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BIOGRAFIAS
BIOGRAFIAS
1938-1974
A partir de esta fecha y durante los siguientes siete años, Lucio se mantiene en rebelión,
lucha por la transformación de las condiciones de vida, opresión y miseria de los campesinos
mediante la organización de los pueblos de la sierra del estado de Guerrero. “...lo que sí es
cierto, es que con una matanza nos decidimos a no esperar otra. Y hemos dicho aquí: para
que un movimiento armado empiece, necesita varias condiciones: que haya pobreza, que
haya orientación revolucionaria, que haya un mal gobierno, que haya un maltrato directo de
los funcionarios. Todas esas cosas se pueden aguantar, pero lo que no se aguanta es que se
haga una matanza, eso sí no se puede aguantar...La forma nuestra de lucha, es la guerra de
guerrillas, nuestra manera de enfrentar a los cacique será venadeándolos, cayéndoles de
repente; también para los guachos, los tiras, los traidores. Nunca presentarnos en combate
frontal.”
Funda el Partido de los Pobres y la Brigada Campesina de Ajusticiamiento, núcleo base para
la formación de su grupo. La Brigada se instala a un costado del cerro "La Patacua" en la
zona de "El Porvenir", en Atoyac de Álvarez. En dicho campamento se aprueba por primera
vez un ataque a un cuartel del ejército. La Brigada se forma originalmente con trece
elementos fijos y otros transitorios, que permanecen un plazo máximo de dos meses en la
"Brigada" y luego regresan a su lugar de origen. Se financia mediante secuestros y robos a
oficinas gubernamentales.
Al mismo tiempo, Cabañas recorre gran parte de la sierra tratando de consolidar en los ejidos
y centros de población campesina formas organizativas que denomina "Comités de
Autodefensa", ó "Comités de Lucha".
A mediados de 1969, Lucio y su brigada ajustician al Ing. Fierro en el arroyo "Las Parotas",
porque participó en los sucesos del 18 de mayo de 1967. A finales del mismo año, atacan a la
policía judicial entre Atoyac y el "Rincón de las Parotas", en donde se reportan dos bajas de la
policía judicial. Realizan asaltos como el del 'Puente del Rey', en donde se apoderarán de 23
mil pesos. En 1970 secuestran a Juan Gallardo, un rico ganadero de San Jerónimo, en el
rancho de su propiedad ubicado en la carretera Atoyac-Acapulco. El 29 de junio de 1971, 16
miembros de la 'Brigada Campesina de Ajusticiamiento emboscan a varios elementos de la
fuerza pública, pero varios de ellos pierden la vida en el enfrentamiento. Al día siguiente, en
otra emboscada cerca de Atoyac de Álvarez, resultan muertos 16 soldados y varios oficiales.
En junio de 1972, secuestran a Cuauhtémoc García Terán, en lugar de su hermano Ulises.
Pero los operativos antiguerrilla no cesan, por el contrario, se intensifican para dar muerte a
Cabañas. El 30 de noviembre perecen 17 rebeldes más en un enfrentamiento con el ejército,
y el 2 de diciembre siguiente, el general Cuenca Díaz, secretario de la Defensa Nacional, es
informado de que en Otatal, Guerrero, varios grupos militares se enfrentaron con los rebeldes,
resultando muertos Lucio y los alzados “Roberto”, “Arturo” y “René”, en tanto que el ejército
sufrió dos bajas. Fue sepultado en el panteón municipal de Atoyac de Álvarez.
Para Carlos Montemayor (Guerra en el Paraíso) la guerrilla de Cabañas nació como una
forma de autodefensa; el gobierno, queriendo evitar una manifestación popular, lo que
consiguió fue producir una guerrilla que hoy, sin la voluntad política de transformar
económica, educativa y socialmente a la sierra de Guerrero, aun perdura, avivada por otra
masacre de 17 campesinos en el vado de Aguas Blancas en 1995, siendo gobernador el hijo
de aquel gobernador Figueroa que Lucio secuestró veinte años atrás.
En 2007 se estrenará con cierto éxito la película documental sobre su vida "La guerrilla y la
esperanza: Lucio Cabañas", del director Gerardo Tort; en la cinta se sostiene que Lucio fue
traicionado por un narcotraficante amenazado por el ejército, de que violaría y mataría a sus
dos hijas si no guiaba a los soldados al lugar en donde se escondía Cabañas; ahí fue
sorprendido y muerto.
El 3 de julio de 2011, Isabel Anaya Nava, ex esposa de Lucio Cabañas, recién llegada de un
largo exilio, será asesinada a balazos junto con su hermana Reyna, al salir de una iglesia en
la comunidad de Xaltianguis, en el estado de Guerrero, por un grupo de desconocidos que
desde un vehículo las acribillará. Desaparecerá así un testigo valiosísimo de la "guerra sucia"
de los años sesenta y setenta del pasado siglo.
Genaro Vázquez Rojas nació el 10 de junio de 1931 en San Luis Acatlán, Guerrero. Hijo del
líder campesino Alfonso Vázquez y de Felicitas Rojas. Fue un líder sindical del magisterio
guerrerense que, tras formar parte de la oposición política al gobierno de Guerrero, pasó a la
clandestinidad y formó uno de los varios grupos armados que se desarrollaron en la Sierra
Madre del Sur durante las décadas de 1960 y 1970. Fue militante del Movimiento
Revolucionario del Magisterio y después del Movimiento de Liberación Nacional. También fue
integrante de la Central Campesina Independiente CCI. Una víctima más de la Guerra sucia
en México.
La inconformidad de ACG inició el 1 de abril de 1960 cuando el gobierno del estado le niega la
autonomía a la Universidad del estado, estallando la huelga estudiantil en octubre, siendo
brutalmente reprimida por Caballero Aburto. Esta situación reúne al movimiento de los cívicos,
que denunciaban los abusos del gobernador y la lucha estudiantil de la Federación Estudiantil
Universitaria Guerrerense, acordando unificar sus demandas y el movimiento se fortalece con
la incorporación de los estudiantes normalistas de Ayotzinapa, donde destacaba como uno de
sus líderes Lucio Cabañas Barrientos. Esta movilización de normalistas, cívicos y estudiantes,
se desplego por todo el Estado de Guerrero, formando brigadas, y una plataforma de lucha
llevo a la rebelión de 36 ayuntamientos que se les unieron y conformaron el Consejo
Coordinador de las Organizaciones del Pueblo de Guerrero, destacando Chilpancingo,
Acapulco y Atoyac. Siguieron movilizaciones y represiones constantes por parte del gobierno
guerrerense, con saldos de heridos y cientos de detenidos[3]
El maestro estuvo en prisión dos veces. Primero el 31 de octubre 1960 y después en abril de
1968. La segunda ocasión fue definitoria. Su organización, la Asociación Cívica Guerrerense,
se convirtió en Nacional Revolucionaria. Entonces, un comando armado lo liberó de la cárcel
de Iguala el 22 de abril de 1968, y justo en ese momento pasó a ser parte de la
clandestinidad.
Si bien en México no existió una dictadura como en el caso del Cono Sur, si se sabe que el
gobierno del PRI protagonizó una verdadera contrainsurgencia apoyada por Estados Unidos
con la finalidad de lograr destruir los movimientos armados, al sindicalismo combativo y a los
estudiantes. Lamentablemente durante esta llamada Guerra Sucia se presentaron miles de
desparecidos, ejecutados y torturados.[4]
Meses mas tarde, el 21 de junio, Genaro Vázquez, Antonio Sotelo y Emeterio de la Hoya
Cárdenas difunden un manifiesto en el que invitaban a los campesinos a participar en el
Congreso Estatal de la ACG a realizarse en Acapulco. En el documento establecieron un
ideario y convocaron a la lucha organizada, al llamado se sumaron sindicatos, comisarios
ejidales, presidentes y comuneros de distintos municipios de Guerrero.[5]
En 1976, Vinh Flores Laureano tenía 26 años, cuando salió rumbo a Jonacatepec en su
vochito, nunca más se le volvió a ver... vivo. Apareció muerto en un barranco en el límite
exacto de los estados de Puebla y Morelos, a un lado de la carretera panamericana.
Vinh fue el primero de las 21 víctimas que produjo el hecho de llevarle la contraria al
presidente Díaz Ordaz en 1969 y a su decreto por el cual se cerraron 16 de las 32 Normales
Rurales existentes en aquel entonces en nuestro país.
El haber contribuido como eje principal de la implantación de la Normal Rural de Amilcingo, el
haberse opuesto a una directiva presidencial llevada a cabo por el Secretario de Gobernación
y luego Presidente Luis Echeverría le costo la vida a Vinh Flores.
Hoy todavía nos preguntamos extrañados como pudo una comunidad rural, de menos de mil
habitantes, realizar la proeza de contrariar una directiva presidencial. La respuesta no es
sencilla, pero creo que el papel que jugó el joven Vinh fue fundamental. El gobierno también lo
creyó y por eso quiso mostrar un castigo ejemplar cuando acribilló al joven luchador. Después
de él, le siguieron Benedicto Rosales -ayudante municipal y padre de familia- quien fue
abatido entre sus dos hijas y esposa cuando regresaban a casa. Los asesinos no se
detuvieron ante nada ni nadie y en 1993 ya se podían contabilizar 21 víctimas del desacato.
Originario de Atlixco Puebla, desde muy pequeño se fue a vivir con su tío al poblado de
Amilcingo. Ahí Vinh cursó sus estudios de primaria, institución dirigida por una maestra muy
comprometida con su pueblo, la maestra Eva Rivera.
Cuando Vinh se hizo joven, se enroló en las Juventudes Comunistas y posteriormente estudió
en la URSS. Al regresar junto a la maestra Eva y otro puñado de jóvenes inquietos ideó la
creación de una Normal Rural para paliar la migración creciente de jóvenes en la región, por
falta de oportunidades de trabajo.
Vinh era un joven mas bien bajo, moreno y fornido. Su carácter era afable y a veces le
gustaban las bromas, vivía en una casa de adobe y techo de paja como la mayoría de la
población. Sin embargo, pese a su humildad, Vinh tenía el temple de un gran luchador que
nada ni nadie doblegaba. Era incansable, lo mismo repartía volantes para atraer a los jóvenes
a la Normal, que iba a la escuela Nacional de Maestros o a Chapingo a traer mentores que
aseguraran la formación de los nuevos estudiantes. La normal empezó en el propio pueblo de
Amilcingo, en los patios de las casas se daban las clases y en las casas dormían los internos.
En retribución, éstos hacían labor ya sea de aseo en las casas o de cultivo en las parcelas de
sus alojadores.
Amilcingo de Morelos, Municipio de Zacualpan, hombres que dejan ejemplo, hombres que
nunca se escapan. Año 1973 su destino, había estudiantes contentos, viviendo por el camino.
Era un 5 de noviembre (1) cuando nació mi normal, para el campesino pobre que
siempre es muy formal.
El pueblo les dio la comida y también el hospedaje, y siempre que había salida daban para el
pasaje. Eran hombres y mujeres los que querían estudiar siempre cumplían deberescuando
iban a trabajar... Los tramites oficiales se siguieron en la SEP ya los burgueses oficiales no
nos querían ni ver. El gobierno nos decía, que somos los comunistas pero de eso no tenemos
siquiera revistas. El día esperado llegó, 5 de mayo de 1974 es la fecha , fueron muchos
estudiantes los que acompañaron la marcha. Le pedimos al gobierno que nos diera
educación, Bonfil nos mando al infierno, y Ahuja(2) la represión.
¡Arriba los estudiantes vamos todos a vencer, tratemos de reponer las otras quince normales!
Así, en 1976 mataron a Vinh; en 1977 a Benedicto Rosales y después a otros 19. Por esta
razón, Vinh Flores, Benedicto Rosales y los 19 mártires de Amilcingo deben ser recordados
como recordamos a Zapata y a Jaramillo: como morelenses cabales que nunca apagarán su
estrella en el firmamento de los héroes.
Su paso como docente en algunas escuelas del norte del Estado de México, estuvo marcado
por su militancia activa en causas sindicales y urbano populares.
“Misael organizaba junto a los alumnos y padres de familia faenas de limpieza y eventos
culturales donde cantaba y tocaba la guitarra. Ya después se hacían asambleas donde
estábamos maestros, padres y alumnos, y discutíamos las necesidades de la comunidad, qué
servicios era necesario gestionar. Él siempre nos motivaba a luchar, a construir escuelas, a
formar conciencia de los problemas sociales.”
“Nos enfrentamos muchas veces a los caciques”, recuerda Paulino Arroyo. “Pero siempre la
comunidad salía ganando, pues teníamos la razón. Así fue como levantamos la Escuela
nocturna Emiliano Zapata, donde dábamos clases de 6 a 9 pm, sin cobrar. Era una escuela
para adultos a las que podían asistir los jóvenes que trabajaban en las fábricas.”
Arroyo enumera las escuelas que levantaron: la Mariano Matamoros, «que resultó de una
toma de terrenos que realizamos junto a la comunidad de Texalpa». También, la escuela
Simón Bolívar y la Quetzalcoatl, en la colonia Ampliación Tulpetlac; y la escuela Vista
Hermosa a un lado del centro de San Cristóbal Ecatepec.
A la par de que se iban consolidando los avances y mejoras en las colonias populares, Misael
se vinculó estrechamente con las y los obreros de la zona. Los asesoraba políticamente para
la conformación de sindicatos independientes .
“Misael comenzó a asesorar a los trabajadores de las empresas y fábricas cercanas, y apoyó
activamente las huelgas de la General Electric de Cerro Gordo y Santa Clara, la Kelvin
Motors, La Favorita y muchas otras”, añade Paulino.
Cabe recordar que esta zona y los movimientos que emanaron de los obreros fue finalmente
controlada por los caciques priistas de la zona, en particular la coordinadora Río de Luz, la
cual se encargó de reventar huelgas e imponer liderazgos charros. Hasta la fecha, esta
organización tiene un peso relevante en el municipio, y modeló en gran parte las
problemáticas actuales de Ecatepec.
EL SNTE en efervescencia
“Nosotros nos acercamos a Misael en el auge del movimiento que dio origen a la
Coordinadora. Pero él se mostró un poco renuente a eso, pues creía que la construcción de
una nueva sociedad tenía que venir desde la lucha popular». El maestro, por su posición de
clase, no era un obrero, «que para Misael era el sujeto político de la revolución”.
Ramón Couoh
Y agrega: “Misael se acerca en un contexto de luchas muy intensas que el magisterio estaba
librando desde los años cincuenta. Luchas que poco a poco fueron madurando hacia la
necesidad de democratizar el país […]. «La CNTE nace con esa visión y anhelo de
democracia”.
Eran casi las 7 de la tarde del 30 de enero de 1981, el sol comenzaba a ocultarse detrás de
los cerros que apenas se pueden ver debido al smog de las fábricas que rodean la Loma de
Tulpetlac. En la primaria “Héroes de Churubusco” se realizaba una asamblea con padres de
familia, el motivo: acordar acciones de solidaridad para la movilización que la Coordinadora
realizaría el 2 de febrero. Al frente del grupo, el profesor Misael Núñez Acosta había
propuesto que los alumnos pudieran asistir los fines de semana a tomar clases, para que no
se retrasaran en el plan de estudios, “pues la lucha va para largo” dijo.
Terminó la reunión y se dirigieron a los coches. Misael “dejó el suyo en un taller a dos cuadras
de la escuela, y se fue con dos maestros para allá abajo. Cuando yo estaba arrancando mi
carro escuché unas detonaciones a lo lejos, pero pensé que habían sido cohetes. Cuando
bajamos a la calle Chihuahua, casi esquina con la de Sonora, vi al profesor caído junto con
“Pintor”, un señor de la comunidad que iba pasando y se detuvo a saludar a Misael. Al ver
esto subí rápido a avisar a los alumnos de la escuela nocturna, bajamos todos, y ahí nos
fuimos concentrando mucha gente de Tulpetlac, hay quienes dicen que alcanzaron a
escuchar al profe pedir por una ambulancia, pero cuando llegó fue muy tarde, a Misael lo
habían matado”.
Junto con Misael fue asesinado Isidro Duarte Omaña “pintor”. También resultó herido el
profesor Daniel Darío Ayala. Las víctimas fueron interceptadas por un automóvil Chrysler
LeBaron en el que viajaban Rufino Vences Peña, Joel Vences Hernández y Jorge Mejía
Pizaña, quienes dispararon con una Colt. 45.
Al día siguiente, antes de que el cuerpo de Misael fuera trasladado a Ixmiquilpan, Hidalgo, un
amplio contingente de maestros recibió el féretro de Misael en la Normal Superior, y cargando
el féretro en sus hombros, se dirigieron a las oficinas centrales del SNTE. La consigna era
clara: “¡Fueron los Charros!” “¡Asesinos!”.
Crimen de Estado
“Si el Estado mexicano es quien creó a los charros, quien les promovió y les dio poder, si la
estructura del SNTE: el charrismo, es un poder de hecho, este asesinato, y el de más de 150
compañeros, son un crimen de estado.”
Pedro Ramírez.
El 25 de agosto del 2002, los periodistas Jenaro Villamil y Rosa Elvira Vargas publicaron en el
periódico La Jornada una entrevista que realizaron al ex cacique del SNTE: Carlos Jongitud
Barrios.
Durante la entrevista, y sin que los reporteros lo pidieran, Jongitud Barrios lanzó una
acusación de la cual se retractaría días después: “El profesor Misael Núñez Acosta murió a
manos de uno de los grupos de control de la maestra.”
“La entrevista se publicó el domingo, y para el lunes presentamos nuestra demanda ante la
Fiscalía [Especial] para Movimientos Políticos y Sociales del Pasado” (FEMOSPP) añade.
El caso se volvió mediático, pues la verdad que el magisterio había denunciado desde 1981,
se había confirmado por uno de los principales caciques de la época: el asesinato de Misael
fue una decisión del SNTE.
“Durante todo ese tiempo nosotros pudimos recuperar los testimonios de los asesinos
materiales, y confirmamos que efectivamente habían sido contratados por Clemente Villegas
Villegas para asesinar a Misael a cambio de 300 mil pesos”, enfatiza Pedro Ramírez.
La cita se dio en un ‘burger boy’ de Ciudad Nezahualcóyotl, ahí, Clemente Villegas Villegas,
secretario particular de Ramón Martínez Marín, entabló contacto con Rufino Vences Peña, ex
policía judicial del Estado de México, y le entrego 60 mil pesos y los datos de Misael para
culminar el asesinato.
“Esta decisión fue desde la cúpula” reitera Ramírez Vázquez. “ Clemente se movió bajo la
orden de Martínez Marín, quien era secretario general del SNTE, en ese entonces bajo el
cacicazgo de Jongitud Barrios. Y la principal operadora y cacique del Valle de México era Elba
Esther Gordillo, por lo que esta acción tuvo que ser consultada con ella forzosamente, y por
ende, también por Leonardo González Varela, quien fuera chofer de ‘la maestra’ y que en
aquél entonces ocupara el puesto de secretario general de la sección treinta y seis”.
Pese a que los maestros del Valle de México recabaron las pruebas y testimonios suficientes
para obligar a la fiscalía especial a que presentara a declarar a los presuntos culpables, no
hubo una respuesta eficiente por parte de las autoridades.
Y añade “pese a las pruebas que presentamos, sólo logramos sentar a declarar a Elba Esther,
quien en noviembre del 2002 escuchó directamente los testimonios que la incriminaban, y
cínicamente se reservó su derecho a declarar y se dijo ‘horrorizada’ por las acusaciones en su
contra”.
“Desde hace 40 años seguimos exigiendo justicia, y no desistiremos en señalar como autores
intelectuales a Elba Esther Gordillo Morales, Carlos Jongitud Barrios, Ramón Martínez Marín y
Clemente Villegas Villega. Misael, y los más de 150 compañeros asesinados, merecen
justicia”.
El legado de Misael Núñez Acosta está vigente en las filas del magisterio democrático, y la
exigencia de justicia, a 40 años de su asesinato, sigue en pie.
Para Pedro Ramírez, quien insiste en ser presentado como un ‘profesor de banquillo’
defender y reinvidicar la figura de Misael es una consigna importante en estos tiempos cuando
el Estado mexicano ha pretendido denostar la figura del maestro.
“Misael es el claro ejemplo del papel que cumple un maestro en su comunidad. Es el ejemplo
de que un verdadero maestro está siempre del lado del pueblo, de la comunidad, y no puede
hacerse de la vista gorda cuando las condiciones en las que desempeña su labor son
deplorables e inhumanas”.
“Recordar a Misael”, agrega Ramón Couoh “es recordar que la lucha magisterial es día con
día, es recordar el compromiso y la nobleza de nuestra labor como docentes, es, en suma,
comprometerse de por vida con la esperanza de que podemos construir un mundo mejor.”
Finalmente, Paulino Arroyo advierte: “como cada año nosotros honramos la figura del
maestro Misael, pues sus ex estudiantes, y ex compañeros mantenemos vivo el compromiso
de luchar por la dignidad de los trabajadores. Este año no podremos hacer el acto político
cultural que desde hace 40 años realizamos, pues la pandemia nos lo impide, pero vamos a
realizar un acto virtual, al que todos están invitados, pues Misael era y es semilla, pues donde
él estuvo sembró vida, y eso es lo que honramos.”
A 40 años de su asesinato, un hondo grito sigue resonando en cada lugar del país donde se
levante una escuela, donde haya un maestro, una maestra, que con el puño en alto defienda
la dignidad y los sueños de las nuevas generaciones que no olvidamos, ni perdonamos, y
hacemos nuestra la consigna que tras cuatro décadas ha acompañado las luchas del
magisterio mexicano: “¡Misael Núñez Acosta vive!” “¡Justicia!”
Los hermanos Flores Magón, en especial Ricardo, dedicaron su vida a mejorar la calidad de
vida de los grupos obreros, campesinos y los pobres en general.
Ricardo Flores Magón fue encarcelado por primera vez a los 19 años por participar en un
mitin en la escuela de minería.
El 1º de agosto de 1900 bajo la dirección de Jesús y Ricardo Flores Magón inician el periódico
Regeneración, en principio se dedicaba a atacar la corrupción en la administración de justicia,
en su segundo año amplio su crítica a todo lo referente a l gobierno de Porfirio Díaz.
Los hermanos Flores Magón, integrados por Enrique, Jesús y Ricardo, fueron los precursores
de la revolución mexicana y quienes lucharon en contra de la gubernatura del Porfirio Díaz y
su sistema creado, pues estaban inconformes por su reelección, sus impuestos y su manera
tan sutil de manejar la justicia a su provecho. Por esto, lo Hermanos Flores Magón crearon un
periódico llamado “Regeneración” (1900) el cual hacia críticas al gobierno, y además de esto
en su periódico siempre citaban el articulo número siete de la constitución en curso: “la
libertad de imprenta no tiene más limites, que el respeto a la vida privada, a la moral y a la paz
pública” pues ellos quería hacer valer sus derechos.
Político y escritor. Nació en un pequeño poblado de Oaxaca donde también nacieron sus dos
hermanos. Junto con ellos tuvo una vida muy activa ya que, como se oponían al gobierno,
eran reprimidos y perseguidos por las tropas del ejército para que no se desatara una revuelta
en el país.
Secretario de Justicia y Gobernación. Nació en Oaxaca. Fue de los más destacados de sus
hermanos al combatir el régimen porfirista desde 1892 y por esta razón fue exiliado del país.
Junto con sus hermanos fundó el partido Regeneración, y asistió como delegado a la
Convención de Clubes Liberales de San Luis Potosí (1901). Cuando Madero tomó el poder,
Jesús regresó al país para desempeñar el papel de Secretario de Justicia y Gobernación
(1912), y después de unos años al producirse el golpe de estado de Victoriano Huerta, fue
desterrado nuevamente.
HERMANOS SERDÁN
Revolución Mexicana dejó como resultado la creación de una constitución que garantizó la
libertad democrática y la justicia social. los campesinos pudieron tener tierras, los obreros
mejores condiciones de trabajo y todos los niños y jóvenes el acceso a una educación laica y
gratuita.
Estos cambios se lograron por miles de mujeres y hombres que arriesgaron su vida para
acabar con la dictadura de Porfirio Díaz. En Puebla, los cuatro hermanos Serdán: Aquiles,
Máximo, Carmen y Natalia fueron los primeros en seguir el llamado de Francisco I. Madero
para derrocar al dictador el 18 de noviembre de 1910, en la ciudad de Puebla.
Carmen fue la mayor, nació el mismo año en que se casaron sus papás doña Carmen y don
Manuel. Natalia fue la segunda y Aquiles el tercero. El último hermano, el más pequeño, fue
Máximo.
Los hermanos Serdán vivían en la ciudad de Puebla y eran pequeños cuando murió su papá.
La señora Serdán tuvo muchas dificultades para educar ella sola a sus hijos, y Carmen tuvo
que dejar sus clases de violín y Natalia las de piano, pero los cuatro iban a la escuela.
El tiroteo duró varias horas. Las autoridades enviaron a 400 soldados del Ejército Federal y a
100 policías, para aprehenderlos, pero la resistencia de los hermanos Serdán fue más de la
esperada. Finalmente, la casa fue ocupada por las autoridades. Carmen, su mamá y la
esposa de su hermano Aquiles, fueron remitidas a la cárcel; Máximo, junto con otros
compañeros, murieron en la refriega, y Aquiles, un día después, fue encontrado y asesinado.
Carmen Serdán continuó la lucha por la causa revolucionaria en los años siguientes. En 1913,
tras el golpe de estado de Victoriano Huerta, formó parte de la Junta Revolucionaria de
Puebla. En 1914 se entrevistó con Venustiano Carranza, primer jefe del Ejército
Constitucionalista, y apoyó su partido trabajando como enfermera en los hospitales militares.
Por su valor simbólico (fue el punto en el que tuvieron lugar los primeros combates de la
Revolución Mexicana), la casa de los Serdán se convirtió en el Museo de la Revolución de
Puebla.
JOSÉ VASCONCELOS
(José Vasconcelos Calderón; Oaxaca, 1882 - Ciudad de México, 1959) Político, pensador y
escritor mexicano. Fue el fundador del Ministerio de Educación en su país, desde el cual
desarrolló una fecunda y extraordinaria labor, lo que le mereció el sobrenombre de El maestro
de la juventud de América.
José Vasconcelos
Después del golpe de Estado de Victoriano Huerta, Venustiano Carranza lo designó agente
confidencial ante los gobiernos de Inglaterra y Francia, para tratar de evitar que éstos
otorgaran ayuda financiera al dictador. En 1914 fue nombrado director de la Escuela Nacional
Preparatoria. Huyó luego a Estados Unidos, ya que Venustiano Carranza pretendió arrestarlo
por pecar de crítico. A su regreso asistió a la Convención de Aguascalientes y desempeñó el
cargo de secretario de Instrucción Pública durante dos meses en el gabinete de Eulalio
Gutiérrez.
En 1915 se exilió en Estados Unidos. En 1920 se entrevistó con Álvaro Obregón y ofreció su
apoyo al Plan de Agua Prieta, que pretendía destituir de la presidencia de la república a
Venustiano Carranza, y así consolidar la candidatura presidencial del general Álvaro Obregón.
El presidente provisional, Adolfo de la Huerta, lo designó jefe del Departamento Universitario y
de Bellas Artes. En este cargo impuso a la Universidad Nacional el actual escudo y el lema
"Por mi raza hablará el espíritu".
Después de la firma de los Tratados de Bucareli, José Vasconcelos condenó el asesinato del
senador Field Jurado y renunció a su puesto en la SEP. Fue candidato al gobierno de
Oaxaca, pero fue derrotado y optó por el exilio. En París y Madrid publicó la primera época de
la revista La Antorcha (1924-25). A su regreso a México fue candidato a la Presidencia de la
República por el Partido Nacional Antirreeleccionista.
Al anunciarse el triunfo del candidato oficial Pascual Ortiz Rubio (1930-1932), los
antirreeleccionistas denunciaron el fraude electoral y Vasconcelos proclamó en Sonora el Plan
de Guaymas, llamando sin éxito a un levantamiento armado. Encarcelado después de
promulgar su plan, se autodesignó "única autoridad legítima" y desconoció a las autoridades
federales, estatales y municipales que "burlan el voto público desde hace treinta años". Ya
liberado se exilió en París, donde volvió a publicar La Antorcha. A su regreso desempeñó la
dirección de la Biblioteca Nacional durante la presidencia de Manuel Ávila Camacho (1940-
1946).
En el ámbito filosófico, pueden mencionarse libros como Pitágoras, una teoría del ritmo
(1916), dedicado a la escuela de Pitágoras, y El monismo estético (1918) o Lógica Orgánica
(1945), que organizan un sistema fundamentado en el juicio estético, donde la belleza se
convierte en una forma superior de la realidad y el método sintético de la música pone de
relieve lo universal concreto; el mismo Vasconcelos afirmó que su doctrina filosófica era "un
monismo basado en la estética".
En segundo lugar, en las obras de sociología y pedagogía, como La raza cósmica (1925) y
Bolivarismo y Monroísmo (1934), pone de relieve una concepción antropológica e histórica
que postula la formación en Latinoamérica de una raza futura, que acabará imponiendo la
forma superior de vida nacida e influida por su temperamento estético, contraponiéndola a la
de la América anglosajona. La raza cósmica, ensayo sobre la identidad americana, incluye
controvertidas ideas sobre la superioridad racial.
Un tercer y fructífero campo es el del ensayo y su dilatada labor como periodista: Gabino
Barreda y las ideas contemporáneas (1910) o Prometeo vencedor (1920). En este apartado
puede incluirse una abundantísima obra periodística, que abarca e incide en todas las
vertientes de la actualidad y la cultura. Otra faceta destacada de su actividad intelectual tuvo
como escenario los trabajos históricos, como su Breve historia de México (1937) o Hernán
Cortés, creador de la nacionalidad (1941). Dedicó volúmenes biográficos a Simón Bolívar y
Evaristo Madero.
Es en sus memorias donde se encuentra un mayor vigor literario, y es gracias a ellas que
José Vasconcelos permaneció como una presencia viva en las letras mexicanas después de
su muerte. En éstas se involucran experiencias personales, acuciosas reflexiones
conceptuales y la conciencia de haber vivido en una etapa histórica que incluyó la caída de un
añejo régimen, la lucha armada de la fuerzas revolucionarias, la consolidación de las
instituciones nacionales y la decepción provocada por los sucesivos gobiernos. El ciclo se
inicia con Ulises criollo (1935), prosigue con La tormenta (1936), avanza con El desastre
(1938) y culmina con El proconsulado (1939): los cuatro tomos se consideran un modelo del
género. El postrer volumen de su obra autobiográfica, titulado La flama, apareció
póstumamente (1959). Vasconcelos podría ser considerado un gran historiador si hubiera sido
capaz de desprenderse de su pasión incontenible en algún momento.
Autor de una reducida producción dramática, ésta se considera la parte menos relevante de
su obra, y sus piezas rara vez se escenifican por carecer de un auténtico sentido del
dinamismo teatral. Quizás la más interesante de ellas sea Los robachicos (1946). Tampoco
tiene gran peso su obra de ficción, de la que está ausente la auténtica literatura. No carecen
de encanto, sin embargo, trabajos como La sonata mágica (1933) y El viento de Bagdad
(1945).
Su ideario político
Así afirma: "Pertenecía Manuel Rivas, lo mismo que yo, a la clase media profesional que
inventa, posee y administra los tesoros de la cultura en todas las latitudes. Verdadera
aristocracia del espíritu. Se halla esta clase colocada entre la rudeza y la incompetencia de
los de abajo y la corrupción, el estulto egoísmo de los de arriba. Desventurado el pueblo en
que la clase nuestra no domina, no impone la orientación y el sistema. Destruir la clase
cultivada, echándole encima al indio que por sí solo no logrará sino acomodarse a ser paria
en la Texas grande que será todo México, he allí uno de los propósitos del Plan Pocho
Imperialista, y lo han estado cumpliendo metódicamente."
El ilustre pensador mexicano puso de relieve las alternativas que, a su entender, puede
plantearse el continente en su ensayo ¿Qué es el comunismo? (1937), donde acaba, sin
embargo, confesando públicamente su fe católica aun sin renunciar a sus primeras influencias
intelectuales y sin que le escandalicen, en la campaña que realiza contra el imperialismo
occidental cuando la Segunda Guerra Mundial está en sus inicios (1939-1940), las
coincidencias que en su pensamiento pueden encontrarse con las tesis marxistas-leninistas.
EMILIANO ZAPATA
Biografía
Miembro de una humilde familia campesina, era el noveno de los diez hijos que tuvieron
Gabriel Zapata y Cleofás Salazar, de los que sólo sobrevivieron cuatro. En cuanto a la fecha
de su nacimiento, no existe acuerdo total; la más aceptada es la del 8 de agosto de 1879,
pero sus biógrafos señalan otras varias: alrededor de 1877, 1873, alrededor de 1879 y 1883.
Emiliano Zapata trabajó desde niño como peón y aparcero y recibió una pobre instrucción
escolar. Quedó huérfano hacia los trece años, y tanto él como su hermano mayor Eufemio
heredaron un poco de tierra y unas cuantas cabezas de ganado, legado con el que debían
mantenerse y mantener a sus dos hermanas, María de Jesús y María de la Luz.
Una de las causas de Revolución mexicana fue la nefasta política agraria desarrollada por el
régimen de Pofirio Díaz, cuya dilatada dictadura da nombre a todo un periodo de la historia
contemporánea de México: el Porfiriato (1876-1911). Al amparo de las inicuas leyes
promulgadas por el dictador, terratenientes y grandes compañías se hicieron con las tierras
comunales y las pequeñas propiedades, dejando a los campesinos humildes desposeídos o
desplazados a áreas casi estériles. Se estima que en 1910, año del estallido la Revolución,
más del noventa por ciento de los campesinos carecían de tierras, y que alrededor de un
millar de latifundistas daba empleo a tres millones de braceros.
Tal política condenaba a la miseria a la población rural y, aunque era un mal endémico en
todo el país, revistió particular gravedad en zonas como el estado de Morelos, donde los
grandes propietarios extendían sus plantaciones de caña de azúcar a costa de los indígenas y
los campesinos pobres. En 1909, una nueva ley de bienes raíces amenazaba con empeorar la
situación. En septiembre del mismo año, los alrededor de cuatrocientos habitantes de la aldea
de Zapata, Anenecuilco, fueron convocados a una reunión clandestina para hacer frente al
problema; se decidió renovar el concejo municipal, y se eligió como presidente del nuevo
concejo a Emiliano Zapata.
Tenía entonces treinta años y un considerable carisma entre sus vecinos por su moderación y
confianza en sí mismo; pasaba por ser el mejor domador de caballos de la comarca, y
muchas haciendas se lo disputaban. Como presidente del concejo, Zapata empezó a tratar
con letrados capitalinos para hacer valer los derechos de propiedad de sus paisanos; tal
actividad no pasó desapercibida, y posiblemente a causa de ello el ejército lo llamó a filas.
Tras un mes y medio en Cuernavaca, obtuvo una licencia para trabajar como caballerizo en
Ciudad de México, empleo en el que permaneció poco tiempo.
La Revolución mexicana
La política agraria y las abismales desigualdades sociales que trajo consigo el Porfiriato
figuran entre las causas profundas de la Revolución mexicana, pero su detonante inmediato
fue la decisión de Porfirio Díaz de presentarse a las elecciones de 1910. Tales "elecciones"
eran en realidad una farsa pseudodemocrática para prolongar otros seis años su mandato; el
viejo dictador, tras reprimir y eliminar la libertad de prensa y cualquier atisbo de disidencia
política, mantenía el formalismo de hacerse reelegir periódicamente.
Francisco I. Madero, fundador del Partido Antirreeleccionista (formación política que aspiraba
precisamente a interrumpir esa perpetuación), había presentado su candidatura a la
elecciones de 1910, pero fue perseguido y obligado a exiliarse. Comprendiendo la inutilidad
de la vía democrática, Francisco Madero lanzó desde el exilio el Plan de San Luis, proclama
política en la que llamaba al pueblo mexicano a alzarse en armas contra el dictador el 20 de
noviembre de 1910, fecha de inicio de la Revolución mexicana. La clave del éxito de su
llamamiento en las zonas rurales radicaba en el punto tercero del Plan, que contemplaba la
restitución a los campesinos de las tierras de que habían sido despojados durante el
Porfiriato.
Con ese rango tomó en mayo la ciudad de Cuautla, punto de partida para extender su poder
sobre el estado, y procedió a distribuir las tierras en la zona que controlaba. En el resto del
país, mientras tanto, se extendía y triunfaba rápidamente la Revolución: el ejército del dictador
fue derrotado en apenas seis meses. En mayo de 1911, Porfirio Díaz partió al exilio después
de traspasar el poder a Francisco León de la Barra, que asumió interinamente la presidencia
(mayo-noviembre de 1911) hasta la celebración de las elecciones.
El Plan de Ayala
Pero, pese al triunfo revolucionario, buena parte de la maquinaria del régimen seguía en
manos de antiguos porfiristas (comenzando por León de la Barra), que ocupaban altos cargos
en la administración y en el teóricamente vencido ejército. Cuando, en julio de 1911, gran
parte de los zapatistas habían entregado las armas, empezó el acoso del ejército sobre los
campesinos y luego sobre el propio Zapata, que escapó por poco a su detención; a lo largo de
aquel verano, las tropas gubernamentales echaron por tierra la obra de Zapata, pero su
acción unió en su contra a los campesinos que, tomando de nuevo las armas, recuperaron
posiciones y resultaron a la postre fortalecidos.
Mientras tanto, en el resto del país, la traición del usurpador Huerta suscitó el unánime
rechazo de los revolucionarios. El gobernador de Coahuila, Venustiano Carranza, se erigió en
el líder de los constitucionalistas, cuyo primer objetivo era expulsar a Huerta y restablecer la
legalidad constitucional; Carranza obtuvo el apoyo de Pancho Villa, que lideraba a los
revolucionarios agraristas del norte. Entre ambos lograron derrotar a Victoriano Huerta en julio
de 1914.
El apoyo de Zapata había sido más tácito que efectivo, pues exigía a Carranza la aceptación
del Plan de Ayala, que no llegó a producirse. Por otra parte, las campañas contra Huerta
habían provocado numerosas fricciones entre figuras de tan distinto ideario y condición como
Venustiano Carranza, un político procedente de la abogacía, y Pancho Villa, un popular
bandolero convertido en revolucionario. Vencido Huerta, el país quedaba en manos de tres
dirigentes escasamente afines.
El aporte de algunos intelectuales, como Antonio Díaz Soto y Gama y Rafael Pérez Taylor, dio
solidez ideológica al movimiento agrarista, y ello permitió a los zapatistas organizar
administrativamente el espacio que controlaban. En este sentido, el gobierno de Zapata creó
comisiones agrarias, estableció la primera entidad de crédito agrario en México e intentó
convertir la industria del azúcar de Morelos en una cooperativa. William Gates, enviado de
Estados Unidos, destacó el orden de la zona controlada por Zapata frente al caos de la zona
ocupada por los carrancistas
Sin embargo, la guerra proseguía; en 1915, la derrota de Villa permitió que Carranza centrara
sus ataques contra Zapata, que por su dedicación exclusiva a Morelos carecía de proyección
nacional. En febrero de 1916, Zapata autorizó conversaciones entre representantes suyos y el
general Pablo González, a quien Carranza había encomendado la recuperación de Morelos.
Estas conversaciones terminaron en fracaso y, al frente de sus tropas, González se adentró
en Morelos. En junio de 1916 tomó el cuartel general de Zapata, el cual reanudó la guerra de
guerrillas y logró recuperar el control de su estado en enero de 1917.
Emiliano Zapata
Tras esta nueva victoria, Zapata, que preveía erróneamente la inmediata caída de Carranza,
llevó a la práctica un conjunto de avanzadas medidas políticas, agrarias y sociales, tanto para
incrementar su base en Morelos como para buscar apoyos en el resto de México. En
diciembre de 1917, Carranza ordenó a Pablo González una nueva ofensiva, que tomó ahora
otro talante, buscando la negociación y la aceptación de las nuevas leyes del gobierno, pero
los avances fueron exiguos.
Ante la imposibilidad de acabar con el movimiento y la amenaza que Zapata suponía para el
gobierno federal (en la medida en que radicales de otros estados podían seguir su ejemplo),
Carranza y González urdieron un plan para asesinar a Zapata. Haciéndole creer que iba a
pasarse a su bando y que les entregaría municiones y suministros, el coronel Jesús Guajardo,
que dirigía las operaciones gubernamentales contra él, logró atraer a Zapata a un encuentro
secreto en la hacienda de Chinameca, en Morelos. Cuando Zapata, acompañado de diez
hombres, entró en la hacienda, los soldados que fingían presentarles armas lo acribillaron a
quemarropa.
Pablo González trasladó el cuerpo a Cuautla y ordenó fotografiar y filmar el cadáver para
evitar que se dudase de su muerte. Pero, igualmente, muchos de sus paisanos y
correligionarios no creyeron que hubiera muerto. Unos decían que era demasiado listo para
caer en la trampa y que había enviado a un doble; otros encontraban a faltar una
característica en el cadáver exhibido.
Genovevo de la O sucedió al fallecido líder al frente del movimiento, pero la guerrilla perdió de
inmediato su fuerza e independencia política al apoyar a Álvaro Obregón, que derrocó a
Carranza y asumió la presidencia (1920-1924). Aunque varios de los principios del
movimiento zapatista fueron formalmente recogidos en las primeras legislaciones
revolucionarias mexicanas (empezando por la Constitución de 1917), ni Venustiano Carranza
ni sus sucesores, que ejercerían la presidencia a la sombra del influyente Plutarco Elías
Calles, los llevarían a sus últimas consecuencias; hubo que esperar a la llegada de un
estadista de la talla de Lázaro Cárdenas (1934-1940) para asistir a decididas políticas de
redistribución de la propiedad agrícola.
(Juana Inés de Asbaje y Ramírez; San Miguel de Nepantla, actual México, 1651 - Ciudad de
México, id., 1695) Escritora mexicana, la mayor figura de las letras hispanoamericanas del
siglo XVII. La influencia del barroco español, visible en su producción lírica y dramática, no
llegó a oscurecer la profunda originalidad de su obra. Su espíritu inquieto y su afán de saber
la llevaron a enfrentarse con los convencionalismos de su tiempo, que no veía con buenos
ojos que una mujer manifestara curiosidad intelectual e independencia de pensamiento.
Biografía
Niña prodigio, aprendió a leer y escribir a los tres años, y a los ocho escribió su primera loa.
En 1659 se trasladó con su familia a la capital mexicana. Admirada por su talento y
precocidad, a los catorce fue dama de honor de Leonor Carreto, esposa del virrey Antonio
Sebastián de Toledo. Apadrinada por los marqueses de Mancera, brilló en la corte virreinal de
Nueva España por su erudición, su viva inteligencia y su habilidad versificadora.
Pese a la fama de que gozaba, en 1667 ingresó en un convento de las carmelitas descalzas
de México y permaneció en él cuatro meses, al cabo de los cuales lo abandonó por problemas
de salud. Dos años más tarde entró en un convento de la Orden de San Jerónimo, esta vez
definitivamente. Dada su escasa vocación religiosa, parece que Sor Juana Inés de la Cruz
prefirió el convento al matrimonio para seguir gozando de sus aficiones intelectuales: «Vivir
sola... no tener ocupación alguna obligatoria que embarazase la libertad de mi estudio, ni
rumor de comunidad que impidiese el sosegado silencio de mis libros», escribió.
Perdida gran parte de esta obra, entre los escritos en prosa que se han conservado cabe
señalar la Respuesta a Sor Filotea de la Cruz. El obispo de Puebla, Manuel Fernández de la
Cruz, había publicado en 1690 una obra de Sor Juana Inés, la Carta athenagórica, en la que
la religiosa hacía una dura crítica al «sermón del Mandato» del jesuita portugués António
Vieira sobre las «finezas de Cristo». Pero el obispo había añadido a la obra una «Carta de Sor
Filotea de la Cruz», es decir, un texto escrito por él mismo bajo ese pseudónimo en el que,
aun reconociendo el talento de Sor Juana Inés, le recomendaba que se dedicara a la vida
monástica, más acorde con su condición de monja y mujer, antes que a la reflexión teológica,
ejercicio reservado a los hombres.
En la Respuesta a Sor Filotea de la Cruz (es decir, al obispo de Puebla), Sor Juana Inés de la
Cruz da cuenta de su vida y reivindica el derecho de las mujeres al aprendizaje, pues el
conocimiento «no sólo les es lícito, sino muy provechoso». La Respuesta es además una
bella muestra de su prosa y contiene abundantes datos biográficos, a través de los cuales
podemos concretar muchos rasgos psicológicos de la ilustre religiosa. Pero, a pesar de la
contundencia de su réplica, la crítica del obispo de Puebla la afectó profundamente; tanto que,
poco después, Sor Juana Inés de la Cruz vendió su biblioteca y todo cuanto poseía, destinó lo
obtenido a beneficencia y se consagró por completo a la vida religiosa.
Murió mientras ayudaba a sus compañeras enfermas durante la epidemia de cólera que asoló
México en el año 1695. La poesía del Barroco alcanzó con ella su momento culminante, y al
mismo tiempo introdujo elementos analíticos y reflexivos que anticipaban a los poetas de la
Ilustración del siglo XVIII. Sus obras completas se publicaron en España en tres volúmenes:
Inundación castálida de la única poetisa, musa décima, Sor Juana Inés de la Cruz (1689),
Segundo volumen de las obras de Sor Juana Inés de la Cruz (1692) y Fama y obras
póstumas del Fénix de México (1700), con una biografía del jesuita P. Calleja.
Mención aparte merece Primero sueño, poema en silvas de casi mil versos escritos a la
manera de las Soledades de Góngora en el que Sor Juana describe, de forma simbólica, el
impulso del conocimiento humano, que rebasa las barreras físicas y temporales para
convertirse en un ejercicio de puro y libre goce intelectual. El poema es importante además
por figurar entre el reducido grupo de composiciones que escribió por propia iniciativa, sin
encargo ni incitación ajena. El trabajo poético de la monja se completa con varios hermosos
villancicos que en su época gozaron de mucha popularidad.
El teatro y la prosa
La prosa de la autora es menos abundante, pero de pareja brillantez. Esta parte de su obra se
encuentra formada por textos devotos como la célebre Carta athenagórica (1690), y sobre
todo por la Respuesta a Sor Filotea de la Cruz (1691), escrita para contestar a la exhortación
que le había hecho (firmando con ese seudónimo) el obispo de Puebla para que frenara su
desarrollo intelectual. Esta última constituye una fuente de primera mano que permite conocer
no sólo detalles interesantes sobre su vida, sino que también revela aspectos de su perfil
psicológico. En ese texto hay mucha información relacionada con su capacidad intelectual y
con lo que el filósofo Ramón Xirau llamó su "excepcionalísima apetencia de saber", aspecto
que la llevó a interesarse también por la ciencia, como lo prueba el hecho de que en su celda,
junto con sus libros e instrumentos musicales, había también mapas y aparatos científicos.
De menor relevancia resultan otros escritos suyos acerca del Santo Rosario y la Purísima, la
Protesta que, rubricada con su sangre, hizo de su fe y amor a Dios y algunos documentos.
Pero también en la prosa encuentra ocasión la escritora para adentrarse por las sendas más
oscuras e intrincadas, siempre con su brillantez característica, como vemos en su Neptuno
Alegórico, redactado con motivo de la llegada del virrey conde de Paredes.
A causa de la reacción neoclásica del siglo XVIII, la lírica de Sor Juana cayó en el olvido,
pero, ya mucho antes de la posterior revalorización de la literatura barroca, su obra fue
estudiada y ocupó el centro de una atención siempre creciente; entre los estudios modernos,
es obligado mencionar el que le dedicó el gran poeta y ensayista mexicano Octavio Paz. La
renovada fortuna de sus versos podría adscribirse más al equívoco de la interpretación
biográfica de su poesía que a una valoración puramente estética. Ciertamente es
desconcertante la figura de esta poetisa que, a pesar de ser hermosa y admirada, sofoca bajo
el hábito su alma apasionada y su rica sensibilidad sin haber cumplido los veinte años. Pero la
crítica moderna ha deshecho la romántica leyenda de la monja impulsada al claustro por un
desengaño amoroso, señalando además como indudable que su silencio final se debió a la
presión de las autoridades eclesiásticas.