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TÍTULO:
JULIO. 2021
RESUMEN
ABSTRAC
This thesis research project discusses the re-educational process of the patient
with motor trauma, focusing specifically on forearm fractures, for which it is
proposed as an alternative during the use of a linear external tutor, its
characteristics and its characteristics are described. rehabilitation process
inherent to its implantation. A brief history of the procedures used for the
treatment of fractures is presented and the importance of patient education is
highlighted from a perspective of the neurocognitive theory of Rehabilitation,
where it is proposed that recovery be determined by the type of cognitive
processes activated and by their activation modality, which is interpreted as an
action aimed at recovering in the patient the ability to make sense of the world
through the fractionation of the receptor surface, Perfetti (2002). That integrates
Knowledge-Experience and Biological Structure to achieve optimal recovery of
the patient. The method to be used in this research will be qualitative
...
Keywords: Re-education, Neurocognición, Trauma, Forearm Fractures, Lineal
External Tutor
INTRODUCCIÓN
Pregunta rectora
¿Cómo desarrollar desde la perspectiva teórico practica en el proceso de
reeducación para pacientes adultos con fracturas en el antebrazo?
Objetivo General
General un modelo teórico desde la perspectiva teórica practica en el
proceso de reeducación y rehabilitación para pacientes adultos con fracturas en
el antebrazo
Objetivo Especifico
Justificación de la Investigación
Delimitación de la investigación
Para dar una solución a estos tipos de fracturas, los métodos más
simples y económicos, son los conocidos como yesos, pero de acuerdo a lo
expresado por los propios médicos, presentan serias desventajas. Son de difícil
seguimiento en la evolución de la fractura, hay que inmovilizar el miembro
fracturado, y además, si la fractura es grave se debe colocar el yeso por largos
periodos de tiempo, lo que causa rigidez en las articulaciones ubicadas cerca
de las áreas fracturadas (rodillas, codo, tobillos, antebrazo, etc.), los cuales
deben ser rehabilitadas después de retirar el yeso, estos procedimientos
causan complicaciones al paciente.
La dificultad era entonces diseñar los materiales de osteosíntesis que
fueran tolerables por el cuerpo humano. Con errores y aciertos, estos fueron
desarrollándose y con la aparición del acero inoxidable y, posteriormente, de
las diversas aleaciones que hoy conforman los diferentes equipos, los
fenómenos de rechazo y sepsis subsiguiente fueron disminuyendo hasta que
hoy, las tasas de infección que un día fueron alarmantes, se reducen a un 2%
para considerarlas confiables, y en algunos servicios de avanzada casi se
encuentran en cero. Debido a lo antes mencionado, está siendo substituido por
dispositivos mecánicos denominados: tutores externos, básicamente en los
casos de pacientes que presentan fracturas severas y lesiones conminutas.
El procedimiento quirúrgico, consiste en colocar dos tornillos largos a
ambos lados del hueso fracturado a través de la piel y los músculos del
paciente. Los tornillos, una vez implantados, son unidos por una barra, por
medios mecánicos. Estos accesorios son manufacturados en el exterior del
país, lo que los hace muy costosos e impiden su uso en un gran número de
pacientes atendidos en los hospitales públicos.
Este procedimiento ya pasa a ser un trabajo que evidentemente no
puede ni debe estar en manos únicamente de médicos, sino que debe estar
estos asesorados por expertos en el área de la Ingeniería Mecánica y proceder
de esta forma a realizar trabajos interdisciplinarios entre estos y los Médicos
Especialistas en Traumatología. Esta situación evidencia gran complicación por
parte de ambos expertos y sobretodo del paciente, que a fin de cuentas es el
más afectado, razón por la que se pretende efectuar un análisis previo a la
situación y luego intentar el diseño de un nuevo prototipo de tutor externo
lineal, que facilite no solo su manejo quirúrgico sino su aceptación por parte del
paciente.
El proceso de rehabilitación implica, además, orientación psico-educativa
con miras al logro de una recuperación integral del paciente.
En este orden de ideas, la teoría Neurocognitiva presenta una visión
integradora de: Conocimientos-Experiencia-Estructura Biológica. El cuerpo
como ente biológico recaba información que hace llegar al sistema nervioso
para darle sentido al entorno personal y social.
El proceso de re-educación busca, entonces, como objetivo principal la
recuperación de la función motora por medio de la inclusión de procesos de
ejercicios especiales donde inicialmente se generan hipótesis y se incluyen la
percepción y la cognición como elementos esenciales, introduciendo no
solamente los aspectos cuantificables de la patología del paciente, sino el
conocimiento y las alteraciones de sus capacidades después de la lesión.
Los ejercicios a desarrollar una vez colocado el tutor va a modificar las
características motrices y por supuesto neurológicas y por lo tanto generan
nuevos conocimientos y experiencias en el sujeto.
UN POCO DE HISTORIA
Desde tiempos remotos el hombre ha tratado de minimizar las fracturas
con los procedimientos disponibles a su alcance, los que van desde las
inmovilizaciones clásicas hasta los actuales tutores externos lineales en todas
sus variedades. La idea de la fijación de las fracturas por medios externos,
surge con el ánimo de acortar las inmovilizaciones clásicas, las cuales
adolecen de múltiples defectos y dificultaban el manejo de los lesionados.
A finales del siglo XVIII Steinmann (1907) comienza a tratar las fracturas
de los miembros inferiores utilizando un alambre grueso, perforante, que
pasaba por el calcáneo (uno de los siete huesos del tarso del pie), por medio
del cual establecía un sistema de tracción que permitía mantener reducidas las
fracturas y colocaba un enyesado que incluía los alambres para garantizar la
estabilidad. Ambos elementos dieron lugar al desarrollo del primer fijador
externo verdadero, que es diseñado y aplicado por Albin Lambotte en 1902, y
del que derivan todos los fijadores lineales que han llegado hasta nuestros
días.
El fijador de Lambotte (1908) está constituido por clavos metálicos que
atraviesan el hueso por uno de los lados del miembro, por lo general, el más
asequible, los cuales son unidos posteriormente por una barra metálica, de ahí
su designación de lineales. Este procedimiento exigía la reducción previa de la
fractura ya que no admitía manipulaciones secundarias. Sus fracasos pueden
tener como causa que se confeccionaban en hierro, lo que los hacía poco
tolerables por ser muy pesados.
Quien más aprovechó los clavos de transfixión, fue Lambert, quien en
1911, aplicó las ideas de Steinmann (Op. cit.) y utilizó clavos que atraviesan
ambos fragmentos, creando así el primer fijador en forma de cuadro que
permitió comprimir o distraer en un plano. Basados en este principio hasta
nuestros días llega el fijador de Charley o el Marco de Day para mencionar los
más conocidos. Este cuadro, además, incrementaba la estabilidad ínter
fragmentaria, siempre partiendo de la reducción previa.
Chalier en 1917 desarrolla fijadores que permiten actuar sobre cada
fragmento, acercándolos dentro de la barra de unión, por medio de una grapa
extensible que permitía el deslizamiento de dos placas (una sobre otra) las
cuales formaban las barras y que al estar perforadas garantizaban la posición
deseada, siempre en un plano lineal.
Los autores antes mencionados le dan a la fijación externa un nuevo
valor, la elongación de miembros, aspecto que desarrolla Putti en 1921, al
presentar diez (10) casos de alargamiento de miembros inferiores, por medio
de una barra que incluía un muelle de tensión. Ulteriormente, la elongación
vendría a ser uno de los mayores difusores de los fijadores externos en el
mundo y su aplicación más espectacular.
Joly en 1933 abandona la barra, más o menos rígida, de unión de los
clavos e introduce una bisagra o charnela en la porción media de la misma.
Roger Anderson en 1934, diseña un cuadro de reducción, que lleva dos (2)
estribos orientarles en varios planos, que inmovilizan cada fragmento uniendo
los estribos por medio de enyesados. Este método permitía no solamente fijar
la fractura, sino también modificar las relaciones de los distintos fragmentos
una vez que el aparato estaba colocado.
En 1938 el suizo Raúl Hoffmann cirujano, maestro carpintero y doctor en
teología, diseño un aparato que lleva su nombre, el cual fijaba a cada
fragmento por tres (3) clavos paralelos que atravesaban ambas corticales, los
que se unían mediante una placa aislante (que impedían trastornos eléctricos
entre los clavos) a una conexión universal y ésta, a su vez, a una barra que se
unía a la proveniente del otro fragmento por medio de una bisagra o charnela
con paso de rosca. Este aparato permitía reducir en los tres (3) planos, los
desplazamientos de la fractura a cielo cerrado, al tiempo que daba la
posibilidad de distraer el miembro o provocar compresión interfragmentaria,
crea así lo que él llamó ostetaxis.
Haynes, en 1942, diseña y propaga en Estados Unidos de Norteamérica,
su férula en cuadro, la que consta de cuatro (4) tornillos con rosca que se
introducen dentro del hueso, bloques metálicos que fijan los tornillos,
conexiones de tipo universal que permiten un alto grado de adaptación y barras
cilíndricas rectas que pasan a través de las conexiones universales y permiten
fijar, obteniendo gran rigidez, dos (2) o más bloques entre sí. La férula de
Haynes al igual que la de Stader tendría su prueba de fuego en II guerra
mundial, al incorporarse como método de tratamiento de la Marina de Estados
Unidos de Norteamérica, en la Campaña del Pacífico. Las múltiples
complicaciones infecciosas provocaron su retiro.
En 1944, Alberto Inclan, introdujo la férula de Haynes en la antigua
cátedra de ortopedia, en el desaparecido hospital “Mercedes”, para tratar
algunas fracturas y en especial en cirugía reconstructiva, pero los procesos
infecciosos recurrentes hicieron que fuera abandonada y sustituida por la
nueva solución de los problemas traumatológicos. Un fijador en cuadro que se
ha mantenido hasta nuestros días con limitación en sus indicaciones, es el
diseñado por Charnley (1948), con clavos de Steinmann perforantes que fue
concebido y usado para artrodesis, en especial de la rodilla.
La evolución histórica marca un alto a partir de la década de los 50’,
cuando producto del estudio de la compresión en la consolidación de las
fracturas, basada en las brillantes y objetivas descripciones de Charnley, así
como la acción de la fijación interfragmentaria en la compresión, hace que se
abandonen los fijadores externos lineales, surjan nuevo fijadores en cuadro,
como el marco de Day, se aplique compresión elástica sobre los clavos tal
como el fijador de los hermanos Judet, se fijen los clavos con cemento acrílico
como ha sido propuesta por la escuela Japonesa y se desarrollan las dos
escuelas que mantienen en alto las banderas de los fijadores externos: la
Escuela Francesa de la Clínica de Montpellier, cuyo exponente principal es el
profesor Jacques Vida!, y la Escuela Soviética representada por Ilisarov (1928).
La Escuela de Montpellier no satisfecha con el grado de fijación que
brindaba el fijador de Hoffhiann, se da a la tarea de modificarlo añadiéndole
nuevos elementos; crea así el fijador a doble cuadro o doble marco, en 1970, el
cual, posteriormente, lo modifica al añadirle una quinta barra en fracturas
inestables con pérdidas de sustancia.
En 1951 Gabriel Ilizarov, comenzó a trabajar con los fijadores externos,
en el Instituto de investigaciones Clínicas de Ortopedia y Traumatología
Experimental de Kurgán, Siberia, URRS. El aparato estaba formado por dos (2)
aros que se unían entre sí, mediante cuatro ejes cilíndricos con paso de rosca.
En cada fragmento se atravesaba un par de alambres en cruz al eje
longitudinal del hueso, los cuales se estiraban (tensaban y se fijaban a los
aros).
Se llega así a los fijadores externos circulares o semicirculares en 1980,
donde se le da importancia que tienen al hacer el bosquejo histórico de los
fijadores externos soviéticos y las ventajas de sus aplicaciones.
Scoot (1983), en Estados Unidos de Norteamérica, presentó un
sistema lineal de conexiones múltiples a los que se les puede añadir nuevos
elementos de unión, que deslizan en varias direcciones y ángulos para reducir
o estabilizar los fragmentos.
Alvarez Cambra (1985) en la ciudad de la Habana, comenzó trabajando
con fijadores lineales a ambos lados del miembro, haciéndolos evolucionar a
una estructura más estable, al añadirles semi aros y nuevos ejes de unión.
Como se observa han sido múltiples los esfuerzos orientados a la cirugía
reconstructiva en el área de traumatología.
Paradigma/Enfoque de la Investigación
Se busca por medio del diseño metodológico instaurar una relaciones causa y
efecto de las lesiones de miembro superior para la rehabilitación y reeducación,
esta investigación se caracteriza por tener un alcance correlativo y descriptivo
asociado a las lesiones a tratar, en el cual, por medio de la investigación
recolectada información por los diferentes medios se busca identificar y
establecer el mejor método para la rehabilitación y reeducación de los
pacientes con las lesiones descritas anteriormente en pacientes con
traumatismo motor, específicamente en fracturas del antebrazo.
1)El método que tiene como base la teoría cognoscitiva que parte de la
activación de procesos cognitivos dado que estos son los que permiten al ser
humano interiorizar y comprender la relación de su interacción con el medio en
el cual se encuentra
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
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