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ANTONELLA MARTY

HABLEMOS
DE LIBERTAD
ECONÓMICA
2
ANTONELLA MARTY

HABLEMOS
DE LIBERTAD
ECONÓMICA
CINCO ENTREVISTAS
EN DEFENSA
DEL LIBERALISMO
ANTONELLA
MARTY
Directora Asociada
del Center for Latin
America en Atlas
Network (Estados
Unidos). Directora del
Centro de Estudios
Americanos en
Fundación Libertad
(Argentina). Senior
Fellow de la Fundación
Internacional para
la Libertad (España).
Conductora del
pódcast Hablemos
Libertad.
CONTENIDO

4 IAN VÁSQUEZ

EL CAPITALISMO ES UNA
SOLUCIÓN A LA POBREZA
25 ROBERTO SALINAS

EL LIBRE COMERCIO
Y LA PROSPERIDAD
37 JAVIER PÉREZ-SAAVEDRA

LA IMPORTANCIA
DEL SECTOR PRIVADO PARA
ALCANZAR EL ÉXITO
45 LUIS PAZOS

JUSTICIA SOCIAL INJUSTA


61 ANDREA RONDÓN

LAS BASES DE LA
ESCUELA AUSTRÍACA
DE ECONOMÍA
IAN VÁSQUEZ

Director del Centro EL CAPITALISMO


para la Libertad y la
Prosperidad Global ES UNA
SOLUCIÓN
del Cato Institute. Es
coautor del Human
Freedom Index y
columnista semanal
de El Comercio (Perú). A LA POBREZA
Miembro de la Mont
Pèlerin Society y ha
sido miembro del
Council on Foreign
Relations.
ANTONELLA MARTY: La temática de hoy va a girar en
torno al progreso humano. La pobreza extrema, las
hambrunas, las enfermedades, la violencia, todo
esto que menciono ha sido lo normal a lo largo de
la historia de nuestra humanidad. La pobreza ex-
trema, de hecho, fue la condición humana más ha-
bitual del planeta Tierra de la mayoría de todos los
humanos que la habitaron. Hasta hace muy poco
todos los seres humanos estaban bajo ese umbral
de la pobreza extrema, tenían una esperanza de
vida de 30 o 35 años, con suerte, y todo esto cambia
hace muy poco. Hace doscientos años el 90% de la
población mundial vivía en extrema pobreza y con
el pasar de los años los seres humanos logramos re-
ducir esa cifra de 90% a 9%. Es decir, la gente está
saliendo constantemente de la pobreza. ¿Es esto un
logro de la libertad y del capitalismo? ¿Qué nos di-
cen los números?

IAN VÁSQUEZ: Absolutamente. Por miles de años


la humanidad vivió en la pobreza, como tú dices,
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y, después, en algún momento, en el siglo XIX, par-
tes de Europa comenzaron a escaparse de la pobre-
za masiva y hubo una explosión de riqueza que poco
a poco se extendió, primero a Estados Unidos y los
países relacionados directamente a Europa, y en
esta era de la globalización se ha extendido por todo
el mundo, y estamos viendo que en todas partes del
mundo están escapando de la pobreza –en algu-
nos lugares más rápido que otros–, y sí se debe a ese
incremento de la libertad, pero en Europa, donde
claramente vemos que no se concentró el poder, la
gente pudo experimentar, hubo competencia –no
solo en el sector privado, sino también en el mundo
de las ideas y las políticas públicas. Con diferentes
países, diferentes principados, la gente podía votar
con sus pies. Es decir, si no te gusta la política de
una región te puedes ir a otra y, en el margen, eso
hizo una gran diferencia en Europa. Ese ambiente
de mayor libertad produjo una situación en que se
experimentaba cada vez más con las políticas que
funcionaban para promover el progreso. Esas po-
líticas de libertad económica y demás, que se han
extendido cada vez más durante esta era de la glo-
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balización, el mismo concepto de progreso es algo
nuevo en la historia de la humanidad por el mero
hecho de que la gente vivía, hasta hace poco, sumi-
da en la pobreza, y no esperaban en sus vidas me-
jorar sus condiciones. No se pensaba en términos
de progreso. Si tú nacías, como casi todos, en la po-
breza, como granjero, no esperabas que tú fueras a
ser más rico que tus padres, ni tus padres ni nadie
pensaban eso tampoco. Es decir, esto a lo que nos
acostumbramos todos en el mundo moderno, esto
de pensar en términos de progreso, es en sí un indi-
cador del progreso.

AM: Haciendo hincapié en la palabra «progreso»,


hay una definición que a mi me resulta bien inte-
resante que la hace la Fundación para el Progreso
de Chile, precisamente, donde afirman y definen
correctamente la idea del progreso diciendo lo si-
guiente: «creemos que el progreso es el descubri-
miento de aquello que aún no conocemos, y que
ese descubrimiento solo puede darse en espacios
de profunda libertad. El potencial humano florece
únicamente cuando a las personas les resulta po-
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sible desplegar libremente su singularidad en un
juego espontáneo de colaboración voluntaria y pa-
cífica». Yendo hacia lo que tú mencionabas, que es
fundamental, como también se da ese desenlace de
aquella Revolución industrial, que se da, ni más ni
menos en un país como Inglaterra, donde hay un
marco fundacional, un marco previo, un marco po-
lítico e institucional que se va gestando a partir de
lo que fue en 1688 esa Revolución gloriosa de In-
glaterra que, de alguna manera, le pone un alto a la
Corona y a sus abusos, y se entiende en esa cultura
la importancia de los derechos de propiedad. ¿Qué
rol tiene el marco institucional a la hora de generar
progreso y sociedades más libres y abiertas?

IV:Claramente el marco institucional tiene mucho


que ver. Es clave en el progreso de los países y de las
personas. Ese marco institucional tiene que ver con
el Estado de derecho, con un marco legal que limi-
ta el poder de los gobernantes y que crea un siste-
ma legal que es predecible, y que asegura que la pro-
piedad de las personas y las vidas de las personas
puedan tener cierta seguridad. Cuando eso exis-
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te, junto con mayores libertades económicas –con
esto quiero decir el intercambio voluntario, la com-
petencia, la libre elección–, cuando existen estos
elementos, existe la libertad no solamente econó-
mica, sino otras libertades y, justamente, eso es lo
que se ha dado en los países que han progresado.
Esa institucionalidad a veces es difícil de lograr en
países que no han tenido la tradición de limitar el
poder de los gobernadores. No hay que olvidar que,
en Europa, esto demoró mucho tiempo. Es decir,
el desarrollo del Estado de derecho tomó ocho si-
glos en Europa. No es que de un día para el otro se
dio este progreso. Hubo muchos momentos como
fue la Revolución gloriosa en la historia de Europa,
que permitieron que esta explosión de riqueza, el
gran enriquecimiento, como lo dice la historiado-
ra económica Deirdre McCloskey. A la hora de pen-
sar cómo este marco institucional y este progreso
que hemos visto en los países que hoy día llamamos
«ricos», debemos tener en claro cuál es su receta y
si hay más o menos una receta institucional, como
el libre mercado, tener monedas sanas, etc. El gran
reto es cómo lograr esos cambios. Esto también tie-
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ne que ver con las condiciones de cada país. Una va-
riedad de países y culturas a lo largo del mundo lo
han logrado. La receta sí funciona independiente-
mente de qué cultura, de qué tipo de país se trata.

AM: Por esto es importante que hagamos enten-


der en América Latina la importancia del progreso,
la importancia de dejar de aferrarnos a las malas
ideas. Esto nos lleva también a interpretar que la re-
gión sigue estancada en la pobreza porque no aban-
dona el estatismo y sigue aferrada a esa idea de go-
biernos grandes, porque sigue yendo en contra de la
creación de la riqueza. Le ponemos impuestos a la
riqueza. La creación de riquezas es la manera más
efectiva para combatir la pobreza. Entonces, hay
una mentalidad bastante compleja que, si bien vos
lo decías, es el gran reto de cada país, pero tenemos
este problema en la región donde seguimos aferra-
dos a las malas ideas y a los malos ejemplos. No he-
mos sabido limitar el poder y, en vez de imitar bue-
nos ejemplos como Estados Unidos hizo al imitar
las ideas de la Revolución gloriosa y las ideas de Loc-
ke, en América Latina seguimos las ideas de la Re-
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volución francesa y en el siglo pasado con la llegada
de los hermanos Castro a Cuba, quienes nos traje-
ron las ideas de la Revolución bolchevique de 1917.
¿Por qué seguimos aferrados todavía a estas malas
ideas y no logramos generar conciencia a lo largo de
la región de lo importante que es abandonar el es-
tatismo y tener gobiernos cada vez más pequeños
para que los que sean grandes sean los individuos?

IV:Yo creo que hay dos cosas. Una, conocer los he-
chos, conocer la historia, saber por qué los paí-
ses que se han vuelto ricos y que están progresan-
do lo están logrando. Eso se trata de los hechos de
los cuales hemos estado hablando. Otra cosa, tiene
que ver con el aspecto ideológico, el aspecto cultu-
ral, porque de nada sirve conocer los hechos si al fin
del día uno piensa que, a pesar de todo eso, el sis-
tema en sí es percibido como injusto y, por lo tan-
to, no vale o que puedes tener todo tipo de eviden-
cia, de mejoras en el bienestar humano, pero en las
escuelas, en las películas, en los periódicos, vemos
mensajes exactamente opuestos. Ese sí es el caso
de América Latina y de buena parte del mundo. En-
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tonces, ¿qué ocurre? Hay mucha gente que igno-
ra los hechos. Esto es una cuestión absolutamen-
te impresionante. Incluso en los países ricos, entre
gente muy educada, se han hechos encuestas –in-
cluso en Estados Unidos o en Europa– y lo que pasa
es que la gente está altamente desinformada de los
hechos, del estatus del planeta, de la humanidad.
Se les pregunta cosas como, por ejemplo, qué opi-
nan de cómo ha evolucionado la pobreza mundial
en las últimas décadas, y la gente en su mayoría en
Estados Unidos ha dicho que la pobreza mundial se
ha duplicado, cuando la realidad es que ha caído de
más de 40% a menos de 10%. Ese tipo de progreso
es inédito en toda la historia de la humanidad. Ese
progreso es uno de los grandes triunfos del libera-
lismo, de la libertad. Si la gente lo desconoce, si la
gente piensa que la globalización está empeorando
las cosas, entonces esto abre las puertas a otro tipo
de narrativas que estamos viendo no solo en Amé-
rica Latina sino también alrededor del mundo con
el auge de los populismos de izquierda y derecha.
Ese es uno de los grandes problemas. Lo que a mí me
parece que ayuda es aclarar los hechos. Por ejemplo,
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dentro de América Latina ha habido grandes pro-
gresos. No es verdad que esto es algo que se aplica
solo a ciertas sociedades. En el Perú, por ejemplo,
la pobreza ha caído en poco tiempo. Hace 15 años
estaba por encima del 50% y hoy está al 20%. Eso
nunca ha ocurrido en la historia del Perú. Donde se
abre la economía, cae la pobreza. Si miras cualquier
indicador de bienestar humano, ya sea la expectati-
va de vida o la mortalidad infantil, o el acceso a agua
potable o lo que tú quieras: prácticamente en casi
todo ha habido avances enormes. Por lo tanto, ese
es el tipo de información que la gente debe tener en
cuenta a la hora de considerar qué tal están con las
políticas que tiene, sin ignorar que América Lati-
na puede hacer y debe hacer mucho más. El primer
paso es informar a la gente para que entienda que
hay un aspecto moral en el sistema de la libertad
que no es lo que muchas veces se les dice, como que
«beneficia a pocos a expensas de los demás», cosa
que no es así y es exactamente lo opuesto. Esto se
tiene que hacer entender, y es así como la gente pue-
de empezar a entender el aspecto moral del capita-
lismo, que no solamente es bueno desde un punto
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de vista utilitario –que mejora las condiciones de la
gran mayoría de las personas–, sino que está basa-
do también en el intercambio voluntario que solo
se da cuando las dos partes se benefician y eso es la
libertad. Eso es lo que los latinoamericanos siem-
pre hacen cuando se les da la libertad. Cuando se les
niega la libertad como es el caso en la región a través
de regulaciones, impuestos o lo que fuera, lo que se
arma es el sector informal –que es enorme en Amé-
rica Latina–, que es nada más que otra expresión de
que la gente escoge la libertad.

AM: Qué importante que menciones cómo la rique-


za no es un juego de suma cero, cómo el mercado no
es un juego de suma cero. Muchas veces se queda
todo en lo que Mises llamó el Dogma de Montaigne.
Montaigne decía que los pobres son pobres porque
los ricos son ricos. A eso le agrego que es como decir
que los enfermos están enfermos porque los sanos
están sanos: son dos cosas que no tienen nada que
ver. La riqueza se crea y se debe crear. Prácticamen-
te el 50% de toda la riqueza que existe hoy en la hu-
manidad fue creada en los últimos treinta años. Es-
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tos son algunos de los datos que me llevan a pensar,
tal vez, en ejemplos. A nivel mundial, ¿cuáles dirías
tú que son los países exitosos? ¿A qué países tene-
mos que copiar o imitar?

IV:En la historia hay que imitar a los países ricos de


Europa o a Estados Unidos, en esa fase de su histo-
ria en que estaban escapando de la pobreza masiva.
Fue durante esa fase en que se limitó el poder del
Estado y el tamaño del Estado. Solamente una vez
que se volvieron ricos pudieron expandir su gasto
público, sus regulaciones, todo tipo de cosas que,
a mi modo de parecer no son buena política públi-
ca y que creo han reducido la riqueza, pero esto se
hizo muchos siglos después de que se hicieron ricos
y que establecieron el Estado de derecho. Lo que su-
cede en América Latina es que quiere hacer las co-
sas al revés. Es decir, en nuestra región quieren libe-
ralizar algunos aspectos, abrir algunos mercados
–todo para bien, claro– pero no reducir el tamaño
del Estado, el gasto público y, por lo tanto, viniendo
de otro punto de base en que nunca ha habido una
tradición de Estado de derecho en la región, esto no
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es una receta que funciona muy bien y, quizás, es
lo que explica por qué América Latina es la región
más equivocada a la hora de implementar políticas
públicas. Unos años favorece ciertas políticas, otros
años exactamente las opuestas. Siempre y cuando
el Estado siga siendo grande en América Latina,
será difícil o imposible que se establezca un Esta-
do de derecho. Porque un Estado grande es darles a
los funcionarios un poder arbitrario, lo que produ-
ce favoritismos, discrecionalidad, la arbitrariedad
en la ley, y todo esto es exactamente lo opuesto a lo
que es el Estado de derecho. Por lo tanto, si mantie-
nes un Estado grande, sin tener Estado de derecho,
es muy difícil lograr la libertad y hacer funcionar las
otras políticas. Tú necesitas tener Estado de dere-
cho. Para contestar la pregunta, ¿qué es lo que debe
hacer, entonces, América Latina? ¿Qué países hay
que copiar? Hay que ver no solamente en la histo-
ria de los países que hoy día son ricos y prósperos,
que lograron primero plenas libertades, limitacio-
nes al poder de los gobiernos y establecer el Estado
de derecho. También hay que ver cómo han tenido
éxito ciertos países en desarrollo como, por ejem-
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plo, Taiwán, que no tenían –al igual que América
Latina– un Estado de derecho fuerte, pero lograron
incrementarlo al igual que sus libertades, no sola-
mente económicas, sino también las libertades ci-
viles y personales. Me parece que hace falta estu-
diar estos casos de cerca, porque son los países más
exitosos los que han podido alcanzar todo eso. Sí
se puede lograr, y es por ahí donde debemos mirar.
Taiwán en los últimos diez años, si tú miras el Ín-
dice de Libertad Humana que desarrollamos en el
Instituto Cato, su libertad humana ha incrementa-
do notablemente, casi más que los demás países en
el mundo.

AM: Hay, entonces, una gran relación entre la liber-


tad económica y la libertad personal, que es parte
del análisis del Índice de Libertad Humana del que
eres coautor, ¿cierto?

IV:No hay ninguna duda. Lo que hemos encontra-


do en ese índice que mide libertades económicas, li-
bertades personales, de religión, de prensa, de todo
tipo, es que hay una fuerte relación entre la libertad
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económica y la libertad personal. Eso es lo que dice
la evidencia empírica. Entonces, sí se puede decir
que si tú valoras vivir en un país con altos niveles
de libertades personales, deberías querer vivir en
un país con, relativamente, altos niveles de liberta-
des económicas. Si tú no tienes libertad económica,
es imposible mantener tus libertades personales a
niveles altos. El control de la economía es el control
de la vida, alguien dijo una vez. Y es por esto que los
dictadores siempre quieren controlar la economía
a través de todo tipo de regulaciones y estatizacio-
nes. Si te controlan en eso, te controlan en todo lo
que puedes hacer.

AM: Esto me lleva a otro aspecto. Quisiera que haga-

mos un repaso por un libro que me resulta fantásti-


co a la hora de abordar estas temáticas, y es el libro
de Johan Norberg, titulado Los grandes avances de la
humanidad, donde Norberg abarca de manera bien
profunda temáticas como, por ejemplo, la alimen-
tación, higiene, esperanza de vida, medio ambien-
te, alfabetización, todas estas banderas que son
fundamentales. Quisiera que ahondemos un poco
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sobre el aspecto ecológico. En el año 2019 ha habi-
do un auge de personajes como, por ejemplo, Gre-
ta Thunberg, quienes rechazan el capitalismo, ha-
blan del medio ambiente en términos pesimistas.
Pero, Norberg nos cuenta otra versión de la histo-
ria. ¿Hay buenas noticias ecológicas o no?

IV:Claro que sí las hay. Lo que sucede es que no son


muy conocidas. Sabemos, por ejemplo, que debido
a avances tecnológicos y de otras innovaciones, el
mundo ha llegado a un pico –en términos del uso de
tierra para la agricultura– en el que estamos dan-
do de comer a muchísima más gente, con cada vez
menos tierra. La productividad de la tierra ha in-
crementado de una manera fenomenal. Eso quiere
decir que ya no se tiene que utilizar la naturaleza. El
área forestada en el mundo ha estado creciendo en
los últimos años. Estamos viendo buenas noticias
en ese sentido. En las zonas trópicas, en las selvas,
allí sí se sigue reduciendo, pero lo que sí se puede de-
cir es que el paso de deforestación se está reducien-
do enormemente en los últimos años. Ese es un tipo
de progreso. Espero que, probablemente, se pueda
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revertir esto a través de los años. Lo que se necesi-
ta son mejores políticas públicas de las que existen
en Brasil y en otros lugares donde, probablemente,
el papel de la propiedad privada juega un rol mayor,
en vez de depender del Estado para proteger la na-
turaleza. Eso es lo que no ha funcionado en Brasil,
por ejemplo.

AM: Si lo vemos incluso en términos de contami-


nación, en términos reales, las ciudades con ma-
yor contaminación en el mundo no son Londres
ni Nueva York, sino ciudades como Nueva Delhi o
Pekín. Como el capitalismo es el sistema que ma-
yores riquezas genera, creo que aquí podemos re-
marcar, incluso, uno de los datos de aquellos índices
elaborados por la Universidad de Yale sobre temas
medioambientales, donde afirman que la riqueza
es un determinante crucial para el correcto desem-
peño medioambiental. Es decir, cuanto más rico es
un país, más chances tiene de cuidar la ecología y el
medioambiente. Para que sea más rico, como bien
sabemos, la riqueza es algo que surge y que se crea
precisamente por mentes que pueden innovar, a las
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que se les respeta el tiempo, sus buenas ideas y sus
derechos de propiedad, bajo los marcos del Estado
de derecho y de libertad. Ahora, hay otro libro bas-
tante reciente que también me resultó fantástico, y
es del periodista científico Matt Ridley, sobre cómo
funciona la innovación, donde hace un repaso por
la historia de las largas innovaciones, para explicar
ese gran proceso que se da en este último tiempo.
Además, el hincapié en cómo la innovación no es
algo que se puede planificar, cómo las innovaciones
terminan siendo algo impredecible. Pero, además,
remarca cómo el Estado empresario jamás es eficaz
a la hora de promover la innovación. Ser Estado em-
presario no está en la naturaleza del Estado, que,
a mi modo de percibir, el Estado no tiene por qué
desempeñar la tarea de empresario porque no está
en su naturaleza. ¿Qué te parece este libro de Matt
Ridley?

IV:El libro de Matt Ridley sobre innovación es fabu-


loso. Allí afirma que la innovación es el hecho más
importante del mundo moderno y, a la vez, es el me-
nos entendido. Es porque la innovación no se pue-
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de planificar. Ridley estudia docenas de casos de
innovaciones a través del tiempo y encuentra que,
básicamente, son innovaciones e inventos como la
bombilla de luz, todos son inventos colaborativos,
no planificados, que no se podrían planificar, como
el avión, por ejemplo. Todo tipo de cosa, además,
si no fuera por los hermanos Wright y si no fuera
por Thomas Edison igual se hubieran inventado,
porque en todo el mundo siempre hay gente inno-
vando. Un hecho que es sorprendente es que buena
parte de los inventos e innovaciones que nosotros
conocemos se hicieron por numerosas personas a
la misma vez, de manera independiente. Ventiuna
personas inventaron la bombilla de luz, más o me-
nos, al mismo tiempo, por ejemplo. Pero, claro, fue
Thomas Edison quien llegó primero y logró hacerlo
llegar de un modo que se pudiera usar. Eso también
es una innovación: cómo hacer útil un invento. Por-
que invento e innovación no significan lo mismo.
Lo que sucede es que los mismos innovadores no
pueden predecir para dónde va su proyecto. Gran
parte de las innovaciones e inventos se produje-
ron por suerte, no fueron planificados. Los que in-
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ventaron los famosos search engines, como Google,
ellos no empezaron con la idea de hacer lo que están
haciendo ahora. Twitter se inventó para encontrar
pódcasts, y terminaron descubriendo que se puede
hacer mucho más. Alexander Fleming, quien des-
cubre la penicilina, lo hace por pura suerte, por pura
casualidad, y eso suele ser común en las innovacio-
nes. Por lo tanto, lo que dice Matt Ridley acerca de
esto es que el récord del Estado empresarial de tra-
tar de promover las innovaciones es muy pobre. No
es que en Estados Unidos el gobierno americano in-
ventó internet, eso no fue el propósito de lo que es-
taba haciendo el gobierno, ni lo pensó, y solamente
una vez que liberalizó y dejó a otra gente del sector
privado o las universidades participar de esta red
que habían creado por otros propósitos, se descu-
brió y se desarrolló lo que nosotros conocemos hoy
día, pero se hizo porque habían innovadores traba-
jando bajo condiciones de libertad, y descubriendo
ellos mismos que hay algo que puede servir a la hu-
manidad, a través del ensayo y el error, a través de
poder fracasar. Ha habido muchas empresas que
han tenido que fracasar para que algunas tengan
23
éxito, para que algunos empresarios tengan éxito.
Eso es lo que beneficia a toda la humanidad: tiene
que haber la posibilidad de fracasar. Eso no existe
cuando el Estado concentra esos poderes, y es por
eso que Matt Ridley dice que la innovación es la hija
de la libertad y la madre del progreso.

AM: Concluimos que donde hay capitalismo, la vida

es más larga y de mejor calidad, incluso para los


sectores más pobres, quienes en una economía li-
bre terminan gozando de un sinfín de bienes, ser-
vicios y comodidades. De hecho, los sectores más
pobres en las economías más abiertas y libres son
once veces más ricos que los pobres en los países
más cerrados, proteccionistas y socialistas donde
prácticamente la totalidad de la población suele es-
tar sumergida en la pobreza absoluta, y donde los
únicos que tienen acceso a cierto bienestar son los
que están en el poder, quienes se enriquecen siem-
pre a costa de los individuos, como nos ha mostrado
la historia del mundo y, precisamente, de América
Latina.

24
ROBERTO SALINAS

Director del Center for EL LIBRE


Latin America en Atlas
Network, experto en COMERCIO
Y LA
comercio, política mo-
netaria y liberalización
económica en América
Latina. Doctor y maes-
tro en Filosofía y Teoría PROSPERIDAD
Política por la Purdue
University (Indiana,
EE. UU.) y licenciado
en Economía Política,
Historia y Filosofía por
el Hillsdale College
(Michigan, EE. UU.)
ANTONELLA MARTY: Roberto, comencemos hablan-

do sobre los principales problemas que ves hoy en la


coyuntura de México, la figura de López Obrador y
este populismo de corte mexicano.

ROBERTO SALINAS: López Obrador no solo llegó al


poder con su partido MORENA (Movimiento de Re-
generación Nacional) en el 2018, sino que lo hizo
con una mayoría aplastante que le permitió obte-
ner control sobre la Cámara de Diputados y sobre el
Senado. Hoy en día controla la parte legislativa del
gobierno y ha puesto a sus devotos en la Suprema
Corte y está a punto de tener tomado el Poder Judi-
cial. Asimismo, empezamos a ver cómo varias insti-
tuciones supuestamente semiautónomas han sido
invadidas también por parte de aquellos miembros
de lo que López Obrador llama «la cuarta transfor-
mación». Él se ve como una especie de mesías que
ha llegado así como llegó Benito Juárez en su mo-
mento cuando los episodios de la reforma o la inde-
pendencia o la separación de la Iglesia y el Estado.
26
Él ve su movimiento como la gran cuarta transfor-
mación en la historia moderna de México. Esto ha
impactado en una forma tremenda a una gran par-
te de la población, lo cual es una estrategia que bien
conocemos, y todo lo ha hecho a partir de los subsi-
dios clientelares a grupos preferidos, lo que le hace
mantener un voto duro sumamente importante a
través de estos subsidios directos. López Obrador
es como Trump o como otros: un fenómeno políti-
co al que no se puede etiquetar fácilmente. Lo que
sí podemos decir es que es una especie de populis-
ta profundamente iliberal. Él piensa que habla por
la verdad, incluso habla de una regeneración moral
del mexicano como casi que si nos va a cambiar el
alma y la forma en que pensamos. López Obrador
nació en el PRI puro y duro, en el PRI jurásico, como
lo llamamos, y llega con este gran dote comunica-
cional. Cada mañana hay una conferencia de pren-
sa de siete a nueve y media de la mañana, donde el
señor predica y dice y ataca, califica, descalifica y
controla la narrativa de manera muy poderosa. Ha
sido efectivo a la hora de mantener una populari-
dad aun a pesar de políticas económicas completa-
27
mente en contra de la inversión y de la economía, y
a pesar del tremendo golpe que ha generado la pan-
demia. Es un fenómeno realmente raro, no se expli-
ca por qué mantiene esta popularidad y por qué a
pesar de los grandes escándalos de corrupción que
han nacido dentro de su administración, la gran
mayoría de la gente lo ve como alguien honesto que
está luchando en contra de la corrupción.

AM: Encaja perfectamente en esta renovación o re-


ciclaje del socialismo del siglo XXI que también va
de la mano del famoso Foro de São Paulo o en la
nueva máscara que es el Grupo de Puebla, a lo que
se abraza tan fuerte López Obrador incluso de la
mano de personajes como el presidente argenti-
no Alberto Fernández, haciendo fuerza por estas
nefastas ideologías destructivas que han llevado
a América Latina a la pobreza extrema que vemos
hoy en día en abundancia. Me gustaría que con-
versáramos sobre la otra cara de la moneda. Ha-
blemos sobre libre comercio, libre mercado, la im-
portancia precisamente de este pilar fundamental
del liberalismo. Incluso, teniendo en cuenta la re-
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lación comercial entre México y Estados Unidos…
Hablemos sobre lo complejo que es muchas veces
comerciar, cuando en realidad debería ser un dere-
cho humano completamente respetado, pero a los
gobiernos populistas de la región parece ser que les
encanta avasallar la libertad de comerciar de los la-
tinoamericanos. ¿Por qué me dirías que es impor-
tante el libre comercio a la hora de alcanzar el pro-
greso en una sociedad?

RS: Al final del día, el libre comercio es el libre in-


tercambio voluntario de bienes y servicios no en-
tre naciones, es entre personas. Eso es algo que si
se nos olvida nos enfrascamos en los números so-
bre el déficit fiscal o el superávit, que si uno pierde
y otro gana, pero se nos olvida que en realidad son
seres humanos intercambiando bienes y servicios a
veces a grandes distancias utilizando el lenguaje de
los precios. El orden espontáneo, un orden jurídico
donde se sabe que habrá un contrato o una compra-
venta, y que hay una cierta normatividad allí.
Curiosamente vemos que López Obrador por un
lado tiene esta nostalgia estatista que efectiva-
29
mente nace del Grupo de Puebla pero también de
la nostalgia de regresar a los años setenta, donde
el gobierno dadivosamente con los grandes exce-
dentes del petróleo podía subsidiar esto, lo otro y
aquello. Sin embargo, ha respetado los principios
de libre comercio no tan solo con Estados Unidos y
Canadá, sino también tiene acuerdos con Europa y
varios países de América Latina, y acuerdos con el
Oriente. Es decir, hay una apertura comercial en to-
das las fronteras.
Evidentemente, la frontera del norte es la más im-
portante porque más del 80% de nuestro comercio
exterior es con Estados Unidos y con Canadá. Lo in-
creíble es que no ha tocado para nada esto. Pero ello
obedece a un pragmatismo: después de veinticinco
años de libre comercio en América del Norte, Mé-
xico se ha convertido en el primer socio comercial
de Estados Unidos. Estados Unidos le vende más a
México que a cualquier otro país, y México le com-
pra más que cualquier otro país, más que China,
más que Inglaterra, más que Alemania, Japón, Ca-
nadá o cualquier otro. Esto ha logrado que México
30
se transforme de un país que era básicamente liga-
do a materias primas como el petróleo y como otros
materiales naturales a una economía enormemen-
te diversificada donde ya hay una gran red de ca-
denas productivas, de manufactura, de industria
espacial, y si algo hemos visto es que México se ha
partido en dos: está el México globalizado con la in-
serción en la economía global, ferozmente compe-
titivo, y está el México que se ha quedado atrasado.
Esta es una tesis a la que llamamos «los dos Méxi-
cos», con estados del país que no han logrado per-
mear ni penetrar esos mercados internacionales y
beneficiarse de la enorme ganancia que ha repre-
sentado el libre comercio en términos de empleo,
de bienestar, pero sobre todo en términos de la so-
beranía del consumidor. Hoy el consumidor mexi-
cano representa fundamentalmente una clase me-
dia dinámica y esto es gracias al libre comercio.

AM: Qué bueno que traigas este aspecto. Me gusta


hacer hincapié en anécdotas. Sé que tiempo atrás te
enfrentaste personalmente a Donald Trump, qui-
siera que nos contaras cómo fue esa experiencia.
31
RS: Fíjate que cuando él era candidato presidencial
y acababa de decir que los mexicanos éramos una
bola de drogadictos y violadores, entre otras abe-
rraciones, yo acudí a un encuentro en Freedom Fest
y en ese encuentro me voy dando cuenta cuando lle-
go que Donald Trump se había invitado a sí mismo y
pues habían aceptado que llegara. Muy gentilmente
me dieron el privilegio de la primera pregunta. Le
dije: «Mr. Trump, please tell me why you are against
mexicans?». Y me acusó de que yo era enviado por el
gobierno, que no entendía yo cómo los inmigrantes
ilegales estaban ocasionando toda clase de injus-
ticias y de terribles crímenes, y él no escuchaba la
data, pero ahí enseñó la cara del bully que realmen-
te es y que desempeñó en estos años como presiden-
te. Lo que no reconocimos en ese entonces es que
esto llegó a impactar a muchísima gente y le llegó al
corazón de varios estadounidenses muy enojados
con esa actitud perfumada de intelectual superior
que tenían Obama, Clinton y toda esa camada de
demócratas que incluso llegaron a decirles a estos
estadounidenses que eran deplorables. Trump lo-
gró capturar la imaginación y el coraje y esa parte
32
venenosa de la clase media estadounidense que se
sintió desprotegida y desposeída por la soberbia y
la fatal arrogancia de lo que mostraron durante la
administración de Obama. Eso no lo vimos y clara-
mente fue una fuerza política que lo llevó a la presi-
dencia y el trumpismo regresará con o sin Trump.
Viviremos con el trumpismo durante muchos años.

AM: Es la clara raíz del populismo. Yo insisto mucho


en cómo el liberalismo hace frente tanto a los popu-
lismos de izquierda como a los populismos de dere-
cha. Ahora, además de estos temas que hemos con-
versado, hacías hincapié en la importancia del libre
mercado. ¿Cuáles dirías que son los demás compo-
nentes para tener un país próspero, un país que pro-
grese? ¿Qué le sumarías al libre mercado?

RS: No hay recetas mágicas, pero sí creo que pode-


mos hablar de ciertos principios fundamentales
que nos apuntan hacia la prosperidad incluyente y
hacia el progreso humano. Uno que a mí me ha ob-
sesionado toda la vida es la estabilidad de la unidad
de cuenta. Darle la libertad o empoderar al ciuda-
33
dano con la certidumbre de que lo que compro hoy,
más o menos, los precios serán los mismos el día de
mañana, y no caeremos en ese ciclo de inercia sin
expectativa que además representa un altísimo
costo de transacción para la madre de familia, para
el que informa, para aquel que quiere poner un mi-
cronegocio, para aquel que, como diría Mises, está
tratando de hacer un cálculo económico. Para mí la
estabilidad de precios no es solo un tema de eficien-
cia económica, sino un fundamento moral de una
sociedad abierta. Por otro lado, creo que los dere-
chos de propiedad bien definidos también son im-
portantes. Algo de los que carecemos tremenda-
mente en América Latina es eso. México califica
pésimamente en materia de derechos, propiedad
y orden jurídico. Esto es sentido común: lo mío es
mío, no es de todos. Si comenzamos a meternos con
la propiedad de los demás, pues ahí es donde se ge-
neran las incertidumbres, se van las inversiones y
es donde un colega mío aquí en México llama muy
bien, surge la economía de la extorsión. Otra parte
fundamental de una sociedad libre en este sentido
son las leyes sencillas para nuestro mundo compli-
34
cado: déjame trabajar. Simplemente que nos dejen
trabajar, que no nos inunden con esa cantidad de
reglamentos y de trabas y tramitología que al final
del día está ahí únicamente para sacar una renta. Lo
que Luis Pazos llama «los vividores del Estado»…
Esto, lamentablemente, es un tema crónico en toda
América Latina. Hay otros aspectos políticos y ci-
viles también: la libertad de prensa, de expresión,
nos parecen absolutamente fundamentales. En el
fondo, yo creo que se trata de respetar el principio
de que no me impongas tú tu previa concepción de
cómo se debe vivir la vida. Déjame a mí mi proyecto
de vida, tú con el tuyo, aprendemos a respetarnos y
a estar en desacuerdo. El denominador común de la
derecha y la izquierda es que no escuchan, entonces
la gobernanza, como el arte de escuchar, es precisa-
mente lo que representa el fundamento de una so-
ciedad libre: escuchar.

AM: Escucharnos, pluralidad, respeto. Ya que men-


cionabas a Luis Pazos, me gustaría mencionar su
último libro, Justicia social injusta. Hablemos sobre
la justicia social. ¿Crees que la justicia social ha ca-
lado fuerte como idea en México?
35
RS: Ciertamente que se ha convertido en un ins-
trumento de manipulación retórica. Siempre los
populistas dicen cómo se va a repartir ese dinero,
pero nunca una noción de cómo se genera ese dine-
ro. Todo esto lo hacen en nombre de la justicia so-
cial. La gran frustración es nuevamente que no es-
cuchan, simplemente dicen «esta es mi verdad» y
quieren imponerla en nombre de la justicia social,
aunque sea profundamente injusta porque impli-
ca que mi trabajo es propiedad de otros, no es pro-
piedad mía. Las innovaciones y las inversiones han
hecho posible la creación de una inmensa rique-
za, desde la dueña de la tienda de la esquina hasta
Amazon.

36
JAVIER PÉREZ-SAAVEDRA

Director de FEE LA
en Español. Es
un emprendedor IMPORTANCIA
DEL SECTOR
apasionado, con
estudios en Business
Administration and
Management de
la Kennesaw State PRIVADO PARA
University, Michael
J. Coles College of ALCANZAR
Business.
EL ÉXITO
ANTONELLA MARTY: ¿Cómo definirías la idea de pla-
nificación central? Este argumento tan recurren-
te de los gobiernos populistas latinoamericanos y
además, ¿por qué me dirías que los gobiernos de la
región tienen esa tendencia hacia este tipo de siste-
mas intervencionistas? Empecemos por la idea de
planificación central.

JAVIER PÉREZ-SAAVEDRA: La planificación central


es el sistema económico en el cual el gobierno toma
las decisiones en lugar de que estas se realicen entre
los consumidores y entre las empresas. Como bien
lo decías, los gobiernos latinoamericanos muchas
veces recurren a estas políticas populistas para
poder ganar terreno y para poder intervenir en la
economía.

AM: Pensemos un poco en la antítesis de la plani-


ficación central, que es la planificación individual
dentro del libre mercado. ¿Cuáles dirías que son
los lineamientos más importantes de la idea de esa
38
planificación individual que se da dentro del libre
mercado?

JPS: Yo recuerdo que cuando estaba iniciándome


en las ideas liberales, comenzaba a estudiar un poco
más sobre estos temas, y había algo que siempre se
contradecía en mi proceso de aprendizaje, y era que
sentía que el término de planificación se demoni-
zaba muchas veces y no entendía si era bueno o si
era malo. En un libro que leí sobre individualismo
y orden económico, Hayek hablaba sobre estos as-
pectos y cito: «Esto no es una disputa sobre si la pla-
nificación debe hacerse o no. Es una disputa sobre
si la planificación debe hacerse de forma centrali-
zada por una autoridad para todo el sistema econó-
mico, o si se debe dividir entre muchos individuos».
Es que la planificación dentro del libre mercado la
desarrolla cada individuo y el empresario, y está ba-
sada en el sistema de precios, que lo que hace es que
prioriza la distribución de recursos en donde las se-
ñales de necesidades son más altas y evidentes, y
en la economía del mercado el consumidor es el que
manda. Esto es algo que, como bien decíamos, y ya
39
Mises lo resaltaba, el consumidor es el rey, es el que
decide qué y cuánto gastar.

AM: Fíjate que además hay un documento que con-


sidero muy importante sobre el proceso de merca-
do, que es «Yo, el lápiz» de Leonard Read, fundador
precisamente de FEE. Cuéntanos un poco sobre esta
narración y cómo lo podemos aplicar al fantástico
proceso del mercado.

JPS: Ese es el icónico ensayo de Leonard Read, fun-


dador de la Fundación para la Educación Económi-
ca, más conocida como FEE. Desde que lo escribió
ha iluminado la mente de millones de personas, na-
rrando la historia de cómo se manufactura y distri-
buye un simple lápiz. Muchas personas a la hora de
leer esta historia se quedan asombradas de lo com-
pleja que es la cadena de valores. Muchas veces me
preguntan por qué no hacemos esto con «yo, com-
putadora» o «yo, iPhone», pero lo curioso de na-
rrar esta historia del lápiz con un simple utensilio
cotidiano es para resaltar y magnificar lo que es el
mensaje de que nadie en esta Tierra puede dirigir
40
la planificación central por muy simple que pueda
parecer. Aprovecho el espacio para recomendar que
descarguen este ensayo en nuestra página de FEE
en español.

AM: Absolutamente. Es una narración muy impor-


tante sobre la que también vuelve a hacer peso en su
momento el economista Milton Friedman y tam-
bién distintos autores de las ideas de la libertad.
Todo esto me lleva a otro tema que es el rol de los
emprendedores dentro de una sociedad libre. Mi
pregunta aquí tiene más que ver con cómo se con-
vierten al final del día los emprendedores, las em-
presas, los empresarios, en las herramientas cru-
ciales y fundamentales y más importantes a la hora
de alcanzar el progreso dentro de una sociedad.
¿Cómo se da este proceso y ese rol que tienen los em-
prendedores dentro de una sociedad libre?

JPS: Yo creo que es importante iniciar diciendo que


sin emprendedores posiblemente no tendríamos
nada de lo que vemos a nuestro alrededor. Una de las
maneras en que me gusta pensar el rol del empren-
41
dedor es el vehículo que mueve a la sociedad a incre-
mentar su calidad de vida, a poder alcanzar nuevos
horizontes. Un emprendedor es recompensado con-
forme al valor que él crea y desarrolla. Sin empren-
dedores no tendríamos empresas como Facebook,
Duolingo, Google, Airbnb. Estas empresas surgen
de una idea, y al final del día lo que hacen es empujar
el progreso, la eficiencia y la comodidad que actual-
mente tenemos. Gracias a ellos es que se pueden al-
canzar nuevas fronteras de eficiencia, lo cual bene-
ficia en un conjunto a la sociedad y a la economía.

AM: ¿Cómo se traduce todo este aspecto ante una si-


tuación de crisis? Quizás con lo que estamos vivien-
do ante la pandemia de la COVID-19 y el impacto que
han tenido las medidas restrictivas y muchas veces
abusivas por parte de los gobiernos. ¿Cuál es el rol
de la competencia dentro de todo esto?

JPS: Históricamente se ha visto que en las crisis


surgen oportunidades como resultado de los tiem-
pos difíciles, los tiempos desafiantes, donde nuevas
plataformas se inician. Una de las formas en que
42
me gusta verlo es como cuando baja la marea, don-
de se pueden observar esas oportunidades que es-
taban por debajo y que únicamente las vemos con
crisis que pueden ser financieras, económicas, y
es importante también resaltar, como decías, que
la competencia es el mejor amigo del consumidor,
porque hay que recordar que a mayor competencia,
mayor es la atención que se le puede otorgar al con-
sumidor y la calidad que se le puede dar al cliente.
Un ejemplo que me gusta tocar es el de las aerolí-
neas, una de las industrias más competitivas his-
tóricamente, y que también tienen márgenes li-
mitados. Ahora compiten por la atención de todos
de una manera que beneficia tremendamente a los
viajeros. Una de ellas ofrece un servicio de alta ca-
lidad, otras, beneficios económicos, rutas cortas,
rutas largas. Gracias a esta competencia en esta in-
dustria podemos volar ahora con puntos o con dó-
lares, y con un sinnúmero de comunidades como
nunca antes se había visto. La innovación incre-
menta el ecosistema económico de oportunidades.
Si no fuese por la tecnología, por la sostenibilidad,
no tendríamos el ecosistema que ahora tenemos.
43
AM: ¿Cuáles dirías que son los grandes beneficios
que nos brinda el libre mercado? Yo siempre apues-
to a que el libre mercado no solamente nos da bue-
nos resultados o grandes beneficios en términos
económicos, eso es fundamental, sí lo hace, pero
también nos da buenos resultados históricamente
en términos de convivencia. Una convivencia más
pacífica entre todos, comerciando, las maneras de
alcanzar la paz entre países, son grandes beneficios
que consigue la humanidad a partir del comercio.
¿Cuáles dirías que son los grandes beneficios que no
ha traído esta idea?

JPS: Gracias al libre mercado las personas pueden


soñar. Proporciona estas alas para poder elevarse y
proporciona al individuo alcanzar mayores niveles
de prosperidad y empodera al individuo que es pro-
ductivo. El libre mercado proporciona derechos y
da oportunidades sin importar el color de piel, sexo
o el origen. No juzga, no discrimina, no es injusto.
Una de las mejores analogías es que es como un es-
pejo que refleja la cantidad de recursos e invencio-
nes que uno le proporcione.

44
LUIS PAZOS

Autor y JUSTICIA
comentarista
sobre temas econó­ SOCIAL
INJUSTA
micos, financieros y
políticos. Profesor
de economía política.
Actualmente es
director del Centro de
Investigaciones sobre
la Libre Empresa.
ANTONELLA MARTY: Hablemos sobre tu libro Justi-
cia social injusta: robo legalizado. Un libro que reco-
miendo absolutamente. Empecemos conversando
sobre esta errónea idea de los «derechos». El movi-
miento que se encargó de destruir a mi país, Argen-
tina, fue el peronismo y una de las grandes cabe-
zas de dicho movimiento fue Eva Perón. La traigo
a colación porque ella dijo la siguiente frase: «Don-
de existe una necesidad, nace un derecho». Gran
falacia. Es un discurso que sirve de excusa al igual
que el concepto de justicia social o de igualdad eco-
nómica o la tergiversación que se ha hecho de los
derechos para luego avanzar con el populismo. El
tema clave está en los que ofrecen privilegios y ser-
vicios «gratuitos» –sabiendo que nada, absoluta-
mente nada es gratis, porque todo alguien lo tiene
que pagar– y en que el objetivo de estos persona-
jes que ofrecen lo «gratis» es ganar votos y popula-
ridad, argumentando que de esa forma satisfacen
«derechos humanos» que, en realidad, están muy
lejos de ser derechos humanos. Estos personajes
46
terminan volviendo infinita esa lista de derechos
humanos y los enumeran, como viajar, vacaciones,
vivienda, vestimenta, pero nunca dicen de dónde
van a salir los recursos de esos bien costosos «de-
rechos». Cuando a un derecho te lo tiene que pa-
gar alguien más, no es un derecho, es un privile-
gio que has conseguido a costa de alguien más, de
algo que alguien más tuvo que pagarte, de algo que
alguien más tuvo que trabajar para que vos lo ten-
gas: son privilegios. La justicia social es uno de los
pilares del peronismo, del chavismo, de todos es-
tos modelos que arruinaron a América Latina y la
han sumergido en la pobreza extrema utilizando la
excusa de la justicia social, término que el mismo
Hayek en su obra Derecho, legislación y libertad, defi-
ne como una palabra indefinida que justifica la in-
tervención del gobierno en una redistribución de
la riqueza a través de los impuestos o las expropia-
ciones, denominando a esa justicia social como «la
más grave amenaza que se cierne sobre la civiliza-
ción libre». Hay que decirlo, no hay país en el mundo
donde esa justicia social haya reducido la miseria o
la pobreza. Ninguno. Al contrario. Con estas ideas,
te pregunto, ¿por qué es injusta la justicia social?
47
LUIS PAZOS: Quiero dejar en claro algo de aquella
frase de Evita Perón que dice que «donde hay una
necesidad, nace un derecho». Fíjate qué bonito se
oye. Se oye muy bonito. Y te voy a decir otra frase
de un poeta mexicano, Salvador Díaz Mirón, que yo
se la repito a mis alumnos: «nadie tiene derecho a lo
superfluo mientras alguien carezca de lo estricto».
¿Ves que frases tan bonitas? Luchar por la igualdad.
Se oye bonito. Primero hay que dejar claro, y es lo
que hago en este libro, qué es la justicia. En este li-
bro demuestro que del 100% de existencia del homo
sapiens, 95% de su vida ha vivido como animal. Si
tú quieres ver cómo vivía el ser humano duran-
te todo ese tiempo, te recomiendo un canal que se
llama Animal Channel, que es de la naturaleza, la
vida de los animales, que demuestra cómo el más
poderoso le quita al menos poderoso, cómo los que
van en grupo, como los perros salvajes o las hienas,
pueden matar a un león, esa se llama la ley del más
fuerte, y eso ha reinado en el 95% de la vida del ser
humano. En el último 5% empezó un concepto que
se llama justicia, y fue el que abrió el progreso. La
justicia es simplemente el respeto a tres derechos.
48
Para que haya justicia se deben respetar los tres de-
rechos fundamentales: vida, propiedad y libertad.
De estos derechos se derivan otros. Ya en el libro
hago ver cómo cuando empieza la justicia, que Ul-
piano, un griego, dijo que se trata de dar a cada uno
lo que es suyo. Se oye muy fácil, pero ¿qué es lo suyo
de cada quien? Sin reconocimiento de los derechos
de propiedad no puede haber justicia. ¿De quién es
ese caballo? No lo sabemos, pues vamos a agarrarlo.
Como me decía alguien, en Japón se les enseña a los
niños que si se encuentran un billete de cien dólares
hay que regresarlo porque es de alguien. Aquí noso-
tros, no sé dónde estarás tú, pero en México uno es-
taría muy contento, sin importar a veces de quién
es. La tesis de mi libro es que la justicia es dar a cada
quien lo que es suyo, y que esto se concreta en res-
petar el derecho a la vida, a la propiedad y a la liber-
tad. Yo tengo derecho a mi vida, y eso no quiere de-
cir que alguien me la dé. Que me respete mi derecho
a la vida. Yo tengo derecho a mi propiedad. Que me
la respete, no es que tiene que darme algo. Yo tengo
derecho a mi libertad. Sí, a que me la respeten, no a
que me la den. El garante de esto es el gobierno. Con
49
que un gobierno respete la propiedad, la libertad y
la vida de la gente, alcanza. En nuestros países, en
México, por ejemplo, la vida no vale nada, la propie-
dad tampoco, porque cualquiera se mete al terreno
que quiere y para sacarlo es muy difícil. Y la tesis de
este libro es que cuando se respeta el derecho a la
propiedad, la gente empieza a progresar. Antes, el
tener mucho era sinónimo de que me iban a quitar
como a un animal. Esto pasaba entre los seres hu-
manos, se mataban y se comían unos a otros. Cuan-
do se respeta la vida del otro, comienza el progreso.
Hoy el término «justicia social» se oye más bonito
que «justicia», pero en el libro dejo claro que la jus-
ticia social va contra la justicia. Eso no lo entienden
muchos. La justicia es darle a cada uno lo suyo. La
justicia social es quitarles a unos para darles a otros
a través del gobierno. ¿Por qué ha tenido tanto éxi-
to? Es como el socialismo, que vuelve dueños de las
principales empresas a los gobernantes de turno.
¿A qué vamos? En el Estado no les importa mane-
jar empresas o lo que sea porque no son de ellos, no
hay propiedad real ni tampoco es del «pueblo». Ellos
siempre hablan de que van a repartir: «te quito a ti
50
porque tienes, porque le voy a dar al que no tiene».
¿Y qué sucede? Se quedan con la mayor parte, ese es
el éxito de la justicia social, porque como digo, lega-
liza el robo. Cuando un gobernante empieza a decir
que va a ayudar a los pobres, hay que tener cuida-
do porque te va a quitar algo. En el libro pruebo que
tanto en Argentina, como en España, como en Mé-
xico y como en toda América Latina, en nombre de
la justicia social, se han hecho grandes fortunas los
gobernantes, porque con todo ese dinero que le qui-
tan a los pobres, se quedan con él o emprenden una
serie de proyectos que poco benefician a los pobres.
El término justicia social, como Hayek lo dijo, es un
término que nos lleva a la desgracia en el país que lo
ponga en práctica.

AM: Importante reflexión. Hay que recordar que la


función del Estado debe ser proteger los derechos
y las libertades fundamentales, y colaborar para
crear las condiciones que faciliten el surgimiento
de empleo privado.

LP:Es que se han creado falsos derechos. El «dere-


cho al agua», el «derecho a la vivienda», el «derecho
51
a tener un carro», el «derecho a viajar». Oye, qué
bueno que todos lo tuvieran, pero, tú lo dijiste, ¿de
dónde se va a sacar ese dinero? Están engañando
a la gente. Fíjate qué interesante. El capitalismo se
mueve por la ambición, y esta es positiva en la medi-
da en que no perjudiques al tercero. Lo importante
es que todos los intercambios sean voluntarios. En
la otra cara de la moneda, fíjate que el motor del so-
cialismo es la envidia. Hay dos tipos de gente rica: la
que es rica por el esfuerzo que hace, la que crea em-
pleo, la que vende y compra en un mercado libre; y la
gente que se hace rica a la sombra del gobierno, y los
funcionarios también. Con estos falsos derechos
engañan a la gente. En ningún país socialista han
tenido más vivienda los trabajadores que en los paí-
ses capitalistas. Lo que tenemos que buscar es que
haya más ricos y menos pobres. Hace tiempo me in-
vitó a comer un cómico de los más grandes del mun-
do, después de Chaplin, que es Mario Moreno Can-
tinflas, un clásico en México. Él me dijo algo que lo
repito: «el problema es la pobreza, no la riqueza. Te-
nemos que acabar con los pobres, no con los ricos».
Y eso es lo que no entienden muchos. En los países
52
donde hay más ricos es donde hay menos pobres y
mayor creación de empleo. Yo pongo el ejemplo de
California que es el lugar del mundo donde hay más
ricos, y es donde los mexicanos tienen mejores sa-
larios. El dinero de las remesas que se envían desde
California y Estados Unidos a México, hacen más
por los pobres que todos los programas sociales que
se encabezan dentro de México por los gobiernos
populistas. El problema es que la justicia social es
una excusa para aumentar impuestos, para dar-
le más poder al gobierno, e incluso para engañar a
gente de buena fe. Por eso es peligrosísima. Hay que
aplicar la justicia, no la justicia social. Un gobierno
que aplica la justicia y que protege la vida, la liber-
tad y la propiedad, genera riqueza en ese país, ge-
nera empleos y es el ambiente que mayor ayuda a la
hora de combatir la pobreza. La justicia social, que
es justicia injusta y va contra la justicia, lo único que
hace es concentrar la riqueza en el gobierno y gene-
rar más pobres.

AM: Además, debemos tener en cuenta otra carac-


terística que tienen estos gobernantes y dictado-
53
res a lo largo de la región, quienes se enriquecen a
partir del poder: la hipocresía. Personajes que no vi-
ven de la manera en la que dicen pensar, personajes
como Fidel Castro o Hugo Chávez, quienes llegaron
a decir que «ser rico es malo», y terminan siendo de
los personajes más millonarios. Hay una gran hi-
pocresía y se amparan en estos conceptos y los fal-
sos derechos. Creo importante apostar porque cada
ser humano pueda comprar su propia vivienda, con
su propio esfuerzo y trabajo, que cada ser humano
pueda valerse por sí mismo sin depender de un go-
bierno que promete, que te corta las piernas, te da
un par de muletas y te dice que sin el gobierno vos
no podrías caminar.

LP: Definitivamente. Mucha gente que se hace rica


en el gobierno lo tiene que negar o se tiene que ha-
cer hipócrita. Critican a los ricos y se han hecho ri-
cos en el gobierno. En América Latina estamos po-
bres, entre otras cosas, por la corrupción. La mayor
parte de los países y los gobernantes más corruptos
son los llamados socialdemócratas, los que mane-
jan empresas públicas. En Venezuela, por ejemplo,
54
se hizo realidad el dicho de Milton Friedman: «si a
un gobierno se le da la administración de un desier-
to, habría escasez de arena». En el caso de Venezue-
la tienen las reservas petroleras más grandes y hay
escasez de gasolina. Eso dice mucho de la «justicia
social». En esos países hay desigualdad, pero desi­
gualdad en la miseria. Según el coeficiente de Gini,
en los países donde hay más igualdad es en Cuba y
Venezuela, porque ahí no hay clase media: el 90%
de la gente es pobre. Se ha destruido la clase media.
Y los únicos ricos son los que están en el gobierno.
La igualdad es un mito. Uno de los países que tiene
mayor desigualdad según el mismo índice es Chile,
donde más se ha reducido la pobreza. Entonces, te-
nemos parámetros que se utilizan mal. Que haya
diferencias de clases no significa que haya más po-
breza. En Estados Unidos hay diferencias de clases
y allí se van muchos de nuestros mexicanos y argen-
tinos. ¿Por qué no se van a Venezuela? Se van a Es-
tados Unidos porque hay más oportunidades. Hay
que decirlo. De todo lo que hay allá, hay más opor-
tunidades de salir de la pobreza.
55
AM: Otro de tus libros se titula Desigualdad y distri-
bución de la riqueza, y lo traigo a colación porque ha-
blabas al respecto. Conversemos un poco más sobre
este concepto en el que se respaldan tantos populis-
tas: la desigualdad.

LP: Primero, «el pobre seguirá siendo pobre, el rico


seguirá siendo rico», una cantaleta de la Edad Me-
dia. A eso se le llama inmovilidad social. El país del
mundo que en el siglo XX tuvo mayor movilidad so-
cial es Estados Unidos, un país al que llega y ha lle-
gado gente con solo veinte dólares en la bolsa. Un
país que sus gobernantes lo están echando a per-
der, pero al que llegaron los pobres del mundo. En
nuestros países latinoamericanos hemos tenido
socialdemocracias, esos dictadores de derechas y
de izquierdas… La diferencia entre México y Esta-
dos Unidos es que, cuando a Guadalupe Victoria, el
primer gobernante de México, le ofrecieron la co-
rona, la tomó. Washington, en cambio, cuando se
le ofreció continuar en el mandato dijo que no. Esa
es la gran diferencia. Esa es la diferencia entre Es-
tados Unidos y nosotros. Allí han tenido una sola
56
Constitución, aquí cada gobierno que llega cambia
la Constitución, como sucede en México, como ha
sucedido en Argentina: no son democracias. Hace
poco discutía con alguien que me repetía el argu-
mento de «llegar por la vía democrática»: eso es fal-
so, por la vía democrática también llegó Hitler. La
vía democrática por sí sola no es garante de nada.

AM: Pensándolo así, creo que el respaldo de las li-


bertades, la propiedad privada y la vida, todo esto
podemos enmarcarlo en la ley máxima que se llama
Constitución, un mecanismo para evitar los abusos
legalizados muchas veces por leyes injustas. Un me-
canismo que tiene como propósito limitar las accio-
nes de los gobernantes, ya partiendo desde sus an-
tecedentes como la Carta Magna del siglo XIII con el
rey Juan I de Inglaterra, hijo de Enrique II y herma-
no de Ricardo Corazón de León; luego la Declara-
ción de los Derechos de 1689 que le impone el Par-
lamento inglés a Guillermo de Orange para suceder
en el trono a Jacobo I, limitando las leyes dictadas
por el rey; luego la Constitución norteamericana
–que bien la mencionabas– que resulta ser otro su-
57
ceso fenomenal. Te pregunto, porque en América
Latina tenemos lo que Carlos Alberto Montaner
llama «constitucionalitis», esa obsesión con crear
constituciones nuevas y reformarlas (Venezuela,
por ejemplo, tuvo 27 Constituciones en toda su his-
toria) y esto nos hace pensar en los Estados Unidos,
con una Constitución que ha estado vigente por 230
años, la misma Constitución durante toda su vida
y, esa ausencia de cambios y reformas en la misma,
es uno de los cimientos de la seguridad jurídica que
tiene el país. ¿Por qué nos dirías que es importante
la seguridad jurídica a la hora de encontrar el pro-
greso en un país?

LP: El antecedente del progreso es la inversión. Sin


inversión no hay crecimiento. Si tú tienes diez pesos
y te cobran cinco de impuestos, tienes cinco para in-
vertir. Si se lleva seis el gobierno, tienes cuatro para
invertir. Entonces, esta inversión va, primero, don-
de hay menos impuestos, y, segundo, donde hay le-
yes estables, donde no cada gobierno va a reinven-
tar el país. Cada gobierno habla de «reinventar» el
país, no de respetar las leyes. En México tenemos
un gobierno que habla de la cuarta transforma-
58
ción: no hay que transformar, hay que respetar la
Constitución que aquí, originalmente, fue pareci-
da a la de los Estados Unidos, pero le han hecho tan-
tos cambios, que son más los cambios que otra cosa.
Aquí tenemos un artículo que protege a los trabaja-
dores, el 123, que son ocho páginas de la Constitu-
ción. ¿En Estados Unidos tú sabes cuántos artículos
protegen a los trabajadores? Ninguno. ¿Y qué suce-
de? Que allá viven mejor los trabajadores. Por ley no
puedes aumentar salarios, no puedes aumentar ri-
queza, sino que tienes que crear las condiciones de
seguridad jurídica, tiene que haber la percepción
de que van a permanecer. Por eso en América Lati-
na no viene la inversión, incluso a pesar de las altas
tasas de interés. A lo que vamos es que la inversión
duradera, la inversión en empresas, cada día viene
menos a México porque tienen miedo de lo que va
a suceder mañana. En Estados Unidos pueden au-
mentar un poco o bajar los impuestos, pero no tie-
nen miedo a que les expropien como sucedió en Ve-
nezuela o como sucede en aquellos países donde ya
hay impuestos expropiatorios. Ya vemos que una
Constitución es para garantizar los tres derechos
59
fundamentales. Por eso podemos hablar de Cons-
tituciones inconstitucionales, que ya no son Cons-
titución. La Constitución no es meter el derecho a la
vivienda, el derecho a tener carro, el derecho a ser
feliz, a lo que se quiera. Esas son pamplinas, son mé-
todos para engañar a la gente y para justificar mayor
gasto público. Pero la Constitución originalmente
nace por impuestos, como bien mencionabas a Juan
I, donde le dicen que no iba a poder seguir cobrando
impuestos, que todos los miembros del Parlamen-
to no le daban el visto bueno a seguir cobrando im-
puestos. ¿Entonces qué hacen muchos populistas?
Ganan el Congreso y cambian la Constitución como
les da la gana. Constitución es una ley que limita a
los gobernantes, a que únicamente pueden hacer lo
que la misma les manda. La Constitución es una ley
fundamental que no debe cambiarse como si fue-
ra un calendario. Cuando ya no hay una verdadera
Constitución no hay democracia. Los fundamentos
de la democracia es el gobierno limitado; tres pode-
res (que uno limite al otro); y una Constitución que
sea base del gobierno y no que cada gobierno haga la
Constitución como le dé la gana.
60
ANDREA RONDÓN

Doctora en Derecho. LAS BASES


Profesora de la
Universidad Católica DE LA ESCUELA
AUSTRÍACA
Andrés Bello.
Miembro del Comité
Académico de Cedice
Libertad. Directora
del Instituto DE ECONOMÍA
Ludwig von Mises de
Venezuela.
ANTONELLA MARTY: Hablemos sobre este conjun-

to de ideas que tiene su origen en la Viena del siglo


XIX fundada por Carl Menger (1840-1921) –aboga-
do, periodista y economista– y luego expandida por
distintos autores como Eugen Bohm von Bawerk,
Ludwig von Mises, Friedrich Hayek, entre otros.
En una conferencia dictada por Israel Kirzner du-
rante uno de los seminarios de la Foundation for
Economic Education (FEE), el autor dividió con pun-
tualización lo que denominó Las cuatro etapas en la
historia de la Escuela Austríaca.
Para comenzar, la historia de la misma abarca des-
de 1871 hasta la actualidad y está dividida en cua-
tro etapas. La primera etapa es la etapa fundacio-
nal (1871–1914). Durante este período Carl Menger
funda la escuela de pensamiento y quien también
brinda maravillosos aportes durante este período
es el economista austrohúngaro Eugen von Böhm–
Bawerk (1881–1973).
A continuación, se da lo que Kirzner denomina la
etapa de consolidación (1914–1932), donde la Escuela
62
Austríaca juega un papel fundamental y encabeza
el mundo de la economía. Luego nos encontramos
con la tercera etapa (1932–1974) donde es dejada de
lado, en parte por el debate Hayek–Keynes, don-
de Keynes logra posicionar su postura en el pensa-
miento económico general.
Ya a partir de la cuarta etapa, denominada etapa de
resurgimiento, la escuela vuelve a tener presencia al
recibir Friedrich A. Hayek el Premio Nobel de Eco-
nomía en 1974.

ANDREA RONDÓN: Así es. Formalmente podemos


ubicar su origen en 1871 quien recoge las ideas olvi-
dadas de los escolásticos de la Escuela de Salaman-
ca, y representa una reacción a las ideas que se es-
taban discutiendo en la época, donde la forma de
aproximarse a los problemas económicos era de
una manera histórica. Menger comprende que hay
que poner atención a las consecuencias imprevis-
tas de condiciones o de actuaciones intencionales.
Ya vemos lo que será el germen característico de
la Escuela Austríaca y que se va a perfilar en el si-
glo XX con Mises a través de la acción humana, es
63
decir, la conducta humana que es lo que será deter-
minante y característico de esta escuela económica.
También esta escuela reflota la teoría del valor sub-
jetivo, la teoría de la utilidad marginal, y aspectos
que se refieren a los juicios de valor o las necesida-
des que los individuos tienen sobre un determina-
do bien, y cómo el valor de ese bien no está determi-
nado por el trabajo que tú le imprimas a ese bien.
Esta escuela desde Menger es una reacción contra
los planteamientos que se estaban suscitando en la
época, buscando una manera de poner así el acento
en el individuo.

AM: Es interesante el desenlace de la Escuela Aus-


tríaca. A mí me gusta hacer énfasis en la etapa de
expansión de estas ideas. Recordemos que en el año
1934 el profesor Mises estaba a cargo de una cáte-
dra en Ginebra y luego, con la ocupación nazi, Mi-
ses solicita a sus mejores alumnos que abandonen
Europa. De hecho, él mismo termina abandonan-
do Ginebra para emigrar a los Estados Unidos, y
allí es donde la Escuela Austríaca empieza a tomar
otro tipo de fuerza y comienzan a difundirse las ba-
64
ses de su pensamiento económico. Andrea, recién
mencionabas algunos de los pilares fundamenta-
les de los austríacos como la teoría del valor subje-
tivo, uno de los puntos que marca la diferencia so-
bre cómo se interpreta el concepto de subjetividad
partiendo de que el ser humano es el punto de parti-
da de la economía como lo son también sus aprecia-
ciones personales. La gran tarea de Menger y de los
marginalistas es entonces exponer que en realidad
el valor proviene de la utilidad que se le da a un bien
y su escasez relativa, llamada luego utilidad margi-
nal. La valoración es un asunto personal de los in-
dividuos, subjetivo. Uno puede valorar muchísimo
un bien y a otra persona puede parecerle totalmen-
te irrelevante el mismo bien. La valoración no es un
elemento universal, es más bien un elemento indi-
vidual, diverso, subjetivo.
Por ende, el pensamiento austríaco se basa en las
acciones humanas que derivan de aquellas valora-
ciones individuales. Hablábamos recién de la utili-
dad marginal, insisto: el aumento o reducción de la
utilidad total que va junto al aumento o reducción
65
de la cantidad que se tiene de cierto bien. El profe-
sor Carlos Sabino en su libro Diccionario de econo-
mía y finanzas (1991) explica esta ley de la siguiente
manera: «cuando un individuo adquiere unidades
adicionales de una mercancía, la satisfacción o uti-
lidad que obtiene de las mismas va, desde luego, au-
mentando; pero dicho aumento no es proporcional
o constante, pues cada vez resulta menor la utilidad
obtenida de la última unidad considerada. Llegará
un punto en que, por lo tanto, se alcance el máximo
de utilidad y, a partir de este punto, podrá haber in-
cluso una utilidad negativa, pues unidades adicio-
nales del bien resultarán en definitiva una moles-
tia, produciéndose entonces una ‘desutilidad’, este
comportamiento del consumidor queda expresado
entonces en lo que se denomina la Ley de Utilidad
Marginal Decreciente, que puede ser enunciada di-
ciendo que a medida que el consumo de una mer-
cancía aumenta en un individuo, manteniéndo-
se constante todo lo demás, su utilidad marginal
derivada de esta mercancía decrecerá». ¿Cómo lo
interpretamos?
66
AR: Como es una reacción a lo que se pensaba en ese
momento, es en contraposición a lo que se venía ma-
nejando en economía hasta entonces que es la teoría
del valor, que viene incluso de autores como Smith
y Ricardo, y que más adelante es desarrollada por
Marx. Ellos señalan que el valor de un bien está de-
terminado por el trabajo que tú le das a ese bien. En
cambio, los austríacos dicen que ese valor se deter-
mina de acuerdo con la necesidad que uno tiene o lo
que uno está dispuesto a pagar por ese bien. El ejem-
plo coloquial que utilizamos es que no es lo mismo
el valor de un refresco o de un vaso con agua en el
medio del desierto, al valor que va a tener ese refres-
co o ese vaso con agua en una oficina con aire acon-
dicionado y luego de haber consumido refrescos o
vasos de agua. La necesidad es distinta, la utilidad
de ese bien es distinto. El valor entonces está deter-
minado por lo que yo esté dispuesto a pagar por ese
bien y qué utilidad me dará ese bien. En estos aspec-
tos nos apartamos un poco de Adam Smith, pero no
quiere decir que Smith no tenga otros aportes como
por ejemplo es el orden espontáneo, la división del
trabajo, entre otros aspectos. Sin embargo, en la Es-
67
cuela Austríaca lo determinante es la teoría subje-
tiva del valor que le pone el acento al individuo, algo
que determina otras tesis de esta escuela.

AM: Haciendo énfasis en Ludwig von Mises encon-


tramos buena parte de estos aspectos y los avances
sobre la utilidad marginal, la praxeología (la cien-
cia y metodología que estudia la acción humana),
la teoría del ciclo económico, sus ideas sobre el pa-
trón oro, entre otras cosas. Conversemos en térmi-
nos de Mises sobre su demostración de la imposibi-
lidad del cálculo económico y cómo el socialismo es
imposible porque allí no existe el cálculo económi-
co, algo que sucede porque la planificación central
aniquila la herramienta básica con la que los indivi-
duos toman las decisiones económicas racionales.
Es decir, el socialismo aniquila los precios porque
estos ya no se forman, sino que se dictaminan de la
mano de un burócrata o funcionario estatal y allí se
da el gran cortocircuito. Charlemos sobre esto y so-
bre la obra Socialismo (1922) de Mises que, sin lugar
a duda, es un escrito majestuoso para entender es-
tos conceptos.
68
AR: La Escuela Austríaca tiene un rejuvenecimien-
to o un relanzamiento en el siglo XX. Dentro de ese
relanzamiento, una de sus características es ser un
formidable crítico del socialismo en sus distintas
manifestaciones. En una de esas críticas está el ha-
ber elaborado la teoría de la imposibilidad del cál-
culo económico. ¿Qué es esto? Que tú tomas deci-
siones más o menos racionales para alcanzar unos
fines y unos propósitos. Tú escoges los medios más
eficaces que te permitirán llegar a esos fines y pro-
pósitos, pero tú no puedes saber toda la informa-
ción o todo el conocimiento –porque las preferen-
cias, además, son momentáneas: lo que quieras hoy
puede no ser lo mismo a lo que quieras mañana–
entonces como no tienes toda la información ne-
cesitas algunas herramientas. Una de esas herra-
mientas, que tú acabas de mencionar, es el precio:
un instrumento de transmisión sucinta de la infor-
mación. El precio es sumamente útil para tomar esa
decisión más o menos racional y alcanzar esos fi-
nes y propósitos para hacer ese cálculo económico
dentro de unas condiciones más o menos deseables
y aceptables. Sin embargo, cuando se destruye el
69
precio, cuando se trata de decretar, cuando se trata
de fijar y controlar, los gobiernos destruyen un me-
canismo de información sumamente importante y
a uno le toca tomar decisiones a ciegas, por lo cual
en socialismo ocurre una imposibilidad del cálculo
económico debido a que se eliminan las herramien-
tas para llegar a esa decisión. Eso es lo característico
del socialismo, que tiene esa pretensión de contro-
larlo todo. Y digo «pretensión» porque no lo llegan a
cumplir debido a que no lo pueden saber todo.

AM: La fatal arrogancia de la que nos habló Hayek.

AR: Totalmente. Eso es lo que más caracteriza al so-

cialismo. Ahora, la obra Socialismo es sumamente


interesante porque no se enfoca únicamente en lo
económico, sino que también explica cómo cultural-
mente caemos en estos regímenes socialistas a pe-
sar de que todos estos errores están documentados.

AM: Y además cada vez que se aplican esos contro-


les de precios se termina derivando en escasez. Yo
siempre digo que un precio controlado no es un pre-
cio, sino el capricho de un burócrata de turno. An-
70
drea, hablemos sobre otro de estos pilares: el orden
espontáneo.

AR: Uno de los hijos intelectuales de Mises es Ha-


yek. Hayek es uno de los autores que mejor desarro-
lla a lo largo del siglo XX esta teoría del orden espon-
táneo y nos dice que el ser humano forma parte de
una sociedad, y que la forma de participar dentro
de esa sociedad es voluntaria y cooperativamente,
y aquí recoge muchos aportes de Adam Smith con
el principio de división del trabajo. Es decir, yo ne-
cesito de los demás porque yo mismo no puedo sa-
tisfacerme en todas mis necesidades. Entonces con
libres intercambios, entendiendo que yo necesito al
otro, que yo me beneficio del otro, cooperativamen-
te trabajamos y el mercado es la mejor forma de coo-
peración social, y esto lo destaca el liberalismo.

AM: La historia de Hayek es muy interesante porque


en sus inicios académicos simpatizaba con los idea-
les de la Sociedad Fabiana, aquel movimiento socia-
lista fundado en 1884 en Londres. Para ir conclu-
yendo y ya llevándote a otro aspecto, me gustaría
71
que conversemos sobre el debate y la relación entre
Hayek y Keynes.

AR: Es interesante porque el pensamiento general


a principios del siglo XX estaba enmarcado en las
ideas keynesianas. Keynes tuvo un rol fundamen-
tal en la posición de la mayor parte de los econo-
mistas a principios y mediados del siglo XX, donde
las propuestas eran fomentar el consumo y el gas-
to público como herramientas para hacer crecer la
economía. Hayek, con una diferencia de edad im-
portante e iniciándose en la docencia, va contra
corriente de uno de los economistas más famosos
de la época. Incluso él le escribe una carta personal
donde le advierte a Keynes los peligros del Estado
grande. La mayor parte del tiempo Keynes ganó la
batalla de las ideas, pero a la larga, al final, cuando
se le concede el Premio Nobel a Hayek en los años
setenta, comienza a ganar la batalla de las ideas.

72
ANTONELLA MARTY

HABLEMOS
DE LIBERTAD
ECONÓMICA
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EDITORIAL
Conocimiento Económico, A.C.
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CORRECCIÓN
jetivo principal la búsqueda de
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y humana. Las interpretaciones,
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RIF: J-00203592-7 isbn 978-980-434-012-3
ANTONELLA MARTY

HABLEMOS DE
LIBERTAD ECONÓMICA
Esta serie de entrevistas seleccionadas, resultado
del trabajo en conjunto entre Atlas Network y
Cedice Libertad, serán de ayuda para el estudio
de aspectos clave sobre la teoría y las ideas de la
libertad, así como para entender que el liberalismo
es mucho más que libertad económica. El
liberalismo, históricamente, ha representado una
lucha contra la desigualdad ante la ley, enmarcado
fielmente (y de manera pionera) en la defensa de
las libertades individuales, la promoción del libre
comercio internacional, la libre movilidad de
individuos a lo largo del mundo, la defensa de la
propiedad privada, la seguridad jurídica y, entre
otros tantos aspectos, los límites al poder.

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