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¿Cuál fue el consenso dominante en la producción historiográfica hasta

mediados del siglo XX? ¿Por qué se rompe este paradigma dominante?

¿Cuál es el contexto que se vive en las décadas del 60’ y 70’ en América Latina
y el mundo? (recuerden lo visto en Introducción al Conocimiento Histórico con las
nuevas formas de hacer Historia a fines de la década del ’60). ¿Dónde está puesta la
mirada en los estudios historiográficos de las últimas décadas del siglo XX?

Los autores afirman que a finales de los años cincuenta había un consenso
historiográfico que era aceptado por la gran mayoría de las academias Iberoamericanas
y que en algunos países (Argentina, México y Perú) había comenzado desde el siglo
XIX y en otros a principios del XX, pero todos coincidían con varias ideas centrales. En
este sentido y en primer lugar el nacionalismo fue la base de toda explicación ya que se
estableció como el metarrelato hegemónico para todos los historiadores que se
dedicaban a la guerra de la independencia, “(…) el nacionalismo (…) impregnaba toda
la explicación y (…) se tradujo en un metarrelato, hegemónico entre los historiadores
dedicados a las guerras de independencia.” 1 En esta perspectiva la independencia fue
un discurso que se volvió hegemónico y que intentaba unificar la historia de las
sociedades que se diferenciaban étnica y socioeconómicamente, como también con
grandes diferencias regionales. Es así que las guerras de la independencia se
convirtieron en el fundamento común de las naciones Iberoamericanas.

En este consenso historiográfico el discurso sobre la nación ocasiono otros


debates ya que surgió el concepto de pueblo y a su vez desaparecieron los grupos
sociales y étnicos que existían y así “pueblo” paso a referirse a “(…) ese ente
homogéneo y sin fisuras, mejor, con algunas mínimas fisuras que se identificaban con
los -realistas españoles- y que persiguió la independencia de la nación -300 años
oprimida-“.2. Fue así que esto llevo a una interpretación universal de la independencia
donde se dejaba en claro la diferencia entre “buenos y malos”-“patriotas y traidores”-
“vencedores y vencidos”, ya que los realistas3, fueron considerados los “no nacionales”,
es decir aquellos que se opusieron a la independencia y de este modo se va
construyendo una idea de nación que va guiando la historia patria. A su vez, los héroes,

1
CHUST, M. y SERRANO, J. A. (ed.). (2007)
2
CHUST, M. y SERRANO, J. A. (ed.). (2007)
3
Termino adjudicado a los peninsulares y algunos grupos de indígenas. (CHUST, M. y SERRANO, J. A.
(ed.). 2007)

1
aquellos dirigentes insurgentes y patriotas, acompañaron al pueblo y la nación dentro de
este consenso historiográfico.

Ahora bien, a partir de los años sesenta se abre una nueva agenda de
investigaciones y las ideas que esgrimían la historiografía comenzaron a ser
cuestionadas. Esto se da por varios motivos, uno de ellos es que en esos años comenzó a
funcionar la historiografía revisionista, donde, además, muchos factores (académicos,
políticos y socioeconómicos) impactaron en los historiadores que investigaban la guerra
de la independencia y enraizaron a la historiografía revisionista. Dicho de otro modo, en
los años sesenta aparece una nueva generación de historiadores que eran universitarios
los cuales emprendieron el análisis de las fuentes que se habían utilizados para estudiar
las guerras de independencia y cuestionaron críticamente dichos estudios ya que los
tales carecían de rigor metodológico y técnicas historiográficas más duras. Además, a
principio de los setenta se produjo un aumento de historiadores universitarios
iberoamericanos y extranjeros, como así también un aumento de libros, tesis y artículos
sobre las guerras de independencia; dos fenómenos que van a incidir directamente en la
escritura de la historia de las guerras de la independencia y la selección de temas, como
ser de índole étnicos, raciales, de género, educación, movimientos sociales, entre otros.
Esto último debido a que hubo muchos historiadores que no eran precisamente
historiadores y que se abocaron a escribir sobre la temática de la independencia
“También (…) en esta oleada de historiadores profesionales (…) hubo muchos que se
acercaron a la temáticas de la independencias desde una formación de ciencias
sociales, especialmente antropólogos, sociólogos e incluso pedagogos y no tanto desde
una formación estricta de historiadores.”4

Asimismo un tema fundamental para entender el quiebre con el paradigma


dominante es que a partir de los años sesenta se producen cambios en la investigación y
en las ideas que guiaban a estas. En primer lugar por los debates que se generaban por la
teoría de la independencia y por las diferentes corrientes del marxismo. En este sentido,
el debate que alimentaba la teoría de la independencia origino el uso de conceptos como
revolución, dependencia, clases sociales, etc., y a su vez aparecían interrogantes para
poder comprender mejor los procesos de las guerras de la independencia lo que origino
también el uso del concepto de sociedad poscolonial. Es así que las teorías de la
dependencia y los debates de las distintas corrientes marxistas marcaron la agenda de la

4
CHUST, M. y SERRANO, J. A. (ed.). (2007)

2
investigación en los años ’60 y ’70. “A partir de los años setenta vinieron a replantear,
e incluso rechazar, el relato de nación, el discurso providencialista que consideraba
que a partir de 1808 se había emancipado la nación.”5

En síntesis en los sesenta y particularmente en los setenta se produjo una gran


inflexión historiográfica en la gran mayoría de los países Iberoamericanos y se dejaron
de lado diversos temas en las nuevas agendas de investigación. En este sentido se quito
el foco en los estudios de los hombres “héroes”/ grandes libertadores que dejaron de ser
visto como dioses para parecerse mas humanos y se produjo el interés por el estudio de
las mujeres heroínas. La nación dejo de ser el único referente para los historiadores y se
suman a los procesos históricos los sujetos sociales y las regiones, entre otros.

Finalmente, en las últimas décadas del siglo XX la denominada “ola


democratizadora” tuvo gran impacto en la investigación en general de las ciencias
sociales y latinoamericanistas. Esto es así ya que a finales de los ’80 y principio de los
’90 cayeron las dictaduras en diversos países de América del Sur y se da origen a la
transición político, sumado a que la vía armada a la revolución se descartó y ambos
fenómenos confluyeron para construir las instituciones democráticas. Fue así que el
tema de la democracia se convirtió en tema central a finales de los ’80 y principio de
los ’90 de la historiografía de los países que sufrieron los procesos de las dictaduras.

Además, la historiografía independentista sufrió mutaciones teóricas y


metodológicas desde los años ’80. En este sentido se produjeron criticas con gran
aceptación a los postulados de la teoría de la independencia, a los marxismos y los
Annales; teorías que marcaron las investigaciones históricas y que pueden definirse
como “estructuralistas”.

¿Cuáles son los principales aportes de Xavier Guerra a los estudios historiográficos
sobre las independencias americanas? Explicitar la dicotomía entre “tradicional-
modernidad” y “representación – soberanía” que plantea Guerra

En cuanto a la introducción y capitulo uno de “Modernidad e Independencia”,


los principales aportes de Xavier Guerra a los estudios historiográficos sobre las
independencias americanas son, en primer lugar, los fenómenos explicativos que el
autor enuncia para exponer los problemas que plantea el fenómeno de la revolución
liberal en España y el proceso de Independencia en América. Estos son:
5
Ídem.

3
1. La relación reciproca entre ambos fenómenos, ya que si bien en la
mayoría de los casos estas rupturas fueron estudiadas como fenómenos
independendientes debido a que el marco de referencia, para los
historiadores del siglo XIX, era el Estado-Nación olvidando la estructura
política que había preexistido anteriormente; hablamos de la estructura
política del antiguo régimen: La Monarquía Hispánica, con sus dos
pilares fundamentales: España y América. Entonces ambos fenómenos
(la revolución liberal española y las independencias hispanoamericanas)
aparecen como un proceso único que comienza con la aparición de la
modernidad en una monarquía de antiguo régimen y desemboca en la
desintegración de ese conjunto político en múltiples estados soberanos.
2. La naturaleza de ese proceso ya que para sus protagonistas y españoles
se trata de un proceso revolucionario aunque el conceso terminológico
“revolución” tiene diferencias dependiendo de lo que se entienda por
revolución. En América la revolución de independencia paso a ser
considerada como un fenómeno -puramente político- en cuanto a la
ruptura del vínculo con la metrópoli como la sustitución del poder
político peninsular, y en España el carácter revolucionario se encuentra
disminuido gracias al adjetivo “liberal” el cual indica una revolución
limitada, es decir indica el transito del Antiguo Régimen a la sociedad
burguesa.
3. La relación entre la revolución hispánica y la francesa donde 20 años
separa una de la otra y donde se construye una interpretación de
independencia hispanoamericana considerable que afirma que la
independencia americana es hija de la revolución francesa y
consecuencia de la difusión en América y en contra partida una versión
liberal de la escuela revisionista insiste contrariamente al afirmar que las
revoluciones de independencia tiene un carácter hispánico. Entonces aquí
lo central radica en entender que no se puede identificar una posición
ideológica “(…) ni todo lo francés es moderno, ni todo lo español
tradicional, ni inversamente”.6.

6
GUERRA, F.X.(1992) Modernidad e independencia ed. Mapfre, Madrid

4
El autor también hará una reflexión sobre las raíces y las lógicas de la revolución
en el área absolutista y más precisamente en Francia. Este afirma que las ideas francesas
no son las únicas ideas que pueden explicar la independencia, es decir no se puede
sostener la formula de que la independencia hispanoamericana es hija de la revolución
francesa ya que el pensamiento político clásico español influyo en estos
acontecimientos. Entonces es conveniente hacer una separación de los dos fenómenos
que se producen al mismo tiempo pero no pueden confundirse: la independencia de las
metrópolis y la revolución. Por otra parte, para analizar la independencia hay que tener
en cuenta las tensiones que existían entre la península y sus territorios americanos y hay
que analizar dicho proceso como una crisis política que afecto a una unidad política
particular. Además si se pretender hablar de la independencia como de la revolución hay
que tomar una perspectiva global que no separe la península Ibérica de América porque
lo central en ambos procesos es su simultaneidad y semejanzas.

Un aporte que el autor hace a los estudios historiográficos es explicar las


relaciones que existían entre el régimen político, la sociedad y la cultura en el siglo
XVII, como estas mutan y por lo tanto como esto incide en la revolución. En este
sentido el autor hace una separación entre lo tradicional y lo moderno, es decir entre el
absolutismo y la ilustración. El absolutismo condiciono gran parte la ruptura
revolucionaria ya que el crecimiento del estado desplaza las funciones y competencias
de los cuerpos en donde estaba organizada la sociedad y tiende a pensar su relación con
la sociedad como una relación binaria y abstracta: soberano-súbditos; donde la lucha
contra todo poder lleva a que el estado se convierta en una empresa de
homogeneización de la sociedad7. Paralelamente al absolutismo se produce la mutación
cultural (en el campo de las ideas, del imaginario, los valores y comportamientos)
denominada Ilustración donde la victoria del individuo es el centro del sistema y es
considerado valor supremo y punto de referencia para todas las instituciones y
comportamientos. Comenzaran a extenderse nuevas formas de sociabilidad dando lugar
a sociabilidades modernas que se caracterizaban por la asociación de diversos
individuos apareciendo en escena la opinión publica moderna. Sociedades
caracterizadas por la igualdad donde se producen practicas electorales de tipo moderno
las cuales han sido calificadas como “democráticas”; todo esto rasgos son muy
diferentes al de los cuerpos y las asociaciones antiguas.

7
GUERRA, F.X.(1992) Modernidad e independencia ed. Mapfre, Madrid

5
Sin embargo el autor afirma que no se puede hacer un estudio donde solo se
haga una oposición entre absolutismo e ilustración porque esto seria muy simple y
existen muchos parentesco entre ambos ya que uno y otro comparten la misma
oposición entre el poder y los individuos y estos elementos son los que explican, a su
vez, la alianza entre las elites modernas y el despotismo ilustrado. Tal es así que una
buena parte de las elites modernas a finales del S. XVII era ilustrada y a la vez
profundamente adicta al absolutismo ya que este constituía el instrumento para las
reformas.

Sin embargo a medida que las elites modernas iban creciendo y el poder del
estado se fortalecía, esta alianza comenzaba a quebrajarse. Es así que la monarquía dejo
de ser ilustrada para las elites modernas por lo que dejo de ser el motor para la
construcción de la nueva sociedad y el poder del rey y sus ministros comenzó a verse
como arbitrario ya que dejo de ser el medio privilegiado de las reformas. Las
aspiraciones de las elites modernas y los grupos privilegiados coincidieron en poner
coto a los poderes del rey y del Estado moderno. Coinciden también en alcanzar así la
representación tradicional del reino; desarrollándose el “constitucionalismo histórico”.

Es así que en vísperas del principio del proceso revolucionario la aspiración a un


gobierno libre se presenta como dos lógicas diferentes donde se va a dar una división
entre representación y soberanía ya que hay diferencias entre los grupos porque al
hablar de nación los modernos entienden el pueblo (ente homogéneo) como el conjunto
de los individuos que están asociados a un pacto social y los segundos entienden el
reino (ente heterogéneo producto de la historia). Así también al hablar de constitución
unos lo piensan como un texto nuevo que seria el pacto fundador de una nueva sociedad
y los otros en las leyes fundamentales del reino. Entonces en lo que difieren estos
grupos se en la imagen que representa la sociedad: nación moderna formada por
individuos para unos y reino formada por cuerpos para otros.

En Francia, la pugna entre la lógica representativa y la lógica del modelo ideal


duro poco ya que el modelo ideal del hombre y de la sociedad irrumpió en la escena
pública: el hombre es concebido como un individuo/ciudadano y la nación como un
pacto voluntario entre estos hombres donde no hay lugar para los cuerpos y las
particularidades. La única fuente de legitimidad es la que surge de esa nación y la
soberanía nacional reemplaza a la del monarca. Es así que la revolución francesa
consistió en una revolución cultural que hizo posible la creación de la político y de
6
actores políticos, una política moderna nacida de la necesidad de obtener la voluntad del
nuevo soberano que es la Nación. La revolución fue una mutación cultural donde
aparecen nuevos lenguajes que dan cuenta de una nueva visión del hombre y de la
sociedad, pero a su vez fue una revolución pedagógica porque la sociedad no es todavía
el pueblo ideal. En vez de la noción de “pueblo moderno”8, lo que existe es una
sociedad formada por un conjunto heterogéneo de grupos. Así fue que el imperio
comenzó a mezclar la herencia del estado absolutista con los nuevos principios e
ideales.

Por otra parte una cuestión importante de tener en cuenta es que en el mundo
hispánico la revolución no empieza por maduración interna sino por la crisis de la
monarquía provocada por Napoleón al invadir España. La renuncia forzada de Fernando
VII produjo divisiones ya que por un lado esta es aceptada por las elites que se ven
favorecidas por el nuevo régimen debido a que esta situación les permite una reforma de
la monarquía y por otra parte, el resto de las elites y sobre todo las sociedades rechazan
la nueva dinastía, produciéndose levantamientos contra los franceses y la formación de
juntas insurreccionales y el patriotismo desempeña un gran papel. Es así que la
resistencia a Napoleón da origen a la revolución en el mundo hispánico ya que la
renuncia del Rey dio origen al problema de la representación.

Al desaparecer la legitimidad real y al rechazar al intruso no quedaba más


opción que apelar a la soberanía del reino, del pueblo o de la nación. Esto dio lugar al
debate sobre la representación: ¿Quién/es nos representa? Y ¿Qué es la nación y cual es
su relación entre España peninsular y América?. En relación a la Nación se produce un
debate entre los revolucionarios y los constitucionalistas históricos en cuanto a quien
debe ser representado, es decir debe ser representados los estamentos o solo el estado y
sobre las modalidades de reunión y votación. En esta pugna los revolucionarios
obtuvieron la victoria, tanto en Francia como en Hispanoamérica, ya que era imposible
la restauración de las Antiguas Cortes. En correspondencia al segundo tema se
planteaba el problema de la igualdad entre españoles y americanos donde el centro
radicaba en la cuestión de las Indias y si estas eran reinos de derechos, subordinados o
colonias. El rechazo de los peninsulares a la igualdad fue el detonante de la
independencia de América, por lo que a partir de 1808 el mundo hispánico inicia un
proceso revolucionario que se asemeja al de la revolución francesa debido a las

8
Refiriéndose aquel que está formado por individuos libres y autónomos que expresan su voluntad..

7
semejanzas con los sistemas políticos y también porque era bien conocida por las elites
y sirvió de modelo y contra modelo para su accionar y reflexiones.

Un aspecto que diferencio a Hispanoamérica del resto de Europa a mediados de


1814, es que cuando esta región había vuelto a regímenes monárquicos e incluso
absolutistas, los países hispanoamericanos continuaron siendo republicas con
constituciones y libertades modernas. Esto se debió a que al romperse el vinculo con la
Península también se rompió el vinculo con el Rey y no quedo otra legitimidad el poder
del pueblo brindado por la moderna soberanía; por eso todo intento de instaurar una
monarquía fracaso en América. Lo que ocurre en Hispanoamérica es una situación
singular pero paradójica ya que la modernidad legal de Hispanoamérica coexistió con
un tradicionalismo social que llevo a un contraste entre la Modernidad de las elites y el
estado y el arcaísmo social, originando así una serie de problemas donde se puede
mencionar la desintegración territorial; la cuestión de la soberanía del pueblo en una
sociedad tradicional. En este sentido el problema radica en que si bien la nueva
legitimidad esta basada en la soberanía del pueblo, esta sociedad considera que pueblo
es solo a aquella parte de las elites que hicieron suyas las referencias modernas y que se
agrupan en nuevas firmas de sociabilidad y dando lugar al interrogante sobre como
poder construir un régimen representativo fundado en el voto de los individuos cuando
estos son minoritarios.

Tal es así que para poder superar estas contradicciones, las élites crearon tipos
de facciones democráticas que redefinieron la noción de pueblo, las limitaciones del
voto y la soberanía del pueblo recayó en la investidura de un hombre aunque en ambos
casos toso esto era ficticio y solamente genero caloríos en la sociedad que se levantaron
dando lugar a golpes de estado que llevaron a cambios de gobiernos y generaron una
inestabilidad política. todos estos problemas se dieron en América Latina, Francia y los
demás países latinos donde la tradición institucional y su cultura dio lugar a la
modernidad.

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