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¡DEMASIADA TECNOLOGIA?

CASO 2

¿Cree usted que cuanto más información reciban los gerentes, mejores serán sus decisiones?
Bueno, piense de nuevo. La mayoría de nosotros no podemos imaginarnos ya el mundo sin
Internet y sin nuestros gadgets favoritos, ya sean iPads, teléfonos inteligentes, laptops o teléfonos
celulares. Sin embargo, y aunque estos dispositivos han traído consigo una nueva era de
colaboración y comunicación, también introdujeron nuevas inquietudes con respecto a nuestra
relación con la tecnología. Algunos investigadores sugieren que Internet y otras tecnologías
digitales están realizando cambios fundamentales en la forma en que pensamos; y no
necesariamente para bien. ¿Acaso Internet en realidad nos está haciendo “cada vez más tontos” y
hemos llegado a un punto en el que tenemos demasiada tecnología? O tal vez Internet ofrezca
tantas nuevas oportunidades para descubrir información que en realidad nos está haciendo “cada
vez más inteligentes”. Y por cierto, ¿cómo definimos “más tonto” y “más inteligente” en una era
de Internet? Quizás usted esté pensando: “¡Espere un segundo! ¿Cómo podría ser esto?” Internet
es una fuente sin precedentes para adquirir y compartir todo tipo de información. La creación y
diseminación de medios nunca ha sido más fácil. Los recursos como Wikipedia y Google han
ayudado a organizar el conocimiento, lo han hecho accesible para el mundo, lo cual no hubieran
sido posible sin Internet. Además, otras tecnologías de medios digitales se han vuelto partes
indispensables de nuestras vidas. A primera instancia, no está claro cómo dichos avances podrían
hacer algo aparte de aumentar nuestra inteligencia. En respuesta a este argumento, varias
autoridades afirman que, ahora que millones de personas tienen la posibilidad de crear medios —
blogs escritos, fotos, videos—, la calidad de éstos ha bajado de manera considerable. Los bloggers
raras veces elaboran reportajes o investigaciones originales, en vez de eso, copian la información
de los recursos profesionales. Los videos de YouTube contribuidos por los cineastas principiantes
ni siquiera se acercan a la calidad de los videos profesionales. Los periódicos luchan por
mantenerse en el negocio mientras que los bloggers proveen contenido gratuito de una calidad
inconsistente. Sin embargo, también se emitieron advertencias similares en respuesta al desarrollo
de la imprenta. A medida que la invención de Guttenberg se esparcía por Europa, la popularidad
de la literatura contemporánea se disparó y gran parte de ella era considerada como mediocre por
los intelectuales de la era. No obstante, en vez de destruirse, tan sólo se encontraba en las
primeras etapas del cambio fundamental. Cuando las personas captaron la nueva tecnología y las
nuevas normas que la gobernaban, la literatura, los periódicos, las publicaciones científicas, la
ficción y la no ficción empezaron a contribuir al clima intelectual en vez de restarle mérito. En la
actualidad no es posible imaginarnos un mundo sin medios impresos. Los defensores de los
medios digitales argumentan que la historia está destinada a repetirse a medida que nos
familiarizamos con Internet y otras tecnologías recientes. La revolución científica se vio impulsada
por la evaluación de sus pares y la colaboración gracias a la imprenta. De acuerdo con muchos
defensores de los medios digitales, Internet se abrirá paso en una revolución similar en la
capacidad de publicación y de colaboración, y será un éxito rotundo para la sociedad en general.
Todo esto puede ser cierto, pero desde un punto de vista cognoscitivo, los efectos de Internet y de
otros dispositivos digitales tal vez no sean tan positivos. Los nuevos estudios sugieren que las
tecnologías digitales están dañando nuestra habilidad de pensar con claridad y enfocarnos. Los
usuarios de tecnología digital desarrollan un inevitable deseo de hacer varias tareas al mismo
tiempo (multitareas) mientras usan sus dispositivos. Aunque la TV, Internet y los videojuegos son
efectivos a la hora de desarrollar nuestra habilidad de procesamiento visual, la investigación
sugiere que van en contra de nuestra habilidad de pensar a detalle y de retener la información. Es
verdad que Internet otorga a los usuarios un fácil acceso a la información mundial, pero el medio
por el que se recibe esa información está lastimando nuestra habilidad de pensar a detalle y de
una manera crítica sobre lo que leemos y escuchamos. Usted sería “más inteligente” (en el sentido
de poder rendir cuentas sobre el contenido) si leyera un libro en vez de ver un video sobre el
mismo tema mientras envía o recibe mensajes de texto con sus amigos. El uso de Internet se
presta a la multitarea. Las páginas están llenas de hipervínculos a otros sitios; la navegación por
pestañas nos permite cambiar con rapidez entre dos ventanas; además podemos navegar en Web
mientras vemos TV, enviamos mensajes instantáneos a nuestros amigos o hablamos por teléfono.
Pero las constantes distracciones e interrupciones que son fundamentales para las experiencias en
línea evitan que nuestros cerebros creen las conexiones neurales que constituyen la comprensión
total de un tema. Por el contrario, los medios impresos tradicionales facilitan una total
concentración en el contenido, con menos interrupciones. En un estudio reciente realizado por un
equipo de investigadores en Stanford se descubrió que las personas que realizan muchas tareas al
mismo tiempo no sólo se distrían con más facilidad, sino que también eran sorprendentemente
malos para las multitareas en comparación con las personas que raras veces hacen eso. El equipo
también descubrió que los que realizan multitareas reciben una inyección de emoción cuando se
enfrentan a una nueva pieza de información o a una nueva llamada, mensaje o correo electrónico.
La estructura celular del cerebro es muy adaptable y se ajusta a las herramientas que utilizamos,
por lo que las personas que realizan multitareas se vuelven de inmediato dependientes de la
emoción que experimentan al enfrentarse a algo nuevo. Esto significa que quienes realizan
multitareas se siguen distrayendo con facilidad, aun cuando estén totalmente desconectados de
los dispositivos que utilizan con más frecuencia. Eyal Ophir, un científico cognoscitivo en el equipo
de investigación en Stanford, ideó una prueba para medir este fenómeno. A los sujetos que se
identificaron a sí mismos como personas que realizan multitareas se les pidió que llevaran la
cuenta de los rectángulos rojos en una serie de imágenes. Cuando se introdujeron rectángulos
azules, estas personas batallaron para reconocer si los rectángulos rojos habían cambiado o no de
posición de una imagen a otra. Las personas normales que hicieron la prueba tuvieron un
desempeño mucho mayor al de los que realizan multitareas. Menos del 3 por ciento de las
personas de multitareas (conocidos como “supertaskers” en inglés) son capaces de manejar varios
flujos de información a la vez; para la gran mayoría de nosotros, realizar múltiples tareas a la vez
no conlleva a una mayor productividad. El neurocientífico Michael Merzenich argumenta que
nuestros cerebros se ‘remodelan en forma masiva’ por nuestro uso constante y cada vez mayor
del servicio Web. Y no es sólo la Web lo que contribuye a esta tendencia. Nuestra habilidad de
enfocarnos también disminuye debido a las constantes distracciones que proveen los teléfonos
inteligentes y el resto de la tecnología digital. La televisión y los videojuegos no son la excepción.
Otro estudio demostró que cuando se presentaron a los espectadores dos programas de TV
idénticos, uno de los cuales tenía un espacio para noticias en la parte inferior, los espectadores
retuvieron mucha más información sobre el programa sin el espacio de noticias. El impacto de
estas tecnologías en los niños puede ser aún mayor que el impacto en los adultos, debido a que
sus cerebros aún se encuentran en desarrollo y ya están luchando por establecer las prioridades
apropiadas y resistirse a los impulsos. Las implicaciones de la reciente investigación sobre el
impacto de las tecnologías “sociales” de Web 2.0 para la toma de decisiones gerenciales son
considerables. El resultado es que el hostilizado ejecutivo que “siempre está conectado”, que
recorre apresurado los aeropuertos, las estaciones de tren, que sostiene varias conversaciones de
voz y texto con los clientes y compañeros de trabajo, algunas veces en varios dispositivos móviles,
podría no ser un buen candidato para tomar decisiones. De hecho, es muy probable que la calidad
de la toma de decisiones disminuya a medida que aumente la cantidad de la información digital
por medio de varios canales, y los gerentes pierdan sus capacidades de pensamiento crítico. De
igual forma, en términos de productividad gerencial, los estudios sobre el uso de Internet en el
ambiente de trabajo sugieren que las tecnologías sociales de Web 2.0 ofrecen a los gerentes
nuevas oportunidades de desperdiciar tiempo en vez de enfocarse en sus responsabilidades. ¿Ya
revisó su página de Facebook hoy? Sin duda necesitamos averiguar más sobre los impactos de las
tecnologías móviles y sociales en el trabajo gerencial

PREGUNTAS DEL CASO DE ESTUDIO


1. ¿Cuáles son algunos de los argumentos a favor y en contra del uso de los medios digitales?

2. ¿Cómo podría verse afectado el cerebro debido al uso constante de los medios digitales?

3. ¿Cree usted que estos argumentos superan los aspectos positivos del uso de medios digitales?
¿Por qué sí o por qué no?

4. ¿Qué inquietudes adicionales existen para los niños que utilizan medios digitales? ¿Deben los
niños menores de ocho años usar computadoras y teléfonos celulares? ¿Por qué sí o por qué no?

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