Sexting

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"Sexting" entre adolescentes: un fenómeno cada vez más frecuente

Qué es: el sexting es un anglicismo que proviene de la contracción de las palabras "sex" y "texting",
y hace referencia a contenidos de carácter sexual, compartidos mediante el teléfono móvil.
Un estudio reciente revela que al menos uno de cada cuatro adolescentes recibe textos y correos
sexualmente explícitos, al tiempo que uno de cada siete es responsable de enviar este tipo de
contenidos.

El sexting: una práctica peligrosa


Sheri madignan, autor principal del estudio llevado a cabo por el Instituto de investigación del
Hospital de Alberta y la Universidad de Cargary en Canadá, afirma que ésta puede ser una manera
saludable para que los jóvenes exploren la sexualidad y la intimidad cuando se da de forma
consensuada. El problema es cuando se coacciona, o cuando se comparten estos contenidos sin
permiso. Entonces podemos estar hablando de ciberacoso, con muchas de las consecuencias que
esta práctica puede ocasionar en la salud mental de quien la padece.
El estudio, que analizó datos sobre hábitos de sexting de 39 estudios publicados anteriormente con
un total de 110.380 adolescentes de entre 12 y 17 años, demuestra que más de uno de cada 10
adolescentes reenvían estos contenidos sexuales sin consentimiento, y aproximadamente uno de
cada doce ha tenido sexts enviados y posteriormente compartidos sin su permiso.

Cómo podemos ayudar a nuestros hijos


Cada vez es más frecuente que los niños/as empiecen a tener móvil a partir de los 10 años, por
eso es importante que los padres eduquen a sus hijos/as en el sexting a partir del momento en que
éstos tienen acceso a este tipo de aparatos. Abordar el tema dentro de las conversaciones sobre la
práctica de sexo seguro y la protección de su privacidad en las redes, es una manera adecuada de
hacerlo, aconseja Madigan.
"Puede ser útil que los padres piensen en el sexting igual que piensan en el sexo", dice Elizabeth
Englander, directora del Centro de Reducción de Agresión de Massachusetts en la Universidad
Estatal de Bridgewater. En lugar de prohibir el sexting de manera definitiva, los padres deberían
enseñar a los niños/as a considerar las consecuencias de hacerlo, y ayudarles a comprender que
deben resistir la presión de hacer cualquier cosa que los haga sentir incómodos, dice Englander.
"La juventud suele pensar que los adultos son unos exagerados con respecto a la valoración de un
posible riesgo, y más aún cuando hay tecnología involucrada. Tampoco ayuda que los adultos se
limiten a decir que" no hagan esto ", dice Lisa Jones, investigadora de los crímenes contra los niños
en el centro de Investigación de la Universidad de New Hampshire en Durham. "Pero
el sexting puede ser arriesgado y, ciertamente, el uso compartido no consensuado de imágenes
explícitas es perjudicial e incluso potencialmente criminal", afirma Jones.
"Es fundamental una comunicación sincera sobre el sexting seguro con nuestros hijos. Los jóvenes
necesitan tener adultos que les proporcionen información precisa"."Los mensajes de precaución
sobre sexting serán más eficaces si están integrados en una educación juvenil sobre relaciones
amorosas, tratando a los demás con respeto, dando opciones para responder a la presión sexual y
educando en la toma de decisiones saludables sobre el comportamiento sexual".

https://faros.hsjdbcn.org/es/articulo/sexting-entre-adolescentes-fenomeno-cada-vez-mas-frecuente
Riesgos del sexting
Son múltiples los riesgos potenciales derivados de la práctica del sexting. Entre otros, ocurre que si
algo se hace en privado y trasciende a lo público, el derecho a la intimidad, al honor y a la propia
imagen se ven vulnerados. También, como menciona Jorge Flores, este tipo de prácticas pueden ser
un indicador de víctima potencial para depredadores sexuales en el sentido de que “son personas
que realizan prácticas de riesgo”, lo que las pone en el punto de mira. Detrás del sexting se
encuentran casos de venganza, abuso y chantaje económico, emocional o sexual que, en el caso de
las niñas o adolescentes, aumentan en cierto modo la victimización por lo arraigado de determinados
estereotipos o tópicos en lo social. “Se las señala y se las ridiculiza con más ensañamiento y esto
puede tener consecuencias fatales como el suicidio. Lo hemos podido ver en casos como los de
Jessica Logan o Amanda Todd en 2012, ambas son ejemplos claros de suicidios por el ciberbullying
iniciado a partir de la publicación no consentida de una imagen cedida en la intimidad en un caso a
su pareja y en otra a un desconocido”.
Según Sheri Madiga, profesora asistente en el departamento de psicología de la Universidad de
Calgary (Canadá) y directora del estudio publicado en JAMA Pediatrics, el sexteo no consentido (es
decir, el reenvío de imágenes o vídeos sin consentimiento) o las formas coercitivas de sexting (es
decir, cuando se presiona a alguien para enviar un mensaje), “pueden, comprensiblemente, causar
considerable angustia a los adolescentes”. También tiene graves consecuencias legales potenciales.
“El sexting puede parecerse mucho al comportamiento sexual: cuando es consentido, hay muy pocas
consecuencias negativas para la salud, pero el sexting no consentido o forzado (al igual que el sexo
no consensuado o forzado) está relacionado con mala salud psicológica”, añade.
Si bien podría pensarse que el sexting consentido puede relacionarse con conductas impulsivas y de
riesgo, como una mayor frecuencia de parejas sexuales, un mayor número de parejas concurrentes y
el uso de drogas y alcohol antes del sexo, para Madiga, no todos los jóvenes que sextean están
involucrándose en conductas problemáticas, sino que esta práctica puede llevarse a cabo dentro del
contexto de relaciones saludables.
En este sentido, tendría mucho que ver la influencia de todo lo que ocurre al otro lado de la red, es
decir, el entorno en el que están creciendo los niños y adolescentes actuales y en el que los medios
de comunicación y la publicidad influyen en la sexualización temprana de las niñas y niños. Una
hipersexualización que, en opinión de Jorge Flores, también se transmite desde determinados
contenidos digitales: “Lo vemos en youtubers e instagramers, por ejemplo, que trasladan modelos y
mensajes muy relacionados con el sexo y el erotismo, repitiendo unos patrones determinados, bien
por convicción, bien por conveniencia”.

https://elpais.com/elpais/2018/03/09/mamas_papas/1520582602_813226.html

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