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Otro partido

AMÉRICO ZAMBRANO
La expulsión de Guido Bellido del entorno presidencial es la oportunidad que Castillo esperaba para
deshacerse del lastre sombrío de Perú Libre. La pelota está ahora en su cancha.
Desde hace dos semanas, aproximadamente, el presidente Pedro Castillo buscaba candidatos para
reemplazar al premier Guido Bellido.
Castillo barajó tres opciones, entre las que se encontraban la abogada cajamarquina Mirtha Vásquez
Chuquilín, expresidenta del Congreso, y el actual ministro de Salud Hernando Cevallos Flores.
Desde un inicio Vásquez asomaba como una figura idónea para el puesto. Castillo preguntó a algunos
de sus ministros más cercanos sobre el perfil político de la exparlamentaria del Frente Amplio,
conocida por su compromiso con los derechos humanos, la defensa del medio ambiente y el
feminismo. El presidente recordaba a Mirtha Vásquez principalmente por la defensa que había ejercido
en favor de la comunera cajamarquina Máxima Acuña ante los intentos de la minera Yanacocha de
despojarla de su propio terreno. También por haber defendido a numerosos dirigentes criminalizados
por la misma compañía minera en Cajamarca.
Los ministros consultados por Castillo destacaron la trayectoria limpia de Vásquez y opinaron que su
desempeño como presidenta del Congreso, durante el gobierno de transición de Francisco Sagasti,
había sido bueno.
El jefe de Estado consideró también la opción de que un integrante de su propio gabinete ministerial
sucediera a Bellido. Castillo le preguntó al ministro Cevallos, hace algunos días atrás, si estaba
dispuesto a asumir la presidencia del Consejo de Ministros en lugar de Bellido. Cevallos respondió que
no le parecía conveniente que el gobierno realizara cambios en la cartera de Salud, en momentos en
que se han redoblado los esfuerzos para enfrentar la amenaza de una tercera ola de la pandemia y se ha
acelerado la estrategia de inmunización contra el coronavirus con una campaña de vacunación casa por
casa.
Cevallos, excongresista del Frente Amplio, le hizo saber al presidente que Mirtha Vásquez era una
buena carta para el premierato, según fuentes del gobierno con conocimiento de los hechos. Castillo
asintió.
Las relaciones entre el mandatario y el premier estaban ya muy deterioradas, tal y como lo reveló este
semanario la semana pasada. Castillo se había mostrado cansado de que Guido Bellido, hombre fuerte
del “cerronismo”, lo desautorizara permanentemente y tampoco parecía estar dispuesto a seguir
aceptando el corsé que Perú Libre, el partido que lo invitó a postular a la presidencia, pretendía
imponerle.
Castillo no quería provocar una ruptura definitiva con la bancada de Perú Libre porque eso supondría
quedarse sin representación parlamentaria y a merced de un Congreso vacador. El presidente, sin
embargo, considera que Perú Libre no le dio el soporte que necesitaba y, muy por el contrario, lo
arrastró rápidamente al borde del acantilado.
Castillo era consciente de que tenía que sacar a Bellido para recuperar el mando de su gobierno. “El
presidente buscaba el oxígeno político que no le había dado Perú Libre, que sólo se preocupó por tener
su cuota de poder”, manifestó una fuente del Ejecutivo a esta publicación.
Diversos analistas políticos sostienen que Castillo debió sacar a Bellido y a los ministros más
cuestionados hace algunas semanas atrás. Esto no ocurrió, lo que alimentó la sensación de caos en el
gobierno y fortaleció a la oposición que parece tener un solo punto en agenda desde el pasado 28 de
julio: la vacancia presidencial.
Las vacilaciones del presidente prolongaron la crisis. Hasta la semana pasada, según voceros del
gobierno que fueron consultados por esta revista, el jefe de Estado todavía se encontraba “evaluando”
el momento adecuado para realizar los cambios en el equipo ministerial.
El pasado viernes 1 la periodista Anuska Buenaluque destapó en “Epicentro TV” los chats de
WhatsApp de la bancada de Perú Libre.
Las conversaciones del grupo parlamentario demostraron que el propio premier Guido Bellido –en
coordinación con Vladimir Cerrón, el dueño del partido, y a espaldas del presidente– había concertado
esfuerzos para exigir la renuncia del canciller Óscar Maúrtua de Romaña y también la salida del
vicecanciller Luis Enrique Chávez por declarar que en Venezuela no hay autoridades legítimas.
Los chats dejaron al descubierto lo que era un secreto a voces: que Vladimir Cerrón mueve los hilos de
la bancada del lápiz para sabotear al gobierno de Pedro Castillo, su socio político. El fundador y
secretario general de Perú Libre, de hecho, envió al chat grupal de la bancada el borrador de un
comunicado en el que se planteaba la renuncia del canciller por haber declarado ante la Comisión de
Relaciones Exteriores del Congreso que el presidente Castillo “no tenía previsto” reunirse con el
mandatario venezolano Nicolás Maduro en la última cumbre de la Celac, que se desarrolló en México.
El documento elaborado por el dueño de la franquicia contó con el respaldo inmediato del premier.
“Tienen que ir dos cosas: la renuncia inmediata del vicecanciller por contradecir al presidente, y
también el Maúrtua debe renunciar en el día, camaradas”, manifestó Bellido en el chat de la bancada
parlamentaria del lápiz. “De acuerdo”, contestó Vladimir Cerrón, en complicidad con la argumentación
del premier.
La noche de ese mismo viernes 1 de octubre el presidente Castillo se reunió con parlamentarios de
Juntos por el Perú, la alianza liderada por la excandidata presidencial Verónika Mendoza, y también
con algunos de sus ministros cercanos, todos ellos contrarios a Cerrón.
Al término del encuentro el presidente les comentó a dos ministros que había tomado la decisión de
solicitarle la renuncia a Guido Bellido.
¿Cuándo se supone que ocurriría este relevo? El presidente no lo dijo.
Con los días, algunos miembros del gabinete pensaron que el presidente había vuelto a dar marcha
atrás porque, el domingo 3, en un enérgico discurso en quechua desde el Cusco, el premier Guido
Bellido se había atrevido a amenazar al Congreso por la aprobación de una ley que propone una
segunda reforma agraria en el Perú.
“Quieran o no para que haya una segunda reforma agraria nuestro presidente pedirá una ley al
Congreso con presupuesto, hermanos y hermanas. Si no hay reforma agraria, si el Congreso no la
aprueba, devolveremos a cada uno de los congresistas a sus pueblos”, fustigó el premier, en quechua,
desde la explanada de Sacsayhuamán.
Ese mismo día, en el Cusco, el presidente Pedro Castillo confirmó que su gobierno lanzaría una
“segunda reforma agraria” en nuestro país. “Quiero dejar muy en claro que esta segunda reforma
agraria no busca expropiar tierras ni quitar derechos de propiedad a nadie”, aseguró Castillo. El
presidente indicó que esta reforma busca hacer “justicia” con los más de dos millones de pequeños
agricultores en el Perú.
El gobierno parecía alinearse en momentos en que la coalición opositora del Congreso se alistaba a
presentar una moción multipartidaria para censurar al ministro de Trabajo Íber Maraví.
El detonante que gatilló la caída de Guido Bellido, sin embargo, se produjo poco después. El ministro
de Justicia, Aníbal Torres, declaró que el Ejecutivo no presentaría una cuestión de confianza por el
ministro Íber Maraví, quien fue interpelado por su presunta participación en un atentado terrorista, en
1980, y por su filiación con la organización radical del magisterio Conare-Sutep.
“No hay cuestión de confianza por el caso Maraví. Ahí acaba el debate”, declaró Torres en diálogo con
“Radio Exitosa”. “Congreso de la República, siéntanse tranquilos. No habrá eso. No hay el ánimo de
perjudicar al Congreso”, manifestó el titular de la cartera de Justicia.
Algunas horas después Bellido ofreció declaraciones a la prensa para contradecir, una vez más, al
ministro de Justicia Aníbal Torres. “(Esa) es una opinión del ministro Torres”, manifestó Bellido, en
declaraciones a los medios de comunicación. “La cuestión de confianza la hace el presidente del
Consejo de Ministros. Eso tiene que responder a una decisión unitaria del Consejo de Ministros y eso
tiene que ser canalizado, planteado por el presidente”, argumentó.
Fuentes del gobierno señalan que la “aclaración” de Bellido no cayó nada bien en el despacho del
ministro de Justicia. Torres se habría comunicado inmediatamente con el presidente para expresarle su
incomodidad por las declaraciones del premier y por el maltrato del que era víctima por parte del ala
radical del partido Perú Libre.
No había marcha atrás: Bellido estaba con un pie afuera del gabinete.
El martes 5 la expresidenta del Congreso Mirtha Vásquez se reunió con Áuner Vásquez Cabrera,
secretario general del despacho presidencial y uno de los personajes de mayor confianza de Castillo.
Los registros de visitas del despacho presidencial indican que Vásquez llegó a Palacio de Gobierno a
las 19 y 43 horas y se retiró a las 21:27 horas. Una fuente del gabinete contó a este semanario que esa
misma noche el presidente Castillo le pidió la renuncia a Bellido.
 El expremier, según la fuente del Ejecutivo, le habría dicho a Castillo que estaba cometiendo un grave
error político y le advirtió, que tarde o temprano, la oposición del Congreso iba a sacarlo de la
presidencia.
El mandatario informó a la bancada de Perú Libre que habría cambios en el gabinete, aunque Cerrón
no supo cuántos ministros saldrían.
Al día siguiente, a las 8 y 02 de la mañana, la expresidenta del Congreso Mirtha Vásquez fue recibida
por Castillo en Palacio de Gobierno, según los registros de visitas del despacho presidencial. A lo largo
de ese día Castillo se reunió con los que serían sus nuevos ministros de Estado en un inmueble del
pasaje Sarraeta, en Breña.
El mandatario seleccionó personalmente a los nuevos miembros del gabinete. En total fueron siete
cambios: Mirtha Vásquez en el premierato, la congresista Betssy Chávez en la cartera de Trabajo,
Gisela Ortiz Perea en Cultura, Eduardo González Toro en Energía y Minas, Carlos Alfonso Gallardo
en Educación, Luis Roberto Barranzuela en Interior y José Incio en el Ministerio de Producción.
Se mantienen Pedro Francke en Economía, Aníbal Torres en Justicia, Hernando Cevallos en Salud,
Wálter Ayala en Defensa, la vicepresidenta Dina Boluarte en Desarrollo e Inclusión Social, Anahí
Durand en Mujer y Poblaciones Vulnerables, Víctor Raúl Maita en Desarrollo Agrario, Roberto
Sánchez en Comercio Exterior y Turismo, Juan Francisco Silva en Transportes y Comunicaciones,
Geiner Alvarado en Vivienda y Rubén Ramírez en el Ministerio del Ambiente.
Perú Libre, el partido que llevó a Castillo a la presidencia, se quedó sin su cuota de poder en el
gabinete, lo que enfureció a la facción “cerronista” de Perú Libre. “Decimos contundentemente que la
bancada de Perú Libre no respalda a este gabinete”, anunció teatralmente Waldemar Cerrón, hermano
del exgobernador de Junín y vocero titular de la bancada del lápiz. “No debemos olvidar que los Judas
se ahorcan solos”, advirtió a los ministros “caviares” que rodean a Pedro Castillo.
El analista político y periodista Juan de la Puente señala que es inexacto afirmar que se trata de un giro
a secas del gobierno. “Sólo los hechos mostrarán si el desplazamiento fue hacia la moderación. Por lo
pronto es un giro hacia la eficacia y la responsabilidad. Los cambios apuntan a dejar atrás el
radicalismo vacío, el principal atributo del gobierno hasta ahora”, reflexionó. Según De la Puente
tampoco debería considerarse a Mirtha Vásquez como ideológicamente “moderada” porque su
presencia al frente del gabinete podría ser también una apuesta “radical”, si se considera su
compromiso con los derechos humanos, el feminismo y el medio ambiente. “Su moderación podría
referirse a las formas democráticas –sin excesos verbales y provocaciones gratuitas– y a la vocación
por el consenso”, indica el analista. Lo único claro, según De la Puente, es que el castillismo ha
reemplazado al cerronismo. El problema para Castillo, de acuerdo con el analista, es que si la bancada
oficialista se fractura, el presidente quedará muy expuesto ante un Congreso crecientemente vacador.
Fernando Tuesta Soldevilla, politólogo y catedrático de la Pontificia Universidad Católica del Perú,
coincide en que una posible ruptura con Perú Libre podría conducir al “aislamiento” del presidente
Castillo.
“No deja de ser cierto esto porque sabemos que Pedro Castillo no tiene un partido propio y, muy por el
contrario, el cerronismo ha concentrado muchas de sus fuerzas en el Parlamento”, apunta Tuesta.
“Quizá algunas bancadas entiendan que pueden llevar una relación mucho más fluida (con Mirtha
Vásquez) que con un personaje como Guido Bellido que polarizó en tan poco tiempo todo lo que
pudo”, dice.
Con la salida de Guido Bellido y el ingreso de Mirtha Vásquez en el premierato, el presidente Pedro
Castillo optó por la supervivencia política. Su gobierno no ha cumplido tres meses y ya se ha visto
erosionado, debido en gran medida a los errores propios de Castillo, pero también al papel que juega la
oposición congresal y los medios concentrados de la derecha que juegan a favor de la vacancia. ¿El
cambio en el gabinete augura cierta tranquilidad para el presidente?
Todo indica que no. Los medios de comunicación ya han puesto los reflectores sobre el nuevo ministro
del Interior Luis Barranzuela Vite, un mayor retirado de la ex Policía de Investigaciones del Perú (PIP).
Su foja de servicios, a la cual accedió esta revista, parece más un largo prontuario: Barranzuela tiene
sanciones por negligencia, abandono de servicio, abuso de autoridad y por haber asumido,
irregularmente, la defensa de un implicado en homicidio calificado, entre otras faltas disciplinarias
graves. El flamante ministro del Interior registra también una sentencia condenatoria por
encubrimiento y antecedentes judiciales por abuso de autoridad. Fue pasado al retiro por medida
disciplinaria.
Barranzuela es, además, fundador y socio del estudio Noblecilla Olaechea, Barranzuela & León y,
hasta el momento en que juramentó como ministro del Interior en reemplazo del exfiscal Juan
Carrasco, se desempeñó como abogado defensor de Vladimir Cerrón, del expremier Guido Bellido y
del partido Perú Libre en la investigación por lavado de activos que le sigue el Ministerio Público. Su
nombramiento en el cargo parece ser un guiño del presidente a Vladimir Cerrón, el dueño del partido
que teme se le dicte una orden de detención preliminar en cualquier momento, advirtieron fuentes de la
Fiscalía a esta revista.
“Si un abogado asume un cargo público mediante el cual puede acceder a información sobre exclientes,
o tomar alguna decisión que los favorezca, puede caer en un conflicto de intereses”, alertó Iván
Lanegra, secretario general de Transparencia en el Perú. ¿La presencia de Barranzuela en el Ministerio
del Interior retrasaría el rompimiento definitivo de Pedro Castillo con la bancada de Perú Libre? Se
sabrá en los próximos días. ¿El partido se decidirá por penales?
Se fue la locura
Se fue Guido Bellido, tal como lo anunciamos en portada la semana pasada.
Y se fue también Íber Maraví, el fenatepo amigo del presidente Castillo.
Se fue la provocación, entra el misterio. Se fue la locura, entra un relativo apaciguamiento.
Dicen que el ministro de justicia fue clave para que el presidente decidiera extirparse el forúnculo que
le impedía sentarse con comodidad.
No es tan cierto. Todo indica que Castillo y el ministro Aníbal Torres jugaron en pared.
Según nuestras fuentes, Castillo no sabía cómo librarse del energúmeno que lo contradecía y que
alentaba una confrontación que no habría tenido sobrevivientes. De lo que estaba seguro es de que, al
lado de Bellido, el precipicio salivaba del gusto que se iba a dar. La derecha golpista no lo decía, pero
estaba complacida con ese primer ministro que hacía subir el dólar y bajar las expectativas económicas.
Y si mi amigo Pedro Francke hubiese recuperado la libertad, no tengo duda de que habría salido a
pedir esa cabeza indeseable. Los deberes de estado, hay que entenderlo, fuerzan a veces al silencio de
las cortes.
El asunto es que el fin de semana pasado Castillo le habría pedido al ministro Torres que se presente en
radio Exitosa, de sorpresa, y anuncie que no iba a haber cuestión de confianza por Íber Maraví. El
ministro, en el colmo de la discreción, no le habría avisado ni siquiera a su equipo de prensa.
Hecho el anuncio radial de Torres, el primer ministro salió de inmediato a contradecirlo sosteniendo
que esa había sido una opinión personal. Lo que Bellido envió como mensaje era que la cuestión de
confianza era inminente. El gobierno se desgarraba una vez más.
La reacción visceral de Bellido terminó con su breve carrera de bolchevique al mando. Tras su mensaje
por enésima vez inaceptable, Castillo y Torres se juntaron por la noche y ajustaron los cambios del
gabinete. La actual presidenta del consejo de ministros, que ya había sido tentada un par de veces,
creyó que esta sería otra llamada inútil.
No sabemos qué esperar de este nuevo gabinete. Lo que es un dato duro es que Castillo se libró de
Bellido, sacrificó a su amigo Maraví y le quitó a Vladimir Cerrón una cuota decisiva de poder.
Simultáneamente, creó un cisma en la bancada oficialista y tendrá que enfrentar, esperamos que a pie
firme, la venganza del cerronismo parlamentario.
Se trata de un gesto conciliador que el país demandaba y que ha sido un bálsamo para quienes se
especializan en pronósticos económicos.
La derecha, por supuesto, no está feliz.
Lo que la derecha quiere es, como siempre, todo. Sueña con ver a Castillo como Cosito, el comandante
que lo único que mandó a parar fue la decencia.
Y si Castillo no quiere ser Cosito, entonces la derecha dirá que tal ministro es un topo del extremismo
y que tal otro fue discípulo de Javier Diez Canseco y que todo se trata de un operativo de distracción
para implantar el castrochavismo ayahuasquero con que quiere asustarnos cada día.
Allí está el almirantito Cueto, comandante supremo de las mares ignotas, diciéndole a Jaime Chincha
que la farsa está clara, que seguimos en manos del comunismo y que, entonces, la opción de la
vacancia está ilesa.
Como el comandantito, así piensa el esbirraje escrito de mister Chlimper, la CONFIEP y sus
heterónimos.
Lo que la derecha quiere es ganar las elecciones cuatro meses después de haberlas perdido.
Por eso es que algunos de sus mercaderes en “Correo” o “Perú 21” dicen que, aun con estos cambios,
seguimos ante un gobierno peligroso y de izquierda. Y en lo mismo está Canal N, alias Canal M, y
estará este domingo aquel Cuarto Poder que es hoy la quinta rueda.
Sí, pues, cuchufletos: este es un gobierno de izquierda. Resulta que vuestra candidata, la de ustedes y la
de Vargas Llosa, señor de los crepúsculos, perdió en junio por 44,000 votos.
Eso significa que Carranza no puede ser ministro de Economía, que Tía María no puede imponerse a
puro balazo, que los ministros no saldrán sólo del Regatas y que la Constitución de 1993 se puede
modificar, para bien, sin que el mundo reviente en lavas terminales.
hora bien, con 44,000 votos de ventaja el señor Castillo tampoco puede esperar que el socialismo
búlgaro sea nuestro destino. Ha sido elegido para cumplir con sus promesas de cambio en el marco del
respeto a la ley. Eso supone que el sueño soviético de Vladimir Cerrón era irrealizable y que las
mejoras a la Constitución habrá que hacerlas por las vías congresales que esa misma carta estipula. Ya
es bastante imaginar que un gobierno salido de las urnas intente humanizar el capitalismo bestial que
hemos adoptado como norma. Ya es heroico pensar que un gobierno legal logre cerrar algunas brechas
inicuas de la desigualdad. Si Castillo perfora el cono del silencio con que la derecha quiere abolir todo
debate, pasará a la historia y el pueblo que lo votó apreciará su huella.
"Si Castillo perfora el cono del silencio con que la derecha quiere abolir todo debate, pasará a la
historia y el pueblo que lo votó apreciará su huella"
Castillo tiene ante sí la gran oportunidad de demostrarnos que no tiene vocación por el caos, que eso es
lo que ha sido su gobierno con Bellido en la PCM y Cerrón metido en el sombrero. Existe la
posibilidad, ahora, de que la izquierda popular, antiacadémica y campesina, la que ganó las elecciones,
pueda actuar al lado de gente dotada para la gestión pública. Eso puede suponer que los principios, el
realismo y la inteligencia se junten para una conspiración virtuosa en beneficio del cambio.
Castillo tiene que entender que no recibió un cheque en blanco que le permita construir el socialismo
manirroto y suicida del chavismo. Una cosa es negarse a ser Cosito. Otra es creerse Benito Juárez, el
presidente también indígena que ganó dos guerras –la de Reforma y la que libró ante la invasión
francesa– y que, a pesar de todos sus inmensos méritos, terminó enamorado del poder hasta el punto de
torcer elecciones y hacer trampa.
Si dentro de un mes las temperaturas se caldean, la economía se maneja irresponsablemente y la
presencia del MOVADEF persiste en algunos sectores, sabremos entonces que el verdadero problema
es Pedro Castillo. Será el momento de discutir de otra manera.
PUBLICADO EN EDICIÓN 560, AÑO 12
Pasar el sombrero
HERNÁN P. FLORÍNDEZ
El presidente Castillo entiende ahora qué difícil es honrar los compromisos contraídos durante la
campaña electoral.
Han pasado 72 días desde que el presidente se instaló en Palacio de Gobierno con su sombrero lleno de
promesas. En la nutrida lista de compromisos electorales hay desde una reforma del sistema de
pensiones hasta la compra de resonadores magnéticos. Algunas requerirán gran destreza política para
ponerlas en marcha y otras sólo habilidad burocrática para ejecutarlas. Por ahora, sin embargo, el profe
chotano se perfila como presa fácil de la casa de empeño (electoral) en la que hipotecó su “palabra de
maestro”. Hasta el recibo de la luz se le resiste. 
Durante el debate presidencial de mayo pasado, Castillo se comprometió a  reducir el precio de la
energía eléctrica. Desde esta semana, la tarifa es 5,6% más cara. La explicación, dicen los expertos, es
el alza del dólar.
Crisólogo Cáceres, presidente de ASPEC, da algunos detalles más sobre esta promesa. Cáceres explica
que cualquier decisión para revisar a la baja los precios requerirá organizar comités técnicos, realizar
una auditoría a los servicios actuales y, en base a los resultados, hacer las propuestas. Sobre el asunto,
la única información oficial es que, a partir de esta semana, las compañías aplican una nueva tarifa. Y
es más cara.
En aquella misma jornada electoral el entonces candidato prometió una reforma al sistema de
pensiones que permitiera a los trabajadores decidir cómo administrar su jubilación. “Todo eso está
congelado. Fueron palabras de un político más. No han convocado a ningún representante de los
afiliados para empezar a discutir la reforma de pensiones. Parece que no es una urgencia para ellos”,
dice Crisólogo Cáceres.
Una de las promesas que le hubieran permitido al presidente lucirse sin la sombra de la oposición
acechando es la lucha contra la pandemia. Cuando aspiraba a la banda presidencial, Castillo prometió
que, de salir electo, el 31 de diciembre todos los ciudadanos mayores de 18 años estarían vacunados.
Al ritmo actual, no podrá cumplir. A finales de septiembre la vacuna se aplicóal 38 % de la población
objetivo (22,2 millones) cuando el plan era que el 50% de los ciudadanos fuera inoculado con el suero.
“Todavía es posible llegar a la meta de vacunados a fin de año, pero solo si duplicamos los números
diarios”, advierte el exministro de Salud Óscar Ugarte. Como mínimo –dice Ugarte–, para llegar a la
meta deberían vacunarse aproximadamente a 200 mil personas por día. El problema es que en las
últimas semanas la población ha dejado de acudir a los centros de vacunación.
Tampoco se han habilitado las mil camas UCI que ofreció durante los debates. Según Rodrigo Parra,
analista de datos, actualmente hay 2,050 plazas en las unidades de cuidados intensivos, el mismo
número que dejó la gestión pasada.¿Y qué hay de la promesa de proveer a cada hospital con un
resonador magnético? Ni rastro de la compra. ¿El motivo para no ejecutar la compra? En Palacio no
dan razón.
La infraestructura también se le resiste. En el presupuesto público del 2022 no hay señales de los
hospitales regionales que el mandatario prometió durante el primer mensaje a la nación. Tampoco
están en la lista de proyectos del OSCE. 
En el magisterio, bolsón electoral clave para su victoria, también andan con la calculadora en la mano.
“Con nosotros también se comprometió al aumento de remuneraciones en una UIT. Eso Castillo lo
promete desde las huelgas del 2017 y ahora en la contienda electoral lo ratificó. Pero ya el Ejecutivo ha
elaborado un documento que establece que el aumento para el 2022 será solo de 100 soles en marzo y
100 soles en noviembre. ¿Y lo que nos dijo? Ni una palabra”, señala Lucio Castro, secretario general
del Sutep. Y no es la única asignatura que ha jalado el jefe de Estado. Durante la segunda vuelta, el
presidente prometió nombrar a 286 mil profesores sin evaluación de por medio. Sin embargo, el
gobierno anunció que entre 2021 y 2023 se cubrirán 80 mil plazas. Doscientos mil colegas de Castillo
tendrán que seguir esperando. 
De hecho, la deuda contraída con este sector es bastante mayor. Castillo prometió destinar el 10% del
PBI a la Educación. El presupuesto que recibirá el Minedu el próximo año será poco más del 4%.
“Aumenta en 3 mil millones de soles aproximadamente, pero estamos bastante lejos de ese 10 %
porque, en sí, no es posible. Llegar a un 6% ya es muy difícil, porque implica reducir drásticamente el
presupuesto de otro sector”, explica Ricardo Cuenca, exministro de Educación.
Una de las banderas que Castillo agitó durante la campaña electoral fue la lucha contra la corrupción y
“la repartija” de puestos de trabajo en las instituciones del Estado. Los hechos apuntan a que seguirá el
libreto de los viejos partidos y llenará las instituciones de simpatizantes y portátiles. En los últimos dos
meses se han disparado las denuncias advirtiendo de contrataciones irregulares en las administraciones
públicas. Una de las más escandalosas sacudió hace pocos días EsSalud.
Martha Linares, exgerenta general del seguro social, renunció al cargo denunciando las constantes
presiones del presidente de la institución, Mario Carhuapoma, para repartir las gerencias entre
personajes cuestionados. Ranjiro Nakano, por ejemplo, según “Epicentro TV”, fue designado gerente
de Financiamiento de Prestaciones de Salud pese a una sentencia judicial a cuatro años de cárcel por
corrupción.
El flamante gerente de la red Almenara, Christian Miranda, fue investigado penalmente por tráfico de
órganos. “Hasta en Logística vienen siendo nombrados personajes con serios antecedentes. Al final,
serán los pacientes los más perjudicados”, cuenta un médico del hospital Guillermo Almenara. 
A corto plazo tampoco podrá saldar sus ofertas con los jóvenes que conquistó con la promesa del
acceso directo a las universidades o la creación de 100 mil puestos de trabajo antes del 31 de
diciembre. El programa “Trabaja Perú”, dicen los expertos, es insuficiente.
Con este programa la meta es llegar a 72 mil empleos a fin de año, pero hay que precisar que son
empleos temporales dirigidos a personas en pobreza o pobreza extrema. Es una medida paliativa que
ayuda, pero no soluciona la precarización del mercado juvenil”, indica Rebeca Zedano, economista
especializada en gestión pública.
Y los jóvenes no podrán acceder a estudios superiores sin pasar por el examen de acceso mientras no
exista un minucioso estudio que establezca los lineamientos básicos para esta reforma y dote a las
universidades de más presupuesto. 
Hay otra lista de promesas que ni siquiera se ha vuelto a mencionar una vez terminada la campaña
electoral. Por ejemplo, la elección de jueces y fiscales por mandato popular, el impuesto a las
sobreganancias o los créditos estatales a pequeños empresarios a través del Banco de la Nación. “Aún
no hemos discutido cómo presentarlas. Hay distintos matices para cada una (de las promesas) pero, ¿en
qué momento?, si tenemos que estar contando votos y buscando un mínimo de gobernabilidad”, dice
una fuente de la bancada oficialista, la única interesada en estas reformas. 
Hay otro paquete de compromisos que el Ejecutivo ya ha preferido meter en la congeladora. Quizá la
más importante es la mentada asamblea constituyente. Pese a los dos proyectos que alista la bancada de
Vladimir Cerrón, el pasado 19 de septiembre, durante el viaje de Castillo por Estados Unidos, Pedro
Francke aseguró a los inversionistas que la asamblea constituyente no está en la agenda del gobierno.
El mandatario estaba a su costado y guardó riguroso silencio. Después dijo lo contrario en un mitin de
regreso al Perú.
El más vistoso de los compromisos hasta ahora ha sido la “Segunda Reforma Agraria”. El último
domingo Pedro Castillo viajó al Cusco para anunciar su puesta en marcha. Allí recibió un baño de
masas como no había podido disfrutar desde que se instaló en Palacio.
El programa es ambicioso. Apunta a beneficiar a 2,2 millones de pequeños agricultores. El paquete
incluye créditos financieros, aumento de aranceles a algunas importaciones, una planta de fertilizantes
y el compromiso de convertir al Estado en un importante cliente de los minifundistas. Algunas voces,
sin embargo, advierten que Castillo se lanzó a recoger una cosecha sin haber arado el campo primero.
“Hay que estar contentos de que el pequeño agricultor esté en la agenda del gobierno, no se puede ser
mezquino con eso. Ahora bien, esto ha sido un anuncio general, la propuesta aún no tiene cuerpo,
criterios, presupuestos. Se necesita hacer un análisis sincero de los recursos antes de crear expectativa”,
sostiene Juan Benítez, exministro de Agricultura.
El 23 de septiembre se crearon los grupos de trabajo que, de cumplir el cronograma, deberán alistar los
aspectos técnicos para fines de diciembre. Es decir, la reforma recién podría ser discutida el próximo
año y, de ser aprobada, incluirse en el presupuesto del 2023. “Primero se debió haber hecho todo ese
estudio y luego anunciarla. Al revés puede provocar una falsa esperanza”, dice Benítez.
PUBLICADO EN EDICIÓN 560, AÑO 12

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