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 Qué sectores sociales y económicos se vieron beneficiados y cuáles

perjudicados por la guerra?


 Qué pasó con la Iglesia, con el ejército?
 En qué consistió la 'democratización' de la que habla Halperin?
 Cómo se transforma el circuito comercial y productivo?
 Qué relaciones se establecen con las potencias extranjeras?
 Por qué el autor habla de 'larga espera'? qué es lo que no se logra en todo este
período revolucionario?
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Halperín Donghi1 afirma que en 1825 concluye la guerra de independencia que


dejaba en todo el territorio americano un “legado nada liviano”2 debido a las rupturas
de las estructuras coloniales que lleva a una transformación de los sistemas mercantiles,
a la persecución de los sectores vinculados al antiguo régimen, a la militarización y, en
todos los casos, el agotamiento del orden colonial. Donghi afirma que la guerra de
independencia produjo cambios impresionantes, ya que “(…) no hay sector de la vida
hispanoamericana que no haya sido tocado por la revolución.”3

Una novedad evidente y la más visible fue la cuestión de la violencia. La


movilización militar implicaba una movilización política cuyo objetivo era disciplinar a
los convocados para luchar. En este sentido la guerra de independencia es el escenario
de aparición de un nuevo estilo de acción de la elite criolla: un nuevo cuerpo de
oficiales. Estos constituyen un instrumento de poder para el sector revolucionario que
pretende seguir gobernándola. Por otra parte, dicha violencia domina la vida cotidiana
ya que después de la guerra es imposible imaginar una Hispanoamérica libre de peligro
y vacía de hombres armados. “(…) luego de la guerra es necesario difundir las armas
por todas partes para mantener un orden interno tolerable.” 4 De este modo la
militarización perdura. Dicha militarización acarrea otros problemas, es decir es un
remedio, pero costoso e inseguro. Es costoso ya que para seguir mantenido a los jefes de
los grupos armados había que tenerlos satisfechos lo que significaba gastar en armas y
1
Cabe aclara que el autor titula el capítulo, donde expone estas transformaciones erosionadas por la
guerra, como “La larga espera” debido a que de las ruinas del orden colonial se esperaba que surgiera
un nuevo orden cuyos principios esenciales fueron previsto desde el principio de la lucha por la
independencia. Sin embargo ese orden nuevo nunca llega, no es logrado, entre 1825 y 1850, o es
demorado.
2
HALPERÍN DONGHI, T.(1969) Historia contemporánea de América Latina, Madrid, Alianza.
3
Ídem. P. 136
4
Ídem. P. 137

1
pagarles a través de las rentas estatales. Pero para pagar a los cuerpos oficiales se debe
recurrir a más violencia para obtener recursos de aquellos países arruinados. A su vez al
lado del ejercito se encontraban las milicias rusticas que eran las encargadas de
resguardar el orden local a los que también se debía de pagar. En síntesis, “(…) los
nuevos estados suelen entonces gastar más de lo que sus recursos permiten…”5

Por otro lado, otro de los cambios que la revolución trajo consigo fue la
“democratización”, producto de la gravitación de los cuerpos armados. Dicha
democratización es limitada pero real de la vida política y social hispanoamericana. Ese
proceso se puede evidenciar en la resignificación de la esclavitud, ya que la guerra
obliga a los nuevos estados a manumisiones/liberaciones que tiene por objetivo
conseguir soldados además de, explícitamente, salvar el equilibrio racial. por otro lado
la revolución cambia el sentido de la división de las castas.

A su vez se da otro cambio en la relación entre las elites urbanas


prerrevolucionarias y los sectores de castas y de blancos pobres, relación que varia y
cuyo cambio radica en la perdida de las elites urbanas frente a los sectores rurales. La
revolución paso por las tierras rurales provocando consecuencias en el entero sector
terrateniente, ya que si en la etapa colonial este sector mantenía una posición
subordinada, en la etapa postrevolucionaria asciende social y políticamente. Esto se
debe a que, si bien la guerra consume los ganados y frutos de las tierras por las que
pasa, la tierra constituyo el medio por el cual las clases terratenientes rehicieron su
fortuna.

Otra transformación es el cambio en las magistraturas que los poderes


revolucionarios han transformado en agentes escasamente autónomos del centro del
poder político y que “(…) la revolución ha traído para ellas una decadencia
irremediable.”6 Un proceso igual se da en la Iglesia la cual se empobrece y se
subordina al poder político. En este contexto el Papa no reconoce otro soberano legitimo
que no sea el rey de España y el resultado conlleva a que los administradores de las
sedes episcopales y párrocos sean designados por las autoridades políticas y con
criterios políticos; además de que las dignidades eclesiásticas perdieron buena parte de
las ventajas materiales y prestigio. En cuanto a la sociedad, las elites urbanas se vieron
debilitadas económicamente debido al coste de la guerra y sumado al despojo de sus

5
Ídem. P. 138
6
Ídem. P. 143

2
bases institucionales (prestigio social) debieron aceptar ser reintegradas en una posición
subordinada dentro del nuevo orden político, cuyo núcleo es militar.

Dentro de los cambios que se producen en Hispanoamérica, debido a los quince


años de guerra revolucionaria, se observa el hecho de que la relación entre el poder
político y los poderes económicos han variado. Halperín Donghi (1969) afirma que
desde 1810 toda Hispanoamérica se abrió ampliamente al comercio extranjero que
produce una brutal transformación de las estructuras mercantiles. En este sentido el
cambio esencial reside en la relación entre Hispanoamérica y el mundo ya que durante
toda la primera mitad del siglo XIX esta entra en contacto con una Inglaterra, y
posteriormente con una Europa, donde había comenzado la revolución industrial. Dicha
Inglaterra, esa Europa, busca cosas muy preciosas en esa nueva relación que se abrió:
por un lado desemboques a la exportación metropolitana y por el otro un dominio de los
circuitos mercantiles locales que favorezcan la situación para la metrópoli. Dicho
contacto con esa Europa industrial produjo enormes perdidas para los criollos que
habían dominado las estructuras mercantiles coloniales. Este sector se vio debilitado
debido al derrumbe de los circuitos mercantiles, ya que la ruta de Cádiz es cortada por
la guerra, y el retorno de Europa continental al comercio mundial en 1814 que hizo
desaparecer las oportunidades ocasionadas por las economías coloniales.

A si mismo, los circuitos internos en Hispanoamérica han sufrido innovaciones


producto de la guerra de independencia, evidenciándose en que “(…) en toda
Hispanoamérica (…) la parte más rica, la más prestigiosa, del comercio local quedara
en manos extranjeras; (…) los apellidos ingleses abundaran en la aristocracia local.” 7
Por consiguiente en esos años se destruye toda estructura mercantil heredada y la
Hispanoamérica que emerge en 1825 es diferente a la de 1810 ya que en medio de la
expansión del comercio ultramarino aprendió a consumir más debido a que lo que se
importa es de consumo popular y más barato. Sin embargo, una consecuencia mayor
radica en que el aumento de las importaciones, imposible de frenar, no es igual al de las
exportaciones, lo que significa un peso muy grave para la economía ya que “(…) año
tras año el país importaba mas de lo que exportaba.”8

7
Ídem. P. 149
8
Ídem. P. 152

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