobación o registro en la Real Academia de la Lengua Española, por lo cual no
existe claridad ni delimitaciones en su definición, quedando esta, a la interpretación de quienes
usen el término. Algo curioso es se sabe que la palabra laudería está presente en México desde la
creación de la Escuela Nacional de Laudería en 1954, quedando registrada documentalmente en
la autorización del plan de estudios de la Licenciatura en Laudería de 1987, por parte de la
Secretaría de Educación Pública de México.

Para el presente artículo, nos centraremos únicamente en la enseñanza de la llamada


laudería clásica en Latinoamérica, la cual comprende de la construcción de instrumentos de la
familia del violín1.

1
La familia del violín comprende de los instrumentos que conforman el cuarteto clásico, que son violín,
viola y violonchelo. Generalmente el contrabajo también se incluye en dicha familia, sin embargo hay cierto debate
sobre si pertenece a la familia del violín y a la de violas da gamba, debido a su morfología y afinación en intervalos
de 4ta.
2. La enseñanza de la laudería como oficio importado.

A principios del siglo XVI, se construye el primer violín, en el pueblo de Cremona, Italia
a manos del laudero Andrea Amati, predecesor de lo que sería la llamada escuela de laudería de
Cremona en la cual se construirán los que hoy en día se consideran los mejores violines del
mundo, como los son los Stradivari o Guarneri. Estos instrumentos actualmente se encuentran
conservados en museos y colecciones privadas alrededor del mundo, principalmente en Europa y
Estados Unidos.

Con la conquista española, entre varios nuevos oficios, llega esta tradición laudera a
México, esto fue en mayor medida gracias a la religión católica que mediante la música fue
ganando fieles, lo que aumentó la necesidad de instrumentos musicales, principalmente para la
música de sus misas y acompañamiento de coros, y que debido a lo poco práctico que resultaba
traer todos estos instrumentos del viejo mundo, se vio en la necesidad de enseñar las técnicas de
laudería que conocían, a los pueblos originales. Como bien puntualiza Hernández Vaca
[CITATION Her161 \n \t \l 2058 ] “En los primeros barcos que llegaron de España a
Hispanoamérica durante el siglo XVI, junto con la cruz, la espada, el yelmo y los piojos llegaron
los primeros instrumentos musicales de cuerda.” Con la llegada de estos nuevos instrumentos, el
oficio de la laudería, al menos como se conocía en Europa, también entraría por la puerta.
[ CITATION Cen21 \l 2058 ]

Es así como tan solo 3 años después de la caída de la Gran Tenochtitlan, se funda en
1524 en Texcoco lo que sería la primer Escuela de Artes y oficios de México, y de América, en
la cual se enseñó música y construcción de instrumentos musicales, siendo considerada la
primera escuela de laudería de América Latina. En esta escuela se enseñó la construcción de
diversos instrumentos como flautas, chirimías y vihuelas de arco, sin embargo, el violín no era
un instrumento muy popular en España para esos años por lo que su llegada y uso en la música
de la nueva España sería hasta el siglo XVIII, principalmente gracias a la llegada del italiano
Ignacio de Jerusalem y Stella como maestro de capilla de la Catedral de México, quien dentro de
sus composiciones comienza a dar más protagonismo al violín, y de cual se tienen actas
capitulares en las que solicita la compra de violines específicamente de algún miembro de una
célebre familia de lauderos napolitanos, que eran los Gagliano. A partir de este punto la
necesidad de instrumentos de la familia del violín y por lo tanto de una formación en laudería
clásica en México empezaría a crecer.

3. La Escuela de Laudería de México

Después de la independencia y hasta ya entrado el siglo XX la enseñanza de la laudería


en México quedaría en manos de aquellos artesanos que habrían aprendido a construir
instrumentos durante la colonia y enseñado posteriormente a sus hijos, bajo este modelo de
enseñanza la construcción de instrumentos musicales ya sea tradicionales o clásicos (la
diferencia entre ambos se hablará más adelante) se mantendría durante varias décadas como
única opción de los músicos para adquirir y reparar sus instrumentos.

Para mediados del siglo XIX llegarían a la Ciudad de México compañías importadoras de
instrumentos musicales cómo sería Wagner & Levien, también conocida como Casa Veerkamp
(aun existe en la calle Mesones en el centro de la CdMx) siendo las primeras casas de música en
el país. Gracias a ellas una amplia gama de instrumentos musicales de fábricas europeas
comenzarían a comercializarse en México y, a pesar de no ser de una gran calidad, estos se
empezarían a utilizar en las orquestas que comenzaban a formarse en un México que cada vez se
interesaba y producía más música orquestal.

Tenemos entonces que, para comienzos del siglo XX en medio de un boom artístico con
cada vez más compositores y composiciones orquestales en el país, así como la creación de más
conservatorios y escuelas de música. Los músicos de instrumentos de cuerda sólo contaban con
dos opciones de compra de instrumentos, que eran: hacerse de un instrumento de fábrica (que en
ese tiempo eran principalmente de fábricas checas o alemanas) o adquirir un instrumento
artesanal que no siempre cumplía con la sonoridad, timbre o características buscadas en las
orquestas clásicas debido a que se hacían con maderas locales, herramientas muy rudimentarias y
procesos prácticamente empíricos.

Por otro lado, en el tema de restauración de instrumentos sobresalieron en el siglo XX


dos restauradores, ambos de origen alemán, que llegaron a vivir al Distrito Federal, estos fueron
Alberto Heberlein y Klaus Frank. (ambos fallecieron antes de la década de los 50’s) Esto es
importante mencionarlo ya que evidencia la ausencia de restauradores de instrumentos de origen
mexicano.

Para 1954, el INBA hace un primer intento por crear la primer Escuela Nacional de
Laudería de México, paro lo cual trae al país, como maestro, al laudero italiano Luigi Lanaro.
Esta escuela ofertaba una formación como técnico constructor y reparador de instrumentos de
cuerda (este tipo de formación a nivel técnico se mantiene vigente en la mayor parte de las
escuelas de laudería, incluidas algunas de las más reconocidas a nivel internacional como es la
Escuela de Cremona) Sin embargo, para la década de los 70´s Lanaro se retira a su país natal y
con esto se disuelve el proyecto de la Escuela Nacional de Laudería.

Después de varios intentos, principalmente en la ciudad de Xalapa, de crear una nueva


escuela de laudería, para 1987 el INBA junto con el CONACULTA retoman el proyecto de una
escuela Nacional de Laudería, para la cual crean un plan de estudios, esta vez a nivel
licenciatura, que fuera capaz de formar profesionistas capaces de restaurar, construir y reparar
instrumentos musicales de cuerda frotada con base en la aplicación de los conocimientos y
técnicas tradicionales de la Laudería combinados con los conocimientos musicales y científicos
actuales. Escuela que se mantiene vigente en la ciudad de Querétaro y acepta entre 5-6
estudiantes nuevos al año.

4. Necesidades y problemáticas de la enseñanza de la laudería en Latinoamérica

El camino de la formación en la laudería ofrece varias opciones de aprendizaje, aquí en


México contamos con la que por mucho tiempo fue la única escuela de laudería a nivel superior
en toda Latinoamérica, mientras que en Argentina está la escuela más antigua, en la que, hasta
hace poco, se enseñaba la laudería como carrera técnica u oficio (justo este año acaba de
modificar su plan de estudios a Licenciatura) que es la conocida escuela de Tucumán.
Tanto México como Argentina han sido durante décadas consideradas las dos sedes más
fuertes de formación de lauderos en Latinoamérica, sin embargo, no son las únicas opciones,
debido que en la actualidad existen lauderos que han abierto las puertas de sus talleres a
aprendices, que posteriormente, se independizan con su taller propio, así como, en la última
década, la revolución de las tecnologías de la información y su aportación en la educación han
permitido que existan lauderos autodidactas, que gracias a libros, videos, artículos, tutoriales y,
más recientemente, cursos en línea, se han podido formar y hacer camino entre la comunidad
laudera. Esto por un lado ha permitido que personas que no tienen una escuela de laudería a su
alcance puedan aprender a construir y reparar instrumentos, por lo tanto, satisfacer la demanda
de estos servicios en el lugar donde habitan. Sin embargo, la falta de regulaciones y
formalización en la enseñanza de laudería, ha ocasionado que individuos que no cuentan con los
conocimientos o experiencia adecuada intervengan instrumentos musicales, algunos de gran
valor, de manera errónea. Desprestigiando a los lauderos profesionales y generando una falta de
formalidad dentro de la profesión. Esta informalidad de la profesión es también unos de los
agentes por lo que muchos alumnos no terminan sus estudios o no completan su proceso de
titulación, ya que pueden ejercer la profesión sin necesidad de ninguna clase de certificado. En el
caso de la Escuela de Laudería de México cuyo proceso de admisión es bastante estricto (El
examen de admisión dura una semana y en este se evalua que los aspirantes cuenten con un perfil
multidisciplinario con aptitudes musicales, manuales, científicas y humanísticas) es mucho
menor la deserción estudiantil, a comparación de las escuelas argentinas en las que no hay
proceso de selección de alumnos, sólo basta con inscribirse al curso (que incluso son gratuitos)
por lo que muchos alumnos entran sólo a hacer un instrumento y se dan de baja. Por otra parte, al
ser gratuitas, las escuelas Argentinas reciben alumnos de países vecinos como Colombia, Perú,
Chile, Uruguay y Paraguay.

La ausencia de más escuelas y lauderos profesionales en otros países de Latinoamérica,


es una problemática creciente ya que en la actualidad existen ya varias grandes orquestas clásicas
por todo el continente, lo cual ha provocado una notoria falta de lauderos que puedan atender las
necesidades de estas en cuestión de construcción y sobre todo de mantenimiento y ajuste de
instrumentos musicales para que estos sean adecuados no solo para los músicos profesionales,
sino que también para estudiantes y niños. Lo mismo sucede en el interior de la república, en
donde a pesar de haber más de una orquesta por estado, no todos cuentan con un laudero que
pueda satisfacer las demandas de la comunidad musical, especialmente en el ámbito de la
restauración. Las nuevas vías de comunicación, como las redes sociales han permitido que la
labor de venta de instrumentos, que tradicionalmente se hace de manera presencial, ahora se
pueda hacer mediante la venta en línea, esto ha sido de gran impacto ya que ha permitido tanto
que, los lauderos cuenten con más vías de distribución de sus instrumentos, así como a los
músicos contar con más opciones de compra. Sin embargo la mayor problemática sucede con los
servicios de reparación y mantenimiento, que al no haber lauderos en ciertas regiones, obliga a
los músicos a tener que desplazarse en búsqueda de quien pueda reparar sus instrumentos, o en el
peor de los casos, terminan acudiendo con el carpintero local o algún aficionado de la laudería a
que les ajuste sus instrumentos, lo cual en repetidas ocasiones resulta peor. Esta problemática
afecta en mayor medida al sector de estudiantes de música, ya que el buen ajuste de un
instrumento es un factor de gran importancia pedagógica , debido a que es el incentivo para que
un estudiante siga practicando. Cuando un alumno de música, sobre todo infante, tiene un
instrumento que suena mal o incluso que lo lastima (por ejemplo, cuando las cuerdas están muy
altas), es más probable que lo deje.

La asociación Luthiers without borders, es una asociación internacional sin fines de


lucro, que ha sido un gran pilar en la enseñanza de la laudería en Latinoamérica ya que desde
principios del siglo XXI ha gestionado la impartición de talleres de laudería en países como
Haití, Cuba y Ecuador, y aunque no son escuelas que otorguen un título formal o diploma,
permiten satisfacer la necesidad de instrumentos musicales de calidad en estas regiones, así como
el correcto ajuste de instrumentos.

5. Entre la tradición y la institucionalización

Como se mencionó anteriormente, al hablar de laudería hay que tener en cuenta una
notable separación que existe entre los denominados lauderos clásicos y lauderos tradicionales.
Por un lado, están los que construyen instrumentos de origen europeo como violines, violas,
violonchelos, contrabajos y guitarras y por otro, quienes construyen instrumentos propios de
nuestra cultura y folklor como jaranas, arpas, requintos, canaris, raweris entre otros. Estas dos
ramas de la laudería, cada una con sus distintas técnicas y características, se fueron desarrollando
de manera separada. Y mientras, por un lado, la enseñanza de la laudería clásica fue tomando
una forma cada vez más institucionalizada y formal, la laudería tradicional se fue rezagando cada
vez más al ámbito informal y “rústico”.

En México es muy evidente la segregación que existe, en términos de enseñanza, de la


laudería clásica y la tradicional. Ya que a diferencia de lo que pasa con las escuelas de Cafayate
y Tucumán en Argentina, las cuales, aparte de enseñar a construir instrumentos clásicos, también
enseñan técnicas de construcción de instrumentos folclóricos o tradicionales de su país. En
México se ha priorizado la institucionalización de una laudería de instrumentos europeos por
encima de los instrumentos tradicionales. Y no solo nos enfrentamos a la problemática del
general desconocimiento de la tradición laudera en el país, sino que también hay una grave falta
de reconocimiento, difusión y apoyo de la laudería tradicional y los instrumentos de origen
mexicano, es por esto que resulta de gran importancia enaltecer el oficio de la laudería como una
manifestación de patrimonio cultural, así como reconocer y difundir todas las variantes que tiene
en el país, reconociendo el trabajo artístico y artesanal del laudero, y sobre todo la tradición que
lo acompaña desde generaciones en su profesión. 

La laudería es sin duda una profesión, sobre la cual se ha estudiado y escrito muy poco,
gran parte se podría deber al que el desarrollo de esta actividad ha sido muy inconstante y va
directamente ligado a una tradición europea y a un mercado muy específico, sobre todo el caso
de la laudería clásica.

6. Conclusiones

La falta de escuelas que puedan proveer de una educación formal en la laudería


no es la única problemática a la que como latinoamericanos nos enfrentamos. Actualmente, una
de las mayores desventajas que tenemos, en específico, en Latinoamerica en cuestión del
aprendizaje de la laudería clásica es que, estamos construyendo instrumentos de origen europeo,
y en las escuelas el método de enseñanza se enfoca en copiar o basarse en instrumentos de los
grandes maestros lauderos, principalmente italianos, como Stradivari, instrumentos de los cuales
contamos con escasos ejemplares en museos que podamos ver como referencia de estos grandes
instrumentos de época (a diferencia de Europa y Estados Unidos donde el acceso a estos
instrumentos es más sencilla) . Otra problemática se centra en los materiales, siendo que las
maderas y herramientas que utilizamos son especiales y solo se consiguen en Europa, lo cual
hace que la laudería sea una profesión especialmente costosa, con un mercado, el de los músicos,
que en Latinoamérica es considerado de los sectores con salario más bajo. Esta brecha de precios
en el mercado latinoamericano en comparación con los mercados europeo, estadounidense o
incluso el asiático, ha generado la salida de nuestros compatriotas en búsqueda de un mejor pago
por su trabajo.

Por otro lado, una problemática de mayor actualidad es la que se vino con la emergencia
sanitaria por Covid 19, en la que las instituciones encargadas de la enseñanza de la laudería se
han dado cuenta de que la educación a distancia no funciona, al ser una profesión en su mayor
parte práctica y en la que la técnica es muy difícil enseñar a distancia, lo cual ha provocado un
aumento en deserción escolar.

Ya para finalizar, me gustaría volver a recalcar la gran problemática en México, debido a


la segregación y olvido de la laudería tradicional, para la cual urge un proyecto de rescate y
registro de técnicas, así como la inclusión de la enseñanza de construcción de instrumentos
tradicionales en los planes de estudio de las Escuelas de laudería en el país.

Bibliografía

Aguilar Oviedo, Alfredo. Proceso de Institucionalización de la laudería en México: siglo XX a


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Centurión, Flor, entrevista de Daniela Santoyo García. Las escuelas de laudería en Argentina (2
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