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Indicios de un comienzo

La teoría general de la relatividad, que fue publicada por Albert Einstein en 1916,
implicaba que el cosmos se hallaba en expansión o en contracción. Pero este
concepto era totalmente opuesto a la noción de un universo estático, aceptada
entonces hasta por el propio Einstein. De ahí que este incluyera en sus cálculos lo
que denominó “constante cosmológica”, ajuste mediante el cual intentaba conciliar
su teoría con la idea aceptada de un universo estático e inmutable. Sin embargo,
ciertos descubrimientos que se sucedieron en los años veinte llevaron a Einstein a
decir que el ajuste que había efectuado a su teoría de la relatividad era el ‘mayor
error de su vida’. Dichos descubrimientos se realizaron gracias a la instalación de
un enorme telescopio de 254 centímetros en el monte Wilson (California). Las
observaciones formuladas en los años veinte con la ayuda de este instrumento
demostraron que el universo se halla en expansión.

Hasta entonces, los mayores telescopios solo permitían identificar las estrellas de
nuestra galaxia, la Vía Láctea, y aunque se veían borrones luminosos, llamados
nebulosas, por lo general se tomaban por remolinos de gas existentes en nuestra
galaxia. Gracias a la mayor potencia del telescopio del monte Wilson, Edwin Hubble
logró distinguir estrellas en aquellas nebulosas. Finalmente se descubrió que los
borrones eran lo mismo que la Vía Láctea: galaxias. Hoy se cree que hay entre 50
000 y 125 000 millones de galaxias, cada una con cientos de miles de millones de
estrellas.

A finales de los años veinte, Hubble también descubrió que las galaxias se alejan
de nosotros, y que lo hacen más velozmente cuanto más lejos se hallan. Los
astrónomos calculan la tasa de recesión de las galaxias mediante el espectrógrafo,
instrumento que mide el espectro de la luz procedente de los astros. Para ello,
dirigen la luz que proviene de estrellas lejanas hacia un prisma, que la descompone
en los colores que la integran.

La luz de un objeto es rojiza (fenómeno llamado corrimiento al rojo) si este se


aleja del observador, y azulada (corrimiento al azul) si se le aproxima. Cabe
destacar que, salvo en el caso de algunas galaxias cercanas, todas las galaxias
conocidas tienen líneas espectrales desplazadas hacia el rojo. De ahí infieren los
científicos que el universo se expande de forma ordenada. La tasa de dicha
expansión se determina midiendo el grado de desplazamiento al rojo. ¿Qué conclusión
se ha extraído de la expansión del cosmos? Pues bien, un científico invitó al
público a analizar el proceso a la inversa —como una película de la expansión
proyectada en retroceso— a fin de observar la historia primitiva del universo.
Visto así, el cosmos parecería estar en recesión o contracción, en vez de en
expansión y retornaría finalmente a un único punto de origen.

El físico Stephen Hawking concluyó lo siguiente en su libro Agujeros negros y


pequeños universos (y otros ensayos), editado en 1993: «La ciencia podría afirmar
que el universo tenía que haber conocido un comienzo». Pero hace años, muchos
expertos rechazaban que el universo hubiese tenido principio. El científico Fred
Hoyle no aceptaba que el cosmos hubiera surgido mediante lo que llamó burlonamente
a big bang («una gran explosión»). Uno de los argumentos que esgrimía era que, de
haber existido un comienzo tan dinámico, deberían conservarse residuos de aquel
acontecimiento en algún lugar del universo: tendría que haber radiación fósil, por
así decirlo; una leve luminiscencia residual.

El diario The New York Times (8 de marzo de 1998) indicó que hacia 1965 «los
astrónomos Arno Penzias y Robert Wilson descubrieron la omnipresente radiación de
fondo: el destello residual de la explosión primigenia». El artículo añadió: «Todo
indicaba que la teoría [de la gran explosión] había triunfado».

Pero en los años posteriores al hallazgo se formuló esta objeción: Si el modelo de


la gran explosión era correcto, ¿Por qué no se habían detectado leves
irregularidades en la radiación? (La formación de las galaxias habría requerido un
universo que contase con zonas más frías y densas que permitieran la fusión de la
materia.) En efecto, los experimentos realizados por Penzias y Wilson desde la
superficie terrestre no revelaban tales irregularidades.

Por esta razón, la NASA lanzó en noviembre de 1989 el satélite COBE (siglas de
Explorador del Fondo Cósmico, en inglés), cuyos descubrimientos se calificaron de
cruciales. “Las ondas que detectó su radiómetro diferencial de microondas
correspondían a las fluctuaciones que dejaron su impronta en el cosmos y que hace
miles de millones de años llevaron a la formación de las galaxias.”

Otros términos
Diferentes palabras se han utilizado a través de la historia para denotar "todo el
espacio", incluyendo los equivalentes y las variantes en varios lenguajes de
"cielos", "cosmos" y "mundo". El macrocosmos también se ha utilizado para este
efecto, aunque está más específicamente definido como un sistema que refleja a gran
escala uno, algunos, o todos estos componentes del sistema o partes. Similarmente,
un microcosmos es un sistema que refleja a pequeña escala un sistema mucho mayor
del que es parte.

Aunque palabras como mundo y sus equivalentes en otros lenguajes casi siempre se
refieren al planeta Tierra, antiguamente se referían a cada cosa que existía (se
podía ver). En ese sentido la utilizaba, por ejemplo, Copérnico. Algunos lenguajes
utilizan la palabra "mundo" como parte de la palabra "espacio exterior". Un ejemplo
en alemán lo constituye la palabra "Weltraum"
Una galaxia (del griego γαλαξίας ‘lácteo’) es un conjunto de estrellas, nubes de
gas, planetas, polvo cósmico, materia oscura y energía unidas gravitatoriamente en
una estructura más o menos definida. La palabra «galaxia» procede de los griegos,
los cuales atribuían el origen de la Vía Láctea a las gotas de leche derramadas en
el universo por la diosa Hera mientras alimentaba al infante Hércules.1 La cantidad
de estrellas que forman una galaxia es enorme y varía desde las galaxias enanas,
con 107, hasta las galaxias gigantes, con 1014 estrellas.[cita requerida] Formando
parte de una galaxia existen subestructuras como las nebulosas, los cúmulos
estelares y los sistemas estelares múltiples.

Históricamente, las galaxias se han clasificado de acuerdo a su forma aparente


(morfología visual). Una forma común es la galaxia elíptica que, como lo indica su
nombre, tiene el perfil luminoso de una elipse. Las galaxias espirales tienen forma
circular pero con estructura de brazos curvos envueltos en polvo. Las galaxias
inusuales se llaman galaxias irregulares y son, normalmente, el resultado de
perturbaciones provocadas por la atracción gravitacional de galaxias vecinas. Estas
interacciones entre galaxias vecinas, que pueden provocar la fusión de galaxias,
pueden inducir el intenso nacimiento de estrellas. Finalmente, tenemos las galaxias
pequeñas, que carecen de una estructura coherente y también se las llama galaxias
irregulares.

Según estudios publicados en 2016, se estima que existen al menos 2 billones (2


millones de millones) de galaxias en el universo observable, esto es, diez veces
más de lo que se creía anteriormente.2 La mayoría de las galaxias tienen un
diámetro entre cien y cien mil parsecs y están usualmente separadas por distancias
del orden de un millón de parsecs. El espacio intergaláctico está compuesto por un
tenue gas, cuya densidad media no supera un átomo por metro cúbico.[cita requerida]
Muchas de las galaxias están dispuestas en una jerarquía de agregados, llamados
cúmulos, que a su vez pueden formar agregados más grandes, llamados supercúmulos.
Estas estructuras mayores están dispuestas en hojas o en filamentos rodeados de
inmensas zonas de vacío en el universo.

Se especula que la materia oscura constituye el 90 % de la masa en la mayoría de


las galaxias. Sin embargo, la naturaleza de este componente no está demostrada, y
de momento aparece solo como un recurso teórico para sustentar la estabilidad
observada en las galaxias. La materia oscura fue propuesta inicialmente en 1933 por
el astrónomo suizo Fritz Zwicky, pues la rotación observada en las galaxias
indicaba la presencia de una gran cantidad de materia que no emitía luz. No
obstante, existen muchas otras galaxias además de la nuestra. Las estimaciones en
torno a su número rondan los 2 billones solamente en el universo observable.3 El
Telescopio Espacial Hubble observó una pequeña porción del espacio durante 12 días
y descubrió 10 000 galaxias, de todo los tamaños, formas y colores.

A veces las galaxias se acercan demasiado y chocan entre sí. La Vía Láctea algún
día colisionará con Andrómeda, su vecina galáctica más cercana. La Colisión Vía
Láctea-Andrómeda tendrá lugar dentro de cinco mil millones de años, dando lugar a
una galaxia que probablemente será de tipo espiral llamada Lactómeda. Las galaxias
son tan grandes y están tan expandidas en los extremos que, aunque se choquen entre
sí, los planetas y los sistemas solares a menudo no llegan a colisionar.
El batalla del Fuerte de Arauco sucedió el 30 de diciembre de 1558 en el Fuerte de
Arauco, Chile, como parte de la Guerra de Arauco, que enfrentaba a españoles y
mapuches.

Antecedentes
La victoria conseguida en Lincoya por el toqui Petegolen lo estimuló a seguir
levantando fuertes contra los europeos. Estos no hacían movimiento bélico alguno,
recordando la derrota anterior, y aguantaron las provocaciones mapuches.

Un día, cansados de tantos insultos, desafiaron a los aborígenes a una batalla de


caballería. Los mapuches aceptaron. En esos tiempos, los mapuches ya le habían
perdido el miedo a los españoles, y creían que lo único que tenía el enemigo de
superior eran las armas.

Los mapuches, a pesar de ser una batalla muy desigual, decidieron aceptar. Cada vez
que derrotaban a un jinete, tomaban su caballo y lo llevaban a su tribu, donde los
jóvenes aprendían a montarlos y, poco a poco, mejoraron y se volvieron formidables
jinetes. Así habían formado los primeros batallones de caballería mapuche, que iba
a ser probada ese día.

La batalla
El lugar de la batalla era una planicie ubicada entre los dos fuertes. La batalla
comenzó cuando los españoles avanzaron. Las acciones eran sangrientas, ya que
morían muchos de cada bando. Las lanzas españolas atravesaban las corazas de cuero
de lobo de los indígenas, y estos respondían con fuertes golpes de mazos en la
cabeza.

Cada vez que un mapuche se apoderaba de un caballo, lo llevaba hasta la retaguardia


y un indígena de infantería lo montaba e ingresaba a la batalla. Poco a poco la
victoria se inclinó del lado mapuche, gracias a esta "infantería montada". Cuando
estos lograron dividir en dos la línea española, estos se batieron en retirada,
mientras los mapuches les siguieron dando bajas. Esta había sido la primera batalla
de caballería entre mapuches y españoles. Las tácticas de Petegolen y la ferocidad
mapuche habían ganado la batalla. Historia
En 1610, Galileo Galilei usó un telescopio para estudiar la cinta lechosa en el
cielo nocturno llamada Vía Láctea, y descubrió que está compuesta por una inmensa
cantidad de pequeñas estrellas.4 En el año 1755, Immanuel Kant teorizó sobre la
estructura y las agrupaciones de estrellas en el tratado Historia general de la
naturaleza y teoría del cielo, basado en un trabajo previo de Thomas Wright. Kant
afirmaba que la Vía Láctea era un sistema formado por miles de sistemas solares
como el nuestro, agrupados en una estructura de orden superior y de características
similares a las de los sistemas planetarios, sensiblemente plana, de forma
elíptica, en movimiento de rotación alrededor de un centro y regidas por la misma
mecánica celeste. También supuso que, por el punto de vista desde el que observamos
la Vía Láctea y por la densidad de estrellas visibles que agrupa, nuestro sol se
encuentra en su mismo plano y forma parte de ella.5 Desde un planteamiento
completamente teórico, Kant afirmó que era lógico suponer la existencia de otros
planetas y satélites orbitando alrededor de otras estrellas, y que debían existir
otras «Vías Lácteas» separadas a distancias de un orden de magnitud comparable a su
vasto tamaño. Según su razonamiento, estas galaxias o universos isla teóricos
serían visibles desde la Tierra como nubes ovaladas de luz tenue, sin que fuera
posible distinguir las estrellas individuales dentro de ellas. Kant las identifica
con ciertos tipos de nebulosas, que Pierre Louis Maupertuis describió como
«pequeños lugares cuya luz es sólo un poco mayor que la oscuridad del espacio
celestial, todas ellas con el aspecto de elipses más o menos abiertas, pero cuya
luz es mucho más débil que cualquier otra que conozcamos en el cielo».6

Galaxia de Andrómeda (M31), en la constelación de su mismo nombre.


Hacia el final del siglo XVIII, las galaxias no habían sido descubiertas. Charles
Messier compiló un catálogo (catálogo Messier) que contenía 103 objetos
astronómicos, que él denominó «nebulosas y cúmulos de estrellas». Más tarde William
Herschel elaboró un catálogo que contenía unos 2500 «objetos del espacio profundo».
En 1845, Lord Rosse construyó un nuevo telescopio, con el cual consiguió distinguir
las «nebulosas» elípticas de las circulares. Este telescopio permitía ver de manera
parcial para poder distinguir[aclaración requerida] en algunas de estas «nebulosas»
fuentes puntuales individuales de luz, confirmando de manera parcial las anteriores
conjeturas de Kant.

En 1917, Heber D. Curtis había observado la nova S Andrómeda, en la «nebulosa» de


Messier M31. Buscando en los registros fotográficos, encontró otras 11 novas y
observó que, en promedio, estas novas eran 10 órdenes de magnitud más débiles que
las ocurridas en nuestra galaxia. Como resultado de esta observación pudo predecir
que dichas novas se debían encontrar a una distancia de 150 000 parsecs. Heber se
convirtió en un célebre defensor de la hipótesis de los «universos isla», que
sostenía que las «nebulosas espirales» eran realmente galaxias independientes.

En 1920 ocurrió el gran debate entre Harlow Shapley y Heber Curtis en torno a la
naturaleza de nuestra galaxia, las «nebulosas espirales» y la dimensión del
universo. Para defender la afirmación de que M31 era una galaxia externa, Curtis
argumentaba que las líneas obscuras observadas en dicha «nebulosa» eran similares a
las nubes de polvo que se observan en la nuestra, Vol. 5 (1925). Usar un nuevo
telescopio le permitió a Edwin Hubble resolver las partes exteriores de algunas
«nebulosas espirales» como colecciones de estrellas individuales. Más aún, Hubble
pudo identificar en esas estrellas algunas variables cefeidas y éstas le
permitieron estimar la distancia a dichas «nebulosas». Resultó que estaban
demasiado alejadas para ser parte de la Vía Láctea. En 1936, Hubble organizó un
sistema de clasificación de galaxias que todavía se usa en nuestros días: la
secuencia de Hubble.

El primer intento de describir la forma que tiene la Vía Láctea fue llevado a cabo
por William Herschel en 1785, contando cuidadosamente el número de estrellas en
distintas regiones del cielo. En 1920 Kapteyn, usando un refinamiento de la técnica
empleada por Herschel, sugirió la imagen de una pequeña galaxia elipsoidal (15
kiloparsecs de diámetro), con el Sol cerca del centro. Con un método diferente,
basado en la distribución de los cúmulos globulares, realizado por Harlow Shapley,
emergió una imagen radicalmente distinta: un disco plano con un diámetro aproximado
de 70 kiloparsecs y con el Sol alejado de su centro. Ninguno de los dos análisis
tomó en cuenta la absorción de la luz y el polvo interestelar presentes en el plano
galáctico. Robert Julius Trumpler tomó en cuenta estos efectos en 1930, estudiando
cúmulos abiertos y produciendo la imagen que actualmente se acepta de nuestra
galaxia: la Vía Láctea es una galaxia espiral con un diámetro aproximado de 30
kiloparsecs.
Velocidad de rotación: A observada, B predicha.
En 1944 Hendrick van de Hulst predijo que, debido a la presencia de hidrógeno
interestelar, podría detectarse la emisión de microondas de 21 cm de longitud por
parte de este gas. Esta radiación, detectada en 1951, ha permitido realizar mejoras
en el estudio de la dinámica de galaxias, en tanto que no es bloqueada por la
presencia de polvo. El efecto Doppler puede usarse para estudiar el movimiento de
este gas en la galaxia. Con la mejora de los radiotelescopios se han podido trazar
nubes de gas de hidrógeno en otras galaxias.

En 1970, Vera Rubin hizo un estudio sobre la velocidad de rotación de las galaxias.
El resultado de este y otros estudios es que la masa conjunta de las estrellas,
polvo y gases detectados en una galaxia es insuficiente para sostener la velocidad
de rotación de la misma. Para explicar esta discrepancia se ha postulado la
existencia de materia oscura, inobservable, pero cuya masa contribuya con la
gravedad necesaria para mantener las velocidades de rotación observadas.

A partir de 1990, el estudio de galaxias ha mejorado sustancialmente con el


telescopio espacial Hubble y otros telescopios espaciales, que cuentan con cámaras
sensibles al infrarrojo, ultravioleta, rayos X y rayos gamma.

Nuestra galaxia, la Vía Láctea, pertenece a un Grupo Local de unas cuarenta y seis
galaxias dominadas por la Vía Láctea y la Galaxia de Andrómeda. Este cúmulo se
encuentra en el límite de un «superconglomerado» que comprende casi cinco mil
galaxias. El supercúmulo, a su vez, pertenece a otra enorme concentración de
galaxias reunidas en masas compactas y suaves.

Tipos de galaxias

Tipos de galaxias de acuerdo al esquema de clasificación de Hubble.


Las galaxias tienen cuatro configuraciones distintas: elípticas, espirales,
lenticulares e irregulares. Una descripción algo más detallada, basada en su
apariencia, es la provista por la secuencia de Hubble, propuesta en el año 1936.
Este esquema, que solo descansa en la apariencia visual, no toma en cuenta otros
aspectos, tales como la tasa de formación de estrellas o la actividad del núcleo
galáctico.

Véase también: Secuencia de Hubble


Galaxias elípticas
Artículo principal: Galaxia elíptica
Galaxia con forma de elipse. Pueden ser nombradas desde E0 hasta E7, donde el
número significa lo ovalada que es la galaxia; así, E0 sería una forma de esfera y
E7 de plato o disco. También se puede decir que el número indica su excentricidad
multiplicada por 10.

Su apariencia muestra escasa estructura y, típicamente, tienen relativamente poca


materia interestelar. En consecuencia, estas galaxias también tienen un escaso
número de cúmulos abiertos, y la tasa de formación de estrellas es baja. Por el
contrario, estas galaxias están dominadas por estrellas viejas, de larga evolución,
que orbitan en torno al núcleo en direcciones aleatorias. En este sentido, tienen
cierto parecido a los cúmulos globulares.

Las galaxias más grandes son gigantes elípticas. Se cree que la mayoría de las
galaxias elípticas son el resultado de la colisión y fusión de galaxias. Estas
pueden alcanzar tamaños enormes y con frecuencia se las encuentra en conglomerados
mayores de galaxias, cerca del núcleo.

Galaxias espirales
La Galaxia Espiral M88.
Artículo principal: Galaxia espiral
Las galaxias espirales son discos rotantes de estrellas y materia interestelar, con
una protuberancia central compuesta principalmente por estrellas más viejas. A
partir de esta protuberancia se extienden unos brazos en forma espiral, de brillo
variable. Hay dos tipos normales y barradas.

Galaxia de forma espiral con brazos de formación estelar. Las letras minúsculas
indican cuán sueltos se encuentran los brazos, siendo "a" los brazos más apretados
y "c" los más dispersos.
Galaxias espirales barradas (SBa-c): Galaxia espiral con una banda central de
estrellas. Las letras minúsculas tienen la misma interpretación que las galaxias
espirales.
Galaxias Espirales Intermedias (SABa-c): Una galaxia que, de acuerdo a su forma, se
clasifica entre una galaxia espiral barrada y una galaxia espiral sin barra.
Galaxias lenticulares

Galaxia lenticular NGC 2787.


Artículo principal: Galaxia lenticular
Las galaxias lenticulares constituyen un grupo de transición entre las galaxias
elípticas y las espirales, y se dividen en tres subgrupos: SO1, SO2 y SO3. Poseen
un disco, una condensación central muy importante y una envoltura extensa.

Incluyen las lenticulares barradas (SBO), que comprenden tres grupos: en el primero
(SBO-1), la barra es ancha y difusa; en el segundo (SBO-2) es más luminosa en las
extremidades que en el centro; y en el tercero (SBO-3) es ya muy brillante y bien
definidas.

Galaxias irregulares

Galaxia irregular NGC 1427A (captura del telescopio espacial Hubble).


Artículo principal: Galaxia irregular
Una galaxia irregular es una galaxia que no encaja en ninguna clasificación de
galaxias de la secuencia de Hubble. Son galaxias sin forma espiral ni elíptica.

Hay dos tipos de galaxias irregulares. Una galaxia Irr-I (Irr I) es una galaxia
irregular que muestra alguna estructura pero no lo suficiente para encuadrarla
claramente en la clasificación de la secuencia de Hubble. Una galaxia Irr-II (Irr
II) es una galaxia irregular que no muestra ninguna estructura que pueda
encuadrarla en la secuencia de Hubble.

Las galaxias enanas irregulares suelen etiquetarse como dI. Algunas galaxias
irregulares son pequeñas galaxias espirales distorsionadas por la gravedad de un
vecino mucho mayor.

Del total de galaxias observadas hasta la fecha solo un 4.7 % de las galaxias
brillantes reciben el nombre de galaxia irregular.

Galaxias activas
Artículo principal: Galaxia activa
Las galaxias activas son galaxias que liberan grandes cantidades de energía y/o
materia al medio interestelar mediante procesos que no están relacionados con los
procesos estelares ordinarios. Aproximadamente un 10 % de las galaxias pueden
clasificarse como galaxias activas.

La mayor parte de la energía emitida por las galaxias activas proviene de una
pequeña y brillante región del núcleo de la galaxia, y en muchos casos se observan
líneas espectrales de emisión anchas y/o estrechas, que evidencian la existencia de
grandes masas de gas girando alrededor del centro de la galaxia.

Los tipos más importantes de galaxias activas son:

Galaxia Seyfert
Artículo principal: Galaxia Seyfert
Son galaxias espirales que se caracterizan por tener un núcleo puntual muy
brillante. Según su espectro se distinguen:

Galaxia Seyfert Tipo I: poseen líneas anchas de emisión.


Galaxia Seyfert Tipo II: poseen líneas estrechas de emisión.
También se observa que estas galaxias emiten débilmente en radio.

Galaxias «Starburst»
Artículo principal: Galaxia Starburst
Son galaxias en las que se están formando enormes cantidades de estrellas, muchas
de las cuales, al morir, explotan produciendo supernova, pese a que este fenómeno
forma parte de la evolución estelar y formalmente este grupo no estaría en nuestra
clasificación. Esta formación anormalmente alta de estrellas podría estar ligado a
mecanismos internos del núcleo de la galaxia.

Radiogalaxias
Artículo principal: Radiogalaxia
Las radiogalaxias suelen estar asociadas a galaxias tipo E con núcleo activo.
Emiten a longitudes de onda de radio y algunas pueden ser relativamente débiles.
Suelen ser galaxias que se extienden por amplias zonas del espacio. Presentan un
núcleo brillante y normalmente suelen estar rodeadas por dos chorros de partículas
de grandes dimensiones. Además, en muchas de ellas se ha detectado radiación
sincrotrón.

Cuásares
Artículo principal: Cuásar
Los cuásares tienen aparentemente el mismo aspecto de una estrella; de ahí su
nombre, que proviene de la contracción inglesa quasi-stellar.

En esencia, los cuásares consisten en un núcleo no resuelto y muy luminoso con


fuertes líneas de emisión anchas y estrechas. En los cuásares más cercanos se
observa una nubosidad difusa, revelando que este tipo de objetos no son más que
núcleos de galaxias activas muy lejanas de las que únicamente somos capaces de
detectar su núcleo.

Se sabe que la masa de estos objetos es muy elevada y que generalmente presentan
una forma estructurada.

Formación y evolución
Artículo principal: Formación y evolución de las galaxias
La formación y evolución de las galaxias son una de las áreas de investigación más
activas de los estudios astrofísicos. Algunas ideas ya están ampliamente aceptadas.
Las simulaciones informáticas han predicho las estructuras y distribución actuales
que se ven en las galaxias.

Formación

Este dibujo muestra la formación de galaxias en el Universo temprano. Las galaxias


están formando nuevas estrellas e interactuando unas con otras. Esta escena se
parece mucho a la galaxia de la Telaraña (MRC 1138-262) y sus alrededores, uno de
los protocúmulos mejor estudiados.7
Los modelos cosmológicos actuales de los inicios del universo se basan en la teoría
del Big Bang. Unos 300 000 años después de este acontecimiento, comenzaron a
formarse los átomos de hidrógeno y helio en un nuevo suceso denominado
recombinación. Casi todo el hidrógeno era neutro (no estaba ionizado) y absorbía
con facilidad la luz. Todavía no se habían formado estrellas; por este motivo, este
periodo se llama Edad Oscura. Fue a partir de las fluctuaciones de densidad (o
irregularidades anisotrópicas) en esta materia primordial que las estructuras más
grandes empezaron a aparecer.89 Como resultado, las masas de materia bariónica se
condensaron dentro de halos de materia oscura fría. Estas estructuras primordiales
se convertirían con el tiempo en las galaxias que vemos en la actualidad.

Galaxias tempranas
Las pruebas de una aparición temprana de las galaxias se encontró en 2006 cuando se
descubrió que la galaxia IOK-1 tenía un corrimiento al rojo anormalmente alto
(6,96) correspondiente a solo 750 millones de años después del Big Bang. Esto la
convertía en la galaxia más lejana y antigua nunca vista.10 Mientras que algunos
científicos sostienen que otros objetos como Abell 1835 IR1916 tienen corrimientos
al rojo más altos y, por lo tanto, están en una etapa más temprana de la evolución
del universo, la edad y composición de IOK-1 se ha establecido con mayor
fiabilidad. En diciembre de 2012 varios astrónomos informaron de que UDFj-39546284
era el objeto astronómico conocido más distante, con un valor de corrimiento al
rojo de 11,9. Se estima que el objeto empezó a existir unos 380 millones de años 11
después del Big Bang;12 es decir, la luz que nos llega ha recorrido unos 13 420
millones de años luz. La existencia de estas tempranas protogalaxias sugiere que
deben haberse formado en la llamada Edad Oscura.8

El 5 de mayo de 2015 se anunció que la galaxia EGS-zs8-1 era la galaxia más


distante y antigua conocida, formada unos 670 millones de años después del Big
Bang. La luz de EGS-zs8-1 ha necesitado 13 000 millones de años para llegar a la
Tierra y se encuentra ahora a 30 000 millones de años luz de distancia debido a la
expansión del universo.

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