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hicieron avances con el primer diseño teórico del sistema WARP. El más conocido de estos
diseños es el motor de Alcubierre (The warp drive: hyper-fast travel within general relativity,
acerca del impulso de deformación de Alcubierre, publicado en 1994) y que asume uno de los
términos empleados en la jerga de Star Trek: el factor de curvatura como medida de la
curvatura (deformación) del espacio-tiempo y que, aunque permite viajar a una gran
velocidad, no permite viajar más rápido que la luz (según las reglas relativistas es imposible).
Si el espacio-tiempo se curva de manera apropiada, estrictamente hablando, el objeto o la
nave no se mueve a velocidades lumínicas, de hecho se encuentra estacionaria en el espacio
interior de la burbuja de curvatura. Esta situación estacionaria de la nave, dentro de la
burbuja, haría que la tripulación no se viera afectada por grandes
aceleraciones/desaceleraciones ni existiría un transcurrir del tiempo diferente, es decir, no
sufriría el efecto de la dilatación temporal, como en el caso de desplazarse a velocidades
próximas a las de la luz en el espacio-tiempo, es como si estuviera en un universo
completamente diferente, por lo que viajar así daría interesantes resultados. La nave, al
activarse su propulsión por curvatura, para un observador exterior parecería que se mueve
más rápido que la luz y desaparecería de su campo de visión en un breve lapso al expandirse
el espacio-tiempo de la nave con respecto a ese observador.
Un análisis posterior del doctor Van Den Broeck (On the (im)possibility of warp bubles,
publicado en 1999), de la Universidad Católica de Leuven (Bélgica) ofreció como resultado
una energía inferior a la calculada inicialmente por Alcubierre (reducida por un factor de 10
elevado a 61). Sin embargo, esto no indica que la propuesta sea realista, tal y como indicó
Van Den Broeck, ya que calculó la energía necesaria para transportar varios átomos a poco
menos que el equivalente a la de tres masas solares.
En este mismo estudio, se estima una velocidad máxima teórica para un motor de curvatura
de 1032 c,1 si bien se trataría de un límite inútil desde el punto de vista práctico, pues para
alcanzar esa velocidad arbitrariamente alta se necesitaría más energía de la disponible en el
universo.
A principios del siglo XXI, la construcción de un motor de curvatura está lejos de convertirse
en una realidad, debido tanto a la tecnología existente como a la elevada energía necesaria
para su desarrollo. Parecen existir además otros impedimentos teóricos a un viaje
superlumínico con esta tecnología, como la inestabilidad cuántica de la burbuja o la radiación
de Hawking. No obstante, no existen argumentos teóricos que impidan los viajes por
curvatura sublumínicos.2 En 2012 científicos de la NASA anunciaron que se encontraban
trabajando en la viabilidad de los viajes por curvatura, pero a pequeña escala y en
laboratorios3