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Ciencias de la Educación PORTAFOLIO de
PEDAGOGÍA
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Así mismo comenzaremos una reflexión desde la perspectiva del presente tema que
desarrollaremos en relación con la situación actual del escenario educativo frente al
contexto de pandemia. Preguntándonos sobre algunos de los desafíos que la realidad
presente plantea a esta alianza escuela familia.
Haremos desde el comienzo una aclaración que deberá permanecer cuando abordemos
las clases y materiales de la unidad. Nos referiremos con el término “escuela” en
numerosas ocasiones, siempre teniendo presente que estaremos refiriendo de manera
genérica a la institución educativa, y nuestra reflexión estará siempre orientada con una
mirada en particular a la educación secundaria.
Las escuelas no escaparon a este control, y el liderazgo inicial de sus educadores se fue
fundiendo en manos del Estado- Educador.
El niño fue así objeto de una decisión adulta conjunta, padres - educadores, y fue
colocado en una institución que prometía educarlo en forma más acabada puesto que su
función era específica y su tiempo estaba destinado por completo a ese fin. Sin duda, y a
pesar de la seducción de los argumentos, no fue sin obstáculos que la escuela se fue
abriendo paso e imponiendo su presencia.
Así, aunque algunos niños se resistían a ser escolarizados, la gran mayoría aprendía a
convertirse en “alumno”, en sujeto heterónomo, obediente, sumiso, dependiente, y se
dejaba conducir por los laberintos de la escolaridad. Los padres sentían la seguridad de la
labor que se ejercía con sus hijos. Los educadores actuaban fijando sus propias reglas en
su campo sobre sus educandos.
Los referentes teóricos, explican el pasaje del niño del mundo hogar al mundo-escuela,
recurriendo a la figura de una alianza: la alianza escuela familia.
estar bajo un proceso de infantilización. La adaptación del adulto es difícil y lucha por
encontrar su espacio social, sucumbe a los mandatos de actualidad, se metamorfosea y
deja de entenderse a sí mismo, buscando que se encarguen de ello los especialistas
(profesionales y no profesionales) en los laberintos de la mente.
Surgen aún más preguntas: ¿Qué actitud recíproca tienen los “aliados” del siglo
XXI? ¿Se buscan o se rechazan? ¿Se siguen necesitando? ¿Cuál es hoy la base de esa
necesidad, si la hay?
En este nuevo contexto, en el que la crisis de autoridad se hace palpable al punto que
toda autoridad resulta sospechada, emerge una institución escolar debilitada, que no
estaba preparada para recibir modificaciones abruptas y continuas, ni para uno de sus
más desestabilizadores resultados: las relaciones simétricas.
La escuela está en crisis y lo sabe, también lo saben las familias que adoptan una
actitud de ofensiva desordenada. Los padres por su parte, sienten esta refracción y
actúan desautorizando a la escuela, descalificándola con frecuencia: “¿Para qué sirve lo
que hacen allí?, muestras de las marcas sociales del disconformismo de la actualidad.
Frente a esta realidad sin embargo, la escuela sabe que tiene oportunidad
de sobrevivir. Percibe el riesgo de debilitar aún más su alianza con los padres , pero le
cuesta asumir una actitud decidida y abrir sus puertas a una verdadera participación,
hacer real su comunidad educativa.
Los educadores reaccionan ante esto constituyéndose en severos jueces de los padres y
éstos exhiben una actitud de despreocupación - “que la escuela se haga cargo” - del
“campo común”. El campo común (alumno -hijo) frente a esta tirantéz, se siente liberado
del doble tutelaje, juega al adulto. Y sin embargo no entiende por qué sufre, porqué se
rebela, por qué se siente indefenso.
La adhesión de las familias vendrá así por añadidura, y los hijos serán resituados en un
esquema en el que el respeto mutuo de los adultos será una base de seguridad
emocional para ellos. La escuela volverá a ser un sitio importante para los niños, de
menos encierro, de mayor apertura, con una dinámica que integre todo su universo y que,
en consecuencia, se asemeje más a la realidad: sin estereotipos, sin doble discursos, sin
fisuras.
De acuerdo a Miguel Ángel Santos Guerra, para que esto sea posible deberá ocurrir un
“colapso de certidumbres”. Y en este sentido Sandra Carli señala que, son los niños los
que invitan a redefinir la escuela, y menciona la necesidad de una mirada en tres
dimensiones para repensarla, esta triple visión integra los elementos más importantes
del pasado del presente y del futuro: volver a colocar la condición humana en
el proceso educativo, adoptar una nueva posición educadora y potenciar demandas y
autocríticas.
Culminamos la clase con una referencia a W. Carr, quien señala en este sentido,
resultaría útil que la escuela deje de mirar al postmodernismo como una amenaza a la
educación emancipadora y lo perciba como un desafío para reconceptuar la educación y
la democracia. Se hace necesaria la inteligencia social, puesto que es la que desarrolla la
capacidad de resolver los problemas sociales.
Ensayo científico
Retomando las afirmaciones sobre el estado de quiebre o de
debilidad actual de la alianza escuela-familia, el rol desdibujado
del sujeto alumno-hijo, la necesidad y posibilidad de que la escuela
se reinvente frente a una sociedad que demanda su reafirmación, direccionaremos ahora
la reflexión hacia el contexto actual de pandemia que estamos atravesando como
sociedad y como docentes en ejercicio y/o en formación. Con la intención de comenzar a
pensar de qué manera es posible que las instituciones educativas y las familias se
dispongan, frente a este nuevo escenario socio-educativo, a unificar sus fuerzas, a
visualizar la realidad presente como una oportunidad de recomenzar a fortalecer o
construir nuevos lazos entre ellas, con el propósito de sostener la educación y trayectoria
de sus hijos-alumnos.
Ahora bien, desde nuestra unidad nos proponemos afinar la mirada de esa parte de la
realidad educativa a indagar, y en este sentido nos planteamos como una posibilidad,
direccionar la reflexión considerando el siguiente interrogante:
ACTIVIDADES de la Clase:
Bibliografía: