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Ansaldi y Giordano, en su texto, “América Latina frente al león inglés, el

águila norteamericana y algunos cacareos del gallo francés”, los autores describen los
diferentes proyectos políticos, económicos y militares, en algunos casos combinados,
que llevaron adelante las potencias europeas y extranjeras, como ser Gran Bretaña,
Francia y Estados Unidos, en los países latinoamericanos cuando estos se han
independizado y proclamado su soberanía. Es decir, describen como las relaciones con
las antiguas metrópolis, con las potencias europeas y los Estados Unidos se fueron
reconfigurando en función de los distintos intereses en juego, no sólo locales sino
extranjeros en la región.

En primer lugar abarcan la cuestión de los ingleses y como las acciones y


medidas llevadas adelante por el Reino Unido llevan a compararlo con el León en
cuanto a dominante, agresor y más fuerte entre los demás países. Los autores afirman
que el Reino Unido combino intervenciones militares, negociaciones y presiones
diplomáticas y, sobre todo, el control de actividades económicas (comercio);
combinación que puede entenderse como una política de balcanización de América
Latina. El Reino Unido no se opuso a la formación de unidades políticas vastas, capaces
de mantener el orden interno y de ofrecer mercados seguros e inversiones capitales; su
temor radicaba en que las nuevas entidades políticas carezcan de un orden político y una
seguridad política que conspiraría contra sus intereses capitales.

El Reino Unido, como Estados Unidos, combino estrategias comerciales y


diplomáticas con operaciones militares, principalmente en la segunda mitad del siglo
XX, para cuestionar la “estatidad” de los estados latinoamericanos y la capacidad de
externalizar su poder. Dichos cuestionamientos tuvieron dos formas; por un lado la
guerra entre los Estados (ej.: guerra de la triple alianza y del pacifico) ya que las guerras
son el ejemplo de la subordinación política a la que estuvieron sometidos los países
latinoamericanos aun cuando se hayan reconocido formalmente la soberanía de estos.
Por el otro lado, ocupaciones/intervenciones (ej.: Islas Malvinas, Brasil, México,
Nicaragua, Venezuela, etc.), que se dieron a partir de la ruptura del nexo colonial e
incluso muchos antes, es decir aun cuando estaban vigentes los lazos coloniales (ej.:
Invasiones Inglesas).

En este contexto, se puede considerar a las acciones llevadas adelante por los
franceses, como un “cacareo” que pretende asustar pero no logra imponerse como
Inglaterra. Es decir, Francia llevo adelante agresiones a países latinoamericanos,
1
principalmente en el Rio de la Plata, como bloqueos a los puertos en varias ocasiones,
pero esto terminaban favoreciendo políticamente al país sitiado o desfavoreciendo a los
ingleses.

El Reino Unido llevo adelante, hasta la década de 1840, políticas que


combinaban injerencias explicitas e implícitas con los asuntos de los nuevos países
latinoamericanos independientes. En todo los casos los ingleses manejaban un principio
que se basaba en preferir, para las colonias españolas devenidas en republicas
independientes, una solución política, económica-comercial antes que una conquista
militar. Una alianza y una amistad establecida con los grupos propietarios y
comerciantes interesados en hacer “buenos negocios” con los británicos.

Por otra parte, los autores afirman que a mediados de 1840 el Reino Unido (el
león ingles) comenzó a ceder políticamente, mas no económicamente, frente al agresivo
expansionismo de Estados Unidos, a quien se le puede comparar con un Águila por su
acecho y gran capacidad de sobrevolar el amplio territorio por el cual se expandiría y
transitaría. Ansaldi y Giordano afirman que la historia de América Latina esta asignada
por la de Estados Unidos ya que a lo largo del siglo XIX presidentes, políticos y
periodistas norteamericanos formularon políticas como “el destino manifiesto”, que
justificaban las intervenciones norteamericanas en los países latinoamericanos y las
políticas expansionistas llevadas adelante.

Por otro lado, Robert Freeman Smith (1997) en su texto “América Latina, los
Estados Unidos y las potencias europeas”1 afirma que las naciones latinoamericanas,
tras obtener la independencia en 1830, estaban frente un mundo de rivalidades
internacionales y una política basada en el poder. En este sentido las potencias europeas
y principalmente Gran Bretaña continuaron desempeñando un importante papel político
y económico. Así mismo el autor menciona de ciertas intervenciones que las potencias
europeas realizaron en el hemisferio utilizando diferentes grados la fuerza militar entre
1830 y 1890 que tenían por objetivo ayudar a países latinoamericanos amigos en sus
rivalidades con países contrarios y así seguir asegurando su influencia; además de
proteger a sus propios ciudadanos ante posibles maltratos de los gobiernos de la región.
“Algunas de estas intervenciones tenían por objeto mantener la influencia ayudando a

1
BETHELL, L.(1997) Historia de América Latina, Barcelona, Cambridge University Press-Crítica.

2
países latinoamericanos amigos en sus rivalidades con vecinos hostiles, además de
proteger a sus ciudadanos (…).”2

Según la arraigada costumbre internacional del sigo XIX, las grandes potencias
tenían que ser capaces de proteger la vida y la hacienda de sus ciudadanos en el
extranjero, así como de hacer que se cumplieran las normas de comportamiento que se
consideraban civilizadas. Los Estados Unidos se vieron envueltos en las rivalidades
internacionales del hemisferio, al menos durante muchos años preocupados por el papel
de Europa en la región, impidiendo que se restaurase el antiguo orden colonial de
mercantilismo económico y autoritarismo político. “(…) la política norteamericana
debía ir dirigida a contrarrestar los esfuerzos que (…) continuaran haciendo las
naciones europeas en favor de sus propósitos monárquicos y monopolísticos.”3

2
Robert Freeman Smith. Cap. 3. 1997. p. 73
3
John Quincy Adams (1823) en Robert F. Smith (1997). p. 74

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