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AIRE PURO: Está demostrado científicamente que

respirar aire puro, al menos 30 minutos al día,


mejora la salud cardíaca y evita la depresión, así lo
demostró un estudio de la Universidad de
Queensland en Australia. Cada célula del cuerpo
debe recibir constantemente suministro de oxígeno,
de lo contrario se debilitan y mueren.
LUZ SOLAR: Los rayos ultravioleta regulan la
producción de melatonina, hormona que ayuda a
definir los ciclos de sueño. La luz solar reduce sus
niveles, lo que ayuda a sentirse más despierto.
Beneficio para nuestro estado de ánimo ya que
promueve la síntesis de la serotonina, una sustancia
relacionada con el bienestar, fija el calcio en los
huesos.
Dominio propio: Constituye un antídoto para el
estrés. Contribuye a una adecuada oxigenación de
la sangre, lo que a su vez permite mejorar los
estados de ansiedad, depresión, fatigabilidad e
irritabilidad. Contribuye a disminuir la tensión
muscular.
Descanso: Un adecuado descanso, además de
favorecer el control del peso y protege al corazón,
ya que en situaciones de insomnio aumentan en
sangre hormonas relacionadas con el estrés
(adrenalina y cortisol) que aumentan la tensión
arterial y la frecuencia cardíaca.
Ejercicios: Las evidencias científicas acumuladas
durante décadas han acreditado que la actividad
física y deportiva moldea el cerebro y tienen
numerosos efectos beneficiosos sobre la cognición,
el estado de ánimo o la salud cerebral a todas las
edades.
Alimentación: se ha acumulado una considerable
evidencia científica en los últimos años que señalan
que muchas de las causas actuales de mortalidad
están íntimamente asociadas a factores de riesgo
evitables, como una alimentación desequilibrada, la
obesidad, el sedentarismo, el tabaquismo y el
consumo de alcohol. En concreto, 5 de los 10
factores de riesgo identificados por la Organización
Mundial de la Salud (OMS)1 como claves para el
desarrollo de enfermedades crónicas están
estrechamente relacionados con la alimentación y
el ejercicio físico. Estos 5 factores son:
hipercolesterolemia, obesidad, sedentarismo,
hipertensión arterial y consumo insuficiente de
frutas y verduras.
Agua: El agua ayuda a mejorar el rendimiento físico
(Recuerda que tus músculos son un 85% de agua, si
pierden agua, pierden su capacidad de ejecución.
Tu cerebro está hecho de agua en un 83% (Algunos
estudios demuestran que incluso una
deshidratación leve, puede afectar al estado de
ánimo y la concentración, la memoria de trabajo
puede verse reducida, y puede aumentar la
ansiedad y la fatiga). El agua puede ayudar a
prevenir y tratar dolores de cabeza (El agua puede
servir a aliviar la intensidad y duración del dolor, así
como prevenir la aparición de la migraña en
aquellas personas que están deshidratadas). Agua y
estreñimiento (beber más agua es una de las
recomendaciones del protocolo para tratar el
estreñimiento tanto en su prevención como a la
hora de aliviar sus síntomas). El agua y los cálculos
renales (a mayor ingesta de agua aumenta el
volumen de orina que pasa a través de los riñones,
cosa que permite diluir la concentración de
minerales en estos, por lo que es menos probable
que cristalicen y formen piedras. Beber agua
adelgaza, esto no es una leyenda urbana. También
lo es que beber antes de las comidas adelgaza.
Beber agua pone en marcha tu metabolismo para
poder digerirla. 2 litros de agua más en tu
organismo todos los días puede aumentar tu gasto
total de energía hasta 96 calorías por día.
Confianza en Dios:????

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