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TRADICIÓN Y LA INSTITUCIONALIZACIÓN.
*Universidad Autónoma de Zacatecas. Unidad Académica de Historia. Maestría en Humanidades Línea Formación
Docente. santoyo.dan@gmail.com
Resumen
Abstract
When we refer to the teaching in the elaboration and construction of musical instruments,
we can say that there are people who have a degree in violin making, others who went to school
for a few years and then left it to dedicate themselves to the professional life of violin making
earlier, other people received training as part of their family heritage, some went to another
violin making workshop to work and learn, and since we are in the 21st century, there are who
learned the trade through YouTube videos, forums, blogs and other digital media and platforms
that are at hand today. In the professional praxis there are also many differences, it was already
mentioned that they can make different instruments, but there are also people who are called
violin maker, who do not build and are dedicated exclusively to repair and / or restore
instruments. So, we can only ask ourselves, what makes a person to be called a violin maker?
How was the development of this trade, of European tradition, in our continent? And how has the
teaching process been?
Para aquellos que nos están familiarizados con el término, al hablar de laudería o laudero
se hace referencia a aquellas personas que nos dedicamos a la construcción, restauración,
reparación y conservación de los instrumentos musicales, principalmente de cuerda. Yo por mi
parte, soy Licenciada en Laudería, y la verdad es que siempre que digo esto me siento un tanto
extraña, y no es que no me acostumbre a mi título o profesión, sino que soy de la pocas
Licenciadas en Laudería que existen, esto debido a dos razones: la primera es que son escasas las
escuelas que enseñan la profesión de la Laudería a nivel superior, siendo una ellas la Escuela de
Laudería del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, ubicada en la ciudad de Querétaro,
que es donde yo estudié: la segunda razón es que sólo una mínima fracción de egresados de
dicha escuela obtienen su título, de esto ya hablaremos más adelante.
Antes de entrar en materia, considero importante mencionar que, el uso de los términos
laudero o laudería (que de hecho es una españolización de los términos italianos Liuteria o
Liutaio) puede resultar un tanto ambiguo ya que, por un lado, son palabras que difícilmente
podremos encontrar en un diccionario o enciclopedia por lo que su definición es la que
popularmente se le ha dado principalmente en México y algunas regiones de Centroamérica y el
caribe, en dónde al referirse a los lauderos, se entiende principalmente que se habla de los
constructores de instrumentos únicamente de cuerda, sin embargo el término puede abarcar de
igual manera la construcción de cualquier tipo de instrumento musical. Como menciona Medina
Gómez et al (2015:164), a pesar de su amplio uso, los términos laudería o laudero siguen sin
contar con la aprobación o registro en la Real Academia de la Lengua Española, por lo cual no
existe claridad ni delimitaciones en su definición, quedando esta, a la interpretación de quienes
usen el término. Algo curioso es se sabe que la palabra laudería está presente en México desde la
creación de la Escuela Nacional de Laudería en 1954, quedando registrada documentalmente en
la autorización del plan de estudios de la Licenciatura en Laudería de 1987, por parte de la
Secretaría de Educación Pública de México.
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La familia del violín comprende de los instrumentos que conforman el cuarteto clásico, que son violín,
viola y violonchelo. Generalmente el contrabajo también se incluye en dicha familia, sin embargo hay cierto debate
sobre si pertenece a la familia del violín y a la de violas da gamba, debido a su morfología y afinación en intervalos
de 4ta.
2. La enseñanza de la laudería como oficio importado.
A principios del siglo XVI, se construye el primer violín, en el pueblo de Cremona, Italia
a manos del laudero Andrea Amati, predecesor de lo que sería la llamada escuela de laudería de
Cremona en la cual se construirán los que hoy en día se consideran los mejores violines del
mundo, como los son los Stradivari o Guarneri. Estos instrumentos actualmente se encuentran
conservados en museos y colecciones privadas alrededor del mundo, principalmente en Europa y
Estados Unidos.
Con la conquista española, entre varios nuevos oficios, llega esta tradición laudera a
México, esto fue en mayor medida gracias a la religión católica que mediante la música fue
ganando fieles, lo que aumentó la necesidad de instrumentos musicales, principalmente para la
música de sus misas y acompañamiento de coros, y que debido a lo poco práctico que resultaba
traer todos estos instrumentos del viejo mundo, se vio en la necesidad de enseñar las técnicas de
laudería que conocían, a los pueblos originales. Como bien puntualiza Hernández Vaca
[CITATION Her161 \n \t \l 2058 ] “En los primeros barcos que llegaron de España a
Hispanoamérica durante el siglo XVI, junto con la cruz, la espada, el yelmo y los piojos llegaron
los primeros instrumentos musicales de cuerda.” Con la llegada de estos nuevos instrumentos, el
oficio de la laudería, al menos como se conocía en Europa, también entraría por la puerta.
[ CITATION Cen21 \l 2058 ]
Es así como tan solo 3 años después de la caída de la Gran Tenochtitlan, se funda en
1524 en Texcoco lo que sería la primer Escuela de Artes y oficios de México, y de América, en
la cual se enseñó música y construcción de instrumentos musicales, siendo considerada la
primera escuela de laudería de América Latina. En esta escuela se enseñó la construcción de
diversos instrumentos como flautas, chirimías y vihuelas de arco, sin embargo, el violín no era
un instrumento muy popular en España para esos años por lo que su llegada y uso en la música
de la nueva España sería hasta el siglo XVIII, principalmente gracias a la llegada del italiano
Ignacio de Jerusalem y Stella como maestro de capilla de la Catedral de México, quien dentro de
sus composiciones comienza a dar más protagonismo al violín, y de cual se tienen actas
capitulares en las que solicita la compra de violines específicamente de algún miembro de una
célebre familia de lauderos napolitanos, que eran los Gagliano. A partir de este punto la
necesidad de instrumentos de la familia del violín y por lo tanto de una formación en laudería
clásica en México empezaría a crecer.
Para mediados del siglo XIX llegarían a la Ciudad de México compañías importadoras de
instrumentos musicales cómo sería Wagner & Levien, también conocida como Casa Veerkamp
(aun existe en la calle Mesones en el centro de la CdMx) siendo las primeras casas de música en
el país. Gracias a ellas una amplia gama de instrumentos musicales de fábricas europeas
comenzarían a comercializarse en México y, a pesar de no ser de una gran calidad, estos se
empezarían a utilizar en las orquestas que comenzaban a formarse en un México que cada vez se
interesaba y producía más música orquestal.
Tenemos entonces que, para comienzos del siglo XX en medio de un boom artístico con
cada vez más compositores y composiciones orquestales en el país, así como la creación de más
conservatorios y escuelas de música. Los músicos de instrumentos de cuerda sólo contaban con
dos opciones de compra de instrumentos, que eran: hacerse de un instrumento de fábrica (que en
ese tiempo eran principalmente de fábricas checas o alemanas) o adquirir un instrumento
artesanal que no siempre cumplía con la sonoridad, timbre o características buscadas en las
orquestas clásicas debido a que se hacían con maderas locales, herramientas muy rudimentarias y
procesos prácticamente empíricos.
Para 1954, el INBA hace un primer intento por crear la primer Escuela Nacional de
Laudería de México, paro lo cual trae al país, como maestro, al laudero italiano Luigi Lanaro.
Esta escuela ofertaba una formación como técnico constructor y reparador de instrumentos de
cuerda (este tipo de formación a nivel técnico se mantiene vigente en la mayor parte de las
escuelas de laudería, incluidas algunas de las más reconocidas a nivel internacional como es la
Escuela de Cremona) Sin embargo, para la década de los 70´s Lanaro se retira a su país natal y
con esto se disuelve el proyecto de la Escuela Nacional de Laudería.
Como se mencionó anteriormente, al hablar de laudería hay que tener en cuenta una
notable separación que existe entre los denominados lauderos clásicos y lauderos tradicionales.
Por un lado, están los que construyen instrumentos de origen europeo como violines, violas,
violonchelos, contrabajos y guitarras y por otro, quienes construyen instrumentos propios de
nuestra cultura y folklor como jaranas, arpas, requintos, canaris, raweris entre otros. Estas dos
ramas de la laudería, cada una con sus distintas técnicas y características, se fueron desarrollando
de manera separada. Y mientras, por un lado, la enseñanza de la laudería clásica fue tomando
una forma cada vez más institucionalizada y formal, la laudería tradicional se fue rezagando cada
vez más al ámbito informal y “rústico”.
La laudería es sin duda una profesión, sobre la cual se ha estudiado y escrito muy poco,
gran parte se podría deber al que el desarrollo de esta actividad ha sido muy inconstante y va
directamente ligado a una tradición europea y a un mercado muy específico, sobre todo el caso
de la laudería clásica.
6. Conclusiones
Por otro lado, una problemática de mayor actualidad es la que se vino con la emergencia
sanitaria por Covid 19, en la que las instituciones encargadas de la enseñanza de la laudería se
han dado cuenta de que la educación a distancia no funciona, al ser una profesión en su mayor
parte práctica y en la que la técnica es muy difícil enseñar a distancia, lo cual ha provocado un
aumento en deserción escolar.
Bibliografía
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de septiembre de 2021).
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