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ILL Number: 112439784 {OE Borrower: VLB Borrower TN: 180230 Lending String: *MNT,KPS,MR4,XILEXC Patron: Steffen, Daniel ‘Need-before: 02/01/2014 Billing: Exempt No Charge Maxcost: 0.00 Notes: Borrowing Notes; Member of VIVA/LVIS/CL@N/ (maxCost; $0.00) Univers of St Thomas Litres oa Interlibrary Loan MNT ILLiad TN: 176771 NC In Process Date: 20140102 I Shipping Into: I Odyssey: 206.107.43.27 v.64 2002 : PDFs A + ILLOAN@LIBERTY.EDU UST-IRL Periodicals AVATLABLE 1 Pax: 434-582-2017 a I [Photocopy for Mail / Courier =, 1 BORROWING ADDRESS: Revista biblica. «VIB - Liberty University - ILL 1971 University Blvd. Volume: 64 T Msc Box 710172 Month/Year: 2002-01-01 1% VA 24502-2269 Pages: 53-60 * Date sent: Article Author/Title: Nazaret en el 1 evangelio de Juan (Interpretacion de Jn + Jnitials: 4,44) I —_—_ mmm me ee ee J. SEVERINO CROATTO NAZARET EN EL EVANGELIO DE JUAN (nterpretacién de Jn 4,44) La interminable discusién sobre Jn 4,44 como un texto incoherente -entendi- do como un Wanderlogion o dicho errético~ se entiende coherentemente si la “patria” de Jesis no es Galilea sino solamente Nazaret, la ciudad natal que Jestis, en el cuarto evangelio, jamds visita. 1. Introduccién Juan 4,43-45 es un pasaje informativo que une dos grandes relatos, el de la mujer samaritana (4,1-42, ver especialmente el v.40) con el de la curacién del hijo del centurién en Cand de Galilea (vv.46-54). El texto es el siguiente: 43 Después de los dos dias (cf. el v.40) sali6 de alli hacia Galilea. El mismo Jestis, en efecto, dio testimonio de que un profeta no tiene estima en su propia patria, 45 Cuando, entonces, fue a Galilea lo recibieron Ios galileos, siendo que ha- ban visto todo lo que hizo en Jerusalén durante la fiesta, pues también ellos fueron a la fiesta. El v.44 contiene una informacién extrafia sobre Jestis, cuando Iega a Galilea por tercera vez (cf. 1,43 y 4,3 para las dos primeras idas a la regi6n): autds gar Iesofs emartirésen héti profetés en i idfa patridi timén ouk éjei. La afirmaci6n no concuerda con lo anterior (v.43), si, como se en- tiende tradicionalmente, la “patria” de Jestis es Galilea. Como si Jestis fuera adrede al lugar donde no va a ser bien recibido. Menos todavia con- cuerda ese v.44 con el 45 que sigue, donde se sefiala que los galileos lo re- REVISTA BIBLICA 2002 / 1-2 53 NAZARET EN EL EVANGELIO DE JUAN cibieron bien a Jestis, luego que habfan visto 0 sabido acerca de los “sig- nos” que habia hecho en Jerusalén, Porel v.44 se entiende que Jest es un “profeta”; ahora bien, el v.45 usa el vocabulario de “recibir”, que resulta apropiado para la acogida a un profeta. Esto marca la importancia del gesto de los galileos. 2, La mirada exegética Dada la desarmonéa introducida por el v.44, los intérpretes lo han toma- do como un “Wanderiogion”, un dicho errético de la tradicién sinéptica, que el evangelista colocé en este lugar sin mayor acierto. La valoracién exegética se divide en dos posiciones fundamentales: para unos la patria de Jestis es Ga- lilea (Cris6stomo en la antigiiedad; R. E, Brown, R. Bultmann; E. Hlinchen), para otros es Jerusalén o Judea (Origenes; entre los exégetas modemos, E. C. Hoskyns, C. K. Barrett; W. A. Meeks!, C. H. Dodd, R. V. G. Tasker, J. Mateos J. Barreto, Gail R. O'Day) o s6lo Jerusalén (B. Lindars). No faltan quienes se acuerdan de la afirmaciGn de 1,11, segxin Ia cual la Palabra “vino a lo suyo (is 12 fia)? y los suyos (ho! fof) no la recibieron. Son los dos tinicos pasa- jes entre otros, incluyendo los sinépticos, donde el adjetivo édios (“propio”) ‘est relacionado con la patria (4,44) 0 con algo més indeterminado pero rela- ‘cionado con el lugar propio (1,11). Los que reciben a Jest, entonces, son los galileos, no los jerosolimitanos. Pero esta explicacién es anulada por la afir- ‘macién clara de 2,23 (en Jerusalén “muchos creyeron a (eis) su nombre, vien- do sus signos, que él hacia”), lo que es recordado precisamente en 4.45. Decir que se trataba de una fe imperfecta (R. B. Brown), es un recur- so desesperado, ya que, en la concepcién del mismo evangelio, el creer en Jestis por los signos es una fe auténtica (2,115 7,313; 10,41-42; 12,37; 20,30- 31), como seri también Ia del funcionario de Cafamain (4,48.50.53) 1 Distingue entre las tradiciones sinéptica y juanina: "En la versién sinéptica la pe triéde Jesis es Nazaret. En el contexto juanino, in embargo, las palabras siguientes ex. igen que Judea sea entendida como la patns". CF. “Galilee and Judes inthe Fourth Gos- pel": Journal of Biblical Literature 85 (1966) 159-169, 164, 2 y no "a las suyos” (B/ 1998), pues no se reiere slo @ personas sino también @ un dmbito (w.3 y 10) 3 La afirmacién de la gente que cree en Jesis (“el Mesias, cuando venga, 2acas0 hard mas signos de los que éste hizo?" indica que la realizacén de signos no es nece- satiamente una actividad del Mesias. Es mis normal pensar en figuras como Elias 0 Ei- s20, profetas taumaturgos (ver el ensayo ctado en la nota 7). 34 REVISTA B/BLICA 2002 / 1-2 4. SEVERINO CROATTO Afirmar que el v.44 es un paréntesis (R. Bultmann, R. E. Brown*) 1o es menos extrafio si suponemos que el autor de un texto tan cuidado es meticuloso en lo que redacta. Que sea una glosa, no es corroborado por la tradicién manuscrita, Silos dos pasajes de 1,11 y 4,44 estén relacionados, entonces 4,44 no puede referirse a Jerusalén 0 Judea, ya que en el mismo cuarto evangelio es claro el origen galileo de Jestis (1,45-46; 7,41-42.525). El didlogo de 7,41- 42, por otra parte, reclama un origen judeo y betlemita del Mesias, pero en el evangelio de Juan no hay ningtin indicio de tal origen del Jestis histéri- 0°. Significa que si Jest es el Mesfas y el Profeta escatolégico (Deutero- nomio 18,15.18) -ver Juan 6,14; 7,40- lo es en un sentido simbélico dife- rente al puramente hist6rico’. Es decir, lo es a pesar de su origen galileo. Al recorrer los comentarios exegéticos de Juan 4,43-45 no se en- cuentra mucha novedad fuera de lo sefialado. O si no, se repite la idea de que el redactor recibe un dicho de la tradiciGn sinéptica pero que lo colo- ca en un mal lugar. Cosa extrafia, por cierto. De modo que parece no ha- ber soluci6n para entender redaccionalmente el v.44, 3. Es posible otra lectura GEs tan negativa la situaci6n? :Es admisible que el autor del cuar- to evangelio haya cometido un error de ubicacién tan evidente? El exégeta debe mirar todas las facetas del texto antes de acusar a su autor de incoherencia. En este caso, seria una incoherencia persistente en la tradicién manuscrita, que no la advirtié ni corrigi6. 4 Este utimo, al menos, parece depender del clésco Intemational Critical Commen- tary cf J.H, Bemard, A Citcal and Exegetical Commentary on the Gospel According to St. John (ICC; Edinburgo 1928) |, 163. 5 aqui el "zacaso también 6 art cit, 162. 2 de Galilea?” se refiee indrectamente a Jesis 7 Al menos en io que se refiee a Lucas Hechos, hemos tratado de analizar el sen- ‘ido del “profeta como Moisés' en la relectura cristina originara de las Escrturas, en “Jess muece coma profeta en Jerusalén. La construccign lucana del Jesus profeta": BLA 43 (200233) REVISTA BIBLICA 2002 / 1-2 55 [NAZARET EN EL EVANGELIO DE JUAN 1. Lo primero que hay que definires el significado de “patria”. ;Por qué, si se trata del norte, tiene que ser “Galilea”? Trasladamos nuestra no- cién de “patria” (como pais, nacién) a aquellos tiempos. Pero “patria” es ante todo el lugar de los “padres”, de ta familia, de los hermanos, y por tanto no puede ser sino una aldea, un pueblo o una ciudad determinada, ‘nunca tna regi6n, ‘Tenemos la confirmaci6n de este lenguaje en la escena de Nazaret, en Lucas 4,16-30, Cuando los nazaretanos desafian a Jesits diciéndole: “Cuan- to hemos oido que fue hecho en Cafaratin hazlo también agué, en tu pa- ria’ (4,230). “Aqut’, evidentemente, es Nazaret, y “en tu patria” es, nue~ vamente, Nazaret. Nada hace pensar en un concepto regional como Galilea. Menos nos hace pensar en una lectura reoldgica de “patria” (como cen algunos de los autores arriba anotados). Por lo mismo, creemos que tampoco en Juan 4,44 hay incoherencia al- ‘guna sino una afirmacién muy clara de que Jestis no quiso ir a Nazaret, exclu- ryendo explicitamente toda actuacién en su aldea natal, porque all no iba.a ser bien recibido. El dicho “nadie es profeta en su patria” (Lucas 4,24) se aplica cen nuestro caso a Nazaret, no a Galilea. Y no hay razén valida para distinguir el sentido de patris (griego) segin se rate de los sindpticos 0 de Juan, 2. El cuarto evangelio conoce la tradicién sobre el origen nazareta- no de Jestis y su familia, como consta por 1,45 (Felipe le dice a Natanael que “hemos encontrado a aquel de quien escribieron Moisés y los Profe- tas, a Jestis, hijo de José, el de Nazaret”). La opinién sobre Nazaret la ex- presa Natanael en su respuesta: “De Nazaret puede proceder algo bue- no?” (v.46). No dice: “,De Galilea puede proceder algo bueno? Ahofa bien, Natanael (uno de los siete beneficiados por la aparicién del Resucitado en 21,1-14) era de Cand de Galilea, de acuerdo con 21,2. EI mismo que se hacfa la pregunta de 1,46 sobre Nazaret, era de una al- dea vecina. ;Habria algun tipo de rivalidad entre ambas localidades? Por Jo menos, Natanael tenfa una opinién formada sobre Nazaret. Por otra parte, la conversacién de Jestis con “sus hermanos” —fari- liares, seguramente, y por tanto de Nazaret, segiin se puede deducir- so- bre el viaje a la fiesta de las tiendas en Jerusalén (7,1-14) insiste en la po- ca visin de ellos y explica su esfuerzo por desprenderse de los mismos, no queriendo acompaflarlos a Ia fiesta. El v.5 es taxativo: “En efecto, nit sus hermanos creyeron en él”. Cuando sube a Jerusalén, efectivamente (v.10), ya no se encuentra mas con sus hermanos. ge REVISTA BIBLICA 2002 / 162. 4. SEVERINO CROATTO 3. En Ia inscripci6n en la cruz, s6lo Juan tiene la formula larga: “Testis el nazoreo, el rey de los judios” (19,19). {Qué relacién significativa podfa establecer Pilatos con Nazeret? Podria ser una ironfa, ya que era impensable una coss tal. Algo parecido alla frase de Natanael Hay que tener en cuenta, no obstante, que del top6nimo Nazarét no resulta en griego un adjetivo nasdratos. Se esperaria nazardi@s 0 tal vez nazarétatos. Lo que debe suceder, en realidad, es que el autor del evange- lio, y no tanto Pilatos, como es evidente, conoce la tradicién sobre el né- ser (pronunciacién antigua: nasr#) 0 “véstago / brote” de la raiz de Jesé de Isafas 11,1. Dicha tradicién se expresa también en el evangelio de la in- fancia de Mateo, en 2,23. Cuando este evangelista hace ir a Nazaret a la familia de Jests, afiade la extrafia formula de cumplinniento: Para que se cumpliera lo dicho por los profetas, que “se llamar na- zore0 (nazdratos klethésetai)®”. ¢Dénde, en el corpus profético, puede estar este nombre? Por em- pezar, no tiene sentido una referencia a la ciudad o aldea de Nazaret, ig- norada en todo el Antiguo Testamento, Se trata, sin duda, de una lamada hhermenéutica a Isafas 11,1. Lo mismo pasa con Juan 19,19. Por eso esta denominaciGn aparece en aposicién con “el rey de los ju- fos”. En Isafas 11,1 se trata, efectivamente, del rey ideal futuro. De esta ‘manera, la inscripcién esté afirmando algo mucho més profundo que una re- ferencia a Nazaret, que no viene al caso. Més bien, es una apropiacién teo- I6gica y hermenéutica del oréculo profético, aplicado ahora a Jess. Si hay en el relato una ironia, ésta consiste en que Pilatos hace es- ta afirmacién hermenéutica. Olvidemos, por tanto, toda referencia a Nazaret en el epfgrafe de la cruz. Jestis es el rey de los judtos, que éstos mismos esperaban leyendo Isafas 11. 8 ste adjetivo nada tiene que ver con el “nazireo" (nebreo naz de Nimeros 6 0 e Armd 211-12. REVISTA BIBLICA 2002 / 1-2 57 NAZARET EN EL EVANGELIO DE JUAN 4, El contexto juanino Volvamos ahora a Juan 4,44, 1. Festis entra en Galilea (v.43), y es bien recibido por los galileos (v.45), pero evita ir a Nazaret, “su patria”, porque no vale la pena. En todo el cuarto evangelio, Jestis no pasa nunca por Nazaret, & pe- sar de sus repetidos viajes Galilea (4x: 1,43; 4,3; 4,43; 7,1.9), especial- mente 2 Cafarnaiin (2x: 2,12; 6,17), a Cand (2x: 21-11; 446-54), y al Mar de Tiberfades, segtin 21,1. En total, nueve visitas. Repetimos, nunca entra en Nazaret, de donde era oriundo. Y a pe- sar de haber estado dos veces muy cerca, en Can. Ni siquiera el encuen- two con “sus hermanos” (7,1-9) tiene lugar en Nazaret sino en alguna par- te de Galilea (v.1). 2. Al revés de lo que hace Lucas ~el programa de su evangelio lo proclama Jess nada menos que en la sinagoga de Nazaret, confrontdndo- se con sus compatriotas (4,16-30)- el cuarto evangelio aleja a Jestis de Na- zatet. Para él es relevante el tema de la recepcién del profeta Jest, puesto {que es el enviado del Padre. Por eso también el distanciamiento de Jestis respecto de “sus hermanos” en el encuentro fugaz con ellos de 7,1-9. 3. Bn este marco redaccional, ¢s posible que la anotaci6n inicial del prélogo acerca de que la Palabra “vino a los suyos y los suyos no la reci- bieron” (1,11) no sea ni una afirmacién teol6gica global (los humanos) ni tuna referencia a Judea / Jerusalén ~como destacan varios comentaristas- sino a Nazaret. La afirmacién subsecuente del v.12 (“pero a cuantos la fe- cibieron, les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios, 2 los que ereen a su nombre”) podrfa sugerir, con su lenguaje de generacidn, que el parentes- co con Jestis deriva de la fe en él y no de lazos carnales (“sus hermanos”) © geogréficos (Nazaret). Esta es una sugerencia solamente. 4, Con estas actaraciones, el texto de Jn 4,43-45 es totalmente cohe- rente, El v.44 no es un Wanderlogion sino que hay que leerlo a contraluz de 48 y 45. ¥ dice algo importante en la perspectiva del cuarto evangelio. Por lo demés, si se quita el v.44 el comienzo del 45 es algo redun- dante y de mal estilo después del 43. La lectura seria: 58. REVISTA BIBLICA 2002 / 1-2 4. SEVERING CROATTO ‘©... sali6 de af hacia Galilea. “5 Cuando, entonces, fue @ Galilea lo recibie- ron los galileos.. El comienzo del v.45 supone que algo sucedi6, o no sucedié, entre- tanto, y e30 es precisamente lo que el 44 especifica. Aquel v.45, luego, re- toma correctamente la idea comenzada en el 43. El v.44 interrumpe I6gi- camente la narracién iniciada en el 43 para decir algo de interés, pero nun- ca algo desubicado. Luego de decirlo, se retoma correctamente la indica- cidn “cuando, entonces, entré en Galilea...”. Por tanto, lo primero que sucede en Galilea es ~jy ahora en exacta contraposicién con lo que hubiera sido el paso por “su patria”, Nazaret— la edlida recepcién que los galileos ofrecen a Jestis (v.45)°. Se puede discutir de donde fue tomado el dicho 0 ldgion del v.44, ‘ya que es parecido aun dicho de los sindpticos: Mateo 13,57b (a la expre- si6n “su patria” afiade “y en su casa”)!0; Marcos 6,4 (afiade “y entre sus parientes y en su casa")l; Lucas 4,24 (solo “en su patria”, como en Juan 4,4), y €5 lo tinico que en Juan 4,43-54 ée relaciona con esa tradicién, Ahora bien, el texto resultante en Juan 4,43-45 es no s6lo coheren- te, sino también importante por la afirmacién que excluye a Nazaret del Circuito itinerante de Jestis en toda su actuacién, Al revés de la tradicién sinéptica ~que relata una estancia de Jestis en Nazaret (Mateo 13,53-58; Marcos 6,1-6; Lucas 4,16-30), con una actuacién escasa y mis rechazo ‘que buenos resultados, magros por cierto (Mateo 13,58 [una pocas “cosas poderosas”, dundmeis]; Marcos 6,5 [“no podta allf hacer ninguna cosa po- derosa / dinamin, curando s6lo algunos enfermos”; Lucas 4,22a [s6lo ad- tiracién por su ensefianza; ningtin milagro]). Siempre se marca la falta de fe de los compatriotas de Nazaret. En Juan, en cambio, ni ensefianza, ni milagros, ni siquiera una vi- sita a Nazaret. Interesados por conocer ia interpretaciin de X. Léon Dufour, Lectura del evange- lio de Juan. Jn 1-4, Salamanca, Sigueme, 1989, 319.328, descubsimos que ni siquera menciona el v.44. No menos desconcertantes resuitan J. Mateos y J. Barreto, El evan: gelio de Juan, Crstiandad, Madrid, 1979, 248. No s6lo no explcan nuestro v.44 sino aque interpretan que la “patria” de Jest es Judea. 10 Jesus estd en Gatilea (13,1) y sin embargo el v.54 afirma que de donde estaba se traslad6."a su patra". Es evidente que no se trata de Galea sino de Nazaret. 11 Jess esté en el contexto del ago de Tiberiades (cf. 51.21 con 6,1), ICA 2002 ) 1-2 59 NAZARET EN EL EVANGELIO DE JUAN Por el contrario, el episodio anterior (4,39-42) destaca la prontitud de los samaritanos en creer, primero a la mujer, luego al mismo Jests, le- gando incluso a una confesién de fe sobre él como “verdaderamente el salvador del mundo” (v.42b). También los galileos lo reciben, como aqui mismo se destaca (v.45), y aun los jerosolimitanos y judeos, como ya he- mos visto, a pesar de ciertas explicaciones de algunos exégetas. S6lo Na- zaret y los “hermanos” de Jestis quedan al margen, dado que “un profeta en su propia patria no tiene honra” (v.44). Para terminar, cabe agregar que la particula conectiva gdr (“pues / en efecto”) que inicia el v.44, explica justamente el motivo por el cual Je- stis, al salir de la regi6n de los samaritanos (v.43), no se dirige a Nazaret, su patria, como uno podria esperar, sino sélo al territorio mas amplio de Galilea, y luego nada menos que a Ia localidad de Cand, cereana de Naza- ret. Después de esta afirmacién, el v.45 retoma lo sefialado en el 43. Leamos por tanto otra vez los vv.43-45: 43 Entonces, después de los dos dias salié de allf (de Samaria) hacia Galilea. 44E] mismo Jestis, en efecto (gar), dio testimonio de que un profeta en su pro- ia patria (= Nazaret) no tiene honra. 45 Cuando, entonces, fue a Galilea lo recibieron los galileos, habiendo visto to- do cuanto hizo en Jerusalén en la fiesta; ellos mismos, en efecto, habfan ido a la fiesta, 46 Fue entonces de nuevo a Cand de Galilea... J, SEVERINO CROATTO BUENOS AIRES 60 REVISTA BIBLICA 2002 / 1-2

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