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Riesgo de cambio: está asociado a la fluctuación del tipo de cambio de una moneda
frente a otra y afecta fundamentalmente a personas con inversiones que impliquen un
cambio de divisa.
Riesgo de mercado: es uno de los riesgos más comunes. Se trata del riesgo de que
se produzcan pérdidas en una cartera como consecuencia de factores u operaciones
de los que depende dicha cartera.
Cinco consejos para minimizar
el riesgo financiero
1. Evaluar la rentabilidad de la inversión
2. Anticipar el futuro
Por ejemplo, este es el riesgo al que se expone una empresa que importa sus insumos
pagando en dólar para luego vender el producto final en moneda local. En caso de que esta
se devalúe, esa compañía puede sufrir pérdidas que le impedirían cumplir con sus
obligaciones financieras.
Esto mismo aplica para las innovaciones y los cambios en el mercado. Un ejemplo de ello
es el sector comercial. Las empresas que han sido capaces de adaptarse al mercado digital
para vender sus productos en línea han experimentado un incremento de sus ingresos.
Mientras tanto, aquellas que se han resistido a estas transformaciones han perdido
competitividad.
RIESGOS DEL CRÉDITO
Este riesgo se refiere a la posibilidad de que un acreedor no reciba el
pago de un préstamo o de que lo reciba con atraso.
Riesgo de crédito mayorista: es un riesgo algo más complejo. Tenemos que tener en
cuenta que el riesgo de crédito mayorista incluye el riesgo de contrapartida.
RIESGOS DE LIQUIDEZ
La gestión del riesgo financiero debe prestarle atención a la liquidez de una empresa, pues
toda organización debe asegurarse de que cuenta con el flujo de caja suficiente para saldar
sus pendientes. Si no lo hace, puede malograr la confianza de los inversionistas.
Una compañía puede tener una cantidad significativa de patrimonio, pero al mismo tiempo
un alto riesgo de liquidez. Esto se debe a que no puede convertir esos activos en dinero
para subsanar sus gastos a corto plazo.
Los bienes raíces o los bonos, por ejemplo, son activos que pueden tardar mucho tiempo en
transformarse en dinero. Por eso, es necesario que cada empresa verifique si tiene activos
circulantes para saldar los compromisos a corto plazo.