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6:5“vio YHWH que era mucha la maldad de los hombres en la tierra, y que

toda intención de los pensamientos de su corazón era sólo hacer siempre el


mal.”
“Vio YHWH que era mucha la maldad…” Este ‘ver’ del Creador no se refere
solamente al hecho de considerar el estado de la humanidad en ese preciso momento, sino
también las posibilidades futuras. El Creador habría visto que, aunque le diera a esa
generación otra oportunidad de corregir sus caminos, continuarían obstinados en hacer el
mal, como continúa diciendo el texto Bíblico “…toda intención de los pensamientos de su
corazón era sólo hacer siempre el mal”, esto quiere decir que el árbol torcido ya no podía
enderezarse, así que ya no había otra alternativa que cortarlo. □

“…era sólo hacer siempre el mal.” Esta frase se traduce del hebreo «kol hayom» que
literalmente signifca ‘todo el día’. Este ‘día’ podría referirse bien a un día literal o también
al tiempo de vida del ser humano, pudiéndose interpretar de esto que si una persona deja
que sus malas actitudes lo gobiernen durante todo el día, esto sería una mala señal que
indicaría que se está volviendo un ‘árbol torcido’ difícil de enderezarse, por ello el Código
Sagrado menciona lo siguiente:
“El hombre malo, el hombre depravado, Es el que anda en perversidad de boca...Perversidades
hay en su corazón; anda pensando el mal en todo tiempo; Siembra las discordias. Por tanto, su
calamidad vendrá de repente; Súbitamente será quebrantado, y no habrá remedio.” (Prov. 6:12-15).
Cada persona debe esforzarse porque cada día sus buenas actitudes vayan
superando progresivamente sus vicios o defectos y no al revés, el camino de la corrección
requiere de nuevas actitudes y nuevos esfuerzos cada día, por esto se dice en otro lugar: “el
que quiera seguir mi camino [el camino de la corrección de la conciencia] , niéguese a sí mismo, tome
cada día el madero [para sacrifcar su ego] y sígame” (Lc. 9:23). □

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6:6“Y se arrepintió YHWH de haber hecho al hombre en la tierra, y le dolió
en Su corazón.”
“Y se arrepintió YHWH…” Filón menciona lo siguiente acerca de esta frase: “Tal vez
algunos de los que examinan las cosas superfcialmente supondrán que el legislador [Moisés] insinúa
que el Hacedor…se arrepintió de haberlos creado y a causa de esa impiedad deseó destruir toda la
raza…Sepan, sin embargo, los que así piensan, que están haciendo que parezcan más leves y ligeras
las faltas de aquellos antiguos hombres [los antediluvianos] ante la inmensidad de la impiedad de que
hacen gala. Porque, ¿qué mayor impiedad puede haber que la de suponer que el Inalterable [es
decir, el Creador] experimenta cambios?” (Filón. “Sobre la Inmutabilidad de Di-os” 21,22).
Para Filón como para los antiguos flósofos estoicos, la condición espiritual del
hombre sabio es inalterable, es decir, no está sujeta a cambios como el de cualquier persona
intemperante que es dominada por sus impulsos o pasiones, y si esto es cierto del hombre
sabio ¿cómo no sería con mayor razón acerca del Supremo Ser, aquel de quien fuyen todas
las virtudes que persigue el hombre sabio en la vida? Sin duda, como lo menciona Filón,
suponer que el Creador podría ‘arrepentirse’ o experimentar cualquier tipo de cambios en
su naturaleza sería una impiedad muy grande, pues con esto se le atribuirían al Supremo
Ser características propias del imperfecto carácter humano ¿acaso no dice la misma
Escritura que el Ser Supremo es inmutable? “Porque Yo, YHWH, no cambio. Por eso ustedes,
oh hijos de Jacob, no han sido consumidos”. (Mal. 3:6).
Dado que arrepentirse de algo implica un desconocimiento acerca del resultado que
podría venir en el futuro, es decir, que uno se arrepiente porque no esperaba determinado
resultado en lo que ha hecho, Filón continua explicando más adelante las razones por las
cuales al Creador no podría aplicársele esto:
“Es que es imposible que quien no es más que un hombre prevea el curso futuro de los
acontecimientos ni las intenciones de los demás. Para Dios, en cambio, todas las cosas son
manifestas como a plena luz. Tras penetrar hasta lo más recóndito del alma, contempla,
gracias a sus naturales poderes, como a pleno día todo aquello que para los demás resulta
invisible; y, empleando la previsión y la providencia, capacidades peculiares de Él, no
permite que cosa alguna escape a Su control o se salga fuera de Su aprehensión; puesto que,
como nada es obscuro ni futuro para Dios, ninguna incertidumbre acerca de lo que habrá de
suceder puede existir para Él. Es evidente, en efecto, que el padre no puede ser ignorante respecto
de aquellos a los que ha engendrado; el fabricante, respecto de aquello que ha fabricado; y el
administrador, de aquello que administra. Ahora bien. Dios es un verdadero padre, artífce y
administrador de cuanto existe en el cielo y en el mundo; y lo que envuelve en sombras el futuro es el
tiempo por venir, sea próximo o lejano… De modo que nada es futuro para Dios, ya que
también de Él proceden y dependen los límites del tiempo. Su existencia, en efecto, no es ya
tiempo sino eternidad, es decir, el arquetipo y modelo del tiempo, y en la eternidad no hay nada
pasado ni futuro sino solo presente”. (Filón. “Sobre la Inmutabilidad de Di-os” 29-32).
Ahora bien ¿Cómo entonces se explicaría este versículo donde se lee que el Creador
se arrepintió de haber creado al hombre? Filón, de manera similar a algunos exégetas
hebreos modernos, traduce este versículo de la manera siguiente: “refexionó el Creador que
había creado al hombre sobre la tierra y recapacitó…” de acuerdo a esto, el término «najem» no
signifcaría aquí ‘arrepentirse’ sino ‘refexionar’ y sobre esto continua explicando Filón:
“El Creador de todas las cosas se ha reservado para sí dos poderes extraordinariamente
frmes: la intelección, que es un pensamiento yacente en la inteligencia, y la refexión, que es
el pensamiento puesto en obra; y de ellas hace uso siempre para contemplar Sus obras. Y a
aquellas creaturas que no abandonan sus correspondientes lugares las alaba por su obediencia; en
tanto que a las que desertan las persigue con el castigo que está destinado a los desertores”. (Filón.
“Sobre la Inmutabilidad de Di-os” 34).
De este modo Filón entiende que el Creador no se ‘arrepintió’ sino que ‘refexionó’
acerca de lo que había hecho el hombre en la tierra, entendiéndose como ‘refexionar’ la
acción de considerar, evaluar o deliberar acerca del mal camino que había tomado el
hombre y la justa retribución que le correspondería.
Una antigua parábola hebrea podría tal vez ilustrar algo al respecto; en ella se
muestra a los ángeles aduciendo en contra del hombre, las palabras del salmista: “¿qué es el
hombre para que te acuerdes de él, y el hijo de hombre para que lo visites?” (Sal. 8:4). Con esto, la
parábola muestra que los ángeles no estaban de acuerdo en la creación del hombre,
precisamente debido al mal camino que decidiría tomar, como dice la Escritura: “toda
intención de su corazón era solamente hacia el mal”. En este sentido, la acción de ‘deliberar’ no
sería atribuible al Creador sino a su consejo celestial 1, el cual habría evaluado el hecho de si
habría valido o no la pena el haber creado al hombre.
Pero por otro lado, el término «najem» también podría entenderse como una forma
de ‘antropomorfsmo’, los antropomorfsmos son formas que utiliza la Escritura para
expresar una idea comprensible al razonamiento humano, como cuando se dice “el brazo del
Creador ha hecho esto”, “y el Creador bajó a considerar lo que había hecho el hombre” etc. También
se le atribuyen al Creador emociones humanas como por ejemplo: “El Creador se reirá desde
los cielos…”, “la ira del Eterno se encendió en gran manera…” etc.
En este mismo sentido la expresión “se arrepintió el Creador de haber hecho al hombre”
seria solamente una forma en que las Escrituras tratan de expresar, en un lenguaje más
comprensible al ser humano, la gravedad del nivel de corrupción en la que había caído la
humanidad, la cual por sí misma era capaz de causar la aniquilación total del género
humano y por ende invalidar el propósito por el cual había sido creado.
Sin embargo, la gracia Divina le permite al género humano una vía de salvación al
proteger a Noé junto a su familia y a las formas de vida animal que sobrevivirían al diluvio,
lo cual confrmaría que el Creador no ha cambiado su disposición original de haber creado
al hombre, al contrario, parece implícito en esto la idea de que existe la esperanza en que la
humanidad pueda corregir su camino y pueda también alcanzar, por medio de la gracia
Divina, el objetivo por el cual ha recibido el don de la existencia.
Efectivamente, la palabra «najem» ‘arrepentirse’ signifca también ‘consolarse’ como
en el versículo: “me acordé o YHWH de tus juicios antiguos y me consolé [najem]”. (Sal. 119:52).
Signifcaría que a pesar del juicio que habría determinado hacer en la humanidad, el
Creador vería en el futuro algo que lo ‘consolaría’ de haber hecho al hombre en la tierra ¿Y
cuándo vendría este consuelo? Cuando la Shejiná o el Espíritu Divino llamado también ‘el
que consuela’ pudiera nuevamente volver a la tierra descendiendo sobre ‘toda carne’, como
se dice en otro lugar: “yo le rogaré al Padre y les dará al que consuela para que esté con ustedes
siempre, al espíritu de verdad” (Jn. 14:16,17).
Al Creador le dolió en su corazón ver la muerte de la humanidad bajo las aguas del
diluvio, pero se consoló al ver en la descendencia de Noé el futuro de la era mesiánica en la
cual la Shejiná (el Espíritu Divino) volvería a habitar la tierra, esto quiere decir, que a pesar
de todo la creación del hombre habría valido la pena! □

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6:7“Entonces YHWH dijo: "Borraré de la faz de la tierra al hombre que he
creado, desde el hombre hasta las bestias, los reptiles y las aves del cielo,
porque Me pesa haberlos hecho.”
“Entonces YHWH dijo: Borrare…” El término «emjé» ‘borrare‘ se puede traducir
también como ‘desintegraré‘ o ‘disolveré‘, de aquí que algunas tradiciones hebreas dicen
que en el diluvio no solo el agua produjo la muerte de los antediluvianos sino que también

1 Las Escrituras muestran en otras partes que las obras del hombre son juzgadas en el mundo superior por medio de un
‘tribunal celestial’ como se muestra en el versículo: “La sentencia es por decreto de los guardianes (ángeles), y la
decisión por la palabra de los Santos…” (Dan. 4:17). Podría ser este mismo ‘tribunal celestial’ al cual se alude en Mateo
5:22 “Yo les digo que todo aquél que esté enojado con su hermano será culpable ante la corte; y cualquiera que diga:
'Insensato’ a su hermano, será culpable ante el supremo tribunal…”
de las fuentes subterráneas surgieron sustancias ardientes que disolvían o desintegraban a
los seres vivientes.
Algo interesante acerca de esto es que, aunque en la actualidad es muy discutido, la
teoría general acerca del origen del petróleo dice que los yacimientos existentes se habrían
formado de desechos orgánicos, de formas de vida como plantas, animales y
probablemente también seres humanos. Además estos yacimientos se encuentran por lo
general en zonas geográfcas, como el medio oriente donde en la antigüedad generalmente
han existido asentamientos humanos y grandes civilizaciones ¿podría tener todo esto
alguna relación con grandes cataclismos como lo habría sido el juicio del diluvio? □
“…Borrare de la faz de la tierra al hombre…” El término «emjé» ‘borrare‘ aparece
también en el versículo: “y dile a Josué que raeré [emjé] del todo la memoria de Amalek” (Ex.
17:14) según el Zohar, el libro más importante de la sabiduría secreta hebrea, tanto los
Neflim como los amalekitas forman parte de la llamada ‘mezcla de naciones‘: “…en la
mezcla de naciones hay cinco secciones: Neflim [gigantes], Guiborim [poderosos], Anakim
[anakitas], Rafaim [refaítas] y Amalecitas” (el Zohar. P. Bereshit. Sobre Gen. 1:9).
Esta ‘mezcla de naciones‘ representaría a cinco tipos de personas, seres humanos que
en su vida solamente saben satisfacer los deseos del alma animal, individuos
extremadamente egoístas que viven de manera exclusiva para satisfacer sus insaciables
anhelos de placer, de riqueza, de poder, de honra, en fn, de divinizarse a sí mismos (la auto
adoración). Pero más adelante seguiremos hablando más acerca de esta clase de personas
denominadas en conjunto como ‘la mezcla de naciones‘. □
“…desde el hombre hasta las bestias, los reptiles y las aves del cielo…” Con la
caída moral del ser humano, no solo se destruye la equidad y la justicia en la sociedad sino
que también se condena a la destrucción a elementos como el medio ambiente y a la vida
animal del planeta, por ello se dice en otro lugar: “¿Hasta cuándo gemirá la tierra; y toda la
hierba del campo se secará por maldad de los habitantes de ella? Desaparecieron bestias y
volátiles, porque [los hombres] dijeron: «No verá el Creador nuestros caminos»”. (Jer. 12:4).
Esto muestra que todos los elementos de la creación están estrechamente
relacionados entre sí y el hombre se sitúa a la cabeza de una larga cadena de piezas de
dominó, si la conciencia humana cae, con ella caerán también todas las demás piezas, el
medio ambiente, la fauna y todo el equilibrio del planeta, ¿llegaremos algún día a ser
conscientes de todo el daño que podemos causar con nuestras actitudes negativas?
Ser conscientes de ese daño no solo implica tratar de corregir nuestro estado de
conciencia moral, lo que generalmente buscan la mayoría de personas con la religión,
también nos fuerza a reconocer nuestra responsabilidad en la protección de nuestro mundo
y de todas las formas de vida que habitan nuestro planeta, debemos considerar el cuido de
la fauna y el medio ambiente en el mismo grado de importancia que buscamos la corrección
de nuestra conciencia moral, de no ser así estaremos, al igual que los antediluvianos en los
tiempos de Noé, al borde de la autodestrucción. □

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6:8 “Pero Noé halló gracia ante los ojos de YHWH.”
En hebreo, las letras del nombre «Noaj» ‘Noé’ son las mismas de la palabra «jen»
‘gracia’. El Creador decide salvar al género humano por medio de Noé y su familia y la
Escritura declara que todo esto es debido a su ‘gracia’ Divina, pero ¿Qué signifcado tiene
esta gracia para el ser humano?
Es de notar que el texto Bíblico inmediatamente después de afrmar que ‘Noé halló
gracia a los ojos de YHWH’ continua diciendo lo siguiente: “Estas son las generaciones de Noé
barón justo, perfecto en sus generaciones...” (versículo 9). Al respecto de esto valdría la pena
preguntarse: ¿Cual sería la defnición de ‘hombre justo’?
De acuerdo a lo que las mismas Escrituras afrman, una persona ‘justa’ es aquella
que vive de acuerdo a los mandamientos Divinos como está escrito: “Ambos eran justos
delante del Creador, y se conducían intachablemente en todos los mandamientos y preceptos
del Señor.” (Luc. 1:6). "porque no son los oidores de la ley los justos ante el Creador, sino que los
hacedores de la ley, esos serán hechos justos. " (Rom. 2:13).
Esto indicaría entonces que la gracia del Creador no está desvinculada de la
observancia a los principios de la Ley Divina, como comúnmente escuchamos en nuestro
ambiente religioso. De hecho la misma Escritura afrma que el conocimiento de las leyes
Divinas realmente es parte de la ‘gracia’ que recibimos del Creador: “Aparta de mí el camino
de la mentira, Y concédeme la gracia2 de tu Ley.” (Sal 119:29).
En cuanto a esto es necesario aclarar también que en ningún momento nos referimos
a una ‘ley religiosa’ como la que pidió Israel en su salida de Egipto y de la cual nuestros
mayores dijeron que era ‘un yugo que ni nosotros ni nuestros padres pudieron llevar’. Nos
referimos a la ‘Ley Antigua’ que Noé recibió de sus antecesores, la ‘Ley Natural’, la Ley de
los principios espirituales, la Ley eterna que el Creador escribe en el corazón de aquellos
que le buscan con sinceridad y verdadera fe.
Ciertamente no habría mayor ‘gracia’ de parte del Creador que revelarnos a través
de su Luz los principios de esta Ley espiritual, la única Ley que puede transformar nuestras
conciencias. □

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6:9 “Estas
son las generaciones de Noé. Noé era un hombre justo, perfecto en
sus generaciones, con el Creador Noé caminó.”
‘Estas son las generaciones de Noé…’ Se menciona aquí la frase: ‘estas son las
generaciones de Noé…’ junto a ‘Noé era un hombre justo’ para recalcar que las nuevas
generaciones que vendrían después del diluvio, todas descienden de un ser humano que
vivió una vida justa, en otras palabras esto sería un señalamiento para todos los pueblos y
todas las razas o etnias, para que nunca olviden que sus raíces están en la justicia, que si
bien el mundo parece volver al nivel de corrupción del mundo antediluviano como está
escrito: “la venida del Ben Adám (hijo del Hombre) será como en los días de Noé…” (Mat. 24:37)
no debe empero, borrarse de la conciencia humana que todos los pueblos descendemos de
un hombre que supo sobreponerse a la decadencia moral de su generación y con ello
aprendió a ‘caminar con el Creador’. □

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2 La palabra hebrea que aparece en este salmo es ‫« חנן‬janán» ‘favorecer’, ‘conceder’, palabra que deriva de ‫« חן‬jen»
‘gracia’, ‘favor’.
6:11 “Pero la tierra se había corrompido delante del Creador, y estaba la
tierra llena de violencia.”
“Pero la tierra se había corrompido…” El término «shajat» ‘corromper’ se traduce
de variadas formas en diferentes pasajes del texto bíblico y esto podría aludir también a
varios vicios de la conducta humana, en los cuales pudieron haber incurrido los
antediluvianos, por ejemplo:
● idolatría: “para que no se corrompan [shajat] y hagan para ustedes escultura, imagen de
fgura alguna…” (Deut. 4:16) “Entonces YHWH dijo a Moisés: Anda, desciende, porque tu
pueblo, que sacaste de la tierra de Egipto, se ha corrompido [shajat].” (Éx. 32:7).

● Adulterio: “El que comete adulterio no tiene entendimiento; El que lo hace corrompe
[shajat] su alma”. (Prov. 6:32).

● Difamación: “El hipócrita con la boca destruye [shajat] a su prójimo…” (Prov. 11:9).

● Lujuria: “Aholiba, su hermana, que lo vio, enloqueció [shajat] de lujuria más que ella, Y
fornicó más que su hermana.”(Eze. 23:11).

● Deshonra a los padres: “El que hurta a padre o madre, y dice que no es pecado, Es
compañero del Destructor [shajat].” (Prov. 28:24). □

Ahora bien, la Escritura continua diciendo después: “y la tierra estaba llena de


violencia.” La violencia en un pueblo o una sociedad siempre es el resultado de la
decadencia moral de cada uno de sus habitantes, quien corrompe su camino en esta vida ya
sea difamando a su prójimo, deshonrando a sus padres, siendo infel a su familia y a los
principios morales, etc. Se viene a convertir en la causa de la destrucción de su sociedad, de
su pueblo y de su mundo.
La psicología social explica que el ser humano está estrechamente relacionado a su
entorno, es decir, a su sociedad, a la cultura en la que se desarrolla, de este modo, si la
mayoría de personas en una sociedad carece de principios morales, esta infuencia afectara
a cada uno de los individuos de esa sociedad. Pero de igual manera un solo individuo
puede convertirse también en una buena infuencia para su entorno, puede a través de sus
actos infuenciar a otros a actuar positivamente, y así estos al mismo tiempo afectar a los
demás, haciendo así mejor el mundo para todos los seres humanos.
De cada uno de los seres humanos depende entonces el que nuestro mundo sea
mejor o peor para todos. □

“…y estaba la tierra llena de violencia”. Toda esta violencia habría sido provocada
por los Neflím según lo declara el libro de Enóc: “Y los espíritus de los gigantes, de los Neflím,
que afigen, oprimen, invaden, combaten y destruyen sobre la tierra y causan penalidades,
ellos aunque no comen tienen hambre y sed y causan daños. Estos espíritus se levantarán
contra los hijos de los hombres y contra las mujeres porque de ellos proceden”. (Libro de
Enoc 15:11,12).
El libro de los Jubileos por su parte, dice que las diferentes clases de estos Neflím
llegaron incluso a hacerse guerra entre ellos mismos: “…y envió entre ellos su espada para
que se matasen unos a otros. Este comenzó a matar a aquél, hasta que todos cayeron por la espada
y desaparecieron de la tierra” (Libro de los Jubileos 5:9).
Este mismo libro dice también que llegaron a devorarse unos a otros e incluso al ser
humano: “y tuvieron hijos gigantes, todos ellos descomunales, que se devoraban unos a otros: un
titán mataba a un gigante, un gigante mataba a un jayán, éste al género humano, y los
hombres, unos a otros” (Libro de los Jubileos 5:9; 7:22). El libro de Enoc menciona algo
similar: “… parieron gigantes de unos tres mil codos de altura que nacieron sobre la tierra y
conforme a su niñez crecieron; y devoraban el trabajo de todos los hijos de los hombres hasta que los
humanos ya no lograban abastecerles. Entonces, los gigantes se volvieron contra los humanos
para matarlos y devorarlos” (Libro de Enóc 7:2-4).
Joséfo por su parte menciona lo siguiente: “Muchos ángeles de Di-s convivieron con
mujeres y engendraron hijos injuriosos que despreciaban el bien, confados en sus propias fuerzas;
porque según la tradición estos hombres cometían actos similares a los de aquellos que los
griegos llaman Titanes”. (“Antigüedades”. Libro 1. Cap. 3:1). Joséfo dice aquí que aquellos
‘cometían actos similares a los de aquellos que los griegos llaman Titanes’, lo cual nos podría traer
a la mente aquella imagen de la mitología griega donde el Titán Crono aparece devorando
a sus propios hijos.
La mitología griega muestra precisamente a los Titanes en constante pugna por el
poder y la hegemonía; en ella se muestra a Crono derrocando a Urano su padre, y ante el
temor de ser derrocado por uno de sus hijos Titanes, Crono decide devorarlos uno a uno;
Zeus uno de sus hijos logra sobrevivir y al crecer derrota a Crono haciéndole expulsar de su
vientre a sus hermanos devorados, luego estos titanes (hermanos de Zeus) inician una
guerra entre ellos conocida como la ‘titanomaquia’, guerra de la cual sale victorioso Zeus,
encerrando fnalmente en el Tártaro (inferno) a los titanes vencidos. 3
Relatos de la mitología hindú muestran de manera muy similar guerras de
dimensiones extraordinarias entre deidades gigantes que luchan entre sí por alcanzar
hegemonía total en el mundo antiguo. Aspectos muy similares pueden encontrarse también
en las diferentes culturas antiguas. □

3 Algo que concordaría con lo mencionado por el libro de Enóc y el libro de los Jubileos acerca del castigo de los Nefilím,
encerrados en las ‘prisiones de oscuridad’, ver el anterior comentario a Génesis 6:2.

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