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Especial Noticias:

II Jornadas del Instituto del Niño, 23 marzo de 2013

Zappeur nº 6

Un saber que el Un impone (1)… o el saber auténtico del kínder sorpresa

En referencia al texto de J.-A. Miller, “Lo real en el siglo XXI”, Laurent Dupont
nos habla del saber auténtico del niño, a escuchar como aquello con lo que el
niño se defiende contra ese real desprovisto de sentido. Armelle Gaydon nos
habla del discurso de la Universidad. Cuando un significante amo se presenta
así totalmente solo, no remitiendo sino a él mismo, produce el mismo efecto
que lo que en la clínica llamamos un “fenómeno elemental”, un S1 solo.
Desconectado del saber, S2, se impone como una certeza. Pierre es “como un
kínder al revés”, “blanco por fuera y negro en el interior”, y alrededor de Nadia
Saïd viene a buscar la sorpresa. David Briard despliega como cada uno elabora
un saber sobre lo real y no en lo real. Es un saber hecho de contingencia y
azar. Es en eso que se puede hablar del niño en tanto que sujeto de pleno
ejercicio, pura contingencia y azar de lo que él elucubra en la sesión.

(1) S´Un pose, homofónicamente puede escuharse como se impone.

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Moderador: Éric Zuliani, Redactor:Daniel Pasqualin

2
Orientaciones

Lo real en el siglo XXI

¿Por qué, para preparar la jornada del Instituto del Niño, hay que releer la
conferencia de Jacques-Alain Miller del 27/4/2012 en Buenos Aires, que
cerraba el último Congreso de la AMP y se abría sobre el próximo, conferencia
aparecida en Lacan Quotidien nº216: Lo real en el siglo XXI?

En primer lugar, porque Jacques-Alain Miller dice allí que la frase de Lacan “lo
real es sin ley”, remite al hecho de que en psicoanálisis “no hay saber sobre lo
real. El saber es una elucubración sobre lo real” (1). Ya, ese saber nos
concierne. En ese texto Jacques-Alain Miller persigue lo real a lo largo de la
enseñanza de Lacan, desde “lo real que viene siempre al mismo lugar” (2), la
naturaleza, aquello contra lo que uno se tropieza, inmutable, hacia un real que
“deviene cada vez más insoportable” (3), es decir ese momento donde la
ciencia se mezcla, desordena la naturaleza, donde la magia deja lugar a la
clasificación, a la cifra en tanto que “hace callar” (4). Es el momento en que lo
real sin ley quiere decir que la naturaleza ha recibido un golpe. Jacques-Alain
Miller toma por ejemplo la reproducción, la sexualidad, el eugenismo. Y
además, surge el capitalismo que va a aliarse a la ciencia, el capitalismo más la
ciencia es el fin de la naturaleza, y “lo que nosotros llamamos lo real” deviene
“un resto”, “de estructura”, “desordenado”. Y he aquí adonde nos lleva Jacques-
Alain Miller: “lo real sin ley” ha devenido “un real que no tiene sentido” (5). Los
pases son los testimonios de esto, una elucubración fantasmática del
encuentro de un cuerpo con lalengua y sus efectos de goce. Es esto lo real hoy
(6). Y esto me parece interrogar en sumo grado nuestra jornada, pues esta
elucubración de saber sobre lo real es sin duda lo que estructura las curas de
niños.

Podemos también leer esta conferencia porque Jaques-Alain Miller habla allí de
la familia, dice que los discursos combinados de la ciencia y del capitalismo
han destruido los fundamentos tradicionales de la experiencia humana (7).
Muestra que el Nombre del Padre se ha fisurado, que los fundamentos más
profundos de la tradición han sido quebrados (8), y que actualmente los
parlêtres deben hacer con ese real desprovisto de sentido.

Es así como yo entiendo “auténtico” en la frase: “el saber del niño es un saber
auténtico, sea o no sabido, y es a este título que se inscribe en el discurso
analítico” (9); el término “saber auténtico” es a escuchar como eso con lo que el
niño se defiende contra ese real desprovisto de sentido. Ahí se juega una
nueva definición del deseo del analista según Jacques-Alain Miller (10).

Laurent Dupont

1.- Jacques-Alain Miller, Conferencia del 27/4/2012 en Buenos Aires, puede


leerse en Lacan Quotidien nº 216: Lo real en el siglo XXI.

3
-Notas 2 a 8: Ibid
9.- Jaques-Alain Miller, “El saber y el niño” en Carretel, revista de la DHH-NRC.
Bilbao, 2011, p. 9-15.
10.- Jacques-Alain Miller, Conferencia del 27/4/2012 en Buenos Aires.

El niño que viene

Los saberes, en adelante, al servicio del poder

Una versión autoritaria de la educación, de la transmisión de saberes, resulta


de la transformación del Discurso del Amo, que toma hoy la forma del Discurso
de la Universidad. Jacques-Alain Miller propone considerar el Discurso de la
Universidad “como la estructura general de todos los aparatos en donde el
saber está en posición de semblante y cuyas apuestas son obtener poder” (1).
El niño contemporáneo se las tiene que ver con un amo para quien no valen
sino los saberes contribuyendo al servicio de esta política, todo Discurso
teniendo otras objetivos se convierte en competidor, incluso amenazante.

Esta mutación en el dominio de la educación produce dos consecuencias


mayores. La primera, es que el conjunto de los profesionales de la infancia son
potencialmente los instrumentos de esta “epistemo-política” apuntando
especialmente a los niños. En segundo lugar, porque el Discurso de la
Universidad pretende detentar la verdad, elimina la subjetividad y borra al
sujeto –y ya que se interesa principalmente por los niños, impone esto en los
lugares donde se educa a los niños.

En el Discurso de la Universidad, dado que los saberes están en el puesto de


mando del discurso, es lógico que los especialistas de la educación tengan un
lugar eminente. Para ejercer su poder, el amo va a intentar hacer de los
profesionales de la infancia (médicos, psicólogos, pedagogos, profesores,
expertos…) los agentes de transmisión de su política, siendo los saberes en
adelante promovidos aquellos que concurren al mantenimiento del orden. Es
una consecuencia de la estructura misma de ese discurso.

En otros términos, el verdadero amo de la Universidad, de la escuela, de la


educación de los niños hoy es pues… el orden público. La estructura del
Discurso de la Universidad es que el saber se someta allí al poder.

Lo que hay que captar de esencial en la estructura del Discurso de la


Universidad es que el significante-amo (S1), instalado en el lugar de la verdad,
se presenta como una verdad absoluta. El S1 instalado ahí no es aquel recibido
del Padre: cualquier significante-amo puede venir a este lugar. Si en ese
discurso el S1 adquiere la fuerza de una certeza es porque a ese S1, nada
puede venir a interrogarlo, a falta de conexión entre S1 y S2. Cuando un
significante amo se presenta así todo solo, no remitiendo sino a sí mismo,
desconectado de toda referencia, produce el mismo efecto que lo que en la
clínica llamamos un “fenómeno elemental”, un S1-sólo (2). Desconectado del

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saber S2, se impone como una certeza, deja perplejo al sujeto, detiene el
pensamiento. No es dialectizable. Tiene las mismas propiedades que una
alucinación.

Freud ya había señalado esta dimensión de mandato imperativo en su


Massenpsychologie. Jacques-Alain Miller ha podido precisar que esos
significantes-amos, en la época de la evaporación del Padre, son producidos
en serie a ritmo industrial por el dictámenes, la evaluación. Se trata aquí de un
S1 bien diferente del significante-amo recibido del Padre al que el sujeto se
identifica en el Discurso del Amo. El Discurso de la Universidad no se ocupa de
lo que revela la subjetividad y goza de este rechazo. La modalidad de goce que
promueve desecha los saberes concurrentes, sobre todo si son auténticos
como el del inconsciente, que mantiene a distancia. Es su principal propiedad.

En su intervención sobre “El niño y el saber”, que ha guiado nuestra reflexión,


Jacques-Alain Miller recuerda que “tenemos que decir dónde nos inscribimos
ante este espectáculo” (3). No crean que esto conduce al psicoanálisis a
rechazar los saberes, la educación ni los “discursos corrientes” así como las
modalidades “prêt à porter” de regulación de goce que ellos proponen.
Simplemente, una parte del goce no queda prendido en esta socialización –y la
psicosis nos enseña que algunos sujetos se sustraen a esta dominación, se
exceptúan de los discursos –incluso se sustraen de la enunciación.

Lacan decía a propósito de los niños pequeños que ellos “hablan al foro”, o “
abuen entendedor pocas palabras bastan” “sin dirigirse a alguien en particular”,
como si nos dijeran: entenderá quien quiera. Los niños hacen participes: a las
personas que tienen derecho, que ellos quieren, gustosamente hacen parte de
ese saber que tienen y del cual testimonian antes incluso de saber hablar.
Haciendo esto se nos vuelven sensible cómo una simple rotación de los
lugares permite introducir otro discurso, que –si es esperado, deseado y
entendido- introduce lo nuevo, lo inaudito.

Para todo adulto partenaire de un niño (padre, educador, terapeuta…) –y es


cierto particularmente para el psicoanalista- escuchar verdaderamente a un
niño como sujeto de pleno derecho, situarse de su lado y, sobre todo, regularse
sobre lo que él indica, necesita una larga formación –e incluso una ascesis. Es
decir cuánto es difícil y, sin embargo, necesario, consentir a que sean ellos, los
niños, quienes finalmente… nos eduquen –o más precisamente, nos lleven a
cambiar de discurso.

Armelle Gaydon

1.- Jaques-Alain Miller, “El saber y el niño” en Carretel, revista de la DHH-NRC.


Bilbao, 2011, p. 9-15.

2.- Délia Steinmann, “Dépistage précoce: chronique d’un décrochage annoncé”,


La Petite Girafe, Revue de psychanalyse avec les enfants, nº29, Paris, Editions
Agalma, Institut du Champ freudien, abril 2009, p.25.

3.- Jacques-Alain Miller, “El niño y el saber”, Revista Carretel nº 11.

5
Momentos clínicos

La sorpresa

Pierre viene a verme algunos meses después de la interrupción de nuestras


entrevistas.
Habla de lo que provoca esa vuelta y el embarazo en el que se encuentra
actualmente. Pierre dice estar “triste sin saber por qué”, no quiere que “los
otros” le señalen, por lo que “hace semblante de que todo va bien”.

Pierre: “Soy como un Kinder al revés”


Yo: “¿Ah!?”
Pierre: “Negro en el interior y blanco en el exterior”
Yo: “¿Y la sorpresa donde está?”
Pierre: “La sorpresa, es lo que yo voy a descubrir viniendo a hablar aquí”.
Detengo la sesión.

Nadia Saïd

El rincón de las perlas

“Su saber (el del niño) es respetado como el de un sujeto de pleno derecho” d e
Jacques-Alain Miller (1). ¡Precisemos!

Jacques-Alain Miller en la presentación del tema del próximo congreso de la


AMP (2) - que tendrá por título Un gran desorden en lo real en el siglo XXI-
insiste sobre un punto de ruptura en la enseñanza de Lacan. El rompe con el
saber en lo real, “la suposición de un saber en lo real me parece el último velo
que hay que levantar”, por un real sin ley natural y su consecuencia: “el saber
es una elucubración sobre un real despojado de todo supuesto saber”.
Reinterroga -como en Una fantasía- el discurso analítico a partir de ese punto
precisando en ello el lugar dado al saber. ¿Podemos extraer de ello
orientaciones para la jornada del Instituto del Niño sobre el tema del saber?
¿Se presta esta orientación al saber del niño? Al igual que Lacan se apoya en
la relación a lo real del niño en la adquisición del lenguaje para el estudio del
discurso analítico, Jacques-Alain Miller participa también de la ausencia de un
campo específico del niño. El niño en el discurso analítico es considerado como
puro sujeto en el lenguaje.

En ese texto Jacques-Alain Miller reinterpreta el inconsciente freudiano como


una elucubración de saber sobre un real, invitándonos -como él hace en su
alocución de las primeras jornadas del Instituto del Niño- a considerar el miedo

6
en este orden, es decir, una elucubración de saber sobre un real. La
transferencia, en tanto que elucubración transferencial de saber, da un sentido
a la libido, es el inconsciente que puede ponerse en orden. En fin, él precisa
ese real en tanto que se superpone a la función del sujeto supuesto saber que
otro sujeto viene a encarnar. Encarna pues lo real, “lo real, eso no es un
cosmos, ni un mundo, ni un orden, es un pedazo, un fragmento asistémico
separado del saber ficcional”.

El concepto lacaniano de lalengua, es también precisado allí, separando lo que


es del orden de las leyes del lenguaje en el discurso analítico y la singularidad
de cada uno. “Hay leyes del lenguaje, pero no hay ley de la dispersión y de la
diversidad de las lenguas, cada lengua está formada por la contingencia y el
azar”, cada uno elabora un saber inconsciente sobre lo real y no en lo real. Es
un saber hecho de contingencia y azar. Es por esto que se puede hablar del
niño en tanto que sujeto de pleno ejercicio, pura contingencia y azar de lo que
él elucubra en la sesión. Lacan en el Seminario “Las piscosis” (3) precisa esta
ausencia de orden, de conexión del goce a tal o cual significante “… a nivel de
la erotización del lenguaje. Si hay un orden de adquisición, no es ciertamente
aquel que permitiría decir que los niños comienzan por tal elemento del stock
verbal o por tal otro. Hay la más grande diversidad”. Es esta diversidad,
mencionada en esas dos referencias lo que se trata de respetar.

Ese gran desorden en lo real en el siglo XXI viene a hacer signo en el niño, el
DSM es su diccionario descriptivo y la educación terapéutica su respuesta.
Pero entonces, ¿cuál es la diferencia con la diversidad esperada del sujeto de
pleno derecho, constatado durante las sesiones con los niños y que hace de la
sesión lo opuesto de una educación, lo opuesto de una llamada a los
significantes amo? El análisis abre a un saber sobre lo real, y no ya ahí, que
permite respirar al sujeto, y más cuanto el niño está en disposición de
distanciarse del saber al que está identificado. El desorden en lo real está del
lado de la identificación siempre mortífera, y el desorden sobre lo real está del
lado de lo necesario para el sujeto. El niño aventaja ahí al analista, lo que es
una condición para no hacer de ello una educación.

Un matiz en el niño. El saber es real, calificando la estrecha relación a lo real


del niño con el saber, es en esto también que Jacques-Alain Miller dice que es
auténtico, y que merece el respeto. Elucubra más pues no lee y no hay que leer
o bien aún haciéndolo ser de saber más que de goce. No se espera del niño, la
interpretación para entrever el goce en el cual está capturado. Una
consecuencia del lado del analista, se trata más de un real soportado para
operar que lo real apuntado.

David Briard

1.- Jacques-Alain Miller, L’enfant et le savoir.


2.- Jacques-Alain Miller, La causa del deseo nº 82, Le réel au XXIème siècle,
presentación del tema de la AMP.
3.- Jacques Lacan, Seminario III, Las psicosis. Paidós

7
Traducción: Gracia Viscasillas

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