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Soren
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Kierkegaard Sören
Temblor y temor
Programa de lectura
2020 A
2014030196
Ingeniería en Diseño
20 de marzo de 2020
Sören Kierkegaard plantea como problema los límites de la Fe, más allá de la
al amor. “Quien ama como quien cree, no reconoce los obstáculos ni los
problemas del mundo”. Recordemos que tiene otros textos filosóficos donde
Quien se entrega a ella (la Fe), sin aversiones se abandona a sí mismo. En uno de
sus párrafos más elocuentes, Kierkegaard subraya “En general se cree que el
fruto de la fe, lejos de ser una obra maestra, es una grosera y ardua labor
reservada a las más incultas naturalezas”; pero eso está muy lejos de lo cierto. La
parte central del libro reside en esta frase “la resignación infinita es el último
bien porque asi me identifico con la inmensidad e imploro por mis actos.
un sentido, utilizo mis fuerzas para renunciar al mundo y por eso no puedo
está por encima de lo General y siempre de tal manera que, cosa importante, el
virtud de nuestras obras no buenas, obras que dañan y causan reacción o efectos
Asi como tambien reconoce la pequeñez que tenemos como seres humanos, al
citar estas palabras del escritor “no importuno a Dios con mis pequeñas
amor, cuya llama virginal considero clara y pura: la fe en la seguridad de que Dios
cuida de las cosas más insignificantes.” Está claro que para el autor los seres
rodeos que quiso asesinar a su hijo, y desde el punto de vista religioso que quiso
paso es idéntico al que hace ante la angustia del hombre estético que ha
comprendido que debe dejar aquella vida por una vida ética. Es un ciego y oscuro
salto que exige valentía, y cuya omisión sumergiría para siempre al hombre en la
desesperación, tanta más cuanto más se vea aclamado y felicitado por todos.
Pero que una vez dado, nos lleva a la felicidad. Una felicidad aparente, podríamos
decir efímera, porque dada la naturaleza del hombre que sigue siendo parte del
A esa felicidad del hombre de Fe que es la felicidad del hombre a solas con Dios,
tan distinta del consuelo de los hombres. Porque “el caballero de la fe sabe muy
Por eso la tentación de Abraham, dice Kierkegaard, fue la Ética, esto es “lo
héroe, sino que lo condenaría como asesino. Y él no dice palabra. Nada dijo de
ante Dios, guarda silencio. Guardar silencio sobre el mandato de Dios fue la
hijo, para que éste, en su último momento se encomendase confiado a los brazos
hombre de Fe solo encuentra consuelo en Dios. Porque está solo ¡solo! ante Dios.