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Antes de hablar de los fenómenos del niño y la niña, es importante mencionar que
un fenómeno meteorológico es un fenómeno natural, como lo es una tormenta, un
tornado o un alud de tierra, estos fenómenos según su intensidad producen efectos
adversos o positivos en los ecosistemas y en el medio ambiente.
Ahora bien, ¿que son el niño y la niña como fenómenos atmosféricos? Estos
términos son usados con frecuencia en países de Suramérica como Colombia, de
donde soy originaría, pues es común alertar a la población en épocas del año donde
se van a presentar cambios en el clima que son atribuidos a estos fenómenos, por
lo que se ha vuelto común mencionar que cada temporada de lluvias severas es
culpa de “el niño” o en sequias o calor por “la niña”, no saliéndose del todo de la
realidad. El fenómeno del niño y de la niña son fenómenos atmosféricos que se
suelen presentar de manera cíclica, estos fenómenos son más incidentes en el
océano pacifico en la zona ecuatorial y sus efectos afectan de manera global el
clima.
Técnicamente los fenómenos del niño y la niña están relacionados con las
variaciones que se producen durante ciertos periodos en la temperatura superficial
del océano pacifico, los cuales se producen por cambios en los patrones de la
temperatura del viento que ocasiona temperaturas anormales ya sean muy frías o
muy cálidas en la superficie del mar, afectando a su paso el clima, dado que la
temperatura del mar es lo que en gran medida determina las lluvias o vientos en la
tierra.
El viento juega un papel muy importante en estos fenómenos, existen unas
corrientes de viento llamadas vientos alisios que soplan en dirección nor-este en el
hemisferio norte, y al sur-este en el hemisferio sur, e impactan en el ecuador y los
trópicos, estas corrientes cumplen una función reguladora del clima y una alteración
en los patrones de los mismos dan lugar a los fenómenos del niño y la niña.