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TÉCNICA DE PARADA DEL PENSAMIENTO

EJERCICIO PARA LA INTERRUPCIÓN DEL PENSAMIENTO:

Propósito: Aliviar sus obsesiones de la vida social.

Primer paso: Siéntese en una silla cómoda. Repase mentalmente uno de los pensamientos que
desee controlar. Tal vez sea la ansiedad ante un acontecimiento futuro, o el temor de conocer a
una persona determinada. Si se trata de toda una serie de pensamientos, tome cualquiera de ellos.
En cuanto el pensamiento se forme en su mente, diga en voz alta: “ALTO” y, hablando consigo
mismo: “TRANQUILO”, y entonces relaje deliberadamente los músculos durante unos diez
segundos. El propósito de esto es una interrupción, al menos momentánea, del pensamiento que
intenta controlar. Si no logra esa interrupción, repita el ejercicio y diga ALTO con voz más fuerte
aún. Cuando pueda repetirlo dos veces, y conseguir al menos esa interrupción momentánea, pase
al punto siguiente. Si tiene problemas para traer un pensamiento a su mente, fuércelo a venir. Al fin
y al cabo ese es un modo de conseguir el control. No sea pasivo. Algunas personas consideran
que el hecho de cerrar los ojos mientras intentan traer un pensamiento al mente les resulta de
gran ayuda.

Segundo paso: Haga el ejercicio del mismo modo, pero diga ALTO mentalmente, no en voz alta. Si
experimenta dificultad para lograr una interrupción momentánea del pensamiento , puede echar
mano de otros condicionamientos, como chillar ALTO mentalmente, o darse un golpe o un pellizco
en la muñeca a la vez que lo dice.
Al aplicar la técnica de la interrupción del pensamiento, las dos reglas fundamentales son: en
cuanto y cada vez. Usted sabe qué pensamientos desea controlar. En cuanto se dé cuenta de que
le viene uno de los pensamientos, siga estas normas de: “ALTO”, repetirse tranquilo y relajar los
músculos. Usted desea interrumpir el pensamiento. Si éste vuelve a los dos segundos, dos minutos
o dos horas, en cuanto se dé cuenta de que ha vuelto repita el procedimiento. Yo digo en cuanto
porque (1), si le da la oportunidad de apoderarse de usted, resultará más difícil de controlarlo, y (2)
exige alguna motivación que mantiene ese hábito negativo. Usted ha de lograr esa interrupción
momentánea antes de que la motivación entre en juego.
Digo también cada vez porque (1) usted quiere lograr el hábito contrario de no ceder a los
pensamientos negativos, seguido de la relajación. Como ocurre con la formación de cualquier
hábito, ha de tratar de practicarlo en todas las ocasiones posibles y por tanto debe realizar este
ejercicio de interrupción del pensamiento hasta que las palabras “ALTO” y “TRANQUILO” y la
relajación posterior se hagan automáticas; (2) sin la motivación de la conducta, la frecuencia de
ésta disminuirá y desaparecerá al fin. Si usted utiliza el ALTO unas veces sí y otras no, cae en lo
que llamamos un programa de reforzamiento intermitente y al azar, lo cual refuerza el hábito y
dificulta su extinción. No se debe utilizar el método de interrupción del pensamiento sin pleno
entusiasmo. O lo utiliza constantemente o prescinda de él.

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