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“LO BELLO Y LO SUBLIME".

La intención primera de este ensayo, es recordar y aclarar conceptos vistos en el primer ciclo, con el fin de
que alrededor del texto de Kant, podamos hacer una discusión enriquecedora para fortalecer nuestra
estructura conceptual que sobre este tema requerimos como diseñadores.

En cuanto a los temas de diseño de experiencias, gusto y como éste cambia ante diferentes circunstancias,
aparece en este escrito una relación y una postura personal frente al pensamiento de Kant.

LO SUBLIME Y LO BELLO.

Todos sentimos placer o displacer hacia las cosas, y éstas nacen a partir de las sensaciones que genera el
gusto o la atracción hacia algo o alguien.

Para que desde la experiencia, se pueda comprender y disfrutar del significado de las palabras “sublime y
bello” es necesario que a los momentos vividos anteceda un estímulo que provoque sensaciones de agrado,
de alegría, de entusiasmo y sonrisa.

Tal vez, sea esta una de las razones que más inducen en el desarrollo para el diseño de experiencias a través
de la creación objetos, que traducen lo sublime y lo bello.

En consecuencia, no puede desligarse el gusto, como medio de creación para lograr como fin un objeto
concreto que satisface los placeres y deseos de un grupo personas determinadas.

Al respecto, es de interés anotar el pensamiento de Kant que sin duda contribuye no solo a la comprensión
de éstos conceptos, si no a tener una postura más clara que desde el punto de vista del diseño nos permita
saber cuándo los objetos que diseñamos pueden llegar a verse sublimes o bellos y cuando este impacto sea
positivo en el o no en las personas que reciben nuestros diseños.

Conceptualmente “Lo sublime es infinito, inacabado e inconmensurable y se presenta en dos aspectos: lo


sublime matemático (que no se puede medir porque la medida es importante hacia él) y lo sublime
dinámico, que surge de la fuerza. Sin embargo, para Kant, la satisfacción de lo sublime procede de la
cantidad, que proporciona un placer indirecto en el que no cabe la imaginación ni el encanto” pero lo que si
alcanza a hacer lo sublime es sobrepasar el reino de los sentidos para su contemplación.

Lo bello encanta, lo sublime conmueve.

“Lo bello como definición, en un origen era todo lo que pudiera ser contemplable, es decir <> y hoy en día en
algunos casos es relacionado con la perfección, bondad y verdad. Mientras que desde el punto de vista
Kantiano lo bello significaba la unión del pensamiento de San Alberto Magno y Hume y Bruke, lo cual se
expresaba en que: <> y <>. Reforzando estos conceptos, Kant insistió que lo bello era <> es decir que algo
encierra en sí una finalidad, pero que no subordina a ningún fin ajeno del goce estético o lo que gusta
universalmente y sin conceptos.

Kant al juntar estos conceptos intuía algunos de las determinantes de diseño que hoy en día todos
conocemos como: “la forma sigue a la función” y aunque esta ya no sea una determínate clave para el
desarrollo de un diseño, comparto lo que dice Kant el no pensar en esto puede que un objeto salga al
mercado convertido en bello es decir sin ninguna finalidad y pueda llegar a ser desecho antes de que
experimente en las personas algún tipo de sensibilidad y deseo por este.

Retomando el autor, este une estos dos sentimientos y lo explica de la siguiente manera:

Lo sublime conmueve, lo bello encanta, lo sublime debe ser siempre grande, lo bello también puede ser
pequeño, lo sublime es sencillo y lo bello adornado y ornamentado, es decir es un juego, pero con reglas que
pueden variar según lo que sentimos ante las cosas, y recordando que aunque suene un poco ilógico lo
sublime necesita de lo bello y viceversa.

Cuando se está desarrollando un objeto y estamos mirando las experiencias que este puede llegar a cumplir,
es bueno mirar en que espacios se van a desarrollar estas experiencias, y es importante saber que si el
espacio es grande o pequeño no nos debemos dejar intimidar si no lo contrario, debemos admirar la
grandeza y el encanto de los dimensiones que estos nos brindan.

El sentimiento sublime es tal vez uno de los más complejos porque las emociones que produce son más
fuertes que las que produce lo bello, y para entender bien lo sublime es necesario conocer sus tres
categorías: 1. Sublime Terrorífico, 2. lo noble y 3. lo magnifico.

Por ejemplo “Una altura es tan sublime como una gran profundidad, pero mientras que a esa la acompaña
una sensación de estremecimiento, a aquella le acompaña una sensación de admiración. La primera
sensación puede ser sublime terrorífica y la segunda puede ser noble y magnifica”.

Lo bello y lo sublime influyen de manera relevante en el comportamiento de hombres y mujeres, en el


estado anímico, en la autoestima y todo ello se manifiestan a través del despliegue de otros sentimientos y
de valores que en este contexto se intentan organizar dentro de las siguientes dos categorías:

Sublime Bello
1 Amistad 1 Amor sexual
2 Respeto dignidad 2 Bromas
3 Entendimiento 3 Ingenio
4 Nobleza 4 Halago fino
5 La atención desinteresada 5 Cortesía y la fines
6 La tragedia 6 La comedia
7 Ojos cafés y el color 7 Los ojos azules y el color
moreno rubio
8 Vejez 8 Juventud

Es de aclarar que entre los sentimientos que enmarcan las dos grandes categorías propuestas, existe una
línea, un hilo tan fino que puede degenerarlos de forma rápida por ejemplo: “La cualidad de lo sublime
terrible, cuando se hace completamente contraria a la naturaleza, cae en extravagancia y las cosas contrarias
a la naturaleza con las que se pretende ser sublime pueden llegar a ser monstruosidades y el gusto por las
monstruosidades da lugar a lo maniático,” “en cambio lo bello se degenera cuando se nota la ausencia de lo
noble y se convierte en trivial”.

En los seres humanos es fácil identificar cuando estos sentimientos se convierten en monstruosidades o
trivialismos ya que su manifestación se muestra a través de una transformación del carácter que de hecho
no corresponde con su edad cronológicamente hablando. Por ejemplo, los hombres cuando “son jóvenes se
les presenta un síntoma llamado dandi; y en la edad madura uno que se le llama fatuo; y puesto que lo
elevado o sublime es más necesario que nunca en la vejez. Así las cosas, resulta que los hombres con estas
sintomatologías terminan siendo uno un viejo verde que es la criatura más despreciable de la naturaleza y el
otro un joven maniático de las cosas más antipáticas e insoportables en una persona a esa edad;” por eso, es
importante que prevalezcan en hombres y mujeres los principios morales, los valores, la ética, para así poder
mantener perenne la verdadera virtud es sublime.

Pese a que Kant se refiere en el texto sobre las virtudes como juicios morales en cuanto a las personas, es
interesante que relacionemos las virtudes no como tema moral, si no más “las virtudes de los objetos que
diseñamos”, Pienso que al hacerlo nos podemos dar cuenta de que muchas veces nos ha pasado que
intentamos darle virtudes agregadas a estos y sin querer los dañamos, ofreciéndole a las personas objetos
“dandis” o “fatuos” que hacen que no cumplan con las expectativas y experiencias de la persona que lo va a
usar al final.
Las virtudes se soportan en principios que entre más generales sean, más sublimes y nobles se convierten, ya
que funcionan como la conciencia de un sentimiento que se extiende mucho más allá de las causas
particulares de la compasión y la complacencia.

Por ejemplo en muchos casos, algo que no es virtud se confunde con la complacencia cuando se trata sólo
de hacer sentir al otro agradable a través de la manifestación de diferentes actitudes o quizás accediendo a
la satisfacción de los deseos que de una u otra manera, consciente o inconscientemente, ajustan nuestra
conducta a la forma de pensar del otro para sentirlo feliz, muchas veces sin que uno se sienta en el mismo
nivel de complacencia. En suma, la complacencia es una causa encantadora de la sociabilidad y por lo tanto
siendo bella, puede ser por lo que provoca en el ser humano y en su comportamiento, origen de cualquier
vicio, ya que “lo que mueve no es directamente la belleza de las acciones, sino lo que éstas representan ante
los ojos ajenos”.

En muchos casos preferimos diseñar un objeto con fines decorativos ya sea para el cuerpo o para un espacio,
porque sabemos que estos pueden ayudar a que la persona que los va a usar, experimente una seguridad y
aceptación ante su medio.

Tal vez esta es una de las razones para afirmar que todas las emociones que generan lo sublime tienen más
fascinación que los ilusorios encantos de lo bello; los sentimientos y actitudes según la intención se sabe si
son bellos o sublimes, por eso a continuación se mencionaran algunos sentimientos que influyen más en lo
sublime, y aunque estos estén enfocados en la parte moral de la persona yo les propongo que los veamos
mas como estos sentimientos hacen que afecte el gusto en las personas hacia las cosas:

El sentimiento del honor: Es refinado y ayuda destacar las consecuencias morales.

El sentimiento de la dignidad hacia la naturaleza humana: Es la estima hacia uno mismo, es ver que el ser
humano merece respeto, no tolerar ninguna sumisión reprobable, es nobleza y valor por la libertad no por el
libertinaje.

Los sentimientos melancólicos: No son los sentimientos ideales, pues si no se usa bien, pueden contribuir a
que lo sublime especialmente transgreda su significado. “Lo melancólico no se le dice así porque no goce de
los privilegios de la vida, sino porque permite que sus sentimientos, cuando se intensifican de melancolía
dirigen hacia una dirección errónea, acaba con la esencia del sentimiento y automáticamente la convierte en
otro estado” es decir se degenera y puede legar a ser trivial.

El sentimiento colérico: Este tiene una sensibilidad predominante en lo sublímeme, “lo colérico estima su
propio valor, el de sus posesiones y el de sus acciones según el decoro o la apariencia que tiene ante los ojos
de los demás”.

El sentimiento de la ingenuidad: Va de la mano de lo bello, es noble, lleva un si sello de sencillez pero se


puede degenerar resulta “chillante” y lleno de adornos.

Todos estos tipos de sentimientos, tienen en común parecer falsos, de hecho hoy en día, donde la tecnología
es parte de nuestras vidas, hemos entrado con más fuerza en una sociedad que en muchos casos deja de
lado los verdaderos sentimientos, limitando las expresiones, las palabras de afecto, lo bello y lo sublime
“sentimientos que se sienten”

Concluyendo, los sentimientos son los que permiten que el hombre o la mujer vea lo sublime o lo bello en las
cosas o en lo que sienta; también es importante decir que no solo le llama útil “a los sentimientos que
satisfacen nuestra sensibilidad burda” (como los que nos proporcionan comida, lujo y derroche), sino que
son más importantes y útiles los sentimientos que nos provocan “lo deseado por los más vivos
sentimientos”; aunque estos influyen mucho según como obren los hombres y con los principios que se
cuenten. (Influye moral).

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