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Organización y Clasificación de los Ángeles

 By Walter Cuadra  Angelología
“Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las
que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean
principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él”.
Colosenses 1:16

             De acuerdo a los textos de Hebreos 12:22 y Apocalipsis 5:11 existen


millares de millares de ángeles los cuales han sido creados por Dios y estos se
encuentran organizados como un poderoso ejército. Puesto que orden es la
primera ley en el cielo se espera que estos seres celestiales se encuentren
organizados de acuerdo a su rango y actividad. En Colosenses 1:16 nos
sugiere una organización de estos seres al decirnos que están agrupados en
tronos, dominios, principados y potestades y en Apocalipsis 12:7 se nos dice
que Miguel es el que está a la cabeza de ellos: “Después hubo una gran
batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y
luchaban el dragón y sus ángeles”. Esta organización aplica tanto para
ángeles buenos y caídos o demonios donde el líder de estos últimos es
Satanás. Además al considerar la evidencia bíblica nos podemos dar cuenta
que existen diferentes clases de seres angelicales los cuales tienen diversidad
de funciones delante de Dios y es basado en estas actividades que se ha
sugerido una clasificación para cada uno de ellos. El estudio de su
clasificación nos ayuda un poco a comprender su naturaleza y funciones
delante de la divinidad. La clasificación aplica tanto para los ángeles santos
como para los que se revelaron junto con Satanás y que hoy en día se les
conoce como demonios.

Arcángel
“Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo, disputando con él
por el cuerpo de Moisés, no se atrevió a proferir juicio de maldición contra
él, sino que dijo: El Señor te reprenda”.
Judas 9

  La palabra arcángel proviene del griego arjángelos (ἀρχάνγελος). Como


arcángel, solamente Miguel es designado con ese estatus de tal forma que no
existen más arcángeles de acuerdo al Canon Sagrado. Aparece por primera vez

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en el Antiguo Testamento específicamente en el libro de Daniel como uno de
los principales ángeles protectores de la nación de Israel: “Mas el príncipe del
reino de Persia se me opuso durante veintiún días; pero he aquí Miguel,
uno de los principales príncipes, vino para ayudarme, y quedé allí con los
reyes de Persia”, (Daniel 10:13). También el texto de Judas 9, donde se le
llama arcángel, nos muestra a Miguel contendiendo con Satanás por el cuerpo
de Moisés y a pesar de su gran poder no se atrevió a proferir maldición sobre
él, sino se apoyó en el respaldo de Dios al decirle: El Señor te reprenda. En
tiempos de la gran Tribulación será el protector de la nación de Israel: “En
aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los
hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que
hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo,
todos los que se hallen escritos en el libro”, (Daniel 12:1). También lo vemos
a la cabeza del ejercito celestial de Dios expulsando a Satanás y sus ángeles
caídos del cielo, razón por la cual se cree que Miguel es el comandante de los
escuadrones angelicales: “Después hubo una gran batalla en el cielo:
Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus
ángeles; pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. Y
fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo
y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus
ángeles fueron arrojados con él”, (Apocalipsis 12:7-9). Finalmente, muchos
creen que será el arcángel Miguel el cual sonara la final trompeta el día de
rapto dando por hecho que la iglesia consideraba desde sus inicios que solo
existían un solo arcángel: “Porque el Señor mismo con voz de mando, con
voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos
en Cristo resucitarán primero”, (1 Tesalonicenses 4:16).

Principados
“Para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por
medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales”.
Efesios 3:10

La palabra se traduce del griego arjé (ἀρχή) con la cual se distinguían


los magistrados o gobernadores principales de una aldea o nación. Sus
referencias aparecen en Romanos 8:38; Efesios 1:21; 3:10; 6:12; Colosenses
1:16; 2:10-15, y se aplica tanto a los ángeles santos como a los demonios. Por
el uso etimológico de esta palabra muchos consideran que esta clase de
ángeles tienen una incidencia directa sobre los asuntos de naciones o pueblos a

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tal punto que pueden considerarse a la cabeza de ángeles en esas regiones
geográficas. En el libro del profeta Daniel se hace una referencia a una lucha
que ocurrió entre estos principados: Debido a las grandes visiones
apocalípticas que Daniel había tenido quedo completamente exhausto y sin
fuerzo, sin embargo, Dios dispuso que el ángel Gabriel fuera hasta él para
revelarle el significado de estas visiones, pero en su camino, otro ser al cual se
le llama el príncipe de Persia se le opuso, y no pudo vencerlo hasta que llego
el arcángel Miguel que le ayudo. Obviamente la lucha que vemos aquí es entre
ángeles y demonios, donde el príncipe de Persia debe ser un Principado de
maldad que ejercía la mayor autoridad sobre los demonios de esa
región: “Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún
días; pero he aquí Miguel, uno de los principales príncipes, vino para
ayudarme, y quedé allí con los reyes de Persia. He venido para hacerte
saber lo que ha de venir a tu pueblo en los postreros días; porque la visión
es para esos días”, (Daniel 10:13-14). Más adelante el ángel le dice al profeta
que tiene que regresar a luchar con el príncipe de Persia y luego vendría el
príncipe de Grecia: “Él me dijo: ¿Sabes por qué he venido a ti? Pues ahora
tengo que volver para pelear contra el príncipe de Persia; y al terminar con
él, el príncipe de Grecia vendrá. Pero yo te declararé lo que está escrito en el
libro de la verdad; y ninguno me ayuda contra ellos, sino Miguel vuestro
príncipe”, (Daniel 10:20-21). 

Poderes y Señoríos
“Sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre
que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero”.
Efesios 1:21

                     La palabra poder (en ocasiones traducida como potestad)


proviene del griego original exousía (ἐξουσία) y era un título que se le daba a
una persona que tenía la capacidad y potencia de ejecutar su autoridad en una
región determinada. También la palabra señorío se traduce del griego dúnamis
(δύναμις) que literalmente describe una poderosa fuerza eficaz. En este
sentido se cree que esta clase ángeles son seres que actúan directamente en los
asuntos de los seres humanos, ya sea para bien o para mal, de acuerdo a la
naturaleza buena o mala en el caso de los demonios. Sus referencias bíblicas
aparecen en Efesios 1:21; 2:2; 3:10; 6:12; Colosenses 1:16; 2:10, 15; 1 Pedro
3:22. Podemos ver el caso de un ángel malo que influyó en Acab rey de Israel
para que este fuera a la guerra actuando como una fuerza poderosa y eficaz en

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boca de los falsos profetas para engañarlo y conducirlo a la muerte.

“Entonces él dijo: Oye, pues, palabra de Jehová: Yo vi a Jehová sentado en


su trono, y todo el ejército de los cielos estaba junto a él, a su derecha y a su
izquierda. Y Jehová dijo: ¿Quién inducirá a Acab, para que suba y caiga en
Ramot de Galaad? Y uno decía de una manera, y otro decía de otra. Y salió
un espíritu y se puso delante de Jehová, y dijo: Yo le induciré. Y Jehová le
dijo: ¿De qué manera? Él dijo: Yo saldré, y seré espíritu de mentira en boca
de todos sus profetas. Y él dijo: Le inducirás, y aun lo conseguirás; vé, pues,
y hazlo así. Y ahora, he aquí Jehová ha puesto espíritu de mentira en la
boca de todos tus profetas, y Jehová ha decretado el mal acerca de ti”.
1 Reyes 22:19-23
Tronos y Dominios
“Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las
que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean
principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.”.
Colosenses 1:16
               
La palabra trono se traduce del griego trónos (θρόνος) y precisamente
significa eso, trono, mientras que la palabra dominios viene del
griego kuriótes (κυριότης), título de autoridad que se le daba a un amo o
señor. Esta designación enfatiza la dignidad y la autoridad de los gobernadores
angélicos en el uso que Dios hace de ellos en su gobierno. La referencias
bíblicas las encontramos en Efesios 1:21; Colosenses 1:16; 2 Pedro 2:10 y
Judas 8.

Querubines
“Y el estruendo de las alas de los querubines se oía hasta el atrio de afuera,
como la voz del Dios Omnipotente cuando
habla”.
Ezequiel 10:5
Dos querubines sobre el propiciatorio
    La palabra querubín proviene del
hebreo kérub (‫)ּכְרּוב‬ y son descritos como
seres alados de imponente presencia de
acuerdo a Ezequiel 10:5 o como se
muestran en el arca del pacto: “Y los

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querubines extenderán por encima las alas, cubriendo con sus alas el
propiciatorio; sus rostros el uno enfrente del otro, mirando al propiciatorio
los rostros de los querubines”, (Éxodo 25:20). Los querubines constituyen
una orden de ángeles poderosos, evidentemente de alto rango, puesto que
Satanás era un querubín (Ezequiel 28:14, 16). Aparentemente ellos funcionan
como guardas de la santidad de Dios, habiendo guardado el camino hacia el
árbol de la vida en el huerto de Edén: “Echó, pues, fuera al hombre, y puso
al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se
revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida”,
(Génesis 3:24). El uso de querubines decorados en el propiciatorio del arca o
en las cortinas del Templo nos sugieren una función de protección: “Todos los
sabios de corazón de entre los que hacían la obra, hicieron el tabernáculo
de diez cortinas de lino torcido, azul, púrpura y carmesí; las hicieron con
querubines de obra primorosa”, (Éxodo 36:8); “Hizo también los dos
querubines de oro, labrados a martillo, en los dos extremos del
propiciatorio”, (Éxodo 37:7); “Puso estos querubines dentro de la casa en el
lugar santísimo, los cuales extendían sus alas, de modo que el ala de uno
tocaba una pared, y el ala del otro tocaba la otra pared, y las otras dos alas
se tocaban la una a la otra en medio de la casa”, (1 Reyes 6:27).  Respecto a
estos seres el Dr. Scofield dice: “El tema es algo obscuro, pero tornando en
cuenta la posición de los querubines en la puerta del Edén, en la cubierta
del arca del pacto, y en Apocalipsis 4, se concluye claramente que ellos se
relacionan con la vindicación de la santidad de Dios contra el orgullo del
hombre pecador quien, a pesar de su pecado, podría alargar su mano para
tomar del árbol de la vida (Génesis 3:22-24). Los querubines que estaban
sobre el arca del pacto, habían sido hechos de una pieza con el
propiciatorio, y contemplaban allí la sangre derramada que hablaba,
tipológicamente, de la perfecta preservación de la justicia divina por medio
del sacrificio de Cristo”, (Éxodo 25:17-20; Romanos 3:24-26).

Serafines
“En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto
y sublime, y sus faldas llenaban el templo. Por encima de él había serafines;
cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus
pies, y con dos volaban. Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo,
santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria”.
Isaías 6:1-3

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                 La palabra serafín proviene del hebreo saráf (‫)ׂשָ ָרף‬ la cual
literalmente significa “serpiente ardiente”.  Este nombre aparece en Números
21:6 (“Y Jehová envió entre el pueblo serpientes ardientes, que mordían al
pueblo; y murió mucho pueblo de Israel”) y era dado a unas serpientes, no
porque tuvieran alas, sino porque eran rápidas para moverse y morder a las
personas. Esto nos sugiere que estos seres eran rápidos para moverse. La
descripción de seis alas concuerda exactamente con la que Juan hace de los
seres viviente en Apocalipsis 4. Aparte de eso vemos que estos seres
entonaban una especie de adoración a Dios diciendo: Santo, santo, santo,
Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria. De igual forma
los cuatro seres vivientes que aparecen en Apocalipsis 4 no paran de adorar a
Dios: “Y los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas, y alrededor y
por dentro estaban llenos de ojos; y no cesaban día y noche de decir: Santo,
santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que
ha de venir. Y siempre que aquellos seres vivientes dan gloria y honra y
acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos
de los siglos”, (Apocalipsis 4:8-9). Pareciera que los serafines de Isaías 6 son
los mismos que aparecen en Apocalipsis 4, sin embargo, su identidad de los
cuatro seres vivientes es otro tema que ha causado mucha especulación. En el
griego original la palabra ser viviente se traduce del nombre neutro zon
(ζῶν), y Juan nos dice que son cuatro los cuales están llenos de ojos delante y
detrás. Estos poseen seis alas y día y noche no cesan de adorar a Dios. El
apóstol describe a cada uno de ellos, uno semejante a león, otro semejante a
becerro, otro semejante a rostro de hombre y el otro semejante a un águila
volando lo cual también denota que cada ser viviente poseía características
que los diferenciaba uno de otro. Como los serafines tienen seis alas cada uno.
El Dr. Scofield dijo referente a los serafines de Isaías 6: “ardientes, esta
palabra ocurre solamente aquí... En muchas maneras los serafines se
hallan en contraste con los querubines, aunque ambos expresan la santidad
divina, la cual exige que el pecador tenga acceso a la divina presencia
solamente por medio de un sacrificio que en verdad vindique la justicia de
Dios (Ro. 3: 24·26, notas), y que el santo se purifique antes de ofrecer su
sacrificio al Señor. Génesis 3:24·26 es una ilustración de la primera de estas
demandas; Isaías 6:1-8, de la segunda. Puede decirse que los querubines
están relacionados con el altar y los serafines con el lavacro”.

Los ángeles en la Literatura Apócrifa


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La literatura apócrifa también está llena de relatos donde presentan a
estos seres. Por ejemplo, en el Proto-Zacarías aparece el Ángel de Jehová
acompañado de otros ángeles bajo sus órdenes y con la función de interceder
por el pueblo de Israel. En el libro apocalíptico de 1 Enoc se menciona el
relato de como 200 ángeles decidieron abandonar su morada celestial y
descendieron a la tierra para unirse con las mujeres las cuales al quedar
embarazadas dieron a luz a gigantes, historia que no es muy aceptada entre la
mayoría de los teólogos, pero que aparece en este libro. En el capítulo 6
aparecen los nombres de los ángeles que dirigieron esta rebelión: “Estos son
los nombres de sus jefes: Shemihaza, quien era el principal y en orden con
relación a él, Ar'taqof, Rama'el, Kokab'el, -'el, Ra'ma'el, Dani'el, Zeq'el,
Baraq'el, 'Asa'el, Harmoni, Matra'el, 'Anan'el, Sato'el, Shamsi'el,
Sahari'el, Tumi'el, Turi'el, Yomi'el, y Yehadi'el”, (1 Enoc 6:7). Además, en
el capítulo 9 aparecen 4 ángeles que el libro menciona por nombre: Miguel,
Sariel, Rafael y Gabriel, y más adelante continua haciendo mención de los
mismos incluyendo a Uriel, Reul y  Remeiel. También en el libro de Tobías
aparece el ángel Rafael (Tobías 3:17; 12:15) el cual se presenta como “Yo soy
Rafael, uno de los siete santos ángeles que presentamos las oraciones de los
justos y tienen entrada ante la majestad del Santo”, (Tobías 12:15, NC). En 2
Macabeos 15:22-23 los judíos piden a Dios que envié un ángel que infunda
temor en el ejército enemigo tal y como lo hizo en tiempos del rey Ezequías
cuando Senaquerib los sitio Jerusalén. Es importante recalcar que todos estos
libros no son inspirados por Dios y por ende no está incluida en el canon
bíblico, sin embargo, nos muestra que aun en la literatura inter-testamentaria
los judíos escribieron acerca de los ángeles.

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