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COLABORACIONES

QUÉ ES, CÓMO SE HACE UNA


TESIS DOCTORAL.
Leopoldo GONZALO Y GONZÁLEZ
Catedrático de la Universidad Nacional de Educación a Distancia

1. ACLARACIÓN pues en algo se ha de notar nuestra


condición de economistas.

L
a bibliografía disponible relacio-
nada con el tema que nos ocupa
es copiosa y hasta, diría, 2. QUÉ ES UNA TESIS DOCTORAL
excesiva. A veces pienso que si
nuestros doctorandos tuvieran que leer Una tesis doctoral es el resultado de un
—no digo ya asimilar suficientemente— trabajo de investigación científica cuya
las lecturas propedéuticas disponibles finalidad consiste en demostrar la ca-
para la realización de su propósito in- pacidad investigadora de su autor, así
vestigador, abordarían éste grave e in- como en realizar una aportación original
necesariamente fatigados. No pretendo, y sustantiva al acerbo de conocimientos
pues, mediante esta breve nota, relativos a una materia determinada o, si
aumentar el caudal de aquella rigurosa se prefiere, un valor añadido al estado
bibliografía, sino, solamente, exponer de la cuestión concerniente a algún
algunas ideas elementales, y espero aspecto particular de la misma.
que útiles, acerca de esa apasionante
tarea que es siempre la investigación
científica y, de modo particular, de su
Una tesis doctoral no es, pues, nunca:
noviciado: la elaboración de la tesis
doctoral.
1. ° Un refrito o, en el mejor de los ca-
sos, una síntesis de la bibliografía dis-
Y para que no se me acuse de incon-
ponible o de las opiniones de otros au-
gruente, procedo a relacionar estas
tores acerca del tema elegido, aunque
ideas con la mayor brevedad posible,
tenga que partir necesariamente de un
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trabajo de este tipo (ello es necesario,


precisamente, para superar el «estado de necesario se tiene o no se tiene, cuan-
la cuestión). do ocurre lo primero, su ejercicio con-
tribuye a su desarrollo. Resulta, desde
2. ° Un conjunto de opiniones más o luego, muy estimulante aproximarse si
menos subjetivas acerca de determina- quiera por uno mismo al territorio donde
da cuestión, acompañado de algunas las piezas a cobrar se esconden.
conclusiones difíciles de ser contrasta-
das con la realidad o admitidas de En todo caso, siempre el director puede
acuerdo con las leyes de la lógica formal orientar en una dirección conveniente, e
(un razonamiento es formalmente válido incluso proponer el tema, cuando en la
sí la conclusión se deduce de las cátedra o departamento corres-
premisas, cosa olvidada con inusitada pondientes exista un plan de investiga-
frecuencia). ción trazado de antemano.
Damos por supuesto que ya contamos
La tesis doctoral es el resultado de un con un director de tesis. Si no es así,
arduo trabajo e implica un alto coste de ¿Cómo elegirlo? ¿Qué cualidades debe
oportunidad para quienes se compro- reunir el mismo?. Desde luego, debe
meten a realizarla (doctorando y direc- poseer un suficiente grado de especia-
tor). Por eso es preciso partir de una lización en la materia, pero, sobre todo,
clara vocación científica y una correcta ha de ser un buen manager, en la
elección del tema, de modo que una vez acepción deportiva que este término
que comience la tarea, el riesgo de tiene en inglés, es decir, debe ser un
abandonarla sea mínimo. buen entrenador. De él dependerá, en
gran parte, que nos encontremos siem-
pre en forma para superar las dificulta-
des que irán surgiendo, incluso la ato-
3. QUIÉN DEBE ELEGIR EL nía coyuntural de la voluntad, que no ha
TEMA DE LA TESIS de faltar probablemente. En todo caso,
El doctorando, a ser posible. Sólo así conviene ser conscientes de que el di-
contará con el caudal de entusiasmo rector de tesis nos dará normalmente lo
necesario para realizar un trabajo duro, que a él le demos: trabajo, interés y
a veces desalentador. Desde luego, y hasta entusiasmo.
al menos hasta un primer nivel de la
realidad a investigar, es el doctorando
quien primero opta por una parcela
4. QUÉ CARACTERÍSTICAS HA DE
concreta de la misma, en función de su
REUNIR EL TEMA, QUÉ
vocación específica: la historia de los
ENFOQUE HA DE DÁRSELE
hechos o de las ideas, el mundo de las
instituciones o de la teoría, etc. Pero
me refiero a la conveniencia de que Hablamos de tesis doctorales de eco-
sea el propio doctorando el que realice nomía o, más ampliamente, de ciencias
una primera búsqueda de temas, sociales. En cuanto a ellas, son posibles
dentro de esa parcela por él elegida. dos enfoques claramente diferenciables,
La investigación científica siempre aunque en absoluto incompatibles. A
tiene algo de actividad venatoria y saber: el enfoque positivo y el
aunque el instinto normativo. Como es bien conocido, el
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primero de ellos se refiere a lo que es, métodos cuantitativos necesarios. Clar


era o será, y las proposiciones a que que, en ocasiones, estos conocimiento
da lugar han de ser susceptibles de instrumentales pueden adquirirse «a
contrastación empírica, esto es, de ser hoc», si bien a costa de retrasar el plaz
revalidadas o refutadas por los hechos. que haya podido fijar-se para la conclusió
El enfoque normativo, por el contrario, del trabajo. No olvidemos que, a veces
se refiere al mundo del deber ser; pre- desgraciada-mente, la fijación de ese plaz
supone el conocimiento de cómo «fun- excede de la voluntad del interesado.
ciona» la realidad, derivado del análisis
positivo, pero va más allá, pretende Una última característica del tema de tes
modificar el mundo en un sentido y con a elegir que querría señalar como opinió
arreglo a unos valores determinados. personal, es que el mismo tenga algun
No es cierto que ambos enfoques trascendencia en orden a la posibilidad d
muestren una radical independencia. El mejorar la realidad social. La investigació
segundo implica necesariamente al pri- básica es rigurosamente necesaria. E
mero ¿Cómo modificar la realidad, si no saber por el saber mismo constituye un
conocemos sus reglas de funciona- de las expresiones más claras de
miento? superior condición del ser humano. Es má
ese saber termina, casi siempre, más tard
Dicho esto, hay que añadir que, en el o más temprano, traduciéndose al mund
ámbito de las ciencias sociales, sobre de las realidades prácticas o vi-tales. Per
todo, las características primordiales quizá convenga no olvidar la leyenda qu
del tema que se ha de elegir para la nos presenta al otomano Mohammed
nvestigación están en función, al me- conquistador de Constantinopla tra
nos en parte, de las propias caracte- terrible asedio, sorprendido al encontrar e
rísticas del sujeto investigador. Hay el interior de la gloriosa ciudad a un grup
una que es fundamental, en todo caso, de eruditos supervivientes discutiend
y es que el objeto de estudio sea acerca del posible sexo de los ángeles. N
suficientemente concreto y, yo diria, veo mejor forma de expresar la necesida
finito; aunque sea una obviedad, ese de huir de bizantinismos estériles cuand
objeto debe tener principio y fin. Otra lo que la realidad social y económica no
cosa sería condenarse a una de- reclama, son soluciones prácticas a su
sesperante excursión sin término co- acuciantes problemas. Un país como e
nocido o con una meta en permanente nuestro, en el que no sobran los medio
alojamiento. La implicación subjetiva a humanos y materia-les dedicados a
a hora de elegir el tema consiste en investigación científica, no pued
que el doctorando posea la base de derrochar sus escasos recurso
conocimientos instrumentales, de he- dedicándolos a especular acerca d
rramientas de trabajo, adecuada y sufi- cuántos ángeles pueden caber en
ciente para realizar su tarea. Sería ab- cabeza de un alfiler, problema que tambié
surdo, por ejemplo, embarcarse en una parece preocupaba a aquellos erudito
nvestigación de pura teoría económica constantinopolitanos de la pintoresc
sin contar con los saberes matemáticos leyenda.
precisos, o en un estudio de economía
aplicada careciendo de una mínima
destreza en el manejo de los

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5. ORDEN DE TRABAJO
mentándola según su contenido doctrin
a) La primera tarea ha de consistir, ne- cuantitativo, comparado, etc.) y siemp
cesariamente, en el acopio de la biblio- partiendo desde las obras más general
grafía y las fuentes relativas al tema ele- a los trabajos más concretos
gido, Libros, artículos de revistas, específicos; y 2.a) al hilo de las lectur
estadísticas, etc., pueden obtenerse en conviene desde el principio ir elaboran
un primer intento, siguiendo el que po- un fondo de fichas temáticas, de tama
demos denominar método tradicional. grande, que resuman el conteni
Un primer documento que trate sobre el fundamental de las mismas de inter
tema proporcionará una bibliografía ini- para la investigación (a estas fichas pue
cial sobre el mismo, de la cual procure- incorporarse, mediante alg
mos obtener otra más amplia, y así su- procedimiento adherente efica
cesivamente. Como es notorio, este fotocopias de algún pasaje esencial de
procedimiento tiene un inconveniente fuente, siempre con un criterio m
fundamental: su lentitud; y también que, selectivo y excepcional, pues de ot
según el «filón» bibliográfico por el cual modo engrosaríamos inadecuadamen
hayamos comenzado, no tendremos un material auxiliar que, por su prop
garantías de contar al final con una función, debe ser lo más reducido p
bibliografía completa. No se crea, sin sible).
embargo, que, al menos en una primera
fase del itinerario investigador, este mé- c) Etapa contemporánea a la anterior, q
todo carece de ventajas, pues, en no debe demorarse mucho una v
efecto, facilita una introducción gradual comenzada ésta, es la de elaboración d
al objeto de estudio y contribuye a l a esquema de desarrollo de la memoria
sedimentación sucesiva de conceptos, trabajo escrito de la tesis doctoral. Es
datos y criterios. primer esquema será, naturalmen
provisional, pues es seguro que hab
Nuestra actual condición de internautas después que someterlo a sucesiv
nos ha liberado, no obstante, de las reestructuraciones y a grados cada v
servidumbres propias a algunos méto- mayores de especificación. Un esquem
dos tradicionales. La red posibilita una general válido para este propósi
búsqueda rápida y cómoda de biblio- especialmente diseñado para trabaj
grafía y de toda clase de información sobre Economía, pero aplicable igu
mediante el rastreo en diferentes bases mente a cualesquiera otra ciencia soci
de datos pertenecientes a otros tantos es el propuesto por Alan R. Prest en
organismos, de entre los cuales, se han obra Public F i n a n c e , y en cuya secuenc
seleccionado algunas páginas de inte- me he permitido introducir algu
rés incluidas como apéndice al final de modificación. Este esquema-mar
esta nota, quedaría estructurado en tres grand
apartados con el contenido siguiente: 1
b) En cuanto a la «explotación» del descripción del objeto de investigaci
material acumulado (bibliografía y otras (institución, problema, etc.); 2.°) anális
fuentes) sólo dos recomendaciones: de sus causas y consecuencias; y 3
1.a) la lectura ha de ser sistemática, política o pro-puestas normativas
esto es, por tramos homogéneos (seg- relación con el objeto estudiado.

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d) En cuanto a la fase de redacción, trabajo; cuestiones todas ellas, propias


que vendría naturalmente a renglón se- de las páginas preliminares que deben
guido, vamos a dejarla en suspenso un servir de orientación a cualquier even-
momento para ocuparnos de ella ense- tual lector.
guida.
6. CUÁNDO EMPEZAR A ESCRIBIR
e) La memoria doctoral debe concluir
con una parte final dedicada a resumen y Es esta una cuestión que siempre
conclusiones del trabajo realizado. Una preocupa a quien se embarca en la
posible estructura de la misma se-ría la apasionante tarea de elaborar su tesis
siguiente: 1.°) Breve resumen del doctoral. Quizá quepa sólo una
contenido de los distintos capítulos de la respuesta obvia, de validez general:
memoria (lo que permitirá una visión de cuando se tenga algo que decir. En
conjunto sumamente útil para cualquier todo caso, no conviene demorar
lector, pero, sobre todo, para los demasiado el inicio de la redacción de
miembros del tribunal que ha de juzgar la la memoria. Y ello, sobre todo, porque
tesis); 2.°) enumeración de los datos urge decantar cuanto antes los
novedosos y conclusiones positivas al- contenidos asimilados mediante el
canzados; 3.°) enumeración de las estudio de las fuentes disponibles.
conclusiones negativas («no hay in- Utilizo deliberadamente el término
fluencia de...», etc.; estas aportaciones decantar en una de las expresivas
que calificamos de negativas, no care- acepciones que recoge el Diccionario
cen, en modo alguno, de importancia de la RAE: «inclinar suavemente una
desde el punto de vista del interés de la vasija sobre otra para que caiga el
comunidad científica, pues indican otras líquido contenido en la primera, sin
tantas posibles vías de investigación que que salga el poso». De eso se trata.
no merecen ser seguidas, con la Además, el esfuerzo de escribir
consiguiente economía de tiempo y nuestras ideas es el mejor medio de
recursos para futuros investigadores suscitar la dialéctica imprescindible
sobre la materia); 4.°) relación de los para saber cómo pensamos realmente
problemas pendientes, que constituirán nosotros mismos No olvidemos las
otros tantos puntos de partida para palabras de Eugenio D'Ors: «Yo sólo
eventuales investigaciones ulteriores; y pienso cuando escribo, y escribir es
5.°) enumeración de las proposiciones "pensar con alguien", es decir,
normativas que se desprenden de la te- diálogo».
sis, si es que cabe este enfoque.
7. CÓMO ESCRIBIR
f) Cubierto el anterior itinerario, se es-
tará en condiciones de redactar la in- Cuestión no menos preocupante para
troducción de la memoria, pues, aun- el doctorando poco avezado en lides
que pueda parecer paradójico, sólo narrativas .es la del estilo. El estilo,
entonces conoceremos los contornos dice nuestro Juan de Valdés
precisos y finales del objeto investiga-do, «...consiste en que digáis lo que
así como las verdaderas razones del queráis con las me-nos palabras que
interés que el mismo reviste y las pudiéreses, de forma que no se pueda
dificultades encontradas en el curso del quitar ninguna sin ofender la
sentencia». Y el consejo de

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zorín, expresado a su modo llano y mero de bajas de la batalla de Salamina


reciso, no difiere mucho: «Colocad una no tiene por qué ser la media aritmética
osa después de otra. Nada más, eso es entre los datos suministrados por una
odo». En sus Memorias Inmemoriales, el fuente persa y otra ateniense. Ni el im-
maestro de Monóvar hace inesperadas perativo deontológico encontrarse a
evelaciones a quienes puedan medio camino entre las posiciones de
reocuparse en exceso por la cuestión del Sócrates y Critón.
stilo: «Tener estilo es no tener estilo.
uando se lee a alguien que de veras El frío discernir no es tampoco siempre
ene estilo y se cierra el libro, no se sabe requisito insoslayable para la labor cien-
ómo ha escrito el autor de la prosa que tífica. Decía Dámaso Alonso: «la pasión
cabamos de leer. No sabemos tampoco es, a mi juicio, indispensable para que se
el olor y del sabor del agua cristalina que produzca la intuición». Y la intuición es
emos bebido en una fontana. Si lo muchas veces decisiva en cualquie
upiéramos, ya esa agua no sería pesquisa.
mpida». El mejor estilo es el que no se
ota cuan-do se lee. Despreocupémonos, Si no las poseemos, unas virtudes que
ues, del problema del estilo, aunque no debemos adquirir para la actividad in-
e decir las cosas tal como las sentimos o vestigadora —sobre todo si ésta se ha
emos, con sencillez y sin artificio, unas de prolongar durante largo tiempo, como
espués de otras y no unas dentro de es el caso de la elaboración de una tesis
tras, como con frecuencia tendemos a doctoral—, son la paciencia y el tesón
acer. Con frecuencia encontraremos
dificultades que nos parecerán in-
superables, caminos cortados que nos
8. DEL TALANTE NECESARIO obligarán a un rodeo imprevisto y fati-
PARA INVESTIGAR goso, o la necesidad de detenernos en
aspectos dé la investigación poco atra-
a objetividad es condición imprescindible yentes. Lo último que podemos hacer es
ara la investigación científica. Debemos interrumpir nuestro trabajo y, si lo ha-
esprendernos para lograrla de todo cemos, que no sea durante demasiado
rejuicio, sobre todo en las tareas de tiempo. Unamuno afirmaba que «...se
escripción y análisis. Pero, acaba siempre por simpatizar con todo
specialmente en el terreno de las aquello que se estudia serenamente y
encias sociales, ello no debe confundirse sin prejuicios». Y, por lo que respecta a
on esa actitud equidistante de posiciones las cuestiones de interés aparentemente
ien definidas que con frecuencia adoptan escaso, no debemos olvidar la observa-
lgunos como sistema. El eclecticismo ción de Flaubert: «Basta con que mire-
stemático es una pobre interpretación de mos largamente a un objeto, para que se
a objetividad. La verdad se halla en vuelva de pronto interesante».
lguna parte y la regla del justo medio
ristotélico fue concebida por el filósofo de Para terminar, quiero referirme a una úl-
stagira en relación con el orden moral de tima preocupación que suele inquietar a
a virtud, no con el de los hechos reales. todo doctorando, normalmente investi-
l nú- gador nobel. Me refiero a esa duda ini-
cial que siente acerca de si será o no

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COLABORACIONES

capaz de realizar rigurosos hallazgos bre metodología y filosofía de la ciencia e


científicos en el curso de su investiga- copiosísima y cosa más bien de lo
ción. Es cierto que, a veces, topamos metodólogos. Otras colaboraciones i
con investigadores dotados de una rara cluidas en este mismo número de
precocidad y una proverbial buena Revista ofrecen buena prueba de ello.
suerte para encontrar generosos investigador común únicamente precisa,
filones y prontos resultados. Sin mi juicio, de unas nociones claras acerc
embargo, eso que denominamos buena de los fundamentos de la lógica y d
suerte, casi siempre guarda una método científico como base propedéutic
relación de proporcionalidad directa para abordar su tarea. Probablement
con el número de horas dedicadas al nada más que esto. Método signific
trabajo. En estas lides, la fortuna camino y, ya se sabe, ...se hace camino
parece conceder sus favores andar.
preferentemente a quien se esfuerza
por alcanzarlos: «sólo yo sé las horas 1. A pesar del tiempo transcurrido des-d
de insomnio con que he comprado los su publicación por la «Revista d
favores de mi buena suerte», escribió Occidente», en 1925, la Teoría del c
en cierta ocasión el doctor Marañón. Y nocimiento de Johannes Hessen continú
parece que el descubrimiento de la pe- siendo una lectura enormemen
nicilina por Fleming fue también conse- provechosa, además de gozosa, por s
cuencia del azar, de una casualidad, en claridad y la precisión y elegancia de
suma, que únicamente se produjo ante versión española debida, nada meno
los ojos de quien había consumido ya que a José Gaos. Existe versión má
buena parte de su vida a pie de labora- reciente de esta obra en la beneméri
torio. El búho de Minerva prefiere po- Colección Austral de Espasa-Calpe, f
sarse sobre el hombro de los tenaces y chada en 1991.
laboriosos.
2. Otro texto de referencia oportuna es
Nada más. Trabajo y rigor. Y conviene capítulo primero («El problema de
tener bien presente el adagio académi- filosofía teórica») de la obra de Manu
co que reza: por sus tesis los conoce- García Morente La filosofía de Kant. No s
réis. trata tanto del valor de esta lectura com
pórtico al sistema del filósofo alemá
cuanto de su contenido como introducció
APÉNDICE 1 al conocimiento científico en genera
Nota bibliográfica sobre lógica y También aquí, la elegancia y clarida
metodología para inexpertos expositiva del que fuera catedrático d
Ética de la Universidad Central, en Madri
Deliberadamente he evitado hasta aho- subyugará y enriquecerá al lect
ra cualquier mención explícita a la me- interesado y con paladar.
todología, al método conveniente para
la investigación en ciencias sociales. 3. Una lectura sencilla, suficiente y a
En realidad, cada una de ellas posee el tualizada sobre filosofía de la cienc
suyo propio o, cuando menos, una es- puede encontrarse en la parte IV que, co
pecial modulación del método general este mismo título, integra la obra . de
científico. No pretendo asumir aquí Teichman y K. C. Evans, Filosofía,
esta enjundiosa cuestión. La
bibliografía so-
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una guía para principiantes (Alianza res Ricardo Calle y Manuel Jesús Gonz
Editorial, 1994). La parte V de la misma lez, incluidos en este número de Econom
está dedicada a la lógica, tanto a la que Aplicada e Historia Económica.
podemos denominar tradicional como a
la moderna. Se trata de unas breves
páginas sobre los contenidos aludidos, ADDENDA
elementales, pero sin que ello afecte al
rigor exigible. Para los que deseen ampliar las sencilla
notas que anteceden acerca, sobre tod
4. Recomendables son también, al de los métodos de trabajo a seguir, será
mismo nivel de obras básicas, el Curso de interés, además del conocido libro d
de Filosofía fundamental de José Gay Umberto Eco Cómo se hace una tes
Bochoca (5.a ed., Ediciones Rialp, (vigesimotercera edición, Gedisa, 1999
1998), especialmente los capítulos rela- las siguientes obras eminentemen
tivos a Lógica (págs. 33 a 78) y Gnose- prácticas: David Roma-no, Elementos
ología (págs. 293 a 319); y el Curso técnica del trabajo científico (Teide, 1973
elemental de Filosofía, de Rafael Gam- y Santos Pérez, Normas de presentació
bra Ciudad (Anaya, 1974), en lo relativo de tesis, tesinas y proyecto
también a Lógica (págs. 25 a 72). (Publicaciones de la Universidad Pontific
Comillas, 1995).
Creo, sinceramente, que las referencias
bibliográficas precedentes bastan para
quienes, fuera de hacer cuestión APÉNDICE II
sustantiva del método y de la
metodología, pretendan adquirir unas A continuación, se reproducen diversa
aptitudes y, lo que es más importante páginas publicadas en Internet, con el f
todavía, unas actitudes adecuadas y de orientar y facilitar el acceso a
mínimas en este terreno. Para la información bibliográfica, y como apoyo
navegación de altura, acúdase a las lo expuesto en esta nota orientativa
celebérrimas obras de Kuhn, Popper, urgente.
etc. y a los trabajos de los profeso-

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