Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Y NO ENVEJECER EN EL INTENTO –
RESUMEN
La elaboración de una tesis constituye una práctica de madurez intelectual.
Quien la haya terminado puede afrontar mejor que quien no haya hecho, los
desafíos académicos y profesionales. Los desafíos académicos saltan a la vista:
un profesor o un investigador puro o, un tiempo parcial, posiblemente convertirá su
tesis en un libro, con lo cual su prestigio habrá de iniciarse o consolidarse; Las
posibilidades de ingresar a la docencia, subir o encontrar una plaza regular en la
esfera universitaria está específicamente asegurada.
Los desafíos y logros profesionales no parecen, una vista simple, tan notorios.
Sin embargo, cabe preguntarse si las oportunidades son las mismas entre quien
prepara una tesis y quien no la lleva un término feliz. En el departamento de
marketing profesional tendrían una mejor posición para exhibir el grado de
magister o doctor en Derecho. Es probable que el lector formule un reparo
interesante: "pero, a mis clientes les da lo mismo que la disponibilidad de un grado
superior o no, solo les interesa que lleven exitosamente sus juicios o sus
consultas" Pero, ¿a qué clientes se refieren? Si está interesado en mejorar la
cartera de sus clientes, las preguntas y la necesidad de respuestas serán
ineludibles.
Basta tomar como ejemplo a los grandes estudios. ¿Acaso no es cierto que
en su plantel figura más de un abogado que exhibe el grado de maestro o de
doctor en Derecho? Si se consulta la propaganda, se distribuye en folletos y hasta
por Internet, se verifican las grandes firmas legales identificadas con orgullo los
antecedentes académicos de sus asociados, mentores en ocasiones al atribuir a
los estudiantes de maestrías pomposos grados de magisterio y doctor jamás
obtenidos.
¿QUÉ ES UNA TESIS?
No basta que tengamos familiaridad con el área de tesis, sino que también
amemos el tema. Muchas veces la gente más por necesidad que por deseo hace
lo que no le gusta. Diríase inclusivo que ordinariamente es así. En lugar de
confinarse en la oficina es más grato disfrutar del esparcimiento y del sol. Por lo
general, las personas anhelan el ocio y el juego, mientras que aborrecen su oficio
con intensidad. Es inusual encontrar gente que se convierta en su trabajo en una
actividad lúdica. Los abogados solemos observar con pavor la posible rutina de
otras profesiones. Un colega me comentaba mortificado sobre la decisión de su
hijo para ser dentista: ¡No entiendo cómo puede tener vocación para curar
molares! La rutina y el trabajo absorbente suele ser el pretexto al que echan mano
los abogados para negarse a actuar como magistrados; como a la vez su
entusiasmo frente a la docencia universitaria se deriva del deseo de desesperarse
un poco del trajín cotidiano.
Precisamente, un espacio estupendo para la "recreación" en el buen sentido
de la palabra- es la actividad académica que se vincula con la enseñanza y la
investigación. Ello tal vez explique la aparente incongruencia que confesaba un
amigo: ejerció como abogado laborista, hecho dinero, pero odiaba esa rama del
Derecho; mientras que en la Universidad dictaba un curso teórico y muy distante a
su especialidad profesional: Acto Jurídico. "Después de ver todo el día
liquidaciones, boletas de pago, contratos de trabajo -contaba- resulta un verdadero
relax para mí hablarles a los alumnos de la Facultad de la simulación del negocio
jurídico o del error obstáculo. Dictar clases gratis o, es más, hasta pagaría para
que me dejen enseñar.
Ese mismo placer que sus dictar clases se presenta ahora potenciado cuando
se investiga y escribe. Más aún cuando se trata de temas frente a los cuales
tenemos predilección. El gusto por algo o alguien depende de infinidad de
mecanismos culturales y genéticos: la educación, adopción de ciertos valores
sociales, la contemplación estética, etc.
El carácter comunicativo que tiene una tesis hace que esté abierta al
conocimiento y pueda ser aprovechable. Así, un amigo preparó una tesis sobre
Cajas municipales de empeño. El trabajo era objeto de consulta permanente de
los interesados, Obtenido a la larga el tesista un trabajo en esa área y después de
otro trabajo aún mejor. Y a pesar de que su investigación no se publicó, será útil
en el plano práctico y teórico para los profesionales que laboran en esa área. En
realidad, una tesis es útil, para bien o para mal. El método científico otorga la
forma, pero no el contenido. La tesis puede activar para liberar o para esclavizar.
Un joven político, con un rico aparato teórico, preparado una tesis que procuraba
demostrar que el pero nunca fue colonia de España y que el uso de termino
colonial no era conveniente.
En estos casos, las hipótesis, como suposiciones que se hacen una prueba,
no tienen por qué pasar por la experimentación, si tienen un soporte empírico,
Reclaman, pues, hechos y datos. Pensemos, por ejemplo, en una tesis que se
denomina El linchamiento como mecanismo alternativo de justicia popular: la
experiencia en Huaycán (1995-1999), o en otra que indaga sobre Derecho y
costumbre en las comunidades indígenas de Víctor Fajardo, o más bien, El
impacto de la cultura jurídica occidental en el mundo indígena entre los
campesinos aymaras de Juli. El experimento consiste aquí en una deliberada
omisión de los órganos oficiales de administración de justicia o de la policía frente
al cumplimiento eficiente de sus obligaciones institucionales, lo cual parece
inimaginable; la experiencia, en cambio, verificar la inacción o ineficacia de la
autoridad pública frente a la delincuencia, a partir del estudio de casos.
La tesis no puede prescindir de su naturaleza metódica, Una tesis no puede
ser emitida, su disposición de los métodos asoma desde su planteamiento. Las
metodologías no proveen de recetas infalibles, sino tan solo un conjunto de
prescripciones falibles. La ciencia -incluido el Derecho- es esclava de sus
métodos. Una prueba sin método es inconcebible, por arcaico que este sea. De
la metodología surge en primer lugar su carácter sistemático. Sucede que la
ciencia no es un conjunto de informaciones inconexas, sino un sistema de ideas
conectadas lógicamente entre sí. Lo menos que puede pedirse de una tesis de
Derecho es una vocación sistemática, es decir, de orden, de disposición lógica.
Como ha escrito Mario Bunge, algunos estudiosos han negado la existencia del
método científico, manejar que "la ciencia es lo que hacen los científicos, y hay
tantos métodos científicos como hombres de ciencia".
Las hipótesis no se nos imponen por la fuerza de los hechos, sino que son
inventadas para dar cuenta de los hechos, Las reglas entonces no son rígidas,
sino plásticas. Más que descubra la verdad, evite detectar errores: no son
cánones intocables. La metodología no entraña un fin en si misma, sino que solo
es una herramienta que auxiliar al investigador. Por eso se equivocan ciertos
métodos metodológicos cuando pretenden convencer a sus lectores o a sus
alumnos que deben usar hipótesis generales y particulares. Además, recuerdo a
uno que sostenía muy suelto de huesos que la tesis debía contiene una hipótesis
general, cinco hipó tesis particulares y tres variables.