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motor
Introducción
Para hacer la demostración eficaz hay una serie de aspectos a tener en cuenta
que están relacionados con las características del modelo y del observador,
básicamente. Veamos cuáles son:
¿Qué tipo de estrategias son las más eficaces para el aprendizaje de la acción
modelada?
Esta estrategia se puede realizar durante la observación del modelo o una vez
efectuada la demostración. Williams (1987) comparó ambas estrategias en niños
de 12 años y observó que ambas eran eficaces con respecto a un grupo que sólo
observaba una demostración pero, sobre todo, el repetir los movimientos del
modelo una vez observada la demostración resultó ser la más beneficiosa.
Uno de los aspectos que hay que tener en cuenta a la hora de utilizar las
demostraciones es la edad de los alumnos:
Yando y cols. (1978) consideran que en la imitación de los niños influyen dos
factores:
1. El desarrollo cognitivo del observador, concretamente en lo referente a
procesos como la atención, memoria, codificación, que va a controlar la
capacidad imitativa del observador.
2. El factor motivacional que controla la cantidad de imitación producida.
Feltz (1982) comparó a niños y adultos en una tarea de balanceo; encontró que
había diferencias en los grupos de edad en la forma y en el resultado de la
ejecución. Además cuando se pidió a los sujetos que describieran la demostración
que habían visto, los niños sólo fueron capaces de describir de forma correcta un
elemento de los tres que componían la tarea, los cuales fueron correctamente
identificados por los adultos. Feltz concluyó que quizá un modelo que verbalizara
los componentes de la tarea facilitaría la capacidad de atención y memorización,
con la consecuente mejora en la ejecución.
Parece ser, por tanto, que para que la demostración sea del todo eficaz en
niños, se requiere que el modelo vaya acompañado de indicaciones verbales, como
así lo demuestran varias investigaciones realizadas por Weiss (1983), Weiss y Klint
(1987), McCullagh y cols. (1990), Weiss y cols. (1992), Meaney, (1994) y Meaney
y Edwards (1996). Las indicaciones verbales quizá ayudan a los niños a centrar su
atención en los aspectos relevantes o a retener el orden de las habilidades a
aprender.
Las diferencias entre niños y niñas también aparecen en los trabajos sobre la
demostración: las niñas mejoran más su ejecución que los niños en situaciones de
aprendizaje observacional. Según Weiss (1983) y Weiss y Klint (1987) es posible
que las niñas tengan un nivel de desarrollo cognitivo más avanzado que los niños
durante la infancia.
Hay otro aspecto relacionado con el tipo de tarea que también resulta
interesante para la demostración: la mayoría de las tareas utilizadas en la
investigación de observación de modelos son de tipo cerrado, es decir, tareas
donde las condiciones externas son estables y cuyo control depende
exclusivamente del sujeto que aprende; pero apenas hay investigación sobre la
eficacia del modelado en tareas de tipo abierto, donde la ejecución debe de
adaptarse a las cambiantes demandas del medio externo. ¿Es igual de eficaz el
modelado para el aprendizaje de este tipo de tareas?
Weeks (1992) se plantea esta cuestión y pone a prueba varios tipos de
modelos: un modelo perceptivo (observación de la trayectoria del móvil), un
modelo motor y la combinación de ambos para el aprendizaje de una tarea de
tiempo coincidente. Llega a la conclusión de que el modelo perceptivo o el
combinado son más eficaces que el exclusivamente motor para el aprendizaje de
esta tarea. Una explicación a estos resultados se puede encontrar en Newell y
Scully (1985), quienes consideran que acción y percepción son estados que
cooperan mutuamente, de forma que el modelo perceptivo beneficia al observador
a través de la adaptación del sistema percepción-acción a futuras ejecuciones. El
modelo perceptivo proporciona al sujeto información relevante sobre el esfuerzo
requerido para ejecutar el componente motor. Además Weeks pudo observar que
ambos tipos de modelos afectaban al componente motor de la tarea de diferente
manera, de forma que los sujetos desarrollaron estrategias motoras distintas en
función del tipo de modelo observado. Weeks recomienda que a la hora de
enseñar una tarea de estas características la sola demostración del gesto técnico
es insuficiente para el correcto aprendizaje y se debe de incluir una prepráctica con
experiencias sobre las demandas perceptivas de la tarea.
Riera (1989) recomienda que se realicen desde todos los ángulos y situaciones
necesarias para que puedan apreciarse con nitidez los aspectos más relevantes de
la ejecución.
Landers (1975) puso a prueba esta idea demostrando que observar al modelo
antes de practicar era beneficioso, pero más aún era cuando además de la
observación inicial, se realizaban dos demostraciones en medio de la práctica.
Sin embargo, los niños más pequeños se veían incluso perjudicados por las
demostraciones en mitad de la práctica, como han demostrado Thomas y cols.
(1977).
Figura 1.: Efecto del nivel de experiencia y del estatus del modelo en la investigación de Landers y Landers (1973).
Magill (1993) opina que un modelo con prestigio puede favorecer el que los
sujetos presten más atención y afecte positivamente a la cantidad de información
que los sujetos reciben de la demostración; además produce una mayor
motivación en los observadores que pretenden ser como el modelo y hacerlo igual
de bien.
Como nos dicen Balaguer y cols. (1995), las expectativas de auto-eficacia serían
creencias actuales, que reflejan la historia del pasado y que se proyectan hacia el
futuro
Los logros de ejecuciones pasadas van a ser una de las fuentes más
importantes. El hecho de que esas experiencias se hayan percibido como éxitos o
fracasos, la dificultad percibida de la tarea, el esfuerzo realizado, la ayuda recibida
aumentará o disminuirán las perspectivas de eficacia. las tareas difíciles ejecutadas
con éxito proporcionan una sensación de mayor eficacia que las tareas fáciles
(Feltz, 1995).
La persuasión verbal, bien sea inducida por otros o como diálogo interno sobre
las propias capacidades, es otra fuente de información sobre auto-eficacia, aunque
no demasiado fuerte (Feltz, 1995). Su influencia va a depender del grado de
credibilidad de la información persuasiva y de sus experiencias de fracaso
(Balaguer y cols., 1995).
Las experiencias vicarias son también importantes puesto que el niño imita la
forma de afrontar determinadas situaciones y puede aumentar las percepciones de
auto-eficacia o, en algunos casos, aprende a rechazar determinadas situaciones.
Escartí y cols. (citado por Balaguer y cols., 1995) y Guzman y cols. (1995)
demuestran que la percepción de auto-eficacia aumenta cuando el modelo
observado es similar en cuanto a edad, sexo, nivel de práctica, etc.
Se puede considerar, por tanto, siguiendo a Bandura (1986), que el observar un
modelo de características semejantes aumenta la percepción de autoeficacia.
El género del modelo se ha estudiado también. En una revisión llevada a cabo
por Gould y Roberts (1982) encuentran que existe una interacción entre el sexo
del modelo y del observador, de forma que los hombres se ven más influenciados
por la observación de un modelo masculino que las mujeres por un modelo
femenino. Guzmán y cols. (1995) encuentran resultados similares respecto a la
influencia del sexo del modelo en las expectativas de eficacia de los observadores.
Muchos niños sienten que no son capaces de realizar una tarea nueva, que no
tienen suficiente habilidad, y esto les provoca un estado de temor o rechazo a la
ejecución.
Evidentemente esto influye en aquellos niños que sienten miedo no sólo físico
sino también los otros tipos de temores o ansiedades mencionados. Un niño con
un autoconcepto débil es más fácil que tenga miedo al fracaso o que piense que
puede hacer el ridículo con su actuación.
La auto-eficacia percibida de los niños y adolescentes sería uno de los aspectos
más importantes a tratar en casos de miedo a ejecuciones motrices. Mejorar los
juicios de auto-eficacia estaría en la base para combatir o disminuir esos estados
emocionales que perjudican el proceso de aprendizaje (Gutiérrez y Zubiaur, 2002).
Una técnica que puede ser útil es la del modelado. El aprendizaje observacional,
no sólo es eficaz para mejorar el aprendizaje de una habilidad motriz, sino que
además tiene el potencial de influir en variables psicológicas como la
autoconfianza, el miedo o ansiedad. Observar modelos con características similares
en edad y género al observador se ha demostrado eficaz en temores a animales o
a lugares oscuros (Peña del Agua, 1994), pero hay poca evidencia en situaciones
de aprendizaje motor, sin embargo, se piensa que podría ser efectivo en niños que
tienen miedo o un bajo concepto de auto-eficacia en tareas motoras que puedan
ser percibidas como peligrosas, como natación o gimnasia.
Resumen final