Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Wehle
Contenidos mínimos
1. La sociología y las ciencias sociales. Contexto histórico, político, social y cultural de
surgimiento. Los interrogantes sociológicos, diversos abordajes y posibles respuestas.
2. Modernidad y Sociología. Distintas configuraciones sociales y surgimiento de
perspectivas sociológicas específicas.
3. Conceptos y problemas fundamentales y distintas perspectivas teóricas: hecho social,
acción social, relaciones sociales, grupos y clases sociales, poder, normas, instituciones,
poder y conflicto. Dimensiones macro y micro sociológicas.
4. El conocimiento sociológico aplicado a diversas problemáticas en las distintas
configuraciones de la sociedad moderna, desde sus inicios hasta los tiempos
contemporáneos.
Objetivos Generales
UNIDAD 1:
La sociología y las ciencias sociales. Contexto histórico, político, social y cultural de
surgimiento de la sociología. Los interrogantes sociológicos, diversos abordajes y
posibles respuestas. Modernidad y Sociología. Distintas configuraciones sociales y
surgimiento de perspectivas sociológicas específicas. Conceptos y problemas
fundamentales. La Sociología en Francia. Emile Durkheim y el hecho social.
UNIDAD 2:
Conceptos y problemas fundamentales. El desarrollo de la sociología alemana a
partir de Max Weber y la acción social. El conocimiento sociológico aplicado a
diversas problemáticas en las distintas configuraciones de la sociedad moderna
desde sus inicios. Relación social y poder.
UNIDAD 3
El pensamiento sociológico en la visión teórica de Karl Marx. El materialismo
dialéctico o histórico. Relación entre capital y trabajo en el modo de producción
capitalista. Los aspectos sociales de la manufactura y de la gran industria.
Manufactura fabril y división del trabajo. Maquinaria y gran industria: la fábrica.
Relaciones de cooperación.
UNIDAD 4
Funcionalismo. Introducción a los ejes centrales del funcionalismo. La dinámica
del sistema social. El abordaje crítico de Robert Merton. Las Críticas de Wright
Mills.
Contenido
Unidad 1: La sociología y las ciencias sociales. Contexto histórico, político, social y cultural de
surgimiento de la sociología. ............................................................................................................... 1
2.2. Las reflexiones sociales de Saint Simón y el énfasis otorgado al trabajo. ........................... 9
3.1. Los estados históricos de Comte y su preocupación por los cambios en las formas
tradicionales de organización social. ......................................................................................... 12
7.2. Sobre la metodología para estudiar los hechos sociales: las reglas del proceso de
“cosificación”. ........................................................................................................................... 25
7.3. Los tipos de solidaridad en tanto modelos de organización de las relaciones sociales. ..... 27
1.Introducción...............................................................................................................................72
3.1.Concepto de institución………………………………………………………………...75
1
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
1 Juan Carlos Portantiero. Licenciado en Sociología de la Universidad de Buenos Aires y decano de la Facultad de
Ciencias Sociales de la UBA entre 1990 y 1998. Entre sus publicaciones más importantes aparecen Los orígenes de la
sociología clásica (1978) y Estado y sociedad en el pensamiento clásico (1985).
2
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
mundo que se tenía ya que se descubrió una extraña tierra donde las formas de
organización que se daban por sentadas estaban ausentes, lo que se descubrió de esta
forma fue un “otro”, una sociedad diferente con exóticas formas de organización social
y religiosa. Este hecho significó un cambio en la organización en Europa, con la llegada
de oro y plata desde el Nuevo Mundo. Nace allí lo que hoy llamamos “globalización”.
Como sostiene Enrique Del Percio al citar a Aldo Ferrer: “el dilema dimensión
endógena/contexto externo no es nuevo... Por primera vez en la historia se verificaron
simultáneamente dos condiciones: el aumento de la productividad del trabajo y un
orden mundial global. En ausencia de una o ambas de estas condiciones no se plantea
el dilema del desarrollo en un mundo global” (Del Percio, 2000: 24).
El surgimiento de los estudios sociológicos se inicia en íntima relación con un contexto
histórico que estaba viendo el nacimiento de las primeras Naciones con Estados
centralizados, con el avance de un modelo de producción capitalista, lo que se planteaba
ahora era la procedencia del poder y su organización. En esta corriente surgen los
pensadores contractualitas (Hobbes, Locke, Motesquieu, Rousseau) que tenían como
meta la elucidación en torno a la idea de que el hombre precede a la sociedad y no
viceversa, la crea y la organiza; son sujetos jurídicamente iguales que pactan de
diferentes formas para ceder su poder a una institución; nace de esta forma la noción de
“contrato social”, soberanía popular, y representación política. Esta será la base del
pensamiento sobre la sociedad en el siglo XVI (Portantiero, 1989).
Considerar la construcción de la sociología con visión histórico-social implica indagar
los cambios acontecidos en la transición desde la sociedad feudal a la sociedad moderna
a partir de los procesos históricos significativos tales como la revolución Industrial, la
revolución Francesa y la revolución científica.
Desde una perspectiva histórica vamos a estudiar a los padres fundadores de la
sociología: Auguste Comte, Emile Durkheim y Max Weber. Observaremos también el
pensamiento de los ingleses Tomas Hobbes, John Locke, Adam Smith y Herbert
Spencer; franceses como Montesquieu, Jean-Jacques Rousseau, Claude Saint Simón; y
alemanes como Ferdinand Tönnies y Karl Marx, quienes van a observar desde
diferentes perspectivas los cambios económicos, el desarrollo del pensamiento burgués
y el principio de individualización en la sociedad moderna.
En el siglo XVIII los pensadores del “iluminismo” con sus ideas sobre el individuo, el
progreso, el contrato, la naturaleza y la razón contribuyeron a romper con el
pensamiento del sistema feudal. Aparece la noción de contrato que reemplaza al
oscurantismo del antiguo régimen medieval y le opone el iluminismo de la razón.
Veremos de esta manera cómo previamente al surgimiento de la sociología como
ciencia social en el siglo XIX, pensadores ingleses, franceses y alemanes indagaron
desde distintas perspectivas las implicancias de las transformaciones sociales,
económicas y políticas surgidas a partir de la revolución Industrial, la revolución
Francesa y la revolución científica. Tales transformaciones están vinculadas con las
siguientes características:
3
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
2
La época anterior al capitalismo era denominada por los revolucionarios franceses como “antiguo
régimen” aludiendo a la etapa de la sociedad humana conocida como la época feudal.
4
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
de sus acorazados muros de piedra una pequeña ciudad funcionaba día a día y era el
hogar de pequeños comerciantes y mercaderes, artesanos de oficios diversos, junto con
los poderosos miembros del clero y la fuerza armada que respondía al noble. El corazón
de esta forma de organización estaba en el campesinado que vivía en torno al castillo y
que con rudimentarias técnicas labraban y cultivaban la tierra, producción que estaría
destinada al autoconsumo, la concesión al noble como renta por la tierra y su protección
(un parte también era para los líderes religiosos) y un pequeño porcentaje destinado al
trueque, este era el medio de intercambio más utilizado si bien existía también el uso del
dinero.
Los campesinos preindustriales además de cultivar sus tierras, en los duros meses de
invierno se ocupaban de tejer en sus telares para su propio sustento y al mando de
contratistas que recorrían las zonas rurales comprando paños para comercializar. El
desarrollo tecnológico era muy pobre ya que en el modo de producción feudal los
dueños de las riquezas, los nobles, se dedicaban preferentemente a la construcción de
castillos, iglesias y fortalezas.
La Revolución Industrial significó el fin de esa era con el desarrollo de nuevas ciudades
y el dominio de la ciencia como la nueva religión encargada de brindar significados a la
sociedad laica. Si bien la Revolución se dio en Inglaterra, no fue este país como nación
lo que se industrializó a partir del siglo XVIII, sino ciudades y ciertas regiones del país,
tampoco hay que entender la aparición del modelo fabril como un proceso dramático
revolucionario, sino más bien una evolución gradual de larga duración (Pierenkemper,
2001).
Diversos fueron los factores que convirtieron a zona meridional del condado algodonero
y productor de paños de Lacanshire en la cuna de la industria moderna, uno de estos
factores fueron las brillantes mentes de: Richard Arkwright (1732-1792) creador de la
máquina de hilar y James Watt (1736-1819) ingeniero escocés que es responsable de la
máquina a vapor, gracias a estas dos personas es que el carbón será el impulsor de la
industrialización. Anteriormente en 1558 con la muerte de la reina María I asume el
poder de la corona inglesa Isabel I y promueve la reforma protestante rompiendo con la
iglesia católica e impulsando una serie de cambios que condujo al surgimiento de un
“espíritu capitalista” a partir de otorgar a los campesinos derechos de propiedad sobre la
tierra permitiendo que estos pudiesen venderlas, como así también aprobando el cobro
de intereses en las transacciones económicas. Mas adelante, en la unidad 2,
profundizaremos sobre la relación entre la “ética protestante y el espíritu del
capitalismo” analizada por Max Weber.
Otro factor central que condujo a que la Revolución Industrial se llevase adelante en
Inglaterra y no en otra potencia de la época como Francia es el hecho que puertas
adentro el país tenía un fuerte mercado interno que se comportaba como “un solo
mercado nacional” junto con un amplio sector manufacturero. En comparación con
Francia, dividida en diferentes regiones, que incluso hablaban idiomas diversos
complicando la comunicación interna. Además debemos agregar que Inglaterra disponía
de un fuerte sistema de canales que favorecía un aceitado sistema de comunicación y
transporte que favoreció el desarrollo de este mercado interno (Hobsbawm, 1989).
La agricultura británica contribuyó de forma decisiva para el éxito de la
industrialización, junto con los ya mencionados derechos de propiedad sobre la tierra y
el cercamiento de los campos, se llevó adelante una serie de innovaciones tecnológicas
que permitían un uso más eficaz del terreno. Aparecieron en este período los primeros
empresarios agrícolas y el campo apoyó el desarrollo de las crecientes ciudades tanto en
5
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
6
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
responder a estas nuevas problemáticas que surgían con el crecimiento de las ciudades y
el modelo fabril (Hobsbawm 1989).
7
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
división del trabajo), por más que trabaje, apenas podría hacer un alfiler al día, y
desde luego no podría confeccionar más de veinte. Pero dada la manera como se
practica hoy día la fabricación de alfileres, no sólo la fabricación misma constituye
un oficio aparte, sino que está dividida en varios ramos, la mayor parte de los cuales
también constituyen otros tantos oficios distintos. […] En fin, el importante trabajo de
hacer un alfiler queda dividido de esta manera en unas dieciocho operaciones
distintas, las cuales son desempeñadas en algunas fábricas por otros tantos obreros
diferentes, aunque en otras un solo hombre desempeñe a veces dos o tres operaciones.
[…] Por consiguiente, estas diez personas podían hacer cada día, en conjunto, más de
cuarenta y ocho mil alfileres. […] En cambio si cada uno hubiera trabajado separada
e independientemente, y ninguno hubiera sido adiestrado en esa clase de tarea, es
seguro que no hubiera podido hacer veinte, o, tal vez, ni un solo alfiler al día (…)”
(Smith, 1979: p.8-9).
En el capítulo II, Smith retoma el tema de la división del trabajo y lo relaciona con las
causas que la motivan: el hombre se guía por principios egoístas de satisfacción de sus
propias necesidades y establece relaciones de intercambio con ese fin:
“Pero el hombre reclama en la mayor parte de las circunstancias la ayuda de sus
semejantes y en vano puede esperarla sólo de su benevolencia. La conseguirá con
mayor seguridad interesando en su favor el egoísmo de los otros y haciéndoles ver
que es ventajoso para ellos hacer lo que les pide… No es la benevolencia del
carnicero, del cervecero o del panadero la que nos procura el alimento, sino la
consideración de su propio interés. No invocamos sus sentimientos humanitarios sino
su egoísmo; ni les hablamos de nuestras necesidades, sino de sus ventajas” (Smith,
1979: p. 17).
Así, la división del trabajo es el resultado de que el hombre persiga sus propios fines
egoístas y se dedique a una sola actividad, se especialice, e intercambie sus mercancías
con los demás:“De esta suerte, la certidumbre de poder cambiar el exceso del producto
de su propio trabajo, después de satisfechas sus necesidades, por la parte del producto
ajeno que necesita, induce al hombre a dedicarse a una sola ocupación, cultivando y
perfeccionando el talento o el ingenio que posea para cierta especie de labores"
(Smith, 1979: 17).
¿Qué hubiese ocurrido si no se hubiera incorporado la división del trabajo? Smith
explica: “Mas sin la inclinación al cambio, a la permuta y a la venta cada uno de los
seres humanos hubiera tenido que procurarse por su cuenta las cosas necesarias y
convenientes para la vida. Todos hubieran tenido las mismas obligaciones que cumplir
e idénticas obras que realizar y no hubiera habido aquella diferencia de empleos que
propicia exclusivamente la antedicha variedad de talentos.” (Smith. 1979: 18).
En el capítulo V, Smith analiza la distinción entre trabajo real y trabajo nominal y la
correspondencia entre el valor del trabajo, de las mercancías producidas por ese trabajo
y del dinero utilizado para comprar las mercancías producidas. Con respecto al valor del
trabajo, explica:
“El precio real de cualquier cosa, lo que realmente le cuesta al hombre que quiere
adquirirla, son las penas y fatigas que su adquisición supone. Lo que realmente vale
para el que ya la ha adquirido y desea disponer de ella, o cambiarla por otros bienes,
se adquiere con el trabajo, lo mismo que lo que adquirimos con el esfuerzo de nuestro
cuerpo. El dinero o sea otra clase de bienes nos dispensan de esa fatiga. Contienen el
valor de una cierta cantidad de trabajo, que nosotros cambiamos por las cosas que
suponemos que encierran, en un momento determinado, la misma cantidad de trabajo.
El trabajo fue, pues, el precio primitivo, la moneda originaria que sirvió para pagar y
comprar todas las cosas” (Smith, 1979: p. 31).
8
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
Sin embargo, aclara que el trabajo no se utiliza como medida o valor de cambio, sino la
mercancía o el dinero por los que pueden cambiarse:
“Fuera de esto, es más frecuente que se cambie y, en consecuencia, se compare un
artículo con otros y no con trabajo. Por consiguiente, parece más natural estimar su
valor en cambio por la cantidad de cualquier otra suerte de mercancía, y no por la
cantidad de trabajo que con él se puede adquirir (…) Ahora bien, desde el momento
que cesó la permuta y el dinero se convirtió en el instrumento común de comercio, es
más frecuente cambiar cualquier mercancía por dinero, y no por otra cosa” (Smith,
1979: p.32-33).
Más adelante, Smith establece una distinción entre el precio real y el precio nominal del
trabajo, es decir, la cantidad de mercancías que pueden adquirirse con un determinado
valor de trabajo:
“Pero, aunque para el trabajador siempre tengan igual valor idénticas cantidades de
trabajo, no ocurre así con la persona que lo emplea, pues para ella tiene unas veces
más, y, otras, menos valor. Las compra, en unas ocasiones, con una mayor cantidad
de bienes, y en otras, con menor cantidad de los mismos, por lo cual se hace la idea
de que el precio del trabajo varía como el de todas las demás cosas, siendo unas
veces caro y otras barato. En realidad, son los bienes los que son caros o baratos, en
un caso o en otro… De acuerdo con esa acepción vulgar puede decirse que el trabajo,
como los otros bienes, tiene un precio real y otro nominal. El precio real diríamos que
consiste en la cantidad de cosas necesarias y convenientes que mediante él se
consiguen, y el nominal, la cantidad de dinero. El trabajador es rico o pobre, se halla
bien o mal remunerado, en proporción al precio real del trabajo que ejecuta, pero no
al nominal (…) El mismo precio real representa siempre el mismo valor; pero el
mismo precio nominal puede tener valores distintos” (Smith, 1979: p. 34).
La obra de Adam Smith influencia a otros autores clásicos de la Sociología y de otras
disciplinas. Desde un punto de vista crítico, hay relaciones con la obra de Marx El
capital y la obra de Durkheim La división del trabajo social.
9
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
Saint-Simon no conoce aún el término “sociología”, que fue creado más tarde por
Auguste Comte, quien fuera su secretario. En su lugar utiliza el de “fisiología social”,
que es “la ciencia de la sociedad y del hombre en su actividad, produciendo, trabajando,
creando” (Goldschimidt, 1981).
3 En 1688 el pueblo inglés derrocó a Jacobo II, ofreciendo el trono al príncipe holandés, Guillermo de Orange con el
juramento de aceptar la superioridad de la ley sobre la voluntad del rey. La revolución que puso fin a la monarquía
absoluta e instaló la monarquía parlamentaria en Inglaterra fue conocida “Gloriosa Revolución”.
4 Denis Diderot (1713 –1784)
5 Jean le Rond d'Alembert (1717-1783)
6 Nicolás Copérnico (1473-1543): de origen polaco, fue un intelectual y astrónomo del renacimiento. Formuló la
teoría heliocéntrica, que ubicaba al Sol en el centro del sistema solar, aludiendo que los planetas giraban alrededor del
Sol y no de la tierra. Esta formulación implicó una gran revolución del pensamiento científico y para la sociedad de
su época. Su libro “De revolutionibus orbium coelestium” (Sobre el movimiento de las esferas celestiales), fue
publicado en 1543, el mismo año de su muerte.
10
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
7 Heinrich Mitteis, Über den Rechtsgrund des Satzes „Stadtluft macht frei“.(Fuente citada en :Stadtluft macht frei):
El término se usó inicialmente para identificar a la clase social compuesta por los habitantes de los "burgos", es decir,
las partes nuevas que surgían en las ciudades bajomedievales de Europa occidental, y que se caracterizaban por no ser
señores feudales ni siervos; y que no pertenecían ni a los estamentos privilegiados (nobleza y clero) ni al
campesinado. Sus funciones socioeconómicas eran las de mercaderes, artesanos o ejercientes de las denominadas
profesiones liberales. La ausencia de sujeción a la jurisdicción feudal era la clave.
11
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
3.1. Los estados históricos de Comte y su preocupación por los cambios en las
formas tradicionales de organización social.
En torno a las problemáticas mencionadas arriba, pensadores como Augusto Comte,
analizaron los cambios en las formas tradicionales de organización social a través de
una visión histórica. Tales postulados se desarrollan a continuación.
La superación del antiguo orden medieval frente a la revolución industrial y
democrática se refleja en la obra del francés Augusto Comte (1798-1857), a quien se lo
conoce principalmente como al padre del positivismo en el pensamiento filosófico.
Considerando que en su época la humanidad había al fin llegado a su estado positivo,
Augusto Comte sienta las bases del positivismo que tendrá una gran influencia en el
pensamiento social del siglo XIX y en el siglo XX.
Augusto Comte se define favorable al desarrollo del capitalismo industrial, el Estado
republicano, el racionalismo y la ciencia, pero se inquieta por el cambio en las formas
tradicionales de organización social y de asociación, que él considera como un estado de
desorden moral. Frente a la desaparición de los marcos tradicionales de la vida social va
a interesarse en la idea de comunidad y el restablecimiento de los vínculos
comunitarios.
Augusto Comte rechaza radicalmente la perspectiva individualista. Porque según él no
se puede descomponer la sociedad en individuos (eso sería una abstracción metafísica).
Por el contrario, él considera que la sociedad se compone de grupos, de comunidades y
de la familia, que ocupa el eje central de la sociedad. En realidad, en este sentido la
“sociedad positivista” descripta por Comte se asemeja más al sistema feudal cristiano
que a la democracia industrial moderna.
Según Comte, el sistema de relaciones que constituye la familia, es considerado como
constituyendo la personalidad del individuo a partir de tres formas de relación: 1) La
relación filial, de la que se desprende la autoridad y la jerarquía; 2) la relación fraternal,
que engendra el sentido de la solidaridad y de la igualdad; 3) la relación conyugal, que
constituye la base del tejido social y que tiene por eso mismo una función social.
Considerando al matrimonio como la fuente de la estabilidad y del orden social, Comte
se opondrá a la idea del divorcio, que él estima como el elemento de disolución de la
familia, llevando en esa línea a la disolución de la comunidad y de la organización
social.
El pensamiento de Comte parte de una concepción genética que reposa sobre una
filosofía de la historia y sobre una apreciación de la formación de la “auténtica visión
filosófica del individuo”. Como lo señala en el Discurso sobre el espíritu positivo
(1844), la “ley de los tres estados” concierne tanto al progreso de la humanidad como a
la génesis del conocimiento individual. Esa ley de los tres estados, fundamento de la
filosofía positiva es, a la vez una teoría del conocimiento y una filosofía de la historia.
Desde una determinada visión histórico-social, Comte considera que los conocimientos
pasan por tres estados teóricos distintos, tanto en el individuo como en la humanidad,
llamados teológico, metafísico y positivo.
12
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
8Nisbet señala que “si para Marx, el socialismo es el capitalismo sin la propiedad privada, para Comte la sociedad
positivista es la sociedad medieval sin cristianismo”. NISBET, R. La tradición sociológica.
13
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
Comte resume su filosofía en este lema: el Amor como principio; el Orden como base y
el Progreso como fin. Pero, para Comte el espíritu positivo es relativo. En 1817 escribía:
“Todo es relativo, este es el único principio absoluto”. El estudio de los fenómenos
nunca es absoluto, sino relativo a nuestra organización (social), a nuestra situación. Por
lo tanto es histórico (Comte, 1817, 80). El contenido histórico del positivismo lo lleva a
señalar que el sistema que explique el pasado será dueño del porvenir.
El positivismo, que al principio, fue para Comte un simple método intelectual, llegando
al término de su vida lo instituye como una verdadera religión destinada a reemplazar al
cristianismo. Su segunda obra fundamental, que publicó entre 1851 y 1854 se titula
Sistema de política positiva o Tratado de Sociología instituyendo la religión de la
Humanidad.
Rechazando la metafísica, el positivismo de Comte influyó en la tradición del
pensamiento sociológico. En la Lección 47° del Curso de Filosofía positiva (1839)
Comte utiliza por primera vez la palabra sociología y la asocia como un término
equivalente al de física social -otra expresión suya- “con el fin de poder designar con un
nombre único esta parte complementaria de la filosofía natural que se refiere al estudio
positivo del conjunto de leyes fundamentales propias a los fenómenos sociales”. Comte
propone vulgarizar los avances del conocimiento científico a través de la educación
pública universal. Educación laica general en oposición a la instrucción religiosa
existente.
14
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
15
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
16
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
17
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
18
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
poder de todos, es un estado Justo que se impone a todos para evitar la guerra de todos
contra todos.
Hobbes distingue entre jus o derecho, que interpreta como libertad, y lex o ley, que
significa obligación (Hobbes, 1651). El hombre tiene libertad -es decir, derecho- para
hacer cuanto pueda y quiera; pero con un derecho se pueden hacer tres cosas: ejercerlo,
renunciar a él o transferirlo. Cuando la transferencia del derecho es mutua, se llama
pacto, contrato o convenio: covenant. La transferencia del derecho a un poder civil
soberano a través del pacto o convenio lleva a la idea de comunidad política.
Para conseguir seguridad, el hombre intenta sustituir el status naturae por un status
civilis, mediante un convenio en que cada uno transfiere su derecho al Estado que es
depositario de la autoridad que le delega el pueblo (Hobbes, 1651). En rigor, no se trata
de un convenio con la persona o personas encargadas de regirlo, sino de cada uno con
cada uno. Pero, al despojarse los hombres de su poder, lo asume íntegramente el Estado,
que pasa a consolidarse como una máquina todopoderosa. Ése Estado es el Leviathan, la
gran bestia bíblica superior a todo, un monstruo que devora a los individuos y ante el
cual no existen límites. El Estado así constituido es absoluto: su poder, lo mismo que
antes el del individuo, no tiene restricción; el poder no tiene más límite que la potencia
del mismo. El soberano representa, simplemente, la fuerza constituida por el convenio;
los demás hombres son sus súbditos.
En síntesis, la concepción del Estado de Hobbes parte de la igualdad y del estado
natural de perpetua lucha entre los hombres. Razonando a partir de esta base, puede
justificar la necesidad de un principio unificador corporizado en la hegemonía del
Estado.
19
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
Las leyes de los Estados serán justas en la medida que se fundamenten sobre la base de
esta ley natural “por referencia a la cual deben regirse y ser interpretadas” (Locke,
2005: 26). A diferencia de Hobbes considera que la monarquía absoluta no es una buena
forma de gobierno, ya que según esta ley natural los hombres no deben someterse a la
voluntad arbitraria de los otros, en este caso el monarca, sino que el pacto que realizan
debe llevarlos a formar una comunidad política; otra diferencia es que en el estado de
naturaleza lockeano existen pactos que se llevan a cabo entre los hombres y que tienen
como garantía la palabra empeñada en el cumplimiento del mismo difiriendo de esta
forma con el anárquico estado de lucha constante que definía Hobbes.
Los motivos que llevan a los hombres a ceder sus derechos ilimitados en el estado de
naturaleza es que si bien todos son reyes, no todos tienen las mismas concepciones de
equidad y justicia en torno a los bienes que poseen. “El usufructo de la propiedad que
un individuo posee en tal estado es muy precario, muy inseguro. Ello lo vuelve
dispuesto a abandonar esa condición, que por libre que sea, se encuentra plagada de
temores y peligros” (Locke, 2005: 143).
“Consecuentemente el fin principal y de mayor gravitación por el que los hombres se
unen en sociedades políticas y se someten a un gobierno es la protección de su
propiedad” (Locke, 2005: 144). Lo que se debe establecer es una ley que sea consentida
y conocida por todos, si bien anteriormente mencionamos la ley natural, esta puede ser
interpretada parcialmente dependiendo de los intereses del sujeto, además lo que falta es
un juez imparcial ya que todos son jueces y ejecutores. Así los hombres renuncian a su
poder para ejercer castigos para que se designen jueces (entre ellos mismos)
especializados en la interpretación de la ley.
Se renuncia a la igualdad, libertad y poder que se tenía en el estado de naturaleza para
depositarlo en el poder Legislativo, lo ponen en manos de la sociedad para de esta forma
proteger esta libertad ya que la finalidad del poder Legislativo es “el bien común”. Debe
proteger la propiedad privada que era algo inseguro y precario en el estado anterior por
lo que el Estado debe gobernar en base a leyes establecidas, fijas y conocidas por todos
y no a través de decretos, todo dirigido a preservar la paz, la seguridad y el bienestar
general del pueblo.
Por otro lado, Locke incluye el derecho a desobedecer en caso de que el gobernante no
actúe conforme a sus deberes y a la ley, en este caso a diferencia de lo que postula
Hobbes no se caería en una anarquía destructiva, sino que existe una rebelión legítima.
Es por ello que Locke sostiene que “La tiranía es el ejercicio del poder mas allá de lo
que permite el derecho, algo a lo que nadie puede tener derecho” (Locke, 2005: 231).
Esto sucede cuando el gobernante no actúa conforme la ley, sino conforme su propia
voluntad y sus acciones no están dirigidas a proteger la propiedad de sus súbditos sino a
la satisfacción de su ambición, su venganza o codicia. “Todo aquel que estando en
posesión de la autoridad se excede en el poder que le ha sido conferido por ley y hace
uso de la fuerza que tiene bajo su mando para oprimir a los súbditos, cosa que la ley no
permite, deja en ese instante de ser un magistrado y, al actuar sin autoridad, puede
oponérsele resistencia como a cualquier hombre que infringe por fuerza el derecho del
otro” (Locke, 2005: 234).
Se hace una diferenciación entre sociedad y gobierno, el pacto que se lleva a cabo para
abandonar el estado de naturaleza y conformar una sociedad política se celebra entre
cada uno con el resto para conformar un cuerpo único y actuar como tal, la única forma
de disolver este acuerdo es mediante a la intromisión de una fuerza extranjera que hace
que se regrese al estado de naturaleza donde cada uno se vale de sí mismo para su
20
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
9
Ver el Discurso sobre el origen de las desigualdades entre los hombres y fundamentalmente, Contrato
Social (1762).
21
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
Una primera gran distinción que haremos entre los padres fundadores de la Sociología
se refiere al enfoque epistemológico a partir del cual abordan la cuestión de lo social.
Las ciencias sociales se desarrollaron a partir de la oposición entre dos posiciones: el
objetivismo y el subjetivismo. Desde diferentes perspectivas que parten incluso de
caminos opuestos buscan responder la misma pregunta: ¿Qué es eso a lo que
denominamos “lo social”? Para la teoría sociológica, lo fundamental es “lo otro” a partir
de lo cual el individuo estructura sus acciones. Por un lado encontramos la perspectiva
holística u objetivista que establece que lo otro, es lo colectivo, lo social. Lo que explica
al individuo entonces es lo que excede y trasciende al individuo. La sociedad es más que
la suma de las partes, lo social tiene una existencia autónoma respecto a las partes que
lo componen. Esta es la perspectiva que estructura al edificio teórico de Durkheim.
Desde una perspectiva subjetivista, ese otro a partir del cual cada individuo estructura
sus acciones y sus vidas es “otro individuo”. Esta es la perspectiva que estructura a la
respuesta weberiana. No es el mismo individuo, sino que este se orienta en relación a
otros individuos, que si bien son semejantes, no son lo mismo. Los actores entonces le
dan sentido a sus acciones en relación con otros actores. Este sentido tiene un
fundamento claramente social, en cuanto surge de criterios tales como las creencias, las
normas, las leyes, pero no es algo que se impone externamente a los individuos, ni algo
que exista por fuera de las subjetividades, sino que estos a partir de dichas
“representaciones sociales” otorgan sentido a sus acciones, a partir de la mutua
orientación de los individuos.
Existe además, una segunda gran distinción en relación a las preocupaciones de los
padres fundadores de la Sociología y lo que buscan responder. Desde los diferentes
enfoques a partir de los cuales buscaban abordar la cuestión de lo “social”, encontramos
por un lado a aquellos que buscan entender cómo se constituye lo social como un orden
estable, es decir que buscan desarrollar una teoría del orden social. Durkheim y Weber
son los mayores exponentes de lo que podríamos denominar, la teoría clásica del orden
social. Parten de caminos o abordajes epistemológicos distintos, pero buscando entender
lo mismo: Las regularidades de lo social y el orden de lo social. El orden a diferencia de
las regularidades, tiene una garantía externa (desde la óptica weberiana), lo que es lo
mismo que decir, que existe una sanción por incumplimiento (tomando la perspectiva de
Durkheim).
Desde el punto de vista opuesto, el pensamiento de Marx se desarrolla resaltando el
carácter conflictivo de las relaciones sociales en la historia en general y en la sociedad
moderna en particular, a partir del desarrollo del modo de producción capitalista.
Mientras que Weber está preocupado por la constitución de órdenes sociales, estables y
legítimos y Durkheim ve al conflicto social como algo “patológico” (es decir, anormal),
Marx plantea que el conflicto social es lo normal de la sociedad moderna porque
expresa las contradicciones del sistema.
Para Marx el motor de la historia es la lucha de clases, la cual se polariza aún más con el
modo de producción capitalista, enfrentando a dos clases claramente antagónicas. Por
un lado, la burguesía, en cuanto propietarios privados de los medios de producción y por
el otro, el proletariado, es decir la clase obrera, despojada de los medios de producción y
a la que solo le queda vender su fuerza de trabajo en el mercado a cambio de un salario,
para poder seguir reproduciendo su vida y la de su familia.
22
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
23
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
En Las reglas del método sociológico (1895), Durkheim sentará las bases
epistemológicas de la investigación sociológica y buscará combatir las prenociones de
las cuales el pensamiento científico debe desprenderse. Afirma que el campo propio de
la Sociología como ciencia son los “hechos sociales”, los define como maneras de
actuar, pensar y sentir exteriores al individuo, que se imponen en virtud de un poder de
coerción.
Esta coerción es, en definitiva, una coerción moral, que se manifiesta a partir de lo
social. Por esto mismo, la sociología debe estudiar dicha coerción moral, a partir de sus
manifestaciones en las prácticas sociales. La coerción, es el carácter intrínseco de los
hechos sociales. Ésta puede actuar de formas más o menos evidentes, dependiendo de la
conformidad o resistencia que el individuo manifieste.
En el primer capítulo del libro “Las Reglas del método sociológico”, Durkheim se
pregunta qué es un hecho social y encuentra ejemplos tales como la manera de vestirse
o el sistema de monedas que se usa para pagar las deudas, los instrumentos de crédito
que se utilizan en las relaciones comerciales o las prácticas seguidas en una profesión.
Estos ejemplos, sostiene el autor, son “maneras de obrar, de pensar y de sentir, que
presentan la importante propiedad de existir con independencia de las conciencias
individuales” (Durkheim, 1912: 38).
Estas maneras de obrar, de pensar y de sentir son, por lo tanto, exteriores al individuo y
dotadas de un poder coactivo. Según el autor, esto quiere decir que los hechos sociales
se imponen a los individuos en una sociedad determinada.
Si ponemos atención a aquellas conductas sociales que tienen el poder necesario como
para generar una sanción determinada, o una resistencia, encontraremos de una manera
más precisa el dominio de la sociología para Durkheim.
Contrariamente a los enfoques epistemológicos subjetivistas que ponen el acento en la
importancia del individuo en la construcción de la sociedad, Durkheim utiliza algunas
de las características de los hechos sociales, tales como la exterioridad y la coacción,
para sostener que “la mayoría de nuestras ideas y tendencias no son elaboradas por
nosotros, sino que provienen del exterior, es evidente que sólo pueden 'penetrar en
nosotros, por medio de la imposición: esto es cuanto significa nuestra definición.
Además, es cosa sabida que toda coacción social no es necesariamente exclusiva de la
personalidad individual” (Durkheim, 1912: 41)
La otra característica de los hechos sociales es que son colectivos, es decir, común a
todos los miembros de la sociedad, más o menos obligatorio. El autor remarca que los
hechos sociales son “un estado del grupo que se repite en los individuos porque se les
impone. Existe en cada parte porque está en el todo, lejos de que esté en el todo porque
está en las partes” (Durkheim, 1912: 48). Esta característica está definida por un lado,
por el carácter de obligatoriedad con el que se nos imponen esas formas de actuar, sentir
y pensar y por el otro, por la aplicación de una sanción social que solo se manifiesta en
caso de resistirse a esa imposición.
Al mismo tiempo, Durkheim sostiene que los hechos sociales al ser colectivos son
generales, en tanto se imponen a toda la sociedad independientemente de sus
manifestaciones individuales. Sin embargo, establece una distinción entre lo colectivo y
lo general, sosteniendo que todo lo colectivo por su carácter de obligatoriedad es un
fenómeno general, pero no todo lo general se constituye necesariamente en un hecho
colectivo.
Como menciona el autor:
24
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
“pero se nos dirá que un fenómeno sólo puede ser colectivo si es común a todos los
miembros de la sociedad o, por lo menos a la mayoría, si es un fenómeno general. Sin
duda, pero si es general será porque es colectivo (es decir, más o menos obligatorio),
pero no es colectivo por ser general. Se trata de un estado del grupo, que se repite entre
los individuos porque se impone a ellos. Está en cada parte porque está en el todo, pero
no está en el todo porque esté en las partes. Se hace evidente, sobre todo, en las
creencias y prácticas que nos son transmitidas ya hechas por las generaciones
anteriores; las recibimos y las adoptamos porque, siendo a la vez una obra colectiva y
una obra secular, están investidas de una autoridad particular que la educación nos ha
enseñado a reconocer y a respetar. Pero debe señalarse que la inmensa mayoría de los
fenómenos sociales nos llega por esta vía.” (Durkheim; 1912: pp.47).
Por lo tanto, el carácter de general está indisolublemente ligado al hecho de tratarse de
fenómenos colectivos, es decir que se imponen externamente, son obligatorios y
susceptibles de recibir una sanción social.
Cabe destacar que esta imposición se ejerce constantemente aunque muchas veces no es
percibida por los sujetos, ya que a través de los sucesivos procesos de socialización
estas formas de actuar, sentir y pensar se van tornando naturales y por lo tanto pueden
llegar a resultarnos comportamientos normales, esperados y hasta deseados a los que no
nos resistimos.
Ambas características están intrínsecamente relacionadas ya que es por su exterioridad y
preexistencia que el hecho social se impone (coerción), y dicha imposición es al mismo
tiempo posible gracias a que es preexistente y exterior al individuo. Esto implica que lo
social tiene una cierta autonomía en relación a las voluntades individuales.
Durkheim sostiene que esta “autonomía de lo social” respecto de los individuos es
producto de un proceso de socialización por donde los individuos transitan a través de
instituciones. El autor encuentra en la educación de los niños otro de los ejemplos para
observar la presencia de hechos sociales que interesarán a la sociología.
“Para confirmar con una experiencia característica esta definición del hecho social,
basta observar la manera como son educados los niños. Cuando se miran los hechos
tales como son y como siempre han sido, salta a los ojos que toda educación consiste
en un esfuerzo continuo para imponer a los niños maneras de ver, de sentir y de
obrar, a las cuales no habrían llegado espontáneamente. Desde los primeros
momentos de su vida les obligamos a comer, a beber, a dormir en horas regulares, a
la limpieza, al sosiego, a la obediencia; más tarde les hacernos fuerza para que
tengan en cuenta a los demás, para que respeten los usos, conveniencias; les
coaccionamos para que trabajen, etcétera. Si con el tiempo dejan de sentir esta
coacción, es porque poco a poco origina hábitos” (Durkheim, 1912: pp. 43- 45)
7.2. Sobre la metodología para estudiar los hechos sociales: las reglas del proceso
de “cosificación”.
Emile Durkheim reconoce en sus predecesores, sobre todo en Comte y Spencer, el
hecho de haber dilucidado que los hechos sociales pueden ser estudiados como los
hechos naturales. Sin embargo, les critica el hecho de que a pesar de ello, continuaban
25
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
aplicándoles un método puramente ideológico, es decir que partían de las ideas propias
acerca de los fenómenos estudiados.
Por ello, Durkheim propone que el método sociológico debe ser objetivo: “hay que
alejar sistemáticamente todas las prenociones”. En última instancia, Durkheim intenta
combatir el sentido común con el que abordamos la realidad, entendiéndolo como la
forma de conocimiento que nos es común a todos, mediante el cual nos relacionamos
con el mundo que nos rodea. La cuestión del sentido común es sumamente importante
ya que los sociólogos están “condenados” a estar a la vez dentro y fuera de los
fenómenos sociales que estudian. Siempre debe haber una vigilancia respecto de nuestro
sentido común a la hora de abordar sociológicamente un fenómeno o hecho social.
Al alejarse de las nociones previas acerca de los hechos sociales a investigar, el
sociólogo observa los fenómenos sociales como cosas y trata a los mismos como cosas,
como objetos materiales. Por ello se refiere a la importancia de “cosificar” los hechos
sociales.
El autor remarca que “los fenómenos sociales son cosas y deben ser tratados como
tales. Para demostrar esta proposición (…) basta con constatar que son el único datum
de que puede echar mano el sociólogo. En efecto, es cosa todo lo que es dado, todo lo
que se ofrece, o mejor, lo que se impone a la observación. Tratar los fenómenos como
cosas, es tratarlos como datos que constituyen el punto de partida de la ciencia. Los
fenómenos sociales presentan de una manera incontestable este carácter” (Durkheim,
1912: 73)
Es por ello que el autor sostiene que la primera regla en sociología es considerar a los
hechos sociales como cosas, es decir, cosificarlos. Entenderlos como “hechos sociales”
implica atenerse a la objetividad de esos fenómenos, que como ya se ha desarrollado,
son independientes de la voluntad de los individuos. Y es allí donde, para Durkheim, se
encuentra el objeto de estudio de la sociología; y el método.
Durkheim destaca que:
“Es preciso, pues, considerar los fenómenos sociales en sí mismos, desligados de los
sujetos conscientes que se los representan: es preciso estudiarlos objetivamente como
cosas exteriores, pues con este carácter se presentan a nuestra consideración (…)
podemos asegurar que, procediendo de esta manera, se experimentará a menudo la
satisfacción de ver que los hechos en apariencia más arbitrarios, presentan
caracteres de constancia y de regularidad, síntomas ambos de su objetividad”
(Durkheim, 1912: pp. 74-76)
No obstante, el autor reconoce en la sociología (y no tanto en las ciencias naturales
como la física y la química) una dificultad para cumplir con esta primera regla del
método sociológico porque en esta como en otras ciencias sociales el investigador
también ha sido construido por hechos sociales. Por lo tanto, puede correr el riesgo de
incorporar ideas previas a aquello que busca investigar, revirtiendo el carácter objetivo
con que debe abordarse el estudio de los hechos sociales.
La primera de las reglas del método sociológico, por lo tanto, es evitar sistemáticamente
todas las premoniciones de aquello que voy a estudiar. Ello implica, como ya lo hemos
explicado, combatir de alguna manera el sentido común.
Esta primera regla, sostiene Durkheim, es “la base de todo método científico”.
“Es preciso, pues, que el sociólogo, ya en el momento en que determina el objeto de
sus investigaciones, ya en el curso de sus demostraciones, se prohíba resueltamente el
empleo de todos aquellos conceptos que se han formado con independencia de la
26
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
La solidaridad mecánica:
- Se funda en la homogeneidad moral y social reforzada por la disciplina existente
en las comunidades pequeñas o reducidas.
- La tradición juega un rol preponderante. Los vínculos determinantes son los
vínculos de sangre, de suelo y religiosos.
- Se desconoce el individualismo. El individuo está sometido al grupo.
- El ejercicio de la justicia va operarse a partir de la subordinación del individuo a
la conciencia colectiva.
- La propiedad es comunitaria.
27
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
En estos lazos de solidaridad orgánica, “los individuos se agrupan en él, no ya según sus
relaciones de descendencia, sino con arreglo a la naturaleza particular de la actividad
social a la cual se consagran. Su medio natural y necesario no es ya el medio natal sino el
medio profesional. No es ya la consanguinidad, real o ficticia, la que señala el lugar de
cada uno, sino la función que desempeña” (Durkheim, 1897: p.118)
Esto resuelve una aparente paradoja: ¿Cómo es posible que la creciente diferenciación e
individualidad se den de la mano de un desarrollo de lo social? O dicho de otra manera:
¿Cómo es posible que el desarrollo de la individualidad no atente contra lo social?
Durkheim plantea que lo social no desaparece, sino que se modifican los principios que
organizan a la sociedad. El individuo se vuelve más autónomo, pero a la vez más
dependiente de la sociedad. La creciente división del trabajo social, nos lleva a
desarrollar tareas cada vez más específicas y diferenciadas, pero a su vez dependemos
cada vez más de que todos realicen las tareas que les corresponde para que el
“organismo social” siga funcionando. Por ejemplo, en las grandes ciudades cada vez
más personas realizan diferentes tareas especiales, pero dependen cada vez más de las
tareas de otras personas tanto para la producción de alimentos, como de energía o de
otros insumos. La creciente especialización, producto de la división del trabajo social,
nos lleva a no poder realizar cada uno de nosotros las tareas necesarias para satisfacer
las necesidades que surgen en la reproducción de nuestra vida cotidiana.
¿Cómo se relaciona la conciencia colectiva con estos dos tipos de sociedad? En las
sociedades donde prima la solidaridad mecánica la conciencia colectiva es importante,
tiene mucha fuerza. En esas sociedades la conciencia colectiva domina sobre la
conciencia individual. Allí la conciencia colectiva determina con precisión lo que está
permitido y lo que está prohibido, lo lícito de lo ilícito.
En las sociedades donde prima la solidaridad orgánica, la conciencia colectiva tiene
menos fuerza. El componente afectivo de la conciencia colectiva se siente muy poco, se
ha debilitado fuertemente y casi ha desaparecido (aunque esta desaparición nunca se da
del todo). Mientras que su presión es muy fuerte en las sociedades donde prima la
solidaridad mecánica. Esto se deduce del hecho que en las sociedades de solidaridad
orgánica el individuo es reconocido en tanto tal. La conciencia colectiva tiene un
impacto menor aunque no deja de existir, porque sino desaparecería la sociedad.
Vínculos comunitarios
Solidaridad Mecánica Cohesión
Homogeneidad
Individualismo
Solidaridad Orgánica Consenso
Heterogeneidad
28
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
¿Una sociedad sin conciencia colectiva operando sólo a través de las conciencias
individuales puede existir? Durkheim se pregunta: ¿si la conciencia colectiva disminuye
y si los individuos se hacen cada vez más individualistas no se tiende en las sociedades
modernas a problemas cada vez más graves por la ausencia creciente de ese factor de
ligazón o cemento que forma la conciencia colectiva? ¿Las sociedades cada vez más
segmentadas, atomizadas, pueden sobrevivir sin una base de sustento común? ¿Es decir,
sin consenso? ¿La conciencia colectiva puede debilitarse a un punto tal que deje de
existir una base mínima de acuerdo que haga la vida en sociedad posible?
Durkheim, sin oponerse a un relativo desarrollo de la individualidad, piensa que debe
existir una cierta disciplina social. Durkheim es partidario de un equilibrio entre
consciencia individual y consciencia colectiva, pero teme que el avance del
individualismo lleve en el futuro a un creciente desequilibrio.
¿Cómo se opera históricamente el pasaje de una sociedad con solidaridad mecánica a
una con solidaridad orgánica? El proceso que conduce a la solidaridad orgánica parte de
una suerte de proceso de lucha por la vida. Durkheim es darwinista (Darwin, 1859), cree
que la lucha por la vida es una de las situaciones sociales elementales. En la medida que
una sociedad aumenta demográficamente aumentan también las situaciones de
concurrencia entre los individuos.
Surgen dos posibilidades:
- Los más fuertes eliminan a los más débiles (darwinismo social);
- Se consigue un acuerdo de manera que cada uno pueda actuar sin molestarse
mutuamente. (Las sociedades a solidaridad orgánica elaboran mecanismos
específicos de protección de los más débiles).
29
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
1) Ante todo por razones de orden metodológicas. Quiere demostrar que el suicidio es
un acto social y como tal expresa las relaciones que existen entre un individuo y la
sociedad. Busca mostrar a partir de un fenómeno, que desde el sentido común es
asociado a cuestiones meramente psicológicas o individuales, las determinaciones
sociales que operan de trasfondo. Distingue las predisposiciones psicológicas al suicidio
y las determinantes sociales. Hay en la sociedad situaciones que pueden conducir al
suicidio, pero no todos los individuos son propensos a suicidarse. Durkheim va a
privilegiar lo social que es el único factor que puede realmente dominar.
2) Razones de orden moral: Para Durkheim el suicidio hay que clasificarlo no como
fenómeno anormal, sino como fenómeno patológico que muestra las dificultades de la
sociedad contemporánea. Es necesario proponer soluciones que permitan atenuar la
incidencia del suicidio.
A partir de estas dos razones para estudiar al suicido como hecho social, “la cifra social de
los suicidios no se explica más que sociológicamente” debido a que “es la constitución moral
de la sociedad la que fija en cada instante el contingente de las muertes voluntarias. Existe
pues, para cada pueblo una fuerza colectiva, de una energía determinada, que impulsa a los
hombres a matarse. Los actos que el paciente lleva a cabo y que, a primera vista, parecen
expresar tan sólo su temperamento personal, son, en realidad, la consecuencia y
prolongación de un estado social, que ellos manifiestan exteriormente” (Durkheim,
1897: 169-170)
Durkheim distingue tres suertes de suicidio:
1) El suicidio egoísta se produce cuando la cohesión en los grupos de pertenencia
declina a tal punto que ya no constituye el sostén que le ofrecía al individuo
habitualmente. Cuanto más débil es la cohesión del grupo, hay más posibilidades
de suicidio. Cuando la sociedad se encuentra fuertemente integrada, ella se
impone a los individuos y les prohíbe disponer de ellos mismos. Advertimos que
la calificación de "egoísta" no implica un juicio de valor, ella define una
situación de aislamiento en relación al marco social.
2) El suicidio anómico es típico de las sociedades modernas. Producto de la
disminución de la conciencia colectiva, de la dislocación de valores, del
debilitamiento de los principios. Si el suicidio egoísta corresponde a una crisis
de la comunidad social, el suicidio anómico corresponde a una crisis de la
comunidad moral.
Durkheim muestra que el suicidio aumenta en los períodos de prosperidad
económica (de una manera general, la pobreza protegería contra el suicidio). El
suicidio en una coyuntura favorable es típico de una situación donde la
conciencia social es menos fuerte: la prosperidad otorga más posibilidades y
reduce las formas clásicas de integración social.
3) El suicidio altruista se manifiesta cuando el individuo se encuentra
comprometido a tal grado en la relación social que decide suprimirse cuando él
cree que alguno de sus actos causa un gran deshonor a esa relación social (auto-
castigo). O se suicida porque piensa que con su muerte salva el honor de la
sociedad, por ejemplo el capitán que se hunde con su barco, o en la religión
hindú, de las mujeres que se arrojan sobre el fuego donde se incinera el cuerpo
de sus maridos, es un suicidio en adhesión a las normas sociales.
En cada caso, el concepto de comunidad a través de la noción de integración social,
conduce a una explicación social del suicidio. En cuanto al suicidio egoísta y anómico,
30
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
la relación que hace Durkheim es que cuanto más sólida es la comunidad (o sea que la
solidaridad mecánica es más fuerte), más alta es la integración social, se afirma más la
conciencia colectiva (más integración moral) y más débil es la tendencia al suicidio.
31
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
podía dar cuenta de la moderna actividad económica que era cambiante y requería una
creciente especialización.
La solución que encuentra a este estado de la sociedad es la corporación, esta no debe
ser confundida con el sindicato ya que “si bien tenemos ahí un comienzo de organización
profesional, pero es todavía muy informe y rudimentario, pues, en primer lugar, un sindicato es
una asociación privada sin autoridad legal, desprovisto, por consiguiente, de todo poder
reglamentario… Para que el derecho y la moral puedan ser establecidos en las diferentes
profesiones económicas, es preciso, pues, que la corporación en lugar de seguir siendo un
agregado confuso y sin unidad, se convierta en un grupo definido y organizado, en otras
palabras, una institución pública” (Durkheim, 1985: 13).
Estas corporaciones normalmente eran asociadas con el antiguo régimen o incluso los
antiguos comerciantes griegos, pero lo que el autor plantea de ninguna manera debe ser
visto como un retroceso, por el contrario afirma que se debe ver a que necesidades
respondían estas antiguas corporaciones y la forma en la que las satisfacía para, a partir
de esto, transformarlas teniendo en cuenta el nuevo medio en el que deben desarrollarse.
De esta forma no han de caer en lo que representaron al final del antiguo régimen: un
grupo obstinado en crear un monopolio del saber limitando a los artesanos.
La importancia en esta forma corporativa de organización de los oficios estriba en que
el grupo profesional es un poder moral capaz de contener los egoísmos individuales
manteniendo en el corazón de los trabajadores un sentimiento de solidaridad común y
lucha contra la aplicación brutal de la ley del más fuerte en las relaciones industriales y
comerciales. Este aspecto debe ser rescatado de las corporaciones medievales donde los
integrantes se trataban de “sodales” para expresar un parentesco espiritual que
implicaba una estrecha confraternidad, pero a su vez adecuarlo a los tiempos modernos
ya que anteriormente las organizaciones tenían un carácter eminentemente religioso, la
nueva religión de la era industrial es la ciencia y es a la luz de estos nuevos valores que
las corporaciones deben retornar.
La dificultad que vieron las antiguas corporaciones con la llegada del nuevo régimen
radicaba en su gran ritualización producto de su organización de carácter religioso; esto
les impedía adaptarse y cambiar por su carencia de flexibilidad. Otra característica que
les impedía continuar existiendo era su extensión, estas estaban íntimamente ligadas a
las profesiones y por lo tanto a la esfera económica. Esta esfera económica durante el
antiguo régimen estaba circunscripta al “mercado municipal que ahora se ha convertido
en nacional e internacional, la corporación moderna debe tener la misma extensión. En
lugar de limitarse únicamente a los artesanos de una ciudad, ha debido de agrandarse
en forma que comprendiera a todos los miembros de la profesión dispersos en toda la
extensión del territorio pues, sea cual fuere la región en que se encuentren, que habiten
en la ciudad o en el campo, todos son solidarios unos de otros y participan en una vida
económica.” (Durkheim, 1985: 22).
Al tener una extensión de semejantes características lo que se le está brindando a la
corporación industrial es una mayor heterogeneidad de actores que se desempeñan en
diferentes partes del país, de esta forma la posibilidad de adaptarse se acrecienta ya que
los sujetos no son subordinados por la corporación y de las distintas funciones surgirá la
adaptabilidad, es decir que la corporación moderna necesita de la diversificación para
no resistirse al cambio, sino abrazarlo.
“En un grupo formado por elementos numerosos y diversos, se producen sin cesar
nuevos arreglos que constituyen otras tantas fuentes de novedades. El equilibrio de
una tal organización no tendría, pues, nada de rígido, y, por consiguiente, se
encontraría por modo natural en armonía con el equilibrio movible de las
necesidades y de las ideas” (Durkheim, 1985: p. 33).
32
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
Una de las funciones de las corporaciones de la era industrial sería aquella que para ese
momento correspondía a los municipios o sociedades de beneficencia privadas, estas
son las de asistencia, que para desempeñarse correctamente suponen un sentimiento de
solidaridad entre los que asisten y son asistidos, junto con una cierta homogeneidad
intelectual y moral, lo que se da naturalmente entre las personas que practican una
misma profesión. De esta forma uno de los papeles de las corporaciones es ser una
sociedad de socorros mutuos entre los trabajadores de una misma profesión, al mismo
tiempo que provee capacitación y momentos de esparcimiento y comunicación entre sus
integrantes.
Dentro de los Estados Nación existe una gran distancia entre lo que es la actividad de
los sujetos y la actividad estatal ya que el Estado se encuentra muy alejado de los
individuos, teniendo con ellos pequeñas e intermitentes relaciones, es por eso que existe
una gran dificultad a la hora de socializarlos y “penetrar dentro de las conciencias
individuales”.
Siguiendo estos postulados Durkheim afirma que si es este Estado el único garante de la
formación de los sujetos será inevitable que estos se desprendan de él, desligándose los
unos de los otros, y que, en igual medida, se desligue la sociedad. La Nación requiere
que se intercale entre los intereses estatales y los particulares, por lo que necesita un
cuerpo de organizaciones intermedias capaces de atraer a los sujetos por ser más
próximas a sus intereses y conducirlos y ligarlos al torrente de la vida social. Esta sería
una de las funciones centrales de las corporaciones, la de actuar como mediador y
comunicador entre el Estado Nación y los trabajadores, de esta forma inculcarles los
valores morales propicios para conducirlos en la moderna vida social.
Durkheim destaca que:
“Ni la sociedad política en toda su totalidad, ni el Estado, pueden, evidentemente,
sustraerse a esta función; la vida económica, por ser muy especializada y por
especializarse más cada día, escapa a su competencia y a su acción. La actividad de
una profesión no puede reglamentarse eficazmente sino por un grupo muy próximo a
esta profesión, incluso para conocer bien el funcionamiento, a fin de sentir todas las
necesidades y poder seguir todas sus variaciones. El único que responde a esas
condiciones es el que formarían todos los agentes de una misma industria reunidos y
organizados en un mismo cuerpo. Tal es lo que se llama la corporación o el grupo
profesional” (Durkheim, 1985: p.12).
33
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
La primera parte ha presentado las líneas directrices del contexto histórico-social del
surgimiento del pensamiento sociológico en relación con la ruptura del viejo orden y el
surgimiento de la modernidad. Tales líneas, conjuntamente con la presentación del
pensamiento de algunos pensadores del siglo XVII al XIX, servirán de base para
comprender el pensamiento de los autores clásicos de la sociología que desde sus
visiones teóricas, construirán su campo de estudio científico.
En la segunda parte se presentan las visiones clásicas de la sociología y sus enfoques
epistemológicos, intentando clasificar a las perspectivas teóricas a partir de la
contraposición entre enfoques centrados en el orden y en el conflicto social y enfoques
que abordan la contraposición entre subjetividad y objetividad.
La unidad concluye con el desarrollo de la perspectiva de uno de los padres fundadores
de la sociología, Emile Durkheim. El autor prioriza la especificidad de lo social en
relación a lo individual. El todo social difiere de la aglomeración de las partes, es decir
de los individuos que lo componen. En ese sentido, parte de una perspectiva holística
que supone que el “todo” (lo social) es de una naturaleza diferente de la de sus
componentes (los individuos).
Según esta concepción que privilegia “lo social” sobre las conductas individuales, los
comportamientos individuales son resultado de las imposiciones ejercidas por las
estructuras sociales, ellas mismas producto de una historia que sigue sus propias leyes.
Los comportamientos individuales se entienden a partir de esas estructuras sociales (el
Estado, el derecho, la familia, el lenguaje, el ejército, etc.). La función principal de las
estructuras consiste en encuadrar los grupos sociales y conducirlos, según sus
específicos modos de funcionamiento, a “reproducir” lo “social global”.10
De manera general y recordando la noción de paradigma de Kuhn, podemos decir que
ésta concepción ejerce una postura dominante en las ciencias sociales, constituyendo un
paradigma normativo de gran influencia. A partir de este paradigma, el trabajo del
sociólogo será el de describir y explicar el funcionamiento de las estructuras sociales.
Explicar de manera científica, significa poner en evidencia los procesos que intervienen
en la producción de ciertos fenómenos. Cuando los mismos procesos se producen de
manera frecuente produciendo los mismos fenómenos se habla de leyes.
Se llega así a un esfuerzo de análisis de tipo legislativo, donde se trata de encontrar los
fenómenos recurrentes y su articulación en un lapso más o menos extenso de manera de
poder extraer sus leyes. En conclusión la unidad deja abierta la reflexión para el
desarrollo de las otras dos vertientes o visiones clásicas de la sociología que se
recorrerán en las próximas dos unidades.
10
Mas adelante, en la unidad 4, veremos en profundidad la corriente sociológica característica del siglo
XX conocida como “Funcionalismo”, que retoma la influencia de Durkheim y de otras vertientes teóricas
de las ciencias sociales, tales como el “Estructuralismo” antropológico, entre otras.
34
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
Enumere por lo menos tres rasgos característicos de esta nueva organización socio-
económica
3. ¿Qué cambios implica la división del trabajo según Adam Smith? Desarrolle los
mismos y explique las causas que la motivan en opinión del autor.
4. Explique la diferencia entre “precio real” y “precio nominal” en Smith. ¿Qué lugar
juega el trabajo en esta diferenciación?
5. ¿Por qué A. Smith afirma que “El mismo precio real representa siempre el mismo
valor; pero el mismo precio nominal puede tener valores distintos”?
6. ¿De qué manera agrupa a los individuos Saint Simón? Brinde un ejemplo de
individuos pertenecientes a cada tipo de agrupamiento social. ¿Qué agrupamiento social
es característico de la edad media? Fundamente teniendo en cuenta las características
socio-económicas medievales.
7. Explique el principio de individualización en el marco de la superación de los lazos
sociales medievales.
8. ¿A qué se denomina Ilustración o Iluminismo? Explique la relación entre este
movimiento y el desarrollo del principio de individualización en tanto nueva manera de
considerar las relaciones sociales en la organización social moderna.
9. ¿Cuáles son los tres estados teórico-históricos del conocimiento para Augusto
Comte? Desarrolle las características de cada uno ellos y brinde un ejemplo.
10. Explique la siguiente afirmación: “El desarrollo de las ciencias en general y, de las
ciencias humanas en particular, está ligado a dos principios complementarios: la
racionalización y la individualización”. Desarrolle brevemente cada uno de los
principios.
11. Desarrolle la siguiente frase: “Las ciencias humanas y la sociología en particular se
construyeron sobre el paradigma superior de la existencia de leyes de la naturaleza”.
12. En opinión de Montesquieu, ¿qué son las leyes? ¿Por qué podemos decir que esta
noción de ley es tomada de las ciencias naturales?
13. Desarrolle y explique la visión de Herbert Spencer en relación al análisis social.
¿Por qué se denomina Darwinismo social a sus postulados?
14. ¿Cuál fue el modelo de organización legítimo de las relaciones sociales preconizado
por Hobbes, Locke y Rousseau, en tanto opuesto a las relaciones tradicionales
dominantes en el Medioevo?
15. Explique las similitudes y diferencias entre los postulados teóricos de Hobbes,
Locke y Rousseau en relación a los cambios en la organización socio-política.
16. Mencione y desarrolle las dos posiciones epistemológicas opuestas centradas en el
objetivismo y el subjetivismo. Ponga el acento en cómo estas posiciones consideran a
“lo otro” a partir del cual el individuo estructura sus acciones ¿En qué posición
epistemológica ubicaría a los autores clásicos de la sociología?
17. Diferencie entre el enfoque epistemológico de la construcción de lo “social” como
un orden estable o conflictivo. ¿En qué posición epistemológica ubicaría a los autores
clásicos de la sociología?
18. ¿Cuál es el objeto de estudio de la sociología para Emile Durkheim? Mencione y
desarrolle por lo menos cuatro características.
35
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
29. ¿Cuáles son los tipos de suicidios desarrollados por Durkheim y que
determinaciones sociales operan en cada caso? Brinde un ejemplo de cada uno.
31. ¿Por qué el Estado y la familia no pueden cumplir el rol de fortalecimiento del orden
moral y los lazos sociales en la sociedad moderna? ¿Y los sindicatos y las agrupaciones
patronales?
36
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
DURKHEIM, E. (1912) Las reglas del método sociológico. Madrid. Daniel Jorro
Editor. Alamiro. De Avila Martel. Biblioteca Científico Filosófica. Capítulos 1 y 2.
DURKHEIM, E. (1985) El suicidio. Estudio de sociología. Buenos Aires, Centro Editor
de América Latina.
DURKHEIM, E. (1993) Escritos selectos, Selección e introducción de Anthony
Giddens, Nueva Visión.
FERNANDEZ LOPEZ, M. (1975). Introducción a la historia del pensamiento
económico. Editorial El Coloquio, Buenos Aires.
GIDDENS, A. (1994) El capitalismo y la moderna teoría sociológica, editorial Labor,
Barcelona. P. 135 a 149
GOLDSCHIMIDT, W. (1981) Introducción filosófica al derecho. La teoría trialista del
mundo jurídico y sus horizontes. Ediciones Depalma. Buenos Aires.
HOBSBAWM, E. (1989) Industria e imperio. Una historia económica de Gran Bretaña
desde 1750. Barcelona, Editorial Ariel S.A.
HOBBES, T. (1651) Leviathan o la materia, forma y poder de una República
eclesiástica y civil, Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 1994. Cap.: V y VI; X
al XVI y XVIII al XXI.
IM HOF, U. (1993) La Europa de la Ilustración. Barcelona, Crítica.
LOCKE, J. (2005) Ensayo sobre el gobierno civil, Bernal: Universidad Nacional de
Quilmes, Prometeo Libros.
MANTOUX, P. (1962) La revolución industrial en el siglo XVIII, Madrid, Aguilar.
MUNCK, T. (2001) Historia social de la Ilustracion. Editorial Critica.
NISBET, R. (1966) La formación del pensamiento sociológico, Tomo I y II, Amorrortu
editores, 1996.
PIERENKEMPER, T. (2001) La industrialización en el siglo XIX. Revoluciones a
debate. Madrid. Siglo XIX editores.
PORTANTIERO, J. C. (1997), La sociología clásica: Durkheim y Weber, Buenos
Aires, Centro Editor de América Latina, “Introducción” (pág. 9-33).
ROMERO, J.L. (1967) La revolución burguesa en el mundo feudal, Buenos Aires,
Sudamericana.
RUDE, G. (1978) Europa en el siglo XVIIII. Madrid, editorial Alianza.
SCREPANTI E. y S. ZAMAGNI (1997). Panorama de historia del pensamiento
económico. Editorial Ariel, Barcelona.
SMITH, A. (1979). Investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las
naciones. FCE, México.
TÖNNIES, F. (1925) Hobbes, Alianza editorial, Madrid, 1988.
VENTURI, F. (1980) Los orígenes de la Enciclopedia. Editorial Critica.
VOVELLE, M. (1995) El hombre de la Ilustracion. Madrid, editorial Alianza.
VOVELLE, M. (2000) Introducción a la revolución francesa. Barcelona. Biblioteca de
Bolsillo. Editorial Crítica.
37
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
38
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
39
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
40
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
41
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
42
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
43
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
Destacando la importancia del sentido que los individuos le otorgan a lo que hacen
orientados por la acción de otros, Weber sostiene que la acción social no es idéntica a
una acción homogénea realizada por muchos. Y lo ejemplifica de la siguiente manera:
“Cuando en la calle, al comienzo de una lluvia, una cantidad de individuos abre al
mismo tiempo sus paraguas (normalmente), la acción de cada uno no está orientada
por la acción de los demás, sino que la acción de todos, de un modo homogéneo, está
impelida por la necesidad de defenderse de la mojadura” (Weber, 1922: 19).
Por otro lado, Weber sostiene que la acción social tampoco es idéntica a una acción de
alguien influido por conductas de otros como podría suceder cuando los individuos se
dejan influir cuando están incluidos en una “masa”, es decir, condicionados por lo que
hace la “masa”, a través de la recepción de los mensajes de los medios de comunicación
masiva como la prensa por ejemplo.
“Es un hecho conocido que los individuos se dejan influir fuertemente en su acción
por el simple hecho de estar incluidos en una "masa" especialmente limitada (…) se
trata, pues, de una acción condicionada por la masa. Este mismo tipo de acción puede
darse también en un individuo por influjo de una masa dispersa (por el intermedio de
la prensa, por ejemplo), percibido ese individuo como proveniente de la acción de
muchas personas. Algunas formas de reacción se facilitan, mientras que otras se
dificultan por el simple hecho de que un individuo se ´sienta´ formando parte de una
masa. De tal suerte que un determinado acontecimiento o una conducta humana
pueden provocar determinados estados de ánimo (…) que no se darían en el individuo
aislado (o no tan fácilmente); sin que exista, sin embargo, (en muchos casos por lo
menos), una relación significativa entre la conducta del individuo y el hecho de su
participación en una situación de masa. El desarrollo de una acción semejante,
determinada o codeterminada por el simple hecho de una situación de masa, pero sin
que exista con respecto a ella una relación significativa, no se puede considerar
como social con el significado que hemos expuesto (…) No solamente en el caso de
los demagogos, sino también en el público, puede existir, en grado diverso, una
relación de sentido respecto al hecho de la ´masa” (Weber, 1922: p. 19).
En perfecta sintonía con los estudios de Le Bon sobre “la psicología de las masas”, aquí
Weber nos explica por qué un individuo en una masa es muy propenso a actuar de
manera reactiva por más que su acción esté relacionada con la conducta de terceros en
tanto masa. Es decir que el tercero no es un individuo, ni un conjunto de individuos, es
una masa, con efectos singulares sobre la conducta de los individuos, siendo su acción
más reactiva que orientada por un sentido mentado por si mismo en relación con la
conducta de terceros.
Respecto de la prensa Weber plantea un efecto similar, como un fenómeno emparentado
al efecto de la masa en los individuos, propendiéndolos a actuar de manera reactiva.
Efectos similares para causas diversas, puesto que el efecto de la masa es un resultado
objetivo, involuntario (al contrario de la prensa, que proviene de procesos racionales,
conscientes y voluntarios). Principalmente, ambos fenómenos actúan alterando los
estados de ánimo individuales.
Weber sostiene que,
“Tampoco puede considerarse como una acción social a la imitación de una conducta
ajena (…) cuando es puramente reactiva y no se da una orientación con sentido de la
propia acción por la ajena. El simple hecho (…) de que alguien acepte para sí una
actitud determinada, aprendida en otros y que parece conveniente para sus fines, no
es una acción social en nuestro sentido. Pues en este caso no orientó su acción por la
acción de otros, sino que por la observación se dio cuenta de ciertas probabilidades
objetivas, dirigiendo por ellas su conducta. Su acción, por tanto, fue determinada
44
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
45
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
46
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
voluntad racional del individuo, estos valores deben ser preservados por encima de
cualquier objetivo que desee alcanzar el individuo.
“Actúa estrictamente de un modo racional con arreglo a valores quien, sin
consideración a las consecuencias previsibles, obra en servicio de sus convicciones
sobre lo que el deber, la dignidad, la belleza, la sapiencia religiosa, la piedad o la
trascendencia de una "causa", cualquiera que sea su género, parecen ordenarle. Una
acción racional con arreglo a valores es siempre una acción según "mandatos" o de
acuerdo con "exigencias" que el actor cree dirigidos a él (y frente a los cuales el actor
se cree obligado). Hablaremos de una racionalidad con arreglo a valores tan sólo en
la medida en que la acción humana se oriente por esas exigencias —lo que no ocurre
sino en una fracción mayor o menor, y bastante modesta las más de las veces”
(Weber, 1922: 20).
En contraposición, el autor explica de la siguiente manera las particularidades de los
tipos de acción racional con arreglo a fines y las diferencias con la acción racional con
arreglo a valores:
“Actúa racionalmente con arreglo a fines quien oriente su acción por el fin, medios y
consecuencias implicadas en ella y para lo cual sopese racionalmente los medios con
los fines, los fines con las consecuencias implicadas y los diferentes fines posibles
entre sí; en todo caso, pues, quien no actué ni afectivamente (emotivamente, en
particular) ni con arreglo a la tradición. Por su parte, la decisión entre los distintos
fines y consecuencias concurrentes y en conflicto puede ser racional con arreglo a
valores; en cuyo caso la acción es racional con arreglo a fines sólo en los medios.”
(Weber, 1922: 20).
Teniendo en cuenta que los tipos de acción social weberianos son tipos ideales, el autor
considera que:
“Muy raras veces la acción, especialmente la social, está exclusivamente orientada
por uno u otro de estos tipos. Tampoco, estas formas de orientación pueden
considerarse en modo alguno como una clasificación exhaustiva, sino como puros
tipos conceptuales, construidos para fines de la investigación sociológica, respecto a
los cuales la acción real se aproxima más o menos o, lo que es más frecuente, de cuya
mezcla se compone. Sólo los resultados que con ellos se obtengan pueden darnos la
medida de su conveniencia” (Weber, 1922: 21).
En síntesis, Weber busca comprender el sentido que el actor le da a su conducta y
buscando comprender las acciones sociales clasifica los diversos tipos de acción.
a) La acción racional en relación a un fin es por ejemplo la de un empresario que
organiza los medios que dispone de una manera óptima para producir un bien o la de un
arquitecto que construye una casa. La acción racional se define por el hecho que el actor
concibe claramente el fin y combina los diversos medios que dispone para alcanzarlo.
b) La acción racional en relación a un valor es aquella que se justifica principalmente
en referencia a un principio ético. El actor actúa racionalmente buscando mantenerse
fiel a la idea que él tiene del honor. La acción racional con respecto a un valor consiste
en comportarse en función de sus convicciones.
c) La acción afectiva o emocional es la reacción emocional inmediata dictada por los
sentimientos o por el honor en un contexto dado. Ej.: el descontrol de un jugador o un
hincha de futbol.
d) La acción tradicional es la que obedece a las costumbres, a los hábitos, a las
creencias.
47
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
48
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
11
Recordemos que Weber no utiliza el concepto de recursos como ya se mencionó anteriormente.
49
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
50
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
elabora Weber son tipos ideales. Como vimos anteriormente, modelos descriptivos que
se encuentran muy raramente en la realidad en estado puro, pero que ayudan a
comprender la realidad por comparación o aproximación.
La dominación tradicional es aquella autoridad legítima que se funda en la tradición.
Este tipo de dominación es considerado como si siempre hubiera existido. Ej.: La
autoridad del rey.
La dominación carismática está ligada a las características singulares de la persona que
es capaz de mostrar que ella posee la fuerza del “carisma” que le permite imponerse a
los otros. La legitimidad proviene de la persona misma o de la situación que ella
encarna para el destino colectivo de un grupo.
La dominación racional - legal corresponde a la autoridad del Estado en las sociedades
modernas y está fundada sobre un conjunto de leyes y reglas explícitas. Este tipo de
dominación comporta un sistema de leyes o reglas válidas para todos y aplicado en
conformidad con principios por todos conocidos a través de un aparato administrativo y
judicial. La autoridad está limitada y tiene una esfera de competencia precisa.
Los tipos de dominación que elabora Weber son tipos ideales. Como vimos
anteriormente, son modelos descriptivos que se encuentran muy raramente en la
realidad en estado puro, pero que ayudan a comprender la realidad por comparación o
aproximación.
“El que ninguno de los tipos ideales (…) acostumbre a darse ´puro´ en la realidad
histórica, no debe impedir aquí (…) la fijación conceptual en la forma más pura
posible de su construcción (…) Pero aún entonces tiene validez para todo fenómeno
empírico e histórico de dominación que nunca constituye un ´libro abierto´ en donde
todo se declare (…) Pero con todo, estamos muy lejos de creer que la realidad
histórica total se deje ´apresar´ en el esquema de conceptos que vamos a desarrollar”
(Weber, 1922: p. 173).
Para Weber, la dominación o autoridad racional-legal está relacionada con el proceso de
racionalización que caracteriza a la sociedad moderna y se encarna en un modelo de
organización que denomina burocracia. Este término no tiene nada de peyorativo para
Weber, la burocracia es el modo de organización racional por excelencia.
La burocracia es el modelo de organización moderno. Por ejemplo, en términos de
Weber, en la administración pública, cada funcionario ocupa una función que tiene un
lugar en la jerarquía administrativa y existe una delimitación rigurosa de sus
competencias. Los miembros de la burocracia se reclutan por sus competencias a través
de concursos y exámenes, y reciben una remuneración regular y fija según los
reglamentos. Su actividad está controlada por un superior jerárquico.
Max Weber menciona las características principales de una organización burocrática,
entre las cuales destaca las siguientes:
- Organizaciones gobernadas por un conjunto coherente de reglas que se aplican a
los casos particulares.
- Organizaciones marcadas por la especialización interna. La autoridad está
limitada a un sector de la organización.
- Neutralidad afectiva o ausencia de interferencia afectiva en las relaciones entre
los individuos.
- El status y el rol de c/u se basa en su calificación.
- Las decisiones no se fundan en el interés personal.
- El control se apoya sobre la distribución jerárquica de la autoridad.
51
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
52
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
53
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
Conclusiones de la Unidad 2.
Desde una perspectiva opuesta a la del paradigma holístico dominante de inspiración
positivista, el desarrollo de la Sociología alemana- a partir de la perspectiva de Max
Weber - se interesa por el sentido que los actores le otorgan a sus acciones en relación
con otros actores. Ese sentido tiene un fundamento claramente social, en cuanto surge
de criterios tales como las creencias, las normas, las leyes, pero no es algo que se
impone externamente a los individuos, ni algo que exista por fuera de las subjetividades,
sino que estos actores otorgan sentido a sus acciones, a partir de la mutua orientación de
los individuos.
En este paradigma con eje en el actor social - que fue largo tiempo minoritario y
opuesto al paradigma holístico - se privilegia el sentido que los individuos dan a sus
conductas y a los contenidos de su consciencia. En el paradigma minoritario de
naturaleza interpretativo, las investigaciones sociales se preocupan por la atribución de
sentido que hacen los individuos como actores en diversas situaciones, consideradas
como substrato de apoyo a diversas formas de relaciones sociales.
A partir de estas bases teórico-metodológicas, este enfoque desarrollado a lo largo de la
unidad tuvo en cuenta la noción y el método de la sociología comprensiva, considerando
tanto los tipos de acción social como los tipos de dominación y formas de legitimidad y
lo que Weber denomina la tendencia hacia la racionalización del mundo.
54
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
55
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
56
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
CBC - SOCIOLOGÍA
CÁTEDRA: Dra. BEATRIZ IRENE WEHLE
UNIDAD 3: El pensamiento sociológico en la visión teórica de Karl Marx. El
materialismo dialéctico o histórico. Relación entre capital y trabajo en el modo de
producción capitalista. Los aspectos sociales de la manufactura y de la gran
industria. Manufactura fabril y división del trabajo. Maquinaria y gran industria:
la fábrica. Relaciones de cooperación.
57
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
58
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
- La ley de lo real es la ley del cambio. Existe una transformación incesante tanto
en el mundo natural que en el mundo humano. No hay un principio eterno, las
concepciones humanas se modifican del paso de una época a otra.
- “Marx demostró que cuando las consecuencias de un sistema social son
atribuidas a la “naturaleza” es porque se olvida su génesis y sus funciones
históricas, es decir todo aquello que lo constituye como sistema de relaciones”
(Bourdieu, 2008, 179).
- Los cambios obedecen a la ley de la contradicción.
59
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
60
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
clases sociales opuestas. Marx se pregunta: ¿Quiénes poseen los medios de producción?
¿Quiénes disponen del poder sobre las decisiones de producción? ¿Quiénes disponen de
los productos terminados y de su venta? ¿Quiénes organizan el trabajo?
Como se mencionó previamente, la posición (económica) en el proceso de producción
determina los otros aspectos de la vida social: a la explotación económica le
corresponde la subordinación política o ideológica. El status jurídico del propietario
ubica en desventaja o en inferioridad al obrero en relación al primero. Las relaciones de
producción se traducen en términos de poder: aquellos que controlan lo económico que
es determinante controlan lo político y lo ideológico.
Dichas relaciones de producción se asientan sobre la base económica de una sociedad;
esta estructura económica es la que condiciona, para Marx, las formas políticas,
jurídicas e ideológicas de esa sociedad. Los hombres, su ideología, su forma de pensar y
su conciencia, son condicionados por esa estructura económica y por el lugar que
ocupan dentro de ella y según su clase social. Las clases pre-industriales caracterizan a
las sociedades del pasado: Marx enuncia las luchas entre los hombres libres y los
esclavos; los nobles y los siervos; entre los opresores y los oprimidos.
La burguesía es la clase de los capitalistas modernos propietarios de los medios de
producción que explotan el trabajo asalariado. Burguesía y proletariado son las dos
clases antagónicas por excelencia, pero Marx también hace referencia a la existencia de
otras clases: clases medias: pequeños empresarios, comerciantes, artesanos, campesinos
y utiliza el término lumpen proletariado refiriéndose a sectores marginales y excluidos.
Las clases sociales definidas en relación a las relaciones de producción se oponen y
están en lucha. La historia de toda sociedad ha sido la historia de la lucha de clases, dice
Marx en el Manifiesto Comunista. Marx explica que:
“Al llegar a una determinada fase de desarrollo, las fuerzas productivas materiales
de la sociedad chocan con las relaciones de producción existentes, o, lo que no es
más que la expresión jurídica de esto, con las relaciones de propiedad dentro de las
cuales se han desenvuelto hasta allí. De formas de desarrollo de las fuerzas
productivas, estas relaciones se convierten en trabas suyas. Y se abre así una época
de revolución social. Al cambiar la base económica, se revoluciona, más o menos
rápidamente, toda la inmensa superestructura erigida sobre ella... [sin embargo]
ninguna formación social desaparece antes de que se desarrollen todas las fuerzas
productivas que caben dentro de ella, y jamás aparecen nuevas y más altas
relaciones de producción antes de que las condiciones materiales para su existencia
hayan madurado en el seno de la propia sociedad antigua” (Marx, 1987: 385).
En determinado momento, cuando las fuerzas productivas han alcanzado el máximo
grado de madurez en su desarrollo, las relaciones de producción se convierten en trabas
para la continuidad del sistema; en ese momento, comienza una época de revolución
social, primero, con un cambio en las relaciones de producción, de la base económica,
que lleva a un posterior cambio en las relaciones políticas, jurídicas e ideológicas. Sin
embargo, este cambio ocurre hasta que las fuerzas productivas alcancen el mayor grado
de desarrollo posible dentro de la estructura económica de la sociedad.
Marx plantea que, a lo largo de la historia moderna, la burguesía ha desempeñado un
papel altamente revolucionario; cada etapa de revolución recorrida por la burguesía ha
sido acompañada por el correspondiente progreso político. Dicen Marx y Engels:
“La burguesía no puede existir sino a condición de revolucionar incesantemente los
instrumentos de producción y, por consiguiente, las relaciones de producción y, con
ello, todas las relaciones sociales... Espoleada por la necesidad de dar cada vez
61
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
mayor salida a sus productos, la burguesía recorre el mundo entero. Necesita anidar
en todas partes, establecerse en todas partes, crear vínculos en todas partes” (Marx y
Engels, 1848: 96).
Repasemos el párrafo anterior: la burguesía, como clase revolucionaria, por un lado ha
desarrollado incesantemente los instrumentos de producción, perfeccionando
maquinaria y técnicas, aumentando considerablemente la producción de mercancías y
ampliando los mercados. Por otro lado, la burguesía ha tendido hacia la globalización
económica y la centralización social y política. Marx y Engels explican que:
“La burguesía, a lo largo de su dominio de clase... ha creado fuerzas productivas más
abundantes y más grandiosas que todas las generaciones pasadas juntas. El
sometimiento de las fuerzas de la naturaleza, el empleo de la máquina, la aplicación
de la química a la industria y a la agricultura, la navegación de vapor, el ferrocarril,
el telégrafo eléctrico, la asimilación para el cultivo de continentes enteros, la
apertura de los ríos a la navegación, poblaciones enteras surgiendo por encanto,
como si salieran de la tierra... La burguesía suprime cada vez más el fraccionamiento
de los medios de producción, de la propiedad y de la población. Ha aglomerado la
población, centralizado los medios de producción y concentrado la propiedad en
manos de unos pocos. La consecuencia obligada de ello ha sido la centralización
política” (Marx y Engels, 1848: 97).
A esa revolución de los medios de producción se corresponde una revolución de las
relaciones de producción. Marx explica que: “desde hace algunas décadas, la historia
de la industria y el comercio no es más que la historia de la rebelión de las fuerzas
productivas modernas contra las actuales relaciones de producción, contra las
relaciones de propiedad que condicionan la existencia de la burguesía y su
dominación” (Marx y Engels, 1848: 98). Engels había señalado anteriormente la idea
fundamental de Marx, que “esta lucha ha llegado a una fase en que la clase explotada y
oprimida (el proletariado) no puede ya emanciparse de la clase que la explota y la
oprime (la burguesía), sin emancipar, al mismo tiempo y para siempre, a la sociedad
entera de la explotación, la opresión y la lucha de clase” (Marx y Engels, 1848: 98).
Sin embargo, existe otra clase antagónica a la burguesía que se constituye a partir del
desarrollo de los medios de producción: es el proletariado. Marx y Engels definen al
proletariado como
“la clase de los obreros modernos que no viven sino a condición de encontrar
trabajo, y lo encuentran únicamente mientras su trabajo acrecienta el capital. Esos
obreros obligados a venderse al detalle, son una mercancía como cualquier otro
artículo de comercio, sujeta, por lo tanto, a todas las vicisitudes de la competencia, a
todas las fluctuaciones del mercado. El reciente empleo de la máquina y la división
del trabajo quitan al trabajo del proletario todo carácter propio y le hacen perder con
ello todo atractivo para el obrero. Éste se convierte en simple apéndice de la
máquina, y sólo se le exigen las operaciones más sencillas, más monótonas y es más
fácil el aprendizaje. Por lo tanto, lo que cuesta hoy día al obrero se reduce poco más
o menos a los medios de subsistencias indispensables para vivir y para perpetuar su
linaje” (Marx y Engels, 1848: 98-99).
El proletariado trabaja para vivir, y encuentra trabajo en el mercado en la medida en que
su fuerza de trabajo aumente el capital. El proletariado es la clase que vive a condición
de obtener un trabajo y que lo obtendrá a condición que ese trabajo acreciente el capital.
Con el mayor desarrollo de la maquinaria, el proletario se vuelve apéndice de la
máquina, ya que, a diferencia del artesano, el obrero no controla el objeto que fabrica en
el proceso de producción. Su trabajo se torna cada vez más sencillo, monótono, y menos
62
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
atractivo y creativo. El obrero hace sólo una parte mínima del proceso de trabajo. El
trabajo resulta parcelario.
A su vez, con el mayor desarrollo de la maquinaria, se reducen los tiempos de
aprendizaje y los costos de producción para el capitalista, inclusive los costos de la
fuerza de trabajo de los proletarios, quienes ven reducidos el tiempo de trabajo
necesario para generar su subsistencia. Si antes podía producir una mercancía en cuatro
horas de fuerza de trabajo, con la ayuda de las máquinas el tiempo de trabajo necesario
para ganar su sustento se reduce quizás a una o dos horas. Sin embargo, recordemos que
el capitalista paga al proletario su fuerza de trabajo por día. Esto genera la prolongación
de la duración efectiva de la jornada de trabajo y el incremento de la intensidad de la
jornada de trabajo:
“Pero el precio de toda [fuerza de] trabajo, como el de toda mercancía, es igual a los
gastos de producción. Por consiguiente, cuanto más fastidioso resulta el trabajo, más
bajan los salarios. Más aún, cuanto más se desenvuelven la maquinaria y la división
del trabajo, más aumenta la cantidad de trabajo bien mediante la prolongación de la
jornada, bien por el aumento del trabajo exigido en un tiempo dado, la aceleración
del movimiento de la máquina, etc. ... cuanto menos habilidad y fuerza requiere el
trabajo manual, es decir, cuanto mayor es el desarrollo de la industria moderna,
mayor es la proporción en que el trabajo de los hombres es suplantado por el de las
mujeres y los niños. Por lo que respecta a la clase obrera, la diferencia de edad y
sexo pierden toda significación social. No hay más que instrumentos de trabajo, cuyo
coste varía según la edad y el sexo (Marx y Engels, 1848: 99).
A mayor desarrollo de la maquinaria y menor necesidad de trabajo manual, mayor es la
dependencia en el trabajo de mujeres y niños, cuya fuerza de trabajo tiene un costo
menor. Marx explica que la organización del trabajo no se opera sólo a partir de
imperativos técnicos, el desarrollo tecnológico, sino que antes existe una repartición
social que determina la organización del trabajo:
“la industria moderna ha transformado el pequeño taller del maestro patriarcal en la
gran fábrica del capitalista industrial. Masas de obreros, hacinados en la fábrica, son
organizadas en forma militar. Como soldados rasos de la industria, están colocados
bajo la vigilancia de toda una jerarquía de oficiales y suboficiales. No son solamente
esclavos de la clase burguesa, el Estado burgués, sino diariamente, a toda hora,
esclavos de la máquina, del capataz y, sobre todo, del burgués individual, patrón de la
fábrica” (Marx y Engels, 1848: 98).
En el modo de producción capitalista, esta división del trabajo está dada por un
antagonismo entre dos clases, la que produce las mercancías y la que posee los medios
de producción para producirlas: la burguesía y el proletariado.
63
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
humanidad es una historia de luchas de clases y que todas las luchas políticas se centran
en la conquista o conservación del poder social y político de las viejas clases sociales o
de las nuevas clases sociales en ascenso.
Para llegar a esa conclusión, Marx se preguntó ¿qué hace nacer y existir a esas clases
sociales? Las condiciones materiales, tangibles, concretas, en las que la sociedad de una
época produce e intercambia lo necesario para subsistir. Anteriormente analizamos la
dominación feudal de la Edad Media basada en una economía cerrada centrada en
pequeñas comunidades campesinas que se autoabastecían y apenas recurrían al
intercambio de mercancías y en una nobleza feudal que defendía a esa comunidad
campesina y daba cohesión política nacional dentro de un sistema de relaciones sociales
y políticas de vasallaje.
Dentro de esta estructura sociopolítica, comenzó a surgir otro actor social, la burguesía
urbana, al empezar a desarrollarse las ciudades junto con la industria artesana
independiente y el intercambio comercial, primero interior y luego internacional, que
comenzó a luchar contra la nobleza para conquistar un lugar de privilegio en el orden
feudal; este actor cobró renovada fuerza con el descubrimiento y conquista de los
nuevos territorios desde mediados del siglo XV, conquistando nuevas zonas de
comercio e incentivando el desarrollo de la industria. La industria artesana fue
desplazada por la manufactura de tipo fabril, y posteriormente por la gran industria
gracias al desarrollo de la maquinaria y, principalmente, la máquina de vapor, que a su
vez influyó sobre el comercio, desplazando al antiguo trabajo manual y creando los
modernos medios de comunicación y transporte. Más adelante analizaremos el
desarrollo de la manufactura fabril y la gran industria.
En este escenario, la burguesía fue conquistando riqueza y poder social, aunque llegó a
conquistar el poder político, concentrado en la nobleza y la monarquía en la Edad
Media, sólo al llegar a cierta fase de desarrollo de las fuerzas productivas: la Revolución
Industrial marcó el pasaje a la gran industria y la Revolución Francesa, la conquista del
poder político, llevando a la burguesía a clase dominante frente al proletariado y a los
pequeños campesinos.
Desde esta perspectiva, el marxismo explica los fenómenos históricos a partir de las
condiciones económicas de vida y las relaciones sociales y políticas de ese período,
partiendo de la base de que las condiciones materiales de existencia determinan las
formas sociales y las ideas que dominan un determinado periodo.
64
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
65
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
que se expande su campo de acción, con lo cual se economizan una serie de gastos
varios…, deriva de la aglomeración de los obreros, de la aproximación de diversos
procesos laborales y de la concentración de los medios de producción” (subrayado en
original) (Marx, 1946: 399-400).
La capacidad productiva de la fabricación capitalista surge de la cooperación, la fuerza
colectiva de los trabajadores: la fuerza productiva social del trabajo. Dice Marx:
“ya sea que la jornada laboral combinada obtenga esa fuerza productiva aumentada
porque acrecienta la potencia mecánica del trabajo, o porque amplía el campo
especial de acción de éste último, o reduce espacialmente el campo de producción en
proporción a la escala de ésta, o porque en el momento crítico aplica mucho trabajo
en poco tiempo, o estimula la emulación de los individuos y pone en tensión sus
espíritus vitales, o imprime a las operaciones análogas de los muchos obreros el sello
de lo continuo y polifacético, o ejecuta simultáneamente diversas operaciones, o
porque economiza los medios de producción en virtud de su uso colectivo, o confiere
al trabajo individual el carácter de trabajo social medio; en todas estas
circunstancias, la fuerza productiva específica de la jornada laboral combinada es
fuerza productiva social del trabajo o fuerza productiva del trabajo social. Surge de
la cooperación misma. En la cooperación planificada con otros, el obrero se despoja
de sus trabas individuales y desarrolla su capacidad en cuanto parte de un género”
(subrayado en original) (Marx, 1946: 400-401).
La condición de cooperación de los trabajadores en la producción capitalista surge a
partir de que un capitalista pueda pagar su fuerza de trabajo, sus medios de subsistencia,
individualmente y los emplee simultáneamente:
“si los trabajadores en modo alguno pueden cooperar directamente entre sí sin estar
juntos y el que se aglomeren en un espacio determinado es, por consiguiente,
condición de su cooperación, los asalariados no pueden cooperar sin que el mismo
capital, el mismo capitalista, los emplee simultáneamente, esto es, adquiera a un
mismo tiempo su fuerza de trabajo. es ahí que el valor total de estas fuerzas de
trabajo –o sea la suma de los salarios correspondiente a los obreros por el día, la
semana, etc.– deba estar reunido en el bolsillo del capitalista antes de que la fuerza
de trabajo misma lo esté en el proceso de producción... el número de los obreros que
cooperan, o la escala de la cooperación, dependerá por lo tanto, en un primer
momento, en la magnitud del capital que el capitalista individual pueda desembolsar
para adquirir la fuerza de trabajo, esto es, el grado en que cada capitalista pueda
disponer de los medios de subsistencia de muchos obreros (subrayado en original)
(Marx, 1946: 400-401).
La capacidad del capitalista de emplear un gran número de obreros simultáneamente y
pagar por sus medios de subsistencia se convierte en condición material para el inicio de
la producción capitalista y diferencia la producción artesanal de la manufactura
industrial:
“Cierta magnitud mínima del capital individual [es] necesaria para que el número
de los obreros explotados simultáneamente... [alcance] para desligar el trabajo
manual al empleador del trabajo, para convertir al pequeño patrón en capitalista y,
de esta suerte, instaurar formalmente la relación capitalista. Esta magnitud mínima se
presenta ahora como condición material para la transformación de numerosos
procesos individuales de trabajo, antes dispersos y recíprocamente independientes, en
un proceso combinado y social de trabajo” (subrayado en original) (Marx, 1946: 400-
401).
66
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
67
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
68
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
69
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
acciones sociales (desde el edificio teórico weberiano) o desde las relaciones sociales de
producción (desde la perspectiva de Marx).
70
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
71
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
UNIDAD 4
Funcionalismo. Introducción a los ejes centrales del funcionalismo. La dinámica
del sistema social. El abordaje crítico de Robert Merton. Las Críticas de Wright
Mills.
1. Introducción
En esta unidad 4 pondremos el acento en los ejes fundamentales de la teoría sociológica
que surge en los Estados Unidos a mediados del siglo XX: el Funcionalismo.
Veremos cómo desde el funcionalismo se observa a las sociedades a partir de la
dinámica del sistema social y nos introduciremos en los ejes/supuestos centrales de esa
corriente a partir de los conceptos de sistema, subsistemas, instituciones, funciones y
roles, entre otros.
Posteriomente nos introduciremos en algunas críticas al funcionalismo, de la mano de
sociólogos como Robert Merton y Charles Wright Mills.
Desarrollaremos las críticas de Robert Merton a los supuestos o temas centrales del
funcionalismo, tales como la unidad funcional de la sociedad, la universalidad de las
estructuras e instituciones y la indispensabilidad de las partes.
Por último, abordaremos las críticas de Wright Mills a partir de la conceptualización de
la “imaginación sociológica”.
72
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
73
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
este equilibrio del sistema social los cambios se producen de una manera ordenada y
no revolucionaria” (Ritzer, 1993: 107-109).
74
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
75
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
76
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
Por otra parte, Merton parte del concepto de estructura social como “(…) el cuerpo
organizado de relaciones sociales que mantienen entre sí diversamente los individuos
de la sociedad o grupo” (Merton, citado en Ritzer, 1993: 134).
De este modo, analiza la estructura como una forma organizada de un grupo o sociedad
haciendo hincapié en las relaciones sociales que se establecen entre los individuos. Y
explica que se produce un estado de anomia cuando “(…) hay una disyunción aguda
entre las normas y los objetivos culturales y las capacidades socialmente estructuradas
de los individuos del grupo para obrar de acuerdo con aquéllos” (Merton, citado en
Ritzer, 1993, 134).
Recordemos que Durkheim había analizado la anomia como un estado de falta de reglas
que puedan orientar la conducta de los individuos en la sociedad. Merton analiza la
anomia como una consecuencia disfuncional y toma como ejemplo el delito como
conducta desviada disfuncional para el sistema. Considera al delito como un quiebre
entre las normas y conductas esperadas y deseadas y las posibilidades reales y concretas
de cumplirlas según la estructura de la sociedad. Por ejemplo, la
sociedad estadounidense valora el éxito sobre la base del mérito y del esfuerzo, pero no
todos los miembros de la sociedad tienen las mismas posibilidades para alcanzarlo, sino
que depende en gran medida del lugar que ocupan en la estructura social. Puede darse la
paradoja que por alcanzar el éxito económico en ciertos casos surjan conductas y
prácticas ilegales, desviadas.
¿Cómo se produce y se reproduce la sociedad según el funcionalismo? Esta pregunta,
presente en el funcionalismo y en otras corrientes sociológicas, se puede responder
desde dos puntos de vista: 1) desde un punto de vista endógeno, que hace referencia a
los aspectos morfológicos de las sociedades, a sus estructuras y a su funcionamiento y
2) desde un punto de vista exógeno, que hace referencia a la historia.
A modo de síntesis veamos sucesivamente los puntos de vista endógenos y exógenos.
1) El punto de vista endógeno concierne la infinita variedad de actos realizados por
los hombres en su vida cotidiana. Los actores le otorgan sentido a estos actos
que se inscriben en un marco histórico dado. El punto de vista endógeno
considera el proceso de la reproducción cotidiana de los universos sociales
tomando por punto de partida (por paradigma) las acciones individuales. Dentro
de esta perspectiva ubicamos al funcionalismo.
2) El punto de vista exógeno parte de los filósofos de la historia, que buscando una
interpretación del pasado de la humanidad, consideran a ésta como una totalidad
coherente. Se trata de una voluntad colectiva que realiza una elección arbitraria,
entre diversas opciones posibles por ejemplo democracia, monarquía, propiedad
privada, propiedad colectiva, etc. Desde el punto de vista exógeno la sociología
ha abordado las grandes líneas de reflexión histórica, tomando por punto de
partida la totalidad de la existencia de los seres humanos.
77
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
Wright Mills integra la dimensión histórica; como expresa el autor, “(…) la historia que
ahora afecta a todos los hombres es la historia del mundo” (Wright Mills, 1997: 24).
En la perspectiva de Wright Mills, la esencia de lo social se constituye en las relaciones
que establecen los seres humanos entre ellos.
En su libro “La imaginación sociológica”, Mills señala que el objeto de la sociología es
la diversidad humana, donde se hallan todos los universos sociales en el seno de los
cuales los hombres han vivido. El analista social clásico se ha formulado siempre tres
tipos de preguntas:
1) ¿Cuál es la estructura de esta sociedad particular en su conjunto? ¿Cuáles son sus
componentes esenciales, y cómo se relacionan entre sí? ¿En qué se diferencia de
otras variedades de organización social? ¿Cuál es, dentro de ella, el significado de
todo rasgo particular para su continuidad o para su cambio?
2) ¿Qué lugar ocupa esta sociedad en la historia humana? ¿Cuál es el mecanismo por el
que está cambiando? ¿Cuál es su lugar en el desenvolvimiento del conjunto de la
humanidad y qué significa para él? ¿Cómo afecta todo rasgo particular que estamos
examinando al periodo histórico en que tiene lugar, y cómo es afectado por él? ¿Y
cuáles son las características esenciales de ese periodo? ¿En qué difiere de otro
periodo? ¿Cuáles son sus modos característicos de hacer historia?
3) ¿Qué variedades de hombres y de mujeres prevalecen ahora en esta sociedad y en
este periodo? ¿Y qué variedades están empezando a prevalecer? ¿De qué manera
son seleccionados y formados, liberados y reprimidos, sensibilizados y embotados?
¿Qué clases de “naturaleza humana” se revelan en su conducta y el carácter que
observamos en esta sociedad y en este periodo? ¿Y cuál es el significado para la
“naturaleza humana” de todos y cada uno de los rasgos de la sociedad que
examinamos?
La sociología, y la imaginación sociológica, nos permiten encontrar comunidades
primitivas, que desde hace casi 1000 años no cambiaron, y por otro lado, grandes
potencias que surgieron como volcanes. El imperio de Bizancio, Europa, China y Roma
Antigua, la ciudad de Los Ángeles y el imperio incaico, todos los universos que el
hombre conoció, están delante nuestros ojos, y se prestan a nuestra curiosidad.
Wright Mills (1997) plantea que los hombres no poseen la cualidad mental para percibir
la interrelación del hombre y la sociedad, de la biografía y la historia, “del yo y el
mundo”. No pueden hacer frente a sus problemas personales en forma que le permitan
controlar las transformaciones estructurales que suelen estar detrás de ellas.
El autor sostiene que:
“los hombres, habitualmente no definen las inquietudes que sufren en relación con los
cambios históricos y las contradicciones institucionales. Por lo común, no imputan el
bienestar de que gozan a los grandes vaivenes de la sociedad en que viven. Rara vez
son conscientes de la intrincada conexión entre el tipo de sus propias vidas y el curso
de la historia del mundo. Los hombres corrientes suelen ignorar lo que esa conexión
significa para el tipo de hombres en que se van convirtiendo y para la clase de
actividad histórica en que pueden tener parte” (Wright Mills, 1997: 23).
El sociólogo estadounidense Charles Wright Mills sostiene que para desarrollar esa
cualidad mental no es sólo información lo que las personas necesitan ni tampoco meras
destrezas intelectuales. Es más, el autor opina ya en los años de 1959 que “en esta edad
del dato la información domina con frecuencia su atención y rebasa su capacidad para
asimilarla “(Wright Mills, 1997: 24).
78
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
El autor explica que los hombres necesitan una cualidad mental que les ayude a usar la
información y a desarrollar la razón para comprender lo que ocurre en el mundo y
dentro de ellos: la imaginación sociológica, que permite “(…) comprender el escenario
histórico más amplio en cuanto a su significado para la vida interior y para la
trayectoria exterior de diversidad de individuos” (Wright Mills, 1997: 25-26).Para de
esa manera “percibir la interrelación del hombre y de la sociedad, de la biografía y de
la historia, del yo y del mundo” (Wright Mills, 1997: 23) y hacer frente a los problemas
personales en forma que permita controlar las transformaciones estructurales que suelen
estar detrás de ellas.
El autor se refiere a las lecciones e inquietudes que deberían considerar las ciencias
sociales. Expresa que la primera lección de las ciencias sociales es que:
“el individuo sólo puede comprender su propia existencia y evaluar su propio destino
localizándose a sí mismo en su época; de que puede conocer sus propias posibilidades
en la vida si conoce las de todos los individuos que se hallan en sus circunstancias... La
imaginación sociológica... permite captar la historia y la biografía y la relación entre
ambas dentro de la sociedad. Esa es su tarea y su promesa” (Wright Mills, 1997: 25).
La imaginación sociológica permite distinguir entre “las inquietudes personales del
medio” y “los problemas públicos de la estructura social”. Las inquietudes son
individuales y se presentan en el ámbito de sus relaciones inmediatas con otros, “(…)
tienen relación con su yo y con el área limitada de vida social que conoce directa y
personalmente” (Wright Mills, 1997: 27-28).
Mientras que una inquietud es un asunto privado en el que los valores amados por el
individuo le parecen amenazados, un problema es un asunto público, se advierte que
está amenazado un valor amado por la gente; trasciende el ambiente local del individuo
y el ámbito de su vida interior y,
“tiene que ver con la organización de muchos ambientes dentro de las instituciones de
una sociedad histórica en su conjunto, con la manera en que diferentes medios se
imbrican e interpenetran para formar la estructura más amplia de la vida social e
histórica” (Wright Mills, 1997: 28).
El autor brinda el ejemplo del desempleo para dar cuenta del desafío de esta promesa de
la imaginación sociológica.
“Cuando en una ciudad de 100.000 habitantes sólo carece de trabajo un hombre, eso
constituye su inquietud personal, y para aliviarla atendemos propiamente al carácter de
aquel hombre, a sus capacidades y a sus oportunidades inmediatas. Pero cuando en
una nación de 50 millones de trabajadores, 15 millones carecen de trabajo, eso
constituye un problema y no podemos esperar encontrarle solución dentro del margen
de oportunidades abiertas a un solo individuo. Se ha venido abajo la estructura misma
de oportunidades (…) nos obliga a considerar las instituciones económicas y políticas
de la sociedad y no meramente la situación y el carácter personales de individuos
sueltos”. (Wright Mills, 1997: 28).
Wright Mills se pregunta ¿cuáles son en nuestro tiempo los mayores problemas para los
públicos y las inquietudes claves de los individuos particulares? Para reponer a esta
pregunta, analiza primero qué valores son preferidos, pero amenazados, y cuáles
preferidos y apoyados por las tendencias actuales. Y concluye que lo que caracteriza a
nuestro tiempo es una sensación de indiferencia y malestar:
“Supongamos que la gente no sienta estimación por ningún valor ni perciba ninguna
amenaza. Esta es la experiencia de la indiferencia, la cual si parece afectar a todos los
valores, se convierte en apatía. Supongamos, en fin, que no sienta estimación por ningún
79
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
valor, pero que no obstante, perciba agudamente una amenaza. Esta es la experiencia del
malestar, de la ansiedad, la cual, si es suficientemente total, se convierte en una
indisposición mortal no específica”. (Wright Mills, 1997: 30).
El autor plantea que la imaginación sociológica nos permite comprender y analizar las
inquietudes individuales y los problemas colectivos para poner en claro los elementos
del malestar y la indiferencia contemporáneo. Esa es la promesa de la sociología.
“La primera tarea política intelectual (…) del científico social consiste hoy en poner en
claro los elementos del malestar y la indiferencia contemporáneos (…) Es a causa de
estas tareas y esas demandas, por lo que, creo yo, las ciencias sociales se están
convirtiendo en el común denominador de nuestro período cultural y la imaginación
sociológica en la cualidad mental más necesaria”. (Wright Mills, 1997: 32-33).
80
Sociología - Cátedra Dra. B. Wehle
8. Respecto del ámbito de lo privado, ¿qué ocurre con los valores preferidos para el
autor?
9. ¿Cómo operan las percepciones sociales respecto de la posibilidad y la promesa
brindadas por la imaginación sociológica?
10. Desarrolle la relación entre la perspectiva biográfica y la histórica según el análisis
de Wright Mills.
11. ¿Cuál es la promesa de la sociología para Wright Mills? Relacione y desarrolle el
concepto de imaginación sociológica.
WRIGHT MILLS, CH. (1961) Las clases medias en Norteamérica, Madrid, Aguilar.
WRIGHT, MILLS CH. (1969) La elite del poder, México, Fondo de Cultura
Económica.
81